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Capítulo 5
Habían transcurrido un par de semanas en las cuales el Dr. Gero trabajó arduamente en la máquina. En ese tiempo, Cell esperaba pacientemente en su lugar en lo alto del pico de piedra, o bien de pie en la entrada de la cueva. Normalmente hacía esto último, si es que llegaba a entregarle más componentes para la incubadora.
Por lo general, le daba la espalda al Dr. Gero, enfoca su vista al paisaje y esperaba en silencio a que el científico anunciara que el aparato estuviera listo. De vez en cuando, miraba sobre su hombro para observar qué estaba haciendo, pero siempre se mantenía en silencio esperando.
Varios días e intentos después, mientras el Dr. Gero trabajaba concentrado en la espera de más material, se sobresaltó al oír un carraspeo a sus espaldas.-¡Señor Freezer!-dijo algo temeroso al ver al emperador en la entrada de su cueva. De inmediato, dejó sus herramientas de lado para hablar con él.
-¿Para qué querías verme?-le preguntó Freeze directamente sin perder el tiempo.
-Vera…me queda muy poco para terminar la máquina.-comenzó a explicar, esperando que no se enfadara por los problemas que encontró en el camino.- Aun así hay un pequeño inconveniente…-Freezer solo entrecerró los ojos de una forma más severa, por lo que Dr. Gero se sobresaltó.-Como no tengo un equipo tan avanzado para diferenciar entre todas las mezclas de células que hay en Cell, necesitaría una muestra de su sangre.-explicó con sencillez como si esto no presentara un reto.-Y también de un saiyajin. Así podría encontrar las células de namekusei por descarte. A no ser que haya un namekusei por aquí.-Dijo esto último como una mínima posibilidad, ya que en todo el tiempo que llevaba en el infierno jamás había visto un namekusei.
Freezer lo meditó por unos segundos y para su mala suerte, no había divisado a ningún namekiano en el infierno. Dejó escapar un pequeño sonido que denotaba molestia. Hubiese deseado que hubiera un namekiano por allí, así no tendría que entrenar con Cell.-Bien, puedo darte una muestra de mi sangre. Esta vez con mi consentimiento.-agregó severamente, ya que no sería la primera vez que el Dr. Gero trataría con su adn.
El científico solo sonrió con nerviosismo por ese comentario.-Y tambien, necesito otro tipo de adn. De algún ser muy específico.-agregó incómodo por la cantidad de requerimientos para hacer funcionar el proyecto. Ante el silencio del emperador, continuó antes de que se disgustara aún más.-Necesito a alguien que tenga la capacidad de eliminar organismos extraños a nivel molecular. Normalmente son seres que ralentizan los procesos de envejecimiento en su cuerpo. Similares a los saiyajins, pero no pueden ser ellos ya que estaré trabajando con su adn y no quiero confundir las muestras.-dijo finalmente.
La expresión de Freezer era muy seria y pensativa. En sus adentros el Dr. Gero pensaba que estaba pidiendo demasiado, pero sinceramente era lo mejor que podía hacer sin su laboratorio. El demonio del frío dio unos pasos y comenzó a caminar mientras meditaba. Observó con indiferencia las máquinas que rodeaban la cueva, creando expectación ante la respuesta de este.
En ese momento, el cientifico sintió un gran alivio al ver a Cell ingresando en la cueva. No tenía la esperanza de que él lo defendiera de Freezer, pero al menos la tensión entre ellos era tal que él pasaría desapercibido.
El emperador se volvió hacia el androide. Hizo un esfuerzo para no exteriorizar su cara de molestia, aun así no tuvo éxito. Por su parte, Cell no se sintió ofendido, ya que aún se tomaba con humor lo mucho que le enfadaba a Freezer el trato que habían hecho. Sin el afán de interrumpir dejó a un lado los competentes que había encontrado para el científico. Y se quedó observando en silencio en la entrada de la cueva.
Freezer ignorándolo por completo, se dirigió al Dr. Gero.- Conozco a alguien con las características que buscas.-enunció refiriéndose a ese ser específico.-Y en cuanto a los saiyajins. Tengo entendido que se encuentran 2 de ellos en el sector boscoso.
-¿Hay saiyajin aquí?- preguntó Cell uniéndose a la conversación con una inocente curiosidad.
Al ver el interés de Cell en los guerreros sonrió con malicia.-Así es, tal vez deberías buscarlos.-comentó Freezer en un intento de relacionarlo con ellos, ya que si conocía a otros seres que les gustaría entrenar con él, eran los saiyajin. Con algo de suerte, el androide no lo volvería a importunar.-Dr. gero, cuando tenga que sacar las muestras notifiqueme.-expresó Freezer antes de encaminarse hacia la salida.
-Si, claro.-le respondió el científico.
Al pasar junto a Cell solo cruzo miradas con él. Fue suficiente para descubrir que la mención de otros saiyajin lo había emocionado. Volvió su vista hacia adelante con una sonrisa orgullosa y emprendió el vuelo alejándose del lugar.
Tanto Cell como el Dr. Gero se quedaron en silencio unos segundos después de que el demonio de frío se hubiera ido. No obstante, el androide se dirigió al científico, quien tenía una leve sospecha de lo que preguntaría.-¿En dónde queda el sector boscoso?
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Cell se encontraba sobrevolando el sector que el Dr. Gero le había indicado en su reciente y reparado rastreador. Parecía ser que el aparato no estaba defectuoso, sino que no lo había hecho correr bien o en palabras científicas “Lo había desconfigurado”.
A pesar de ser una aparato inservible para el androide, el rastreador le ayudó a encontrar el sector boscoso. Aunque dicho sector era fácil de identificar por la cantidad de árboles.
Voló por unos metros hasta que sintió unos ki débiles, por lo que descendió para ver el área desde el suelo. Era difícil ver a alguien entre tantos árboles.
Aunque Freezer no le había indicado quienes eran los saiyajins que se encontraban allí, Cell se había hecho una idea de quienes eran. Sabía que no eran tan fuertes, pero aun así tenía la intención de verlos.
En un pequeño claro vio unas figuras a lo lejos. Mientras se aproximaban, estos parecieron percatarse de su presencia.
Al salir de las sombras, los encontró; Raditz y Nappa.
Cell observó detenidamente a ambos saiyajins en silencio. Era una lástima que fueran tan débiles. Había tenido la esperanza de que se hubieran hecho más fuertes desde que estuvieron en la Tierra.
Ambos saiyajins observaron perplejos al ser que se encontraba frente a ellos. No por su extraña apariencia ni por la fuerza que escondía, sino por la energía vital que emitía.
Con algo de temor Nappa se atrevió a romper el silencio.-¿Por qué tienes el ki de Vegeta? - preguntó confundido al sentir ese ki familiar en un completo extraño.
-Básicamente soy su hermano.-respondió Cell con gracia.
Los dos intercambiaron miradas de confusión total. Obviamente sabían que Vegeta tenía un hermano y que no se trataba de ese ser insectoide. También sabían que estaba siendo sarcástico de algún modo. Solamente no entendían lo que estaba ocurriendo.
-También tienes otros ki…-mencionó Raditz reconociendo las diferentes energías que emanaba el sujeto a propósito.-”Kakarotto, ese namekiano… “- se sobresaltó de la impresión al descubrir ese poder tan temido.- Tú eres el sujeto que tiene los ataques de Freezer.
Cell suspiro un poco molesto. ¿Cómo podría ser que, ellos que se encontraban tan alejados se habían enterado de eso? Malditos chismes.-Asi es.-respondió serenamente intentando no enfadarse.- Y también tengo muchos ataques.-agregó amenazante.
Ciertamente a la mayoría de soldados que había conocido se atemorizaban con su poder y los saiyajins lo estaban, sin embargo hubo una reacción diferente a los demás. Ambos los observaban con expectación.-Genial.-declaró Nappa impresionado.
-¿Uh?- logró expresar Cell ante esa respuesta despreocupada y positiva. Aquello lo había tomado desapercibido, no esperaba que alguien reaccionara así. Era extraño. Y peor aún, no sabía cómo responder a eso.
-¿Qué otros ataques tienes?-pregunto Raditz por mera curiosidad. Suponía que debía tener los ataques de Freezer, según lo que oyó.
Observó la cara de fascinación en el rostro del saiyajin. Era extraño, nadie en toda su vida o muerte lo había visto con admiración. Solo miedo. El androide frunció el ceño con molestia ante esa extraña sensación. Inmediatamente, guió sus dedos a tu frente para cargar energía y dirigirla hacia Raditz.-¡Makankosappo!-grito al momento de liberar el ataque.
El saiyajin por reflejo se hizo a un lado, cayendo al suelo y esquivando el ataque por pura suerte. Levantó la vista hacia el androide con horror, después de todo ese ataque era el que lo había matado. Cell finalmente sonrió triunfante. Eso le gustaba. Miedo. Sin embargo, para su sorpresa volvió a ocurrir. Otra reacción.
-¡¿Qué te sucede maldito estupido?!- exclamó Raditz antes de lanzarse contra el androide.
Aunque estaba pasmado, el androide detuvo sin esfuerzo un golpe que iba directo a su rostro. Había conocido gente que ignoró por completo su fuerza y que incluso, creyó que podía derrotarlo. Sin embargo, Raditz a pesar de conocer su fuerza, sus ataques y de tenerle miedo, reaccionaba de esa manera. Era curioso.
Después de liberar su mano, el saiyajin se echó hacia atrás para tomar impulso y volver a golpearlo.-”Los saiyajins eran muy audaces”.-Esquivo los ataques con facilidad pese a la gran insistencia por querer lastimarlo.-”o tal vez muy estúpidos'' .- Pensó Cell antes de darle un fuerte golpe que mandó a Raditz hacia el interior del bosque.
El cuerpo del saiyajin atravesó el bosque hasta que se estrelló contra un árbol que logró detenerlo. Rápidamente se incorporó, sin embargo vio al androide sobre él listo para atacar. Sin darse cuenta, recibió un certero golpe en el estómago que lo derribó.
Inmediatamente, el androide sintió como el otro saiyajin apareció tras suyo con intenciones de atacar. Sin pensarlo, sujetó el cuerpo de Raditz y lo lanzó a su compañero. Este lo esquivo y se aproximó a Cell con su puño en alto.
Cuando soltó el golpe el androide había desaparecido, por lo que terminó por destrozar el árbol frente a él. Por unos segundos solo se oyó la caída del árbol hasta que el silencio volvió a reinar en el bosque.
No fue hasta que Nappa detectó al androide de pie detrás de él, que intentó atacar nuevamente. No obstante, antes de poder hacer algo recibió una tajante patada que provocó que se estrellara contra varios árboles por unos metros.
Cuando Nappa se perdió de vista, a duras penas Raditz se levantó a espaldas del androide y comenzó a cargar un ataque de energía.
Cell notó aquello y sonrió sin darse cuenta. Dejó escapar una risa. Tenía que admitir que era divertido. Volteo y camino lentamente hacia el saiyajin.-”Es una lástima que fueran tan débiles'' .- Se acercó a Raditz y sujetó la esfera de energía con su mano controlándola. Aunque el saiyajin trató de contener la energía, Cell la hizo crecer a tal punto que estalló directamente sobre Raditz, dando por terminada esa pelea.
Había perdido la conciencia por un tiempo, aunque para él se sintieron solo unos segundos en los que había estado noqueado. Raditz comenzó a oír voces a lo lejos. Despertó con el cuerpo dolorido y con algunas quemaduras.
Levantó la vista, y para su sorpresa vio al androide sentado sobre un tronco roto y Nappa herido junto a él apoyado contra un árbol, hablando como si nada.- Raditz, ya despertaste.- lo llamó el otro saiyajin, aunque él solo tenía su mirada fija en ese sujeto insectoide.
-Sin resentimientos.- dijo Cell con una sonrisa maliciosa.- No eres tan malo.
Raditz gruño por lo bajo, y dirigió su vista hacia Nappa en busca de alguna explicación.- Cell me estaba comentando que Freezer nos mandó a llamar.-comentó su compañero.
-¿Para qué?- Preguntó Raditz, mientras se incorporaba con algo de dificultad. Aún estaba algo mareado por el golpe en el estómago.
-Necesita nuestro adn.-le respondió Nappa, aunque no estaba seguro de lo que el androide quería decir con eso.
Raditz inclinó su cabeza a un lado confundido. A lo que Cell continuó con la idea.-En realidad, creo que con tu adn bastaría.-mencionó hablando a Raditz directamente.-Como eres hermano de Goku, sería más fácil encontrar sus células y las de los saiyajin en mi adn.
Aun molesto y sin cambiar su expresión, Raditz volvió a preguntar.- Repito ¡¿Para qué?!- ese sujeto parecía ser muy reservado ante el tema.
-Hay una forma en que Freezer pueda recuperar su cuerpo y deshacerse de ese cuerpo artificial. -Se levantó del tronco y caminó hacia Raditz con una mirada desafiante.- Para ello, necesitan aislar las células de namekiano de mi adn. Por lo que necesito las otras para descartarlas.-se detuvo frente a Raditz quien lo observó con gran temor.
En sus adentros se decía que ya estaba muerto.-”No puede ocurrir algo peor ¿Verdad?”- Aunque trataba de no demostrar pánico, había palidecido ante la explicación del androide.
-Quisiera saber, ¿Que es lo que tu ganas con esto?-preguntó Nappa con curiosidad.
Cell solo observó de reojo a Nappa y siguió caminando dándole la espalda a
ambos saiyajins.-Si funciona, Freezer entrenará conmigo.- respondió con franqueza.
Los saiyajins exclamaron sorprendidos ante esa noticia. Era un sujeto peculiar y pedía algo extraño. Pero ¿qué importaba si este quería enfrentarse a Freezer? Aunque les causara un poco de pavor y fuera arrogante, comenzaba a agradarles. Pese a ser era una combinación extraña de varias personas, el androide que se llamaba a sí mismo Cell era temerario, fuerte y orgulloso. No era tan distinto a un saiyajin.
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Habían transcurrido unos días desde que había tenido aquel encuentro con los saiyajins. El hermano de Goku le había asegurado que no se irían a otra zona, por lo que al momento de necesitar su adn podría volver a buscarlo al mismo lugar.
Desde la entrada de la cueva del científico, el androide no hacía más que mirar al horizonte en dirección al sector boscoso. No creía que el saiyajin escaparía ni mucho menos, era alguien con agallas y al mismo tiempo le temía. Simplemente se encontraba impaciente, esperando el momento en que debía volver por Raditz para sacar las muestras de adn.
Mientras observaba el paisaje, el Dr. Gero llegó a su lado, algo cansado pero sonriente.-Cell…-lo llamo, a lo que el androide se volvió hacia él. No fue necesario decir nada más. No le hablaría a menos que la máquina ya estuviera en funcionamiento.
-¿Esta lista?-preguntó el androide casi por inercia. Este simplemente asintió como respuesta. Antes de que el científico pudiera decir algo más, Cell sin pensarlo dejó rápidamente la guarida de su creador y se perdió en dirección del sector boscoso.
Mientras se disipaba la nube de humo que dejó el androide en su retirada, el Dr. Gero dio el aviso a Freezer desde el rastreador que Cell había dejado olvidado en su mesa de trabajo. El demonio del frío querría estar enterado al momento de tener la máquina en funcionamiento. Debía estar igual o más emocionado que Cell.
Al poco tiempo de dar el aviso, arribó Freezer junto con un sujeto alto y algo afeminado. Ambos ingresaron a la cueva dispuestos a hacer que esta idea se ejecutará. Efectivamente Cell no era el único entusiasmado.-Dr. Gero.- lo saludó educadamente el demonio de frío.-Le presentó al soldado Zarbon.- este simplemente asintió con la cabeza engreidamente.-Él es quien posee ese adn que estaba buscando.
-¿Ah sí? - preguntó el científico algo escéptico.
-He tenido esta apariencia por al menos 40 años. Eso creo, ya no llevo la cuenta.-comentó el soldado presumidamente. El científico lo había visto escasas veces, pero todo el tiempo creyó que era un chiquillo de no más de 30 años. Sin embargo, si lo que decía el emperador era cierto, ese sujeto sería útil.
A los pocos minutos, finalmente llegó Cell en compañía de Raditz. Al reunirse con los demás, el saiyajin se sobresaltó al verlos. Primero llamó su atención Freezer. Desde que había llegado al infierno lo había visto solo una vez y trató de evitarlo después de que se enteraron que su hermano lo había derrotado en una batalla. Luego fijó su vista en Zarbon. Solo bastó que sus miradas se encontraran para volver la vista instintivamente hacia Freezer con tal de evitar al soldado.
Al percatarse del saiyajin, Freezer lo saludo con la sonrisa perversa que lo caracteriza.- Soldado Raditz.-este solo asintió con la cabeza con nerviosismo.
El científico comenzó a hablar y explicar cosas sobre la máquina, mientras buscaba en una pequeña caja. Sin embargo, a pesar de estar poniendo atención a las aclaraciones del Dr. Gero, el saiyajin comenzó a distraerse lentamente al sentir la mirada del general sobre él. Se mordió el labio molesto. Que lo estuviera observando no era importante sino la intención y la vibra que transmitia su mirada. Instintivamente, miró levemente a su derecha. Aunque sus ojos se encontraron por solo unos segundos, fue suficiente para que Raditz se sonrojara y desviara su mirada ante la sonrisa seductora de Zarbon.
El soldado sonrió divertido mientras contemplaba la incomodidad del saiyajin. Era la primera vez que se encontraban después de tanto tiempo. Era un alivio saber que comportaba igual que siempre.
-...por eso, la única opción que vi posible en estas circunstancias es con estas.-término de enunciar el científico, dejando a ver a los presentes una jeringa con una larga aguja.
Todos se quedaron en silencio, algunos pensando que era una broma, sin embargo el Dr. Gero se veía bastante serio. Cell por su parte tenía conocimiento de ese tipo de instrumento y su funcionamiento, no obstante lo larga y puntiaguda aguja lo había inquietado de cierto modo. Por otro lado, tanto los soldados como Freezer solo pensaron una cosa que solo el General se atrevió a decir en voz alta.-Que primitivo.
-¡Es lo mejor que tengo!-respondió molesto el científico. Tenía entendido que ellos, al ser extraterrestres, debían estar acostumbrados a algo más tecnológico. Incluso para él mismo era tosco, ya que tenía otros modos de obtener información genética de forma menos invasiva. De hecho, habían tenido suerte de conseguir esas jeringas. A su parecer no eran terrícolas, sino extraterrestres.Ya que, como le informaron los otros científicos que trabajaban para Freezer al entregarselas, estas podían atravesar la piel más dura.
-Veo que no hay otra opción.-mencionó Freezer resignado a esas técnicas arcaicas. Ante esas palabras, simplemente dio una mirada a Zarbon. Este se sobresaltó y asintió por instinto entendiendo la orden. Se acercó al Dr. Gero listo para ser clavado por esa herramienta anticuada.
El científico sujetó su brazo, observó por unos segundos la fosa del codo y a falta de cualquier norma que se siga para sacar sangre, simplemente le enterró la aguja por encima del antebrazo.
Zarbon se inquietó por esa acción tan brusca y solo se limitó a fruncir el ceño evitando mostrar algún tipo de dolor. Una vez extraída la sangre verde, el Dr. Gero sacó la aguja a lo que el soldado solo se palpó la “herida” con molestia.-"Con razón ya nadie usa esas cosas"- pensó volviendo a su lugar a un lado de Freezer.
Mientras el científico dejaba a un lado la jeringa en busca de otra, Raditz se aproximó antes de que el emperador le diera una de esas miradas amenazadoras. Lo cierto es que solo quería terminar con eso rápido. Cuando el Dr. Gero se había vuelto hacia los demás con la nueva aguja en su mano, Raditz ya tenía extendido el brazo. Lo miro extrañado, pues el saiyajin solo tenía la mirada perdida.
A pesar de que su piel era similar a la de los humanos, también era más resistente. Por lo que clavo la aguja con fuerza a lo que Raditz gruño volviendo en sí por el dolor. Intento extraer la sangre con suavidad, pero tenía que reconocer que nunca fue bueno en eso. Como resultado al quitar la aguja salpico un poco de sangre.-Lo siento chico.- se disculpó avergonzado por su falta de profesionalismo en esa área.
Al igual que en la circunstancia anterior, Raditz también se sujetó el brazo con fastidio y camino a su lugar. A pesar de no haber visto la reacción del general, oyó de su parte una pequeña risa ahogada que intentó pasar inadvertida.
Esta vez fue Freezer quien se acercó y extendió su brazo no mecanico hacia el Dr. Gero. La piel del demonio del frío era aún más gruesa que la de los soldados. Con nerviosismo el científico sujetó su brazo e intentó esta vez ser más delicado que antes. No quería otro accidente y menos con él. Hizo un poco de presión, pero aun así la aguja no logró introducirse, por lo que gradualmente hizo más fuerza hasta que esta se enterró bruscamente y por completo.
Con espanto levantó la vista hacia Freezer. Este no se movía, ni alteraba su respiración, ni parpadeaba. Solo estaba quieto esperando que el científico terminara su labor.
Con miedo, extrajo la sangre y retiro la aguja, esta vez sin esparcir nada. Freezer seguía sin reaccionar ante el pinchazo. Sencillamente observó su brazo, luego fijó su vista en el Dr. Gero provocando escalofríos en él.
Para su pesar, lo que estaban haciendo era necesario. Así que solo se alejó del científico sin protestar, pero con un semblante aterrador para todos los presentes.
El científico se volteó dándoles la espalda a los demás. Antes de fijar su atención en la última jeringa dio un rápido vistazo al tubo que contenía la sangre de Freezer. Era de un tono violeta muy llamativo.-”Interesante”.- pensó al verla detenidamente. Nunca había visto su sangre pero siempre pensó que sería verde, similar a las lagartijas.
Finalmente, dejó la pieza a un lado. Después tendría tiempo de seguir examinandola. Por último, tomó la última jeringa que era aún más grande que las demás. Solo con verla, Cell trago saliva inconscientemente. Con solo haber visto las reacciones de Raditz y Zarbon, comenzó a pensar que debía haber otra forma de extraer su sangre.
Estar frente a esto, lo hacía sentir un sentimiento familiar, algo que ya había vivido. Era una sensación extraña de pánico. En su mente de pronto llegó la imagen de Gohan caminando hacia él durante su batalla. En ese momento estaba temblando. Ese momento era…-”Terror”.-pensó para sí mismo conmocionado.
Obviamente no podía comparar el poder del saiyajin con una aguja puntiaguda, pero aun así debía admitir que de alguna forma lo inquietaba. No sabía porque, solo comprendió que así era. Tenía miedo. Pequeño e insignificante en comparación con el que ya había experimentado. Pero ¿Cómo podía tener miedo a algo tan común?
Sacudió su cabeza frustrado. No importaba, estaba decidido a hacer esto para que su plan funcionara. Se dijo mientras extendía el brazo esperando el pinchazo. En su pelea contra Gohan su primera reacción fue alejarse, pero no esta vez. Como se dijo, esto era más pequeño que lo ocurrido en aquel momento. Además, no quería demostrar debilidad ante el resto que observaban la escena.
-Déjame ver…-dijo el Dr. Gero al acercarse. Sujetó su brazo y observó el pequeño espacio de piel entre su coraza. Incluso esa pequeña porción de piel era bastante gruesa. Sabía que Cell era más resistente que Freezer y temía que la aguja, incluso siendo extraterrestre, se rompiera. Era difícil encontrar una parte del androide que no fuera tan firme.-Donde más…-comentó observando las posibilidades. Su mirada se detuvo en el cuello de este. Sin embargo, al ver su cara de pocos amigos descarto la idea.
Camino a su alrededor y se detuvo a sus espaldas.-Creo que podría sacar sangre por aquí.-declaró el científico palpando la zona que rodeaba su aguijón.
-¡¿Qué?!-Cell miro sobre su hombro alarmado. Para nada le gustaba la idea de que le clavaran una aguja puntiaguda y de este tamaño, pero por otro lado al estar presentes Freezer, Zarbon y Raditz quienes lo observan curiosos, decidió no mostrar debilidad.-Está bien.- dijo y asintió con algo de preocupación. Aunque a los ojos de los demás se veía confiado.
Aunque comenzó a sentir su cuerpo temblar ligeramente, se cruzó de brazos y desvió la mirada a una esquina de la cueva para simular indiferencia. Sintió un pequeño punto de dolor, este comenzó a hacerse cada vez más grande y profundo. Hasta podía sentir claramente la aguja atravesando su espalda. Presionó los labios con fuerza, e instintivamente su espalda se irguió. Aun así, siguió intentando aparentar que se encontraba bien.
No obstante, su cara de indiferencia había cambiado a una de total impresión revelando nerviosismo. Cuando se retiró la aguja, dio un pequeño sobresalto que fácilmente llamó la atención.
Pese a su reacción nadie dijo ninguna palabra. Podía ser que, tanto a Raditz como Zarbon les había hecho gracia, pero no se atreverían a reírse de él. Sin embargo al observar a Freezer, este tenía una mueca de total burla y superioridad.
Cell percibió que su rostro se había ruborizado. Simplemente se volvió a cruzar de brazos y desvió la mirada del demonio del frío. ¿Se sentía apenado? No estaba seguro de eso. Nunca se había sentido tan estupido y expuesto como en ese momento. Y todo por un tonto miedo que no comprendia. Ahora podía entender por lo que tuvieron que pasar todos a los que le robó energía con su aguijón. Debió sentirse similar.
-Eso es todo, seguiré trabajando.-comentó el Dr. Gero desviando la atención de Cell. Dejó la muestra del androide junto a las demás y se dispuso a manipular su máquina para hacerla trabajar.
Con esta información, el demonio del frío se volteo hacia los soldados.-Ya pueden retirarse.-anuncio con un sospechoso buen ánimo. Ambos intercambiaron miradas confundidos, pero no se limitaron a hacer preguntas acerca de la actitud del emperador. Simplemente retrocedieron unos pasos y se retiraron de la cueva.
-Aún hay varias cosas que hacer, pero le avisaré cuando todo esté listo.-anunció directamente a Freezer, quien solo asintió. Después de eso, el científico continuó trabajando ignorando por completo al emperador.
A su parecer el Dr. Gero podía ser muy brillante, pero muy despistado si se concentraba en un proyecto. Pero nada de eso importaba si lograba su objetivo. Freezer suspiró resignado y también caminó hacia la salida con intenciones de marcharse. Sin embargo, el androide lo llamó.-Oye…-lo detuvo en seco.-...esto va a funcionar, así que prepárate para entrenar.-le dijo desafiante, aunque aún se sentía extraño por lo que acababa de ocurrir.
Freezer lo observó levemente sobre su hombro y solo rió con gracia. Tras esa respuesta, se elevó y rápidamente voló fuera de su vista.
A pesar de dejar a Cell atrás, aún mantenía la misma sonrisa. No podía creer que el supuesto androide perfecto le temiera a una aguja. Inconscientemente, observó su brazo y la pequeña herida que dejó la extracción de adn. Comenzaba a formarse un moretón. Aunque este científico fue muy brusco, había logrado que Cell hubiera demostrado algo. Desde que lo conoció pensó que era similar a un androide artificial, pero ahora ha visto una reacción real.
Si el plan daba resultado, le daría al androide una paliza que nunca olvidará. Le temería tanto que jamás volvería a acercarse a él.