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Un deseo valioso

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VI

 

Li Jinglong estaba durmiendo con la boca ligeramente abierta, un silbido salía de sus labios con su respiración. Hongjun había quedado encima de él por otra noche de quien sabe cuántas, hacía mucho que se despertó, algo lo despertó, lo podía sentir contra sus muslos.

Durante varios minutos Hongjun se debatió entre reducir su tamaño y salir de la habitación sin hacer ruido o ser valiente e incorporarse y echar un vistazo a ese objeto caliente y duro.

La curiosidad ganó, batiendo pausadamente sus alas se elevó solo lo suficiente para sentarse entre las piernas abiertas de Li Jinglong, no podía apartar la mirada del bulto que se formó debajo de la ropa interior del chico.

En su mente se repetía que era muy irrespetuoso hacer lo que quería hacer pero…solo miraría un poco. Se acercó, estiró la mano para tomar los bordes de la ropa interior y lo fue bajando lentamente hasta que ese pedazo de carne salió de un salto de su confinamiento.

Hongjun tragó saliva, se miró así mismo, y se dio cuenta de que el suyo no era tan grande como el que estaba delante de él. Sintió un ligero cosquilleó entre sus piernas, no era tan inocente para no saber como uno mismo se puede dar placer. Lo que le perturbaba era que le gustaba mucho el pene de Li Jinglong, tanto como para tocarlo y sentirlo.

Volvió a estirar la mano, su dedo índice apenas rozó la punta para retirarle una gota de semen cuando Li Jinglong gruñó, removiéndose un poco. Con el corazón latiendo aceleradamente Hongjun suspiró aliviado al verlo regresar a su sueño.

De nuevo atrapó al objeto de su deseo en sus delgados dedos, jugueteó con la punta un momento hasta bajar y tomarlo por el tronco, efectivamente estaba caliente al tacto, firme, pero a la vez suave, estaba fascinado sosteniéndolo de esa forma. De repente el leve gemido de Li Jinglong lo alertó, estaba despertándose, ante el temor de ser atrapado quiso retirar rápidamente la mano pero Li Jinglong ya lo había tomado de la muñeca.

Li Jinglong tardó un momento en despertar por completo y tener un panorama completo de lo que estaba sucediendo. Se miró con la ropa interior hasta los muslos, su miembro duro y goteante golpeando sobre su abdomen y luego estaba Hongjun, que parecía un animalito asustado, tenía la boca abierta como un pez y en la punta de su dedo índice había una mancha blanca muy sospechosa.

La imagen mental de esas manos delgadas, o esos labios rosas alrededor de su pene le provocó un escalofrió que le recorrió desde la espalda hasta el vientre.

Al ver que el hada tenía intenciones de huir una vez que lo soltara, lo derribó sobre la cama, atrapándolo justo debajo de él.

“¿Qué crees que estabas haciendo?” Li Jinglong estaba frunciendo el ceño, ligeramente agitado.

“Investigando un poco” fue lo primero que Hongjun dijo y de inmediato se dio cuenta de lo tonto que se escuchaba “Quiero decir…”

“Hongjun, yo no soy ese tipo de hombre, pero si haces esto…” tragó saliva, tomó una respiración profunda “no puedo…no me contendré en el futuro”

“¿Qué quieres decir?” Hongjun habló con la voz suave y temblorosa.

Solo bastaba una mirada para saber que el hada estaba cayendo duro por la lujuria y no estaba ayudando al autocontrol de Li Jinglong (auto control que cada día le costaba conservar desde que Hongjun había cambiado), así que, maldiciendo entre dientes, bajó la cabeza y la enterró en el espacio entre el cuello y el hombro de Hongjun, aspirando su aroma dulce, mordisqueando un poco la piel suave para luego dejarle un suave beso en el área maltratada.

“Es...espera” gimió Hongjun al sentir que todo su cuerpo le quemaba.

Antes, ver al pequeño hada volar por su departamento era algo que le causaba ternura, ahora verlo pasearse con ropa ligera de un lado al otro, sonriéndole y hablándole con esa voz que ya no era de un niño, lograba que Li Jinglong se sonrojara a cada momento.

Lo hacía sentir cosas, físicas y emocionales.

El oportuno timbre de la puerta principal fue el “balde de agua fría” que necesitaban.

Alguien había llegado de visita, Li Jinglong volvió a maldecir “Hablaremos de esto luego” dijo y se acomodó así mismo en su ropa interior, se bajó de la cama y busco sus pantalones para poder cubrirse antes de atender la puerta.

Por un instante tuvo la idea de ignorar el timbre, tal vez hubiera sido lo mejor.

Cuando abrió la puerta se sorprendió de ver a su padre parado enfrente de él.

“Padre…”

“Ahórrate el formalismo, explícame ¿En qué demonios pensabas al hacer actos tan indecentes en público?” El hombre estaba claramente enojado, Li Jinglong no entendía nada, se hizo a un lado cuando su padre entró sin esperar una respuesta.

“Te gusta llevarme la contraria de todo, encima traerme este tipo de humillación, ¿Crees que es divertido llegar a la oficina y encontrarme con la noticia de que estabas revolcándote con alguien en la vía pública? ¡¿Es que no piensas en tu familia, en Yuhuan, tu prometida?!”

Si hay algo que más odia Li Mousui, son los escándalos públicos y los chismosos. Ahora entendía que lo que pasó aquel día que Hongjun cambió ya había llegado a los ojos y oídos de su padre. 

Pero Li Jinglong ni siquiera tuvo tiempo de hablar cuando fueron interrumpidos.

“No fue su  culpa” Ambos giraron hacia el pasillo, donde Hongjun estaba parado con los brazos cruzados, frunciendo el ceño “Yo…yo…tropecé y Li Jinglong amablemente me atrapó al caer al piso”

Los ojos enrojecidos de su padre lo fulminaron “Li Jinglong, ¿qué hace este chico aquí…?” un pensamiento cruzó su mente “¿Desde hace cuánto que vives con tu amante?”

Li Jinglong tardó unos segundos en reaccionar, para luego soltar un bufido “¿Desde cuanto tengo que pedirte permiso para salir con alguien? Hongjun ya lo explicó, solo lo ayudé con un pequeño accidente, no es mi culpa que la gente sea tan maliciosa para fastidiarte con eso”

“¡Jinglong!” gritó enfurecido.

“Con respecto a Yuhuan, no hay tal humillación, hace mucho que ella sabe que solo es mi amiga, es más, probablemente en este momento ya está saliendo con un buen tipo, deja de preocuparte por ella”

“Deja de comportarte como un mocoso” Li Mousui se acercó amenazadoramente, Li Jinglong no se inmutó, pero de repente Hongjun se interpuso entre padre e hijo, sorprendiéndolos.

“Jinglong no hizo nada malo, ¿por qué se enoja cuando amablemente ayudó a otra persona? ¿Que los padres no se sienten orgullosos cuando sus hijos hacen estas buenas acciones? ¿A caso no es el reflejo de que los han educado bien y siguen sus enseñanzas?”

El silencio que los envolvió luego del discurso del hada los paralizó.

Li Jinglong sintió alegría en su corazón al ver como esta hada traviesa, era tan valiente para plantarse delante de un hombre malhumorado e intimidante como su padre para defenderlo.

“Muchacho atrevido” Li Mousui dijo entre dientes, rompiendo la tensión. Pero no siguió con su perorata, Hongjun había dicho cosas muy ciertas y toco algunas fibras dentro del corazón del este hombre.

Los rodeó, cuando pasó enfrente de su hijo, le dijo “No me des más problemas” y se fue.

Li Jinglong cerró la puerta y vio a Hongjun todavía con el ceño fruncido, sus alas estaban agitándose. Solo entonces Li Jinglong se dio cuenta de que Hongjun tenía puesta una de sus camisetas, la cual le llegaba hasta los muslos y daba la apariencia de que no llevaba más que eso encima.

Ahora podría imaginar el grado de indecencia que su padre vio estando el hada en ese estado. Y luego recordó un detalle importante.

“Hongjun, ¿no se supone que nadie te ve más que yo?” dijo con voz preocupada, como si el regaño de antes fuera el menor de sus males.

“No podía quedarme sin decir nada, solo escondí mis alas y me puse esta ropa, no quería que tu padre pensara demás.

Li Jinglong suspiró.

“Creo que mi padre ya pensó mucho más de lo que debía” Li Jingliong se acercó al hada, el cual tenía una expresión de confusión.

Li Jinglong lo observó detenidamente, las largas pestañas, los ojos color miel, el cabello entre un rosa brillante y rojo, largas piernas, cuerpo delgado pero definido, estaba descalzo, solo las alas eran el indicio de que no estaba delante de un ser humano. Y lo mejor, la camiseta que tomó estaba tan grande que parte de su cuello blanco estaba expuesto, el hecho de que Hongjun estuviera usando y luciendo de esa manera  su ropa le causaba una sensación nueva y emocionante.

Y de repente recordó lo que Hongjun estaba haciendo hace un rato en la habitación y se ruborizó. Si su padre hubiera visto lo que estaban haciendo…no sé equivocó en decir que estaba comportándose un poco indecente.

“Ahora que estamos solos de nuevo, podemos hablar de lo que estabas haciendo en la habitación” Lo dijo en tono serio pero el rubor no desapareció de sus orejas.

Hongjun parpadeó, cuando finalmente recordó hasta donde lo había llevado su curiosidad, su rostro se enrojeció de inmediato. Intentó desaparecer pero la mano de Li Jinglong fue más rápida atrapando su muñeca y llevándolo a la pared más cercana, acorralándolo con su cuerpo.

“Hongjun no soy ese tipo de hombre” le repitió las palabras de antes “Pero…como hombre también me afectan...ciertas cosas” Su rostro estaba a centímetros del de Hongjun, su respiración caliente le chocaba en las mejillas al hada.

Hongjun apretó los labios, no iba a decirle que descubrió que le gusta mucho su cuerpo, que le gustaba lo atractivo que era y lo bien que huele “Lo siento, como hada, a veces no puedo reprimir mi curiosidad. Me sobrepasé” y no estaba mintiendo, era algo común que las hadas sintieran curiosidad por los humanos y sus costumbres.

Solo que no esperaba sentir tanta curiosidad por Li Jinglong como para hurgar en su ropa interior…cuanto la tenía puesta.

De repente Li Jinglong acarició su mejilla, se miraron a los ojos por quien sabe cuánto tiempo, hasta que una sonrisa traviesa apareció en los labios del humano.

“Está bien, lo dejaré pasar por esta vez” Li Jinglong se aclaró la garganta “Nunca te lo había preguntado porque siempre usas un conjunto de ropa que supongo es adecuado para las hadas…pero, ¿Te gustaría usar la ropa de este mundo?

Hongjun sonrió “Sí me gustaría. Ustedes tienen una variedad de ropa extraña pero divertida. Aunque tampoco me molesta usar tu ropa, huele muy bien y está suavecita” dijo totalmente feliz.

Li Jinglong tuvo que darse la vuelta, caminar algunos pasos y tranquilizarse un poco.

“Bien…” dijo finalmente, sus manos en las caderas. Se dio la vuelta e inmediatamente retrocedió un paso, Hongjun ya estaba delante de él, había escondido sus alas. Ahora parecía solo un chico normal “Déjame regalarte un poco de ropa de tu talla. No quiero obtenerla como un deseo, es algo que quiero darte por mis propios medios”

“Está bien” Hongjun aceptó de buena gana, contento de no tener que tratar de seguir explicando porque hizo lo que hizo esta mañana “Por cierto…¿terminamos de ayudar a la gente que  querías?”

“No, todavía no”

“¡Bien!” dijo el hada, sin esconder su felicidad.

 

*

 

Li Jinglong llevó a Hongjun a una tienda departamental dos días después, ya que de repente estuvo ocupado en el trabajo y no tenía tiempo libre. Nadie le hizo algún comentario sobre el suceso en la vía pública, así que supuso que la persona que fue con el chisme a su padre fue alguien que quería sacarle dinero, pero su padre no era fácil de chantajear, ya debió haber tratado ese problema.

“Come despacio, o te mancharás” Li Jinglong a veces sentía que estaba hablando con un niño, y cuando recordaba que le había comprado ropa a este ‘niño’ sin tener algún tipo de relación formal se sintió extraño.

Podía obtener todas estas cosas con un simple deseo, pero aquí estaba, derrochando dinero por propia voluntad.

“Si se ensucia desapareceré la mancha” Hongjun le dio una enorme mordida a la crepa de mermelada que estaba en sus manos.

A Li Jinglong le dolían los pies, nunca pensó que Hongjun quisiera probarse un montón de cosas y querérselas llevar todas a las vez.

“Aquí está su batido” La mesera de la cafetería dejó la copa en la mesa y se alejó, en cuando estuvo detrás del mostrador empezó a murmurar con las otras meseras. Todas tenían sonrisas tontas en el rostro cuando los miraban.

Li Jinglong se hacía una idea de lo que estaban charlando.

“¿Estás seguro de que no tendrás problemas si te haces visible ante tanta gente?” no era la primera vez que se lo preguntaba a Hongjun, siempre estaba preocupado por lo impulsivo que era.

“¿Quién sabría que soy un hada?” Hongjun se encogió de hombros, restándole importancia “Quiero disfrutar…estás actividades de humanos”

“¿Qué las hadas no salen con sus amigos a comer?”

“Lo hacemos, pero aquí también es divertido. En el bosque tengo un amigo ciervo, es muy lindo, y un amigo lobo, el lobo siempre está persiguiendo al ciervo para casarse con él”

Entonces Hongjun le platicó sobre su vida en los bosques encantados, aquel otro mundo donde había crecido, lo mucho que quería a sus padres y a sus amigos. El hecho de que no solo existen hadas madrinas, también hadas guerreras, incluso otras criaturas como sus amigos el ciervo y el lobo, le habló de un dragón, el fénix, el Peng y el Kun.

Hongjun hablaba con una sonrisa, emoción y orgullo de su linaje.

Y de repente Li Jinglong tuvo un pensamiento sobre todo lo que el hada le dijo.

“¿Si eres hada madrina de alguien, tienes que permanecer con ese humano a toda hora del día? ¿Nunca vas a casa?”

“El humano puede invocar al hada siempre que lo desee, en realidad no tiene que quedarse todo el tiempo con él”

Li Jinglong se sorprendió por lo que acababa de escuchar, sonrió cálidamente a Hongjun.

“Esto está muy bueno, le pediré otro a esa señorita” Hongjun dejó su copa vacía en la mesa, en algún momento ya se había tomado todo el batido. Levantó la mano para llamar a la mesera, pero al hacerlo golpeó el vaso de una persona que iba pasando a su lado, haciendo que su contenido se derramara sobre esta.

“¡Ey, fíjate!”

“Uh…lo siento” Hongjun se rascó la cabeza.

Cuando Li Jinglong y la otra persona cruzaron miradas ambos se sorprendieron. Después de algunos segundos de conmoción una sonrisa apareció en sus labios.

“Hola Qin Wu” Li Jinglong tomó una servilleta y trató de limpiar la ropa mojada del chico.

Mientras Hongjun solo se quedó ahí de pie, siendo brevemente ignorado.