Actions

Work Header

Rating:
Archive Warnings:
Category:
Fandoms:
Relationships:
Characters:
Additional Tags:
Language:
Español
Series:
Part 1 of The Fiambres Dead: Emma
Stats:
Published:
2024-06-29
Updated:
2025-10-18
Words:
144,211
Chapters:
126/?
Comments:
54
Kudos:
86
Bookmarks:
5
Hits:
2,395

The Fiambres Dead

Chapter 54: Pensando en todo.

Notes:

¡EL DOMINGO SE ESTRENA LA SEGUNDA TEMPORADA DE DARYL! Ya quiero ver cómo influye en la historia de nuestra Emma.
Otra cosa: tenía planeado hacer una pausa cuando terminara de publicar la temporada tres, pero lo voy a considerar. Pasa que ando leyendo otros fanfics (también de Daryl) y la mayoría está hiatus o tardan media vida en publicar, y justo se quedan en la tercera temporada. Es una cagada a la que no me gustaría sumarme (aunque convenga).
Voy a ver qué hago, y si puedo escribir algunos capítulos que ocurran durante el salto temporal de seis meses.

Chapter Text

 

El cigarrillo abandona sus labios. El humo sale su boca como un simple suspiro. Está mirando a la nada, y pensando en todo. Los rayos del sol iluminan su rostro, dejan en evidencia cada arruga, cada manchita, cada rasguño. Los ojos entrecerrados, casi como dos rayitas. Se asoma sobre el hombro, queriendo comprobar que el ser que viene a perturbar su momento de paz soy yo. Mira cómo me acerco a él, cómo me apoyo en la pared, cómo le sonrío, cómo mis labios se mueven al emitir cada palabra.

—¿Fue tan espeluznante como recuerdo?

Se encoje de hombros.

—No fue gran cosa. Sólo un tipo más.

—¿Estás seguro de que no lo dices para impresionarme? Ya sabes, frases geniales para conquistar a la chica linda.

Suelta un bufido.

—No necesito esa mierda.

El pucho regresa a su boca. Me extiende la mano, invitándome a sentarme junto a él. Una nube de humo se forma frente a nosotros. Apoyo la cabeza en su hombro. Su brazo baja a mi cintura, rodeándome.

—Nunca me agradaron los hombres como él. Te dan una sonrisa escalofriante y luego te tratan como la peor mierda.

—Políticos—escupe.

—Sí…hay tipos así—suspiro—¿La guerra es nuestra única opción? —asiente—No me gusta.

—Es lo que hay.

—Lo sé. Es que…nada sale bien en esas cosas. En ambos bandos muere gente, quedan secuelas…una parte de nosotros muere cuando matamos a alguien. Es horrible.

—Si no matas, te matan—razona.

—No quiero que la sangre en mis manos cambie quién soy.

—Siempre serás una quejica llorona—se burla. La risa provoca que su pecho se eleve. Lo reprendo con un pellizco el muslo—. Estarás bien.

—¿Y si no? —abandono su hombro.

El brillo del sol se refleja en sus ojos.

—Estaré allí.

Sonriéndole, le saco el pucho de los dedos. Sus ojos bajan de los míos a mis labios. Saboreo a mi amigo de tardes estresantes y noches en vela. El humo desaparece en cuestión de segundos, dejando un poco de sí en mi pelo. Daryl traga saliva, mil pensamientos cruzando por su mente. Se aclara la garganta antes de hablar.

—¿Merle? —pregunta, sacando otro cigarrillo de la caja y prendiéndolo, fingiendo que no se quedó como bobo mirándome.

—Hizo un berrinche—sonríe—. Él y Glenn se dieron unos buenos golpes.

—¿Sabes por qué?

—Nada de lo que debas preocuparte, supongo. Llegué antes de que terminaran, fue cosa de tres segundos.

—Hablaré con él.

—Y yo con Glenn. No puede ser el único con el privilegio de darle una paliza a tu hermano.

Ríe por lo bajo.

—Haz fila.

El cigarrillo se consume, un hilo de humo se desvanece cuando aprieto lo que queda contra el suelo.

Las ojeras de Daryl están más marcadas. Las largas noches de guardia le pasan factura. Hoy lo ayudé a peinarse, le hice el mismo peinado que solía hacerle a mi sobrino cuando era un bebé. Tuve que contener la risa para que no me mandara a la mierda. Ahora está más desordenado, con trozos chiquitos de hojas secas. Daryl se ataja cuando mi mano se acerca a quitarlas, su cuerpo se relaja al recordar que soy yo. Una caricia en su mejilla le informa que nunca en la vida me atrevería a hacerle daño. Su cabeza se inclina ligeramente ante el toque. Arroja el cigarrillo al suelo, apagándolo. Mis dedos se deslizan hasta su cabello, se entrecierran al atraerlo hacia mí. Daryl suspira antes de que sus labios se unan a los míos. Su lengua juega con la mía cuando sus manos ásperas se aferran a mi rostro, acomodándome a él. Reprimo las ganas de sentarme sobre él, de reducir aún más la distancia y volver a conectar.

Le regalo una sonrisa cuando nuestros labios se separan. Nuestros pechos subiendo y bajando, su frente apoyada en la mía. El recuerdo de una promesa que no es promesa, ese “estaré allí” que espero que se cumpla.