Chapter Text
(Alfons Pov)
(Momentos después de la muerte de Alphonse en la película del conquistador de Shamballa)
Una vez leí una historia de fantasía. No era la mejor y tampoco era que se tratara de un best seller ni nada parecido. Incluso me atrevo a decir que el autor acabó muriendo hace mucho debido a que era judío. Pero aún así, hubo una frase al final del relato que de algún modo, me parecía muy apropiada a mi situación ahora mismo.
¨ Hay tantas historias dónde un valiente héroe decide dar su vida para salvar el día y gracias a su sacrificio los buenos ganan, los sobrevivientes celebran y todos viven felices por siempre. Pero el héroe nunca podrá ver ese final, el nunca sabrá si su sacrificio valió la pena. El nunca sabrá si el día fue realmente salvado, al final solo le queda tener fe... ¿No es eso una mierda? ¨.
Yo... no se si tuve una buena o mala vida, pero creo que, si puedo decir que gran parte de esta fue de lo más normal, al menos hasta lo posible en un país que buscaba recuperarse luego de una gran derrota en la primera guerra mundial. Solo fui un niño normal, poco popular y algo aislado que solo tenía un sueño... volver a mi país grande de nuevo, alcanzando lo que nadie había hecho antes, cruzar los cielos y llegar a las estrellas.
Muchos no saben lo que algunos hacen para poder cumplir un sueño. Lo que se debe sacrificar, las noches que acaban con sueño perdido para trabajar hasta desfallecer, las lagrimas de sangre que se acaban derramando más de una vez. Todo para al final del día hacerte esa sola pregunta... ¿me pregunto si mi vida significara algo?
Y luego es que llegas al fondo, nadie confía en ti, nadie cree en ti, y todo lo que deseas es morirte al sentir que solo desperdiciaste tu tiempo y que solo eres un desecho de la sociedad... y es en ese momento, que tu ángel llega para mostrarte, a su forma excéntrica y única, que primero, hay quien la puede pasar mucho peor que tú. Pero después, te muestra que dos pedazos incompletos pueden juntarse para presenciar todo un nuevo mundo colorido.
Te vuelves cercano a él, escuchando sus historias sobre un mundo de fantasía fuera de este mundo, pero entristeciéndote al punto de que te duela el corazón ver que tu mismo, así como él mundo en que viven, para él no sea más que un sueño estando despierto. Por eso luego te enojas cuando, estando en la cúspide de la culminación de tu sueño, él venga para decirte que te detengas y lo tires todo por la borda, sin saber que estabas a nada de morir por una enfermedad mortal.
Solo para acabar enojado con él y luego sentirte como la peor basura al darte cuenta de que, como él ángel que es, que solo busca lo mejor para ti, siempre tuvo razón.
Para al final. Dar tu vida para que esa persona cumpla su sueño y pueda volver al mundo con el que tanto soñó. Esa fue la historia de mi vida, la vida de Alfons Heiderich, y ahora, estoy muerto.
Alfons: Supongo que así se siente estar muerto... hay tanta paz, pero ¿Por qué me siento insatisfecho? -me pregunte en voz alta- creo que, esto tal vez es algo que todas las personas sentimos al morir... creemos que vivimos plenamente, pero en el momento en que nos toca la hora final, acabamos por darnos cuenta de que la vida es algo especial y buscamos aferrarnos a ella, solo para darnos cuenta de que es tarde... -dije antes de respirar hondo para luego soltar un suspiro.
Esperen un momento ¿los muertos respiran? ¿o las almas lo hacen? ¿Cómo funciona esto?
Alphonse: Ahora que lo pienso... ¿Cómo llegue a este lugar? ¿en donde estoy?
Si tuviera que dar un nombre al lugar donde me encontraba justo ahora, creo que ¨la nada¨ sería de lo más apropiado. Ya que, de hecho, no había absolutamente nada, todo era blanco, un infinito blanco. No había nada más, a excepción de una enorme puerta flotante, la cual tenía un raro diseño que me recordaba a un árbol o una raíz. Aparte de tener grabados varios símbolos químicos y formulas que solo un ingeniero aeronáutico como yo podía comprender ¿Qué esta pasando aquí?
???: Oye ¿Por qué la cara larga? -pregunto una voz extraña que me hizo ver hacia el frente.
Donde acabe encontrándome con la cosa más extraña que había visto, bueno, si ignoraba el hecho de que hacía unos momentos tuve ante mis ojos a una criatura mitológica como lo era un dragón serpiente que fue la llave para abrir un portal a otro mundo que estaba por ser invadido por un montón de fanáticos que buscaban poder para usar en una futura guerra. Si, se podía decir que, si ignoraba todo eso, esto sería lo más raro que hubiera visto en mi vida.
Este ser, si debía ser honesto, me recordaba a un hombre de palitos que hasta el niño más flojo era capaz de dibujar debido a lo simple que era. No poseía rostro, cabello o algún otro rasgo distintivo que alguna persona normal posee, y ni hablemos de la ropa. Solo se trataba de una silueta blanca, que, a pesar de no tener ojos, podía sentir que me estaba observando. La única facción que posee es una boca, la cual mostraba una gran sonrisa.
Alfons: Oh... hola -saludé a la vez que el parecía desconcertado ¿dije algo malo?
???: ... Vaya, creo que es la primera vez que alguien primeramente saluda al llegar aquí -declaro antes de ladear la cabeza- oye... ¿Por qué estás tan triste? Ni siquiera tienes 30 años y parece que has vivido toda una vida de pesar ¿Qué te preocupa?
Vaya, quien sea o lo que sea esta cosa... se notaba que era bastante curioso. Pero, ya estoy muerto así que ¿Qué importa exteriorizar un poco mi verdadero sentir y parte de lo que me preocupa?
Alfons: Solo pensaba en mi país... en como al parecer, todos son incapaces de aceptar que lo mejor que podemos hacer es tratar de volver a levantarnos con nuestro propio esfuerzo, y en lugar de eso, buscan cualquier excusa para levantarse en armas de nuevo. Eso me hace tener la impresión de que mi gente, que debería pensar en como sobrevivir y seguir adelante... están rogando más por morir que por vivir -me pregunte antes de mirar hacia arriba para toparme con más blanco inmaculado- creo que no lo entiendo... ¿Por qué el país que me dio la vida vive con tan horribles demonios internos? Hasta me hace creer que... las personas solo nacemos para sufrir y lamentarnos, que la gente vive entre desgracias unicamente.
???: Ya veo... ¿solo esa es la causa de tu aflicción? -pregunto en lo que yo solo arquee una ceja.
Alfons: Supongo que sí. Es decir ¿Quién querría llevar una existencia de sufrimiento?
???: Te equivocas -me dijo de repente para mi sorpresa- todo en este mundo tiene un equilibrio, un equivalente. Donde existe tristeza, también se haya la alegría. Cuando nace una flor, sabemos de antemano que algún día perecerá. Y en este mundo, la vida continua a cada momento, siempre esta en movimiento -exclamo ladeando su cabeza de un lado a otro- las cosas nunca son iguales, todo cambia. La vida de los humanos es igual.
Alfons: Pero... ¿no crees que mientras los humanos sepamos que la muerte nos espera, sin importar cuanto busquemos ignorarle, en la vida solo abra llanto y tristeza al final? -pregunte en lo que él ser solo negó- incluso intentando a lo largo de la vida superar el sufrimiento, y aunque busquemos cosas como el amor y la felicidad... finalmente, no quedara nada tras morir ¿no es así? -pregunte en lo que él solo se quedo en silencio- no se tú, pero yo no veo la equivalencia en esto... no entiendo ¿Por qué siquiera nacemos si no podemos desafiar algo eterno e invencible como la muerte?
... Vaya, creo que ser mucho más reflexivo es un efecto secundario de morir, es interesante si lo pienso bien. Sobre todo, cuando este ser, que asumo debe ser el guardián de las puertas al otro lado o algo así, parecía pensativo con mi argumento.
???: No puedo negar que hay verdad en tus palabras... solo puedo decir, que así son las cosas... -dijo antes de sentarse al estilo indio y apoyar sus manos sobre sus rodillas con la cabeza gacha- las flores nacen, y luego se marchitan... las estrellas brillan, pero se extinguen... incluso la tierra, el sol, la galaxia, hasta algo tan inmenso como el universo, todo terminara extinguiéndose...
Alfons: Y comparado con eso, la existencia del ser humano no es más que un efímero suspiro ¿no es así? -pregunte en lo que el solo sonrió antes de asentir.
???: Durante su breve instante en el mundo terrenal, los seres humanos nacen, se ríen, lloran, pelean, sufren, se regocijan y se lamentan. Encuentran el amor u odian a morir... todo para que al final todo solo sea un recuerdo pasajero, antes de que todos caigan en el sueño eterno llamado muerte... Vida por muerte, gloria por olvido, ayer por mañana, equivalencia de intercambio.
Equivalencia... equivalencia de intercambio ¿Por qué esos recuerdos justo ahora?
Alfons: Sabes, con todo eso de la equivalencia, me recuerdas a alguien muy preciado para mí -dije con una sonrisa nostálgica- esa persona es indiferente a lo que quieren los demás y no trata de ser amigable con nadie. El siempre habla sobre otro mundo y...
???: Y lo amas ¿no es así? -pregunto haciendo que mi corazón se detuviera antes de ver en shock a la extraña figura- ... ¿dije algo que no debía?
Alfons: ... ¿Quién eres tú? -pregunte esta vez yo solo para que el mostrara una gran sonrisa.
Parece que esa era una pregunta que le hacían a menudo, y que, además, parecía que le gustaba responder.
Verdad: ¡Oh! ¡Buena pregunta! Soy la existencia a la que muchos de ustedes, los humanos, les gusta llamar ¨Mundo¨. O tal vez el universo. O tal vez Dios. O tal vez ¨la verdad¨. O tal vez todo o tal vez uno. Y finalmente... soy tú.
Alfons: ... ¿Uh?
Verdad: Veo que no eres tan filosófico en realidad. Agradece que no me presente con la versión complicada que, en términos simples, es decir que soy la combinación de todos los campos cuánticos del universo, que es la forma más sencilla en que tu débil cerebro humano pueda comprenderlo -dijo antes de notar mi confusión- puedes decirme ¨Verdad¨ -declaro en lo que yo solo no sabía que pensar al respecto.
¿Una combinación de todos los campos cuánticos? ¿Qué era yo? ¿Cómo es posible?... ¡¿Acaso era un doppelganger?! Si es así... ¿tendremos que pelear a muerte? ¡Todo el que conoce la leyenda de esas cosas sabe que si te encuentras con tu doppelgander, por lo general las cosas acababan en que debías matar o morir ya que solo podía existir uno!
Aunque, el no parece tener intención de hacerme daño, además... ya estoy muerto. Pero para este punto, ciertamente ya no estoy tan seguro sobre que tan cierta seguía siendo la afirmación de que formaba parte de las filas de los difuntos.
Verdad: Tranquilo, se lo que piensas, y eso esta muy exagerado -dijo antes de negar- en realidad, eres el primer ser humano con el que he convivido tanto tiempo y que además, me entretiene... ya que, de hecho, hace mucho que los humanos me tienen cansado. Han olvidado la diferencia de lo correcto y lo incorrecto, al punto de alejarse demasiado de las leyes de la vida, en especial del intercambio equivalente.
Alfons: ¿De que hablas?
Verdad: Hablo de que los humanos ya no sienten empatía por los demás, y no tienen problema alguno en volverse jactanciosos y arrogantes, olvidando cual es su lugar en el mundo, al margen de lo divino.
... No se porque eso ultimo como que no me gusto.
Alfons: ¿Su lugar en el mundo?
Verdad: Exactamente.
Alfons: ¿Quieres decir que de verdad eres ese ser comúnmente conocido como Dios, y me trajiste aquí luego de mi muerte para hablar conmigo? -pregunte cruzado de brazos.
Verdad: Eso... es correcto a medias. En realidad, es algo más complejo que eso... ¿algún problema?
Alfons: No, o bueno, creo que puede ser... ¿tal vez? -pregunte encogido de hombros antes de suspirar al notar que el no pensaba quitar su ¨vista¨ de mi hasta que respondiera- solo... soy un científico, cuya meta en la vida siempre fue cruzar los cielos, el terreno de Dios, y llegar más lejos que cualquiera. Y que ahora me pase todo esto... lógicamente debo asumir que los únicos capaces de hacer algo como esto, llegar más allá del mundo, serían Dios y el diablo... así que pienso que, no lo sé...
Verdad: ¿Crees que soy el diablo? -pregunto ladeando la cabeza sin borrar la sonrisa en ningún momento- bueno, creo que también se me puede llamar así, ya que más de uno lo ha hecho en el pasado. Pero lo cierto es que soy tanto el uno como el otro, soy ambos y soy ninguno.
Alfons: Esa es una respuesta bastante vaga de tu parte -mencione en lo que él solo se encogió de hombros.
Verdad: ¿Qué quieres que haga? El resto del mundo es justamente así, depende de ti como humano buscar las respuestas, sino se vive por siempre en la ignorancia... y hablando de eso, seguro te preguntas que haces aquí ¿no?
Bueno, parece que al fin nos dejaremos de juegos y sabré que será de mi el resto de la eternidad, en lo personal, ya era hora.
Verdad: ¿Sabes como funciona exactamente el intercambio equivalente? -pregunto en lo que yo solo negué- en palabras simples, la alquimia es la ciencia del entendimiento, la descomposición y la reconstrucción de la materia. Sin embargo, no es un arte omnipotente, es imposible crear a partir de la nada, para obtener algo, se debe ofrecer algo de igual valor a cambio. Esta equivalencia de intercambio es el fundamento de la alquimia, pero existen tabús que los alquimistas nunca deben cometer, como...
Alfons: La transmutación humana -dije sin rodeos debido a que sabía algo al respecto, porque él solía hablar entre sueños- ... ¿eres alguna clase de deidad del mundo de Edward? Solo así puedo imaginar que le des tanta importancia al tema de la equivalencia.
Verdad: Oh, parece que alguien hizo su tarea. Creo que ya sabes mi respuesta...
Alfons: Si y no, ambos y ninguno -dije rodando los ojos- sabes, eres bastante misterioso si me preguntas.
Verdad: Eso se debe a mi papel -dijo antes de ponerse de pie- verás, tal vez no comprendas lo que te digo, pero existe una cantidad infinita de realidades, diferentes mundos que cambian debido al simple hecho de hacer la pregunta ¿y si esto hubiera pasado en vez de eso? ¿Si hubiera hecho esto en vez de aquello? Respuestas infinitas, mundos infinitos, con vidas y reglas diferentes, similares o iguales... y yo sé todo sobre todos ellos, ya que hay puertas en todos. Y a su vez, todas las puertas están conectadas. Aún si no me conocen, yo estoy allí.
Alfons: Entonces.... Al igual que todo ¿eres una deidad de su mundo... pero a la vez no lo eres?
Y podía jurar que, en ese momento, su sonrisa se ensancho.
Verdad: Me estas comenzando a comprender, así que espero que entiendas esto... dime ¿Qué pasa cuando tomas algo fiado o solo te lo llevas sin pagar?
Alphonse: Eventualmente deberás pagarlo tarde o temprano. Así funciona no la sociedad, sino la vida. Aún si no pagas en ese mismo momento, a futuro acabaras haciéndolo -dije a la vez que sentí un sentimiento ciertamente extraño- ¿Qué tiene eso que ver conmigo?
Verdad: Pues que tú eres eso, algo que tengo que pagar.
... ¿Qué?
Verdad: Pareces confundido, así que lo explicare -dijo sin rodeos- verás, en la alquimia existe un objeto legendario capaz de hacer que los alquimistas logren cosas normalmente imposibles, siendo capaces de ignorar todas las leyes de intercambio equivalente. La famosa piedra roja, el quinto elemento, la piedra filosofal.
Alfons: Si, he escuchado de ella... pero de donde vengo, no es más que una fantasía en un vago intento de los así llamados alquimistas para obtener oro y vida eterna en el pasado -mencione pensativo- aunque imagino que, en el mundo de Ed, debe ser algo casi divino ¿no es así?
Verdad: Correcto de nuevo, si estuviéramos en un concurso, estarías arrasando -dijo con diversión- respuesta correcta en todo, hasta con el casi. Ya que, a pesar de todo, existen cosas que una piedra filosofal no puede hacer o solo ignorar, y es aún peor cuando haces algo imposible sin ayuda de una... verás, antes de que el Edward Elric que conoces llegara a tu vida, él ya había llegado a tu mundo antes, durante el ataque de las fuerzas alemanas a Londres.
Alfons: ¿El paso por ese infierno? -no pude evitar preguntar preocupado, lo cual fue indiferente para el ser que se hacia llamar la verdad.
Verdad: Descuida, ha pasado por cosas peores. Pero, de cualquier modo, el llego allí, pero no completo, solo su alma y mente cruzaron, los cuales acabaron introduciéndose en el cuerpo del Edward Elric de tu lado, con quien hasta donde sé, no estabas emparentado.
Alfons: No que yo sepa, fui hijo único.
Verdad: Muchos te llamarían suertudo -declaro algo burlón antes de continuar- de cualquier modo, a partir de las acciones del Edward Elric que conoces, el otro Edward, el de tu mundo, acabo muriendo. Pero el modo en que lo hizo fue prácticamente una transmutación humana, debido a que murió al mismo tiempo que Edward regreso a su mundo para terminar la pelea que se estaba llevando a cabo allí...
Alfons: ... ¿Qué paso con el alma de ese Edward?
Verdad: Yo la tome -declaro sin rodeos- pero desde entonces, se ha sentido como una piedra en mi zapato, por así decirlo. Como un malestar o una enfermedad que no importa lo que haga, no se cura ni desaparece... desde hace tiempo he estado lidiando con un sabor amargo causado por una transmutación incompleta. Una a nivel existencial...
Vaya... eso suena muy profundo en realidad. A lo que entiendo, este ser o entidad, se rige por completo a partir de la equivalencia de intercambio como una ley absoluta que no podía romperse sin importar nada. Así que esto, algo que podíamos llamar una ¨transacción incompleta¨, debía estar carcomiéndole al punto de la locura. Aunque algo me dice que ya lleva bastante tiempo con un tornillo salido.
Verdad: Eso es insultante, pero no lo voy a negar.
Alfons: ¡No leas mi mente!
Verdad: No puedo evitarlo, es mi naturaleza -declaro antes de mostrar seriedad- mi propia existencia depende de seguir las reglas del juego, y eso es anteponer la equivalencia de intercambio a todo sin importar nada. Por eso es por lo que estás aquí, aunque en tu mundo tu y ese Edward no estaban relacionados de ningún modo, en general los hermanos Elric son un paquete de dos en la mayoría de las realidades.
Alfons: ¿Lo que significa...? Espera... ¿acaso...? -pregunté sin poder creer lo que estaba pensando, pero al verlo asentir, solo no pude evitar sentirme emocionado.
Verdad: Tome una vida sin destino de una transmutación involuntaria hecha por el Edward Elric que conociste, y ahora, debo devolver una vida, equivalencia de intercambio. A palabras de algunos, supongo que estoy haciendo lo imposible devolviendo una vida, algo que no estoy acostumbrado a hacer.
No puedo creerlo, voy a volver, me estaban dando la oportunidad de volver a la vida. Era increíble, una oportunidad única, algo por lo que muchos darían hasta lo que no tienen para que se les conceda, pero...
Pero... ¿Por qué lo haría?
Es decir, ya hice todo lo que quería, solo sería volver para seguir sufriendo la vida con la nueva guerra que estaba por venir, porque se que abra otra. Cumplí mi sueño de hacer mi cohete, eso era todo lo que quería, aún si nadie supiera que yo lo hice, estoy seguro de que, con ese conocimiento, Alemania no será tomada por menos por los demás países. No tengo familia a la cual querer volver a ver, y mis amigos debieron haber sido asesinados también... mi única razón de volver sería tal vez... verlo a él otra vez.
Pero eso no era posible, él regreso a su mundo, estaba donde pertenecía, y yo solo debía aceptarlo. Era lo correcto, eso debía hacerse, además ¿de verdad querría verme, luego de como lo trate? Y si esa era mi resolución ahora mismo, entonces ¿Por qué me siento tan insatisfecho?
Verdad: Si quieres saber, él no se fue, al final acabo regresando con su hermano a tu mundo -revelo para mi sorpresa- regresaron para según ellos, destruir la puerta de ese lado para que nunca nadie volviera a invadir su mundo. Pero, en fin, están juntos ahora.
Alfons: Algo me dice que lo mencionas de esa forma ya que en realidad es imposible destruir la puerta al ser algo que técnicamente no existe como tal ¿no es así? -pregunte solo para verlo asentir- ... de cualquier modo, están juntos ahora, ambos hermanos son felices, las cosas seguramente acabaron bien al final... todos ganan.
Verdad: Menos tú al morir. Si me preguntas, eso no es muy equivalente.
... ¿Es así?
Alfons: ... ¿En serio puedes regresarme a la vida?
Verdad: Puedo, pero no puedo regresarte de donde viniste ¿te imaginas? Te matarían sin pensarlo dos veces pensando que eres un muerto viviente o algo así una vez sepan la verdad sobre ti -dijo en lo que yo solo aparte la mirada.
Si no podía volver a verlo ¿entonces cual era el punto de toda esta charla?
Verdad: El punto es que, viéndolo en cierto modo, podrías hacer algo diferente -menciono ladeando la cabeza- mira, por lo general solo te haría vivir esa otra vida y ya, pero lograste caerme bien, así que... respóndeme esto ¿alguna vez escuchaste la frase: ¨si un hombre no tiene su propia historia, se convertirá en parte de la de alguien más¨?
Alfons: ... No la había escuchado.
Verdad: Es porque la acabo de inventar, de nada -declaro soltando una risa que solo me hizo fruncir el ceño- dime, en vez de estar aquí pensando que no vale la pena vivir ¿no valdría la pena tratar de vivir tu propia vida en vez de sentirte como si solo hubieras sido una tercera rueda en la vida de Edward Elric? -pregunto haciéndome fruncir el ceño.
Una tercera rueda, parte de lo que paso fue por culpa de sentirme justamente así. No solo era la sensación de pensar que, para Ed, ni yo ni nadie éramos reales. Sino que, además, no me gustaba... no, más que eso, tenía miedo de que llegara el día en que conociera al hermano de Edward, si es que lo conocía, porque no quería que el se olvidara de mí. Y cuando llego Noah, admito que me porte amable con ella, pero por dentro, solo quería arrancarle la cabeza por meterse en nuestras vidas... y porque Ed parecía más interesado en ella que en mí.
Para él ninguno de los dos éramos reales, y, sin embargo, el, con solo un día o dos de conocerla, parecía preferirla por encima de mí, quien ha estado con él en las buenas y en las malas por tanto tiempo. Eso dolía, en serio, dolía mucho.
Verdad: No importa el mundo, ustedes los humanos son iguales en todos. Ah, los humanos y sus pasiones, sus propósitos, sus significados de la vida. Pueden ser tan básicos -declaro antes de negar- yo pensé que estarías feliz de volver a verlo.
... ¿Qué dijo?
Alfons: Espera ¿Qué? Pero... tu dijiste que no volvería.
Verdad: Si, pero nunca dije que eso significara no volver con él, pero eso depende de ti. Yo solo te diré que disfrutes esta segunda vida, y que te esfuerces por sobrevivir por mucho tiempo porque si llegas a morir de nuevo, no habrá una segunda oportunidad de mi parte -dijo antes de chasquear los dedos.
Siendo en ese momento que la puerta detrás de mí se abrió, revelando nada más que un ojo gigante que me observaba sin titubear, antes de que, de la oscuridad alrededor del enorme globo ocular, varias manos oscuras aparecieran de todas las direcciones para luego tomarme y arrastrarme hacia la oscuridad en el interior de la puerta.
Alfons: ¡No! ¡Espera! ¿Qué pasa? ¡¿Qué sucede?! -pregunte a la figura que solo se volvió a sentar, como si nada estuviera pasando.
Verdad: Silencio... deberías de agradecerme, aunque no lo digas, te estoy dando justo lo que quieres... intercambio equivalente, al fin puedo estar tranquilo otra vez. ¿Y quien sabe? Tal vez gracias a ti, más de una cosa destinada a pasar, acabe cambiando, ya sea para mejor o para peor -dijo conforme las puertas se cerraban.
Y antes de darme cuenta, fui tragado por la oscuridad.
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No se que fue eso, pero juro que no lo volveré a hacer ni, aunque me paguen todo el dinero del mundo. Fue como si hubieran metido una cantidad tremenda de información directamente en mi cabeza ¡fue como si me cerebro estuviera siendo quemado o electrocutado! Pero por alguna razón, ahora tenia algunas cosas claras ¿acaso esto será por qué consideran a eso... la verdad?
Vi mi vida pasar ante mis ojos, pero no solo fue mi vida. Edward, vi la tuya también, lo que tu y tu hermano pasaron, como sufrieron por lo de su madre, lo que paso luego, todo lo que sufrieron con los homúnculos, y luego con Dante. Para acabar sabiendo todo lo que no me querías decir, Ed... grandísimo estúpido ¿Por qué demonios pasaste por todo eso por tu cuenta? ¿Por qué nunca me dijiste nada?
Aún si no te hubiera creído, hubiera estado allí para ti, te hubiera dado un hombro en el que llorar y en el que apoyarte ¿era tan difícil confiar del todo en mí? Pero, supongo que no puedo culparte, es decir, ahora se porque eras así.
Ahora era de noche, me encuentro tendido en el pasto, en quien sabe dónde, y no podía evitar llorar. Pero no era solo por el hecho de estar feliz de nuevamente estar vivo. Sino que, también, por el dolor que me causaba tanto la experiencia por la que acabo de pasar, como el saber todo por lo que pasaste, no sabes cuando odie ver eso, tu me ayudaste a no darme por vencido con mi sueño, y ver todo por lo que tu pasaste... solo no fue justo, para nada.
Eso si que no fue equivalencia de intercambio, al menos no para mí. Se que en realidad si hubo, pero no estoy conforme con eso...
Tu me ayudaste, ahora, me gustaría ayudarte a ti, pero no sé cómo... ya que nunca te volverá a ver. Y, de hecho, ese no era el mayor de mis problemas ahora mismo, así como tampoco el que ahora tuviera que buscar que hacer con mi vida. Sino que el mayor problema ahora mismo... era uno más de edad.
Alfons: ¡¿Cómo es que soy un niño otra vez?! -dije notando que, en vez de mi altura alta de adulto, por alguna razón, tenía brazos y piernas de infante.
No sé cuál era la gran broma aquí, pero cuando fui a ver mi reflejo a un río cercano, es que acabé por confirmarlo. Aparte del hecho de que mi ropa me quedaba ridículamente grande, no se podía ignorar que, al parecer, de nuevo era un niño. Por la apariencia, diría que estaba en mis siete u ocho años... no, definitivamente ocho, era en esta edad que comencé a dejarme crecer el cabello.
Alfons: No lo entiendo ¿Cuál era la equivalencia de intercambio al dejarme así? ¡Esto no es... ¡-dije antes de que me diera un ataque de toz, pero mi alivio fue muy evidente cuando note que era solo toz, sin sangre- ... parece que estoy en la etapa en que mi enfermedad no era más que algo de asma.
... Algo me dice que hay una razón de todo esto, pero no se cual.
Alfons: Por el momento no hay nada que pueda hacer, supongo que lo menos que puedo hacer por el momento es buscar civilización -dije antes de ponerme en marcha yendo rio abajo en busca de algún poblado.
Solo para que luego de caminar por varios minutos, me acabase encontrando con algo que me dejo con la boca abierta de la sorpresa. Ante mis ojos, colina abajo, se hallaba a lo lejos una inmensa ciudad, pero no cualquier ciudad, era una que conocía. Pero no porque hubiera estado allí antes, sabía que era esa ciudad... porque la vi en sus recuerdos.
El río se llamaba Marl, y atravesaba la ciudad, de paso alimentando los túneles de drenaje de esta. Se trataba de un lugar que muchos consideraban ¨atrasado¨ con poco futuro, pero aún así, la ciudad contaba con la fuerza ofensiva más fuerte del país. Estaba en ciudad del este.
Alfons: No lo puedo creer... Shambala... no, estoy en... ¿Amestris?