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Apariencias y corazones

Summary:

Wei Ying ha estado enamorado de Lan Zhan desde que tenía conocimiento, pero la relación que ha mantenido con este ha sido errática, confusa y dolorosa para su corazón. El matrimonio arreglado entre Jiang Cheng y Lan WangJi termina de romperle el corazón, haciendo que decida marcharse a un nuevo país lejos del dolor que su corazón clama, dejando a su paso, una tormenta de culpas y arrepentimientos. En su nueva vida, Wei Ying tratará de encontrar el equilibrio en día a día, esforzándose por encontrarse a si mismo y sanar su corazón, bajo la sonrisa de la persona más inesperada de una nueva promesa de aprender amar. *PAUSADO HASTA FINALES DE JULIO*

Notes:

Mo Dao Zu Shi no me pertenece, es de propiedad exclusiva de Moxiang Tongxiu.

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: El corazón ama a pesar del dolor

Chapter Text


Las noches de diciembre solían ser las más frías para el pequeño Wei Ying que con solo cuatro años frotaba sus pequeñas manos tratando de buscar algo de calor, Cangse Sanren rio al ver a su pequeño tratar de luchar con las ligeras escarchas que caían fuera de su hogar El frío de la temporada la había obligado a usar un par de pantalones ligeros y un grueso abrigo gris que cubría su silueta, resaltando su cabellera. Wei Ying fascinado por la distorsión de la luz de las linternas de papel rojo y los copos de nieve que comenzaban a formarse en la puerta de su casa en las afueras de Zhouzhuang justo frente a un delgado brazo de río de los cientos que rondaban la ciudad durante la dinastía Ming. Zhouzhuang era una ciudad sacada de los antiguos cuentos de taoístas, con casas ligeras con techos triangulares ligeramente amplias,

Wei Changzé, vistiendo una teñida ligera de pantalón de tela, y un suéter color ébano miraba desde el portal a su mujer. Cangse Sanren sin duda era una mujer hermosa, de piel blanquecina como la nieve, los ojos de vibrante gris mientras su sedosa cabellera negra refulgía entre medio del destello de las linternas, y su pequeño hijo era una copia deslumbrante y alegre de su madre. Wei Changzé siempre había tenido un hombre de pocas palabras, actitudes corteses y acciones ajustadas, pero su sonrisa era igual a la cantidad de suerte que tenía en esos momentos por la felicidad de tener una pequeña familia con él.

Wei Changzé se agachó al sentir un tirón en su pantalón, Wei Ying jalaba el pantalón del hombre observándolo con atención.

—Padre sonrió tuvo en tono suave el pequeño como si hubiéramos sido toda una maravilla.

Cangse Sanren rio en una fuerte carcajada, mientras que el rostro de su esposo se teñía de rojo y sus suspicaces ojos azules miraban a su esposa en advertencia.

—A-Ying ¿Crees que tu padre es un ogro gruñón? Hasta los ogros pueden sonreír también pueden tener la dama con tintes de diversión.

Wei Changzé dio un gemido de consternación.

—Papá es ogro, pero no ogro malo detectó el pequeño con seriedad inusitada que hizo reír a la mujer—, sonríe con mamá y con A-Ying.

Cangse Sanren se ajustó un poco más el abrigo, Wei Changzé se acercó a su esposa por la espalda, sosteniéndola de la cintura, mientras Wei Ying regresó a los copos de nieven que seguían cayendo. Sin duda fue de los recuerdos más atesorados para el pequeño niño, la imagen de su familia cándida y sonriente.

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Es impresionante como el destino sortea las diferentes casualidades que se juntan para hacer miserable la vida de una persona. Ni la edad importa a la cara de la tragedia, ni la inocencia de un espíritu o la calidez de un corazón. Wei Ying podía ver la nieve teñida de rojo aquella temporada de Enero, mientras poco a poco el último suspiro caía del cuerpo de su madre, los ojos llorosos del niño eran camuflados por el incesante ruido de las sirenas , la luz anaranjada de las ambulancias y los equipos de rescate fueron como un destello del mismo infierno; el frío entumecía sus manitas, sus cortos cinco años no alcanzaban para dimensionar lo que estaba sucediendo o entender como el automóvil de sus padres se había descarrilado de la carretera, dando con una zanja, volteándose y dejando a Wei Changzé sin vida casi al momento mientras Cangse Sanren se debatía en un hilo de vida, con sus ojos velados, observando como su retoño era presa del miedo, el frío y el desconsuelo. La sangre y el rojo fueron la marca de ese día. Wei detestó aquel color entre la nieve blanca que le había roto el corazón.

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La casa de Jiang Fengmian era de vividos colores, purpura, rosa, dorado, pero para Wei Ying la felicidad era escasa. Sus ojos cansados se posaron sobre el hombre frente a él, lo llevaba de la mano, tratando de avanzar a paso tranquilo y lento, lo que sus pequeños pies podían soportar, el hombre de mirada amable le había hablado de sus padres y la enorme amistad que ellos tenían y que lo había conocido cuando solo era un niño. Wei Ying sonrió con dificultad ante las anécdotas de sus padres, pero la añoranza golpeaba su corazón.

Lo que más recordaba era el frio de la nieve sobre sus extremidades cansadas, el rojo manando de la cabeza de su madre y una última mirada diciéndole que nunca apagara su sonrisa. Por lo que sonreiría, lo haría hasta que su pequeño corazón sanará. A-Ying era fuerte, él haría caso a su madre.

Una semana después de la muerte de sus padres conocería a la que sería su nueva familia de corazón, la dulce Yanli, el enojón Jiang Cheng, y la estricta Madame Yu. Su vida en Zhouzhuang tranquila y armoniosa se intercambió por una bulliciosa ciudad capital como Hong Kong, con idealismos diferentes, una vida ajetreada y expectativas que llenar.

Su niñez de copos de nieve había llegado a su fin.

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El corazón de Wei Wuxian se encontraba dividido a medida que crecía, nunca llegó a olvidar a sus padres, sin embargo, la familia Jiang se convirtió en ese bálsamo que necesitaba mientras era un niño, pero el dilema nacía de esta convivencia. Yu Ziyuan nunca llegó a considerarlo de la misma manera, aunque nunca lo trató de una manera injusta más allá de su excesivo carácter estricto y los castigos, que usualmente eran compartidos por Jiang Cheng y suavizado por Yanli y Jiang Fengmian. Pero el nombre de Cangse Sanren siempre salía con desprecio de la boca de la dama Jiang y Wei Wuxian, nombre de cortesía que le habían dado sus padres antes de morir solo podía callar para no tener que refutar a la mujer.

Al crecer y pasar por la secundaria conoció a la familia Lan, apegándose al segundo hijo de estos. Lan WangJi, estoico y frío en apariencia, pero Wei Ying conocía la intensidad del corazón del joven, y al ir creciendo juntos en estudio y amistad, hasta llegar a la preparatoria y de ahí pasar a la universidad juntos su corazón fue integrando sentimientos muy diferentes por el Lan, sus mejillas se ruborizaban al acercarse al estoico Lan Zhan, y su corazón latía como doncella enamorada, y era justamente eso lo que sentía. Si bien Wei Wuxian podía ser una persona densa en apariencia conocía bien el interior de su corazón, siempre lo había hecho, su madre le había señalado que debía sonreír a todo lo que sintiera a lo bueno y lo malo, y sin poder evitarlo comenzó a destilar ese cariño excesivo por el Lan, quien a pesar del cambio en sus actitudes desvergonzadas y sus mejillas sonrojadas no se alejó de él, pero tampoco trató el tema, lo que frustraba a Wei Wuxian, pero también le daba esperanzas. Ciertamente todo aquello fue una ilusión...

Los desaires hechos por el Lan en pos de las reglas de su familia, la cortesía y la apariencia eran de suma importancia para este. Pero Wei Ying trataba de aguantar con entereza la crueldad no dicha de las palabras de Lan WangJi.

"Molesto, ridículo, desvergonzado, sin sentido..."

Pero aun así continuaba sonriendo a pesar de las grietas de su corazón.

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—¡Wei Wuxian! —gritó con desaire y muy molesto Lan WangJi, mientras apretaba su puño por sobre su camisa blanca.

El largo cabello del Lan caía como cascada por el rostro del Lan, enmarcando las finas facciones de aquel adolescente de preparatoria.

Wei Wuxian estaba fascinado con la reacción del Lan, sin embargo, no esperaba la mirada tan helada del que consideraba su amigo y compañero.

—Lan Zhan —trató de calmar el aludido, levantando sus manos frente a él, mientras su largo cabello se desordenaba por los nervios que comenzaba a sentir—, solo fue una broma, no quise aludir que no sabes nada del romance o el sexo —dijo en tono bajo Wuxian.

El resto de la clase, veinte pares de ojos más el maestro encargado miraban en silencio como el rostro del Lan cambiaba por el enojo mientras las pupilas del Lan se oscurecían en advertencias.

—¡Wei Wuxian! —masculló—, eres una vergüenza, no quiero ver tu rostro —dijo con dureza plasmada en sus irises ámbar.

Wei Ying quedó en blanco, Lan WangJi no era dado a muchas palabras, sin embargo, esta ocasión fueron dirigidas a él como dagas en su corazón.

¿De verdad no querría seguir viéndolo?

Ni siquiera recordaba como inició la estúpida conversación acerca de las parejas y las experiencias románticas, y por consiguiente la intimidad. Solo eran estúpidas bromas, como las que siempre habían salido de su boca, pero en una vana esperanza Wuxian esperaba poder hacerse una idea si el Lan había estado ya con alguien lo que causaba dolor a su corazón. Pero la broma se les fue de las manos.

Recordaba con pesar sus palabras.

"Lan Zhan, seguro que no tienes ninguna experiencia con estos temas, el gran hombre de hielo nunca se rebajaría como nosotros los mortales"

¿Cómo había dicho tal estupidez?

No se hablaron por dos semanas, y Wuxian fue el primero en acercarse con una sonrisa de arrepentimiento y un peluche de conejo.

Lan WangJi lo miró y asintió.

—Mn —dijo

Y Wei Wuxian especificó su corazón más ligero, pero con la incertidumbre de lo que realmente pensaba el Lan.