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Sugar In Winter

Summary:

( ♡ ) Lo único que Minhyuk desea, es una familia con quien compartir su vida. Pero ser un beta masculino y que no le gusten los Omegas, solo hace que ese sueño se aleje aún más.

Todo eso parece perdido, hasta que aparece su ex pareja, reviviendo sus inseguridades con recuerdos del pasado y amaneciendo en esperanzas por su ignorancia.

 

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⌕. Prohibida su copia o adaptación.
⌕. Género: Omegaverse ; Reencuentros de Vida
⌕. Actualizaciones: Sábados.
⌕. Fecha de Estreno: Sábado 26 de Junio

 

@etreindre
Todos los derechos reservados

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1

Chapter Text

—Su petición ha sido rechazada—la señorita que estaba frente a él hizo una sonrisa forzada, había sido un tono agradable y se notaba que estaba acostumbrada a decir ese tipo de cosas—Lo lamentamos. 

 

Minhyuk agarró el papel focalizando su atención en la palabra en rojo, volvía a sentir el nudo en su pecho, esta vez no dejaría que lo vean, tragó duro y ni siquiera pensó antes de hablar. 

 

—¿Me podría decir el porqué?—para la mayoría esa frase sonaría sin emociones alguna, la señorita ya había visto esa fuerza interior, le daba pena lo mucho que intentaban no derramar ni una lágrima mientras tenían un dolor agudo atravesando su pecho. Solo le quedaba imaginarlo, respirar con profundidad y dar explicaciones. 

 

—Se rechazó su petición de adopción debido a que es poco probable que un beta masculino en un estado civil como el suyo, pueda criar adecuadamente a un niño—su cerebro automáticamente entendió el significado, apretó los labios, realmente había una razón detrás y eso destruyó el único modo de que pudiera defender su deseo. La señorita le dijo que lo acompañaría a la salida cuando el morocho se levantó de su lugar, no pudo rechazarla, no como se lo habían hecho a él. Los pasos hasta la puerta requirieron de tanto esfuerzo como si de sus tobillos colgaran adoquines, se despidió con una reverencia agradeciendo su trabajo, creyó que iba a vomitar, no se trató más que de una formalidad, sentía que podía renunciar a todo y dormir hasta morir. 

 

Se metió en su auto dejando el papel sobre el asiento del acompañante, se quedó ahí mirando el volante, sus ojos se humedecieron, detener las lágrimas ya no era necesario. Se odiaba. Intento dar lo mejor de él, estudió muchísimo para poder conseguir un muy buen trabajo consiguiendo así trabajar en el área de repostería en uno de los restaurantes más importantes de Seúl. Sabía que la estabilidad era un factor primordial para adoptar; en su primer pedido de adopción, le habían dicho exactamente eso, pero el tener un trabajo estable y bien pagado al parecer no era lo único que necesitaba. En su primer pedido lo rechazaron por no tener un transporte en donde llevar al niño y que tampoco el departamento que estaba alquilando les daba la seguridad que necesitaban. Fue una frustración sin embargo no se detuvo, ya tenía pensado comprar un departamento así que el problema no fue tan grande, hizo horas extras por meses hasta que por fin, con la suma de sus ahorros y el dinero que obtuvo, compró el departamento. La mudanza fue todo un éxito y se sintió realmente orgulloso de sí mismo. El auto—en el que estaba—fue el verdadero problema, nunca le había interesado manejar y ni siquiera portaba con permiso para conducir. 

 

Fue ahí cuando por fin dejó que su familia le rindiera ayuda, su tío le enseñó cómo conducir con su propio coche y su abuela lo ayudó con las leyes de tránsito, en poco menos de cuatro semanas, Minhyuk ya se había presentado para su examen. Festejo en la pastelería de sus abuelos comiendo bollos de canela aunque le faltaba lo más importante, un auto propio. Sus horas extras volvieron hacer presencia, el dinero que ganaba parecía irse demasiado rápido, aún debía subsistir y eso restaba más de lo planeado. Le pidió a su jefe, un alfa de alta sociedad, que si podía recomendarlo para algún restaurante que trabajara los fines de semana. El mayor se vio sorprendido ante el pedido y le preguntó la razón, pensando que quizás Minhyuk estaba teniendo algún problema financiero. El castaño lo negó, tener que explicárselo a su jefe lo avergonzó sin embargo le habló sobre sus planes de adopción y la exigencia que le habían impuesto sobre el transporte. No lo dijo para dar pena, que en realidad era una de las cosas que más odiaba y no podría serle infiel a sus propios ideales. Fue tan simple como confiar en su jefe, que casi podía considerarlo un amigo. Minhyuk recuerda que su jefe se ofendió muchísimo por no habérselo dicho antes, le confesó que había estado pensando en ascenderlo a jefe de repostería por los grandes elogios que reciben sus postres en el público y la buena habilidad de explicación que había demostrado con los reposteros más novatos en el restaurante. El menor intentó rechazar el puesto, poco escuchados fueron sus reclamos, su jefe Junmyeon lo amenazó con despedirlo y le dijo que se olvidara de trabajar en los otros restaurantes, además de que su esposa le gritaría si dejaba que se fuera a otro restaurante. Recordaba a la esposa del señor Junmyeon como una omega muy buena y agradable, quien adoraba sus postres y siempre pedía que Minhyuk fuera el que los hiciera. 

 

Se sintió agradecido de tener a tantas personas que lo ayudaran a conseguir parte de lo que necesitaba para su sueño. Quizás esa había sido una de las razones por las que el rechazo de adopción le había pegado más duro, no solo se había decepcionado él, cuando se enteraran también decepcionaría a su familia y a su jefe. Minhyuk hundió su cara en sus palmas, tratando de ahogar los sollozos y respirar con normalidad, las lágrimas y los mocos hicieron aparición, dando como resultado una imagen lamentable del chef, parte de sus mejillas se irritaron con la humedad y pronto su piel empezó a doler. No podía compararlo con lo que sentía en su pecho. 

 

Gran parte de su vida se había sentido agradecido de nacer como beta masculino, no había celos, ni feromonas, ni embarazos. Si fuera un omega, o un alfa, esta situación sería fácil de arreglar, incluso si se trataba de conseguir pareja o embarazarse. Los alfas y los omegas tienen destinados, tienes olores para reconocerse y debía admitirlo, era tan romántico que no podía negar la envidia que lo invadía; la mordida para consagrarse pareja, el poder tener cachorros sin importar el sexo, para los betas eso, parecía sacado de un cuento de hadas. Si era verdad que con los avances científicos los betas masculinos podían quedar embarazados, sin embargo una operación como aquella no valía la pena, el precio y los riesgos de perder el embarazo—y la vida del propio beta— eran tan altos que hasta se recomendaba no tomarla. 

 

Apoyo su cabeza en el respaldo del asiento, que tan mal se veía a los ojos de la sociedad un beta masculino homosexual sin pareja que hasta el derecho de una familia se le fue arrancado. Pensaba en su juventud, en lo mucho que había imaginado en poder darle un buen hogar a una personita, poder alimentarlo, jugar y contarle historias antes de irse a dormir, consolarlo y acompañar en su felicidad, Minhyuk tenía tanto amor para dar que su corazón ya no podía soportarlo. 

 

Minhyuk limpio el rastro de humedad y detenidamente miró el papel que se le había entregado. Sabía que tenía tiempo, que podía quedarse en el estacionamiento todo él tiempo que quisiera; el restaurante estaba cerrado por remodelaciones de todas formas y les habían dado dos semanas de vacaciones, aún sabién dolo, ya no quería estar allí. Prendió el motor del automóvil y con sus manos temblando se dirigió hacia su lugar preferido, la pastelería de sus abuelos. Era costumbre ir cuando tenía tiempo libre, en estos momentos necesitaba distraerse. Pudo haberse ido a casa a dormir teniendo en cuenta que se había levantado a las seis de la mañana para asistir a la cita. Solo sería perder tiempo pensó. 





───────꒰ꕤ꒱───────





Las calles en Seúl estaban cubiertas por nubes grises, en la televisión lo habían advertido, la temporada más fría llegaría en unos pocos días. Quizás si Minhyuk hubiera prestado atención sabría que el clima lo iba a acompañar con su estado de ánimo. 

 

Llegó a la tan deseada pastelería, salían unas cuantas personas con paquetes rosados, sonrió hacia sí mismo, estaba orgulloso de que sus abuelos tuvieran la atención que se merecían; para él, no había mejores cocineros en el mundo que ellos.

 

 Abrió la puerta notando que su tío estaba atendiendo a un cliente, espero a que terminara la venta para entrar por completo al local despidiendo también al comprador, pronto notó que las tartas de limón que había hecho la noche anterior ya se habían agotado. 

 

—Buenos días—saludo a su tío sonriendo y pasando rápidamente por su costado—Iré a hacer más de las tartas, se agotaron muy rápido ¿verdad?

 

Su tío Soon hizo un sonido de aceptación, mirando fijamente como su sobrino se ponía el delantal blanco, pensó antes de hablar. 

 

—Hyuk—había sonado como una orden para que lo mirara—no te sobre esfuerces.

 

Su tío estaba serio y con los brazos cruzados, el menor sonrió bajando la mirada, no había que ser un genio para entender que su pedido había sido rechazado, otra vez. 

 

—La próxima vez—intentó decir su tío. 

 

—En realidad, ya no quiero seguir intentándolo—le había roto el corazón decir eso, aceptar el hecho de que no ibas a tener una familia propia, había sido su culpa, pensar que un beta tan inútil como él, conseguir algo tan maravilloso. Las ilusiones lo habían llevado a lo más alto del mundo celestial y la realidad lo había arrastrado a lo más oscuro de las profundidades del mal. Cargando con él la culpa de haber ilusionado a sus seres queridos con un deseo que un simple sello rojo era capaz de arruinar. 

 

Su tío abrió los ojos desconcertados y espeto. 

 

—¡Hyuk!—no pudo continuar su regaño por la campanilla del local que volvió a sonar indicando la llegada de un nuevo cliente, Minhyuk aprovechó la oportunidad para dirigirse a la cocina, caminando por el pasillo decorado con fotos de sus integrantes familiares, le era imposible no reírse cuando veía la imagen de su tío sonriendo mientras recibía el premio a “Mejor pastel”, no era un premio de importancia general sin embargo su significativo para su tío había sido tan grande que era incapaz de dejar su afecto con el pasar de los años. Siguió recorriendo hasta llegar al umbral de la habitación que contenía grandes hornos, frutas y cremas infinitas. Allí también se encontraba su abuela, quien primeramente se emocionó al ver que había llegado, sin embargo no duró mucho al ver la expresión del morocho. Ambos se guardaron las palabras, y con un nudo en la garganta el menor comenzó a moverse con agilidad por la cocina. Era un poco ridículo, pero ese postre, las tartas de limón, le recordaban completamente a él, en el fondo aceptaba que era su favorito de cocinar solo porque había sido el primero que le dio a probar a su primer y último amor. Dándose cuenta de lo que estaba pensando sacudió la cabeza, pretendiendo deshacerse de los recuerdos que habían venido chocando contra su pecho. (+) Hornear, rellenar y presentar. Siguió ese orden dos veces más, y rápidamente consiguió completarlos. 

 

—Quedaron muy bien—halago su abuela, no había notado que estaba tan cerca, el castaño rio orgulloso de su creación—Podríamos hacer más si me dijeras cuál es el ingrediente secreto—reprocho la mayor apoyando sus brazos en su cadera, el menor carcajeo simulando que pensaba. 

 

—Mmm, no—termino por decir el menor con una sonrisa juguetona, agarró uno de los pasteles, pero este le fue arrebatado y puesto nuevamente en la mesada. Su abuela ya no lo miraba con diversión, lo agarró del antebrazo llevándolo a sentarse en una banqueta alta y como un niño, hizo caso quedándose quieto—¿Qué pasa?

 

Su abuela era una mujer muy dulce, amable y paciente, amaba demasiado a su único nieto y todos los días le deseaba lo mejor; sabía sobre sus deseos de adoptar, y ella estaba encantada. La mayor suspiró antes de preguntar. 

 

—¿Te rechazaron por lo de tu madre?—sus dedos estaban entrelazados esperando una respuesta. Minhyuk apoyó su mano sobre el hombro de la mayor, no había pensado en eso últimamente y lo tomó por sorpresa. Su madre era una beta, una beta muy hermosa con pelo negro y una cara que muchos definirían como la de una diosa; o al menos, eso le habían contado algunos conocidos, porque durante el periodo que cuido de él, ella ya era una alcohólica que con suerte salía del sofá. Por años se sintió impotente con su madre, no podía odiarla incluso con el dolor que le había hecho durante su niñez, no podía odiarla. En cambio, tenía una pena llenando su corazón. Su madre había caído a los pies de un alfa de muy alto prestigio, que la cuidaba y quería, dándole todo lo que quisiese, incluyendo una familia. Prometieron amarse eternamente y se comprometieron, su madre cayó de lo más alto cuando descubrió que todo había sido un engaño, un juguete, un pasatiempo. 

 

Minhyuk nació de ese engaño. Con pelo castaño y ojos grises, para su madre era un demonio que había venido a atormentarla sobre el error que cometió, Minhyuk era la imagen miniatura de su padre, tuvieron que pasar años en terapia para que Minhyuk entendiera que su madre no lo odiaba, odiaba a su padre y todo el odio que generó su desamor fue descargado en su persona. 

 

—No, Abu, no fue por lo de mamá—tranquilizó el menor—Además presente todos mis estudios médicos y revisaron si consumía alcohol, o alguna otra sustancia. 

 

La mayor asintió aun sintiéndose triste por su nieto. 

 

—Llevaré estos a la caja, ya vengo—dijo el castaño apoyando una de las bandejitas con la torta en su muñeca y las dos restantes en sus manos, tenía un buen equilibrio y poca fue su preocupación. Escucho la voz de su tío Soon atendiendo, abrió la puerta con su espalda por sus manos ocupadas. 

 

—¡Que suerte has tenido, justo han traído más!—exclamó su tío—Llegaste en el momento perfecto, Hyuk, este cliente estaba preguntando por tus tartas.

 

Este no dice nada y deja que Soon agarre una de las tortas con las que estaba cargando, ignora completamente al cliente y se acerca a la vidriera para dejar las otras tortas. Se para orgullosamente y se felicita mentalmente. 

 

—Iré a envolverle esto—su tío avisa al cliente, también avisando a Hyuk que debe quedarse en la caja, no presta mucha atención mientras se acerca a la parte trasera del mostrador. 

 

—¿Quiere algo más?—vagamente cuestiona. 

 

—¿Su número de teléfono, quizás?—no había sido ni las palabras, ni el sentido de esa frase coqueta lo que hizo que su sangre se helara, no, había sido la voz. Reconocería esa voz por donde sea, incluso si era entre un mar de voces, él podría reconocerlo. Levantó la mirada en un susto que también impresionó al cliente, que solo tenía mirada inocente y una sonrisa, Minhyuk ya las conocía sin embargo no pudo pasar por alto lo diferente que se sentía. Su perplejidad se vio reflejada en la confusión del contrario, no entendía esa expresión, ¿realmente no esperaba verlo allí? 

 

—¿Bin?—a decir verdad ese nombre había salido como un suspiro de sus memorias, su cuerpo se veía más robusto desde la última vez, su cara seguía igual si no fuera por la cicatriz que cortaba su ceja. Los segundos eran tan lentos y pesados que Minhyuk ni siquiera podía reaccionar a lo que escuchó después. 

 

—¿Oh? ¿Nos conocemos?—la pregunta fue como una daga atravesándolo, ¿que si se conocen? ¿En serio Moonbin lo había olvidado? ¿Qué tan lamentable era que la única persona que podrías considerar haber amado y querido de manera romántica no recuerde ni tu nombre? Río dando por hecho su desgracia, quería llorar. Moonbin se percató de esto y rápidamente empezó a negarlo—No, no, espera. Tuve un accidente hace unos años y perdí la memoria, no es que…

 

¿No es que, que? Se preguntó a sí mismo el rubio, no supo cómo proseguir, no tenía ni idea de quién era la persona que se encontraba frente a él y a pesar de ello, tuvo la necesidad de explicarse y disculparse. 

 

El menor no supo cómo reaccionar ante la declaración, en realidad sí tenía conocimiento de que Moonbin había tenido un accidente luego de que terminaran, y quiso ir a verlo, una de las asistentes de la casa del rubio le había dicho que no fue grave, que su estado era bueno y que explícitamente no requería de su atención, debería empezar a dudar que era lo que tomaba la gente como algo que no fue grave. 

 

—Oh, está bien, no éramos cercanos—mintió, no sabía si era correcto que supiera que habían salido, ¿en estas situaciones normalmente no se deja que el paciente vaya recordando por sí solo? Si fuera así, entonces estaría afectando el tratamiento de Moonbin y estos momentos, era con la única culpa que le faltaba cargar. 

 

—Entonces… ¿Puedo saber tu número?

 

Y antes de que su tío volviera con el postre envuelto en un lindo papel rosado, Minhyuk le pasó una tarjeta de trabajo. Pronunció una simple despedida como si se tratara de cualquier otro cliente, adentrándose otra vez por la puerta trasera con un corazón lleno de fervor. 

 

Minhyuk fue llevado a los eventos ocurridos seis años atrás, la respiración se le resultó complicada y sigilosamente las lágrimas brotaron por segunda vez en el día.

Chapter 2: 02

Chapter Text

Era un jueves ocupado en la pastelería, Minhyuk estaba ayudando tanto como a cocinar como a atender por igual, su tío se movía con agilidad por el mostrador y por la parte trasera del local, sus abuelos cocinaban cinco diferentes cosas al mismo tiempo. Y es que cuando se esparcía entre los vecinos que Minhyuk estaba de vuelta, sus emociones por el dulce aumentaba; no era que los postres de sus abuelos fueran malos o desprolijos, era simple darse cuenta de que los postres del joven eran espléndidos, simetría perfecta y sabor exquisito, que lejos de molestarles esta atención, presumían de los buenos dotes que tenía su nieto.

Pese al buen trabajo que estaba presentando el castaño, su cabeza no estaba ahí, en la pastelería con las voces de los clientes zumbando, no.

Habían pasado poco más de cincuenta y seis horas y su mente seguía rondando en la mirada del alfa, Moonbin. Al ser un beta cuando lo conoció no noto demasiado la dominancia en su persona e incluso la mayoría lo considero un loco cuando confesó que hasta le parecía tierno. Eso había cambiado. Moonbin no solo parecía un alfa, sino que ya lo era completamente. Su presencia significaba mostrar sumisión, y Minhyuk nunca se había sentido tan aterrado en su vida.

Tampoco podía sacar de su cabeza el hecho de que literalmente todas las cosas que habían hecho, su amistad, su relación, probablemente ni recordaba que habían perdido la virginidad juntos. Desde que terminaron pensó que Bin nunca lo había contactado por su enojo con él, porque por más que su relación no quedara en malos términos, el mayor no estuvo de acuerdo con que se separaran. Al poco tiempo Minhyuk también se arrepentiría de ello. La soledad durante la universidad fue un golpe que no pudo esquivar, no solo terminó con su pareja y el que consideraba amor de su vida, sino que también se separó de sus mejores amigos.

El atardecer estaba ocurriendo cuando por fin, pudo respirar en paz, la pastelería a veces se ponía incluso más dinámica que el restaurante. Estaba guardando las masitas dulces que habían sobrado cuando nota que una de sus tartas de limón no estaba en la mesa de exposición. Ante su curiosidad, su tío le explicó que la habían reservado y que era para un pedido a domicilio que se tenía que entregar a las siete de la tarde, Minhyuk se fija en su reloj dándose cuenta de que faltan veinticinco minutos y que el tío Soon está agotado, se ofrece a entregarlo agregando que la dirección no está tan lejos de su casa y que le queda de paso. El mayor agradece no solo ese favor sino también el trabajo que había realizado durante el día, de regalo se llevó unas cuentas de las masitas que habían quedado.

Programa el GPS en su celular y emprende viaje hacia la dirección del cliente, tenía bastante conocimiento de la zona por las veces que averiguo departamentos, era un lugar seguro con parques verdes y muchas tiendas, lo que hacía que en los fines de semana hubiera gran cantidad de gente, esa había sido una razones por la que no terminó eligiendo el lugar. Fueron quince minutos en auto para llegar al edificio alto y brillante. Espero un poco para finalmente acercarse a la entrada y tocar timbre, fue cuestión de segundos para que una voz saliera por el micrófono preguntando quién era.

— Pastelería Orión—no pudo terminar de decir la frase sin que la puerta del edificio hiciera su típico sonido de vibración para indicar que podía ser abierta. Dudoso recorrió el pasillo no sin antes inclinarse ante el portero, el ascensor era moderno y se parecía bastante al de su casa, las puertas electrónicas se abrieron en el piso indicado, con pasos lentos se acercó a la puerta blanca dando un par de golpes bajo el número dieciséis. Sus dedos no dejaron de moverse hasta que la puerta del departamento fue abierta— Aquí está la... tarta de limón...

Un ceño fruncido de molestia lo recibió, Minhyuk no pudo evitar pensar que tenía la peor de las suertes. Frente a él se encontraba un alfa que reconoció por haber sido el amigo más cercano de su ex-novio, Dongmin. La puerta fue cerrada en su cara y el aire contenido en su anterior fue soltado, pestañeo un par de veces. Lo primero que se le vino a la mente fue que si Dongmin estaba ahí entonces Bin también. E inmediatamente pudo comprobarlo.

—¡Y-a! ¿Por qué hiciste eso?—se escuchó por detrás de la madera barnizada, dejó caer el pedido en la entrada, sus ojos temblaron en pánico, su reacción más rápida fue la de salir corriendo, ni siquiera pensó en esperar al ascensor solo abrió la puerta de las escaleras de emergencia en el acto desesperado. Sus pies se movían solos—¡Espera!

El eco llegó a sus oídos alertando al máximo, miro hacia el lugar de la voz proveniente, involuntariamente su cuerpo se detuvo dejándolo a medio camino y perdido en los ojos del otro. No había podido observar tan bien en la pastelería; la cicatriz, el abdomen marcado, su pelo, incluso su mirada había cambiado. Su aspecto era diferente, y pese a eso algo en el fondo de su ser le dijo que ese seguía siendo el Moonbin del que se había enamorado.

En su estómago las cosquillas se expandieron, tuvo un fuerte impulso de lanzarse al alfa que estaba a unos escalones de él, se contuvo. Ese alfa, al que le dio todo, ni siquiera sabía su nombre, no recordaba ni una sola cosa de él. Sería cruel ser esclavo de un impulso y meter en ello a una persona inocente.

—Hola—la voz del alfa fue un susurro en su interior, su cabeza le gritaba que siguiera corriendo, pero no pudo obedecer.

—Hola—respondió saliendo del trance hipnótico, recuperando el aire como si hubiera corrido un maratón, enfocó su vista en la baranda de las escaleras, si seguía mirándolo no podría parar.

—Lamento lo de mi amigo, a veces es un poco brusco.

Minhyuk negó e hizo un movimiento lateral suave con su mano dándole entender al mayor que no había problema, su cerebro apenas empezaba a tener control sobre su cuerpo y lentamente intentó bajar un par de escalones. Automáticamente esta acción alarmó los sentidos del alfa rompiendo su espacio y rodeando agradablemente con sus dedos la muñeca del beta.

— Me engañaste—el reclamo vino en un tono caprichoso, Minhyuk no pudo entender a qué se refería—Te pedí tu número, pero me diste el de la pastelería.

Oh, era eso.

—Estaba tan avergonzado que me sentí obligado a pedir algo— confesó el rubio. El beta lo miró sin poder creerlo, bajando la mirada y riéndose. Moonbin tuvo la sensación de que su cuerpo se relajaba al escuchar el armonioso sonido, estaba tan feliz que inspeccionó cada lugar de la expresión del castaño. Sus ojos brillantes demostraban cada uno de sus sentimientos, no podía entenderlos. Este beta, que vendía postres. Lo hacía sentir débil, y que aun con esa debilidad podría pelear contra el mundo si podía seguir observándolo. No sabían en qué momento se habían sentado en el mismo escalón, el menor apoyando su cabeza en la baranda y el alfa con su espalda pegada a la pared—¿Puedo saber tu nombre?

Supuso que la respuesta sería negativa al silencio.

—Minhyuk. Park Minhyuk—contestó queriendo que un agujero lo trague. Moonbin ahí entendió la abreviatura que había escuchado en la pastelería, jamás había pensado en Minhyuk como un nombre especialmente lindo, hasta este momento. Repite el nombre para sus adentros dándose cuenta de lo cercano que se había sentido decirlo, sabe que hay algo extraño por la reacción de su amigo y la actitud del beta, quiere preguntarle, pero este se le adelanta—¿Cómo supiste que era yo quien trajo la tarta?

Minhyuk no era estúpido, el que nadie haya avisado antes de abrir la puerta del edificio, que el alfa lo haya perseguido sin haberlo visto, no era coincidencia.

—Me mandaron un mensaje de la pastelería, creo que era tu tío—explicó el alfa—Dijo que su sobrino iba a venir—rascó su cuello con el borde de sus uñas—Supuse que eras tú por lo cercanos que se veían.

El pastelero dejó de prestar atención a la explicación, su movimiento fue automático y pronto estaba agarrando la mano del alfa.

—Sigues con esa mala manía—regaño suavemente el beta mientras trazaba la parte rojiza. El rubio se tensó al sentir el contacto en su cuello, era una parte muy sensible de los alfas, sin embargo el tacto se convirtió en un agradable calor.

Analizando las marcas y rasguños que tenía el contrario en la zona, estaba haciendo exactamente lo mismo que cuando estaban juntos, fue el pensamiento de besar la lastimadura el que hizo que se despertara de su nube. La cercanía de sus caras lo paralizó, la mano del alfa estaba temblando y sus ojos parecían brillosos.

¿Moonbin también estaba nervioso?

Apartó su cuerpo tragando saliva, el alfa no se movió, fueron dos segundos en los que ambos pensaron en su siguiente acción. Minhyuk parándose en el escalón.

—Me voy—no sabía por qué aviso, quería quedarse, quería que hablaran más, quería a Moonbin, era tanto lo que quería de él sin embargo su racionalidad le gritaba que la historia se repetiría. Todo terminaría mal. Bajo los escalones dejando al alfa atrás y saliendo del edificio, un dolor en su pecho se expandió.

El alfa quedó sentado en las escaleras sin reaccionar, su mano en pecho para comprobar si su corazón estaba latiendo tan fuerte como supuso, no se equivocó, casi hasta parecía que iba a salirse de lugar. Cerró los ojos para intentar tranquilizarse, ese olor, el que ahora inundaba sus fosas nasales. No era el olor que lanzaría un omega o un alfa. Sin embargo, tampoco sería el de un beta. Lo que le había quedado claro es que tenía una fuerte influencia en su persona.

No podía sacarse de la cabeza al beta, desde que lo vio en la pastelería, simplemente se quedó ahí reproduciendo su imagen llegando al punto que concentrarse y dormir ya eran una tarea difícil. Pensó que se estaba obsesionando, que lo que le estaba pasando no era sano y eso pensaba, hasta que volvió a oler el perfume en la puerta de su casa, su lobo se había calmado instantáneamente aunque volvió a agitarse cuando notó la ausencia del cuerpo físico del beta.

—¿Vas a subir o quieres quedarte a dormir aquí?—la voz detrás de él no lo sorprendió, ya lo había olido, era su amigo alfa—Puedo traerte una almohada.

Moonbin se paró malhumorado, pasando por un costado del otro y dejando que sus hombros golpearan, sin darle importancia .

—No debiste tratarlo así, Dongmin—masculló haciendo que el otro alfa rodara los ojos. Abrieron la puerta del departamento y fue ahí cuando la tensión fue más notoria.

—¿Siquiera lo conoces?—cuestiono Dongmin ignorando el hecho de que su menor se había olvidado de usar el hyung y que lo había llamado por su nombre,

—No, pero parece que tú sí, ¿así que porque no me cuentas la razón por la que te desagrada?—preguntó el rubio provocando. Dongmin no contestó, realmente le desagrada el beta sin embargo se sentía mal al tener que ser él quien lo explicara, suspiro tocando el punto entre sus cejas.

—¿Podrías alejarte de él? No es tan difícil—Moonbin no contestó y el mayor entendió que esa era su respuesta final. Ambos alfas se sentaron en el sofá dejando que el drama se reprodujera en la televisión, con dos tenedores comieron el postre. Al reconocer el sabor Dongmin no pudo evitar sentirse nostálgico, había sido un testigo de la relación, desde el comienzo hasta el final. Y de hecho él había sido el culpable de que se convirtieran en pareja. A diferencia de su amigo recuerda con claridad la vez que le confesó a Bin que había ido a la casa del beta para comer de sus postres mientras se quejaba de Sanha y que de alguna manera, entre el enojo y la frustración, terminó contándole los sentimientos que tenía Moonbin al propio Minhyuk. Esa fue la primera y última vez que pudo estar a solas con el castaño—más o menos la última—.

Posiblemente eso hubiera provocado parte de su desconcierto cuando la pareja rompió, bueno no solo a él, sino a todo su grupo de amigos. La razón de la separación sigue siendo un misterio, solo tenía conocimiento de que Bin estaba deprimido, no quería ver a nadie y se quedaba en la cama por días. Y luego el accidente, fue lo peor de todo. Nunca se lo contó a su amigo, sin embargo aún tiene pesadillas con el día que llegó al hospital, su cuerpo pintado color carmesí y rodeado por doctores que intentaban salvarlo. Estuvo tan agradecido con que el rubio sobreviviera, que sintió asco cuando se enteró de que Minhyuk no iba a ir a visitarlo al hospital solo porque era incómodo ver a su ex-pareja.

Esa actitud le hizo confirmar su rechazo hacia el beta.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

Minhyuk despierta la siguiente mañana con un fuerte dolor de cabeza, enredado entre las sábanas esconde parte de su cara al escuchar unos gritos por fuera de su habitación, quiere quedarse en la cama sin embargo sabe que hay una posibilidad muy grande de que si hace eso la casa termine prendida fuego. Se levanta bostezando y maldiciendo, agradece cuando abre la puerta y no huele a quemado, otro grito seguido de un ruido mecánico hace que Minhyuk se dirija automáticamente hacia la cocina.

Un pinchazo de dolor cruza la parte superior de su cabeza cuando ve a su alto amigo frente a la cafetera intentando—supone Minhyuk—hacer café. Golpea su frente y suspira, llamando la atención del otro.

—¡Hyuk, creo que tu cafetera va a explotar!—exclama y el castaño tiene el repentino pensamiento que tirarse por la ventana no es tan mala manera de morir sin embargo lo aparta, y se acerca a la máquina negra, toca dos botones y ya el líquido negro está cayendo en la jarra. Minhyuk se apoya en el mostrador viendo como su amigo paseaba cómodamente por su cocina, abriendo y cerrando las puertas de su despensa. No tiene ganas de pedirle que pare así que pregunta.

—¿Se puede saber que estás haciendo en mi casa a las siete de la mañana?

Sanha lo miro y con una clara cara de indignación dice.

—Si estás de mal humor puedo tomarme el café yo solito, no hace falta que me trates así—Minhyuk cierra los ojos ante la actitud del alfa. En realidad, era una de las personas que menos quería ver, incluso tratándose de ser el único amigo que tenía fuera del trabajo—Además no me gusta desayunar solo.

Minhyuk ríe sirviendo la bebida caliente.

—Sanha, ¿te han dicho que eres un alfa muy tierno?—pregunta sentándose en la mesada frente al menor. Incluso con el pasar de los años, el alfa no había cambiado demasiado, Sanha había sido el menor del grupo de amigos que tuvo mientras estaba de pareja con Moonbin, así que Minhyuk siempre lo había consentido y el menor no tenía nada que decir en contra, le gustaba la atención del beta. Tristemente luego de que se separara su grupo, no fue hasta un par de meses atrás que se habían encontrado en el restaurante que trabaja, pasó tanto tiempo pensando que el menor ya no le interesaba tener contacto con el que se emocionó cuando le pidió su número para poder verlo más seguido.

—No, hyung—tuvo una pausa para tomar un sorbo—Solo me comporto tierno contigo.

El castaño sonrió pensando que un interrogatorio vendría, sin embargo nada pasó. Mira expectante al alfa, este se da cuenta de que lo mira y termina confundido.

—¿Qué?—cuestiona Sanha sorprendiendo al mayor. Minhyuk había dado por hecho que el menor había venido a su casa para hablar lo pasado el día anterior, y es que aunque muy raramente Sanha hablaba de cosas del pasado, el alfa en realidad sale con Dongmin—si el otro alfa que no quiere ni verlo en foto—, por lo que le extraño que aún no estuviera informado.

—Nada—si puede evitar el tema un poco más, lo hará. Pocos minutos después, el celular del menor suena y este se para de su lugar para atender la llamada, disculpándose en silencio con el beta. Minhyuk le devuelve la seña como si no pasara nada, sigue comiendo las masitas secas absorbido por su mente, escuchó los murmullos de Sanha que de repente se callan para luego volverse una exclamación.

—Hyung, ¿de qué estás hablando?—Minhyuk entiende eso, luego no se escucha nada y supone que la otra persona está hablando. Se siente culpable cuando se da cuenta de que está intentando escuchar una conversación ajena, decide que para distraerse va a hacerse un té. Sin embargo, pocos segundos después, se encuentra en la misma situación. Los pasos rápidos de Sanha desde el pasillo hasta la cocina lo alertan, y mirándolo pretende que no ha pasado nada. El alfa llega con los ojos abiertos y la boca semiabierta, parece que sigue en llamada por como tapa el micrófono del celular. Minhyuk teme que vaya a quedarse mucho más tiempo congelado en esa posición porque el agua en la pava le está quemando la mano.

—¿Te has encontrado con Moonbin?—parece estupefacto, no en realidad, lo está. A Sanha hasta le cuesta creer lo que escuchó, le impacta aún más como el beta asiente sin más. Ambos se quedan en silencio, Sanha pensando en que hacer y Minhyuk tratando de parecer sereno ante la aceleración de sus latidos. Esa burbuja se ve rota por la voz dentro del elemento electrónico.

«¿Has preguntado si alguien se ha encontrado conmigo?»

Seguido de...

«¡¿Estas con Minhyuk?!»

Su cuerpo reaccionó a la voz generando temblores en sus manos, pensó que Sanha se enteraría por boca de Dongmin, su error fue evidente.

—¡Bin hyung, cállate!—exclamó el menor gritándole al celular, intentó alejarse del beta para que no siguiera escuchando al estúpido alfa. Minhyuk quedó apoyado en el mostrador de la cocina, sentía que no podía sostenerse por sí mismo. La voz del alfa mayor se quedó sumergida en su cabeza, otra vez.

Pronto Sanha volvió, esta vez sin su teléfono. Minhyuk intento no mirarlo, si hubiera sabido que la diferencia entre contarle él o que se entere por otra persona, se lo hubiera contado y al menos ahora no sería considerado un mal amigo. El menor estaba muy curioso, no, lo carcomía la curiosidad, quería preguntar cada detalle de lo que había pasado. Aun así no podía simplemente fingir que no había visto los temblores de su amigo y como había reaccionado a la voz del otro, así que decide no presionar y esperar a que el beta hable por sí mismo, cuando esté preparado. El castaño agradece este gesto, respira profundamente y entrelaza sus propias manos. Limpia su mente, se concentra en pensar lógicamente y en cómo va a empezar a hablar.

—Fue solo un encuentro accidental—confiesa tragando fuerte, Sanha lo mira y asiente, esperando más. Le explica cómo fue su primer encuentro en la pastelería y que sinceramente, su idea era alejarse lo máximo posible del alfa, pero que para su mala suerte volvió a encontrarlo cuando entregó el pedido, en esa parte omite los hechos vergonzosos que no era capaz de contar en voz alta. En cuanto terminó, el peso en su pecho se redujo, sin embargo esa liberación fue inesperada y pronto volvió a transmitirlas en las lágrimas. Odiaba verse así de débil, y más frente a un alfa. De un momento a otro, Sanha lo rodeó con sus brazos, Minhyuk no pudo evadir el sentimiento de acompañamiento que lo llenó, apreciaba su amistad con el alfa—Y también me rechazaron el pedido de adopción.

El menor tardó un poco en entender por los sollozos entrecortados, en cuanto lo hizo, atrajo aún más el cuerpo de su hyung dejando que su cabeza descanse en su hombro. Le sobo la espalda hasta que se calmó. Minhyuk se separó del otro, levemente avergonzado por mostrarse así frente a su menor.

— No sabía que había perdido la memoria—se tapó la cara sintiendo la cara caliente, lo que dijo llamó la atención del alfa—Ni siquiera sabía que el accidente que tuvo había sido grave.

Oh pensó Sanha.

—Bien, haremos esto, dame tu celular—Minhyuk se arrepintió un poco de habérselo dado sin antes preguntar por qué, sin embargo pronto la respuesta se la dio—Bin hyung quería que le diera tu número telefónico—explico Sanha mientras escribía algo en el aparato—Lo conozco y sé que es un persistente de mierda, agregando que te quiero más a ti—lo miro y sonrió—Lo dejaré en tus manos, decide si quieres hablarle. 

 

Chapter 3: 03

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Eso explica varias cosas.

Sin embargo, Sanha no es capaz de entender mucho, si Minhyuk realmente paso todo este tiempo sin saber sobre lo del accidente, entonces ¿quién les había dicho que se había comunicado con el beta en aquel entonces? En su viaje a casa, intenta recordar, nada viene a su mente. La tensión y el estrés hicieron borrosos los recuerdos. Se rinde en cuanto los bocinazos de los autos traseros le reclaman avanzar por su desconcentración.

Piensa en Dongmin y en cómo reaccionará cuando se entere de que le dio el número de Moonbin—su protegido—al beta que había generado tantas discusiones entre ellos. Dongmin ni soportaba escuchar su nombre, y Sanha que creía que todo era un malentendido, que su hyung jamás sería capaz de dejar a Bin en tal situación, incluso luego de que terminaran su relación. Y parecía que su teoría no era tan descabellada como el alfa le repetía constantemente. Además Minhyuk se vio herido cuando hablo de su antigua pareja, y lo cierta era que no lo escuchaba mencionarlo desde que se reencontraron. Las veces que intentó charlar sobre el tema, el beta le pidió que dejaran las cosas en el pasado, por lo que dio por hecho que había superado al alfa y que no le interesaba en absoluto. Ahora se daba cuenta de que eso no estaba ni cerca de ser la verdad.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

Alfas y omegas. Destinados.

Durante su adolescencia, Minhyuk había desarrollado un fuerte deseo de pertenecer a ese grupo de personas, con las que nacen teniendo a alguien que va a amarlos eternamente. Poco le interesaba si el porcentaje de que esas dos almas se encontraran sea casi inexistente, él sentía que si hubiera nacido sabiendo que alguien estaría esperando por él, viviría con más entusiasmo. Cada mañana sería una oportunidad de encontrarse con tu otra parte, la persona que te entendería y complementaria hasta el resto de sus días. Su relación con Moonbin se había sentido así, no tuvo que pasar demasiado tiempo para que entendiera que esto era una simple construcción de la relación y que los betas no gozan de esa oportunidad.

Los betas aunque no son lo más bajo en la pirámide de privilegios y pertenecen a la mayor porción de la humanidad, son los que menos interesan. Su vida es monótona y si encuentras a alguien que te ame será por tu propia suerte, no por obra del destino. Tampoco esa suerte te asegurará un amor eterno, los betas pueden engañar a sus parejas con facilidad y pueden terminar con ellos cuando les parezca. Los betas podrán ser muy libres, no son los oprimidos, ni los opresores pero son el punto exacto de no poder quejarse porque sus derechos al menos son respetados, ni de poder presumir porque jamás serán dueños de algo. Tuvo que entender por influencia de otros, que por mucho que amara a Bin, afuera había una persona que lo amaría más. Desde entonces, la única ilusión que había podido mantener era la de formar una familia, hasta eso se le fue arrebatado.

Se prometió el día que le rechazaron la adopción que no volvería a ilusionarse, que ya no crearía sueños que un beta no podía tener. Sin embargo su tonto corazón, pocas horas después, ya estaba latiendo como loco por un alfa rubio, otra vez. Fue el susto de ver esos sentimientos renacer lo que lo paralizó. Desde que terminaron, Minhyuk no volvió a tener una pareja e incluso si eso le daba la posibilidad de conseguir su familia, a él simplemente no le entraba en la cabeza poder estar con otra persona. Moonbin le había robado hasta la última oportunidad de enamorarse otra vez.

Y precisamente es por esos hechos es que se encontraba en una disputa tan grande con el número añadido en su celular. Llegó a su departamento hace menos de diez minutos, el silencio, la soledad y su propio rompimiento lo estaban ahogando con un vacío en su interior.

Pronto sus dedos se vieron tocando el teclado y escribiendo un mensaje. Jamás escribió un mensaje con tanta dedicación, pensó en cada palabra y coma que ponía, busco sinónimos en Internet y releyó tres veces antes de tocar el botón y que el texto sea enviado. Sus ojos no se alejaron ni un segundo del chat, si alguien lo viera pensaría que está tratando de romper la pantalla, no se daba cuenta pero su respiración era profunda y movía su pierna de los nervios. Pasaban los minutos y nada cambiaba, ni el horario de conexión, ni el visto, nada. Estaba siendo intenso y decidió alejarse del aparato, cocinar en los momentos de crisis era la mejor opción.

Cocino su cena simple, arroz y verduras, el verdadero confiable de la cocina. Puso la televisión encontrando una película y quedando inmerso en ella. Ni siquiera actuó pensando cuando encendió su celular encontrándose con el icono de la aplicación de mensajería. Tardó medio segundo en entrar en pánico, sin embargo su cerebro reaccionó tarde y ya había tocado para entrar a la conversación. Lo cierto era que, no era el único cagado hasta las patas.

 

────── 💬 ───────

Hola Moonbin. Soy Park Minhyuk, el de la pastelería.

Solo quería hacerte saber que no estoy interesado en verte,

ni en comunicarme contigo. Espero que tengas un bonito día.

──────────────

Del otro lado Moonbin se apuró a escribir, sentía que el mensaje podría desaparecer en cualquier momento y que su oportunidad desaparecía frente a él.

 

────── 💬 ───────

¡Lo siento, lo siento! Estaba trabajando, estoy muy feliz de que me hayas hablado. <3

──────────────

 

¿Recién sale de su trabajo? ¿No es eso un poco tarde? Minhyuk se sintió un poco culpable aunque no entendió muy bien por qué. No estaba preparado para esa respuesta, pensó que la respuesta más normal a su mensaje sería ignorarlo, su celular hizo un tin frente a otra notificación.

 

────── 💬 ───────

¿Cómo estás? ¿Has estado en la pastelería hoy?

──────────────

Sería una gran falta de respeto ignorar la preocupación de una persona.

 

────── 💬 ───────

Bien, gracias por preguntar.

Y sí, hace un buen rato que volví.

¿Tú cómo estás?

¿No deberías ir a dormir? Ya es bastante tarde...

──────────────

Moonbin se enterneció al leer el mensaje, sonrío imaginando la expresión del beta.

────── 💬 ───────

En realidad, no estoy muy bien.

Y no tengo sueño, sigamos hablando.

──────────────

El más pequeño se alarmó al leer el primer mensaje, se sentó recto y frunció sus cejas. Olvidándose de la frase quisiera no tener contacto contigo.

 

────── 💬 ──────

¿Qué pasó? ¿Necesitas algo?

Me duele el pecho.

──────────────

Minhyuk estaba parándose del sofá, ni siquiera había dudado de que iba a llevar al alfa al hospital, podría tratarse de una secuela del accidente que requiera de atención urgente. Recuerda que su compañero de habitación en la universidad estudiaba medicina le había dicho que los dolores musculares era importante no ignorarlos. Rápidamente volvió su mirada a la pantalla cuando esta sonó, generando en él vergüenza, ganas de pegarle al alfa y una minúscula ternura.

────── 💬 ───────

Quiero verte.

Te extraño.

──────────────

No quiso admitirlo, sin embargo esa misma sensación lo había acompañado en los últimos seis años. Pensó unos segundos, sin embargo lo único que se le ocurría escribir eran cosas de las que seguramente se arrepentiría. Termino haciendo algo peor que mandar un mensaje, porque cuando se dio cuenta, volvía a estar en frente del edificio del alfa con sus piernas temblando y queriendo volver a casa para no cometer una estupidez. En su defensa, los últimos mensajes tampoco le aseguraban que el mayor estuviera en buen estado y tampoco creía que fuera normal extrañar a una persona hasta tal nivel. Los minutos pasaban en la oscura calle y Minhyuk no se atrevía a dar señales de estar ahí, ser audaz no estaba en su naturaleza, pensaba demasiado para poder clasificarse con ese adjetivo.

El frío de la noche aumentaba junto al pensamiento de que estaba perdiendo la dignidad que le quedaba. Intenta que sus manos se entibien con el calor que aguardan los bolsillos de su saco, Toma una respiración profunda, el aire quema en su garganta y yendo con sus últimas piscas de valentía, camina hacia la puerta del edificio y toca el timbre. Pasan los minutos y el portero ya lo está mirando con pena por detrás de la puerta cristalizada. Su preocupación era cada vez más notoria, su idea era mandarle un mensaje al alfa para avisarle, sus ojos se dirigieron a las dos personas que venían por detrás de él.

Moonbin acompañado de un omega.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

Minhyuk baja la mirada y aprieta los labios, como si hubiera visto algo que no debería. El omega parece también avergonzarse y se separa del mayor un poco impactado. Una pulsación de dolor lo hace darse que ha cometido un error y que se ha entrometido entre dos personas. Esta por despedirse cuando el alfa se le acerca sin siquiera pensarlo, sus ojos brillan y una pequeña sonrisa se expande por su cara.

—Minhyuk... Viniste—confirmo el más alto agarrando el comienzo de sus dedos y entrelazándolos, el repentino acercamiento lo abrumo, quiso dar un paso atrás, pero su pie golpeo contra la puerta de entrada. Bin observo su acción y fue el quien retrocedió. Sus manos no se separaron; Bin libero la otra mano dejando que la bolsa golpeara contra el piso, con su extremidad corrió unos mechones de pelo marrón que caían sobre su cara—Lo siento, debes tener frío...

El alfa tocó parte de su pómulo, y el otro se estremeció ante el contacto.

—Bin Hyung me iré, nos vemos otro día—exclamo el omega a unos metros de ellos, rompiendo su burbuja. Minhyuk no pudo bien su cara sin embargo parecía ser un omega de alta sociedad. Intento advertirle al alfa mirando sucesivamente por donde se iba el desconocido, sin embargo el otro no entendía, y Minhyuk pensando que no habría alfa más tonto que Moonbin tuvo que explicarlo en palabras.

—¡Ve tras él!

—¿Qué? ¿Por qué?

— ¿Como que porque?—Minhyuk suspiro empujando al alfa—¡Es un muy buen omega!

Moonbin aún no tomaba el hilo de lo que estaba diciendo, un sentimiento feroz lo atravesó ante la conclusión que llego.

—¿Quieres salir con él?

El beta ya no pudo divisar al omega, bufo.

—¿Qué? No—el beta ya no pudo divisar al omega, bufo—Parecía que se llevaban bien ¿No has pensado en ese omega como tu pareja?

Minhyuk temía la respuesta, pero su prioridad siempre fue que Bin fuera feliz y por ello, que encontrara a su pareja destinada. El único punto de discusión que tuvieron durante su relación. Probablemente si no se hubieran reencontrado, seguiría pensando que el alfa ya tenía pareja y quizás hasta algún cachorro. El alfa no estaba contento con la pregunta, no, es más estaba frustrado de que el castaño siquiera se le haya ocurrido cuestionar eso. Creía que no era justo. Desde que salió del hospital—, ya que no recordaba como era antes—los omegas no eran de su atención, en realidad, eran pocas las personas que le interesaba conocer; sus amigos y tampoco podría decir su familia porque ni ellos tenían algo que captara su interés. Y pese a que estaba convencido de que no le interesaban las parejas destinadas, Minhyuk se robó todo eso. Verlo fue la bomba que activo los latidos de su corazón, Minhyuk que con el pelo castaño y unos ojos grises tomo hasta sus horas de sueño. Todo su cuerpo le había gritado que volviera a verlo, que tenía que ir a verlo.

—No me interesan los omegas—había sonado como un gruñido, y el menor noto la molestia en él—Vamos, viniste hasta aquí y encima tuviste que esperarme.

Bin abrió la puerta y seguido agarro la bolsa y rodeo la muñeca del beta atrayéndolo hasta dentro del edificio, Minhyuk evito la mirada del portero que había presenciado todo y en cambio, centro su atención en el perfil serio del alfa. Realmente se había enojado con su comentario, sin embargo aunque el mayor dijera eso, era inevitable que pudiera retener sus instintos.

Subieron por el ascensor y en menos de un minuto, se encontraba nuevamente frente al departamento donde dejo el postre la última vez. En cuanto entro noto que el lugar era tan moderno como se imaginaba, las luces de lo que parecía ser la sala de estar estaban prendidas, el otro lo observo detenidamente y le dijo que se sentara mientras el acomodaba las cosas que había comprado. Minhyuk estaba un poco incómodo, se dejó llevar por sus impulsos y ahora se encontraba con su expareja en un departamento, solos. Todo lo que debía evitar. Clavando sus uñas en su muslo prestaba atención a la decoración de la sala; las lámparas era semitransparentes y las paredes de un color crema, desde la distancia se percató de los portarretratos que posaban en el mueble de la televisión. Fue capaz de reconocerlos, Sanha, Dongmin, sus padres y se sorprendió ante la foto del hermano mayor de Bin, solo pudo verlo una vez y apenas recordaba su rostro, pese a eso fue el que más apoyo brindo en su relación y más cariño le tenía de la familia del mayor.

Mientras recuerdos se reproducían en su cabeza, sintió como una cosa peluda pasaba entre sus pies, el susto duro poco cuando la bola de pelos lo miraba desde el piso con grandes ojos resaltando en su claro pelaje, Minhyuk se relajó al instante. Acerco su dedo a la nariz de la gatita dejando que lo oliera, su nariz era muy pequeña y rosa. En un acto inesperado, el animal salto a su regazo, acostándose completamente y dejando su cuerpo en forma de círculo, parecía una nube.

—Veo que ya conociste a Mojja—dijo el alfa llegando a la sala con una sonrisa, al ver como el menor tocaba la pequeña la cabecita de su mascota y esta lo aceptaba con todo el cariño, pudo confirmar una cosa. Busco con su mirada al rededor de la sala, chasqueo la lengua—También debería estar Roa, pero es más tímida... Por cierto, ¿te gusta el pollo al horno?—asintió mirando al alfa desde el gran sofá—Perfecto, entonces haré de comer.

Minhyuk volvió a dirigir su atención a darle mimos al animal hasta que cayo en cuenta de la última frase

—Espera, espera... ¿Harás de comer tú?—agarrando a la pequeña nube entre sus brazos, pregunto sin poder creer. Moonbin respondió positivamente yendo dirigiéndose

—¿Hay algo de malo? ¿Prefieres pedir comida?—el beta negó, se sintió conmovido. Ante eso Bin dudo un poco, pero prosiguió sacando el pollo de la heladera.

—Vaya... Estoy muy feliz de poder probar tu comida—su intención no había sido decir eso en voz alta, las palabras salieron solas y pronto se encontraba con su sonrojo por la mirada vaga del animal y la sonrisa de Bin. Este dejo los ingredientes de lado para acercarse al castaño.

—Entonces tú no sabes lo feliz que estoy de poder cocinarte. 

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No quería ser molesto, realmente no era su intención mirar cada movimiento del alfa. En el pasado, Moonbin siempre se negó a cocinarle, no importaba lo mucho que insistiera, nunca pensó que fuera por los estereotipos de que los alfas no cocinan, era que simplemente Bin nunca quería que probara su comida. Recuerda su sorpresa cuando sus amigos le contaron que el mayor les había cocinado durante un campamento, en ese entonces no quiso sentirse como si fuera un pesado y molestar al rubio, pero no pudo ocultar su decepción al que su pareja no quería cocinarle.

 

Ahora con la gatita pegada a su pecho lo miraba intentando esconderse por detrás de una pared, era obvio que estaba ahí y el alfa lo había notado hace un buen rato, quería decirle que estaba bien y le gustaba que le hicieran compañía mientras cocinaba. A Moonbin le agradaba Minhyuk, le agradaba la calidez que le trasmitía, incluso si no lo conocía. Además de que verdadero comprobante se lo había dado su propia gatita, Mojja, por muy cariñosa que sea no se dejaba abrazar por cualquiera. 



—¿Quieres que te ayude en algo?—cuestiono el beta, Moonbin negó alegando que prometió ser él que cocinaría para el menor, por ahora solo estaba cortando un par de vegetales para acompañar, las papas y el pollo ya estaban perfectamente cociéndose en el horno. La gatita en los brazos de Minhyuk maúlla cuando las caricias en la parte superior de su cabecita, el beta se había quedado observando el perfil del otro. Incluso con el pasar de los, Bin seguía igual de guapo—Bin, ¿puedo preguntar de qué trabajas? 

 

—Oh, estoy trabajando de medio tiempo en una empresa—explico el alfa—Como aún no obtuve el título, solo me entregaron ese puesto. 

 

Minhyuk queda en silencio, había pasado por alto que el accidente al ser tan grave le haya interrumpido sus estudios, es decir, perdió la memoria. No había manera de que no pudiera dejar de estudiar. 

 

—¿Vendrás a mi graduación? Es este año—dejo de picar los vegetales para ponerlos en un bol, El castaño pareció dudar que contesta—Me gustaría que estuvieras ahí. 

 

A mí también me encantaría ir

 

—Tendría que ver si tengo trabajo ese día, de todas formas, intentaré ir—mientras aclaraba eso, no pudo mirar a Bin. ¿No había sido él, el que hace unas horas dijo que quería romper todo contacto? Ahora le estaba diciendo que iría a un evento dentro de meses. El menor contuvo el suspiro ante lo que escucho después. 

 

El alfa parado frente a él con la cabeza inclinada hacia la izquierda, toco su pómulo con una sonrisa. 

 

—Minhyuk, antes del accidente, nosotros éramos pareja ¿Verdad?




───────꒰ꕤ꒱───────




Un peso rodea parte de su cintura, y aun con las bajas temperaturas, bajo las frazadas no tiene una pisca de frío. Abre los ojos encontrándose directamente con dos ojos pequeños que lo miran fijamente, el animal negro está sentado en un extremo de su almohada y al darse cuenta de que el humano se ha despertado, maúlla amigablemente. Intenta girar su cabeza, pero una respiración en su cuello le hace analizar la situación. Está en una habitación, que no es suya. No reconoce la frazada ni el color de las paredes. Sin embargo el brazo que está apoyado en su cuerpo, es el de Moonbin. Sus latidos aumentan la velocidad, Mojja entre por arriba de la frazada y apoyada en sus piernas, y la que supone que es Roa no le saca la mirada de encima. Siente la cabeza de Moonbin sobre su hombro y clara respiración golpeando en su cuello. 

 

No necesita pensar demasiado sobre como termino así. 

 

—¿Puedes quedarte a dormir?—pidió el alfa. 

 

—No, no. Ya debería ir a casa. 

 

—Oh, bien—silencio—Te llevaré. 

 

Minhyuk frunció el ceño. 

 

—No te preocupes, traje mi auto.  

 

—Exacto, pareces tener sueño y manejar con sueño es muy peligroso—era verdad, ya tenía sueño cuando llego a la casa de Bin—Iré a buscar alguna campera para ponerme, espérame

 

Y en el tiempo que Bin se cambió, el castaño cayo en cuenta que esa noche había tomado toda una serie decisiones impulsivas, quizás fue culpa de lo cansado que estaba o lo bien que se sentía poder estar junto al alfa, pero cuando este volvió la pregunta salió sola. 

 

—Bin, ¿realmente quieres que me quede a dormir? 

 

Y por supuesto que la respuesta había sido

 

Recuerda que luego de eso, tuvieron un debate sobre donde iba a dormir cada uno, el beta dijo que dormiría en el sofá y el otro refuto, que si hacia eso, él también iría al sofá. 

 

Y si, el sofá es grande sin embargo Bin y Minhyuk ya no eran niños, y sus cuerpos habían crecido. El castaño cedió, la cama aunque sea un elemento más intimo, era más grande y podría mantener una distancia del alfa. Poco le sirvió esa conclusión porque la cercanía del alfa ahora estaba invadiendo todo su cuerpo. Se reprendió en sus propios pensamiento. Ahora se preguntaba a sí mismo, si realmente estado tan cansado anoche o solo lo uso como una excusa para quedarse. No quiso contestarse, el calor lo estaba agobiando y el sol entrando por la ventana le daba a entender que ya debería irse a la pastelería por lo que no podía seguir durmiendo, intento mover su pierna izquierda, pero Mojja se quejó con un pequeño maullido y ante el sonido, Bin soltó un gruñido entre sueños. El castaño suspiro intentando alejar lentamente al alfa, su cercanía era lo que más nervioso lo ponía, en cada movimiento que intentaba hacer, lo agarra más fuerte.  Realmente parecía que no quería dejarlo ir.

 

Roa se acercó a su cara, lamiéndole parte de esta, intento alejarle con su mano libre, pero fue inevitable que no le causara cosquillas y que una pequeña risa saliera.

 

— Roa, eres muuy bella—acarició la cabecita del animal haciendo que ronroneos se distribuyeran por la habitación. Bin volvió a gruñir apegándose aún más. 

 

—Estoy celoso, le das mimos a Roa y no a mí—fue como un susurro y la cercanía le había dejado escuchar cada palabra a la perfección—Buenos días por cierto. 

 

El beta le deseo también buenos días, esta situación se sentía familiar. 

 

—Bin, ¿podrías soltarme? Tengo que ir a trabajar—pidió el castaño mirando las pestañas del otro—Además, ¿tú no deberías ir a la universidad? Es día de semana y ya es bastante tarde. 

 

Pensó que quizás eso despertaría al rubio, sin embargo solo abrió un ojo vagamente para simplemente decir que iba a faltar. Minhyuk le regaño con su nombre, el calor de sus cuerpos era fuerte y si decía la verdad, él tampoco quería levantarse. Pese a eso, ya no puede dejarse llevar por sus sentimientos y debe usar su cerebro para la lógica, Moonbin es un alfa, un alfa tiene una pareja destinada. Él no puede ser esa persona. Se le vienen a la cabeza la imagen del omega con el que estaba ayer, ¿y si esa era la pareja de Bin? ¿Era por eso que se enojó tanto cuando entendió que Minhyuk quería salir con el omega? Esas preguntan lo persiguen. Eso le dice su racionalidad. Pero su corazón solo le grita que es un estúpido y que Moonbin lo quiere a el. Esa esperanza esta ahí otra vez, la odia. Prometió no volverse a ilusionar con cosas que no funcionan de la manera que le gustaría. Ayer se comportó como un inmaduro. Un día nuevo comenzó y debía dejar las cosas claras. 

 

Levantó su torso quedando sentado en la cama, haciendo que el cuerpo del alfa deba moverse alejado de su cuerpo, fue ahí cuando abrió los ojos completamente sintiendo como el calor disminuía, Bin se quejó y quiso agarrar al beta para que siguiera durmiendo con el. Sin embargo este ya estaba quitando de sus piernas a Mojja y bajándose del colchón.



Antes de que el mayor pueda siquiera entender lo que estaba pasando, Minhyuk ya se había quitado el pijama prestado intercambiándolo por su ropa de la noche anterior.



—Olvida lo que pasó ayer, vernos solo fue un error.

 

Dicho eso, Minhyuk salió del departamento dejando atrás  el espacio de comodidad que le daba el alfa, dos gatitas maullando en su ausencia y un desentendido y roto corazón.



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—¡Hiciste eso aún sabiendo que no quiero que Minhyuk tenga contacto con Bin!—exclamo Dongmin dejando caer su ira en el menor, parecía que siempre quería llevarle la contraria, eso lo exasperaba. 

 

—¡Si! Pero lo hice porque yo creo que Bin quiere tener contacto con Minhyuk, y no me voy a interponer en eso.

 

—¡Simplemente no puedo creerlo! ¡Ese estúpido de beta no quiere a Bin!

 

—¡Ese estúpido de beta es mi mejor amigo! ¿Y sabes qué es lo peor? ¡Que no es que lo odies porque haya terminado con Bin, sino que lo odias porque siempre lo quise más de lo que te quiero a ti!



Sanha respiro fuertemente intentando no seguir aumentando el nivel de la discusión.



—Que tú creas que Hyuk terminó con Bin porque no lo quería, lo respetaré. Pero no es lo que yo creo.

 

—¡Claro, porque lo quería tanto que ni siquiera fue a verlo cuando se estaba muriendo!

 

—Dongmin, Minhyuk no tenía ni idea de que lo que pasó a Bin, mucho menos de lo grave que fue.

 

—Es por eso que saqué el tema, ¿recuerdas cuando estábamos en el hospital? ¿Quién fue que nos dijo que ya le habían informado a Hyuk? ¿Lo recuerdas?

 

—Creo que fueron los padres de Bin, pero claro ahora Minhyuk no puedo mentir y hacerse la víctima. Sanha él te está manipulando.

 

—¿Manipulando? ¿Siquiera te estás escuchando? Amor, hay las mismas posibilidades de que Minhyuk esté mintiendo como las de los Señores Moon.

 

Dongmin lo miro pausadamente formando una sonrisa irónica.

 

—¿En serio estás sugiriendo lo que yo creo?—El alfa menor asintió—Por favor, ¿qué ganarían los padres de Bin alejando a Hyuk? ¿O con mentir?

 

Sanha se sentó al lado de su pareja suspirando. Pensó antes de hablar, tratando de ser lo más delicado con el tema.

 

—Sabes que nunca les agradó Hyuk, por ser beta. Si lo alejaban, podría tener más oportunidades de que aceptara ese matrimonio arreglado—Sanha razono—Además, Minhyuk no tiene razones para mentir. Tiene una buena vida, es jefe de repostería en un restaurante muy importante. Así que puedo asegurarte que si quiere volver con Bin, no es por prestigio, ni dinero.

 

Luego de eso, la sala se silenció. Sanha camino hacia su habitación dando por finalizada la discusión. Dongmin ni siquiera se inmutó, su semblante igual de serio no reflejaba su temor, no era que ahora creyera en el beta sin embargo nunca fue un fanático de los padres de Bin, y si estos realmente los habían engañado, tendría que disculparse por unas cuantas cosas.




───────꒰ꕤ꒱───────




Minhyuk llega a la panadería, con la misma ropa que uso el día anterior, un nudo en su garganta no lo deja pronunciar una palabra. Su tío lo vio llegar jadeando como si hubiera llegado tarde a la escuela en un día de examen final. Sin embargo, no sueles llegar a un examen con los ojos llorosos. 

 

A la suerte de ambos, no había ningún cliente. Su tío no tuvo que preguntar, solo lo abrazo en un intento de consuelo. Desde que era pequeño, su tío Soon fue su modelo a seguir, su soporte, y con quien más contaba cuando estaba mal. Sus abuelos eran viejos, y Minhyuk se sentía culpable si debía compartir sus dolores con ellos, por lo que recurrir al mayor era su espacio seguro luego de terminar con Bin. La dureza con la que finalizo su contacto con el alfa, genera peso en sus hombros, oprimiendo su pecho y dándose cuenta que en seis años, su cobardía todavía tomaba el control de sus decisiones.  

 

 Las lágrimas mojaron el hombro de su tío, si había algo que lastimaba, era saber que la persona que amas está triste por tu culpa. La distancia, de la panadería al departamento del rubio, no podía evitar que sus cuerpos se sintieran destrozados. Algunos describirían esa sensación como la perdida de tu alma gemela. Minhyuk y Moonbin pasaron tanto tiempo perdidos, sin tener latidos enfurecidos de pasión, que cuando se encontraron las llamas del amor pasado quemaron sus sentidos. Uno estaba confiado de sus sentimientos, consecuencia de la ignorancia que tenía sobre el dolor. Y el otro, estaba tan aterrado de volver a pasar por la separación, reviviendo sus inseguridades y viéndose rodeado por las mismas palabras que le decían que el alfa, merecía algo mejor que un beta cualquiera. Los betas, nacieron para vivir a la suerte. Los alfas a manos del destino.

 

Y como le había dicho alguna vez la señora Moon, no había cosa más innatural que la mezcla entre estos.

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Moonbin sigue esperando con el tono de espera proveniente de su celular, en uno de sus brazos carga a Mojja que llora con maúllos, Roa contesta a estos. El alfa se exaspera no solo por la actitud de sus gatitas, sino también por la falta del castaño. Está decepcionado. Durmió tan profundo junto al cuerpo de éste, que entre sus sueños, el repetido eco de las palabras de Minhyuk lo despertaron por completo . Sentía que se estaba perdiendo parte de la historia, quería entenderlo, quería que pudieran ser sinceros. 

 

Llama y llama al número, nadie responde. Bufa caminando hacia su habitación, intentando otra vez. Mientras el tono sigue sonando, se pone unos pantalones presentables. La llamada vuelve a saltar por la no respuesta, agarra el dispositivo móvil lo guarda en su bolsillo. Se pone las zapatillas para agarrar el trasportador de sus gatitas. Debe poner un poco de su comida para que cooperen, y antes de que estas pudieran reaccionar ya estaban en el coche del alfa dirigiéndose a la pastelería en un acto impulsivo, y haciéndolo aún peor solo recibe un simple Minhyuk tiene el día libre . Se maldice a sí mismo y vuelve al coche donde Mojja sigue llorando. 

 

Intenta llamar al número de Sanha, pero el contestar contesta con un mensaje de voz informando que está en una reunión y llamará cuando pueda. No puede rendirse aunque sus opciones se acaban. El único al que le queda consultar es Dongmin. Sabiendo que este está en su casa simplemente se dirige hacia allí manteniendo la esperanza de que su mejor amigo pueda ayudarlo. 

 

Baja con la jaula de las gatitas y toca el timbre, no es la primera vez que aparece de imprevisto en la casa del mayor por lo que el alfa mayor ni se sorprende, dejándolo entrar de inmediato. 

 

Y-a Así ¿quieres comer? Acabo de comprar el almuerz- le propone Dongmin mientras caminan por el pasillo de la entrada, no puedo terminar por la interrupción del rubio. 

 

¿Sabes dónde vive Minhyuk? 

 

Girando su cabeza el pelinegro lo miro de mal humor. 

 

—Así que ni siquiera vas a tratar de ocultar de que te encontraste con él—la conclusión no le agrada a Bin—Y sí, obviamente sé dónde vive. Fui a buscar a Sanha cientos de veces. 

 

Era verdad, Dongmin solía ir a buscar al menor cuando este estaba demasiado cansado como para manejar o simplemente le quedaba de paso. Moonbin esperó por unos segundos la información. 

 

—¡Pues dime! 

 

Dongmin negó. 

 

—Minhyuk es un maldito mentiroso, y a estas alturas ya debes saber que es tu ex pareja, así que no intentes juntarte con él. No lo merece. 

 

Bin aprieta la mandíbula y apoya la caja en el piso. 

 

—¿Sabes por qué terminamos?— cuestionó. 

 

Dongmin volvió a negar. 

 

—No lo necesito saber, solo me daría más razones para odiarlo. 

 

—Bien, yo quiero saberlo. Sanha no me contesta, por lo que ahora, Minhyuk es el único que sabe por qué terminamos--explica intenta razonar con el alfa—Woo, eres mi mejor amigo.  

 

—No. Minhyuk no vale la pena, si quieres una pareja entonces hay miles de personas mejor que él. 

 

Ha culminado su paciencia. 

 

—Habla el ejemplo de novio--eso fue una llamada directa a la atención de Dongmin—El que oculta a su pareja y en público lo trata como la mierda. En serio no sé cómo Sanha aún está contigo. 

 

Moonbin vuelve a abrir la puerta por sí solo, agarrando a la jaula y ardiendo en furia. 

 

—Te lo digo como una recomendación de amigo, en vez de intentar interponerte y opinar sobre mi relación con Hyuk, empieza a pensar en como tú estas tratando a tu pareja. 



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Sin información nueva, se encontraba en el punto de salida. Solo le quedaba hacer lo mismo que estuvo haciendo toda la mañana, dejarle mensajes de voz. 

 

—Hola Hyuk, te estuve llamando, no sé si ya me bloqueaste o estás ignorando mis llamadas. Lamento si te incomodé, no debí haberte abrazado. Creo que confundí las cosas, fue mi culpa— enreda sus dedos entre las hebras de su pelo—Simplemente quería preguntarte si podíamos vernos un rato, creo que Mojja se encariñó demasiado contigo y no ha dejado de llorar desde que te fuiste. De todas formas yo...— el alfa se estresa, odia la necesidad que siente de ver a Minhyuk incluso sabiendo que este no quiere verlo— ¡Dios, ni siquiera sé por qué te estoy pidiendo esto! Lo siento. 

 

Aprieta el botón con furia dando por terminado el mensaje de voz; ayer todo parecía estar tan bien, el castaño se veía tan feliz que creyó que tenía una oportunidad, una oportunidad de poder conservar esos sentimientos cálidos que florecen en su pecho cuando está con el beta. 

 

Además de todas las dudas que tiene, ¿Qué fue lo que hizo para que a Dongmin le cayera tan mal? ¿Y por qué Sanha no? Quería saber todo, cómo se conocieron, cómo fue su relación, quería saber cómo era su yo del pasado. Sin embargo todas esas preguntas no eran tan importantes si simplemente podía estar con el beta. Esa era su prioridad.

 

Notificaciones aparecieron en la pantalla del celular, supuso que era Sanha que había salido de su trabajo, y si era el, pero debajo del mensaje del menor, el claro nombre del beta estaba escrito con un texto por debajo preguntando si Mojja y Roa estaban bien. 

 

En vez de contestar se dirige directamente al icono de llamada. Y a diferencia de las anteriores, en esta si hay una respuesta. 

 

—Hola…—la voz por detrás del teléfono se escucha un tanto robótica pero no le importa, sabe que pertenece a Minhyuk— ¿Mojja y Roa están bien? 

 

Moonbin asiente como si el otro pudiera notarlo. 

 

—Creo que ahora están durmiendo pero estuvieron llorando todo el día, especialmente Mojja. 

 

— Entiendo… — Minhyuk está nervioso y avergonzado, se ha tragado sus palabras en menos de un día. Pero no podía negarlo, las gatitas de Bin eran adorables e imaginárselas llorando y maullando le ha roto el corazón más de lo que debería— ¿Puedo saber dónde estás ahora? 

 

—En mi auto— contesta sin pensar— Es decir, estoy en mi auto, pero mi auto está estacionado. 

 

Eso no tiene sentido en absoluto, corrección, eso tiene tanto sentido que suena absurdo aclararlo. Minhyuk lanza una risa ante la frase y pregunta tirando toda su dignidad por la borda. 

 

—¿Quieres venir a mi casa? Hice tartas de limón, y de paso puedes traer a Roa y Mojja.




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No sabe a qué dios rezo. Pero definitivamente se va a volver su dios de preferencia.

 

La casa de Minhyuk es extensa y la cocina espaciosa y brillante. Mojja deja de llorar apenas ve a Minhyuk, desesperadamente intenta salir de su cajita golpeando en su paso la cara de Roa que disimula su emoción. Moonbin nota el sonrojo del beta sintiendo su propio calor extendiéndose por su cara. Saca a la gatita menor de su caja que se abalanza hacia el cuerpo del menor, intentando subir por la pierna de este, pronto Mojja se encuentra siendo acunada en los brazos del castaño. 

 

Los minutos pasan, y sería realmente incómodo si no fuera por los maullidos y ronroneos de las gatitas. 

 

—Gracias por dejarme venir. 

 

Minhyuk levanta la mirada con una sonrisa forzada, el pelaje de las gatitas lo tranquiliza. 

 

—Está bien…—no lo estaba, estaba cediendo demasiado. No podía ser tan estúpido como para volverse a juntar con una persona a la que horas atrás, le dijo que se olvidara. Por otro lado, tampoco era capaz de dejar a dos gatitas llorando por su culpa. 

 

—Minhyuk, ¿no te agrado? 

 

El ambiente ya le había advertido sobre una pregunta del estilo, y en realidad, no podía contestar. Moonbin nunca fue una persona de su desagrado, incluso luego de terminar, jamás pudo ponerlo en esa categoría. Con los años, y sus sentimientos por él apagándose, pensó que lo había superado, que ya no había nada entre ellos. Que ese reencuentro le haya hecho darse cuenta que estaban más vivos que nunca, lo asustaba. 

 

—Me agradas, sin embargo no creo que debamos seguir viéndonos. 

 

El alfa aprieta su labio entre sus dientes formando su siguiente pregunta. 

 

—¿Es porque salimos? 

 

—En parte. 

 

Bin se pregunta qué más podría hacer que no quiera juntarse con él. 

 

—Minhyuk, ¿me contarías por qué terminamos? 

 

Siente el sudor corriendo por su espalda, la saliva bajando por su garganta y su pierna temblando. Esos signos tampoco son ignorados por el mayor. 

 

—¿Terminamos por algo que dijo Dongmin?—teme la respuesta, teme que su mejor amigo haya sido la razón, porque hasta ese momento todo lo que parecía estar en su contra era el alfa que juró ser su mejor amigo. 

 

—¿Qué? No, no—el beta niega, confundido ante la sugerencia, dejando que el otro alivie su cuerpo—Teníamos diferentes ideas sobre algunos temas—Sin pensarlo Bin pregunta cuáles—Bueno, eres de una familia bastante tradicional y… Simplemente no creía que nuestra relación encajara. 

 

—¿Nuestra relación?—piensa—¿Qué? ¿Por qué soy alfa y tú beta? ¿Qué tiene eso que ver?

 

El castaño asiente concentrándose en acariciar los dos animales. 

 

—Tienes una pareja destinada—suspira con un nudo formándose en su pecho—y debe ser un buen Omega, además hay evidencias científicas que comprueban que las relaciones entre Alfas y Omegas son más felices sin necesidad de que sean destinados. ¿No es eso increíble? 

 

—Minhyuk, yo no quiero un omega—tapa su cara con sus manos—Dios mío, siquiera me interesan los alfas y tú estás diciendo que terminamos porque querías que consiguiera a mi pareja destinada. 

 

Se para del sillón, apoyando sus rodillas en frente del beta que le pregunta qué hace mientras intenta levantarlo. Bin sonríe, sacando a Mojja del regazo de Minhyuk para agarrar las manos de este, mirándolo a los ojos que brillan en nervios. No sabe cómo eran antes del accidente, no sabe casi nada de su vida antes del accidente. Lo único de prueba que tiene, en su presente. Si cometió algún error en el pasado, esta vez no va a hacerlo. 

 

— Hyuk, ¿te sientes inseguro por ser un beta?— no contesta, las lágrimas que se juntan en sus ojos lo hacen por él. Como era posible que incluso con una nueva memoria y una vida nueva, Bin sepa exactamente los sentimientos que lo carcomen. La vista se le distorsiona, y el nudo que tenía sale por su garganta en ligeros sollozos. Las extensiones de Bin lo cubren, y hunde su cabeza en su pecho, Mojja y Roa también se les intentan unir y ante la patética imagen de Roa golpeando repetidamente el brazo del alfa con sus patitas, Minhyuk ríe entre lágrimas. Bin huele a perfume suave, como si fuera de margaritas, la remera de algodón rosa contra su mejilla y claramente escucha el sonido de los latidos. 

 

Con ayuda de los dedos del alfa enredándose en su pelo, los ronroneos de las gatitas y la propia comodidad que le da la situación, cierra los ojos y su cuerpo se vuelve pesado, haciendo que Bin se acomode en el sillón y que sin alejarlo ambos queden sentados. Pone su mano derecha en la cintura del mayor, agarrando con fuerza la tela para asegurarse de que siga ahí. 

 

Bin se da cuenta que las lágrimas siguen cayendo e intenta limpiarlas con su mano, los ojos irritados y la nariz roja le hacen querer no volver a preguntar, guardar a Minhyuk en una pequeña caja dónde nadie lo moleste ya es una de sus opciones. Sabe que ha desbloqueado algo en el menor, sabe que es doloroso. Por lo que besa la frente de este y lo atrae hacia él, el acto de cariño aumenta ambos corazones de sobremanera y vagamente Minhyuk se remueve en su pecho. 

 

Pasan los minutos y Bin también empieza a sentirse agotado, relajando el agarre y dejando caer su cabeza sobre la del menor. Duerme tranquilo. 

 

Lo cierto era, que sus sueños durante los últimos días habían sido un desastre. Solo esa noche, en la casa de Bin, ambos duermieron y despertaron satisfechos. Por lo que ahora, todas esas malas noches de sueño, estaban cobrando factura en un día de trabajo a las tres de la tarde.

 

 Minhyuk despierta por un sonido irritante que no conoce, sus pestañas voletean, esta vez no debe pensar demasiado. Su conciencia sobre haber dormido en el pecho del alfa es vivida y esta vez, el arrepentimiento no estaba presente. No tiene tiempo para quedarse mirando la facción serena del mayor porque el sonido sigue sonando, en la mesa ratona, el celular de Bin esta con la pantalla prendida y vibrando. 

 

Intenta despertarlo dando golpes suaves en el hombro de este, se levanta de golpe asustando momentáneamente al beta que le alcanza el celular sonando. El mayor medita unos segundos antes de responder, viendo el apodo "Molesto mayor" en la pantalla, mientras tanto Minhyuk se acurruca con Mojja.



—¿Hola?

 

—¡¿Hola?! ¿Dónde mierda estás? Me llamaron de tu trabajo porque no contestabas—la voz que unas horas antes le había dicho que no se juntara con Minhyuk, ahora le estaba exigiendo su ubicación. Ante eso mira la hora desde su celular, y se desvela de inmediato, esta media hora tarde a su trabajo. 

 

—¡Mierda!

 

—¡Si, mierda estúpido!—ninguno de los dos tiene tiempo para despedirse porque Bin ya corto la llamada, ansioso le grita a Mojja y Roa que lloran y esconden en el cuerpo del beta al notar que ya se están yendo. 

 

Minhyuk también reacciona y mira los movimientos.

 

—¿Tienes trabajo?--Moonbin asiente con una cara de decepción tratando de meter a Roa dentro de la caja, Mojja ni siquiera se ha movido de su lado—Bin, ¿prefieres que se queden aquí mientras estás en tu trabajo?

 

El mencionado se da la vuelta dejando ir a la gatita.

 

—¿Harías eso? ¿En serio?

 

—Claro, además deberías ir a tu casa a dejarlas y te tomaría mucho tiempo, puedo cuidarlas si no te molesta. 

 

Bin se acerca al cuerpo del menor, agarrando sus mejillas y acariciándolas

 

—Gracias, en serio—está realmente agradecido y sonríe, quiere besarlo y mimarlo, los recuerdos sobre la noche en su departamento lo hacen contenerse—Hyuk, no ignores mis sentimientos ni los tuyos, ¿Sí? 

 

El menor mueve la cabeza en asentimiento, y pronto este deja una beso en la mejilla del alfa. 

 

—No lo haré—la sonrisa perezosa se expande y la cara del rubio contrasta con su rojizo color. 

 

Chapter Text

La señora Moon con su cabello negro y refinada ropa sorbe del té, sus ojos son largos e intensos, parecían los de un animal desquiciado que agarraba cubiertos antes de comerte. El omega ya la conocía y traga ante su infelicidad.

—Entonces, ¿Mi hijo aún no muestra interés en ti?—cuestiona, las palabras son claras y se reproducen con lentitud.

—Es correcto, señora—El omega asiente. La mayor deja la taza de porcelana fría sobre la mesa de patas largas. Su dedo índice acompañado de anillos y cadenas colgando tocan su perilla, la uña pintada de rojo carmesí da el toque final de dominación—Señora, han pasado tantos años, en este punto creo que ya no podré hacer que Moonbin se fije en mí.

Los ojos de la pelinegra lo atraviesan, la risa elegante de la señora inunda el lugar.

—Por favor, Juyeon. No me hagas bromas así, ya estoy vieja, podrías darme un infarto—no sabe que fue lo gracioso de su comentario, pero los nervios le ganan y acompaña con risitas forzadas—Además, mi hijo tiene pésimos gustos para las parejas. No sabe diferenciar la importancia de la sangre con unos años amargos de felicidad.

Juyeon no contesta, la imagen de Moonbin cuando enfocó toda su atención en ese beta, fue algo que no podía olvidar. Sentía que conocía al beta y aunque tiene curiosidad por saber si la señora Moon lo conoce, se calla. Nunca, desde que Bin tuvo el accidente, lo vio de esa forma. Su mirada nunca brillaba y tampoco se preocupaba por su estado a menos que fuera por cortesía, lo que había visto y no iba dirigido hacía él. No pensaba comentar algo a la familia Moon hasta que estuviera seguro de quién era, porque al final, los Moon valoran la sangre y son capaces de cualquier cosa para preservarla.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

—Lo lamento, jefe. No volverá a pasar—se disculpó Bin en la oficina. Lo primero que le habían informado cuando llegó al trabajo, era de que su jefe lo estaba esperando. Esta era la primera vez que lo estaban "regañando". El mayor, vestido de traje suspiro para luego convertir su expresión en una sonrisa.

—Acepto tu perdón, pero no te lo pedí Moonbin—dice amigable—Pareces feliz hoy y eso me tranquiliza.

El alfa menor se avergüenza un poco por haber sido leído tan rápido.

—Oh, en realidad lo estoy.

El jefe no muestra su sorpresa, y simplemente asiente, quiere preguntar la razón, pero sin más termina diciendo que ya puede irse. El regaño fue severo y lo dejó con más culpa de la que tenía. Su jefe Mung, en realidad era un amigo de su familia, y fue quién más lo apoyó en su búsqueda de trabajo y el primero en ofrecerse, incluso sabiendo de qué Bin aún no estaba graduado.

Su búsqueda de trabajo fue toda una bola de problemas dentro de su familia, que casi lo obligan a trabajar en la empresa familiar. Sus padres insistieron e insistieron hasta el agotamiento, se excusó alegando que ya había aceptado con el señor Mung y no quería decepcionarlo. Que en parte era cierto, aunque solo se tratara de toda una construcción de mentiras. Porque si había algo que no deseaba, era trabajar en la empresa de sus padres, dónde la diversidad era poca y el poder ejercido demasiado. Simplemente no creía que una empresa funcionara correctamente de esa manera.

Bin sale de la oficina entre disculpas y dirigiéndose hacía su sector, donde seis ojos lo miran atentamente desde los escritorios. Bin se acerca con una sonrisa y da una reverencia hacía sus compañeros, apenas se sienta en la silla una ola de preguntas lo arrasan.

—¿Estás bien, pequeño alfa? ¿El jefe fue muy duro?—el mayor de sus compañeros cuestiona agarrando su cabeza para apoyarla en el pecho, Moonbin sólo ríe.

—Y-a Jonghyun hyung no pasó nada— el alfa mayor se negó a soltarlo incluso con la fuerza que Bin estaba dando para alejarse, su hyung era dramático y lo cuidaba como si fuera su pollito bebé.

— No te preocupes, Bin-ssi, no necesitas mentir. Sabemos que nuestro jefe es muy malo, solo piensa que cuando se muera serás el que más probabilidades tendrá de tomar su puesto y nos podrás dar un aumento a todos— Jonghyun divaga con sus planes a futuro. Bin riendo está por negar la suposición del comportamiento de su jefe y de quién tomará su puesto cuando esté fallezca, cuando la voz reprochante de su segundo hyung lo interrumpe.

— ¿Cómo puedes pensar que lo ha retado, Jjong? Sí desde aquí puedo ver que es el favorito del señor Mung— Kibum hyung resopla en forma de broma—Ya deja trabajar al pobre niño que se ha perdido un cuarto de jornada.

A pesar de lo que Kibum ha dicho, Jonghyun no lo suelta, en cambio empieza a susurrar palabras reconfortantes. Bin no sabe cómo escapar, así que simplemente deja que su hyung lo mime, además que conociéndolo perderá la concentración en unos minutos. Mientras tanto, su otro hyung y el menor de los tres, los mira serio, pero con un pequeño brillo en los ojos. Kyungsoo hyung era así, y Moonbin lo respetaba de esa manera. Sin mencionar que fue su mentor cuando llegó a la empresa y que a diferencia de lo que pensaba cuando lo conoció, era una persona muy agradable, y podría decir que es de quien más aprendió.

Como supuso, pocos minutos después la fase de protección del mayor del equipo se terminó, y por fin pudo concentrarse en las cuentas e informes que debe hacer. Ninguno de los tres mayores lo mencionó, pero fue obvio lo radiante que se veía Moonbin esa tarde.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

Zanahoria y huevo se cocinaban en la sartén, Mojja y Roa lo miraban hacer las hamburguesas, no se mantenían alejadas a más de un metro de distancia, si él daba un paso, las gatitas también. Alguna vez escucho que cuando cocinas y tienes gatos es bueno que les des a oler los diferentes ingredientes que uses.

Entre eso, el sonido de su celular suena, contesta sin siquiera mirar quien es porque sabe que se trata de Sanha.

—Hyuuung, ¿cómo estás?—Minhyk ríe ante lo pequeño que suena el alfa, aunque al terminar la frase esta tiene un sentimiento dolido.

—Estoy bien, Sanha ¿Tú lo estás?

—Si, si. Perfectamente.

Fue un segundo de silencio que le tomó darse cuenta de que esa era una gran mentira.

—Sanha...—reprocho—No necesitas decirme nada sino quieres, pero no es bueno que mientas.

Un suspiro se escuchó por la otra línea.

—Es que no creo que quieras escucharlo, hyung... Tiene que ver Dongmin

—¡Sanha! ¿Cómo puedes decir eso?—agarro el celular entre sus manos—Somos amigos, no importa de que hables, voy a escucharte.

El menor se conmueve ante las palabras, su hyung era tan bueno que a veces deseaba que su corazón hubiera elegido al beta para enamorarse.

—Hýung, tú lo sabes ¿verdad?—al darse cuenta de que quizás no es tan obvio a lo que se refiere, aclara—Que estoy saliendo con Dongmin.

Minhyuk es incapaz de mentir, y contesta que sí.

—Tampoco es como si lo ocultaran tanto, es decir, viven juntos y... Siempre fue bastante notorio.

Sanha hace un sonido de aprobación, él tampoco piensa que sus amigos son tontos, siempre se lo dijo a Dongmin, todos ya sabían.

—Llevamos más de siete años juntos, y aún no quiere hacerlo "público"—Minhyuk no contesta—Hyung, ¿es normal que tu pareja no quiera decirle a su familia, o a sus amigos de que están saliendo?

La voz de Sanha salió dolida. La familia de Dongmin tenía un pensamiento bastante similar a la de Bin, llenas de tradiciones que incluso repudian la relación entre alfas. Lo cual fue un tema de debate entre las familias más influyentes del mundo, que proponen que las familias con más prestigio son las que están formadas únicamente por alfas, y no las "tradicionales". Pese a las discusiones, la cultura de la familia tradicional fue adoptada por tantos años, que intentar alterarlo ahora sería innecesario. Las nuevas generaciones ya no se nutren en pensamientos tan arcaicos, dejando así que el modelo ejemplar de familia deje de existir, para simplemente aspirar relaciones saludables. Sin embargo, esas generaciones aún no se forman lo suficiente en la sociedad, y su poder de cambio apenas está empezando. Por lo que en estos tiempos es bastante común encontrar familias como las de Dongmin, Moonbin o Sanha.

—Supongo que si, las familias influyen mucho—Minhyuk no tenía palabras para consolar a su amigo y el silencio hablo por su pena.

—Entonces, ¿por qué cuando Bin y tú estaban saliendo él ni dudo en decirlo?

—Por su personalidad. Sabes que Dongmin es más aplicado. Y Bin, era rebelde.

Sanha coincidió, había pensado eso, desde un lado pesimista, de sus amigos Dongmin siempre fue la peor opción. Por lo que era a fiel al razonamiento de que quien te enamoras no está en tus decisiones, porque si fuera así definitivamente no hubiera elegido enamorarse de Dongmin.

Luego de eso la conversación dio un giro hacia la informalidad, hablaron de su trabajo y Minhyuk evito las insinuaciones sobre sus próximos proyectos y planes de adopción. Sería decepcionante decirle que no había ninguno. Mientras la charla seguía fluyendo, Minhyuk cocino y guardo la comida en el refrigerador, termino de ordenar el salón, las quejas de Sanha sobre su compañero en el trabajo lo mantuvieron distraído sobre los hechos de la tarde. Su situación se repetía. Escapar antes que asumir y enfrentar.

—No se puede ser tan torpe para tirar justo el café sobre los papeles más importantes... Hyung, ¿qué fue eso?

—¿Ah? ¿Qué cosa?

—Escuche algo, parecía un maullido—dice Sanha dudoso.

—Oh, es Roa, espera un momento está intentando bajar de la heladera—Hyuk mira con ternura a la gatita que maúlla por ayuda desde la altura—Roaa, ven, te ayudaréListo, quédate con Mojja—el menor escucha la voz del beta seguido de unos ronroneos. Sanha tuvo que re-analizar lo que el beta estaba diciendo—Ya esta, puedes seguir contándome.

Minhyuk dice eso como si no hubiera pasado nada, mientras que Sanha esta teniendo un cortocircuito.

—Hyung, siento que me he perdido de algo importante—Sanha no se equivoca, se ha perdido gran parte de los sucesos entre Bin y Hyuk, este último rápidamente intenta explicarle, desde los detalles de la noche anterior en la casa de Bin hasta los de su casa esa misma tarde. Agrega un poco de contexto con la situación de las escaleras y pronto abrazando a Mojja, deja al alfa con una confusión mayor. Que de su confusión lo único que saca es una pregunta que pone rojo de vergüenza al beta.

—Entones, ¿tuvieron relaciones?—Se ahoga con su propia saliva, llamando la atención de las dos gatitas. Las orejas calientes y la garganta seca no lo dejan contestar apropiadamente y exasperadamente intenta negarlo—Sabes hyung, ya no quiero saberlo.

—Espera, no, no—traga—No lo hicimos. Por Dios, Sanha... Solo dormimos—Minhyuk se tapa las orejas para bajar la temperatura con el frío de sus manos,

—Oh, es una lástima.

Con una risa nerviosa.

—Sanha, voy a matarte por decir eso.

Poco tiempo después de eso, la llamada termina y Minhyuk no puede alejar su vergüenza. No sólo por lo que ha dicho Sanha, sino por la contradicción con la estuvo actuando en el último tiempo. Se pasó los últimos años de su vida ignorando la soledad y la existencia del propio alfa, quién en un sólo día y sin saberlo, cambió completamente toda la fortaleza que había construido. Era débil frente a Moonbin, y egoísta era el sentimiento que lo llenaba. Lo quería para él. Quería amar al alfa como el pasado y repetir, como esa tarde, descansos en el sofá en el que eran ellos y unos corazones latiendo en tranquilidad.

Este es el momento en el que debe preguntarse, si es capaz de enfrentar todo lo que en el pasado lo hizo escapar. La frustración de la inseguridad lo hizo querer llorar, confirmando que lo único que necesitaba en esos momentos, era amar a Bin.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

Bin llegó a su departamento tarde en la noche, como supuso. Bin tenía las mejillas rojas y Hyuk no apartaba su mirada del pelaje de Roa. Ante no querer incomodidad, el alfa propone irse con un agradecimiento por cuidar de las dos bolas de pelos. Minhyuk se ha decidido. Y lo invita a cenar con la comida que ya había cocinado.

No puede negarse.

Y ambos terminan comiendo acompañados de Mojja y Roa que no dejan que la atención de Hyuk se aleje de ellas. Bin se siente un poco infantil por tener celos de sus propias gatitas, sin embargo el también quería mimos y los ojos del beta posados sobre él. La dignidad que le quedaba y el cansancio que le dejó el trabajo, lo detuvo de hacer una escena ridícula y en cambio, decidió hablar sobre lo que realmente le interesaba que Minhyuk supiera.

Dejando los cubiertos a medio plato a comer, fue terriblemente difícil detener los bocados porque la comida estaba tan rica que se volvía adictiva. Pese a eso, debía decirlo ahí, porque por muy descarado que pueda ser con desconocidos y Minhyuk estaba sacando un lado de él que lo hacía sentir como un niño.

—Minhyuk, realmente me gustas.

La confesión no fue repentina para el beta, estaba feliz de volver a escuchar esas palabras, y los latidos de su corazón se demostraron en una sonrisa.

—Tu también me gustas-dice Hyuk con una sonrisa que aumenta al ver los ojos brillantes de alfa—Pero tomémoslo con calma ¿Sí? Aún me estoy acostumbrando a volver a tenerte, apuesto que además debés estar muy ocupado con la universidad y el trabajo como para formalizar algo.

Moonbin escucha, y entiende al beta, asiente sintiéndose más tranquilo ahora que sabe que sus sentimientos son aceptados.

—Gracias por no ser egoísta con mis sentimientos.

Minhyuk ríe.

—No agradezcas, soy yo el que se siente agradecido de poder volver a reír contigo.

Moonbin encuentra la mirada de Minhyuk conmovedora, hay momentos en los que se olvida de que ese beta que tiene enfrente, lo conoce hace años y que ya tuvo la oportunidad de tener una relación con él. Ahora se siente celoso de que Minhyuk recuerde tanto, y el viva en una nube de ignorancia, donde solo tiene el presente.

—Oh, y por cierto, ¿puedo llamarte Hyuk? Me siento muy formal cuando te llamo por tu nombre—es ese puchero que lo enternece por dentro y lo hace asentir.

—¿Quieres postre?

El postre es agradable al paladar, con un suave sabor a limón y un bizcocho húmedo que se deshace. Es fino, se nota la calidad y se pregunta dónde y quién le enseñó a cocinar tan bien. Si habían sido los padres de Hyuk, y si era así, cómo era que lucían. Se pregunta cómo fue su infancia y cómo se conocieron. Se convence de que ya tendrá tiempo para conocerlo mejor, y que ahora debía disfrutar de la compañía.

—Mmm este postre me recuerda algo—dice Bin analizando el color tan amarillento del postre.

—¿Sí? ¿A qué?—pregunta el menor diciéndose que es imposible que sea lo que está pensando.

—No vayas a reírte—advirtió moviendo el tenedor, el castaño promete que no lo hará—Tengo un plato con forma de pollito en mi casa, y cómo que me da la misma vibra que este postre.

Sus miradas se encuentran, el mayor con una sonrisa y el menor con una incredulidad que se convierte en una risa de principio nervioso y de final amoroso.

—¡Dijiste que no te reirías!

—No, no es lo que crees-más risas—es que no puedo creer que aún tengas ese plato.

—¿qué? ¿Tienes algo en contra de mi platito?—bromea en falsa indignación.

Minhyuk sigue riendo siendo llevado por recuerdos.

—Al contrario, estoy muy feliz de que aún lo tengas-Bin no entiende la felicidad y sus exigen una respuesta—Es que... En tu primer cumpleaños que pasamos juntos, me dijiste que no aceptarías nada de que yo comprara y que si te quería regalar algo, lo debía hacer a mano.

Moonbin se sorprende al escuchar lo desvergonzado que era en el pasado, hoy ni siquiera podría pensar en atreverse a hacer tal petición, y mucho menos al beta.

—Y bueno, mi primera idea obviamente fue hacerte un pastel porque era lo único que sabía hacer—Minhyuk se tapa la cara de vergüenza riéndose de su pasado—Y recuerdo que Sanha me dijo que era un regalo muy pobre, así que intenté hacerte un plato, estuve una semana intentando hacerlo, solo para que quedara ese plato deforme de pollito.

El ambiente es cálido y Moonbin toma la anécdota con una sonrisa y manteniendo en su cabeza de enojarse con Sanha por haberle dicho a Minhyuk de que su regalo era pobre. De todas formas, Minhyuk también lleva una sonrisa en la cara llenando su cabeza de nubes rosas y aceleraciones en el pecho, era una sensación de estar entre el sueño y la adrenalina.

—¿Ese día me serviste este mismo postre?

Con los labios juntos, Minhyuk asiente por haber sido descubierto en la coincidencia que genero.

—No pensé que lo relacionarías. Lo siento—el tono de esa disculpa no es tan sincero por la risa que sale luego, Bin no le presta atención y solo se enfoca en observar cada detalle de la cara del beta. Se da cuenta de que aunque no se conozcan hace mucho (o al menos el no lo haga) las diferencias desde su primer encuentro ya eran notables, un aire de orgulloso lo llevo a preguntas descaradas, la luminosidad y las risas que Minhyuk tenía en esos momentos ¿eran por su presencia? ¿Era porque en ese momento estaba comiendo en su casa?

—Hyuk, ¿estás seguro de que eres beta?

Moonbin parecía tener la costumbre a hacer preguntas sin importar el contexto, tardo un poco a acostumbrarse a ello, en realidad era muy diferente a esa parte del menor, que al contrario es cuidadoso con las palabras que dice en voz alta. Contesta con sinceridad, no tiene dudas, en todos sus chequeos se hace una prueba de género porque tampoco era leyenda que hay betas que descubren sus verdaderos géneros luego de años, pero este no era su caso. Minhyuk es y será siempre un beta.

Moonbin entiende y confía en las palabras del castaño, que sus ojos antes brillosos, ahora se encuentran bajos. Entonces cuando quiere preguntar si tiene inseguridades sobre su género. Minhyuk devuelve la pregunta.

—¿Por qué preguntabas?

Moonbin ni lo piensa y contesta.

—Simplemente creo que cuando estoy contigo estoy muy feliz, y se me ocurrió de que podías ser mi destinado—la explicación del alfa es suave y su mano se encuentra acariciando el pómulo de su compañero, la última palabra rebota en la cabeza de Minhyuk que pronto deforma su expresión en algo agrio y las arrugas del fruncimiento que se juntan en sus cejas le advierten del enojo que se forma en el beta.

—No vuelvas a decir algo así—aleja el contacto del alfa—los betas no tenemos destino escrito. 

Chapter Text

Los meses pasaron y su relación quedo en un trance. Siguieron encontrándose con la excusa de que las gatitas extrañaban a Minhyuk, sin embargo ni una palabra de sus sentimientos ni de la disputa que tuvieron la última vez fue mencionada. Obviamente Minhyuk tuvo que volver a su trabajo en el restaurante, donde solo pudo llevar malas noticias para su jefe, quien fue tan amable de ofrecerle más vacaciones si necesitaba tiempo para reponerse por la adopción fallida. Claramente en su mente vacaciones significaban tener que pensar más en ello, que era lo último que quería. 

 

Moonbin también descubrió que él trabajaba en un restaurante y se sintió avergonzado al saber que era un Chef profesional, Minhyuk entonces se rio ante la suposición de Bin de que él trabajaba de tiempo completo en la pastelería de sus abuelos, aunque tampoco puede culparlo, no era la primera persona que pensaba eso. Y trayendo a Bin al tema principal, este ya estaba por graduarse y la invitación no tardo en llegarle. 

 

En realidad, se sentía como un gran villano de la historia. Cuando se graduó de secundaria, en la misma que asistía Moonbin, no había sido un buen día. En realidad, fue uno de los peores días de su vida, el pico de la tormenta. La graduación se festejó en la institución, con un día soleado y brilloso, con grandes sonrisas y suspiros de alivio para aquellos que ya se preparaban para entrar a la universidad. Minhyuk en cambio, se pasó el día con una roca en su cuello, con una culpa en su espalda de la cual no podía deshacerse. Terminar con Moonbin un día antes de la graduación, no fue una acción inteligente. 

 

Ni para el que no sabía como explicarle a sus amigos lo que había pasado, ni para Bin que falto a su propia graduación. El día de su separación fue la última vez que vio a Bin aunque no estuviera en sus planes. 

 

Estaba teniendo el derecho de ver a Moonbin graduándose cuando él fue quien le quito la anterior, esa culpabilidad que carga en su pecho incluso con el pasar de los años. Esta vez se aseguraría de no equivocarse para que Bin pueda tener la graduación perfecta y que quizás así, podría liberarse de ese peso.

 

El día de la graduación de Bin, empieza temprano para Minhyuk. Se levanta en el amanecer, cocina medio dormido y medio decidido en que la prolijidad del postre debería ser exquisita. Para cuando sus ojos se cierran, solo debe mirar el reloj avanzando para seguir su curso. En el descanso de la torta, se da una ducha y prepara el traje que hace tanto no vestía, sabe que el negro y los extremos plateados resaltan el castaño y el gris de sus ojos. Peina rápidamente sus cabellos revisando que el postre vaya por buen camino, el frío sigue haciendo sus efectos, sonríe satisfecho por lo bien que está quedando. 

 

El invierno ya había pasado y con ello la primavera ya estaba floreciendo en colores vivos, la temperatura cálida y el buen humor de la población coreana era notoria. Minhyuk en cambio prefiere las épocas de frío, cree que los postres tienen mejor sabor cuando el mundo es gris. Que el azúcar puede endulzar hasta las peores experiencias. 

 

Sin embargo esa ideología no lo terminaría ayudando. En algún punto, la rutina que había ideado la noche anterior, empezó a salir mal. Los kilos que había ganado con los años, le habían hecho una terrible jugada y ahora de su precioso traje solo le cerraba uno de los botones. Intento ignorar eso, convenciéndose de que no era totalmente necesario usarlo cerrado y que se seguía viendo bien. El peor error de esa mañana fue el intentar sacar la torta con una mano mientras contestaba la llamada de Sanha, parte de la torta golpeo contra la mesada haciendo que la crema se esparciera por su traje y celular.  

 

Fueron tres segundos de que su cabeza quedara en blanco, la voz de Sanha por detrás del teléfono preguntándole si estaba ahí ni siquiera pudo distraer un segundo su mirada del traje. Estaba furioso, consigo mismo, pero estaba furioso. Corto la llamada con el alfa sin siquiera dejarle rechistar. 

 

La perfección del día se había arruinado, la crema semi-húmeda fue adherida por las partes atacadas de su saco y la torta… no había con que salvarla. Sintiendo que iba a colapsar, respiro profundamente, estrés fuera, dentro máxima velocidad. 

 

Le prometió a Bin que iba a hacerle el mismo pastel que en su primer cumpleaños juntos, eso fue por lo que empezó. Le era difícil entender como a un chef como, jefe del área de repostería de los restaurantes con más prestigio de Corea, había cometido un error tan estúpido como ese. Repitió el proceso anterior contando cada minuto que pasaba, nuevamente durante el proceso de enfriamiento de la torta fue corriendo al baño mojando con el agua de la canilla la parte sucia de su traje y de esa forma sacar la mancha que tanto le estaba irritando. Miro el reloj tragando duro, faltaban dieciocho minutos para que la ceremonia empezara, y veinte minutos era lo que necesitaba la torta en frío; si bien no tardaría mucho en secar su ropa, también estaba el tiempo de viaje que cuanto más se acercaba al mediodía, mayor era el tránsito. 

 

Tenía ganas de llorar. 



───────꒰ꕤ꒱───────

 

Bajo del auto casi corriendo, el lugar exterior de donde se estaba llevando a cabo la ceremonia, estaba vacío. Iba quince minutos tarde con la seguridad de que cuando llegara a casa tendría dos multas por exceso de velocidad. Entro al gran establecimiento donde una muchedumbre de gente miraba al escenario, los nombres de alumnos sonaban por los parlantes, todos los asientos estaban ocupados y la gente parada-en su mayoría personas que le llevaban media cabeza-le impedían cualquier  visión posible. Saltando entre la gente intentando averiguar si el turno del alfa ya había pasado, el sudor y el estrés de su preparación tenía su presión al máximo. La bola de personas se volvía cada vez más molesta, empujándolo contra la espalda de los pobres desafortunados que estaban adelante suyo. 

 

—¡Y-a, no empujen!—el grito de Minhyuk se perdió entre las personas y también poco le intereso cuando el nombre de Moonbin resonó en el lugar. Su cuerpo fue un relámpago buscando un espacio libre entre los cuerpos para poder dirigir su mirada, Minhyuk lo pudo ver. Tenía que mover la vista por el constante movimiento, sin embargo la imagen del alfa recibiendo el papel con las letras en negro y la sonrisa de este frente a las personas fue la limpieza de su alma. 

 

No había palabra para describir como la ola de sentimientos que pasaron por su cuerpo, era un pensamiento puro, una sensación que había querido ignorar todos esos meses junto a Moonbin. 

 

Quiero ver esa sonrisa el resto de mi vida.

 

Claramente Moonbin no fue capaz de divisarlo entre la multitud, e incluso aún ni siquiera sabía que ya había llegado. Fueron segundos que estuvo sobre el escenario, pero para ellos fueron como millones de años. 

 

Uno pensaba que estaba solo y el otro llevaba estrellas en el pecho del orgullo. 



Los nombres siguieron siendo nombrados y la hipnosis que había penetrado a Minhyuk fue abandonada con una sonrisa cuando ya no pudo ver la cara de Bin. Lo había hecho, Bin se graduó y él, fue capaz de presenciarlo. Luego de eso, salió en busca de aire fresco, poco a poco el exterior también se fue llenando dando a entender que la ceremonia ya había terminado y que ahora tocaba sacar fotos en familia para presumir a los vecinos. 

 

A lo lejos pudo reconocer el pelo rubio del alfa dando unos pasos hacia adelante, se dio cuenta de que estaba rodeado por un círculo de gente, entre ellos Sanha, Dongmin y la señora Moon. No estaba tan lejos y con avanzar unos cuantos metros ya sería demasiado notorio que se estaba dirigiendo hacia ellos. Era lo que justamente no quería que pasara. 

 

Se confortó así mismo acariciando su brazo y mordiendo su labio inferior. Aparecer así como así frente a las personas que probablemente más lo odiaban no estaba en sus planes. Con la mirada baja definió que podía esperar a cuando Moonbin se separara para saludarlo y si la ocasión no se daba, le mandaría un mensaje para quedar en su departamento como habían hecho en los últimos meses. 

 

Su espera siguió y siguió, en un costado y excluido de todos los círculos, intento hacer que no fuera muy notaria la soledad. Entre el murmullo de las familias felices, su cerebro fue capaz de procesar los pasos rápidos que venían detrás de él, muy diferente a que su cuerpo pudiera reaccionar a tiempo. El golpe contra su espalda fue duro y la fricción de la persona que venía corriendo fue suficiente para hacerlo caer. Sus manos no se dirigieron a proteger su propio cuerpo, sino a proteger su bolso, dónde llevaba el regalo de Bin. 

 

La caída llamó la atención de las personas de su al rededor generando una ola de reacciones de sorpresa, y a lo lejos con la mirada borrosa por la caída, Minhyuk nota como Bin gira su cabeza. 

 

Dios, dios. Lo siento tanto la persona que lo ha golpeado se disculpa mientras también se levanta del piso, Minhyuk no reconoce la voz y se preocupa mucho más por el regalo de Bin que por su propio cuerpo. Le tomó un segundo ver la cara de la persona que lo estaba ayudando, solo para que resultara ser el mismo omega que había acompañado a Moonbin aquel día. 

 

Ambos quedan paralizados, el joven omega no sabe cómo reaccionar y Minhyuk solo traga la saliva parada en el borde de su garganta y se para por sí mismo. Sonríe hacia el otro y agradece la ayuda. Las miradas de las familias presentes y la propia relación que tienen Minhyuk y el omega generan la atmósfera incómodamente perfecta para ser rota por el grito entusiasmado de Bin. 

 

¡Minhyuk! el llamado siente los brazos del alfa rodeándolo por detrás y la cabeza que se apoya en su hombro. No es necesario siquiera pensarlo, el shampoo de coco llega a él dejando que todo el estrés de ese día se fuera en su siguiente respiración Estoy feliz de que estés aquí, ¿pudiste verme cuando recibí mi título?

 

La ilusión no solo se mostraba en los ojos que dificultosamente Minhyuk podía ver, sino en sus propias palabras. Había una esperanza y alegría en la manera que el alfa había reaccionado que lo avergonzaba de que simplemente esté dirigido hacia un simple beta como él. Lamentablemente no pudo contestarle, ya que Juyeon, el omega que había presenciado tosió incómodamente.

 

Oh, hola Juyeon, ¿viniste? ¿mi madre te invitó? Moonbin mira vagamente al omega que asiente evitando la escena de los dos restantes, es ahí cuando Minhyuk cae en cuenta que todo el cuerpo de Bin está pegado al suyo sin vergüenza alguna. La separación fue tan rápida que hizo que el alfa se quejara e intentara volver a acercarse. 

 

¡Juyeon, que bueno verte! el exclamó de la señora Moon llego mandando una alerta al cuerpo de Hyuk. La señora Moon saludó con dos besos al omega y antes de girarse completamente hacia su hijo, una mirada de desprecio fue llevada hacia el castaño Hijo, ¿podrías llevar a Juyeon con los demás? 

 

Moonbin quiere decir que no, quiere quedarse con Hyuk. Y este sabe las intenciones ocultas detrás del pedido de la Señora Moon. Juyeon también y ve el sudor frío que cae por la nuca del beta. 

 

No es necesario, señora Moon-habla el omega en contra de su instinto Solo vine a saludar a Moon bin, y creo que ahora tiene mejor compañía. 

 

Lo último no fue dicho con malicia, y eso fue lo que molesto a la señora Moon. Juyeon le debería unas cuentas explicaciones, pero por ahora, tendría que fingir que estaba encantada con la presencia del beta.

 

Minhyuk mira hacia atrás, donde antes estaban Bin y su madre, encontrándose con los ojos de Dongmin y dándose cuenta de que se ha metido en un gran problema.  



───────꒰ꕤ꒱───────



Si las miradas matarán, sabía que ya lo estarían metiendo en el cajón, no solo la señora Moon sino también Dongmin tenían sus vistas en cada uno de sus movimientos. La señora Moon lo disimulaba mejor. El alfa no estaba teniendo ningún cuidado en que no se notaran las sombras en sus ojos, lo que solo logró que Bin le susurrara una advertencia, molestándolo aun más. 

 

Sencillamente Minhyuk hubiera negado la invitación al restaurante de primera clase que humillaba de sobremanera a su pobre traje. A Bin, eso era lo que menos le importaba, como Hyuk estaba vestido o si su pelo estaba desordenado únicamente podrían hacerlo más bonito a sus ojos. Priorizaba la comodidad y el trato que le daban. Fue tonto. Su pedido fue tonto. Incluso si ya sabia que Dongmin y su madre no estaban de acuerdo con la presencia del beta, él lo invito. No fue apropósito. Al contrario, quería demostrarles que no importara lo que ellos pensaran, se quedaría con Minhyuk. Sus acciones terminaron en un efecto inverso, y los ojos del beta expresaban pánico. 

 

O bueno eso hasta que cierta pareja llegó al restaurante. Myungjun y Jinwoo. 

 

Minhyuk se vio ilusionado y sorprendido por la presencia de ellos, la pareja no se quedó atrás, perplejos ante el hecho de que ambos lo conocieran cuando según Myungjun no habría razones por la que su pareja tuviera conocimiento de la existencia del castaño. 

 

Fue una ronda de saludos rápidos, y un saludo cariñoso por parte de Myungjun hacía Bin, era casi como un hermano pequeño. El omega sólo saludo a Hyuk como otra persona más de la mesa, ya que en realidad, no sabía cómo se sentía respecto a él y sus acciones. Jinwoo en cambio, fue mucho más formal con los demás invitados, y una sonrisa se formó cuando vio al beta. 

 

De todos los lugares que había, no pensé que te encontraría aquí Hyuk el mencionado se paró de la mesa para abrazarlo Es bueno verte bien. 

 

La mesa entera fingió no estar asombrada al saludo de estos. Bueno, menos Myung y Bin que no dudaron ni un segundo en preguntar de dónde se conocían. Hyuk río volviendo a su lugar, y Jinwoo se sentó junto a su pareja. 

 

De la universidad contesta Jinwoo. 

 

Éramos compañeros de habitación agrega el otro beta No sabía que salias con Myungjun hyung. 

 

Bin se sorprende en como la transpiración del castaño desaparece en cuestión de segundos, y como los demás invitados retoman sus conversaciones entre sí. Su madre que antes no apartaba la vista de Minhyuk ahora solo charla con su tía. Sin embargo apenas posa los ojos en Dongmin, este se levanta de la mesa repentinamente causando la sorpresa de unos cuantos. E incluso se escucha a Sanha preguntarle que le pasa, y como si haya visto un fantasma con una mirada desorbitada y una gota de sudor cayendo por la sien, se dirige al baño. De todas formas, en un instante Minhyuk vuelve a tomar su atención cuando hace un sonido de disfrute. 

 

—¿Está bueno?—pregunta Bin refiriéndose al pastel de carne que estaba comiendo el beta, este asiente gustoso y ofreciéndole un pedazo del mismo—No, está bien, prefiero que lo comas tú. 

 

El alfa sonrió viendo al otro comer, y sin darse cuenta, le acomodo el pelo castaño haciendo que no solo el beta se sonrojó sino que también Myungjun comenzara a exclamar que no hagas cosas cariñosas en frente del porqué vomitara azúcar. Bin no lo sabe, pero Myung ya le ha reclamado lo mismo anteriormente. 

 

Jinwoo en cambio, poco le importan las acciones de amor de ese par, y se fija en la puerta del baño. Sonríe hacia sí mismo y decide que es mejor seguir comiendo con todos los demás. Con el paso de los minutos pasando y casi una hora cumpliéndose de que Dongmin se haya ido, Sanha empieza a preocuparse demasiado. De todas formas, la gente ya se encuentra saliendo al patio del restaurante para tomar un café y poco les importará que él también desaparezca.  

 

Los invitados de la madre de Moonbin eran agotadores, bueno en realidad era agotador interactuar con ellos, que si el carro de nueva generación que se compraron, que sus casas en el extranjero y sus caras de sorpresa cuando uno les dice que no goza de eso, lo frustra tanto que vivan en su nube de dinero. Es por eso, que siempre su favorito fue Minhyuk, el que da lo máximo de él para conseguir sus metas y no presume sus privilegios desde el egoísmo. En el pasado, Bin y Dongmin eran así, solo preocupándose por sí mismos y viviendo en la ignorancia, claro que la situación dio un giro de noventa grados cuando empezaron a llevarse con el beta. 

 

Con esos recuerdos en mente, entra al baño. Lo primero que siente son las feromonas de ansiedad que se esparcen por todo el lugar, sus instintos se activan y corre a tocar la puerta del tercer cubículo donde se concentra la mayor cantidad de feromonas y donde se escucha la respiración entrecortada del alfa. 

 

—¿Dongmin?—El llanto se convierte en silencio apenas pronuncia el nombre. 

 

—¿Si?—la voz intenta sonar fuerte pero sale ahogada. 

 

Sanha apoya la cabeza en la puerta. 

 

—Dongmin, abre. 

 

El nudo en la garganta de Dongmin le dice que si intenta negarse o abrir su boca para hablar, las lágrimas no dudarán en salir. Por lo que simplemente abre la puerta intentando mostrar compostura. Sin embargo los ojos rojos hablan por sí mismos. Sanha no sabe qué preguntar. 

 

Son pocas las veces que lo ha visto llorar, y peor aún es cuando ni siquiera tiene una idea de cuál podría ser la causa detrás de la ansiedad de Dongmin. Lo rodea con sus brazos dejando que la cabeza del mayor quede en su pecho. El mayor no puede evitarlo, sus lágrimas empiezan a humedecer el cuerpo de Sanha, haciéndolo sentir avergonzado de sí mismo, rara vez este tipo de afectos sucedían entre ellos. 

 

—Sanha, ¿Realmente creer que la razón por la que Hyuk termino con Bin fue por palabras de otros?—la pregunta fue entrecortada, sabía que debía contestar con sinceridad. 

 

—Si—la respuesta solo hizo que los sollozos de Dongmin si hicieran más fuertes, y con las luces baratas y las voces de afuera ahogadas en el baño, allí se quedaron. 

Chapter Text

Fueron minutos que Moonbin se alejó, dejando a Minhyuk solo en la mesa con su madre. En el momento que Bin le aviso que iría por un rato para saludar a otros familiares, fingió que no le importaba y le dijo que fuera tranquilo, que él esperaría en el mismo lugar donde estaba. Y eso fue lo que intento hacer. Picoteando de lo que le quedaba en el plato e ignorando la presencia de la mujer, su mano empezó a temblar dándole la señal perfecta a la alfa para que se parara de la mesa agarrándolo del antebrazo y llevándolo a rastras hacia el depósito del restaurante. 

 

La esbelta figura de la mujer, ocultaba la fuerza que llevaba su cuerpo. Minhyuk estaba atónito, sabía lo que se venía y aun así estaba actuando igual que su pasado adolescente. Los latidos de su corazón retumbaban en sus oídos, como si estuviera viviendo un déjà vu sus ojos temblaron. Los años había pasado y él, seguía teniendo miedo de mirar a la mujer a los ojos.  

 

La alfa lo empujo desde el pecho para apoyarlo en la pared, se disgustó tanto cuando reconoció el perfume de rosas y metal de la mujer que sintió ganas de gritar. Ya no era solo su mano, su cuerpo temblaba, para la alfa se veía como un patético pequeño cachorrito. 

 

A la señora Moon se le fue imposible no reírse, Minhyuk tenía ganas de escapar, la odiaba. El pelo negro, la ropa cara y las joyas seguían igual incluso con el pasar de los años, ella seguía siendo el mismo monstruo de siempre. 

 

—Que beta tan ridículo eres—dijo la mujer con una risa tocando sus largas uñas—Mínimamente pensé que esta vez lucharías por respeto. 

 

La madre de Bin apoyo su espalda en la pared de manera relaja y cruzo sus pies, Hyuk la miraba cansado. Quería poder vivir tranquilo con Bin. Ese fue su deseo. Deseo que nadie más, ni siquiera Dongmin, Sanha, Jinwoo existirán. Solo quería que quedaran Bin y él. 

 

—Sabes lo que voy a decirte, ¿verdad?—cuestiono levantando las cejas, Hyuk asintió bajando la mirada—Pero siéndote sincera, estoy sorprendida. Trabajas en un buen restaurante a pesar de que hice que cancelaran tu beca en esa universidad y pedí que denegaran tu acceso a la mayoría de universidades del país. Cada vez encuentro más similitudes entre tú y una cucaracha. Impresionante, Park Minhyuk no se muere no importa la cantidad de obstáculos le ponga. 

 

La risa de ambos fue amarga. 

 

—Es fácil sobrevivir a serpientes como tú—Minhyuk dijo acompañando la conversación. Quizás si se tomaba esto como humor, podría durar un poco más sin desvanecerse. 

 

—Me alegra que lo entiendas, Minhyuk. Serpientes y cucarachas no van juntas—dijo la alfa con una sonrisa y parándose recta. 

 

—Bin no es como tú. 

 

La mayor suspiró. 

 

—Tienes razón, Bin no es como yo. Ni siquiera debería ser un Moon—hizo una mueca—Por algo tuvo un accidente ¿no?

 

Minhyuk sintió como su cuerpo se congelaba, era un frío con una llama dentro, un frío que quemaba. Una llama que levantaba sus ganas de matarla. Realmente quería hacerlo y eso le asustaba. La señora Moon cruzo el límite. Intimidarlo a él por ser beta, intentar arruinarle su futuro y su autoestima no podía compararse con intentar asesinar a tu propio hijo. 

 

—Primero fue su hermano, que se casó con un alfa cualquiera. Y luego él, que no solo salió con un beta cualquiera como tú, sino que incluso sabiendo que lo abandonaste se negaba a dejarte ir y salir con un omega de buena familia como Juyeon. 

 

Las palabras de la señora Moon poco le importaban, trago saliva con sabor a sangre.

 

—¡Intentaste matar a tu propio hijo! 

 

La exclamación vino con un tono de obviedad, como si le gritaba eso la señora Moon entendería lo desquiciado que eso era. Pero simplemente bufo. 

 

—Si, en vez de morirse perdió la memoria y ahora nos encontramos en el mismo lugar que antes Minhyuk—la voz elegante lo enojaba, como podía estar tan tranquila. Lo lleno, la furia lo lleno lo suficiente para abalanzarse sobre la mujer. Minhyuk jamás había golpeado a alguien, por lo que la satisfacción que le dio cuando su puño impacto con el pómulo de la alfa fue una sensación que lo cambio por completo. La odiaba. La odiaba porque fue la razón que la vida de Bin haya sido tan miserable. 

 

No fue su culpa, no, no lo fue. Todo fue planeado por la hija de puta a la que estaba golpeando. Que haya terminado con Bin, que se haya alejado de sus amigos y estos se pusieran en su contra, que Bin tuviera el accidente. Detrás de todo, había estado la señora Moon. 

 

El golpe fue duro, lo suficiente para lastimar sus propios nudillos pero su vista estaba nublada con el dolor, la frustración y la rabia. Unos brazos lo separaron y lo agarraron por las axilas. 

 

—Hyuk, ya esta, no vale la pena—las palabras se metieron en su cabeza e hicieron que se girara exaltado, era Bin. Era Bin que lo miraba preocupado y lo estaba sosteniendo—Vamos. 

 

Se pudo parar con la ayuda del alfa, la señora Moon seguía tirada en el piso, consiente y tocándose la herida que Minhyuk le había hecho. Bin se dio cuenta que la estaba mirando, Hyuk estaba congelado en su lugar, ¿el había hecho eso?

 

—Vámonos—esta vez Bin agarro su brazo, abriendo la puerta del depósito, llevando consigo al beta con el rostro serio. El beta tenía miedo, ¿se había enojado con él? ¿Bin estaba molesto por lo que le hizo a su madre? Y si era así, ¿cómo se lo explicaría? ¿Cómo le diría que su madre era la culpable de su accidente? 

 

Bin lo guiaba hacia la salida, cruzando todo el restaurante unos cuantos ojos se posaron sobre ellos, porque las feromonas de Bin eran notorias y la expresión sobre él gritaba que si se metían en su camino no tendría piedad. Excepto para Myungjun, que en cuanto se percató de la condición del lugar, se acercó a ellos dos con el ceño fruncido. 

 

—Bin, ¿qué pasa?—Myung intento tocar el brazo del alfa, sin embargo este ni oportunidad le dio, ignorando completamente su presencia y su pregunta. Hyuk lo miro apenado, sabiendo que esa actitud venía de sus acciones, se disculpó hacia el omega aun siendo llevado por Bin. 

 

En cuanto salieron del restaurante, un viento veraniego lo golpeo, la culpa estaba llegando y sus extremidades empezaron a sentirse pesadas. 

 

—Bin...—el nombrado no se detuvo—¡Bin!

 

El alfa no reaccionó y siguió llevándolo hacia su auto. Abrió la puerta del co-piloto y espero en un lado para que Minhyuk entrara. Antes de ir, abrió la puerta trasera agarrando algo que el beta no llegó a ver, hasta que entro por la puerta del piloto, con un kit de primeros auxilios en su mano. Bin se sentó en el asiento abriendo el kit en su regazo y buscando un pequeño spray blanco. Lo agarró con su mano derecha, y girando su torso con la izquierda agarro la mano lastimada de Hyuk sin hacer presión.  

 

—Va a arder un poco—anunció el alfa sin mirarlo, presiono el botón del spray haciendo que el líquido frío golpeara contra su herida, Hyuk se sorprendió al darse cuenta de que no dolía tanto como pensó—Hyuk, no vuelvas a golpearla. 

 

Lo sabía, estaba enojado. El beta bajó la cabeza apenado.

 

—Lo siento, n-—Hyuk fue interrumpido. 

 

—Si quieres golpear a alguien, me puedes avisar y lo haré por ti—Bin puso una bandita en sus dedos lastimados—Pero por favor, no vuelvas a lastimarte. 



Hubo algo en el cuidado de Moonbin que hizo que su corazón tuviera unos latidos que no debían estar ahí, y unas pequeñas mariposas que fluyeron por todo su cuerpo. Era lo que sentía cuando estaba siendo amado. Formo una sonrisa con sus labios presionados, al final, Bin era Bin y ni una memoria perdida podía cambiarlo. El alfa terminó de cubrir sus heridas, sin embargo no alejo sus manos de la herida, al contrario se quedó mirándola y asegurándose de que no hubiera ningún lugar sin tapar. 

 

—¿Duele mucho?—Hyuk negó ante la cuestionante de Bin, alejo su mano herida sobre la del alfa haciendo que esté lo mirara. Su mano lastimada no detendría que no le de mimitos a Bin. Quizás no era el mejor momento, ni el lugar más cómodo, pero lo abrazo; rodeando sus brazos en la espalda del rubio, moviendo su mano verticalmente y de forma cariñosa—Hyuk, ¿Estás bien? 

 

El beta lo atrajo todavía más hacia él, dejando que el alfa apoyara su cabeza en su hombro y que se fundiera allí. 

 

—Nunca he estado mejor—aseguró e hizo una pausa—¿Tú lo estás?

 

Bin lo pensó un segundo. 

 

—Si tú estás bien, entonces yo también lo estoy—el alfa fue determinado con sus palabras. La cantidad de veces que él había escuchado eso en el pasado, era abrumante. En sus años de secundaria, era la respuesta que siempre recibía cuando le decía al alfa que se encontraba bien, y si era el caso de que no lo estaba, Bin lo escuchaba con tanta atención que recordarlo le hacía preguntarle al antiguo Minhyuk que como fue capaz de terminar con la relación sin morirse de tristeza. 

 

—Bin, no mientas—suplico el castaño dejando un beso en el pelo del alfa—La escuchaste, ¿Verdad?

 

Bin suspiro y rodeo la cintura del beta, cerró los ojos tranquilizándose al oler el característico aroma de Hyuk. 

— ¿Qué? ¿Lo del accidente?—Bin rio—No es como si yo no tuviera mis propias sospechas, Hyuk. Hoy, solo me lo confirmó—el beta estaba apenado, si él hubiera escapado de ahí por sí mismo, Bin no se hubiera enterado y quizás jamás tendría que hacerlo, según Hyuk escuchar esas palabras de tu propia madre era peor que escucharlo de otra boca. Porque si, eventualmente Hyuk querría que lo supiera, pero al menos seria de una manera más delicada. 

 

—Lamento haber arruinado tu graduación, Bin—nada de esto había salido como quería, su gran día, el gran de día de Moonbin; nuevamente había sido estropeado por el beta Minhyuk. Aunque algo así, jamás podría pensar el alfa. 

 

—Hyuk, no tuviste la culpa de nada—suspiro explicándole Bin—Además, ¿cómo podría estar arruinado si estoy abrazado a ti? 

 

¿Cómo esas palabras iban dirigidas a él? Hyuk se sentía sucio, como un criminal, cargando con una culpa antigua en sus hombros. Moonbin lo quería, y eso lo destruía. Él terminó la relación, él fue el que lastimó al alfa y aun así, este solo quería mantenerse a su lado. Era egoísta, pero él también quería quedarse con Bin. Quería amarlo solo a él, quería que su corazón solo se derritiera por él y definitivamente quería seguir dándole mimos a Roa y Mojja. 

 

Hyuk sonrió ante su conclusión, alejando a Bin de su cuerpo apoyó sus manos en los hombros de este para que lo mirara fijamente, el alfa era músculo y grande de torso, lo que en esta situación lo hacía ver como un gran cachorro.

 

—Bin—empezó el beta—¿puedo ser tu pareja?

 

Las orejas y las mejillas de Bin se tornaron de un rojo cálido, mientras que una sonrisa tímida adornaba su cara. Bin agarro las mejillas del beta, atrayendolo sin que sus labios se toquen, Hyuk parpadeo sorprendido analizando los pequeños detalles de la sonrisa del alfa.

 

—Si, quiero que seas mi pareja Hyuk—susurro el alfa antes de lentamente romper la distancia, Bin era bueno besando y se notaba que tenía la confianza para hacerlo, mientras que el beta solo podía pensar que Bin era la primera persona en años que besaba y que también, había sido la última. Poco duraron sus pensamientos, su razonamiento fue nublado por la sensación de estar besando a la persona que amaba. 

 

No sabía cuánto tiempo se nublo, pero cuando se separaron se sentía como si hubiera dormido por mucho tiempo, Bin lo dejo apoyarse en su hombro y pronto la voz de este, lo haría abrir los ojos con vagancia. 

 

—Yo también quiero preguntarte algo, Hyuk—murmuró Bin con cautela, Hyuk asintió aun recostado en el hombro de Bin—¿Quieres que nos vayamos de la ciudad?



Chapter Text

El joven Dongmin, con pelo negro y un oscuro en su pecho que lo cegaba, manejaba por las calles de Corea con el auto que había recibido por su graduación. No había sido tan memorable graduarse de la secundaria, pero sus padres se lo dieron y él tampoco iba a negarse a tal regalo. No sabía si era correcto manejar en las condiciones que estaba, a donde fuera que viera solo podía ver el cuerpo de Moonbin, inmóvil, ensangrentado e incluso reviviendo el torso dislocado. Cuando más pensaba en ello, más intentaba buscar un culpable; el conductor del camión había fallecido y aunque Dongmin estaba feliz de que haya pagado el precio, no había nadie en quien pudiera descargar su dolor.

O eso hasta que de improviso, recordó a Minhyuk. El beta que había abandonado a su amigo y ni siquiera se había tomado la molestia de hacer una llamada para preguntar su estado. Recuerda haber preguntado por el mientras procesaba el accidente, el desinterés del beta lo hace enfurecer aun más apretando la mandíbula, el acelerador es usado violentamente.

La universidad a la que asiste el beta no es prestigiosa, e incluso sino la hubiera investigado de ante-mano, ni sabría cuál era. El atardecer de un viernes, la ciudad naranja se veía espléndida, las pocas personas que rondaban las afueras del campus lo hacen tranquilamente, dejándose mojar por la resina que caía de los arboles. Dongmin espera en su auto, con su alfa interior sediento y su mente apagada. Aprieta el volante y una alarma suena en su cuerpo, ve a Minhyuk con su bolso caminando por la vereda.

Le molesta, le molesta verlo silbando, lo molesta verlo tan tranquilo mientras su amigo se muere. Es tan irritante que sale del auto golpeando la puerta, no hay nada en su cabeza, no sabe cuál va a ser su siguiente movimiento pero cuando está lo suficientemente cerca como para que el beta note su presencia siente que ha capturado a su presa.

—¿Dongmin?

La voz de Hyuk es dudosa, hace tanto que no veía a Dongmin que parecía irreal verlo. Sin embargo el fuerte dolor que se expandió por su cara cuando el alfa lo golpeó, no era lo que esperaba. Minhyuk cayó sentado al peso tocando su herida, sin embargo nisiquiera tuvo modo de tomar una respiración cuando otro golpe llegó en su estómago, fue como si hubiera vomitado sus pulmones. Dongmin se tiró sobre él, golpeando violentamente la cara del beta, su nariz, su pómulo derecho y parte de la barbilla eran un mar de moretones y sangre. Minhyuk no se defendió, no tenía idea porque lo estaba golpeando, pero sentía que se lo merecía. De repente los golpes dejaron de llegar y el alfa se levantó con una mirada perdida, respirando entrecortadamente, y cuando Minhyuk pensó que había terminado, una patada en el lado derecho lateral de su cuerpo, le hizo pensar que se moría.

—¡I-a! ¡¿Qué haces?!—Dongmin se detuvo, iba a golpearlo otra vez, pero la voz fue tan fuerte que lo levantó de su desapego de realidad. Vio a alguien que se acercaba y repentinamente su cerebro estaba recibiendo todo lo que había hecho, sus pies se movieron hacia su auto, casi corriendo—¡No te vayas, maldito!

Pero Dongmin ya había arrancado su auto.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

Jinwoo cargo a Minhyuk hacia la habitación que compartían, porque si Jinwoo y Minhyuk eran compañeros de habitación en la universidad. Lentamente Jinwoo apoyo al beta en la cama y este se quejó semiinconsciente del dolor, Jinwoo estaba en su primer año de Medicina y realmente lo estaba agradeciendo en ese momento, porque sino no se hubiera dado cuenta que el beta tenía dos costillas fracturadas. Y que los golpes que había recibido en las cara, necesitarían puntos.

—Hyuk, llamaré a una ambulancia—aviso alejándose de la cama para buscar su celular, la mano de Hyuk rodeando su muñeca no le permitió moverse.

—No...No llames, no puedo faltar a clases mañana.

Jinwoo separó el contacto, sin creer lo que estaba escuchando.

—¿Estás loco? ¡Tienes costillas rotas, Hyuk! Debes ir a un hospital—esta vez si puedo agarrar su celular, pero mientras marcaba el número de emergencias, Hyuk con sonidos de dolor y sangre cayendo por su barbilla, se levantó de la cama agarrando el dispositivo móvil.

— No llames—pausa —Mañana tengo un examen, luego de rendirlo, te prometo que me iré a atender.

Jinwoo siguió insistiendo contra Minhyuk quien resultaba ser mucho más terco de lo que parecía y logró mínimamente convencerlo de que no lo llevara a un centro de salud prometiéndole a Jinwoo que lo dejaría ayudarlo. El beta menor, durmió poco menos de dos horas, Jinwoo lo revisaba cada cinco minutos asegurándose de que sus latidos y respiraciones fueran las adecuadas creyendo en la palabra del beta de que no lo habían golpeado en la cabeza.—lo cual se convertiría en un problema mucho mayor de ser así—. Minhyuk se levantó queriendo bañarse, y aunque Jinwoo estaba cenando en ese momento, dejó su comida de lado e insistió en que lo ayudaría. Podría sonar mal, pero era así, Jinwoo estaba preocupada y Hyuk era como el hermanito menor que no había tenido.

Jinwoo le pidió que se quedara en la cama hasta que la bañera se llenara de agua, tardo unos cuantos minutos hasta que Jinwoo volvió con los labios presionados y ofreciéndole su hombro para cargarlo. El baño de la habitación no era grande, y por ende la bañera tampoco lo era, sin embargo Hyuk apenas podía mantenerse parado y sería demasiado peligroso que se de una ducha solo—además de vergonzoso para ambos chicos si Jinwoo debía monitorearlo—.

Jinwoo se dio la vuelta esperando que Hyuk se acomodará en la bañera, no podía creer en la situación que estaban; su lado curioso se preguntaba si ese era la ex pareja por la que el beta siempre estaba tan deprimido, y su lado profesional le gritaba que estaba haciendo todo mal, desde el comienzo. Y era cierto, los conceptos básicos que le estaban enseñando en la universidad, los estaba ignorando por completo. Aunque una víctima pida no ir al hospital, no debe hacerle caso ya que no están en posición mental y física para decidirlo, no debe dejar que una víctima de abuso físico se duerma sin tener conocimiento de cada una de sus heridas, ante un caso de abuso físico debe notificarlo a las autoridades inmediatamente.

Y había hecho todo lo contrario.

Hyuk le avisó que ya podía darse vuelta, se había acomodado en la bañera de manera que ahora Hyuk era el que le daba la espalda a Jinwoo. Este se arrodillo en el piso de baldosas blancas dando un suspiro.

—¿Estás bien, Hyuk?— el beta solo asintió, ignorando lo más importante, que no estaba bien. Sus manos apenas tenían fuerza para alcanzarle el jabón a Jinwoo, y su cuerpo dolía, no sólo las partes que habían sido golpeadas, sino adentro, mucho más profundo. Dongmin por más que no había sido el más cercano, había sido su amigo, con el que compartió parte de su adolescencia y vio los comienzos de la relación con Bin.

Sintió que iba a llorar al pronunciar ese nombre en su mente. Extrañaba a Bin, mucho.

— Hyuk, la persona que te golpeó, ¿es tu ex pareja?—Jinwoo lo trajo de vuelta con su pregunta, Minhyuk no dudó ni un segundo en negarlo, e incluso le pareció chistoso la imagen que imaginó de Bin violento. Aunque realmente no debería darle risa, porque cuando Bin realmente se enojaba, asustaba. Tuvo suerte de que rara vez Bin se haya enojado con él. Jinwoo guardo silencio por un segundo poniendo shampoo en el pelo del beta—Entonces, ¿quién era?

Minhyuk soltó una risa baja, casi incómoda, pero solo provocó que su cuerpo doliera aún más y un quejido involuntario se escuchara.

—Su mejor amigo.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

Jinwoo sentado desde su mesa veía como Minhyuk y Moonbin salían del restaurante, pronto su pareja que había sido ignorada, vendría con una mueca y quejándose en voz alta.

—¿Viste como me ignoro Moonbin?—cuestiono casi gritando Myung a su pareja—¡No sé cómo puede tratar así a su hyung!

Fue un segundo de silencio entre ambos, hasta que rieron entendiendo el modo exagerado con el que hablaba. En el fondo, e incluso si Bin se veía molesto, sabían que Hyuk no tenía mejor compañía que el alfa. Jinwoo pasó su mano por la cintura del omega y dejó un besito en su mejilla.

—Te quiero—susurro Jinwoo. El omega avergonzado golpeó el pecho de este, con un rosa claro en sus orejas.

—No hagas esas cosas en público.

Jinwoo se río por el cambio de actitud de su pareja. Myungjun saco el tema de lo rica que era la comida del restaurante y que deberían festejar su aniversario ahí, pero por más atención que Jinwoo le quisiera dar, por el rabillo del ojo observó como el alfa de sus recuerdos salía del baño con ojos rojos y cansados tomando completamente su cabeza.

Lo quería matar, pero esa no era su naturaleza. Hyuk había cambiado el rumbo de sus decisiones, le había hecho darse cuenta que la medicina no era para él, y que gente buena como Hyuk era lastimada incluso por la gente que hacía llamar amigos. No podría perdonar a Dongmin por lo que le hizo al beta, sin embargo no era su deber perdonarlo.

En algún punto, Sanha y Dongmin se acercaron hacia ellos, y el segundo de encuentro entre las miradas del alfa mayor y Jinwoo fue un viaje directo a los recuerdos de aquel día.

—¿Y Hyuk?— cuestiono Sanha mirando hacia los lados y llegando hacia ellos.

—¿Porque preguntas?

—Se fue con Bin.

La pregunta fue dicha por Jinwoo, con un tono desganado que llamó la atención de los otros presentes, la afirmación la hizo Myungjun.

—¿Bin se fue?

La pareja asintió.

—¿Que? ¿Le ibas a pedir perdón?— la pregunta fue hecha con malas intenciones, Jinwoo lo sabía pero ver a Dongmin tan tranquilo lo ponía de los nervios, ni siquiera sabía cómo Hyuk se pasó toda la comida sin decir una palabra.

—Si.

—¿Pedir perdón? ¿Porqué?—Sanha no entendía de lo que estaban hablando, miro a Jinwoo y a Dongmin respectivamente, y luego al omega para comprobar si el también sabía algo al respecto, pero se veía igual de confundido que el—Esperen, ¿Y la señora Moon? ¿Ella también se fue?

Jinwoo negó, y Myung agregó que la vio irse hacia una zona de descanso en la parte trasera del restaurante.

—La iré a buscar—aviso Sanha aún confundido por la situación y tratando de averiguar qué había pasado en el tiempo que no estuvo.

—Te acompaño—Myungjun solo lo acompañaba porque la zona de descanso quedaba cerca de la barra libre.

Jinwoo y Dongmin quedaron solos, rodeados de gente que ignoraba su existencia y hablaba a murmullos sobre lo que había pasado con Bin y Hyuk. La tensión entre ellos era notable. Realmente al alfa no le preocupaba lo que Jinwoo pudiera hacer, sino lo que sabía. Él había sido el único testigo de lo que había hecho, del máximo hecho de violencia en el que estuvo involucrado.

—Realmente tuviste suerte— comentó Jinwoo con una sonrisa en su cara, era una sonrisa agria que demostraba cada punto de su desagrado hacia el otro.

—¿De qué? ¿De qué no le haya dicho nada a Bin?

—De que no te haya denunciado—denunciado respondió Jinwoo—Con las fracturas que tuvo y los moretones, tenía el caso perfecto para acusarte de un intento de asesinato—pausa—Pero fue demasiado bueno, y ni siquiera quiso darme tu nombre para que yo haga la denuncia.

Dongmin se mordió el labio, si el arrepentimiento lo perseguía desde el día que Minhyuk volvió a sus vidas pero su orgullo como alfa era mucho mayor.

—No sólo deberías disculparte con él, deberías agradecerle.

Dongmin sentía que volvería a llorar. 

 

Chapter Text

Una brisa fresca animaba a los habitantes del pequeño pueblo, donde vaquitas y patitos caminaban por los caminos de tierra siendo perseguidos por niños traviesos. El Internet de allí era en su mayor parte del tiempo muy malo debía admitir Minhyuk, y los bichos una molestia total. Sin embargo, las vistas al verde, la pureza que cargaba el aire y el hecho de estar acompañado por Bin solo hacía su corazón latir de felicidad.

El beta acomodó su pelo hacia atrás y agarrándolo en una gomita negra, sus bolsas llenas de frutas las había dejado en el suelo, estaba orgulloso de sí mismo. La señora Seo le había vendido a muy buen precio sus mejores frutillas de temporada, así que esperaba que sus postres frescos de frutilla y naranja fueran un éxito de verano. Con un suspiro, retomó su viaje hacia su casa/tienda, agradecía cada viento que pasaba por allí debido a las altas temperaturas, únicamente puede pensar en que tendría que haber traído su sombrero.

De todas formas, en unos pocos minutos se encuentra en la entrada de la tienda, donde por el sonido de la campanita Bin se asoma desde la cocina y sonríe al ver que es su pareja quien ha llegado.

—¿Pudiste comprar las frutillas que querías, amor?—pregunta Bin con una sonrisa y caminando hacia su pareja para ayudarle con las bolsas. Hyuk asintió y se río limpiando la mejilla de Bin antes de dejar un beso ahí.

—Tenías harina. ¿Estuviste haciendo la masa para medialunas o te venció otra vez?— preguntó Hyuk mientras caminaban hacia la parte trasera de la tienda.

— No sólo hice la masa, también les di la forma—aviso emocionado Bin, siendo la primera vez que le salía la masa para medialunas sin ayuda. Hyuk sonrió orgulloso, y vio como el alfa dejaba la bolsa en una de las mesas para ir a buscar la bandeja en donde había dejado sus medialunas (aún no cocinadas). Su corazón volvió a latir con fuerza cuando el rubio apareció con la bandeja, una sonrisa y una mirada de expectación.

— ¿Te gustan?

—Me encantan—confesó Hyuk, cualquier cosa que Bin hiciera, le encantaba—Estoy muy orgulloso.

El alfa satisfecho llevó su bandeja de medialunas a cocinar, luego de ello ambos se pondrían a lavar las frutas.

— Por cierto, vino Arin y compró uno de los lemon pie—avisó Bin. El beta suspiró.

—¿Otra vez?—cuestionó Hyuk haciendo que Bin asintiera. Arin era una omega pura en los principios de sus veinte, joven, bella y muy amable; fue de las primeras en darles la bienvenida, se llevaron tan bien que pronto se hicieron amigos. Incluso Hyuk podría decir que era su mejor amiga en el pueblo. Sin embargo, hace ocho meses, Arin se había enamorado de un turista alfa que parecía ser el hombre perfecto. Hasta que su verdadera cara se reveló cuando Arin le entregó su virginidad, y la abandonó, embarazada. Bin y Hyuk la estuvieron ayudando desde el primer día, los embarazos de omegas puras sin marca o pareja, eran terriblemente peligrosos.— Es una tonta, le dije que si quería algo que me avisara y yo se lo llevaría.

—Sabes cómo es, cabezadura a más no poder—río Bin dejando un beso en la mejilla de Hyuk para qué se tranquilizara—Al aparecer, al bebé le gustan tus lemon pie.

Hyuk se detuvo con los ojos brillosos.

—¿En serio?—Hyuk quería demasiado a Arin, y el hecho de que a su bebé le estuvieran gustando sus pasteles le daban ganas de llorar—Debemos hacer más, mañana le llevaré tres para que tenga. ¿Se llevó algo más?

—Tortitas de manzana.

—Entonces también haremos tortitas de manzana—estaba determinado a que haría que el embarazo de Arin fuera el más consentido. Bin vio como Hyuk empezaba a sacar las manzanas y pelarlas, era increíble lo rápido que trabajaba, lo admiraba; no solo en la cocina, en como actuaba cada día, como lo amaba y como había sido capaz de abandonar todo lo que conocía por una vida alejada con el. Habían dejado la ciudad para escapar de la familia de Bin, y el mal que los acechaba. Solo para vivir en paz, juntos.

Bin rodeo al beta por detrás dejando su cabeza escondida en el hombro y besando la piel cercana que encontraban sus labios.

—Te quiero muchísimo, Hyuk.

El beta río.

—Yo también te quiero, Bin.

 

───────꒰ꕤ꒱───────

 

Hyuk hizo lo que tenía preparado, se había quedado la noche despierto con Bin para hacer las tortitas de manzana y los lemon pie para Arin. Era lunes, el único día libre que tenían de la semana, seguramente le llevarían los postres a Arin comerían, hablarían un rato, y luego volverían a casa para pasar un rato juntos jugando al Uno o en el patio trasero tomando algún jugo de frutas.

O al menos, así le hubiera gustado que fuera.

Cuando llegaron a la casa de Arin (la cual compartía con sus padres) tocaron la puerta por largos minutos en donde la preocupación solo aumentaba. Tocaban tan fuerte que parecía que la madera de la puerta fuera a romperse, Bin se asomó por las ventanas para analizar los adentros de la casa pero no había nadie. Hyuk ansioso solo podía pensar en que si Arin había salido, al menos alguno de sus padres debería estar en casa.

A los pocos minutos, la vecina de al lado salió por la puerta llamando la atención de ambos chicos.

—¿No lo saben? Se fueron hace media hora hacia la salita, al parecer Arin entró en parto de emergencia—Hyuk tembló, a Arin aún le faltaba un mes para dar a luz, y en la condición que estaba necesitaba todo para que saliera bien. Bin le agarró la mano, y juntos caminaron hasta donde se encontraba Arin. La salita era un hospital muy pequeño, era lo más nuevo del pueblito y contaba con unos pocos doctores. Solo quedaba a diez cuadras de la casa de Arin, pero el camino hasta allí fue una tortura para Hyuk y en el fondo, Bin también estaba nervioso.

Apenas entraron fueron interceptados por el padre de Arin que exclamó ansioso.

— ¡Qué suerte que están aquí, llamamos a su casa pero no contestaban!— el señor se acercó hacia Hyuk agarrándolo de los hombros y arrastrándolo hasta una de las habitaciones—Hyuk, ven conmigo, Arin quiere verte.

—¿Ahora?

Los gritos de dolor de Arin lo asustaron, no estaba preparado, ¿que debía hacer?, rápidamente una de las enfermeras le puso una de esas batas y guantes verdes, un gorro azul de plástico, y un barbijo celeste. No entendía nada.

—¡¿Dónde mierda está Hyuk?!—La exclamación venía de la habitación, y claramente era Arin.

Hyuk busco la mirada de Bin mientras lo empujaban, susurró su nombre buscando ayuda.

Pero solo recibió una respuesta sin sonido.

"Ve"

Las puertas se abrieron y Hyuk cerró los ojos inmediatamente.

— ¡Park Minhyuk! ¿Donde mierda te habías metido reverendo idiota?— Arin exclamó al verlo, aunque la última palabra sonó como un sollozo. Ahí fue cuando decidió abrir lo ojos, Arin estaba llorando y viéndolo fijamente. Y él estaba evitando ver esa parte del cuerpo de Arin.

Se acercó hacia ella, notando lo pálida que estaba, que el sudor corría por su cuello y cara, Hyuk nisiquiera pudo imaginarse lo mal que se sentía ahora mismo.

—Arin...

—Hyuk, escúchame, ¿vas a cuidarla?

El beta se congela.

—Arin, ¿de qué estás hab-?

—¡Hyuk, prometeme que vas a cuidarla! ¡Por favor!—los ojos de Arin volvieron a llenarse de lágrimas, Hyuk sentía que se estaba muriendo por dentro.

—¡Arin, tu vas a cuidarla, nisiquiera pienses en...!

—¡No! Hyuk, por favor, prometeme que vas a cuidarla—La omega le agarra la mano, y lo mira con ojos suplicantes—No quiero que nadie más que tu la cuide, dime que vas a cuidarla. Con Bin, por favor. Dímelo.

Hyuk estaba llorando.

—¡No!

—Hyuk, quiero irme sabiendo que serás tu quien la cuidará, por favor—el doctor gritaba que pujara, la enfermera le limpiaba el sudor pero Arin solo podía mirarlo, al beta se le rompió el corazón, la cara de la omega estaba blanca y la fuerza en su mano cada vez era menor, odiaba al maldito que la había abandonado, pero se odiaria más el sino pudiera hacer que Arin descanse en paz.

—La cuidaré, lo haremos, Bin me ayudará— Hyuk se agachó apretando la mano de la omega y acariciando sus dedos— Pero debes dar lo mejor, Arin. Debes vivir para ver a tu hija, por favor.

Arin sonrió, y soltó la mano de Hyuk, lágrimas seguían cayendo por sus mejillas. La omega sólo asintió con sus últimas fuerzas.

Un llanto se escuchó en la habitación, seguido de un pitido en la máquina que conectaba a Arin. Todos los doctores del hospital se dirigieron hacia Arin, cerrandole el paso, Hyuk pudo ver cómo sus ojos se cerraban y su mano caía. Grito. Pero dos enfermeras lo llevaron hacia fuera, quiso volver a entrar, los brazos de Bin lo rodearon deteniéndolo. Apenas había podido ver a la bebé.

—Bin, bin, ella...—Hyuk no podía respirar.

Bin lo abrazó más fuerte, y dejó un beso en su cabeza.

—Ya está, amor, ya está—Bin lo consolaba, aunque Hyuk sentía como las lágrimas del alfa humedecen su pelo. Los padres de Arin lloraron desconsoladamente cuando el médico salió a dar la mala noticia, se lo esperaban, pero el dolor era igual de significativo. El beta rodeo a Bin abrazándolo como si fuera aire, estaba devastado y entre sus sollozos, unas palabras se entendieron.

—Ni siquiera pudo ver a su hija.

Eran raros estos casos en el pueblo; las enfermeras y médicas no estaban acostumbradas a que pasara algo así. Los médicos se mordieron los labios y fueron profesionales, cumpliendo con su trabajo. Una de las enfermeras que había presenciado el parto se acercó tímidamente.

—Señor Park.

Hyuk se dio la vuelta, limpiando sus lágrimas y levantando la cabeza.

—¿Le gustaría ver a la bebé?

Y Hyuk se acordó, le prometió a Arin que la cuidaría.

—¿Puede acompañarme mi pareja?— Hyuk no se separó de Bin, quería que la vieran juntos. La enfermera asintió con una sonrisa, y los hizo pasar a la habitación. En donde un bulto envuelto con una manta blanca se removió con pequeños quejidos. Se acercaron un más, notando lo pequeñas que eran sus piernitas y brazos, su cuerpito estaba conectado a varios cables y la aparición de la pareja no fue ignorada. Sus ojos se tranquilizaron y los bracitos se elevarían hacia ellos. Una risa inocente sonó, haciendo que Bin y Hyuk se enamorarán de nuevo.

Los que lloraban eran ellos, fueron valientes y acercaron sus dedos índices hacia la bebé e instintivamente esta los agarró con una sonrisa.

—Es hermosa—confesó Bin.

—Lo es.

Arin sabía que iba a morir, sabía que él siempre había querido hijos. Y se la otorgó.

Fue un precio doloroso, pero Hyuk ahora tiene una familia. 

— FIN —

Notes:

twitter: @G0DHYUK

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