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Izuku miró hacia la dirección de Shota y Hizashi con una emoción que no era fácilmente reprimida. Se supone que debería estar en el curso de héroes junto a ellos dos, pero había pedido un año en el departamento de apoyo para la construcción y mejoramiento de armamento para peculiaridades.

Había ayudado con la bufanda de Aizawa y planeado especialmente el modulador de voz de Yamada. Unos audífonos especiales para amortiguar el sonido e impedir que él chico se quedara sordo con su propia voz. Por eso se lanzó hacia adelante cuestionando sobre sus peculiaridades. Eso detuvo a los dos chicos que miraron la mata de cabello verde con interés.

—Más lento—la voz suave y baja de Shota parecía no ser casi escuchada.

Eso fue hasta que miro como él chico realmente se detenía sin tener que gritarle. Hizashi parecía francamente sorprendido. 

Izuku no parecía querer detenerse. Pero lo hizo por respeto y educación. Eso fue hasta que el director Nezu apareció por el pasillo buscando al niño que brincaba en su propia piel, con una sonrisa más brillante que el rubio y unos ojos verdes hermosos. 

—Midoriya—llamó el oso-ratón-perro con voz tranquila mirando como dos de sus estudiantes parecían estar asustados por encontrarlo—necesito hablar contigo sobre tu cambio.

—¡Papá!—la voz dulce y emocionada consiguió a los dos chicos sorprendidos por la casualidad—¡Voy, solo quería saber un poco más sobre la peculiaridad de Aizawa-san y Yamada-san—sonrió casi consiguiendo que el animal negara con la cabeza en público.

—Vamos pequeño ratón—la voz del director fue amable—tenemos que planear como mejorar el equipo de los chicos y sobre tu regreso al departamento de Héroes.

Los pucheros pudieron haber hecho que él azabache y él rubio se sonrojaran dos tonos diferentes hasta las orejas. Él de cabello verde sólo se cruzó de brazos, se plantó firmemente con ojos grandes y brillosos. Sus labios formando un puchero que le daba cierto toque infantil. Y esos rizos que parecían hacerlo ver indomable. Aunque sólo estaba haciendo frente al directo de la forma más dulce del mundo.

—¡Pero papá...!—chillo Izuku usando sus lindos ojos de cachorro que en cualquier momento pudieron calentar al más débil.

Pero no a Nezu, no al padre del niño. Había conocido a Izuku cuando tenía cuatro años y fue dejado de lado por sus peculiaridades, o eso pensó al principio. La madre del niño estaba muerta y su padre era un villano. Siempre le habló con la verdad al pecoso, tenía un IQ que podía fácilmente competir con el suyo. Lo tomó bajo su custodia y con el tiempo le encantó el pequeño niño, a tal grado que terminó siendo su papá. Oficialmente adoptado aunque la gente pensara que un animal no podía cuidar a un niño. Sí tan sólo supieran que ese niño planeaba conquistar el mundo.

—No me hagas esas caras—sonrió un poco disfrutando—deja a los jóvenes Aizawa-kun y Yamada-kun, los podrás ver cuando regreses a tu departamento.

Él niño pecoso lo pensó un momento antes de asentir críticamente. La sonría enorme casi hizo temer a todos los alumnos que miraban la escena. Había ahí, era algo muy bien escondido. Que sólo el padre del niño podría identificar.

—Bien, pero quiero que me dejes intentar esa ecuación que decías que era difícil—pidió alejándose de los dos chicos hacia el director—parecía realmente fácil.

—Solo a ti te parece fácil una ecuación de tal nivel—se rió despidiéndose con su pata de los chicos.

Izuku apenas registró que no se había presentado correctamente y tampoco despedido con los modales que su propio padre insistía que eran necesarios en una sociedad.

—Lo lamento tanto—hizo una reverencia perfecta ante los chicos—soy Izuku Midoriya, del departamento de apoyo este año estaré con ustedes—la sonrisa que recibieron hizo suspirar a Yamada y Aizawa ocultar su rostro en su arma captura—tengo que irme, pero por favor sean amables conmigo.

Ninguno de los chicos pudo contestar. Solo escucharon la risa encantadora. Y se sonrojaron aún más después del peso de las palabras de Midoriya. 

Porque estaba pidiendo que fueran amables. Shota quería ser de todo menos amable con Izuku, al mirar directamente los ojos de Hizashi lo supo mejor que nadie. Ninguno de los dos quería ser simplemente amable con él niño pecoso, no era un enamoramiento como tal, pero sí un terrible flechazo. Sabían que nunca habían mirado de cerca a los demás departamentos.

Pero imaginarse que alguien como Izuku se ocultaba tan libremente en el departamento de apoyo. Siendo adoptado por Nezu, que probablemente metería al niño al curso de héroes, gracias a la mención de su gran inteligencia.

—¡No pude decir nada!—el grito del rubio subió de volumen rápidamente haciendo vibrar las ventanas.

—No eres él único—acepto él azabache intentando no reírse ante la reacción ofendida.

—¡Tú por lo menos le pediste que no hablara tan rápido!—siseo un poco, casi haciendo pucheros—¿y sí piensa qué lo estaba ignorando?

Hizashi comenzó a andar de un lado a otro subiendo el tono de su voz, hasta que una de las ventanas cercanas se rompió. Shota miró esto como la hora de actuar para evitar que su amigo siguiera usando su peculiaridad sin control alguno y consiguiera romper cada maldita ventana del edificio. Eso era demasiado problemático.

—Hizashi respira—lo tomó de los hombros consiguiendo que mirará—no creo que piense que lo estabas ignorando, me preocuparía más que se diera cuenta que estabas babeando.

—Bueno, no podía dejar de verlo—aceptó sin vergüenza alguna—es realmente bonito, ¿te diste cuenta como parece brillar?

—Sí, parece un sol personal—se encogió de hombros—y cuando habla parece que tiene las respuestas del mundo. Pero me preocuparía por su padre.

—Pero es nuestra alma gemela, Sho—lloriqueo colgándose del brazo del niño cansado.

—Apenas se dio cuenta de la conexión—prefería estar en cualquier lado en lugar de soportar a una de sus almas gemelas molestosas—puede que él tenga una conexión táctil a diferencia de nosotros, o algún tatuaje.

—Odio los métodos de empaquetamiento de alma gemela—gruñó enojado, un poco aunque sea.

—Estará bien—suspiro más agotado de lo normal—podemos hacer que funcione—suspiro pensando en cómo terminó atado a alguien tan infantil—prometo que lo comprobaremos la próxima vez.

Pero la sonrisa casi cegadora del rubio fue lo suficiente para que Shota pensara que estar ahí valía todo. 

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Hizashi era un escándalo y Shota estaba empezando a pensar en cómo salir de la escena de su alma gemela latosa. Tal vez cortarse el cuello y morir sería lo adecuado. Pero recordó al rubio quedándose con Midoriya y descartó la idea.
Y más cuando él chico entró a su clase sosteniendo una mochila de gatitos, con el director Nezu hablando detalladamente sobre la clase. No pudo evitar mirar.

No entendía de donde salió la mochila, pero al ver cómo él director le sonrió al chico, pudo imaginarse que fue por puro instinto para mantener a su padre tranquilo sobre su pensamiento sobre los animales.
A Shota no pudo parecerle más que adorable. Hizashi no se quedó atrás. Eso sacó a todos sus compañeros de clase de mirar al chico verde con intensidad cuando Hizashi grito haciendo vibrar fuertemente las cosas a su alrededor, todos intentaron cubrir sus oídos para no quedarse sordos, él único realmente tranquilo dentro de los alumnos era Aizawa, pero al mirar a Izuku entendió que no parecía asustado ante la potencia de los pulmones del hombre rubio.
Oboro miró a sus amigos como sí les hubiera crecido una tercera cabeza, Shota no estaba deteniendo la peculiaridad del rubio.

Kayama se estaba riendo, aunque sentía como sus oídos ardían. Era un dolor indescriptible que iba subiendo cada vez más, ante las notas agudas. Solo cuando Aizawa se dio cuenta que Izuku parecía un poco nervioso, es que uso su peculiaridad para desactivar la del rubio, todo el salón pudo suspirar feliz, intentando recuperar un poco de audición.

—Te dije—él chico de cabello verde sacó unos tapones de oído, riéndose—duro más de lo esperado, pero te dije que serían efectivos ante la filtración de voz o peculiaridades auditivas como las de Yamada-San.

—Tenía mis dudas—el director asintió quitándose los suyos—pero parecen funcionales, podríamos darles un par a todos los héroes que trabajen con él-asintió murmurando junto al chico sin importarle que se suponía que debían presentar al niño—parece que tiene el mismo sistema de filtrado de ruido que usaste en sus audífonos.

—No, el de los audífonos de Yamada-San son más potentes—señaló agachandose a la altura de su padre adoptivo—porque está más cerca de perder la audición, ya que es su propia voz, las ondas sonoras vibran aún más fuerte y tienen mayor impacto al ser él emisor—sonrió un poco emocionado—creo que podríamos hacer su traje especialmente resistente a ondas sonoras, para que la vibracion no dañe ninguna parte de su cuerpo, o cause daño sobre el oído aún sin recibir las notas tan fuertemente, porque el impacto aún sigue siendo grande.

—Bien, puedes hacerlo—acarició la cabeza del niño pecoso para regresar su atención a la clase que parecía francamente sorprendida.

—Trabajaré en ello—sonrió levantándose y moviéndose un poco nervioso sobre sus propios pies.

—Bien chicos, este año tienen un compañero nuevo—señaló con ese tono de voz perspicaz de siempre sin embargo parecía muy serio—antes que empiecen a gritar, siempre estuvo en el departamento de héroes, pidió un traslado al departamento de apoyo.

Izuku sonrió un poco alzando la mano para saludar. Por más emocionado que estuviera hablando con su papá sobre los usos y mejoramientos de equipamientos, armas de apoyo debía asegurarse de parecer un poco funcional y no un gran nerd. Aunque no lo diría ante nadie, esperaba algún amigo que apreciara su gran cerebro. No se sentía especialmente seguro diciendo tan fuertemente «Hola». Pero entendía que debía presentarse correctamente, aunque sea para evitar luego los acosos sobre su traslado. Aunque ver al director tan serio, sería un buen punto para que nadie preguntara.

El silencio fue abrumador. Más de lo que él chico esperaba. Pero se relajo cuando Yamada cerró la boca y Aizawa dejó de usar su peculiaridad. Por lo menos eso le aseguró que nadie gritaría.

—Los dejó chicos—Nezu se despidió dándole una palmada en la mano a Izuku—tranquilo, solo debes presentarte.

Eso no era tan sencillo, pero aceptó mirando a su papá irse. Todos observaron con atención, antes de que hiciera una pequeña reverencia, solo se cortés.

—Un placer conocerlos, soy Midoriya Izuku—perdió fuerza cuando intento por lo menos animarse—como dijo el director, siempre estuve en este departamento pero solicité un traslado por un año—sonrió lo más calmado y suave que podía—espero poder llevarnos bien.

El maestro asintió ante lo suave que estaba siendo Midoriya, aunque no tocó el tema de su peculiaridad.
Dejó ir al niño al ver como poco a poco empezaba ha ponerse nervioso. No necesitaba al directo destruyendo su imagen y vida, todo por presionar demasiado a su hijo hacia el estrés de ser mirado por una clase completa.

—Ya sabes donde sentarte—señaló el maestro suavemente—tranquilo chico, aquí nadie muerde.

Izuku asintió y miró al asiento detrás de un chico de cabello azul claro y ondulado que fue arrastrado hacia atrás para fluir hacia arriba por encima de su cabeza, dos mechones más cortos hasta la oreja, colgados hacia abajo para enmarcar su rostro.
Le resultó una vista demasiado interesante, podría compararlo en la forma en el que el cabello de Aizawa flotaba al usar su peculiaridad. Aunque tendría que preguntar luego.

Solo camino entre los alumnos ignorando los murmullos. Nadie había ido directo a preguntar por su peculiaridad y eso estaba bien. Nadie tenía que saber que tan peligroso podía volverse el manejo de esta. Solo su padre había considerado que era increíble y que no debería avergonzarse de ella. No lo hacía, disfrutaba usarla con su padre para hacer travesuras y planear el dominio del mundo.
Cuando se acomodo en su lugar el chico se dio la vuelta con la sonrisa más brillante y absurda del mundo.

—¡Un gusto conocerte, Midoriya-san!—saludo con ojos brillantes—¡Soy Shirakumo Oboro!

Izuku se revolvió incómodo pero al final asintió en reconocimiento a la nueva persona. Este chico era tan brillante, que no sabía exactamente qué decir.

—Un gusto Shirakumo-san—murmuró un poco avergonzado—deberíamos prestar atención a clases.

Le resto importancia, mirando hacia el frente. Clases aburridas de matemáticas, solo tendría que aguantar. Oboro se dio la vuelta sintiendo dos pares de ojos que querían colgarlo.
Oboro tembló un poco, ante la cara terrorífica de Aizawa y Yamada no se quedaba atrás. Tenía una especie de mirada de muerte, aunque no había hecho nada más que hablar con él chico nuevo.

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Oboro quiso correr apenas la hora del almuerzo fue dada. Pero Aizawa no lo dejaría ir tan fácilmente, mientras que Yamada se aseguró de que todos en el salón se hayan ido. Su personalidad brillante y deslumbrante convenció a todo el mundo de salir a comer a la cafetería. Pero no consiguió salvar a Oboro de lo que podría ser la muerte trágica. Claro, hasta que un adolescente de cabello verde entró por la puerta.

—¡Shirakumo-san!—en otro momento eso pudo haber sido un alivio, pero sólo enojo más a sus dos amigos—¿puedo hacerte un par de preguntas sobre tu peculiaridad?

La emoción palpable de la zona verde le hizo sonreír. Pero al mismo tiempo temblar y rezarle a todos los dioses existentes y que no conocía por piedad a su pobre alma. En especial para no terminar siendo arrastrado al infierno.

—Midoriya-san—fue suave y amable mientras se acercaba al pecoso—escuche que estabas haciendo planes para modificar el traje de uno de mis amigos—sonrió con confianza, pensando en un plan B para escapar—creo que sería mejor que hablaras con él—sin darle tiempo a reaccionar lo tomó de los hombros.

Y con toda la valentía del mundo llevó al chico hacia el frente. Sentía que estaba en una mala escena de película animada llevando un sacrificio hacia dos seres enojados que querían matarlo. Pero funcionó, cuando Izuku fue arrojado con un poco (no mucha) violencia hacia adelante y caer en brazos de un preocupado Yamada. Mientras que Aizawa gruñia por lo bajo revisando que Izuku no se hubiera lastimado.

—¡Nos vemos cuando termine el almuerzo!—salió corriendo como alma que llevaba el diablo.

No se dio la vuelta, solo quería salvarse. Después de todo Midoriya sobreviviría a sus dos amigos. Podía ver a los dos chicos cayendo rendidos antes ojos verdes esmeralda brillando ante la luz. Solamente lo imaginaba.

Él pecoso no supo exactamente qué pasó, en un momento estaba hablando con Shirakumo sobre saber algo de su peculiaridad. Era él único chico que le había hablado, además de que había olvidado su comida. Tal vez sí él chico de cabello azul le decía que sí podría interrogarlo durante el almuerzo. Pero nunca se espero ser empujado hacia dos chicos que le hacían sentir nervioso en extremo.

Aizawa Shota y Yamada Hizashi, después de hablar unos momentos con ellos por los pasillos. Nunca se volvió a sentir cómodo fingiendo que los chicos no existían. Había algo, muy en el fondo de su mente que le hacía saber que ya no podía simplemente ignorarlos, menos ahora que estaban en el mismo salón con las mismas clases.
Pero nado lo preparo para la conexión de los dos chicos golpeando lo con fuerza cuando Shirakumo lo empujó contra los dos chicos. No cuando sintió la mente un poco confusa y la piel un poco sensible. Nunca se imagino tener una conexión táctil y mental, demasiada sobrecarga de sentimientos aturdiendo sus sentidos.

—¿Estás bien?—la voz suave de Yamada logró sacarlo de su aturdimiento, la voz era suave y sorprendentemente amable.

—Bien—intentó afirmar pero su cabeza se fue hacia atrás—creo que veo a cuatro de ustedes.

Él pelinegro miró al rubio con preocupación. Tocó la frente del peliverde con cuidado, intentando anclar al chico. Pero parecía abrumado. Aizawa había sentido lo mismo cuando conoció a Hizashi, pero ahora mismo, cuando tocó a Izuku no fue tan intenso como lo esperaba. Fue suave, como sí los lazos táctiles no fueran lo suficientemente abrumadores como los mentales, era suave, como sí pudieran sentir la dulzura del niño rozando su piel.

—Deberias intentar cerrar los ojos un rato—susurró un poco más bajo de lo normal—debes sentirte mareado.

—Estoy bien—intento salir de los brazos del rubio pero solo se fue hacia adelante—creo que debería descansar.

—Sí, deberías hacerlo—Yamada sonrió recostado a Izuku con cuidado—por más que me encantaría ver esos lindos ojos verdes, creo que deberías cerrarlos.

—Sí, eso hará que la habitación vaya a un ritmo más lento—Shota no alejo las manos del cabello, solo comenzó a acariciar los rizos con calma, disfrutando su suavidad—aunque me puedo imaginar que se debe sentir como un sedante.

—¡Estoy en el país de las drogas!—la risa ahogada fue sincera, sarcástica. Pero especialmente amorosa—Sí alguna vez me lastimó como para tener analgésicos, por favor, asegúrense que aprenda la lección.

—Nunca dejaríamos que te lastimes tanto—los dos chicos dijeron al mismo tiempo, intentando relajar al chico de pecas.

—Me alegra saber que no quieren drogarme.

Hizashi comenzó a reír, era una risa silenciosa que sólo podía sentirse por sus hombros temblando. Y por la respiración cambiante. Izuku en silencio agradeció que ambos chicos estuvieran lo suficientemente conscientes como para entender que su mundo se sentía demasiado fuerte, que no podría reírse sin darle más estimulación.

Odiaba la sobre estimulación, había escuchado que las conexiones en almas gemelas podían variar, en ocasiones leyó sobre trios de alma gemela que mantenían el mismo tipo de conexión, en otras no tenían tanta suerte y la persona con diferente conexión podía recibir una sobre estimulación sensorial por la unión que tenía que acoplarse a la de sus almas gemelas.

—Odio los métodos de empaquetamiento de alma gemela—aseguró con dolor, aún no se sentía lo suficientemente bien para abrir los ojos, pero las manos de Shota calmaron la estimulación sensorial, más no visual o emocional.

Shota, podía sentirlo ocultando una risa en su mano desocupada. Pero Hizashi sólo lo abrazo un poco más dando un pequeño bufido. Hizo reír a sus almas gemelas. Puntos extra.

—Lo mismo dijo Zashi—Shota aseguró suavemente.

—Ah, ahí están los apodo Sho—él rubio sonrió—aunque no puedes negar que el empate de almas gemelas es una tontería, cuando hace que otra persona se ponga tan mal.

—Definitivamente es un experiencia al país de las maravillas que no quiero repetir zashi—rió acomodándose un poco disfrutando del calor y amabilidad de sus almas gemelas, se sentía menos apretado a las emociones o ruidos fuertes—pero el lado bueno de esto, es que pude hacer reír a Shozawa.

—Tal vez debería darle las gracias a Oboro—la afirmación compartida fue divertida.

—Más tarde, soy hipersensible ahora—se quejo un poco, multa, se le permitía ser exigente ahora—dormir.

La risa de los chicos se opaco cuando los tres buscaron acomodarse en algún lugar. Dormir un rato hasta que terminará el almuerzo, tal vez eso ayudaría a Izuku a adaptarse. Pero sí no lo conseguía, tal vez podrían irse a la enfermería después.

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Aizawa se movió un poco incómodo enfrente del profesor Nezu. Claramente lo estaba mirando directamente a los ojos.
Hizashi parecía un poco despreocupado. Claramente no era el mejor momento del director, pero estaba intentando ser un oso, ratón, perro ¿quién sabe?, decente. Les había invitado un poco de té, un par de galletas y las sonrisas fueron amables hasta que tomaron el primer sorbo.

—Bueno, chicos—les llamo la atención suavemente—creo que tenemos asuntos en común.

El director siguió tomando té, sin importar el rostro sorprendido de los chicos, que parpadearon francamente sorprendidos por la charla de padre que estaban a punto de recibir.

—Bien, creo que Izuku no dirá nada—sonrio mirando a los chicos con atención—pero creo que necesitan saber.

—¿De qué habla, director?—Aizawa intento ser lo más suave y respetable posible, aún con su mal carácter.

Hizashi asintió dejando de lado su té. Esto era importante. Aunque todo lo que incluyera a su zona verde sería importante, por más absurdo que pueda parecer.

—Izuku tiene una peculiaridad simplemente poderosa—aseguró mirando a los chicos con los ojos más aterradores que un ser como el podría lograr—no va ha decirlo, pero necesito que ustedes sean conscientes de lo que puede atraer tal peculiaridad de mi querido hijo.

Shota sonrió un poco mirando al animal peculiar, pero hubo una sonrisa temblorosa ahí, esperando escuchar. Mientras que Hizashi parecía estar esperando algo, demasiado emocionado para decir algo.

—¿Qué tipo de peculiaridad tiene?—preguntó suavemente temiendo enojar al director—nunca habla de eso.

Él azabache asintió mirando con atención, quería saber que tanto podría hacer su alma gemela.

—Copiar peculiaridades—deslizó seriamente mirando a ambos niños que parecían sorprendidos.

—Es una buena peculiaridad—él niño rubio casi se oculto en el sillón en el que había sido empujado.

—No sólo puede copiar peculirades, ¿verdad?—Shota preguntó.

No habría problema sí sólo pudiera copiar alguna peculiaridad. En realidad sería muy útil sí tuviera un tiempo límite para usarlo de cierta forma.
Pero había algo más, una amenaza oculta en las palabras del director que Shota no estaba perdiendo en la típica charla de padre preocupado. Aunque Hizashi asumía que era eso, no, Shota podía ver que estaba oculto lo suficiente para no considerarse un delito acusar a alumnos de algo.

—En efecto, Aizawa-kun—fue menos tenso un poco más amigable—Izuku sólo necesita mirar una vez a alguien usar su peculiaridad para copiarla para siempre—expresó mirando su té con pena, se había enfriado—dale un segundo para tocar a alguien y podrá decirte como funciona la peculiaridad, podría replicarla sin problemas—los ojos tristes del animal pusieron en guardia a los dos chicos que olvidaron estar asustados—pero en ese segundo también puede dar o quitar una peculiaridad según lo considere necesario, eso le pone un gran blanco en la espalda.

—¿Lo controla a gusto?—Hizashi preguntó interesado en todo—¿puede replicar las peculiaridades mutantes?

—Yamada—la voz de Aizawa fue tan fría, sepulcral—Izuku puede controlar a la perfección su peculiaridad—aseguró apartando la mirada del perro-ratón-oso cosa para mirar a su alma gemela—sí no fuera ese el caso, no se atrevería a tocar a las personas. Lo preocupante aquí es como lo pone al ojo público.

—Exacto—Nezu dejó de lado su té, tal vez podría conseguir un recambio—él es inteligente, su peculiaridad sólo es un punto fuerte más —señaló cruzando de manos, patas(?)—pero Izuku aún no llega a su límite, sigue intentando descubrir más y hoy no llegó a clases porque descubrió que podría crear peculiaridades según sus deseos—suspiro un poco resignado ante la idea de más problemas de su hijo—todo esto se debe a su gran intelecto científico y médico.

Hizashi grito impresionado, las ventanas de la sala retumbaron fuertemente. Sus ojos parecían preocupados. Y el uso de peculiaridad aturdió a Shota un par de minutos antes de usar la suya para opacar a su pareja, sus oídos dolían. Pero su cabeza daba vueltas ante la idea de Izuku no siendo adoptado por Nezu, siendo utilizado por las personas equivocadas sin que él niño pueda aprender que las peculiaridades pueden usarse para cosas buenas.

Miro al ratón, oso, perro, cosa con ojos brillosos de lágrimas no derramadas por su ojo seco. Pero miró, como sí pudieran leerse mutuamente la mente. Pensó en nunca haber conocido a su alma gemela. Nunca haber visto brillar con la sonrisa de Izuku, al niño que era hijo, pareja y sería un gran héroe en un par de años. Y su estómago se hundió buscando confort con Hizashi que parecía adolorido, no físicamente pero sí mentalmente ante todas las posibilidades.

—¿Por qué lo dejas ser héroe?—la pregunta de Aizawa no fue grosera, más buen preocupada.

—Shota—él rubio regaño por decir tales cosas—debes entender que tal vez hay un gran riesgo, su peculiaridad o peculiaridades podrían salvar vidas—expresó agitando los brazos—el ojo público, como la gente puede irse a la mierda sí piensan que algo como eso no es bueno.

—Yo sé, Hizashi—se giro para enfrentar a su compañero—¿pero y el riesgo que corre?, ¿qué pasa sí un villano planea llevárselo?, ¿y sí se lastima?

—Todos se lastiman—tomó la mano del contrario—no permitiría que nadie tomará ha Izuku, pero debes entender. Él quiere ser un héroe, sabe los problemas y también sabe lo que podría suceder, pero lucha contra la idea para poder salvar a las personas.

Nezu miró, por una parte se sentía orgulloso por el pensamiento protector de sus estudiantes sobre su hijo, su alma gemela. Pero también se sintió seguro él saber que ambos entendían, que podrían manejar la idea. Porque Izuku tenía una peculiaridad increíble y nadie, ni nada en el mundo podría detenerlo para tomar eso y darlo al mundo. Pará hacerlo mejor, para demostrar que nadie era un villano sólo por tener una peculiaridad rara, que todos podrían ser un héroe aún con la ausencia de una.

—Está bien—Nezu los calmo un po o divertido, disfrutando esto—él sabe, ha aceptado todo. Y ha practicado desde que tenía seis años. Está listo para lo que sea.

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Izuku estaba realmente aburrido en clases. Sus almas gemelas no estaban cerca, Oboro era entretenido cuando no estaba apuntando las cosas que decían en clases. Porque Izuku ya estaba lo suficientemente avanzado como para prestar real atención. Era normal, estaba ha un nivel diferente con Nezu para poder enseñarle personalmente, aunque entendía porque su papá prefería que las sesiones privadas fueran luego de clases, tenía que socializar, desgraciadamente.

Podía ver como Hizashi parecía interesado en apuntar, aunque tenía una cara de confusión total. Mientras. Shota era el más calmado en conocimiento de que parecía estar guardando todo en su mente, aunque podía verlo anotando algunas cosas que parecía desconocer. Aunque no le sorprendió mucho, el ingenio del chico era sorprendente para luchar cuerpo a cuerpo cuando su peculiaridad sólo podría detener algunas que no eran de tipo mutante, tomando en cuenta que aún con esa ventaja tenía que luchar. Era sorprendete pensar como Hizashi podría ser un blando total y Shota algo parecido a un dictador mal humorado que se dormía en cualquier lado.

Tal vez podría conseguirle algo más cómodo que estar en todos lados, escuchaba a su alma gemela rubia quejarse mucho sobre los hábitos de sueño que Shozawa estaba adquiriendo gracias al insomnio, por su peculiaridad y porque al parecer prefería ser un héroe clandestino.

No pasó mucho tiempo, antes de perderse en su mente con los murmullos de alumnos repasando palabras para terminar de copiar, el maestro escribiendo y explicando algunas cosas. Cuando simplemente pasó, Izuku no fue consciente hasta que algo en su cabeza vibró profundamente, un alertagamiento se extendió por sus brazos y piernas. No sabía cómo logró impulsarse fuera de su asiento, sólo grito diciéndole a los alumnos que se alejaran de las malditas ventanas. Shota parpadeo confundido mientras que Hizashi no entendió.

—¡Alejate!—fue una maldita fracción de segundo que le tomó quitar a ambos chicos de la zona de impacto—¡todos alejense de las malditas ventanas!

Su maestro iba ha regañar lo por el lenguaje. Cuando pasó, una mancha oscura atravesó la ventana y sujeto al chico de pecas por el brazo, Izuku pataleo un poco intentando usar la peculiaridad de Aizawa para borrar la del aparente villano. Pero no era más que una peculiaridad física.
El grito de zashi pudo aturdir al tipo, pero realmente no parecía preocupado, sólo se aseguró de tenerlo firmemente.
Antes de salir del aula como había llegado. Hizashi se lanzó hacia adelante intentando tomar sus manos mientras que Shota le seguía de cerca al rubio, casi rozaron sus manos cuando desapareció en una neblina negra particularmente densa.

—¡Izuku!—la voz brillosa y estridente de Yamada llamó la atención de todos los maestros.

Shota tuvo que sostener a Yamada ante los movimientos de manos de Izuku. Estaba usando el lenguaje de señas y Shota solo lo sabía, por las veces que Hizashi se quedó temporalmente sordo al usar su peculiaridad. Los movimientos fueron rápidos, casi inentendinbles y demasiado discretos como para que alguien los notará sí no estuviera mirando directamente.

—Su mochila—Shota susurró cuando todo se calmo, y pudo escuchar los pasos de los maestros llegando por el pasillo—dijo que miraramos dentro de su mochila.

Se sentía un poco extraño, los pasos se detuvieron cuando la puerta se abrió con brusquedad. El director miró a todos los alumnos que parecían aturdidos, al maestro que había dejado caer su tiza para luego mirar con creciente terror hacia los demás maestros, especialmente al director Nezu que parecía transmitir un aura de tranquilidad demasiado agresiva.

—¿Dijo algo?—preguntó cómo si nada mirando con atención a los demás chicos en la sala.

—Firmo—Shota no estaba seguro—aunque es un patrón que nunca había visto.

—¿Puedes repetirlo?—Nezu preguntó tranquilamente, parecía no estar reaccionando pero tenía más de diez planes en mente en esos momentos.

La risa de Nezu congeló a todos, Aizawa no estaba seguro de que pasaba. Pero la risa fue terrorífica.
Mientras los maestros hablaban de cómo recoger al alma gemela problemática de los chicos.

Izuku miró al hombre que lo sostenía. No era un gran problema soltarse, tenía un par de estrategias para salirse. Pero también quería saber exactamente qué pasaba, por eso se quedó quieto y evitó extender su mano para copiar la peculiaridad del hombre. Agradecía el poder controlar su don, porque sería realmente incómodo tocar al hombre y tener toda la información de peculiaridad en un solo instante.

Pensó que sería más emocionante, acción. Villanos intentando matarlo, pero se encontró enfrente de un hombre ciego. Con equipamiento médico especial para respirar, suspiro un poco al ser dejado a solas con él hombre. Claramente era peligroso y un poco más experimentado que el resto de villanos.

—¿Entonces me tomaste por la bondad de tu corazón?—bromeó suavemente mirando a los lados.

Algún lugar para salir, tal vez algo extra para irse. Pero sin puertas extras, solo por la que había entrado. Cuarto casi a oscuras, las ventanas ciertamente no estaban disponibles.

—Únete a mí niño, o dame tu don—la voz casi robótica y cansada detuvo a Izuku de evaluar sus opciones.

—Lo siento, pero no estoy realmente interesado en ninguna de las dos opciones—declaró abiertamente intentando poner cierta distancia entre ellos dos.

—No estas entendiendo niño—la sonrisa que obtuvo fue lo suficientemente aterradora como para paralizar un par de segundos a Midoriya—ni él gran símbolo de la paz puede matarme, tu mejor opción es unirte a mí. Tienes una peculiaridad maravillosa.

—Hmmm, gracias—murmuró mirando hacia el suelo—pero no me interesa esto, mi papá dice que tengo una gran peculiaridad y que debería ser usada para cosas buenas—asintió hundiéndose un poco en sus murmullos habituales—además el símbolo de la paz y su lucha contigo no tiene nada que ver conmigo, no me interesa.

Se balanceo un poco sobre sus pies, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones. Tenía un par de opciones y podría irse. Solo quería saber un poco más.

—Debería interesarte Izuku, después de todo soy tu padre.

Y eso hizo temblar al chico de cabello verde. Pero se deshizo rápidamente de eso, antes de asentir y mirar a su presunto padre con algo más que dulzura, sus ojos, su expresión parecía tan vacía. Como sí le hubieran hecho el daño más grande del mundo. Aunque no era secreto, Nezu se lo había advertido, lo había preparado asegurándose que tuviera un don para desplazarse. Habían cubierto todas las opciones para salir sí algún día estaba en peligro.

Alejate de los civiles, compañeros de clase y maestros. Lucha cuerpo a cuerpo sí es necesario, tu inteligencia es un buen amigo y tus peculiaridades te ayudarán a escapar. Lo había repasado todo, de arriba hacia abajo. También habían planeado poner un rastreador para buscar la base de villanos que lo secuestrara. Estaba listo.

—Lo siento, padre—sonrió agitando su mano antes de abrir un portal de un tono verde oscuro—pero no me gusta esa idea. Y creo que mi verdadero papá sería Nezu, así que suerte.

Se escucho una explosión de un momento a otro, la risa de Izuku se vio opacada por las voces y los gritos de ira. No estaba sorprendido. Después de todo él y su papá habían planeado tantas cosas para cada situación. Tendría que unirse en unos momentos, luego de que lograrán inmovilizar a todos los villanos de baja categoría.

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Izuku solo observó entretenido, sabía que no lograrían capturar a su "padre". Pero estaba más tranquilo sabiendo que papá Nezu estaba dirigiendo todo, que Aizawa y Hizashi no estaban entre las filas. Pero aún así ayudó un poco al dejarlo copiar su peculiaridad, desactivo algunas peculiaridades mientras miraba, solo tarareando suavemente.

El chico de cabello verde estaba seguro, hoy no era el día donde la lucha entre el símbolo de la paz y el villano que lo había secuestrado terminaría. No, no estaban cerca de eso. Claro, todo ese rumbo de pensamientos se vio interrumpido cuando vio a un niño, no parecía tener más de cuatro o cinco años.
Su cabello blanco era curioso, mientras que su piel parecía ligeramente maltratada, como sí no tomará suficiente agua o algo hiciera que se resecara.

Estaba llorando fuertemente, con las manos extendidas. Mientras algunos villanos lo evadian, las lágrimas con la sangre mezclada en su cabello y ropa parecía sorpresivamente aterrador.
Cómo una escena sacada de una película de terror. Eso sorprendió a Izuku que casi salto de su lugar al ver cómo el pobre niño era ignorado, dejado de lado. Algo en su pecho se apretó con fuerza al verlo tan indefenso. Se acercó, simplemente no lo pensó mucho, pero él niño parecía aterrorizado cuando lo vio.

—Tranquilo—aseguró ignorando al resto del mundo—todo está bien.

Lucho contra la necesidad extrema de caminar hasta él niño para tomarlo en brazos y arrullarlo hasta que pudiera calmarse. Pero verlo retroceder aterrorizado rompió su corazón.

—Tranquilo amigo, puedo ayudarte—aseguró quedándose quieto a la espera, como cuando tratas con un animal salvaje—necesito revisar sí tienes alguna herida.

La voz suave, delicada era algo para relajar. Pero él niño parecía francamente aterrorizado. Pero se detuvo de rotroceder cuando uno de los villanos chocó con él, casi tirándolo. Gruñó un poco, mirando al villano culpable con enojo, un enojo que podría hacer temblar a un adulto.

Pero alejo esa expresión de su rostro al escuchar el gemido adolorido. Y lleno de miedo del chico. Se relajo suavemente.

—¿Puedo tocarte?—la pregunta en sí sonó tan malditamente mal, que Izuku se arrepintió—mi quirk me permite conocer como funciona el tuyo, pero debo tocarte. Sí no puedes controlarlo, puedo ayudarte.

Eso parecía ir bien, él niño parecía relajarse un poco. Claramente podría esperar horas, pero el ir calmando se era mejor que esperar tanto tiempo para darle comodidad. Luego solo suspiro ignorando por completo como su alrededor se iba llenando de héroes profesionales, como los villanos eran uno a uno atrapados. Como su papá miraba desde lejos interesado. Los oficiales de policía miraron de cerca, esperando alguna reacción. Izuku podría protegerlos a ambos sí algún villano atacaba directamente, pero lo puso al final de su mente al darse cuenta que no había ruido desde hace un tiempo a su alrededor.

Él niño pareció pensarlo antes de asentir tembloroso. Tenía miedo de lo que pudiera pasarle, pero sí está persona podía ayudarlo lo tomaría con sus dos manos y nunca lo solitaria.

—¿Seguro...—la voz inocente y aterrada rompió los pensamientos de todos a su alrededor-de qué estarás bien?—miró a las manos del chico de cabello rizado con temor.

No quería lastimar a nadie, nunca quiso hacerlo. Pero no entendía, había un miedo irracional detrás de todo al darse cuenta que podía hacer con su don. Fue temible, aterrador y la sangre corría por montones cuando la activo. Eso no dejó espacio más que para el miedo en su mente.

—Totalmente seguro—afirmó con determinación—puedo curarme sí me lastimas y sé que no lo haces apropósito, lo entiendo.

Se acercó temblorosamente y se quedó estático como un gato. Para suerte de todos que Izuku entendió, solo retrocedió un poco extendiendo su mano y esperando tranquilamente a que él empezará el acercamiento a su propio ritmo.
Él niño miró de sus manos al piso, y con aún la timidez y el miedo corriendo por sus venas, se deslizó, suavemente hacia Izuku. En efecto, como un pequeño gato callejero dejó que su mano del mayor tocará su cabeza, al sentir las manos con toques suaves se derritió ante él tacto dulce revolviendo su cabello.

All Might miró todo con atención, camino con intención de acercarse al chico y detenerlo. Pero sólo recibió una negación de Nezu.

—Estará bien—la quimera se rió un poco—Izuku está trabajando con un gatito callejero.

—¡No puedo permitir que él chico tome la peculiaridad del nieto de mi maestra!—exclamó lo suficientemente alto, como para que las personas a su alredor lo escucharan.

—No quiere su peculiaridad—Nezu miró al rubio con ojos mortales—Izuku puede manejar su peculiaridad a la perfección, ahora mismo solo está analizando cómo funciona la del niño—señaló enojado al ver cómo él niño de cabello blanco que parecía obtener un brillo de esperanza en sus ojos—para ver cómo puede ayudarlo. Sí estuvo aquí es porque su don fue lo suficientemente fuerte para llamar la atención de estos villanos, Toshinori, no voy a permitir que hables así de mí hijo.

Él rubio se avergonzo ante los pensamientos. Aún más cuando miro como él niño pequeño pareció animarse ante los susurros de Midoriya. Estaba seguro por la velocidad en la que la boca del chico se movía. Hasta que pareció darse cuenta de la situación, el momento y de quienes lo rodeaban. Levantó la mirada y busco a Nezu con rapidez.

—¡Papá!—grito sonriente casi asustando al niño que lo miraba con curiosidad en lugar de miedo—¿tienes un par de guantes especiales qué usaba para entrenar?

Asintió de acuerdo con ello. Siempre llevaba un par por sí su hijo no soportaba el tocar gente y por error analizar su peculiaridad. Tenía tiempo que no le sucedía, pero, era claro. Había días donde no podía controlarse, y su estabilidad mental se veía afectada al hacer algo sin permiso de la gente.

—En camino—aseguró aún sabiendo que no podría escuchar.

Busco entre su traje un par de guantes negros, especialmente diseñados para resistir algunos quirks táctiles. Aunque Izuku tuvo la idea de mejorarlos. Estaba orgulloso de su chico.

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Aizawa suspiro mirando a su alma gemela problemática directamente a los ojos. Había un brillo de determinación en esos ojos verdes que le impidieron decir que no. Aunque Hizashi también parecía aturdido ante la bola de energía que era Izuku.

—¡Este es Tenko!—señaló con manos móviles, tipo de Jazz—deberíamos cuidarlo.

Eso hizo reír un poco al niño de cabello blanco que se oculto perfectamente detrás de Izuku. Parecía tímido y un poco preocupado.
No sabía sí era seguro salir para mirar a las almas gemelas de su persona favorita.

—¿Estás seguro?—Shota preguntó con tono cansado, estaba perdiendo años de vida—porque no será fácil.

Aizawa había entendido lo que el tono emocionado de Izuku estaba dando a entender. Quería quedarse con él niño de cinco años. Aún ni habían terminado la escuela y puede que su zona verde sea lo suficientemente bueno para graduarse antes y conseguir algún trabajo por su propio poder o porque Nezu asusta lo suficiente para darle a Izu oportunidades de conseguir algo estable. Pero aún eran demasiado jóvenes, no es que Tenko no le agradará. Él niño era dulce cuando no lo presionabas a hablar sobre lo que le pasó.

Él chico de cabello verde ladeo la cabeza confundido. Al igual que Tenko que parecía realmente confundido. Era como ver un mini clon de Izuku, este chico estaba imitando a la perfección a la judía verde.
Era adorable sí podía aceptarlo, lo aceptaría. Más cuando Yamada chillo emocionado, casi como sí estuviera sosteniendo al gato más lindo y suave del mundo.

—¿Por qué no?—preguntó curioso, con los labios rojizos haciendo un puchero adorable y las manos en la cintura.

Tenko lo imitó, con su cabello blanco algo largo cayendo suavemente por su rostro, los guantes negros constrantando con su ropa de color azul y verde. Solo uno de sus dedos descubiertos. Porque él niño aún no conseguía los guantes modificados para su peculiaridad. Tenía pequeños rizos, aunque pensaron que era para imitar a Midoriya. Nezu sólo miraba desde una esquina con su taza de té entre sus patas. Aunque el ratón, oso, perro lo que sea, parecía estar sonriendo de manera tenebrosa. Ni Hizashi ni Shota estaban preguntando.

—No dije que no, exactamente—aclaró acurrucandose en esa tonta bufanda negra con amarillo que Izuku le consiguió—estoy diciendo que será difícil, y estableciendo un punto al preguntar, ¿podrás con esto?—los ojos oscuros se enfocaron repentinamente en los verdes oscuros.

Hizashi brinco en su lugar, estaría de acuerdo con cualquier decisión. Pero por el momento se concentraría en él niño nervioso, que parecía atormentado por interrumpir en sus vidas. Nadie merecía sentirse así.

—¿Cómo estás pequeño?—preguntó amable, bajando la voz e intentando parecer lo menos agresivo posible.

—¿Están enojados?—la voz pequeña y realmente tímida señaló hacia Shota e Izuku que estaban hablando, planeando—¿es mi culpa?—las lágrimas amenazaron con bajar por sus ojos.

—No, no lo están—aseguró nervioso, agitando los brazos—y sí lo estuvieran, tampoco sería tu culpa—espero haber sonado lo más convincente posible.

Pero al ver como él pequeño intentaba ocultarse ante la posibilidad. Hizashi solo pudo sonreír un poco haciéndose lo más pequeño posible antes de extender su mano hacía Tenko, que dudo un par de segundos antes de aceptar con la sonrisa más pequeña que podría dar en ese momento. Sus manos temblaron, esperando que el rubio amable gritara por activar por error su peculiaridad. Hasta que miro sus manos unidas y recordó como Izuku confiaba en este chico. Entonces estaría bien, no lo juzgaría.

—¿Podemos comer algo?—nervioso se agito un poco apretando sin darse cuenta la mano de Yamada, quien no pudo evitar sentir simpatía por él.

—Claro, espero que Zuzu te haya estado alimentando bien—regreso a su estatura sin soltar la pequeña mano—tiene un amor un poco insano por el Katsudon, tendré una charla con él, sí solo te esta alimentando con eso.

Él niño era inteligente, porque comenzó a reír, Izuku había dicho lo mismo cuando le dio comida. Nezu lo había apoyado aquella vez, porque su hijo sería capaz de solo alimentar a un niño con su comida favorita, de hecho sí no fuera por Nezu y sus almas gemelas no comería más que su comida favorita de manera poco saludable. Aunque sabía que el entrenamiento llevaría a la zona verde a comer algo más saludable para poder mantenerse en forma.

Tenko se oculto detrás de la pierna de Yamada cuando escucho un chillido emocionado de Izuku que levantaba los brazos hacía el cielo con una sensación de satisfacción. Entonces en un momento para nada esperado el mayor comenzó a dar un pequeño baile en su lugar, antes de copiar sin darse cuenta la peculiaridad de Hizashi y activando la sin moderación, Shota podía sentir un dolor de cabeza acercandose violentamente como las dos almas gemelas que tenía que eran pura energía, sol y animales hiperactivos.

—¡Yeahhhh!—se gano un fuerte mirada de ojos rojos antes de darse cuenta—¿Escucharon eso oyentes?—la imitación se gano un par de risas ocultas de su padre que estaba esperando poder tener un poco de tiempo para sus propios pensamientos cuando Izuku ganara con sus ojos de cachorro—¡Tenko puede quedarse con nosotros!

Nezu estallo en risas descontroladas, casi tirando su té por la cara de Yamada-kun al escuchar como Izuku podía imitar su voz y su peculiaridad a la perfección. Aizawa se resigno a su destino de estar emparejado con las personas más ruidosas del planeta, de tener un niño que sería su hijo apenas los tres tuvieran la edad legal para adoptar. Porque podía verlo en los ojos de su pareja, no era malo como para recoinciderar el existir, pero lo suficiente para saber que no podría dormir por un largo tiempo.

—Esto será problemático—aseguró intentando ocultarse en su bufanda.

Hizashi pudo haberse reído un poco antes de tomar al chico entre sus brazos dando vueltas emocionadas hasta que se mareo y tuvo que detenerse para no vomitar.

—Ya aceptaste tu destino, Aizawa-kun—la voz divertida del director confirmó todos sus pensamientos problemáticos—espero que tus amigos los apoyen en todo—la sonrisa aterradora fue ignorada por las dos bolas de energía que estaban prácticamente gritando usando la peculiaridad de Hizashi.

Tal vez aún estaba a tiempo de cometer suicidio. Pensó en Oboro y en kayama, Tensei también llegó a sus pensamientos y no pudo evitar gemir de puro dolor mental. Casi parecía físico. Se arrepintió de haber perdido contra un par de ojos preciosos que le miraban como un perrito pateado. Aunque no sirvió que usará su don de transformación para convertirse en un gatito verde de ojos precioso.
No podía, era un hombre débil.

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Nezu miró a su hijo con interés. Desde que Tenko había llegado a sus vidas parecía menos atento a la dominación mundial.

Aizawa se estaba riendo disimuladamente de su profesor, podía ver las ganas que tenía de pasar tiempo con Izuku. Tal vez tuvieran planes de como derribar el gobierno o algo similar.
Pero mientras menos interés ponga su alma gemela en destruir todo el sistema de héroes a nivel mundial Shota estaría feliz de pasar tiempo con sus almas gemelas sin miedo a tener tres terroristas. Y por tres estaba hablando de Tenko, no de Hizashi, que claramente no era él adecuado para eso.

—¿Qué pasa?—la voz divertida del rubio llamó la atención de azabache—él director Nezu parece francamente pensativo.

—Zuzu está pasando demasiado tiempo con Tenko—se rió un poco al mirar al niño de cabello blanco hablar emocionado—al parecer fueron al parque el otro día e hizo un amigo.

—¿Y eso qué tiene que ver con la molestia del director Nezu?—preguntó curioso mirando a dos de sus personas especiales brillar mientras hablaban de este chico de cabello rojo. O eso entendió entre pláticas entre cortadas.

—Que Tenko e Izuku pasan más tiempo fuera ahora, normalmente los acompañaría—aseguró mirando con cariño a los dos implicados—pero Zuzu me dijo que le diera tiempo para hablar con él nuevo amigo, algo sobre un problema familiar.

—¿Vamos a adoptar otro niño, Zawa?—Hizashi preguntó abrazando por la cintura al azabache.

La sonrisa de Shota se hizo cada ves más suave, podía ver a Izuku corriendo con Tenko y otro niño a su alrededor. No negaría que las ganas de tener niños era fuerte, hacía latir su corazón a toda velocidad. Pero aún no terminaban la escuela, no conseguían trabajo. Pensar en otro niño en esos momentos era adorable y volvía a Shota todo suave, dulce, amable, pero no tenían ni un lugar al cual llamar hogar.

—Me gustaría—acepto relajandose en los brazos de su alma gemela gritona—pero no tenemos ni una casa.

Al parecer los susurros de los chicos llamaron la atención de Nezu, que parecía reflexionar sobre cómo su vida había cambiado. Podía ver a su pequeño hijo totalmente adorable alrededor de Tenko, ya había aceptado su destino como abuelo. De hecho Toshinori había pedido perdón a Izuku al notar como el nieto de su maestra adoraba al chico de cabello verde, también se había ofrecido en poder ayudar lo mejor que pudiera con el entrenamiento del niño pequeño.

Que se había ocultado detrás de las piernas de Izuku al ver al rubio. También se había ido corriendo cuando esté se agachó a su altura, Aizawa lo protegió con su arma captura, mientras Hizashi se puso alerta. Eso calentó al niño pequeño, que proclamaba a los tres adolescentes, casi adultos, como sus héroes favoritos..

—Puedo conseguirles un lugar—declaró el animal que tenían como suegro con una sonrisa traviesa—con una pequeña condición.

Eso detuvo a los dos chicos que miraban con adoración a Izuku, dando vueltas alrededor, en realidad parecían un par de padres orgullosos de su esposo e hijo.
Diablos, Shota estaba tan azotado que apenas se había dado cuenta. Mientras que Hizashi sabía su destino, desde la primera vez que miró a Izuku alrededor de los niños supo que nunca podría renunciar a un niño a lado de su dulce y bonita alma gemela.

—¿Qué está tramando, director Nezu?—él azabache preguntó cauteloso.

—No puede ser tan malo, zawa—aseguró suave, aunque tenía sus dudas ante la sonrisa malvada.

—Lo que la rata quiera decir...—tartamudeo avergonzado por el término aplicado—no es algo bueno, no cuando sonríe como sí hubiera ganado la lotería.

Entonces tal vez estaban vendiendo su alma a alguien peor que el diablo. Pero escucharían la propuesta.

Al contrario de lo que las almas gemelas de Izuku podrían pensar, él chico de cabello verde no era rosas, amor, dulzura y expectativas de cosas buenas. Era calculador, planeaba la dominación mundial. Aunque también planeaba destruir la comisión de héroes que usaban niños como soldados, pero el momento intentaría convencer al nuevo amigo de su adorable hijo adoptivo para hablar sobre sus problemas familiares.

—¿Crees qué acepte?—él niño pequeño parecía brincar emocionado sobre sus pies—él realmente es amable conmigo y no le importa mi quirk.

—A ninguno de tus amigos debería importarle—sonrió revolviendo su cabello—y a quien le importe, te llame de maneras despectivas no es tu amigo. Solo es matón que no sabe sobre la discriminación peculiar.

—¡Sí!—salto en su lugar emocionado—el abuelo dice que es un delito y que nadie puede clasificar mi quirk como bueno o malo, solo yo puedo decir que hacer—sonrió con todos los dientes ganándose un sonrisa tranquila de Midoriya.

Tenko aprendía rápido, Hizashi fue su principal participante en actividades recreativas. No es que Izuku no fuera perfecto para eso, pero él era a quien acudía por seguridad. Hizashi era diversión y sol, mientras que Shota era comodidad, tranquilidad y poder hablar sobre las cosas que le habían pasado. Izuku era quien lo protegería ante él mundo, era como un escudo. No es que Hizashi o Shota no pudieran cuidarlo, es que Izuku fue el primero en decirle que su quirk no era malo, que no debía tener miedo, que no era su culpa, era sólo un niño. Empezaba ha sentirse de esa forma, no era un niño que sería un gran villano. Era un niño que podría ser un héroe, y eso no le ganaría un castigo.

—¿Crees que Aizawa quiera conocer a Toya?—preguntó temeroso.

Aún no tenía la confianza completa en las almas gemelas de su persona importante. En el caso del abuelo Nezu, no se sentía amenazado. Era un adorable roedor, cosa, animal, que no daba miedo. Era inteligente y hablaban de temas variados. Discutían sobre el sistema de héroes y como podía mejorar.

—Puedes llamarlo Shota—puso su mano sobre su cabeza dulcemente—y creo que está esperando mi permiso para conocerlo, quiere saber quien es, lleva preguntando por él.

—¿Entonces puedo decirle qué venga hoy?—los ojos siempre opacos por los nervios y sentimientos negativos del niño, brillaron tan sorprendente que Izuku no tuvo el corazón para decirle que no.

—Ve, dile a Hizashi también—un par de palmaditas en su cabeza animaron más—podrían conocerlo. Tal vez los hagas sentirse emocionados que los invites. Solo recuerda que no le digas al abuelo hasta conseguir algo.

—No prometo nada—se rió por lo bajo—prometió enseñarme como hacer un ácido potente con las cosas que tenemos en casa y a desarmar una bomba sí le seguía hablando de mi nuevo amigo.

Izuku lo miró salir corriendo hacia la dirección de sus almas gemelas. La risa ahogada cuando el pequeño cuerpo chocó con los dos chicos que estaban abrazados y casi se caen ante el impacto fue revelador.

—Crecen tan rápido—susurró mirando atento—ya planea la dominación mundial y no tiene más de seis años. Que lindo.

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Izuku se sonrojo en tres tono de rojo diferentes. Aunque en realidad Shota podría asegurar que eran más. Hizashi se estaba riendo fuertemente intentando quedarse con alguna foto de su alma gemela de niño. Tenko estaba curioso sosteniendo la foto con cuidado. Miró de la foto a Izuku, una y otra vez con el ceño ligeramente fruncido en concentración.

No se parecía mucho al Izuku, no era su papá. Y Tenko lo pensó un poco antes de compartir sus pensamientos. Izuku le dijo que había ciertos comentarios que eran mejor pensarlos que decirlos en voz alta, pero que mientras aprendía a diferenciar cuáles eran, resultaba aceptable y correcto que compartiera todos los pensamientos conflictivos.

—¿Qué te pasó, papá?—la pregunta inocente detuvo al chico de balbucear para hacer que se derritiera de ternura.

—¿Por qué lo dices, TenTen?—preguntó divertido al observar cómo su pequeño se coloreaba de rojo—sí la grasa de bebé sigue ahí.

Se acercó para mirar la foto. Claramente tenía curiosidad de porqué él niño pensaba que sus fotos de pequeño no se reflejaban en él. Seguía teniendo el mismo tono de verde en el cabello, los ojos igual de verdes, tal vez menos inocentes que a esa edad. Cuatro pecas en cada mejilla, cabello indomable.

—Me veo igual—afirmó dulcemente—soy una copia en grande.

La risa de Shota ante el ceño fruncido de Izuku sólo se hizo más claro. Entendía porque Tenko estaba preguntando. Pero no se lo estaba diciendo a su alma gemela. No hasta que miro como él pequeño niño, infló las mejillas en un puchero al principio adorable, eso fue, hasta que las lágrimas empezaron a formarse en sus ojos con fuerza.

—No llores—la sorprendente suave voz de Aizawa llamo la atención de las personas en la sala—vamos, dile correctamente las cosas a Zuzu, creo que no esta entendiendo—levanto la mano para revolver el cabello con cuidado.

—Tus cicatrices—señaló él niño pequeño—tus ojos parecen brillar menos y pareces más feliz en las fotos donde sales con el abuelo Nezu—afirmó un poco molesto. Tal vez no dijo bien las cosas o su papá no quería contestar.

Izuku parecía haberse iluminado como árbol de navidad cuando la realización por fin pasó por sus facciones. No había entendido muy bien lo que su pequeño TenTen quería decir, era absurdo, seguía igual de cuando era pequeño. Pero había pequeñas cosas, cosas que nadie podría cuestionar. Sí no conocía al peliverde desde hace años o veía sus fotos viejas. Miró hacia sus almas gemelas que igual parecían curiosos. Había fotos viejas donde se podía notar que era él antes de ser tomado por su padre.

—Bueno...—se rasco nervioso la cabeza, intentando pensar, pero una sola mirada a su padre le hizo saber que debía hablar—realmente fui acosado. Me llamaron sin peculiaridades...

El murmullo fue tan bajo, que sí no fuera porque todos estaban lo suficientemente cerca lo escucharon con atención.

—¿Por qué?—él peliblanco parecía ofendido, realmente ofendido, su papá era genial—tienes una peculiaridsd increíble, hasta me ayudaste con la mía.

—Llegué tarde—intento sonreír pero le fue difícil—y cuando lo obtuve, la gente pensó que era un monstruo.

—Izuku—Nezu llamó tranquilamente, aunque podía escucharse el tono de reprimenda—ya hablamos de esto, no eres un monstruo.

—Lo sé, papá—la voz disminuyó de volumen notablemente.

Nezu suspiro dejando su té de lado para acercarse hasta su nieto que parecía preocupado y confundido, tal vez hizo llorar a su papá sin darse cuenta. Eso resultó adorable.

—Ten-chan—él ratón llamó con suavidad—tú papá tiene un don increíble, pero ante los ojos de la sociedad puede ser aterrador—él niño lo miró con atención, recibiendo caricias en su cabeza—él llegó tarde con su peculiaridad. Cuando yo lo conocí pensé que era por eso que no había alguien cuidándolo.

Shota y Hizashi prestaron atención de manera disimulada ante las palabras de su suegro, sonaba extraño llamar suegro a un ratón-oso-perro, en términos correctos según Izuku, Quimera. Pero era él único que podría contarles con detalles toda la infancia de su alma gemela.

—Luego descubrí que estaba atrás de los demás—las mapatas de la quimera fueron suaves y mullidas—no hablo hasta que tuvo seis años—las facciones del director se suavizaron como sí recordará muy buenos momentos—y sus primeras palabras fueron “Dominio mundial”.

La risa se ahogo en lo fondo de su garganta, cuando su hijo de cabello verde se avergonzo tanto que intentó cubrir su rostro con sus manos. Tenko parecía brillar ante lo que estaba descubriendo.

—Pero en algo tienes razón Ten-chan—él animal hizo que él niño lo mirara a los ojos—todo quirk es genial, y sólo la persona que lo posee puede decidir que hacer con él. Cosas buenas o malas, depende de cada quien, no de la sociedad.

—Sí—la sonrisa segura del niño tranquilizó a todos los presentes—papá Izuku dice que nadie puede llamarme villano, que nadie puede decidir sí soy bueno o malo—alzó los brazos y salió corriendo en dirección hacia su padre—¡papá yo también quiero la dominación mundial!

Shota se quejo fuertemente cuando las palabras del niño se registraron en su mente cansada de adolescente que estudiaba para héroe. Hizashi comenzó a reír fuertemente, con las manos detrás de su espalda pensando como abordar el tema con Izuku. Pero no tardó mucho en darse cuenta de lo que Tenko dijo, hasta que se congeló en su lugar.

—¿Dominio mundial?—cuestionó él rubio temeroso—Shotaaaaa....

—No me mires—aseguró serio mirando como su suegro sonreía satisfecho—te dije que no deberíamos dejar tanto tiempo a Tenko solo.

—No quería que lo inscribieras a la escuela hasta que estuviera listo—se avergonzo al no ser tan racional como su pareja.

—Esto es tu culpa—reprochó en voz baja—ahora tenemos a tres conspiradores para intentar tomar el mundo, sí tenemos más hijos, de ahora en adelante se hará lo que yo diga.

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Izuku reprimió su sed de sangre con una sonrisa suave. Shota retrocedió tomando a Tenko en brazos para salir corriendo como alma que lleva el diablo. Mientras Hizashi miraba de un lado a otro, intentando pensar en la mejor manera de huir. Kayama había salido cuando noto que Tenko miró al chico de cabello azul pálido con curiosidad intensa a los ojos. Tensei uso una excusa de llamada de emergencia de sus padres, pero cuando Oboro quiso salir corriendo, Izuku lo llamó con lentitud extraordinaria.

—Shirakumo—fue la primera llamada, con tono amigable.

Pero cuándo él chico intentó usar una nube para huir, la voz adorablemente suave, empalagosa de Izuku se volvió dura, potente y enojada. Antes de que pudiera huir, se vio obstaculizado por él chico de cabello verde que borro su quirk usando el de Shota. Podía escuchar ángeles cantar y juraba que veía demonios bailar.

—Oboro—el canto dulce y amable se volvió enfermizo y sobreprotector—no tengas miedo. No te dolerá.

Shota no era creyente, pero le rezo a todos los dioses, entidades o fuerzas externas que pudieran salvar la vida de su amigo. Oboro no había tenido tiempo para conocer a Tenko, no lo habían inscrito a la escuela por el trauma y Nezu se había ofrecido enseñarle. No desaprovechado la oportunidad. Menos cuando Tenko comenzó a querer salir, conocer gente. Eso los llevaba hasta Toya, él nuevo amigo de su adorable hijo.
Hizashi rezo en silencio, contando todas sus oraciones, pero no era culpa de ellos.

—Midoriya-kun—él chico tembló en su lugar al notar como esos ojos verdes, se convertían en un tono rojo ante el uso de su peculiaridad—no puedo controlarlo...

La voz nerviosa solo consiguió a Izuku un poco más irritable. Estaba enojado. No había salvado a su adorable hijo de las manos de su padre estúpido, para tener que demostrarle que lo amaba todo el tiempo. Pará que él idiota amigo de su alma gemela viniera a quitárselo. Alma gemela o no.

—Papi—la voz infantil corto los deseos de asesinato sangriento—¿por qué él amigo de Papá tiene miedo?—señaló inocente mirando a su padre verde—Pops, dice que no le gusta cuando la gente tiene miedo y que deberíamos ayudarla.

Izuku arrullo encantando ante lo inocente y adorable de su hijo. Oboro casi se derritió con una sonrisa dulce adornando sus labios. Era una sonrisa tonta. No es que él peliazul se considerará Shotacon, pero Tenko era francamente adorable. Pero su ahora suegro no parecía contento con que estuviera mirando a su adorable hijo.

—Vas a arrepentirte de intentar llevarte a mi adorable TenTen—refunfuñó el adolescente de baja estatura—estás tan muerto Oboro.

Tenko no estaba entendiendo porque su papi estaba enojado. Al contrario se rió un poco de la cara de papá y pops. A favor de un poco de atención golpeó ligeramente con su dedito la mejilla de papá.

—Papá, tengo hambre—la inocencia distrajo a Shota de suplicar a cualquier dios—pops prometió hacer un poco de katsudon. Además recuerda que Toya debe estar esperándonos.

Hiazashi tomó la oportunidad de tener de cocinar para salir con Shota y Tenko del campo minado.
Apenas habían podido reunirse. Era él mismo día donde Pops y Papá conocerían a su nuevo amigo, tenía problemas y Tenko no quería más que ayudarlo. De hecho Izuku había hablado seriamente con él niño de doce años. Al parecer al único que quería sacar de casa ya que corría riesgo era a su nuevo hermanito. Izuku habló con sus parejas y estos llegaron a un acuerdo. Nezu sólo sonrió ante la oportunidad de destrozar a algún héroe. Entonces Oboro tuvo que aparecer salvajemente en su camino hacia el parque proclamando que ya tenía tiempo libre para conocer a su nuevo sobrino.

Aizawa nunca lo aceptaría en voz alta. Pero ante la idea de retrasar un poco su muerte se fue con Hizashi que parecía muy convencido de conseguir ingredientes para la comida. También para llevar a un Tenko preocupado al parque para ver a su amigo. Era una retirada táctica. No tenía miedo, no a una zona verde corta, que tenía los ojos más furiosos y brillantes de todos. No, especialmente a su alma gemela pequeña, molesta e impulsiva, de sonrisa brillante que ahora mismo parecía querer arrancar cabezas.

—Sho-Shota...—llamo con voz temblorosa—necesito un poco de ayuda.

—Lo siento—aseguro él chico de cabello negro antes de salir corriendo con su pequeño hijo en brazos ante la mirada de muerte de Izuku—no soy lo suficientemente fuerte.

—¡Hi-Hizashi!—la pronunciación baja y miedosa de Oboro obtuvo a un rubio mirando a su dirección con lo que parecía incredulidad pura.

—Perdóname amigo mío—sonrió un poco, intentando ignorar el fuego en la mirada de su alma gemela—puedo ser impulsivo, torpe y un poco, muy, arriesgado. Pero yo por ahí no paso—dijo antes de salir corriendo detrás de Shota.

—¿Por qué pides ayuda?—él peliverde cuestionó.

Ante eso, él chico grito con fuerza atemorizado de lo que pudiera hacerle ese niño de estatura chiquita.

—¡No soy chiquito!

Y así Oboro aprendió a no llamar a Izuku pequeño, especialmente cuando sus almas gemelas no estaban para hacer control de dañas. O para pedirle que pare porque estaba sobrepasando sus límites de manera inconsciente.
Mientras Oboro era torturado. Shota tranquilizaba a su hijo que parecía un poco asustado. Malditos lazos de almas gemelas que permitían sentir las emociones.

—¿Pasa algo, Tenko?—por extraño que pareciera, Aizawa podía ser amable.

—Siento miedo—susurró haciendo pucheros—no entiendo porque, estoy contigo y Pops. Eso está bien.

—Es tu lazo con tu alma gemela—Hizashi participó un poco más calmado—a veces puedes sentir las emociones de esa persona.

—¿Qué es un alma gemela?—ladeó la cabeza curioso—¿Papi y papá son tus almas gemelas?

—Hizashi sonrió nervioso, sabía que Tenko nunca los había escuchado llamarse almas gemelas—Bueno, las almas gemelas son muchas cosas—señaló intentando obtener al chico en sus brazos—hay personas que creen que es con quien encajas a la perfección, otras que los ven como compañeros de vida, en mí caso son las personas menos impensables que han cambiado mi mundo—sonrió al ver como él niño parecía pensativo.

—¿Yo tengo un alma gemela?—la curiosidad estaba en la mente de Tenko, sus padres nunca hablaron de las almas gemelas, como tampoco soportaron la idea de los héroes.

—Tienes una—Shota suspiró resignado—sabes, se siente como electricidad cuando la conoces. Es todo más brillante—Shota recordó como Hizashi le dejó con dolor de cabeza por más de una semana cuando lo conoció—sólo sabes que esa persona es la indicada.

—¡Oh!—pensó unos momentos—¡Debemos salvar Shirakumo-San de papi!

Los dos chicos se miraron a los ojos y luego a sintieron. Era como una platica que sólo ellos dos sabían mantener. Aunque resultaba ser mental.

—Él estará bien—Shota y Hizashi afirmaron al mismo tiempo—recuerda que debemos ir a conocer a Toya, también por la compra. Tal vez puedas invitar a tu amigo a quedarse en casa.

El chillido de felicidad apartó la mente de todos de cómo Oboro estaría siendo torturado.

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Tenko miró a su papá cargando las compras, Pops decía que no se preocupara tanto. Que papá realmente no estaba cansado de cargar las cosas. Solo era demasiado flojo en ocasiones.

—Pop's, no digas eso—la risa infantil distrajo a los dos chicos que peleaban con la mirada—papá es un héroe genial, solo que tiene mucho sueño.

—Ya escuchaste a nuestro pequeño—Shota sonrió con suficiencia—solo tengo mucho sueño, el trabajo de héroe es agotador.

Hizashi rodó los ojos con burla. Su pareja decía ser duro, la persona más fría del mundo. Pero con su alma Gemela compartida y su pequeño ahora oficialmente hijo, adorablemente dulce e inocente, se derretia como chocolate.
Entonces ignoro al otro muchacho, solo para seguir las indicaciones de Tenko sobre cómo llegar al parque y la zona designada para el encuentro con su amigo.

—¡Él es genial!—murmuró alzando los brazos logrando que Yamada temiera soltarlo por los movimientos bruscos—¡Su poder de fuego es increíblemente caliente, papi le dio algunos consejos para evitar las quemaduras!

—¿En serio?—él pelinegro preguntó interesado los balbuceos de su pequeño.

—Sí—asintió rápidamente—y funcionaron. Porque Dabi llegó menos lastimado, dijo que dolía menos.

—¿No era Toya?—preguntó curioso Hizashi con una mirada pensativa.

—Lo es, pero no le gusta su nombre—susurró un poco enojado—no lo llames así Pops, llamale Dabi.

La sonrisa tranquila de Hizashi le hizo entender que no haría nada malo para asustar a su nuevo amigo.
Aunque Shota tarareo en reconocimiento.
Algo en el hogar del niño no debería estar bien sí prefería un apodo a su nombre real. Un pensamiento demasiado fuerte y que no debería tener ninguno de los dos paso por la mente de ambos. Los dos de miraron a la cara con un semblante serio, como leyendose la mente. Eso fue sorprendente.

Tenko pidió bajar de los brazos de su pops cuando un cabello color blanco apareció en su rango de visión. Shota le resto importancia dejando que él niño pequeño corriera hasta la dirección de su amigo. Pero Hizashi no dejó de vigilar de cerca. Hasta que se sorprendió de ver a tres niños, se suponía que sólo estaban conociendo a uno. Pero Aizawa parecía de lo menos sorprendido ante la situación.

—Me esperaba algo así—afirmó por lo bajo él azabache mirando con atención al niño de cabello bicolor, al de cabello blanco y al rubio que parecía nervioso—creo que deberíamos llevarlos a casa, será mejor.

—No estamos secuestrando niños, Sho—casi grito desesperado ante la sola idea.

—Mira, sí puedo predecir bien las cosas los vamos a llevar o Izuku nunca podría perdonarnos—gruñó receloso ante la idea de dejar a tres niños solos—él de cabello blanco y él bebé son hermanos—aseguró—él rubio de seguro es alma gemela del mayor, además de que parece francamente aterrorizado.

Hizashi miró a los niños con atención. Él más grande parecía no temblar.
Pero él niño rubio de alas rojas estaba más que aterrorizado. Estaba temblando en su lugar y cuando su ahora brillante hijo se estrelló contra ellos logró que él chico saltará en su propia piel. Él bebé también era preocupante, no parecía mayor de unos tres años, seguía siendo algo que debía ser protegido. Era todo curioso y lindo, Hizashi no quiso imaginarse de lo que esos niños estaban escapando.

—¿Qué le pasó a tu cabello?—preguntó Tenko curioso—era bonito tu cabello rojo.

—Uhhh, ¿recuerdas qué se estaba volviendo blanco?—recordó arrullando suavemente a su hermano en brazos.

—Sí—asintió el niño curioso—decías algo sobre los entrenamientos de tu padre.

Eso alarmó a los adolescentes. Miraron y escucharon a una distancia prudente mientras su hijo les explica a sus amigos las cosas.

—Bueno, este fue el resultado de tanto estrés—señaló dejando ir a su hermano menor—realmente no quiero hablar de esto enfrente de Shoto—mostró a su hermano.

—Bien—Tenko asintió ignorando que ahora ambos tenían ahora el cabello blanco—¿Y él?—señaló al niño rubio que se escondió rápidamente.

—Keigo—el peliblanco mayor se rió un poco—es mi alma gemela—declaró sin importarle mucho la reacción de su amigo—planeamos el escape juntos mediante a nuestro lazo mental.

Tenko asintió intentando comprender. Él niño con alas era aún mayor que él, y menor que Dabi. Pero era interesante conocer más niños, hace unos días se había encontrado con una niña rubia. Le había preguntado a su papi sí era seguro invitarla a comer alguna vez, él de cabello verde sólo había sonreído brillantemente y dicho que sí. Que no tenía problemas, pero que primero debería ayudar a Dabi.

Shota ignoro la platica luego de escuchar como los niños dijeron que estaban escapando de algo o alguien. Y se preocupo de sobremanera cuando la gente a su alrededor comenzó a hablar, mirando al niño rubio.

—Ve a la tienda por comida—Shota dijo mirando a Hizashi—vamos a llevar a esos niños a casa.

—No voy a dejarte solo—él rubio parecía nervioso ante la idea—de lo que están corriendo no parece seguro.

—Le envié un mensaje a Izuku—el azabache se encogió de hombros—nos alcanzará, aceptemos que tengo mayores probabilidades de salir ileso que tú.

El suspiro y Tenko corriendo hacia su dirección con sus amigos logró que el rubio a sintiera un poco.

—¿Algo más?—preguntó revisando que tuviera dinero suficiente.

—No—la sonrisa de Aizawa fue relajante y sorprendente—comida, algo para beber y consigue dulces para los niños. Izu dijo que estaría bien.

—Bien—le dio un beso en los labios al azabache antes de irse—se bueno con Papá, Tenten-chan—se despidió revolviendo en cabello de su adorable hijo.

Y le dio al niño rubio su chaqueta.

—Cubrete amigo—la sonrisa fue amable—no queremos que te encuentren antes de tener un lugar seguro.

Él otro rubio obedeció demasiado apenado por la situación. Además de que era la primera vez que alguien lo trataba bien.

—¿Quién era ese?—Dabi cuestionó inseguro.

—Es Pop's el alma gemela de Papi—él niño pequeño parecía brillar—y este es papá—jalo a Shota por el brazo acercandolo—es la otra alma gemela de Pop's y papi.

Él niño mayor parecía aturdido y el rubio igual. Aunque el bicolor parecía despreocupado. Riéndose un poco de la reacción de su hermano mayor.

—Pueden preguntar lo que gusten en casa—Shota paso a cargar las compras con sus dos manos a con una sola mano—ahora debemos ponerlos en un lugar seguro—sujeto la mano de su hijo—vamos Tenko, Pop's hará más compras, Izu nos espera en casa con Oboro.

Eso animo más al niño que miró a los otros y extendió su mano con amabilidad.

—Vamos Dabi, papá nunca miente—la sonrisa acompañó las palabras seguras.

Y el trío de niños aceptó, inseguros que sería de ahora en adelante de ellos. Pero confiando en estar bien.

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ue innecesario al mirar a los tres niños enfrente suyo.
Toya parecía curioso por la quimera, mientras que Keigo parpadeó aturdido mirando a los lados, sujeto la chaqueta que Hizashi le había dado con toda la fuerza que sus dos manos podrían utilizar.

Aizawa suspiro ignorando las cosas, mientras ayudaba a los niños a dejar sus zapatos para poder entrar a la casa.

—Vamos, creo que a Takami le vendrá la ropa de Tenko—llamó con voz suave mirando a los niños que parecían inseguros—¿les gustaría tomar un baño?—preguntó con su voz cansada.

Izuku tarareo mirando a Toya mientras sostenía a su hermano menor. Él niño peliblanco estaba acostumbrado a Izuku, el resto de personas era extraña. Pero al notarse seguro accedió a permitirse algunas libertades.

—¿Puede Keigo comer pollo frito?—Toya preguntó con voz fuerte. Decidido a demostrar que no tenía miedo.

—Pensaba cocinar—Izuku se rió entre dientes al declarar—pero podríamos conseguir algo para mañana.

—¿En serio?—él niño parecía querer encogerse ante la primera negativa.

—Lo prometo, Dabi—Izuku sonrió tan brillantes antes de revolver el cabello con cuidado.

Él niño rubio y de alas rojas se animo ante la perspectiva de quedarse más tiempo. Nezu no dijo mucho, sólo observó como el rostro de los pequeños niños empezaba ha brillar llenos de ilusión. Shota sólo asintió llevándolos para tomar un baño y un poco de ropa que estaba seguro que les quedaría.

Hizashi no tardó en regresar con todo lo necesario, de hecho había comprado hasta más de lo necesario. Aunque Izuku no se estaba quejando. La vista fue memorable, su zona verde cargando a un pequeño niño, arrullando suavemente para que logrará calmarse, antes de darle un baño caliente. Nadie podría culpar ha ambos chicos sí tomaron un par de fotos de Izuku siendo rodeado por cuatro lindos niños.

Tenko estaba parado adelante de su papá, mientras que Shoto apretaba su manita. Dabi había regresado con ropa nueva para pararse del lado derecho, mientras que Keigo sostenía tímidamente la ropa del chico de ojos verdes para mirar con atención como el bebé bicolor balbuceaba y se reía animadamente ante la voz de Izuku cantándole.
Hizashi sintió que el corazón se le hacía cada vez más apretado mientras grababa y tomaba fotos de la escena. Fue conmovedor. Hasta Oboro que se había mantenido callado, prefirió hacer la comida; (Shota era un peligro en la cocina); intentando no arruinar la escena de familia feliz y encantadoramente dulce.

De eso habían pasado dos semanas, dos largas semanas donde Nezu parecía influir cada vez más en los pequeños niños con sus visitas. Keigo no hablaba lo suficiente, Dabi parecía cómodo siempre y cuando Shoto fuera tratado con cariño. En realidad ninguno de los cuatro niños era un problema, hasta que Tenko comenzó a traer a casa a tres niños más. Fue una real experiencia y sorpresa para los padres.

—Está es Toga—señaló a la niña rubia de coletas descuidadas—él es Jin—señaló al adolescente Rubio que sostenía a la niña—y él de por ahí es Kai—parecía tan emocionado ante la idea de nuevos amigos.

Que Izuku no tuvo el corazón para decirle a su lindo hijo que Kai parecía un líder Yakuza en todo su apogeo. O por lo menos el heredero de uno. Le resto importancia, mientras pudiera ayudar a todos estos niños delante suyo a convertirse en personas de bien, dales un lugar seguro o hacerlos felices como lo hizo su padre con él, sería realmente feliz. Sin importarle mucho que tipo de Quirk podrían tener estos diablillos.

—Es bueno que hayas hecho nuevos amigos—felicito con una sonrisa en los labios—entren a la casa, saluda adecuadamente a tu padre, pop's y tus hermanos—pidió con amabilidad—le daré ropa a tus amigos.

Tenko asintió emocionado y con un movimiento frenético. Antes de quitarse los zapatos y dejarlos en la entrada. Se puso las pantuflas para salir corriendo y gritando que había llegado a casa.
Izuku miró a los tres nuevos niños, Toga parecía tener la edad de Shoto, mientras que Jin parecía un par de años menor mientras que Kai, no podía sacar muy bien su edad.

Los tres niños parecían estar listos para ser desalojados, pero Izuku sólo los miró fijamente, como analizándolos, los recorrió de arriba hacia abajo con mirada calculadora y con una sonrisa extraña se acercó hacia Kai que parecía odiar demasiado como era analizado.

—¿Te molestaría usar algo de ropa de mi hijo?—preguntó suavemente.

Él azabache miró extrañado antes de negar con la cabeza. No hablaría rápidamente.

—Lamentablemente no tengo ropa de niña—dijo sin rendirse ante las pocas palabras del muchacho—pero puedo prestarles ropa de mis hijos a ustedes dos, mientras mi novio va por algo de ropa.

Los dos niños mayores a sintieron, mientras la niña pequeña solo miró a su alrededor con curiosidad antes de extender sus brazos hacia él peliverde para ser cargada.
Esperaron una reacción violenta, pero sólo se ganaron una risa dulce antes de cargar a la niña como sí fuera la cosa más preciosa de todo el mundo.

—Adelante, estábamos preparando el almuerzo—pidió mirando como los niños comenzaban a quitarse los zapatos—mientras quieran quedarse son bienvenidos.

—¿Esta seguro, señor?—Jin se detuvo nervioso, mirando como Toga parecía contenta con jugar con los rizos del peliverde.

—Izuku—dijo con la sonrisa brillante en los labios—mi nombre es Izuku Midoriya, y tranquilo Jin. Hablo en serio, mientras quieras quedarte eres bienvenido.

—Gracias...—el murmullo del azabache fue lo suficientemente bajo para perderse, pero eran las primeras palabras más llenas de sinceridad del pequeño.

Izuku sonrió más brillante, más dulce guiando a sus invitados hacia la sala. Donde Shota estaba ayudando a Toya con la tarea señalando las palabras incorrectas mientras miraba por el rabillo del ojo a Shoto que jugaba tranquilamente con sus juguetes. Hizashi estaba en la cocina junto a Keigo haciendo pollo frito casero, su padre estaba escuchando a Tenko parlotear mientras tomaba su té. Todo parecía tan hogareño y suave que los niños pensaron que podrían quedarse siempre en esa casa.

Todos los ojos se giraron a verlos, Shota sonrió suavemente antes de mirar con cariño hacia la pequeña rubia que parecía atemorizada. Hizashi sólo asintió en reconocimiento antes de regresar a vigilar la comida.
Su padre sonrió tan ampliamente antes de hablar.

—Creo que vas a tener que mudarte apenas solucionemos lo de los hermanos Todoroki y el caso de custodia de Keigo—declaró el ratón tomando con tranquilidad otro trago de su té.

—Tendré que acomodar mi horario—exclamó suavemente—pero creo que la escuela y el trabajo en la creación en armas de soporte para héroes no será complicado.

—No explotes nada—Shota suspiro pensando en cómo haber vendido su alma a su suegro fue la mejor opción de su vida.

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Izuku pensó en cada cosa que hizo mal en su vida. Realmente reflexionó sobre ello, pero no encontró nada malo. Aunque había una voz de fondo en su mente; que sonaba demasiado a Shota; que decía que la dominación mundial no es algo normal y claramente estaba mal.
Pero como el digno hijo de su padre ignoro esa voz de la razón, porque había otra en su cabeza que sonaba demasiado como su papá que declaraba que la dominación mundial era divertida.

Y sí, le estaba haciendo caso totalmente a la segunda voz. Podría imaginar a su padre sentado en su silla, tomando su té y riéndose maniaticamente al haber ganado hasta en su consciencia. Pero eso sería en otro momento, ahora mismo solo intentaba que sus hijos fueran responsables.

—Okey—dijo tranquilamente mirando a Shoto, Shinso y Bakugo—vas manejando y de repente pasa un niño y una anciana—recitó intentando recordar las palabras exactas de Hizashi—¿A qué le das?

Ignoro el silencio, debería ser fácil. Por un momento escucho a Shozawa caminando a su alrededor. Era normal, como héroe clandestino los fines de semana solía levantarse un poco más tarde en las mañanas. Pasaría como siempre por el comedor arrastrando cansadamente los pies y entraría a la cocina por su taza de café. Luego de eso regresaría por el mismo camino para tomar asiento ya sea en el sofá o en alguna silla del comedor. Así que lo ignoro, aunque podría escuchar todos los movimientos mientras esperaba que los chicos contestaran. Aunque Bakugo estaba de visita para esta charla extraña que Hizashi pidió que les diera a los adolescentes.

Recuerda perfectamente sus palabras.

—Están en la edad que cometerán uno que otro delito menor—declaró dándole un pequeño beso en la frente—recuerda que Toya era un pequeño anarquista y Tenko casi deshace a los niños que hicieron llorar a Keigo—dijo divertido tomando su equipo de héroe—te veo en la tarde cariño, dales una charla con ejemplos.

—Nuestros hijos son sensatos—había reclamado—no entiendo porque te preocupas tanto.

—Todos nuestros hijos piensan en el dominio total del mundo—se rio imitando la voz de un Aizawa demasiado cansado—no lo digo yo, lo dice Sho.

—Bien—hizo pucheros.

—No te enojes—se rió—pero después de que Toga golpeara a un niño en el arenero, Jin llegará a los golpes con otro niño seguido de Kai que defendía a sus hermanos de ser llamados fenómenos—señaló con una risa—que Fuyumi y Natsuo entrarán en modo asesino al saber que la escuela llamó a servicio infantil porque su familia era rara no podemos arriesgarnos más—suspiro recordando algo que parecía demasiado lejano—no olvidemos que Keigo esa vez uso su quirk de lo asustado que estaba de que se lo llevarán.

—Bien, me aseguraré que no sean pequeños gremlins—asintió.

—Gracias cariño—beso sus labios—dale mis saludos a Sho.

—Prometido—juro.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un muy emocionado Shoto que casi brinca en su silla, podía ver esos ojos brillar. Espero una respuesta decente, menos lo que diría.

—A la anciana—golpeó su palma con su puño cerrado.

—Al niño—él rubio sucio ni se inmutó ante lo dicho.

—A ambos—Shinso sonrió presumido—sí quieres acumular puntos.

Ahi mismo, con esas simples palabras es que Izuku se detuvo, se quedó pensando en todo lo que había hecho mal para que sus hijos pensaran en esas respuestas. Aunque secretamente estaba orgulloso de lo que sus mocosos estaban pensando, sólo un poco. Pero fingió mortificación ya que escucho a Shota detenerse. Cruzó sus manos frente a su rostro y casi se oculto para no reírse. Porque extrañamente había pensado en las tres cosas, y en la cuarta que era chocar contra un poste o algo.

—Al freno—él azabache mayor se tomó el puente de la nariz con desesperación y frustración—le das al freno.

—Te juro que yo no les enseñe eso—declaró mirando hacia atrás.

Shota parecía sombrío, con una sonrisa completa que prometía mucho dolor y sufrimiento. Shinso comenzó a reír ante la cara de miedo de su madre. Normalmente sería al revés, Izuku sería quién asustara hasta la muerte a su padre y a Pop's. Solo tendría que alzar una ceja, hacer una mueca con la boca y cruzarse de brazos y sus dos padres temblarian de pies a cabeza. Negando profundamente e intentando solucionar su error.

—Esto es culpa nuestra—declaró oscuramente—dejar a tu padre cerca de nuestros hijos los ha afectado.

Bakugo se encogió de hombros yéndose a la sala. Pasar tiempo con su novio siempre era divertido, claro hasta que Aizawa sensei se enojaba por la falta de coherencia en sus pensamientos. Entonces era mejor estar fuera del fuego cruzado. Nunca escucharía algo de maltrato de los tres hombres, pero sí sermones. Y odiaba con toda su alma los malditos sermones.

—No creo que mi padre les haya enseñado tal cosa—intento defenderse.

Pero Izuku podía recordar perfectamente las lecciones de como desactivar una bomba, como realizar un veneno con cosas en casa y la que amaba demasiado era la de reacciones químicas para realizar un solvente lo suficientemente fuerte para derretir puertas.

—El abuelo nunca nos ha dicho que cometamos delitos—Shota parecía confundido.

—No, él siempre dice que sí cometemos algún delito que le digamos—él de cabello color índigo comenzó a reírse—para que nos ayude a doblar las leyes y que sí se tratara de deshacernos de un cuerpo que eso podríamos dejárselo a TenTen o a papá—expresó.

Izuku comenzó a reírse, ganándose un golpe en la cabeza, no fue duro, pero si lo suficiente para ser consciente de que no debería apoyar a sus hijos. Se aferro a la mesa, intentando no parecer satisfecho pero supo que fallo cuando el gruñido de Shota se hizo lo suficientemente alto.

—Eso suena como algo que diría mi padre—aceptó.

Shota prefirió fingir que no escucho nada y tomo asiento a lado de su alma gemela.

—Bien vamos aclarar algunos puntos—dijo dando un sorbo a su café—atropellar a las personas es un delito—miró como Shoto alzó la mano listo para preguntar—Sí Shoto, aún sea tú padre imbecil que hizo sufrir a tu madre. Sigue siendo un delito.

Él adolescente bajo la mano habiendo pucheros. Izuku sacó su teléfono para grabar esta charla. Esto sería lo suficientemente divertido para recordar.

—Y antes de que digas algo Shinso—miró al de cabello índigo—el usar tu quirk para que accidentalmente esa persona se lesione, también es un delito—no se sorprendió que su hijo apartará la mirada—los amamos, pero los delitos menores están prohibidos en esta casa.

—¿Y los mayores?—el de cabello bicolor preguntó.

Izuku se estaba riendo.

—Dijiste delitos menores, tiene un punto—apoyo a su hijo.

—Suspiro cansado, sin entender cómo todos sus mocosos tuvieron que obtener la personalidad de Izuku y Hizashi—Ningún delito esta permitido. Mucho menos incinerar la casa de tus enemigos.

Los otros miembros estaban regresando a casa, cuando escucharon. Katsuki los saludo ligeramente señalando el comedor e intentar fingir que no estaba grabando la platica.

—¡Eso solo pasó una vez!—Toya declaró desde la entrada.

—¡Fueron cuatro malditas veces, Dabi!—advirtió su padre cabreado—y todo porque ese niño llamó a Keigo pollo volador.

—Se lo merecía—Tenko afirmó con una sonrisa—aunque creo que Kai debió ayudar a quemar su carro.

—Todos ustedes son unos delincuentes—el azabache declaró abiertamente—todos fueron influenciados por su abuelo.

Y la pelea siguió hasta la hora del almuerzo. Que los únicos que parecían no estar enojados eran Bakugo que miraba entretenido y Hizashi que intentaba que dejaran de pelear.

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Izuku era el padre más orgulloso de todo el mundo, y no, no estaba hablando de su orgullo propio. Aunque podría considerar a sus hijos como el orgullo de padre.
Su propio padre se había reído ante lo perdido que estaba con sus niños.
Aunque amaba a todos sus nietos, ciertamente encontraba entretenido como los niños eran pequeñas armas mortales e inteligentes. Es como sí tuviera su pequeño ejercicio de niños mortales para la conquista del mundo.

Para consternación de Hizashi, pero para el puro alivio de Shota los niños tomaron carreras menos agresivas de lo que pensaba.
Jin era todo un profesional, claramente contaba con su licencia de héroe por pedido de sus padres, pero su carrera en medicina era prometedora.

—Debes aceptar que es encantador—señaló Izuku al mirar como su hijo mayor cuidaba a los niños—nunca pensarías que fuera tan dulce sí lo miraras desde lejos.

—Todos sabemos que Jin es un pan de dios—Hizashi se rio.

—Desearía que Dabi hubiera tomado algo más suave—Shota suspiro rendido—pero me alegra que no sea un delincuente.

—¿Por cierto como le está yendo?—pregunto él de cabello verde esperando a que Eri dejará de interrogar a su hermano mayor, no tenía mucho tiempo que adoptaron y la niña eran tan tímida.

—Bueno, como héroe profesional es increíble—rodó los ojos—aunque Keigo suele quejarse de los pagos.

—Creo que Ten-Ten también ha gritado algo sobre un asesinato sangriento—el rubio sonrió pensando en lo interminable que era tener a todos en casa gritando—aunque creo que eso es normal cuando trabajas con tantas personalidades diferentes.

—Debes aceptar que los chicos son demasiado infantiles—Izuku sonrió aún más brillante—lo único que evita que maten a Dabi es que Kei se ve ocupado en su trabajo de Chef los fines de semana y que Ten-chan tiene que ir a emergencias cuando le llaman del trabajo de rescatista.

—Deberías estar agradecido—el azabache mayor bufó—Kai no amenazado con disecarlo.

—Misofobia—exclamó Jin que los estaba escuchando—ha estado yendo frecuentemente al psicólogo—confesó suavemente, sabía que su hermano quería que fuera sorpresa—no lo escucharon de mí.

Izuku se rió un poco, pero asintió en reconocimiento.

—Eso es genial, trabajar de médico ha ayudado un poco a su fobia—Hizashi quiso ver lo bueno después de todo, pero al parecer no lo logró.

—Estudio medicina legal y forense—Shota parecía resignado—de seguro va ha tomar infectología por eso ha intentado tomar terapia—suspiro resignado ante el pensamiento de sus mocosos—es él que más sabe de cómo deshacerse de un cuerpo.

—Tomo el examen para licencia de héroe—intento tranquilizarlo Izuku pero fallo grandemente.

—Aún peor, tiene permitido el uso de su quirk—casi sollozo del dolor de cabeza.

—El rubio mayor no contuvo la risa—Ve el lado bueno, Fuyumi es maestra.

—Pero aterradoramente salvaje enojada—Izuku parecía presumido ante lo dicho—Zuku le enseñó demasiado bien.

—Nadie iba ha obligarla a hacer cualquier cosa—expresó suavemente—pero ve es la mujer más fuerte, amable y dulce que hemos conocido.

—Por lo menos todavía tengo a Natsuo—Shota rogó, rezo a todos los dioses para que él niño fuera menos salvaje pero sabía que era una guerra perdida—es un universitario responsable.

Hizashi se rio mientras Izuku rodaba los ojos. Sí su alma gemela supiera como era su hijo realmente, se lamentaría de haber criado a pequeños delincuentes inteligentes y sobre todo astutos para no dejar evidencias.

—Lo que tú digas cariño—declararon ambos hombres con diversión.

Jin negó escuchando a sus padres, se centro en cómo su pequeña hermana menor parecía entretenida con los juguetes en su consultorio. La vida de médico pediatra nunca le había gustado más que en estos momentos donde podía asegurarse que los niños crecieran bien. Así que prefirió seguir el historial médico de la menor a escuchar como sus padres pensaban ponerse al corriente en su propio consultorio. Lo entendía, dos de sus padres pasaban la mayor parte del día fuera de casa, mientras que el otro tomaba la noche. Siempre intentaron ser buenos padres, darles amor y atención. Pero con tantos niños que mantener no pudieron quedarse atrás. Papá tenía dos trabajos, Pop's contaba con tres y siempre parecía tan brillante. A excepción de su padre que sólo tenía dos trabajos y siempre se veía cansado, tenía la teoría de que era su naturaleza.

Todos sus hermanos habían decidido estudiar cosas diferentes. Lo único que tenían en común fue que sus padres insistieron en la licencia de héroes para poder usar su quirk en caso de emergencia; (todo gracias a que papá Izuku era considerado el héroe número uno); y los que estudiaron para héroe tuvieron que escoger una carrera, papá Shota siempre les regaño por solo tener un camino.

—No vivirás de ser héroe—declaraba firmemente—tengas una agencia propia o no, todos tendrán una carrera que amen—ese día los miraba con tanta seriedad—y aquellos que quieran escoger estudiar tomarán el examen de licencia de héroe, los quiero seguros a salvo.

Y aquí se encontraba, con la vida más tranquila y suave que pudo haber escogido. Sus padres podrían quejarse. Reírse de todo el escándalo que solían armar cuando estaban juntos. Pero siempre les esperarían en casa con una sonrisa amorosa o cansada dependiendo de quien los recibiera. Un plato de comida y con la intención de escucharlos hablar de su vida. Su papá simplemente palmearia su espalda y les diría que cada uno es un héroe a su manera. Pop's preparía pasteles y su comida favorita para hacerlos sentir que volvían a un hogar cálido.

Su padre se quejaria, seria quien les daría sermones y se aseguraría que no se volvieran pequeños delincuentes en potencia, sus palabras, no las suyas. Claramente ya era lo suficientemente mayor para irse de casa, pero sus padres le pidieron que se quedara en casa cuando fueran sus vacaciones, tiempo en familia habían declarado.

Siempre pensó que terminaría conviertiendose en un villano, sin nadie a quien llamar familia además de Toga, siempre considero ser solitario, había algo que le faltaba a su aburrida vida. Al parecer era el hecho tener con quien pelear por tonterías, reírse de cosas absurdas y confiar como su vida dependiera de ellos. Y ahora, aquí en este momento con una carrera prometedora, con más hermanos en esta rara familia, no podía sentirse más que feliz.