Chapter 1: Felices Quince Años.
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Capítulo Uno: Felices Quince Años.
Katniss se levantó antes del amanecer, su reloj interno hiso que se despertará de su sueño con la intención de comenzar su largo día. Lo primero que noto, además de la poca luz que entraba de la ventana, fue a su hermana acurrucada alado de ella, dormida pacíficamente mientras ocupaba toda la sabana; casi parecía un gatito tierno. Katniss no pudo evitar hacer una tierna sonrisa ante la imagen de su tierna hermana, pero, aunque era lindo verlo, se obligó a salir de la cama para alistarse, vestirse con su ropa de caza y dirigirse a la cocina, busco un desayuno rápido dentro. de las sobras de la cena de la noche anterior. Una vez lista se dirigió a la salida de su casa para empezar su día. Camino a paso firme y rápido por la Veta, hasta llegar al prado floreado que limitaba con esta, luego camino hasta la orilla donde estaba cerca supuestamente electrificada que separaba el bosque del Distrito 12. Cuando por fin pudo pasar la cerca, después de un control para saber rápido si estaba encendida, y mezclarse con el bosque, pudo tomar una respiración profunda que la relajo y el alivio. Era asombrosa la conexión que tenía con el bosque, era donde ella sentía que podía liberarse de las presiones que la atormentaba en su vida, era ahí donde no necesitaba más que su arco y flechas para recorrer el bosque tranquila y relajada.
Las cosas habían estado un poco tensas en su casa. O al menos ella lo sentía así. Probablemente no debería ser la gran cosa, pero sentí cierta tensión que la ponía inquieta. Eso se debía a que, además de los problemas que tenía día a día sobre como alimentar a su familia y como sobre llevar su vida de pobre dentro del Distrito más pobre del país, también era el día de su cumpleaños. Su cumpleaños número quince. Era el día en el que vería por fin si tenía una marca de alma gemela o no, lo que llevaría a ser el comienzo de su búsqueda para encontrar a su alma gemela o si simplemente sería un cumpleaños más. Eso la tenía muy nerviosa, ya que contrario a lo que espera la mayoría de las personas, no estaba particularmente entusiasmada por tener una marca, la verdad es que deseaba no tenerla. Y es que la cuestión era que ella no quería casarse y tener hijos, de solo pensarlo comenzaba a tener ansiedad, con pensar en todo lo que podía salir mal, hacía que el miedo cerrara su corazón sin permitir a que nadie entre.
El comienzo de su trauma fue cuando su padre murió cuando tenía once años, ese día no solo perdió a la persona que más admiraba y respetaba, sino que también perdió a su madre, no porque allá muerto, sino porque las abandonó mentalmente a su hermana. ya ella. Nada volvió a ser igual desde ese día, donde tuvo que madurar de golpe para hacerse cargo de una familia que estaba rota. Casi mueren de hambre los tres, y todo porque su madre no reaccionaba, no era capaz de salir del dolor, como si ella y su hermana no estaban sufriendo también. Sabía que el dolor que tenía su madre era tan intenso porque en su parte su madre y su padre eran almas gemelas. Su padre siempre le contaba a ella ya su hermana la hermosa historia de cómo una Comerciante y un chico del Veta descubrieron que compartían la misma marca del alma, de cómo la chica Comerciante decidió contra todo pronóstico dejar su vida acomodada para ir con el humilde hijo. de un minero. La historia era hermosa, hasta que llegas al final en donde él muere dejándola a ella con una herida demasiado grande como para ni siquiera querer intentar curar.
Con el tiempo Katniss aprendió a proveer a su familia, a cuidar que nada le faltara a su hermana, a ser fuerte a pensar de todo. Pero lo logro gracia a la generosidad de un tierno niño con los ojos azules más bonitos que allá existido, que se apiado de ella y le dio unos panes medio quemados con el que pudo alimentar a su familia y tener la fuerza de salir adelante. Sin esa generosidad, ella, su hermana y su madre no estarían donde estén ahorrando. Pero toda la experiencia traumática con su madre le enseño que no quería un alma gemela. No quería encontrar la felicidad con alguien más, solo para pasar la vida con miedo de perderlo, no quería sentir el dolor que sentía su madre y no ser capaz de levantarse a ayudar a los que la necesitaban. Ni hablar de tener hijos ¿Cómo podía traer hijos a un mundo donde la muerte los perseguía todo el tiempo? ¿Dónde podría morir de un millón de formas y ella no podía protegerlos, aunque lo intentara? Si no morían de hambre, morían de alguna enfermedad demasiado cara para curar, podían ser seleccionados para ser parte de los Juegos del Hambre o sobrevivían para ser simples mineros y morir como su padre. No importaba cuanto lo pensara, solo veía como niños moría de más formas de las que ella se sentía cómoda imaginaria. Sabía que no iba a poder sobrellevar todo ese dolor mejor que su madre. No podía permitirse ser débil, no era una opción. Solo tenía que proteger a su hermana, asegurarse de que ella fuera feliz, nada le importaba después de eso. Si su hermana estaba bien y feliz, ella era feliz.
Por eso no quería una marca de alma gemela, no estaba en sus planes, pero al destino no le importaba lo que planeaba, si te tocaba te tocaba, era como los Juegos, a nadie le importaba si tenías doce y no había posibilidades de que sobrevivieras, si tu nombre salía de la urna no había nada que pudieras hacer para evitarlo. El destino decidía si tenías una marca del alma en tu piel, una marca que era única y que se encontraba en una parte particular del cuerpo, para saber si la otra persona estaba destinada a ti, tenía que tener exactamente la misma marca en el mismo lado de su cuerpo. La marca aparecía en el cumpleaños número quince de la persona, y significaba que el destino determino que había alguien en alguna parte que sería la persona que complementaba tu vida. Las mejores parejas de almas gemelas, como lo eran sus padres, tenían una conexión única e irremplazable, donde se complementaban sus debilidades y sus frotarles, eran tan únicos que no se sabía dónde empezaba uno y donde terminaba el otro, eran capases de entenderse con una mirada. Por eso daba miedo pedirlo, porque tu alma quedaba a la mitad sin la otra, y ese vacío no se llenaba con nada. Obviamente no todas las parejas eran así, solo se lograba ese vínculo cuando ambas partes se comprometían el uno al otro y trabajaban juntos para fortalecer ese vínculo, solo así podían gozar de los beneficios de un vínculo tan fuerte, pero también los dejaban débiles sin el otro. Las parejas que decidían seguir lo que el destino decidía, formaban una unión, que era como un matrimonio, pero más fuerte, y según que tanto trabajaban en su vínculo, hacía que la unión fuera más fuerte. Dentro de la unión ambas personas comprometían sus sentimientos, sus preocupaciones y sus cuerpos, lo daban todo al otro. La unión se lograba con el tiempo y el esfuerzo, pero por temas administrativos, se determinó que la pareja firmara un certificado de unión, en el que básicamente se casaban, eso hacía que la pareja recibiera una casa como regalo, donde se le permitía a la pareja pasar tiempo juntos para sí lograr su unión de verdad. Nada sabía explicar cómo sabían que estaba unidos oficialmente, solo que en algún momento ellos lo sentían, y podía pasar en cualquier momento, ya sea a la semana de firmar el certificado o años después, solo se sabía que cuando experimentaba la unión no había nada que se le comparaba.
Pero no todas las parejas terminaban en una unión, había personas, muy pocas, que nunca recibían una marca del alma, también había otras en donde su alma gemela se moría antes de conocerse, otros valientes lograban sobresalir de su dolor por perder su alma gemela después de tener una unión y lograban encontrar otra pareja, o había algunas personas que simplemente se negaban a seguir lo que el destino tenía previsto para ellos y decidían negar su marca y hacer su vida como ellos y con quienes querían. Estas parejas no podían firma un certificado de unión, así que firmaban un certificado de matrimonio, en términos legales eran lo mismo, y cualquiera podría pedir uno o el otro, los beneficios eran los mismo, en ambos se le daba una casa para que la pareja pudiera mudarse y hacer su vida, solo cambiaba el significado de fondo, que era si estabas uniéndote a tu alma gemela o no, por lo que todos tenía el respeto de pedir el que le correspondía. Tampoco era como si pasaba algo malo si pedias el que no te correspondía, no había un protocolo donde se verificaba si la pareja compartía una marca, eso era lago íntimo y solo la pareja era los que lo sabían, no solo porque la marca podía tocar tanto como en una muñeca o un tobillo como en una parte más íntima, sino también porque revelar una marca de alma gemela era como revelar algo de tu alma, y eso no se debía mostrar a cualquiera. Cada marca tenía un significado importante y era espacial para cada pareja, era lo que lo hacía tan únicas e incomparables. Se tenía especial cuidado con eso.
Katniss salió de sus pensamientos cunado sintió que alguien se acercaba. Con arco y flecha en mano y listo, espero a ver quién era. Se calma cuando distinguió entre los arboles a la figura de su mejor amigo, Gale. Ella le sonrió mientras esperaba a que él se acercara.
_ Hey Catnip, feliz cumpleaños. _ la felicito mientras le dada un breve y cálido abrazo.
_ Gracias, Gale.
Después de terminar su abrazo, se sumergieron en una charla tranquila, donde básicamente era Gale hablándole de los chismes de la Veta. A Katniss le daba igual todo el asunto, pero era entretenido ver como un tipo tan serio e intimidante como Gale, podía tener una debilidad por los chismes, era muy gracioso verlo así, solo ella y sus familias sabían esta parte de su personalidad ya que la mayor parte del tiempo Gale se ponía una fachada más ruda frentes a los otros. Pasaron un rato hablando de todo y de nada al mismo tiempo, alistándose para comenzar su caza. Guardaron silencio mientras hacían el recorrido que tenían para verificar las trampas de Gale, aprovechando a atrapar algunas ardilla o pájaros en el camino. A media mañana se detuvieron a descansar un rato, comiendo algunas bayas que encontraron y compartiendo unas las pocas sobras de la cena de anoche que trajeron. Decidieron cazar un poco más, hasta tener un buen botín, y luego se dedicaron a recolectar hiervas y plantas para que la madre de Katniss usara para su trabajo como boticaria no oficial de la Veta, también recolectaron bayas para llevarlas para intercambiar.
Para el medio día se sintieron conformes con lo que tenían, y comenzaron su camino para hacer los intercambios, iniciado con el Quemador, que se encontraba lleno al ser domingo, el único día de descanso de los mineros y estos aprovechan ese día para hacer sus negociaciones ilegales. El Quemador era eso básicamente, era el comercio ilegal y de segunda mano que usaba la gente de la Veta para tratar de conseguir lo que no podían conseguir con los Comerciantes a tener precios tan caros para ellos. Allí podías conseguí de todo, aunque todo estuviera tan descuidado por los años de uso, pero aun así convenía más que la alternativa de los Comerciantes. Es por eso que el Quemador era muy querido y apreciado para la gente de la Veta. Lo curioso del Quemador era que, si bien era claramente ilegal según las normas que imponían el Capitolio, siempre se podía ver algunos Agentes de la Paz dando vueltas por ahí, disfrutando de los bienes y servicios que ofrecían. Katniss y Gale también solían comerciar bastante con ellos, ya que al contar con un sueldo jugoso que el de un minero, hacía que pudieran sacar un mejor precio.
Durante su camino al Quemado, Katniss noto que Gale estaba un poco inquieto, como si quisiera hablar de algo en específico. Ella prefirió no confrontar porque ya sospechaba de lo que quería hablar, de verdad no quería tocar el tema. Pensó que se estaba saliendo la suya hasta que se sentaron a comer en el puesto de Sae la Grasienta después de comercial con ella. Una vez que estuvieron sentados con un plato de comida, Gale no pudo aguantarlo más y rompió el silencio.
_ Entonces…
_ ¿Si? _ pregunto ella haciendo se la tonta.
_ ¡Oh, vamos! Sabes que tengo curiosidad.
_ No sé de qué estás hablando.
_ Sabes perfectamente bien de que hablo.
_ No, ni idea.
_ ¡Está bien! ¿Me vas a obligar preguntarlo? _ ella guardo silencio, a lo que él puso los ojos en blanco. _ Okey lo hare ¿Tienes una marca del alma? _ ella soltó un suspiro de fastidio. _ ¡Vamos! Tengo que saberlo ¿Cómo te protegeré de los chicos con malas intenciones si ni siquiera sé si tienes un alma gemela?
_ En primer lugar, no necesito que me protejas de nadie, puedo hacerlo yo sola sin que tu intervengas. Y en segundo lugar no “necesitas protegerme” de nadie, ya que no tengo intención de hacer una unión o casarme con nadie. Tu sabes perfectamente bien lo que pienso al respecto. _ dijo casi con regaño hacia él.
_ Se lo que piensas, pero pensé que tal vez cambiarais de opinión cuando recibieras una marca. _ ella frunció el ceño confundida.
_ ¿Por qué haría eso?
_ Yo que sé, pero hay muchas personas que se ablandan cuando descubren que tienen una.
_ Eso sería estúpido, y yo no me ablando. _ él se encogió de hombros.
_ Pero aun así… ¿No vas a contestarme? _ ella volvió a soltar un profundo suspiro, resinándose a contestar si quería dejar el tema.
_ La verdad no me he fijado, no tengo interés de saber eso. _ dijo tratando de hacerse la ruda, no quería que viera lo mucho que le afectaba el asunto. Pero él ya la conocía demasiado bien, así que supo leer con facilidad su fachada.
_ Oye, ya verás que todo saldrá bien, no tienes de que preocuparte. _ trato de animarla dándole un pequeño apretón en el hombro. Ella lo dudo, pero aprecio el intento, respondiendo con una sonrisa el dulce gesto.
_ ¿Cómo te sentiste cuando recibiste una? _ Gale era dos años más grande que ella, la gente siempre decía que él parecía ser su hermano mayor por lo parecidos que eran, no solo físicamente sino también en carácter.
_ Yo… _ él se interrumpido, parecía un poco incómodo al respecto, ella tenía curiosidad por qué, pero algo en su tono le dijo que no preguntara sobre eso. _ Yo no soy un caso para tener en referencia, la verdad ese día fue un poco una locura. _ dijo queriendo dejar el tema así, ella respeto eso no preguntando más.
Sintiéndose los dos incomodos al respecto, decidieron no hablar del tema y enfocarse en otras cosas. Así pasaron el resto del medio día en el Quemador hasta que estuvieron listos para seguir con su recorrido de intercambios. Su siguiente parada eran las tiendas de los Comerciante que se encontraban en la parte central del Distrito, a lo que ellos se referían como el pueblo.
Los Comerciantes eran los únicos que tenía derecho a ejercer el comercio como tal, ya que pagaban impuestos al Capitolio y sus mercaderías eran los productos autorizados por el mismo, todas cosas que fueron hechas por los diversos Distritos en donde el Capitolio recolectaba todo quedándose con la mayoría y dedicando una pequeña parte se “redistribuía” entre los Distritos. Obviamente esta “redistribución” no era gratis, los Comerciantes tenían que pagar un buen dinero para acceder a esos productos, es por eso que nunca encontraras cosas de mucha calidad o bonitas en el Distrito 12, ya que eran tan pobres que ni siquiera los ciudadanos más ricos que tenían podían darse el lujo con esos productos tan caros y tan ostentosos como en el Capitolio o en los Distritos más ricos como el 1 y el 2. Los que tenían un poco más de ventaja eran los que ofrecían servicios o los que fabricaban alimentos, ya que se podían dar un pequeño margen para buscar materia prima en el Distrito, pero tampoco podían hacerlo tanto, ya que si o si debían realizar un pedido mensual mínimo con las cosas que necesitaban para ejercer su oficio, o sino el Capitolio podía quitarte la matricula que te daba la habilitación de Comerciante, y también con eso podían castigarte de formas horribles. Esa era una de las razones por lo que las cosas que se comerciaban en el pueblo eran tan caras, los Comerciantes tenían que recaudar una cierta cantidad de dinero al mes para pagar los excesivos impuestos, pagar el precio fijado de los productos o materiales que necesitaban por imposición del Capitolio y además tenían que sobrar para que ellos y sus familias pudieran vivir el día al día. En conclusión, era mucho dinero y no podían darse el lujo de tener precios menores a los que tenían.
Los que vivían en la Veta no tenían mucha idea de estas cosas o simplemente no les importaba los motivos por el cual los Comerciantes tenían precios tan altos, solo se enfocaban en los resultados, y estos eran que era casi imposible a ellos lograr pagar esos precios. La Veta era la zona a las afuera del centro del Distrito, en el que vivían la gente más pobre del 12, ya que en su población la mayoría vivían del sueldo de la minería, otros, que no podían trabajar en las minas por cuestiones físicas, se las arreglaban como podían, muchos lograron tener su puesto en el Quemador para ganarse la vida.
La diferencia de estatus que había en el Distrito consistía en eso básicamente, si eras hijo de un minero, tu vida está destinada a trabajar en las minias de carbón desde los dieciocho años y vivir en la Veta, si eras hijo de Comerciantes, entonces podías ser aprendiz de oficio y heredar la matrícula de Comerciante después, y tener una linda casa en el pueblo. Esto hacia que ambos sectores se atacaran entre ellos, por un lado estaban los Comerciantes estaban enojados porque ellos pagan más impuestos que los de la Veta y les molestaba aún más que estos no fueran a sus locales a adquirir los productos y prefería ir al Quemador en su lugar, sin mencionar tenían la creencia de que la gente de la Veta eran más propensos a cometer crímenes como el robo, la agresión y, en el peor de los casos, el asesinato, esto generado por la condicen de pobres que tenían, y viendo lo demacrados y maltratados que muchos habitantes en la Veta estaban; estos prejuicios los hacían más intolerantes y agresivos, y aunque hubieran preferido no comerciar nunca con ellos, lo cierto era que no podían darse ese lujo, ya que todo ingreso era apreciado y necesitado para llegar con las cuantas a fin de mes.
Por otro lado, los de la Veta respondían a esa agresividad y prejuicios de la misma forma, no les agradaba los Comerciantes porque solo veían las fachadas que los mismos Comerciantes mostraban, ocultando las miserias que tenían, con el objetivo de diferenciarse de los de la Veta y dar aires de superioridad. Estas fachadas consistían en mostrar sobre todo la buena salud que gozaban en su mayoría los Comerciantes, casi ninguno tenía aspecto de haber pasado varios periodos de hambre como en el otro grupo, lo que se confirmaba al tener menos niños que sacaban tesela para obtener alimentos, y lucían atuendos y cosas más bonitas en comparación. Esto generaba resentimiento, ya que los de la Veta sacaban más tesela (que eran canastas alimentarias que se daban a cambio de poner más nombres en la urna para los Juegos del Hambre, cada tesela los bastaba para una persona, por lo que si recitaban para toda la familia se deben sacar más) que llevaba a que hubiera más nombres de la gente de la Veta que de los Comerciantes, y se notaba al ver que un gran número de tributos eran hijos de mineros. También estaba la cuestión de que los Comerciantes aparentaban tener más dinero del que deberían y que no lo distribuían en el resto del Distrito, prefiriendo comprarle al Capitolio sus materias primas en vez de negociar con ellos. También el hecho de verlos tan sanos, limpios y bonitos, generaba mucho rencor para las personas que siempre estaba a un paso de morir de hambre, donde no podían ni darse el lujo de pensar en cosas bonitas, y mucho menos podían verse limpios ya que la Veta se encontraba más cerca de las minas, por lo que el polvo del carbón y de la tierra los ensuciaba más ellos, lo que resultaba casi imposible mantener la ropa limpia y a ellos mismos libres de polvo. A los Comerciantes también se los asociaba de tener una vida más fácil, ya que ninguno tenía un trabajo tan desgastante como el de las minas, donde las jornadas eran de doce horas seguidas, con breves descansos para comer a la media mañana y al medio día. Los mineros estaban todo el tiempo dentro de las minas, entraban bien temprano a la mañana, cuando salía el sol, y no salían hasta bien tarde, casi al atardecer, eran jornadas duras y agotantes son salarios que apenas alcanzaban para vivir. Es por eso que mucho en la Veta asociaba el desgaste y cansancio al trabajo duro, cualidades que los Comerciantes no mostraban tanto, así que se asumía que ellos no se exigían de la misma forma que los mineros. Y aunque tenía algo de verdad, no siempre todo era lo que parecía.
Gale era un fiel habitante de la Veta, él se crio con todo el resentimiento y la ira que se le tenía al Capitolio y los Comerciantes, y al no poder desquitar su ira a los primeros sin sufrir riesgo de ser ahorcado junto con tu familia, traspasaba todo ese odio a los que sí podía, ósea a los Comerciantes. Era común para Katniss escucharlo quejarse y despreciar a todos ellos, se negaba a ver una verdad más que la suya, el comportamiento arrogante de los mismos tampoco ayudaba. Particularmente a Katniss no le importaba meterse en esas diputas, prefería concentrarse en las cosa que le aseguraría la sobrevivencia a ella y a sus familia, y aun que si compartía el mismo odio hacia el Capitolio, la verdad es que tampoco odiaba tanto a los Comerciantes, por un lado porque su misma madre había sido hija de Comerciante, más específicamente los que eran dueños de la única boticaria del Distrito, negocio que ella hubiera heredado sino hubiera hecho una unión con su padre, donde sus padres la expulsaron de su vida y le quitaron su derecho de ser aprendiz. Y si bien Katniss veía la injusticia del asunto, no podía odiar con demasiada fuerza algo que era parte de ella, y lo más importante, también parte de su hermana. Además, al tener una madre que había vivido durante su juventud en el pueblo, le había abierto los ojos a notar cosas que solo su madre había sabía dónde buscar. Cuando era chica, antes de la muerte de su padre, su madre le enseño a ver sobre las fachadas de los Comerciantes, dejando a la vista parte de las cosas que tanto se esforzaban por ocultar, que tan frágil eran en realidad. Katniss se quedó con esas enseñas, y aunque prefería no intervenir y no prestar atención a esas cosas, tenía las herramientas para buscarlas si quería.
Independientemente de las opiniones de Katniss y de Gale sobre los Comerciantes, lo cierto era que tenía de negociar con ellos ya que sacaban buenos intercambios. Su recorrido se basó esta vez en ir a la carnicería, la zapatería y la panadería principalmente, ya que siempre era mejor tratar de negociar con ellos, no eran tan duros y en su mayoría eran más justo que los otros dueños de las tiendas, era mejor sacarles un buen provecho a ellos, y de ser necesarios ir con los demás luego. Por suerte el día fue muy productivo y estaban recaudando buenas ganancias, así que una transacción rápida en esas tres tiendas podía ser el final del día y cada uno podía ir a sus casas. Cuando terminaron, hicieron el camino de regreso a la Veta después de negociar con el panadero, satisfechos por tener un día tan productivo.
_ ¿Vas a hacer algo esta noche por tu cumpleaños? _ pregunto Gale en el camino.
_ No, la verdad que no tengo ganas de hacer mucho, solo quiero tener una cena tranquila con mi hermana y mi mamá _ dijo sin interés.
_ Bueno ¿Entonces nos vemos mañana para ir a la escuela?
_ Si, nos vemos mañana. _ él se acercó para darle un abrazo.
_ Nos vemos mañana. Felices quince años, Catnip. _ termino con un pequeño beso en la frente como despedida, antes de separarse y tomar el camino hacia su casa. Ella lo vio irse con una sonrisa en su rostro, antes de empezar su propio camino.
Todavía era temprano en la tarde para cuando llego a su casa, donde la esperaba su familia.
_ Ya llegué. _ anuncio al entrar. Inmediatamente fue recibida por un borrón rubio que se lanzó sobre ella con un abrazo.
_ ¡Feliz Cumpleaños, Katniss! _ saludo con mucha emoción su hermanita. Katniss le respondió el abrazo con fuerza y le dio un beso en la coronilla de la cabeza.
_ Gracias, patito. _ Prim la soltó después de un rato, feliz por estar con su hermana.
Katniss se dirigió a la cocina, donde se encontraba su madre trabajando asiendo pomadas y cosas que luego usaba para ayudar a la salud de las personas.
_ Feliz cumpleaños, hija. _ saludo un poco más tranquila su madre en comparación a su hija menor.
_ Gracias, mamá. _ saca las cosas que había recolectado del bosque, cosas que sabía que ella necesitaba. _ Te traje cosas, fíjate si te sirve. _ su madre se apresuró a verificarlo, asistiendo en aprobación.
_ Si, sirve, gracias. _ una vez que termino de comprobar todo, las empezó a dividir. _ ¿Qué vas a querer de cenar?
_ Traje un poco de conejo, podíamos hacer algo con eso. _ su madre volvió a asistir.
Dejando que su madre se hiciera cargo de la cena, fue a ver qué estaba haciendo su hermana, quien se encontraba en la mesa del comedor trabajando en su tarea. Katniss decidió seguir su ejemplo y hacer los deberes que tenía que entregar al día siguiente. Busco sus cosas, se sentó junto a Prim y se preparó para hacer la tarea, ayudando a su hermana cuando esta lo necesitaba. Para ser una institución en donde las materias eran muy básicas, eran muy exigentes con las tareas, lo cual era muy irónico, ya que era muy importante tener las tareas al día por ser un requisito vital para pasar de curso y no retrasarse de año.
Siendo un Distrito con oportunidades de trabajo tan limitadas, parecía una pérdida de tiempo y esfuerzo el asistir al colegio y llevar al día las materias. Pero la asistencia era obligatoria, ninguno chico menor de dieciocho puede faltar al colegio, si lo hacían muchas veces sin un justificativo valido, los agentes de la paz podían ir a buscarlo y castigarlo al chico y/o a la familia. Pero la asistencia no aseguraba que prestaran atención en clases, hicieras las tareas y aprobareis las materias. Para el Capitolio era de gran importancia que los jóvenes aprendieran y se recibieran. No por las razones correctas, solo usaban la educación como medio de lavado de cabeza globalizado, en el que muchas de las materias eran publicidad política, como Historia (la cual se trataba en relatar los hechos que ellos querían que supieran de las causas y las consecuencias de los Días Oscuros, la generación de las Juegos del Hambre, todas las hazañas más destacables y significativas del Presidente Snow y otros dignatarios importantes del Capitolio, y por último se hablaba mucho de los Juegos del Hambre con tonos aduladores), Normas y leyes ( una forma pasiva de recordar las leyes y las diversas consecuencias de no cumplirlas), y las materias relacionadas con el trabajo en la minería (las cuales era la forma de capacitarlos para cumplir con su función en Panem). Las otras materias no eran tan importantes para el Capitolio, por lo que solo se daba lo justo y necesario, dando lo que se considera puramente lo que se requiere para ser un ciudadano funcional, en el que había muchos huecos en la información y no se profundizaba en los temas más polémicos.
La forma en la que el Capitolio obliga a los jóvenes a estudiar, es bajo la amenaza de que por cada año que uno se retrasaba en recibirse, se le agregaba cinco papeles con tu nombre en la urna para los Juegos del Hambre, lo que logro ser más que motivador para todos los niños. De esta forma se aseguraron de que los jóvenes no se rebelaran al no prestar atención, y les ponía más presión por aprender. Gracias a esto se creó un sistema de apoyo entre los vecinos para ayudar a aquellos niños que se le dificultaba el aprendizaje, no es que fueran muchos, pero nadie quería que un niño tuviera más nombres en la urna, no si se podía evitar, ya era suficiente que muchos sacaban tesela para poder alimentar a ellos y a sus familias. Por lo general el chico que tuviera problemas solo tenía que buscar quien estaba disponible para ayudarlo en una lista que tenían en la dirección del colegio. Y sumado al sistema de apoyo, también estaban los profesores que podían hacer la vista gorda en algunas materias, como las que no se consideraba importantes para el Capitolio, pero las que si se consideraban importantes era más difícil de ser permisivo, ya que los exámenes y las tareas de estas materias eran registradas y guardadas por el Capitolio, el cual podía examinarlas en cualquier momento y cuestionar la capacidad del docente, lo que podía llevar a consecuencias horribles. Obviamente era imposible que el Capitolio examinara todos los resultados de todos los chicos de todos los Distritos, pero se podían sacar muestras representativas de cada Distrito y comparar resultados.
Otro motivo para recibirse era que se te consideraba un ciudadano pleno cuando te recibía, antes de eso no lo eras y por lo tantos no gozabas de los beneficios como tal. Una vez que te consideraban un ciudadano, podías pedir firmar el certificado de unión o de matrimonio, y lo más importante, te habilitaba a conseguir trabajo, ya que sin estar recibido, se te negaba la entrada a las minas y el derecho a recibir un sueldo por el trabajo, en el caso de los Comerciantes se le negaba ser aprendices y recibir un sueldo por eso, lo cual era muy importante ya que para ser titular de una habitación comercial, porque primero se debía ser un aprendiz en el puesto que se quería obtener, y después de eso el Comerciante mayor le daba en heredaba el puesto y la tienda al aprendiz una vez que este se moría. Esto era para obligar a los jóvenes a que se graduaran, así los chicos que están a los dieciochos no decidieran dejar el colegio al ser su última cosecha, de igual manera los que estaban muy retrasados y tenía más de dieciocho, limitándole el recibir dinero por su trabajo, porque si bien había Comerciantes que trabajan en el negocio familiar desde temprana edad, no eran considerados como trabajadores aprobados, por lo que no recibieran un sueldo, el cual el Capitolio controlaba viendo los balances de todos ellos que eran obligados a presentar anualmente.
Por suerte para Katniss y para Prim, nunca tuvieron problemas con el colegio, ni siquiera cuando su padre murió y estaban en una situación tan frágil, tampoco era tan difícil de llevar las materias al día y durante esa época se tuvo especial consideración con los hijos de los mineros que murieron en ese terrible accidente. Ellas pudieron salir adelante a pesar de todo, haciéndose más fuertes y más preparadas para la vida.
_ Termine. _ anuncio Prim mientras guardaba sus cosas, sacando a Katniss de sus ensoñaciones.
_ Bien, yo ya casi.
Trato de concentrarse en su tarea, pero podía sentir que su hermana la estaba mirando fijamente, alzo la cabeza para comprobarlo y su hermana giro la suya a otro lado, en un débil intento de simulación; Katniss levanto una ceja con duda y volvió a lo suyo. Estuvieron así un rato, su hermana la miraba en silencio, antes de disimular que no lo hacía cuando esta la encaraba, luego cada una volvía a sus asuntos par después repetirse el ciclo. Esto impaciento a Katniss, que ya harta del juego, la encaro directamente.
_ ¿Pasa algo Prim? _ su hermana la verse atrapada abre los ojos sorprendida y se sonroja.
_ Bueno, ya que lo preguntas… _ comienza con nervios.
_ ¿Si?
_ Es que me preguntaba… ¿Si… tu… nos la vas a mostrar? _ Katniss la miro confundida.
_ ¿Mostrarte qué? _ Prim giro los ojos en sí.
_ Ya sabes… tu marca…
_ ¿Mi marca? _ Katniss comenzó a comprender suavemente.
_ Si, Katniss, tu marca del alma. _ respondió mirándola fijamente.
Claro, su marca de alma, la que de alguna forma se olvidó de eso desde su conversación con Gale al medio día, y casi logra pasar todo el día sin más mención de eso. Pero era obvio que su hermanito este preguntando sobre eso, a Prim le fascinaba las historias de las marcas del alma, sobre todo la de sus padres, las que hacía años que no escuchan. Prim era una romántica, ella creía que cualquier sacrificio era válido si era por amor, y no era como si no se viera eso a diario. Los actos de amor están siempre, por todos lados, solo que con tanta desesperanza y tristeza era fácil de olvidarse de ellos o no verlos, ya que se encontraban ocultos y no eran tan notables. Pero si sabes a donde ver y prestas atención, están ahí. Su hermana creía que ella era ingenua e inocente por creer eso, ya que a diferencia de Katniss que miraba a todos con sospechas y no se relaciona con nadie más sin sentir que sacaba un provecho de eso, Prim creía en la bondad de las personas, en sus actos desinteresados y de las acciones motivadas por el amor; creía que lo único que curaba un alma en pena era el amor, el amor en sus formas variadas, como el amor propio, amor romántico, amor familiar o incluso amor amistoso. Pensaba que lo más importante era no olvidar eso, que el amor estaba en todas partes, desde el toque suave de dos amantes, el dulce abrazo de un padre a su hijo, las palabras amistosas con la intención de hacer sonreír a un amigo triste, o el amor que puede tener una hermana mayor al hacer lo imposible para que su hermanita tenga una oportunidad de ser feliz. Prim sabía que el amor que Katniss le tenía hiso que encontrara las fuerza para dales una oportunidad de vivir a todas ellas, incluida su madre, la cual Katniss todavía no la perdonaba, pero aun así a la amaba también a su forma. Solo que Katniss tiene la particularidad de querer fingir que no le importan las personas, y que es incapaz de amar, que se alejaba a eso; pero Prim sabia más que eso, que su problema es que amaba demasiado y muy rápido, cada herida que recibía de estas personas dañaban más su corazón, por lo que ella prefería fingir que no le interesaban y puso muros alrededor de su alrededor para no relacionarse con nadie. A Katniss le gusta fingir y crearse esa mentira de ella misma, pero el problema era que no importaba cuanto lo intentara, ella tarde o temprano se encariñaba con alguien y en ella nacía la necesidad de proteger y cuidar a esa persona. Ella busca escusas queriendo justificar sus acciones de otra forma, pero Prim conocía a su hermana mayor, y sabia sus motivaciones verdaderas.
Y durante los últimos cuatro años, Prim vio como Katniss se alejaba de todos, como cerraba puertas apropósito para no exponerse, solo pocos supieron encontrar el camino a ella, como Gale que era su mejor amigo y Madge Undersee (la hija del alcalde) que era la única que se juntaba con ella en el colegio. A Prim le dolía ver a su hermana así, que con la única con la que se permitía sentir amor de verdad sin restricciones era con ella, pero a su vez odiaba al amor y le guardaba rencor. Es por eso que ansiaba que su hermana obtuviera una marca del alma, y que pudiera seguir su destino, encontrar a esa persona que la hiciera feliz y le diera fe en el amor otra vez.
_ No lo sé Prim, todavía ni yo la vi. _ respondió suavemente ella sintiéndose repentinamente tímida. Prim abrió los ojos totalmente sorprendida porque ella no sintiera curiosidad.
_ ¡¿Cómo que todavía no has visto si tienes una marca del alma?! _ no pudo evitar medio gritar.
_ Bueno, es que salí temprano a la mañana y no tuve tiempo de revisar. _ trato de justificar.
_ Katniss ¿Me estás diciendo que el día en que recibes una marca de alma gemela no te interesa lo sufriente como para ver cómo es? ¡¿Es en serio?! _ Katniss cerró los ojos con fuerza sabiendo que venía un regaño de su hermanita.
_ No es seguro que tenga una marca…
_ ¡Con más razón! _ esta vez sí salió como un grito pequeño. Su madre apareció al escuchar a medias el escándalo que se estaba formando.
_ Prim, trata bien a tu hermana, las marcas del alma son cosas personales y es normal que tu hermana se sienta un poco agobiada al respecto y tenga sus temores al querer fijarse. No todos reaccionan de igual forma cuando reciben su marca. _ regaño su madre suavemente para que su hija menor le diera un poco de espacio a Katniss.
_ Está bien, está bien. _ trato de bajar su emoción antes de seguir. _ Es solo que no entiendo como no tiene curiosidad. Si estuviera en su posición ya me hubiera revisado el cuerpo varias veces hasta encontrarla. Estaría ya mismo buscado al que la comparte conmigo. Nada me detendría. _ dijo con ojos soñadores mientras se imaginaba historias cada vez más locas de como encontraría al dueño de su corazón.
Katniss al ver a su hermana así se sintió culpable, mientras se negaba a ser parte del destino, su hermana lo deseaba más que a nada y no quería romperle la ilusión de que a veces las cosas no terminaban con un final feliz que uno tanto anhelaba. A veces era un final y punto, sin colores rosas o fuegos artificiales, y a veces eran finales trágicos. A veces solo queda esperar lo peor y prepararse para eso. Pero ella no era capaz de romperle esa ilusión, todavía era muy chica, ni siquiera había pasado por su primera cosecha, y esas esperanzas eran las que uno necesitaba para mantener la cordura esos días. Después de pensarlo un poco, tomado una decisión valiente.
_ Está bien, Patito. Descubramos juntas si tengo una marca. _ dijo sorprendiendo a su madre, a su hermana y hasta a ella misma, ya no podía dar marcha atrás.
_ ¿En serio? ¿Me dejaras ver? _ pregunto totalmente ilusionada.
_ Si, Patito, te dejo. _ su hermana ya estaba celebrando totalmente emocionada mientras se iba a la habitación que compartían, pero su madre la miro con preocupación.
_ ¿Estas segura Katniss? ¿Sabes que no tienes que hacerlo?
_ Está bien, mamá, no es como si pudiera evitarlo eternamente, tarde o temprano lo tendré que afrontar. _ trato de convencer a su madre que estaba segura, pero su madre vio atreves de ella.
_ Todo saldrá bien, hija. No tengas miedo. _ trato de tranquilizar su madre acariciando su mejilla con ternura. Ella cerro los ojos, dejando llevarse por el mimo.
_ Gracias mamá.
_ De nada hija. Ahora ve con tu hermana antes que te arrastre a la habitación. La cena estará lista dentro de poco ¿Está bien? _ dijo con una pequeña sonrisa.
_ Si, tienes razón.
Katniss fue a la habitación donde la esperaba su hermana totalmente feliz.
_ Siéntate en cama, así será más fácil. _ ordeno su hermana usando el mismo tono serio que usaba su madre cuando tenía que atender a sus pacientes. Katniss rodeo los ojos al ver lo impaciente que estaba su hermanita, pero obedeció de todas formas.
Ya sentada a lado de Prim, comenzó a sacarse la remera, deteniéndose un momento para relajar su mente, liberarla de todos los pensamientos caóticos que pudiera tener, haciendo se la mente a lo que estaba por hacer, antes de seguir adelante con los ojos cerrados. No tuvo que abrirlos para saber que su hermana ya había encontrado algo, soltando un sonido que se parecía a cuando contenía el aire. Abrió los ojos solo para mantener la cabeza fija en su hermana, quien miraba entre su cuerpo y ella con la mano tapando su boca, antes de bajarla y mostraba una sonrisa que era capaz de iluminar hasta el rincón más oscuro del mundo. Dándose un último aliento de motivación, se atrevió a ver su cuerpo. Al principio no noto nada ya que estaba mirando su estómago, pero a medida que iba subiendo la mirada, logro detectar con poco de color en su hombro izquierdo.
Lo que vio fue hermoso, eran un ramo de flores de dientes de león, eran seis en total, cada una diferente a la otra, solo unidas por el tallo, una de ellas era blanca con las semillas volando haciendo un recorrido a su corazón. Eran tan bellas. Tanto que casi se olvida lo que se significa tener esa marca.
Entro en pánico, esto no podía estar pasando. No a ella. No quería un alma gemela, estaba bien sin ella y podía estar así por el resto de su vida sin ningún problema. No podía tener ese problema encima ¿Por qué a ella? ¿Qué se supone que deba hacer ahora? Solo quería concentrase en cuidad a su hermanita, no quería más complicaciones en su vida. Y era injusto para su alma gemela también, porque ella obviamente iba a rechazar tener una unión, y esa pobre persona merecía algo mejor que ella. Pensamientos tras pensamientos pasaron por su mente, aumentando su ansiedad. Tan alterada se encontraba que no reacción cuando su hermana se acercó a ella tomándola de las manos.
_ ¿Katniss? _ trato de llamar su hermana para sacarla de su estado. Ella la miro todavía sin salir de todo de su mente. _ Katniss escúchame, todo va a salir bien, todo va a estar bien.
_ ¿Cómo lo sabes?
_ Porque lo sé. Con las almas gemelas a veces hay que tener fe en que todo va a salir bien. Que por algún motivito es tu alma gemela.
_ No lo entiendes Prim. Yo no quiero nada de esto. No quiero estar con nadie. Yo…
_ Ya sé, Katniss, te conozco. Pero creo que no estás viendo todo el panorama.
_ ¿Qué quieres decir?
_ Que estas actuando como si mañana fueras conocer a tu alma gemela y te fueras a vivir con él. Y la verdad es que eso no va a pasar. Katniss, tener un alma gemela no es el fin del mundo. Tienes que pensar que, si el destino decido que hay alguien por ahí esperando por ti, entonces significa que cree que esta persona va a estar en sintonía con tus sentimientos y preocupaciones. Puede que sea el único que completada tan bien lo que te da miedo. _ Katniss abrió los ojos, nunca había pensado de esa forma. Era cierto, si era su alma gemela puede que también comparte su miedo a la unión, puede que tampoco lo quiera. _ Además puede que pasan muchos años hasta que lo encuentres, y para cuando lo encuentres sean tan viejos que lo único quieran hacer es estar ahí el uno para el otro. _ termino Prim en un escogimiento de hombros, queriendo quitarle importancia.
Katniss pensó en lo que dijo su hermana. Puede que ella tuviera razón, puede que no sea para tanto, incluso puede que sigo con su plan original y que solo encontré a su alma gemela cuando sea ya muy grande. Miro de nuevo su marca. Era realmente muy linda. Paso sus dedos sobre la marca y de inmediato fue abrumada por la sensación de calma y tranquilidad, sintió que todas sus preocupaciones se desvanecían y en su lugar solo sintió calidez. Recordó de aquel día de lluvia hace tantos años atrás, donde también se sintió tan desesperada, y como también fue el diente de león la que le hizo volver a tener esperanza. El diente de león y el pan quemado. Y ahora tocando a esos dientes de león estaba sintiendo lo mismo, estaba sintiendo esa esperanza de que no importara que tan duro fuera todo, al final todo saldría bien, tenía que creerlo. Cerro los ojos dejándose llevar por esa maravillosa sensación. Cuando por fin se sintió bien, los abrió para ver a su hermana, le sonrió suavemente para mostrarle que estaba bien.
_ Gracias, Patito. _ ella le devolvió la sonrisa también.
_ De nada. Sabes que puedes contar con nosotras. Que tienes a personas a la cual puedes recurrir.
_ Si, lo sé. _ abrazo con fuerza a su hermana, quedándose así hasta que su madre las llamo para cenar. _ Vamos a comer. _ se pararon, Prim se le adelanto mientras dejaba a que su hermana se pusiera su remera de nuevo.
Ambas estaban en la mesa del comedor donde su madre ya la había acomodado para poder cenar. Su madre compartió una mirada con su hija mayor para comprobar si estaba bien, a lo cual ella asistió con una sonrisa suave. Ya más calmadas las tres, se dispusieron a comer la deliciosa cena, hablando y riendo, pasando un hermoso momento familiar. Katniss estaba totalmente satisfecha para era momento, después de las idas y vueltas del día, estaba feliz de decir que el día estaba terminando bien, lo peor ya había pasado, ya había visto su marca, ahora solo quería disfrutar de su cumpleaños felizmente. Cuando terminaron de comer, se preparó para alza la mesa y ya irse a la cama, pero su herma la sorprendió cuando le pidió que se quedara sentada, que tenía una sorpresa para ella. Salió corriendo a la cocina a buscar algo, y cuando regreso tenía una enorme sonrisa mientras sus manos estaban en su espalda.
_ Cierra los ojos. _ Katniss obsedió. _ A la cuanta de tres los abres ¿Okey? _ ella asistió. _ Uno… Dos… ¡Tres!
Al abrir los ojos se sorprendió al ver lo que tenía al frente. Eran galletas, galletas hechas por la única panadería del Distrito, las que siempre veía con su hermana desde la vidriera, que eran tan lindas, que tenían hermosos dibujos glaseados, con colores muy llamativos. Siempre quisieron probar algunas de esas, se venían tan bonitas, que pensaron que tendría un sabor increíble, pero nunca pudieron disfrutar de una de ellas porque eran caras y no tenían dinero para gastar en eso.
_ ¿De dónde sacaste eso?
_ Pues de la panadería, no es obvio. _ respondo su hermana rodeando los ojos.
_ No te pases de lista, sabes a lo que me refiero.
_ Tranquila, no salieron tan caras como estas pensado.
_ Déjame juzgar eso ¿Cuánto salieron? _ Katniss ya se estaba alarmando de cuanto le salieron esas galletas.
_ Fue un intercambio, hija. _ intervino su madre antes de se alarmará más. _ A la mañana vino el panadero con su hijo menor, al parecer tuvo un accidente en la cocina y tuvo un feo golpe en la cabeza, nada grabe por suerte, pero eso le preocupo a su padre, por lo que lo trajo con nosotras para que lo viéramos. Se llevaron un susto muy grande, ya que se desmallo por un momento, pero por suerte no tenía una contusión. El panadero estaba tan gradecido que además de pagarnos nos dio estas galletas, dijo que de todas formas eran de ayer, así que no tenía sentido seguir exhibiéndolas.
Aunque si madre trato de contar todo eso para calmarla, lo cierto era que la preocupó más, aunque ya no por las galletas ¿El hijo menor del panadero teniendo un accidente? ¿Por qué irían a su casa en vez de que fueran al médico del pueblo? Aunque creía totalmente en las capacidades de su madre y su hermana, ellas se dedicaban más ayudar a la gente de la Veta ya que eran más baratos que el medico oficial, pero también más limitadas. Si estaban tan asustados debieron ir con él en primer lugar ¿Por qué irían con ellas? A no ser que lo que le allá pasado no fuera un accidente. Era un secreto mal guardado que los hijos del panadero siempre tenían golpes u otras heridas, sobre todo el menor, siempre lo justificaron con las peleas que tenían en el entrenamiento de lucha libre en la que los tres participaban, o con accidentes en la panadería; pero todos conocían a la bruja que era la esposa del panadero. Esa mujer tenía controlada a la familia con puño de hierro, maltratando a sus integrantes con palabras fuertes y golpes aún más fuertes. Katniss no conocía mucho a los dos hijos mayores, solo sabía que el del medio tenía la edad de Gale y estaban en el mismo curso, pero si veía muy seguido al último hijo, Peeta, ya que tenía la misma edad y también compartían el cuso. Nunca hablo con él, pero siempre le pareció alguien muy amble y cariño, como su padre. Se preguntó si esa amabilidad fue la culpable de que nunca se alejaran de bruja. Eso era un misterio para Katniss ¿Cómo alguien podía tolerar a alguien tan cruel y que hacía tanto daño a las personas que amabas? No lo entendía, pero tampoco iba a pensar mucho en eso. Decidió no pensar en eso, no había nada que ella pudiera hacer, pero eso no evito que se sintiera mal por Peeta.
Comieron las galletas, estaban deliciosas como pensaban, a pensar de ser un poco viejas. Después de eso dieron por terminada la noche, y se fueron a sus habitaciones. Katniss le dio la espalda a su hermana para desvestirse con su ropa para dormir, estaba por terminar de ponerse su remera cuando escucho un pequeño grito de sorpresa. Ella se giró para ver qué fue lo que sorprendió a su hermana, quien la miraba con los ojos tan abiertos que parecía que se le iban a salir.
_ ¿Qué paso, Prim? _ pregunto mientras la agarraba de los hombros.
_ Oh, Katniss. Yo no sabía que fuera posible. _ dijo media desorientada.
_ ¿No sabias qué? ¿De que estas hablando? _ Prim trago saliva fuertemente antes de mirar bien a su hermana.
_ Katniss, lo que tengo que decirte no te va a gustar, por favor mantén la calma. _ comenzó a decir, tratando de suavizar el impacto, pero solo logro que Katniss se alarmara más ¿Qué podría ser lo que la tenía tan así? Asistió para que ella continuara. _ Es que… ¿Cómo lo dijo?...
_ ¡Prim solo dilo! _ casi grito Katniss.
_ Okey, okey. _ tomo una fuerte bocanada aire antes de dejarla ir. _ Tienes otra marca del alma. _ soltó sin más, cerrando los ojos con fuerza para esperar su reacción. Katniss estaba en shock.
_ ¿Qué?
_ Lo que escuchaste, tienes otra marca, en la espada, justo a la altura de tus caderas.
_No, no, no. Prim, debes que estar confundida, ya tengo una marca ¿Recuerdas? ¿Los dientes de león?
_ Sí, pero además tienes otra en la espalda ¡Mírala tu misma! _ salió corriendo mientras la tiraba al baño que tenía un espejo donde la dejo al frente de ella, luego fue a buscar otro espejo para que ella se pudiera ver bien.
Katniss miro su reflejo esperando a su hermana, tratando de comprender lo que estaba tratando de decirle a su hermana, se sacó la remera solo para comprobar si todavía seguía teniendo la marca que había visto hacer un rato, seguía donde estaba y al tocarla le daba la misma sensación que recibió antes. No tuvo ni tiempo de tratar de fijarse en su espalda antes de que llegara su hermana con un espejo más pequeño. Cuando ella lo acomodo detrás de Katniss, pudo ver de lo que hablaba su hermana. Allí, en el medio de sus caderas, justo por encima de su topa interior, había claramente el dibujo de un arco con una flecha en forma de X. El arco y la flecha se parecía a las que usa para cazar, las que eran de su amado padre, eran de color marrón, el arco tenía una tela negra en las puntas y en el centro, donde se ponía la flecha, mientras que la flecha tenía una punta metálica bien afilada y en la cola tenía unas plumas de un azul brillante. con puntas blancas… como las plumas de un sinsajo. Asombrada de que su hermana tuviera razón, paso sus dedos sobre la marca, esta vez, en vez de sentir la calma y la tranquilidad que sentía con su otra marca, sintió todo lo contrario, un torrente de calor la abrumo, era como fuego puro. , fuego capas de quemar todo el mundo. Lejos de asustarla, el atrajo, la sedujo y la hiso sentir poderosa, como si ella fuera capaz de tomar lo que quisiera oa quien quisiera y no tenía que pedir permiso por nada. El mundo podía estar a sus pies si así lo quisiera. Nunca en su vida se sentido había así, era embriagante, muy adictivo y se hubiera perdido en la sensación, si no hubiera sentido un picor en su otra marca, que la obligo a pasar su otra mano en esta, calmando el fuego borras que estaba sintiendo, todavía sentía un poco de ese calor, pero esta vez contenido con la calma y la tranquilidad, no controlándolo sino guiándolo hacia donde debía ir antes de quemar todo hasta los cimientos.
La combinación de sensación era como magia pura, se sentía ir de un lado a otro. En un punto fue demasiado brumante, por lo que dejo de tocarlas para apoyarse en la mesada del baño, respirando aceleradamente. Atrapo la mirada de su hermana atravesó del espejo, quien la miraba con preocupación. Ambas pensaban en lo mismo, nunca se escuchó que una persona que tuviera dos marcas del alma, una persona solo recibía una marca o ninguna, nunca más de una.
_ ¿Y ahora qué? _ pregunto Prim, sonando como la niña que era.
_ No lo sé. _ respondió en un susurro, sin la mínima idea de que hacer.
Chapter 2: Las Vueltas de la Vida
Notes:
¡Hola gente! Volví con un segundo capítulo, esta vez me voy a enfocar más en la vida de Gale, y quiero hacer una aclaración sobre el personaje. En esta historia, Gale va a comenzar como una personara muy machista y con pensamientos muy firmes al respecto, pero mi intención es ir cambiándolo poco a poco, haciéndolo entrar en razón, pero sin alterar el núcleo del personaje, esa va a ser parte de su evolución, así que téngale paciencia.
Espero que les guste el capítulo, nos vemos al final.
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Dos: Las Vueltas De La Vida.
Gale Hawthorne no se consideraba un tipo romántico, no lo entendía. Era un tipo sencillo, practico, si te gusta una chica, vas y le habrás, si la chica te acepta, entonces la invitas a pasear un rato como excusa para seguir coqueteando con ella, si ella sigue estando dispuesta, la llevas al montón de Escoria para cerrar el trato. Después de eso cada uno toma su camino, a veces volvía con unas de ellas debes en cuando si de verdad le gustaba, pero en su mayoría solo las llevaba una vez. Esa era su rutina en cuanto a las “citas”, aunque hubo ciertas chicas en las que ni tuvieron que proponer un paseo antes de ir al montón de escoria. Como dijo, era así de fácil, ir directo al grano y no dar vueltas. Después de todo ¿Por qué molestarse en más? ¿Enserio importaba que les llevaras flores, que la llevas a diversos lugares y decirles cosas lindas sin la intención de seducir? Ellas ya sabían que eran hermosas, por algo él se interesó en ellas, y no era muy difícil de adivinar si un montón de chicos te piden salir. ¿Por qué hacer tanto escándalo sobre eso? ¿Por qué hacerle creer que serán las únicas e indicadas, cuando claramente no era así? Él por lo menos era sincero, no juraba lealtad incondicional o prometía que nunca se sentía así con nadie más. Tampoco entendía por qué los chicos se esforzaban tantos para saber todo de esas chicas ¿De qué servía? No eran almas gemelas, o por lo menos muchos no lo sabían, como para estar interesados por todo de su cita, era una pérdida de tiempo y no creía que a ellas no le importaba conocerlo como a él tampoco le interesaba.
Para él era una cuestión de ser sencillo, si sentías la “comezón” en tus partes a causa de una chica, solo búscala, coquetea con ella y si ella lo acepta, te rascas tu “comezón” junto con la de ella. Ese había sido su juego desde que tuvo trece, donde una chica de diecisiete años lo sedujo para llevar al montón de escoria. Fue un evento confuso en realidad, y nunca entendió que vio esa chica en alguien que claramente era tan joven e inexperto como él (hubo momentos en los que pensó que ella creía que tenía quince, ya que incluso a esa edad él ya era más alto de lo que debía y eso ayudaba a que se viera más mayor en comparación a los chicos de su edad), pero por algún motivo ella lo disfruto a su forma, parecía demasiado orgullosa por hacerlo “hombre”. Tiempo después, cuando adquirió más experiencia en el tema del sexo y los fetiches, descubrió que ella tenía el fetiche de estar con los niños más lindos y enseñarles a ser “hombres”, y siguió con eso incluso cuando a ella ya sobrepasaba la mayoría de edad, algo un poco siniestro para él, tanto que lo comparaba con la obsesión que tenía el Jefe de los Agentes de la Paz, Cray, por las jovencitas.
El caso era que esa experiencia abrió un mundo nuevo para él, un mundo desconocido en ese momento, porque si bien él había experimentado el placer de explorar su propio cuerpo, nunca había entendido de toda la dinámica de la masturbación, y gracias a ella lo logro entender. Experimentar ese nivel de placer fue una de las cosas más fascinantes en la mente de un Gale de trece años, la sobre carga de sensaciones acumulándose en él hasta llegar a explotar en millones de pedazos, dejándole la mente en blanco, donde no tenía que pensar. en nada más que en lo fantástico que se sintió. Para ese entonces su padre ya había muerto en el accidente de la mina, y si bien su madre trato de hacerse cargo en alimentar a su familia, no podía hacer mucho por estar cerca de dar a luz; Gale al ser el hermano mayor y el que más años le llevaba a sus hermanos (Rory tenía ocho y Vick seis) tuvo que tomar un papel activo en la lucha por la sobrevivencia de su familia. Eso lo obliga a madurar de golpe, a ser el responsable de su familia, a saber, lo que era el estrés de llevar la comida en la mesa, ya se preocupa por todos los integrantes de su familia. De golpe se encontró siendo junto con su madre cabecilla de la casa, y todos lo tomaron con naturalidad, sin pensar que solo tenía trece años, aunque, de nuevo, la gente se confundía porque se veía de quince. El único momento en el que se pudo liberar de todo lo que le angustiaba, fueron esos minutos con esa chica en el montón de escoria.
Entendió que era una buena forma de sentirse bien de nuevo, por lo que intento de repetir la experiencia más veces. Por suerte contaba con amigos bastante mayores que él, que lo guiaron en el arte de la seducción y la prevención de embarazos (ya tenía que mantener a su madre y sus tres hermanos menores, no quería sumar un hijo propio a la calculada); y con el tiempo fue desarrollando sus propios métodos, y con cada chica que veía, descubría más cosas de él mismo, qué le gustaba, cómo le gustaba que le tocaran, cómo le gustaba tocar, y sobre todo, descubrió que tenía cierta obsesión a estar al mando, ser él quien las guiaba hacia el placer, hacer que ellas fueran las que explotaran en millones de pedazos, como le había pasado a él aquella primera vez. Y no era que no buscaba su propio orgasmo, pero se sentía más pleno cuando encontraba los puntos débiles de ellas y las hacia enloquecer, verlas perder el control y dejar que él se hiciera cargo, confiando en él lo suficiente como para hacerlas sentir más que bien, lo llevaba a que su propio orgasmo fuera más fuerte y placentero.
Quizás fue por eso que nunca tuvo problemas en convencer a las chicas a ir al montón de escoria, sabía que tenía cierta reputación con las chicas, sumado a su apariencia atractiva y muy varonil, hiso que siempre tenía a alguien dispuesto a que lo acompañara. Es por eso que nunca necesito ser romántico, por lo que no sabía serlo y no entendía el motivo de tanto escándalo. Supuso que era una de esas cosas en la cual la gente le daba más importancia de la que debía tener, a él le había ido bastante bien si necesidad de esas cosas, y nunca sintió que las necesitara o que naciera de forma natural en él.
Ni siquiera pensé que lo necesitaría con su alma gemela, ella ya estaba destinada a él, por lo que no necesitaban toda esa tontera romántica para conocerse, solo tenían que ser ellos mismos y las cosas saldrían con la naturaleza. Él estaba seguro de eso. Siempre creyó que no tendría ningún problema con su alma gemela porque ¿Qué podría salir mal? Todo estaba hecho para que saliera bien tarde o temprano. Desde pequeño, había querido conocer su alma gemela, estar con ella y hacer una familia, tenerla para él solamente; ya pesar de su reputación digiera todo lo contrario, él estaba dispuesto a dejarlo todo por ella, a hacerla feliz y velar por su bienestar.
Cuando cumplió quince años, que es la edad en la que oficialmente recibes una marca del alma, estaba más ansiosa que nunca. Lo primero que hiso cuando se levantó ese día, fue correr al único baño de la casa para tener algo de privacidad mientras se desnudaba para buscar su marca frente al espejo. Fue fácil de encontrar, estaba en su mulo derecho, demasiado cerca de su entre pierna, solo lo pudo ver cuando se sacó su ropa interior, era la cabeza de un ciervo macho con astas grandes, mirando al frente con ojos majestuosos, la marca abarcaba la cabeza y el cuello del ciervo, era de un marrón claro, y lo curioso del ciervo era que rodeando la marca se veía una estela que salía del animal, de color naranja claro y parecía que formaban flores a su alrededor, era bastante bonito. Pero además le daba una sensación muy erótica de tener su marca en el muslo y muy cerca de su inglés. Movió sus dedos para pasándolos por su marca, y al instante se sintió muy sensual, como si fuera un cazador divirtiéndose con su presa antes de devórala, lo hacía sentir poderoso, imponente, y sin embarga también sintió paz y le dio claridad mental, como si su mente pudiera enfocarse en una cosa puntualmente y lo demás desaparecía de su enfoque. Era increíble sentirse así, de solo pensar que su alma gemela tuviera esa marca ahí, le hiso fantasear en lo bien que se sentiría tocarla en la piel de ella, en lo íntimo que seria.
Feliz con su descubrimiento, se visitó y usó el baño antes de volver a su habitación a cambiarse. Su habitación la compartía con sus dos hermanitos, por lo que la privacidad era un lujo que no tenía, pero como era el primero en levantarse y el último en irse a dormir, generalmente no le molestaba cuando se cambiaba de ropa. Esa vez, sin embargo, se despertó tan emocionado y al ir al baño hiso tanto escándalo, que despertó a sus hermanos por accidente, Vick se fue a dormir inmediatamente, indiferente al entusiasmo de su hermano mayor; pero Rory no se durmió tan rápido, dio vueltas en la cama que compartía con su hermanito, tratando de volver a dormir, y cuando estuvo a punto de lograrlo, escucho a su hermano mayor de nuevo, esta vez entrando a la habitación. Se quedó mirando a su hermano con odio por interrumpir su sueño por segunda vez, mientras que Gale, ignorando la mirada de su hermano, era al armario donde tenían sus ropas, ubicado al frente de las dos camas de la habitación, se desvistió de nuevo. dándole la espalda a sus hermanos, y se cambió con ropa de diario. Y fue en ese momento que Rory vi algo raro en la cadera de su hermano, su mente medio adormecido, y con la escasa luz, no supo distinguir que era, pero de la distancia parecía una X marrón. Era raro, y curioso por saber que era, se asomó a Gale en silencio para verla mejor, una vez que estuvo lo suficientemente cerca, distinguió que era un arco y una flecha, pasos sus dedos para tocarlo asiendo que su hermano pegara un salto que Casi parecía que iba a colgar del techo.
_ ¡¿Qué haces?! _ se le escapa un sube grito asustado a Gale, dándose la vuelta para encarar a su hermano.
_ ¿Te hiciste un tatuaje? _ pregunto Rory en lugar de responder, todavía estaba soñoliento y no atrapa las ideas bien.
_ ¿Qué? _ me pregunto confundido.
_ ¿Qué si te hiciste un tatuaje? Es lindo, pero no creo que a mamá le guste que te hayas hecho uno.
_ ¿De qué estás hablando? _ Rory puso los ojos en blanco por la falta de cooperación de su hermano.
_ Oye, sabes que yo no le voy a decir nada a mamá, pero ten más cuidado, Vick todavía es muy chiquito para mantener la boca cerrada. _ dijo encogiéndose de hombros, sin relacionar que solo le llevaba dos años a su hermanito, y que por más que le gusta refregándoselo a la cara a su hermano, no era tanta diferencia de edad como le quería creer. Gale por otra parte seguía sin entender a lo que se refería su hermano.
_ Enano, mejor vuelve a dormir, porque nada de lo que dices tiene sentido.
_ Estoy hablando del arco y la flecha que tienes en tu espalda, tonto.
_ ¿De estas…? _ se interrumpió al pasar su mano por donde su hermano le había tocado antes, donde fue abrumado por una corriente de emociones.
Esta vez las emociones que lo recorrieron fueron mucho más intensas, mientras que en el baño había sentido control y paz, ahora era un descontrol total, era desquiciante el caos que se cerraba sobre él, donde no importaba cuanto trataba de poner orden, todo seguía. siendo una locura. Se lo tomo como un desafío, ver quién iba a ganar, su control o el caos que sentía, una competencia para saber quién era más fuerte y más capaz de sobresalir. Era como un juego en que no quería perder, donde lo tentaban a dejarse llevar, pero sabía que no podía o se perdería para siempre, e igualmente era delicioso sentir esa tentación, tocando cada rincón de su cuerpo y exponía sus puntos débiles. Era tremendamente atractivo y juguetón. Se obligó a sacar su mano para volver a la normalidad, posando su mirada en su hermano, que todavía lo miraba atentamente, confundido porque Gale estaba actuando tan raro. Sin decir palabras, volvió al baño, busco algún espejo en el camino y se posiciono frente al espejo del baño de nuevo, esta vez uso el otro espejo para ver qué fue lo que le dio todas esas emociones. Y tal como su hermano dijo, en el centro de su cadera, al borde de su ropa interior, tenía un arco y una flecha marrón en forma de X.
Gale no lo podía entender, él no se había hecho un tatuaje como había insinuado su hermano, y ya tenía una marca del alma, en su muslo, por lo que no entendía que era esa cosa. Pero al tocarla otra vez volvió a experimentar las mismas sensaciones, de la misma forma que sentía cosas cuando tocaba el ciervo, lo que solo se podía concluir en que era también una marca del alma. Eso era muy raro ¿Acaso tenía dos marcas de alma? ¿Qué quería decir eso? Nunca en su vida había escuchado algo como eso, las personas tenían uno o ninguna, no dos ¿Qué significaba eso? ¿Era algo que debía preocuparlo? No sabía que pensar de todo esto.
Mientras se examinaba de nuevo, no noto que su hermano estaba en la puerta del baño mirándolo, esta vez ya se sintió más despierto y pudo pensar con más racionalidad.
_ Perdón, cierto que hoy cumples quince, estaba tan dormido que no me di cuenta. Es una linda marca. _ Gale giró la cabeza para mirar a su hermano, asistiendo en reconocimiento. _ Por cierto, feliz cumpleaños hermano. _ se metió al baño para darle un suave abrazo, que su hermano mayor respondió con un poco más de fuerza.
_Gracias, Enano. _ le dio unas palmaditas en los hombros mientras se separaban. _ Deberías ir te a dormir, todavía falta un poco para ir a la escuela.
_Ya da igual. Hasta que vuelva a quedarme dormido, ya va a ser la hora de despertarme, mejor que quedo esperando a que mamá también se despierte y así la ayuda a hacer el desayuno. _ dijo indiferente.
_ ¿Quieres acompañarme al bosque? _ no se sabía que lo motivo a preguntar eso, supuso que, con la sorpresa de tener dos marcas, no tenía mucho espacio para pensar, lo que más necesitaba en ese momento era salir al bosque, pero tampoco quería estar solo para estar con sus pensamientos. Y se sintió responsable de que Rory estuviera despierto, al fin y al cabo, él hiso un escándalo que lo despertó, además de que su madre no se levantaba hasta dentro de un par de horas, y no quería que su hermano tuviera que esperar tanto. tiempo. Por otro lado, Rory ya tenía nueve, estaba a una buena edad para que lo acompañara al bosque y le ayudara con algunas cosas, a Gale le serviría tener unas manos extras y su hermano podía empezar su entrenamiento para sobrevivir al bosque, el padre de ellos le había enseñado a Gale desde esa edad; de esa forma se aseguraba de que siempre hubiera alguien en la familia que cazara.
_ ¿En serio puedo acompañarte? _ sus ojos brillaban con ilusión.
_ Claro.
_ ¿Y qué pasa con Katniss? _ Gale negó con la cabeza.
_ Ella no va a ir, tenía cosas que hacer con su familia, no me acuerdo qué ¿Quieres venir o no?
_ ¡Sí! _ y con eso salto hacia su hermano de nuevo para otro fuerte abrazo. Gale soltó una risita por el entusiasmo de su hermano.
_ Ya, ya. Ahora vete a cambiar. Ponte algo cómodo porque vamos a caminar mucho. Y un abrigo, hace bastante frío ahí en el bosque. _ con eso su hermanito salió corriendo a la habitación, dejándolo solo en el baño.
Gale se miró al espejo tratando de reorganizar sus ideas, pero al no tener éxito decidió mojarse un poco la cara para lavarse el poco rastro de sueño y volvió a la habitación para terminar de vestirse.
Una vez que ambos estaban listos, dejaron una nota a su madre para avisarle que salía con Rory, y salieron de la casa, yendo al punto de la cerca que podía pasar. Caminaron hasta la línea de árboles, donde se detuvieron en uno que estaba medio hueco para sacar el arco y las flechas que tenía, si bien no iba con intención de usarlas, quería estar listo por si pasaba algo, el bosque podía ser peligroso a veces. . Rory le laso una mirada con curiosidad.
_ ¿Qué? _ interrogó Gale.
_ Es que es raro verte con un arco… ¿Sabes al menos como usarlo? _ medio bromeo y medio pregunto con curiosidad, con una sonrisita traviesa en sus labios. Su hermano mayor solo rodeo los ojos, mientras le daba un empujoncito como castigo por su atrevimiento.
_ Te are saber, Enano, que soy bastante bueno.
_ ¿Seguro? No quiero que me dispare una flecha por accidente. _ siguió con la broma.
_ ¿Y quién dice que sería un accidente? _ pregunto con una ceja alzada y una sonrisa malvada.
Ambos hermanos se miraron desafiantemente unos momentos, antes de soltar una fuerte carcajada.
_ Vamos, Enano. Tenemos mucho que hacer. _ dijo Gale después de un rato, todavía riéndose, continuando con su camino hacia la línea de trampas que tenía.
_ Pero ya en serio ¿No es raro que tengas un arco?
_ ¿Y por qué sería raro?
_ Es que eres más de las trampas, hasta que conociste a Katniss nunca usaste una. Quiero saber que tan bueno eres.
_ Soy bastante bueno, aun que Katniss es mucho mejor, pero me las arreglo para dar en el blanco la mayoría de las veces. _ y era verdad, a pensar que solo aprendió a usar el arco hace solo unos meses, era bastante bueno, según Katniss, quien lo había elogiado al respecto. La pequeña niña de doce años tenía un carácter fuerte para ser tan pequeña, era una maestra dura, o tal vez él era un alumno malo al resistirse que una niña tan pequeña lo regañara.
Lo cierto era que fue toda una sorpresa haber conocido a Katniss hace tres meses atrás, nunca imagino que la niñita que atrapo mirando su trampa hubiera resultado ser una buena compañera de caza. Ambos llegaron a un acuerdo, él le enseñaba todo lo que sabía de hacer trampas y ella le enseñaba a usar el arco para cazar. Fue un buen acuerdo y resultado que los dos eran un buen equipo, teniéndose más confianza poco a poco, compartiéndose sus cargas. De verdad que le caía bien esa niña, había una fuerza y valentía en sus ojos grises que solo se podía ver en una sobreviviente, en alguien que no estaba dispuesta a dejarse vencer. Él se identificaba mucho con eso, es por eso que despertaba en él unos instintos protectores que trataba de contener, no creía que a Katniss, con la poca paciencia que tenía, le alegrara eso que se pusiera sobreprotector con ella. Y aunque todavía era una niña, podía compartir juntas las durezas de ser los principales proveedores de sus familias, no expresaban mucho eso con palabras, pero podía entenderles con solo simples gestos. Con la colaboración de ambos, pudieron sobrevivir bien al invierno en el que se encontraban, sin duda mejor que el invierno del año anterior, justo después de las muertes de sus padres en las minas.
_ Y si eres tan bueno con el arco ¿Por qué todavía pones trampas? _ pregunta con curiosidad.
_ Porque el invierno todavía no acaba, no hay muchos animales dando vueltas, y cazar así nos llevaría mucho tiempo, es mejor poner las trampas así ahorramos algo de tiempo, y no terminamos tan tarde y podemos ir a la escuela. _ explico Gale con paciencia. _ Además, si bien estoy mejorando, me falta bastante para arreglármelas yo solo, no puedo recargar lo suficientemente rápido, es ese tiempo es fundamental para cuando cazas. _ Rory acompañó comprendiendo lo que estaba diciendo.
_ Y cuando seas mejor ¿Me enseñaras a mí a usar el arco? _ pidió mirándolo con ojotos de cachorrito. Su hermano mayor soltó una risa pequeña antes de pasar su mano por el pelo de Rory despeinándolo.
_ Ya lo veremos cuando seas más mayor, por ahora concentrémonos en las trampas y en lo que podemos recolectar. _ Rory volvió a asistir, esta vez con entusiasmo.
Recolectar las trampas no les llevo tanto tiempo, por lo que Gale aprovecho a darle una introducción rápida sobre cómo hacer trampas. Estaban pasando un lindo momento, y mientras Rory practicaba, se le vino a la mente la marca del alma que le había visto a su hermano mayor y pensando en eso no pudo evitar preguntar.
_ ¿Qué se siente tener una marca? _ Gale se sorprendió por la pregunta arrepentida.
_ No lo sé, todavía no logro acostumbrarme.
_ Debe ser lindo saber que estás destinado a alguien.
_ Si es lindo, pero… _ no sabía que lo estaba motivando a hablar, pero sentía que tenía que sacarse este tema de encima, y si bien no podía contarle todo a su hermanito, si podía hablar lo suficiente sin confesar lo que le pasaba.
_ Pero ¿Qué? _ lo miro con curiosidad.
_ ¿Es que ¿No es raro que estés destinado solo a una persona?
_ ¿Por qué lo dices?
_ No lo sé, es solo que me estaba preguntando si todos solo reciben una marca, si no hay otras personas que tengan más.
_ ¿Más de una marca? Eso ya es codicioso. Pero igual será fantástico.
_ ¿Tú crees?
_ ¡Sí! Seria súper divertida, tendría a dos personas con las con las que pueda jugar sin que Vick intervenga. _ era dulce ver la perspectiva infantil de Rory.
_¿Vick?
_ ¡Sí! Él siempre interrumpe cuando estoy con mis amigos y no nos deja en paz.
_ No deberías ser tan duro con tu hermanito, él solo quiere jugar contigo. _ regaño con suavidad.
_ Puede ser, pero aún así todavía es muy niño, y no puede jugar con nosotros a muchos de nuestros juegos. _ dijo con aires de ser mucho más mayor que su hermanito. Gale lo miro con ternura, pero un poco preocupado, no quería que Rory creciera antes de tiempo, sus años de infantiles deberían ser aprovechados al máximo antes de crecer, no era bueno adelantar etapas; Gale mismo sabía lo duro que era eso.
_ Solo tenle un poco de paciencia, ya crecerá y será tan grande como tu ¿Okey?
_ Está bien.
_ Pero volviendo al tema ¿Qué pensarías si yo tuviera dos marcas?
_ ¿Las tienes?
_ No, solo tengo la que me viste, pero me dio curiosidad saber que pensabas. _ contesto rápidamente, tratando de disimular que nada le estaba pasando. Su hermanito se lo quedo mirando con duda antes de contestar.
_ Bueno, creo que sería asombroso que tuvieras dos marcas. Significaría que hay dos personas que te van a amor muchísimo, y si hay alguien que se merece que la amen mucho, ese eres tú. _ Gale se conmovió ante eso.
_ ¿Enseña lo que crees?
_ ¡Sí! Eres el mejor hermano. Desde que papá se fue, las cosas no se han visto bien en casa, sé que tú y mamá se esfuerzan mucho para que tengamos comida en la mesa y podamos salir adelante. Sé que para ti no fue muy fácil venir aquí al bosque a buscar comida, pero aún así lo haces de todas las formas, todos los días, y te admiro por eso. Eres el mejor hermano mayor que podríamos haber tenido, incluso si seas una molestia gruñona la mayor parte del tiempo.
_ ¡Oye! ¡No soy una molestia gruñona! _ fingio indicación Gale.
_ ¡Si lo eres! ¡El otro día te enojaste con Vick y conmigo porque estábamos tratando de ayudar a hacer la comida!
_ ¡Fue porque confundieron el azúcar en polvo con la sal!
_ ¡No es nuestra culpa que se parezcan!
_ Además del hecho de que son blancos ¡Son muy diferentes! _ Rory rescindió a esa acusación sacándole la lengua y ambos volvieron a reírse. _ Ya enserio Enano, no sabía que pensabas así de mí.
_ Vick y yo siempre pensamos eso de ti, y si Posy pudiera hablar, también diría lo mismo. Te queremos hermano. _ su hermano mayor le dio una cálida sonrisa.
_ Yo también los quiero, Monstruitos.
Pasaron el resto del tiempo hablando de otras cosas, a Gale le sirvió para darse cuenta de que la verdad no estaba interactuando mucho con su familia desde la muerte de su padre. Él amaba a cada integrante de su familia, sin importan lo molestos que eran (Rory), tremendamente traviesos (Vick) o llorones (Posy, pero porque todavía no llegaba al año, así que la perdona más rápido, y no tiene nada que ver. con que sea su favorita, la nena de sus ojos; porque eso no era cierto, no importa cuánto Rory y Vick se quejaran de eso o cuanto su madre se riera de él) que eran. Había estado tan ocupado buscando tantas formas en las que podían sobrevivir, que ya casi no hacía nada más, excepto ir al monto de escoria; incluso su amistad con Katniss fue casi a la fuerza, motivados por la sobrevivencia, y los amigos que conservaba solo los veía en la escuela ya que no podía escapar de ahí incluso si lo quisiera. Su hacharla con Rory le mostro que se había estado perdiendo de cosas que les pasaba a sus hermanitos, y se regañó porque no podía seguir así, era momento de volver a reconectar con su familia, no solo ser el proveedor indiferente, sino ser de verdad. un hermano mayor que ellos tres se merecían. Se juró que lo iba a hacer mejor mientras regresaban a la casa pasa para desayunar con el resto de su familia (donde su madre y Vick lo felicitaron también por su cumpleaños, y Posy hiso una carita hermosamente tierna para llamar la atención de su hermano mayor ) e ir juntos a la escuela después. En el camino Gale hablo más con sus dos hermanitos, tratando de ponerse al día con ellos, prometiendo estar más ahí para ellos.
Fue un buen cumpleaños, para cuando termino y se encontró en su cama, escuchando los suaves ronquidos de sus hermanitos en la otra cama, tuvo la oportunidad de pensar en sus marcas de almas gemelas. Quizás Rory tuviera razón, quizás tener dos almas gemelas no fuera algo malo, sino todo lo contrario. Tener a dos damas amándolo, tenía que admitir, sonaba tremendamente atractivo y sexy. Nunca se había imaginado por obvias razones el tener dos parejas a la vez, pero puede que sea algo bueno, hasta divertido, estar unido a dos personas que lo acompañarán en la vida. Y aunque sabía que la sociedad no lo iba a ver con buenos ojos, él descubrió que no le importaba nada de eso, nadie se podía interponer entre él y sus almas gemelas, él encontraría la solución para que los tres pudieran ser felices. Pero esto le sumo otra duda ¿Y si sus almas gemelas no estaban felices en compartirlo? Es decir, el destino había decidido que debía unirse a dos personas, pero no estaba seguro si pasara lo mismo con sus parejas. ¿Cómo podría llevar una relación así? ¿Qué sabía el sobre relaciones en general? La verdad no tenía ni idea de nada, aun así, se volvió a decir que pase lo que pase, él se aseguraría que lo lograría, él estaba convencido. Además, no tenía sentido pensar más en eso, lo que tuviera que pasar, pasara, él no podía adelantarse; y hasta puede que no sea tan malo, puede que incluso sus almas gemelas también compartan dos marcas del alma también, uno para él y otro entre ellas, y si eso sucedía podía hacer las cosas más sencillas. Lo importante era esperar a ver qué pasaba, él enserio tenía fe en que todo saliera bien al final.
Se fue a dormir con esos dulces pensamientos en la cabeza, con fantasías de cómo serían sus almas gemelas, cómo se encontraría con ellas y cómo sería la vida para los tres. Y esa fue la primera noche de muchas.
Con el tiempo, Gale fue creciendo más y más, tratando de cumplir los propósitos que prometió en su cumpleaños, trato de estar más presentes en la vida de su familia, pasar más tiempo con sus hermanos, hablar más seguido con su madre, mostrar más. facetas que la gruñona y seria que tenía desde la muerte de su padre. Resulto muy satisfactorio para él, el abrirse un poco más a su familia lo hiso disfrutar más de la vida, ya no necesitaba ir al montón de escoria para sentirse satisfecho y contento, y si bien todavía tenía preocupaciones y era un sostén importante para su familia. , ya no lo sentía tan sofocante como antes, no lo agobiaba tanto. Otras de las razones por las que no fue al montón de escoria era porque se había decidido esperar a que sus almas gemelas se rebelaran, él realmente quería iniciar bien con ellas cuando se conocieran por primera vez, y con el buen ambiente que se generaba en La familia, no le fue difícil permanecer lejos. Pero eso cambio a los pocos meses.
Todo comenzó cuando Posy enferma de golpe, la pobre beba de apenas un año tenía una enfermedad sin precedentes. Ni Gale ni su madre supieron cómo fue que paso, pero una noche notaron a Posy media mal antes de dormir, y para la mañana siguiente estaba ardiendo de fiebre. Fueron a la casa de los Everdeen corriendo, ya que la Sra. Everdeen era la curandera de la Veta, ella trato de explicarle que le pasaba a su pequeña hermanita, pero la verdad es que no entendió mucho, la medicina nunca fue lo suyo, pero lo que si entendió fue que si no hacían algo rápido, Posy. podía morir. Gale le pidió a la Sra. Everdeen que hizo todo lo que pudiera por ella, y por un tiempo pudo estabilizar a su dulce hermanita, pero los recursos que contaba la Sra. Everdeen no eran suficientes para curarla, por lo que comenzó a recaer un poco cada día. Él se sentía totalmente desesperado, ya no sabía qué hacer, así que tomo a su débil hermanita y fue al pueblo a hablar con el médico. Este le dijo lo que ya sabía, pero además dijo que la forma de curarla era con una inyección hecha por el Capitolio junto con un tratamiento que se tenía que hacer una vez a la semana por unos dos meses aproximadamente. Era muchísimo dinero. Era difícil recaudar ese dinero, pero Gale estaba decidido, no iba a dejar que su hermana muriera.
Logro conseguir el dinero con mucho esfuerzo, pero le quemo los pocos ahorros que tenían. Las cosas se complicaron tanto que ya no bastaba lo que cazaba y recolectaba en el bosque para alimentarlos, así que tuvo que sacar muchas teselas para alimentarlos. Lo peor es que estaban cerca de la Cosecha, por lo que todo el Distrito estaba de los nervios como era común en esta época del año. Su hermana estaba fuera de peligro, pero estaba recuperando lentamente, no dinero tenían, su familia tenía hambre y con la cantidad de tesela que había sacado tenía más miedo de lo normal a ser cosechado. Y como todas las veces que sentía miedo, este salió en forma de ira, ira hacia la mala suerte porque se enfermó su hermanita, ira había el médico que les cobró una fortuna el tratamiento, y lo que más ira le causaba era el Capitolio, por cobrar tan caro un medicamento tan necesitado y que de seguro no costaba tanto en realidad, ira por el maldito sistema en el que vivía que no le permitía mantener su familia sin hambre, ira por los malditos Juegos que era una amenaza para todos. Él solo podía sentir ira, y la única forma que encontró de desquitarla fue yendo al montón de escoria.
En retrospectiva, no estaba muy orgulloso de esa vez en particular, él había ido muchas veces antes de su cumpleaños número quince (que fue casi unos cuatro meses antes), pero siempre fue con la intención de divertirse, quizás indirectamente burlarse de una chica Comerciante. por ser demasiado arrogante hasta que él les explora la cabeza, pero nunca fue con sentimientos tan negativos. Esa vez había sido brutal, solo quería descargar todo lo que sentía, y aunque la chica le aseguro que también la paso bien y que no se había excedido, de todas formas, se sintió sucio y malo. No estaba bien hacer esas cosas enojadas, no era justo para las chicas y él no se sentía bien al final. Ese día aprendió esa valiosa lección, nunca hacerlo enojado, él tenía que tener la mente clara cuando lo hacía, no podía perder el control.
Después de ese trato de bajar los decibeles, y enfocarse en su familia, refugiarse en ellos. Les tomo un tiempo recuperarse de todo, pero lo lograron como familia.
A pesar de sus mejores intenciones, no pudo evitar volver con diversas chicas al montón de escoria, aunque nunca volvió con esos sentimientos tan negativos. Pensó que una raya más al tigre no iba a ser la diferencia, él ya tenía una reputación después de todo, y si bien él sabía que cuando encontrara a sus almas gemelas iba a romper el ciclo e iba a serles sumamente fiel, nada impedía que se divirtiera mientras tanto, no era como si fuera raro que uno disfrutara de los placeres de la vida con otras personas antes de encontrar a sus almas gemelas. También lo podía tomar como juntar experiencia que le sacaría mucho provecho cuando conociera a sus parejas, pero todo eso sonaba como una excusa para calmar la culpa que a veces aparecía en su conciencia. Tuvo un especial cuidado de que no vieran sus dos marcas del alma, por suerte la que tenía en la espalda era más fácil de ocultar, ya que solo tenía que tener especialmente cuidado de no darles la espalda estando desnudo, pero la mayoría de las veces. ni siquiera se desnudaba, solo se bajaba lo suficiente los pantalones y la ropa interior, por lo que lo único que queda en evidencia fue su marca en el muslo derecho, y aun así no era como si estuvieran prestando mucha atención en eso cuando estaban en acción. De esa forma las chicas con las que salía solo sabían de la marca en forma de ciervo, mientras que su familia solo sabía de la marca en forma de arco y flecha de su espalda (su hermanito se le escapó a frente de su familia que él fue el primero en notar la marca del alma de su hermano mayor, incluso antes que Gale, ahí fue su supuesta capacidad para mantener la boca cerrada que tanto presumía que tenía a Rory y que Vick no era capaz de hacerlo); de esta forma se aseguraba de que nadie supiera de que tenía dos marcas.
Otra cosa que cambio a causa de la enfermedad de Posy, fue se relación con Katniss. Si bien ellos eran unidos cuando salían a cazar, esto los había acercado bastante, ya que antes su costumbre era que una vez que pasaban la cerca y hacían sus intercambios en el Quemador o con los Comerciantes, cada uno se iba por su lado y no. se hablaban ni concedían hasta que se juntaban de nuevo en el bosque. Pero con el estado delicado de su hermanita, le dio la posibilidad de ver más de la vida de su pequeña amiguita de lo que ella dejaba ver. Le dejo ver la situación depresiva en la que se encontraba la Sra. Everdeen, sus ojos azules eran los más apagados que había visto en su vida, y si bien él sabía que había hecho todo lo que estuvo en su poder para ayudar a Posy, no puedo evitar notar lo retraído que se veía cuando no estaba en modo. Sanadora, una vez que salía de ese modo, era una mujer muy callada, que nunca tomó la iniciativa en nada de su vida. Era Katniss la que se ocupaba en no solo de llevar la comida a la mesa, sino que también era la encargada de hacer la comida, alimentar tanto a su hermanita como a su madre, cuidar de Prim, veía que estuviera bien vestida, que hiciera. la tarea, que estaba en la escuela, si estaba enferma, y un montón de cosas más.
Katniss era la que hacía que la casa funcionara, era mucha responsabilidad para una niña que en ese momento tenía trece, y lo había estado haciendo desde los once. Esto lo hiso pensar en lo afortunado que era, puede que él tuviera más bocas que alimentar, pero siempre conto con el apoyo de su madre, ella había ayudado con su pequeño negocio de lavandería en la Veta, y si bien eso no evito que Gale. tuviera que salir al bosque, sirvió mucho para curar a Posy. Él no sabía a donde hubieran estado sin ese pequeño trabajo que realizaba su madre, a pensar de que estaba embarazada y había perdido a su marido en ese momento. Este no era el caso de la Sra. Everdeen, quien dejo a su hija de once años tendría que hacerse cargo de su familia ¿Cómo pudo hacer eso? Es lo que se preguntaba siempre, una vez hasta se lo pregunto a su madre, donde comparo el comportamiento de las dos mujeres después de enviudar.
_ Es más difícil de lo que parece, Gale. Yo no estaba muy lejos de ser como ella, en realidad. _ admitió su madre.
_ ¿Qué quieres decir? Tu no actúes de la misma forma. _ su madre se quedó mirando a la nada, perdida en sus pensamientos, antes de mirarlo y responder.
_ Cuando tu padre murió, creía que moría con él. Perder a tu alma gemela de forma tan abrupta, sentir como una parte de ti se va con él, es una de las cosas más desgarradoras que he experimentado. No creí que sería lo suficientemente fuerte para vivir sin tu padre, pero cuando estuve a punto de encerrarme en mi cabeza, Posy me dio una patada, como si ella sintiera que estaba a punto de rendirme, pero no estaba dispuesta a que yo hiciera eso. . Con esa patada me recordó que una vida se formaba dentro de mí, una vida que era mía y de tu padre, y no podía rendirme cuando ella me necesitaba tanto, me ayudo a recordar que al igual que ella, tenía a otros tres hijos. del amor que compartí con tu padre, y que él no hubiera querido que los dejara, que los abandonara cuando me necesitaban tanto.
Gale miro sorprendió a su madre, nunca espero esa convención de su parte, lo asusto lo cerca que estuvo de perder no solo a su madre con la tragedia de su padre, sino también a su dulce hermanita.
_Aun así, hubo momentos que me costó seguir adelante, pero Posy al parecer es la niña más perseverante del mundo, porque cada vez que me estaba cerrando, ella me daba patadas hasta que saliera de mi mente. Casi parecía que me estaba regañando. _ soltó una pequeña risa al recordarlo. _ Fui muy afortunada al tenerla. Pero otras viudas no pudieron decir lo mismo. El caso de Violet no fue extraño, puede que a ella le cueste más porque la unión que compartía con Mart fue unas de las más fuertes que él conocido, y tenía que serlo si ella dejo atrás una vida más cómoda como Comerciante para estar con su alma gemela. Tener una unión tan fuerte tiene sus cosas buenas, como que casi puedes sentir lo que el otro siente, están tan coordinados que no necesitan mucho para entenderse, pero también tiene sus cosas no tan buenas, y una de ellas era que cuando uno muera, El otro se siente totalmente perdido, algo dentro de ellos desaparece con su alma gemela, deja un vacío que nunca se llena. _ le dio una mirada seria a su hijo antes de continuar. _ No quiero justificar a Violet, porque eso sería injusto para sus hijas que fueron las que más sufrieron de todo esto, pero lo que paso no se sale sola, se necesita ayuda para eso, lamentablemente esa familia no cuanta con nadie más.
Pensó en las palabras de su madre, tenía mucho sentido, pero era muy injusto. Por eso tomo la decisión de relacionarse más con Katniss, se dijo que podía ser su amigo no solo cuando estaba cazando, sino también cuando estaban lejos de la cerca. Aquí su hermano Rory jugó un papel importante. Resulta que su hermano tenía la misma edad que la hermanita de Katniss, por lo que eran compañeros de cursos, gracias a él se enteró de cosas muy curiosas que le pasaba a la pobre Prim en la escuela, cosas que no le decía a su hermana. para no preocuparla. Algo en lo que distinguían a las hermanas Everdeen es que eran tan distintas como el sol y la luna, tanto esencialmente como en sus personalidades, mientras que Katniss era una más de la Veta, con sus cabellos castaños, ojos grises y tez trigueña, la otra podia pasar por una Comerciante con sus cabellos rubios y sus ojos azules. Mientras que Prim no paraba de hablar y ser amigable con todos; por otro lado, si le sacabas más de cinco frases cortas a Katniss, podías sentirte afortunado. Tenían más diferencias todavía, pero esas fueron vitales para encontrar una forma de juntarse más con Katniss.
Rory le conto que contrario a lo que uno pensaría, Prim no se juntaba con nadie en la escuela. El motivo era simple, por los prejuicios que tenían tanto la gente de la Veta como los Comerciantes. La pequeña niña se encontraba en el limbo de la escala social del Distrito, era muy rubia y pálida para la comodidad de los niños de la Veta, y demasiado pobre para los niños Comerciantes. Esto tenía mal a Prim, ya que otra diferencia con su hermana mayor, era que ella era una niña que adoraba hacer amigos y tener una vida más social. No le dijo nada a su hermana porque no tenía sentido ya que no podía hacer nada y solo la preocuparía más. Cuando Rory le menciono todo eso, trato de convencer a su hermano para que le diera una oportunidad a la niña para ser su amiga, y contrario a lo que pensaba, no necesito mucho para convencerlo; al parecer Rory ya estaba muy interesada en la pequeña Prim y estaba buscando la oportunidad de hablarle. Por la forma que él se sonrojo mientras Gale le pedía el favor, le dio a entender de donde venía todo este interés. El que Prim y Rory eran amigos le abrió la puerta a la niña para conocer a otros chicos de la Veta, y con eso pudo hacer su propio grupo de amigos, en el cual Rony seguía siendo parte del grupo al considerarlo su mejor amigo. La niña estaba más feliz que nunca.
Toda esta situación género que Katniss y Gale se juntaron más seguido en sus casas para que sus hermanos pasaran el rato jugando o haciendo la tarea juntos. Sus familias se reunían cada vez más, uniéndolos a todos, hasta que la madre de Katniss estaba mostrando mejoras, ya que la madre de Gale ayudaba a que la Sra. Everdeen a que saliera de su depresión y pudiera enfocarse en cosas como su pasión a ser sanadora y ayudar a la gente, el haber atendido a Posy fue un buen recordatorio de la emoción que sentía cuando atendía a un nuevo paciente. Eso ayudo a que saliera de la casa, que hablara con más personas, todo con el apoyo de la madre de Gale, y con estas nuevas actividades hiso que hubiera cosas para relacionarse con sus hijas, sobre todo con su hija menor quien resulto tener la misma pasión por curar a los enfermos como su madre, con Katniss fue más difícil, ella todavía estaba muy rencorosa con su madre, pero por el bien de Prim no hiso más lio y le siguió el juego buscando las plantas y las hiervas que necesitaba.
Por otro lado, Katniss y Gale se fueron haciendo cada vez más amigo, compartiendo más de sus vidas, generando más unión entre ellos. Tanto así que Gale ya la tomaba a Katniss ya Prim como su familia, por lo que se propuso a protegerlas de los peligros de los que Katniss no era consciente. Él sabía de las miradas que recibían las dos chicas, sobre todo Katniss ya que era la mayor, ya había escuchado a muchos de sus amigos hablar de ella, no importaba que todavía tuviera trece y muchos de ellos tenían dieciséis. Él trataba de dejar en claro que la defensa de cualquiera que quisiera sobre pasarse con ella, pero los chicos de la escuela no le preocupaban, con un mensaje claro dejaron de molestar con eso; lo que le preocupaba eran los hombres adultos, quienes tenían intenciones más depredadoras. Las chicas estaban muy expuestas, eran dos niñas solas, no tenían familiares directos y con lo único que contaban era con una madre que no estaba en posición de defenderlas, no es que creyera que Katniss no pudiera defenderse con un arco, pero en su casa. no tenía nada de eso y todavía era una niña pequeña. Hiso todo lo que estuvo en su poder para espantar a esas personas, sin alterar a ninguna de las chicas, puede que allá haya sido un poco paranoico, pero mejor prevenir que lamentar. Por suerte no pasó nada, Katniss en serio era una chica intimidante y no aceptaba la basura de nadie.
El tiempo siguió pasando, y para cuando quiso darse cuenta, Katniss ya estaba cumpliendo los quince años. Para Gale fue muy rápido, un día conoció a una niña molesta que fisionaba en sus trampas y al siguiente esta niña ya reviviría su marca del alma. Le dio nostalgia al pensar en todos esos años, como sus familias se estaban uniendo, apoyándose entre ellos, cómo las Everdeen encajaban tan bien con ellos. Ya era común para Gale volver a su casa y encontrar a Prim jugando con sus hermanitos más pequeños mientras Rory fingia desinterés (aunque no les perdía la vista en ningún momento), o que su madre fuera a visitar a la Sra. Everdeen para pasar la tarde hablando o compartir chismes (y puede o no que Gale allá prestó más atención a esas charlas cuando podía, no porque le gustara el chisme como Katniss insinuaba, sino porque le gustaba estar informado por si pasaba algo en el Distrito) . Habían pasado tantas cosas en esos pocos años que parecía que el tiempo había pasado volando.
Y todo hubiera estado bien como estaban las cosas, si no hubiera sido por una cierta tarde de verano, donde fue sacado de su eje y nunca volvió a su lugar.
Ese día ocurrió después de la Cosecha de las 73 o Juegos del Hambre. Estos todavía no habían terminado, pero para al 12 ya le era igual, ya que sus tributos habían muerto hace rato en el baño de sangre, y todo tiraba a que iban a ser como la mayoría de los Juegos donde el ganador sería dado después de una pela final entre dos tributos profesionales, nada emocionante para el público cada vez más exigente del Capitolio. Pero eso no era algo en lo que pensara el Distrito 12. Los días después de la Cosecha son más alegres en el 12, para todos menos los familiares de los tributos obviamente, pero para el resto era un pequeño descanso hasta que tenía que preocuparse de nuevo por los Juegos del año que le seguían. El pequeño Distrito triste y desolado, por un mes se volvió más alegre, como si tuviera más color, donde la gente se relacionaba más, los que podían se deban el gusto comiendo cosas más caras, muchos jóvenes después de dejar de ser elegibles para la Cosecha decidió hacer sus uniones o sus matrimonios, otros simplemente celebraban el seguir vivo todavía. Era en esos días en que Gale y Katniss tenían más clientes, hasta recibiran encargos especiales para algunos.
Ese día en particular no fue diferente a cualquiera otro, particularmente a un domingo cualquiera, habían tenido una mañana muy productiva, ya habían hecho sus intercambian en el Quemador y decidieron descansar tomando un almuerzo en el puesto de Sae la Grasienta, compartiendo un silencio cómodo. entre ellos, cada uno en sus pensamientos. Todo era tranquilo y pacífico, hasta que Darius aperción a comer cerca de ellos.
Si Gale era sincero, de verdad que no le caía tan mal Darius, era un agente de la paz, pero a diferencia de los otros, este no era violento por naturaleza y tampoco era un abusador como muchos otros agentes. Era bueno para hacer tratos ya que era muy justo (consiguiendo un precio que solo estaba por debajo de Cray al ser el Jefe de los agentes), y trataba de ayudar a cuantos pudiera sin que los otros agentes lo vieran, y siempre que era totalmente. necesario involucrar a los agentes era algo era bueno si él estaría para ayudar. En general era un buen tipo, el único problema para Gale es que era un agente de la paz, sino fuera por eso hasta podían ser amigos y ganarse el respeto de Gale. Pero lamentablemente era un agente, y eso hacía que Gale se preguntara porque un tipo como Darius se haría un agente, quienes eran los responsables de reprimir a los Distritos en nombre del Capitolio, quienes oprimían a todos, quienes eran los que le entregaban al Capitolio. los pobres niños para el entretenimiento de estos. Y por más que sabía que Darius no hacia esas cosas directamente, era parte del grupo que sí lo hacía, por lo que para Gale era igualmente responsable. Aun así, era el que menos odiaba de todos los agentes de la paz. Hasta ese día.
Darius le había pedido una porción a Sae la Grasienta y fue a comer cerca de ellos, todo estaba bien hasta que se los quedó mirando a los dos. Al principio lo ignoraron, sin querer prestarles atención, pero su mirada cada vez era más incómoda, y Gale no aguantando más, lo miro también, tratando de intimidarlo a su vez. Al mirarlo bien se dio cuenta que no estaba mirando a los dos, sino más particularmente a Katniss, eso lo inquieto aún más por algún motivo. Darius era muy inofensivo, nunca se le había escuchado en un escándalo con jovencitas como Cray, quien era conocido por “comprar” los servicios de las jóvenes de la Veta que se encontraban desesperadas por comida, obviamente seguía siendo un hombre y tenía sus amoríos con diversas mujeres, algunas casadas, otras por casarse, pero nada que incriminara al hombre como un pervertido o un depredador. Pero de todas formas a Gale no le agradaba como miraba a su amiga. Antes de que él tuviera que intervenir, Darius dirigió su mirada a él antes de darle una sonrisa traviesa.
_ Hola Katniss ¿Cuánto tiempo? _ salió Darius sin quitar su estúpida sonrisa para el disgusto de Gale.
_ Darío. _ contesto ella de forma cortante y sin interés.
_ Estuve sacando cuentas, querida, y ¿Puede ser que hallas cumplido quince en mayo? _ pregunto con aires de inocencia. Ante esto tanto Katniss como Gale se tensaron.
_ ¿Cómo sabes cuándo cumplo? _ contrataco ella con sospecha.
_ Oh querida, soy un agente de la paz, se muchas cosas. _ dijo queriendo hacerse el misterioso. _ Y porque lo escuché de tu madre el otro día. _ dijo con una media sonrisa por verlos tan nervios.
_ Como mar. _ ella miro a otro lado, para terminar con la charla.
_ Pero no has contestado a mi pregunta. _ dijo con tono juguetón. Ella solo rodeo los ojos.
_ Sí, cumplí membrillo en mayo.
_ ¡Oh! ¡Qué maravillosa noticia! Eso quiere decir que ya tienes una marca del alma ¿Verdad?
_ Puede ser. _ se volvió más cortante, hablar de su marca era algo que la incomodaba muchísimo y no hablaba de eso con nadie, ni con él.
_ ¡Qué cosa más increíble! Pensar que ya no eres la pequeña niña que venía para hacer sus intercambios. Ahora ya eres casi una mujer, de seguro de tendrás un montón de jóvenes babeando por ti. Espero que tu alma gemela no sea un celo. _ lo último lo dijo mirando a Gale y dándole un giño, como si él supiera algo que Gale no supiera todavía.
_ Nadie se fija en mí. _ no había pena en su tono, más bien alivio, era sabia el desinterés de ella por el romance.
_ Eso es lo que tú crees. _ volvió a usar un tono juguetón. _ Pero sé de unos cuantos chicos que matarían por ser tu alma gemela, o por simplemente tener un momento a solas contigo, si sabes a lo que me refiero. _ agregado con sus cejas moviéndose de arriba hacia abajo un par de veces para dejar en claro a qué se refería. Ella se sonrojo al entender. Gale al verla así entendió lo que Darius quería hacer, estaba jugando con ella, lo cual era muy divertido porque ella se ponía muy nerviosa cuando le hablabas de esas cosas. Decidió ver hacía donde iba todo esto.
_ No sé de qué estás hablando.
_ Pero querida, seguro que eres consciente de eso. _ estaba una vez él se inclinaba hacia ella, estirando la mano para jugar con su típica trenza. Ella aparto su mano con un golpe en esta mientras le daba una mirada fulminante. Gale tubo que contienese para no soltar una risa. _ Si yo fuera unos años menor y tu unos años mayor, de seguro que competiría por ti, bella. _ le dio un guiño juguetón. Katniss se puso aún más nerviosa de lo que ya estaba.
_ No me digas bella ni querida. _ Darius cerró los ojos con fuerza, pasando sus manos por su pecho, finciendo que tenía un gran dolor en el corazón.
_ ¡No! ¡Eso dolió mucho! ¡Que cruel que eres! ¡Lastimando así los sentimientos de tu pobre admirador! ¡Eres toda una rompe corazones! ¡Ya conocerás un día a quien pueda ablandar a tu cruel corazón! ¡Ya verás! _ dramatizo él, casi gritando y llorando, haciendo se la víctima mientras hacia un esfuerzo sobre humano por no reírse. Katniss estaba tan avergonzada por atraer las miradas de la gente de alrededor que se levantó sin más y salió casi corriendo del Quemador. Gale y Darius no pudieron evitarlo más y se largaron a reír con fuerza mientras ella salía enojada y avergonzada.
_ No puedo creer que todavía se incomode por eso. _ dijo Gale a Darío.
_ Si, puede verse como una jovencita, pero todavía sigue pensado como niña.
_ Igual todavía no es tan grande, tiene solo quince.
_ Puede ser… pero a esa edad ya comienzan los cortejos entre los jóvenes.
_ A Katniss no le importan esas cosas. Dice que no quiere casarse ni tener hijos.
_ Si, bueno… eso lo dice ahora, que tiene quince, puede que al conocer a su alma gemela cambie de opinión.
_ No lo creo, es muy terca cuando ella quiere. _ dijo con tranquilidad Gale. Darius lo miro un rato estudiándolo.
_ Gale, sin ánimo de ofenderá las creencias de Katniss, pero como tú lo dijiste, tiene quince años, tiene un montón de tiempo para cambiar de opinión, por lo menos en lo de tener pareja. Cuando somos jóvenes creemos que nuestros planes son infalibles, pero lo cierto es que todavía no conocemos mucho al mundo, y tampoco podemos saber las vueltas del destino, y estas cosas pueden hacernos cambiar de opiniones, otras veces las afirman más. A lo que voy es que, si bien Katniss de verdad cree que quiere eso en la vida, todavía es muy joven, y siempre puede que alguien le haga cambiar de opinión pasar, sea o no su alma gemela, puede que conozca a la persona correcto que la ayude a enfrentar a sus miedos y traumas de otra forma, puede que sean más personas la que la ayuden. O como mínimo puede que despierte la “curiosidad” de Katniss.
_ ¿Su “curiosidad”?
_ Sí, ya sabes, siendo una chica tan hermosa, con esa actitud desafiante y autoritaria, atrae la atención de todo tipo de chicos.
_ Eso ya lo solucioné, nadie se le va a acercar con intenciones de aprovecharse. _ dijo con firmeza.
_ Tu no lo sabes, chicos jóvenes no son conocidos por ser sensatos particularmente. Y de todas formas no vas a poder impedir que ella se sienta atraída por alguien. _ Gale abrió los ojos sorprendido ante ese comentario.
_ ¡Por favor! ¡Ella no es así! ¡Todavía es muy niña para eso! _ Darius tenía una mirada divertida, pero cuando hablaba serio.
_ Gale, tiene quince años.
_¿Y? Todavía sigue siendo una niña para pensar en eso.
_ Sí, claro, porque tú estabas esperando a ser más grande antes de involucrarte con chicas. _ comentario sarcástico mientras rodeaba los ojos. El chico se sonrojo ante la mención indirecta de sus escapadas al montón de escoria, no era un secreto para el Distrito, todos lo sabían, incluida su madre y sus hermanos, pero nadie le reclama nada al respecto, esta es la primera vez que lo hacían.
_ Eso es diferente… yo soy hombre. _ ante ese comentario, Darius soltó una carcajada y palmeo su hombro, como si le estuviera contando un buen chiste.
_ Niño, te voy a dar unos consejos y deberías escuchar o podrías traerte muchos problemas en el futuro. El primero es que nunca excusas un comportamiento porque eres hombres, y muchos menos lo hagas frente a una mujer porque si lo haces puede que ese día pierdas tu derecho a tener hijos, si sabes lo que quiero decir. Las mujeres y los hombres no somos tan distintos como nos gusta creer, y tu deberías saberlo mejor que nadie, estas rodeado por mujeres asombrosas, y no solo estoy hablando de Katniss que encabeza la lista de mujeres increíbles por todo lo que hace por su familia. . Estoy hablando también de tu madre. Dime niño, cuantas personas conoces que se negaron a entrar en depresión después de la muerte de alma gemela, yo los puedo contar con los dedos de una mano. Creo que nunca entenderás, con suerte, lo horrible que se siente perder a tu pareja de forma tan abrupta y arrepentida; yo tampoco lo he experimentado, pero es visto las consecuencias, la gente cambia después de eso, no son las mismas y si bien con el tiempo hay algunos que se recuperan lo suficiente para seguir, no siempre llegan a ser tan funcionales e independientes como lo es tu madre. Tienes mucha suerte que tu madre sea tan fuerte emocionalmente, otros niños no tuvieron la misma suerte que tú y tus hermanos, nunca subestimes la fuerza emocional, la que te da la voluntad de no solo sobrevivir, sino de vivir bien. Hay gente mucho más fuerte que no pude soportar un golpe emocional y se derrumba con eso, es importante ser fuerte de mente y corazón. _ paro para tomar un sorbo de agua.
_ Otra cosa que también debes saber _ continuo Darius. _ es que las mujeres sienten los mismos deseos que cualquier otro hombre. Es muy claro, si ellas no sintieran placer en todo esto, se negarían totalmente a tener sexo. Lo único diferente es que a ellas se les exige que no hablen o no muestren sus deseos tan abiertamente como nosotros, pero nunca dudes de que en sus cabezas no se genere puedan las imágenes más eróticas que se te pueda imaginar, hasta puede ser que sean más creativas, ya que muchas son beneficiadas con el don de una imaginación demasiado creativa. Una vez, cuando era más joven y estaba en otro Distrito, salía con una chica buena, era tierna y muy femenina, se avergonzaba si la alagabas mucho, tenía perfil bajo, la veías y nunca te imaginabas todas las ideas que tenía en su cabeza. . Dios, aprende muchas cosas con esa cosita bonita, cosas que jamás hubiera pensado. _ lo recordó con una sonrisa. _ El punto es que, las mujeres también sienten la “comezón” desde temprana edad, por algún motivo llevas a tantas chicas al montón de escoria, y diez cuantas de esas chicas eran vírgenes cuando estaban contigo. _ Gale pensó en eso un momento, nunca se lo había planteado de esa forma, pero tenía razón, a él nunca estuvo con una virgen, todas tenía más o menos experiencias, ya pensar que nunca había ido con chicas más pequeñas que él, si. Salió con las que tenía su misma edad, algunas ya tenían quince cuando estaban con él y se notaba que tenían bastante experiencia.
_ Lo quieras o no Katniss sigue siendo una persona joven, y como creer todo joven, está llena de hormonas, por más que ella aun no lo sepa. Solo va a bastar que alguien le llame la atención, no importa quien, y la haga querer explorar un mundo nuevo, un mundo que tú conoces demasiado bien. Y quieras o no, no vas a poder evitar que salga a explorar o con quien lo hagas.
Darius termino su discurso, dejando que Gale pensara en sus palabras, era mucho que similar, pero debía admitir la verdad de sus palabras. Katniss ya tenía quince, él mismo tubo su despertar sexual a los trece y no paro hasta entonces, él más que nadie sabía lo bien que se sentía y sabía que había chicas más jóvenes que ella que también sabían lo bien que se sentía, pero en su cabeza no podía sacar a la niña que él conoció hacía como hace tres años. Era imposible que esa niña creciera tanto en tan poco tiempo ¿Cuándo paso? Dentro de unos tres años más tendrá poco más de dieciocho y será su última Cosecha, ya tendrá la edad en la que los chicos se comprometerán una unión o un matrimonio. No sería raro que al poco tiempo de eso ella cambiara de idea sobre casarse y decidiera hacer su vida con alguien. El pensamiento le sonaba totalmente mal en su cabeza, el imaginar a Katniss saliendo con alguien y que ese alguien la hiciera sentir cosas tan intensas que la hiciera tener su despertad sexual, lo inquietaba un montón de formas que no podía describir.
_ Pero ella sigue siendo una niña. _ insistió él, pero no sabía si para Darius oa él mismo.
_ Amigo, despierta, ya no es una niña, abre bien los ojos o te vas a perder algo frente a tu nariz. Ella no solo ya no es una niña, sino que también se está convirtiendo en una mujer hermosa, con una forma de ser impresionante, no bromeaba cuando dije que es una rompe corazones, y que hay muchos chicos que harían lo que fuera para que ella le dé una solo oportunidad, incluso hay algunos hijos de Comerciantes que son capas de tirar a la mierda todos sus prejuicios por ella. De verdad que, si no fuera por la diferencia de edad, no tendría miedo en admitir que estaría loco por ella. Mirarla bien y lo entenderás. _ Darius se levantó, le dio una pequeña palmada de despedida antes de irse a hacer sus cosas.
Gale trato de no darle vueltas al asunto ¿Qué sabía Darius de todo esto? Él solo estaba metiéndose por donde no le incumbía. Katniss no era de lo que él describía, ella no era así, era demasiado inocente para eso y además no confiaba en nadie, así que era imposible que alguien se le asomara lo suficiente para que ella se abriera. No había nada de qué preocuparse, Darius no sabía nada. Con eso en mente se apresuró a buscarla, ya que todavía tenían cosas que hacer antes de terminar el día. La encontró fuera del Quemador, todavía se le veía un poco molesta por la broma, pero no parecía que quería sacarle la cabeza, así que se le acerco con una sonrisa de disculpa, la cual ella respondió rodeando los ojos, soltando una pequeña risita y neg con la cabeza. Con eso supo que estaban bien.
Fueron al pueblo para hacer negocios con los Comerciantes, pero en el camino él seguía sin poder sacar de su cabeza su conversación con Darius, por más que no quiera pensar en eso. Con eso en la cabeza, se atrevió a seguir un de los consejos que dijo, y la miro, pero esta vez el miro como la miraba cualquier otro chico. Y era cierto, Katniss era muy atractiva. Con sus cabellos castaños en sea trenza que la caracterizaba tanto, sus ojos gises que miraban a todos con desafío, parecían invulnerables, pero él ya había visto como todo eso desaparecía cuando estaban en el bosque los dos solos, cuando era otra persona en esos momentos. , sus ojos eran más cálidos, seguían siendo peligrosos, seguía siendo ella, pero ya no sentía los pesos que tenían en el Distrito, solo era ella misma. Era casi divino verla así, ni él se sentía tan cómodo en el bosque como ella, era como ver a un ser mítico mezclarse entre los árboles, siguiendo el rastro para su presa, con arco y flecha en mano. Su tez trigueña solo acentuaba su encanto místico, la hacía más fácil camuflase con el ambiente, la podías perder de vista en un instante sino prestabas la suficiente atención, solo para luego apareciera de golpe sin que te des cuenta. Mirándola bien, admira su cuerpo, y debía admitir que no tenía que envidiarle nada a ninguna chica, aunque era un poco pequeña en comparación a otras, su figura está bien distribuida, sus pechos pequeños pero firmes, sus caderas más anchas dando forma de reloj. de arena, su trasero también era pequeño, pero firme y redondo. Su figura estaba hecha por años de caza en el bosque, puede que en el Distrito no resaltará mucho, pero de nuevo, su lugar ideal era el bosque, donde encajaba tan bien que era difícil de explicar, y su contextura era un beneficio ahí, ya que podía escalar, correr o permanecer agachada por horas sin sentir incomodidad ni ser detectada.
Él podía dar crédito a que Katniss era muy hermosa, cada parte de ella atraía a cualquier chico. Era difícil saber el por qué no lo había notado hasta ese momento, estuvo tan metido en su visión de la niña de doce que conoció que nunca se atrevió a ver más allá de eso, omitiendo a la bella joven que se estaba formando frente a él. . Pero ahora gracias a Darius podía apreciarla, y se avergonzó al admitir que podía sentirse más que atraído por ella, no solo por su cuerpo, sino por la forma de ser de ella. Katniss no era la chica dócil que seguía a todos los demás porque debía hacerlo, ella era todo lo contrario, era terca, independiente, autosuficiente, no toleraba la mierda de nadie, era alguien de pocas palabras, pero de muchas acciones, era el tipo. de chica que demostraba que era parte de su familia cuando te tomaba para su protección, porque si había algo en lo que se caracterizaba Katniss era en proteger. Una vez que ella sintió que alguien era importante para ella, no podía dejarla ir sin su protección, siempre tuvo ese instinto, pero con la muerte de su padre ese instinto se hiso más fuerte, principalmente con su hermanita, pero en cierta medida también se Transfirió a otras personas, como a Gale y su familia. Llegaba a ser tan fuerte que era capaz de cualquier cosa con tal de que todos ellos estuvieran bien. Ese era un sentimiento en que Gale también se identificaba y hacia que eran tan buenos amigos, pero ahora que la estaba mirando con otros ojos, no pudo evitar apreciarlo de otra manera. Era realmente un orgullo saber que ella se interesaba en él lo suficiente para querer protegerlo y cuidarlo, y de solo imaginar que eso podía significar algo más que amistad hacia que algo en su corazón se calentara.
Por un momento se permitió fantasear con esa idea ¿Cómo sería su vida si estuviera con Katniss? Se imaginó a ambos siendo más grandes, él regresando de su trabajo en las minas mientras ella lo esperaba con sus hijos, contándoles las cosas que hicieron en el bosque juntos o como les fue en el colegio, o si visitaron a sus familias, todo ese. tipo de cosas. Se imaginó besando a Katniss mientras los niños hablaban ¿Cómo serían sus besos? Gale era consciente de que tenía más experiencia en el tema de los besos mientras que creía que ella tenía nula experiencia, él tendría que enseñarle, mostrarle como se hacía, como a él le gustaba y averiguar el como a ella le gustaría. Esa idea lo estudiamos más de lo que debía, ser él el que le enseñara todo eso a ella, mostrarle todo lo que se había perdido, pero ahora dependía de él mostrarle todo eso, y esta vez seria especial, ya que no sería solo por atracción o por curiosidad, seria por amor, porque los dos querían estar el uno con el otro, formal una vida juntos. Soltó una sonrisa embobada ante ese pensamiento sin darse cuenta, pero Katniss si lo hiso.
_ ¿Que tienes?
_ ¿Eh? _ Gale salió de sus fantasías.
_ Comenzaste a sonreír como idiota, te estaba preguntando qué te pasaba.
_Nada, nada. Solo estaba pensando en… cosas. _ respondió sintiendo que sus mejillas se calentaban al ver que casi fue descubierto por ella. Por otro lado, Katniss rodeo los ojos, decidiendo que no quería saber en lo que pensaba su amigo, lo último que necesitaba era escucharlo babear por una chica que podría ser su compañera de clases, no quería sentirse incomoda con esa chica.
Gale se relajó al sentir que ella no iba a insistir más en el tema, de verdad que no quería admitir lo que de verdad estaba pensando. Esto le permitió seguir divagando en su mente.
Lo cierto era que ella era totalmente su tipo, nunca lo había pensado de esa forma hasta hoy, y una vez que abrió esa puerta no pudo dejar de pensar en ella así, ver cada cosa que ella hacía con una visión completamente nueva, ella era especial y tenía la capacidad de volverte loco si no tenías cuidado. Pero era imposible que ella se interesara en alguien, Katniss era una chica simple, no era el tipo que se fijaría en los chicos y suspiraba en silencio por ellos, ella era del tipo directo, no le gustaba el drama innecesario, tampoco la consideraba una. chica romántica, una a la que le gustara ese tipo de detalles. Ellos eran muy parecidos en ese sentido también, Gale tampoco era alguien romántico, no lo entendía y no veía su razón, no era algo que le fuera natural. Él pensaba que a ella le pasaba lo mismo, que apreciaría más a alguien que fuera directo, que no la agobiara con detalles sin sentidos, que la conociera tan bien que supiera lo que le pasara con solo verla. Analizándolo bien, ellos harían una muy buena pareja, ellos coordinaban como nadie más, se entenderían como nadie y serían increíbles como pareja.
No sabía por qué seguía pensando en todo eso, no era como si él le interesara a Katniss como algo más que amigos y fuera a cortarla o algo así. Ellos eran solo amigos, mejores amigos. Sin embargo, algo dentro de Gale se sentía diferente, algo se rebelaba ante ese pensamiento, como si ya no fuera suficiente. Trato de ignorarlo y no pensar en eso, concentrándose en los intercambios que tenían en curso, negociando con los Comerciantes, queriendo desentendiéndose todos estos nuevos sentimientos que lo ahogaban.
Pero no importaba cuanto lo intentara, con solo mirarla se quedaba embobado por su belleza que ahora no podía evitar admirar, haciendo que esos sentimientos se hicieran más fuertes y más confusos. Tratando de no ser tan obvio o incomodarla, desviaba la mirada para ver a su alrededor, y fue entonces que se dio cuenta que no era el único que la miraba. Gale sabía que ella atraía la mirada de muchos chicos, él mismo había espantado a muchos, pero ahora él no estaba en modo “defender a su pequeña amiga”, esta vez los vio como posibles competencias por la atención de Katniss. Era alarmante el notar la cantidad de chicos que claramente estaban interesados en ella y los cuales ella no notaba, muchos de estos ni siquiera disimulaban su atracción, dando miradas lujuriosas y hasta un poco asquerosas. Gale se puso nervioso con esas miradas, todos querían algo de ella, algo a lo que ninguno era digno de tomar ¿Qué les hacía creer que tenían el derecho de siquiera insinuar estar con Katniss? Y mientras más los miraba, más odio se formaba dentro de él, odio y otros sentimientos negativos, que lo iban amargado lentamente.
Trato de consolarse con el hecho de que ella no les estaba prestando atención o simplemente los ignoraba, totalmente desinteresada en todos ellos en general, pero hubo uno que si llamo su atención. Puede que para cualquiera hubiera pasado desapercibido, pero él que la conoció mejor que cualquiera y pudo notar que por un momento ella le devolvió la mirada a uno de los chicos. Al buscar quien era el chico, lo encontró casi medio escondido entre los edificios, con su mirada perdida en ella, era un hijo de Comerciante, de tez pálida, cabellos rubio ceniza y ojos azules, parecía tener la edad de Katniss. Lo curioso de este chico, es que, a diferencia de los otros, los ojos de él reflejaban admiración, respeto y amor, parecía embelesado con ella y su mirada se tornaba ensoñadora, como si estuviera totalmente perdido en ella. Y Katniss trata de parecer indiferente a él, pero algo en él le llama la atención, y esto hiso temblar a Gale. ¿Qué pasaría si este chico se animaba a hablarle? ¿Y si la invitaba a salir y ella aceptaba? ¿En dónde lo dejaba a él y estos nuevos sentimientos que estaba comenzando a entender?
Eso no podía pasar, no cuando por fin se estaba abriendo a sentir algo de verdad, no podía perderla ante de incluso de ver así a donde podía ir todo esto. No importaba si era este chico Comerciante o cualquier otro de la Veta, no podía perderla, ni siquiera entendía el por qué estaba tan desesperado, no debería, ni siquiera sabía si ella era una de su alma gemela…
Su alma gemela…
¿Y si ella era una de su alma gemela? No sería una locura, ambos eran tremendamente compatibles, tenían las mismas motivaciones de salvar a sus familias, ambos buscaban refugio en los bosques, donde se sentían libres y más alegres, pero también adoraban sus hermanitos y harían cualquier cosa por ellos. Él ya pensaba que harían una pareja increíble, pero si eran almas gemelas, su unión sería totalmente asombrosa, ya que tenían un vínculo demasiado fuerte, y una vez que decidieran unirse, ese vínculo solo podía ser más grande, tan grande que hasta podría calmar los Miedos de Katniss sobre hacer una familia con él. Sería una maravillosa coincidencia, que su mejor amiga, la persona fuera de su familia quien en más confiara, fuera de su alma gemela. Coincidencia o destino… cualquiera de las dos tenía mucha lógica y explicaba todo lo que estaba sintiendo en estos momentos, que podía ser que estaba sintiendo amor por su amiga, que podía ser que quisiera ser más que su amiga, formar una vida junto a ella. . El imaginario de nueva una vida así lo emocionaba y lo entusiasmaba, solo tenía que verificar si ella compartía su marca del alma.
Y ahí comenzó su problema, a ella no le gustaba hablar de su marca del alma, trato de preguntarle, pero ella era muy esquiva con eso, era algo de lo que no quería hablar. Solo sabía que tenía una porque una vez escucho a Prim y la Sra. Everdeen mencionarlo, fue un día en él que estaba yendo a buscar a Katniss para ir al bosque, estaba parado en la puerta y de pura casualidad escucho que estaban hablando de su marca del alma, solo escucho que lo mencionaron, como preguntándose que podía significar , pero la verdad es que no pudo escuchar mucho, así que tampoco sabía de qué hablaban sobre su marca, pero sabía que Katniss tenía una. Lo que lo hiso pensar en otra cuestión, Gale tenía dos almas gemelas, todavía no sabía bien lo que significaba, pero tenía dos marcas, lo que muy probablemente quería decir que tenía dos almas gemelas, de eso estaba casi seguro ¿Cómo se tomaría Katniss? eso? ¿Qué pensaría al saber que su corazón se dividiría en dos? ¿Y qué pasaría si su otra alma gemela apareciera en algún momento? No podía simplemente rechazarla, no parecía justo para la otra chica. A no ser que Katniss también la aceptara a ella también ¿Eso sería posible? ¿Qué Katniss permitió que otra chica fuera parte de su familia? Gale siempre fantaseaba con eso, era lo lógico, tenía solo diecisiete años y qué hormonal adolescente como él no fantaseaba con eso, tener a dos hermosas mujeres para él solo, en todas las cosas que podrían hacer y experimentar. También imagino el cómo sería vivir con dos mujeres, amarlas por igual, como podrían vivir los tres juntos. Él pensaba mucho en ello, pero ahora se le habría una posibilidad real de conocer una de sus almas gemelas y estaba comenzando a cuestionarse si sus fantasías no serían demasiadas ficticias.
Pero estaba divagando, ni siquiera sabía si Katniss compartía una de sus marcas de alma gemela, mucho menos cuando conocería su otra alma gemela, primero tenía que saber lo primero, saber si estos sentimientos dentro de él estaban bien destinados a Katniss, y luego tenía que vería como convencería a Katniss de que fueran parejas, para luego darle la noticia que tenía otra marca. La verdad, ahora que pensaba en las cosas, parecía toda una locura y no sabía si iba a funcionar, pero tenía que encontrar la forma en que las cosas resultarían.
Con eso en mente, siguió caminando con Katniss, tratando de pensar en formas de averiguar su marca de alma.
Notes:
¿Qué les pareció? ¿Les gusto? Admito que me deje llevar en este capítulo y lo corte antes de lo que yo me había planteado originalmente. Es curioso, pero en un principio quería que Gale tuviera celos de Darius, pero luego me sentí incomoda al imaginar eso, por lo que decidí encararlo para otro lado, pero sin embargo, Gale sí siente celos, solo que de un chico del pueblo ¿A que no adivinan de quién?
En fin, espero que lo hayan disfrutado, y nos vemos la próxima semana.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Nota: ese saludo raro al final es de un canal de YouTube que se llama “Te Lo Resumo Así Nomás”, por si no se entendió la referencia ;)
Chapter 3: Un Ciervo No Tan Afortunado
Notes:
¡Hola! ¿Cómo está? Yo la verdad tuve una semana larga, y creo que las que vienen no van a ser mejor, por lo que puede que las actualizaciones de esta historio lleven un poco más de tiempo. Pero no se preocupen, van a seguir llegando, de eso seguro.
Acabo de recordar que se supone que debo aclarar que OBVIAMENTE Los Juegos del Hambre no me pertenecen, que yo solamente uso la historia para escribir otras historias en base a esta. No sé si alguien necesitaba esa aclaración, pero ahí está por las dudas.
Espero que disfruten de este capítulo.
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Tres: Un Ciervo No Tan Afortunado.
Lo curioso de la vida es que sigue adelante sin detenerse nunca, no importa que tan confundido o asustado te encuentres, no importa si todavía no logras superes tus traumas, la vida continúa sin ti, sin importarle si estás listo o no para seguir. Aunque un poco dramático, así se sintió Katniss después de su cumpleaños número quince, cuando descubrió gracia a su hermana que no solo tenía una marca del alma, sino dos. Ya era lo suficientemente difícil para ella sobre llevar que tenía un alma gemela, sino que también tenía que entender por qué tenía dos marcas ¿Qué quería decir eso? Alarmadas, las dos hermanas fueron corriendo a ver a su madre para que les digiera que significaba.
Su madre, luego de superar la sorpresa de que sus dos hijas entraran de golpe a su habitación sobresaltadas y les explicaran la situación, examinando con atención las dos marcas de Katniss. Y efectivamente, eran dos marcas del alma, las dos eran muy diferentes y estaban en dos partes distintas. En todos sus años de curandera, Violet debió admitir que nunca había visto algo como eso. La gente recibía una sola marca del alma, ni siquiera las personas que perdían su alma gemela incluso antes de conocerse obtenían otra marca. Siempre fue así, y ella nunca escucho o vio algo parecido a esto, ni sabía si había registro de algo como eso. Violet quiso calmar a sus hijas diciéndoles que lo investigaría, que seguro encontraría la razón de este caso, pero la verdad no sabía ni por dónde empezar. Sus conocimientos eran muy limitados, y más referidos a curar y salvar vidas, y por más dramático que fuera su hija mayor, lo que tenía no parecía ser de vida o muerte, así que no tenía muchos recursos para buscar, aun así, trato de encontrar la respuesta, pero tenía la sospecha de que la única que podría encontrar esas respuestas iba a ser la misma Katniss cuando estaba lista.
Y así la vida continúa, por más que Katniss seguía sin estar lista para afrontar lo que le pasaba. Optó por ignorar el problema, si fincía que no pasaba, entonces no existía, por lo que no tenía que confortarlo. El tener el Día de la Cosecha a casi dos meses de su cumpleaños la ayudo a no pensar en eso, los días antes de la Cosecha siempre eran los más tensos en el Distrito, nadie tenía humor para nada, se sentía un aire desolador entre los jóvenes y en su mayoría todo el Distrito estaba tranquilo, como si no quisieran llamar la atención para no tentar la “mala suerte” en sus hijos. Así que era fácil para Katniss distraerse de su situación, debes en cuando su hermana y su madre querían sacar el tema, pero ella “sutilmente” dejó en claro que no quería hablar de eso, las tres acordaron que no iban a decirle nada a nadie. . . , en especial cuando Violet le ofreció a su hija si quería ver al médico del pueblo y esta se negó absolutamente a que alguien más que ellas supieran algo de lo que le pasaba. Katniss no quería que la gente supiera de su situación, ni tampoco quería que se rumorara sobre eso, mucho menos quería saber qué pasaría si el Capitolio se enteraba, no era por sentirse paranoica, pero nunca se sabía con el Capitolio.
Para cuando el Día de la Cosecha termino, Katniss había lograda dispersar a todos los curiosos por su marca ya que todos estaban más atentos a los Juegos y después de eso, todos estaban demasiados aliviados como para pensar en otra cosa.
Todo volvió a la normalidad para ella, donde sus días consistían en ir a cazar al bosque, hacer los intercambios, pasar tiempo con su hermana y estar en el bosque con Gale. Era la vida que ella estaba acostumbrada y de verdad deseaba que no cambiara, pero por más que era lo que más quería, las cosas no se sentían muy normales.
Para empezar, su madre y hermana seguían investigando sobre sus marcas, ya no la involucraban como antes y hasta que trataban de no mencionarlo frente a ella, pero Katniss no era una buena cazadora por nada, así que supo usar su entrenamiento oído y sus habilidades. . de sigilo para descubrir lo que ellas estaban haciendo. Hasta el momento no habían encontrado respuestas y confirmaba lo que su madre ya sospechaba, nunca se había visto un caso como ese; eso no las sorprendió a ninguna de las tres, pero tampoco impidió que su madre y su hermana siguieran investigando.
Otra cosa que cambio era Gale, lo cual era lo más raro de todo. Para cualquiera podría parecer que seguía siendo el mismo chico medio gruñón y demasiado mujeriego que era siempre, pero por algún motivo, cuando ella se encontraba con él, y sobre todo cuando estaban en el bosque a solas, algo en él cambiaba. Y no era que ella no conociera la otra cara que tenía cuando no estaba rodeada de gente, ella sabía que cuando estaba con ella o con su familia solía ser más cariño, más juguetón, más relajado, hasta sacaba a relucir su lado chismoso, casi Era otro chico. Pero en los últimos dos meses, comenzó también a tener un comportamiento un poco extraño con ella; se la quedaba mirando demasió, de golpe tenía muchos sonrojos que iban de esconder inútilmente a toda cosa, casi siempre parecía que quería decirle algo antes de cambiar de decisión, y parecía que siempre estaba perdido en sus pensamientos. Ella en verdad que trato de preguntarle y averiguar que le estaba pasando, él siempre lo esquivaba o daba escusas malas, por lo que ella decidió no insistir más, suponiendo que se lo diría cuando él estuviera listo si fuera lago importante.
Decidió seguirle el juego y hacer como si nada fuera diferente, pero su actitud no cambio con el tiempo, hasta que se volvió más irritante, comenzó a ser más físico de alguna forma, y no es que debes en cuando no tenían sus momentos. . de contacto físico. como un abrazo cuando alguno lo necesitaba o palmaditas en la espalda para darse cuenta de ánimos, hasta le removía el cabello con la mano para hacerla molestar; pero esta vez el contacto parecía más íntimo, como abrazos que duraban más de lo necesario, comenzó a tener la costumbre de jugar suavemente con su trenza cuando estaban descansando en el bosque, ya no removía su cabello, eso fue remplazado por un beso en la coronilla de la cabeza que se aseguraba de darle todas las veces que se despedían, y cuando se veían al día siguiente él la saludaba con un beso en la mejilla siempre. No era que se estuviera quejando del cambio, era solo raro que alguien la tratara así y ellos nunca habían sido de esa forma, lo que le generaba dudas del por qué el cambio de actitud, pero de nuevo, él no daba pista de nada, lo que la irritaba más, porque si hay algo que le molestaba mucho a Katniss era que la gente le escondiera cosas que le involucrara. Trato de controlarse, diciendo que todo se aclararía con el tiempo, pero la otra cosa en la que se destacaba Katniss era que nunca tuvo mucha paciencia, cuando esta se le agotaba, solía explotar en un millón de pedazos, generando que cometiera las cosas más. . . estúpidas que pudiera hacer (pero eso es otra historia para otro momento).
El día en el que al final exploto, fue un lindo día en el bosque, era principios de octubre, el bosque estaba teniendo de tonos naranjas por estar en pleno otoño, las clases habían iniciado el mes anterior, por lo que limitaba su tiempo en el bosque en comparación al verano, donde las clases se detenían para que los jóvenes pudieran prepararse para los Juegos y no iniciaban hasta el otoño, con los Juegos ya terminados oficialmente. Ya había festejado el 27 de septiembre el cumpleaños del hermanito de Gale, Vick, quien cumplió su primera década, y se estaban preparando para el cumpleaños del otro hermanito, Rory, que sería el 15 de octubre, el cual cumpliría los temibles doce años. edad en la que iniciaba su participación en el Día de la Cosecha para ser un posible tributo en los siguientes Juegos del Hambre, un hecho que entristecía a todos los familiares (Katniss solo podía imaginarse lo estrazado que estaban los Hawthorne, pero se recordó que pronto ella y su familia también estarían igual con el cumpleaños número doce de su hermanita en mayo).
Ambos tenían que preparar a sus familias y sus casas para los días fríos del invierno que se asomaban lentamente, con todo el Distrito cubierto de nieve se les dificultaba mucho cazar y recolectar plantas, y si no podían hacer esas cosas perdían un gran ingreso de recursos. , por lo que los dos decidieron hace años que harían su propio almacén de cosas que podrían necesitar para el invierno. Por esa razón era muy importante recolectar y cazar todo lo que pudiera para tener más respaldo, y Katniss se tomó muy en serio esa responsabilidad, el primer invierno después de la muerte de su padre fue el más duro de toda su vida, no solo porque Ser unos de los más fríos, sino que con la muerte de su padre no tenían un ingreso en la casa, su madre estaba perdida en su mente y Katniss tenía una vez, por lo que no podía inscribir tesela para recibir comida, ya que estas sí. les otorga a los chicos que tengan entre doce y dieciocho años, que es la edad en la que pueden ser tributos. Al principio pudo sobrevivir con la indización que les dieron por perder a su padre en un accidente en la mina, pero era poco dinero, incluso para una familia de dos niñas pequeñas y una mujer adulta que apenas comía si se le obligaba. Katniss trato de usar todo lo que su padre le había enseñado para administrar el dinero, tratando de ser buena en cerrar los tratos, pero seguía siendo una niña que todavía le faltaba cosas por aprender, así que por más que trato de ser inteligente en sus intercambios, siempre había alguien quien no tenía problemas en aprovecharse de una niña en situación delicada. Fue así que se encontró al final del invierno y ya se la había agotado todos los recursos que podía tener para alimentar a su familia, las tres se encontraban completamente demacradas por la falta de alimentos, tenían mucho frío ya que no tenían ni para pagar el Carbón que su mismo Distrito se dedicaba a extraer, ya Katniss ya se le estaba acabando las ideas. Así se encontraba cuando un día a mediados de marzo, donde si bien todavía estaban en invierno, la primavera de a poco hacia su aparición en forma de una llovía fuerte, que ella estaba lista para rendirse y unirse con su padre en la otra vida a. . la espera que también se le uniera su hermanita al poco tiempo, fue en ese momento, cuando creía que todo había terminado que recibió un hermoso regalo y le dio el aliento a seguir intentándolo. Ella nunca olvidaría ese día, no solo por lo que significó para ella, sino también porque ese día adquirió una deuda tan grande que nunca supo cómo pagarla.
Es por eso que para ella era muy importante que tuvieran suficientes cosas para el invierno, y Gale sabia la importancia de eso, aunque nunca le conto la historia de cómo termino sobreviviendo ella y su familia a ese invierno (ya que era algo en lo que Katniss consideraba muy personal por alguna razón, por lo que no se lo dijo a nadie, ni siquiera a su hermana y mucho menos a su madre), y él entendía lo importante que era. Por lo que ella se estaba empezando a molestar de encontrar a su amigo tan distraído en ese día, cometiendo errores de novato, como pisar sin querer una rama en la cual alteraba a la presa de su presencia y salía corriendo sin que ellos pudieran ni siquiera. . tirar una flecha, o hacia mal los nudos de sus trampas, haciéndolas inservibles si los animales pasaban por ellas, incluso comenzó a confundir las yerbas que recolectaban para la madre de Katniss usara en sus brebajes y tónicos. Él siempre se disculpaba y juraba que lo haría mejor, ella trato de ser compresible, de no molestarse tanto y no desquitarse con él por la mala cazaría que estaban teniendo, pero de nuevo, tener paciencia y no enojarse no eran cualidades fuertes de ella.
Todo culmino cuando Katniss por fin logro encontrar el rastro de un animal grande, muy grande, y convenció a Gale a que lo seguirían con la esperanza de poder llevar algo lo suficiente grande para compensar el día horrible que estaban teniendo, Gale ganó coincidiendo con ella. . . Rastrar al animal no fue difícil una vez que se orientaron, el rastro se hiso más fresco, ya media que se acercaban era obvio que el animal que estaban persiguiendo era un ciervo adulto bastante grande, eso los emociono a ambos, con un animal así de grande podía comerciar con Cray por un buen precio, también podía ir a la carnicería del pueblo quien no podía rechazar un pedazo de carne tan bueno y fresco, y si sobraba algo bueno de eso podía comer eso las dos familias.
Era una buena oportunidad y no podía desaprovecharla, por lo que los dos se pusieron serios y trataron de acercarse al animal haciendo el menor ruido posible. Todo iba bien, tenía al ciervo en la mira, era un enorme ciervo macho con astas igualmente grandes, se encontraba tranquilo comiendo pasto, sin sospechar de los dos cazadores que se encontraban agachados escondidos entre los arbustos. Katniss analizo la situación, viendo cómo sería la mejor manera de matarlo, al ser un animal tan grande necesitaba un tiro muy preciso, no tenía muchas oportunidades ya que si fallaban, este saldría corriendo y no había forma que ninguno de los dos alcanzara a un ciervo corriendo, por más si este se encontraba herido, lo que habilitaba a que otro animal terminara la cazaría para cuando ellos volvieran a encontrar el rastro. Tenían que estar sincronizados y concentrados, dar tiros precisos y no detenerse hasta que el animal callera. Ella estaba examinado el entorno, viendo donde se podía hacer el mejor tiro, donde el sol no los molestara ya la vez el viento no tenía que delatar su olor, ambos se dirigieron sigilosamente a un punto óptimo. El plan era que ella disparara primero al ser la que tenía mejor puntería y recargaba más rápido, Gale estaría listo para respaldarla si el tiro no fuera letal, dándole tiempo a ella a recargar y volver a intentarlo.
El plan no era nuevo, tampoco era el primer ciervo que cazaban, por lo que era la estrategia que siempre tomaban cuando tenían la oportunidad, Katniss creyó que los dos estaban en la misma página, por lo que ella no cabía de la sorpresa cuando él dispara antes de que incluso ella pudiera terminar de apuntar, y para el colmo ni siquiera logro ni tocar al ciervo, ya que la flecha viajo por encima de este, casi rosándolo y clavándose con fuerza en el árbol que estaba por detrás. Katniss no pudo más que abrir completamente los ojos mientras veía que el ciervo era alertado de su presencia, quien se estaba preparando para irse corriendo, ella tarto de reacción con rapidez también, pero con la sorpresa que le dio cuando ni siquiera estaba lista, apenas Pudo apuntar y darle al ciervo en el hombro, una herida grave, pero no lo sufrió para detenerlo mientras salía corriendo. Ambos trataron de recargar y volver a disparar, pero por más flechas que lanzaran, el ciervo pudo esquivarlos y perderse en los bosques antes que alguno diera en el blanco.
Katniss no lo podía creer, su presa se había escapado casi sin un rasguño, sin posibilidad de seguirle el rastro y terminar lo que habían comenzado, ya el día fue un desastre en sí, apenas habían podido cazar un par de ardillas y un conejo con algunas aves pequeñas, apenas alcanzaba para alimentarlos, mucho menos podía ir al Quemador a hacer intercambios. Ella sabía que había días malos de caza, ya habían tenido días así, en donde por más que lo intentaban no tenían la suerte en atrapar muchos animales, esos días malos solían hacer algo para relajarse y volver a subir el ánimo antes de seguir intentándolo. Pero en ninguna de esas veces fue por culpa de que alguno de los dos estaba misteriosamente distraído en cosas que el otro no tenía ni idea. Esto era lo último que su paciencia aguantaba, por lo que no era extraño que estallara por fin.
_ ¡¿QUÉ MIERDA TE PASA?! _ gritó exasperada, poniendo al frente de él mientras le pegaba con fuerza en su pecho.
_ Lo siento, lo siento. Creí que ya estabas lista. _ trato de tranquilizarla él, queriendo atrapar sus manos para que parara con los golpes, estaba bien que él tenía más fuerza y aguantaba más, pero sí que golpeaba fuerte cuando estaba enojada.
_ ¿Qué estaba lista? ¿Lo dices enserio? _ se detuvo solo para darle una de las miradas más asesinas que alguna vez le dio a alguien hasta ese momento. _ ¿En que estabas pensando? Sabias cual era el plan, el que siempre seguimos cuando vemos una presa grande, no es la primera vez que cazamos un ciervo.
_ ¿El plan? _ pregunto desconcentrado. Ella lo miro con sorpresa y más ira la llena.
_ Estás de broma ¿verdad? El plan que siempre seguimos en estos casos, ya sabes, el que yo me preparo para disparar primero mientras tú estás listo para un segundo disparo por las dudas, todo para que yo tenga otra oportunidad con otra flecha. _ ahora fue Gale el sorprendido.
_ Yo…creo que se me olvido de eso. _ dijo en un murmullo apenas oíble, avergonzado aún más porque ella tenía razón, tenía un plan y él lo arruinó, por decirlo levemente.
_ ¿Qué se olvidó? ¿Así nada más? ¿Qué? ¿Te golpeaste en la cabeza y no me lo mencionaste? ¿Es por eso que parecía un novato durante todo el día? _ hablaba con burla y sarcasmo, pero no ocultaba la furia que tenía en el momento.
_ ¿Novato? ¿No te parece un poco exagerado? _ ahora era Gale el que se estaba enojando, siempre tendía a molestarse mucho cuando se cuestionaba su habilidad en la caza.
_¡SI! ¡Como un novato en su primer día de caza! _ enfatizo cada frase con una apuñalada de su dedo en el pecho de él. _ ¡Pinzando ramas que suenan y espantan a los animales! ¡Confundiendo plantas que hemos recolectado un millón de veces! ¡Ni siquiera pudiste poner una de tus propias trampas! ¡Las que tú mismo diseñaste!
_ ¡OYE! ¡Eso no es cierto!
_ ¿Qué no es cierto? Tuve que llamarte a atención como tres veces para que reaccionaras y pudiéramos tener algo decentes para llevar a casa.
_ Eso fue porque estaba viendo otras cosas. _ justifico él con seriedad, pero en su interior estaba luchando con un sonrojo que quería ganar la batalla. Era cierto que estuvo distraído todo el día, pero ella tenía la culpa, por verso tan hermosa estando rodeado de la naturaleza, con su porte letal de cazadora experta, con el arco y la flecha listas para dispararse en el corazón, para luego llevárselo como su premio de caza ¿Cómo era posible que él se concentrara con semejante mujer a su lado? Él seguía siendo solo un hombre.
_ Estas pensado en otras cosas, queras decir. _ acuso ella. _ Has estado así durante meses, y he sido paciente contigo, pero ya no lo soporto más ¿Qué es lo que está ocupando tu mente todo este tiempo? _ Gale inmediatamente se puso nervioso por la pregunta, ella no podía saber que él cada vez estaba perdiendo más la cabeza por ella, que ya no podía sacarla de su mente, que contaba los minutos para volverla a ver de nuevo.
_ No sé de qué estás hablando. _ desvió la mirada tratando de esconder el sonrojo que había ganado la batalla finalmente y se estaba formando en sus mejillas.
_ Sabe perfectamente de que estoy hablando. _ lo miro fijamente con toda la seriedad e ira que era capaz de mostrar en sus ojos grises.
_ Oye, sé que no he estado en mi mejor momento, pero te prometo que voy a mejorar.
_ Eso dijiste la otra vez, y la vez anterior a esa, y la anterior a esa también. Ya no me engañas más. Dime en que estas distraído ¿Paso algo?
_ No pasó nada.
_ ¿Les paso algo a Hazelle oa tus hermanos?
_ No.
_ ¿Le debes dinero a alguien?
_ ¡No! ¿Cómo crees?
_ ¿Te peleaste de nuevo con alguien?
_ No me he peleado con nadie desde antes de tu cumpleaños.
_ ¿Es una chica?
_ ¡NO! _ esta vez su expresión cambio de molesto a nervioso en un segundo.
_ ¡Es una chica! _ exclamo ella, contenta de que por fin poder saber qué le pasa a su amigo.
_ ¡Que no es ninguna chica! ¡Ya déjame en paz! _ mintió él, tratando desesperadamente de que no sospechara nada.
_ Y si no es una chica ¿Qué es? _ ella no le creyó ni por un segundo.
_ ¡¿Cuantas veces tengo que decirte que no me pasa nada?!
_ Gale, tú sabes que te tengo más confianza que a nadie que haya conocido. _ comienza a decir ella, ya harta del ida y vuelta del cual estaban hasta ahora. _ Sabe que me cuesta confiar en alguien. He respetado tu privacidad y no te he juzgado o metido en tus cosas, sin importar qué fuera. Lo he hecho cuando te has llevado a la mitad del Distrito al montón de escoria. _ él abrió muchos los ojos, no sabía que Katniss supiera de sus aventuras con otras chicas, no es que lo hubiera mantenido en secreto, después de todo él era muy conocido entre las jóvenes, y las no tan jóvenes, pero siempre tuvo la impresión. . de que Katniss era demasiado inocente como para entender lo que hacía. Obviamente estaba equivocado. _ No te dije nada cuando ibas a ver a mi madre, todo lastimado, después de organizar junto con otros chicos de la Veta una pelea con los hijos de los Comerciantes. Hasta no te he criticado cuando activamente buscas enojar y pelearte con tu supuesto adverso de clase, Rye Mellark, el cual solo te sigue el juego para divertirse a tu costa, ya que le importas una mierda la supuesta competencia que tu tan insistentemente quieres convencer a todos de tienen. _ se detuvo para recuperar el aire que se le faltaba en los pulmones, dándole tiempo a él para adsorber las palabras que ella dijo.
_ He sido paciente y compresiva todo este tiempo, _ continuo ella. _ porque tengo la confianza de que, si fuera algo realmente importante, me lo dirías, y si no lo has hecho, entonces asumo que no dejaras que esto influya en nuestra caza. Tu más que nadie sabe lo importante que es para mí estar bien preparado para el invierno. Pero lo que sea que sea que te tiene distraído ¡Creo que tengo el derecho de saber qué te está pasando! _ término con exasperación al final.
Gale debía admitir, muy en el fondo de él, que ella tenía razón, que le debía una explicación de lo que le estaba pasando o como mínimo decirle parte de la verdad, omitiendo el papel que ella tenía en su problema, pero el hecho de que todavía no quería admitir lo que sentía y que recién ahora se daba cuenta que ella siempre supo de todas las cosas que hiso y que creyó que nunca estuvo enterada, sumado a que todavía estaba enojado por su fracaso por la cazaría y que ella tan abiertamente cuestiono sus habilidades; Llevo a que actuara de la forma más irracional en la que pudo actuar.
_ Ya te dije que no me pasa nada. _ respondió con fastidio, y logrando que Katniss no lo pudiera soportar más.
_ ¡ERES UN IDIOTA!
_ ¡Y tú una entrometida!
_ ¡No puedo creer que te confesara la confianza que te tengo y tú me pagaras así! ¡Dime lo que te pasa o te juro que…!
_ ¿Qué me juras qué? _ interrumpió él con desafío, ella le respondió entrecerrando los ojos para mirar directamente a los suyos.
_ O me dices lo que te pasa, o te juro que no vuelvo a cazar contigo nunca más. _ amenazo con seriedad, no retrocedió ante el desafío.
_ ¿Y se suponen que eso es una amenaza, Catnip? _ pregunto con burla, mostrando lo poco intimidando que se encontró.
_ Sin mí, no lograrías cumplir con la cuota de la semana. Me necesitas. _ devolvió el desafío, tomando una postura con los brazos cruzados y apoyando la mayor parte de su peso en una pierna.
_ Por favor Catnip, tu no lo lograrías sin mis trampas, no puedes estar cazando con el arco todo el tiempo, necesitas de mis trampas para atrapar animales mientras no puedas estar en el bosque, lo necesitas más de lo que yo necesito tus arcos y flechas.
_ ¿Disculpa? Tus trampas no son mejores que mi puntería, yo cazo más y soy más eficiente, siempre le doy en el ojo, lo que hace que haya menos desperdicio, con tus trampas casi siempre tenemos que tirar una extremidad porque están tan destrozada que no vale la pena conservarla.
_ Ni que fueras tan buena. Yo puedo disparar igual de bien, incluso mejor. _ ya estaba blofeando, él sabía que lo estaba diciendo era una completa mentira, no había forma de que él fuera mejor con el arco y la flecha, era bueno, pero no tenía nada que ver con ella ya que era la mejor de todos, nadie se le comparaba. Pero la discusión hacía rato que dejo de ser racional.
_ ¿Tú? ¿Mejor que yo? No me llegas ni a los talones, soy la mejor y te pesa que no puedas alcanzarme.
_ Sí, porque te fue muy bien con el ciervo que se te escapó. _ dijo sarcásticamente. Eso toco un botón sensible en ella.
_ Lo del ciervo fue culpa tuya.
_ ¿Realmente fue mi culpa? ¿O será que la gran cazadora Katniss Everdeen no es tan buena como tanto presume?
_ Retrátate. _ su voz tomo un tinte amenazante.
_ Jamás. _ él no dio marcha atrás.
Ella solo se lo quedó mirando a los ojos, esperando ver si cambiaba de opinión, pero obviamente no lo iba a hacer. Soltó un grito de frustración antes de saltar encima de él, logrando que perdiera el equilibrio y callara al suelo con ella encima. Katniss no se inmuto por la caída, simplemente se dedicó a golpearle el pecho con ira.
_ ¡Ya! ¡Déjame! ¡Katniss! _ trato de sacarla de encima de él. En otro momento estaría más que contento de tenerla de esa forma, retorciéndose como loca, pero sus golpes eran demasiados fuertes para una chica tan delgada y pequeña. Ella siguió hasta que ya estaba tan cansada que no podía seguir golpeándolo. Con las pocas fuerzas que le quedaban se levantó de él, dándole la oportunidad de que él haga lo mismo.
_ Eres un idiota. _ dijo sin aliento cuando estuvo de pie nuevamente, acentuando cada palabra con una apuñalada con el dedo. _ No quiero volver a verte hasta que te disculpes, admite que mi puntería es la mejor y me digas qué carajos te está pasando. _ termino, y comenzó a alzar sus cosas para irse.
_ Ya te dije que no me pasa nada, y ya quiero ver cuánto duras sin mí. _ insistió tercamente Gale, agarrándose de su orgullo para no ceder ante ella. Se quedó mirando como recogía todo, dividía de forma justa lo poco que habían conseguido en el día, y comenzó a hacer el recorrido de vuelta al Distrito sin detenerse a mirarlo ni una sola vez.
Para cuando desapareció de su vista, su cabeza comenzó a funcionar correctamente otra vez, dándose cuenta de que ella tenía razón, era un idiota ¿Cómo se las arregló para cagarla tanto? Ni siquiera sabía cómo inicio todo y cómo escalo tanto. Trato de hacer memoria de la discusión, pero tenía alterados los recuerdos de lo que había pasado, no podía confiar en el orden o si contaba con toda la discusión. Lo único de lo que estaba seguro era que todo comenzó por el estúpido ciervo que se negoció a morir. Si hubiera apuntado bien, el ciervo estaría muerto, Katniss no se hubiera enojado tanto, y ahora estarían destripándolo para poder venderlo en el Distrito, pero no, en su lugar él estaba ahí solo después de que su amiga lo mandara prácticamente a la mierda. Apenas tenía para alimentar a su familia ese día, lo que lo iba a obligar a compensarlo con la caza del día siguiente, en el cual debía cazar por los dos días.
Decidió seguir el ejemplo de Katniss y irse a casa. No estaba de humor de seguir en el bosque en ese momento, solo quería volver a su casa y pensar en la forma en la que iba a solucionar todo este desastre. No tenía ni planeado el dejar de ser amigo de Katniss, la razón por la que él había estado tan distraído fue justamente por los sentimientos que cada vez se hacían más fuertes, sentimientos que nublaba su cerebro y no lo dejaba pensar bien. Pero ahora no quería pensar en eso, solo quería volver con su familia. Recogió todo lo que quedaba y se dirigió al borde del bosque, donde escondían los arcos y las flechas, luego paso la cerca y se fue directamente a su hogar.
Al llegar todavía estaba molesto por lo que paso, y el que lo recibiera su madre preguntándole por qué había llegado tan temprano, no ayuda a su humor. Gruño una respuesta rápida dándole a entender que no quería hablar de eso antes de irse a su habitación que compartía con sus hermanos para cambiarse y tirarse a la cama. Hazelle tomó la bolsa en la que su hijo con la que iba al bosque, mientras veía cómo se iba a su cuarto dando pisoteadas fuetes, confirmando lo malhumorado que estaba. Algo había salido muy mal si Gale se encontraba de esa forma, y debía ser en el bosque ya que todavía era muy temprano para que tuvieran tiempo de hacer los intercambios, lo que se podía asumir que probablemente todo tenía que ver con Katniss. lo cual Era curioso, ya que, en los últimos meses, siempre que su hijo salía con ella para hacer cualquier cosa, volvía más alegre y relajada, casi parecía tener una expresión de soñadora.
Hazelle era una mujer tranquila, parecía ser el tipo de mujer que no notaba a las personas que estaban a su alrededor, alguien que era muy retraída y apartada de todos, pero lo cierto era que ella tenía un agudo sentido de la observación y podía analizar. . de forma correcta a las personas, con solo ver algunas cosas de ellas, podía concluir levemente lo que le sucedía y medianamente cuál era su problema. Solía compartir estas conclusiones que su amiga más reciente, Violet Everdeen, en las tardes en las que se hacían compañía y hablaban de todo tipo de cosas, con el objetivo de hacerse compañía y compartir sus vivencias al ser dos viudas con hijos adolescentes que iban al bosque a cazar. Pero nada de eso era necesario para saber lo que le pasaba a su hijo mayor, ya que para ella era bastante obvio lo que pasaba por su mente, una madre sabe distinguir cuando su hijo está enamorado. No fue un descubrimiento muy difícil de revelar, que su hijo, el cual era reconocido por todo el Distrito por ser el joven de la Veta más serio que había, el que tenía reputación de casanova (sí, Hazelle sabía de las aventuras de Gale ¿ ¿Quién no lo sabría en todo el Distrito? La única razón por la que no intervino fue porque para cuando se enteró, él ya estaba muy metido y no sabía cómo sacar el tema y que decirle al respecto, y como parecía que tenía todo bajo. control, no insistió más en. eso, esperando que cuando estuviera listo le hablaría de eso), el chico que nunca tuvo una sonrisa soñadora en su vida; de golpe parecía que no podía dejar de sonreír, se volvió más cariños con todos (en particular con sus hermanos y su madre) y cuando se encontraba muy concentrado en algo, entonaba una melodía que tarareaba o murmuraba suavemente sin que se diera cuenta. No necesitabas saber mucho para asociar esos síntomas, y otras más menos notorias, con caso grave de enamoramiento juvenil.
Y tampoco necesitabas más para saber hacia quien estaban dirigidos esos sentimientos. Por su reputación, era obvio que no cualquier chica era capaz de captar el interés real de su hijo, un interés que sobreviviera a una salida de un día. La jovencita que lo lograra tenía que tener algo especial para que llamara su atención de tal forma, no del común de las chicas con lo que generalmente frecuentaba. Y solo había una chica de la cual Gale se juntaba más, la única que se le había parado de frente y no permitía que se saliera con la suya, la única que lo había apoyado cuando más lo necesitaba y que a su vez busco su consuelo. . cunado ella lo requería, la única que competía con él en ver quien era más terco. Y esa era Katniss Everdeen. A Hazelle le agradaba la chica, tenía un carácter fuerte y una voluntad admirable, y mientras otros de su edad iban tonteando con cosas pequeñas, ella solo tenía en mente hacer lo mejor para su familia, Hazelle valoraba mucho su compromiso con la familia, ya que era lago que para la matriarca era muy importante y se encargó que su propia familia lo valorara también. También le agradaba la forma en la que no cedía a su hijo, ella amaba a su hijo mayor, pero hasta una madre tenía que admitir que el carácter mandón que tenía hacia muy difícil relacionarse con él; Se necesitaba que una chica igualmente fuerte tuviera el valor de bajarle los humos, y Katniss había tomado el papel sin pensarlo.
Y aunque sabía que la misma chica tenía sus defectos, como el mismo humor gruñón que su hijo, o como parecía que estaba tan metida en salvar a su familia que no prestaba atención a lo que la rodeaba, o como tenía la manía de que cuando Se enojaba no pensaba mucho en las consecuencias. Pero en realidad le caía bien la chica, y es por eso que no le sorprende que la cabeza dura de su hijo por fin callera en cuanta de lo que ella y su amiga Violet ya veían venir desde hace tiempo. Ellas sabían que ellos se necesitaban mucho, no solo para sobrevivir, sino también porque se entendían como nadie más jamás lo haría y ese tipo de vínculos solía llevar a que pasara a ser más que amigos. Era obvio que a Katniss todavía no le caía la ficha, pero su hijo ya estaba metido en todo eso, tanto que él no se dio cuenta que dejo de ir al montón de escoria desde hace casi tres meses. Estaba feliz de que Gale por fin quisiera sentar la cabeza, esas salidas con otras chicas tenía que terminar de una forma o de otra por su bien, y era bueno que por fin encontrara a una chica que por fin lo interesara de verdad. La situación seria mejor si fueran almas gemelas, pero hasta ella debía que admitir que por más que ellos eran tan compatibles, quizás eran demasiados parecidos y como almas gemelas ella sentía que les faltaba algo, algo que nunca podía terminar de descubrir que era.
Y con todo esto podía concluir que la razón por la que su hijo mayor parecía estar haciendo un berrinche en su habitación, es porque se había peleado con su amiga. Hazelle decidió darle algo de tiempo a Gale para que se calmara un poco, y se fue a la cocina para ver que había traído de la caza. Al examinar lo pequeño que era el botón le dio una idea de que fue la pelea. Para cuando estaba terminando de hacer el almuerzo, fue cuando también salió su hijo de la habitación y la acompañaba en la cocina mientras ella terminaba de hacer la comida.
_ ¿Dónde están todos? _ pregunto al notar que la casa estaba casi vacía si no fuera por ellos dos.
_ Rory está con Prim y otros amigos haciendo anda uno a saber, y Vick está en la casa de Liam, a la noche hay que pasarlo a buscar. Posy está durmiendo en mi pieza. _ Gale realizó en compresión antes de quedarse en silencio de nuevo. _ ¿Vas a decirme por qué estás tan molesto o vamos a simular que nada te pasa?
_ ¿No me digas que tú también vas a empezar con el tema también? _murmuró despacio, tanto que su madre casi no lo entendió.
_ ¿De qué hablas?
_ No, nada, no dije nada. _trato de corrección. _ Es solo que Katniss estuvo toda la mañana preguntándome sobre que me pasaba, y cuando conteste que nada, se enojó conmigo. _ su madre alzó una ceja cuestionando su respuesta.
_Claro ¿Y estás seguro de que eso fue todo lo que pasó?
_ Si... _ vio que la ceja de su madre se alzaba más y le daba una mirada expectante. _ Bueno... puede que eso no fuera todo, puede que haya pasado más, pero no sé cómo explicarlo.
_Trata desde el principio, quizás así podríamos ver porqué ella se enojó. _ respondió con paciencia.
_Es que todo fue muy raro y rápido. Primero estaba molesta porque yo estaba muy distraído y no estábamos teniendo una buena casería, luego encontramos un ciervo grande y quisimos atraparlo, pero yo me equivoqué y disparé antes de tiempo, por lo que el ciervo se escapó, y desde ahí todo se pone confuso. . Recuerdo que ella insistía en que le contara lo que me pasaba, a lo que yo me negué porque de verdad que no me pasa nada, entonces hablo de la confianza que me tiene y de la nada saco a decir que sabía muchas cosas que se suponía. que no debía saber, como mis peleas con los Comerciales y cosas así, a lo que me pareció malo, ya que son mis intimidades y no se supone que lo supiera. _ su madre por algún motivo puso los ojos en blanco ante lo dramático que sonaba su hijo, ya se imaginaba a qué otras cosas se refería, y tampoco era como si el Distrito no supiera de todas esas cosas de las habladas. _ Luego volvió a preguntar que me pasaba, y ahí creo que se enfadó más. Dijo cosas como que parecía un novato en su primer día de casería, que mis trampas no eran la gran cosa, que no llegaría a cubrir la cuota de la semana sin ella, y amenazó con no hablarme nunca más si no le decía que me pasaba. . Estuvo muy insistente con eso, no sé por qué. Yo le respondí que no de nuevo, y ahí como que me mandó a la mierda prácticamente, alzó sus cosas y me dijo que no le hablara hasta que me disculpara. Eso es lo que me acuerdo medianamente. _ su madre se lo quedó mirando, analizándolo a él ya lo que dijo.
_ ¿Y estás totalmente seguro de que fue todo lo que sucedió? _ lo miro fijamente, queriendo sacar una confesión.
_ Bueno... _ admitió al final, sabiendo que si madre lo había atrapado. _ puede que yo haya insinuado... que... ella no es tan buena con el arco... y que mis trampas... son mejores que su puntería... y... que yo soy mejor que ella con el arco.. . pero no estoy seguro_ termino mirando a otro lado, disimulando la vergüenza que le daba admitir cuentos esas cosas.
_ Gale. _ regaño ella.
_Bueno puede que si haya dicho esas cosas ¡Pero ella fue la que inicio todo! ¡Y me provoco llamándome novato y amenazándome con no volver a cazar conmigo!
_ ¿Y se supone que eso lo justifica? ¿Quién es el mayor de los dos? ¿Tu o ella?
_ ¿Yo?
_ ¿Entonces porque te comportas como si tuvieras la edad de Rory? Hasta él había llevado mejor la discusión. Me extraña que no te haya dado una golpiza por como la trataste.
_Bueno... _ su madre soltó una fuere carcajadas ante lo nervioso que se mostraba Gale.
_ Sea lo que te allá hecho, te lo merecías.
_ ¿Podrías al menos fingir que estás de mi lado?
_ Siempre estoy de tu lado, cariño, pero a veces eres un idiota. _ Gale rodeo los ojos.
_ Qué curioso, Katniss me llama así varias veces.
_ Por algo será, hijo mío. _ Hazelle paso una mano por su mejilla con cariño. _ ¿Ahora, porque no me ayuda a poner la mesa y seguimos está conversación ahí? No creo que Rory venga a almorzar, así que creo que seremos nosotros dos y Posy nada más. _ Gale asistió en acuerdo y comenzó a armar la mesa para ellos tres.
Una vez que termino, su madre le dio la comida para que también la pusiera en la mesa mientras ella iba a despertar a su hermanita. Cuando ya estaba tres en la mesa y con Posy entretenida con su plato, siguió hablando.
_ ¿Por qué crees que ella se enojó? _ pregunto Hazelle.
_ No lo sé. Creo que porque el ciervo se escapó.
_ No creo que sea solo por ese hijo, inténtalo otra vez.
_ Pero fue por eso que comenzó la pelea.
_ Puede que haya comenzado por eso, pero no quiere decir que fuera por eso ¿Entiendes?
_ …No, no lo entiendo. _ la miro con conjunción. Ella puso los ojos en blanco.
_ Hijo, hay veces que las peleas se desatan por algo que paso en un lugar o momento preciso, pero muchas veces es solo el detonante que hiso que todo saliera, omitiendo que los problemas ya estaban debajo de todo eso. Y yo creo que este es uno de estos casos. Así que, ponte a pensar por qué ella estaba tan enojada.
_ ¿Por qué sospecho que ya sabes la respuesta?
_ Porque soy mayor que tú y más listas, así que tengo una sospecha de lo que le pasa.
_ ¿Y por qué no me lo dices y así puedo solucionar todo esto más rápido?
_ Porque tú tienes que encontrar la respuesta y así ver si aprendes algo bueno de todo esto.
_ ¿Aprender qué?
_ No lo sabremos hasta que lo aprendas. No puedo darte las respuestas hijo, pero puedo guiarte hasta ahí.
_ No lo haces fácil. _ se quejó él.
_ No se supone que sea fácil, sino que funcione. _ Gale rodeo los ojos.
_ Está bien ¿Por qué se pudo enojar ella? _ se detuvo para pensar en la pregunta. _ ¿Fue por las cosas que dije sobre no ser una buena cazadora? _ su madre le una pequeña sonrisa divertida a su respuesta.
_ No fue eso, pero de seguro que no ayudo. _ él pensó un poco más, y cuando se asoma a una posible respuesta, se sonrojo y trato de hacerse el tonto.
_ No se me ocurre nada más. _ no queriendo confrontar la respuesta.
_ Hijo, si quieres solucionar todo con Katniss, vas a tener que enfrentar estas cosas. Ella no va a querer contigo hablar hasta que lo resuelvas, y si hay alguien que puede ser más necio que tú, esa es Katniss.
_ Pero yo no quiero hablar de eso con ella. _ dijo mirando a su plato para que no notara su vergüenza. Ella toma su mano sobre la mesa, tratando de darla fuerza.
_ Es mejor que pruebes diciéndomelo a mí antes que a ella ¿No crees? _hablo con dulzura. Él soltó un suspiro fuerte antes de armarse de valor.
_ Ella se enfadó porque estoy muy distraído cuando estoy cerca de ella, y por eso arruiné la cazaría de hoy, no solo lo del ciervo, sino también porque no pare de equivocarme con todo, pareciendo un novato. _confeso al final.
_ Bien ¿Y por qué más se enojó? _ insistió ella.
_ Porque ella me pregunto muchas veces que me pasaba y yo me negué a decirle la verdad.
_ ¿Y por qué no quisiste decírselo? _ empujo un poco más.
_ Mamá en serio que no quiero hablar de eso.
_ Hijo, no hay nada que puedas decirme, que yo ya sospeché. _ Gale lo pensó un poco antes de responder.
_ Porque… porque creo que la amo. _ dijo por fin, y una vez que empezó, no pudo detenerse más, se sintió libre de que por fin podía hablar con alguien de lo que le estaba pasando. _ No puedo sacarla de la cabeza, cada cosa que me hace sacar el aliento y me deja embobado. Es tan asombroso y valiente, es capaz de enfrentarse al mismísimo Presidente Snow si es por el bien de su familia. Y no sabes lo hermosa que se ve en el bosque, parece una diosa de la caza, es muy difícil no quedarse mirándola todo el tiempo. Me he estado ahogando en estos sentimientos desde hace meses. Me está volviendo loco, todo lo que quiero es estar más cerca de ella. Pero se lo que ella piensa sobre las parejas. Y también he tratado de encontrar una manera de descubrir si es mi alma gemela, porque no quiero arriesgar nuestra amistad sin saber si compartimos la misma marca, pero no puedo encontrar una forma de poder hablar de eso sin que se vea sospechoso el asunto. Son muchas cosas las que tengo en mente, como para concentrarme en cazar. _ termino casi sin aliento.
_ Bien hecho hijo, has descubierto la respuesta, estoy orgullosa de ti, amor. _ dijo su madre mientras se levantaba de la mesa para abrazarlo. _ Ahora tienes que descubrir que vas a hacer.
_ ¿Cómo resuelvo todo esto?
_ Eso es algo de lo que tendrás que descubrir tu solo, cariño. _ su hijo soltó un gemido en protesta. _ Pero estoy seguro de que encontrarás la solución. Sacarte la inteligencia de tu padre, no solo para hacer nuevas trampas, sino también para poder resolver estos problemas. Sé que lo lograrás. _ termino dándole un suave beso en su cabeza. _ ¿Por qué no vas a descansar? Yo me encargo de todo, tomate todo el fin de semana para pensar tranquilo ¿Okey?
_ Está bien. _ acordó él, pero cuando se levantó de la silla y estaba por irse a su habitación, ella lo detuvo un momento.
_ Y otra cosa amor.
_ ¿Sí?
_ Si ves que Katniss te hace feliz, entonces no deberías preocuparte por si es tu alma gemela o no. _ él la miro confundido. _ Que tengas un alma gemela, no quiere decir que tengas que detener tu vida hasta que aparezca. No te sientas mal por querer estar con alguien que no lo es, si ella te hace feliz y te gusta estar con ella, entonces no dejes que eso los detenga. La vida es muy corta para esperar a que el destino decida actuar, a veces conviene tomar las riendas tú mismo, e ir hacia a dónde quieres ir, que puede ser donde el destino quiere que vallas o no, que eso no te preocupes. Si tú y Katniss deciden darse una oportunidad a pesar de que no compartan sus marcas, entonces sigan adelante, y si sus almas gemelas aparecen en algún momento, bueno, ya lo van a solucionar, no vale la pena adelantarse a los problemas que no sabes. si van a pasar. Cuando se es joven se suele pensar que se puede adelantar al futuro, pero lo cierto es que no se puede prevenir, no se controla, lo único en lo que vale la pena enfocarse y esforzarse es en el presente, el ahora, y si es a ella la que quieras ahora, entonces ve a por ella. Solo recuerda que ella también tiene derecho a no estar de acuerdo contigo por diversas razones, y si no quiere recorrer el mismo recorrido que tú, no te lo tomes a pecho y sigue con tu vida respetado sus deseos ¿Entiendes?
_ Si mamá, lo entiendo. Gracias por el consejo. _gradeció con sinceridad.
_ Bueno, ahora vamos a descansar.
_Gracias. _ se fue después de que le diera un beso en la mejilla a su madre.
Gale tenía mucho que pensar, y se le ocurrió que sería un fin de semana muy largo. Paso la mayor parte del tiempo en su habitación pensando, a media tarde llego Rory, quien no paro de contarle a su madre de las aventuras que había tenido con sus amigos. Unas horas antes de la cena, Gale queriendo despejarse un poco, se ofreció a buscar a Vick de la casa de su amigo mientras permitía a su madre hacer la cena. Se pasó todo el camino de vuelta a su hogar escuchando todo lo que su hermanito había hecho en el día, lo cual le fue muy refrescante a Gale ver el entusiasmo infantil que tenía al relatarlo todo. Cenaron con tranquilidad los cinco, y al terminar, su madre le pidió que cuide a Posy mientras se daba un baño rápido, por lo que paso el rato entreteniendo a su dulce hermanita, asiéndola reír y jugando con las pocas muñecas de tela que tiene. Para cuando terminó la noche y estaba en su cama, refecciono sobre su día, no estaba más cerca que antes de resolver su problema, pero al menos no se sentía tan mal como antes, debía admitir que, gracias a su familia, pudo relajarse y Sintiéndose mejor, fue lindo para él darse cuenta de que sin importar lo que pasara, siempre podía contar con su familia para hacerlo sentir bien.
El día siguiente no fue mejor para solucionar su situación, ni el que le siguió, ni el otro. Fue una semana dura pare él, el ir al bosque sin su compañera de caza no facilito el que pudiera cumplir la cuota de la semana, si bien sus botines no fueron tan pequeños como ese primer día, tampoco eran tan abundantes como cuando estaba con ella . Puede que ella tuviera razón, realmente la necesitaba más de lo que pensaba, no solo para ir al bosque, sino porque le gustaba mucho hablar con ella, pasar el rato y divertirse juntos. Era obvio que lo estaba esquivando, cuando pasaba durante la semana a buscar a las Everdeen de camino al colegio, ella o ya había salido antes o siempre tenía lago que la demoraba y les pedía que se adelantaran sin ella, dejándolos con Prim, quien al parecer se había enterado de lo que paso porque se volvió más cortante con él, casi lo ignoraba enfocándose a hablar solo con sus hermanitos, y cada tanto le tiraba una mirada sebera; era innegable que por más que Prim fuera diferente a su hermana mayor, seguía siendo una hermana digna cuando se lo proponía, y por más que tuviera un aspecto tan dulce y tierno, eso no evitaba que pudiera ser intimidante o dejar claro un punto.
Ya cerca del final de la semana, no lo soportaba más, necesitaba verla y hablar con ella, pero no podía hacer eso sin disculparse y decirle lo que le pasaba, aunque todavía no podía decirle por qué ya que no estaba listo, a lo que Llevaba que se distanciar más de ella, generando que la extrañara más, y así seguía el círculo. Ni siquiera se la había cruzado en el bosque, él sabía que todavía estaba cazando, pero el bosque era tan extenso y rico en vida en esa época del año, que no había necesidad de que coincidieran en los mismos lugares. Además, ella siempre fue la que conocía más del bosque, la que lo guiaba por los lugares donde era mejor cazar, eso lo aprendió de su padre.
Gale nunca tuvo la oportunidad de conocerlo, ya había muerto para cuando conoció a Katniss, ni siquiera sabía si el padre de él y el de ella se llevaban bien, sabía que eran del mismo grupo de mineros que trabajaban en esa sección de la mina en específico, por eso murieron al mismo tiempo, pero más allá de que eran compañeros de trabajos, no sabía nada más de ellos juntos, por lo que nunca tuvo la oportunidad de conocerlo y hablar con el hombre como pudo hacerlo con los otros amigos de su capellán. Pero Gale todavía recuerda cuando el hombre estaba vivo y se escuchaba todo tipo de rumores sobre el sujeto, nada malvado ya que por algún motivo a todos les agradaba, pero desde que hiso oficial su unión con la hija de los dueños de la boticaria, logrando Que esta fuera expulsada de su casa, Mart Everdeen siempre estuvo en la boca de todos. Se hablaba mucho de él, pero lo que más se destacaba era que era una criatura del bosque, siempre merodeando a su al redor desde temprana edad, perdiéndose en las tierras infinitas armado solo con sus arcos y sus flechas, regresando con las mejores presas que habían cazado en esos tiempos, y lo que más le daba su aire de misterioso era la hermosa voz que se escucha desde el bosque, entonado las canciones más dulces y emocionantes que se pueda imaginar, tan hermosas que hasta los pájaros se callaban para escuchar la Bella voz que conquistaba los corazones de todos; Gale no recuerda si alguna vez tuvo la suerte de escucharlo, pero si escucha el rumor sobre esa increíble voz. No era de extrañar que su hija mayor se le pareciera tanto, al menos en lo de ser una criatura del bosque (Gale nunca escucho cantar a Katniss y nunca escucho que nadie lo hubiera hecho, por lo que consideró que no heredo el mismo talento para cantar), su padre no solo la entreno bien, sino que igual de él, su hija tenía facilidad y atracción al bosque, por lo que aprendió rápido casi todo lo que pudo enseñarle durante los pocos años que estuvieron juntos, cosa que después su hija pudo sacar mucho provecho cuando él no pudo ayudarla más. Por lo que Gale no se sorprendería si Katniss conociera otros lugares buenos para cazar que no le allá dicho a él, evitando a toda costa cruzarlo, hasta podía tener otros lugares donde esconder sus armas.
Tampoco la venía en los pocos días que juntaba lo suficiente para ir al Quemador, lo que le preocupaba un poco por si estaba teniendo la misma suerte que él con su botín, pero se convenció que ella sería capaz de solucionarlo.
Esa semana transcurrió de esa forma, y todo le estaba pasando factura a él. Tanto que para cuando llegó el sábado a la mañana, solo podía pensar en lo mucho que la extrañaba y que ya estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperarla. Ya con la mente fija en esa decisión, se metió más profundo en el bosque, con la intención de pensar en qué iba a hacer y qué iba a decir para que lo perdonara, ya no podía seguir así. Y a media que más caminaba, comenzó a ver un rastro de un animal, parecía ser grande y estar herido, su cerebro entró en modo cazador y con cautela siguió el rastro, encontrándose al final con un ciervo. No cualquier ciervo, sino el mismo ciervo que habían tratado de cazar la semana pasada. Lo reconocí no solo por el tamaño, sino porque en su hombro izquierdo tenía una herida, en la que se podía ver los restos de una flecha. No podía creer que el animal hubiera sobrevivido durante tanto tiempo, al estar herido ya no lo hacía tan eficiente para escaparse de otros depredadores, retrasando su huida a medida que se fuera debilitando. Pero el ciervo había logrado sobrevivir, a pesar de que tenía todo en contra, él seguía vivo, pero no por mucho, la herida ya lo había debilitado demasiado, se lo notaba por los pasos lentos que daba debido a que cojeaba de un pie, y parecía no saber en qué dirección ir, decidiendo descansar en un claro cerca de un pequeño riachuelo, que le facilitaba la comida y el agua. El pobre animal se encontró escondido entre arbustos que camuflaba se figura, Gale casi no lo hubiera encontrado si no fuera que lo había estado siguiendo todo el tiempo. El ciervo se dejó llevar con la calma del bosque con aires de resignación, sabiendo que no le quedaba mucho tiempo de vida por culpa de su herida, había dado una buena batalla contra la muerte, pero ya no podía seguir. De alguna forma Gale también podía saber lo mismo, sus ojos habían sido entrenados para reconocer cuando un animal se rendía a su destino, por lo que sin pensarlo mucho, estiro su arco y apunto hacia el ojo del ciervo. Sorprendentemente este pareció verlo, a pensar de qué el cazador estaba totalmente oculto, pero sintió que sus ojos se enfocaban en los suyos, y en vez de levantarse e irse corriendo, se quedó acostado, mirándolo fijamente, como si lo desafiara a terminar con su vida. Algo dentro de Gale tembló, era estúpido suponer que el ciervo hiciera tal cosa, pero algo dentro de él se sintió diferente cuando disparó la flecha que le dio en el ojo del animal, muriendo en el instante.
Decidió seguir con lo que seguía sin cuestionarse tanto, desangro al animal y pensó en la forma en la que podría llevar al Distrito, pero antes de comenzar, examinar a la criatura. Había sido un hermoso ciervo, grande, con astas impresionantes por su tamaño y por su patrón de las puntas, su pelaje era de marrón claro, con reflejos dorados en donde la luz del sol lo tocaba. Era notable que había sido un luchador, no rindiéndose hasta que se encontró lo suficiente cansado para seguir intentándolo, decidiendo tomar un noble fin. Por algún motivo, el cazador que se encontraba dentro de él sentía lastima del poblé animal, y si bien estaba feliz de que encontró un buen botín que iba a compensar la mala semana que había tenido y que le estaba dando una idea para encontrar el perdón. de Katniss, sintió que era un desperdicio, que le hubiera gustado que las cosas terminaran de otra forma. No sabía que lo llevaba a sentir estas cosas, pero mientras hacia los cortes en los lugares que permitían que el sangrado fuera rápido, no pudo evitar hablarle por alguna razón.
_ Gracias por tu sacrificio, mi familia y la de Katniss también te lo agradecen. Por ti vamos a tener comida en nuestras casas. Espero que estés mejor en donde seas que estés, que tus penas se encuentren ido y que descanses en paz. _ las palabras salían de él sin pensarlo. _Nunca te olvidaré. _ eso último se sintió con más importancia, como si lo peor que le puede pasar al ciervo además de una muerte en vano, fuera el olvido, y por algún motivo Gale no estaba dispuesto a condenarlo a eso.
Ese momento en específico siempre estará presente en la vida de Gale, se sintió mucho más íntimo que cualquier otra caza que allá tenido, sintiendo pena y compasión del pobre animal, pero a su vez no se arrepentía del final que le dio, era un cazador. que necesitaba cuidar a su familia y era un hombre que buscaba el perdón de la mujer que amaba, así que, si para eso tenía que matar a un animal para lograrlo, entonces no se arrepentía, por más hermoso y noble que se viera el animal. . Siguió desangrando el cuerpo mientras sacaba las flechas que tenía en el ojo y en el hombro, guardándolas para limpiarlas y repararlas después. Cuando el ciervo se encontraba listo para ser transportado, se acomodó sus cosas antes de alzarlo lo mejor que pudo e ir a la cerca del Distrito, pasando por el lugar en el que guardaba sus cosas, mismo lugar en el que comenzó a destripar al animal. , tirando lejos las partes que eran desperdicios, separando la piel para ver si le podía dar alguna utilidad más tarde, se detuvo cuando vio las astas, decidiendo guardarlas, no como premio por una buena cazaría, sino como un recordatorio del animal.
Para cuando termino estaba listo para ir primero a su casa ya que su botín era tan grande que no podía vagar por todo el Distrito sin ser obvio de sus actividades ilegales, estaba bien que todos los supieran, pero tampoco lo iba a ser tan evidente como para causar problemas innecesarios, pero lo que si hiso fue ir sacando de apoco los trozos de carnes, comenzando con las mejores partes, las cuales el llevo a la Cede de los Agentes de la Paz, lugar en los estos vivían, para ofrecerlas al Jefe de los Agentes, Cray, quien pago un buen precio por muchas de las piezas. Al estar en el lugar llama la atención de otros agentes, quienes no dudaron en comprarle los trozos no tan buenos que le quedaban del ciervo. Volvió a su casa a recargar y esta vez le ofreció a la carnicería del pueblo lo que le quedaba del animal, y tras una negociación muy dura en la que ni la carnicera ni él querían ceder fácilmente, logro sacar un buen precio. Le sobraron unos pocos trozos del animal, pensó en si valía la pena ir al Quemador a venderlo por un precio menor del que salía o si convendría quedárselo, y tras analizarlo bien, decidió que podía quedarse una parte y la otra dárselas a las Everdeen. En su lugar fue al Quemador con los otros animales que había cazado antes de encontrarse con el ciervo, esos eran más fáciles de vender a un precio justo. Para cuando termino de hacer todos sus intercambios, se encontró con una buena bolsa de dinero y con suficiente comida para alimentar abundantemente esa noche a dos familias.
Una vez que descubrió que todo estaba listo, decidió tomar camino a la casa Everdeen, ya era media tarde y estaba un poco cansado por las vueltas que dio todo el día. Cuando llego se detuvo un momento para acomodar sus ideas antes de decir tocar la puerta (por lo general no se detenía a tocar su puerta, él y su familia tenían la autorización de entrar directamente si esta no se encontraba cerrada con llave, pero en vista de los últimos sucesos decidió que lo más acorde a la situación era pedir permiso antes de entrar). Espero pacientemente a que alguien abra la puerta, que resulto ser la madre de Katniss. Gale se aclaró la garganta antes de hablar.
_ Sra. Everdeen, buenas tardes ¿Cómo se encuentra?
_ Bunas tardes a ti también Gale, me encuentro bien. Veo que ha decidido confrontar a mi hija por fin. _ saludo con burla, sabiendo exactamente lo que estaba haciendo en ese momento, ya que puede que no supiera toda la historia porque su hija decidió no contarle mucho, pero tenía una idea de lo que pasaba. El chico por su parte se comenzó a sonrojar ante la evidencia de sus actos.
_ Si, Sra., he venido a hablar con ella se me lo permite. _ pidió humildemente.
_ Sabes que yo no tengo control de mi hija desde hace años, si ella quiere hablar contigo es ella quien lo va a decidir. _ él ayudó en comprensión.
_ ¿Puede al menos decirme si se encuentra en casa?
_ Sí esta, ahí le voy a preguntar su quiera hablar contigo. _ con eso cerro gentilmente la puerta dejándola afuera, mientras se iba a ver a Katniss.
Espero un rato en la puerta, ansioso por saber si lo iban a dejar pasar, hasta que se abrió nuevamente y volvió a aparecer la Sra. Everdeen.
_ Si te va a ver, pero espérala en el patio detrás de la casa.
_ Está bien Sra. _ dijo mientras se iba, rodeando la casa hasta llegar al patio, donde lo esperaba Katniss sentada en el pasto dándole la espalda. Él se le asomo por detrás y se sentó a su lado, dejando espacio entre ambos.
Permanecieron un rato así, en silencio, cada uno metido en sus pensamientos, él trataba de buscar las palabras que quería decir. Decidió no pensar tanto y seguir su instinto.
_ Te traje una ofrenda de paz. _ comenzó, entregándole la bolsa en la que tenía lo que le había sobrado del ciervo. Ella acepta la bolsa, aún si mirarla, examinando su contenido con curiosidad.
_ ¿Qué es? _ pregunto con una ceja alzada.
_ Ciervo.
_ ¿Ciervo? _ pregunto con sorpresa.
_Sí. El mismo que vimos la semana pasada. Hoy lo encontré mientras estaba cazando, el pobrecito ya no daba más.
_ ¿Y me imagino que tu decide hacerle un favor y acabar con su vida? _ pregunta con un poco de humor. Gale soltó una pequeña risa antes de continuar.
_ Sabe como soy, no puedo ver un animal sufrir, soy muy piadoso para eso.
_Sí, claro. Dio la casualidad de que con él podremos alimentar a nuestras familias, pero eso no tiene nada que ver con tu acto de misericordia. _ ambos soltaron unas risas.
_ El ciervo ya estaba muerto, no iba a desperdiciar esa carne ¿Qué clase de cazador seria? _ ella volvió a reír por eso.
_ Que Prim no te oiga decir esas cosas, o te juro que tendrás problemas más grandes que estar pelado conmigo. _ Gale fingio un escalofrio de miedo.
_ Ni me lo menciona. Puede que no lo parezca una simple vista, pero esa niña puede ser intimidante cuando ella quiere, es una digna hermana tuya. No sabes las miradas que me dio durante toda la semana.
_ ¿Y qué esperabas? A esa edad conozcamos a hacernos intimidantes o sino no nos toman en serio. Yo tenía su edad cuando… _ se detuvo un momento, atrapada en recuerdos tristes, antes de seguir. _ Cuando murió papá. _ termino en un susurro suave. Gale miro su semblante melancólico y se atrevió a estirar la mano para agarrar la suya para consolar, sorprendentemente ella aceptó el gesto.
_ Supongo que él estaría muy orgulloso de que sus dos hijas son dos fieras que no permiten que sujetos tontos y malhumorados como yo les intimidan. _ comentario tratando de subirle un poco el ánimo, lo cual estaba funcionando porque se ganó una pequeña sonrisa.
_ No. Tu no intimidas para nada. Eres la clase de hombre que se hace el malo, pero en el fondo solo es un niño mal criado que se enoja cuando no tiene atención. _ bromeo ella, y él rio un poco antes de llevarse una mano al corazón.
_ Eso dolio, Catnip, eres cruel. Y yo creyendo que la gente me respetaba por ser intimidante. _ Ella solo respondió con más risas, él se permitió un momento para solo disfrutar del suave sonido de risa, como había extrañado ese sonido. _ Fuera de bromas, quería hablar en serio contigo Katniss. _ ella ayudó dejándole entender que estaba dispuesta a escuchar.
Gale tomo aire profundamente y luego lo soltó con fuerza buscando ánimos, se acomodó para poder mirarla de frente, ella aunque seguía sin verlo de frente.
_ Yo quería… yo quería pedirte disculpas. Tenías razón, me costó mucho ponerme al día con la caza sin ti, puede llevar comida a casa, pero no siempre me alcazaba para hacer los intercambios. Realmente eres mejor que yo, no solo disparando, sino que también tienes mejores instintos y sabes cuáles son los mejores lugares para atrapar animales. Estuve perdido sin ti toda la semana, no solo porque no te tenía como mi compañera de caza, sino también porque extrañé a mi amiga, extrañé poder hablar contigo o simplemente estar solos en el bosque sin nada que hacer más que estar disfrutando de la paz. del momento. _ tomo sus manos y les dio un pequeño presionado. _ Y también quería decirte que lamento no haber sido de ayuda para prepararnos para el invierno, claro que sé que es muy importante para ti, para a mí también lo es.
Él termino y guarda silencio esperando a que ella contesta. Katniss se tomó su tiempo para pensar en lo que dijo y en lo que quería decir ella, cuando encontró la lista, se giró por fin para enfrentarlo.
_ Está bien, Gale. Yo también lo lamento, no debí empujarte para que me digieras lo que te molestaba si no estabas listo todavía. Y no es que me esté excusando, pero es de verdad muy importante tener lo suficiente para el invierno, pero puede que allá exagerado un poco. _ tomo aire para darse cuenta de valor y hablarle del resto, hablar de ese siempre la ponía triste por los recuerdos que la inundaban. _ El invierno después de la muerte de papá fue el peor de mi vida, y me hiso tenerle mucho miedo a vivirlo de nuevo. No quiero sentirme sola con mi familia únicamente, muriéndonos de hambre y frío, sin que yo pueda hacer nada para evitarlo, que todo depende de mí y que yo les falle como casi lo hice esa vez, eso me da mucho miedo. _ cerro los ojos al imaginarse lo que hubiera pasado si se hubiera rendido como estuvo a punto de hacerlo ese día lluvioso cerca de la panadería. Gale al notar lo alterada que parecía, apretó de nuevo sus manos para tranquilizarla. _ Pero en esta semana que no te tuve conmigo, recordé lo que es estar realmente sola allá afuera, sin tenerte para que me acompañes, sin que me apoyes y entiendas cuando siento que todo me excede y no sé qué hacer. También te tengo admitir que me costó llevar comida a casa, no soy tan buena con las trampas como tú y no puedo estar todo el día afuera cazando. Pero lo más importante es que te necesitaba, porque en ti encontré al amigo que no pensé que necesitaba tanto, pero que extrañé toda la semana. Yo realmente te aprecio, nada fue lo mismo sin ti, y sé que estoy contigo, ya no tengo que enfrentar todo yo sola, que podemos salir adelante si estamos juntos.
Con eso ambos se dieron una abraso, felices de por fin poder salvar sus diferencias. Era bueno para ellos estar juntos de vuelta, nada había estado bien desde que se pelearon, con cada uno con sus arrepentimientos y culpas, impidiendo que se confrontaran y buscaran el perdón del otro. Ninguno lo había estado pasando bien, Katniss hablaba en serio cuando dijo que lo extrañaba mucho, el no contar con él en su día a día, mostro lo pequeño que era su círculo social, no es que ella fuera del tipo de persona que se hace. amigo de todos y que le gustaba estar rodeado de gente, pero sin contar con Gale durante la semana descubrió lo aburrida y solitaria que podía ser su vida. Antes de conocerlo y hacerse realmente amigos, nunca le había importado estar sola en ese sentido, tenía a su hermana y con eso era suficiente para ella, no necesitaba abrirse para tener a más gente a la que preocuparse, pero con el tiempo Gale logro hacerse lugar en su corazón y ella no se dio cuenta hasta que ya no estuvo más. Ya no estaba sus chistes tontos que le sacaban alguna que otra sonrisa, no había chismes de personas que no le interesaba, no había nadie que la acompañara al bosque y la ayudara a cazar, y lo que más le dolió es que no había nadie con quien compartiría sus cargas, alguien que entendiera lo difícil que era ser la cabeza de un hogar cuando todavía se es diezmado joven, ese vínculo que compartía con él y nadie más que con él.
Eso le hiso replantearse muchas cosas, sobre lo mucho que lo quería y apreciaba, y como le dolería si se separaban al final, le dolía mucho el imaginarse no volver a hablar o estar con él, le generaba un hueco en el corazón tan grande que Tuvo miedo de no poder recuperarse nunca más y ser como su madre, pero luego se recordó que si podía solucionar las cosas, que todavía podía volver a él, solo necesitaba tiempo para ver como lo solucionaría. Para cuando él toco a su puerta, ella ya estaba repasando el discurso que le daría para pedirle perdón y que volviera ser su amigo de nuevo, fue una suerte que él se le le delante.
Así que los dos están felices de estar juntos de vuelta, pero había algo que inquietaba a Gale, algo que tenía que confesarle y no podía seguir guardándosele, no era justo para ella que finge ser su amigo cuando en el fondo anhelaba ser algo más. es lo que los había llevado a ese punto en primer lugar, por lo que ella se merecía más que eso, él tenía que confesarse por más que al final no resultaría como él deseaba. Con dolor se obligó a apartarse de ella y sostener su rostro en sus manos, perdiéndose en los hermosos ojos grises que tenía, sintiéndose que se estaba perdiendo en la tormenta de su mirada, acaricio sus mejillas con cariño antes de hablar.
_ Katniss, hay otra cosa que te tengo que decir. _ el tono serio y la falta de su apodo le hiso entender a ella que lo que estaba por decir sería algo importante, se puso nervioso por lo que podría ser. _ Yo… no sé cómo decirte esto. _ bajo la mirada al no encontrar las palabras, por lo que ella unió una de sus manos con una de las que él tenía en sus mejillas, queriendo darle fuerza para que continuara. Él aspiro una bocanada fuerte antes de soltarla y volver a mirarla a los ojos _ Te amo. _ dijo de forma clara y determinada, sin querer perder más tiempo e ir al grano, por lo visto ella no se lo esperaba ya que casi pego un pequeño salto al escuchar esas palabras, él aumentó el agarre que tenía en su rostro, necesitaba que ella lo viera a los ojos mientras abría su corazón. _ Esa es la razón por la que estuve tan distraído, por la que no puedo concentrarme y no puedo dejarte de mirar. Y es que en los últimos meses algo dentro de mí se despertó al darme cuenta de lo importante que eras para mí, de lo mucho que significas para mí, y de cómo no puedo vivir sin ti. He tratado de pensar en ti como una amiga, pero desde hace rato eso ya no parece suficiente, que me muero por dentro por querer experimentar lo lejos que puede llevarnos estos sentimientos. Pero también tengo miedo porque se lo que piensas sobre las parejas, que no quieres salir con nadie, y yo de verdad que lo respeto, pero no puedo evitar sentir lo que siento, y mi corazón dice que te quiere a ti, y te suplica. , te ruega, que por favor nos des una oportunidad para sanar tus miedos y tus traumas, que juntos podemos llegar a un punto en el que podemos ser felices. Solo te pido una oportunidad, solo una. _ termino con un ruego suave, con los ojos cerrados con miedo de ver su rechazo en los ojos.
Katniss se encontró perdida, nunca se esperó verso en esta situación, que su mejor amigo se confesara de esa forma, nunca se lo imagino y no sabía que sentir. Un torbellino de sentimientos la ahogo, donde experimento sorpresa, miedo, ira, incredulidad, preocupación, casi todos eran sentimientos negativos, pero pasando todo eso, en el centro encontré alivio, felicidad, curiosidad y… amor. Un amor del cual no había sido consciente, un amor del que se daba cuanta que estuvo ahí desde hace rato, y con los sucesos de la semana anterior ese amor solo trato de ser más evidente, queriendo que ella confrontara lo que se negaba a ver , un amor que ahora con la confesión de Gale salía a la superficie con fuerza, evitando que ella lo escondiera en lo profundo de ella misma. Un amor que la empujaba a hacer la locura más loca que se le ocurriera, escuchar a su corazón sobre su mente, dejar de lado los muros que se armó durante tanto tiempo y dejar que su corazón tomara el control por una vez por todas, liberándose a de las ataduras que ella se autoimpuso para esconderse del dolor. El mismo dolor que la persigue siempre y del cual no podía esconderse ni ignorarlo.
Y el miedo la cubró de nuevo, porque no sabía vivir de otra forma más que escondiendo su corazón, pero ya no podía seguir así, era imposible negarse a lo que estaba pasando. Lagrimas corrieron por sus ojos, abrumada por los sentimientos que tenían, tan hermosos y peligros a la vez, logrando que soltara un gemido doloroso sin poder detenerlo.
Gale se asustó al escuchar los gemidos, abrió los ojos rápidamente para verla y se le rompió el corazón al ver sus lágrimas, entendiendo el significado de eso y soltando sus propias lágrimas.
_ Está bien, está bien. _ comenzó él, con la voz quebradiza por el llanto tanto de ella como de él. _ Lo entiendo, Catnip, no necesitas decir nada. Yo sabía que esto podía pasar y aceptar si es tu decisión. Se lo difícil que es esto para ti, pero de verdad tenía que decirte lo que siento, por favor no me odies por eso, yo solo quiero estar cerca de ti, si me deja, estará más que feliz de ser tu amigo de nuevo, pero comprende que tenía que decírtelo. _ tenía los ojos nublados por las lágrimas, por lo apenas podía identificar su rostro, pero si la pude ver negar y tuvo miedo de perderlo todo.
_ No, Gale, no… _ paro para tragar las lágrimas que no la dejaba hablar claro. _ Yo no lloro por eso. Es solo que nunca pensé que todo saldría así… yo…
_ Está bien, no tienes que seguir, yo lo entiendo. _ Katniss separo sus manos para ser ella la que sostuviera su rostro esta vez, obligándolo a que dejara de hablar, notando lo nublados que están ojos, y limpio sus lágrimas su dedo pulgar.
_ Gale escúchame, necesito que me escuches, lo que tengo que decirle es importante, _ él forzó su mirada a ella, tratando de ser fuerte para lo que vendría, lo seria por ella. _ Estoy llorando porque… creo que te amo también. _ confeso al final, sorprendiéndolos a ambos. _ No lo sabía hasta ahora, pero estuve toda la semana sintiéndome perdida sin ti estando conmigo, que en el fondo creo que ya lo sospechaba, esto que siento no se trata solo de amistad y no quería admitirlo. Pero también lloro porque tengo miedo, y no sé qué hacer.
Gale no se atrevía a creer lo que estaba escuchando, ella lo amaba también, tanto como él a ella, pero a la ves ella tenía miedo, lo cual era comprensible para ser ella, así que decidió tomar las riendas para ayudars a los dos.
_ Yo sí sé que hacer. _ llamo su atención. _ Solo permíteme hacerme carga de todo. _ ella examina sus ojos, mirándolo atentamente antes de asistir y dejar que los guiara a los dos por una vez.
Él no dudo más, y acerco su rostro al de ella, los acomodo tiernamente y dándole una mirada a sus dulces labios, cerró los ojos y termino de inclinarse para besarla en los labios.
Gale nunca había experimentado nada parecido en los años de experiencia que tenía, nunca sintió unos labios tan suaves como los de ella, nunca se sintió tan perdido por la persona con la que estaba besando, nunca pensó que lo invadiera un fin de sentimientos y sensaciones. . . que nunca experimento en su vida. Nunca pensé que se sentiría tan feliz y completo con solo besarla. Era la sensación más maravillosa que hubiera experimentado, nada de lo que allá vivido se le podía comparar o lo hubiera preparado para ese momento.
Katniss no estaba muy diferente a él, con un solo beso logro apagar su cerebro y todo lo que la aterrorizaba y preocupaba. Pudo ver lo que se estaba perdiendo por culpa de eso, y que si bien sabía que esos sentimientos seguirían están ahí al final, sintió algo que no sintió desde que tenía once años y se encontraba casi muerta de hambre bajo la lluvia, sintió esperanza. Esperanza de curar lo que estaba roto dentro de ella, de ya no solo sobrevivir, sino también de aprender a vivir, y encontrar la forma de ser feliz de nuevo. No pude resistiré a esas emociones, y anhelaba más, por lo que profundizo el beso, queriendo guardar esas emociones para el resto de su vida.
Y así se quedaron besándose, juntando sus bocas con la otra, perdiéndose en sus sentimientos, sintiendo que ya no podía volver a atrás nunca más, que esto lo cambiaba todo, lo sabían desde el fondo de sus corazones.
Por lo que cuando se separaron al final para respirar de nuevo, solo se necesitaba una mirada para confirmar lo que sentían y lo que sospechaban.
_ Eres mi alma gemela. _ concluyeron los dos al mismo tiempo, casi como si estuvieran coordinados.
Ambos solo pudieron soltar las sonrisas más grandes que alguna vez encontraron soltado, sabiendo que esto solo era el principio de un largo camino que iban a recorrer juntos.
Notes:
¿Qué les pareció? Espero que le halla entretenido. Recuerden que pueden comentar si les parece bien. No tengo nada más que aportar, así que me despido hasta la próxima.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Chapter 4: Conversaciones Curiosas.
Notes:
¡Hola gente! Volví antes de lo esperado, por lo menos esperado por mí. Puede terminar el capítulo a tiempo por suerte, pero admito que no se si quedo muy bien, en lo personal sentí que me estaba apurando un poco, pero es porque, aunque no lo crean, todavía no llego a la trama principal de la historia, pero ya falta poco para eso.
Espero que disfruten el capítulo, nos vemos al terminar.
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Cuatro: Conversaciones Curiosas.
El vínculo que se genera entre dos almas gemelas puede ser una de las cosas más fuertes que existen, dos seres destinados a conocerse, amarse y enfrentar juntos los desafíos que el destino les da. Todo tiene una razón de ser, nada es casualidad y todo está por algo, solo el tiempo unirá los puntos dando sentido a todo, pero para algunas personas eso no les parece cierto, por lo que deciden negar su destino y hacer su propia senda. Si bien eso es totalmente válido, esas personas no suelen entender por qué se tiene un alma gemela, lo ven como una imposición, como si el destino quiera jugar con ellos sin razón a aparente. Lo que pocas personas saben es que no es una imposición, más bien una bendición, una forma de brindarte lo que podrías necesitar en los momentos más difíciles, las marcas están para guiarlos al camino que no necesariamente es el más fácil, pero si el que genera más satisfacción al final. Pero como todo en la vida requiere un sacrificio, algo se debe pagar para que se pueda recorrer el camino junto con tu alma gemela, el pago se da de muchas formas, y no siempre es tan dramático como suena, muchos lo pagano sin darse cuenta y hasta se siente mejor después de hacerlo; para otros suele ser más directo, como una decisión con sus consecuencias, pero los que eligen el camino del destino siempre encuentran la compensación por su sacrificio al final.
Y en esa tarde de otoño, dos almas se unieron decidiendo seguir el camino del destino, y una de ellas ya pago su sacrificio sin darse cuenta, al tomar la decisión de escuchar al destino, dio como pago el muro que rodeaba su corazón, el que la protegía de sentir dolor, el que apareció con la muerte de su padre. Al deshacerse de ese escudo, quedo vulnerable a experimentar distintas emociones, dejándola sensible en un mundo cruel, donde las penas suden todo el tiempo, pero también le dio la capacidad de sentir las emociones más fuertes, tanto lo bueno como lo malo. Iba a poder amar con una pasión que podría quemar al mundo entero por su intensidad, pero también iba a sentir un dolor tan profundo y desbastador que sería capaz de apagar esa llama en su interior. Pero, en esa tarde de otoño, se había generado el sacrificio solo para permitirse amar y ser amado, todavía no se veía las consecuencias de la decisión que tomo esa tarde, pero como siempre, el destino recompensa a las personas que tomaron su camino, aunque estos nunca se dieran cuenta de tal cosa.
Solo faltaba que el otro hiciera su sacrificio, pero todavía era pronto para eso y sus historias apenas están comenzando.
Ambos se quedaron mirándose, adsorbiendo la información que se confirmaron juntos, eran almas gemelas, no había dudas, no necesitaban ver sus marcas, en sus interiores sentían la plenitud y la felicidad que nunca habían experimentado y que no era comparable con nada más. No pude evitar besarse otra vez, pero esta vez hubo más fuego, sintiendo que la llama dentro de ellos se unía en una sola, compartiendo la fuerza y la pasión que esta les brindaba, sintiendo como los iluminaba dentro de ellos mismos, dándoles la sensación. de calidez y sintiéndose conforme con ellos mismos.
_ No puedo creer que sea mi alma gemela. _hablo Gale cuando terminaron el beso, estaba sin aliento por eso y por las emociones que albergaba dentro de él. _ Yo lo pensé en algún momento y quería ver la forma de comprobarlo, pero todavía no se siente real. _ dijo acariciando las mejillas de ella. Katniss tenía una sonrisa enorme, pero una inquietud se le apareció en la cabeza, disminuyendo su sonrisa.
_ ¿Estamos seguros de que somos almas gemelas?
_ ¿Qué quieres decir? _ pregunto él, sintiendo una asilla de miedo de que ella se arrepintiera de lo que acaba de pasar.
_ Es que… nunca escuche que dos personas supieran que eran almas gemelas con solo besarse. _ dijo inquieta, no quería romper el momento, pero la situación era tan rara y arrepentida que le hiso pensar lo que Gale dijo, que todavía no se sentía real, que se sentía demasiado bueno para serlo.
_ Catnip, cariño, te puedo decir que si lo que tenemos no es lo que siente las almas gemelas al encontrarse al fin, entonces yo no entiendo nada. Porque lo que acabamos de vivir no lo he sentido nunca en mi vida, y tengo el presentimiento de que solo lo voy a vivir contigo. Pero si lo que necesitas es ver nuestras marcas para confirmarlo, estos siéntete libre de verla si quieres. _ explico él con seguridad, pero la mención de las marcas del alma genero una reacción en los dos sin que el otro se diera cuánto.
Ambos compartían el mismo secreto, pero no creían que el otro lo tuviera. Tampoco sabían cómo mencionarlo. Se pudieron nerviosos, ellos tenían que decírselo, era algo de lo que no podían esconder, tarde o temprano se iban a entera, pero… ¿Cómo iban a reaccionar al saberlo?
_ Gale… yo tengo algo que mostrarte…
_ No, Catnip, yo también tengo algo que decirte... _ trataron de adelantarse al otro, pero estaban tan nerviosos que apenes se entendían.
_ Espera, lo mío es más importante. _ tomo la delantera Katniss, si no hablaba ahora después no tendría el valor. Pero al no encontrar las palabras decidió dejar de hablar y actuar.
Con rapidez se acomodó la remera para dejar al descubierto su hombro izquierdo, revelando un ramo de dientes de león. Gale miro asombrado lo que claramente era una marca del alma, examinándola con cuidado, sintiéndose atraído hacia la marca por algún motivo que no lograba entender, con delicadeza paso sus dedos sobre la marca, siendo invadido por las sensaciones de tranquilidad, calma, calidez y Por algún motivo de esperanza. Estaba tan metido en esas sensaciones que le brindaban plenitud emocional, que se tardó en darse cuenta de lo que significaba la marca del alma que estaba viendo. Gale no tenía esa marca, ninguna de sus marcas se veía tan bonita y delicada como esa. Esto lo confundió en más de un sentido, por un lado, estaba adsorbiendo que Katniss si tenía una marca del alma, pero esa no se parecía en nada a las que él tenía, por lo que significaba que se habían equivocado, no eran almas gemelas. . Pero tampoco podía terminar de sentirse triste porque al seguir tocando la marca, las sensaciones asociadas a ella les daba, eran demasiados fuertes, haciendo impidiendo que entre en sentimientos negativos como la desilusión, la tristeza y el dolor. No tenía sentido, es normal que cuando uno toca su marca, sintiera las emociones asociadas a lo que sentiría con más fuerza cuando estaba con su alma gemela, es algo muy íntimo y solo la misma persona podía sentirlo al tocar su marca, ni siquiera su alma gemela podía sentir algo al tocar la marca de la piel se su destinado, mucho menos un extraño al vínculo, como lo era Gale con ese ramo de dientes de león, pero al seguir tocando no podía dejar se sentir esas emociones, haciendo que todo lo que estaba dentro se sintiera bien. Él se obligó a que sus dedos dejaran de tocar, tratando de poner en orden sus emociones, pero apenas tuvo tiempo antes de que Katniss volviera a hablar.
_ ¿Esta… es tu marca también? _ me pregunto ante el silencio que se había generado.
_ No… _ dio una breve respuesta, todavía batallando en su interior. Katniss se abrió mucho los ojos, luego los cerró para armase de valor nuevamente y decidió continuar.
_ No es la única que tengo. _ dijo como un murmullo apenas oíble. Gale no pudo terminar de entender de que hablaba ella, cuando se paró de golpe y le dio la espada, por un momento él pensó que ella iba a huir y dejarlo solo después de descubrir que no eran compatibles, pero de inmediato ella giró su cabeza. para mirar su reacción al levantarse un poco la remera y bajar un poco la cintura del pantalón, dejando al descubierto su otra marca.
Gale ya no podía creer lo que estaba viendo, frente a él estaba otra marca del alma, y está a diferencia de la otra, si coincidía con una de las suyas, era el mismo arco y flecha en forma de X que tenía en el mismo. lugar de la espada. Subió su mirada para encontrarse con los ojos de Katniss, quien estaba esperando su reacción mientras se sonrojaba para mostrar su espada baja. Él se dejó llevar un poco por lo hermosa que se veía, su mirada nerviosa y su rostro que se estaba volviendo cada vez más rojo, decidió apiadarse de ella.
_ Yo también tengo que mostrarte algo. _ y con eso imita sus movimientos para mostrar su propia marca.
Ella se acomoda la ropa y se gira para ver la espalda de Gale, donde efectivamente comprueba que esta la misma marca. Sintió alivio al verla, sumado también con más vergüenza por ver una zona lo suficientemente íntima para su gusto.
_ Tú también la tienes. _ dijo ella, a lo que él se acomodó su ropa y se giró para verla también.
_ Si, compartirnos la misma marca. _ dijo con una sonrisa.
No pude evitar los brazos del otro, abrazándose fuertemente, tanto que él buscara el alzo y comenzó a dar vueltas, feliz de que si era su alma gemela. Tan feliz estaba que no tenía cabeza para pensar que ambos tenían dos marcas y mucho menos podía pensar en la que significaba. Solo podía pensar en la felicidad y el alivio que sentían, nada más. Y en medio de esa euforia, se volvieron a besar, dejándose llevar por el momento. Para cuando se separaron por falta de aire, se quedaron mirándose sin deshacerse de sus sonrisas.
_ Entonces… _ comenzó ella insegura. _ ¿No te molesta que te tenga dos marcas del alma?
_ ¿Qué si me molesta? _ él trató de pensar en lo que podía significar todo eso, pero decidió que lo mejor era que ella también supiera su secreto. _ La verdad es que deberías confesarte algo. _ella lo miro curiosa. _ También tengo otra marca del alma. _ sus ojos se abrieron más por la sorpresa.
_Muéstramela. _ le pidió con curiosidad, a lo que él respondió con una ceja alzada y una sonrisa traviesa.
_ Con gusto lo haría, Catnip, pero no creo que tu mente esté preparada para vela. _ ella lo miro sin comprender.
_ ¿Qué quieres decir? Claro que quiero verla, yo te mostré las mías. _ volvió a insistir sacándole una risa a él.
_ En serio que no queras verla si supieras a donde está.
_ ¿Y se puede saber dónde está? _ me pregunto poniendo los ojos en blanco por su actitud burlona.
_ Pues se encuentra…_ dio una pausa dramática mientras sus ojos brillaban con diversión. _ en mi muslo derecho…_ se asomó a su oído para susurrarle lo siguiente. _ muy cerca de mi entrepierna. _ término para alejarse un poco para ver el sonrojo que cubría su rostro de un rojo furioso al entender exactamente donde se encontraba la marca.
Katniss no pudo evitar seguir sonrojándose y aparto la mirada avergüenza al imaginarse el lugar exacto en el que se encontraría la marca. Nunca se imaginó que una la marca de Gale estuviera tan cerca de una zona tan íntima, pero eso era lo que tenían las marcas del alma, a veces sus marcas estaban en lugares tan íntimos y raros, que hacía que solo las personas que los tuviera supiera como eran. Cuando pudo salir de la vergüenza que la atrapo, se atrevió a mirar de nuevo a Gale, quienes se quedó mirando su reacción con diversión, tratando de controlar las pequeñas risas que se le formaban. Katniss solo puso los ojos en blanco y libero una mano del abrazo del cual todavía se encontraban para darle un golpecito en la cabeza por reírse de ella.
_ Tonto. No le veo lo gracioso. _ lo regaño.
_ Lo gracioso es que todavía te sientas incomoda por esas cosas. _ dijo dándole un dulce beso en la mejilla. _ Pero es una de las cosas más me gustan de ti. _ ella volvió a sonrojarse, esta vez por su actitud dulce.
_ Como sea. _ trato de mirar a otro lado para poder recuperar su actitud ruda que siempre tenía y no parecer una colegiala enamorada (omitió la parte en que en teoría eso es lo que era, ya que estaba enamorada y todavía iba a la escuela) _ Al menos me dirás cómo es. _ pidió para volver al tema y porque tenía curiosidad.
_ Si me lo pides tan bonito, cómo puedo negarme. _ jugo con ella, a lo que ella volvo a rodear los ojos y darle un pequeño beso nervioso en la mejilla. Ella iba a tener que acostumbrarse a dar y recibir más afecto físico, no era que no le gustara, era que no estaba acostumbrada, pero tranquilamente estaba dispuesta a cambiar eso. Él solo se rio de su nerviosismo, sabiendo cómo era ella, y contesto a su petición. _ Es un ciervo marrón, curiosamente, es muy bonito, porque rodeándolo tiene como un aura o algo así de color naranja claro, que pareciera que dibujan flores, ojalá pudiera dibujártela.
_ ¿Es un ciervo? ¿En serio?
_ Sí, un ciervo, muy parecido al que vimos.
_ Eso sí es curioso.
_ Totalmente, en serio me sentí un poco mal al dispararle, hasta guardé sus astas.
_ ¿Y qué piensas hacer con eso?
_ No sé, sentí que tenía que guardarlas.
_ Ya se te va a ocurrir algo ¿Te costó mucho cazarlo? _ Gale rodeo los ojos ante su pregunta.
_ Ya estaba medio muerto, Catnip, claro que no me costó.
_ Bueno… que este medio muerto no quiere decir no dará problemas hasta el final. _ dijo queriendo bromear. _ Además no estabas conmigo, y sabes que soy mejor que tú. _ termino sacándole la lengua.
_ Y otra vez estas de presumida. _ respondió ordenando los ojos, pero con una sonrisa en los labios. _ No aprendimos nada en esta última semana ¿Verdad?
_ No lo sé, “Sr. mis trampas son mejores que tu puntería”, dime ¿Aprendiste algo? _ Gale fingió pensar la respuesta.
_ Que te amo demasiado y no puedo vivir sin ti. _ contesto al final, logrando de que ella volviera a sonrojarse. Más le valía comenzar a acostumbrarse a los comentarios repentinos de Gale, o corre riesgo pasar el resto de su vida con la cara siempre roja por su culpa.
_ Tonto. _ lo regaño de nueva antes de besarlo en los labios.
Se quedaron así un tiempo, hasta decidieron entrar a la casa de ella a guardar la bolsa con la carne de ciervo que todavía tenían. Al entrar a la casa por la puerta trasera que daba a la cocina, fueron recibidos por la madre y la hermana da Katniss que se encontraban en la mesa del comedor, cada una haciendo sus cosas. Cuando entraron y vieron que ambos parecían estar mejor, se alegraron que hubieran podido solucionar sus diferencias.
_ Así que… ¿Ya solucionaron todo? _ pregunto Prim con una ceja alzada. Su hermana le dio una cálida sonrisa antes de contestarle.
_ Si, Patito, pudimos solucionar las cosas. _ dijo tranquila.
_ Qué bueno, no me hubiera gustado tomar el asunto en mis manos.
_ ¿Tomar el asunto en tus manos? _ pregunto Katniss curiosa por lo que tenía en mente su hermanita. _ ¿A qué te refieres, Patito?
_ Nada importante. Solo se me ocurrieron unas cuantas ideas para castigar Gale y hacerlo entrar en razón más rápido. _ dijo con desinterés.
_ ¿Castigarlo? _ cuestiono ella, curiosa de la misma forma que él.
_ No te preocupes, ya está todo solucionado, así que no es necesario. Mejor lo guardo por si alguna vez vuelve a ser un idiota contigo. _ dijo lo último tirándole una mirada de advertencia a él. Todos en la casa se sorprendieron por su respuesta, estaba claro que Prim no estaba bromeando, y Gale reconoció la misma mirada que ponía Katniss para alejar los imbéciles que le hacían insinuaciones totalmente groseras. En verdad que esta niña daba miedo cuando quería.
_ ¡Primrose! _ regaño su madre. _ Esa no es forma de hablar.
_ Perdón mamá, pero él se lo merecía por portarse mal con Katniss. _ se defendió ella. Su madre solo negó con la cabeza.
_ De todas formas no deberías meterte en los problemas de tu hermana, ella ya está lo sufímente grande para poder solucionarlos ella sola. No nos necesita que nos metamos sin su consentimiento. _ hablo de forma severa su madre.
_ Está bien, mamá. _ contesto poniendo los ojos en blanca. _ Prometo no meterme a no ser que ella me lo pida ¿Okey? _ trato de acordar ella, pero claramente se notaba que no iba a cumplir su promesa de verdad.
Katniss y Gale compartieron una mirada que les decía que mejor que tuvieran cuidado con la pequeña Prim, la niña parecía muy ansiosa en salir a defender el honor de su hermana, de la misma forma que lo hacia su hermana mayor con ella.
_ Pero hablando de otras cosas. _ intervino la Sra. Everdeen para cambiar de tema. _ ¿Qué es lo que llevas ahí? _ le pregunto a Katniss.
_ La ofrenda de paz de Gale, es ciervo. _ respondió alzando la bolsa, por lo que su madre la tomo y fue a la cocina a ver su contenido.
_ ¿Cazaste tu solo un ciervo? _ Prim por primera vez se mostró asombrada por algo que había hecho Gale desde lo que iba la semana, volviendo de a poco a tener la actitud dulce que había tenido con él antes. Gale pudo sentir que se le quitaba un peso de encima, sabia lo impórtate que era Prim para Katniss y no quería iniciar su relación con su hermanita en contra.
_ En realidad, no fue todo merito mío. El ciervo ya lo habíamos visto la semana pasada, y aunque no pudimos cazarlo, Katniss logro herirlo en el hombro, por lo que cuando lo encontré el animal ya estaba muy débil y fue más fácil cazarlo. _ trato de mencionar que el animal se encontraba tan mal y rendido que parecía que no le importaba que Gale lo matara. No era broma que Prim suele ser un poco sensible con los animales (a diferencia de Katniss que no le molestaba matarlos) y si bien no tiene problemas en saber que mataban animales, tampoco quería saber toda la historia de cómo lo hicieron, y mucho menos si estos ya estaban con heridas mortales en los que ella podía hacer algo para salvarlos (como lo había hecho con sus dos mascotas).
_ Pobrecito. _ no pudo evitar decir ella, como se esperaba ya sentía lastima del ciervo. Katniss acaricio si cabeza para darle consuelo.
_ Casi me olvido. _ comenzó de nuevo Gale, recordando otra cosa que debía darles. _ Este es la mitad de lo que recibí de la venta del ciervo. _ le entrego a Katniss otra bolsa más pequeña y en el que sonaba el característico ruido de monedad chocando. _ Toma, esta es tu parte.
_ Pero… Gale… _ intento hablar ella, estaba asombrada por el gesto. _ Con lo que nos diste del ciervo es suficiente, no necesitamos más. _ ella no quería recibir el dinero solo porque él se hubiera sentido culpable, ya habían saldado las cuentas, así que no era necesario. _ Ya estamos bien, no necesitas darnos más.
_ Catnip, esto no es un regalo, esta es la parte que te corresponde de la venta. _ ella solo le dio una mirada desconfiada, por lo Gale siguió con su explicación. _ El ciervo ya estaba herido por tu flecha, yo solo hice el tiro final, pero si no fuera porque tú lo heriste primero, es probable que yo no lo hubiera podio matarlo. Esta parte te corresponde, así que no dudes más y tómalo. Con lo que pude sacarle provecho, quizás compensé un poco la mala semana que hemos tenido. _ insistió en darle la bolsa, a lo que ella pensó en el que argumento que estaba diciendo Gale, que sonaba con lógica, pero aún no estaba segura. _ Y además… _ siguió él para terminar de convencerla. _ somos un equipo Catnip, siempre podemos contar con el otro. _ dijo mirándola a los ojos para que viera el significado oculto de esas palabras, y ella se sonrojo levemente al entenderlo y aceptar la bolsa.
_ Gracias.
_ No tienes que agradecerlo, Catnip. _ sonrió dulcemente al ver el leve tono rosa que estaban adquiriendo sus mejillas.
Los dos estaban tan metidos en su mundo, perdidos en la mirada del otro, que se olvidaron que no estaban tan solos como ellos pensaban, ya que una pequeña de ojitos azules los observaba con confusión y curiosidad al sentir que estaban actuando raro, casi como si fueran más cariños entre ellos, pero sin ser tan obvio.
_ ¿Qué está pasando aquí? _ no se aguantó la pregunta Prim, haciendo que ambos saltaran al darse cuenta de su presencia.
_ ¿De qué hablas, Patito? _ trato de disimular Katniss, pero la pregunta de su hermana la agarro de sorpresa.
_ Es que… están raros, más de lo normal.
_ Nosotros no somos raros nunca. _ trato de defender Gale, quien tampoco se encontraba en mejor estado que Katniss.
_ Sí, claro. _ comenzó Prim con sarcasmo en su voz. _ Son los mejores cazadores del Distrito y los más jóvenes, capaces de destripar a un ciervo sin problemas y negociar con los Agentes de la Paz con la carne claramente ilegal, y se supone que eso es normal y para nada raro. _ termino sarcásticamente poniendo los ojos en blanco.
_ No seas tan exagerada, no somos los más jóvenes. _ dijo Katniss, queriendo aprovechar el cambio de tema para distraer a su hermanita, todavía había mucho de qué hablar con Gale sobre su nueva situación y no quería decir nada sin que antes acordaran todo entre ellos.
_ Katniss, tienen quince y diecisiete, los pocos que se atreven a ir son mucho más grandes. _ explico con obviedad Prim.
_ Aun así no es para tanto.
_ Como sea. Pero no me cambies de tema ¿Qué pasa entre ustedes dos? _ Katniss y Gale soltaron un gemido silencioso cuando la pequeña volvió a mencionar lo que no querían hablar.
_ No pasa nada Patito, estas imaginando cosas. _ su hermanita le dio una mirada de sospecha.
_ ¿Estás segura?
_ Sí, por supuesto, no pasa nada, solo arreglamos nuestras diferencias.
_ Bueno, si tú lo dices. _ Prim decidió no insistir más, pero ella sentía que algo había cambiado entre los dos. Pero conocía a su hermana, sino lo quería decir, entonces iba a ser imposible sacarle algo, eso no significaba que no iba a investigar el tema por su parte, claramente sin que ellos se dieran cuanta.
Por otro lado, Katniss y Gale se sentía aliviados de que dejara de hablar de eso, no estaban listos para involucrar a las familias en su nuevo descubrimiento, más aún cuando no tuvieron tiempo de hablar mucho del tema. Lo que les hiso recordar que tenían una charla pendiente.
_ Bueno, ya solucionado todo, quiera saber ¿Catnip me acompañas a la salida? Tengo algo que decirte.
_ ¿Y que se supones que tienes que decirle a Katniss en privado? _ intervino Prim, más para molestar que porque creyera que iba a recibir una respuesta real.
_ No estés de metiche, Enana. _ dijo en broma Gale, sacándole la lengua.
_ ¡Katniss! ¡Gale está siendo malo conmigo! _ acuso con su hermana, quien se estaba mordiendo los labios al verlos interactuar de esa forma.
_ ¡Catnip! ¡Tu hermana esta de metiche y está mintiendo! _ acuso él también, ambos mirándola para saber a quién iba a defender.
_ ¡No es cierto! ¡Tú eres el malo aquí!
_ ¡¿YO?! ¡¿Siendo malo?! ¡Si soy un amor! _ hablo con exageración él.
_ ¡JA! ¿Según quién?
_ Según todo el mundo, Enana. _ respondió guiñándole el ojo.
_ ¡Por favor! Te las pasas gruñéndoles a todo el mundo, es una sorpresa que tengas amigos.
_ ¿Por qué todo el mundo dice que soy gruñón? _ dijo el saliéndose un poco del juego al recordar que sus hermanitos continuamente lo llamaban así.
_ ¡Porque lo eres! _ respondieron las dos chicas al mismo tiempo, generando que los tres se pusieran a reír.
_ Ya en serio, tengo que hablar de cosas de adultos con tu hermana, Enana. _ volvió de decir Gale, poniendo su mano en su cabeza y removiéndoles el pelo.
_ ¿Y se supone que son los adultos? _ pregunto con travesura ella, pero a ver las miradas serias que recibió de ambos decidió no insistir más. _ Okey. _ acordó ella a regañadientes. Pero se acordó de agregar algo más. _ ¿Sabes si Rory va a hacer algo para su cumpleaños?
_ Mmmm… _ se quedó pensando él. _ Ahora que lo pienso, creo que no menciono mucho sobre eso, pero ahí le voy a preguntar, su cumpleaños está muy cerca.
_ Sí, es la semana que viene. Quiero estar lista porque le estoy haciendo un regalo y quiero tenerlo listo para entonces. _ dijo con orgullo la pequeña.
_ Un regalo ¿Eh? _ Gale le alzo una ceja, insinuándole cosas.
_ No seas tonto. _ se defendió ella, pero claramente se estaba poniendo roja. _ Es solo una pequeña cosa que estoy haciendo, no es la gran cosa. _ él sonrió al verla tan nerviosa, le gustaba molestarla de la misma forma que molestaba a Katniss.
_ Estoy seguro que cualquier cosa que le des, él va a estar más que agradecido. _ trato de calmarla. _ Y más con lo difícil que va a ser este cumpleaños. _ dijo más despacio, recordando que su hermanito iba a cumplir doce y que iba a ser parte del siguiente Día de la Cosecha. Katniss al ver que se estaba poniendo triste, decidió darle su apoyo con un apretón de manos, a lo cual él agradeció con una sonrisa pequeña. _ Bueno, me tengo que ir ¿Me acompañas, Catnip?
_ Sí, claro, no hay problema.
_ Nos vemos, Enana, no molestes demasiado a tu hermana. _ se despidió él.
_ ¿Ósea que no la moleste para nada? _ pregunto alzando una caja y con una sonrisa en su boca.
_ Dije “demasiado”, no que no lo hicieras para nada. _ aclaro.
_ ¡GALE! ¡No seas una mala influencia para mi dulce Patito! _ regaño Katniss.
_ Los niños tienen que ser niños, y su deber como hermana menor es molestar a su hermana mayor, así son las cosas, Catnip, yo no puedo hacer nada al respecto. _ dijo como si estuviera dando la sabiduría de una gran ley de la vida.
_ Yo no recuerdo que tus hermanos fueran tan molestos contigo. _ Gale rodeo los ojos a la mención de los monstruos que tenía como hermanos.
_ Es porque te tienen el suficiente miedo como para comportarse como seres civilizados. _ recibió un golpecito en la cabeza por su respuesta.
_ Yo no doy miedo.
_ Si lo das. _ respondieron Prim y Gale al mismo tiempo, logrando otro ataque de risa de parte de ellos dos mientras Katniss los miraba con un ceño fruncido.
_ Ja, ja. Que graciosos. _ dijo ella con sarcasmo. _ Mejor vámonos antes que decida cambiar de opinión. _ termino mientras se dirija hacia la puerta a esperarlo de otro lado.
_ Y dicen que yo soy gruñón. _ comento él, poniendo los ojos en blanco y dándole una sonrisa y un guiño juguetón a Prim (quien siguió riéndose por el comportamiento de ambos) antes de irse a encontrar con Katniss a fuera de la casa, asegurándose de cerrar la puerta para que nadie dentro de ella escuchara.
_ Entonces… ¿Tenías algo que decirme? _ comenzó Katniss al verlo afuera, sintiéndose repentinamente nerviosa.
_ Sí, creo que deberíamos hablar. _ confirmo él. _ Pero también creo que no debería ser aquí. _ aclaro, dando una mirada alrededor, haciendo entender su punto. _ ¿Te parece si mañana nos tómanos un tiempo en nuestra cazaría para hablar? _ ella asistió estando de acuerdo con lo que planteaba.
_ Nos vemos mañana entonces.
_ Sí. _ Gale se tomó un tiempo para mirarla, luego comprobó que no hubiera ojos curiosos a su alrededor, para al final inclinar a darle un beso en los labios. Katniss se sorprendió por el acto repentino, pero correspondió al beso sin problemas. Cuando se separaron, se miraron con cariño antes que él le diera un último beso rápido y se diera la vuelta para irse.
Ella se tomó un momento antes de meterse a la casa, tratando de volver a la expresión que siempre tenía para no alzar sospechas.
Cuando volvió a entrar, todo se encontraba normal como siempre, por lo que no hubo más inconvenientes por el resto del día, en la que se la paso con su familia, haciendo un conteo de las cosas que necesitaban almacenar para cuando empezara el invierno, aprovechando las monedas que Gale les dio para dividir lo que iban a gastar y lo que iban a guardar para emergencias, por suerte las monedas compensaban lo poco productivo que había estado la semana anterior, como Gale había mencionado antes, por lo que se pudieron poner al día con los ahorros que necesitaban, eso y sumado a que con la carne del ciervo podían tener suficiente comida por un par de días para las tres. Para cuando termino el día y se encontraba en la cama que compartía con su hermana, se sentía más tranquila al saber que muchos de los problemas que la habían estado abrumado durante toda la semana ya se habían resueltos; pero a su vez se sentía un poco nerviosa por la charla que tendría con Gale la mañana siguiente. A pesar de su nerviosismo, pudo dormir bien esa noche y despertarse temprano al otro día no le costó tanto.
Se preparó para un nuevo día de caza, sintiéndose feliz que esta vez Gale la volverá a esperar en el bosque. Sin perder más tiempo, salió de la casa y casi corrió al bosque, no queriendo perder un minuto más. Fue la primera en llegar al punto de reunión, aquellas rocas que se encontraban en un hermoso claro rodeado de árboles, era un lindo lugar para relajarse y esperar tranquilamente. No tuvo que esperar tanto, ya que, al poco tiempo, noto que Gale se asomaba desde los árboles, y al notarla él saso la mano para saludarla desde la distancia.
_ Hey. _ saludo ella tímidamente, cuando ya lo tuvo más cerca.
_ Hey, Catnip. _ respondió él con una pequeña sonrisa nervios. La verdad era que los dos estaban nerviosos y no sabían qué hacer con el otro, se encontraban pisando un suelo no conocido para ninguno de los dos y no sabía cómo romper la tensión que se estaba formando entre ellos. Gale no soporto más, por lo que quiso pasar a la acción y la tomo en sus brazas para luego inclinarse y besarla. _ Creo que me gusta más esta forma de saludar ¿No crees? _ dijo cuando terminaron el beso.
_ Creo que… si me gusta. _ y lo beso de nuevo, siendo este más largo que el anterior.
_ Aunque me encantaría seguir con la sección de besos. _ comenzó él entre besos. _ Tenemos mucho de qué hablar.
_ Sí, sí, tienes razón. _ dijo ella medio sin aliento, tratando de alejarse para recuperar la cordura. Pero apenas pudo alejarse un poco antes de que él le diera un último beso y la soltó.
_ Okey, tenemos que enfocarnos.
_ Fuiste tú quien empezó todo eso. _ acuso falsamente ella.
_ ¿Puedes culparme? _ pregunto con una enorme sonrisa. _ Vengo babeando por ti desde Julio. _ se asoma para parle otro beso, pero ella lo paro con un dedo en sus labios, dándole una mirada con una ceja levantada.
_ ¿Julio? Sí que te estuviste conteniendo. _ dijo en broma.
_ Lo dices como si yo fuera alguien que no tuviera control de sí mismo. _ se quejó él poniendo los ojos en blanco.
_ ¿Lo dice el chico que tiene una reputación bastante notable en el montón de escoria? _ lo miro de forma interrogante, Gale trago saliva fuerte al escuchar la mención de ese lugar, era obvio que eso iba a salir tarde o temprano.
_ Sobre eso… _ comenzó ya muy nervioso, no sabía que podía decir para no enojarla. _ Bueno, es que yo estaba pasando unos momentos muy difíciles…
_ ¿Por durante casi cuatro años? _ lo interrumpió.
_ ¡Oye! ¿Cómo supiste que fue tanto tiempo? _ pregunto asombrado él, no sabía que ella le había llevado la pista durante tanto tiempo.
_ Gale, cariño, _ comenzó ella mientras le daba pequeños golpecitos con un dedo en su nariz, mientras que usaba la voz más dulce que pudo hacer, pareciendo amorosa. _ soy una cazadora, puede que no lo haga notar, pero yo lo observo todo, y me entero de las cosas a la larga. _ sus ojos tomaron unos tomos amenazadores de golpe, pero su voz seguía siendo igualmente dulce. _ Así que, si llego a escuchar que has vuelto a aparecer por ese lugar, o que andas de coqueto con otra persona, te juro que no dudare en sacar mi arco y clavarte una flecha en el ojo. Recuerda que conozco el bosque mejor que nadie, y les costaran encontrar tu cuerpo si me lo propongo _ Gale trajo fuerte ante esa amenaza. Ella sonrió al ver que había entendido bien el mensaje. _ ¿Nos entendimos verdad?
_ Sí, entendido. _ confirmo. _ Pero igualmente no pienso volver nunca más. Ahora te tengo a ti y soy feliz contigo. _ trato de aligerar la charla.
_ Más te vale que lo recuerdes. _ dijo seria.
_ No te tenia de una chica celosa, Catnip. _ quiso provocarla, aunque daba miedo en ese humor, debía confesar que le gusta este lado de ella.
_ No son celos, solo me aseguro lo que es mío.
_ ¿Y ahora soy tuyo? _ pregunto de forma coqueta, volviendo a tomarla en sus brazos y bajando sus labios para estar cerca de los de ella.
_ Compartimos la misma marca del alma, y no nos hemos parado de besar desde ayer, así que asuma que sí, eres mío. _ hablo en voz baja, también rodeando su cuello con sus brazos y mirando sus labios con interés.
_ ¿Y eso quiere decir que eres mía?
_ Sí, a no ser que hagas algo estúpido otra vez. _ eso último fue una sorpresa para él, sacándolo de su humor coqueto.
_ ¡Oye! ¡Yo no hago cosas estúpidas!
_ Gale, _ hablo con paciencia ella, como si tuviera que hablarle a un nene pequeño. _ acabamos de solucionar ayer nuestra discusión de hace una semana porque tú fuiste lo suficientemente estúpido y necio para solucionarlo antes.
_ Bueno si la plateas así, me haces ver como un estúpido. _ se quejó él, sonando como un nene pequeño.
_ ¡Oh! ¡Pobre bebe! _ se burló ella.
_ Ja, ja. _ dijo rodeando los ojos. _ Dejando las bromas, debemos ponernos serios ¿Nos sentamos? _ ella asistió en de acuerdo y se acomodaron en el lugar donde se sientan para descasar. _ Así que… tienes dos marcas del alma. _ quiso comenzar él.
_ Sí… y tú también. _ Gale asistió. _ Esto de verdad que es raro.
_ Ni me lo digas, le vengo dando vueltas desde que tengo quince y todavía no le encuentro la respuesta. _ soltó un suspiro de cansancio. _ ¿Tu madre lo sabe?
_ ¿Cómo crees que descubrí que tenía dos marcas? Mi hermana fue la que noto la marca de la espalda horas después de que le mostrara la que tengo en el hombro, nos asustamos tanto que fuimos a ver a mamá de inmediato. Insistí mucho para que solo lo supiéramos solo las tres.
_ ¿En serio?
_ Sí, entre las dos han tratado de descubrir que significa, pero no han tenido suerte hasta ahora.
_ Eso es malo.
_ Sí, muy malo. Pero ¿Qué hay de ti? ¿Cómo supiste que tenías dos marcas? ¿Lo sabe tu familia?
_ La verdad, fue un poco gracioso, me di cuenta por Rory, él me vio mientras me cambiaba ¿Puedes creer que creyó que era un tatuaje?
_ ¿En serio que creyó eso? _ pregunto con una risita.
_ ¡Sí! Pero en su defensa tenía como nueve años, era muy temprano a la mañana, se había levantado de golpe y nunca fue una persona mañanera, parece un zombi cuando se despierta más temprano de lo normal, no puede pensar en dos ideas juntas, es por eso que me cuesta llevarlo al bosque tan temprano. _ termino riéndose un poco de su hermanito que odiaba las mañanas.
_ Definitivamente Rory se parece mucho a Prim, no hay forma de sacarla de la cama cuando es muy temprano, solo mi mamá puede cuando hay una emergencia médica, es la única forma en que responda. _ ambos se rieron de sus hermanitos. _ ¿Pero eso quiere decir que Rory sabe de tus dos marcas?
_ No, nadie sabe. Rory solo vio la marca que tengo en la espalda, nunca vio la que tengo en el muslo. Y eso fue una fuerte, porque apenas tuvo oportunidad, presumió con toda la familia que “él fue el primero en notar la marca del alma de su hermano, sin que este se diera cuenta”. _ dijo rodeando los ojos. _ Pensó que mi sorpresa fue porque no me había dado cuenta que ese día recibiría una marca del alma, no porque minutos antes ya había visto mi otra marca.
_ ¿Así que Hazelle y tus hermanos solo saben de la marca que te vincula conmigo? Eso es conveniente. _ dijo pensando en las coincidencias. _ ¿Cómo hiciste para que nadie en el montón de escoria lo supiera también? _ Gale se sonrojo ante la pregunta.
_ Digamos que… no solía desnudarme cuando estaba ahí. _ ella la miro sin comprender. _ Ya sabes, no era como si lo necesitara. Solo… mmm… tenía que… bajar un poco mis…ehhh… pantalones. _ termino incomodo él, desviando la mirada avergonzado. _ Y si vieron algo, habrá sido solo la marca del muslo. _ a claro al final. Katniss también estaba avergonzada por la descripción de él, pero también se quedó pensando en lo último que dijo.
_ ¿Ósea que es probable que allá chicas que sepan que tienes esa marca? _ pregunto pensativa.
_ Te juro que… _ trato de justificar él, pero ella lo interrumpió.
_ No, no hablo de eso. Es solo que es curioso que el rumor sobre tu marca no se supiera en todo el Distrito.
_ ¿Por qué hablarían de mi marca?
_ Por favor Gale, estas en boca de todas las chicas de la escuela, el único otro con el que se la pasan hablando es Rye Mellark ¿Cómo crees que me entere de tu reputación?
_ ¿No era por tus asombras habilidades de cazadora? _ pregunto él confundido.
_ Eso lo dije para intimidarte. Y por como reaccionaste creo que logre el punto. _ dijo rodeando los ojos y luego sonriendo al recordar la cara de miedo que puso ante su amenaza.
_ Qué lindo que disfrutes de mi miedo. _ dijo con sarcasmo él.
_ Eso no importa ahora, lo que importa es que todas las chicas, y me refiero a TODAS, están babeando por ti. Todas las que estuvieron contigo no pierden la oportunidad de presumir con las otras, y eso que no menciono a las que se me acercan o para sacarme información sobre ti, sobre que te gusta y esas cosas, o por algún motivo para presumir conmigo, como si quisieran decir que estuviste con ellas y no conmigo, como si eso me importara.
_ Pero hace un rato me diste una amenaza muy intimidante de sobre cómo me matarías si te enterabas que salía con otra.
_ Eso fue porque AHORA estás conmigo. No puedo juzgarte por lo que hallas hecho antes de que salgamos, no estabas conmigo, no me debías lealtad, ni siquiera sabias que yo era tu alma gemela. No puedo decir que este “feliz” por tu comportamiento de ser más fácil que la tabla del uno con ayuda…
_ ¡Oye! ¡No hay necesidad de ser tan mala! _ interrumpió él.
_ Pero no puedo enojarme por eso. _ continúo ignorándolo. _ Igualmente la amenaza sigue vigente, si me entero que sigues dando vueltas por ahí o que te pasa de vivo con otra chica, te mato. No voy a pasar por todo esto de las parejas para que la cagues por no saber mantener tu pene en tus pantalones. _ termino con determinación y seriedad, a lo que él trago fuerte y asistió en señal de comprensión. _ Pero volviendo al tema ¿Tienes alguna idea de porque parece que somos los únicos que tenemos dos marcas?
_ La verdad es que tampoco descubrí nada. No tengo ni idea de que significa ¿Tú tienes alguna idea?
_ No, desde que las tengo, he tratado de olvidar que están, en parte no quería confrontar que lo que más quería era no tener un alma gemela y no sé porque termine con dos. _ miro a otro lado, pensando en los ataques de ansiedad que tuvo en esa época, costaba creer que eso fue como hace cinco meses atrás.
_ Pero… ¿Estas bien con eso ahora? _ pregunto con inseguridad al ver su cambio de humor. Ella soltó un largo suspiro antes de voltearse a verlo.
_ Es… complicado. Tuve tanto miedo durante los últimos años sobre este momento, que me es difícil no tener temor o preocupación. Tengo miedo que algo te pase y te aparte de mí, tengo miedo de pensar en lo que eso me haría, tengo miedo de ser como mi madre al final. Pero también debo admitir que, con unión o sin ella, siendo novios o amigos, yo ya que te quiero y eres, y serás, importante para mí, y si algo te llegara a pasar, sería igualmente devastador para mí ¿De qué sirve negarse lo que a uno le hace feliz si al final se va a sufrir igual? De esta forma puedo darme la oportunidad de estar contigo y hacer lo que me aconsejo Prim la primera vez que vio mi marca del alma, tener fe en que, si al destino decidió que tenía que ser así, fue por algo. Sé que todavía me falta mucho por calmar estos miedos, pero esto es algo, o por lo menos eso creo. _ Gale sonrió orgullo al ver lo mucho que ella se estaba esforzando por enfrentar lo que la aterrorizaba.
_ No, está bien, lo estás haciendo bien. Yo te prometí que te ayudaría a curar tus miedos y traumas, y eso es lo que hare. Puedes contar conmigo en que haré todo lo que este en mi para que superemos esto juntos. _ dijo mientras agarraba su mano entrelazándola con la suya y apoyaba si cabeza con la de ella.
_ Gracias por entender. Pero hay algo más que tengo que pedirte.
_ ¿Y qué es?
_ Yo… todo esto es muy nuevo para mí, ni siquiera lo esperaba y hasta ayer no lo deseaba. Por lo que te pido que nos lo tomemos con calma, necesito acostumbrarme a toda esta idea, y puede que eso lleve algo de tiempo.
_ Catnip, está bien, estaré contigo. Claro que necesitas tiempo, y podemos dárnoslo, no hay problema. _ confirmo dándole un dulce beso en la frente, ella le sonrió en agradecimiento. _ Pero ¿Al menos podemos seguir con los besos? _ pregunto jugando. Ella sonrió ante la pregunta tonta.
_ Claro que podemos seguir con eso. _ y para confinar su punto lo beso en los labios.
_ Menos mal. _ dijo Gale cuando terminaron el beso. _ Porque no sé si sería lo suficientemente fuerte para resistirme. _ bromeo haciendo que ella se riera de él.
_ Igual nos desviamos del tema de nuevo ¿Seguro que no tienes ni una idea sobre las marcas?
_ Bueno, puede que allá dejado volar mi imaginación un poco. _ confeso un poco sonrojado.
_ ¿Qué te has imaginado?
_ Digamos que… al tener dos marcas del alma, pensé que estaría destinado a dos personas, y he llegado a fantasear… en que conocería a las dos al mismo tiempo y… que seriemos pareja los tres. _ termino nervioso, esperando que ella no lo juzgue tanto.
_ ¿Qué? _ pregunto ella sin terminar de adsorber lo que él estaba sugiriendo.
_ Solo piénsalo. Cada marca representa un vínculo particular que tengas con tu alma gemela, entonces no suena a una locura creer que la otra marca represente el vínculo que tengamos con una tercera persona.
_ ¿Pero si eso fuera así, no sería más lógico que los tres compartamos la misma marca? _ Gale negó antes de contestar.
_ No, cada marca simboliza UN vínculo, representa la relación que vas a tener con esta persona, la forma con la que vas identificarte con ella; pero la forma que te identifique y te relaciones no va ser exactamente igual a la forma que lo haces conmigo o a la forma en que yo lo haga con ella. Por eso nuestras marcas son tan diferentes, porque al igual que para el resto, la forma de vincularse con sus almas gemelas son diferentes y únicas. _ trato de explicar él.
_ ¿Oseas que estas tratando decir que la otra marca que tenemos puede perecer a la misma persona? ¿Cómo podríamos estar seguro de eso?
_ Supongo que no lo sabremos hasta que pase. Pero dime si no sientes curiosidad de que fuera así. _ dijo coqueteando, jugando con su trenza mientras se acercaba a susurrarle en la oreja. _ Tener a alguien más aquí, mirando cómo nos besamos, _ Katniss se dejó llevar por lo que él describía. _ viendo cómo te toco, _ siguió narrando, bajando sus manos suavemente por sus brazos, llegando a sus caderas, donde la sujetó con más fuerza, haciendo que se le escapara un pequeño gemido a ella. _ imagina lo inquieta que se pondría ella al vernos así y que ella no participe. _ ella comenzó a sentir una pequeña “comezón” en la parte baja de su cuerpo, entre sus piernas, que iba en aumento con cada palabra que él le narraba suave mente en su oreja. _ No estaríamos siendo muy justos con ella ¿Vedad? _ Katniss negó, pero la verdad no estaba pensando mucho en la pregunta, solo en lo bien que se estaba sintiendo. _ Ahora imagina en lo rico que seria que la invitáramos a unírsenos. _ Ella gimió de nuevo. _ Sí, lo estás viendo. _ él siguió con sus acaricias suaves, jugando con ella, no acercándose a las zonas más íntimas a propósito, pero pasando las manos muy cerca de estas. _ Yo también me lo puedo imaginar, ella estando de tu otro lado, y entre los dos te hacemos sentir muy bien ¿No te gustaría sentirte bien, Catnip? _ sedujo él, activando un interruptor en ella que ninguno de los dos sabía que tenía, ya que, para sorpresa de ambos, ella se lanzó encima de él, quien termino acostado de espada al suelo, con los ojos muy abiertos por el movimiento repentino, y se quedó mirándola fijamente, tratando de entender que había pasado.
Ella no dijo nada, solo junto sus labios en un beso apasionado y lujurioso, tratando de tomar el control del beso, pero por culpa de su inexperiencia, Gale le arrebató el control y por más que ella luchara para recuperarlo, no lo logro. Y así estuvieron un buen rato, luchando con el otro en besos, escuchándose los gemidos y quejidos que se le salía al otro, tratando de someterse entre ellos, no dándose por vencidos por nada en el mundo, no importara las veces que Gale la venciera porque tener más experiencia o cuantas veces él mismo fuera tentado a rendirse y ceder a ella. Para cuando terminaron, ella seguía encima de él, con las piernas rodeando sus caderas y apoyo la cabeza en su pecho, tratando de recuperar la respiración, sin ser consiente de los jaleos que él también soltaba por su propia falta de aire.
Ambos se tomaron un tiempo para recuperarse y tratar de entender que les había pasado. Habían actuado con total naturalidad entre ellos, no pensaban en lo que estaban haciendo, simplemente se lanzaron a una batalla entre ambos sin impórtales nada, y aunque se podría decir que el ganador fue Gale, ella podía argumentar que no se trató de tener un ganado, sino la lucha de voluntades que tuvieron, que los hizo explorar las debilidades del otro y exponerlas de forma deliciosa, por eso ella no sintió como perdedora, sino se sintió completamente satisfecha de alguna forma, aumentando su curiosidad al pensar que si eso lograban con unas pocas palabras y unos besos locos ¿Qué más podían lograr si seguían más adelante? Un escalofrió le recorrió la espalda al imaginar levemente lo que podría ser. Ella todavía no estaba lista para más, pero la curiosidad ya estaba planteada en su cabeza para un futuro, que esperaba, fuera cercano.
_ Okey… eso fue intenso. _ hablo él sin aliento al final. Ella solo pudo asistir al respecto. Se tomaron su tiempo para reponerse.
_ Creo que podría ser. _ dijo ella después de un tiempo.
_ ¿Qué podría ser qué?
_ Ya sabes, que seamos tres, podría ser. Pero no estoy segura del todo, hace un rato me enoje al pensarte con otra mujer, no sé si soy buena compartiendo. Por otro lado, yo no quería tener pareja hasta ayer, que me ayudaste a abrir los ojos, así que la única forma en la que esté segura de cómo me voy a sentir es cuando pase, si es que pasa.
_ Eso es cierto, yo tampoco estoy ciento por ciento seguro de si eso va a pasar. Pero no me preocupo por eso ¿sabes por qué? _ le pregunto mirándola a los ojos, a lo que ella negó con la cabeza.
_ ¿Por qué?
_ Porque te tengo a ti, y mientras te tenga, voy a estar bien. No importa si no es como yo digo, o si lo es, puede que no la conocemos hasta años después. Lo que importa que tengo a ti aquí y ahora, eso es suficiente para mí. _ le sonrió cariñosamente a ella, y ella conmovida por sus palabras se acercó a besarlo de nuevo, pero esta vez fue más dulce y amoroso que apasionado.
Se quedaron unos minutos ahí, acostados en el claro que estaba rodeado de árboles, donde ellos se sentían ellos mismos, en el elemento en que más se identificaban. Se quedaron tranquilos y relajados ahí mientras sus mentes vagaban por los rincones de sus cabezas, analizando la charla que tuvieron, e imaginando el futuro juntos. Cuando se sintieron listos, se ayudaron a levantarse y se pusieron a trabajar, buscando presas que pudieran atrapar y cazar. Esta vez tuvieron mejor suerte que la última vez que cazaron juntos, ahora podían sentir que eran más compatibles que antes, ya sea porque la unión se estaba comenzando a formar entre ellos o porque estaban más tranquilos por no tener más secretos, pero se sentía mucho mejor que nunca. Para cuando llego el mediodía ya tenían suficiente para hacer sus intercambios y guardarse una pequeña parte para ellos. Estaban por llegar a la cerca, cuando Katniss los detuvo repentinamente, él se giró para mirarla con curiosidad.
_ ¿Qué vamos a hacer con nuestras familias? ¿Les vamos a decir? ¿Todo o una parte? _ Gale pensó en sus preguntas por un rato antes de contestar.
_ ¿Tú qué quieres hacer?
_ Bueno mi familia ya sabe que tengo dos marcas del alma, y si les dijo que salgo contigo creo que sabrán que una marca te pertenece a ti, mínimo. Así que no me molestaría en decirles todo a ellos, pero en tu caso, tu familia no sabe que tenientes dos marcas.
_ Sí, ellos no lo saben. Y tampoco sé cómo decírselos.
_ ¿Pero quieres hablarles de nosotros?
_ Bueno… ellos saben solo de la marca que comparto contigo, y me gustaría que supieran que ya eres mi novia. Pero todavía no me siento seguro con háblale de la otra marca.
_ Está bien, no tenemos que decirle eso todavía, pero me gustaría decirle a mi familia que tú también tienes otra marca, creo que se sentirían mejor al saber que no soy la única. Prometo que guardaron silencio, incluso con tu familia.
_ Me parece bien si les aseguras que yo no estoy listo para hablar de eso con mi familia.
_ Sí, ellas lo van a entender. Pero hay otra cosa más que quería pedirte.
_ ¿Y qué es?
_ Yo… quiero que lo nuestro sea nuestro ¿Entiendes?
_ No, a que te refieres.
_ A que… _ ella trato de buscar las palabras. _ yo no quiero que todos hablen de nosotros, odio ser el centro de la atención.
_ ¿Por qué seriamos el centro de la atención? _ pregunto sintiéndose descolocado, a lo que Katniss puso los ojos en blanco.
_ Ya te lo dijo, están en la boca de todas las chicas, otras están al pendiente de lo que hagas, y la verdad es que no quiero que se enteren de lo que está pasando entre nosotros solo para que después estén metiendo la nariz en nuestra relación. Quiero que lo nuestro sea nuestro y de nadie más, que solo nuestras familias sepan lo que nos pasa, pero que los otros queden afuera, por lo menos hasta que yo cumpla dieciocho y… podamos… firmar un certificado de unió… _ termino con duda. Gale soltó una sonrisa radiante.
_ ¿Quieres firmar un certificado de unió conmigo? _ pregunto con ojo brillante de ilusión, a lo que ella rodeo los ojos otra vez.
_ ¿Eso es lo único con lo que te quedaste?
_ Es lo que más me intereso. _ respondió encogiéndose de hombros, y ella le dio un golpecito en el hombro. _ Pero en cuanto a lo otro, si te interesa tanto saber, no me molesta mantener todo esto en privado, aunque no sé si sea bueno en resistirme a besarte por todas partes, pero debo admitir que besarte en lugares secretos para que nadie nos encuentre tiene su atractivo. _ termino con expresión pensativa al imaginarse la experiencia, ganándose otro golpecito que lo hizo reír. _ Pero si es lo que quieres, no me importa, puedo esperar hasta que tengas dieciocho y estemos unidos para decírselos a todos. _ termino sonriendo y apoyando su cabeza con la de ella.
_ Gracias.
_ No hay de que ¿Hay otra cosa más que te inquiete? _ ella negó. _ Bueno, entonces permíteme hacer esto antes de que lleguemos al Distrito. _ y con eso agarro su cintura con la mano libre que tenía y le planto un beso largo en los labios.
Ya habiendo solucionado todo lo que tenían que hablar, siguieron con su día con normalidad, siendo discretos con su relación con los demás, pero para los que los conocía bien, supieron notar pequeños cambios en ellos, no lo suficiente para sospechar algo, pero si para notarlo.
El tiempo paso, como siempre para cuando se inicia una relación, y con cada mes que pasaba, más unidos se volvían, y cada vez se le hacía más difícil mantener su relación en secreto. Los primeros en enterarse fueron, obviamente, la familia de Katniss, todo gracias a que Prim pudo encontrar las pruebas de que algo pasaba entre ellos. Katniss no tenía la intención de mantener su relación en secreto de su familia, pero tampoco supo sacar el tema con ellos, y al no encontrar una oportunidad, tampoco hizo mucho para fosarla, y siguió así hasta que Prim la puso contra las cuerdas y logro sacarle una confesión sobre todo. Su hermana se emocionó tanto, que se le escapo un grito de alegría, lo que aleto a su madre, quien entro a la habitación alarmada solo para ser recibida por su hija mayor mirándola con los ojos abiertos, casi en pánico, mientras su dulce hija menor pegaba saltitos por toda la habitación y cantaba “Katniss tiene novio” una y otra vez. Eso fue suficiente para que Violet entendiera lo que pasaba, pero no rebelaba quien sería el afortunado chico (aunque tenía sus sospechas). Después de una rápida aclaración (que confirmo sus sospechas por suerte) pudo tranquilizarse, no antes de que planeará una charla muy seria con el novio de su hija; quería a Gale, pero como madre de una jovencita, y sabiendo la reputación de este, tenía que dejar en claro algunas cosas con él (Gale con esa charla entendió de donde salía ese carácter fuerte que comenzaba a notar en las hermanas Everdeen, quien diría que una mujer tan suave y frágil como siempre le pareció la Sra. Everdeen pudiera ser tan… explicita en su forma de plantear su preocupación por su hija).
El siguiente paso para sorpresa de nadie fue la charla de Gale con su familia, charla que no fue tan dramática como con los Everdeen, al parecer su madre ya sospechaba de todo (aunque se sorprendió que fueran almas gemelas), y solo estaba esperando a que su hijo se sinterizara. Por otro lado, a sus hermanos solo sintieron el leve interés de que su hermano mayor por fin tuviera una novia oficial y que esta fuera su alma gemela, pero una vez superado la novedad, todo volvió a la normalidad para los pequeños, con la diferencia de las muestras de afecto entre ellos que se estaban haciendo más común en la pareja nueva.
Pero en su mayoría no hubo más dramas en el Distrito, por lo menos de su lado, excepto tal vez la curiosidad de las jóvenes en saber por qué el chico más anhelado del Distrito, ya no llevaba a nadie al montón de escoria, pero tampoco lamentaron tanto la perdida, y al instante fueron consoladas por un “desinteresado” Rye Mellark, quien con gusto se posiciono como el chico más deseado del Distrito que si quería complacer a las jóvenes. Pero fuera de eso, sus vidas continuaron como siempre, y estando en los primeros días del invierno, que era la estación más tensa para el Distrito, ya que la tasa de mortalidad era alta durante esos meses, todos estaban más concentrados en ellos mismos que en lo que hacían sus vecinos, lo que facilito las cosas para Katniss y para Gale, quien fiel a su palabra, no podía evitar en explorar los lugares secretos que tenía el Distrito para robarle unos cuantos besos a su chica (y talvez unas cuantas acaricias subidas de tono, solo porque se dejaban llevar por la adrenalina de esconderse y tratar de no ser descubiertos). Pero el invierno también paso sin problemas (para tranquilidad de Katniss, quien siempre se ponía nerviosa en esta estación) y para cuando se quisieron dar cuenta, ya estaban cerca del cumpleaños número dieciocho de Gale, que era el diecisiete de febrero, por lo que significaba que el invierno estaba por terminar.
Para ese entonces, ellos ya tenían como cuatro meses de ser novios, y Katniss quería darle algo especial para festejar su cumpleaños, no solo porque ahora eran novios, sino porque al cumplir dieciocho tenía la edad para que esta sea su última Cosecha, y también porque estaba cerca de terminar la escuela, lo que significaba que ya podía ser considerado como un ciudadano pleno para el Capitolio y una vez que los Juegos terminaran podía pedir un puesto en las minas. Era un cumpleaños importante, como el cumpleaños número doce, pero a diferencia de este, el número dieciocho se celebraba con más optimismo, significaba que estabas seca de comenzar tu vida de adulto, la alegría de ese cumpleaños solo era superado por el cumpleaños número diecinueve, donde se celebra que superaste los Días de la Cosecha sin ser elegido como tributo y ya no te preocupas de eso hasta que tengas hijos propios, o en casos de otros, como ellos, seguirían preocupados hasta que el último de sus hermanos saliera del Día de la Cosecha intactos. Pero Katniss prefería enfocarse en que iba a ser el último Día de la Cosecha de Gale, por lo quería hacer algo especial por él.
Es por eso que se encontraba en su almuerzo en el colegio, con la mirada fija en la nada mientras pensaba, tan distraída estaba que no noto que su amiga, Madge Undersee, se sentó con ella y la estaba estudiando. Recién fue consciente de su presencia cuando ella se aclaró la garganta para llamar su atención, que pego un pequeño salto al no esperarse la presencia de su amiga.
_ Estas muy distraída Katniss. _ dijo como saludo ella, a lo que Katniss simplemente rodeo los ojos.
_ Solo estoy pensado en cosas. _ respondió simplemente.
_ ¿En serio? ¿Y qué te tiene tan distraída? _ pregunto con curiosidad, no todos los días sorprendes con la guardia baja a la mejor cazadora del Distrito.
_ Cosas que no son de tu incumbencia. _ hablo de forma cortante, dejando en claro que no quería hablar con ella sobre eso.
_ Ahora si estoy interesada ¿Qué podría ser lo que te tiene tan distraída que no lo quieres mencionar? _ se quedó pensado en las posibles respuestas mientras Katniss rodeaba los ojos nuevamente y decidía desviar la mira mientras la ignoraba.
Algo curioso paso cuando aparto la mira, dio la casualidad que de todos los lugares en los que podía caer sus ojos, justo fueron para la dirección de cierto chico que se encontraba en una de las mesas centrales de la cafetería, en donde era ocupado por lo chico más “populares” del colegio, en el que todos los integrantes del grupo eran hijos de Comerciantes, resaltando por sus cabellos en varias tonalidades de rubios y por su vestimentas limpias y más bonitas que las demás. Pero Katniss no tenía ojos para ellos, sus ojos solo estaban para uno de los integrantes del llamativo grupo, el chico que se encontraba casi en el centro, que parecía el que llevaba la conversación, no porque se la pasara hablando, sino porque siempre tenía algo que aportar y hacer que la charla siguiera con eso, o porque siempre incitaba a todos a hablar, incluso a los más retraídos del grupo, que lejos de molestarse por ser obligados a hablar, le respondían con una sonrisa y contestaban a sus dudas y curiosidades.
El chico era tan llamativo como el sol en el cielo, capas de iluminar a todos con sus sonrisas ambles y cariñosas, brindarles a todos la misma calidez y tranquilidad que dicha estrella. Siempre se mostraba tan relajado y contento, tratando de contagiar esas emociones a los demás, teniendo pequeños actos humildes con todos con los que se cruzaba, sacando sonrisas de algunas personas, logando su cometido con algunos de estas. Era un foco de atención, no solo por su forma de ser, que eso ya era algo llamativo para el deprimente Distrito Doce, sino también por su físico, no era raro que los Comerciantes tuvieran cabellos rubios, pero lo suyos eran de un rubio ceniza, que se volvían dorados con la luz del sol, también eran ondulados, haciendo que nunca estuvieran bien acomodados, dándole un aire de libertad y aleatoriedad al no tener dos veces seguidas el mismo peinado, lo que resultaba muy refrescante por algún motivo. Sus ojos eran de un azul fuerte, Katniss nunca había visto el mar en persona, pero si lo había en la tele de vez en cuando, y si tuviera que comparar sus ojos con un color, ese sería el color que tiene el mar en sus profundidades, donde daba la sensación que escondían un montón de secretos en sus profundidades, al igual que los ojos del chico, que parecía que te invitaba a sumergirte en ellos y ver si tienes la suerte de encontrar alguno de sus tesoros. Su rostro era atractivo, con labios un poco gruesos, que siempre se encontraban sonriendo en su mayor parte del tiempo, y se notaba lo joven que era al todavía tener las mejillas redondas, característico de los niños, pero su mandíbula de a poco comenzaba a tomar protagonismo sobre estos, pero todavía faltaba para eso. El resto de su cuerpo era igualmente atractivo, pero, aunque no destacaba por tener una estatura sobresaliente, lo compensaba con sus hombros anchos y brazos musculosos, capases de cargar cualquier cosa, resultado de su trabajo que hacía para sus padres y por su entrenamiento en la lucha libre, pero curiosamente sus manos callosas, también por el trabajo, siempre mostraban una delicadeza que parecía raro en un chico con sus cualidades, pero que combinaba con la delicadeza de sus ojos. Su torso era igualmente musculoso, pero no tan ancho como sus hombros, teniendo el pecho bien definido, seguido por una cintura esbelta y unas caderas estrecha; todo para que terminará con unas piernas musculosas que los sostenía con fuerza y agilidad.
Era tan cautivador que a Katniss le costó apartar la mirada, pero cuando lo logro, fue para encontrarse con la mirada curiosa de Madge, quien parecía que la miraba como su la hubiera atrapo con las manos en la masa.
_ Quizás, lo que te tenga tan distraída es cierto chico panadero. _ respondió finalmente a su propia pregunta con una sonrisa y mirada picara.
_ ¿De que estas hablando? _ trato de fingir inocencia Katniss.
_ Sí, hazte la tonta. Vi cómo te estabas babeando por el hijo del panadero ¿Acaso estas tentada de comer de sus biscochos, Katniss? _ pregunto moviendo sus cejas de arriba hacia abajo.
_ … ¿En serio usaste una referencia de su trabajo para referirte a una parte de su cuerpo?... _ Madge rodeo los ojos al ver que su amiga no le seguía el juego.
_ Eso no importa. Lo que importa es que estás interesada en él, y se nota porque nunca te interesas en nadie. Pero no te culpo, yo también tuve mi flechazo por Peeta Mellark ¿Quién no lo estuvo en toda la escuela, aunque sea una vez? Y, a decir verdad, ya te estabas tardando. _ ella hablo sin importarla que su amiga la miraba tratando de comprender lo que estaba diciendo.
_ ¿Qué quieres decir con que todas, en algún momento, se interesaron en él? Pensé que todas estaban babeando por su hermano del medio, y antes de eso por Gale. _ Madge volvió a rodear los ojos, había mucho que enseñarle a su amiga sobre chicos y las preferencias de las chicas.
_ Esos son interese para joder un rato en su mayoría. Peeta despierta otro tipo de interés, aunque no es tan sexy como su hermano y Gale (¡Por Dios! ¡Qué sexis que son esos dos!), las chicas (en las que me considero parte del grupo) lo consideramos el equivalente al novio y, por ende, al esposo perfecto. Ya sabes, porque es siempre tan dulce, amble y cariñoso, además que no hay rumores de él con otras chicas, algunas hasta dicen que todavía no lo ha hecho con nadie, y no es por falta de ofertas. _ eso lo dice guiñándole el ojo a su amiga. _ Sin mencionar que no está para nada mal, es bastante lindo y atractivo ¿Y alguna vez lo viste competir? ¡Dios! Esos brazos sí que son fuertes. _ termino con la mirada perdida mientras su mente embocaba recuerdos del atractivo chico. Ahora era Katniss la que rodeaba los ojos, su amiga solía ser una chica muy tranquila y para nada parlanchina, pero su punto débil eran los chicos, siempre tenía la manía de llenarla de información sobre estos, cosas que, la verdad, no le interesaban (excepto tal vez cuando mencionaba a su mejor amigo en ese entonces, y que ahora es su novio secreto). Pero quizás el único chico en el cual tenía algún interés (además de su novio, claro), era justamente del chico que estaban hablando ahora (pero su interés no era el que se refería su amiga en este momento), es por eso que le llamaba a atención que el chico fuera tan popular entre las chicas sin que ella lo supiera, por eso es que no puedo detener su curiosidad.
_ Parece que todavía estás interesada en él. _ le comento Katniss
_ Bueno, digamos que siempre le voy a tener mucho cariño. _ esto llamo la atención de Katniss.
_ ¿Y eso por qué?
_ Es que… _ se detuvo pensando en lo que iba a decir. _ Él me ayudo en un momento en que necesitaba a alguien con quien estar. _ miro a su amiga, quien tenía curiosidad por lo que tenía por decir. _ Tu sabes que mi padre me obliga a ir a las “fiestas” que organiza, en las que tengo que relacionarme con todos los hijos de las familias influyentes del Distrito, según él, así aprendo de política y diplomacia, aunque a nadie del Distrito le interesa ninguna de las dos cosas, pero en fin, él insiste en eso. Bueno, resulta que hace un par de años yo estaba muy interesada en un chico hijo de Comerciante, estaba muy loca por este chico, y contra todo pronóstico, él al parecer también estaba interesado en mí. Para aclararte un poco la situación, yo tenía como catorce en ese momento, por lo que era muy ingenua e inocente, y él por otro lado estaba por terminar el colegio, por lo que tenía casi dieciocho creo. El tema es que se suponía que él se me iba a declarar en una de esa fiesta, obviamente en privado (porque si mi padre se hubiera enterado, lo habría hecho azotar en la plaza pública), y así íbamos a iniciar nuestra relación después de meses de dar vueltas el uno al otro. Te imaginaras que yo estaba muy emocionada por eso, por lo que no podía perderlo de vista en toda la recesión, esperando cuando seria el momento oportuno para que pudiéramos hablar, pero sabes cómo me pongo cuando hay mucha gente a mi alrededor, me pone muy incómoda, así que aproveche para esconderme en alguna parte del salón sin que nadie se diera cuenta, cuando estuve lista para salir y seguir con la fiesta, vi que cerca de mi escondiste estaba él con sus amigos. Contra mi buen juicio me quedé a escucharlo, y menos mal que lo hice. _ ella se detuvo un momento para darse fuerza y continuar, si bien todo había pasado hace tiempo, seguía siendo una historia que la ponía un poco mal, y no se lo había contado a nadie, excepto por supuesto a Peeta.
_ Él le estaba contando a sus amigos los planes que tenía conmigo esa noche, lo que no era sorprendente porque yo ya lo sabía, pero la cosa se puso rara cuando sus amigos le dieron como su “pésame” por tener que salir conmigo, y cito, “una niña tan inmadura y tan poco sociable, con cero carisma y que tenía la gracia de un gusano, sin mencionar lo poco atractiva que me veía”. Y eso no fue todo, porque además de que no me defendió para nada, sino que agrego: “Sí, me hubiera gustado que se pareciera a mi alma gemela ¡Mierda que esa sí es una chica súper sexy! Pero lamentablemente es una de la Veta, por lo que no hay oportunidad de que me valla con ella. Ni modo, tendré que tenerla como amante, sería un desperdicio que ese bombacito se fuera con otro, no creo que a ella le importe, si todo sale como lo planeo, Madge será alcalde en unos años cuando termine con el colegio, o por lo menos tendrá un puesto importante como hija del alcalde, lo que me asegura una posición ventajosa y que page muy bien, y con ese dinero puedo mantener a mi alma gemela como amante sin que Madge se dé cuenta”. _ se quedó mirando la expresión de sorpresa de Katniss, viendo hacia donde estaba yendo la historia.
_ Por supuesto que salí corriendo en cuanto tuve la oportunidad, estaba destrozada, era mi primer amor, y estaba totalmente convencida que sería mi alma gemela, pero aunque no lo hubiera sido, yo de verdad estaba dispuesta a estar con él, sin importar nada. Obviamente era muy chica y era muy dramática para entender más allá de todo eso, pero en ese momento estaba muy adolorida, no quería darles el gusto a esas personas de verme así de mal, por lo que salí del salón y de la Alcaldía, y me fui corriendo al pueblo, donde me escondí en un callejón en el que nadie podía verme y así llorar en paz. Estaba tan metida en mi llanto que no escuche que alguien se me acerco unos minutos después. Por un momento pensé que alguien de la fiesta me había seguido y me estaba buscado para burlarse de mí, pero resulto ser todo lo contrario. Era Peeta, quien escucho a alguien llorar y se asomó a ver qué pasaba, claro que en ese momento yo no sabía quién era, pero lo reconocí por verlo a veces en cuando en el colegio y siempre parecía tan amble, por lo que me tranquilice un poco al darme cuenta que era él y no esos otros chicos.
_ Él parecía que estaba preocupado por mí, pensaba que me habían lastimado, yo lo tranquilice diciendo que no estaba lastimada de esa forma, a lo que él pregunto: “¿Entonces de qué forma te lastimaron?”, y con eso volví a llorar a cantaros, y él se sentó cerca de mí, dándome un apretón de mano para denostarme que estaba ahí para mí, y me dejo llorar en paz, pero esta vez me hacía compañía. En algún momento, no sé cómo todavía, pero termine llorando en su hombro mientas me abrasaba, me daba palmaditas y acariciaba mis brazos para que me tranquilizara. Después de un buen rato, puede calmar mi llanto, aun así, me siguió abrazando sin problemas, y para cuando pude hablar de nuevo, me pregunto tranquilamente: “¿Quieres hablar de eso?” y yo aproveche de contarle todo lo que me había pasado. Él solo se quedó ahí, escuchándome mientras me seguía abrazando y me daba pequeños apretones en las partes más vulnerables de lo que le contaba. Cuando termine nos quedamos en silencio un rato y cuando volvió a hablar dijo: “Yo que tú, no lloraría más por ese imbécil, no merece la pena, no alguien que esta tan dispuesto de hacerte daño a ti y a su alma gemela, solo porque su motivación es el poder y la riqueza. No te conozco mucho, pero te he visto en la escuela, y aunque seas alguien retraída socialmente, sé que eres más inteligente de lo que dejas ver a todos, sé que tu capacidad de análisis es muy buena, al igual que tu nivel de observación, y no tienes los prejuicios de las clases como lo hacen otras niñas mimadas hijas de Comerciantes. Y cuando tienes algo que decir, siempre es muy certero e interesante, si te soy sincero me has hecho pensar en muchas de las cosas de dices en clase, puede que no participes mucho en estas, pero cuando te ves obligada a hacerlo, demuestras lo inteligente que eres. Por como yo lo veo, eres perfecta tal cual eres, eres lista, instintiva y por no mencionar que eres muy bonita, eso sin contar con los contactos que podrías tener por ser la hija del alcalde. No dejes que unos chicos sin buen gusto bajen tu estado de ánimo, eres perfecta así, no necesitas cambiar nada ¿Y que si no eres muy sociable? Para mi te hace más auténtica, muchas de esas personas que están siempre rodeadas de personas suelen tener una mascar para interactuar con ellas, tu no estas dispuesta de cambiar para caerles bien, y eso es muy admirable. No sé qué planes tienen tú y tu padre, pero yo creo que serias una buena líder y una buena alcaldesa, solo te falta confiar más en ti misma, ese es el secreto para que la gente te siga, es que tengas mucha confianza en ti misma. Pero no te alarmes por no tener eso ahora mismo, todavía tienes tiempo, mientras no dejes que un imbécil se meta en tu vida y la quiera manejar.”. Yo de verdad me quede asombrada, tanto que nunca olvide sus palabras, me ayudaron más de lo que yo creía, nadie más que mi padre me había dicho cosas tan buenas de mí.
_ Nos quedamos ahí un rato más, hablando de todo un poco, ayudándome a que no me deprimiera y volviera a pensar en ese tipo. Cuando se estaba haciendo muy tarde y yo tenía que volver a casa antes que se hiciera muy tarde y alarmara a mi padre, me sugirió acompañarme para que no fuera sola, pero yo quería ir sola, necesitaba un tiempo para mí, y así podía pensar tranquila en todo lo que había pasado. Pero antes de irme, él entro en la panadería y salió con una bolsa, la que me la entrego mientras me decía: “No te pongas más triste por ese tipo ¿Si? Y si lo necesitas yo mismo puede darle una golpiza por hacerte llorar, o al menos uno de mis hermanos estaría más que dispuesto a hacerlo”, dijo lo último en un murmullo creo, y recuerdo que lo mire con duda, porque no sabía a qué se refería, pero en vez de explicarse él dijo: “Pero si te sirve de algo, creo lo va a pagar muy caro al rechazar de esa forma a su alma gemela y por tratarte tan mal, por seguir un camino tan ambicioso, ya vas a ver que eso le va a caer muy pesado cuando sea su momento, puede que no sea pronto, pero va a pasar cuando le duela más. Así que yo no perdería más tiempo pensando en él” y con eso me dejo ir sola a casa, en el camino abrí la bolsa que me había dado que estaba llena de galletas, estaban deliciosas y me hicieron sentir mucho mejor. Para cuando llegué a casa estaba más tranquila y hasta me fui a dormir esa noche con una sonrisa.
_ Siento mucho lo que te paso
_ Ya está, fue hace tiempo, pero gracias a lo que hizo, logro hacerme sentir mejor. Estuvo ahí cuando más lo necesitaba. No te negare que por un momento tuve un enamoramiento por él porque ¿Quién no sentiría así cuando te dicen esas cosas tan tiernas? Pero fue muy pasajero. De todas formas, eso no quiere decir que no desee que tenga una buena pareja. No me gusta como lo miran las otras chicas. _ Katniss la miro con curiosidad.
_ ¿Y cómo lo miran?
_ Como si fuera algo para usar.
_ No entiendo.
_ Bueno, a él lo tienen como el novio y esposo perfecto, pero eso no quiere decir que todas estén interesadas con él porque estén medio enamoradas de él o porque mínimo estén interesadas, muchos lo ven como una oportunidad de estabilidad. Saben que es un chico bueno y amable, que nunca le haría daño a nadie a propósito, por lo que es un buen material para esposo, ya que lo hace ideal para muchas que necesitan casarse para poder heredar los puestos de sus padres, pero en realidad no están particularmente interesadas en eso. A muchas les interesan más salir con varios chicos que establecerse con uno solo, pero hay muchos padres que exigen a sus hijas que estén casadas antes de siquiera poder considerarlas como aprendices, incluso si son hijas únicas. Sí, lo sé, es un pensamiento muy anticuado y retrogrado si me lo preguntas, pero bueno, son así.
_ ¿Y eso que tiene que ver con Peeta?
_ ¿No lo ves, Katniss? Peeta es el tercer hijo del panadero, es sabido que es casi imposible que herede la panadería, por lo que la única forma de que siga siendo parte de los Comerciante es si se casa con una “heredera”, lo que es bueno para ellas, así conservan sus derechos de herencias y no tienen que irse de sus casas y comenzar de nuevo en el trabajo de sus esposos. Eso ya lo hace muy llamativo, pero también hay que pensar que él es muy dócil y tranquilo, lo que habilita a que estas chicas puedan seguir con otros chicos sin que él le haga un escándalo, porque él no es ese tipo de persona, por lo que se podrían aprovechar de él de esa forma. Es probable que termine en un matrimonio como el de sus padres, en el que él sea como el panadero, siempre tan bueno y amable, casado con una mujer que no lo valora por lo que es y lo maltrate por eso. _ Katniss se quedó asombrada por lo que ella le contaba, nunca considero que los Comerciantes tuvieran ese tipo de problemas, si sabía que tenían matrimonios de conveniencia, pero nunca imagino que fuera de esa forma. _ Pero si tú estás interesada en él, puedo decir que eso me tranquiliza un montón.
_ ¿Qué?
_ Katniss, sé que estás interesada en él, se nota por como lo estabas mirando hace rato. Estoy muy feliz por eso, de verdad. Siento que harían una linda pareja, con sus personalidades tan diferentes que ambos tienen, él siendo todo suave y tierno, confiando en todos sin dudarlo, y tu siendo tan ruda y desconfiada, estando pendiente de todos lo que quieran hacerle daño. De verdad que se verían tan lindos los dos juntos. Hasta me lo imagino llevándote a que seas menos gruñona con las personas, mostrándote otra forma de ver las cosas. _ Madge se quedó imaginado la interacción de ambos como pareja, ignorando la cara de espanto de Katniss. _ De verdad que serían muy lindos los dos juntos.
_ Espera, espera, espera. _ la para antes de que siguiera hablando. _ No estoy interesada en Peeta Mellark.
_ ¿No?
_ ¡Por supuesto que no!
_ Entonces… ¿Por qué te lo quedaste mirando? _ pregunto Madge con sospecha, no creyéndole del todo.
_ Porque… _ Katniss trato de pensar en una excusa válida para no admitir que se quedó mirándolo tan descaradamente porque simplemente el chico atraída la mirada de todos, incluyéndola. _ Porque… puede… que él también me allá ayudado cuando más lo necesitaba. _ decidió tomar el camino de contar una verdad a medias.
_ ¿En qué te ayudo? _ Katniss se sonrojó un poco antes de contar muy brevemente su historia.
_ Hubo una vez, hace años, en que yo necesitaba que alguien me ayudara a mi familia y a mí. _ ella no quiso especificar mucho en el tema, seguía siendo algo muy privado. _ Y él fue el único que lo hizo. Puede que para él no allá sido la gran cosa, pero para mí significo muchísimo, y nunca tuve el valor de agradecerle. Al principio porque no podía encontrar un momento privado con él y no me animaba a pedírselo, pero con el tiempo no le vi el sentido si él no se acordaba de la ayuda que me dio. _ Madge la miro con curiosidad, lo que le estaba diciendo debía ser cierto si ella admitía que recibió ayuda de alguien más (siendo tan orgullosa como para NO aceptar cualquier tipo de ayuda que quisiera dar, la misma Madge se había ofrecido a darle una mano en diversas ocasiones, y ella la rechazó) y que le debió tanta vergüenza porque nunca se lo agradeció, lo que le levantaba la sospecha de qué habrá sido la ayuda que le dio. _ El tema es que estoy en deuda con él, y simplemente estaba pensado en eso, como le voy a devolver el favor, nada más. _ Madge la examino en silencio un momento.
_ ¿Y estás segura que es solo por eso?
_ Claro que es solo por eso. _ respondió, negándose a ceder a la mirada sospechosa que le daba su amiga.
_ ¿Y por qué no solo hablas con él? _ propuso simplemente.
_ ¿Qué? _ dijo si esperarse eso.
_ Ya sabes, vas con él, le hablas y se lo agradeces, así de simple. _ aclaro encogiéndose de hombros.
_ No ES así de simple. Entiende que el favor que me hizo fue muy importante para mí, demasiado importante, y le debo hacer algo por él igualmente importante. _ trato de explicar. _ Y, además, no soy de las que se acercan de la nada y habla con personas que apenas conoce. _ terminó rodeando los ojos, como si fuera la cosa más obvia del mundo. Madge la miro con paciencia antes de seguir hablando.
_ Katniss, vas a tener que hablar con él si quieres solucionar este problema que te preocupa tanto. Y te aseguro que hablar con él no es tan malo como te lo imaginas, hasta te podrías llevar una sorpresa. _ Madge trato de convencerla, pero su amiga todavía no se vía muy segura al respecto. _ Pero si lo que te preocupa es encontrártelo en privado, podrías ir a sus prácticas de lucha libre que tiene en la tarde, esperarlo hasta el final, y hablar con él.
_ ¿Sus prácticas?
_ Sí, ellos se reúnen todos los días a la tarde, después de clases. Pero si vas a ir, tendrías que quedarte hasta el final, porque muchas chicas se quedan a ver las prácticas para babearse por los chicos, eso no te dará mucha privacidad. Lo bueno es que él suele ser el último en irse por algún motivo, y puedes cruzártelo cuando salga de las duchas y se esté yendo a su casa. _ le ofreció ella una oportunidad perfecta para que pudiera hablar con Peeta.
_ ¿Y cómo sabes todo eso? _ Madge abrió los ojos y se pudo colorada de repente.
_ Bueno… digamos que yo también he ido a ver… _ dijo muy suavemente, a que su amiga le alzo una ceja.
_ ¿Y estás seguro de que no eres tú la que esta tan interesada en Peeta Mellark? _ pregunto con humor.
_ ¡No voy a verlo! _ se trató de defensor rápidamente, sin darse cuenta que rebelo un punto importante.
_ Entonces… ¿Vas para ver alguno de los otros chicos? _ volvió a cuestionar divertida Katniss, viendo como su amiga se ponía cada vez más nerviosa, dándole a entender que ella estaba interesada en alguno de los chicos del club de lucha libre, Katniss solo podía teorizar de cual seria.
_ Yo… ehh… es que… mmm… ¡Creo que tengo que hablar con el profesor de matemáticas sobre unos ejercicios que no entendí! ¡Nos vemos en clases, Katniss! _ optando por tomar la salida del cobarde, alzo sus cosas y casi salió corriendo de la cafetería, dejando a tras a una Katniss que no paraba de reírse por la reacción exagerada de su querida amiga.
Una vez se encontró sola, se quedó pensando. Si bien el tema de Peeta Mellark salta porque ella se lo quedo mirando, y que no tenía nada que ver con lo que estaba pensando al inicio de toda la charla (ya que originalmente sus pensamientos estaban en el regalo que le haría a Gale), Katniss tenía que admitir que no le mintió a su amiga cuando le confeso que tenía una deuda enorme con el chico, y que de verdad la ponía mal el que nunca pudo agradecerle por lo que hizo por ella. Y el plan que le estaba dando a Madge era muy bueno, le brindaba una oportunidad de que ella hablara con él sin que otros chicos estén de curiosos, ella podía aclarar las cosas y mostrarle lo agradecida que estaba. Katniss podía seguir ese plan, pero en esos momentos ella se encontraba concentrada en otras cosas, como el cumpleaños de Gale, por lo que no tenía tiempo de ir a verlo entrenar para esperar a que saliera.
Y esa fue la razón por la que paso bastante tiempo antes de que pusiera en práctica el plan.
Notes:
¿Les gusto? Debo admitir que me divertí un poco haciendo esos diálogos, sobretodo el ultimo de Katniss y Madge. Y ya, de a poquito, va a pareciendo Peeta, ya falta poco para que se incorpore a la historia como tal.
Recuerden que pueden comentar si les parece bien. Quisiera dar un agradecimiento a los que comentaron el capítulo anterior, siempre es bueno saber que la historia les está interesando. Espero “verlos” la semana que viene, si todo sale bien.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Chapter 5: Sorpresa: Primera Parte.
Notes:
¡¡Hola a todos!! Vuelvo con un nuevo capítulo. Lamento la demora, pero estamos a fin de año, y se van juntado las tareas, por lo que me cuesta escribir y luego releer lo que escribo para corregir lo que no me gusta. Especialmente con este capítulo, que originalmente me quedo muy largo, por lo que decidí cortarlo en dos, pero no estaba segura, pero como se darán cuenta, lo dejé cortado. De esta forma pudo darles el resto la semana que viene.
Espero que les guste el capítulo, nos vemos abajo.
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Cinco: Sorpresa. Primera Parte.
Habían pasado como tres semanas de la conversación curiosa que tuvieron Katniss y Madge en la cafetería del colegio. Dentro de esas semanas había transcurrido el cumpleaños de Gale, fue un día bastante bonito para todos, aunque no hicieron una celebración muy grande, si tuvieron la oportunidad de unir las dos familias para tener una bella velada, en la que los más grandes se juntaron a hablar de diversas cosas mientras los más pequeños jugaban por la casa de los Hawthorne. Fue también una buena celebración para ir despidiendo el invierno, porque si bien todavía faltaba como un mes para el comienzo de la primavera, la temperatura del Distrito ya no era tan baja, y se sentía que era el comienzo del fin del invierno. Katniss logró encontrarle un lindo regalo a Gale, era una pulsera de cuero marrón oscuro, el cual tenía talladas las astas de un ciervo, le pareció oportuno ya que le recordó el incidente que tuvo a causa de un ciervo, y como fue este el que los obliga a confesarse al principio de su relación. La pulsera la encontró en una tienda del Quemador, tuvo que regatear mucho para conseguirla, sobre todo siendo un trabajo tan delicado y de un material de buena calidad, la joya le había pertenecido a otro cazado que había vivido en el Distrito hace mucho tiempo, por lo que le había contado el vendedor, dicho cazador era relacionado con el ciervo, aunque no supo explicar el porqué de la relación. Lo que importaba era que Katniss consiguiera la joya al final, y estaba orgullosa de su hallazgo, ya que la pulsera era muy varonil y le quedaba muy bien a Gale, y podía usarla todo el tiempo sin que interfiera en sus actividades.
Pero para cuando termino la emoción del cumpleaños, ya habían pasado semanas desde esa charla en la cafetería, Madge no volvió a mencionar más el tema, aunque siempre la miraba con curiosidad, queriendo saber si ese sería el día en que iría a la práctica de lucha libre. Katniss tuvo que pensarlo mucho antes de decidirse a ir una práctica, casi se obligó a ir, sabiendo que, si no lo hacía, era muy probable que no se animara nunca más a hablar con Peeta Mellark. Tomo la decisión de ir un día en el que Gale saldría más tarde del colegio, al tener la fecha de graduación tan cerca, los chicos de ultimo año tenían muchas salidas a las minas y más capacitaciones de trabajo al respecto, con la intención de que terminaran de prepararse para el empleo que muchos tendrán después de que terminaran con la escuela, esto hacía que salieran más tarde, por lo que Gale ya no podía acompañar a Katniss tan seguido como lo hacía regularmente. También eligió un día en el que su hermana regresó con Rory y sus amigos a casa, un acuerdo en el que habían llegado a principios de año a insistencia de Prim, quien no quería que su hermana mayor le llevara y trajera todo el tiempo, porque supuestamente era lo “suficientemente grande” como para tener más libertad, Katniss solo asedio cuando la hizo prometer que estaría con Rory en todo momento y que solo sería el camino desde el colegio hasta la casa, sin desviarse en ningún momento.
Como era de esperarse, ese día se encontró sola en la puerta de la entrada del colegio después de que todos se dispersaron a sus actividades. Se tuvo que dar muchos ánimos para dirigirse al lugar en donde se reunían los chicos, pero una vez que llegó al pequeño gimnasio que estaba rodeado de grados, en donde, además de ver a los chicos iniciando sus calentamientos, había un grupo bastante grande de chicas, las cuales se encontraban sentadas en las gradas, todas mirando a algunos de los chicos en particular, desviando la mirada solamente cuando se giraban para murmurarse entre ellas. Era como Madge le había dicho. Y hablando de Madge, esta se encontraba sentada en las gradas, pero más apartada de las otras chicas, un poco en las sombras, parecía que estaba escondida, como si no quisiera que la notaran, su mirada seguía fijamente en los jóvenes entrenando, pero a diferencia del resto de las chicas, no parecía tan entusiasmada, se veía un poco desilusionada. Katniss creyó que estaba a punto de levantarse e irse, si no fuera que antes levanto la vista para encontrarase con su mirada, e inmediatamente se alegró y le dio un pequeño saludo antes de animarla a que se sentara con ella.
Katniss se asedio a ir con ella al no encontrar otro lugar a donde ir, y supuso que no hacía daño estar con su amiga. Una vez que se sentó con ella, Madge el saludo.
_ Así que te decidiste a venir por fin. _ Madge tenía la costumbre de nunca saludar simplemente con un “Hola” o con un “¿Cómo estás?”, era de las que iban directamente al grano.
_ Solo vine porque no tenía nada más que hacer y no están ni Prim ni Gale para ir a casa, no te entusiasme mucho.
_ ¿Gale no está? _ pregunto con curiosidad.
_ Sí, está en esas clases especiales para las minas, ya sabes.
_ Cierto. Esas clases. _ dijo pensativa, como si estuviera pensando en otras cosas, pero rápidamente cambió su expresión. _ ¿Vas a tratar de hablar con él? _ me pregunto mientras hacía un gesto discreto con el rostro para señalar a Peeta.
El susodicho se encontraba de espada a ella terminando su calentamiento de piernas mientras su atención estaba con las intrusiones que estaba dando el entrenador. Vestía una remera blanca y pantalones cortos hasta un poco por encima de las rodillas de color celeste con franja a los costados negros, ambas prendas estaban bastantes apretadas, dejando muy poco a la imaginación (lo que explicaba porque hacia tantas chicas dando vueltas por el gimnasio). ), y se notaban muy desgastadas por el uso continuo. Katniss no pudo evitar notar con más detalles los músculos y el físico que no se notaba con la ropa que usaba normalmente, dándose cuenta que los vellos de sus brazos y piernas eran de un rubio tan claro que solo se notaban cuando la luz del sol le sacaba reflejos dorados. Era curioso como parecía como se formaba como un aura a su alrededor por el efecto que lograba con sus vellos y el sol. Ella se encontró tan distraída que reaccionó un poco tarde a la pregunta que Madge le hiso, ganándose una mirada llena de humor de parte de ella.
_ Esa es la idea. _ contesto rápidamente, tratando de ignorar el calor que estaba sintiendo en sus mejillas y no devolverle la mirada a Madge, que se encontraba con demasiado buen humor para su gusto, y tampoco volvió a mirar a Peeta, ya que era obvio que su cerebro no funcionaba bien cuando se trataba de él.
El inicio, ya piensa de las intenciones de Katniss de no mirar, no duro mucho, ya que sin quererlo se quedó inverso en los movimientos que hacía él y sus compañeros, movimientos en donde no solo se usaba la fuerza, sino también la astucia. y la técnica, logrando derribar a su oponente el tiempo suficiente como para ser el ganador. La primera parte del entrenamiento se dedicaron a aprender y especificar nuevas técnicas, donde se dividían en grupos luego de la explicación del entrenador para practicar entre ellos. Una vez que el entrenador se consideraba satisfecho con su rendimiento y luego de un descanso, los iba dividiendo según su desempeño y los iba enfrentando, al principio solo permitía usar lo que se suponía que habían aprendido ese día mezclándolo con otros movimientos ya aprendidos, y ya para el final, simplemente dejaba que se enfrentaran libremente usando todo lo que ellos podían usar. Y en toda la práctica era notorio que Peeta se destacaba, no importaba si el movimiento era complicado, no importaba si su adversario era más grande y más fuerte, o si se encontraba a punto de perder, él siempre buscaba una forma de adelantarse a su contrincante, pareciendo que sabía lo que el otro iba a hacer y él se le adelantaba o tenía un plan que le aseguraba la victoria. Katniss se encontró admirando la forma en que realiza algunas llaves, logrando incluso alzar a su oponente por encima de él y que caiga detrás de él, una hazaña que parecía muy complicada y que le garantizaba la victoria, otras veces simplemente forcejaba con el otro en el piso, buscando la mínima ventaja que podría tener.
Era más interesante de lo que ella podría creer, pero sin dudar lo que de verdad la entretenía era ver las extremidades de Peeta trabajar, como los músculos de sus brazos se flexionaban, o como usaba sus piernas para hacer fuerza y salir de una llave que le hacían, o como movía sus pies para esquivar los ataques. Katniss comenzaba a sentir cosas dentro de ella con solo verlo. Él ya se encontraba sudando por el esfuerzo, lo que hacía que la remera blanca, que ya era ajustada de por sí, ahora además se volviera un poca traslucida, sobre todo en la espalda, logrando que se apreciara más la forma que tenía con sus músculos. , también hacía que su cabello se rizara más y que las puntas se le pegaran al cuello que contrataba con lo rojo que se le estaba poniendo la piel a causa del esfuerzo, su pecho subía y bajaba con más velocidad a por de los jadeos que salían de su boca, misma que soltaba gemidos fuertes cuando era golpeado o hacia un esfuerzo particularmente duro. Ella se encontró tan metida en sus observaciones que no se dio cuenta que la práctica se encontraba terminando, y para cuando llegó a su fin, ella no se encontró lista para hablar con él, no después de haberlo visto de esa forma y que despertara cosas. curiosas dentro de ella, cosas que ella no sabía cómo manejarlas. Lo que sí sabía es que no podía seguir ahí y cruzarse con él, así que apenas noto que la gente comenzaba a irse, ella aprovecho para levantarse y salir del gimnasio.
Se detuvo en la entrada del colegio nuevamente, en la que decidió tomarse un momento para respirar un poco del aire fresco, que la ayudó a enfriar su rostro que por algún motivo se sentía caliente. Se quedó ahí por un momento con los ojos cerrados hasta que sintió una presencia que se acercaba hasta ponerse a su lado.
_ ¿Katniss? ¿Te encuentras bien? _ pregunto Madge medio preocupada y medio con humor.
_ Sí, sí, estoy bien. _ contesto casi sin aire y sintiendo su garganta seca de repente.
_ ¿Segura? No pareces muy bien.
_ Dije que estoy bien. _ respondió con un tono más corto esta vez.
_ Está bien, está bien. _ dijo su amiga mientras levantaba las manos en señal de rendición para que no siguiera enojada. _ Es solo que saliste de golpe y quería saber si estabas bien. Pero ¿no ibas a quedarte para hablar con Peeta? _ Katniss sintió que más calor regresaba a sus mejillas.
_ Hubo un cambio de aviones. _ dijo mirando a otra parte.
_ ¿Cambio de aviones? ¿Por qué?
_ Porque… me acorde que tengo que buscas unas plantas para mamá, así que no puedo quedarme hasta tan tarde esperándolo. _ justifico rápidamente, esperando que sonara creíble, aunque la escusa era válida, Katniss nunca fue buena mintiendo, algo en ella siempre la delatara, y por la cara que le estaba poniendo a Madge, seguía siendo mala mintiendo.
_Sí, claro. _ Madge rodeo los ojos. _ Y el que te hayas babeado durante toda la práctica no tiene nada que ver ¿Verdad?
_ ¡Yo no estaba babeando!
_ Sí lo estabas, si fue fácil encontrarte por el rastro que dejaste.
_ ¡Deja de exagerar!
_ Bueno, tienes razón, eso fue una exageración. Pero no me puedes negar que te estabas comiendo con los ojos a Peeta. Por un momento creí que irías por tu equipo de caza y tratarías de atraparlo. Cuando saliste casi corriendo, yo ya estaba por grítale a Peeta que fuera corriendo. _ trato de sonar seria, pero la sonrisa que se escapaba de sus labios por contener su risa, daba a entender que estaba bromeando con ella.
_ ¿No dijimos que dejaríamos de exagerar? _ dijo Katniss cruzando los brazos y mirándola con seriedad con una ceja levantada, parecía que estuviera regañando a una niña pequeña.
_ Eres aburrida. _ critico poniendo los ojos en blanco, rindiéndose a que hoy no podía hacer reaccionar a su amiga. _ De todas formas ¿Qué vas a hacer?
_ Ya te dije, ir a ayudar con algunas cosas a mi mamá…
_ Con Peeta. _ interrumpió Madge sin paciencia. _ ¿Qué vas a hacer con Peeta? ¿Vas a seguir tratando de hablar con él o qué?
_ Bueno… claro que voy a intentar otra vez, es solo que no ahora, estoy ocupada.
_ Okey, bueno, avísame si quieres que te acompañe.
_ Lo dices como si no te encontrara seguido acá.
_ Puede que venga seguido, pero ahora necesito saber el horario de los del último año. _ dijo lo último en un susurro pensativo, más para ella misma que para Katniss, pero de todas formas ella escucho.
_ ¿Para que necesitas ese horario? _ Madge abrió los ojos al darse cuenta de que no hablaba tan suavemente como esperaba.
_ Por nada, por nada. _ respondió rápidamente, mientras trataba de sonreír de forma inocente, levantando las manos y negando con la cabeza.
_ ¿Te gusta alguien del último año? _ pregunta Katniss, interesada en la curiosa reacción de su amiga.
_ ¿Yo? ¿Interesada de uno de ultimo año? Para nada. _ trato de disimular.
_ A mí me parece que sí.
_ Katniss, esas miradas a Peeta te quemaron la cabeza y ahora estás diciendo tonteras. _ quiso desviar la conversación.
_ ¡Yo no lo estaba mirando de esa forma!
_ Sí eso te hace dormir bien a la noche, entonces puedes decirte eso. _ la provoca un poco.
_ Estás imposible hoy, mejor me voy antes de que de verdad traiga mi equipo de caza y decida utilizarte como tiro al blanco. _ por algún motivo, Madge en vez de sentirse intimidada por su amenaza, simplemente se rio de ella, lo que enojo más a Katniss, porque no podía ser que ya no la tomaran en serio ¿Qué tenía que hacer una cazadora como ella para que la respetaran como tal? Decidió no darle más vueltas al asunto e irse a su casa, dejando a la hija del alcalde riéndose casi como loca en la puerta del colegio.
Y así pararon los días, en el que iba a la práctica varias veces a la semana, en su mayoría cuando no tenía a nadie para ir a casa, y siempre terminaba de la misma forma, no importaba cuantas veces se convencía de que ese día sería el día en el que por fin hablaría con él, que él no podía hacer nada para convencerla de hacer lo contrario, siempre terminaba equivocada y logrando que se acobardara, salía corriendo y no volvía hasta la próxima vez. De cierta forma no era su culpa, era culpa de Peeta, él y su manía de ser demasiado atractivo cuando se concentraba en sus peleas, de cómo mordía su labio inferior mientras pensaba; de cómo sonreía humildemente cuando ganaba, ayudaba al perdedor y le daba una palmada en el hombro para darle ánimos; en cómo, en las pocas veces que perdía, nunca reprochaba nada, siempre felicitaba a su contrincante y luego se limitaba a escuchar a su entrenador para aprender de sus errores; y en cómo siempre apoya a todos sus compañeros en todas las formas que podía, desde ayunando con los movimientos hasta dando palabras de alientos. Era notable que no había nadie más quien pusiera más interés en el deporte y en sus compañeros, excepto tal vez el hermano de Peeta, Rye, quien era el capitán del equipo y se notaba que le había enseñado a su hermanito la misma dedicación que él mismo mostraba. Rye al estar en último año junto con Gale, también tenía que ir a esas clases especiales, pero al ser el capital del equipo y a su vez hijo de Comerciante, se le permitía saltarse muchas de esas clases para poder ir a la práctica, pero en su mayoría iba más para que su hermanito estuviera listo de heredar su título de capitán para el siguiente ciclo escolar. Peeta se mostraba muy orgulloso al saber que el equipo había decidido que él era el indicado de para tomar el puesto de su hermano, y lo demostraba mostrando mucha dedicación cuando su hermano se ausentaba.
Verlo de esa forma, le hiso entender a Katniss que en realidad no conocía nada a Peeta, y le hiso preguntarse cómo pudo estar en el mismo curso que el chico desde que tenían cinco años y en realidad no saber nada de él más que lo que todos sabían, pero al verlo interactuar con sus compañeros y su hermano, noto lo mucho que le importaba, no solo porque compartían la misma pasión por el mismo deporte, sino por lo unidos que eran, todos se apoyaban y se superaban en equipo, las tenciones las trataban de solucionar de forma no violenta, y aunque a veces tenían sus diferencias, Rye y Peeta estaban ahí para ser mediadores y calmar las cosas de otra forma. Contrario a lo que Katniss creía, el grupo era bastante diverso, teniendo tanto como hijos de Comerciantes y chicos de la Veta, y aunque durante el día estos no se llevaban bien y se esquivaban, durante esas horas de práctica todos dejaban de lado sus diferencias para pasar un bien momento ellos juntos, sin importarles nada más. Esto le pareció muy curioso a Katniss, quien nunca vio una interacción entre las dos clases de esa forma, siempre andaban peleado por todo y siendo prejuiciosos entre ellos, pero ahí se había logrado un ambiente en donde se olvidaban de todo lo que sucediera en el Distrito y en Panem, solo eran ellos mismos.
Quizás fue por eso que ella volvió cada vez más seguido, era muy raro ver a los jóvenes ser simplemente jóvenes, incluso las chicas que iban a babear por los chicos estaban siendo solo chicas que lo único que querían era ver a los chicos que les gustaban. Era lindo de ver y fácil de perderse en la emoción que se generaba en el ambiente, y poco a poco no pudo evitar estar más atenta al deporte, entendiendo cada vez más y tener como su favorito obviamente a Peeta, emocionándose con cada victoria que alcanzaba. Sentía que por cada vez que lo observaba, más admiradora se volvía de él, lo cual era algo difícil de ocultar, ya que Madge la vigilaba la mayor parte del tiempo, y no quería admitir ante ella que ya no solo iba con la intención de hablar con él para agradecerle lo que había hecho por ella hacia años, sino porque ya no podía evitar en ir a verlo en su elemento, donde él se sentía más cómodo, y que disfrutaba mucho verlo tan feliz y orgulloso de él mismo, emociones que se dio cuanta a media que lo observaba más seguido no solo en la práctica, sino también en la escuela, que no mostraba tanto como se esperaba. Le dio curiosidad saber por qué un chico tan amable y cariño, nunca mostraba emisiones tan verdaderas como cuando estaba en el gimnasio, y también le hiso preguntarse a donde más se mostraba tan emocionado y tan feliz con él mismo ¿Se sentía igual en la cocina de la panadería? ¿Tenía otros pasatiempos que lo hacía sentir tan bien? ¿Cuáles sería?
Todas esas dudas hacían que tuviera más curiosidad por el enigma que resultaba ser Peeta Mellark, enigma en el que se moría por resolver, pero que aun así no podía obligarse a quedarse hasta el final de la práctica y esperar que saliera después de que se cambiara en el vestido. Y así estuvo por semanas, hasta que un día, cerca de finales de abril, Madge al parecer se cansó de sus huidas, por lo que la confronto en el almuerzo.
_ Hoy vas a hablas con él. _ dijo simplemente mientras se sentaba en la misma mesa que ella.
_ ¿Qué?
_ Que hoy vas a hablar con Peeta Mellark oficialmente, ya no acepto escusas. _ sentencio con firmeza y cruzando los brazos, no permitiendo negaciones.
_ ¿Y quién lo dice? _ desafío Katniss, no dejándose intimidar fácilmente.
_ Lo dijo yo. Ya no puedes seguir esquivando esta charla, Katniss. Ya hasta me dan vergüenzas las escusas que largas para no hablarle. Tienes que ponerte firme y hablarle por fin.
_ ¿Por qué estás tan interesada en que hable con él? No es asunto tuyo. _ se defendió ella.
_ Tengo mis motivos, no tengo que decírtelos. _ Katniss levanto una ceja al tomo cortante que utilizó su amiga.
_ Ni pienses que voy a hacer algo si no me dices exactamente que ganas de todo esto. _ la miro con seriedad, haciendo que ambas tuvieran una batalla de miradas por un buen rato, hasta que Madge no pudo evitar desviar la mirada.
_ Okey, okey. Tú ganas. Tenga varias razones para que tu hables con él, pero puede ser que la principal es que quiero que te hagas amiga de Peeta. _ ella la miro con el ceño fruncido sin entender a donde iba esto eso.
_ ¿Y por qué querías que me hiciera amiga de él?
_ Porque necesito acercarme a él, y la única manera de hacerlo de forma natural es que tú seas la que nos conecte. _ hablo como si fuera una obviedad, pero solo logro confundir más a Katniss.
_ ¿No era que no te gustaba?
_ ¡Que no me gusta!
_ ¿Entonces porque quieres que me haga su amiga? Y, además, no es mejor que te asomes a él directamente, es decir ¿No que ya habías tenido una conversación?
_ Eso ya paso hace más de dos años. _ respondió rodeando los ojos. _ No he vuelto a hablar con él desde entonces y si me acerco con eso de pronto será raro y sospechará que tengo otras intenciones.
_ ¿Y crees que si yo me asomo por lo mío no será más raro? Lo mío paso hace mucho más que solo dos años.
_ Estoy bastante segura que él no pensara nada malo si tú te acercas a hablarle. _ dijo con mucha seguridad, cómo si ella supera algo que a su amiga se le escapaba. Katniss entrecerró los ojos con desconfianza.
_ ¿Qué quieres decir con eso? ¿Por qué lo tuyo es diferente a lo mío?
_ Solo… confía en mí, okey, yo sé lo que hago, y te digo que tienes que hablar con él hoy. Ya no puedes irte al último momento, créeme ¿No quieres terminar con esto de una vez?
_ Bueno, si… No diré que no quiero sacarme este peso de encima, pero no me gusta que planees cosas que me involucran y que no le lo digas. Me gusta estar enterada del juego que estoy jugando.
_ Katniss, te quiero, eres una gran amiga y la persona que más admiro, pero tú y yo sabemos que no sabes mentir ni disimular, necesito que no levantes sospechas a Peeta de lo que quiero, y créeme cuando te digo que él sabrá leer que estas ocultando algo y comenzara a hacer preguntas, generando que te pongas nerviosa y tendrás que mentir, lo que no haces bien y él se dará cuenta también, resultando con que se aparte de ti por no creer que seas sincera y terminara con que tú no serás su amiga y yo no podré acercarme a él para lograr mi objetivo. _ concluyo casi sin aliento por hablar muy rápido sin darse cuenta.
_ … ¿Y concluiste todo eso con solo verlo desde la distancia y conociéndome? … _ Katniss no sabía si sentirse asombrada o preocupada por su amiga.
_ ¿Qué te digo? Soy buena observando y analizando. _ respondió encogiéndose de hombros, queriendo quitarle importancia al asunto, recordando las palabras que un Peeta más joven le dijo hace mucho tiempo.
_ De todas formas no me gusta no saber por qué tanto alboroto. _ volvió a insistir Katniss.
_ ¿Te serviría saber que no es nada serio? Es solo una cosa muy pequeña del cual no estoy lista para decírtelo. _ Katniss mira a su amiga fijamente, tratando de pensar si debía o no hacer lo que ella le estaba pidiendo.
_ ¿Estás segura que no es nada serio?
_ Muy segura, te juro que no es la gran cosa. _ Katniss se lo pensó un poco más antes de responder
_ Está bien, hablare con él hoy. _ acordó, a lo que Madge casi dio un salto de la emoción mientras todavía se encontraba sentada. _ Pero _ continuo Katniss cortando un poco con la emoción de su amiga. _ no te prometo que me haga amiga de él, no soy buena haciendo amigos, tú lo sabes muy bien. Solo te prometo que voy a hablar con él y que voy a tratar de ser lo menos cortante que pueda, pero si la charla no va a ningún lado, me voy a ir y voy a dejar todo esto atrás. _ Madge rodeo los ojos al ver la poca fe tenía Katniss en el plan.
_ Créeme que cuando te dijo que tu falta de capacidad de hacer amigos no va a ser un problema, no con Peeta, él se puede hacer amigos en cualquier lado, solo te pido que seas buena con él y estés dispuestas a hablarle y seguirle la corriente, te prometo que no te arrepentirás y para cuando te des cuentas, ya serán amigos, y así podré hacer la otra parte de mi plan. _ le aseguro con una gran sonrisa, Katniss no pudo hacer nada más que poner los ojos en blanco.
_ Si tú lo dices. _ y con eso dejaron la conversación, cada una plañendo sus propias cosas.
Katniss se encontraba nerviosa el resto del día. No sabía de donde iba a sacar el valor para hablarle al chico ¿Cómo se iba a acercar a él? ¿Qué le iba a decir? ¿Cómo iba a mencionar lo que había sucedido entre ellos hace tanto tiempo atrás? ¿Él siquiera se acordaba de eso? Millones de preguntas se iban formando en su cabeza y ninguna sabía cómo responderlas, poniéndola más nerviosa.
Para cuando llego el inicio de la práctica, ya se estaba replantando si realmente valía la pena conservar la amistad de Madge con tal de no avergonzarse frente a él. Logro mantenerse firme porque su amiga se sentó alado de ella y no permitió que ella se fuera antes de tiempo, juzgándola con la mirada cada vez que Katniss se ponía más inquieta cuando pensaba en huir, solo su orgullo de demostrarle a Madge que ella podía manejar esto fue lo que la convenció para continuar. A diferencias de otras veces, ella logro quedarse hasta después del final de la clase, viendo como todos los chicos se metían a los vestidores para ducharse y cambiarse, mientras las chicas se levantaban de sus asientos y se dirigían a la salida, hasta Madge decidió irse, sin antes darle una mirada fulminante para que entendiera que esperaba que cumpliera. Katniss siguió en el gimnasio incluso cuando los mismos chicos comenzaron a salir de los vestidores y se iban a sus casas, ella se quedó mientras notaba como el colegio poco a poco se iba vaciando. Ya había pasado un buen tiempo esperando a Peeta, tanto que comenzaba a sospechar que en realidad estaba sola en la escuela, ya que no se escuchaba a ni un alma en los pasillos, y si bien todavía había sol al ser temprano en la tarde, pero al no haber nadie más, hacía que todo pareciera más oscuro, no de la forma tenebrosa, sino más bien de la forma solitaria, como si ella fuera la única en el mundo. Nunca tuvo problemas de estar sola en general, podía pasar horas en el bosque de esa forma, pero el ser la única en el gimnasio no le estaba gustando mucho, por lo que para distraes un poco decidió levantarse y estirar las piernas, de paso se acercó al vestidor a ver si podía escuchar si todavía había alguien ahí.
Al estar justo en la puesta, escucho un ruido fuerte junto con un grito de dolor, ella se alteró al escuchar eso, pero antes de hacer algo más, decidió prestar más atención por si era otra cosa, se pegó a la puerta esperando si escuchaba algo más. Al poco volvió a escuchar un grito de nuevo, esta vez sonó más como un gemido fuerte, y con eso no pudo evitar que el instinto de apoderar de ella, por lo que sin darse cuenta ya había entrado en el vestidor de hombres, buscando de donde venía tanto escándalo. Quizás sea porque entraba en un modo en el que no le permitía pensar en nada más, ya que eso generaba cuando se activaban sus instintos, pero lo siguiente que fue consiente es que ella se encontraba en la parte donde estaban los casilleros, cerca de las duchas, las cuales tenían unos bancos largos en los que se podían sentar varias personas a la vez, que se ubicaban al frente de las duchas, y sentado en el medio de uno de esos bancos se encontraba Peeta Mellark, quien se estaba inclinado hacia adelante, sosteniendo la pierna izquierda, examinándola mientras que de su boca salía pequeños gemidos de dolor. Al sentir un movimiento, Peeta levanto la mirada de su de su pierna para mirar lo que llamo su atención, solo para encontrase a Katniss frente a él mirándolo atentamente.
Por obvias razones Peeta se asustó, no esperaba encontrarse a nadie a esa hora en el colegio, y muchas menos a la mismísima Katniss Everdeen, se levantó de la impresión, pero en el proceso se olvidó de dos cosas, primero que se había lastimado la pierna momentos antes, y segundo que se encontraba casi desnudo, con solo una toalla que rodeaba su cintura, ya que acababa de salir de las duchas. Los dos actuaron rápidamente, Katniss se dio la vuelta para no mirarlo de frente, mientas que Peeta se apresuró de sostener bien su toalla antes de que esta se callera, pero se le complicó un poco al tener la pierna lastimada, por lo que solo pudo acomodarse bien la toalla antes de volver a sentarse.
_ ¡Lo siento! _ casi gritaron los dos al mismo tiempo, ambos se encontraban rojos de vergüenza.
_ Yo… yo lo siento mucho. _ continuo Peeta después de que se quedaron en silencio sin saber quién hablaba primero. _ No sabía que hubiera alguien más y me sorprendiste. _ él trato por todos los medios ver la forma de encontrar algo de ropa, por lo menos unos pantalones.
_ ¡No! Yo lo siento, escuché un ruido fuerte y que alguien gritaba, así que me metí a ver qué pasaba. _ hablo ella, todavía dándole la espalda.
_ Está bien, si hubo un golpe que hiso un ruido fuerte, y el grito fue mío. _ Peeta vio para su horror que los pantalones que necesitaban estaban en el banco que se encontraban entre casilleros, donde Katniss estaba al lado de ellos, por lo que no podía ir a buscarlos sin pasar frente a ella.
_ ¿El grito fue tuyo? ¿Estás bien? _ pregunto un poco preocupada.
_ Sí, estoy bien, solo que me resbale con el jabón en la ducha y apoye mal la pierna, y creo que me la lastime un poco. _ trato de sacarle peso al asunto.
_ ¿Te lastimaste la pierna?
_ Sí, pero solo un poco.
_ ¿Quieres que la vea? _ Katniss quería asegurarse él no se hubiera lastimado mucho, Peeta, por otro lado, se sonrojo aún más, era una suerte que ella no estuviera viéndolo de frente. _ No soy tan buena como mi mamá y mi hermana, pero puedo decirte si es muy grave o no. _ se ofreció.
_ Estaría bien, pero… recién salgo de la ducha, y no tengo mi pantalón a mano. _ trato de explicarse.
_ Yo puedo… irme, así puedes cambiarte bien.
_ En realidad, si no te molesta ¿Podías pasarme los pantalones que tienes a lado tuyo? Puedes tirármelos si te hace sentir más cómoda.
_ No, está bien, si estas cubierto con la toalla, puedo dártelos. _ ella comenzó a acercase a estos para alzarlos.
_ Estoy cubierto. _ y con esa confirmación, ella por fin se dio la vuelta para mirarlo.
Y fue ahí que logro verlo de verdad, provocando que soltara el pantalón que tenía en la mano. Sus ojos y su boca se abrieron de la impresión y la sorpresa. Cuando había entrado en el vestidor para investigar que estaba pasando y descubriendo el estado semidesnudo de Peeta, no tuvo tiempo de examinar correctamente su cuerpo antes de darse la vuelta, pero ahora podía ver gran parte de él, y no podía creer lo que estaba viendo. Y no hablaba por el hecho de que tenía un físico increíble (si Katniss no estuviera tan distraída, seguro que estaría babeando por su torso y brazos al descubierto), no, no era por eso. Si no porque, en su hombro izquierdo, podía ver claramente que Peeta tenía una marca del alma, una hermosa marca del alma que era un ramo de flores, y no de cualquiera flor, si no que era de dientes de león. siendo exactamente la misma marca que ella tenía en su hombro izquierdo.
Katniss no lo podía creer ¿Qué posibilidades había qué de todas las personas, Peeta Mellark tuviera su marca del alma? ¿Y que lo encontraría a solo casi seis meses de encontrar su primera alma gemela? Le costaba creerlo, que el chico al que le debía más que a cualquier otro fuera nada más y nada menos que su alma gemela. Y que forma más rara de encontrarse, en un vestidor del colegio, con él estando medio desnudo, después de que ella entrara al escucharlo caer y soltar un gripo por eso.
Debió quedarse viéndolo asombrada por mucho tiempo, porque mientras ella estaba perdida en sus pensamientos, tratando de adsorber la información, él comenzó a inquietarse al verla reaccionar de esa forma.
_ ¿Katniss? ¿Estás bien? _ pregunto con inseguridad, sin tener la menor idea de porque ella estaba actuando así, sin saber si él había hecho algo malo para alarmarla. Bajo su mirada para examinar si su toalla estaba en su sitio, pero en el camino noto la mancha de color que tenía en su hombro izquierdo. Con rapidez se lo cubrió con una mano, sintiéndose más al descubierto de lo que ya estaba con solo una toalla. Las marcas del alma no eran para que otros las vieran y muchos se sentía raros al ver una marca que no era la suya y la de su pareja, quizás Katniss fuera de esas personas. _ ¡Lo siento! _ volvió a disculparse, haciendo que su sonrojo, que se había calmado hasta hace un momento, volviera con más fuerza. _ ¡Se me olvido cubrirlo! Estaba muy distraído tratando de sujetar la toalla que se me olvido. _ trato de justificarse, sintiéndose cada vez más avergonzado, desando que ella no se enojara mucho con él por eso, sería trágico si perdía la oportunidad de hablar con la chica que amaba por un descuido tan tonto, pero antes de que tuviera la oportunidad de soltar un sinfín de balbuceos para pedirle perdón, ella hablo.
_ Eres tú. _ dijo suavemente, demasiado suave, tanto que Peeta no pudo distinguir lo que estaba diciendo.
_ Perdón, no te entendí ¿Qué dijiste? _ volvió a preguntar inseguro.
_ Dije que eres tú. _ se repitió, y aunque no se veía tan distraída como antes, seguía sonando como si estuviera perdida en su mundo.
_ ¿Qué soy yo? _ él seguía sin entender si la estaba escuchando bien.
_ Sí. _ contesto solamente. Peeta no sabía de qué hablaba, pero decidió que, por el bien de ambos, era mejor que se pusiera más ropa de la que tenía para que pudieran hablar más claramente.
_ Katniss. _ la llamo para que ella lo mirara a los ojos. _ ¿Por qué no me pasas los pantalones? Así puedo cambiarme y después me puedes explicar a qué te refieres. _ sugirió con su típico tono calmado y amble que usaba para interferir en los conflictos y calmar la situación, en su mayoría hacía que la gente lo escuchara, y esta vez no fue la exacción. Ella a pasos lentos y un poco robóticos, logro alzar de nuevo el pantalón y acercarse a él, deteniéndose a una distancia considerable, y estiro su maño para darle la prenda. Peeta estiro la mano para recibirla, pero cuando vio que ella no se movía de su lugar, volvió a hablar. _ ¿Podrías… darte la vuelta, por favor? _ le pidió tranquilamente, sin querer hacer llamar la atención de cómo se encontraba. Pero de alguna forma eso hiso que Katniss volviera en sí, dándose cuenta de la situación y girando rápidamente para darle privacidad mientras se alejaba unos cuantos pasos. _ Listo. _ declaro Peeta una vez que terminó de ponerse la ropa y volvió a cubrir su marca con la mano por las dudas. _ Ya estoy… más presentable. _ dijo pensando en el hecho de que todavía no tenía su remera ni su ropa interior, pero no podía hacer mucho al respecto en ese momento, no sin antes descubrir que es lo que la tenía tan alterada y fuera de sí.
Katniss había aprovechado que no lo estaba viendo él y a su marca para poner en orden sus pensamientos. Por un momento se plantó el no decirle nada a Peeta hasta que hablara con Gale sobre qué harían, pero sintió que no sería justo con él, él merecía saber lo que estaba pasando. El problema era que no sabía cómo se lo iba a decir, ella nunca fue buena con las palabras, fue por esa razón que se tardó tanto en hablar con él, y solo lo hiso porque Madge insistió mucho al respecto, y cuando descubrió que Gale era su alma gemela fue de forma diferente ¿Cómo le iba a decir todo a Peeta? ¿Cómo le explicaba que ella y Gale eran sus almas gemelas? ¿Dos chicos de la Veta, siendo él un hijo de Comerciante? ¿Cómo se lo tomaría? Todo esto suponiendo que él también tuviera la marca del alma de Gale. Ese pensamiento genero otro sin fin de preguntas ¿Y si era solo su alma gemela y no de Gale? ¿Qué haría ella? ¿Eligiera a uno sobre él otro? Eso la alarmo mucho más. No quería elegir, no podía.
La lógica podía decir que se quedara con Gale antes que todo, ya que de por sí ya estaban en una relación en primer lugar, fue él el primero que ella encontró y fue su mejor amigo antes de que tuviera una marca del alma. Pero otra parte de ella le decía que Peeta también era importante para ella, por más que no se conocieran de nada, y lo único que tenían en común era que iban al mismo curso, además de su marca. Eso y esa tarde lluviosa hace tantos años. La razón por la que ella se encontraba en este lugar. Y fue por la misma razón que la hizo prestarle más atención a él durante los últimos meses, que la hizo ver lo paciente que era con todos, como trataba de animar a cualquiera que lo necesitaba, como ella logro ver sobre la sonrisa que tenía para todos, pero en sus ojos se encontraba una melancolía que no se notaba a siempre vista, pero Katniss pudo notarlo cuando él creía que nadie lo veía y bajaba la guardia ¿Cómo rechazaría al chico más tierno y dulce del Distrito? ¿Al mismo que le debía tanto?
Ella tuvo que admitir que no se sentía capas de elegir entre uno y el otro, y realmente esperaba no tener que hacerlo. Pero era una posibilidad que ella no quería enfrentar. Lo que la volvía de nuevo a su problema principal ¿Cómo se lo contaba? Al no encontrar una solución a su dilema, decidió ganarse un poco de tiempo.
_ Entonces… ¿Te reviso la pierna? _ pregunto cuando se dio la vuelta.
_ Sí, claro. _ respondió él mientras se acomodaba el pantalón para dejar a la vista la zona que le dolía.
Ella se agacho hasta poder ver bien la pierna, la tanteo un poco, verificando su estado, noto que se le estaba formando un hematoma grande al alrededor de su tobillo, pero fuera de eso no parecía más grave que eso, con suerte solo se sentía adolorido por unos días.
_ No siento que tengas algo fuera de lugar. Solo vas a tener el hematoma y te va a doler, pero no creo que pase a mayores, si sientes que no mejora, podrías ir a mi casa para que mi mamá te revise mejor. _ le sugirió, sin poder mirarlo a los ojos.
_ Gracias, lo tendré en cuanta. _ dijo con una pequeña sonrisa tímida. Se quedaron en un silencio incomodo mientras ella se ponía de pie y se alejaba un poco de él, ninguno de los dos sabía cómo romperlo. Fue Peeta quien tomo el valor suficiente para decir algo. _ Así que… ¿Qué fue lo que paso hace un rato? _ Katniss se sonrojo al no esperar que hiciera la pregunta directamente.
_ Yo… _ hiso una pausa para pensar en lo que iba a decir. _ vi tú marca de alma… _ señalando a donde él todavía tenía su mano cubriéndola. Peeta asistió al comprender esa parte.
_ Sí, lo siento por eso, yo no sabía que eso te molestaba tanto. La verdad con el golpe y el susto que me diste, me olvide de cubrirme eso, lo siento mucho. _ se excusó él. A lo que ella alzo una ceja ante lo último que dijo.
_ ¿Yo te asuste? _ pregunto medio en broma, a lo que Peeta se rio un poco mientras un pequeño rubor se le formaba en sus mejillas y pasaba una mano por su nuca con nerviosismo.
_ La verdad es que sí. Yo realmente pensé que estaba solo y tampoco escuché que te acercaras, así que me asustó que te aparecieras de la nada, no me lo esperaba. Pero ¿Qué se puede esperar de la mejor cazadora del Distrito? _ termino con una dulce sonrisa, a lo que ella no pudo evitar responderle con otra sonrisa y una pequeña risa. Sintiéndose más relajara, tomo asiento en uno de los extremos del banco en el que él se encontraba sentado.
_ No fue mi intención, pero ya me han dicho que soy demasiado silenciosa.
_ Y no se equivocan, de verdad que no te note hasta que levante la mirada, por un momento pensé que eras un fantasma, y yo no estaba en condiciones de salir corriendo. _ dijo queriendo bromear con ella, y los dos se rieron por un momento.
_ No necesitas disculparte por lo de tu marca del alma. _ dijo cuándo calmaron las risas, él la miro con curiosidad. _ Es una bonita marca, de hecho. _ agrego nerviosa.
_ Gracias, a mí también me gusta mucho, no sé porque me identifico tanto con ella, además de lo obvio de que sea mi marca del alma, lo siento más personal. _ y era verdad, en lo personal, Peeta siempre sintió que esa marca era más significativa de lo que parecía a simple vista. Sintiendo que ella no se sentía incomoda, decidió bajar de apoco la mano para ir rebelando su marca de nuevo, mientras estudiaba si ella se reaccionaba de forma negativa al dejarla al descubierto. Katniss no pudo evitar ruborizarse por su comentario y porque dejaba su marca de nuevo al descubierto, ella si sabía porque le sentaba tan bien la marca, casi pensó que era muy obvio y se reprochó el que no adivino de quien podría tratarse.
_ Bueno… tiene sentido que te tocara dientes de león, yo siempre te relacione con ellos ¿Sabes? _ dijo de forma insegura.
_ ¿En serio? ¿Siempre me relacionaste con los dientes de león? _ pregunto sorprendido, por un lado, no sabía que ella pensaba en él de alguna forma, siempre pensó que ella no sabía de su existencia, y, por otro lado, nunca pensó que de todo lo que podría relacionarlo, ella lo hiciera con esa flor.
_ Sí… _ Katniss decidió hablar de la razón original por la que ella había decidido hacer todo esto y hablar con él. _ En realidad es por eso que te estaba esperando, quería hablar contigo sobre algo. _ Peeta frunció el ceño un poco, no podía imaginar de qué quería hablar Katniss con él, y menos que tuviera que ver con dientes de león, que él recordara, no se le ocurría que podría haber hecho con ese tipo de flor, excepto, quizás, aquella vez… Peeta abrió mucho los ojos al recordar un diente de león, pero eso fue hace mucho tiempo.
_ ¿De qué querías hablar conmigo?
_ Yo… solo quería agradecerte. _ eso atrajo la curiosidad de Peeta. _ Por cuando éramos niños, cuando teníamos once. _ trato de ser más específica, pero entre lo mucho que le costaba hablar y la incomodidad que le daba recordar esos días, no estaba haciendo un buen trabajo en expresarse. _ Fueron momentos muy difíciles para mí y mi familia, y tú nos ayudaste mucho al darnos esos panes. _ él se sorprendió de que ella quisiera agradecerle sobre lo sucedido hace tantos años atrás.
_ Katniss… no necesitas agradecerme por eso, de verdad que no necesitas, yo lo hice porque realmente quería ayudarte. _ él quiso convencerla para que no se preocupara más por eso. _ Y de todas formas lo volvería a hacer. _ dejo en claro, porque era cierto, no importaba si recibía un castigo más fuerte de su madre, él lo haría de vuelta sin dudarlo.
_ No lo entiendes. _ insistió Katniss. _ Yo en serio que creí que no lo lograría, que eso sería todo. _ él abrió los ojos ante esa confesión, no sabiendo que decir, por suerte no fue necesario porque ella siguió hablando. _ Pero tú decidiste darle otra oportunidad a la hambrienta chica de la Veta. Y lo peor es que no tienes idea de lo importante que fue. No solo nos ayudaste a comer ese día, si no que gracias a eso me diste algo que yo estaba perdiendo en esos días, y es la razón por la que te relaciono con los dientes de león, porque con esa acción me diste esperanza, no solo para que las cosas mejoren, sino también para recuperar la fuerza que ya no tenía, de confiar en mí misma para alimentar a mi familia. Me ayudaste a recordar quien soy y de lo que puedo hacer, que mi padre me preparo para seguir sin él. _ lo último lo dijo con melancolía, no importaba cuanto tiempo pasara, siempre se ponía sensible cuando mencionaba a su padre. _ Te relaciono con los dientes de león porque cuando quise agradecerte al otro día, no me anime y termine viendo uno de esos, yo todavía estaba preocupada por como encontraría comida para mi familia, pero ver esa flor, que era la primera de la temporada, entendí que el duro invierno estaba terminando por fin, que las otras florecerían dentro de poco, y que muchas eran comestibles, como los dientes de león, y con eso me di cuenta que podía ir a los bosques sola. Todo eso fue posible porque tú me diste otra oportunidad y estabas donde tenías que estar para que me diera cuanta de todo eso ¿Entiende lo que quiero decirte? Eres como los dientes de león para mí porque das esperanza de que el invierno duro va a terminar pronto y que soy lo suficientemente fuerte para soportarlo.
_ Yo… _ trato de comenzar Peeta, pero todavía es sentía asombrado, nunca pensó que él tuvo un papel tan importante en su decisión que la incentivo a salir a los bosques. _ No creí que eso fuera tan importante para ti. Obviamente sabía que… no estabas pasando por un buen momento, y por eso quería darte los panes, no podía verte así de mal y no ayudarte, tenía que hacer algo. Aun que lamento habértelos tirado, debí dártelos directamente, pero en ese momento no estaba pensando bien. _ recordó el miedo que sentía de que su madre lo descubriera. _ Pero más que nada quería ayudarte. Y me alegra que creas que eso te ayudara tanto, pero creo que me estás dando más mérito del que merezco. No creo que representara todo eso que estás diciendo, yo solo te di un poco de pan, era lo mínimo que podía hacer. Pero me alegro de haberte ayudado de alguna forma, era todo lo que quería hacer. _ dijo humildemente, no quería que ella creyera que tenía más importancia de la que sentía que merecía. En su mente él solo recordaba que la chica con la que estaba enamorado desde años se encontraba muy hambrienta y necesitada, y él solo le dio los panes porque sentía que era lo correcto, lo que se tenía que hacer, no le importo la paliza que recibió después. Pero no merecía que ella pensara con tanta estima esa acción, no era la gran cosa, puede que ella y su familia se alimentaran por ese día gracias a esos panes, pero nada más. _ Es lindo que me relaciones de forma tan bonita con los dientes de león, pero yo no siento que merezca eso, no soy tan especial.
Katniss no creía lo que estaba escuchando ¿Qué Peeta no se creía tan especial? Eso no parecía posible, pero sin embargo él realmente creía eso, lo que era ridículo. Peeta era la persona más buena y amable que ella conocía, con su manía de pensar en todos antes que de él mismo, del que nadie podía decir nada malo de él, a excepción de algunos envidiosos que se enojaban porque no creían que alguien tan amable como él existiera. Y eso fue lo que saco después de sus observaciones desde lejos, no se podía imaginar que tan especial él sería si lo conociera realmente, no podía creer que él no viera eso ¿Quién diría que él no veía su verdadero valor? El mismo chico que siempre tenía una sonrisa lista para todos, que siempre hacia amigos con tanta facilidad y que siempre estaba rodeado de todo tipo de personas. Katniss enserio que quería que él entendiera lo importante que fue para ella, que lo que hiso no cualquiera lo hacía, y la prueba de eso era que siempre había pequeños niños muriéndose de hambre todos los días en el Distrito, y por más que a todos le doliera, nadie era capaz de sacrificar las pocas cosas que tenían para ayudar. Pero él no solo le dio comida, sino que también recibió un golpe por eso, ella claramente recordaba el ojo morado e inflamado que tuvo al otro día en el colegio, y sabía que eso se lo gano por haberla ayudado. Fue la primera vez que veía que alguien se sacrificaba de esa forma por alguien al que no conocía, pero él lo hiso de todas formas, y por lo que dijo, se veía que no se arrepentía para nada.
_ Yo no creo que… _ trato de decir ella para convencerlo.
_ No. En serio. No necitas insistir, yo acepto que me agradezcas por el pan, pero lo demás es innecesario, yo no tuve nada que ver con eso, todo fue merito tuyo, yo solo te di el pan. _ la interrumpió, para que no siguiera diciendo cosas que no se merecía. _ Pero gracias por lo que dijiste, fue muy lindo de tu parte. _ dijo sonrojado, realmente le había conmovido sus palabras.
_ Peeta… _ quiso seguir ella, pero entendió que no había nada que pudiera decir para hacerlo cambiar de opinión en ese momento, por lo que soltó un profundo suspiro. Supuso que no podía hacer nada por eso por ahora, pero ella se prometió que lo solucionaría de alguna forma. Ahora tenía otras cosas de las que preocuparse
Se quedaron en silencio, sin saber que decirse, la conversación se había vuelto muy incómoda en ese punto. Katniss sabía que tenía que decirle sobre la marca del alma, pero no sabía cómo sacar el tema, se estaba rompiendo la cabeza para encontrar una solución, pero seguía sin tener ninguna idea. Peeta por su parte se encontraba más nervioso todavía, tenía la necesidad de que se le ocurriera algo para seguir hablando con ella, era la oportunidad que había estado esperando desde hace mucho tiempo para poder conversar con ella, no podía desperdiciarla porque estaba nervioso, pero parecía que su cerebro estaba lento, porque se negaba a cooperar. Con mucho esfuerzo, logro decir algo para romper el silencio.
_ Así que… ¿Era solo eso de lo que querías hablar?
_ Sí, de verdad que era algo que quería decirte desde hace mucho. _ respondió tímidamente.
_ Gracias por decírmelo. _ y después de una pausa agrego. _ ¿Es por eso que viniste a ver la práctica todo este tiempo? ¿O fue solo para acompañar a Madge? _ pregunto curioso. Katniss abrió los ojos sorprendida por la pregunta.
_ ¡¿Qué?! _ grito ella. _ ¿Lo notaste?
_ Bueno… _ comienza a decir nerviosamente. _ Cuando la chica más asombrosa del Distrito aparece varias veces en tus prácticas, es difícil no darse cuenta. _ dijo mirando hacia el piso, demasiado avergonzado para verla directamente. Eso llamo la atención a Katniss, nunca había visto a Peeta tan tímido.
_ Creo que estas exagerando. _ sintiéndose también nerviosa, pero por sobre todo curiosa por cómo se veía Peeta.
_ Es cierto, si hablas con cualquiera, te dirá lo mismo.
_ No creo que llame mucho la atención de muchos.
_ Katniss… siempre llamas a atención de todos. _ dijo suavemente, atreviéndose a levantar la vista por fin y dándole una mirada significativa que ella no supo descifrar. Luego agrego más despacio aun, tanto que casi no logra escucharlo. _ Al menos, siempre atraes mi atención.
Katniss se sonrojo fuertemente con esas palabras, sonaban más íntimas por algún motivo y quiso saber más sobre porque tenía su atención. Ella nunca pensó que él se fijaría en ella, ya que era una chica que prefería estar apartada de los grupos sociales, no le gusta interactuar ni caerles bien a las personas, todo lo contrario a él, quien resaltaba en todos los grupos en el que se juntaba, siendo bueno relacionándose con todos, teniendo tantos amigos que ella no sabía cómo podía seguirles el ritmo a todos. Por eso mismo nunca pensó que él pensara en ella más allá del incidente con el pan, ya que ella no creía que resaltara mucho entre todos los chicos del Distrito, pero por alguna razón él sentía que ella tenía algo que mereciera su atención, y eso la ínsito a averiguar a qué se debía eso. Sintiéndose demasiado curiosa para como para echarse atrás, decidió averiguaría los motivos de Peeta, justificándose de que era su derecho ya que él era su otra alma gemela. Animándose con eso en mente, dejo de lado su vergüenza y nerviosismo, y tomo una actitud más confianzuda, y un poco coqueta, sintiendo que encarnaba la personalidad de Gale.
_ Con que siempre tengo tu atención ¿Eh? _ pregunto juguetonamente. Peeta abrió los ojos sorprendido de que ella escuchara lo último, haciendo que sus mejillas tuvieran un hermoso sonrojo que combinaba con su mirada nerviosa, era muy entretenido verlo así concluyó ella.
_ Sí, bueno… _ él se quedó mudo sin poder encontrar las palabras que tanto necesitaba en estos momentos. _ Puede que yo allá sentido curiosidad por ti… _ confeso a medias.
_ ¿Y qué te da tanta curiosidad? _ Katniss por algún motivo, en vez de sentirse intimidada porque alguien estuviera tan interesado en ella (como pasaba con todas las otras personas), parecía que no la molestaba para nada saber que fuera él el que estaba interesado desde un principio. Esto motivo a seguir queriendo sacarle respuestas.
_ Yo… este… es que… _ ella de verdad se estaba divirtiendo mucho verlo tan nervioso e inseguro, tan diferente del chico que siempre lideraba las conversaciones y que siempre tenía algo para decir y romper con los silencios. Era muy adorable verlo de esa forma, y siguiendo un instinto primitivo, comenzó a acercarse más a él, poniéndolo más nervioso todavía, haciendo que se trabara más en sus palabras, comenzando a sentir la necesidad de recuperar algo del espacio que estaba perdiendo, con la esperanza de recuperar su cerebro que se encontraba fuera de funcionamiento cada vez que ella se acercaba más, por lo que se fue alejando suavemente de a poco. Katniss solo sonrió con una sonrisa un poco depredadora, sintiendo la misma satisfacción que sentía al acorralar a su presa, no sabía explicar por qué se sentía de esa forma, algo dentro de ella la incitaba a actuar así con él, y por cada reacción que recibía de él, más satisfacción sentía y más ganas tenía de provocarlo.
_ ¿Sí? _ pregunto con un tono “inocente”, mientras se acercaba más a él y veía que él se alejaba más de ella y se ponía más colorado si era posible, logrando que la mirada de ella se centrara sobre su pecho, que se estaba contagiando de ese mismo tono rojo. Ella pensó que era bueno que el fuera más pálido que ella y Gale, porque de esa forma se podía disfrutar más de sus sonrojos, los cuales lo hacían ver tan adorable y lindo.
_ Yo… Katniss… _ Peeta se estaba desesperando por encontrar algo que decir, nunca en su vida se sintió tan nervioso como hasta ahora, y la culpa era puramente de ella, que no tenía ni idea de las cosas que le provocaba a él, o por lo menos eso es lo que él creía, ya que en su estado nervioso no podía distinguir la mirada de satisfacción y la sonrisa juguetona que tenía. _ … ¿No crees… que hace un poco… de frio? _ trato de distraerla al sentir el borde del banco, aunque por más que se encontraba medio desnudo, no sentía precisamente frio. Ella entendiendo su juego, decidió seguirle la corriente, haciendo un último acercamiento que la puso justo alado de él, haciendo que sus piernas se tocaran.
_ ¿Frio? _ se detuvo como si estuviera analizando su pregunta. _ Mmmm… puede ser. Aunque yo te siento más… caliente que frio. _ insinuó juguetonamente, ella se estaba divirtiendo mucho con él.
_ Es que… siento frio… _ balbuceo él, mirando a cualquier parte menos a ella, hasta que su mirada se enfocó en la ropa que todavía se encontraba cerca de sus casilleros. _ Quizás… debería ir a cambiarme… antes de que me enfríe más. _ Katniss casi se lamentó que el tomara esa salida, le estaba comenzando a gustar verlo sin remera, con su marca a la vista de todos, por algún motivo eso despertó más instintos que ella no sabía que tenía. Pero decidió darle un respiro a Peeta, por más divertido que era verlo así, todavía había cosas serias de las que tenían que hablar, y era mejor para ambos si se encontraban concentrados en eso.
_ Mmmm… bueno ¿Quieres que te ayude a buscarlos? _ recordando que a él le dolía la pierna antes de todo eso.
_ No, está bien, creo que puedo ir solo. _ logrando recuperar de a poco su cerebro, que decidió por fin trabajar como debía.
Peeta se levantó lentamente del banco, comprobando si le dolía su pierna, al solo sentir una pequeña molestia, decidió seguir hacia adelante con pasos lentos, verificando que, si bien sentía un poco de dolor, no era tan fuerte como cuando se acallo, y aunque cojeaba de un lado, no evito que siguiera avanzando. Katniss por su parte, se lo quedo mirando atentamente, en parte para ver si necesitaba ayuda, y en parte para poder examinar su impresionante espalda, donde se apreciaba sus músculos, siguió la línea de su espalada, admirando como su cintura y cadera se iban haciendo más estrechos hasta llegar a su trasero bien formado y redondo. Ella debería sentirse avergonzada por la mirada descarada que le estaba dando, pero se encontraba muy distraída observando cada detalle que tenía su espalda, cada lunar que sobre salía de su piel, cada marca que pudiera tener, y solo podía imaginarse lo bien que se vería si ella misma agregaba sus propias marcas. Cuando se puso su remera, logro que ella saliera de sus ensoñaciones, apartando la mirada y dándose cuanta con vergüenza que prácticamente se estaba babeando descaradamente frente de él, como si fuera cualquiera de las otras chicas que iban a la práctica para hacer eso mismo con los otros chicos (decidió no pensar que probablemente hubo algunas de esas chicas que también babearon por Peeta, no estaba lista para confrontar esos sentimientos todavía).
Una vez que Peeta se encontró cubierto con su ropa, y se tomó unas cuantas respiraciones para calmar sus nervios y darse la vuelta para confrontarla, decidido a tener más control de él mismo y no avergonzarse más frente a ella, ya se había pasado con tantas situaciones vergonzosas en menos de unas pocas horas. Por su bien, concluyó que lo mejor era tomar un poco de distancia, así que en vez de volver a sentarse donde ella lo había acorralado, decido sentarse en otro banco, que se encontraba cerca de ella, pero no tanto como antes.
_ Bueno… _ decidió romper con el silencio que se había formado de nuevo entre ellos, logrando que ella se enfocara de nuevo en él. _ ¿Había algo más que querías decirme? _ pregunto más para tener algo de qué hablar que por otra cosa, por lo que se sorprendió cuando ella asistió lentamente.
_ Sí, tengo algo importante que hablarte en realidad. _ respondió con seriedad, tratando de espejar su mente de todos esos pensamientos curiosos y divertidos que había tenía hace unos momentos, decidiendo buscar la forma en la que iba a encarar lo que seguía. _ La verdad no esperaba hablar de esto hoy, pero creo que es tu derecho saberlo y es lo justo, solo que no sé cómo decírtelo. _ comezón con duda en su voz, nerviosa de encontrar las palabras. Peeta se enfocó en la dificultad que ella tenía, y decidió tratar de calmarla para ayudarla a que le diga lo que sea que tenía que decirle.
_ Katniss, puedes decirme lo que sea. _ la animo, casi quiso acercarse a ella y tomar sus manos, pero sintió que eso era algo muy íntimo para la poca relación que tenían, así que se contenía. _ Te puedo asegurar que no hay nada que puedas decir que me haba enfadar. _ eso le dio curiosidad a ella.
_ ¿Nada? _ Quise comprobarlo.
_Nada. _ respondió con seguridad.
_ ¿Cómo estás tan seguro de eso? _ ella se encontró más curiosa que insegura.
_ No lo sé. _ dijo él, sin mostrar ningún rastro de su mentira. _ Pero si llegara a pasar, no creo que el enojo me duraría mucho.
_ ¿Y eso por qué? _ alzo una ceja ella.
_ Tampoco lo sé, solo lo siento así. _ volvió a mentir, a lo que ella suspiro rodeando los ojos por lo vagas que eran sus respuestas, pero tomándose un tiempo para juntar valor. Trato de nuevo volver a juntar las palabras, paso sus ojos por todos lados mientras pensaba y él esperaba pacientemente, sin apurarla ni alterarla. De pronto su mirada se enfocó en el hombro izquierdo de él, donde la remara cubría su marca, casi lamentaba que no la pudiera seguir viendo, pero eso le dio una idea. Después de todo, ella era más una chica de acción y sin palabras.
Con eso en mente, rápidamente despejo su hombro izquierdo, dejando a la vista de él su ramo de dientes de león.
¿A caso Peeta dijo que no se iba a seguir avergonzándose más frente a ella? Bueno, se equivocó. Todavía podía avergonzarse un poco más.
Notes:
¿Qué les pareció? Espero que les allá gustado me moría porque aparecía Peeta oficialmente en la historia, pero antes tenía que desarrollar un poco la historia de Katniss y Gale. Pero la verdad es que ya se estaba tardando en aparecer. Espero que les gustara esta versión de Peeta y Katniss, sé que no es muy parecida a los libros y las películas, pero decidí cambiarlos un poco, hacer que la historia fuera por otro lado, pero a su vez no quiero que cambien en sus esencias, porque así no serían los Peeta y Katniss que nos gusta tanto.
Recuerden que pueden comentar si les parece bien. Quiero agradecer a todos los que siguen leyendo y disfrutando de la historia, espero seguir teniendo su atención. Espero “verlos” la semana que viene, si todo sale bien.
Otra cosa antes de irme, estoy pensado un nombre para el hermano mayor de Peeta, ya sabemos que los fanáticos le pusimos el nombre de Rye al hermano del medio (del cual me encanta), pero con el mayor va variando, y yo soy muy mala con los nombres, pero investigue un poco y me gusto Rainier, tiene muchos significados dependiendo del punto de vista que lo veas (uno de ellos es que es un tipo de cereza por lo que descubrí, si no estoy equivocada). Pero si alguien se anima a darme alguna sugerencia, estoy dispuesta a escuchar y considerarlo, solo me gustaría que tuviera más que ver con la panadería.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Chapter 6: Sorpresa: Segunda Parte.
Notes:
¡¡¡Hola a todos!!! Vuelvo con un nuevo capítulo, quiero agradecer a la gente que me sigue leyendo a pesar de que me esté demorando en publicar, trato de no perder la continuidad, pero cuesta a veces, más cuando me quiero asegurar de dejar lo mejor posible los capítulos. De todas formas, quiero agradecerles a todos y de verdad espero que estén disfrutando de esta historia.
El capítulo de hoy es la continuación directa del último, para que sepan, Katniss y Peeta se encuentran en el vestido de hombres, Katniss descubrió que Peeta es su otra alma gemela y termina el capítulo revelándoselo. Continuamos desde eso.
Nos vemos abajo.
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Seis: Sorpresa. Segunda Parte.
“Con eso en mente, rápidamente despejo su hombro izquierdo, dejando a la vista de él su ramo de dientes de león.”
Si le hubieras preguntado a Peeta como pensaba que le iba a ser su día, él hubiera respondido que iba a ser un día común y corriente, como todos los días de su vida. Jamás, ni en un millón de años pudo haber previsto lo que le estaba pasando en ese momento. Que la chica de sus sueños se encontrara con él en el vestidor de hombres de la escuela, que hubiera podido hablar con ella por una vez por todas, incluso pude hablar de lo sucedido cuando tenían once años, y por más que hubo algunos momentos vergonzosos. entre ellos, aun así, ella siguió estando ahí con él. Y todo fue fantástico, hasta que ella se puso seria, queriendo confesarle algo importante, concluyendo con que ella le mostrara su hombro izquierdo.
Al principio su cerebro entra en corto circuito (al parecer esa cosa no había querido trabajar bien ese día), poniéndose tan nervioso como antes, solo por ver su hombro de repente, no entendiendo por qué se lo mostraba. Pero cuando la sorpresa se fue pasando mientras luchaba con el impulso de mirar a otro lado, se fue atreviendo a examinar bien el hombro, tratando de entender el motivo que tenía Katniss con todo esto. Fue después de una observación más precisa que noto la mancha de color que tenía (él no se encontraba muy orgulloso al admitir la cantidad de tiempo que le costó notarlo; no era su culpa, su cerebro ya había decidido no cooperar por las buenas) y al enfocarse en eso, descubrió que: a) era una marca del alma; yb) dicha marca del alma era un ramo de dientes de león… como la que él mismo tenía en su propio hombro… (con eso oficialmente su cerebro abandonado se cuerpo a buscar un lugar más pacífico para vivir)
Decir que se quedó paralizado era poco, literalmente su mente quedo en blanco, solo podía ver la marca en el hombro de Katniss, luego la miraba a ella y volvía a ver su marca. Katniss se encontraba muy nerviosa esperando su reacción, pero si no fuera por eso, estaría muriendo de risa por la cara de Peeta, el pobre chico no sabía que pensar, mucho menos que hacer. Ella sintiéndose cada vez más impaciente por su falta de reacción, decidió cubrirse el hombro, acomodando su ropa en su lugar, y tomar las riendas de la situación.
_ Sé que puede ser un poco sorpresivo. _ comenzó a decir medio nervioso, sin poder directamente. _ Admito que yo también me sorprendí cuando te vi al principio. Es por eso que reaccione de esa forma, no me lo esperaba. Pero creí que tú también debías de saberlo también, era lo justo. _ Peeta poco a poco comenzó a salir de su estado, prestando atención en lo que ella decía, comprendiendo su reacción de antes, pero aún así no tenía palabras para expresar el sin fin de emociones que tenía dentro de él. _ ¿Podrías decirme algo? De verdad que no sé qué más decir. _ pidió mientras volvía a verlo, pero al no conseguir respuestas, se puso más nervioso y comenzó a divagar. _ No debería ser tan brusca, debería encontrar una forma mejor de decírtelo. _ hablaba más para ella misma que para él, pero de todas formas él siguió escuchando. _ No soy buena en esto, pero de verdad quería que lo supieras. Quizás debería hablar primero con Gale para ver... _ con eso Peeta reacciono por fin.
_¿Vendaval? ¿Qué tiene que ver él con todo esto? _ me pregunto muy confundido a que ella mencionara a su mejor amigo en esta situación precisamente (no es que esto allá activo unos celos que tenía muy dentro de él desde hace mucho tiempo, eso no tenía nada que ver).
_ ¿Conoces a Gale? _ ella pregunto en respuesta, curiosa de saber dónde lo conoció. Peeta rodeo los ojos y trato de no hacer un puchero al ver que la conversación se dirija hacia ese… tipo.
_ Sí, bueno, él va al mismo curso que mi hermano Rye, así que lo he visto de vez en cuando. _ contesto con total desinterés, queriendo ocultar la molestia que sentía dentro de él. _ Sin mencionar las veces que ustedes dos van a la panadería y hacen sus negociaciones con mi padre.
_ ¿Tu estas cerca cuando hacemos los intercambios con tu padre? Nunca te vi cerca. _ me pregunto sintiéndose más curioso todavía, algo en apariencia de Peeta había cambiado, él era muy bueno ocultándolo, pero sus ojos de cazadora estaban entrenados para detectar esos cambios, aunque no sabía identificar el significado de estos. Peeta queriendo seguir haciéndose el tonto, desvió la mirada y fingio que no se sintió como si hubiera soltado algo que parecía que no debía soltar.
_ Suelo estar más metido en la cocina, es por eso que no me viste. _ justifico vagamente, no logrando convencer a Katniss del todo, pero decidió dejar el tema así por ahora. _ De todas formas… ¿Qué tiene que ver Gale… con… todo esto? _ me pregunto sin atreverse a decir las palabras correctas, ya que sentía que si las decía se harían real, y todavía no estaba listo para eso. Ella trago saliva para prepararse por lo que estaba por venir.
_ Es… curioso que hablemos de él ahora, quería que nos enfocáramos en lo otro, pero creo que no hay de otra. _ Katniss lo miro fijamente, estudiándolo hasta que él no pudo seguir desviando la mirada y puso sus ojos en los de ella, azul contra gris, ella necesitaba que él la mirara para continuar. _ Peeta… antes que nada, necesito preguntarte algo y que me contestes con total honestidad ¿Okey? _ dijo seriamente, tratando de no asustarlo, pero a su vez que entendiera la importancia del asunto. Él ayudará suavemente en respuesta. _ ¿Tú… tienes dos marcas del alma? _ Peeta abrió mucho los ojos de la sorpresa, quedándose mudo por unos momentos mientras ordenaba sus pensamientos para saber que responder.
_ … ¿Cómo lo sabes? _ dijo muy suavemente.
Katniss continúa estudiándolo, viendo si sus reacciones eran verdaderas. Era muy probable que él fuera como ella y Gale, pero nada era seguro, y la parte paranoica dentro de ella necesitaba asegurarse de que él era confiable con lo que estaba a punto de pasar. Si bien era su alma gemela y en general era un chico muy agradable, seguía siendo en su mayoría un extraño para ella, un extraño al que quería conocer, pero en ese preciso momento no sabía casi nada de él, y revelarle un secreto que tanto. Gale como ella fueran aseguradas tanto de guardarlo, le daba miedo, no quería que nada de esto saliera hacia los extraños. Pero mirando sus ojos que parecían ser inocentes, mirándola con curiosidad y, sobre todo, honestos, ella supo que podía correr el riesgo con él, que no la iba a defraudar.
_ Yo lo sé porque… yo también tengo dos marcas del alma. _ confeso finalmente, dejando que él comprendiera lo que decía antes de agregar: _ Una la comparto contigo… y la otra con Gale.
_ ¿Con Gale? _ me pregunto inseguro él, necesitando que ella confirma que estaba escuchando bien, sin poder entender la corriente de emociones contradictorias que tenía dentro de él, pero su pulso se fue acelerando a media que la conversación avanzaba.
_ Sí, Gale. _ ella respiro profundamente y soltó un fuerte suspiro antes de seguir. _ Y necesito que me digas si de verdad tienes otra marca del alma, a donde esta y cómo es. _ dijo queriendo ocultar la urgencia que sentía de su tono. Peeta la miro con seriedad, analizándola detenidamente, puede que dentro de él fuera un desastre, demasiadas revelaciones en tan poco tiempo, pero al ver la urgencia en sus ojos, la necesidad de que él confirme lo que ella creía, supo que no había otra alternativa que decir la verdad, y espera a que todo saliera bien al final.
_ Tengo la cabeza de un ciervo en mi muslo derecho. _ le aclaro, pasando su mano por encima de la ropa que cubría su marca. Katniss no pudo evitar sentir que el alivio la cubría, no había forma que estuviera mintiendo y que tuviera tanta suerte de adivinar exactamente dónde estaba la marca de Gale y de que era. Eso significaba que Peeta no solo era su alma gemela, sino también de Gale. Una euforia remplazo el alivio, feliz de que al parecer el destino quería que se juntaran los tres, que no iba a ver rivalidad entre ellos, que si se esforzaban podía ser una unión. Pero se estaba adelantando, primero tenía que terminar con esta conversación, eso no evito que ella se acercara a él de nuevo, esta vez con la intención de solo tomar sus manos con fuerza.
_ Peeta… ¡Eso es fantástico! ¡Comparte la misma marca que Gale! ¡Quiere decir que los tres estamos destinados! _ dijo sin querer ocultar su emoción.
Y fue en ese momento que todo se derramo dentro de él, todos los sentimientos que había tratado de controlar y guardar desde el momento que ella lo asustó cuando apareció de golpe en el vestidor, todo eso exploto, dejando que tuviera que enfrentar todo a la vez, desde la felicidad por descubrir que la chica de sus sueños tenía su misma marca, desilusión porque ella compartía marca también con otro hombre, celos porque ese hombre era Gale, confusión por todo, vergüenza por tener todos los sentimientos negativos, y muchas otras. emociones que le invadieron sin compasión, dejando que la única forma que encontró para que estas no lo ahogaran fue mediante el llanto. Para este punto estaba a punto de entrar en pánico, sabía por experiencia propia que a la gente no le gustaban las personas que lloraban, y él se había hecho bueno conteniendo las lágrimas, pero en este momento, sintiendo demasiado, por más que lo intento. , no pudo evitar que estas salieran lentamente de sus ojos, tratando de calmar y terminar de definir todo lo que sentía.
Katniss se alarmo al ver las lágrimas formándose poco a poco en sus ojos azules, cristalizándolos hasta que estas se liberaron y lentamente se iban deslizando por sus mejillas. Con rapidez soltó sus manos y sostuvo sus mejillas, tratando de secar las gotas que caían cada vez con más frecuencia. Peeta al sentir el cambio de sus manos, agarro sus muñecas tratando de que ella lo soltara para poder darse la vuelta y ocultarle su llanto, pero ella no se lo permitió, lo que género que más lagrimas salieran todavía al sentir vergüenza por estar tan expuesto ante ella.
_ ¿Peeta? ¿Qué te pasa? _ trato de averiguar lo que le sucedía. _ ¿Qué tienes?
_ …Yo… no sé… _ hablo entrecortado él, haciendo un esfuerzo para contener los gemidos que se le escaparon. _ Es demasiado…
_ Lo sé, lo sé. _ consoló ella, acariciando sus mejillas para calmarlo y para secar sus lágrimas. _ No puedo decir que yo actué mejor la primera vez. _ dijo con una pequeña sonrisa. _ Llore tanto que casi espanto a Gale, creo que nunca me vio llorar así.
_ … ¿En serio? _ pregunto inseguro mirando atentamente sus ojos, sintiéndose como un niño que buscaba el consuelo de su madre.
_ Por supuesto que sí, no mentiría con algo así. _ dijo fingiendo indignación. _ No es que me emocione decirles a las personas que me largue a llorar como una niñita… ¿Tienes una idea de lo que eso le haría a mi reputación? _ pregunto juguetonamente, logrando que él le diera una pequeña sonrisa por más que las lágrimas seguían cayendo.
_ Me cuesta creer que alguien tan intimidante como tú, se largara a llorar. _ comento suavemente, a lo que ella rodeo los ojos.
_ Hay mucho que no sabes de mí, Sr. Mellark. _ puntualizo dando un golpecito en la nariz, haciendo que su sonrisa se hiciera más grande, lo que calmo los nervios que ella sentía por dentro y el animo a seguir. _ De todas formas, no intimido tanto ¿A caso viste el tamaño que tengo? No puedo ser tan intimidante. Soy solo una chica simple que sabe usar muy bien el arco, y que sabe lugares en el bosque que podrían esconder un cuerpo, donde nadie lo encontraría. Eso no es intimidante. _ dijo con desinterés, como si no estuviera diciendo la gran cosa, pero logrando que él cerrara los ojos con fuerza mientras soltaba pequeñas risitas, que rápidamente fue remplazando el llanto. Ella suena al escuchar por fin su risa.
_ Creo… que eso… es lo que te hace muy intimidante. _ dijo entre risas.
_ No es mi culpa que la gente se intimide tan fácil. _ comento encogiéndose de hombros, escuchando como su risa se hacía un poco más fuerte. Ella espero a que de a poco él se salga calmando, antes de volver a hablar. _ ¿Te sientes mejor?
_ Creo que sí. _ contesto al final mientras se seca los ojos con el dorso de la mano. _Gracias.
_ No hay de qué. _ espero un rato para volver a hablar. _ ¿Quieres hablar de eso?
_ Yo... creo que debería hacerlo.
_ ¿Qué fue lo que te paso? _ pregunto con cuidado.
_ Creo que todo fue… demasiado. _ dijo tratando de buscar las palabras que necesitaba. _ Siempre quise saber porque tenía dos marcas del alma, y de verdad anhelaba encontrar a mi alma gemela. Saber que por un lado eras tú, y que por otro lado significa que tengo otra alma gemela y que esa sea… Gale… fue como demasiado que asimilar…
_ Lo entiendo. _ dijo mientras soltaba sus mejillas y tomaba sus manos para darle apoyo. _ Para a mí también fue demasiado, yo ni quería tener un alma gemela en primer lugar, pero luego me entere que tenía dos marcas. Mi familia trato de encontrarle la explicación, aunque no encontraron nada. Fue después de que... hable con Gale, que nos dimos cuenta que los dos teníamos dos marcas, y que compartíamos una de ellas. Pero todavía no estábamos del todo seguro que significaba la otra marca, ya que no eran iguales, quisimos suponer que había otra persona que tendría nuestras marcas que faltaban, pero nada era seguro.
_ ¿Cómo es tu otra marca? _ pregunto con timidez y curiosidad.
_ Está en mi espalda baja, es un arca y una flecha. _ contesto viendo como él cerraba los ojos tratando de imaginárselo. _ ¿Quieres que te lo muestre? _ pregunto suavemente, generando que él abrirá los ojos y se enfocará en los suyos.
_ ¿No te molestaría? _ ella solo empresa. _ Entonces si me gustaría verla. Katniss se levantó para darle la espalda y sujetándose un poco la ropa y bajando un poco el pantalón, dejando el espacio suficiente para que se viera con claridad la marca. Peeta examina el arco y la flecha que tenía en frente, tratando de omitir la zona de piel que se rebelaba y concentrándose solamente en estos. _ Es muy bonita. _ dijo con sinceridad.
_ ¿De verdad? Yo casi no la puedo ver sola, necesito que alguien sostenga un espejo mientras yo estoy frente a otro espejo, no alcanzó a verla bien sino. _ ella quiso omitir el comentario de que la única vez que pudo verla bien es cuando Gale le mostró su marca directamente, pero no creía que era un buen momento para hablar de eso, Peeta todavía se ponía un poco sensible con ese tema.
_ De verdad que es muy bonita.
_Gracias. _ agradeció después de acomodarse la ropa de nueva y sentarse en el lugar en el que estaba antes.
_ Así que… ¿Gale? _ él decidió que era momento de hablar de la tercera parte que les faltaba, todavía tratando de asimilar lo que sentía al respecto.
_ ¿Tienes algún problema con eso? _ trato de no sonar a la defensiva, queriendo que él expresara lo que sentía al respecto, pero no pudo evitar que su tono ya no sanara tan calmado y paciente como antes.
_ No sabría decirlo. _ contesto, pero al ver que su mirada se volvió más sebera, trato de agregar rápidamente. _ No es por lo que piensas. Dije la verdad cuando mencione que realmente estaba esperando encontrar a mi alma gemela, y aunque admito que hubo momentos en los que pensé la posibilidad de tener dos almas gemelas, con una sola me conformaba, por lo que no me molestaba de donde sea o cómo. mar, mientras quiera estar conmigo. _ admitió con vergüenza, queriendo que ella entendiera lo importante que era todo esto para él. _ Es solo que me sorprendió todo esto. Confieso que no es la persona que más me agrada… _ Katniss se sorprendió ante eso, era la primera vez que veía que había alguien que no le caía bien a Peeta, era todo un descubrimiento, lo que le hiso tener muchas preguntas al respecto. _ …pero si es el alma gemela de los dos, estoy dispuesto a intentarlo. No quisiera que por algo así perdiera la oportunidad… de… estar con mi alma gemela. _ dijo dándole una mirada de importancia, que ella de nuevo no supo descifrar. _ Solo necesito saber si él va a estar de acuerdo con que yo me meta en su… relación. _ termino, sin saber cómo referirse a lo que ella y Gale tenían.
_ Él estará de acuerdo. Ya verás que sí. _ le aseguro ella, volviendo a sentirse emocionada, no veía lo hora de que todos se juntaran de una vez, y así poder ver a donde iba a llevar todo esto. Esto le generó una idea. _ Ven a mi casa. _ dijo de golpe.
_ ¿Qué? _ me pregunto sorprendido por el cambio brusco de tema.
_ Que vengas a mi casa, esta noche, cenaremos los tres, así podremos hablar todos justos por fin.
_ ¿Estás seguro? ¿Qué hay de tú familia? ¿No vamos a molestarlos?
_ No te preocupes con eso, yo me encargo, seremos solo tú, yo y Gale, nadie más. _ contesto con una sonrisa grande, logrando que él se derritiera inmediatamente, cediendo a todo lo que diga.
_ Está bien. _ acordó, haciendo que ella se emocionara tanto que no evito el tirarse hacia adelante para darle un fuerte abrazo. Apenas puedo disfrutar del abrazo, antes de que ella se separe y se levante con rapidez.
_ Debo irme. _ dijo con urgencia, pero se detuvo cuando él tomo su mano.
_ Espera ¿A dónde vas?
_ Voy a ver a Gale, tengo que hablarle sobre ti y decirle lo de la cena.
_ Pero… ¿Te tienes que ir ahora? _ pregunto con un poco de desilusión. Katniss se giró para verlo, comprendiendo lo que pasaba.
_ Sí, pero es porque tengo que organizar mucho antes de la cena y ya es tarde. Pero nos veremos esta noche. _ Peeta soltó un suave suspiro comprendiéndola.
_ Está bien, entiendo. _ él realmente no quería separarse de ella todavía, pero tenía razón, ya era muy tarde, más de lo que él acostumbra a salir del colegio, y ambos tenían que hacer cosas, eso no quería decir que le gustara despedirse de ella. _ Al menos déjame acompañarte hasta la puerta del colegio, ya estoy listo para irme también.
_ Okey, te espero afuera del vestidor ¿Si? _ él asistió y ella salió del vestidor, quedándose cerca de la puerta.
No tardó mucho en salir, solo tenía que guardar sus cosas y nada más, y justos comenzaron el camino hacia la salida, generando un silencio entre ellos, cada uno metido en sus cabezas, pensando en sus cosas, pero aún así disfrutando la compañía del otro. Cuando llegaron a la puerta que era donde sus caminos se separaban, se enfrentaron para despedirse.
_ Te veo esta noche ¿Verdad? _ dijo ella.
_ Sí, estaré ahí sin duda. _ respondió con una pequeña sonrisa tímida. Vio que ella estaba por irse cuando cambia de decisión de repente y se acerca a él, inclinándose para darle un tierno beso en su mejilla, hasta que Peeta abrió muchos los ojos por la sorpresa.
_ No llegues tarde. _ dijo en forma de despedida antes de casi salir corriendo.
_Nunca. _ contesto suavemente él sin que ella escuchara, viéndola irse, con su mente todavía pensada en el beso que recibió. Después de quedarse un buen rato quieto sin moverse, reacción y comenzó a dirigirse a su casa, repasando todo lo que había sucedido en tan poco tiempo.
Mientras tanto Katniss se apresuró a ir a su punto de encuentro con Gale en el bosque directamente, ni siquiera se detuvo ni un momento en su casa cuando paso cerca de esta, ansiosa por encontrarse con él y contarle lo que había pasado. Lo encontré sentado esperándola pacientemente, cuando la diviso y vio lo entusiasmada que se veía, sonriendo divertido mientras levantaba una ceja confundida.
_ Hey Catnip ¿Qué te tiene tan emocionada?
_Gale, tengo algo muy importante que decirte.
_ ¿Y qué es eso?
_Lo encontré, Gale, encontré a la parte que nos faltaba de nuestra alma gemela. _ Los ojos de Katniss brillaron con emoción.
Gale se la quedo viéndola mientras trataba de digerir lo que estaba diciendo. Parpadeo asombrado, tomándose unos momentos para terminar de entender las palabras, para después tener una enorme sonrisa y alzarla en un fuerte abrazo mientras daba vueltas y se reía con alegría.
_ ¿Es en serio, Catnip? ¿De verdad la encontraste? _ Dijo después de bajarla y agarrar su rostro con sus manos.
_Sí, sí, no lo podía creer, pero lo encontré, de verdad.
_ ¡Eso es increíble! ¿Cómo paso? ¿Quién es? ¿Cómo este? ¿Dónde…?
_Gale, cálmate, te lo contare todo, pero tienes que calmarte. _ Katniss lo interrumpió.
_ Está bien, está bien. Pero no puedo evitarlo, estoy tan emocionado.
_ Ya lo sé, pero en realidad no voy a contarte nada, prefiero presentártelo hoy en la cena.
_ ¿De verdad? ¿No me dirás nada de ella? _ Katniss lo mira confundida por un rato.
_ ¿Ella?
_ Sí, nuestra alma gemela. Ya quiero conocerla. _ dijo Gale tan ilusionado que no se dio cuenta de la cara de duda que tenía Katniss. Ella se lo queda mirando por un largo rato, dándose cuenta que él cree que la otra parte de su alma gemela es una mujer. A Katniss nunca le dio mucha importancia a que sus almas gemelas fueran hombre o mujer, ella tenía otros problemas más importantes que el género de sus almas gemelas, para empezar ella ni quería una. Pero con ese comentario de Gale, le hiso pensar que por ahí Gale quería que sus almas gemelas fueran mujeres. Tenía sentido, Gale era la definición de hombre masculino, era fuerte, protector con los que le importaba, solía no admitir sus sentimientos tan fácilmente, era tremendamente terco casi todo el tiempo, y tenía la maldita costumbre de no escuchar cuando debía. De cierta forma ella era muy parecida a él en esos aspectos. También era bien conocido por el Distrito sus aventuras en el montículo de escoria, ya hasta donde ella tenía entendido, fueron todas mujeres.
Todo esto el hiso pensar que era muy obvio que alguien como Gale pretendía tener dos mujeres como sus almas gemelas, y que no se planteó la idea de que una podría ser un hombre. La puso un poco nervioso, porque no quería que esto fuera un problema entre los tres, pero se obligó a deshacer esos pensamientos de su mente. Si bien era posible que Gale se sorprendiera por la noticia, ella estaba convencida de que lo superaría pronto, después de todo ¿Quién realmente podía odiar a Peeta Mellark? Es decir, el chico era tierno, dulce y amable; por nombrar algunas cualidades; era bueno escuchando, y siempre parecía llevar su corazón en la mano, listo para dárselo a quien estuviera dispuesto a valorarlo y cuidarlo. Era la clase de chico tranquilo y observador, que parecía atento a todos a su alrededor, y los encantaba a todos con su carisma. Sin mencionar lo atractivo que es. Tenía tantas cualidades hermosas, que no había forma de desilusionarse con que él fuera su alma gemela. Estaba seguro de que Gale apreciaría mucho a Peeta.
Por lo que lejos de preocuparse, decidió que lo mejor era hacerle una pequeña sorpresa a Gale.
_ ¡Sí, ella, claro! _ Dijo con entusiasmo mientras se formaba una pequeña sonrisa traviesa en sus labios. _ No te diré nada, tendrás que esperar.
_ ¡Por favor! ¡Dime algo de ella! _ Ella lo miro con cara pensativa, finciendo que estaba considerando su petición.
_ Bueno, te daré pequeñas pistas…
_ ¡Sí!
Katniss pensó un poco en que le iba a decir.
_ ¿Qué quieres saber de ella?
_ Tantas cosas, pero comencemos con cómo es ella, qué aspecto tiene.
_ Mmmm… está bien. Para empezar, ella tiene hermosos cabellos rubios ondulados, con unos ojos de un azul tan intenso.
_ ¿Rubia y de ojos azules?... ¿Ella es una Comerciante? _ pregunto perplejo.
_ Sí… Espero que eso no te moleste. _ era bien sabía del disgusto que tenía Gale hacia los Comerciantes.
_ Guau… eso… no me lo esperaba. _ él se quedó pensando un momento mientras ella lo miraba atentamente. _ No, no me molestes, solo que me sorprenderá. Nunca pensé que nuestra alma gemela fuera una Comerciante. Pero no me moleste, porque si es nuestra alma gemela, entonces tiene que tener algo especial para nosotros.
_ ¿Estás seguro de eso? Sé que no te agrada mucho a ellos.
_ No es que no me agraden del todo, es solo que no me gusta la injusticia que hay entre nosotros y ellos. Ellos siempre tienen mayores oportunidades que nosotros, y siempre nos desprecian, creyéndose superiores a nosotros todo el tiempo. _ noto la mirada acusadora que le estaba dando a Katniss, dándose cuenta de lo que estaba diciendo. _ Okey, puede ser que la verdad es que no me agradan mucho y no confio en ellos, pero si es nuestra alma gemela, seguro que debe ser diferente a todos ellos. _ termino con una sonrisa.
_ ¡Claro que es diferente a todo lo demás! ¡Ella es increíble! Es tan amable y gentil.
_ Mmm… ¿De verdad? ¿Y otras cosas puedes decirme de ella? _ pregunto travieso, volvió a usar su tono ronco, dándole un sentido que él quería escuchar.
_ Bueno… ella es hermosa ¿Sabes? Tan linda que creo que te va a encantar. _ respondió mientras también usaba un tono seductor.
_ Puedo ver que te tiene muy fascinada. _ dijo con tono sugerente.
_ No lo puedo negar, me tiene como loca…
_ ¿Sí? ¿Y qué otra cosa te tiene como loca? _ pregunto mientras dejaba besos suaves en su cuello
_Mmmm… ella… es un poco inquieta… cuando la presionas un poco_ Katniss cerró los ojos, inclina la cabeza para permitir más aseso a su cuello, no pudo evitar dejarse llevar por las sensaciones que le estaba generando.
_ Con que inquieta ¿Eh?
_ Sí… cuando quise acorralarla… la hubieras visto… se puso muy nervioso e inquieta…_ Katniss no podía hablar sin soltar pequeños jadeos y gemidos_ Se veía tan hermosa así… no paraba de divagar… y yo solo podía verla e imaginar cosas…
_ Valla, no te tenia así, Catnip, no sabía que te atraían este tipo de cosas… _ Gale comenzó a entusiasmarse, realmente era raro verla de esa forma, ella no solía ser así cuando estaba con él, ya que por lo general era Gale el que tenía la iniciativa, pero de solo pensar que hubo una persona que la puso así, le hiso tener más ganas de conocer a esta maravillosa criatura.
_ Yo tampoco sabía… pero te juro que ella saca esto de mi… me vuelve realmente loca…
_ ¿Y qué tipo de cosas te estabas imaginando?... _ ella soltó un hermoso gemido cuando las imágenes volvieron a su cabeza.
_ Bueno… me la imaginé acorralándola para ponerla tan nerviosa que ya no pudiera divagar más… solo quería tenerla inmovilizada mientras ella me mirara con su linda carita confundida… que estuviera tan roja solo porque yo le provoqué eso…_ Gale cada vez se dejaba llevar más por sus palabras, era exquisito escuchar a su tranquila Catnip comportarse como una cazadora que busca atrapar su presa. De solo pensarlo, provocó que la abrazara con fuerza y acariciara su hermoso cuerpo, buscando los lugares sensibles que ella tenía. _ Y después de tenerla así… tan inquieta e indefensa por no tener ni una idea de lo que podía pasar… solo después de eso… iba a besarla hasta que olvidara de todo… hasta que se trasformará en una masa blanda para que yo pueda moldearla. como quisiera…_ esta vez el gemido que se escucho era de Gale, que sintió que las cosas se estaban poniendo interesantes en sus pantalones.
_ ¡Por Dios, Catnip! Eso sonó muy sexy… de solo imaginarte así, me está volviendo loco. _ ella se sintió orgullosa de saber que lo estaba provocando. Generalmente era él el que la provocaba con sus palabras, al tener más experiencia que ella, siempre supo que decir o que hacer para ponerla inquieta y con ganas de querer recibir más, solo para después dejarla sin nada. Le gustaba tener estas reacciones en él, ser ella la que estaba a cargo, muy parecido a como se sintió con Peeta en el vestidor, y por eso que siguió jugando.
_ Y eso no fue todo… también te imaginas ahí con nosotras.
_ Mmmm… ¿Y qué hacía yo ahí con ustedes?
_ Al principio solo estabas ahí para mirarnos… solo para ver como yo devoraba su boca… Pero después la guio para que este frente a ti… yo detrás de ella, como si te la estuviera presentando… para que veas a la hermosa creatura que he atrapado… Luego me alejo para dejarla en tus manos… me encanta imaginarla tan dócil para nosotros… dejándose llevar y confiando tanto en nosotros… sabiendo que solo buscamos complacerla y saborearla de paso… _ y era verdad, no sabía porque Peeta le generaba estos instintos, pero de solo imaginarlo tan dispuesto a seguirlos, a dejarse llevar por ellos y solo por ellos, la ponía tan ansiosa de ver hasta donde ellos podían llevar.
_ Sí que te pego muy fuerte esta chica, Catnip. Parece que activo algo en ti.
_ Es verdad, activo algo en mí que no sabía que tenía. Pero es que ella es tan… Mmmmm _ soltó un gemido desesperado, no sabía cómo poner en palabras lo que sentía, pero por la sonrisa descarada que Gale le dio, supo de que él había entendido _ Y todavía no te cuento lo que me genero el imaginare que la agarra con fuerza y que le devora la boca. _ ahí sí que sentía perdida, el imaginario a Gale ya Peeta besándose tan apasionadamente, como Gale la besa a veces, mientras ella solo miraba como los dos se iban poniendo más atrevidos con el otro, que cada uno fuera acariciando sus cuerpos, la hiso. siente un agradable cosquilleo en la zona de tu vientre.
_ Estas muy perversa… no sé si sentirme más orgulloso o intrigado por todo esto. Pero debo decir que me gusta verte así.
_ Sí, ya me he dado cuenta de cuanto te gusta todo esto. _ dijo mientras rosaba su muslo con la entrepierna de él, donde se notaba que se estaba endureciendo.
_ ¿Puedes culparme? De solo saber que vamos a poder hacer todo eso que estás diciendo, me emociona mucho más. De verdad que ya quiero conocer esta criatura fantástica que te tiene tan fascinada. No me puedo imaginar cómo debe ser para hacer que Katniss Everdeen se comporte de esta manera.
_ Ella es totalmente fabulosa, en serio te va a encantar tanto como a mí. _ termino con un beso en los labios de él, un beso que comenzó sueva pero que una vez que él quiso tomar el control, los dos se largaron a una competencia para ver quién estaba a cargo. Era una de las cosas que más les gustaba a los dos, cuando ninguno cedía al otro, ellos tenían una cosa al desfearse mutuamente, así que buscaran la forma de superarse entre sí.
Y mientras se besaban, comenzaron a acariciar el cuerpo del otro, ella con sus manos en sus cabellos, tirando con fuerza para demostrarle que ella no iba a ceder. Él pasaba las suyas por sus caderas, dando pequeños apretones y frotando sus entrepiernas. Pasaron un rato así, provocándose hasta que Katniss se apartó lo suficiente para poner algo de espacio entre ellos.
_ Debemos tranquilizarnos, tenemos cosas que hacer. _ su respiración era agitada como la de él.
_ Tienes razón, tenemos que cazar antes que se haga más tarde. _ dijo apoyando su frente con lo de ella.
_ Sí, eso. Y también tenemos que llevar algo bueno para la cena de esta noche. Le pedí que viniera a mi casa a comer, para que pudieras conocerla y poder hablar sobre nosotros. Sería bueno poder conocernos más, yo apenas se algunas cosas de ella.
_ Así que quieres hablar y nada más ¿Eh? _ Gale movió sus cejas de forma sugerente.
_ ¡Ya! ¡Deja de hacerte esas ideas! Solo vamos a hablar con ella. ¡Más vale que te sientas cómodo! _ lo regaño con golpes en el pecho de él mientras Gale soltaba una pequeña risa.
_ Bueno, bueno, yo voy a portar bien… esta vez. _ agregado lo último con un susurro, ganándose una mirada de reproche de ella. _ Pero ¿Qué pasa con tu mamá y tu hermana?
_ Voy a hablar con ellas, pero creo que de todas formas no van a estar en casa, creo que una de sus pacientes va a entrar en parto esta noche, lo que nos va a dar privacidad. Realmente quiero que estemos tranquilos y hablemos entre nosotros antes de involucrar a la familia, sobretodo la familia de ella, no creo que se toman bien toda esta situación.
_ Eso es cierto. Los Comerciantes no suelen aceptar que uno de ellos se relacione con uno de nosotros ¿Cómo se lo tomo ella al saber que eras su alma gemela?
_ Bueno, al principio le costó un poco salir de su estado de stock, puede que después se encuentre puesto un poco sensato cuando le hable de ti, pero una vez que se calmó y pudimos hablar bien, ella acordó que le gustaría conocernos más, Así que no fue tan malo.
_ ¿Ella sabe sobre mí? _ Gale no pudo evitar preocuparse un poco, una cosa era ser el alma gemela de uno de la Veta, otra cosa eran que sus dos almas gemelas lo fueran. Tenía miedo de que eso pudiera hacerla considerar si quería o no ser parte de su unión. No sería la primera vez que un Comerciante se niega a tener una unión con uno de la Veta, guiados por sus arrogancias. Eso solo generaba desdicha a todos los involucrados.
_ Sí, ella sabe de ti. Se puso un poco… insegura cuando te mencione, pera asedio de inmediato a darnos una oportunidad, siempre y cuando a ti no te molestara. Yo le aclare que era imposible que te molestara, llevas fantaseando con esto desde hacer rato, por lo que no me imagino que te lo tomaras mal que ella se uniera a nosotros ¿Verdad? _ dijo buscando por un lado su aprobación y por el otro queriendo que entendiera que Peeta estaba dispuesto a aceptarlos a ambos.
_ Sí, es cierto, no me molestaría que se uniera a nosotros. _ soltó un suspiro de alivio. _ Solo queda que nos vemos esta noche. Va a ser una gran noche.
Ambos se sonrieron antes de terminar de separarse y buscar sus cosas para empezar con su caza. Había un silencio cómodo entre ellos, cada uno sumergido en sus pensamientos. Gale no cabía de la emoción al imaginar que esa noche por fin conocería la parte que faltaba de su alma. Desde que era muy chiquito y supo que eran las marcas de almas gemelas, no podía dejar de estar fascinado al pensar que él podría conocer a la mujer que encajara completamente con él; Posteriormente al ver que estaba destinado no a un alma gemela, sino a dos, no pudo evitar emocionarse más. Estaba agradecido que Katniss fuera una de ellas, siempre sintió que ellos tenían un vínculo especial, puede que al principio ambos no se sintieran todo cómodos y seguros entre ellos, pero a medida que pasaron los años fueron generando este vínculo donde ambos se entendían tan bien. , ese género que sean tan buenos compañeros de caza, porque sabían lo que el otro quería decir o hacer con solo mirarse. Era asombros tenerla a ella en su vida, pero había una cosa que lo inquietaba. Una de las razones por las que se llevaban tan bien era porque tenían carácter muy parecido, esto hacia que su entendimiento sea fantástico, pero cuando se peleaban y discutían ambos eran demasiados tercos como para ceder, lo que hacía que se bloquean del otro, sin escucharse ni entender sus posturas, terminando con cada uno enojado y sin ganas de hablar o solucionar el problema que ellos mismos generan.
Esto no pasaba muy seguido por suerte, pero cuando pasaba, podía estar días sin hablarse. No siempre podía resolverlo, por lo que al final escogían esquivar el problema y seguir adelante. Eso era un poco preocupante, ya que no era forma de tratar los conflictos. Esa era otra razón por la que su relación no paso de más que darse besos y acaricias con la ropa puesta. Habían evitado tener más intimidad porque sentían que no sería lo correcto, si no podían solucionar sus problemas como personas civilizadas, entonces no querían meter también la intimidad, tenían miedo de cómo se iba a desarrollar las cosas con eso. Y quizás tomó la decisión correcta. Quizás tenía que ser así para darles la oportunidad de encontrar la parte que les faltaba de sus almas gemelas.
Ahora podía conocerla y podía ser la persona que los calmara a los dos cuando estaban tan irracionales. Ya podía imaginarla, una hermosa chica Comerciante, con hermosos cabellos rubios y rizados, tan distintos a los cabellos castaños y lacios que tenían Katniss y él, con precios ojos azules, tan brillantes como las joyas que vio que la gente del Capitolio usa extravagantemente en televisión, pero sus ojos en vez de lucir ostentosos, serían maravillosos por su simpleza, reflejando su humildad y amabilidad. Comenzo a fantasear de cómo sería su cuerpo más pálido en comparación con el él o el de Katniss, todo con curvas, con las contexturas de un cuerpo que fue mejor alimentado en comparación de ellos dos. Sería tan hermoso, tener a una belleza de la Veta como Katniss y también tener a su vez a una belleza Comerciante. El imaginario sus contrastes lo excitaba, tendría la posibilidad de explorar cada diferencia de sus cuerpos, volviéndolas locas a las dos. Y el hecho de que a Katniss tampoco le importaba unirse a la diversión y explorar junto con él, ver todas las formas en que su linda Comerciante se rendía ante ellos dos, lo regresó más loco aún. Era difícil no emocionarse.
Tuvo que apartar su mente de todas las imágenes laceas que se le vinieron a la mente. Todavía no era el momento de emocionarse mucho con eso, primero tenían que conocerse, saber que lo que quería cada uno de todo esto, conocer sus gustos y lo que no, abrir sus corazones entre ellos. Por eso ya quería que fuera de noche, porque después de hoy iba a iniciar oficialmente el cortejo para sus dos damas especiales, así podía seguir avanzando en sus relaciones. Conocer a esta nueva chica iba a ser toda una experiencia muy distinta a cuando conoció a Katniss, ya que con ella no tuvieron períodos de citas como tal, ya eran mejores amigos y muy cercanos cuando los dos revelaron que tenían las mismas marcas de almas gemelas. , ellos ya se conocían desde que ella tenía doce y él catorce. Ya se sabían todo del uno del otro, pero con esta nueva chica era diferente, no sabían nada de ella, era un misterio y lo emocionaba poder tener la oportunidad de resolver ese misterio poco a poco, ir descubriendo todas sus facetas y cómo encaja con ellos dos. Todo esto iba a ser muy divertido y emocionado.
Estaba contando los minutos para esta noche.
Los dos siguieron con su rutina de caza en el bosque, una vez que tuvieron un botín más que sufriente, acordaron ir al Quemador a intercambien parte de lo que cazaron por cosas que cada familia necesitaba. Una vez que obtuvieron lo que necesitaban, se dividieron lo que les quedaba. Gale quería ir a intercambiar con los Comerciante, pero Katniss insistió que tenía que volver a su casa para preparar todo para esa noche, por lo que él estuvo de acuerdo y mientras él se dirigía a la ciudad para seguir con su plan, le pregunto si deseaba que le trajera algo de ahí, a lo que ella se negó, diciendo que tenía todo lo que necesitaba. Y con un último beso suave en los labios (controlando que nadie se diera cuenta), cada uno se separó para prepararse.
Gale no pudo evitar ver a cada chica Comerciante que se cruzaba en su recorrido para hacer sus intercambios y preguntarse si alguna de ellas iba a ser su chica. En el fondo esperaba poder ver alguna señal que la delatara y así saber quién era, pero no noto nada fuera de lo normal, muchas de esas chicas siempre le devolvían sonrisas seductoras con la intención de tentarlo para que les hablara y poder tener un momento con él el montículo de escoria. Él ya había tratado con muchos de ellas ahí antes de descubrir que Katniss comparta su marca, a las Comerciantes les gustaba acostarse con chicos de la Veta porque les gusta lo prohibido y lo sucio, Gale suponía que eso pasaba porque estaban tan acostumbradas a parecer chicas. de una clase social más alta, con modales refinados y apariencias finas en comparación a las chicas de la Veta, que no podía resistirse a la oportunidad de deshacerse de esas fachadas frente a chicos como él. Sabía que esas chicas lo hacían no porque tuvieran un interés real en ellas, solo querían probar los exóticos, lo que no deberían desear, ya él no le molestaba mostrarles lo que se perdían por culpa de sus estúpidos prejuicios, queriendo que entiendan que ellas no Eran más especiales que un simple revolcón. Sonaba muy rencoroso eso, pero era verdad.
Ahora tenía miedo de que unas de esas chicas allá hayan sido su alma gemela, sería muy incómodo y vergonzoso saber que tuvo relaciones de forma tan fría con ella antes de saber quiénes eran. No quería que fuera una de esas chicas superficiales, él esperaba que ella fuera más que eso. Tampoco pudo evitar sentirse posesivo y celoso, ya que él no era el único de la Veta o Comerciante que se acostaba con ellas. El solo pensar que su alma gemela pudo probar las delicias del sexo con otros hombres lo hiso poner furioso. Sabía que era irracional e hipócrita de su parte pensar en eso, pero no pudo impedir que estos sentimientos se formaran en él. Trato de tranquilizarse diciendo que no importa con quien allá estaba, o con cuantos, una vez que Katniss y él la tuvieran a su merced, Gale se aseguraría personalmente que a la una persona que pueda desear a parte de él, sea Katniss. Él haría que ellos dos fueran los únicos hombre y mujer en el que ella pensara. Con eso en mente decidió dejar de descubrirla y terminar sus intercambios para volver a su casa y alistarse para la cena. Quería verso lo mejor posible para que ella no pudiera más que sentirse afortunada de estar con ellos.
Por otra parte, Katniss estaba llegando a su casa, haciendo una lista mental de las cosas que tenía que estar listas para hoy. Lo primero era hablar con su madre y con su hermana, necesitaba tener la casa sola para ellos; luego tenía que preparar la cena y ordenar la casa, todo tenía que estar perfecto; y además tenía que cambiarse y alistarse, quería verse bien. Al entrar se encontró con su madre y su hermana, así que decidió hacer lo primero de su lista.
_Ya llegué.
_ Hola Katniss ¿Cómo te fue hoy con Gale? _ saludo Prim.
_ Bien, tuvimos un buen botón.
_ Eso es increíble hija. _ contesto su madre después de darle un breve saludo.
_ Sí, tengo ardillas para cenar.
_ Oh, eso es una lástima, Prim y yo iremos con la Sra. Brown ya que está a punto de dar la luz.
_ Si, lamentamos dejarte sola hermana, pero parece ser que va a ser un parto complicado, es probable que estemos toda la noche ocupadas. Dentro de un rato nos vamos para allá.
_ Está bien, no hay problema, de todas formas, imita a Gale a cenar hoy.
_ ¡Oh! ¿Invitaste a tu novio para tener una cena romántica los dos solos? _ Prim la miro con ojos traviesos mientas insinuaba lo que ellos dos iban a hacer. Katniss sintió como se sonrojaba al comprender lo que si hermanita quería decir.
_ ¡PRIMA! ¡No digas esas cosas! Sabe perfectamente que no somos así.
_ Jaja ¿De verdad, Katniss? ¿Todavía no llegaron a eso?
_ No… no hemos estado listos para eso y no tenemos prisa. _ contesto a su hermana mientras esta le sacaba la lengua.
_ Bueno chicas, ya cálmense las dos. _ interrumpió a su madre. _ Pero Katniss, espero que hables en serio con eso de que no están listos para eso, porque no quiero enterarme de que ustedes están haciendo ese tipo de cosas en la casa mientras no estamos.
_¡MAMÁ! _ grito Katniss humillada mientras que Prim se reía. _ No vamos a hacer nada de eso hoy, solo va a ser una cena tranquila, además queremos hablar de algo importante, es sobre nuestra otra alma gemela. _ trato de explicar una vez que se calmó un poco.
_ ¿Su otra alma gemela? ¿Qué hay con eso? _ pregunto Prim con curiosidad.
_ Es que hoy lo encontré. _ respondió tímidamente.
_ ¡¿CÓMO QUE LO ENCONTRASTE?! _ exclamo Prim emocionada.
_ Eh… si lo encontré hoy, no pude hablar mucho con él porque estábamos ocupados, pero por eso lo invité hoy a cenar, para que también conociera a Gale.
_ ¡Por Dios, Katniss! ¡Eso es fantástico! ¡Por fin vas a poder estar con tus dos almas gemelas!
_ Sí, esa es la idea.
_ Katniss, te felicidades, espero que todo salga bien hoy. _ su madre se asomó para darle un pequeño abrazo, al cuando también se sumó Prim, emocionada por su hermana mayor.
_ Muchas gracias las dos. De verdad que estoy muy ilusionada por hoy.
_ Eso es normal hija, pero ya verás que todo saldrá bien.
_ Gracias mamá. _ dijo Katniss con las mejillas un poco sonrojadas.
_ ¿Necesitas algo para esta noche? ¿Qué hagamos algo?
_ Estoy bien la verdad, no necesito nada.
_ Bueno, entonces nosotras vamos a prepararnos para salir, así te dejamos que prepares todo. _ su madre ya se estaba yendo, cuando su hermana la miro con alegría.
_ ¿No van a decirnos quién es? _ Katniss dudo antes de responder.
_ La verdad no creo que sea lo mejor, prefiero decírselos después de ver cómo sale esta noche, ya que ni Gale sabe quién es.
_ Pero… _ comenzó a decir Prim antes de que su madre la interrumpa.
_ Ya vasta Prim, tu hermana tiene derecho a no decirlo hasta que se sienta cómoda. _regaño su madre.
_ Si Patito, cuando esté lista te contare todo ¿Okey?
_ Está bien. _ respondió Prim con un suspiro y poniendo los ojos en blanco. Katniss soltó una risita ante su expresión.
Dicho todo eso, Prim también fue a ayudar a su madre a preparar todo para irse. Katniss las miro entretenida, contenta de que su familia entendiera que primero quería hablar con sus almas gemelas ante de involucrar a su familia. Cuando ambas estaban listas, se despidieron de ella y se fueron a la casa de los Brown, dejándola sola para que pudiera trabajar.
Ella no perdió más tiempo y fue a la cocina a preparar la comida. Había decidido hacer algo sencillo hoy, sabiendo que a Peeta le gustaban las ardillas, decidió hacerlas en un estofado. Y mientras dejaba que eso se cocinaba, fue al living-comedor a ordenar y que se viera presentable, quería darle una buena impresión. Una vez que se sintió satisfecho con el estado de la casa, volvió a la cocina a controlar la comida. Tan metida estaba en sus cosas, que cuando vio la hora, supo que tenía que ir a alistarse, en cualquier momento llegaría Gale. Estaba en su pieza, después de pasar por al baño para una limpieza rápida para sacarse el sudor y la suciedad del día, viendo que se iba a poner, cuando escucho que la puerta de entrada de su casa se abría.
_ Oye, Catnip, ya estoy acá. _ Saludo Gale desde el living-comedor.
_ Oye, Gale, estoy en mi pieza, todavía no termina de prepararme.
_ Ok ¿Quieres que te ayude en algo?
_ Si, puedes ver cómo está la comida. No le debe faltar mucho para estar lista.
_No hay problema.
Katniss se sintió feliz de que Gale allá llegado. Ella no le sorprendió que entrara a su casa sin llamar, era común entre ellos esas cosas, se tenían mucha confianza en ese sentido. Tampoco le sorprendería que llegara antes, ya que habían acordado que el llegaría más temprano para poder estar juntos para cuando llegara Peeta. Quería que para cuando él llegara, se encontrara con ellos dos ya con todo listo para la cena.
Ella termino de vestirse, decidiéndose por una bruza sencilla de color verde que no se veía tan desgatada, y unos pantalones negros cómodos. Se tensó su cabello mientras salía y se iba a la cocina. Miro a Gale que estaba de espaldas a ella controlando la comida, lleva una camisa oscura que se ajustaba a su figura delgada y atlética; con unos pantalones a juego también oscuros; Sonrisa al ver que Gale también se estaba esforzando para verse bien guapo esta noche.
_ Hola ¿Cómo me veo? _ le pregunto a Gale después de que le diera un beso es la mejilla. Gale examino su vestimenta, antes de darle una sonrisa.
_ Te ves hermosa, como siempre.
_Gracias. _ contesto mientras sentía que tenía un pequeño sonrojó. Él no se resistió y se inclinó a robarle un beso en los labios.
_ ¿Estás nervioso por lo de hoy? _ me pregunto mientras la abrasaba para tranquilizarla.
_ ¿Tu no?
_ Si, también estoy nervioso, pero ya vas a ver que todo va a salir bien. Cuando ella llegue todo saldrá bien. _ ella se sintió un poco más tranquila.
_ Sí, todo va a salir bien. _ se permitió dejarse llevar por el abrazo mientras una sonrisa apreciada en su cara. _ ¿Cómo va la comida?
_ Va bien, creo que ya estás. _ después de comprobarlo, lo sacan del fuego para que no se pase.
Al acercarse la hora en que llegara, decide poner la mesa, estaban terminando de acomodar los platos, los cubiertos y los vasos, cuando escuchan que alguien toca la puerta. Ambos pegan un salto nervios ante el sonido, y luego de compartir una mirada cómplice entre ellos, sueltan una pequeña risita. Katniss está a punto de ir a la puerta hasta que se le ocurre una idea.
_ Ve a la cocina, no veas hasta que te lo diga. _ordeno.
_ ¿Qué?
_ Ya me escuchaste, es una sorpresa, así que no veas y no espíes hasta que te lo diga.
_ Pero…
_ Por favor, no te vas a arrepentir. _ pidió con ojos tierno, los cuales Gale alzo los brazos en señal de rendición y se dio la vuelta mientras se dirigía a la cocina soltando una pequeña risa.
Katniss espero hasta que estuvo segura de que él no iba a espiar antes de ir hacia la puerta, tomándose un momento en el espejo que se encontraba al lado de la puerta para verificar como estaba. Una vez que ella sintió lista, soltó un pequeño suspiro antes de abrir. Y ahí estaba él, Peeta Mellark, vestido con una sencilla camisa celeste que hacia resaltar sus ojos y marcaba lo ancho de sus hombros; que la combino con sus pantalones con los que trabajaban en la panadería. Tenía los risos rubios libres, unos cuantos mechones se acomodaron cerca de sus ojos, tal como a ella le gustaba. Sus ojos azules la miraban con nerviosismo y asombro, como si no creyera de verdad que ella le iba a abrir la puerta. También se notaba un ligero rubor que comenzaba a crecer en sus mejillas, mientas la examinaba a ella. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa tímida. Todo en él era exquisito, concluyo ella, dándoles una enorme sonrisa que él reflejo. Ante de siquiera saludarlo, ella sabia de la casa y cerró la puerta detrás de ella, lo que provocó que él le diera una mirada confundida.
_Hola Peeta. _ saludo casi como un susurro mientras le daba un pequeño beso en la mejilla. Noto que llevaba una bolsa con sartén.
_Hola Katniss. _ respondió él también en susurro más colorado todavía, y entregándole la bolsa.
_ Qué bueno que hallas podido venir.
_ No me lo perdería por nada. _ a pesar de estar muy sonrojado, se las arregló para darle esa sonrisa deslumbrante que tenía, esa que hacía que más de uno perdiera la respiración. Ella casi se sintió mareada por eso.
_Sartén trajiste. _ dijo repentinamente tímida.
_ Si, pensé que sería de mala educación si llegaba sin nada.
_No deberás molestarte.
_ No, no fue ningún problema. Estos los hice especialmente yo, logré separarlos para poder traerlos. _ esto hiso preocupar a Katniss.
_ ¿Estás seguro de que no te vas a meter en problemas con… tu madre? _ la última parte la dijo con duda, todos sabían lo loca que era su madre, pero no se sentía bien mencionarlo así nomás. Peeta le dio una sonrisa tranquilizadora, entendiendo a lo que ella se refería.
_ No te hagas problemas. Encontré una forma para que ella no se diera cuenta, así que no va a pasar nada.
_ ¿Seguro?
_ Sí, seguro. _ se quedaron mirándose durante un rato, cada uno con una sonrisa complacida.
_ Oye. _ dijo después de un rato. _ Se me ocurrió hacerle una sorpresa a Gale, así que por favor cuando pases, no hagas ningún ruido, no le dije nada de quien eras tú.
_ Oh… seguro, si te parece bien, no tengo problema, pero ¿Estás seguro que él va a estar bien con eso? _ pregunto con duda.
_ Si, si, no va a ver ningún problema, sé que le va a encantar. _ dijo con completa seguridad.
_ Bueno, confió en ti. _ la sonrisa de ella se hiso más amplia por esas palabras.
Abró un poco la puerta y asomo la cabeza para verificar que Gale seguía sin ver lo que estaba pasando, cuando estuvo seguro, término de abrirla y permitió que Peeta pasara. Tan silencioso como Peeta podía ser (nota aparte: al parecer las pisadas de él eren tremendamente ruidosas, un dato curioso que Katniss decidió pensar para después) lo ubicó a mitad del living-comedor mirando hacia la cocina. La cocina al no contar con puertas, se podía ver claramente que Gale estaba ahí, pero como se encontraba de espaldas a ellos no hubo problema. Ella le hiso la seña de silencio con el dedo y él respondió asistiendo con una sonrisa nerviosa. Katniss dejo la bolsa con el pan en la mesa que ya estaba lista y camino hasta estar frente a Gale, viendo que estaba con los ojos cerrados y mordiendo su labio inferior, como si estuviera conteniendo una risa. Puso sus manos sobre sus ojos y lo guio hasta que estuviera frente a Peeta.
_ ¿Estás listo para conocer nuestra alma gemela? _ ella pregunto con emoción.
_ Tu sabes que estoy más que listo. _ contesto con galantería, haciendo que Peeta por algún motivo se sorrajará aún más.
_ Está bien, a la cuenta de tres. UNO… DOS… Y… ¡TRES! _ ella apartó sus manos, dejando que él enfocará la vista a la criatura que tenía en frente.
Pasaron muchas cosas en ese momento, tantas que es difícil ponerlas en orden y describirlas. Lo que sí es seguro decir, es que ninguno de los tres individuos que se encontraron en ese momento en esa vieja casa de la Veta, se esperaba lo que estaba sucediendo en ese instante. Por obvias razones, el más sorprendido fue Gale, que al notar que la criatura que estaba al frente no correspondía a una figura curvilínea y delicada de una mujer, sino de una figura robusta y fuerte de un hombre que se notaba que sabía lo que era. el trabajo duro. Parpadeo varias veces, con la intención de que esa figura se transformara en una mujer, pero no, seguía viendo al mismo hombre. La verdad Gale no entendía que estaba pasando ¿Quién era este tipo? ¿Qué hacía aquí en esta casa? ¿Dónde estaba la chica que estaba destinada a Katniss ya él? Esto lo comenzó a molestar, no le gustaba que este tipo estuviera interrumpiendo un momento tan importante para los tres. Se tomó un momento para examinarlo mejor: era claramente un Comerciante, su piel pálida, cabello rubio y ojos azules lo confirmaba, era de hombros anchos y brazos musculosos, más de los de él, pero se alegró al darse cuenta de que Gale era unos centímetros. más alto, algo que acaricio su orgullo. Su rostro le era familiar, lo había visto en algún lado, pero no podía sacar de dónde. Trata de imaginar a donde lo había visto, ese cabello rubio, esos ojos, le sonaba de algo, pero todavía no terminaba de entender.
Hasta que se le prendió la lamparita, ahora sabía porque le sonaba tanto su apariencia, ya que le hacía acordar a su rival en la escuela, Rye Mellark, el hijo de puta que siempre competía con él en todo. Como odiaba a ese sujeto, siempre metiéndose en sus negocios cuando quería llevar a una chica al montón de escoria, el maldito Comerciante arrogante que se creía mejor que él y todos de los chicos de la Veta. Ese infeliz conquistaba a todos con su cara de chico bueno y simpático, pero Gale sabía leer debajo de su fachada, no era un buen tipo, no se tomaba nada en serio, quizás porque al ser un Comerciante y, sobre todo, ser el segundo. hijo del panadero, le brindaba la seguridad de no preocuparse por nada, ni por nadie. Ese estúpido chico no sabía nada sobre sacrificios, dolor y el preocuparse constantemente en su familia. Era un engreído, que vivía muy feliz en su mundo de privilegios sin ser consciente de todo lo que lo rodeaba.
Pero si bien el chico que tenía en frente se parecía sorprendentemente a Rye Mellark, no tardo tanto en darse cuenta de que definitivamente no era él. Se veía más joven e inexperto en comparación. Entonces tras pensarlo otro raro, abrió los ojos al reconocerlo, era el hermano menor del Rye “¿Cómo se llamaba?… Paul… no, era… Peter… no, ese tampoco” pensó mientras trataba de recordar el nombre del chico “Bueno, no tengo ni idea de cómo se llama el niño”. Lo que si sabía sin duda es que seguro era igual a su hermano, lo que no traía nada bueno.
Katniss al ver la poca reacción de Gale, quien se había quedado divagando en su mente sobre la identidad de Peeta, decidió hacer las presentaciones formales.
_ Gale, te presento a Peeta. Peeta, ya conoces a Gale. _ dijo mientas movía las manos a cada uno respectivamente. Peeta tendió su mano para estrecharla aprovechando la presentación de Katniss.
“¡Peeta Mellark!” Ese era el nombre que se le escapó a Gale. Era el tercer y último hijo del panadero. La verdad es que no sabía mucho de él, había pasado desapercibido de su vista todo este tiempo, solo recordaba haberlo visto brevemente debes en cuando; sino se equivocaba, creía que siempre tenía la mirada fija en Katniss, lo que le generaba escalofríos. Pero como parecía inofensivo, decidió no hacer nada al respecto, lo que comenzaba a pensar que fue un gran error. Seguía sin entender que hacia este estúpido chico aquí.
_ ¿Qué? _ fue todo lo que pronuncio, no sabía cómo decir todo lo que estaba pensando.
_ Gale, él es nuestra alma gemela. _ aclaro Katniss, comenzando a sospechar de su extraño comportamiento.
_Hola. _ se atrevió a decir Peeta, cada vez más nervioso, mientras usaba la supuesta mano que había extendido para estrecharla, usándola para dar un saludo incómodo.
"¡No! ¡De ninguna manera era posible que este sujeto fuera su alma gemela!” Grito la mente de Gale. Sus ojos de abrieron más de la que ya estaba. No había formado que este tal “Peeta Mellark” fuera su alma gemela. Este tipo era el hermano de su rival, del que odiaba a más no poder, se niega a estar relacionado de alguna forma con él. Y por si fuera poco ¡ERA UN CHICO! ¡A él no le gustaban los chicos! ¡No era gay! Tenía un buen número de chicas que podía confirmar ese detalle. Esto tenía que ser una broma, se niega a creer lo que dijo Katniss. Toda esta conmoción tuvo como conclusión el resultado esperado, pero no lógico, hiso que Gale explotara de furia.
_ ¡ÉL NO PUEDE SER NUESTRA ALMA GEMELA! _ grito con furia dándole a Peeta una mirada fulminante, como si estuviera poniendo un blanco en la cabeza y lo iba a usar para practicar sus tiros con el arco.
Peeta no pudo más que abrir los ojos sorprendido y apartarse unos pasos, siguiendo su instinto de las cosas se iban a poner feas. Definitivamente esto no era lo que esperaba que iba a pasar cuando conociera sus almas gemelas. Pero por otro lado… ¿Cuándo algo salía como él esperaba?
Notes:
¿Qué les pareció? Por fin se reunieron los tres, es casi un milagro, la verdad no pensé que me iba a tardar tanto en llegar a este punto de la historia. Como dato curioso, cuando se me ocurrió escribir esta historia, comencé imaginando y escribiendo desde la parte en la que Gale y Katniss se encuentran en el bosque, y continúe hasta lo que va a pasar al final del siguiente capítulo. Así que este fue el centro de la historia hasta ahora, donde podemos decir que se comienza a ver la trama principal. Pero como necesitaba conectar con el resto de la historia, tuve que hacerle unos arreglos.
Espero que les allá gustado y disfrutado.
Recuerden que todavía estoy buscado nombres para el hermano mayor de Peeta, hasta ahora tengo Rainier, pero tienen tiempo hasta que publique el capítulo que viene por si alguien quiere aportar algo.
Nos vemos después.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Chapter 7: Solo Un Deseo
Notes:
¡Bienvenidos a un nuevo capítulo! Este capítulo es particularmente largo, ya abajo les explicare el porqué, pero espero que de todas formas lo disfruten. Gracias por esperarme y seguir leyendo.
Nos vemos abajo.
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Siete: Solo Un Deseo.
Peeta Mellark no tenía muchos recuerdos de cuando era muy pequeño, muchos eran muy borrosos y tristes como para que quisiera recordarlos, en realidad. Pero el único que siempre tenía y marco su vida, es uno de cuando tenía cinco años, en su primer día de clases, en el que conoció a la niña más hermosa y asombrosa que hubiera visto a su tierna edad, con la voz más cautivadora que hubiera escuchado. Él nunca iba a olvidar el cómo se enamoró perdidamente de Katniss Everdeen, el momento en el que, aun siendo tan joven y sin ninguna idea de la vida, él supo que la amaría para siempre, y que esperaría a que ella aceptara sus sentimientos.
Claro, esos eran los deseos y ambiciones de un niño ingenuo de cinco años, que no sabía que la vida nunca es tan fácil como amar a alguien, que este correspondiera a sus sentimientos y así poder vivir felices para siempre. El dulce niño aprendería a través de los años lecciones duras sobre el amor, el compromiso, y la felicidad. Cosa como que a veces no bastaba que ames con desesperación a alguien, sino puedes garantizar su felicidad; que hay veces que para esta persona que se ama sea feliz, uno tenía que dar un paso al costado para que esta pueda serlo en otra parte. La triste historia de sus padres le enseño esa lección. Cuando tenía cinco, su padre le conto la historia de cómo dejo ir al amor de su vida para que esta sea feliz con su alma gemela; y como por más que le dolió verla en brazos de otro hombre, él no se arrepentía de su decisión, porque (le confeso una vez cuando se encontraba demasiado metido en sus recuerdos como para notar que estaba hablando con un niño de solo cinco años sobre cosas que aún no entendía del todo) ella nunca había sonreído como cuando estaba con él (lo cual era mucho decir, considerando que ella y su padre se conocían desde que eran pequeños), y con esa sonrisa, su padre sabía que había encontrado la felicidad por fin, y eso era suficiente para que no se arrepintiera de nada. Años después, él nunca menciono como esa sonrisa nunca volvió a parecer desde la muerte trágica de su alma gemela.
Obviamente el Peeta de esa edad no entendía todo lo que había hecho su padre, él no se sentía capaz de hacer lo mismo, prefería morir antes que aceptar que todo estaba perdido. Y tan dramático como era a esa edad, se prometió que no importaba lo que costara, él iba a conquistar a la hermosa niña de dos trenzas y voz hermosa, o moriría en el intento (su padre y sus hermanos nunca olvidaron su tendencia al drama que era innato en él, riéndose de él, y por más que creciera y tratara de controlarla, nunca pudo deshacerse de eso, por lo que aparecía cuando menos lo esperaba). Con el pasar del tiempo y al ver como parecía que había más cosas que los dividía que cosas que tuvieran en común, comenzó a entender las palabras de su padre, pero aun así guardo la esperanza de que pudiera estar con su amada.
Pero sin importar cuando lo anhelaba, nunca pudo encontrar la forma de acercarse a ella, incluso en ese trágico día cuando él tenía doce y la vio tirada a los pies de un árbol cerca de la panadería, y que a pensar de la lluvia torrencial que había, ella parecía que no le importaba, como si la vida le diera igual y ya no tuviera la fuerza de seguir. Nunca vio esa mirada en sus ojos grises en todo el tiempo que la había observado desde la distancia a través de los años, ni siquiera cuando murió el padre de ella, que la había visto devastada por la tristeza, pero nunca sin esa fuerza, sin esa llama que la caracterizaba y que él admiraba tanto. Él sintió que tenía que hacer algo, no podía permitir que la lluvia apagara esa hermosa llama, y contra todo pronóstico y motivado por el amor puro que un niño inseguro de doce podía tener, hiso algo de lo que nunca pensó que haría a propósito: quemo el pan.
Había una razón por la cual nunca se atrevió a ni siquiera pensar en arruinar cualquier producto de la panadería, y ese motivo era su madre, una mujer dura, que implementaba castigos igualmente duros. Como era de esperar, su madre no estaba para nada feliz con la “torpeza” de su hijo menor, por lo que el castigo no se dio a esperar, dándole una golpiza en la cara antes de mandarlo a la lluvia a alimentar a los cerdos con los panes que había quemado, lo cual él aprovecho de hacer la segunda cosa del cual nunca pensó que haría a propósito: desobedecer a una orden directa de su madre.
A pesar del miedo que tenía, no podía darse el lujo de pensar en eso, necesitaba asegurarse de que ella estuviera bien, y con solo verificar que la niña estuviera donde estaba la última vez que la vio, y de que su madre no estuviera observándolo, arrojo los panes a su dirección con rapidez, comprobando si medianamente le habían llegado, y se dio la vuelta rápidamente para entrar a la panadería para no llamar la atención de su madre, quien se encontraba gruñona haciendo otras cosa, dándole la espalda a la puerta trasera. Miro brevemente a la niña, quien ya no se encontraba, al igual que los panes. Suspiro de alivio al saber que ella había entendido y que ahora estaría de camino a su casa con los panes. Esa noche no pudo dejar de sentirse mejor que nunca, y ni todos los gritos y castigos tuvo, ni siquiera la golpiza que había recibido antes, pudo sacarle la sensación de plenitud y satisfacción que tenía.
Emociones que se incrementaron al verla al otro día en el colegio. A la luz del sol noto lo demacrada y delgada que se encontraba, estaba muy pálida, con ojeras profundas debajo de sus ojos, pero a diferencia de la noche anterior, sus ojos ya no tenían esa mirada de rendición que había notado, ahora veía que la llama que se había estado apagando, ahora comenzaba a tomar fuerza cada tanto, volviendo de a poco a ser tan intensa como antes, tal vez más fuerte. Pero por más aliviado que él se sintiera de que ella estuviera mejor, no pudo encontrar el valor para acercarse a ella y hablarle, si siquiera para ver si ya se encontraba mejor, por lo que lo más que pudo hacer fue lo que siempre hacía, mirarla desde lejos. Con una diferencia, y esta era que mientras la veía esperando a su hermanita a la salida del colegio, ella encontró su mirada, y por unos momentos que le parecieron eternos para él, solo se miraron. Azul contra gris, cada uno perdido en la mirada del otro y en sus pensamientos, atrapados en un momento en el que ninguno de los dos se atrevió a romper. Por lo menos fue así hasta que ella desvió la mirada, con el rostro rojo por algún motivo que se le escapaba a él, posando su mirada a los pies de él, lo que hiso que la expresión de su rostro cambiara a un ceño fruncido, como si se encontrara perdida en sus pensamientos. Curioso de lo que estuviera llamando su interés, bajo su mirada, pero solo encontró una simple flor, un diente de león, con pétalos amarillos. Para cuando alzo la mirada y comprobar si era eso lo que estaba mirando, ella ya estaba con su hermana (la cual se encontraba tan mal como su hermana mayor), y juntas no tardaron en irse a su casa.
Peeta sabiendo que volvía a perder la oportunidad de hablar con ella, miro de nuevo el diente de león. Se agacho para tomarlo y admirarlo de cerca. Era bonito, tal vez fue por eso ella se lo quedo mirando, no creía que ella fuera de las personas que se detuvieran y se perdieran viendo las cosas que creyeran que eran bonitas, pero él si era de ese tipo de persona, así que se quedó un buen rato examinando la flor, notando la delicada y linda que era, y preguntándose porque obtuvo la atención de Katniss. Sin pensarlo mucho, decidió guardársela y llevárselo a su casa, sintiéndose especial al tener algo a lo que ella se había interesado, decidiendo conservar la flor para recordar ese día, que por algún motivo se sintió especial.
Después de ese día, nada cambio entre ellos dos, ella seguía siendo tan inalcanzable como siempre, y él nunca lograba encontrar una razón para poder hablarle, ya ni siquiera esperaba confesar sus sentimientos, solo quería acercarse para ser solo su amigo, pensó que antes de hablar de cosas más serias, debía mínimo ser su amigo. Pero si había notado que algo en ella cambio desde esa vez, y eso era que comenzó a ir a los bosques ella sola, lo cual era unas de las cosas más valiente que él pensaba que podía hacer, no era ajeno a todo lo que se decía de los bosques, eran peligros, solo los más valientes se atrevían a ir, con la posibilidad de poder enfrentarse a cualquier cantidad de bestias y peligros inimaginables. En lo personal a Peeta le daba un poco de miedo desde siempre, y no podía negar que cuando tenía doce, no dejaba de preocupase por ella, respirando con tranquilidad solo cuando lograba verla de nuevo sana y salva cuando la veía en el colegio. Pero lo bueno de sus salidas, era que había encontrado una forma en la que podía alimentar a su familia y a ella, notando como de a poco ella y su hermanita cada vez iban recuperando más la salud, aliviándolo aún más. Para cuando llego el primer Día de la Cosecha en que podían participar los dos, ella se encontraba mucho mejor que aquella tarde lluviosa de marzo.
Lo malo de sus escapadas al bosque es que, de la nada, un día comenzó a parecer a hacer intercambios en la panadería (lo cual fue bueno porque le permitió verla no solo en el colegio o de vez en cuando en la calle), pero no apareció sola, un chico del que nunca lo había visto con ella, aparecía junto a ella. Al principio no le presto mucha atención, el chico parecía mucho mayor que ella, casi de la edad de su hermano mayor, Rainier, ya que Peeta creía que tenía como dieciséis años. Al ser tan parecido a Katniss, con ojos grises, cabello castaño, tez trigueña, hasta tenían los mismos gentos, con la misma actitud gruñona (actitud que ella había comenzado a tener más seguido desde la muerte de su padre), por lo que se imaginó que eran primos, que se unieron para salir adelante juntos, lo que calmo su miedo a que algo le pasara a ella estando sola en el bosque, sin que nadie estuviera cerca para ayudarla, ni supiera por donde se podía encontrar. Grande fue su sorpresa al descubrir un día en el que estaba esperando a su hermano del medio, Rye, y se encontró con el chico que al parecer cursaba con su hermano, lo que le decía que no tenía dieciséis llegando a los diecisiete como pensó originalmente, sino que tenía catorce llegando a los quince. Lo asombro lo grande que era, tanto que de verdad que creía que podía tener la edad de su hermano mayor. También descubrió su nombre, Gale Hawthorne
No paso mucho tiempo para que Peeta supiera más cosas del sujeto. Para empezar, a pesar de que todavía no llegaba a los quince años, supo por parte de Rye, que el chico tenía toda una reputación entre las chicas, teniendo un número bastante grande de chicas que fueron con él al montón de escoria. Peeta tenía como un poco más de trece cuando escucho por casualidad ese comentario de su hermano, y curioso cómo era, no pudo evitar preguntarle porque una chica iría con un chico al montón de escoria, un lugar de verdad horrible para pasar el rato, ya que el lugar era donde se desechaba los residuos de las minas, por lo que estaba sucio con tierra y polvo de carbón, teniendo montículos acumulados por todos lados, siendo tan altos que evitaba el poder ver una puesta de sol sin verse obligado a escalarlos hasta la cima. Su hermano con mucha paciencia se encargó de traumarlo con una explicación muy explícita de lo que hacían las parejas en ese lugar, a lo que su otro hermano mayor se le sumo, dando su experiencia personal al ser el mayor, relatando sus aventuras y consejos, los cuales Rye estaba ansioso por poner en practica con su siguiente conquista, ya que él tenía la intención de ponerse al día con el número de chicas que llevo al lugar, sintiéndose indignado que un chico de su propio curso estuviera tan adelantado (ya para ese momento se comenzaba a ver una pequeña rivalidad entre su hermano y Hawthorne). Y si bien Peeta ya había tenido la charla sobre el sexo con su padre, no estaba listo para la charla de sexo de sus dos hermanos, quienes se la pasaron hablando sin parar de sus aventuras, sin pensar en su pobre hermanito ya no quisiera escuchar más. Tuvo suerte que su padre apareciera de repente y lo rescatara de tan traumática experiencia, no sin antes de regañarlos por hablarle de esas cosas teniendo a su hermanito tan pequeño, a lo que ellos rodearon los ojos, justificando que Peeta no era tan niño y que era mejor que fuera entendiendo esas cosas a temprana edad. Su padre solo negó la cabeza, dándoles una mirada desilusionada, luego tomo a Peeta y lo llevo a afuera de la casa para hablar con él en privado.
_ No les hagas caso a tus hermanos, hijo. _ le dijo con calma. _ No tienes que hacer nada de lo que ellos hacen, ni tienes que demostrarle a nadie nada. Tampoco tienes que ir al montón de escombros con todas las chicas que te cruces, solo para denostar que eres como tus hermanos. Solo tienes que ser tú mismo, y eso es suficiente. Cuando te sientas listo, y estado con la persona adecuada, no necesitas tener un montón de experiencia, solo que sientas cariño por ella y respeto, todo lo demás se solucionara por sí solo. Así que no escuches a tus hermanos, tú sabes que están un poco estúpidos. _ bromeo su padre, lo que hiso que soltara una pequeña risa. _ Y tú eres demasiado listo como para comportarte como ellos ¿Cierto? _ pregunto con una sonrisa tranquila, a lo que él respondió con una sonrisa más grande y asistiendo con la cabeza con entusiasmo. Su padre complacido por su respuesta, paso una mano por sus ondas, desordenándolos más de lo que ya estaban.
Otra cosa que Peeta aprendió de Gale Hawthorne, pero esto le tomo un tiempo de descubrirlo, y era que al parecer él y Katniss no eran primos como él creía o como casi todos en el Distrito creían. Ni siquiera eran parientes cercanos. Al parecer eran solamente amigos, amigos con los que pasaban todo el tiempo juntos, y mucho de ese tiempo estaban en los bosques, donde se encontraban solos ellos… Peeta comenzaba a ver en Gale a un posible rival para cuando cumplió los catorces. Pero la suerte estaba de su lado al notar que el chico estaba más interesado en sus salidas continuas al montón de escoria, que en prestar atención a la hermosa muchacha que estaba a su lado, lo cual era algo bueno para Peeta, ya que todavía le daba una pequeña posibilidad de poder acercase a ella. Lamentablemente él seguía sin saber que decirle. Pero el que Gale no estuviera interesado en ella no quería decir que el chico no fuera una molestia, el tipo tenía un odio irracional y totalmente exagerado hacia los Comerciantes, lo que hacía que las pocas veces que Peeta podía ver a Katniss fuera del colegio, fuera muy breves y casi siempre acompañado de su amigo que nunca sacaba su cara gruñona, dándoles una mirara asesina a todo los que se atrevieran siquiera a acercarse, lo que dificultaba que Peeta pudiera arreglárselas para encontrar un momento para hablar con ella.
Con el tiempo, se fue haciendo más seguido verlos los dos juntos, eran tan unidos y tenían tanto en común, que, si no fuera por los rumores de Gale con otras chicas, Peeta hubiera creído que eran novios. Y si bien él sabía la verdad, eso no evito que le rompiera un poco el corazón, ya que, si bien eso no era real en ese momento, lo cierto era que Peeta pudo ver como el vínculo de esos dos se iba haciendo cada vez más grande, con una compatibilidad casi envidiable, que él sospechaba que era cuestión de tiempo para que ellos fueran pareja. Tan seguro estaba de eso, que hasta apostaba que los dos terminaría siendo almas gemelas, solo faltaba que Katniss tuviera quince para confírmalo. Y si se lo ponía a pensar, incluso si no terminaban compartiendo marca del alma, tampoco era una locura que ellos terminaran juntos, solo era cuestión de tiempo de que Gale madurara y dejara de coquetear con todas las chicas del colegio, para que viera por fin a su amiga y se diera cuanta que estando con ella era más que suficiente, no necesitaba tener todo un grupo de chicas babeando por él, si podía tener a la chica más genial de todas. Peeta hubiera matado por tener una sola oportunidad para tener el lugar de Gale, estar con ella, podre hacerla reír y sonreír, ayudándola a soportan sus cargas, siendo su apoyo en todas las formas posibles. Ya para esos tiempos había aceptado que sus posibilidades eran nulas, no había forma de que lograra que ella se fijara en él, ni siquiera podía acercarse a ser su amigo al nunca saber que decirle o que hacer para tener su atención. Por lo que se rindió y se convenció que era lo mejor, no tenía sentido, para empezar, ella solo hablaba a un grupo selecto de personas, que eran los más cercanos a ella, del cual no cualquiera podía entrar; y, por otro lado, él nunca podía competir con Gale Hawthorne, del cual con el pasar de los años se fue haciendo más popular entre las chicas, y no es como si no tuvieran razones, el tipo, desde la humilde opinión de Peeta, estaba buenísimo.
A pesar de que Gale estuviera rodeando los dieciséis (esta vez de verdad), era notorio que él chico iba apuntando a ser unos de los más altos del Distrito, muy probable que llegara a ser de los pocos que tuviera los 1,90, para empezar, era el más alto de su curso (para bronca de su hermano Rye) y eso siempre generaba que lo confundieran con que tenía más edad de la que tenía (como claramente le había paso a él cuando lo vio por primera vez). Sin mencionar que él fuera el principal proveedor de su familia y que siempre paseara con su familia actuando más como padre de sus hermanos que como un hermano mayor. Su cabello era castaño lacio, y tenía la particularidad de que no importaba como se lo peinaba, siempre le quedaba bien, a diferencia de Peeta, que no importara cuando batallara con su pelo, nunca podía mantenerlo controlado como él quería, generando que se rindiera con este y aceptara que sus ondas eran indomables. Ojos grises, que miraban a todo el mundo con furia y desafío, como si retara al mundo a ver quién sería lo suficientemente valiente a enfrentarse a él. Su figura era atlética, como delgada pero sus hombros no eran tan anchos como los de Peeta, pero eran igualmente fuerte, con piernas largas y definidas, ideales para su trabajo ilegal como cazador. Como si su físico no fuera suficiente, tenía esa personalidad de chico malo que “te va a romper el corazón” que hacía que todas las chicas suspiraran (incluso la mejor amiga de Peeta, Delly Cartwright, la cual siempre decía que su gusto de chicos eran más los tranquilos y amorosos, no pudo evitar confesarle una vez que si tenía un pequeño enamoramiento por Gale). La combinación de todo esto generaba que el chico podía ir al montón de escoria con casi cualquier chica que se cruzara, ya sea de la Veta o Comerciante, en eso el chico no discriminaba, era curioso que todo su odio y desprecio hacia los Comerciantes se esfumaba mágicamente cuando veía dos pares de tetas, ahí para él todos eran iguales.
Peeta nunca definiría que tuviera odio por alguien a la ligera, sentía que eso era un sentimiento muy fuerte dedicado a solo personas especiales, personas con verdadera maldad en el alma, por lo que no podría decir que lo que sentía por el este tipo fuera odio, pero si podía decir sin ninguna duda que no le caía bien el sujeto. Siempre se comportaba de forma arrogante con todos, juzgando a todos, como si él fuera el mejor, eso sin mencionar las miradas de odio le mandaba a todos lo que fueran Comerciantes, mostrado su desprecio y organizando peleas entre los chicos de la Veta y los Comerciantes. Y no es que Peeta no entendiera que había injustica entre las dos clases, que muchos Comerciantes discriminaban y despreciaba a los de la Veta (su propia madre estaba incluida en este grupo), y que obviamente los hijos de los Comerciantes tenían menos posibilidades de morir de hambre o de otras cosas gracias a sus ingresos si los comparabas con los hijos de los mineros. Él sabía de todas esas desigualdades, al observar a Katniss desde la distancia le hiso comprender que todo eso estaba mal y era injusto, pero todo perdía valor cuando veías el contexto global, y ese era que no importaba de donde venias, quien era tus padres, o incluso que hacías, todos vivían en una sociedad injusta que obliga a entregar a sus hijos por el entretenimiento del Capitolio. Quizás algunos tenían más oportunidades que otros, pero a la larga no importaba, si tu nombre salía para ser tributo de los Juegos del Hambre, eso era todo, tu vida se defina en morir o ser una pieza descartable para los del Capitolio, donde ningún aspecto de tu vida te pertenecía realmente.
Así que, si bien Gale tenía motivos para estar enojado y molesto, no le parecía lógico que se desquitara con todo el mundo. Todos en los Distritos sufrían de alguna forma, puede que algunos más que otros, pero el sistema no estaba hecho para que allá gente feliz y prospera.
Por eso trato de ignorarlo, lo que no fue fácil, ya que este seguía yendo con Katniss por todas partes. Puede que se allá rendido con ella, pero eso no quería decir que dejara de mirarla desde la distancia siempre que podía, soñando despierto en situaciones en las que nunca iban a pasar, en donde él lograba recibir la atención que tanto deseaba de ella. Peeta trato de fijarse en otras chicas, así podía superar su amor de la niñez y encontrar oportunidades en otros lados. No es que a él le gustaba presumirlo, pero incluso a los catorce años, sabía que de alguna forma llamaba la atención de muchas niñas de su edad, incluso tuvo insinuaciones de chicas más grandes, como las que iban a la clase de Rye (de dieciséis años), y para su sorpresa también recibió algunas propuestas de las chicas de la clase de Rainier (las cuales tenían dieciocho) (aunque esas ultimas lo intimidaba un poco, ya que no podía imaginarse que podía hacer un chico de catorce con una chica tan grande, y la verdad tampoco tenía ganas de averiguarlo). Sospechaba que la atención que recibía era gracias a sus hermanos, si bien el número uno de las chicas era Gale Hawthorne, su hermano Rye no se ubicaba muy por debajo de este, teniendo una reputación muy parecía a este, y si bien su otro hermano estaba de novio y de camino para comprometerse con una chica de la edad de Rye, también supo tener su buen número de seguidoras en su momento.
Por alguna razón que se le escapaba a Peeta, las chicas asumieron que su deber al ser el Mellark menor era seguir los pasos de sus hermanos, por lo que se le insinuaban mucho por eso, lo cual él no estaba de acuerdo. Todavía recordaba la conversación que había tenido con su padre, de esperar a que estuviera con alguien especial para tomar ese paso, y además nunca estuvo de acuerdo con eso con sus hermanos, por lo que no quiso seguir sus pasos, no importara lo mucho que muchas chicas insistieran, él solo iba a esperar a encontrar la persona indicada para eso. Lamentablemente su corazón insistía que la única que iba a considerar como la indicada iba a ser Katniss Everdeen, y por más que él de verdad le hubiera dado la oportunidad de conocer a algunas de las chicas que se le acercaban con intenciones más románticas, nunca generaba el mismo interés en él que el que generaba Katniss con solo estar en la misma sala. Era triste para él pensar que su corazón le iba a pretenderse eternamente a una chica que probablemente nunca supiera de su existencia, lo que género que se deprimiera al imaginarse que su futuro serio así, perdiendo la esperanza de había guardado desde pequeño, el de encontrar el amor de su vida, y tener una vida feliz a su lado.
Cerca de su cumpleaños número quince él ya no tenía fe en que obtendría una marca del alma. Lo cual no será algo loco, considerando la situación de su padre. Su padre fue de las pocas personas que no tenía una marca, quizás esa fue la razón por la que su vida amorosa nunca fue la ideal, teniendo un amor imposible en su adolescencia, que termino con que la chica lo dejara de la forma más dramática que un pueblito tan chiquito como el Distrito Doce podía ofrecer: yéndose con su alma gemela, el cual era un minero, convirtiéndose en unas de las pocas chicas que rompían su compromiso con un hijo de Comerciante para escaparse a la Veta con otro. Y la relación que tenía con su madre tampoco era lo mejor, apenas se toleraban, su padre trato de arreglar su matrimonio, pero ¿Qué tanto se puede arreglar algo que nunca funciono? Sus padres nunca lo confesaron, pero Peeta y sus hermanos tenían la sospecha de que se casaron porque su madre quedo embaraza, dando a luz a Rainier, lo que los obligo actuar para que no tuvieran un bastardo.
Peeta podría decir que su madre tampoco tenía una marca del alma, pero él sabía que eso no era correcto. Muchos la veían y pensaban que era una persona sin corazón, sin la capacidad de amor a nadie, ni siquiera a sus propios hijos, pero Peeta sabías más que todo eso, porque un día logro descubrir algo de lo que creía que ni sus hermanos sabían, y es que su madre sí tenía una marca, era una pequeña, apenas notable, ubicada en la parte interna de su brazo, muy cerca de su axila, ahí tenía curiosamente un pincel y una paleta de colores, de esas en las que se coloca las pinturas para mesclar, y tenía un circulo de mariposas rodando a los dos objetos. Lo curioso era que, a diferencia de otras marcas del alma, esta estaba en blanco y negó, sin una pisca de color, lo que le genero muchas dudas. Él fue el único de sus hermanos en verlo porque, en una de sus golpizas, su madre llevaba un vestido que le quedaba un poco grande de las mangas, sumado a que las mangas eran cortas, por lo que cuando alzo la mano para hacer su golpe, no pudo evitar que la manga se moviera, dándole a oportunidad a Peeta de ver brevemente la marca que tenía casi oculta. Obviamente ella se dio cuenta que él lo noto, por lo que, de la impresión de ser descubierta, en vez de seguir con su “disciplina”, solo lo amenazo con que no le contara nada a nadie, y se fue rápidamente a esconderse a su cuarto, donde no recibió a nadie, ni siquiera a su esposo.
Peeta era muy pequeño cuando paso eso, como de unos diez años, pero le genero curiosidad que su madre actuara de esa forma por algo que era tan natural, por lo que aprovechando que se encontraba a solas con su padre mientras este curaba sus heridas, no pudo evitar preguntarle por eso. Su padre se sorprendió de que él lo hubiera notado, y después de una rápida comprobación de que se encontraban solos, decidió contarle a Peeta una historia.
Era una historio triste, sobre dos jóvenes ingenuos, que creyeron que podían contra el mundo, incluso con el Capitolio. Y es que al parecer hubo una vez un niña tierna e inocente, que le gustaban las mariposas, y en una de su búsqueda de mariposas conoció a un niño, apenas u poco menor que ella, al que al parecer le gustaba pintar. Ambos eran de mundo diferentes, ella era la hija de la sastrería, y él era el hijo de un minero, no tenían nada en común, pero por algún motivo ambos consideran en verse cerca de la cerca que rodeaba al Distrito, donde estaba el prado enorme, lleno de flores y mariposas. Él iba a pintar en su cuaderno maltratado, con las pocas pinturas y lápices que podía conseguir con sus escasos recursos, ella solo iba a ver a las mariposas. Con el tiempo se fueron conociendo, y sin imaginarlo, se hicieron amigos. Ellos siguieron viéndose sin falta, notando que tenían más en común de lo que creían, y aunque venían de mundos diferentes, esto solo género que sintieran más curiosidad sobre el otro. No tardaron mucho en darse cuenta que su amistad no sería bien vista por el resto del Distrito, sobre todo para los padres de ella, quienes no veían bien que la chica se relacionara con alguien que venía de la Veta, por lo que decidieron mantener en secreto su amistad. Esto no evito que se siguieran viendo, y con el pasar del tiempo se fueron acercando, haciéndose más íntimos, hasta el punto que comenzaron a sentir más que amistad por el otro, pero ambos tenían miedo de confesarse, no queriendo ser rechazados, y porque no le veían futuro a su relación, sabiendo que nadie lo aprobaría. Ella cumplió los quince, recibiendo su marca curiosa, la cual le genero sus sospechas de con quién podría compartirla, aun así, no dijo nada, demasiado insegura de ella misma como para actuar primero. Al año siguiente le toco a él cumplir los quince y recibir su marca, y como era de sospechar, era la misma que la de ella, aunque él no lo supiera. Estuviera dando vueltas el uno con el otro, hasta que, en una tarde, no pudiendo aguantar más, se confesaron, confirmando que sus marcas consideran, y aceptando alegremente su destino. Y en un mundo ideal, ese sería una final feliz de la historia, pero lamentablemente ese era solo el comienzo.
Ambos jóvenes, decididos a no separarse y vivir juntos, comenzaron a planificar el futuro. Sabían que nada sería fácil, pero se sentían muy optimistas. Pero la suerte no estaba de su lado. La chica, en contra de su voluntad, fue prometida a otro chico, hijo del dueño del único almacén del Distrito, y el matrimonio se realizaría en cuanto ella cumpliera los dieciocho, sobreviviera a su última Cosecha y pudiera ser considerada como ciudadana de pleno derecho para el Capitolio, donde recién ahí se podía casar legalmente. Y como si eso no hubiera sido un problema más que suficiente, ella no podía escapar con él ya que este era menor, por lo que tenían que esperar a él también tuviera dieciocho para poder firmar un certificado de unión. Se estaban desesperando por encontrar una solución a su problema, y de esos azares de la vida se encontraron con un grupo de chicos de los cuales tenías diversos problemas cada uno, todos relacionados con el Capitolio y las injusticias que sufrían a manos de este. Era un grupo pequeño de rebeldes, en donde eran chicos que venían de la Veta, hartos de las injusticias que sufrían por sus humildes orígenes. Por obvios motivos, no tuvieron problemas en aceptarlo a él, pero se resistieron un poco con ella, siendo muy prejuicios y dejándose convencer a las cansadas, y solamente lo hicieron por el chico. Ella no se dejó desanimar, y con el apoyo de él, fue ganándose su lugar entre ellos, haciéndose un miembro importante del grupo.
Con esfuerzo lograron hacer un plan para darles tiempo a ellos dos, el suficiente para que él pudiera firmar un certificado de unión, por lo que ella solo tenía que aguantar un año para poderse unir a él. Lamentablemente nunca previnieron que serían traicionados por alguien del grupo, quien se enamoró del chico, al ser un alma tan sensible y cariñosa, y no creyera que alguien así estuviera destinado a estar con alguien tan dura y de carácter tan fuerte, por lo que fue a hablar con el prometido de la chica y le delato todo, lamentablemente la niña no se dio cuenta que, en su intención de separar la pareja, también menciono indirectamente la relación que tenían ambos con el grupo rebelde. Por lo que el problema no era solo de dos chicos enamorados, sino también de una revolución en el Distrito, y con mucha paciencia el prometido planeo no solo el separarlos, sino también cortar con todo rastro de rebelión. Los dos amantes estaban ajenos a todo eso, y estaban tan seguros que su plan funcionaría que, en la noche antes de la última Cosecha de él, ellos cedieron a su amor y se entregaron el uno al otro, pensando que dentro de poco estarían unidos y nadie los separarían.
Lo que nunca esperaron fue que él fuera llamado como tributo masculino del Distrito Doce.
Ella lo vio subirse al tren, todavía con esperanza de que volviera.
Él nunca volvió.
La chica entro en desesperación. Si había algo peor que perder a su alma gemela, era perderla de la forma más brutal y desgarradoramente posible que la televisión podía ofrecer. Se vio obligada a ver a su amor morir cruelmente a manos de un grupo de profesionales, quienes se entretuvieron ellos y a la audiencia del Capitolio en matándolo lentamente, tan lentamente, que ella solo deseaba que el maldito cañón sonara de una vez por todas. Algo dentro de ella estaba comenzando a cambiar después de ese día, pero la historia no terminaba ahí, no para ella.
Resulto que como resultado de esa noche que tuvieron los dos antes de que él se fuera, un bebe se estaba formando dentro de ella, y fue lo único que permitió que conservará la cordura. Sabía que, estando embarazada, su única oportunidad ahora era cazarse con su prometido, pero este tenía otras intenciones, al parecer el que el otro chico fuera elegido para los Juegos del Hambre no fue una confidencia, él uso sus contactos para que este saliera elegido, como un claro mensaje de lo que pasaba si se desafiaba al Capitolio. Pero su plan no estaba completo, resulta que él pensó que, sin el chico de la Veta, podía quedarse con la chica, pero desconfiado de ella, la obligo hacerse un test de embarazo, en que cual se delato ante ambas familias que ella ya se encontraba embarazada, lo que género que obviamente el matrimonio se cancelará y que ella fuera rechazada por su propia familia, dejándola en la calle. Sin saber a dónde ir, recurrió al grupo de rebeldes que apenas se conservaban “juntos”, ella esperaba que ellos se apiadaran de su situación, al perder al amor de su vida, a su alma gemela y encontrándose embarazada, sin familia ni dinero. Pero inclusos estos la rechazaron de la forma más cruel.
Resulta, que como su ex prometido planeo, hiso correr la voz de que alguien los había delatado, y no le costó mucho mover los cables para que el grupo creyera que la que lo había hecho era ella, ya que todavía tenían reservas por ser hija de Comerciante, y de una forma u otra, cada uno de ellos fue perseguido y castigado de alguna forma, siendo el peor castigo el que se llevó el otro chico al ir a los Juegos del Hambre, pero curiosamente la chica no había recibido ningún daño, hasta se escuchó el rumor que ella estaba desesperada por casarse con el hijo del almacenero, al ser de unas de las familias más ricas del Distrito, y que orquestaron todo esto para deshacerse del alma gemela de ella. La chica desesperada trato de explicarse, que ella no planeo nada de eso, que de verdad amaba al padre de su hijo, que era la razón por la que la echaron, ninguno le creyó, insistiendo que el bebe no era del chico de la Veta, sino de su ex prometido, y que la habían rechazado porque dicho chico ya se había cansado de ella y tenía su interés en otra chica. La embarazada no podía creer lo que estaba escuchando, ellos se negaban a creerle, diciendo mentiras de ella, cosa que nunca hubiera hecho. Ella no sabía quién fue el que los delato, pero no había sido ella, y realmente trato de convencerlos, pero al igual que con su familia, la dejaron en la calle.
Ya se le habían acabado las opciones, no tenía a nadie a quien recurrir, y con su embarazo le era imposible encontrar trabajo o algo que le generara dinero. Tratando de sobrevivir, hiso todo lo que pudo, pero nada resultaba ser suficiente, por lo que no era de sorprenderse de que, a pensar de sus esfuerzos, su bebe no sobrevivió, muriendo antes de incluso de nacer. Eso fue lo último que colmo su vaso, la poca cordura que tuvo, desapareció en un abrir y cerrar de ojos, no tenía nada para aferrarse en la vida, su pareja había muerto cruelmente en televisión nacional, su familia la rechazo, sus “amigos” también lo hicieron, y su bebe, lo único que tenía de su amor, murió sin tener ni una posibilidad de luchar si quiera. Ella ya no sabía que más hacer, y tampoco tenía porque luchar, por lo que pensó que lo mejor sería rendirse y reunirse con su pareja e hija en el más allá, y después del desastre parto que tuvo y de lo desnutrida que se encontraba, creyó que no necesitaba mucho para eso, pero en contra de sus planes, apareció su ex prometido, quien no perdió tiempo en encontrar a otra chica con quien casarse, que queriendo presumir los planes que la llevo a ella a esta situación, confeso todo, desde quien había sido la que delato al grupo (quien era la chica de la Veta que ella sospechaba que sentía algo por su pareja, la que se llevaba de lo peor, quien era parte del grupo y estuvo ahí la noche en la que ella acudió en busca de refugio, y la muy hipócrita estuvo de acuerdo con ellos en abandonarla al creerla la traidora) siguiendo sobre porque eligieron a su pareja para que fuera cosechado en vez de cualquier otro integrante menor de edad del grupo, y terminando con confesarle que él estuvo detrás de los rumores que corrieron a alrededor de ella. Y con todo eso ella entendió todo, sabiendo que el principal culpable de sus desgracias no era nadie más que ese tipo, pero, aunque parte de su odio se lo llevo él, ella no pudo evitar que su resentimiento no fuera solo contra él, sino también con los chicos de la Veta, quienes la dejaron de lado cuando más necesitaba ayuda, quienes no tardaron en ponerla como villana por ser rubia y de ojos azules, y que nadie se apeado de ella en ningún momento. Las ideas comenzaron a mezclarse, principalmente los sentimientos de odio y rencor, sumado con el dolor físico y mental que estaba sufriendo en esos momentos, no dejándola ver las cosas con claridad, viendo nada más que enemigos, amargándola desde dentro, terminado con matar a la joven ingenua e ilusionada que alguna vez vivió en su interior. Había algo muy claro en todo esto para ella, y es que no importaba quien fueras, o lo que hicieras, el mundo estaba rodeado de enemigos, personas que verían tus debilidades para vencerte, quitándote todo lo que alguna vez te importo, y que a nadie le importabas, que estabas solo contra el mundo, nadie te iba a dar misericordia. Esas ideas fueron tomando más profundidad en su interior, mostrándole otra forma de ver la vida, entendiendo que, si todos iban a verla como una mujer interesada, malvada y fría, entonces quien era ella para decir lo contrario, ya había dado lo suficiente y recibido nada a cambio, era su momento de tomar lo que se merecía.
Esas sucias personas de la Veta no merecían que ella perdiera tiempo, eran tramposos y traidores, no tenían honor y decencia, llorando por las injusticias que tenían, pero nunca hacían nada para mejorarlo, saboteándose ellos mismos. Ella era una Comerciante, era mejor que ellos, ella les había dado la oportunidad de que pudieran ser más, ser mejores, y ellos prefirieron quedarse en la nada, y todo para deshacerse de ella, para ver a una Comerciante caer. Pero su desgracia no dudaría muchos, ella volvería al pueblo, de alguna forma lo haría, solo tenía que descubrir cómo. Y con esas ideas en mente, le dio la fuerza para no rendirse, logro sobrevivir, y aunque su cuerpo se fue curando poco a poco, su mente no tuvo la misma suerte. Su cabeza estaba consumida con esos pensamientos, y aunque nunca olvido a su amado y a su hija, si prefirió omitir los orígenes humildes de este, convencida que fue el uno de la Veta quien merecía ser salvado.
Pasaron los años, ella logro utilizar su astucia para conseguir trabajo entre los Comerciantes, quienes preferían darle trabajo a una rechazada de ellos mismos, antes que ofrecerle la oportunidad a uno de la Veta. Fue en una noche de esas, donde quería ahogar sus penas en alcohol, que fue al único lugar en donde se vendía tragos y la gente se quedaba a pasear el tiempo, que lo conoció. No iba a mentir, ella ya sabía quién era, el hijo rechazado del panadero, quien había sido abandonado a último momento por su prometida, dejándolo para escapar con un minero a vivir en la Veta (ella creía que la chica era una pobre ingenua al creer que iba a obtener su final feliz con el amor de su vida, ya despertaría de su ensoñación cuando descubrirá la clase de basura que vivía en esa parte del Distrito). El chico estaba destrozado, se notaba que estaba ahí para hacer lo mismo que ella, y quizás fue eso lo que la incito a sentarse con él, pensando que sería mejor estar deprimida con alguien que también lo estuviera, que tener que soportar a imbéciles tratando de pasar la noche en la cama de alguien. Los tragos debieron estar más fuertes de lo que pensaba, porque sin darse cuento se encontró teniendo una charla interesante con el pobre miserable, que resulto que era más interesante de lo que dejaba ver, y compartieron mucho en común, más de lo que creían. Pero definitivamente los tragos estaban fuertes, porque eso los llevo a hacer la cosa más imbécil que pudieron hacer en esa situación, los llevo a que tuvieran sexo. La verdad, ella nunca supo cómo llegaron a eso, solo sabía que en algún momento de la noche, la tristeza que siempre sentía en su corazón, fue remplazada por algo más, y por unos momentos se sintió tan plena como se sentido cuando su amado estaba vivo, y puede ser que al querer conservar ese sentimiento el mayor tiempo posible, allá hecho cosas que hicieron que eso se sintiera mejor todavía, y como ninguno de los dos estaba en condiciones de detenerse por el estado de embragues, siguieron adelante, usándose entre ellos para sentir algo más que tristeza.
No pensaron en las consecuencias hasta que se despertaron juntos en la cama desnudos, con claro rastro de lo que había pasado la noche anterior. Ambos se horrorizaron, y se separaron rápidamente con la intención de fingir que nada paso entre ellos, creyendo que si lo olvidaban entonces nunca paso. Lamentablemente sus planes nunca funcionaron, ya que a los pocos meses ella supo identificar los síntomas de embarazo, lo que le genero pánico al principio, ella no quería pasar por lo mismo otra vez, ya se encontraba lo suficientemente horrorizada el pensar que se había acostado con otro tipo que no fuera su amado, como para encima resultar embarazada de eso. Pero a medida que el pánico pasaba, lo pensó con perspectiva, y vio a su hijo como una llave a nuevas oportunidades, con ese bebe le podía asegurar volver a ser una Comerciante, puede que ella sea una rechazada, pero él era el único hijo del panadero, quien no gozaba de tanta salud se rumoraba, por lo que él contaba que su hijo se casara con la hija de la boticaria, pero al cancelarse el matrimonio, se sabía que el padre estaba desesperado porque su hijo se casara antes de que su situación empeorara. Eso, y sumado a que no podían rechazar a su hijo, ya que la profesión de panadero requería una preparación que llevaba tiempo si se iniciaba de cero, tiempo que el anciano no tenía, así que era muy probable a todos les convendría que ellos dos se casaran, el viejo se aseguraba que su hijo tuviera esposa y hasta le diera un nieto antes de que se muriera, y ella volvía al lugar en el que le correspondería por nacimiento, y de paso no tenía que llevar el embarazo como lo hiso la primera vez.
Con eso en mente, no dudo en ir a la panadería, y de la forma más dramáticamente posible, entro y rebelo que estaba esperando un hijo del futuro heredero de la panadería. Como era de esperarse, el caos se desato en el pequeño puestito, caos que ella disfruto por algún motivo, y después de charlas interminables y de hacer un sin fin de comprobaciones y demás cosas tediosas, logro convencerlos a todos que ella estaba embarazada del chico. Lo que le siguió fueron las negociaciones, de las cuales comenzaron con ofrecerle que ella se practicar un aborto, a lo que ella se negó, no solo porque eso iba en contra de sus planes, sino porque de verdad que no podía vivir la misma experiencia que con su beba, esa la tenía traumada, pero obviamente no menciono eso, solo dijo que no había forma de que se desasieran de ella y del bebe, que lo único que iba a aceptar era matrimonio, o si no se le sumario un escándalo más al chico, del quien la gente ya chismorreaba a su espalada por el fracaso de su compromiso, lo que generaba que menos jóvenes de “bien” y sus familias estuvieran menos interesados en llevar un contrato de matrimonio con él. Le costó, pero logro convencer al viejo, y una vez que él tomó la decisión, ni su esposa, ni su hijo, pudieron hacerle la contraria, no importaba lo poco emocionado que estaba el chico, pero ella logro calmarlo con algo muy simple, resultaba que el joven tenía madera de padre, por lo que una vez que entendió que de verdad iba a ser padre, sus dudas desaparecieron en un instante, enfocándose en el bebe que estaba por nacer. Y con eso se casaron, y a los pocos meses tuvieron su bebe.
Ella podría ver en retrospectiva y decir que, a pesar de todo, ella logro encontrar a un marido bueno, quien la respectaba y la valorara, que puede que no la amara como tal, pero eso no quería decir que no pudieran llevarse bien; también podía pensar que tenía un hijo, uno sano y hermoso, que podía llenar la sed de ser madre que tuvo cuando quedó embarazada por primera vez. Pero lo cierto que lo único que vio es la familia que pudo haber tenido con su amado y su beba, y se negaba a sentir felicidad con los integrantes de esta nueva familia, llenándola de una amargura indescriptible y como no estuvo dispuesta a dejar a entrar a nadie a su corazón de nuevo, dejando a todos afuera, y pensando en ella misma, poniéndose antes que todos. El tiempo no soluciono esto, que fue haciendo más grabe a medida que los años pasaban, haciéndola más dura y fría que antes, siendo cruel con su esposo y sus hijos, y nada en el mundo iba a cambiar eso.
Peeta se sorprendió al escuchar la trágica historia de su madre, su padre cuando le conto la historia, omitió todas las partes que un niño pequeño de debería escuchar, sobre todo si se trata de la vida de su madre, pero dio a entender bien la historia, y de todas formas Peeta fue descubriendo por él mismo, a través de los años, lo que le faltaba a la historia. Pero lo que importaba era que por una vez puedo comprender el dolor que su madre llevaba por dentro, dolor que la forzó a ser la mujer que conoce. Fue muy triste para él saber todo eso de ella, pero aún más triste fue entender que no importara que hiciera él y su familia, ella nunca superaría a los que no están, nunca serían suficientes para ella, su forma de decírselos era de la forma en la que los maltrataba continuamente a todos, haciéndolos tan miserables como ella se sentía por dentro. Fue la única vez en la que se cuestionó si tener una marca del alma era algo bueno, si eso lograba que una mujer se volviera tan cruel y despiadada, entonces no podía dejar de preocuparse si a él le podía pasar algo parecido, si podía cambiarlo de tal forma. Eso le genero muchos miedos e inseguridades, tomando la decisión de que sin importar lo que le prepare el destino, él se negaba con todo su ser a que algo cambie lo que es, que lo hicieran ser otra persona, como le había pasado a su madre.
Con los antecedentes de la vida amoroso de sus padres pesando muy fuerte dentro de él, y en base al fracaso de su propia experiencia en el amor, fue una total sorpresa para él despertarse a la mañana de su decimoquinto cumpleaños con, no una, sino dos marcas del alma.
Los sucesos de ese día todavía siguen frescos en la mente de Peeta, lo cual lo hace el único cumpleaños que recuerda con tanta vives, y no fue porque tuvo una pequeña, pero emotiva, fiesta con sus seres queridos, o porque recibió el afecto de esas personas que importaban tanto en su vida. Lo cierto era que en la familia Mellark no se celebraban los cumpleaños, por lo que nadie tenía un registro de estos, más que para saber cuándo se cumplía los doce y cuando los dieciocho, pero no se hacía nada especial por el día, su padre lo máximo que hiso en el cumpleaños número doce de sus hijos fue darle una galleta especial, con los ingredientes favoritos de estos, en señal de dar ánimos por tener la edad para ser parte de la Cosecha, y todo fue a escondía de su madre. Cuando su hermano mayor cumplió los dieciocho, recibió simplemente una charla de ánimo de su padre, felicitándolo por tener la mayoría de edad y recordándole las responsabilidades que tendría cuando terminara la escuela y pasar su última Cosecha. Esto también fue a escondida de su madre.
Por lo que el cumpleaños quince no era algo sobre saliente en su familia, y Peeta esperaba que pasara como con los cumpleaños quince de sus hermanos, sin penas y sin glorias, en cual no se hablaba de nada y se lo consideraba un día más de sus vidas.
Y así fue como comenzó, o como él quiso comenzar su día, despertándose muy temprano como siempre, ya que, al trabajar en la panadería, se exigía que iniciaran el día más temprano que cualquier otro negocio del pueblo, despertándose antes incluso que el amanecer. En esos días Peeta compartía su cuarto con su hermano Rye, mientras que su hermano Rainier, al ser el hermano mayor y el que probablemente heredaría la panadería, tenía su propia habitación al frente de ellos. No era algo de lo que a Peeta le molestara, más que por el hecho que tenía que ser él el que tuviera que soportar los ronquidos de Rye, pero eso era otra cosa. Ese día, Peeta se despertó sin sentir ningún cambio en él, se sentía tan normal como siempre, que ni siquiera se acordaba de la fecha de ese día. Siguió con su rutina como si nada, levantándose de la cama con sueño, pasando las manos por sus ojos para quitar un poco los rastros de sueño, permaneciendo sentado en su cama mientras miraba como si hermano roncaba en la cama de frente, rodeando los ojos a ver el sueño pesado que tenía este. Con pereza se levantó y se estiro, arqueando la espalda con exageración mientras soltaba un gran bostezo, luego, con paso pequeños, abrió la puerta de su pieza para dirigirse al baño que compartían toda la familia, en el camino pudo oír como su padre y Rainier estaban preparando todo para el comienzo del día en el piso de abajo, como era normal desde que su hermano termino el colegio. Tranquilamente, miro su reflejo en el espejo del baño, notando lo despeinado que se veían sus rulos, lo que era común en todas las mañanas, lo que generaba que él se tomara su tiempo en tratar de poner orden en su caballo, una tarea para nada sencilla, empapando todo a su alrededor, sobre todo su remera que usaba para dormir; luego se limpió los dientes antes de seguir evaluando que otras cosas podía hacer, al ver que todo estaba en orden, excepto por sus cabellos que se negaron a ser controlados, pero encontrándose lo suficientemente bien para que no insistiera más, decidió mojar su cara para refrescarse y limpiar el sueño que todavía tenía. Después uso el baño para hacer sus necesidades, y fue ahí que lo noto.
Al principio no le prestó atención, con la poca iluminación que tenía y con el sueño que sentía, creyó que esa mancha de su muslo derecho podía ser simplemente porque se manchó, o por ahí fue porque se lastimo en el entrenamiento del día anterior y no se dio cuanta, por lo que lamio sus dedos y los puso en la mancha para ver si se iba o si sentía algún dolor. Lo que sintió fue lo que lo asombro, Peeta ya había experimentado la excitación, ya era todo un adolecente y sus hormonas no tenían nada de malo, y si bien no había experimentado mucho sobre eso, no era ajeno a la masturbación y el placer que este generaba, o por lo menos eso había sentido en las pocas ocasiones en las que se encontraba solo y con la seguridad de que nadie lo iba a molestar o interrumpir. Pero nada de eso tenía comparación con lo que sintió al pasar sus dedos con esa “mancha”, se sintió algo que inicio como un cosquilleo, un hormiguero que fue aumentando de intensidad, teniendo su centro en ingle, pero llegando hasta su cuello, que lo incitaba inclinar la cabeza para dejarlo al descubierto, listo para quien quisiera divertirse con él. En su abdomen se forma un nudo de anticipación, como si su cuerpo se estuviera preparando para algo, o para alguien; sintió, curiosamente, que sus pezones se sentían más sensible de que alguna vez se imaginó que podían sentirse, invadido por la necesidad ilógica de pasar sus manos por ellos, pero al igual que sus pezones, también sintió que necesitaba con casi desesperación que una mano acariciara todo su cuerpo, explorando cada centimito de él, pero dejando para el ultimo a su pene, que era parte más ansiosa por atención.
Y mientras se encontraba embragado por todas esas sensaciones, también sintió seguridad, como si sintiera que por una vez en su vida podía estar seguro que alguien iba a cuidar de sus necesidades y preocupaciones, que no tenía que ser el más fuerte, que no tenía que fingir que tenía el control, que podía ceder y dárselo a alguien que se aseguraría de que todo saldría bien, que podía dejarse llevar y alguien se iba a asegurar de que nada malo pasaría.
Peeta nunca sintió nada como eso, por un lado, ese nivel de excitación lo dejo inquieto, a la espera de algo que no sabía que podía ser, pero a su vez no le importaba, con tal de seguir sintiendo eso, podría ser alarmante si no fuera que se sentía tan bien. Por otro lado, él nunca sintió que podía llegar a sentir ese nivel de confianza, ya que siempre tuvo problemas al creer que alguien quisiera llevar parte de las cargas que él sentía en su corazón, por lo que era muy reservados al hablar de estos, nadie, ni sus amigos, ni sus hermanos, ni siquiera su padre, sabían de sus inseguridades, sus miedos, sus preocupaciones, sus desilusiones al saber que no cumpliría sus anhelos más deseados e imposibles de realizar, y como estas cosas marcaban cada comportamiento y su forma de relacionar con el mundo, mostrando una máscara de un chico tranquilo y alegre, que en el fondo escondía a un niño tembloroso a que lo descubrieran y lo rechazaran.
Pero el sentir esa confianza, esa seguridad en alguien más, logro que parte de la presión que sentía en su corazón se liberaba, como una caricia tierna de un ser querido, con la promesa de que todo iba a estar bien. Era algo tan especial y único, que no pudo evitar perderse por un buen rato en la sensación, cerrando los ojos para dejarse llevar. Cuando escucho el ruido de su madre pasando caminando frente al baño mientras se dirigía a la planta de abajo, abrió los ojos de nuevo, sorprendió y saco su mano de la “mancha” de su muslo, con la respiración entre cortada, tratando de asimilar lo que había pasado. Fue entonces que examino correctamente su “mancha”, notando que no era simplemente una mancha marrón, sino que tenía forma de ciervo, rodeado por un aura naranja. Miro asombrado al ciervo, viendo cada detalle de este, antes de terminar de entender que significaba, pero apenas se estaban formando las ideas, cuando Rye toco a la puerta del baño.
_ ¡Sal ya, Peeta! ¡Es muy temprano para que estés haciendo tus cochinadas! _ exclamo desde el otro lado de la puerta, haciendo que Peeta se sonrojara al entender las insinuaciones de su hermano.
_ ¡Déjame en paz, Rye! ¡Si no quieres esperar a que desocupe el baño, entonces levántate más temprano, y no te quedes roncando hasta que alguien te despierte a las malas, haciendo que tengas un humor horrible todas las mañanas!
_ ¡Si mi hermanito fuera más considerado y respetara a sus mayores como es debido, entonces me levantaría de forma más amable, y no tirándome de la cama o gritando a todo pulmón unos buenos días, y quizás lograría que mis mañanas no sean tan malas! _ reprocho, sonando como un puchero de un nene, a lo que Peeta rodeo los ojos, cero impresionado de que este no se hiciera cargo de sus problemas con las mañanas.
_ Sabes que eso nunca va a pasar.
_ Bueno ¡¡Entonces me conformo por ahora con que salgas del MALDITO BAÑO!!
_ ¡Ya te oí la primera vez! _ dijo mientras se acomodaba su ropa y abría la puerta para salir, encontrándose de frente con su hermano, quien tenía una cara de fastidio y de sueño.
_ ¡Ya era hora! Espero que hallas limpiado tus cochinadas cuando terminaste. _ reclamo mientras intercambiaban lugares.
_ Que no estaba haciendo nada de lo que estás pensando. _ contesto rodeando los ojos.
_ ¿Estás seguro? ¿No tuviste ningún sueño sexy con cierta chica de la Veta? _ bromeo él, moviendo sus cejas de forma sugerente, logrando que la ira estallara en su hermanito.
_ ¡HIJO DE …! _ no pudo terminar, porque cuando se iba a balancear sobre su hermano, el muy maldito cerro de golpe la puerta del baño, dejándolo afuera escuchando las risas de su interior. _ ¡Sal de ahí! _ exclamo golpeando la puerta.
_ ¡Ya quisieras! _ respondió entre risas.
_ ¡Vas a tener que salir en algún momento!
_ Naahh, mejor me quedo aquí, es más espacioso que nuestra habitación y no huele tan mal como tú.
_ Como si fuera yo el apestoso de los dos ¿Alguna vez escuchaste del concepto de los baños seguidos, en lugar de bañarte una vez al mes con suerte? _ dijo con impaciencia, Rye no tuvo tiempo de responder cuando escucharon un grito desde abajo.
_ ¡¿Qué están haciendo ustedes dos allá arriba?! _ grito su madre, contando con la disputa entre los hermanos.
Con rapidez, Peeta fue a su pieza, cerrando la puerta, como si eso pudiera evitar la ira de su madre. Se tomó un momento para escuchar si su madre subía las escaleras, pero al no escuchar nada, pudo soltar un suspiro de alivio. Busco la ropa que se iba a poner para el día y la puso en su cama, pero en el proceso recordó lo que estaba haciendo antes de que su hermano lo interrumpiera, por lo que, después de comprobar que tenía tiempo, se bajó los pantalones y la ropa interior, para ver bien su “mancha”. Seguía igual que antes, teniendo que asumir que era una marca del alma. Eso lo abrumo un poco, porque, por fin, recordó que era su cumpleaños y la edad que tenía, lo que explicaba que recibiera una marca del alma. Él de verdad no espera recibir una, ya se había preparado en las últimas semanas para no desilusionarse por no recibir una, pero fue una sorpresa totalmente el ver el ciervo en su muslo, y las sensaciones que este generaba cada vez que lo tocaba. Se quedó fascinado, si tenía una marca, eso quería decir que estaba destinado a alguien, alguien con el que podía ser autentico y ser aceptado por cómo era. Lo emociono saber que no estaba tan perdido como él creía, que era cuestión de tiempo para que encontrara a esa persona, a la que amaría y seria amado por ella, con la que podía armar un futuro juntos.
Y aunque se sentía emocionado, no pudo dejar de sentirse un poco inquieto ¿Él sería suficiente para esta persona? Puede que Peeta no lo dejara notar, pero él sentía muchas inseguridades, nunca se sentía que fuera suficiente, como si no importara lo que hiciera, no era suficiente para merecer el amor y cariño que tanto anhelaba en su corazón. Él trataba de disimularlo y no pensar en eso, pero en el fondo de su corazón siempre quiso tener más cariño en su vida, pero al no recibirlo mucho, más que nada porque a su madre no le agradaba tener muestras (o se alguien las tuviera) de amor, generando que las escasas muestras que residía de sus hermanos y (sobre todo) de su padre, fueran muy apreciadas, obsesionándolo en hacer cosas para ganar más de estas. Esto siempre le dejaba la sensación de que tenía que ser digno de recibir amor, y para ser digno tenía que ser útil, lo que motivaba a que quisiera sobre salir en todo lo que hacía, desde las tareas que hacía en la panadería, su rendimiento en el colegio, su habilidad al relacionarse con otros y su actividad en la lucha libre. También género que ocultara lo que él considerara que no pudiera ser notable o que no sería bien recibido, como su manía de dibujar todo lo que llamaba su atención, que estaba seguro que generaría cierta controversia si alguien lograba verlo dibujar y pintar todas las cosas que tenía en los cuadernos que estaban tan bien escondidos.
Pero a pensar de sus dudas y preocupaciones, se animó diciendo qué si tenía una marca del alma, era porque el destino considera que él era digno de recibir lo que su corazón tanto deseaba, un deseo que siempre tuvo desde que era un niño. Eso lo alegro infinitamente, logrando que de sus preocupaciones se aliviara.
Sintiéndose mucho mejor de lo que se había sentido en mucho tiempo, se enfocó en vestirse, comenzando con su parte inferior. Pero al sacarse la remera y bajar la mirada para buscar la nueva que se iba a poner, volvió a notar algo raro en su pecho. Otra “mancha” en su hombro izquierdo, solo que esta pudo reconocer más rápido que era. Por lo que pudo ver, era un ramo de dientes de león, cada una de las flores representaba un grado de madures de la misma. Era muy hermoso, en especial porque la última dejaba un camino de semillas blancas hasta, según parecía, a su corazón. Parecía muy tierno, y cuando los toco, fue invadido por cesaciones más tranquilas, no tan excitantes como antes, pero sintió algo de lo que siempre sintió curiosidad por experimentar y del cual nunca sintió, y fue libertad, se sentía libre, libre de ser, libre de sentir, libre de equivocarse y libre de seguir adelante, sin ataduras que definieran su comportamiento que lo obligaran a hacer cosas por miedo de no encajar, sin temor de lo que podían pensar lo demás, sin preocupaciones de las cosas que no podía controlar y que no era su obligación de hacerlo. Peeta no sabía qué hacer con toda esa libertad, pero no podía decir que no lo disfrutara. El sentir que podía abrir sus alas y ver hacía donde podía llegar, que tan alto podía volar, y sentir que, si al final fallaba, tenía a alguien que estaría ahí cuando callera, asegurándole que lo hiso bien, que no tenía que mostrar nada, que él era suficiente. Y con eso llego la paz, relajándolo como nunca se sintió, sintiendo que alguien siempre iba a estar para cuidarlo.
Dejo de tocar el ramo, conservando esa sensación tan placentera en su interior, mientras asumía de nuevo lo que significaba ese ramo. Era una marca, como la del ciervo, pero no compartían las mis sensaciones. Todo era muy raro, nunca había escuchado mucho de algo así ¿Se podía recibir dos marcas del alma? ¿Y que cada una diera dos sensaciones completamente distintas? ¿Qué podía significar eso? ¿Debía preocuparse? Tanto como el ciervo como el ramo tenían colores, lo que quería decir que su alma gemela todavía seguía viva, pero ¿Por qué recibir dos marcas? ¿Debía decírselo a alguien? ¿A quién? ¿Quién podía interesarse con eso y ayudarlo a comprender? Su madre estaba totalmente descartada, no quería imaginar lo que generaría que descubriera que tenía dos marcas, podía generar que perdiera la poca cordura que tenía; y por más que quería a sus hermanos, sabía que no eran los más confiables en lo que se refería a sentimientos y cosas sensibles, ya que tenían la costumbre de bromear mucho con cosas importantes, queriendo quitarle la importancia que tenía este (Peeta sabía porque lo hacían, era su forma de sobre llevar las cosas difíciles que pasaban, sobre todo lo que estaba relacionadas con lo que pasaba en la casa, de esta forma no tenían que pensar muchos en sus sentimientos y admitir lo mucho que les molestaban las cosas); sus amigos también estaban totalmente descartados, ya que por un lado, la mayoría no eran realmente sus amigos, eran las personas con las que se juntaba para pasar el tiempo y no sentirse tan solo, no les contaba nada de lo mal que a veces se sentía, y la única persona que era lo suficientemente cercana como para considerarla su amiga verdadera, era Delly Cartwright, pero la dulce y tierna Delly no merecía que la cargara con sus problemas, no era justo que la chica soñadora y alegre se sintiera mal por él.
Todo esto lo dejaba con una última opción: su padre. Pero no importaba lo bien que se llevaba con él, que supiera que nunca lo juzgaría o lo mucho que trataría de ser comprensivo, Peeta nunca se sentía del todo seguro confiando en él, y no era porque creyera que él no era merecedor de saber sus secretos, sino porque, en el fondo de Peeta, siempre se sentiría un poco resentido con él, por permitir que su madre tenga estos tratos con él y sus hermanos, y que su forma de compensar las cosas fuera simplemente limpiando los platos rotos (por decirlo de alguna forma), pero no evitando que estos se volvieran a romper la próxima vez. Así que no era una opción para Peeta, lo que lo dejo con la sensación de soledad al entender que no tenía a nadie a quien acudir, pero al tocar su marca del hombro, no pudo evitar que esa soledad se desvaneciera de repente, sintiendo calidez en su corazón, como un beso tierno en la frente, con la intención de calmar sus temores.
Sintiéndose mejor, termino de vestirse, justo a tiempo de que su hermano entrara como si nada a la habitación para cambiarse también. Peeta, al recodar su disputa anterior, no dudo en tomar desprendido a su hermano, y hacer una llave que había aprendido en sus prácticas, tirando de este a su cama, quien se quedó ahí un rato, tratando de entender lo que había pasado, solo para escuchar la risa de su hermanito mientras este salía corriendo como un cobarde, sabiendo que si enfrentaba con Rye no tenía muchas oportunidades de vencerlo al ser más grande y fuerte que él.
_ ¡PEETA! _ grito con la intención de levantase de la cama para perseguirlo, pero su hermanito ya estaba llegando a la planta de abajo, para cuando salió de la habitación, por lo que, si no quería ganarse una reprimenda de su madre, no valía la pena meterse en problemas. _ ¡Me las vas a pagar, hermanito! _ dijo desde el borde de las escaleras, sabiendo que este lo escucharía muy bien, obteniendo como respuesta otra risa, esta vez un poco más fuerte que la anterior.
Peeta, al llegar a la cocina, fue recibido por las cejas alzadas de su padre y su hermano mayor, quienes estaban curiosos por el alboroto que se escucha desde arriba y por las risas de él, pero negándose a complacer sus curiosidades, prefirió ignorarlos para ver si había de lo que podía comer como desayuno. Ambos se encogieron de hombros y siguieron con sus tareas como si nada, no era raro las peleas inocentes entre los hermanos Mellark, que a pesar de sentir que ya deberían ser grandes para eso, era su forma de mostrarse cariño entre ellos, sin que su madre los regañara tanto.
En cuanto termino su desayuno, y escucho como Rye bajaba las escaleras, tomo la prevención de ponerse a trabajar cerca de su padre, usándolo como escudo humano por si su hermano quería tomar represarías, que por la mirada fulmínate que le dio este, supo que era seguro que quería. Su padre, al no ser ingenuo del comportamiento infantil de su hijo menor, no pudo evitar mirarlo con un dejo de decepción mientras negaba la cabeza, como si estuviera decepcionado con él, a lo que Peeta no pudo evitar soltar más risitas, ya que sabía que en el fondo su padre no sentía eso, y de todas formas valía la pena con tal de molestar a su hermano. Y así paso la mañana, volviendo a la rutina de todos los días, perdido en sus tareas, con pequeños momentos en los que los tres bromaban entre ellos y se divertían, hablando de todo y nada para pasar el rato, mientras su madre se encontraba haciendo cosas de lo que ninguno de los cuatros sabía qué era. Para cuando se hiso más tarde en la mañana, Rye y Peeta subieron a cambiarse y recoger las cosas para ir al colegio, y juntos salieron para ir hacia allá, separándose cuando encontraron sus respetivos amigos en el camino. Y si Peeta noto que cierta chica de trenzas castañas era acompañada por una niña rubia y un tipo alto y muy grande, quien también estaba rodeado de dos niños más pequeños, bueno, eso no era asunto de nadie.
Con el pasar del tiempo, Peeta dejo de prestarle atención a que tenía dos marcas, por suerte eso fue lo único llamativo de su cumpleaños, ya que el resto día trascurrido como si nada fuera diferente. Por lo que dejo de pensar mucho en eso, concentrándose en las cosas que tenían en el momento, como su trabajo y el colegio, y observar en secreto a la chica de sus sueños. Y todo fue normal durante lo que fue el año, pero al llegar el verano paso algo interesante.
Su familia sabía que Rainier estaba de novio, saliendo con la nieta de los dueños de la mecería, y que llevan años saliendo, mostrando lo comprometido estaba su hermano, ya que fue la relación más duradera que tuvo en toda su juventud. Y aunque todos estaban felices con él, su madre no estaba del todo contenta, porque la familia de la chica no era muy adinerada como dejaba ver, sus productos eran comprados más que nada por otros Comerciantes, y ocasionalmente por gente de la Veta, solo cuando estos no tenían de otra que buscas con ellos lo que necesitaban para reparar sus ropas, pero al tener acceso a cosas tan bonitas, les permitían tener ropa que siempre parecía nueva. Sin mencionar que una relación con esa familia no iba generar muchos beneficios a la panadería, ambos negocios no tenían mucho en común. Aun así, Rainier, siguió con su noviazgo, por lo que no fue una sorpresa cuando este anuncio después de la Cosecha para los 73o Juegos del Hambre, donde la chica paso sin ser elegida para su última Cosecha, que se casarían por fin. Todos estaban felices por eso, y no hubo ningún problema al respecto. La sorpresa llego más tarde, un mes antes del inicio de las clases, donde resulta que el plan que todos creían que la pareja iban a hacer era que después de cazarse, estos se irían a vivir a la casa que el Capitolio daba a todas las parejas que formalizaba sus relaciones, y trabajarían en la panadería que heredarían cuando fuera el momento, Rye y Peeta vivirían en la casa sobre la tienda hasta que fueran mayores de edad y ya pudieran buscar trabajo por ellos mismos, dejando la casa y el negocio solo para sus padres y su hermano con su esposa. Ese era el plan que siempre creyeron que sería, por lo que los hermanos menores se prepararon toda su vida, sabiendo que nunca tendría un lugar permanente en el negocio familiar. Grande fue su sorpresa cuando su hermano mayor les dijo a sus padres (y luego a sus hermanos) que no iba a heredar la panadería, ya que la familia de su esposa necesitaba que alguien la administrara cuando sus abuelos ya no pudieran más, y ella a ser la única heredera, no podía rechazar la oferta, sin mencionar que ambos preferían trabajar en la mecería en vez de la panadería, ya que las exigencias no eran las mismas y las ganancias eran muy parecidas.
Con eso Rye y Peeta no supieron cómo reaccionar, no estaba preparados para eso, sobre todo Rye, quien ya estaba haciendo planes para encontrar trabajo en su último año de colegio, pero de pronto se dio cuenta que sería él siguiente en heredar, lo que por un lado era bueno, ya que no tenía intención en casarse en el corto plazo, y el ser el futuro propietario de un negocio, le daba tiempo y más oportunidades para poder cazarse en el futuro sin tener la necesidad de hacer por obligación para tener un lugar a donde vivir y comer; pero por otro lado, él no quería ser panadero, no tenía madera para eso, no tenía paciencia, ni ganas, ni pasión con nada relacionado con la cocina en general. Y no es que no supiera cocinar, no se la pasa trabajando en el negocio familiar por tanto tiempo y no sé aprende los principios básicos para cocinar, pero de verdad que no le encantaba dedicar a eso, ya había tenido suficiente en su vida. Y mientras Rye se encontraba en esa encrucijada, Peeta se lamentó el ser el hijo menor, ya que, a diferencia de sus hermanos, él si deseaba conservar el negocio, pero sabía que sería imposible que su otro hermano cediera su derecho para dárselo a su hermanito. Por lo que no le deja de otra que seguir enfrentado a la realidad de que no sabía que haría una vez que terminara la escuela, aun si estaba feliz por sus hermanos, ya que sabía lo mucho que Rye no quería casarse todavía, y esto le daba tiempo.
Con su hermano mayor casado, se liberó su habitación, la cual no quedo tanto tiempo desocupada ya que Rye se mudó de inmediato, ansiado la privacidad que tanto envidio de su hermano mayor, y Peeta no se negó al cambio, ya que también apreciaba tener su espacio para él solo.
Y así fue cunado, sin que Peeta se diera cuanta, llego a los dieciséis, con un hermano casado, un cuarto para el solo y todavía sin tener ni idea de lo que significaba sus dos marcas del alma. Por obvias razones, decidió al final que nadie supiera de su situación, creyendo que no tenía sentido que los demás supieran de su caso especial, y como en general no se hablaba de eso en su familia, no le fue difícil esquivar el tema. Pero por todo lo demás, la vida no cambio mucho en el último año y esperaba que siguiera así por un buen rato, pero lo que no contaba era que, si bien su vida no cambio en casi nada, no quería decir que la vida de los demás le estuviera yendo de la misma forma, en especial la vida de cierta chica que siempre estaba en sus pensamientos.
Peeta no sabía mucho de la vida de Katniss Everdeen, solo lo que lograba ver a la distancia y usando sus habilidades deductivas para aprender las pocas cosas de ella, pero unas de las cosas que estaba seguro que sabía de ella era su cumpleaños, el 5 de mayo, y fue por eso que comenzó a notar los cambios en ella, cambios que no fueron percibidos por cualquiera, pero él que estaba acostumbrado a observarla desde lejos y supo detectar. Y resulta que la noto un poco más nerviosa de lo común, pensó que tenía que ver con el Día de la Cosecha, ya que no era raro estar nerviosos por eso, pero él sentía que era algo más que eso, más cuando noto que el nerviosismo continuo aun después de que los Juegos habían terminados. Pero no era la única que se encontraba diferente, ya que al parecer su amigo Gale también estaba pasando por algo, y si Peeta no se equivocaba, sentía que el sujeto estaba volviendo cada vez más cercano a ella, más… cariñosos, si se atrevía a adivinar, y eso sumado a las miradas que le daba cuando ella no estaba prestando atención, le dio a sospechar a Peeta que el tipo por fin se daba cuenta de la chica que tenía a su lado. Esto lo alarmo, Peeta hacía rato que sabía que no tenía una oportunidad con ella, pero eso no necesariamente quería decir que estaba listo para verla con otro, y más uno tan mujeriego e irritable como lo era Gale Hawthorne. Sin embargo, a medida que pasaban los meses, Peeta también noto la falta de rumores sobre las aventuras de Gale, lo que emocionaba a su hermano al estar recibiendo más atención por eso (y por ser el futuro propietario de la panadería). Eso sin duda le hiso entender que sea lo que sea que el tipo tuviera en mente, debía de ser serio.
No había pasado ni un mes de su cumpleaños número dieciséis, cuando noto otro cambio entre ambos chicos, ya no solo Gale era el que iniciaba el contacto con ella, esta comenzó a corresponderle de forma más fácil y continua, notando el cariño implícito entre los dos. Esto fue como un puñal en el corazón para Peeta, ya que no tenía ni una duda de que ambos estaban en una relación, podía ser que no fueran obvios al respecto, pero él supo ver como algo se iba formando entre ellos, era cuestión de tiempo en que revelaran su relación al resto. Él ya se sentía totalmente derrotado, admitiendo que nunca tuvo una oportunidad real con ella, que se tardó demasiado en tratar de simplemente hablarle, que por gran parte del año Peeta solo trato de superar el dolor que sentía en su corazón, diciéndose que de todas formas era imposible que estuvieran destinados, que debería enfocarse que al menos tenía marca de alma, que era más de lo esperaba, y eso decía que había alguien en algún lugar que estaba destinado a él, solo tenía que tener paciencia, trato de convencerse de que era mejor así, que si no se dio, fue por algo. Y siguió tratando de convencerse hasta que un día de marzo la vio en su práctica de lucha libre.
Él se sorprendió mucho al encontrarla ahí, y le genero curiosidad el saber que la llevaba a ver la práctica. Por un momento pensó que quizás estaba haciendo compañía a su amiga Madge, ya que era frecuente verla sentada en la tribuna con las otras chicas, pero eso no explicaba porque había días que Madge iba sola y otros no, tampoco porque seguía yendo, cada vez más seguido. Y lo otro que llamaba la atención fue que, una vez que la práctica terminaba, Katniss desaparecía en un instante, casi sin dar rastro de su presencia si no fuera que él personalmente la había notado discretamente. No creía que estuviera por el mismo motivo que el resto de las chicas, ya que ella no era de las que se interesara por hacer ese tipo de cosas, no de forma muy evidente al menos, y además él todavía creía que ella estaba saliendo con Gale, porque lo que tampoco la veía como una chica que fuera a observar descaradamente a otros chicos justo cuando estaba saliendo con otro, más todavía cuando nunca lo había hecho antes. Peeta de verdad tenía mucha curiosidad de saber qué era lo que la hacía ir de forma seguida a la práctica, lo cual no ayudaba a su decisión de tratar de dejar de pensar en ella, ni a dejar que su corazón palpitara como loco cada vez que la veía sentada en la tribuna con Madge, o que el mismo no se desilusionaba cuando ella no estaba. Mentiría si digiera que en los días que ella estaba, él se esforzaba el doble, tratando a sacar a relucir sus habilidades, y aunque trataba de justificarse diciendo que lo hacía para desmostarle al equipo y al entrenador que era digno para ser el nuevo capitán cuando su hermano no asistiera más al colegio el año siguiente, en el fondo sabía que estaba presumiendo, queriendo que por una vez ella lo notara y lo viera. Su hermano tampoco dejó pasar la oportunidad para molestarlo de forma discreta cada vez que ella estaba, bromeando con él, haciendo que se distrajera y ardiera en rabia.
Por casi dos meses, las prácticas estuvieron de esa forma, y justo cuando pensó que por fin podía acostumbrase a su presencia sin ponerlo tan nervioso, o que no lo distrajera cuando peleaba con su hermano, paso algo de lo que él no estaba preparado. Ella le hablo.
Todo comenzó de forma muy rara, para empezar el día ya había sido muy duro desde temprano, cuando su madre, por algún motivo, decidió que era un buen momento recodarles a sus dos hijos los inútiles que eran y lo decepcionada que estaba de ellos, usando una variedad de insultos y gritos de los cuales Peeta decidió por su propio bien no escuchar del todo, poniéndose en modo automático, lo que hiso que se ganara un golpe cuando esta se dio cuenta de lo que hacía, que por suerte no fue grabe y no le impidió ir a la escuela. Sus clases fueron tranquilas y normales, pero en sus recesos y en el almuerzo, noto cierta rigidez dentro de su grupo de amigos, lo que llamo su atención y trato de descubrir que era, pero por algún motivo no encontró respuestas, lo que era raro, porque él tenía la habilidad de siempre encontrar a alguien que lo pusiera al corriente de todo lo que pasaba, pero esta vez no fue así, por lo que decidió no prestarle más atención y ver qué pasaba más adelante. Pero lo que si sabía era que algo estaba perturbando su grupo de amigos, por lo que no pudo pasar un buen momento con ellos, poniéndolo un poco mal por eso. Aun así, trato de seguir adelante como si nada, llegando a su práctica a la tarde, donde no pudo evitar notarla otra vez, haciendo que inconscientemente su ánimo mejorara con solo verla ahí. Termino su entrenamiento más cansado de lo normal, por lo que ni siquiera tenía cabeza para notar que estaba haciendo Katniss Everdeen mientras él se dirigía al vestidor a ducharse. Él tenía la costumbre de siempre quedarse hasta el final, siendo el último en irse, fue así desde incluso antes de recibir sus marcas del alma (lo que motivo a se siguiera de esa forma), y la razón fue que simplemente quería disfrutar de una ducha para él solo, tener el vestidor libre, sin escuchar las charlas hormonales que sus compañeros de equipo tenían, y tampoco quería ir tan rápido a su casa, donde seguro tenía que enfrentar el mal humor de su madre y ver la forma pasiva que su padre aceptaba todo. Eran los únicos momentos en el día en el que encontraba algo de paz y podía tomarse su tiempo para él mismo.
Y así se encontraba él en eso momento, disfrutando de su paz y silencio, cuando de forma estúpida (si se lo preguntabas), resbalo al apoyar mal la pierna, habiendo que se lastimara la pierna izquierda. El golpe fue tan duro que no pudo evitar soltar un grito por el dolor y la impresión, como pudo, salió de las duchas y se fue a sentar en los bancos que estaban al frente, logrando cerrar la ducha y agarra una toalla en el camino, lo cual fue una suerte, ya que mientras se encontraba inclinado mirando el daño de su pierna, noto un movimiento por el radillo de sus ojos, lo que hiso que levantara la mirada rápido, y se encontrara de golpe con un figura que estaba cien por ciento seguro que antes no se encontraba ahí, dándole un susto tan fuerte que lo hizo pegar un salto, levantándose de golpe, olvidando que le dolía la pierna y que solo estaba cubierto por una toalla. Tuvo un breve momento para identificar que la figura que se encontraba al frente de él era nada más y nada menos que la mismísima Katniss Everdeen, lo que le valió otro susto al darse cuenta de su estado de desnudes.
Y así empezó su conversación con la chica que lo tenía loco, debía admitir que no había imaginado ni en un millón de años que iba a ser así como por fin iba a hablar con ella, donde no solo que lo vio casi desnudo, sino que examino su pierna lastimada, hablo con él sobre lo que sucedió hace tantos años atrás con el pan que él le dio, trato de descubrir si era por eso por lo que ella había ida a ver las prácticas (y termino muy conforme con él mismo cuando se dio cuenta que sí, y el hecho que solo fuera para hablar del asunto del pan, no cambiaba que se sintiera demasiado feliz con él mismo al saber que ella fue por él), luego tuvo un problema celebrar en el que no podía pensar con claridad al tenerla tan cerca, logrando tener unos de los momentos más humillantes y vergonzosos de su vida. Y para cuando pensaba que nada más podía pasar, ella le suelta que comparte su misma marca del alma, la que tenía en el hombro (la que ella había notado cuando estúpidamente no se tapó el hombro cuando ella le alcanzó los pantalones), y como si eso no fuera suficiente para dejarlo fuera de sí, ella confianza que tiene otra marca del alma, y que esa la comparte con, nada más y nada menos, Gale Hawthorne, y que es muy probable que él también comparta su otra marca con Gale también.
Todo fue demasiado para él, nunca se esperó encontrarse en una situación así, por lo que no pudo evitar ponerse a llorar, sintiendo patético al hacerlo frente a la chica que amaba (y que al parecer era su alma gemela también), lo que lo hizo ponerse más desesperado al mostrarse débil frente a ella, lamentándose la impresión que le estaba dejando, pensado que con eso seguramente haría que se arrepintiera de contarle sobre la marca. Tuvo la suerte de que ella se mostrara comprensiva, y que tratara levantarle el ánimo, logrando así que él se recompusiera y siguieran hablando del resto. Para el final de todo, él salió del colegio rumbo a su casa, sabiendo que había encontrado (o, mejor dicho, que lo habían encontrado) a sus almas gemelas, una era la chica con la que estaba enamorado desde que tenía cinco años, y él otro era una de las personas que menos le agradaba de todo el Distrito.
Era un poco desconcertante el pensar que el chico que odiaba tanto a los Comerciantes, del que le tenía la reputación de ser el mayor mujeriego del Distrito, del que estuvo celoso más de una vez porque él podía ser cercano a Katniss mientras que Peeta no, era también su alma gemela. Era una locura. Y lo ponía nervioso. Si bien estaba feliz por encontrarlos y estaba ansioso de poder comenzar su vida acompañándolos, y sobre todo que estos fueran los chicos más increíbles en todo el Distrito, también lo ponía nervio del papel que tendría junto a ellos. Ambos eran tan fuertes y valientes, luchaban desde temprana edad para alimentar a sus familias, yendo a cazar al peligroso bosque que se encontraban a las afueras del Distrito, donde se enfrentaba a peligros inimaginable para él; luego iban a Distrito a intercambiar su botín por cosas que necesitaban sus familias, con el peligro de que los agentes de la paz los atrapen y los castiguen (aunque Peeta creía que algunos de los agentes comerciaban también con los dos). Sin mencionar la conexión y el vínculo que compartían ¿Cómo podía él ser parte de eso? Ellos se conocían desde mucho tiempo, pasaron tantas cosas juntos, él solo era el hijo del panadero, el tercero, del cual tenía menos posibilidades de heredar la panadería, y no solo por su posición de tercer hijo, sino también porque su madre preferiría estar muerta a entregarle la panadería. Peeta no sentía que tenía mucho que ofrecerles.
Pero al ver a Katniss tan emocionada invitándolo a cenar con ella y Gale en su casa, hiso que, por un momento, todas sus preocupaciones se esfumaran, dándole la esperanza de que todo estaría bien, y aunque no estaba del todo convencido sobre Gale y como este se iba a tomar el descubrir que él también era su alma gemela, decidió dejarse llevar y asedio a ir a la cena. Ellos eran su destino, tenía dos marcas que lo confirmaban, él obviamente iba a encajar con ellos de alguna forma, solo tenía que buscar la forma, pero con tiempo y paciencia lo lograría. Y Katniss estaba tan segura que eso le hiso pensar que el disgusto de Gale hacia los Comerciantes tampoco iba a ser un problema, ella lo conocía más lo que Peeta podía llegar a saber de él y no se veía preocupada por eso. Se animó a pensar que quizás la suerte por fin le sonreía, que después de todo iba a hacer realidad sus sueños. Estaba claro que sabía que su madre nunca aprobaría que hiciera una unión no solo con otras dos personas (lo que ya era un escándalo), sino que también eran de la Veta. Probablemente lo echaría de la casa, lo blocaría de su vida y de la panadería, eso lo ponía triste, porque la panadería era una parte vital de su vida, pero también sabía que de todas formas nunca terminaría trabajando ahí de grande y tenía que buscar oportunidades en otros lados, así que ese no fue un impedimento para formar una unión con Katniss y Gale. Solo le importaba hacer su vida a lado de esas dos personas. Era su único deseo desde pequeño, formar parte de algo, sentir que era importante para las personas que lo rodeaban, que lo amaban y estaban orgullosos de él, que estaban felices de lo útil que era para ellos. Si lograba cumplir con ese deseo, no importaba el sacrifico que tenía que hacer, él lo haría sin pensarlo.
Ya con una emoción indescriptible y energía renovadas, siguió con su camino a la panadería. Tuvo que hacer una pequeña parada por un callejón apartado y escondido para poder tranquilizar sus emociones y tratar de que su sonrisa no fuera tan amplia, no quería que nadie en su casa se hiciera ideas raras, todavía no quería compartir su descubrimiento. Cuando se encontró más calmado, fue a su casa, entro por la puerta trasera que daba a la cocina del negocio, saludo a su padre y a su hermano que estaban trabajando, antes de subir a su cuarto a ponerse su ropa de trabajo. Bajo a comenzar su jornada de trabajo y durante toda esa jornada no pasó nada fuera de lo común, lo único destacable fue la mirada curiosa de su hermano Rye. Al parecer no estaba haciendo tan buen trabajo escondiendo su sonrisa de enamorado, pero por suerte ni su madre ni su padre se dieron cuenta, y como se negaba a darle el gusto a su hermano y hablar sobre el tema, eligió hacerse el que no lo notaba, y por suerte él tampoco insistió al respecto.
Después del trabajo, cerraron la panadería y prepararon todo para que estuviera listo para bien temprano a la mañana siguiente. La familia subió a la casa para preparase la comida, al tener que despertarse muy temprano, incluso más que los otros Comerciantes, tenían que cenar y dormir temprano para estar descansados. Esto le fue una ventaja a Peeta para tener la oportunidad de escaparse de su casa sin que nadie se diera cuenta e irse a la casa de Katniss, solo tenía que inventar una excusa para no comer con la familia y decir que prefería irse a la cama directamente. Sus padres no sospecharon nada, pero, de nuevo, su hermano le dio una mirada sugestiva, como si él supiera cuales eran sus verdaderos planes. Peeta decidió ignorarlo de vuelta y fue al baño a limpiarse la suciedad del día de trabajo, una vez listo se fue a su habitación a cambiarse y esperar que el resto de la familia estuvieran por irse a dormir. Lucho un rato en encontrar la vestimenta que quería ponerse, quería verse bien para dar una buena impresión, pero tampoco ir muy formal. Después de pensarlo se decidió y se sentó en la cama a esperar para irse. Cuando ya no escucho ruidos en la casa, asomo la cabeza para ver si había alguien dando vueltas, al no encontrar a nadie, salió de su habitación tan silenciosamente posible y se dirigió a la puerta de su casa. Una vez que ya estuvo afuera, se apuró para dirigirse a la casa de Katniss.
En el camino comenzó a escuchar la voz de su cabeza que siempre decía todos sus defectos e inseguridades, esa voz que sonaba sospechosamente parecida a su madre. Era una vocecita insoportable que tenía la función de recordarle lo poco importante y especial que era. Siempre aparecía cuando sentía felicidad, haciendo que se cuestionara todo lo que lo rodeaba, diciéndole cosas para terminar con su buen humor. Esta vez apareció para cuestionar sobre su lugar con Katniss y Gale ¿Realmente Gale lo iba a aceptar a pensar de ser un Comerciante? ¿Katniss no se sentiría desilusionada al ver que no era un hombre tan asombroso como Gale? ¿Y si descubrían lo inútil que era y decidían que no valía la pena y preferían hacer la unión solo ellos? ¿Y si…? Las preguntas seguían y seguían, cada una más devastadora que la anterior, sacando a relucir todos sus miedos y preocupaciones, cosas de las que no quería pensar. No quería tener eso en mente, no en una noche tan importante, no cuando estaba por cumplir sus sueños. Se esforzó por hacer callar esa voz, diciéndose cosas para motivarse, como que ellos no podían odiarlo si estaban destinados, que ellos eran personas que valorarían el esfuerzo y la perseverancia que Peeta tenía para lograr lo que quería, que solo necesitaba tiempo para mostrar su valor; se dijo todo tipo de cosas con el objetivo de seguir animándose para terminar su camino hacia la casa de Katniss.
Tan metido estaba en su cabeza que no se dio cuenta de lo cerca que estaba de llegar, por lo que se obligó a salir de su mente y enfocarse en lo que más importaba en ese momento. Su mente tenía que estar en la cena, todo debía salir bien para convencerlos a los dos de que él haría lo que fuera para que le permitieran ser parte de ellos. Tenía que estar enfocado, usar todo su encanto del que todo el mundo decía que él poseía, pero tampoco podía mostrarse falso ya que no creía que ninguno de los dos apreciaría la falsedad, debía que de ser él mismo, pero más bien como la mejor versión de sí mismo. Iba a ser difícil con los nervios que tenía, pero lo lograría.
Una vez que se encontró frente a la casa de Katniss, se tomó un momento para tranquilizarse antes de llamar. Estaba tratando de calmar sus nervios, cuando Katniss abrió la puerta. Todas sus preocupaciones, todas las ideas y pensamientos que podría haber tenido, se esfumaron con solo verla a ella. Siempre le pareció la chica más bonita que había visto en su vida, pero ahora que ella estaba aquí, lista para tener una cena con él y Gale, parecía sacada de un hermoso sueño. Vestía una bruza verde bosque que le quedaba tan bien, el color hacía resaltar su tez trigueña, dejando a relucir un poco sus curvas; y llevaba unos pantalones negros a juego que marcaba sus hermosas piernas. Tenía su típica trenza que caída sobre su hombro, sus ojos grises se iluminaron al verlo, pareciendo joyas brillantes, su sonrisa era una mescla entre divertida y nerviosa. Ella era una visión exquisita, aunque siempre lo era para él. Se dieron un pequeño saludo antes de que le diera que quería darle una sorpresa a Gale, ya que todavía no le había dicho nada sobre su identidad. Eso altero sus nervios ¿Qué pasaría si Gale se tomaba mal su presencia? Pero Katniss aseguro que todo iba a salir bien, y él decidió confiar en ella.
Entraron a la casa silenciosamente, ella lo acomodo en el living-comedor, mirando hacía la cocina, donde podía ver claramente a Gale que estaba de espalda. Desde donde estaba pudo admirar la figura de él, esta vez trato de mirarlo sin los celos y el mal humor con el que siempre sentía cuando se trataba del chico, solo lo aprecio esta vez como el hombre que era su alma gemela, y sin esos sentimientos negativos, pudo entender una vez más por qué todas esas chicas enloquecían por él. Era realmente atractivo, sus rasgos lo favorecían brindándole la imagen de un ser que era capaz de llevarte a pecar, rebelando todos tus deseos más oscuros. Desde su punto de vista solo podía mirar su espalda, llevaba pantalones y camisa oscuros, donde acentuaba sus músculos de la espalda y de los brazos.
Peeta siempre se definió como heterosexual, le gustaban las chicas, puede que allá estado enamorado de Katniss desde los cinco, pero no era ciego, veía a las chicas y apreciaba sus figuras. Pero si hay algo que realmente distingue a Peeta era que tenía debilidad por la belleza. No importaba en donde fuera, que fuera o quien fuera, él tenía la capacidad de apreciar la belleza en todas partes y en todas sus formas. Esto incluía también admirar la belleza tanto de hombres como de mujeres, y para él los más admirables siempre fueron Katniss y Gale. Siempre pensó eso de ellos dos, incluso antes de saber que eran sus almas gemelas, esa era otra razón por la que pensó que ellos eran pareja, porque se veían tan bien juntos que parecía correcto que así fuera. Y no se avergonzaba en admitir que creía que Gale era verdaderamente guapo, y era eso mismo lo que también sienta un poco de atracción hacia él. Puede que no lo allá notado antes, o lo allá disfrazado con celos y enojo, pero ahora sentía que podía haber más de lo que pensaba originalmente. Eso lo confundió un poco, nunca había pensado en esas cosas. Estaba seguro que sentía algo, todavía no entendía bien qué era, pero si estaba sintiendo algo. Era algo nuevo y no se parecía a nada que allá experimenta antes, y solo podía ser comparado levemente con lo que sentía por Katniss. Decidió no pensar en esas cosas por ahora, guardo eses pensamiento para después cuando vio que Katniss guiaba a Gale frente a él.
_ ¿Estás listo para conocer nuestra alma gemela? _ pregunto ella con emoción, mientras cubría los ojos de Gale con las manos.
_ Tu sabes que estoy más que listo. _ contesto con galantería, haciendo que Peeta por algún motivo se sorrajará aún más.
_ Okey, a la cuenta de tres. UNO… DOS… Y… ¡TRES! _ ella aparto sus manos, dejando que Gale enfocará la vista a la criatura que tenía en frente.
Peeta desde que obtuvo sus marcas, tuvo muchas ideas de cómo iba a conocer a sus almas gemelas, cómo iba a ser el cortejo y cómo iba a ser cuando por fin decidieran ser una unión. Desde que era un niño que lo único que parecía lograr era que su madre lo insultara y le pegara por ser un inútil; desde que se dio cuenta que por más que amara a sus hermanos y a su padre, no podía contar con ninguno cuando la hacía enojar; siempre soñó con encontrar a alguien que lo quisiera y formar un vínculo, lograr la felicidad con esa persona, sentir que era parte de algo. Siempre imagino millones de posibilidades, eso solo creció más cuando al cumplir los quise años tuvo la suerte de no solo recibir una marca de alma gemela, sino dos. Nunca estuvo más feliz en toda su vida, durante toda su vida siempre tuvo la esperanza de encontrar a alguien especial para él, la persona con la que podía cumplir todos sus sueños, ser él mismo sin miedo al rechazo. Porque lo que le daba más miedo a Peeta era el rechazo, el no ser sufímente y estar demasió defectuoso para ser parte de una unión. Pero cuando recibió sus dos marcas, sintió felicidad de que iba a ser aceptado por alguien, que ese alguien lo iba a amar incondicionalmente como Peeta sabía que él también aria. Durante esos momentos oscuros de su vida, siempre se aferraba a esa esperanza. Era lo que más anhelaba en su corazón. Por eso estaba tan emocionado por esa noche, era el comienzo de la vida que tanto anhelaba, y aunque él estaba nervioso y tuvo a esa voz queriendo ponerle dudas, él siempre se aferró a la ida de que todo saldría bien, que todo estaba destinado a pasar, y él creía en el destino.
Y en todas sus fantasías, nunca imagino lo que estaba por pasar.
Aunque una pequeña parte de él le decía que debía haberlo esperado.
Gale se encontraba sospechosamente silencioso, Peeta pudo ver a través de sus ojos como los pensamientos se acomodaban en su mente, comenzando por confusión al mirarlo después que Katniss apartara sus manos, seguido por un poco de molestia mientras lo estudiaba de arriba abajo tratando de identificarlo, luego pareció reconocerlo y con eso vino más furia. Katniss debió percibir la extraña actitud, porque hiso las presentaciones. Peeta trato de calmar los nervios que comenzaban a parecer, y se animó a extender la mano. Lo único que recibió fue que Gale abriera más los ojos al escuchar su nombre, parecía que ya lo reconocía del todo, pero aún se veía que estaba confundido y bastante molesto.
_ ¿Qué? _ fue todo lo que dijo.
_ Gale, él es nuestra alma gemela. _ aclaro Katniss.
_ Hola. _ se atrevió a decir tímidamente Peeta, cada vez más nervioso, mientras usaba la supuesta mano que había extendido para estrecharla para usarla para dar un saludo incómodo.
Todo desde ahí fue cuesta abajo.
_ ¡ÉL NO PUEDE SER NUESTRA ALMA GEMELA! _ grito con furia dándole a Peeta una mirada fulminante.
Inmediatamente los nervios se apoderaron de Peeta y reacciono como lo hacía cuando su madre se enojaba, entrando en un modo de supervivencia. Lo primero fue mantener la distancia, apartarse para darle oportunidad de correr si se podía. Lo segundo era examinar rápidamente el entorno, ver posibles puntos de peligro (como la concina o la mesa con cubiertos) y posibles salidas de escape (como la puerta de salida, la ventana o las habitaciones donde podía cerrar la puerta). El tercero fue la postura, era importante tener una postura acorde, una bueno postura podía salvarlo de caer después de un fuerte golpe, haciendo que pueda caer mal y lastimarse muy fuerte en la cabeza, gracia a su experiencia y sus prácticas en la lucha libre sabia cuáles eran las mejores posturas. Y, por último, mantener la calma, no importa que tan nerviosos o asustado se encontrara, tenía que mantener la calma, tenía que pensar fríamente, actuar rápido y preciso, sin errores; pero además el estar calmado era también para no alamar más a su contrincante, mientras más miedo veía en uno, más ponía alarmarse el otro o aprovechase de su miedo para hacer su movimiento. Peeta seguido su instinto sin pensarlo.
_ ¡GALE! _ regaño Katniss. _ ¡¿Qué te pasa?!
_ ¡Katniss, debes decirme que esta es una broma de mal gusto! ¡Que la chica que es nuestra alma gemela está esperando afuera!
_ ¡No, GALE! ¡No hay nadie más que nosotros tres!
_ ¡ESO ES IMPOSIBLE!
Con cada grito Peeta se iba alterando más y más. Algo le dijo que mejor buscara una forma de intervenir antes de que la disputa de ellos dos siguiera creciendo.
_ Eh… _ intento comenzar Peeta.
_ ¡TU CALLATE! ¡No sé cuál es tu juego aquí, pero ten por seguro que lo descubriré y te hare pagar por esto! _ acuso Gale. Peeta cerro la boca inmediatamente.
_ ¡NO PUES HABLARLE ASÍ! _ trato de defenderlo ella.
_ ¡Katniss, date cuenta que algo no cuadra aquí! ¡¿Sabes siquiera quien es él?!
_ ¡Claro que se quién es! ¡Te lo dije! ¡Es Peeta Mellark! ¡Nuestra alma gemela! _ ella comenzaba a exasperarse.
_ ¡Y YO ya te dije que es imposible que él fuera nuestra alma gemela! _ Gale también se estaba exasperando.
_ ¡¿Y dime porque, según TÚ, crees que él no es nuestra alma gemela?!
_ ¡¿Quieres una lista?! ¡Para empezar, es un Comerciante! _ Katniss levanto una ceja ante ese comentario, y se apresuró a cortarlo.
_ Me dijiste que no te molestaba que fuera un Comerciante.
_ ¡Eso fue porque me dijiste que era una chica! _ “Oh” pensó Peeta “Creo que estoy comenzando a entender cuál es el problema”.
_ ¡Yo nunca te dije que era una chica! ¡TU asumiste que lo era, yo solo te seguí el juego para darte una sorpresa! _ se defiendo ella, Gale iba a agregar algo, pero cerro la boca cuando se dio cuenta que ella tenía razón, él fue quien asumió que era un ella. Katniss aprovechó su silencio para contratacar de nuevo. _ ¿Y hubiera sido diferente siendo una chica? _ “¡SI!” estuvo a punto de decir Gale, pero se detuvo al último momento cuando se dio cuenta que sonaba un poco hipócrita. Pero lamentablemente Katniss leyó su respuesta en sus ojos. _ Esto no puede estar pasando ¿En verdad no te hubiera molestado que fuera Comerciante si hubiera sido una chica? _ dijo con desilusión.
Peeta para este punto no sabía qué pensar, parecía la historia de su vida, como si fuera una broma recurrente que se presentaba para recordarle lo que no era y lo que debió ser. Gale acaba de sumarse a la lista de personas que hubieran deseado que él fuera una niña, lista que estaba encabezada por su madre, seguida quizás por sus hermanos, por un tiempo también estuvo se amiga Delly cuando eran niños pequeños, y tenía la sospecha que su padre también estuvo en la lista en menor medida, en algún momento. Parecía mentica cuantas veces escucha comentarios al respecto, desde los insultos dolorosos de su madre al desear haber tenía una niña y que por culpa de Peeta no pudo; los comentarios no tan dañinos de sus hermanos al hablar de lo lindo que hubiera sido tener una hermosa hermanita para mimar y proteger; los deseos de una pequeña Delly de cinco años que enumeraba una y otra vez las cosas de niña que le gustaría hacer si Peeta no fuera un niño; como su padre miraba con anhelo cuando veía a una beba recién nacida antes de mirarlo a él; y los comentarios recurrentes de diversas personas de como todos creía que iba a ser una niña cuando estaba en la panza de su madre. Peeta trataba que esas cosas no le importaran ¿Qué importa si era niño o niña? Él era él, debían ser felices con eso. Y pensó que lo había superado todo eso cuando entro al equipo de lucha, mostrando a todos, su habilidad para la pelea. De esa forma dejo en claro su masculinidad, y así omitían todas las cosas “relacionadas a niñas”, como su talento para decorar todos los pasteles y las galletas de la panadería, su pasión por la cocina, su actitud pasiva y tranquila, su atención a los pequeños detalles, y su amor por las cosas bellas. Cuando se sumó al equipo de lucha todo eso quedo atrás y dejaron de molestarlo, todos menos su madre por supuesto, que siempre se la ingeniaba para recordárselo contantemente. Pero Gale acaba de abrir una vieja herida que al parecer no estaba del todo cerrada y que él mismo no sabía que todavía la tenía.
_ De todas formas. _ comenzó a decir Gale, tratando de esconder su sonrojó generado por la vergüenza por sus suposiciones y su hipocresía. _ ¿Cómo sabes qué es nuestra alma gemela? _ Katniss puso los ojos en blanco.
_ Porque vi que compartíamos la misma marca del alma en el mismo lugar ¿De qué otra forma iba a saberlo?
_ Quiero ver. _ exigió mirando tanto a Peeta como a Katniss.
Peeta dudo, la verdad que se sentía muy incómodo en este momento, cada palabra de Gale decía era como un golpe para él. Pero cuando vio que Katniss acomodaba su bruza para mostrar su hombro izquierdo, donde se podía ver claramente un pequeño ramo diente de león, decidió seguirle la corriente y desabrocho su camisa hasta dejarle espacio suficiente para mostrar su hombro izquierdo con los dientes de león. Peeta de verdad que solo quería acabar con la discusión, odiaba que la gente se enojara y discutieran, según su experiencia nunca terminaba bien, así decidió mostrarse dócil y calmado para ver hasta donde llegaba todo y así dejaban de pelearse.
Por otro lado, Gale examino ambos hombros, primero el de Katniss, donde vio la marca que ya conocía desde hace casi seis meses. Siempre le gusto ver esos dientes de león en el hombro de ella, algo en él lo tranquilizaba cuando los veía, parecían simple a primera vista, como cualquier diente de león que se hubiera visto, pero cuando más lo estudiabas más hermoso era. Era un ramo de seis flores, donde cada flor era una etapa diferente de la maduración del diente de león, comenzando con un capullo cerrado que se abría un poco mostrando unos pocos pétalos amarillos en la siguiente flor, la tercera ya se podía ver bien los pétalos pero todavía le faltaba madurar, la cuarta era la flor amarilla en todo su esplendor, la quieta la flor amarilla se transformó en una pelusa llena de semillitas blancas formando un circulo, y la última era parecida a la anterior pero con algunas de las semillitas volando, donde parecía que hacían un camino hacia corazón de Katniss. Él lo sintió un poco romántico y tierno, como las flores florecían lentamente hasta su última etapa. Era hermoso en su sencillez. Pero esta vez lejos que brindarle tranquilidad, lo alarmo, porque una simple vista al hombro izquierdo de Peeta demostró que tenía exactamente el mismo ramo, hasta las semillas que volaban a su corazón. Parecía mentira que algo tan bello significara algo tan terrible.
_ No, no, no. Esto no puede ser verdad. _ dijo en como si estuviera susurrando, entrando en shock.
_ ¿Cómo puedes negarlo? _ Katniss le dio una mirada fulminante, de verdad estaba perdiendo la poca paciencia que tenía.
_ Es que no puede ser cierto, no puede ser, tiene que haber una equivocación.
_ ¡Por Dios, Gale! Claramente tenemos la misma marca. No sé qué más quieres como prueba para que entiendas.
_ Yo… _ Gale se detuvo tratando de pensar cómo podía solucionar esto. _ ¡Ya sé! _ dijo abriendo los ojos cuándo se le ocurrió una idea. _ Muéstrame tu otra marca. _ le volvió a exigir a Peeta. Esté también abrió los ojos, pero con sorpresa, mientras comenzaba a sonrojarse fuertemente, esto había encontrado una grieta en su máscara de calma y tranquilidad.
_ ¿Mi otra marca? _ quiso comprobar Peeta. No pudo evitar que se notara su nerviosismo. Gale sonrió con arrogancia, creyendo descubrir un punto débil en la artimaña de este tipo.
_ Si genio, tu otra marca, se supones que tienes dos marcas, una para cada alma gemela. Me mostraste la que compartes con Katniss, ahora muéstrame la que compartes conmigo. _ respondió él con exasperación y burla. Con eso logro que Peeta se pusiera aún más nervioso, no podía estar pidiéndole eso estando ella aquí con ellos; miro brevemente a Katniss, quien estaba tan metida en su ira y fastidio que no se dio cuenta hacia donde se dirigía todo esto.
_ ¿Estás seguro? _ comprobó de nuevo, esta vez no solo con Gale, sino también con Katniss.
_ ¡Si! ¡Muéstrame la maldita marca! _ respondió de nuevo mientras que Katniss, al darse cuenta que esperaba su aprobación también, asistió brevemente.
Peeta también asistió en señas de comprensión, y comenzó a abrirse los pantalones lentamente, lleno de nerviosismo y con la cara toda rojo. Nunca tuvo problemas en desnudarse, estaba acostumbrado a hacerlo en el vestidor del colegio para cambiarse y ponerse su ropa para la lucha libre, en el que se encontraba de chicos, o cuando compartía habitación con su hermano Rye, antes de que su otro hermano mayor se casara y liberara una habitación en la que se mudó después. Pero con la tensión del momento, y estando con sus almas gemelas, no pudo evitar sentir vergüenza al ser el que se estaba medio desnudándose mientras los dos estaban enojados. Lo hiso de todas formas, solo quería que la disfunción acabara. Continúo bajando se los pantalones lentamente, con miedo de hacer movimientos bruscos, hasta que estuvieron por encima de sus rodillas dejando a la vista su ropa interior; trato estratégicamente de mantener la vista en sus pantalones y no mirar a ninguno de los dos. Levanto su camisa que todavía estaba casi completamente abrochada con la mano izquierda, revelando su abdomen y mostrando libremente su bóxer negro que cubrían casi la mitad de sus mulos, y con la misma tranquilidad con la que se bajó los pantalones, agarro la tela del bóxer que rodeaba su muslo derecho, levantándolo hasta que mosto la marca que estaba ubicada hacia la parte interna de su muslo, demasiado cerca de su entrepierna para su comodidad en estos momentos. Casi era imposible ver su marca sin ver su entrepierna por accidente. De esa forma dejo a la vista su marca de la cabeza y el cuello de un ciervo de color marrón claro, siendo rodeado con una estela de color naranja haciendo patrones como de flores que salían del animal.
Con un suspiro muy sonoro para tratar de calmar sus nervios, alzo la mirada para ver que le esperaba. Katniss pareció salir de su enfado para estar tan sonrojada como se encontraba él en este momento. Al parecer entendido porque se mostraba tan reacio a mostrar su marca, se sintió como estúpida al no darse cuenta de lo que quería decir él. Ella ya sabía a donde se debía encontrar su marca, Gale se lo había dicho hace tiempo, pero nuca tuvo oportunidad de verla, ya que se encontraba en una zona muy íntima y le daba pudor pedirle a Gale que se la mostrara, aunque sabía perfectamente que él estaba totalmente dispuesto a mostrársela, en parte para burlase de ella y en parte como un gesto de coquetería. Y ahora la estaba viendo, no en la piel de Gale donde originalmente esperaba verla, sino en la piel de otro hombre. Y aunque sabía que él también era su alma gemela, todavía no contaba con la confianza que poco a poco generó con Gale, incluso con toda la confianza que le tenían, aun así, no habían llegado hasta este punto. Pero ahí estaba, en el muslo de Peeta, y por más que trataba de enfocarse solo en la marca, no pudo evitar que sus ojos se desviaran a su ingle que se encontraba cubierta por unos muy ajustados bóxer negros, y por más que lo intentara, siguió viendo lo bien que le quedaba ese bóxer que contrataban con su pálida piel y los bellos rubios (casi invisibles de lo rubio que eran) que se encontraban en sus muslos y en el abdomen. Ella comenzó no solo a tener un rubor por la vergüenza, sino porque de alguna manera sintió demasiado calor de repente, sin contar las pequeñas cosquillas que sentía en su parte inferior. De verdad que trato de alzar la vista, en serio que lo trato, pero la perfecta imagen de Peeta con su bien marcado abdomen al descubierto, esos bóxer que por alguna razón la estaban volviendo loca, su mano derecha levantando un lado del bóxer (como si fuera una propuesta a descubrir más), con su hombro izquierdo todavía se encontraba medio al descubierto y con su rubor que llegaba hasta por su cuello, mismo que también estaba parcialmente al descubierto, como si estuviera pidiendo que lo lamas y mordieras; era una imagen para tentar y enloquecer.
Contrario a los pensamientos lujuriosos de Katniss, Gale estaba entreno en pánico, otra vez. No necesitaba mostrar su marca para saber que eran idénticas, la conocía demasiado bien para eso, tampoco tenía que verla de cerca, desde la distancia en que se encontraba se podía apreciar perfectamente. Ya no lo podía negar más, el hombre que estaba en frente de él era su alma gemela, por más imposible que sonaba. No había forma que Peeta pudiera imitar dos marcas de almas de forma tan perfecta. No encontró nada con lo que pudiera negar todo esto, no había nada. Y al no encontrar nada hiso que le pareció lo más racional, salir corriendo. Sin pensarlo mucho, corrió hasta la puerta de entrada de la casa, la abrió y la cerró de un portazo, mientras corría hacia sin pensar a donde iba.
Al escuchar el portazo, hiso que tanto como Katniss como Peeta salieran de sus mentes con un pequeño salto. Ella reacción más rápido al parpadear como si le hubieran tirado un balde de agua helada, y se dirigió hacia la puerta por donde Gale se había ido, para ver si lo podía alcanzar. Por su parte, Peeta rápidamente se acomodó el bóxer, se subió el pantalón, se lo cerro y dejo que su camisa callera por encima de este. Ella apenas salió de la casa cuando se dio cuenta era inútil tratar de alcanzar a Gale, además no se sentía bien abandonar a Peeta por una rabieta del otro. Con un suspiro fuerte, se dio la vuelta volvió a la casa, donde encontró a Peeta ya completamente vestido, se notaba lo incomodo que se sentía, ya que parecía que no podía verla a ella directamente. Ella también se sentía incomoda, no solo por la forma desagradable que se comportó Gale con ellos (sobre todo con él), sino también por sus pensamientos lujuriosos que tuvo en el momento menos indicado, que suerte que ninguno de los dos podía leer su mente. Peeta no podía pronunciar ni una palabra, su mente no se le ocurría que podía decir para hacer sentir mejor a Katniss por todo lo que había pasado. Sabía que lo mejor era que se fuera, la velada estaba totalmente arruinada y no tenía sentido seguir ahí cuando Gale dejo muy en claro su disgusto por él.
_ Yo creo que debería irme. _ dijo suavemente él.
_ ¿Qué? _ se sorprendió ella.
_ Sí, creo que lo mejor es que me valla, así puedes buscar a Gale y hablar con él. _ Peeta no pudo evitar que su voz sonara un poco triste. _ De verdad lamento haber causado todo esto, Katniss. No era mi intención que las cosas se desatara así, pero estoy seguro que, si logras hablar con él, todo se solucionaran entre ustedes. Si es necesario también puedo hablar con él mañana para aclarar la situación y que no se enoje contigo. _ trato de poner su mejor sonrisa calmada para trasmitirle a ella que todo iba a salir bien entre ella y Gale. No quería pensar que por su culpa se iba a arruinar una relación tan linda y sólida para la que compartían ellos.
_ ¿Qué? No, no, no, no. _ se apuró a decir ella, estirando las manos para evitar que se valla o que siga hablando. _ No tienes nada de que disculparte, el imbécil que sabio corriendo tiene la culpa de todo lo que paso. _ refiriéndose a Gale con enojo.
_ No digas eso, no es su culpa haberse sorprendido tanto. Tiene sentido que esperara otra cosa de mí. Quizás debimos haberle dicho quién era yo.
_ Peeta, no creo que la sorpresa tenga algo que ver en su reacción. Y tampoco eso lo justifica por habernos tratado así a ambos, sobre todo a ti. No trates de justificarlo, es un idiota y mañana tendré una seria charla con él al respecto. _ dijo molesta, trato de calmarse antes de seguir, no quería que Peeta pensara que estaba enojada con él también. _ Pero no importa ahora, lo mejor es dejarlo afuera de esto, que se calme y mañana hablare con él, no te hagas problema. Sé que la noche no fue como esperábamos, pero todavía tengo la cena hecha, es mucha y ni mi madre ni mi hermana van a venir a comer, así que podemos aprovechar, seguir con lo planeado y comer ¿Qué te parece? _ trato de animar el ambiente ella, él dudo.
_ ¿Estas seguras que es lo mejor? De verdad que no quisiera causar más problemas. _ dijo con inseguridad, ella se acercó a él, le puso una mano en la mejilla para que la mirara a los ojos para que entendiera su mensaje.
_ Peeta, tu no causaste ningún problema. Tú no tienes la culpa de lo que paso aquí. Tú no hiciste nada para que esto pasara. Solo hay un culpable de todo esto y salió corriendo como un cobarde. _ puso énfasis en cada frase. Él abrió la boca, quizás con la intención de justificar las acciones de Gale de nuevo, pero ella no se lo permitió, se inclinó para darle un pequeño beso en la mejilla, lo que género que él cerrara la boca de nuevo, abriera más los ojos y que su rubor volviera a aparecer. Ella observo satisfecha su reacción y siguió hablando. _ Ahora bien, vamos a sentarnos a comer antes de que se desperdicie la deliciosa cena que hice con tanto esfuerzo y también probaremos ese delicioso pan que preparaste, y pasaremos una linda velada solo los dos. _ quiso animar ella, pero al ver que él todavía dudaba, decidió probar otra casa. _ Peeta, no queras que se desperdicie la comida, yo odio desperdiciar comida. _ agrego con seriedad. Con esto él reacciono y cedió finalmente.
_ Está bien, hagámoslo.
Katniss sonrió satisfecha de haber ganado esta disputa. Tomo su mano y lo llevo hasta una silla al costado de la mesa, y lo obligo a sentarse, agarró el plato, los cubiertos y el vaso que se encontraban frente a él para devolverlos a la cocina, no tenía sentido esperar a que Gale volviera y aunque lo hiciera ella tampoco lo quería aquí, no estaba feliz con la forma que él reacciono, no mentía a Peeta cuando le dijo que tendría una seria charla con Gale. Una vez que guardo el plato y los cubiertos, volvió a recoger el plato de Peeta y el suyo para servir la comida. Comenzaron a comer en un silencio incomodo, no sabían cómo como romperlo. A ella nunca fue buena con las palabras a diferencia de él, donde su don era hacer amigos en todas partes. Estuvieron así hasta que por fin encontraron temas para conversar, al principio fue incomodo ya que la conversación no era fluida, pero a medida que avanzaba la noche, se encontraron teniendo una charla animada. Nunca se habló de temas muy personales o profundos, sentían que no están ni con el ánimo de eso ni con la confianza, pero no tuvieron problemas de hablar de otras cosas. Peeta monopolizaba la charla, hablando de todo y de nada a la vez, a ella no le molestaba, es más le agradaba, no era muy charlatana y era lindo verlo divagar de un tema a otro, en eso se parecía a su hermana que hacía lo mismo.
Él por su parte solo quería pasar el rato con ella. No tenía que ser un genio para saber lo que iba a pasar con su unión a continuación, para empezar, no habría una unión, o por lo menos una en la que él participara. Katniss no se había dado cuenta todavía, pero ya lo entenderá cuando hablara con Gale, él nunca permitiría incluir a Peeta en su unión, el tipo lo odiaba con ganas, y si él no lo quería, era obvio que Katniss se pondría de parte de Gale; lo cual Peeta aprobaba, no solo porque él a comparación de Gale no tenía nada que ofrecerle, sino también que ellos ya eran una pareja con un gran vinculo, y esas cosas no debían romperse, no por él al menos. Era triste saber que todos sus sueños y esperanzas se irían, que todo lo que había deseado desde que era pequeño no se cumpliría. Las palabras de Gale se llevaron un pedazo de su corazón, dejándolo sus inseguridades que tanto había tratado de ocultar. Ya podía escuchar la voz de su cabeza riéndose de él por ser tan ingenuo, por haber creído que por una vez todo iba a terminar bien para él. Pensar que, alguien sin habilidades destacables y útiles, alguien que ni siquiera sabía cómo podía proveer a una familia y ser su sustento como lo hacían ellos, alguien que no tenía ni idea de las dificultades que se enfrentaban por ser parte de la Veta, básicamente alguien como él tendría alguna pequeña posibilidad de ser parte de sus vidas, era absurdo ahora que lo pensaba bien ¿Por qué lo querrían a él? ¿Qué tenía que ofrecer a ellos para que lo quisieran? La respuesta era tan clara que no sabía cómo pensó, aunque sea por un momento, que lo lograría. Así que él ya sabía lo que iba a pasar, y sabía que solo tendría esta noche con ella, solo esta noche para cenar y conocerla lo mejor que podía. Se permitió disfrutar de la noche, imaginándose lo lindo que sería ser parte de su vida, ser cercano a ella. Se permitió ser feliz junto a la mujer que amaba, porque sabía que después de esa noche todo volverá a ser como antes, donde él solo la miraba desde lejos. Trato de memorizar lo más que podía, cada detalle, como se veía ella estando tranquila y relajada, la pequeña risa que soltaba cuando decía algo gracioso, cada palabra que ella decía. Guardo todo eso para él.
Para cuando terminaron la cena ya era muy entrada en la noche, era el momento de que él se fuera. Se quedaron puerta de la casa para despedirse. Él realmente no se quería ir, pero cada uno tenía que descansar para el otro día, y por más que lo quisiera, tenía que irse para seguir con sus vidas. Quería darle una verdadera despedía, decirle lo mucho que ella significa para él, que a pensar del desastre de la noche estaba feliz de haber paso tiempo con ella, que siempre estaría en su corazón y no que se iba a resentir cuando los dos decidieran que no querían tener nada más con él, que él estaría bien, seria fuerte y no se metería en su relación con Gale. Quería decirle eso y más, pero creyó que era decimado y la iba a cargar con cosas que no tenía sentido que supiera, eran sus problemas, de nadie más. Así que se conformó con darle uno sonrisa mientras se despedía tímidamente y le deseaba una buena noche. Ella noto que mientras su sonrisa era tan encantadora como siempre, sus ojos eran otra cosa, se veían un anhelo y una tristeza indescriptible, no podía permitir que se fuera de esa forma. Se inclinó hacia él y le dio otro beso en su mejilla, esta vez se demoró más tiempo de lo debido. Para cuando se apartó, esta vez su sonrisa llego a sus hermosos ojos azules que parecía que se iluminaban como dos esferas de luz, que solo resaltaron más con su sonrojó, era divertido hacerlo sonrojar. Él se llevó la mano en a la mejilla, como si no quiera perder la sensación de sus labios de su piel. Se dijeron un último adiós y ella lo vio irse hasta que no pudo verlo más, antes de que se metiera a su casa. Noto que él no aporto la mano de su mejilla mientras caminaba.
Una vez que se encontró en su casa, Peeta se las ingenió para entrar sin despertar a nadie, la casa estaba silencios y oscura, lo que le decía que todos ya debían estar durmiendo. Llego a su habitación sin problemas, donde pudo desvestirse antes de meterse a su cama en ropa interior. Cuando se encontró en la seguridad de su cama, se permitió llorar por fin. Lloro en silencio, no quería que nadie lo viera así, no quería tener que explicar todo lo que le había pasado, solo quería llorar para dejar ir la tristeza que llevaba en el corazón. Quería dejar ir todo, los sueños infantiles, los deseos más profundos que tenía, su amor incondicional, las esperanzas que lo mantuvieron a flote durante tanto tiempo, quería que todo se fuera, pulgar su alma y su corazón para poder alzar los pedazos que le quedaban y ver la forma de curarlos. Lloro y lloro, sabiendo que solo se podía dar esa noche para sacar todo eso, porque una vez que comenzara el día, él tenía que volver a ser el mismo chico tranquilo que era siempre, no podía dejar que nadie viera de destrozado que estaba por dentro, nadie tenía que saber que sus almas gemelas lo rechazaron, que ni teniendo dos marcas de almas no le habían garantizado que quisieran tener una unión con él, nadie tenía que saber que por uno momento pudo tener lo que más quería, solo para al final no tener nada, nadie debía saber que un gran hueco se formaba en su corazón. No, cuando el sol saliera de nuevo, todo tenía que ser como siempre y volvería ser el chico sonriente que todos conocían, y él solo tendría esta noche y solo esta noche para seguir adelante.
Para cuando se quedó dormido, todavía tenía lágrimas en los ojos.
Notes:
¿Qué les pareció? Les dije que sería largo, el más largo hasta ahora, creo que con este llegamos a las 100.000 palabras ¡¡¡Supeeer!!! No pude ni quise cortar el capítulo. En este capítulo tuve que reescribirlo, agregando el comienzo donde hable con poco de la infancia de Peeta, sentía que él se merecía que se hablara un poco de eso en la historia, y después me deje llevar un poco con la historia de su mamá, en lo personal fue mi parte favorita, porque me dio la oportunidad de hablar un poco de ella y explicar un poco de porque ella es como es, no justifico lo que hace, pero le dio una razón.
Ya la parte que es la continuación del episodio anterior, es la parte vieja que ya tenía escrito antes.
En fin, espero que lo hayan disfrutado, pero les tengo malas noticias, me voy de vacaciones, y no voy a poder actualizar por mínimo por tres semanas, así que este es el último capítulo del año. La verdad que espero usar estas vacaciones para pensar más en la historia y en otras que estoy pensado en escribir. Pero quiero que sepan que no estoy abandonando la historia, todavía tengo mucho que agregar, así que estemos historia para rato.
Sin nada más que agregar, les deseo una Feliz Navidad y un Buen Año Nuevo.
Nos vemos el año que viene.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Chapter 8: Acuerdos En El Bosque
Notes:
¡Hola! ¡Qué bueno verlos después de tanto tiempo! Espero que el año nuevo los haya recibido bien. Lamento muchísimo la demora de este capítulo, entre las vacaciones largas que tuve, y lo que me consto escribir este capítulo, bueno, me demore un montón, lo siento tanto, me gustaría decir que ahora va a haber capítulos más seguidos, pero no puedo prometer eso. Lo que sí puedo prometer es que por más que me tarde, seguiré actualizando, solo téngame paciencia.
Sin más que agregar por ahora, que disfruten del capítulo y nos vemos abajo.
(See the end of the chapter for more notes.)
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Capítulo Ocho: Acuerdos En El Bosque
Gale se encontraba solo en la noche oscura, sentado en el valle llano que estaba a un lado de la cerca que dividía el Distrito y el bosque salvaje, y aunque su mirada estaba fija en el bosque, sus pensamientos estaban dispersos por todas partes. Había sido una noche… rara, por decirlo de forma gentil. Pero no consideró que pudiera culparlo por la forma que reacciono al enterarse quien era su otra… alma gemela, nunca se imaginó que todo sucedería en un escenario así. La culpa de todo tampoco era de Katniss, ella solo se dejó llevar por las palabras de ese… niño mimado, quien obviamente tenía un motivo malvado detrás de todo esto, seguramente para separarlo de Katniss y así él tendrá su oportunidad de poner sus manos asqueras. sobre ella. Así que la culpa de todo era de ese tal Peeta Mellark, no tenía dudas de eso, solo tenía que descubrir cuál era su juego y derrotarlo, hacer entender que nunca se podría interponer entre él y Katniss.
El solo hecho que se haría pasar por el alma gemela de ellos dos, era insultante, aunque debe admitir que cuando vio el ciervo por un momento pensó que era cierto, pero ahora, en la claridad y calma que puede ofrecer la noche llena de estrellas. y con la luna en su total resplandor, comprendió que claramente el tipo había querido engañarlos a los dos, no había forma de que él fuera su alma gemela. Todavía no tenía del todo claro como logro falsificar las dos marcas, pero ya descubriría como. Y la razón por la que estaba tan seguro de que todo era un engaño es porque simplemente su otra alma gemela no podía ser un hombre, todos en el Distrito sabían la reputación que tenía, era deseada por todas las chicas, y eso demostraba que era imposible que le gustaran los chicos, cuando solo había salido con solo chicas, y nunca en su vida tuvo ni el leve interés por algún chico, no importa quién fuera. Puede que a Katniss le diera igual si es chica o chico, pero para Gale no era lo mismo, él era cien por ciento heterosexual, y no había ni una marca del alma que digiera lo contrario. Y lo peor de todo es que era un Comerciante, uno que seguro sería un mimado que nunca había conocido lo que era el trabajo duro y el sufrir constantemente de no tener las necesidades básicas de forma continua, como si eso no fuera poco, también era el hermano de su rival del colegio, Rye Mellark.
De seguro esto fue planeado entre los dos, una forma de fastidiarlo antes de que terminaran las clases en unos cuantos meses, lo cual no le hubiera generado tanta rabia como ahora si solo fuera para molestarlo a él solo, pero cometieron la estupidez de meter a Katniss en todo esto, lo que obviamente aumenta su ira.
Gale se dejó llevar por sus pensamientos llenos de furia, pensado en un millón de aviones para desenmascarar a ese farsante ya su hermano, tan perdido se encontró, que ignora completamente el rugido de su estómago y que ya estaba muy metido en la noche, por lo que era seguro en casi todo el Distrito ya estarían durmiendo en sus camas. Para cuando por fin salió de su cabeza, decidió que mejor iría a su casa a seguir pensado, la noche había refrescado un poco y no quería enfermarse, también así podía seguir pensado mejor en la comodidad de su casa, y al otro día hablaría con Katniss para aclarar la situación, asegurándose de dejar en claro que se mantuvieran alejados del chico ese, y así ver la forma de solucionar esto juntos. Fue ahí que se le abrieron los ojos de golpe. Había sido un estúpido, la había dejado sola con el tipo ¿Cómo fue posible que hiciera algo así? Se encontraba tan impresionado por la situación, que salió corriendo sin pensar que la dejo a ella a solas con él, algo que era totalmente imperdonable, no importaba lo molesto que se encontrara por la falsedad, él no podía dejarla sola. Si es chico le había hecho algo a Katniss mientras Gale se encontraba afuera reflexionando estúpidamente, no solo que no se lo iba a perdonar a él mismo, sino que él personalmente se encargaría de volver la vida de ese tipo en un infierno.
Con eso en mente, no dudo en ir corriendo a la casa de Katniss, preocupado por como sobrellevo todo. Como era de esperarse, toda la Veta se encontraba a oscuras, generalmente la única fuente de iluminación que las calles a la noche provenían de las mismas casas ocupadas y que se podían permitir comprar los suministros básicos para iluminarlas, pero al ser tan de noche. , era obvio que todas las casas se encontrarían en oscuridad, por lo cual las calles también se encontraban de la misma forma. Siguió avanzando hasta llegar a la casa de Katniss, que también la encontró a oscuras, y él no sabía identificar si eso sería algo bueno o malo, por lo que se asomó para confirmarlo, miro primero por las ventanas, aliviado de ver que nada estaba. fuera de su lugar, hasta parecía que estaba tan ordenado como él recordaba que estaba cuando dejo la casa unas horas antes. Sigilosamente, dio vuelta por afuera de la casa hasta que se encontró con la ventana de la habitación que compartían Prim y Katniss, se quedó en silencio cerca de esta para intentar saber si podía escuchar algo, pero no escuchaba nada, solo la suave respiración de Katniss durmiendo. La ventana se encontraba cerrada, pero no tenía las cortinas para cubrirla, ya que Katniss tenía la costumbre de levantarse apenas sintió que los rayos del sol al iluminaban su rostro, y esto le beneficio para comprobar cómo se veía ella. Si bien todo estaba a oscuras, la luna seguía brillando tan intensamente como siempre, lo que le facilito el verla a ella acostada en su cama, parecía que se encontraba bien, no tenía el sueño inquieto y no se veían que estuviera lastimada, dormía pacíficamente. Desde su punto de vista, lo que lo relajo tremendamente, eso probablemente quería decir que nada horrible había pasado por su huida cobarde, lo que no debía sorprenderlo, ya que él sabía que Katniss podía defenderse sola, y un sujeto como ese no sería rival para ella, pero aun sabiendo eso, no calmaba de toda la inquietud que sentía dentro de él.
Por un momento se plantó tocar la ventana para despertarla y averiguar que había pasado mientras él no estaba, pero descartó la idea de inmediato, ella se veía muy relajada y tranquila, y no quería perturbar eso solo para aliviar sus inseguridades que él mismo había provocado. . Solo le dio un vistazo más, admirando lo hermosa que se veía cuando estaba dormida, y se dio la vuelta para dirigirse a su propia casa, diciendo que al otro día volvería y hablaría seriamente con ella. No tardó mucho en llegar a su casa, soltando un suspiro de cansancio, ya era muy tarde, y la verdad la noche había sido un fiasco, agotándolo tanto mental como básicamente. Fue a la habitación que compartía con sus hermanitos, verificando que estos estuvieran durmiendo y abrigados, luego se desvistió y se puso su ropa para dormir, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no mirar a su marca en el muslo, no estaba de humor para ver esa. cosa. Ya estaba listo, se dirigió a su cama y se acostó mirando al techo, pero aún no podía simplemente quedarse dormido, su mente seguía dando vueltas en lo que había pasado en la casa de Katniss.
Todavía no podía creer las agallas de ese chico al meterlos a los dos en su broma macabra ¿Quién se creía que era? Trato de usar su mente para recopilar toda la información que sabía del sujeto. Obviamente sabía que chico era un Comerciante, con sus cabellos rubios ondulados que parecían que siempre estaban desordenados, y esos ojos azules (¿Era él o nunca había visto ojos más azules que esos? De seguro debía ser muy popular entre las chicas…). Cerro los ojos con fuerza, enojado con él mismo por distraerse de esa forma, y no los abrió para seguir concentrándose… No era solo el hijo de un Comerciante cualquiera, sino de nada más y nada menos que del panadero (quien Gale siempre pensó que el hombre era demasiado amable para su propio bien ¿Cómo un hombre tan bueno como él, tuvo a esos hijos tan desagradables? De seguro salió a la bruja de su madre, esa mujer podía ser una tremenda hija de…). Otra vez se distrajo, de la frustración se acostó hacia un lado de la cama. Volvió a enfocarse… Sabía que debía tener la edad de Katniss, ya que, si no se equivocaba, ellos iban a la misma clase. Era el hermano menor de Rye Mellark y… no sabía que más.
Con eso abrió los ojos y volvió a su posición mirando al techo. No sabía nada más del chico, no recordar nada, lo poco que había recolectado era de lo que se acordaba haber visto, lo cual era lamentable. Eso lo alarmo, porque ¿Cómo se podía enfrentar a un enemigo del que no sabía nada? ¿Cómo iba a saber cómo contratar o de dónde iba a venir su siguiente movimiento? A Rye lo conoció un poco más, habían compartido curso desde que tenían cinco años, y desde entonces siempre hubo una rivalidad entre ellos. No sabía cómo había empezado todo eso, pero lo importante era que siempre competían en todo, quien era mejor atleta (del cual dependían en qué estaban competiendo, uno podía destacar más que él otro, como por ejemplo correr, Gale era el más rápido, pero Rye tenía más resistencia), quien era el más popular (lo cual era una competencia inútil, ya que el curso se dividía en dos, los de la Veta lo apoyaban a él, mientras que los Comerciantes se ponían del lado de Rye), quien ganaba más peleas (Gale se metió a competir con él antes de saber que este participaba en el club de lucha libre, y eso fue lo más estúpido que había hecho en su vida, porque el chico era bueno en lo que hacía, pero para decir un favor de Rye, este nunca usa sus movimientos de lucha con Gale o con cualquier otro fuera de la práctica, haciendo la pelea un poco más justa) y en la competencia en la que más se esforzaban, ver por quien suspiraban más las chicas (era donde Gale sobresalía mucho más que centeno, ya que las chicas tenían debilidad por su actitud mandona y desafiante, lo que lo volvía irresistible para todas, pero lamentablemente no le daba tanta ventaja como a él le gustaría, ya que al parecer las chicas tenían debilidad también por los rubios presumidos y que tenían un talento con el habla). Aun que ya no podía seguir compitiendo en ese último, al estar con Katniss, él prometió no volver a meterse en esas cosas, lo cual no se arrepentía, no había vuelto a tener la necesidad de hacer esas cosas desde que estaba con ella. Aun así, la rivalidad continúa entre ellos.
Pero de este Peeta Mellark no tenía idea de nada ¿Quién era? ¿Qué hacía en su tiempo libre? ¿Con quién se juntaba? ¿Qué reputación tenía en el colegio? Trato de recordar si había escuchado algún rumor o algo del chico, pero la verdad es que no había nada, ya sea porque él no le había estado prestando atención o porque sinceramente no había nada sobre el tipo. Lo que le generaba un sin fin de nuevas preguntas, enfocadas en cuáles eran sus intenciones exactas en todo el asunto, qué era lo que realmente quería ganar de todo esto. Le dio curiosidad de cómo él pudo pasar desapercibido para los rumores y chismes del Distrito, era sabía que al ser un pueblo muy chico y sin muchas cosas para entretenerse (excepto por el entretenimiento macabro y superficial que ofrecía el Capitolio, el cual no era de especial interés para la gente del Doce), los rumores y las campanadas eran la única forma de diversión que disfrutaban. Todos tenían un chisme o un rumor asociado a cada uno, hasta Katniss lo tenía (aunque no estaba seguro si ella era consciente de eso, de lo contrario las personas que lo iniciaron hubieran estado en serios problemas), pero que este chico no lo tenía. , era en exceso curioso y llamativo ¿Por qué será que parecía que nadie hablaba de él? Y pensando en una respuesta se planteó otra pregunta ¿Y si lo habían, solo que Gale era el que no lo sabía? Eso sería casi imposible, él sabía todo de todos (y no era porque tenía problemas con el chisme, era solamente información por las dudas, información que en esos momentos le habría venido bien), así que no podía ser que se le pasara el saber. Algo de este chico misterioso.
Tan estaba concentrado en pensando y analizándolo, que no se dio cuenta que el sueño se iba apoderando de él, llevando a que su mente valla divagando más sobre el chico en cuestión, y sin que lo notara, ya estaba pensando en cómo se vio cuando Apareció en la casa de Katniss esa noche. Recordó que llevaba una camisa celeste sencilla, era ajustada en sus hombros, los cuales se notan que eran anchos y fuertes, al igual que sus brazos (¿Quién diría que el trabajar en la panadería generaba brazos y hombros tan fuertes?), la camisa También lograba que sus ojos resaltaran más (¿Quizás fue por eso que le parecía que eran de un azul tan intenso?), sus cabellos rubios, los cuales tenían reflejos más anaranjados gracias a la luz cálida que había en la casa, estaban desorganizados por más que era obvio que el chico trato de ponerle orden, pero entre los rizos indomables y el mismo nerviosismo del chico, del cual recuerda claramente que en la charla (dilución) él fue pasando la mano por ellos, logrando que estos se despeinaran más de lo debido. Gale recuerda débilmente, que en más de una ocasión su subconsciente se quedó perdido viendo como sus rulos se acomodaban de diversas formas durante la pelea, y que el mismo subconsciente se preguntaba si esos rizos serían tan suaves como se veían, y se preguntaba si volverían. a su forma si los estiraba. Y fue así como fue cayendo en el sueño, con fantasías de cabellos rubios y ojos azules intensos, que no lo abandonó en ningún momento mientras dormía hasta que se despertó a la mañana siguiente, bastante confundido por los sueños extraños que sintió que tuvo pero que no recordaba del todo.
Pero decidió no prestar atención a eso y comenzar su día, apenas había dormido algo durante la noche, pero no podía seguir en la cama durante todo el día, no solo tenía que aprovechar que era sábado e ir al bosque, si no también debía que Habla con Katniss. Con eso en mente se preparó como cualquier otro día, entrando en modo automático haciendo todas las cosas que tenía que hacer antes de encontrarse con Katniss en el bosque. Y como siempre, la encontré esperándolo en su punto de reunión, solo que esta vez ella no se encontraba relajada como solía estarlo generalmente, esta vez se la veía molesta mientras lo esperaba parada, con los brazos cruzados y moviendo un pie de forma impaciente, dando una mirada enojada en cuanto lo diviso entre los arbustos. Gale al conocer esa mirada, también las manos en señal de rendición para no provocar más su ira mientras se asomaba lentamente a ella.
_ Oye, hierba gatera. _ saludo de forma tranquila.
_ No me llames así. _ contesto con seriedad y fulminándolo con la mirada, lo cual lo entendió como una amenaza muy clara.
_ Okey, está bien, lo entiendo. _ trato de calmar un poco la situación. _ Perdón, no deberías dejarte sola ayer. _ se disculpó rápidamente.
_ ¿Por dejarme sola? ¿Eso es de todo lo que te vas a disculpar?
_ Ehhh… ¿Sí? _ contesto medio confundido, pero al ver que su mirada se intensificaba, concluyo que no dio la respuesta correcta.
_ No lo puedo creer. _ comenzó a decir mientras pasaba una mano por su frente y terminaba agarrando su nariz con los ojos cerrados fuertemente antes de volver a verlo y seguir hablando. _ ¿Tienes alguna idea de la vergüenza y lo humillada que me sentí anoche?
_ Ehh…
_ No contestes a eso. _ lo interrumpió antes de que se le ocurriera algo que decir. _ ¿Tienes alguna idea de lo mucho que me costó convencer a Peeta de que no se tomará personal tu berinche de anoche? Y ni siquiera sé si lo logre. Se suponía que ayer íbamos a darle una buena impresión, que íbamos a tener una cena agradable y que íbamos a conocerlo como era debido. Y tú vas y lo arruinas todo en un parpadeo ¿Quieres decirme que te paso? _ Gale se quedó en blanco, no creyendo hacía donde iba la cosa.
_ Espera… ¿Estás enojada por como lo tratas a…él? ¿ÉL? ¿Es en serio? _ y con eso rompió la poca calma que Katniss tenía.
_ ¡¿Y de qué más crees que estoy enojada?! _ dijo alzando la voz.
_ No sé ¡¿Quizás por qué te deje a solas con ese desgraciado farsante?! _ respondió también alzando la voz.
_ ¿Desgraciado farsante? ¿Todavía sigues insistiendo que no es nuestra alma gemela? _ pregunto sorprendida.
_ ¡Por supuesto que ese tipo no es nuestra alma gemela!
_ ¡No puedo creer que sigas insistiendo con eso! ¡¿Qué no viste las marcas?!
_ ¡Sí lo hice! ¡Y todavía no encuentro una explicación de cómo logro invitarlas! ¡Pero ya lo voy a descubrir!
_ ¿Está en serio? ¿Qué es lo que te hacer desconfiar en él?
_ Mira, puede que no lo conozcas tan bien, pero conozco a su hermano, y te puedo asegurar que nada bueno viene de esa familia.
_ ¿De eso se trata? ¿De su familia?
_ ¡Sí! …_ contesto de inmediato, pero luego pensó como sonaba eso y trato de cambiar su respuesta. _ No… Es más complicado que eso.
_ ¿Entonces qué es lo que te molesta tanto de él? ¿Por qué crees que él no puede ser nuestra alma gemela? _ trato de presionarlo para que diera una respuesta concreta.
_ Es que… es que… _ trato de buscar una respuesta coherente, pero al final solo salió la verdad. _ ¡ÉL ES UN CHICO! _ Katniss lo mira asombrada por el grito
_ Así que si era por eso que estabas tan molesto. _ dijo casi en un susurro. _ ¿Por qué te molesta tanto que sea un chico?
_ ¿Qué no es obvio? _ dijo rodeando los ojos.
_ No, de hecho, no lo es. _ Gale soltó un suspiro antes de contestar.
_ Katniss _ usa su nombre y no su apodo para que entendiera que hablaba en serio. _ no me gustan los chicos.
_ ¿Y cómo lo sabes?
_ Porque lo sé y punto. Nunca me he sentido atraído por los chicos, y él no va a ser la diferencia. Es por eso que sé que él no puede ser nuestra alma gemela, es imposibles que yo este destinado a un chico.
_ ¿Ósea que si fuera una chica la historia seria completamente diferente?
_ ¡SÍ! _ Katniss se lo quedó viendo con engaño, eso lo afectito mucho, ya que odia engañar a las personas que eran importantes para él.
_ Y si hubiera sido una chica ¿Cómo me dejaría eso a mí?
_ ¿Qué?
_ ¿No crees que yo me hubiera sentido incomoda también si hubiera sido una chica?
_Eso sería diferente.
_ ¿Por qué?
_ Porque yo siempre pensé que… ese era tu estilo. _ lo último lo dijo muy suavemente a medida que iba entendiendo lo que estaba insinuando.
_ ¿Qué quieres decir con que ese es mi estilo? _ esta vez su pregunta tuvo un tono más amenazante.
_ Bueno es que… _ se interrumpió, buscando una respuesta para no enojarla más de lo que estaba. _ … por tu forma de ser… y como no te interesan mucho las cosas que les gustan a las otras chicas… pensé que tal vez… eras más propensa a que te gustaran. _ termino esperando ver comprensión en su mirada, pero lo que encontró fue más bien ira contenida.
_ Dime que no estás diciendo que como soy “poco femenina”, me gustan más las chicas por eso. _ su voz seguía siendo amenazador.
_ … ¿No? _ contesto después de un rato, pero no fue lo suficientemente convincente para ella.
_ ¡¿ES EN SERIO?! _ gritó enojada.
_ No… es que… yo…
_ Ni se te ocurre decir nada ¿Okey? _ volvió a interrumpirlo, sentí que, si él decía algo más, esas iban a ser sus últimas palabras. _ Para que lo sepas, que no me interesa lo que las otras chicas hagan y en que en su mayoría pareciera que hago más cosas de hombre, no quiere decir que me siento atraídas por ellas. Tu bien sabes que soy lo que soy porque no tengo tiempo para preocuparme en esas cosas, ya que estaba muy ocupada salvando a mi familia para eso. Y esto puede que sea una sorpresa para tu cerebro pequeñito, pero no me siento atraído particularmente hacia las chicas, de hecho, me gustan los hombres. Aun así, si nuestra alma gemela hubiera sido mujer, por lo menos hubiera tratado de ponerme comprensiva sobre eso y tratado de entender cómo funcionaba todo eso. Habría dejado de lado mis gustos con tal de ver hacia donde iba todo esto. No como tú que al descubrir que no ibas a obtener lo que deseabas, te fuiste como un nene berrinchudo, sin dar vuelta atrás.
_ Yo no… _ trato de decir para defenderse, ella no se lo permitió.
_ Y lo peor es que pareciera que todo este asunto gira alrededor tuyo, como si lo que importaran fueran solo tus expectativas ¿Y qué pasa con las mías? ¿O con las de Peeta? _ Gale entrecerró los ojos al escuchar que regresaron a mencionarlo de vuelta. _ No, a ti no te importaron, solo pensaste en ti y te fuiste.
_ No es como lo estás pensado. _ se animó a decir por fin.
_ ¿Qué no es como lo estoy pensado? Creo que es exactamente como lo estoy pensado, y no puedo creer que nos estés haciendo esto a nosotros. Me hace cuestionarme muchas cosas sobre todo esto. _ dijo señalándolos entre los dos.
_ Katniss… por favor… ¿Qué puedo hacer para mejorar todo esto? _ pregunto desesperado, sintiendo que la estaba perdiendo.
_ Dale una oportunidad a Peeta. _ contesto sin dudarlo.
_ No, ni hablar. Todo menos eso. _ dijo decidido.
_ No creo que estés en posición de negociar esto.
_ Por favor, no me pidas eso. _ casi rogo él.
_ ¿Qué tiene de malo que quiera que hables con él?
_ Es que no me agrada. _ ella le dio una mirada inquisidora. _ Además de que es un chico, no me agrada simplemente ¡Es un Comerciante, Katniss! Eso ya es muy malo, y sin contar a su hermano.
_ ¿Otra vez con lo del hermano? ¿Qué pudo hacer Rye para que estés tan obsesionado con él? ¿Tanto para que veas enemigos por todos lados?
_ …No quiero hablar de eso…
_ Con que no quieres. Bueno, no me importan cuales sean tus problemas con ese chico, vas a tener que dejar todo de lado para hablar con Peeta. Y vas a tener una buena charla, no solamente a gruñirle y espantarlo para que no se nos vuelva a acercar. Quiero que lo conozcas.
_ ¿Y qué tendría que conocer de este… tipo? _ opuso evitando usar un insulto para referirse a él.
_ ¿Qué sabes de él? _ contrataco alzando una ceja de forma acusadora.
_ Pues… _ trata de encontrar algo para decir, pero lo cierto que estaba igual que a la noche anterior, cuando intento de recordar que sabía del chico. Katniss debió darse cuenta, ya que tenía una expresión como si lo hubiera atracado donde ella quería.
_ Exacto, no sabes nada. Deberías darte la oportunidad de conocerlo, te juro que es un buen chico. _ Gale se incomodó al escucharla decir eso.
_ No sabía que tú y él tenían una muy buena relación. _ dijo un poco enfadado.
_ ¿Qué quieres decir con eso? _ pregunto seria igualmente, no le gustaba lo que estaba insinuando.
_ Que para ser que lo conocieras recién ayer, tienes una muy buena opinión de él, demasiado buena por solo conocerlo en un día.
_ Si sabes que estamos en la misma clase ¿Verdad?
_ ¿Y hablabas muchos con él, Catnip? _ Katniss no podía creer que hacía donde se estaba yendo la conversación.
_ Gale, si tienes algo que decir, dilo directamente. _ dijo desafiante, a lo que él respondió de igual medida.
_ Lo que digo es qué tanto sabes tú de ese tipo, y cómo lo sabes. Según tengo entendido solo hablaste con él ayer, no recuerdo que te hayas acercado a él en algún momento o que lo hayas mencionado antes.
_ En primera, yo no te dijo de todas las personas con las que yo hablo, no tengo porque hacerlo. Pero para dejarlo en claro, ayer fue la primera vez que tuve una charla con él, eso no quiere decir que no lo allá notado en todo este tiempo que hemos compartido curso desde los CINCO. _ justifico ella, acentuando la última palabra para que entendiera que ella y Peeta tenían historia de alguna forma. _ Y, por último, conozco más de Peeta de lo que tu podrías imaginar, podría decirte de qué, pero como te estas comportando como un imbécil, no creo que merezcas saber esa historia.
_ ¿Y ahora me ocultas cosas, Catnip? ¿Ves que este tipo es una mala influencia para los dos? Deberíamos dejarlo de lado, seguir sin él. Estábamos bien solo nosotros dos, no necesitamos a nadie más. _ pidió tratando de no sonar tan desesperado como se sentía por dentro.
_ Él no… _ ella se detuvo cuando se dio cuenta de algo al observarlo detenidamente. _ Gale ¿Estás celoso de él? _ él abrió muchos los ojos ante su pregunta.
_ ¿YO? ¿Celoso de ÉL? ¡Nunca! _ respondió rápidamente, demasiado rápido, por lo que ella rodeo los ojos al no creerle.
_ Pues entonces deja de actuar como si lo estuvieras. Él no es una mala influencia para nadie y no deberíamos dejarlo de lado sin por lo menos conocerlo mejor al menos.
_ ¿Y qué pasa si no quiero hacerlo? _ replico neciamente, entrecerrando los ojos y cruzando los brazos. Katniss solo lo mira atentamente antes de soltar un largo suspiro de resignación.
_ Entonces no me deja más opción. _ con esas palabras Gale ya estaba saboreando una victoria, pero la sensación se le fue rápidamente al escuchar el resto. _ Me niego a elegir entre uno o el otro, no es justo para nadie, ni para ti, ni para Peeta… ni para mí. Si tú crees firmemente que esta unión no se puede ser llevadera para los tres, entonces creo que no deberíamos seguir intentándolo…
_ No, espera Katniss… _ intento interrumpirlo, pero ella lo ignora.
_ Creo que lo mejor es que nos tomemos un tiempo, así puedes ver cuáles son tus expectativas sobre nosotros, y me refiero a los tres. Yo por mi parte voy a hacer lo mismo. Te aconsejo que pongas en orden tus prioridades, y que me hables cuando lo resuelvas. _ dijo mientras se acomodaba para irse, pero antes de tomar su camino, se dio la vuelta y lo miro. _ Puedes quedarte con esta parte del bosque, yo cazare por otro lado. _ y con eso se fue, dejándolo solo con sus pensamientos.
Puede que en algún momento él trato de detenerla, pero siguió adelante, no dispuesta a seguir escuchando sus argumentos vacíos. Era algo duro, no habían tenido una discusión tan grande desde el asunto del ciervo, pero ella sentía que esto era necesario. No podía seguir adelante si él iba a tener un comportamiento tan ridículo. Y es que ella no quería poner a uno sobre el otro, pero le enojaba la injusticia que Gale estaba ejerciendo sobre Peeta, juzgándolo sin ni siquiera tomarse el tiempo a conocerlo, lo que generaba que ella no lo entenderá, porque no conocía a nadie que El desagrado de Peeta. Era un buen chico, dulce y amable, de los que siempre trataba de hacer sentir bien a todos, tenía una de las sonrisas más hermosas que ella conoció, capas de iluminar a todos, era tranquilo y siempre les tenía paciencia a todos, sin importarlo. molesto fuese. De verdad que creía que si los dos tuvieran la oportunidad de hablar podrían solucionar su diferencia. Peeta ya había aceptado, solo faltaba que Gale dejara de ser necio y tratara de ver más allá de las apariencias.
Con eso en mente decidió permanecer firme ante su resolución y no ceder, creyendo que era lo mejor para todos, aunque Gale no lo creyera. Se fue a seguir su rutina de caza por otra parte más profunda del bosque, donde sabía que Gale no iría, cerca del lago donde su padre le había enseñado a nadar. Siempre quiso llevarlo a él ahí, pero nunca tuvo la oportunidad de poder ir, siempre teniendo otras prioridades en sus mentes como para pensar en perder tiempo en el lago para solamente relajarse. Aunque no dejaba de ser una lástima, ya que a ella le gustaba mucho ese lugar, fue ahí durante la semana que se peleó con Gale por lo del ciervo, era un buen lugar, no solo porque al estar un poco escondido y muy profundo en el bosque, lo que permitía que hubiera una buena caza al no ser tan explotado por los cazadores, sino que siempre encontraba paz y tranquilidad en esa zona, ya sea porque estaba cerca del lago o porque estaba muy apartado del Distrito, pero nunca se sintió tan libre como cuando estaba por ahí, casi podía fantasear que no se encontraba dentro de Panem, que no tenía obligaciones y preocupaciones que la esperaban en casa. El único problema del lugar era justamente lo que lo hacía tan especial, y era que al encuentras tan mentido en el bosque, hacia justamente que el viaje hasta llegar allí fuera muy largo, casi como dos horas, y después tenía como otras dos horas de vuelta. Eso limitaba su tiempo de caza, ya que tenía que alzar todo para volver al Distrito a hacer los intercambios, y tampoco podía cargar mucho porque el viaje la agotaba mucho, hacerlo un día no era la gran cosa, pero hacerlo por mucho tiempo la iba descastando mucho. Esa era la principal razón por la que no iba a cazar por esos lados a no ser que fuera necesario.
La verdad esperaba que Gale recapacitara así no tenía que pasar mucho tiempo yendo hasta allí, o sino que buscaría otro lugar más cerca que no interrumpirá con el recorrido de Gale. Pero ya pensaría en eso más adelante si fuera necesario, mientras seguirá con el plan.
Se enfocó en las tareas que estaba acostumbrada a hacer sin pensar, dejándose llevar por estas sin la necesidad de prestar mucha atención en estas, dándole la oportunidad de despejar su mente y no pensar en los problemas que tenía con sus almas gemelas. Para cuando se quiso dar cuenta, ya estaba en dirección al Quemadero para iniciar con sus intercambios. Pudo notar que Gale se quedó en el bosque, porque no había señal de él en el lugar, lo que le hiso preguntar si se quedó para pensar mejor en la discusión que habían tenido o por que no se quería la cruzar. Como no sabía el motivo, decidió hacer sus transacciones de forma rápida, dejando puestos para que él pudiera hacer sus intercambios también. Al verla sola, llamo la atención de más de uno en el Quemador, ya que no estaban acostumbrados a verla negociar sin Gale a su lado, más cuando fueron vistos sin ningún problema el día anterior; pero sabiendo cómo era ella, nadie se atrevió a preguntar, excepto por Sae La Grasienta, la anciana no tenía miedo de saciar su curiosidad con ella, por lo que no dudo en preguntarle en cuanto noto la ausencia del chico, pero Katniss decidió no responder. a nada, no queriendo que todo el Distrito comenzara a decir rumores de la pelea que tuvieron ellos dos. Sabía que era inevitable que eso pasara si seguían peleados, pero no quería ser ella la que diera alas a eso. Luego de terminar con el Quemador, decidió ir con los Comerciantes, comenzando por el que obviamente Gale no iría, la panadería. La verdad no sabía que esperar al ir ahí, sabía que sería el panadero quien la atendiera, como pasaba siempre, pero esta vez a diferencias de otras veces, no pudo evitar sentir la necesidad de tener un momento para hablar con Peeta en privado, pero no era como si pudiera ir a preguntar por él como si nada. No sabía que les había dicho Peeta a sus padres, pero ella tenía la sospecha de que no les había mencionado sobre su situación a su familia, menos después del fracaso de la noche anterior, así que, si quería un momento con él, tenía que Ser más ingeniosa.
Lamentablemente, no estaba de humor para ser ingeniosa. Por lo que lo único que se le ocurrió cuando toco la puerta trasera de la panadería y después de que allá terminado de hacer las negociaciones con el panadero, fue simplemente:
_ ¿Esta Peeta? _ si no estuviera frente al panadero, de seguro que se hubiera golpeado la frente con la mano por su muy poco sutil pregunta. Como era de esperar, el Sr. Mellark la miraba con curiosidad, ya que en todos los años que ella había ido a negociar con él, con o sin Gale, nunca preguntaba por su hijo menor.
_ Sí, esta atrás amasando ¿Qué necesitas? _ si bien al panadero le agradaba Katniss, eso no quería decir que no tuviera precaución cuando esta quería hablar con su hijo, todos en la casa (exceptuando a su esposa) sabían lo enamorado que estaba Peeta por esta chica. Lo último que él quería para su hijo era que tuviera problemas con esta jovencita, esto lo devastaría. Además, ya había notado que su hijo se había despertado de un humor extraño, trato de esconderlo muy bien, diciendo que no había podido dormir bien (lo que explicaba las pequeñas ojeras debajo de sus ojos), pero se sentía como si a su hijo. le hubiera pasado algo durante la noche, y con una mirada con Rye, comprobó que no era el único que lo noto (otra vez, su esposa seguía sin notar nada, lo cual era una suerte).
_ Es que… _ se detuvo un momento tratando de pensar en una excusa que fuera lo suficientemente buena para no llamar tanto la atención. _ …tenemos un trabajo del colegio, del cual quería hablar con él, no tomara mucho.
_ ¿Un trabajo del colegio? _ ella ayudó casi con demasiada fuerza. _ Qué raro, él no menciona nada. _ comento pensativamente, sería muy raro que Peeta tuviera un trabajo con la chica de sus sueños y que no estuviera como loco por la felicidad o fantaseando en silencio mientras trabajaba. Obviamente, Katniss no podía saber hacia dónde iban las sospechas del Sr. Mellark, por lo que siguió con su historia.
_ Sí, ayer nos lo dieron. Por ahí por eso no se lo comentamos. _ trato de sonar lo más convincente posible.
_ Sí, puede ser… _ no sonado del todo convencido, pero pensándolo mejor, puede que ayer, cuando Peeta volvió un poco más tarde de lo normal de su práctica, el chico pudo estar un poco más distraído de lo normal. Pero eso sigue sin explicar el aire melancólico que tiene desde la mañana. Quizás, hablar con Katniss, le subiera los ánimos un poco más. _Bueno, ahí lo llamo. _ dijo mientras cerraba un poco la puerta para dar un poco de privacidad mientras busca a su hijo. _ ¿Peeta? _ llamo su atención, el cual parecía que estaba amasando su masa con más fuerza de lo recomendado, teniendo el ceño fruncido, y la mirada concentrada solamente en la masa, lo cual era raro, ya que siempre que Katniss venía a hacer sus intercambios, él ponía mucha atención a todo lo que ella decía o hacía, dejando el trabajo un poco de lado, usándolo más como una forma de disimular que estaba haciendo algo en vez de tener toda su atención en la chica. Tan concentrado estaba en la masa, que ni escucho que lo llamaba, por lo que se asomó para apretarle un poco el hombro así lo saca de su mente, lo cual funciono, ya que dejo de amasar para mirarlo directamente.
_ ¿Qué paso? _ pregunto sonando un poco perdido por la abrupta forma que lo sacaron de los pensamientos de su mente.
_ Hay alguien que te está esperando afuera. _ contesto señalando a la puerta trasera, a lo que Peeta entrecerró los ojos confundidos.
_ ¿Quién es? _ curioso porque, que él supiera, no tenía que reunirse o hablar con nadie.
_Es Katniss. _ trato de decir simplemente, como si no fuera la gran cosa, aunque padre e hijo sabían lo que esto significaba para el menor.
_ ¿Qué? _ pregunto aún más sorprendida, creyendo haber escuchado mal, no creía que después de todo lo que había pasado la noche anterior, ella estaba preguntando por él. Por un breve momento sintió esperanza de que esto significaba algo bueno para él, que venía para ver una forma de solucionar el desastre de la noche pasada, pera tan rápido como se encendió esa pequeña chispa de esperanza, esta se apagó de golpe, ahogada por pensamientos negativos que le decía que probablemente venía para terminar oficialmente con lo que ni siquiera habían comenzado el día anterior.
_ Sí, dice que tiene que hablar contigo sobre un trabajo de la escuela. _ el Sr. Mellark trato de examinar a su hijo con la intención de ver si soltaba algo de la verdadera intención por la que la joven quería hablar con él. Peeta al entender la excusa que ella usa para poder hablarle, disimulo sus facciones para no revelarle nada a su padre que lo haría pensar que la presencia de la chica podía significar otra cosa.
_ Claro, casi se me olvida lo del trabajo. _ dijo con naturalidad.
_ ¿Qué casi se te olvida un trabajo que tienes con ella? ¿Quién eres y que hiciste con mi hijo? _ pregunta con broma y curiosidad a la vez, sabiendo que sería muy raro que se hijo se olvidara de hacer algo con Katniss. Peeta abrió muchos los ojos, sorprendido de que su padre pudiera delatar sin querer sus sentimientos, y le dio una mirada rápida a la puerta para verificar si era posible que ella los allá escuchados. Su padre al ver la forma exagerada que actuó su hijo, rodeo los ojos y le sonriendo como si estuviera disfrutando de su propio chiste a costa del menor. _ Tranquilo, ella no está escuchando.
_ Eso no lo sabes. _ comento un poco gruñón, mirándolo como si quisiera regañar a su propio padre, a lo que este respondió rodeando los ojos otra vez y soltando un suspiro corto, pensado en lo dramáticos que eran los adolescentes. _ Y, de todas formas, todo esto no es la gran cosa, así que deja de parecer tan emocionado por nada. Solo vamos a hablar del trabajo, nada más.
_ No si sigues con esa actitud, hacer este trabajo puede que te lleve a más ¿Qué te pasa, hijo? Saca un poco de ese encanto que sé que tienes, puede ser que con eso la conquistas. _ trato de animar a su hijo, poniendo sus manos en sus hombros para sacudirlo un poco, como si lo estuviera despertando de un mal sueño, de verdad que creía que él podía tener una oportunidad con la muchacha, solo tenía que dejar de pensar que era una causa perdida. Su hijo se sonrojo inmediatamente ante su consejo.
_ ¡Papá! _ casi grito, mirando de nuevo hacia la puerta, rogando que no solo que Katniss no allá escuchó a su padre, sino que Gale no estaba también escuchando, lo único que era más humillante de que la chica de sus sueños se diera cuenta de sus intenciones, era que el novio de esta lo escuchara al mismo tiempo. Casi deseaba que un hueco se abriera a sus pies para llevárselo de una vez por todas.
_ Ya, ya. Ahora ve a ver lo que necesitas. Y cambia esa actitud o las espantaras. _ ínsito el padre con una sonrisa para darle tranquilidad, pasando una mano por su cabello para removiéndoselo, haciendo que su cabello pareciera más despeinado de lo normal. El menor trato apartarlo para evitarlo, pero no lo logro, lo que generó que el mayor soltara una risa corta pero fuerte.
_ Está bien, está bien, ya voy. _ dijo mientras limpiaba sus manos con un trapo y se dirigía a la puerta. Al llegar a esta, soltó un fuerte suspiro, dio una mirada hacia atrás, donde su padre se lo quedo mirándolo, alzando sus pulgares arriba para darle ánimos, lo que solo género que Peeta mirara hacía la puerta de golpe para evitar lo demasiado entusiasmado. que se encontraba este. Cerro los ojos brevemente para darse cuenta de la fuerza, antes de abrirlos justo con la puerta.
Y allí estaba Katniss, esperando a una cierta distancia, con la mirada en sus pies mientras parecía estar perdida en sus pensamientos. Al escuchar el movimiento de la puerta hiso que alzara la mirada para encontrase con la de él, aliviada porque él allá salió por lo que no pudo evitar soltar una tímida sonrisa, sonrisa que él mismo contesto con una más cálida. Era difícil para él no caer en los sentimientos que siempre tenía cuando la veía, no después de haberla amado desde lejos por once años, por lo que es imposible que dejara de sentir lo que sentía en una sola noche, aunque esa noche allá fue una de los peores de su vida. De todas formas, él tenía la sospecha que podría pasar millones de años, y aún así la seguiría amando como la primera vez, si no es que más. Y cómo podría evitarlo, si con solo ver sus hermosos ojos grises, su sonrisa pequeña pero presente, que le regalaba a los que ella consideraba dignos de tal honor, su rostro precioso siendo enmarcado con sus hermosos cabellos trenzados en una sola trenza, y su porte, que exigía atención, como si no permitirá que la ignoraran como si nada ya la vez habla de su fuerza interna, demostrando lo asombroso que ella era. Todo eso hacían que fuera difícil, por no decir imposible, que no callera a sus pies una y otra vez. Y el saber que ella no era para él, no hacía que el sentimiento fuera menos fuerte, pero hacía que el dolor fuera más profundo, con posibilidades de no curarse nunca más.
Aun así, decidió dejar todo lo que lo atormentaba a un lado, con la intención de centrarse solamente en ella.
_ Ey. _ saludo él tímidamente.
_ Ey. _ respondió también tímidamente. Peeta miro a su alrededor para buscar a Gale, pensando que el chico se encontraría cerca para supervisar la conversación, pero no para participar en ella. Pero no había rastro del chico en ningún lado, lo que llamo su atención.
_ ¿Y Gale? _ se animó a preguntar al final, a lo que ella rodeo los ojos ante la sola mención de su compañero de caza.
_ No me hagas hablar de ese idiota.
_ ¿Paso algo entre ustedes dos? _ cuestiono ahora sintiéndose curioso por la actitud de ella.
_ Claro que paso algo entre nosotros dos. Creo que fue muy obvio por la forma en la que se comportó anoche. _hablo como si fuera lo más obvio del mundo, pero Peeta no podía dejar de sentir como que eso no encajaba del todo.
_ ¿Todavía no hablaron? _ él creía que una vez que ellos dos hablaran solucionarían todo y podrían seguir adelante sin permitir que lo de la noche anterior fuera un impedimento.
_ Por supuesto que ya hablaré con él esta mañana. No fue una charla muy larga, pero no dejo de ser menos molesta.
_ ¿Puedo saber que paso? _ de verdad tenia curiosidad por saber qué pudo hacer pasado para que ella se encontrara tan molesta con Gale.
_ En términos generales, al parecer él es muy hombre para que le gusten los otros hombres, a diferencia de mí, que soy tan poco “femenina” que es más probable que me gusten las mujeres. _ respondió molesta mientras cruzaba los brazos y miraba hacia otro lado con enojo y fastidio. Por su parte, Peeta solo pudo abrir fuertemente los ojos, asombrado por lo que le decía ella, pero trato de controlarse para no alterarla más.
_ ¿Quieres hablar de eso? _ sintiendo que era lo que ella necesitaba.
_ Si no te molesta. _ pidió, dándose cuanta de golpe que era lo que realmente quería, hablar con alguien sobre su discusión con Gale.
_ No hay problema. _ dijo mientras la guiaba para alejarse de la panadería, llevándola a un lugar en la que pudiera tener más privacidad. _Cuéntame lo que paso.
Eso basto para que ella pudiera contarle sobre lo que le había pasado con Gale en bosque, sacando sus frustraciones, dándose cuanta lo mucho que le afecto su discusión con él a medida que le contaba todo, soltando una lagrima que se le escapo cuando recordó la parte en la que parecía que se separaban por un tiempo indefinido. Peeta solo se quedó ahí escuchando sin juzgar, tratando de entender el dolor que ella sentía pero que no se animaba a expresar del todo, dando su apoyo de forma silenciosa, con solo un presionado en el hombro para que darles fuerzas para que continuara contándole, o una suave acaricia en el brazo para calmarla, siempre cuidando de no sobre pasarse o dar malas impresiones, pero a la vez mostrándole que él estaba ahí para ayudar. Para cuando ella terminó de hablar, se quedaron en silencio, adsorbiendo lo que sabían y tratando de comprenderlo. Él estaba sorprendido por la discusión que ellos habían tenido, más al terminar de entender que en parte fue a su causa, esto lejos de darle un sentimiento de importancia o de poder, lo preocupa, ya que lo último que él deseaba era alterar la vida. de ella de alguna forma, y Gale, aunque le pese en el corazón, era una parte muy importante en su vida, y por la forma en la que se encontraba ella, era notorio decir que toda la situación la ponía mal y le dolía.
Entendió algo muy importante en ese momento, que no importara lo que ocurriera en el futuro, siempre se aseguraría de hacer todo lo que estaría a su alcance para hacerla sentir mejor, y si para eso tenía que hablar con el chico que más le caía mal. del Distrito, el mismo que lo desprecio horriblemente la noche anterior (el mismo que era lo único que se interponía en su camino a ser feliz con la chica que amaba) ya la vez tenía que llegar a un acuerdo con dicho chico por el bien de ella, entonces no No había nada en el mundo que le impidiera hacerlo, ni el mismo Gale Hawthorne. Peeta les demostraría a todos lo testarudo que él también podía llegar a ser.
_Y eso fue todo. _ dijo ella después de que se quedaran un tiempo en silencio.
Peeta escuchó, pero no dijo nada, tratando de ordenar sus ideas. Sabía lo que tenía que hacer, pero no sabía cómo lo iba a ser, no tenía experiencias románticas para saber que le podría decir a Katniss, o para darle un consejo. Soltó un fuerte suspiro, supuso que tendría que improvisar, esperaba ser bueno en eso.
_ No te preocupes, todo saldrá bien, ya verás que él entrará en razón y lo solucionarán. _ termino por contestar mientras apretaba levente su hombro en señal de apoyo. Pero las palabras y el gesto al parecer no tuvieron efecto en ella.
_ No estoy tan seguro de eso. Gale suele ser muy testarudo, y cuando se le mete en la cabeza, casi nunca entra en razón. Créeme, lo conozco demasiado bien. _ lo último lo dijo como un susurro, como si se estuviera resinado.
_ Oye, no te pongas así, ya le encontraremos una solución, siempre la hay… Tal vez, en vez de esperar que él venga a buscarme y así hablar, podría ser yo el que fuera a hablar con él. _ propuso medio inseguro, no sabiendo si realmente era una buena idea.
_ ¿Harías eso? _ ella pregunto, en su tono y en la expresión de su rostro se notaba la mezcla de sentimientos que tenía, como asombro y esperanza, entre otros.
_ Puedo intentarlo. _ aclaro sin estar muy seguro de que podría solucionar las cosas así, pero de todas formas queriendo intentarlo.
_ ¡Eso sería genial! _ declaro ella quizás con demasiado entusiasmo, animada con la idea de que por lo menos Peeta tenía intención de no dejar las cosas como estaban. Él, al ver que ella recuperaba un poco más el ánimo, se sintió aliviado y con más determinación para ayudar a sus almas gemelas a que recuperen su relación.
_ ¿Sabes a dónde lo podría ir a buscarlo? _ pregunto con una pequeña sonrisa. Quería ver si podía localizar en algún lugar más tranquilo y privado, no quería tener que ir a la casa de este, donde no solo llamaría la atención de los vecinos al ver a un Comerciante en la Veta sin razón aparente, sino que ya estaría llamando. la atención de la familia de Gale, lo que generaría que esta tuviera preguntas de las cuales no estaba seguro de que Gale quisiera contestar. Era mejor no meter a las familias en todo esto. Katniss no tuvo que pensarlo mucho para tener una respuesta a eso.
_ Podrías ir a buscarlo al bosque, creo que él sigue por ahí todavía.
Esas palabras resonaron en la mente de Peeta.
Ir al bosque…
En el bosque…
¿Él?...
¡¿ÉL?!
Peeta sabía que eso tenía sentido, mucho sentido. Si había un lugar en el que fuera privado y en el que Gale probablemente se sintiera tranquilo, ese sería el bosque. No se necesitaba conocer mucho a Katniss y Gale para saber que ambos eran criaturas del bosque, era su segundo hogar, en donde tenían más control que en cualquier otra parte. Era natural para ellos, él lo sabía por las innumerables de veces que los vio antes y después de que estos entraran o salieran del bosque, como se veían más relajados y tranquilos cuando regresaban de estos, Katniss era más propensa a sonreír por las payasadas de su hermana estando en público, con sonrisas más amplias y con una expresión de calma en su rostro; Gale también se notaba como lo afectaba, haciendo que su ceño fruncido se suavizaba y disminuía considerablemente sus miradas de odio y desprecio a cualquier Comerciante que se apareciera. Así que, si quería hablar civilizadamente con Gale, era sensato que fuera en donde este fuera más cómodo.
El problema era justamente ese, Gale se sentiría cómodo y tranquilo, pero Peeta muy probablemente sufriría un ataque de ansiedad. Lo cual no iba a facilitar mucho el tema de que necesitaba estar concentrado en la charla para hacer entrar en razón a este.
No era un secreto que si le preguntaban a Peeta quien creía que eran los más valientes de todo el Distrito 12, él contestaría sin la menor duda que esos eran Katniss y Gale. Muy probablemente esa sería la respuesta de muchos otros. Y eso no era por algo sin fundamentos, ya que había una razón por la que los bosques del Doce no estaban colmados de gente de la Veta cazando o recolectando para poder sobrevivir y tener ingresos extras, la razón de eso era que muy pocos se animaban a cruzar la cerca que separaba el bosque con el pueblo, y había menos todavía que encima tenía el valor de perderse por estos y encima volver sanos ya salvos. Katniss y Gale lo hacían todos los días, incluso a veces varias veces al día, y nunca se los veía temblorosos por tener que entrar, sino todo lo contrario. Para la mayor parte de la gente del Distrito era algo impensable hacer algo como eso, ya que creía lo que se decían de esos bosques, que estaban llenos de bestias peligrosas que acabarían con la vida de una persona en minutos, que tenían tantos árboles y plantas que hacía casi imposible tener un camino claro por el que uno podía ir y volver de forma segura, lo que generaría la posibilidad de perderse y no ser encontrado nunca más, y por si eso no fuera poco, siempre estaba la posibilidad de que un Agente de la Paz estuviera dando vueltas por la cerca y descubriera a los que entraban o salían del bosque, y cualquier castigo que el Capitolio pudiera dar sería mucho peor que cualquier cosa sé que pudiera encontrar en los bosques.
Todo esto provocaba que la gente se desanimara ante la idea de hacer esa locura. Peeta no era diferente a esa gente. No podía imaginarse haciendo una cosa como esa, él no se creía lo suficientemente valiente para eso, era “feliz” en la “seguridad” que ofrecía el Distrito, que, si bien no era justamente segura, pero era conocido, y para Peeta era. menor un mal conocido que uno por conocer. Igualmente él hablaba desde la comodidad que podía ofrecer ser un hijo de un Comerciante (aunque sea de una familia sin tantos lujos en comparación a otros), en el fondo quería pensar que, si estuviera en la posición en la que se encontraban mucha gente de la Veta, en la que él y su familia sufrieran hambre y suficientes necesidades, entonces sería lo valiente como para animarse a hacerlo, pero muy probablemente moriría al poco tiempo por no contar con las habilidades para sobrevivir, y si por milagro lograba volver, seguramente no sería de mucho aporte ya que dudaba de tener la capacidad de poder cazar o identificar plantas comestibles. Peeta era muy consciente de sus limitaciones, por lo que seguía sintiendo que era una locura de que él fuera al bosque de forma voluntaria, solo para hablar con el chico que salía con la chica de la cual estaba enamorado, todo para que estos solucionaran sus problemas y seguirán con su feliz relación como si nada.
Del solo pensar en todas las cosas que podrías encontrar dentro de esos bosques, hacía que tenía unas ganas enormes de dar media vuelta y esconderse en la comodidad de la panadería, donde se sentía seguro con el olor a pan caliente y de los bocaditos dulces que hacían. Así que era impensable que él accediera a algo como eso, y ya estaba tratando de proponerle a Katniss otros lugares en los que podría ir con Gale para hablar cuando ella hablara primero.
_ Sí, sería lo mejor, él se sentiría más cooperativo si se encuentra en un lugar que a él le gusta. _ dijo como si en realidad estuviera pensado en voz alta, por lo que no estaba prestando atención a la expresión que Peeta tenía en su rostro mientras hablaba. _ Él ahora va a estar molesto por la pelea que tuvimos los dos, pero si vas a él cuando está en el bosque, puede que esté más abierto a comprender la importancia de que los tres seamos almas gemelas. Podrías esperarlo en el claro en donde Gale y yo nos juntamos para ir a cazar ¡Te va a encantar! Es muy lindo y sereno, ahí de seguro que los dos van a poder hablar mejor. _ ella definitivamente no notaba como la cara de Peeta comenzaba a tener más signos de angustia a medida que ella seguía hablando. _ Lo mejor que el claro se encuentra bastante apartado del Distrito, _ “¿Apartado del Distrito?... No mucho… ¿Verdad?” pensó Peeta un poco alarmado _ por lo que va a estar bueno ya que de esa forma Gale no va a sentir las presiones del pueblo, ni sus prejuicios. Deberías ir ahora, _ “¡¿Ahora?!” _ ya debe estar por terminar de cazar, _ “¿Cazar? ¿Ósea que va tener su arco y sus flechas a mano? ¿Listo para disparar?” _ por lo que va a estar menos enojado que cuando yo me fui. Pero te advierto que es muy probable que todavía se encuentre un poco molesto, así que vas a tener que tenerle paciencia. _ “¿Enojado? Genial, ir al bosque a hablar con un cazador enojado que me odia, mientras este se encuentra armado con un arco y sus flechas… ¿Qué podría salir mal? ... ¿Tendré suficiente tiempo de despedirme de mi familia?”. Pero lejos de decir sus pensamientos, decidió limitarse a cambiar la expresión de su cara para que ella no lo notara, poniéndose una sonrisa que tenía la intención de ser tranquila, pero no le costaba mucho mantener. _ ¿Qué te parece?
_ C-Creo que es una buena idea. _ concurso con un poco de tartamudeo. Pero al ver la hermosa sonrisa que ella le regalo, sintió que había dicho lo correcto, y pensó que podría hacer lo que sea con tal de tener más de esas sonrisas. _ Pero yo no sé cómo ubicarme en el bosque, ni tampoco a donde ir.
_ Nunca habías entrado al bosque ¿Verdad? _ pregunto como si recién notara que las personas en general no estaban acostumbradas a caminar en el bosque como si fuera nada. Para confirmarlo, Peeta negó con la cabeza. _ No hay problema, yo te girare hasta el claro, me quedare contigo hasta que sienta que Gale este cerca si es necesario. _ dijo con seguridad, quitándole importancia a lo que para Peeta era al bastante aterrador. _ Pero me tendré que ir antes de que me vea, no creo que sería buena idea si nos ve justos, probablemente va a querer involucrarme en su charla, y creo que lo mejor es que hablen los dos solos.
Peeta, al verla tan segura de su plan, no tuvo valor de negarse, en parte porque se veía muy ilusionada por la idea, y en parte, aunque nunca lo admitiría, es que no quería que ella pensara que era un cobarde al no animarse. a ir ¿Qué pensaría ella si se negaba? ¿Pensaría menos de él por eso? ¿Y si con eso le daba a razón a Gale y decidió que ya no quería ni mirarlo? No se animaba a responder esas preguntas, así que pensó que lo único peor que entrar en el bosque a hablar con un cazador con problemas de ira, era que Katniss pensara menos de él. Con eso en mente, reunió todo el coraje que tenía dentro y disfrazó sus expresiones de la mejor forma que él podía, tratando de que se viera tranquilo y seguro, sin un pelo alterado o nervioso.
_ Está bien, llévame con él, pero antes déjame que le aviso a mi padre que no voy a estar disponible y que junto con mi hermano me cubran con mi madre.
Y con eso no dudo en darse la vuelta para entrar en la panadería y decirle una excusa a su padre para que este no se hiciera pensamientos que no eran, lo último que quería era que su padre pensara que su salida al bosque con Katniss era como una especie de cita romántica, aunque no estaba del todo seguro de como actuaria este en ese caso, si se sentiría orgullo de su hijo por salir con la chica que venía suspirando desde los cinco, o si lo querría matar por hacer algo tan insensato como ir al bosque solo para impresionar a una chica; por suerte para él, era probable que nunca encontrara una respuesta a esa pregunta. En cuanto se aseguró que su padre no se hizo ideas raras volvieron con Katniss para que ella guiara el camino. Fue un camino tranquilo hasta llagar a la cerca, pero no pudo evitar notar que ella específicamente tomaba el camino menos concurrido, donde no se cruzaron con gente, lo que él supuso que fue con la intención de no despertar chismes entre la gente del Distrito sobre lo que podía hacer ellos dos juntos caminando si en teoría no tenían nada en común.
Entendió por qué ella decidió hacer eso, pero eso no quería decir que no estaba un poco desconcertado. Claro, ver a una chica de la Veta pasear de forma despreocupada con un chico Comerciante era motivo para llamar la atención de la gente que seguramente no perderían tiempo en teorizar del motivo, si a eso se le suma que dicha chica es nada más que Katniss. Everdeen, eso sumaría más a atención no deseada. Pero de igual forma, saber eso no ayudo, ya que se sintió un poco mal cuando se le ocurrió la idea de que ella en especial no quería que nadie la viera con él, y no era que no entendiera que no había necesidad ser el centro de la atención si era muy probable que después de ese día no volvería a estar cerca ni de Katniss, ni de Gale, pero el acto le hiso cuestionarse que si las cosas hubieran sido diferentes ¿A ella le hubiera gustado que todos supieran que estaban juntos? …aunque sea siendo ¿amigos? Era estúpido pensar en eso, sabía que ella era muy cercana a la hija del alcalde y no tenía problema que la vieran con ella en el colegio, él mismo las ha visto juntas pasando el tiempo, incluso las vio en la práctica de lucha libre y En ningún momento Katniss le dio la sensación de que le desagradaba el tiempo pasar con ella. Aunque una cosa era Madge y otra era él.
Nadie se atrevería a pensar o decir que ellas dos estaban en una relación romántica, que la dulce y tierna Madge había ablandado el corazón duro de la mejor cazadora de Distrito, nadie pensaría que entre ellas dos había al más que simple amistad, porque era cierto. , entre ellas dos no había esa “vibra”. Pero eso no importaría si en vez de Madge fuera Peeta, al ser él un chico, seguro que la gente ya estaría pensada en que ellos eran pareja, y de algo sabía que Peeta era que ante esta clase de rumores nunca favorecían a la mujer, dirían cosas como que por fin un hombre pudo domar el corazón indomable de la chica más intimidante del Distrito, o que de seguro ella quería subir de clase y sedujo a un Comerciante para engañarlo y obligarlo a casarse con ella, o cualquier otra historia escandalosa que solo la podría en mala posición, y seguramente muy pocos cuestionarían las intenciones de Peeta, hasta seguro que algunos lo justificarían y apoyarían sus actos, sin importarles demasiado la nobleza de sus intenciones o no. Nadie pondría en duda que Peeta estuviera haciendo algo malo, pero a ella seguramente la juzgarían duramente, en parte por ser mujer y en parte por ser de la Veta y él el pueblo. Estaba seguro de que ella era más que consciente de todo eso, no era de extrañar que justamente esa fuera la razón principal por la que ni siquiera habían hecho notar a la gente que ella y Gale eran novios, manteniéndolo todo oculto al nivel que nadie lo supo. , ni siquiera él lo sabía con exactitud, solo había tenido una corazón muy fuerte que le fue confirmada una vez que ella misma se lo confeso.
Esos eran los pensamientos que rodeaban su mente cuando llegaron a la cerca, lo cual lo sorprendió, ya que, al no estar prestando atención en el camino, no noto lo rápido que habían llegado y que estaban a unos pasos del tan intimidante bosque, por lo que no le dio mucho tiempo para prepararse mentalmente para tal situación. Katniss ya se encontró pasando la cerca después de que comprobó que si esta estaba electrificada, cuando en vez de seguirla inmediatamente, él quedó detenido, estático, sin moverse ni un solo músculo, hasta casi sintió que la respiración se le aceleraba un poco. Katniss, al sentir la falta de movimiento de Peeta, se dio la vuelta para mirar que le pasaba, notando que estaba del otro lado de la cerca, haciendo que esta se interpusiera entre los dos. Lo miro con curiosidad y con una pregunta en sus ojos, pero aun así él siguió sin reaccionar, fue entonces que se dio cuenta de lo irregulares que eran sus respiraciones. ¿Por qué tenía problemas para respirar? ¿Le había pasado algo…? Ahí fue cuando entro en razón al darse cuenta que a diferencia de ella y Gale, la gente no estaba acostumbrada a ir al bosque, es más, era cantidad algo que los intimidaba mucho, ya que circulaban una inimaginables de rumores de lo peligroso que era entrar en este, de la cantidad de formas en la que alguien podía perder la vida en segundos. Para ella era algo normal, diariamente iba a esos lugares, desde era una niña que apenas podía caminar correctamente e insistía/exigía a su padre que la lleva a ahí, el periodo de tiempo más largo en el que no fue, fue cuando su padre murió, y esos habían sido los cuatro meses más agonizantes de su vida, así que, a diferencia de otra gente, el bosque era su lugar seguro, donde no solo se encontraba lo que necesitaba para proveer a su familia, sino donde ella podía liberarse de todo lo que la estresaba en el Distrito y podía ser ella misma sin problemas.
Pero era comprensible que el resto de las personas no pensaran de la misma forma, no era casualidad la cantidad de rumores, era una manera de hacer que todos se lo pensara varias veces antes de atreverse a cruzar la cerca y dejar la “seguridad” del Distrito. Solo que los que se encontraban lo suficientemente preparados o necesitabados tomaban esa decisión, por eso no se encontraban tantos cazadores en el pueblo, y la mayoría no exploraban tanto como lo hacían ella y Gale. Y todo esto se debía a que de esa forma el Capitolio evitara que la gente se escapara y tratara de buscar suerte por fuera del Distrito, por fuera de Panem. Lo cual funcionaba, aunque los rumores eran exagerados, si bien había cierto peligro al medirse más profundamente en el bosque, no eran tantos como se decían, ni tampoco tan difícil de superar. La gente tenía el pensamiento de que entrar en el bosque era lo mismo que entrar a una arena de los Juegos del Hambre, que era una sentencia de muerte segura. Esa era la misma razón por la que no se vería Comerciantes por esos lados, era demasiado riesgo para ellos y la mayoría no tenía la clase de necesidad desesperada que hacía que la gente valla al bosque. Recién en ese momento ella se daba cuenta que, a pesar de la personalidad dulce y amable, Peeta era un hijo de Comerciante, criado con los prejuicios que esta gente tenía del bosque, por lo que no era raro pensar que este se encontrara incomodo o tembloroso ante la idea de hacer lo que ningún Comerciante haría. Se sintió estúpida al no haber pensado en eso, pero es que estaba acostumbrada a ver a Peeta como si fuera diferente a las personas del lugar de donde es, que a veces se olvidaba que por más que la sobresalía de esa gente, en el fondo. Seguía teniendo algunas de esas cosas. Aun así, él había accedido a ir con ella, a pesar de sus inseguridades, por ahí lo que necesitaba era un empujoncito para asegurarle que todo saldría, ella se iba a encarde eso.
Decidía a clamar sus nervios, se acercó lo más que puso a la cerca y paso su mano por esta con la intención de poder tocar su brazo y así lograr sacarlo de su estado de shock. Eso había funcionado, ya que con un solo toque él se sobre salto, como si hubiera salido de un sueño y llevo sus ojos azules a los grises de ella, donde pareció que la sintonizo y se dio cuenta que ella sabía que él estaba incomodo por ir al bosque. Con un liguero presionado en el brazo ella pensó en que palabras podría decirle para animarlo, lo cual esperaba hacerlo bien, porque no era muy buena en eso.
_ Oye, tranquilo, todo saldrá bien. Yo te protegeré. _ prometió sin la más mínima duda en su voz, tratando de transferirle la seguridad que en ese momento a él le faltaba. Eso debió avergonzarlo, ya que inmediatamente un rubor bastante intenso se apareció en sus mejillas y aparte la mirada de forma incómoda. _ Es normal que sientas miedo, y no está mal.
_ Yo no tengo… _ comenzó, pero una mirada severa e incrédula lo detuvo, haciendo que su rubor se hiciera más fuerte.
_ Está bien, no te preocupes, la mayoría de los rumores son exagerados, no es tan peligroso como parece, créeme. _ eso logro calmarlo un poco, pero aun así se notaba la duda que emanaba de él. _ Yo misma me asegurare de que nada saldrá mal. Confías en mi ¿Verdad? _ me pregunto dando una mirada que solo ponía cuando se proponía cuidar y proteger a las personas que más le importaban, la tenía cuando alguien se acercaba mucho a su hermanita con malas intenciones, la tenía cuando sentía que un animal podía amenazar la vida de Gale, la tenía cuando insinuaba un rumor cruel de su madre y su padre, y ahora la tenía para proteger a este chico de las preocupaciones que este podría tener.
Peeta quedo perdido en esa mirada, fascinado por esa intensidad que nunca veía dirigida a él en ninguna otra persona, siendo esta la primera vez que sentía algo parecido, no pudiendo evitar sentir que pasara lo que pasara, él estaría bien si ella seguía mirándolo de esa forma. Se sintió hipnotizado por ella, a lo que no pudo evitar asistir con la cabeza para responder a su pregunta, entendiendo que no había nada que ella hiciera para él dejara de confiar en ella. Y para su fortuna, fue compensado por una tierna y orgullosa sonrisa de su parte, como si estuviera feliz y aliviada de que él hubiera contestado de esa forma. Tragando con fuerza, se mentalizo para mover su cuerpo, sacándolo de ese estado de shock en el que se había encontrado, y con movimientos lentos y dudosos, se agacho para pasar por el hueco que la cerca tenía, por donde había visto a Katniss hacerlo. momentos antes, mientras ella se apartaba para que tuviera suficiente espacio para pasar.
Cuando por fin se encontró del otro lado, ella se quedó a cerca de él, queriendo brindarle el apoyo que él podría necesitar y lo espero mientras él parecía que por fin podía ver los árboles sin la cerca de por medio, lo que por algún motivo. eso llamo su atención, ya que tenía los ojos abiertos de forma sorprendida, mirando con un poco de asombro. Después de un momento, su mirada se posó a la suya, como si no creyera que estaba donde estaba y esperaba que ella lo confirmara, ella solo respondió con una sonrisa tranquila y feliz. Cuando parecía estar listo para seguir, calibre, con los ojos mirando con determinación al bosque, como si hubiera decidido que este no iba a evitar que él siguiera adelante con su meta. Y no puedo evitar que un poco de orgullo se colara en su corazón de ella a ver de lo que estaba dispuesto a hacer para solucionar el problema en el que se encontraban en ese momento.
Tomando su mano, lo dirigido a donde estaban los árboles, y cuando pasaron las primeras filas de estos, ella los fue llevando al árbol donde escondió su arco y flechas, que era diferente al que cotidianamente los guardaba, ya que con la discusión que tuvo con Gale, sintió que tenía tantas pocas ganas de verlo que no quería cruzarlo en ningún sentido, ni siquiera para buscar sus armas. Peeta se preguntó dónde sacaba sus cosas y se las acomodaba, y eso la hizo pensar que esta era la primera vez que él la veía con su arco, y lejos de sentirlo como si estuviera intimidado, parecía más bien fascinado por alguna razón. Decidió no prestarle atención a eso y seguir con el camino hacia el claro.
Fue interesante lo que se puede aprender de una persona en su primera visita a un bosque. Lo primero fue confirmar lo que ya sabía, que Peeta no tenía ni el más mínimo instinto de cómo manejarse en el bosque, sus pisadas eran ruidosas, como si no pudiera evitar pisar donde había más ramitas o hojas secas, las que generaban mucho ruido y delataban su posición, eso sin mencionar los picotazos fuertes que le hacía al suelo. Y a pesar de eso, iba a paso más lento, más de lo que ella estaba acostumbrada, y eso se debía a que, por un lado, era un terreno desconocido para él, por lo que se encontraba constantemente mirando el suelo, examinado el camino que le resultaría más fácil avanzar, tratando de evitar ramas grandes caídas, o raíces que sobresalían del suelo, o se lo venía rocas comprobando la estabilidad de las que se tenían que pisar para avanzar; y cuando no estaba mirando el piso, estaba mirando hacia arriba para controlar que no hubieran ramas que lo pudieran rasguñar la cara o los brazos. Era gracioso ver lo en esta nueva experiencia desde su lado, ella caminaba tanto con ese recorrido que hasta podía hacerlo con los ojos cerrados, sabia a donde estaban las rocas flojas que no debía pisar para no resbalar, sabia a donde estaban las ramas bajas que Podía rasguñarla, sabía a donde tenía que levantar más la pierna para no tropezar con una raíz, en que árbol se podía apoyar para ayudarla a subir una parte más inclinada del suelo.
Ella lo sabía todo de ese camino, para Gale era lo mismo, quizás para sus hermanitos (Prim y Rory) todavía no les era tan familiar pero no les era desconocido (ya habían tenido su buena cantidad de viajes al bosque), pero para alguien como Peeta, que nunca había estado ni cerca del bosque, que obviamente no estaba familiarizado con los terrenos no eran siempre planos y asfaltados, o inclusos los caminos que estaban libres de obstáculos como los que se encontraban en la Veta (donde todo eran caminitos de tierra, pero aun asi eran los planos y lisos a diferencia de los que se encuentran en el bosque), para él todo eso era nuevo, por lo que estaba esforzando por adatarse con cierta dificultad propia de un novato. Pero lejos de sentirse irritada por la demora y el ruido, era divertido, porque cuando se detenía para ver cómo estaba él, lo podía atrapar mirando a su alrededor, no solo por las otras razones, sino también se lo notaba asombrado por cualquier pequeña cosa. que iba notando en el camino, flores, arboles, aves que detenían sus canciones al notarlos y salían volando, mariposas coloridas que apenas eran detectables por sus rápidos movimientos, incluso lo vio admirar las hojas de los árboles y algunas piedras. Casi todo llamó su atención, y siempre se tomaba su tiempo para observar bien, como si quisiera memorizar cada detalle, aunque todavía no entendí bien el por qué, igualmente era lindo verlo de esa forma, era una faceta de él que no conocía y que por algún motivo lo sintió entrañable y tierno.
Tardaron más de lo que ella tardaba en llegar al claro, pero sintió que el viaje era uno de las especiales que ella había tenido en su vida, debajo de la vez que su padre la llevo por primera vez y seguido con la primera vez que ella. y su padre llevó a una gruñona Prim (ese recuerdo era muy especial para Katniss ya que a los pocos meses su padre falleció). El paseo con Peeta se sintió con la misma importancia, es por eso que lejos de molestarle la demora, simplemente se deja llevar por el entusiasmo de este y trato de ver a su amado bosque desde la perspectiva de Peeta, mirando cada detalle y disfrutando del paseo. Pero lo mejor fue cuando llegaron al claro, ella ya había verificado que Gale no estaba en este, pero su mochila con algunas de sus herramientas estaba ahí, lo que quería decir que probablemente se encontrara en el bosque dando vueltas, acumulando presas mientras dejaba que Las que ya tenía se desangraran colgando en algún árbol. La reacción de Peeta al divisar el claro fue inmediata, deteniéndose al borde de este para poder verlo todo, parecía que sus ojos azules se volvían más claros y se iluminaban al contemplarlo todo y sus labios se abrieron de la impresión. Ella se quedó a su lado, mirando como él asimilaba la belleza del claro, no era por nada que ella y Gale habían utilizado es lugar no solo para ser su punto de encuentro, sino también para descansar, hablar de lo que quisieran sin la molestia. de que alguien pudiera verlos u oírlos, y donde también habían tenido muchas de sus citas.
El claro era hermoso, rodeado por árboles que daban la suficiente sombra para que el sol no les diera directamente, el pasto, aunque un poco largo, era perfecto para acostarse en él, haciendo que fuera muy cómodo para cualquiera; rocas grandes que sobresalían del pastizal, de las cuales se podía subir para sentarse en ellas (que es lo que hacían cuando esperaban al otro); pero lo mejor era cuando se tiraban al suela y miraban el cielo, perdiendo la moción del tiempo mirando las nubes pasar con tranquilidad. Era uno de los lugares favoritos de Katniss, tenía muchos recuerdos ahí, algunos alegres, otros un tanto tristes, algunos eran recuerdos con su padre, muchos con Gale, y unos pocos con su hermanita. Y ahora, al ver la explosión de Peeta, se le ocurrió que le gustaría tener también recuerdos con él también.
Tomando la mano de Peeta para sacarlo de su ensoñación, logrando que esta la mirara para así llevar a la roca en la que se sentaba para esperar a Gale, él la siguió sin poner resistencia, pero aún así parecía que su atención estaba en examinar todo. el claro. Una vez que se encontraron sentados, ella se animó a romper el silencio que tenían desde que entraron al bosque.
_ ¿Te gusta?
_ ¿Qué si me gusta? Me encanta ¡No puedo creer que me estaba perdiendo de todo esto! _ respondió con entusiasmo mientras señalaba todo a su alrededor. _ Es asombroso. Tantos colores, tantas formas, tantas cosas hermosas. Hasta me dan ganas de… _ se cortó abruptamente, como si se diera cuenta que estaba por decir algo que se suponía que no tenía que decir.
_ ¿Ganas de qué? _ de verdad sintió curiosidad por saber lo que estuvo a punto de decir, esto provocó que él volviera a sonrojarse.
_ No querrás saber, no es nada. _ dijo con la intención de que ella no lo volviera a mencionar, pero ella se negaba a dejar las cosas así, más cuando sea lo que sea a lo que se refería, había hecho que su animó se bajara.
_ No, en serio quiero saber de qué hablabas.
_ Es una tontera sin importancia…
_Peeta. _ llamo con tono decisivo, sin dejar a dudas que insistiría hasta tener su respuesta, lo que provoco el resultado esperado, ya que, con un fuerte suspiro, Peeta pareció rendirse.
_ Por favor no te rías ni me justes. _ pidió mirándola a los ojos casi de forma suplicante, ella ayudó al quedarse sin palabras por la intensidad de su mirada. _ Es que… es que me gusta pintar. _ella lo miro atónica. _ Ya sé, no debería ser la gran cosa, pero a mi familia… a mi madre no le gusta mucho que lo haga. No solo porque los materiales son muy caros e innecesarios, sino porque… no es algo… muy masculino. _ termino encogiéndose de hombro, como si no le importaran los comentarios hirientes de su madre, cuando se notaba en sus ojos claramente si le dolía.
Katniss no sabía qué hacer con lo que acababa de escuchar, no se le podía ocurrir palabras para describir lo indignada que se sentía en nombre de Peeta ¿Desde cuándo que a alguien le gustara una actividad lo hacía más masculino o no? ¿Y quién le dice eso a su hijo? Era evidente que esa mujer era una de las más crueles que ella se allá cruzada, diciéndole ese tipo de cosas a su hijo, con la clara intención de que este tipo de él mismo hasta en lo más pequeño. Podía imaginarse claramente a un joven Peeta, ilusionado por su dibujo, ya su madre humillando por el simple hecho de que el niño allá encontró una forma de ser feliz. Ardía de ira al imaginar el grado de impacto que eso tuvo en Peeta que hasta le costó confesarle eso a ella, de seguro el pobre creía que ella iba a pensar igual que su malvada madre. Con la intención de calmar los nervios del chico, ella extendió la mano a la de él y la presionada con fuerza, para que supiera que ella no tenía problemas con eso. Él le respondió con una dulce sonrisa, como si agradeciera que ella fuera tan comprensiva y tolerante con él, como si no entendiera que eran cosas que se debían dar libremente, no ocasionalmente. Pero no pudo decir las palabras que se moría por decir ya que él continuaba hablando.
_ Al ver todo este paisaje me dan ganas de dibujarlos. _ dijo con los ojos perdidos en la vista. _ Nunca había visto tantas cosas bellas en un solo lugar. Y que todo esto estaba tan cerca del Distrito ¡Y yo no lo sabía! Es por eso que quiero memorizarlo todo, así cuando vuelva a casa pueda dibujarlo.
Ella sonrío al escuchar su deseo, parecía tan tierno que anhelara cosas tan sencillas y fáciles de solucionar.
_ Te propongo un trato. _ dijo haciendo que él la mirara con curiosidad.
_ ¿Y qué podría ser eso?
_ Yo puedo traerte de nuevo aquí con tus materiales, podrás tomate el tiempo que quieras para que puedas dibujarlo. Incluso podemos volver varios días si eso quieres. _ esto pareció que lo pensé ya que abrió mucho los ojos.
_ ¿Y que podría darte un cambio? _ pregunto con una pequeña sonrisa burlona, como si no pudiera imaginar que le podía pedir un cambio.
_ Que buena pregunta, déjame pensarlo un raro. _ apoyo sus dedos sobre su pera, apartando la mirada, poniendo una expresión pensativa, finciendo como si estuviera buscando una respuesta. _ ¿Qué tal si… _ él la miro con más curiosidad y diversión por su actuación. _ …me haces un retrato? _ termino como si no fuera la gran cosa, pero la mirada de Peeta, supo que lo que había dicho tuvo su impacto. _ Además de, obviamente, mostrarme la pintura que hagas de este claro. Me encantaría ver todo desde tu perspectiva.
Tuvo la sensación de que no era muy común que le pidieran ese tipo de cosas a Peeta, ya que tardo un rato en que se le pasara la sorpresa y pudiera recuperar la compostura, pero siguió manteniendo el sonrojo en sus mejillas.
_ Yo… este… _ trago saliva para acomodaba sus ideas. _ ¿Está seguro que quieres eso? _ pregunto por fin.
_ ¿Si por qué no?
_ Ni siquiera sabes si lo hago bien. Podría no ser lo esperas.
_ No creo que ese sea tu caso. Pero si aún así fuera, entonces tendrás que seguir retratándome hasta que este conforme. _ dijo encendiéndose de hombro. _ ¿Tenemos un trato?
Peeta se tomó un momento para contestar, más por inseguridades propias que porque estaba pensado sobre el trato, pero con solo ver la sonrisa que le regalaba Katniss, fue suficiente para dejarse llevar.
_ Está bien, tenemos un trato. _ dijo extendiendo la mano y con una dulce y hermosa sonrisa en sus labios, a lo que Katniss no dudo en estrecharla.
Así se quedaron los dos, en ese claro, cada uno feliz por estar con el otro mientras hablaban de cosas sin importancia, riéndose y disfrutando del hermoso paisaje que tenían para ellos. Katniss definitivamente noto la falta de tensión en el aire en comparación con la noche anterior, donde por más que Peeta trato de ocultarlo con sonrisas y amabilidad, se lo había notado un poco triste y desilusionado. Pero en esos momentos era todo lo contrario, lo veía más tranquilo y esta vez sus sonrisas si se reflejaban en sus ojos. Le dio la posibilidad de mirarlo realmente, esta vez bajo la luz del sol del bosque, donde el juego de los rayos de sol y las sombras de los árboles hacían que los reflejos brillantes que tenía su cabello rubio resaltaran de forma diferente lo que normalmente lo Hacían, y sonaba como una locura, pero hasta le parecía que eran más brillantes, más dorados. Su mirada azul nunca, que ella recordaba, habían sido tan intensos y hermosos, ni parecían que los habían vistos tan llenos de felicidad antes. Todo en él parecía diferente en comparación a cuando estaba en el pueblo, siempre pensó que su presencia era un sol que los iluminaba a todos, pero ahora era algo más, más brillante, más cálido y más bello. Ella solo quería seguir viéndola así muchas más veces.
El tiempo había pasado demasiado rápido para el gusto de ella, lo que la desanimó un poco porque de verdad que estaba pasando un lindo momento con Peeta. Pero al escuchar movimiento cerca del claro, le recordará cual el objetivo de esa excursión al bosque. Gale ya estaba en camino, dentro poco llegaría al claro y la vería junto a Peeta en el lugar especial de los dos, lo que solo podía generar más problemas y no ayudaría mucho para que se pusiera del lado de Peeta. Era mejor para todos si ella no estaba para cuando Gale llegara.
_Peeta. _lo llamo. _ Gale estaba cerca, es mejor que me valla y los deje solos para que hablen ¿Estás bien con eso? _ él pareció pensarlo un poco antes de contestarle.
_ Sí, estoy bien. _ dijo con toda la seguridad que podíamos reunir en estas circunstancias. _ Pero ¿Cómo voy a volver? _ ella le dio una sonrisa juguetona.
_ Estoy seguro que Gale no tendrá problema de llevarte de vuelta. _ eso hiso que un poco de inseguridad y preocupación se viera en sus ojos.
_ ¡¿Qué?! ¿Estás seguro de que es una buena idea? ¿Y si se niega? ¿O me guía mal y termino perdido? ¿O si…?
_ No va a pasar nada de eso, Peeta. _ dijo deteniendo el sin fin de preguntas que él estaba generando. _ Puedo que Gale se vea como un tipo muy malo e intimidante, y puede que ahora mismo no seas su persona favorita, pero él nunca te haría daño ni te dejaría perdido. _trato de calmado delicadamente poniendo una mano en su hombro, y por lo que había visto estaba funcionando ya que avanzaba con una mirada determinada. _ …o al menos eso creo. _ dijo lo último antes de levantarse rápidamente llevándose sus cosas.
_¡Espera! ¡¿QUÉ?! _ casi grito volviendo a pones alarmado mientras la veía alzar sus cosas.
_ Nos vemos luego, Peeta. _ se despido finciendo que no lo había escuchado. Y partió para hacer el camino de vuelta mientras lo escuchaba llamarla mientras se alejaba.
“Esta bromeando… ¿Verdad?” se preguntó Peeta en su cabeza “Nada malo va a pasar… ¿Verdad?”. Nunca hubiera imaginado en su vida que la chica que lo tenía como loco tuviera un humor… tan peculiar. Peeta realmente estaba tentado de salir corriendo detrás de ella y al diablo con las consecuencias, pero su deseo de ayudar a hiso que se detuviera y se quedara esperando en donde se encontraba. Eso le dio la oportunidad de ser consciente de que se encontraba oficialmente “solo” en el bosque. Lo que le llevo a experimentar una serie de sentimientos al respecto. Si era honesto con él mismo, la verdad es que el bosque parecía más hermoso que aterrador, él nunca lo hubiera imaginado. Siendo un hijo de Comerciante, su vida entera la había pasado en la “comodidad” del pueblo, pero ahora que estaba en la naturaleza, la verdadera naturaleza y no una artificial creada por el Capitolio como en las arenas de los Juegos del Hambre, sentía una paz y autenticidad que nunca en había experimentado. Todo eso lo inspiró como nunca antes a pintar y querer congelar la imagen del hermoso bosque para siempre. Y si bien todavía se sentía tenebroso a la idea de quedarse solo, no era nada en comparación de cómo se sentía antes de entrar.
No se arrepentía de haber tomado la decisión de ir, pero lo cierto es que comenzaba a ponerse nervioso con la idea de la aparición de Gale. No conocía al chico de nada más que haberlo visto desde la distancia y las veces que su hermano lo mencionaba o simplemente de los chismes que había de él en la escuela, era todo lo que sabía de él, y aun así sabía que nada de eso. Era información precisa. Solo podía confiar en lo que Katniss creía del chico, y de verdad que lo intentaba, pero en ese mismo momento, estando solo en el bosque sin la menor idea de cómo volver, no lo quería admitir, pero empezaba a tener sus dudas. Ni siquiera estaba seguro de lo que le diría ¿Qué le puedes decir al novio de la chica que amas (que también resulta ser el alma gemela de ella y de él)? La verdad no tenía ni idea. Y eso si Gale lo deja hablar. La última vez apenas pudo decir algunas palabras ya que este no parecía ni querer escuchar su voz. Eso iba a ser un problema.
Tratando de no pensar en el problema se le ocurrió otra pregunta ¿Cómo Katniss supo que Gale estaba cerca? Él de verdad no escuchaba ni veía nada diferente. Era curioso tratar de adivinarlo ¿Qué tan lejos se encontraba Gale? ¿Iba a tener que esperar mucho? ¿Por dónde vendría? ¿Todavía seguía enojado…?
_ ¿Qué diablos haces tú aquí? _ escucho una voz que venía desde su espalda.
Casi pegando un salto, se dio vuelta para encontrar a Gale a unos metros de él. Era increíble que se hubiera asomado tanto y que él no se hubiera dado cuenta ¿Cómo lo había hecho? Asombrado, Peeta comenzó a examinar a Gale. El chico se encontraba parado derecho, dando a lucir su toda su altura, se encontraba con los brazos cruzados, su arco y flechas se encontraban colgados en su espalda, lo cual alivio un poco a Peeta ya que por lo menos no lo estaba apuntando, y se notaba pequeños rastros de sangre en su ropa, que se notaban incluso aunque esta era de colores oscuros. En su rostro tenía el ceño fruncido, mirándolo con unos ojos que parecían ser más letales que su arco y flecha, su cabello estaba muy despeinado, era la primera vez que Peeta lo así veía, pero en vez de darle una imagen desalineada como le pasaba. a Peeta cuando le sucedía lo mismo con su pelo, a Gale le daba un aire de salvaje, lo hacía ver más letal. Todo en él era una figura que advertía que no se metían con él, que no estaba de humor para nada. Si Peeta hubiera sido un chico con una apreciación más fuerte a su vida, quizás se hubiera dado media vuelta y se iría por donde Katniss se fue para ver si encontraba el camino de vuelta, porque era mejor enfrentar al bosque que enfrentar al chico que tenía. en frente. Pero Peeta no era uno de esos chicos, así que se limitó a responder.
_ Te estaba esperando. _ trato de ocultar el nerviosismo de su voz, tratando de sonar indiferente, como si no fuera la gran cosa que se encontrará con él en el bosque. Por suerte tuve experiencia en ocultar todo lo que lo ponía nervioso a su madre.
_ ¿Tú? ¿Esperándome a mí? _ pregunta con incredulidad y burla. _ ¿Y se puede saber cómo llegaste hasta aquí?
_Katniss.
_ ¿Katniss? _ eso fue lo único que rompió con la fachada de Gale. Si bien no parecía sorprendido, si parecía un poco desconcertado. Por un momento los dos se quedaron en silencio, inmóviles, estudiando al otro. _ ¿Por qué viniste?
_ Para hablar.
_ Tu y yo no tenemos nada de qué hablar. _ puntualizo con enfado en su voz, como si creyera que diciendo esas palabras terminaría con la conversación, pero Peeta era más necio que eso.
_ Yo creo que tenemos mucho de qué hablar, sobretodo porque anoche apenas cruzamos algunas palabras.
_ ¿Y por qué crees que te voy a escuchar?
_ Porque si te interesa seguir con tu relación con Katniss, te conviene escucharme. _ Gale lo miro desafiando ante ese comentario.
_ Katniss y yo estamos bien. No necesitamos que te metas en nuestra relación.
_ ¿En serio? Entonces creo que entendí mal, ya que no concuerda con lo que Katniss me dijo cuándo me fue a buscar. _ dijo entrecerrando los ojos respondiendo al desafío.
_ No te metas en donde no te conviene, niño bonito. _ dijo con tono amenazante.
Peeta entendió que si quería llegar a algo con Gale tenía que tomar otro camino. Era obvio que Gale no se encontraba muy cooperativo, si seguía por donde estaban yendo al final no resolverían nada. Así que soltó un profundo suspiro mientras cerraba los ojos mientras evaluaba la situación. La verdadera cuestión era qué quería lograr Peeta de todo esto. Si le preguntabas, seguramente lo primero que le apareciera en la mente sería tener la posibilidad de estar con Katniss, poder declarar su amor y ser correspondido por ella y así tener un final feliz. Y si le preguntas a donde le gustaría dejar a Gale, entonces la respuesta seria que lo más lejos posible de ellos, tanto como se pueda. No confiaba en él, no le caía bien y de verdad sentía que nunca iban a llegar a nada bueno con él. Si fuera egoísta, lo hubiera hecho, de verdad todo estaba ahí para que él pudiera manipular toda la situación a su favor. Con lo necio y obstinado que estaba Gale, y lo enfadada y desilusionada que estaba Katniss, él creía que podía usar eso para lograr lo que él deseaba, por ahí no lo lograría al corto plazo, ya que una relación como la que tienen Katniss y Gale de años no se rompería de la noche a la mañana, pero con esfuerzo y planteando las dudas en donde se deben, asiendo explotarla la falta de control que tenía Gale cada vez que Peeta estaba cerca, y siempre manteniéndose como el chico bueno que no sería capaz de lastimar a nadie, quizás en el largo plazo lo lograría. Es lo que su madre hubiera hecho, mueve las piezas para que todo este como ella quería. El problema era que, a diferencia de su madre, él no tenía que fingir ser un chico bueno, él ERA un chico bueno.
Peeta no quería imaginarse todo lo que tendría que hacer para lograr lo que quería, no porque no pudiera, sino porque no quería pensar que todo eso iba en contra de lo que él era, sería traicionarse a él mismo, haciendo cosas malas para ganar el. cariño de la chica que amaba, amor que no iba a ser merecedor por las cosas que estaría haciendo para ganárselo. No sería justo, ni para él, ni para Katniss, y por más que le costara admitir, tampoco sería justo para Gale. El tipo era un imbécil según la opinión de Peeta, pero se notaba cuanto la quería a Katniss, cuanto se preocupaba por ella, cuanto quería que ella y su familia estuvieran bien y sin necesidades. Y aunque tenía muchas cosas que Peeta cuestionaba y no le agradaba, él también creía que todavía tenía salvación, que Gale podía mejorar, solo tenía que dejar de creer que tenía siempre toda la razón y que haces las cosas son más complicadas de lo que él cree, dejar lo prejuicios a un lado y ver más allá de eso. Además, sabía que Katniss le dolía mucho la pérdida de su amigo, su compañero de caza, con quien ella confía en su vida sin dudar, Peeta sabía perfectamente que no importara lo que él hiciera al respecto, nunca podía ocupar el lugar de Gale en el Corazón de Katniss, podía luchar por un lugar propio, pero nunca remplazarlo. Esto lo dejaba en una encrucijada, por un lado, podía mover las cosas a su favor, pero nunca sentirse merecedor de eso, o podía ayudar a su rival a que se reconciliara con su novia, lo que lo dejaría fuera de juego para ser algo. Más que amigos con la chica. Era una decisión difícil en la que luchaba su moral y sus ganas de ser feliz, pero a la larga solo había una respuesta clara, y eso era ayudar a Gale. No solo por el bien de Katniss, sino porque para Peeta ser algo que no era lo peor para él, prefería ver al amor de su vida feliz con otro que se encontraría que no estaba siendo auténtico con él mismo.
Con eso en mente, abrió los ojos decididos.
_ La verdad, Gale, me importa una mierda lo que piense de mí. Si fuera por mí, me iría ahora mismo y me sentaría cómodamente a ver como terminas cagando tu relación con Katniss hasta que ella te termine dejando. Pero no puedo hacerlo, porque por más que te cueste creerlo, realmente me preocupa por ella, y quiero lo mejor para ella. El problema está que todavía no estoy seguro que tú seas lo mejor para ella, pero eso no importa mucho si ella ya siente algo por ti, lo que solo me deja la opción de hacer lo mejor para que tú y ella solucionen sus diferencias y vuelvan a estar bien. No porque me importes tú, sino porque le prometí que trataría de llegar a un acuerdo contigo. Y no pienso irme de este bosque sin que lleguemos a un entendimiento. _ hablo con tono serio y claro, no queriendo que hubieran dudas en lo que decía, evitando parecer vulnerable.
Si Gale era honesto con él mismo, estaba impresionado. Cuando se encontraba cazando hace unas horas, sacando sus frustraciones y enojo con las pobres criaturas del bosque, nunca se hubiera imaginado que ese niño mimado lo estuviera esperando en el claro. Pero ahí estaba el chico, con una postura firme como roca, exigiendo que Gale lo escuche y llegue a un acuerdo con él, decidido a no ceder por más intimidante pudiera tratar de ser Gale. Eso no se veía todo el tiempo. Un comerciante en el bosque para enfrentarse a un cazador de la Veta, era de lago que creía que nunca había pasado. Así que tenía que darle puntos por la valentía. Pero iba a ser todo. Lo dejaría hablar para ver que tenía que decir, pero si este chico creía que por un momento que Gale iba a permitir que fuera parte de sus vidas, entonces estaba más que equivocado.
Peeta le pareció ver que Gale cedió un poco, así que decidió seguir adelante, y lo invitó a sentarse con él, en el lugar donde antes había ocupado Katniss. Gale aceptó sentarse, pero no cerca de él, por lo que eligió otro lugar, donde los dejaba casi enfrentados.
_ ¿Qué fue lo que te dijo Katniss? _pregunto Gale.
_ Me cuenta sobre la discusión que hubo a la mañana. _ respondió simplemente. _ Se notaba que estaba muy molesta. _ regaño un poco, a lo que Gale cerro los ojos con fuerza y soltaba pequeño quejido.
_ Sí, lo sé. Esa discusión no termina nada bien.
_ ¿Si entiendes porque ella estaba muy molesta verdad?
_ ¿Me cree lo suficientemente estúpido para no saberlo?
_ ¿Tengo que contestar? _ recibió una mirada enojada de Gale ante eso, pero decidió ignorarla deliberadamente. _ A lo que me refería es que quiero saber tu versión.
_ ¿Mi versión? ¿No te basta con la de Katniss?
_ La verdad es que no. Quiero saber lo que paso desde tu punto de vista. Quizás así pueda entender mejor lo que paso.
_ ¿Quieres entender lo que paso? Es muy fácil. Lo que paso fue que tú te metiste a nuestras vidas a arruinarlo todo. Si no hubieras metido a hacer todo este truquito de las marcas del alma, nada de esto hubiera pasado. _ acuso con seriedad, queriendo generar una reacción en él, pero Peeta se mantuvo tranquilo y sereno.
_ ¿Todavía crees que las marcas que te mostré son falsas?
_ Por supuesto que sé que son falsas, no tengo dudas de eso. Lo que me genera curiosidad es saber cómo lo supiste todo, que ella y yo teníamos dos marcas y cómo eran. Pero no importa, se notar a un impostor cuando lo veo.
_ ¿Estás tan seguro de eso?
_Claro que sí.
_ ¿Acaso Katniss te conto como descubrimos que teníamos la misma marca? _ eso dejo a Gale pensando, porque ahora que quería recordar, ella era muy baja al respecto, y lo distrajo con fantasías subidas de tono, que él no cuestiono nada más, ansioso por encontrar a su nueva “compañera”. Con todo lo que había pasado desde entonces no había vuelto a pensar en eso. Y ahora tenía la sospecha que no quería saberlo.
_ No, no me cuenta mucho al respecto. _ concurso más por orgullo que porque quisiera saber lo que paso realmente.
_ Ella me estaba buscando. _ ante el ceño fruncido de Gale, se apresuró a agregar. _ Tranquilo, solo quería hablarme de algo que paso hace mucho tiempo entre ella y yo. _ esta vez noto una mirada curiosa de Gale. _ No te puedo decir que fue, porque es algo muy personal para ella y creo que solo ella debería hablarte de eso. _ eso irrito un poco a Gale ¿Qué se creía ese niño al insinuar que Katniss le escondería algo importante? Seguramente se quería dar más importancia de la que tenía. _ Lo que sí puedo decirte que fue ella la primera que noto que éramos almas gemelas. Yo justo estaba en los vestidos cambiándome, cuando me caí, por lo que al parecer hice mucho ruido, a lo que ella entró para ver si todo estaba bien, yo no estaba con la remera en ese momento, por lo que pudo ver la marca. que llevo en el hombro. _ siguió relatando, cambiando un poco la versión para no alterarlo al pensar que ella lo vio casi desnuda, cubierta solo con una toalla en la cintura, no necesitaba tener más problemas de los que ya tenía. _ Lo que te quiero decir con esto, es que ella lo noto primero, ella podía no decirme nada al respecto, ni de ella, ni de ti, y muy probablemente nunca me enteraría de nada. Pero decidí hablarme de todo, decirme que no era el único con dos marcas, que podíamos conocernos más los tres antes de decir hacia donde nos iba a llevar esto de tener las marcas.
_ ¿Ella fue la que lo vio primero? _ pregunto asombrado, no había pensado que las cosas comenzaron de esa forma.
_ Sí, fue ella.
_ … eso no tiene sentido.
_ ¿Por qué no lo tendría?
_ ¿Por qué ella haría algo como eso? Ella tenía que ir primero conmigo antes de decirte algo. Y aunque eso fuera cierto, sigo sin confiar en ti. No hay nada que puedas decir o hacer para que eso cambien.
_ Sí, lo sé. No vine acá esperando que cambiaras de parecer.
_ … ¿Qué?... _ pregunto atónico Gale.
_ No necesito conocerte mucho para saber que no eres de los que cambian de opinión de alguien con solo una simple charla en el bosque. Eres más terco que eso. _ Peeta seguía sin inmutarse en ningún momento. Gale pensó que era casi admirable como podía mantener una conversación como esta de forma tan fría, sin mostrarse ni un poco de nervios o de tensión.
_ ¿Entonces por qué estás acá?
_ Para ofrecerte un trato.
_ ¿Qué clase de trato? _ Gale estaba curioso de ver hacia donde quería llevar las cosas este chico.
_ Es sencillo. Fingimos que nos estamos llevando bien frente a Katniss, tu raparás tu relación con ella y yo tengo la oportunidad de acercarme a ella.
_ ¿Cómo que acercarte a ella? _ cuestiono de forma posesiva, comenzaba a no gustarle hacia donde iban las cosas. Pero Peeta solo rodeo lo ojos con fastidio ante la reacción de este.
_ No hay mares mal pensados. Solo quiero ser su amigo, nada más. _ Quería aclarar, pero Gale seguía sin creerle.
_ Me diciendo estás que conoces a tu alma gemela y lo único que quieres es ser solo ¿Su amigo? Solo porque ella esta con otro chico que resulta que también es tu alma gemela. Y contrario a lo que todos harían ¿Tú solo te conformarás con solo eso? Sí, definitivamente no te creo nada.
_ ¿Entonces ahora admite que somos almas gemelas? _ pregunto Peeta con un poco de burla, como si lo hubiera atrapado.
_ No me refería a eso. Y esto se trata de que no creo que tu actito de chico desinteresado que solo busca hacerse amigo de Katniss.
_ ¿Y por qué crees que buscaría algo más?
_ Porque sé que ella te gusta ¿Verdad? _ dijo con aire de suficiencia, y por primera vez desde que comenzó esta charla, vio la máscara de Peeta salirse por un momento. Y aunque trato de acomodársela de nuevo, no pudo evitar que se le sonrojará las mejillas. Gale estaba orgulloso de haber encontrado un punto sensible en el niño dorado que parecía demasiado amable y comprensible para ser verdad.
_ … ¿Cómo lo supiste? _ pregunto despacio, casi un susurro que apenas pudo escuchar.
_ No estaba del todo seguro, pero me lo acabas de confirmar. Aunque no fue muy difícil de adivinar, recuerdo como la mirabas cuando pasábamos por el pueblo o cuando llegábamos a la escuela. Siempre pensé que eras inofensivo, del tipo que nunca tiene las agallas de ir por lo que quiere, y probablemente si Katniss no te hubiera dicho nada, seguirías siendo el mismo niño sin agallas. _ por cada palabra que Gale decía, una herida en lo profundo del corazón de Peeta se hacía más grande. Tuvo que contenerse para no darle un puñetazo en la cara arrogante que tenía al ver el efecto de sus palabras, pero tenía que contenerse, eso era lo que quería, iniciar una pelea a golpes para después decirle a Katniss que él era una basura de persona. que inicia una pelea de la nada. No podía permitirse eso.
Pero quizás lo que más le dolió de esas palabras fueron lo ciertos que eran. Peeta no sentía que fuera alguien que tuviera agallas, siempre evitando la confrontación, no solo al no poder confesar sus sentimientos a Katniss, sino porque nunca enfrento a su madre cuando esta despreciaba las cosas que a él le gustaba, o siempre siendo el mediador en todos los grupos en los que estaba porque odiaba que la gente se peleara.
_ Puedes que tengas razón. Pero no quita que, si quieres volver con Katniss, necesitas que ella vea que estas intentando de relacionarte conmigo, así como yo lo veo, no tienes muchas opciones. _ contesto Peeta ante las acusaciones que había dicho Gale, a lo que este entrecerró los ojos, perdiendo la sonrisa arrogante que tuvo momentos antes.
_ ¿Crees que realmente te necesito? Esta no es la primera vez que Katniss y yo nos peleamos, y siempre lo resolvemos después de un tiempo. Solo necesito dejar que ella se calme para hacerle entender que no te necesitamos y que estamos bien solo los dos.
_ ¿Y realmente cree que ella va a olvidar, así de la nada, que yo también soy el alma gemela de ustedes dos? _ cuestiono arcando una ceja. _ Déjame decirte que ese plan no te va a funcionar. Katniss no se va a olvidar de mi así nada más. Como ya te lo dije, compartimos algo, algo que por lo que me dijo ayer fue algo muy importante para ella.
_ ¿Crees que voy a creer que realmente tienes algo en común con ella? Si es que hubiera algo, no debe ser tan importante si nunca te menciono hasta ayer... _ no pudo continuar porque Peeta lo interrumpió abruptamente.
_ O puede que es tan importante que ella no quería hablar de eso con nadie. _ ahora el que tenía la sonrisa arrogante era el panadero.
Gale no lo admitiría, pero eso tenía sentido, Katniss era una chica que no solía contar sus cosas tan abiertamente, había a veces que hasta a él ya Prim les constaba hacer que ella les digiera que era lo que la molestaba. Si este chico tenía razón, entonces lo que sea que allá pasado entre los dos debía ser tan importante que ella no le gustaba hablar ni mencionarlo, lo cual lo alarmaba mucho el no saber que pudo haberle pasado a ella y el por qué no dijo nada. . Claro, todo eso bajo el supuesto de que él esté diciendo la verdad, lo que todavía era muy cuestionable. Estaba atrapado, si seguía como hasta ahora y el chico tenía razón, entonces podría perder a Katniss; pero si aceptaba el trato del chico, este podía estar engañándolo para acercarse a ella con la intención de robarla. Ambas movidas eran muy riesgosas.
_ Entonces ¿Qué dices, Gale? ¿Vas a hacer el trato conmigo o vas a seguir con tu estúpido plan? _ Gale se quedó en silencio mirando las opciones en su mente.
_ ¿Cómo yo sé que realmente solo quieres ser su amigo? _ pregunto con desconfianza.
_ La verdad, es que no la vas a saber hasta que lo veas, no creo que yo pueda decirte nada para que confies en mis palabras. Pero si te sirve de algo, de verdad que no creo tener una oportunidad con ella, no estoy tú en el medio al menos. Ella no va a querer tener una relación conmigo, ya sea romántica o amistosa, si sabe que eso te va a incomodar, ella respeta mucho tú opinión. Pero también va a ser igual para ti, ya que sigo siendo lo suficientemente importante para que ella sea la que no se sienta cómoda con nosotros dos peleándonos. _ se quedó en silencio antes de animarse a poner en palabras lo que sentía. _ Además, si hay algo que todo esto me ha enseñado, es que por ahí ustedes dos si me necesitan, para ayudarlos como en momentos como estos, quizás ser el alma gemela de los dos no necesariamente quiere decir que deba ser de forma romántica, Quizás sea solo un nivel de amistad. Si te soy sincero, todavía quiero creer que de alguna forma voy a encajar con ustedes dos, solo que no como todos creíamos, sino para estar ahí cuando ustedes me necesiten.
Se formó otro silencio entre los dos chicos, Peeta estaba empezando a creer que había hablado de más al admitir que en el fondo tenía la intención de ser parte de ellos, aunque sean como amigos. Era algo que, si bien lo había pensado vagamente desde que había regresado a su casa la noche anterior, pero nunca pensó que lo confesaría y mucho menos que haría algo para lograrlo. Pero era cierto, no lo podía negar, aunque dudaba que fuera algo que se hiciera realidad, por lo menos de parte de Gale, pero si lograba por lo menos ser amigo de Katniss, entonces puede que todo esto allá valide la pena, y puede que eso fuera suficiente para su vida, estar cerca de sus almas gemelas, pero no lo suficiente como para ser realmente parte de sus vidas.
Por otro lado, Gale examinaba al extraño chico que soltó tal confesión, o era el chico más estúpido que él había conocido, o estaba loco, pero de verdad no podía creer que digiera algo así. Que teniendo a la persona le gustaba como alma gemela renunciara a ella para conformarse ser alguien de fondo en su vida, era algo de lo que Gale nunca hubiera hecho, él hubiera luchado por la chica que amaba hasta el final, no importara lo que tuviera que hacer. Pero ahí estaba ese chico, con el semblante caído, esperando pacientemente por su respuesta, y aunque trataba de parecer seguro, ahora si se podía notar lo nervioso que estaba por el resultado de esta charla, había mantenido su semblante todo el tiempo que pudo, pero una vez que Gale logro encontrar los puntos en los que reaccionaba, su máscara estaba mostrando pequeñas grietas que le era muy difícil de disimular, aun así, había hecho un excelente trabajo manteniendo la calma.
Pensó en el trato que le ofreció, no le agradaba para nada, pero tenía puntos válidos a su favor, y Gale podía perder mucho si no jugaba bien sus cartas. Pero si quería demostrarle a Katniss que tenían que volver a estar juntos, y que también este chico no valía la pena y había que apártelo de sus vidas, entonces podía hacer sus movimientos si mantenía el chico cerca por el momento. Como decía un viejo refrán, mantén a tus amigos cerca ya tus enemigos más cerca.
_ Tienes razón. _ rompió el silencio, sorprendiendo a Peeta no solo porque lo escuchaba hablar abruptamente, sino por las palabras. _ No hay nada que puedas decir para que yo confié más en ti. Pero si quiero solucionar las cosas con Katniss de la mejor forma posible, te necesito para eso. Pero me tienes que prometer que tus intenciones no van a pasar de solo ser amigo con ella. Y si te atreves a romper esa promesa, te juro que para cuando termine contigo, no habrá quien te reconozca ¿Me entendiste? _ amenazo con fuerza, mirándolo con la intensidad para que entendiera que no estaba jugando al decir esas palabras, Peeta al entender lo que quería decir, ayudó sintiendo como los pelos de la nuca se le erizaba ante la amenaza. Trago saliva para deshacer la impresión antes de hablar.
_ Te prometo que mis intenciones son solo ser su amigo. _ prometió estirando su mano para que cerraran el trato.
Gale, sin decir palabras, soltó un suspiro de cansancio antes de estrechar su mano.
Notes:
¿Qué les pareció? ¿Valió a pena la espera? De verdad espero que sí. En fin, por fin tuvimos el día después, lo cual me costó mucho escribir, no solo porque tuve que dejarlo por las vacaciones, de las cuales no pude avanzar nada, sino porque me costó hacer los diálogos para que tuvieran lógica y encajaran hacía donde quiero llevar la historia. Lo que más me costó fue hacer la charla de Peeta y Gale, quería que tuviera lógica la forma de comportarse o como se tomaban las cosas, espero hacer logrado algo medianamente decente.
Pero bueno, cambiando un poco de tema, en el capítulo anterior escribí que llegamos a las 100.000 palabras, pero eso fue un pequeño error mío, ya que en realidad fueron como 94.000, pero bueno, para cuando me di cuenta sentí que no valía la pena corregirlo, igualmente ahora lo aclaro, y con este capítulo, hasta supero las 100.000 palabras (son en total 114.000 masomenos). Sé que para muchos no le interesa, pero para mí es asombroso el que allá escrito tanto, y como que quise mencionarlo para tenerlo en cuanta.
Y por último quería agradecer a los que siguen leyendo y a los que comentan las historias, sus aportes son muy importantes para mí, y espero seguir contando con ellos en el futuro, que mi historia los siga entreteniendo y que podamos seguir así hasta el final.
Les agradezco con todo el corazón y espero que todos tengan un fabuloso 2025.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Chapter 9: Secretos
Notes:
¡¡¡SIGO VIVA!!! Difícil de creer, pero es cierto.
Quiero disculparme con todos por tardarme en actualizar, la verdad este año me está superando bastante. Estoy en mi último año de la facultad (con suerte) y se me puso muy intenso con las materias, y cuando no entraba en crisis existenciales por eso, no sabía cómo avanzar con la historia, como que tenía una idea de lo que quería que pasara, pero no se me ocurría como llegar a eso. Y además no me sentía muy conforme, porque sentía que cada vez que escribía me desviaba por donde quería ir, pero a su vez estaba escribiendo cosas que me parecían importantes, tuve que filtrarme mucho y enfocarme en lo importante para no desviarme de la historia, y me convencí de lo que no pude contar, lo hare más adelante en la historia.
Sin más que decir, los dejo seguir con el capítulo, espero que sea de su agrado ¡Nos vemos abajo!
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Nueve: Secretos.
Hay acuerdos que son difíciles de sostener, una de las partes casi siempre termina cansándose o perdiendo la paciencia y decide romper lo que se había acordado, no sin antes tratar de salir lo mejor beneficiado posible. Son pocos los acuerdos que duran, la mayoría lo hacen porque los une algo más que simplemente las palabras, puede ser sentimientos de afecto, responsabilidad, respeto o hasta incluso miedo, los motivos por lo que los tratos duran más tiempo. Pero, en el caso del acuerdo que se hiso en el bosque entre dos chicos que lo único que los unía era que ambos estaban interesados en la misma chica, sorprendentemente para todos, duro más de lo que se esperaba. Ambos cumplieron con su parte, Gale se hiso más tolerante a la presencia o a la mención de Peeta frente a Katniss, mientras que Peeta mantuvo las cosas a cierta distancia, que le permitía estar lo suficientemente cerca de ella para ser considerado parte de su vida, pero lo suficiente lejos como para evitar malos entendidos. Aun así, tuvieron algunos problemas al inicio, ya que no lograban estar conformes con los límites que el otro imponía, pero trataron de que Katniss no se enterara de los conflictos que estos tenían.
Lamentablemente a para ambos, subestimaron los instintos de la chica, quien noto la rivalidad entre ambos desde el inicio, solo no dijo nada porque creyó que era mejor que lo solucionara entre ellos sin su intervención, pero se mantuvo atenta a ver si su conflicto escalaba a más que solo miradas asesinas o palabras que dicen más de lo que se cree. Y es que, al contrario de lo que ellos creían, no eran tan discretos como ellos pensaban que eran. De cierta forma era un poco molesto para ella, porque parecía que creían que la podían engañar tan fácilmente, que ella no sospecharía nada cuando fueron a hablar con ella al poco tiempo de que los dos hubieran tenido su charla en el bosque. Ella era muy consciente de que sus conflictos no se iban a solucionar con una simple charla, pero su intención era que por lo menos iniciaran con algo, su plan consistía en que de a poco ella iba a forzar la relación entre los dos hasta que por fin dejaran de odiarse tanto y apreciaran más al otro. Si de esa forma lograba al menos una amistad entre ellos, entonces Katniss se hubiera sentido aliviada, porque después de eso podían ver a hacia donde podía ir la relación de los tres. Pero lo primero era llegar a entrar en una armonía, y esa armonía era lo difícil de lograr.
Por eso no les creyó mucho cuando Gale pidió hablar con ella el día siguiente de su pelea, le pidió que se juntaran para ir al claro al atardecer, que él y Peeta la estarían esperando ahí. Ella no se negó mucho y accedió a juntarse con ellos, preguntándose internamente si ella debía ser la que llevara a Peeta al claro para asegurar la presencia del chico, pero decidió confiar en que Gale se haría cargo del chico. Y como Gale había dicho, ambos chicos se encontraban en el claro, pero se notaba que había una clara distancia entre ellos. Peeta se encontraba sentado en una roca con los brazos cruzados tratando de mostrar tranquilidad y calma, se le nota que su mano agarraba quizás con demasiada fuerza su propio brazo. Por otra parte, Gale se encontraba más apartado de este, de pie y también con los brazos cruzados, al parecer también intentaba mostrar una actitud tranquila y calmada, pero resulta que no parecía ser tan buen actor como Peeta, ya que su rostro serio y la tensión que se notaba desde lejos que tenía en su cuerpo, dejaba ver lo incomodo que se sentía en ese momento.
Aun así, ella decido seguirle a corriente y ver que tenían que decirle.
_ Ya estoy aquí. _ fue lo que dijo apenas entro el claro, haciendo que ambos notaran su presencia. _ ¿De qué querían hablar?
_ Hola, Katniss. _ saludo inmediatamente Peeta, siempre con una hermosa sonrisa (aunque ella no sabía que esa sonrisa era solo para ella, no como Gale, que estaba bien enterado de los sentimientos del chico, por lo que si lo noto, por lo que rodeo los ojos al ver lo evidente que era el chico).
_ Hey, Catnip. _ saludo Gale con su propia sonrisa, esa en la cual se levantaba solo un lado de los labios, más parecida a una sonrisa arrogante o burlona, pero que ella sabía que era una sonrisa sincera.
_ Sí, sí, sí. Hola ¿Qué tal? ¿Cómo están? _ respondió al saludo con impaciencia ella _ ¿Listo? ¿Ahora podemos hablar de lo tenemos que hablar? _ pregunto rodeando los ojos. Por alguna razón esto le genero algo de gracia a ambos chicos.
_ Está bien, Catnip, ahí vamos a eso. _ dijo Gale antes de mirar a Peeta y que este asistiera con determinación. _ Creo que ya tienes una idea porque queríamos hablar contigo. Pero antes de llegar a eso, creo que me corresponde decir algo. _ se tomó un momento en el que cerró los ojos, soltó un profundo suspiro y volvió a abrir los ojos. _ Te debo una disculpa, Catnip, por lo que pasó ayer a la mañana. Te dije cosas duras y no tenía la intención de herir, pero lo hice al insinuar esas cosas sin considerar como te sentirías, no fui justo contigo ¿Podrías perdonarme?
Katniss miro a Gale, estudiando su rostro, tratando de decidir que iba a decir.
_ Lo que dijiste fue muy feo, Gale. No me gusto que asumieras esas cosas de mí y que lo digieras sin considerar como me afectaría eso. Todavía sigo enojada por eso, no te puedo perdonar todavía, vas a tener que hacer mucho para que eso pase. _ Gale pareció decaído, pero acepto las palabras de Katniss, sabiendo que tenía razón, necesitaba trabajar más para ganar su perdón. _ Y de todas formas no soy la única que necesita una disculpa ¿No es cierto, Peeta? _ ante eso último, Peeta se sobre salto, no esperando que lo mencionaran, lo miro asombrado, sin saber que decir.
_ Eh… ¿Si…? _ dijo confundido.
_ Exacto ¿Te disculpaste con él por lo que paso la otra noche? _ dijo ella mirando con seriedad a Gale, para que entendiera que no estaba dispuesta a que se negara.
Por su parte ambos chicos estaban sorprendidos, no pensaban que ella mencionara algo por el estilo, por lo que ninguno de los dos estaba preparado para eso. Peeta, al ser el que pensaba más rápido, trato de decir algo para salvar la situación.
_ Katniss, no creo que… _ no pudo decir mucho ya que fue interrumpido por Gale.
_ Tienes razón, él también merece una disculpa. _ Peeta abrió los ojos no esperando que él quisiera disculparse con él. Pero cuando Gale se giró para mirarlo directamente a sus ojos, entendió sus intenciones, lo hacía para quedar bien con Katniss, no porque de verdad creyera que tuviera de hacerlo. Tuvo que contenerse para no rodear los ojos. _ Lo siento, Peeta, no debí actuar de esa forma esa noche, no fui justo contigo. _ para ser una disculpa, Peeta tenía que decir que era muy mala, pero por suerte para los tres, él no estaba interesado en eso y decidió no insistir en que merecía una disculpa mejor. De todas formas, lo prefirió así, no tenía intención de decirle a Gale o a Katniss lo mucho que lo había afectado lo que había pasado esa noche, creía que lo mejor sería que eso quedara en el olvido y que no se volviera a mencionar.
_ Está bien, Gale, todo eso quedo en el pasado. _ dijo con suavidad, aceptando sus disculpas para nada sinceras. Todo sea para no tener más problemas frente a Katniss.
Ambos chicos miraron a la chica esperando ver si esta se sentía conforme. Ella volvió a examinarlos a los dos con la mirada. Era consciente de la situación forzada entre ambos, ninguno de los dos parecía ser muy sinceros con sus palabras, pero viendo como estaba la situación en esos momentos, decidió que mejor se conformaba con eso.
_ Está bien, creo que ahora podemos seguir con lo otro. _ ambos chicos asistieron ante eso. _ ¿Llegaron a entenderse? _ esta vez el que hablo fue Peeta.
_ Sí, hemos estado hablando ayer, y hemos logrado aclarar algunas cosas. Hemos decidido ser más abiertos al otro. No podemos decir si eso va a llevar a algún lado, porque nos seguimos sintiendo incomodos entre nosotros, pero hemos acordado comenzar como… _ se detuvo buscando las palabras mientras le daba una mirada a Gale para ver sus reacciones. _ ¿Amigos? _ busco su confirmación, el cual este a duras penas se la dio asistiendo con la cabeza. A pesar de todo, Katniss todavía no se sentía muy convencida.
_ ¿En serio? _ cuestiono con mucha duda en su voz. _ ¿Los dos están bien con ser… amigos?
_ Algo así… _ contesto Peeta. Katniss los evaluó a ambos.
_ ¿Y tú Gale, no tienes nada que decir?
_ Yo… estoy con Peeta en esto. _ dijo con seriedad.
_ ¿Ya no piensas que es un niño mimado, que quiere engañarnos a ambos con su hermano? _ trato de provocar ella, usando las palabras que el mismo Gale había dicho el día anterior.
Y en parte logro una cierta reacción, ya que Peeta no pudo evitar un pequeño destello de ira que apareció en sus ojos mientras giraba la cabeza para clavar su mirada en el chico más grande, y Gale tampoco evito enfocar su mirada al bosque evitando cruzarse con la mirada de los ojos azules, si bien su cara no parecía que tuviera vergüenza ni arrepentimiento por las palabras que había usado, lo cierto es que si se veía algo incómodo. El chico de cabellos rubios, al entender que no recibiría ninguna respuesta del otro chico, decidió calmar su enojo y enfocarse en lo que tenían que hacer, lográndolo cuando soltó un fuerte suspiro con los ojos cerrados y enfoco de nuevo su atención en la chica.
_ Eso… no fue exactamente… _ Gale fue interrumpido por la mirada seria de Katniss. _ Bueno, puede que lo allá dicho… _ confeso con un poco de rubor asomándose por sus mejillas. _ ¡Pero eso fue antes de que aclarara las cosas con él! _ se apresuró a agregar, como si eso fuero suficiente para justificarlo. _ De todas formas… ya me disculpé y prometimos llevarnos bien… ¿Eso no es suficiente, Catnip?
La chica solo los miro con atención, seguía sin estar del todo segura de que esos dos podrían llevarse bien, pero tampoco se le ocurría una forma para ponerlos en evidencia. Para mérito de ambos, parecían poder comportarse frente a ella, ya que ninguno de los dos cedió a las provocaciones que ella les dio, lo que quería decir que por lo menos no querían molestarla a ella, lo cual era un logro en cierto sentido. Se le ocurrió que quizás podía trabaja con eso, podía hacer que pasaran tiempo entre ellos mientras estaban con ella, obligándolos a que se comportaran, y quizás de esa forma lograría que de verdad se conocieran y de verdad pudieran ser más cercanos. Sabía que quizás no fuera su mejor plan, pero de verdad que no se le ocurría mucho más, y lo menos que podía hacer era intentarlo. Con eso en mente, decido que lo mejor era seguirle el juego por el momento.
_ Okey, les voy a creer… _ les contesto. _ Pero si hacen algo que me haga pensar que todo esto es solo una actuación, les juro que no les voy a volver a hablar a ninguno de los dos. _ ambos chicos tragaron saliva nerviosos mientras se miraban, acordando en silencio hacer todo lo que estuviera en su poder para que ella no descubriera de su trato. Luego la miraron a ella asistiendo. _ Ya solucionado ese problema, creo que tenemos otra cuestión de qué hablar. _ se tomó un momento antes de seguir. _ ¿Cómo va a ser esto… entre los tres?
_ ¿A qué te refieres, Katniss? _ pregunto el rubio sin entender a lo que se refería.
_ Bueno… me refiero a… ¿Cómo va a ser nuestra… dinámica? Ósea… ¿Qué vamos a ser… los tres…? _ pregunto sin estar segura si su pregunta se entendía. Los dos chicos tardaron un rato en contestar, quizás sin estar seguros de cómo contestarle. Fue Peeta quien se atrevió a hablar.
_ Yo… no sé lo que piensan tú y Gale… pero por mi parte, yo solo quiero estar cerca de ustedes… como amigos… Quisiera que comencemos de forma tranquila, con la intención de ser amigos… por lo menos de mi parte es así, pero creo que entre ustedes hay más que eso… por mi está bien si es así, puede que a veces me sienta un poco incómodo, pero con el tiempo me voy a acostumbrar… _ su voz no dejo de ser nerviosa en ningún momento, era difícil para él decir esas palabras, no solo por la vergüenza que le generaba, sino también porque sabía en el fondo que eran mentira. No quería ser solo amigos de ella, si le importaba que ellos estuvieran juntos y era muy probable que nunca se acostumbrara a verlos como pareja. Pero había hecho un trato con Gale, así que no podía hacer otra cosa, y era mejor tener eso que nada.
_ ¿Eso es cierto, Peeta? _ pregunto ella sintiendo que algo no encajaba. El chico simplemente se limitó a verla a ella y luego llevar sus ojos al otro chico, quien curiosamente estaba muy silencioso sin reaccionar a nada, luego le dio su respuesta.
_ Sí, Katniss. Estoy bien de esa forma. _ por algún motivo ella no terminaba de creerle del todo, pero sintió que otra vez no lograría resolver eso en ese momento, por lo que decidió tratar eso más adelante, cuando se encontrara a solas con Peeta.
_ Está bien, Peeta, si eso es lo que quieres, yo estoy contigo. No tengo problema en ir conociéndonos y en ser amigos, eres un buen chico y de verdad siento que ya me caes bien. _ dijo todo con una sonrisa trasquiladora, pero sus palabras tuvieron dos impactos diferentes entre los dos. Para el rubio, que no estaba acostumbrado a recibir palabras amables, las recibió con un sonrojo tierno en sus mejillas mientras apartaba la mirada avergonzado; para el castaño, fue todo lo contrario, ya que soltó un chasquido de disgusto con la boca y miro con odio a los árboles que estaban a su alrededor. _ Pero, si en algún momento decides cambiar tu opinión, no dudes en decirlo, esta no tiene que ser tu última palabra ¿Okey? _ ante esas palabras, las pobres mejillas del chico rubio se hicieron más rojas de lo que ya estaban; mientras que Gale tomo hasta su ultimo gramo de calma para no estallar de furia.
_ Está bien, Katniss… gracias por decirlo… lo tendré en cuenta…
Katniss asistió, complacida de por lo menos haber llegado a algo con él, aunque estaba claro que las cosas no habían terminado ahí. Ahora solo faltaba aclarar las cosas con Gale, y si ella era sincera con ella misma, la verdad es que no sabía que esperar de eso, todavía se sentía afectada por los eventos de esa noche y la discusión que tuvo con él al otro día, sin mencionar que la llegada de Peeta cambiaba mucho su situación. Se encontraba confundida ya que no tenía del todo claro que era lo que quería, por un lado, el tiempo que paso con Gale fue muy especial y hermoso para ella, la ayudo a enfrentar problemas con sus sentimientos y miedos, la hiso descubrir cosas de ella misma que no conocía, profundizando en los sentimientos que ya tenía con él. Y de verdad no quería cortar con eso, pero también sentía que necesitaban calmarse y ver a donde llegaban sus sentimientos con Peeta cerca de ellos. Ella de verdad no creía que podían seguir como si nada con su otra alma gemela siendo simplemente amigos, por más que ambos chicos insistían que estaban bien con eso. Por lo que no se sentía bien salir con uno mientras el otro se limitaba a observar, y eso le pareció que era un buen motivo para tomarse las cosas con calma con Gale, eso sin mencionar que en los últimos días había conocido ciertas cosas del chico que de verdad no le encantaba del todo. Ella entendía que obviamente a Gale no iba a caer encantado con Peeta con solo verlo, pero había esperado que al menos hiciera el intento de conocerlo, que con tiempo ellos dos de verdad llegarían a algo más, algo como lo que habían tenido ella con Gale, algo de lo sospechaba que también podía tener con Peeta ella misma. Pero no solo se había negado a todo, sino que tiro comentarios no solo insultantes al pobre chico, sino que también insinuó cosas de ella, como sus gustos sexuales o si ya tenía algo con Peeta a sus espaldas, lo cual no fue para nada respetuoso y fue muy hiriente. Todo esto la hacía pensar que quizás era mejor dejar su relación en pausa hasta que ella se sintiera más segura y cómoda para estar con él, pero antes tenía que sentir un cambio en él, porque se negaba a seguir con alguien así.
Supuso que todo eso merecía tener su propia charla con Gale a solas.
Por el momento solo le quedaba resolver una sola cosa con los dos juntos.
_ ¿Qué les vamos a decir a las familias? _ hablo ella.
_ ¿Por qué? ¿Les has dicho algo a la tuya? _ pregunto también Gale, volviendo a estar totalmente interesado en la conversación.
_ No les he dicho mucho, pero si saben que encontré a nuestra otra alma gemela… pero no les he dicho nada más. Ayer estuvieron pregunto sobre eso, pero solo les dijo que todavía no podía hablar de eso.
Katniss todavía se acuerda cuando volvió a la casa el día anterior después de dejar a Peeta y a Gale en el bosque para que hablaran, su madre y su hermana estaban muy emocionadas y curiosas por cómo le había ido con la cena con sus almas gemelas. Katniss no se había encontrado de humor para comentar la tragedia que fue todo eso, así que lo dijo que las cosas no habían resultado del todo bien y que estaba trabajando en poder solucionarlo, hasta entonces, no quería hablar mucho de eso. Ambas la comprendieron, pero ella pudo notar como su madre se mostraba preocupada y su hermanita se desilusionaba al ver que no todo salió como se esperaba, igualmente le dieron el especio que ella necesitaba y no volvieron a mencionar nada al respecto. Aun así, Katniss quería saber que se suponía que le diría a los demás ¿Sería como cuando comenzó a salir con Gale y les dijeron a las familias después de un tiempo? ¿Y cómo harían eso? ¿No le traería eso problemas a Peeta con su familia? Ella no se encontraba del todo segura de cómo podía llevar la situación.
_ Yo no le he dicho nada a mi familia. _ contesto Gale. _ Y la verdad prefería que siguiera de esa forma. Ellos ni siquiera saben que tengo otra marca del alma, no quisiera tener que decirle ahora eso, mucho menos tener que explicar toda esta situación, algo que ni siquiera nosotros mismos podemos entenderlo del todo.
_ ¿Tu familia no saber que tienes dos marcas? _ pregunto el rubio sorprendido.
_ No quise decirles, ellos solo creen que tengo solo una marca y la comparto con Catnip. _ respondió con seriedad, casi pareciendo molesto por contestar.
_ ¿Y hay de ti, Peeta? ¿Tus padres saben que tienes dos marcas?
_ No solemos hablar de eso en mi familia… Mi madre como que… no toma muy bien si mencionamos eso… a ella no le gusta ni que hagamos ninguna referencia. Y como nunca tuve a nadie para decirle, así no hay nadie que lo sepa. Sospecho que todos creen que soy como mi padre y no tengo marca. En realidad, ahora que lo pienso, son las únicas personas que saben y han visto mis marcas. _ por algún motivo, el chico sonaba un poco avergonzado cuando hablo del disgusto de su madre hacia las marcas del alma, Katniss y Gale sospecharon que detrás de eso había una historia, pero como el rubio no explico más, supusieron que no se debía preguntar. _ ¿Y tú? _ pregunto hacia la chica.
_ Mi familia ya sabe que tengo dos marcas, y que una de ellas es de Gale, también saben que ya encontré mi otra alma, pero no saben quién es, solo que… las cosas no resultaron del todo bien…
_ Entonces ¿Qué quieren hacer? _ pregunto el rubio.
_ Creo que deberíamos dejar todo esto solo entre nosotros. _ respondió Gale, sin abandonar su expresión seria, pero al notar la queja que se estaba por formar en los labios de la chica, agrego: _ En serio creo que es lo mejor, ya de por si el Distrito no sabe que Catnip y yo salimos ni que somos almas gemelas, mencionar que estamos aparentados los tres no tiene sentido. En cuanto a las familias, también creo lo mismo, y quisiera que ninguno de ustedes se lo diga a nadie, no quisiera que mi familia se enterara de esto por otro lado. _ Katniss ya quería decir algo en contra de eso, pero el rubio se adelantó.
_ Estoy de acuerdo. No quiero que mi familia se entere de esto, no tanto por mí, sino porque sé que comerciar con la panadería es importante para ustedes, no quiera que ponerlos en problemas porque mi madre no quiera comerciar con ninguno de los dos. También podrá poner a otros Comerciantes en contra de ustedes si ella quisiera. _ ante eso Katniss función el ceño confundida.
_ ¿Cómo podría convencer a otros Comerciantes? Que yo sepa, no es muy popular entre ellos… sin ofender.
_ No me ofende, pero se cómo es mi madre. Y es por eso que sabe qué decir para que todos se ponga de su lado, lo digo enserio, no querrán que ella se entere de todo eso. _ contesto el chico con una extrañar seriedad que no parecía propia de él, como si lo que quisiera decir que no era un juego de lo que estaba hablando.
Katniss se quedó sin palabras para contradecir lo que ambos chicos proponían. Aun así, no se encontraba satisfecha con el resultado, no era que quisiera decirle a todo el Distrito, pero al menos quería ser clara con las familias. Pero entendía los puntos de ambos, aunque sospechaba que el punto de Gale se trataba más que todavía no estaba conforme con ser alma gemela de Peeta, y si le decía a su familia tendría que admitir que todo era cierto e innegable, por lo que tendría que asumirlo y al parecer él no estaba listo para eso. Ella creyó que lo mejor era ceder esta vez y esperar un poco más para volver a hablar sobre el tema, no le parecía justo mantener la relación que tenían con Peeta en secreto, como si fuera algo sucio o algo vergonzoso, pero si él estaba de acuerdo con eso, ella no podía hacer nada al respecto por el momento.
Suspiro ante sus pensamientos, cada vez que pensaba en estas cosas, sentía que tenía que arreglar muchas cosas entre estos dos chicos para que los tres pudieran disfrutar de una vida compartida, pero decidió no desanimarse y seguir trabajando para lograrlo.
_ De acuerdo, no estoy muy conforme con todo esto, pero prometo no decir nada, ni a mi familia. Ya veré como le explico todo esto a ellos. Pero… ¿Esto significa que vamos a actuar como si lo que paso el viernes nunca paso?
_ Por mí, eso estaría bien. _ contesto de inmediato Gale, ganándose una mirada asesina de la chica y unos ojos de blanco del rubio, tuvo que contenerse para no reírse ante las expresiones de los dos. _ Es broma, es broma. _ trato de calmarlos a los dos.
_ Si, que chistoso. _ dijo sarcásticamente la chica. _ Pero lo pregunto enserio.
_ Yo… de verdad quisiera seguir en contacto con ustedes, pasar más tiempo juntos. _ los ojos azules estaban fijos en la chica mientras hablaba, haciendo que el chico más grande entendiera que se refería más específicamente a ella, aunque la chica pareció no notarlo. _ Pero puede ser en secreto, para que nadie sospeche de nosotros. Tendría que ser en un lugar y momento específico para no llamar la atención.
_ ¿Y si… y si hacemos que este lugar sea para juntarnos y pasar tiempo juntos? _ ofreció ella de forma pensativa y dudosa.
Gale no se encontraba muy feliz con esa idea, ese lugar era de Katniss y de él, donde pasaban su tiempo de relajación, donde discutían las cosas que les molestaban en el Distrito o en sus familias, donde eran sinceros con sus preocupaciones, o donde simplemente pasaban el rato divirtiéndose. Era su lugar apartado de todo lo malo que pasaba en el mundo, que le hacía pensar que solo existían solo ellos dos y nadie más. Ya sentía que eso fue vulnerado cuando el chico rubio lo había esperado en ese mismo lugar el día anterior para hablar con él, y se sentía igual ahora mismo, incluso si solo estaban hablando con Katniss. No quería que siguiera apareciendo por ahí, que dejara de ser el lugar de ellos dos, a ser el lugar de ellos tres. Pero una de las razanos que ese lugar era tan especial era porque no había otro parecido en el bosque, por lo que él sabía, o al menos que se encontrara lo sufete cerca del Distrito. Y aunque quisiera rechazar el volver a juntarse con el rubio, había hecho un trato con él, no podía romperlo por el momento, más cuando su relación con Katniss era tan frágil, por lo que no tenía de otra que aceptar la propuesto de ella.
_ No me gusta, pero prefiero vernos acá, que arriesgarme a que me vean en el Distrito con este. _ contesto dándole una mirada molesta al rubio.
_ Gale… _ lo nombro la chica con tono de regaño.
_ ¿Qué? ¿No era que el plan es que nadie se entere? _ cuestiono con inocencia falsa el chico.
_ Sabes lo que quiero decir. _ la chica lo miraba con molestia. _ Si queremos que esto funcione, tienen que dejar de hacer comentarios como esos. _ dijo dándoles una mirada seria a ambos, pero más que nada a Gale, ya que ella era muy consiente que era el más propenso a decir cosas así para molestar al otro.
Peeta por otro lado, la daba igual los comentarios pasivos agresivos que Gale podía decirle, contrario a lo que Katniss pudiera pensar, él estaba acostumbrado a esos tratos bruscos y no le podía molestar menos, y la razón por lo que no respondía era porque lo único que le importaba era pasar más tiempo con Katniss, era lo único que había deseado desde que tenía cinco años. Si Gale creía que con unos comentarios bruscos iba a ser suficiente, pues se iba a encontrar desilusionado, ya que no había nada en el mundo que lo haría renunciar a ella.
_ Yo… no tengo problema en que nos juntemos aquí, pero… _ se interrumpió el rubio, le avergonzaba decir lo que quería decir, comenzó a sentir como sus mejillas se ponían rojas, pero tenía la pequeña esperanza de que ellos lo relacionaran al sol y al calor.
Pero tristemente para Peeta, no los logro engañar, no solo por el notable rubor que momentos antes no era tan intenso, sino también por la postura que el chico tomo sin que se diera cuenta. Su postura que generalmente reflejaba tranquilidad y amabilidad, de pronto cambió radicalmente, mostrándose nervioso e inquieto. Comenzó a jugar con sus manos de forma inquieta, mirando al alrededor en un intento de buscar algún punto que le diera la respuesta que buscaba, y su voz que originalmente era serena pero firme, de pronto se volvió un poco temblorosa. Para Katniss y Gale (aunque este último nunca lo admitiría), les resulto un poco gracioso y hasta tierno verlo de esa forma. Parecía como un niño tímido tratando de animarse a pedir permiso a sus padres, era tan distinto a lo que Peeta solía mostrar a todos, fue muy llamativo, sobre todo para Katniss, que era la que más lo conocía entre los dos.
_ ¿Pero? _ le pregunto ella, tratando de animarlo a que siguiera hablando.
_ Es que… _ Peeta sentía que las palabras no querían salir. No quería parecer débil y darle otra cosa a Gale para que lo moleste y se ría de él, pero si quería seguir viendo a Katniss, era algo que tenía que hacer. _ Yo todavía no sé cómo llegar hasta aquí, el bosque sigue siendo muy nuevo para mí y necesito que me ayuden. _ confeso con voz suave, mostrando la inseguridad que sentía, él no estaba acostumbrado a pedir ayuda, no le gustaba sentir que podía ser una molestia para alguien, y más cuando sentía que iba a ser algo seguido.
_ Oh. _ Katniss se quedó pensando en eso. Peeta tenía razón, él no podía ir solo, no solo porque no sabía el camino, sino también porque no era muy seguro que se metiera al bosque sin ni siquiera tener una arma o conocimientos básicos supervivencia, y sin que nadie estuviera cerca para que pudiera ayudarlo. _ Creo que lo mejor es que nos esperes para que te llevemos. _ dijo pensativamente. _ Podrías esperarnos en la cerca, casi nadie pasa por ahí, y mientras que no pases, no estás haciendo algo ilegal. _ el rubio pensó en su propuesta.
_ Y si alguien me ve, siempre puedo decir que estoy viendo las plantas para dibujarlas. _ aporto él después de analizar bien la idea.
_ ¿Dibujas? _ pregunto Gale sintiendo una leve curiosidad.
_ Solo un poco. _ contesto sin querer seguir hablando del tema, el mayor acepto la respuesta sin más, perdiendo el interés al instante.
_ Entonces… ¿Si te parece esperarnos para traerte aquí? _ quiso comprobar la chica.
El chico volvió a ruborizarse, todavía le daba vergüenza depender tanto de ellos, como si tuviera cinco años de nuevo y tenía que estar siempre de la mano de su padre o de sus hermanos, pero también era consiente que no podía manejarse solo en el bosque.
_ Estoy bien si a ustedes les parece bien. _ los dos miraron inmediatamente a Gale con una pregunta no expresada en sus ojos, a lo que el chico no le quedo de otra que ceder a la “presión” con un fuerte suspiro y poniendo los ojos en blanco.
_ Está bien. Si yo te encuentro antes, prometo traerte hasta aquí. _ el rubio asistió conforme con su respuesta, pero la chica siguió mirándolo fijamente, y Gale volvió a poner los ojos en blanco. _ Y prometo ser un buen chico y que nada le va a pasar mientras este conmigo en el bosque. _ eso llamo la atención al otro chico, nunca se le había ocurrido que era necesario esa promesa, pero como Katniss se mostró satisfecha, decido no comentar nada al respecto.
_ Faltaría decidir cuándo. _ dijo Peeta.
_ ¿Cuándo estaría bien para ti? _ le pregunto la chica. _ Para nosotros es lo mismo, pasamos la mayor parte del día por aquí, así que dependería más de ti.
Peeta no tenía duda de que ella tenía razón, ellos eran criaturas del bosque, vivían por y para el bosque. Era una de las razones por las que ambos se llevaban tan bien, haciéndolos más unidos que con cualquiera, una de las razones por las que Peeta creía que hacían tan buena pareja y por lo que no le sorprendió que compartieran marca del alma. Y era una de las muchas razones por las que el rubio no podía evitar sentir celos, haciendo que anhelara poder tener una conexión así, pero creía que ni en sueños podría tenerlo, mucho menos con Katniss. Era muy consiente que no tenía mucho en común con sus almas gemelas, lo que todavía le generaba dudas sobre si realmente tenía un lugar con ellos dos, por lo que seguía creyendo que lo mejor era conformarse con ser simplemente parte de sus vidas, lo suficientemente para decir que estuvo presente cuando lo necesiten, pero nunca como para decir que tenía un papel importante. Y sabía que eso solo lo iba a lograr si insistía lo suficiente como para no hacerles fácil el olvidarse de él, lo cual, si fuera por Gale, no tendría ningún problema de olvidarlo y sacarlo de su vida y de la de Katniss. Aunque el pensamiento le generaba tristeza, le dio la motivación para seguir insistiendo para que no lo olvidaran.
Con eso en mente, comenzó a pensar en su agenda mental, buscado cuando podía juntarse con ellos.
_ Creo que solamente puedo los sábados a la mañana. _ concluyo lamentándose, ya que era el único espacio que tenía. _ Como mi hermano ya no trabaja en la panadería, mis padres necesitan que Rye y yo nos repartimos lo que él hacía antes, por lo que durante la semana trabajo antes de ir a clases y tengo que volver inmediatamente después de salir del colegio. Los domingos es el día que más clientes tenemos, ya que muchos se toman ese día de descanso. Los sábados son los únicos días tranquilos, nunca hay mucha gente, y puedo tomar el turno de la tarde que mi hermano siempre me insiste que tome.
Era factible lograrlo, su hermano, a pesar de no ser una persona madrugadora, siempre pedía y peleaba con Peeta por el turno de la mañana, eso le liberaba la tarde para salir con sus amigos. Peeta también hacia lo mismo, pero sabía que Katniss y Gale cazaban temprano a la mañana, dedicando el medio día y la tarde a hacer los intercambios. Peeta no podía acompañarlos a hacer los intercambios por todo el Distrito, eso iba en contra con lo que habían acordado anteriormente, ya que sería imposible explicar por qué un hijo de Comerciante seguía como cachorrito a los dos cazadores, sin mencionar que eso no dejaba un espacio para que pudieran hablar libremente.
_ Los sábados están bien. _ le confirmo Katniss después de dale una mirada de confirmación con Gale, quien simplemente asistió. _ ¿Estás seguro que es el único día que puedes venir? _ pregunto esperanzada, le hubiera gustado verlo más seguido por fuera del colegio. El rubio dudo antes de contestar.
_ Es… muy complicado. Siempre hay mucho trabajo en la panadería, y ahora solo somos cuatro los que estamos disponibles. _ el chico se sintió mal al notar la desilusión en los ojos grises de la chica. _ Pero, mi hermano mayor todavía se pasa de vez en cuando a ayudar un poco, podría aprovechar esos días para escaparme si puedo. _ no podía prometer que eso pasara siempre, pero si podía prometer que aprovecharía cualquier oportunidad para verla.
Gale se lo quedo viendo sin comprenderlo del todo.
_ ¿Necesitan más de cuatro personas para mantener en funcionamiento una panadería? ¿No es exagerar un poco? ¿Qué tanto cuesta hacer pan y todas esas cosas que hacen? _ cuestiono incrédulo. No entendía porque una panadería requería tanto trabajo. Parecía como si el chico se quisiera hacer el importante, como si el trabajo de un Comerciante podría compararse con el esfuerzo y el tiempo que dedicaban las minas.
Peeta frunció el ceño inmediatamente, podía sentir el prejuicio que había de la gente de la Veta tenían de los Comerciantes, que eran muy parecidos a los que tenían los mismos Comerciantes hacia los de la Veta. Le irritaba que Gale no valorara el esfuerzo y trabajo que llevaba la panadería, los horarios estrictos y agotadores que estaban obligados a cumplir, lo difícil que era llegar a tener ganancias gracias a las pocas ventas y los impuestos excesivos que el Capitolio obligaba a los Comerciantes a pagar. Puede que no fuera tan agotador y exigente como el trabajo en las minas, pero seguía siendo un trabajo duro, por lo que él y su familia merecían el mismo respeto que cualquier otro trabajo.
_ Sí, Gale, necesitamos más de cuatro personas para mantener la panadería. _ comenzó a decir el rubio con notable enfado en su voz, algo que era raro, ya que Peeta no era el tipo de persona que mostrara su enojo, pero Gale se estaba metiendo con unas de las cosas que más amaba. _ Pero supongo que tu no lo sabes porque no tienes si idea de lo mucho que cuesta llevar un negocio. Así que te recomiendo que antes de juzgar algo por el estilo, deberías tener un mayor conocimiento al respecto. _ al escuchar el tono desafiante del rubio, Gale no pudo evitar reaccionar.
_ Valla, parece que el niño bonito tiene carácter. _ dijo con una sonrisa arrogante. _ Pero permíteme que yo te de un consejo a ti. No te metas en peleas que sabes que no vas a ganar. _ respondió tomando una pose y tono de voz más intimidadoras, creyendo que este retrocedería de forma cobarde a ver la clara ventaja que tenía Gale sobre él.
Pero contrario a lo que esperaba, Peeta no se sintió intimidado, no era un chico que le gustara pelearse, no porque creyera que podía perder, sino porque no se consideraba alguien violento (a diferencia de su madre), pero no por nada era el que llevaba el segundo puesto de mejor luchador (siendo superado por poco por su hermano), por lo que Peeta no le tenía miedo a las peleas, simplemente no le gustaba pelearse por pelearse. Había pocas cosas que hacían que cambiara de opinión fácilmente, y la panadería era una de esas cosas.
Lejos de retroceder, decidió ponerse bien de frente de Gale, acomodo si postura tomando una pose más firme, listo para esquivar un golpe si era necesario. Por su parte, Gale miro asombrado las agallas del chico, el castaño sabía que por lo menos todos en el colegio sabían lo bueno que era dando golpes por las múltiples peleas en las que se metía, y no creía que un chico tan tranquilo como Peeta pudiera ganarle, y mucho menos podría aguantar la paliza que Gale podía darle.
Alejada de la atmosfera tensa que de repente tenían ambos chicos, se encontraba Katniss, que no sabía que hacer o decir para calmar la situación, parecía que estaban a nada de pasar a los golpes. No se le ocurrió que podría calmar la tensión, tampoco podía dejar que iniciar la pelea, eso sería trágico para ambos, podían salir gravemente heridos. En un impulso que salió de la nada se puso entre ellos, separándolos empujándolos con una mano en el pecho de cada chico, logrando con suerte que ellos reaccionaran y se dieran cuanta que Katniss se encontraba con ellos y no podían pelearse con ella ahí.
_ Creo que ustedes me prometieron que se iban a llevar bien. _ dijo ella enfadada. _ ¿En qué parte matarse a golpes es llevarse bien?
Los chicos al darse cuenta que ella tenía razón, bajaron la mirada avergonzados, separándose para dejar más espacio entre ellos, siendo conscientes que no había pasado ni medio día y ya casi se peleaban.
_ Se los digo en serio. _ continúo regañando ella. _ Si no van a ser capases de controlarse, entonces voy a dejarlos a los dos y no me va a importar que tan destinados estemos.
Permanecieron en silencio reflexionando y calmando los ánimos.
_ Tienes razón, Katniss, lo siento. _ comenzó a disculparse Peeta. _ No debí reaccionar así. Te prometo que lo voy a hacer mejor. _ la chica vio la sinceridad en los ojos azules del chico, por lo que se sintió satisfecha con su disculpa, pero miro inmediatamente al otro chico. Gale, como venía siendo costumbre, puso los ojos en blanco de nuevo.
_ Yo lamento que casi llegamos tan lejos. _ se “disculpo” él, solo para agregar en voz baja. _ Aunque no es mi culpa que cierto niño bonito fuera tan sensible con algo tan tonto. _ y aunque lo dijo todo en un murmullo, no fue lo suficientemente bajo para que no fuera escuchado por los otros dos, logrando una mirada fulminante de estos.
_ ¡GALE! _ reto ella.
_ Bueno, bueno. _ dijo el castaño alzando las manos como si se estuviera defendiendo de un ataque de ella. _ Perdón ¿Ok? Lo siento ¿Ya están contentos los dos? _ pero la mirada de ella no dejo de ser seria, y con un suspiro de cansancio, ella volvió a hablar.
_ Esto es serio. Tienen que comprender que estamos juntos en esto, todos tenemos que comprometernos que para funcione, no uno de nosotros, no solo dos, tiene que ser los tres juntos. Sé que ustedes dos tienen muchas diferencias, yo también las tengo, pero hay que hacer un esfuerzo para hacerlo bien, o sino esto no va a funcionar y nos dará más desgracias y amargura. _ hiso una pausa para acomodar sus ideas antes de seguir. _ Creo que no entienden que esto puede darnos mucha felicidad si logramos tener éxito, somos almas gemelas, los tres juntos. No yo solamente con cada uno, sino que ustedes dos también están destinados, no importa si es de forma romántica o platónica, sino que, quieran o no, tienen más en común que su marca del alma. Les recomiendo que comienzan a pensar que es lo que tienen en común en vez de que se peleen por sus diferencias, porque me niego a ser siempre la que se tiene que interponer entre los dos cada vez que estén en desacuerdo ¿Está claro?
Hubo un silencio en todo el bosque, parecía que la tención era tan obvia, que ni los animales se animaban a romperlo.
_ ¿Está claro o no? _ volvió a peguntar, a lo que ambos chicos asistieron inmediatamente. Ella soltó otro suspiro cansado, ya no tenía fuerza para esto, les estaba llevando demasiado tiempo, y los tres tenían cosas que hacer en un domingo por la mañana. _ Deberíamos dejarlo hasta acá, no creo que estemos de humor para seguir, o por lo menos yo no lo estoy. Además, tenemos cosas que hacer.
_ ¿Qué quieres decir? _ pregunto el rubio inseguro.
_ Que Gale y yo todavía tenemos que cazar si queremos ganar algo de dinero hoy, y si no me equivoco, tú tienes trabajo esperándote en la panadería ¿Ciento? _ el chico parecía que se quería negar, pero lo cierto era que sí tenía que volver sino quería hacer enfadar a su madre, sus hermanos y su padre podían cubrirlo hasta cierto punto en un día como este. Así que con resignación asistió. _ Entonces debería llevarte devuelta al Distrito. _ dijo ella con suavidad al notar la caída de ánimo que tenía el chico.
_ Pero… el sábado que viene… volvemos… ¿Verdad? _ pregunto en poco inseguro, a lo que ella asistió con una dulce sonrisa para calmarlo y asegurarle que todo estaba bien entre ellos. Por la sonrisa tierna que recibió del rubio, sintió que funciono.
Con un breve y silencioso saludo entre los dos chicos, Katniss guio a Peeta por el camino de vuelta mientras dejaba que Gale se encargara de ver las trampas que había dejado el día anterior. Lo ayudo a cruzar la cerca, pero antes lo detuvo un momento para poder hablar con él ahora que encontraban solos.
_ Peeta, espera. _ lo llamo. _ Quería agradecerte. No sé qué fue lo que le dijiste a Gale para convencerlo, pero sea lo que sea, lo lograste mejor de lo que yo hubiera podido hacer. _ dijo mientras miraba sus ojos azules.
Era curioso ver la intensidad de su mirada, nunca tuvo la oportunidad de mirarlo de tan cerca, con la luz de la mañana. Los ojos que creyó toda su vida que eran de color azul profundo como el mar, en ese momento eran más celestes que azules. Eso le despertó mucho su curiosidad, nunca pensó que, dependiendo de la hora del día o de la luz, podía hacer que el color de los ojos cambiara tan radicalmente ¿Siempre había sido así para todos o era algo que solo le ocurría a él? Si era sincera con ella misma, no era común que viera o prestara atención al color de los ojos de las personas, era la primera vez que se quedaba fascinada y notaba estas cosas ¿A las personas como Gale y ella también le pasa lo mismo con sus ojos grises? De golpe se dio cuenta que no lo sabía, lo que la desconcertó un poco. Ella creía que lo sabía todo de Gale por los años que se conocieron y la confianza que tenían, pero mirando los ojos de Peeta, se dio cuenta que quizás nunca presto atención a los detalles como lo estaba haciendo en esos momentos. Pensó en su hermana, en su madre y en Madge, todas ellas también tenían ojos azules ¿A ellas le pasaba lo mismo que con los ojos de Peeta? No lo sabía, pero por alguna razón todo esto le estaba generando más curiosidad de la que debería.
_ ¿Katniss? _ pregunto el chico al notar que ella no seguía hablando, lo que hiso que saliera de sus ensoñaciones de golpe, ruborizándose al darse cuenta que se quedó callada perdida en sus ojos.
_ Perdón. _ se disculpó, mirando a otro lado mientras trataba de recuperarse. _ Lo que quiero decirte era eso, gracias por ayudarme, sé que lo hiciste más por mí que por él, pero igualmente gracias. _ Peeta asistió teniendo también un poco de rubor. _ Y otra cosa que quería decirte es que, sé que por ahora no lo parece porque se está comportando como un idiota, pero Gale de verdad es un buen chico. No por nada que es mi mejor amigo desde tanto tiempo, es leal y es capaz de hacer de lo inimaginable para defender a los suyos. Somos muy parecidos en muchas cosas, por lo que si dices que te agradó tan cual como soy, entonces si le das una oportunidad, también te va a agradar. Solo… solo te pido que le des un poco de tiempo, cuando por fin los dos puedan conocerse y él vea lo increíble que eres, va a dejar de comportarse como un idiota y vas a ver que él vale la pena. Solo necesitan un poco de tiempo, así que no te rindas con él. _ le pidió, de verdad quería que ellos vieran lo mismo que ella veía en cada uno.
Quizás estaba siendo un poco injusta al pedirle esto a Peeta cuando Gale nunca se molestó en tratar de llevarse, aunque sea un poco, mejor con él, pero sabía que, si había alguien que podía ser más comprensivo a los defectos de los otros, ese era Peeta. En cuanto a Gale, bueno eso llevaría más tiempo y esfuerzo, por estaba segura que, si ella y Peeta unían fuerzas, ni siquiera la cabeza dura de Gale podía ser un rival para ellos.
El chico se quedó en silencio, pensando en lo petición de ella. si era sincero con él mismo, creía que Gale era un caso perdido, el castaño no iba a cambiar de opinión sobre él, se dejaba llevar mucho por los estereotipos, los prejuicios y la rivalidad, como para darle una oportunidad a Peeta para demostrarle que él valía la pena. Peeta estaba convencido de eso, y sinceramente se sentía bien con el acuerdo que tenían. Era más de lo que pensó que alguna vez podía tener, así que no estaba tan mal. Katniss sabía de su existencia y parecía que le caía lo suficientemente bien para seguir hablándole, así que ¿Qué más le podía pedir a la vida? Pero no podía decirle eso a ella, no cuando lo miraba con tanta esperanza en sus ojos, sin mencionar de lo patético que sonaba todo eso.
_ Está bien, Katniss. Te prometo que no me voy a rendir tan fácilmente. _ Dijo con una de sus sonrisas tranquilizadora. Ella también sonrió aliviada. _ ¿Nos vemos mañana en clases?
_ Sí, hasta mañana. _ se despido y se lo quedo mirando mientras tomaba el camino que lo llevaba al pueblo.
Una vez que desapareció de su vista, se dio la vuelta y fue a encontrarse con Gale. A pesar que el final de la reunión no termino del todo bien, se sentía aliviada de que al menos pudieron hablar los tres juntos, pero no era una ilusa, era sospechosamente rápido la forma en la que esos dos lograron “aceptar” al otro, y la casi pelea que tuvieron le confirmo que todavía faltaba bastante para que Gale y Peeta pudieran tener una relación más cercana. Sin embargo, contaba con la promesa de Peeta, no lo conocía mucho, pero tenía el presentimiento que no era un chico que rompiera sus promesas, y confiaba que él cumpliría. Ella sentía que eso lo tenía asegurado, pero por muchas promesas que le hiciera, lo cierto era que, si Gale no mostraba algún cambio de su comportamiento, no solo cuando ella estuviera presente sino también cuando estos estuvieran solos (ella ya estaba pensando en posibles planes para esos dos se juntaran sin ella), no serviría de nada todo el esfuerzo que estaba poniendo en esta relación. Tenía que ver una forma de hacer que Gale entendiera que seguir siendo un imbécil con Peeta no lo llevaría a ningún lado, él tenía que ver a Peeta de otra forma, saliendo de los prejuicios, y admitiera lo bueno y maravillosa que él podía ser.
Durante todo el camino pensó en cómo lograría hacerlo cambiar su opinión. Gale no era un chico muy complicado en términos generales, era una de las cosas en las que se parecían mucho, ambos vivieron su vida motivamos por la necesidad, no solo de ellos, sino también la de sus familias; pero a Gale tenía otra razón por la que lo hacía hacer lo imaginable por su familia, y era su sentido de la responsabilidad. Gale al ser el hijo mayor y con la gran diferencia de edades que tenía con sus hermanitos, siempre lo criaron con la conciencia que siempre tenía que ser el más responsable, que tenía que ser un ejemplo para sus hermanos, que estaba en sus obligaciones hacer más tareas para ayudarlos, incluso era el encargado de asegurarse que estos estuvieran bien cuidados cuando sus padres no podían porque estaban muy ocupados tratando de llevar comida a la casa. Esa fue la razón por la que su padre lo llevo al bosque desde temprana edad y le enseño como manejarse por ahí para sacar recurso que le serviría a su familia.
Seguramente su padre no lo hiso porque pensara que moriría cuando Gale tuviera solo trece años, tal vez su intención inicial allá sido que lo ayudara a ver las trampas mientras él se encontraba trabajando o demasiado cansado para hacerlo él mismo. Pero eso no importaba, porque gracias a eso, Gale y su familia pudieron aguantar durante todo ese tiempo, aunque eso no quita que la razón por la que el chico decidió meterse al bosque solo a tan corta edad, no solo porque su familia lo necesitara, sino porque él se sintió responsable por el bienestar de su familia ya que su padre ya no podía hacerse cargo de esa responsabilidad. Fue la misma razón por la que no dudo en tomar el rol de su padre en todos los aspectos de la familia, no era solo el que daba más sustento, sino él que cuidaba y criaba a sus hermanos a la par de su madre, tratando de enseñarles lo que él sabía del mundo, aunque no fuera tanto como Gale imaginaba. Y todos aceptaron el nuevo rol que asumía sin discutir, nadie lo cuestiono ni pensó que quizás se le estaba pidiendo demasiado a un niño de trece que apenas había sobrevivido a dos Cosechas. Porque la vida en la Veta era así siempre, a Katniss tampoco le cuestionaron porque a los doce iba y venía del bosque sola, primero con plantas y luego llevando presas cada vez más impresionantes, ya que ese era su deber por ser la hermana mayor, nadie pensó que era raro que asumiera todas esas responsabilidades con su hermanita en lugar de su madre, ya que era un secreto a voces que esta se encontraba indispuesta, por lo que todas las tareas comenzaron a ser sus obligaciones.
Con eso Katniss podía definir que los pilares fundamentales que más valoraba Gale eran esos tres: la familia, la responsabilidad y el trabajo duro. Seguir con esos valores aseguraba ganarse su respeto. Él podía tener cientos de prejuicios y de estereotipos, pero si la persona cumplía con esos valores, era capaz de dejar de lado todo eso para aceptarlo como un igual. Si Katniss quería que Gale, como mínimo, respeta a Peeta así lo deja entrar su unión como tal, entonces tenía que demostrarle que él cumplía con esos valores. El problema se generaba en cómo le hacía ver esas virtudes ¿Cómo demostraba el amor y lo familiar que podía ser Peeta, si Gale no toleraba a nadie con el apellido Mellark? ¿Cómo iba a ver lo responsable que podía llegar a ser, si lo iba a ignorar en su mayor parte? ¿Cómo hacer que vea lo duro que trabaja en la escuela y en la panadería, si se negaba a ver más allá de su realidad?
Ella no sabía cómo responder a esas preguntas, pero estando cerca del claro en donde se encontraría con Gale esperándola, se juró que encontraría la respuesta, y haría que ese cabezota vea lo que estaba frente a su nariz.
De esa forma pasaron los días, y ella seguía sin tener las respuestas a esas preguntas, mientras podía ver la rivalidad mal disfrazada de ambos chicos. De cierta forma había que darles mérito de que trataban con mucho esfuerzo disimular frente a ella, sobre todo cuando se encontraban en el bosque, pero una vez que estaban el Distrito, parecía que todo se iba abajo. Gale no perdía oportunidad de pasear con ella frente a Peeta en cuanto lo notaba en la escuela cuando la acompañaba al inicio y cuando podía ir a buscarla, o cuando estaban en el pueblo y pasaban por cerca de la panadería, aun cuando no era seguro que él estuviera mirando. En cuanto sospecha que podría estar por la zona, Gale inéditamente se volvía más “cariñoso” con ella, pasando un brazo por sus hombros, riendo quizás con demasiada fuerza o haciendo lo posible para que ella no notara la presencia de Peeta o distrayéndola si ya lo había notado. Era molesto incluso para Katniss, odia ser el centro de atención, y con esos actitos lo único que lograba era que la gente comenzara a notarlos y hasta unos podían hacerse ideas que ella de verdad no quería que se hicieran. Eso sin mencionar lo irritante que era que la usara como forma de molestar a Peeta, no solo porque no cumplía con lo que le había prometido, sino porque no quitarse la sensación de que la usaba como una forma de posesión sobre ella, como si quisiera mostrarle a Peeta que ella solo le pertenecía a él y a nadie más. Lo que la hacía arder en llamas que la tratara de esa forma, y más si todo era un medio para presumirle a Peeta cosas que en realidad no eran para presumir.
Como si no fue poco, el dulce chico del pan, resultaba que también tenía lado no tan tierno e inocente. Ella misma nunca lo hubiera sospechado sino lo hubiera visto en persona, pero era cierto. Y resulta que eso salió a la luz cuando era notorio que Peeta ya se encontraba más que harto de la actitud molesta y desagradable de Gale, habiendo que sus comentarios supuestamente inocentes, de alguna manera tenía un doble sentido implícito, estaba tan escondido el doble significado, que hasta ella había vez que no lo notaba, pero Gale seguro que lo entendía, poniéndolo molesto y más berrinchudo de lo normal. Y aunque la molestaba que Peeta hiciera ese tipo de cosas, no podía dejar de pensar en lo impresionante que era ver ese lado del dulce chico, era casi increíble pensar que el chico que se ruborizaba cada vez que la miraba, que siempre la trataba con mucho respeto, podía ser así de cruel, desarmando a una persona con las palabras justas en los momentos perfectos, y todo sin mostrar lo molesto o lo enojado que se encontraba realmente, solo lo delataba el brillo de sus ojos, lo cuales se volvían más serios y perdían ese aire soñador y amable que generalmente tenían. Que nunca se dude de la habilidad de las palabras, era una lección que tanto Gale y ella están aprendió de Peeta, ya que además de hacer comentarios un tanto ofensivos para el castaño, sino que tenía la habilidad de manipular la situación para lograr que Gale no respondiera de forma agresiva en contra de él. El muchacho no era estúpido, sabia como defenderse a su manera y salir intacto, Katniss supuso que debía estar agradecida que no usara esas habilidades siempre, y que solo fuera cuando Gale en particular hacia o decía algo en particular malo que tocaba una fibra sensible en Peeta.
Pero todas estas situaciones, solo le dejaba en claro una cosa, la situación no estaba mejorando entre ambos. Por uno momento pensó que habían llegado a un acuerdo cuando hubo una relativa paz entre ellos gracias a que su cumpleaños se acercaba, pero no duro mucho. Unos días después de que cumpliera dieciséis, el ambiente entre ambos volvió a su estado original. Lo que le molestaba más que nada es que durante ese tiempo, demostraron lo bien que trabajaron juntos, haciendo que ese día fuera uno de las más memorables, pasarla con su familia y almas gemelas le dio una linda sensación en el corazón. Todo lo contraria al cumpleaños del año anterior, donde se encontraba tan nerviosa y ansiosa por saber si iba a tener una marca del alma o no. Cuando se acordó de eso, no pudo evitar que se le formara una sonrisa al recordar lo asustada que se encontraba al descubrir junto con su hermana que tenía dos marcas, de cómo no sabía cómo sobrellevar la situación y pensaba que era el fin del mundo, todo para que un año después encontrara a sus destinados y tendría que ser ella la que hiciera de vínculo entre estos dos, pero ahí estaba, asumiendo un papel del que nunca creyó que asumiría.
Y es que si algo le había quedado de su cumpleaños dieciséis era que estaba más decidida que nunca en unir de alguna forma a Peeta y a Gale, ya que, gracias a ellos, pudo disfrutar de un hermoso cumpleaños. Si bien su día le toco en un lunes, eso no evito que no lo disfrutara, comenzando con un desayuno con su hermana y su madre, algo de lo que no era muy común; luego yendo a la escuela recibiendo la felicitación de Gale y sus hermanos (puede que incluso ella y Gale se apartaron un poco de los más chicos para poder tener como un paseo un poco más privado); en el aula, cuando estaba por sentarse en su lugar de siempre, encontró un pequeño papel doblado, que no parecía la gran cosa, pero al desdoblarlo, fue sorprendía por el hermoso dibujo de un ramo de la flor de katniss, junto con la frase de “Feliz Cumpleaños” encima del dibujo. No debió pensarlo mucho para saber de quién era el detalle, ya que, en las escapadas al bosque con cierto chico rubio, descubrió con fascinación el talento para la pintura que este tenía al verlo dibujar mientras ella y Gale hacían otras cosas más relacionada con la caza. Es por eso que una vez que vio el dibujo, inmediatamente alzo la vista para buscar los ojos azules que tanto la estaban atrayendo últimamente, concentrándose con el dueño mirándola discretamente mientras pretendía hablar con su grupo de amigos, los cuales parecían que no sospecharon que el chico no estaba prestando particularmente atención a ellos. Peeta solo le dio un guiño juguetón antes de desviar la mirada rápidamente para que nadie los descubriera, haciendo que la pobre chica sintiera que su corazón palpitara un poco más rápido de lo normal y sintiera como el rubor apareciera ligeramente en sus mejillas. Guardo su regalo con rapidez entre sus libros, mientras se mentalizaba en cómo lograr poder recuperar la calma.
El resto de su jornada escolar no tuvo mayores cambios, quizás lo más notoria fue recibir de Madge un pequeño detalle, ya que sabía lo mucho que Katniss odiaba que le diera cosas caras solo por ser la única chica tan antisocial como ella y, por ende, su única amiga. En el camino a su casa, Gale le pidió que se viera con él en el claro, que le esperaba ahí una sorpresa. Con eso en mente, no dudo en dejar a su hermana en la casa, cambiarse con ropa más cómoda, e irse casi corriendo al bosque. Con solo llegar se llevó la sorpresa de que no solo estaba Gale esperándola, sino que Peeta también, y con ellos había una manta en el suelo con una canasta. Eso llamo mucho su atención, parecía que los dos habían organizado un picnic para ella, en que se encargaron de llevarles los sándwiches de carne que Sae hacía, junto también con algunas galletas dulces y panes con el toque distintivo de los Mellark. Era muy obvio que nada de eso había salido barato, entre los sándwiches y los panes se habían gastado una buena cantidad de dinero, y cuando los confronto por eso, ellos solo se justificaron con que Sae le hiso un precio especial a Gale ya que él le había llevado la carne que había cazado, y Peeta le aseguro que él mismo había hecho las galletas y los panes, que solo gasto un poco en lo materiales, pero lo repuso haciendo horas extras en la panadería suplantado a su hermano. Eso le vino en mente que él se había escapado en un día de entre semana, lo cual podía traerle problemas en el futuro, pero él la volvió a tranquilizar diciéndole que justo tuvieron la suerte que se hermano mayor estaba trabajando en la panadería, y que solo tuvo que faltar a la práctica, por lo que les dijo a todos que se acentuaba para poder hacer un trabajo con un compañero, lo que evitaría que se metiera en problemas con su familia y con el entrenador.
Los tres pasaron un bello momento en ese bosque, no hubo burlas con la intención de molestar al otro, no hubo comentarios de doble sentido, no hubo miradas fulminantes, solo ellos tres, disfrutando de la paz que brindaban esos árboles, hablando de todo y de nada a la vez. Había tanta tranquilidad que incluso Peeta se atrevió a sacar su pequeño equipo de dibujo y se pudo a retratar el claro con ellos acostados en la sabana mientras hablaban, pero cuando comenzó a parecer el atardecer, se detuvo a mirarlo con toda su atención, pareciendo fascinado por la mezcla de colores. Incluso Gale se relajó, en ningún momento busco algo para pelearse, y hasta se quedó viendo al rubio dibujar sin que este se diera cuenta. Quizás fuera una cosa de ella, pero parecía que le pasaba lo mismo que a ella cuando veía a Peeta tan concentrado en su arte, era hipnotizaste de ver, su rostro formaba una expresión de concentración mientras sus manos se movían a toda prisa, dejando un rastro de lápiz que poco a poco iba formando formas de la nada. Los movimientos de su mano siempre eran delicados pero seguros, como si no dudara en donde tenía que pasar el lápiz para lograr lo que se proponía. Era algo maravilloso de ver, y lo mejor es que Peeta nunca se daba cuenta cuando los dos se lo quedaba mirando, como si estuviera en su propio mundo, uno en el que las cosas eran más bellas y los colores abundaban y destacaban naturalmente, no era la primera vez que Katniss se preguntó cómo sería vivir en el mundo que Peeta se dedicaba tanto a dibujar. Y con solo darle una mirada a Gale, pensó que a él le pasaba lo mismo.
Inevitablemente tuvieron que volver al Distrito antes del anochecer, pero los recuerdos iban a perdurar en su mente, y sospechaba que también en las mentes de sus compañeros.
Pero lamentablemente, a los pocos días, las cosas volvieron a estar como antes. Parecía que esa hermosa tarde en el bosque fue más una ilusión de ella, porque las cosas no habían cambiado nada, lo que la preocupaba, ya que sentía que no tenía las habilidades para poder hacer que los tres volvieran a tener ese ambiente tan hermoso. Y sumado a eso, también estaba preocupada por su hermanita, ya que se acercaba el 25 de mayo, significando que Prim cumpliría doce, la edad en la que participaría en su primera Cosecha. Su hermana había estado pasando un mal tiempo, cada día se ponía más nerviosa, trataba de disimularlo para no preocupar su hermana y a su madre, pero ambas la conocían, y sabían que estaba muy ansiosa. Katniss trato de hacer todo lo posible para calmarla y asegurarle que nada malo le iba a pasar, pero aun así nada fue suficiente. Estaba tan preocupada con su hermanita, que de cierta forma dejo de prestar atención a lo que pasaba con sus almas gemelas, y por ende dejo de pensar en formas de cómo solucionar sus problemas con ellos. Y en eso estaba pensado cuando se encontró con ellos el sábado antes del cumpleaños de Prim.
_ ¿Te pasa algo, Katniss? _ pregunto el rubio cuando le noto un poco desanimada.
_ Estoy bien… _ dijo tono melancólico. _ Es solo que… el cumpleaños de Prim es la semana que viene, y ella está muy nerviosa por eso. _ él asistió comprendiendo.
_ Es su cumpleaños número doce ¿Verdad? _ quiso confirmar.
_ Sí, es uno de los más duros. _ se lamentó ella.
_ Ni me lo digas. _ se involucró Gale a la charla. _ Para Rory fue difícil, creo que no durmió bien por un mes. Mamá ya no sabía que más hacer para que se calmara.
Peeta escuchaba tranquilamente, siendo el hermano menor, al él no le toco ser el hermano que tuviera que calmar, pero si le toco ver los nerviosos que se ponían cuando llegaron a los doce. Recuerda que cuando Rainier llego a esa edad, él tenía ocho años, y si bien todavía era un niño, eso no quería decir que no entendiera la gravedad del momento. Su familia, como era costumbre, trato de no prestarle atención al asunto, y Rainier hiso lo mejor posible para seguirles la corriente a sus padres, pero Peeta escuchaba a alguien llorar desde la habitación que su hermano tenía solo para él. Peeta le menciono esto a su hermano Rye, pensando que de esa forma podía ver una forma de ayudar a su hermano mayor, pero este se negó a hacer algo, diciendo que su madre los castigaría muy fuerte si descubría que hacían algo por el estilo. Trato de consolar a su hermanito diciéndole que ellos también iban a pasar por lo mismo, era algo inevitable, y lo mejor que podían hacer por Rainier era no molestarlo y darle su apoyo silencioso. Lo mismo paso cuando fue el primer Día de la Cosecha de Rainier, la familia permaneció como si no fuera un día impórtate para uno de sus miembros, pero quizás su padre se mostró un poco más melancólico esa mañana, y cuando termino ese día, puede que la familia no tuviera el mismo aire tenso y que todos se sentían mucho mejor de lo que habían estado en bastante tiempo.
Con Rye, Peeta lo paso un poco diferente, él ya tenía como diez años, y además de sentirse mal por su hermano, también se le sumo un poco de ansiedad al pensar que dentro de dos años le tocaría a él pasar por eso. Ser consciente de eso, lo hiso tratar de hacer sentir mejor a su hermano. Peeta no podía decir si era muy unido a su familia como en otras familias, pero si había alguien con quien se llevaba mejor, esos eran, en primer lugar, su padre y Rye. Con su padre era muy obvio el por qué, y con su hermano fue quizás porque al ser los dos los menores, y que su madre ponía toda su expectativa en su hijo mayor, dejándolos un poco de lado, eso genero un vínculo entre ellos dos que no tenían con su hermano mayor. Y como también compartieron habitación, eso también los hacía imposible ignorar al otro. Si bien Peeta sabía que no podía hacer algo muy llamativo para ayudar a su hermano, pensó que lo mejor que podía hacer fue tratar de distraerlo lo mejor posible, contándole todos los chismes que se sabía del Distrito, de las nuevas técnicas de dibujar que había aprendido él solo, de cómo le gustaba cocinar las galletas con la receta especial de su padre, y en una de esa noches hablando con su hermano, puede que se le haya escapado lo mucho que amaba y admiraba a una niña castaña de ojos grises de la Veta. Lo gracioso de esa confesión fue que divirtió demasiado a su hermano, más de lo que hubiera pensado Peeta, y no fue por la sorpresa, sino porque él, su otro hermano y su padre ya lo sabían desde hacía mucho, y le causaba gracia que el joven Peeta creyera que era un secreto. Su hermano no paro de reírse de él por días, fue un poco molesto y humíllate, más que nada cuando dicha niña paseaba por el pueblo de la mano de su padre. Por suerte la niña nunca se enteró de las burlas que recibía de parte de su hermano, pero de vez en cuando recibían la mirada igualmente gris de parte del padre de la niña, pero lejos de retarlos o enfadarse, simplemente les sonrió con calidez y simpatía en sus ojos, haciendo que el rubio menor se ruborizará más fuerte y su hermano se riera más fuerte, diciendo que al parecer tenía la aprobación de su “suegro”. Fue muy humillante, pero valió la pena por ver a su hermano volver a ser el mismo de siempre, por lo menos por unos momentos.
Pero nunca vivo ambas experiencias desde el punto de vista de un hermano mayor, así que no sabía que podía decirle a Katniss que pudiera ayudarle a Prim. Viendo lo preocupados que estaban tanto Gale como Katniss, le hiso ver lo diferentes que eran a sus familias, y no es que no sintiera que sus hermanos no se hubieran preocupado por él cuando paso por eso, es solo que era diferente, no lo expresaron tan abiertamente, pero su familia era de esa forma, no eran de los que mostraban abiertamente cuanto se quería y se preocupaban entre ella, es solo que no se demostraban tanto, más que nada para no incomodar a su madre.
_ Lo siento mucho, yo no sabría que decir para mejorar la situación. _ se sinterizo el rubio.
_ Está bien, no es como que alguien tuviera la fórmula para ayudar a un niño de doce a no tenerle miedo a su propio cumpleaños. _ dijo ella con fastidio, no enojada con él, sino porque le dolía que su hermana pasara por esto y que ella fuera incapaz de ayudarla.
_ Si hay una forma, nacer en el Capitolio. _ respondo el castaño sin disimular el enfado en su voz.
_ Gale… _ comenzó ella, no estaba de humor para escuchar sus quejas.
_ Pero es cierto, Catnip, los únicos niños que no tienen que pasar por esto son ellos, y no es justo que los niños como Prim o Rory tengan que pasar por esto. _ la ira se iba notando cada vez más a medida que iba hablando.
Peeta no era de las personas que hablara abiertamente en contra del Capitolio, no porque estuviera conforme y feliz con ellos, sino que dentro del Distrito siempre se tenía que tener cuidado en lo que se decía, nunca se sabe quién puede escuchar, y cuáles pueden ser las consecuencias de eso. Pero Gale tenía un punto, era injusto que niños tuvieran que pasar por ese trauma de la posibilidad de ser elegidos, y eso sin mencionar a los que tenían la mala suerte de ser elegidos, mientras que, al otro lado del país, había generaciones enteras que nunca iban a estar ni cerca del trauma. No con forme con eso, incluso le enseñaban que eso estaba bien, que era entretenido y divertido ver esa masacre con total deshumanidad, como si las personas del Capitolio no fueran humanos con sentimientos real… o quizás para ellos, los de los Distrito no eran los humanos, sino animales salvajes que ellos adoptan para después meterlos en la arena para que se mataran entre ellos.
_ No digo que no esté en de acuerdo con eso, es solo que no estoy de humor para esto. No me sirve de nada esto cuando no soluciona lo que pasa en mi casa. _ se defendió ella desanimada.
_ Tampoco sirve quedar se callado sin decir nada, hay cosas que se tienen que decir, y si no es acá ¿Dónde sino?
_ ¿Y qué propones? ¿Y cómo esto le va a ayudar a Prim ahora? _ cuestiono ya comenzando a enojarse que pareciera que a Gale le importaba más quejarse de Capitolio que tratara de ayudarla a no sentirse tan inútil por no ser de ayuda para Prim.
_ Las cosas serían diferentes si… _ el castaño fue interrumpido bruscamente.
_ ¿Has tratado de cantarle? _ hablo rápidamente Peeta sintiendo que se no intervenía dos, iban a terminar discutiendo por algo sin importancia, y todo porque se notaban que se encontraban muy estresados.
_ ¿Qué? _ preguntaron los dos casi al mismo tiempo, totalmente sorprendidos por el cambio de tema.
_ ¿De qué diablos estas hablan…? _ otra vez Gale fue interrumpido, esta vez por culpa de Katniss.
_ ¿De dónde sacaste que canto? _ cuestiono ella desconcentrada.
_ ¿Por qué no lo sabría? _ pregunto él en respuesta, sintiendo que un pequeño rubor se formara en sus mejillas.
_ Será porque nunca canto.
_ Ahora no… pero cuando eras más chicas solías hacerlo muy seguido. _ él no se animaba a tocar mucho el tema, no solo porque estaba muy cerca de hablar de los inicios de sus sentimientos por ella, sino porque era muy consciente de la razón por la que dejo de cantar.
_ Estas diciendo estupideces, Catnip nunca cantó. _ dijo el castaño, seguro que nunca escucho a su amiga y novia cantar, pensando que el rubio no tenía idea de lo que decía.
_ Y según tú ¿Cuándo me escuchaste cantar? _ la chica cada vez estaba más seria, estaban tocando una parte de su vida que le era muy doloroso.
Peeta, intuyendo la razón por la que ella estaba de ese ánimo con solo mencionar lo del canto, así que decidió tener especial cuidado en no mencionar al padre de ella. Decidió ir por un recuerdo que no tuviera relacionado con él, pero lamentablemente ese recuerdo era muy vergonzoso para Peeta, y tenía que tener cuidado de no decir algo de más.
_ Por ahí no lo recuerdes… pero cuando teníamos cinco, en nuestro primer día de colegio, tú fuiste la única niña que se animó a cantar frente a todos. _ confeso suavemente. Se atrevió a mirarle a los ojos encontrándose con la mirada sorprendida.
_ … ¿Te acuerdas de eso?
_ Fue la primera vez que te escuche cantar… _ fue más que la primera vez que la escucho cantar, fue la primera vez que se quedó totalmente fascinado por una niña, la primera vez en la que sintió que su corazón dejaba de latir y volvía a latir más fuerte todavía, fue la primera vez que pensó que ella era una criatura demasiado hermosa para ser una simple humana, fue la vez que se enamoró perdidamente de ella, y nunca más pudo superarlo. Pero obviamente no podía decir nada de eso.
_ ¿Eso fue suficiente para ti para decir que canto bien? _ pregunto incrédula ella.
_ Yo no dije eso… _ trato de disimular un poco.
_ Entonces estas proponiendo que le cante a mi hermanita con problemas de pesadillas, teniendo una voz horrible que, en vez de ayudarla, la pondría más nerviosa ¿Es eso lo que estas proponiendo? _ dijo ella, estaba jugando con él, resultaba muy entretenido ponerlo nervioso, tanto así, que era capaz de dejar de lado por un rato lo incomodidad que sentía al hablar de ese tema.
_ ¡No! ¡Yo tampoco quise decir eso! _ casi grito él rubio alzando las manos desesperado mientras negaba con la cabeza con demasiada energía, un poco alterado de que ella creyera algo equivocado.
Por el claro se escuchó la carcajada de la chica, demasiado divertida como para aguantarse, riéndose demasiado fuerte mientras se doblaba sobre su estómago, hacía rato que no se reía de esa forma.
Sintiéndose apartado de toda la conversación, se encontraba Gale, que por más que él estuviera justo alado de ellos, se sentía como si estuviera a kilómetros de distancia de ese claro. Siempre pensó que lo sabía todo de Katniss, hacían estado juntos por años, conocían todo lo que pasaba con ella, con su familia, con su escuela, todo. Le era imposible pensar que había algo que él no supiera, mucho menos pensar que un extraño, no solo un extraño, sino que un Comerciante nada menos, supiera lago que él no sabía de ella ¿Cómo había pasado eso? De golpe se dio cuenta que ellos dos eran compañero de clases desde que tenían cinco, y aun que nunca habían cruzado palaras hasta la fecha, eso no quería decir que de forma indirecta hubieran aprendido algo del otro. Él solo la conocía desde que ella tenía doce, seguía siendo mucho tiempo, pero algo le decía que la niña que Peeta conoció a los cinco, no era la misma chica de doce que encontró en el boque mirando sus trampas. Nunca se había puesto a pensar en eso, en parte porque ambos evitaban hablar mucho de su época antes de la muerte de sus padres, era muy doloroso para los dos, así que preferían fingir que no existían. Por lo que nunca se planteó a pensar con era la Katniss antes de que todo eso pasara.
_ No te rías. _ pidió el rubio casi suplicándole, todo su rostro estaba rojo, sintiendo un pequeño impulso de salir corriendo por lo avergonzado que se sentía.
_ Es que… es que… tu cara fue muy graciosa. _ dijo ella entre risa, no pudiendo controlarse, y menos cuando veía la cara avergonzada de Peeta.
_ Siento como si me estuviera perdiendo de algo… _ intervino Gale, no aguantando más no ser parte de la conversación. Los dos chicos lo miraron como si recién se hubieran percatado de su existencia, y luego se miraron entre ellos.
_ No es nada. _ hablo ella. _ Solo fue… una cosa de niños… de cuando entremos al colegio. _ aclaro muy vagamente, sin querer dar detalles del asunto. _ Me sorprendió que Peeta lo recordara, ese es todo. _ Katniss no tenía ganas de explicarle al castaño sobre su época en la que cantaba con su padre, eso había sido hacía mucho tiempo y era algo que no volvería a suceder jamás, ya que el solo cantar le recordaba a su padre.
Gale no se sintió satisfecho por esa explicación, pero noto que ella no se sentía cómoda hablando de eso, así que no insistió más, pero eso no le quito la sensación de que ellos dos compartían más en común de lo que creía originalmente ¿Algún día podría descubrir todo lo que estos dos habían vivido juntos?
_ De todas formas. _ continuo ella, cambiando el tema. _ Ya he probado cantándole, pero no siempre funciona. _ hablo más hacia el rubio, volviendo a sentir pena por la situación de su hermana.
_ Lo siento mucho, Katniss. La verdad es que no se me ocurre de que otra forma podría ayudar. _ dijo Peeta. _ Yo todavía era chico cuando mis hermanos pasaron por eso, y de todas formas nuestra familia enfrenta estas cosas de forma diferente.
_ Cierto, tu eres el menor ¿Qué hicieron tus hermanos cuando te toco? _ pregunto ella.
_ Bueno… la verdad no lo recuerdo mucho. _ trato de esquivar el tema.
_ ¿Cómo olvidarías algo como eso?
_ Bueno es que… habían pasado muchas cosas… así que no estaba pensando mucho en eso… y como dije, mi familia se toma estas cosas de otra forma. _ dijo medio inseguro.
Él no quería hablar mucho de eso, y había muchas razones para que pensara así. Pero principalmente es que días antes de cumplir los doce años, su madre no le dio ni la oportunidad de ponerse a pensar de lo importante de tener esa edad, ya que justo había entrado un pedido particularmente grande a la panadería de parte de la alcaldía. Al parecer alguien importante del Capitolio había ido a ver al pobre Distrito 12, como tal, debía ser cortejado lo mejor posible, y la panadería trabajo hasta el agotamiento para cumplir con el pedido, ya que fueron avisados con poco tiempo para prepararse. Debido a eso, tuvieron que trabajar tiempo extra, yendo directamente a casa después del colegio, reduciendo las horas de sueño y descaso. Peeta todavía era un niño, pero trabajo de igual forma que el resto de su familia, ya sea amasando o preparando las mesclas, pero su principal aporte fue la decoración, ya para ese entonces ya había mostrado su talento para decorar los pasteles, las galletas y diversos bocadillos.
Como toda fiesta para la gente del Capitolio, siempre debía de hacerse un hermoso y enorme paste, y los encargados de este fueron su padre y Peeta, el panadero se encargó de todo el interior del pastel, y a Peeta le tocaba decorarlo. Era algo que él ya había hecho un millón de veces, pero en ese entonces, el pobre niño de casi doce se encontraba totalmente agotado después de haber pasado días de pocas horas de sueño, apenas y podía permanecer despierto y concentrado. Al principio no tuvo problemas, pero a medida que iba pasando el glaseado por el pastel, comenzó a sentir que la fatiga se iba apoderando de él poco a poco, trato de mantenerse desierto, pero le fue imposible. Sin darse cuenta, termino quedándose dormido, apoyando su frente sobre uno de los pisos del pastel, deformándolo y babeándolo un poco. Para su mala suerte, su madre fue la que descubrió el incidente, y como era de esperar, no se lo tomo muy bien. En un momento estaba durmiendo soñando en glaseados y pasteles, y al otro estaba cayendo hasta estamparse contra el piso mientras trataba de terminar de despertarse y entender lo que sucedía a su alrededor, escuchando los gritos de su madre de fondo. Fue cuando sintió la primera cachetada en el rosto que por fin se encontró lucido, pero su madre ya estaba desquitando la ira y el estrés que sintió desde que recibieron el pedido entrevisto de la alcaldía. Fue unas de las golpizas más grandes que recibió en su vida, para cuando su padre entro a la cocina luego de su descanso e intervino para calmar a su esposa y sacar a su hijo, Peeta apenas se podía mover.
No recuerda mucho que paso después, no estaba en las mejores condiciones para ser consiente de nada más que el dolor y el cansancio que sentía, pero para cuando pudo disminuir ambos y ver más allá de eso, al parecer había pasado unos días, lo suficiente para saber que su propio cumpleaños ya había pasado. Y no tuvo ni tiempo para pensar en eso, cuando su madre lo obligo a seguir decorando el pastel nuevo que habían hecho, esta vez con un integrante de la familia vigilándolo de cerca para que no ocurriera lo mismo.
Por suerte para todos, pero más que nada para Peeta, no paso ningún incidente más, la familia actuó como si nada hubiera pasado, y solo se alegraron cuando recibieron la jugosa paga por el esfuerzo. Nunca mencionaron nada de lo ocurrido y nadie le dijo a Peeta que paso mientras él se encontraba inconsciente y recuperándose de sus heridas. Así que el mismo Peeta decidió no darle más importancia al asunto y seguir como si nada.
_ Pero si hay algo que solemos hacer. _ dijo él, tratando de decir algo para que no sigan preguntando sobre el tema. _ En realidad es algo que hace mi papá, pero nos sirve un poco, y es prepararnos algo especial de la panadería, sé que es algo tonto, pero es como lo nuestro. _ termino encogiéndose de hombros.
_ Vives en una panadería… ¿Y lo único que te dan cuando cumples doce es algo de la panadería? ¿Y se supone que es algo especial? _ cuestiono Gale incrédulo del por qué era tan especial ese detalle.
_ Si, bueno… no siempre podemos disfrutar de las cosas que hacemos… mucho menos de algo que fue hecho especialmente para nosotros. _ se defendió el chico, sabia como sonaba todo eso y lo que pensaría el castaño, pero no se sentía de humor para entrar en un debate sobre que por más que su familia y él fueran Comerciantes, eso no decía que gozaban de tantos privilegios como Gale creía.
_ De todas formas, sigue siendo raro. _ Peeta solo rodeo los ojos ante el comentario del castaño.
_ Como dije, es lo que nosotros hacemos. _ dijo como si no le importara su opinión.
_ Creo que es una buena idea… _ dijo Katniss pensativa. _ Por ahí no la ayude a dejar de tener pesadillas, pero puede que la ayude a estar de mejor ánimo.
_ Yo podría darte algunas de vez en cuando.
_ ¿No sería una molestia para ti?
_ Me las puedo arreglar, no será una molestia si crees que eso la ayudaría.
_ ¿Estás seguro?
_ Sí, seguro. _ ella asistió no segura del todo.
_ Pero… sería mejor si me pudieras dar algunas galletas para su cumpleaños, creo eso le gustaría más. De todas formas, es dentro de unos días. Tengo ahorrados un poco de dinero para usarlo especialmente para gastarlo en este cumpleaños.
_ No es necesario que me pagues, a mí me gustaría dártelos, sería como… si yo le estuviera dando un regalo a ella. _ sería un sueño para él tener la posibilidad de regalarle un detalle así a alguien de la familia de ella, eso significaría que eran cercanos y bienvenido a la familia, pero si no podía ir a darle el regalo directamente, entonces se lo daría de forma indirecta.
Katniss se sentía incomoda con recibir algo tan caro, como lo eran las galletas de la panadería para ella, de forma gratuita. No creía que fuera lo correcto, puede que Peeta no tuviera problemas, pero no era por nada que esas galletas eran tan caras, llevaba mucho dinero y tiempo hacerlas, por lo que le resultaba imposible creer que él pudiera llevárselas y que no tuviera problemas al respecto. Ella pensó que lo más seguro seria que las pagara, no solamente porque le ahorraría el gasto, sino porque también se evitaba que la madre de Peeta se enterara y se enojara con él. Ya sabía el carácter que tenía esa mujer y lo mucho que odiaba la gente de la Veta, no quería imaginarse lo que podría pasar si se enteraba si faltaba algunas galletas por culpa de que su hijo le estaba regalando a alguien de la Veta. Ella trato de discutir con él para hacerlo entrar en razón, pero no importaba que argumento usara, él insistía que en realidad podía hacerlo, que de verdad no necesitaba pagarle, que él se encargaría. No le quedo más que ceder ella, tratando de confiar que nada malo iba a pasar, pero seguía sin gustarle, así que se propuso que de alguna forma le devolvería el detalle.
El resto del tiempo planearon junto con Gale como ella recibiría las galletas, el cumpleaños era un jueves, un día de semana. El plan era sencillo, Katniss no podía recibir las galletas directamente porque Prim se daría cuanta cuando las viera mientras volvían a la casa, así que decidieron que lo mejor sería que Peeta se las daría a Gale después de clases el miércoles, y Gale las llevaría esa misma tarde al bosque donde se encontraría con Katniss para cazar y ahí se lo daría a ella. De esta forma podría dárselas a Prim temprano a la mañana, y así ella podía empezar ese día con un poco más de ánimo. Estaba todo decidido y parecía que todo iba a resultar bien.
Peeta tenía mucha ilusión, y por eso puso lo mejor de sí para hacer esas galletas. Tuvo que arréglaselas un poco para obtener la materia prima, no quería abusar de lo que tenía en la panadería, todo tenía que venir de él. Pensó en hacer variedad de muchos sabores, así la familia de Katniss tendría la oportunidad de probar más de un sabor. Una vez horneadas, se preparó para decorarlas, creando diversos dibujos de flores y animalitos (Katniss le había dicho que era lo que más le gustaba a su hermana), tuvo que ingeniárselas para hacerla a escondidas de su familia, de esa forma no tenía que inventar escusas, sobre todo no quería que su madre se enterara, eso si iba a ser problemático. Por suerte pudo terminarla sin problemas, estaba muy orgulloso de su trabajo y realmente esperaba que la pequeña Prim le gustara y la ayudara a pasar el día un poco mejor.
El miércoles estaba listo para darles las galletas a Gale, las guardo cuidadosamente con el bolso que llevaba para ir a clases, y con eso empezó su día ilusionado por lo que pasaría. Apenas estuvo en la puerta del colegio, no pudo evitar el buscar con la mirada, siendo discreto, a sus almas gemelas con sus hermanitos, y en cuanto los encontró, hiso contacto visual con ambos mientras les deba un pequeño asentimiento con la cabeza y una sonrisa que no escondía lo feliz y orgulloso que se sentía. Katniss le respondió con una sonrisa más pequeña y calmada, feliz por la felicidad de él, mientras que Gale solo rodeo lo ojos con una expresión de fastidio, no creyendo lo ridículo que se veía el rubio.
Tuvo mucho cuidado de ellas en todo el día, tratando de que no se rompieran, ya quería que la pequeña Prim recibiera su regalo, así podía preguntarle discretamente a Katniss como le había resultado todo. Estuvo ansioso esperando durante todo el día para entregarle el paquete a Gale, generalmente trataba de evitar al chico a toda costa cuando estaban en el Distrito, prefería no tener más problemas de los que ya tenía con él, pero por única vez, no veía la hora para encontrarlo a la salida, en un lugar medio escondido de los ojos indiscretos que podrían husmear. A pesas dio la hora de salida, guardo todo rápidamente y se apresuró a salir casi corriendo del edificio para ir al punto de encuentro, como era de imaginar, fue el primero en llegar.
No tuvo que esperar mucho tiempo solo, al poco se encontró con el mayor, quien no quito su cara de fastidio que tuvo cuando lo vio a la mañana, pero Peeta ya para ese entonces sabía cómo ignorarlo. Con calma trato de explicarle a Gale como debía cuidar de las galletas para que estas no perdieran su encanto, aunque no pudo evitar regañar un poco al chico cuando parecía que no le prestaba atención. Lo curioso de eso para el castaño, fue que la expresión que tenía el panadero cuando regañaba, era como un gatito gruñón por la falta de atención, era casi tierno. Sacudió la cabeza cuando ese pensamiento se cruzó por su mente, sintiéndose horrorizado por pensar de esa forma por ese chico. Para evitar seguir teniendo pensamientos parecidos, escucho con más precisión lo que le decía.
Con una última advertencia de cómo cuidar las galletas, Peeta dejo que el chico se marchara, lo vio irse por unos momentos hasta que él mismo volvió a la escuela para su práctica, contando los minutos que le faltaba para encontrarse con Katniss y saber cómo había resultado todo.
Notes:
¿Qué les pareció? No sé ustedes, ¿Pero Peeta no es el personaje más tierno de todos? Tengo debilidad por los personajes así. La verdad que a media que me hago más grande, aprecio y valoro cada vez más al personaje. Solo se merece lo mejor en el mundo.
Me imagino que, para este punto del partido, la mayoría ya leyó el nuevo libro de los Juegos del Hambre, los juegos de Haymitch. Yo la verdad no he podido, y por dos razones.
La primera fue que cuando salido, no se conseguía en mi ciudad (me gusta más los libros físicos y más cuando se tratan de sagas que en verdad me interesan), como que no todo llega a tiempo por acá. Y fue graciosos, porque me la pase evitando spoiles en Tik Tok, lo cual no es una tarea sencilla. Para cuando ya había pasado la novedad, yo estaba tan metida en los problemas de la facultad que ni me di cuenta en seguir preguntando si ya estaba el libro. Hace unas semanas me volví a acordar cuando entré a una librería para buscarle una edición del eternauta para darle de regalo a mi papa, que fue cuando lo vi, pero no iba a ser mucho comprar los dos libros.
El segundo motivo es que… no me siento emocionalmente preparada para esa historia. No necesito saber mucho para saber que me va a destrozar en todos sentidos. La verdad le estoy huyendo a eso. Supongo que tengo que encontrar los ánimos para leerlo, porque he escuchado que de verdad la historia está muy buena, y habla un poco más de los padres de Peeta, Katniss y Gale.
Ahora, se preguntarán: ¿Por qué les hablo de todo esto? Bueno, por un lado, para pedirles que por favor no me spoileen la historia, ya la voy a leer a su debido tiempo. Y por otro, es que obviamente mi historia no va a acordar con lo que se cuenta en el libro, así que se alarme si lo que escribo no tiene nada que ver, porque de todas formas yo ya tengo los detalles en mi cabeza, así que no vale la pena que me adapte.
Así que, eso es todo por ahora, nos vemos en el próximo capítulo.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!
Chapter 10: Los Accidentes Ocurren… ¿Cierto?
Notes:
¿Cómo están gente? Volví con una nueva actualización, y esta vez no me demore tanto. Espero que lo disfruten.
Nos vemos abajo.
¡Besos!
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Capítulo Diez: Los Accidentes Ocurren… ¿Cierto?
La mañana del cumpleaños de Prim empezó, como era de esperar, con una pesadilla. La pobre niña, alterada por su cumpleaños número doce, casi no había podido dormir la noche anterior, sintiendo que, si se negaba a dormir, entonces retrasaría lo más posible la llegada del otro día, por lo que podía seguir siendo solo una niña de once. Lógicamente, ella sabía que no era así, pero por el bien de su ansiedad y nervios, se permitió creer de esa forma. Su hermana Katniss trato de acompañarla, abrasándola con fuerza, pero en algún momento de la noche se rindió al cansancio y se quedó dormida.
Prim trato de resistirse al sueño, pero también se quedó dormida, comenzando con un dulce sueño, lleno de la calidez que le brindaba los brazos de su hermana, pero poco a poco el sueño se fue transformando en una pesadilla. Se despertó a mitad de la noche gritando de miedo, en su mente tenía imágenes de viejos Juegos del Hambre, en los que ella recuerda que vio las muertes más horrorosas que la marcaron, solo que en vez de ver los rostros de niños que no conocía, en su lugar se veía a ella misma, tratando de huir y siendo atrapada una y otra vez. Katniss la trato de calmar y con esfuerzo logro que por lo menos dejar de gritar y pudiera relajar un poco su respiración, pero las lágrimas siguieron cayendo. Ella se quedó con Prim hasta que se sintió cómoda para volver a hablar otra vez. Entre sollozos logro contarle la pesadilla que había tenido, y ella la escucho con paciencia, queriendo que la niña supiera que se encontraba con ella y que nunca permitiría que le pasara algo así.
Por más que las dos chicas no querían volver a dormir, volvieron a caer en el sueño después de unas horas. La segunda vez que se despertaron, fue mucho más tranquilo, ya era entrada en la mañana, algo poco común para Katniss, ya que suele despertarse muy temprano para ir a los bosques a ver las trampas que ella y Gale habían dejado la tarde anterior, pero al ser el cumpleaños de su hermana, decidió dedicarle el día a ella, y por la noche que tuvieron, se sintió aliviada de haber tomado esa decisión, ya que no tenía ni ganas, ni la energía de seguir su rutina normal. Pudo escuchar a su madre moviéndose en la cocina, preparando el desayuno, lo que le recordó el regalo que tenía para su hermana. Comprobó brevemente el estado de su hermana, salió lentamente de la cama para no despertarla, y fue a la cocina. Su madre al notarla, supo que fue una mala noche, trato de ofrecerle una pequeña sonrisa para animarla, pero eso no logro quitarle la cara de preocupación que su hija mayor tenía.
En silencio fueron haciendo el desayuno entre las dos, hasta que Katniss saco las galletas que tenía escondidas, a lo que su madre al notarlas, la miro con sorpresa, no esperaba que su hija gastara tanto dinero en la panadería. No pudo evitar darle una mirada preocupada, no queriendo imaginar cuanto le costó, pero Katniss le contesto con solo una mirada despreocupada, dándole a entender que ella lo había solucionado. Ya teniendo todo listo, Katniss fue a despertar a su hermana, sintiendo pena al verla tan tranquila después de la mala noche que había tenido, pero por más que le hubiera gustado dejarla dormir y que no fuera a clases, las normas del Capitolio eran muy claras y no quería darles a los profesores de Prim, y a los agentes de la paz, explicaciones de lo mal que se encontraba su hermanita. Además, quería ver su carita cuando viera el regalo de Peeta.
_ Despista, Patito… ya es de día. _ le dijo suavemente mientras la sacudía levemente. De a poco ella fue abriendo los ojos, saliendo del sueño. _ Ey, es hora de despertar.
Apenas Prim pudo identificar el rostro de su hermana, sonrió levemente mientras frotaba sus ojos con las manos. Le tomo solo unos segundos en darse cuenta que día era, lo que provocó que su sonrisa achicara un poco. Katniss, al notar la angustia que comenzaba a tener su hermanita, trato de animarla un poco.
_ Feliz cumpleaños, hermanita. _ dijo mientras acariciaba su cabeza con ternura y le daba un beso en la frente. _ El desayuno ya está listo, ven así te doy tu regalo. _ la niña le dio una mirada curiosa ante la mención de un regalo.
Viendo que Prim se levantaba e iba al baño, Katniss fue a esperarla en el living-comedor, donde estaba servido el desayuno. A penas la niña entro, y noto las deliciosas galletas que llevaban casi todo el protagonismo de la mesa. Abrió los ojos sorprendida, no esperaba eso para su cumpleaños, su hermana sabia lo mucho que miraba esas galletas y los pasteles que había en la panadería siempre que pasaban cerca de esta. A Prim le encantaba los dibujos y lo deliciosos que se veían estos, haciendo que incluso casi se le callera baba con solo verlos, eso sin mencionar el olor a pan recién hecho que salía de la panadería. Y aunque su hermana en contadas ocasionas se apiadaba de su hermanita y le compraba algunas, estas no eran más una o dos, haciendo que sean para momentos especiales, y siempre eran porque estaban en descuento por tener días desde que se hicieron, y la mujer del panadero prefería venderlo antes de incluso tirarlos o consumirlos entre ellos. Prim siempre pensó que eran deliciosas, aunque estaban duras y perdían su encanto después de días en el mostrador para tentar a los clientes, pero eso no evitaba que se preguntara como sabría si fueran más frescas. Es por eso que ella estaba tan asombrada, ya que ya suponía que su hermana la consentiría con galletas por ser un cumpleaños tan importa, pero nunca imagino que fueran tantas, casi una docena (numero curioso siendo su cumpleaños número doce), sino que, al acercarse a sentarse frente a la mesa, noto lo frescas que estaban, hasta todavía conservaban un poco de su olor a recién hechas, que era muy leve, pero seguía presente.
_ Espero que te guste tu regalo, Patito. _ dijo su hermana con una sonrisa, orgullosa al ver como la niña estaba totalmente sorprendida.
_ ¿De verdad esto es para mí? _ hablo suavemente la niña.
_ Claro que sí, son todas para ti.
_ ¿En serio? _ en cuanto su hermana asistió con paciencia, Prim casi se tira sobre ella para darle un fuerte abrazo. _ ¡Gracias, gracias, gracias! _ dijo totalmente emocionada y feliz.
_ De nada, Patito. _ respondió mientras le correspondía el abrazo con más suavidad.
La niña, ya un poco más calmada, se separó de ella y volvió a su lugar mientras su madre le servía una taza de té. Comenzó a disfrutar de su desayuno, ofreciéndoles a su madre y a su hermana galletas, las cuales solo tomaron una cada una. Las tres saborearon de las galletas, notando claramente lo frescas que eran, no solo porque eran muy suaves, sino también por el sabor, sintiendo la vainilla, las almendras y, para sorpresa de las tres, un poco de chocolate. Disfrutaron felizmente del desayuno, pasando un momento entre las tres que muy pocas veces tenían la oportunidad de hacerlo. Antes de que sus hijas se levantaran para terminar de prepararse para la escuela, la madre fue a su habitación a buscar el regalo que tenía ella misma para su hija menor. Al volver le entrego una caja a Prim, quien, emocionada, la abrió para ver que tenía. Dentro, había un bolcito familiar, que al sacarlo de la caja lo identifico. Era un bolcito que su madre tenía guardado en su armario, era un poco chico, pero con muchos bolsillos y con una correa muy larga para colgar del hombro. Prim de nuevo quedo sorprendida, ya que siempre le había gustado ese bolcito, era una de las cosas más lujosas que tenían en la casa, ya que era una de las pocas cosas que su madre pudo llevarse de su vida como la hija del boticario. Era de cuero marrón, de buena calidad, por lo que había durada a pesar de los años que tenía. Su madre les había contado a ella y a Katniss que con ese bolso iba por todo el Distrito entregando hiervas y medicamentos. Prim siempre había fantasioso en hacer lo mismo con el mismo bolso. Es por eso que no pudo evitar mirar a su madre con mucha gratitud, que le entregara ese bolso era muy significativo para ella.
_ Gracias mamá, esto significa mucho para mí. _ dijo mientras abrazaba su regalo.
_ Y eso que todavía no ves lo que tiene adentro.
Asombrada por la respuesta de su madre, la niña comenzó a abrir los bolcillos, notando que dentro de este tenía un montón de cosas relacionado con medicinas y con cosas para curar heridas. Su madre, al notar lo emocionada que se ponía por cada cosa que iba descubriendo, hablo de nuevo.
_ Siempre dijiste que querías ir por todo el Distrito curando y ayudando a los enfermos con ese bolso, y creo que ya estás lista para que empieces con tu entrenamiento oficialmente.
_ ¿En serio? _ pregunto emocionada.
_ Sí, si fuéramos Comerciantes y si tuviera la boticaria, ya te estaría preparando para ser aprendiz.
Prim no lo podía creer, su madre le estaba diciendo que ya la estaba entrenando oficialmente para que fuera su remplazo en el futuro. Eso era muy significativo porque era su sueño desde muy pequeñita, cuando veía como su madre con paciencia y cariño, atendía a todos los que iban a su puerta con heridas o enfermedades. O cuando la veía hacer las pomadas y tónicos para ayudar con sus malestares. Era un gran paso para llegar a su meta. Se levantó a darle un gran abrazo a su madre, queriendo que entendiera lo agradecida y emocionada estaba por el regalo que le dio. Katniss miraba la escena sintiéndose un poco aliviada, había estado muy preocupada por cómo su hermana se tomaría ese día, pero ahora gracias a los regalos que había recibido, se notaba que Prim estaba mucho más animada de lo que había estado en semanas.
Ambas hermanas fueron a la habitación a terminar de prepararse, Katniss ya estaba por salir con los libros para sus clases, cuando escucho como Gale y sus hermanos entraban a la casa y saludaban a su madre. Ella fue a saludarlos también, cuando apareció su hermana de pronto y casi como que se tiró a los brazos de Rory, quien por suerte pudo atraparla. Ambos niños se dieron un fuerte abrazo mientras el chico la felicitaba por su cumpleaños. Al poco rato, sintieron como el pequeño Vick se sumaba al abrazo, también deseándole un feliz cumpleaños a la niña. Una vez que los tres se separaron, Gale le removió el cabello como saludo, entregándole un pequeño presente de parte de todos los Hawthorne. Rory aprovechó para darle su propio regalo, que eran simplemente un ramo de flores primrose, las flores que le daban su nombre.
La niña se sentía muy honrada del detalle que habían tenido con ella, tanto así que se puso una flor en su cabello mientras dejaba las otras en un jarrón con agua. En el camino, les ofreció a los Hawthorne de las galletas que tenía, las cuales además más de sorprender a los hermanitos, solo ellos aceptaron la oferta, pero solo compartiendo una entre los dos. Gale se negó a acepta una, no solo porque era el regalo de Prim y no quería que se le acabaran tan rápido, sino también porque sabía perfectamente quien las había hecho y se negaba a probar o recibir nada que viniera de ese sujeto.
Después de despedirse de su madre, las dos chicas se sumaron a los Hawthorne en su viaje al colegio. Al llegar, todo fue normal para Katniss, nada parecía fuera de lugar. A pesar de la noche que tuvo con Prim, toda la mañana había resultado ser un éxito y no había pasado ningún inconveniente. No veía la hora de poder juntarse con Peeta para contarle lo animada que se había puesto su hermana gracias a sus galletas. Ni se le ocurría esperar a su juntada en el bosque, ni siquiera podía aguantara verlo después de su práctica de lucha libre, quería hablar con él lo más pronto posible. Es por eso que no espero a buscarlo con la mirada, fijándose entre los grupos de Comerciantes, pero no lograba verlo por ningún lado. Era raro que el rubio llegara tarde, casi siempre era uno de los primeros en llegar, generalmente, para cuando Katniss llegaba a clases minutos antes del inicio, él ya se encontraba hablando tranquilamente con sus amigos. Pero había veces, muy pocas, en las que Peeta llegaba tarde, nunca supo el motivo, pero supuso que tendría que ver con su trabajo en la panadería, así que no le llamo la atención a ella.
No pensó más en eso, distrayéndose hablando con Madge sobre cómo le había ido con su hermana y sobre otras cosas, aunque no podía evitar mirar cada tanto a la puerta de entrada para verlo en cuanto apareciera. Tan pendiente estaba en eso, que obviamente su amaga se dio cuanta, causando que esta comentara al respecto.
_ ¿Estas esperando a alguien, Katniss? _ pregunto “inocentemente”.
_ No ¿Por qué preguntas? _ respondiendo casi demasiado rápido, dejando de mirar hacia la puerta.
_ Por nada, solo te veo un poco… ansiosa.
_ ¿Por qué estaría ansiosa?
_ No lo sé… _ hiso una pausa, como si estuviera cambiando de tema. _ Por cierto… nunca me contaste que paso con Peeta esa vez que lo viste después de la práctica. _ con eso, Katniss comenzó a sentirse incomoda.
Lo cierto era que había evitado hablar con Madge sobre lo que había pasado ese viernes, el día que descubrió que Peeta era su alma gemela. Con el acuerdo de los tres al mantener todo en secreto, tenía miedo que se le escapara algo mientras le contaba a su amiga, y con lo mala que era mintiendo o fingiendo, decidió que lo mejor era mantener todo en silencio, le era más fácil de esa forma. Pero si ella comenzaba a sacar el tema, entonces no sabía cómo iba a manejar la situación. Había podido evitar el tema por todo ese tiempo, casi todo un mes sin mencionar nada al respecto, que ya creía que sea lo que sea lo que le interesara a Madge de Peeta, está ya se le había pasado el interés.
_ ¿Con Peeta? _ dijo con voz nerviosa. _ No pasó nada al final.
_ ¿Pero pudiste hablar con él? _ siguió insistiendo.
_ Eh… _ su mente quedo en blando.
_ Lo dijo porque ya casi no te veo en la práctica, aunque si he notado que cierto rubio suele mirar constantemente por donde estoy sentada cuando voy yo. Como si esperara encontrarse con alguien además de mí.
Katniss sentía como su corazón palpitaba más fuerte. Era cierto, desde ese viernes, ya casi no iba, en parte porque no quería seguir llamando la atención al estar ahí sin motivo aparente. Pero la razón principal era que como ya había hablado lo que tenía que hablar con Peeta, entonces no se le ocurría otra razón para ir. Y decir que solamente iba para ver lo bien se veía Peeta luchando, le daba mucha vergüenza de admitirla, incluso a ella misma. Sin mencionar de las emociones que estaba comenzando a sentir de a poco, las cuales no se sentía lista del todo para asumir, no con todos los problemas que había entre sus almas gemelas. Pero lo peor fue que, en las pocas veces que había ido a verlo, ya no solo estaba viendo lo guapo que estaba Peeta, sino que al notar la cantidad de chicas que comentaban “discretamente” los atributos que tenía él, sentía que un sentimiento muy fuerte y oscuro casi se apoderaba de ella, haciéndola sentir más incómoda al escucharlas hablar de esa forma de SU alma gemela. Esto generaba que le era insoportable todo eso para ella, por lo que le dio un buen motivo para no ir a las prácticas. Nunca se le ocurrió que Peeta esperaba encontrarse con ella, y que eso lo desilusionaba al no encontrarla.
_ Así que… ¿Estás segura de que no tienes nada que decirme? _ volvió a preguntar Madge.
_ … No tengo ni idea de que estás hablando. _ Katniss prefería seguir fingiendo demencia antes de admitir que no había sido sincera.
_ Ok, ya basta. _ dijo seria Madge, sintiendo que tenía que ser más directa para que su amiga cooperara. _ Obviamente llegaste a algo con él, o sino ¿Por qué otro motivo tendrías al estar tan pendiente a la entrada desde que notaste que él no está en el aula?
_ Yo no estoy pendiente de eso. _ trato de defenderse.
_ Sí, claro ¿Y por qué él te busca cuando está en la práctica?
_ ¿Cómo sabes que está buscando a alguien? ¿O incluso que soy yo a la que estaría buscando? _ Madge le dio una mirada de fastidio, pero ella todavía podía seguir jugando a este juego.
_ Bueno, supongo que estaré equivocada. _ comenzó a decir, habiendo que Katniss empezará a sentirse aliviada y victoriosa. Pero la sensación no le duro mucho, ya que su amiga siguió hablando. _ Entonces debí haber visto mal cuando Peeta dejo ese dibujo en tu escritorio para tu cumpleaños. _ ante ese comentario, Katniss abrió mucho los ojos.
_ ¡¿Lo viste hacer eso?!_ pregunto alarmada, pensando que, si ella lo vio, entonces quería decir que muy probablemente, otros también lo hicieron. Miro a su alrededor como si de esa forma pudiera detectar a las personas que sospecharan de su situación con Peeta.
_ No lo hice. _ contesto su amiga con una sonrisa demasiado grande, se parecía al gato de Prim después de que hiciera una travesura para hacer enojar a Katniss. La castaña la miro sin entender lo que decía.
_ ¿Eh? ¿Cómo que no lo viste? ¿Pero si dijiste que sí?
_ Me lo invente. Y me acabas de confirmar que si fue él el que te dejo el “misterioso mensaje”. _ dijo como si nada, sintiéndose muy satisfecha con ella misma.
_ ¿Eh?... _ Katniss tardo un rato en entender el juego de su amiga. _ … HIJA DE … _ quiso gritar, pero Madge la detuvo antes de que llamara la atención de los que están al alrededor de ellas.
_ Ya, ya, Katniss. No nos conviene hacer un escándalo ahora mismo. _ dijo señalando con los ojos a su alrededor para que ella reaccionara, lo que logro que se controlara, pero no quito la mirada asesina que Katniss le tiraba. _ Mejor concentrémonos en la parte en la que me cuentas qué onda contigo y cierto panadero rubio. _ la castaña no pudo evitar poner los ojos en blanco.
_ ¿Qué hay que decir? Es muy amable y dulce, y hay que admitir que su físico no está para nada mal… _ a la rubia casi se le salía el corazón al escuchar esa confesión sorpresiva _ … lástima que está casado con una bruja insoportable, sin mencionar que es demasiado mayor para mi gusto. _ no había ni terminado de hablar, y la rubia ya le estaba dando un golpe en la nuca mientras Katniss se reía por su broma.
_ ¡Del panadero mayor no! Hablo del menor de todos, tonta. _ dijo ya un poco molesta por caer en la broma.
La castaña siguió riéndose por un rato mientras que la rubia era ahora la que le tiraba la mirada asesina. Una vez que estuvo calmada, su amiga volvió a insistir.
_ ¿Y? ¿Vas a hablar? _ cuestiono mientras alzaba una ceja.
_ No tengo nada que decir. _ se negó ella, mientras cruzaba los brazos de forma desafiante.
Ambas tuvieron una guerra de miradas, pero antes de que alguna se le ocurriera siquiera ceder, fueron interrumpidas por la profesora que entraba al aula a iniciar la clase. Madge, con un suspiro, aparto la mirada para ver a la profesora, pero murmuro de forma clara hacia Katniss.
_ Esto no va a quedar así, Everdeen. _ quiso sonar amenazante.
_ Ya veremos, Undersee. _ Contesto en el mismo tono.
Aprovechando que la rubia no le estaba prestando atención, desvió la mirada así el lugar que Peeta siempre ocupaba, notando sorprendentemente que se encontraba vacío. Esto empezaba a preocuparla. Las inasistencias en la escuela eran totalmente raras, uno tenía que estar totalmente enfermo o tener una muy buena excusa para faltar. Como era de esperarse, los que faltaban mayormente eran los de la Veta, ya que, al contar con una alta tasa de desnutrición, eran los más propenso a enfermarse, al grado de no poder levantase para asistir a clases. Muy ocasionalmente faltaba un Comerciante, y generalmente era por culpa de una epidemia muy fuerte que los afectaba a todos por igual.
Prefirió concentrase en la clase, tratando de dejar de pensar en lo que le podría haber pasado a Peeta para no asistir, pensado que quizás se había retrasado y entraría en cualquier momento por la puerta del aula. Los minutos pasaban mientras la profesora explica el tema nuevo, y Peeta seguía sin aparecer. Esto no le sonaba nada bien para Katniss.
En otra aula del mismo colegio, se encontraba Gale en su propia clase. Para él, era una mañana normal, nada estaba fuera de lugar. Solo el fastidio típico que le generaba el solo hecho de permanecer en la escuela para aprender cosas que en realidad no le servían para vivir el día al día en el Distrito. Pero después de tantos años sufriendo de lo mismo, ya estaba acostumbrado a manejarlo. No sabía si sentirse consolado o triste el pensar que estaba a un poco más de mes de su graduación. Por un lado, era bueno no tener que perder el tiempo en ese edificio, donde estaba obligado a ir, a escuchar clases que no le interesaba, a hacer proyectos y estudiar para exámenes de los cuales no servían para nada. Pero, por otro lado, al ser su último año escolar, eso quería decir que para el otoño tenía que empezar con un puesto en las minas, lo que conllevaba a horas de trabajo duro en cuevas con condiciones lamentables, que podía costarle la vida, como le había pasado a su padre. No le entusiasmaba el hecho de pasar el resto de su vida trabajando en ese lugar, pero tampoco tenía muchas opciones al respecto.
El ingreso a las minas era como el primer paso a la adultez en la Veta, era cuando se dejaba de ser un niño tenebroso de ser elegido como tributo, a ser un hombre con la responsabilidad de velar por el bienestar de su familia. Gale hacía tiempo que dejo de sentirse un niño, el mismo tiempo en el que se hiso cargo de su familia, pero al menos todavía gozaba de la limitada libertad que le ofrecía ser solo un estudiante.
Si lo pensaba bien, el dinero que recibiría por ir a las minas iba a ser bueno para ayudar a su madre con las cuentas, lo que cazaban con Katniss era bueno, pero nunca se iba a comparar con un sueldo constante. Pero eso significaba que ya no podía ir a los bosques tan seguido, lo que limitaba a su familia a la hora de alimentarse, iban a tener que depender más del almacén y la carnicería del pueblo, con sus productos no tan frescos y de precios elevados. Rory podía reemplazarlo con poco, pero todavía no sabía usar correctamente el arco, y solo sabía usar las trampas que él le había enseñado. Ni se le cruzo por la cabeza el pedirle alguna ayuda a Katniss, el deber de un hombre de verdad era resolver los problemas de su familia entre ellos sin involucrar a otros, y si bien su familia veía a las Everdeen como parte de ellos, no era correcto cargarlas con los problemas que ellos tenían. No podía pedirle a la chica que entrenara a su hermano como lo había hecho con él, porque al estar tan ocupado en las minas y con el dinero limitado, no sabía cómo devolverle el favor.
Además, era un desafío que Gale quería resolver él solo, si quería tener su unión con Katniss. Pero para eso sentía que debía demostrar que podía llevar una familia él solo, para que ella apreciara lo proveedor que era. Sabía que las cosas con ella no estaban del todo bien desde que el infiltrado se metió con todo eso de ser almas gemelas, pero estaba seguro que con algo de tiempo ella vería que el tipo no valía la pena, y volverían a lo que eran antes de que todo se fuera a la mierda. De todas formas, no podían tener su unión hasta que Katniss terminara con el colegio y sobreviviera a su última cosecha, el Capitolio no permitía que se hiciera el trámite formal ni les entregaría una casa hasta que ambos estén fuera de la cosecha. Faltaba dos años para eso, pero además no podía dejar su casa sin primero asegurarse que su madre y hermanos estuvieran bien, para ese entonces, Rory y Prim tendrían solo dieciséis años, Rory todavía no podría dejar la escuela, por lo que tenía que seguir siendo la cabeza de la familia hasta que por lo menos este pudiera ingresar a las minas y ser otro apoyo para su madre. Si bien los sueldo en las minas eran mejor que nada, eso no quería decir que fueran suficientes para mantener a dos familias a la vez, y no podía ir a hacer su familia con Katniss y dejar a su madre y hermanos sin su apoyo. Además, creía que ella tampoco dejaría a su hermana hasta que esta fuera mayor, así que Gale creía que inevitablemente debía esperar a que sus hermanos fueron lo suficiente mayores para poder hacer su unión formalmente.
El otro problema que tenía al iniciar en las minas, era el intento de alma gemela que tenían. No tenía dudas de que Katniss en algún momento entraría en razón, pero le molestaba pensar que ambos iban a pasar tiempo justos en los bosques sin que él pudiera hacer nada para intervenir. Ya que el único día libre que daban en el trabajo eran los domingos, y el panadero ya determino que no podía reunirse con ellos en esos días, era bueno porque así podía aprovechar su tiempo con Katniss para él solo. Pero no le entraba la menor duda que el chico iba a hacer lo mismo los sábados cuando este a solas con ella. Eso era algo que lo incomodaba mucho, pero todavía no encontraba una solución.
De esa forma paso su mañana en el colegio, pensando en el futuro y haciendo planes al respecto, preparándose para su vida como adulto oficial. Para cuando llego su almuerzo, se sentó con sus amigos en el lugar que acostumbraban a hacerlo, hablando de estupideces como siempre, viendo como había chicas que se asomaban para tratar de llamar la atención de alguno de ellos, aunque algunas fueron más descaradas y fueron directamente a él, negándose a entender que él de hacía rato dejo de interesarse en cualquiera de ellas. Gale simplemente eligió ignórales a todas, animando a sus amigos a tener una conquista con cualquiera de ellas. No sabía que otra cosa hacer sin revelar su relación con Katniss.
_ Gale. _ tan metido estaba con su conversación con sus amigos, que casi salto cuando lo llamaron con unos golpecitos en el hombro. Al darse la vuelta, vio a Katniss que lo miraba seriamente, lo que lo hiso ponerse nervioso, tratando de pensar sobre que podría hacer hecho para que ella estuviera llamándolo en el horario del almuerzo y con la cara tan seria.
_ ¿Paso algo, Catnip? _ pregunto tratando de aparentar estar calmado, pero por dentro estaba comenzando a poner ansioso.
_ Necesito hablar algo contigo, en privado. _ pidió lo último dando una mirada a sus amigos que dejaron de hacer lo que estaban haciendo para prestar atención a lo que ellos estaban hablando. Gale no pudo evitar de darles una mirada fulminante a cada uno de ellos por ser tan metiches, a lo que ninguno de ellos se alteró ni un poco.
_ Sí, claro. _ por suerte no había sacado su comida todavía, así que podía levantarse tranquilamente sin hacer un desorden.
A pesar de que no quería hacer un alboroto de lo que estaba ocurriendo, no se pudo evitar que sus amigos no lo hicieran en su lugar. Estos comenzaron a silbar y hacer comentarios un tanto humillantes para él. Era una suerte que Katniss parecía muy concentrada en lo que sea que la tenía de ese humor, que pareció no notar el comportamiento infantil de sus supuestos amigos. Tratando de ignóralos también, se fue con ella a una parte en la que se encontraran más apartados de cualquiera que quisiera escucharlos.
_ ¿Qué tienes, Catnip? ¿Por qué estas así? _ pregunto ya un poco alarmado.
_ Es Peeta. _ la chica apenas menciono ese nombre, y Gale ya estaba desorientado, no esperando que lo mencionara.
_ ¿Peeta?
_ Sí, Peeta. Estoy segura que algo le paso. _ aclaro ella, todavía sintiéndose preocupada por el chico desde que no lo vio en toda la mañana.
_ ¿Y por qué crees que algo le paso? _ pregunto tratando de tener paciencia, no podía creer que ella se le había acercado solo para hablarle del chico.
_ Es que no vino al colegio, no supe nada de él. Ayer se veía bien, así que no creo que este enfermo ¿Recuerdas verlo mal ayer cuando buscaste las galletas? _ Gale se tomó un momento para recordar.
_ Yo lo vi normal. _ contesto con desinterés, lo que solo género que la chica se preocupara más. _ Pero solo porque no vino hoy, no quiere decir que algo malo le allá pasado. Por ahí no es nada. _ trato de calmarla, pero la chica sabía que Gale no tenía idea de la vida familiar del rubio.
Ella misma tampoco hubiera sospechado de eso, sino fuera el recuerdo el ojo morado de un Peeta de doce años, ojo que estaba normal la tarde anterior cuando le dio los panes que la salvaron a ella y a su hermana. Eso la ayudo a notar la cantidad de veces que el niño y su padre iban a ver a su madre en varias ocasiones con heridas bastantes serias en el menor, siempre bajo el pretexto de que el chico era “torpe” en su trabajo. No eran confidencias, y ella solo podía sospechar lo que pasaba en esa casa, pero eran de esas cosas de las que nadie hablaba, ni los hermanos de Peeta lo hacían, mucho menos los amigos del chico, por lo que ella nunca lo hiso también, pensando que ya no pasaba más y que él se encontraba a salvo. La verdad, no se le vino a la mente, como si se hubiera olvidado de ese detalle, pero ahora que sabía que él era su alma gemela, no pudo evitar que la preocupación y el miedo se le metieran en el corazón. Necesitaba confirmar que él estaba bien y que esas cosas habían quedado en el pasado.
_ No lo entiendes, Gale. Tengo un mal presentimiento sobre esto. _ no sabía que podía decirle a chico sin mencionar algo que pensaba era muy íntimo para el rubio, y no le correspondía a ella decirlo. _ Tu cursas con su hermano ¿Has notado o escuchado algo de él?
_ ¿Hablas de Rye? _ pregunto sorprendido que ahora estuvieran hablando de ese sujeto. _ Si sabes que no cruzo palabras con él a no ser si es para pelearnos ¿Verdad?
_ No te estoy preguntando si hablaste con él, solo si notaste algo raro. _ volvió a insistir ella, rodeando los ojos.
_ La verdad es que fijarme lo que hace o no, no es uno de mis hobbies, Catnip. _ contesto con sarcasmo, sin humor para seguir hablando de los hermanos Mellark.
_ ¿Podrías, por favor, fijarte? Necesito saber que Peeta está bien. _ trato de pedirle ayuda la chica.
_ ¿Qué se supone que haga? ¿Qué me asome a él como si nada y le pregunte sobre su hermanito sin motivo aparente?
_ ¡No lo sé, Gale! _ contesto un poco exasperada, le enfadaba que él parecía que no quería ayudarla. _ Solo necesito saber si él actúa raro o algo. No necesitas hablarle ni nada. Creo eres lo suficientemente inteligente como para notar si algo no anda bien con alguien con solo verlo ¿O me equivoco? _ trato de desafiarlo un poco a ver si de esa forma la ayudaba.
_ ¿Y cómo eso te dirá si el niño mimado está bien o no?
_ Porque si algo le sucedió a Peeta, entonces es obvio que su hermano se encuentre preocupado.
Gale pensó en eso por un momento. No sabía que podía sacarle a Rye Mellark sobre su hermanito, pero no le costaba nada mirarlo un rato desde lejos para calmar a Katniss y que dejara de preocuparse tontamente por el chico. Por lo que solo se limitó a asistir en silencio, haciendo que la chica se emocionara un poco, casi saltaba a abrasarlo si no fuera que todavía estaban a la vista de la gente, por lo que solo le dio un apretón en el brazo junto con una pequeña sonrisa.
_ Gracias, Gale.
Respondiéndole con una pequeña sonrisa también, cada quien se separó para seguir con sus almuerzos. Al volver a la mesa con sus amigos, estos no evitaron de reírse de él.
_ ¿Qué paso Gale? ¿Ya te reto tu novia?
_ ¡Cállate, idiota! _ dijo con seriedad, fulminándolo con la mirada. _ Ya sabes que es solo una amiga, no le hables así.
_ No por tu elección. Si fuera por ti, ya te la hubieras llevado al montón de escoria. _ insinuó otro de sus amigos.
_ ¡Oye, no hables así de Katniss!
_ ¿Por qué? ¿Acaso nos harás algo? _ desafío el primero que hablo.
_ Ustedes no merecen que me rebaje a hacer algo. No. Pero sé de una chica amenté del arco y la flecha que no tendrá problemas en ponerlos en su lugar a todos ustedes. _ eso causo la reacción que esperaba, nadie se quería meter con Katniss Everdeen. Puede que fuera pequeña y delgada, nunca ganadería en una pelea mano a mano, pero nadie dudaba de su talento para el arco, aunque pocos han sido los que la vieron en persona. Pero no se necesitaba verlo para saberlo, los animales que cazaba eran prueba más que suficiente.
Con eso calmo el ánimo de la mesa, lo que le permitió enfocarse en la misión que le encomendó Katniss. Con discreción, busco con la mirada a Rye Mellark por la cafetería, encontrándolo en donde siempre se sentaba con sus amigos. A simple vista podría aparentar que todo era normal, una vista que se veía todos los días. El chico se encontraba sentado, tranquilo, rodeado de su grupo, parecía que estaba prestando atención a lo que sea que ellos estaban hablando, incluso tenía una chica Comerciante haciéndole ojitos para llamar su atención, lo cual pareciera que no estaba resultando ya que el chico no parecía interesado en ella. Y eso fue lo que hiso que Gale prestara más atención al chico. La chica se notaba que estaba muy desesperada por ser cariñosa con él, pero el rubio parecía más interesado en la conversación que en notarla. Gale conocía a la chica, era la hija del carnicero, él mismo había tenido una aventura con la chica en el montón de escoria, era demasiado buena seduciendo y todos sabían de sus aventuras. Uno diría que como su padre era el carnicero, un hombre bastante intimidante, que se aseguraba en dejar en claro que no quería a nadie cerca de su hijita, nadie se atrevería a desafiarlo, menos por una aventura de una noche. Pero la chica era clara en su deseo a experimentar sin compromiso, por lo que siempre se las ingeniaba para que su padre no se diera cuanta, ni supiera con quien estaba saliendo.
Era por eso que Gale sabía de lo buena que era seduciendo y convenciendo a los chicos para ir con ella. Y hasta donde él estaba enterado, Rye tampoco mostro desagrado por la idea de tener algo con la chica. En un día normal, Gale no tenía duda de que ya estaría correspondiendo a las atenciones de ella, en vez de estar escuchando lo que sus otros amigos discutían. Mínimo ya habría tratado de tener una conversación más privada, con la intención de cerrar el trato y llevársela en cuanto pudiera. Es lo que hubiera hecho Gale en su época de casanova. Pero el chico parecía ajeno a todo eso.
Mirando con más atención, noto que ni siquiera estaba hablando con nadie, solo se limitaba a mirar como todos hablaban y reían, pero él estaba estático, no reía, no mostraba ni una señal de estar conectado realmente en lo decían, lo mucho que hacía era una pequeña sonrisa de vez en cuando, como si quisiera mostrar que estaba de acuerdo cuando lo miraban por algo, pero apenas las miradas se enfocaban en otra cosa, al chico se le borraba la sonrisa con demasiada rapidez, como si le constara mantenerla.
Le constaba admitirlo a Gale, pero Katniss tenía razón, algo no estaba bien, por lo menos no con Rye Mellark.
Aunque eso no decía necesariamente que al pequeño Mellark le allá paso algo malo.
_ No me digas que volviste a interesarte otra vez con Miranda. _ le hablo uno de los amigos de Gale.
_ ¿Qué? _ pregunto el castaño sorprendido, tan concentrado estaba que no espero que le hablaran de repente.
_ No te hagas, te las has pasado todo el almuerzo mirándola. _ siguió hablando el amigo, malinterpretando las acciones de Gale.
_ ¿Mirándola? _ pregunto de vuelta, todavía sin entender del todo de que estaba hablando, a lo que su amigo solo rodeo los ojos pensando que el castaño solo quería evitar la confrontación.
_ Gale, amigo, escucha, sé que lo que estuviste con Miranda fue algo realmente asombroso. Si no lo recuerdo mal, hasta “saliste” con ella por más tiempo que con las demás, pero entiende que ella ya no está más interesada en ti. Ya hasta encontró un remplazo. _ dijo, dándole una mirada significativa al hijo del panadero, del cual la chica en cuestión no dejaba de tratar de llamar su atención. _ Y no te lo tomes tan personal, estamos a semanas de graduarnos, seguramente ella está a la pesca de un futuro marido. Ya sabes cómo se ponen todas las hijas de los Comerciantes cuando están al final de su último año escolar, no es una historia nueva. _ explico encogiéndose de hombros. _ Supongo que volverá a ti cuando esté asegurada con su matrimonio y quiera salir a divertirse un rato, hasta entonces, las Comerciantes no nos darán ni la hora.
Gale miro a su amigo absorbiendo la información que este le daba. Omitiendo el hecho que creía que estaba haciendo eso porque estaba interesado en Miranda, lo cual era claramente un error, le hiso entender la razón por la que la chica estaba tan persistente por la atención del panadero. Las chicas Comerciantes en su último año escolar lo dedicaban a buscar marido en su mayoría, no era raro que después de que terminaran los Juegos del Hambre, la alcaldía se llenara de jóvenes listos para hacer su casamiento o unión oficialmente, y la mayoría eran Comerciantes, quizás demasiados ansiosos para que sus padres les den oficialmente su puesto de aprendices. En la Veta era un poco diferente, ellos creían que lo mejor era no hacer planes a largo plazo hasta superar su última cosecha, como ellos eran los que tenían más posibilidades de ser elegidos como tributos, entonces preferían tratar las cosas con calma. De todas formas, el mal entendido podría ayudarlo a tener más información sobre lo que le había pedido Katniss.
_ Veo que le esta yendo bien con mi remplazo. _ comento sarcásticamente, a lo que si amigo miro a donde estaba la chica, frunciendo el ceño al notar lo que lo mismo que noto Gale.
_ Qué raro, ya para a estas alturas esos dos ya estarían comiéndose la boca en algún rincón del colegio.
_ Sí, es raro. No entiendo que jugada está haciendo él para que no reaccionara. _ dijo el castaño.
_ ¿Sera por los rumores? _ pregunto otro amigo, que estaba al tanto de lo hablaban.
_ ¿Rumores? _ pregunto Gale ya sin fingir desinterés, ya su grupo de amigos estaban al tanto sus intereses.
_ ¿No lo escuchaste? _ volvió a preguntar el mismo amigo. _ Ha estado circulando todo el día.
_ He estado un poco… distraído toda la mañana. _ trato de explicar Gale.
_ Bueno… _ contestó el amigo sintiéndose poco convencido, pero decidiendo no indagar más. _ Resulta que Rye ha estado todo el día así de retraído. Trata de que no se note, pero no es tan “sonriente” como lo es siempre, y nadie sabe explicar por qué.
_ ¿Y eso qué? ¿Han dicho algo más?
_ No mucho, pero dicen que lo escucharon hablar con sus amigos sobre que estaba muy preocupado por su hermano.
_ ¿El mayor? _ pregunto el otro amigo que también se estaba enterando del chisme.
_ No, el menor.
_ Mmm… Eso es raro ¿Por qué estaría preocupado por el menor? Hasta donde tengo entendido, nunca ha hecho algo digno de mencionar.
_ Tienes razón, a mi casi se me olvida de que existe. No hace nada llamativo en la escuela que no sean las prácticas de lucha libre, y hasta en eso creo que lo hace para imitar todo lo que hace Rye. Y en la panadería pasa casi todo el tiempo atrás en las cocinas con su padre, creo.
_ ¿Quizás se allá metido en algún problema con alguna chica? Conociendo a sus hermanos, no hay dudas de que es igual a ellos en ese sentido.
_ Naaa. Nunca se ha escuchado nada al respecto. Aunque se dice que muchas chicas Comerciantes han estado a la pesca con él.
_ ¿En serio?
_ Sí, es como toda una rareza para ellas. Escuche de mi prima, que cursa con él, que todas están haciendo apuestas para saber quién se queda con él. Dicen que es buen materia para esposo porque se parece mucho el panadero, y ya sabes cómo es el panadero con su esposa.
_ Mmm me lo imagino, lo tiene totalmente sometido, no es raro que buscaran un chico así. Pero para mí no valdría la pena.
_ No valdría la pena si no fuera que eso te permitiría salir a “divertirte de verdad” sin preocuparte de que tu esposo te haga un escándalo. _ contesto con un tono de broma.
Y mientras los dos amigos hablaban, Gale se quedó en silencio pensando en lo que estos decían. Estaba aprendiendo cosas de su supuesta alma gemela. No sabía que este estaba también en la lucha libre como su hermano, eso explicaba porque nunca retrocedía cuando Gale amenazaba con una pelea, debió ser porque su hermano le enseño bien a defenderse. Tampoco sabía que fuera tan popular con las chicas, pero parecía que no fuera por elección propia. Aunque tenía que agregar que el chico no era dócil porque si, sino porque no tenía razones para no serlo. Era algo que el castaño había descubierto de su tiempo de convivencia con el chico, puede que fuera alguien tranquilo y calmado, pero no dudaba en marcar los puntos que le interesaba, no dejando a duda que había cosas indiscutibles para él, que estaba dispuesto a defender a toda costa. Ojalá fuera tan sometido como todos decían, porque eso haría las cosas más fáciles para Gale, pero el rubio tenía la tendencia de decir lo que tenía que decir, y, aunque no levantaba la voz, era claro y decidido en lo que decía.
Sin mencionar que su mente parecía marchar a mil por hora, Gale no podía hacerle un comentario hiriente sin que este ya pensara una respuesta más molesta o dolorosa. Y ahora sumado con que al parecer sabía defenderse, Gale sentía que no podía ganarle en una confrontación tan fácilmente como le hubiera gustado.
Pero si había algo de lo que estaba claro, es que Peeta Mellark no era un chico dócil como todos imaginaban.
_ Aunque todos creen que va a terminar con la hija del zapatero. _ Gale volvió a concentrase en la charla con ese comentario.
_ ¿Tú crees?
_ Sí, dicen que desde que eran pequeños no se han separado nunca. _ eso, por algún motivo incomodo al castaño.
_ Eso no quiere decir que terminen juntos. _ hablo por fin Gale, sonando un poco gruñón.
_ Sí, claro ¿Cuándo has visto que dos chicos que han sido amigos desde que eran niños no terminan desarrollando sentimientos por el otro?
_ … No estoy de acuerdo. _ insistió el castaño.
_ Yo te apuesto lo que quieras a que cuando se gradúen van a terminar juntos. _ agrego el otro, completamente seguro de lo que decía. _ Es más, apuesto que incluso desde antes vamos a escuchar que están comprometido.
Gale no quiso seguir discutiendo, pero la sensación incomoda no se fue tan fácilmente. Por algún motivo no se sentía cómodo hablando que Peeta podía casarse con otra chica. Lo cual no era lógico, qué eso era lo mejor para él y para Katniss, que el chico dejara de molestarlos para meterse con otra chica. Pero sin importar cuantas veces se digiera que era lo mejor, no podía quitarse de esa sensación. El imaginar verlo en la alcaldía con una chica igual de rubia como él, que él le sonriera con esa sonrisa de enamorado idiota que le daba a Katniss cuando está no se daba cuenta, le hacía retorcer el estómago como si hubiera comido algo en mal estado. El imaginarlo rodeado de niños rubios y de ojos azules como los de él, le daba escalofríos, y seguía sin entender el por qué. Supuso que era por Katniss, le daría mucha bronca que después de todo lo que insistió y afirmo que le gusta estar con la chica, resultara ser solo un acto para terminar con estando con la Comerciante con la que estaba realmente enamorado. Lo que le hiso pensar ¿Quién es la chica en cuestión? No recordaba cómo era la hija del zapatero, ni siquiera cuál era su nombre. Se dijo internamente que se encargaría de investigar a la chica en cuestión.
Antes de terminar con el horario del almuerzo, Gale fue a buscar a Katniss. Le costaba admitirlo, pero todo pintaba a que algo había pasado, aunque no estaba seguro qué o si Peeta estaba involucrado en todo eso. En cuanto hiso contacto visual con ella, le señalo con la cabeza para que se reunieran en el mismo rincón de antes. Asistió y comenzó a levantar todo lo que había usado para el almuerzo. Gale se quedó a esperarla apoyado en la pared con los brazos cruzados, pensando en lo que haría después de hablar con ella.
_ ¿Pudiste descubrir algo? _ pregunto ella apenas se encontró con él.
_ Sí. Al parecer ha estado todo el día tenso, aunque lo trate de disimular. _ contesto con seriedad, midiendo las reacciones de la chica. Inevitablemente, la castaña puso una expresión de preocupación.
_ ¿Sabes por qué?
_ La verdad nadie puede decir exactamente por qué, pero se rumorea que es porque está preocupado por su hermano, por Peeta.
Katniss abrió más los ojos. Ella ya presentía desde que no había parecía a clases que algo le había pasado. Comenzó a abrumarse, no sabía qué hacer, por un lado, debía de asegurarse que Peeta estuviera bien, y por el otro no podía irse de la escuela sin más, no solo porque los profesores podían notar su ausencia y hablar con los agentes de la paz, sino porque era el cumpleaños de Prim, y después del colegio había prometido pasar el día con ella. Si rompía esa promesa, tendría que darle explicaciones ¿Y qué podía decir para justificar porque salía a buscar a un chico que supuestamente ni conoce? Estaba tratando de pensar en un plan cuando Gale interrumpió sus pensamientos.
_ Puedo ir a buscarlo. _ dijo simplemente, sonando un poco fastidiado por tener que proponer eso.
_ ¿En serio harías eso? _ pregunto sorprendida.
_ Sí, no tengo problemas en hacerlo. _ y aunque decía eso, su voz seguía sonando como si le molestara, lo que claramente noto la chica.
_ No tienes que hacerlo, ya me ayudaste lo suficiente. _ trato de disuadirlo, a lo que el chico solo soltó un suspiro de cansancio.
_ Puedo hacerlo, Catnip. _ dijo con seriedad. _ Es algo que te va a tener preocupada hasta que lo veas en persona o hasta que alguien verifique si está bien o no. Tú no puedes ir a buscarlo por Prim, ella te necesita. Yo por otro lado, puedo ir, seguro que no me costara nada encontrarlo y volver contigo una vez que vea que se encuentra bien.
_ ¿Vas a ir después de terminar las clases? ¿Qué le vas a decir a tus hermanos? _ el castaño siguió con su postura relajada, como si esas cosas no le preocuparan.
_ En primer lugar, Rory esta tan emocionado con el cumpleaños de Prim, que seguro no notara si estoy o no. Y Vick va a estar igual, sabes lo mucho que le gusta los cumpleaños y pasar tiempo con esos dos. Así que no va a hacer ningún problema. Además, pensaba irme ahora, no esperar hasta el final de la clase.
_ ¿Y cómo vas a saltarte las clases?
_ Mis amigos me van a cubrir, además en el último año los profesores no son tan estrictos, mientras que no hagamos algo escándalo que deje en claro que no controlaron que nos escapamos, no hacen tan drama. _ Katniss pensó un poco la idea del Gale.
_ ¿Estás seguro que quieres tomarte todas estas molestias para ir a buscarlo? _ pregunto insegura, no convencida del todo.
_ ¿Es algo importante para ti? _ pregunto en respuesta él.
_ Sí. _ contesto sin dudarlo.
_ Entonces es importante para mi también. Así que no te preocupes más y déjamelo a mí. _ dijo posando una mano en su hombro para darle un leve apretón para clamarla. Katniss no pudo evitar sentirse un poco más aliviada, pero había algo que todavía la inquietaba.
_ Está bien, pero por favor cuídalo, no sabemos que le pudo haber pasado.
_ Va a estar bien, seguro no es nada serio. _ dijo totalmente despreocupado.
_ Esto es serio, Gale. _ regaño ella al ver que no le daba tanta importancia. _ En serio que tengo un mal presentimiento sobre esto. _ no estaba segura de agregar lo siguiente. _ Podrías ir… si no está en su casa…podrías ir a mi casa a ver si mi madre lo atendió.
_ ¿Con tu madre? ¿Por qué iría a verla a ella en vez de ir al médico del pueblo si le paso algo?
_ Es que… hay veces que no pueden ir con él… así que lo llevan con mi madre. _ trato de explicar sin revelar mucho con eso. Gale la miro por un rato preguntándose si había otras intenciones por las que el chico iría a la casa de Katniss, pero supuso que, si las había, no las iba a averiguar de ella.
_ Bueno, no lo encuentro en su casa, voy a la tuya. Y si tampoco está ahí, entonces voy a buscarlo por todo el Distrito si es necesario. _ le aseguro.
La chica no pudo más que mirarlo con agradecimiento, tenía muchas ganas de saltar y abrazarlo, pero todavía estaban en el colegio y no era el momento para eso, por lo que solo se pudo limitar a tomar la mano que estaba en su hombro y darle un apretón amistoso.
_ Gracias Gale, esto de verdad es muy importante para mí. _ el chico le devolvió una pequeña sonrisa antes de responder.
_ Está bien, Catnip. Como te dije antes, si es importante para ti, es importante para mí.
Los dos chicos se despidieron, acordando que Katniss iba a cubrir a Gale con sus hermanos a la salida del colegio. El chico fue directamente a unos de sus amigos de más confianza y les pidió que lo cubriera en las clases ya que no podía asistir a estas, no aclaro el por qué, pero dejo entendido que era un asunto familiar. Una vez que acordó todo con su amigo, discretamente fue a buscar sus cosas y salió del colegio. Su primera parada fue obviamente la panadería, la cual estaba cerca de la escuela, en su trayecto trato de pensar en cómo iba a comprobar el estado de Peeta sin llamar la atención de los padres de este. No podía ir a la puerta y preguntar por él, tampoco podía ir a la puerta trasera como para hacer un intercambio cuando, en primera no tenía nada para intercambiar y en segunda se suponía que debía estar en clases como todos los chicos de su edad.
Estaba cerca de llegar y todavía no tenía ni idea de cómo iba a resolver eso, cuando, al divisar la panadería, noto que había agentes de la paz adentro de esta. Alarmado, Gale fue por un callejón que daba a la puesta trasera del establecimiento. Tan silenciosamente como cuando cazaba, fue acercándose sigilosamente hasta llegar un punto en el cual podía oír lo que pasaba dentro de la panadería, pero sin que nadie notara de su presencia. No era rato que los agentes fueran con el panadero si el chico había falto a clases, pero quizás de esa forma podía saber que paso. Aprovecho que había una ventanita donde ventila la parte del frente, justo en la parte que atendían a los clientes y tenían todos los productos a la venta. Dentro estaban dos agentes con el panadero y su esposa, aunque la que más hablaba era esta última. Le costó entender de que hablaban al principio, pero después de acercase lo suficiente pudo seguir el hilo de la conversación.
_ ¿Y están seguro que no saben nada se su hijo menor? _ pregunto uno de los agentes.
_ Sí, señor, no sabemos nada de él. _ respondió con seguridad la mujer.
El agente miro a su compañero que estaba anotando algunas cosas en lo que parecía que era una tableta digital. Al notar algo escrito en esta, volvió a preguntarle algo a los panaderos.
_ ¿Puede volver a describir lo sucedido, así quedan grabados en un audio? Se le recuerda que todo lo que digan se le sumara en el registro de su hijo, lo que podría llevarlo a tener problemas en el futuro. – esto inquieto un poco al panadero.
_ ¿Qué quiere decir que esto quedar en su registro y que podría generales problemas en el futuro?
_ Es muy sencillo señor, si usted declara que su hijo está desaparecido, entonces nuestro deber encontrar su paradero y hacer que cumpla su castigo por su desaparición.
_ ¿Castigo? _ volvió a preguntar el panadero mientras su esposa escuchaba todo con desinterés.
_ Por ser la primera infracción de su hijo, se le dará un castigo menor, siempre y cuando se lo encuentre dentro de las próximo veinticuatro horas, a no ser, claro, que se lo encuentre con en situaciones comprometidas, como escapando del Distrito o haciendo otras cosas ilegales.
Esto hiso que tanto el panadero como Gale se sintieran alterados ¿Qué le pasaría a Peeta si no lo encontraban en veinticuatro horas? Ninguno de los dos se cuestionó que el chico fuera capaz de hacer algo ilegal, pero no sonaba bien que tuvieran un límite de tiempo para encontrarlo. Por más que los agentes digieran que tendría un castigo menor si lo encontraban a tiempo, nunca se podía confiar con sus castigos, podían ser muy sádicos si se les apetecía, era raro que lo hicieran, pero nunca era bueno jugar con la suerte.
_ Le aseguro que mi hijo nunca haría nada ilegal. _ defendió el panadero con determinación. A lo que Gale solo rodeo los ojos ¿Qué haría el amable panadero si supiera que su hijo se escapaba del Distrito todos los sábados para estar con dos chicos de la Veta? En teoría se podía decir que se estaba relacionando con “criminales” que lo estaban llevando por el “mal camino”. Gale no pudo evitar contener una pequeña risa al tener esos pensamientos.
_ Eso lo averiguaremos en cuanto lo encontremos, señor. _ el panadero siguió sintiéndose inquieto.
_ ¿Y qué pasa… si lo encuentran herido? _ curiosamente, la esposa si tuvo una reacción ante esa pregunta, pero en vez de mostrar preocupación por el estado de su hijo, mostraba más una mirada asesina hacia su esposo.
_ ¿Por qué estaría herido fuera de su casa? _ pregunto como si fuera una obviedad el agente, pero al notar el ambiente tenso, decidió seguir indagando. _ ¿Hay algo que no nos están contando? _ cuestiono con seriedad.
_ No, nada agente. _ respondió la mujer actuado como si nada. El agente les dio una mirada como si los estuviera estudiando, pero decidió no seguir con eso. Por algún motivo eso no le sonó muy bien a Gale, pero como no se siguieron hablando de eso, no le dejo de otra que dejar de pensar en eso también.
_ Entonces ¿Aceptan que los grabemos para empezar la búsqueda?
_ Sí, señor. _ contesto de vuelta la mujer mientras su esposo asistía con aires tristes.
_ Bueno… _ espero a que su compañero le diera la señal de que estaba grabando. _ ¿Pueden repetir cuando fue la última vez que vieron a su hijo, Peeta Mellark?
_ Claro. _ respondió ella iniciando su relato. _ La última vez que vi a mi hijo fue ayer antes de que nos fuéramos a dormir.
_ ¿Y no han sabido nada de él desde entonces?
_ Como ya le dije, para cuando nos despertamos, él ya no estaba. _ Gale se encontraba escuchando con atención, cada vez más intrigado “¿Cómo que no lo ven desde la noche?” se preguntó internamente.
_ ¿Y que estaban haciendo antes de que se fueran a dormir? Por favor sean los más detallados posibles.
_ Bueno, él llego de la escuela después de su práctica de lucha libre…
_ ¿Pueden comprobar que realmente fue a esa práctica? _ interrumpió el agente a la mujer.
_ Sí, su hermano lo vio porque están en el mismo equipo.
_ Ok, continúe ¿Regresaron juntos los dos hermanos?
_ No… pero eso es normal, Peeta suele quedarse un rato extra ordenando y bañándose allá. Rye suele bañarse rápido para volver con sus amigos. _ contesto el panadero esta vez.
_ Entendido ¿Qué paso después de que el chico regresara?
_ Lo de siempre, se puso con Rye y conmigo a cocinar mientras mi esposa atendía y hacia inventario. _ por alguna razón, la voz del panadero comenzó a temblar un poco, casi indetectable, pero comenzó a jugar con sus manos de manera nerviosa.
_ ¿Y luego?
_ Bueno, en cuanto cerramos, fuimos a comer y eso fue todo. _ respondió él.
_ ¿Están seguro que no pasó nada más entre esos momentos? ¿Una disputa con el hermano o algo que les allá llamado la atención por ser fuera de lo normal?
_ No, nada que yo recuerde. _ la voz del panadero no podía disfrazar del todo su temblor.
_ Si es necesario, mi otro hijo puede decirle lo mismo. _ intervino ella. _ Somos una familia muy tranquila y no solemos tener problemas entre nosotros, o por lo menos no más de lo común. Ya sabe, somos cuatro, dos adultos y dos ya casi tienen la edad de serlo, viviendo en un espacio pequeño con mucho trabajo. Siempre hay discusiones sobre quien está en el baño o quien hace que tarea. Lo de siempre. _ conto la mujer, como si estuviera relatando de las travesuras normales de sus hijos a otras madres. _ Se imaginarán que, al ser la única mujer en la casa, me toca a mí poner orden, y eso a veces me deja como la mala. _ termino con una sonrisa. Gale se sorprendió a ver esa faceta de la madre de Peeta, como era gruñona con todo el mundo, nunca se imaginó que pudiera sonar tan… carismática.
_ ¿Paso alguna de estas… disputas ayer?
_ Sí, puede que allá le llama la atención a mi hijo porque noté algo en el inventario, pero solo le dije unas cuantas cosas, nada más ¿Aun que vio como son los adolescentes? Todo lo exageran un montón, y Peeta suele ser el rey del drama cuando quiere. _ Gale no lo podía creer, la mujer parecía estar bromeando de forma tan natural. Si uno no supiera que era imposible que alguien tan enojada con la vida tuviera sentido del humor, podría creer que la mujer era más decente de lo que era en realidad. Hasta le pareció ver una sonrisa pequeña, él no sabía que podía hacer algo como eso. Y al contrario de ella, el panadero parecía cada vez más tenso, pasando de jugar con sus manos a agarrar con algo de fuerza el delantal con manchas de harina que tenía puesto.
_ ¿Qué paso a la mañana cuando despertaron?
_ Me desperté antes del amanecer para prender los hornos. Generalmente el resto de la familia se despierta poco después de eso. Pero en cuanto no bajo Peeta a trabajar, Rye fue a buscarlo, y ahí fue que nos dimos cuenta que no estaba en la casa. _ explico con calma el panadero.
_ ¿Creen que allá dormido en la casa?
_ No estamos seguros, señor.
_ Bueno, creo que con eso tenemos suficiente. Solo una pregunta más ¿Han visto a su hijo relacionado con alguien sospechoso?
_ No… _ la repuesta de panadero fue interrumpida por su esposa.
_ No estamos seguros.
_ ¿Qué quieren decir con eso?
_ Mi hijo nunca se ha metido en escándalos, pero debo admitir que en el último mes ha estado comportándose un poco raro. Los sábados a la mañana suele irse sin más, dice que es para ver a unos amigos, pero es raro que sea todos los sábados desde tan temprano. Aunque siempre vuelve antes del almuerzo, así que no importo mucho. Pero ahora con esto… _ Gale abrió los ojos, esa mujer era una hija de puta. Con eso comentario, les da a los agentes a pensar que Peeta podía ser un conspirador del Capitolio. Y lo peor que ellos estaban detrás de las salidas del chico. La mujer sin darse podía poner en problemas no solo a Peeta, sino también a Katniss y a él, porque si los descubrían ¿Cómo podría explicar su situación a los agentes y que sonara creíble, pero sin mencionar ni mostrar sus marcas del alma? Estaban en un gran problema. Tenía que encontrar urgentemente al chico para aclarar la situación con todos.
_ Está bien señora. Lo encontraremos. Para terminar la grabación ¿No quieren cambiar nada o agregar algo más que nos ayude a encontrar a su hijo?
_ No, señor, eso es todo lo que sabemos.
_ ¿Así que ambos se muestras conformes con su testimonio?
_ Sí, señor. _ hablo ella mientras su esposo asistía.
_ Necesito que ambos lo digan.
_ Sí, señor. _ contesto decaído en hombre.
_ Ok, bajo este medio, declaro que Peeta Mellark se encuentra desaparecido. _ dijo dándole una señal a su compañero para cortar con la grabación. _ Con esto tenemos todo, gracias por su colaboración. _ les dio un pequeño movimiento de la cabeza en forma de despedida antes de darse vuelta con su compañero y salir de la tienda. Gale espero a que estos hubieran hecho una buena distancia antes de atreverse a salir de su escondiste, pero antes de irse, escucho al panadero hablarle enojado a su esposa.
_ ¿Cómo te atreviste a decir eso sobre nuestro chico? ¿Insinuando que podría juntarse con gente sospechosa? _ pregunto mientras se ponía de frente a ella para enfrentarla
_ No hice nada malo, solo dije lo que me parecía. _ respondió con tono desinteresado.
_ Sabes perfectamente que Peeta sería incapaz de hacer una cosa así. Él es un chico tranquilo que no se mete con nadie. Ahora por tu culpa puede ser visto de forma sospechosa para los agentes. Y no solo él, sino que hasta sus amigos podrían tener problemas. _ Gale nunca había escuchado al panadero tan enojado y molesto.
_ Siempre has sido demasiado blando con ese chico. _ reclamó enojada ella en repuesta. _ Lo has consentido tanto todo este tiempo que es por eso que es tan débil en comparación a sus hermanos. Yo solo trato de que haga las cosas bien. No es mi culpa que cada vez parezca una misión imposible.
_ ¡Actúas como si no supieras lo que le podría pasar si no lo encuentran a tiempo!
_ ¿Y por qué me tendría que importar?
_ ¡¿Cómo que por qué?! ¡Estamos hablando de nuestro hijo! ¡Podría ser hasta azotado si no lo encuentran!
_ ¿Qué acaso no lo escuchaste? No le van a hacer nada. _ contesto con desinterés para quitarle importancia al asunto. _ Deja de ser tan dramático.
_ Tú no sabes eso. Podría pasarle algo grave.
_ Y si así sucediera ¿Por qué debería interesarme? Él se lo busco al escaparse de la casa y al fatal a clases. Él sabía muy bien que era su responsabilidad de al menos asistir a clases, sino lo cumplió, entonces está bien que lo castiguen por eso. A ver si así aprende a ser responsable y a no esconder secretos conmigo. _ el panadero abrió los ojos sorprendió, entendiendo el por qué su esposa estaba actuando de esa forma.
Gale por su parte trataba de seguir el ritmo de la discusión que estaban teniendo. Podría decir que estaba sorprendido por el total desinterés que mostraba la mujer por el destino de su hijo, pero estaría mintiendo, ya que nunca había visto que esa mujer mostrara interés o preocupación por algún que no fuera ella misma. Pero eso no quitaba el mal sabor de boca al escucharla. El castaño podía decir que no le aguardaba el rubio por intervenir en su relación con Katniss, pero eso no quería decir que se sintiera bien que recibiera el desprecio que claramente recibía de su madre.
_ ¿Secretos? _ pregunto el panadero _ ¿Es por eso haces todo esto? _ eso llamo la atención de Gale.
_ ¿De qué hablas? _ pregunto ella desconsentida.
_ Dime que no hiciste todo esto porque crees que nos guarda secretos.
_ Te recuerdo que yo no hice nada. _ respondió poniendo los ojos en blanco. _ Todo esto es por culpa de él y de nadie más. _ su esposo la miraba como si no le creyera.
_ Sabes perfectamente bien de lo que hablo ¿Hasta cuándo vas a seguir con todo esto? ¿Cuánto más tenemos que pasar por esto? _ el panadero cada vez sonaba más desesperado a medida que formulaba sus preguntas.
_ Deja de ser tan dramático. Ya hasta te pareces a ese mocoso cuando te pones así. No hago nada tan drástico como tu insinúas. Todos los padres tienen que ser rígidos en la educación de sus hijos, y te sugiero que si estas tan preocupado por tu hijo, deberías dejar de consentirlo y hacerlo ver como es la vida real. _ y con eso se fue por unas de las puertas de la panadería, dejando al hombre con una expresión de tristeza y preocupación, viéndose más viejo de lo que debería.
Gale no lo pensó mucho más, y con el mismo sigilo con el que había llegado, se fue, prestando atención a no encontrarse a las patrullas de agentes de la paz en el camino. Se tomó un momento para pensar en todo lo que escucho en la panadería. Peeta había desaparecido y no lo veían desde la noche anterior. Era algo muy raro ¿Por qué un hijo de Comerciante se iría sin motivo aparente de su casa? ¿A dónde iría? ¿Por qué no asistió a clases? Cualquiera que sea el motivo por el cual se fue de su casa, sino quería llamar a atención de los agentes, debió de ir al colegio. A los agentes no les molesta que los adolescentes no estén en sus casas, les molesta que no sigan yendo a clases, ya que esa era la prioridad del Capitolio. Lo otro que no le convencía al castaño es que algo no sonaba bien en lo que digo la esposa del panadero en su declaración, parecía que algo había pasado en esa casa que obligo al chico a irse. El panadero mencionó algo con los secretos ¿Sera que la mujer sospechaba algo del chico? ¿Tendría que ver con la “relación” que tenía con Katniss y él? ¿O era otra cosa? Gale tenía muchas preguntas, pero lo más importante es que era muy probable que por culpa de lo que sea que paso para que el chico se fuera, eso podía involucrarlos a ellos dos, lo que podía hacerlos tener más problemas de los que ya tenían. Todo esto le indico al castaño que lo mejor era encontrar al rubio antes que cualquiera y poder responder a sus preguntas y buscar una solución para no llamar a atención a la “relación” que tenían.
Todo esto era un fastidio para Gale, tener que ver cómo solucionar todo eso por culpa del niño bonito que no supo entender que no tenía lugar entre Katniss y él. Con enojo y frustración, empezó a pensar en donde podía estar escondido el niño caprichoso. No creía que podría estar en la casa de su grupo de amigos, ese sería el primer lugar en que cualquiera buscaría, y además no tenía ni idea quienes eran los más cercanos a él, excepto quizás por la hija del zapatero. Ir a la casa de su hermano mayor iba a tener el mismo resultado. Pensó que lo mejor era ir buscando por los escondites que Gale conocía, pensado que quizás el rubio habría encontrado algo por su cuenta.
De esa forma Gale paso la tarde buscando por todo el Distrito al rubio, pero no encontrando ni un pelo por ningún lado. Busco por el pueblo, por los callejones, por los escondites que Gale conocía, se fue a la Veta pensando que como estaba casi vacío a esa hora del día en el que solo están las madres y los niños pequeños en las casas mientras los demás estaban o en las minas o en la escuela, eso podía hacer que el chico aprovechar para encontrar un lugar más tranquilo sin que hubiera tanta gente hurgando, pero tampoco lo encontró por ahí. Hasta se le ocurrió como último recurso ir a La Aldea de los Vencedores, lo cual era una locura porque estaba totalmente prohibido, si lo encontraban dando vueltas por ahí, el castigo que pudieran darle por no ir a clases iba a ser el último de sus problemas para el rubio. Los agentes tenían órdenes de cero tolerancia si encontraban a alguien en la Aldea sin autorización, no importaba sino tuvieran antecedentes, o que fuera el hijo del alcalde o incluso el mismo alcalde. Pero, si había un lugar en el que se podía estar a solas, sin que nadie molestara hasta que llegaran los agentes, ese lugar era la Aldea sin duda.
El lugar solo podía ser habitado por una sola persona en todo el Distrito, lo que era una lástima, porque quién no querría vivir en esas casas lujosas al estilo Capitolio. Bueno, no al estilo Capitolio actual, con tantos colores brillantes y formas raras, más bien eran de un estilo más anticuado para esa gente, pero que seguía siendo todo un lujo para cualquier ciudadano del Distrito. Y solo podía ser habitado por la gente más “especial” del Distrito, y esos eran los Vencedores de los Juegos del Hambre. Esa era su recompensa, además de la monstruosa cantidad de dinero, que les daban a los sobrevivientes de los Juegos. Y en todo el Distrito, solo había uno solo que era lo suficientemente “especial” para vivir en una de esas casas, y ese era Haymitch Abernathy, el único vencedor del Distrito 12. Pero lamentablemente era un ermitaño, no era una persona conocida por tener ni familiares, ni amigos o incluso conocidos, se mantenía bastante solitario y aislado de todos, todos casi se olvidan de que él existe sino fuera de su aparición en los eventos más importantes de los Juegos que requiere de la presencia de los vencedores o cuando baja al pueblo por su suministro mensual de alcohol. Porque esa es la otra cualidad que destaca Haymitch Abernathy y era por ser un alcohólico.
Y era por eso que justamente la Aldea era un buen lugar para esconderse un rato, como el único habitante del lugar se la pasaba todo tiempo sumergido en una botella, que ni cuanta se daba si había alguien por la zona, incluso si pasaba por frente de su casa haciendo un alboroto. Otra ventaja que tenía la Aldea era que estaba bastante apartada del pueblo en general, estando en un lugar solitario.
Gale detestaba la Aldea, era un recordatorio contante de los privilegios de la gente del Capitolio, recordándoles las cosas que nunca podrían tener en sus vidas. A pesar de su desagrado, de todas formas, se las ingenió para entrar sin que no lo detectaran, y dio vueltas por todos lados buscando, aunque sea un rastro del chico, obviamente evitando la única casa habitada. Al no encontrar nada decidió irse lo más rápido posible para no ser descubierto por los agentes. Se fue a unos de los sus escondites que se encontraba al borde de la Veta, muy cerca del prado y la cerca que separaba el bosque del Distrito. Se tomó un momento para pensar en donde más podría encontrar al rubio.
Se puso a pensar que haría si estuviera en la situación de este, lo que era complicado, ya que no entendía del todo lo que había pasada para que se llegara a esta situación. Por lo que recordaba de la declaración de los padres de Peeta, recordó que la madre mención algo como que le hablo de algo del inventario y que al parecer el chico actuó de forma “exagerada”. Gale sospechaba que había más de lo que se decía, sobre todo por la forma “exagerada” en la que actuó. No creía esa parte, el castaño se había pasado todas estas semanas tratando de irritar al rubio para que hiciera lago que lo dejara en evidencia frente a Katniss, y por más que lo intento, y que obviamente lograba tocar puntos débiles del chico, nunca logro que se le moviera ni un pelo, si lograba que tomara represarías, pero siempre era alguien muy frio al hacerlo, y nunca dio a mostrar que tan molesto o enfadado se encontraba cada vez que Gale lo molestaba. Es más, no puede imaginarse al rubio estando totalmente enojado y haciendo algo “dramático” por dejarse llevar por esa ira. Pero le dio a Gale una idea ¿Y si realmente se encontraba tan enojado que le costaba controlarse? ¿Y si fuera por eso que decidió irse de la casa, para apartarse del lugar que lo hacía enfurecer? De esa forma podría encontrar un lugar para calmarse así no estallaba de ira de nuevo. Entonces además de encontrar un lugar solitario para tranquilizarse y no hablar con nadie, también necesitaba un lugar que lo calmara.
¿Qué lugar podría calmarlo? Si a Gale le preguntaran eso, el respondería que, sin lugar a dudas, ese lugar seria el bosque. El bosque tenía la cualidad de aislarlo del mundo mientras lo rodeaba de tranquilidad y seguridad, con los olores a flores y hierba fresca, el canto ocasional de las aves, y las hermosas vistas que se podían ver desde el claro en que se juntaban. Él estaba seguro que para él no había un lugar mejor para calmarse y tranquilizar el enojo, pero no podía decir que lo mismo funcionaba para el rubio, después de todo el muchacho apenas comenzaba a frecuentar el bosque y nunca se había metido solo, siempre acompañado, mayor parte de las ves por Katniss. Pero ese claro era realmente especial, recuerda la cantidad de veces que le parecía ver que el chico se relaja y baja la guardia, dejándose llevar por la tranquilidad del bosque, eran en esos momentos en los que no era raro verlo sacar un cuaderno improvisado y su lápiz y goma, poniéndose a dibujar cosas realmente asombrosas, por más que Gale nunca lo admitiría en voz alta ¿Sería posible que el chico allá escapado al bosque para encontrar el claro por su cuenta?
El pensamiento altero al castaño. Sería una broma cruel que el chico que nunca hacía algo tan insensato cuando Gale lo molestaba, de pronto se le ocurría que era una buena idea ir solo a un lugar tan peligroso como lo era el bosque, cuando todavía no estaba listo para hacerlo. Ni su hermanito se atrevía a ir sin la supervisión de él o de Katniss, y Gale ya lo había llevado varias veces para que comenzara a adaptarse a este, mucho menos se le ocurriría ir sin avisar a nadie ¿Qué pasaría si fue eso lo que paso? ¿Y si el chico no encontraba el camino? ¿Y si por querer encontrar el camino se perdía más? ¿Y si esa era la razón por la que nada lo veía desde la noche? Un escalofrió le recorrió la espalda al castaño. El rubio no sería tan estúpido como para ir al bosque de noche ¿Cierto? NADIE que iba al bosque se quedaba en hasta la noche, mucho menos IBA al bosque en la noche, no importa que tanto lo conozcas o que tan buen cazador sea o que tan buen rastreador uno podía ser, el bosque no era un buen lugar para ir de noche. Toda la calma y tranquilidad que tenía a la luz del sol, desaparecía en un santiamén en cuanto el ultimo rayo de luz se iba.
Gale comenzó a preocuparse cada vez más ¿Qué haría si el chico hacia realmente eso? Tendría que ir en ese momento a buscarlo para tener, aunque sea alguna posibilidad de encontrarlo. Tragando fuertemente saliva, no dudo más en ir al bosque por el camino que siempre tomaba, empezando a observar con más atención si no encontraba algún rastro. Cruzo la cerca “eléctrica” sin problemas y se dirigió al lugar donde tenía los arcos, notando que estos seguían en el sin ninguna modificación desde que los dejo el día anterior. Todavía no sabía decir si eso era algo bueno o malo. Tratando de con alterarse demasiado, inicio su camino al claro, prestando atención a cada señal de que alguien pudiera pasar por ahí. A medida que iba llegando, más nervio se sentía por no encontrar nada que pudiera delatar la presencia del rubio, ni ramas rotas, ni pisadas humanas, nada. Y mientras más ansioso se ponía, más se cuestionaba el por qué estaba reaccionando de esta forma. Si lo pensaba fríamente, que el chico desapareciera en el bosque sería lo mejor que lo podría pasar a Gale. Ya no tendría problemas con Katniss, no se tendría que preocupar si los agentes de la paz sospecharan algo de ellos, y lo mejor que nada sería su culpa. No es como si Katniss pudiera culparlo por nunca adivinar que el chico se fue al bosque y se perdió. Pero algo dentro de lo motivaba a que buscara al chico hasta encontrarlo o que estuviera seguro que no se encontraba en el bosque, temía haber llegado tarde para detener el ataque de algún animal grande o que si se accidentaba y estaba muy herido. Nada tenía sentido para él, pero tampoco podía pensar mucho en eso porque no podía enfocar sus pensamientos por los nervios. Decidió decirse que solo estaba así por Katniss, que la preocupación y los nervios que está tenía por el rubio se había colado a él gracias al vínculo que los unía, lo cual sería una buena noticia, porque significaría que a pesar de los problemas que tuvieron cuando Peeta se les sumo a ellos, seguían fortaleciendo el vínculo llenado al punto que comenzaban a sentir los sentimientos del otro cuando esos eran lo suficientemente fuerte.
Siguió avanzando en el bosque sintiendo el corazón latiendo como loco, con la mente en un millón de escenas catastróficas en las que podría encontrar al chico, solo para que, una vez que llego al claro, lo visualizo sentado tranquilamente con la vista en el paisaje. Gale se detuvo al borde del claro para recuperar el aliento y observar la imagen. El rubio se encontraba de espalda a él, por lo que no noto su presencia, aun cuando Gale no había sido tan silencioso como generalmente lo era. Estaba sentado con la cabeza apoyada en sus rodillas que estaban rodeadas por sus brazos, la vista fija en el asía el paisaje que se lograba visualizar desde el claro, el viento soplaba suavemente haciendo que sus rulos se despeinaran más de lo que ya lo estaban. Y aunque estaba mirando fijamente el paisaje, parecía que no era lo que lo tenía tan concentrado, viéndose distante. Todo en él parecía que tenía un aura triste y depresiva. A Gale le pareció muy pequeño estando ahí sentado casi como bolita en medio de un montón de pasto y flores, todo en él parecía melancólico, y por algún motivo, eso hiso que sintiera un pinchazo en el corazón. Sacudió la cabeza para deshacer de la sensación y se enfocó en lo que haría a continuación, aunque no dejo de sentir ese pinchazo.
La buena noticia es que por fin lo había encontrado, y antes que los agentes, lo que era bueno porque así podía ver qué le podía decir el chico cuando volvieran al Distrito. Pero antes tenía que unas cuantas palabras sobre lo irresponsable que había sido en irse solo hasta el bosque sin ni siquiera decirle a nadie, también le tenía que retar por esconderse de todo el mundo haciendo que hasta su hermano y Katniss se preocuparan por él. Comenzó a entrar al claro con una expresión de enfado en su rostro, listo para gritarle de todo, pero en cuanto el chico noto que no estaba solo y se giró a verlo directamente a los ojos, al castaño se le corto la respiración.
Gale no era ajeno a las peleas, por lo tanto, tampoco era ajeno a las lastimaduras que estas causaban, y aunque él mismo nunca salió tan herido, muchos de sus amigos que no eran tan buenos peleadores si salían muy lastimados. Pero la imagen que tenía frente a él fue brutal. No solo por los moretones que adornaban su rostro, los cuales eran bastante grandes, sino también por los cortes que tenía estos, todos ligeramente curados de forma tosca y apurada. El resto del cuerpo no parecía que estaba en mejor estado, con manchones de morado y roja en su piel, mientras que su ropa también tenía pequeñas manchas de sangre y de suciedad, y también de gotas de lágrimas. Mismas lagrimas que brillaban en sus ojos y se respetaban por sus mejillas hinchadas. Prestando más atención a su ropa, se dio cuenta que le parecía que era la misma ropa que tenía el día anterior cuando le dio las galletas para Prim, lo que le indicaba que el chico obviamente no había dormido en su casa. Gale se sintió incomodo por algún motivo al verlo en ese estado, algo dentro de él le decía que ese no era el resultado de una pelea normal con cualquier otro chico en el Distrito. Pero tampoco podía arriesgase a adivinar lo que pudo haber sucedido.
Volvió a ponerse en marcha asía el chico bajo su atenta mirada, la cual paso de sorpresa por encontrase con Gale en el bosque a esa hora que todavía estaba la escuela, a desafío, como si retara al chico a que digiera ofensivo o algo parecido, en donde Gale noto como el rubio usaba ese desafío para armar un muro para que el otro no pudiera ver lo vulnerable que estaba, cosa que no funciono, porque el castaño ya lo había notado antes de que alzara el muro. Con calma y sin sentir el enfado que minutos antes ardía en su interior, el castaño llega hasta él y se sentó a su izquierda dejando el arco y las flechas del otro lado, con la mirada en el paisaje, doblando solo una pierna para apoyarse en ella, todo mientras que unos ojos azules no se despegaban de él. Gale no dijo nada por un tiempo mientras busca las palabras que podía decir.
_ Para ser alguien que se encuentra en el club de lucha libre, definitivamente no sabes cómo esquivar los golpes. _ trato de clamar el ambiente con una broma, pero no resulto, ya que el rubio solamente puso los ojos en blanco soltando un profundo suspiro y mirando nuevamente al frente.
Gale pensó que tendría que pensar en que otra cosa podía decir para romper el silencio cuando el chico hablo.
_ La lucha libre no se trata de dar o esquivar golpes, se trata más de agarres, derribos y movimientos en el suelo. _ hablo con voz suave pero firme, casi sonado fastidiado por tener que explicarle algo así.
_ Bueno, eso explica los golpes. _ volvió a trata de bromear el castaño, que lo llevo a que el otro volviera a poner los ojos en blanco. Gale decidió arriesgar un poco más. _ Aunque espero que al menos el otro allá terminado peor.
El silencio volvía a caer sobre ellos otra vez y el castaño ya no tenía más ideas. El silencio parecía que los iba a consumir a los dos hasta que Gale no lo soporto más y dijo lo primero que se le vino a la mente.
_ Preocupaste mucho a Katniss. _ no estaba seguro si eso iba a funcionar, pero sintió mucho alivio cuando por fin logro sacarle una expresión.
_ ¿A Katniss? _ dijo sonado muy dudoso.
_ Sí. Casi no podía más con la preocupación. Ella mismo hubiera venido a buscarte si no fuera por su hermana. _ agrego con un poco más de entusiasmo el castaño.
_ ¿Por eso viniste tú? ¿Por qué ella te lo pidió? _ comenzaba a sonar curioso.
_ ¿Quién dice que vine por eso? _ contesto poniéndose a la defensiva inéditamente, lamentando rápidamente ya que no quería alterar más al rubio de lo que ya estaba, pero el tampoco no podía con su genio a veces.
_ No seré el chico más inteligente del mundo, pero está claro que no viniste hasta acá para cazar. _ le reclamo cerrándose un poco en el proceso.
_ ¿Y por qué crees que no vine a cazar?
_ Básicamente porque tú y Katniss esperan ir a cazar después de que terminan las clases.
_ Eso no lo sabes, puede ser que escape de la escuela de vez en cuando para hacerlo cuando estoy muy aburrido. _ argumento él.
_ ¿Y vuelves antes de que terminan las clases para irte con tus hermanos y Katniss a casa? _ pregunto girando su rostro para mirarlo y mostrando una muy pequeña sonrisa, como si lo hubiera acabado con su argumento.
_ ¿Por qué no? _ pregunto girándose a mirarlo también, a lo que el rubio negó con la cabeza mientras conserva su sonrisita. Gale pensó que por lo menos el chico parecía divertirse con esta “pelea”.
_ ¿Entrando y saliendo todo el tiempo en clases? Ya habrías llamado la atención de todo el mundo. _ Gale simplemente se encogió de hombros.
_ Puede que sea unos de los privilegios de estar en el último año. Eso explicaría porque estoy aquí.
_ Si hubiera sido uno de esos privilegios, mis hermanos se hubieran hartado de usarlo, y me lo hubieran presumido asquerosamente todo el tiempo. _ aclaro con total seguridad mientas su sonrisa se hacía un poco más grande.
_ Puede que sea un secreto que los de último año juran no revelar. _ dijo, más para seguir el curioso juego que estaban jugando que porque de verdad creyera que podía hacerle creer eso. Se sentía cada vez más aliviado cuando veía esa sonrisa crecer, pero no esperaba que casi se le para el corazón cuando escucha su pequeña risa que suelta mientas agacha la cabeza y la sacude.
_ Definitivamente no conoces a ninguno de mis hermanos, guardar secretos no es su especialidad, más cuando se trata de decirme que ellos pueden hacer algo que yo no. Sobretodo Rye, no pararía de decirme de las aventuras que tuvo en el Distrito mientras yo me aburría hasta la muerte en clases. _ Gale se entretenía con verlo tan animado en comparación a como lo había encontrado
_ Qué raro, generalmente es el deber de los hermanos menores molestar al mayor. _ dijo como estuviera pensado en eso.
_ Nunca dije que yo no les hiciera pagar por eso. _ respondió con un poco de travesura en su voz, esta vez dándole una mira que trataba de ser juguetona. El castaño respondió con una sonrisa igualmente juguetona.
_ Por algún motivo no me imagino que seas el tipo de persona que molestaría tanto a una persona hasta hártala. _ Peeta se encogió de hombros antes de contestar.
_ Lo hago contigo todo el tiempo y tu apenas te das cuentas. _ seguía con la misma sonrisa mientras hablaba. Gale no pudo evitar reírse un poco ante ese comentario, era cierto, el rubio podía hacer que él saliera de sus casillas con facilidad cuando se lo proponía.
_ Sí, pero eso es diferente.
_ Tienes razón, mis hermanos no tienen tan poca paciencia, ni son tan irritables y gruñones como tu. _ volvió a contrata atacar, haciendo que el otro chico se riera un poco más, mientras lo empujaba con un poco de fuerza en el brazo en represaría, logrando sin darse cuenta que este cerraría fuertemente los ojos y soltada un pequeño quejido de dolor al tocar una herida. Gale abrió los ojos preocupado al escucharlo.
_ Lo siento ¿Está bien? _ pregunto mientras el otro solo asistía levemente todavía con los ojos cerrados, como si estuviera tratando de controlar del dolor.
_ No es nada, ya se me pasara. _ trato de quitarle importancia, pero si reaccionaba de esa forma por un pequeño empujoncito podría ser algo más grave de lo parecía a simple vista.
_ No me lo parece, quítate la manga para que pueda verlo bien. _ el rubio empezó a negar con la cabeza, pero la mirada seria que le dio el castaño impidió que pudiera decir algo al respecto. _ Lo dijo en serio, muéstrame para verlo mejor.
Por suerte se encontraban a finales de mayo, terminado con la primavera para llegar al caluroso verano, por lo que solo llevaba una remera de algodón de mangas cortas, ideal para el ardiente sol, pero insuficiente para las noches frescas. El chico se acomodó para tratar de pasar el brazo por debajo de la manga para que el otro lo pudiera ver bien, pero apenas hiso un pequeño movimiento y no pudo evitar el gemido de dolor que solio de su boca, haciendo que el castaño se preocupara más por él y decidiera ayudarlo para que no se lastimara más. Con delicadeza fue guiando su brazo para que saliera por debajo de la remera, pero al levantar un poco esta, noto un sin fin de golpes en el abdomen, haciendo que el castaño no lo resistiera más y le terminara de sacar la remera para que quedara todo su pecho al descubierto.
Volvió a sentirse sorprendido al ver la gravedad del daño. Comenzaba a creer que fue atacado por un grupo de personas para generar todos esos moretones y heridas. Nada de eso sonaba bien ¿Cuándo alguien pudo acercarse a Peeta para hacerle todo ese daño? ¿Esta era la razón por la que Rye se lo veía tan preocupado en la escuela? ¿Quién le haría eso a este chico? Las preguntas daban vueltas en su cabeza sin dejarlo en paz. Su mirada debió reflejar párate de sus pensamientos, porque chico se movió un poco sintiéndose incómodo.
_ No preguntes. _ dijo el rubio con voz sorprendentemente firme para verlo incómodo.
Era obvio que no que quería contarle que le había sucedido, pero eso no evitaba que la curiosidad creciera cada vez más en Gale. Necesitaba respuestas, lo que estaba frente a sus ojos no era normal. Tuvo que contenerse y enfocarse mejor en las heridas. Las de su abdomen y pecho no parecían ser muy graves, pero si se veían muy dolorosas, mientras que el brazo izquierdo se notaba que tenía limitación de movimiento. Trato de controlar si tenía huesos rotos, pero no era un experto como la mamá y la hermana de Katniss, por lo que no podía estar del todo seguro, pero decidió creer que si fuera más grave sería mucha más intenso el dolor que sentía, eso o realmente era muy bueno aguatando el dolor.
_ Deberías ir a ver a la mamá de Katniss para saber si tienes algo roto. _ aconsejo él mientras seguía examinando, pero el otro negó con la cabeza.
_ No creo que tenga algo roto, ya lo habría notado, y además no quisiera molestarlas en este día tan especial para ellas.
_ Creo que dependería de ellas decir eso. _ regaño él, el rubio seguía mostrando desinterés en el asunto. _ Podrías ser el regalo perfecto para Prim, esta ansiosa de usar el bolso medicinal que le regalo su madre hoy. _ trato de convencerlo usando otra táctica.
_ Sería un desperdicio usar eso en mí. _ dijo como si fuera nada. _ Además ahora no tengo con que pagarles.
_ Siempre puedes pasar en otro momento y pagarles. No suelen ser muy insistentes con que paguen sus servicios, pareciera que las motiva más ayudar que recibir algo a cambio, generalmente es Katniss la que tiene que perseguir a la gente para no se aprovechen de la amabilidad de ellas, especialmente cuando se trata de Prim. _ por algún motivo eso le volvió a devolverle la sonrisa al rubio, no tan brillante como antes, pero era una sonrisa a fin de cuantas.
_ Creo que con más razón no voy a ir, no quisiera tener a Katniss siguiéndome por todas partes para que le page a su hermanita. _ a Gale también la divirtió la idea. _ Aunque pensándolo bien… _ dijo como si estuviera revaluando la situación. _ …eso podría no ser tan mala idea... más si eso logra molestarte más todavía. _ dijo con travesura queriendo provocarlo un poco. Gale en vez de sentirse molesto o enojado por ese comentario como comúnmente se sentía, se sintió todavía más divertido, dándole un pequeño golpe en la nuca mientras soltaba una risita. A lo que sus ojos azules brillaron divertidos al ver que este le seguía la broma.
_ Ya veremos que tanto te dura ese juego cuando ella saque su arco. _ dijo haciendo que el otro fingiera un escalofrió con pensar la idea.
_ Tienes razón, todavía valoro mi vida, aunque no lo parezca.
Los dos se rieron, sintiendo una calidez que parecía que no sentían desde hacía mucho, sobre todo para Peeta, quien nunca hubiera esperado encontrase en una situación como esa en su vida. Al castaño le pasaba igual, nunca imaginaria que podría hablar de esa forma con su rival en el amor, haciéndose bromas y provocándose de forma juguetona, no con el motivo de hacer enojar al otro, sino porque simplemente se estaban divirtiendo. Era asombroso que pudieran tener una conversación tan larga sin que allá otro motivo de fondo o que Katniss tuviera que intervenir para que no siguieran escalando a más. Por algún motivo ambos se sentían cómodos y tranquilos en presencia del otro, no sentía presiones o que tuvieran que mostrar un punto. Era muy refréscate estar simplemente en el bosque hablando de tonteras y reírse entre ellos, casi como… como si fueran amigos. Gale no quiso profundizar en ese pensamiento para no arruinar el ambiente que habían generado. Pero si había algo que lo molestaba mucho, y eso era no saber qué fue lo que le había generado todas esas heridas a Peeta, le inquietaba el no saber. Más al notar que las tenía por todas partes y era evidente el dolor que le causaba, aunque trataba de disimularlo mientras Gale lo examinaba con delicadeza.
Por algún motivo, el castaño se detuvo a ver la marca del alma que tenía el rubio en el hombro izquierdo, lo dientes de león casi eran opacados por los moretones, pero seguían estando ahí, resaltando sobre el morado. Era la primera vez que las veía desde aquella noche, y esa vez solo había sido una mirada rápida bajo la luz cálida de las velas, ahora podía verla en todo su resplandor, con la luz natural del sol. Y le era raro verla, pero no porque esa marca representaba su destino compartido con la chica que él también amaba, sino porque la marca ya la había visto una infinidad de veces en la piel de Katniss, hasta se la sabía de memoria. Pero verla en otra persona era diferente, si bien la imagen era la misma, Peeta a ser más grande que ella, hacía que la marca fue más grande para que encajara bien en su hombro, que provocaba que Gale pudiera admirar con más detalle a las flores, o eso haría si no fuera por los moretones. El castaño siempre pensó que realmente era una linda marca del alma, simple pero especial, muy romántico. Fue una de las razones por la que creyó que la persona que la compartía con Katniss era una chica, ya que nunca se imaginó que ningún hombre se le vería igual de bien la misma marca, pero a pesar del cuerpo maltratado del chico, debía admitir que le quedaba tan bien como a ella. No sabía porque, pero sentía que era algo que los representaba a los dos a su forma especial, pero todavía no entendía del todo por qué, lo que le generaba más curiosidad el descubrir la razón.
_ ¿Te encuentras bien? _ pregunto Peeta al ver que el castaño se había quedado en silencio por un buen rato.
_ Sí, estoy bien. _ respondió casi sin aliento, mientras salía de sus pensamientos. _ Aunque creo yo soy el que debería preguntarte eso. _ dijo sonriendo, tratando de disfrazar los sentimientos que por algún motivo comenzaban a generarse en su interior.
_ Estoy bien, _ respondió con los ojos en blanco. _ Puede que no lo creas, pero ya la he pasado peor antes. _ se encogió de hombros.
La forma natural en la que hablaba, como si esto no fuera algo fuera de lo común, como si ya hubiera pasado por situaciones con el mismo resultado, lo ponía nervioso. No sentía bien que hablara de esa forma sobre esas heridas. Todo le generaba más preguntas ¿Podría ser que el chico sufría de acoso en el colegio? Gale no sabía mucho de su vida escolar, pero recuerda que sus amigos comentaron cosas como si Peeta no fue muy memorable para la escuela, como si ni siquiera lo notaran en comparación a su hermano mayor. Quizás el asunto era más grave de lo que parecía. Sabía que en teoría habían acordado que no preguntaría, pero no podía seguir sin saber qué fue lo que le había sucedido, no cuando todo apuntaba a ser más grave cada vez.
_ ¿Entones…? _ trato de iniciar para hacer la pregunta sintiéndose nervioso, pero el rubio debió darse cuenta lo que quería decir, por lo que quito el brazo que estaba examinando para tener más distancia y en un segundo volvía a levantar los muros que tanto le había costado a Gale derribar.
_ No. _ dijo con seriedad y voz firme, sus ojos azules lo miraron desafiante.
_ Pero… _ volvió a tratar.
_ Gale. He dicho que no preguntes. _ giro su rostro para no verlo a él mientras su cuerpo se ponía tenso y sus ojos parecía enfadados. Todo esto por algún motivo enfado también a Gale ¿Cómo se atrevía a pedirle algo como eso cuando algo claramente no estaba bien en todo esto?
_ ¡Pero no puedo evitarlo! _ dijo elevando un poco la voz, pero el otro chico permaneció sin mirarlo todavía, aunque sus puños se cerraron. _ Peeta. _ llamo tratando que lo mirara a los ojos, pero como el otro no lo hacía, entonces agarro su barbilla para que se girara y así apreciar la mirada de molestia en esos ojos azules oscuros. _ Necesito saber qué paso.
_ Ya lo adivinaste, fue una pelea. _ dijo cortante tratando de escaparse de su agarre, pero este se volvió un poco más fuerte, obligándolo a seguir viendo sus ojos grises que parecían más profundos de lo creía.
_ No me mientas. _ le reclamo. _ No importa que tan mal peleador seas, nunca terminarías de esa forma en una pelea normal, a no ser que no lo fuera. Dime la verdad ¿Fueron más de uno?
_ ¿Y si así lo fuera? ¿A ti que te importaría? _ el rubio estaba demasiado a la defensiva.
_ Claro que me importa ¡Eso es deshonroso! _ si eso llegara a ser verdad, Gale se metería a solucionar el problema, no solo por Peeta, sino también porque no era justo que muchos atacaran a uno solo, eso no era una pelea, era una masacre y él no podía permitir que eso siguiera sucediendo.
_ ¿Deshonroso? ¿Y qué sabes tú sobre eso? _ dijo casi gruñendo, parecía que lo estaba provocando, provocación que de a poco Gale estaba cayendo.
_ Sé más de que tú crees, niño. _ respondió con un susurro molesto. _ No trates de creer que me conoces, ricitos de oro, porque no lo haces. _ ninguno de los dos chicos se estaba dando cuenta, pero a media de la discusión subía de tono, más se acervan al otro, hasta estar demasiados cerca.
_ Tienes razón, no te conozco nada ¿Pero adivina qué? Tu tampoco me conoces nada. Así que deja de intentar de meterte en mi vida como si tuvieras el derecho de hacerlo.
El rubio lo estaba presionando, pero el castaño no entendía porque lo hacía. Sentía que era para hacerlo enojar tanto que dejara de preguntar y de saber lo que en realidad estaba pasando. Pero Peeta no contaba que con cada provocación lo único que lograba era que Gale más quisiera saber, y el enojo que le generaba no era parecido en nada al que normalmente sentía cuando se encontraban en estas situaciones. Esto lo motivaba con más fuerza a insistir hasta que encontraba las respuestas que quería escuchar, sin impórtale el medio que usara. Era una furia casi desconocida para él, que parecía llenarlo de determinación.
_ Tengo el derecho a hacerlo. Eres MÍ alma gemela, por si no lo has olvidado. _ el rubio rodeo lo ojos.
_ ¿Ahora resulta que si lo soy?
_ Has insistido tanto en eso, que no me queda de otra que creerlo. _ se encogió de hombros con desinterés, como si no hubieras pasado las últimas semanas negándolo, pero no era momento de pensar en eso.
_ Eres un idiota. _ Peeta nunca había sido tan directos en sus insultos, lo que podría decir que ya se le estaba acabando las respuestas ingeniosas, y eso decía que ya casi se le estaban acabando las vías de escape.
_ Llámame como tú quieras, ricitos de oro. Pero de aquí no te vas hasta que me digas qué fue lo que paso.
El rubio se sintió acorralado, en su mente corría un millón de cosas y casi ninguna lo ayudaba a salir de la situación en la que estaba metido. Sentía que su cabeza estaba dispersa, sin poder concentrarse en nada, limitando sus respuestas. Un miedo se colaba dentro de él, no quería hablar de lo que había pasado, no quería revivir la noche anterior, no quería volver a sentir lo que había sentido. Todo había marchado bien con Gale hacia unos minutos, había compartido bromas inocentes, se habían reído y disfrutado de la compañía del otro. Había sido como una caricia al alma que había necesitado en todo el día, y quería volver a eso, a sentir la calidez que le era tan ajena generalmente, no quería volver al mundo real, todavía no estaba listo, por eso había escapado hasta este claro, para apartarse de todos y olvidar que tenía que volver a su casa en cualquier momento. Admitir lo que había sucedido, no solo lo humillaría, sino que también sacaría de su escondite lo que tanto había trabajado por esconder. NO estaba listo, NO quería, y NO podían obligarlo.
_ Fue un accidente ¿Okey? Esas cosas ocurren. No hay porque hacer tanto drama. _ contesto sintiéndose cada vez más desesperado.
_ Si hubiera sido un accidente, estarías en tu casa, con tu familia, en vez de aquí, escondido en el bosque. Y tus padres habrían dicho algo al respecto al agente de la paz. _ replico tono firme, pero con una clama engañosa.
_ ¿Hablaste con mis padres? _ al rubio casi le da un ataque al corazón al plantear esa posibilidad. Sus ojos azules se abrieron alarmados, sintiéndose cada vez más inquieto.
_ No cambien de tema. Dime. Qué. Paso. _ exigió acentuando cada palabra.
_ Yo… yo… _ el chico estaba acabado, no sabía cómo salirse de esta. Lagrimas que trataba de contener con desesperación se acumulaban en sus ojos, habiéndolos más claros mientras trataba con todas sus fuerzan en enfocarse en cualquier lado para no ver sus ojos grises, sentía que una vez que los viera se derrumbaría y no podría volver a levantarse.
_ Peeta. _ llamo con voz suave, tratando de calmarlo un poco, se alegraba que su mano siguiera sosteniendo su barbilla, así evitaba que el chico girara su rostro e intentara esconder sus reacciones. _ Puedes decirme. No hare nada para molestarte si me lo dices. Voy a estar aquí escuchándote. Sin decirte nada. Voy a ayudarte si es necesario. Y eso es lo quieres. Hare lo que tú quieras. Pero tienes que decírmelo. Ya no puedes seguir escondiéndote. _ sus palabras impactaron al rubio más de lo debían, haciendo que la lagrimas por fin salieran de sus ojos, marcando un camino por sus mejillas hinchadas por los golpes hasta llegar a su barbilla, rosando la mano de Gale, que aun así no soltó. Su boca comenzó a temblar mientras se le escavan pequeños gemidos y más lagrimas caían de sus ojos que se cerraban un poco en un intento fracasado de contenerlas.
_ No es justo. _ dijo entrecortado tratando de respirar entre las lágrimas y las palabras. _ No puedes decir eso. No digas esas palabras. No quiero creerlas. _ lo acuso. _ No puedes solucionarlo. Nadie puede. Así que no digas nada de eso. _ comenzó a pelear para soltarse, poniendo sus manos en los hombros del otro en un intento de apartarlo.
Gale no podía soportarlo más, era demasiado para él, así dejo de luchar contra su instinto e hiso lo que tuvo ganas de hacer desde que entro al claro y vio su cara golpeada con lágrimas en los ojos. Rodeo su cintura con un brazo, mientras que con la mano que lo sostenía lo rodeo por sus hombros, tirando de él con fuerza, dejando que la cabeza del rubio quedara escondida entre el hueco de su cuello y su clavícula. Se dedicó a dejarlo en esa pose mientras sentía como su llanto mojaba su cuello y remera, y sin darse cuenta comenzó a hacer sonidos tranquilizadores para calmarlo y acariciaba suavemente su maltratada espalda, apoyando su cabeza sobre los risos rebelde del rubio. Dejo que el rubio se sintiera cómodo en sus brazos, queriendo darle la seguridad que tan desesperadamente parecía que necesitaba.
Se quedaron así por lo que pareció horas, pero pudo ser que solo fueron minutos, ninguno de los dos estaba seguro, y tampoco les importaba. Sentían que nada fuera de ese abrazo, fuera de ese claro o de ese bosque importaba, solo estaban ellos solos y eso ERA lo que único que importaba. Dejaron atrás lo que los separaba, sus diferencias y sus disputas, pero también dejaron de lado el pasado y todo lo que los ataba y los agobiaba hasta agotarlos. Lo dejaron todo hasta que solo fueron solo dos chicos que necesitaban desde el fondo de sus almas ese abrazo y que ninguno sabía lo mucho que lo necesitaban. Y por ese momento, a pesar de las lágrimas, el dolor y las dudas, ellos sentían que estaban bien, que estaban seguros con el otro. Ninguno sabía cómo llamar lo que estaba pasando en sus corazones, pero tampoco se sintieron presionados para hacerlo, así que se permitieron sentir sin cuestionarse nada más.
Cuando por fin la lagrimas del rubio se calmaron, el castaño te atrevió a romper el silencio.
_ ¿Ya estás listo para hablar? _ pregunto en un susurro que solo podía ser escuchado por el otro. A lo que este asistió suavemente sin apartar su rostro de donde se estaba escondiendo.
_ … sí … _ respondió tan despacio que casi no lo escucha.
Gale trago saliva, preparándose para lo siguiente.
_ ¿Quién fue?
Silencio otra vez. Gale casi creía que ya se había arrepentido. Abrió la boca para tratar de decirle otra cosa para que no cambiara de decisión, cuando escucho su suave voz queriendo hablar lentamente.
_ Fue… _ se detuvo para tragar saliva, sintiendo que las lágrimas volvían de nuevo.
Gale lo abrazo más fuerte para animarlo a seguir.
_ Fue… fue mi madre.
Notes:
Quede agotada mental y emocionalmente con este capítulo, pero me sentía muy entusiasta por publicarlo. La verdad que pasaron muchas cosas en el capítulo, pero creo lo más importante es lo del final. Lo curioso de cómo se me ocurrió la idea de hacer esa escena de Peeta y Gale en el bosque fue cuando estaba escribiendo los primeros capitulo, estaba en el colectivo para ir a mi facultad, cuando me pongo a fantasear sobre las cosas que podría escribir. Y en eso se me ocurre hacer algo para que Gale descubra el maltrato que sufre Peeta en manos de su madre, y como es que nadie habla mucho de eso. Y en base a eso me fui creando la escena en mi cabeza.
Quise hacer mi versión de como Peeta enfrenta el después de suceso violento, y las secuelas que dejan. Me pareció que después de algo así, terminaría muy vulnerable sentimentalmente hablando, tanto que le cuesta mucho controlar las emociones, y solo necesita de la presión justa para que este se suelte y deje salir lo que lo tiene mal. Con esto quise que ya comience a haber un vínculo con estos dos, obviamente todavía falta bastante para algo más concreto, y además de ese tengo que sumar a Katniss a la ecuación, pero sentí que necesitaba algo así de fuerte para sacar a la cabezota de Gale de su nube de pedo, para que pudiera reaccionar mejorar de a poco y cambiarlo al personaje que yo quiero para mi historia, pero sin alterar mucho su esencia.
Quiero volver a aclarar que por ahí adapte mucho la personalidad de cada personaje para que la historio fluyera mejor, puede que no sea tal cual la misma personalidad, pero teniendo sus esencias que los distinguen tantos.
Ya con eso aclarado, solo me queda decir… ¡Que emoción! ¡Por fin logre que esos dos se acercaran un poco más! Y todavía falta ver la continuación de todo esto en el capítulo que viene, donde hablare más de lo que le paso a Peeta y de lo que deciden hacer los dos chicos, no solo con los problemas que les espera en el Distrito, sino con lo que están sintiendo. Por otro lado, estamos llegando a un momento crítico en la historia y ese es… ¡Se acercan los Juegos del Hambre! Por lo que estoy cerca de contar mi versión de esos sucesos.
Eso es todo por ahora, gracias por seguir leyendo y espero ver sus comentarios. Nos vemos en el próximo capítulo.
¡Besitos! ¡Besitos! ¡Chau! ¡Chau!