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Healing hearts (spanish ver.)

Summary:

Jongdae llega a Seúl con la intención de construir su propio camino como médico, lejos de las expectativas familiares. Al poco tiempo, conoce a Baekhyun, un residente con más experiencia, y la chispa entre ellos es inmediata. Sin embargo, la vida en el hospital, con sus desafíos y estrictas reglas, pondrá a prueba su relación y su habilidad para equilibrar sus sentimientos con su carrera.

Notes:

HOLA HOLA,
finalmente me animo a publicar algo en ao3 omg...

quiero aclarar unas cosas:
— es mi primer ff así que perdón si no es el mejor trabajo <3 prometo que iré mejorando
— no tengo idea de como funciona la carrera de medicina en otros países, así que me base mucho en lo que conozco aquí en México, perdón si hay muchas cosas incorrectas en ese sentidoo
— como soy de México, puede que se me salga alguna palabra o frase que es más común así, intentaré ser lo más neutral posible :))
— si comentan seré muy feliz <3
— serán varios capítulos pero no lo extenderé demasiado, tal vez 4-5 capítulos máximo
— el smut no es mi fuerte así que perdón si decepciona un poco JAJA

GRACIAS A Ani y Yukkari mis soons favs del mundo por ayudarme a mejorar este capítulo <3

estaré subiendo también la versión en inglés sooo wait for it...

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Capítulo 1

Chapter Text

El tren se detuvo con un leve chirrido, indicando que finalmente habían llegado a su destino: Seúl. Jongdae observó a los demás pasajeros, dándose cuenta de que algunos comenzaban a tomar sus cosas para poder bajar del tren en cuanto se les indicara. Respiró hondo, sintiendo el peso de ese primer paso hacia una nueva etapa en su vida. 

Con sus maletas en mano, Jongdae salió de la estación y rápidamente tomó un taxi hacia el lugar que, con suerte, podría convertirse en su hogar en los próximos años. Semanas antes de mudarse, había contactado a una persona que ofrecía un departamento en renta en un vecindario popular entre foráneos, ideal para alguien nuevo en la ciudad. Hoy, al fin tendría la oportunidad de verlo en persona y decidir si sería el lugar adecuado para empezar esta nueva etapa o si tendría que seguir buscando otras opciones.

Mientras el coche avanzaba por las calles abarrotadas de Seúl, Jongdae no pudo evitar reflexionar sobre lo que acababa de dejar atrás. Después de tantos años de estudio y sacrificios, finalmente estaba a punto de comenzar su especialidad en Cirugía en el hospital más prestigioso de la capital. Y, aunque la emoción lo invadía, no podía evitar sentir nervios al estar fuera de su ciudad natal.

Muchos de sus amigos y colegas quedaron sorprendidos al enterarse de que Jongdae dejaba Busan. La mayoría asumió que él continuaría sus estudios en el hospital de su familia; después de todo, era la opción más cómoda y tenía el camino asegurado. Jongdae sabía que podía haber elegido esa ruta sin mayores complicaciones, pero en el fondo, no era lo que deseaba. 

Su pasión por la medicina iba más allá de un legado familiar, y no quería quedar atrapado en las expectativas y responsabilidades que le impondrían si se quedaba allí. Anhelaba ser libre para forjar su propio camino, en un lugar donde el apellido no pesara tanto como su propia vocación. Definitivamente ya estaba harto de ser siempre “el hijo de-” o “el futuro dueño de-”, así que, aunque tardara un poco en adaptarse a la ciudad, estaba seguro de que había tomado la decisión correcta.

Después de media hora de camino, se encontró con la dueña del departamento, quien lo saludó cálidamente. Y, una vez que se adentraban al departamento, Jongdae comenzó a observar con detenimiento cada detalle del lugar, desde las ventanas que dejaban ver la luz de la tarde hasta los muebles sencillos que le daban un aspecto acogedor a todo el conjunto. Escuchaba atentamente todos los detalles que la rentera le compartía acerca del espacio mientras le daba un recorrido por todo el área.

“Esta sería tu habitación,” le señaló mientras abría la puerta y le mostraba el cuarto principal. Era bastante sencillo, con una cama, una mesa de noche, un armario que se notaba que era para una sola persona y un pequeño escritorio en la esquina. Jongdae inmediatamente pensó que sería un buen lugar para estudiar.

El departamento en sí era considerablemente más pequeño que donde vivía en Busan, pero supuso que era suficiente para empezar su vida en una nueva ciudad. Después de todo, no tenía pensado pasar demasiado tiempo allí, simplemente sería un lugar donde descansaría después de las guardias y donde podría tener tardes tranquilas estudiando; el hospital sería más como su nuevo hogar en ese sentido.

Al final, el lugar era justo lo que necesitaba: una ubicación conveniente y un vecindario que, a primera vista, parecía ser tranquilo.

“¿Qué te parece el espacio?” la voz de la rentera lo sacó de sus pensamientos.

“Es justo lo que necesito”, le dijo con una sonrisa, la cual fue recibida con alivio y satisfacción por parte de la mujer. "Perfecto" respondió ella, reflejando su entusiasmo. "Voy a traer el contrato para que lo firmemos de una vez”, Jongdae asintió, quedándose solo por unos momentos mientras ella iba por el contrato.

Suspiró aliviado al haber encontrado fácilmente un espacio donde quedarse.

-

Lo poco que había podido explorar de Seúl una vez que se instaló en el departamento le resultaba emocionante. La ciudad parecía no dormir nunca, ofreciendo actividades a cualquier hora del día. Ser un completo desconocido allí le daba una sensación de libertad que no había experimentado en mucho tiempo, y no podía negarlo: le encantaba.

Sentía que debía aprovechar este tiempo libre y disfrutar lo que pueda antes de pasar días enteros en el hospital, así que, en los últimos días había descubierto varios restaurantes y bares cerca del departamento, y fue en uno de ellos donde conoció a su primer amigo en la ciudad, Minseok. Su encuentro fue inesperado; Minseok apareció justo a tiempo para librarlo de un tipo insistente que no aceptaba un “no” por respuesta.

Sin pensarlo demasiado, Minseok se hizo pasar por su novio, defendiendo a Jongdae con una confianza que lo dejó sin palabras. Después, se presentó, disculpándose entre risas por haberse entrometido sin permiso. Jongdae no pudo evitar sentir una mezcla de vergüenza y sorpresa; no todos los días un extraño atractivo te defiende en un bar. A modo de agradecimiento, le invitó un trago, y así fue como terminaron pasando el resto de la noche entre risas, charlas y descubriendo cosas sobre el otro.

Definitivamente, Minseok era el tipo de persona con la que Jongdae conectaba fácilmente. Compartían un sentido del humor similar y podían saltar de un tema a otro con total naturalidad. Así que, cuando el otro le propuso ir a un club en Itaewon al día siguiente no lo pensó demasiado y simplemente aceptó. De igual forma, no iban a estar solos, sino que iría el novio de Minseok y un par de amigos más.

Al día siguiente, Jongdae se esmeró un poco más con su atuendo, queriendo estar a la altura del estilo que veía en la gente de la ciudad. Se tomó su tiempo para arreglarse, peinando su cabello con cuidado y revisando que su conjunto combinara bien. Cuando Minseok le envió un mensaje avisando que ya iban camino al club, Jongdae tomó sus cosas, respiró hondo y salió del departamento, emocionado por la noche que le esperaba.

-

La música era lo suficientemente fuerte para que no pudiera escuchar ni sus propios pensamientos y al ser viernes, no debía ser sorpresa que el lugar estuviera a reventar. Aun así, no le resultó difícil ubicar la mesa de Minseok, aunque tuvo que abrirse paso entre la multitud para llegar hasta ellos.

“¡Jongdae!” lo llamó Minseok con una sonrisa, “Que bueno que llegaste, quiero presentarte a mi novio. Él es Luhan” dijo señalando al chico a su lado, quien lo saludó también.

“Mucho gusto, apenas conozco a Minseok desde ayer y se la pasó hablando de ti” le dijo a Luhan provocando que el otro sonriera ampliamente.

“El gusto es mío, me dijo Min que eres nuevo en Seúl, ¿verdad?” le preguntó y a pesar del ruido, pudieron entablar una pequeña conversación mientras se decidían qué querían beber.

Esa noche conoció a Yixing y Zitao, amigos de Luhan que venían de visita desde China, ambos se dedicaban a la música, Yixing siendo productor y Zitao acababa de sacar su primer sencillo recientemente mientras que Luhan y Minseok trabajan como diseñadores en una empresa. Todos mostraron mucho interés al enterarse que Jongdae era doctor, pero él no quiso profundizar tanto en eso. Realmente no creía que fuera la gran cosa si aún no lograba su sueño de ser cirujano. Eso vendría en los siguientes años.

Una botella de vodka y un par de shots de tequila después tenían a Jongdae disfrutando del ambiente en el club. Definitivamente tenía mucho de no disfrutar tanto una fiesta como lo hacía en ese momento y la compañía de sus nuevos amigos estaban haciendo todo mejor. Mientras que Minseok y Luhan bailaban y disfrutaban entre ellos, Zitao y Jongdae animaron a Yixing a acercarse a una chica con la que no dejaba de compartir miradas y sonrisas desde hace un buen rato.

“¿Y tú tienes novia?” le preguntó Jongdae a Zitao mientras se servía otro vaso.

“Sí, por ahora estamos a distancia pero espero pueda venir pronto a Corea, la extraño bastante” le contestó, “¿Y qué hay de ti? ¿Alguien especial de Busan?”.

“Nah, es difícil mantener cualquier tipo de relación cuando estás en una carrera como medicina” dijo Jongdae siendo completamente honesto, “Estoy abierto a conocer personas, pero no sé si podría tener algo muy serio en este momento”.

“Oh” Zitao se movió de lugar quedando justo enfrente de Jongdae mientras decía lo siguiente, “¿Entonces el chico de la barra detrás de mí tiene oportunidad contigo? Lleva mucho tiempo mirándote”.

“¿De qué hablas?” Jongdae miró detrás de Zitao y efectivamente, había un hombre parado frente a la barra con su bebida en mano mirándolo fijamente. Se veía un par de años mayor que él, su porte era elegante, casi como si no perteneciera a este tipo de clubs. Cuando hicieron contacto visual, no pudo evitar sonrojarse por lo intensa que era su mirada y no ayudaba el hecho de que el hombre era increíblemente guapo. Sus ojos brillaban con claro interés y la pequeña sonrisa que le dedicó a lo lejos a Jongdae hizo que su corazón se detuviera. ¿Cómo se supone que se reacciona ante esto?

No tuvo mucho tiempo para prepararse mentalmente, pues Zitao solamente le dijo un “Buena suerte” mientras lo dejaba solo en la mesa para unirse a Minseok y Luhan. El extraño lo vio como señal para acercarse, tomando su bebida para ir a donde estaba Jongdae parado.

Una vez que lo tenía cerca, Jongdae pudo notar un par de cosas. Uno, era solo un poco más alto que él y dos, era aún más guapo de cerca. Sentía que en cualquier momento las piernas le iban a dejar de funcionar. Seguramente efecto del alcohol.

“Hola” le saludó con una sonrisa más amplia, “Espero no verme demasiado atrevido, ¿es tu novio el que se acaba de ir?”.

Jongdae, un poco inseguro de su propia voz, negó con la cabeza. “Es un amigo, un muy heterosexual amigo” dijo inteligentemente. Bien ahí, Jongdae.

“¿Y tú eres igual de heterosexual que él o…?” el extraño no dudaba en dejar claro su interés y Jongdae de pronto no sabía cómo actuar frente a un hombre guapo.

“Todo lo contrario, más bien” trató de sonar casual y esperaba que el extraño no notara lo sonrojado que estaba desde que se acercó.

El hombre guapo sonrió, “¿Y puedo saber tu nombre?”.

“Jongdae” le contestó, tratando de relajarse. “¿Y tu nombre?”. Debía dejar de referirse mentalmente a él como ‘hombre guapo’ así que…

“Baekhyun. Es un gusto, Jongdae”.

Baekhyun. Lindo nombre para una cara linda , pensó.

“¿Llegaste hace mucho?” preguntó Jongdae, tratando de hacer plática de cualquier cosa, pero la realidad es que ha pasado tanto tiempo estudiando y atendiendo pacientes que olvida lo que es socializar o coquetear con extraños.

“No tanto, solo quise venir un rato a distraerme. El trabajo me tiene un poco estresado” dijo mientras tomaba su bebida.

“Entiendo, ¿al menos la estás pasando bien?”.

“Bastante bien, sobre todo después de verte tomar varios shots seguidos con tus amigos. Vaya que fue entretenido” dijo en un tono juguetón. “Me sorprende que no estés cayéndote de borracho después de tantos tragos”.

Soltó una pequeña risa, finalmente relajándose. “Tengo buena tolerancia al alcohol, es como un superpoder”.

El otro rió también, “Bueno, entonces imagino que estás lo suficientemente bien para bailar conmigo ¿no?”.

Baekhyun era coqueto y directo. Eso le gustaba a Jongdae.

“Tal vez” le dijo con una sonrisa coqueta, queriendo hacerse del rogar solo un poco más.

“¿Tal vez?” Baekhyun sabía que se trataba de un reto, “¿Y qué puedo hacer para convencerte? ¿Te invito una bebida?”.

“¿Ese es tu plan? ¿Ponerme borracho para conseguir lo que quieres?” no tenía idea de dónde había salido tanto atrevimiento. Tal vez el alcohol si estaba teniendo un efecto en Jongdae después de todo.

Baekhyun rió y se acercó a Jongdae para poder decirle al oído, “No necesito alcohol para saber que la pasarás bien conmigo, lindura”. Su voz era más grave y al tenerlo tan cerca, Jongdae sintió un escalofrío recorrer su espalda. Esperaba que el otro no se hubiera dado cuenta del efecto que tenía en él, pero ver la expresión que portaba una vez que se alejó fue suficiente prueba para Baekhyun de que la atracción era mutua.

“Prometes demasiado” dijo Jongdae mirándolo fijamente mientras daba un último trago a su bebida, “No sé si creerte”.

“Una canción” Baekhyun prometió. “Después de eso te dejaré en paz si lo deseas”.

Fingió pensarlo un momento, aunque siempre tuvo la misma respuesta desde que Baekhyun se acercó.

“Okay” le dijo después de unos segundos con una pequeña sonrisa, “Una canción”.

Jongdae no era el mejor bailarín definitivamente, así que no sabía qué esperar después de aceptar bailar con Baekhyun. Solamente esperaba no hacer el ridículo. Se dejó guiar por toda la pista buscando un lugar donde pudieran caber bien los dos, aunque era difícil por la cantidad de gente que había.

Una vez que encontraron un buen espacio, Baekhyun tomó su mano y lo acercó a él, quedando cara a cara.

“No te alejes mucho” le dijo Baekhyun pasando una mano por su cintura, “No queremos que te empujen”. Su sonrisa era tan atractiva y la cercanía solo hacía que Jongdae se sintiera acalorado, pero no iba a dejarse intimidar por él. Dos podían jugar el mismo juego.

“Confío en que no dejarás que eso pase” le dijo al oído mientras pasaba sus brazos alrededor de su cuello.

No sabía si era el ambiente del lugar, los shots que había tomado antes o la cercanía que ahora tenía con Baekhyun, pero se sentía emocionado y nervioso al mismo tiempo. Se dejó llevar por la música y al otro no parecía importarle que fuera algo torpe a la hora de moverse.

Al contrario, toda la atención de Baekhyun estaba en él, así que Jongdae se sintió con valentía para pegarse más a su cuerpo mientras movía las caderas al ritmo de la música. Esto pareció complacer al otro, pues su agarre se volvió más firme y comenzó a moverse contra su cuerpo creando una fricción que tenía a Jongdae casi soltando un gemido en medio de la pista.

De un momento a otro, Baekhyun lo alejó solo un poco para poder girarlo y así, pegar su torso a la espalda de Jongdae. Desde esta posición, Jongdae podía sentir la respiración caliente del otro en su cuello y solo podía cerrar los ojos disfrutando al darse cuenta que no era el único afectado por la cercanía. Comenzó a moverse contra su cuerpo provocando que la respiración de Baekhyun se volviera pesada y si su escucha no lo engañaba, parecía que el otro había ahogado un gemido también.

“¿Estoy cumpliendo con las expectativas?” preguntó cerca de su oído y sus movimientos contra su trasero no se detuvieron, Jongdae tuvo que morderse el labio para no delatar su actual estado. “No reprimas nada, precioso. Quiero que disfrutes” dejó un pequeño beso cerca de su oreja y sin poder aguantar más, Jongdae soltó un pequeño gemido lo suficientemente fuerte para que Baekhyun lo escuchara.

Baekhyun repitió la acción, dejando pequeños besos a lo largo de su cuello y por momentos mordiendo suavemente la zona. Jongdae sentía que su cuerpo ardía, toda cordura que aún quedaba en él se había esfumado al sentir los labios del otro y no quería que esto se detuviera.

Claro que, al ser un hombre de palabra, Baekhyun se alejó un poco de él al momento que la canción cambió.

“Te prometí una canción” le dijo una vez que se giró para quedar frente a frente. Su mirada parecía haberse hecho aún más intensa y Jongdae maldijo al otro internamente por ser tan propio y cumplir con sus promesas. “Pero no sé si quiero dejarte ir aún”.

“No lo hagas entonces” respondió Jongdae casi inmediatamente. No podía negar lo atraído que se sentía hacia él, y en ese momento estaban tan cerca, sus labios casi rozándose. Por primera vez en la noche, quiso tomar la iniciativa, así que se inclinó lentamente, acortando la distancia entre ambos hasta que sus labios se encontraron en un beso suave.

Sintió como Baekhyun se tensaba por completo una vez que sus labios se unieron, pero no tardó mucho en reaccionar y Jongdae no pudo evitar soltar un pequeño gemido cuando el agarre que el otro tenía en su cintura se volvió más firme y Baekhyun tomó esto como oportunidad de profundizar el beso.

Jongdae volvió a gemir contra los labios de Baekhyun cuando sintió su lengua rozar la suya, pasando la mano que tenía en su rostro a su cabello y tirando un poco de este. Esto pareció gustarle a Baekhyun, quien se volvió aún más atrevido con él y una de sus manos pasó de estar en su cintura para tomar su trasero dándole un apretón que solo logró excitarlo más.

“¿Quieres salir de aquí?” preguntó Baekhyun entre besos y como pudo, Jongdae asintió.

-

El camino al departamento de Jongdae quedó borroso en su memoria, solo sabía que habían pedido un taxi y en todo el camino no podían separarse el uno del otro. Si al llegar a su destino el taxista les hizo una mala cara por exhibicionistas, no podía importarle menos en ese momento. No cuando los besos de Baekhyun se sentían tan bien y menos cuando el otro susurraba todo lo que quería hacerle en cuanto llegaran.

Con las manos temblorosas tomó sus llaves y abrió la puerta torpemente, invitando a Baekhyun a pasar. “Acabo de mudarme. Disculpa el desorden, aún no termino de acomodar todo”.

Una vez dentro, Baekhyun observó un poco a su alrededor. “¿No eres de Seúl?” Una parte de él sintió curiosidad por saber más de su vida, aunque sabía que sería una charla corta.

Tenía otros planes con él esa noche.

“Soy de Busán” le contestó desde el otro lado de la habitación. Había movido algunas cosas para que el espacio no estuviera tan reducido.

Baekhyun asintió. “¿Viniste a Seúl por trabajo?”.

“Algo así” se limitó a decir Jongdae. Él tampoco tenía intenciones de alargar demasiado la plática.

La respuesta corta fue todo lo que Baekhyun necesitaba; quitándose su saco y dejándolo de lado se acercó a donde estaba Jongdae abrazándolo por detrás.

“¿Y si me das un tour? Me encantaría conocer tu habitación, por ejemplo” dijo pegando su cuerpo contra el de Jongdae y quitándole de las manos las cosas que estaba acomodando sobre el pequeño comedor.

Soltó una pequeña risa mientras se giraba para quedar frente a frente con Baekhyun. Sus brazos volvieron a rodear su cuello y se acercó para darle un pequeño beso en los labios. “¿No estás siendo demasiado impaciente? La noche es joven”.

“La paciencia no es mi fuerte” las manos de Baekhyun acariciaban lentamente la pequeña cintura de Jongdae hasta llegar al borde de su camisa y metió sus manos por debajo de esta para tocar su piel. “¿Me puedes culpar? No todos los días tengo la suerte de conocer a alguien tan lindo” dijo esto último contra sus labios para volver a juntarlos en un beso más insistente. De inmediato el ambiente cambió, volviéndose más pesado y caliente.

Jongdae decidió que ya había jugado lo suficiente; ahora quería a Baekhyun. Todo de él. Correspondió el beso con la misma insistencia, gimiendo en alto cuando sintió las manos del otro recorrer su torso hasta llegar a sus pezones. Aún no hacían gran cosa y Jongdae ya se sentía sumamente excitado.

Como pudo, guió a Baekhyun a su habitación; ya ahí, Jongdae fue desabotonando la camisa del otro sin separarse del beso. Aunque fue difícil, al poco tiempo se deshizo de la prenda dejándola en el suelo. Baekhyun no se quedó atrás ayudándolo a quitarse la ropa. Al llegar al borde de la cama, Jongdae se sentó mientras veía como Baekhyun se desvestía. Desde el cinto hasta quitarse el pantalón, no podía dejar de mirarlo. No tenía idea de cómo un hombre así de atractivo se había fijado en él en primer lugar.

Pero, al ver como Baekhyun lo miraba de la misma forma, con el mismo deseo que él, se sintió algo tímido. Parecía que Baekhyun se había dado cuenta de esto ya que preguntó, “¿Te gusta lo que ves? No creo que sea mejor que la vista que yo tengo desde aquí” dijo dedicándole una sonrisa y Jongdae tuvo que apartar la mirada algo sonrojado.

Adorable , pensó Baekhyun.

Necesito tenerlo , pensó inmediatamente después.

“Acuéstate, lindura” le ordenó y Jongdae obedeció, acomodándose en la cama.

Quedando únicamente en bóxers, Baekhyun se acercó a la cama y ahí, pudo observar detenidamente el cuerpo de Jongdae. Su piel blanca, su cintura tan pequeña, sus piernas perfectas y ese sonrojo que adornaba su cara… Le encantaba lo que veía y no podía esperar para hacerlo suyo.

“No me mires así” dijo en voz baja Jongdae, claramente abrumado por la mirada del otro.

“¿Cómo así? Solo disfruto lo que veo” Baekhyun se acomodó en la cama, quedando casi encima de Jongdae. Tomó su mentón haciendo que levantara la mirada uniendo sus labios una vez más.

“Preferiría que no solo miraras, sino que hicieras algo”“ susurró Jongdae entre besos, a lo que Baekhyun se separó solo para llevar sus besos a su cuello, repitiendo lo que había hecho en el club de morder suavemente la piel del otro.

Jongdae solo pudo cerrar los ojos y disfrutar de la atención que le daba Baekhyun a su cuello mientras su mano recorría su torso hasta llegar a su miembro erecto. Gimió cuando finalmente lo tomó y comenzó a masturbarlo muy lentamente.

“¿Esto es lo que querías?” preguntó Baekhyun sin despegarse de su cuello y Jongdae asintió. “¿Y qué más, precioso?”. Su mano no se detenía, al contrario, aumentó un poco la velocidad en la que le daba placer, provocando que Jongdae se retorciera un poco en la cama.

No quería ser el único disfrutando, así que se movió un poco para hacer que Baekhyun se recostara y él pudiera quedar encima. “Te quiero a ti, ahora”. Era ahora su turno de corresponder por lo que comenzó dejando un camino de besos a lo largo de su cuello, su pecho, su abdomen y llegando hasta el inicio de sus bóxers. Pasó su mano por debajo de estos para poder tomar su miembro comenzando a acariciarlo y sintió una gran satisfacción al ver la reacción de Baekhyun.

Quitándole esa última prenda, Jongdae volvió a tomar el miembro de Baekhyun pasando lentamente su lengua por la punta. El otro reaccionó inmediatamente cerrando los ojos y gimiendo levemente. Pasó una de sus manos por el cabello de Jongdae en una señal sutil de que continuara, así que siguió recorriendo el miembro erecto con su lengua desde la punta y poco a poco fue abriendo la boca para poder introducir lo más que pudiera.

“Justo así” murmuró entre gemidos, ayudando a Jongdae para que pudiera tomarlo más profundamente con su boca. “¿Dónde tienes lubricante, precioso? Podría venirme así, pero no quiero quedarme con las ganas de hacerte mío”, aprovechó la mano que tenía en su cabello y tiró un poco de este haciendo que Jongdae gimiera alrededor de su miembro. La vibración hizo que Baekhyun mordiera su labio.

Decidió que ya había tenido suficiente, no podía esperar para escuchar los dulces gemidos de Jongdae mientras lo penetraba. Con eso en mente, lo separó de su miembro para volver a preguntarle por el lubricante. Jongdae le indicó que estaba en su buró de al lado, así que Baekhyun no perdió el tiempo en buscarlo.

“¿Cómo me quieres?” le preguntó Jongdae, su voz algo rasposa después de tomar el miembro de Baekhyun lo más profundo que podía.

“Boca abajo, dulzura. Déjame verte, yo me encargo del resto”.

Le hizo caso aún cuando sus palabras lo hacían sonrojar. Hacía mucho tiempo que no intimaba con alguien, y no recordaba la última vez que se había sentido así de deseado por otra persona. Desde su posición pudo escuchar como Baekhyun buscaba entre sus cosas en el buró y finalmente cuando encontró el lubricante cerró el cajón y regresó a él.

Sintió como su mano acariciaba su espalda de manera lenta hasta llegar a su trasero. La respiración de Jongdae se entrecortó un poco al sentir como separaba sus piernas dejándolo aún más expuesto. Después de que Baekhyun vertiera el lubricante en sus dedos acercó uno a su entrada y con cuidado lo fue introduciendo esperando no estar lastimando a Jongdae.

“Si algo te molesta dímelo” le indicó a Jongdae para que se relajara, quería que la pasara igual de bien que él. Jongdae asintió, abriendo un poco más sus piernas para darle más acceso, lo que Baekhyun aprovechó gustoso.

Poco a poco Jongdae se fue acostumbrando a la sensación de tener a Baekhyun adentro, le indicó que podía ir un poco más rápido y lo que al inicio fue incómodo pronto se convirtió en placer puro para él. Gimió al sentir que al poco tiempo estaba introduciendo un segundo dedo y con más confianza empezó a moverlos a un ritmo más rápido.

Dos dedos se convirtieron en tres después de un rato y Jongdae pensó que se volvería loco de lo bien que se sentía. Si disfrutaba tanto con sus dedos no podía esperar a sentir su miembro en él. Dejó que Baekhyun lo preparara mientras él se dedicaba a disfrutar del trato que recibía; solamente podía pedir más a gemidos cuando sintió que el otro encontró su próstata.

Cuando sintió que Jongdae estaba listo, Baekhyun retiró sus dedos y se puso el condón que traía consigo para esa noche. Se posicionó detrás de él y con ambas manos tomó la cintura de Jongdae para ayudarlo a ponerse cómodo. “¿Listo?” le preguntó llevando su miembro a su entrada. Quería que Jongdae le diera consentimiento para seguir.

“Por favor” le contestó en voz baja.

Baekhyun fue introduciendo lentamente su miembro esperando no lastimar a Jongdae, estaba atento a cualquier sonido de inconformidad y le preguntó varias veces si se encontraba bien. No era la primera vez que Jongdae se acostaba con alguien, así que no era una sensación nueva o extremadamente dolorosa, solo le pidió un poco de tiempo para acostumbrarse al tamaño.

Después de un par de minutos, Jongdae le indicó que podía moverse y Baekhyun le hizo caso, comenzando a entrar y salir poco a poco de él. La sensación era abrumadora y Baekhyun tuvo que aguantar las ganas de tomarlo con fuerza ahí y ahora. “Estás tan apretado” dijo entre jadeos, “Te sientes tan bien, precioso”.

“Más” muy apenas pudo decir mientras gemía. Se agarró como pudo de las sábanas mientras Baekhyun aumentaba la intensidad en sus embestidas, tomando la cintura de Jongdae con una mano y la otra la llevó a su cabello para tirar de este. El agarre hizo que la espalda de Jongdae se arqueara y pudiera sentir el miembro de Baekhyun aún más profundamente. “¡Oh, justo ahí!” exclamó.

Baekhyun soltó su cabello y puso su mano en la cama para poder agacharse y poder quedar cerca de su cuello donde empezó a besar y morder la suave piel. No resistió la tentación de morder y chupar con un poco más de fuerza dejando una marca que sería visible algunos días. A Jongdae no pareció importarle, ya que solo gemía y pedía más. Así que le dio justo lo que quería.

Sintiéndose cerca de su orgasmo, Baekhyun se volvió más salvaje con sus movimientos y quería ver a Jongdae perder la cabeza un poco más. Se volvió a incorporar para poder pasar una de sus manos hacia su miembro masturbándolo rápidamente; los gemidos que soltaba Jongdae solo hacían que se excitara más y así fue como ambos llegaron a la cima casi al mismo tiempo. Gimió en alto al sentir como Jongdae lo apretaba más mientras se venía, estaba completamente satisfecho y una vez que recuperaron el aliento, Baekhyun salió de su interior con cuidado.

Cuando Jongdae quiso moverse, Baekhyun lo detuvo.

“Déjame limpiarte, ¿si? No te muevas”.

El trato de Baekhyun fue gentil en todo momento mientras ayudaba a limpiar el pequeño desastre que habían hecho en su cama. Pero, después de todo, no sabía qué hacer ahora. ¿Debía invitarlo a pasar la noche? Realmente no le molestaría estar un rato más con él…

Baekhyun empezó a tomar sus cosas del suelo cuando Jongdae le habló, “¿Quieres quedarte?”, la pregunta hizo que el otro volteara a verlo, “Es tarde, podrías dormir aquí”.

“¿No te molesta?” le preguntó ahora él para estar seguro de qué hacer. “No quisiera importunar”.

Jongdae negó con la cabeza, “Para nada”. Baekhyun no pareció muy convencido, así que volvió a hablar, “Además, hace frío. Ven a darme calor” le pidió haciendo un pequeño puchero, cosa que hizo que Baekhyun sonriera ampliamente. No podía negarse a una petición así, definitivamente.

Regresó a la cama con Jongdae para acostarse a su lado y abrió los brazos para que el otro pudiera acurrucarse con él, cosa que hizo de inmediato. Jongdae puso su cabeza en su pecho relajándose de inmediato cuando Baekhyun pasó sus dedos por su cabello acariciándolo suavemente.

No esperaba que su primera semana en Seúl terminara así, pero no podía quejarse. No cuando Baekhyun volvió a tomar su mentón para juntar sus labios una vez más, ahora en un beso lento y mucho más dulce que los anteriores. Jongdae sentía que podía pasar horas y horas besándolo y, si solo iban a pasar esa noche juntos, tal vez haría justo eso.

-

A la mañana siguiente, Jongdae despertó al sentir la luz del día filtrándose a través de las cortinas y mientras se frotaba los ojos y trataba de incorporarse en la cama, se dio cuenta de tres cosas: la primera, que una vez más había despertado sin sentir resaca, algo que agradecía profundamente. La segunda: aunque su cabeza no dolía por el alcohol de la noche anterior, su cuerpo —especialmente la parte baja— le recordaba lo intensa que había sido la velada. Y la tercera: el espacio junto a él, donde Baekhyun había dormido, estaba vacío.

No recordaba realmente en qué momento se había quedado dormido. Recuerda que después de tener sexo, estuvieron un buen rato besándose y charlando de cosas banales. No hubo otro round porque Jongdae estaba algo adolorido, pero eso no detuvo a Baekhyun a darle placer una vez más, ahora con su boca; se sonrojó al recordar lo bien que la pasaron juntos.

Fue una noche divertida, definitivamente.

Jongdae sabía cómo funcionaban los one night stand, así que no le sorprendió el hecho de que Baekhyun se haya marchado de esa forma, sin despedirse o dejar una nota. Aún así, a una parte de él le hubiera gustado pedirle su número con la posibilidad de que pudieran repetir lo de anoche en algún otro momento.

No quiso darle demasiadas vueltas al asunto, pues suponía que así era mejor. Probablemente no volvería a ver a Baekhyun si en un par de días empezaría su nueva rutina en el hospital.

Con algo de dificultad se paró de la cama y se dirigió al baño para comenzar su día. Aún tenía que terminar de desempacar algunas cosas.

-

Jongdae siempre había querido estudiar medicina.

Incluso desde niño, siempre había tenido muy claro lo que quería hacer cuando se graduara de la escuela. Al tener padres médicos, no era ninguna sorpresa que él también se interesara en ese camino y cuando el momento de elegir carrera llegó, no titubeó al llenar la solicitud para la universidad.

Algunos llegaron a pensar que él eligió ser doctor por sus padres o por el legado que ellos tenían siendo dueños de un hospital, pero la realidad es que no. Al contrario, sus padres llegaron a cuestionar mucho aquella decisión tan firme que había tomado desde muy chico, incluso le propusieron considerar otras carreras dentro del área de la salud para que no se estresara tanto como sabían que lo haría en medicina. Jongdae no aceptó nada de eso; siempre fue su sueño convertirse en alguien que pudiera ayudar a las personas. Salvar vidas era, a su parecer, un gran trabajo por hacer y se esforzó al máximo para llegar a donde está.

Ahora, años después, con el reloj marcando casi las siete de la mañana, estaba a punto de cruzar las puertas del hospital donde haría su residencia. Para su sorpresa, no se sentía tan nervioso como había imaginado. En lugar de eso, lo invadía una sensación de motivación intensa por dar una buena impresión entre sus superiores.

Lo primero que pensó al entrar fue que el hospital era inmenso. Espacioso, limpio y lleno de gente a pesar de ser tan temprano. Sin perder tiempo, se dirigió a la recepción para presentarse y preguntar por el departamento de cirugía. Agradeció que el personal se tomara el tiempo de orientarlo, evitando que se perdiera en el laberinto de pasillos.

Tras agradecer la ayuda, Jongdae caminó hacia el ala del hospital indicada, aprovechando el trayecto para observar los detalles a su alrededor. La decoración moderna y el ambiente profesional inevitablemente lo hicieron comparar el lugar con el hospital de su familia en Busan, más pequeño y familiar. Al llegar a la sala de orientación para los nuevos residentes, notó que no era el primero en llegar; algunos ya estaban sentados y otros conversaban entre sí en pequeños grupos. Sin conocer a nadie y fiel a su naturaleza introvertida, optó por tomar asiento en una de las últimas filas, buscando un espacio donde pudiera observar sin llamar demasiado la atención.

No pareció funcionar del todo, pues a los pocos minutos alguien llegó al aula y decidió tomar el lugar que estaba vacío a su lado para después iniciar una conversación con él.

“Hola” lo saludó el chico con una pequeña sonrisa cordial. “¿Te molesta si me siento aquí? No conozco a nadie y viendo que no estás enfrente charlando con los demás me imagino que tú tampoco”. Jongdae correspondió la sonrisa al escuchar esto, no le parecía mal hacer un nuevo amigo en el hospital.

“Para nada, me llamo Jongdae, mucho gusto” dijo mientras el otro se sentaba al lado. “¿Cómo te llamas?”.

“Kyungsoo. Doh Kyungsoo” respondió. “¿Eres de Seúl?”.

Jongdae negó con la cabeza, “Estudié en Busan y llegué a Seúl hace una semana apenas. ¿Tú de dónde eres?”.

“Daegu”.

En los pocos minutos que tuvieron para conversar antes de que comenzara la orientación, Jongdae y Kyungsoo intercambiaron impresiones sobre las diferencias que habían notado entre sus ciudades natales y la vida en la capital. La charla ligera y sincera ayudó a Jongdae a relajarse; descubrir que no era el único que sentía el choque cultural lo alivió enormemente. Pensó que sería reconfortante tener a un amigo y compañero con quien compartir las dificultades de adaptarse a la ajetreada vida de Seúl.

La sala se fue llenando poco a poco, hasta que finalmente todas las sillas estuvieron ocupadas. Jongdae miraba a su alrededor, observando a los demás residentes que, al igual que él, parecían expectantes por lo que estaba por venir. De pronto, las puertas se abrieron y un pequeño grupo de médicos entró.

“Buenos días” les saludó uno de ellos, era alto e increíblemente guapo. Jongdae estaba seguro que muchas de sus compañeras tendrían un crush en él. No Jongdae, no. Él tenía otro tipo ideal en hombres. “Bienvenidos a su primer día como residentes de cirugía. Espero hayan disfrutado sus descansos porque a partir de ahora no habrá mucho de eso” dijo, provocando que algunos rieran, probablemente más de nervios que por ser algo propiamente gracioso.

“No los asustes, Chanyeol” dijo el doctor que estaba a su lado, se veía divertido por el comentario de su colega. Enseguida se dirigió a los nuevos cuando dijo lo siguiente, “Pero en serio, sean bienvenidos a la residencia. Mi nombre es Kim Junmyeon. Mi compañero es Park Chanyeol, ambos estamos en el cuarto año de Cirugía y nos encargaremos de orientarlos en este primer año”. 

Dedicaron la primera media hora a hablar sobre el programa de la residencia y para sorpresa de absolutamente nadie, las horas en el hospital iban a ser mortales para los de primer año. Cada tercer día tendrían que quedarse a hacer guardias, se les empezarían a asignar pacientes a los cuales debían visitar cada día para monitorear su estado antes de la cirugía y el progreso postoperatorio. Una vez a la semana habrían presentaciones sobre estos casos para revisar la evolución y serían calificados por sus supervisores. Tendrían un rol menor durante los primeros meses durante las cirugías, simplemente asistiendo en cosas básicas; pero Jongdae no se conformaría con eso. Se esforzaría por dar una buena impresión ante sus superiores.

“El jefe de residentes debería llegar en cualquier momento” habló Chanyeol, “Él se encargará de asignarles los pacientes que atenderán en el hospital, así como darles sus turnos de las guardias”.

Un par de minutos después, mientras les explicaban la dinámica de las guardias y respondían algunas preguntas que tenían los nuevos, la puerta del aula se abrió revelando a otro doctor, a lo que todos miraron a la entrada para ver de quién se trataba.

Cuando Jongdae hizo lo mismo, su corazón se detuvo por un segundo.

Tenía que ser una puta broma.

“Buenos días a todos” dijo con un tono de voz serio, mucho más serio y frío que como lo había escuchado hace días. “Mi nombre es Byun Baekhyun, jefe de residentes de Cirugía, un placer conocerlos”. 

Era él.

El hombre que había conocido en el club, con quien se había acostado y había tenido la mejor noche de su vida en mucho tiempo, estaba ahí, frente a todos. Su porte seguía siendo tan dominante como aquella vez, pero ahora, con la bata de médico, resultaba aún más imponente. Su cabello perfectamente peinado y su atuendo impecable. Era un poco más bajito que Chanyeol, si, pero esto no disminuía en absoluto el respeto que imponía con su sola presencia. 

No podía creerlo. ¿Cuáles eran las probabilidades de que su one night stand sea su superior aquí?

“¡Baekhyun! Hasta que llegas” le dijo Junmyeon con una sonrisa, “Estábamos hablando sobre las guardias y la asignación de casos. ¿Te gustaría decirle algo a los nuevos?”.

Baekhyun entonces dirigió la mirada a los nuevos residentes que estaban sentados y Jongdae hizo lo posible por achicarse en su lugar. Agradecía que su introversión lo hizo decidir sentarse en la última fila del aula, ya que ahora podría pasar desapercibido con el otro. “Veo que son bastantes este año” fue lo primero que dijo y Jongdae no pudo descifrar si lo decía como algo bueno o malo.

Suspiró antes de continuar, “Bueno, seguro mis compañeros ya explicaron lo más importante. Hoy mismo les estaré mandando los turnos de las guardias y al ser tantos, probablemente tendrán que rotar en distintas áreas del hospital. Será su responsabilidad encargarse del papeleo administrativo de sus pacientes y preparar los informes para los cirujanos de cabecera. ¿Alguna pregunta hasta aquí?”.

Un par de personas levantaron la mano y Baekhyun le hizo señal al primero para que pudiera hablar. “Buenos días, Baekhyun. Tenía una sobre sobre las guardias—”.

“Es Dr. Byun para ustedes” lo interrumpió Baekhyun tajantemente. “Les pido que respeten las jerarquías del hospital. Los doctores de cabecera tampoco van a apreciar un trato tan informal”.

Al decir esto, su expresión cambió por completo, dejando a todos en el aula callados. Una parte de Jongdae debía darle la razón, pues siempre debes hablarle con respeto a quienes son tus superiores; la otra parte no sabía si encontrarlo intimidante o jodidamente atractivo. Tal vez ambas, teniendo en cuenta que ya había vivido en carne propia ese lado directo y dominante de Baekhyun.

Dios mío, concentrate Jongdae , pensó para sí mismo.

“O-oh, por supuesto. Disculpe, Dr. Byun” contestó aquel chico y prosiguió con su pregunta. Afortunadamente el ambiente en el aula volvió a ser más ligero a medida que los nuevos hacían sus preguntas y Baekhyun con la ayuda de Junmyeon y Chanyeol las aclaraban.

Parecía que la primera parte de la orientación estaba llegando a su fin, pues Junmyeon comentó que debían retirarse pronto por una cirugía programada en la siguiente hora y ellos se quedarían con un personal administrativo que les enseñaría los sistemas de registro médico, así como los protocolos de emergencia del hospital. Sería un día lleno de información nueva para todos antes de que puedan comenzar a tratar con pacientes.

Esto no molestaba a Jongdae. Al contrario, estaba aliviado de saber que Baekhyun seguía sin darse cuenta de su presencia en el aula y, aunque sabía que era casi imposible escapar de él por siempre, mínimo esperaba que le tocara en turnos diferentes a los de él para toparse lo menos posible.

“¡Lo olvidaba!” comentó Chanyeol cuando estaban concluyendo con su presentación. “Necesitamos pasar lista para saber si todos están aquí y empezar a dividir los turnos”.

Mierda ” susurró Jongdae para sí mismo. No se dio cuenta que Kyungsoo le dedicó una mirada de confusión.

Para su mala suerte, fue Baekhyun quien tomó la lista de residentes de primer año y empezó a nombrarlos uno por uno. Jongdae sentía que en cualquier momento iba a colapsar y esperaba que, por alguna razón, el otro no recordara su nombre. Empezó a cuestionarse qué tan común podría ser su nombre, ¿Cuántos Jongdae habrá en Corea del Sur? Tal vez no se detendría demasiado a pensar en ese nombre porque conoce a varios. Podría ser.

“Choi Yujin” dijo aún pasando lista, la dueña de ese nombre levantó la mano para indicar que estaba presente y Baekhyun asintió para seguir.

“Doh Kyungsoo”.

La lista si era algo larga, Jongdae cayó en cuenta de eso cuando le demoró una buena cantidad de nombres antes de llegar a los Kim.

“Kim Jongin”, el chico que estaba en una fila adelante que Jongdae respondió. “Kim Jong…” se quedó un segundo en silencio, como si corroborara que estuviera leyendo correctamente. “¿Kim Jongdae?” dijo con un tono de sorpresa que desconcertó a muchos.

Cualquier intento de no llamar la atención fue inútil en ese momento, porque Baekhyun levantó la mirada escaneando el aula, claramente buscando al dueño de ese nombre. Cuando sus miradas se encontraron, Jongdae sintió que su corazón se detuvo por un segundo. “P-presente” dijo torpemente levantando un poco la mano, lo suficiente para que pudiera verlo. 

Baekhyun parecía haber quedado momentáneamente en shock cuando lo vio; definitivamente lo había reconocido.

Chapter 2

Summary:

No tenía idea de lo que estaría pensando Baekhyun en ese momento, pero, por su parte, jamás imaginó que volverían a encontrarse tan pronto, y mucho menos en una situación como aquella. Era incluso cómico lo absurdo que era todo; aún ni siquiera se borraban por completo las marcas que le había hecho Baekhyun en el cuello esa noche en su departamento y ahora tendría que verlo en los pasillos del hospital.

Y, pensando en eso, ¿Qué se supone que debía hacer ahora?

Notes:

HOLA HOLA~
finalmente pude terminar el segundo capítulo y pido disculpas por la tardanza en esta update 😭 estuve enferma en esta última semana y no podía ni concentrarme para escribir pero bueno AQUÍ ESTAMOS!
la próxima update no tardará tanto esta vez 💕

DISFRUTEN de verdad espero les guste

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Cuando sus ojos se encontraron, ambos se congelaron, como si el tiempo hubiera dejado de avanzar y aunque fue solo un segundo, para Jongdae se sintió como una eternidad. Desvió rápidamente la mirada al mismo tiempo que Baekhyun se aclaraba la garganta y bajaba la vista hacia la lista de asistencia, continuando con lo suyo como si nada.

“Kim Yerim”, dijo siguiendo con los residentes restantes.

A pesar de que recuperó la compostura rápidamente, muchos se habían dado cuenta de que la actitud del jefe de residentes había sido extraña; Jongdae incluído. Podía sentir algunas miradas sobre él e hizo lo posible por actuar naturalmente, pues no quería llamar la atención en su primer día y menos si era debido a un posible rumor con uno de sus superiores.

Jongdae se concentró en tomar notas en su libreta, más como un intento de imitar la aparente indiferencia de Baekhyun y actuar como si nada hubiera ocurrido que por verdadera necesidad de anotar algo. La pluma se movía distraídamente sobre el papel, mientras él buscaba cualquier excusa para ocupar sus manos y su mente, sin saber qué más hacer en lo que finalizaban con la toma de asistencia y pudieran tomar un pequeño break.

No tenía idea de lo que estaría pensando Baekhyun en ese momento, pero, por su parte, jamás imaginó que volverían a encontrarse tan pronto, y mucho menos en una situación como aquella. Era incluso cómico lo absurdo que era todo; aún ni siquiera se borraban por completo las marcas que le había hecho Baekhyun en el cuello esa noche en su departamento y ahora tendría que verlo en los pasillos del hospital.

Y, pensando en eso, ¿Qué se supone que debía hacer ahora?

Sabía que lo que pasó con Baekhyun había sido solo una aventura de una noche y, en teoría, no estaban obligados a hablar de ello. Podría dejar que las cosas siguieran su curso; al fin y al cabo, Baekhyun, siendo un residente más experimentado, seguramente tendría horarios distintos a los suyos, y probablemente no se cruzarían tanto en el hospital. Y, en el caso de tener que interactuar con él, bastaría con mantener una relación profesional, dirigiéndose a él con respeto y sin necesidad de ir más allá.

Podría ser.

Sin embargo, una parte de él sentía que necesitaban hablar al respecto. Después de todo, apenas conocía a Baekhyun, y siendo este su superior, no quería causar una mala impresión. Le preocupaba que el otro pudiera formar una opinión negativa sobre él y que esto se viera reflejado en su imagen dentro del hospital.

No podía permitir eso, pensó. Así que, para cuando Baekhyun terminó de pasar lista, ya había decidido que esperaría al mejor momento para hablar con él.

“Bueno, nosotros nos retiramos. El Dr. Byun les enviará sus horarios de turno a más tardar esta tarde, así que no olviden revisar sus correos,” anunció Junmyeon. “Tienen unos quince minutos de descanso antes de que llegue alguien del departamento de administración”.

Dicho esto, algunos de los nuevos residentes se levantaron de sus asientos y comenzaron a salir del aula, mientras que otros simplemente se giraron en sus lugares para charlar con los compañeros cercanos. Jongdae permaneció en su asiento, siguiendo con la mirada a los tres residentes de cuarto año mientras estos se despedían una vez más y salían.

Lo que Jongdae no esperaba era que, justo antes de salir, Baekhyun dirigiera una última mirada hacia él. Sus ojos se encontraron una vez más y, sin poder evitarlo, el corazón de Jongdae pareció detenerse por un segundo. Esta vez, la expresión de Baekhyun ya no mostraba sorpresa, sino algo más, algo que Jongdae no pudo descifrar en ese instante, pero que lo dejó inquieto.

Tan pronto como Baekhyun salió del aula, Jongdae soltó un respiro que no se había dado cuenta que estaba conteniendo.

“¿Se conocen?”, una voz lo sacó de su trance y solo tuvo que girar un poco la cabeza para darse cuenta que se trataba de Kyungsoo.

“¿Mmm?”, decidió que se haría el desentendido. “¿Quienes?”.

“Tú y el Dr. Byun” le contestó Kyungsoo, “Parecía sorprendido cuando te vio en la lista de residentes”.

Y cuánta razón tienes, pensó Jongdae.

“Oh, no. Para nada” dijo mientras guardaba su libreta en la mochila. “Creo que me confundió con alguien más. Jamás lo había visto en mi vida”. Bueno, tal vez eso último era innecesario, pero quería hacer el mayor énfasis posible en que no tiene nada que ver con Baekhyun, aunque no esté siendo completamente honesto.

Aparentemente, su respuesta fue lo suficientemente convincente para Kyungsoo, quien dejó el tema después de darle la razón a Jongdae y enseguida le propuso aprovechar el descanso para ir por un café. Ambos sabían que les esperaba un día lleno de nueva información, y necesitarían toda la cafeína posible para mantenerse alerta, así que Jongdae aceptó gustoso.

Después del descanso, todos regresaron al aula para comenzar la segunda parte de la orientación, ahora a cargo del área de administración del hospital. Sin distracciones, Jongdae pudo enfocarse mejor en la información que les proporcionaban sobre los protocolos y el procedimiento para cualquier trámite.

Cuando terminó el tema administrativo, llegó un doctor de cabecera para darles su primera clase de introducción a la sala de operaciones; desde la importancia de la seguridad y esterilidad en cirugía, la estructura y los roles del equipo quirúrgico y dio un repaso básico sobre el flujo dentro de la sala de operaciones. Además, el doctor mencionó que, una vez a la semana, un residente con más experiencia o incluso otro médico de cabecera presentaría un caso clínico, con el objetivo de hacer el aprendizaje más dinámico y participativo.

La orientación continuó durante toda la mañana, y una vez que les dieron tiempo para ir a comer, los residentes de primer año ya se encontraban abrumados con una avalancha de nueva información. Jongdae no era la excepción, pero aun así no pudo evitar sentir una profunda satisfacción al estar allí, así que tomó nota de todo lo que sus superiores le decían y esperaba con ansias el recorrido por el Departamento de Cirugía que tendrían esta tarde.

“Estoy agotado. No sé si podré retener más información hoy,” comentó Kyungsoo mientras caminaban por los pasillos del hospital.

Jongdae soltó una risa ligera. “Y eso que todavía no empiezan las guardias”.

Se dirigían a la cafetería con la intención de comer algo, pero Jongdae se detuvo de repente al darse cuenta de que no tenía todas sus cosas consigo.

“Espera,” dijo, deteniéndose para revisar su mochila. Tras unos segundos, soltó un suspiro exasperado. “Mierda, creo que dejé mi libreta en el aula”.

“No creo que la hayan cerrado. ¿Por qué no vas por ella de una vez? Te guardo un lugar en la cafetería,” sugirió Kyungsoo. Jongdae asintió rápidamente antes de darse la vuelta y apresurarse de regreso.

Llegó al aula al poco tiempo y, con cuidado, abrió la puerta, esperando encontrarla vacía. Sin embargo, al entrar, se detuvo en seco. Junto al escritorio, sentado y concentrado en su portátil, estaba Baekhyun. El doctor levantó la mirada al escuchar la puerta abrirse, y sus ojos se encontraron.

Por un instante, Jongdae olvidó por completo el motivo por el que había regresado. La orientación y toda la información del día lo habían distraído de este encuentro inevitable, pero ahora, viendo a Baekhyun frente a él, sintió cómo su corazón —una vez más— daba un vuelco.

Sin embargo, el otro no parecía molesto ni incómodo; al contrario, parecía algo desconcertado al verlo ahí. Esa expresión de sorpresa se desvaneció rápidamente, dando paso a una pequeña sonrisa que transmitía cierto… ¿alivio? No sabía cómo interpretar su expresión. Baekhyun se puso de pie al instante. “Jongdae, pensé que los de primer año estaban en su hora de comida”.

Tratando de actuar con normalidad, Jongdae se aclaró la garganta. “Oh, sí. Perdón por entrar así. Lo que pasa es que olvidé mi libreta hace un rato”, explicó, aunque el leve temblor en su voz traicionaba su intento de mantener la compostura. Sin atreverse a sostenerle la mirada, bajó la cabeza y se dirigió de inmediato a su lugar para buscar la maldita libreta. Afortunadamente, ahí estaba, así que la tomó con rapidez para guardarla en su mochila, deseando desaparecer antes de prolongar más el momento.

Pero tú querías hablar con él, se dijo a sus adentros.

Y era cierto, pero cualquier intención de confrontar al otro doctor se desvaneció en cuanto cruzó la puerta del aula. Su instinto de lucha o huida se activó de inmediato, y en ese momento, lo único que quería era escapar. Por alguna razón, Baekhyun tenía ese efecto en él.

Su plan era simplemente guardar la libreta, disculparse de nuevo y salir corriendo lo antes posible, todo sin volver a cruzar miradas con el otro, por supuesto. Sin embargo, el universo tenía otros planes. No se dio cuenta de que Baekhyun se había acercado hasta que escuchó su voz, más clara y cercana de lo que esperaba: “Jongdae”. Ese simple llamado fue suficiente para sobresaltarlo. Jongdae reaccionó con un movimiento torpe, provocando que su libreta y un par de cosas más de su mochila cayeran al suelo.

Antes de que Jongdae pudiera inclinarse para recoger sus cosas, Baekhyun ya estaba a su lado, agachándose para ayudarlo. "¿Te pondrás así de nervioso cuando estés en el quirófano?" preguntó con tono ligero, una pequeña sonrisa asomándose en sus labios mientras le alcanzaba la libreta. Su voz no sonaba burlona; más bien, trataba de aliviar la tensión en el aire. "Disculpa, no quería asustarte”.

Jongdae no sabía cómo responder a lo primero, aunque sabía que era una broma, en ese momento se sentía incapaz de formular una oración coherente para seguirla. Decidió dejarlo pasar y simplemente respondió: "No te preocupes," mientras guardaba sus cosas en la mochila.

Baekhyun aprovechó esos segundos de silencio para romper el hielo nuevamente. “De hecho, tenía la intención de buscarte después de la comida,” dijo, su voz más suave, como si quisiera asegurarse de que Jongdae estuviera dispuesto a escuchar, “Quería hablar contigo”.

“Oh, ¿Sobre qué?”.

La expresión de Baekhyun volvió a cambiar, ahora volviéndose un poco más seria. “Sobre el fin de semana”.

El estómago de Jongdae dio un vuelco, pero asintió, sabiendo que era inevitable. “Está bien,” dijo mirándolo a los ojos, internamente agradecido que el otro haya sido quien tomara la iniciativa para tener ‘la charla’.

Baekhyun se quedó en silencio un momento, como si estuviera eligiendo sus palabras con cuidado. “No sabía que eras doctor,” dijo finalmente, su tono ligero pero con un matiz pensativo.

Con esto, Jongdae soltó una breve risa. “No pensé que fuera un dato relevante cuando nos conocimos”. Su tono ahora era relajado, lo que provocó que Baekhyun también riera.

“Supongo que no lo era.” Baekhyun sonrió levemente, dejando que su voz adoptara un tono más seguro. “Pero bueno, eh… más que nada quería disculparme. Irme así fue algo descortés de mi parte, aunque no lo hice por mal. Tuve que irme temprano por una cirugía, y preferí no despertarte”.

“No tienes que disculparte,” respondió Jongdae rápidamente, casi interrumpiéndolo, mientras hacía un gesto con la mano para restarle importancia. “No es como si… Bueno, fue algo casual, ¿no? No hay razón para hacerlo más complicado”.

Baekhyun asintió, pero su mirada seguía fija en Jongdae, evaluándolo con atención. “Casual,” repitió con una pequeña pausa. “Sí, claro. Pero igual me parecía importante aclararlo. No soy de los que simplemente desaparecen, así que no quería que pensaras mal”.

“Está bien, en serio,” insistió Jongdae, aunque se removió ligeramente en su lugar, como si el ambiente se volviera más pesado. “De hecho, yo también quería hablar contigo. Lo que quería decir es que… bueno, no sé cómo te sientes tú con esto, pero yo no quisiera que lo que pasó afecte nada aquí”.

Baekhyun frunció ligeramente el ceño. “¿Afectar? ¿En qué sentido?”.

“Sí, ya sabes…” Jongdae buscó las palabras, claramente incómodo bajo la mirada fija de Baekhyun. “Por si acaso. No quisiera que alguien lo malinterprete o que haya algún tipo de rumor. Ya sabes cómo son los hospitales”. Había escuchado suficientes escándalos entre residentes, internos y hasta enfermeros del hospital de su familia así que sabía de lo que hablaba.

Baekhyun inclinó ligeramente la cabeza, como si evaluara la situación. “Tienes razón, los rumores pueden ser un problema”. Luego, relajó los hombros y añadió con un tono más casual: “Pero no te preocupes. Yo tampoco voy por ahí ventilando mi vida personal”.

Jongdae asintió, sintiéndose un poco más aliviado, aunque aún con una sensación extraña. “Gracias. Supongo que necesitaba decirlo”.

Baekhyun sonrió un poco, un gesto que parecía tranquilizador. “Lo entiendo. Trabajaremos juntos mucho tiempo, así que es mejor empezar con las cosas claras. De hecho, si te soy sincero…”, comenzó a decir, pero la puerta del aula se abrió de repente, interrumpiéndolos. Ambos miraron hacia el interno que entró rápidamente para dejar unos papeles.

“Ah, perdón,” dijo el interno con una pequeña inclinación antes de salir.

Una vez que la puerta se cerró, Jongdae volvió a mirar a Baekhyun, “¿Ibas…? ¿Ibas a decir algo?”.

Baekhyun negó con la cabeza, pero su tono de voz ya no tenía la seguridad de hace un momento cuando dijo “Nada importante. Tal vez luego”. Tomó sus cosas del escritorio y se preparó para salir. “Seguramente nos veremos más tarde en el recorrido de cirugía, así que… ¿nos vemos?”.

Jongdae asintió con rapidez, aunque sintió que algo en la conversación había quedado inconcluso. “Sí, claro. Nos vemos luego”.

“Hasta luego,” respondió Baekhyun, dedicándole una última mirada, una mezcla de profesionalismo y algo más difícil de descifrar, antes de salir del aula.

Mientras veía a Jongdae alejarse, Baekhyun permitió que su máscara profesional se deslizara por un momento. Había algo extraño en lo que sentía al verlo de nuevo: una mezcla de asombro y otra emoción que prefería no analizar en ese momento. Tal vez, después del recorrido, encontraría la manera de abordar lo que realmente quería decir.

Por su parte, Jongdae se apresuró para poder bajar al piso donde se encontraba Kyungsoo y sus nuevos compañeros. No sabía por qué, pero se sentía muy acelerado y su corazón estaba como loco.

Baekhyun lo había puesto nervioso otra vez. Pero eso no debía sorprenderle; el otro doctor era sumamente imponente con su presencia, directo y amable al mismo tiempo. Sin mencionar lo atractivo que es y la manera en la que es justo el tipo de Jongdae.

Dios, tenía que dejar de pensar eso si ahora iba a toparse con Baekhyun seguido.

De igual forma, Jongdae se alegraba de haber aclarado las cosas con él, aunque no podía ignorar lo inquieto que lo hacía sentir estar en su proximidad.

Suspiró al cruzar el pasillo, tratando de despejar su mente. No podía permitirse distracciones, mucho menos ahora. Se había prometido a sí mismo que demostraría su valía en este hospital, que este nuevo comienzo en Seúl no sería en vano. Tenía que enfocarse, mantener la cabeza fría y evitar que esa sensación—que estaba seguro que pasaría después de unos días—afectara su desempeño.

Al llegar a la cafetería, el bullicio del lugar lo ayudó a silenciar sus pensamientos. Jongdae encontró rápidamente a Kyungsoo, quien estaba sentado con otros de los nuevos y se dirigió a la mesa para seguir con su día.

Lo único que había quedado claro en ese momento para ambos, era que la conexión entre ellos todavía seguía ahí, tensa y complicada.

 

🩺

 

Los primeros tres meses de especialidad pasaron rápidamente, a pesar de los largos turnos en el hospital. Jongdae siempre había sido fanático de la rutina, así que no tardó en adaptarse a la vida en Seúl, las distancias y los horarios de estudio. En ese sentido, la estructura de sus días lo hacía sentir productivo y con energía.

Cada mañana comenzaba a las 5:30 AM, un horario que inicialmente representaba una tortura, pero que tuvo que convertir en un hábito por el traslado de su departamento al hospital en transporte público. Se levantaba, se arreglaba con eficiencia casi militar, y se aseguraba de llegar al hospital con tiempo suficiente para revisar los expedientes de los pacientes asignados antes de las reuniones matutinas.

Los días estaban repletos de actividades: desde evaluaciones pre y postoperatorias, procedimientos menores bajo supervisión, hasta clases teóricas y presentaciones de casos clínicos de residentes con más experiencia. Jongdae aprendió rápidamente a moverse con agilidad entre las constantes demandas de su residencia. Aunque agotador por las guardias cada tercer día, igual disfrutaba el ritmo frenético y el aprendizaje constante.

Además, Jongdae podía decir con certeza que también se estaba adaptando bien a Seúl. Había aprendido a disfrutar su rutina después del hospital: el trayecto de regreso a su departamento le ofrecía pequeños momentos de tranquilidad, especialmente cuando hacía una parada en algún local cercano para comprar algo de comida antes de llegar a casa. Ahí, podía relajarse un rato antes de sumergirse en sus libros y notas para estudiar.

El barrio donde vivía resultaba bastante tranquilo, lo que le daba un respiro necesario tras las largas jornadas en el hospital. Aunque, sí era honesto, echaba de menos la vida social que solía tener en Busan. En su ciudad natal, las responsabilidades eran menores, y era más fácil encontrar tiempo para salir con amigos o simplemente despejarse.

Aun así, no es que estuviera completamente solo. Desde el primer día de orientación, Kyungsoo se había convertido en un buen amigo y compañero de guardias. Junto a él, también había hecho otras amistades con otros residentes de primer año, como Jongin y Sehun, ambos originarios de Seúl.

Además, se mantenía en contacto frecuente con su familia, especialmente con su mamá. A menudo aprovechaba momentos como hacer tareas del hogar para llamarla y ponerse al día. Las charlas con ella eran reconfortantes; le gustaba compartir sus experiencias en la residencia y también saber cómo estaban todos por allá.

Sin embargo, su mamá no perdía la oportunidad de indagar en otros temas.

‘¿Has conocido a alguien?’ preguntó un día mientras Jongdae sacaba la ropa de la secadora. ‘Tal vez ese Kyungsoo del que tanto me hablas…’.

Jongdae soltó una carcajada, divertido por la ocurrencia. ‘No, no, él es solo un amigo, mamá', respondió mientras doblaba metódicamente una prenda. ‘Además, ya sabes que no tengo tiempo para esas cosas’.

‘Ay, pero te haría bien conocer a alguien. No puedes pasarte la vida solo estudiando, hijo,’ replicó su mamá con ese tono de preocupación tan característico. Era una pregunta recurrente, incluso desde antes de que se mudara a Seúl.

‘Lo sé, ma. Pero de verdad, no hay nadie que llame mi atención en este momento,’ respondió Jongdae. Lo que su mamá no sabía en ese momento era que, mientras pronunciaba esas palabras, sí había alguien en su mente.

Byun Baekhyun.

A partir del primer día de orientación, no habían vuelto a estar a solas ni intentado entablar una conversación más allá de un saludo cordial en los pasillos del hospital. Sin embargo, sus encuentros eran inevitables. Jongdae solía verlo durante las clases de la residencia, donde Baekhyun a veces ayudaba al doctor que impartía la clase o presentaba casos clínicos frente a los residentes. Aunque los intercambios entre ellos eran breves y profesionales, Jongdae no podía evitar que su atención se desviara hacia Baekhyun cada vez que este hablaba. Su tono confiado y su dominio del tema dejaban una impresión difícil de ignorar, algo que, para su consternación, solo lo hacía más consciente de él.

Recuerda perfectamente como un día, durante su rotación quirúrgica, los de primer año tuvieron la oportunidad de observar una operación mientras un supervisor les explicaba todo el procedimiento desde un área estéril del quirófano.

Desde su lugar, Jongdae observó cómo Baekhyun lideraba una extracción de cálculos renales con una calma y precisión que parecía casi coreografiada. Sus movimientos eran seguros, su voz firme pero tranquila mientras daba instrucciones al equipo. Jongdae no pudo evitar sentirse fascinado, no solo por la destreza técnica de Baekhyun, sino también por la manera en que lograba mantener el ambiente quirúrgico organizado y eficiente.

Era imposible no admirarlo, incluso si eso hacía que su nerviosismo aumentara cada vez que lo veía en los pasillos. A pesar de la distancia física, la presencia de Baekhyun seguía siendo imponente, y Jongdae no podía sacárselo de la cabeza durante el resto del día, lo cual era un problema.

¿Por qué? Porque no era tiempo para estar pensando en alguien y menos si se trataba de Baekhyun, quien era en muchos sentidos su superior. Pero simplemente no podía evitarlo y menos cuando recordaba aquella noche que pasaron juntos.

Y era peor cuando otras personas también notaban todas esas cualidades positivas de Baekhyun. A veces le tocaba escuchar a sus compañeras hablar entre ellas, emocionadas cada vez que pasaban los doctores de cuarto año, incluyendo a Baekhyun. No podía evitar sentirse extrañamente… celoso.

Lo cual era ridículo.

Pero como todo lo relacionado a Baekhyun, no. podía. evitarlo.

Se sentía tan confundido que resultaba frustrante. Por eso decidió que lo mejor era reprimir todas esas emociones por su propio bien. Lo que sentía por Baekhyun no podía ser más que algo pasajero, producto del cansancio, el estrés de la residencia o, tal vez, de la admiración hacia alguien que, indudablemente, era excelente en su trabajo. Baekhyun encarnaba todas las cualidades que Jongdae siempre había admirado en otros, así que tenía sentido. Pero lo que sí sabía con certeza era que esos sentimientos, por más inoportunos que fueran, no podían permitirse distraerlo de lo que realmente importaba: sus estudios y su crecimiento como médico.

 

🩺

 

“¿Podrías dejar de ser tan obvio?”.

Baekhyun se giró al escuchar la voz de Chanyeol, quien lo miraba con una expresión burlona.

“No sé de qué me hablas,” respondió con una calma forzada, aunque sabía perfectamente a qué se refería su amigo.

Chanyeol alzó una ceja, cruzándose de brazos. “Por favor, Baek. Todos nos damos cuenta de cómo no le quitas los ojos de encima a Kim Jongdae. ¿No es así, Myeon?”, se dirigió ahora a su otro compañero que parecía estar sumamente concentrado mientras terminaba de escribir algo en el portátil.

“¿Eh?,” dijo Junmyeon cuando lo llamó Chanyeol, “No escuché, disculpa”.

“Baekhyun tiene un crush, no sé si lo has notado,” le dijo, a lo que Junmyeon asintió.

“Oh, si. Kim Jongdae de primer año,” dijo como si fuera algo obvio, provocando que Baekhyun rodara los ojos.

“No tengo un crush,” se defendió débilmente sin saber qué más decir, sus amigos lo conocían bien.

“Claro, por eso siempre te quedas mirándolo cuando pasa y pones atención extra cada vez que participa en una clase o presentación,” comentó Chanyeol con una sonrisa traviesa.

“Pongo atención porque hace muy buenas preguntas y es inteligente,” replicó Baekhyun, cruzándose de brazos. Y bueno, en parte era cierto.

Jongdae era brillante, fácilmente uno de los mejores residentes de primer año, y eso que apenas estaba comenzando a adentrarse en los fundamentos de la especialidad. Sus preguntas eran siempre relevantes al caso, y tenía un ojo clínico excepcional para identificar detalles que otros podrían pasar por alto, especialmente en un entorno quirúrgico. Había algo en su enfoque meticuloso al analizar casos que lo hacía destacar entre sus compañeros. Así que sí, Baekhyun le prestaba atención… por eso.

“Eso es cierto, se ve que tiene potencial,” intervino Junmyeon, inclinándose ligeramente hacia ellos con una sonrisa cómplice.

“Exacto, es solo eso", insistió Baekhyun con firmeza, aunque evitó el contacto visual.

“Ajá, claro,” dijo Chanyeol, alzando una ceja con incredulidad. “Pero no dejas de fijarte en él incluso fuera de las clases. Me sorprende que no se haya dado cuenta aún”.

Baekhyun no respondió de inmediato, desviando la mirada hacia el libro que tenía frente a él, fingiendo interés en sus páginas. La verdad era que, desde aquel primer día en que tuvieron oportunidad de hablar, había intentado mantener esa distancia profesional que ambos parecían haber acordado tácitamente. Sin embargo, no podía evitar que su atención se desviara hacia Jongdae cada vez que pasaba.

Tampoco ayudaba el hecho de que habían pasado aquella noche juntos. Si Baekhyun se acercó a él esa vez en el club fue porque, desde el momento en que lo vio, algo en Jongdae capturó toda su atención. Si solo pensaba en lo físico, Jongdae era increíblemente hermoso. Pero no era solo eso. Había algo magnético en su sonrisa, en la forma en que las comisuras de sus labios se curvaban, dándole un aire juguetón, casi como un gatito. Esa noche, Baekhyun no pudo concentrarse en nada más; su risa, sus ojos brillantes, incluso la forma en que sus manos se movían mientras hablaba...

Hermoso, encantador, increíble en la cama y, para colmo, también inteligente. Era una combinación letal para Baekhyun, difícil de ignorar y aún más difícil de resistir.

“¡Hey! No me ignores,” la voz de Chanyeol lo sacó de sus pensamientos, “Ignorarme no hará que las cosas mejoren. Creo que deberías acercarte a él y hablarle”.

Esto provocó que Baekhyun soltara una risa irónica, “No es tan fácil,” murmuró en voz baja. “Además, ambos estamos ocupados y sinceramente no quiero ningún tipo de chisme aquí en el hospital,” dijo recordando su charla con Jongdae.

“No creo que pase nada por intentarlo,” dijo Junmyeon. “Pero entiendo que una posible relación no es exactamente lo que buscas ahora”.

Baekhyun suspiró, masajeándose el puente de la nariz como si el simple gesto pudiera aliviar el peso de sus pensamientos. “Es que no es eso. Jongdae… él es brillante, dedicado, y se nota que tiene grandes aspiraciones. No quiero ser una distracción para él. Tampoco quiero que piense que me estoy aprovechando de mi posición”.

“Siempre te buscas las excusas perfectas,” replicó Chanyeol, cruzándose de brazos. “Baek, la vida no es solo trabajo. Si de verdad quieres intentarlo, encuentra la manera de manejarlo sin que afecte lo profesional. No digo que confieses tus sentimientos en medio de una cirugía, pero... haz algo”.

Junmyeon asintió, pensativo. “Podrías empezar siendo más accesible. No necesitas decirle lo que sientes de inmediato, pero podrías intentar construir una conexión fuera del quirófano. Tal vez algo tan simple como tomar un café”.

Baekhyun arqueó una ceja, una pequeña sonrisa asomándose en sus labios. “¿Un café? ¿Esa es tu gran estrategia?”.

“Funciona más de lo que crees,” dijo Junmyeon con una sonrisa tranquila.

Chanyeol, siempre más directo, le dio un leve empujón en el brazo. “O podrías invitarlo a cenar después del turno de esta noche. Es obvio que ambos estarán agotados después de todo un día de trabajo. Será la excusa perfecta.”

Baekhyun se quedó en silencio, dejando que sus amigos hablaran. La idea de acercarse a Jongdae no era descabellada, pero aún le preocupaba lo que podría salir mal.

“Solo piénsalo,” dijo Junmyeon finalmente. “A veces, lo que más nos asusta es exactamente lo que necesitamos”.

Chanyeol sonrió ampliamente. “Y si necesitas un empujón, ya sabes que yo estoy aquí para complicarte la vida”.

Baekhyun rodó los ojos, aunque no pudo evitar reír. Por lo menos, sus amigos estaban de su lado.

 

🩺

 

El encuentro entre Baekhyun y Jongdae llegó más rápido de lo que ambos hubieran querido.

Un par de días después de esa—muy necesaria—charla con sus amigos, Baekhyun se vio atrapado en el caos de un turno nocturno inesperado.

El hospital había sido notificado de un accidente vial masivo que acababa de ocurrir hacía unos minutos, por lo que debían prepararse para recibir a varias de las personas involucradas, muchas de ellas en estado crítico. Y, si bien no era común tener noches como esa en el hospital, Baekhyun sabía que situaciones como esa siempre traían consigo un nivel de dificultad que no podía subestimarse. La adrenalina, el caos y las decisiones rápidas eran parte del trabajo, pero eso no lo hacía menos desafiante.

Apenas había pasado una hora cuando el hospital comenzó a llenarse de pacientes que necesitaban atención médica urgente. Aunque algunos no presentaban heridas visibles, todos debían ser evaluados para descartar posibles daños internos provocados por el impacto del accidente.

La sala de emergencias estaba desbordada, con los residentes de primer y segundo año corriendo de un lado a otro, mientras los médicos de cabecera atendían lo más crítico, apoyados por los residentes de último año. Baekhyun, asignado al quirófano esa noche para realizar cirugías de emergencia, no había tenido un respiro desde que comenzó su turno.

Para empeorar las cosas, su compañero asignado no había podido cubrir su turno por enfermedad, dejándolo solo para manejar una cirugía delicada con un equipo reducido. La situación ya era estresante, pero cuando otro paciente fue derivado al quirófano, Baekhyun sabía que necesitaría ayuda extra, y pronto. Así que decidió llamar a Junmyeon para que fuera a ayudarlo.

“Baek, apenas voy camino al hospital,” dijo Junmyeon del otro lado de la llamada, su tono cansado pero firme. Debido al accidente, habían llamado a residentes que no estaban de turno para reforzar el equipo esa noche. “Si puedes esperarme una hora, ahí estaré para ayudarte”.

Baekhyun maldijo por lo bajo. “La cirugía tiene que hacerse lo antes posible. No sé si podré hacerlo con este equipo, y para colmo, Minho no está, así que soy el único a cargo”.

“Déjame ver qué puedo hacer. Llamaré a Yeol para que te mande a alguien mientras llego. Tal vez haya algún residente de tercer año disponible para ayudarte”.

Aunque no era la solución ideal, Baekhyun no tenía muchas opciones. “Está bien. Ven con cuidado ¿sí?” aceptó con resignación y después de colgar, se enfocó en prepararse para la cirugía, asignando tareas al equipo que tenía en ese momento.

Unos minutos más tarde, mientras terminaba de organizar los últimos detalles, apareció Chanyeol en el área de cirugía con una sonrisa que Baekhyun conocía demasiado bien. Esa expresión solo podía significar problemas.

“Te traje refuerzos,” anunció Chanyeol con un tono despreocupado, mientras hacía un gesto hacia la figura que lo acompañaba. Al ver de quién se trataba, Baekhyun sintió que el aire se le atascaba en los pulmones. Ahí estaba Jongdae, luciendo ligeramente nervioso pero tan profesional como siempre, ajustándose los guantes quirúrgicos mientras se acercaba.

Chanyeol añadió, fingiendo inocencia, “Los residentes de tercer año están ocupados y justo cuando caminaba por el área de atención ambulatoria me topé al Dr. Kim, que acababa de terminar de atender a unos pacientes del accidente. Así que pensé que no había mejor candidato en el momento y bueno, será la primera cirugía del Dr. Kim también,” dijo ahora mirando al residente de primer año, quien seguía visiblemente nervioso.

A pesar de las inmensas ganas de estrangular a su amigo por ponerlo en esta situación, Baekhyun sabía que no tenía otra opción. El reloj avanzaba y el tiempo era un lujo que no podía permitirse. Soltó un suspiro corto, resignado, y dirigió su mirada hacia Jongdae, esforzándose por mantener un tono profesional y ocultar cualquier rastro de nerviosismo.

“Dr. Kim, ¿le parece si pasamos? Le explicaré algunos detalles en el camino”.

Jongdae asintió con seriedad, y Baekhyun hizo un gesto para que entrara primero al área de cirugía. Antes de seguirlo, Baekhyun se giró hacia Chanyeol, dedicándole una mirada cargada de odio silencioso. Su amigo, lejos de intimidarse, le devolvió una sonrisa amplia y burlona, inclinándose ligeramente para murmurar: “De nada”.

Camino al quirófano, le explicó rápidamente a Jongdae lo que necesitaban hacer, presentó rápidamente a los otros doctores que estarían participando en la cirugía y le indicó los pasos a seguir para prepararse para pasar. Sorpresivamente, el otro captaba las instrucciones con calma y parecía completamente concentrado en la tarea del momento. Esto tranquilizó a Baekhyun y le dio la confianza de poder completar la cirugía sin mayores complicaciones.

La atmósfera en el quirófano era algo tensa por la gravedad de las heridas que presentaba el paciente. Baekhyun se encontraba al frente, dirigiendo cada movimiento con una mezcla de firmeza y precisión que dejaba en claro por qué era uno de los mejores residentes de cuarto año. Su voz era clara y decidida mientras daba instrucciones al equipo, revisando cada detalle de los instrumentos quirúrgicos y asegurándose de que todo estuviera listo antes de realizar la incisión.

“Dr. Kim, necesito que mantenga el campo visual despejado y me ayude con la succión. Informe cualquier cambio que note en los signos vitales,” indicó Baekhyun, lanzándole una breve mirada a Jongdae, quien se colocaba a su lado.

Jongdae asintió rápidamente, sin perder tiempo, siguiendo las instrucciones con una concentración absoluta. Sus movimientos eran ágiles pero cuidadosos, manteniéndose un paso adelante y asegurándose de que Baekhyun no tuviera que pedir nada dos veces. A pesar de ser una situación crítica, Jongdae trabajaba con una calma que Baekhyun no podía evitar admirar. Por momentos, el joven médico parecía anticiparse a lo que se necesitaba, entregándole los instrumentos o ajustando los equipos justo en el momento adecuado.

“Bien, mantenga la presión aquí,” dijo Baekhyun mientras suturaba con precisión. “El sangrado está bajo control. Vamos a necesitar una revisión final antes de cerrar”.

Jongdae respondió con un “Entendido” firme, mientras el resto del equipo seguía las órdenes de Baekhyun al pie de la letra.

Después de unas horas, la cirugía había concluido con éxito, y el quirófano comenzaba a vaciarse. El resto del equipo se despidió rápidamente para regresar a atender otros pacientes del turno de la noche, dejando a Baekhyun y Jongdae recogiendo los últimos instrumentos en un silencio que, para ambos, resultaba más pesado de lo habitual. Baekhyun miró hacia el reloj en la pared, sus ojos deteniéndose en las agujas que marcaban las 2:43 de la madrugada.

“Es tarde…” murmuró, más como un pensamiento en voz alta.

Jongdae asintió desde el otro extremo de la sala, pero no respondió de inmediato. “Sí… el tiempo pasó volando en el quirófano,” dijo en un tono ligero, pero Baekhyun podía sentir el cansancio en su voz.

“Por cierto,” murmuró Baekhyun mientras terminaba de ajustar los últimos detalles en su informe postquirúrgico, “Hiciste un buen trabajo hace un rato. De verdad tienes mucho talento para esto”. Su voz sonó más baja y cercana de lo que pretendía, pero no intentó corregirlo.

Jongdae, que estaba revisando las herramientas antes de dejarlas para esterilización, levantó la vista. Sus ojos se encontraron, y Baekhyun sintió que le faltaba el aire. Había algo en la mirada de Jongdae, una mezcla de sorpresa, gratitud y algo más indefinible, que hizo que su corazón diera un vuelco inesperado.

“Gracias, doctor Byun,” respondió Jongdae con una leve inclinación de cabeza, su voz tranquila pero cargada de una sinceridad que lo desarmó.

Esa noche, tras horas de trabajo intenso en el quirófano, las últimas operaciones concluyeron sin complicaciones, y el flujo de emergencias comenzó a disminuir. Los pacientes críticos están estabilizados, y la sala de cirugía se vacía de urgencias. Baekhyun, agotado pero aliviado, siente que finalmente podrán relajarse después de tantas horas de tensión.

De repente, la charla con sus amigos volvió a su mente. Aunque sabían que aún quedaban horas de guardia, Baekhyun pensó que tal vez era el momento adecuado para romper el hielo. Intentó concentrarse en algo tan sencillo como una invitación.

“Eh…,” Baekhyun se aclaró la garganta, intentando sonar más tranquilo de lo que en realidad estaba. “¿Te gustaría un café? Aún nos quedan unas horas aquí antes de poder irnos, y la verdad es que… estoy agotado, necesito cafeína en mi cuerpo” dijo, provocando que Jongdae soltara una pequeña risa antes de asentir.

“Te entiendo,” respondió Jongdae, “no esperaba que la guardia fuera tan caótica. Creo que… un café suena bastante bien”.

Baekhyun no pudo evitar sonreír ampliamente, sorprendido por lo fácil que había sido. Esperaba que Jongdae rechazara la propuesta, pero ahora que había aceptado, la sonrisa apareció en su rostro sin que pudiera controlarla. Tal vez Junmyeon tenía razón con sus consejos de amor.

Por otro lado, Jongdae dejó escapar una pequeña risa al notar la reacción de Baekhyun. No podía negar que la idea de pasar tiempo con él le resultaba emocionante. Aunque había intentado resistirse a la cercanía con su superior, un café no parecía una mala idea, especialmente después de una noche tan agotadora.

 

🩺

 

Ahora que todo en el hospital regresaba a su ritmo habitual, los pasillos eran mucho más silenciosos, salvo por el sonido ocasional de las enfermeras moviéndose entre estaciones o verificando a los pocos pacientes que quedaban, así como los doctores de turno que recorrían los pasillos.

El ambiente tranquilo los guió al área de descanso exclusiva para el personal médico. Aunque el café que tomaban allí no ofrecía la mejor calidad del mundo, era lo suficientemente bueno para ambos. Baekhyun y Jongdae se acomodaron en una de las mesas, el cansancio reflejado en sus movimientos relajados, y pronto comenzaron a charlar, dejando que la conversación fluyera de forma natural en aquella pausa bien merecida.

“Entonces, ¿te has acostumbrado a Seúl? Me imagino que venir de Busan debe haber sido un gran cambio,” comentó después de un rato, tratando de sonar casual mientras sus dedos jugueteaban con el borde de su taza. Jongdae lo miró sorprendido, sin decir nada por un momento. Baekhyun, notando su expresión, no pudo evitar sonreír y continuó: “¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara de asombro?”.

“Honestamente, no esperaba que recordaras que no soy de aquí,” respondió Jongdae con una pequeña risa, claramente sorprendido.

Baekhyun sonrió más ampliamente, disfrutando de cómo la conversación fluía entre ellos. “Recuerdo muchas cosas de esa noche”, dijo sin pensar, pero antes de que pudiera retractarse o disculparse, notó el ligero sonrojo que teñía las mejillas de Jongdae, que ahora evitaba su mirada.

Ah, sí, definitivamente seguía siendo divertido coquetear con él.

Jongdae, con un esfuerzo por retomar la compostura, finalmente respondió, ignorando el comentario previo, aunque su sonrojo seguía allí. “Bueno,” comenzó, “respondiendo a tu pregunta... no te voy a mentir, fue complicado al principio. Seúl es... enorme. Todo aquí se mueve tan rápido, es difícil mantenerse al día. En Busan, todo es más tranquilo. A veces lo extraño un poco”.

“Me imagino,” respondió Baekhyun, dejando que Jongdae condujera la conversación a su ritmo. Tras un sorbo de café, decidió intentar de nuevo, esta vez con algo que realmente le intrigaba. “¿Y por qué Seúl? Según tengo entendido, Busan también tiene hospitales de renombre, ¿no?” Su tono era genuino, sin intenciones de presionar.

“Oh…” Jongdae vaciló por un momento, su mirada desviándose hacia la superficie de la mesa como si buscara las palabras adecuadas. No era una pregunta fácil para responder, especialmente porque no quería entrar en detalles sobre el hospital de su familia o las expectativas que sentía que debía cumplir estando allá. No con Baekhyun, al menos no todavía.

“Digamos que necesitaba un cambio,” dijo finalmente, manteniendo su tono ligero pero esquivando la profundidad del tema. “Busan tiene hospitales excelentes, sí, pero Seúl... ofrece otro tipo de oportunidades, otro ritmo. Quería salir de mi zona de confort”.

Baekhyun sintió que era una respuesta a medias, pero decidió no insistir. Apreciaba que, aunque fuera de manera limitada, Jongdae se estuviera abriendo con él. Con una ligera sonrisa, intentó mantener la conversación ligera. “Es cierto, la capital tiene su encanto... aunque cuando creces aquí, todo puede volverse un poco monótono. Supongo que depende de la perspectiva”.

Pasaron un buen rato así, charlando cómodamente mientras tomaban su café. La conversación fluía con facilidad, saltando de temas triviales como la calidad del café a temas más personales que dejaban entrever detalles sobre sus vidas fuera del hospital. Sobre todo Baekhyun estaba particularmente interesado en saber más sobre Jongdae y lo que hacía una vez que terminaban sus turnos.

Aunque ambos estaban agotados, la compañía mutua parecía aliviar parte del peso de la noche. Las risas suaves y los comentarios casuales llenaban el espacio, creando un ambiente relajado que ninguno de los dos quería interrumpir.

Sin embargo, después de un buen rato, el celular de Baekhyun comenzó a sonar, interrumpiendo la tranquilidad de su conversación. Era una alarma que había configurado para recordarle que debía revisar el estado de un paciente posquirúrgico. Con un suspiro, dejó su taza en la mesa y miró a Jongdae con una mezcla de disculpa y cansancio mientras se ponía de pie.

“Parece que me toca volver al trabajo,” comentó, poniéndose de pie también mientras revisaba rápidamente los detalles en su teléfono. “Tengo que asegurarme de que todo esté en orden antes de que termine el turno”.

Jongdae asintió comprensivamente y también se levantó, dejando su taza vacía en la mesa. “¿Quieres que te acompañe? Podría ayudarte con algo si lo necesitas,” ofreció con una pequeña sonrisa, dispuesto a apoyarlo.

Baekhyun estuvo a punto de aceptar, pero notaba que Jongdae se veía sumamente cansado, así que terminó por negar con la cabeza. “No te preocupes, si no tienes más pendientes, ve a descansar un poco,” le contestó, devolviéndole la sonrisa.

Jongdae dudó por un instante, pero finalmente asintió, “Gracias por el café… Y por tenerme paciencia en el quirófano,”.

“No tienes que agradecer nada. Hiciste un buen trabajo,” comenzó a decir, “Espero que pronto volvamos a trabajar juntos, creo que hacemos buen equipo”.

Algo en el ambiente se sentía pesado en ese momento, y no de una manera incómoda. Más bien, era como si las palabras de Baekhyun hubieran cruzado una línea invisible que ninguno de los dos había notado antes. Jongdae se quedó mirándolo, sorprendido por la sinceridad en su tono, y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

“Sí… yo también lo creo,” dijo Jongdae en voz baja.

Baekhyun asintió, sintiendo una extraña calidez en el pecho al notar cómo Jongdae bajaba ligeramente la mirada, como si no estuviera acostumbrado a recibir cumplidos. Era demasiado lindo.

Sin darse cuenta, Baekhyun inclinó ligeramente la cabeza hacia adelante, acercándose casi imperceptiblemente.

Jongdae, con el corazón latiendo un poco más rápido, hizo lo mismo, como si una fuerza invisible lo guiara. Apenas unos centímetros los separaban ahora, sus respiraciones se mezclaban en el aire tranquilo del área de descanso. Baekhyun pudo notar la pequeña curva de los labios de Jongdae y el leve rubor que cubría sus mejillas.

Con la cercanía entre ambos, no pudo evitar que su mente lo transportara a aquella noche en el club, donde todo parecía tan sencillo, tan natural, mientras se dejaban envolver por la música y el calor del momento. Ahora, con Jongdae tan cerca, su rostro a escasos centímetros, el deseo de inclinarse hacia él era casi abrumador. Se preguntaba si, como aquella vez, Jongdae respondería con la misma intensidad, con la misma entrega que aún podía sentir en su memoria.

Pero sabía que no era el momento. No aquí, no ahora, en medio del hospital, después de una guardia agotadora. Sus ojos se posaron brevemente en los de Jongdae, y sintió una corriente eléctrica que lo obligó a apartar la mirada, temiendo que el otro pudiera leer en sus ojos las miles de cosas que quería decir y no se atrevía.

“Bueno... será mejor que me apure,” dijo finalmente, rompiendo el silencio con un tono que intentó sonar despreocupado, pero que no lograba ocultar del todo la vacilación. Dio un paso hacia la puerta, pero se detuvo a mitad de camino, girándose apenas para mirar a Jongdae una vez más. “Nos vemos Jongdae,”.

Jongdae asintió lentamente, con una pequeña sonrisa. “Nos vemos luego, Baekhyun. Descansa cuando termines, ¿sí?” respondió.

Una vez que se despidieron, Baekhyun se obligó a seguir caminando, sintiendo cada paso como un esfuerzo monumental. Y mientras cruzaba la puerta y se perdía en el pasillo, se permitió un suspiro. No era el momento, pero algo en su interior le decía que, eventualmente, ese momento llegaría.

Notes:

Necesito que se besen tbh………….

Chapter 3

Summary:

Sehun lo miró por un momento, como si estuviera considerando algo. “Entiendo. Pero aún así, creo que ves lo de Baekhyun más complicado de lo que realmente es, sobre todo pensando en que él siente lo mismo-”

“¿Eh?” interrumpió Jongdae, su voz un poco más alta de lo normal, sorprendido por lo que acababa de escuchar.

“Por favor, no me vas a decir que no has notado lo obvio,” le dijo Sehun con una sonrisa traviesa. “Él claramente siente algo por ti, es más que evidente.”

Notes:

WELL... después de como unos 4 meses inactiva REGRESÉ!!
una disculpa, entre mi boda y muchos cambios en mi vida tuve un bloqueo cabronsisimo para escribir
pero ya tenía como 2k palabras escritas de este cap y la semana pasada dije wey YAAA tengo que regresar
de 2k a 9k en un solo capítulo... tbh me siento orgullosa JAJA
espero no haya muchos errores de redacción o así, igual mañana estaré revisando todo jeje <3
espero les guste y que no me odien por haber abandonado la historia tanto tiempo TT

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

En cuanto la puerta se cerró tras Baekhyun, Jongdae dejó escapar un suspiro que ni siquiera sabía que había estado conteniendo. Se quedó de pie junto a la mesa, intentando que su mente procesara lo que acababa de suceder. ¿De verdad se lo había imaginado? Por un instante, estaba seguro de que Baekhyun había estado a punto de inclinarse hacia él, como si... como si fuera a besarlo.

Eso no tenía sentido. ¿O sí?

No podía ignorar cómo su corazón latía con fuerza, incluso ahora. Aceptar el café con Baekhyun después de la cirugía había parecido una decisión casual, algo entre colegas al final de un turno largo. Eso era lo que había querido pensar. Pero la verdad era otra. Por más agotado que estuviera tras la noche interminable en el hospital, la forma en que Baekhyun lo miraba —o, peor aún, las referencias aparentemente inocentes a la noche en la que se conocieron— lo tenían completamente desarmado.

Se pasó una mano por el cabello, intentando despejar las ideas que seguían girando en su mente, pero la imagen del rostro de Baekhyun tan cerca del suyo le generaba una mezcla de nervios y emoción que, lejos de calmarlo, solo lo dejaban deseando más.

Con un suspiro resignado, se obligó a salir de la sala de descanso, intentando enfocar su mente en las tareas que aún le quedaban pendientes antes de terminar el turno. Al llegar al elevador, presionó el botón para bajar y, mientras esperaba, apoyó la frente contra la fría superficie de la pared, buscando un momento de calma.

Sin embargo, no podía evitar preguntarse: ¿Baekhyun se sentirá tan confundido como él? ¿Habrá notado también la tensión de hace un rato?

Deja de hacerte ideas, Baekhyun no te ve de esa manera , pensó para sí mismo, intentando que la lógica prevaleciera sobre sus emociones.

Cuando el suave ding del elevador interrumpió sus pensamientos, se enderezó de inmediato y salió, dirigiéndose al área de hospitalización donde le esperaba su guardia.

Probablemente solo se estaba ilusionando sin motivo. Aunque había sentido una conexión entre ellos, era más sencillo asumir que Baekhyun nunca correspondería esos sentimientos. Después de todo, ¿qué posibilidades había de que alguien como él estuviera pensando lo mismo?

Será mejor dejar de darle vueltas , se ordenó, tratando de convencerse. Con esa resolución a medias, se obligó a concentrarse en el trabajo, confiando en que el ritmo frenético del hospital pudiera, al menos por un rato, acallar el desorden en su mente.

 

🩺

 

Baekhyun se encontraba sentado en una de las mesas junto a la ventana, su taza de café casi intacta frente a él. Desde hace unos días su mente estaba atrapada en un bucle, repasando una y otra vez lo que pasó con Jongdae después de la cirugía.

Había algo en la forma en que Jongdae lo miró, en ese instante fugaz donde sus ojos parecieron brillar justo antes de que Baekhyun decidiera retroceder. Fue tan breve que, por momentos, se preguntaba si no lo había imaginado todo.

"¿Por qué me detuve?" murmuró para sí mismo, revolviendo su café distraídamente. Era una pregunta que lo había estado atormentando desde entonces.  Tuvo la oportunidad de acercarse, de cruzar esa línea invisible que lo separaba de lo que realmente quería, pero dejó que se escapara.

En aquel momento, había creído que estaba tomando la decisión correcta. No era el lugar ni el momento, se había dicho, convencido de que estaba actuando con prudencia. Pero ahora, con cada día que pasaba, las dudas empezaban a colarse en su mente, tambaleando la seguridad que antes había sentido. ¿Había sido realmente prudencia, o simplemente cobardía?

Un movimiento en el rabillo del ojo lo hizo alzar la mirada. Y ahí estaba Jongdae. Entrando a la cafetería con su habitual aire de calma. Baekhyun se quedó inmóvil, siguiéndolo con la mirada mientras el otro saludaba a alguien con una inclinación ligera de cabeza y esbozaba una sonrisa breve pero cálida, antes de dirigirse al mostrador.

Había algo en Jongdae que lo atraía sin remedio. Tal vez era su personalidad tan tranquila, o la manera en que parecía tan seguro de sí mismo sin esforzarse demasiado. Con él, Baekhyun sentía que su fachada de profesionalismo, siempre impecable, se agrietaba. Jongdae lo hacía bajar la guardia sin siquiera intentarlo, y eso lo desconcertaba tanto como lo fascinaba.

Pero entonces, ¿por qué se detuvo hace unos días? ¿Por qué sigue sin poder avanzar con él?

Se empezaba a cuestionar si aquel autocontrol que había mostrado esa noche no era más que una excusa para evitar enfrentarse a sus propios sentimientos…

Aunque, si lo pensaba bien, no podía ser eso.

Desde el primer momento en que vio a Jongdae, sus sentimientos habían sido claros. La atracción fue instantánea, pero lo que lo marcó fue la conexión que compartieron aquella noche. Fue natural, sin esfuerzo, como si se hubieran conocido desde siempre.

Sin embargo, lo que lo detuvo hace unos días no fue miedo, ni dudas sobre lo que quería. Fue algo más complicado: no quería incomodar a Jongdae. Después de todo, el otro nunca lo llamó después de dejar su número en la almohada. No había señales de que quisiera volver a verlo, y Baekhyun no era del tipo que insistía cuando alguien le dejaba las cosas claras. Y Jongdae había sido claro, ¿no es así? No quiero rumores. No quiero problemas .

Técnicamente, ya lo había rechazado dos veces .

Era lo más probable, pero Baekhyun aún no se convencía del todo. No cuando Jongdae lo miró de esa forma tan íntima hace unas noches.

Quizás… quizás si lograba demostrarle que su interés era genuino. Que, de alguna forma, podían estar juntos sin consecuencias negativas en el hospital, sin que sus colegas se enteraran o hicieran comentarios malintencionados. No estaban rompiendo ninguna norma, después de todo.

Aún siguiéndolo con la mirada, Baekhyun observó a Jongdae caminar desde el mostrador hasta una de las mesas al otro lado de la cafetería, donde lo saludaron varios de sus compañeros de residencia. Entre ellos estaba Oh Sehun, quien parecía particularmente contento de verlo. Baekhyun lo dedujo por la forma en que sonrió al instante, levantando una mano para invitarlo a sentarse a su lado.

Jongdae aceptó sin dudar, colocando su bandeja sobre la mesa antes de acomodarse junto a Sehun. Mientras intercambiaban algunas palabras, Jongdae soltó una pequeña risa, breve pero natural, que alcanzó los oídos de Baekhyun incluso desde donde estaba. Ese sonido lo descolocó más de lo que le gustaría admitir.

Por un momento, Baekhyun no pudo evitar preguntarse de qué hablaban. ¿Era algo personal? ¿Algo divertido? No era su asunto, claro, pero la forma en la que Sehun se inclinaba ligeramente hacia Jongdae, como si el resto de la mesa no existiera, no ayudaba a calmar las inquietudes que ya traía consigo.

Baekhyun desvió la mirada hacia su propio café, intentando ignorar el molesto pinchazo de celos que no tenía derecho a sentir. Después de todo, no tenía motivos para reclamar nada. Jongdae no le pertenecía. Pero eso no hacía que fuera más fácil mirar.

“¿Finalmente te decidiste a hacer algo, o seguirás sobrepensando todo?”, la voz de Chanyeol lo sacó de golpe de sus pensamientos. Baekhyun alzó la mirada justo cuando su amigo se dejaba caer en la silla frente a él, con una sonrisa de oreja a oreja.

Baekhyun bufó, rodando los ojos. “No es eso. Solo estaba pensando… en si tiene algo con ese compañero con quien habla”.

Inclinó ligeramente la cabeza hacia la mesa donde estaban Jongdae y los residentes de primer año, invitando a Chanyeol a echar un vistazo. Este se giró de forma demasiado evidente para ser discreto, lo que hizo que Baekhyun suspirara en silencio.

El análisis duró apenas unos segundos antes de que Chanyeol soltara una carcajada, tan sonora que varias miradas se volvieron hacia ellos.

“Oh, no te preocupes, Baek,” dijo entre risas, mientras intentaba calmarse. “Jongdae no tiene nada que ver con Sehunnie”.

Baekhyun parpadeó, incrédulo, y arqueó una ceja. “¿‘Sehunnie’?” repitió, remarcando el apodo cariñoso.

“¿Qué?” respondió Chanyeol, alzando una ceja. “No todos tenemos problemas para relacionarnos con los de primer año como tú”. Su tono era juguetón, pero eso no impidió que Baekhyun se acercara para querer golpearlo. “Aish, solo digo que no tienes nada de qué preocuparte. Tu crush sigue soltero y disponible para ti”.

El saber que Jongdae y Sehun no tenían nada definitivamente lo aliviaba. Sin embargo, sabía que no podía perder tiempo pensando más las cosas. Necesitaba hacer algo, ser más directo con sus sentimientos para obtener una respuesta clara sobre lo que pasaba —o podía pasar— entre ellos.

Aun así, la duda seguía carcomiéndolo. “¿Cómo puedo acercarme a él sin parecer demasiado intenso?”, murmuró para sí mismo, aunque Chanyeol lo escuchó de inmediato.

“Primero respóndeme esto: ¿Cómo fue trabajar juntos en el quirófano hace un par de noches?”, preguntó con un tono más serio.

Baekhyun notó que su amigo esperaba una respuesta honesta, así que cedió. “La verdad, hicimos un muy buen equipo”, admitió. “Aprende rápido y sigue instrucciones al pie de la letra, así que todo salió sin complicaciones”.

Chanyeol se quedó pensativo por un momento antes de esbozar una sonrisa. “Pues ahí tienes la solución, ¿no? Podrían colaborar más en el hospital. Así las cosas se darían de forma natural”.

Baekhyun frunció los labios, considerando la idea. Trabajar más con Jongdae… No era mala opción, sobre todo porque ya había confirmado que se entendían bien en el quirófano.

“Podría ser”, admitió tras unos segundos de silencio.

Chanyeol sonrió, como si ya hubiera previsto esa respuesta. “Además, tú eres el residente a cargo, ¿no? Si hay algún caso que puedas tomar con él, nadie va a cuestionarlo”.

Eso también era cierto…

“¿Por qué siento que este consejo viene de experiencia propia?”.

“No sé de qué me hablas”, respondió Chanyeol. “Yo solo quiero lo mejor para ti.”

Baekhyun bufó, rodando los ojos, pero no insistió.

A pesar de todo, se sentía un poco más ligero después de la conversación. Quizás, después de todo, esto podría funcionar.

 

🩺

 

Se encontraba en el consultorio particular del Dr. Lee, supervisor de los residentes de primer año. Había sido mandado llamar por uno de sus compañeros y pensó que se podía tratar de alguna retroalimentación sobre el reporte que acababa de realizar recientemente sobre los pacientes que estuvo monitoreando pre y post cirugía.

Definitivamente, no esperaba que lo primero que le dijera el Dr. Lee fuera: “Serás asignado a un nuevo caso y pasarás al quirófano para asistir a uno de tus residentes de mayor rango”.

“¿Cómo dice, doctor?” La voz de Jongdae reflejaba claramente su sorpresa, y tal vez un poco de nerviosismo.

El Dr. Lee siguió hablando: “Se trata de una resección parcial de colon en un paciente con antecedentes de cáncer, que requiere una intervención quirúrgica delicada debido a la proximidad de estructuras vitales”.

Oh, wow.

¿Lo habían asignado a un caso así de complicado?

No podía evitar sentir una pequeña oleada de satisfacción al saber que estaba siendo considerado para algo tan grande en tan solo unos meses de residencia. Sin embargo, no podía evitar sentir que esto llevaría una gran presión en él.

“Lo… lo entiendo”, dijo, tratando de ocultar lo abrumado que se sentía. “Agradezco mucho que me consideren para esto, pero no sé si estoy listo para manejar un caso así”.

El Dr. Lee lo miró con una leve sonrisa, como si ya estuviera acostumbrado a esas dudas. “Oh, no digas eso. Definitivamente lo estás, además, no estarás solo. El Dr. Byun estará ahí”.

Jongdae se quedó en blanco un segundo.

¿Había escuchado bien?

“Entonces, el residente con el que estaría trabajando…” empezó a formular la oración, pero el Dr. Lee la completó.

“Exacto, es con el Dr. Byun”, le confirmó con una sonrisa. “Debería ser sencillo, ya que pudieron trabajar juntos hace unos días, ¿No es así?”

Yo no estaría tan seguro de eso , pensó Jongdae, un pequeño nudo formándose en su estómago.

Jongdae sintió que el corazón latía un poco más rápido de lo normal. Aunque había disfrutado trabajar con Baekhyun en el quirófano, la idea de estar de nuevo a su lado y en un caso así de complicado… temía que esto no terminara nada bien.

“De hecho,” continuó el Dr. Lee, sin darle mucha importancia al asunto, “el mismo Dr. Byun pidió específicamente que te unieras al caso. Seguro ve mucho potencial en ti”.

Jongdae se quedó en silencio, procesando esa última parte. ¿Baekhyun había pedido específicamente por él? Un calor inesperado se instaló en su pecho mientras trataba de descifrar las intenciones de Baekhyun tras esa solicitud.

“¿Yo?” repitió, sin poder evitar la confusión en su voz. “¿Por qué… ¿Por qué yo?”

El Dr. Lee se encogió de hombros, como si fuera lo más natural del mundo. “Pues, creo que con toda la actividad que ha habido en el hospital estas últimas semanas, necesitamos que los residentes de primer año se vayan familiarizando con casos complejos. El Dr. Byun quedó muy satisfecho con tu desempeño en el quirófano y, como este caso es complicado, se necesitaba alguien que pueda trabajar bajo presión. Pensó que serías una buena opción”.

Jongdae asintió, aunque su mente seguía dando vueltas a esa idea.

Tenía sentido que Baekhyun hubiera pedido que trabajaran juntos si ya tenían experiencia previa en eso. Después de todo, la cirugía aquella vez se realizó sin complicaciones y cuando fueron por un café después, el mismo Baekhyun le dijo que hacían buen equipo.

Por supuesto, debía ser eso.

Y aun así… No podía evitar la sensación de que eso podría significar algo más. El corazón de Jongdae seguía latiendo con rapidez, y aunque trató de calmarse, la incertidumbre lo envolvía.

Después de aceptar el caso y agradecer al Dr. Lee por la confianza, Jongdae salió del consultorio. No tenía nada pendiente hasta dentro de un rato, cuando debía rotar por el piso de hospitalización para visitar algunos pacientes y evaluar su estado postoperatorio. Sin embargo, sentía que debía ocuparse de algo más.

Toda la situación lo tenía nervioso, abrumado... y emocionado. Quería con todas sus fuerzas reprimir esa última emoción, pues no le ayudaba en nada el torbellino de sensaciones que le provocaba la cercanía de Baekhyun, especialmente cuando debía concentrarse por completo en el quirófano, en salvarle la vida a alguien. Pero el recuerdo de su última interacción en la cafetería del hospital seguía fresco en su mente, avivando esa chispa de emoción que tan desesperadamente intentaba ignorar.

Al doblar una esquina del hospital, su pensamiento se vio interrumpido cuando, sin previo aviso, chocó con alguien. El impacto lo sacó de su ensimismamiento, haciendo que los libros que llevaba en las manos cayeran al suelo.

Él también pudo haber caído al suelo, pero antes de que sus rodillas cedieran por completo, un par de brazos firmes lo sujetaron, impidiendo que se desplomara.

Antes de que pudiera disculparse por su torpeza, escuchó esa voz, la que siempre lograba alterar su ritmo cardíaco.

“¿Soy yo, o te está convirtiendo en costumbre dejar caer tus cosas cuando estoy cerca?”

Y, por supuesto, ese tono juguetón y ligeramente coqueto que solía acompañar cada palabra suya. Jongdae levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Baekhyun y sintió como si el mundo se detuviera un segundo.

Baekhyun seguía tomándolo de los brazos, su agarre firme pero sin brusquedad, un toque que, por alguna razón, lo hacía sentirse más consciente de la proximidad entre ellos.

Jongdae tragó saliva, luchando por encontrar algo que decir que no sonara torpe. “No te creas tanto, mi torpeza es universal”, dijo forzando una pequeña sonrisa.

Baekhyun le sonrió de vuelta antes de soltar a Jongdae para agacharse y recoger los libros que había dejado caer. Jongdae agradeció el gesto en cuanto le entregó los libros, notando que Baekhyun no se apartaba de él ni un segundo.

“¿Estás ocupado en este momento?”, le preguntó Baekhyun con un tono casual.

“Oh, no. De hecho, acabo de salir del consultorio del Dr. Lee”, empezó a decir Jongdae. “Mencionó que estaremos trabajando juntos en un caso…”

Baekhyun asintió a esto último. “Ya lo sabes, entonces. Justo te estaba buscando para hablarte de eso”.

Jongdae asintió, pero dudó por un momento antes de continuar. No estaba seguro de si era un buen momento para mencionarlo, pero la curiosidad lo superó. “También dijo que… pediste específicamente por mí”.

Notó cómo la expresión de Baekhyun cambió apenas un instante. Fue sutil, pero suficiente para que Jongdae se diera cuenta de que no lo esperaba. Como si aquella parte de la conversación con el Dr. Lee no hubiera estado en sus planes.

Baekhyun soltó una pequeña risa, aunque a Jongdae le pareció más un intento de aligerar la tensión que una verdadera muestra de diversión. “Vaya, el Dr. Lee sí que habla más de la cuenta”, comentó, antes de aclararse la garganta. Su mirada se posó en Jongdae con un brillo indescifrable.

“Pero sí, pedí trabajar contigo. ¿Eso te sorprende?”

Jongdae parpadeó, sin saber exactamente qué responder. ¿Cómo no iba a sorprenderle? Apenas estaban comenzando a conocerse profesionalmente y, aun así, Baekhyun había hecho esa solicitud.

“No… Bueno, sí. Un poco”, admitió al final, desviando la mirada por un segundo. “Solo me preguntaba por qué”.

Baekhyun inclinó la cabeza, como si evaluara sus palabras antes de responder. Luego, mirándolo fijamente a los ojos, una pequeña sonrisa apenas asomándose en su rostro le dijo:

“Porque eres bueno. Y quiero trabajar con los mejores”.

Jongdae sintió un extraño calor instalándose en su pecho. Algo que no tenía nada que ver con orgullo profesional y todo que ver con la forma en la que Baekhyun lo estaba mirando en ese momento.

“De todas formas, ¿qué te parece si te explico los detalles del caso con un café? Será una cirugía extensa y hay algunas particularidades del procedimiento que quiero discutir contigo”, propuso Baekhyun, esta vez con un tono más formal.

Jongdae parpadeó ante el repentino cambio. Esa facilidad con la que Baekhyun podía pasar de lo casual a lo estrictamente profesional seguía sorprendiéndolo, incluso después de meses de trabajar en el hospital.

Sin pensarlo demasiado, asintió.

Baekhyun sonrió levemente, como si hubiera esperado exactamente esa respuesta, y sin más, comenzó a caminar.

 

🩺

 

Los siguientes dos días transcurrieron en una rutina meticulosa. Baekhyun se tomó su tiempo para explicarle a Jongdae cada detalle del caso, asegurándose de que comprendiera la complejidad de la cirugía. No porque dudara de su capacidad, sino porque le gustaba trabajar con él.

Jongdae absorbía la información con una rapidez que lo impresionaba. No solo entendía los procedimientos, sino que anticipaba posibles complicaciones y hacía preguntas precisas, demostrando que realmente procesaba cada palabra. Eso hacía que explicarle fuera fácil y no podía negar que su mente aguda y su genuino interés de aprender hacía que fuera mucho más atractivo para Baekhyun.

Finalmente, pudieron programar la cirugía para esa noche.

Ahora solo quedaba esperar un par de horas para que todo estuviera listo.

Baekhyun no solía inquietarse antes de una cirugía, pero esa tarde, mientras revisaba por enésima vez los detalles del procedimiento, notó que su mente divagaba más de lo habitual. Jongdae estaba sentado frente a él, revisando sus notas con el ceño ligeramente fruncido.

Se veía indudablemente adorable, pensó Baekhyun. Pero rápidamente descartó ese pensamiento para no distraerse de lo que pasaba en el momento.

“Llevas diez minutos en la misma página”, comentó Baekhyun con una sonrisa, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos.

Jongdae parpadeó y levantó la vista, como si acabara de darse cuenta de lo que estaba pasando. “Ah… sí, creo que estoy repasando en automático”. Su voz sonaba un poco más tensa de lo habitual, y su postura, aunque aún erguida, había adquirido una rigidez que Baekhyun no pasó por alto.

“¿Estás nervioso?”, preguntó Baekhyun, ahora con una mirada más atenta.

Jongdae asintió, casi avergonzado. “Sé que no debería, pero no puedo evitar pensar que algo podría salir mal y…” frunció el ceño, pero se corrigió rápidamente. “Disculpa, no debería hablar de esto cuando estamos a nada de pasar al quirófano”.

Baekhyun dejó que el silencio se instalara entre ellos durante unos segundos. En ese momento, no pudo evitar recordar cómo, a pesar de su experiencia en el quirófano y en la residencia, también había estado en el lugar de Jongdae. Había sentido esa misma inseguridad, esa presión que ahora lo invadía a él.

Quiso, de alguna forma, tranquilizar a Jongdae, asegurarle que todo saldría bien y que no habría complicaciones. Pero, como médico, sabía que su rol era otro: debía apoyarlo como colega, y eso requeriría un enfoque completamente diferente.

“Jongdae,” le llamó, su tono suave pero firme. Cuando su mirada se cruzó con la de Jongdae, continuó. “Es normal estar nervioso. Créeme, yo ya estuve en tu lugar hace un par de años”.

Jongdae lo observó atentamente, con esa mezcla de gratitud y vulnerabilidad que Baekhyun sabía leer tan bien. 

Baekhyun continuó. “Esta operación tiene un excelente pronóstico, y no tengo dudas de que la sacaremos adelante. Pero, Jongdae, tarde o temprano vas a tener que hacer las paces con el hecho de que no siempre vas a poder salvar a todos los pacientes”, dijo Baekhyun, sus palabras directas pero cargadas de experiencia. “Como médicos, esa es una de las lecciones más duras que aprendemos”.

El aire entre ellos se hizo denso por un momento, el tipo de silencio que te hace pensar profundamente. Jongdae lo miró, sorprendido por la franqueza y la calma con la que Baekhyun había hablado. Pero lo que más le sorprendió fue cómo, a pesar de esas palabras duras, no lo sentía desalentado. Baekhyun tenía una forma de hacer que todo pareciera... más manejable.

“¿Es algo a lo que alguna vez te acostumbras?” preguntó Jongdae, casi como un susurro, el peso de las palabras ya asentado en él.

Baekhyun lo pensó por un momento, luego negó con la cabeza, aunque su expresión era más seria que la que Jongdae solía ver en él.

“No. Pero a veces no hay nada que se pueda hacer en el quirófano. Cada paciente es un reto, y eso nos hace seguir adelante, aunque el miedo siempre esté ahí. Lo importante es saber que, incluso cuando no podamos salvar a todos, hicimos todo lo que estaba en nuestras manos”.

Jongdae se quedó en silencio, procesando las palabras. Baekhyun observó con atención, consciente de que había sido directo, incluso frío al abordar el tema de esa manera. Pero sabía que no podía ofrecerle consuelo vacío, diciendo que todo estaría bien sin más. Eso, a la larga, más que ayudarlo lo perjudicaría como médico.

Jongdae necesitaba enfrentar la realidad tal como era, no un alivio momentáneo. En los pocos meses que tenía de conocerlo, Baekhyun había llegado a reconocer el potencial de Jongdae, no solo como médico, sino también como persona.

Aunque sus sentimientos hacia él ya iban más allá de lo profesional, Baekhyun no podía permitirse perder de vista el hecho de que su prioridad en ese momento era apoyarlo como colega. De alguna manera, ayudarlo a enfrentar la incertidumbre con franqueza también sería una forma de mostrarle que, en su relación profesional, podían coexistir la confianza y la honestidad sin perder el respeto mutuo.

“Gracias,” murmuró con un tono genuino, lo cual hizo sonreír a Baekhyun.

“Además, aquí estoy para ti,” dijo Baekhyun con una mirada tranquila. “No estás solo en esto”.

 

🩺

 

El equipo ya estaba preparado, y el ambiente en el quirófano se cargaba de una energía palpable. Los instrumentos, dispuestos meticulosamente sobre la mesa, reflejaban la luz fría del lugar. Baekhyun respiró hondo, enfocado, y se dirigió al paciente en la camilla.

"Recuerda, Jongdae," comenzó Baekhyun, mirando al joven residente a su lado, "esta no es solo una resección. La proximidad a las arterias mesentéricas es lo que más nos preocupa. Vamos a tener que actuar con precisión”.

Jongdae asintió. Sabía que esta era una oportunidad para demostrar lo que había aprendido.

"Estoy contigo," dijo Jongdae con voz firme, aunque el nerviosismo aún era evidente.

Baekhyun le dirigió una mirada aprobatoria antes de volverse hacia la incisión. “Bien, empecemos. Voy a hacer la primera incisión, y quiero que mantengas la succión bien centrada. Necesitamos ver claramente, sobre todo en la zona del mesocolon. Si tienes dudas, no dudes en decírmelo”.

Jongdae estaba concentrado, sus manos firmes mientras manejaba la aspiradora de succión. El sonido del equipo y el ritmo del procedimiento lo mantenían inmerso en el momento, pero las palabras de Baekhyun resonaban en su mente. Aunque la cirugía era compleja, con cada instrucción Baekhyun le daba, Jongdae sentía que podía hacerlo.

"Perfecto, ahora observa aquí," dijo Baekhyun mientras señalaba una pequeña vena cerca de la zona de resección. "Tenemos que asegurarnos de no dañarla. Esto es lo que te decía sobre la proximidad a las estructuras vitales. Ten cuidado”.

Jongdae asintió, ajustando su postura para tener una mejor vista. Mientras Baekhyun realizaba las maniobras con precisión, Jongdae se aseguraba de mantener todo limpio, atento a cada movimiento.

"Excelente, Jongdae. Justo ahí," comentó Baekhyun, dándole una leve sonrisa, la primera vez que le dirigía una palabra de aliento durante la cirugía. "Mantén esa succión, y prepárate para asistir con la sutura”.

Jongdae sintió una pequeña oleada de orgullo, pero se centró de nuevo. Sabía que aún quedaba mucho por hacer, pero ese pequeño reconocimiento de Baekhyun lo impulsaba a seguir adelante.

La cirugía avanzó con eficacia. Cada acción fue medida, cada paso dado con la cautela necesaria. La comunicación entre ellos fluía sin esfuerzo, y Baekhyun aprovechaba cada momento para guiar a Jongdae sin dejar de estar al tanto de cada detalle del procedimiento.

Al final, después de casi cinco horas, la incisión fue cerrada y el paciente estabilizado.

“Buen trabajo, Jongdae”.

Jongdae retiró los guantes con una mano temblorosa. La cirugía había sido más demandante de lo que esperaba, pero la sensación de alivio al ver al paciente estabilizado le hizo pensar que todo había valido la pena.

A pesar del cansancio que comenzaba a calar en su cuerpo, Jongdae no pudo evitar sonreír al recibir el elogio de Baekhyun. "Buen trabajo", fue lo que dijo, pero para Jongdae, esas palabras significaban mucho más de lo que él mismo podría poner en palabras.

Por primera vez, sentía que realmente estaba logrando algo por su cuenta. No era solo por el éxito de la cirugía ni por el hecho de que el paciente estaba estable. Era el reconocimiento de que no dependía de la sombra de su familia, de su apellido o del hospital que su padre había construido. Estaba allí, en un quirófano en Seúl, demostrando que su capacidad no solo era heredada, sino también ganada con esfuerzo y dedicación propia.

Jongdae miró a Baekhyun, una pequeña sonrisa asomando en sus labios. “Gracias, Dr. Byun,” dijo, su voz sincera, con el peso del momento envolviéndolo. “No podría haberlo hecho sin su guía.” Las palabras se sintieron diferentes ahora, un gesto de gratitud que no solo era profesional, sino profundamente personal.

Baekhyun soltó una ligera risa, inclinándose un poco hacia él mientras se quitaba los guantes. “Pensé que ya habías dejado las formalidades, si hasta hace unas noches me llamaste por mi nombre”, bromeó.

Oh.

Lo recordaba.

“Nos vemos luego, Baekhyun. Descansa cuando termines, ¿sí?”

Jongdae se sonrojó ligeramente, mirando hacia un lado para ocultar su incomodidad, pero no pudo evitar esbozar una sonrisa. “Estábamos solos en la cafetería después de una cirugía. Estaba cansado y no sabía lo que decía”.

Además, pensé que me ibas a besar en ese momento , pensó para sí mismo. Claramente no iba a decírselo.

“Estoy bromeando”, le dijo Baekhyun con un tono ligero, mientras se desinfectaba las manos. “Pero igual, ya hemos sido equipo dos veces. Puedes llamarme Baekhyun y ya”.

Esto provocó que Jongdae soltase una pequeña risa. “¿Y arriesgarme a que me corrijas como lo hiciste con aquel chico el primer día de residencia? No gracias”, dijo más como broma que otra cosa.

Baekhyun soltó una ligera risa, recordando aquel primer día en que un compañero había osado llamarlo por su nombre. “Touché”, respondió Baekhyun con una sonrisa burlona. “Fue un pequeño recordatorio de la jerarquía, ¿Puedes culparme?”

“Para nada, pensé que estabas en lo correcto en ese momento”. Y que te veías jodidamente atractivo corrigiéndolo , agregó su mente de manera oportuna.

“Igual tú no aplicas en esa regla”, dijo Baekhyun con un toque de desafío en la voz.

Jongdae frunció el ceño, un poco confundido. “¿Y por qué no aplicaría en esa regla?”

Baekhyun se encogió de hombros con una leve sonrisa, como si fuera un secreto que solo ellos compartían. “Bueno… pues porque nos conocíamos de antes. Eso, para mí, cambia las cosas completamente”.

Jongdae se quedó en blanco por un momento.

¿Cómo debía responder a eso?

No tuvo tiempo de siquiera hacerlo, porque en ese momento Baekhyun miró el reloj de la pared y luego se volvió a girar hacia Jongdae. “Creo que nuestro turno está por terminar,” le dijo, cambiando de tema de la manera más casual posible.

Totalmente ajeno al hecho de que hizo que el corazón de Jongdae diera un vuelco.

Jongdae tardó unos segundos en encontrar su voz. “Sí… creo que tienes razón,” murmuró, tratando de recobrar el control de sí mismo, pero el sonido de su propio corazón aún retumbaba en sus oídos.

Baekhyun asintió con una sonrisa ligera, sin notar el efecto que había causado en Jongdae. “¿Quieres que te deje en tu departamento?”

Jongdae parpadeó, intentando no dejar que su mente volviera a la noche que compartieron. Cada palabra de Baekhyun parecía hacerle recordar lo que pasó, y de alguna manera, eso lo desestabilizaba un poco.

Dios, el no dormir definitivamente lo tenía mal.

Aunque la oferta de Baekhyun parecía tan casual, casi como si fuera un gesto amistoso, Jongdae sintió la necesidad de poner un límite claro en ese momento. No quería que las cosas se volvieran incómodas ni confusas; si iban a trabajar juntos más a menudo, como lo hicieron ese día, debía asegurarse de que sus sentimientos no se mezclaran con su carrera profesional.

“Agradezco el gesto, pero no es necesario,” respondió Jongdae con una leve sonrisa que no pudo evitar sentirse forzada. “De hecho, creo que me quedaré solo un rato más. Debo esperar a Kyungsoo para devolverle unos libros,” mintió, el primer pretexto que se le ocurrió en ese momento.

Lo único que podía pensar en ese instante era en alejarse de Baekhyun lo antes posible; estar tan cerca de él solo hacía que todo fuera más complicado.

Jongdae se sorprendió a sí mismo al ver lo bien que había mentido, ya que Baekhyun no pareció dudar ni un segundo de su excusa.

“Entiendo,” respondió Baekhyun, pareciendo completamente ajeno al conflicto interno de Jongdae. “Entonces… ¿Nos estaremos viendo más tarde? Sabes que debemos entregar el reporte del paciente”.

Jongdae asintió rápidamente, casi con demasiada rapidez. “Sí, claro. Podemos vernos luego para armarlo,” dijo, sin mirar demasiado a Baekhyun, como si aquello ayudara a mantener la distancia que tanto necesitaba.

 

🩺

 

Desde ese día, Jongdae comenzó a notar cosas pequeñas que antes no estaban allí. Se cruzaba con Baekhyun más a menudo, en pasillos y vestíbulos, a horas extrañas, siempre después de una cirugía, cuando ambos estaban a punto de irse a casa. Los saludos eran casi siempre los mismos, pero algo en la forma en que Baekhyun lo miraba, cómo sus palabras parecían durar un segundo más, lo hacía sentir como si hubiera algo más, algo que no se mencionaba pero que estaba presente.

A veces, esas pequeñas charlas parecían no tener más propósito que el de intercambiar formalidades. Sin embargo, Baekhyun comenzó a buscarlo con más frecuencia, siempre con una excusa relacionada con el trabajo. “¿Ya terminaste el reporte del paciente de esta mañana?” o “¿Te parece si repasamos los detalles del procedimiento antes de entregarlo?” Eran preguntas inocentes, pero Jongdae no podía evitar la sensación de que Baekhyun buscaba cualquier excusa para acercarse.

A través de esas interacciones, algo cambiaba. Los comentarios sobre los pacientes o los planes del día se volvían más cercanos, con una sonrisa cómplice de Baekhyun que, aunque era sutil, no pasaba desapercibida. A veces, Jongdae se sorprendía a sí mismo esperando esos momentos, deseando que el trabajo no terminara solo para seguir compartiendo esos minutos.

Aunque no hablaban de lo que había sucedido entre ellos, algo en el aire cambiaba cada vez que se cruzaban. Y aunque Jongdae intentaba mantener la misma postura profesional, algo en su pecho se apretaba con cada conversación, con cada mirada. Era como si todo se hubiera vuelto más complicado de lo que había sido antes.

Era algo que no había querido cuestionar…

Hasta que un día alguien lo hizo por él.

“¿Qué pasa entre el Dr. Byun y tú?”, preguntó Sehun un día mientras descansaban en la pequeña sala de los residentes.

Jongdae lo miró, tratando de disimular su sorpresa. “¿De qué hablas?” respondió, tratando de sonar despreocupado.

Sehun soltó un suspiro exagerado, como si ya hubiera escuchado suficiente. “No tienes que fingir nada,” dijo, sonriendo con esa confianza que siempre lo caracterizaba. “Sé que hay algo entre ustedes.”

Jongdae se quedó paralizado por un momento, sin saber qué decir.

¿Cómo sabía Sehun?

O, más bien, ¿qué sabía Sehun?

¿Será que Baekhyun le contó algo a alguien y llegó a oídos de Sehun?

El pensamiento lo desconcertó, pero no tuvo tiempo de procesarlo, porque Sehun, al notar la expresión de duda en su rostro, continuó con una sonrisa tranquila.

“Simplemente lo veo muy cerca de ti todo el tiempo,” dijo con tono casual, como si no fuera un gran secreto.

Jongdae intentó justificarse rápidamente. “Bueno, es que hemos trabajado juntos en un par de casos…”

Sehun levantó una ceja, burlón. “Y de alguna forma, siempre está pegado a los de primer año cuando no debería estarlo. Sin mencionar que eres el primero a quien saluda y el único al que le sonríe de esa forma”.

Era imposible ignorar lo que Sehun había notado. Pero, ¿cómo podía explicar lo que estaba pasando sin complicarlo aún más?

Jongdae dio un largo suspiro, como si estuviera buscando las palabras adecuadas, pero no las encontraba. “Es complicado,” dijo finalmente, con la mirada perdida. “No sé ni cómo explicarlo, realmente.”

Sehun se recostó en el sillón, relajado como siempre, pero su expresión cambió, mostrando una sinceridad que Jongdae no esperaba. “Oye, no tienes que esconder nada. No voy a decir nada, ya sabes que yo no soy de hablar de más. Si necesitas hablar con alguien, aquí estoy,” le dijo, con una media sonrisa.

Jongdae se quedó unos segundos en silencio, dándole vueltas a sus propias palabras, intentando decidir si realmente quería contarle algo a Sehun. Sabía que, aunque fuera un amigo cercano, esto no era fácil de compartir. Pero la presión de mantenerlo todo dentro lo estaba agotando.

¿Por qué no empezar a desahogarse, aunque fuera un poco?

“Baekhyun… y yo nos conocimos antes de que empezara la residencia”, empezó lentamente, con los ojos fijos en el suelo. “No fue de la manera más… profesional. De hecho, no tiene nada que ver con el hospital. Nos conocimos en un club una noche. Todo empezó como algo casual, pero…”

“Oh, wow,” dijo Sehun entre sorprendido y encantado por lo que escuchaba. “¿Me estás diciendo que tuvieron un one night stand y luego se encontraron aquí en el hospital? ¡Dios! Esto es oro,” su expresión era de diversión.

Jongdae lo miró confundido y algo nervioso por haber revelado tanto. “Sehun, por favor, esto no puede salir de aquí”.

Sehun rodó los ojos al escucharlo. “Aish, puedes confiar en mí. Te juro que no diré nada, solo estoy… sorprendido. Esto parece la trama de una novela”.

Jongdae suspiró, rascándose la cabeza. “Pues… supongo. Pero bueno, así están las cosas. Pensé que después de esa noche no lo volvería a ver y resulta que no solo trabajamos en el mismo hospital, sino que también es mi superior, así que eso complica mucho las cosas”.

Sehun lo miró unos segundos, analizándolo. “Pero a ti te gusta, ¿Verdad?”

El calor se apoderó de las mejillas de Jongdae. “N-no, para nada”, dijo demasiado rápido para siquiera sonar convincente.

“Dios, claro que te gusta el Dr. Byun”, confirmó Sehun con una sonrisa victoriosa. “No veo qué es lo complicado en todo esto”.

Jongdae suspiró, pasando una mano por su rostro. “¿No es obvio? Si la gente se enterara de lo que pasó entre nosotros, se harían todo tipo de rumores y como voy empezando en este hospital, quisiera evitarlo lo más posible”.

Sehun lo miró un momento, casi divertido, como si hubiera estado esperando esa respuesta. “¿Eso es todo?” dijo con desdén. “¿De verdad te preocupa eso?”

Jongdae frunció el ceño, sin comprender. “¿Cómo que ‘eso es todo’?”

“Creo que tienes que aprender a relajarte, Jongdae. ¿Qué tiene de malo que algo haya pasado entre ustedes antes de la residencia? Es algo normal, incluso si tuvieran algo en este momento no estarías haciendo nada ilegal”.

Jongdae frunció el ceño, pensativo, y luego dejó escapar un suspiro. Las palabras de Sehun resonaban en su mente, pero no podía evitar la sensación de que algo no encajaba.

“Es complicado para mí…” dijo finalmente, sin mirar a Sehun. “Desde que empecé en Busan, siempre me dijeron que debía ser cuidadoso con mi imagen. Mis padres tienen el hospital más grande de la ciudad, y, aunque no me presionaron directamente, siempre sentí que debía estar a la altura de eso, ser muy cuidadoso con lo que hacía, con lo que decía, con con quién me relacionaba...”

Sehun lo miró, pensativo. “Entonces por eso te cuidas tanto…”

“Sí, algo así. No es que mis padres me pidieran que fuera perfecto, pero... es difícil, ¿sabes? Siempre hay ojos mirando, y aunque yo quiera hacer mi propia carrera, no puedo evitar la sensación de que mi nombre viene con ciertas expectativas”. Jongdae se encogió de hombros, sintiéndose un poco vulnerable al admitirlo en voz alta. “Por eso decidí empezar de cero en Seúl, así que, aunque volver a ver a Baekhyun me agradaba, también me ponía muy nervioso por lo que pudiera salir de esa situación”.

Sehun lo miró por un momento, como si estuviera considerando algo. “Entiendo. Pero aún así, creo que ves lo de Baekhyun más complicado de lo que realmente es, sobre todo pensando en que él siente lo mismo-”

“¿Eh?” interrumpió Jongdae, su voz un poco más alta de lo normal, sorprendido por lo que acababa de escuchar.

“Por favor, no me vas a decir que no has notado lo obvio,” le dijo Sehun con una sonrisa traviesa. “Él claramente siente algo por ti, es más que evidente.”

El corazón de Jongdae dio un pequeño salto, y un torrente de dudas se apoderó de su mente. “No creo que sea así…” respondió, pero su voz sonó mucho menos segura de lo que le habría gustado.

Sehun levantó una ceja, claramente disfrutando de la confusión de Jongdae. “¿En serio? Jongdae, ¿no lo has notado? Como siempre está atento a lo que dices, cómo cada vez que saluda a los de primer año, sus ojos buscan a los tuyos…” Sehun se encogió de hombros, sin poder evitar una sonrisa. “Te juro, me sorprende que no te hayas dado cuenta.”

¿Eso realmente pasaba? Jongdae se quedó en silencio, procesando las palabras de Sehun. Nunca había visto las cosas de esa manera. La posibilidad de que Baekhyun sintiera lo mismo hacia él lo desconcertaba, como si hubiera estado ciego todo este tiempo.

Tomó aire y finalmente habló, más suave, casi como si se estuviera convenciendo a sí mismo. “¿Estás seguro?” La pregunta salió en un susurro, vulnerable, mucho más de lo que le gustaría admitir.

Sehun sonrió de nuevo, algo más tranquilo al ver que Jongdae parecía abrirse. “Totalmente. Créeme, estudié Psicología, sé cómo funciona la mente humana”.

La conversación terminó abruptamente cuando un par de compañeros más entraron en la sala. Jongdae, sintiendo que la tensión en el aire se hacía palpable, decidió cambiar de tema, y Sehun, sin ningún problema, siguió la corriente, con una sonrisa aún juguetona en los labios.

Pero a pesar de la interrupción, el peso de lo hablado con Sehun siguió presente en la mente de Jongdae. Las palabras de su amigo rondaban en su cabeza una y otra vez.

Jongdae sabía que Sehun tenía razón en muchas cosas. Sabía que debía aprender a relajarse, que ya no estaba en Busan, que ya no estaba bajo el peso de la imagen de su familia, esa presión constante por ser perfecto, por mantener una fachada que le hacía sentir atrapado. Aquí, en este hospital, podía ser él mismo, sin temer a las expectativas de los demás. No necesitaba cargar con la sombra de su apellido, ni con el temor de que su imagen se viera comprometida por decisiones personales.

Pero, a pesar de entenderlo racionalmente, todavía le costaba creer que realmente podía permitirse ser más libre y sobre todo, le costaba pensar que Baekhyun podía siquiera sentir lo mismo que él.

Siempre ha pensado en lo de Baekhyun como un crush. Esa persona que ves a lo lejos y piensas que en otras circunstancias podría haber sucedido algo, pero como en estas circunstancias no se podía, se quedaría como un amor imposible.

“Como siempre está atento a lo que dices, cómo cada vez que saluda a los de primer año, sus ojos buscan a los tuyos…”

Las palabras de Sehun rondaban su cabeza una y otra vez y, por el resto del día, fue lo único que pudo pensar.

 

🩺

 

Un par de noches después, Jongdae se encontraba en la entrada del hospital viendo cómo la lluvia caía con fuerza sobre la ciudad.

Esta era una de las grandes diferencias que había entre Seúl y Busan, meditaba mientras observaba cómo las gotas golpeaban el asfalto sin tregua. En Busan, estos cambios de clima no eran tan repentinos. Había crecido acostumbrado al viento marino y las lluvias más predecibles, pero en Seúl… todo parecía ir más rápido, incluso el clima.

Y por ende, no traía su paraguas consigo.

Suspiró, hundiendo las manos en los bolsillos de su abrigo, mientras evaluaba si valía la pena correr bajo la lluvia hasta su departamento o si era mejor esperar. Pero la tormenta no parecía tener intención de ceder pronto.

Justo cuando estaba por resignarse a la idea de mojarse, una voz familiar lo sacó de sus pensamientos.

“¿Acaso no hay lluvias en Busan?” Baekhyun se acercaba también a la entrada del hospital, justo donde estaba Jongdae esperando, con su sombrilla en mano. “¿Planeas quedarte aquí toda la noche?”

La luz tenue del hospital resaltaba sus facciones, y había algo en su expresión, algo entre divertido y preocupado, que hizo que Jongdae sintiera un inesperado calor en el pecho.

“Estoy considerando mis opciones”, respondió, esbozando una leve sonrisa.

Baekhyun alzó una ceja y, sin decir nada más, abrió la sombrilla con un movimiento preciso.

“Entonces te doy una mejor opción. Te llevo a casa”.

“No quiero molestarte”, murmuró, aunque sin demasiada convicción.

Baekhyun solo sonrió, como si la idea de que fuera una molestia ni siquiera se le hubiera cruzado por la cabeza.

“No es molestia. Vamos”, Y sin darle oportunidad de negarse otra vez, Baekhyun se acercó un poco más y elevó la sombrilla sobre ambos, cubriéndolos de la lluvia. Jongdae dudó por un segundo, pero al final, cedió.

Mientras caminaban juntos hacia el auto de Baekhyun, Jongdae recordó las palabras de Sehun.

"Creo que ves lo de Baekhyun más complicado de lo que realmente es."

Tal vez tenía razón. Tal vez podía relajarse un poco. Tal vez… podía dejarse llevar, solo por esta vez.

El camino hasta su departamento transcurrió en un silencio cómodo, solo interrumpido por el suave golpeteo de la lluvia contra el parabrisas. La ciudad seguía despierta a su alrededor, con las luces de los semáforos reflejándose en los charcos y las pocas personas en la calle apresurando el paso bajo sus paraguas.

Baekhyun conducía con calma, sin prisa, y Jongdae observaba por la ventana cómo las luces de la ciudad parpadeaban entre la neblina y los charcos en el asfalto.

“Ahora que lo pienso, tu departamento no queda tan lejos del hospital”, comentó Baekhyun de pronto, sin apartar la vista del camino. “Es conveniente”.

“Sí, es lo que pensé cuando lo renté. Prefiero evitarme el tráfico lo más posible”.

Baekhyun asintió. “Bastante listo”, le dijo siguiendo la charla. “Yo hago fácilmente una hora de ida y, dependiendo la hora de salida, puedo hacer hasta dos de regreso”.

El solo pensarlo hizo que Jongdae frunciera el ceño. “¿Cómo te acostumbras a eso?”

A lo que Baekhyun simplemente se encogió de hombros. “Ya es parte de la rutina, hasta te puedo decir que una hora en el tráfico se pasa rápido”.

La charla fluyó entre ellos con naturalidad, lo cual tomó a Jongdae un poco por sorpresa. Hasta ahora -y descartando esa noche que se conocieron- sólo habían convivido bajo las instalaciones del hospital, en un ambiente de trabajo y estrés, así que este cambio le resultaba bastante agradable.

Tal vez no había sido una mala idea acercarse un poco más a Baekhyun.

Sin pensarlo demasiado, Jongdae dejó que la conversación siguiera su curso.

“Oye, de hecho”, comenzó Jongdae, recordando algo que le había mencionado otro residente. “El Dr. Hwang te estaba buscando en la tarde. Mencionó algo sobre un artículo que quería escribir contigo…”

“¿En serio? Qué bueno que me dices, mañana a primera hora lo llamaré”, respondió Baekhyun, como si fuera lo más natural del mundo.

“Sí, de hecho, me pidió que si podía llamarte, y bueno, me di cuenta de que no tengo tu número, así que eso complicó todo”, dijo Jongdae soltando una pequeña risa, buscando restarle importancia al asunto.

Sin embargo, no se dio cuenta de cómo la expresión de Baekhyun cambió de inmediato.

“¿Mi número?”, preguntó Baekhyun, su tono más suave y pensativo.

“¿Hm?” Jongdae lo miró, confuso por el cambio.

En ese momento, Baekhyun estaba estacionando frente al edificio donde vivía Jongdae, pero la lluvia seguía cayendo con fuerza, creando una atmósfera que, de alguna manera, parecía hacer el silencio dentro del coche más pesado.

Jongdae no entendía bien el cambio en el ambiente, y comenzó a preguntarse si lo mejor sería despedirse allí, o… ¿debería decir algo más?

“Jongdae”, la voz de Baekhyun lo sacó de sus pensamientos. Él seguía mirando hacia el frente, pero su tono sonaba diferente. Más serio, aunque no de una forma incómoda. “¿A qué te refieres con que no tienes mi número?”

No sabía cómo responder de inmediato. En su mente, lo había dicho tan casualmente, pero ahora que lo pensaba, se sentía un poco tonto. Había un pequeño matiz en la voz de Baekhyun que no sabía cómo interpretar.

“A que… no lo tengo”, dijo, como si fuera lo más obvio del mundo. “Nunca intercambiamos números ni nada de eso, que yo recuerde”.

Baekhyun pasó una mano por su cabello, pareciendo incrédulo con lo que estaba escuchando. Parecía que estaba buscando las palabras correctas, así que Jongdae solo se quedó en silencio esperando.

“Jongdae… Tú sí tienes mi número”, dijo finalmente después de un minuto de silencio.

…¿Qué?

Jongdae estaba profundamente confundido. “No, no lo tengo… Nunca me lo diste”.

Estaba seguro de muchísimas cosas en esta vida, y sobre todo, cuando se trataba de la noche que conoció a Baekhyun. Una de ellas era el hecho de que en ningún momento intercambiaron números ni uno le pidió el número al otro.

Había sido un one night stand , y Baekhyun se fue a la mañana siguiente sin dejar rastro alguno.

Ese era el conflicto en todo esto.

En ese momento, Baekhyun quitó el seguro de las puertas del auto.

“Necesito que busques muy bien una nota en tu cuarto, Jongdae”, le dijo Baekhyun, ahora mirándolo fijamente. Su expresión era una mezcla entre seriedad y… ¿esperanza? No estaba seguro.

“¿Q-Qué estoy buscando exactamente?”, preguntó Jongdae, con la confusión aún evidente en su rostro.

“Empieza por debajo de tu cama, ¿Sí?”, le dijo Baekhyun, una muy pequeña sonrisa apenas asomándose en su rostro.

Jongdae asintió, sin entender bien lo que sucedía, pero algo en la mirada de Baekhyun lo hizo sentirse extrañamente intranquilo. ¿Qué podría haber dejado bajo su cama? No tenía idea, pero decidió hacer caso y salió del auto de Baekhyun en ese momento.

Al entrar a su departamento, ni siquiera le importó estar medio empapado por el camino del auto hacia el edificio. Jongdae apenas notó cómo sus pasos se hicieron más rápidos y cuando entró en su cuarto, no tardó mucho en ir directamente a la cama, agachándose sin pensar y deslizando las manos por debajo del colchón.

Nada.

Jongdae pasó una mano por su cabello, sintiéndose tonto. ¿Qué estaba buscando exactamente? Estaba seguro de que no había nada ahí. Pero, al sentir algo ligeramente rígido, sus dedos se tensaron.

Con un poco de esfuerzo, logró sacar un pequeño pedazo de papel arrugado. Lo desdobló cuidadosamente, mirando las palabras escritas con letra pequeña y ordenada.

"Me encantaría volver a verte – BH x"

Jongdae sintió una especie de nudo en el estómago al leer la nota. Y más aún al ver el número de teléfono debajo de las palabras. Un sentimiento de vergüenza lo invadió de inmediato.

El número de teléfono debajo de las palabras parecía casi como una invitación que Jongdae no había sabido reconocer en su momento.

Con el papel en mano, dio un paso atrás, sin saber qué hacer. El cuarto comenzó a sentirse más pequeño, más agobiante.

En ese instante, escuchó la puerta de su departamento cerrarse.

Sin pensarlo, salió de su cuarto y se dirigió a la entrada aún con el papel en mano y ahí, también empapado, estaba Baekhyun. La expresión en su rostro era difícil de leer, pero había algo en su mirada que hacía que el aire en la habitación se volviera denso.

“¿Lo encontraste?” preguntó Baekhyun, su voz firme pero con una ligera tensión.

Jongdae solo asintió en silencio. Se acercó a él, aún con el papel en la mano, y lo levantó frente a su rostro, mostrando la nota que había encontrado debajo de su cama.

Baekhyun lo observó, su expresión siendo un contraste de seriedad y una pequeña chispa de inseguridad. Jongdae sintió que las palabras se le atoraban en la garganta. Había tantas cosas que quería decir, pero no sabía por dónde empezar.

"Tú... tú querías..." trató de decir algo, lo que fuera, pero las palabras no salían. Estaba tan confundido por la situación, tan atrapado entre el desconcierto y una sensación que no lograba identificar.

De haber visto ese papel al día siguiente de conocer a Baekhyun, las cosas habrían sido diferentes, pensó. ¿O no? ¿Qué habría cambiado si lo hubiera visto en ese momento?

Baekhyun, aparentemente también buscando las palabras correctas, dio un paso adelante. Su mirada nunca se desvió de Jongdae, y a medida que se acercaba, la tensión en el aire aumentaba.

“Pasé meses pensando que el que no me mandaras un mensaje era tu manera de rechazarme”, confesó Baekhyun con voz grave, cargada de una emoción que Jongdae no había esperado. “Pensé que, al verme en el hospital, sentías que lo de esa noche fue un error. Que te daba vergüenza.”

La sinceridad en su tono hizo que Jongdae sintiera una punzada en el pecho. Sentía que, de alguna manera, las piezas de su propia confusión comenzaban a encajar, pero al mismo tiempo, la situación lo estaba desbordando.

“Yo… pensé que simplemente te habías ido sin decir nada porque no estabas interesado en mí…” murmuró Jongdae, su voz temblorosa. La confusión seguía intacta, pero había algo más profundo que comenzaba a surgir.

Baekhyun cerró los ojos por un momento, como si la tormenta que se había desatado afuera fuera solo un reflejo de la tormenta que sentía dentro. Cuando los abrió, sus ojos se encontraron con los de Jongdae con una intensidad tan fuerte que Jongdae apenas pudo respirar.

“No tienes idea…”, comenzó a decir Baekhyun, su voz suave, pero llena de una intensidad palpable mientras se acercaba más, dejando solo unos pocos centímetros entre sus rostros. Jongdae se quedó en silencio, completamente atrapado por su mirada.

“…De lo mucho que había querido volverte a ver después de esa noche”, continuó Baekhyun, su respiración ligeramente acelerada. Su mano se levantó lentamente, como si fuera una acción inconsciente, y acarició suavemente la mejilla de Jongdae.

Jongdae cerró los ojos al sentir el roce de su dedo, su piel ardiendo al contacto, la sensación recorriéndolo como un rayo.

“Y vaya que se me cumplió, aunque no esperaba que fuera así”, dijo Baekhyun, con una ligera sonrisa que era más una mezcla de nostalgia y deseo reprimido.

Baekhyun, sin perder la cercanía, desvió la mirada por un instante, como si procesara todo lo que acababa de decir. Pero entonces, sus ojos se encontraron de nuevo con los de Jongdae, y en un suspiro casi imperceptible, Baekhyun se inclinó un poco más hacia él, la distancia reduciéndose al máximo.

“Jongdae… Si quieres que me detenga, solo dilo,” murmuró suavemente, su aliento cálido acariciando los labios de Jongdae.

El rostro de Jongdae ardía, y todo en su cuerpo parecía gritarle que se acercara, que no dejara escapar ese momento. La sensación de Baekhyun tan cerca, su mirada intensa y abierta, lo estaba volviendo loco. El corazón le latía con fuerza en el pecho, y por un instante, la razón desapareció por completo.

Sin pensarlo más, lo hizo. Tomó a Baekhyun por el cuello con firmeza, y fue él quien finalmente borró la distancia entre ellos en un beso.

El primer roce de sus labios fue suave, casi tímido, pero pronto se volvió más urgente, más necesitado. Jongdae, perdido en la sensación de tener a Baekhyun tan cerca, no podía dejar de profundizar el beso, abrazándose a él como si fuera lo único que importara en el mundo. Baekhyun no dudó, respondiendo con la misma intensidad, sus manos rodeando la cintura de Jongdae, abrazándolo como si no quisiera soltarlo. El beso los envolvió por completo, todo lo demás desapareciendo, incluso el sonido de la lluvia afuera.

Jongdae se separó un momento, respirando entrecortadamente, pero antes de que pudiera calmarse, volvió a acercarse, sus labios encontrando los de Baekhyun una vez más, con más urgencia.

Notes:

pinche final espectacular...
ahora que sigue?
(spoiler: SMUT)

Notes:

espero les haya gustado <3