Chapter Text
°
° Spreen °
- Oigan Spreen, Roier, ¿se unen a nosotros? – pregunta Osvaldo el cual está acomodándose su chaqueta.
- ¿A dónde? – pregunta mi compañero mientras apaga su computadora al terminar el trabajo del día.
- Iremos a el bar de Goncho a festejar que por fin se acabó el pinché caso – responde Aldo por el más alto.
- Bueno, le prometí a Mictia que volvería temprano a casa, ya saben, compensar qué he estado laburando mucho – respondo guardando mis llaves y teléfono.
- Dale Spreen, no seas aburrido – dice Rivers pasando a mi lado mientras palmea mi espalda.
- Pues yo si voy – comenta Roier mientras alcanza a sus mejores amigos los cuales no tardan en abrazarlo por los hombros, los tres van empujándose.
- Vos sabes que no siempre tenemos la oportunidad – me anima Farfadox mientras se va con los tres mexicanos, Rivers me dedica una última mirada y se va con ellos.
Sin poder evitarlo me planteo que tan buena idea era ir, Mictia me re cagaría a palos sino volvía a casa temprano como le había prometido hace semanas, le dije que cuando termináramos este caso mi horario volvería a la normalidad y podría llegar a casa para cenar, pero a decir verdad quería ir con mis amigos, casi nunca teníamos la oportunidad de pasar el rato fuera del trabajo, suspiro contrariado, camino rápido para alcanzarlos en el ascensor, al ver que me acerco Roier pone su mano en las puertas para que no se cierren.
- Al bar de Goncho entonces – digo decidido.
- Eso Spreen, ya se sabía que no eres un gobernado – dice Osvaldo palmeando mi espalda de forma amistosa.
- Ay, cállate papi que todos aquí sabemos que si Foolish te llama te iras a casa rápidamente – lo molesta Aldo.
- Tal vez deberías avisarle a Mictia por si acaso – me aconseja Roier en voz baja para que nuestros amigos no escuchen.
- Nah, es mejor que me caiga la bronca al llegar a casa, si le aviso me va a estar cagando a palos por llamada y después cuando vuelva, así me ahorro una ronda de reclamos, además no tiene por qué saber que el caso se cerró hoy – respondo encogiéndome de hombros.
- La neta a mí ni me cae bien – suelta Aldo de la nada.
- Nadie te pregunto a ti, pendejo – lo reprende Roi dándole un zape.
Ambos amigos comienzan a jugar entre ellos empujándose y peleando amistosamente, ruedo los ojos con diversión, una vez el ascensor se abre todos caminamos tranquilamente hacia el bar de Goncho, estaba a unas tres cuadras de la agencia así que estaba rápido, nadie llevaba auto ya que la agencia nos proporcionaba uno a cada pareja de agentes, pero al haber acabado el caso debía quedarse en la agencia para que los verificarán ya que en más de una ocasión hubo daños en los vehículos, era por protocolo, así que nos tocó caminar.
La charla va justamente sobre el caso, había sido más de dos meses de investigación y dos semanas para poder atrapar a los malditos ladrones de banco más famosos de este lado del país, había sido muy complejo ya que operaban de forma táctica por lo tanto robaban un banco en menos de tres minutos, fue difícil, pero se pudo lograr y ahora teníamos nuestro merecido tiempo de "descanso" el cual duraba más o menos una semana de trabajo de oficina, aunque no siempre era así.
Había veces que el trabajo era constante y sin descanso, pero amaba mi trabajo por lo tanto no me molestaba para nada, desde que entré a la agencia hace más de cinco años no he tomado vacaciones porque no las necesito, yo estaba realmente comprometido con mi trabajo y eso difícilmente cambiaría.
Esta era la principal razón por la que mi prometida Mictia siempre me andaba reclamando ya que no pasó mucho tiempo con ella cuando los casos están activos, ella no entendía que mi trabajo era gran parte de lo que me definía como persona, lo profesión que me apasionaba, por eso no le daba mucha pelota cuando me hacía reclamos sobre el tema, yo jamás le recriminaba nada sobre su laburo o pasatiempos, ojalá las cosas fueran así en ambos sentidos.
Dejo de pensar en ello al entrar al bar de nuestro amigo, estaba a rebosar aunque no me extraña al ser viernes por la noche, vamos directamente a la barra y nos acomodamos como se puede, cada quien pide una cerveza mientras el fútbol americano está en la televisión que estaba en la parte donde estábamos, nos atiende una chica con una sonrisa amable, seguramente Goncho estaría en la parte detrás del local haciendo trabajo administrativo o de negocios, no tardamos en iniciar una charla sobre deportes ya que cada quien tenía su favorito y el debate estaba entre cual era el mejor.
Rivers y yo estábamos abogando por el fútbol soccer, Farfadox por el beisbol ¿Quién carajos veía eso?, Osvaldo por el futbol americano ya que era lo que le gustaba a su pareja y por consiguiente él lo consumía, Roier por el baloncesto, aunque él no consumiera deportes, sino que lo había practicado en el colegio y Aldo simplemente se mantenía al margen solo soltando comentarios al azar para que el amistoso debate pasara a discusión a gritos.
El ambiente rápidamente se vuelve relajado una vez comenzamos a beber, la charla se dirige vagamente sobre lo que haremos ahora que termino el caso y ahora sería trabajo administrativo hasta que llegara uno que fuera asignado a nuestra unidad, cada uno con ideas diferentes, Osvaldo como era de esperarse pasaría tiempo con su pareja que era arquitecto, Aldo y Farfa se la pasarían saliendo a conseguir conquistas ya que eran los únicos de nuestra unidad sin pareja, Rivers simplemente seguiría con lo suyo de ir a practicar futbol con su equipo femenil y su pareja la acompañaría.
Roier estaba entre medias de pasar el rato con Aldo y Farfa y estar con su mina la cual a todos nos caía re bien por lo atenta y amable que es, todos pensábamos que Roier y su mina eran la pareja perfecta, al menos ese era el estándar de todos nuestros compañeros, además de que sabía que Tina no era como mi prometida, ella al ser cirujana en el área de emergencias entendía perfectamente que el trabajo del castaño fuera demandante porque él de ella también lo era… supongo que no todos podíamos tener la suerte de tener una pareja que nos entendiera del todo.
- Ey chicos, ¿Cómo están? – pregunta Cris, compañero de trabajo, pero él estaba en otra área, informática sino estaba mal.
- Cris, que bueno que te nos unes – lo saluda Farfa y palmea su lado izquierdo que estaba libre.
- En realidad, venía a en busca de este par – dice mientras apoya su mano en mi hombro y el de Roier.
- No mames… ¿ahora que hicimos? – me pregunta el castaño viéndome con resignación, solo puedo fruncir el ceño confundido.
- Nada boludo… al menos que yo recuerde – le respondo tratando de hacer memoria, pero esta vez no habíamos hecho nada malo, al menos no en este caso.
- El Capitán Rich quiere hablar con los dos – nos hace saber Cris para después tomar asiento al lado de Farfadox.
- Uy… ahí nos cuentan que pedo – nos pide Aldo con interés mientras comía algunos cacahuates.
- Pinche madre… neta ¿Quién quiere cambiar de compañero? El Spreen siempre me anda metiendo en pedos – se queja Roier mientras se levanta y saca unos billetes para pagar su cuenta.
- Yo no hice nada pelotudo de mierda – me defiendo imitando sus acciones.
- Sí, sí, lo que tu digas pendejo – me da un empujón amistoso – vamos, debe ser importante si nos mandó a buscar a las diez de la noche.
- Sabía que debí volver a casa temprano – me quejo mientras sigo a mi compañero.
- Te vas con cuidado mi amor – suelta Aldo refiriéndose a Roier.
- Claro rey, no te me vayas a pasar de pedo y tampoco te cojas a ninguna persona que esta borracha, sabes que es contra la ley – le recuerda mi risueño compañero.
- Haremos lo que se pueda – ahora responde Farfa.
- Ya dale boludito, luego te pones de trolo – lo tomo del brazo y lo saco del bar.
Ambos caminamos mientras entre nosotros compartimos impresiones del caso para tratar de encontrar la cagada que cometimos, pero todo parecía re bien, esta vez no fuimos impulsivos ni actuamos como locos suicidas, no entendía porque nuestro capitán nos había mandado a buscar tan jodidamente tarde, ¿Qué era tan importante que no podía esperar al día de mañana? Al final de cuentas laburábamos de lunes a sábado cuando no teníamos caso activo así que mañana iríamos a la oficina, estaba comenzando a sentirme ansioso, solo esperaba y no fuera otra reprimenda sobre nuestro comportamiento osado en el campo.
Siempre recibíamos sanciones o reprimendas por ello, pero cuando necesitaban a un par de boludos que tomaran grandes riesgos ahí si nos buscaban, sino fuéramos unos pelotudos que les gusta el peligro ya habríamos ascendido de puesto… al menos Roier que se le daba bien la política al ser más paciente y amable, pero como nuestro trabajo estaba ligado al ser compañeros, mi amigo castaño no había podido subir mucho aunque a él no parecía molestarlo en lo más mínimo, ambos éramos amigos desde la academia del FBI, diez años de conocernos casi once, trabajar juntos era prácticamente como respirar, siempre en sintonía con el otro y por esa misma razón a pesar de los problemas que pudiéramos ocasionar no nos cambiaban de compañero.
Nuestra amistad era muy estrecha, así que yo lo consideraba más que un mejor amigo, todos teníamos esa sensación con nuestro compañero ya que literalmente le confiábamos nuestra vida al otro en cualquier tipo de situación, cuando estábamos en el campo era como si fuéramos una extensión del otro, como si yo fuera su mano derecha y él la mía de una forma muy literal, por eso mismo sabía que no había una razón lógica para ser convocados de forma sorpresiva porque no habíamos cometido alguna locura en meses, no desde que casi morimos en una persecución a alta velocidad.
Así que con estas dudas entramos a la agencia pasando nuestras identificaciones al lector, subimos por el ascensor en completo silencio, una vez en nuestro piso nos dirigimos a paso rápido a la oficina de nuestro capitán, Roier es quien toca de forma rítmica la puerta, escuchamos la voz de nuestro jefe que nos pide que pasemos, abro la puerta dejando pasar primero a mi compañero, después ingreso dejando que la puerta se cierre a nuestras espaldas, sin decir nada nos sentamos en los sofás individuales que estaban frente al escritorio del capitán Rich esperando lo que sea que debamos esperar.
- Me alegro que el agente Green los haya encontrado, un nuevo caso nos ha llegado, nada más leer el archivo supe que ustedes serían los indicados para esto – dice directo al grano mientras nos tiende a cada uno un folder con letras rojas en grande aclarando que era confidencial.
- ¿No podía decirnos esto mañana? – resoplo con fastidio, Roier me da un codazo para que guarde silencio.
- Me temo que no podía esperar agente De Luque, debía informarles de esto lo antes posible para que mañana mismo comencemos a prepararlos a primera hora y también para que les dijeran a sus familiares que estarían fuera por un tiempo – explica de forma seria.
- Aguanta un toque… acabamos de terminar un caso – digo confundido.
- Lo sé y otros más llegaron, no sé qué le sorprende agente, sabe cómo es el trabajo – me observa con detenimiento.
- No hemos terminado el papeleo de este señor, normalmente nos asignan otro cuando terminamos lo administrativo – explico mi reacción, era verdad que había veces que trabajábamos sin descansar, pero normalmente teníamos un día para terminar todo el papeleo.
- No se preocupe por ello, yo hare lo administrativo por ustedes en esta ocasión – se recarga en su silla mientras sigue observándonos.
- No chingues – escucho el murmullo de Roier, volteo a su dirección y él ya está leyendo el archivo.
- ¿Qué? – lo cuestiono ya que no decía nada y solo estaba pasando las hojas de forma rápida.
- Nos van a mandar a Francia… seré tu esposo wey – me dice divertido mientras me muestra una fotografía, se la arrebato a pesar de que en mi archivo habría una copia.
Era una foto algo borrosa, pero era claro como el agua, dos hombres tomados de la mano en una galería de arte, sus complexiones eran parecidas a la mía y la de Roier, solo estaba la diferencia de que uno de ellos era castaño rojizo, el castaño de Ro era como el chocolate, además de eso el pelinegro tenía un tatuaje en el cuello del lado izquierdo, no podía distinguirlo bien por la resolución de la fotografía.
- No lo entiendo – digo algo desorientado.
- No es algo complicado de entender agente De Luque, irán de encubierto – le dedico una mirada sorprendida a nuestro jefe.
- Usted dijo que no volvería a cometer ese error con nosotros, que ni en pedo nos volvería a enviar encubierto después de lo que sucedió la última vez – explico el porqué de mi confusión, Rich se ríe ligeramente.
- Bueno, creo que aprendieron su lección, además de que esta vez no estarán encima de un bote, no podrán dañar otro yate de miles de dólares – se encoje de hombros.
- Ya – es lo único que puedo responderle.
- ¿Cómo nos haremos pasar por ellos? ¿Qué nos asegura que no nos cruzaremos? – esta vez pregunta Roier interesado.
- Bueno… los sujetos fueron aprendidos cuando estaban volando de Colombia a Francia, fueron deportados aquí a los estados unidos, en el archivo de cada uno hay diferentes fotografías para su personificación, de eso hablaremos a profundidad mañana, por eso era importante que lo supieran hoy mismo, a partir de mañana comenzaremos con los pequeños cambios físicos para que sean lo más parecidos posible y una vez logremos eso será la adaptación de acento y la forma en que se expresaran, para lograr una personificación convincente tendrán la oportunidad de interrogar a los sospechosos además de que les daremos algunas grabaciones de voz que logramos conseguir – nos explica de nueva cuenta, parece complacido de alguna manera.
- ¿Mañana mismo nos mandaran a Francia? – cuestiona Roi de nueva cuenta algo contrariado, tener un solo día para prepararse era jodido y prácticamente imposible.
- No, primero tienen que ser vistos en Colombia, allá estarán un par de días los cuales tendrán para acostumbrarse a sus personificaciones – resoplo sin poder evitarlo.
- Es una pelotudes, está bien que Roier y yo somos sus mejores elementos, pero ni en pedo podremos adaptar un acento diferente en dos días – digo lo obvio, esto debió haberse notificado con al menos una semana.
- Como dije, no se preocupen tendrán tres días aquí en la sede para adaptarles bien el guarda ropa, color de cabello entre otras cosas, así que si lo piensan bien serán cinco días para que puedan adaptarse, dormirán en un apartamento que es propiedad del FBI, ahí podrán estudiar sus papeles por tres días y después partirán a Colombia – suspiro cansado, era una locura total.
- Una duda… ¿Por qué nosotros en específico? Aldo y Farfadox pudieron encargarse de esto sin problema – pregunta Roier con curiosidad.
- No busque cumplidos, agente – rueda los ojos con fastidio.
- No lo hago, pero bueno… ellos tienen más experiencia con respecto a relaciones con alguien del mismo sexo, serían más creíbles – expone ya que para nadie era un secreto que Aldo y Farfa eran bisexuales.
- No se ofenda agente, pero usted mejor que nadie puede adaptarse a muchas situaciones, además de que coquetea con sus compañeros de trabajo como pasatiempo – muerdo el interior de mi mejilla para no reírme, era verdad que Roi era alguien que bromeaba mucho con ello – por lo tanto, su compañero ya está acostumbrado a sus insinuaciones así que imagine que podrían con el trabajo… si esas son todas sus dudas creo que será mejor que vayan a descansar bien, mañana será un día pesado para ustedes.
- Claro – suspiro cansado poniéndome de pie.
- Con su permiso – complementa Roier y salimos de la oficina cada quien con su carpeta – no mames, el capitán me dijo puto indirectamente – suelta el castaño una vez estamos dentro del ascensor, ahora si me rio con ganas.
- ¿Y la mentira? – bromeo con él.
- Pendejo – me empuja amistosamente con el hombro.
- No sabes en el quilombo que me voy a meter en casa – digo con un suspiro.
- Bueno, si sirve de consuelo dile que fingiremos ser gays, seguramente se ríe – sugiere mientras salimos de la agencia.
- Mictia no es como Tina, me va a romper las pelotas por tener que laburar fuera del país.
- No sé qué me asusta más, que te perturbe más los reclamos de tu prometida o que te de igual tener que tengamos que fingir ser esposos – me molesta entre risas, ruedo los ojos con una sonrisa.
- Tal vez no me perturbe tener que fingir ser trolo porque es laburo, al menos tengo la tranquilidad de que es con vos, creo que sos la única persona con la que podría hacer esta pelotudes – digo sinceramente.
- Awww yo también te quiero mi amor – vuelve a molestar.
- Para, pelotudo – me rio relajado, llegamos a la estación de taxis para poder irnos cada quien a su casa.
- Bueno, nos vemos mañana, te deseo suerte – palmea amistosamente mi espalda.
- Gracias boludo, la necesitare – nos despedimos con un movimiento de cabeza.
Cada quien sube a un taxi diferente, solo puedo cerrar los ojos con cansancio, en verdad no quería tener que lidiar con los reclamos de mi prometida, estaba comenzando a fastidiarme, pero no decía nada porque también entendía en parte que se molestara porque no pasamos tiempo juntos como una pareja normal, así que me lo bancaba porque al final del día era ella a quien había elegido para que fuera mi esposa, solo era cuestión de acostumbrarme, seguramente todo iría piola una vez nos casemos, esperaba que sí.