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Before
De la edad de los héroes, se recuerda a un hombre de justicia y honor, fundador de su casa y reconocido por su ingenio y talento. Brandon”El Constructor” fue quien diseñó y estuvo en la construcción de El Faro llameante de Antigua, en la creacion de Bastión de Tormentas (luego de que la tierra maldita no sostuviera ninguna eddificación que se alzara en sus tierras), de Foso Cailin, y en el diseño y construcción de la Gran Muralla y del castillo de Winterfell en el norte de Westeros. Era curioso que nadie cuestionara la diferencia de años entre estas obras y la trascendencia de su aporte.
El nació de una alianza, un pacto de los niños del bosque y los primeros hombres. Sus padres, por parte de los niños el bosque fue Jacaerys y de los primeros hombres Cregan.
El ritual fue en la isla Ojo de Dioses cuando las estrellas en el firmamento dieron el tiempo propicio, debía prepararse el camino si querían sobrevivir la gran noche que amenazaba terminar con toda vida conocida en Westeros y más allá.
Esa noche solo los sabios líderes de los niños del bosque y los representantes de los grandes clanes de los primeros hombres, cansados de pelear y viendo el futuro que a todos esperaba, ofrecieron su mejor y más apreciado miembro de entre ellos.
Cregan era un guerrero fiero en las batallas, defendía su clan de otros que querían dominarlos, pero amable y servicial cuando no era tiempo de pelea. Su clan era de los primeros en el continente y quienes más al norte habían llegado buscando tierras donde asentarse.
Jacaerys era un verdevidente, como no hay forma de decir su nombre en el idioma original, asi fue presentado para el ritual. Era de los que vigilaba los bosques con los ojos tallados en los arcianos y se impregnaba con la magia de los árboles sagrados. Donde quiera que hubiera vida brotando del suelo, Jacaerys veía las atrocidades que hacían los hombres entre sí mismos y a sus bosques sagrados.
Todo cambio en esa batalla, pasando El Gaznate, donde Cregan cayó herido y su sangre alcanzó un árbol vigía, la conexión de Jacaerys mantenía con el árbol y la Magia, le dieron la visión de que un descendiente de ese hombre guiará a los hombres vivos a enfrentar y quizá derrotar al Rey de la Noche.
Los niños del bosque dejaron la pelea y se replegaron, pues su profunda conexión alcanzó para entender la importancia del futuro ineludible, donde al fin tenían una esperanza.
El Gran Consejo del Bosque se logró cuando los niños del bosque ofrecieron curación a los hombres heridos a cambio de parlamento.
Si los hombres creían o no, los niños del bosque derribaron la duda con unas hierbas que quemaron durante la conversación, mostrando las visiones de ese futuro inevitable a los hombres más incrédulos.
Al final de las conversaciones, se acordó que para los hombres serían las costas, valles, laderas y pantanos, respetando siempre los bosques. Los niños del bosque se quedarían en su territorio protegido.
Para hacer el pacto se necesitaba de una unión de razas. Para los hombres era su forma de honrar la alianza y pará los niños del bosque de traer á quien preparase el camino y el linaje de aquel que lucharía la última gran batalla de los vivos contra los no muertos.
Lo que los tiene en la isla del Ojo de Dioses.
Origins
En medio de la isla hay un montículo, en la parte más alta descansa una gran roca circular y plana, que se preparó en el lugar para el ritual. Alrededor hay antorchas altas clavadas al suelo que iluminan el altar, todo se adorna con guías de plantas y flores delicadas.
En medio de la roca se encuentra Cregan, ingirió una bebida ofrecida por los niños, por lo que sus pupilas están dilatadas, la sangre en sus venas se siente calentar de a poco; al principio le ataron las extremidades, pero no se da cuenta que lo han liberado. La piel pica de una manera ansiosa, pero se queda quieto por todas las luces y la energía que parece percibir a su alrededor.
Jacaerys, de ojos verdes, piel morena, moteada de manchas blancas, se acerca desde la orilla del lago a paso tranquilo, está rodeado de una gran túnica blanca con capucha y con cola tan larga que arrastra tras de sí, atada con un lazo suave de juncos adornado con florecillas del bosque.
Llega hasta la gran piedra, observa por primera vez de frente a aquel asignado por la gran Magia del bosque. Es apuesto, no es que haya visto a los hombres como algo más que invasores, pero este tiene un aura fuerte y gentil, fiero pero en esencia pacifico.
Los niños del bosque hacen un brebaje hecho de bayas, savia y corteza de arcianos, que comparten entre ellos y con los hombres presentes. Inician un cántico antiguo que protege y aviva el ritual que tendrá lugar.
Jacaerys sube a la piedra y toca esa piel cálida del humano, son tan parecidos y tan distintos a la vez. Ahí donde él es decoración en su piel, el hombre es de un color parejo y pálido a la luz de la luna; donde el es suavidad, el hombre tiene bello que lo acerca a una bestia; donde ellos son seres milenarios, los hombres son tan delicados con su vida efímera.
El hombre, Cregan, está desnudo. Jace lo toca con tacto delicado. Reconoce su rostro, baja por su cuello y pectorales, le eriza los vellos y la piel , Jace ríe por la curiosa reacción. Continúa su exploración y baja a reconocer esos abdominales marcados y sus piernas, donde está despertando el interés del hombre.
Jace cierra los ojos por un momento para ver cómo los hombres crean vida, y al conectar con los recuerdos de Cregan, traga saliva.
Jace sabe lo que debe hacer para traer a el ser que formará su alianza y, aun así no sabe que sentirá. Los niños del bosque son seres mágicos que no necesitan de esos actos instintivos para prevalecer.
Sin dudarlo más, Jace abre la bata y los cánticos parecen que se elevan al cielo, voces cada vez más fuertes, ritmo más rápido. Se la quita y la deja a un lado del hombre para usarla al terminar. Su cabello queda libre, largo y rizado ha sido dejado suelto y le adorna una corona de flores delicadas. Se sienta a horcajadas en las caderas anchas del hombre. La diferencia de tamaño es notoria.
Otra cualidad de su raza es que su cuerpo es cambiante, algunos de los suyos puede conectar su conciencia a la de algún animal, otros logran la transformación completa de sus cuerpos. Jace fue elegido porque principalmente es verdevidente, pero también puede hacer uso de esa cualidad cambiante para modificar en parte su cuerpo, por lo general se mimetiza con el ambiente, ahora la usa para acoplarse a recibir la semilla y el fruto de esa unión.
Ni siquiera saben si funcionará, una mezcla de especies no se había visto antes, pero de tener éxito, la visión de la larga noche terminará con los hombres alzándose victoriosos ante la muerte.
Cuando el cambio está hecho, Jace toma la hombría de su compañero y se mece sobre ella para preparar su cuerpo. Cregan está cantando más en balbuceos tratando de imitar los cánticos de los demás, sin mover sus manos o piernas, pero sus pupilas dilatadas se conectan con esa hermosa visión que, se da cuenta, esta sobre él. Parece un hada, parece una criatura mágica y delicada con esos ojos profundos y con tanta inocencia en ellos.
Cuando el canto llega a un frenesí donde todos los presentes parecen desconectados, hablan para sí mismos, caminan sin sentido o se tumban al suelo en las más extrañas posiciones. Es cuando Jacaerys toma a su compañero.
La intromisión es extraña, el placer es un concepto del hombre y Jace no lo entiende todavía. Es cuando Cregan lo toma de las caderas y empieza a dirigir sus movimientos pausados pero constantes, el deseo despierta en su cuerpo. La respiración se agita y entiende ese impulso de unión con otro ser.
Cregan Stark está en un estado instintivo donde el único pensamiento es poseer, el único fin es impregnar de su simiente ese precioso ser. Lo abraza a su cuerpo y los gira para tenerlo tendido sobre la roca y embiste con ímpetu. Se besan, primero de a poco y hasta que se devoran boca a boca, ahogando gemidos sensuales y gruñidos salvajes.
Jace se sujeta a esos hombros firmes y sino se besan, muerde la piel al alcance, recibe el mismo trato de ese hombre que toca donde puede, dejando la huella de su paso en su cuerpo. La sangre clama por esa pequeña muerte, y en ese instante de explosion, lo sienten, esa unión cuerpo a cuerpo, uno con el universo, la savia de los árboles y la luz de las estrellas corren en armonia entre sí, los cantos son como chispas vibrantes a su alrededor, y todo es perfecto.
Cuando el canto baja su intensidad y se ha hecho el ritual, los hombres se desmayan. Son llevados a la orilla en tierra por los niños. Al despertar saben del Pacto pero no recuerdan lo que paso en medio de ello y su despertar. Lo que importa es que de esa unión, la armonía entre los hombres y los niños del bosque, permitió una Era de paz y aprendizaje para ambas razas por miles de años.
Si bien hubo más uniones entre hombre y seres del bosque, ninguno volvió a concebirse con el propósito y la magia de ese ritual.
After
Jacaerys tuvo a su cachorro, el primero de la dinastia Stark y el único hombre con sangre mágica del bosque.
De niño, se divertian con los cambios en la piel y pupilas de Jace conforme le iba contando de los animales y sus ciclos de vida, con los lobos sus ojos eran dilatados negros y piel gris o casi blanca,sus orejas erizadas; con los siervos ojos miel piel rojiza, y moteada en blanco.
Junto a Cregan, criaron y educaron a Brandon Stark. Jacaerys se encargó de guiarlo en el uso de la magia antigua, runas y encantamientos, incluso a enlazar su mente con los animales del bosque. Y Cregan le enseñó del honor del deber y todo lo del mundo de los hombres. Jace que no era cazador y guerrero, le enseñó del vidriagón y de la naturaleza, Cregan le enseñó a pelear y a cazar, y de su educación en la construcción.
Entre él y Creg, más allá de la responsabilidad que asumieron, nació de forma tan natural el amor. Cregan lo envolvía a él y su vientre creciente. Desde la concepción no volvió a dormir solo. Cuando nació el cachorro, Creg estuvo a su lado sosteniendo su mano y limpiando el sudor de su frente. Y en las noches frías, el calor no faltaba entre ellos.
Cuando Brandon estuvo listo, salió a hacer uso de su conocimiento al diseñar y fortificar las grandiosas construcciones del Faro de Antigua, ayudó a construir la fortaleza final de Bastion de Tormentas, construyó el gran Foso Cailin en las ciénegas del cuello. Cualquier fortaleza donde hubiera estado Bran “el constructor” Stark, la prosperidad de sus habitantes fue inevitable, así como la permanencia de las edificaciones. Así de poderosa fue su magia.
Una vez que Brandon Stark, maduro todo el legado mágico heredado por su madre Jacaerys, fue que empezó a diseñar junto a su padre y proteger junto a su madre la que sería la casa ancestral de los futuros Stark, el gran Castillo de Invernalia. Junto con Jace, le dieron al castillo calor con aguas termales que calentarán desde el subsuelo la construcción, ademas de los hechizos de protección y bendición que perdurasen hasta que el último Stark viviera en ese hogar.
También construyeron el Muro que protegería por diez mil años o más el mundo de los vivos. Si las historias cuentan que lo hizo con la ayuda de gigantes, es porque así fue. También contó con la ayuda de los Hijos del Bosque, durante la construcción se oyeron cánticos en el idioma original y se grabaron runas desde los cimientos y en sus bloques o vigas.
Ya que al norte todos sabían de la gran batalla de vivos contras los no muertos, se fundó la Guardia de la Noche, que vigilaria desde la muralla a los no muertos, asignandoles terreno para su sustento. Los hijos del bosque proveían a los cuervos de armas de vidriagón conjuradas.
A Jace le causa gracia como el hombre se confunde, más esos que se creían sabios, los maestres. Al no concebir que un hombre viviera por tanto tiempo, le atribuían a un Brandon una construcción y al otro Bran hijo otras, pero siempre fue el mismo. La magia de su origen, le regalo más vida que la de cualquier hombre común. Con mucho dolor enterraron a Cregan en las criptas de Invernalia, el primer Stark guardián. También a una generación más de la descendencia de Bran, y sin embargo, Jacaerys fue el más devastado cuando despidió a su hijo.
Los hijos del bosque no se apegaban así a sus iguales, su comunión era con la naturaleza, eran parte del todo. Pero convivir con el hombre, le dio a Jace un sentido de pertenencia, y desde ese día en la isla, su cuerpo y corazón pasaron a pertenecer a ese hombre que lo amó y protegió, que lo respetaba y admiraba por todo el conocimiento que compartieron con su cachorro. Incluso que aprendió de los antiguos dioses para hacer un lugar sagrado en su hogar, con un arciano que se cuido solo para que Jacaerys siguiera en contacto con su pueblo.
Jace amo a su pareja y a su hijo, amo el mundo del hombre que en su finitud hacían con su tiempo grandes cosas.
Now
Jacaerys a vivido tanto. Jace se siente cansado, mas aya de los huesos, desde el centro de su alma.
Si bien los hijos del bosque son milenarios, por primera vez Jacaerys desea no tener esa capacidad, es el ultimo de entre los suyos, al menos no ha encontrado a otros. Ademas, había amado a quien fuera su pareja. Teniendo el consuelo de su hijo y nietos, la vida fue llevadera, pero al morir estos, un vacío en su pecho se instaló imposible de llenar a pesar del tiempo.
Los recuerdos de su mirada verde intensa conectada con los ojos grises de su señor, ojos que al mundo parecían fríos, eran para él una mirada de la más pura devoción y cálido amor, fieros sólo en su protección y entrega. El muro y el castillo palidecen en la protección que los brazos de su destinado le daban. Y esos recuerdos nutren y matan su alma por igual.
Por mucho tiempo Jace se ha sentido como las estrellas, tan solo, tan frío, tan apartado. Ya ha buscado la solución para partir de este mundo, en sus términos.
La vida le dio un último regalo.
Caminando en una calle de esa ciudad del norte reconoció a esa alma vieja, curioso que conserve el mismo nombre, Cregan, un joven de pelo azabache, que al verlo le pide torpemente su número. Jace, sin asimilar que lo tiene delante, sin creer que es real, toca el rostro con barba cuidadosamente afeitada. El toque es delicado y a su vez envía una corriente eléctrica por todo su cuerpo.
Cregan solo dice -Recuerdo. Jace se le inundan los ojos y las lágrimas corren raudas de felicidad.
Saben lo que deben hacer para al fin descansar de esta vida, han cumplido su deber más allá que cualquier ser sobre la tierra, la gran batalla se libró y los caminantes ya no son la amenaza latente que los unió.
Se dirigen al gran árbol primario. Ese donde la magia nace y se enlazaba a todo el continente. Ahí viven su último ciclo de esta vida, la viven plenamente, se aman y comparten detalles de las muchas vidas de Cregan en sus distintas reencarnaciones, Jace le cuenta los cambios que vio, aunque hay alguna cosas confusas entre tantas y tantas experiencia.
Esta vez, el paso del tiempo es noble con ambos y la edad se nota en Jace, como va madurando, incluso Jace es quien duerme por última vez entre los brazos siempre cálidos de Cregan, apacible no vuelve despertar y el árbol muere de a poco.
No es sino al siguiente año, cuando Cregan exhala su último aliento. Ese espacio bajo el árbol, que fuera su último hogar, se hunde y queda un montículo donde descansan ese niño del bosque y ese humano que fueran protectores del mundo del hombre.
