Chapter 1: introducción
Chapter Text
what a sight for sore eyes
brighter than the blue sky
she's got you mesmerized while i die
Heather ; Conan Gray
🥀
—Jeno y yo decidimos casarnos —dijo Donghyuck mostrando su anular con emoción.
Ahí, brillaba un anillo dorado. Era algo sencillo y sin detalles extravagantes o lujosos, pero se veía bonito y elegante en la mano del chico.
Jaemin sintió que su estómago se revolvía, no estaba seguro de cómo reaccionar o qué decir y por fortuna no tuvo que hacerlo, ya que Renjun lo hizo en su lugar y, para sorpresa de nadie, sonaba indignado mientras hablaba:
—Dime que es una broma.
—Ren... —comenzó Hyuck, esperando que aquello no terminara en conflicto.
—No, por favor, dime que no vas a hacerte eso —insistió, levantándose para encararlo.
—Renjun, no. —Esta vez fue Jaemin el que se levantó para ponerse en medio—. No es el momento.
—No puedes decirme que estás de acuerdo con esto, Nana —le dijo en un tono que suplicaba por que le diera la razón.
«¡No, no estoy de acuerdo!» gritó una voz en su cabeza mientras sentía que su corazón se rompía. «¡Haz algo! ¡Por favor, no dejes que se casen!» quería decirle, necesitaba pedirle que juntos lograran que ese matrimonio no se concretara.
—Es su vida, Renjun, no podemos hacer nada —respondió en su lugar, intentando mantener la calma.
—Exacto, es mi vida —dijo Donghyuck con voz harta—. ¿Por qué no te puedes alegrar por mí?
—Porque sé que te estás equivocando. —Chasqueó la lengua para después negar con la cabeza—. No quiero hacerte daño, Hyuck, pero quiero evitar que sufras en el futuro, no quiero que salgas lastimado.
—Tú me estás lastimando ahora —dijo dando un paso hacia atrás—. ¿Por qué no puedes solo felicitarme y desearme lo mejor igual que Jaemin?
—Jaemin no te- —Renjun se interrumpió así mismo, dándose cuenta de lo que estaba a punto de decir.
El nombrado sintió que su aliento se cortaba, temiendo ser expuesto en realidad, pero eso era imposible, ¿cierto? Renjun no podía saber lo que ocultaba en su corazón.
—Tienes razón —continuó Renjun, después de un silencio alargado, sorprendiendo a los otros dos. Le tomó unos segundos continuar—: Felicidades, de corazón espero que todo salga bien y que yo me equivoque.
El mayor se acercó a Donghyuck y lo abrazó. Ambos se quedaron así por unos segundos, los dos tragándose su orgullo, las lágrimas y las ganas de discutir.
Esto no era nuevo para Jaemin. Los tres eran amigos desde niños y siempre era igual con ellos dos. Renjun era alguien irascible y Donghyuck tenía un carácter fuerte; las peleas y discusiones entre ambos siempre habían formado parte de la amistad. Claro que eso no significaba que ellos se quisieran menos, sino todo lo contrario, les era difícil estar enojado uno con el otro, por lo que siempre había alguien que terminaba cediendo.
En este caso, y para sorpresa de Jaemin, había sido Renjun. Ahora ambos se sujetaban el uno al otro mientras él no sabía qué hacer, había muchas emociones corriendo en su interior y lo único que deseaba era huir de ahí.
—No voy a insistir —Renjun habló con voz tranquila—, pero lo último que diré al respecto es que espero que sepas que estoy de tu lado sin importar nada. Si todo sale bien o si todo sale mal, yo estoy contigo, ¿sí?
—Lo sé —murmuró y luego le tendió una mano a Jaemin para que ahora el abrazo fuera grupal—. Sé que los dos siempre van a estar para mí sin importar nada.
Jaemin escondió su cara en su cuello y contuvo las ganas de llorar, pero cuando Renjun dijo que los tres eran un equipo tuvo que apartarse para darles la razón. Sostuvo su corazón como pudo para que sus amigos no escucharan cómo se quebraba y el desastre que haría al estrellarse en el piso. Les sonrió, les dijo que los quería y después volvieron a abrazarse. Ya tendría tiempo para desmoronarse después.
—Felicidades —le dijo cuando Renjun ya no estaba—. No esperé qué ustedes quisieran dar ese paso... al menos tan pronto.
—Gracias, Nana —dijo Hyuck abrazándolo con fuerza—. Pero estás exagerando, llevamos años siendo novios, creo que era obvio que algún día nos íbamos a casar.
Claro, porque ellos estaban enamorados, tuvo que recordarse. Ellos se amaban, eran la pareja perfecta y eran todo lo que él y Jeno nunca serían, ni podrían ser.
Todo empezó cuando los tres tenían 17 años. Jaemin tenía un crush con uno de los chicos con los que compartía clase, Lee Jeno. En un inició pensó que era algo platónico, que después de unos días se le pasaría y que no tenía sentido intentar algo con él.
Jeno era un buen estudiante, era amable, responsable, cariñoso y atlético. Jaemin, por otra parte, era alguien común, no había nada que lo hiciera destacarse, excepto por un simple detalle: era el hermano del gran y carismático Haechan.
Donghyuck era brillante, pero más que nada era divertido y sabía cómo usar las palabras a su favor. Además, era hermoso, su piel resaltaba entre la multitud y sus facciones eran bonitas y atractivas. Jaemin no sentía que pudiera compararse con eso, Hyuck brillaba tanto que terminaba por opacarlo a él y, a decir verdad, odiaba esa sensación.
Recordaba los días de secundaria en los que deseaba que ambos fueran iguales. Cuando se desvelaba llorando y pidiendo por que su hermano le compartiera de su luz y ambos pudieran brillar juntos.
Lo peor de todo el asunto era que lo mucho que se amaban, Jaemin y Donghyuck eran inseparables desde niños y el cariño entre ambos era evidente. Esto solo lo hacía sentir peor, no debería envidiar a su hermano y no quería sentirse de esa manera; pero cuando Jeno y Donghyuck aparecieron tomados de la mano un día, se preguntó si realmente alguna vez podría hacerle frente a ese sentimiento de insuficiencia, si la envidia que le provocaba su hermano se esfumaría alguna vez.
Renjun estaba ese día y también el primo mayor de Jeno, Mark; los tres se habían reunido para ser informados de que ahora ellos eran una pareja y aprovechar la ocasión para presentarse mutuamente a sus amigos cercanos.
Jaemin se vio obligado a fingir emoción, incluso comenzó a hacer preguntas sobre cómo se habían conocido e iniciado su relación. «¿Por qué? ¿Por qué él y no yo? ¿Por qué pudiste verlo a él y no a mí?» quiso decir, pero no podía, no cuando su hermano se veía tan feliz a un lado de su novio.
Mark, a quien no conocía, no hizo más que felicitarlos y decir que hacían una pareja bonita. «Creo que ustedes dos pueden ser muy felices juntos» les dijo y Jaemin quiso llorar porque sabía que era verdad.
—Más te vale no hacerle daño —dijo Renjun por su parte, rodando los ojos al ver sus manos entrelazadas.
Después tomó sus cosas y se fue diciendo que tenía tarea. Desde ese entonces no estaba de acuerdo con la pareja de su amigo y nunca se tomó la molestia de intentar ocultar ese hecho.
Jaemin se preguntó si tendría la misma reacción si él estuviera en el lugar de Hyuck. ¿Renjun se preocuparía por él o lo felicitaría? ¿Qué tanto cambiaría si hubiera hablado de sus sentimientos por Jeno desde un inicio? ¿Las cosas serían diferentes si le hubiera dicho a su hermano sobre el chico que le gustaba?
Las cosas no mejoraron cuando en su cabeza se instaló el pensamiento de que tal vez aquella relación no duraría. Sabía que su hermano no tomaba sus relaciones demasiado en serio, por el contrario, siempre hablaba de no querer aferrarse a alguien y que estaba bien disfrutando de su libertad, por lo que siempre que conseguía novio se aburría a las pocas semanas. Entonces se dijo que tal vez, cuando ellos dos terminaran y el tiempo pasara, Donghyuck no tendría problema con que él intentara algo con Jeno.
Para su mala suerte, esto no ocurrió así. Jeno era el novio perfecto, todo lo que Donghyuck alguna vez había deseado. Era atento, amable, romántico y cariñoso. Siempre trataba a su hermano como si fuera un príncipe e incluso soportaba el comportamiento empalagoso de este. Jaemin no podía creer que la vida se burlara así de él, restregándole en la cara lo que pudo haber sido para él y haciéndolo sentir mal.
—¿Sabes, Jaem? —preguntó Donghyuck una noche en la que ambos estaban juntos y solos en su casa, nada más que acostados en el jardín mirando a las estrellas—. Creo que nunca había sabido lo que era el amor hasta este año.
—¿En serio? —respondió de vuelta esperando que su voz no sonara entrecortada.
—Sí, no pensé que fuera así de intenso y emocionante —su voz sonaba tan feliz que Jaemin no necesitaba girarse para verlo sonreír.
El menor de ambos se abrazó a sí mismo y tuvo que respirar con cuidado para no comenzar a llorar.
—Espero que alguna vez tú también lo encuentres —los brazos de su hermano lo rodearon y Donghyuck le permitió descansar su cabeza en su pecho—. Tú te mereces el amor más bonito del mundo.
Las lágrimas comenzaron a escapar sin preguntarle, por fortuna ahora podía ocultarlas sin preocuparse. La mezcla de la culpa y el dolor estaba volviéndolo loco, quería alegrarse por su hermano, pero no había más que envidia llenándolo por dentro y eso solo empeoraba las cosas. Tal vez si Donghyuck fuera un peor hermano no se sentiría así, pero incluso en eso era mejor que él, sus deseos hacia su persona eran buenos y no podía dudarse de la veracidad de sus palabras.
Sin embargo, esa conversación tuvo un impacto en él, pues después de pensarlo un poco —y de llorar tras el primer aniversario de la parejita—, se dijo a sí mismo que era momento de superar aquello, que no había nacido amando a Lee Jeno y que definitivamente era capaz de conocer a alguien mejor que él.
De verdad lo intentó, se esforzó muchísimo en esa tarea que terminó resultando cada vez más difícil, dado que siguió unido a su hermano como siempre y no podía evitar notar la manera en que Jeno lo trataba.
Intentó conocer a personas en fiestas, aceptar salidas a cenar de compañeros de la escuela y, cuando el tiempo avanzó un poco más, se dijo que su ingreso a la universidad era oportunidad perfecta para descubrir a su chico ideal.
Por supuesto, nada de esto funcionó. Él ya conocía a su chico ideal, solo se había tardado en intentar algo con él y ahora se encontraba haciendo profundamente feliz a su hermano.
Pese a que ambos estaban estudiando cosas diferentes, Jeno y Donghyuck seguían siendo inseparables y cada vez se veía más imposible que su relación llegara a terminar. Por supuesto, Jaemin continuó fingiendo que esto le alegraba y en más de una ocasión le tocó detener las discusiones entre Renjun y su hermano debido a esto.
Después de que sus padres se divorciaran, cuando ambos estaban a la mitad de la carrera, ambos hermanos quisieron independizarse y comenzar a vivir juntos. En la mudanza, por supuesto, Jeno actuó como el novio perfecto y ayudó a Donghyuck con sus pertenencias, incluso le pidió a su primo que los ayudara.
Ese día, ambos estuvieron más empalagosos que de costumbre. Jeno le robaba besos cortos apenas podía y cuando todos acordaban descansar, Donghyuck se sentaba en sus piernas y se escondía en su cuello después de que su novio le murmurara palabras al oído. Compartieron un montón de sonrisas cómplices e incluso sin querer escuchó como ambos hablaban sobre todos los usos que le darían a la cama nueva de Hyuck.
Fue inevitable sentirse como un cero a la izquierda en medio de toda su actuación tan doméstica y cariñosa, incluso se dio cuenta de que para Mark también resultaba incómodo y que escapó en la primera oportunidad que se le presentó; simplemente dijo que ya tenía otros planes, pero que le había alegrado ayudar y que esperaba que ambos se sintieran cómodos en su nuevo hogar.
Jaemin sospechaba que había dicho eso más por cortesía que por otra cosa, porque cuando Donghyuck insistió en que se quedará a cenar con todos, Mark no se veía muy convencido. Se negó con educación diciendo que no tenía hambre, pero el más joven presentía que lo había hecho porque pasar más tiempo con ellos dos lo haría sentir más incómodo y por fortuna logró huir de la situación.
Para su mala suerte, él no podía escapar y ahora que vivían juntos tenía que acostumbrarse a ver a Jeno casi diario: en las mañanas, tomando su desayuno con tranquilidad apoyado en la barra de la cocina con el cabello despeinado (y viéndose irremediablemente atractivo); en las tardes, cuando él y Hyuck veían películas en el sofá, acurrucados bajo una manta; en las noches, cuando lo veía con el pijama puesto y el cabello húmedo, listo para dormir junto con su hermano.
Fue entonces cuando decidió volver a su plan de intentar encontrar una persona para salir, no podía seguir sumergiéndose en su miseria y escondiéndose en su habitación todos los días. Claro que siguió sin poder conocer a alguien que superara a Jeno, que fuera lo suficientemente bueno para dejar de pensar en él; sin embargo, tras un par de copas de más, se dio cuenta de que tener aventuras con desconocidos lo distraía lo suficiente del tema del noviazgo de su hermano.
Dejó de ver a Jeno por las noches, porque comenzó a dormir en los departamentos de otros chicos. Le daba igual quiénes eran, solo debían ser lo suficientemente atractivos para gustarle y tener ojos para darse cuenta de lo hermoso que era Jaemin. Nunca había notado lo fácil que era ligar con otros hombres y fue ahí cuando se dio cuenta de porqué para su hermano había sido tan fácil en la época antes de que formalizara con Jeno.
—¿Dónde estabas? —fue lo primero que escuchó, aquella vez que ingresó al departamento un domingo por la mañana, tras un fin de semana intenso con un chico cuyo nombre no recordaba.
Donghyuck tenía los ojos hinchados y lo miraba con preocupación, a su lado y como siempre, estaba Jeno. Le frotaba un brazo de manera reconfortante y también parecía aliviado de verlo llegar.
—Por ahí —dijo con simpleza tirando sus llaves en el mueble de la entrada, todavía le dolía un poco la cabeza.
—¿«Por ahí»? —preguntó con su hermano, ahora su tono sonaba molesto—. ¿Sabes lo preocupado que estaba? Nadie sabía nada de ti desde el viernes, temí que te hubiera pasado algo porque tampoco respondías el maldito celular.
—Bueno, ya estoy aquí —se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia la puerta de su habitación—. No es necesario que me hables así, no eres mi madre y ya llegué. Eso es lo que importa, ¿no?
No había palabras para expresar la manera en la que su hermano lo miraba, la preocupación no había desaparecido, pero definitivamente había algo más ahí. No solo era el enojo, sino algo más. Lo veía como si no lo reconociera, como si no supiera en qué se había convertido.
Por supuesto, lo que más le dolió fue que Jeno lo veía de manera similar.
«¡Esto es por ti!» quiso gritarle, «¡¿por qué él y no yo?!». No pudo evitar pensar en que si hubiera sido más rápido, más listo, más valiente, más atractivo... Él estaría en el lugar de Donghyuck. Su hermano continuaría siendo un desastre y Jaemin sería el que tendría que correr atrás de él para evitar que hiciera estupideces.
En el fondo sabía que sus pensamientos no tenían sentido, ya podía sentir que estaba perdiendo la cordura poco a poco.
—Eso me gano por actuar como un hermano mayor —dijo Donghyuck, había una lágrima deslizándose por su mejilla, pero no parecía que le importara mucho—. Me alegra ver que estás bien.
Caminó hasta su habitación y azotó la puerta después de entrar, dejando un ambiente tenso en la sala.
—Jaemin —el tono de voz de Jeno era serio, probablemente no le había gustado la manera en la que había tratado a su novio—. Hyuck no lo hizo para molestarte, de verdad le preocupaste mucho. Él y Renjun estuvieron como locos buscándote ayer —cerró los ojos y después de suspirar retomó el contacto visual—. Nos tenías preocupados.
—¿A ti también? —preguntó en un murmullo, las palabras escaparon sin poder detenerlas.
—Claro que a mí también —respondió como si fuera obvio, después caminó hasta la puerta del cuarto de su hermano, pero no ingresó, detuvo su mano en la perilla y giró la cabeza para mirarlo—. Entiendo que quieras divertirte. —Con su mano libre señaló su cuello, Jaemin de inmediato cubrió la marca en él—, pero no necesitas actuar de esa forma y arriesgarte para hacerlo.
—Lo lamento — dijo, la culpa ya estaba llenándolo por completo.
—Se lo diré. —Sonrió de lado, pero sus ojos no lo hacían—. Pero deberías disculparte personalmente.
Jeno finalmente abrió la puerta para entrar y la conversación murió ahí.
Cuando volvió a su habitación tomó una ducha y se recostó en la cama con un pijama limpio mientras recordaba cada una de las palabras dichas. De verdad se sentía mal por haber preocupado a su hermano, pero había calidez en su corazón al saber que Jeno también se había preocupado por él.
Además había disfrutado compartir un par de palabras con él, se preguntó si podrían hacer aquello más seguido. Antes, había intentado poner una barrera entre ambos para bloquear sus sentimientos, pero ahora quería ser su amigo. Tal vez no podrían ser una pareja, pero ¿estaba mal si buscaba una amistad con el novio de su hermano? ¿Sería algo malo si ellos se hacían cercanos, aunque fuera en un contexto totalmente distinto al que le gustaría?
Jaemin pensó que el destino le decía que aquello no era una mala idea, ya que, días después del suceso, se encontró con Jeno en la sala después de llegar de una clase. Su hermano no estaba y el mayor de inmediato se apresuró a explicarle que su hermano había tenido que quedarse más tiempo con el profesor que lo ayudaba con su tesis y que él había decidido esperarlo en el departamento, también añadió que el mismo Hyuck le había dado la llave para que ingresara. Jaemin, con una sonrisa, le dijo que no había problema, que ya sabía que ese lugar era prácticamente como su segunda casa.
Después de notar que ninguno de los dos había almorzado, el menor se ofreció a preparar algo para los dos. «Además, así Hyuck tendrá algo que comer cuando regrese a casa» dijo esperando que aquello fuera suficiente para que Jeno no sospechara. Su corazón tembló un poco cuando él se ofreció a ayudarlo con la preparación y, antes de que se diera cuenta, ambos ya se encontraban en la cocina buscando los ingredientes necesarios para una comida.
Sus manos temblaron un poco, pero se esmeró en que Jeno no notara lo nervioso que se ponía al estar cerca de él e intentó concentrarse en la conversación que surgió entre ambos, rápido se dio cuenta de lo increíble que era poder decirse más de cinco palabras. Los temas fueron variados, hablaron de un montón de cosas poco concretas, pero para el menor había sido increíble, todo lo que alguna vez había soñado.
Hyuck llegó minutos después de que terminaran y aunque en un inicio miró con extrañeza la cercanía de ambos pronto hubo una sonrisa en sus labios. Caminó hacia ellos y los abrazó a los dos, después murmuró algo sobre estar feliz de que sus personas favoritas se estuvieran llevando bien, Jaemin no podía recordarlo con exactitud, pues sentía su corazón latiendo con fuerza, todavía nervioso. Se sentía como si hubiera sido atrapado en medio de una travesura, pero se forzó a calmarse, visto desde afuera no estaba haciendo nada malo, no había necesidad de preocuparse.
Y si estuvo pensando y admirando a Jeno mientras los tres comían juntos, sólo él podía saberlo.
Después de aquella ocasión, su relación con el novio de su hermano mejoró notablemente. Jeno comenzó a pasar más tiempo en el departamento (aunque Donghyuck no estuviera ahí) y él aprovechó cada una de esas oportunidades para hacerse cercano a él.
Se dijo a sí mismo que todo esto era sólo para que se convirtieran en amigos y olvidarse de sus sentimientos por él, pero en el fondo sabía que se estaba mintiendo y que sus esperanzas e ilusiones no hacían más que aumentar de tamaño e intensidad.
Llegó un punto en el que ambos ya se consideraban amigos, Jeno lo trataba con cariño y le había dedicado un montón de sus sonrisas, pero apenas Donghyuck entraba en la habitación, volvía a dirigirle toda su atención y muestras de afecto a él. Sabía que no tenía sentido molestarse por eso, pero no podía evitarlo, no podía evitar desear estar en el lugar de su hermano.
Para ser honestos, Jaemin no esperaba que su enamoramiento por Jeno durara tanto tiempo, pero después de todo lo que había vivido no podía evitarlo. Hace meses que no pensaba en superar todo eso, pero ahora que ellos iban a casarse no podía evitar llenarse de culpa.
Le dolía ver a Donghyuck tan emocionado por su boda, verlo compartir todas sus ideas con él y tener que discutirlas fingiendo que no le afectaba. Sabía que su hermano se moría por una gran boda, una fiesta espectacular y llena de detalles que tenían que planearse meticulosamente y, aunque al final no todas sus ideas pudieron realizarse, él estuvo para Hyuck apoyándolo en la organización.
Renjun, para bien o para mal, también formó parte del equipo de planeación. Ambos se habían encargado de dar sus más honestas opiniones y aunque Donghyuck siempre terminaba eligiendo lo que él quería, apreciaba escuchar más comentarios y poder tomar las mejores decisiones.
Así, dos meses antes de la fecha que se había decidido para la boda, llegaron al momento en el que Donghyuck estaba preocupado buscando qué es lo que vestiría en un día tan especial. Y, días antes al momento en que las flores hubieran crecido tanto como para necesitar salir, se encontraban juntos en la sala buscando opciones y haciendo sugerencias.
—Estoy cansado de que no haya cosas innovadoras para los novios. Las novias tienen muchísimas opciones, ¿por qué nosotros no?
—Puedes elegir un color innovador, si quieres —murmuró Renjun tecleando en su computador portátil buscando opciones también.
—No me refiero a eso. Ellas tienen todos esos cortes diferentes, millones de telas a elegir y usan un velo hermoso, ¿por qué no puedo tener eso yo? —preguntó refunfuñando, antes de dejarse caer contra el sofá.
—Nadie te impide usar un vestido —comentó Jaemin con una sonrisa, claramente buscando molestar a su hermano mayor.
Renjun rio mientras continuaba explorando diferentes páginas web, sabía que su amigo era capaz de eso y de muchas cosas más.
—Lo sé, pero esa sería la salida fácil —respondió despreocupadamente, no cayendo en el juego de su hermano, pero después se enderezó rápidamente y tecleó un par de veces; al encontrar lo que buscaba, giró el cuerpo de su propia laptop para que ambos pudieran ver la imagen que había en la pantalla—. ¿Y si uso algo así?
Ahí había una fotografía de un modelo luciendo un traje hermoso con escote en la espalda, la camisa y el saco tenían una abertura que iba desde los omoplatos hasta el inicio de la cadera. Ciertamente era una idea innovadora y muy sensual, pero Jaemin no podía evitar pensar que su hermano no se vería tan bien como...
—Jeno —dijo sin pensar—, a él se le vería mejor.
Recibió una mirada extrañada tanto de Donghyuck como de Renjun, sin embargo, las de los dos eran totalmente diferentes. Su hermano solo estaba confundido, pero su amigo lo miraba como si pudiera leer su mente y entendiera porqué estaba diciendo aquello.
—Me refiero a que tú no te ejercitas mucho y recuerdo que alguna vez mencionó que él sí —intentó explicar torpemente y disimulando su nerviosismo—. Pero si quieres usarlo...
Donghyuck asintió un par de veces, antes de que su mirada volviera a la normalidad.
—De cualquier forma voy a probármelo —dijo quitándole importancia al asunto—. También encontré este con detalles hermosos en las mangas, ¿qué piensan?
Jaemin intentó compartir sus ideas, pero no podía evitar notar que Renjun continuaba mirándolo de esa manera y su nerviosismo no hacía más que aumentar. En los días siguientes, su amigo intentó contactarlo varias veces y leyó en el chat privado que necesitaba hablar con él, pero Jaemin no podía hacerlo. Sabía qué era lo que Renjun le diría y no estaba listo para hacerle frente a él ni a nadie. Si hablaba de sus sentimientos con cualquier persona, terminaría confesando toda su historia respecto a su enamoramiento con Jeno y eso era inaceptable, especialmente si la charla era con el mejor amigo del novio de Jeno. ¿Y si le decía algo a Donghyuck después? No, era arriesgarse demasiado.
Se volvió un experto en evadirlo, hasta que simplemente no pudo hacerlo más.
Cuando los tres entraron a la tienda en la que Donghyuck planeaba encontrar por fin el traje que vestiría en su boda, tuvo que verlo a la cara. Renjun lo miraba como si supiera su secreto, pero Jaemin sabía que no podía hablar del tema mientras estuviera su hermano.
Por supuesto, en cuanto Donghyuck se fue a una habitación aparte para comenzar a probarse los trajes, la conversación llegó por fin:
—Tienes que parar ya —le dijo Renjun con firmeza.
—No sé de qué hablas.
—Últimamente estás siendo más obvio que nunca —continuó sin darle importancia a lo que había dicho, no necesitaba que Jaemin le confirmara nada, él sabía con certeza lo que estaba pasando—. Entiendo que te duela la boda, pero vas a lastimarlo más a él.
—No tienes idea de lo que estás ha-.
—Hablo en serio, Jaemin —interrumpió mirándolo fijamente a los ojos—. Sabes que Donghyuck te ama con todo su corazón, no se lo rompas haciéndole saber lo enamorado que estás de su noviecito.
—En todos estos años no se ha dado cuenta —respondió encogiéndose de hombros y después soltó un suspiro, por alguna razón sentía que el aire le estaba faltando.
—Y más vale que siga siendo así. Por eso te digo que debes parar ya, este enamoramiento no te va a llevar a ningún lado y si continúas con esto solo lograrás que más personas se lastimen.
—¿Crees que no lo he pensado, Renjun? ¿Que no lo he intentado? —Había una gran frustración en su tono de voz y un nudo formándose en su garganta.
—Pues vas a tener que intentarlo aún más. —El mayor pasó una mano por su cara y luego suspiró—. Ningún enamoramiento dura tanto, Jaemin.
Había una gran cantidad de palabras que Jaemin quería decir, quería poder decir lo que realmente pensaba, la verdadera forma en la que se sentía, pero no podía solo explotar y ya, por lo que se mordió la lengua y no dijo nada.
—¿Pasa algo? —preguntó Donghyuck cuando volvió con ellos, los miraba a ambos con preocupación.
Era común que Renjun y él discutieran, pero nunca lo hacía con Jaemin. Las veces que habían pasado era pocas y por lo general era debido a razones de gran peso.
—No, no te preocupes, todo está... —El mayor se quedó sin palabras al ver a su amigo y de inmediato dirigió la conversación hacia allá—. Wow, Hyuck, te ves hermoso.
—¿De verdad lo crees? —preguntó con una sonrisa y luego se miró en uno de los espejos, llevaba puesto el traje con escote en la espalda.
Jaemin sintió una punzada de envidia al notar lo bien que lo lucía. Definitivamente su hermano le daba luz y brillo al traje y no al revés. Donghyuck podría usar cualquier cosa y haría que se viera bien en él. Quiso llorar al darse cuenta de que por eso Jeno había elegido a Hyuck y no a él, de pronto el hecho de que ambos iban a casarse se vio muchísimo más real y ahora no podía contener las lágrimas.
Ahí fue cuando se dio cuenta de que ambos lo miraban y no pudo hacer más que apresurarse a abrazar a su hermano. «De verdad vas a casarte» le dijo tras un sollozo y pudo escuchar que Donghyuck soltó una risa enternecida mientras lo abrazaba. Por supuesto, también le hizo saber que se veía hermoso y su hermano no hizo más que mirarlo a los ojos y agradecerle.
Después de unos minutos, una abrumadora sensación lo invadió y tuvo que excusarse para ir al baño. Primero pensó que eran náuseas y que estaba apunto de vomitar su almuerzo, pero pronto comenzó a toser con fuerza y sin poder detenerse. Su mano cubrió su boca y fue imposible no sorprenderse al sentir que ahora había algo en la palma de esta.
Después de incorporarse, miró su mano con horror. No estaba imaginándose nada, claramente había sentido esos pétalos salir por su garganta. Había tosido un par de pétalos amarillos y podía verlos entre sus dedos sin ninguna duda.
Chapter 2: uno
Notes:
Muchas gracias a las personitas que comentaron ayer y me recordaron que estaba pendiente de subir esto. No saben la motivación que un simple comentario puede darle a una persona que escribe. Espero que lo disfruten mucho ♡
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Someone told me stay away from things that aren't yours
But was he yours, if he wanted me so bad?
Pacify Her ; Melanie Martínez
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Conforme avanzaban los segundos, podía sentir cómo cada vez era más difícil respirar. El aire que llegaba a sus pulmones no era suficiente y, con el corazón y la respiración acelerados, se aferró al primer objeto que encontró, lo estrujó entre sus dedos y espero que aquello sirviera de apoyo para soportar la situación.
El objeto resultó ser la sábana inferior de la cama, ya que Jeno no dejó de sostenerlo contra ella mientras salía y entraba de su cuerpo. Era un ritmo rápido y cada vez con más fuerza, ninguno de los dos se esmeraba en ser silencioso. Después de todo, no era la primera vez que hacían algo como eso, entonces esa era la menor de sus preocupaciones.
Jaemin no era especialmente ruidoso cuando se trataba del sexo, pero cuando su acompañante era Jeno, era inevitable no entregarse por completo al placer que ambos se brindaban.
—Te amo —dijo Jaemin con la voz entrecortada, pero sintiendo ambas palabras con todo su corazón.
Se lo dijo como si no fuera nada, lo dijo sin una pizca de duda. Siempre era reconfortante decir aquello en voz alta, especialmente cuando pasó tanto tiempo guardando aquella información en su pecho. Daba igual si Jeno era el novio de su hermano, qué importaba si la boda de ambos ocurriría en semanas. Ahora podía tenerlo entre sus brazos, en ese momento solo eran ellos dos.
—También te amo —respondió Jeno, antes de inclinarse para tomar sus labios en un beso apasionado.
Lo besaba sin remordimiento, como si Jaemin no fuera su cuñado. Lo besó como alguien besaría al amor de su vida, lo besó con toda la pasión que había en su corazón.
Jaemin durmió entre los brazos de Jeno esa noche, completamente agotado e irremediablemente feliz de ser él quien compartiera aquel momento con Jeno.
🥀
Donghyuck se despertó a mitad de la noche. Había comenzado a toser sin poder detenerse por al menos un minuto y lo único que pudo hacer fue llevar una de sus manos a su boca, mientras la otra se sostuvo contra su pecho, intentando calmarse y nivelar su respiración.
Maldijo cuando, después de que la tos se fuera, pudo ver los pétalos que sus dedos habían logrado sostener. Una vez más, aquellas hojas amarillas lo miraban con burla desde su mano, casi podía oír cómo se reían de la mirada de incomprensión que les dirigía.
Sabía lo que era el hanahaki, pero ¿por qué a él? No tenía ningún sentido que comenzara a escupir pétalos de color amarillo. Si amaba a Jeno y Jeno lo amaba a él, ¿cuál era la razón tras eso? ¿Qué era lo que estaba pasando? Él estaba seguro de sus sentimientos por su novio, ¿por qué se casaría si no fuera así?
Las lágrimas comenzaron a salir antes de que se diera cuenta y por reflejo tomó su celular y llamó al primer contacto que aparecía buscando un poco de consuelo. Sonó el primer tono, pero después colgó, ahora tenía miedo además de preocupación. ¿Cómo podía explicarle la situación a Jeno? ¿Y si él pensaba que amaba a otra persona y era por eso que se había enfermado? No, era arriesgado, no quería hablar con él hasta que encontrara la explicación tras su nueva condición.
Pensó, entonces, que la siguiente persona a la que llamaría sería a Renjun, pero esta vez consideró más la situación antes de llamar. Su mejor amigo nunca se había llevado bien con su novio y siempre encontraba la manera de que cualquier cosa se convirtiera en su culpa, sabía que, si le llamaba para contarle lo de su enfermedad, Renjun voltearía la situación para culpar a Jeno. Siempre le había afectado que ellos no se llevaran bien, pero supuso que la molestia original de su amigo era que desde que empezaron a salir, pasaba menos tiempo con él.
Tras descartar a su mejor amigo, un nuevo nombre se plasmó en su cerebro y antes de poder darse cuenta, ya estaba llamando a su hermano. Jaemin no estaba esa noche en el departamento, pero supuso que, si le decía lo mucho que lo necesitaba, no dudaría en volver corriendo para apoyarlo. Después de todo, siempre habían sido un equipo y no dudaba en el apoyo que le daría su hermano.
Después de que Jaemin no respondiera a la primera llamada, continuó intentando con una segunda y una tercera. Las lágrimas comenzaron a descender con mayor intensidad conforme se daba cuenta de que su hermano no respondería. Arrojó el celular contra el otro lado de la cama y pasó sus manos por su cabello, lleno de frustración.
En ese momento, escuchó su tono de llamada sonar en medio del silencio de la habitación. De inmediato se lanzó a responder sin siquiera revisar la pantalla, asumiendo que el remitente era su hermano menor.
—¡Jaemin, al fin! —dijo antes de sollozar—. No sabes lo mucho que-.
—¿Donghyuck? —lo interrumpió la otra persona en la línea, definitivamente no era la voz de su hermano.
—¿Mark? —preguntó confundido sintiendo que el llanto se detenía por su sorpresa—. ¿Por qué me llamas a esta hora?
—Tú me llamaste a mí —la respuesta sonaba igual de confundida—. Intenté responder, pero estaba dormido. Después quise llamarte de vuelta, pero la línea estaba ocupada. Pensé que les había pasado algo porque Jeno tampoco me contesta, se me ocurrió volver a llamarte antes de hacer cualquier otra cosa.
Donghyuck escuchó con atención, pero se mantuvo en silencio sin saber qué decir o cómo reaccionar.
—¿Donghyuck, sigues ahí?
El nombrado hizo un pequeño sonido, un jadeo que dejaba notar que estaba llorando.
—¿Donghyuck? ¿Sí pasó algo? —Conforme aumentaban las preguntas, aumentaba su preocupación—. ¿Jeno está bien? —Tras no obtener respuesta nuevamente, añadió—: ¿Tú estás bien?
—¿Sabes si Jeno me ama? —preguntó con la voz rota.
—¿Qué?
—¿Sabes si me ama de verdad? —Ya no se molestó por disimular su llanto—. Porque sé que yo lo amo y hasta ahora juraba que él también me amaba, pero... ¿y si no es así?
—No... No entiendo a qué viene esa pregunta.
—Creo que tengo hanahaki, Mark.
Escuchó de fondo el sonido del metal pegando, el mayor acaba de recoger sus llaves y de inmediato le dijo:
—Voy para allá.
🥀
Donghyuck nunca había sido particularmente cercano al primo de Jeno. Su novio siempre había intentado poner una barrera entre ambos y él nunca había cuestionado esto, sabía vagamente que Jeno no era cercano a su familia.
Los padres de Jeno habían muerto en un accidente de auto cuando él tenía 6 años, en ese mismo suceso también falleció el padre de Mark y, desde entonces, ambos habían sido criados únicamente por la señora Lee, la madre de su primo. Donghyuck no conocía todos los detalles, siempre que había intentado ahondar en el tema, Jeno terminaba molesto y era inevitable que se formara una discusión.
Había tenido que unir las pocas piezas que tenía y de manera muy resumida podía afirmar que a Jeno le había dolido mucho perder a sus padres, pero le había dolido más el ser criado por la mano dura de su tía. La mujer era muy dulce con su propio hijo, pero era exigente en cuanto a todo lo demás y con Jeno esto se duplicaba. Su novio le había contado que siempre había querido hacerla sentir orgullosa, pero que no siempre lo lograba.
Jeno y Mark habían crecido juntos, pero no se consideraban hermanos, siempre habían dejado claro que ellos únicamente eran primos. Compartían un par de amigos, pero casi todos ellos eran mayores y no llevaban el mismo estilo de vida que su novio. Aun así, ellos estaban invitados a la boda y esperaba poder conocerlos mejor.
Donghyuck no entendía muy bien la forma en la que su prometido veía a su familia, él siempre había sido muy unido a todas las personas a su alrededor y, aunque entendía que eran contextos y situaciones diferentes, le parecía algo triste que Jeno no tuviera una familia en la cual apoyarse. Desde que se conocieron había podido percatarse que Jeno era muy independiente y libre, a Hyuck le gustaba usar esas palabras para describirse también, pero fue justo después de eso que entendió que funcionaba de forma diferente.
Para él siempre había sido encantador el tener una familia, él era muy pequeño cuando su madre volvió a casarse, pero de inmediato se encariñó de su medio hermano. Jaemin y él nunca usaron ese término para referirse a ellos, desde niños se conocían como hermanos y nunca se separaban. Era increíble y genial que ambos tuvieran la misma edad, eso les permitía estar juntos incluso durante sus clases.
Después, cuando conocieron a Renjun a los 7 años, de inmediato se convirtieron en los tres mosqueteros e hicieron un equipo imparable. Pasaron un par de años para que Donghyuck se diera cuenta que también consideraba a Renjun como parte de su familia, pero definitivamente ya lo era desde que eran niños.
En cuanto a su anterior padrastro, también era alguien cercano a Donghyuck y sabía que podía contar con su apoyo sin importar nada. Lo quería como si fuera su verdadero padre y claro que sufrió cuando, al tener 20 años, él y su madre decidieron separarse. Sin embargo, su relación no cambió y siempre que Jaemin iba a visitarlo, él lo acompañaba para saludarlo y ponerse al día.
Donghyuck consideraba que su familia era importante para él, los quería, apreciaba y protegía siempre que podía, por eso le dolía que su prometido no tuviera algo así. Él había intentado llevarse bien con Mark, así como Jeno lo hacía con su hermano, pero nunca lo había logrado. Jeno no era alguien celoso, pero siempre que Hyuck pudiera estar cerca de su primo, él haría algo para evitarlo o se comportaba de manera tan cariñosa que terminaba por Mark alejándose con la primera excusa que se le ocurriera.
En un inicio pensó que eran celos, pero después que Jeno le explicara lo de la situación difícil con la madre de Mark, asumió que simplemente su novio tenía una distancia con su familia y él lo había entendido. Era una de las razones por las que él había intentado ingresarlo a su propia familia, desafortunadamente nunca se llevó bien con Renjun, pero después de un tiempo logró llevarse bien con sus padres y ahora también sabía que Jaemin lo consideraba un amigo. Eso lo hacía muy feliz, pero después de casarse sabía que juntos empezarían su propia familia y estaba emocionado por que ocurriera.
Aun así, el saber que a Jeno no lo hacía muy feliz que pasara tiempo con Mark, lo hacía sentir un poco nervioso al apoyarse en él en toda esta situación respecto a su hanahaki, aunque al mismo tiempo estaba tan asustado por lo que estaba pasando, que había decidido que aquello era lo menos importante. Cuando Jeno se enterara de la situación seguramente sería comprensivo, ¿verdad?
Cuando escuchó un leve golpeteo en la puerta, supo de inmediato quién era la persona tras la madera oscura. Nadie más llamaría a su departamento a las 3:42 de la madrugada, por lo que de inmediato se puso de pie para abrirla.
Mark se veía nervioso y un poco incómodo, pero también había preocupación en su mirada y tenía el cabello un poco revuelto. Donghyuck habría pensado que eso era razón suficiente para no acercarse, pero, en un intento desesperado de sentirse apoyado, no pudo evitar lanzarse para darle un abrazo.
El mayor lo atrapó, claro, pero tampoco sabía muy bien cómo reaccionar. Le dio un par de palmadas en la espalda esperando que fuera suficiente. Mark era una persona a la que generalmente los demás buscaban para pedirle ayuda y él resultaba ser ideal a la ahora de aconsejar y dar ánimos; sin embargo, en esta situación había algo que sentía incorrecto y no sabía bien cómo se suponía que debería actuar.
—Todo va estar bien —murmuró después de que a Donghyuck se le escapara un sollozo.
No había un motivo real tras las palabras, tampoco alguna certeza de que se volviera realidad, pero le creyó. Estaba seguro de que todo eso era una confusión y que pronto ese asunto se arreglaría, que todo se acomodaría a la forma en la que debía ser, que todo terminaría en el lugar que tenía que ser.
🥀
Cuando Mark tendió la taza de té hacia él, Donghyuck se aferró con ambas manos. Él, por lo general, era una persona cálida y sus manos lo reflejaban a la perfección, pero desde el día anterior se sentían heladas, evidenciando su nerviosismo y pánico por la situación.
Aunque no era su casa, el mayor se había ofrecido a preparar esa bebida para ambos, con la promesa de que los dos se calmarían un poco y podrían hablar sobre la situación, después de todo, ya no les quedaban muchas ganas de dormir.
—Entonces... —empezó Mark mientras se sentaba en la otra esquina del sofá.
Donghyuck no entendía a qué venía esa distancia, otra vez sintiendo la barrera que existía entre ambos, pero lo ignoró en cuanto continuó diciendo:
—¿Cuándo empezó todo esto?
En cuestiones de hanahaki, saber el inicio de los síntomas era primordial. La enfermedad no duraba lo mismo para todos, pero era una buena manera de verificar cómo avanzaba y a qué ritmo.
—Ayer en la tarde —respondió y luego dio un pequeño sorbo a la bebida—, estaba con Renjun y Jaemin buscando algo para la boda y... No sé, de pronto ya estaba tosiendo pétalos amarillos de la nada.
Mark se quedó callado unos segundos mientras analizaba cada una de las palabras, porque, a decir verdad, él no entendía muy bien la situación. El hanahaki era conocido como «la enfermedad del amor no correspondido». Sabía que existía y se hacía una idea de la forma en lo que ocurría, pero no tenía ningún sentido en la situación de Donghyuck, alguien que literalmente estaba a punto de casarse con quién él llamaría el amor de su vida.
Jeno nunca se cansaba de repetirle a Mark lo feliz que Donghyuck lo hacía, lo mucho que lo amaba y como iban a durar para siempre. Después de que le propusiera matrimonio, esos comentarios no habían hecho más que aumentar. Cada vez que ellos se reunían, su primo no parecía tener otro tema de conversación que no fuera su atractivo y encantador prometido y detalles de la boda que resultaban irrelevantes para el mayor.
Siempre había mantenido distancia con Donghyuck, pero no la suficiente como para no notar lo mucho que él amaba a Jeno. Era tan grande su amor, que cuando lo miraba parecía que fuera él quien le traía el día y la noche al mundo. De hecho, ni siquiera era necesario cuestionarse tanto, el que tuviera raíces creciendo en sus pulmones debería ser prueba suficiente del amor tan profundo que sentía por él.
—Quería hablar de esto con él —dijo Hyuck rompiendo el silencio que se había formado—. Fue instinto o algo así. —Una lágrima se deslizó por su mejilla, pero se apresuró a limpiarla—. Lo llamé, pero de pronto me asusté. No quiero que piense que esto está ocurriendo porque estoy enamorado de alguien más.
—¿Te asusta cómo pueda reaccionar? —preguntó con genuina confusión.
—Bueno, ¿no sería eso lo que tú pensarías si estuvieras en su lugar?
Mark ni siquiera necesitó pensarlo para negar con la cabeza.
—Honestamente mi primera reacción sería asegurarme de que estás bien —dijo de inmediato—. Debe ser doloroso que las flores crezcan de ti, mi primer pensamiento sería cómo evitar que sigan creciendo.
Donghyuck meditó esas palabras por unos segundos y no dijo nada. Pensó en Jeno haciendo eso, intentó visualizarlo haciendo algo así de dulce por él, pero no podía. Trató con más fuerza y cuando lo logró, suspiró con frustración al darse cuenta de que en su imaginación aparecía el Jeno de 18 años, el de aquella época en la que los dos se sentían plenamente enamorados.
—Te diría que te amo —soltó Mark de la nada y trayéndolo a la realidad.
—¿Qué? —preguntó confundido, pero el mayor le devolvió la mirada con el mismo sentimiento.
—Sobre tu pregunta —aclaró con las mejillas un poco rosas, Donghyuck asumió que era por la bebida caliente que compartían—. Creo que ambos sabemos que el hanahaki se da cuando el amor no es correspondido, entonces si yo estuviera en el lugar de Jeno... —Debía ser incómodo explicar su punto desde esa perspectiva, porque se corrigió—: Quiero decir, si mi prometido estuviera en tu situación, creo que me aseguraría de decirle que lo amo.
—¿Estás seguro de que no dudarías? —lo cuestionó con curiosidad—. ¿Ni un poco?
Mark lo miró en silencio y luego rio levemente.
—Conociéndome dudaría de mí mismo —negó con la cabeza y luego acercó a su rostro la taza en sus manos—. Probablemente pensaría que hice algo malo, que no demostré mi amor lo suficiente... —El mayor se perdió unos segundos mirando a la nada, pero de inmediato notó lo que hacía y carraspeó para disimular—. Entonces sí, creo que haría lo que fuera que estuviera en mis manos para convencer a esa persona de que mis sentimientos son genuinos.
—Qué dulce –admitió Donghyuck con una sonrisa pequeña—. Pero él se enojaría, lo sé... —murmuró antes de suspirar—. No quiero que cancele la boda por algo así.
—No creo que lo haga —le aseguró.
Era imposible, él estaba muy emocionado con todo el asunto de la boda, ¿no?
—No lo sé... —Se encogió de hombros mientras lo decía—. Creo que antes de hablar con él, prefiero ir con un médico antes.
—Está bien, es tu decisión —dijo comprendiendo que su opinión realmente no sería relevante—. Pero no vayas solo, por favor. Dile a Jaemin o a Renjun que te acompañen.
—¿Podrías acompañarme tú? —preguntó cediendo a su impulsividad.
Seguía pensando que no era buena idea hablar con Renjun al respecto y Jaemin estaba tan ensimismado con su nuevo novio que no quería molestarlo con eso, probablemente no sería algo tan grave, no era necesario preocuparlos a ambos y si Mark ya sabía de la situación y le había ofrecido ayuda y comprensión, ¿por qué no pedirle un favor como ese?
—Oh... Sí, está bien, puedo acompañarte —respondió sorprendido, pero con certeza.
Si Donghyuck necesitaba ayuda, a él no le costaba nada brindársela, ¿verdad?
Notes:
Seguramente tengan más preguntas que respuestas en este punto, pero todo irá saliendo a la luz poco a poco. Sé que en teoría esto es un fic nomin, pero que sepan que Hyuck es un personaje con mucho protagonismo también y era necesario ver varias cosas desde su punto de vista. No sé... ¿tal vez veamos más de Jeno en el próximo capítulo?
Siendo honesta, no sé por qué Mark empezó a tener tanta relevancia. Cuando planeé la historia no estaba pensado que él fuera un personaje con mucha presencia, pero para este punto es un personaje que disfruto escribir y que ya agarró un poco más de trasfondo en esta historia. (Además soy la más markhyucka, no me juzguen, me gusta verlos interactuar aunque sea como amigos, a).
Uy y friendly reminder de que pongan atención a las canciones que aparecen al inicio, después de todo, el título del fic está inspirado en la letra de una canción que eventualmente aparecerá así que no están puestas ahí por casualidad, yo sé lo que les digo.
Chapter Text
Oh, look what we became
All the things I did
Just so I could call you mine
Favorite Crime ; Olivia Rodrigo
🥀
Antes de que ambos entraran al consultorio, Mark detuvo a Hyuck poniendo una mano sobre su hombro.
—¿Qué pasa? —preguntó el menor con confusión.
—Quiero que me prometas algo antes de todo esto.
Donghyuck lo miró un tanto confundido, pero asintió esperando a que Mark hiciera su petición.
—Si resulta que esto es más grave de lo que ambos esperábamos, quiero que hables con Jeno.
—¿Por qué?
—Porque deberías tener su apoyo en esta situación. —Soltó un suspiro tras decir aquello—. Confía en mí, no va a enojarse contigo. Él te ama.
Por mucho que el más joven quería aferrarse a esas palabras, le resultaba demasiado difícil. Hace unos días no habría dudado del amor que ambos se tenían, pero ahora, al estar en esta situación, no podía evitar preguntarse qué tan cierto era aquello. Sumado a esto, lo hacía sentir peor el siquiera cuestionárselo.
Tal vez era justo esto lo que lo estaba enfermando, el dudar de lo que ambos sentían. Tal vez solo necesitaba pasar tiempo con él y volver a sentirse amado por su prometido.
—No quiero que nuestra boda se cancele, Mark —insistió, no pudiendo prometerle aquello.
El chico lo miró un tanto apenado, Donghyuck no podía distinguir con claridad a qué venía esa mirada, pero pronto se rindió con un suspiro.
—En ese caso, lo hablarás con Renjun —dijo con más seguridad, pero después añadió en un tono más amable—: ¿Está bien?
—Está bien —aceptó encogiéndose de hombros—. ¿Pero puedo preguntar por qué quieres que hable de esto con alguien más?
—Porque no deberías pasar por esto solo, es importante que te sientas querido en una situación como esta —explicó con calma, pero su mirada ya había divagado y no estaba mirándolo a los ojos.
—¿Pero no te tengo a ti para eso? —preguntó en un tono divertido, intentando aligerar el ambiente.
—Sabes a lo que me refiero —dijo después de reír, Donghyuck intentó ignorar que su cara se veía ligeramente más colorada.
—Está bien, te prometo que si todo esto escala demasiado al punto de superarme, voy a hablar con Renjun... Y con Jeno también.
Mark le regaló una sonrisa pequeña y asintió, después volvieron los nervios por entrar al consultorio, los hospitales le recordaban a sus padres. En primer lugar, al día en el que había perdido a su padre y después al estado actual de su madre, pero sacudió la cabeza e intentó no pensar en eso. Después de todo, Donghyuck necesitaba que él fuera su apoyo en este momento y estaba decidido a hacer eso por él.
🥀
Cuando despertó sintió los labios cálidos de alguien sobre los suyos. Todavía no estaba totalmente consciente, pero por costumbre correspondió sin pensarlo. Eran suaves y sorprendentemente fríos.
Esto último lo dejó pensando por unos segundos, la suavidad en los labios era algo a lo que estaba acostumbrado, pero la ausencia de calidez era rara. Todo en Donghyuck era cálido, incluidas las muestras de afecto que le regalaba. Un poco más despierto, pero con los ojos cerrados aún, acercó una de sus manos a sus mejillas para acariciarlo, pero incluso eso se sentía diferente.
Consternado, Jeno abrió los ojos y tuvo que entrecerrarlos rápidamente pues había demasiada luz en la habitación. Eso también activó las alarmas en su cabeza, sabía que a su novio no le gustaba dormir en un lugar con luz, ¿era por eso que se había despertado?
Después de eso, la persona a su lado se separó y Jeno por fin pudo verla con claridad. Quiso caerse de la cama esperando despertar de ese sueño, porque definitivamente no estaba entendiendo el hecho de estar desnudo junto al hermano de Donghyuck en la habitación de este.
Probablemente Jaemin también se dio cuenta de lo que ambos habían hecho, de lo que acababan de hacer, porque lo miró con miedo y preocupación. Ambos se quedaron callados, sin saber qué decirse. Fue imposible no notar que el menor empezó a temblar, parecía realmente asustado de lo que sea que Jeno pudiera decir.
—Yo... —empezó Jeno, pero de inmediato se detuvo sin saber cómo continuar.
Cerró los ojos e intentó hacer memoria, ¿cómo había terminado en esa situación con el hermano de su novio? Bueno, definitivamente Jaemin era atractivo y ya había descubierto que era divertido... Ahora también sabía que era un gran compañero en la cama. Suspiró con frustración después de que llegaran los recuerdos que respaldaban este último hecho.
—Lo lamento —dijo Jaemin limpiándose una lágrima que ni siquiera logró salir por completo de su ojo, su voz estaba temblorosa y Jeno tuvo que contener el impulso de acercarse a abrazarlo.
Jeno nunca había tenido amigos, al menos, nunca sintió que realmente se acercaban a él por quien era. Todos eran amigos de Mark, primero eran amigos de su primo y por consecuencia, de él. Pero eso lo hacía sentir en segundo plano, como si realmente no valiera lo suficiente para que lo pusieran a él antes que a su primo. Odiaba esa sensación, estar a la sombra de Mark era lo que más odiaba en toda su vida.
Por eso cuando Jaemin comenzó a acercarse a él con interés genuino, pensó que tal vez no era mala idea que se hicieran amigos. No mentiría, sabía que era raro ser cercano del atractivo hermano de su novio, pero eso no era necesariamente malo, ¿verdad? Después de todo, el mismo Donghyuck había dicho lo feliz que lo hacía verlo cercano con las personas que quería. Aun así, estaba seguro de que ese no era el nivel de cercanía al que se refería, definitivamente ambos habían cruzado una línea.
Las últimas semanas había descubierto que Jaemin era encantador y que ambos tenían gustos y opiniones demasiado similares. Realmente eso era nuevo para Jeno, tener un amigo con el cual sentía demasiada afinidad, nunca había sentido algo así antes.
Había veces en las que sospechaba que Jaemin gustaba de él, pero cuando se acercó para besarlo esa noche pudo confirmarlo. Ese beso había representado muchas cosas, la traición y la sorpresa, pero también le había acelerado el corazón. Se había sentido honesto y sincero, Jeno había besado a muchas personas, pero nunca se había sentido así.
Formar relaciones con otras personas no era un problema para él, pero ese nivel de cercanía con Jaemin le hizo darse cuenta de que aquella vez fue la primera en que todo se sintió real. Pensó que nunca antes había conectado con nadie y fue una sorpresa darse cuenta que ese vínculo había aparecido con el hermano de su novio.
No iba a mentirse a sí mismo, las cosas escalaron gracias a él. Tras confirmar los sentimientos de Jaemin, quiso descubrirlos y profundizar en ellos. Quería seguir persiguiendo ese sentimiento, descubrir hasta dónde llegaría su conexión.
Metió su mano bajo su camisa y Jaemin no se resistió. Profundizó el beso y se sentó a horcajadas sobre él. Compartieron una sonrisa confidente cuando se separaron y luego el menor sugirió mover aquella situación a su habitación. Intentó sonar seguro, pero Jeno pudo ver que en el fondo temía que se negara a continuar.
—Te sigo, precioso —murmuró sobre sus labios antes de dejar un corto beso en ellos.
Jaemin sintió que todo en él se derretía. Si estaba soñando, no quería despertar.
Sabía que ambos habían bebido, pero estaba seguro de que no lo suficiente como para no saber lo que hacían. No tanto como Donghyuck al menos, que ya se encontraba inconsciente en el cuarto junto al suyo.
Ninguno de los dos podía juzgar a Hyuck por haber tomado tanto, después de todo, no todos los días celebrabas tu cumpleaños número veintitrés.
Habían realizado una gran fiesta justo por eso, Renjun se había encargado de que cada detalle fuera perfecto y al gusto de su mejor amigo. Donghyuck lo había pasado increíble y había terminado tan ebrio que, cuando Jeno lo dejó en su departamento con ayuda de Jaemin, lo primero que había querido era recostarse en su cama y recuperar las energías que había perdido.
Jeno, siguiendo su papel de novio perfecto, fue hacia la cocina buscando un vaso con agua y una pastilla, pero para cuando quiso volver a ingresar al cuarto, descubrió que la puerta estaba cerrada con pestillo. Cuando ambos se quedaban juntos, Donghyuck bloqueaba la puerta de esa forma, no era difícil suponer que estaba tan perdido como para notar que había dejado a su novio fuera.
Intentó llamarlo desde fuera para que se levantara a abrir, pero ya no podía escucharse nada. Se había resignado a dormir en el sofá, cuando Jaemin salió de su propia habitación y se extrañó de verlo ahí. Una conversación inició, después hubo más cercanía y ambos habían terminado cogiendo en la cama del menor de la manera más silenciosa que podían.
A la mañana siguiente, mientras ambos intentaban hablar de lo que había pasado, escucharon la voz de Hyuck viniendo de la sala. Supieron ingeniárselas para inventar una mentira convincente y no notaron que él dudara de la versión que le habían contado.
Jaemin le escribió días después para disculparse una vez más al mismo tiempo que sugería que ninguno de los dos le dijera algo a su hermano. Ambos concordaron en que había sido cosa de una sola vez, pero en el fondo sabían que aquella solo sería la primera de las muchas mentiras que dirían.
🥀
Jeno se despertó con un escalofrío recorriéndole la espalda, pero de inmediato se dio cuenta de que Jaemin estaba entre sus brazos y sonrió al instante; sin embargo, esa sensación todavía estaba ahí, tenía un mal presentimiento.
Se inclinó un poco hacia el buró y tomó su celular de manera lenta y tranquila, no queriendo despertar al menor en sus brazos. Al tocar dos veces la pantalla, miró extrañado el hecho de que tenía dos llamadas perdidas en la pantalla.
La llamada perdida de Hyuck lo hizo sentir una punzada de culpa, especialmente porque mientras leía el nombre del contacto, Jaemin se acurrucó aún más entre sus brazos. Por otro lado, arqueó una ceja al ver que Mark había llamado tan tarde. Después rodó los ojos y se dijo a sí mismo que no le daría importancia. Su primo era un absoluto fastidio y justo ahora estaba pasándola muy bien como para amargarse pensando en él.
Volviendo a la llamada de su ahora prometido, se preguntó qué era eso tan importante que lo había hecho buscarlo en la madrugada. Le había dicho horas antes que esa noche estaba ocupado con su trabajo, era una de las mentiras que utilizaba siempre que se veía con Jaemin. Donghyuck se había vuelto alguien comprensivo después de un par de discusiones, entonces siempre que decía aquello se limitaba a no pelear y simplemente mantenerse al margen, por lo que el hecho de que se animara a comunicarse debía ser extraño.
Decidió escribirle un mensaje para conseguir la respuesta que necesitaba.
Jeno - 10:21
Amor, ayer terminé tarde y muy cansado, no pude responder :(
¿Todo bien? ¿Te pasó algo?
Hyuck - 10:21
Sí, amor, todo bien
Te explicaré todo después, ¿sí?
Jeno - 10:22
Está bien
Hyuck - 10:22
Recuerda que hoy tenemos cita a la hora de la comida para probar el menú de la boda
¿Nos vemos ahí o pasas a recogerme?
Jeno - 10:24
Te veo ahí
Hyuck - 10:25
Bien
Entonces nos vemos en un rato, amor
Jeno - 10:25
Claro que sí, bonito
Te amo
Hyuck - 10:25
También te amo <3
—¿Qué quería? —preguntó Jaemin después de que bloqueara la pantalla.
—Nada —dijo, no queriendo mencionar al elefante en la habitación que llevaba tanto tiempo ignorando—. Solamente recordarme algo.
Jaemin lo miró de esa forma que siempre lo lastimaba, por lo que cerró los ojos queriendo evadir esos ojos que tanto le gustaban. Siempre que alguno de los dos mencionaba a Donghyuck, terminaban molestos y malhumorados, a veces había lágrimas de por medio, pero nunca llegaban a un acuerdo al final.
Jeno iba a casarse, no podía cancelar el compromiso estando tan cerca de lograr aquello que llevaba queriendo desde niño. Jaemin, por supuesto, no estaba de acuerdo y desde el momento en el que se enteró del compromiso, había comenzado a pedirle que no se casara y que era mejor detener todo antes de cruzar una línea más.
—¿Y de qué servirá eso? —preguntó Jeno con frustración cuando tocaron el tema la primera vez—. Me case o no, no quita lo que ya hicimos.
—Pero todavía podemos salir de esta —dijo Jaemin, intentando no alterarse y usar las palabras adecuadas—. Si cancelas el compromiso, tal vez podamos encontrar una forma de estar juntos y...
—Sabes que aun así vas a lastimar a tu hermano, ¿verdad?
Ese era el punto principal de su situación: Donghyuck. Siendo totalmente honestos, ninguno de los dos tenía intenciones de lastimarlo, las cosas se habían dado y ambos habían sido irresponsables e impulsivos, pero nunca habían hecho eso buscando causarle algún daño.
Aun así, Jeno sabía que, si había intenciones o no, daba igual, el daño ya estaba hecho e hicieran lo que hicieran aquello no iba a cambiar. También sabía que, contrario a él, Jaemin tenía más esperanzas, que había buscado en innumerables ocasiones la manera de explicarle las cosas a Hyuck de una manera en la que al final aún pudieran estar juntos. El mayor era más realista, sabía que salir de ahí era complicado y que no le aseguraba a nadie un final feliz.
Era por eso que sabía que lo mejor era continuar de la manera en la que estaban, Donghyuck no sospechaba nada y se veía tan enamorado de él como siempre, Jaemin ya había soportado por dos años el estar en esa situación y sabía que seguiría con él sin importar nada. Entonces, ¿por qué cambiar el rumbo de las cosas en este momento?
Quería a Donghyuck, le tenía cariño después de tanto tiempo y sabía que podía estar casado con él, que había cierta compatibilidad entre ambos. El menor ya había aprendido las cosas que no tenía que hacer para evitarse problemas entre ellos y también había atracción física entre ambos, sabía que encontrarían la forma de hacerlo funcionar.
Por otro lado, Jaemin lo amaba demasiado y él lo amaba de vuelta y con la misma intensidad. Jeno no sabía lo que en verdad era el amor hasta que comenzó a sentirlo por él. Había pasado su vida entera ocultándose de los demás, cuidándose a sí mismo para no salir lastimado y, de una u otra forma, eso lo asustaba muchísimo.
Ya una vez le habían arrebatado a las personas que más amaba en el mundo, después de eso se había sentido solo, herido y confundido, no quería volver a sentirse de ese modo nunca más. Después de unos años consiguió a Donghyuck, pero era difícil tenerle el mismo cariño que a Jaemin.
Los motivos por los que se había acercado a Hyuck eran diferentes, con Jaemin las cosas nunca se sentían como una obligación. Las cosas fluían naturalmente entre ellos y había veces en las que parecía que solo una mirada era suficiente para tener conversaciones enteras entre ellos.
Sabía que Jaemin era increíble y una persona hermosa, no solo por fuera, sino en su interior. Desafortunadamente era inseguro de sí mismo, pero sin lugar a dudas se merecía todo lo bueno del mundo. Jeno no estaba cerca de ser eso que se merecía, pero aun así lo había elegido a él. Sabía que la relación de hermanos que había entre ellos dos era especial y que Jaemin la valoraba mucho, por eso era aun más significativo que lo eligiera sin importarle si al hacerlo lastimaba a Hyuck.
La verdad algún día saldría la luz, también era algo que tenía presente. Ningún engaño o mentira duraba para siempre, por mucho que ambos le ocultaran a Donghyuck lo que llevaban tanto tiempo haciendo, él algún día los descubriría. Llegado ese momento, Jeno esperaba que ambos supieran qué hacer. Suponía que, llegado ese día, tendría que divorciarse y huir junto con Jaemin.
El daño estaba hecho, era irreversible, irreparable y no se arrepentía. Lamentaba tener que involucrar a Jaemin y a Donghyuck en esta situación, pero estaba decidido en llegar hasta el final.
Notes:
Ahora ya saben cómo es que toda esta aventura comenzó y un poco más acerca de Jeno. Sé que todavía les faltan piezas para comprender algunas cosas, pero seguramente ahora ya tienen una idea sobre él aunque no se entienda del todo de dónde vienen sus razones.
Ya han conocido un poco de la mente de los tres protagonistas, pero aún les queda un complicado camino que recorrer. Es cuestión de tiempo para que sepan qué les depara a estos tres (o cuatro, porque Mark se metió a la trama sin pedirme permiso jaja, pero igual después hablaremos más de él).
En fin, no sé qué más decirles porque corremos el riesgo de que se me escape algún spoiler. Pero no duden en dejar sus opiniones, comentarios, teorías o deseos de lo que está pasando o pasará. Los leeré todos y siempre voy a intentar responder lo antes posible.
Le mando un abrazo y gracias por leer.
Chapter Text
and that's the thing about illicit affairs
and clandestine meetings and longing stares
it's born from just one single glance
but it dies, and it dies, and it dies
a million little times
Illicit affairs ; Taylor Swift
🥀
Jeno dejó un beso en el hombro desnudo de Jaemin. El menor se encontraba preparando el desayuno para ambos, como hacía siempre que ambos pasaban una noche juntos, mientras Jeno lo abrazaba por la espalda y lo llenaba de muestras de cariño.
—Hoy estás más cariñoso que de costumbre —murmuró Jaemin en un tono dulce, no era necesario mirarlo para saber que estaba sonriendo.
—Hoy te ves demasiado adorable —respondió de vuelta en el mismo volumen de voz—. ¿Ya te dije que te amo?
—Sí, hace unos minutos —dijo después de reír levemente—. Ayer lo hiciste también... Y en la madrugada un par de veces más, ¿recuerdas?
El tono en el que terminó de hablar era diferente, más provocativo. Jaemin supo que había logrado su cometido después de que Jeno apoyara su frente en su hombro y soltara un pequeño sonido frustrado.
—No hables de eso ahora —pidió después de dejar un besito más—. Tenemos que desayunar y después tendré que irme, no nos queda mucho tiempo.
Jaemin se quedó en silencio, tenía que procesar cómo aquella emoción volvía. Jeno nunca mencionaba el nombre de su hermano, pero no era necesario para que supiera a lo que se refería. Recordar que él y Jeno se casarían siempre lo hacía sentir igual, volvía a él esa sensación de ser insuficiente, de no poder hacer nada para evitar que ese acontecimiento sucediera.
—Siempre podemos vernos esta noche otra vez... —intentó, sabiendo que la negativa era una posibilidad, pero había hablado con inocencia fingida, esperando que aquello fuera suficiente para convencer al mayor.
Se sorprendió al notar que Jeno no se negaba de inmediato. Volteó ligeramente esperando verlo, pero pudo notar que el contrario había cerrado los ojos mientras consideraba la sugerencia. Después de unos segundos se rindió y asintió un par de veces mientras hacían contacto visual.
—Lo intentaré, ¿de acuerdo?
Jaemin apagó el fuego de la estufa y se giró, de inmediato Jeno lo sostuvo entre sus brazos y él no pudo hacer más que tomar sus mejillas y comenzar un beso entre ambos. Al igual que siempre, su pecho se llenó de emociones y su corazón latió con rapidez. El contacto era lento y cálido, se sentía íntimo y lleno de cariño.
Una vez se separaron, Jaemin escondió su cara en el cuello de Jeno y aspiró. Sonrió de inmediato, le encantaba el olor de su perfume, pero le encantaba aún más saber que él había sido la persona en elegirlo específicamente para que lo usara diario: en el trabajo, en su casa, en sus encuentros secretos, cuando se reuniera con su hermano...
Jaemin suspiró al notar que su mente una vez más se desviaba a pensar en Donghyuck, pero no podía evitarlo cuando sabía que, saliendo de ahí, Jeno iría a reunirse con él. No era necesario que él se lo contara, su hermano ya les había informado en el chat grupal donde daba actualizaciones respecto a su boda para Renjun y él.
🥀
—Debiste venir en cuanto empezaste a toser estos pétalos —la voz de la doctora Bae era una mezcla de enojo y preocupación.
—¿Eh? —preguntó Donghyuck con confusión.
—Justamente eso —respondió con firmeza—. Viendo toda esta situación, puedo deducir que tu hanahaki empezó hace dos o tres semanas aproximadamente.
Mark y Donghyuck se miraron con confusión, antes de que el mayor de los dos cerró los ojos y suspiró antes de apoyar la espalda en el respaldo de la silla y echar la cabeza hacia atrás.
—Empecé ayer —dijo como respuesta, aunque su voz apenas era capaz de salir.
—Ayer en la tarde —confirmó Mark.
La mirada en la doctora Joohyun cambió por completo después de esas palabras y volvió a leer los papeles que había en el escritorio. ¿Tal vez era un error? Sería algo poco probable, pero definitivamente eso sería más esperanzador. Su mirada leyó desde un inicio y pasó por todos los datos una y otra vez, pero nada parecía fuera de lugar. Se leía su nombre, su edad y la confirmación del diagnóstico; sin embargo, en los resultados de la evaluación las palabras eran claras y las raíces ya habían crecido demasiado.
—Pétalos de rosa amarilla —murmuró mientras leía, pero al terminarlo se levantó y se dispuso a salir—. Denme un momento, por favor.
En el momento en el que la doctora salió, Donghyuck cubrió su cara con sus manos y se permitió soltar un sonido que denotaba toda la frustración que sentía dentro. ¿Por qué? ¿Por qué estaba pasando todo esto? ¿Por qué él? ¿Por qué su cuerpo estaba haciéndole esto?
—Seguramente fue un error —dijo Mark de pronto y le regaló una sonrisa cuando se giró a mirarlo.
—Tengo miedo —confesó, pero no pudo decir nada más.
¿Qué era en concreto lo que lo asustaba? Demasiadas cosas: la verdadera razón de que todo esto comenzara a sucederle a él, el hecho de que los resultados del examen médico tuvieran un error (o que fueran correctos, no sabía qué era peor), la manera en la que los demás reaccionarían a su situación.
Esperaba que Jeno se lo tomara bien, que de verdad creyera en que, si estaba en esa situación, era debido a la intensidad de los sentimientos que tenía por él. No quería preocupar a Jaemin, sabía que él estaba totalmente ensimismado en su nueva relación y lo último que quería era darle preocupaciones a su hermano menor. Y definitivamente Renjun no necesitaba más razones para enojarse con Jeno. Las razones para estar asustado eran demasiadas.
—Todo va a salir bien —la voz de Mark lo trajo de vuelta de su nube de pensamientos—. No sé cómo, pero te prometo que vas a salir de esta.
Donghyuck quiso preguntar cómo era que lo sabía, la razón de que dijera esto con total seguridad; pero en lugar de usar sus palabras, decidió inclinarse un poco y tomar su mano en busca de tomar apoyo de ahí. Mark miró sus manos por unos segundos, pero no retiró la suya y eso fue suficiente para que ninguno de los dos se soltara.
🥀
Antes de que Jeno saliera del departamento, Jaemin volvió a acercarse para besarlo y darle un abrazo. «No te vayas» le decían sus acciones, porque su voz ya no era capaz de hacerlo, no cuando sabía que no importara cuántas veces lo dijera, Jeno no iba a hacerle caso.
Jaemin era plenamente consciente de las acciones de Jeno y aun así había decidido que se quedaría hasta que no pudiera hacerlo más. Nunca se había sentido de esa manera, para bien o para mal. Él daría lo que fuera porque ambos pudieran ser una pareja normal y no estar involucrados en una situación tan compleja y enredada, pero si aquella era la única forma en la que podía ser, entonces la tomaría.
Había pasado su vida entera deseando ser más como su hermano, pero cuando estaba con Jeno sólo era necesario ser él mismo para escuchar que era la persona más hermosa e increíble que existía en el universo. Nunca nadie lo había hecho sentir como Jeno, no podría entregarle su corazón de esa manera a otra persona que no fuera él.
Algunas cosas lo lastimaban y dolían, pero ¿no era todo eso algo inherente al amor? Si era necesario sentirse de esa forma para estar con Jeno, ¿por qué iba a negarse?
No dudaba de los sentimientos de Jeno, sabía que ambos se amaban de la misma forma y con la misma intensidad, lo único que deseaba era que sus circunstancias fueran diferentes. Que el prometido de Jeno fuera él, que juntos estuvieran planeando su propia boda, decidiendo el destino de su luna de miel, las cosas que comerían durante la fiesta, los trajes que vestirían...
—Te amo —murmuró Jeno sobre sus labios después de separarse.
—También te amo —dijo de vuelta.
—Intentaré verte más tarde, ¿sí? —preguntó con ternura y todavía en voz baja, como si estuvieran compartiéndose un secreto en medio de una multitud.
—Esperaré tu mensaje.
No podía evitar que su voz sonara de esa manera: suplicante. Esperaba que Jeno entendiera que esos encuentros furtivos significaban todo para él, que él podría tenerlos todos los días, que necesitaba que acontecieran para ser feliz.
🥀
—No creo que sea una buena idea —dijo Mark tras escuchar aquellas palabras.
—Pero lo es —insistió Donghyuck—. No hay manera de que no funcione este plan.
—«Este plan» es muy arriesgado. —Mark dirigió su mirada a él una vez el semáforo estuvo en rojo.
Habían usado su auto para transportarse al hospital y ahora estaban en camino al lugar en el que se realizaría la prueba del menú de la boda. Mark, por supuesto, estaba en el volante y Donghyuck ocupaba el puesto de copiloto.
Hubo un momento de silencio en el trayecto en el que ambos se dedicaron a procesar toda la información que recibieron al salir del consultorio, pero después Donghyuck compartió una teoría que explicaría el origen de su enfermedad:
—Desde que empezamos a planear la boda, Jeno y yo hemos estado un poco distanciados. Él está poniendo en orden su trabajo y yo estoy enfocado en que todo salga bien en la celebración, tal vez eso hace que mi cuerpo piense que el amor es unilateral. Es evidente que yo sé que lo amo, pero hace mucho que no pasamos tanto tiempo juntos —explicó con calma—. Solo necesito que volvamos a sentirnos como antes.
«Solo necesito volver a sentir que me ama» quiso decir, pero la expresión en la cara de Mark lo detuvo. Era una mezcla de tristeza y preocupación, Donghyuck no lo conocía lo suficiente como para saberlo, pero elegía creer que aquello no era lastima.
—Estás basando esto en algo de lo que no estamos seguros —continuó Mark explicando las razones a su respuesta—. Solo debes hablar de esto con él, no hay necesidad de hacer todo esto.
—No puedo hablarlo con él, Mark —dijo sintiendo un nudo en su garganta.
—Tienes qué, tú también escuchaste a la doctora.
Cuando la doctora Bae regresó al consultorio fue muy clara: su hanahaki estaba avanzando demasiado rápido y no estaban seguros del porqué. Le hicieron un par de preguntas y él respondió a todas con honestidad, pero ni así llegaron a una conclusión que explicara la situación. Joohyun era una excelente médico y había tratado a muchas personas con hanahaki, pero nunca había visto nada igual, ¿por qué alguien de una pareja tan enamorada a punto de casarse se enfermaría? De cualquier forma, su sugerencia a la situación había sido que hablara de eso con su prometido, Donghyuck no debía arriesgarse a que las flores crecieran aún más.
—Al menos tengo que intentarlo.
—Hyuck, si esto avanza más... —Ni quisiera quería terminar esa oración, esperaba que solo el inicio fuera suficiente advertencia.
—Lo sé, lo sé —dijo antes de suspirar—. Prometo que lo intentaré solo unos días y si no da resultados-.
—Lo hablarás con Jeno —interrumpió, esperando ese fuera el complemento que faltaba.
—Lo hablaré con Renjun.
Esperaba que aquello fuera suficiente, sabía que su mejor amigo no le tendría tanta paciencia como Mark. En el momento en el que Renjun se enterara de eso, no habría vuelta atrás. Él no lo dejaría hasta que no hubiera un solo pétalo o raíz en su cuerpo.
—Está bien —Mark cedió mientras estacionaba su auto—. ¿Es aquí?
—Sí, gracias por traerme.
Donghyuck estaba por salir, por lo que tomó la manija y se giró para decir un par de palabras más y despedirse, pero terminó sorprendiéndose al ver que Mark ya estaba bajando del vehículo también.
—No era necesario que bajaras —dijo cuando ambos volvieron a acercarse.
—No me pasará nada por caminar un poco —respondió encogiéndose de hombros y haciendo una señal para que Donghyuck fuera el que guiara el camino.
Avanzaron un par de pasos más en silencio, simplemente escuchando los sonidos del ajetreo de la ciudad uno a lado del otro. Ninguno lo comentó, pero era un silencio agradable, esa sensación de incomodidad y prisa por llenar el espacio con palabras era inexistente. Solo eran ellos dos y, por un momento corto, Mark pensó en las cosas que podrían ser diferentes.
—De verdad te agradezco mucho. —Donghyuck se detuvo en una puerta y lo miró a la cara, su tono de voz expresaba la honestidad de sus palabras—. No solo por traerme, sino por... ya sabes, todo. Lo de anoche, lo de esta mañana, lo de justo ahora.
—No tienes nada que agradecer. —Le regaló una sonrisa pequeña, una simple muestra del apoyo que le daría sin dudar—. Sé que tú lo habrías hecho por mí.
—Suenas muy seguro de eso —dijo con un tono divertido, su cabeza estaba ligeramente inclinada, como si esperara una justificación ante tal comentario.
—Creo que puedo reconocer a una gran persona cuando la veo.
Volvieron a compartir una sonrisa y Donghyuck le dio un abrazo corto como gesto de despedida, esperando aquello fuera suficiente para expresar agradecimiento tras ese comentario.
—Soy mucho de contacto físico —explicó tras ver que no era una acción que el mayor esperara—, no puedo evitarlo.
—Lo noté un par de veces ya —rio levemente y le quitó importancia con un pequeño gesto con la mano—. No te preocupes, no pasa nada. —Mark miró hacia el lugar y dio un paso hacia atrás—. Ve antes de que pierdan su cita, pero sabes que puedes llamarme para cualquier cosa.
—Lo sé, Mark. Nos vemos luego. —avanzó un poco, pero antes de entrar se giró para decirle—: Te diré si el plan va dando resultados.
—Esperemos que así sea —dijo como despedida.
Ambos comenzaron a caminar en direcciones contrarias, pero Mark no pudo evitar girarse para verlo una vez más, no cuando escuchó con claridad como la tos regresaba al cuerpo del más joven. No podía verlo ya, pero estaba seguro de que había sido él.
Caminó de vuelta hasta su auto, pero no hizo más que apoyarse en él y levantar la cabeza para mirar al cielo. Estaba azul, el sol brillaba en la punta de un edificio y había una cantidad suficiente de nubes para hacer un paisaje hermoso.
Mark se preguntaba muchas cosas en esa pequeña pausa que había hecho para reflexionar, pero de inmediato sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que reconocía muy bien, la voz de la persona con la que había crecido.
—¿Qué haces por aquí, Lee?
La voz de Jeno lo sorprendió, por lo que de inmediato cambió su postura y lo miró de frente. Su primo se veía genuinamente curioso, como si en verdad no esperara que ambos se encontraran ahí. No había nada acusatorio en el tono de su pregunta, pero Mark se sentía como si hubiera sido atrapado haciendo algo incorrecto; tuvo que recordarse a sí mismo que no había hecho nada malo al estar apoyando a Donghyuck, por lo que no tenía que sentirse culpable de nada.
—Vengo de verme con alguien —dijo con simpleza, porque en el fondo aquello no era una mentira.
—Oh, ¿de verdad? —preguntó Jeno con una sonrisa de lado, Mark no quiso y no supo cómo interpretarla—. ¿Tú y Mina volvieron?
—¿Qué? —Mark rio levemente y negó con la cabeza—. No, decidimos sólo ser amigos, pero acordamos darnos un tiempo antes de que eso pase.
—Una lástima. —Pese a sus palabras, Jeno no parecía afectado—. Ella le agradaba a tu madre, ¿no?
Mark se quedó callado al oír esa mención, pero asintió. El tema de Mina ya no le dolía, eso estaba totalmente superado y le daba gusto saber que en el futuro podrían ser amigos. No, lo que realmente le afectaba era que hubiera mencionado a su madre, pensar en ella lo llevaba a pensar en su condición y no podía evitar sentirse triste y preocupado cuando eso pasaba.
—¿Sabes? De verdad pensé que ustedes se iban a casar —continuó Jeno y para Mark fue imposible contener el suspiro que había estado guardando.
—Yo también —respondió sin pensarlo y aunque después sonrió, lo hizo con tristeza—. Mamá también lo pensaba, pero ahora está muy feliz sabiendo que tú vas a casarte así que...
—Y hablando de eso —Jeno interrumpió con una sonrisa—. Mi prometido debe estar esperándome, vamos a ver algunos detalles de la boda, entonces creo que terminaremos esta conversación después.
—Entiendo —dijo Mark—. Ve con él, no lo hagas esperar.
—Claro que no, él se merece lo mejor.
—Espero que no se te olvide —respondió sin pensar.
Mark no planeaba sonar amenazante, pero no podía evitarlo, no cuando recordaba la mirada asustada de Donghyuck en la madrugada, en las lágrimas que derramó pensando en si Jeno de verdad lo amaba.
La mirada de Jeno se endureció y levantó una ceja, pero Mark no se retractó y mantuvo el contacto visual. Para su sorpresa, Jeno no respondió de inmediato, tal vez de verdad no esperaba ese comentario de su parte.
—No lo hagas esperar —repitió Mark y luego se despidió con un gesto en su mano—. Hablamos otro día.
No esperó por una respuesta y rodeó el auto para subir en él. Ignoró la presencia de su primo y miró a su reloj, llegaba tarde a su oficina, pero todavía podría reponer un poco el tiempo.
🥀
Desde el momento en que Jeno llegó a su lado, Donghyuck se propuso ser lo más cariñoso posible. Buscaba cada oportunidad para hacer que las cosas se sintieran como antes, como en sus inicios, como aquellos días en los que no dudaba si el amor existía entre ellos.
—Hace mucho que no pasamos tiempo solos tú y yo —le dijo mientras ambos esperaban por la comida—, ¿quieres que hoy tengamos una noche juntos?
No había usado un tono sugerente, pasar toda la noche juntos era algo que hacían antes. Simplemente se dedicaban a estar el uno con el otro: veían películas, escuchaban música, hablaban mucho y, por supuesto, tenían sexo algunas veces. Donghyuck sintió que su corazón se oprimía un poco al notar que no se había dado cuenta de cuándo es que dejaron de hacer esas cosas.
—Tengo trabajo, amor —respondió tomando su mano y jugando con sus dedos mientras hablaba distraídamente—. Sabes que estoy adelantando algunas cosas para cuando nos vayamos de luna de miel.
—Lo sé, pero te extraño tanto. —Apoyó su cabeza en el hombro de su prometido—. Siento que ya pasó mucho desde la última vez.
—Te entiendo. —Dejó un beso en el dorso de su mano—. Pero después de la boda vamos a pasar mucho tiempo juntos y sé que haremos que valga la pena.
Donghyuck no pudo hacer más que darle la razón, no sabía de qué manera insistir sin tener que explicarle el hanahaki, pero ya se había dicho así mismo que debía comenzar a pensar en cómo hacerlos pasar más tiempo juntos en los próximos días, si quería que el plan realmente sirviera de algo.
Cuando la cita terminó y Jeno concluyó en que lo que eligiera Donghyuck para la boda estaba bien, se ofreció a llevarlo de vuelta a su casa. Caminaron tomados de la mano hacia la salida y, mientras miraba a la unión que se formaba entre ellas, el más joven se preguntó cuánto de eso era un actor de amor y cuánto era simplemente costumbre.
Una vez el auto arrancó, un mensaje llegó al celular de Jeno y Donghyuck sintió que su corazón se aceleraba al ver lo que se leía en la pantalla: «Claro que puedo cubrir el resto de tu turno. Suerte con tu chico ;)»
Donghyuck se giró con emoción para verlo y decirle con emoción que estaba muy feliz de que hubiera pedido a alguno de sus compañeros que lo ayudara, con tal de que pudieran pasar esa noche juntos. ¿Jeno también extrañaba pasar tiempo con él? Eso sólo podía significar algo positivo, ¿cierto?
Por su parte, Jeno estaba molesto, no podía creer que hubiera sido lo suficientemente descuidado para permitir que Donghyuck leyera ese mensaje. Sólo sonrió con ligereza y pudo decir que quería que aquello fuera una sorpresa, en caso de que no encontrara a nadie que cubriera su turno.
Aunque por dentro sólo podía lamentarse por el simple hecho de saber que Jaemin se pondría triste al enterarse de que no se verían esa noche una vez más.
Notes:
En este capítulo se revelaron cosas interesantes, ¿no les parece? Son detalles pequeños, pero cuando se van juntando estas piezas todo se ve más claro y estoy segura de que ya una que otra persona podría ir intuyendo cosas y sacando conclusiones.
Me gustaría mencionar que en el próximo capítulo vamos a ver más de la relación de Jeno y Haechan, porque casi todo lo que sabemos de ella viene de ojos externos (de Jaemin y Mark, principalmente), así que váyanse preparando para leerlo.
La verdad no sé qué más decir, pero les recuerdo que siempre pueden dejar opiniones, comentarios, teorías o deseos de lo que está pasando o pasará. Son libres de plasmar sus emociones y pensamientos más sinceros, yo adoro leer esos comentarios y me alegran el día.
Les mando un abrazo y gracias por leer ♡
P. D. Por cierto, ¿alguien pensó que los pétalos amarillos eran de girasoles?

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