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My Little Obsession

Summary:

Harry está obsesionado con Draco Malfoy. Pero no es el único.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: I. Conocerte

Chapter Text

Nunca fue considerado normal. Su forma de amar era extraña. Aunque él solía decir que no era nada del otro mundo querer saber qué le gustaba a esa persona, llegaba a un punto que parecía conocer hasta el mínimo detalle de ella. Su forma de caminar, lo que hacía cuando se ponía nervioso. Familiares cercanos o lejanos. Se obsesionaba. Aunque esa obsesión no llegaba hasta ahí. Harry nunca fue Harry, siempre fue alguien diferente. Ya sea que su pelo fuera de color castaño o pelirrojo y sus ojos variaran del azul al miel; a veces tenía barba o era lampiño; otras hablaba muy bajo e incluso a veces no hablaba. Nunca fue él. Pelo negro alborotado que a veces dejaba crecer; ojos verdes que intimidaban, parecían escanear hasta lo más profundo de las personas. Casi nunca sonreía con los dientes, ni era muy expresivo. Lo único que nunca pudo cambiar fue su piel bronceada, y aunque tenía cicatrices, incluso esas las ocultaba.

Su forma de amar rebasaba los límites de lo sano. Odiaba que alguien más se le acercara al chico que le gustaba. Siempre los seguía a lo lejos para saber donde vivía y que lugares frecuentaba, que tipo de comida le gustaba o cuál era su color favorito. Cuántas veces salía por semana y con quién. Y siempre era el mismo tipo de chico. Piel pálida, pelo y ojos claros, contextura delgada; la altura no le interesaba. Si cumplía estas características, automáticamente estaba en la lista de Harry.

Nunca se quedó quieto. Principalmente solía pasar en Escocia, procurando no quedarse mucho tiempo en la misma ciudad. Aunque todo se complicó cuando conoció a Colin Creevey. Un muchacho de baja estatura con pelo castaño y ojos color miel. Era delgado y muy torpe para el gusto de Harry, pero de todas formas no pensaba pasar mucho tiempo con él. Cuando lo llevó a su cama, lo dejó. Esto no le agradó a Colin, empezando a hostigarlo a donde iba, llamándolo constantemente y amenazado con quitarse la vida. Al final, Harry le puso una orden de alejamiento, lo cual le pareció irónico. Al principio fue él quien lo seguía, y ahora que Creevey lo hacía; lo alejó.

Harry se mudó a Inglaterra, específicamente a Mánchester, donde dejó sus pelucas y lentes de contacto de lado y empezó a ser él. Sabía que esto le iba a dificultar a Colin seguirlo, ya que no conocía como era realmente , ni siquiera sabía su nombre real. Mánchester no era muy grande, pero era tranquilo, algo que Harry buscaba, alejarse un poco de las personas y empezar a descubrir que le gustaba. Aparte de seguir a las personas, claro.

Luego de un año fue hasta Sheffield, donde vivió dos años en una pequeña casa en Chaucer Rd. Aunque Harry no se interesó en nadie en esos tres años, seguía pasando su tiempo en redes sociales, buscando chicos de su agrado. Pero nada parecía satisfacerlo, todos eran lo mismo. Superficiales. Fingían tener una vida interesante más allá del dinero y lujo que les daban sus padres. Subían fotos de un libro cualquiera que probablemente ni siquiera leían y fotos con sus amigos en fiestas de gente rica, donde el alcohol y las drogas abundaban. Harry estaba harto de eso, buscaba algo diferente. A alguien un poco más único.

Se terminó mudando a Londres. En Welbeck St, las casas eran pequeñas por dentro, pero no quería algo muy grande. Cerca de su casa, quedaba una cafetería que se volvió su favorita en muy poco tiempo. Siempre ocupaba las sillas de afuera, donde podía ver a las personas pasar, sentir la brisa fresca y disfrutar de su café y los ruidos de la calle.

Mientras Harry tomaba su café, un destello de un cabello rubio llamó su atención. Alzó la vista para encontrarse con el chico más lindo que había visto nunca. Piel pálida, pelo rubio; sus ojos grises cubiertos por sus largas pestañas rubias. Su semblante era serio y vestía bien. Caminaba en dirección a la cafetería. Harry agradecía llevar gafas oscuras. Se fijó muy bien en él hasta que entró en la cafetería. Probablemente medía de un metro setenta y cinco para arriba, pero no más de un metro ochenta. Era delgado, su camisa celeste se ajustaba a sus brazos, dejando ver un cuerpo algo trabajado.

Harry esbozó una pequeña sonrisa. Tomó de su café y miró hacia otro lado. La campana de la cafetería volvió a sonar cuando aquel chico salió con un café en la mano. Harry alcanzó a percibir la palabra "miel", escrita en el vaso. Solo había un café que llevaba miel en esa cafetería. Justo en la calle de en frente había una librería en la que el chico entró. Harry terminó de beber su café y caminó hasta ella. Después de todo, él también iba a buscar un libro.

Al entrar fue hasta la sección donde estaban las novelas policiacas. Miró algunos libros por unos minutos antes de tomar uno y caminar hasta la caja, donde aquel chico estaba por pagar un libro. Harry se puso detrás de él, viendo que libro llevaba. Romance, no parecía alguien que leyera ese tipo de novelas, y sus sospechas fueron confirmadas cuando lo escuchó decir:

—Envuélvalo en papel de regalo, por favor—. Su voz era suave, Harry cerró los ojos, tratando de grabar en su memoria ese sonido.

—¿Desea ponerle alguna dedicatoria?—, la bibliotecaria se acercó con una pequeña nota en mano.

—Póngale feliz cumpleaños Astoria—, el chico bebió de su café, mirando como la chica escribía la dedicatoria.

Astoria era un nombre muy común como para ser de ayuda. Harry vio como el chico sacaba su teléfono, no podía ver la pantalla estando tan lejos. Vio hacia otro lado y se fijó en un libro infantil, pensó en su ahijado y se acercó para tomarlo. Volvió a la fila, notando que aquel chico lo miró por un segundo. ¿Fue su imaginación?

Al final la chica le dio su libro a aquel chico y se marchó luego de firmar la factura. Harry vio de soslayo como se iba con su regalo.

—Buenas tardes, envuelva este en papel de regalo—Harry le pasó el libro a la chica.

Cuando esta se fue a envolver el libro, Harry se percató de que la factura estaba en la mesa. Con cuidado se acercó para verla, fingiendo que veía algo de las cosas que estaban debajo del vidrio.

"Draco Malfoy". Perfecto. Se volvió a enderezar y pagó los dos libros, también compró un pequeño muñeco que estaba en la parte de la vitrina. Salió de la tienda y sacó su teléfono para anotar el nombre y pedir un taxi.

***

—¡Tío Harry!— el pequeño niño saltó a los brazos de su tío con una sonrisa. Este lo sostuvo y le dio un fuerte abrazo.

—Teddy, te tengo un regalo.

—¡¿Un regalo?!—Harry asintió—, ¡Quiero ver, quiero ver!

Harry dejó a Teddy en el piso y le tendió el libro envuelto y el pequeño muñeco.

—No tenías que haberte molestado Harry—, su padrino le dio unas palmadas en la espalda—. Siempre dice que quiere verte porque le traes regalos.

—¿Así que solo me quieres por mis regalos?

—¡Claro que no!— Teddy lo vio con una sonrisa—, también te quiero porque eres mi tío favorito.

—Me alegra saber eso—Harry le dio una leve sonrisa viendo como Teddy abría su regalo y saltaba de la emoción al ver que era un libro infantil de animales.

—¡Es un libro de animales!—Teddy amaba describir datos interesantes sobre los animales. Algunas veces decía datos aleatorios cuando se quedaba con una persona por mucho tiempo.

—¿Cómo se dice Teddy?—Remus lo miró esperando respuesta.

—Muchas gracias tío.

—No hay de que pequeñín, me gusta verte feliz.

Harry se sentó en la sala junto a Sirius y Remus. Ambos eran pareja desde que Harry era un niño. Querían tener un hijo, así que alquilaron un vientre, la chica era muy unida a la familia, siendo considerada una tía para Teddy, quien le tenía mucho cariño.

—Me alegra que te hayas mudado aquí Harry, ya te extrañábamos—Sirius se recostó en las piernas de Remus, quien tomaba el té mientras acariciaba la cabeza de su esposo—. ¿Cómo te ha tratado Londres?

—Muy bien, hay muchos lugares que visitar. Además de que estoy cerca de ustedes.

—¿Ya tienes amigos?

—Aún no, pero saben que no soy mucho de amigos. Solo hablo con Ron y Hermione.

—Deberías salir más y conocer otras personas.

—Sirius, no lo presiones, sabes que Harry es algo tímido—Remus le dio una sonrisa suave a Harry—, es bueno saber que al menos sigues teniendo contacto con ellos.

—Si, aunque Sirius tiene razón, debería conocer más gente—. Harry se recostó en el respaldar del sillón, recordando a Draco—, buscar pareja o algo.

—¿Pareja?—Sirius volteó a verlo—, luego de lo de Creevey te haría bien, pero trata de no buscar gente loca.

Harry sonrió un poco y negó con la cabeza. Sus tíos sabían de sus parejas, pero no sabían cómo las conocía. Y realmente prefería que se mantuviera así. No quería que la única familia que le quedaba se alejara de él o lo tacharan de loco.

—Bueno, se los aseguro que no. Trataré de conocer gente más "normal"—Harry se levantó del sillón—. Debo ir a trabajar.

—Bien, ven a comer con nosotros este sábado, va a ser el cumpleaños de Tonks y queremos celebrarle con una pequeña comida—Sirius se levantó y le dio un abrazo.

—No es necesario que traigas algo—aclaró Remus—. Ya nos encargamos nosotros.

—Bueno, si vengo a comer sería necesario traer algo. Voy a hacer un pastel, así que no se preocupen por eso.

—Gracias Harry.

Harry se despidió de Teddy y salió de la casa luego de darle un abrazo a Remus. Decidió caminar a la casa. Quería tener tiempo para pensar en todo.

***

Cuando llegó a su casa, dejó su abrigo en el perchero de la entrada y subió las escaleras hasta su oficina. Aún tenía algo de tiempo antes de entrar a trabajar. Se sentó frente a su laptop y la encendió, entró en Instagram e ingresó el nombre de Draco. Para su mala suerte, el perfil era privado. Harry suspiró pasándose una mano por el cabello, desordenándolo más. Harry cerró la laptop y fue a cambiarse, ya se le ocurriría algo.

Pidió un taxi hasta su trabajo. Había conseguido un puesto de cocinero en un restaurante de lujo. Su horario variaba dependiendo la semana o incluso que tan lleno estaba el lugar. Harry entró por la puerta trasera y se puso el delantal, el gorro de cocinero y se registró. La noche fue tranquila, hubo un evento donde prepararon más de cincuenta platos y habían recibido muy buena propina.

Un compañero de Harry, Neville, entró en la cocina y se acercó a él.

—Harry, ¿me puedes cubrir como mesero?, creo que voy a enfermar y sabes que al jefe no le gusta que estemos aquí en este estado.

—No hay problema Nev, yo te cubro.

Harry pasó a los vestidores y se cambió. pasó por la cocina hasta la puerta que daba a la parte frontal del restaurante. Harry se la pasó entregando platos, hasta que un grupo de amigos entraron y logró diferenciar una cabeza rubia. Miró de soslayo a la puerta. Draco.

la chica que estaba en caja se acercó a Harry y le susurró:

—Se supone que Neville era el encargado de la mesa de ellos, ve.

Asintió y fue hasta la puerta, sonriendo un poco.

—Buenas noches.

—Buenas noches, tenemos una reservación.

—Acompáñenme por favor—, Harry los llevó hasta la parte de arriba.

Los llevó hasta un cuarto privado, los colores beige y café estaban cubiertos por los globos y las serpentinas, además de un cartel que decía "Feliz cumpleaños Astoria".

—Chicos, son un amor, voy a llorar—una chica de cabello negro y un vestido rojo sonrió de oreja a oreja y entró al cuarto mientras secaba una pequeña lágrima que caía por su mejilla.

Los demás la siguieron, Draco entró al último, deteniéndose para hablar con Harry.

—Tráenos una botella de Rosé Champagne, por favor.

—Claro que si señor.

Harry se dio vuelta y fue a traer la botella. Subió con esta y el pastel de cumpleaños. Dejó el pastel en el centro de la mesa y abrió la botella, sirviéndole a todos.

—Gracias—un chico de piel morena se levantó—. Mi querida Astoria, esta cena va por nuestra cuenta, lo único que queremos es que disfrutes y la pases increíble. Vamos a tomar tanto que el mesero nos va a tener que llevar a nuestras casas.

Harry esbozó una pequeña sonrisa, Draco lo observó por unos segundos antes de volver su vista a su amigo. ¿De nuevo?.

Harry sirvió a la mesa todo el tiempo que estuvieron ahí. Tomaban y reían de forma escandalosa. Incluso le invitaron un trago a Harry.

Cuando se estaban marchando, Harry ayudó a las dos chicas a bajar las escaleras. Ya no quedaba nadie.

—Gracias guapo—, la cumpleañera caminó tambaleándose hasta la puerta.

—Cóbranos por favor—, el chico moreno le pasó una black card—, y ponte el diez porciento de propina.

—Muchas gracias señor.

Al final todos se fueron en un taxi, excepto Draco. Harry trató de no sonreír y se dedicó a ordenar las mesas, subir las sillas y limpiar el piso. A veces miraba a Draco de soslayo, este estaba recostado en uno de los sillones con una pierna sobre la otra y miraba sus manos.

—Disculpe que me entrometa—, dijo Harry cuando se acercó—, ¿alguien lo va a traer o desea que le pida un taxi?

—Estoy esperando a alguien, pero creo que no va a venir—, Draco miro por la ventana del restaurante y suspiró.

—No se preocupe, lo puedo esperar hasta que la persona llegue.

—Gracias—Draco le dio una leve sonrisa.

Harry se dio la vuelta y fue hasta los vestidores. La sonrisa de Draco era linda. Se terminó de quitar su uniforme y cerró todo. Ya no había nadie del personal, así que era el encargado de ver que todo quede limpio y cerrado.

Fue de nuevo hasta la parte delantera del restaurante. Draco estaba llamando a alguien.

—Hijo de puta—susurró y golpeó el teléfono con fuerza en el sillón.

Harry esperó un momento antes de acercarse.

—Señor, ¿desea que le pida un taxi?

—No confío en los taxistas—dijo mientras movía su pierna desesperadamente.

—Lo puedo acompañar si desea.

Draco lo miró de reojo y luego de pensarlo un momento susurró:

—Bien.

Salieron y tomaron un taxi luego de cerrar el local. Harry abrió la puerta y dejó que subiera primero. Draco dio la dirección y el taxista avanzó. Llegaron a una zona donde había múltiples penthhouses. Harry procuró no mirar la calle y centrarse en su teléfono.

El taxi frenó en un edificio de color negro.

—Listo.

Draco iba a extender la tarjeta cuando Harry lo detuvo con un leve movimiento.

—No hay problema, yo pago.

Salieron del taxi y Draco volteó a ver a Harry con la misma sonrisa de antes, pero más sincera.

—Muchas gracias, en serio.

—No hay problema, tenga una linda noche señor.

—Gracias—, le dio una sonrisa más sincera que antes.

Draco fue hasta su edificio. Harry entró en el taxi y le dio su dirección. Durante todo el camino no paró de pensar en él. Ahora sabía donde vivía y Draco le había sonreído por segunda vez. Harry sentía como esa pequeñas obsesión iba creciendo en su interior.

Tenía que ser suyo.

Chapter 2: II. Café

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Harry pasó la siguiente semana buscando entre los perfiles de los amigos de Draco. Logró conseguir el nombre del chico moreno gracias a la reservación que habían hecho el día del cumpleaños. Blaise Zabini. Hijo de una influyente diseñadora de modas con mucho dinero. Se especula que la riqueza de la familia viene de los múltiples maridos que había tenido la señora Zabini, pero nadie sabía si eso era real. Su familia es muy cercana a los Parkinson, los padres de la chica de cabello corto. Los señores trabajan en una empresa de construcción y la hija es modelo, novia de Blaise y con muchos fans obsesionados tras de ella. Luego vienen los Greengrass, la señora Greengrass falleció debido a una extraña enfermedad hereditaria. El señor, por su parte, es dueño de una firma de abogados. Y aquí es donde entran los Malfoy, la familia de Draco. La señora Malfoy es una abogada muy solicitada; famosa por ganar más de diez casos que podrían considerarse difíciles de resolver. El señor Malfoy es juez, mandó a la cárcel a más de mil delincuentes; se lo conoce por no tener piedad incluso con los menores de edad.

Las cuatro familias, junto con una más, los Nott, eran cercanas y tenían gran influencia dentro de Londres. Dueños de la mitad de casas en las zonas más ricas de la ciudad y sus nombres aparecían en más de veinte casas benéficas de diversos tipos. Harry se pasó casi toda la tarde sentado con su laptop mirando noticias de ellos y sus maravillas. Aunque no todo era felicidad para las familias.

La familia Zabini estaba involucrada en sospecha de asesinato de los múltiples maridos de la señora Zabini, Harry encontró que muchos decían que la familia Malfoy se encargó de cubrir estos asesinatos. Las casas de los Parkinson muchas veces tenían fallas que parecían obvias, pero al final lograban limpiarse las manos y culpar a los dueños. Además, la enfermedad que mató a la señora de la familia Greengrass, puede ser que pronto ataque a una de las dos hijas del matrimonio. Astoria, una joven apasionada que vive del teatro; Daphne, la mayor, tiene una marca de maquillaje y moda. Los Nott era la única familia de la que Harry no encontró mucho, parecían alejarse del ojo público y en ese preciso momento se encontraban en Francia.

Harry también logró encontrar que su precioso Draco era parte del escándalo. Siendo considerado "el hijo desgraciado de los Malfoy". Constantemente se lo veía de fiesta en lugares de mala muerte con chicos de familias a las que los Malfoy ni siquiera deberían topar. A los 19 años se fue de su casa junto con su novio. Novio que Harry investigó tanto que hasta encontró su número de teléfono. No le agradó la idea de que Draco tuviera a alguien más en su vida. Probablemente era el tipo que lo dejó plantado ese día en el restaurante.

Sabía que su noviazgo era muy escandaloso, con diversas imágenes que muestran al novio de Draco; Marck Bowman. Un tipo de unos treinta años, con pelo marrón y ojos oscuros. Siempre parecía paranoico o enojado en las fotos. Había muchas imágenes de él y Draco peleando en lugares públicos. Harry sintió repulsión por el tipo.

No se consideraba un santo, pero ese tipo era una verdadera mierda. Desde estar en la cárcel por consumo y distribución de drogas, hasta ser sospechoso de asesinato y robo a mano armada. Harry se preguntaba por qué Draco estaría con ese tipo. Buscó mucha más información y dio con algunos nombres. Nombres de chicas y chicos con los que supuestamente engañó a Draco. Anotó todos ellos y se preparó para buscarlos uno por uno y sacar sus propias conclusiones.

Cuando no estaba haciendo su búsqueda. Trabajaba en el restaurante, donde se enteró de que uno de los cocineros del lugar era amigo de uno de los chicos con los que estuvo Marck. Harry fingió que no era algo que realmente le importara, pero logró saber un dato importante. El club al que Marck asistía para encontrar a su próxima víctima.

***

Harry odiaba las fiestas. Las luces parpadeantes y el sentimiento de sentirse asfixiado entre tantas personas; el olor a alcohol y sexo le daban nauseas. Pero si quería separar a ese tipo de Draco, tenía que hacer un sacrificio.

Llegó al club "Neón", el ambiente era como Harry se lo imaginaba. Desde la entrada que estaba ubicada en medio de un callejón por la parte más desolada de Londres, hasta el tipo que hacía de guardia. Le doblaba el tamaño a Harry y sus brazos estaba llenos de tatuajes; su cara tenía cicatrices por todos lados y olía a tabaco.

—¿Qué viene a hacer un tipo como tú por aquí?—el guardia sonrió, dejando ver sus dientes torcidos y amarillentos—. Los niños bonitos no son bienvenidos.

—Me importa una mierda si soy bienvenido o no. Vengo a ver a un amigo.

—¿Qué amigo?.

—Seamus Finnigan.

El guardia se quedó paralizado por un momento, movió su pierna mientras buscaba algo en su teléfono. Llamó a alguien.

—Señor, un tipo lo busca—, se cayó un momento—¿Nombre?

—Harry Potter.

—Harry Potter señor—, el tipo hizo una mueca de sorpresa—. Si señor— colgó el teléfono y abrió la puerta—. Adelante.

—Imbécil.

Harry entró al bar. Seamus era un amigo que había conocido hacía mucho tiempo en un bar de esos en Mánchester, cuando buscaba tomar unos tragos sin que nadie lo molestara. Dio con uno de sus clubs y se hizo muy amigo de él, aunque no sabía que era el gerente de esos bares de mala muerte.

Evitó chocar con las personas y de hablar con algunas chicas que le guiñaban un ojo. Caminó hasta la barra y pidió un whisky. Sintió que alguien se sentaba a su lado y le daba unas palmadas en la espada.

—Mi querido amigo, tanto tiempo sin vernos—Seamus le sonreía mientras levantaba su mano para que le sirvan un trago—. ¿Qué te trae por mi precioso bar?

—¿Precioso?, creo que tenemos diferentes ideas de lo que es precioso—Seamus soltó una risa grave.

—Claro, tu solo encuentras precioso a rubios con cara de niño bonito.

Harry levantó su vaso en señal de aprobación. Tomó un trago y se dio la vuelta para ver a Seamus.

—Necesito tu ayuda.

—¿Ahora a quién sigues?

Seamus era una de las pocas personas que sabía de su extraña forma de querer a las personas; ya que no era muy diferente. Conoció a su novio, Dean Thomas, de la misma forma. Lo siguió hasta saber todo de él y conquistarlo, pero a diferencia de Harry, él si se quedó con su pareja y no lo desechó cuando lo llevó a la cama.

—Un chico muy bonito que no te pienso decir su nombre. Tiene un novio muy imbécil que es cliente número uno de tu bar. Necesito dar con este tipo.

—¿Nombre?

—Marck Bowman.

—¡Ah si!, lo conozco. Viene aquí muy seguido—Seamus buscó entre la gente y sonrió—. Es el que está con esa chica de vestido verde fosforescente.

Harry buscó entre la gente, dando con la chica que se notaba muy incómoda con la presencia de Marck.

—Quiero un lugar privado, ¿Puedes conseguirme uno?

—Si me prometes contarme de ese chico después.

—Bien.

Seamus lo llevó hasta una habitación alejada del ruido, tenía botellas más caras que en la barra. Era una de las habitaciones VIP a las que pocos podían entrar. Su valor era mucho más elevado que el presupuesto que tenían los que iban ahí. Harry se sirvió un vaso de Whisky y se sentó en uno de los sillones de cuero negro. Frente a una televisión que tenía puesta música jazz en ese momento.

—¿Quién es el amable hombre que me invitó un trago?—La voz de Marck era rasposa y sonaba alterada por el alcohol.

Harry se levantó y le dio una sonrisa amable.

—Encantado, por favor siéntese.

Marck se desplomó en el sillón individual. Harry le sirvió de uno de los tragos más fuertes.

—Por favor—, le tendió el vaso y Marck lo tomó de una sola.

—¿Por qué me llamó?

—Hablaremos de eso poco a poco, señor Bowman.

—¿Cómo sabe mi nombre?

—Cómo no saberlo, está en muchos artículos de chismes—Marck soltó un quejido.

—Esas pequeñas mierditas no saben lo que es privacidad—movió el vaso entre sus dedos—. Siempre escabulléndose como ratas e inventando historias de mi, diciendo que engaño a mi novio. Aunque bueno, ese tipo es un frígido de mierda que hace mucho no quiere coger conmigo.

Harry escuchaba hablar a Marck mientras bebía de su vaso con calma. Sacarle información iba a ser más fácil de que pensaba, no tenía la necesidad de hacer preguntas. Bowman hablaba por sí solo.

—No me importa mucho, tiene dinero. Yo solo estoy con él por el dinero—Marck se levantó del sillón y se fue a servir otro vaso. Harry aprovechó la oportunidad para sacar su grabadora y encenderla—. Sus padres se pudren en dinero y por más que el rubio ese se haya ido de la casa, ellos le siguen mandando dinero para sus cosas.

—¿Entonces es verdad que lo engaña o solo son chismes falsos?

—Es verdad—Marck se dio vuelta con el vaso lleno hasta el tope—. ¿Quién es usted?

—Mi nombre es James, soy parte de una revista importante de chismes en la que usted ha salido. Lo único que quiero es limpiar su nombre señor Marck, pero me debe contar la historia completa si no quiere que deje huecos en mi defensa.

—¿Tiene alguna cosa que demuestre que es de esa revista?

Harry buscó en su chaqueta y sacó una credencial. La credencial era de un trabajo que había tenido en Sheffield, no usó su primer nombre para evitar que las personas lo buscaran en redes sociales.

—Vaya, interesante—Marck se la devolvió y se sentó de nuevo donde había estado—. Bueno, si engañé a mi novio, muchas veces. ¿Pero qué puedo hacer?, como le dije, hace mucho que no me complace en la cama y está más distante de lo normal. Además, un día que cumplió años la puta de su amiga llegó muy feliz, para mi que tiene a alguien más.

¿Llegó feliz? Harry recordó la leve sonrisa que le había dado Draco ese día, pero no creía que le durara mucho tiempo.

Marck habló por más de media hora. Harry le pidió a Seamus que traiga a alguien, alguien que quiera acostarse con ese tipo por dinero. No pensaba que nadie se acostaría con él por voluntad propia.

Una chica de cabello negro, ojos color miel y un vestido que apenas le tapaba su trasero entró. Marck la vio y se relamió los labios.

—Para usted, señor Bowman—Harry se levantó del sillón y sonrió—. Espere ese artículo pronto.

—¿Por qué me ayudó?

—Me gusta ayudar a las personas, además, voy a tener una recompensa muy buena por esto—Harry fue hasta las botellas y se sirvió un trago, aprovechó para esconder la grabadora entre las botellas del fondo—. Disfrute señor Bowman.

Harry salió de la sala y se quedó afuera, escuchando a la chica gemir. No lograba diferenciar si estaba disfrutando mucho, o trataba de fingir los gemidos lo mejor que podía. Harry tenía una pequeña sonrisa en su rostro, sacarle los trapos sucios había sido más fácil de lo que pensaba. Ahora venía lo más difícil. Se las tenía que mandar a Draco. Sabía que Draco no era un idiota, estaba consiente de que su novio lo engañaba. Pero con todo lo que estaba en esa grabación, esperaba que por fin se separara y poder dar su siguiente paso.

Luego de unos minutos, la chica salió mientras se acomodaba el vestido. Harry sacó una generosa cantidad de dinero y se la dio.

—Perdón por el mal rato.

—No importa, al menos tengo dinero para seguir tomando—la chica se quedó parada viéndolo— ¿Tú no quieres pasar un rato conmigo?

—Soy gay.

—Siempre son los más lindos. Bueno, adiós—la chica se fue mientras contaba el dinero.

Harry se levantó y se ocultó en la parte más oscura del pasillo, vio salir a Bowman mientras se acomodaba su pantalón. Asqueroso.

Harry entró al cuarto, tomó su grabadora y cortó la grabación. Se fue del bar no sin antes pedirle su número a Seamus y así no tener que recurrir al bar para pedirle favores.

—No te olvides de contarme sobre el chico.

—Lo haré cuando lo crea conveniente—Seamus sonrió y le dio unas palmadas en la espalda.

***

Harry llegó a su casa y empezó a editar la grabación, silenciando las partes donde él hablaba. La guardó y se dedicó a buscar a las personas con las que Marck tuvo una aventura. Encontró tres de diez que tenía, pero era un buen comienzo.

Usó su perfil de James. A ellos les dijo que quería desenmascarar a Marck y que por fin reciba su merecido, no fue muy difícil convencerlos, lo odiaban. Fue así que consiguió no solo testimonios escritos, también tenía fotos y capturas del chat con Marck.

Guardó todo en una flash y esta la dejó oculta entre su ropa. Necesitaba conseguir el número o Gmail de Draco, sabía que era algo difícil de hacer, pero iba a conseguirlo como sea.

A la mañana siguiente, salió de casa directo a la cafetería de siempre. Se sorprendió un poco al ver a Draco en la cafetería, estaba sentado en una de las mesas, viendo su teléfono distraídamente mientras parecía esperar su pedido, a su lado, un tipo le hablaba y sonreía, pero al chico parecía no importarle. Harry fue hasta la barra, la chica que trabajaba ahí le sonrió.

—¡Hola de nuevo!

—Hola Luna.

—Hace mucho que no venías.

—Tuve una semana muy ocupada, ya me hacía falta un café.

—¿Lo mismo de siempre?

—No, esta vez dame un café con miel por favor.

Luna tomó su pedido y recibió el dinero. Harry se sentó a unas mesas de Draco, sacó su teléfono y abrió la cámara para ver al chico. El muy estúpido le estaba tocando la mano a Draco, quien la retiró con brusquedad.

El chico se quedó unos minutos más hasta que se dio cuenta de que sus intentos de coqueteo no estaban dando resultado. Harry sentía los celos invadirlo. No era alguien que se pusiera celoso muy rápido, pero ese tipo le estaba sacando de sus casillas.

Al final, el chico se fue decepcionado. La campana que estaba en la barra sonó.

—Orden para Draco y orden para Harry, listas.

Harry guardó su teléfono y se tomó su tiempo para levantarse. Draco ya estaba tomando su orden. Harry adelantó un poco el paso, ubicándose disimuladamente detrás de Draco para chocar "accidentalmente". Harry llegó a la barra al tiempo que Draco se daba la vuelta y chocaron.

—¡Mierda!, Lo siento—Draco retrocedió un poco.

El abrigo de Harry estaba manchado, al igual que la camisa de Draco.

—No hay problema, fue mi culpa.

—Lo siento mucho, manché su abrigo.

—No se preocupe. Déjeme comprarle otro café—dijo mientras limpiaba su abrigo con una servilleta.

—No se preocupe, fue mi culpa.

—Insisto, el accidente se pudo haber evitado si fuera menos distraído. Déjeme comprarle su café de nuevo. Además usted también se ensució.

Draco suspiró mirando su vaso vació, luego asintió con lentitud. Harry hizo el pedido y pagó, firmó su factura y fue por su café. Esperó a Draco para que tuviera su pedido que no tardó en salir.

Salieron de la cafetería y Draco le dio una sonrisa suave, casi avergonzada.

—Muchas gracias, y perdón de nuevo por haberle machado su abrigo.

—No se preocupe, igual ya tenía que lavarlo.

Draco soltó una risa pequeña.

—Bueno, adiós señor. Gracias por el café.

—Adiós.

Harry se sentó en las bancas de afuera, viendo como Draco se iba, la luz de la mañana lo hacía ver casi angelical.

"Usas ropa cara Draco, tal vez deba compensar esa camisa" pensó mientras tomaba su café. Entendió por qué le gustaba a Draco, era rico.

*₊˚☕୧ Draco ୧☕*₊˚

Draco caminaba por las calles con una sonrisa y su café en mano. No esperaba encontrarse con el chico desconocido de nuevo, pero no se quejaba. Había descubierto su nombre, además, notó que lo miraba cuando ese tipo raro le coqueteaba.

"Harry" pensó, "Bonito nombre". Draco pidió un taxi y llegó a su casa. Marck no estaba, no había llegado desde la noche anterior, lo cual no le extrañaba, siempre era así.

—Veamos si tienes redes, Harry.

Draco abrió su laptop mientras se sentaba en su sillón y ponía los pies sobre la mesita de centro. Entró a Instagram y puso su nombre. Muy común, pero recordó ver una P en su apellido en la factura de la cafetería.

Luego de unos minutos de búsqueda lo encontró. Su perfil era público, no tenía muchos amigos. Tenía algunas fotos de un niño pequeño, en la descripción ponía que era su ahijado. También estaba una foto de él en un cumpleaños. Había unas cuantas fotos de Manchester y Sheffield. Draco notaba que Harry tenía una afición por la cocina y la jardinería, tal vez por eso trabajaba en ese restaurante, ¿habría comido algo preparado por él?. La mayoría de sus fotos eran de sus cosas, no había muchas fotos de él solo. Hasta que llegó a su primera foto y Draco agradeció a los cielos.

Era una foto de Harry en una playa con sus amigos, un chico pelirrojo y una chica castaña que estaban tomados de la mano, a un lado, estaba Harry. Tenía el pecho descubierto y estaba con gafas de sol. Draco le tomó una captura y la recortó para que solo salga Harry.

—Perfecto.

Draco sonrió y tomó su café mientras admiraba la foto de Harry. Esperaba encontrárselo más veces. Y si no era así, iba a ser lo que fuera para encontrarlo de nuevo por "casualidad".

Notes:

El Viernes voy a publicar un nuevo capítulo, también voy a intentar establecer días en los cuales actualizar y que sean cómodos para poder escribir bien y publicar algo de agradecer JAJAJAJJA

Chapter 3: III. Destino

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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La mañana había sido tranquila. Se despertó en la soledad de su cuarto y tomó un baño antes de ir a desayunar. No quería cocinar, así que salió a su restaurante favorito donde vendían los mejores panqueques. Draco miraba por la ventana del pequeño restaurante mientras tomaba su té de manzanilla. La calle estaba casi vacía y el sol de la mañana iluminaba los carteles de los locales que recién abrían. Una persona pasó por la calle de enfrente, una persona muy familiar. Harry caminaba tranquilo hasta llegar a uno de los locales, en donde la vendedora recién estaba abriendo, al ver a Harry sonrió y le dio un fuerte abrazo. Harry le ayudó a entrar alguna cajas al local. Draco esbozó una pequeña sonrisa.

No esperaba verse con Harry ese día, pero no se quejaba, siempre era bueno verlo. Ese día iba vestido con unos pantalones de vestir color negro y una camisa blanca que no estaba abotonada por completo. Su cabello estaba despeinado como siempre y sus gafas oscuras impedían ver sus ojos verdes. Se veía exquisito. Draco terminó su té y se levantó de la mesa. Salió del restaurante y entró a la tienda frente al local en el que Harry estaba. Paseó por los estantes del local de perfumes mientras fijaba su mirada de vez en cuando en Harry. Parecía que la chica y Harry se conocían de hace tiempo. La chica tenía el cabello al ras de cuero cabelludo y de color morado. Llevaba una chaqueta y pantalones de cuero. Parecía estar en sus treinta.

Draco compró su perfume favorito y pensó en que era una buena idea visitar la tienda de la chica. Era un local de tatuajes. Draco entró causalmente mientras veía los diseños colgados en la pared de color rojo vino, habían varios vinilos de bandas de rock desde los 70 hasta los 90, el aire estaba lleno de un delicioso olor a lavanda. Al acercarse al mostrador logró escuchar un poco de la conversación de los dos.

—Me alegra que te haya gustado el pastel—era la voz de Harry—. Tuve que improvisar ya que no sabía cuáles eran tus sabores favoritos.

—Pues le atinaste Harry, me gustó mucho. Quería pedirte un favor.

—¿Cuál es ese favor?

—Quiero que me ayudes con una reservación en el restaurante en el que trabajas, quiero llevar a Fleur a comer ahí.

—¿Aniversario?—La chica hizo un sonido de aprobación.

Draco tocó la campanita de la mesa con cuidado, haciendo que la conversación termine. La chica salió y le dio una sonrisa.

—¡Buenos días! Bienvenido, ¿En qué te puedo ayudar?—la chica se había sacado su chaqueta y dejaba ver un brazos lleno de tatuajes de diferentes colores.

—Quería saber el costo de un tatuaje.

—¡Claro! Muéstrame el diseño y te haré una cotización del precio y de las sesiones que necesitaremos para hacerlo.

Draco sacó su teléfono e improvisó buscando el tatuaje de un dragón ubicado en la clavícula.

—No es muy grande—dijo la chica al revisar la foto—, lo podría hacer en una sesión y tendría un costo de 80 libras esterlinas.

Draco asintió y miró el tatuaje, ya que lo pensaba, no sería mala idea tatuarse. En ese momento salió Harry con algunas cajas en las manos. Le ofreció una leve sonrisa y dijo:

—Hola de nuevo.

—Hola.

—¿Se conocen?—La chica volteó a ver a Harry con una ceja levantada.

—Me regó café un día—dijo Harry con un poco de burla sin maldad.

—Si, lo siento por eso. Espero que tu abrigo esté bien.

—Está bien, lo mandé a la tintorería.

Harry le dio otra sonrisa y se fue con las cajas a una puerta que decía "solo personal autorizado".

—Muy bien, entonces ¿vas a querer el tatuaje?

Draco regresó a ver a la chica, quien seguía sonriendo, aunque era una sonrisa diferente.

—Si, lo voy a querer.

***

Acordaron la cita y Draco salió del local con una sonrisa en su rostro. Si tenía algo de surte, el día en que vaya a hacerse su tatuaje, se iba a encontrar con Harry. Su felicidad acabó cuando llegó a su casa y se encontró con que Marck había llegado y estaba sentado en el sillón viendo la televisión.

—¿Dónde estabas?—preguntó en un tono brusco.

—Por ahí—Draco pasó de largo a su cuarto.

Dejó el perfume en su baño y al salir no se sorprendió al ver a Marck en la puerta con el semblante serio.

—Te hice una pregunta.

—Y yo te di una respuesta, lárgate de mi cuarto.

—¿Quién te dio ese perfume?

—Me lo compré yo mismo, además, si alguien más me lo hubiera comprado no sería de tu incumbencia—Draco se sentó en el filo de la cama con elegancia—. Sal de mi cuarto.

—¿Quieres que te crea que te lo compraste tú?

—Tu le compras cosas a tus amantes y yo no te digo nada. Aparte lo haces con mi dinero. Y si alguien más me lo hubiera dado, por lo menos a mi me dan cosas buenas, y no droga.

Marck apretó los puño y se separó del marco de la puerta.

—Espero que sepas controlar esa boquita si no quieres que te haga callar a puños.

—No digo mentiras. Tú solo le puedes comprar droga a tus amantes ¿Y sabes qué es lo peor?, que ni siquiera es de la buena.

Marck se acercó a él y le dio una cachetada. Draco se quedó inmóvil un rato.

—¡Te dije que te callaras!

Draco se levantó de la cama y le devolvió la cachetada más fuerte de lo que había pensado.

—No me vuelvas a levantar la mano—dijo con calma—, te recuerdo que eres tú el que vive en mi casa, con mi dinero. Si no quieres terminar mendigando en las calles será mejor que empieces a respetarme.

Draco sentía como la rabia lo recorría. Había aguantado mucho, ya no iba a permitir que ese tipo lo tratara como se le diera la gana.

—¿Quién te crees que eres?—preguntó Marck con un tono bajo.

—No ¿Quién te crees tú?—escupió con rabia—. Viviendo bajo un techo que yo pago, tragando la comida que yo pago, vistiendo la ropa que yo compro. No creas que no se que me robas dinero para irte a beber y pagarle a putas para que se acuesten contigo, porque estoy seguro que cualquier ser humano con un poco de conciencia y asco no se atrevería a acostarse contigo gratis—Draco detuvo el golpe que Marck le iba a dar.

"Y aparte te atreves a querer golpearme. Mira, Bowman, creo que te he tenido la suficiente paciencia" soltó el puño de Marck, "voy a darte diez minutos para que recojas tus cosas y te largues de mi casa. Si sigues aquí después de ese tiempo, te vas a arrepentir".

—¿Ah si? ¿Y qué me vas a hacer?, tu no tienes dinero, ese dinero es de tus padres, no tuyo. Así que prácticamente esta casa es de ellos, no tuya.

—¿Quieres que llame a mi padre y que te saque él?—Bowman se quedó en silencio—. Eso pensé. Tienes diez minutos contando desde ahora.

Draco se sentó en donde había estado antes. Marck no se movió de donde estaba, pensaba que no iba a hacer nada, y Draco sabía por qué pensaba eso. Antes ya lo había amenazado con sacarlo de la casa o terminar la relación, pero al final no había hecho nada. Esa vez iba a ser diferente, no pensaba quedarse con los brazos cruzados. Si Marck no se iba a los diez minutos, iba a llamar a su padre y actuar como si Marck lo estuviera amenazando. Sabía que su padre no le tenía tanto aprecio después de que se había ido con Marck, pero seguía siendo su único hijo, y haría lo que fuera por él.

—Te quedan 7 minutos, yo que tu me apresuraría—Draco miró su teléfono con indiferencia.

—No me voy a mover de aquí. Se que no tienes los huevos para echarme a la calle. Tú me amas.

Draco sintió una especie de asco e ira subir a su garganta. Fijó su mirada en Marck, sabía que su expresión era de asco absoluto.

—Yo no te amo—dijo con sequedad—, yo dejé de amarte hace mucho tiempo. Ese amor que sentía por ti se esfumó en el momento en que priorizaste a las drogas y el alcohol antes que a mi. En el momento en que el sexo dejó de sentirse bien y me empezó a dar asco el incluso imaginarme que me acuesto contigo o dormir en la misma cama. Se fue cuando te vi llegar con marcas de chupetones en el cuello. Si tu sigues en esta casa es solo porque quería deshacerme de ti de una forma diferente, pero ya no pienso esperar, no pienso dejar que te aproveches de mi.

Draco desbloqueó su teléfono y le llamó a su padre.

—¿A quién llamas?—la voz de Marck mostró un poco de miedo por primera vez.

—A mi padre—Marck iba a arrancarle el teléfono de las manos cuando Draco levantó un dedo y lo amenazó—, si me pones un dedo encima te juro que voy a gritar. Los vecinos van a escuchar y sabes que no es la primera vez que nos escuchan.

Bowman se quedó quieto. La voz de su padre sonó al otro lado del teléfono.

—Papi.

—Draco, ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

—No. Le dije a Marck que se vaya de mi casa y me dijo que no se pensaba mover. Está muy enojado y parece que me quiere golpear, ¿puedes venir?

—Llego en cinco minutos.

Y con eso, Lucius colgó.

—Ya escuchaste, tienes cinco minutos antes de que mi padre llegue y te mande a pudrirte en la cárcel.

—Hijo de puta.

Draco alcanzó a huir del golpe que Marck le iba a dar. Salió del cuarto y fue hasta la sala, en donde Marck lo interceptó. Draco quedó de un lado del mueble mientras que Marck del otro. Draco sentía la adrenalina recorrer su cuerpo. Trató de salir por un lado pero Marck lo alcanzó a empujar y lo tumbó en el piso. Se subió encima de él y le sostuvo las manos por encima de la cabeza.

—¿Crees que te puedes deshacer de mi?

—Es lo que estoy haciendo.

Marck le dio un golpe en la mejilla, la cara de Draco se viró bruscamente y escupió un poco de sangre. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero las contuvo. Marck le dio una cachetada en el mismo lado.

—¡Tú me perteneces!

—¡Vete a la mierda!—Draco le dio una patada en la entre pierna y lo empujó a un lado.

Se levantó y antes de que pudiera llegar al ascensor, Marck lo sostuvo del pelo y lo lanzó hacia atrás. Cayó con tanta fuerza que le dolió el costado derecho. Marck le dio una patada en la barriga, el aire se le escapó de los pulmones. Unas cuantas lágrimas resbalaron por su mejilla.

—Antes de irme, te voy a recordar por qué me perteneces.

Marck se estaba desabrochando el cinturón. Draco se horrorizó y sacó fuerzas para levantarse. Se acercó a la pared y tanteó hasta encontrar algo. Agarró un jarrón que su madre le había regalado.

—Me tocas y te reviento la maldita cabeza. Te lo juro.

—Vamos cariño, se que me amas.

—No te acerques—Draco levantó el jarrón con una sola mano.

Marck caminó a él con el cinturón en mano. Antes de que llegara a él, la puerta del ascensor se abrió y un par de policías entraron al departamento.

—¡Marck Bowman! ¡Las manos en alto!—Marck miraba fijamente a Draco, tenía una sonrisa siniestra en el rostro—¡Las manos en alto dije!.

Marck levantó las manos lentamente y soltó el cinturón.

—Manos en la espalda—el policía se acercó y le dio una patada en la parte de atrás de la rodilla, haciendo que caiga al suelo con fuerza—. Quedas arrestado por amenaza y posible portador de drogas, todo lo que digas será usado en tu contra. Tienes derecho a un abogado, si no tienes uno, el gobierno te otorgará uno.

El otro policía se acercó a Draco para ayudar a calmarlo mientras su compañero se llevaba a Marck.

—Tranquilo, ya estás a salvo—Draco soltó el jarrón que se hizo añicos en el suelo, el policía lo ayudó a caminar hasta el sillón. Tenía la respiración entrecortada y la vista borrosa. El policía se puso a su lado y le acarició la espalda—¿Estás bien? ¿Necesitas agua?

Draco solo pudo asentir. El policía caminó a la cocina y volvió con un vaso lleno de agua. Draco tomó con un poco de dificultad. Su padre entró por el ascensor, al ver a Draco se acercó corriendo al sillón.

—¡Draco!—Lucius se arrodillo y le tomó del rostro, pasando suavemente el pulgar por su mejilla—, ese maldito.

—Señor, permítame, debo tomarle una foto.

Lucius se hizo a un lado mientras el policía le tomaba la foto. La vista de Draco se aclaró un poco y pudo ver al policía frente a él. Lo conocía de algún lado, ¿pero en dónde?. No pudo hacer memoria. Le dolía la cabeza.

Su padre lo ayudó caminar hasta el auto. El policía los acompañó hasta abajo, donde fue en la patrulla a la comisaría. Lucius llevó a Draco al hospital. Allí, Narcissa los esperaba. Lucía preocupada y abrazó a su hijo en cuanto lo vio. El enfermero salió de la sala y los guio a un cuarto privado. Le revisó las heridas a Draco por unos minutos y luego se sentó en su silla.

—No es nada grave, solamente hematomas que se irán con el tiempo. Puedes poner compresas frías en los golpes para que no se inflamen—, la voz del doctor era tranquila, escribió algo en su hoja y se la pasó a Draco—. Tómate estas pastillas y el dolor de tu costado va a pasar en unos días. Te recomiendo que descanses por hoy.

—Gracias—, Draco alzó la vista cuando el doctor le dio una leve sonrisa.

Fue entonces que recordó. Lo había visto a él y al policía que lo ayudó en la casa en una de las fotos que Harry había publicado. Ambos hombres estaban al lado de la chica de la tienda de tatuajes. Eran la familia de Harry. Solo que la chica llevaba el cabello más largo y de color azul eléctrico y el policía tenía el cabello más corto cuando lo ayudó en la casa, por eso no lo recordaba.

—Muchas gracias doctor—trató de lucir normal.

—No hay de que, si tienes algún malestar me puedes escribir a este número—le pasó una tarjeta pequeña con su nombre y teléfono.

"Dr. Remus Lupin Black"

—Gracias, le comunicaré cualquier incomodidad—el doctor asintió y salió de la sala.

Sus padres entraron y lo llevaron a casa. En todo el camino, Draco no podía creer la suerte que tenía. No solo uno, sino los dos tíos de Harry lo habían atendido ese día. Si eso no era una señal del destino, no sabía que era.

***

Dos días después del arresto de Bowman, una revista subió unas capturas de unos chat y audios comprometedores que dejaban muy mal a Marck. En las capturas, amenazaba a la persona con que si no sea acostaba con él, iría a su casa a matarlo o a forzarlo. En el audio, no se podía escuchar quién lo entrevistaba, pero Marck hablaba con fluidez de todas las cosas que le había hecho a Draco. Este se estaba quedando en la casa de sus padres mientras buscaba un nuevo departamento donde vivir, no pensaba volver a ese lugar después de todo el infierno que vivió ahí. Además que quería alego mas céntrico.

No salió esos días por su golpe en la mejilla, pero sus amigos llegaron a la casa con comida y cervezas para celebrar que por fin dejó a Bowman. Todos sus amigos lo odiaban. En especial Pansy.

—Ahora tienes camino libre para buscar al chico del restaurante y conquistarlo—Pansy le dio un empujón burlón.

—Es verdad—Blaise levantó su cerveza—, ve a por ese tigre.

—Ay vamos, acabo de salir de esto, deben darme un poco de tiempo para reponerme—Draco sonrió y tomó un trago de su cerveza—. Creo que me voy a hacer un tatuaje.

—¡Genial!, puedes ponerte "estoy 100% soltero para un moreno" creo que sería una buena indirecta—Balise sonrió—. Oh puedes poner "soy 100% gay y soltero".

—No me voy a poner esas estupideces Blaise, es un tatuaje más pequeño, va conmigo. Se los mostraré cuando me lo haga.

Siguieron comiendo y disfrutando de su tiempo libre. Draco se sentía mucho mejor. Durante todo el tiempo que estuvo con Marck, sentía una presión invisible que lo aplastaba constantemente. No había día en que no saliera en las revistas de chismes por culpa de él. Pero ahora era libre e iba a ocupar esa libertad muy bien. También agradecía a la persona que haya mandado esas fotos y audio, porque lo había puesto en una posición de víctima, al igual que a las otras personas. Estaba seguro que algún ángel lo escuchó y lo estaba ayudando, y esperaba que lo ayudara con Harry.

Notes:

No sé cuantas veces borré y reescribí este capítulo. Cada vez que lo hacía no me convencía, pero no me rendí, y como lo prometí, lo publico hoy.

Tal vez mis fechas de actualización sean cada Viernes o sábado. Dependiendo de que tan ocupada esté, pero voy a tratar de ser constante.

Besitos

Chapter 4: IV. Tatuajes

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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Harry estaba satisfecho, había apartado a Bowman del camino y ahora podía avanzar con mucha más seguridad. Sabía que Marck no iba a ser una piedra en su camino, pero prefería mantenerlo lejos para evitar cualquier tipo de inconveniente. Aunque no había visto a Draco desde aquella vez, sabía que pronto lo vería en el estudio de Tonks, y lo mejor, él lo iba a tatuar. Tonks estaba ocupada con algunos asunto extras y tenía que viajar hacia Estados Unidos, Harry se ofreció para ayudarla y así mejoraría su técnica en tatuajes, y podría ver a Draco, claro.

Cuando llegó el día, Harry se sintió un poco nervioso, algo que no era normal en él. Siempre había tenido el control de sus emociones a raya, pero esa vez, por más que trataba de calmarse no lo conseguía. Pasó todo el día bastante inquieto, se removía en la silla giratoria con impaciencia y miraba el reloj cada media hora. La cita de Draco era a las 2. Cuando dio la una y media Harry se levantó para acomodar todo lo que necesitaba para distraerse.

Se entretuvo poniéndole el plástico a la camilla, limpiando las agujas y preparando la tinta. Cuando sonó la campanita de la puerta sintió un leve temblor en las manos, el frasco de tinta casi se le cae. Salió de la sala y vio entrar a Draco junto con su amiga Pansy mientras reían. Draco iba con una camisa beige y unos pantalones de vestir plomos, su pelo bien peinado; una sonrisa amplia se dibujaba en su rostro. Pansy iba con un vestido negro casual, con unas gafas negras y un bolso del mismo color. Llevaba un café en la mano y su teléfono.

Harry disipó los nervios y saludó con una leve sonrisa:

—Bienvenidos—Draco y Pansy lo miraron, las cejas de Pasny se alzaron levemente.

—Hola, vengo a mi cita—Draco se apoyó en el mostrados casualmente.

—Si, ya está todo listo, pasen por favor.

—Espero que no sea una molestia que esté aquí—dijo Pansy mientras tomaba su café.

—Ninguna molestia, puedes tomar asiento en el sillón de ahí—Harry señaló el sillón de cuero negro que estaba al lado de una mesita con un tocadiscos. El sillón quedaba frente a la camilla—. Puedes escoger la música que quieras.

—Un tocadiscos, que vintage—dejó su bolso y su café en la mesita mientras analizaba el tocadiscos.

—A la dueña del lugar le encantan los vinilos—Harry se sentó en la pequeña sillita con ruedas y señaló la camilla—, puedes quitarte la camisa y acostarte—le dijo a Draco.

Draco se sacó la camisa con movimientos lentos, Harry evito mirarlo, pero las manos de Draco eran bonitas y fue casi imposible. Se puso los guantes y la mascarilla mientras desviaba la vista. Tenía que controlarse, iba a estar cerca de Draco durante un buen rato, no podía perder el control como lo estaba haciendo en ese momento.

Draco dejó su camisa en el sillón y se recostó boca arriba. Harry se acercó y rasuró la zona, la desinfectó y colocó el papel con el diseño.

—¿De qué color va a ser?—Preguntó Pansy mientras buscaba en la cajita de vinilos.

—Rojo, ¿crees que me quede bien?

Harry notó que la pregunta no fue dirigida a su amiga, sino a él.

—Bueno, tu piel es muy pálida, seguro que te queda genial—dejó la rasuradora y tomó la máquina—, me avisas si te duele.

La siguiente hora fue mejor de lo que Harry pensaba, los dos amigos entablaron una conversación bastante agradable en la que incluyeron a Harry y le preguntaron algunas cosas personales, la música era agradable. Pansy pasó en el teléfono la mayoría de tiempo, aunque conversaba bastante. Draco no se quejó de que le dolía, así que pudo trabajar mucho más rápido.

Luego de una hora y media, Harry acabó con el tatuaje, lo desinfectó y se apartó un poco de la camilla.

—Bien, creo que ya está, ahí hay un espejo para que puedas verlo—Draco se levantó y sonrió a ver el tatuaje.

—Me encanta—volvió a la camilla y Harry le puso el plástico.

Le dio algunas recomendaciones para que el tatuaje cure bien y le dio una crema para que lo hidrate.

—Muchas gracias Harry—este asintió mientras se quitaba la mascarilla, evitando sonreír al escuchar su nombre en la boca de Draco.

—Creo que yo también vendré a hacerme uno—dijo Pansy mientras veía el tatuaje de Draco, quien se estaba poniendo la camisa de nuevo.

—Cuando quieras agendo tu cita y te atenderé con mucho gusto.

Draco pagó y salieron del local. Harry se dejó caer en la silla con un suspiro. La piel de Draco era suave, además de que su risa se escuchaba mucho mejor cuando estaba cerca. Harry sonrió un poco y cerró los ojos. Esperaba que si su amiga venía, llegara con él.

***

—¿Las tienes?—Pasny movió el teléfono de lado a lado con una sonrisa, en la pantalla se reflejaba una foto de Harry concentrado en el tatuaje—. Por Dios, se ve muy bueno.

—Cuando entré me sorprendí, no recuerdo mucho del cumpleaños de Astoria, no recordaba que estaba así de bueno.

Draco sonrió y miró las fotos que su amiga había tomado. No tenía muchas fotos de Harry, ya que no era alguien activo en redes y no había muchas fotos en las que saliera su cara. Así que decidió llevar a Pansy a su sesión para que tomar todas las fotos que podía. Esperaba que su amiga fuera más discreta a la hora de hacerlo, pero no lo fue, tenía su celular puesto descaradamente en la cara y en una posición que él hubiera sospechado. Pero suponía que Harry estaba muy ocupado como para darse cuenta de eso.

—Ese buso le queda muy bien.

—Le queda excelente, parece que hace ejercicio regularmente, ¿dónde crees que haga?, podríamos buscar e ir nosotros también.

—¿Nosotros?

—Si vas tu solo va a ser muy extraño, debes ir conmigo, además, me hace falta un poco de ejercicio.

—Bien, debemos buscar en donde entrena.

Caminaron hasta la nueva casa de Draco. Era pequeña y estaba un poco apartada de donde vivía antes. Quería alejarse un poco de la zona rica de Londres e instalarse en una zona mucho más tranquila, y había encontrado ese lugar cerca de un pequeño parque y un supermercado, así que tenía muchas facilidades.

Cuando se sentaron en la cama con la laptop en las piernas, estuvieron un buen rato buscando entre las fotos de Harry. Aunque no lograron encontrar algo allí, encontraron entre sus seguidos a un chico pelirrojo quien era dueño de un gimnasio en Londres. Bill Weasley. Alto y de contextura musculosa, tenía el cabello largo y pecas repartidas por todo el cuerpo.

Le escribieron al interno y preguntaron sobre las membresías. Bill fue muy amable cuando les explicó las que tenía. Draco y Pansy chocaron puño y se comprometieron a ir un día de esos para ver que tal les iba.

Draco no sabía que tanta suerte iba a tener, probablemente el chico solo era amigo de Harry y este no iba a ese gimnasio, pero tenía que probarlo. Al final, no tenía muchas cosas que hacer.

***

Cuando llegó al gimnasio junto con Pansy, este estaba bastante lleno. Bill se les acercó y les extendió la mano.

—Draco y Pansy ¿Verdad?

—Así es—Draco respondió al saludo

—Encantado, soy Bill Weasley, los voy a entrenar por hoy junto con mi hermana, realmente espero que les guste este lugar.

Los guio hasta unas máquinas y llamó la atención de una chica pelirroja que estaba haciendo ejercicio.

—¿Estás ocupada Gin?

—Ya mismo acabo—la chica observó a Draco y a Pansy, a esta última un poco más del tiempo necesario.

—Bien, necesito que me ayudes con Pansy—la señaló—es su primer día.

—Bien, dame cinco minutos y te ayudo.

El entrenamiento fue suave, ya que no estaban acostumbrados. Cuando Draco pensó que no era el gimnasio al que Harry asistía, el universo le calló la boca. Harry entró al lugar con una musculosa y unos pantalones deportivos, Draco tuvo que contener un suspiro. Todo su brazo derecho estaba tatuado, no recordaba que en la foto de la playa lo tuviera así. Llevaba audífonos y saludó a la chica pelirroja con una sonrisa.

—Pensé que ya no ibas a venir.

—Estuve un poco ocupado con el local de tatuajes. Deberías ir, está mucho mejor ahora.

—¿Me tatuarás gratis?

—Ni en tus sueños Ginny, pero te puedo hacer un descuento.

—Me parece bien.

Draco vio como la mirada de Harry iba hacia Pansy.

—Vaya, hola Pansy, no sabia que venías a este gimnasio.

—No venía, pero quería hacer algo de ejercicio, ya sabes, para estar en forma.

Harry sonrió y buscó con la mirada en el lugar, encontrándose con la mirada de Draco, quien le saludó con una sonrisa.

Harry no se acercó a saludar, empezó con su entrenamiento normal. Parecía que él ya sabía lo que tenía que hacer, ya que nadie lo ayudó. Draco se distraía fácilmente entre series por ver a Harry, esto no pasó desapercibido por Ginny, quien se acercó en uno de los descansos de Draco.

—No creo que le pase algo a Harry si lo dejas de ver—Draco se sonrojó un poco al darse cuenta de que fue muy obvio.

—Lo siento—empezó de nuevo en su máquina.

—No te preocupes, es más, creo que tienes oportunidad—Draco miró a la chica con una ceja alzada. Hace unos segundos había sentido celos por ver a Harry saludar de forma tan afectuosa a aquella chica—. Eres el tipo de Harry.

—¿Cómo es su tipo?

—Pues como tú. Rubio, piel pálida, cara bonita. Totalmente su tipo.

—¿Y en mujeres?

—Hasta donde se, Harry es gay, nunca supe de una pareja de él que sea mujer.

Draco asintió y terminó su serie. Se levantó y secó la máquina. Era el tipo de Harry.

Tenía oportunidad

—Pansy tiene novio—dijo después de un rato.

Ginny lo miró confundida.

—Tu también eres un poco obvia.

—Bueno, solo se me hacía linda, pero si tiene novio, supongo que no debo intentar nada con ella.

Aunque parecía no importarle, en la cara de Ginny se reflejó un poco de decepción. Al final, Pansy y Draco terminaron pagando la membresía. No solo por Harry, todo el lugar y la atención les había gustado.

Cuando salieron, caminaron hasta la casa de Draco mientras conversaban.

—Esa chica era linda—Draco levantó una ceja.

—¿Y Blaise?

El semblante de Pansy cambió un poco.

—No estamos muy bien que digamos, pero no creas que le voy a ser infiel—negó ante la mirada de su amigo—, solo que creo que pronto va a terminar lo nuestro.

—¿Cómo te sientes con eso?

—Horrible, pero creo que es lo mejor para los dos—levantó los hombros.

Draco acarició la espalda de su amiga.

—Vamos por algo rico para que subas ese ánimo.

—Gracias Draco.

***

—Oye Harry—este hizo un sonido para decir que estaba escuchando—. Ese chico rubio, ¿Draco?

—¿Qué pasa con él?—Harry miró a Ginny por el espejo que estaba frente a la caminadora.

—Creo que le gustas.

El corazón de Harry se detuvo por un segundo, detuvo la máquina y se dio vuelta para ver a su amiga.

—¿Qué?

—Que creo que le gustas, te estaba mirando en cada descanso.

Harry frunció el ceño, tratando de buscar burla, pero Ginny hablaba muy en serio.

Le gustaba a Draco.

Notes:

La idea de Pansy modo paparazzi me encantó, solo que la muchacha no disimula mucho.

Chapter 5: V. Recuerdos

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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Draco aún no sabía como asimilar la noticia de que tenía una oportunidad con Harry. Aunque sabía que era obvio, era alguien demasiado lindo como para no ser notado, y menos por alguien con quien ya se había topado un par de veces. Aunque aún no se confiaba totalmente de la palabra de la chica, necesitaba confirmar que eso fuera real.

Ese día salió al pequeño supermercado que quedaba a solo dos cuadras de su casa. Buscó algunas cosas que necesitaba mientras pensaba como acercarse a Harry, lo principal era mandarle obviamente una solicitud de Instagram, pero luego de eso ya no sabía que hacer. Draco era el tipo de chico que siempre espera que la otra persona tome una iniciativa para estar seguro de que le gusta, pero Harry hasta ese momento no había dado ningún paso que le indique a Draco que este sienta algo por él.

Parecía el típico chico normal que solo es amable con las personas, su sonrisa no mostraba algo más allá de simple cortesía y siempre estaba tranquilo cuando estaba cerca de Draco, nunca notó un sonrojo o un leve nerviosismo, lo que le hacía dudar de las palabras de la chica pelirroja, pero ¿Por qué ella le diría eso? ¿Para burlarse? No creía que fuera eso, la chica se veía muy sincera, aunque en el fondo podría ocultar cosas.

En medio de su ensoñación, chocó con un chico un poco más bajo que él con el cabello castaño claro que llevaba unas cuantas cosas en la mano.

—Mierda—Draco recogió las cosas del piso.

—Lo siento, no me fijé—, la voz del chico era aguda y nerviosa, evitaba levantar la cabeza.

—No te preocupes.

Draco tomó sus cosas y se fue, no quería entablar una conversación con nadie. Pagó por todo y se fue del supermercado.

Al llegar a su casa entró desde su teléfono a su Instagram, se quedó pensando por varios minutos lo que estaba a punto de hacer. Estaba en el perfil de Harry, su mirada fija en el botón de seguir, ¿Y si no le gustaba? Draco dio vueltas en el sillón, tratando de decidirse, hasta que terminó por seguirlo y apagar el teléfono, lo lanzó al otro mueble y se cubrió la cara.

Ahora todo estaba hecho, solo esperaba que Harry lo siguiera de vuelta. Draco se sentía como un colegial de nuevo, donde se emocionaba cuando el chico que le gustaba le mandó una carta con un mensaje tonto o que simplemente sus manos rosaran.

—Tranquilo Draco—dijo en voz baja—solo es una pequeña obsesión, un momento de diversión y adiós. Nada más.

Pero algo dentro de él no estaba convencido de sus palabras, ni de las palabras de la chica, ni siquiera de las decisiones que estaba tomando en ese momento. Si hubiera querido solo diversión, probablemente habría instalado una app de citas de nuevo y deslizaría hasta encontrar algo de su agrado, pero en lugar de eso, estaba jugando a ser un imbécil con Harry.

Aunque a Draco no se le ocurría una persona que no se pusiera nervioso con Harry y sus penetrantes ojos verdes, y esa sonrisa tan linda que le ponía a veces; o sus músculos llenos de tatuajes.

—Mierda.

Suspiró enterrando su cara en la almohada del sillón.

***

Harry acababa de cerrar el local de tatuajes, había sido un día bastante productivo y estaba cansado, aunque no por el trabajo. Su mente estuvo todo el día vagando hacia Draco, intentó detenerlo, pero le fue imposible. Odiaba cuando pasaba eso, perder el control de su vida solo por un gusto.

Harry llegó a la casa y se tiró en su cama, prendió el teléfono y activó las notificaciones. El mareó que sintió cuando se levantó muy rápido al ver la notificación del perfil de Draco en su pantalla fue poco para el sentimiento que empezaba a arremolinarse en su interior, como nudos y nudos de nervios. Harry siguió de inmediato la cuenta, era en esos momentos donde se arrepentía de las reglas de Tonks: "nada de notificaciones extrañas en el trabajo".

Harry se tumbó de nuevo en la cama con una sonrisa, se quedó un buen tiempo apreciando el perfil de Draco, hasta que bloqueó el teléfono y decidió tomar una ducha para relajarse.

Necesitaba estar concentrado en lo que tenía que hacer, no podía emocionarse como un chico de 15 años a una simple notificación de algo tan banal. A pesar de todo, eso le daba una pequeña señal de que tal vez si le gustaba a Draco.

Cuando terminó de bañarse, se puso simplemente un bóxer y se sentó frente a su laptop. Draco había aceptado su solicitud y ahora tenía acceso a algunas fotos, para su buena suerte, muchas eran recientes. Pasó toda la madrugada viendo las fotos de Draco. Algunas eran tomadas con su teléfono, pero otras eran de un estudio fotográfico donde se veía increíble. Las luces hacían que su pelo brillara aún más y que sus ojos parecieran un poco más azules que grises. Su rostro perfilado se veía angelical. Harry hizo un esfuerzo extra para no perder el control imaginando otras cosas.

Encontró fotos en algunos lugares a los que parecía ir seguido con sus amigos. Anotó las direcciones y las tomó como puntos posibles en las que Draco y él podrían topar. Harry también se dio cuenta de que Draco publicó la foto de una cocina muy bonita. Harry miró con detalle. Una calle se podía ver a través de la ventana, no quedaba a más de cinco manzanas de la suya. Harry sonrió y anotó en su calendario del día siguiente "salir a correr". Si Draco estaba tan cerca, no podía desperdiciar esa oportunidad.

***

A la mañana siguiente, Harry se puso sus audífonos y salió a correr, fue por las calles cercanas a su casa, luego empezó a alejarse poco a poco, yendo por las casas un poco más cercanas a la de Draco, era temprano, así que no esperaba que este esté despierto. Cuando Harry llegó a la calle que se podía ver por la foto corrió por casi todas las calles entre casas, en la foto se podía ver una zona verde muy bonita junto a una pileta con la forma de dos delfines. Harry llegó a una pequeña plaza, donde se detuvo a tomar agua. Si no se equivocaba, alguna de las casas cercanas era la de Draco.

Una pequeña mano topó su pierna, cuando se dio vuelta, una niña pequeña con dos colitas y un vestido de flores se movía de lado a lado con vergüenza.

—Disculpe señor, mi juguete cayó a la fuente—señaló con su dedo la fuente con los dos delfines—, pero yo no lo alcanzo.

Harry se agachó y le dio una leve sonrisa.

—¿Y cómo llegó ahí?

—Mi hermano lo lanzó.

Harry se acercó a la fuente, aunque para él no era muy grande, cuando la niña se puso a su lado, notó que era mucho más grande que ella, apenas si podía asomar los ojos en el agua. Harry recogió la muñeca y se la dio a la niña.

—Ten, para la otra, no le prestes tu juguete a tu hermano—dijo mientras acariciaba la cabeza de la niña

—Gracias señor—, la pequeña salió corriendo mientras daba pequeños saltos.

—No sabía que también rescatabas muñecas.

Harry se dio la vuelta al reconocer la voz. Draco estaba cruzado de brazos, llevaba ropa más informal que de costumbre. Su pelo rubio estaba desordenado y llevaba una taza de café en una de sus manos.

—Bueno, hago un poco de todo— Harry levantó los hombros con indiferencia y sonrió—, ¿vives por aquí?

—¿Tú vives por aquí?

—No, vivo unas cuadras más allá, pero salgo a correr seguido.

Draco lo miró por un momento, analizando su figura, un pequeño escalofrío recorrió la espalda de Harry.

—¿Quieres una taza de café?

—Bueno, si me invitas, no puedo rechazar, ¿no es así?

—Claro que no, me enojaría mucho.

Harry siguió a Draco hasta su casa, era bastante acogedora. Los colores verde claro y gris predominaban en la casa y todo estaba muy ordenado. Tenía algunas fotos colgadas en la pared y el juego de muebles era muy sofisticado. Su cocina conectaba con la sala, separados únicamente por un desayunador. La cocina tenía algunas plantas y cosas en el mesón.

—Linda casa.

—Gracias, me mudé hace poco.

Harry se sentó en una de las pequeñas bancas de madera oscura con cuidado.

—¿Siempre invitas a extraños a tomar café?

—No somo extraños, ¿o si?—preguntó Draco mientras se daba vuelta con una ceja levantada.

—No por completo.

—¿Entonces?

—Si nos conocemos un poco más podemos dejar de ser desconocidos ¿no?—Draco ladeo un poco la cabeza con una sonrisa.

—¿Estás coqueteándome?

Harry soltó una carcajada, pasó una mano por su cabello, desordenándolo más.

—No realmente, simplemente me causa curiosidad conocerte.

Draco dejó dos tazas de café en el desayunador y se sentó en el banco de en frente.

—Pues es tu día de suerte, no todos tiene ese placer.

—Me siento halagado.

Ambos sonrieron y Harry bebió el café, estaba rico, y aunque hubiera estado horrible, probablemente se lo hubiera tomado solo para complacer a Draco.

—Gracias, esto acaba de renovar mi energía.

—No hay de qué.

—¿Qué tal tu tatuaje?—Draco dejó ver un poco de su clavícula, el tatuaje había curado bien—, se ve genial.

—Bueno, lo hiciste tú, ¿no se supone que eres un tatuador profesional?

—No todavía, estoy empezando de nuevo en este mundo.

—¿Y el restaurante?—Harry observó por un momento a Draco, no esperaba que lo recordara de ahí.

Bebió un trago de su café y dijo con despreocupación:

—Renuncié, el ambiente se puso un poco tóxico entre mis compañeros y me di cuenta que no era lo mío.

—No era lo tuyo—repitió Draco con curiosidad.

—Bueno, me gusta la cocina, pero prefiero ser el que manda y hace las cosas, es por eso que trabajo en el estudio, estoy tratando de conseguir algo de dinero. ¿Qué hay de ti?

—Soy modelo.

Harry recordó algunas de las fotos de Draco en su perfil, tenía todo el porte de modelo, aunque no pensaba que eso fuera algo que realmente le gustara.

—¿Y te gusta ser modelo?—Draco solo levantó los hombros.

—No tengo otra opción, a menos que me meta a trabajar de cajero en el supermercado de aquí al lado.

Harry sonrió y tomó del café. Pasaron hablando unos minutos más hasta que Tonks llamó a Harry para que le ayude con unas cosas.

—Bueno, el café estuvo bueno—Harry extendió su teléfono— ¿puedo tener también el privilegio de tener tu número?

Draco soltó un bufido divertido y le escribió su número.

—Solo no me escribas.

Harry se rio y dejó que Draco lo guiara a la puerta, se despidieron y Harry volvió a su casa trotando. Mientras volvía, su cabeza recreaba una y otra vez la conversación con Draco.

No pudo sacarlo de su cabeza de nuevo. La imagen de él con su taza de café y ropa informal le perturbaban. Su pelo se veía maravilloso bajo el sol de la mañana que entraba por la ventana. Estuvo tan distraído que Tonks le terminó por dar el día libre.

Las dos semanas siguientes, Harry salía a correr haciendo exactamente la misma ruta. Por la tarde, solía seguir a Draco cuando este iba con su amiga a algún lado. Trataba de no usar cosas llamativas y dejar los lentes normales en casa y llevar lentes de contacto. Notaba que Draco era alguien de rutina. Por la mañana siempre tomaba su café y salía a tomar el sol en su patio delantero, a veces su amiga iba a visitarlo e iban a comer cerca del local de tatuajes. Por la tarde, salía con sus otros amigos al centro comercial o a visitar a sus padres, quienes vivían un poco más lejos. Luego llegaba a casa y pasaba todo el día dentro, a menos que saliera al supermercado. Al mismo tiempo, solían hablar por teléfono normalmente.

Harry disfrutaba cada vez más el seguir a Draco, aunque a veces tenía la leve impresión de que este notaba su presencia. Aunque eso era imposible, ya que algunas veces en las que se toparon porque Harry quiso, este se acercaba a saludar con una sonrisa.

Aparte de eso, solo fue un día en el que Draco tuvo que salir para ir a su trabajo como modelo. Harry consiguió algunas fotos de Draco en lugares cotidianos. Se veía muy bien, y aunque trataba de evitarlo, su mente a veces divagaba por otras cosa y terminaba masturbándose con una foto de Draco. Perdía el control muy fácilmente cuando se trataba de él.

***

Una mañana en la que Harry salió a correr, se sentó en una de las bancas de la plaza. Una persona se paró enfrente de él, llevando una camisa similar a la que Draco había llevado ese día que le habló, pero no era él. Su contextura era más delgada y más bajo. Cuando Harry alzó la vista, mantuvo su semblante serio, pero en su interior, una bola de recuerdos ya olvidados volvieron a cruzarse por su mente.

—¿Harry?—preguntó el chico de pelo castaño, cruzado de brazos, con una taza de café en la mano.

—¿Te conozco?

—Soy Creevey, Colin Creevey.

Notes:

Yo se que dije que iba a subirlo ayer, pero el sueño fue más grande que yo :(

Chapter 6: VI. El juego del amor

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Harry se quedó mirando fijamente a Creevey, sus ojos se cerraron un poco y suspiró.

—Lo siento, no logro recordarte, tal vez te confundiste de persona.

—Claro que no—, respondió Colin con un tono de voz algo pedante—, se que eres tú Harry, o debería decir, ¿Joan?

—¿Joan?—Harry se rio un poco y negó con la cabeza—, no conozco a alguien llamado así, lo siento. Si soy Harry, pero no te conozco.

—No te hagas el idiota, se bien que me recuerdas. No te busqué por años para que me digas que no te acuerdas de mi.

Harry levantó una ceja y miró de arriba hacia abajo a Colin.

—Pues no me acuerdo, si me disculpas—, Harry se levantó de la banca y se puso sus audífonos de nuevo—. No se quien es ese tal Joan, o al Harry que buscas, pero espero que logres encontrarlo.

Harry salió del lugar a trote, no le había dicho una mentira a Colin. Conocía a Harry, pero solo conocía su nombre, no la persona detrás de él. Colin nunca llegó a conocerlo de verdad, y hasta donde recordaba Harry, fue la persona por la que más modificó todo su ser, si es que había algo que modificar. Harry, o más bien, Joan, era un tipo alegre que le gustaba salir de fiestas, amaba las aventuras y los deportes extremos. Comía mucho y no podía quedarse quieto, además de que la rutina le aburría. Harry, era todo lo contrario, odiaba las fiestas y prefería salir a correr o ir al gimnasio en lugar de hacer deportes extremos; amaba la rutina. Colin no lo conocía, no como Draco lo hacía hasta es entonces.

La mente de Harry fue hasta Draco, si Colin lo buscó, eso significa que en algún punto dio con Draco, no le importó mucho, sabía bien que todo lo que le dijera Creevey a Draco no iba a hacer que este se vaya, ya que conocían diferentes personas, pero había algo en esa situación que no le gustaba. Recordaba momentos en los que Colin intentó atacar a personas que se acercaban a él para hablar, temía que le hiciera algo a Draco. Intentó tranquilizarse pensando en que Draco era mucho más inteligente y que sabría defenderse, pero de todas formas lo tendría mejor vigilado.

***

Harry no esperaba que Creevey fuera una molestia, pero lo fue, empezó a notar su presencia en lugares concurridos como el local de tatuajes y su cafetería favorita. Eso impidió que Harry pudiera seguir a Draco, aunque lo tranquilizaba saber que no estaba detrás de él y hablaban seguido. Harry empezó a hartarse del comportamiento de Colin. Hasta que llegó la gota que derramó el vaso.

Harry se había topado con Draco en el supermercado cercano a la casa de este último, entablaron una conversación amena, hasta que Harry notó que Colin se acercaba por la espalda de Draco.

—Oye, ¿te parece si comemos algo?—Harry miró a Draco, este parecía avergonzado, pero no le quitó la mirada. No se esperaba una propuesta de una “cita”.

—¿Quieres cocinar?—Harry desvió la mirada hasta Colin, quien parecía molesto por la interacción.

—No se cocinar.

—Pues yo si, ¿lo olvidas?—Draco boqueó un rato y asintió.

—Bien, entonces tu cocinas.

Harry tuvo tiempo de reaccionar cuando Creevey se acercó hasta ellos y "accidentalmente" casi choca con Draco de espaldas, llevaba algo en la mano, no sabía exactamente qué, pero Harry prefería prevenir. Jaló a Draco hacia el otro lado con cuidado.

—Cuidado—advirtió.

Draco volteó a ver a Colin, ambos se quedaron viendo por un buen rato, el ambiente se sintió tenso por un momento, hasta que Draco rompió el silencio:

—¿Tú de nuevo?—Colin frunció el ceño—, ¿tienes algún problema al caminar o qué?

—Solo no veía por donde iba.

—Pues cómprate unos lentes, o un bastón, yo que se.

Draco tomó del brazo a Harry y lo jaló hacia otro pasillo.

—¿Otra vez dijiste?—Harry sintió por un segundo que alma abandonaba su cuerpo.

—Ya va chocando conmigo muchas veces, parece que lo hace intencionalmente, me tiene harto.

Harry levantó una ceja. Si eso no pasaba por primera vez, significaba que Colin si conocía a Draco.

Olvidaron el tema y fueron hasta la casa de Draco, en donde Harry cocinó una lasaña, hablaron y tomaron vino hasta muy entrada la noche. Draco tenía las mejillas sonrojadas, sonreía un poco flojo y tenía los ojos cerrados.

—¿Quién te enseñó a cocinar?

—Mi tío—Harry miraba a Draco fijamente, admirando el rostro del otro, preguntándose como alguien podía ser tan hermoso incluso estando borracho.

—Pues muchas gracias a tu tío, cocinas delicioso.

—¿Quieres otro pedazo?—Draco negó, abriendo un poco los ojos.

—Estoy lleno, y un poco mareado.

Harry sonrió y asintió, cuando se fijó en el reloj eran las dos de la madrugada.

—Creo que deberíamos ir a descansar.

—Ay vamos, todavía es temprano, la noche es joven.

—Pero yo no, ya tengo sueño—Draco se rio y se levantó de su asiento, fue hasta la televisión y puso algo de música suave.

—¿Sabes bailar?

—No, bailo horrible.

—Pues yo si, así que vas a bailar conmigo—Draco se acercó a Harry y lo tomó de las manos para jalarlo hasta la sala.

Una canción lenta sonaba, Draco puso su mano en a cintura de Harry y la otra en su hombro, lo guio a través de la canción. Al inicio le costó un poco a Harry agarrar los pasos, pero poco a poco fueron coordinando. Se miraban fijamente, los ojos de Draco brillaban bajo la única luz que provenía de la cocina, su cabello estaba algo desordenado y sus labios remojados por el vino. Harry admiró a Draco, cada detalle le parecía increíble.

—Eres precioso—dijo sin pensarlo.

—Lo se—respondió Draco con una sonrisa.

—Y un engreído.

Ambos rieron y bailaron por mucho tiempo, aunque en realidad, el tiempo para ellos se había congelado. Harry sentía su corazón retumbar, los nervios empezaban a ser difíciles de controlar. Nunca había sentido eso, y se preguntaba si realmente Draco era una obsesión más. Imaginar que se acostaba con él y lo dejaba no estaba en sus planes. Hacerle lo mismo que a otros chicos como mentir sobre su físico o personalidad no le parecía correcto, y por un segundo quiso contarle toda la verdad, pero sabía que si lo hacía, Draco se iba a alejar de él.

***

Draco despertó con un dolor de cabeza insoportable, estaba acostado en su cama con todas su sábanas desordenadas y una almohada en el piso. Draco se levantó y analizó la situación.

No recordaba nada luego de que bailó Dancing Queen de ABBA con Harry, su mente se había nublado. Con rapidez se levantó para verificar que toda la ropa siguiera en su lugar, Draco suspiró de alivio al ver que estaba con la ropa de ayer.

—Mierda, me duele todo.

Bajó a la cocina, todo estaba limpio y ordenado, agradeció internamente a Harry por eso, mientras preparaba su café cargado pensó de nuevo en Harry: esa sonrisa que había adornado su rostro ayer, en la forma que cocinaba con una habilidad increíble, aunque el baile no era su fuerte. Draco esbozó una pequeña sonrisa cuando imaginó a Harry llevándolo en sus brazos a su cuarto y arropándolo, limpiando la cocina para que él no lo hiciera.

Draco tomó su taza de café y se sentó en el sofá, prendió la televisión, cuando dejó la taza en la mesa de centro notó una pequeña nota con la letra de Harry.

"La pasé muy bien, espero volver a repetir esto otro día, pero esa vez, tu cocinas. Att: Harry"

Draco tomó la nota y la besó.

—Tengo que aprender a cocinar.

***

Estaba comprando algunas cosas en el supermercado, tenía su cita con Harry a las 8 y había visto una receta sencilla y rica, no estaba mal para empezar. Pero algo le fastidiaba, aquel chico de cabello castaño con quien chocó varias veces estaba ahí, y parecía seguirlo.

Draco estaba acostumbrado a los fans y paparazzi, pero ese chico le empezaba a fastidiar, no parecía un fan, parecía alguien más bien resentido con él. Draco entró al pasillo de embutidos y notó como el chico se le acercaba. Draco suspiró y fue a encararlo de una vez.

—Disculpa— el chico volteó con su ceño fruncido—, ¿hay algo que me quieras decir?

—¿Perdón?

—No te hagas, te he visto muchas veces y siempre chocas conmigo— el chico sonrió y se cruzó de brazos.

—¿Acaso Harry no te ha contado de mi?

—¿Por qué Harry me contaría de alguien tan mediocre como tú?— el chico se sonrojó e hizo una mueca de disgusto.

—Soy su ex novio.

—Pues por algo debe ser ¿no? Digo, a mi tampoco me gustaría andar con un tarado que ni siquiera sabe caminar bien.

El chico trató de soltarle una cachetada a Draco, pero este detuvo su brazo, apretando con fuerza.

—Aléjate de mi y aléjate de Harry.

—Se nota que no sabes como es él.

—¿Y tú si?

El chico zafó su brazo del agarre de Draco que había dejado una marca.

—Claro que si, es obvio, o dime ¿No es raro que te lo encuentres en todos lados? ¿O que tienen los mismos gustos por todo?

Draco entrecerró los ojos, sabía que Harry lo seguía, lo había notado un par de veces, pero no pensaba que eso fuera algo que hiciera siempre.

—Él es así, se obsesiona contigo, te atrapa en su red, y cuando te lleva a su cama, te abandona—. Draco puso su manó en su boca para cubrir la sonrisa que se estaba formando— ¿De qué te ríes?

—¿Él hizo eso contigo? Bueno, realmente no esperabas que se quedara con alguien como tú, ¿verdad?— Draco peinó su cabello hacia atrás y de acercó al chico para susurrarle—. Harry es completamente mío, y lo puedo tener comiendo de la palma de mi mano si me da la gana, tú eres un simple idiota que no sabe como jugar su juego.

El chico retrocedió un paso, Draco alzó ambas cejas como un gesto de victoria.

—¿Lo sabes?

—Claro que se que me sigue, y no sabes cuánto me gusta eso, digo, yo también suelo aparecer inesperadamente en lugares que él concurre—. Draco tomó lo que necesitaba y sonrió—. Si te veo cerca de Harry, te vas a arrepentir toda tu maldita y miserable vida, asimílalo, no eres el gusto de Harry, fuiste solo un pasatiempo.

Draco levantó sus hombros y caminó hasta caja para pagar todo. Cuando estaba en casa arreglándose, no pudo evitar sonreír. Ambos podían jugar el mismo juego y no decirlo. Al final de todo, Draco estaba seguro que Harry no se iría de su lado, pero para asegurar eso, tenía que quitar esa pierda molesta del camino.

Creevey.

Notes:

HOLLAAA, volví, espero que hayan disfrutado el capítulo. Realmente me gustó escribir a Draco, mientras releía el capítulo parecía como si fuera una lectora más y no la que escribía.

Espero que estén bien, les informo que en mi tiktok “alysblack3” suelo informar cuándo voy a actualizar, aunque casi siempre son los viernes, pero también para que me apoyen por ahí, aunque no subo mucho contenido porque me quedo sin ideas JAJJAJA. Eso es todo, los y las amo, besitooos.

Chapter 7: VII. Mirarte

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Draco aún seguía enojado cuando Harry llegó, esto no pasó desapercibido por él. Trató de preguntarle varias veces que pasaba, pero al final dejó de insistir, esperando que él mismo se lo diga. Draco no quería hablar del chico Creevey en ese momento, pero sentía que arruinaba el ambiente. Terminó suspirando y mirando a Harry, quien disfrutaba la comida.

—¿Está bueno?— preguntó en voz baja, Harry subió la mirada y sonrió.

—Lo está, no eres tan malo como pensé—Draco sonrió y jugó un poco con la comida, pero la mano de Harry sobre la suya lo hizo detenerse—. Draco, se que pasa algo y no quieres decírmelo, pero me mata la duda. Temo haber cometido algún error y que no me lo estés diciendo.

—No, claro que no— respondió Draco con rapidez, sostuvo su cabeza durante un segundo, debatiendo si decirle a Harry que sabía todo, o mentirle.

—No me voy a enojar si me lo dices—, dijo Harry mientras esperaba que Draco hable.

Draco pensó un momento, no tenía que mentirle, pero tampoco tenía que ser completamente sincero. Se cruzó de brazos y miró a Harry.

—Me encontré con ese chico extraño del otro día, el que casi choca conmigo—, Draco notó un leve cambio en el rostro de Harry, pero este no dijo nada—. Me dijo que te conocía, que eres su ex novio.

Harry finalmente soltó un suspiro largo, tomó la copa de vino y le dio un sorbo.

—Lo soy, no tengo por qué mentirte. El problema es que no sé qué hace aquí, me fui de Escocia específicamente por él; cuando lo dejé empezó a ser un dolor de cabeza para mi, causando problemas en mi trabajo e incluso en mi edificio de apartamentos en el que vivía antes. Y ahora está aquí, y realmente no me interesaría si no fuera por ti.

—¿Por mi?

—Así es—, Harry asentó sus brazos en la mesa pasándose una mano por su cabello—. No quiero que te haga nada, ni que te meta en problemas que te terminen perjudicando.

—Me puedo defender solo, ¿sabes?— dijo con algo de burla.

—Lo se, pero eso no evita que me preocupes—, Draco sintió como su respiración se atascaba, saber que Harry se preocupaba por él era tierno—. Lamento meterte en este problema.

—No es tu culpa, el tipo no sabe aceptar un rechazo—. Se quedaron en silencio durante un momento hasta que Draco tomó de nuevo su tenedor, agarrando un poco de comida y ofreciéndole a Harry—, no nos arruinemos la noche por un idiota ¿te parece?

Harry sonrió y tomó el pedazo de lasaña que Draco le ofrecía.

—¿Puedo hacer una crítica de la comida?

—No.

Ambos rieron y siguieron comiendo, el ambiente cambió, Draco sintió que estaba más ligero, aunque no lo suficiente. Al menos ya hablaban y reían normalmente.

Luego de la comida, pasaron a la sala, donde Draco servía vino, contaban chistes malos y anécdotas con el alcohol.

—¿En serio nunca saliste de fiesta?

Harry negó, agitando su copa de vino.

—No me gustan, el ruido y las luces me molestan.

—¿O sea que nunca te besaste con un desconocido estando borracho?

—¿Tú si?—Draco asintió mientras se llevaba la copa a los labios. Harry se rio. Mierda, cómo amaba esa risa.

—Creo que si vas a una fiesta se te lanzarían encima—dijo con un poco de celos disfrazados de broma.

—¿Por qué crees eso?

—Eres lindo.

—¿Lo soy?— el tono que Harry usó fue más coqueto que de intriga, Draco lo miró por unos segundo antes de asentir lentamente.

—Lo eres.

Sintió como sus mejillas se sonrojaban un poco, Harry sonrió alzando ambas cejas y terminando el poco vino que quedaba. Draco quiso servir más vino para evitar sentirse avergonzado, era mejor coqueteando cuando estaba borracho, pero la botella estaba vacía.

—Mierda, se acabó—Draco se levantó a la cocina, mientras revisaba la alacena se dio cuenta de no tenía más botellas. Probablemente se las acabó con Pansy el día que hablaron de los problemas que la chica estaba teniendo.

Sintió el cuerpo de Harry detrás suyo, el olor de su perfume le llenó las fosas nasales. Por un momento sintió que estaba en otro mundo.

—¿Quieres ir a comprar más?

—Creo que si— Draco se dio vuelta despacio, mirando a Harry directamente a esos ojos verdes que parecían esmeraldas.

Estaban cerca, no lo suficiente para besarse, pero si para sentir el calor del otro. Draco puso sus manos sobre la camisa color vino que Harry llevaba y fingió sacudir una pelusa.

—¿Cada cuánto vas al gimnasio?

—Dos días a la semana, tú ya no vas—, Draco alzó las cejas, no pensó que Harry lo buscara en el gimnasio.

—Si voy, es solo que Pansy puede en la tarde, su trabajo no le permite ir más temprano.

Draco alzó un poco la mirada, los ojos de Harry lo recorrían de arriba hacia abajo, sentía como si lo comiera solo con la mirada, se sentía expuesto, y esa sensación no le molestaba para nada.

—¿Vamos por el vino?— preguntó Harry acomodando un mechón de su cabello.

—Creo que quiero algo más fuerte en este momento.

—¿No trabajas mañana?

—Eso no importa.

***

Compraron una botella de Whisky, la más fuerte que Draco puedo encontrar en el pasillo.

La presencia de Harry se sentía mucho más después de ese momento en la cocina. Draco no podía olvidar la mirada de Harry sobre él, la forma en que sus ojos recorrieron su cuerpo, notó como las manos de Harry estaban cerradas en puños, evitando tocarlo.

Una vez en la sala, el ambiente se volvió más íntimo, no se tocaban, pero con sus miradas era suficiente. Draco moría por lanzarse a los brazos de Harry y besarlo hasta derretirse en su cuerpo, hasta que su respiración se agitara y perdiera los sentidos.

Draco trató de ser más coqueto, abriendo un poco su camisa fingiendo tener calor, mordiendo su labio inferior y dándole miradas a Harry que este parecía captar muy bien, pero no hacía nada, solo lo miraba.

Lo miraba.

Eso lo ponía más nervioso que cualquier otra cosa, la mirada de Harry era pesada, una que no se podía ignorar incluso de espaldas. Su cuerpo reaccionaba cada que Harry miraba sus labios o sonreía. No sabía cuánto más iba a soportar sin que Harry le tocara aunque sea el cabello.

—¿Quieres ver una película?—propuso luego de unos minutos, si veían una película eso significaba que debían sentarse rectos, obligándolos a estar cerca.

—Claro.

Draco buscó por unos minutos una película, se rio internamente de si mismo cuando escogió una de terror. Cliché.

La película era mala y lo que le seguía de mala, pero a Draco no podía importarle menos. A mitad de la película, el brazo de Harry se estiró en el respaldar del sillón, rodeándolo, con su mano jugando con un mechón de cabello.

Draco bebía más que Harry, los nervios no se iban a pesar de que ya estaba tan mareado como para besarlo sin sentir vergüenza, pero no podía; estaba rígido, sus manos se aferraban a la almohada que cubría su entrepierna. ¿En qué momento se volvió tan sensible? No recordaba que se excitara con esos gestos banales con Marck, es más, el simple hecho de que le tocara la cabeza muchas veces le generaba asco.

Pero ahí estaba Harry, con su postura relajada, su camisa que le quedaba como anillo al dedo, con esos malditos pantalones de vestir negros, su estúpido pelo desordenado en el cual pasaba la mano desordenándolo más. Ese gesto de levantar sus lentes de vez en cuando. Hasta el más mínimo movimiento de Potter lo excitaba.

—¿Estás bien?— salió de su ensoñación, Harry lo miraba, de nuevo, Draco solo asintió y regresó la vista a la película.

—Si.

—¿Te asusta la película?

—No, de hecho es horrible, no sé por qué la escogí.

Harry sacudió el cabello de Draco, riendo por lo bajo. Iba a morir.

Draco se pegó más a Harry y lo miró, este le devolvió la mirada.

—¿Qué sucede?— Harry acariciaba su nuca, y sentía que sus mejillas se sonrojaban— ¿Te gusta?

—Si, me gusta—, Draco no sabía si se refería a la mano de Harry en su cabello o al mismo Harry, o a las dos.

Tomó el vaso para beberlo cuando Harry se lo arrebató.

—Creo que ya has bebido lo suficiente, no quiero que caigas como la otra noche— Harry se bebió el whisky en su lugar y dejó el vaso en la mesa, volviendo su mirada a la película.

—Potter—, Harry hizo un sonido de que lo escuchaba—. ¿Me vas a dejar si te acuestas conmigo?

La mano de Harry detuvo su movimiento, este volteó a verlo con el ceño fruncido, su mirada expresaba algo que Draco no podía descifrar.

—¿Por qué piensas eso?

—El chico Creevey.

—¿Sabes su nombre?

Mierda, tenía que dejar de hablar, pero no podía. Ese nudo en su estómago no se iba a ir hasta que hablara de eso.

—Si.

—¿Él te dijo eso?— Draco asintió.

Harry se acercó a Draco, este sintió su respiración atascarse por milésima vez en la noche. Harry puso su mano libre en su mejilla y la acarició con el pulgar y lo miraba, pero no era la misma mirada de antes, era una más tierna.

—Draco, yo jamás te haría eso. Si quisiera aprovecharme de ti, lo hubiera hecho la otra noche que tomamos—, Draco inclinó su cabeza ante el taco de Harry—. Yo te quiero de verdad, quiero intentar algo contigo, quiero que esto funcione, y quiero que estés seguro que no te voy a dejar, no importa lo que pase entre nosotros.

Harry se acercó, Draco cerró los ojos, esperando un beso, pero eso no pasó. En su lugar, Harry beso la punta de su nariz, cuando abrió sus ojos, el otro le sonreía.

—Me gustas, Draco.

—Tú también me gustas, Harry.

Harry se volvió a acercar para dejar un beso en ambas mejillas, luego uno en la nariz y uno en la frente. Draco sentía que iba a morir ahí mismo, derritiéndose en los brazos del otro, Harry lo besaba con ternura, no era un beso en los labios, se sentía como un beso en el alma. Se sentía amado.

***

Harry seguía viendo la película hasta que sintió el cuerpo de Draco relajarse y su respiración se iba haciendo más baja. Se durmió.

Le había confesado a Draco todo lo que sentía, y no podía sentirse mejor al saber que era correspondido. Solo había una cosa que hacer.

Se iba a deshacer de Colin Creevey de una vez por todas.

Notes:

AAAAAAH, hasta yo me emocioné escribiendo esto, como si yo no fuera la que escribe JAJAJAJA.
¿Será que pronto hay beso? Quién sabe, por cierto, tal vez haga una historia alterna de esta sobre mis precioso James y Lily (Por eso el video de tiktok)
Bueno, cualquier cosa estaré informando. Besos, cuídense.

Chapter 8: VIII. Permiso

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Draco no sabía como reaccionar. Tenía tantas emociones arremolinándose en un solo momento que sentía que iba a explotar.

Había pasado la mejor noche. No solo se confesó, lo mejor de todo era que Harry se quedó a dormir.

Era entrada la noche cuando Harry se levantó para marcharse luego de ordenar todo, pero Draco, un poco mareado por las copas extra que habían tomado; le propuso que duerma ahí, era demasiado tarde y no quería que le pasara nada. Harry se negó un par de veces antes de acceder a quedarse.

Dormir con él fue mucho más placentero de lo que imaginó, lo abrazó suavemente y su cuerpo contra el de él se volvía cálido. Cuando despertó, ver a Harry dormido a su lado fue una de las experiencias más excitantes y maravillosas que había experimentado. Sus pestañas, su nariz, su boca un poco abierta. Draco no puedo evitar sacarle una foto y volver a dormir.

Al despertar, encontró que Harry ya no estaba, pero había dejado una nota en la mesita de noche.

"Estaré algo ocupado, te escribo en la noche. Posdata: Te ves muy lindo cuando duermes.

Att: H"

Draco abrazó la nota y rodó en la cama con emoción, besó un par de veces el papel antes de guardarlo en el pequeño espacio que tenía destinado a Harry. Un pequeño rincón de su armario en el que era poco probable que alguien revisara.

***

Draco hizo su día normal, solo que la ausencia de los mensajes de Harry era algo extraño. A veces Harry se ocupaba en algún tatuaje por una o dos horas, pero llevaba todo el día sin escribirle.

Cuando llegó la noche y Draco pensaba ir a verlo al local, el timbre de su casa sonó. Al abrir, vio a Harry con un aspecto cansado, pero traía flores y dos postres.

—¿Puedo?

Draco sonrió y le dio paso para que entre, cuando Harry dejó las cosas, lo primero que hizo fue abrazar a Draco y suspirar.

—Lo siento por no escribirte, fue un día estresante.

—No te preocupes, supongo que el local estaba repleto.

Harry se separó y negó.

—No estaba en el local, pasaron algunos problemas con mi familia, estuve todo el día ayudándolos.

Draco tomó las mejillas de Harry y las acarició con los pulgares, haciendo que este cerrara los ojos.

—No tienes que preocuparte, ¿Ya pasó todo?

Harry asintió. Draco tenía ganas de besarlo ahí mismo, solo tenía que acercarse un poco y unir sus labios. Lentamente fue acercando su rostro al del otro, estaba a punto de besar a Harry, y en el fondo, Draco creía que él sabía que lo iba a besar, y estaba dispuesto a aceptarlo.

—¿Quieres comer el postre?— Draco miró a los párpados de Harry, su voz había sido baja, ronca.

Lo interrumpió justo antes de por fin besarlo, Harry sabía a lo que Draco jugaba, y sabía cómo jugarlo. Draco sonrió y le besó la punta de la nariz.

—¿Es postre de limón?— Harry hizo un sonido afirmativo—. Entonces comamos.

Comieron los postres con una taza de té mientras Harry hablaba un poco de su día: sus tíos habían peleado, algo poco usual en ellos según Harry, y fue hasta la casa para tratar de solucionar el problema, tuvo que cuidar a su primo pequeño, quien estaba muy asustado. Al final, lo dejó con la chica de pelo corto llamada Tonks y trató de solucionar el problema de sus tíos.

Harry no contó mayores detalles del motivo de la pelea y Draco no preguntó por ellos, solo quería que Harry se desahogara.

—Si quieres, puedes dormir aquí— Draco comió distraídamente un poco de su pastel, lo había dicho como una sugerencia casual, pero por dentro trataba de no morir de nervios.

Harry lo miró por unos segundos antes de ladear la cabeza con una ceja alzada y una media sonrisa burla en su rostro.

—¿Acaso ya no puedes dormir sin mi?

Draco rodó los ojos.

—Claro que puedo, no creas que disfruté dormir ayer contigo, robabas el espacio de mi preciosa cama, es muy pequeña para los dos.

—Entonces vamos a la mía—. Draco pestañeó confundido, Harry sonrió ante esta reacción—. Solo si quieres, claro.

Draco moría por decir que si, pero disimuló y fingió dudar.

—Bueno, por qué no.

***

La casa de Harry era acogedora, algo oscura para su gusto, pero muy bonita. Era sencilla y no parecía tener mayores adornos, a excepción de unas fotos que Draco fue a curiosear.

Había una foto con sus tíos, la chica y su primo; otra era de los dos chicos que estaban con él en la playa y una chica pelirroja que parecía ser la hermana del chico; pero hubo una que llamó su atención: en la foto se podía ver a una mujer pelirroja muy preciosa con los ojos verdes iguales a los de Harry, a su lado, una copia de Harry pero con los ojos cafés sonreía, ambos abrazaban a un Harry de aproximadamente 7 años, quien lucía muy feliz.

—Son mis padres—, Draco volteó a ver a Harry, quien estaba tras él, esperando que acabara de ver las fotos—. Mi madre se llamaba Lily y mi padre James.

—¿Qué les pasó?

—Murieron—. Draco alzó ambas cejas—, fue un accidente de coche. Estaban volviendo a casa cuando un camión sin frenos chocó contra ellos, tenía 9 cuando pasó. Luego de eso me crié con mis tíos.

—Tu madre era hermosa, y bueno, eres la copia de tu padre, creo que realmente quería un mini él.

Harry rio ante el comentario de Draco y asintió.

—Mi madre siempre decía que ella esperaba que sea solo físicamente parecido a él.

Draco decidió dejar el tema y seguir viendo la casa, cuando subieron al cuarto de Harry, una pequeña emoción lo recorrió desde la espalda baja hasta el cuello.

La habitación era como lo demás, simple. La cama ubicada en medio frente a una ventana, un armario, una puerta que probablemente daba al baño y un escritorio. Draco se acercó a este último al notar una foto en un pizarrón que estaba en la pared. Al acercarse más, se dio cuenta que era él, era una foto que le había mandado a Harry cuando tuvo una sesión de fotos.

—Tienes una foto mía.

—Te vez muy lindo en esa foto.

Draco sintió un pequeño ardor en sus mejillas que se intensificó cuando sintió el cuerpo de Harry pegarse un poco al suyo.

—Solo que no se te suba el ego.

—Muy tarde.

Ambos rieron. Cuando Draco se dio la vuelta, estaba semi sentado en el escritorio, con Harry a unos pasos de él.

—Tu no me constaste de tu día.

Pasaron hablando sobre el día de Draco en esa pose. Draco se sentía intimidado, pero al mismo tiempo una leve excitación recorría su cuerpo. Harry lucía relajado, como si no pasara nada y aunque él intentaba lucir igual, su forma de hablar lo delataba un poco.

—Estás nervioso— señaló Harry.

—No lo estoy, es solo el cansancio.

Harry acercó a Draco con un brazo, jalándolo desde la cintura, Draco hizo un pequeño sonido vergonzoso.

—Pues vamos a dormir— ninguno se movió, Draco tenía sus manos en el pecho del otro y su mirada fija en el verde intenso.

—Debes soltarme para poder cambiarme.

—Quiero besarte—. Draco sintió que la respiración se le atascaba y que su rostro ardía. Harry siempre era directo, no solía poner trabas al hablar, pero en ese mismo instante, Draco deseaba que no fuera así—¿Puedo?

Draco solo atinó a cerrar los ojos, escuchó un suspiro divertido de parte del otro. Los labios de Harry tocaron los suyos en un beso suave, estaba lleno de ternura y el dulce del pastel que habían comido. Draco suspiró, pasó sus manos desde el pecho de Harry hasta rodearlo por el cuello.

Harry lo besaba con dulzura y pasión, lo tomaba suavemente por la cintura y parecía que se derretía en los labios de Draco.

Al separarse, se vieron por un buen rato, sus respiraciones agitadas, sus mejillas sonrojadas y las pupilas dilatadas. Draco volvió a besarlo, un beso más corto, y repitió eso varias veces. Estaba emocionado, no sabía como reaccionar, estaba completamente absorto en la atmósfera del momento.

Harry empezó a reír mientras correspondía los pequeños besos de Draco. Sus manos acariciando sus costados con suavidad.

Volvieron a verse por unos minutos en silencio hasta que Harry dijo con la voz ahogada.

—Me vuelves loco, Draco. Todo tú eres una maravilla, desde tu pelo que parece oro hasta esa personalidad que adoro. Draco, no te imagino besando a alguien más así, permíteme estar a tu lado, déjame ser tu todo, quiero estar para ti en todo momento, que sepas que siempre puedes confiar en mi. Permíteme ser tu novio.

—Que cursi— se burló sin maldad antes de dejar otro pequeño beso—. Me encantaría que seas mi novio, Harry.

Notes:

La U me tuvo con la soga al cuello durante las últimas semanas, pero pues al menos ya acabé y salí de vacaciones, así que ahora si vuelven los capítulos cada viernes. Se les quiere y gracias por la paciencia y perdón por la espera. ❤️

Chapter 9: IX. Pelea

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Habían muy pocas veces en las que Harry se enfadaba en serio con una persona. Era alguien que prefería ignorar a las personas que enojarse con ellas, era mucho más fácil evitar e irse que quedarse y confrontar perdiendo su tiempo. Pero Colin Creevey lo había sacado completamente de sus casillas.

No solo había molestado a Draco hasta el punto que este estuviera harto, sino que lo había tratado de hacer sentir mal al contarle lo que pasó con Colin en un pasado.

Harry ni siquiera podía negar que él había hecho eso, ya que si lo hizo, pero ni en mil años pensaría dejar a un hombre como Draco. Una persona inteligente, a veces dulce; tan hermoso que había veces en las que Harry olvidaba que ese chico frente a él era real y no un producto de su imaginación.

Harry no fue quien dejó a esos otros chicos, porque nunca fue él en realidad, era solo un producto distorsionado de su persona para agradarle a otras, y estaba cansado de eso. Con Draco era él mismo, solo Harry. No era Joan, ni Henry, tampoco Carlos o Christopher; solo Harry.

Cuando despertó en la cama de Draco, con este a su lado y profundamente dormido, sintió que podía quedarse así todo el día, solo viendo a Draco dormir tranquilamente. Pero necesitaba marcar límites con Creevey, y si no lo hacía ese día, el otro pensaría que tiene la libertad de acercarse a Draco y creer que no iba a pasar nada.

***

—Me sorprende que me hayas citado aquí—, dijo Colin con una sonrisa petulante, probablemente creyendo que Harry se dio cuenta de cuánto lo “amaba” en realidad.

—No me voy a demorar, porque el simple hecho de estar a tu lado me da asco—. Habló Harry con el semblante serio—, solo te vine a advertir una cosa, Creevey, aléjate de Draco. Tu problema es conmigo, no tienes por qué meterlo a él en esto.

—Sabía que hablar con él tocaría una fibra sensible—, Colin se recostó en la silla con aires de victoria.

—Yo también sé dónde hay fibras sensibles que te van a dejar sin aliento—, Colin tragó en seco, aunque no cambió su rostro—. Si me entero que vuelves a estar cerca de Draco, vamos a empezar a tener problemas serios.

—Entonces me acercaré a Teddy.

Colin se espantó cuando la mano de Harry chocó contra la mesa, luego se acomodó y lo apuntó con un dedo.

—Acércate solo dos pasos a mi primo y vas a ver lo rápido que puedo deshacerme de alguien, te lo advierto Creevey, te estás metiendo con alguien que no debes.

—¿Y qué me vas a hacer?

Harry lo miró fijamente, luego una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

—Tal vez te suene el nombre Dennis, ¿no?— el rostro de Colin palideció—, claro que te suena, es tu hermanito menor, ¿cómo sigue? Hace tanto que no lo veo.

—¿Por qué me hablas de mi hermano?

—¿Por qué me hablas de mi primo? O ¿por qué hablas de Draco? Ninguno de los tres tienen que ver en este problema, pero si tu metes a gente, yo también lo haré. Sé que tu hermano está aquí contigo, se donde está estudiando y sus horarios, ¿Tan rápido olvidaste lo que soy? Soy un puto loco, y cuando tocan a mis seres queridos, soy peor que eso.

Para ese punto, Colin perdió todo color y arrogancia, ahora que Harry tocó su fibra sensible, sabía que era más fácil deshacerse de él sin causar escándalos.

—Te tengo una propuesta, lárgate de Inglaterra, vuelve a Escocia y vive tu vida como siempre lo hiciste.

—Sin ti no tengo vida Harry.

—Ese no es mi puto problema—. Harry sacó dos volteos de avión que salía en una semana—. Si en una semana no te has ido, no te sorprendas cuando tome otras medidas.

Harry se levantó sin esperar una respuesta y se marchó del café, estaba oculto en un callejón en un lugar poco transcurrido. Cuando estaba por llegar a su parada, la llamada de Teddy lo hizo detener e ir a casa de sus tíos de inmediato.

***

Cuando llegó a casa de sus tíos, lo primero que notó fueron los gritos que se escuchaban hasta afuera. Harry apresuró el paso y tocó la puerta. Los gritos cesaron un rato. Cuando la puerta se abrió, Sirius estaba al otro lado con el ceño fruncido y un leve rastro de sorpresa.

—Harry.

—¿Dónde está Teddy?— Harry ni siquiera dejó que respondiera l preguntó si podía pasar, se hizo paso y subió al cuarto de su primo.

Teddy estaba sentado en su cama con su cobija de coches en la cabeza, como si tratara de esconderse. Harry cerró la puerta y se sentó en el filo de la cama, poniendo su mano en el pie de Teddy.

—Pequeñín— Teddy se quitó la cobija, tenía un puchero en su boca y sus ojitos estaban rojos por haber llorado. Harry sintió que su corazón se encogía—. Ven acá.

Harry lo abrazó con todas sus fuerzas, lo cargó y bajó con él. Al llegar al piso de abajo, Remus y Sirius ya no peleaban, pero seguían enojados.

Harry extendió su mano hacia Sirius.

—Dame las llaves del auto, saldremos con Teddy, luego voy a venir.

Sirius no dijo nada, tomó las llaves de su bolsillo y se las lanzó a Harry. Este les dio una mirada de reproche a sus dos tíos antes de salir con Teddy en brazos y subirlo al auto.

***

Pasó toda la tarde con Teddy, paseando por el parque, jugando en la sala de juegos. Comieron helado e incluso fueron a alimentar a los patos.

Mientras Harry partía el pan y se lo pasaba a Teddy, quien dejaba el pan en el agua para los patos, este le preguntó a Harry con voz inocente:

—¿Mis papis se pelearon por mi culpa?— Harry sintió que su corazón se apachurraba y una leve pizca de enfado con sus tíos crecía dentro.

—Claro que no pequeñín, a veces los adultos tenemos desacuerdos y peleamos.

—Pero papi Remus siempre dice que hay que pedir perdón o que no hay que gritar.

—Lo se, pero a veces se nos olvida y gritamos, yo se que es feo, pero tranquilo pequeñín, no fue tu culpa.

—¿Ellos van a estar bien?

—Claro que si, tus papis se aman mucho, solo son pequeños desacuerdos, todo va a estar bien.

—Quiero ir donde mami Tonks— Teddy hizo un pequeño puchero.

—¿No quieres volver a casa con tus papis?

Teddy negó, Harry sabía que aún seguía asustado por la pelea e ir donde Tonks era la mejor opción.

Una vez que terminaron de alimentar a los patos, Harry llevó a Teddy al estudio, donde Tonks lo alzó y besó su carita, dejando marcas de labial morado.

Harry le explicó a Tonks lo que pasó, y ella le aseguró que lo cuidaría bien y por la mañana, cuando todo esté mejor, lo llevaría a casa de nuevo.

***

Al llegar a casa de sus tíos de nuevo, Harry tuvo que tomarse un momento antes de entrar.

Estaba alterado por todo lo que pasó en el día y no quería llegar a empeorar las cosas, sino a solucionarlas. Tomó aire durante unos minutos y caminó en frente de la casa. En esos momentos era donde quería escribirle a Draco y simplemente hablar con él.

Draco. No le había escrito en todo el día, se sentía culpable por dejarlo así, pero en ese estado era mejor no hablar con él, luego vería cómo solucionarlo.

Entró a la casa de sus tíos y los encontró peleando de nuevo, aunque ya no gritaban, seguían alterados.

Harry trató de calmarlos hablando con los dos. Al final tuvo que separarlos, se llevó a Sirius al patio trasero. Habló con él mientras veía cómo fumaba, un viejo hábito que siempre salía a la luz cuando se estresaba.

Luego dejó a Sirius en el patio fumando y subió al cuarto para hablar con Remus; él estaba más enojado que Sirius, por lo que fue más difícil tratar de razonar. Luego los unió a ambos en la sala y hablaron hasta que al fin llegaron a un acuerdo.

Harry nunca entendió realmente por qué se pelearon, pero al menos ya estaban tranquilos. Les informó lo de Teddy y se retiró.

Caminó hasta una pastelería y de ahí fue hasta la casa de Draco. Ya no quería verlo, necesitaba verlo.

***

Su confesión había salido mejor de lo que resultaba, aunque no tenía planeado eso, sentía que no podía seguir aguantando. Quería ser novio de Draco oficialmente, quería besarlo, verlo sin problemas ni que parezca extraño, quería ser todo para Draco. Lo quería solo para él.

Al final se acostaron y hablaron unos minutos, donde se besaban y volvían a hablar. Harry sentía una felicidad inexplicable, algo que no había sentido antes, no de esa forma. Sentía esa felicidad cuando stalkeaba a las personas, cuando las seguía o se iban conociendo, cuando moldeaba su personalidad; pero nunca cuando estaban solos, cuando estaban en un momento tan íntimo y que solo un pequeño beso alterara todos sus nervios.

Draco fue el primero en dormirse, Harry lo miró por un buen tiempo, sintiendo su corazón derretirse. Aprovechó para tomarle una foto, acariciar su rostro, su pelo, dejar pequeños besos en su frente.

—No voy a permitir que nadie te haga daño, eres solo mío.

Dijo en un susurro mientras lo abrazaba contra su pecho.

Lo que Harry ignoraba era la sonrisa que se había formado en el rostro de Draco, y lo mucho que iba a disfrutar restregarle en la cara al chico Creevey que él pudo haber tenido a Harry en su cama, pero jamás iba a tener lo que Draco tiene: el corazón de Harry, toda la benevolencia que le tenía, y no solo se lo contaría. Se lo iba a demostrar.

Notes:

Se vienen cositas 🙏🏻😈

Chapter 10: X. Primero

Notes:

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Chapter Text

Draco mostraba su mano con una sonrisa, Pansy estaba frente a él con una expresión de que no podía creerle.

Esa misma mañana, Draco había hablado sobre un anillo en su dedo, y Harry no dudó en ir a comprar unos. Draco lo presumía con orgullo y Pansy se moría de envidia.

—Es falso.

—Fuimos a la joyería donde compraste esos aretes cariño, lo que es falso es tu amistad al no estar feliz por mi.

—¡Claro que estoy feliz! Pero no puedo creer cómo lo traes, es como un perrito faldero, cosa que dices, cosa que hace.

Draco alzó los hombros y comió de su lomo con salsa bbq.

A decir verdad, Draco también estaba sorprendido, pensaba que Harry se iba a negar a comprar anillos de pareja tan pronto, pero al escuchar la idea, aceptó que era un idea que no había pensado antes. Saber que era la primera persona con la que Harry compartía anillo lo emocionaba, otra forma de demostrarle a Creevey que era insignificante en la vida de Harry.

Pero aún no podía hacerlo, un anillo podía decir algo, pero no todo. Mandó una solicitud de Instagram al chico con una sola intención, presumir todo lo que Harry hacía por él.

Draco tenía pensado algunas cosas, pero Harry estaba dos pasos por delante, y cuando pasó a recogerlo la siguiente semana y lo llevó a unos jardines preciosos, sabía que no se tendría que preocupar por decirle a Harry qué cosas hacer.

***

Los siguientes dos meses Draco se la pasó increíble con Harry, iban a lugares que solo había visto en videos. Harry era muy cariñoso, no le daba vergüenza demostrar amor en público, y si alguien se atrevía a decir algo, le iba muy mal con el carácter de Draco.

Al tercer mes de ser novios, Draco amaba los besos y caricias que Harry sabía darle, pero quería ir más allá, usualmente solo se quedaban en masturbarse el uno al otro, pero Draco se moría de ganas por dar un paso más.

No había nada que le indicara que Harry no quería, e intentarlo iba a ser una buena idea, así que se propuso hacer algo romántico en la casa de Harry, de la cual ya tenía una copia de la llave.

Compró algunas velas que olían a lavanda, y algunas cosas para cocinar una rica cena. Se sentía raro comprar cosas así por primera vez, Draco era usualmente un poco seco y prefería las palabras a las cosas físicas o materiales, pero Harry le daba todas las muestras de amor que podían existir, así que sentía que debía ser recíproco.

Sabía que Harry iba a llegar tarde, así que podía tomarse el tiempo para acomodad el cuarto y hacer la comida tranquilamente.

Mientras acomodaba todo en el cuarto de Harry, accidentalmente el pizarrón que tenía colgado en su escritorio cayó, dejando ver una parte trasera. Draco vio algunas fotos suyas y palabras, al tomar el pizarrón, se dio cuenta de que habían muchas fotos de él en lugares a los que frecuentaba que además conectaban con palabras de dónde trabajaba, sus amistades, amigos, familia. Pero lo que llamó su atención fue una foto de Marck con la inscripción "deshacerse de él".

Fue entonces que Draco comprendió quién subió esas capturas y ese audio sugerente, nada había sido casualidad, el hecho de que Bowman terminara peor de lo que estaba fue gracias a Harry. Draco miraba las fotos absorto en sus pensamientos, sabía que Harry estaba obsesionado, pero no sabía que hasta ese punto.

No se quejaba, deshacerse de Marck había sido un alivio, pero nunca esperó que Harry estuviera detrás de todo, se preguntaba si el hecho de que los tíos de Harry lo hayan atendido ese día también había sido parte del plan o solo coincidencia.

Admiró las fotos unos minutos antes de colgar detrás nuevo el pizarrón, una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro.

***

Harry salía del trabajo, iba directo a la casa de Draco, a pesar de que este le había dicho que lo esperaba en la suya, Harry tenía algo que hacer.

Un día, Harry se quedó a dormir como era costumbre, recordaba haber despertado levemente, y ver cómo Draco abría su closet y guardaba algo. No tenía desconfianza de su novio, pero la curiosidad lo carcomía. Usualmente Draco no dejaba que Harry se acercara al closet, siempre que lo iba a hacer este de ponía rojo y lo distraía con otra cosa.

Al llegar a casa de Draco, se bajó y abrió la puerta, subió directo al dormitorio de Draco, pero al estar frente al closet dudó unos minutos. No creía que Draco le fuera infiel, pero tenía miedo de que sea alguna sorpresa para él, y que por su curiosidad termine arruinando la sorpresa de su novio.

Tomó aire y abrió el armario, lo primero que vio fueron trajes planchados y colgados, algunos buzos y un par de sacos. Harry miró superficialmente, no había nada extraño; luego, abrió la ropa, dejando ver el fondo del closet, al llegar a un traje color azul y uno negro y abrirlos, notó un par de fotos en el fondo.

Harry apartó la ropa, sacándola y dejando con cuidado en la cama, sintió que el aliento se atascaba, su mente estaba algo nublada.

Eran fotos suyas.

Desde las que estaban en su Instagram hasta algunas fotos de él dormido o en el gimnasio. Harry se tomó su tiempo para admirar las fotos, había un par de fotos que fueron tomadas antes de que hablaran. Harry sonrió, no pudo evitar solar una carcajada.

Siempre fue él el que solía obsesionarse con las personas, y aunque muchas veces se llegaban a encariñar con él, Harry nunca había descubierto algo como esto, que alguien más esté igual que él.

Dejó todo como había encontrado y fue a su casa, ahora necesita ver a Draco, y urgente.

***

Draco escuchó el auto de Harry parquear frente a la casa, fue hasta la puerta para recibirlo, estaba nervioso, muy nervioso.

Draco sonrió cuando Harry abrió la puerta, este entró y lo envolvió en un abrazo y le dio un beso que lo dejó sin aliento. La mente de Draco le gritaba que se apartara, que tenían que comer y luego todo lo que siguiera, pero su cuerpo no ayudaba, envolviendo los brazos por el cuello de Harry.

Cuando se separaron para tomar aire, Draco pudo ver las pupilas dilatadas de Harry.

—Parece que alguien vino emocionado—, dijo con una sonrisa, acariciando la nuca de Harry.

—Solo me alegra verte.

—Pues quiero esta alegría todos los días—. Ambos rieron y volvieron a besarse, hasta que Draco se separó—. Hice la cena.

Draco tomó la mano de Harry y lo guió a la cocina, donde la mesa estaba preparada, con una botella de vino caro y algunas velas.

—Uh lala—. Harry abrazó por la espalda a Draco—.
¿Hiciste todo esto solo para mi?

—Y hay más, pero primero comamos.

Se sentaron a comer, la conversación era un poco subida de tono, Draco sentía que su rostro ardía cada que Harry le decía algo indecoroso.

Tomaron de la botella de vino y Draco sonrió, se levantó y rodeó la silla de Harry hasta quedar a sus espaldas.

—¿Confías en mi?

—Siempre.

Draco sacó una cinta que llevaba en el bolsillo del pantalón y vendó los ojos de Harry, luego tomó su mano y lo jaló incitándolo a que lo siguiera. Fueron hasta el cuarto de Harry, riéndose cuando este estaba a punto de caerse. Draco se detuvo a la entrada de la habitación.

—¿Prometes no burlarte?

—¿Por qué me burlaría?—Harry alzó una ceja.

—Solo promételo.

—Bien, prometo no burlarme.

Draco volvió a ponerse a espaldas de Harry para desatar la cinta y dejarle ver. La cama estaba llena de flores y en el centro, había una nota, Draco vio como Harry sonreía y se acercaba a esta, al leerla soltó una carcajada.

—Que forma más romántica de pedir que alguien te coja, Draco.

—Prometiste no burlarte.

Draco se acercó a Harry, quien lo volvió a rodear en un abrazo.

—No me estoy burlando, me parece algo... nuevo.

—¿Nadie te había hecho esto?

—¿Tu le has hecho esto a alguien más?—Draco negó—, pues yo tampoco, ni lo han hecho por mi.

—Así que soy el primero—. Draco sonrió orgulloso.

—¿También llevas lencería por debajo? Tampoco nadie ha hecho eso por mi.

—Pides mucho, Potter.

Harry rio y acunó el rostro de Draco para besarlo suavemente.

—Entonces, ¿Quieres estrenar tu preciosa decoración?—dijo Harry mientras bajaba sus manos hasta el trasero de Draco.

—Me encantaría.

Notes:

REVIVÍ.

Bueno, estaba vacacionando entonces no me dio tiempo de subir las dos historias principales, peeero, por eso dejé una historia aparte para que no se quedaran sin nada, esperen capítulo de “Al ritmo de tu corazón” muy prontooo.

Besooos

Chapter 11: XI. Dilema amoroso

Notes:

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Chapter Text

Draco se estiró, acurrucándose en el otro cuerpo, sintiendo que acariciaban su espalda suavemente. Sentía entumecidas las piernas y un leve dolor en la cadera. Soltó un quejido cuando volvió a estirarse.

Abrió los ojos perezosamente, frotando sus ojos. Cuando alzó la vista, se encontró con los ojos verdes de Harry, quien lo veía con amor y anhelo. Draco le dio una sonrisa somnolienta.

—Buenos días—, saludó con la voz ronca—. ¿Desde hace cuánto estás despierto?

—Buenos días, no llevo mucho tiempo, no quise levantarme para no despertarte.

Harry dejó un beso en su frente y sonrió.

—¿Qué hora es?—, Draco abrazó a Harry, enredando sus piernas en la del otro y apoyando su cabeza en su pecho—. Tengo trabajo.

—Ocho de la mañana—, Draco soltó un quejido—, ¿A qué hora tienes que ir al trabajo?

—Medio día—, Draco hizo nota mental del día—, también es el cumpleaños de Pansy, vamos a ir a un club en la noche—. Draco sabía que a Harry no le agradaban las fiestas, pero no preguntarle sería grosero—, ¿Quieres ir?

—No gracias, disfruta tú, me escribes si quieres que te vaya a ver.

Draco asintió. Se obligó a levantarse, sino, no saldría del abrazo de su novio nunca e iba a llegar atrasado.

Se bañaron juntos, aunque el baño se demoró un poco más de lo normal porque no paraban de besarse. Draco abrazaba a Harry y maldecía internamente por tener que dejar esa comodidad solo para ir a trabajar.

Desayunaron juntos y Harry lo llevó a su casa, cuando llegaron, vio que su novio sonreía, no sabía por qué, pero tampoco preguntó. Dejó un beso muy largo en los labios del otro y bajó del auto.

Se vistió con algo mejor para poder ir hasta su trabajo, en donde Romilda lo esperaba con la cámara lista.

***

La tarde transcurrió mucho más lento de lo que Draco esperaba. Cada que miraba el reloj sentía que en lugar de avanzar retrocedía, cuando él sentía que pasaba media hora, solo habían pasado cinco minutos. Sumado a todo eso, Romilda estaba más exigente que nunca con las fotos, ya que eran para una publicidad que saldría en una gigantografía, por ende todo debía estar perfecto. 

Draco salió a las seis, el cielo ya estaba oscureciendo, además que tenía que pedir un taxi. Empezaba a pensar que debía comprar un auto para poder movilizarse más rápido. Para su satisfacción, al salir reconoció el auto de Pansy parqueado afuera del estudio. 

—No me jodas, te ves horrible— dijo Draco sin poder evitarlo cuando subió y vio el rostro cansado de su amiga—, ¿estás bien?

—Necesito emborracharme hasta perder la conciencia y olvidarme de todo—, Pansy golpeó su frente contra el volante—. Me pasó algo muy...

—¿Muy qué?

—Muy todo, vamos al bar, tomaré un par de copas y te contaré todo.

***

Draco miraba entre asombrado y preocupado cómo su amiga tomaba un vaso lleno hasta la mitad de whisky de un solo trago. Estaban sentados en el club "Neón", un club de mala muerte, pero sus habitaciones privadas eran de lo mejor. Pansy lo llevó allí, en cuanto llegaron, el dueño del club los guio a una de las habitaciones VIP. Draco pensó que su amiga había pagado por adelantado. 

—Ok, creo que fue suficiente—, Draco detuvo el quinto vaso de su amiga, se lo quitó y lo puso en la mesa de centro.

El silencio solo era llenado por la música que salía del televisor que estaba en frente de ellos. Draco estaba sentado en uno de los sillones de cuerina negra, con las piernas arriba, dobladas hacia un lado. Pansy estaba en el otro sillón, desparramada por completo. 

—Creo que estoy en un dilema Draco—, habló Pansy con voz cansada—. En un dilema horrible.

—¿Por qué solo somos los dos?, hasta donde sé hoy es tu cumpleaños—, Draco revisaba su reloj. Había esperado ver a Theodore, Astoria, Daphne o Blaise entrando por la puerta, pero nadie aparecía—. ¿Pasó algo en el grupo que no me enteré?

—Astoria y Daphne están de viaje, pero me llamaron. Theodore me invitó a comer en la tarde ya que tiene trabajo esta noche, Blaise—, Pansy se quedó en silencio, cubrió su rostro con ambas manos y empezó a quejarse.

—¡Wow!, tranquila, tranquila—, Draco acarició la cabeza de Pansy—, tú sabes que puedes contarme lo que sea.

—Ya lo sé, pero esta vez ni siquiera sé por dónde empezar a decirte—, Pansy tomó aire y se incorporó—. ¿Recuerdas cuando me mostraste tu anillo?—, Draco asintió a la pregunta—. Bueno, ese día me reuní con Blaise en la tarde, le conté lo tuyo con Harry, pero él se veía diferente, distraído, eso duró varios días. Para no pensar en eso, decidí seguir yendo al gimnasio al que íbamos, allí la chica Ginny me estaba ayudando, hablábamos y pasábamos el tiempo juntas, luego de eso empezamos a salir a citas. Blaise seguía extraño, no sabía por qué actuaba así, pero el pasar tiempo con Ginny me distraía de eso. Pensé varios días y decidí que lo mejor era terminar con Blaise, cuando le dije lo que estaba haciendo, él se volvió loco, fue hasta el gimnasio para reclamarle, pero cuando la vio...—, Pansy soltó un grito desesperado.

—¿Qué?¿Qué pasó?—, Draco miraba a su amiga poner sus manos en la cabeza con desesperación.

—Resulta que Blaise estaba extraño porque salía con Ginny, ella no sabía que yo era novia de él, sabía que tenía novio, pero no sabía que  Blaise, el otro chico con el que hablaba, era mi novio.

Draco abrió los ojos, frunció el ceño y abrió la boca, sin creer lo que estaba escuchando, sentía que estaba viendo una de esas novelas que su madre solía ver cuando él era pequeño.

—No jodas—, Draco se acomodó en el sillón y se sirvió un poco más de vino—, o sea que técnicamente Ginny salía con ambos y ninguno lo sabía, pero...—, la cabeza de Draco no procesaba por completo cómo había pasado eso—. Pero, ¿tú no sabías que ella salía con alguien más?

—¡Lo sabía!, pero como no éramos nada no le reclamé, de todas formas solo salíamos para conocernos mejor. Ambas acordamos que podíamos seguir hablando con otras personas, por eso nunca revisé o indagué con quién salía ella.

—¿Y Blaise?¿No revisaste su teléfono?—, Pansy negó, acostándose de nuevo en el sillón.

—No me interesaba, ya hemos terminado y regresado varias veces, por lo que no me importaba mucho si volvíamos a terminar.

Draco bebió de su copa, negando ante la situación de su amiga.

—¿Qué piensas hacer?

—No lo se.

—¿A quién quieres más?

—A los dos.

—¿Cómo que a los dos?—, Draco soltó un suspiro si  poder creer que su amiga siguiera queriendo a Blaise, el moreno era su amigo, pero eso no impedía reconocer que era un imbécil en cuestión de relaciones.

—Es que, me gusta Ginny, amo su forma de ser, es extrovertida, le encanta ir a lugares, hablar, es muy inteligente y deportiva, es preciosa con su pelo rojo y sus pecas. Blaise por otro lado es caballeroso...

—Si claro— dijo Draco alzando las cejas y tomando su vino.

—Cállate—, le espetó Pansy—, es caballeroso, dulce, siempre me consiente y a pesar de los problemas sigue siendo parte de mi vida, sigue teniendo un lugar en mi corazón a pesar de todo.

—Eso me suena más a costumbre que a amor, la verdad—, Draco se sirvió más vino—. Muchas veces pasas tanto tiempo con una persona que se te hace raro no estar con él, no lo amas realmente, solo que no estás acostumbrada a su ausencia.

—¿A ti te pasó eso con Bowman?

—¡No!— dijo Draco de inmediato—, que asco. Yo ya no amaba a Marck desde hace mucho tiempo, si seguía con él era por simple estupidez y algo de miedo, después de todo Bowman era muy impredecible cuando estaba enojado. Pero él dejó de tener ese "espacio en mi corazón", desde hace mucho tiempo. 

Pansy asintió con la cabeza, soltando un suspiro cansado.

—No sé qué hacer, no sé con quién quedarme.

—Quédate con los dos—, Pansy volteó a ver a Draco con el ceño fruncido—. No me mires así, tiene mucho sentido lo que digo. Zabini hablaba con Ginny y ella a su vez hablaba contigo, eso quiere decir que ustedes tres tiene una atracción entre ustedes, si hablan adecuadamente tal vez puedan solucionarlo estando ustedes tres, o rompiendo los lazos. 

Pansy se sirvió whisky y volvió a tomar como loca. Draco sabía que iba a tener que poner mucha fuerza de voluntad para sacarla de allí y llevarla a casa sana y salva.

***

Harry se encontraba recostado en el sillón de su sala, viendo una película cuando el sonido de la puerta llamó su atención. Cuando abrió la puerta, frente a él estaba Blaise Zabini, amigo de Draco. ¿Qué hacía Zabini en la puerta de su casa? ¿Acaso no es el cumpleaños de su novia?

—¿Hola?—Harry alzó una ceja, Blaise estaba con las manos en los bolsillos y una expresión que variaba entre la desesperación y una calma fingida.

—Sé que no me conoces, soy Blaise Zabini, amigo de Draco, tu novio.

—Si, te recuerdo de algunas fotos que me mostró—, Harry se hizo a un lado para darle paso—. Pasa, está haciendo frío afuera.

—Gracias. 

Un silencio incómodo los envolvió mientras se sentaban en la sala, Harry no entendía por qué Zabini recurría a él.

—¿Por qué estás aquí?¿Cómo encontraste mi casa?—, Harry frunció el ceño, mirando a Zabini, quien movía la pierna de arriba a abajo, sus brazos apoyados en sus rodillas y una expresión de que ni él sabía que hacía ahí—, ¿Estás bien?

—Lo siento por venir tan de la nada, yo...—, Zabini se apoyó en el respaldo del sillón—. Te vi salir del estudio de tatuajes, no me acerqué en ese momento porque estaba nervioso, no sabía como decirte lo que tengo que decirte, va a ser muy raro para ti. 

—¿Decirme qué?

—Tú conoces a Ginny Weasley, ¿verdad?

—Es mi amiga—, Harry empezaba a desconfiar de Zabini, su pose cambió a una de alerta.

—Bueno, ella. Cómo decirlo, estábamos saliendo, no saliendo saliendo, pero estábamos hablando. Luego, me entré que mi novia, Pansy, tenía algo con ella también.

—¿Qué?—, Harry alzó una ceja, se pasó una mano por el cabello y suspiró.

Sabía que Ginny era una persona bastante extrovertida que siempre solía salir con varias personas a la vez para no aburrirse, no salía con nadie en serio, solo hablaba, si quería se divertía un rato y luego se alejaba de ellos, pero andar con una pareja simultáneamente sin que nadie sepa, llegaba a un extremo que ni él podía haber imaginado. 

—Suena muy raro, ya lo sé. Ninguno de los tres sabíamos que andábamos con el otro, es un dilema enorme.

—Si ya veo, pero eso no responde el qué haces aquí, ¿Qué tengo que ver yo en su dilema amoroso?

Blaise se lo quedó viendo, sus ojos bien abiertos y su semblante cambiaba levemente, como si recién se diera cuenta de lo que estaba haciendo. En la casa del novio de su amigo, buscando algo que ni él sabía bien.

—Yo...—, Zabini soltó un suspiro—, solo quería algo de, no sé, consuelo.

Harry asintió, la puerta volvió a sonar, se quejó mentalmente. Nade lo visitaba nunca, lo cual no era un problema para él, ¿Por qué hoy lo buscaban tanto?

—Disculpa—, se levantó del sillón y abrió la puerta. 

—Mi vida es un completo caos Harry, ¡un caos!—, Ginny ni siquiera saludó, lo empujó para pasar directamente a la sala, callándose cuando vio a Zabini—. ¿Qué haces tú aquí?, Harry ¿Qué hace él aquí?

—Mi pregunta es, ¿Qué hacen ustedes dos aquí?—, Harry cerró la puerta y se cruzó de brazos bastante molesto—. Llegan a mi casa como si fuera alguna clase de psicólogo del amor para resolver su dilema amoroso. Si eso es lo que buscan, solo les puedo decir que esto no sucedería si tuvieran una buena comunicación con las personas que salen.

Ginny torció los ojos y miró a Zabini de nuevo, quien estaba incómodo en el sillón, moviendo la pierna y jugando con sus manos. 

—¿Son amigos?—, le preguntó a Harry sin apartar la vista de Blaise.

—No—, respondió Harry—. Solo llegó aquí por alguna razón cuando se enteró que soy tu amigo.

—Yo no sabía que eran amigos, solo acudí a ti por ser novio de Draco.

—¿Eres novio del rubio?¿Por qué no me lo dijiste?—, Harry pasó una mano por su pelo, empezaba a estresarse.

—Ya basta, me tiene harto los dos. Ginny siéntate, no quiero que hablen mientras preparo un té. Si llego a escuchar que alguno de ustedes susurran mínimamente algo, los saco de mi casa a patadas.

Harry fue hasta la cocina, puso agua a hervir junto con manzanilla, sirvió tres tazas y las llevó al salón, las puso en la mesita de centro y se sentó en el sillón individual. Ambos chicos habían hecho lo que Harry les dijo, Ginny miraba de mala forma a Zabini, quien evitaba verla.

—¿Cómo es que ninguno se enteró de que salían entre los tres?—, preguntó Harry luego de unos largos minutos de silencio.

—Pansy y yo establecimos que ambas podemos salir con quien queramos sin cuestionar a la otra. Yo sabía que ella tenía un novio, me contaba que era un imbécil—, acentuó la fuerza de voz en el insulto—, me dijo que iba a terminar con él para estar conmigo, mientras tanto, Zabini y yo hablábamos por teléfono y solo nos habíamos visto un par de veces, pero no estábamos tratando de tener algo serio—. Ginny tomó el té—, luego él vino como loco al gimnasio y cuando quiso reclamarme se dio cuenta de que era yo.

—Pansy y yo no estábamos en un buen momento.

—Nunca lo están— dijo Ginny torciendo los ojos.

—Ginny—, regañó Harry— tú ya hablaste, deja que Blaise hable—, la pelirroja torció los ojos y dejó que Blaise siguiera.

—Bueno, el punto es que yo empecé a hablar con Ginny, luego me di cuenta de que Pansy salía mucho más, no le reclamé nada por el hecho de que ella no me reclamaba nada. Los dos seguimos en nuestro mundo, pero cuando me pidió terminar, exploté—. Blaise suspiró y se recostó de nuevo en el sillón—. No pensé que la razón por la que Pansy me terminaba era Ginny.

—Que historias tan desgarradoras y llenas de drama, mi pregunta sigue siendo: ¿Qué mierda pinto yo aquí?, bueno, soy tu amigo Ginny, pero hasta donde sé yo no te mandé a estar hablando con todos y no tener nada con nadie, y tampoco soy amigo de Blaise como para darle consejos de amor—. Harry terminó su té y cruzó los brazos.

—Bueno, yo amo a Pansy, no quiero terminar con ella— dijo Zabini.

—¿La amas tanto que la engañas?—, Harry alzó una ceja—, pues vaya amor.

—Yo sí que la amo—, recalcó Ginny.

—Y por eso jugabas con ella, diciendo que quieres algo serio pero seguías hablando con otras personas. Si me lo preguntan, los dos son una mierda.

Ginny y Blaise miraron a Harry sorprendidos, no esperaban que fuera tan sincero, pero Harry estaba harto de la situación.

—Termina con ella—, le dijo Ginny a Blaise.

—No pienso terminar con ella—, Zabini estaba decidido—, aléjate tú de ella, tú eres la intrusa.

—¡¿Yo?!, tú hablabas conmigo a la vez que seguías con ella.

—¡Y tú hacías lo mismo!, hablabas con los dos a la vez, no te hagas la santa. 

Ginny y Blaise empezaron a tener una acalorada discusión, alzaban la voz y parecían querer pegarse. Harry solo miraba la discusión con hastío, se levantó y le dio un golpe en la cabeza a ambos, haciendo que suelten un quejido.

—Largo de mi casa los dos—, Blaise y Ginny lo vieron incrédulos, como si los hubiera insultado.

—¿No me vas a ayudar?—, preguntó Ginny ofendida.

—¿Quieren ayuda?—, Harry se paró frente a Ginny—. Tú te la pasas hablando con todos, jugando con todos y esperas que todo salga como tú quieres. Si estás en esta situación es tu culpa y solo tu culpa, si supieras hablar solo con una persona no te pasaría esto. Y tú—, apuntó a Blaise—. Hablas con otras chicas mientras tienes novia y cuando ella quiere terminar la relación te sientes ofendido como si la del problema fuera ella. Conclusión, ambos son una mierda y nadie merece a Pansy. Ahora...—, levantó a ambos de la parte de atrás de sus camisetas y los jaló hasta la salida, donde les abrió la puerta—. ¡Largo de mi casa!

Ginny y Blaise salieron de la casa en silencio. Harry cerró la puerta con fuerza y suspiró aliviado de ya no tener ese dilema en su casa. Escuchó su teléfono sonar.

—Draco— dijo cuando contestó el teléfono—. Amor, ¿Cómo te va?

—¿Puedes venir a verme?, bueno, vernos—, escuchó una queja al fondo, supuso que era Pansy.

—Claro amor, ahora voy.

***

Harry llegó a la dirección, el club en el que su novio estaba era el de Seamus. Vio a este hablando con Draco, quien sostenía a Pansy, la cual estaba encorvada con la cabeza gacha.

—Pero mira quien llegó—, Seamus le dio una enorme sonrisa a Harry—, amigo.

—Seamus.

—¿Amigo?—, Draco dejó que Harry cargara a Panys mientras veía a él y Seamus alternadamente.

—Larga historia— dijo Harry.

—Es muy lindo ver que al fin conozco al susodicho—, Harry sonrió.

—Ya era hora.

—Si, ya era hora.

Harry se despidió de Seamus y subió a Pansy en la parte trasera del auto, Draco estaba algo mareado, pero podía caminar bien.

Dejaron a Pansy en casa de sus padres, quienes agradecieron a ambos chicos por llevarla. Fueron a la casa de Draco, donde este se lanzó sobre Harry para besarlo ni bien cerraron la puerta.

—Te extrañé.

—Yo también, debes estar cansado—, Harry levantó a Draco de suelo y subió las escaleras.

—Muy cansado, Pansy tuvo un dilema enorme—. Draco se quedó callado, parecía no querer contarle a Harry—. Te cuento otro día.

—Bien.

Se acostaron juntos y Harry acarició el cabello de Draco cuando este se quedó dormido. Estaba aliviado, haber seguido a Draco hasta el club en la tarde fue una buena idea. Saber que su novio fue al club de su amigo le generaba tranquilidad. Se aseguró de que tuvieran la mejor habitación.

Besó la coronilla de Draco con cuidado.

—Siempre te voy a proteger. 

 

Notes:

Holiiis.

Me divertí mucho escribiendo este capítulo. La verdad es que no se que hacer con la relación entre Blaise, Pansy y Ginny Aunque en un inicio pensé en dejarlos juntos, la verdad es que no me terminó de agradar la idea, así que ahora yo también estoy en un dilema.

Bueno, espero que hayan disfrutado del capítulo, espero verlos pronto con un nuevo capítulo de My perfect match, ya que se me ocurrió una idea antes de dormir y me pareció muy buena. Así que ojo al piojo.

Nos vemos, besitos, cuídense.

Chapter 12: XII. Teddy

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Harry se despertó por la llamada entrante de Sirius. Cuando contestó, la voz de su tío le advirtió que algo no marchaba bien.

—Harry, ¿Teddy está contigo?—, Harry sentía que el mundo se hundía bajo sus pies.

—No, Teddy no está conmigo—, contestó sin aliento.

Sintió que Draco se levantaba y lo miraba entre somnoliento y preocupado. Sirius suspiró, al desesperación en su voz y la de Remus que se escuchaba por atrás hizo que Harry se levante y se cambie en tiempo récord.

—Voy para allá—, colgó.

—¿Harry? ¿Qué pasó?

—Algo le pasó a Teddy.

—¿Quieres que te acompañe?

—No, no, quiero que te quedes aquí por si viene Teddy—, aunque Teddy era pequeño aún, Harry lo había llevado varias veces a su casa caminando, no sabía si era capaz de llegar por sus propios medios a la casa—. Te llamaré si sé algo más.

—Bien.

Harry dejó un beso rápido y salió de la casa. Condujo hasta la casa de sus tíos, escuchaba la voz de Tonks y Remus quienes parecían estar discutiendo. Harry tocó a la puerta y fue recibido por Sirius, quien estaba al borde de las lágrimas.

—No lo sé Tonks, la puerta estaba cerrada y Teddy apenas si alcanza la puerta de la cocina, estaba conmigo cuando hacía el desayuno, no sé como puedo haberse ido en menos de cinco minutos.

Tonks caminaba de un lado a otro en la sala con una mano en su pelo, Fleur también estaba allí, sentada en la sala, parecía escribir algo en su teléfono.

—Pero debe haber algo, es imposible que hayan entrado, ¿No tocaron la puerta?

—No, nadie tocó—, respondió Sirius—, la puerta estaba cerrada.

—Ginny me dice que no está en el gimnasio— dijo Fleur.

—¿Por qué estaría en el gimnasio?—, preguntó Tonks con el ceño fruncido.

—A Teddy le gusta ir con Bill algunas veces, le gustan las máquinas—. Remus se desplomó en el sillón. 

—¿Harry?—, Sirius miraba a Harry, quien se había sumido en sus pensamientos y no había prestado atención a la discusión hasta ese momento—, ¿tienes alguna idea?

Tenía una idea, pero no le gustaba. Recordó las palabras de Colin que le había dicho alguna vez, se le revolvió el estómago, no sabía de lo que era capaz Colin por sus celos enfermizos y su obsesión hacia Harry, ¿esa era su forma de llamar su atención, secuestrando a su primo pequeño?

—Harry, es mejor que te sientes—, Fleur lo ayudó a sentarse, estaba palideciendo.

—Yo—, las palabras se atascaron en su garganta—, yo tengo una idea pero, pero no quiero que sea verdad. 

—¿Qué idea?—, Tonks se arrodilló a los pies de Harry—. ¡Habla carajo!

—¡Espera un segundo!—Harry sacó su teléfono, no recordaba el número de Colin ni que nadie lo tuviera—. Yo, creo que fue Colin.

—¿Quién?—, Tonks miraba a Sirius y Remus, quienes ya estaban intercambiando una mirada recelosa.

—¿Ese chico raro que te seguía?—, Remus se apoyó en sus rodillas.

—Si, el mismo. Lo vi hace mucho tiempo cerca de la casa de mi novio, vive por ahí, me dijo algo acerca de Teddy.

—Pero no entiendo, ¿Cómo él sabría dónde vive Teddy?

—Me logró seguir desde Escocia hasta acá, encontró la callé donde vive mi novio, no creo que encontrar la casa de mis tíos se difícil para él. Maldito enfermo.

Harry se dio cuenta de que estaba llamando a Draco sin haberlo pensado antes, no quería involucrarlo, pero era el más cercano a la casa de Colin en ese momento. 

—¿Lo encontraron?—, la voz de Draco reflejaba preocupación.

—¿Sabes dónde vive Colin?

—¿El acosador ese?, No lo sé, pero no creo que sea difícil buscarlo entre las casas, ¿Por qué?

—¿Puedes buscar su casa?, por favor

—Lo haré, te llamaré cuando lo haga.

—Gracias.

Harry se levantó y guardó su teléfono.

—Busquemos por los alrededores, si salió caminando no debió haber llegado muy lejos.

—Te acompaño—, Sirius tomó su chaqueta.

—Nosotros buscaremos en los parques— dijo Fleur tomando la mano de Tonks.

—Remus, cariño, es mejor que te quedes aquí—, Sirius se acercó a Remus y besó su frente—, tu cuerpo no puede resistir a tanta presión y no quiero que te desmayes fuera.

—Si, si, me quedaré por si vuelve.

Todos salieron de casa excepto Remus, quien frotó su cara con ambas manos.

***

Draco llegó a su vecindario, caminó por entre las casas. No había visto a Colin desde el incidente en el supermercado, pero no había visto un camión de mudanza como para suponer que ya se había ido. Trató de hacer memoria de si alguna vez lo vio caminar en alguna dirección en específico cuando salía del supermercado.

Tomó el camino que una vez lo vio tomar y fue por ahí a paso rápido. No estaba seguro de por qué Harry sospechaba de él, pero no iba a poner en duda a su novio en un momento tan crítico, y si llegaba encontrar a Colin con Teddy, iba a matarlo antes de poder llamar a Harry.

Draco se detuvo al vislumbrar una cabeza castaña, se ocultó en la intersección entre una casa y otra, entrecerró los ojos para ver qué llevaba. Este parecía estar nervioso y miraba a todos lados, entró a su casa y cerró la puerta con rapidez. 

—¿Qué ocultas?

Draco caminó hasta la casa en la que había entrado, se ocultó entre un árbol que había en el jardín lo suficientemente cerca para escuchar lo que pasaba en el interior. 

—Mira lo que te traje—, era la voz de Colin.

—¡No quiero!—, el aire se atascó en los pulmones de Draco, no conocía al primo pequeño de Harry, pero esa voz era claramente la de un niño—. ¡Quiero irme a casa!

—Te irás a casa cuando llame a Harry.

—¿Conoces a Harry?

—Si, yo soy su novio.

Draco sentir su sangre hervir. No solo era un secuestrador, también era un mitómano.

—¡Mentiroso!—, gritó el pequeño niño—, Harry tiene novio bonito, tú feo.

Se escuchó una cachetada y el llanto del pequeño y eso fue todo para que Draco perdiera la paciencia. Iba a tocar la puerta pero se detuvo, si tocaba ahora la puerta, iba a alertar a Colin, podía esconder a Teddy y él no podría hacer nada, si entraba a la casa a fuerzas podría denunciarlo. 

Se alejó de la casa y llamó a Harry, quien no tardó en contestar.

—Draco, ¿Qué pasó?

—Colin lo tiene—, incluso a través del teléfono pudo notar la tensión e ira en Harry—, voy a grabar la conversación, necesitamos alguna prueba para poder entrar a su casa.

—Voy para allá.

Draco se acercó de nuevo a la casa y se puso a grabar, en el interior se escuchaban los gritos de Colin y el llanto de Teddy. Draco no se podía imaginar lo enfermo que tenía que estar como para hacerlo eso a un niño pequeño. Tuvo que contenerse para no tocar la puerta y patear al chico en el piso. Draco se alertó cuando vio a Colin salir, se escondió tras el árbol. 

No parecía tener sangre, pero Teddy ya no lloraba y eso despertó varias alertas en Draco. Cuando vio que se alejó lo suficiente, se escabulló y forzó la puerta. Soltó un suspiro frustrado y pateó la puerta cinco veces antes de que esta cediera. 

Draco se quedó helado, toda la casa tenía fotos de él y Harry. Fotos que Draco había subido a Instagram, fotos de Harry desde lejos, de Draco en el supermercado. Todas estaban tachadas con un círculo rojo en la cabeza de Draco y corazones en la de Harry. De repente se sintió enfermo. 

Cerró la puerta y la atascó con una silla, empezó a buscar por la casa.

—¡Teddy! ¿Dónde estás?—, buscó en la sala y cocina—, ¡Teddy! ¡Soy Draco!

Draco subió las escaleras, la apariencia de la casa era tétrica. No solo había fotos de Harry, también estaban las fotos de un chico que Draco no reconoció, cabello castaño recogido en una coleta, ojos azules, un poco más alto que Harry, sonreía al lado de Colin.

Draco escuchó un pequeño sollozo proveniente de una habitación y se apresuró a ir hasta el dormitorio. En ese había una cama, basura regada en el piso y un pequeño Teddy en la esquina de la habitación con la boca vendada, sus piernas y brazos atados.

—Teddy—, Draco se acercó con cuidado, no quería asustarlo—. Soy Draco, soy el novio de Harry—. Teddy lo miraba con sus enormes ojos llorosos, asintió despacio— ¿Me conoces?

Teddy asintió con la cabeza, Draco se arrodilló frente a él y le quitó al venda.

—Tengo miedo.

—Tranquilo, yo te voy a ayudar a salir, ¿Si?

—Que valiente—. Draco se congeló ante a voz, esa voz que lo había atormentado en años de relación, una que pensó que no volvería a escuchar nunca más—. Hola, cariño.

Draco volteó a ver a Marck, estaba parado en el marco de la puerta, sonreía de oreja a oreja. Su aspecto le dio escalofríos a Draco, tenía una cicatriz en el ojo, el pelo enmarañado y sucio, le faltaba dientes. 

—Bowman.

—¿Ahora soy Bowman?—, hizo un pequeño puchero que le dio náuseas a Draco—, ¿Ahora llamas a ese estúpido cariño?, supongo que a él también le dices amor cuando cogen. 

—¡Cállate!—, Draco miró de soslayo a Teddy, quien se había pegado a la pared por completo—. Sabía que eras un enfermo, pero no pensé que lo serían tanto como para secuestrar un niño.

—Yo no secuestré al niño, fue el loquito que sigue a tu novio—. Marck sonrió de nuevo—. Apuesto a que no sabías que tu novio es un acosador, ¿has comprobado que si sea su pelo o sus ojos y no una peluca?—, Draco frunció el ceño—. Esas fotos que están en el pasillo, ese es tu noviecito, engañando gente bajo seudónimos y falsos aspectos. 

Draco se sintió mareado por un momento, sabía que Harry lo había seguido, pero no tenía idea de su pasado. Harry no hablaba de eso, apenas si sabía que se mudó de Escocia hacia Londres, pero siempre fue reservado con respecto a su vida antes de llegar ahí. 

—Lo sé—, admitió Draco, poniéndose de pie—. Se que Harry me seguía, que estaba tras de mi como un obsesivo, ¿y qué?, yo también lo hice.

—Malditos enfermos—, susurró Bowman—, por eso me dejaste ¿Verdad?

Draco se acercó a Teddy sin apartar la vista de Marck y desató sus manos.

—Tápate los oídos pequeñín—. Teddy obedeció, se cubrió sus oídos con fuerza y cerró sus ojos. Draco volvió al frente de Teddy—. Si, te dejé por él, o bueno, al menos él me ayudó a deshacerme de ti.

—Si, ya sé que fue él el puto entrevistador de mierda que sacó todo eso de mi.

—¿Y lo culpas a él de que hayas ido a la cárcel?, que irónico, no creo que haya sido Harry quien te obligó a hacer todas esas cosas—. Draco sonrió—. Pero bueno, que puedo esperar de un pobre imbécil sin dinero que se colgó de mi.

—¿Acaso ese tipo es mejor?

—No tienes ni la menor idea—. Draco amplió su sonrisa—, él es fuego puro, él si me hace sentir algo en la cama y fuera de ella, es inteligente, caballeroso, trabajador y no tiene tus malos hábitos. ¿Qué tiene si le mintió a Colin?, no es mi culpa que no haya sido lo suficientemente bueno como para querer estar con él siendo Harry, tal vez le daba asco, así como a mi me daba asco estar contigo.

Bowman apretó la mandíbula, se apartó del marco y se acercó a Draco, tomándolo de la mandíbula de forma brusca. Draco no lo impidió.

—Esa boca sigue siendo igual de imprudente que cuando te dejé.

—Y tu sigues siendo el mismo perdedor de siempre.

—No me hagas matarte frente al niño.

—No tienes los huevos para matarme así como no tuviste los huevos para conseguir un trabajo y dejar de drogarte—, Draco alzó la mano y le dio una cachetada a Marck que lo hizo girar la cara—. Sigues siendo un puto inservible, un miserable sin nadie quien lo quiera, arrastrado y ladrón con un pene tan corto que eso se debe considerar clítoris. 

Draco sintió que el aire se le escapaba de los pulmones cuando Marck lo lanzó hacia la pared. Draco vio como Teddy fruncía el ceño y se arrastraba por el suelo hasta llegar a la pantorrilla de Marck y morderla con fuerza. Draco aprovechó la distracción para empujar a Bowman lejos y que cayera al piso. Draco tomó un palillo que estaba entre la basura.

—Vuelve a la esquina—, Teddy obedeció.

Draco se subió encima de Marck y alzó el palillo, fue detenido apenas por la mano del otro, forzaron por un buen rato hasta que Bowman movió la mano de Draco a un lado y ahora él estaba abajo.

—¿Tantas ganas tienes de montarme?

—Quiero matarte—, Draco le pegó un puñetazo con la mano libre, recibió otro por parte de Mrack—, arruinaste mi puta vida por tanto tiempo, no voy a dejar que arruines todo lo que tengo ahora. 

Draco se resistía a Mrack, miró hacia abajo y sonrió. Dobló su rodilla y le pegó en la entrepierna, Marck se quedó sin aire. Draco lo empujó hacia un lado y se levantó. Corrió hasta Teddy y desató sus piernas.

—Cuidado—, Draco se volteó cuando Bowman alzaba una silla contra ellos. 

Draco cubrió el cuerpo de Teddy con el suyo, pero el impacto no llegó. Escuchó un grito de parte de Bowman, volteó a ver. Harry estaba encima de Marck, lo golpeaba repetidas veces, Draco no dejó que Teddy viera.

—Basta—, Harry paró—, ya tuvo suficiente. 

Harry pateó a Bowman en el estómago y se acercó a Draco y Teddy.

—¿Están bien? ¿Le pasó algo? ¿Te lastimó?—, Harry se veía asustado, acariciaba la cabeza de Draco y Teddy. 

Draco recordó las fotos y las palabras de Bowman, debía hablar con Harry muy seriamente luego de esto.

***

Estaban en una de las habitaciones del hospital, Teddy no sufrió ninguna herida aparte de las ataduras. Draco miraba a Harry, quien acariciaba la cabeza del pequeño con ternura.

Cuando Sirius, Remus, Tonks y su novia llegaron a la casa del Colin junto con la policía, estaban aliviados de ver a su pequeño bien. Draco seguía con la mente en otra parte, pero se alegró de haberlo encontrado.

Bowman y Colin fueron a la cárcel y estaban en un juicio. Bowman ya tenía antecedentes, mientras que Colin era sospechoso de muchas otras cosas aparte del secuestro de Teddy.

Cuando volvieron a casa de Draco, Harry empezó a notar su extraño comportamiento.

—¿Sucede algo?—, Harry se acercó a Draco que fue a la cocina—. Desde que salimos de la casa de Colin te noto alejado. Si Bowman te hizo algo.

—No me hizo nada—, Draco se sirvió un vaso de agua y volteó a ver a Harry—. Solo quiero saber algo.

—Claro, dime.

—¿Por qué Colin está tan obsesionado contigo? ¿Que hay en tu pasado? 

Draco vio como la expresión de Harry cambiaba. Harry nunca había mentido, siempre fue abierto con sus sentimientos, pero en esa ocasión, veía a Harry dudar, su mirada demostraba algo que vio cuando Sirius llamó, cuando los encontró a él y Teddy. 

Miedo. 

 

Notes:

PELEA, PELEA, PELEA.

No se de donde agarré inspiración para escribir la pelea de Draco y Bowman, pero me encantó hacerlo.

Los espero en el siguiente capítulo, un pequeño spoiler, vamos a ver el pasado de Harry más a profundidad.

Besitooos

Chapter 13: XII. Encajar

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Harry no podía quejarse de su infancia, a pesar de que la muerte de sus padres marcó un punto importante en su vida, sus tíos lo cuidaron con mucho amor y cuidado, haciendo que la ausencia de sus padres no sea tan notoria. No creció con lujos, pero siempre le dieron todo lo que quería, Sirius y Remus lo apoyaron siempre en sus sueños, incluso cuando a los 19 decidió mudarse por si solo a Escocia, decidido a empezar una nueva aventura. 

Lo que Harry no previó, era que su vida en Escocia haría que su concepto de amor se volviera un poco bizarro. Nunca le había gustado nadie en Londres, no salía con chicas o chicos, prefería pasar tiempo con sus amigos, siempre evitaba a las personas cuando notaba que estas le coqueteaban. Luego encontró a Cedric Diggory. Un chico de pelo castaño y ojos grises, un chico carismático y muy atractivo que encendería en Harry algo que ni él mismo podía entender. 

Lo conoció en un bar, Harry se enamoró de él en cuanto lo vio disfrutando con sus amigos. Cuando Harry se acercó, no esperaba que Cedric lo rechazara, Harry estaba confundido ¿Por qué lo rechazaría?, desde ahí empezó todo. Buscó en todas las redes sociales de Cedric, sus gustos, su tipo de persona. Todo. pensaba enamorarlo, que se vuelva loco por Harry. 

No sabía que un simple rechazo crearía una reacción tan explosiva en él, una obsesión. Cambió su pelo, sus ojos, su forma de vestir y de ser, empezó a deformar toda su personalidad solo para encajar en los gustos de él. Cuando consiguió enamorar a Cedric, pasaron unos meses juntos hasta que se acostaron. Luego de pasar la noche juntos, esa fascinación de Harry por el chico se esfumó como si nunca hubiera existido. Harry dejó a Cedric, quien le rogó que no lo hiciera, pero Harry ya no sentía nada. 

Luego de Cedric, su extraña forma de ser empezó a ser más común, se fijaba en una persona, se acercaba y muchas de las veces era rechazado. Harry entendió que su forma de ser no era agradable para las personas, que tal vez su físico era lo que estaba mal. Investigaba a profundidad el tipo de chicos que le gustaban a la persona y cambiaba todo de él. Nunca fue Harry, siempre tuvo diferentes nombre, ya ni siquiera se acercaba a la persona siendo él mismo, siempre se disfrazaba primero. Ya no sabía quien era, cuando se miraba en el espejo todas las mañanas para vestirse, veía a un extraño. 

Colin no fue la excepción, pero las cosas con él escalaron mucho más de lo que pensaba, incluso llegando a oídos de sus tíos. Harry no esperaba que Colin se obsesionara como una vez él se obsesionó con el chico. 

Cuando se mudó lejos y empezó a tener su vida normal, siendo Harry, se dio cuenta que estaba algo cansado de fingir, de siempre tener que modificar su forma de ser para agradarle a las personas. Fue unos meses a terapia, pero se dio cuenta que no le gustaban los psicólogos, luego empezó a descubrirse a sí mismo, tratar de conocerse de nuevo. Harry quería obsesionarse con él para ver si así lograba saber que mierda quería. Los tres años que pasó lejos de todos fue de ayuda, se dio cuenta que quería a alguien para compartir su vida, alguien con quien podría despertarse en las mañanas, hacer el desayuno, reír juntos, llorar, lo que sea. Deseaba amar a alguien.

Draco, cuando Harry conoció a Draco tuvo miedo de que fuera esa pequeña obsesión de siempre, pero no fue así, no se imaginaba una vida sin Draco, una vida sin sus comentarios sarcásticos, sin su perfume, su cuerpo, su risa, sus ojos. Todo de Draco era perfecto, amaba cada detalle y hasta sus imperfecciones eran perfectas para Harry. 

¿Qué hay en tu pasado?, Harry sabía que tarde o temprano Draco iba a descubrir su pasado, pero no esperaba que fuera de esa forma. Estaba preparándose para decírselo, pero evitaba la conversación cada que podía, eso había llevado a este punto, Harry tenía miedo, miedo de perder a Draco, de perder lo que tienen y de volver a ese rincón oscuro en el que no podía ser el mismo para agradarles a las personas. 

—Habla—, Draco estaba apoyado en la cocina, con sus brazos cruzados y una expresión que Harry no podía descifrar— ¿Qué otras cosas me escondes Harry?, No, espera, si te llamas Harry, ¿Verdad?

Harry tomó aire y se pasó ambas manos por el pelo, sintiéndose como una mierda. No quería perder a Draco, sabía que si contaba la verdad este se podía asustar y se alejaría, pero si le mentía Draco no confiaría en él y se terminaría alejando de todas formas.

—Si, soy Harry, contigo siempre he sido yo, Draco. Lo que viste en la casa de Colin,  es una persona que ni siquiera yo reconozco—. Harry se quedó mirando a la mesa, incapaz de mirar a Draco—. Yo te contaré todo, entenderé si después de esto no quieres estar conmigo. 

Harry lo soltó todo, contó su pasado, sus obsesiones, su forma de cambiar su físico y personalidad. Contó que ni siquiera él entendía el por qué de sus acciones. Draco lo escuchaba en silencio, su pose era tensa, su expresión neutra. 

—Contigo es diferente. 

—¿Cómo es diferente?, Harry—. Draco se acercó hasta el mesón—, me ocultaste todo este tiempo esta parte tuya, todo el tiempo me ocultaste que parecías un puto camaleón solo por tu obsesión con las personas. 

—Contigo soy yo mismo, todo lo que ves, todo lo que sabes de mi, soy yo. He estado buscando esto por años, Draco, una relación, un lugar donde sienta que pertenezco de verdad y no tenga que moldearme para encajar, se que fue idiota de mi parte no contarte, pero tenía miedo de que te alejes de mi. Tengo miedo en este momento—. Harry se levantó y caminó hasta Draco, tomándolo suavemente de los hombros—. Eres todo lo que siempre he estado buscando.

Draco se apartó y fue a la sala, Harry sintió una opresión en el pecho, siguió a Draco hasta la sala, pero no se sentó.

—Sé que me seguías—, Harry se desconcertó—, lo supe durante mucho tiempo, honestamente también te empecé a stalkear, pero no tenía previsto que probablemente la persona de la que me enamoré no exista. 

—Draco, te prometo que soy yo, te prometo que todo lo que conoces de mi soy yo—, Harry caminó hasta el sillón y sin pensarlo mucho cayó de rodillas frente a Draco, apoyando su cabeza en las piernas de otro—. No quiero perderte, no quiero que la persona que amo se aleje de mi por mi pasado. Debí haberte dicho esto antes, pero tenía miedo de que pasara esto precisamente, de que me vieras como un extraño, de que dejaras de amarme. 

Harry alzó su cabeza, las lágrimas resbalaban por sus mejillas, abrazaba las piernas de Draco y lo miraba con anhelo, con esa misma devoción que le tenía desde que lo conoció. 

—Por favor, Draco, dime lo que sea, pero no te alejes de mi, no sé que va a ser de mi sin ti—. Draco puso su mano en la mejilla de Harry, acariciándola—. Yo te amo, te adoro, no quiero perderte, por favor. 

Draco no respondió, miraba a Harry con dolor, sabía que había lastimado a Draco y eso lo hacía odiarse a si mismo como nunca. Prometió alejar a todos aquellos que lastimaran a Draco, pero ahora, el que lo lastimaba era él y una sensación de culpa lo carcomía por completo.

—Júrame que no me mentiste sobre quién eres—, la voz de Draco salió bajita.

—Te lo juro, Draco, te juro que siempre he sido yo. Te juro que no te mentiría sobre esto, puedo mentirle a todos los demás, incluso a mi mismo, pero no a ti Draco, jamás a ti—. Harry besó ambas rodillas de Draco, apoyando su frente en sus muslos—. Sé que me debes odiar en este momento, lo sé, yo también me odio, pero te prometo por todo lo sagrado que tengo que no te he mentido. 

—¿En serio me amas?—, Harry volteó a ver a Draco, quien también estaba llorando.

—Draco, tú...—, Harry se quedó sin aliento, abrazando sus piernas con un poco más de fuerza—, desde hace mucho tiempo que te he estado buscando sin saber que eras tú, quería un lugar seguro, uno donde no tenga que fingir, donde sepa que a pesar de mis idioteces y días malos esa persona iba a estar ahí, y aquí estás, a pesar de que no sientas que soy el mismo, de que me veas como un extraño, sigues aquí. Eres ese pedacito que faltaba en mi vida para sentirme completo, encajas perfecto en mi vida, en mis días, en mi familia. Cuando me hablas, cuando te ríes, cuando tuerces los ojos cuando alguien dice alguna estupidez, necesito esos pequeño detalles para vivir, necesito de tu aroma para poder dormir tranquilo. No permitiría que nadie te haga daño, sé que en este momento el que te está lastimando soy yo, y me odio por eso, quiero gritarme a mi mismo por lastimar a esa persona que amo, lastimarte a ti. 

Draco empezó a llorar más fuerte, Harry no se levantó de donde estaba, no se creía merecedor de estar al lado de Draco, tenía que estar de rodillas frente a él, podía pedirle perdón mil y un veces y no bastaría para que Draco lo perdonara. Harry tomó las manos de Draco y las besó con dulzura, empezó besando cada dedo, quedándose unos segundo ahí, luego pasó a su palma, siguió a su dorso hasta llegar a su muñeca y tomarlas con suavidad. 

—Perdóname Draco, por favor, perdóname. Perdón por lastimarte, por no decirte todo, por meterte en este problema, perdón.

—Harry.

—¿Si?

—Abrázame.

Harry no dudó en alzarse un poco y abrazar a Draco con fuerza, acariciando su pelo, besando su frente. 

***

No sabía cuantas horas había pasado, recordaba que Draco lo había jalado al sillón y se acostaron abrazados, hablando en voz bajita. Draco le había pedido que describiera las cosas que le gustaban de él. Harry lo hizo hasta que los dos se quedaron dormidos, con Draco encima de Harry.

Harry envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Draco, se sentía ligero, como si su pasado hubiera estado encima de sus hombros todo ese tiempo, agobiándolo, impidiendo que avanzara por completo. Acariciaba la cabeza de Draco mientras veía el techo, la sala estaba semi oscura, la luz de la mañana empezaba a colarse por las cortinas, la respiración tranquila de Draco y su pelo haciéndole cosquillas en la barbilla. Harry se sentía lleno, apretó un poco a Draco.

No quería despertarlo, esa incertidumbre de no saber si este lo iba a echar de su casa y terminar las cosas, o de si le pediría un tiempo para pensar si quería seguir la relación le causaban ansiedad. 

—¿Harry?—, Draco habló entre sueños.

—Estoy aquí.

—Tengo sed—, Harry besó su coronilla, lo acomodó con cuidado en el sillón y fue a la cocina por un vaso con agua, cuando regresó, Draco ya se había incorporado, frotando sus ojos. Se veía tan tierno—. Gracias.

Draco bebió con rapidez, luego miró a Harry. Esperaba lo peor, pero no que Draco se lanzara hacia sus brazos y lo empezara a besar con dulzura. Harry envolvió a Draco en sus brazos de nuevo y correspondió el beso, una mano fue a su mejilla para acunarla y profundizar un poco el beso.

—Prométeme que no me vas a ocultar nada desde ahora— dijo Draco cuando se separaron un poco.

—Te lo prometo—, dejó un beso en su mejilla—, te lo prometo. 

Harry volvió a besarlo, un beso más desesperado. Draco paseaba sus manos por su pecho, bajando para meter sus manos por su camiseta y acariciar sus abdominales. Harry tomó a Draco por la parte de sus muslos y lo alzó, este enredó sus piernas alrededor de su cadera. 

Harry los subió al cuarto de Draco, se besaban con hambre. Bajó sus besos por el cuello de Draco, haciendo que este soltara leves gemidos. Harry alzó sus manos, permitiendo que Draco le sacara su camiseta, luego él se sacó la suya. Harry lo tumbó en la cama y empezó a repartir besos por todo su pecho, lamiendo sus pezones, haciendo que Draco arquee su espalda, poniendo una mano en su pelo y apretándolo. 

Se levantó para sacarse los zapatos y empujar sus pantalones junto con los boxers y las medias, luego se encargó de terminar de desnudar a Draco. Paró un momento para admirarlo, estaba sonrojado, sus piernas cerradas, mordía su labio y tenía los ojos bien abiertos.

—Eres perfecto.

Harry bajó de nuevo para besar cada pedazo de piel que podía, evitando dejar marcas.

—Puedes hacerlo—, Harry alzó la vista para toparse con la de Draco—, tengo sesión de fotos hasta el otro mes, puedes dejar marcas.

—¿Seguro?—, Draco asintió.

Harry no perdió tiempo y dejó marcas por el cuerpo de Draco, su cuello, pecho, piernas. Se detuvo en su entrepierna antes de dejar un beso en su ingle. Tomó lubricante de la mesita de noche de Draco y se puso una generosa cantidad para empezar a prepararlo.

Se retorcía bajo sus dedos entrando en él, Draco tenía la manía de tomar las sábanas con fuerza cada que Harry lo preparaba, como si tratara de controlarse para no terminar ahí mismo. Cuando Harry sacó sus dedos y empezó a entra él, Draco arqueó la espalda y abrió la boca, ahogando su gemido en su brazo. Harry se lo quitó y se acercó para susurrarle: 

—No te contengas, cariño.

Beso su mejilla, empezando a moverse, al principio fue lento, dejando que Draco se acostumbrara, luego empezó a empujar con más fuerza, tomando sus caderas y apretándolas. Draco soltaba incoherencias, Harry bajó para besarlo con ganas, las manos de Draco yendo a su espalda y arañando. 

Harry sintió a Draco tensarse y terminar entre ambos estómagos, bastó un par de estocadas más para que Harry también terminara. 

Salió con cuidado de Draco y se tumbó sobre él. Cuando lo hicieron por primera vez, Harry no quiso acostarse sobre Draco al ser más pesado, pero este insistió. Luego Harry se dio cuenta que a Draco le gustaba su peso sobre el de él. 

—Te amo—, susurró Harry mientras besaba el pecho de Draco.

—También te amo—. Las piernas de Draco se enredaron en Harry—. ¿Nos podemos quedar así unos minutos?

—Lo que tu quieras. 

Se quedaron abrazados durante unos minutos en silencio, disfrutando de la calidez del otro. Esto era lo que quería, lo que siempre había querido y nunca pudo encontrarlo hasta ese día, y se sentía bien.

Notes:

Amé escribir este capítulo, simplemente amo a los hombres arrodillados, llorando. Aunque me costó describir un "te amo" sin decirlo directamente, saqué ese lado romántico que estaba guardado en un rincón lleno de polvo y le puse todo ese amor al fic.

Estamos por llegar al final de este fanfic, me siento entre emocionada y triste, pero agradezco todo el apoyo que le han brindado al fanfic.

Se les quiere, besitos

Notes:

Hola gente preciosaaa. Acabo de crearme esta cuenta de Ao3, la verdad es que todavía no le agarro el tino, pero con paciencia ya voy a subir más historias, tanto por aquí como por Wattpad.
Voy a subir algunas historias de Wattpad aquí, para los que no tengan Wattpad o estén acostumbrados a leer aquí.
Bueno gente, se les quiereee.