Work Text:
— Climax.
Durante los días más fríos de invierno; todo lo que Elliot suele desear es permanecer acurrucado entre las sábanas, incluso el trabajo es un poco tedioso en esta época y más que nada por el hecho de tener que pasar aquel infernal frío.
No lo odia completamente, pero aun así no le termina de agradar.
No es una época en la que pueda salir tanto, no es una época en la que pueda hacer mucho por que aquel gélido ambiente le causa una pereza increíble, pero aun así no lo odia, es más agradable pasar tiempo entre la nieve a pasar tiempo entre el calor del sol golpeando y el sudor abrazándolo.
Salia con alguien, eso era lo más impresionante.
Llevaba tiempo saliendo con el ex militar que había pasado por un matrimonio ya, llevaba meses con el, estaban al borde de llegar al año de relación y Elliot estaba feliz con eso, le encantaba la idea de tener a alguien como Guest en su vida, más que nada por su personalidad y la forma en la que lo trataba.
Era respetuoso, cariñoso y bastante responsable con el, era normal, puesto a que la diferencia de edad era algo grande.
No le importaba, no tanto, eso hacía las cosas más fáciles puesto a que la edad lo hacía ser más maduro, esa madurez que hacía las cosas más fáciles para Elliot, no tenían tantos conflictos como los que Elliot solía tener por su trabajo.
A buena parte de sus exparejas solía molestarles que trabajara tanto, aquella pasión que tenía por el oficio que su padre le había concedido, estaba agradecido con el y no encontraba otra forma más que esforzarse, pero los demás no parecían entenderlo.
Guest si.
Guest lo entendía tan bien y eso le gustaba tanto.
Aquel día las cosas habían escalado bastante y nisiquiera Elliot terminó de entender el por que.
Pero estaba feliz con ello.
Fuera de la pasión que le daba estar con su novio, fuera del amor que sentía al estar con el, no podía terminar de expresar las emociones que lo abrumaban cuando lo veía tan cerca de él, tan cerca, tan íntimo.
La noche ya había golpeado, Guest había salido por algo para comer en aquella noche fría, Elliot lo esperó en la cama, en su habitación, no vivían juntos, pero aveces Guest se quedaba a dormir con el, simplemente por cariño, por comodidad y por la idea de pasar tiempo juntos.
No había pensado mucho en esas cosas, en el hecho de que llevaban meses viviendo de esta forma, viéndose cada que estaban libres y pasando las noches juntos de vez en cuando, era curioso puesto a que su confianza nunca había atravesado ningún límite preestablecido.
Eran novios, pero nunca habían hecho cosas tan íntimas, les costaba besarse incluso y no era tan malo, solo era curioso.
Tierno quizás.
Iban al ritmo que a Elliot le gustaba.
Lo pensaba un poco, quizás lo amaba demasiado, ¿qué importaba?, debía centrarse en la noche tan linda que estaría por tener, un poco de películas, recostarse, probablemente jugar con la consola nueva que había conseguido y quizás charlar sobre sus días.
Pero quería algo, quería más, su interior le estaba pidiendo ayuda de alguna forma, su abdomen se estaba anudando, algo estaba volviéndose cálido dentro de si.
No importaba.
Fue paciente, miró su teléfono un tiempo hasta que escuchó la puerta, ciertamente estaba emocionado.
Lo miró entrar a la habitación con una bolsa blanca entre los dedos.
— Voy a preparar todo, ¿esta bien?.
— Claro, ¿Quieres que busque algo para ver?.
El de cabello azul le asintió antes de salir y empezar a organizar la comida ciertamente carente de valor nutricional, ¡pero a quien le importa!.
Vagó entre programas y programas, series, películas, cualquier cosa verdaderamente, tratando de ocultar el calor creciente en su interior, aquellas plegarias de auxilio que no podía esconder.
¿Que le pasaba?.
Se frustró al no encontrar nada, Guest no tardo en llegar, con bastante calma y un bowl con todas las frituras que había comprado, aun quedaban snacks en la mesa de la cocina, lo único ageno al plato con comida basura era la barra se chocolate que entrego con emoción al rubio.
Algo dentro de Elliot se revolvió cuando se acostó a su espalda, abrazándolo por la cintura y atrayendolo a el.
— ¿Encontraste algo?.
Suspiró, algo se seguía sintiendo extraño.
— Aun no..
Trato de abrir la barra de azúcar con desesperación, en un intento de buscar una calma.
— ¿Quieres que busque algo yo?.
— Si quieres..
Le entrego el control, con nervios, puesto a que algo en el seguía suplicandole internamente.
Guest lo notó, pero no dijo nada, no aun, no podía decir mucho en realidad puesto a que ni el entendia del todo que pasaba con Elliot.
Y preguntar por alguna razón se sentía extraño.
Buceo un poco entre programas, sintiendo la respiración de Elliot agitarse un poco, no dijo nada.
Continuó hasta que sintió el movimiento de las piernas de su contrario, fue bastante descuidado y sutil.
Pegaba sus muslos y los frotaba levemente, no parecía hacerlo intencionalmente puesto a que era frenético.
No dijo nada.
Lo dejo ser, permitió que las cosas siguieran su rumbo, de forma tímida y lenta froto un poco su rodilla contra la entrepierna desesperada de quien estaba frente a él, escuchó el jadeo leve, pero nuevamente, no hubieron palabras.
Los muslos de Elliot se abrieron, dándole la libertad de avanzar y así fue, colocó su pierna entre las agenas, las cuales se abrían con timidez ante al tacto.
No habían palabras, solo acciones, el como el rubio se presionaba contra la nueva sensación y como Guest presionaba con leve fuerza contra su entrepierna, dejando suspiros acompañados de besos en el cuello de Elliot.
No era un silencio incómodo siquiera, se sentía bien, al menos para Elliot.
La forma en la que sus caderas se apretaban contra la rodilla que lo provocaba más era extraña, era una sensación que le recorría el abdomen bajo, llenando el calor entre sus muslos y estómago, sintiendo el cosquilleo leve de su entrepierna pedirle más y más atención, su cabeza se perdía brevemente, no quería pensar y no lo estaba haciendo, solo quería más, más..
Más.
Y Guest1337 se lo daría.
No había mucho, lo dejaba ser, lo dejaba frotarse con urgencia en su pierna, solo acariciaba su cadera ocasionalmente para recordarle que estaba ahí, que existía ante todo.
Fue corto, el tiempo parecía eterno para los leves minutos que iban pasando, el rubio se volvía más desesperado, la humedad se hacía presente y la mano de Guest se volvió más firme en sus caderas dándole apoyo, un soporte que lo guiaba a lo que más anhelaba, sus suspiros mezclados con jadeos eran una melodía nueva, una expresión clara de la desesperación en camino al extasis.
Las caricias fueron más descuidadas, guiadas solo por el agarre del más mayor, quien seguía dejando besos dulces en el cuello del rubio acalorado, los gemidos se hicieron presentes y fue una sensación extraña qué golpeó la piel del militar, un sonido nuevo, la nota faltante en su ópera de amor.
Se volvieron más audibles, más desesperados, más presentes y eso era prueba de lo que se veía venir, por el como se restregaba con más urgencia, era gracioso hasta cierto punto.
Patético quizás.
Guest siguió causando presión en su entrepierna en una forma de acompañarlo a su final, acariciando muy levemente de forma provocativa, aplastando todos los pliegues que conformaban el interior de Elliot, algo que le causó un escalofrío leve pero estaba bastante ido en querer terminar como para decir algo o siquiera reaccionar al movimiento.
Y fue así hasta que llegó.
Soltó un gemido alto y su cuerpo se tenso, sintió la humedad recorrer su entrepierna y filtrarse levemente entre sus muslos, la sensación era extraña, la humedad era desconocida, pero no parecía mala, su abdomen dejó de arder un momento antes de hacerlo con más fuerza.
Cuando todo paró, mientras trataba de recomponerse y su pecho subía y bajaba, Guest dejó besos en su mejilla, fuera de la vergüenza que le daba, estaba tranquilo de tenerlo a su lado.
— Ahh.. Dios.. Lo siento.. ¡Lo siento tanto!
En su leve momento de lucidez solo pudo lloriquear un poco, victima de la vergüenza.
Para su suerte, tenía un novio muy bueno, mientras retiraba su pierna y permitía que las piernas de Elliot se cerraran, se encargó de abrazarlo y acariciarlo, tratandolo con la misma ternura de siempre en forma de consuelo.
No era nada malo, al menos no para el más grande.
— Esta bien... ¿Como se sintió?
La frase tan calmada y neutra era contrastante con los nervios de Elliot, correspondió al abrazo, a las caricias en su espalda, acurrucandose en su pecho.
— Bien...
El de cabello azul río un poco.
— ¿De verdad?..
Elliot asintió, con una mezcla de vergüenza y timidez.
— Si..
Seguía frotando sus muslos, muy levemente, la sensación seguía, lo único que era diferente era que ahora era más leve, más leve y doloroso.
Le ardía, lo quemaba y no terminaba de entender el por que, acababa de correrse ¿no podía tener suficiente?.
Seguía agitado, seguía sonando igual de desesperado que antes y esta vez parecía demasiado obvio como para ser ignorado, como para pasar de nuevo al silencio.
— ¿Estas.. Bien?..
— Mmh.. No se que pasa hoy...
Hubo un suspiro, que fue acompañado con un pequeño beso a los labios del más pequeño, cosa que pareció emocionarlo más.
— Puedes contarme.
Aquello fue acompañado con un beso a su frente.
— Huh.. No estoy seguro.. Es extraño.
— ¿Por que?.
— Hm.. ¡No se!.
Apretó la camisa de su novio mientras trataba de esconderse en su pecho, inhalando un poco el perfume de este.
Guest río.
— ¿No sabes que es lo que sientes?..
— Uhmm.. Se siente cálido..
— Huh.. ¿Donde?.
Se quedo callado.
Le daba vergüenza admitirlo, estaba muy grande para entender bien que era lo que sintia, ya no era un adolescente, no, seguía siendo joven pero no para esta clase de cosas.
¿Como iba a decírselo?.
Se estaba abrumado solo en algo que quizás, nisiquiera era tan problemático, pero eso no quitaba su vergüenza.
No era malo, quizás estaba siendo bastante exagerado para algo "humano", pero el hecho de tener que evitar todos sus pensamientos "culposos" era difícil.
No quería decirlo, no podía, ¿como lo vería después de eso?.
¿Como?..
¿Como podía?..
Entonces lo sintió.
La caricia suave de la mano contraria, era grande, un recordatorio de la leve diferencia de tamaño, era algo fría a comparación del calor que había en su abdomen bajo, toda la palma reposaba en el, lo hizo suspirar.
Tuvo que alzar la mirada para entenderlo, tuvo que verlo, con aquella mirada cargada de suplica, de un grito desesperado por algo, por un movimiento, por algo cercano, algo más, más fuerte, más duradero, más real.
Guest le dedico una sonrisa, tan dulce como ls acciones que siempre lo rodeaban, besó tiernamente los labios de Elliot, fue corto, no expresaba nada más que ternura.
— Yo..
— ¿Aquí?..
Y Elliot asintió.
— Lo siento.. No.. No se por que paso.
— Esta bien.. No está mal, siempre y cuando vayamos con cuidado.
Fue como si lo iluminara, tanta atención, tanto aprecio, tantas sensaciones que estaban a punto de explotar.
Definitivamente estaba feliz en donde estaba.
Asintió.
Tratando de ocultar su emoción.
No era posible de todas formas, todo en el gritaba por aquel tacto íntimo y para su desgracia fue algo que Guest notó muy rápido.
Qué importaba.
Toco con cuidado su vientre, acariciando su cintura poco a poco y subiendo hasta su pecho, donde empezó a tocar con cariño, con cuidado, con delicadeza, poco a poco acariciando bajo la tela, besando con cuidado sus labios, la mezcla de sensaciones aturdia a Elliot y la ropa casual hacia más fácil el trabajo de ser acariciando tan eroticamente.
Poco a poco el tacto fue bajando, hasta llegar a la prenda que cubría de la cintura para abajo a Elliot, hubo una pausa, una en la que se admiraron mutuamente, Guest vio a Elliot con tanta dulzura, memorizando cada peca qué había entre sus mejillas pigmentadas por la lujuria.
— ¿Puedo?.
Espero una señal.
Elliot asintió, con vergüenza pero lo hizo, admirando como bajaba sus pantalones con tanto cuidado y eventualmente, la ropa interior que llevaba, la mancha de humedad en aquellos boxers le decia mucho a ambos y pese a que Guest no parecía afectado, a Elliot no podía estarlo tragando más la vergüenza.
El brillo que había entre sus piernas era difícil de ocultar, difícil de ver tan siquiera y por la forma en la que apretó su ropa, Guest podía saber cuan desesperado estaba.
El cuidado seguía, la sutileza mezclada con timidez, el militar acaricio con cuidado la cara interna de los muslos del rubio, con bastante cuidado, mientras observaba la mirada del más joven, como sus pupilas se dilataban levemente conforme más lo tocaba, conforme se acercaba más y más a ese lugar que Elliot deseaba, como empezaba a acariciar sus pliegues, como su dedo se deslizaba de apoco hasta por fin llegar al lugar que estaba ansiado.
Froto levemente con dos dedos, acariciando el centro, cosa que hizo que Elliot se arqueara un poco y apretara las sábanas bajo el, el brazo de Guest estaba debajo de el, sosteniendolo desde su espalda mientras con su mano libre acariciaba su lugar tan sensible.
Los jadeos del rubio se intensificaron cuando las caricias dejaron pasar uno de los dedos de Guest, entrando con cuidado en el húmedo lugar, acariciando su alrededor despacio, redondeando, chocando con las paredes estrechas mientras lo humedecia más, la forma en la que los sonidos de Elliot temblaban era agradable, era una forma de contrarrestar el frío.
Los círculos, dando vueltas y vueltas en su interior, tocando cada nervio, se sentía extraño, alimentaba más al calor que se formaba en él, sumado al hecho de que el grosor beneficiaba más a las sensaciones que formaba en el.
Después llegó el segundo.
No se dio cuenta de cuando entro por que estaba bastante perdido entre sensaciones, solo pudo saber que algo se sentía mejor y cuando trato de identificarlo su mente se apagó, solo se perdió entre las embestidas pequeñas que su pareja le daba, en las caricias a su espalda, el sonido de la humedad se sentía ageno, el chapoteo no parecía existir.
La humedad entre sus piernas era cálida a sobremanera, le tranquilizaba, se sentía bien, se vio perdido bastante rápido, entrecerro los ojos y se dejó llevar, dejó que los gemidos se salieran, que el sudor se hiciera presente y que el tacto fuera lo único que sintiera.
Guest lo admiro, sonrió con orgullo al notar la mirada de placer de su novio, estaba contento, feliz de poder darle el placer que tanto estaba anhelando, llego el tercer dedo, la intrusión fue más sencilla por la humedad, las embestidas fueron más rudas y las caricias en el clitoris de Elliot se hicieron presentes, cosa que le trajo más sonidos.
— Huuhh...
— ¿Se siente bien?.
— Hmm.. Si.. Si.. Oh dios..
Nuevamente río, escuchar la voz tan perdida de su novio le daba satisfacción de alguna forma, volvió a besar su mejilla, las caricias en aquel punto sensible se hicieron más y más intensas, todo mientras el interior de Elliot era estimulado.
El calor se volvía más grande, más inestable, la humedad se filtraba más y Guest sabía lo que estaba por venir, empezó a besar el cuello expuesto de Elliot, dejando chupetones poco a poco, la humedad se hacía grande, cada vez más y más y más, hasta que llegó.
El orgasmo lo abrazó con tanta intensidad, su cuerpo se tenso completamente y sus piernas temblaron ligeramente mientras el líquido salía de su interior, lo acompañaron los gemidos altos y los suspiros agitados.
Fue bueno, la satisfacción que lo recorrió fue extensa, aun sentía a Guest en su interior, sus entrañas lo apretaban y le rogaban por más, una vez retiro su dedos el sonido de la humedad lo acompañó, un leve hilo de líquido se hizo presente, volvió a dejar besos tiernos en el cuello de Elliot, todo mientras su respiración se iba regulando.
Hacia calor, calor como la mierda pese a que había estado deseandolo desde que el frío se había ligeramente insoportable, ahora parecía estarlo torturandolo.
Se sentía cansado y a la vez podía entender lo mucho que deseaba el siguiente paso, estaba gritando por ello, lo estaba deseando con anticipación, lo que verdaderamente deseaba.
Los besos pararon, las caricias se hicieron menos intensas, el de cabello azul lo abrazo, lo acurrucó.
— ¿Estas bien?.
Hubieron varios gemidos antes de hablar.
— Uhm... Huh.. Si..
Y Guest volvió a reír levemente.
— ¿Oh, si?.. ¿Estas seguro?
— ¡Mhm!.
Asintió levemente, recargandose en el pecho de Guest, sentía sus piernas temblar, el sudor recorrerle el cuerpo y causarle frío, estaba agotado.
Suspiró un poco.
Ansiaba lo siguiente, lo que estaba por empezar, las acciones posteriores que le hacían saber que era lo siguiente, podía decir que era extraño pero la forma en la que había estado suplicando por esto era embriagadora, la desesperación se hacía más presente.
Guest se encargó de acomodarse en la cama, dejando el cuerpo de Elliot caer sobre el colchón, apreciando su figura agitada, la camisa enrollada hasta su pecho y todo el resto de su cuerpo expuesto, el líquido y la humedad que había entre sus muslos, el brillo del líquido derramado ante el extasis.
Apreciarlo tanto, verlo tan lindo ante la máxima intimidad que podían tener, acaricio la carne de sus muslos, los apretó, en un intento burlo de saborear el grosor que estos tenían, la piel expuesta, la figura, Elliot soltó un suspiro suave a modo de suplica por más contacto.
Tarde o temprano termino abriendo sus piernas y acercándose más a su pelvis, una vez chocaron, se miraron mutuamente, con hambre, con lujuria, deseo.
Amor.
Se alineo con cuidado, Elliot lo observó, quería cerrarse, quería volver a apretar las piernas en busca de fricción, de placer, de más conexión y atención, la satisfacción que estaba por sentir era grande si, pero el nunca terminaba de ser paciente.
Acarició con el glande el exterior de Elliot, frotandose contra sus pliegues y su humedad, sentía el como se apretaba y le suplicaba por que entrara, como se humedecia cada vez más y como empezaba a agitarse levemente, se preparaba para lo que verdaderamente quería.
Suspiró, hubo un jadeo suave por parte de Elliot, volvió a alinear la punta y la introdujo lentamente, con delicadeza, con calma, sin ninguna prisa verdadera más que la mirada hambrienta de Elliot.
Los acompaño un gemido, uno suave, ronco y bajo por parte de Guest y la audible melodía que salió de los labios de Elliot una vez la intrusión fue completada, el exmilitar se relajó un poco, antes de empezar a entrar lentamente, de deslizarse suavemente hacia el interior de Elliot, penetrando en lo más profundo hasta alcanzar el fondo.
Uno que fue notorio por el gemido alto que dio y la forma que apretó sus manos, manos que sostenian sus caderas.
Suspiraron, se relajaron un poco y se acostumbraron a la forma, a la posición, al calor de estar tan cerca, Guest le sonrió con ternura antes de acercarse a sus labios, los besó.
Con ternura.
Con amor.
Y Elliot solo pudo verlo con la respiración agitada y la cara empanada.
Un desastre total y era uno al que Guest parecía gustarle, ¿por qué?.
Se sentía imperfecto y aun así amado.
Lo miró, con ternura, sonriendo y manteniendo el contacto eléctrico de sus ojos.
— Elliot.. Eres muy lindo..
— Oh.. Uhhm.... Gracias..
Probablemente era el calor de la situación lo que no lo dejaba hablar tan claramente, el contexto no ayudaba y la posición tan cercana que hacía que su abdomen se sintiera apretado tampoco le daba mucho apoyo.
Hubo un beso, uno tierno a sus labios antes de volver a ser tomado por los muslos y alzado de forma leve, suspiraron, se encontraron de nuevo.
Era lento, muy suave aun, se habían acostumbrado a la sensación pero Guest no quería apresurarse tanto.
Pese a que el ritmo fuera lento, no quitaba la presión que Elliot sentía en su interior, cada movimiento lo hacía soltar jadeos suaves, los cuales se dispersaban entre suspiros dados por ambos, la velocidad fue subiendo, más rápido, más intenso.
Los movimientos medianamente rápidos y repetitivos hacían que los labios del rubio se abrieran y dejaran escapar gemidos suaves, bajos ante todo, su interior se abultada, se sentía caliente, se aferraba al miembro dentro de el con cierta fuerza, en un intento por mantenerlo en el, por sentirlo más.
Enredo sus piernas alrededor de Guest, presionando aún más profundo contra el, haciendo que los movimientos fueran cargados, le costó un gemido alto el cambio de velocidad, un ritmo más intenso, más rápido, que golpeaba con más intensidad en aquellos puntos que lo hacían retorcerse.
Le gustaba la sensación, la manera en la que las embestidas besaban su interior y estimulaban más las sensaciones internas.
La velocidad volvió a subir, los gemidos fueron más visibles, más audibles y repetitivos.
Hasta ahora no lo había pensando, pero su abdomen ya no se sentía tan caliente, solo estaba rindiendose a las sensaciones, sintiendolo, dejándose llevar por el placer, rendido a las sensaciones y no parecía sentirse necesariamente mal, al contrario, se sentía como si fuera todo lo que necesitaba.
Y en parte así era.
Cada vez que sentía como el contrario entraba y salía, el sonido húmedo presente por sus orgasmos anteriores y el líquido que desbordaba ahora.
Se sentía bien.
Le gustaba.
Era esto lo que quería.
El sentimiento de ser rellenado constantemente, el punzar que aparecía en su abdomen, como se agitaba y su respiración se hacía más rápida, arquear la espalda en busca de fricción, sentir las manos contrarias sostenerlo y alzarlo para llegar a más, sentirlo más, tenerlo aún más profundo.
De vez en cuando alguna que otra caricia a su clitoris escapaba y le hacía gritar aún más, esto fue lo que estuvo buscando todo el tiempo, esto es lo que quería, lo que estaba ansiado.
Las embestidas subieron de velocidad, tan buenas, tan ansiadas por el, sentir era tan bueno y lo agradecía tanto.
Sentía las caricias en su abdomen y si trataba de mirar con más claridad podía observar la mirada repleta de amor que Guest le estaba dando.
Era exquisito.
Principalmente por que el sexo con amor siempre es bueno.
Se volvió a inclinar, en una forma de admirar su rostro y la conexión entre sus labios volvió a hacerse presente, a Elliot le daba vergüenza.
Pero no fue algo que planeara.
Se corrio solo por el beso.
No lo podía culpar, el ritmo más rápido y la conexión tan fuerte de amor lo estaba destrozando, no podía hacer más, no había podido aguantarlo.
Guest le dedicó una carcajada leve, una forma de avisarle que se había dado cuenta de su crimen, lo apeno un poco, pero aun así sabia que seguiría.
Las embestidas tan cargadas a su centro poco a poco se iban volviendo más frenéticas, automáticas pero no descuidadas, si bien su pareja aun no había llegado a su clímax, no parecía desesperado por hacerlo, el hecho de simplemente disfrutar estar dentro de él le era suficiente.
Era lindo tenerlo debajo de el de esa forma.
Los besos continuaron, desordenados pero cargados de cariño, con caricias al cuerpo de Elliot, respiraciones agitadas dejadas entre pausas para respirar, las cuales eran acompañadas por los gemidos de Elliot.
Hasta que el ritmo empezó a ser descuidado.
Elliot sabía lo que venía, no estaba mal, le gustaba, los besos seguían presentes, pero fueron más cortos, con la misma falta de cuidado que había en el ritmo que lo penetraba.
— Mierda, Elliot..
Le hubiera gustado decirle más, al menos haberle pedido permiso para hacerlo dentro de el, pero no pudo, con un último beso, aun más cargado que los anteriores.
Paró el ritmo, dejó que la calidez del líquido rellenara el interior de quien más podía amar, sintiendo como el interior de Elliot lo abrazaba, acostumbradose a la sensación de ser rellenado.
Hubieron jadeos suaves por parte de Elliot, todo mientras se recuperaba y Guest terminaba de salir de el.
No había pañuelos cerca esta vez, no como Guest siempre solía tener para terminar de atender a su novio, esta vez no, y eso le pesaba de alguna forma.
— Huuh.. Lo siento..
— ¿Heh?
Elliot no terminaba de entenderlo tanto.
(tampoco quería).
Pero no estaba en una situación donde pudiera pensar demasiado, se limito demasiado, solo se relajó en la cama invitando al contrario a acurrucarse sobre el nuevamente.
Cosa que hizo.
Guest se recostó en el pecho del rubio, permitiendo que sus brazos lo acariciaran, sintiendo su corazón latir y la forma de su pecho subiendo y bajando, aún estaba algo agitado, algo apresurado, pero se estaba regulando.
Ya no sentía ese calor en su abdomen, ya no se sentía desesperado, se sentía lleno. Completo.
Supieron mutuamente, relajando sus cuerpos mutuamente, el de cabellos azules podía sentir las caricias del rubio bajo el.
— Huh.. Tenemos que limpiar todo esto, Elli..
— Hmm.. Espera.. Espera..
Guest giro la cabeza, mirando de frente al contrario.
— ¿Heh?, ¿qué pasa?.
— Mm.. Estoy muy cómodo..
Y le sonrió.
— ¡Oh!.. Esta bien entonces, pero..
— Shh..
Palpeo un poco su espalda, a modo de darle una señal para guardar silencio, tenía que entenderlo un poco, fue quien más orgasmos tuvo.
Ya no se que sentía caliente, ya no estaba desesperado.
Estaba tranquilo.
Sonrió cuando sintió las caricias a su muslo, sabía que cuando despertará estaría limpio, al menos en lo que posible.
Se sentía querido, amado.
No había nada mejor que esto, descansó, cerró los ojos y se relajo en la cama, rindiendose al sueño que lo amenazaba.
Esta noche seguiría más tarde quizás.
Cuando despertara entre los brazos del militar que más podía amarlo.