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What if… Los vecinos de charlie swan fueran españoles

Summary:

Por que tal vez los vampiros no sean tan discretos como creen, especialmente en Forks, pero todos se callan por que el chisme es demasiado bueno para ser cierto.

Todavía no me creo que todo Twilight suceda en menos de 2 años en el canon.
Este mini fic responde la pregunta típica de 'Pero que pensarán los vecinos?!"

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Work Text:

PRETWILIGHT

"Oye Mariano…. tu has visto a la nueva familia esa que a llegado a Forks?"

Preguntó la mujer con una mano en la cadera y la otra removiendo la olla con el cocido. Mariano sin inmutarse, con la mesa ya puesta frete a él, paso una página del periodico que leia tratando de reflexionar la pregunta de su mujer.

"Quienes? Los Cullens?"

"Esos mismos." Asintió la mujer.

"Pues la verdad es que no. No los he visto por la botica, pero cuando me pasé por el hospital para tratarme lo del reuma el Doctor Cullens me pareció muy buen mozo, aunque muy joven."

"Yo creo que hay algo raro con esa familia." Comentó la mujer al aire.

"A ti todo te parece raro Mariana, tienes más cuento que un bailador de flamenco. Qué tienen de raro estos ahora?"

"Es mu' raro lo jóvenes que son esa pareja."

"Tener buenos genes no es un crimen." Contrarrestó Mariano, determinado a ser razonable.

"Y además todos son muy guapos y los hijos casi que se ven como los hermanos de los padres."

"Bueno, eso les pasa también a los chinos y no te veo increpándolos."

"Estaba el otro día con las chicas, y la Carla-"

"Supongo que te referirás a Caroline Newton."

Mariano finalmente se dio por vencido, bajo el periódico y miró a su mujer. Era un mal hábito que ella tenia desde que llegaron a los Estados Unidos, el españolizar los nombres de todo el mundo a diestra y siniestra. Conocia muy bien a las 'chicas', como era referido en la casa al grupo de señoras que componían el grupo de amigas de su mujer. Forks era un lugar pequeño y siempre le tocaba codearse con los maridos. Todos eran muy buena gente, muy respetable, en especial los Newton eran una familia muy pudiente desde que George Newton trabajaba en la inmobiliaria local.

"Lo mismo es." Mariana hizo un gesto con la mano quitándole importancia. "Total que la Caroline me dijo, que vio a los hijos Cullens por allí en la ciudad, una cosa rarisima de ver, y los hermanos como que estaban muy juntitos, no se si me entiendes."

"Pues no. No te entiendo Mariana." Llevaba sin entenderla desde hacia más de 40 años cuando empezaron a salir como chicuelos por las calles de Sevilla. Pero así era el amor, creía él, amar sin entender.

"Qué estaban muy juntitos." Hizo un gesto sugerente con las manos. "Juntitos, juntitos como los de Alamas."

"Alabama?"

"Lo mismo es."

"Bueno, son adoptados. No creo que tenga tanto delito."

"Y menudos coches que tienen!" Continuo Mariana sin importarle las juiciosas aportaciones de su marido, y este último la dejo hablar a sus anchas como siempre hacían. "Esa gente tiene dinero te lo aseguro. Y además nunca van a la Iglesia! Esto solo puede significar una cosa!"

Mariano esperó pacientemente la revelación.

"Masones! Deben ser masones!"

"Pero bueno Mariana, que coño pintan aquí unos masones, si se puede saber?"

"No lo sé, pero si se que ahí algo raro hay."

"Anda Mariana déjate de masones ni que niña muerta y siéntate a comer anda."

Suspiró pesadamente el señor dejando el periódico a un lado. Mariana sirvió en un plato hondo una generosa dosis de cocido y lo sirvió en la mesa con una finalidad absoluta mientras decía.

"Ya verás Mariano. Son masones, recuerda mis palabras."

Mariano asintió con un sonido que ni negaba ni desmentía y así se sentaron a comer mientras escuchaba el resto de los desvaríos de su mujer, fruto de las tardes que pasaba con las mujeres del barrio haciendo a saber que.

 

LUNA NUEVA

 

"Mari, deja ya la dichosa ventana y ven a la cama"

Murmuró el hombre envuelto en las sabanas, pero la afable señora con su taza de manzanilla en mano y su camisón, no podía dejar de achicar los ojos mientras miraba por la ventana hacia la casa del vecino.

"Algo se traen los Swan…" Sorbió un poco de su manzanilla echandose el chal por encima de los hombros cuando se le resbalaba.

"Mujer déjate de imaginar cosas." Se sentó en el colchón encendiendo la luz de la lamparita, ya resignado a los desvaríos de su mujer. Mariano con su barriga cervecera y sus ojos hundidos por el uso diario de gafas ya a su avanzada edad. "Charlie es un buen hombre que nada puede traerse. Desde que la mujer lo dejó el pobre diablo ya no fue el mismo." se lamentó.

"No hablo del Carlos. Ese hombre es un santo. Hablo de la hija, Isabel."

"Que tiene la chiquilla? Se ve tranquila." Dijo Mariano a pesar de ser consciente de los dejes de dicha chiquilla, en menos de 6 meses la famosa Isabella Swan, pulguita del ojo de Charlie, habia sido una Anabelle casi que peor que su madre. Todo el pueblo había escuchado cosas, desde su fuga a Arizona después de empezar a salir con el Edward Cullen,hasta la depresión de caballo tras la ruptura, pasando por su etapa de busca pleitos. Esa chiquita no conocía la paz, pero si le daba cuerda a su mujer, nunca se irían a dormir.

"Todas las noches, el mozo más joven de los Cullens se le mete por la ventana del cuarto." Respondió Mariana tomando otro sorbito de manzanilla, con la mirada juzgadora de una verdadera granaina.

"Cuál de ellos?" Preguntó Mariano arqueando una ceja, aunque podía imaginarse la respuesta, pero a su Mariana siempre le encantaba tener de que hablar, la serenaba mejor que cualquier calmante. "El rubio con cara de estreñido?"

"No. No. El otro, el moreno que siempre anda solo con cara de constipado y la ropa beish."

"Ah, ya. El Edward. Bueno eso ya es el pasado Mari. Los Cullens se fueron de la ciudad así que debes estar imaginando cosas." Hizo un gesto quitándole importancia. "Son otros tiempos si la chiquilla quiere vivir en pecado—"

"Que no es eso Mariano." Le interrumpió. "Que desde que el Eduardo se fue, nadie a venido a visitar a la moza, pero justo hoy, se le ha metido por la ventana el hijo de Billy Black!"

"Cómo?" Mariano abrió los ojos como platos.

"Que si. Que si. Es el único mozo que conozco que se pasea por ahí sin camisa tan campante. No podría haberme equivocado."

Mariano abrió la boca, luego la cerró tras repensarselo y con un suspiró movió la cabeza de lado a lado negando para si mismo con la resignación de aquel moldeado por la vida doméstica. Con un suspiró levanto las sábanas invitando a su mujer a dejar sus labores de chismosa por el día.

"Anda Mari, vente a la cama que ya es tarde y no estamos para estas vueltas ya."

Mariana le dio una última mirada a la casa de los Swan y se deslizó dentro de la cama, abandonando su manzanilla en la mesita de noche. Se acomodó en su mitad de la cama matrimonial y Mariano apagó la luz de la lamparita para empezar la habitual coreografía de ronquidos y robos de manta que había precedido cada noche los 50 años desde que se casaron, en la perfecta armonía de aquellos que han vivido juntos más de una década.

 

ECLIPSE

 

"Ay Mariano. Que falta me hacían estas vacaciones."

"Pues si. Solo te he podido traer a Seattle, pero igual el año que viene nos podemos ir a algún lugar así más exótico, como Rio de Janeiro o Italia."

"Bueno seria si la Lurdes se aclarara de una vez con sus planes de visita. Desde que empezó la universidad esta muy revolucionada."

"Déjala a la niña. Solo esta disfrutando la vida, como debe ser."

Respondió Mariano, siempre conciliador mientras se acomodaba la chaqueta. Mariana por otro lado, ya arreglada de punto en blanco con sus perlas y su chal y sus broches, se asomaba por la ventana como un perro por la ventanilla del coche como era su costumbre.

"Entre la muerte del viejo Cliff y los escapes salvajes de la Isabella, la verda' que el barrio esta muy tenso" Manolo asintió sin prestar mucha atención mientras buscaba su cartera.

De repente se escuchó un estruendo calle abajo y Mariana se asomó aun más para admirar la sórdida escena.

"Ay, mira Mariano! Parece que están grabando una escena para la serie esa de los zombis en la calle. El De walking deas."

Comentó Mariana viendo a los adolescentes rabiosos abalanzarse como una jauría de hienas sobre la pareja del coche volcado en la oscuridad, mientras el coche ardía en llamas. "Y si bajamos a pedirles un autógrafo? Tal vez sean gente famosa!"

"Déjate Mariana, que de aquí a nada nos tenemos que ir a la reserva del restaurante."

Mariana bufó contoneándose en busca de su bolso, murmurando sobre los inoportuno y aburrido que era su marido, comentarios que ambos sabían no significaban nada en realidad.

 

AMANECER

 

"Mari, ya estas otra vez en la ventana?" Preguntó Mariano con un aire de resignación tras llegar a la casa al final de una larga jornada laboral. Mariana estaba sentada en su mecedora junto a la ventana del salón, tejiendo lo que parecían unos botines de bebe, que sabia encasquetaría a su hijo mayor y su mujer para recordarles su ardiente deseo de ser abuela, mientras mirada a la casa de los Swan.

"Todo a estado muh tranquilo desde que la Isabel se casó con el Eduardo." Dijo casi entrecerrando los ojos con sospecha.

"Te parece mal?" Preguntó Mariano dejándose caer en su sofá de toda la vida junto a la radio.

"Se me hace raro. Como que algo no cuadra. Se casaron como con mucha prisa. Muh jóvenes."

"Y?" Mariano ojeó a su mujer mientras se sacaba los zapatos para ponerlos en alto sobre la mesa.

"Pa mi que la Isabel estaba embarazah."

"Mari, la Isabella no esta embarazah, solo son chiquillos enamoraos, cosas más raras se han visto."

"Te digo yo que si. Las prisas que se tenían, lo a menudo que el Eduardo se le metía por la ventana a la chiquilla, evidentemente están cubriendo el fruto de su pecado."

"O simplemente se querían."

"Se fueron de luna de miel hace unas semanitas y después de repente se fue a un centro de recuperación en Suiza. Eso apesta a que le hicieron un bombo y lo intenta esconder."

"Pero bueno, y tu como sabes tanto?" Increpó Mariano curioso.

"Las del grupo de la Iglesia hablan mucho." Se defendió Mariana.

"Y tu pones mucho la oreja Mari."

"Shhh Shhhh." Lo acalló Mariana cuando un coche se acercó a la casa de los Swan para aparcar en el porche. "Ese coche tiene pitna de caro, debe ser de los Cullens."

Mariano suspiró rodando los ojos y se puso a leer su periódico dejando a su mujer con sus delirios. Mariana se pegó a la ventana observando atentamente. Charlie salió a recibir a los misteriosos invitados con su nueva novia, quien la verdad, se veía como una buena moza, indudablemente mejor de lo que René nunca fue.

Primero del coche salio el Eduardo Cullens, con el inconfundible tupé de pelo engominado más alto que la copa de un pino. Después la Isabella, que se veía completamente diferente y no solo por la ropa de marca. 'Tal vez no le hizo un bombo.' Pensó Mariana 'Pero un viajecito a Hollywoods para operarse toh' si parece que cayera en el camino' .

Finalmente, mientras Isabella saludaba efusivamente a su padre, Edward rodeó el coche para ayudar a salir a un tercer invitado. Una chiquilla de no más de 6 años que se veía la viva imagen de los dos. Mariana no pudo contener el jadeo de sorpresa mientras se llevaba la mano a las perlas imaginarias en su cuello.

En seguida con el arte de una maruja granaina, se puso a hacer las matemáticas en su cabeza, pero no daban los números. Lo primero que pensó era que podría ser una segunda hija de René, pero parecía improbable que a su edad fuera a tener una segunda hija y encasquetarsela a su primogenita. Entonces pensó Mariana que podría haber sido una de esas adopciones tan típicas de los Cullens, pero se parecía demasiado a la pareja para eso. 'Una hija secreta?' Fue su última conclusión pero tampoco la satisficia por completo.

En el momento oportuno, el teléfono fijo empezó a sonar y se levanto a atender la llamada. Sin haber descolgado el teléfono ya sabia que seria una de sus amigas, llamando para hablar de la hora a la que tendrían su brunch semanal al día siguiente.

Lo primero que dijo cuando descolgó el teléfono fue.

"A que no sabes lo que acabo de ver?"

Notes:

Espero que si lo has leído te ayas echado unas risas. uwu

Si Stephenie Meyer saca un nuevo libro por el 20 aniversario al final, tendré que volver para sacar las sagaces observaciones de Mariana al respecto.
Hasta entonces, buen día y mucho amor.