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Summary:

Bill encuentra a su novia siendole infiel.

Notes:

ESTA ESCRITO EN PRIMERA PERSONA q graciosa Dominik t odio
En fin, siento que este fic forma parte de ese grupo de fics que he hecho y que por alguna razón no me gustan y hago como que no existen hasta que vuelvo a encontrarlos, los leo y me cuestiono porqué me caen tan mal.

Work Text:

Estaba volviendo de casa luego del trabajo, quería sorprender a mi novia, Stacy, subi todos los escalones de mi edificio hasta llegar a mi departamento, a decir verdad, lo unico que queria luego de un largo dia de trabajo era ver a mi novia y pasar un buen rato con ella, hoy habia salido una hora antes, asi que pense que podriamos pasar un poco mas de tiempo juntos.
Entré en mi departamento y todo estaba apagado excepto la luz de nuestra habitación.
—¿Stacy? —pregunté un poco confundido, pues todo el ambiente me parecía sospechoso, me acerque hasta la habitación donde mi sorpresa fue encontrar a mi novia enrollada en la cama con un chico.
—¿¡Bill!? —gritó Stacy al verme de pie en el marco de la puerta con una expresión anonadada.
El chico a su lado parecía confundido hasta que luego de unos segundos entendió lo que estaba pasando, mi mirada se fijó en él, estaba listo para darle un golpe pero al darme cuenta de que él parecía tan confundido como yo me quede aun más consternado con lo que estaba sucediendo.
—B-Bill, puedo explicarlo —pronunció torpemente Stacy, intentando excusarse mientras trataba de cubrir sus pechos con las sábanas de mi cama. El chico a su lado, un moreno de trenzas negras y piercing en el labio parecía estar entrando en crisis, temblando, también trataba de cubrirse con la sábana mientras evitaba mi mirada, totalmente avergonzado.—Bill, escúchame, no es lo que tu crees —la única que hablaba en ese momento era Stacy, quien se acercaba a mi mientras todavía se cubría con la sábana, pero antes de que pudiera tocarme aparte su mano con brusquedad.
—No, me toques, recoge tus cosas, no es necesario que me expliques nada —ordené con voz seria, hablaba muy enserio.
—Bill, escuchame, en serio, esto es un error lo sé. Te juro que yo no quería pero me sentía muy sola —Stacy seguía tratando de excusarse de forma estúpida como si no acabara de encontrarla con otro chico en MI propia cama.
Mientras una discusión se creaba entre Stacy y yo escuche una tercera voz, voz perteneciente al chico que a este punto ya se había bajado de la cama y estaba vistiéndose con rapidez.
—Lo siento, amigo, yo no sabía que tú y ella...—se disculpó con el rostro rojo de la vergüenza.
Luego de apartar a Stacy de nuevo y fijarme en el chico, que se miraba igual de consternado que yo, no se miraba como un mal tipo, sino como un pobre chico que también cayo en las mentiras de mi novia o mejor dicho, ex novia.
—Stacy, quiero que tomes tus cosas y te vayas de mi casa, no quiero discutir contigo, lárgate —exclame, totalmente harto y cansado, soltando un suspiro y frunciendo mi entrecejo mientras cerraba mis ojos.
—Yo también me iré —titubeó el chico, al cual detuve con mi mano, parecía temeroso como si esperaba que le soltara un puñetazo.
—Tú puedes quedarte, pero tú, Stacy, vete —él parecía más confundido de lo que ya podría estarlo pero obedeció quedándose en la habitación, mientras en un silencio incomodo esperaba a que Stacy se vistiera y tomara alguna de sus cosas, y terminó yéndose del departamento soltando una y mil maldiciones, afortunadamente solo viviamos juntos pero el departamento era mio, asi que era mejor que no se resistiera a irse, ya que solo haría que yo llamara a la policía.
—Amigo, de verdad yo lo siento, no sabía que tú y Stacy estaban juntos, pensaba que este departamento era de sus padres —el de trenzas rompió el silencio luego de que Stacy se hubiera ido, detrás de mí cuando caminaba hasta la cocina.
A decir verdad quería echarlos a ambos, tanto a Stacy como a este chico pero parecía aún más nervioso que yo. —Está bien, calmate, calmate —me di vuelta para verlo, con el rostro amargado pero con la voz más calmada.
—Lo siento, de verdad lo siento, amigo —se disculpó una vez más, y rodé los ojos cruzándome de brazos.
—Soy Bill, como ya habrás escuchado —me presente, aclarando mi voz. —¿Quieres un trago? —ofrecí, y él me observó con incredulidad unos segundos y luego asintió. —Bien —di la vuelta hacia la encimera de la cocina y busqué algo que podría servirnos, sin tanto buscar encontré un srida de uva sin alcohol, lo serví en dos vasos y le di el suyo.
Estuvimos en silencio unos momentos, éramos desconocidos y conocernos de esta manera no era la mejor forma, sin embargo, él se encargó de romper el hielo entre los dos.
—Yo soy Tom —tenía su mirada baja mirando su vaso que todavía tenía sidra. Como un niño recién regañado por su madre.
—Bien, Tom, yo soy Bill, el novio, o bueno, ex novio ahora, de la chica con la que te acostaste —dije un tanto despectivo, por más que quisiera ser amable con él todavía me encontraba molesto, pero sabía que él no era el culpable.
Levantó su mirada para verme antes de que pudiera decir algo lo detuve.
—No te disculpes de nuevo, no es tu culpa —termine mi sidra y deje el vaso en la encimera, mientras me volvía a cruzar de brazos y me apoyaba de la misma encimera.
—Ella me dijo que estaba soltera —comenzó explicando Tom, tome aire, asintiendo para que continuara. —Me dijo que no tenía intenciones de comprometerse —hablaba apenado, no podía evitar sentir un poco de pena por él, realmente se miraba arrepentido, estaba molesto, furioso, pero ¿qué podía hacer? él parecía más preocupado que yo mismo, quizás porque pensaba que en cualquier momento dejaría de ser amable y le clavaría un cuchillo por meterse con mi chica. —Ya sabes, es una chica linda, así que pensé ¿por qué no? sin saber que era tu novia.
Si, Stacy lo era, una rubia con grandes tetas, y en general, linda a la vista de cualquiera, exactamente eso mismo era lo que me había cautivado cuando la conocí, además de otras cosas pero eso ya no importaba en este momento.
Luego de un rato que había pasado el momento incómodo y embarazoso para Tom, lo deje irse. Quedando ahora con un sabor amargo de boca y odiando a Stacy con todo mi ser.

 

Esa misma semana luego de haberme deshecho de las cosas de mi ex en mi departamento, quitando cualquier rastro de ella y bloqueandola de todos lados ya que después de haberla encontrado con Tom… Ella insistía en qué habláramos, ¿debía haberle dejado explicarme las cosas? probablemente, pero de todos modos, ¿qué podría explicarme luego de haberse follado a un tipo en mi propia cama?.
Escuché que alguien tocaba mi puerta, pensaba que era Stacy, así que ya estaba listo para volverla a mandar a la mierda, sin embargo, en cuanto abrí la puerta, y baje mi mirada me encontré al mismo trenzudo con una caja entre sus manos.
—Oh, eres tú, ¿qué haces aquí? —alce una ceja mirando la caja entre sus manos.
—Recibí un par de regalos de Stacy, algunos muy caros y la verdad desconfio de ella lo suficiente como para no pensar que alguno de estos podría ser tuyo —iba a extenderme la caja para dármela, pero yo solo me aparté dejando espacio para que entrara.
—Entra, será mejor hablar de esto dentro —hice un movimiento con mi cabeza indicando lo dicho, él sin decir más, obedeció entrando. Era muy obediente, como un perro, pensé, cerrando la puerta detrás de nosotros.
—¿Así que Stacy te dio regalos? —pregunté, él asintió. —Ok, vamos a la sala.
En cuanto llegamos a la sala, nos sentamos en el sofá grande, él de un extremo y yo del otro, en seguida él abrió la caja y comenzó a sacar muchas cosas, unas no las reconocí, por lo que no eran mías, sin embargo, había un par de anillos y collares si lo eran.
—Mierda, pensé que los había perdido —exclame, tomando mis joyas y mirándolas sorprendido, nunca pensé que ella podría llegar al punto de regalar mis cosas. —Pensé que las había perdido, gracias...Tom —aún era raro para mí llamarlo por su nombre como si fuéramos amigos.
—Si, solo eran estas cosas. Me había dicho que las había comprado pensando en mí —explicó Tom con voz tímida, mientras sonreía un poco decepcionado, ya que Stacy ni siquiera se había molestado en comprar genuinamente regalos pensando en él, entendía su decepción, todavía se notaba inseguro a mi alrededor, me daba cuenta de eso, ya que se mantenía encorvado con sus manos sobre sus rodillas, sin embargo, lo que dijo después me dejó atónito. —¿Te gustaría que nos conociéramos mejor? —soltó sin mirarme. —Si no quieres lo entiendo, sé que es una idea tonta viniendo de mí, lo s…—lo interrumpí.
—Acepto —le di una mirada de aprobación y sus ojos brillaron con eso.
—Te has mostrado muy amable conmigo, siento que te lo debo, cualquiera en tu lugar me hubiera enviado al hospital —expresó un poco más tranquilo.
—Probablemente lo hubiera hecho —respondí con franqueza, levantando mis hombros. —Pero te mirabas muy asustado, asi que entendi de que no sabías nada, hubiera sido injusto hacerlo, al menos yo soy un tipo más tranquilo cauteloso con sus acciones, pero si, tuviste suerte, porque otro…
Sonrió de forma leve, parecía que lo que le había dicho lo había tranquilizado un poco ahora. Me dio su contacto por cualquier cosa y luego se fue dejándome mis pertenencias.
Pasaron unos días, sinceramente, no me atrevía a hablarle, pero luego de pensarlo con detenimiento, lo hice, invite a Tom a almorzar a un restaurante cercano al edificio donde vivo, él aceptó de inmediato y quedamos ahí para verlos.

Cuando llego el dia, me presente en el restaurante y por alguna razón, esperaba que Tom no llegará, que me enviara un mensaje diciendo que no vendría, dandome alguna excusa sobre algún contratiempo inesperado, sin embargo, me vi muy sorprendido cuando se apareció minutos después de que yo llegara, regalándome una sonrisa amena.

No pude evitar fijarme en cómo estaba esa vez, pues, soy una persona muy observadora, y se notaba que se había esmerado en verse bien, por más que la primera vez que nos vimos lo conocí chulón. Estaba bien perfumado, su ropa muy limpia y ordenada, sus trenzas bien hechas, y si no me equivocaba tenía hasta un ligero brillo en sus labios, probablemente se puso algún bálsamo. Viéndolo detenidamente, podía entender un poco a Stacy, Tom era muy atractivo, tenía unos labios carnosos, unas pestañas largas y ojos grandes…. Me estaba fijando demasiado en un chico, así que ladeé mi cabeza, concentrándome en el momento.
—Hola —lo saludé.
Tom se sentó enfrente mío, y me devolvió el saludo.

—Lo siento, ¿llegué muy tarde? —respondió apenado, manteniendo su sonrisa.

Observé la hora en mi reloj y negué.
—De hecho, no, has llegado justo a tiempo.

Él soltó un suspiro, y asintió. Pude conocerlo mejor en el almuerzo, como suponía, Tom no era muy mal chico, me contó cómo fue que conoció a Stacy y cómo terminaron de esa manera, al parecer Stacy había ido por unas prácticas a la universidad donde él estudia, y fue ahí donde se conocieron, debo admitir que me hirió un poco el ego saber que Tom era cuatro años menor que yo, es decir, no estoy tan viejo, tengo veinticuatro al igual que Stacy.
Lo que me sorprendió de toda la conversación que mantuve con él, fue darme cuenta que Tom estaba ilusionado con Stacy, que en algún momento ella lo iba a tomar en serio, más allá de los acostones que se daban, sentí pena por él, pero también quise reírme, por lo irónico, el amante estaba más dolido que el novio engañado, qué vueltas.
Pasó el tiempo luego de esa pequeña salida a almorzar, y conforme pasaba el tiempo, sentía más curiosidad por Tom, sobre todo porque él me trataba con mucha confianza. Un dia, hablando sobre esto con Georg uno de mis mejores amigos, luego de llamarme tonto por juntarme con el chico con el que me pusieron el cuerno, bromeo con algo que me quedo grabado…

Algo que fue una broma por parte de mi amigo, se convirtió en algo que no pude sacarme de la cabeza por muchos días, me sentía conflictuado por pensar tanto en ello, sin embargo, no me desagrada del todo.

Un día, llamé a Tom, le dije que quería invitarlo a mi departamento, no le dije una razón realmente buena, simplemente quería verlo, para nada sorprendente a ese punto, él aceptó de inmediato.

Cuando el dia llego, yo realmente no tenía nada claro en la mente, incluso estaba un poco nervioso, pero cuando escuche la puerta ser tocada, me levanté como un rayo a abrir, y ahí estaba, con esa sonrisa a la que me había acostumbrado, lo deje pasar, y mis ojos rápidamente se posaron en su cuerpo, esta vez iba vestido con unos jeans negros ajustados, junto con una camisa y chamarra del mismo color.

Lo lleve a la cocina, y saque un sidra de cereza con alcohol, y estábamos de la misma manera en la que estuvimos la primera vez que nos vimos, solo que esta vez sin un ambiente tenso entre los dos. Hablamos un poco sobre lo que habíamos hecho ese último tiempo, me senté a su lado, viéndolo fijamente y me percate del movimiento que hacía con su piercing cuando me miraba. Trate de mantenerme sereno, hasta que en un momento él terminó por acercarse a mi, los vinos a los ojos directamente, y como si se tratara de una conexión, y con esa tensión que se venía arrastrando desde hace mucho, ambos decidimos romper la distancia entre los dos.

Nunca considere que pudiera gustarme un chico, lo confieso, pero joder, los labios de Tom era los labios más deliciosos que alguna vez hubiera probado, con ese primer beso casi nos caíamos de las sillas de la encimera, por lo que tuvimos que separarnos.

Después de ese primer beso vinieron más, mis manos rápidamente buscaron su cintura y las suyas mi cuello, así fue como una cosa llevó a la otra, y de los besos apasionados en la cocina, nos pasamos a los besos exasperados y húmedos en mi habitación.

Con pasos torpes caminamos hasta llegar a la cama, y antes de dejarnos caer sobre esta, me separe del beso, aprecie sus labios rojizos y hinchados antes de despojarlo de su chamarra y camisa, y luego baje mis labios hasta tomarlo de los muslos y cargarlo, haciendo que pusiera sus piernas alrededor de mi cintura. Cuando lo cargue Tom volvió a atacar mis labios, respondí mientras los dejaba caer sobre la cama, con él debajo de mi.

Como pude quite su pantalón y ropa interior, estaba totalmente hambriento por él, con su cuerpo desnudo, apreté sus carnosos muslos con ambas manos, algo que desde hacía mucho tiempo quería hacer, me separe de sus labios brevemente para acercarse a su oreja.

—¿Sabes, Tom? Yo nunca te prometí que no iba a intentar desquitarme por acostarte con mi novia —susurré, y luego pase mi lengua por su lóbulo.

Él jadeó debajo de mí, intento decir algo pero no lo deje, no quería hablar, así que simplemente volví a besarlo con intensidad.

Al cabo de unos minutos, ya me encontraba en su interior, con él gimiendo y apretando mi cuerpo con sus piernas y con su…. Tom era una joyita, y aunque si, esto era un poco de mi venganza hacia él, la verdad era que no quería volver a soltarlo.

Tom se aferraba a mi cabello corto y lo jalaba, cada vez que yo me empujaba dentro suyo, golpeándolo en su punto dulce. Seguimos de esa manera hasta que ambos llegamos a nuestro orgasmo y repetimos hasta el hartazgo, y él terminó totalmente agotado y dormido sobre mi pecho, con su interior totalmente lleno de mi esencia.

Sonreí al verlo de esa manera, y quería reír de la satisfacción. Busqué mi celular en la mesita de noche sin moverme mucho, para no despertarlo, cuando lo encontré, tomé una foto de mi con Tom en mi pecho, teníamos una sábana cubriéndonos, pero era muy visible que estábamos desnudos, busque el contacto de Stacy y la desbloquee.

“Hola, solo quería agradecerte por hacer que nos conocieramos. Por la mañana luego de hacerle el amor otra vez, lo llevaré a desayunar y le pediré que sea mi novio”.

Envíe ese mensaje, acompañado de la foto donde salgo con esa sonrisa cínica, acariciando a Tom, quien dormía en mi pecho plenamente. Hablaba muy en serio, haría que Tom fuera mi novio luego de llevarlo a desayunar.

En cuanto el mensaje fue enviado, fue visto por Stacy, vi como estaba por escribir y antes de que pudiera llamar, la bloqueé de nuevo, y apague el celular, dejándolo sobre la mesita de noche, para después simplemente abrazar a Tom por su cintura, dispuesto a dormir para tener fuerzas por la mañana y hacerle el amor dejando claro que ya no había más Stacy.