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Enredos amorosos ¿triángulos? ¡Octágonos!

Summary:

comedia romántica universitaria llena de enredos sentimentales.

A jack, Andrea y jack le gusta lena
A lena le gusta Kara
Alex le gusta Maggie
Maggie le gusta kate
Kate le gusta Andrea
Sam le gusta Alex
Lucy le gusta James
Y Kara está harta, ella solo quiere que su grupo de amigos sean como antes si estas complicaciones del amor.

Chapter 1: Capítulo 1: No hay espacio para tanto drama (¿o sí?)

Chapter Text

National City University tenía muchas cosas que ofrecer: carreras de prestigio, un campus inmenso, buena comida… y el mayor concentrado de drama romántico por metro cuadrado. O al menos eso pensaba Kara Danvers mientras masticaba distraídamente la galleta de avena que Lena le había traído esa mañana.

—¿Te gustó? —preguntó Lena, sentándose a su lado en el pasto. Su tono era casual, pero sus ojos brillaban de esperanza.

Kara asintió mientras aún masticaba.
—Está deliciosa, gracias, Lena. Eres la mejor.

Lena suspiró. “La mejor”, pero solo como repostera ocasional y amiga de confianza. Qué cruel era la vida universitaria.

A unos metros, Alex Danvers miraba de reojo cómo Maggie Sawyer reía con Kate Kane en la mesa de la cafetería al aire libre. Sam Arias, sentada junto a Alex, también miraba a Maggie, pero no de la misma manera. Ella solo quería que Alex la viera como algo más que la chica con quien comparte clase de bioética.

—¿Todo bien? —preguntó Sam.

Alex apenas desvió la mirada.
—Sí. Solo… ¿crees que Maggie y Kate son algo?

—Espero que no —respondió Sam, antes de darse cuenta de lo evidente que sonó.

Mientras tanto, en otro rincón del campus, Andrea Rojas estaba sentada en el césped con Jack Spheer, discutiendo algo que ambos sabían perfectamente pero que nadie se atrevía a decir en voz alta.

—Tú también estás colgado por Lena, ¿verdad? —Andrea dijo, cruzando los brazos.

Jack suspiró.
—¿Es tan obvio?

—No tanto como James —Andrea bufó.
—Ese pobre iluso piensa que tiene oportunidad porque ayudó a Lena con su ensayo de filosofía política.

—No sabía que competiríamos por una chica que solo tiene ojos para Kara Danvers —Jack murmuró, derrotado.

—¿Y qué tiene Kara que no tengamos nosotros? —Andrea preguntó, sin esperar respuesta.

La lista era larga. Kara tenía esa dulzura distraída, ese encanto torpe, y sobre todo… tenía el corazón de Lena sin siquiera saberlo.

James Olsen se acercó a Lucy Lane, que estaba encorvada sobre un libro de derecho penal.

—¿Vienes al picnic del grupo este sábado? Lena dijo que llevaría brownies.

Lucy levantó la vista.
—¿Va Lena? ¿Y Kara?

—Kara siempre va donde va Lena —respondió James, sin notar la leve caída de hombros de Lucy.

“Y tú siempre vas donde va Lena”, pensó Lucy. Pero ella solo asintió y dijo:
—Entonces iré.

Y mientras todos estos sentimientos se cruzaban, estallaban y chocaban como moléculas sin control, Kara Danvers solo tenía un pensamiento claro:

—¿Por qué no podemos volver a ser como antes? Solo un grupo de amigos, comiendo helado, sin tener que fingir que no noto cómo todos se miran con cara de telenovela de las ocho.

—¿Decías algo? —preguntó Lena, acercándole un termo con café.

Kara sonrió.
—No, solo pensaba en lo bueno que es tenerte cerca.

Lena se quedó inmóvil por un segundo… luego sonrió, sin darse cuenta de que, al otro lado del campus, tres personas la miraban con la misma mezcla de amor y resignación.

Y esto apenas empezaba.