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¡No puedes casarte con el idiota de mi mejor amigo!

Summary:

Kuina tenia claro una cosa, que jamás tendría una relación “normal” y que su mejor amigo Roronoa Zoro sería con quién terminaría en un futuro, después de tantos fracasos mutuos y con la necesidad de tener un felices para siempre.
Al menos eso era lo que creía, hasta que Zoro le informa que de hecho, se ha enamorado y en menos de 4 dias se casará.
Ahora le toca a Kuina impedir ese matrimonio a como de lugar, de eso dependía su final feliz.

 

Basado en la película: La boda de mi mejor amigo.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: UNO

Chapter Text

A menudo, cuando sabes que tu vida amorosa es nula por tus propias reglas te encuentras en una situación cómoda y conocida. Al menos así era para una campeona de Kendo como Kuina; ella sabía jugar con reglas que nadie era capaz de poner en duda y sus intereses románticos eran principalmente entrenar, dormir y beber. La naturaleza humana la había creado omega, la vida: una luchadora que no necesitaba nada que un hombre o Alpha pudiera darle.

Se esforzó mucho por escalar peldaños y demostrar con sangre, sudor y lagrimas que ella era mas que una cara bonita y una incubadora de bebés, era una mujer guerrera, inteligente y, sobre todo, una excelente deportista que había dejado huella desde muy joven.

Kuina, no tenía muchos amigos, era solitaria y reservada, su tiempo era valioso e invertirlo en cosas que realmente no le fueran de utilidad, no era algo que ella haría. Sin embargo, ese domingo en particular aceptó la salida de Perona, una Alpha, su amiga de la infancia y hermana del que consideraba el amor de su vida (aunque este jamás lo supiera).

Que la vida amorosa de Perona fuera un desastre no quería decir que nunca se hubiera enamorado. Había un hombre que rompió todos sus muros, conoció cada uno de sus defectos y le demostró amor de una manera apasionada y sublime. Roronoa Zoro fue lo suficientemente valiente y aguerrido para esquivar cada una de las negativas que ella lanzaba y ganarse un lugar en su corazón.

Zoro y ella se conocían hace mas de veinte años, cuando en una pelea bastante tonta terminaron llenos de lodo, heridas y haciendo una promesa de que serian amigos hasta el final de los tiempos.

Luego vino la pubertad y las hormonas. Zoro se definió como Alpha (aunque nadie negara que esto era posible) y Kuina a pesar de todas las negativas lleno su expediente de vida con la marca de una Omega.

Todos creyeron que eran una pareja caída del cielo; hasta Zoro, que dedico parte de sus años universitarios y de trabajo en cortejarla, hasta que un día, inevitablemente Kuina tuvo que hacer trizas su corazón. Hubo tantas lagrimas y dolor, aun asi prometieron que por el amor tan grande que se tenían que cumplirían su promesa y serian amigos para siempre.

Aun asi Kuina sabía que en algún momento de su vida tenia que sucumbir ante la presión de la sociedad, que se casaría y tendría hijos, aunque no quisiera. En una borrachera le había expresado sus miedos a Zoro, quién también le hizo prometer, que, si a los treinta años ninguno de los dos estaba saliendo con nadie, se casarían y vivirían felices para siempre. Kuina estaba horrorizada y encantada por la idea.

Regresando al presente, llego temprano a la cena. La siempre excéntrica, pero puntual Perona la esperaba en una mesa VIP, porque era claro que ser hija de un millonario con miles de hectáreas de viñedos, te permitía comprar y pagar lo que quisieras.

─Llegas tarde.

Comento Perona, mientras observaba como servían vino en su copa de cristal. Lo analizaba fijamente como experta que era en el tema.

─Una disculpa, tardé mas de lo debido. Pero ¿a qué debo el honor?

Kuina tomo asiento frente a ella y se coloco una servilleta sobre las piernas. No había mucha gente en el restaurante, la música del piano daba una atmosfera de opulencia y las luces bajas eran perfectas si querías mantener un perfil de privacidad.

─Honestamente estaba preocupada ─respondió la chica del cabello rosado mientras la miraba fijamente ─con tal noticia, crei que te ibas a suicidar, aunque no demuestres tus emociones abiertamente, se que algo así, te destrozó.

─Espera ─Kuina la miró extrañada ─no entiendo de que estas hablando.

─ ¿Entonces no sabes? ─la Alpha parecía confundida.

─ ¿Saber qué?

─¿Has visto tus mensajes?

Eso era una suposición acertada, con los entrenamientos en el dojo y la vida tan ocupada que llevaba, apenas y había tenido tiempo para tomar su celular y revisar que acontecía en su vida social. Y por el rostro de Perona, era obvio que su hermano estaba detrás de todo eso. Zoro había estado intentando comunicarse desde hace un tiempo, pero se le había hecho casi imposible devolverle la llamada. Perona frente a ella no le daría la respuesta por lo que no dudo ni un segundo en llamar a Zoro, debía ser algo de vital importancia.

─ ¿Zoro? Lamento mucho no haber respondido antes, estuve muy ocupada en el dojo y con unos asuntos personales ¿Qué pasa? ¿estas bien?

El silencio en la línea la hizo retirar el celular de su oído y mirarlo, la llamada había entrado, pero no había respuesta.

─ ¿esta todo bien? ─preguntó Perona viéndola con curiosidad.

Kuina ¿Kuina?

Zoro había respondido y ella inmediatamente se levantó para tomar la llamada con más privacidad.

─ ¿Qué pasa? Dios, desde cuando eres tan silencioso ¿Qué era lo que deseabas hablar conmigo con tanta urgencia?

Kuina, me voy a casar. Solo que… no sabía cómo decírtelo. Sabes que no soy muy sentimental ni eso, pero enserio quería que lo supieras, yo he encontrado al amor de mi vida.

La tierra pareció abrirse bajo los pies de Kuina, no pudo más que balbucear algunas palabras que no se entendían ─Lo siento, tengo que colgar, yo, yo… estoy ocupada, te devolveré la llamada después. ─ No espero a escuchar la respuesta de Zoro y apagó el teléfono con rapidez, dejándolo sobre la mesa boca abajo. Su boca formó una línea plana, no había manera de procesar lo que había escuchado.

─Kuina…

─ ¿Desde cuando lo sabias? ─la mirada de traición que le dedico a Perona fue suficiente para que la mujer frente a ella soltara un suspiro y la mirara con culpa.

─Si te sirve de consuelo, no fue él quien me lo dijo. Mihawk tuvo la decencia de informarme los planes de mi propio hermano.

─ ¡No lo entiendo! ¿Cómo es posible? Hace seis meses estábamos disfrutando de nuestra soltería y burlándonos de nuestros conocidos casados, hace dos meses todavía nos vimos para celebrar su cumpleaños y ahora me dice que… ¡Que se va a casar! ─las personas que se encontraban en las mesas aledañas solo miraban con desaprobación la charla tan ruidosa que se daba en esa mesa, porque Kuina había empezado alzar la voz ─¡Necesito un trago!

La cena quedo interrumpida, Perona se disculpó con el mesero y salió tras Kuina quién había dejado en restaurante con presura. Una noticia así era muy difícil de entender. La siguió hasta un bar y se quedó con ella cuando copa tras copa se embriagó como si fuera el fin del mundo.

─ ¿La conoces? ¿sabes quien es ella? Maldita sea ¡Zoro es mío! Siempre lo fue ¿Qué demonios pasó? ─Kuina azoto el vaso de cerveza sobre la barra y se llevó las manos en el cabello.

─No es una ella ─susurró Perona mientras jugaba con la aceituna dentro de su Martini.

─ ¿Qué?

─Dijiste ella, no es una ella, es un… es un omega varón.

─ ¿Qué? ¿Qué demonios le está sucediendo a Zoro? A él… él jamás mostró esa clase de gustos. ─Kuina estaba horrorizada, en todos los años que llevaba conociendo al Alpha, nunca había estado en alguna relación con un omega hombre, siempre fueron mujeres y jamás se entendió con ellas. Es por eso por lo que estaba segura que ninguna mujer llenaría sus expectativas. Pero esto… un hombre, un chico ¿Cómo podía competir con eso?

─No sé mucho al respecto, sabes que Zoro no es precisamente el hombre mas informativo del mundo. Y repito, no he hablado con él, todo esto lo sé por Mihawk. Es un chef que conoció en algún evento de su trabajo, es un omega y bastante millonario. Su padre es dueño de una cadena muy exitosa de restaurantes y su madre es dueña de una cadena de hoteles.

─ ¡Demonios!

Mordiéndose las uñas Kuina sintió que todavía el suelo se la tragaba más. El maldito omega tenía que ser millonario ¿Qué mas hacia? ¿Volar? Entre mas lo pensaba, maldecía la hora en que Zoro decidió irse a trabajar lejos.

─ ¿Qué hay de su rostro? ¿es guapo?

─No lo sé Kuina, no lo conozco y solo es lo único que sé. Supongo que lo veremos el día de la cena de ensayo. De hecho, tenía la sensación de que Zoro te llamaría para eso, para decirte que lo acompañaras.

Kuina miró su teléfono y con pesar marcó el numero de Zoro. La música del bar no la dejaban concentrarse ni los litros de alcohol que había tomado, pero necesitaba saber que estaba pasando en la mente de Zoro y cómo hacerlo reaccionar. Dejando a Perona sola por un momento salió del bar, cuatro timbres bastaron para que la línea fuera respondida y la voz adormilada de Zoro respondiera.

─Lo siento Zoro yo, no esperaba tal noticia. Me tomo un poco por sorpresa ─Kuina trató de que su voz no se quebrara y de manera histérica se echara a pedirle a Zoro que pensara bien las cosas y no cometiera una estupidez.

Lo se preciosa, solo que… esta vez quiero hacer las cosas bien. Él es perfecto, dulce, amoroso y siento que puedo ser yo mismo cuando estoy a su lado. Sabes bien que esto de los sentimientos no se me da, pero el de alguna manera me ayuda a ser mejor… ─” porque somos tal para cual” pensó Kuina con amargura “lo nuestro no es el amor, ni los sentimientos, ni nada de esto que te fuerzas a sentir” ─quiero que me acompañes, si no estas tú, siento que no podré tomar este paso. Por favor Kuina. Te necesito.

─Ahí estaré entonces. Descansa.

Gracias Kuina eres la mejor.

Cuando por fin Zoro colgó, Kuina regresó al bar encontrando a Perona platicando con el bartender, un omega que realmente estaba haciendo esfuerzo para llamar la atención de la Alpha. Toda atención que se esfumó cuando ella regresó a su lado y Perona le prestó toda la atención.

─ ¿Y bien?

─Tu hermano no se va a casar. créeme, de eso me voy a encargar yo. ─Kuina bebió de su cerveza, sintiendo el trago mas amargo que de costumbre. Zoro era suyo y nadie se lo iba a quitar.

Chapter 2: DOS

Summary:

Kuina por fin conoce a Sanji. Zoro expresa sus sentimientos por él.

Notes:

¡Agradezco mucho sus comentarios! Y kudos. Gracias por recibir esta historia con tanto amor. <3

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Unas horas en la autopista y ya se encontraba fuera del restaurante donde Zoro la había citado. Kuina se limpió las pelusas invisibles del bonito vestido floreado que había elegido usar, el gloss en los labios le generaba incomodidad ya que no era algo que usaba a menudo y las correas de los tacones eran molestas. No es que nunca usará ropa femenina, pero la mayoría de su outift constaba del Kendo-gi y hamaka, por lo cual no era a menudo que los vestidos y faldas estuvieran en sus opciones de ropa cotidiana.

Escucho la puerta del lugar abrirse y juró que el cielo ilumino a la persona que salía apresurada. Zoro era increíblemente guapo, pero ese día parecía que había hecho lo imposible para verse perfecto. De pantalones de mezclilla, playera blanca que se ceñía maravillosamente a su piel y una chaqueta de cuero. Era un placer visual y Kuina no pudo evitar ampliar una sonrisa y sentir que su corazón latía con más fuerza.

Se vio envuelta en un varonil aroma a eucalipto con toques terrosos de café. Kuina no pudo evitar abrazarlo con todas sus fuerzas, ahora mas que nada se negaba a perder a este hombre por quien quiera que se había atrevido a cruzar por su camino.

─Gracias por venir, te lo agradezco infinitamente.

Con pesar, Kuina se soltó lentamente. El Alpha besó su mejilla con dulzura y la miró como si ella fuera la responsable de que el sol saliera en las mañanas. Las feromonas de Kuina la traicionaron, filtrándose suavemente provocando una sonrisa mas amplia en Zoro.

─Te ves hermosa.

Era el momento perfecto. Podía decirle a Zoro la verdad, que lo amaba, que no quería que se casara y que ellos dos eran la pareja ideal.

─Quiero que conozcas a alguien.

Y como si el infierno en persona se volviera a tragar a Kuina, el sonido de la puerta del restaurante se abrió para dejar pasar a una alta y delgada figura.

La descripción de un omega siempre era un patrón continuo de estereotipos, en el caso de los hombres, no variaba mas que en el sexo. Pero siempre fueron delicados, pequeños, tiernos, de ojos grandes, labios sonrosados, y olor a cualquier fruta existente. Sin embargo, Kuina tuvo que mirar atentamente al hombre que se colocaba junto a Zoro y le sonreía.

Alto, demasiado para el promedio de un omega macho, delgado, pero atlético: de hombros anchos, brazos tonificados y un par de largas piernas que se veía entrenaba con regularidad. Un físico igualitario a un Alpha, pero el rostro gritaba OMEGA en todo el sentido de la expresión.

Sus cabellos rubios que brillaban con los rayos del sol, sus ojos azules como el mar en un día de calma, su piel tersa y blanquecina, y por si fuera poco los labios rojizos. Era guapísimo, y su aroma cítrico la sorprendió ya que era bastante agradable.

Esta era su competencia por el corazón de Zoro y no es que no confiara en sus habilidades, una parte de ella se negaba a dar por perdida la batalla, sin embargo, la otra estaba considerablemente preocupada.

─Mucho gusto, Sanji Black. ─Kuina tomo la mano de Sanji, forzando una sonrisa incomoda, Zoro miraba al rubio a su lado de una manera que jamás lo había hecho con ella ─Mossy me hablo maravillas de ti, es un honor que estes hoy con nosotros, eres realmente hermosa. ─Kuina saltó un poco cuando los labios de Sanji se depositaron en el dorso de su mano en un saludo un poco más íntimo.

─Si empiezas a coquetear con ella tendremos problemas.

Sanji solo soltó una risita encantada y se acercó a Zoro para plantar un dulce beso en la mejilla de su malhumorado prometido.

─No haré nada, lo prometo. Solo tengo ojos para ti cariño.

De repente la incomodidad Kuina se multiplico. Las pruebas de que ambos estuvieran saliendo de broma o que fuera una apuesta idiota quedaron completamente descartadas; esas miradas de cariño detrás de las muecas de molestia eran una prueba irrefutable.

─ ¿Zoro?

─Oh es verdad. ─Zoro se sonrojó al darse cuenta de que se había perdido un largo momento en los ojos azules de su prometido ─hablemos adentro, reservé una mesa y podremos ponernos al día.

El restaurante al que ingresaron era enorme, elegante y de buen gusto. Tenían una mesa reservada en una zona privada y Kuina miró con sorpresa el hermoso estanque koi que se encontraba ahí.

─Espero sea de tu agrado señorita Kuina. Ya que el día de hoy seré su chef, no podre acompañarlos, pero me encantaría escuchar tu opinión al final de la comida.

─Sanji.

Era la primera vez que Kuina miraba a Zoro hacer un puchero y verse totalmente decepcionado. Una punzada de celos golpeo su pecho de repente.

─Lo se querido Mossy ─el rubio omega acaricio la oreja de Zoro con dulzura ─pero ya habíamos hablado de esto. Quiero consentir a mi guapo prometido y a su mejor amiga con una comida espectacular, y nadie podría lograr tal hazaña mas que yo. Volveré en cuanto termine, se que tienen mucho que conversar.

Fue un breve lapso en el que Zoro miro con tristeza a Sanji retirarse hacia la parte trasera del restaurante.

─Y Kuina ¿Qué opinión tienes de todo esto? Es muy importante para mi saberlo.

Dejando el vaso de agua que estaba usando para disimular que los celos la estaban matando, Kuina suspiro. Había mucho que decir, pero estaba segura habría problemas si entablaba una conversación sincera entre ellos. No podía expresar que estaba descontenta ni irritada y que una parte de ella quería odiar a Sanji con todo su corazón, pero era algo imposible por lo encantador que parecía ser.

─Estoy sorprendida.

─Se que lo estas ─Zoro se rascó la frente ─y yo tambien estuve bastante contrariado por mi decisión, pero cada día que paso con él, se que fue lo correcto. Como te lo había dicho antes, siento que soy mucho mejor persona ahora que estoy con él y estoy genuinamente feliz.

─ ¿Y dónde se conocieron?

─Me imagino que hablaste con Perona. Conocí a Sanji en un evento de mi compañía, que se llevó a cabo en uno de los hoteles de la madre de Sanji, ahí el se encontraba y tuve la desagradable experiencia de ver que uno de mis propios compañeros lo acosaba ya que se interesó en él. Quizás fue más el desagrado que tengo sobre ese hombre que me llevó a involucrarme, pero Sanji le dio una paliza y digamos, que me flecho. ─Kuina disimulo el desagrado por la historia, recordando que efectivamente Sanji era un niño super millonario y aparentemente sabia pelear.

─Esa es una historia bastante interesante. Puedo entender tu gusto, pero ¿casarte? ¿no estábamos en contra de eso? ─busco aligerar el comentario con una sonrisa de broma, pero estaba diciendo todo esto muy en serio.

─Ciertamente no había encontrado a nadie con quien quisiera casarme ─los ojos de Zoro formaron medialunas por la sonrisa amplia que apareció en su rostro. ─pero entre más nos conocemos, interactuamos, y peleamos, tuve la sensación de que quería pasar el resto de mi vida con él. Despertar a su lado y que rostro fuera lo ultimo que mis ojos vieran al anochecer. Se que sueno imbécil ─Zoro comenzó a reír mientras se sonrojaba ─pero Kuina es lo que quiero.

Kuina quería golpearlo con fuerza.

─Hace tiempo pensé que lo haríamos. ─comentó Zoro mirando hacia la ventana a su lado.

─ ¿Hacer qué?

─Ya sabes, casarnos. ─Zoro se llevó la mano a la cabeza ─en serio, esa promesa que hicimos estaba en mi mente cada día. Pero, yo sabia que era algo que no querrías y realmente me di cuenta de que nuestra amistad es primero y no quería perderte.

─ ¿Por qué no quería? ─Kuina iba a comenzar a hiperventilar en ese momento. Tanto tiempo y un prometido, tuvieron que suceder para darse cuenta de que si Zoro se lo hubiese pedido en ese momento, habría dicho que sí. O quizás era la envida hablando y la respuesta hubiese sido diferente.

─Bueno, tu no eres muy expresiva ni cariñosa.

─Tu tampoco Zoro.

─Eso lo sé. Pero me di cuenta de que no era porque no lo quisiera, simplemente no sabia que era recibir amor ─Otro golpe al corazón de Kuina ─es decir, tu y yo lo hacíamos. Nuestra manera de relacionarnos es especial. Fría, sin involucrar emociones. Sin embargo, Sanji es todo lo contrario. Él es todo emociones, dulzura, sentimientos, amor entregado sin importar recibirlo a cambio. Sé que me ama porque le encanta que lo abrace y lo corresponde felizmente. Vamos Kuina, una vez lo intenté y te molestaste demasiado. ─y Kuina recordaba perfectamente ese día. Había empujado a Zoro cuando las cosas se pusieron demasiado intimas ─a él, puedo colmarlo de besos y abrazos sin que me mire extraño.

─P-pero ya cambié Zoro, yo ya soy diferente.

─Oh, me alegra mucho eso ¿estas saliendo con alguien en este momento? ─Zoro le preguntó amablemente. Ese tono no se lo había escuchado alguna vez en su vida.

─No, realmente no.

La respuesta que le pudo dar a Zoro fue cortada cuando tres meseros llegaron a dejar diferentes platos a la mesa.

─Nosotros no pedimos nada ─balbuceo Kuina mirando las diferentes presentaciones de comida que dejaban frente a ella.

─Sanji armó el menú según mis especificaciones. Somos mejores amigos, sé que te gusta y que no. Por eso estaba tan entusiasmado por prepararlo todo él mismo. Fue muy tierno verlo histérico sobre todo esto. Quería demostrarte que era muy bueno en su trabajo.

Kuina no iba a negar que toda la comida olía deliciosa y un hambre que no había sentido se presentó. Comenzó con el plato de carne que la llamaba desde que llegó. Y al dar el primer bocado supo que al menos en cuestión de cocina, el primer asalto lo había ganado indiscutiblemente Sanji Black.

Aunque quería que la comida le supiera amarga, como el sentimiento en general que la aquejaba era imposible ignorar el hecho de que todo estaba tan deliciosamente elaborado, que comenzó a ignorar la creación de su archienemigo y comenzó a disfrutarlo.

Al terminar todo, uno de los meseros se acercó con una amable sonrisa.

─El señor Black pregunta si fue de su agrado la comida. Y si requieren algo más con gusto se encargará.

─Mis felicitaciones al chef. ─Respondió Zoro sonriendo ampliamente. ─Kuina ¿Qué te pareció?

─Todo estuvo delicioso ─la oración salio forzada de los labios de Kuina, por lo que tuvo que fingir una sonrisa ─muchas gracias.

─Excelente ─respondió el joven haciendo una pequeña reverencia ─en este momento le serviremos el postre y un vino especialmente recomendado por nuestro chef.

─ ¿Sanji trabaja en este restaurante? ─preguntó Kuina mientras le daba un trago a la copa de vino que estuvo degustando durante la comida.

─En realidad es el dueño. Aunque su padre es dueño de una cadena de restaurantes de la cual tambien se encarga de vez en cuando. All blue es suyo.

Aún más perfecto se volvía Sanji a los ojos de Kuina, niño rico con posibilidad de tener un restaurante y heredero de algunos más, junto con la cadena hotelera de su madre. Era hijo único y estaba destinado a la grandeza. ¿Cómo pudo fijarse en Zoro? Un chico con pasado humilde que trabajaba en una empresa de renombre en el área de contaduría. Él debía a estar con los de su nivel y dejar a los omegas con vidas normales ser felices con alphas de su propio estatus social.

Los postres, aunque dulces y deliciosos le supieron a un puñado de tierra.

Sanji debía tener una fisura en su perfecta vida y ella lo descubriría.

─Mañana Sanji tendrá una exhibición de esgrima después de la cena de ensayo. Gusta que nos acompañes. Puedes darle una sincera evaluación, se que es bueno, pero me gustaría que tú seas mas sincera con tu opinión.

Era la oportunidad perfecta para que Kuina ganara el siguiente asalto.

─Por supuesto que los acompañaré.

Notes:

Bueno, aparentemente Kuina no se va a rendir con evitar la boda de Zoro. Veremos que sucede en el próximo capitulo. No quise hacer muy dramático este asunto, por lo que los hermanos de Sanji no van aparecer. Él es felizmente hijo único de Zeff y Sora. Los Mugiwara apareceran en el próximo capitulo, asi que esperenlos con amor. Muchas gracias por leer.

No olvides dejarme un kudo y un comentario bonito que los aprecio tanto <3

Notes:

Tengo fanfics pendientes, pero vi esta película y necesitaba sacarlo de mi sistema.

Kudos = Amor