Work Text:
Harry estaba sentado en la Torre de Astronomía mirando fijamente al album de fotos que le regaló Hagrid en su primer año. El album estaba abierto, a la izquierda la foto de sus padres con Remus, Sirius y otros miembros de la orden y a la derecha sus padres abrazando a un bebé Harry.
No sabía cuánto tiempo había pasado... "Tú eres el débil, no conocerás el amor o la amistad, y siento pena por ti". Eso le había dicho Harry a Voldemort.
Hace no menos de un par de horas habían salido de el Departamento de Misterios. Ron, Hermione, Neville, Luna y Ginny le habían acompañado, le habían protegido solo para que él no estuviese a la altura. Sirius había caído tras el velo, el nombre de James Potter saliendo de su boca y confirmando lo que Molly había dicho mil y una veces. Sirius no le veía, veía a su padre en él.
Cuándo les llevaron con Madame Pomfrey, todos tenían miles de heridas, casi habían muerto en varias ocasiones. Todos los Weasley estaban amontonados en una esquina, sentados en camas y sillas, Ron el peor de todos y Hermione a su lado, como siempre. Las miradas de decepción de los miembros de la Orden del Fénix atravesaban su pecho y le llenaban de vergüenza. Los susurros de los Weasley, por primera vez, le ponían nervioso. Estaba levantándose para hablar con ellos cuando lo escuchó.
"Ron, tenéis que alejaros, desde que le conocéis no ha hecho más que poneros en peligro". Dijo la voz del señor Weasley.
"Ha puesto a toda la familia en peligro. No podemos seguir así Ron, nos va a acabar matando a todos". Molly no se quedó ahí. "¿Qué pensarían tus padres Hermione? ¿Qué dirían si supiesen que te pones en peligro todos los años por un chico?"
"Me sacarían de Hogwarts"
Nadie añadió nada, Ron, Fred, George... incluso Neville y Luna tenían la cabeza agachada y asentían en silencio.
Solo Ginny intentó defenderle con un débil "Pero, mamá..."
"No Ginny, no es el héroe de tus historias, es solo un niño jugando a ser un héroe" Auch. Eso dolía... principalmente porque la señora Weasley tenía razón. Estaban mejor sin él. Era un peligro.
En ese instante, Ron levantó la cabeza y le miró a los ojos. Era evidente que había escuchado todo. Hermione siguió la mirada de Ron y lo supo, se había acabado. Debía mantenerse alejado. Había tristeza en sus ojos, pero al final, la verdad era incuestionable, la familia iba primero y él no era familia.
Sin poder aguantar más la mirada, Harry se dio la vuelta y salió de la enfermería. Pronto se topó con Remus, quién iba a verle. Pero cuándo vio los ojos de Remus... estaba claro... Lunático tenía el control. Tragando saliva, se armó de valor. "Hola, Remus".
Un gruñido fue lo primero que escuchó. Los ojos se estrecharon y dio un paso, acorralando a Harry contra la pared. Harry intento apartar la cara de la suya, estaba muy cerca. "¿Remus? Por favor..." Al no obtener respuesta, siguió. "Soy yo, Harry. Por favor."
"Asesino". Salió en un tono grave y susurrado. "Has matado a todo mi paquete".
Harry, con los ojos abiertos miraba a Lunático. ¿Cuánto diferían los pensamientos del lobo y el hombre? ¿Remus también pensaba eso de él? Mil preguntas corrían en su mente pero no hubo tiempo a que formulara ninguna. "Jamás debieron haber aceptado tenerte. Podríamos haberle salvado sin ti. Solo le pones más en peligro..."
"¡Remus basta!" Dumbledore apareció y corto lo que Lunático estaba diciendo. Lunático se giró para gruñirle pero pronto, el director le había noqueado con un simple hechizo. Se giró a los cuadros del corredor y les pidió que trajeran a Snape para recoger a Remus y darle una poción calmante. Después de que Snape se lo llevase con una breve burla a Harry, el director le pidió hablar en privado en su despacho.
Juntos subieron al despacho y Dumbledore le ofreció un caramelo de limón que Harry rechazó cortésmente. En el despacho, Dumbledore le contó sobre la profecía. "¿Y por qué me tuvieron mis padres si sabían de la profecía? ¿¡Sabían que les pondría en peligro y aún así me querían!?" Una breve luz de esperanza despertó en Harry.
"Harry... tus padres eran amigos de los de Neville, cuándo se supo que iban a tener un bebé y había muchas posibilidades de que fuese él el de la profecía..." Dumbledore miró a Harry fijamente a los ojos con pena. "Hicimos un plan. Ellos no querían niños aún, pero tendrían uno. Para distraer a Voldemort de los Longbottom" Harry no sabía cómo reaccionar. Un cebo. Él nació para ser un cebo. No le querían. Ni sus padres, ni Remus, ni Sirius, ni los Weasley, ni los Dursley... en toda su vida solo le había querido una persona. Voldemort. Y era para matarle.
Harry sintió cómo se levantaba y empezaba a caminar, no escuchaba nada ni a nadie, no sabía a dónde le llevaba su cuerpo hasta que se vio en la Torre de Astronomía. Sentado en la ventana. Las piernas colgando hacia fuera. Mirando fijamente al album de fotos que le regaló Hagrid en su primer año. El album estaba abierto. A la izquierda la foto de sus padres con Remus, Sirius y otros miembros de la orden y a la derecha sus padres abrazando a un bebé Harry. Pero un Revelio susurrado con dolor y miedo mostró que la foto de sus padres con él, en realidad era solo de sus padres, él no estaba en la foto. Con lágrimas en los ojos, Harry repitió el proceso con todas las fotos en las que él aparecía y Revelio tras Revelio su presencia desaparecía de todas. Ni una sola foto con él.
Nadie.
Nunca.
Solo.
Mirando la caída de cientos de metros y recordando sus propias palabras. "Tú eres el débil, no conocerás el amor o la amistad, y siento pena por ti". Palabras dirigidas a Voldemort que ahora se decía Harry a si mismo. La mayor verdad que jamás se diría y lo único que le quedaba ahora, derrotase o no a Voldemort, era eso. La verdad. No ha conocido y jamás conocería el amor o la amistad.
