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When the beasts reveal themselves (i don't want to be here)

Summary:

La vida de un guardia en el BSHCI es relativamente normal (hasta que las bestias se revelan)

Notes:

*sin lector beta, se actualizará en un futuro próximo

Work Text:

Guardia

El trabajo de guardia en el BSHCI fue aburrido, seguro, pero aburrido. Estar en un lugar rodeado de criminales dementes encarcelados suena peligroso, lo es en realidad, pero eso mismo hace que la seguridad uusea tan alta que un escape es casi imposible, un motín aún menos.

Mi madre siempre me dice que renuncie y busque otro trabajo, dice que le preocupa todos los días que lo impensable ocurra, “Busca algo en una prisión normal, al menos con esos criminales puedes razonar… O mejor aún, sé un guardia de seguridad normal, algo menos peligroso” fue lo que siempre decía en las reuniones familiares.

“Es seguro mamá, hay muchos guardias y enfermeros capacitados” fue lo que le contestaba siempre, contrario a lo que ella creía yo me sentía muy seguro, los prisioneros me daban miedo al principio, claro, pero con el tiempo me di cuenta de que eran inofensivos mientras todo estuviera bajo control y se siguiera el protocolo.

La llegada de Will Graham cambió esa seguridad, nunca se lo dije a mi madre, pero algo sobre él me inquietaba, odiaba pasar frente a su celda en mis rondas. Se veía tranquilo, siempre perdido en algún lugar de su mente… al menos hasta que tenía que interactuar con alguien. Salía de su trance como si un interruptor se activara, a veces estaba tenso, como si fuera a estallar en cualquier momento, otras, las que más me incomodaban, se veía inocente, asustado, patético.

Cuando estaba así no me gustaba mirar en su dirección, una vez lo hice y lo vi, fue como si estuviera detrás suyo y dentro de él a la vez, como una imagen proyectándose fuera de su cuerpo, era como una bestia, algo peligroso e incontenible. Casi me caí cuando eso me miró a los ojos, Will Graham me miró, y entonces juré en silencio no volver a ver en sus ojos, esos ojos que parecían tan brillantes como vacíos, un espejo infinito que te mostraba tu propio miedo.

Entonces fue cuando lo noté, Hannibal Lecter, uno de sus usuales visitantes, el también lo veía. Ni la Doctora Bloom, ni la Doctora Du Murier, ni nadie más lo vio, excepto él, el Doctor Lecter, no solo veía a esa bestia, la observaba, tal vez me equivoque, pero puedo jurar que vi adoración cada vez que esa bestia le devolvía la mirada.

El alivio que sentí cuando lo liberaron fue infinito, el espacio de su celda donde antes siempre juraba escuchar un río ahora estaba en silencio, solo una celda más, normal, humano.

Entonces encarcelaron al Doctor Lecter, consideré renunciar ahí mismo.

Donde fuera que Hannibal Lecter se encontrara la luz era diferente, como si una oscuridad infinita lo rodeara, si mirabas lo suficiente podrías ver los ojos ocultos en la oscuridad, brillantes y hambrientos, una bestia insaciable.

Ese hombre, si le puedo llamar así, no actuaba como un reo, ni como un demente, era como si estuviera simplemente observando, como si nada de lo que ocurriera tuviera que ver con él, como si en cualquier momento pudiera salir si quisiera y eso me asustó.

Comencé a tomar los menos turnos posibles, cambié mis rutas con mis compañeros y caminaba rápido frente a la celda de Lecter, casi corriendo por el miedo a que esa cosa me viera. Estaba asustado e incómodo en mi trabajo, pero aún era manejable.

Ahora me encuentro viendo a Lecter y Graham hablar, me pregunto a quien le pareció buena idea. Después de tres años sin señales suyas Graham apareció aquí, visitando a Lecter.

Desvío la mirada antes de que volteen, no ellos, no los hombres, si no las bestias, una incontrolable y una insaciable, se miran entre si con intensidad, como si compartieran una conversación en un lenguaje que solo ellos entienden mientras doblan la luz y las sombras a su alrededor.

Reprimo un escalofrío, hoy es mi último día aquí, tomaré el consejo de mi madre antes de que lo inevitable ocurra, porque lo hará, y no pienso estar aquí en ese momento.