Chapter 1: Prólogo
Chapter Text
"La oscuridad es una constante aquí,
No hay nada o nadie, ya ha casi olvidado todo.
Solo queda su dolor, su corazón destrozado y su música, las notas que todavía
quedan en su cabeza revoloteando.
Pero hay algo más, una voz, amable,
no la distingue del todo,
aun así la entiende.
Me gustaría estar contigo
le oye decir, desear,
y él lo cumplirá..."
Chapter Text
En un bonito pueblo de los 90's, en una bonita casa. Había un adolescente, pálido cual mármol recién pulido, con cabello rubio desordenado, algo maltratado. Se preparaba en el baño, usando peines y planchas trataba de mejorar la apariencia de muerto que tenía, aunque nada parecía funcionar. Mientras ponía brillo de labios, entró alguien al baño.
—Hola... —le dijo el chico mientras se acercaba al tocador.
—Hola, Lukas... —respondió con voz mustia, apagada y monótona.
—Creo que ese rubor no te queda, Scorpius... —dijo mientras se arreglaba el cabello, a lo que el chico rubio le lanzó una mirada mortal, para luego mirar al espejo algo avergonzado, ya que tenía razón: ese no era su color.
—Tal vez no vaya...
—¡No! Es la primera fiesta que cuenta del año, es obligatoria —le respondió mirándolo con compasión—. Recuerda lo que dijo tu doctor, necesitas socializar...
Scorpius soltó un suspiro cansado, realmente no quería ir. Sabía que esto iba a salir estúpidamente mal.
Lukas, de repente, tuvo una idea, virándose al rubio.
—¡Usa mi cama de bronceado! —le habló emocionado.
—Oh... ah... yo no creo...
—Cuando gané señorito Hawaiian Tropic prometí usar mi título para ayudar a otras personas. Eso incluye compartir el premio con los necesitados —mirando con cariño al más bajo y tomándolo por su delgada cara, mirándose en el espejo—. Además, lo necesitas, bebé...
Y se fue dejando a Scorpius solo en el baño.
Al final el rubio decidió hacerle caso, dirigiéndose al cobertizo que estaba detrás de la casa, con luces y brillos de colores. Un altar a los trofeos y logros de Lukas, un altar muy rosa.
Scorpius entró algo cohibido, quitándose la bata y acostándose en ese ataúd de rayos ultravioleta. Acostado en esta y prendiendo la máquina...
Lo cual no funcionó porque algo falló y solo se vieron las luces titilar y un grito de nuestro angustiado adolescente.
~-~
—Siento que te hayas electrocutado, Scorpius... —se disculpó el moreno, ya en el auto de camino a la fiesta.
Este no era el día de Scorpius.
—Estoy bien... —le respondió con desgano, con la mirada baja, perdida en la nada o tal vez en algún lado que pocos entenderán.
—Hablemos, ¿te está gustando Hogwarts? —trató de hacer más ameno el viaje e ignorar el incómodo silencio que siempre rodeaba al rubio.
—Es igual a mi antigua escuela... —“Solitaria y agobiante”, se terminó respondiendo a sí mismo en su cabeza.
—¿Hay alguien que te guste? —hablando con una sonrisa pícara. Scorpius hizo una mueca que más bien era una sonrisa, mirando al otro en silencio—. Vamos, Scorpius, Scorpius, ¡Scorpiiius! —siguió insistiendo juguetón. El ojiplata se acercó a su oído para susurrar algo.
—Ronie Mcboonk...
Hubo un segundo de silencio.
—Ah, no sé quién es...
Lo miró algo indignado, respondiendo a Lukas.
—Es el editor en jefe de The Roker... —sí, Lukas seguía sin cacharlo—. ¿La revista? ¡La revista literaria, por Dios!
—¿Como dentro o fuera de campus? —preguntó para así tener algo más de contexto del crush del pequeño rubio.
—Fuera...
—¿Tiene cuerpo de basquetbolista o de futbolista?
—Ninguno, no hace deporte, es cerebral...
—Ash, ¿usa silla de ruedas? —le preguntó sinceramente preocupado por el chico.
Se hizo un silencio, donde Scorpius no lo diría, pero dudó de la capacidad cerebral del chico sentado a su lado.
—No...
Otro silencio se formó. Ahora Lukas jugaba un poco con los gustos del rubio, pero habló rápidamente para cambiar de tema.
—Esta fiesta va a ser grandiosa, habrá cerveza, ponche y Eric Chan robó óxido nitroso del consultorio dental de su padre —relató emocionado.
—¿La fiesta es en Blooddust? —a lo que Lukas asintió—. Vamos caminando.
—Está lejos y traigo gomas, esas cosas te hacen los pies papilla...
—Pero hay un atajo por el bosque, por Bachelors Grove...
Lukas lo miró como si le hubiera salido otra cabeza.
—¿El cementerio embrujado?
—No está embrujado... solo abandonado y profanado —dijo con una simpleza aterradora que no tranquilizó a Lukas.
—Oí que los metaleros hacen brujería ahí —le respondió muy seguro—. Y oí que Gina Marzack ofreció a su hijo no nato a Satán... y por eso el bebé tiene que usar casco.
—Nunca he visto a nadie ahí, creo que es tranquilo y callado —le respondió, recordando las horas que pasó en ese lugar solo leyendo y sintiendose libre—. Hago calcos con ceras de las tumbas, tengo una favorita...
—¿Tienes una favorita? —le preguntó algo nervioso el moreno.
—Sí... es de un joven. Limpio su lápida, llevo flores y a veces hablo con él... —su voz tenía un tono suave, casi ensoñador.
“—Te traje algo —habló a la tumba, donde el busto de un joven descansaba, ya siendo cubierto por el moho y los años, sin nombre o algo que lo identificara más allá que el ‘soltero’ de su inscripción—. Era de mis padres —dejó un rosario de cuentas verdes y plateadas en el libro y mano del busto—. Es morboso cuando yo lo uso, te lo regalo... —miró la estatua con una mirada bañada en miel—. Cuídalo, ¿está bien?...”
—Eso es muy raro, Scorpius... —le respondió el contrario, sinceramente algo asustado de los “pasatiempos” que parecía tener el rubio.
—Nadie debería ser olvidado...
Fue lo último que dijo para seguir su camino por la carretera...
Notes:
Holi, que tal?
Espero que les guste, ame está película y que mejor que combinarla con uno de mis ships favoritos de todos los tiempos. No es necesario que la vean para entender pero ayuda mucho. Sin más que decir, déjeme sus kudos y comentarios, los aprecio mucho ( ꈍᴗꈍ)
Chapter Text
Estacionaron el auto frente a la fiesta, bajando juntos. Lukas, emocionado, bajó junto a sus amigos que lo esperaban ahí. Mientras tanto, Scorpius, recargado al auto, lo veía hablar con sus populares amigos.
Él decidió adentrarse más en la fiesta, esquivando deportistas y parejas adolescentes. Caminaba como fantasma tratando de no ser visto, realmente no quería estar ahí. Se inclinó frente a una hielera para buscar alguna bebida y distraerse un poco. Estaba tan centrado en eso que no oyó cuando alguien se le acercó por detrás.
—Si buscas viajar, el etanol está adentro... —le habló una voz masculina a sus espaldas.
—¿Qué...?
—Las bebidas, están en la casa —y cuando el rubio se viró, abrió un refresco.
—Sí, creo que mi hermano adoptivo trajo la mayoría —quedó de frente al chico, tragando en seco de los nervios.
—Scorpius Malfoy, Rornic Mcboonk —le estrechó la mano con una sonrisa galante. El pequeño escorpión estaba realmente nervioso. Tenía cara de ciervo frente a los faros mientras respiraba algo agitado.
—¿Qué...? —dijo en un susurro—. ¿Cómo sabes mi nombre?
—Estamos siendo educados en las mismas cuatro paredes —y Scorpius rodó los ojos, era algo obvio—. Además, entregaste unos poemas fuertes a The Roker, soy el editor.
—Ah, oh, en serio, claro... —y se dio un trago para intentar calmarse un poco.
—Lo que escribes es muy bueno, oscuro pero grandioso... me recuerda a Sylvia Plath o Anne Sexton —le dijo mientras se acomodaba su negro cabello.
—¿Te gustan mis poemas? —habló endulzado, mirando a los ojos escondidos detrás del cristal de las gafas azules que llevaba Ronie, manteniendo contacto visual en todo momento.
—No los habría publicado si no...
Y Scorpius rió, se le salió una risa nasal que disimuló rápidamente acomodando su cabello, apartando sus ojos del contrario.
-+-
—¿Entonces qué le pasó? —preguntó uno de los amigos de Lukas, el cual estaba mirando a Scorpius y Rornic hablar a unos metros, para luego bajar la mirada hacia sus amigos—. He oído cosas...
—No puedo hablar de eso, Eddie, por razones personales y legales, y lo juré con el meñique —explicó a sus amigos para unos segundos después continuar—. Pero puedo decirte a ti, confío en ti, hermano de copas.
Su amigo asintió para oír lo que sea que fuera a decir el moreno.
“—Hace dos años, Scorpius se encontraba en casa con sus padres—
Scorpius jugaba un juego de mesa con su madre mientras su padre lo veía desde el sofá, pasando un hermoso rato familiar, cálido y feliz. Solo estaba siendo él, sentía calma y todavía había gomitas por la mesa.
—Y un psicópata entró... Con un hacha...
Un hombre rompe la puerta y entra en la casa, se escuchan gritos. Su padre trata de protegerlos, su madre dice que corra. Y un joven escorpio huye a algún lugar, al clóset. Puede sentir los gritos, las voces de sus padres se mezclan. Siente gritos y un golpe seco... después otro... y otro...
—Sus padres le gritaron que corriera y eso hizo, para que después los mataran a ambos con el hacha... y Scorpius oyó todo...”
—Oh, por Dios... —dijo uno de los amigos de Lukas.
—Llamó a emergencias pero el tipo había huido, nunca lo atraparon...
“La puerta del clóset donde estaba se abre, camina con cuidado, como si el piso fuera vidrio. Mira a los lados y las sirenas son pocos pitidos que le nublan la vista. Al mirar a la sala lo único que logra ver es el camino rojo hacia los dos cuerpos tirados ahí...”
—Dios, también estaría traumado si fuera él...
—Sí, no habló durante meses luego de eso, solo iba por ahí como zombi...
—¿Y cómo llegó a tu casa?
—Oh, sus abuelos no podían quedarse con él, pero como mi papá era su padrino se ofreció a cuidarlo, así que lo adoptaron —contó Lukas a sus amigos—. Lo cual estuvo genial, ya que conseguí un hermano y Scorpius consiguió una nueva familia de inmediato...
-+-
Scorpius y Ronie estaban hablando cuando una pelirroja llegó interrumpiéndolos.
—Hey, traje cerveza —dijo para entregarle un vaso al chico—. Es horrible pero...
—Hola, Rose —dijo el rubio mirándola con algo de molestia.
—¿Te conozco?
—De algunas clases... —dijo mientras sorbía su refresco.
—Vaya, en fin, ¿quieres tomar? —y le ofreció un vaso al rubio. Este estaba indeciso; la pelirroja notó esto y movió el vaso—. Oh, lo siento, no debí asumir que te diviertes.
—Está bien, lo quiero —se lo entregaron y tomó hasta el fondo, sintiendo el amargo y horrible sabor bajando por su garganta. Se sentía raro, todo empezó a dar vueltas.
Se sentía mareado y con la garganta seca.
—¿Qué es eso? —se preguntó el chico dando un trago y escupiéndolo—. Qué asco, ¿dónde lo sacaste?
—No sé, me lo dieron por ahí...
—No seas tan mala, el pobre le va a dar un mal viaje...
—Ay, no seas dramático, por favor...
Scorpius no se sentía bien, se doblaron sus rodillas y estaba inclinado tratando de no perder el equilibrio. Sintió cómo Lukas venía y lo sujetaba por los hombros.
—¿Estás bien, Scorpius? —hablaba pero se oía distorsionado, apenas si entendía lo que decían—. ¿Te dieron algo? Dime. —Solo pudo asentir, para que Lukas dijera algo más y lo dejara de nuevo. Al parecer le estaba gritando a Rornic y Rose, ya no importaba por qué, no se sentía nada bien.
Se tambaleaba por toda la fiesta, sentía las miradas, las voces, todas las sensaciones agobiantes se habían intensificado mucho más. Entró a la casa, terminando recostado en un sofá, tratando de que las paredes dejaran de girar a su alrededor.
—Scorpius, ¿estás bien? —volteó y vio a un chico bajito acercándose a él e inclinándose.
Se sentía confuso, asustado y se veía como animal acorralado. Tocó la cara del chico para ver si era real y no una estúpida alucinación.
—¿Quién eres tú...?
—Soy Dov, tu compañero de laboratorio —habló sonriéndole. Scorpius, quien realmente se estaba dando un mal viaje—. Vamos a buscar un lugar para que te sientes, ¿sí?
Lo ayudó a pararse y lo sostuvo por los hombros, llevándolo a alguna habitación.
—Odio estas fiestas, ni sé por qué vine. Prefiero una película a ver a las porristas emborracharse —habló mientras lo llevaba por el pasillo. El rubio no contribuía mucho pero estaba escuchando—. ¿Quién es tu director favorito de todos los tiempos?
—Bazt...
—Solo leíste mi lata —dijo riéndose, acercándose más al cuarto.
—No, era un director real...
—Ah, ¿qué cine dirigía?
—Mudo... —habló recostado a la pared, mirando un cuadro que ahora parecía tener vida, mientras lo llevó a la habitación, terminando por vomitar todo en un cesto de ahí—. Huele a hierba aquí...
Se sentó en la cama, mareado y cansado. Se quería ir a casa. Dov le ofreció una servilleta para limpiarse. Se oyeron truenos allá afuera.
—Parece que los ángeles lloran.
—Mamá solía decir eso... —Se sentía un poco más tranquilo, la lluvia era bastante relajante, le gustaba ese olor mojado que tenía. Además, se encontró con alguien amable, eso es algo que no se ve todos los días.
—¿Te gusta esto? —entonces lo sintió: tenía una de sus manos en su entrepierna. Toda la calma se fue y solo le quedó un revoltijo en el estómago. Tomó la mano de Scorpius y la puso en su entrepierna—. No puedes parar ya que empezaste, es la regla.
Se sentía tan mal, ¿por qué lo decía tan calmado, tan feliz? Hablaba como si fuera un estúpido jueguito de niños pero no lo era.
—No... —murmuró, soltándose y saliendo a tropezones de esa horrible habitación maloliente. El mundo seguía de cabeza pero no iba a quedarse ahí con ese tipo.
—Oh, vamos, Scorpius... —lo oía hablar pero ya daba igual, caminaba en ese pasillo claustrofóbico, dando tumbos, buscando—. No es amable engañar a las personas, Scorpius...
Chocó con una pared, mareado y desconectado. La voz ya no se oía, en realidad ya no oía nada. Solo caminaba y trataba de escapar; las habitaciones cada vez se volvían más surrealistas, el miedo lo movía más y más. No sabe cuánto caminó pero acabó en la misma entrada del cementerio, caminando en este como muchas veces había hecho antes.
—Eres tú... —su tumba favorita, ahí con rosario y todo. Caminaba casi por instinto a esta, tocando suavemente la cara de fría piedra de la estatua—. Cielos, me gustaría estar contigo...
-~-
Entrando a su casa, bueno, la casa donde vivía, porque esa no era suya, la suya fue destruida ya hace tiempo.
Subió las escaleras cansado, sin ánimo. Arrastraba sus pies como muerto pero sin el descanso de estos.
“La tormenta seguía, los truenos y relámpagos alumbraban el cielo con un color verde no natural.”
Se sentía tan cansado, sin ánimos de nada. Toda su cabeza zumbaba, dolía y su aliento solo apestaba a ese estúpido narcótico que le dieron.
“El busto de la tumba sigue tan tranquilo como siempre, ignorando lo que se forma sobre él... o tal vez no, tal vez él mismo lo está llamando, porque hay algo, algo que debe buscar.”
Llegó al baño, se miró al espejo. Se veía peor de lo que recordaba, lo odiaba. Recordaba haber sido feliz, lo que era no tener tanta mierda en su cabeza, recordaba lo que era tener amigos y un hogar. Y odiaba esto, odiaba estar solo, desprotegido, sin nada ni nadie que pueda ayudarlo, entenderlo.
No sabe por qué pero su reflejo le pareció repulsivo, la furia fue fuego y tomó algo del mueble, atacando esa imagen tan horrible de él.
“El cielo se abrió, molesto tal vez. Lanzando todo su poder en forma de rayo a esa solitaria tumba, impactando en la fría piedra, haciéndola añicos.”
Scorpius vio el espejo destrozado. Pero solo se podía ver a él, roto tal y como él. Una lágrima corrió por su pálida mejilla. Caminó con paso lento a su habitación.
“Y de la piedra destruida, se podían oír gruñidos fantasmales, grotescos, algo que no se supone que siga aquí. Un monstruo acaba de despertar...”
Notes:
Les gustó?, espero que si. Me siento algo mal de matar a Draco y Astoria, en la peli solo matan a la madre, pero el padre están inútil y me cae tan mal que me niego a convertir a Draco en eso, así que sorry Blaise te toca a ti cargar con eso....
Déje kudos, cometarios y amor....
Chapter 4: Capitulo 3
Summary:
Un encuentro inesperado...
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
"Scorpius abrió los ojos de golpe, en una cama que no era la suya. Todo era gris, tal y como en sus películas. Candelabros de murciélagos colgaban en el techo. Era todo tan estúpidamente subreal y onírico...
Se levantó lentamente como muñeca reanimada; miró la tétrica habitación.
Los tocadiscos seguían sonando en la cómoda y, al acomodarse, estaba ahí, junto a él: el joven de la tumba, o al menos su busto de piedra. Este lo miró por segundos y le ofreció su mano con goma de máscara El rubio la tomó tímidamente, sintiendo cómo el caramelo se derretía en sus manos, en una sensación pegajosa
Y se quedaron los dos así, juntos viendo la luna muda, juntando lentamente sus cabezas...”
(Por favor ver el Video para entender mejor la escena)
—¡Escorpio, Scor! —le oyó llamar a Lukas mientras se movía el hombro para hacerlo despertar—. Mamá está furiosa por lo del baño; deberías levantarte...
Le quitó las sábanas para despertarlo. El rubio se frotó los ojos tratando de acostumbrarse a la luz, estirándose sin siquiera levantarse de la cama.
—¿Y qué pasó anoche? —picaramente interpretó con las tiras de su bata; fijó la vista en las rodillas de su hermano, que estaban algo sucias y lastimadas—. Tus rodillas...
—Me caí... —se incorporó lentamente en la cama, tratando de no volver a caer ahí mismo.
—Ay, bebé, yo también —guiñó el ojo cómplice y juguetón; se oyeron los gritos de la mamá de Lukas—. Deberías ir ahora...
Y salió de la habitación dejando solo al rubio; Este volvió a tirarse en la cama.
Al final sí tuvo que bajar, con una bata sobre su pijama y totalmente desarreglado; bajó esas escaleras para llegar a la sala, donde la familia Zabini estaba, con padre e hijo en el sofá mientras la madre rociaba aromatizante por toda la estancia.
—Oh... Scorpius —le dio una mirada de reojo, probablemente juzgando las fachas del chico—. ¿Rompiste el espejo del baño?
—Anoche yo...
—Te lo dije —habló sin tan siquiera quererlo escuchar—. Blaise te quería dar el beneficio de la duda, pero lo sé, siempre lo sé... soy una PI, persona intuitiva... tomé un seminario sobre eso...
—Miriam... —su esposo intentó calmarla.
—Hubo un maldito tornado anoche, el granizo dañó el sedán, el jardín está hecho un asco y ahora tengo que limpiar el baño también... —se quejó, mirando al adolescente que todavía permanecía parado ahí con la mirada en el suelo.
—Fue alerta de tornado, no uno real —le aclaró el moreno menor, con cereal en la mano.
—Bueno, fue una gran tormenta, Lu, una gran bola verde en el cielo, nunca nada igual —comentó mientras se comía su cereal el padre de esta familia.
La mujer de cabellos castaños lo miró con desaprobación y enfado.
—Blaise, deja de comer cereal y actúa como adulto —le regañó su esposa—. Tu ahijado tiene afán por el vandalismo; ha estado destrozando propiedad privada deliberadamente, primero fue mi base de pasteles...
—Eso fue un accidente —replicó el joven.
—Sé linda, ma —le recordó su hijo con una sonrisa.
—Estoy siendo linda, pero no voy a mirarlo —Scorpius rodó los ojos—. Nadie me mimó cuando mi padre explotó en Tanank y por eso soy como soy ahora.
“Desagradable”, pensó Scorpius.
—Ese es un buen punto... —habló el otro adulto, tal vez para contestar a su esposa o tal vez porque, si lo ve así, Scorpius no quiere saber.
Ella estuvo satisfecha y se sentó en el sillón junto a los otros dos; ahora venía la charla del manicomio.
—Scorpius, ¿sabes lo que pasa con los mal portados? Terminan en el manicomio... —sí, esto nunca falla; se lo podría tatuar de tanto que se lo ha repetido.
—Eres enfermera; no deberías llamarlo “manicomio” —replicó Lukas.
—Bien, Scorpius, vas a ir arriba y vas a limpiar el baño —por fin intervino de manera directa Blaise, siendo secundado por su esposa, que lo miró para hacerle saber que eso no era suficiente—. Y pagarás el espejo...
—Sí... tomaré un turno extra...
—¿Qué tal una disculpa? —siguió Miriam, buscando más sangre.
Hubo unos segundos de silencio para oír un “Lo siento, Miriam” de parte del rubio.
Y cuando el día no podía ser peor, vio en las noticias que un maldito rayo había destruido un monumento en el cementerio: su monumento. Su jodido santuario acababa de ser aplastado por una fuerza indetenible como lo es la naturaleza; esta no era la mañana de Scorpius... ahora que lo piensa, ninguna lo es.
~-~
Después del trabajo en sastrería/tintorería, llegó a la casa. Oía a los demás riendo de alguna historia tonta de Lukas; planeaba solo pasar en silencio a su cuarto, pero su hermano-no-hermano lo notó.
—Hola, Scor; iremos a la función de “Mira quién habla”, ¿quieres venir?
Los notó cenando pizza y realmente quería; se había saltado el almuerzo y moría de hambre.
—¿Queda un poco de pizza? —preguntó mientras caminaba a la mesa.
—Sí, creo que quedó una —habló Blaise, abriendo la caja—. Oh, tiene un poco de carne... —eso era más carne que pizza; ahí debe haber por lo menos dos vacas.
—Puede quitársela —Miriam solo le quitó importancia con una sonrisa cínica.
—Le dije que compraran vegetariana, pero mamá tenía un cupón...
—No, creo que no iré con ustedes... —y ya estaba saliendo del comedor, pero todos lo llamaron, algunos más enojados que otros.
—¡Scorp! Hay que pasar más tiempo juntos como familia —se levantó y evitó que el rubio se fuera—. No nos uniremos si no compartimos, ¿verdad, papá?
—Así es —le dio unos golpecitos joviales en el brazo, a lo que Scorpius se contrajo un poco, incómodo.
—Es cansancio por el trabajo... —trató de huir de la estancia, largarse a su cuarto y quizás así tener algo de paz.
—¿Qué tan cansado puede ser sentarse frente a una máquina de coser como una anciana? —burlonamente comentó—. Lukas entrenó tres horas con los atletas; le hicieron hacer splits hasta arriba de la jodida cuerda, ¿sabes lo duro que es para la ingle...? —Lukas trató de detenerla, pero, obvio, siguió hablando.
—Ya no siquiera me duele...
—Porque ya hiciste el esfuerzo...
—Bueno, seguro a Scorpius le duelen los dedos de tanto coser —defendió el moreno, virándose a ver a su hermano que frotaba sus dedos ansioso.
—Se te forman callos en las manos...
—Estoy seguro...
~-~
En una sala solitaria, en medio del sofá, había un pequeño escorpión comiendo palomitas en su suave pijama, mirando alguna película de terror. Absurdamente buena; al final sí pudo quedarse en casa en vez de torturarse en ese horrible show al que planeaban ir.
Estos eran los buenos momentos, donde no había mujeres desagradables, adultos tontos o hermanos perfectos: solo él. Ya no se sentía como caminar en cáscaras de huevo, donde no está Miriam queriendo mandarlo a algún loquero.
Oyó la puerta: dos golpes, cansados. Se levantó dejando de lado su tazón de palomitas.
Pero los golpes se hicieron más fuertes; eso no era normal. Los ruidos de la película le pusieron los pelos de punta. Caminó con cautela hasta el teléfono. Marcó el número de emergencia, rezando para que quien sea decidiera no entrar.
Ni siquiera pudo terminar porque algo rompió la jodida ventana entrando a la casa. Soltó el teléfono y, con los gritos de la estúpida película de fondo, gritó y corrió hacia el comedor huyendo del loco que lo seguía con paso de zombi.
Cubierto de tierra y acompañado por ruidos de ultratumba, seguía al joven por la estancia. Scorpius terminó lanzándole los adornos y literalmente todo lo que se pudo encontrar. Corriendo y gritando por la casa, subió las escaleras a tropezones, casi gateando, con la cosa detrás suyo.
Se refugió en su habitación, saliendo por la ventana.
—Ay, Dios... —murmuraba mientras se arrastraba y llegaba al borde, sosteniéndose de la canaleta, rezando por no caer y romperse un pie.
Mientras estaba colgado ahí, la cosa esa lo encontró. Cayó sobre él, cara a cara con el fango de ese monstruo, que terminó vomitándole un líquido viscoso y verde en toda la maldita cara.
El peor día de su vida.
Gritó del asco, corriendo por todo el jardín delantero, activando aspersores y haciendo el mayor escándalo posible. ¿Cómo no se enteraron los vecinos? Créeme, yo también quiero saber.
Ahora Scorpius volvió a la casa, después de correr como loco por el jardín. Cerró la puerta y volvió a respirar.
Tomó lo que pudo para defenderse y trató de volver a llamar a la policía, pero el teléfono no funcionaba; solo se oían los ruidos de zombi que emitía la criatura.
Caminó con cuidado hacia la sala, viendo a esta cosa tirada en el piso, casi jugando con el teléfono mientras sonaba la música. Ahora se veía su rostro más femenino, ya sin tanta tierra pero seguía siendo un desastre.
Cuando se dio cuenta de la presencia del adolescente, éste blandió la escoba que encontró para defenderse. Pero notó que esta cosa o criatura no parecía hostil; digo, si se lo hubiera querido comer hace rato lo habría hecho.
Se inclinó, guardando distancia.
—Eso es un teléfono; lo usas para hablar... —la criatura se vio satisfecha con la explicación, aunque probablemente no entendió nada; tomó la pantufla que había perdido el joven y se la entregó. Scorpius suspiró, soltando el aire que tenía contenido.
—¿Te gusta la canción? —le dio una mirada de reojo que no sabía cómo tomar—. ¿Te... gusta otra música? Tengo The Cure —dijo emocionado para que el zombi le mostrara la mano que le faltaba—. Oh, no es ese tipo de cura; son una banda, no pueden curarte (bueno, sí, pero emocionalmente) —el zombi estaba algo decepcionado de esto; quedaron juntos en silencio dejando que Strange llenará el cuarto
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—Hay que ocultarte —dijo mientras lo metía a su habitación—. Estamos mejor aquí; si alguien llega, nadie podrá verte. —La criatura caminó por el cuarto curiosa; el rubio la miraba sin entender muy bien por qué, pero se sentía fascinado por esta extraña cosa. La criatura caminó hacia una impresión que había en la pared, una tumba, la tumba—. «¿Qué?...» —la cosa se removió buscando algo; al final, en su única mano estaba un rosario, el rosario—. ¿El rosario de mis padres? ... ¡Por Dios... eres tú? —la criatura asintió—. ¿Qué haces aquí?... —con su mano, con temblor y sonidos de zombi, tomó la pálida y suave mano del rubio, llevándola a sus corroídos labios con la intención de besarlos; a lo que Scorpius la apartó rápidamente con una sonrisa incómoda—. Oh, oh, entiendo. Cuando dije que me gustaría estar contigo no me refería a eso; más bien quería estar en el suelo, muerto, porque mi vida apesta y la gente es idiota. No quería estar contigo-contigo, ¿entiendes?...
La criatura se alejó lentamente; con un rostro angustiado, empezó a llorar.
—Oh no, lo siento, no llores... —se tuvo que tapar la nariz por el olor hediondo que salía de sus lágrimas—. No llores; Dios, tus lágrimas huelen horrible...
Cojeando, la criatura se movió al baño por Scorpius, rociando aromatizante y dándole el jabón en sus manos.
—Toma, lo necesitas... —se quedó callado un segundo—. No sé por qué hablo tanto; no lo había hecho en buen tiempo. Cuando mis padres murieron me diagnosticaron mutismo post-trauma; ¿tú puedes hablar? —unos gruñidos fueron su respuesta—. ¿Quieres que ponga la radio de la ducha?
Caminó hacia ésta, corriendo la cortina y poniendo la radio.
—Esta es la estación de Lukas, para zorras locas fiesteras; pondré la estación universitaria para gente como nosotros, que siente... —explicó cómo funcionaba la ducha, dejándolo ahí. La tierra y la mugre, junto a los insectos de años, fueron corriendo lentamente por el desagüe, tiñendo el agua de negro.
Al salir, Scorpius lo llevó a su armario, buscando algo que ponerle, pasando por diferentes atuendos, con risas por parte del rubio y algunos tropezones.
Al ya estar vestido, lo peinó con cuidado y cariño. Mirando fijamente su cara huesuda, con su piel gruesa, con cortes y raspones del tiempo. Su peine rozó el lado frontal de su cabeza, viendo cómo le faltaba la oreja izquierda. La criatura hizo el además de señalarla.
—Lo siento... no puedo arreglarte, no soy doctor —vio cómo éste se decepcionó—. Pero eso está bien; Son cosas que te hacen especial. Ahí hay un chico lindo de Days of Our Lives que tiene un parche; es muy popular y el parche no lo define —dijo feliz mirándose los dos en el espejo—. ¿Cómo se llama? Parche...qué significa parche...
—¡¿QUÉ DIABLOS PASÓ AQUÍ?!
El día se pudo poner peor, mucho peor.
Notes:
Espero que les agrade, kudos, comentarios y amor ( ꈍᴗꈍ)
Chapter 5: Capitulo 4
Summary:
Scorpius y Miriam tienen diferentes opiniones...
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
El rubio cayó corriendo las escaleras después de esconder a esa criatura en su armario. Vio cómo toda su “familia” observaba el comedor destruido, con adornos hechos añicos, fango en las alfombras y la jodida ventana rota.
Miriam se arrodillaba recogiendo los destrozados adornitos, consternada y con su esposo calmándola.
—Hubo una invasión, un ladrón destruyó las figuras, pero yo… me defendí —mintió calmado, sintiendo cómo el corazón quería salírsele de los nervios.
—¿Un ladrón…?
—Blaise, ¿no ve lo que ocurre aquí? Scorpius tuvo demasiada atención después del trágico incidente y ahora está recreando la escena del crimen —acusó a la mujer. Scorpius la miró confusa; eso era una tontería—. Ha estado saqueando nuestro hogar poco a poco…
Su padrino lo miró serio, confundido; al parecer las palabras de su esposa le estaban calando, lo cual se entendía viendo cómo había quedado todo. Y aunque a Scorpius no le gustara admitirlo, era una respuesta lógica.
—Hay que ayudarle… —sus miradas se cruzaron; los ojos negros de la mujer le perforaron el alma—. Recibir tratamiento, debe irse a otro lado…
—No podemos mandar a Scorpius al loquero, mamá; no puedo ni con gimnasia…
—¡Les juro que no estoy loco…!
—Nadie dijo que estás loco —Blaise intentó controlar los daños.
—¡¡Mamá acaba de decirlo!!
—Ella nunca diría eso —puso su mano en la espalda de su esposa—. ¿Verdad?
—Pues lamento decir esto, pero Scorpius, estás loco… ¡o eres un maldito desconsiderado!
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Entrando de vuelta a su habitación, con las emociones en la garganta, el joven rubio se empujó en su cama. Vio cómo se abrió el armario, pero por ahora ignoró al monstruo que estaba ahí.
Se sentía angustiado; siempre supo que esta no era su casa, no era su hogar, que Miriam pensaba que estaba loco y eso… pero ahora se tendría que ir, a Jesús sabe dónde. Ya había oído cosas horribles de esos lugares donde te vuelven papilla el cerebro y nunca sales. De los rayos… y cómo iba a ser atado a una cama en algún cuarto asquerosamente blanco…
No le gustaba el blanco, era agobiante; Necesitaba otros colores porque, si no, mareaba su mente.
Con esos pensamientos durmió, en un sueño que no se podría considerar acogedor.
Sin percatarse de cómo una criatura lo miraba mientras dormía, pálida. Planeando cosas, pensando y volviendo a esos sentir sentimientos que no sentía desde antes de la tumba… la ira y el desprecio…
~-~
Sonó el despertador; el rubio lo apagó de un manotazo. Cansado y con el cabello hecho un desastre, caminó arrastrando los pies hasta el armario, abriéndolo y mostrando a su curioso compañero de cuarto.
—Necesito… ya sabes… vestirme —el monstruo le tendió algo de ropa—. Es de Lukas… me lo dio porque le daban demasiados cumplidos, no es mi estilo… —la criatura insistió—. ¡No soy una zorra…!
A esta ni le importó y se la tiró en la cara, cerrando el armario para dejarlo sin opción.
Al parecer, por hoy sí sería una zorra.
Caminaba por esos pasillos robando miradas, aunque no sabía si eran buenas o malas. Sentía cómo los porristas susurraban, pero, ¿ya qué importaba? Se arregló el cabello y caminó como si esa escuela fuera suya.
—Scorpius se ve bien… —comentó uno de los amigos de Lukas.
Este estaba feliz; ver a su hermanito tan seguro era algo genial.
—Si fuera un poco más simpático, ya estaría ganando concursos —comentó feliz.
Todos se quedaron viendo cómo el rubio se perdía en los pasillos.
~-~
Miriam terminaba de tomarse un trago para seguir con sus tareas diarias, con un audiolibro sobre las personas empáticas; irónico.
Seguía doblando la ropa, sin percatarse del ser que estaba justo detrás de ella, un monstruo que la acechaba en silencio.
Pero este ser terminó llegando a la sala, donde había un piano reluciente; Tomó asiento, con dificultad por su cojera, tocando teclas con su única mano.
Miriam no se percató de esto hasta que la puerta sonó. Se levantó con su sonrisa perfectamente arreglada de siempre, dejando ahí el recipiente que planeaba degustar… error.
Caminando, aprovechando que la mujer salió, nuestra criatura vio el plato en la mesa y, con arcadas como los gatos, escupió una pequeña sorpresita, saliendo de ahí antes de que la mujer volviera. Subió las escaleras con una sonrisa mientras oía el grito de la mujer de fondo.
~-~
Scorpius guardaba cosas en su casillero para la próxima clase; alguien se paró a su lado, más específicamente un chico de cabellos negros.
—Hola.
—Hola… —se levantó de golpe, viendo a Ronie parado frente a él.
— ¿Lograste tomar notas de la clase de Wilde? Es que fallé...
—Ah, sí. Yo igual iba a faltar porque odio esa clase, pero igual tomé algunas notas… —nervioso, le dio el cuaderno al pelinegro.
—¡Wow, diste la clase? —bromeó al ver todos los apuntes del rubio.
Este río por la broma.
—No, tienes que ser feo y tener cara de estúpido para enseñar aquí… —bromeó de vuelta, acercándose más al chico, a pocos centímetros de su cara.
Cuando este iba a responder, por detrás llegó un moreno, golpeando al casillero.
—Hola, disculpa —se interpuso entre ellos—. Quiero hablar con mi hermano, es nuevo y quiero que sea amigo de las personas correctas —con los brazos cruzados habló, mientras Scorpius, detrás de él, tenía una sonrisa de tonto embobado, arreglándose el cabello sin dejar de ver al pelinegro coquetamente—. O sea, nada de punks, raros y cínicos.
Scorpius le golpeó la pierna, molesto de que le hablara así a su enamorada.
—Oscar Wilde decía: “Definir es limitar”… —respondió sereno.
—Okey, y Óscar el Gruñón dijo: “¡Vete!” —fue lo último que dijo para que el otro se despidiera, dejando a Scorpius embobado, apoyado en los brazos de su hermano—. No entiendo tu interés por ese; hay muchos chicos lindos que saldrían contigo. No un deportista, pero el encargado del equipo o algún chico bonito con piel fea…
—Uhm, gracias… —respondió con sarcasmo.
—Hoy saldré tarde de una práctica, ¿me cubres?
—¿Que tu mamá estaba en una conferencia en otro pueblo?
—Sí, pero qué hay de papá… sabes que es muy sobreprotector: “Lukas, ¿a dónde vas?”, “¿A qué hora vuelves?”. Está obsesionado…
—Ah, sí… —preguntó sinceramente, porque desde que vivía con ellos ni se había dignado a preguntarle prácticamente nada. No lo culpaba; no era su hijo, pero igual era raro—. Creo que hoy trabaja hasta tarde, así que estás a salvo…
—Gracias, eres el mejor…
~-~
—Creo que sí le gustó… —habló mientras comía sus gomitas de limón, puestas en sus dedos como anillos; ahora charlaba con su roomie zombie, sentados en su cama—. ¿En serio algunos son tan simples que te vistes de zorra y ya te hacen caso? —la criatura solo gruñó algo, que de alguna manera sí entendió—. Pues gracias, creo… ¿cómo podrás pagártelo? —el zombie mostró las partes que le faltaban: su oreja y mano—. No puedo conseguir partes nuevas porque eres un cadáver… no un Krelles Levaro…
Vio cómo este bajó la mirada, triste; Realmente se sintió mal. De alguna manera sentí que debía ayudar, pero no había cómo.
—Pregunta, te ayudaría si pudiera, lo juro, pero no sé cómo… Además, Lukas dice que no sirve arreglar a un chico; es mejor aceptar sus defectos… —comió otra gomita, para que su compañero levantara la voz y los brazos en señal de frustración y enojo—. ¡Oye, no te enojes conmigo! —le respondió firme, pero oyó la voz de una mujer por el pasillo—. ¡Mierda, es Miriam, escóndete!
La criatura fue a su escondite habitual antes de que la mujer de la casa entrara al cuarto, todavía usando su traje de enfermera.
—Hola, Miriam… creí que debías estar en una conferencia.
—No me digas dónde debía ir; falté porque me enfermé, ¿y sabes por qué me enfermé? —el chico negoció lentamente—. Porque un mocoso desquiciado puso gusanos en mi plato dietético —se veía su molestia contenida en las palabras, mirando al rubio confundido.
—No sé de qué está hablando…
— Debería haber ido al doctor, pero me quedé cuidando a otros, como he hecho por veinte años de ser enfermera y un ángel. Incluso abrí las puertas de mi hermosa casa a un niño ingrato engreído…
—Yo no quería mudarme aquí…
—¿Querías quedarte en la casa donde tus padres fueron mutilados como cerdos? Eso es preocupante...
—No quería cambiar de escuela en el último año, no quería dejar el lugar donde viví toda mi vida… —su voz se quebraba un poco y sus ojos estaban cristalizados.
—Qué malagradecido eres; tuviste suerte de salir de ahí. Seguro todos hablaban, o tal vez te gustaba que todos hablaran… —siguió, cada vez más hiriente—. Fue la primera vez en la que alguien volteó a verte…
—¡Cállate! —dijo frustrado, para que una cachetada lo callara, volteando su pálido rostro, que ahora estaba rojo, hacia esa mujer.
—¡No me levante la voz! Y, por cierto, ya hablé con el jefe de un programa juvenil y ya te han aceptado…
—No… eso no… —fue casi un susurro lastimero.
—Sí, por tu propio bien y mi seguridad —siguió hablando, señalando al joven con su dedo, sin percatarse del armario que se abría lentamente—. Internado, encerrado y amarrado. Donde pertenecen las personas perturbadas como…
No pudo terminar ya que algo la golpeó por detrás; cayó en seco frente a Scorpius, con sus ojos abiertos… muerta.
La criatura estaba detrás de ella, con la máquina de coser que usó para golpearla.
Casi como si estuviera orgulloso, tomó unas tijeras, inclinándose y empezando a cortar.
Scorpius estaba estupefacto, sin palabras, viendo cómo este ya tenía la oreja de Miriam en su mano.
—¿¡Por qué!? ¿Por qué…? —este ser lo abrazó, dándole palmaditas, mientras el rubio sollozaba levemente viendo el cadáver de Miriam. La criatura le tendió la oreja cercenada y Scorpius supo lo que quería—. Oh, no… no puedo hacerlo, no puedo… no hasta que enterremos el cuerpo…
Se dijo mientras se aferraba al pecho del zombie castaño, viendo el cadáver que ahora era un incordio (siempre lo fue).
La arrastraron hasta sacarla de la casa, envolviéndola en una manta; la sacaron con un carrito hasta el cementerio abandonado, donde un hoyo en la tierra la esperaba.
—¿Es tranquilo allí abajo? —el castaño se viró y movió la cabeza en señal de “No”.
El rubio sonrió satisfecho y se viró para irse a vigilar que nadie viniera, dejando el trabajo sucio al no-muerto.
En su habitación, el zombie tenía su cabeza en el regazo de Scorpius, donde el rubio, con cuidado y cariño, cosía con hilo verde la oreja.
En el proceso no solo notó el cabello castaño revoltoso que tenía, sino también unos ojos verdes, tan verdes como un bosque y tan profundos como lagos.
Cuando ya estuvo listo, se levantó de su regazo, mirando al contrario.
—¿Escuchas algo? —preguntó con una sonrisa que se borró cuando este dijo que no—. No hay recepción… claro, muerta… Bueno, puede ser por estética, como mi prima; se puso bubbies, no siente nada pero consiguió esposo —espetó, pensando en algo, mirando la oreja que resaltaba del resto del rostro al no estar tan azuladamente pálida—. El resto de ti estaba muerto, pero funciona… ¿cómo?
Con temblor en sus manos, tomó un marcador y en la pálida mano del rubio dibujó un rayo.
Esto hizo que al rubio se le prendiera el foco: tenía la solución a unos metros.
-+-
La cámara de bronceado chisporroteaba, con luces aquí y allá. Scorpius estaba a su lado arreglándose el cabello y portando una de las muchas coronas de Lukas, mirándose en ese espejo.
Cuando todo paró, la cámara se abrió lentamente, con humo y esas cosas, donde el zombie se levantó con ayuda de Scorpius, sentado en el borde.
—Hola, ¿me oyes? —preguntó y, al no recibir respuesta, gritó—. ¡¿QUE SI ME OYES?!
Este reaccionó molesto por el ruido, lo que solo hizo más feliz a Scorpius, donde ambos terminaron gritando de emoción de que esto hubiera terminado.
Ese día algo había despertado; Había nacido alguien con ideas peligrosas, alguien que solo iba a por su beneficio, sus deseos.
Lo cual ponía en peligro a varios en este pueblo.
Y una pista: no era el zombie…
Notes:
Les gusta el cap?, espero que si. Recuerden dejar kudos, comentarios y amor ( ꈍᴗꈍ)
Chapter 6: Capitulo 5
Summary:
Scorpius y la Criatura hacen cosas de chicos normales....casi....
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
En la mañana, Blaise y Lukas desayunaban con toda la tranquilidad del mundo. El rubio bajó las escaleras tomando un refresco; se veía espectacular, con un maquillaje negro en sus ojos que los hacía más intensos.
—Buenos días —le habló Lukas animado, viendo a su hermano.
—Acaso es Cherry? —bromeó el padre.
—Nop, es Scorpius… —se recostó al respaldo de la silla que estaba al frente, cerrando la botella.
—Eso fue chiste? —señaló feliz el moreno menor.
—No uno muy bueno…
—Esa es mi nueva camiseta?
—Dijiste que compartamos… —recordó con una cara seria pero relajada, de un niño altanero que sabe que se comió el último dulce y está mal, pero no le importa; solo que “el último dulce” en este caso es un cuerpo tirado en un hueco por ahí.
—Sí, así es, te ves genial —elogió al rubio; a Lukas le gustaba que este se viera más confiado, tal vez ahora sí serían más unidos—. Media escuela se retirará por ti y todavía no lo saben, ¿verdad, papá?
—No tienen idea… —habló mirando el periódico sin prestarles mucha atención.
—No le digas a mamá, pero creo que es divertido que no esté en casa…
—De hecho, la… extraña —mintió descaradamente. Quién diría que sería tan buen actor—. Es una preciosidad que ha nutrido mi vida, me encanta que hayan decidido cuidarme; fue lo mejor, para todos… —nadie ahí podía ver el cinismo y sarcasmo de sus palabras, tan falsas y llenas de burla. Tal vez debería sentirse mal: vio cómo la mataron anoche, pero siendo sinceros, eso fue lo mejor que le ha pasado hasta ahora. Nunca se sintió más vivo que cuando la vio muerta en su cuarto.
—Oh, Dios mío, no es a prueba de agua —el moreno secó las pequeñas lágrimas de alegría que ahora amenazaban su máscara. Era tan bueno… ya eran una linda familia. Todos rieron de esto; un ambiente agradable lleno el comedor—. Muy bien, hora de irnos.
Scorpius miró bien a su hermano, notó una marca en su cuello. Una pequeña mancha algo morada, que se podía notar incluso en su piel morena.
—¿Qué te pasó ahí?
—Ah, me quemé con un rizador —habló sin siquiera mirarlo a los ojos—. Mientras me arreglaban, una de las chicas pidió ayuda y ¡pum!, quemado, ja, ja…
—Pero ayer fue práctica —lo miró con duda el rubio.
—Sí, así es…
—Nunca te arreglas para una práctica…
—Pff, ¿quién eres, la policía? ¿Te enviaron a espiarme? —rio el chico algo nervioso.
—Nop, es solo raro…
—Bueno, ya, que vamos a llegar tarde —desvió el tema—. Adiós, papá.
Y ambos salieron hacia la escuela, con el rubio todavía sin creer del todo a su “hermano”.
~-~
Scorpius se sentía genial; hoy estaba especialmente bonito. Tomó un brillo de labios (que le había robado a Lukas), manchando sus labios de un suave color rosa. Tomó una hoja cualquiera de su cuaderno, escribió con esa pluma rosa y dejó un beso en la esquina, acomodando sus gafas de sol negras.
“Hola…
He estado pensando mucho en ti últimamente,
Búscame en Popoose Lake a las 4 pm
Sí o No
Con cariño, Scorpius <3”
Vio el papel satisfecho, doblándolo y dejándolo en un casillero a su lado. Caminó por los pasillos, llegó a su salón y entró a otra clase aburrida. Recostado en su silla, pintaba sus uñas con un corrector blanco, dejándolo de lado al ver el examen frente a él.
Pero no solo eso, también vio a ese chico, Ronie, sonriendo coquetamente. Esto lo hacía volar por las nubes, actuando como un maldito adolescente tonto y enamorado… esperen, lo era.
Decir que se pasó esa clase mirándolo es decir poco.
Al terminar las clases corrió a su casillero, buscando desesperado la nota, que para su suerte tenía circulado el “Sí”.
Por ese momento era el adolescente más afortunado del mundo, abrazando la nota, listo para su encantadora tarde.
~-~
Ahí estaba, con su cabello rubio brillando por el sol, en una banca, con el hermoso paisaje del lago y el bosque frente a él. El chico se le acercó lentamente, por la espalda, para quedar justo frente a él.
—Hola… —sonrió felizmente—. Me alegro tanto que hayas venido…
Dov y Scorpius caminan por un sendero uno al lado del otro, con solo los sonidos de la naturaleza como acompañantes. Sus manos estaban cerca, pero Scorpius movió la suya lejos, con algo de asco disimulado que el contrario no sentía.
— ¿Qué, no quieres tomarme la mano? —bromeó al ver el rechazo, para que el ojiplata le contestara.
—Oh, lo haré… pero antes quiero llevarte a mi lugar especial —su voz era amable y suave, tal y como la seda.
—Nunca te había oído hablar tanto —rió algo nervioso—. Es raro…
—Es que nunca sentí que tuviera algo que aportar; ahora me siento más abierto, quiero participar en la comunidad escolar… —lo guió a la entrada del cementerio abandonado, parando en la entrada.
—Wow, no pensé que íbamos a hacer una caminata… ¿Por qué en Bachelors? —señaló el cartel del lugar.
— ¿Nunca habías venido? —Este político.
—Una vez, por un reto… —habló nervioso—. Este lugar me da miedo, okey, no es cristiano que un cementerio se vea así…
—Estoy de acuerdo, no es cristiano… —ese fue un susurro seductor, donde sus ojos plateados brillaron, aún más intensos por la sombra negra bajo ellos.
El rubio caminó, adentrándose en el lugar, a lo que el otro lo tuvo que seguir.
Se detuvieron frente a alguna tumba y quedaron frente a frente.
—Okey, quiero que me toques como en la fiesta —sonrió con malicia, pero como un adolescente cachondo no se iba a dar cuenta de esto; ya estaba en la trampa de la serpiente.
—Ah, ya sabía lo que querías, y bueno, tomé mucho esa vez, por eso lo hice tan bien, estaba relajada —el contrario solo sonreía, amable y paciente, esperando la señal—. Pero creo que…
No pudo terminar porque algo le tomó las piernas, arrastrándolas y tirándolas al piso. Un monstruo emergió detrás de él, ahí estaba, con un hacha y todo. Una mano suave tomó su rostro: era Scorpius; lo miró con cierta lástima falsa para golpearlo con su rodilla y dejarlo totalmente en el suelo.
El rubio se abalanzó sobre él, tomando su muñeca. Esperó a que el otro balanceara su hacha, cortando la mano del chico en el suelo; solo se oyeron dos gritos: el de dolor de Dov y los cánticos de victoria de Scorpius.
—¡¡Siiii, te dije que tomaría tu estúpida mano!! —alzó esta como trofeo, con el llanto del otro de fondo. La criatura lo miró algo raro—. ¿Qué? Creí que quedaría genial decir eso…
El tipo se levantó corriendo, sosteniendo lo que le quedaba de mano, gritando por ayuda. La criatura casi rodó los ojos, apuntó por unos minutos y lanzó el hacha para partirle la cabeza, cayendo muerto en el acto.
~-~
En la casa, Scorpius tomó la aguja, se aseguró del filo de esta y empezó poco a poco a traspasar la carne, uniéndolos a ambos con un hilo esmeralda. A la luz de una lámpara, la criatura lo miraba con un intenso brillo en los ojos, sin mirar el hilo que traspasaba su piel.
Al terminar, camino hacia la cámara milagrosa. Con una sonrisita, el rubio usó sus finos dedos para dejar algo de crema solar en la nariz de la criatura, preparando todo para su nueva reanimación.
Luces y chispas volvieron a volar; la criatura se levantó de vuelta. Ahora lucía casi humano. Sentado en la cámara, vio su nueva parte; le suena al rubio a su lado. Parándose, tomándolo por la cintura, se juntaron en un torpe pero lindo baile, dando vueltas por el patio, riendo y jugando; la risa de Scorpius se estaba volviendo una dulce melodía para este ser.
El monstruo lo llevó hasta la sala de la casa, quedando frente al piano.
— ¿Qué estás haciendo? —le preguntó con una sonrisa. Este le hizo señas, señalándose al piano ya él—. Eres un músico, ya veo…
La criatura se sentó; Con calma empezó a tocar el piano con cierta maestría que dejó sin palabras al rubio, que le aplaudió.
—¿Eso fue Mozart o algo así…? —este se señaló a sí mismo—. Tenías toda una vida… —este lo señaló a él, sonriendo—. Sí, yo también… o eso creo, ja, ja…
Le señaló la partitura, queriendo que se uniera a él.
—Oh no, es de Blaise, nunca lo he visto tocarlo… Podemos intentar, supongo… —y se sentó a su lado.
La música empezó a sonar bajo los dedos de ese no-muerto, dando cosquillas al corazón de Scorpius, quien cantó la letra junto al sonido del piano.
Canción
—Ya no puedo luchar contra este sentimiento… —salió de sus labios dulce y melódico— Y aún así todavía tengo miedo de dejarlo fluir…
Siguió cantando, riendo entre medio y equivocándose en la letra, sintiéndose ligero, seguro.
Se levantó bailando tontamente por el living.
— …Y mientras deambulo Te mantengo en la mira… —moviéndose y fluyendo con la música— Eres una vela en la ventana En una fría y oscura noche de invierno ¡Y me estoy acercando más de lo que jamás pensé que podría…!!
Dando vueltas y cantando, era como estar en un pequeño y perfecto sueño; No había sentido tanto desde la muerte de sus padres. El piano se hacía cada vez más intenso, llegando al final de la canción.
— …Y si tengo que arrastrarme por el suelo,
ven a estrellarte contra tu puerta, Baby, ya no puedo luchar contra este sentimiento… —se detuvo la música, oyendo a su criaturita hipar—. Oh no, no llores… Dios, no llores… cuando lloras huele a baño de feria —tapándole la cara con un cojín, quitándolo por un momento para volver a taparlo por el hedor. Entonces lo vio: la carita de pena de ese no-muerto—. ¿Qué pasa? No te sientas mal, sí, Miriam iba a llevarme a un loquero… —tocó su cabello castaño con ternura, tomando su aún pálido rostro—. Me salvaste… Y Dov, tomamos su mano con la que hacía cosas terribles y la convertimos en un medio para el arte, nuestro arte…
Este le dedicó una sonrisa sincera, pero aún se notaba en su cara la duda.
—Bien, debo tomar un baño y tú debes ir a dormir, ya están por llegar, ¿sí? —le dio unas palmaditas en la espalda y subió contento las escaleras.
La criatura solo se quedó ahí, acomodó un poco las partituras y respiró profundo. Tal vez tratando de creer en la palabra del rubio, pero no importaba mucho, ya eran un equipo, un dueto, una pareja, y nadie los iba a separar…
(Escena de Referencia )
Notes:
Hey espero que les guste mucho, alguna sugerencia? También está disponible en Wattpad con el mismo nombre, por si quieren. Besitos ( ꈍᴗꈍ)
Chapter 7: Capitulo 6
Summary:
Tristemente para Scorpius, los cuerpos en el armario tenía que salir tarde o temprano...
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
La televisión sonaba, llenando la estancia, donde el moreno mayor y el rubio estaban en ese mullido sofá, comiendo palomitas. Entonces Lukas entró a la sala feliz, dando brincos por la sala.
—¡Adivinen qué? Pude hacer la mortal hacia atrás —Scorpius le dio un pulgar arriba y su padre se viró emocionado—. Me salí del tapete pero el entrenador dijo que cuenta...
—Eso es fantástico, hijo —chocaron los cinco, felices.
—Gracias papá, oh, ya sé, le contaré a mamá —corrió al teléfono. Scorpius, al oír eso, se levantó; no, eso no podía pasar...
—¡Espera, Lukas! ¿No regresa mañana? Dile entonces... —nervioso siguió comiendo palomitas para calmar la asquerosa bola de nervios y miedo de su estómago.
—Scorpius, esto es importante. Mamá dijo que cuando lo lograra me daría sus aretes de diamante—Bueno, no creo, creo que uno sigue en la oreja de su roomie sobrenatural.
Rió incómodamente, comiendo más, llenando su boca de esas mantequillosas golosinas que no estaban bajando tan bien como deberían.
—¿Dónde está el número de su hotel?
—En el refrigerador. Ah, y cuando la tengas al teléfono me avisas, quiero hablar con ella —habló su padre con una sonrisa.
—Sí, sí, yo igual... ya también quiero hablar con ella... al teléfono —esto era malo, no deberían enterarse hasta mañana, aunque si lo pensaba, no había cuartada para ninguno de ellos. Diablos, ni siquiera habían escondido tan bien el cuerpo—. Me voy a mi cuarto, tengo un examen sorpresa...
—¿No debería ser sorpresa?
—Ahora es ilegal, un chico tuvo un ataque cardíaco... y murió —respondió incómodamente. Le pasó el tazón, donde el adulto se fijó en sus dedos, dedos que todavía tenían rastros de sangre de un idiota que dejó tirado por ahí. Tal vez ser un psycho killer no era lo suyo...
—Scorpius, ¿qué es esto? —ya estaba maquinando alguna excusa, pero el adulto siguió—. ¿Corrector? ¿Es la nueva moda?
—Sí, ja, ja, ja... —respiró tranquilo, bien, pero ahora confirmaba que su padrino era tonto—. Todos lo usan, bueno, bye...
Y corrió escaleras arriba; tenía que hablar con su socio de ultratumba.
-+-
Entró calmado, el armario abrió y vio a su compañero con una muñeca vieja.
—Es Starling Mariam Gornavida Bim Bam... pero prefiero llamarla Star... —la sostuvo en sus manos para dejarla de lado—. Ya no juego con esto... Ah, sexto grado, estuve en la banda como un mes... luego me salió un hongo en la boca —respondió a la flauta de plástico que sostenía el ojiverde, a lo que el monstruo la soltó con asco, irónico.
La criatura le mostró otra cosa....un maldito consolador...
—No... no lo toques —se lo quitó de sus manos con pena—. Es para ahnn... masajear la espalda, sí, eso...
Lo tiró a un lado, cuando oyó a su “hermano” llamándolo.
Se levantó de golpe, cerrando las puertas del clóset y abriendo la puerta con toda la calma que pudo... calma que no tenía Lukas.
—¡Scor! Llamé al hotel de mamá y dijeron que no se registró —llegó angustiado contándole esto, tal vez tan angustiado que no se dio cuenta de cómo el rubio estaba bloqueando las puertas posesivamente—. No había nadie con su nombre, intenté usar su nuevo apellido, su viejo apellido, su viejo viejo apellido... llamé a información, llamé a un Radisson... llamé a todos los Radisson...
—Wow, hiciste muchas llamadas —le susurró lentamente—. Bueno... seguro hay una explicación para eso...
Eso no tranquilizó al moreno, para nada. En realidad le hizo pensar lo peor.
—¡¿Y si la secuestraron?! ¿Y si la drogaron y obligaron llamar a casa, diciendo que está bien? ¡Como todos los episodios de Misterios sin Resolver! —caminó por el cuarto, pasando junto a una mancha de sangre disimulada por la alfombra, que no notó pero Scorpius sí. Tal vez no había estado escondiendo sus pistas muy bien. En su defensa, él no planeó nada de esto.
—¡Lukas, Lukas, no, no! Está bien... —se abalanzó sobre él en un abrazo, escondiendo más la mancha—. No saquemos conclusiones apresuradas...
—Scorpius, sabes que nunca me preocupo por nada, soy el relajado, pero tengo un mal presentimiento... y soy una PI, persona intuitiva —Scorpius ya quería que se largara y poder pensar cómo evitar ir a prisión o algo—. Sé que sucede algo...
—Miriam volverá mañana, todo estará bien —le dijo calmado, en un tono casi cantarín, acariciando su cabello. Lo llevaba fuera de su habitación, pero el moreno lo detuvo.
—Scorpius, no tienes idea del miedo que tengo, ¡tú no tienes que preocuparte porque ya mataron a la tuya!
Scorpius solo se detuvo unos minutos para mirarlo con una sonrisa.
—Ah... sí, es un buen punto...
—Lo siento... —susurró, como si se diera cuenta de dónde había tocado.
—No, es verdad... —seguía sonriendo con ese cinismo que se había vuelto tan normal en el.
—Oh, Dios, debo decirle a papá —Scorpius casi lo escolta fuera con los brazos abiertos, pero se contuvo.
Cerrando la puerta y apoyándose en esta, Scorpius Malfoy se dio cuenta de que su aventura como asesino adolescente tenía las piernas cortas.
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Ambos estaban en su cama, con sus pijamas. Su roomie-amigo-criatura sobrenatural tenía el “juguete íntimo” masajeando su hombro cerca de su cuello. Quién diría que sí serviría para eso.
—Oh, gracias, eso ayuda, mi tía me lo dio en Navidad... dijo que mejoraría mi personalidad —el otro paró y el rubio se viró—. Ahora es tu turno... —al parecer al otro no le gustó la idea, a lo que Scorpius hizo un puchero—. Tú... ¿sientes algo en tu cuerpo...? —“Sí” es la respuesta corta a las expresiones del castaño—. Debe ser incómodo dormir en el clóset...
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En el living estaban los Zabini, con el padre hablando por teléfono, con un hijo muy preocupado.
—Sí, se fue el lunes aproximadamente a las 4 p. m.... Ah, su pelo... —miró a su hijo para tener una mejor idea, a lo que este tomó el teléfono.
—Es como si vieras un labrador en el parque y el sol le diera justo en el lugar perfecto y vieras su lindo pelaje castaño brillante con toques de rojo, ¡es muy hermoso! —el pobre ya estaba al borde del llanto cuando le quitaron el teléfono.
—Dejémoslo en castaño...
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Ambos estaban en su cama, tapados con el mismo edredón azul. Scorpius estaba de lado, dándole la espalda a su criatura que lo miraba tranquilo.
—Se nos acaba el tiempo, la van a encontrar —nervioso, se acurrucó más en su almohada—. Dios, estoy tan tenso, el estrés va a matarme...
Al parecer ya lo había entrenado bien, ya que la criatura tomó el juguete de nuevo y lo pasó por su espalda, relajándolo un poco...
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—¿Color de ojos...? —le quitó el teléfono de golpe su hijo.
—Son avellana pero usa lentes de contacto verdes para acentuarlos... y tiene manicura francesa, cuadrada...
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—Oye... ¿sabes que la gente lo usa para otras cosas...? —el zombi paró confundido—. A veces lo usan en otras partes, podríamos... probar...
Sonrojado el rubio se viró a su compañero, alzando la manta sobre ellos.
-+-
—...usa el pendiente de cruz... y... y usa el perfume Elizabeth Taylor White Diamonds... —ya llevaba más de 10 minutos hablando—. Sí... sí... es una perra —se echó a llorar desconsolado en el hombro de su padre...
—Es una persona espléndida pero siempre digo: mejor prevenir que lamentar... sí... ok... excelente... también usted —y colgó el teléfono para ver a su hijo, que se limpiaba las lágrimas con su bata de dormir.
Aunque oyeron un grito raro del cuarto del rubio, qué diablos podría estar haciendo. Bueno, no lo quería decir, pero siempre fue un poquito peculiar. Iba a revisar, pero Lukas lloró más fuerte.
—¡¿Y si está muerta?! —Blaise trató de consolarlo—. Una vez llamé a una línea de psíquicos y la mujer respondió que mi madre y yo compartimos un corazón y de verdad siento que sucedió algo...
—No hay que asumir lo peor... —trató de calmarlo—. Debe estar en algún bar, tomándose un cóctel...
Rió para tratar de animar al chico, que también soltó una risa algo triste y forzada.
Abrazándose ambos mientras el más joven seguía llorando, sin saber dónde podría deparar mañana.
-+-
Sentados en la cama, mientras el rubio acariciaba ese manto de cabellos castaños revoltosos, después de su “experimento”. Con un vaso de leche con chocolate en las manos de cada uno.
Llevaban hablando un buen rato, bueno no, Scorpius habló y su criatura solo escuchó.
—...Cuando mamá y papá murieron todos tenían mucha prisa por volver a la normalidad, actuaban como si yo fuera el problema por extrañarlos... —se sinceró el rubio, soltando cosas que tal vez llevaban demasiado tiempo en su pecho—. Sentí que estaba enloqueciendo, pensé que sería así por siempre pero no fue así. Y todos parecían casi emocionados por seguir como si nada y olvidarse de ellos... —tomó un sorbo de su vaso, a lo que el otro lo imitó—. Decían que el tiempo sana las heridas pero no es así, el tiempo es la herida... te aleja más y más de tus momentos felices, hace que se vayan los aromas...
Hubo un silencio de unos segundos.
—Muchos le temen a la muerte... no saben cuándo será, podría ser un homicidio o una gripe pero no lo saben y odian eso... —soltó un profundo suspiro—. Ya no le temo a la muerte... —tomaron otro sorbo—. Pero no quiero morir siendo virgen —la pobre criatura se atragantó, volteando a verlo—. ¿Y tú? ¿No vas a decirme? —el ojiverde desvió la mirada, sorbiendo su leche—. Vamos, yo te cuento todo...
Este, resignado, solo mostró un dedo.
—¡¿Uno?! Wow, ¿solo uno? Qué locura... —tomaron más del vaso—. ¿Y le amabas...? —no respondió, como siempre, pero Scorpius lo leía como libro de primaria, ya era experto en descifrar sus gestos y pudo ver un sí—. Eso quiero, hacerlo con alguien a quien ame... —sus ojos hicieron un hermoso contacto, el verde brilló solo para el plateado del otro, su muerto corazón latió más fuerte de lo que le gustaría—. Como... Ronnie MacBook...
...
Okey, no se había esperado eso. Ahora su corazón se había muerto de verdad. Trató de que no se le notara pero, por favor, ¿quién no estaría algo ofendido por la situación? En su mente ya era al menos algo, digo, acaban de jugar con el coso que vibra y ya llevan dos cuerpos, para que ahora este mencionara a otro.
—Oh, por Dios, lo haré, sí lo haré. Digo, no sabemos qué pasará mañana, matamos a dos personas, podría ir a la cárcel o a la silla eléctrica, es una cama de bronceado para criminales —le explicó, pensando que su cara de fastidio era por no entender—. Voy a hacerlo mañana, se lo pediré. Lukas dice que debes mostrarle a un hombre que lo amas y no decírselo y creo que es una buena idea, ¿tú qué crees?
Este disimuló lo más que pudo, tratando de aparentar que no le dolió el rechazo y apoyando la idea del rubio, ignorando el dolor de su muerto corazón.
—Sabía que me apoyarías, eres muy comprensivo —brindó con su vaso de leche chocolatada—. Amo nuestras conversaciones, eres bueno escuchando, bueno, descansa...
Quisiera enojarse un poco con él por romperle el corazón pero al ver esa suave sonrisa no podía ni pensarlo, este chico lo derretía como caramelos en verano con solo hablar.
El rubio ya se había tapado y acomodado, listo para
dormir, la criatura suspiró pesado.
Dejó su vaso en la mesita de noche y apagó la lámpara.
Mañana iba a ser un largo sí, de eso no hay duda...
Notes:
Hola espero que les haya gustado, y quiero mándale un saludito a Ravenswifty por ser el primer@ en dejarme un kudo, espero te guste.
Chapter 8: Capitulo 7
Summary:
Hoy es un buen día para Scorpius, para la criatura no tanto.....
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Entrando como toda una súper estrella de rock, Scorpius abrió las puertas del auto de su hermano adoptivo. Con sus gafas de sol negras y su leve brillo labial rosa. Lucía como un perfecto príncipe gótico...
—Es mi disfraz del concurso de Halloween... —Lukas al parecer no estaba pasando por su mejor momento, parecía tan alejado del chico fiestero y popular, feliz e ignorante de cualquier dolor.
—¿Está bien que lo use...? —preguntó y le dio una sonrisita; obvio, ya no le importaba, debía verse deslumbrante para hoy. Hoy era un buen día.
—Sí, no me interesa... —su voz parecía algo quebrada, seguro de haber llorado tanto—. Lo siento, no quiero ser grosero pero no dormí nada anoche...
Silencio incómodo por unos segundos.
—Y... ¿hay noticias de tu mamá? —( “Ojalá que no” ), mirando a otro lado; tal vez la culpa le esté afectando un poquito...
—No... Pero eso es bueno, ¿no? —la sonrisa que le dio al rubio era de todo menos la optimista que el moreno deseaba transmitir. Scorpius solo le suena de vuelta, secundando todo lo que dice—. Significa que nada pasó...
Y rompió a llorar, golpeando el volante con su cabeza. Scorpius le dio sus palmaditas en la espalda; Esto era incómodo y raro. ¿En serio él lloraba así cuando sus padres murieron? Estaba casi seguro de que no. Además, él tenía más razones que él, ya que, a diferencia de Miriam, sus padres eran buenos.
—Puedo conducir si no te sientes bien... —y terminaron cambiando de asiento, con el rubio tomando las llaves para arrancar.
~-~
En la escuela ambos destacaban de dos formas diferentes, lo cual no le gustaba a Scorpius, ya que dos malditos policías pasaron por el pasillo. Casi se esconde detrás del moreno (lo hizo) por la impresión.
Y antes de poder averiguarlo, los amigos de Lukas llegaron para abrazarlo fuerte.
—¿Y han sabido algo?
—¿La encontré?
—No... ¿y qué sucede? —a él también le parecían raros los policías rondando.
—Mataron a alguien, Dov... algo —a Scorpius casi se le sale el corazón; Súper, genial, hoy sí que era su gran día.
—¿Quién?
—Ni sé, no era importante, al parecer no volvió a casa anoche. Ya ordenaron la búsqueda y todo...
Como para distraerlo de sus pensamientos erráticos, Lukas se puso a llorar de nuevo. Scorpius no sabe cómo alguien puede pasar por un luto tan ruidoso, ignorando que el suyo terminó en dos cadáveres y una cosa-zombi de mejor amigo.
—¡Esto es demasiado! Necesito descansar... Scorpius, dile a papá que llame a la oficina, ¿sí? —se disponía a irse pero regresó en sus pasos—. Oh, necesito que alguno lleve a Scorpius a casa por mí...
Obvio, sus amigos retrocedieron. ¿Quién quiere al pequeño vampiro gótico traumatizado en su auto? Scorpius notó esto, y él tampoco quería irse en el coche de estos frígidos sin personalidad, así que habló.
—Estoy bien, puedo caminar... —su sonrisa fue casi sincera, para abrazar al pobre moreno que todavía tenía rastros de lágrimas en su cara.
~-~
—Sientese, Malfoy... —sí, ahora estaba en la oficina de la directora, con policías y Rose ahí para juzgarlo. Hoy se suponía que sería un buen día—. Ya sabras de la desaparicion de un estudiante. Nos preguntamos si sabes algo de la desaparición de Dov Morgan; Sabemos que eran amigos...
—Compañeros de laboratorio, nada más —primero muerto a que lo ponga junto a ese idiota, que al parecer ni muerto deja de joder.
—La señorita dijo que tenías planes de verlo ayer después de la escuela —habló la oficial. Claro que sí, maldita Rose. Tal vez le hubiera sacado la mano a ella.
Ahora ella debía volver a contar su testimonio.
—Mi casillero está junto al de Dov, lo vi ayer poner una nota en su casillero —contó calmada mientras lo miraba fijamente. Dios, ¿por qué ella lo odia tanto?—. Decía que quería ver a Dov en Popoose en la tarde.
—¿Y lo viste ahí?
—No... me dejó plantado —las palabras clínicas salieron de su boca, pero eran disfrazadas por una falsa amabilidad que podía ser corrosiva para todos.
—Pues dijeron ver a un joven caminando camino a Popoose Lake —lo acusó la oficial, sin mucha discreción.
—Un testigo dijo que vio a un chico parecido a ti.
—¿Y qué? Muchos se parecen a mí... —trataba muy activa de no perder su calma; perder la calma era saltar a los tiburones de la prisión.
—En especial mencionaron a alguien que caminaba raro, con tobillos anchos... —Qué...? Espera, ¿qué diablos le pasa...? ¿Sus tobillos eran tan anchos? Dios, le pediría la opinión a su zombi de confianza después.
-+-
"Hola Miriam, ¿estás en casa? Un vecino dijo que vio tu auto en Glimur Terra... tal vez podríamos hacer cocoou antes de que vuelvan las chicas, jajaja. Espérame".
Ese mensaje de voz le interrumpió cuando planeaba tocar ese hermoso piano nuevamente. Él ya sabía lo que quería decir eso, tenía que deshacerse de esa cosa o todo se iría al diablo. Volvería a ese hoyo... y no le gustaba el hoyo.
Y ahí, señoras y señores, nuestra criatura comenzó una nueva misión, por el amor.
-+-
—Disculpe, director, pero no confiaría mucho en su testimonio, no sin revisar su bolso. Seguramente contiene drogas —el Scorpius amable y bueno que no rompe ni un plato no estaba funcionando tan bien; su plan ahora: descartar a su mayor amenaza, ergo, Rose.
—¡¿Qué!? Espera... ¿es en serio!? —gritó la pelirroja al ver que sí, efectivamente le estaban por revisar el bolso. Bien, arrestenla a ella y déjenlo terminar con su día en paz, Dios—. ¡Vamos, está desquiciado! ¡DESQUICIADO! Se dice que mató a sus padres...
—¡¿Qué!? ¡¿Cómo te atreves, maldita...!? —genial, ahora los dos gritaban y ambos parecían desquiciados. El oficial los separó; el rubio acomodó su cabello y su ropa—. Creo que no haré más comentarios, hablé con mi abogado...
Y salió de esa sala con una Rose molesta y unos adultos cansados de su trabajo.
—Espero que esta moda gótica pase pronto...
-+-
La criatura forcejeaba con una cosa rara que parecía tener el auto en el volante. Estúpidas cosas del futuro, los caballos eran mejores.
Había alguien gritándole de fondo; Le importaba un maldito comino pero al parecer era cada vez más fuerte. ¿Acaso el concepto de “no me interesa tu mierda” que estaba transmitiendo no era suficiente?
Se viró para ver al hombre mayor amenazándolo con sus puños. No tenía tiempo para esto, ya que, si uno más uno es menor... ya está muerto y Dios ya no puede juzgarlo...
-+-
Caminaba hecho una furia por esos pasillos. Cómo se atrevía esa perra a mencionar a sus padres. ¡¿Qué sabe ella?! Ella, con su vida ordenada y sus dos padres aún respirando, con una voz que nunca se apagó. Sin tener que ser un fantasma en casa ajena, ella no podía ni debía juzgarlo.
Su gran día estaba arruinado, Dios, y con el buen humor que tuvo por la mañana; hasta se puso juguetón con su compañero antes de salir, pero ahora necesitaba que lo rompieran en dos en una cama o quemar este lugar, y como no tiene gasolina se tendría que conformar con lo primero.
—¡ESA MALDITA PERRA! ¡ESA PERRA BUENA PARA NADA! ¡ARRG! —gritó rabioso fuera de la escuela, lastimando un poco su garganta pero ya qué, pisoteando y saliendo corriendo de este maldito lugar.
-+-
Y siguiendo las aventuras de nuestra criatura no muerta, este se estaba acostumbrando bien a conducir. No era piloto de F1, pero no se estrellaría contra un muro. Con música en la radio, notó a alguien que caminaba furioso por la acera, una mancha negra en el paisaje básico de casa y pasto verde, resaltando por su cabellera rubia platinada. Ahí estaba su chico.
Pasó con el auto lentamente junto a él, tratando de llamar su atención. Estaba hecho una furia, nunca lo vio tan enojado... okey, lo admite, se ve tan lindo así.
El rubio vio el auto por el rabillo del ojo y frenó en seco. Por favor, que no sea lo que cree que es. Retrocedió unos pasos y volteó lentamente. Sí, es lo que creía. Lo iba a matar, de nuevo...
—¡¿Qué estás haciendo!? —indignado subió al auto con portazo y todo. Tal vez iba a regañarlo pero ver su carita de ratoncito aplastado hizo algo en su corazón—. Se está poniendo feo, amigo, llévame a casa de Ronie...
El ojiverde le frunció el ceño, otra vez ese tipo...
No pudo hacer nada más que conducir a donde su chico de cabellos de luna pedía.
—No fue a la escuela, por lo que o está en su café favorito o en casa, y ya revisé el café... —quitó una barra en el asiento del copiloto—. ¿Por qué esto tiene sangre? ¿¡Golpeaste a alguien con esto!? No es para eso, es un seguro antirrobos... A la derecha, aquí.
Pero el chico no le hizo caso y paró el auto.
— ¿¡Qué estás haciendo!? —su cara lo decía todo: “no hagas esto”, reflejado en esos hermosos ojos verdes—. No debo hacerlo... es el 89, muchos tienen sexo fuera del matrimonio, ¿sabes?... además traje condones, varios —sí, no sabía qué era eso pero igual seguía en contra, lo que solo hizo enfadar más a Scorpius—. Esto es tu culpa, ¿sabes? Tú mataste a Miriam, no yo —tal vez sonó más hiriente de lo que debía, pero era la verdad. Pero otra vez esa carita de ratita triste le estaba haciendo estragos—. Sí, matar a Dov fue mi idea porque matar a Miriam fue genial y fui tu cómplice, pero estás fuera de control, golpeas gente, conduce a plena vista, seguro ya reportaron este auto... Seguro ni sabes de qué hablo, seguro solo tenías una bicicleta con una estúpida llanta enorme —él tampoco sabía qué diablos era eso—. Llévame con Ronie, ¿sí?
Volvió a encender ese auto y conducir, pero obviamente sin dejar de mirar con cierta molestia al rubio a su lado.
¡Cómo podía hacerle esto! Dejado de lado otra vez, por la persona que amaba. Un doble corazón roto, roto y muerto.
—Oh, ahí es, la colonial de ladrillos. He pasado por aquí tanto... Está en casa!! —se detuvieron ahí mismo, el ojiplata se arreglaba su cabello y ponía algo de bálsamo de frambuesa en sus dulces labios...
¿Y la criatura? Pues tenía cara de que se van a coger a su crush y no puede hacer nada para evitarlo—. Oye, actúas como si te alegraras y me apoyas, pero no es así, creo que debemos hablarlo luego... Quédate aquí, ¡y que no te vean!
Y con su presencia del príncipe victoriano gótico, bajó de ese auto caminando hacia esa casa de ladrillos rojizos.
Sus ojos verdes lo siguieron, viéndolo entrar por esa puerta.
Ah, ya no quería pensar en eso... mejor dejaba esta cosa de metal en algún mejor lugar. Pero cuando estaba en eso vio otro auto, uno familiar, DEMASIADO familiar...
Ahí supo qué debía hacer...
-+-
Las puertas estaban abiertas, como si lo esperaran. Era un sueño, de esos que te dan después de acabar 2 kilos de caramelos azucarados... no pregunten.
Subió esas escaleras con una tonada en su mente y en su alma; era hora de tener su momento Verónica, cantar Dead Girl Walking en su corazón mientras se estrenaba con el chico de sus sueños.
Cuando se acercó a la que supuso que era su puerta, oyó voces, y no de las que le gustaría.
—...todo pasó tan rápido, desde esa fiesta pero quiero... —era él, Ronie, hablando en susurro con alguien más.
— ¿Incluso si somos de mundos distintos...? —oh no, él reconocía esa voz pero su cerebro lo quería engañar, mostrar que tenía el beneficio de la duda. Pero cada vez que se acercaba al umbral, su corazón se volvía un pozo de brea que tragaba toda su felicidad e ilusión.
—Eso lo hace mágico, eres tan lindo, dulce, puro... y yo soy oscuro y roto, se llama polaridad.
Ahí estaban, Lukas y Ronie, sin camisas, desnudos, juntos...
Vieron en bucle todas las veces que hablaron, la mentira del rizador, todo tuvo el maldito sentido.
Ya no quedaba mucho más, el pozo de brea ya se llevó todo lo bueno o bonito que sentía al entrar a esta casa.
¿Y eso con qué lo deja? Con rabia, ira, frustración, tristeza, traición...
Los vio acercarse más y más, un beso. En su maldita cara, ya no podía más.
Abró esa puerta de golpe y gritó de todo lo que tenía contenido; Ese era el final para el gran día de Scorpius Malfoy...
Notes:
Hey espero les guste, saben una de las cosas difíciles de esto? No poner el nombre de Albus XD, es que en la película nunca no dicen su nombre pero nosotros ya sabes que este es Al pero no siento que deba meterlo de la nada así que me contento a mis misma de hacerlo. Creo que es de mis capitulos fav, ustedes tienen uno? Recuerden dejar besitos, kudo y comentarios ( ꈍᴗꈍ)
Chapter 9: Capitulo 8
Summary:
El amor está en el aire....y también en la cama...
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
—¡Oh, por Dios, Scorpius! —se tapó Lukas al ver a su hermano rubio en la puerta, con el maquillaje negro corrido bajo los ojos y una expresión de completa ira. Esto iba a salir mal.
—“¡HAY QUE COMPARTIR!”, ¿NO? ¡TIENES TODO! ¿NO PODRÍAS DEJARME TENER UNA SOLA COSA? ¡SABÍAS QUE ME GUSTABA Y LO BUSCASTE A PROPÓSITO! —su garganta ardía, tal vez por los gritos, tal vez por su corazón roto. No importaba, ahora solo necesitaba sacar esta brea de su cuerpo lo antes posible.
—¡No a propósito, lo juro! Nunca te haría eso... —le respondió, mientras seguía tapado con las sábanas con una cara que, en otro estado, Scorpius podría haber identificado como arrepentimiento—. Solo que la gente me quiere para una sola cosa...
—¡Y te entregas como una muestra de queso en rebaja...!
—Él me hizo sentir más que un estúpido atleta...
—No lo culpes a él —se dignó a hablar por fin, poniéndose del lado de Lukas—. Nunca habríamos funcionado. No me gustas de esa forma, lo siento...
Saben, el Scorpius normal, en una situación normal, habría aceptado ese rechazo. Sí, lloraría por unas semanas, pero se levantaría y seguiría con su vida como si nada.
Pero este no era el Scorpius normal, y no había nada de normal en esta situación. Así que esas palabras solo le supieron a ácido, un ácido que hacía aún más peligrosa su brea.
—¿Por qué? ¿Porque no soy dulce y simple como él? ¿No hay suficiente polaridad, Werner Heisenberg? —su lengua, venenosa y pútrida como podía ser a veces, continuó—. Te gustan las películas y la música geniales... ¡PERO SOLO PARA TI! Quieres ser el listo al que le gusta lo genial, y no quieres que a tu novio le gusten también... ¡¿¡¿SABES LO POCO GENIAL QUE ES ESO!?!?
Con paso rápido la criatura llegó al cuarto, viendo la escena, sorprendiendo más a los chicos en la cama y al propio Scorpius.
Este estaba furioso. ¿¡Cómo era posible que le hicieran esto a un ángel!? A su ángel...
Subió la música en ese aparato y caminó con furia a la cama, donde el de lentes trataba de entender qué estaba pasando. Muy tarde: ya estaba balanceando el hacha hacia él, y no precisamente a su cabeza...
Había gritos de fondo, tapados por la música. Sentía cómo el rubio trataba de detenerlo, pero no importaba. Fue un golpe contundente en la entrepierna, con un corte limpio.
La sangre salpicó a los presentes, mientras la parte cortada volaba por la habitación hasta caer en una papelera.
El hacha se balanceó hacia el moreno, esta vez que parecía traumatizado, y usó lo único que tenía a mano para detenerlo: una almohada.
Ahora plumas volaban por la estancia, quedando regadas por la cama, que ahora tenía un cadáver en ella.
—¡Basta, Dios, a él no! —le jaló el brazo, alejándolo del pobre Lukas—. ¡¿Qué sucede contigo?!
Le gritó, viendo cómo Lukas lloraba desconsolado en ese desastre de cama.
Pero, al parecer, a su compañero ya no le importó, porque se llevó la papelera con la “cosa”, dejándolo solo con su ahora traumatizado hermano, corriendo a socorrerlo y asegurarle que estaba bien...
(Está es la Escena de referencia,es de mis favoritas xd)
Ambos salieron de esa casa, con Scorpius teniendo que ayudar a Lukas a caminar por la impresión. El moreno estaba traumatizado, gimiendo y con la sangre y las plumas en la cara.
Vio el auto con su compañero irse; sabía adónde iba y no lo dejaría ir ahora.
Dejó a Lukas en el copiloto de su propio auto, entre gritos, y tomó el volante para seguir al castaño.
~-~
Llegaron a un sendero que llevaba a un cementerio abandonado, con el auto de Miriam justo ahí, tal y como lo supuso.
Lukas no había querido ni tocarlo, se alejaba como si fuera fuego, como si fuera algún tipo de lunático peligroso... y no lo culpaba.
No fue muy lindo ver eso. Scorpius trató de tocarlo para hacerle saber que estaba bien, pero de nuevo se apartó. Suspiró profundo; ahora debía ser honesto.
—Oye, quiero... —tal vez se volteó muy rápido porque de nuevo se contrajo como un perrito lastimado, lo cual hizo que se replanteara lo que estaba diciendo, tomando algo de la guantera—. Gracias por ser lindo conmigo cuando los demás no lo eran. Realmente lo noté... solo que tu madre era tan horrenda... decidí que eras igual. Eres el tipo de persona que se burlaría de mí o me ignoraría, pero tú te esforzaste en demostrar que era parte de tu familia... en verdad querías que fuéramos hermanos... —miró el rosario, verde y plateado, acercándose para colocarlo en su cuello; aunque Lukas se alejó con temor, igual lo hizo—. Y lo somos. Eres mi hermano, una gran persona... lamento herirte... te amo...
Salió del coche, viendo esa hacha en el auto de Miriam, casi un regalo.
Sabía lo que debía hacer. Caminó hacia ese bosque con su arma en mano y una mirada decidida.
Lukas aprovechó esto para irse de ahí, correr lo más lejos posible, carretera adentro de ser necesario, todavía con ese rosario en su cuello.
-+-
Corría por ese bosque, buscando al dueño de los bellos ojos esmeralda que había transformado su vida en este caos...
Pero el caos es hermoso, de cierta manera. Esa criatura tal vez le había dado los mayores momentos de felicidad en años, su mayor confidente, su aliado, el mayor defensor de su orgullo y honor...
No iba a haber alguien igual, nunca se sentiría así con nadie...
Como una visión, cada momento tuvo un nuevo significado, una nueva razón.
¿Realmente iba a clavar un hacha en el pecho de ese hombre?
¿El único hombre que parecía entender su cabeza y llenar su corazón...?
Llegó al cementerio, lo vio ahí. De espaldas a él, levantó el arma vacilante, acercándose en silencio... no.
El hacha cayó con un sonido metálico. La criatura se volteó a verlo, con sus ojos verdes brillando.
Oh, claro que se dio cuenta de él desde antes de llegar, pero le iba a dejar actuar. Oh, ¿cómo no iba a amarlo?
Se lanzó hacia él, casi cayendo en sus brazos, con sus muertas manos sosteniendo su cabeza como si fuera la pieza más fina de porcelana.
Scorpius se aferraba como a un salvavidas en la tormenta.
—¿Me amas...? ¿Me amas a mí...? —su voz era tersa, seda fina acariciando los oídos del castaño.
Él sonrió. Sonrió. Fue la sonrisa más dulce y enamorada que Scorpius tuvo la suerte de ver en su vida.
Le sonrió de vuelta. En esos segundos eran los únicos en este mundo, volaban en un espacio lleno de corazones y dulces.
Por momentos fue lo más hermoso, pero Scorpius despertó de esta ensoñación—. Se nos acaba el tiempo... hazme tuyo...
Acarició su rostro, pero mostró algo de incomodidad.
—¿Qué? ¿Cómo que no?... ¿POR QUÉ NO? —y tomó su blanca mano y la rozó por la entrepierna, la cual estaba lisa, nada había ahí.
Tardó unos minutos en procesar esto, pero después habló—. ¿Por qué no me dijiste?... bueno, está bien... no necesitas uno para ser hombre, es la parte menos importante... podemos hacer otras cosas y...
—fue interrumpido por su amado, que puso la cosa que había cercenado hace unos momentos—.
—Oh... ¿el de Ronie...? ¿Lo hiciste por mí...? Oh, por Dios... —si le preguntan a Scorpius cómo se ve el amor, se ve así.
—Oigan, no pueden estar por aquí, es zona restringida... —mal día para ser esa oficial; la criatura solo la tomó y la tiró a una tumba abierta, una tumba bastante profunda.
Y ahora, ambos enamorados, tomados de las manos, salieron a pasar su hermosa velada.
~-~
(Aquí empieza el smut, pueden saltar a las notas finales si gustan)
En su habitación, con los pantalones abajo, el castaño veía como un lindo rubio cosia con esmero su nueva parte, una parte bastante útil a futuro.
Pasarón por la cámara de la vida, un rápida descarga y listo para uso. Ya casi parecía un humano normal. En la casa, en sus cuarto con todas la luces bajas, Scorpius vio como su amado besaba su mano con toda la devoción del este mundo y el siguiente.
Puso una gomita de limón, de las que comían siempre, en su dedo anular. El anillo de su dulce unión.
Llevándolo a la cama, juntos, beso suavemente sus rostro, ese dulce y hermoso rostro. Sus labios solo lo rozaron como si se desgarra a algún tacto más brusco.
El rubio cambio lugares quedando arriba de su amado,abriendo su camisa. Dejando ver su pecho de marfil, las manos del castaño rozaron su piel, dedos jugando con los suaves botones rosas del rubio, que se pusieron duros al tacto frio.
Se acercaron y se besaron, sus lenguas bailaron justas en una música que otros no podían entender.
—Ahs....eres maravilloso~—le susurro a su oído, dejando besos en su cuello, abriendo la camisa del ojiverde.
Ya podía sentir esa nueva parte funcionar de maravilla, pensionado contra su entrepierna que también están funcionado. Mientras se besaban con locura, las manos pálidas de Scorpius abrió el pantalón del contrario, y el suyo de paso.
Frotaron sus virilidades,soltando suspiros y quejidos de placer, manchandose ambos con los líquidos del otro.
Era raro, digo, ninguno tenía alguna experiencia anterior, bueno la criatura si pero eso paso hace casi 100 años, ¿quien se acuerda...?
Volvieron a cambiar de lugares, los pantalones desaparecieron rápidamente, las piernas del rubio estaban abiertas, dejando ver su rosada entrada. El castaño se detuvo nervioso, con sus manos temblando. El ojiplata pasos sus pálido dedos por su rostro sonriendole.
—Hey tranquilo....no te preocupes tanto, cualquier cosa que hagas está bien—le tranquilizó un poco, el castaño metió lentamente su dedo para preparar su entrada, el rubio se resintió,temblado un poco—N-No...estoy bien, no duele....solo es algo raro tenerte asi....—le respondió a la pregunta silenciosa que lanzó el contrario.
El castaño con más confianza puso dos dedos, abriendo la entrada del rubio, que suspirada y soltaba algunos gemidos ahogados.
La boca de nuestra criatura se poso en uno pezones de su amado, chupándolo y lamiendo lo con cariño y devoción mientras seguía con su trabajito ahí abajo.
—Ohh....Dios....si...sigue...~—su voz se entrecortaba, tratando de callarse con su puño, ahora eran tres dedos—Ahh~....
Se sentía en el cielo solo por eso, dolía pero no era nada que no pudiera soportar. Su esposo, wow que bien sonaba decirlo, estaba haciendo un gran trabajo. Entonces los dedos salieron de el y este lo miro a sus ojos, malditos ojos de esmeralda, supo que quería y le pasó el condon...
....
Si...el no sabía cómo se supone como se usaba eso.
Scorpius rio, sinceramente rio.
—Tranquilo, déjamelo a mi....—se guardo su risa, rompiendo el empaque y poniendo el latex en el miembro del castaño,el cual ahora se sentía más nervioso que antes—Ahora, solo házmelo, te quiero aquí dentro, esposo~....
Eso activo algo, creeme. Rápidamente se puso entre sus piernas, entrando rápidamente a lo que el rubio casi grita de placer pero se tapo con la almohada. Cosa que no le gusto mucho al castaño que tiro está y tomo sus muñecas con un agarre firme pero sin llegar a lastimar.
—No...espera...ah...v-van...a oirAHh~—el vaiben era rítmico, lento pero bueno. Dando justo donde el rubio necesitaba, volviendose un desastre de baba y gémidos.
La criatura jadeaba, con gemidos más disimulados pero igual de intensos que los de su amado. Eran un par de tontos cachondos.
—Mas....Esposo m-más....Dios es tan bueno~—le rogaba mientras sentía su mirada perdída por el placer. La criatura es un esposo perrito que hace lo que se le dice así que obedeció.
Llegando más profundo y rozando ese lugar que hacia que Scorpius viera el cielo.
Los labios de su amado se veían muy hermosos ahora,rosaditos y con algo de baba corriendo por sus comisuras, así que no pudo resistir besarlo mientras seguía con el ritmo de las estocadas, soltando las muñecas blancas que se terminaron envolviendolo en un abrazo, que los unió de manera aún más profunda.....en varios sentidos.
Ambos estaban al límite, en la cumbre de su placer. Su ritmo se volvió más erráticos, sus besos más posesivos y su amor más hermoso.
Un último golpe fue necesario para que ambos se corrieran, quedando cansados y pegajosos. Pegados en un dulce abrazo, dónde el castaño fajaba besitos en su pálido cuello.
En el aire se podía sentir el aroma a amor, mostrando como sus almas se había entrelazado.
Estoy era una promesa, una de que iban a estar juntos....para siempre.
Notes:
Hey, que hay? Este es el penúltimo cap, espero les guste. Me sentí muy tonta escribiendo el smut XD
Me di mucho cringe pero creo que es mejor que el primero que escribí(que por cierto también era de estos dos) así que porfi coménteme si opinión déjeme kudos y muchos besitos, bye ( ꈍᴗꈍ)Pt:Hay un headcanon general de que la criatura en Liza Frankenstein es un chico trans, así que si quieren pueden pensar que le Albus de este fic también lo es
Chapter Text
Ambos amantes estaban frente a la cámara de la vida, ya bañados. Uno frente al otro, viéndose con los ojos más amorosos de este mundo.
—No hay otra opción... —habló mientras acariciaba sus hombros. El castaño casi soltaba unas lágrimas, pero el rubio lo detuvo—. No... no llores, por favor... —se sorbió las lágrimas, besaron sus manos, donde todavía estaba el anillo de gomita, riendo juntos—. No sé cómo pude tenerte miedo...
Planeaba besarlo otra vez, pero se oyeron las sirenas de la policía, asustando a ambos.
—Es hora... —y corrieron a la cámara, cerrando la puerta.
El rubio rápidamente la abrió y se sentó en ella. Su amado lo veía con tristeza. No era justo, ¿por qué su ángel debía renunciar a sus alas para estar juntos? Este mundo es demasiado para alguien como él.
Scorpius le entregó un papel doblado, besó suavemente su propio pulgar y lo puso sobre los labios de su esposo. Acostándose por fin en la cámara.
—Asegúrate de ponerla al máximo... —no se resistió más y besó a su pequeño ángel, con toda su devoción, como si fuera a perderlo si lo soltaba. Bueno, realmente lo haría...
Cerró la cabina suavemente, la puso hasta el máximo. Sentándose en una silla, viendo las luces y chispas saltar más que nunca. El calor haciéndose difícil de aguantar, porque la cámara se estaba quemando, consumiendo lentamente la piel del rubio.
La criatura sacó el papel de su bolsillo, desdoblándolo suavemente. En él, la bonita letra de su amado se veía claramente.
“La muerte es temporal,
Te amaré por siempre <3
Scorpius”
-+-
Los vecinos se agrupaban afuera de la casa, viendo todo el desastre. El camión de bomberos todavía tenía sus sirenas sonando y la ambulancia estaba tratando de ver si había alguien ahí que rescatar.
El señor Zabini llegó ahí, a su hogar. Que ahora no solo le faltaría un miembro sino dos, ya que el cobertizo ardía en llamas y Scorpius ya no estaba con ellos.
El humo y el fuego fue lo último que se vio del que fue el huérfano Malfoy, el chico raro al que no querías voltear a ver. Al que se le pidió silencio y normalidad, al que llamaron loco por sentir. Así que les hizo caso, se volvió loco... ¿qué más loco que la muerte? Este fue el final de Scorpius Malfoy, alguien demasiado sensible para su propio bien...
~-~
El sol tendía su luz amarillosa por todo el lugar, iluminando las lápidas de piedra, algunas más cuidadas que otras. Pero había una, llena de flores y dulces, donde padre e hijo dejaban las suyas.
—¿Quién se las dejó? ¿El encargado? —preguntó el menor. Todas estas estaban muy bien cuidadas y parecían recientes.
—No, no que yo sepa —respondió su padre—. Tal vez fue un amigo... —Lukas lo miró; ambos sabían que eso no tenía sentido—. Por desgracia, debió ser un loco, muchos están fascinados por nuestra familia...
Lukas calló, se arrodilló lentamente para dejar las flores, aún con ese rosario en su cuello, brillando por el sol. Cuando las dejó, notó algo que le heló la sangre, dejándolo confundido y algo asustado. Su padre lo notó, así que preguntó:
—¿Pasa algo?
—Oh, no, nada... —solo respondió sin dejar de pensar en eso.
—Bueno, ya vinimos. Hola, Scorpius... —saludó débilmente al adulto—. Bueno, vamos a ver a tu madre... y después unas hamburguesas, ¿qué tal, campeón?
El menor sonrió, caminando detrás de su padre, sin poder dejar de pensar en eso.
Entre las flores, en la parte inferior de la tumba, alguien había escrito algo...
“Amado esposo”
-+-
Los pájaros cantaban y el cielo tenía ese tono de azul suave, donde el sol no era lo suficientemente fuerte para molestar pero tampoco tan oscuro.
En una banca frente a un profundo lago, un hombre de cabello castaño, vestido con camisa beige y tirantes coloridos, leía un libro en voz alta.
—“Mary querida, vuelve a mi vida. Con tus ojos marrones destellantes, tu voz como una melodía de amor a un alma perdida en sus aposentos, desconsolada...” —con una voz suave pero masculina, recitaba para ese alguien que descansaba en su regazo—. “El cantar más dulce de los cantares. Y tu aspecto, más cielo de la celeste Italia...”
Acariciaba su mano dulcemente, siguiendo con su ensoñamiento.
—“Mary querida, vuelve algún día. La vida es taciturna sin ti, cual ocaso a la luna de plata, cual crepúsculo a las estrellas. ¡La gran amada eres para mí!... Oh, Mary querida, vuelve a mi vida... el mismo eco murmura... vuelve.”
Y unos ojos plateados se abrieron de golpe, despertando de su descanso nupcial.
Notes:
Hey, ya con este cap acabamos. Planeo hacer un pequeño extra, espero que les halla gustado. Yo ame escribir esto, creo que es el único fanfic que he logrado terminar sin aburrirme XD
Recuerden comentar y dejar sus kudos, nos vemos bye
Chapter 11: Extra
Summary:
Un extra silly de estos dos....
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
—Oye, ¿cuál es tu nombre...? —sí, esa la pregunta que se debía hacer después de casarse.
El castaño le vio por un momento, como pensando y, sí, nunca le había dicho su nombre. Ni siquiera estaba en su tumba.
—Soy el peor esposo del mundo, no sé prácticamente nada de ti —rió el rubio acostándose juntos.
—Hey, no te preocupes, yo tampoco hablaba mucho... —bromeó con su nueva voz, que había podido usar hace poco. Todavía le costaba y no era de muchas palabras, pero los “Te amo” nunca faltaban—. Realmente no importa, ahora soy el esposo de Scorpius Malfoy y eso es genial para mí...
—Pero igual, tonto, tengo que saberlo. ¿Cómo te presentaré a la gente...? —con un puchero miró a su amado. El castaño se contuvo de preguntar a quién diablos lo iba a presentar, viendo sus vidas “excéntricas” y muy fuera de la ley.
—Bien, era... Albus —le acarició la cabeza con cariño; se lo pensó un poco ya que no lo recordaba muy bien o tal vez no le gustaba recordarlo.
—¿Albus...? Suena bonito, me gusta... Al~ —le llamó con un apodo cariñoso mientras dejaba un besito en su mejilla, que ya tenía un color más normal—. Dime más de ti...
—Nah, no es necesario, ¿estamos bien así, no?
—¡Pero igual! Te conté mi vida de punta a cabo, probablemente sabes más de mí que yo mismo, pero yo ni siquiera sé cuál es tu color favorito...
—Eso es fácil, el plateado...
—Lo dices por mí, tontito.
—¿Y? Tú eres mi cosa favorita, en todos los aspectos. —Se abrazaron más fuerte, dándole besos por todo su pálido y suave rostro. Ni siquiera la reanimación pudo borrar la belleza que Albus veía en su amado esposo.
—Bien... juguemos a algo: yo digo cosas que creo de ti y tú me corriges. Si acierto, me das un beso...
—¿Y si no...?
—Puedes hacer lo que quieras...
Bien, okey... no se le paró solo por eso, claro que no. Es que Scorpius le miró con ese brillo especial, esa sonrisa traviesa, que significaba que no lo iba a dejar dormir.
—Bien, lanza...
—Bien... asumo que tenías una buena posición económica... —y le dieron un besito en sus dulces labios.
—Sí, tenía fortuna generacional...
—Obvio, tenías una tumba muy bonita para ser de un pobre... eso sonó mal —rió comiendo una gomita—. Y como no sabes compartir, pienso que eres hijo único... —ahora le había hecho un chupetón en su cuello—. ¡Oye...!
—Me dejaste elegir, y no, tenía hermano y hermana, yo era el del medio... —también comió una de esas gomitas verdes de siempre—. Y no hables como si tú no fueras hijo único...
—¿De qué hablas? Yo tengo un hermano... —mencionó casual el rubio—. Pues supongo que debías ser el favorito, eres un amor...
Le volvió a dejar otro chupetón más grande.
—Era la oveja negra, el raro. Mi hermano me hacía la vida imposible... ¡Ni siquiera me pusieron un buen nombre! —se quejó tragándose otra gomita.
—Albus no es tan malo, podrían haberte llamado Angustio o Penurio...
—Mi segundo nombre es Severus...
—Oh... sí, está algo... diferente... —trató de ser amable el rubio—. Pero tus hermanos seguro tenían barbaridades...
—James Sirius y Lily Luna...
—No, sí, no puedo defenderlos. Realmente te pusieron nombre de señor cascarrabias —rió el rubio, lo que hizo que el contrario bufara y virara los ojos.
—No te rías, Scorpius Hyperion...
—Es un nombre bonito, elegante... con un buen significado...
—¿Sabes que Hyperion es el nombre de un perdedor...? —le habló mientras le acariciaba la cabeza.
—No es cierto, es el padre del sol, y es una luna de Saturno... —le recordó el rubio.
—Perdió la guerra, lo encerraron con los otros, es un perdedor en mis reglas...
—Cállate, Severus —lo apartó juguetonamente—. ¿Ves? Era necesario que supiera tu nombre, ahora sé cómo llamarte cuando me enoje...
—Uww, pero tú nunca te enojarás conmigo, ¿verdad? Soy tu buen esposo, ¿no? —besó su mano con cariño, sonrojando a su amado—. ¿Ves? Con solo un besito ya te hago feliz, soy el mejor esposo del mundo.
—Cállate antes de que te convierta en el mejor soltero... —rió, mientras se acercaba, besando con cariño al amor de su no-vida.
Y ahí, como si el mundo no existiera, se besaron, jun tándose más. Quedando juntos para la eternidad que les quedaba juntos.
Notes:
Hey,este es el final definitivo. Tal vez haga una escuela pero solo si ustedes quieren, así que si desean ver más de estos dos solo coménteme. Tal vez les de un hijo....quien sabe....
Muchísimas gracias por leer, los quiero ( ꈍᴗꈍ)
(Previous comment deleted.)
AnnRoss on Chapter 1 Sun 05 Oct 2025 01:38AM UTC
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