Chapter 1: ¡Wake Up! ¡Kiva!
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Capítulo 1: ¡El DESPERTAR DE UN REY!
¡WAKE UP!
¡KIVA!
El sonido de un órgano de iglesia retumba en las paredes de una iglesia, dentro de aquella iglesia se estaría realizando un velorio.
El cuerpo inerte de un hombre en traje y de cabello largo hasta los hombros estaría tirado sobre su ataúd, siendo rodeado por flores que sus familiares y amigos le dejaron, para embellecer su ida de este mundo.
A medida que los familiares y amigos se despedían de aquel hombre muerto, varios se quedaban en los alrededores, conversando entre sí.
Entre la gente, una mujer con un vestido morado, tacones del mismo color, un estuche de guitarra, junto con u chaleco delgado de lana de color rojo vino, caminaba saludando al resto de invitadas, mientras veía los alrededores.
- Rinko, Murasaki, están conmigo?
- Si señorita!
- Cuidándote las espaldas como siempre, Asagi.
- Muy bien, gracias chicas. – Diría en susurros la mujer ahora conocida como Asagi, mientras alejaba sus dedos de uno de sus oídos, en donde tenía un comunicador.
Mientras caminaba, una chica de pelo azul y vestido blanco junto a unos lentes oscuros, estaría caminando Murasaki, la cual caminaba lo más alejado del centro, en el lado derecho.
Mientras que, en la dirección contraria, caminaba una mujer con enormes atributos, pechos y trasero que, en cualquier mal movimiento, se escaparían de su apretado vestido y chaqueta.
Unas medias negras de cintura a pies, tacones de color negro, junto a un vestido de color carmesí, que luchaba por mantenerse firme para poder tapar los pechos y trasero de Rinko, la otra mujer.
Caminaba con sus manos metidas en su chaqueta negra de oficinista, caminando por el lado izquierda de la iglesia, saludando a la gente que la veía, aunque la gran parte eran hombres que le veían demás su cuerpo.
- ¿Exactamente que hacemos aquí, señorita Igawa?
- Según el cuartel, dicen que detectaron energía demoniaca por el lugar.
- Aquí? ¿En un velorio?
- Así parece, estén atentas chicas, hay que pasar desapercibidas.
- Si señorita!
- Si señorita!
Respondieron ambas, aumentando la velocidad para explorar todos los alrededores, mientras la ceremonia continuaba sin ningún altercado.
Mientras una mujer se acercaba para dejar una flor blanca al hombre muerto, esta al estar cerca, vería sorprendida como unas líneas negras empiezan a recorrer el rostro del hombre.
Aquel hombre abre sus ojos, dejándose ver como sus pupilas cambiaron a los colores de un vitral de iglesia, a la vez que su mandíbula también.
El ojo se mueve y mira a la mujer, la cual retrocede asustada, mientras que el hombre presuntamente muerto, se ponía de pie sobre su propio ataúd.
Rápidamente el caos y los gritos empiezan a invadir la iglesia, poniendo en alerta a las 3 mujeres que miran en la dirección del ataúd...
Rápidamente de la espalda de aquel hombre, salen 4 pares de patas de araña en cada lado, atrapando rápidamente a la mujer con sus patas, mientras que encima de ella, en el aire, 2 colmillos se formaron.
Los colmillos se clavan a la mujer y esta rápidamente empieza a ponerse transparente, cayendo al suelo muerta, mientras que la flor que aun mantenía en sus manos, caía y se desarmaba.
El hombre guarda sus patas de araña, seguido a un efecto de espejismo recorrer su cuerpo, dejando ver a una criatura horrible con forma o aspecto similar al de una araña.
Mientras que la gente escapaba por la entrada principal, aquellas tres mujeres salen por otro lugar, viendo para todos los lados.
- Muy bien! ¡Ese es el demonio!
- Desde cuando los demonios fingen su muerte!?
- ¡No es tiempo de preguntas Rinko, es hora de detener a esa cosa!
- A sus órdenes señorita Asagi!
Mientras Rinko y Murasaki activan una pequeña esfera que rápidamente se transforman en 2 grandes maletines, Igawa se alejaría de las mismas, yendo en dirección al demonio.
La gente escapa del lugar, chocando entre sí, mientras aquella araña avanzaba caminando por la pared de una torre, con rapidez empieza a disparar telarañas a sus futuras víctimas, logrando capturar a 3.
2 mujeres y un hombre, los cuales se retuercen e intentan liberarse de aquellas telarañas.
La criatura baja del muro, gateando un poco hasta ponerse de pie y estar en una pose de asecho, acercándose levemente a sus víctimas.
Pero el golpe inesperado de un estuche de guitarra chocaría en su rostro, sin inmutarse, lentamente levantaría su cabeza, viendo en la dirección de quien lo había atacado.
Al girarse, el monstruo vería como una mujer estaría bajando por unas escaleras, teniendo una ninjato de color rosa, su filo era de color plateado brillante, junto a un mango de color negro con bordes dorados.
Igawa bajaba con lentitud las escaleras, mientras su agarre se mantenía firme en su arma, a la vez que su mirada seria, penetraba la frente de aquella criatura que la miraba.
En la piel de la criatura, la cual tenía el aspecto de un vitral de iglesia, en donde se refleja la apariencia humana de la criatura.
- Y tú quién eres mujer?
- Soy aquella que eliminara a todo el mal que traiga la oscuridad, demonio, ¡no permitiré que demonios asesinos ronden y vivan en este mundo!
- Rectificare el error del mundo por haberlos creado! – Tan rápido como hablo, Asagi se abalanza en contra del monstruo.
El monstruo bloquea los ataques, en donde cada bloqueo sale chispar de su cuerpo.
- (¡Su cuerpo es resistente! ¡Es como un muro de metal andante!) – Diría en su pensamiento Asagi, mientras arrinconaba al monstruo.
Pero este último, al recibir un ataque directo en su pecho, retrocede adolorido, pero atacando rápidamente con sus telarañas, intentando atrapar a Asagi.
Pero la mujer hábilmente las esquiva, corriendo rápidamente al monstruo, dándole un corte en diagonal, que lo dejo congelado de pie, mientras que Asagi, permanecía agachada, haciendo movimientos como si estuviera guardando su espada.
Tras fingir guardar su espada, un segundo corte aparecería en el pecho de la criatura, haciendo que esta diera un paso atrás, empezando a caer al suelo.
- Uff~…
- Señorita Asagi! – Desde atrás, Asagi se da vuelta, viendo como Murasaki e Rinko habían llegado, ambas con unos trajes de látex de distintos colores para cada una.
Murasaki poseía un traje de 2 piezas, llevaba una especie de vestido de color blanco, con pequeños pedazos plateados que servían de armadura, junto a ciertas secciones de color café en los costados del abdomen y en el centro, una línea negra que bajaba.
Llevaba unas calzas de lates de color negro, junto a unas botas de tacón plateado que servían de armadura, además de unos guantes largo que seguían el mismo patrón que el traje principal.
Rinko en cambio, llevaba un conjunto morado completo, que era cortado en las secciones de sus botas de tacón color plata, junto a una malla café que se encontraba en el interior del traje morado.
Además de poseer detalles dorados que adornaban brevemente el traje, además de poseer 2 triángulos del mismo color que estaban posicionados, en donde se podría decir, se encontraban los pezones de Rinko.
Llevaba en sus manos, una armadura para estas y su brazo, muy parecidas a las armaduras samurái.
- Se tardaron bastante. Ya pude acabar con el demonio.
- Demonio dices? – La voz de aquel demonio sorprendería a las 3 mujeres, especialmente a Asagi, la cual mira sorprendida a la araña, la cual se levanta como si nada.
- Pero que!?
- Como sigues vivo!?
- Jaja~… Admitiré que eres fuerte~... Pero les falta mucho para poder lastimarme – Diría confiado, mientras se empezaba a quitar el polvo de su cuerpo.
Rápidamente, Asagi vuelve a atacar, pero al estrellar su espada en contra de la araña, esta no le afecta, siendo golpeada por la criatura, estrellándose en el suelo.
La araña se gira y esquiva un hachazo por parte de Murasaki, la cal levanta su arma y continúa atacando.
Aquel demonio retrocedería, bloqueando sin ningún problema los ataques de la mujer, la cual, por el rabillo de su vería una figura morada acercarse, retrocediendo rápidamente.
El monstruo ataca y lanza su telaraña, la cual es cortada y borrada en segundos, tras chocar contra el hacha de Murasaki, la cual había girado su hacha como una hélice.
- Kouchouranbu! – Gritaría Rinko, desenvainando su katana y atacando a la criatura, esta se da cuenta e intenta contratacar.
Pero al momento de intentarlo, vería como aquella mujer desaparecía y solo el filo de la katana se vería, dando un corte con una estela morada y plateada, cortando a la araña.
Rinko estaría detrás de él, guardando su katana y viéndose como varios cortes aparecen por todas partes de la criatura, soltando chispas por cada golpe.
Agotado, la criatura estaría encorvada hacia abajo, elevando la mirada y viendo como Murasaki estaba preparando un swing con su hacha, con rapidez sube su guardia y recibe el ataque, siendo mandado a volar.
Rinko reacciona y desaparecería otra vez, dejando que la criatura volara y chocara contra la pared de la torre en donde se había bajado anteriormente la araña.
Con jadeos pesados, la criatura se recompondría con la ayuda del edifico, rasgando con sus garras la puerta de la madera que daba al interior de la torre.
Asagi, seria, correría hacia la criatura, alzando su arma por lo alto, mientras que la araña, mueve su cabeza y mira por encima de su hombro a Asagi.
El arma baja, pero al hacerlo, la araña se había desaparecido antes de que el ataque lo golpeara, viéndose como el ataque había hecho un corte en el edificio.
- Pero que!?
- Adonde se fue el demonio!?
Gritaron en alto Rinko y Murasaki, las cuales miran los alrededores, al igual que Asagi, que tenía una expresión molesta.
Tras reunirse las 3 confundidas, escucharon una risa siniestra, la cual resonaba como un eco en los alrededores de esa vacía iglesia.
- no me importa quienes sean, pero déjenme decirles, que estoy a un nivel diferente a esas porquerías llamadas demonios – Hablaría con altanería y arrogancia la criatura, llamando la atención de Rinko, la cual se gira y logra mirarlo encima de la torre.
- En la torre!
- No se precipiten, ya me iba de todos modos, pero les avisare de algo
- Y que es demonio!?
- Ja!... Los Fangires, volverán… Y tomaremos de regreso… ¡Lo que es nuestro! – Dijo antes, de volver a desaparecer como un fantasma, dejando a las 3 mujeres totalmente confundidas.
- Fangires?
- A qué se refiere? ¿Una nueva especie de demonios?
- No lo sabemos Murasaki… Pero el ya nos dio la pista… Es momento de seguirla – Diría con seriedad, mientras soltaba un suspiro de derrota, pero retomaría una posición recta y se retiraría del lugar.
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24 años después
Kanto Japón, Academia Gosha
- ¿Dime algo Kousaka, pudiste hallar a un Fangire? – Diría Asagi, seria sentada en su escritorio, mientras veía unos papeles, con un traje formal, pero algo sexy.
Su cabello estaba recogido en una cola de caballo, además de poseer unos lentes que complementaban su apariencia de directora estudiantil, pero estos eran inútiles, solo eran lentes de reposo.
Mientras, que, a un lado de la habitación, cruzada de piernas se encontraba Kousaka Shizuru, la profesora de inglés de la academia y una espía sin igual.
Su vestimenta consistía en una chaqueta de color vino junto a una falda corta y apretada, con los lados cortados cerca del nivel de la cintura, en donde se veía el final de unas medias de tirantes que poseía aquella mujer rubia.
Kousaka toma un trago de té, para luego dejarlo sobre la mesita del medio, cambiando el cruce de piernas de lado.
- Bueno, con lo que pude investigar, los Fangires son otra raza demoniaca, pero mucho peor que los demonios comunes y… vampiros...
- ¿Genial, algo más?
- Hasta el momento nada, pregunte a varios grupos renegados de demonios, pero hasta ellos mismos ni saben quiénes son.
- Que? ¿No saben de la existencia de otros demonios?
- Pues no, los Fangires son los padres de los vampiros y demonios, siendo estos los antecesores que fueron olvidados por el transcurso del tiempo, es básicamente lo mismo que las civilizaciones antiguas.
- Ya veo… ¿Sin duda deben estar por allí, causando problemas sin que los podamos ver… Has intentado hablar con algún demonio de alto rango?
- Con este cuerpo? ¡Obvio que sí! Pero están más ocupados en la gran guerra de poder entre todos ellos que dar información, aunque dudo que algún demonio que no sea de más de 200 años, sepa de la existencia de los Fangires.
- Mmm… Estamos cada vez más acorralados, el paso del tiempo no ayudo mucho sinceramente.
- A ti sí que te beneficio el paso del tiempo, eres como un buen vino señorita Asagi.
- Gracias, supongo…
- No tendríamos estos problemas si Black siguiera vivo, el sin duda habría aceptado si te ofrecías una noche con él.
- No soy como tú, no me acuesto para desestresarme o para que algún plan de infiltración funcione… Tú sabes que si-
- Que sigues siendo fiel a tu esposo muerto, ya lo se Asagi… ¿Pero no deberías avanzar?
- ….
- Lo siento… Volveré a clases ahora mismo, nos vemos más tarde directora Asagi, intentare traer más información para la junta.
- Esta bien, buena suerte… - Diría algo desanimada Asagi, viendo como Kousaka se iba de la oficina, siendo su último acto, cerrar la puerta.
Asagi, afligida por ese comentario, se echaría hacia atrás en su silla, sintiendo como esta se tambaleaba con su peso, mirando perdida el techo.
Con la mirada decidida, se recompondría en su silla y miraría una foto sobre su escritorio, la cual era de ella y de un hombre de unos 25 años como ella, viéndose como ambos estaban abrazados, felices viendo a la cámara.
- Mmm… tranquilo amor, no me separare de ti jamás, hasta que yo muera, no amare a nadie más, que no seas tu – tomando la foto con su mano, acercándola a ella y dándole un beso al rostro de su difunto amado.
Alzando por lo alto su mano izquierda, en donde, en su dedo anular, se encontraba un anillo de bodas, que permanecía invicto en el dedo de la invencible Asagi.
Invicto en su amor y fidelidad al esposo de Asagi.
….
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….
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En esa misma mañana, con el sol sobresaliendo para avisar que la tarde va llegando, poniéndose sobre aquella iglesia donde sucedió el primer contacto con un Fangire.
Caminaba un chico totalmente abrigado, poseyendo una chaqueta café, bajo un impermeable transparente, gorro de lana, unos lentes de laboratorio, una mascarilla y una bufanda café clara.
Tocando con suavidad la vieja madera del lugar, teniendo cuidado de no clavarse alguna astilla en el dedo, alzando su mirada y viendo como la estructura poseía grietas, por el paso del tiempo.
El chico se gira y comienza a caminar, yéndose del lugar lentamente, con una expresión algo perdida.
- Aaaah~ que día más aburrido~ - Diría una chica de pelo naranja, estirando sus brazos por encima de ella y posándolos detrás de su cabeza, mientras que, en sus manos, colgaba su bolso estudiantil.
Aquella chica poseía un cuerpo bien cuidado, con buenas curvas y pechos que para cualquier japonesa promedio serian de envidia.
Aunque a su lado, una chica de piel oscurecida caminaba a su lado, suspirando por aburrimiento al igual que su amiga, pero a diferencia de esta, su cuerpo tendría buenas curvas, a excepción de un buen par de pechos.
- Ni que lo digas… Lo único bueno fue que pudimos salir más temprano de la academia...
- Siiii~ ahora tenemos toda la tarde para divertirnos~ ¿Qué te gustaría hacer? ¿Vamos a los videojuegos? ¿Al centro comercial? ¿¡DE COMPRAS!? – Diría emocionada la chica de pelo amarilla, brincando con felicidad por el buen día.
Mientras ambas caminaban, la chica morena se detendría brevemente, justo en la entrada de una plaza, viendo algo que estaba en medio de ese camino.
- Hm? Yukikaze? ¿Pasa algo? – Pregunto la chica de pelo amarillo, acercando al lado de su amiga, mirando en su misma dirección.
Al hacerlo, vería como un chico con pantalones de color rojo vino estaría intentando llamarle la atención a un gato, aunque ese chico, era el mismo que había pasado por la iglesia.
El chico estaría agitando un diente de león con cuidado sobre un gato, el cual, estaría comiendo.
- Wataru? – Pregunto Yukikaze, llamándole la atención de este último, el cual, se pone de pie y mira a ambas chicas.
Yukikaze suspiraría, acercándose al chico y tomaría en brazos su bolso, abriendo el mismo y buscando algo dentro de él.
- Toma Wataru – Diría con tranquilidad, sacando de su bolso una bolsa de plástico que contenía pescados cocinados y marinados.
- Le pedí a mi mama si pudiera cocinar algo de pescado, tuve suerte de que aceptara y como dijiste, con espinas y así, aunque mi mama me miro extraño cuando le dije eso…
El chico se acercaría lentamente, con guantes transparentes que cubrían sus manos, las cuales toman con cierto nerviosismo la bolsa que le fue entregado por la chica.
- Lo conoces Mizuki-san?
- Oh si! Se llama Wataru Kurenai, lo conozco desde hace unos meses, es alguien bastante rarito y con bastante ansiedad.
- Ohhh~ ¡Jeje, suena a un chico muy entretenido~!
- Sakura, por favor, no lo asustes con tu personalidad…
- Oye! ¿¡A que te refieres!? – Grito algo molesta, haciendo un puchero mientras ponía sus manos en su cintura.
Wataru mira el contenido de la bolsa, mostrando una leve expresión desganada y triste, debido a que lo que había en la bolsa, para él, no era suficiente.
Las chicas estarían concentradas en su discusión de chicas, este se volvería a agachar, tomando devuelta la flor de león y agitándola enfrente del gato, intentando llamarle la atención.
Las chicas dejan de discutir, mirando confusas al chico que se encontraba agachado.
- Que haces Wataru? Déjame ver – Diría emocionado Sakura, pasando a un lado de Yukikaze y poniéndose al lado de Wataru.
Este, intentaría llamarle la atención a un gato, para poder quitarle la espina de un pescado muerto, el cual, era el almuerzo de ese gato callejero.
- Ay iiiuug! ¿¡Que te pasa Wataru!? ¿¡Porque querías esa cosa toda baboseada!?
- Que el que!? – Algo molesta, la chica morena se pondría encima de Wataru, viendo por encima de este lo que estaba haciendo.
- Oye! ¡No le quites el almuerzo al gatito! ¡Ya tienes lo que te preparo mi mama! Eres un mal agradec- - La chica se detendría a medio regaño, al ver como el chico debajo suyo, estaría temblando como si se hubiera bañado recién con agua helada, las más helada del mundo.
Wataru, con el cerebro corriendo una maratón a velocidades supersónicas, estaría mareado y temblando de los nervios, unido a su creciente ansiedad por tener el cuerpo pegado de una chica sobre él.
Rápidamente Yukikaze se quita de encima de él, haciendo que este se cayera hacia adelante, asustando al gato y haciendo que este corra de allí con el hueso de pescado.
- ¡Ay, lo-lo siento mucho Wataru-san! – Diría apenada Yukikaze agitando sus manos por los nervios, mientras que Sakura solo se empieza a reír.
- Jajajaja! ¡Ay dios! Un poco más y que te lo llevas para la-
- Cállate! ¡No termines esa frase! ¡Y tú! ¡No le robes la comida al gatito! – Gritaría molesta a sus dos amigos, viéndose como Sakura aún se reía, mientras que Wataru, se iría poniendo de pie.
Tras recomponerse, Wataru mete su mano al interior de su chaqueta, sacando una libreta y pasando unas páginas, hasta llegar a una y mostrarle lo escrito allí a las chicas, viendo que en esa hoja decía “Perdón”.
- Mmm… Ya que, no importa Wataru – suspiraría ya cansada, mientras que sakura se acerca a esta y le acaricia la cabeza.
- Ay no te enojes tanto con el chico, además, el gatito logro escapar de el jiji~
- Tus palabras no ayudan Sakura… - Diría algo molesta, viendo como Wataru tomaría la bolsa que le había dado y guardándolo en otra más grande.
Wataru tomaría esa bolsa además de otra igual, levantándolas y empezando a caminar, alejándose de ambas chicas, pero la chica morena se alertaría, corriendo para ponerse a su lado.
Sakura sonríe y corre detrás de ellos, poniéndose del otro lado de wataru, el cual, la mira un poco asustado, siendo rápidamente molestado de forma amigable por Sakura, mientras que Yukikaze intenta detenerla.
Al cabo de unos minutos, los 3 jóvenes llegarían a un pequeño suburbio, en donde varias personas estarían enfrente de una gran casa, gritándole a un pobre oficial que había sido llamado al lugar.
Los 3 seguirían caminando, concentrados en su conversación, bueno, mas bien ambas chicas mientras que Wataru, solo asentía sin decir ninguna palabra.
Pero la conversación de las chicas seria interrumpida, al ver a como aquel grupo de adultos y algunos ancianos empiezan a avanzar y rodean a Wataru, el cual, camina recto y temblando de los nervios, mientras era bombardeado por las preguntas de los mismos.
- Es el oficial!
- Okey okey! * Ejem * Joven, esta es su casa?
- Oye! ¡Quítate esa mascarilla! ¿¡Acaso no le haces caso a tus mayores!?
- Wow, draaaamaaa~
- Mmm, yo me encargo! ¡Oigan! ¡Disculpen! ¡Pero él no puede quitárselo, es alérgico! – Yukikaze seria vista por una señora, la cual la ignora rápidamente y continúa preguntándole cosas a Wataru.
- Cállate mocosa! ¡Oye! ¿¡No crees que es muy pronto para las alergias!? ¡Apenas se está terminando el verano! – Yukikaze quedaría molesta, haciendo un gran puchero, pero el aire de su puchero, debido a las manos de Sakura.
- Tranquila, ¡Yo me encargo! – Diría emocionada, dejando atrás a Yukikaze, avanzando entre la multitud, hasta con un rápido movimiento casi imperceptible, le quitaría la mascarilla a Wataru.
Wataru se congelaría y se pondría recto de golpe, dándose cuenta que ya no tenia su mascarilla, mirando con un rostro de horror a Sakura, poniendo un rostro angustiado mientras se tapa la cara con su mano, dejando caer una de las bolsas.
Esto asustaría a las personas, alejándose asustadas y confusas por lo que le pasaba al muchacho, el cual, estaría dando vueltos y movimientos erráticos por la falta de su mascarilla, su ansiedad no dejaba de subir.
Yukikaze al mirar esto, rápidamente se acerca a Sakura y se pone a su lado.
- Les dije que era alérgico! ¡Él es alérgico al mundo!
- Así e- Espera, ¿en serio? – Diría la chica peli naranja, viendo como aquella mascarilla seria quitada de sus manos por Yukikaze.
- En palabras simples, es alérgico a todo lo que exista en este mundo, y su vida estaría en serio peligro si no fuera por esta mascarilla. – Diría con autoridad Yukikaze, viendo como Wataru estaba cerca de quitarle la mascarilla.
Rápidamente, Yukikaze se pondría de puntitas, alejando la mascarilla, haciendo que el chico deje salir chillidos de agonía, cayendo de rodillas al suelo mientras su mano se mantenía alzada en el aire, intentando tomar su tan deseada mascarilla.
Con una sonrisa victoriosa, Yukikaze dejaría de estar de puntilla y le acercaría la mascarilla a Wataru, el cual apenas tomarla entre sus manos, la pone al instante en su cara, volviendo a respirar, aunque de manera casi desesperada, mientras su ansiedad se iba lentamente de el.
- Si quieren hablar con el~ con gusto yo y mi amiga seremos sus representantes. – Sin perder tiempo, le daría un leve codazo a su amiga, para que le siga el juego.
- Así es señores y …. Señoras... Tendrán que hablar con nosotras, y si quieren investigarlo, deberán presentarnos una orden jurídica notariada por algún superior de la policía.
- Pe-pero…
- Queremos saber de!-
- Oigan ya largo! ¿¡Acaso quieren que nuestro muchacho tenga un ataque de pánico o que!? ¡FUERA! – Gritaría molesta Sakura, haciéndole señas al oficial para que haga su trabajo.
Al final, el oficial pude mover a toda la multitud fuera de la entrada de la casa, dejando a los 3 muchachos solos, en donde, Wataru aprovecha de abrir la puerta, mientras que las chicas cargan sus bolsas.
Adentro del hogar.
Ambas chicas entrarían al taller de Wataru, el cual, sorprendería a Sakura, al ser su primera vez en un taller de violines, un instrumento de gran disciplina y de porte elegante.
- Wow~ Que genial~
- No es para tanto si vienes seguido...
- Que tanto vienes aquí?
- No mucho, de vez en cuando vengo a ver sus trabajos cuando me llama.
- Oooooh. Estas segura que tú y el, no so-
- No somos eso! – Grito molesta Yukikaze, haciendo que Sakura se empezara a reír fuertemente, al verle el rostro totalmente sonrojado de su amiga.
Entre medio de ellas, pasaría wataru, haciendo que ambas chicas se separen brevemente, además de dejarlas confundidas por el nuevo actuar del chico.
En un violín colocado en una pared, con un hueco para que algún ave se pose sobre un pequeño palo, estaría en su interior, durmiendo, una especie de murciélago.
Este abriría sus alas, pestañando un poco y viendo sus alrededores.
Aquel murciélago era uno muy extraño, ojos de color rojo, cuerpo totalmente oscuro con detalles blancos, además de que un tono dorado sobre su rostro y brazos que resaltaban su pequeña figura.
- Jeje, al fin llegaste Wataru – Diría emocionado aquel murciélago, el cual hablaba, volando enfrente de las chicas, sorprendiendo a Sakura, la cual lo mira por sorpresa.
- No sabes el sueño que tuve, trataba de que yo era un rey y que yo- - Aquel murciélago quedaría en silencio, viendo directamente a las dos chicas.
- Wataru picaron~ andas de bribón el día de hoy~ Jujuju!
- No es nada de eso Kiv- Auch! – El chico intentaría llevarle la contraria, pero al estar agachado y ponerse de pie de golpe, no se dio cuenta que su cabeza choco con el borde de la mesa del centro.
- Ay no te preocupes muchachin~ Solo estoy jugando~ Como has estado Yukikaze?
- Hola Kivat, es bueno volver a verte.
- ¡Digo lo mismo, Y!... ¿Quién es tu sexy amiga~? – Diría aquel murciélago con un buen tono sexy, haciendo un gesto coqueto con sus ojos a Sakura.
- AAWWWWWW! ¡Pero que tierno!
- Que? – Antes de que pudiera volar o decir algo más, seria rápidamente agarrado por las manos de la chica, siendo fuertemente abrazado por esta, siendo pegado al pecho de la misma.
- Que ternurita! ¡Mas encima se hace el hombre con ese tono de voz! ¡Ay! ¿Quién es mi galán? ¿Quién es mi galán?
- Eeeeh, Kivat, estas bien?
- Mmm, mmm, mmp, MMP!
- Que dijo~?
- Que le gusta estar allí~ - Diría en voz baja Wataru, el cual, se acercaría a una olla que estaba hirviendo, al abrirla, desprendería de allí un horrible olor, que asquearía a Yukikaze.
Esta última pondría sus manos en su boca y nariz, aguantando las ganas de vomitar, el olor se esparciría por el lugar, llegando a Sakura, la cual apenas respirar el olor de la olla, su rostro se pondría pálido, sus mejillas se inflamarían y correría rápidamente hacia afuera de la habitación, dejando caer sobre la mesa a Kivat.
- Ah! ¿Eh? Nononono! ¡Espera no te vayas señorita! – Diría exaltado Kivat, alzando una sus alas intentando alcanzar a la chica.
- *Snif* Diablos… Se quemo antes de tiempo… - Diría sorprendido aquel muchacho, tomando una cuchara y revolviendo esa sopa o menjunje que estaba en la olla.
- Ay dios! ¡Que asco! ¿¡Que es esa cosa!? ¿¡Otros de tus raros experimentos de pintura o que!?
- Pues sí, es uno de esos.
- Ay dios… ¿Y qué usaste esta vez?
- Piel de serpiente vieja.
- Oh, que co- ¿¡Como que piel de serpiente!? – Diría sorprendida Yukikaze, retirando sus manos de su boca, pero al volver a respirar ese aire contaminado, se volvería a tapar.
- Debo mezclarlo un poco más, así la pigmentación se esparcirá mejor… Debería dejarlo a fuego lento también.
- Ay dios… - Diría ya harta Yukikaze, caminando hasta un sofá y sentándose en él, sacando de su bolso una toalla, la cual se lo pone sobre el rostro.
Mientras Yukikaze agonizaba y era acompañada por Kivat el cual, se había puesto en sus muslos a llorar por la huida repentina de Sakura, aquella chica de pelo naranja, estaría en el patio, vomitando todo lo que comió en un arbusto cercano, rezando de que su tortura terminase.
…..
…..
…..
…..
En la noche
En la oscuridad de la noche, entre el silbido de los grillos y los ladridos de los perros, sombras a gran velocidad estarían pasando atreves de los techos, con pasos silenciosos y rápidos, que no resuenan en ningún momento.
Aquellas sombras llegarían a un puente, parándose sobre el borde del mismo, una de las sombras se sentaría en el borde, cruzándose de piernas, mientras que las otras 2, estarían de pie.
Una de esas sombras llevaría su mano hasta su oído, en donde se oye un breve pitido de un dispositivo en la misma.
- Aquí la Taimanin Shinganji Kurenai, Estoy en posición junto a Sakura y Yukikaze, esperamos instrucciones, cambio. – Diría aquella chica, revelando quien es en realidad.
Aquella chica tenia un cabello amarillo separado en 2 coletas que llegan hasta sus hombros, un traje ajustado de color azul que cubre todo su cuerpo, unas botas con tacón plateadas.
Poseyendo una gabardina blanca con detalles azules y plateados, que le llegan hasta casi llegar a sus tobillos.
Tanto Yukikaze como Sakura estarían igual que ella, cada una poseyendo ese mismo traje.
Yukikaze tendría un traje parecido a uno de baño, con color base como negro y líneas blancas para detallar, una falda apompada como de ballet en los laterales de su cintura de color rojo, botas de color negro con detalles rojos que, por uno de los lados de sus piernas, llegan hasta sus muslos.
Por último, unos guantes largos hasta sus hombros, donde en la parte del codo, terminarían en una especie de decoración con cierto parecido al de una flor, de color rojo que va en dirección a la mano y la del lado contraria, de color blanco.
En cuanto a Sakura, su traje similar en color al de Yukikaze, pero al lateral suyo, los colores de la falda serian de un color naranja como su pelo, al igual que el resto de detalles en su traje, con botas larga que terminan en tacones con algunos bordes de color naranja.
Las 3 chicas estarían en las cercanías de una vieja fábrica, esperando el momento de actuar.
- Recibido, estaré aquí para resolver cualquier duda que tengan.
- Muchas gracias señorita Kousaka, cambio y fue-
- Señorita Kousaka, ¿Exactamente que hacemos aquí? En una fábrica toda fea y aburrida.
- Sakura!
- Que? Solo pregunto Kurenai.
- Serás una-
- Ara Ara~ ya dejen de pelear, y claro, están allí para interceptar a nuestro objetivo, el objetivo es el presidente de la compañía Fuudo.
- A un dueño de empresa?
- No, ese es meramente su alias Yukikaze, en realidad, ese sujeto es un monstruo.
- Oooooh~ Conque los demonios volvieron a hacer de las suyas, eh?
- No tan exactamente, es un demonio por mucho superior a los comunes o alguno que sea especial. Considerados como reyes entre ellos mismos, son llamados Fangires, y nuestro objetivo es uno de ellos. Ya ha matado a 5 de sus secretarias, sin dejar rastro, varios de los miembros de la misma compañía nos contactaron para averiguar.
- Enserio? ¿Desde cuándo nos volvimos policías?
- Esto es algo que se escapa de los asuntos mas mundanos de los policías, esto ya es cosa seria Sakura, así que deja de actuar como una mocosa y concéntrate. – Diría molesta Kousaka, terminando su sermón cortando la llamada.
Tanto Kurenai como Yukikaze se quedarían mirando algo molestas a Sakura, la cual, sonreiría nerviosa ante la mirada juzgadora de sus compañeras.
Pero no duraría mucho, al verse como un auto se estacionaba en las afueras de la fábrica.
- Ya llego~! ¡Vamos~! – Diría Kurenai, viendo a ambas chicas, las cuales asienten antes las palabras de la chica, bajando ellas 2, mientras que ella, se quedaba en el puente.
En el auto, una chica miraría algo confundida el lugar, mientras que detrás de ella, el objetivo de las chicas estaría tranquilo, mirando por la ventana con un rostro sereno.
- Eeeh, señor, nos equivocamos de camino…
- No, no lo hicimos, ¿qué tal si bebemos algo? Soy muy afortunado de tener a una linda secretaria... Salud. – Diría mostrando una sonrisa maliciosa, viéndose como sus ojos se vuelven pálidos y su rostro comienza a tener marcas iguales a los de una vidriera de iglesia.
Rápidamente, toma con fuerza el brazo de la chica, la cual, grita alterada y asustada, moviéndose con brusquedad, pero ni con eso fue capaz de zafarse del agarre de sujeto, el cual acerca su otra mano y agarra con fuerza el cuello de la chica.
Pero el sonido del techo del auto siendo cortado o atravesado por algo, detendría al hombre, el cual, guía su mirada hacia su izquierda, viendo como el filo de una espada ninja estaría rosando su rostro.
Suelta de manera brusca a su secretaria, echándose lentamente hacia atrás, sin despegar su mirada del arma, rápidamente y sin pestañear, movería su cabeza hacia la derecha, esquivando un disparo que atraviesa el asiento y el metal.
Parpadea y mira fijamente, viendo por el parabrisas como a lo lejos, estaría Yukikaze, la cual sonríe burlona ante el sujeto.
El hombre sonríe, perro rápidamente desaparece al escuchar como su auto es destruido de nuevo, mirando hacia la izquierda, viendo que una daga había atravesado su ventana lateral.
La daga es rápidamente alejada de ella por un tentáculo hecho de sombras, yéndose de allí y quedando en las manos de sakura, la cual, le saca la lengua al hombre.
- Jeje~…. Sera una buena noche~… - Diría algo emocionado, sacando de su chaleco un celular, con el cual, marca un numero en el mismo y llama al mismo.
- Habla Tsugami, necesito hombres, ahora. – Diría, cortando rápidamente la llamada, suspirando y quebrando con rabia el celular.
Sakura y Yukikaze se acercarían lentamente hacia el auto, ambas con la guardia en alto y listas para algún movimiento.
La chica morena vería a la mujer lastimada, la cual la mira con miedo y sorpresa, sin perder tiempo, le haría señas con su muñeca y arma en mano, indicándole de que se baje del auto y corra.
Tsugami abriría la puerta, abriéndola lentamente y bajando de la misma, tras cerrarla, miraría a la espada clavada en el techo del auto.
Este intentaría tomar aquella espada, pero vería como una especie de remolino se formaría en él y saldría volando en dirección al camino por donde vino.
Curioso, miraría hacia atrás, viendo como aquella espada se posaría en la mano derecha de Kurenai, la cual, con un rostro serio, apuntaría con la misma a Tsugami.
- Ríndete y acepta tu castigo demonio! ¡No dejaremos que mates a un inocente!
- Hmp!... ¿Demonio? Eso ofende, ¿Sabes? – Diría con una sonrisa burlesca, mientras empezaba a reírse lentamente.
La peli rubia se enojaría, al igual que sus compañeras, pero sin previo aviso, Sakura correría hacia él y lo atacaría con sus dagas.
Con un corte horizontal, el arma de Sakura seria detenida por la mano del hombre, la cual no recibió el más mínimo daño, sorprendiendo a las presentes.
- Por favor~ Usa un poco mas de fuerza~ - Dijo sin más, tomando bruscamente de la muñeca a Sakura y levantándola por los aires, estrellándola fuertemente contra el maletero del auto.
Esto alerto a las chicas, que rápidamente actúan.
Yukikaze corre por su lado derecho, empezando a soltar disparos a diestra y siniestra, los cuales, eran evitados por las manos del hombre, el cual no tenía ningún problema en bloquearlas.
- Por favor, no me arruines el traje, ¿sí? – Dijo con un tono burlón, pero sus ojos se abrirían en grande, al mirar por encima de su hombro y ver como Kurenai, había saltado lista para atacarlo con sus 2 espadas.
Al instante se gira y todo su cuerpo tiene las líneas de una vidriera de iglesia, quebrandose como un espejo y revelando su verdadera forma.
Las 2 espadas, una larga y otra corta impactan sobre él, generando chispas que salen de sus hombros, pero ocasionándole ni el más mínimo daño.
Las 3 se sorprenderían al ver la verdadera forma del hombre, la cual, era parecida a un caballo, uno de color azul, pero su boca era la de un monstruo de pesadilla.
Rápidamente toma del cuello a Kurenai y la lanza lejos de él, haciendo que esta botase sus armas, sakura se reincorpora y le daría una patada en el pecho a este, haciendo que retroceda levemente.
Con velocidad, Sakura se bajaría adolorida del auto, empezando una serie de ataques con sus dañas, las cuales, son esquivadas o desviadas por las manos del Fangire con facilidad.
Yukikaze aprovecha y dispara, impactando en la cabeza de este, llamando su atención, logrando que Sakura lograse un golpe limpia con ambas dagas en el pecho del mismo.
Pero no había efecto, lo cual sorprende a la peli naranja, la cual, es tomada del cuello por este último, siendo elevada con facilidad.
El Fangire levanta su puño y lo lanza al rostro de Sakura, pero ese puño serio detenido por la palma de un oso, uno hecho de sombras, el cual sorprendería al caballo.
Sin perder el tiempo, Sakura le daría un rodillazo en la barbilla, liberándose y retrocediendo, dejándole vía libre a que Yukikaze lo llenara de disparos, los cuales impactan tanto en el como en el auto, generando un centenar de chispas que salpican por todos lados.
Tras eso, Yukikaze junta sus 2 pistolas, apretando el gatillo y manteniéndolo, generando en ambos, una bola de electricidad de color verde que empieza a cargarse.
- Toma esto caballo de mierda! ¡Arte ninja del rayo! THUNDER BULLET! – El disparo es ejecutado y viaja a una increíble velocidad hacia el Fangire.
Rápidamente, sin perder el tiempo, el Fangire toma una protuberancia en su hombro y la arranca, convirtiéndola rápidamente en una espada, con la cual, corta en 2 aquella esfera de electricidad.
Al separarse, las 2 mitades chocan contra el auto, haciendo que este se echara hacia atrás, provocando que la secretaria que estaba justo bajando, fuera mandada a volar y chocara contra un barril.
El sonido del mismo alertaría al Fangire, el cual se gira a ver como su secretaria, empieza a correr al interior de la fábrica.
Con un gruñido molesto, devuelve su espada al hombro, empezando a caminar en dirección a su comida.
- No tan rápido! – Gritaría Yukikaze, la cual correría en dirección al caballo, empezando a dispararle nuevamente.
Sakura y Kurenai también se levantan y corren también en dirección al Fangire, preparando ambas un ataque en conjunto.
Tsugami, ya harto, volvería a tomar su espada.
Cargando energía en ella y haciendo que brillara como un vidrio de iglesia, lanzaría un potente corte de energía que echaría a las 3 Taimanin lejos de el y cayendo al suelo adoloridas.
Con un bufido, guarda su arma y vuelve a caminar, volviendo a su forma humana, empezando a arreglarse el traje y la corbata.
- Aaagh…
- ¡Mi-… Aagh, mierda!
- No pierdan la compostura chicas! ¡Vamos! ¡Levántense y detengámoslo! – Gritaría Kurenai, levantándose con esfuerzo y corriendo detrás de él, siendo seguida rápidamente por Yukikaze y Sakura.
Pero justo delante de Tsugami, un auto llegaría, en donde, 2 hombres se bajarían rápidamente, preocupados por su jefe.
- Señor presidente! ¿¡Quien lo ataco!?
- Esas 3 mujeres, acábenlas. – Diría con seriedad y con un tono de molestia casi imperceptible, pasando entre ambos hombres.
Estos 2, sacarían de sus trajes 2 porras eléctricas, sacándola y activándolas al instante, sorprendiendo a las 3 chicas.
- Corran!
- Que!?
- Dije corran! – Grito Kurenai, empezando a correr en dirección contraria, seguida por ambas chicas y por los guardaespaldas que le gritan desde atrás que se detengan.
Las 3 chicas estarían corriendo en dirección opuesta, alejándose lentamente de la fábrica.
- Porque corremos Kurenai!?
- Si! ¡Tenemos que salvar a esa mujer!
- Y lo haremos!
- Aja si! ¿¡Pero como!?
- Yukikaze! ¡Utiliza tu arte ninja y vuelve a la fábrica! ¡Yo y Sakura los distraeremos! – Ordeno Kurenai, ganándose un asentimiento de confirmación por Yukikaze, la cual, con un gesto de manos, su cuerpo se rodearía de electricidad y desaparecería al instante de su lado.
Los hombres se sorprenderían, pero no perderían el tiempo y continúan siguiendo a las 2 chicas, que reducen su velocidad, para mantener la persecución.
En la fábrica.
Sobre un puente de la fábrica, en donde en la cima se encontraría una habitación.
La mujer estaría jalando de una puerta, intentado abrirla, moviendo la manija, pero sin tener ningún resultado, deteniendo su movimiento, al escuchar como unos pasos se estarían acercando a ella.
Girándose con terror y lentitud, vería como Tsugami, se acerca lentamente a ella, con una sonrisa macabra en su rostro, ahorcaría fuertemente a la mujer, chocándola contra la puerta y elevándola con facilidad.
- Jeje~ Salud~ - Diría, viéndose como un par de colmillos aparecerían arriba de él, clavándose en el cuello de la mujer.
Aquella mujer empezaría a ahogarse, mientras su cuerpo, empezaría a transparentarse, hasta que los colmillos se separan de ella, cayendo al suelo moribunda.
Aquel Fangire sonreiría con malicia, empezando a caminar, pasando por encima del cuerpo, pero se detendría de golpe, al ver, como enfrente suyo, estaría Yukikaze, que estaría shockeada viendo el cuerpo de la mujer.
- ….
- Hmp! Muy tarde – Se burlo el Fangire, volviendo a transformarse en su verdadera forma.
- Tu!... TU!... ¡MALDITO MONSTRUO! – Con su colera hasta las nubes, dispararía con desesperación, estallando en chispas el puente y el cuerpo del Fangire.
Con velocidad, este último se acercaría de golpe a Yukikaze, la cual, aun hundida en su colera e ira, seguiría disparando sin importar si estaba a quemarropa, hasta que es tomada por el rostro y estrellada con fuerza contra el puente.
El Fangire la seguiría estrellando contra el suelo, hasta romper el puente en dos, cayendo al suelo de la fábrica, cayendo sobre cajas y partes metálicas de la fábrica.
Sakura y Kurenai llegarían al lugar, viendo una enorme cortina de humo debajo del puente, viendo como es lanzada Yukikaze en dirección a ellas, ambas se sorprenderían.
Kurenai, molesta, correría en dirección al humo, pasando a través de él y viendo sus alrededores, corriendo rápidamente a las afueras de la misma.
Ya afuera, Kurenai estaría jadeando cansada, apretando sus dientes con rabia mirando a todos lados, intentando encontrar al monstruo que se escapó.
Frustrada, se golpearía la frente con el pomo de su espada, molesta consiga misma.
- Carajo! ¡Carajo! ¡Carajo! … !! Yukikaze! – Guardando sus armas y corriendo de regreso a la fábrica, volviendo con las chicas, viendo como Sakura, estaría socorriendo a Yukikaze, la cual, se encontraba bastante herida.
Entre las 2 chicas, ayudarían a su compañera, mientras que Shinganji, comunicaría lo sucedido a Kousaka, la cual le contaría a Asagi lo que pasó aquella noche.
…..
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…..
A la mañana siguiente
Sesión de fotos de la revista de Shibuya.
- Muy bien! ¡Eso es! Ahora una linda sonrisa por favor. ¡Eso es! ¡Justo así! – Diría un fotógrafo, sacándole una foto a una modelo, la cual posaba sin mayor problema.
Mas tarde.
En un local de comida, sobre la mesa, una bandeja con un tazón de arroz, una ensalada de atún, un pescado frito y una sopa estarían casi todo vacío, mientras que una chica de pelo amarillo, estaría comiendo lo que queda del tazón de arroz.
El lugar estaría lleno de hombres mayores, la mayoría de la construcción, estarían mirando sorprendidos a esa chica, comiendo de vez en cuando, sin apartar la mirada.
- (Espero y esta misión funcione… Según Kousaka, esta misión era una forma secundaria de llamarle la atención a ese Fangire llamado Tsugami… Pero la Taimanin que hacia la misión tuvo un inconveniente y ahora tengo que hacerle relevo…)
Con un suspiro, Shinganji terminaría de comer dejando el tazón sobre la mesa y cruzándose de brazos.
- (Yukikaze termino herida y fuera de la misión por mi culpa… Debí pensar en algo mejor, un plan que no nos hubiera perjudicado… Sobre todo… Nos hubiera ayudado a que esa mujer hubiera estado viva ahora… Maldición…)
Otro suspiro saldría de ella, mirando el techo con un semblante triste que la carcome por perjudicar a su compañera.
Bajando su mirada vería como aquel pescado que comió, se estaría moviendo lentamente de su plato, sacándola de sus pensamientos tristes.
Confusa, ve como el pescado ya se fue, apoyándose sobre la mira y mirando por debajo de la mesa, viendo como un chico con guantes, mascarilla, lentes, gorro y un impermeable transparente, le estaría robando aquel pescado.
Antes de que el pescado entrara en una bolsa, aquel sujeto se detendría, el cual era Wataru, levantaría lentamente su mirada y chocando con la de Kurenai.
- ….
- ….
Asustado y en pánico, se pondría de pie rápidamente, tambaleando torpemente y empezando a correr de allí.
- Eh!? ¡Oye! ¡Regresa! – Kurenai corre rápidamente detrás del chico.
En la vereda, Wataru llegaría corriendo a la misma y casi cayéndose al suelo por haberse tropezado, mirando a ambos lados totalmente asustado, mira a la derecha y corre hacia ella, pero se detiene al ver por el rabillo de su ojo, que el pescado se le había caído.
Retrocede y toma aquella espina de pescado y vuelve a su intento de escape, pero es rápidamente detenido por la chica de antes, la cual lo sujeta con fuerza de sus brazos.
- Oye! ¿¡Que te ocurre!? ¿¡Porque robaste eso!? ¿¡Para que lo quieres!? – Grito molesta aquella chica, viendo como aquel chico solo se le queda mirándola, mientras temblaba como una jalea.
Tanto eran sus temblores, que la cabeza de aquella espina de pescado, se cayó al suelo.
Un rato más tarde.
Ambos se encontrarían en una cafetería, sentados frente al otro, en un silencio incomodo entre ambos, viéndose entre ellos, aunque el chico mantiene su mirada puesta en el suelo y Kurenai, sobre el chico que no la mira.
- Mmm… (¿Quién es este chico? ¿Porque me robo ese pedazo de pescado? ¿Y porque este vestido así?) – Se preguntaba para sí misma, pensando en alguna idea del porque el chico se vestiría así.
- ….
- ¿Dime chico, porque te robaste los restos de mi comida? – Pregunto seria Kurenai, viendo fijamente a Wataru, haciendo que este elevara con temor su cabeza para verla.
Con nerviosismo, sacaría de su chaqueta aquella libreta con notas, pasando página tras página, hasta encontrar la indicada para responder.
- …
- Eh? “Papas, huevo, mantequilla… Perejil”? – Se pregunto confundida, alertando enormemente al chico, el cual, se había equivocado de página.
Rápidamente, empezaría a cambiar de página a página, teniendo temblores y una mirada de preocupación absoluta, arrugando las hojas por error y perdiendo tiempo en arreglarlo.
- (Mmm… ¿Estará todo bien en él? Esta nervioso, tenso y con mucho miedo... Es como si fuera un niño asustado, perdido en la calle y gritando por sus padres… Bueno, debería de actuar.) ¿Podrías quitarte la mascarilla y los lentes? Talvez eso dificulte tu vista jeje~
Pregunto con una leve sonrisa, deteniendo el errático movimiento de Wataru, ganándose la mirada de este.
Congelado en esos momentos, le tomo cierto tiempo a su cabeza activarse y decir qué no con la cabeza, continuando con la búsqueda de una respuesta.
Ese acto sorprendió a la chica peli amarilla, la cual, con un suspiro, toma la mano de Wataru con ambas manos, deteniendo otra vez el movimiento del chico ansiedad.
- Oye, tranquilo, no se porque cosa o suceso estes pasando, pero estoy aquí para ayudar en lo que necesites~ - Dejando salir una hermosa sonrisa, que encantaría a cualquiera, captando enormemente la atención del chico.
- Puedes contarme lo que te sucede, lo comprenderé – Diría con cierto tono desanimado, mirando a la mesa, para luego sonreír y respirar un nuevo aire para seguir con su mensaje motivante.
- Porque yo también podría haber pasado por algo similar a ti y por eso mismo, te ayudare a superar lo que t- - Kurenai se detendría de golpe, al quedarse sorprendida y confusa, al ver como aquel chico estaba totalmente rojo mirando como esta estaba tomando su mano con la suyas, rojo como un tomate y sacando humo como si fuera una fogata.
La cabeza del chico llegaría a su límite, soltando una gran explosión de humo sobre su cabeza, Wataru, a quedado fuera de servicio.
Los comensales quedarían confusos con lo sucedido, pero Kurenai estaría mucho más, sonrojándose levemente al darse cuenta de lo que hizo.
- AY DIOS! PERDON PERDON! ¡L-LO HICE SIN QUERER! (¡Ay dios! ¡Junte mis manos con las de un chico cualquiera y no con mi futura pareja! ¡Ay dios! ¡Soy una sucia!) – Se grito así mismo en su cabeza, tapándose el fuerte rubor que había en sus mejillas.
Subiendo la mirada avergonzada, Kurenai vería como los lentes estaban empañados en jadeos ahogados por esa mascarilla, preocupando a la chica peli amarilla.
- E-espera! ¡Tienes la vista tapada y puedes ahogarte con la mascarilla! ¡Déjame ayudarte por favor! – Rápidamente se pone de pie, acercándose a Wataru para quitarle las cosas que tiene puesta en la cara y cabeza.
El chico se percataría de esto, rápidamente agitando la cabeza en negación y forcejando torpemente con Kurenai, evitando que toque algo que el porte.
- O-oye! Tra-tranquilo! ¡Solo trato de ayudarte! – Gritaría en el forcejeo, mientras el forcejeo avanzaba, aprovecha y le quita la gorra de lana, viendo el cabello café del chico.
El dueño de la cafetería, extrañado y preocupado por lo sucedido, miraría constantemente a los comensales del lugar, dándoles señas de que todo estaba bien, mientras por dentro, deseaba que eso terminara ya.
Con dificultad, debido al movimiento de Wataru, Shinganji lograría tomar tanto la mascarilla como los lentes al chico, alejándose del chico y teniendo ambas prendas en sus manos.
- Uff! ¡Listo! Ay dios… Oye, no era necesario poner tanta resiste-
- ….
Ambos chicos se quedarían viendo, completamente congelados frente al otro, contemplándose el uno al otro, mientras todo el mundo se detenía.
Pelo castillo claro, nariz recta, ojos cafes tan oscuros como un chocolate y un labio superior algo grueso. Asi describiría las facciones Kurenai en su cabeza.
Mientras que aquel chico, no dejaba de mirar a la chica, pelo rubio sujetado en 2 coletas, nariz pequeña y puntiaguda, ojos azules como el cielo o el mar, junto a unos labios pequeños y a la vez algo carnosos, mantenían distraídos al chico de su ansiedad.
El tiempo seguía avanzando, pero ambos jóvenes de edades cercanas no se dejarían de mirar, descifrándose el uno al otro en un duelo silencioso que nadie entendía del porque sucedía.
- Que… Lindo… - Menciono en voz baja Kurenai, pero a pesar de ser apenas audible, eso llego a los oídos del muchacho.
Avergonzado, su rostro se pone rojo al instante, tapándose la boca desesperada mientras extendía una de sus manos por sus cosas.
- Eh? ¿¡Q-qu-que sucede!? ¿¡Todo bien!?
- Mis cosas! ¡Sufro de alergias! ¡Soy alérgico a este mundo! Po-por favor devuélveme mis cosas por favor!
- A estes mundo? (¿Que querrá decir con eso? De todas formas, ¡debería ayudarlo con ese problema!) ¡Tranquilo! ¡Te ayudare a superar tus alergias! ¡Con técnicas de respiración!
- Que!? – Gritaría sorprendido, viendo como sus cosas son dejadas con cuidado sobre la mesa, pero siendo tomado de las muñecas de ambos brazos.
- EH!? AAAAH! AAAAAAH! – Rápidamente cierra su boca, mientras hace fuerza para zafarse del agarre.
- Tranquilo! ¡Juro que te ayudara muchísimo! ¡Solo inhala y exhala! – Grito animada Kurenai, respirando junto al oído de Wataru, además de poner sus pechos sobre la nuca y cierta parte del hombro del chico.
La respiración y el toque de algo suave en su cuello, haría que tuviera otro colapso de calor en su cabeza, dejándose guiar por las indicaciones de aquella chica.
Con temor, el chico respiraba pocas cantidades y exhalaba de más, siendo corregido amablemente por aquella chica, que lo guía con la mejor de las actitudes.
Luego de unos segundos, el chico respiraba con normalidad el aire a su alrededor, haciendo los mismos movimientos sin la ayuda de Kurenai, la cual, estaba a un lado del chico.
Wataru se da cuenta al abrir sus ojos y mirar a la derecha, encontrándose con Shinganji, la cual lo miraba con una sonrisa.
- Lo ves? No era tan difícil. – Sonriendo alegremente frente al chico, el cual, se queda quieto de golpe y baja sus brazos a una posición mas normal, sin perder de vista a la chica.
El momento se vería interrumpido por una llamada, sacando del breve trance que había entrado Kurenai, sacando su teléfono rápidamente, temblando un poco por la sorpresa de la llamada.
Kurenai contesta la llamada, alejándose un poco y contestando la llamada.
- S-si!? ¿¡Señorita Kousaka!?
- Oye Kurenai, es tiempo de moverse, aquel Tsugami cayo en la trampa, hoy en la tarde te juntaras con el para una sesión de fotos, prepárate.
- Eh? Si señora, pero… Estoy algo ocupada ahora~…
- Te refieres a tu cita con tu novio!?
- NOVIO!? – Grito casi histérica, sonrojándose hasta quedar como un tomate, asustando a Wataru, el cual también se sonroja.
- Ay! ¡Oye, eso duele! Me gritaste directamente al oído.
- Eh? Po-porque debería disculparme por algo que usted hizo!?
- Deja de gritar, los comensales están viendo y el chico se fue.
- Se fue!? – Kurenai se giraría y vería como la mesa estaba vacía, además de ver como aquel chico se había llevado de todas formas aquel pescado.
Pero le llamaría la atención a aquella chica, acercándose a la mesa y viendo como en la silla había una hoja de la libreta del chico, acercando su mano y tomando la nota, leyéndola.
- “Gracias”
Kurenai se quedaría mirando aquella nota, sonriendo levemente, tomando sus cosas y yéndose de la cafetería.
…..
…..
Mas tarde
…..
…..
- No sabe cuanto me sorprendió que me llamara señor Tsugami. ¡Soy su fanática! (Ay dios, que bueno que el disfraz que diseño la señorita Emily funciona perfectamente) – Diría Kurenai, teniendo el aspecto de la Taimanin que esta reemplazando, sosteniendo en sus manos una revista en donde aparece Tsugami en ambas partes de la misma.
- Jeje, y viceversa, eh visto tu trabajo por un largo tiempo, eres una excelente modelo. Tengo una idea y quiero compartirla, ¿Vamos a mi estudio y hacemos una breve sesión?
Preguntaría aquel hombre, apoyándose con ambos brazos sobre la mesa.
- Enserio!? ¡Ay claro que sí señor Tsugami! ¡Muchísimas gracias por la oportunidad! – Gritaría fingidamente Kurenai, emocionada y dando una leve reverencia en agradecimiento.
- (Es un poco difícil actuar como alguien más… Pero estoy segura que sin el disfraz, me seguiría costando mentir de esta manera…) – Suspirando levemente, volviendo a tomar una actitud emocionada por la noticia.
Mas tarde
La sesión de fotos pasaría con normalidad, siendo el primero en sacarse esas fotos es Tsugami, posando y sonriéndole de vez en cuando a Kurenai, la cual, lo miraba con una admiración fingida, que le costaba mantener.
A continuación, vino ella, posando como Kousaka le había ensayado, por fuera parecía una mujer segura, pero por dentro se moría de la vergüenza, al hacer poses que resaltan su figura.
La sesión se tomaría un descanso, dejando libre a Kurenai, la cual se acerca a una de las mesas y empieza a tomar algo de agua de una botella.
- (Uff~ Bien, el plan sigue en pie y no se ha dado cuenta. Este tiempo libre lo usara para actuar, hasta que no esté lejos de estos civiles, no podre pelear adecuadamente, debo seguir fingiendo lo mejor posible… Sobre todo, vengar a Yukikaze.)
Terminándose la botella sin darse cuenta, sorprendiéndose y ruborizándose, por si alguien la había visto, pero el colorido alrededor se vería ennegrecido por unas cortinas negras que la rodean rápidamente.
- Eh? (¡Ya comenzó!) – Sorprendida, mirando hacia todos lados, mientras unos ojos de un color vidrioso la miraban seguidamente.
- Gracias por venir~ Tu belleza hace todo mas digerible~ - Dijo una voz de ultratumba, mientras Kurenai, fingía miedo y camina hacia atrás, chocaría contra algo, alejándose rápidamente y mirando contra que choco.
Aquellos ojos demostrarían ser Tsugami, el cual, tendría ese patrón de vitral de iglesia en su cuello y mitad del rostro, sonriendo maliciosamente ante Kurenai.
- Salud – Menciono mientras se relamía sus labios, asustando a Shinganji y haciendo que esta corra del lugar, haciendo que este último empezara a reír.
En casa de wataru.
El chico se encontraría en el baño, con el agua de la bañera hasta el pecho, estando en posición fetal mientras su mirada no se desviaba del agua.
Con un rostro algo triste y agotado, mantendría su mirada perdida, mientras que cerca de él, en un recipiente de jabón en barra con de violín, estaría flotando Kivat, el cual estaba acompañando a su compañero.
- Oye Wataru, ¿Todo bien chiquillo? – Pregunto curioso, siendo respondido por un sí, queda Wataru con su cabeza.
- Aja... ¿Aun pensando en aquella chica de la tarde? – Pregunto con un tono picaro, alertando a Wataru, el cual abre sus ojos de golpe.
- Era una chica encantadora no es así? ¿Sonrisa bella como la Mona Lisa? ¿Cuerpo de envidia como el de la señorita Sakura? ¡Vamos Wataru, cuenta cuenta! – Diría emocionado Kivat, volando por los alrededores y enfrente de Wataru.
El chico, aun siendo perseguido por los sentimientos que invadieron en su cabeza al verla, se movería a la otra esquina de la tina, dejando a Kivat solo en la otra.
- Oye! No me dejes en visto, eso es de mala educación.
- N-no se de que me hablas… Además, no deberías hacer ese tipo de comparativas si no la conoces…
- Wow! Defendiendo a una chica que apenas conoces, que galán.
- No es por eso…
- Seguro?
- ….
- Eeeh, Wataru?
- La verdadera pregunta… Es si realmente soy alérgico a este mundo Kivat… Ella… Me ayudo y me demostró que… estaba mal.
- Ooooh~ Comprendo ahora lo sucedido Wataru, sinceramente, eso es genial.
- Tú crees?
- Por supuesto! Ahora no vivirás encerrado en esta casa con olor a muerto.
- Mmm… Si puedo respirar el aire de este sucio mundo… ¿Eso me vuelve en un humano sucio?... Me asusta pensar en ello…
- Hmp! ¡Idiota! Sakura y Yukikaze viven respirando ese aire y no son sucias, claro que no, son tus amigas y personas importantes para tu circulo personal
- Metes a Sakura por el hecho de que te gusta? Porque tu sa-
- Si lo se! No soy olvidadizo wataru, llevas algunos meses conociendo a nuestra amiga bronceada enojona y un día a la chica de mis futuros sueños~
- Iiiuug… - Dijo Wataru, poniéndose de regreso en la posición fetal, a la vez que Kivat, se vuelve a meter en su mini bañera, que era aquel violín que flotaba como un navío.
Ya salidos ambos de la ducha, fueron volvieron a la sala, Wataru se sacude la toalla en su cabello mojado, acercándose a la olla y abriéndola, viendo que ahora lo que se estaba cocinando era el pescado que había traído él y que le dio Yukikaze.
- Mmm… Debo darle algunas vueltas, talvez así el color mejora.
- Mejor abre las ventanas! ¡Que me estoy muriendo por este calor y olor! – Gritaría una voz femenina detrás de él, asustando al chico que, al girarse, vería a una vendada Yukikaze, que tendría en sus manos una cuchara y un flan.
- Yu-Yukikaze!? ¿¡Que haces aquí!? ¿¡Y porque te estas comiendo mi flan!?
- Dije que abrieras la ventana! – Grito, ordenándole al chico el cual actúa rápidamente y abre las ventanas como le dijo Yukikaze.
Con un bufido de soberbia, La chica la cual vestía una camisa y unos pantalones de pijama que eran del chico, sentándose en un sofá cercano a la mesa de carpintería que tenía el chico.
- Mmm… ¿Porque usas mi ropa?
- Es cómoda y eso me gusta – Sonriendo mientras continúa comiendo ese flan.
- Aja… Por cierto, ¿A qué se deben esas vendas? ¿Paso algo? – Pregunto el chico mientras se acercaba a la olla y empezaba a revolver este último.
Nerviosa y contra la pared, la chica bronceada movería sus ojos por todos lados, hasta crear una buena mentira.
- En la academia, unas chicas nos molestaron a mí y a Sakura, nos dijimos cosas y la pelea inicio… P-por eso estoy herida.
- Aja, ¿Te dijeron pecho plano o tabla de carpintearía? Jajaj- - Se reiría Kivat, siendo rápidamente atrapado y siendo jalada de ambas alas por aquella chica, la cual su rostro de “me atrapaste” paso a uno de molestia y rabia.
- Maldito murciélago! Te voy arrancar las alas y no volaras más! – Grito enojada, jalando con más fuerza las alas del pequeño murciélago.
Wataru solo suspiraría, revolviendo aún más aquella olla, viendo levemente su reflejo en el extraño caldo que estaba preparando.
Sin darse cuenta Yukikaze estaría a su lado, viendo el interior de la olla, asustándose por el horrible olor del mismo y tapándose la nariz, sorprendiendo a Wataru que no la había visto.
- Iiiiiiuugg! ¡Huele horrible! ¿¡Como lo soportas!?
- Costumbre creo yo.
- Aja… ¿Pero porque lo haces? Todos tus intentos fallaron y no has podido progresar algo con todos estos violines vacíos y esparcidos por el taller. – diría molesta, soltando suspiro de molestia.
Al ver a su lado, se daría cuenta que aquel chico no estaba, pero al bajar la mirada, miro como wataru estaba en posición fetal sosteniéndose la cabeza, triste por las palabras rudas pero realistas de su amiga.
- Ui, yo lo-… Lo siento, aunque, con cualquier cosa te desanimas rápido... – Diría, sentándose en la mesa y viendo como Wataru se pone de pie y mira hacia una esquina.
Yukikaze lo imita y su mirada cae en una vitrina, en donde se encontraría un violín de un color casi único y que resaltaba de entre todos los demás.
- No importa cuánto lo intente... No logro llegar a ese color… ¿Como y cuando podre recrear ese color? – Se pregunto algo desanimado, soltando un suspiro de derrota, pero recibe un ligero golpe en su abdomen y lleva su mano al lugar.
Pero al hacerlo, se encontraría por un borde y una textura a madera, al bajar la mirada, vería que era su violín, viendo a Yukikaze, la cual había vuelto al sofá.
- Porque no tocas un poco? Eso siempre te anime – Diría con una sonrisa, sacándole una leve también al chico, el cual, se pone en posición y empieza a tocar.
Con Kurenai.
Esta había llegado a un estacionamiento, corriendo asustada y ocultándose detrás de un auto, pero al mínimo suspiro de alivio, seria rápidamente tomada del cuello por Tsugami, el cual, se transforma en su forma verdadera.
Mientras el ruido del violín resonaba en el hogar de Wataru, con una tonada ligera y un canto a boca cerrada por parte de Yukikaze, se convertían en la música de una inminente muerte.
Aquel Fangire abriría lentamente su mandíbula, soltando leves gotas de saliva.
Pero antes de que pudiera darse cuenta, recibiría un doble corte en su pecho, retrocediendo, sosteniéndose el pecho.
- Pero que!?
- ¡Caíste en la trampa, maldito demonio! – Dijo Kurenai, desactivando el dispositivo y mostrando su verdadero atuendo y apariencia,
- ….
- ….
Rápidamente, Kurenai sacaría sus armas, avanzando rápidamente a pelear contra el Fangire.
En la casa de Wataru.
La breve música que habían creado seria interrumpida, Yukikaze, recibir una llamada urgente que la sacaría de su trance, mientras que Wataru, escucho como el sonido desafinado de una cuerda de violín lo estaba llamando.
Su mirada va a la vitrina, viendo como una de las cuerdas del violín de su padre estaría resonando, alertando al chico y haciendo que Kivat volara a su alrededor.
- … Yukikaze! Debo-
- ¡Lo siento Wataru, tengo que irme! ¡Nos vemos más tarde! ¡Adiós! – Grito rápido la chica, tomando sus cosas y yéndose rápidamente de la casa de Wataru.
- Ya se fue. ¡Vamos Wataru! ¡Es hora de actuar!
- Si! – Grito, dejando sobre la mesa su violín y poniendo a fuego bajo la olla, caminando rápidamente por su hogar y tomando una chaqueta y bufanda.
Con Kurenai.
Esta seria estrellada contra un auto, abollándolo y esquivando con un salta hacia atrás un ataque del Fangire, el cual, atraviesa el auto.
Rápidamente Kurenai le daría un corte en sus ojos, haciendo que retrocediera y se vaya echando para atrás.
Un breve intercambio se haría entre ambos, hasta que aquel Fangire logra atrapar en pleno ataque ambas espadas de Kurenai.
Pero la peli rubia reacciona y da un salto, dándole una doble patada en el rostro del Fangire, liberando sus armas y dando una voltereta en el aire para recuperarse.
Poniéndose de pie y corriendo hacia el Fangire, este último, soltaría un vapor de su boca, lo cual agarra por sorpresa a Kurenai, la cual es lentamente tirada hacia atrás por el ataque.
Kurenai clava sus espadas al suelo, deteniendo su retroceso, elevando lentamente la mirada, viendo como un rodillazo es propinado en su rostro, haciendo que sangrara de la nariz y chocara contra uno de los bordes del estacionamiento.
Adolorida, la chica se tocaría la nariz sorprendida, pero rápidamente seria embestida por el demonio y atraviesa el borde de concreto, cayendo en caída libre.
Con sus pensamientos algo dispersos, con su arte ninja, logra traer una de sus espadas, tomándola en el aire y cargando un ataque en su arma, lograría crear un tornado, con el cual, logra detener su caída y caer con ligereza.
Se levantaría adolorido, atrayendo su otra espada mientras corre para reubicarse.
Logra tener su otra espada, pero al girar por una esquina, es interceptada por este último, que la agarra del cuello, levantándola por los aires.
Desesperada, empezaría a golpearle con el pomo de su arma pequeña, mientras que, con la otra, lanza espadazo tras espadazo en el cuello del Fangire.
Molesto, golpearía el abdomen de Kurenai, haciendo que esta perdiera aire y botara, siendo lanzada rápidamente hacia la pared.
Mientras que, en un lugar algo lejos de allí.
Wataru estaría caminando en dirección de Kurenai, mientras que, en sus alrededores, estaría volando Kivat, el cual silbaba una melodía.
- Kivat! – Gritaría serio Wataru, recibiendo un si en afirmación por su compañero, el cual, vuela acercándose lentamente más a Wataru mientras continuaba girando.
- Muy bien! ¡A-KIVA-MOS! – Diría emocionado, mientras Wataru alzaba su brazo e intercepta a este mismo en el aire.
Bajaría el brazo al nivel de su cintura, apretando en medio de las orejas de Kivat, haciendo que este abriera su boca.
El chico acercaría al murciélago a su mano izquierda que estaba abierta, mordiendo la misma y haciendo que en la piel de Wataru, los detalles y colores del vitral de iglesia como el del Fangire, apareciera en él.
Mientras que, en su cintura, cadenas rodearían la misma, hasta formar un cinturón, donde en los lados tendría puertos para unas especies de silbatos, además de un poste en el centro.
Wataru alejaría a Kivat de su mano, poniéndolo enfrente suyo.
- HENSHIN! – Gritaría, poniendo boca abajo a Kivat, poniéndolo en el posto y dejándolo caer hacia el centro del cinturón.
Unas hondas saldrían de Kivat, transformando lentamente el cuerpo de wataru.
Tras terminar su transformación, fragmentos como de un espejo saldrían de el, dejando ver su verdadera apariencia.
Un casco reminiscente que da toques a un vampiro, además de unas hombreras que tendrían cadenas, un cuello largo que rodea su cuello, además de una especie de armadura roja y plateada que rodea su cuerpo.
Además de una armadura de pierna para solamente su pierna izquierda, la cual poseía unas cadenas que rodeaban su pierna por debajo de la rodilla.
Salvaje y majestuoso, Kiva empezaría a correr medio encorvado, siendo acompañado por el ruido de las cadenas, los cuales se hacen más fuertes mientras más avanza.
El Fangire se estaría acercando a Kurenai, pero sería rápidamente embestido por Kiva.
Kurenai quedaría sorprendida, poniéndose de pie adolorida, mientras se quedaba mirando al recién llegado.
Kiva estaría cargando con su brazo al Fangire con suma facilidad, hasta lanzarlo y que este impacte contra una reja de metal, haciendo que este la rompiera.
El Fangire se levantaría y quedaría sorprendido al ver quien estaba enfrente suyo, reflejando en su cuerpo su apariencia humana, para poder hablar.
- Tu quién eres!? – Grito molesto, mientras que Kiva, solo se ponía en defensa y empezaba a caminar de lado, haciendo que el Fangire haya lo mismos.
Mientras que lejos de ambos, Kurenai algo herida, se haría acercando al combate, siendo interceptada por Sakura y Yukikaze que habían llegado.
- Kurenai! ¡Lo sentimos por la demora!
- Si! ¡Lo sentimos!
- Chi-chicas!? ¿¡Que hacen aquí!?
- Pues venimos a ayudarte boba! ¿¡En donde esta ese Fangire!?
- Está peleando… Con otro como el…
- Eh?
- Otro como él? ¿Acaso están peleándose entre ellos?
- O al menos uno de ellos lo está haciendo, de todas maneras, ¡hay que actuar!
- Si… - Diría, siendo ayudada por las chicas y avanzando para poder ver el combate entre los Fangires.
Al llegar, verían como ambos demonios estarían intercambiando fuertes golpes entre sí, hasta que Kiva, esquivaría y atraparía el brazo del Fangire, pero este último lo tomaría del cuello y empezando a llevarlo hasta un carga-autos.
Kiva es dado vuelta y bloquea un ataque, para luego responder con un puñetazo, seguido de agarrarle la cabeza al caballo y empezar a darle de rodillazos en el abdomen.
El fangire se libera y al bloquear un ataque, gira a Kiva y lo empuja para que se estrelle contra una parte del camión, pero Kiva con un ágil movimiento, utilizaría la estructura del camión para dar una voltereta y quedar detrás de Fangire.
Rápidamente vuelve el intercambio, pero esta vez, era dominado por completo por Kiva, el cual, estaría demostrando su mejor habilidad para el combate.
En la lejanía, las 3 chicas estarían atentas en el combate, esperando el momento para actuar.
Kiva es golpeado y gira, dándole la espalda al fangire, pero saltando y quedando colgado de una barra, en donde seguiría el combate, bloqueando y golpeando al fangire.
Kiva se bajaría y continúa golpeando, pero es bloqueado y golpeado fuertemente por el fangire, el cual lo tira lejos de allí, subiendo más arriba y empujando un auto.
Rápidamente, Kiva se levanta y salta sobre el capo, quedando encima de este y que este chocara contra otro auto.
Wataru se baja del auto, elevando su mirada y viendo como aquel caballo golpea su brazo, liberando fragmentos de espejos, los cuales, se transforman en una espada que quedo en sus pies.
Con un movimiento, eleva la espada hasta poder tomarla con sus manos eh ir a atacar a Kiva.
Esquiva un corte y esquiva otro, pero rápidamente recibe 2 cortes, uno en el pecho y el otro en la espalda.
- Wow! ¡Se cambiaron las tornas!
- Bien! ¡Es hora de actuar!
- Alto! ¡Detente Yukikaze, no te adelantes!
- Aagh! ¿¡Porque no!?
- Estas herida y es mi responsabilidad como líder de este grupo, cuidarla a ambas y procurar que todas salgamos en una pieza.
- Todo bien, pero que hay del vampiro ese – Diría algo preocupada Sakura, señalando al combate, viéndose como Kiva estaba recibiendo una paliza.
EL fangire da una estocada, que impacta, pero que la misma no logra lastimar a Kiva, debido a que la espada, había sido atrapada por Kivat.
- Lastima~ Intenta de nuevo! – Escupiendo el arma y dejando vía libre para que wataru empieza a golpear a con fuerza al fangire.
Una serie de golpes aturdirían al fangire, el cual contrataca, pero la espada es detenida y rota por la mano de Kiva, el cual, suelta un poderoso gancho que le arranca parte de la mandíbula al fangire.
Aturdido por el golpe, seguiría siendo golpeado en su abdomen, viéndose como su piel se fue trizando con cada golpe, como si fuera un espejo.
Al final de la paliza, Kiva soltaría un poderoso uppercut, mandando a volar lejos de el al Fangire.
Con dificultad, el fangire se levantaría, mientras que Kiva, se iba acercando lentamente, sacando un silbato de su bolsillo derecho.
- Eh?
- Eso es un silbato?
- ….
Se preguntaron las chicas, viendo como Kiva pone el silbato en la boca de Kivat.
- WAKE UP! – Los ojos de Kivat brillan de un rojo intenso, saliendo del cinturón y empezando a volar.
- Eh!? ¿¡Ese no es Kivat!?
- Que!?
- Eh? ¿Quien?
Kiva se encorvaría un poco, mientras que Kivat lo empieza a rodear, cruzando sus muñecas, generando una neblina roja que rodea todo el lugar.
Las muñecas estarían al nivel del rostro mientras la misma iban bajando lentamente los mismos, soltando un suspiro de concentración.
Los alrededores se oscurecieron, la luna predominaba el lugar e iluminaba los alr3ededores.
- Que!?
- Acaso cambio el terreno!? – Se preguntaron Yukikaze y Sakura, mientras que Kurenai permanecía mirando al extraño fangire.
Rápidamente, Kiva levantaría su pierna derecha de forma diagonal, siendo rodeada rápidamente por Kivat, liberando las cadenas y mostrando una pierna monstruosa, con un orbe verde al centro y alas de murciélago en sus costados.
Agotado, el fangire caballo se levantaría lentamente aun herido, Kiva da un gran salto, elevándose hasta estar por delante de la luna y estando boca abajo.
Rápidamente gira y empieza a caer a gran velocidad, impactando en el pecho del fangire, rompiendo su armadura natural y haciendo que fragmentos del mismo se dispersaran.
El fangire seria arrastrado, mientras Kiva aún seguía pegado a él, hasta impactar en una pared, en donde, debido a la gran fuerza, un poderoso estruendo se escucharía, además de dejar una marca de impacto con un logo que era parecido a un murciélago.
El golpe genero una onda que rompió los vidrios de los edificios y de algunos coches de la cercanía, además de obligar a las chicas a cubrirse.
En las a lejanías, en un edificio, la cabeza de un dragón emergería del mismos, la bestia soltaría un rugido, liberándose de esa capa de un edificio moderno, cambiando a su verdadera apariencia.
El dragón de cierto color morado, su cuerpo se conformaría por un castillo medieval o gótico, que fungiría el rol de su cuerpo, mientras que sus alas, cola y sus 4 patas, serian las de un dragón ya clásico.
Con sus pequeñas alas, emprendería el vuelo, dejando un enorme hueco en el edificio, pero que rápidamente seria reemplazado por otro más.
Kiva, miraría al fangire, bajando su pierna con un rápido movimiento, dándole la espalda y el orbe en su pierna brillaría con intensidad.
Viéndose como todo el cuerpo del fangire, su color azul se torno en los colores de un vitral de iglesia, rompiéndose en mil pedazos y dejando solo un orbe que brillaba con esos mismos colores.
El dragón llegaría y se pondría cerca de Kiva, abriendo sus fauces y mordiendo aquel orbe, empezando a masticar, terminándolo por tragar y soltar un rugido que resuena por todo el lugar.
Las chicas saldrían de su cobertura, viendo asombradas y perplejas un dragón con un cuerpo de castillo, viéndose como este, alza el vuelo a un lugar desconocido.
Con la partida del dragón, el día volvería a su normalidad, con ese cielo despejado de la tarde temprana, la pierna monstruosa de Kiva seria en vuelta una vez mas por esa armadura y cadenas.
Sin decir nada, Kiva se daría la vuelta y empezaría a caminar, yéndose del lugar.
Mientras se iba, las chicas saldrían de su escondite y se quedarían mirando, a aquel fangire que las ayudo a eliminar su objetivo.
Pensativas y con muchas preguntas, no sabían cómo proceder, no sabían que hacer ahora.
- Eeeeh… ¿Y qué hacemos?
- Si… Pregunto lo mismo, Kurenai, ¿Alguna idea?
- Eh? ¿Que?
- Que hacemos? Ese fangire o que se yo, nos ayudó, pero tiene a Kivat, puede que lo haya secuestrado o algo.
- Eso no lo podemos saber Sakura, puede que Kivat este ayudando a ese fangire para que pueda detener… ¿A los demás?
- Con cada palabra se generan mas preguntas… - Dijo rendida Kurenai, la cual, viendo como Kiva se alejaba, guardaría sus armas tras un suspiro de derrota, pero ambas amigas, no lo dejarían así.
- Agh! ¡Al demonio! ¡Sakura, ayúdame! ¡Vamos a atrapar a ese idiota! – Grito con molestia Yukikaze, sacando sus pistolas y corriendo hacia Kiva.
- Adelante! – Grito, corriendo detrás de su amiga. Con sus armas listas para atacar.
- EH!? ¡Chicas! ¡No! ¡No lo hagan! – Gritaría preocupada Kurenai, corriendo detrás de ellas para detenerlas.
Mientras Kiva aun caminaba para alejarse, miraría levemente como aquellas chicas se acercaban a él.
Yukikaze dispararía con ambas armas, a la vez que Sakura lanzaría su daga con fuerza, transformándola con su arte ninja en un tiburón.
El tiempo se ralentizaba, las acciones ya fueron dadas y solo quedara ver el resultado.
De tales acciones
FIN.
Chapter 2: Vampirismo
Notes:
https://youtu.be/Gvtmt9eFfQ8?si=-e8eaJ6ujU0aHmpN
Chapter Text
Capítulo 2: SUITE! ¡Vampirismo de Extraño a Extraño!
Rápidamente Kiva desviaría los 2 disparos de Yukikaze con sus antebrazos, para luego, patear la espada de Sakura con una patada de su pierna derecha.
Ambas chicas se sorprenderían, pero no perderían el tiempo y empezaron a correr en contra del Fangire.
- Regresa a Kivat maldito demonio!
- Regresa al murcielaguito ahora copia barata!
- (¡EH!? ¡Señorita Yukikaze! ¡Señorita Sakura!) – Diría Kivat para sus adentros, abriendo en grande sus ojos, mientras que Kiva, permanecía quieto allí, hasta que meramente se dio la vuelta y siguió su camino.
- (Mmm… Wataru esta absorto en sus instintos, no las reconoce… Tendré que hacer lo mismo entonces…)
Rápidamente, Sakura recoge su arma y da un salto, dando giros como un trompo con sus dagas listas para cortar, pero rápidamente serian bloqueadas y detenidas por la armadura en la muñeca de Kiva, soltando chispas.
Con rapidez, toma del brazo a Sakura y la estrella contra el suelo, guiando su mirada a Yukikaze, la cual, logra darle un rodillazo y varios disparos que impactan en el pecho de este, haciéndolo retroceder, pero ninguna bala logra hacerle algún rasguño.
Un gruñido parecido al de un animal en guardia y alerta saldría de Kiva, el cual, con una increíble velocidad toma a Yukikaze del cuello, empezando a ahorcarla con fuerza.
- GGgh!! Aaah!! – Grito de manera ahogada Yukikaze, golpeando con la culata de sus pistolas a Kiva, intentando zafarse del agarre de este, pero lo único que obtiene es que su cuello sea apretado con más fuerza.
- Yukikaze! – El grito de Sakura despertaría a Kurenai de su breve trance, sacando sus armas y corriendo a toda prisa hacia ellas.
Con rapidez, Kiva soltaría a Yukikaze y corre hacia Kurenai, en donde, la peli rubia con sus dos armas lanza un ataque en forma de X, mientras que el vampiro, lanzaría una poderosa patada con su pierna derecha, dando así, un potente choque que genera breves ondas de viento y generando leves nubes de humo a su alrededor.
Rápidamente, ambos se recuperan y corren a toda velocidad, mientras entre los dos, ataques iban y se desviaban, bloqueando ambos con gracia y rapidez los ataques del otro.
Kurenai, utilizando su arte ninja, da un gran salto potenciado con su arte del viento, para luego, cruzar sus brazos y respirando fondo.
- Arte ninja del viento! DOUBLE TORNADO! – Gritaría con fuerza, mientras sus dos espadas se envuelven en un viento algo verdoso, tomándolos con fuerza, para luego lanzar aquellos tornados desde la distancia.
Kiva esquivaría uno, pero sería golpeado por el segundo, el cual, lo lanza hacia atrás, mientras varios chispazos se posan sobre todo su cuerpo, siendo estos los cortes del tornado.
Kurenai da un salto y cruzando una vez más sus brazos, con sus espadas puestas hacia abajo.
- Arte ninja del viento! ¡TORNADO STRIKE! – Una ráfaga de viento la cubriría, lanzándose cual cohete en contra de Kiva.
Pero los ojos de este se iluminarían, dando un salto, mientras retraía hacia su pecho sus piernas, a escasos metros, Kurenai se daría cuenta de lo que el vampiro estaba haciendo.
Kiva daría una dropkick, la cual llega a ser bloqueada por las espadas de Kurenai, pero no sirvieron de nada debido al impulso que esta misma se dio, rompiéndose apenas chocaron y recibiendo de lleno la patada en su rostro.
Kurenai daría una vuelta hacia atrás, para luego caer de cara y arrastrase debido a la inercia, quedando totalmente herida y desconcertada.
Con dificultad, Kurenai intenta levantarse, pero sería tomada del cuello de su traje, Kiva la tenía a su merced, pero un ataque repentino de Sakura, en donde lanzaría nuevamente su cuchillo y transformándolo en tiburón estaría acercándose hacia ambos.
- Kurenai muévete! – Grito con fuerza Sakura, haciendo que Kiva soltara a la dicha mencionada y esquivando sin problemas el ataque.
En cuanto a la peli rubia, esta solo vería como lentamente aquel tiburón se estaría acercando más y más.
Aturdida aun por el contrataca de Kiva que la dejo mirando estrellas, intentaría poner fuerza en sus piernas, pero estas apenas tocaron el suelo, cedieron su fuerza, empezando a caer,
Mientras sus pensamientos la inundaban, solo podía ver como el ataque de su amiga, que supuestamente la salvaría y que ahora la mataría, que irónica es la vida.
Cerraría sus ojos, pero apretando sus dientes por la frustración de que este sería su fin.
Pero la repentina sombra de alguien y un gran chispazo enfrente de ella, la obligaría a abrir sus ojos de golpe y sorprendiéndose por la escena.
Kiva se interpuso y la protegió del ataque, recibiéndolo de lleno, mientras que sus ojos, se quedarían fijos en los de Kurenai, la cual, lo mira con un brillo en sus ojos color marea, que hasta el mismísimo Kiva se veía a sí mismo en aquellos ojos.
- Tu… - Diría shockeada, siendo sentada con delicadeza al suelo, para luego, ver como Kiva daría un gran salto, llegando a colgarse boca abajo en el techo, golpeando el mismo y saliendo por la salida que creo.
- Se escapa! – Grito Sakura, la cual, lograría llegar y tomar su arma.
- Yo me encargo! ¡Cura a Kurenai! – Grito la chica bronceada, dando un gran salto para quedar en el techo del edificio.
Mientras, Kurenai se quedaría mirando el techo, perdida en sus pensamientos mientras pensaba en lo que acaba de pasar.
….
….
….
Mas tarde en otro lugar
Kousaka estaría en una cafetería, leyendo algo en su teléfono, mientras en la mesa estaría una carpeta y una laptop, la cual, se vería una serie de imágenes del combate de Kiva contra el Fangire como contra las chicas.
En eso, un hombre se sentaría frente a ella, teniendo un traje formal, poseyendo un sombrero de copa y un bigote y barba algo mal cuidadas.
- Deberías mejorar tu apariencia capitán, con ella no conseguiros la atención de una mujer como yo
- Vaya al grano señorita Kousaka, quiero el informe… ¿En dónde está Emily Simmons? – Pregunto curioso, ajustándose el sombrero, además de levantar la mano para pedir algo.
- Se supone que ella-
- Que ella es la que siempre te comunica los trabajos y operaciones que ustedes nos dan? Fue a una misión, yo seré su reemplazo.
- Mmm… ¿Entonces lograron matar a ese Fangire?
- Si, nuestro equipo logro acabarlo.
- Bien, dame el reporte y pondremos fin a esta conversa-
- Aunque tuvieron la ayuda de otro Fangire. – Diría con una leve sonrisa maliciosa, mientras el pedido, que era un café amargo, le llega al capitán.
- Que clase de Fangire?
- Uno llamado… Kiva, el rey de los Fangires. – Diciéndolo como si fuera un juez sentenciando a un criminal, los ojos del capitán se abrieron de par en par y procedió a revisar aquella carpeta.
Rápidamente al verla, vería anotaciones, papeles con datos, varias imágenes en donde aparecía Kiva, peleando y acabando con el fangire, además de su breve lucha con las chicas.
- Volvió…
- Es importante?
- Fue el antiguo rey de los Fangires, hasta que perdió a su usuario y el puesto quedo vacante, varios pelearon por él, pero al poco tiempo todos desistieron de aquel vacío título y siguieron con sus vidas.
- Eh? ¿Usuario?
- Es información clasificada, de igual manera… El informe dice que se tomaron como un máximo de 7 fotografías… Falta una…
- Mmm… Raro, creí haberlas puesto todas allí, pero qué más da, demás que era otra foto de él combatiendo con las chicas o con ese caballo deforme.
- …
La conversación se quedó en silencio, mientras Kousaka mantenía su mirada en su laptop y escribiendo, el capitán tendría la mirada fija en ella, hasta que soltó un suspiro y se fue del lugar, pagando su café y dejando sola a la mujer.
En cuanto salió, saco su teléfono y empezó a llamar a alguien, siendo contestado rápidamente.
- Señor? ¿Sucede algo?
- Kiva volvió, transmite el secreto y has que todo lo guarden, si no lo hacen, alguno morirá para dar el ejemplo.
- Eh!? ¡Pe-pero señor! Ir al extremo por un fangire como ki-
- Quieres ser el ejemplo?
- ….
- Eso pensé, como dije, transmite el mensaje y guarden silencio, no se lo comuniquen ni le digan a Keisuke Nago, lo tienen prohibido.
- Eh? ¿Eso lo dice por?...
- Si… Ese muchacho tiene una obsesión enfermiza con acabar con los Fangires e íncubos, así que no le digan nada de Kiva. Es un aliado poderoso y nos ayudara a detener el resto de Fangires junto a las Taimanin. Porque estoy muy seguro…
….
“Que Nago lo querrá matar”
….
….
Flashback
En la academia Gosha, Kurenai, Sakura y Yukikaze estarían sentadas en el enorme sofá en el despacho de directora de Asagi, la cual, estaría viendo los reportes de la reciente misión.
Mientras el silencio inundaba la sala y ponía más nerviosas al trio de chicas, un suspiro saldría de Asagi, levantándose de su escritorio y caminando hasta el sofá que estaba enfrente de las chicas.
- Buen trabajo chicas.
- Eh?
- Eh?
- Eh?
Respondieron las tres al mismo tiempo, confundidas por las palabras de su directora.
- Pe-pero señorita Asagi! ¡No pudimos acabar con aquel Fangire!
- Si no hubiera sido por ese otro Fangire! ¡Pudimos haberlo acabado nosotros mismas! ¡Maldito caballo, me las debía! – Menciono molesta Yukikaze, mientras apretaba con fuerza sus dientes.
- Hermana… ¿Porque nos felicitas?
- No es obvio, lograron acabar con el objetivo, claro, el inesperado regreso de Kiva nos tomó por sorpresa, pero era algo que tarde o temprano iba a pasar.
Aquella información las tomo por sorpresa, procesando la información mientras miles de preguntas se formulan en sus cabezas.
- Antes de que pregunten. Kiva fue el anterior rey de los Fangires, un humano que gracias la ayuda de Kivat-Bat tercero, pudo sobreponerse por encima de los demás de su raza. Aunque claro, tarde o temprano su muerte llegaría.
- Kivat… - Menciono algo preocupada Yukikaze, pensando en la vida anterior de Kivat antes de vivir con Wataru.
- Además de eso, se le prohíbe a cada Taimanin que no ataquen a Kiva, al final y al cabo, nos ayuda a moderar la población de Fangires.
- Es seguro pensar que nos ayudara siempre? ¿Y si solo lo hace por conveniencia?
- Si fuera así, no te hubiera salvado Kurenai – Dijo Asagi con una leve sonrisa, poniéndose de pie y caminando de regreso a su escritorio.
Aquella respuesta sorprendería a la peli rubia, haciendo que un leve rubor apareciera en su rostro, poniéndose por inercia de pie y siguiendo a Asagi, quedando en frente del escritorio de la suso dicha.
Al volver a sentarse en su silla, Asagi abriría una carpeta y de ella sacaría una foto, entregándosela a Kurenai.
Al tenerla en sus manos y verla, se sorprendería al ver que la foto capturo el momento justo en donde se lanzó para protegerla.
- Quédatela.
- Eh? ¡Pe-pero señorita Asagi! ¡N-no puedo quedarme con la foto! E-es evidencia de-
- Kurenai. Tus ojos muestran dudas sobre nuestro aliado, es normal que en lo profundo sientas curiosidad por ello, por eso te la doy.
- …. Gracias señorita Asagi.
- De nada, chicas, ya pueden retirarse, le pediré a Kousaka que vaya a reunirse con el oficial que nos pidió ayuda.
Las tres chicas asienten y se retiran, pero la última en hacerlo es Yukikaze, la cual, cierra la puerta y se acerca a Asagi con un rostro serio, haciendo que la todopoderosa hiciera lo mismo.
- Sucede algo?
- Como… ¿Como esta mi mama?...
- Mmm…
- … ¿Se-señorita Asagi?...
- No te preocupes, ella está bien, su rehabilitación ha estado dando frutos tras un año de haberse separado del rey incubo, pero, aun así, Rinko la mantiene vigilada todo el tiempo necesario hasta que vuelva a la zona segura.
Un suspiro salió de la chica de tez oscura, poniendo una mano en su pecho y sintiendo como un peso y una gran presión sobre su pecho desaparecen, dándole algo de alivio ese día.
- Gracias, muchísimas gracias por cuidar de mi madre señorita Asagi.
- Es mi deber como líder de los Taimanin y como directora de esta academia, tarde o temprano, tu madre volverá a la academia, no como directora de reemplazo, pero si como una nueva profesora.
- Enserio!? – Dijo emocionada Yukikaze, ruborizándose al mostrar algo de emoción, tosiendo avergonzada y volviendo a su rostro serio.
- Así es, pero deberías de volver, estas preocupando al resto.
- Eh? Ci-cierto, gracias por la noticia señorita Asagi, con permiso – Dijo al final, dando una leve reverencia y caminando hasta la puerta, abriéndola y cerrándola tras salir de la oficina.
Un suspiro de cansancio saldría de la peli morada, Clickeando y tecleando cosas en su computadora, viendo a través de una cámara de seguridad, la “zona segura” era nada más que una habitación de hogar japones tradicional, baño, cocina, comedor, living, etc.
Todo oculto bajo los suelos de la academia Gosha, lejos de los alumnos para que no sospechen nada, viendo con una leve sonrisa como su amiga, estaría leyendo un libro de cocina y viendo una novela en su televisor.
La tarde, parece más tranquila ahora.
…
En casa de Wataru
…
El chico estaría destilando todo el menjunje de pescado en un frasco, viéndose como un líquido café con el olor mas horrible de todos pasaba por toda la sala, alertando las narices de Kivat y Wataru, aunque estos no se vieron afectados por la costumbre.
A lo lejos, una puerta se logró oír, empezándose a oírse unas voces femeninas, viéndose que eran Sakura y Yukikaze, las cuales apenas llegaron a la habitación, el nauseabundo olor las obligo a taparse las narices y aguantar, con todas sus fuerzas, las enormes ganas de vomitar, sobre todo Sakura al ser más sensible que el resto.
- MMMH!!
- AAAAAH! ¡Que asco! Wataru acaso aún no había terminado!? – Grito molesta Yukikaze, mientras se tapaba con ambas manos su nariz y boca, mientras que Sakura peleaba por soportar el mal olor.
- Oh, volvieron, sakura, si quieres puedes ir a la ventana a tomar ai- Apenas el chico menciono eso, vio como la chica peli naranja corrió con rapidez a la ventana, abriéndola y pudiendo respirar algo de aire limpio.
- re… ¿Tan malo está el olor?
- A veces me sorprende como puedes seguir respirando.
El chico se quedaría confundido, volviendo su mirada a su trabajo mas reciente, terminando de pasar el liquido a frascos de laboratorio, revolviendo y pareciendo un científico loco, si es que lo estuviera.
Tras unos momentos y pasar el liquido de frasco a frasco, por fin terminaría teniendo el liquido una textura parecida a la pintura, tomando la base de un violín y con una brocha, empezaría a pintar la superficie del violín.
Trazo tras trazo, la parte trasera del violín iría tomando un todo café medianamente oscuro y claro, empezando a pasar más seguido la brocha.
Mientras eso pasaba, Kivat permanecía sobre un violín que colgaba del techo, mientras sus ojos de desviaban de Wataru a Yukikaze, la cual, hacia lo mismo, desviando la mirada para verlo directamente a él.
Un duelo de miradas juzgadoras se posó en ambos, sabiendo bien el secreto del otro, si es que se le podía llamar así.
- (Wataru no debe de saber que Kivat trabaja para un Fangire… ¿Pero y si se entera?... ¿Tendré que contarle todo? Irán tras el para usarlo de carnada en contra de mi o la señorita Asagi?... NONONO! La señorita Asagi no lo conoce y solo lo tomaría como un rehén más… Pero yo…)
- (Solo puedo deducir en lo que estás pensando Yukikaze, y no, no creo que sea buena idea decirle nada a Wataru, y menos decirle que eres una Taimanin… Le hice una promesa al chico de que lo tendría lejos de esas mujeres *Suspiro de cansancio* Ay, pobre chico, a sabiendas que anda en una amistad con una Taimanin, lo siento)
Ambos desviaron la mirada del otro, desganados y con los ánimos al suelo, justo como Wataru.
El chico alzaría el violín hacia la ventana, viendo gracias a la luz de la tarde aquella, viendo con curiosidad y algo de decepción aquel violín.
- Wow, que bonito color, creo que, si valió la pena recibir todo ese mal olor en la cara, no Yukikaze? – Pregunto Sakura posándose al lado de Wataru, girándose para ver a su amiga.
- Eh? Oh si, entonces Wataru, ¿estas feliz con el resultado? – Pregunto Yukikaze, con una sonrisa en sus labios mientras se ponía del otro lado de Wataru.
El chico suspiraría y se levantaría de la silla, caminando con los ánimos totalmente bajos.
- Esa seria la cuestión… Si fuera el color correcto – Dijo sin ánimos el chico, caminando hasta un basurero, en donde tira todo el violín al mismo, sorprendiendo a ambas chicas.
Las chicas se acercaron sorprendidas al basurero, viendo con incredulidad que Wataru haya hecho eso como si nada, escuchando como esta suelta un suspiro de decepción y desesperación.
- Cuando lograre hacer un violín como ese…? – Dijo el chico, acercándose con pasos lentos y desanimado a la vitrina en donde se resguardaba el violín de su padre.
- Que sucede con ese violín?
- Ese violín es uno de los mejores y más increíbles trabajos hechos por el padre de Wataru, me lo conto al tiempo después de conocerlo.
- Y porque me insistías
- Exact- Eh!? ¡Claro que no! ¡Yo no hacia eso, de verdad!
- Jajajaja! Le creo a Wataru en eso último jajá – Se reiría la chica, mientras Yukikaze con un claro rubor en sus mejillas, se cruzaría de brazos y miraría en otra dirección.
Una leve sonrisa salió de Wataru, volviendo a ver aquel violín que su padre hizo.
Este último poseía detalles como de sogas en su contorno, dándole una clase de elegancia que no se podía describir adecuadamente, un color que combina el café oscuro con leves tonos rojizos que lo hacia destacar sobre cualquier otro violín, poseyendo, además, en la parte en donde se ajustan las cuerdas, una figura de un rostro femenina que lo hacia mas extravagante de lo normal.
- Dicen, que los instrumentos mas famosos fueron hechos mediante pactos demoniacos. Pero en sí, es todo un misterio… El cual quiero descubrir, con mis métodos. – Dijo por primera vez, seguro de sí mismos, tocando con su palma abierta, el vidrio que lo aleja de aquel violín.
- Je, sería muy loco si tu padre haya hecho de verdad un pacto con uno, ¡jaj- Auch! ¿Por qué?
- No te burles así Sakura, eso es una gran falta de respeto.
- …. Puede que sea posible… - La respuesta algo perdida e inconsciente de Wataru llamo la atención de ambas chicas, las cuales, se miraron entre si al oírlas.
….
Mas tarde.
Tanto Sakura como Yukikaze se habían ido, la noche ya había llegado a la ciudad, haciendo que aquel muchacho se quedase mirando el cielo nocturno y estrellado, con una taza de té en mano.
Recordando lo sucedido del día de hoy, el chico, con un rostro algo curioso, saldría a su patio delantero, dejando la taza en la mesa del taller en donde el veía las estrellas.
Ya afuera, parpadearía un par de veces, para luego, respirar profundamente y botar todo ese aire que tomo, haciendo un par de veces, hasta quedar con sus brazos alzados y la mirada directamente puesta sobre la luna.
Apenas vio aquella luna, un breve recuerdo le vino a la cabeza, aunque pequeño, seria menospreciarlo.
“Que… Lindo…”
“Vez que no era tan difícil”
El recuerdo de Kurenai en su mente, era más poderoso que cualquier cosa en su memoria, sonrojándose y quedando como un tomate total, tapándose la cara rápidamente, mientras se agachaba de golpe y se hacía bolita.
Y no era el único.
En una serie de departamentos, cerca de la academia Gosha, en una de las habitaciones, se encontraría a Kurenai, estirada sobre su cama con la mirada perdida, vistiendo solo unos calcetines, su ropa interior y una polera de rosada con un gatito en el centro que se deformaba un poco por sus pechos.
Kurenai alzaría su mano derecha, viendo una foto que tenia en la misma, viendo una vez mas y reviviendo ese recuerdo de como Kiva la había protegido, sin inmutarse.
Un leve rubor se cruzo en su mente, recordando también a aquel chico de la cafetería, recordando aquel rostro de venado asustado y de como Kousaka le dijo que era “su novio”.
Un sonrojo aun mas grande domino por completo su rostro, revolcándose y dándose vueltas en su cama mientras se tapaba la cara con ambas manos, susurrando que era un mero error y que era muy pronto para que ella tuviera novio.
…
…
…
Eran las 12:00 de la noche, el frio dominaba la noche, un hombre, con ropajes deportivos que lo abrigaban, trotaba por las calles aprovechando lo vacías que estaban, soltando a cada paso, un vaho gélido que desaparecía apenas chocaba con el mismo.
El chico se detendría un momento, al escuchar una extraña melodía proveniente de algún lugar de aquella enorme plaza en la que se encontraba.
Con curiosidad, el chico empezaría a caminar en dirección a la melodía, perdiéndose totalmente en el estridente y elegante sonido de las cuerdas del violín que escuchaba a lo lejos.
Al llegar, el hombre vería, como en una enorme fuente con estatuas y arquitectura grecorromana, en el centro del mismo estaría una bella mujer, con un vestido blanco que la hacia brillar como un faro por la luz de la luna.
Aquella mujer tocaba con maestría y con gran experiencia aquel violín, dejando totalmente hipnotizado a aquel hombre, el cual, se acercaba cual polilla hacia la luz.
Rápidamente, la piel de la mujer se vería rodeada por el vibrante color y diseño de los vitrales de iglesia en su cuerpo, sonriendo maliciosamente mientras continuaba tocando su música.
Un tentáculo saldría de su espalda, atrapando al hombre el cual, al sentir aquel tentáculo, volvió a la realidad, confundido, rápidamente se alteraría, moviéndose con desesperación mientras aquella mujer Fangire solo lo veía.
Al instante, los colmillos se clavan en el cuello del hombre, volviéndolo totalmente transparente, lanzándolo lejos con su tentáculo, el cual cae en una de las escaleras que lleva al centro del lugar.
- Veo que disfrutaste tu comida, Fangire. – Dijo una voz femenina, con toques de seriedad y autoridad que sorprendieron a la misma.
Rápidamente, alza la vista y logra ver a una mujer de tes morena, cabello rosado y ojos de un color ámbar que embriaga a cualquiera.
Sus ropajes consistían en un vestido abierto en dos secciones, revelando el abdomen bien trabajado de esa mujer, junto con mostrar la parte de su ingle y muslos. Medias combinadas con tacones que llegaban hasta por encima de la rodilla, guantes largos hasta sus brazos, junto a una capa roja que resaltaba algún estatus y que le daba un porte elegante pero letal.
- No me esperaba encontrarme con un Fangire… Ha pasado tiempo desde que vi a uno.
- Ja, ¿qué hace aquí la perra guardiana de Edwin Black? ¿No estas cuidando a tu amo? Oh no, espera, murió hace tiempo jajá.
- No te atrevas a burlarte de mi señor! Tu sucia boca ni merece tener el honor de decir su nombre.
- Por favor Ingrid, no eres nadie sin tu amor imposible, solo eres otro demonio noble que sigue buscando propósito… Acaso aun no has encontrado el amor? Sigues enganchada a ese cadáver llama-
- No!... Te atrevas a terminar… ¡ESA! Frase… - Dijo de manera amenazante la caballera del infierno Ingrid, chasqueando sus dedos y apareciendo en su cintura, una espada larga, lista para ser usada.
La fangire se le borraría la sonrisa, poniendo un rostro serio, mientras lentamente su forma cambiaba a la de un calamar monstruoso con algunos rasgos femeninos.
- Eso te pasa por enamorarte por un ser tan inferior como Edwin Black, querida Ingrid – Menciono al final, siendo sorprendida de manera inesperada por Ingrid, la cual, ataca de rápida y precisa.
La fangire logra esquivar por poco, pero viéndose como su violín es golpeado por la punta de la espada, siendo mandado a volar lejos de la Fangire.
- Bastarda! ¡Me las pagaras! – Grito furiosa, gruñendo de manera gutural atreves del pico de ave en su pecho, sacando varios tentáculos y empezando a atacar.
Aquellos ataques desesperados y aleatorios, fueron esquivados por facilidad de la caballera, a la vez que algunos tentáculos se iban cortados por mera mala suerte.
Con fluidez, Ingrid logra acercarse y dar varias estocadas al cuerpo de la Fangire, la cual retrocede un poco y hace que Ingrid se adelante y cargue contra ella, contratacando rápidamente con una embestida, derribando a la mujer peli rosa.
Ingrid empieza a batallar para zafarse del agarre y peso de aquella mujer, la cual logra atrapar a la misma y acercarse peligrosamente con el pico de su pecho.
La noble, invocaría una llama purpura y oscura en su mano, logrando zafar momentáneamente su brazo y atacar directamente al rostro de la Fangire, haciendo que se aparte adolorida.
Ingrid se acomoda y da una doble patada a la Fangire, mandándola hacia atrás y haciendo que se caiga del centro, cayendo al lago.
Jadeando levemente, Ingrid toma su espada y se dispone a buscar a la Fangire, pero esta lo atrapa con sus tentáculos y la arroja cerca de ella, haciendo que ella también caiga al agua.
- A diferencia tuya, no necesito pesas para pelear de manera igualada – Diría señalando los ropajes mojados de Ingrid.
Esta, con una sonrisa burlona, se sacaría su capa, dejando atrás ese porte elegante y de nobleza, alzando su espada y tomando una pose igual al de la esgrima.
- Claro, así puedo estar a tu nivel, aunque es tan bajo que me será imposible llegar – El comentario hizo enfadar a la Fangire, la cual se lanza sin pensarlo hacia Ingrid.
Rápidamente, la caballera envuelve su espada en aquel fuego morado, cortando y generando chispas por doquier, además de dejar leves señales de quemaduras en las estructuras cercanas.
La fangire rueda esquivando un ataque, abrazándose a si misma y haciendo que varios tentáculos empiecen a acorralar a Ingrid, la cual intenta defenderse, pero llega a ser capturada.
Atada de muñecas y tobillos, los tentáculos se moverían, haciendo que quedase frente a la Fangire, la cual, empieza a manosear el cuerpo sublime de Íngrid, apretando sus senos y dejando posada su mano en su entrepierna.
- Es una pena que te hayas guardado para un mero cadáver que no se levantara~
- Búrlate una vez mas de mi señor y juro qu- No logro terminar, al ser golpeada con fuerza por una bofetada, seguida de otra y varias más.
Jadeando por los golpes, Íngrid miraría desafiante a la Fangire, la cual, acerca su dedo al labio ensangrentado de la noble, limpiando brevemente la sangre y acercándola a su boca de pulpo en el centro.
Con una risa maliciosa, rápidamente la fangire la empezaría a estrellar contra el suelo, además de los pilares, los cuales se rompen con un fuerte azote contra ellos.
Íngrid cae al suelo adolorido, siendo recibida por la fría agua de la fuente, lentamente, la fangire se iría acercando a ella, mientras unos colmillos algo rojizos y transparentes aparecían sobre la noble.
- ¿Últimas palabras, señorita Íngrid? – Dijo la fangire, confiada de su victoria.
La piel rosa no dice nada, haciendo que la pulpo sonriera bajo su verdadera forma, formando una lanza con su tentáculo, atacando y perforando el cuerpo de la demonio con suma facilidad.
Pero no era más que una mera ilusión, viéndose como aquella Íngrid se convertía en fuego, repentinamente, el agua empezaría a hervir y en sus pies, aparecería una enorme mancha oscura y morada que empezaba a quemarla lentamente.
Espadas salidas de orbes flameantes y de color morado brillante, empezaría a estrellarse en contra de la Fangire, la cual es acribillada por aquellas espadas, mientras que a lo lejos, Íngrid se estaría acercando al violín que había golpeado, viendo que raspo la madera.
Con algo de asco, tomaría el instrumento y se acercaría con pasos lentos pero elegantes a la Fangire, la cual, dejaría de ser acribillada.
- Se te cayo esto… - Lazándole aquel violín a la fangire, la cual lo atrapa sin dudar, agarrando con cuidado su preciado instrumento.
Sin darse cuenta, recibiría una estocada directamente a su pecho, estocada la cual destruye el violín, cortando las cuerdas y dejando un gran hueco, en donde antes estaba la zona raspada que había encontrado Íngrid.
Una patada vertical le quita de las manos el instrumento al fangire, el cual, recibe cientos de estocadas a todo su cuerpo, finalizando al final con una poderosa estocada, mandando a volar a la vampira.
El violín que caía es atrapado con facilidad por la demonio, lanzándoselo a la herida fangire, la cual, recoge con absoluto horror su tan preciado pedazo de madera.
- No debiste subestimarme, es el mayor error de todo guerrero…
- *Jadeos de dolor* … Sabes algo de los pulpos?...
- Eh?
- Son animales inteligentes… y cuando son rodeados por sus depredadores, estos… Se camuflan – Diría la fangire, lanzando una bola de tinta casi a quemarropa, pero cuyo ataque, seria bloqueado por facilidad por la noble caballera, siendo mandada a volar hacia atrás.
Rápidamente se recompone, alzando su espada lista, pero la fangire desaparecería de la escena, dejando sola a Íngrid junto al constante sonido del agua cayendo como cascada sobre la fuente.
Con un suspiro de resignación, guardaría su arma y caminaría con calma por el lugar.
Pero aquella sentiría una presencia, minúscula, detrás suyo, girando su cabeza y viendo por encima de su hombro hacia atrás, logrando ver los brillantes ojos de un murciélago que colgaba boca debajo de un poste de señalización de calles.
Los ojos amarillentos de aquel murciélago la mirarían fijamente, a la vez, que alza una sonrisa que se dibujaba bajo la pequeña luz que los propios ojos del murciélago le proporcionan.
…
…
…
…
A la mañana siguiente
Casa de Wataru.
La mañana estaba pasando, unas cuantas más y las una de la tarde llegaría a la ciudad, mientras se mantenía sentado en su taller, Wataru estaría tomando una taza de té, siendo acompañado por Kivat, que bebe de una taza perfecta para su tamaño.
El sonido de la puerta abriéndose y cerrando llamaría la atención de ambos, los cuales no se sorprendieron, al saber quien era, ya que era la única que tenía una réplica de las llaves de la casa.
- Wataru!
- Buenos días Yukikaze, no me esperaba tu visita.
- Es sábado, por lo que lo aprovecho y salgo para disfrutar del día.
- Segura de que no te escapas por tus entrenamientos con tu maestra la “vaca lechera”?? – Dijo Wataru de forma inocente, haciendo el movimiento de dedos del entrecomillas para el sobrenombre que le puso Yukikaze a Rinko.
- E-eso no es cierto! Como sea, cuando pasaba por aquí una mujer pregunto por un reparador de violines y da la casualidad… ¡Que tú eres uno! – Dijo emocionado, dejando salir una gran sonrisa, mientras alzaba con sus brazos el estuche del violín.
- Yukikaze, ya lo he dicho y comentado muchas veces… No aceptes trabajos sin mi opini- El estuche es abierto y el silencio inmediato se instalo en la boca de Wataru, al ver el daño del instrumento.
Con rapidez y miedo absoluto, pasaría sus manos por la madera, mientras su mirada se mantenía con terror y dudas sobre un agujero que atravesó aquel instrumento.
- Pero que le ocurrió? – Mirando el instrumento, dejándola sobre la mesa, mientras se quitaba el mandil del taller.
- Eh? Wataru?
- Saldré a buscar los materiales para repararla, ¿Me acompañas?
- Tengo que arruinar mis uñas?
- Usaras guantes.
- Entonces acepto! – Dijo emocionado, mientras se adentraba en la casa del chico.
- Iré a usar una de tus chaquetas!
- Eh!? ¡O-oye! E-eso n- ya se fue…
- Hmp! Ni que fuera su casa – Menciono Kivat, el cual había terminado su taza de te, volando y posándose en un violín que colgaba de la pared.
…
Mas tarde
…
Wataru estaría viendo una pequeña caseta de un templo u dojo, tocando y viendo con detenimiento la madera gracias a un piso, mientras que Yukikaze, con la boca tapada por el cuello de la chaqueta y las mangas arremangadas para poder usar sus manos.
Vigilando los alrededores algo nerviosa, por haber aceptado el estúpido plan de su amigo.
- Ya terminaste? Me pones nerviosa… - Dijo mientras temblaba un poco, fue mala idea venir con falda y medias cortas por la mañana, sobre todo en otoño, puede haber sol, pero eso poco importa por los fuertes vientos que pasan.
Wataru sonríe y se baja del piso, dando un asentimiento con la cabeza, alegrando a Yukikaze, la cual se gira y se agacha para sacar un serrucho japonés y dándosela al chico.
Con una sonrisa entre maliciosa y de alegría, Wataru se giraría para cortar un pedazo de la casilla, pero al girar, un hombre mayor y algo más pequeño que él, vistiendo ropajes tradicionales, había atrapado a los jóvenes.
- Oigan! Que creen que hacen ustedes dos par de mocosos!? – Grito molesto, mirando a ambos jóvenes que lo miran como ciervos asustados en frente de un auto.
- L-Lo- LOSENTIMOS!
- L-Lo- LOSENTIMOS!
Gritaron con fuerza ambos chicos, tomando sus cosas y corriendo en direcciones opuestas, molestando aún más al señor del lugar, el cual mira molesto como ambos se iban a la distancia.
Con una mirada de derrota y caminando con ánimos bajos, los jóvenes seguirían buscando materiales, una Yukikaze cansada de caminar con sus zapatos y Wataru, distraído jugando con la hoja de la sierra
- Aaaah~! Me duelen los pies… ¿Podemos descansar?
- No, debemos seguir buscando el material necesario y especifico para arreglar esto. – alzando en lo alto el violín que lo tenía en su mano.
El cual es rápidamente quitado de sus manos por Yukikaze, la cual, lo guarda al instante en su estuche.
- Baboso, ten cuidado, no quiero que lo rompas de lo normal.
- Eres una exagerada… - Dijo con una ligera cara de molestia, la cual es remplazada por una de dolor al ser golpeado por un codazo de la chica bronceada.
- Hmp! ¡Tonto! ¡Si no fuera por mí! No tendrías a alguien que te apoye en tus locuras de chico ansiedad – Diría indignada, cruzándose de brazos y mirando a otro lado.
A pesar de las rudas palabras de su amiga, Wataru pudo ver a través de las palabras de la chica, sonriendo levemente, al saber que era especial para alguien.
Aunque su caminata se vería interrumpida, debido a que Wataru, se detendría de golpe, viendo a lo lejos un orfanato, en donde los gritos de bullicio de niños corriendo y gritando se escapaban del lugar.
En su mirada, no se poso el nombre del lugar, si no una mera mesa de madera con coloración oscura que tendría un jarrón sobre si mismo, extrañando a Yukikaze, la cual se devuelve para estar al lado del chico.
- Eeeh, Wataru? ¿Todo bien? – Al preguntar, vería como Wataru saldría disparado hacia la mesita, alertando a Yukikaze que se acercaría, pero se asustaría al ver como casi le cae encima aquel serrucho.
Al llegar, Wataru se arrodillaría y pondría su cara en la madera, quedando maravillado por la textura y el sentimiento que le daba aquella mesa.
- Mmm~ Es tan lisa~ Muy lisa~ - Diría perdido y absorto en sus sentidos Wataru, mientras que, a su lado, una cara de decepción y repulsión se posaría en la chica morena, la cual, tendría aquel serrucho en sus manos.
Wataru ya decidido, levantaría la mesa con ambas manos, pero una tercera se pondría sobre ella, bajando la mesa y haciendo que Wataru se arrodille de nuevo, quedando sorprendido y asustado por haber sido pillado.
- Oye, no puedes robar algo que no es tuyo, mucho menos de un orfa- Aquella chica se detendría, el ver como su mirada se volvía a cruzar con aquel chico del dia de ayer.
Y no fue la única, Wataru también sintió ese recuerdo pasar y quedarse allí por un buen rato, mientras mantenía una tensa competencia de miradas con Kurenai, la cual, lentamente un leve rubor aparecería en su rostro, al igual que el de Wataru.
Confundida la chica morena, miraría a sus dos conocidos con confusión, pensando en varias situaciones en donde se habrán tapado.
- ¿Esperen, ambos se conocen? – Pregunto con curiosidad y una expresión molesta, haciendo que ambos la miren totalmente confundidos y fuera de si.
…
…
Ya adentro del orfanato.
Yukikaze y Wataru compartirían un sillón, mientras que enfrente suyo, estaría Kurenai sentada con los brazos cruzados mientras miraba a ambos con un rostro serio.
Dentro del orfanato, los tres estarían en una biblioteca del lugar, mientras se escuchaba el parloteo de los niños que leían los libros, el silencio no se respetaba tanto en el lugar, al menos que sea la hora del cuento.
- Entonces… Dime, ¿Para que querías la mesa? Como para tomar la tonta decisión de robarla – Dijo seria Kurenai, aunque por dentro, se disculpaba internamente con Wataru, por hablarle de esa manera.
- Si, para tener 22, tomas decisiones de un adolescente, bobo – Se quejo Yukikaze, poniéndose del lado de Kurenai, aunque eso no le funcionaria mucho.
- Lo dice la que estaba a su lado, ayudándolo en sus ideas “bobas” … Dejar a alguien para ponerte de inocente no va contigo Yukikaze– Al decirlo, Yukikaze miro avergonzada a otro lado, pero ganándose la mirada curiosa del chico.
- L-la- *Ejem* L-la conoces Yukikaze? – Pregunto Wataru, llamándole la atención a ambas.
- Mmm… Siii, ella es Shinganji Kurenai, va en mi academia y también trabaja cómo voluntaria en este orfanato… Nomas tuvimos mala suerte de llegar aquí.
- Entiendo… E-e-es un gu-gusto co-con-conocerte! ¡K-Ku-Kurenai-san! – Dijo dando una leve reverencia, haciendo que la peli rubia tuviera un rubor en sus mejillas.
Rápidamente, la chica se levanta y hace una reverencia también, para estar en igualdad con Wataru.
- N-no no, e-el gusto es mío Wataru-san, me alegra verte de nuevo – Diría con una sonrisa, mientras ambos se volvían a sentir y se miraron fijamente.
Apenas un segundo de verse directamente, ambos desviaron la vista a direcciones distintas, haciendo que Yukikaze arqueara una ceja.
- De todas maneras, no deberías de hacer esas cosas Wataru, hacer cosas malas aunque sean las mas “fáciles”, no te hará una mejor persona o parecido, es mejor conseguir las cosas honradamente.
- …
- Como sea, deberías de dejar de actuar de esa manera, tarde o temprano podrías terminar en prisión, deja de hacer estupideces por favor.
- Lo siento… - Dijo apenado, agachando más la mirada, haciendo que el rostro de la chica a su lado se pusiera molesta, mirando con enojo a Kurenai.
- ¡Okey okey, ya estuvo! Wataru no se comporta así, es el chico mas ansioso que conozco y con suerte puede mantener la mirada en ti, el trata de cambiar y deberías de estar contenta ya que cambio gracias a ti – Menciono molesta, sorprendiendo a Kurenai, la cual mira con asombro a Wataru, el cual, solo se sonroja y se tapa la cara.
- Es cierto… Ya no usas todas esas cosas para cubrirte.
- … *Asiente*
- Jeje, me alegra saber eso Wataru, vas progresando – Una sonrisa nerviosa aparecería en su rostro, mientras el agarre a sus rodillas se debilitaba poco a poco.
La conversación seria interrumpida, tras que uno de los niños, jalara del delantal de Kurenai, llamándole la atención de esta y de ambos chicos.
- Señorita Kurenai~ Nos puede ayudar~
- Eh? Claro, ¿qué sucede? Necesitan que les baje algún libro o-
- Enséñenos a tocar el piano
- Que? – Grito nerviosa Kurenai, siendo tomada de la mano y siendo guiada afuera de la biblioteca, siendo seguida por Yukikaze y Wataru, que sentían algo de curiosidad.
Al salir de la biblioteca y seguir a la multitud de chicos que llevaban a Kurenai a otro lado, llegarían a un living, en donde, cerca de las paredes del edificio, se encontraría aquel piano que mencionaron.
Aquel piano se veía algo ya viejo, pero firme ante el paso del mismo, siendo visto por todos, viéndose como algunos niños tocaban con cierto temor y confusión las teclas, intentando hacer una melodía.
- Intentamos tocarlo, pero cada vez que lo hacíamos, sonaba feo.
- Si señorita Kurenai, por favor, ayúdenos.
- Si si~ Ayúdenos.
- Eh!? P-pe-pero si yo n-no se to-tocar el piano… - Diría en murmuras Kurenai, evitando que los chicos se pongan tristes al escucharla.
Mientras miraba nerviosa todos los niños y niñas que le pedían que la ayudaran, junto al hecho de que Yukikaze intervino e intento ayudarla un poco.
El sonido de las teclas sonando breves notas alertaría a todos, viendo directamente al piano, en donde se encontraría a Wataru sentado en el ella, tocando con cuidado y delicadeza las teclas, memorizando las notas de cada tecla.
Tras terminar, una suave, lenta y elegante tocada sobre las teclas, la música nacería e inundaría todo el salón, haciendo que los chicos lo miren asombrados y con los ojos brillando, acercándose a él y sentándose en su alrededor, sin invadir su espacio.
Kurenai tendría su mirada perdida sobre Wataru, viéndolo como este ultimo estaba concentrado en tocar el piano, cada tecla tocada con una delicadeza casi mortal, mientras sus ojos cerrados dejaban que sus oídos se concentren en escuchar la melodía que estaba creando.
Una sonrisa cálida saldría de Kurenai, la cual no pasaría desapercibida por Yukikaze, la cual, le da un leve codazo y una sonrisa burlona y picara, haciendo que la peli rubia se sonroje un poco.
Tras su breve interacción, la música se detuvo y el silencio volvió a retomar el lugar, pero que rápidamente seria opacada por los gritos y aplausos de los niños del orfanato, el estruendo fue tal que Wataru sale de un salto del asiento del piano, cayendo dolorosamente hacia atrás, preocupando a ambas chicas.
- Wataru!
- Ay dios, pareciste gato asustado – Se quejo Yukikaze, acercándose al chico, mientras que Kurenai lo ayudaba a levantarse.
- Je... Gra-gracias Ku-Kurenai.
- Jeje, de nada, me salvaste tocando el piano, de verdad te lo agradezco.
- Eh!? B-bu-bueno n-no-no es n-na-nada k-ku-kure-
- Kurenai! ¿Quién toco el piano? – Diría una mujer mayor, acercándose mientras se limpiaba las manos.
- Oh, fue este chico, se llama-
- S-soy Wa-Wataru K-Kurenai y me gu-gustaria pedirle a-algo! – Dijo con nervios en los nervios Wataru, sorprendiendo un poco a Kurenai de compartir apellido.
- Eh? Cla-claro, ¿Que necesita joven?
- Esa mesa de afuera… L-la-la redonda… M-ma-marrón… P-por favor – Dijo entre temblando de nervios y tropezando mas de una vez con las palabras, terminando con una reverencia.
- … ¿Que? – Se pregunta la señora, ladeando la cabeza hacia un lado, siendo imitada por ambas chicas.
…
…
…
Mas tarde ese día
…
- Listo! Hice lo que pude con lo que tenía señorita – Diría wataru sosteniendo en sus manos aquel violín que lucia como nuevo, mientras se lo acercaba a la clienta que lo pidió.
- La repare utilizando una mesa.
- Esta perfecta – Dijo emocionada aquella mujer, tocando con extremo cuidado su restaurado violín.
- Eres todo un restaurador de violines. Tu habilidad es como lo dicen – Diría con una sonrisa de lado a lado, tomando en sus manos su violín.
- Eh? ¿D-de verdad?... – Dijo nervioso el chico, mientras veía a esa mujer.
- M-me sentí nervioso al ver a un gran violín y bu-bueno, no ser capaz de repararlo jeje.
Aquella mujer asentiría con la cabeza, guardando su violín en su respectivo estuche, para tras guardarlo, carga su estuche con una mano.
- Fue ayer que se rompió, me sentí tan devastada al ver que mi instrumento que me acompaño durante 24 largos años, sentí que este era el fin – Dijo algo triste pero feliz de saber que resultado final de la reparación, abrazando aquel estuche.
- Me lo imagino… D-de igual forma, m-me alegro de que le haya agradado el resultado final – Dijo contento Wataru, siendo recompensado por una sonrisa jovial, que haría que un leve rubor apareciera en sus mejillas.
Mientras que en un violín usado como reposador para Kivat, este abriría disimuladamente sus alas, viendo con ojos sospechosos aquella mujer, la cual sonríe, mientras leves líneas de color negro, aparecen en su cuello, alertando al murciélago.
En los baños.
Wataru sacaria su cabeza de la bañera, respirando aire fresco y mojado tras haber estado un buen rato bajo el agua, mientras que a su alrededor, volaba un serio y preocupado Kivat.
- Oye Wataru…
- Que sucede Kivat?
- La mujer que estaba aquí… - Dijo con cierto tono de dudas, para ver si el chico iba por el mismo camino, siendo respondido, por un asentimiento de confirmación por Wataru.
- Se veía atractiva… (Aunque no tanto como ella…) – Diría para Kivat y se decía para si mismo, mientras un leve recuerdo de una cabellera rubia aparecía en su cabeza.
- Eso no! ¡Baboso enamorado! – El grito y el tipo de comentario alertaría a Wataru, el cual se sonroja al instante.
- Oye! ¡Y-yo no estoy enamorado! ¡S-solo estoy aprendiendo a expresarme más!
- Eso importara luego, el tema es que esa mujer parecía sin alma, sin emoción de verdad, no creo que sea humana.
- Estas exagerando, ella ama la música, como yo – Dijo con una sonrisa, lavándose la cara, dejando a un Kivat algo molesto por la actitud de su compañero.
- (Ay ay este jovencito…)
…
…
En otro lugar
…
…
Con bolsas en manos y viendo un papel, Kurenai estaría haciendo las compras para el orfanato, leyendo la lista con una sonrisa, mientras tarareaba inconscientemente la melodía que había hecho Wataru.
- (Jeje~ No sabía que Wataru-san era tan buen musico, talvez le debería de pedir ayuda con el piano, él sabe bastante… ¿Pero aceptara? Estar rodeado de gente no parece ser su fuerte…) – Diría algo desanimado Kurenai, poniendo su mano en su barbilla pensativa, dejando caer su nota de compras.
Al darse cuenta que su lista se cayó, retrocedió unos pasos y lo tomo devuelta, pero la melodía de un violín la sacaría de su misión.
Levantándose y guiando su cabeza hacia el lugar de donde proviene la melodía, su rostro pasaría de sorpresa e incredulidad, a una seria y sospechando de aquella melodía, lamiendo la punta de su dedo y alzándolo al aire.
Al sentir el viento pasar por su dedo, sintió como brevemente aquel viento frio paso a uno tibio a cálido, sospechando al instante de que no era una melodía común y corriente.
- Fangire… - Murmuro en voz baja, corriendo a toda prisa hacia el lugar en donde vendría la melodía, pasando entre los callejones y techos de los edificios.
En un hipódromo.
Aquella mujer que Wataru ayudo, estaría tocando con gracia, elegancia y malicia, con sus ojos cerrados y dejando que su mente se conecte con la música.
La melodía hipnótica tarde o temprano atraería a alguien a sus fauces, siendo visitada por Kurenai, la cual, cae con gracia desde el techo del lugar, caminando con cautela hacia la mujer.
Pero al estar tan cerca, su mente empezó a ser influenciada por aquella melodía, sus ojos perdieron algo de luz, caminando como una zombie hacia aquella mujer, pero deteniéndose brevemente, luchando ante la melodía.
- Fuerte, pero aun muy débil~ - Dijo la mujer en susurros, mientras sus ojos brillaban como un vitral y su cuerpo se llenaba del diseño del mismos.
En la casa de Wataru.
Este había sacado el violín de su padre, escuchando ligeramente un zumbido proveniente de una de sus cuerdas, acercándose para oírla mejor.
Curioso por esto, empezaría a tocar utilizando el violín de su padre, con un rostro algo nervioso y preocupado, por si llega a arruinar el instrumento de su padre o la melodía que siente escuchar.
La música invadiría la casa de Wataru, alertando a Kivat que se permanecía viendo hacia afuera de la casa por si llegaba alguna visita, volando y acercándose a su amigo.
La melodía era la misma que aquella mujer, pero no tenía el mismo efecto.
De regreso al hipódromo, el rostro sonriente y maliciosa de la mujer desaparecería al ver como sus cuerdas empezaron a zumbar como si fueran una abeja o mosca, evitando así que siguiera tocando.
- ¿Pero qué? ¡Mi música!
- …. ¿Eh?... Fangire! – Grito molesta Kurenai, alzando sus manos, abriendo los ojos en par al ver que tenia las bolsas de la compra.
Avergonzada, rápidamente deja las bolsas sobre un asiento del lugar, para luego, por intuición, intentaría sacar sus armas desde su cintura, pero cayendo en cuenta de que no las trae al cuidar a los niños y que, en su combate de ayer, estas se rompieron.
- Mierda! Debo de tener una manera para estar defendida – Diría con frustración la chica, la cual da un salto hacia atrás, esquivando una bola de tinta que explota al chocar contra el suelo.
- Eres una boba al venir a pelear sin un arma… Serás comida fácil, señorita~ - Diría con una sonrisa, transformándose en su forma verdadero de pulpo, jugando con su violín al verse ya victoriosa.
Al terminar de tocar el violín, Wataru abriría sus ojos, viendo con asombro como una de las cuerdas temblaba, alertando tanto al chico como al murciélago, los cuales salen disparados en dirección al Fangire, sin antes, dejar con extremo cuidado, el violín a su vitrina.
Un rostro serio se pondría en el rostro de Wataru, saliendo de su casa con una chaqueta de cuero negra, jeans color rojo y una bufanda, acercándose con rapidez a una manta que cubría un vehículo.
Al tirar hacia atrás de la misma, Wataru revelaría que debajo de allí había una moto, subiéndose rápidamente al mismo y poniéndose su casco.
De regreso al combate.
Kurenai saltaría por la barandilla esquivando un golpe de un tentáculo, bajando al piso inferior de las gradas, buscando en todo el lugar algún objeto que le sirva de arma.
Siendo perseguida desde atrás por la Fangire, Kurenai se defendía a duras penas lanzando piedras con una potencia mayor gracias a su fuerza y su arte ninja.
La pulpo recibía aquellos ataques con suma facilidad, lanzando más bolas de tinta haciendo que Kurenai se tenga que cubrir.
Kurenai se escabulliría entre los asientos, llegando hasta las esclareas para bajar, intentando retirarse del lugar, pero seria atrapada por uno de los tentáculos de la Fangire, siendo jalada lo mas cerca de la misma.
Cae al suelo adolorida, intentando zafarse del agarre, el cual solo aumenta la presión sobre su cuello, siendo atraída por aquella Fangire, que volvería a su forma humana.
- Jajaja~! No mereces morir por mi verdadera forma, jojojo~ Eso sería mucho honor para ti~ - Diría con soberbia y desprecio, dándole fuertes cachetadas.
Una de las mismas, mandaría lejos a Kurenai, haciendo que cayera de forma dolorosa por la escalera, teniendo sus mejillas rojas por los golpes.
A la distancia se escucharía el rugir de una moto, pero que cedería al momento de llegar, dejando paso a Wataru, el cual, entra por la entrada vehicular, subiendo por inercia las escaleras, viendo la escena.
- Vez? Te dije que esa mujer no tenia alma, ¡Era una Fangire! – Grito molesto Kivat, volando alrededor de su compañero.
Pero lo que mas sorprendió al chico, era ver a Kurenai tirada, herida por estar peleando contra la Fangire.
- Kurenai…
- (Cierto… Esa vez Wataru no se dio cuenta de que Sakura, Yukikaze y Kurenai son Taimain… Pero lo peor será el hecho de explicarles quienes eran.) – Se diría para sí mismos Kivat.
Un leve rechinar se escucharía, eran los dientes de Wataru, apretándose entre si debido a la frustración de ver a su nueva amiga herida.
- Kivat!
- Muy bien! ¡A-KIVA-MOS! – Dijo emocionado y serio, volando alrededor a gran velocidad.
En ello, Kivat aprovecha y corta con sus dientes aquel tentáculo, liberando a Kurenai y alertando a la Fangire, viendo con incredulidad a Kivat.
Rápidamente este volaría hacia Wataru y seria atrapado por este, abriendo su boca y mordiendo al chico, viéndose como las marcas de los vitrales se marcan en el cuerpo y rostro de Wataru.
Sorprendida y jadeando con fuerza, miraría hacia su izquierda, mirando algo mareada a la distancia, viendo que aquella figura que lo salvo, no era nadie mas que el propio Wataru, sorprendiendo enormemente a Kurenai, quedando perpleja ante la revelación.
- HENSHIN!
Grito, poniendo a Kivat al frente de su cinturón, viéndose como una onda color roja salde como un eco de Kivat, mientras que la armadura se formaba con un tono transparente como la de un espejo, quebrandose en miles de pedazos y revelando a Kiva.
La Fangire estaría sorprendida, el ver como el antiguo rey volvía de las mismas cenizas.
Sin perder el tiempo, Kurenai se recuperaría de su asombro momentáneamente, tomando aquel tentáculo cortado, poniéndolo recto como si fuera la punta de una lanza, rodeándolo en su arte ninja.
Poniéndose de pie, Kurenai lanzaría aquel tentáculo como si fuera una lanza, la cual, impacta de lleno en el violín de la mujer junto a uno de sus costados.
Explotando el instrumento en miles de pedazos, mientras la mujer caía herida al suelo por el ataque, jadeando adolorida, pero recuperándose y poniéndose de pie rápidamente, viendo como su preciado violín ahora solo era piezas esparcidas de madera.
- Tu!... ¡ME LAS PAGARAS! – Volviendo a su forma verdadera y corriendo con fuerzas hacia ella.
Pero antes de que la lastime más, Wataru llegaría y daría una patada lateral, golpeando el brazo y un poco el abdomen de la Fangire, lanzándola lejos de ambos.
Con instinto, Wataru con su brazo derecho movería a Kurenai hacia detrás de el, protegiéndola, sin antes, mirarla por encima de sus hombros y hacer un gesto con su cabeza y mano de que se retire.
Rápidamente, Wataru se abalanza hacia la fangire, esquivando un ataque agachándose, girándose y empezando a desviar mas ataques con sus propias manos, mientras subían de manera diagonal las escaleras.
Kiva bloquea un ataque y contrataca rápidamente, golpeando el centro del estomago de la fangire, seguido de una patada hacia la cara.
Kiva seguiría con su castigo, dando varios golpes al pecho de la fangire, haciendo que poco a poco esta fuera retrocediendo lentamente, hasta que, de un codazo, la manda a volar hacia el piso de arriba, en donde continuarían luchando.
Kurenai miraría incrédula lo que estaba pasando, aquel chico tímido pero valiente a su manera, había cambiado totalmente, mas serio, callado y enfocado.
Tragando saliva nerviosa, empezaría a correr donde ellos, para recuperar las bolsas que había dejado atrás.
La fangire seria lanzada lejos, chocando contra la pared, pero poniéndose de pie y corriendo hacia el interior del hipódromo.
Kiva la persigue, adentrándose al mismos y viendo como esta no estaba entre los pasillos de tiendas cerradas en el lugar. Con cautela, Kiva va avanzando lentamente, mirando a sus alrededores atento a algún ataque sorpresa.
Viendo que no había amenaza, bajaría lentamente la guardia, siendo aprovechada por la fangire, la cual estaba colgada del techo del lugar, lanzando uno de sus tentáculos para atrapar a Kiva.
Este se gira, alzando su guardia, pero siendo atrapado por el tentáculo, el cual se aferraba con fuerza a la muñeca de Kiva.
La fangire baja del techo y jala del tentáculo, haciendo que Kiva pierda el equilibrio, jalando para que este se choque contra una pared y luego al otro lado, chocando contra una banca de madera.
Esta volvería a chocarlo contra la pared, pero Kiva pondría su pie para evitarlo y con su mano libre, jala del tentáculo, empezando así, un tira y afloja por parte de ambos, pero la fangire dispara sus bolas de tinta, impactando en Kiva y haciendo que chispas vuelen de él, arrodillándose adolorido.
Con fuerza, la fangire jalaría y mandaría a volar hacia una ventana a Kiva, este último saldría por la ventana, cayendo al aire libre y chocando contra el techo de una casilla de allí, rompiendo el techo en el proceso.
Kurenai mira esto asustada, apoyándose en la barandilla, escuchando los pasos apresurados de la fangire, la cual apenas llega, dispara una de sus bolas de tinta, las cual impacta en el interior del edificio y generando una explosión que hace pedazos el interior del mismo.
- Wataru! – Grito asustada Kurenai, mientras que la fangire jadea cansada y victoriosa, viendo con una sonrisa a Kurenai.
Pero el rugido de una moto y los ruidos de cajas siendo aplastadas, aparecería Kiva sobre una moto, una modelo Harley modificada con partes rojas y especie de aletas en la parte de atrás.
Kiva atropella a la Fangire, mandándola a volar lejos de allí, sorprendiendo para bien a Kurenai, viendo que estaba bien.
El motor de la moto ruge cada vez que el vampiro jala de manilla, la cual se levanta agotada, pero aun decidida a pelear.
Esta saltaría y empezaría a correr por la pista de vehículos, siendo perseguida por Wataru desde atrás, para mas velocidad, la fangire convertiría sus piernas en ruedas, empezando a patinar y alejarse a gran velocidad de Wataru.
Esta se giraría e iría en dirección contraria, lanzando una patada que es esquivada, Wataru sigue adelante, esquivando sin ver otra patada desde atrás, viendo como la fangire volvía a liderar la delantera.
Kiva acelera aún más, acercándose al fin a la fangire, quedándose en el lado de esta y empezando un combate en movimiento, el combate estaba igualado, bloqueando y esquivando como podía, recibiendo de vez en cuando un golpe, pero contratacando con más fuerza.
Un codazo impacta en la marca de la Fangire, la cual se aleja perdiendo un poco el equilibrio, pero recuperándose rápidamente.
Esta lanza un tentáculo y atrapa el cuello de Kiva, avanzando y poniéndose al lado contraria, mientras Kiva peleaba por zafarse del tentáculo.
- Hmp! ¡Tramposa! – Grito Kivat, saliendo del cinturón y volando hacia la fangire, volando a su alrededor hasta morder su tentáculo, haciendo que la fangire se retuerce del dolor.
- Bien! ¡Gracias Kivat! – Grito Kiva, tomando el tentáculo y enrollándolo en el manubrio de su moto, acelerando aún más.
A la distancia, había una separación en donde algunas camionetas estaban en medio, Kiva se va por la derecha, dejando a la fangire sola en el lado izquierdo.
El tentáculo choca contra el primer camión, obligando a que la fangire sea arrastrada por la moto de Kiva, estrellándose contra el segundo vehículo, rompiendo la ventana del copiloto y la puerta misma, cayendo adolorida al suelo.
Kiva se gira en su propia moto, desenrollando el tentáculo y tirándolo al suelo, mientras se bajaba y caminaba con soberbia hacia la fangire que lentamente se estaba recuperando.
En la distancia, Kurenai, lograría ver a lo lejos la figura de ambos, corriendo hacia ellos, olvidando el objetivo principal que estaba haciendo.
- Ja! ¡Eso te pasa por equivocarte de persona boba! – Dijo burlón Kivat, jalando con su pata su ojo y sacando su lengua en un gesto burlón.
Este volvería al cinturón, mientras que Kiva, sacaba con paciencia y calma el silbato de la vez anterior, poniéndolo en la boca de Kivat.
- WAKE UP!
Kiva se agacha y extiende sus brazos hacia los lados, imitando otra vez la misma pose la vez anterior, mientras su alrededor cambiaba a un tono rojo oscuro, cambiando el lugar a una noche de luna llena.
Kurenai llegaría al lugar, viendo otra vez asombrada el cielo, guiando su mirada a Kiva.
Los grilletes de su pierna se liberarían, mostrando como era en realidad su pierna derecha, dando un salto tan alto que superaba las nubes, poniéndose de cabeza mientras la luna lo iluminaba con una luz cálida y mortal.
Rápidamente gira y cae de picada, con una patada que va cortando el viento, mientras que la fangire apenas recuperada del golpe, alzaba la vista asustada por el final de su destino.
La patada impacta, rompiendo el pecho de la fangire y liberando trozos de cristal, impactándola en el suelo y dejando la misma marca de un murciélago que la otra vez.
El impacto obligaría a que Kurenai se cubriese, debido al viento que se genero y los pequeños escombros que salieron volaron por aquel impacto.
Dejando de cubrirse, pudo ver como aquel dragón con forma de castillo volvía a aparecer.
Kiva aumenta la presión de su pierna en el pecho de la fangire, haciendo brillar los orbes verdes de su pierna derecho, haciendo estallar el cuerpo de la fangire, la cual estalla en miles de pedazos como un cristal, dejando libre un orbe de luz.
El dragón ni corto ni perezoso, abriría sus fauces y se devoraría aquel orbe, mientras que la pierna de Kiva volvía a estar sellada por su armadura y cadenas.
El enorme reptil rugiría y agacharía su cabeza a la altura de Kiva, mirándolo curioso mientras su vista se ponía fija en alguien enfrente.
Kiva se giraría lentamente, sin perder su elegancia, manteniendo miradas con una Kurenai estupefacta, mirando con asombro, que aquel sujeto que peleo contra ella y la protegido.
Era Wataru, un chico que apenas conocía, tímido, nervioso y falto de confianza, estaba allí, enfrente suyo, rebosando elegancia, soberbia, salvajismo y una actitud tan opuesta al Wataru que conoce, que la hace dudar de quien en verdad es Wataru.
- …
- …
El silencio los invadió a los dos, dejando que el estruendoso vuelo de aquel dragón sirva como un silbido, un aviso de que deberían de hacer algo, decirse algo.
Decirse sus secretos, decirse quienes son, aunque sea tan pronto para confesar todo, era lo mejor.
De esa manera, de forma retorcida, estarían a mano.
Ya que Wataru, no es el único vampiro que estaba allí, en ese sitio, ya que ambos compartían algo en similitud.
Su vampirismo.
FIN

Will1812 on Chapter 1 Sat 04 Oct 2025 09:12PM UTC
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