Chapter 1: Un día normal
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Su primera mascota fue un pez, su padre se aseguró de comprar una pecera enorme y el pez nadaba en círculos. Sus escamas brillaban con el agua y las luces de la habitación.
Le encantaba cuidarlo; le encantaba verlo. Las luces, los colores, el movimiento eran algo que adoraba.
Amaba a Burbujas. Lo adoraba. Lo podía ver por horas.
Diez segundos. Solo diez segundos bastaron para que Burbujas fuera un pedazo de carne quemada en un suelo lleno de fragmentos de vidrio y agua.
Su madre cuidó sus heridas; su padre le dijo que no le dijera a nadie sobre Burbujas. Le dijo que descubrirían juntos qué pasó.
Lo descubrieron.
Simón J. Paladino no volvió a tener una mascota, mucho menos una que quisiera ver por horas. En realidad, no veía muchas cosas. Su casa no tenía televisión, sino una radio en perfecto estado. Su biblioteca era un desastre de estanterías empolvadas junto a cajones llenos de copias y bolsas de basura. Su techo estaba en mal estado, pero el cemento resistía.
Le gustaba verse como alguien ordenado, no aburrido. Incluso si muchas cosas no lo parecían en su casa y eran “aburridas”. Era lo indispensable para vivir: no decoraciones con las que distraer su mirada, no recuerdos en paredes sino en cajas, seguros de cualquier daño.
Su oficina en el trabajo era igual. También tenía la única con una copiadora personal que se había llevado buena parte de su salario en conseguir. Muchas copias, lápices y tres sillas, aunque la tercera solía ser un lugar para más copias de documentos.
Como abogado pro bono intentaba siempre hacer sentir cómodos a sus clientes; complicado con la falta de decoración y el extintor en una esquina de su oficina cerrada. Antes había sido una sala de almacenamiento, hasta que la pidió al jefe del bufete. Este aceptó al darse cuenta con qué clientes quería trabajar.
—¿Eso es todo? —pregunta con asombro la mujer.
—Sí, solo se firma aquí y ya está —señala la hoja.
—¿Sin juicio? —la mujer lo ve a los ojos; él baja la mirada.
—Sin juicios. Fue una falta menor, su asistencia a la corte y el papeleo fue todo lo necesario —explica con calma.
La mujer suelta un suave sollozo y él la ve otra vez. La mujer tenía una expresión entre alegría y tristeza, sus rasgos deformados por la expresividad. Vuelve a desviar la mirada. Ella comienza a sollozar de verdad.
—No sé cómo agradecerle —la mujer dice mientras las gotas de lava caen de sus ojos.
Simón se apura a quitar el documento del camino de la lava y pone la roca que utilizaba como sujetapapeles en su lugar. Tampoco quiere un escritorio quemado.
—Es mi trabajo —responde calmado, viendo la lava sonar contra la roca.
Toma su vaso de agua y lo riega, y esta se seca con humo alzándose. Debería prender el ventilador. Los sollozos se detienen y mira a la mujer. Ella lo ve fijamente y sonríe, una sonrisa que muestra sus dientes mientras humeantes corrientes de lava caen por su rostro.
—Nunca se asusta, ¿no? —lo dice con cariño.
—Disculpe —dice confundido—. No le entiendo —otra gota cae y él echa otra gota de agua; no ve a la mujer.
—No te asusta mi llanto —ella dice suave, temerosa—. ¿Por qué?
—Es mi trabajo —responde tranquilo y echa otra gota a la roca.
La mujer no suena molesta con que él le hable sin verla. Debería ser más amable, pero prefiere evitar tener que conseguir otro escritorio. Tampoco es que pueda verla por mucho tiempo.
—Muchas gracias, señor Paladino.
Ella se levanta, tal vez se cansó de que no la mire, o tal vez supo que ya habían terminado. Él se para torpemente de su silla y extiende su mano. Le sonríe lo mejor que puede a la mujer, y esta le da la mano.
Su mano arde y la suelta. La mujer dice algo, pero el hombre mira su mano: una marca de quemadura en forma de gota. Escucha disculpas, pero lo único que puede hacer es ver su mano. Ha leído sobre los efectos de la lava para este caso, ha hablado con diferentes peritos; debería estar peor.
—¡Lo siento tanto!
—¿Qué? —mira a la mujer que está soportando llorar, sus ojos humeando.
—Lo lamento, le juro que no me di cuenta. Por favor, perdóneme —ella habla rápido, desesperada, ruega prácticamente.
Se demora en darse cuenta de que debe hablar, de que debe dejar de ver entre la mujer y su mano, que comienza a volver a arder un poco.
—Está bien —dice tranquilo—. He tenido mucho peores.
La mujer parece peor que antes y él no sabe qué dijo mal. Tal vez tiene miedo de que la denuncie, como pasó en este caso.
—No pasa nada, señora Martínez —él asegura—. Tengo un botiquín, no es grave. Vaya nomás, fue un placer trabajar con usted.
La mujer asiente y sale con el rostro de alguien que se tragó sus palabras, o eso cree. Ella ni siquiera se despide de lo rápido que sale. Simón vuelve a ver su mano, la marca, la quemadura, y saca su botiquín listo para tratar su mano. Sabe muy bien cómo tratar quemaduras.
—¿Qué te pasó en la mano?
Mira a Alam, sacándolo de sus pensamientos sobre el nuevo caso que aceptó esta tarde. Cuando están en la cafetería del edificio tiene la costumbre de ver los cafés de sus compañeros; cuando le hablan suelen reaccionar mejor que cuando ve a las paredes o al suelo. Alam tiene su vaso de papel térmico con su nombre escrito con marcador. Como todos los días.
—Me quemé —responde y da un sorbo a su propio café.
—¿Tu cliente? —pregunta Alam y da un sorbo a su propio café, luego cierra la lengua—. Carajo, estaba seguro de que ya se había enfriado —se queja sacando la lengua.
—No fue intencional. Le di la mano; se había limpiado las lágrimas con ella —explica, y Alam frunce el ceño—. Siempre crees que está frío —dice señalando el café.
—Sí, estos vasos son engañosos. A nada de comprarme una taza de verdad —dice Alam y su actitud cambia un poco—. Ella, tu cliente… ¿llora lava, cierto? —lo dice bajo, con cautela.
—Sí —responde y toma otro sorbo.
—No te lastimó a propósito, ¿cierto?
—No —dice con molestia—. Fue un accidente, pasa.
—Te pasa mucho —se queja Alam—. Sé que eres el único que trata con… ¿supers?, ¿es el término correcto?
—Sí, supers es el término. Que los relacionen con héroes es muy diferente —intenta no molestarse con la conversación repetitiva; mira su propio café.
—Claro —Alam se mueve, Simón ve sus pies—. Solo ten cuidado. Pide refuerzos de ser necesario
—Son supers, no criminales —lo dice lo más tranquilo que puede—. No es su culpa tener deslices; los únicos con entrenamiento son los héroes.
—Lo sé, Simón, no te enojes.
—No estoy enojado —responde y da otro sorbo.
—Solo ten cuidado, o toma casos con héroes si son más seguros —recomienda el hombre de cabellos negros.
—No trabajo con héroes; ellos tienen suficiente para pagarse abogados especializados —piensa unos segundos—. La mayoría, al menos.
Las calles de tarde suelen ser tranquilas. Caminar siempre lo calma. Mira al suelo, al cielo, a sus manos, a cualquier cosa excepto a los transeúntes. Tal vez por eso casi da un salto al escuchar una voz detrás de él.
—Dicker —dice respirando pesado, sujetando su maletín con fuerza—. Hola.
—Hola, Simón.
Es incómodo, pero no más de lo normal. Prefiere cuando Rick lo llama o toca su puerta como una persona normal. No cuando lo ve en media calle mientras va a su casa. Eso suele significar una cosa.
—Supongo que es algo de la NSA —dice inseguro.
—Sí —Rick asiente y mira a los lados; la calle no es muy concurrida— No es clasificado y preferiría hablarlo en un lugar público.
—Si es para convencerme de trabajar con ellos sabes mi respuesta —dice con molestia, decidiendo dejar la formalidad de lado.
—No exactamente, pero prefirieron enviarme para convencerte —dice el hombre encogiéndose de hombros—. Te invito un café.
—Si también consigues una tarta —dice resignado; no puede escapar por siempre del agente. Son, técnicamente, amigos de cualquier forma.
—¿Al café de Sussie?
Él asiente y caminan hasta la cafetería, donde la mujer los saluda a ambos con una sonrisa amable. Piden y esperan. Simón mira sus zapatos, sus manos, cualquier cosa menos gente y la mesa.
—¿Qué te pasó en la mano? —pregunta Rick después del silencio prolongado.
—Nada que te incumba —responde con desgane—. ¿Qué quieren tus jefes?
Rick suspira y lo mira fijamente. Simón desvía la mirada, y Rick pone su mano en la mesa, dejando que el abogado respire. El gesto lo tranquiliza un poco.
—Llegó una denuncia a un héroe y…
—Tienen mejores abogados —no lo deja terminar.
—No fue por daño a la propiedad en una batalla, no exactamente —el hombre se acomoda en su asiento— Es más complicado, civil o algo así —eso hace que Simón vuelva a verlo—, y resulta que nuestros abogados solo saben defender a los supers de daños a la propiedad y de que denuncien a la agencia. Además, no es de los nuestros.
—Estás bromeando —dice lento—. ¿No saben cómo detener una simple denuncia? —se siente indignado y respira hondo—. ¿Si no es de los suyos no lo ayudan?
—Han estado tratando casos sin tomar en cuenta el factor super de estos. Han estado tratando los casos como se lo harían con la policía, por entidad pública —Rick mueve su mano—. Si no está en nuestra nómina no se le puede defender como a los nuestros.
Simón está sin palabras y justo llega el café y la tarta. Ambos agradecen a la camarera y vuelven a verse.
—Debe haber algún especialista —dice luego de un sorbo—, externo a la NSA que sí haya tratado con la ley super de forma correcta.
—Sí, la agencia lo buscó como muestra de buena fe para el superhéroe. Resulta que hay alguien que ha tratado todos los casos civiles, de derechos y propiedad que tienen que ver con los supers —Simón ve la corteza de la tarta y esta comienza a oscurecerse con su mirada.
—Llamen a ese y déjame, ¿o es muy caro? —pregunta con sincera curiosidad. Toma la corteza de la tarta y esta cruje—. ¿No van a ayudar con los pagos por ser un héroe independiente?
—No es caro, es un abogado pro bono.
—No —lo mira fijamente; Rick sonríe.
—Sí. Resulta que eres el único experto en toda la ciudad en casos de supers con enfoque en sus poderes —sin preguntar, el hombre toma un poco de la corteza tostada—. Sabe mejor tostado.
Simón tiene muchas ganas de quemar algo. En vez de eso, se quita los lentes para que el mundo se vuelva ligeramente borroso, casi imposible de quemar.
—¿Van a contratar a mi bufete para que me contrate, cierto?
—Ese es el plan —asiente el hombre y devuelve la cuchara vacía—, pero les advertí que no lo tomarías bien si íbamos como la NSA. Mejor avisarte —Simón toma su café, que sigue caliente a diferencia del de Rick—. También piensan pagar bien, tanto la agencia como el héroe.
—Te detesto —dice indiferente—. Sabes que no quiero asociarme con héroes —ve a los ojos a Rick.
Rick aparta la mirada y luego vuelve a verlo con tranquilidad, su mirada cansada.
—Lo sé. Serías uno bueno, Simón, pero respeto tu decisión. La NSA también la respeta. No te buscan por tus ojos esta vez, te buscan por tu mente. Este héroe necesita apoyo.
Hay algo tranquilizador en las palabras del hombre, algo suave. La mirada de alguien que entiende su conflicto interno, uno de sus amigos más viejos. Simón asiente aunque no quiere. Aún hay algo que lo molesta de todo el asunto.
—Solo quieren que se una a sus filas —dice seguro.
—¿Importa lo que queremos si el resultado lo beneficia? —Rick no lo niega.
Carajo.
—No es como si pudiera decir que no.
Rick lo acompaña hasta su casa. Entra y se sienta en su sofá, cansado, pensando en mañana, cuando se le dará el caso. Saca los vendajes de su mano y mira la quemadura. Se ve mucho mejor que en la mañana, demasiado. Diez segundos y los rayos se disparan por sus ojos a su mano. La quemadura arde por el impacto con el nuevo calor, pero no duele.
Su piel no se ve más herida.
…
Mira su techo lleno de marcas de quemaduras. Camina a su habitación y saca su cuaderno; anota rápido y con su letra maltrecha:
“Resistencia alta al calor y quemaduras.”
“Posible curación acelerada.”
Cierra el cuaderno sin ver las hojas, con miedo a quemarlo, y lo deja en su cajón. Prende la radio y se sienta a escuchar la radionovela mientras se cambia de ropa. Espera que el héroe que le toque sea amable. Espera resolver cual sea el caso rápido.
Espera no volver a ser contratado de forma directa o indirecta por la NSA.
La radio suena, tranquilizando su mente.
Sus padres, cuando estaban vivos, le compraron una radio para su habitación al darse cuenta de que no podían darle libros como regalos. Escucha la radio y se deja perder en su imaginación; se pierde en movimientos y colores que ya no debe ver.
A la final, así comenzó a ser la vida cuando descubrieron que era un super.
Chapter 2: Una semana casi normal
Summary:
Simón conoce a su nuevo cliente.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
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Ni bien llega a su oficina Mary lo detiene para informarle que el jefe quiere verlo. Mary siempre es amable y sonriente, a pesar de ser la que tiene que lidiar con más gente de todo el edificio siendo la recepcionista.
-¿Sabes por qué? – le pregunta a la rubia
-No, pero dijo que te iba a alegrar el día – ella dice amable
Sabe que la chica le sonríe porque Mary siempre sonríe, pero no la ve. Ella nunca parece ofendida por su falta de contacto visual.
-Eso espero
Sabe que no le va alegrar el día, sabe para que lo llaman. Se prepara mentalmente para que le digan el caso del héroe asignado. Aún lleva el vendaje puesto, supone que demoraría dos semanas en sanar si fuera normal, está casi seguro que sanara en una.
Llega a la puerta de la oficina y toca.
-¡Si eres Paladino pasa! – escucha la voz del señor Jhonson
Él abre la puerta y pasa
-Buenos días
Mira a su jefe detrás del escritorio, mira al héroe con su traje brillante de colores cálidos que le sonríe y al final a Dicker. Se resiste a ver mal al ultimo.
-Paladino, acercate – su jefe dice y él lo hace
-¿Me necesita para algo? – pregunta calmado, mira al suelo
-Deja de encorvarte muchacho, tienes un caso estupendo en tus manos – el hombre vocifera alegre
Endereza su espalda y mira a la ventana detrás del señor Jhonson.
-¡Vas a trabajar con Fironic ! – el hombre señala al héroe y Simón lo ve.
El traje es lindo, tiene llamas y por el nombre supone que sus poderes son de fuego. Cree haber escuchado una que otra noticia en la radio donde mencionaron al héroe.
-Señor, sin ofender – mira a su jefe y siente la mirada de Dicker en su nuca – nunca he trabajado con héroes antes
-¿Y eso como interfiere a que haya hecho múltiples casos con supers? – pregunta Dicker y aunque no quiere virar para hablarle tampoco quiere que su jefe y el héroe lo tilden de grosero, por muy grosero que quiera ser
-Identidad secreta – responde
Es su ultima chance para soltarse de este caso, sabe que Dicker no está contento con él pero también que lo conoce y sabe muy bien que Simón no es de los que avizan cuando se rinde.
-No se preocupe por eso – Dicker le ofrece un papel – la NSA ya tiene un código para los juicios en sus identidades heroicas, usted solo debe aplicarlo de forma individual puesto que Fironic no es parte de nuestra organización
Quiere quemar el papel. Suspira y asiente pero no abre la carpeta. Mira a Fironic que le sonríe , una sonrisa encantadora y galante, debe tener muchas fans con ese rostro y cuerpo.
-Entonces será un honor trabajar con usted – extiende su mano a Fironic, este la toma con mucho cuidado como si fuera algo precioso.
Simon recuerda el vendaje y quemadura de la mano así que su sorpresa se evapora, Fironic solo está siendo amable con él, por su mano quemada.
-Anda chico, atiendolos en tu oficina
-Si señor – mira a Fironic y Dicker – siganme
Siente las miradas de todos yendo al extraño grupo. Deben verse extraño, mucho: Dicker con su rostro serio, traje a medida y espalda recta; Fironic sonriente, con sus colores brillantes y saludando a los que le saluden; él encorvado, con la mirada al suelo queriendo que la tierra se lo trague.
Llegan por suerte rápido a su oficina, la mayoría tiene cubículos pero bueno, después de tantos incidentes con sus clientes todos agradecen que tenga una oficina lejos del resto.
-Pasen.
Fironic ve la silla frente al escritorio y luego al agente. Simón casi se golpea la frente, corre a la esquina de la oficina y quita las copias de la silla y la pone a lado de la otra para que Dicker se siente. Fironic por fin se sienta en la otra silla y Simón hace lo mismo en su silla detrás del escritorio.
-Ahora, ¿cuál es el caso?
Pregunta lo más tranquilo que puede. Dicker suspira y abre su maletín sacando una enorme pila de papeles que parecen intimidar al héroe.
-Esto es lo que se tiene, la primera carpeta son los originales, la segunda copias – explica Rick
Simón no puede evitar sonreír ante la consideración.
-Entiendo
Después de una discusión corta no sobre el caso sino la documentación con respecto al manejo de identidad heroica en casos, Dicker se levanta, dice que tiene más cosas que hacer y que la NSA técnicamente no esta en el caso pero cualquier cosa que necesite esta a su disposición.
-Queda en buenas manos, Fironic
Simón está solo con un héroe. Un héroe que no deja de sonreirle con mandíbula perfecta. Mira a otro lado.
-Ahora quiero que tu me expliques que pasó – dice amable
-Claro – Fironic se mueve incomodo en la silla
El relato es un poco largo pero en general no es algo con lo que no haya tratado, destrucción de propiedad privada accidental, aunque al parecer los dueños de la estatua aseguraban que no y los abogados de estos que era intencional al haber sido hecha por los poderes del hombre.
Odia el argumento que si es por poderes debe ser intencional. En todo el tiempo que lleva con estos casos sabe que no es cierto.
-¿Puedo hacer una pregunta no relacionada con el caso? – Fironic dice tranquilo
-Claro – dice un poco inseguro
-¿Trajiste el extintor por mi? – señala el extintor cerca a su escritorio
-No- niega enseguida- trabajo con supers, varios tiene poderes que pueden quemar cosas, solo es por seguridad de mis documentos
El héroe asiente
-Otra pregunta – el hombre dice y Simón asiente –¿Cómo te llamas?
-¿Qué?
-No te haz presentado
Quiere que la tierra se lo trague, eso quiere. Mira a la piedra de pisa papeles y luego al héroe
-Lo siento mucho, fue de mala educación.
Se para para extender su mano.
-Simón Paladino, abogado pro bono, especializado en supers
-Un gusto- dice el super dándole la mano y parándose – Fironic
No tiene otro momento donde quiera que la tierra se lo trague en la reunión, Fironic es agradable y aclaran varias cosas, cuando termina se despide del super y lo guiá a la puerta, no sin antes tocarse con muchos compañeros y compañeras que intentan pedir un autógrafos del héroe.
-Fue un gusto conocerte Simón
Quiere que la tierra se lo trague, Fironic sonríe muy bonito.
-El gusto es mío Fironic
Vuelve al edificio para comer en la cafetería, solo para casi correr cuando muchos, demasiados se le acercan a preguntarle sobre el héroe.
Alam lo salva para su suerte, diciéndole a todos que lo dejen en paz y asegurandoles que él le se contara lo que Simón diga, a pesar de Simón estar allí mismo parado.
-Esa gente está loca – dice el hombre de ojos claros y le lleva a una mesa lejana – siempre tratas con supers y solo porque es un héroe les interesa
-Creí que eras fan de los héroes – dice un poco confundido
-Si, pero no de Fironic, prefiero a Mister Increíble
No hablan sobre el héroe después de eso, Alam acapara la conversación contándole anécdotas tontas y la ultima serie que vio en la televisión, siempre agregando como Simón debería ver más televisión. Simón sonríe.
Alam es de los pocos que nunca le a cuestionado que no mire a nadie, Alam es de los pocos que no le molesta ser el único que habla algunos días. Alam es su amigo y está feliz de tener uno.
-Creo que deberías escuchar más radio - dice en medio de la anécdota de Alam - siento que te gustaría la radio novela que escucho
El silencio es un poco largo así que ve al rostro de Alam, este esta sonriendo radiante, sus ojos iluminados, su cabello resaltando su piel clara. Alam asiente emocionado, Simón ve su café.
Se pasa hasta tarde haciendo mandados, sabe que podría pedirle a alguien que lo haga pero siempre prefiere hacerlo en persona, caminar es bueno, lo ayuda a dormir en las noches. El caso sera simple, aunque Dicker se equivoco, era derecho privado no civil. Más razones para contratarlo a él y no a los ineptos de la NSA.
-Me agradas
-¿Disculpe? – mira al súper que le sonríe
Han trabajado una semana juntos, su mano ya está curada pero aún no se quita el vendaje. El héroe esta viendo los documentos por encima de su hombro. Desde el primer día Dicker no ha aparecido, lo cual significa que esto no está tan relacionado con la NSA, y ya han llegado a un acuerdo con los dueños de la estatua, todo va bien.
-Me agradas Simón, se ve que te gusta ayudar – dice el héroe
-Es mi trabajo – responde casi por costumbre
-Aun así se nota que lo disfrutas – el héroe habla suave y bajo – se ve en tu rostro
Piensa en los agradecimientos, los gritos, el papeleo, las noches sin dormir y también en las lagrimas, mucha gente llora cuando los casos terminan, sean buenos o malos. Mira su mano.
-No me suelen llamar expresivo – mira al héroe, por fin a los ojos
Fironic no desviá la mirada de la suya.
-Se te nota, eres un buen hombre.
Mira a la mesa y vuelve a los documento, intenta no pensar en los ojos del héroe, son lindos.
-Tu eres un héroe
-Simón, creo que tu también lo eres
No puede dormir esa noche y cuando grita en su almohada también quema por accidente la cama.
Notes:
Gracias a todos los comentarios que me han dado
Chapter 3: Día normal para una agente de la NSA
Summary:
Rick Dicker esta teniendo un día bastante normal a pesar de todo.
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Cuando era joven su plan era unirse al ejercito como su padre y abuelo, entrenaba y entrenaba. Su madre tenia otros planes y lo sentaba por horas para hablar sobre libros que en ese entonces le parecían inútiles.
Nunca se unió al ejercito cuando llegó la guerra, su país le dio otra forma de servir; siendo un agente para casos especiales. Esto se dio gracias a su condición física y pensamiento ágil, que su madre le obligó a desarrollar con esas largas charlas libros tan útiles.
No esperaba trabajar con supers pero lo hizo y de sus primeros casos con estos sujetos más poderosos de lo que él nunca podría ser fue sobre un accidente que la NSA quería borrar para reclutar al muchacho.
El vio el potencial en el chico, tan claro y brillante, vio el terror a lo que había hecho. Fue el potencial lo que arruinó el reclutamiento, el chico era terco como cualquier buen agente o héroe debe serlo.
Nunca lograron convencerlo que se una a la agencia ni como agente ni como super.
Rick Dicker sabia que no podía convencerlo pero nunca se apartó, su madre luego se unió a la situación por su propio trabajo y pronto el muchacho había sido sentado como él hace años con su madre hablándole de libros muy importantes.
Un muchacho inteligente y capaz. Uno también tonto e imprudente que estaba frente a su puerta a las once de la noche con una funda en su mano y lleno de hollín
-Simón – Mira de arriba abajo y respira hondo manteniendo la compostura - ¿Qué haces aquí?
Simón mira al suelo, hombros encorvados intentándose hacerse mas pequeño.
-¿Puedo quedarme en tu sofá? - pregunta con vergüenza el super
-¿Qué le paso a tu sofá?
Cree saber la respuesta, aún así espera que el hombre responda. Ventajas de vivir cerca de Simón es saber que no se ha matado, o si pasara se enteraría pronto. Otra es que la NSA no enviá agentes para vigilar al abogado porque vive cerca de su agente principal.
-...Queme mi cama y mi sofá – Simón mueve sus pies incómodos – Mañana comprare un colchón nuevo
-Entra
Rick termina de abrir la puerta para que el joven pase. Simón camina tranquilo y mira el sofá donde pone su funda y se queda parado viendo la casa. Rick ve el segundo que el super ve la mesa llena de papeleo en que estaba trabajando a punto de preguntarle algo.
-¿Pesadillas? – el agente pregunta viendo a Simón, interrumpiendo cualquier pregunta sobre el trabajo.
-Algo así…
Simón se sienta en el sofá y mira el suelo, la pared, la mesa, sus manos. Manos que aún llevan el vendaje de la semana pasada.
-¿Qué le paso a tu mano?
Preguntó hace una semana y como siempre Simón fue evasivo. El super ve el vendaje y se lo quita mostrando una pequeña cicatriz de quemadura, con una forma extraña. Simón lo ve como si ya hubiera respondido para volver a ver al suelo.
-¿Cómo pasó eso?
-Toque lava en temperatura media.
Intenta no suspirar o regañar al hombre adulto pero a veces cree que Simón se gana ser tratado como un adolescente imprudente.
-¿Por qué tocaste lava? - dios, este hombre lo va a envejecer prematuramente.
-Trabajo – cortante, como siempre
Simón no lo ve ni una vez cuando hablan excepto cuando señala algo obvio. Está acostumbrado ademas los ojos no son la ventana del alama para el abogado, si lo fueran tendrían unas cortinas muy gruesas. El cuerpo de Simón cuenta lo que necesita saber con gestos.
Se acerca a Simón dejando que vea su pie, dándole a entender que sigue allí.
-Gracias por dejarme quedarme - el hombre habla suave cansado, avergonzado sobre todo - te debo una
Supone que tendrá que preguntarle mañana sobre la cama, si decide responderle. Conociendo a Simón también le hará preguntas mañana: Sobre el trabajo, sobre su salud, sobre sus impuestos, Simón preocupándose por todo excepto el mismo.
-No te preocupes, te dije que siempre tendrías un lugar aquí
Simón no responde, comienza a sacar artículos de la funda y ve al hombre hacer algo que no ha visto en un tiempo. Simón no se tapa con la sabana sino que la envuelve hasta que es una tira gruesa y se la pone sobre los ojos.
-¿Así de mal? – Pregunta intentando no mostrar preocupación en su tono
Simón no se mueve pero esta seguro que se vuelve ligeramente rojo, ahora se pregunta si fueron pesadillas u otra cosa. Los supers tienen la biología más extraña.
-No, solo no quiero quemar tu casa…
No miente pero no dice la verdad, no quiere saber. Va y apaga la luz de la sala, toma sus papeles para retirarse a su habitación.
-Buenas noches, Simón
-Buenas noches Rick
Se despierta con los ruidos de la puerta y se levanta a ver que ha hecho Simón. Lo encuentra peleando contra la puerta. Se olvido de decirle que cambio varios de los candados internos.
-¿Qué haces?
Simón se vira, sus pupilas rojas y luego se apagan al desviar la mirada. Rick se cruza de brazos y lo mira como un muchacho atrapado en una travesura.
-Tantos seguros son un peligro, ¿qué pasa si se incendia la casa? ¿Como saldrías rápido?
Rick no dice nada, no va fingir que Simón no estaba intentando irse en la madrugada, mira el reloj de la sala.
-Son las cuatro de la mañana
Simón por lo menos tiene la decencia de apartarse de la puerta. No mira el reloj pero sus pies se mueven hacia la dirección, sus manos dejan de tomar con tanta fuerza a la funda con sus pertenencias. Al menos no está encorvado en este momento.
-Vamos a desayunar, por venir te toca ser parte de mi rutina
-¿Sigue yendo a correr a las cuatro y media? – dice con molestia
-Si y agradece que ya no te tomaran lecciones a las seis de la mañana – bromea yendo a la cocina
Escucha a Simón suspira, luego los pasos que lo siguen a la cocina. Rick pone la hoya en la estufa para preparar un café para ambos. Mira al mesón donde esta medio desparramado el estimado abogado.
Algunas cosas nunca cambian.
Disfruta el silencio de la madrugada y cuando el café esta pone la taza frente al joven que le sonríe y se la toma a pesar de lo caliente que esta. Casi hirviendo.
Comen en un silencio cómodo, donde se pasan la comida sin palabras y el café no se enfriá, se mantiene en la temperatura perfecta gracias a Simón.
-¿Tengo que ir? - pregunta el super mientras lava sus platos – a las cinco y media es la hora de las bandas – se queja
-Si, no te vas a perder mucho por no escuchar la radio un día. Hacer ejercicio suele ayudarte con el exceso de energía - dice tomando lo ultimo de su café - si quemaste tu cama y tu sofá debería ayudar a que no pase por un tiempo
-Fue nervios, estar tanto tiempo con héroes me tiene de nervios - se queja Simón secando lo ultimo de lo platos.
-Héroe, solo estas tratando con Fironic – Rick pone su taza en el fregadero
Simón lo mira con pupilas rojas con una queja no dicha de que ya había terminado con los platos pero toma la taza y comienza a fregarla, aunque el agua que cae sobre la misma se evapora.
-Más movimiento te quita energía, menos energía
-Menos rayos- completa cansado el hombre poniendo la ultima taza en su lugar
-Vamos, si nos apuramos puedes terminar de escuchar tu hora de las bandas - alienta - aun entras a las siete, ¿cierto?
-Si
Terminan haciendo un viaje a pi e la casa de Simón para que se ponga ropa deportiva, aprovecha para entrar y ver el estado de la casa de su amigo. El sofa esta efectivamente quemado, y el hollín se acumula cerca. Ninguna decoración
Simón sale con ropa deportiva y salen a correr.
El ejercicio es tranquilo, trotar hasta el parque público, luego en el parque hacer abdominales, ejercicios de peso, estiramientos, trotar el parque y regresar trotando a sus casas.
Rick siempre se sorprende por la resistencia de Simón, parece cansado pero no agotado, en realidad se ve mas alegre que la ultima vez. Parece haber ganado energía, debería hacer ejercicio todos los días.
-Gracias, por todo - Simón dice en la puerta de su casa
-No hay de que – responde y sonríe- deberías hacer más ejercicio
-Tal vez
El llega a su casa, se prepara para el día. Llegar a la NSA no es tan oficial como uno esperaría. Muestra su identificación y lo dejan pasar, al momento esta rodeado de supers y agentes.
Muchos lo miran con respeto, otros intentan que no los vea, no es el agente de mayor rango de la NSA pero si el que trata con supers de forma más directa. Muchos otros agentes le han preguntado como es tan bueno tratando con supers. Solos los trata como personas, eso es todo.
Habla con Mister Increible, Everseer lo intercepta en un punto y le dice de forma critica que debería hacer menos ejercicio, reta a Gamma Jack, va a un par de reuniones de logística y sale para encontrarse con Fironic fuera de la sede.
-Agente Dicker – el héroe siempre habla sonriendo
-Fironic - saluda educado
Fironic le sonríe, no las sonrisas para cámara sino una de emoción y nerviosismo. Puede que el mismo no sea muy expresivo pero en su trabajo debe aprender a reconocer cada expresión.
-Quería preguntar algo
-¿Sobre el caso? - cuestiona, esta seguro que Simón le dijo que estaba técnicamente concluido
-Algo así - el hombre duda - es más sobre el abogado
Levanta la ceja intrigado, había escuchado de otros héroes que Fironic a estado hablando de Simón, siempre positivo, incluso recomendando a otros supers que si necesitan un abogado lo contraten.
Simón se enojaría mucho si supiera esto pero no piensa intervenir en chismes de héroes, mucho menos en que Simón obtenga un trabajo mejor pagado.
-Bueno, es muy bueno y agradable - el hombre duda al habla - creo que estaría mejor trabajando con nosotros, ¿sabes a que me refiero?
Carajo, ¿Simón mostró sus poderes por accidente?. Si es el caso explicaría porque los nervios ¿Por qué no se lo diría?
-¿Con nosotros? - finge ignorancia
-Como agente o abogado de la NSA - completa Fironic con una sonrisa – sé que no es un super pero creo que encaja con los héroes – Fironic duda – tal vez no como parte de la NSA pero con apoyo de esta podría hacer grandes cosas por los supers.
Rick se relaja por dentro, Simón solo hizo un buen trabajo y ahora el héroe lo quiere como compañero de trabajo. No le sorprende.
-El abogado Paladino ha dado su negativa volverse abogado de la NSA múltiples veces – dice tranquilo – tampoco quiere apoyo de la agencia.
-¿Enserió?
-Si
Fironic parece decepcionado ante la noticia.
-¿Por qué lo rechazaría?
Porque quiere ayudar a la gente del día a día, porque no quiere juntarse con héroes, porque definitivamente no quiere estar cerca de la NSA. Simón se lo ha dicho suficientes veces para que lo sepa de memoria.
-No estoy seguro – responde
Dos días después va con Fironic a la oficina de Simón para agradecerle por el éxito en el caso y darle el pago, así como enviado por sus jefes para intentar convencerlo que trabaje con ellos, cosa que sabe que no pasara.
Cuando abren la puerta de la oficina ven fuego.
Chapter 4: Incendio controlado
Summary:
Simón y su trabajo de abogado nada peligroso.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Prefiere trabajar con supers de capacidades físicas, son más fáciles de predecir. Los de creación de algo o alteración, como el mismo son más volátiles.
Realmente no sabe si su poder es creación o alteración, aunque en teoría nada se puede crear de la nada y todo poder de creación seria alteración de algo ya existente; véase a Frozono.
Por eso siempre tiene un extintor, puede que no todos los supers prendan fuego a las cosas pero parecen tener una habilidad para hacerlo por accidente.
El hombre frente a el en teoría no produce fuego, su poder es más parecido a controlar temperaturas en puntos de aire. Puede mover el aire y causar pequeños fenómenos meteorológicos,que no son exactamente intencionales. Razón por la que esta en la oficina de Simón en realidad.
Lo que ninguno de los dos pensó fue en que suele hacer que altere el aire o cree mini fenómenos meteorológicos. Al estresarse al narrar su caso el aire se calentó en la habitación y ninguno se dio cuenta hasta que una pila de copias se prendieron fuego. Lo cual solo altero más al hombre que hizo que volaran por los aires lo papeles, supone que al intentar enfriar la habitación, y el fuego se extendiera a otras pilas.
-Lo siento, lo siento
Simón no piensa dos veces y toma el extintor, el fuego se mueve errático, el hombre cierra los ojos en pánico. Simón ve a través del caos.
-¡Tranquilizate!
El viento se vuelve peor, hace difícil poder decidir por donde apagar el fuego. El humo se espesa y por primera vez siente ardor.
Utiliza el extintor a su alrededor, tiene que salir de atrás de su escritorio y abrir la puerta. Apaga una pila y otra se prende por los papeles llameantes volando. Carajo.
Tiene que tranquilizar al hombre o ninguno saldrá de allí sin intoxicación por humo o quemaduras.
-Matt - lo alcanza y lo agarra por los hombros - tienes que calmarte
-No puedo
-Sí puedes- apenas puede escucharse con el viento resonante - es tu habilidad, de nadie más, tienes que detener el viento para que apague el fuego
-¡Lo siento!
Una corriente de aire casi como un tifón lo golpea en el pecho con fuerza y cae sobre una pila de hojas en llamas; hasta allí llego su traje nuevo.
Cierra los ojos ante el golpe esperando el ardor. No arde.
Alguien toca su hombro y piensa que Matt tal vez logro controlarse, los abre lentamente asegurándose que estos no estén ardiendo al rojo vivo. Le duele la cabeza.
-¿Simón?
Mira al hombre frente a él, esta borroso, se le debieron caer los lentes. Este no es su cliente, mira a los lados y le duele la cabeza. Sus ojos se adaptan a las sombras.
-Simón - el hombre lo agita, su voz suena rara. Lo reconoce
-¿Rick? - susurra
¿Qué hace Rick aquí?
-¿Estas bien? - el hombre parece preocupado cree, mira a otro lado
Puede ver dos figuras en el fondo. Son borrosas pero los colores de una, la que está de pie, se le hacen familiares.
-Mis lentes - pide aun confundido
Los lentes son puestos en su cara, tienen una grieta pero al menos puede ver mejor y no siente que sus ojos ardan.
Reconoce a las figuras del fondo, se levanta casi de un salto al ver la que sigue en el suelo. Rick intenta detenerlo pero él avanza y se agacha para estar frente al hombre arrodillado en el suelo. Puede verlo temblar, al menos no parece herido.
-Matt,¿ estas bien? - pregunta sabiendo que la respuesta es no
-Lo siento, no quería que esto pasara - parece desesperado
Simón asiente, mira su oficina llena de copias quemadas, si ve a la puerta lo más seguro es que las personas se estén acercando a ver pero esta de espaldas a la puerta y eso no importa. No suele pasar gente por su oficina y está agradecido por ello.
-Lo sé - habla lento - pero lograste calmarte, que tal si dejamos esto para mañana, anda a tu casa descansa y mañana nos reunimos en el patio trasero del edificio
El hombre asiente cansado pero no habla.
-Vamos, levantate - se levanta el mismo y ofrece su mano, su cliente la toma
-Nos vemos mañana - Dice al ver que el hombre salir por la puerta.
Ve a Fironic que lo esta viendo. Debe verse fatal. Todo esto debe hacerlo parecer poco profesional, mira el suelo con papeles quemados.
-Supongo que debo agradecerle por apagar el fuego
Ve el rostro de Fironic, esta no esta sonriendo. En todas las veces que ha hablado con el héroe este le sonríe, se ve relajado y ahora se ve serio. Simón mira al suelo, no por seguridad sino por incomodidad.
-¿Qué fue eso Simón? - Rick habla, su tono brusco
-Mi nuevo cliente, se altero un poco
-¿Un poco? - cuestiona Fioronic, no ve a nadie sigue viendo el suelo y luego a sus papeles.
-Si
Se mueve hacia donde dejo caído el extintor y lo recoge. Tendrá que comprar uno nuevo, ve la copiadora y se ve intacta. Eso es bueno. No tiene suficiente para comprar una nueva.
Algo toma sus hombros con fuerza y lo mueve de forma bruscas asiendo que se gire, se paraliza por un segundo su cerebro entero se congela pensando una sola cosa.
Lo van a atacar.
No ve al que le giró, golpea para apartarse en pánico, los brazos no se mueven y mira a la persona. Fironic lo sostiene y el super lo ve, lo ve con ira cree. No sabe como desviar la mirada.
-Fironic - habla Rick acercándose y Simón baja la mirada - sal
-¿Qué? – el agarra de Fironic disminuye y Simón retrocede
-Sal ahora, no tolerare que trates así a un civil - ordena Rick – No me importa que no estés bajo mi mando
Simón no entiende muy bien que pasa pero escuchar el tono de Rick es suficiente para hacerlo saber que se perdió algo, debe serlo porque nada a pasado para que ambos hombres parezcan listos para atacar. Mira a la puerta abierta, varios que pasan a los cubículos se están intentando asomar de forma discreta.
-Pero
-Fironic
Fironic sale sin otra protestas ante el tono amenazante de Rick y cierra la puerta detrás de él
Mira a Rick y este suspira, su rostro cansado y harto. Simón conoce ese rostro
-¿Qué carajo Simón? – no grita pero se siente tan fuerte como uno
-Fue un accidente – dice sin entender - ¿Por qué estas tan alterado?
Rick no intenta moverlo o agitarlo porque a diferencia del héroe lo conoce y sabe que Simón puede intentar derribarlo. Rick fue quien le enseño a golpear.
-Entramos a tu oficina estaba llamas mientras un tifón pasaba y estabas casi noqueado en una esquina con paoeles ardiendo a tu alrededor - el hombre habla claro y fuerte - me diste un susto de muerte y no creo que Fironic haya estado mejor.
-Sabes que el fuego no me molesta, no respire humo y fue un golpe suave
-Simón, te juro que - Rick se cruza de brazos y no termina su frase - ni siquiera pareces preocupado
-Trabajo con supers, la mayoría de casos son por supers que no controlan sus habilidades - camina a las sillas volcadas - por eso la oficina, el extintor, sé que hago - acomoda las sillas – agradezco la ayuda pero podía solucionarlo
-No lo parece - Simón quiere golpear a Rick
Se controla e intenta pensar en como se siente el agente. Rick se preocupó, debería estar agradecido que la gente se preocupe por él. Siente molestia y la controla.
-¿Qué le pasa a Fironic?
-Le agradas, creo que se harto de tu actitud ante esto- Rick niega – me sorprende no haberte yo mismo agitado - susurra
-¿Actitud ante qué? - reclama
-Te encontramos en una habitación en llamas casi desmayado, él no sabe que eres un super, él solo ve a un civil que le agrada en peligro - Rick no se acerca pero sabe que es porque en este momento ambos están en su trabajo y no pueden permitirse la cercanía real si quieren salir de esto rápido - te levantas consuelas al la persona culpable del ataque, lo ignoras y dices que todo esta bien. Te iba a reclamar pero como héroe no puede tratar así a un civil
-No debiste haberle hablado así de cualquier forma -Simón se toca el hombro – estaba haciendo su trabajo
-No te reclamo sobre tu trabajo si no me reclamas del mio - contraataca Rick
El asiente aceptando que es mejor terminar la charla por ahora, otro día Rick le dirá lo que piensa de verdad, cuando ninguno este trabajando. Ubica su silla bien, tendrá que hacer limpiar el lugar y botar papeles.
-¿Para que vinieron?
-Agradecimiento y pago
Se sienta en su silla y mira a Rick.
-Deja que Fironic entre, terminemos esto de una vez por todas
Rick suspira pero asiente y va a la puerta sale un rato para ver a Fironic,. Él se toma el tiempo para ver la grieta en sus lentes. Toca su traje y lo ve, esta arruinado, se quita la chaqueta y la pone en el respaldo de su silla y se vuelve a poner los lentes justo para cuando la puerta se abre.
Ambos se sientan, Simón les intenta sonreír y ve el segundo en que Rick quiere virar los ojos pero se resiste.
-Lamento la situación anterior - mira la mesa y al héroe, el héroe se ve molesto - no suele ser tan movido por aquí
-¿Estas bien? - el héroe habla con urgencia
-Sí, no respire humo si es lo que le preocupa, tampoco me queme, solo mi chaqueta - intenta tranquilizarlo
El héroe no parece tranquilo, el abogado ve a Rick por alguna pista de que hace y este no hace gestos.
-Vinimos a agradecerle señor Paladino - el tono del agente es formal
Bien, están en el trabajo,ser profesional, puede con eso.
-Es mi trabajo, fue un honor trabajar con Fiorinic - ve a Firionic - fue un honor tenerlo como cliente
Fironic asiente, aun no sonríe. Rick es el que habla el resto del tiempo. Ambos se van de forma cordial.
Cuando se van el sale de su oficina donde varios compañeros le preguntan que le pasó, aun no se ha visto a un espejo pero sabe que no se ve bien. Va donde Oswald, conserje, le dice que le ayude, el hombre asiente y le dice que mejor vaya a la cafetería, que se ve mal.
-¿Qué te pasó?
-Incendio controlado
Alam lo lleva al baño y le ayuda a limpiarse la cara con agua y su pañuelo. El hombre le da su chaqueta. Al parecer es raro verlo sin uno.
-Pide permiso para irte temprano o algo – le dice Alama frotando el pañuelo contra su mejilla.
-No fue para tanto – se queja y cierra los ojos
-No vas a poder ir a tu oficina hasta que limpien de cualquier forma – Alam dice más tranquilo – Tomate el día, escucha esa novela tuya o algo de la radio que te guste
Termina haciéndole caso a Alam que lo lleva donde el señor Jhonson para pedir el día, su jefe se lo da al verlo. Se va con la chaqueta de Alam puesta.
-Simón
Mira detrás suyo, en media calle, donde la silueta a la que pertenece la voz flota y aterriza con gracia.
-Fironic - habla inseguro - ¿paso algo?
-Solo - el héroe duda - me disculpo por haberte agarrado así mas temprano y - el hombre le ofrece una tarjeta
Simón la toma a pesar de sus dudas y hace un esfuerzo para no mostrar disgusto en su rostro al ver la tarjeta
-Creo que podrías ayudar mas como un agente, se te da natural - el héroe por fin le sonríe, una suave y hermosa sonrisa.
Simón podría verlo por horas pero no quiere. Mira al suelo.
-Gracias pero me gusta mi trabajo
Deja al héroe a penas dice eso , no quiere verlo y no quiere explicarse. No quiere más caos en su vida. No va a su casa sino a la cafetería y esta allí por una hora simplemente recostado en la mesa esperando que el héroe este muy lejos.
Al llegar a casa se aseguro de no haber sido seguido por el super, al entrar, mira su nuevo sofá. Se sienta a pesar de que lo va a ensuciar, saca la tarjeta de la NSA y la incinera con su mirada.
Notes:
Me encantan sus comentarios, leo uno y quiero subir más cápitulos pero posiblemente ya tengo que bajarle al ritmo que eh estado subiendo, así que desde ahora si demorare días en subir.
Espero que lo disfruten porque si va como planeo esto va a seguir pero el ritmo de publicación obviamente va a bajar por el bien de mi espalda y ojos.
Chapter 5: Rutina
Summary:
Simon está harto de los héroes y de sus casos en los que no se especializa.
Chapter Text
El césped del parque es cómodo y esta aún húmedo por el roció; la farolas siguen encendidas y el viento agita las hojas de su alrededor. Abre los ojos cuando una mano se posa en su hombro.
-Vamos, si demoramos más no podrás escuchar tu programa
Se levanta del suelo y se estira un poco, mira a Rick que lo espera para volver trotando a sus casas, camina hacia el hombre. El regreso como siempre es silencioso, ambos simplemente trotan, Rick siempre atento, Simón con la cabeza baja asegurándose de no ver a nadie.
Ya va dos semanas desde que comenzó a hacer ejercicio con Rick en las madrugadas, detesta que el hombre haya tenido razón en como lo hace sentir mejor. Detesta que Rick ya ha estado en las ultimas dos semanas tres veces en su lugar de trabajo, no en su oficina, en su oficina ha estado otra gente con la que no quería lidiar.
-¿!Qué dijiste¡?
No teme por su vida. Nunca ha temido por su vida. Aun así es intimidante la forma del héroe gritando.
-Dije que se necesitan más pruebas de que usted hizo la mochila de propulsión – repite despacio, mira su pisapapeles.
-!Pero si la hice yo¡
-Lo sé señor Hypershock – responde lo mas calmado que puede – pero por ley necesito pruebas para agregarlas al registro.
Está ni siquiera es su especialidad, la ley de patentes es demasiado reciente para que la comprenda por completo, pero el héroe lo quería a él como abogado.
El héroe respira hondo y se sienta en la silla, Simón por fin se atreve a mirar al hombre que parece intentar calmarse.
-Lamento mi explosión, solo, todo esto para probar que es mi es tan ...
-¿Molesto? – pregunta con la voz más suave que tiene – Lo sé, no es el primero que pierde los estribos en esta oficina
Agradece que no haya hecho temblar nada, no quiere reorganizar sus archivos. El héroe se queda en silencio un rato y Simón vuelve a verlo para saber porque.
-¿Fironic?
-¿Disculpe?
-Fironic perdió los estribos aquí? – el héroe señala las paredes ligeramente quemadas
-Oh no, ese fue otro cliente – ríe un poco aunque siente que solo hace más incomoda la situación
-Atiendes a muchos supers
-Si, supers, no héroes – mira la copia de código en su escritorio, a su pisapapeles y luego sigue leyendo – Usted es de mis primeros clientes heroicos, debo decir
Comienza a creer que Fironic lo recomendó a toda la comunidad heroica, si pudiera gritarle al héroe de fuego lo haría. No quería tratar con héroes y ahora tiene cuatro clientes de casos totalmente diferentes que insisten en él sea su abogado.
-Creo que los planos originales, a los cuales puedo sacarles una copia son suficiente para la prueba de autoría, aunque debo decirle que esta no es mi especialidad
-Puedo traerlos mañana si es necesario – el héroe vuelve a sonar hastiado
-Es necesario, eso sería suficiente y cuando se apruebe su firma sería todo lo que tomaría su patente.
Decir que está agotado seria poco, tiene aun dos clientes más heroicos después de Hypershock. No quiere tratar con héroes pero parecen que estos lo quieren ahora.
-Entiendo su descontento – dice tranquilo o intenta mostrarlo, da igual, si ella quiere sabrá lo que piensa – pero el registro de nombres heroicos fuera de un registro legal como es el registro oficial de supers y el registro de la NSA no es algo que se este dando por ahora
-Pues debería – la mujer se queja – quiero publicar un libro como Psycwave, creo que elevaría bastante las ventas
-Supongo – duda y mira su pisapapeles – pero no se puede por ahora hacer eso, puede por otro lado publicarlo como su identidad civil y utiliza como seudónimo su nombre de heroína aunque habría peligro que la editorial descubriera su identidad secreta – él no es un experto en este tipo de registros, esta hartándose
-Ya te dejo en paz si estas tan desesperado – la mujer dice con molestia
Lo que quiere es… no, no va pensar esto ahora. Respira hondo y ve a la mujer
-Lamento mi actitud pero no soy un experto en este tema – habla lento – soy de derecho civil o defensa de casos varios – se explica lo mejor que puede – me fascina trabajar con supers pero no sé suficiente de esto para ayudarla señorita Psycwave
Mira a la heroína y su rostro molesto cambia a algo más suave, más amable. Ella sonríe y asiente con gracia.
-Sigo queriendo que me ayude, la mayoría de abogados o agentes ya hubieran entrado en pánico al ver que capte un poco de sus pensamientos – ella sonríe con gracia
-Es su poder, no sé como funciona pero es una heroína – él mira a la puerta, un truco para que crean que mira a la persona frente a él – usted decidió utilizarlo para el bien, eso es suficiente para que confié en usted
Almuerzo, por fin. Se sienta desecho en la mesa más lejana y supone que se ve como se siente porque a diferencia de los últimos días nadie se le acerca a preguntarle sobre los héroes con los que trata.
-¿Todo bien?
-Si
-Eres un pésimo mentiroso Simón – Alam se sienta – al menos alza la cabeza par responder
-Me duele
Hypershock gritó, Pscywave parece no odiarlo pero todo se sintió tenso, luego estaba Blazestone. Fue de las reuniones más estresantes de su vida, no porque ella hablara rápido y no terminara de entender que quería, ni porque al mencionar su registro criminal ella sonriera , lo que más le estreso es cuando ella tomo su pisapapeles.
-¿Tan mal? – Alam toca su hombro
-No – se aparta un poco
No había estado tan mal pero no tenia a donde ver cuando se cansaba sin ese pisapapeles. Blazestone dijo sobre como era una piedra volcánica y le sorprendía que siguiera caliente, claro que estaba caliente, por eso la tiene en su escritorio. Tuvo que fingir ignorancia. Ella casi también se disculpo a medias por calentar la habitación por accidente en un momento de la reunión; tuvo que fingir que se dio cuenta.
-¿Entonces que te tiene así?
-No me gustan los héroes – confiesa alzando su cabeza al fin
-¿Enserió ? – Alam parece genuinamente confundido – creí que solo no les prestabas atención
-No los odio – se defiende – pero no me gusta interactuar con ellos, me siento … - diminuto, inútil, cobarde, patético – … raro
-Todos se sienten raros con los héroes – consuela Alam – son héroes, puede hacer cosas increíbles y nosotros solo somos normales
Daría todo por ser normal
-Creí que estarías acostumbrado al sentimiento al trabajar con tantos supers – Alam agrega y escucha como sorbe su café – raro, creo que la maquina se daño, se enfriá rápido ahora
-Esa cafetera es rara – mira el café de su amigo por primera vez desde que comenzaron a hablar – o tal vez te quemaste tanto la lengua que ya no distingues cuando está caliente
Alam ríe
-Ves, si tienes sentido del humor
Alam sonríe después mientras toma el café dándole la razón a Simón de que ya no distingue el calor de la bebida al casi quemarse.
-Todo es rutina si te acostumbras – Rick le dice mientras vuelven a casa después de otra madrugada de ejercicio
-No sé si quiero a acostumbrarme a héroes en mi oficina – dice cansado
-Dejaran de llegar, muy pocos tienen un motivo real para buscar un abogado – lo consuela Rick
-Eso espero – susurra – ni si quiera sé por qué me quieren a mi
-Eres bueno en tu trabajo – Rick sonríe, no una sonrisa amable, otro tipo de sonrisa- y Fironic creo que te recomendó a toda la ciudad
-¿Qué?
Los casos de héroes por fin dejaron de llegar. La rutina cambio: yendo todas las mañanas a trotar o correr con Rick, con Alam visitándolo a veces en su oficina sin motivo aparente e incluso hablando más con Mary, aunque está en realidad solo quería saber sobre héroes.
-Gamma Jack es guapo creo – la mujer dice con una sonrisa – ¿a ti te gusta alguna heroína ?
-No sé mucho de héroes
-¿Enserió? – ella parece sorprendida – creí que al trabajar con tantos sabrías de ellos
-Eh trabajado con seis, Mary. No son muchos – es uno de esos días lentos donde la cafetera decidió averiarse y esta esperando al repartidor para darle un café a sus compañeros – aunque trabaje con dos heroínas: Psycwave y Blazestone
-Ellas son muy lindas
Mira el rostro de Mary, ella lo mira como si fuera la primera vez que sus rostros se cruzan, tal vez lo es.
-Digo, ¿qué chica no quisiera ser ellas ? – ella sonríe y el mira al suelo
Se siente incomodo y ve un punto en el suelo, mueve la mirada antes de que este comience a lanzar humo, escucha las uñas de Mary resonar contra su escritorio de recepcionista. Es tan incomodo y el lo va a empeorar.
-Supongo que Fironic es atractivo … ¿qué hombre no quisiera verse así?
Ninguno de los dos se ve y guardan silencio un rato más incómodo que antes. Siente sus ojos comenzar a calentarse y los cierra, se mueve incomodo y aunque no ve a Mary sabe que ella tampoco está cómoda.
Llega el repartidor y prácticamente sale corriendo de la recepción para ir a la cafetería del edificio. Puede ignorar el resto del día con casos sencillos, a excepción de uno que le hace olvidar el resto de su día.
No es especialista en muchos temas, pero si en los supers que se ven a travesados por tantas cosas que a aprendido muchos datos extraños. No es experto en custodia, no quiere escuchar más el llanto de está mujer.
-Haré lo mejor que pueda
No quiere mentir sobre esto. Calma a la madre, le explica casos, le dice que vaya con su hija por ahora. Busca documentos, pasa por oficinas de varios de sus compañeros para pedir ayuda de jurisprudencia y va a la biblioteca para buscar algún código que se le este escapando.
Llega tarde a casa, se pierde su novela pero no importa, escucha musica mientras repasa notas, y calienta su café con su mirada cada vez que siente que puede incendiar su trabajo.
Debe haber un precedente, uno que no haya sido oculto por la prensa.
Alguien toca su puerta de la oficina. Se para para abrirla, la señora Tyson debe haber llegado temprano. Ve a otra persona.
Supone que no puede ocultar su rostro de decepción por como el héroe deja de sonreír.
-Fironic – no saluda solo dice el nombre - ¿qué hace aquí?
-Vine a verte – el héroe parece inseguro - ¿estas libre?
-No
Simón ve a sus pies y respira hondo. No quiere lidiar con héroes, ni siquiera con este que si le agrada. Ve la silueta de la señora Tyson detrás del héroe.
-Señora Tyson
La mujer lo ve y se acerca insegura.
-Señor Paladino y … - ella ve al héroe
-Pase, tengo avances del caso – dice apartando al héroe de la puerta
Ella pasa despacio y el por fin siente que puede respirar. Mira al héroe, casi se olvida que estaba allí.
-Lo siento Fironic, estoy ocupado – dice rápido, torpe – pero si es algún caso urgente puedes esperar hasta que termine.
-No es urgente – el héroe le sonríe – haz tu trabajo
-Adiós
Cierra la puerta y se sienta frente a la mujer, le ofrece agua y comienza a hablar de como pueden asegurarse que se quede con la custodia de su hija siendo que el hospital descubrió que la niña de meses es un super. No va a dejar que esta mujer pierda a su bebé
Sale del trabajo y cruza miradas con Mary, ella le sonríe, él le devuelve la sonrisa.
-Simón – la recepcionista llama
Él la mira, ella saca un caja y la abre.
-¿Quieres un pastelillo? – ella lo dice suave – me los dejaron aquí, ni siquiera me dijeron para quien eran – ella lo dice con una risita – no quiero que se desperdicien
-Eso seria una pena – dice acercándose – no podemos dejar que se desperdicien
-Si, no sería justo
Comen los pastelillos juntos, toma uno extra para volver a subir y encontrarse a Alam que está guardando sus cosas y dárselo.
Vuelve a casa y se queda en la entrada sintiendo la brisa con los ojos cerrados. Puede acostumbrarse a esta nueva rutina. Solo tiene que seguir como está y las cosas saldrán bien: ganará el caso y luego ayudara a otros supers.
Chapter 6: Nada de que preocuparse
Summary:
Finalmente, vuelve a su ritmo y comienza a disfrutar de su nueva rutina.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Ir de un lugar a otro, llevar documentos, sacar copias, hablar y que le cambien las citas por burocracia. Preguntarles como están a los funcionarios públicos a los que pide documentos, ir a otro especialista para revisar sus ideas y teorías, volver a la oficina con una pila de papales. Almorzar
Por fin recupero su ritmo normal.
Las cosas han ido bien, Mary y él ahora hablan con normalidad, Alam no se a comprado una taza nueva pero ahora raya la taza de Simón con marcador, Rick no ha vuelto al edificio pero se ven todos los días para el ejercicio.
A veces llegan héroes que ya ha atendido pero suelen ser consultas, no casos y agradece que sean cosas que en una hora ya resolvió. No deja de ser legislación nueva pero corta y que puede utilizar atajos viejos.
-¿Haz estado haciendo ejercicio? – Alam pregunta mientras raya la taza descartable de Simón
-Si, ¿cómo lo supiste? – Simón está anotando algo sobre un caso
-Se te ve mejor – Alam le devuelve su taza y Simón toma un sorbo – yo también hago ejercicios
-En el gimnasio, ¿cierto?
-Si – Alam sonríe ampliamente – podrías venir, dan un descuento si alguien que ya paga te introduce
-No tengo tiempo en la tarde – responde y anota algo más – no me gustan los lugares con multitudes
-Claro
No entiende porque Alam suelta una risita pero intenta sonreirle y verlo, Alam justo desviá la mirada ante algo.
-Raro – susurra el hombre
Simón ve al mismo punto, la entrada de la cafetería, varios conserjes entrando.
-No suelen entrar a esta hora – dice Alam
Simón se acomoda los lentes e intenta distinguir sus rostros, deja de verlos cuando siente sus ojos calentarse y mira su café.
-Tal vez son nuevos – agita un poco su café – no reconozco a ninguno
-Si, deben serlo
-Simón, Alam – Mira a Mary que se acerca con una caja – dejaron más pastelillos y es mi descanso – ella se acerca sonriente – ¿quieren?
-Eres la mejor , Mary – Alam dice sonriendo y la chica ríe
Mary se sienta y la conversación sigue con Alam contando sobre el capitulo de su serie y luego preguntando sobre la novela de Simón. Simón es feliz de contar el drama del ultimo capitulo que escucho mientras Mary hace preguntas.
-¿Qué significa eso? – la señora Tyson pregunta
-Significa que puede ganar la custodia sobre su hija, el estado no puede quitársela – él le sonríe -no hay ley que los ampare a ellos pero usted si
La mujer sonríe con ojos llorosos
-Tendrá que pedir ayuda a NSA para exámenes médicos de su niña, suelen ser sin costo, es una practica bastante común por parte de padres no supers de hijos supers
-¿Ha conocido más casos así? – ella pregunta con duda
-Su caso es diferente porque su hija es una bebé, hay más casos de infantes y adolescentes donde la familia aseguro que sabían cuidar al menor de edad por el tiempo sin incidentes bajo su cuidado – recuerda u propia caso, recuerda el dinero acabándose para pagarles a abogados que no sabían de la legislación de los supers – la mayoría se lograron ganar y la familia mantuvo la custodia.
-¿No me van a quitar a mi niña?
-No, no los dejaremos
Han sido tres semanas. Tres semanas en el caso de la señora Tyson pero sabe que va a acabar, que van a ganar, que esa niña tendrá una vida casi normal y será amada. La NSA se involucrara pero al menos la niña tendrá salud gratuita por el resto de su vida.
Él tendría lo mismo sino fuera porque los evita como una plaga. Aun así esta fuera de la sede de la NSA, el taxi le cobro demasiado pero era de esperar con la base al otro extremo de la ciudad.
-Buenos días – saluda al guardia – Soy el abogado Simón Paladino, hice una cita
Siente la mirada del guardia sobre él y mira como revisa su porta papeles, se asegura de desviar la mirada del papel inflamable.
-A la oficina del Agente Dicker – dice el guardia asintiendo y dándole una credencial de visitante – Al fondo del pasillo y a la derecha – Se la pone en el cuello y asiente
-Muchas gracias
El lugar es simple y aun así es llamativo. Decoraciones con figuras de héroes, una sala de espera preciosa y no puede dejar de ver todo. Mira al suelo, no puede quemar o desintegrar algo por accidente aquí. Por fin logró que lo dejaran en paz.
Hay un pasillo principal y va a el. Mientras pasa con la mirada gacha escucha a la gente hablar, puede saber por los zapatos quien se acerca. Los zapatos de oficina o deportivos son agentes y las botas de colores de héroes.
El ambiente no es muy diferente del edificio donde él mismo trabaja. Choca contra algo y se frena de golpe. Chocó contra alguien, mira las botas: colores.
-Lo siento mucho – dice rápido
-Tienes que ver más por donde vas – la voz es grabe pero no molesta
Alza la mirada para no ser grosero y mira a un héroe con colores frise en su traje, alguien que si reconoce de los periódicos.
-Lo lamento señor Frozono
-¿Señor? – el héroe ríe – no soy tan viejo, debo tener tu edad – el hombre va poner su mano en el hombre
Simón retrocede, no quiere que este héroe lo toque. Con los héroes de calor o físicos es simple ocultarlo, con la gente normal menos pero no quiere saber si puede ocultarlo de Frozono
-Es de cortesía, no edad – se explica y mira al fondo de pasillo, otros héroes asoman la cabeza desde una sala
-Claro, lo entiendo – Frozono lo mira con duda – No eres un agente , ¿cierto?
-No, señor
Los héroes lo ven a él y Frozono, ve la cabeza de Hypershock asomar y quiere bajar la mirada. Solo tiene que llegar al final del pasillo, a la derecha y hablar con Dicker sobre la señora Tyson y su hija.
-Visitante – dice Frozono, se da cuenta que lee el identificador que lleva – ¿Abogado Paladino?
-Ese es mi nombre
Justo mira al héroe cuando este parece conectar los puntos de algún esquema mental y le sonríe con amplitud.
-¡Eres el abogado de héroes! – dice victorioso
-Soy abogado de supers, no de héroes – corrige
-Eres el abogado de Fironic – ríe Frozono y lo mira con duda, ahora si se siente siendo examinado
-Fui – aclara
-Paladino – alguien llama y tanto Simón como Frozono miran atrás
Hypershock se acerca con una sonrisa y él solo quiere llegar a la oficina de Rick.
-Un gusto volverte a ver – dice Hypershock acomodándose a lado de Frozono que parece ligeramente sorprendido
-Es un gusto verlo también
Quiere irse de esta antes de que aparezca cualquier otro super ha hacerle conversa, mira el suelo.
-Disculpen pero tengo una cita con el agente Dicker – intenta avanzar
-¿Otro héroe se metió en problemas? – habla Frozono – ¿Gammajack?
-No es un caso relacionado con héroes – responde y avanza
Los héroes si lo dejan pasar, se detiene y los mira sonriendo cordialmente.
- Un gusto verlos
Avanza con la cabeza gacha lo mas rápido que puede por el pasillo evitando a todos, hasta llegar a la oficina. Por fin entra y Rick lo ve.
-Tus héroes son unos chismosos
-Si
Luego hablan del caso y Rick asegura que le darán todo su apoyo a la niña y madre, ademas de ayudar con los pagos extra que ha tenido que hacer la mujer por el mismo proceso y documentación. Este caso estará terminado para el lunes de la siguiente semana.
-¿Me acompañas a la salida? – pregunta recogiendo sus cosas – no quiero que otro héroe me hable
-¿Y crees que yo los intimido? – Rick alza una ceja
-¿Te haz visto?
Rick ríe para su sorpresa y lo acompaña a la salida donde si recibe saludos pero nadie lo detiene. Camina a la carretera principal y pide un taxi.
Cuando llega al edificio ve a un héroe en la recepción, ¿acaso los héroes lo van a perseguir toda su vida?
-Simón – dice Mary sonriendo , el héroe vira al segundo a verlo – Fironic justo te estaba buscando
-Fironic – salud y ve a Mary que tiene una sonrisa entre expectante y juguetona , nunca debió hablar de Fironic con ella - ¿Quiere ir a mi oficina?. Acabo de llegar de una reunión y no tengo otros clientes
-En realidad me gustaría invitarlo a tomar algo – el héroe sonríe
Una sonrisa brillante, amable, dulce, tan dulce . Mira al suelo.
-Algún asunto formal o
-Como amigos – Fironic aclara y Simón cree escuchar emoción en la voz del hombre
-Claro – mira a Mary que parece entre darle un pulgar arriba o aplaudir.
Va a contactar a Psycwave para que moleste a Mary si está sigue haciéndole gestos mientras el héroe no ve.
– Déjeme ordenar mis cosas y en diez minutos bajo
-Yo esperare
Se apresura a ir a su oficina, guarda sus papeles , llama a la señora Tyson y se despide de Alam que parece estar peleando y perdiendo contra una hoja de calculo.
Cuando baja el héroe sigue frente a recepción, Mary le sonríe apenas lo ve y Simón le sonríe devuelta.
-Todo en orden – dice tranquilo - ¿Tienes algún lugar en mente? – pregunta un poco curioso – aunque no tomo alcohol
-Yo tampoco, el trabajo heroico y el alcohol no se mezclan bien – dice quitándole las preocupaciones al abogado – hay una cafetería cerca del parque
-Guiame
Ambos caminan y él mantiene la cabeza gacha, siente a tanta gente viéndolos. Sabe que solo miran a Fironic pero si él los ve podría ponerlos en peligro y no quiere eso, detesta las multitudes. Siente una mano en su hombro y se sorprende un poco, mira los ojos de Fironic que le sonríe.
La mano es cálida, siempre siente las manos de otros frías.
-¿No eres fan de las multitudes ? – lo pregunta con amabilidad
-No
-No te preocupes, pronto llegaremos a la cafetería, tienen una sala privada y sus pastelillos son buenos.
El resto del viaje Fironic tiene su mano en el hombro del abogado que se esta esforzando por no quemar el suelo bajos sus pies.
La cafetería es sencilla pero elegante, en una pared está una foto de Fironic comiendo en el lugar con un autógrafo. Los dueños enseguida los dejan pasar y la sala privada es tan cómodo como el resto del lugar pero sin miradas extrañas.
Siente que por fin puede respirar
Piden algo simple y ambos hombres se quedan viendo, supone que Fironic quiere que él comience a hablar pero no sabe que decir. Normalmente los otros hablan y él escucha, excepto cuando es un caso legal.
-Creo que no te agradecí correctamente por tu ayuda en mi caso – dice Fironic
-Lo hiciste correctamente – asegura y duda – aunque quería hacerte una pregunta
-Hazla
-… ¿Me recomendaste a otros héroes ?
-Sí, hiciste un trabajo excelente y hablar contigo es cómodo y no te impresionas con los poderes
Quiere gritarle al hombre pero al mismo tiempo no puede, Fironic está sonriendo con orgullo, le esta alagando y Simón no quiere nada más que gritarle que no debió recomendarlo a héroes.
- Me alagas pero no suelo tratar con héroes – lo dice bajo viendo a la mesa
-Pero eres excelente en tu trabajo
-Supongo
El silencio es incomodo y Simón sabe que lo ha arruinado, quiere la tierra se lo trague. El pedido por suerte llega en el momento.
-Algún héroe de ha dado problemas? – pregunta Fironic
-No, no realmente – piensa un segundo – al menos no causan accidentes en mi oficina – bromea
Fironic no se ríe de su intento de chiste y Simón mira a su café, lo toma y está bueno.
-¿Te gusta el café?
-Si, es bueno
-Prueba un pastelillo – le ofrece el héroe y Simón ve el pastelillo
-Creo que alguien deja paquetes de este lugar abandonados en la recepción de donde trabajo – piensa en que debería preguntarle a Mary si ya sabe quien los deja.
-¿Enserió?
-Si – le da un mordisco y sonríe – Mary me da algunos cuando los abandonan, son buenos
-¿Mary? – pregunta el héroe curioso
-La recepcionista
-Claro – la voz suena un poco más alegre
De alguna forma la conversación se salva, ambos hablan por un rato. Hablan técnicamente de nada, Simón complemente ideas y Fironic por fin toma el control de la conversación contando anécdotas como héroe y como le ha ido.
Al salir Fironic insiste en pagar y Simón acepta.
-Puedo acompañarte a tu casa – se ofrece Fironic
-No, puedo ir solo, tu debes ir a ayudar gente – no quiere que nadie sepa donde vive, es suficiente con que Rick lo sepa
-¿Nos vemos otros día? – pregunta sonriendo
¿Cómo podría decirle que no a esa sonrisa?. Simón piensa en todas las veces que caras bonitas y sonrisas radiantes lo han metido en problemas, las pocas veces que valió la pena. A aprendido, esto solo es un momento, nada más.
-Claro, otro día
El héroe se va volando y le ve surcar el atardecer con gracia, Simón quiere que la tierra se lo trague.
Llega a su casa , hace papeleo, escucha su novela y le grita a la radio cuando descubre que Fernanda de la Rosa fue traicionada por su novio y que el tipo de la tienda del capitulo quince era un clon malvado. Escucha musica, se ducha y se tira a su cama.
Se siente agotado pero bien, duerme mejor que en mucho tiempo.
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Bob Parr se despierta de madrugada sintiendo un mal augurio y se prepara para trabajar.
Notes:
:)
No se preocupen no va pasar nada malo. Solo Mister Increíble ha entrado a la historia, ni que fuera tan salado
;)
Chapter 7: Augurio
Summary:
Algo va pasar, él lo sabe.
Chapter Text
Siempre supo que era increíble, no hubo un momento en que lo notó realmente, no existió un momento en que descubriera que era diferente porque siempre fue extraordinario. Cuando escuchaba sobre los héroes lo único que podía pensar era que él iba a ser uno de ellos.
Nunca se ocultó, ¿Cómo podría ocultar algo tan grande? No, él siempre decidió ayudar y eso lo trajo hasta donde está ahora. Viviendo el sueño de muchos y a veces también su pesadilla, unas noches sin sueño y recuerdos desagradables que viene con el trabajo no evitan que adore que lo hayan encontrado por su imprudencia juvenil.
Bob Parr sabía lo que quería, quien era y le encantaba ser Mister Increíble, incluso si a veces el peso de ser un héroe era demasiado para él. Solo se adaptaba, porque él es Miste Increíble y nada lo vence.
Por eso detestaba ligeramente un aspecto de sus habilidades, no le molestaba cuando era unos segundos antes pero cuando era horas antes que su instinto le decía que algo va a pasar pero no tenia nada que golpear, le daba ganas de hacer algo, cualquier cosas para vencer. ¿Cómo se puede vencer a algo que todavía no llega?
No era conocido por su paciencia tampoco. Así que al despertarse a las cuatro de la mañana sintiendo en sus huesos que algo va a pasar en vez de volver a dormir y esperar que el evento sea más cercano para golpearlo se levanta y va por su traje.
Entre la oscuridad va a su carro con traje puesto seguro que la madrugada lo protegerá de miradas indiscretas y prefiere tener una vida normal a veces, aunque no pase mucho en ella. Entra a su carro y lo enciende disfrutando el sonido del motor que casi le hace olvidar porque se despertó tan temprano.
Va lento por las calles, es de madrugada y no hay trafico pero quiere ver la mayor parte de la ciudad antes de ir a la NSA, tal vez encuentre el porque se siente así. Prende la radio policiaca.
Lo bueno de estas horas también es poder abrir la ventana y dejar que el aire fresco , aun no llenado por el humo de lo carros, entre y lo haga despertar. Las calles se ven tranquilas, pasa por varios parques y no se reportan crímenes más haya de borrachos y conductores ebrios que parecen haber adelantado su fin de semana.
Pasa por un parque y se detiene, no está seguro del porque pero mira al rededor el lugar, debería estar vació pero sabe que no lo esta.
-¿Te quedaste sin aliento? – escucha la voz de alguien burlarse
No llega una respuesta pero mira hacia la dirección de la primera voz y ve a dos corredores. La gente suele comenzar a llegar mínimo a las cinco. Siente que debería ver si están bien, o preguntar algo.
La voz se aleja y uno de los corredores lo queda viendo, siente que lo conoce. El otro corredor sigue, a una muy buena velocidad a decir verdad, el otro que sea a detenido por completo le alza la mano. Un gesto para que se acerque.
Se acerca, no siente peligro pero la sensación de algo sigue allí. El hombre comienza a acercarse y mientras más se acerca él más reconoce los rasgos.
-Bob
-Rick
Esto es incomodo.
-¿Puedo preguntar que haces aquí? – Rick no habla cansado, se ve igual de tranquilo y áspero que en la base de la NSA
-Tuve un presentimiento – explica inseguro, ya no puede ver a la otra figura - ¿con quién corrías?
Rick mira atrás y luego de vuelta a él , su rostro serio y un poco cerrado. Le gusta considerar a Dicker un amigo, incluso si muy pocas veces a visto al agente ser algo más que profesional.
-Familia – responde el hombre
-¿Familia? ¿A esta hora?
No sabe que le cuadra menos, descubrir la obviedad que el agente Dicker tiene familia o la hora para correr en un parque con la oscuridad rodeándolos.
-Tiene sus problemas – responde con un tono bajo el agente – el ejercicio le ayuda pero la gente … la gente lo pone ansioso – El agente lo ve directamente
El desviá la mirada incluso si es mucho más alto e intimidante que el agente, se siente un poco tonto por cuestionar al hombre.
-No sabia que tenias familia – confiesa
-La tengo – el agente asiente – ¿tienes algo más que hacer o vas a seguir a otros civiles que no hacen nada?
Ahora lo está reprendiendo, claro que esto iba a pasar. Niega aun sin saber que hacer.
-Voy a ver si alguien necesita ayuda – dice un poco torpe, pero aun siente la sensación aunque no hay nada de peligro
El agente asiente y comienza a retirarse al mismo camino donde se fue su familiar. Bob aun siente algo, no sabe que es
- Dicker – llama y el hombre vira – ten cuidado
-Sé cuidarme, Increíble
-Lo sé
Se va del parque y sigue conduciendo, termina frente a un edificio, pero tampoco hay nadie , el lugar abre a las seis y la mayoría de los trabajadores entran a las siete por lo que le dice un guardia.
Mira el lugar y lo dejan pasar pero otra vez no encuentra nada.
Al menos tiene una ubicación que va a revisar después. Tal vez no lo revise y simplemente está paranoico.
Cuando mira el reloj y ve que la hora se dirige a la NSA para reportarse y ver si la agencia tiene una misión, también le gustaría hablar con Everser.
Es de los primeros en llegar, va a la sala de convivencia y se prepara un café. Toma un periódico y lee sobre lo que ha pasado en los últimos días, tal vez haya algo sobre el edificio. No encuentra nada en el periódico así que como tiene tiempo de sobra hasta que otros héroes comience a llegar decide revisar los periódicos viejos acumulados.
-¿Qué haces?
Mira a Lucios que lo queda viendo un largo rato.
-Investigando
-Con periódicos, ¿a esta hora?
Sabe como debe verse, en la sala de convivencia, con muchos periódicos buscando algo que no encontrara solo para pasar el tiempo.
-Tengo una sensación
-No, no esto haciendo esto de sensaciones y premoniciones a esta hora – Frozono se acerca a la maquina de café y llena su taza – Creo que vi a Everseer llegar si quieres hablar de esas cosas
-¿Enserió ? – se levanta emocionado – Gracias Lucios
-Espera, no puedes dejar esto así!
Sale de la habitación rápidamente escuchando las quejas de Lucios y saluda a varios agentes como a otros héroes que llegan con diferentes niveles de energía. Aquellos que solo trabajaban como héroes y los que tienen un trabajo civil eras los primeros en llegar.
Ve a Everseer hablando con Psycwave.
-Everseer – llama – tenia una duda para ti
-No- el hombre dice
-¿Qué?
-Lo va a resolver, te de pistas o no – el hombre se cruza de brazos – va pasar no importa que hagamos
Ve a Psywave virar los ojos y cruzarse los brazos, seguramente enojada por que interrumpió su conversación.
-¿Una tragedia? – pregunta intrigado
-No, un evento que no dejaras ir incluso si te insistiera – Everseer respira hondo – pero sería mejor que lo dejes una vez resuelto el asuntos
-¿Qué asunto?
Everseer ve a otro lado, su gesto se arruga, Psycwave a dejado su pose de molestia para pasar a una interesada viendo a su compañero de equipo.
-No estoy seguro – mira al héroe más grande – solo sé que algo se esta poniendo el movimiento
-¿Nada más? – Pregunta el rubio
-Nada más
-Gracias de cualquier forma
Decide salir del lugar y cuando pasa escucha un susurro de Psycwave preguntando que fue eso. Él sabe que Everseer sabe más, pero debe tener sus motivos para no decirle y confiá en el héroe.
Respira hondo y mira el día por fin soleado, deben ser ya las siete y media , podría ir al edificio solo por las dudas. Sube a su carro y prende la radio policiaca. Va a hacer su ruta de siempre y luego pasar por el lugar.
Después de manejar casi toda la ciudad con el sentimiento de algo aun allí comienza a pesar que tal vez Lucios tiene razón, tal vez solo se lo está imaginando, la policía no ha reportado nada. Un policía se para frente a su carro y frena de golpe.
-¿¡Qué te pasa!? – grita por la ventana
-¡Mister Increíble! – el hombre respira agitado – tenemos una situación y las comunicaciones no sirven
El sentimiento vuelve con todas sus fuerza, sale del carro y lo levanta para estacionarlo, es mas rápido que hacerlo del modo correcto.
-¿Qué ha pasado?
-Hay una toma de rehenes, cuatro nuevos villanos – el hombre informa y avanza a rápido – En el edificio principal del centro, tomaron todo un piso. El piso es utilizado por un bufett de abogados y parece que tienen en mente a una persona principal
-¿El edificio del centro?
Es a donde iba a ir, es de donde tenia la sensación y la ignoro, pudo evitar esto pero dudo. Asiente y llega al lugar rodeado de policías que no se mueven. Hay una civil llorando rodeada por policías.
-¿Quién es ella?
-La recepcionista del lugar, la hicieron llamar a la policía y que diga las demandas – la chica es rubia, y tal vez linda pero ahora mismo es un desastre lloroso que tiemble – luego todas las radios dejaron de funcionar, no tuvimos tiempo de llamar a la NSA
-¿Cuáles son las demandas? – pregunta acercándose a la mujer
-Dinero, libre escape, reconocimiento – el policía responde intentando seguirle el paso – Hasta el mediodía, si demoramos dicen que mataran a todos los rehenes
Mientras avanza todos los oficiales le dan paso al héroe que mira a la mujer que esta llorando con maquillaje arruinado. Ella lo ve y llora más fuerte pero corre al héroe tropezando por sus tacones y cuerpo tembloroso.
- Tienes que salvarlos – ella ruega – son solo abogados, son mis amigos
-Haremos todo lo que podamos – él responde sosteniendo con cuidado a la mujer – pero necesito que te calmes
-Los escuche hablar, lo van a matar incluso si cumplen la demandas
La mujer utiliza singular, una persona en especifico es el objetivo, si obtiene lo que quieren y aun así planean matar a un rehén, debe ser alguien importante o estos nuevos villanos son unos sádicos.
-¿A quien?
-Simón, es abogado de supers – ella habla rápido – creen que así los héroes los tomaran enserió
El nombre le suena pero no sabe de donde, por otro lado no sabia que había alguien especialista en eso. Intenta recordar
-Simón ni siquiera es abogado de héroes, atendió solo a un par – la mujer tiembla – Es un buen hombre y lo van a matar si ven a Fironic, ¡los escuche!
-¿Si ven a Fironic?
La mujer asiente y suelta otro sollozo, él ve a la policía. No puede arriesgarse que llegue Fironic si la amenaza es real, tampoco sabe quienes son estos villanos. Uno de los villanos debe tener un poder relacionado con ondas, explicando porque las radios policías y al parecer teléfonos no funcionan.
-Tu – señala a un policía – busca a Fironic y dile que no se acerque al edificio, no podemos arriesgar a un civil – señala a otro policía – y tu anda a la sede de la NSA, necesitamos refuerzos
Puede con varios villanos al mismo tiempo, pero con los rehenes todo se complica, Metaman sería de ayuda pero no sabe donde está ahora, no sabe donde está nadie y no puede comunicarse.
-¿Alguien tiene planos del edificio?
Hace una estrategia el problema es que necesita mínimo otro héroe como apoyo, también habla con la recepcionista que se llama Mary y le dice el piso especifico donde se encuentra el abogado, ademas de que tiene una oficina separada. El tiempo pasa y no se pueden arriesgar, pueden incluso haber explosivos.
-¿Qué esta pasando aquí?
Escucha a Frozono antes de verlo y sonríe. Tiene apoyo, Frozono se desliza de su hielo y lo ve con duda.
-Situación de rehenes, cuatro nuevos villanos quieren hacerse un nombre y tomaron el edificio – le explica a su amigo – según la recepcionista a la que dejaron huir para que de sus demandas planean matar a un abogado de supers incluso si se les cumple las demandas o si llega al rescate Fironic
-¿Paladino? – Fronzono pregunta y mira el plano del edificio – carajo, el tipo es un manojo de nervios
-¿Lo conoces?
-Apareció ayer en la NSA para una cita legal con Dicker o algo así – dice Frozono y frunce el ceño – parecía un cervatillo con ansiedad, estos tipos lo van a matar del susto.
-No tenemos tiempo, si no cumplimos demandas para el medio día van a comenzar a matar gente
-¿Tienes un plan? – Frozono pregunta con el rostro serio
-Si, tengo uno y solo necesitaba un héroe más para que funcione
-Siempre me tienes como apoyo – Lucios pone su mano en el hombro de Bob, una sonrisa en sus labios
-Lo sé – sonríe
Mira a la policía y comienza a dar instrucciones. Agradece que la policía le haga caso, seria todo más complicado sino. La policía va a fingir que va cumplir las demandas y negociar con los villanos mientras él y Lucios van a entrar al edificio.
El objetivo principal es incapacitar a los cuatro villanos y encontrar a Paladino el cual puede que lo tengan aislado del grupo principal de rehenes.
-Queremos negociar – dice un policía por un mega fono
Una ventana se abre y un hombre con masara aparece con su propio megáfono
-Estamos escuchando
La puerta trasera esta cerrada pero eso no es un problema para ninguno de los supers, el nuevo problema son las luces apagadas que deja muy poco a la vista. Posible villano con visión nocturna o gafas nocturnas.
No pueden arriesgarse a prender las luces. Avanzan en la oscuridad en silencio hasta llegar a la escalare de servicio. Ambos avanzan en silencio, primero localizar a los villanos que están con los rehenes.
-Fironic adora el tipo – susurra Frozono – si lo matan va a ser un desastre
-¿Es tan buen abogado? – pregunta en susurro –
-Ni idea, parece que sí. Hypershock le sonrió y todo cuando lo vio, no sonrisa de cámara una genuina
-¿Como me perdí todo eso?
-Nunca estas en la sede, te la pasas por toda la ciudad todo el tiempo, ni siquiera escuchas los rumores
Avanzan hasta que llegan al piso, detiene a Frozono de avanzar y señala a parte de abajo de la puerta, apenas es visible con las luces apagadas pero hay alguien al otro lado.
Hace un gesto y Frozono asiente. Se preparan, no puede ser ruidosos, todo esto depende de que no los vean. El hielo se desliza por la puerta y la abre dando un golpe rápido al sujeto que intenta soltarse del hielo, este no cae por el golpe pero no logra tampoco gritar.
Mira al tipo, ropa extravagante, un arma en sus manos y un antifaz, ve la figura en hielo ahora completamente congelada.
Mira a Frozono y este asiente.
Se van a separar ahora, al ser Lucios el que conoce al abogado que buscan va a buscar si lo tienen separado, inhabilitando a cualquiera que encuentre, por su lado Bob va a ir a la sala principal e incapacitar al villano para sacar a los rehenes.
Escucha el sonido de la negociación hasta ahora no se a mencionado a los rehenes, alta probabilidad de que estén lejos del villano que negocia, eso significa que quedan exactamente dos villanos para detener: El que este con los rehenes y el que tenga al abogado, sin el guardia hay salida libre para los rehenes.
Camina silencioso por el lugar, su instinto no grita peligro pero aun está la sensación extraña. Recuerda a Everseer, el héroe no dejaría que gente muriera. Está seguro de que todo saldrá bien, son héroes, su trabajo es salvar gente, no dejarlos morir con indiferencia.
Escucha los sollozos y respiraciones. Se dirige hacia el sonido y ve en la oscuridad con ojos por fin adaptados a esta el letrero. La cafetería, un lugar suficiente grande para tener a los rehenes. Puede romper la pared y atacar, pero no sabe si hay algún rehén pegado a la pared.
Puede tocar la puerta y esperar que el tipo abra y golpearlo, puede entrar lento pero eso significa mas tiempo para que ataquen a los rehenes. Toca la puerta y espera que los villanos por su inexperiencia no hayan hecho un código especial.
-¿Signal Master? – pregunta la voz al otro lado de la puerta , escucha el crujir de electricidad, un sollozo
No puede esperar.
Atraviesa su mano por la puerta y agarra el cuerpo que grita y lo saca de la habitación arrancando la puerta con bisagras, escucha gritos de miedo. Mira al tipo que tiene sujeto, colores brillantes, arma en la mano y la otra con electricidad.
Lo estampa contra el suelo.
El villano se levanta con un grito salvaje y manos llenas de energía, hasta allí llego el sigilo. Lo esquiva y lo golpea con su rodilla en el estomago el tipo casi vomita y cae al suelo con un grito doloroso.
-¿Hay otros? – pregunta acercándose y poniendo una mano sobre el hombro del tipo
Casi podría parecer amable pero si el villano tiene un poco de cerebro entiende la amenaza de la mano de Mister Increíble sobre su hombro.
-No importa- el tipo dice con dolor – ya saben que estas aquí
Le da un golpe y el tipo cae inconsciente al suelo, respira hondo y mira a los rehenes. Varios atados, golpeados pero nadie parece con heridas mayores.
-¿Están bien? – pregunta acercándose
Algunos asienten, otros parecen a nada de llorar, uno se levanta con piernas temblorosas, puede ver sangre en sus manos pero no ve heridas.
-No somos todos- el hombre habla claro – tienen a Simón
-Frozono se está encargando, mi prioridad es sacarlos de aquí – dice acercándose al hombre que duda
-No conoces a Simón es imprudente – el hombre susurra bajo
Va decir algo, cualquier cosas para mover a todos ellos lejos del peligro entonces todas las luces se prenden, escucha un grito.
-Frozono – susurra y mira al hombre – ¿sabes donde esta la escalera de emergencia ?
-Si – asienten
-Llevalos afuera, ¡ahora !
El hombre asiente y hace una señal varios se paran y comienzan a avanzar. Él corre hacia donde escucho el sonido, la luces se vuelven a apagar de forma antinatural y escucha ahora a lo lejos los susurros preocupados. Rompe la pared de donde escucho el ruido y la nada lo rodea.
No puede ver nada. Se equivocaron, no era un villano que podía ver en la oscuridad.
-¿En serio creyeron que seria tan fácil? – se burla la voz que lo rodea
Es un villano que controla la oscuridad.
La silueta aparece sonriendo, su traje negro, su piel cual papel. Hay otra persona que se acerca, esta en vez brilla y tiene sujetado a Frozono
-¿Enserió crees que seriamos tan estúpidos para revelar cuantos somos realmente o dejar a cargo al más conversador del grupo?
-Dejalo ir – ordena viendo a Frozono
La figura de luz se ríe y tira a Frozono al suelo que intenta levantarse pero falla, intenta tapar sus ojos con una mano.
-¡Somos los que venceremos al gran Mister increíble !
Corre a dar un golpe la sorpresa es su mejor opción, la oscuridad lo envuelve, no ve nada y luego la luz lo ciega tropezando y catendo. No sabe donde está Frozono, no quiere lastimarlo por accidente.
Siente un golpe, no es duro pero lo siente y vira a atacar, la luz vuelve a cegarlo, su vista arde. Recupera aliento y escucha el lugar, los pasos, la sensación de peligro en el aire y golpea, escucha el crujir de los huesos. Algo se lanza sobre él y se agita intentando que se suelte, la luz ilumina sus ojos, cae de sorpresa y ardor al suelo.
-Tal vez puedas con las sombras – susurra a su oído una voz femenina – pero nada vence a la luz – aun le arde la vista cuando siente manos sobre sus ojos - ¡Dile adiós a tu vista!
No puede quitársela de encima, la mano esta sobre sus ojos y oscuridad.
Por un segundo cree que se ha quedado ciego hasta que ve detrás de el la piel brillante sujetándose con dolor en el suelo y en la esquina dos luces rojas brillantes entran por un hueco de la habitación que no sabe cuando fue creado.
Se tapa los ojos al ver a la mujer lanzar un ataque de luz pero en vez de esta reír vuelve a gritar. Mira detrás suyo justo el instante en que la persona de ojos rojos golpea a la villana y la tira al suelo con un golpe contundente.
Los ojos rojos lo ven y se apagan. Alguien ahora esta cerca suyo, en el suelo, respirando pesado. Intenta alcanzarlo.
-¡Maldito!
El villano de sombras las mueve contra el nuevo contrincante. El calor se acumula en el aire, ve la figura levantar y las sombras son partidas en dos lineas rectas rojas con un grito gutural acompañados. La pared se rompe detrás del villano que se paraliza por la conmoción.
Es su oportunidad.
Carga contra el ser de sombras y da un golpe que hace crujir la habitación, la sombras vuelven a ser normales, oscuro pero observable, mira la habitación hecha un desastre. Frozono contra una pared aun frotándose los ojos.
Un ruido que suena como un suspiro de alivio se oye, ve a la figura los ojos rojos brillantes. Es intimidante, casi un ser sacado de cuentos infantiles para que los niños huyan a sus camas. Este tipo dio un puñetazo limpio a una villana sin pensarlo, corto sombrar y agujereo una pared, este sujeto los ayudó.
-¿Qué acaba de pasar? Me duele la cabeza
Frozono habla lento y mira a Bob luego a la figura que ya no tiene ojos brillantes que comienza a caminar a la puerta. Bob mira a Lucios que tiene un par de moretones pero nada grabe, agradece mentalmente por ello. La luz se prende y él se prepara para atacar pero la sensación de peligro disminuye por fin.
La persona de rayos láser había prendido la luz, vira y los ve. Es un hombre con un traje que esta hecho desastre entre rasgaduras y pisadas, sangre chorreando por su cabeza y pierna, cabello despeinado y una expresión cansada.
El hombre es un desastre y aun así parece imponente, Bob lo sabe, ese hombre es un héroe incluso sin traje. Entonces el tipo se desploma en el suelo y comienza a hiperventilar.
Frozono llega antes de él y sujeta al super en pánico, aparta las manos un segundo y lo vuelve a sujetar.
-Respira Paladino – instruye Frozono – está bien, terminó, estas a salvo
-Los otros – el hombre susurra
-A salvo, bajaron por la escalera de emergencias
El hombre vuelve a respirar agitado.
-Hay más villanos – el hombre ve el suelo
-Detuvimos a casi todos
-¿Casi? – el pánico vuelve a filtrase a la voz del hombre
-No sabemos donde está el negociante aun pero no tiene rehenes – Explica lentamente – ahora te vamos a sacar de aquí, para que alguien te atienda
-No puedo ir a un hospital – susurra
-Nadie sabe que eres un supe, ¿cierto? – Frozono habla con comprensión – la NSA se encargara o Dicker, lo conoces, ¿cierto?
El hombre asiente lentamente.
-Vamos, te voy a sacar de aquí – dice Frozono levantando al hombre en sus brazos – no puedes caminar con esa herida en la pierna – el abogado asiente a nada de desmayarse
Frozono ve al Mister Increíble que no parece poder desviar la mirada del abogado.
-Anda por el ultimo villano – le dice su amigo con mirada seria
-Pan comido
Lo es, no es difícil atrapar al ultimo que estaba dándose a la fuga al instante que escucho el ruido, no hubo explosivos involucrados por suerte. Habían llegado otros héroes que se encargaron de asegurar el lugar y buscar a más villanos, los rehenes fueron llevado al hospital.
-¿Donde enviaron al abogado? – le pregunta a Frozono cuando por fin todo termino
-No lo sé, Dicker lo vio y se lo llevo sin decirme nada – Frozono se queja – ni siquiera logre agradecerle por ayudarnos
Dejarlo cuando termine el asunto, las palabras Everseer, por otro lado dijo que tampoco cambiaría nada si lo deja en paz o no.
Va a encontrar a Simón Paladino, reconoce un héroe al verlo y también a alguien que necesita un pequeño empujón para serlo.
-Le agradeceremos después, estoy seguro que lo volveremos a ver.
Se asegurara de encontrarlo.
Chapter 8: Cenizas
Summary:
Fironic solo quiere hablar con él. Solo quiere pedir perdón.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Era bueno en despejar su mente, un héroe no puede tener la mente ocupada en las batallas. Distraerse podía ser una condena de muerte. Sabia manejar sus emociones para no quemar el mundo a su alrededor, para sonreír cuando le hablaban, para seguir con su trabajo cuando solo quería volar lejos de todo.
No podía dejar de pensar que era su culpa y la de nadie más. Era su culpa incluso si Frozono cuando fue a comunicarle que la situación había terminado le dijo que no lo fue. Fueron horas dolorosas de espera, pero no podía hacer nada, si se acercaba lo mataría. ¿Cómo no era eso su culpa?
El gran Fironic, el mejor héroe independiente que se haya visto. Que mentira, casi hace que maten a alguien por no saber mantener su boca cerrada. No a cualquiera sino a alguien que respetaba y apreciaba.
Había conocido a Simón Paladino en una situación menos que ideal, no cree que se pueda conocer a un abogado en una situación ideal en realidad. El hombre parecía nervioso y andaba encorvado mirando el suelo, distraído al entrar, no parecía en su opinión un abogado confiable; luego habló.
Cualquier duda que tenia sobre le hombre se esfumo al escuchar su voz, una voz profunda y continua, como un fuego de fogata que muchos pasan por alto por ser común. No puede describir al abogado como común.
-Deja de pensar tanto – Frozono lo ve
-Eso intento – dice con frustración
-¿Sigues pensando en el abogado?
No muchos lo sabían pero él y Frozono se llevan bien, no tanto como Frozono, Mister increíble y GammaJack pero bien. Sus rutas solían chocar a veces. Al no ser un héroe de la NSA él podía elegir sus rutas de patrullaje.
-¿Tienes alguna noticia de él?
Frozono le dijo sobre la toma de rehenes, en la amenaza de matar a Simón si él, Fironic, aparecía. Sobre como el abogado fue golpeado pero en el ultimo momento se lanzo contra los villanos de manera imprudente y ayudo a los héroes.
Desearía sorprenderse un poco sobre que un hombre como Simón, alguien nervioso, que parece querer desaparecer cuando lo ven, se lanzara contra los villanos sin dudar. Aún recuerda el ultima día de su caso, abrir la puerta y ver el fuego, temer que el hombre estuviera muerto y luego verlo parado, recto, seguro y calmando con su profunda voz a la persona que pudo matarlo.
Sabia que era imprudente, por eso no había querido acercarse. Un civil imprudente pero temeroso con un héroe como amigo no sonaba a una combinación segura.
-Dicker me aseguro que está bien y que va a salir del hospital pronto – Frozono suspira y lo ve – pero Dicker es un agente del gobierno y eso, no me dará mas información – se burla - que no acose a civiles y así
-Me reprendió una vez sobre eso
-¿A ti? – Frozono sonríe – siempre le sonríes a los civiles
-El civil estaba poniéndose en peligro, me enoje por su imprudencia
-Te entiendo amigo – recibe una palmada en la espalda de la mano helada.
Se demoró semanas en tener la revelación que si Simón era una persona imprudente al nivel de no preocuparle que todo se queme a su alrededor, estaría en peligro con o sin un héroe decidiendo ser su amigo.
Compró pastelillos en una cafetería que siempre le daba descuentos como favor de salvarles el negocio hace años. Fue a la oficina y el hombre lo ignoró, no se enojo ¿Cómo podría al ver la emoción del abogado al decirle a su cliente que tenia avances en el caso?
Le había preguntado a Simón porque no unirse a una organización de héroes, él respondió que le gustaba su trabajo. Lo podía ver en ese momento, en cada momento. Dejó los pastelillos cuando la recepcionista no estaba viendo, volvía pero no se atrevía a buscarlo, comenzó a dejar pastelillos con cada intento fallido por irlo a ver.
Nunca había querido ser amigo de alguien con tanta fuerza. No quería arruinarlo
Habló demasiado, ahora el abogado que le sonrió mientras comían pastelillos en la cafetería y hablaba con emoción sobre documentos que no entendía muy bien estaba en el hospital porque algunas villanos decidieron que era un objetivo simple para lastimarlo a él.
-Hey – mira a Frozono cuando este habla – no creo que sea tu culpa que hablaras sobre él, es bueno en lo que hace – Frozono sonríe – incluso le cae bien a Hypershock y Psycwave, eso es complicado
-Si, es alguien agradable – susurra
-Si Increíble lo hubiera conocido también toda la ciudad sabría de él, tenias buenas intenciones
Como héroe sabe que las buenas intenciones pueden matar.
-Gracias, Frozono
Cuando llega a su casa se da una ducha fría, su piel humea y respira hondo. Va a su habitación y se ve en el espejo, se ve mal.
Sonríe, se ve forzado. Vuelve a sonreír, se ve un poco más natural. Piensa en Simón aceptando verlo otra vez y sonríe y luego deja de hacerlo.
¿El hombre querría verlo después de hacer que casi lo maten por su culpa?
Se acuesta e intenta dejar de pensar, tiene que dejar de pensar para no prenderse fuego, debe dejar de pensar. Duerme en el suelo duro con las brazas calentándolo y haciendo correr más rápido sus ideas.
Ayuda a personas, controla incendios, evita que uno que otro criminal cometa fechorías. Se encuentre con Mister increible.
-Hey Fironic – el rubio llama corriendo a él – quería hacerte una preguntado
-¿Qué pasa? – pregunta con ligero interés
- ¿Cuánto conoces a Paladino?
Quiere irse en ese instante, por fin habia logrado dejar de pensar en el hombre con lentes. De sus ojos extraños: una combinación entre negro y toques azules.
-Fue mi abogado, hemos halado un par de veces – responde incomodo
-Creí que eran amigos
No sabe si son amigos
-Casi hago que lo maten por hablar mucho de él, dudo que quiera seguir siendo mi amigo
-Eso no lo sabes – lo anima el rubio – solo lo sabrás si se lo preguntas – le sonríe – no lo conozco, no como tú supongo pero parecía alguien bastante dispuesto a perdonar
-Tal vez
Frozono le cuenta que Paladino ha salido del hospital, al parecer tuvo que preguntarle a Psycwave para que viera la mente de Dicker puesto que el hombre se negaba a responder.
Pasa toda la noche pensando en que si debería buscar a Simón, para disculpase, para rogar otra oportunidad, para verse otro día y verlo hacer aportes interesantes a la conversación. No sabe que hacer.
Ayuda a gente, vuela, piensa, salva a un par de personas, es un día lento y ve la cafetería. Entra al lugar sin estar seguro del porque. Luego lo sabe, ya a tomado una decisión.
-Una caja de pastelillos, por favor
Llega al edificio, estuvo cerrado una semana por seguridad, por lo que sabe aun no reparan todo pero ya está en condiciones para que los abogados vuelvan a su trabajo. Si no se equivoca sobre Simón, el hombre ya debe estar volviendo a su trabajo.
La recepcionista lo ve, su mirada es diferente a las otras veces que se han visto, ella solo le hace una señal para que avance, él asiente y sigue.
Sube al piso, pasa por los pasillos para llegar a la oficina de Simón, camina lento pero decidido. Mientras más avanza ve más escombros en las esquinas, se preocupa más. Se detiene al ver la pared de ladrillos sin pintura, con ladrillos que aun faltan por poner.
-¡Tú!
Se vira al escuchar una voz desconocida, un abogado con cabello negro con tez clara se acerca con pasos molestos
-¡Te largas!
No entiende que está pasando.
-¿Disculpe? – siente calor
-¡Que te largues! – el hombre se para frente al héroe – ¡No te vas a acercar a Simón!
-¿Quién te crees? – le pregunta controlándose
-Su amigo, alguien que se preocupa por él, no como tú
-No te mencionó
El hombre no retrocede, se pone más firme y sonríe con una pizca de crueldad
-A ti sí, a todos los héroes que tuvo que soportar – lo señala – lo agotaste
-Vengo a ver a Simón, no a ti
-¿Simón? – cuestiona – Lo llamas por su nombre como si fuera tu amigo. No es tu amigo, fue tu abogado
-Escucha – respira lento – entiendo que estés molesto, los puse a todos en peligro y lo lamento
-No lo entiendes – se burla – puedes lanzar fuego por las manos,¡puedes volar! – ríe – no sabes que es ver como golpean a alguien que quieres mientras no puedes hacer absolutamente nada; ser nada
-Vengo a disculparme, con él, con todos – intenta señalarlo con la caja aún en sus manos
-Lo que quiero es que te vayas – el hombre habla bajo, peligroso – no me das miedo
Entiende la ira, la protección de este hombre a su amigo, a todos, a la final si fue su culpa. Aun así no quiere irse, no se va ir sin preguntárselo a Simón.
-Voy a esperar a Simón – dice lento – quiero hablar con él
-¡No lo harás! – el hombre se acerca más – Simón no necesita lidiar contigo, con nada de esto – lo señala, luego ríe y se tapa la cara – carajo, le recomendaba que tomara más casos con héroes, él decía que los héroes eran los únicos supers que sabían controlar sus poderes, creí que estaría a salvo con los héroes – su voz es baja
-Lo lamento
-¡Solo vete!
-No
-Largate, ¡Maldito fenómeno !
Su paciencia se ha desbordado, porque este hombre no debería hablarle así. ¿Cómo alguien podía ser amigo de este tipo? Da un paso al frente, siente al calor vibrar por su piel. El hombre retrocede, Fironic ve el terror en esos ojos y lo devuelven a la realidad arrancandolo de su ira fría. Este hombre sufrió hace poco una situación de rehenes con supers y ahora está asustadolo.
¿Qué está haciendo?
-¿Alam ?
Ambos hombres viran y ven al recién llegado.
-¿Fironic?
Simón se ve mal aunque está arreglado, puede ver los vendajes en su cara aun puestos, en sus manos. Las ojeras profundas tras esos lentes, no son los mismo con los que lo vio la ultima vez.
-¿Qué está pasando? – es de las pocas veces que no ve al abogado encorvado.
-Nada – Alam responde – Fironic se estaba yendo
-No lo era – dice viendo a Simón – quería hablar contigo
-No, no tienes nada que decir – insiste Alam
-Alam, yo me encargo – Simón se acerca, su voz suave y calmada
-No – Alam niega – no tienes que lidiar con ellos
-Solo quiero hablar – repite
-Fironic – Simón dice suave pidiendo que guarde silencio
-¡No! – Alam toma a Simón de los hombros – no vas hablarle, este tipo es el culpable de que te lastimaran
-Alam – Simón habla lento, quita la manos de Alam de él
-Enojate conmigo si quieres, pero no le hables, harás lo de siempre. Lo perdonaras, seras imprudente – la ira se deshilacha y pasa a la desesperación – harás que te lastimen y dirás que es nada
-Sé cuidarme
-¡No lo parece!
Fironic no puede evitar estar de acuerdo con Alam esta vez. Simón mira al suelo luego a ambos.
-Es mi decisión
-Si, es su decisión – el avanza al hombre con lentes
-Que te jodan – Alam se pone en medio
-Alam, detente
-¡No! – el hombre grita – ¡deja de intentar actuar así!
-¿Así como? – reclama Simón
-¡Como si fueras un héroe! – la voz se rompe – no lo eres
-Simón es un héroe – sale de su boca antes de pensarlo
Los ojos del hombre que hasta ahora tenia ira cambian, una leve traición por las palabras del héroe como si esperara apoyo en lo que decía, a pesar de haberlo insultado hace poco.
-No lo es
-No lo soy – susurra Simón – solo quiero ayudar
-¡Callate! – Alam grita – deberías estar en tu casa descansando, deberías estar bien
-Tiene razón – susurra Fironic – no deberías estar trabajando en este estado – mira a Simón, este desviá su mirada
Pareciera que Simón solo sabe desviar la mirada.
-¿Qué estado ? – la voz se vuelve más grabe, cerrada – son solo unos golpes – asegura
-¡Simón pon los pies en la tierra! – Alam ríe – no eres un héroe, carajo ni siquiera eres normal - debería hacer que el otro abogado se calle- eres un tipo raro con buenas intenciones que va hacer que lo maten y a nadie le va a importar porque nadie te conoce.
-¿¡Qué te pasa!?– Reclama Fiornic molesto – Se supone que eres su amigo
-Se supone, ¿no? – la ira, el dolor – carajo, no lo sé – sus ojos se encuentran con los de Fironic, comprensión – ¿Se supone que eres su amigo? – se burla – ¿Te ha dicho algo de su vida? ¿Sabes si tiene familia? – Fironic no lo sabe –Yo no lo sé, nadie lo sabe – Alam lo mira con casi compasión - ¿Te ha visto una vez a la cara mientras hablan, no un roce de miradas, verte de verdad? – el hombre habla claro
La respuesta es no, no lo ha hecho. ¿Se lo invento todo? ¿creyó que había logrado volverse amigo de Simón pero a Simón no le importo? ¿por qué siente culpa e ira?
-¿Simón? – pregunta viendo al hombre – me consideras un amigo, ¿cierto? – pregunta temeroso – ¿consideras amigo a alguno de nosotros?
-¡Si! – el hombre grita – ¿Por qué no pueden creerme?
-¡Dilo viéndonos a los ojos, carajo!
Debería evitar que Alam siga gritando pero no lo hace, no esta seguro de porque no lo hace.
Simón se paraliza y ve al suelo, completamente callado, Fironic quiere abrazarlo, quiere decirle que está bien, no necesita su mirada para creerle. Pero la necesita, quiere que esos ojos lo vean y le digan que esta bien, que son amigos.
No se mueve. No dice nada
-¿Simón? – un conserje se acerca- ¿Qué haces aquí?, tu oficina no esta lista – el hombre habla tranquilo y pone una mano en la espalda del abogado – vamonos – lo empuja suavemente, como si fuera un niño
-¡No te atrevas a irte!
-Quedate – el dice
El conserje los ve, si las miradas pudieran matar estaría muerto ahora. El hombre guiá a un Simón callado lejos de ellos. Ninguno lo sigue.
Alam golpea una pared y Fironic no se mueve. ¿Qué acaba de hacer?. ¿Por qué no dijo nada? ¿Por qué no se disculpo?
Baja volando las escaleras, quiere alcanzar al hombre , disculparse por la situación de rehenes, disculparse por no defenderlo de su supuesto amigo, disculparse por todo.
Rogarle que lo perdone, que sean amigos, que no le importa que no lo vea a los ojos. Puede soportar no ser visto por esa mirada suave pero no puede soportar que esa voz profunda no le dirija la palabra, ni perder todo por se un cobarde.
Cuando llega a la recepción no ve a Simón.
-Se fue – la recepcionista le dice
Se paraliza y pone la caja de pastelillos en la mesa de ella, ella los empuja, su mirada no es molesta pero no es amable. La mujer mira a la puerta, no lo mira a él.
-Llevatelos, no queremos más
Sale con la caja en sus manos y vuela al cielo donde casi nadie puede verlo. La caja se quema en sus manos y no quedan nada más que cenizas.
Notes:
:)
Chapter 9: Raro: Adjetivo calificativo
Summary:
Simón sabe que palabra lo describe a la perfección. Su mente no deja de dar vueltas y solo quiere uun segundo de tranquilidad.
Chapter Text
Raro, una palabra simple, una palabra que conoce a la perfección. La rareza, aquello que lo vuelve el diferente es algo impregnado en cada parte de su ser, cada fibra de él es rara, anormal y quisiera arrancárselas con sus propias manos.
No puede arrancar aquello que lo vuelve diferente sin arrancar su propia piel, sus ojos, su cerebro; todo su ser en su totalidad. Su ausencia seria más normal que su mera existencia. Raro: el adjetivo perfecto para Simón Paladino.
Camina por la calle a paso acelerado, no corre, sabe que no debe correr en la calle. Correr es raro y ya tiene suficiente con que todo aquel que conoce note que es un fenómeno de algún tipo, no necesita ese conocimiento de extraños.
La calle esta abarrotada de gente, hora pico si se quiere decir. La hora en que muchos de los edificios salen a comer.
Siempre utilizó la cafetería del edificio para comer por practicidad, esta más cerca y no tiene que salir a un mar de gente para poder comer algo y soportar el resto de su jornada. Su jefe le aseguro que tenia permiso por más días, fue Simón el que insistió en ir de cualquier forma.
Necesitaba su rutina, un poco de normalidad después de tanta acción. Necesitaba hablar con alguien que lo viera como si fuera una persona normal. Alam nuca creyó que fuera normal tampoco.
Mira el suelo, anda rápido, quiere quitarse la chaqueta porque esta hirviendo por sus pensamiento pero si se la quita la gente a su alrededor sera capaz de sentir las leves olas de calor que emana.
Odia su cuerpo, odia su cerebro, se detesta.
Les dijo que eran sus amigos, cree que lo son, pero no puede verlos a los ojos. Pudo haber confesado, pudo haber dicho la verdad. Quiere con desesperación poder verlos a los ojos mientras hablan, perderse en miradas ajenas como ha escuchado a otros decir en anécdotas y novelas.
Alam lo llamó un raro, anormal, Simón sabe que lo es. No pensó que a Alam le importara. El hombre se veía asustado ese día aun así le acaricio la cabeza cuando esta comenzó a sangrar antes de que lo arrastraran lejos del consuelo.
No pensó que a Fironic le importara que no lo viera a los ojos. Fironic es un super, debería estar acostumbrado a comportamientos raros pero no, Simón era raro incluso para alguien que lidiaba con rarezas.
Siempre era Simón el problema.
Entra a la cafetería de Sussie, nunca ha venido con alguien ademas de Rick, tampoco es que la gente lo busque o tome café con él fuera del trabajo ¿por qué lo harían? .
Rick tenia razón, debió tomar su descanso entero.
-¿Estas bien cariño? - Sussie pregunta.
Mira la mesa y el menú es pasado a esta con una suavidad practicada, no ve a la mujer, no responde, no sabe que decir sin arruinar todo.
-¿Simón?
-Un … un café y una tarta, por favor - susurra sintiéndose inepto
-Claro cariño - la mujer habla suave - ¿Quieres que te deje el menú?
Niega y el menú es retirado de la mesa, puede ver los dos puntos de la mesa de madera que se están oscureciendo, cierra los ojos y se quita los lentes. No le gusta mucho el marco que esta utilizando en este momento pero era lo mas barato que encontró en el mercado con una medida similar a los anteriores.
Rick le dijo que podían conseguirle una cita real con un oftalmólogo, Simón le recordó que no tenia dinero para pagar equipo roto de ese calibre. No discutieron del tema. Habían mas cosas importantes por las que discutir.
No discutieron ni una vez en el hospital, está seguro que cuando vuelva a casa Rick va a estar allí para hablar. Ya puede escuchar las palabras del agente.
El café y la tarta son puestas frente a él y un plato extra.
Mira a Sussie que sonríe, la camarera siempre ha sido amable con él, no importa que no la vea a los ojos, no importa que sea callado. El trabajo de Sussie es ser amable.
-Invita la casa - la mujer dice con una sonrisa - para nuestros clientes más fieles
-Gracias, Sussie
Come la tarta sin quemarla esta vez, bebe su café que no hierbe porque Sussie hace un buen trabajo, come las galletas del plato en silencio. Pone propina de más en la cuenta y se va en silencio.
Cuando vuelve a la calle ya no hay tanta gente. Podría ir a casa, podría dejar de vitar charlas inevitables.
Va tener que volver al trabajo, va tener que hablar con Alam. Aún quiere que sean amigos.
Camina por la calle y mientras más avanza más se aparta del camino a casa, no hay mucha gente y su cerebro es estática, como la de su radio anterior. Su cuerpo ya no hierbe y se quita el chaleco.
Avanza más, cuadras y cuadras. Ha guardado la corbata en su bolsillo, lleva la chaqueta en un brazo y en el otro su maletín. Camina por pura inercia lejos. Solo quiere un poco de silencio, un poco de calma.
Rick le va a gritar. Sabe que no es cierto.
Alam le gritó.
Llega al lugar que quería, totalmente desierto, como siempre o al menos desde que comenzó a venir. Pasa la maya metálica y entra a la propiedad del parque abandonado. Era un parque acuático que se conectaba al puerto viejo que abría en verano por lo que sabe, pero el dueño murió y hasta ahora los hijos no se ponen de acuerdo con la herencia, nunca lo ha visto en buenas condiciones.
Llega hasta el puerto de metal donde hay barcos también de metal descoloridos y se sienta en el borde. Está oscuro, apenas puede ver. Incluso en la ciudad con noches claras le cuesta ver si oscurece mucho.
Abre su maletín, saca varias copias, la enrolla, acomoda y luego las mira hasta que una sola se enciende y el fuego se extiende. Ahora al menos puede ver algo.
Mira la oscuridad infinita, el calor a su lado, su chaqueta en el suelo ensuciándose, el susurro del mar calmando su mente. No quiere pensar.
Ni si quiera es normal.
Claro que sabe eso, no es estúpido por mal que le haya ido en la escuela, colegio y universidad; daría mucho por ser normal.
Nunca ha visto este parque en buen estado, entrar siempre es un riesgo de tetano, un riesgo que lo atraparan, un riesgo innecesario. Seguía volviendo.
Se acuesta, el fuego cerca de su cara pero no le incomoda y mira al cielo, solo es oscuridad pero sabe que hay estrellas. Cierra los ojos, está cansado.
Escucha, siente, su boca está seca, su cuerpo emana ligero calor, su pierna le duele por haber caminado todo el día pero siente por fin el inicio de la calma incluso si no calla la estática en su mente, nunca se calla.
-¡Hola!
-¡Ahhhhhh!
Se para sin pensarlo y un rayo se dispara contra la figura que gritó.
Oh Dios. Apenas puede reconocer a la figura en las sombras que parece estar bien, por suerte no le dio, ¿Cuándo se apago su fuego? No puede ver nada, mira al suelo… el fuego no se apagó, no todo… su pantalón esta en llamas. !Su pantalón está en llamas¡
-Miércoles
Esta a punto de correr al agua a meter su pierna para que su traje nuevo no se arruine por completo cuando algo frio le impacta haciendo que se erice. Odia el frio, lo detesta.
Mira la escarcha helada donde antes había fuego y ahora quiere saltar al agua por otro motivo. Apenas puede ver más haya de su nariz.
-Frozono – dice viendo sin poder diferenciar la figuras por las sombras.
-Y Mister Increíble- otra voz dice, la voz que dijo hola
-Claro …
Definitivamente quiere lanzarse al agua, ahora si estuviera seguro que va caer al agua o que no hay más gente, aun no ve nada.
- Antes de que increíble aquí decida hablar y asustarte más – Frozono interrumpe su linea de pensamiento - ¿estas bien?
-Si – dice sin pensarlo mucho
-¿Tu pierna también?
-El calor no me afecta tanto – responde y toca su pierna, apenas un ardor.
-Me refería a la herida
-No duele – es mentira, apenas sano, no debería caminar tanto
-Sé que todos estamos técnicamente metidos de forma ilegal aquí, así que que tal si salimos – Frozono continua hablando lentamente, le molesta – Mister increíble aquí va prender la linterna para que no nos cortemos con algo al salir
-Yo no me corto – dice Mister Increíble
La imagen ante el se vuelve clara, puede ver a los dos héroes y entonces Frozono empuja la linterna hacia abajo haciendo que la tinieblas rodeen los rasgos de los héroes, abre sus ojos más para verlos
-¿Qué te pasa? – Le reclama Frozono a Mister Increíble - lo vas a dejar mas ciego
-No parece irritarle – reclama de vuelta el rubio – ¿Te irrita?
El niega y da un pasó adelante viendo el suelo asegurándose de no tropezar hasta ver la botas de Frozono
-La luz no me molesta – responde lo más tranquilo que puede y mira al héroe
-Genial, eso es bueno – ríe Frozono – ahora vamonos, no necesitamos que arresten a nadie.
El héroe tiene razón, prefiere no ser arrestado por esto. Sigue a los héroes, cada cierto tiempo Increíble parece querer decir algo solo para que cada vez sin falta Frozono le de codazos para que no diga nada. Agradece el silencio.
Salen del parque y la calle lo recibe, las farolas encendidas hacen mucho más fácil ver.
-Entonces Simón
-¿Es enserió? – susurra Frozono harto
-¿Qué?. Ya no vamos a ser arrestados – Míster Increíble vira los ojos y mira a Simón – quería hablar contigo
Debió tirarse al agua, definitivamente.
-No – responde al segundo
-Pero no eh dicho nada – el hombre dice con un poco enojo
-Si es ser parte de la NSA o un héroe, mi respuesta sigue siendo no – responde sin rodeos
-¿Sigue siendo?
Aún puede tirarse al agua, nunca se ha ahogado, se pregunta si duele o no.
- No soy el primero en decirte que deberías ser un héroe – declara Mister Increíble
-Me voy – comienza a alejarse pero una mano enorme se posa en su hombro
-Espera – la voz es amable – escucha, solo queríamos agradecerte
Simón se vira lentamente y mira a ambos héroes, Frozono asintiendo detrás de enorme hombre. Aun se siente incomodo con la mano en su hombro y mira al suelo
-Hice lo que cualquiera haría
-Eso no es cierto – dice Frozono –Me salvaste, incluso antes de utilizar tus poderes, fuiste valiente Paladino
-Yo vi el final y fue una hazaña – el rubio por fin suelta su hombro – estas hecho para ser un héroe
La sonrisas son sinceras, son amables y sus voces tranquilas, mira al cielo y suspira. Simón sabe que es: es raro, es una aberración, es aburrido, es tenso, es rígido; sabe que no es un héroe.
-Te equivocas – no sabe porque sonríe para decirlo – gracias por rescatar a mis amigos, no sé que habría hecho si uno de ellos terminaba herido – mira sus manos – pero no soy un héroe, en primer lugar nada hubiera pasado si no hubiera aceptado ese estúpido caso
-Fironic se siente fatal – Frozono habla – mucho, incluso quiere disculparse, te aprecia
-Disculparse – susurra
Vaya disculpa, vaya farsa.
-No me conocen – no sabe porque sonríe – soy un abogado mediocre, con una actitud que la gente apenas soporta, con “poderes” que no controlo y … un cobarde – mira a la calle – no soy un héroe, nunca lo seré y espero que ustedes y la NSA lo entiendan de una vez por todas
-Paladino – Frozono habla y se acerca – no eres mediocre y no conozco tu actitud pero te diré que muchos héroes tiene una fatal y sobre lo poderes no lo sé, uno siempre puede aprender
-Sobre todo – Mister increíble habla, su silueta causando sombra sobre él – no eres un cobarde, un cobarde no muestra que es un super para rescatar a dos desconocidos, un cobarde no golpea a un villano mientras esta herido – quiere negar con la cabeza pero no se mueve – un cobarde no se entrega para que otros no sufran, un cobarde no aguanta cada golpe porque le aseguraron que si los recibía el resto estaría bien – el héroe pone una mano en su hombro con amabilidad – pregunte a los rehenes que pasó , vi los informes y te aseguro que eres un héroe, quieras o no
-No hice nada, solo hice que todo se asustaran más – piensa en Alam , en como Mary lo abrazo con fuerza al verlo hoy, como si el pudiera desaparecer de sus brazos, como lo veían casi como si fuera un fantasma. Se hizo el valiente ya hora todos tienen miedo y pena por él.
-Simón, ¿puedo llamarte Simón? – Mister Increíble espera a que asiente para continuar – Simón, no creo que seas un cobarde y si no crees que puedas ser un héroe lo entiendo pero te aseguro que serias uno bueno y seria un honor trabajar contigo si alguna vez lo consideras
Él no sabe que responder así que no se mueve, mira el suelo y cierra los ojos al sentir el calor en sus ojos.
-Los supers debemos mantenernos unidos – agrega Frozono, una mano fría le toca el hombro y se estremece – seas un héroe o no, quieras que se sepa de tu don o no, siempre cuenta con nosotros
-No me conoce – vuelve a susurrar
-Tu tampoco a nosotros – Mister increíble sonríe – pero podemos conocernos , seria un honor ser tus amigos
-Si hombre, seria un honor ser tus amigos, seas un héroe o no – Frozon ríe – siempre se necesita a un abogado
No sabe porque resopla por el comentario
-Deje mi auto estacionado cerca y es tarde – Mister increíble saca la mano de su hombro – ¿Quieres que te llevemos ?
Responde que sí, el viaje es silencioso y escucha la radio policiaca en vez de su programa que escucharía a esta hora, esta solo en el asiento de atrás mientras los dos héroes bromean. Por momentos le dirigen la palabra y el agrega comentarios simples que son recibidos con risas o asentimientos. No es un mal viaje.
Hace que lo dejen tres cuadras antes de su casa. Prefiere que nadie sepa donde vive, en especial héroes, incluso si son amables.
Camina con las farolas iluminando su camino, su pierna arde por la herida y la ligera quemadura, su pantalón esta quemado en la basta hasta el muslo y su chaqueta esta sucia sobre sus hombros mal puesta. Ve su casa y camina un poco más lento al ver a Rick en la puerta.
-Simón
-Rick
-¿Mal día en el trabajo? – pregunta Rick con tranquilidad
-Pésimo – sonríe harto de todo – pero ya acabo, voy a dormir
-Simón
-¿Podemos dejar esa conversación para mañana? – pregunta intentando meter sus llaves en la puerta
-Eres imprudente
-Lo sé – las llaves entran
-Tienes que tener mas cuidado
-Lo sé – solo quiere dormir
-Serias un buen héroe y lo sabes, al menos allí alguien te contraria mejor, estarías más seguro y
-Buenas noches – abre la puerta y mira al agente, suspira. No quiso ser tan grosero – mañana hablamos, necesito dormir ... fue un día raro
-Se nota – el agente suspira – cuidate, Simón.
Ve como Rick se aleja de la puerta a paso lento. Mañana tendrá la conversación, otra más sobre ser un héroe o cuidarse. Está tan harto de todo.
Prende la radio, escucha la novela mientras se quita los zapatos y cierra los ojos acotándose en su cama solo para descansar un rato. Deja que el agotamiento lo devore, de cualquier forma no tiene que ir a trabajar mañana.

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