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Characters:
Additional Tags:
Language:
Español
Collections:
Lukamostober 2025
Stats:
Published:
2025-10-15
Updated:
2025-10-15
Words:
1,402
Chapters:
2/3
Comments:
1
Kudos:
6
Hits:
51

someone is watching you

Summary:

En un universo alternativo Luka está en peligro y Sergio es un ex agente del FBI para cuidarlo

Notes:

Chapter Text

No había comunicado oficial, pero todos sabían que algo raro pasaba con Luka Modrić, el fichaje estrella de la temporada. Había dejado de dar entrevistas, había cámaras permanentes afuera de su casa y, últimamente, un par de veces lo habían visto con la mirada perdida durante los entrenamientos.

Lo que casi nadie sabía era que desde hacía meses,incluso desde Madrid y había sido una de las razones para su fichaje Luka recibía cartas anónimas.

Primero eran solo flores, luego fotos tomadas sin permiso y finalmente, mensajes que solo alguien que conocía su rutina podía escribir.

El club, preocupado por su seguridad, decidió traer a alguien especial.

Alguien acostumbrado a lidiar con psicópatas, no con paparazzi.

-Sergio Ramos, ex agente del FBI -dijo Maldini al presentarlo—. Estuvo en la unidad de protección de testigos. Si alguien puede mantenerte a salvo, es él.

Luka levantó la vista desde su asiento. El hombre frente a él tenía el porte de alguien que ya había visto demasiado: ojos firmes, voz grave, traje negro, muchos tatuajes.
Le extendió la mano.

-Encantado -dijo Luka, con un acento italiano suave .
-El gusto es mío - respondió Sergio, sin apartar la mirada—. Desde hoy, no sales sin que yo lo autorice.

El tono seco lo desconcertó. Luka abrió la boca para protestar, pero algo en la forma en que lo observaba lo hizo callar.
Esa noche, Sergio se instaló en el departamento de arriba, con acceso directo a las cámaras y sensores.
Luka intentó dormir, pero entre los ruidos del edificio y la sensación de ser observado, terminó mirando el techo hasta el amanecer.

Muy temprano en la mañana oyó un golpe leve en la puerta.
Sergio estaba allí, con una taza de café en la mano.

-Despiértate, Tenemos entrenamiento, y además- Sacó una hoja doblada del bolsillo.

Era otra carta. Había llegado durante la noche, a pesar de la vigilancia.

“Te vi ayer. No me gusta que estés con ese hombre. No lo necesitas. Yo soy quien te cuida.”

Luka sintió un escalofrío. Sergio lo miró con calma, pero en sus ojos había algo diferente ahora: una promesa silenciosa.

-Deja que se acerque -dijo Ramos, bajando la voz- Quiero que lo intente.

Por primera vez, Luka no supo si temerle más al acosador… o al hombre encargado de protegerlo.

Los días posteriores Las cámaras del entrenamiento captaban todo el sudor, los pases perfectos, las sonrisas que se transformaban en rutina.

Pero no mostraba la forma en que Sergio Ramos observaba a Luka desde la línea lateral, con una atención que iba más allá del deber.

Desde su llegada, había cambiado todo. Luka ya no iba solo a los entrenamientos, no caminaba sin que Sergio escaneara la zona antes. Hasta el chofer del club tuvo que pasar revisión de antecedentes.

Y aun así, las cartas seguían llegando.

“No te lo mereces. Él no te entiende como yo.”
“Te vi en el campo. Estás más hermoso cuando te cansas.”
Luka dejó caer una de las notas sobre la mesa de la cocina y se pasó las manos por el cabello.

-No puedo más con esto, Sergio. No puedo ni salir a cenar sin que alguien me siga.

Sergio se apoyó en el marco de la puerta, brazos cruzados, camiseta negra pegada al cuerpo.

-Por eso estoy aquí.

-No eres mi sombra.

-No, pero soy la única persona que se interpone entre tú y quien quiere hacerte daño.

Luka lo miró, frustrado… y algo más. Había aprendido a distinguir entre la tensión del miedo y la tensión que lo hacía respirar más rápido cuando Sergio se acercaba.

Esa noche, cuando el ex agente revisó las cámaras del pasillo, Luka se acercó a su espalda sin hacer ruido.

-Nunca duermes? -susurró.

-No- Por un instante, el aire entre ambos se volvió espeso, el sonido del móvil rompió el hechizo. Sergio atendió. Su rostro se endureció.

-Quién es? -preguntó Luka.

Sergio no respondió.

Tomó su abrigo, revisó el arma en su funda y murmuró apenas:
-Tenemos un problema. Han entrado al complejo.

Las luces de emergencia se encendieron segundos después.
Luka sintió cómo el miedo se mezclaba con una certeza peligrosa: si ese hombre lo iba a proteger no era solo por trabajo.