Chapter Text
Acciones: Texto ...
Hablando: Texto ...
Susurro: *Texto*
Cartas: ~Texto...~
Pensamiento: *Texto*...
Creadora hablando: (Texto).
Salto de tiempo/Narrador/Fecha y hora/Lugar: «Día/Mes/Año».
«Fecha: 16 de Junio de 2008. 6:00 a.m.».
«Lugar: #4 de Privet Drive, Little Whinging, Surrey, Inglaterra».
(Me mamé con la especificación de la ubicación XD).
Resumen:
Harry, después de una golpiza matutina habitual de Vernon, es mandado a limpiar el ático, encontrando una carta que lo cambiaría todo, descubriendo que aú tenía alguien a quien, tal ves, podría aferrarse y ser protegido por esta persona...
.
.
.
1° capítulo...
Narrador
En la casa del número 4 de Privet Drive, una zona suburbana en Surrey, al sureste de Inglaterra, más específicamente en el ático de la casa, se podía encontrar a un pequeño y asustado Harry de casi 7 años, que miraba con incertidumbre a su tía, la cual lo estaba regañando después de que su tío Vernon lo hubiera golpeado por no haber preparado él desayuno para él, para Dudley y para Petunia como a ellos les gustaba (Aunque Dubley aun ni siquiera se había despertado aún).
Después de lo que le pareció una eternidad, su tía, por fin, dejó de gritarle y le ordenó, sin más, que limpiara el ático.
—Quiero todo el ático impecable, mocoso ingrato. No me importa si se te hace tarde para la escuela.— Le ordenó al pequeño Potter con un tono condescendiente y lleno de desgano, sin ninguna pizca del afecto que siempre le caracterizaba cuando le hablaba a Dudley oa Vernon.
Harry, con miedo de ser nuevamente golpeado, solamente avanzando y se puso a limpiar una vez que Petunia salió del ático, barriendo, limpiando, quitando telarañas, apilando cajas y tirando lo que ya de plano no servía lo más rápido que su frágil y pequeño cuerpo le permitía para que no se le terminara haciendo tarde para la escuela.
Entre su breve inspección de cosas, encontró algunas prendas algo viejas de Dudley, que, por suerte, aún estaban en condiciones decentes para su uso, por lo que tomó algunas y las apartó para poder usarlas, ya que la mayoría de la poca ropa que tenía ya estaba muy desgastada. Al revisar las cajas en busca de más cosas que podrían servirle (y de cosas que iba a tirar a la basura para que no fueran tanto bulto), encontró una caja particularmente distinta al resto, un poco más pequeña, de madera y con pequeños diseños intrincados.
En la caja que encontró a Harry, había algunas fotos de una bella mujer pelirroja, algunas con un hombre de pelo negro e indomable, parecido al suyo, de ojos avellana; algunas con otras personas, pero la mayoría eran de la pelirroja y el hombre de pelo negro que, después de revisar más a fondo la caja, supo que eran sus padres, Lily y James Potter.
Una sensación de calidez, anhelo y tristeza se apoderó de su pecho al ver las caras sonrientes de sus padres en las fotografías, aunque se sorprendió también al notar que las fotos se movían como si fueran dibujos en la televisión. Con aún más curiosidad, empezó a hurgar, encontrando algunas cosas que no entendió qué eran, como algunos libros con pasta de cuero que no supo para qué eran ni qué decían, junto con algunas cosas más hasta que llegó a un diario y una carta, ambos con una bonita caligrafía que esta vez sí comprendió.
Primero revisó la carta y se sorprendió al ver que era una carta de su madre.
~Mi querido Harry:
Si estás leyendo esto, lamentablemente tu padre James y yo hemos fallecido. Lamento mucho haberte dejado solo, cariño, pero debes saber que te amamos muchísimo y, sin dudarlo, siempre daríamos la vida para protegerte.
Debes saber que tú eres especial, mi niño. Eres capaz de usar magia al igual que yo y tu papá James, y aunque los demás te puedan decir cosas negativas, no temas, mi niño, ya que hay una comunidad entera igual a nosotros por todo el mundo.
También debes saber que no debes confiar en algunas personas, en especial en un viejo mago llamado Albus Dumbledore, ya que tu padre James y yo sospechamos que él puede llegar a tentar contra nosotros para usarte como un arma. Así que siempre mantente atento y no permitas que te conviertan en un peón ni que te impongan cosas que no quieres o que puedan ponerte en peligro.
Además de eso, mi pequeño, tú tienes dos papás: además de James, tienes otro padre llamado Tony Stark. Él no está con nosotros, ya que con la guerra mágica contra el Señor Tenebroso se estaba poniendo cada vez más peligrosa, y tu papá James y yo no queríamos que él fuera perjudicado, ya que él no es un mago como nosotros, pero tiene amplio conocimiento de nuestra magia. Por lo que no tienes que esconder tu magia en caso de que quieras conocerlo. Él, al igual que nosotros, te amará con todo su corazón.
Él es el dueño de Industrias Stark en Estados Unidos. Si algún día no te sientes seguro en tu hogar actual, busca a tu papá Tony, sin duda él te recibirá con los brazos abiertos.
No dudes en que tus padres y yo te amamos con todo el corazón, mi pequeño niño.
Con amor,
Lily Potter Evans, tu madre...~
Al terminar de leer la carta, Harry se derrumbó en silencio junto a la caja de madera, con la carta y el diario abrazados contra su pecho. Tuvo una familia que lo amó, una madre y un padre que dieron su vida por él para protegerlo, y aún tiene un padre con vida. Y si lo encontraba, podría, tal vez, tener a alguien que lo cuidara, lo amara y le diera ese cariño que siempre había anhelado desde que tenía uso de razón.
Después de unos cuantos minutos, se limpió las lágrimas y terminó de limpiar el ático, para posteriormente tomar algunas fotos y la carta y meterlas entre las páginas del diario que aún no había leído, escondiendo este entre las prendas algo viejas que había apartado para su uso, bajando del ático y, sin molestarse en tratar de conseguir algunas sobras del desayuno de sus parientes para comer, se fue directo a su catre dentro del armario bajo las escaleras de la casa de los Dursley, escondiendo la "nueva" ropa. que consiguió y escondiendo el diario, preparando su mochila y sus útiles para irse a la escuela, siendo lo único desente que tenía, ya que su tía Petunia, para esconder el trato que le daban, le compró lo mínimo indispensable para la escuela para aparentar que "se preocupaban por él".
Sin perder tiempo, tomó su mochila y se fue a la escuela, más que decidido en encontrar la manera de llegar hasta donde se encontraba su padre recién descubierto, aunque no sabía cómo le iba a hacer para llegar hasta el otro lado del mundo, no se iba a rendir y haría todo lo posible para llegar hasta donde estaba su padre.
Durante las clases Harry se la pasó más consentrado en idear un plan para poder ir a buscar a su padre, aunque primero tendría que buscar en alguna manera de cruzar todo el atlántico hasta donde se encontró su padre.
Cuando las clases terminaron, Harry fue a la biblioteca de camino a la casa de los Dursley, siendo uno de los pocos lugares donde podía estar sin meterse en problemas con su tía y siendo un refugio cuando era acosado por Dudley y sus amigos. Se paseó por los pasillos de la biblioteca, buscando y tomando todos los libros que sentía que le ayudarían para su misión, sentándose en un rincón de la biblioteca frente a una de las computadoras de la biblioteca, leyendo algunos de los libros y haciendo anotaciones y buscando en la computadora cosas relacionadas a su padre recién descubierto.
Algo de lo que se dió cuenta es que sería algo difícil, ya que necesitaba dinero y otras cosas que no entendió del todo qué eran para poder viajar, pero eso no sería impedimento para él, con tal de ir a con su padre, haría todo lo necesario para llegar hasta él. Con aún más determinación, siguió investigando aún más todo lo que necesitaría, además de que se puso a estudiar algunas cosas más, ya que aunque sus tíos no le permitían destacar más que Dudley, no podía estudiar en la escuela, pero en la biblioteca, con tantos libros a su disposición y sin Dubley a la vista para que lo delatara con sus tíos, estudiaba de todo, ya que no quería quedarse igual de "tonto" que su primo que no se interesaba en lo más mínimo en estudiar.
Cuando dio alrededor de las 5:30 de la tarde, salió de la biblioteca, despidiéndose de la bibliotecaria a amable, y volviéndose directo a casa de sus tíos para preparar la cena, su corazón lleno de una nueva chispa de esperanza y una nueva motivación de por fin saber que era amado y que aún le quedaba un familiar a parte de su tía.
Ya comenzando a idear un plan, hizo como si nada pasara y siguió con su rutina normal, haciendo lo que sus tíos le mandaban sin rechistar, siendo que una de las partes de su plan es hacer enojar lo menos posible a sus tíos, lo que haría por consecuencia que le prestaran mucho menos atención y librarse de sus escrutinios constantes para "verificar que el bicho raro no esté planeando nada malo".
Los días siguientes, Harry se mantuvo pasando desapercibido lo más posible a ojo de sus tíos y primo que había comenzado a molestarlo menos al conseguir a otros niños a los que molestar con sus amigos, dándole más libertad a Harry para empezar a conseguir algo de dinero, haciendo algunos favores a los vecinos, los cuales dejaron de mirarlo como el "chico problema" del que siempre lo tachaba su tía Petunia, consiguiendo de a poco en poco dinero para comprarse algo de comida y otras cosas para poder subsistir por el momento, manteniendo todo limpio y en orden en casa de sus tíos para que no lo reprendieran, leyendo el diario de su madre, descubriendo que tenía dos padrinos que por algún motivo no estaban con él, que había pasado una guerra mágica en la que su mamá y su papá James se habían involucrado junto a los amigos de sus papás, destacando Alice Longbottom, Sirios Black y Remus Lupin, quienes eran sus padrinos, también, estaba Peter Pettigrew, de quién su mamá nunca confió por completo ansioso y extraño, Además, también destacó un tal Severus Snape, quién había sido amigo de la infancia de su mamá pero que se pelearon por algunas diferencias, entre algunas cosas más.
En el diario, su mamá también relató como conoció a su papá Tony, como él, su papá James y ella empezaron a estar juntos, una relación poco convencional, pero con más llena de amor sincero que muchas de las relaciones tradicionales, siendo que los tres se apoyan mutuamente, pero que, lamentablemente, se separaron cuando la situación con el mago malo comenzó a atacar a aún más y porque los padres de su papá Tony murieron en un accidente, siendo que terminaron el contacto, por lo tanto, James Lily ya no pudo informarle a Tony sobre que tendrían a Harry, en especial no después de la profecía y que tuvieron que esconderse.
Lentamente, Harry consiguió lo que sentía necesario para poder emplear su viaje, pero aún así, seguía juntando más cosas en lo que encontraba el momento indicado para poder escapar de la casa de sus tíos sin que nadie se diera cuenta, ya que se había percatado recientemente de que algunos de sus vecinos parecían vigilarlo, mirarlo fijamente por más de lo normal, algo que le pareció raro y hasta algo escalofriante, manteniendo su distancia de estos, aunque sin parecer irrespetuoso para no terminar metiendo en problemas con sus tíos.
«Un mes después, 19 de julio del 2007»
Ahora, Harry se encontró lavando los trastes ocupados por sus tíos y primo después de la merienda, siendo que justo cuando terminó de acomodarlos su tía Petunia se acercó a él con una expresión de fastidio y condescendencia.
—Mocoso, mañana temprano nos iremos de vacaciones y te quedarás encerrado aquí, la señora Figg no puede vigilarte esta vez porque se fracturó la cadera la semana pasada y aún está recuperándose, así que no quiero que hagas desorden y no robes nada.— Sin esperar respuesta, Petunia salió de la cocina después de eso, volviendo a dejar a Harry solo en la cocina, sin saber qué le habían dado esa oportunidad que estaba esperando para escapar de casa.
Harry se fue a limpiar todo hasta dejarlo impecable tal y como le gustaba a su tía, con el objetivo de mantener la paz en la casa hasta que sus tíos y primo se fueran de viaje mañana.
Más tarde ese día, ya con toda la casa impecable y tanto sus tíos como sus primos dormidos, Harry empezó a guardar algo de ropa, dinero, y el diario de su madre en su mochila, acomodando todo para que cupiera bien. Trató de dormir, pero casi no pudo, su pequeño cuerpo lleno de emoción, nervios, terror y convicción, sabiendo que mañana, una vez que su primo y tíos se fueran, él podría irse en busca de su padre, tenía miedo de que a lo mejor su padre lo rechace, pero confiaba en las palabras escritas en la carta de su mamá.
...
Cuando dieron las 6 de la mañana y los primeros ratos de sol entraron por las rejillas de la pequeña puerta del armario, Harry supo que ese sería el día. Con ansiedad y nerviosismo miró por las rejillas de la puerta como sus tíos y primo preparaban todo para irse a sus vacaciones, escuchando como las pesadas pisadas del tío Vernon se acercaban a su dirección.
—Más te vale comportarte, mocoso, porque si descubres que hiciste alguna de tus cosas raras en la casa juro que te daré la lección de tu vida para ver si así se te quita lo anormal.— Su voz se escuchaba llena de desprecio y fastidio hacia el pequeño niño, siendo algo habitual para este último.
—E-está bien, tío Vernon...— Fue el único que respondió el pequeño Harry desde su posición sentado en su pequeño y rayo colchón dentro del armario, escuchando un gruñido de fastidio de su tío desde el otro lado de la pequeña puerta, para después escuchar como Vernon se alejaba del armario y salía de la casa junto a Petunia y Dudley.
Harry se quedó esperando en silencio unos cuantos instantes más hasta que escuchó como el auto de los Dursley se alejaba y, cuando ya no pudo escuchar más, tomó su mochila y se la colgó en hombros, para después abrir la puerta del armario y salir de este.
Rápidamente fue a la habitación de sus tíos en busca de sus papeles, ya que había leído de uno de los libros de la biblioteca que un documento muy importante era la acta de nacimiento, por lo que buscaría la suya y, si no llegaba a encontrarla, no le quedaría de otra más que se fuera sin ella. El pequeño Harry sabía dónde su tía ponía los papeles importantes, por lo que sin problemas los empezó a revisar una vez que los consiguió, sacando todo lo que tenía su nombre, lo cual era muy posi, solo su acta de nacimiento y una carta de un tal Albus Dumbledore, guardandolos en su mochila entre el diario de su mamá, para posteriormente acomodar todo en su lugar, bajar a la cocina para tomar algunas provisiones más de comida y caminar rápidamente hacia la puerta trasera de la casa pero se topó con un gran problema, ya que la puerta trasera estaba cerrada y al ir hacia la puerta delantera y la del garaje estas también estaban arrancadas.
Desesperado, regresó de nuevo a la puerta trasera de la casa y forzó con el pomo de la puerta, siendo que, sin que él mismo se diera cuenta su magia actuó en consecuencia al desesperado deseo de su portador de salir de la casa, haciendo que el seguro de la puerta desapareciera y le permitió salir de la casa.
Aliviado de poder salir de la casa de sus tíos, Harry, sin dudarlo dos veces, cierra discretamente la puerta trasera de la casa y se aleja de ahí, corriendo por donde sabía que nadie lo vería para no ser atrapado, alejándose del pequeño y tranquilo barrio de Privet Drive, en dirección a Londres en busca de alguna manera de viajar hacia América para ir a con su padre, sin saber qué, en su deseo de no ser visto por nadie, su magia actuó y lo hizo pasar desapercibido para todos, como si él pequeño no estaría pasando por ahí.
...
La trayectoria de Harry fue para el una mezcla de miedo y fascinación, terror buscar ante las calles cada vez más desconocidas al nunca haber pasado por ahí, pero al mismo tiempo fascinación por la belleza de las calles con cada paso más cerca de Londres, aún, sin saberlo, teniendo sobre él un encantamiento de no-me-mires puesto por su propia magia, la cual se encargaba de proteger a su pequeño portador en su travesía de a su recién descubierto progenitor.
Harry, después de un tiempo, se detuvo a descansar en la banca de un pequeño parque cercano, sacando de su mochila algo de comida y una botella de agua, comiendo lentamente para hacer durar sus provisiones, para después pasar a uno de los baños públicos y continuar con su travesía, deteniéndose en algunas señalaciones para orientarse, sacando el mapa días antes había impreso en la biblioteca, con el punto marcado donde se encontraba el aeropuerto, siguiendo las indicaciones de los señalamientos, logrando llegar con suerte al aeropuerto, aunque aquí venía un nuevo problema, ya que no tenía pasaporte ni mucho menos boleto para viajar, hasta que recordó que podía hacer magia, por lo que, con discreción, fue al baño más cercano y se encerró en uno de los cubículos, pensando cómo haría para crear un pasaporte y un boleto de avión hacia Estados Unidos, ya que aunque había visto cómo eran, no sabía cómo usar su magia para hacerlo, por lo que, con algo de nerviosismo, cerró los ojos y comenzó a tratar de canalizar su magia para crear un boleto de avión y el pasaporte, comenzando a sudar un poco por la consentimiento hasta que, para alivio del niño, parecieron un boleto y un pasaporte en sus manos, el cual comparó discretamente con los de los demás en el aeropuerto una vez que salió del baño y, con incertidumbre y miedo de ser descubierto, siguió las indicaciones de los letreros para hacer el check-in, lanzando, accidentalmente, encantamientos confundus a los encargados cada uno que se ponía nervioso cuando los encargados revisaban demasiado su documentación, haciendo que, con el encanto, lograra pasar desapercibido sin problemas y sin ser cuestionado de Porqué un niño de casi 7 años estaba viajando solo.
Harry solo se relajó y eso a medias cuando estuvo ya a bordo del avión a Estados Unidos, aún con sus pequeñas manitas sudando sobre su regazo y su mochila en uno de los compartimientos superiores del avión al ser su único equipaje (habiendo sido acomodado ahí por una amable azafata), ansioso por cómo sería su travesía una vez que llegara al país americano, por si podría encontrar a su padre y si este lo aceptaría. Decidiendo dejar todo eso de lado por el momento, miró hacia la ventana, perdiéndose en las vistas una vez que el avión despegó y empezó a volar por los cielos hacia un nuevo horizonte...
.
.
.