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Oneshots / Songfics inspirados en Reigen ヾ( ˃ᴗ˂ )◞ • *✰

Summary:

Colección de One Shots y Songfics inspirados en Reigen, porque lo amo y no podré superarlo nunca.

Multiship
Algunos son R18 ( • ̀ω•́ )✧ otros son solo cursis ( •̯́ ₃ •̯̀)

Las canciones no son mías, los personajes tampoco, sólo los uso para escapar de la realidad (⸝⸝ᵕᴗᵕ⸝⸝)

La imagen de la portada tampoco es mía... solo los debrayes.

Las advertencias irán al principio de cada capitulo.

Chapter 1: /SeriRei/ Change your Mind - The Killers

Chapter Text

(❀❛ ֊ ❛„)♡ Inspirada en Change your mind del disco Hot Fuss ♡

⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆⋆⭒˚。⋆

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆ Racey days

Help me through the hopeless haze

But my, oh, my ⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Los animados días me ayudan

a atravesar la neblina de la esperanza.

Pero, oh Dios.../

 

Después de poner su vida en riesgo por el bien de Mob y de la ciudad, Reigen tenía un cambio de actitud hacia la inercia de su existencia.

Varios espíritus poderosos, atraídos por el magnetismo de la ciudad habían causado mella en la tranquilidad de sus días. Así que el trabajo había sido constante. El hecho de que Mob no asistiera más a la oficina para llevar una vida de adolescente normal abrió una vacante que fue rápidamente ocupada por su amiga la amante de los ovnis.

No podía negar que extrañaba al chico que había iluminado sus días, su vida y su patética existencia. Tampoco podía negar que la única razón para continuar trabajando en eso eran las relaciones que había formado con los demás psíquicos de la ciudad... que para su opinión eran más de los que esperaba. Qué ironía, él siendo un farsante, estaba rodeado de psíquicos de verdad.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆ Tragic eyes

I can't even recognise myself behind⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Mi trágica mirada me impide

reconocerme a mí mismo./

 

Tome pidió ayuda a Serizawa y a Mob para organizar una fiesta sorpresa para Reigen. La idea funcionó a la perfección. A pesar del desperdicio de pastel, su jefe se había conmovido hasta las lágrimas.

Cosa que a todos les agrado, pero sobre todo a aquel castaño que convivía con él casi a diario.

El ver los taciturnos ojos de Reigen llenos de alegría, el darse cuenta que el rubio no comprendía cuantas personas le amaban realmente y para él mismo, enterarse de sus propios sentimientos había sido revelador.

Así pasaron los días, las semanas y los meses. Desde ese 10 de octubre, parecía que la vida se había acelerado.

Y él pensaba... ¿sería mala idea sincerarse con el hombre?

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆So if the answer is no

Can I change your mind?⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Así que, si la respuesta es no,

¿puedo hacerte cambiar de opinión?/

 

El viaje anual de encuentro con los ovnis se llevó a cabo el último día del año. Esta vez se habían sumado Ichi, Takane, Ritsu, Sho y Teruki, así que Reigen tuvo que alquilar una camioneta más grande.

Invitó a Serizawa, pero como ya era costumbre para él, tenía una fiesta de fin de año con sus compañeros de la escuela nocturna. Le pareció ver que su compañero de trabajo estaba decepcionado. Cómo si esperará compartir esa experiencia con él.

Sin embargo, Katsuya tenía miedo de que dada la emoción del momento sus sentimientos salieran a flote y terminará por arruinar la velada de todos.

Para su desgracia, no contaba con que Reigen pudiera tener una segunda opción. Ese día antes de la media noche, el rubio le mando una foto de todos y ahí estaba él: Ekubo poseyendo el cuerpo de ese guardia nuevamente.

Comenzó a finales de noviembre. Un día apareció así y no se separó de Arataka. El trabajo comenzó a ser más constante así que decidieron dividirse. Katsuya casi siempre iba sólo o con Teruki cuando el joven esper ojiazul no tenía nada que hacer y Reigen siempre era acompañado por Ekubo.

Estaba en el mismo punto, si hubiera rechazado ir a su reunión, para ir con los chicos... Reigen no aparecería abrazando a ese espectro traicionero en aquella foto.

Una de las fuentes con ponche estalló ante la mirada atónita de sus compañeros y supo que debía calmarse, ahí nadie era culpable más que él por ser un cobarde.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆Out again, a siren screams at half past ten

And you won't let go⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Afuera, otra vez, una sirena suena a las diez y media.

Y no dejarás pasar./

 

Enero pasó y no hubo cambios.

Sentía que Ekubo y Reigen se volvían más cercanos y él se desplazaba hacía un lado. De nuevo hacia la lluvia sin paraguas.

Cierto día llegó a la oficina y ellos dos cuchicheaban acerca de un tema que no pudo descubrir. El rubio estaba sonrojado cubriendo su rostro, mientras que el pelinegro estaba a lado de él, ambos recargados en el escritorio, mirando hacia la ventana.

Ekubo se dió cuenta cuando Serizawa entró y lo miró de reojo, con burla, mientras acercaba a Reigen hacia su costado con un abrazo. A lo cuál su jefe no se inmutaba en recargar su cabeza en el hombro de aquel sujeto.

Esa ocasión, sólo alcanzó a hacer un ruido de sorpresa que deshizo el abrazo. Haciendo que Reigen saltará de la impresión, aunque lo que en verdad lo molestaba era que no hiciera nada para aclarar el asunto...

Aunque tampoco le debía explicaciones a él. No había hecho nada como para que aquello fuese diferente.

Varias veces su jefe lo habría invitado a comer después de que Kurata y Ekubo se fueran a casa, y varias veces se había negado por la escuela o porqué se sentía muy estupido como para estar con él a solas.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆While I ignore, that we both felt like this

Before it starts to show⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Mientras ignoro que nos hayamos sentido igual

antes de que se comience a mostrar./

 

Febrero llegó y con él San Valentín.

Aún no se acostumbraba a ver el escritorio de su jefe lleno de chocolates, ya fueran de clientes agradecidos, algunos del imbécil de Roshuto así como de aquellos que tenían otras intenciones.

En esa ocasión, incluso tuvieron que exorcizar un par de cajas. Porque tenían maldiciones de amor o deseo.

Incluso Tome les había llevado uno de consolación a ambos.

Ekubo se presentó con un ramo de girasoles y chocolates caros. Mob, quién también llevaba una caja de chocolates para su maestro, amenazó con exorcizarlo, a lo que el espectro dijo que "su anfitrión" los enviaba.

Reigen sólo se sonrojó y miró a Katsuya nervioso. Por un instante le dió la impresión de que quería aclararle que no era nada importante y que los recibía por cortesía y gratitud. Pero no era posible, ¿por qué tendría que hacer eso?

Él por su parte no había llevado nada, porque no sabía si sería bien visto o sólo causaría molestías...Grave error.

Después de que todos se fueran, y a punto de cerrar. El rubio se acercó a él y le obsequió una caja de chocolates. – Vi un tutorial en internet y quise hacerlos - le dijo.

Estaban adornados con un sútil moño rojo y la caja era adorable.

Tan bueno como era para leer el ambiente, se dió cuenta de la incomodidad que le causaba al castaño y se disculpó – Tome, Ekubo, Teru y Mob también recibieron unos, no significa que tengas que darme algo a cambio. Feliz San Valentín, y gran trabajo Serizawa - concluyó para no continuar con la escena y se alejó de él.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆So if I had a chance

Would you let me know?⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Así que, si tengo una oportunidad,

¿me lo harás saber?/

 

Los días se convirtieron en un martirio para el esper.

Sin embargo, el 31 de marzo sería una fecha que recordaría el resto de sus días.

Su cumpleaños se llenó de color. Reigen había decidido pagarle con la misma moneda y organizó una fiesta en la oficina sólo para el castaño. Todos estaban ahí, incluso parte de los Super 5. Nunca nadie había hecho algo así por él.

En esta ocasión ningún pastel fue desperdiciado y todo estaba perfectamente planeado. Se notaba que había sido el rubio quién ideó el evento. Serizawa recibió muchos regalos y felicitaciones. Más de las que había recibido durante años.

No podía sentirse más afortunado de conocer a alguien como Reigen.

Cayendo la tarde, y con las visitas abandonando la oficina. Sólo quedaron ellos dos nuevamente.

Reigen lo invitó a subir a la azotea del edificio, quería fumar pero no dentro de la oficina. Ambos subieron y miraron las luces que iluminaban la ciudad. Parecía el mejor regalo del día.

– Me da mucha alegría ver esa expresión en tu rostro - dijo el rubio antes de darle una bocanada a su cigarro.

– Es algo muy nuevo para mí - se sonrojo Katsuya - Muchas gracias, Reigen - en respuesta recibió una sonrisa que nubló su mente.

Sus pies actuaron por cuenta propia, así como sus brazos. Cuando le dio pasó nuevamente a la razón, ya había acercado al rubio hacia él...

– Cierto, faltaba un abrazo de cumpleaños - una palmada sello el acto y no pudo sentirse más imbécil.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆Why aren't you shaking

Step back in time

Graciously taking

Oh, your too kind⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/¿Por qué no estás inquieto?

Regresando un paso atrás.

Lo tomas de buena manera...

Oh, eres tan amable./

 

Dos semanas después El hecho pasó sin pena ni gloria. Dios sabía que ya no soportaba estar más tiempo así.

Ya lo había aceptado, Reigen no sólo le atraía y le gustaba, sino que le causaba amor. Pero el silencio que guardaba el rubio lo estaba matando. Era como si para él no hubiese pasado nada y volvió a la rutina sin ningún problema.

¿Cómo podía estar tan calmado cuando Katsuya era un manojo de nervios cada que sus manos chocaban o cada que le servía té y esperaba a ver su cara de aprobación?

Su jefe había estado pegado a la computadora haciendo publicidad para la Semana Dorada, haría un recorrido para ver los cerezos en flor por motivo del Showa no hi, también planeaba actividades acerca del día de los niños, algo así como contarles cuentos de terror y atrapar fantasmas que los infantes vieran – Los niños son más susceptibles y fáciles de convencer - ese era el argumento que ocupaba cuando Tome o Ekubo le cuestionaban que harían.

Serizawa sólo pensaba que le encantaría ver las flores de cerezo caer mientras tomaba su mano.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆And if the answer is no

Can I change your mind?⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Y si la respuesta es no,

¿puedo hacerte cambiar de opinión?/

 

Derivado de la suerte del rubio, habían terminado haciéndose cargo de un exorcismo real.

El fantasma de un hombre que murió por resbalarse con la cáscara de una nuez aterraba a los niños en un parque. Por lo que se vieron envueltos en una persecución que llevó a Reigen al hospital por un brazo fracturado.

Sin embargo, eso no le impidió hacer un gran evento para el cumpleaños de Mob. La casa de los Kageyama estaba a reventar por la presencia de todos los amigos que el chico había hecho durante esos años.

Incluso el rubio y Mob lloraron. Los señores Kageyama estaban muy felices y agradecidos con Arataka por ayudar a su hijo a ser más sociable y a controlar mejor sus poderes.

Serizawa sólo lo miró a lo lejos durante todo el evento. Amaba a Reigen, ahora estaba completamente seguro.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆We're all the same

And love is blind⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Somos iguales,

y el amor es ciego./

 

Cuando la noche cayó y la fiesta terminó, ambos se acompañaron mutuamente hasta el tren. En silencio.

Reigen trató de encender un cigarro, pero con su brazo enyesado era difícil. Katsuya lo ayudó y sus manos se rozaron. Esta vez se dió cuenta de que Reigen estaba igual de nervioso que él.

¿Acaso había visto mal?

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆The sun is gone

Before it shines⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/El sol se ha puesto,

antes de brillar./

 

– Reigen... yo... quisiera decirte algo - por fin habló, después de tanto tiempo.

El rubio trató de mantener la calma. Y sólo asintió.

– Creo... bueno, no creo... esté yo... - no podía articular ni una frase coherente - Yo necesito decirte que... - las flores que aún no caían de los cerezos comenzaron a explotar como fuegos artificiales - ¡Ay, por dios! - se cubrió el rostro con las manos - Lo siento, lo siento -

La risa de Reigen lo sorprendió, ¿acaso se estaba burlando de él?

– Mírate, pareces un adolescente enamorado - le dijo el rubio completamente sonrojado. Al parecer la risa era sólo una herramienta de autopreservación.

– Es eso lo que necesito decirte... Me enamore de tí - su rostro se cubrió con la sombra de su flequillo.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆And I said if the answer is no

Can I change your mind?⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Y he dicho que,

si la respuesta es no,

¿puedo hacerte cambiar de opinión?/

 

No sabía si estaba listo para ser rechazado, pero ya no había vuelta atrás.

Lo había dicho y su corazón estaba a punto de estallar.

Cuando una mano tocó su rostro sonrojado, el tacto era frío pero refrescante. Cómo la lluvia suave sobre la tierra, o el rocío ligero en las flores.

 

⋆.˚✮🎧✮˚.⋆ So if the answer is no

Can I change your mind?⋆.˚✮🎧✮˚.⋆

 

/Si la respuesta es no,

¿puedo hacerte cambiar de opinión?/

 

– Gracias a Dios... - le escuchó decir a Reigen - Tenía miedo de que sólo yo me sintiera así... o de que estuvieras a punto de renunciar - se rió nuevamente de nervios.

Los ojos expectantes de Katsuya se llenaron de lágrimas.

Tomó entre sus manos el rostro de Arataka y depositó un suave beso en sus labios, mientras las flores continuaban adornando la hermosa noche que los cubría con su manto. 

 

 

 

 

 

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(⸝⸝ᵕᴗᵕ⸝⸝) Pura miel. 

Gracias por leer. 

 

Chapter 2: /EkuRei/ Do I Wanna Know? - Arctic Monkeys

Summary:

EkuRei, léelo, no te arrepentirás (´。• ◡ •。`) ♡

Chapter Text

(っˆڡˆς) ♡ One-shot inspirado en Do I Wanna Know? del albúm AM

 

Advertencias: 🔞 Un escueto y mal escrito lemon que da escenas explícitas… 

 

♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫



˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Have you got colour in your cheeks?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Alguna vez te sonrojaste?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Do you ever get that fear that you can't shift

The type that sticks around like summat in your teeth?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Alguna vez tuviste ese miedo de no poder cambiar,

del tipo que se te pega como algo en tus dientes?/

 

Era muy pronto para cerrar, pero la lluvia no permitiría que algún cliente llegara, aún así dejó el letrero de “abierto” en su lugar. 

 

No le importaba estar en la oficina sólo, ya se había quedado así incontables veces y aunque fuera a su departamento tampoco tenía a alguien esperándolo. Si tan siquiera le permitieran tener un perro, aunque fuese uno pequeño, tendría una razón para correr a casa todos los días. Pero no, su rutina se había estancado en llegar a casa, beber un poco de cerveza y jugar Hanafuda… solo. 

 

Su mente iba y venía, pensando en que cenar esa noche, claro cuando pudiera salir de la oficina. Tal vez un poco de ramen… aunque no tenía mucho sentido si no iba con Mob o con Serizawa… Tal vez Tome, pero ahora cada uno estaba muy ocupado con su tarea, con sus amigos, con su vida. 

 

La puerta sonó, había olvidado que aunque dejó puesto el seguro, el letrero aún decía “abierto” invitando a quién fuera a pasar. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Are there some aces up your sleeve?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Hay algunos ases bajo tu manga?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Have you no idea that you're in deep?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿No sabes que eres mi obsesión?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖I dreamt about you nearly every night this week˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Soñé contigo casi todas las noches de esta semana/

 

Se levantó a abrir y reconoció al hombre detrás de la puerta. Era Ekubo, poseyendo al pobre diablo de siempre. 

 

– Estás empapado - le reclamó antes de dejarlo entrar - Y además este sujeto está ebrio - aún cuando la llovía había caído sin misericordia sobre de aquel, el aroma a alcohol era prominente. 

 

– No sabía a dónde más llevarlo y su departamento está muy lejos - contestó el espíritu verde - Además sabía que seguirías aquí - 

 

– Tsk - chasqueó la lengua Reigen, volteando a la vez los ojos. No le gustaba que Ekubo lo leyera tan fácilmente. - ¿Y qué pretendes que te deje pasar y arruine los sillones y la alfombra? - 

 

– … ¿Aún tienes tu ropa deportiva en la alacena? - 

 

– ¿Qué te hace creer que te la prestaré?... además el tipo es más alto que yo, le quedará pequeña - 

 

– Vamos Reigen, por más que intento no puedo sostener apropiadamente este cuerpo en estas condiciones - su mano se aferró al marco de la puerta - Recuerda: “dar y recibir”, yo te he hecho muchos favores… - 

 

– Los has hecho porque Mob te los ha pedido – no dejó al fantasma terminar su reclamo. 

 

– ¡Pero tú has sido el más beneficiado! - remató Ekubo. 

 

Reigen lo miró con enfado – Está bien, también Serizawa dejó un conjunto, es nuevo así que luego le tendrás que comprar otro… ve directamente al baño, te lo llevaré - Le dijo y cerró la puerta detrás de él. 

 

Se lo dió y Ekubo se encerró en el baño para cambiarse. Sacó las prendas de la bolsa y se dió cuenta que hacían juego con el conjunto de Reigen… ¿desde cuándo esos dos compraban cosas a juego? 

 

Hizo una mueca de disgusto, pero no tenía opción. Se quitó el traje empapado y se sobresaltó al ver que incluso había ropa interior… ¿Desde cuándo, maldita sea, Serizawa dejaba ropa intima en la oficina? 

 

También eran nuevos, así que no tuvo reparó en ponerse aquellos boxers… le quedaban un poco grandes… lo que le hizo pensar que el castaño tal vez los llenaría mejor… 

 

Se imaginó a Reigen y a Serizawa caminando por el centro comercial, riendo, viendo aparadores, comparando lo que se iban a comprar y riendo como colegialas… ¡Mierda! Buscaba reírse de esos pensamientos, pero al contrario, le hicieron hervir la sangre. 

 

Si todo seguía así, su plan de ocupar a su anfitrión ebrio no iba a funcionar…

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖How many secrets can you keep?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Cuántos secretos puedes guardar?/

 

Reigen era un tipo hermético, y él tampoco era un gran conversador. La mayor parte del tiempo se la pasaba quejándose de las órdenes que le daba el rubio, e insultándose mutuamente. 

 

Pero últimamente le gustaba pasar las horas acomodado en su cabello, le gustaba el aroma del shampoo que ocupaba. Su loción también le embelesaba. Sabía que el tipo no tenía mucho dinero, pero vaya que invertía en su higiene personal. 

 

Lo sabía porque lo había seguido en ocasiones. Le gustaba verlo hacer sus compras, lo concienzudo que era al escoger las frutas, nunca compraba más de 3 piezas y casi siempre eran manzanas verdes. Le gustaba que fueran verdes, le recordaban a su color y de alguna manera le agradaba pensar que por eso eran su fruta favorita. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖'Cause there's this tune I found˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Porque hay una canción que encontré/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖That makes me think of you somehow˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Que me hace pensar en ti de alguna forma/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖And I play it on repeat˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Y la pongo en repetición/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Until I fall asleep˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Hasta que me quedo dormido/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Spilling drinks on my settee˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Derramando bebidas en mi sofá/

 

Ese día, Ekubo siguió al matón hasta un antro de mala calaña, el hombre comenzó a beber como si no hubiese mañana. Al parecer la persona que le gustaba estaba con otro hombre, no era como si fuera su pareja, pero igual dolía. Más cuando la descripción del tipo qué le había “ganado” era fanfarrón psiquico enano, cabello negro y ojos de rata… 

 

– ¿Será Roshuto? - se preguntó el espectro, podría contarle el chisme a Reigen y reírse del tipo. 

 

Entonces el hombre sacó una foto de su amor imposible y resultó ser el mismísimo psíquico de cabellos rubios. 

 

– Vaya, ¿qué hace ese nene con esa rata? - preguntó el barman. 

 

– ¡No lo sé, pero cada vez que lo veo me paralizo y no puedo hablar con él! - lloró el hombre bebiendo su cerveza hasta el fondo. 

 

– Qué estupidez - se sacudió su cabeza Ekubo, ¿por qué a este tipo le gustaría Reigen?, no era atlético pero tenía buen cuerpo, era un estafador pero era bueno con las personas, su cabello olía a flores y su piel era suave como un durazno… ¿qué de bueno tenía el rubio? 

 

Pronto comenzó a sentirse mal por lo que contaba el matón. Resultó que tenía sueños. 

 

Sueños demasiado vividos en los que terminaba cargando al hombre en brazos, rescatandolo de cualquier amenaza. Sueños dónde el rubio le regalaba un apretón de manos o una sonrisa cálida. Sueños dónde podía sentir su corazón latir con parsimonia mientras lo veía dormir en su oficina, cuando la luz del sol entraba por la ventana. Sueños dónde él se acomodaba en su cabello y lo inundaba el dulce aroma de aquellos dorados hilos… 

 

Todos esos eran recuerdos de Ekubo, al parecer había pasado demasiado tiempo ocupando su cuerpo, tanto que sus memorias se estaban mezclando. Lo peor era que si el tipo se sentía de esa forma, era porque con esa misma pantalla rosa lo veía el espíritu. 

 

– En algún momento pensé que sería correspondido por esos extraños sueños y la forma en la que me ve en ellos, pero hoy ví a ese enano entregarle un ramo de flores y presumir de lo caras que eran… y él las aceptó - bebió nuevamente hasta el fondo – supongo que sólo hice castillos en el aire - 

 

– Seguro las acepto porque son caras - se dijo Ekubo. Pero también comenzó a cuestionarse si esos sentimientos que tenía Yoshioka, serían suyos. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ Do I wanna know? ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 

/¿Quiero saber?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖If this feeling flows both ways?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Si… ¿ Este sentimiento es correspondido?/

 

Y ahora, con la ropa de Serizawa puesta confirmaba que al menos, celos si sentía de la cercanía que Reigen tenía con el esper. 

 

Salió y el rubio ya lo estaba esperando con una toalla en sus manos. 

 

– Toma, sécate el cabello - se la entregó - no quieres que ese tipo de enferme, no sería amable de tu parte usar su cuerpo y entregárselo descompuesto - 

 

Agarró la ropa mojada del matón y la acomodó cuidadosamente en ganchos para ponerla junto a la ventana.

 

Ekubo miró hacia la cocina mientras tallaba su cabello con el trapo, ahí estaban las flores. Efectivamente lucían caras. 

 

– ¿Te dio por comprar flores para la oficina? - preguntó curioso el espectro arrastrando la lengua debido al grado de embriaguez de su anfitrión. 

 

– No, las trajó el idiota de Roshuto, me vino a presumir que se había hecho de un cliente bastante rico, dueño de una florería. Y me trajo ese ramo para molestarme… pero las flores no tienen la culpa y no me regalan arreglos así de caros muy seguido… es más nunca me regalan arreglos, ni siquiera baratos - Reigen ya estaba sentado en los sillones de la sala de espera, con dos tazas de té humeantes y unas galletas en un platito. 

 

– Claro, a presumir - Ekubo soltó con molestía esa frase, como si quisiera que Reigen se diera cuenta de las intenciones de su “rival”. 

 

– ¿Qué? ¿Tratas de decir que Roshuto quiere algo conmigo? Debes estar bromeando - miro al techo - Y aunque fuera así, no estoy tan desesperado como para fijarme en una araña panteonera como él - 

 

– ¿En serio? - Ekubo tomó asiento frente a él - ¿Aunque quisiera comprar tu amor con regalos? - 

 

– Si yo tuviera una cita con esa rata, sería en una cama de hospital; él a punto de morir, firmando todo a mi nombre - movió sus manos rápidamente. 

 

Ambos se quedaron viendo y comenzaron a reír.

 

– Vamos, toma tu té - agregó - le puse un poco de limón y miel para elevar las defensas de ese cuerpo - 

 

– Yoshioka - 

 

– ¿eh? - 

 

– Se llama Yoshioka Mamoru - Ekubo le dió un sorbo a la taza de té - Creo que no había tenido el tacto de presentarlo contigo - 

 

– Cuando esté consciente dile que es un gusto conocerlo y que gracias por su ayuda - dijo Reigen mostrando un ligero sonrojo en sus mejillas.  

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ Sad to see you go.˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Triste por verte ir/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Was sorta hoping that you'd stay˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Estaba esperando que te quedaras/

 

¿Por qué Reigen se sonrojó? Acaso… ¿acaso ese hombre le atraía? 

 

No esperaba esa reacción, pero ¿qué reacción esperaba? Al final había sido su culpa que ambos hombres se acercarán. 

 

– Entonces ¿cuál es tu tipo? - preguntó sin tapujos, el té ayudaba a bajar el efecto del alcohol en su hipotálamo - ¿Fuertes? ¿Altos? ¿Castaños? - sin darse cuenta describió a Serizawa… malditos celos. 

 

– Mmmm - pensó - para empezar, me molesta que asumas que me gustan los hombres… - lo señaló con molestía - En realidad no me interesan esas cosas al escoger una pareja… aunque tampoco es que tenga muchas opciones - 

 

– ¿A qué te refieres? Un tipo como tú deber tener sus admiradores - 

 

– No interactuó mucho con la gente de mi edad, y sólo soy popular con las señoras casadas, ya sabes. Tampoco es que haya tela de dónde cortar - sorbió su té - Aunque me asombra un poco qué tu digas ese tipo de cosas acerca de mí. Pensé que te daba asco - 

 

– No en realidad, sólo me sacas de quicio… o tal vez es el alcohol hablando - 

 

Reigen lo vió sorprendido - cof cof - simuló toser para ocultar su expresión - Pero volviendo al punto… me atrae mucho el cabello negro y en el caso de los hombres, un poco más altos de yo y las mujeres un poco más bajas que yo… un tema de autoestima, qué se yo - levanto las manos restando importancia a las especificaciones. 

 

No esperaba que al decir eso algún hombre un poco más alto que él, de cabello negro, ojos profundos y espalda ancha se apareciera en la puerta de su oficina dispuesto a invitarle un trago… 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ Baby, we both know˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 

/Amor, los dos sabemos/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖That the nights were mainly made˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Que las noches fueron hechas principalmente/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖For saying things that you can't say tomorrow day˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Para decir cosas que no podemos decir mañana por el día/

 

– ¿Has tenido algún amorío antes? - preguntó Ekubo, ya más repuesto. 

 

– Andamos muy preguntones hoy ¿verdad? - 

 

– No seas así, rara vez podemos hablar de esta forma. Además no son temas que quisieras tratar en horario laboral - bebió más té. Se las estaba jugando, pero tenía que saber cuáles eran sus oportunidades con el rubio. 

 

Al final, también lo hacía por el pobre hombre decepcionado que poseía. 

 

Reigen suspiro – Está bien, ammm, dos o tres relaciones casuales, nada serio. Sólo novios de tomarse las manos o salir por un helado - 

 

– O sea que eres virgen - 

 

Reigen escupió el líquido que acaba de tomar. 

 

– ¡¡Callate!! ¡No lo digas así idiota! - guardo la calma - al final no sé porque la gente le da tanta importancia a ese tema -

 

– Wow, eres el más virgen de los virgenes - 

 

Reigen estaba completamente sonrojado. 

 

– Aquí se termina esta plática, no necesito que un espectro sin deseo sexual me humille - terminó su té y procedió a levantarse de la mesa. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Crawling back to you˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Arrastrándome de vuelta a ti/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Ever thought of calling when you've had a few?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Alguna vez pensaste en llamar cuando habías tomado unas cuantas?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 'Cause I always do ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Porque yo siempre lo hago/

 

Antes de que Reigen se alejara, Ekubo lo tomó de la mano para detenerlo. 

 

– Le gustas a Yoshioka - le dijo sin verlo a la cara - De hecho, hoy estaba tomando porque creyó que tenías una relación con Roshuto - 

 

– Deja de burlarte de mí - el rubio jaló su brazo con fuerza - Sé que te gusta reírte de mí, pero es suficiente - 

 

Estaba claramente molesto. 

 

– No me creas a mi, creele a su billetera - dijo señalando el saco que colgaba cerca de la ventana. 

 

La curiosidad de Reigen le ganó se acercó al saco y sin dejar de ver con molestía a Ekubo tomó la cartera de Yoshioka y la abrió. 

 

Ahí estaba, su foto, la misma que usaba en la página web de “Espíritus y demás”. 

 

Tapo su boca, aguantando la risa sin éxito.

 

– Es la peor foto que tengo, jajajajajajajajaajajaja - estalló en risas - No puede ser, debo cambiarla - 

 

– ¿Ahora me crees? -  

 

– Qué pésimo gusto tiene este sujeto - respiro profundo y se secó las lágrimas que generó la estruendosa carcajada. 

 

– Mmmmmm… - Ekubo solo bajo la mirada y dudo en si continuar con lo que había empezado. 

 

Pensó que tan conveniente era, al final, dijera lo que dijera, la posibilidad de que cambiara abruptamente su relación con Reigen ya estaba tocando a la puerta, aunque tenía miedo de no saber si era para bien o para mal. 

 

– Tal vez, no es precisamente su culpa sentir esas cosas por ti - dijo finalmente. 

 

– ¿Qué? ¿Alguna maldición? ¿Posesión espiritual? ¿Golpe en la cabeza? - 

 

– Posesión - dijo Ekubo ocultando su rostro. 

 

– ¿Al tipo lo posee otro espíritu a parte de ti? - 

 

El espectro negó con la cabeza y todo quedó más claro para Reigen… Esos sentimientos que Ekubo advertía en Yoshioka, eran suyos. 

 

– Pero dijiste que los espectros no podían sentir ese tipo de cosas - 

 

– No, te dije que no tenemos como tal libido o deseo sexual… pero atracción, amor o esas porquerías si las podemos sentir… muchas veces son las que nos atan a este plano - 

 

Reigen miró sorprendido a Ekubo una vez más… 

 

– Y ¿desde cuando comenzaste a sentir esas “porquerías” hacia mi? - el rubio preguntaba pero al contrario de lo que hubiese pensado el fantasma de alto nivel, no había burla o ironía en su cuestionamiento, ahora estaba sonrojado, como chico de preparatoria. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Quizás estoy muy ocupado siendo tuyo como para enamorarme de alguien más/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ Now, I've thought it through ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Ahora que lo he pensado bien/

 

– No lo sé… por lo que le escuché decir a Yoshioka… desde siempre - se tapó el rostro como si le pesará dar esa información - Ahora no se que hacer, debería dejar de poseerlo, pero el daño ya está hecho… - 

 

Reigen solo lo miró consternado, las palabras no le salían. No sabía qué hacer, podía rechazar esa especie de confesión extraña y seguir al día siguiente como si nada, pero él no era ese tipo de persona. Le importaban los sentimientos de sus amigos, estuvieran vivos o no. 

 

– Deja de quebrarte la cabeza, no necesitas corresponderme a mi, pero este tipo si merece al menos un rechazó formal - rompió el silencio Ekubo. 

 

– Ya dejó de llover, será mejor que vayamos a casa - Reigen no supo que más decir.

 

– Te acompaño, tu barrio es peligroso - 

 

– No digas tonterías, hago ese viaje a diario, te alejarás del subterráneo - 

 

– Todavía es temprano y a Yoshioka le hará bien caminar - 

 

– Cómo quieras - término Reigen la conversación, tomando su maletín y las llaves indicando su salida del local. 

 

Arrastrándome de vuelta a ti

Crawling back to you

 

Caminaron en silencio durante un rato, hasta que Reigen vio un perro y se detuvo rápido a acariciarlo para después seguir su rumbo, 

 

– Te gustan mucho los perros - comentó Ekubo - ¿Por qué no tienes uno? - 

 

– En mi departamento no me lo permiten. Cero niños y cero mascotas… son normas que vienen en el contrato, para una sana convivencia - dijo con resignación el rubio. 

 

– Que reglas tan estupidas - 

 

– He intentado convencer a Serizawa de adoptar uno, pero él dice que prefiere a los gatos - 

 

Ekubo se detuvo en seco y miró a aquel rubio continuar sin él… - Vaya… tu y Serizawa van en serio ¿eh? - 

 

Reigen se giró a verlo – ¿De qué hablas? - 

 

– Ropa deportiva igual, él dejando su ropa interior en la oficina, adoptar un perro… ¿cuándo se van a comprometer? - ironía al más puro estilo Ekubo. 

 

– No digas idioteces - Reigen estaba molesto, suspiro llevando su mano a masajear sus sienes - La ropa fue idea de Tome… y la que te dí… era para ti, imbécil - 

 

– ¿Qué? - 

 

– Si, no quería arruinar la sorpresa - respiro con hastío - Tome organizó un viaje a las montañas para buscar criptidos… Ella, Mob, Ritsu, Serizawa y yo, tenemos trajes iguales… a los chicos les pareció buena idea comprar uno para ti, ya que posees a ese sujeto  seguido… incluso sugirieron ropa interior y zapatillas deportivas - lo miró aún más molesto - Más te vale que lo regreses limpio para que ellos puedan dartelo, no dejaré que mates sus ilusiones - 

 

Ekubo apenado no contestó nada. 

 

– Además Serizawa ya tiene novia - agregó después de unos segundos de silencio - y yo jamás me metería con alguien que tiene pareja - había una ligera decepción en esas palabras, casi imperceptible, pero estaba ahí. 

 

Dejó nuevamente sin palabras al espectro. 

 

La lluvia comenzaba nuevamente a amenazar.

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖So, have you got the guts?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Así que te dio el coraje, ¿eh?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Been wondering if your heart's still open˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Estuve preguntándome si tu corazón sigue abierto/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖And if so, I wanna know what time it shuts˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Y si es así, quiero saber a qué hora cierra/

 

– ¿Ya te sientes mejor? - Reigen rompió el silencio que se había tejido. 

 

– Si, caminar siempre es bueno para el metabolismo humano - 

 

– Me alegra… - Reigen se detuvo - con respecto a lo de hace rato… quiero que sepas que rechazaré a Yoshioka - 

 

– ¿Qué? ¿Por qué? - reclamó Ekubo, se sentía culpable de las contradicciones a las que había condenado a ese pobre hombre - Es todo lo que enlistaste hace rato - 

 

– Puede ser… pero no necesito una relación ahora, estoy muy ocupado tratando de sobrevivir a mi generación - miro al cielo - además no sé nada de él… no puedo basar mi decisión únicamente en la apariencia física de alguien - 

 

Reigen siguió caminando y Ekubo detrás de él no mencionó nada de la agridulce conversación anterior.

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Simmer down and pucker up˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Cálmate y deja de fruncir el ceño/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖I'm sorry to interrupt, it's just I'm constantly on the cusp˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Siento interrumpir, es que estoy constantemente a punto/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Of trying to kiss you˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/De intentar besarte/

 

Llegaron al vecindario dónde estaba el departamento del rubio y la lluvia arrecio nuevamente. Corrieron guareciéndose debajo de una de las cornisas, ya estaban a unos cincuenta metros de la entrada. 

 

– Si corremos nos mojaremos un poco, pero no pasará de ahí… ¡Oye ¿qué estás haciendo?! - reclamó al ver que Ekubo le quitaba el abrigo. 

 

– Tengo un plan - se colocó el abrigo a suerte de capucha y ante una sorpresa que dejó mudo al rubio lo cargo en brazos - Será tonto que ambos nos mojemos y este tipo tiene las piernas más largas que tu - 

 

Reigen no podía articular palabras y cuando quiso reclamar algo ya iban a toda velocidad. No le sorprendió no tener que darle indicaciones al espectro, ya se había dado cuenta que este lo seguía en ocasiones, sin embargo, pensando que era alguna solicitud de Mob no había mencionado nada. 

 

Subió las escaleras a toda velocidad, ya arriba, bajó a Reigen para que abriera la puerta, aprovechando la protección que les daba el techo de la entrada. 

 

El rubio lo invitó a pasar - No puedo dejar que te vayas así cuando el temporal empeoro tanto - dijo sin verlo a la cara. 

 

Le pareció ver su rostro sonrojado, al final, era la primera vez que lo invitaba como tal a conocer, con guía incluido, la intimidad de su casa. Nadie, ni siquiera Mob había llegado a tanto y le hacía sentir algo afortunado. 

 

– Pondré un poco de agua para té, si el clima no mejora puedes dormir en la sala, tengo otro futón - le dijo mientras el otro se quitaba los tenis mojados – Otra vez tienes que cambiarte… no tienes remedio - 

 

– De nada - reclamó el espíritu. 

 

– Date un baño caliente, eso le ayudará a Yoshioka. Te llevaré ropa, creo que tengo un pijama que me queda grande - llevó su mano a su mentón y se quedó pensando un momento - Gracias… no quería llevar el traje a la tintorería, las manchas de lodo son imposibles de sacar en casa - 

 

Ekubo se sonrojo, rara vez ese rubio irónico le agradece un favor. 

 

– No te acabes el agua caliente, también quiero darme un baño - dijo esto sin darse cuenta que tenía al moreno demasiado cerca y que además… podía ver su torso desnudo. 

 

– Podemos aprovechar el baño - le dijo acercándose más al rostro de Reigen - Tengo la impresión que este cuerpo ocupa mucha agua y hay que cuidarla - Tomó al hombre de los hombros y lo jaló hacia sí - dijiste que rechazarías a Yoshioka… pero no dijiste nada de mi -  

 

Reigen puso sus manos contra el pecho de Ekubo, lo que fue contraproducente… Sin embargo él no era un tipo fácil – Deja de hacer estupideces - lo alejo con fuerza – No es mi culpa que te sientas así -

 

– Yo tampoco pedí sentir estas cosas por ti, es demasiado molesto - lo agarró con mayor fuerza. 

 

– ¡Si es molesto no lo hagas! - Reigen bajó la mirada - Lo… Lo… Logré vivir hasta este momento pensando que era el único que sentía cosas así… ¡Si te molesta tanto, olvídate de esos sentimientos de porquería! y déjame seguir viviendo en paz. – 

 

Ambos quedaron en blanco, Reigen no creía lo que acababa de decir y Ekubo no creía lo que acababa de escuchar. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖I don't know if you feel the same as I do˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/No sé si sientes lo mismo que yo/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖But we could be together if you wanted to˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Pero podríamos estar juntos si tú quisieras/

 

¿Eso había sido una confesión? 

 

– Soy un espíritu… ¿cómo puedes sentir esas cosas por mi? - pregunto inundado de curiosidad el autoproclamado espectro de alto nivel. 

 

Reigen respiro pesado – Maldita sea… ¿no escuchas lo que te digo? - miro hacia otro lado completamente rojo - No baso mis decisiones en el físico… supongo que soy idiota porque me quede prendado de tu “adorable” personalidad - 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Do I wanna know?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Quiero saber?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖If this feeling flows both ways?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Si este sentimiento es correspondido. /

 

– ¡Cómo sea! - el rubio estaba fastidiado – Sólo metete a bañar y si quieres usa toda la maldita agua del maldito país –debió haber pedido la cordura, se volteó, no quería seguir viendo a Ekubo en ese atractivo cuerpo. Sólo conseguía nublar su juicio. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Sad to see you go˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Triste por verte ir/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Was sorta hoping that you'd stay˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Estaba esperando que te quedaras/

 

Los brazos del moreno rodearon su torso. 

 

– Por favor… entra conmigo - se escuchó suplicante, aquella voz que lo sacaba de sus casillas, aquella voz que acababa con su paciencia… aquella voz que lo hacía tiritar de nervios y que quería escuchar decir su nombre con parsimonia. 

 

– No quiero… me da pesar que ocupes el cuerpo de Yoshioka de esa manera - 

 

Ekubo le dio un ligero beso en la nuca – Te aseguro que el me agradecerá la experiencia - 

 

Reigen volteó sorprendido y fue atrapado por un furtivo beso. Todas las fibras de su cuerpo se estremecieron y perdió el control de sus impulsos. Se aferró al beso enlazando sus brazos en el cuello de su amigo , profundizando la intensidad. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Baby, we both know˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Amor, los dos sabemos/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖That the nights were mainly made˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Que las noches fueron hechas principalmente/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖For saying things that you can't say tomorrow day˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Para decir cosas que no podemos decir mañana por el día/

 

Con ayuda de su lengua, Ekubo abrió la boca del rubio y comenzó a acariciar las comisuras de sus dientes, para terminar masajeando la lengua del contrario con la suya. 

 

Bajo sus manos a la cintura de Reigen y no se quedó ahí. Afianzó su agarre tomándolo de las caderas y profundizando el abrazo. 

 

Se separaron por la falta de aire. Esto debía ser una mala broma del destino. 

 

Reigen trató de pensar como salir de eso, pero las manos del moreno fueron más rápidas. Lo llevó nuevamente hacia él y comenzó a besarlo de nuevo escudriñando en los rincones de su piel por debajo de su camisa. 

 

La espalda del rubio se arqueaba, nunca había permitido que nadie llegará tan lejos. No era que estuviera guardando su virginidad para llegar de blanco al altar, era sólo que nadie nunca le había hecho sentir lo que este espíritu maligno. Nadie había merecido la pena. 

 

Nadie, nunca, había sido el culpable de una erección como la que oprimían sus pantalones. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Crawling back to you˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Arrastrándome de vuelta a ti/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Ever thought of calling when you've had a few?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Alguna vez pensaste en llamar cuando habías tomado unas cuantas?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖'Cause I always do˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Porque yo siempre lo hago/

 

– ¡No! ¡Basta! - Reigen intentaba en vano recuperar la cordura. 

 

Ekubo tomó su mano y le dio un beso en los nudillos – No vamos a hacer nada que no quieras… pero tal vez un baño te podría relajar - le sonrió y todas las neuronas del cerebro del rubio se desconectaron. 

 

Al diablo - pensó Arataka - Si me arrepiento a la mitad de todo… deberás aceptar mi decisión - se sonrojo, pensó que se veía ridículo solicitando eso, pero Ekubo sólo contestó con un suave beso. 

 

– No sería divertido si tu no te diviertes también - Lo soltó dulcemente - Me adelantaré, si no entras entenderé y te daré tu espacio - 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Quizás estoy muy ocupado siendo tuyo como para enamorarme de alguien más/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Now, I've thought it through˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Ahora que lo he pensado bien/

 

El moreno entró al baño y terminó de quitarse el resto de la ropa. – Supongo que si no viene será mejor así - parecía un poco decepcionado, no por como habían salido las cosas, si no de haberse enterado que ese rubio sentía algo por él incluso antes de que se diera cuenta de sus propios sentimientos. 

 

Comenzó a llenar la tina mientras se acicalaba con jabón. Inspeccionó los productos de limpieza que utilizaba el joven. Tomó el shampoo y lo olió, de ahí era el dulce aroma de su cabello. “Melocotón” pudo leer en el empaque… 

 

Estaba ensimismado cuando escuchó la puerta abrirse y vió a su anfitrión entrar con una toalla atada a la cintura y otra para su invitado en sus brazos, cubriendo su torso desnudo. 

Sus mejillas se enrojecieron más de lo que siempre estaban, no daba crédito a la imagen de la que era testigo. 

 

– Te ayudaré con la espalda - dijo Reigen tratando de mantenerse estoico - Lamento que sea un baño tan pequeño, pero está ideado para una sola persona - 

 

– No es cosa tuya - respondió Ekubo - así están diseñados estos departamentos - 

 

Ambos trataban de volver a la normalidad, no porque no quisieran que pasará algo, sino que porque no sabían que querían que pasara. 

 

Al fin y al cabo… para ambos sería la primera vez. 

 

– Después del baño ¿quieres cenar algo? - preguntó Reigen - podemos pedir a domicilio - sonaba tranquilo pero estaba hecho un manojo de nervios, su única arma de autocontrol eran sus palabras, y pensaba utilizarla hasta dónde le fuera posible. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Crawling back to you˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Arrastrándome de vuelta a ti/

 

Ekubo volteó y clavó su mirada taciturna en la de Reigen, nunca se había percatado de que sus ojos eran color avellana y que algunas canas se asomaban entre el dorado tan característico. 

 

– Quiero ayudarte a tallar su espalda - le dijo acariciando los mechones de cabello que caían frente a sus ojos - ¿puedo? - 

 

El rubio tragó pesado y asintió. Ekubo lo acercó a su cuerpo desnudo logrando que las piernas de Reigen se abrieran y abrazaran su cintura, sentándose en sus piernas. Comenzó a tallar desde el cuello hacia abajo mientras lo mantenía pegado a él y aprovechaba para depositar pequeños besos a lo largo de su clavícula. 

 

El rubio no podía hacer nada más que retorcerse en sus brazos, sus gemidos inundaban el cuarto de baño y eso no hacía más que elevar las erecciones de ambos. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Do I wanna know?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Quiero saber?/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖If this feeling flows both ways?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Si este sentimiento es correspondido. /

 

Reigen sintió como el falo de Ekubo se erguía contra sus muslos, en su vida había sentido tanta excitación. No era lo mismo que hacerlo sólo. Se separó un poco del abrazo para besar al pelinegro. 

 

– Quiero que me ayudes con el shampoo - dijo Ekubo separándose un poco -  pero necesito que te sientes - 

 

Reigen lo miró extrañado. Pero no hizo más y accedió. Tomó un poco de jabón con las manos y le pidió a Ekubo que se agachará y vaya que lo hizo… Lo siguiente que supo era que su pene había entrado por completo en la boca del pelinegro. 

 

Su aliento caliente no hacía más que poner más duro a Reigen, sus movimientos suaves y la succión que sus mejillas hacían al meterlo y sacarlo lo hacían perder la conciencia. 

 

– No olvides el cabello - le dijo Ekubo mirándolo desde abajo. 

 

Reigen hizo una muestra de molestía y comenzó a tallar el cabello del otro, con cada succión sus dedos se enrollaban más y con más fuerza. 

 

– Ah… Ah… Yo… no puedo, no aguantaré más - trato de avisar, pero era demasiado tarde, había terminado en la boca de Yoshioka. 

 

El moreno tragó y se levantó para hacer caer una bandeja de agua sobre ambos.

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Sad to see you go˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Triste por verte ir/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Was sorta hoping that you'd stay˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Estaba esperando que te quedaras/

 

Tomó un poco de jabón y acarició el cabello del rubio mientras se recuperaba. Aclaró el jabón sobre su espalda y cabello y se sentó nuevamente de cuclillas frente a su amante. estiró una de sus piernas enjabonando con suavidad. No era necesario que se dijeran nada, todo estaba implícito. Y así, siguió pasando su mano enjabonada por todos los rincones de la piel del Reigen. 

 

– Te amo - salió lentamente de los labios del treintañero. 

 

Cualquier sensación corporal que pudo haber en Ekubo se vio eclipsada por completo, sólo podía escuchar los latidos de su corazón prestado. No había nada más que deseará que estar ahí, en ese momento. 

 

– Y yo a ti - le contestó entregándose a sus labios, a sus brazos, a su cuerpo, a sus caricias. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Baby, we both know˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Amor, los dos sabemos/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖That the nights were mainly made˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Que las noches fueron hechas principalmente/

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖For saying things that you can't say tomorrow day˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Para decir cosas que no podemos decir mañana por el día/

 

Pasaron a la ducha y con movimientos suaves retiraron el jabón del contrario. Ekubo busco con sus manos los glúteos de Reigen y aunque lo sintió temblar no lo detuvo, masajeo su entrada y comenzó con un dedo adentro. 

 

– No es tan estrecho - le dijo suavemente mientras oía los gemidos de su anfitrión. 

 

– Me preparé antes de entrar - dijo Reigen aún con pudor después de todo, le estaba confirmando que estaba listo para lo que fuera. 

 

Ahora que estaba seguro que aquello no era un sueño, tomó a Reigen en brazos y lo llevó cuidadosamente a la bañera. 

 

– No seas tan cuidadoso, no soy una muñeca de porcelana - dijo el rubio enojado. 

 

– ¿Entonces quieres que sea rudo? - se acomodo detrás de él y dirigió su pene entre los muslos de Reigen - Seré rudo, ¿estás seguro? - 

 

El hombre trató de mantener la calma, cuando sintió como el enorme miembro de su amante se introducía en él. Se arqueo, un sentimiento entre dolor y placer se combinó en su vientre. 

 

– ¿Quieres que paré? - le dijo el moreno al oído - No quiero lastimarte - 

 

– No seas fanfarrón - sonrió Reigen, recibiendo otra estocada que lo hizo gemir. 

 

– ¿Estoy fanfarroneando? - se acercó nuevamente a su oreja y esta vez mordió su cuello - Haré que grites mi nombre - 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Do I wanna know?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Quiero saber?/

 

Los gemidos de ambos se combinaban e iban a la par, el estar dentro de la bañera sólo elevaba el libido de la pareja. 

 

Ekubo entraba y salía jugando a la vez con los pezones del rubio. En un momento ambos llegaron al éxtasis y el pelinegro abrazó con sus piernas y brazos a Reigen. Le encantaba tenerlo así, no sabía si eran los impulsos del cuerpo de Yoshioka o si se sentiría diferente al estar afuera. Pero no cambiaría nada de lo que pasó en ese departamento ese día. 

 

Ni siquiera por todo el poder de dios. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Too busy being yours to fall˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Muy ocupado siendo tuyo como para enamorarme/

 

Reigen por su parte no podía sentirse más prendado, no eran las caricias, ni siquiera la penetración lo que elevó su libido a ese punto, fueron las consideraciones, la forma tan natural de poder compenetrarse con Ekubo. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Sad to see you go˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/Triste por verte marchar/

 

Salieron de la tina y el pelinegro cubrió a su pareja con la toalla, besándolo de nuevo. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Ever thought of calling, darling?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Alguna vez pensaste en llamar, cariño?/

 

Se vistieron, intercambiando risas y comentarios graciosos. 

 

– Deberemos encontrar una manera de hacer esto sin que abuses de ese cuerpo - dijo Reigen - Sería raro acostumbrarme a él - 

 

– ¿Y si cambio de modelo? - le contestó el espectro - Me dice que se te antoja y lo probamos - como respuesta recibió un almohadazo en la cara. 

 

– Creo que será mejor que no volvamos a hacerlo - la ceja de Reigen temblaba mostrando claramente su descontento – ¿Qué quieres cenar? - 

 

– ¡Oye! - reclamó el espectro - Supongo que tengo que hablar con este tipo - dijo resignado. 

 

– Sí deberías - 

 

La noche continuó, con ellos viendo una película acurrucados en el sillón. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Do I wanna know?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Quiero saber?/

 

Sin esperarlo, los días de ambos se habían completado. Ekubo ya no se resignaba a seguir a Reigen en silencio, y al rubio disfrutaba del tiempo que pasaban juntos. No había necesidad de decirle a nadie, siempre y cuando ellos estuvieran bien. 

 

Pasarón así dos semanas, cuando de pronto, aquel cuerpo de cabello negro cuyo dueño era Mamoru Yoshioka apareció en la oficina de Espiritus y demás con un enorme ramo de rosas. 

 

Todos se quedaron impactados. 

 

– Definitivamente tienes que hablar con él… - le dijo Reigen a Ekubo con un semblante sombrío.

 

– Perdón, se me había olvidado - contestó el espectro verde. 

 

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖Do you want me crawling back to you?˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

/¿Quieres que me arrastré de vuelta a ti?/



















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Jajajajajajaja lamento el horrible lemon que escribí aquí, pero no soy buena con eso… 

 

Necesito que estos dos tengan más sexo, prometo seguir practicando la narrativa

 (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

Chapter 3: /RitRei/ Crush - Tessa Violet Parte 1

Chapter Text

Cambie el formato para esta historia, serán dos capítulos.

Más que un songfic (como canción de fondo) es la inspiración... anyway, ustedes entienden ᓚ₍ ^. ̫ .^₎

Me gusta mucho la idea de esta pareja porque son los opuestos complementarios perfectos. 

 

٩(ˊᗜˋ*)و ♡ Inspirada en Crush de Tessa Violet ٩(ˊᗜˋ*)و ♡

 

─── ⋆⋅☆⋅⋆ ─── ⋆⋅☆⋅⋆ ─── ⋆⋅☆⋅⋆ ───

 

¡Bendito sea el otoño y sus colores! 

Las vibras en el aire, el azul profundo del cielo, las hojas caer. No hace frío, ni hace calor, el clima es perfecto. 

Le fascinaba salir con hermano mayor a caminar, ver las plazas, tomar helado. Ahora se habían sumado más personas, pero siempre y cuando Shigeo le prestara especial atención era suficiente. 

El problema era cuando aparecía él, siempre todo se iba al carajo. El té sabía amargo, de repente parecía que caería una tormenta, las hojas en el piso no crujían y estaban asquerosamente húmedas. Todo lo que significaba ese sujeto para Ritsu era desagradable. 

– No entiendo por qué mi hermano le tiene tanto cariño a ese estafador - murmuraba entre dientes. 

No lo soportaba, su estúpida sonrisa de vendedor, su tonta filosofía de vida que era una mezcla de apoyar a los demás y beneficiarse a la vez… La maldita influencia que tenía sobre su hermano, y cómo siempre terminaba sermoneado indirectamente por él a través de Shigeo. 

¡Maldito seas Arataka Reigen! 

– ¿Cómo estás Ritsu? - le preguntó el rubio cruzándose por la calle con él. 

– ¿Qué hace aquí Reigen? ¿No está muy lejos de su oficina? - Siempre evitaba contestar lo que le preguntaba, era molesto que quisiera indagar en su vida, más porque seguramente lo siguiente que haría sería preguntar por su hermano. 

– Estoy viendo departamentos por la zona, necesito mudarme pronto porque el dueño del lugar dónde vivo venderá el terreno… Y este es un vecindario bonito - le contestó sin mucho pensar. 

– ¿No me preguntará dónde está mi hermano? - su ironía característica no había cambiado desde los 13 años. Aunque ahora con 20 parecía más hostil. 

– ¿Por Mob? Él me dijo que tenía una cita con Tsubomi - quedó pensativo - Yo quería que me ayudará a escoger un departamento - 

– ¿Por qué Shigeo debería ayudarle a elegir un departamento? - se ofuscó ante la propuesta - No tiene otras intenciones con mi hermano… ¿o si? - 

Reigen lo miró extrañado, sonrojándose por la acusación. 

– ¿De qué hablas?...No digas tonterías…- pensó un momento - es por qué… últimamente tiendo a ser demasiado impulsivo, - rasco su cabeza - supongo que es la crisis de los 30´s… Mob toma decisiones más frías y calculadas que yo… - acepto a regañadientes -  Pensaba pedirte a ti que me ayudarás… ahora sería incómodo - miró molesto a otro lado - Debes dejar de leer mangas para señoras, te hacen tener ideas equivocadas… la gente de mi edad no está interesada en niños de 20’s - de ladeo su cabeza y aunque hablaba con voz tranquila parecía un sermón - la gente de mi edad sólo quiere tener dónde morir sin terminar siendo comida de ratas - sacudió su mano como tratando de alejar esas ideas lúgubres. 

– Ah, supongo que podría tener razón… Shigeo es mucho más prudente que muchas personas de edad avanzada - su sinceridad dolía, más cuando Reigen estaba a días de cumplir 35 años - Cómo sea, tampoco pensaba acompañarlo a ver departamentos, hubiese rechazado su oferta - 

– Regresa con cuidado a casa - le dijo Reigen con notable malestar, aun queriendo parecer amable. 

Ambos cruzaron camino y Ritsu no pudo evitar advertir el aroma fresco de la loción del rubio, le recordó a su adolescencia, cuando lo ayudaba a realizar exorcismos por encargo de Mob. 

Ahora el giro de “Espíritus y demás”, había cambiado. Cansado de perseguir fantasmas, Reigen comenzó a dar asesorías escolares a lado de su siempre fiel amigo Serizawa, de vez en cuando Tome y Teruki le ayudaba con los chicos de secundaría y Ekubo poseía a un maestro de karate para dar clases de defensa personal. 

Mob, por su parte, sólo iba de visita y a que Serizawa le ayudará con algunos temas que no comprendía sobre todo de inglés. En cuanto a Ritsu, no se entrometía en los asuntos de la microempresa. 

Pero… aquel aroma, tenía un gusto a melancolía, ¿sería posible que extrañara esos días? Recordó como Reigen lo recompensaba con salidas a comer o palabras de aliento que el chico menospreciaba por tratarse de él. Aquellas ocasiones cuando estaban sólo los dos, el sujeto no era tan desagradable. 

Incluso a veces era él quién hacía todo el trabajo duro mientras Ritsu sólo llegaba a levantar la mano para acabar con el problema en cuestión. Si lo veía en retrospectiva, ese hombre tenía sus dones propios y no era malo reconocerlo. 

– ¿Me dijo que leía mangas de señora? - se preguntó justo cuando pasaba frente a un aparador con los nuevos tomos de las historias de género Josei. 

La curiosidad le ganó y entró a curiosear algunos, y el rubio tenía razón, varios giraban en torno a relaciones de diferencia de edad. Y otra duda surgió por su cabeza, ¿cómo sería tener una relación con alguien mayor que él? 

En un hipotético caso, unos 14… casi 15 años mayor que él. 

Sólo por decir una edad. 

Sacudió su cabeza, espantado, porque la primera imagen que llegó a su mente era la recreación de una de las escenas del manga que tenía en las manos. 

Una tarde otoñal, las hojas cayendo y volando en el aire. Una parsimoniosa luz entra por una de las ventanas. Él llega, abre la puerta y se dirige directamente a ese rayo de sol que se cuela e ilumina toda la sala. 

Sentado en el sillón, leyendo un libro y con los halos de iluminación solar rebotando por sus dorados cabellos, esperándolo sólo a él… Reigen le sonreía - ¿Cómo te fue en el trabajo cariño? - 

– ¡¡Qué mierda!! - lanzó el ejemplar al estante y antes de salir tomó un manga acerca de zombies que no le interesaba, pero que podía disimular muy bien el rumbo que había tomado su estúpida imaginación. 

Esa noche no pudo dormir, porque cada que cerraba sus ojos su imaginación volaba a dónde estaba aquel estupido treintañero. 

– ¿Por qué tenía que decir esas tonterías? ¿Por qué demonios, él está en mis fantasías? - había terminado en la cocina tomando agua para intentar despejar su mente - ¡Yo debería estar soñando con Scarlett Johansson o Zendaya… no con ese tipejo! - 

– Ritsu, ¿estás bien? - pregunto Shigeo entrando a la cocina - ¿No puedes dormir? - 

El menor de los Kageyama lo vió, nervioso, ¿qué podría pensar su hermano si se enteraba que comenzó a tener fantasías con su “maestro” ?... vaya, eso sonaba sugestivo… Se golpeó mentalmente.  

Esas ideas debían parar ya.

– Eh… si, sólo estoy estresado por algo que no comprendí en la escuela - contestó enmascarando su verdadero problema. 

– Vaya, si no lo entiendes tú, sí debe ser complicado - Shigeo se dirigió directamente a sacar la leche del refrigerador - Si son matemáticas, Serizawa podría ayudarte, pero si es un tema de ciencias sociales el maestro Reigen es el indicado  - comentó con naturalidad mientras servía el blanquecino líquido en un vaso de cristal. 

– Lo que menos quiero es tener que ver la cara de ese estafador - susurró suficientemente bajo para que no lo escuchara su hermano - Gracias Shige, espero resolverlo por mi cuenta - sonrió dejando a su hermano en la cocina mientras ambos se despedían sacudiendo su mano. 

La noche le dió tregua y logró dormir un poco. 

Su jornada en la universidad le ayudó a persuadir a su mente de detener esas fantasías, su día pasó con normalidad hasta la tarde, nuevamente en el mismo vecindario, en la misma calle… bajo el mismo árbol de arce, anaranjado, ahí estaba Reigen. 

Veía con curiosidad una pequeña casa de una planta. 

Inconscientemente apresuro su pasó para encontrarse con él, cuando de la casa que observaba tan insistentemente salió una mujer mayor, acompañada de Serizawa. 

Cuando vió al castaño, se apresuró a esconderse detrás de otro árbol, ¿por qué siempre tenían que estar juntos? 

– ¿Qué te parece Serizawa? - preguntó el rubio. 

– Creo que es un buen precio, pero la propiedad está terriblemente embrujada, me llevará días o tal vez meses limpiar el aura - vió la cara de decepción de la anciana a su lado - pero si Kageyama pudiera ayudarme, tal vez sería más rápido - 

– No, olvídalo, está teniendo progreso con Tsubomi… no puedo llamarlo nada más así - negó rotundamente el rubio. 

– ¿Qué me dices de Hanazawa? - Serizawa insistió. 

– Tampoco, su madre está de visita y no pretendo que pierda oportunidad para limar asperezas con ella - pensó - Ni hablar, no tengo mucho tiempo… Yo, Arataka Reigen, voy a rentar este espacio - levantó su mano y sonrió aceptando el desafío. 

Ritsu escuchaba todo a una distancia prudente, le sorprendía como ese hombre tan egoísta podía llegar a pensar en las necesidades de cada uno de sus amigos. 

– Pero señor Reigen, no puedo dejarlo estar en esta casa, no cuando han pasado cosas terribles en ella - trato de hacerlo entrar en razón la dueña de la propiedad - Será mejor que la deje como está - 

Reigen ponía atención en cada gesto de la mujer, en la piel pegada a los huesos, en sus manos arrugadas. Para él era obvio que necesitaba rentar el espacio. 

– Yo te ayudaré - dijo Ritsu saliendo de su escondite sin que nadie se diera cuenta - Exorcicemos el lugar, Serizawa - 

Reigen lo miró con sorpresa, estaba recibiendo ayuda de la persona que menos pensaba. 

Serizawa asintió y ambos elevaron sus brazos, ejerciendo el poder psíquico que emanaba de ellos, sobre la casa. Describir la escena no era difícil, cualquiera vería pequeños fuegos artificiales estallar en el aire, eran las almas que habitaban el lugar. 

Una a una, con la energía de ambos espers combinada, iban dejando este plano terrenal. Así pasó cerca de una hora, ambos se veían agotados. Hasta ese momento habían eliminado a un 45% de la población fantasmal de aquel recinto. 

– Deberían parar - dijo Reigen - Forzarse demasiado podría afectarlos - 

Ritsu no quería parar… no… él quería, anhelaba, deseaba que Reigen lo viera como alguien en que pudiese confiar, en alguien fuerte que le ayudará con cualquier cosa… Quería que lo viera como veía  su hermano. 

Katsuya se detuvo, pero Ritsu no. El azabache comenzaba a emitir más energía de la que podía controlar… hasta que un suave toque en el hombro lo hizo parar. 

– Así está bien Ritsu, no tienes que demostrar nada - le dijo en un volumen bajito, cerca de su oreja. 

El joven paró en seco, ¿acaso había aprendido a leer las mentes?

No, no era eso, es que este sujeto pelirrubio era demasiado hábil entendiendo los motivos de otros. 

– ¿Te encuentras bien, Kageyama? - preguntó el esper castaño - No debes forzarte tanto, para mi también es difícil acabar con esa cantidad de energía negativa - 

– Durante años han sucedido tragedias en esta propiedad - interrumpió Reigen, leyendo sus apuntes - desde una muerte accidental hace tres décadas, como varios suicidios y asesinatos… definitivamente es un área cargada de maldiciones - 

– Reigen, tengo que irme, hay citas en la oficina - el mayor hizo una reverencia ante su jefe. 

– Ah, si Serizawa. Gran trabajo, ¿Qué te gustaría cenar? - preguntó de vuelta Reigen. 

– Un poco de katsudon estaría bien - le sonrió cálidamente al rubio, y el corazón de Ritsu se estrujó.

Los tres se despidieron, y el universitario se quedó, no sabía por qué, ni lo que esperaba. Pero se quedó a lado de Reigen. 

– Bien, mañana podemos firmar el contrato señora Kimura -  se refirió con respeto a la mujer que era claramente más baja que él.

– Pero señor Arataka - replicó la anciana - no puedo dejar que se mude mientras esa cosa siga ahí - 

– Justo por eso, soy el mejor inquilino que podría encontrar, tengo mis métodos - utilizó su característica voz soberbia y mirada de vendedor. 

– Entonces, permítame ajustar el alquiler, le haré una rebaja - insistió la señora Kimura. 

– No se preocupe por eso, el alquiler es más que adecuado… pero si en realidad quiere hacer algo por mi… ¿podría considerar una cláusula para permitir mascotas? - 

– ¿Mascotas? - dijo extrañada la mujer, ese hombre tan pulcro no parecía ser del tipo que tuviese animales de compañía – Claro, de hecho cuando viví en esta casa tenía un pequeño Chihuahua, pero simplemente desapareció - miró triste aquella propiedad - extraño a Chibi - 

– Entonces trato hecho señora Kimura ¿está bien si la veo a las 10 de la mañana? Eso me dará margen de tiempo para revisar la mudanza - 

Ritsu sólo era un espectador, sin embargo se quedó viendo al rubio. Las intenciones de este no eran sólo rentar la casa por el espacio o el perro. La señora Kimura obviamente necesitaba la renta del lugar para poder cubrir gastos. No lucía enferma, pero sí bastante delgada y sobre todo era mayor. Si no lograba arrendar esta propiedad quizá tendría problemas económicos en el futuro. 

Probablemente el tema de la mascota sólo era un aliciente para que la mujer accediera a aceptar el trato sin cargo de conciencia. 

La manera en la que se desenvolvió con aquella anciana, su manera amable de hablar… tal vez si bebía té en ese momento, no le sabría amargo como en otras ocasiones. 

De pronto se imaginó algo… 

Se vió a él llegando con un pequeño shiba inu en brazos, mientras en el jardín frontal estaba Reigen, plantando algunas peonías. 

Al ver al can, el hombre rubio opacaría al sol con esa suave y gentil sonrisa… 

¡Otra vez esos pensamientos! Sacudió fuertemente su cabeza, llamando la atención del treintañero que acababa de despedirse de su futura nueva casera. 

– ¿Estás bien Ritsu? Creo que te esforzaste mucho… Serizawa puede parecer intimidante con esos poderes, pero tu no te quedas atrás - le dijo sorprendiendo al chico - Claro, es importante que los ejercites de vez en cuando. Gracias por ayudar ¿Quieres ir a comer algo? Mob siempre tenía hambre después de trabajos muy pesados - sonrió con melancolía. 

Ritsu no pudo evitar pensar que aunque Reigen apoyara la relación de Shigeo con Tsubomi, desearía que él fuera quien estuviera ahí. 

– No gracias, tengo que ir a estudiar - contestó secamente como siempre. 

– Al menos déjame invitarte una bebida caliente -  insistió el rubio y comenzó a caminar obviando el hecho de que el menor de los Kageyama lo seguiría.

 

 

 

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( ˶ˆ꒳ˆ˵ ) Gracias por leer 

 

Chapter 4: /RitRei/ Crush - Tessa Violet Parte 2

Chapter Text

Terminamos esta mini historia de como Ritsu se dió cuenta de que cayó en la trampas del amor ( •̯́ ₃ •̯̀)

Espero que les guste ˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗

٩(ˊᗜˋ*)و ♡ Inspirada en Crush de Tessa Violet ٩(ˊᗜˋ*)و ♡

 

 

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¿Es posible que a los 20 años, la vida de uno ya haya dado lo mejor de sí?

Si no era así, Ritsu no se explicaba el porqué el pecho le dolía y la llegada del invierno le parecía más cruda que cualquier año anterior. Tal vez ser adulto apesta más de lo que pensaba.

Su profesor de literatura hablaba estupideces frente a un auditorio lleno de gente, si no se sintiera tan mal, tal vez consideraría corregir la falacia Ad Hominem que el sujeto había ocupado para desestimar la obra de Allan Poe diciendo que eran solo maquinaciones de la mente de un borracho.

Pero estaba cansado, los intersemestrales lo tenían molido, tanto que había pasado casi un mes sin ver a nadie de la oficina de “Espíritus y demás”, le parecía estúpido que conservará ese nombre si ya no se dedicaban a ese tipo de trabajo.

– El maestro dijo que el nombre aún era adecuado porque Ekubo sigue rondando por ahí - recordó las palabras de su hermano cuando le hizo con acidez el comentario, siempre malintencionado buscando atacar a Reigen.

Aún así, y por mucho que le pesará, admitía que lo que hacía fastidiosos los días era continuar con las fantasías acerca de una relación con ese estúpido rubio y sobre todo la falta de su presencia. Casi un mes sin verlo había sido un fastidio.

Miró el azul del cielo, y su mente divagó.

“– ¿Te apetece tomar una taza de té, Ritsu? - Le decía Arataka, ahora incluso en sus fantasías se hablaban por nombres propios. El mayor se acercaba a tomar su abrigo, dándole un suave beso en la mejilla – Debe haber sido un día cansado, yo te ayudaré a relajarte - continuaba mientras masajeaba ligeramente sus hombros y le hablaba con suavidad cerca de la oreja.”

Ritsu se levantó de golpe, no podía creer que ese tipo de pensamientos inútiles lo asaltaran en medio de una clase.

– Lo… lo lamento, profesor - se disculpó ante la mirada atónita de todos en el aula - me duele mucho la cabeza, iré a la enfermería -

– Adelante Kageyama - contestó ese hombre canoso, Ritsu era uno de los mejores estudiantes, así que no había reclamo - Ya me parecía extraño que no hubieses participado en clase. Por favor, ponte al día con alguno de tus compañeros -

El azabache sólo reverenció y se marchó. No tenía ánimos de lidiar con alguien en ese momento, tal vez dormir en su cama lo ayudaría más que recibir indicaciones inútiles de una enfermera que sólo llenaría un cuestionario y le diría que reposará. Aún no lo sabía pero se arrepentiría un poco de esa decisión.

Con su mochila al hombro, salió del campus y se dirigió a la parada del tren. Sacó su celular y mandó un mensaje a su hermano avisando que no se sentía bien y regresaría a su casa. El mayor de ambos le contestó preguntando su ubicación y si necesitaba que lo acompañara.

– No, sólo es un dolor de cabeza. Los trabajos de este parcial fueron agotadores. Te aviso cuando esté en casa - contestó minimizando el hecho de que su temperatura corporal estaba elevándose.

Se quedó dormido en el tren, y una mujer mayor le avisó que habían llegado a su destino.

– Jovencito, tienes que ir al médico parece que tienes fiebre - le recomendó antes de dejarlo marchar.

Ritsu únicamente agradeció y acongojado continuó con su camino. Con cada paso la respiración se volvía más pesada y sus piernas comenzaban a doler. Tal vez si hubiera sido mejor quedarse en la enfermería. En ocasiones así incluso él dudaba acerca de sus facultades mentales.

Llegó a un parque cerca de su vecindario, y se sentó en una de las bancas. Pensó en conseguir una bebida caliente y recordó aquella última tarde que estuvo a solas con Reigen.

Aún se sentía inútil ante el imponente poder de Serizawa, claro que el castaño le había insistido en que ambos habían hecho un trabajo más que competente, pero él no podía alejar esas ideas de su cabeza. A pesar de eso y con todo en su contra, pudo pasar un rato con Reigen bebiendo café afuera de una tienda de conveniencia.

– ¿Le gustan los perros, Reigen? - preguntó mientras tomaba la lata de café que el maestro de su hermano le ofrecía.

La mirada del rubio se notó sorprendida, nunca le había preguntado nada personal, dió la impresión de sentirse contento.

– Si, me gustan mucho los animales, pero los perros son mis preferidos - posó una mirada ensoñadora en la lata de té que había conseguido para él - sin embargo, cuando era niño no me dejaron tener uno porque mi madre y mi hermana son más de gatos -

– Me alegra que por fin pueda tener uno - ¿de dónde había salido eso? - ah, quiero decir, es bueno tener animales de compañía cuando uno envejece ¿no? - trato de volver a su actitud hostil escondiendo su rostro detrás de la lata de café.

Reigen sólo lo miró sorprendido nuevamente y después se rió nervioso - hablando de eso,Tome esta organizando una fiesta de cumpleaños para mi una vez que Serizawa termine con las maldiciones del lugar. Tal vez sea hasta que llegue Navidad - abrió la lata de té - Sería divertido que tú también vinieras, te mandaré los detalles con Mob, también invitaré a Shou Suzuki y a los demás -

– ¡Cierto! - se sobresaltó al abrir los ojos, haberse quedado dormido en la banca pasaba a segundo plano - ¿cómo pude haberlo olvidado? - hacía casi una semana Shigeo le había comentado eso, pero el análisis de “Indigno de ser humano” lo había tenido demasiado ocupado.

En unos días sería Navidad, y no sabía qué comprarle a ese estúpido y sensual rubio.

Intentó ponerse en pie, pero sus piernas se sentían destruidas.

– ¿Ritsu? - pensó que la fiebre ya había llevado a su cerebro a la etapa de la alucinación, ahora incluso escuchaba vivamente a Reigen - Cielos, no te ves bien - una mano con tacto frío tocó su frente y supo que no estaba alucinando.

– Creo que tiene fiebre - dijo otra voz conocida, era Ekubo en su forma espectral acompañando al rubio - Debería llevarlo a su casa, pero sus padres salieron de viaje y necesita que alguien lo cuide -

– Bueno, no podemos hacer nada más… poséelo y vayamos a mi casa - ordenó el rubio.

– Tsk… ya te dije que no me des órdenes - se quejó el fantasma.

– Tómalo como un favor, te deberé uno y algún día podrás cobrarlo - negocio el rubio - además si algo le pasa a Ritsu por no querer ayudarlo… Mob se va a enojar y no precisamente conmigo - sonrió maliciosamente.

– Algún día devorare tu alma - amenazó Ekubo y tomó posesión del débil cuerpo del chico. Sin previo aviso atrapó unas llaves que volaron hacia él por el aire.

– Adelántate, iré a conseguir medicina y algo para que Ritsu coma - Reigen se alejó ante la mirada molesta de Ekubo.

Cómo le ordenó, con un poco de trabajo, llegaron antes a la vivienda. Si el menor de los Kageyama hubiera estado consciente habría sido testigo de que sus fantasías no distaban tanto de la realidad. Un pequeño sillón de una pieza era iluminado por un fugaz rayo de luz que entraba por la ventana. Daba la impresión de estar esperando a su dueño, como un fiel compañero.

Ekubo sacó un termómetro de la mesita de centro que tenía Reigen en la sala de estar y continuó hasta la habitación del rubio. Quito con cuidado los zapatos del chico, así como su abrigo y se recostó en la cama.

El dueño de la casa no tardó en llegar y revisar los signos vitales del joven, preparó un poco de medicina y con ayuda de Ekubo hizo que la bebiera.

Un sonido le llamó la atención, era el móvil de Ritsu recibiendo una llamada de Mob. El azabache parecía recordar entre sueños la llamada en la que Reigen le decía a Shigeo que no se preocupará que cuidaría de él.

En otras circunstancias eso habría sido el cielo, pero la fiebre lo tenía demasiado agotado como para disfrutarlo.

Su mente quedó en blanco y sólo durmió, reconociendo de vez en cuando el tacto del mayor tomándole los signos vitales.

Sus manos eran suaves y su aroma era agradable. Imaginaba su rostro con su característica preocupación de adulto funcional, y pensó, ¿en ese momento era como su enfermera? ¿Cómo se vería Reigen con un uniforme de enfermera?

Abrió de golpe los ojos y se sentó en la cama como si algo lo hubiera impulsado, vaya que la temperatura alta nos hace pensar cosas que no pensamos en nuestros 5 sentidos.

Se irguió y caminó torpemente, la cabeza ya no le dolía y sus piernas ya le respondían pero seguía fatigado. Intentó reconocer el lugar, pero era obvio que nunca había estado ahí. Varias fotos adornaban un buró, recordaba esos momentos, pero una sobresalía: eran Reigen y Shigeo en la graduación de la preparatoria de su hermano mayor. Esa sonrisa brillante que el rubio se reservaba únicamente para el esper más poderoso de la ciudad hizo que frunciera un poco el seño.

Una discusión llamó su atención y se dirigió a la fuente del sonido.

– Ya te dije que la sopa miso tiene que ser salada si alguien ha tenido fiebre - la voz de Reigen sonaba fastidiada - además que sabes tu de comida, eres un estúpido fantasma -

– ¿Cómo te atreves a acusar a mi condición de que no sepas cocinar? - reclamó Ekubo que ahora poseía a un sujeto que juraba haber visto en las instalaciones de Garra, aquella lejana vez que fue secuestrado. Sabía que era el espectro por los prominentes hoyuelos rojos que se dibujaban en sus mejillas - Además, la lengua de este sujeto se quemó sólo al probarla -

– Es por que eres muy torpe como para usar un cuerpo -

– Yo te enseñaré para que otras cosas soy torpe - comentó acercándose mucho al rubio.

Ritsu tosió un poco para indicar su presencia, porque fuese lo que fuese que el espíritu iba a hacer, seguramente no era apropiado - Gracias por dejarme descansar en su casa, Reigen -

Hizo una ligera reverencia para después lanzar una mirada asesina al espectro, quién supo de inmediato que su existencia podría ser fútil si hacía enojar a ese psíquico.

–¡Aaaaah, ya despertaste! - se sorprendió el rubio poniendo un poco más de agua en la sopa salada - ¿Te sientes mejor? -

– Si, gracias - sus defensas y su hostilidad estaban bajas.

– Me alegro, por favor, espera en la mesa. Seguramente tienes hambre - sonrió confiado Reigen.

Ritsu se sonrojo, ¿cuántas veces había escuchado esa frase en sus pensamientos?.

Ekubo lo miró curioso, comúnmente el azabache no se comportaba así, pero se quitó rápidamente la idea de la cabeza. Acaba de pasar por una fiebre de casi 39° grados.

– Estabas hecho añicos, Rit. Debes cuidarte más, pudo haber sido grave si no se nos hubiese ocurrido pasar por el parque - lo regañaba el espectro sentándose a su lado en la mesa.

– Tienes razón… pero ¿qué hacías con el señor Reigen? - su mirada se volvió nuevamente amenazante - Le diré a mi hermano que lo estas hostigando -

– Oye, oye, calma Rit - se defendió Ekubo - Mis intenciones no son malas -

– Me vuelves a decir Rit y te exorcizó - amenazó.

– Perdón, Ritsu - Hacía años que ese pequeño bribón no le hablaba así - en realidad no lo hago por gusto, Shige me lo pidió - explicó el hombre de mirada profunda y cabello corto.

– Insistió en que me siguiera después de contarle lo de las maldiciones de la casa - dijo con fastidio Reigen sosteniendo dos tazones, uno con arroz blanco y otro con sopa miso - Le dije que estaba exagerando, pero ya sabes como es testarudo hermano -

Los ojos de Ritsu se posaron en los platos que acaban de ser depositados en la mesa. Aún no creía lo que estaba pasando, sus fantasías se estaban haciendo realidad…

Bendita sea la amenaza inminente de muerte por una temperatura de 39° grados.

– Come un poco, estar enfermo es agotador y comer te ayudará a recuperarte - Reigen le sonrió - Y tú, ayúdame a traer lo demás, o no te daré de comer - cambió súbitamente de ánimo al hablarle al hombre adulto que estaba recargado con sus brazos sobre la mesa.

– Ya voy, ya voy - contestó él levantándose pesadamente y siguió al rubio a la cocina - deberíamos revisar su temperatura, está actuando raro - le susurró.

– No seas paranoico, sólo está cansado… algo que no sabes tu por ser un fantasma - se burló Reigen – Vamos, lleva el pescado y tu tazón de arroz -

Ritsu pensó que, o Dios estaba siendo muy bueno con él o tal vez estaba en coma y moriría pronto. Nada de lo que sucedía parecía real.

Tomo un poco de arroz y lo comió, seguido de un sorbo de sopa miso. Eso era imposible, hasta la comida le sabía genial. Ahora estaba confirmado, se había enamorado de ese imbécil.

Ekubo y Reigen se sentaron a comer con él. Una plática se desarrolló, dónde el tema era qué tan ético era que el espectro poseyera a ese hombre sin darle nada a cambio y llegaron a la conclusión de que no era nada ético.

Reigen reía y eso se había convertido en alimento para el alma de Ritsu. Sin embargo, lo bueno dura poco. El sonido del timbre anunció la llegada de un invitado y el rubio se apresuró a abrir. Se trataba de Shigeo y el enfermo no pudo evitar sentirse opacado cuando sintió que Reigen se contenía por abrazarlo.

– Disculpe las molestias, Maestro Reigen - hizo una reverencia marcado - Gracias por cuidar de mi hermano -

– Vamos, Mob, no digas tonterías. Tu y Ritsu son familia para mí - contestó el hombre dándole palmadas en la espalda – ven, come con nosotros, hice sopa miso. Para ti con bastante sal -

– ¿En serio? Me encanta su sopa miso Maestro - contestó el joven dejando caer su bolso en el sillón de la estancia.

Shigeo no parecía ajeno a ese lugar, no como Ritsu. Al menor le dio la sensación de que todo se completaba cuando su hermano estaba en el mismo lugar en el que estaba Reigen.

Terminó su comida y se levantó.

– ¿Qué sucede Ritsu? ¿Te sientes mal? - preguntó el hermano mayor, obviamente preocupado.

– Sólo me sentí un poco cansado, deberías comer, me recostaré un rato más si no hay problema señor Reigen - nuevamente lucía bastante enfermo.

– Por supuesto que no, ve a reposar la comida. Si te sientes mal por favor dinos - se acercó a él y juntó su frente con la de él para tomar su temperatura.

La mente de Ritsu se apagó y su rostro comenzó a ponerse rojo.

– No parece que tengas temperatura, pero es mejor no confiarnos - dijo Reigen separándose de él - si no se pasa el malestar te llevaremos al hospital -

Ritsu solo trago pesado y camino hacia el dormitorio, una vez ahí se hizo ovillo en la cama y trato de no llorar por las emociones que se habían acumulado en tan poco tiempo en su corazón.

Ekubo y Shigeo fueron testigos de la escena que les hizo quedar mudos.

– Maestro, debió usar el termómetro, podría contagiarse - lo regañó Mob.

– No creo, estás exagerando - respondió con una sonrisa.

– Si te enfermas no vengas llorando con nosotros - dijo Ekubo levantándose también - iré a dejar este cuerpo, creo que debe trabajar por la noche, regreso en un rato - dijo saliendo de la casa.

Ritsu escuchó su plática desde la habitación. Desde temas de la universidad hasta anécdotas graciosas de los chicos de la oficina, pasando por la organización de la fiesta de Navidad. El menor quería eso, pero era demasiado orgulloso como para admitirlo, además… tal vez debía aceptar de una vez por todas que para el rubio era simplemente el hermano de Shigeo.

Se encogió en la cama y sintió salir un par de lágrimas.

– Muchas gracias de nuevo por todo, Maestro Reigen - dijo Mob reverenciando nuevamente.

– No seas tan formal, ahora lleva a Ritsu a casa y asegúrate de que este bien - contestó el rubio - Afortunadamente ahora no vivimos tan lejos -

– Tiene razón - sonrió el azabache nuevamente.

– Muchas gracias, señor Reigen, le debo una - se despidió Ritsu.

– Claro que no, tonto, sólo cuídate mucho y ya no nos preocupes de esta manera - le regaló dos palmadas en su hombro - Recupérate, no quiero que digas que no vendrás a la fiesta porque recaíste -

Los hermanos Kageyama caminaron rumbo a su casa dejando nuevamente a Reigen en compañía del espectro. El menor no mencionó palabra y Shigeo asumió que era porque aún se sentía mal.

– Me alegra mucho que tu y el maestro Reigen se lleven mejor - rompió el silencio el mayor - El otro día me comento que ya lo insultas menos - dijo con singular alegría.

– ¿En serio? - pregunto incrédulo de que él fuese un tema de conversación entre su hermano y el rubio - Tal vez, tiene razón, no me había dado cuenta - dijo tratando de restarle importancia.

– ¿Te gustaría ayudarme a conseguir un regalo para él? - preguntó Shigeo a su hermano - mencionó una parrilla para asar carne, pero no tengo mucho dinero y no sé qué otra cosa podría hacerlo feliz -

– Cualquier regalo que tu le des Shige, lo hará feliz - contestó Ritsu con pesadez - un cárdigan, una tetera, un perro… -

– ¿Un perro? -

– Si, él otro día comentó que le gustan… pero su hermana y su mamá prefieren gatos, así que nunca tuvo uno -

Shigeo paró de golpe – Nunca me había comentado eso… - dijo sorprendido - aunque tampoco sé dónde conseguir uno o qué tipo de perro prefiere él -

– ¿Cómo? - preguntó Ritsu.

– Si, podrían gustarle los pequeños o los medianos… -

– No eso, lo que dijiste antes - insistió el menor. .

– Qué nunca me había contado eso, casi no habla de su familia… - miró a su hermano y sonrió - creo que si se llevan mejor ahora, bien hecho Ritsu. El maestro Reigen, es una buena persona-

Ritsu sonrió, quizás, no lo veía sólo como el hermano de Mob.

Los días pasaron y con ayuda de su carisma y todos los trabajos pulcramente realizados, el chico de 20 años, recuperó el tiempo perdido por enfermarse y quedó listo para las vacaciones de invierno. Navidad sería al día siguiente.

Y una vez más lo vio, saliendo de uno de los refugios de la ciudad, si le dieran una moneda cada vez que lo encontraba furtivamente, ya tendría 4, que no es mucho pero igual es curioso.

El hombre salió con una sonrisa en el rostro, y decidió que no lo molestaría para sí investigaría qué sucedía.

Entró y una pequeña campana anunció que estaba ahí. Una cara conocida le dio la bienvenida.

– Oh, Kageyama - le dijo un chico con peinado impoluto y voz gruesa - ¿Qué te trae por aquí? -

– Mayor Tokugawa, no sabía que trabajabas aquí -

– En realidad no trabajo, es más como voluntariado, ¿Te interesa adoptar? - cuestionó seriamente.

– No precisamente - sólo vi a alguien conocido salir de aquí y sentí curiosidad.

– ¿Conoces al rubio que acaba de salir? - se sorprendió un poco - Él vino a adoptar, pero debido a que se atraviesan las vacaciones de invierno, todas las adopciones se han pausado para principios de enero. Mucha gente abandona a los perros adoptados después de las fiestas - dijo molesto - Si en verdad tiene ese ímpetu por adoptar, regresará en esa fecha -

– Si alguien merece adoptar un perro es él - Ritsu lo reviró en voz alta y sin pensar - Consiguió un piso dónde le dejan tener mascotas, es dueño de su propia empresa y es muy responsable - continuo en automático.

– Ya veo… - Tokugawa observo estoico a Ritsu quién había caído en cuenta de lo que decía y ahora estaba muy sonrojado - parte del tema del aplazo en las adopciones es que no tenemos personal suficiente para hacer las investigaciones… pero sí un tipo como tú viene y me dice esas cosas, me hace parecer un desalmado no considerar darle al perro y a él una oportunidad de pasar una de las mejores Navidades de sus vidas. Además es el más viejo del albergue, le urge un lugar dónde pasar los mejores últimos años de su vida  -

El más joven quedó sorprendido.

– Kageyama, si firmas la responsiva… podríamos entregarle al perro mañana ¿Qué dices? - Tokugawa sonrió acercándole un formato a Ritsu.

– Claro, ¿A qué hora puedo venir por él? - 

Al día siguiente Ritsu salió temprano de su casa, debía recoger al perro y pasear con él un rato.

Cuando la tarde comenzó a caer, varias personas se reunieron en la casa del rubio. Sin embargo, el menor de los Kageyama aún no llegaba.

– Ritsu no dijo nada acerca de no venir - preguntó Ekubo a Mob.

– No, sólo salió temprano y dijo que estaría aquí a la hora - contestó el esper.

– Lo llamé y me dijo que tenía algo importante que hacer - añadió Sho uniéndose a la conversación dónde no había sido invitado - pero que vendría -

Y es que en realidad Ritsu estaba afuera con el perro dándole vueltas a su cabeza acerca de cómo entrar - Definitivamente esto será terriblemente vergonzoso - se agachó y abrazó al can que se acostumbró rápido a los ataques de ansiedad del chico.

El perro lamió su rostro y le dio ánimos al azabache para continuar.

El timbre anunció que alguien más había llegado. Reigen quién ya se sentía un poco abrumado por la cantidad de personas, aprovechó para salir a tomar aire fresco.

Pero al abrir la puerta se encontró con aquel perro enorme color blanco que había conocido el día anterior en el refugio.

– ¿C… Cómo? - preguntó Reigen sin esconder su emoción.

El perro lo reconoció de inmediato y se lanzó a él derribándolo y lamiendo su rostro.

– Feliz cumpleaños, Reigen - dijo Ritsu con una cálida voz y extendió un sobre - Son los papeles de adopción, firmé como responsable… por favor, no me hagas quedar en mal -

Reigen tomó el sobre y le sonrió al más joven de los Kageyama… con esa sonrisa que hasta ese momento, solo era para Shigeo. 

-- Nunca lo haría, tonto - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Gracias por leer (´。• ◡ •。`) ♡

Chapter 5: /MobRei/ Cool Cat - Queen

Summary:

🔞🔞 🔞 🔞 🔞
Si Reigen promete algo, Reigen debe cumplir (ง ◉ _ ◉)ง
Más si se lo promete a Shigeo ദ്ദി ˉ͈̀꒳ˉ͈́ )✧

 

Obvio, esto tiene claras y especificas referencias al coito. Si no te gusta o no te parece, solo sigue de largo ᓚ₍ ^. .^₎. El próximo capitulo sera una cosa dulce llena de miel, espéralo.

Chapter Text

Ja!, Tengo mucho trabajo que hacer pero no puedo concentrarme con esto en la cabeza  ¯\_(ツ)_/¯

Inspirada en Cool Cat de Queen, del álbum Hot Space... 

Amo tanto a Freddie Mercury y a John Deacon que mis hijos - si los tengo - llevarán sus nombres  ⸜(。 ˃ ᵕ ˂ )⸝♡

˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖

♡  Ooh, sí, sí, sí, sí 

/ Ooh, yeah, yeah, yeah, yeah/

Sus manos no eran lo suficientemente grandes como para cubrir toda su vergüenza. Sus ojos llenos de lágrimas y las orejas rojas lo delataban. Estaba al borde del orgasmo pero no lo admitiría. Finalmente estaba ahí, en su cama, con él adentro y no aceptaría que casi llega al cenit sólo con sentirlo entre sus piernas.

♡  ~ Te estás llevando toda la luz del sol

/You're taking all the sunshine away/

♡  ~ Cómo si fueras la línea principal (lo sabía)

/Making out like you're the main line (I knew that)/

El cabello azabache de su amante se veía alucinante con la tenue luz que entraba por la ventana, esa piel pálida y esos músculos marcados no hacían más que excitarlo al punto de que aquel rubio olvidará su nombre.

De pronto una de esas manos, finas y elegantes pero fuertes, retiró las suyas de su rostro y las atrapó con facilidad arriba de su cabeza, sobre las almohadas.

– Quiero ver tu cara - Le dijo en un tono aterciopelado - Ese es mi premio - lo miró desde arriba afirmando su superioridad.

– Tu… idiota - reclamó recibiendo una estocada que lo hizo perder la cordura.

♡  ~ Porque eres un gato genial

/'Cause you're a cool cat/

♡  ~ Llevando el ritmo con un sombrero nuevo

/Tapping on the toe with a new hat/

La otra mano aferró su agarre en la cadera del mayor y elevó su pelvis. Arataka sentía que era de cristal y estaba a punto de romperse. Gritó para sus adentros, tratando de conservar /segùn él/ el último resquicio de dignidad que le quedaba.

Shigeo le dio un beso apasionado y su lengua sirvió de palanca para abrir los labios del rubio, dejando escapar leves gemidos ahogados en placer.

– También quiero escucharte…- se separó ligeramente de él - no me obligues a hacerte gritar - dijo lanzándose a sus labios nuevamente. Entrelazando sus dedos en medio de las sábanas de algodón.

Los alientos combinados neutralizaban el frio del exterior.

♡  ~ Ooh, solo navegando

/Ooh, just cruising/

♡  ~ Conduciendo junto con el rey del vaivén

/Driving along with the swing king/

¿Cuánto tiempo había esperado esto?

La respuesta sin duda era: Toda la vida.

El placer, la falta de razón, su corazón a punto de estallar. ¿A esto le llamaban tener sexo? Jamás pensó que fuese tan satisfactorio, sin embargo en todos sus años sobre este mundo no lo había deseado hasta el momento en el que aquel muchacho se abalanzó a sus brazos después de restregarle su título universitario en la cara.

No había nada en él que le recordará la forma en la que se habían conocido, tanto había cambiado, nada era lo mismo. Ni siquiera él.

♡  ~ Sintiendo el latido de mi corazón, eh

/Feeling the beat of my heart, huh/

♡  ~ Sintiendo el latido de mi corazón

/Feeling the beat of my heart/

Pero no cedería, tal vez se había dejado llevar por la acalorada sesión de besos en la entrada del departamento, pero decidió no gritar ni gemir de placer. Conservaría eso último para sí mismo, en sus sesiones privadas cuando recordará esta ocasión, pensando en él.

Shigeo no estaba contento del todo, él iba por el premio completo. Recordó esa promesa cada día de esos cuatro años, esa promesa lo motivaba en las noches más pesadas, en los exámenes más exhaustivos. Claro, él sabía que su maestro se refería a otro tipo de premio, pero él había dicho “Te daré lo que quieras cuando te gradues”... y eso era lo que el esper deseaba.

Necesitaba escucharlo decir su nombre ahogado en placer, verlo con lágrimas en sus ojos suplicarle por más. Escuchar a su corazón latir por él, sólo por él.

♡  ~ Ooh, eres un gato genial

/Ooh, you're a cool cat/

♡  ~ Llegando fuerte con todo el cuchicheo

/Coming on strong with all the chit chat/

Las manos del menor de ambos acariciaron cada lugar, cada centímetro de la suave piel del motivo de su deseo. Acompasó el vaivén de sus caderas a sus latidos del corazón, y doblándose hacia adelante alcanzó el rostro del amor de su vida.

Con un movimiento ágil logró levantarlo de la cama, ambos aferrándose a la espalda del contrario, sintiendo sus corazones estallar. De repente las posiciones habían cambiado, y sobre él, aún aferrado a su falo, sentado en sus caderas estaba todo lo que deseaba.

♡  ~ Oh, estás bien

/Ooh, you're alright/

♡  ~ Salir y robar todo el protagonismo

/Hanging out and stealing all the limelight/

♡  ~ Jugando con el latido de mi corazón

/Messing with the beat of my heart/

♡  ~ Uh, jugando con el latido de mi corazón, sí

/Uh, messing with the beat of my heart, yeah/

Arataka se dobló de placer y acercó su rostro al torso de Shigeo, este último aprovechó para llevar su mano a su rostro y acariciar sus labios, adentrándose en la humedad de su boca siendo recibido por su lengua.

Se preguntó cómo es que nadie, para su suerte, había atrapado a ese hombre. Su aspecto varonil, su altivez habitual en ese momento contrastaba con la fragilidad de su cuerpo, con la sumisión en su mirada. La razón del veinteañero se rompió.

♡  ~ Ooh, solías ser un niño malo

/Ooh, you used to be a mean kid/

♡  ~ Ooh, haciendo tal trato de la vida

/Ooh, making such a deal of life/

Dió gracias por haber estudiado una licenciatura en educación física, le daba la oportunidad de llevar el ritmo de la sesión. Rápido y sin lastimar a su hombre, salió y entró nuevamente, colocando al rubio en cuatro contra la cama.

La presión que ejercía su miembro contra la próstata de Reigen hacía que el flujo de sangre aumentará el grosor de la erección, se sentía en el cielo… pero su movimiento le jugó en contra. Ahora el rubio podía esconder su rostro entre las sábanas y dejar salir su voz sin que fuera perceptible para él.

♡  ~ Ooh, estabas deseando y aspirando y esperando

/Ooh, you were wishing and hoping and waiting/

♡  ~ Para realmente aprovechar el gran momento

/To really hit the big time/

Reigen quería gritar, pero sabía que en cuanto pasará perdería la razón… aunque, ¿ya no tenía sentido no? Se había dejado asaltar por aquel moreno. Aprovechó el anonimato que le daban las almohadas para pronunciar su nombre, cada que lo hacía su corazón se paraba.

De pronto su pene fue aprisionado por las manos del menor, sin previo aviso. Su rostro se despegó de las almohadas, delatando su sorpresa con un gemido que no hizo más que prender más a Shigeo. Las estocadas eran más fuertes y el moreno aprovechaba el empuje de los brazos del rubio contra el colchón, para sostener su mentón levantando su rostro para que no se volviera a esconder.

– Te dije que no me obligaras a hacerte gritar… Arataka - le susurró el azabache al oído, haciendo que su maestro se rindiera ante él.

♡  ~ ¿Pero pasó? ¿Sucedió? No

/But did it happen? Happen? No/

♡  ~ Estás acelerando demasiado rápido, reduce la velocidad

/You're speeding too fast, slow down/

♡  ~ Reduce la velocidad, será mejor que disminuyas la velocidad, disminuyas la velocidad

/Slow down, you'd better slow down, slow down/

– Por.. por… Por favor… - trató de hablar, pero su respiración se cortaba - Pa… pa… para… Mob -

Eso no era lo que quería escuchar, pero no se iría sin lo que le habían prometido. Se acercó nuevamente a él, introduciendo su pene aún más profundo.

Reigen se arqueó, sus caderas parecían responder a los deseos de Shigeo, en vez de a su cordura.

– ¿En serio… ¿Quieres que paré? -

♡  ~ Realmente sabes cómo crear el ambiente

/You really know how to set the mood/

♡  ~ Y realmente te metes en el ritmo

/And you really get inside the groove/

Reigen sabía que se arrepentiría… o quizás no de lo que diría a continuación.

– No… no seas estupido… claro que no quiero que pares - regaño al azabache - sólo… que estoy a punto de llegar -

– No te dejaré… - amenazó el otro.

♡  ~ Tan genial, llevando el ritmo con un sombrero nuevo 

/Cool cat, tapping on the toe with a new hat/

♡  ~ Ooh, solo navegando

/Ooh, just cruising/

– No hasta que digas mi nombre y me ruegues por más… dijiste que me darías lo que quisiera… ¿lo recuerdas?... tu lo prometiste - agregó y se escondió en su nuca, parecía un niño reclamando un juguete, un niño caprichoso.

♡  ~ Conduciendo como el rey del vaivén

/Driving along like the swing king/

Reigen giró un poco, su rostro, estaba sorprendido… Recordó la promesa, ¿a eso se refería?

Bueno, él podría ser un embaucador, pero aún así sus palabras tenían peso.

– Con que era eso… - se rió un poco - ¿podemos cambiar de posición? Te daré lo que viniste a buscar-

♡  ~ Sintiendo el latido de mi corazón

/Feeling the beat of my heart/

♡  ~ Sintiendo el latido de mi corazón, sí

/Feeling the beat of my heart, yeah/

Shigeo abrió los ojos sorprendido. Nuevamente salió y entró con suavidad ganándose unos sigilosos gemidos de su maestro.

Ahora estaban frente a frente, volvieron a la postura inicial. Reigen atrapado entre el musculoso y delicioso cuerpo del veinteañero y el colchón.

Las estocadas comenzaron otra vez. Cada vez más profundo, cada vez más intenso. Abrazó las caderas de Shigeo con sus piernas, levantando la cadera, queriéndose fundir con él.

♡  ~ Sintiendo el latido de mi corazón

/Feeling the beat of my heart/

♡  ~ ¿Puedes sentirlo?

/Can you feel it?/

El placer de ambos se intensificó.

Los ojos llorosos del treintañero, su espalda arqueando, aferrando sus dedos a las sábanas… como si ellas tuvieran el poder de contener lo incontenible.

Su voz salió a cuentagotas, pero era suficiente para que Shigeo perdiera el control de sus impulsos.

– Sh… Sh… - siseo primero, parecía que no podía respirar - Shigeo - por fin salió entre terciopelo - Shigeo - gimió una vez más.

Y ambos sintieron el mismo impulso. Sellaron aquello con un beso, sin decir nada más, llegaron a un común acuerdo firmado con el orgasmo compartido.

Ahora se pertenecían.

♡  ~ Sintiendo el latido de mi corazón, eh-yeah

/Feeling the beat of my heart, eh-yeah/

♡  ~ Sintiendo el latido de mi corazón

/Feeling the beat of my heart/

Ambos quedaron exhaustos.

Pero a Reigen no le gustaba dormir sudoroso.

– Prepararé el baño - le dijo al azabache, quién miró nuevamente su cuerpo, de arriba para abajo… podría ser testigo de eso todos los días de su vida.

♡  ~ Ooh, ooh, sintiendo, sintiendo

/Ooh, ooh, feeling, feeling/

Reigen le dió un pequeño golpe en la frente – Te espero adentro, no dejaré que duermas en mi cama así - y le sonrió.

Shigeo escondió su rostro con sus manos - Si continuas haciendo eso no creo poder dormir -

– ¿Hacer qué? - preguntó el rubio extrañado.

– Sonreír - contestó Shigeo tomándolo nuevamente en brazos.

♡  ~ Sintiendo cada sentimiento

/Feeling ev'ry feeling/

 

 

 

 

 

 

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Gracias por leer (˵ •̀ ᴗ - ˵ ) ✧

Chapter 6: /SeriRei/ You Make My Dreams Come True / Daryl Hall y John Oates

Chapter Text

Otro "inspirado en"

Esta vez le toca a You Make My Dreams Come True de Daryl Hall y John Oates 

Me gusta mucho esta canción me pone de buenas y me dan ganas de sonreír como tonta (ꈍᴗꈍ)♡

Gracias por leer 

♡〜٩( ˃▿˂ )۶〜♡♡〜٩( ˃▿˂ )۶〜♡

Zapatos limpios en la entrada. 

Su cabellera rubia peinada con sumo cuidado. No había un sólo pelillo fuera de lugar, bueno ese era el plan. Nada debía salir mal. 

Suspiro profundo mientras anudaba su corbata, el nudo windsor nunca se le había hecho más complicado. 

Shigeo lo ayudó, aunque sus manos temblaban más o peor que las de Arataka. Ambos estaban sumamente nerviosos, pero ¿cómo no podían estarlo? Uno de ellos contraería nupcias ese día. 

El más joven decidió hacerlo con sus poderes, si ambos seguían con ese miedo horrible a que algo saliera mal, la corbata no quedaría bien. 

– Ya es hora - gritó Tome entrando por la puerta sin avisar. 

– Debe ser el día más feliz de su vida, maestro Reigen - Shigeo sonaba melancólico pero en realidad estaba feliz, no era como si le estuvieran arrebatando a la persona que más amaba… Sin embargo, a pesar de todo sabía aceptar que la decisión que estaba tomando su maestro sería la mejor.

Ese hombre taciturno y solitario, se había enamorado. 

– ¿Cómo me veo? ¿Creen que le guste? - les preguntó a los chicos. 

Lucía un hermoso traje color blanco perla, que hacía juego con el azul cielo de los detalles en los bolsillos y su adorable pañuelo al pecho. 

– Te ves increíble, además, él ya te ha visto en peores fachas y te desnuda con la mirada… Así que no te preocupes - dijo despreocupada la chica. 

– ¡Kurata! - le reclamó Mob. 

Ya no eran unos niños, tenían años de conocer a aquel rubio. Sin embargo no lo conocían en esa faceta tan tierna, parecía que iba a llorar o a huir como un ratón asustado. 

– Vamos entonces, maestro - el azabache estiró su mano, invitando a seguirle. Su corazón dolía, pero aún así, aceptó con gusto cuando Reigen le pidió que lo entregará en el altar. 

Lo último que hizo antes de salir fue ajustar sus zapatos y regar sus plantas. Después de ese día su rutina cambiará para siempre. 

Ekubo estaba abajo en el cuerpo de Yoshioka. Esperando en el auto que los llevaría hasta la ceremonia. 

Lo vió bajar y su corazón se detuvo. 

Lastima que no era para él esa visión, ese sueño. Sin embargo eso jamás podría ser, Reigen merecía algo más que un espectro, alguien que lo hiciera feliz y que lo pudiera llenar de caricias. 

El camino se llenó de comentarios dando ánimos a Reigen para aminorar sus miedos. 

Ekubo lo molestó para bajarle los nervios, pero hizo que su cabello se desacomodara y el rubio grito de horror. 

– Necesito que sea perfecto - dijo al aire. 

– Cualquiera querría casarse contigo, no seas tonto - agregó en voz baja el espectro - Aún si te estuvieras casando con pans y sudadera, Serizawa sería el hombre más feliz sobre la tierra - sonaba molesto, pero le regalo una sonrisa que tranquilizó al novio. 

Llegaron a la iglesia y Teruki los encontró en la entrada, ya todos los invitados y el novio esperaban adentro. 

Shigeo acomodo una vez más el traje de su maestro y lo tomó de las manos. 

– Deseo que sea muy feliz - dijo ganándose las lágrimas y el abrazo de su mayor. 

– Bien, hagamos esto - trago pesado Arataka.

Se puso a lado de su discípulo y ambos caminaron a la par. 

La puerta del recinto se abrió y una multitud de amigos y conocidos los recibió con expectativa. Sin embargo, lo que buscaban estaba al final del pasillo. 

Katsuya Serizawa nunca se había visto más impactante, un traje gris perla con detalles azul rey que contrastaba perfectamente adornaba su masculino cuerpo. 

A lado de él Sho y Ritsu lo acompañaban siendo sus padrinos. 

La marcha nupcial comenzó. 

Tome y Teruki marcharon detrás de Reigen y de Mob. 

Llegaron al altar. 

Arataka y Katsuya cruzaron sus miradas. 

Nunca habían estado tan seguros de nada en sus vidas. 

Eran suyos y no necesitaban una boda para saberlo, pero verse de esa forma era una experiencia que ambos querían vivir. 

Ahora que se habían encontrado, no se dejarían ir. 

Sus sonrisas lo dijeron todo. Estaban perdidamente enamorados. 

♡〜٩( ˃▿˂ )۶〜♡♡〜٩( ˃▿˂ )۶〜♡

 

⚘️❤️

 

Chapter 7: /SeriRei/ From The Start - Good Kid

Chapter Text

₊˚⊹♡ Inspirada en From The Start de Good Kid, cover de la canción original de Laufey. Me gusta más la versión de Good Kid porque es más animada, aunque la de Laufey es muy bonita también (❀ˆᴗˆ)(•́ᴗ•̀✿)

Gracias por leer ฅ՞•ﻌ•՞ฅ  ₊˚⊹♡

☆ ★ ✮ ★ ☆☆ ★ ✮ ★ ☆☆ ★ ✮ ★ ☆☆ ★ ✮ ★ ☆

El maestro estaba hablando mucho, pero Katsuya no lo escuchaba. Su mirada estaba perdida en su mejor amigo, quién a su vez observaba sin pena y de manera intensa a aquel chico nuevo que se acababa de presentar hace unos momentos.

No era algo del otro mundo. Cabello negro, piel pálida.

Sin embargo, Reigen no apartaba su mirada de él.

– ¿Escuchaste? Se llama Shigeo Kageyama - le dijo el rubio en un susurro.

Katsuya Serizawa sintió como un pedazo de su mundo se desmoronaba un poco.

-`♡´- ¿No notas cómo me quedó callado

cuando no hay nadie más alrededor? -`♡´-

/Don't you notice how

I get quiet when there's no one else around/

El almuerzo llegó y otro chico sumamente parecido a Kageyama fue por él al salón.

– Creo que es su hermano - masculló una compañera.

– Yo quería hablar con él - le dijo Reigen y suspiró con decepción – Ni hablar, Seri, vayamos a almorzar. Hoy te traje unas deliciosas bolas de arroz - comúnmente era el rubio el único que hablaba en esa relación.

El castaño se limitó a sonreír y a seguirlo. Por lo menos ese almuerzo sería sólo para él.

Parecía que Reigen no se había dado cuenta. Y eso era porque Katsuya era demasiado bueno escondiendo lo que sentía por él.

-`♡´- Tú y yo y un silencio incómodo.

No te atrevas a mirarme así

No necesito recordatorios de cómo no sientes lo mismo -`♡´-

/Me and you and awkward silence

Don't you dare look at me that way

I don't need reminders of how you don't feel the same/

Reigen hablaba de un video que lo dejó despierto toda la noche y Serizawa se maravillaba con su encantadora narrativa y la manera en la que exageraba las cosas que había visto.

Siempre salían a la azotea a comer. Ese era su lugar, para Katsuya era especial porque ahí en la ignominia del mundo, el rubio lo veía sólo a él.

De repente la puerta se abrió y llamó la atención de ambos. Era el chico nuevo quién iba sólo con una pequeña caja de bento.

– Ah, lo siento - dijo al verlos, parecía un gato asustadizo que huiría de cualquier interacción. Estuvo a punto de volver sobre sus pasos cuando Arataka le habló.

– ¡No, espera! - dijo rápidamente - ¿Por qué no comes con nosotros? La cafetería es muy ruidosa y por eso Serizawa y yo siempre estamos aquí - haciendo una seña para que se acercara.

– No quiero incomodar - contestó tímidamente el azabache.

– ¡Vamos! No hay problema ¿verdad Seri? - le preguntó a su amigo.

– Ah, no - bajó su voz un poco - ninguno -

Kageyama pensó un momento. Ellos dos parecían agradables, entonces aceptó y se sentó a su lado.

Reigen lo introdujo en la plática. Para su suerte, él también había visto aquel video y ahora compartía opiniones con el alegre rubio.

-`♡´- Oh, el dolor ardiente

Escuchándote hablar de algún nuevo alma gemela

Él es tan perfecto

Blah, blah, blah -`♡´-

/Oh, the burning pain

Listening to you harp about some new soulmate

He's so perfect

Blah, blah, blah/

Katsuya los observó… se complementaban. La mirada seria de Shigeo y la sonrisa curiosa de Arataka lanzaban chispas multicolor.

El camino a casa aquel día fue diferente. Su mejor amigo no dejaba de hablar de la plática que tuvo con el nuevo, y de lo mucho que esperaba que pudieran ser amigos.

Reigen no lo ocultaba, aquel pelinegro lo hacía sonrojar.

– ¿Sabes? Es la primera vez que me siento tan emocionado por algo así - el chico rubio se detuvo y le confesó a su amigo aquel sentimiento instantáneo que le hizo saltar el corazón - Creo que me gusta -

Todo alrededor se sintió pesado para Katsuya. Una vorágine de sentimientos invisibles lo envolvió y su corazón se resquebrajó.

– Aunque tal vez estoy exagerando - se río apenado - lo único que sé es que no me había sentido así antes ¿Qué opinas Serizawa? - se giró y acercándose mucho al rostro impactado de Serizawa le preguntó - ¿Hay alguien que te guste? ¿Cómo lo describirías? -

Espero paciente su respuesta, pero Serizawa no podía hablar. No porque no quisiera, sino porque no sabía cómo describir lo que sentía por él.

-`♡´- Oh, cómo deseo que algún día despiertes

Corras hacia mí, confieses tu amor -`♡´-

/Oh, how I wish you'll wake up one day

Run to me confess your love/

– Si… me gusta alguien - ni los colores más brillantes de las fresas podrían competir contra las mejillas rojas del chico castaño que ocultaba su rostro bajo el desorden de su cabello - duele - y las lágrimas comenzaron a asomar de sus ojos - qué te guste alguien en doloroso -

Reigen tiró su maletín y abrazó a su amigo – No llores Seri - acarició su espalda - Sé que la chica que te gusta se dará cuenta que eres la mejor persona del mundo, pero tienes que ser valiente y decirle lo que piensas. Dime quién es y te ayudaré en lo que pueda -

En sus 15 años de vida, ni un abrazo le había sabido tan dulce como aquel. El rubio tenía ese poder.

El poder de destruirlo y repararlo sin siquiera saberlo.

– Recuerda que somos amigos - y una vez más usó esa habilidad desconocida para clavar más profundo aquella espina en su corazón.

Katsuya deshizo el abrazo - Gracias - dijo con desgano - pero no creo que eso vaya a suceder jamás… a t… a ella… ya le gusta alguien más -

– No seas tan pesimista - Reigen pasó el brazo por su cuello y afianzó el agarre caminando a su lado y recogiendo su maletín en el acto - ¿Qué otro tonto podría ser mejor que tu? -

-`♡´- Al menos déjame decir

Que cuando hablo contigo

Oh, llega Cupido

Y dispara una flecha directo a mi corazón -`♡´-

/At least just let me say

That when I talk to you

Oh, cupid walks right through

And shoots an arrow through my heart/

Serizawa se detuvo de golpe, tal vez esa era su oportunidad. Tenía que decirle o explotaría.

– ¿Sabes qué? - probablemente se había vuelto loco - Tal vez lo haga… -

– ¡Bien dicho amigo! - festejo el rubio – ¡Ya sé, ensaya conmigo! -

La vida a veces camina de maneras extrañas y Serizawa lo acababa de comprobar.

– Si, imagina que soy ella y muéstrame como te confesarías - se puso su chaqueta a modo de cabello… aunque no era necesario a Serizawa le gustaba tal y como era - No te contengas - sonrió y el castaño no supo en qué momento había cavado su propia tumba.

Sus piernas a duras penas lo sostenían y el aire no entraba a sus pulmones.

Los ojos cafés y profundos de Arataka lo miraban expectantes y podía sentir como cada poro de su piel se abría y le dejaba helado.

– Esta hermosa chica no te va a esperar toda la vida Seri-chan - fingió una voz más delgada con la intención de molestarlo - ¿para que me llamaste a este parque Seri? - trataba de ser “delicada” pero no hacía más que verse ridículo.

Por su lado, Serizawa tragó pesado y aceptó que esa oportunidad podría ser única.

– Yo… yo… quería decirte… qué… -

Reigen cruzó sus manos por detrás, esperando pacientemente la “falsa” confesión de su amigo.

– Me gusta mucho el color de tu cabello - dijo y ganó la atención del rubio - tus ojos también son muy bonitos - sus dedos trataban de encontrarse entre ellos, y él no dejaba de sudar - Me gusta cuando hablas de lo que te emociona -

Y su amigo de repente le ponía más atención que la de costumbre.

-`♡´- Y sueno como un lunático

Pero ¿no lo sientes tú también? -`♡´-

/ And I sound like a loon

But don't you feel it, too? /

– Cuando te vi por primera vez… mi corazón me dolió - por fin levantó la mirada - pero no he podido dejar de mirarte desde aquel día -

Las miradas de ambos se encontraron y por primera vez el corazón de Arataka se detuvo.

– Me gusta el tamaño perfecto de tus manos y la sonrisa que pones cuando alguien te cree una mentira - sonrió suavemente - Adoro la comida que preparas, hace que me sienta feliz -

Eso se estaba volviendo de pronto demasiado específico y personal.

– Eres demasiado inteligente… y me gusta mucho como te avergüenzas cuando las cosas no te salen como querías -

-`♡´- Confieso que te amé desde el principio -`♡´-

/ Confess I loved you from the start /

– Te agradezco, por estar siempre cerca y quiero decirte que me gustas desde el primer día en el que me hablaste para que no estuviera sólo y aunque tengo miedo de perderte… tengo que decirte esto de una vez o creo que me voy a morir -

Las mejillas de Arataka ahora compartían el color con las de Serizawa.

– Me gustas mucho… Reigen - dijo finalmente – Y siempre quiero estar junto a ti -

El rubio sólo pudo llevar sus manos a su boca. Por primera vez en su vida no sabía cómo reaccionar.

Eso no era un ensayo… es más, esa confesión no era para nadie más que para él.

– Yo… - trago pesado - ¡Recordé que tengo que alimentar a mi perro! - dijo y corrió como si su vida dependiera de ello.

Serizawa sólo se quedó ahí con su corazón en sus manos y las dudas arremolinándose en su cabello rizado.

-`♡´- ¿Qué puede hacer un chico? -`♡´-

/ What's a boy to do /

Camino lentamente a casa… aún no estaba seguro de que en realidad hubiese pasado… Miro hacia atrás como buscando su cordura.

– Estoy perdido - cubrió su rostro con sus manos - ¿Por qué se lo dije? - las lágrimas comenzaron a correr nuevamente - Seguro que ahora me odia -

-`♡´- Acostado en mi cama mirando

Hacia el vacío…

El Amor no correspondido es aterrador -`♡´-

/Lying on my bed staring

Into the blue?

Unrequited terrifying/

– Katsuya ¿no vas a comer, hijo? - su madre se sentó en la cama a su lado dándole ligeras palmadas en su espalda - Ni siquiera te has conectado con tu grupo de juegos, creí que hoy iban a jugar Mario Galaxy -

– Me duele un poco la cabeza, mamá. - oculto su rostro hinchado por el llanto - Creo que si me duermo un poco me sentiré mejor… bajaré a comer cuando despierte -

– Está bien, amor, si te sientes peor dime para que vayamos al médico - asintió la mujer, aunque sospechaba que las dolencias de su hijo no se curarían con paracetamol… sino que sólo el tiempo podría curar su joven y roto corazón.

Su madre cerró al salir y el chico aprovecho para girarse.

Clavó la mirada en el techo y recordó la cara de asombro de Reigen… ¿ahora como lo vería en la escuela?

Se incorporó y salió de su habitación. Tenía que decirle a su madre lo que había pasado, ella lo entendería porque era su mejor amiga después de Reigen.

-`♡´- El amor me está volviendo un poco loco

Tengo que sacarlo de mi pecho

Te lo digo hoy -`♡´-

/Love is driving me a bit insane

Have to get this off my chest

I'm telling you today/

El rubio acomodo sus cosas en su asiento y miró la banca de atrás, dónde comúnmente se sentaba Serizawa. Llevaba dos días vacía.

Suspiró profundamente. Sabía que era su culpa, él lo había presionado para hacer eso y al final, había sido partícipe de los peores miedos de su amigo, sólo había huído como un cobarde.

– Soy una basura… ¿cómo podría gustarle alguien tan imbécil como yo? - se dijo así mismo y miro a Kageyama ponerse rojo ante la presencia de Takane Tsubomi, pero no sintió nada. Ni el más pequeño atisbo de celos.

– Eres un idiota Serizawa… Hoy te había preparado katsudon -

Recordó las palabras de su amigo y se sonrojó de nuevo.

-`♡´- Que cuando hablo contigo

Oh, llega Cupido

Y dispara una flecha directo a mi corazón -`♡´-

/ That when I talk to you

Oh, cupid walks right through

And shoots an arrow through my heart /

Su mamá le permitió faltar a la escuela hasta que su mal de amores pasara. No le dijo de manera explícita a quién se le había confesado, pero la mujer tenía una ligera idea.

Y él aprovechó para jugar con sus amigos en línea.

– No puedo creer que lo hayas hecho - le dijo su amigo Toichiro por el auricular - Era obvio que ese idiota iba a correr, es sólo un cobarde -

– Es cierto, olvídate de él y mejor busca a una linda chica. Ryo presentale a tu hermana - se burló Minegishi.

– Vuelve a decir eso y me quedaré con tu armadura de diamante - lo amenazó el otro chico - aunque puede que tengas razón. Mi hermana es bonita, ¿quieres salir con ella Serizawa? -

Su conversación le sacaba pequeñas sonrisas a Katsuya pero no le quitaba el mal sabor de boca de haber sido rechazado tácitamente.

-`♡´- Y sueno como un lunático

Pero ¿no lo sientes tú también? -`♡´-

/ And I sound like a loon

But don't you feel it, too? /

Un golpe en su ventana lo sacó de la pantalla de la computadora.

Esperaba algo más, pero no pasó nada y cuando iba a volver a ver la pantalla otro golpe lo asustó.

– Chicos, me desconectaré un rato - dijo sin oportunidad a que los demás se despidieran.

Se asomó por la ventana y el rostro enojado de Reigen lo miró desde el patio.

Espantado se escondió detrás de las cortinas y pensó que tal vez había enloquecido.

Miro a todos lados pensando en que tal vez se había equivocado y era otro rubio anaranjado que casualmente pasaba delante de su casa.

Nuevamente abrió con cuidado las cortinas y lo vió ahí. Cruzado de brazos viéndolo con enfado. Regreso a su escondite y aceptó que no estaba viendo una alucinación.

Definitivamente era chico muerto.

Se asomó por tercera vez y ya no estaba.

– Tal vez si fue una alucinación - se dijo y saltó al escuchar el timbre de la puerta.

Su madre no estaba, pero no podía ser ella porque la mujer cargaba religiosamente sus llaves cada que salía.

Bajo las escaleras y se acercó con cuidado a la entrada de su hogar ante la insistencia del timbre.

-`♡´- Confieso que te amé desde el principio -`♡´-

/Confess I loved you from the start/

– ¡Katsuya Serizawa, sé que estás en casa! - la voz enojada del rubio retumbo del otro lado de la puerta - Si no me abres no volveré a dirigirte la palabra nunca más - lo amenazó y el castaño no tuvo otra más que obedecerlo ante el temor de que cumpliera aquella condena.

-`♡´- Confieso que te amé -`♡´-

/Confess I loved you/

– Ho… Hola… Reigen - no levantó la mirada ni por error - ¿qué se te ofrece? -

– Es increíble que sean las 5 de la tarde y continúes en pijama… Tu mamá te tiene muy consentido - le reclamó dándole una golpe en la cabeza con los papeles que llevaba - Me pidieron traerte los apuntes, si sigues faltando a la escuela así, tendrás problemas en los exámenes de nuevo y esta vez yo no te ayudaré -

– Lo… siento - dijo apenado tomando las libretas con las que lo habían golpeado - No volveré a ser una carga para ti -

– Bueno, me voy - dijo el rubio con un tono sumamente enojado. Pero al darse la vuelta se detuvo - Acerca de lo del otro día -

El corazón del castaño se detuvo.

– Pensé que hablabas en serio - reclamó - pero eres un mentiroso.

– ¡Todo lo que dije fue en serio! - Katsuya se defendió - Cada palabra, la decía… en serio -

De pronto tenía el rostro del rubio nuevamente cerca de él.

Reigen se paraba de puntillas para parecer más alto que su amigo, pero era inútil. Quería lucir amenazante, pero sólo se veía tierno y enojado.

– Si lo que dijiste fue en serio ¿por qué me dejaste sólo por dos días? ¿No que no te quieres separar de mi? -

– Pero… tú me rechazaste - seguía defendiéndose.

– ¡Yo no te rechace tonto! - Arataka de pronto se sonrojo y bajo la mirada - Sólo huí porque no sabía qué hacer… Nunca nadie se me había confesado… ni me había dicho cosas tan embarazosas… ni lindas -

El rubio era un constante cambio de humor. Desde la pena, el sonrojo, pasando por unas risas tiernas hasta llegar al más aterrador estado de ira.

-`♡´- Solo pensando en ti -`♡´-

/ Just thinking of you/

Serizawa lo miró y sus brazos se movieron por sí mismos y lo atraparon en un abrazo.

Reigen no lo rechazó, se escondió en su hombro y llevó sus manos a la espalda del castaño.

– Perdóname… pensé que me odiarías - suplicó.

– Si vuelves a desaparecer así te buscaré y te daré un rodillazo - amenazó el rubio separándose un poco del abrazo, pero sin alejarse del todo.

– Es justo - se río Katsuya.

– No hagas que me arrepienta de tener un novio tan tonto - dijo el rubio sonriente tratando de ocultar su mirada bajo su fleco - o no te volveré a preparar nada de comer -

Los ojos de Serizawa brillaron como diamantes y abrazó nuevamente al rubio con demasiada fuerza.

– ¡Demasiada fuerza, grandulón! - se quejó el rubio y su ahora novio lo soltó rápidamente.

– Lo siento - se disculpó de nuevo pero solo recibió un golpecito en la cabeza.

– No te dije que me dejarás de abrazar - reclamó.

Katsuya sólo suspiró.

Si como amigo Reigen era un sol, parecía que como novio sería caprichoso como el clima… pero a Serizawa no le importaba eso, porque para él, ese rubio era como un té tibio en los días lluviosos y como el aire fresco de los días calurosos.

– Te quiero mucho - le dijo y lo abrazó de nuevo.

– También te quiero mucho - contestó Arataka.

-`♡´- Sé que te amé desde el principio -`♡´-

/ You know I've loved you from the start /

☆ ★ ✮ ★ ☆☆ ★ ✮ ★ ☆☆ ★ ✮ ★ ☆☆ ★ ✮ ★ ☆

₊˚⊹♡ ᓚ₍ ^. .^₎

Chapter 8: /MobRei/ This Is The Last Time - Keane

Chapter Text

Ando emo... lo siento 

Inspirada en This Is The Last Time de Keane, de su álbum Hopes and Fears 

Muchas gracias por su lectura 𖹭

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Cuando Mob salió de la universidad, por la mente de Reigen jamás pasó que lo vería otra vez frente a su escritorio.

– Por favor, maestro, déjeme trabajar nuevamente con usted – suplicó el joven psíquico.

– ¿Estás seguro de lo que estás pidiendo Mob? –

Por muy difícil que pareciera, Reigen había conseguido mantenerse en el mercado.

Serizawa y Tome fueron de gran ayuda, y la dinámica de "rivalidad" con Dozen Roshuto y la Unión Espiritual del Sol Naciente no habían sido problemas para "El más grande Psíquico del siglo XXI", teniendo al castaño a su lado, claro está.

En realidad no necesitaba de los servicios de Mob, pero... maldita sea, por dios que lo quería de nuevo ahí... aunque no hiciese nada, aunque no exorcizara una mierda...

Sólo, sólo lo quería cerca nuevamente.

– Si, estoy seguro maestro – contestó

Y Reigen aceptó, lo hizo sin chistar.

El tiempo se fue como arena entre sus dedos.

Amar nunca fue tan fácil para ambos.

Arataka y Shigeo.

Shigeo y Arataka.

Cinco años más juntos. Aún cuando no lo demostraran en público ellos sabían cuánto se necesitaban y cuánto estaban dispuestos a sacrificar el uno por el otro.

– ¿Sucede algo, maestro? – le preguntó recogiendo sus cosas – Has estado muy pensativo el día de hoy –

– No es nada, Mob – mintió, hace mucho que no le mentía al esper – Solo estaba pensando que pronto se terminará el año –

– Podemos ir a las aguas termales. Por cierto, hablaron el otro día del Hotel de Monte Verruga para saber si deseabamos agendar en la misma fecha – Le abrazó por detrás y colocó un suave beso en su nuca – Nunca me cansaré de ir a ese lugar contigo, Arataka – sus manos bajaron a su cintura y noto que la ropa estaba un poco suelta – ¿Has estado comiendo bien? Parece que adelgazaste –

El rubio no lo miraba, su atención estaba en la ventana que dejaba con parsimonia pasar los rayos del sol de aquella taciturna tarde de noviembre.

– Si, sólo es que he estado haciendo algo de caminata en las mañanas, quiero tener una buena condición para ti, ¿sabes? la diferencia de edad si importa. – contestó sin voltear a verlo – Debes irte, le prometiste a tu madre que la ayudarías a cambiar los cortineros de su sala – le recordó besando su cabellera azabache.

Y Mob se despidió dándole un beso en la mejilla – Te veré mañana –

El mayor le sonrió... qué mentira más amarga.

En cuanto la puerta se cerró, Reigen comenzó a llorar.

Días antes huyendo de una horrenda aparición, se dio cuenta que algo no estaba bien. Le hacía falta el aire y el pecho le dolía de momento, sentía náuseas y por alguna razón se veía más delgado. Un golpe en la cabeza hizo que se desmayara.

Agradeció a los dioses que Shigeo no estuviera presente porque pudo explotar el lugar después de ver la cantidad de sangre que perdió por la herida. En su lugar, Serizawa lo llevó al hospital.

Era una simple herida de rutina, se había golpeado en la cabeza muchas veces, pero esa simpleza desató un hilo negro que descocia otra verdad no tan sencilla.

El médico notó algo irregular y solicitó estudios extra.

– Un año, por mucho – le dijo una voz fría y espesa – Este tipo de cáncer es muy raro y silencioso, no da señales hasta que está muy avanzado. Lo lamento mucho señor Reigen... el pronóstico no es alentador... podríamos controlar su crecimiento por quimioterapias pero por favor no guarde esperanzas... – quiso continuar hablando pero el rubio se levantó de la silla y tomó su abrigo.

– Gracias doctor – viéndolo a los ojos le regaló una sonrisa estoica – si es poco tiempo, prefiero disfrutarlo a sufrir los estragos del medicamento –

– Sin él, la supervivencia podría ser menor, su corazón no resistirá – insistió el oncólogo.

– Lo entiendo, pero ya tomé una decisión –

– Por favor, venga a sus revisiones periódicas para ajustar el tratamiento para el dolor –

– Así lo haré –

Arataka no sabía cómo despedirse de alguien, así que tomaría el único ejemplo que le dió su padre, mentiría. Mentiría pero con un fin menos ruín que engañar a su madre, mentiría para que Shigeo no se diera cuenta de su inminente partida.

Sufrió en silencio durante meses.

Cada excusa era perfecta para no ir a misiones, buscó siempre la más indicada para evitar sobrecargar su corazón... pero era inevitable que se viera más demacrado, no pudo evitar que el suplicio hiciera mella en sus días.

– ¿Estás bien? – le preguntó Mob después de verlo casi desmayarse durante una candente sesión de besos – Necesito llevarte al médico –

– No seas tonto, claro que estoy bien... sólo he estado muy estresado. Si me das un poco de té estaré como nuevo – nuevamente mentía.

La angustia en los ojos de su joven amante le hizo sentir peor que un infiel, estaba siendo egoísta, no ataría a Mob a un cadáver andando. Tenía que alejarse de él.

Pero no pudo, al menos no lo hizo de forma consciente.

El dolor lo cegaba, la preocupación lo consumía. Y se volvía cada vez más lejano.

– Prefiero que me digas que ya no me amas a que veas a otra persona a mis espaldas – después de algunas semanas, Shigeo lo encaró, hablando con Teruki identifico todas las etapas de un engaño en la actitud de su pareja.

Reigen lo miró con asombro, no lo culpaba, era lo que parecía.

– ¿Así que te diste cuenta verdad? – sintió el aura del psíquico elevarse peligrosamente – Si es así, lo mejor será terminar. Entenderé que no quieras venir más por aquí, yo mismo me doy asco. Pero así soy yo, un maldito mentiroso... Lo siento Mob –

Algunos cristales se pulverizaron dejando una ligera brisa, brillosa y punzocortante que acarició el rostro de Arataka.

La sangre comenzó a correr por su mejilla y Mob reaccionó.

– No, no era mi intención, yo lo siento – se disculpó con palabras atropelladas.

– Por eso no puedo estar contigo, eres inestable, te he tenido miedo algunas veces... y así es el corazón, con esta nueva persona me siento seguro, no hay poderes psíquicos, no hay peligros extraños, solo estoy mejor – trató de no temblar para que la mentira fuese creíble – Si logras entender eso, entonces hemos llegado hasta aquí – trago saliva para ocultar su voz rota – Adiós, Mob –

El rostro de Shigeo demostró dolor... Eso era peor que la muerte a la que estaba condenado Arataka, seguro volvería con remordimiento y no podría descansar en paz... le rogaría a Ekubo que acabará con él si lo veía alguna vez.

El veinteañero tomó sus cosas y salió corriendo, su corazón no podía con eso. La opción era huir o acabar con todo a su paso, y no volvería a poner a Reigen en peligro, no importaba lo que hubiera hecho. Lo amaba con su alma, siempre lo amo.

Una ambulancia hizo sonido a lo largo de la avenida, apenas unos treinta minutos pasaron desde que Mob abandonó la oficina. Estaba sentado en una banca meditando todo cuando la sirena parpadeante le llamó la atención.

Iba por el rumbo que él había recorrido y un mal presentimiento apuñaló su corazón. Se detuvo un momento a considerar que no había pasado nada, pero su instinto decía todo lo contrario.

Usó sus poderes en contra de la voluntad de su maestro, los usó egoístamente para llegar hasta donde estaba él.

La multitud se aglutinó afuera del edificio.

La visión se le nubló.

Una camilla salió del lugar con un hombre cubierto hasta el rostro.

– ¡Esperen! – grito Mob – ¿Fueron a la oficina del segundo nivel, a Reitoka Sodansho? – temblaba sin control tomando del cuello a uno de los paramédicos... —por favor... por favor... él... Arataka... estaba sólo ahí... diganme que no fueron ahí –

El paramédico logró apartarlo – Lo siento mucho joven, ¿usted es conocido del señor Reigen? – le pidió una tablilla de datos a su compañero – ¿conoce al señor Kageyama Shigeo? –

– Soy yo... – el azabache miró un punto fijo al piso. De pronto las palabras comenzaron a sonar huecas...

... brazalete... alarma... emergencias... infarto fulminante... leiomiosarcoma...

Todas en una misma oración, pero tan lejanas entre sí. Desconocidas para él.

– Usted es su contacto de emergencias – el paramédico lo miró angustiado, parecía que el joven iba a desmayarse – Lo... lo siento mucho. El señor Reigen... ¿Le comentó de su condición? –

Shigeo negó únicamente con la cabeza, no tenía fuerza para hablar.

Miro la camilla subir a la ambulancia. Todo era tan irreal.

– Tenemos que llevarlo al hospital para que revisen el cuerpo... ¿desea acompañarnos? —

¿El cuerpo? El tenía un nombre, el nombre más dulce que había escuchado en su vida.

Shigeo sólo asintió.

Flores blancas adornaron el altar dónde colocaron su urna. 

Al fin y al cabo, Arataka nunca se casó ni formó una familia.

Mob recogió sus pertenencias del departamento que compartió con él innumerables noches, encontró los exámenes médicos, muchas fotos y cartas sin terminar dónde le pedía perdón.

Una pequeña caja sobresalió de entre todas las cosas de su habitación.

Un sueño al que Reigen renunció, un juego de anillos grabados con una "S" y una "A" que nunca llegó a quién debía ser su dueño.

Shigeo abrazó el pequeño obsequio. 

– Mentiroso – 

 

 

 

♡〜 ♡〜♡ 〜♡〜 ♡〜♡ 〜♡〜 ♡〜♡ 〜♡〜 ♡〜♡ 〜

Chapter 9: /ReiMob/ Cada que... - Belanova

Chapter Text

Este era un capítulo de otro fanfic, pero despues se convirtió en esto :B

Inspirada en Cada que... del grupo mexicano Belanova. 

Esta canción no me duele, me quema, me lastima q(╥﹏╥)p

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ

Aquella mañana Reigen tuvo un presentimiento, algo importante sucedería.

Paró en el puesto de periódicos y compró el diario, por alguna razón qué desconoció al momento se fue directamente a la sección de horóscopos.

"Libra: Una revelación hará qué aclares tus sentimientos, actúa con cautela."

- Patrañas - Pensó .

Y regresó a su rutina de ver que tanto habían bajado o subido las pocas inversiones qué tenía. 

Cuando llegó a la oficina había alguien en las escaleras. 

- Hanazawa, ¿todo está bien?--

Lo identificó de inmediato: guapo, rubio, ojiazul y pulcramente arreglado. 

- ¡Reigen! - se levantó rápido e hizo una reverencia - quería... bueno, necesito hablar contigo - 

- Entonces pasemos - No era extraño conversar con su joven amigo, habían construido una relación similar a la de dos hermanos. 

A Reigen le preocupaba qué el chico viviese sólo, tal vez se proyectó en él, tal vez solo era un incipiente instinto paternal qué parecía adquirir con los años. 

El mayor sirvió té, mientras él adolescente se perdía en sus pensamientos, sentado en el sofá como cualquier otro cliente. 

- ¿No te afectará llegar tarde a clases? Sé que eres un muy buen estudiante, pero las asistencias son importantes - le llamó la atención sin regañarlo. 

- Me reporte enfermo - explicó como respuesta - Y no es mentira, hay algo que me hace sentir mal desde hace algún tiempo -

- Entonces dime, ¿en qué puedo ayudarte? - Hanazawa miró a Reigen, ese rostro estoico y amable a la vez, pensó que no tendría como pagarle tanto apoyo y no quería ser egoísta pero si no hacía algo, quién sufriría más seria él. 

Tenía que decirle. 

- Estoy enamorado - soltó mientras su piel pasaba de un color claro a un enrojecimiento total en el rostro.

- Lo siento no estoy disponible - contestó el mayor bebiendo su té. 

- ¡No de ti! - Teruki se enfado por la broma. Pero la agradeció, su pulso se había normalizado - Me enamoré de... - el nombre lo dijo en una voz tan baja qué Reigen tuvo que pegar la palma de su mano en la oreja para captarlo. 

-Pues yo no oí nada - se quejó él trajeado y acomodó su brazo en la mesa para sostener su mentón. 

Hanazawa apretó la tela de su pantalón entre sus dedos, lo hizo tan fuerte qué sus nudillos se pusieron blancos. 

- Kageyama... ¡de Shigeo Kageyama! - subió la voz y luego cubrió su rostro avergonzado - Estoy enamorado de Kageyama -dijo con un volumen más bajo y el silencio que sucedió a su confesión lo hizo preocuparse. 

Si Teruki era algo, ese algo era ser observador. Si, era un chico fácilmente influenciable y que se maravillaba rápidamente, pero también entendía su lugar en el mundo. Él sabía que entre Shigeo y Reigen había algo y a pesar de no tener pruebas, estaba completamente seguro que por lo menos, el esper pelinegro tenía sentimientos por su maestro. 

Retiró las manos de su rostro y miró al hombre, quién no había cambiado la expresión en su rostro. 

- Con que por fin te diste cuenta ¿cierto? - le dijo aquel sujeto masticando descuidadamente una galleta - Creo que sí debí aceptar la apuesta con Ekubo...- 

- ¿Cómo? - Teruki se sintió confundido - ¿De qué hablas? - 

- Era bastante obvio, pero pensé que te darías cuenta de que te gusta Mob muchísimo antes - rasco su barbilla con sus dedos - ¿Qué esperas para decirle? Por lo que Tome me cuenta, él se ha vuelto más popular en la preparatoria, además ahora es incluso más alto. Si no te apresuras aceptará salir con alguna chica - advirtió Reigen. 

La mente del más joven era un desastre, ¿acaso se había equivocado? - ¿Estás bien con lo que te acabo de decir? Me gusta mucho Kageyama - repitió haciendo énfasis en el nombre del pelinegro. 

Ahora el confundido era el oficinista, ¿por qué le preguntaría eso? ¿Era porque lo consideraba tan viejo que tendría algún problema al ser ambos hombres?

A Reigen no le interesaban esas cosas, amor era amor así como atracción era atracción. Simple física. 

- ¿Por qué habría de estar mal? Es decir, si Mob no tiene ningún problema con ello, seré el primero en felicitarlos - dijo sin el menor cuidado. 

Hanazawa se sintió aliviado, seguramente estaba viendo cosas dónde no había nada. Después de todo, no quería tener como rival de amores a Reigen, porque no podría hacer nada en contra de él. Pero ahora que le decía esas cosas, su corazón agitado se calmaba por primera vez en semanas. 

- ¿Entonces? ¿Qué harás? ¿Quieres que te ayude a declararte? - ofreció y la mirada de Teruki se encendió como árbol de navidad. 

- Me gustaría, pero también quiero hacerlo por mi mismo, no sé si me sentiría bien obteniendo ayuda de alguien más - sonrió bajito, como siempre, era buena idea platicar con Reigen, no por nada todos confiaban en él cuando algo les preocupaba - Pero si sale mal, espero que me recibas para poder platicar - 

El adulto le dió dos palmadas en el hombro - Pero tendrás que pagar - sonrió, era obvio que bromeaba. 

La puerta se abrió, y Serizawa entró corriendo. No era tan tarde, pero aún así debían comenzar a trabajar. 

- ¿Todo está bien Hanazawa? - preguntó el castaño al encontrar al chico en la oficina. 

- Si, sólo le dolió el estómago y vino a que le hiciera un té - se levantó el adulto y acomodo la corbata de su empleado, la cuál se veía un poco torcida después de que se quitará la mochila - Te puedes quedar todo el tiempo que quieras, Teruki - se dirigió nuevamente al joven. 

El ojiazul imitó a su amigo dejando su asiento - Creo que volveré a la escuela, me siento mejor - 

Agradecido, caminó rumbo a la preparatoria Miel, dispuesto a revelarle sus sentimientos a su muy querido amigo. 

Cuando el día terminó, Reigen se encontró perdido entre los sabores de ramen de la tienda de conveniencia, no sabía que cenar aunque por alguna razón no tenía hambre. 

- Mob - el apodo de su discípulo salió de sus labios sin avisar y tapo su boca como si quisiera devolverlo por dónde vino - ¿Qué demonios? Creo que mejor comeré arroz con katsudon - y tomó una de las cenas preparadas que se encontraban al lado. 

La dependienta le cobró con una sonrisa y el por cortesía también sonrió. Pero algo no lo dejaba en paz, de pronto su corazón saltó, ¿acaso sería una arritmia? Tendría que ir a checarse lo antes posible, recordó aquel dato random de que los hombres arriba de los 25 son propensos a morir por infartos al miocardio. 

Mientras más se adentraba en la noche, sus pensamientos le jugaban más en contra. No dejaba de pensar en su amigo, en la confesión que le había hecho y justo después, llegaron a su mente recuerdos de Mob. 

Hace algo de tiempo que había dejado atrás al niño que conoció. Ahora su discípulo ya no necesitaba de él y no se veían tanto como le gustaría, sus caminos pintaban para lugares diferentes y él sabía que le esperaba un gran futuro a aquel chico de cabellos negros como la noche. 

Tomó un cigarro y salió al balcón, no fumaba hacía meses por lo que la primera bocanada lo hizo toser. Aún así continuó, definitivamente lo necesitaba para matar las mariposas que revoloteaban en su estómago. 

Y es que a pesar de que intentó estar tranquilo, él sabía lo que sentía por Shigeo. Lo cuál lo hacía sentir terriblemente mal. Que alguien como Teruki se fijara en él, definitivamente era lo mejor que le podía pasar. 

Se dobló hacia el frente en el barandal del balcón. Quería considerar que cada expiración de humo era un suspiro asesinado antes de que pudiera escapar con el nombre del chico del que se enamoró. 

Dejó pasar aquello, y continuó adelante. Pero la suerte no lo dejaría descansar mucho. 

Sólo tres días después de que Teruki lo hiciera partícipe de sus sentimientos, encontró a Mob en la puerta de la oficina una tarde, justo al volver de comer y acompañar a Serizawa al tren. 

- ¡Mobu! - dijo alegremente y pasó su brazo por su espalda, en un abrazo fraternal como los que le había regalado cada día de los años que estuvieron juntos - ¿Qué tal la escuela? ¿Necesitas algo? - Reigen era tan buen actor que se podría engañar así mismo. 

- Maestro Reigen - respondió el chico con preocupación en su voz - Necesito hablar con usted - algo de urgencia se sumó a la petición. 

- Entremos, por suerte no hay nada agendado a esta hora - tocó el picaporte, estaba listo para lo que fuera. 

Ambos entraron a la oficina. Y Reigen se acercó a su escritorio pero Mob se quedó en la puerta, mirando el piso buscando respuestas a sus dudas entre las baldosas. 

-¿Por qué no pasas, Mob? - preguntó el rubio dándose cuenta que no todo estaba bien - ¿Te sucede algo? - se preocupó, hacía mucho que no lo veían tan absorto en sus pensamientos. 

- Maestro... - dijo dando un paso al frente - Yo... a mi... - tartamudeo pero al ver el rostro impávido de Reigen regreso su pie al lado del otro - Ayer recibí una declaración de amor - soltó por fin. 

- ¡Enhorabuena, Mob! - el rubio movió sus manos alegremente - ¡Sabía que no pasaría mucho para que alguien se diera cuenta de lo bien que te ves! - su corazón estaba a punto de detenerse, así que se sentó en la orilla del escritorio para no caer desmayado - ¡Dime! ¿Quién tendrá la fortuna de que seas su cita? - 

El joven lo miró con incipientes lagrimas en los ojos. 

- ¿Usted...? ¿Usted está bien con eso? - preguntó con la voz temblorosa. 

- ¡Claro! Nada me alegraría más que verte con alguien que te valore y te haga feliz - trago pesado - Te lo mereces Mob, mereces a alguien que te ame como si fueras la única persona en este planeta - Reigen tenía ganas de chocar su cabeza contra el piso y pedir perdón, perdón por todo, perdón por existir, perdón por no ser tan feliz como debería - ¿Me dirás quién fue? - preguntó apaciguando sus pensamientos intrusivos. 

- Fue... Hanazawa... pero aún no le doy una respuesta... - los brazos de Mob perdieron fuerza y quedaron a sus costados - Primero quería hablar con usted... - su fleco cubrió sus ojos. 

- Wow - fingió sorpresa y jaló su corbata, se estaba ahogando - Creo que no puede haber alguien mejor para ti... Felicidades Mob - e intento seguir en su papel, pero era demasiado difícil. 

Dolía más de lo que había pensado. 

- Le diré que sí - la voz de Shigeo sonó retadora como si le exigiera que pusiera un alto - Prometí responderle después de hablar con usted - 

Reigen bajo la mirada y apretó sus labios. 

- Estoy seguro de que les irá muy bien - dijo y levantó nuevamente el rostro para sonreírle amablemente a Mob, cómo quién ve el final con resignación - Sé qué Hanazawa te hará muy feliz - 

El pelinegro hizo una reverencia, su cabello cayó frente a su cara y Reigen juró ver algunas lágrimas descender con la gravedad solo para terminar impactando contra el suelo. 

- Gracias maestro - 

El rostro de Reigen se contrajo y aprovechando que Shigeo no le veía giró para esconder sus ojos llorosos. 

- Buena suerte, Mob - le dijo en cuanto el joven tomó el picaporte para salir de la oficina. 

Y el pelinegro sólo asintió sin voltear a verlo. 

La tarde cayó, pero Reigen no encendió las luces de la oficina. 

Tal vez debería ir a casa. 

Continuar adelante. 

Estaba haciendo lo mejor. 

 

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ

 

 

 

Chapter 10: /SeriRei/ Just Like Heaven - The Cure

Chapter Text

De haber sabido que ese era el último día que lo vería, Katsuya hubiera besado sus labios por más tiempo.

Show me, show me, show me how you do that trick

The one that makes me scream, she said

Fue una mañana de octubre, justo antes de su cumpleaños. La imagen al despertar lo tenía encantado, como todos esos amaneceres a su lado.

La luz rebotando en su cabello dorado, el viento fresco del otoño moviendo las ramas de los árboles a lado de la ventana, aquellos trinos de las aves que estaban a punto de guarecerse por la inminente llegada del clima frío.

Serizawa ponía atención en cada detalle, sentado al pie de la cama, recordando cómo su vida había cambiado gracias a Reigen.

The one that makes me laugh, she said

And threw her arms around my neck

– ¿Qué haces despierto? — la voz del rubio sonaba aletargada — Es domingo, vamos a dormir un poco más —

Lo rodeo con sus brazos, acariciando su pecho, besando su cuello.

Show me how you do it

And I promise you, I promise that

– Vamos, quiero que repitas lo que hiciste anoche – le susurró al oído y Katsuya no pudo evitar ser seducido. Reigen le fascinaba, sus labios carmesí, sus ojos color miel, su piel suave como durazno y esa sonrisa que lo hacía perder toda la cordura.

I'll run away with you

I'll run away with you

Lo tomó por la cintura acomodando sobre sus piernas. Quedó hipnotizado por la barba que crecía un poco, pero que se sentía suave en comparación con la suya, podía apostar todo lo que tenía a la simple idea de que si Reigen hubiese sido mujer sería la más hermosa de todas.

Spinning on that dizzy edge

I kissed her face, I kissed her head

Adorno con besos su rostro y su cuello, acarició lentamente sus costados haciendo que se estremeciera en sus brazos.

Se sentía tan afortunado, en aquel lejano día en el que se opuso a Toichiro Suzuki, cuando su cuerpo reaccionó por sí sólo para cubrir al rubio del impacto inminente no pensó que años después sus mañanas serían tan maravillosas.

Vio sus peores momentos, aquellos en los que Arataka mismo se despreciaba y no entendía porque, si era tan inspirador, tan valiente, tan bueno.

And dreamed of all the different ways

I had to make her glow

Masajeo con ternura sus muslos, haciendo que relajara las piernas. Reclamó sus labios como suyos y lo clavó en la cama mirándolo con deseo, deseándolo con amor.

Reigen levantó sus brazos y sus labios se movieron en un susurro.

– Te necesito – salió de ellos.

Why are you so far away, she said

Y Serizawa se entregó nuevamente a sus besos. Se abrió pasó con sus dedos en su interior, no quería lastimarlo, hacerlo gemir de placer siempre había sido su principal intención.

Why won't you ever know

That I'm in love with you

That I'm in love with you?

– No seas tan amable – comentó el rubio – ¿A qué le tienes miedo? Tantos años juntos y ¿todavía crees que puedes lastimarme? — se burló y lo besó esperando dejarlo sin aliento — Nunca podrías, ni aunque eso fuera lo que quisieras hacer —

— ¿Por qué dices eso? — preguntó Serizawa queriendo evadir el tema.

— Por que te amo — le dijo ruborizado, como si eso fuera aún más indecente que lo que estaba sucediendo en aquella cama — Y sé qué tú también me amas, por eso por favor — Reigen aferró sus piernas a la cadera del castaño — No te contengas ni me tengas piedad —

You, soft and only

You, lost and lonely

— Lo quiero todo de tí, aunque duela — terminó la frase para arremeter en contra de los labios de su amante.

Katsuya nunca se sintió tan deseado, tan amado. Jamás creyó que alguien pudiera verlo con esa mirada anhelante.

Se había sentido tan sólo hasta que lo encontró y por lo que parecía Reigen también estaba algo perdido, esperando a que alguien lo encontrara, dando vueltas en la vida buscando algo que el castaño le quería dar. Algo que únicamente le daría a él y a nadie más.

Todo su cariño y devoción. Su cuerpo, su alma y su corazón.

You, strange as angels

Dancing in the deepest oceans

Twisting in the water

Lo penetró con fuerza y Reigen suspiró.

– Así, por favor ~ — le suplicó con su voz entrecortada – No te detengas Katsuya~ —

El castaño bramó, con cada movimiento perdía más el control. Quería morderlo, quería probar cada centímetro de su piel.

Las lágrimas del rubio rodaron por sus mejillas, y las lamió en cuanto llegaron a su cuello. Quería asegurarse que ese fuera el único motivo que las hiciera presentes, que Reigen sólo llorará de placer.

You're just like a dream

Las palabras dulces y lascivas llenaron la habitación, y minutos después ambos se entregaron al placer.

You're just like a dream

~

– Iré a comprar alguna cosas para la comida — habló Reigen desde afuera del baño — Deje agua en la estufa por favor apagala en unos 30 minutos —

— Por favor, ve con cuidado — respondió Serizawa, se sintió un poco incómodo, tal vez lo mejor hubiese sido acompañarlo. Pero si decía algo sabía que el rubio se pondría en una postura algo difícil de manejar.

Salió de la tina y se vistió para continuar con las tareas del hogar. En la cocina estaba todo listo para preparar curry con arroz, se preguntó qué podría haber faltado, miró el refrigerador.

— Seguramente fue por carne — susurró y retiró el agua del fuego como se lo habían pedido.

30 minutos se convirtieron en 60 y luego en 120 amenazando con volverse 180... algo no estaba bien. El supermercado no se encontraba tan lejos, quizás se había metido en problemas. 

Tomó su celular y le marcó.

Nada. La operadora lo mandó a buzón.

Una punzada en su pecho lo comenzó a molestar. El aparato en sus manos vibró y contestó de inmediato.

— Ya me habías asustado, pensé que algo pasó ¿quieres que vaya por ti? — no miró el remitente sino se habría dado cuenta de que no era él.

– ¿Serizawa-san? — La voz al otro lado era de una mujer.

– ¿Sí? —

– Disculpe, pero ¿es usted familiar del señor Reigen Arataka? —

– Soy su esposo — contestó.

El silencio al otro lado de la línea era asfixiante.

– ¿Podría venir al hospital de la zona sur? – preguntó ella y sin contestar, el castaño usó sus poderes para llegar en segundos espantando a todos en el lugar.

Una madre con un niño empapado parecían no mirar a nadie alrededor, solo hacia aquella puerta que indicaba que sólo personal autorizado podía pasar.

– Señor – se acercó un policía – Estás noticias nunca son fáciles – bajó la mirada.

– No – dijo Serizawa y comenzó a sentirse abrumado.

– Su esposo... fue un héroe, señor – agregó.

– Lo es, solo tiene 38 aún hay mucho tiempo para que pueda serlo – la voz de Serizawa sonaba apagada, como si intentara contener cualquier tipo de emoción.

El policía no pudo continuar. 

El niño se acercó y jaló el pantalón de Serizawa, sus ojos llenos de lágrimas.

– Yo... yo lo siento mucho señor – sollozó la madre del pequeño yendo por él – si no hubiera perdido de vista a mi hijo... yo... –

Después de eso. Todo fue caos, palabras huecas, sonidos sin sentido. Algunos gritos y luego Mob.

– Serizawa-san – le dijo el pelinegro – Nadie tiene la culpa... por favor, mantengamos control – sus ojos cubiertos de llanto, liberando la opresión de su corazón. Ese joven  estaba intentando no destruir todo; una vez más le enseñaba que hacer.

Cayó sobre sus rodillas y todo paró. El hospital estaba a salvo pero él lo había perdido todo.

Daylight licked me into shape

I must have been asleep for days

Se desmayó justo después del funeral.

Algunas medicinas y botellas de agua en la mesa fueron la prueba de que alguien había estado cuidando de él. No sabía cuánto tiempo había dormido.

La foto de Reigen en el altar con una varita de incienso a medio acabar.

Shigeo había estado ahí.

And moving lips to breathe her name 

– Arataka... — sollozo — Por favor... — sus ojos se inundaron.

El dolor en el pecho era mucho, la pena que albergaba le hizo creer que moriría y tal vez eso quería.

I opened up my eyes

I find myself alone, alone

Alone, above a raging sea

Ir a dónde estaba él.

That stole the only girl I loved

And drowned her deep inside of me

Pero su aroma inundó su pulmones, se miró así mismo. Quién lo vistió por error le puso el pijama que le quedaba grande a Reigen.

You, soft and only

Su recuerdo, su fragancia.

You, lost and lonely

Tuvieron la gracia de conocerse, de encontrarse.

You, just like Heaven

Seguro lo harían de nuevo. 

 

 

 

 

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Yo quería escribir algo bonito con esta canción, pero esto salió. 

Gracias por leer 

Just Like Heaven - The Cure 

Chapter 11: /YoshiRei/ Chinese New Year - Sales

Chapter Text

Como me encanta esa canción.

Chinese New Year - Sales  

No sé si el contexto sea el indicado, pero tenía este borrador, así que lo dejaré aquí. 

I see you at the movies

I see you with your lipstick on

I'm looking at the cosmos

I'm hoping that we get along

✮⋆˙

El negocio siempre iba lento los días de lluvia, era el momento adecuado para aprovechar y acomodar el papeleo que se generó la semana pasada.

Reigen estaba ensimismado, viendo las papeletas que indicaban la proximidad de vencimiento de las facturas. Malas experiencias pasadas le enseñaron a administrar bien las deudas, a agendar los pagos en tiempo y forma antes de que los avisos de corte de luz llegasen.

Serizawa se disculpó con él, tenía que salir pronto o no llegaría a clases por la lluvia.

— Adelante, en días así el tren es más lento y estás en exámenes — agitó su mano sin levantar la vista, pero conocía la rutina del castaño.

Una reverencia, una sonrisa y a correr.

Tecleó algunas cosas más en su laptop y una alerta en su nuevo smartphone sonó. Le recordó lo fastidioso que se le hacían esas cosas, estaba atrapado en la costumbre de escuchar únicamente mensajes y llamadas.

Las aplicaciones le parecían fastidiosas también, pero Tome insistió en que invirtiera en un poco de "comunicación moderna".

— Eres más anticuado que mi papá y eso que él te lleva más de 12 años. No puedo creer que tengas tanto tiempo con el mismo teléfono —

Arataka chasqueó la lengua, no pudo evitar sentirse un poco patético al verse tan influenciado por la chica preuniversitaria. No era un gasto que le quitará el sueño, es más, mientras el aparato sirviera para concertar citas comerciales era más que suficiente.

Aunque justo por eso también aceptó cuando la adolescente le insistió en instalar una de esas aplicaciones de ligue.

— Es triste que mi jefe sea soltero ¿sabes? Leí de esta app en una revista, decía que era segura y que podías conseguir pareja en poco tiempo 

Aquella notificación volvió a tintinear.

Había estado platicando con "alguien", pero no sabía si era algo real o si se trataba de un tipo que quería vender sus órganos en el mercado negro.

En todo caso, tampoco estaba tan emocionado por mantener la continuidad de aquella conversación, se aburrió en el instante en que el que la otra persona sugirió algo más "caliente". Quería conservar sus riñones en su lugar.

— ¿No te gustaría ir al cine? Acaban de estrenar una película de la actriz que te gusta — la invitación en forma de mensaje llegó — ¿Qué te parece? ¿Tienes tiempo hoy? 

Reigen lo pensó un poco, hacía mucho que no iba al cine. Tal vez las cuentas podían esperar, además no era malo darse un tiempo para él de vez en cuando.

— No, lo siento tengo unas cosas que hacer. Tal vez luego — contestó y cerró el chat.

Lo que no sabía Tome, es que su jefe era soltero por elección.

No por que no se le gustasen algunas personas o que dejara pasar desapercibido algún buen partido, sino que simplemente le causaba pereza pensar en que terminaría siendo él quién se quedaría con el corazón en las manos cuando la otra parte se aburriera de él o que su forma de ser colmaría la paciencia de quién fuera que se atreviera a intentarlo.

Dio por terminada su jornada y salió de la oficina. Iría al cine, pero preferiría hacerlo solo.

Colocó en la puerta cerrada el anuncio que indicaba que no estaría en un buen rato y apreciando que la lluvia había cesado salió del lugar.

Si llegará a haber alguna emergencia seguramente llamarían y él podría decidir si tomar el caso o no... aunque seguramente lo haría.

El sol comenzó a asomarse entre las nubes que se dispersaron poco a poco. Parecía que sería una buena tarde de jueves.

Agradeció que la oficina no estuviese tan lejos del centro comercial y del cine. Sus pensamientos se diluyeron entre el debate de comprar algunas palomitas o cenar algo más sustancioso, quizás una hamburguesa con papas.

Una figura conocida sobresalió de la multitud. Alto, con un aire algo siniestro y ojeras prominentes, características que no le restaban atractivo, al menos no para el rubio.

— Hola, Reigen, justo iba a la oficina — le dijo el sujeto de cabello negro.

Yoshioka Mamoru. Hasta hace unas semanas lo conocía como "el tipo al que poseía Ekubo cuando quería sentir un poco de humanidad". Sin embargo, después de que un espectro expulsará al fantasma verde del cuerpo del guardia de seguridad; Reigen tuvo la pesada tarea de explicarle porque estaba en una azotea con moretones por todas partes.

— Yoshioka, lo siento cerré temprano porque... - pensó en mentir, decir algo valeroso como que lo habían citado en un restaurante para exorcizar una olla de presión maldecida por el fantasma de un chef austriaco que murió por resbalarse con un charco de salsa de soya o algo por el estilo, pero no le dio ganas hacerlo — ... hace mucho que no me daba un tiempo para disfrutar de una película y de mi compañía —

El rostro taciturno de Reigen atrapó la atención del pelinegro y las pocas palabras que tenía en la cabeza se derritieron como chocolate en leche tibia.

— ¿Necesitabas algo? — preguntó el rubio ante la mudez de Mamoru.

— Ah, perdón, me sorprende un poco que un hombre como tú vaya solo al cine — la disculpa llegó con un rubor y la conciencia de que estaba viendo muy fijamente al rubio que era unos centímetros más bajo que él — No, en realidad no es nada grave, tenía planeado llevar un poco de ramen y platicar un rato—

Desde aquel día el guardia iba a algunas sesiones con el "psíquico" para que le explicara algunas cosas que Ekubo no quiso hacer, como las heridas que tenía en las piernas o aquel pedazo de oreja que le hacía falta.

— Tuve un sueño en el que me perseguía una serpiente marina gigante y quería saber si eso pasó o tengo que ir a un psicólogo — continuó y rasco su nuca — pero no quiero arruinar tu tarde, creo que debí haber llamado antes —

— Ah, eso... — Reigen miró a otro lado — Si pasó, lo siento... — pero el recuerdo de aquella tarde en la playa de la prefectura de Salmón lo asaltó de repente — Lamento si te lastimaste aquella vez, pero gracias a ti sigo con vida — ahora era él quién se sentía apenado.

Unos marineros lo llamaron porque por alguna extraña razón los peces desaparecían de la noche a la mañana, y no era como si alguien los liberara o los pudiese robar. Simplemente amanecía y la pesca ya no estaba.

Resultó ser un yokai de la zona que se alimentaba de ellos y que estuvo a punto de darle un coletazo casi mortal a Reigen de no haber sido por la rápida intervención de Ekubo quién recibió lo último del impacto y corrió con el rubio en brazos para evitar cualquier ataque mientras Serizawa exorcizaba a esa cosa.

Pero eso no era lo que lo apenaba, sino que derivado del golpe que recibió, Mamoru quedó con una herida importante en la espalda misma que Reigen limpió con cuidado y procuro durante días para que sanará.

Si acaso el sueño incluía aquellas imágenes, temía ser tachado de depravado, aprovechado o acosador... cualquiera se oía terrible. Porque muy a pesar de ser una tarea ardua, había disfrutado contemplar su torso desnudo.

— Oh — fue la única respuesta audible que salió de los labios del moreno.

El silencio se volvió incómodo, ahora el autodenominado psíquico quería que lo tragara la tierra porque lo obvio se dejó ver en la sonrojada cara del pelinegro.

— Mjjjjjjh — aclaró fuertemente su garganta el estafador — ¿Qué te parece si en compensación te invito al cine o a cenar? finalmente pensabas pasar la tarde conmigo ¿no? —

Reigen no pensó jamás que un rostro tan duro como el de aquel hombre se pudiese sonrojar de esa manera.

Camino hacia atrás en sus palabras y se dió cuenta de lo incómodo que se había vuelto aquel furtivo encuentro.

— No... no quiero decir que tengas que hacerlo — sus palabras se atropellaban solas — es sólo que creo que mereces una compensación por el tiempo que ese espectro abusivo usó tu cuerpo — de nuevo tenía el control — Podemos agendar una cita para que vayas a la oficina y conversemos en un lugar más profesional —

— El cine está bien... — respondió Yoshioka tratando de ocultarse bajo su flequillo — La cena la invito yo ¿te parece? —

Ahora Reigen estaba atrapado en su propia red.

Compartir la tarde con alguien como Mamoru no era algo que le pareciera despreciable, pero que Mamoru compartiera la tarde con alguien como Reigen le parecía risible.

— ¿Qué película tenías planeado ver? —

Sin darse cuenta ni como ni cuando, se encontraba caminando a lado de aquel caballero y al parecer ninguno se había animado a hablar hasta ese momento en el que su acompañante intentó romper el hielo. Cuando llegaron a la taquilla.

— Ah... yo... ¿te gusta Emma S.? — Reigen estaba nervioso — Seguro no ¿verdad? podemos ver aquella de acción — señaló un poster dónde aparecían dos musculosos hombres mirándose con odio. Aunque después de analizarlo parecía que no era odio sino otra cosa, más como atracción. Las películas para "hombres" a veces tenían tramas extrañas.

— La de Emma S. está bien, me gusta mucho esa en la que baila con este tipo... — Yoshioka tronó los dedos tratando de acordarse del nombre.

— ¡Ryan G.! — el rubio no pudo evitar sonar algo emocionado.

La mirada brillante del pelinegro lo hizo sonrojarse.

— Cof... cof — tosió disimuladamente — En mi negocio es necesario conocer de todo lo que sucede en la cultura pop — levantó sus manos queriendo aligerar el aire.

El más alto se rio un poco — Me cuesta un poco de trabajo hablar con otras personas acerca de mis gustos, no a muchos compañeros de trabajo les parecen interesantes los musicales — se sonrojo un poco — pero contigo es diferente, sé que de alguna forma entenderás de lo que habló — confesó.

Algo de remordimiento atacó a Arataka — Es una película muy buena, aunque me parece algo agridulce el final — dijo antes de acercarse a la taquilla.

Dos para la función de las 5 — pidió y una chica muy amable le regaló una sonrisa pícara antes de entregar los boletos.

No era una historia de amor, más bien la reivindicación de una villana.

— Me parece interesante que busquen que empatices con seres que de primera te pintaron horrible — susurró Reigen mientras la película avanzaba.

Su aliento cálido chocaba con el costado del rostro de Mamoru y él aprovechando la oscuridad de la sala se permitió sonrojarse. Recordó aquellas imágenes furtivas del rubio poniéndolo en su regazo, el sentimiento de sus manos sobre su piel desnuda, el cuidado que había puesto cada vez que su misión fue ayudarlo a recuperarse.

No lo había aceptado, pero le gustaba pasar tiempo con él. Aunque aquellas sesiones eran para aclarar las cosas, comúnmente terminaban hablando de algo más.

— Siempre la odie porque trataba mal a los perros, pero aquí es diferente... tal vez sólo le faltó que alguien la escuchará de verdad — Reigen volvió a comentar.

— Quizás le faltó conocer a alguien como tú — respondió Mamoru girando la vista hacia la pantalla — He visto lo que haces con esos niños, de no ser por ti quizás sus vidas serían diferentes —

Algo en el pecho de Reigen se apretó, se hizo pequeño en su asiento y se sonrojo.

— ¿Por qué? — la pregunta salió con suavidad — ¿Por qué dirías eso? —

Yoshioka se dió cuenta de que sus palabras habían sido descuidadas, él también conocía esa parte de autodesprecio que tenía el rubio hacia sí mismo.

— Perdón... no te quería incomodar —- sin embargo ya no había marcha atrás, no quería que eso quedara como un malentendido — He visto como ese chico, Shigeo te busca para platicar, de hecho algunos recuerdos de Ekubo me hacen creer que has sido fundamental no sólo para él, sino también para su hermano, Serizawa, Tome y Hanazawa... incluso para el espectro que ocupa mi cuerpo sin avisar —

Ekubo y Yoshioka eran diferentes, aquel hombre parecía tener un mal humor, su mirada dura definitivamente podrían hacer retroceder a alguien durante una pelea. No por nada había trabajado en Claw. Pero a diferencia del fantasma, no era soez, era amable y su personalidad parecía de repente no encajar. 

— No... es nada — respondió Reigen — Ellos ya son especiales de por si, yo sólo les doy una dosis de normalidad —

— Y eso los hace más especiales todavía, porque no los dejas perder su humanidad — Yoshioka sonrió.

Era bueno ir al cine entre semana, era bueno llegar lejos del horario de salida de la mayoría de los trabajos, cuando las salas estaban casi vacías, cuando uno puede platicar en medio de la película sin molestar a nadie más.

— Supongo — bajó la mirada Reigen — Cómo sea, no creas tampoco que lo hago sin recibir nada a cambio —

— Eres interesante — Yoshioka lo miró — Me gustaría conocerte más —

Arataka desvió la mirada, y luego se recompuso en su lugar tosiendo un poco para aclarar su voz.

— Sería bueno... pero después no te vayas a quejar — le advirtió con una sonrisa.

Yoshioka tomó su mano en respuesta y el rubio no se resistió.

Tal vez así se terminaba una racha autoimpuesta de soledad. 

 

 

 

°❀⋆.ೃ࿔*:・

Chapter 12: /MobRei/ Please, Please, Please, Let Me Get What I Want - The Smiths

Chapter Text

Ageswap / UA Escolar / Underage / R18 

Advertides están (๑>؂•̀๑)

 

-------------------- ( •◡-)-♡

 

Con la fuerza de aquel impulso, lanzó su dorado cabello hacia atrás mientras veía el techo. Su rostro estaba ceñido, el dolor del acto era exquisito, le hacía vibrar. 

Todo su cuerpo que hasta hace una hora había sentido adormecido en ese instante estaba al borde del éxtasis, a punto de gritar de placer. 

El pelinegro que estaba bajo de él, tomándolo con fuerza de la cadera para que sus subidas y bajadas no deshicieran la unión de su pelvis con los muslos del rubio, lamió su pecho. Pudo sentir como se estremecía, un placentero temblor recorrió toda su piel, cada poro fue abierto desde su cuero cabelludo, hasta la punta de su glande. 

— No puedo más, Mob ~ — dijo entrecortado Reigen — Estoy a punto ~ — 

Rápidamente cambió de posición, ahora postrado sobre la cama recibía estocadas aún más profundas. Esas sábanas de seda ya estaban empapadas de sudor y restos del esperma de la primera vez que se corrió el pelinegro, justo después de recibir el sexo oral más intenso de su vida, proveniente de su alumno de preparatoria. 

Arataka intentaba respirar, pero sus labios eran un campo de batalla. Shigeo parecía querer devorarlo y eso le gustaba. No por nada se había esforzado tanto por llamar su atención en clase. 

Cuando el chico lo vio entrar en sustitución del maestro Hanazawa, no le pudo quitar la vista de encima. Su cabello recto, la mirada esquiva, los labios rosados, la piel blanca, el porte orgulloso. Quedó cautivado. 

— Arataka~ — gimió el pelinegro. 

Reigen lo abrazó con sus piernas mientras sus manos se enredaban en su cabello. 

— Profesor... Kageyama~ — deletreo entre gimoteos de placer el rubio como respuesta. 

Los pequeños dedos de sus pies se contrajeron mientras exhalaba hacia la gloria, mientras recibía de lleno en su interior todo el semen que aquel profesor de Historia podía eyacular. 

Escondiendo su rostro en el pecho del adolescente, Shigeo se desplomó, estaba satisfecho. Nunca nadie lo había hecho tiritar de esa forma, ni siquiera su esposa. 

— Iré a la cárcel — susurró — Me has vuelto un criminal — se erigió saliendo del más joven — No puedo creer que lo hayamos hecho sin condón — Llevó su mano a sus muslos y acarició de arriba abajo la cadera del chico — ¿No te duele? — su preocupación era genuina. 

Reigen negó — Para nada, fuiste más gentil que el anterior — sonrió conservando ese sonrojo dulce en su piel. 

— Maldita sea, Reigen... — lo apretó — ¿Podrías dejar de recordarlo? Fue una mala experiencia para ti, es todo, me prometiste que irías a terapia — 

— Y lo hago, de hecho tengo sesión hoy... pero tienes razón... sólo fue una mala experiencia — tomó el rostro del adulto en sus manos delgadas — Esta vez sí lo disfrute — le dió un beso — Considerare esta, mi primera vez — sus ojos almendra ya no estaban tan tristes como cuando la plática aquella tarde comenzó. 

— Lamento tanto lo que te pasó... No dejaré que nadie te haga daño otra vez — Mob recogió el cabello de la frente de Reigen y le dió un beso — Quiero estar contigo para siempre — concluyó. 

El chico de 16 años sonrió — Primero debes saber si tu esposa está de acuerdo — lo retó. 

— La dejaré y cuando tengas 18, me casaré contigo — agregó el profesor llenándolo de besos. 

Reigen tuvo un destello de remordimiento, pero quería que eso fuera cierto. 

Lo sentía por la señora Tsubomi, pero ya no podía hacer nada porque estaba perdidamente enamorado de su maestro. 

Elevó su mirada en una plegaría  — Por favor, por favor, por favor, déjame obtener lo que quiero esta vez — suplicó.

 

 

 

 

 

 

 

-------------------- ( •◡-)-♡

 

Creo que por fin del bloqueo se fue... pero no cantaré victoria. 

 

Mejor cantaré con Morrisey 🗣

 

 

Chapter 13: /ReiMob/ Love, love, love - Of Monsters and Men

Chapter Text

Well maybe I'm a crook

For stealing your heart away

Yeah maybe I'm a crook.

Sus ojos llorosos, su gesto compungido, intentar estar en calma era un suplicio. 

Acomodo su corbata azul cielo con detalles floreados y salió del vestidor para sentarse en la mesa principal que tenía un lugar destinado para él.

Reigen vio como aquel salón se llenó de gente, todos habían llegado a su fiesta de compromiso. Una linda mujer con ascendencia inglesa estaba sentada a su lado, de la misma edad, mirada amable y boca sonriente.

Todos los veían, la mayoría estaban exentos de la turba que atormentaba su corazón y su mente.

Nadie podía creerlo, el eterno soltero de repente se había comprometido, aquella persona que daba un aire innegable de no sentir atracción por el sexo opuesto les estaba callando la boca a  familiares y conocidos, a todos aquellos que no daban un yen por él. Cómo si casarse fuera un logro, algo que en verdad lo hiciera valer. 

En la puerta, recibiendo a sus invitados, su madre estaba orgullosa y al fondo con copa en mano su padre por primera vez sonreía ante la idea del matrimonio de su hijo con la primogénita del dueño del bufete de abogados del cuál el hombre era socio.

For not caring for it

Yeah, maybe I'm a bad, bad, bad, bad person

Well baby I know

Sin embargo, en la mesa del centro del salón, dónde estaban sus amigos, el aire se sentía pesado y ninguno de ellos fingía alegría ni encanto. Sabían que eso era extraño, qué el rubio parecía feliz, pero no lo era. Intuían que era una más de sus mentiras, y ante la rabia Ekubo en el cuerpo de Yoshioka bebió el contenido de la copa de vino con la que brindarían después del discurso del rubio.

Dió un golpe en la mesa que llamó la atención de los más aledaños.

— Cálmate — le susurro Tome.

— Esto no está bien — contestó él apretando los dientes — ¿verdad Shigeo? — se dirigió al joven que justo un día antes había cumplido 19 años.

— Es su decisión — comentó en voz baja — Él sabe lo que hace — no despegó su mirada del mantel negro con orillas doradas.

— ¿Estás de acuerdo con esta decisión? — preguntó con ira — ¿Y tu Serizawa? — el castaño observaba fijamente a su ahora ex-jefe.

— Shigeo tiene razón — posó su atención en el reflejo del cristal fino — Sabes que intentamos disuadirlo... además, ella parece una buena persona — talló sus dientes con su lengua evitando decir algo más.

— Son unos cobardes — se reacomodo en su asiento — Y Reigen es el más cobarde de todos — levantó su mano y un mesero se acercó a la mesa para rellenar su copa.

Shigeo elevó la mirada y se encontró las iris avellana y el ceño adolorido del rubio. Sólo recordar lo acontecido anoche le hacía querer elevar todo con sus poderes, deshacerse de los padres del rubio y armar un alboroto con tal de que lo escogiera a él.

Reigen intentó no quitar los ojos del pelinegro, pero su mano fue apretada con cariño por su prometida, quién le llamó un poco la atención. 

And these fingertips

Will never run through your skin

And those bright blue eyes

Can only meet mine

Across a room filled with people

That are less important than you

En su cabeza rondaban frescos los sucesos de horas anteriores, cuando Shigeo lo siguió hasta su departamento vacío.

Sus dedos suaves y delgados sobre su rostro, las manos del rubio sosteniendo la cadera del más joven mientras su cabello azabache caía sobre su rostro. Ambos flotando mientras sus labios se unían en armonía, en un doloroso beso que no podía continuar.

— Por favor no lo haga — rogó el pelinegro — Aún podemos irnos de aquí — ofreció tomando su mano con fuerza.

Todos los miedos se iban al diablo cuando se reflejaba en su mirada. Pero Reigen sabía que no podía dejar todo por amor, no cuando su padre amenazaba con destruir lo que le había llevado años construir, no cuando la libertad de Serizawa corría riesgo, no cuando la culpa de toda la destrucción de años atrás podría caer nuevamente sobre Shigeo. Nadie sabía eso, y él no lo diría nunca porque no los haría responsables de nada de lo que estaba ocurriendo.

Aquel sujeto de cabello dorado como el suyo era el diablo y por desgracia tenía el poder de hundir quién quisiera junto con él, Arataka deseó que el hecho de estar "muerto" para él hubiese sido firmado ante un notario y así nunca más topárselo en la vida.

— No puedo — intento alejarlo — ¿Podrías bajarme, Mob? —

'Cause you love, love, love

When you know I can't love

You love, love, love

— No — dijo con firmeza el adolescente y lo jaló hacia él — Arruinará su vida —

— ¿Y tú cómo sabes? — le preguntó una vez más tratando de zafarse de ese abrazo tan cálido, una muestra de amor que no podía aceptar, una que no merecía — ¡Basta, Mob! — gritó con lagrimas en los ojos, correspondiendo el afecto, escondiendo la vergüenza en los cabellos negros del amor de su vida.

El silencio del cuarto, nadie más que ellos dos.

— Lo amo, maestro Reigen — salió de los labios del esper.

— Lo siento... yo no — contestó el rubio en su sollozo.

When you know I can't love

You love, love, love

When you know I can't love you

La calma llegó a cuentagotas cuando Mob por fin los colocó de nuevo en el piso.

Sus pies suavemente hicieron contacto con la duela fría, ambos permanecían aferrados el uno al otro, temiendo que si dejaban de hacer eso lo peor podría pasar.

— Deberías irte a casa — susurró Arataka — Tu hermano debe estar preocupado porque escapaste de tu fiesta de cumpleaños — sugirió.

— Ritsu sabe que estoy en el único lugar dónde quiero estar — lo apretó con más fuerza — Por favor, no se case — rogó una vez más.

Reigen extendió sus palmas por la espalda del menor — Tu sabes que esto no puede ser — aclaró — Te vi crecer, eres muy importante para mi... pero no así...  —

— Yo también pude contemplar cómo usted lo hacía a lado mío — lo interrumpió  — Pude verlo volverse más sabio, soy afortunado porque me dejó acompañarlo — suspiro — No estoy enamorado de usted porque le esté agradecido por cuidarme... estoy enamorado porque es usted, porque conozco todo lo que tuvo que pasar —

— Mob... por favor — Reigen cubrió sus ojos con una de sus manos, mientras que con la otra atraía con más fuerza a Shigeo hacia él.

Sus palabras y sus actos eran contradictorios, su cerebro y su corazón no estaban sincronizados

 — Mañana me voy a comprometer... no puedo simplemente... huir —

— ¡Usted me dijo que huir también era una opción! — reclamó Mob.

— Y tú me enseñaste que a veces no lo es — objetó.

So I think it's best

We both forget

Before we dwell on it

Shigeo lentamente se separó de él sin dejar de sostenerlo en sus brazos, se dirigió nuevamente a sus labios y lo besó. Reigen no hizo nada para detenerlo, dejándose llevar, siendo empujado hacia la cama en la que cayó suavemente de espaldas mientras Shigeo se aferraba más a su boca.

Ninguno de los dos dijo nada, los diálogos de por medio podrían arruinarlo todo. 

Reigen tomó a Shigeo por la cadera y se enderezo sentándose sobre aquel lecho, lo miro atentamente, cada peca de su rostro, cada pestaña en sus parpados. El otro comenzó a desabotonar su camisa. Estaba dispuesto a tomar su regalo de cumpleaños. 

Varios besos desperdigados, mordidas en el cuello y los pezones de su maestro recibieron como respuesta  caricias que le regalaba el mayor por debajo de la ropa.  Reigen mentía con sus palabras, pero comúnmente sus actos reflejaban lo que deseaba en verdad. 

El calor subió rápidamente, de un momento a otro Shigeo se retorcía de placer, apretando el miembro de Reigen en su interior. Su primera vez, la primera vez de ambos, y la última al parecer. 

The way you held me so tight

All through the night

Till it was near morning

Sus labios se fruncieron y su garganta dolió, recordar como Shigeo lo abrazó durante toda la noche estaba a punto de hacerlo llorar. Se levantó de golpe, y caminó intentando mantener la calma hasta que llegó al baño dónde se encerró.

Se permitió dejar salir unas cuantas lágrimas. El remordimiento lo estaba haciendo enloquecer, ojalá le hubiese tomado la palabra a Mob, ahora estarían lejos y no tendría que fingir, no así.

Una pequeña vibración en su bolsillo llamó su atención — "Se hace tarde" — decía el mensaje de su padre.

Suspiró, de todas formas estaba mal que se hubiese enamorado de un hombre mucho menor que él.

Sacó la crema para los ojos de la gaveta del baño, se tocó el rostro con las manos frías y se untó un poco esperando que funcionara para minimizar el hinchazón y asi  que nadie se diera cuenta de que lloró.

'Cause you love, love, love

When you know I can't love

You love, love, love

Salió de aquel cuarto de baño y sorteó las mesas saludando a algunas cuantas personas en el camino, siempre con una sonrisa, diciendo – Gracias — a cada felicitación.

Cuando volteó a la mesa de en medio, la mirada de Ekubo lo condenó, la escueta sonrisa de Tome y Serizawa lo hundieron un poco más y la ignominia de Shigeo fue el último clavo en su ataúd.

Sus órganos se hicieron papilla, se apresuró a llegar a su asiento temeroso de desmayarse en cualquier momento.

— ¿Estás bien cariño? — preguntó la adorable dama mientras lo miraba con comprensión.

— Lo siento, sólo estoy nervioso — le mintió tomándola de la mano.

— Lo sé, yo también — la mujer le regaló una mirada esquiva a Shigeo y el chico se percató de eso, él sabía que ella sabía. — Pero prometo que aunque no soy él... intentaré hacerte feliz — susurró correspondiendo el agarre.

Reigen la miró impactado — ¿Fuí muy obvio? — preguntó.

— No para todos, cariño — ella respondió — Pero sé que vamos a estar bien — sonrió nuevamente.

When you know I can't love

You love, love, love

When you know I can't love you

El sonido de un tenedor golpeando una copa llamó la atención de todos. Poniéndose al frente, un hombre de más de 50 años comenzó a vociferar palabras sin sentido: "honor", "prestigio", "responsabilidad", "unión" siendo algunas de ellas — Mi hijo y su futura esposa, estaban destinados a conocerse — balbuceo — No era de esperar menos, el uno para el otro — levantó su copa y por alguna razón esta explotó.

La gente quedó sorprendida, pero los meseros y el personal de servicio corrieron a socorrer al hombre que estaba empapado de vino.

— Arataka — gruñó como si fuese su culpa.

— Te juró que no fui yo — sonrió divertido y ocultando el rostro clavó sus ojos en el lugar de Mob — Los psíquicos no existen ¿verdad? — le acercó un pañuelo y volvió a su lugar.

'Cause you love, love, love

When you know I can't love

You love, love, love

Reigen Arataka, de 32 años, levantó su copa — Les agradezco a todos por venir — fue lo único que salió de su boca para después culminar con un vigoroso — ¡Salud! —

Reigen bebió hasta el fondo y sus iris miel buscaron a Mob. Ya no estaba sentado en aquella mesa, los únicos que seguían ahí, mirándolo con misericordia eran Tome y Serizawa.

Deseo haberse despedido de otra forma de sus sentimientos y de Shigeo. Ahora, era muy difícil retornar sus pasos hacia atrás.

When you know I can't love

You love, love, love

When you know I can't love you

 

 

 

 

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Quería que Shige se robará al novio. Pero nomás no hubo oportunidad. 

Amo a OMAM y  Love, love, love es una canción hermosa 

 

Chapter 14: /Tome/ Enchanted - Taylor Swift

Chapter Text

Miren, yo sé que esto no es un tema muy explorado, peeeeeeeeeeeero estaba platicando (a punto de partirme la cara) con un anti y entonces me dijo "Ok, entiendo lo de la diferencia de edad, pero ¿por qué tiene que ser Mob y no Tome o alguna otra chica?".

O sea a parte de anti, fóbico del amor homosexual, el vato... sin embargo, me hizo pensar en esto. 

Mucha explicación, como sea. 

No me funen. 

Enchanted - Taylor Swift

────୨ৎ────

This was the very first page

Not where the storyline ends

My thoughts will echo your name

Until I see you again

These are the words I held back

As I was leaving too soon

I was enchanted to meet you

────୨ৎ────

 

Tome camino cabizbaja durante casi 20 minutos.

Rasco su cabeza, pateo una piedra, golpeó un árbol y se lastimó un poco la mano ──── Auch, auch, auch... ──── se quejó frunciendo el ceño mientras unas lágrimas se escurrían sobre sus mejillas. Talló con fuerza su rostro enrojeciéndolo más, no quería llorar pero el dolor en sus nudillos había desencadenado sus sentimientos que de por sí ya estaban a flor de piel.

Sacó un pañuelo y se limpió la nariz, no quiso darle mayor importancia a la situación, finalmente sólo era su cumpleaños. Cualquier día en su dinámica familiar.

Los señores Kurata no eran malas personas, al contrario, creían en la independencia juvenil. Su plena confianza en las decisiones de su hija podrían verse como descuidos o mero desinterés, pero ellos juraban que no era así. Al menos no lo parecía hasta que se olvidaban de las fechas importantes.

Recordó como su jefe había ofrecido pasar el día con ella, después de todo era un día especial. Ella se negó, esperando que este año fuese diferente pues cumplía 18. Era un número serio y creyó que se merecía una felicitación.

Sin embargo, cuando llegó a casa todo estaba oscuro, una nota en el refrigerador le avisaba que sus padres habían salido de la ciudad "Es el cumpleaños de Miyako" decía antes de poder leer la firma de su mamá.

¿Quién era esa mujer? Ni siquiera la recordaba. Pero al parecer, era más importante que ella.

Siguió caminando hasta que llegó al parque, se sentó en el columpio y espero a que anocheciera. No tenía nada más que hacer, era sábado y a parte de la escuela no había ninguna otra obligación que llenara su agenda. Ni siquiera tenía que ir a Espíritus y Demás porque ese día Reigen cerraría temprano para hacer cualquier tontería, o al menos eso creyó escuchar, en ocasiones no le ponía la atención debida.

Se estaba hundiendo en la depresión, incapaz de hablarle a cualquiera de sus amigas por un poco de contención emocional, y tampoco tenía ganas de obligar a Mob a buscar telépatas en la calle.

El aire frío caló sus huesos un poco, quizás era hora de volver a la soledad de su casa. Dónde nadie sabía si reía o lloraba.

Su teléfono sonó, era un número desconocido. Bien, contestar una llamada de alguien que no sabía quién demonios era podría ser considerado un giro de 180 grados en el día de mierda que tenía, si era una estafa al menos le añadiría un poco de emoción a su tarde.

──── Si... diga ──── contestó con desgano.

──── ¡Tome! ──── una voz conocida la llamó por su nombre de pila ──── ¡Rápido! ¡Reigen está en problemas! ──── parecía una llamada de auxilio.

──── ¿Ekubo? ──── se sorprendió de escuchar al fantasma ──── ¿Cómo? ¿Desde cuándo puedes hablar por teléfono? ────

──── Tsk ──── rechinó los dientes ──── Eso no es lo que importa, tonta, ¡ven rápido! ──── le pidió y colgó.

La pelinegra miró el aparato en su mano y repasó las palabras del espectro. "Reigen está en problemas", eso debía ser grave, para que le pidiera ayuda quería decir que estaban agotando todas sus opciones. Si algo le pasaba a su jefe... ella... no lo pensó más y corrió como enloquecida hacia la oficina.

Cayó cuando se tropezó en el primer escalón del edificio, pero continuó hasta llegar a la puerta que tenía el letrero que decía "cerrado". Intentó abrir pero parecía estar atascada, entonces ocupó un movimiento especial que aprendió viendo al rubio y se lanzó de costado contra aquella barrera de madera y metal que impedía su paso.

Funcionó, o eso parecía, no había esperado que su escuálida fuerza fuese suficiente para abrir al primer intento. Adentró todo era oscuridad, las persianas estaban abajo y la luz parecía no funcionar.

──── ¿Hola? ¿Reigen? ¿Ekubo?──── extendió sus manos para no chocar con nada, intentando palpar la pared hasta poder llegar a la ventana y dejar entrar un poco de la luz que aún había afuera.

──── Llegó muy pronto ──── escuchó un susurro y giró agresivamente.

──── ¿Quién está ahí? ¿Eres un espectro? ¡Te advierto que tengo sal! ────metió su mano en el bolsillo de su pantalón procurando verse amenazante.

De pronto, la luz se encendió y vio a sus amigas de la escuela, los ex miembros del club de telepatía y fisicoculturismo, también estaban Ekubo en el cuerpo de ese pobre hombre, Mob, Hanazawa y los dos adultos de la oficina. Todos saltaron frente de ella ──── ¡Feliz cumpleaños, Kurata! ──── gritaron al unísono mientras hacían explotar algunos cañones de serpentina.

La chica los miró desconcertada, y las lágrimas comenzaron a agolparse en sus ojos.

──── Son unos tontos ──── sollozo mientras llevaba su manga a su rostro, intentando ocultar como sus sentimientos se desbordaban ante tan dulce momento.

Reigen se acercó con el pastel en manos y quiso burlarse de la reacción de su secretaria, pero noto los nudillos maltratos y le pidió con la mirada a Serizawa que se acercara y cuidará el postre.

Todos quedaron un poco confundidos al verla llorar, y el rubio tomó su mano lastimada ──── ¿Estás bien? ──── le preguntó en voz baja ──── ¿Quién te hizo esto? Lo haré pagar ──── lucía un poco molesto.

Y Tome por fin lo miró de reojo ──── No fue nadie, golpee un estúpido árbol ──── sollozo intentando ser casi inaudible.

El rubio suspiró pesado y sin soltar su mano la llevó cerca del escritorio ──── Denos un minuto ──── les solicitó a los demás que no sabían qué pasaba.

Sacó del primer cajón un pequeño botiquín, rápidamente limpio con una toallita húmeda y luego con un spray desinfectante, puso una bandita y así logró detener la pequeña hemorragia que amenazaba con infectarse si no era tratada ──── Después hablaremos de esto ¿si? ──── dijo viendo su mano, acariciando ligeramente sus nudillos ──── ¿Te sientes mal? Podemos parar si quieres ──── ofreció.

Tome lo miró de nuevo, los ojos de Reigen mostraban preocupación. Limpió una vez más sus lágrimas y negó con la cabeza ligeramente ──── Estoy bien, muchas gracias por hacer esto... ¿Podríamos empezar otra vez? ──── pidió.

Una sonrisa adornó el rostro de su jefe ──── Bien, escuchen todos "Toma dos" ──── no hubo mucho que explicar, los invitados volvieron a esconderse y Reigen salió con ella de la oficina apagando la luz.

Reigen cerró la puerta tras de sí y luego la abrió lentamente otra vez ──── ¡Tome, te dije que no tenías que venir hoy! ──── fingió sorpresa y la chica se río mientras tomaba el brazo del rubio.

──── Pensé que te aburrirías sin mí ──── siguió el juego y ambos entraron encendiendo la luz.

──── ¡Feliz cumpleaños, Kurata! ──── gritaron al unísono sus amigos otra vez.

Serizawa acercó el pastel, encendiendo las velas con telequinesis ──── Feliz cumpleaños, compañera ──── le sonrió con dulzura y la joven sopló apagando el fuego.

La fiesta comenzó, nadie hizo preguntas de porqué lloraba y ella tampoco se sintió obligada a dar una explicación. Estaba con la gente que apreciaba, en el lugar dónde era feliz. Miro al otro lado del cuarto como su jefe peleaba con el pelinegro de las mejillas sonrojadas y ella misma también sintió calor en su rostro.

──── No seas tan obvia ──── la golpeó suavemente Keiko ──── aunque no te culpo ──── le sonrió.

──── ¿De qué hablas? ──── esquivo la mirada acusatoria de las demás.

Maki se acercó para susurrar un poco más ──── Nos llamó a todas, dijo que era una fecha muy especial ──── comió un trozo de pastel ──── Después deberías agradecerle.

Todas las chicas rieron emocionadas. Tome devolvió la mirada hacia dónde estaban los hombres hablando y su mirada se cruzó con la de él.

Reigen le sonrió y ella levantó el pulgar en señal de aprobación.

La sorpresa fue tan dulce, estaba tan agradecida de haberse cruzado con él en su camino. 

Si tan solo pudiera esperarla un poco más, deseaba que su sonrisa fuera solo para ella. Un deseo egoísta, quizás algo irreal. Pero por dios, ojala nadie más lo viera como lo comenzó a ver Tome aquel día. 

 

────୨ৎ────

Please, don't be in love with someone else

Please, don't have somebody waiting on you

────୨ৎ────

 

 

 

 

 

 

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El amor hetere es tan... pero confieso que esta idea me da para mucho más. 

Gracias  por leer ( ꈍ◡ꈍ)

Hermosa canción, te amo Taylor 

Chapter 15: /Yoshi-EkuRei/ My Love Mine, All Mine - Mitski

Chapter Text

UA Escolar, Same Age

Yo no sé nada de medicina, pero he visto muchas novelas ≽^•⩊•^≼

✦·┈๑⋅⋯ ⋯⋅๑┈·✦

Moon, tell me if I could

Send up my heart to you

So, when I die, which I must do

Could it shine down here with you?

Mitski - My love mine, all mine

✦·┈๑⋅⋯ ⋯⋅๑┈·✦

¿Cómo se siente vivir - o no vivir - la eternidad?

Para Ekubo era extraño, al principio cuando aún conservaba algunas de sus manías mortales y recuerdos que podía disfrutar, parecía ser divertida, sin embargo con el paso de las décadas comenzó a olvidar. La posibilidad de que esa existencia fútil no fuera tan memorable pasó a segundo término con la rapidez propia de la cotidianidad.

Tiempo después se dió cuenta de que podía "poseer" y manipular a las personas. Eso le dió un nuevo giro, otra vez la diversión se abrió paso ante la razón.

Durante al menos unos 80 años poseyó a diestra y siniestra a los miembros de una congregación. Conseguía favores y adoración por parte de los seguidores de aquella falsa religión. No le importaban los seres vivos, sus sentimientos o motivaciones. Se llenaba enteramente de sus emociones negativas, sobre todo las más fuertes como la rabia, la ira, el rencor y la lujuria. Siempre rechazaba el amor.

Sin embargo, muy a su pesar, pronto se aburrió.

Un día, después de un siglo - o tal vez más - de vagar por la atmósfera, entre las ciudades, lo encontró.

Un joven de cabello azabache más negro que la noche, con una expresión más fría que la nieve de enero. Era un psíquico, eso si que le intereso. El niño parecía ser prometedor, si tan siquiera pudiese hacerse de su energía, llenarse de su poder. La diversión quizás podría continuar.

Lo forzó a ser su "amigo", lo aconsejaba algunas veces, pero no era fácil de manipular. Sobre todo porque había otro niño que siempre estaba ahí como su conciencia, con la manía incesante de hacerlo dudar.

― Tienes que dejar de holgazanear, Mob ― le decía un rubio ojimiel mientras le entregaba el trabajo que acababa de revisar ― Estas respuestas están bien, pero te equivocaste en algunas cosas fundamentales del procedimiento. Después de tu entrenamiento con el club de fisicoculturismo tenemos que ponernos a estudiar si es que quieres exentar la materia.

Reigen Arataka era fastidioso. Ostentaba el puesto de líder de la clase, hablador hasta por los codos, siempre se metía dónde nadie lo llamaba, sobre todo si se trataba de "Mob".

― No dejes que ese idiota te hable así, Shigeo. Deberías decirle que cierre el hocico ― Ekubo susurro en el oído del chico.

― Él tiene razón ― contestó en voz baja ― Los exámenes serán pronto, debo ponerme a estudiar y no hables así de él, es mi mejor amigo.

La actitud del pelinegro cambiaba cuando se trataba de Reigen, era sobreprotector, amable y un poco más expresivo. Pero su semblante era radicalmente diferente cuando tenía que interactuar con Takane Tsubomi: la niña más linda del salón, de la escuela, del mundo.

A Ekubo eso también le llamó la atención, pero no sólo por cómo el joven esper se ruborizaba y comenzaba a tartamudear, sino el cambio de humor del molesto rubio. Su sonrisa se apagaba y su vista se nublaba aunque este lo intentara ocultar.

Era obvio que Reigen sentía algo por Mob, era obvio que se desvivía por llamar su atención.

Sin embargo eso nunca pasaría, al pelinegro no le gustaban los chicos y era algo que tenía muy claro, así que Arataka no pretendía incomodarlo con sus sentimientos, no quería perder su tan importante amistad.

El fantasma comenzaba a aburrirse de la dinámica de esos estudiantes de preparatoria, pero de una semana a otra, Reigen comenzó a pasar menos tiempo con Mob, el yeso en su brazo indicaba que algo grave había ocurrido, pero el cambio en su actitud jovial e infantil era lo más preocupante. Dejó de reír por días, siendo Shigeo el único que lo podía hacer hablar.

Escuchando la plática ajena, Ekubo se enteró de que un accidente sucedió. Claro que Reigen tenía una vida más allá de Mob, que tenía otros amigos, otros intereses diferentes al amor que le profesaba al niño más callado del salón.

El auto en el que iba con un grupo de amigos se estrelló contra un muro de contención, el chofer sufrió un ataque cardíaco mientras conducía y nadie pudo impedir el terrible desenlace. El nombre del rubio hizo sentido, "Bendecido por los dioses". Fue protegido por su mejor amigo, un chico dos años mayor que él.

Mamoru Yoshioka abrazó al rubio durante el impacto, amortiguando los golpes, evitando que se hiciera daño cuando salieron disparados por no llevar el cinturón de seguridad. Sólo un brazo roto fue el resultado para Reigen, pero su amigo pelinegro estaba en el borde de la vida y la muerte. Atado a una cama de hospital, respirando gracias a una máquina.

Cuando Reigen pudo mover su extremidad otra vez, comenzó a desaparecer los miércoles y los viernes después de la 1 de la tarde. Mob lo regañó por estar descuidando las últimas clases de esos días, pero no le impidió ir dónde tenía que ir.

― ¿Por qué ese idiota no te sigue a casa como lo hacia antes? ― preguntó el fantasma.

― Tiene algunas cosas que hacer ― Shigeo suspiró y miró hacia atrás, como si deseara ir dónde su amigo estaba sufriendo en silencio, dónde se mantenía culpándose por cosas que no tenían que ver con su actuar ― ¿Qué pasa cuando alguien está en coma? ― le preguntó al espíritu ― ¿Por qué la gente no puede despertar?

― Es raro que tú me preguntes cosas.

― Creí que podrías ayudarme, ya sabes, tú no deberías estar aquí. Lo que me hace creer que... ― suspiro antes de completar la idea, negando con suavidad ― Sólo quisiera tener respuestas para darle a Reigen y que deje de creer que es su culpa que Yoshioka-san este así.

Cómo siempre los pensamientos de Shigeo eran difíciles de comprender, la claridad en su cabeza sólo estaba presente cuando Reigen hacía el papel de intérprete.

― Quiero ver a mi amigo nuevamente sonreír ― concluyó y continuó caminando.

Pero a todo esto, ¿a dónde iba ese rubio tonto con tanta puntualidad?

Ekubo lo siguió un día, posterior a semanas de preocupación por parte del psíquico.

Cuando Mob estaba triste los residuos de su energía espiritual no tenían un buen sabor y no nutrían al espectro como deberían. Tenía que encontrar una solución.

Reigen salió de su casa ya sin el uniforme puesto, corrió unas cuadras para después tomar un autobús. El viaje le llevó unos 40 minutos, y al descender su primera parada fue una florería.

― Hola, Reigen― la mujer que atendía le sonrió ― ¿Vienes a ver a tu amigo otra vez?

El chico regresó la cortesía, sus labios se curvaron de forma que hizo sonrojar al espíritu y a la dueña del local. Ese sentimiento creció, ¿acaso Ekubo se había encariñado con esa bestia?

No lo negaría, él también extrañaba verlo sonreír después de salirse con la suya. Pero esa mueca dulce, llena de nostalgia y de culpa era nueva.

Cruzaron la calle para llegar a un hospital. Pasó sin problemas el filtro de la entrada, una enfermera le sonrió, dos médicos mayores lo saludaron e ingresó en la habitación 131.

― Hola Mamoru ― saludo a quién yacía en la cama ― A qué no te imaginas que me pasó; ayer pasé el nivel final de Combate Mortal, sé que dices que es imposible, pero lo grabe como evidencia ― dejó su mochila en un perchero y pasó al otro lado de aquel cuarto para tomar el jarrón con rosas que estaba ahí, las flores se veían frescas aún, seguramente solo tenían unos cuantos días adornando aquel lugar ― Creo que has estado de buen humor, las rosas siguen teniendo un buen aroma, ¿te acuerdas como se secaron las primeras que te traje?... ¿Quiere decir que ya no estás enojado conmigo, verdad? ― nuevamente esa sonrisa triste se dejó ver.

― Oye niño, los accidentes pasan, no es tu culpa que él esté así ― le dijo Ekubo a expensas de saber que no lo iba a escuchar.

El rubio lo ignoró ― Iré a cambiarlas, guardaré los pétalos para que cuando despiertes te enseñe como hacer ese facial que vimos el otro día en internet ― Salió de la habitación y se tardó un rato, durante ese tiempo el etéreo espíritu verde lo analizó.

La culpa mortal era extraña, creían que tenían poder sobre los hechos que les pasaban. Como si ellos pudieran evitar un accidente solo con desearlo, como si darle un beso por la mañana a su padres fuera un amuleto que les protegiera contra todo mal. Los humanos eran tontos, ellos no podían cambiar la fragilidad de su existencia. Ni siquiera los que tenían habilidades más allá de las que la naturaleza les podía dar.

La muerte era inevitable, sufrir también.

En el historial clínico se podía leer su nombre completo y su edad ― Yoshioka Mamoru, 19 años, Tipo de sangre O+ ― Ekubo le puso atención. No entendía nada de los diagnósticos o los cuidados que debía tener. Se acercó al rubio que se había quedado dormido al borde de la cama, en un espacio dónde no molestará a la persona que convalecía ahí, y estuvo a punto de acariciar su dorada cabellera.

De pronto noto otra presencia en el lugar.

― Si sigues rondando por aquí, regresa a tu cuerpo ― lo reprendió.

La sombra envolvió a Reigen, como si intentara protegerlo del espectro verde que lo estaba acechando.

― No le voy a hacer nada, lo necesito para que controle a Mob ― desdeño el instinto protector de aquella aparición― Además... sólo lo estás haciendo sufrir, o regresas o vete de una vez.

La hostilidad del fantasma que acababa de aparecer se disipó, dejó ver el mismo aspecto del joven que estaba dormido, amenazando con no despertar.

― ¿Y bien? ¿Qué vas a hacer? ― nuevamente Ekubo habló ― ¿Acaso él te mantiene atado a este mundo?

― No me puedo ir mientras él crea que estoy molesto... Reigen tiene que saber que... ― tragó pesado, era difícil decir "eso" otra vez, sobre todo cuando en la primera ocasión que salió de sus labios fue rechazado ― Qué lo protegería otra vez sin dudarlo, y que no tiene nada de qué disculparse.

El amor juvenil era una emoción que Ekubo evitaba absorber ― Eres un psíquico, ¿en serio no puedes usar tu energía para recuperarte? ― Le resultaba difícil de digerir, como si su esencia la intentara repeler.

― Ya probé de todo, pero no puedo mantenerme unido a mi cuerpo, es como si no tuviera suficiente "batería" para usarlo...

El espectro verde se hundió en el pelo negro del joven y salió de inmediato al identificar que no había nada dentro de él ― Nunca había intentado poseer a alguien que no esta vivo ― intentó pensar en algo. Si acaso ese niño era la razón que tenía a Reigen con el alma en un hilo, ayudarlo a recuperarse debería hacerlo feliz otra vez ¿no?.

Si Reigen era feliz, Shigeo no se preocuparía más y Ekubo a su vez podía seguir consumiendo la deliciosa energía que surgía de esa interacción.

― Podría intentarlo, quizás podría ayudarte... pero

― ¿Me pedirás algo a cambio? ― preguntó Mamoru con tensión en su gruesa voz.

― ¿Por qué te pediría algo? ¿Qué me podrías dar tú? ― el espectro se enojó.

― Sé que nada es gratis ― rebatió el otro ― Pero aunque sea tengo que decirle a Arataka que no se preocupe por mí, lo único que siempre deseé desde que lo conocí era que fuera feliz, que dejara que la gente lo conociera bien, que fuera sincero con él mismo, que no tenía que demostrarle nada a nadie... que podía dejar que alguien se enamorara de él por su virtudes y defectos... justo como lo hice yo... Así que si puedo darte algo, lo haré con gusto.

Ekubo odiaba el amor juvenil. Algo en su eternidad se revolvía ante la idea de amar a otros.

― No te pediré nada, pero en realidad tampoco hay mucho que hacer. Para que yo pueda poseer un cuerpo necesito alimentarme de la energía proveniente de él... Cuando son psíquicos es difícil ingresar, pero una vez que lo hago el aporte que obtengo es impresionante... sin embargo contigo ― miró el cuerpo una vez más ― Podríamos intentar estar dentro de este cascarón los dos al mismo tiempo, pero tengo que "comer" por decirlo de alguna forma, y lo único que me podría permitir mantener las funciones vitales será tu alma, es decir, lo que eres ahora.

El pelinegro analizó su existencia, sus manos etéreas, su complexión traslúcida. Miro a Reigen que dormía ajeno a la decisión que estaba a punto de tomar.

― ¿Estás diciendo que si usas la energía que tengo, desapareceré?

El espectro asintió.

― ¿Cuánto tiempo me dará?

El espectro analizó.

― Serán unos minutos, quizás una hora por mucho, pero si tienes claro lo que quieres hacer puedes despedirte de forma digna. Ya como lo tome este tonto será enteramente cosa suya.

La puerta de la habitación se abrió. Era una enfermera que se acercó con suavidad al rubio y lo despertó.

― Oye, Reigen ― le habló con un tono gentil ― Las horas de visita se terminaron por hoy.

El rubio espabiló y acomodó su ropa asintiendo con vergüenza al haber sido encontrado en esa situación ― Muchas gracias ― reverenció, tomando su mochila nuevamente se acerco a la cama para acariciar la mano de su amigo ― Nos vemos el viernes Mamoru.

La enfermera lo vio salir, la tristeza en su mirada hizo eco en ella y no pudo evitar sentirse mal. Se dispuso a tomar los signos de vida de aquel paciente.

― Deberías intentarlo... intenta por favor despertar para que Reigen deje de preocuparse por ti ― habló la mujer como con un reclamo ― Aunque... si tus padres toman la decisión mañana, probablemente el viernes él ya no te encontrará aquí.

Los dos fantasmas en la habitación se alertaron.

― ¿De qué está hablando? ― El espectro verde fue el primero en cuestionar.

Yoshioka parecía desconcertado, tragó pesado y se sentó en la cama, aunque no lo necesitaba, le urgía posarse en algún lugar antes de continuar con aquella plática.

― Mis padres... ― después de segundos de agonizante silencio habló ― En la mañana tuvieron una reunión con los doctores... supongo que han perdido las esperanzas de que pueda regresar... además yo... ― se quedó sin palabras una vez más.

Ekubo se dirigió nuevamente a la ficha que dejó la enfermera al abandonar la habitación.

"Posible donante" leyó en la nueva información.

― Creo que están esperando que puedas ayudar a alguien más ― lo miró ― No tienes mucho tiempo, debes decidirlo de una vez...

― ¡Lo haré! ― dijo antes de que Ekubo terminará de hablar ― Necesito que me ayudes. Debe ser mañana temprano cuando lleguen mis papás o no tendré oportunidad de hablar con él.

La escuela comenzó y Reigen se mantuvo taciturno como la mayor parte de aquel medio año desde que pasó el accidente. La clase de las 11 acababa de dar inicio cuando su teléfono sonó. Se disculpó con el maestro por interrumpirlo.

Aquel profesor de mirada fastidiada le dio la oportunidad de contestar.

― "Arataka... Necesito que vengas lo más rápido que puedas al hospital" ― una voz femenina llena de un sentimiento confuso, no sabía si era felicidad o tristeza, le habló ― "Mamoru despertó, pero el doctor cree que es una mala señal... Arataka... él sólo quiere verte..."

El rubio entró lo más rápido que pudo al salón, tomó sus cosas y sin avisarle al profesor salió deprisa.

― ¡Oye, Reigen! ― le llamó la atención ― ¿Alguien sabe que le pasa? ― preguntó a los demás alumnos, todos ignoraban la situación.

― Iré a verlo, profesor ― Shigeo se levantó de su asiento y sin esperar confirmación del adulto fue corriendo detrás de él.

El rubio parecía un ciervo lastimado, corría sin precaución, intentando huir de algo o mejor dicho llegar a tiempo a algún lugar. Cayó por las escaleras y se lastimó un tobillo. Cuando Mob lo encontró, su amigo intentaba levantarse, pero el dolor era tan fuerte que no podía evitar llorar.

― ¿Qué sucede? ― se apresuró a preguntar.

― Tengo que irme ― sollozo Reigen ― Mamoru despertó, pero su madre... ― intentaba hilar las palabras, sus pensamientos eran confusos, su corazón estaba a punto de estallar ― ¿Qué pasa si no lo alcanzó? ― se aferró a los brazos de Shigeo.

El abrazo era amargo, se sentía la desesperación.

El moreno emitió un halo de luz multicolor, el dolor en el tobillo de Arataka desapareció.

Claro que Reigen sabía que Shigeo era un esper, varias veces lo orillo a hacerle travesuras al profesor Roshuto en la clase de Trigonometría, también lo había instruido para ayudar a alguien que pudiese estar en problemas. Gracias al rubio, Mob no temía de lo que era, lo había ayudado a aceptarse y esa era una de las razones entre tantas de porque lo quería tanto y compartía en silencio su dolor.

― Voy a hacer algo ― le advirtió ― Puede que después de esto te den ganas de vomitar, pero por favor, no me odies.

El rubio estaba sorprendido de lo lejos que los poderes de Shigeo podían llegar, pero nada lo había preparado para lo que sucedería después.

Mob lo abrazó por completo, enredo sus dedos en su rubia cabellera y lo hizo ocultarse en su hombro ― ¿Puedes pensar en el lugar dónde está Yoshioka-san?

Reigen asintió con sorpresa, hubiera deseado que ese contacto no se diera de esa manera y por esa situación. Ahora sólo podía pensar en Mamoru, en las palabras que le dijo antes de subir a esa vagoneta, en el dolor latente de su mirada cuando lo rechazó. En la forma en la que no le dirigió la palabra durante todo el viaje hasta que esa tragedia sucedió. En la promesa de darle una oportunidad a su relación si despertaba, en las oraciones que elevó para que eso sucediera.

Lo único que podía recordar era el aroma de su colonia cuando lo abrazó, cuando Yoshioka ofreció su vida por él.

En un vertiginoso movimiento, en una exótica situación. Llegaron en segundos a las afueras del hospital. Tal cómo dijo Shigeo, Reigen buscó de inmediato un arbusto dónde depositar el contenido de su estómago.

― ¿Desde cuándo puedes hacer eso? ― le preguntó con el amargo sabor de la bilis en su boca.

― Te lo explicaré después, ahora corre.

El blondo asintió, pasó el filtro sin problemas y corrió a la habitación dónde estaba su amigo.

Respiró profundo antes de entrar, se acomodó el uniforme, peinó su cabello; deseaba que su rostro no se viera hinchado por llorar, lo que menos quería era hacer sentir mal a Mamoru una vez más.

Toco la puerta y entró sin esperar respuesta.

― ¡Arataka! ― una mujer pelinegra lo recibió con un abrazo.

― Buenos días... ― saludó y luego miró a la cama, dónde sentado y con dificultad para respirar lo esperaba aquel pelinegro.

Un hombre mayor se acercó a la mujer, la abrazó por el costado y la consoló. Posó su mano en el hombro del chico, sus ojos reflejaban cansancio y resignación.

― El doctor dice que es un milagro ― el grosor de su voz parecía querer ser estoico, pero se quebró con facilidad ― No nos dan esperanzas, si se desvanece una vez más es posible que no vuelva a despertar ― Reigen tembló ante esa sentencia ― Pero ya nos despedimos, él desea hablar contigo antes de cualquier cosa.

Aquel sujeto alto, de cuerpo fornido, ese hombre que siempre era estricto y duro, que no parecía tener conmiseración por nadie, estaba roto.

― Gracias, teniente Yoshioka ― el rubio contestó ― Pro... procuraré no tardar para que puedan estar un poco más con él.

― Tomate tu tiempo, hijo ― le sonrió por fin. Intentó hablar una vez más, pero el nudo en su garganta se lo impidió.

Reigen caminó con cuidado, intentando no llorar. El dolor en el tobillo volvió, tal vez como un reflejo de lo que sentía su corazón.

― Ho... Hola Mamoru ― se sentó a su lado.

Siendo absorbido por esa mirada cansada, se dio cuenta que las ojeras que siempre adornaban el rostro de su amigo ahora se veían más profundas, sin embargo sus mejillas estaban coloradas, como el día que se le declaró ― No me vuelvas a asustar así ― todo parecía mentira, sin embargo lo único que distinguía como verdad era que la vida de su amigo se diluía sin que lo pudiera evitar.

― Perdón... pero no me podía morir sin decirte qué... ― intentaba hablar, pero era difícil ― que nadie puede pasar el último nivel de Combate Mortal... eres un tonto.

― ¡Deja de perder el tiempo! ― Ekubo lo regañó ― Niño idiota.

Una escueta sonrisa se dibujó en el rostro del rubio ― ¿Escuchaste todo lo que te dije?

― Cada palabra.

Arataka se apenó, llevó sus manos a sus mejillas y jaló un poco su fleco como si quisiera esconder su vergüenza ― ¿Sigues enojado?

― Nunca me enoje... sentí un poco de dolor, eso es todo, pero no tenías porqué corresponderme. Me bastaba con que me vieras como tu amigo, que me confiarás tus secretos.

― Mamoru yo...

― Gracias por decir que me darías una oportunidad, en serio quería aprovecharla aunque sólo fuera por gratitud. No me importaba ser tu segunda opción.

― ¡No fue eso! ― Reigen refutó ― No pienses que sólo fue eso... pensé mucho en lo que sentía... si... te dije que me gustaba Mob ― suspiró profundo ― Pero...

― ¡Maldita sea, que se apuré! No podemos prolongar esto más ― el espectro se molestó una vez más.

El pelinegro lo tomó de la mano haciéndolo temblar ― Te amo ― susurró y le sonrió.

Las lágrimas que no podían salir de los ojos cafés del rubio se comenzaron a desbordar ― Y creo que en todas las vidas lo podría hacer sin detenerme a pensar― agregó Mamoru.

Reigen se apresuró y lo tomó de las mejillas, unió sus labios con los de él y le regaló un beso dulce lleno de ternura.

Distinguió la resequedad de su boca, deseó haberlo procurado más, aunque cada visita sin falta intentaba pasar suavemente el labial humectante por esos rosados bordes no había vez que no temblará de nervios.

La mano trémula de Yoshioka alcanzó la del contrario y terminó con el contacto para poder dar un último aviso ― Por favor... deja que alguien más te ame tanto como lo hice yo.

― No digas eso. Vas a mejorar y entonces tendremos una cita, podremos hacer el cosplay que querías de ese juego estúpido que tanto te gusta, iremos a muchos lugares, seré el mejor novio que puedas tener...

― Parece que la energía se acabó ― Ekubo le avisó al chico, algo en su anunció cambio, ahora lo decía con pena y parecía que se mezclaba con algo de dolor.

Mamoru negó ― Tengo sueño... ― sus ojos taciturnos se comenzaron a cerrar ― Muchas gracias por ser tú... ― su voz se volvió casi un suspiro, su agarré perdió fuerza y sus dedos se abrieron liberando la mano del rubio.

Una alarma comenzó a sonar, Reigen se puso de pie de golpe. El personal médico se aglutinó a su alrededor.

― Sáquenlo de aquí ― ordenó un doctor, mientras intentaba darle masaje al corazón de Yoshioka.

― No podemos usar el desfibrilador, el chico es donante de órganos ― dijo resignado otro sujeto con bata ante la situación, Arataka lo alcanzó a escuchar antes de ser empujado fuera ― Anota la hora de la muerte 12:02 horas.

Lo llevaron a una sala, ahí estaba Mob. El rubio se desplomó en sus brazos. No fue testigo de todo el movimiento que detrás de su despedida, Yoshioka había ocasionado.

Algunos días pasaron, un funeral que debía ser sencillo fue todo lo contrario. Mamoru era un chico muy sano, hacía deporte, comía bien, no tenía vicios más que ver a Reigen sonreír. Pudo socorrer a varios que no tenían esperanza, esa gente a la que ayudó lo acompañó en el último adiós.

El rubio se despidió de los padres de su amigo. Shigeo fue su apoyo en todo momento. Lo tomo de la mano cuando necesito fuerza, le ofreció su hombro para llorar.

Ekubo miró todo de lejos, pensó que con el paso del tiempo se presentaría ante Reigen, sería divertido conocerlo más. Aunque dentro de sí sabía que la razón era otra, algo de Mamoru se quedó impreso en él.

Por eso no toleraba el amor juvenil.

Él mismo no quería volver a sentirlo.

✦·┈๑⋅⋯ ⋯⋅๑┈·✦

My baby here on Earth

Showed me what my heart was worth

So, when it comes to be my turn

Could you shine it down here for her?

Mitski - My love mine, all mine

✦·┈๑⋅⋯ ⋯⋅๑┈·✦

 

Chapter 16: /ReiMob/ Lo que siento por ti - Miranda

Chapter Text

oda la noche, toda la maldita noche estuve con esta canción en la cabeza y pues sucumbí. 

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Lo que siento por ti

Hace poco empezó

Y es algo hermoso

La luz vibrante del sol se alza en el cielo matutino, el viento fresco de la primavera mece sus suaves cabellos dorados, dejando brillar una que otra cana, confundiendo su plateado destello con la iluminación.

Sus manos sudan, constantemente tiene que cambiar de lugar el ramo de rosas para poder limpiar la humedad que se anega en ellas, piensa que debió llevar una toallita. Se siente tonto, esta demasiado nervioso, como si fuera un niño que va a entregar chocolates de San Valentín por primera vez, como un adolescente que está a punto de ser regañado por sus padres por suspender una materia.

Encantadoramente caprichoso

Me pongo a tu merced

Cuando estás junto a mi

Si me llamas estoy

Pero no es para menos, hace años que no siente algo así, exagera al decirse a sí mismo que quizás hace siglos nadie le hacía latir el corazón de esa forma. A su mente llega la imagen de aquella sonrisa dulce, la mirada oscura, el cabello azabache tan correctamente peinado.

Shigeo es una gloria, la imagen misma de la belleza. Intenta sentirse culpable por guardar esos sentimientos por el joven que le permitió verle crecer. Más no puede, es inevitable la culpa se rinde ante el amor.

A cualquier lado voy

Si necesitas que te haga una visita

Solicita que te vaya a buscar

A buscar

Hace un mes que ha aceptado sus sentimientos, cuando el chico lo invitó al cine, cuando después de eso fueron por un café. Fue una tarde maravillosa, y en el momento en que la noche cayó sobre ellos, Reigen tuvo la sensación de que Mob intentaba decirle algo, más no se atrevió.

Verlo marchar para tomar el autobús, darse cuenta de lo grande que era su espalda, pensar que el niño que entró a su oficina hace 10 años se había desvanecido por completo. Sus músculos se tensaron, su corazón comenzó a palpitar con locura, su estómago se detuvo, sin saber en qué momento dejó de respirar y suspiró al verlo sonreír antes de abordar

Una broma de la vida, eso debía ser. Una muy buena, una de esas que quieres volver a escuchar.

Lo que siento por ti

Te lo voy a decir

Aunque no es nada fácil

Es algo que creo mereces oír

Intentó apelar a su cordura, cerrarse aquella puerta él mismo. Llevarle 14 años no era algo sencillo, mantenerse a su lado durante tanto tiempo podría malinterpretarse. Pero ya había sido humillado en televisión nacional, su vida había pendido de un hilo en incontables ocasiones, era la vergüenza de su familia, él mismo se consideraba alguien sin valía, pero justo por todo eso no tenía nada más que perder.

Si Mob lo rechazaba, sabía que podían volver a comenzar. Shigeo era la única persona por la que se ahogaría en el mar, el único hombre por el que Reigen podría vivir sin respirar. Si el chico decía que no, Arataka se atragantaría con sus sentimientos cuando se hicieran nudos en su garganta, sólo para después rogarle nuevamente por su amistad.

Sin embargo era la primera vez que necesitaba escupir la verdad.

Lo que siento por ti

Suena dentro de mi

Yo te amo corazón

Y me muero por decírtelo

Reigen por única ocasión en su vida se sincerará por voluntad propia, sin que la situación lo requiera, sin que alguien lo obligue a hacerlo.

Está enamorado, el hechizo que hay en su pecho es uno que nunca sintió. Llamarle atracción sería ofenderlo, menospreciarlo, no darle la importancia que tiene.

Es amor!, Es amor!, Es amor!,

Lo que yo siento

Es amor!, Es amor!,

Siéntelo!

Quiere tener a Mob en sus brazos y sabe que la única forma de saber si es correspondido o no será diciéndoselo de frente. Abriendo su corazón, dejándose ver vulnerable, dispuesto a recibir una bala en el pecho.

Mira su reloj, el motivo de su desesperación se ha retrasado unos cinco minutos. Comienza a pensar que no irá, comienza a sentir en su estómago el rechazo. Las rosas se empiezan a marchitar.

El suelo es interesante, quisiera recostarse y llorar.

— ¿Maestro? — aquella voz dulce lo tensa.

Lo que siento por ti

Yo jamás lo sentí

Nunca en mi vida

La cual antes de ti estaba perdida

Le da la cara intentando esconder el ramo de flores en su espalda. Quizás no es mal momento para darse vuelta y correr, pero la luz que irradia aquel hombre de juventud gloriosa lo detienen de huir como el cobarde que es.

— ¿Todo está bien? — Shigeo se asoma a un lado para poder distinguir qué esconde Reigen tras de sí. Lo ve, son flores, rosas enormes, rojas como el carmín que pinta la piel blanca de quién está parado frente a él.

El joven entiende el ambiente, él mismo ha pensando en eso varias veces. Se sonroja. Las piedras alrededor levitan ligeramente.

Sin lugar donde ir

Más adentro de mi

Dame tu corazón

Voy a tratarlo bien

Reigen suspira profundo, sacando todas las dudas de su pecho. Es todo o nada, es morir con el corazón en las manos o vivir para siempre pensando en que hubiera pasado si.

— Mob... yo... — el rubor sube hasta sus orejas, agradece que sea temprano cuando todos están en sus oficinas trabajando, así nadie más que Shigeo lo puede juzgar por la estupidez que está dispuesto a cometer — He pensado mucho, bueno quizás no tanto —- se encorva, intenta no desmayarse, seguramente su presión se elevó — El hecho es qué, te he visto crecer... he pasado contigo un tercio de mi vida... — se muerde los labios.

Shigeo da un paso adelante, quiere escucharlo más de cerca. Reigen se da cuenta y adquiere valor.

— Quiero decir... me asombra y enorgullece el hombre en el que te estás convirtiendo, nunca dude de tus capacidades pero confieso que me sorprende un poco que ahora incluso estés en la universidad estudiando medicina. Por cierto, perdón por hacerte perder tus clases, pero no podía más con esto.

De vez en cuando me voy sin avisar

No es para tanto

No te asustes mi amor

Vuelvo hoy

— Sé que la confianza no es mi mayor virtud y que a veces puedo parecer querer huir de todo, pero de lo que siento no. No necesitas responder ahora, es más si no quieres, puedes ignorar lo que vas a escuchar, aún así... — traga pesado, sus palabras se atoran entre los surcos de su lengua, su mente no piensa con claridad, mucho menos cuando Mob da un paso más para acortar una vez más la distancia entre los dos.

— Maestro... — Mob le pide continuar, súplica por escucharlo decir lo que él no ha podido formular.

Lo que siento por ti

Te lo voy a decir

Aunque no es nada fácil

Es algo que creo mereces oír

— Mob... no, Shigeo — el nombre del joven sale dulce de sus labios, la melodía de su voz se enreda en los cabellos azabache del sujeto al que ama — Quiero decirte que, mi pecho no deja de saltar cuando te veo.

El veinteañero da un paso más.

— Qué me cuesta respirar cuando estas cerca de mí — continúa el rubio y la distancia se acorta está vez gracias a él. Se refleja en los ojos carmesí del contrario. Los dos están atrapados en el vendaval de sus sentimientos.

Lo que siento por ti

Suena dentro de mi

Yo te amo corazón

Y me muero

Me muero por decírtelo!

— Me gustas, no... perdón, no me gustas — un poco de decepción se cuela en los brillantes iris se Shigeo — Bueno, no sólo me gustas — se iluminan otra vez.

Reigen saca el ramo de rosas y lo ofrece al mismo tiempo que su corazón — Estoy enamorado... ¿Tu? — suda frío ante la mirada sorprendida de su ex pupilo — ¿Aceptarías salir con un viejo tonto como yo?

— No... — sale de los labios de Shigeo y Reigen se siente morir — No, eres un viejo tonto... no lo vuelvas a decir así — el alma del rubio regresa a su cuerpo cuando Mob toma las flores y algunas lágrimas se asoman en sus bellos ojos — Me encantaría salir contigo.

El hombre de cabellos dorados no puede creerlo, quiere saltar de felicidad, quiere desmayarse por el triunfo, pero sólo obedece a la instrucción de su mente de tomar al dulce chico por las mejillas.

Sus labios se unen con suavidad.

Reigen deberá esforzarse por no decepcionar a Mob, por hacerlo sentir amado en cada momento que le permita seguir junto a él.

Agradece a Dios por esta oportunidad, por darle el valor, por guiar a Mob a su oficina aquella tarde, porque no podía ser nadie más que él.

Es amor!, Es amor!, Es amor!,

Lo que yo siento

Es amor!, Es amor!,

Está viniendo!

Es amor!, Es amor!, Es amor!,

Lo que yo siento por ti

 

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Estan canción me hace sentir tan cursi y feliz 
૮꒰⸝⸝> ̫ <⸝⸝꒱ა

 

Chapter 17: /SeriRei/ Ojos claros, labios rosas - Ely Guerra

Chapter Text

Hacia años que no escuchaba esta canción y no pude pensar más que en ellos. 

⸜(。˃ ᵕ ˂ )⸝♡

°❀⋆.ೃ࿔*:・

Tengo el corazón herido, solo pienso en tus cariños

Ojos claros, labios rosas déjame que te haga cosas

Tu mirada me lo ha dicho, soy deseo inadvertido

Ojos claros, labios rosas creo mi fuego te provoca

°❀⋆.ೃ࿔*:・

— Espera, espera, espera... espera... ¡¡ESPERA!! — su voz interior hacía un intento sobrehumano de mantenerlo consciente ante esa situación.

Pero... Reigen había iniciado el contacto, ¿lo hizo a propósito? ¿Qué pasó?

Cuando jaló su corbata y ambos cayeron al sofá. El rubio intentó reírse, al parecer en el último momento se arrepintió del asalto. Sin embargo para Serizawa estaba resultando fatal controlar sus instintos.

— Perdóname, Serizawa, sólo estaba jugando — dijo con sus trémulos labios.

Pero sus ojos, más claros que el promedio, observaron con sorpresa el cabello color canela de Serizawa, como se comenzaba a levantar ante el estrés, como esos poderes incontenibles comenzaban a florecer.

— Oye, disculpa, en serio no era mi intención molestarte — insistió, pero el esper estaba intentando no explotar.

¿Cuánto tiempo llevaban trabajando juntos? Apenas unos meses, no los suficiente para que destilaran aquella confianza, pero para el rubio era más sencillo tratar con el ex terrorista que con otras personas, le gustaba la manera en la que lo veía, la admiración ciega a sus mentiras, su sinceridad.

Serizawa era tanto, se esforzaba con tanto ahínco. Sus estudios, el trabajo, volver a ser parte funcional de la sociedad. ¿Cuánto tiempo había pasado sólo?

Hacía unos días, cuando Mob fue a pedirles consejos de amor, su pecho dió un salto al enterarse que nunca tuvo un romance juvenil, que no había experimentado el sentimiento de que alguien le gustase.

Definitivamente se había sobrepasado con esa broma tonta, lo estaba llevando a un límite desconocido, a uno dónde no le competía interferir.

Pero sus manos se movieron solas, tomando las mejillas del mayor.

— Tranquilo, Serizawa — dijo suavemente, tal vez funcionaría tratarlo con más cariño, con dulzura como cuando el pequeño Mob se lastimaba, cuando se confundía y estaba a punto de desatar su poder.

Pero ahora su voz era más tersa, el sonido no era el mismo que cuando le hablaba a Mob.

El calor de las mejillas del moreno se sintió a través de la gruesa piel de sus manos. Y como si se tratara de un efecto dominó esa temperatura subió por todo su ser hasta habitar sus propios pómulos.

Serizawa lo miró expectante, parecía haber vuelto en sí, pero sus poderes aún hacían vibrar los estantes. Definitivamente no era lo mismo que tratar con Mob, esos sentimientos que comenzaban a estallar de a poco en su pecho, eran diferentes, estridentes y suaves a la vez.

El castaño vio a Reigen sonrojarse, intentaba convencerse de que era una broma, pero no sabía que clase de. Pronto recordó la de aquella película que vieron la semana pasada cuando no había mucho trabajo que hacer. En ella la protagonista caía a propósito sobre el coestelar fingiendo que se sentía confundida, queriendo disculparse cuando se acercaba lentamente a los labios del hombre que quedó bajo su piel.

¿Acaso era eso? ¿Era algo de seducción, como le mencionó Reigen cuando él le cuestionó por qué hacían eso en la película?

— Está claro que él le gusta a ella y ella le gusta a él — dijo el ojimiel masticando palomitas con algo de rabia, como molesto por la situación expuesta en el filme — ridículos — susurró y luego carraspeó — El punto es que ella lo está seduciendo porque él otro es tan tímido que si de él dependiera, esta película duraría años.

A Serizawa le gustaba el tipo de jefe que era Reigen, le explicaba las cosas y se ponía nervioso cuando no conocía una respuesta, siempre dispuesto a aprender para aclarar sus dudas. Creciendo a la par de él. 

No era como Suzuki a quién ni siquiera se le podía cuestionar. Reigen era diferente, nada parecido a ese otro.

Reigen era suave, lo sabía ahora que su rostro era sostenido por las manos de aquel. Reigen era confiable, Reigen era amable y firme a la vez, Reigen era un mundo diferente, con hebras doradas por cabello, con flores de cerezo por labios. Sus ojos amarillos como la miel. Si un hombre como Reigen lo estaba seduciendo... ¿Quería decir que le gustaba?

Era imposible, Serizawa no podía creer que eso fuera lo que sucedía. No merecía que alguien como Reigen gustase de él. Era una mala persona, daño a otros, la policía lo vigilaba y no hacía más que ser una carga para esa oficina.

El agarre del rubio fue un poco más firme cuando se escuchó romper el cristal.

— Lo siento — susurró Katsuya sintiendo el sudor bajar por su piel.

— No te preocupes — Arataka no lo soltó — Se puede reparar — otra vez esa voz dulce como el trino de un ruiseñor — Serizawa ¿qué estás pensando? — un cristal más hecho pedazos — Intenta calmarte, no te preocupes por lo demás, solo escucha mi voz — continuó.

Serizawa respiró profundo, sus músculos estaban agarrotados y su mandíbula dolía de lo apretada que estaba — Me... esto me recordó a la película del otro día — confesó esquivando la mirada del rubio.

La maraña de ideas que cruzaron por la cabeza de Reigen se estrellaron entre sí, ningún pensamiento estaba claro más que la escena de aquel filme barato de romance estereotipado.

— Yo... — abrió levemente sus labios — Ti... Tienes razón — balbuceo — Se parece un poco.

Luego como una estrella fugaz, una idea brilló en la oscuridad de sus deseos.

— No recuerdo bien en qué terminó — agregó.

A Serizawa le pareció un mal chiste, ¿Cómo no lo recordaba? Lo habló durante días quejándose del cliché, fastidiado por las parejas del parque, harto de ver a los adolescentes pasearse frente a la oficina con sus dedos entrelazados.

Regresó su atención al frente y el rubio estaba tan sonrojado que parecía un tomate cherry de los que adornaban la oficina.

La fuerza de sus manos se perdió, Serizawa sintió que se iba a caer. El suave toque se Reigen desapareció y ahora parecía que le costaba mucho respirar.

El castaño recordó la película, cómo se rompió el corazón de la protagonista cuando fue rechazada, cuando pensó que eso no estaba funcionando su audaz acercamiento.

— Él la tomó del mentón — dijo con suavidad, pasando su saliva por la garganta, subiendo y bajando su nuez de Adán — Y ella cerró los ojos — comenzó a imitar los momentos de la escena esperando que el hombre debajo de él continuará con la actuación.

— ¿Así? — preguntó Reigen mientras sus párpados se cerraban.

Katsuya asintió, agradeciendo por la menta que tenía en la boca antes de aquella caída — Y luego, él se acercó y la besó.

A milímetros de sus labios dudo un poco, ¿en serio estaba pasando eso?

El calor de la respiración de Arataka lo motivó a culminar. Sus labios se abrieron con parsimonia, no hubo nada más allá. Un contacto inocente para los dos.

Era el primer encuentro, Serizawa había visto algunos dramas con su madre, en ocasiones el beso era el final. No quería que fuera así.

Necesitaba que Reigen le permitiera tocarlo más.

Oraría porque el rubio no se arrepintiera de nada, porque él, definitivamente, no lo hacía. 

°❀⋆.ೃ࿔*:・

Sólo espero que con el tiempo...

No te arrepientas

°❀⋆.ೃ࿔*:・

 

 

 

 

ฅ≽^•⩊•^≼ฅ

 

Chapter 18: /ReiMob/ Jelly Jelly - Twice

Chapter Text



요즘 나 왜 이런지 몰라

yojeum na wae ireonji molla

나도 정말 내가 이해 안가

nado jeongmal naega ihae an-ga

No se por que actuó así estos días

Realmente no me entiendo


✦•┈๑⋅⋯ ⋯⋅๑┈•✦

 

El corazón de Shigeo latía como una bomba a punto de estallar. Después de mucho tiempo estaba sólo en la oficina con él.

Su forma descuidada de comer no había cambiado, y verlo devorar aquella helada golosina hacia que el calor de la primavera subiera por las mejillas del más joven. 

Se sentía tan inexperto, tan incauto, desesperado. Quería quitar los restos de aquella paleta de fresa de la comisura de esos labios con su propia lengua.

─── ¿Y bien? ─── le preguntó el rubio mientras relamía los restos del helado de aquel palito de madera que ahora se había ganado toda la envidia de Mob ─── Has estado mirándome durante un buen rato ─── clavó su mirada vibrante en él.

La luz del sol se colaba por la ventana detrás del escritorio, Shigeo se preguntaba si podría oler aunque fuera un poco el aroma del cabello de su maestro. 

─── Hace tiempo que no lo veía ─── respondió el pelinegro mientras un incesante color rojo terminaba de hacinarse en su rostro.

─── Lo sé ─── dijo secamente, como si hubiese estado enojado por mucho tiempo.

─── Lamento haber sido tan cortante la última vez ─── se disculpó.

Reigen no pudo evitar mirar hacia otro lado con fastidio ─── Dijiste que habías tenido suficiente de mí ─── se quejó con amargura y luego, como si el remordimiento fuese un puñal que se clavaba lentamente en su espalda, devolvió su mirada a su adorado ex alumno ─── En fin, supongo que este helado fue una buena ofrenda de paz.

Shigeo apretó sus labios, frunció el ceño y mantuvo la atención en sus pulgares.

─── Sé lo que dije ─── agregó ─── Pero no me disculpo por eso.

El rubio estaba consciente de que el comportamiento de Mob no había sido un drama gratuito, él había ocasionado gran parte del mal humor que aquel día aquejo al chico. Pero, idiota como varias veces, se negaba a reconocer su participación.

Hacía un año y dos meses que Shigeo lo abandonó nuevamente, molesto por haber sido interrumpido en una cita, molesto porque Reigen había transgredido nuevamente sus límites por el simple capricho de demostrarle algo a Roshuto ─── "Te dije que vendría" ─── se vanaglorio ante su enemigo comercial.

El chico de 19 años dejó a Emi plantada en la plaza por ir a ayudar a su maestro, y el sujeto sólo quería presumir su fidelidad y compromiso para con él. Eso era bajo, incluso para el estafador. 

Claro que Reigen se disculpó, pero un ─── "No, ya estoy harto de que no me respete... ya tuve suficiente de usted" ─── fue lo único que salió de los labios de Mob, demostrando cuán despechado estaba su corazón.

─── Tendrás tus razones ─── Arataka no pretendía ceder.

Si, actuó mal.

Fue egoísta, estúpido y presuntuoso, todo a la vez. Pero no creía merecer el silencio absoluto del chico por catorce meses. Llamadas y mensajes, toda comunicación fue ignorada. Ni siquiera Ekubo o Tome pudieron hacer algo para que Shigeo diera su brazo a torcer.

Y ahora estaba ahí de frente a él sin invitación previa, sin consideración de las citas que el rubio estaba por atender. Incluso tuvo que reprogramar a sus clientes por consejo de Serizawa.

El castaño fue testigo de su padecer, de los días en los que las ojeras reinaban su rostro. Testigo del remordimiento que invadía su ser. 

Podría arreglar las cosas si quisiera, pero los años a veces hacen a las personas más orgullosas en vez de más sabias.

─── Vine porque Teru me dijo que tuvo un accidente la semana pasada.

La voz de Shigeo fue seria, quería reprenderlo por poner su vida en riesgo por algunos yenes. En cambio Reigen únicamente escuchó salir el nombre de su otro amigo, con un diminutivo, con la confianza que había perdido él al ser un pedante barbaján.

─── No exageres, estoy bien ─── en un vertiginoso movimiento de manos dio a entender que no había significado nada haber estado tres días en el hospital ─── Si eso es todo, tengo cosas que hacer.

El joven lo vio levantarse con la intención de acompañarlo a la puerta ─── ¿Está diciéndome que me vaya? ─── preguntó con molestia.

─── No es que no me alegre verte, pero soy una persona ocupada y seguramente tú también ─── pasó a lado de él.

Shigeo bufó con furia, pero no se levantó.

─── ¿Por qué? ¿Por qué es así?

Arataka se giró para observarlo.

La pregunta le causaba cierto desconcierto pero no lo suficiente para sacarlo del papel de imbécil que asumió en cuanto vio al chico cruzar esa puerta para pedirle hablar con él.

─── ¿Así cómo? ─── cuestionó aún a sabiendas de que no estaba obrando bien ─── Esto es lo que hay, si no te gusta ve y busca en otro lugar ─── agregó veneno a su discurso ─── Y dile a "Teru" que gracias pero no necesito que te informe todo lo que pase aquí. Si quieres saberlo, puedes preguntar.

Con el enfado creciendo en su pecho, Shigeo se erigió en su lugar. Sus puños se apretaron a sus costados, su boca se secó.

¿Cómo era posible que el hombre del que estaba enamorado lo hiciera rabiar así?

─── ¡Dices eso sin pensar que todos nos preocupamos por ti! ─── el "usted" se fue, ese tipo no merecía respeto más allá del que le daba su proceder. Si iba a ser grosero, entonces Shigeo no tenía porque ser formal.

─── ¿Te preocupas, dices? ─── escupió sin misericordia ─── No seas ridículo, si te preocuparás en realidad habrías tomado mis llamadas. ¿Acaso no te mande un mensaje para que arregláramos las cosas? ¿No viste mi número en el registro todas las veces que me mandaste directo al buzón?

Los labios de Shigeo temblaron, ¿Cómo podía seguir siendo tan necio? ¿Qué lo motivaba a comportarse así?

─── En ese momento no quería hablar ─── las palabras amargas salieron para compensar la duda.

─── ¿Y ahora sí? Lo siento, pero yo ya no estoy interesado en hacerlo.

Ambos actuaron mal, pero uno en consecuencia del otro.

Ekubo se lo dijo a Reigen, Tome intentó hacerlo entrar en razón, Serizawa también tuvo la intención. Pero algo en el interior del rubio no le permitía ver la luz al final del túnel, la misma emoción rancia que sintió al escuchar a Shigeo llamar con cariño a Hanazawa.

Ese día.

Aquella tarde.

El simple conocimiento de la cita que tendría Mob con una "vieja amiga" lo llevó a hacer una estúpida apuesta con Roshuto. Una acción llena de dolo, si tuviese que ser sincero no comprendía que lo impulsó a hacerlo.

Pero pensar en Shigeo tomando de la mano a alguien más hacía hervir el ácido de su estómago, tanto que el ardor subía por su garganta nublando su buen juicio. Él sólo quería probar que a pesar de que hubiese otras personas seguiría siendo una prioridad para el chico de ojos taciturnos que llenaba sus pensamientos en esos momentos.

No quería perder a Mob, sin embargo la fatalidad de aquella verdad innegable le respiraba en la nuca. Algún día, él encontraría algo más interesante que hacer que estar con un fracaso con patas "resolviendo" encargos tontos de clientes molestos.

El mundo era un vasto lienzo en blanco para Shigeo, tantas cosas por descubrir, tantos sentimientos que experimentar.

Y en el imaginario del rubio, no había cabida para él. Sus días al lado del pelinegro se esfumarían como la espuma ante las olas, como el humo del cigarro que estaba dispuesto a encender cuando aquel imberbe caballero lo dejará una vez más.

Necesitaba que lo abandonara para hundirse en su miseria otra vez, no merecía sus preocupaciones, ni siquiera su lastima.

¿Qué más daría si hubiese muerto días atrás? ¿Qué se perdería el mundo?

Nada.

La respuesta más lógica de la mente conflictuada de ese hombre de traje gris.

─── Idiota... ─── aquella palabra nunca había salido de los labios de Mob, ni siquiera en sus momentos de mayor frustración, ni siquiera en contra de aquellos que iban por la vida pretendiendo que su naturaleza sobrenatural los hacía mejores que los demás. Mucho menos dirigida a su mentor.

Toda réplica milimétricamente planeada se perdió ante la sorpresa de escuchar el adjetivo que lo describía a la perfección.

─── No te pregunté a ti, pero siempre he estado pendiente ─── continuo y el fleco azabache cubrió los ojos del esper. Dio un pasó al frente para acercarse ─── Ekubo me ha dicho cómo está todo, Tome y Katsuya, no sólo Teru... incluso Ritsu y Sho me cuentan si tienes problemas ─── un pasó más ─── Y sé que contigo pasa lo mismo, si no ¿Cómo supiste que regalo mandar en mi cumpleaños? ¿O fue coincidencia cuándo me enfermé estando solo en casa y me hiciste llegar medicina? ¿Por qué enviaste con Ekubo aquella guía de inglés para mi examen, cuando yo nunca te dije que me preocupaba mucho esa materia? ¡Ni siquiera sabes inglés, sin embargo seguramente investigaste pasando horas en vela para aprender... y la respondiste para que yo pudiera estudiar!

Instintivamente Reigen dió un pasó hacia atrás. Aquellas cosas que hizo sin pensar habían salido a la luz, tendría que reclamarle al espectro verde y a su secretaria por no haber guardado el secreto.

Tanto les insistió que omitieran el origen de esas cosas, de esas atenciones que no podía evitar realizar.

Si Shigeo la estaba pasando mal, él también lo sentía por reflejo. Se convenció así mismo de que era remordimiento por haber sido tan ruin.

─── Te... te equivocas, ¿Por qué haría yo algo así? ─── continuó retrocediendo hasta que la pared se interpuso en su camino.

Shigeo se mantuvo firme frente a él, ahora sus ojos eran jueces del rubio.

─── Porque yo te importo más de lo que quieres admitir ─── respondió con molestia.

Arataka dilató sus iris para poderlo observar con atención ¿desde cuando se podían ver de frente sin que él tuviera que agachar la mirada para llevar la conversación?

─── Estás haciéndote historias en la cabeza ─── el corazón de Reigen estaba a punto de estallar, cubrió su boca con sus manos.

Aquella idea que rondaba sus pensamientos incesantemente se hacía más fuerte cada vez.

¿Por qué su corazón gritaba el nombre de Shigeo callando de forma tan agresiva a su razón?

El pelinegro suspiró intentando expulsar la frustración de su pecho ─── He intentado salir con varias personas ─── confesó ─── Pero no puedo dejar de buscar en ellos algo que me recuerde a ti.

La respiración del rubio se volvió errática, el sabor de aquella helada golosina desapareció junto con todas las reacciones de su cuerpo ajenas a las que había ocasionado en él ese furtivo encuentro.

─── Eres un tonto entonces ─── intentó no caer en la penumbra de sus sentimientos ─── Deberías buscar algo más, ¿acaso no he sido suficientemente egoísta como para que me odies de verdad?

─── ¿Eso es lo que quieres?

Las manos de Shigeo se posaron en la pared, una a cada costado del cuerpo del rubio, como si tuvieran que detener al pelinegro de hacer algo que desde hace años quería hacer.

Reigen tartamudeo ─── S... s... ¡Sí, eso es lo que quiero! ─── ahora estaba todo claro, no podía permitirse amar a Shigeo, no merecía esa gloria siendo la asquerosa escoria egoísta y poco empática que juraba era su verdadero ser ─── ¿Por qué querrías a alguien como yo? ¡Sí, frustré tu cita por celos y sé que lo volvería a hacer! ─── bajo la mirada ─── Así que mejor lárgate antes de que continúe arruinándote la vida.

La rabia en el rostro del más joven desapareció, otra confesión, como la de años atrás. Otro secreto a voces que no había sido más que su verdugo durante esos meses.

─── ¿Qué quieres decir? ─── su voz llena de pena fue radicalmente diferente al reclamo anterior.

─── Maldita sea... Mob... ─── susurró en respuesta. No lo podía ver a los ojos así que intentó esquivarlo ─── ¡Tenía malditos celos de que fueses a salir con alguien más ¿si?! ¿Qué más quieres oír? ─── No obtuvo respuesta y eso le estrujo el corazón ─── Si quieres puedes pasar a vomitar al baño, debe ser asqueroso escuchar eso viniendo de mí...

Los brazos de Shigeo se rindieron ante la gravedad que ejercía el cuerpo de Arataka sobre él.

Dejó caer sus labios en los del rubio sin cuidado, sin aviso previo.

Asaltándolo, tomando lo que le pertenecía ahora que tenía confirmación.

Reigen lo separó empujando con sus manos y luego cubrió su rostro con su brazo.

El calor subió hasta sus orejas, de todos los resultados posibles era el que menos esperaba.

─── ¿Qué carajos crees que estás haciendo? Mob, idiota... ─── le reclamó, pero sin oponer resistencia permitió que el chico tomara su mano para mostrar su expresión sonrojada otra vez.

─── Lo que he querido hacer desde que tenía 16.

Sus dedos se entrelazaron y con la otra mano el pelinegro tomó su mentón para comerse de nuevo esos labios con sabor a fresa.

El ego de Reigen estaba herido, pero si Shigeo continuaba jugando con su lengua de la forma en la que lo estaba haciendo estar molesto ya no tenía razón de ser.

Se separaron una vez más.

─── Disculpas aceptadas ───susurró Mob cerca del oído de su maestro.

Pegó su frente junto a la de él, sus respiraciones se acompasaron al ritmo del tic tac del reloj.

Reigen bufó.

─── Vamos a mi casa, te invitó a comer.

Quizás Reigen pensaba en ramen, pero Shigeo definitivamente tenía en mente un menú completamente diferente. 

 

✦•┈๑⋅⋯ ⋯⋅๑┈•✦

 

어떻게 숨기질 못해

eotteoke sumgijil motae

너만 보면 내 맘이 말랑말랑

neoman bomyeon nae mami mallangmallang

Me cuesta mucho ocultar mis celos

Cuando te veo mi corazón se suaviza

 

 

 

──★ ˙🍓 ̟ !!

( ꈍ◡ꈍ)


 

Chapter 19: / SeriRei / Otra Vez Me Has Sacado A Bailar - LODVG

Chapter Text

𖹭

¿Como imaginar que ibas a curar mis penas?

𖹭


Era curioso, Reigen no se había percatado del calor que llenaba su rostro al ver a Serizawa.

Aquellas tardes se habían hecho cotidianas, ambos, comiendo ramen después del trabajo o tal vez caminando debajo de los cerezos de flor o una llovizna de abril.

Vio crecer a Mob a la vez que se le escapaba los años, un dejo de soledad se había instaurado en su pecho. El intransigente paso del tiempo parecía pesado y mirar al pasado se volvió un pasatiempo doloroso.

Pero ese día se sentía completamente diferente. Solo era Serizawa a quien podían distinguir sus ojos como si su marco de visión se hubiera reducido a su sonrisa.

No supo como, sin embargo logró invitarlo a ver una película a su departamento.

─── El sillón de la oficina es incómodo ─── dijo sin considerar que el que tenía en casa era completamente igual.

Y ahí estaban. Reigen juro escuchar los trinos de las aves en su balcón, hubo campañas también, como si un ángel hubiera pasado con un arpa.

Serizawa escogió el título que verían, y acompañó la pasta con un jugo de manzana qué compró pensando en que su jefe no soportaba el alcohol, sin embargo quería beber algo con él y no para volverlo dócil. Si no que en sus pensamientos más profundos… Eso era una cita.

La parsimonia de la tarde los hizo deslizarse sobre aquel pequeño sofá, lentamente uno a lado del otro, cada vez más cerca, eliminando los centímetros asfixiantes qué los separaban.

Reigen  bebió el líquido ámbar qué había en la copa y Serizawa no pensó que podría tenerle tanta envidia a un vaso de cristal.

De pronto la soledad que ambos guardaban en sus corazones se difumino como el vapor de una bebida caliente en el aire frío del invierno, y de a poco el deseo de estar juntos fue tanto que la razón se les escurrió como agua entre sus dedos.

¿Quién dio el primer paso?

Ambos mentirían al decir que lo sabían, porque no fue hasta que sus labios se unieron con suavidad qué cayeron en cuenta de que a partir de ese momento sus vidas ya no serían las mismas.

El miedo apareció de repente en sus pechos, pero el amor que comenzó a rondar por el pequeño departamento ahogó todo atisbo de temor.

Arataka se derritió en los brazos de Katsuya, pero el castaño estaba listo para contener todo lo que significaba aquel enigmático hombre con cabello color de sol.

No dieron nada, solo dejaron que el ocaso los guiará.

Y sin más que sus corazones abiertos se dejaron llevar para recibir a la madrugada abrazados.

Reigen jamás pensó que el sujeto al que juraba que estaba ayudando, lo salvaría tan abruptamente de su soledad.

𖹭

Poco a poco tú.
Viene el sol a verme si me miras tú.

𖹭


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Amo a Leire, ojalá nunca deje de cantar 𖹭

 

Chapter 20: / MobRei / Te amaré - Miguel Bosé

Chapter Text


Con la paz de las montañas te amaré

Con locura y equilibrio te amaré

Con la rabia de mis años

Como me enseñaste a hacer

Con un grito en carne viva, te amaré

Shigeo comenzó a adquirir un gusto extraño por las caminatas.

La primera vez que se lo mencionó a Reigen, el hombre de 33 de años frunció el entrecejo y se quejó un poco ─── He estado algo ocupado, Mob, pero veré si puedo hacerme un espacio en la agenda.

El sujeto intentaba hacerse el interesante, Shigeo sabía que siempre que le pedía tiempo se lo daba sin dudar. Y eso le agradaba, ser la única debilidad de ese rubio era todo lo que podía desear.

Reigen hizo lo propio, no podía dejar que su pupilo creyera que no era un experto en cualquier cosa, así que investigó acerca de senderismo, lo instruyó para comprar zapatos cómodos y ropa que no significara una molestia. Buscó cuales eran los montes más fáciles para comenzar y así pasaron dos años en los que ambos recorrieron los fines de semana gran parte de las montañas que rodeaban la ciudad.

Algunas veces acompañados, pero la mayoría solos. Únicamente Reigen cuidando de Mob y viceversa.

El azabache había crecido para ser un adulto apuesto y responsable. Y aunque continuaba siendo una persona reservada ante los demás, cuando estaba con Arataka su personalidad cambiaba radicalmente, de hecho ambos se permitían ser más auténticos únicamente entre ellos dos.


En secreto y en silencio te amaré

Arriesgando en lo prohibido te amaré

En lo falso y en lo cierto

Con el corazón abierto

Por ser algo no perfecto, te amaré

Sus voces hacían eco en las montañas, la risa exacerbada del más grande era ridícula, pero hermosa. No lo había escuchado reír nunca tan alto como lo hacía cuando le contaba alguna desventura que hubiese sufrido su hermano menor o cuando Shigeo le decía con pena un chiste tonto que acababa de aprender.

Otras veces Reigen exageraba historias creyendo que así mantenía cautiva la atención de Mob, pero no era necesario porque los ojos carmesí del joven no podían ver hacia otro lado que no fuera la comisura de sus labios.

Y aún así, con todo el amor derramándose en sus manos, Shigeo sabía que eso que sentía por su maestro era algo imposible.

Él no le había dicho que no, es más nunca se lo había planteado ni lo haría porque sabía que la respuesta sería una desdicha. Reigen ya estaba en una relación, no sé lo había mencionado pero quizás se casaría en invierno, tal vez para la primavera ya estaría esperando su primer hijo.

Shigeo no arruinaría eso, no cuando el hombre que lo vio crecer lucía feliz de haber encontrado a alguien con quién encajar, a alguien plenamente normal sin poderes psíquicos, a alguien que lo había alejado de su aburrida cotidianidad.

Te amaré, te amaré

Como no está permitido

Te amaré, te amaré

Como nunca se ha sabido

Sus ojos se nublaban con sólo pensar eso, así que prefería ignorarlo, disfrutar de las caminatas. De los momentos en los que estaban ellos dos.

─── Podríamos acampar aquí, Mob ─── mencionó Reigen dejando sus cosas sobre el claro rodeado de árboles ─── El pronóstico no mencionaba nubes y el cielo está completamente despejado, así que no deberíamos preocuparnos, podremos ver la lluvia de estrellas sin ningún problema.

Arataka parecía comprender, tampoco mencionaba a la mujer con la que compartía su cama, omitía decir su nombre en voz alta. No porque no la amará, claro que sentía un afecto muy fuerte por ella. Pero no tan fuerte como el que sentía por Mob.

Porque así lo he decidido, te amaré

Entre los dos armaron el campamento. Reigen quiso darse prisa y hacer más trabajo que el pelinegro para poder fanfarronear después, pero Shigeo conocía su juego así que hizo levitar los pequeños troncos de madera que su maestro estuvo a punto de tomar.

─── Estás haciendo trampa ─── se quejó el rubio.

─── Sólo está vez ─── mintió Mob a sabiendas que siempre era lo mismo.

Reigen refunfuñó y Shigeo se rio divertido por su pequeña travesura. Podrían quedarse así toda la vida, pero ninguno de los dos quería “arruinar” las oportunidades de ser feliz que podía tener el otro.

En poco tiempo todo estuvo listo, la fogata, la tienda de acampar en la que entrarían si fuese necesario. El rubio se volvió un experto en raciones de campamento y Shigeo agradecía eso, siempre admiró la forma en la que lo procuraba, incluso las veces en las que fue enteramente egoísta.

Por ponerte algún ejemplo, te diré

Que aunque tengas manos frías te amaré

Con tu mala ortografía

Y tu no saber perder

Con defectos y manías, te amaré

Recordó los días en los que usaba sus poderes tratando de no salirse de control, lo cansado que resultaba mantenerlos a raya. Hizo memoria de las veces que aquel sujeto mentiroso y aprovechado lo cargó en su espalda para mantenerlo a salvo, cada vez que lo cubrió con su saco para que pudiera descansar.

Sus oídos se perdieron en la lejanía, en el sonido del agua recorriendo alguna parte del bosque, poniendo atención a todo menos a las manos ágiles de su maestro.

Quería saber como se sentía ser tocado por esos dedos largos, por esas palmas que comúnmente estaban frías por el sudor que la ansiedad le generaba al mayor.

Reigen probó la comida, pero se quemó la lengua como siempre. Lanzó la cuchara caliente al aire y Mob la detuvo con sus poderes,

─── ¿Nunca va a aprender? ─── se quejó con una sonrisa y tomó el cubierto que flotaba sobre su cabeza. Se levantó para entregarla al cocinero.

El rubio rascó su nuca, avergonzado porque Mob tenía razón. Había cosas que no cambiaban, pero no podía decir lo mismo del joven que ahora era más alto incluso que él. No podía recordar al niño que entró a su oficina aquella tarde de junio.

Se la arrebató entre enfadado y divertido.

─── Lo bueno es que tienes excelentes reflejos, ¿podrías darme un poco de agua? ─── solicitó ─── Ahora tendrás que probar tú la comida, mi gusto se estropeo.

Te amaré, te amaré

Porque fuiste algo importante

Te amaré, te amaré

Cuando ya no estés presente

El atardecer cayó sobre ellos, con sus colores ocres y el viento frío. Prepararon todo para ver aparecer en el cielo las Perseidas. Y con agosto en su apogeo ambos sabían que probablemente sería la última salida en mucho tiempo.

Reigen consiguió un telescopio pequeño, también un par de binoculares y un libro de astronomía con un mapa del manto celeste. Si era la última vez, no dejaría que Shigeo se fuera con una mala experiencia, al contrario quería que la recordara toda su vida, que le hablara a sus hijos de ella, que la contara cuando estuviera en el funeral de su maestro.

Pero toda la parafernalia era absurda. Mob ya sabía que nunca olvidaría ninguna de sus caminatas juntos, ninguna de sus excursiones.

Reigen siempre sería importante, Reigen siempre sería el único.

Seguirás siendo costumbre y te amaré

 

La oscuridad precedió a las estrellas, y mientras esperaban surcaron el cielo con sus ojos. Cada tanto Reigen daba indicaciones o coordenadas y Mob se alteraba un poco al no poder seguir sus indicaciones con exactitud.

─── ¿Entrarás a trabajar en septiembre? ─── preguntó de repente el rubio.

Shigeo no levantó la vista de la mirilla del telescopio ─── Así es, el periodo de entrenamiento terminará a finales de agosto y me asignarán a una oficina en Ciudad Aderezo ─── respondió con tranquilidad.

Reigen levantó la mirada llenando sus ojos del brillo de las estrellas ─── El tiempo vuela, pronto me dirás que compraste una casa lejos de aquí o me invitarás a tu boda ─── las palabras salían sin cuidado de la boca del rubio.

Por fin la mirada del esper azabache se hizo en dirección a su maestro quién veía el cielo con nostalgia ─── No creo que eso sea pronto ─── respondió bajando la mirada y jugando con las uñas de sus pulgares ─── No espero casarme antes que usted.

Sus miradas se encontraron y el rubio no supo qué decir. Era cierto, había decidido dar un paso trascendental ─── ¿Te lo contó el chismoso de Hoyuelo? ─── se quejó apretando la mandíbula.

─── ¿Se lo pidió en abril, verdad? ─── una sonrisa escueta adornó su rostro ─── me alegro mucho de que ella haya dicho que sí.

El silencio los asfixió, ni siquiera se dieron cuenta cuando los meteoros comenzaron a adornar el cielo.

Al caer de cada noche esperaré

A que seas luna llena y te amaré

Y aunque queden pocos restos

En señal de lo que fue

Seguirás cerca y muy dentro te amaré

─── Les pensaba decir cuando las invitaciones estuvieran listas ─── confesó ─── todo ha sido rápido, pero creo que así está bien, hemos estado juntos mucho tiempo y es una buena persona... espero ser suficiente para ella también.

─── Estoy seguro que lo es ─── Shigeo se levantó de golpe ─── Tengo sed ─── mencionó y entró a la casa de campaña por una botella de agua que guardaba en su mochila.

No había mucho que hacer, la decisión estaba tomada. Si decía algo en ese instante, probablemente Reigen lo mirará con misericordia, le diría que se confundió que no era ese el tipo de relación que quería con él y entonces la noche que indudablemente pasarían uno al lado del otro, en vez de ser acogedora sería incómoda.

Y él, no quería eso. Su deseo era mantenerse a su lado, y si no era como el acompañante de sus noches, al menos quería ser esa mano franca que lo apoyará en todo momento. Shigeo no anhelaba nada que Reigen no le quisiera dar.

Pero aún así dolía.

─── ¡Mob! ¡Ven! ─── la voz del rubio lo alertó y salió rápidamente de la tienda.

Los astros y su rastro incandescente se dejaban ver incluso sin el telescopio. Reigen ofreció unos binoculares al azabache y ambos observaron embobados como la magnificencia de aquellas rocas hacía palpitar el cielo.

Te amaré, te amaré

A golpe de recuerdo

Te amaré, te amaré

Hasta el último momento

Los ojos de Shigeo dejaron de ponerle atención al espectáculo y miró a Reigen sonreír.

─── Maestro… ─── dijo con suavidad.

A Reigen se le estrujo el corazón.

Sus miradas se encontraron y el tiempo se detuvo por un instante.

─── Muchas gracias por todo, guardaré esta noche con cariño. Sé que probablemente ahora sea más complicado coincidir, yo con el trabajo, usted con su familia. Pero quiero que sepa que nunca olvidaré la felicidad que me ha enseñado a sentir.

Shigeo quiso decir “Lo amo” y Reigen lo comprendió muy bien.

Aún así no dio ni un paso atrás. El mundo estaba lleno de personas maravillosas y estaba seguro de que allá afuera, así como las estrellas que encontraban su camino, una de ellas la más indicada, la más afortunada caería justo cerca del corazón de Shigeo.

Simplemente era imposible que fuese él.

─── Mob… yo… ─── una de sus manos soltó los binoculares para acariciar el rostro del veinteañero ─── Sé que estaremos bien ─── quiso acercarse y acabar con la distancia entre los dos, pero no se atrevió y en lugar de eso prometió algo ─── Volvamos el próximo año ¿sí?

Shigeo abrió sus ojos y el brillo de las estrellas fue nada comparado con el de ellos.

─── Claro que sí ─── dijo sonriendo y ambos volvieron a fijar su atención en el cielo.

A pesar de todo, siempre te amaré

 

 

 

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Yo no estoy llorando (╥﹏╥)

Desde que escuché esta canción otra vez no he podido dejar de pensar en estos dos. 

Te amaré - Miguel Bosé 

 

Chapter 21: /MobvsRitRei/ Mr Brightside - The Killers

Chapter Text

˙✮˙

I'm coming out of my cage

And I've been doing just fine

Gotta, gotta be down

Because I want it all

˙✮˙

Ritsu no se consideraba un romántico empedernido, de hecho y sin duda alguna la gran mayoría sabe que es menos intenso que Shigeo, en todo, incluso en los momentos amargos.

Muy al contrario de lo que uno pudiese imaginar, el menor de los hermanos de cabello azabache, perdonaba con mayor facilidad que su consanguíneo. Bien podrían haberlo ofendido y él, en un análisis contextual y de causa podría sacar a relucir la conclusión de que todos actuamos como reacción a las emociones del momento.

Él mismo había sido visceral, había tomado decisiones que de un minuto a otro se arrepintió de tomar. Incluyendo esa, justo la que lo llevaba a ese momento trascendental de su vida: Cuando le confesó a su hermano que estaba enamorado de un tipo del que no debería.

Shigeo no supo cómo enfrentar esa verdad así que los esquivó durante más de dos meses. Y es que no era algo sencillo, era complejo mantenerse en una línea neutral. Sobre todo cuando el mayor supo que su "hermanito" había quedado prendado de la persona en la que más confiaba.

Su mentor, su maestro, su protector, su amigo.

Ritsu estaba enamorado de Arataka Reigen.

¿Lo peor? Era correspondido.

Para salir de cualquier duda, tal vez esperando que su hermano no fuera destrozado por un rechazo, Mob habló con el rubio. Pero el sonrojo en sus mejillas, su mano cubriendo su boca, sus ojos abiertos más de lo normal. Le indicaron que Ritsu había ganado.

El menor era de armas tomar, en cuanto se dio cuenta de lo que sentía comenzó a cortejar al hombre mayor, 15 años de diferencia eran un gran saltó. Pero de una u otra forma, a pesar de que el otro se negaba a recibir los afectos, lentamente el esper más joven se ganó su corazón.

Shigeo no supo qué sentir.

Sin embargo, no era alegría.

Esperaba ser el apoyo de su hermano, no al revés. Shigeo deseo que esa fuera una mentira más del estafador, que le dijera que no era cierto que estaba esperando a otro. Tal vez, verlo reír ante la cuestión, como si de una burla se tratase.

Quizás escucharle decir que a quién quería era a él.

Reigen no lo aceptó de inmediato, le parecía risible que alguien tan cauto, tan inteligente, tan maravilloso -de pies a cabeza- como Ritsu Kageyama estuviera interesado en él.

Además alguno de los dos tenía que ser sensato.

Durante los meses que Shigeo evitó a ambos, no pudo darse cuenta de que eso solo les abría el camino.

Cierta tarde, Reigen tenía los ánimos por los suelos, quería ver a Mob. Hablar con él, decirle que rechazaría a su hermano si es que eso tanto le causaba escozor. Poco sabía el sujeto que la reticencia de Shigeo de hablar nuevamente con él era porque había aceptado que también estaba enamorado.

Y no era que quisiera competir con Ritsu, nunca fue su motor principal. Pero se volvió inevitable que la sangre no se evaporará en sus venas cuando el menor regresaba a casa con una sonrisa triunfante por haberse animado a dar un paso más.

La puerta de la oficina se abrió, y aunque Reigen sabía que era más probable que fuese Ritsu en vez de Shigeo, no perdía las esperanzas de ver a su mejor amigo pasar por aquella puerta.

──── ¿En serio quieres verlo, cierto? ──── Ritsu dijo con algo de dolor en la voz al vislumbrar la tristeza en sus ojos.

Reigen desvió su mirada, tosió un poco e invitó al más joven de los Kageyama a tomar asiento.

──── ¿Podrías disculparme algún día? ──── le preguntó tímidamente.

──── Supongo que mi hermano siempre ha sido más importante ──── respondió el joven.

Reigen no lo negó, pero tampoco confirmó la sentencia.

──── Creo que tendrás otras oportunidades más apropiadas, tu me conoces Ritsu, no soy la persona más indicada para aceptar tus sentimientos.

El azabache lo observó a través del cabello que caía frente a sus ojos.

──── ¿Estás enamorado de Shigeo? ──── preguntó tranquilamente.

──── No, es eso ──── el rubio respondió sin dudar ──── Pero creo que esto le está afectando, y no quiero ser egoísta con él, no otra vez.

Ritsu se acomodó en su asiento, levantó el mentón con orgullo y tomó aire ──── No estoy dispuesto a dejar esto sólo por causa de mi hermano ──── distinguió en el rubio desasosiego ──── Esto es importante para mi, nunca había querido nada tanto en la vida. No he querido nunca a nadie como te quiero a ti.

Los labios del rubio se entreabrieron, suspiro levemente y se sonrojo sin cubrir su rostro. Puso atención al veinteañero, analizó sus facciones, sus cejas fruncidas, su decisión. Se sintió cohibido ante su valentía, pero todo eso le llenó el corazón.

──── No entiendo la razón por la que Shige se opone a esto ──── tragó pesado, tomó un ligero impulso con sus manos sobre sus piernas para levantarse de su asiento ──── Pero tendrá que hacerse a la idea ────.

Miró a Reigen y nuevamente pasó saliva, apretó sus puños y dió vuelta al escritorio para quedar más cerca.

El oficinista quiso guardar la calma, y se dejó llevar por el vaivén de la silla giratoria, pronto el rostro de Ritsu bajó hasta dónde él estaba.

No hizo nada para detener el contacto, llevaba meses anhelándolo, así que se aferró a la chaqueta del muchacho y se dejó querer con paciencia.

Shigeo se quedó estático en el pasillo que precedía a la oficina.

Apretó la flor en su pecho, esperando que nadie lo hubiese visto llegar y seguramente así era. Procuró ser sigiloso.

Hubiera preferido irrumpir con bombo y platillos. Debió haber hecho ruido, advertirles que no aprobaría eso.

Pero ahora los odiaba a ambos.

El amor que les profesaba se había vuelto amargo.

Aún así sabía que en algún momento felicitaría a Ritsu y a Reigen.

Sólo que ese día no, posiblemente eso no sucedería pronto. 

˙✮˙

Jealousy

Turning saints into the sea

Swimming through sick lullabies

˙✮˙

 

 

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Estoy pensando hacerle continuidad a esta dinámica. 
El próximo será RitvsMobRei 

(˵ ¬ᴗ¬˵)

Pinche canción toda perfecta 


 

 

Chapter 22: / ReiMob / Just Say Yes - Snow Patrol

Chapter Text

-'♡'-

I'm running out of ways to make you see

I want you to stay here beside me

I won't be ok and I won't pretend I am

So just tell me today and take my hand

-'♡'-

Su cabello olía a una mezcla de cítricos y madera. La loción de toda la vida, la que llevaba años usando, esa de la que estaban llenos los pulmones de Shigeo.

Lo distinguió cuando despertó, una vez más iba en su espalda. Se movió ligeramente, pero prefirió no responder cuando Reigen le habló por su nombre. Miró los débiles rayos del sol colarse entre sus cabellos. Tenía más canas que la última vez.

Reconocía que era un peso muerto en ese momento, pero usar sus poderes era agotador. Más cuando estaba tan estresado por el nuevo trabajo, ¿hace cuánto tiempo que no se habían visto y el encuentro había culminado en eso?

Claro, es que era de suponerse. Al momento en el que recibió la llamada de auxilio no dudo.

Si Reigen le estaba marcando es que Serizawa no estaba disponible, o que ni siquiera Ekubo podía auxiliarlo. Tal vez ya le había intentado pedir ayuda a Ritsu, pero el muchacho nunca contestaba sus llamadas de improviso, probablemente Hanazawa había pasado por alto en la lista de espers que su maestro tenía a su disposición.

Shigeo siempre era la última opción. Y comprendía que no era nada más que para no molestarlo, Shigeo entendía muy bien que Reigen no quería ser una distracción, un lastre o una condena... pero en serio que él deseaba que lo fuera.

Reigen apreciaba tanto la vida de Mob que sus tiempos eran sagrados desde hace varios años. Necesitaba volver a decirle que no le llamara de improviso, quería sonreír suave cuando escuchaba su voz al otro lado de la línea porque sabía que lo vería enseguida.

Los mensajes eran lindos, por supuesto que no los desdeñaba, pero no se comparaban con ver su rostro arrogante y el nerviosismo latente bajo de cada milímetro de su piel.

Hicieron una parada, Reigen recostó a Shigeo en una banca y se dejó caer a un lado.

— ¿Cómo te sientes?

El pelinegro suspiró profundo — Cansado — respondió recargándose en el hombro de su maestro — Lo siento.

— ¿De qué hablas, Mob? Acabas de salvar mi vida — exhaló como si le sobrará aire — Yo debería disculparme, ya estoy viejo para depender de qué te la pases rescatándome.

Los párpados de Shigeo pesaban y tal vez eso nublaba un poco su juicio.

— Me gusta rescatarte — susurró suavemente — Me gusta cómo me miras cuando lo hago — hundió la nariz en su hombro.

Cayó dormido de inmediato.

Reigen no supo cómo reaccionar ante el comentario.

Tantas veces se detuvo de presionar el botón de marcado, era tan natural como respirar, despertar y ver el contacto de Mob brillando en la pantalla del teléfono. A diario luchaba con esa urgencia de escuchar su voz, cada día a cada hora, sus pensamientos lo llevaban siempre a él.

Shigeo no debió habérselo dicho, ahora se sentía engreído. Aunque pronto el peso de esas emociones cayó de golpe de su pecho hasta su estómago, como una bala, perforando metafóricamente sus intestinos.

Una gota le anunció que pronto llovería, la oficina no estaba lejos. De nuevo cargo a Mob sobre su espalda y siguió su camino.

No podía reclamarle el haberse quedado dormido, ¿hacía cuánto que no hacía un esfuerzo tan grande?

Sobre todo cuando el estrés de su vida había cambiado tanto, ahora sus preocupaciones no iban en declararse a la chica que le gusta o saber si aprobaría matemáticas. Shigeo había cumplido ya los 24 años hace meses, ahora tenía que pensar en la renta que pagaría al haberse independizado, en llegar temprano a trabajar, en comprar la despensa de la semana, en lavar su ropa, en averiguar si no había fallas en las tuberías de la cocina, en tantas y tantas cosas que no debería tener tiempo de estarse preocupando porque Reigen le marcará para suplicar que salvará su estúpida e insulsa vida.

Aún así, era el pretexto perfecto para ver lo alto que se había vuelto, el esmero que ponía en imagen personal. Lo apuesto que era.

Arataka se conformaría con eso, siempre, pero ahora que sabía que Mob era feliz de hacerlo...

Logró llegar a la oficina antes de que la tormenta cayera sobre sus cabezas. Subió las escaleras con pesadez, sus piernas estaban cansadas, pero no podía darse por vencido hasta que Shigeo estuviera en un lugar cómodo y seguro.

Recostó al esper en el sillón para visitas. Acarició su cabellera negra, pasó sus dedos por su frente y recorrió con la mirada su rostro. Mob siempre le pareció tan hermoso, era algo inefable, etéreo. Esos ojos oscuros que brillaban de carmín, esos labios rosados que parecían botones de rosa, y su piel blanca, lechosa, tan suave.

Cuando se dio cuenta estaba demasiado cerca de su rostro, ¿estaba a punto de besarlo?.

— ¿Qué estas pensando tonto? — se reprendió severamente y decidió alejarse pero algo lo detuvo en su lugar.

Los suaves dedos de Shigeo rodearon su muñeca.

— No... — le suplicó suavemente — Por favor, no te detengas.

No solo los pómulos de Reigen estaban enrojecidos, toda su cara lo delataba. Quizás su aliento había sido el culpable, estuvo a milímetros de fundir sus bocas.

Y a pesar de eso, no había rechazo.

Se giró para poder contemplar a Shigeo. Lo notó contrariado y entonces se hincó frente al sillón quedando a la altura de su rostro nuevamente.

— Debes estar cansado — contestó con calma — prepararé un poco de té y cuando la lluvia pase te llevaré a tu departamento.

De nuevo quiso alejarse, pero las iris negras de Shigeo lo hechizaron.

— Por favor, continua con lo que estabas haciendo —- le pidió de nuevo.

— Sabes que es un error, Mob — respondió intentando mantener la cordura, pero el pelinegro se había convertido en el centro de todo el universo.

Todo giraba en torno a Shigeo, los planetas, el sol, las estrellas, Reigen, todo dependía de él en ese momento.

— ¿En serio? ¿Por qué? — cerró los ojos mientras el rubio lentamente se acercaba.

— Después de esto no habrá marcha atrás, lo sabes — El cuerpo de Arataka no era congruente.

— Mjjj...

— Y tendremos muchos problemas...

— Lo sé... pero no importaría enfrentarlos si estamos juntos. Como siempre...

El espacio se acabó, Reigen llegó a su destino. Acarició lentamente su cabello y arremolinó sus dedos detrás de las orejas del más joven. La oficina se llenó con el sonido de la lluvia golpeando la ventana.

Hacía mucho que ambos estaban enamorados, pero no había palabras suficientes como para decirlo. 

-'♡'-

I can feel your heart beat through my shirt

This is all I wanted

-'♡'-

 

 

 

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Adoro está canción  ♡

 

Chapter 23: /MobRei/ Mama, I'm Coming Home - Ozzy Osbourne

Chapter Text

-'♡'-

I've seen your face a hundred times

Every day we've been apart

I don't care about the sunshine, yeah

'Cause, Mama, Mama, I'm coming home

I'm coming home.

-'♡'-

Shigeo tomó su maleta. Apretó la correa de su bandolera y se aseguró de que dentro estuviera el boleto de regreso.

Pasó demasiado tiempo lejos de casa y estaba listo para volver. Su corazón alebrestado como una mariposa que apenas puede volar, le decía que volvía tener 16, que llegando a Ciudad Condimento tendría nuevamente su gakuran, que volvería estar frente a la puerta de la oficina sosteniendo una flor.

El dolor del rechazó ya había pasado, era una herida en su corazón que sanó sin problema que durante todos estos años no hizo más que llenarse de oro como aquellas vasijas que exhibían en el museo.

Subió al avión entre el tumulto de gente, su madre le mandó un mensaje deseándole buen viaje. Ritsu le marcó para avisarle que lo esperaban con los brazos más que abiertos.

Pero antes que nada, primero tenía que hacer una parada.

Recordó el agridulce adiós. Sus manos sosteniendo sus hombros como queriendo alejarlo pero sin la fuerza suficiente para hacerlo. Sus labios temblorosos, su rostro compungido.

— No te amo — una mentira dicha para hacer menos amarga la despedida.  Habían pasado ya cinco años, ya no era el muchacho que se acababa de graduar de la universidad. No aceptaría una falacia por respuesta. 

Intentó regresar al presente y ser positivo cuando la azafata le entregó un panfleto con las instrucciones de seguridad. Se abrochó el cinturón y guardó la calma. En unas horas Japón nuevamente sería su hogar, y no se alejaría sin importar que sucediera.

El viaje fue tranquilo, el piloto se vanaglorio de que pasó las turbulencias sin problema alguno. Y Shigeo miró hacia atrás sonriendo, no le quitaría el mérito a sus proezas diciendo que usó sus poderes para estabilizar el avión porque se estaba mareando.

Si su maestro supiera que hizo eso, seguramente lo regañaría un poco para después contradecirse a sí mismo diciéndole lo sorprendente que era. Por que eso hacía Reigen, primero se aseguraba que tuviera los pies en el suelo, y luego con una simple palabra, una sonrisa o el gesto más sutil lo elevaba encima de las nubes.

Cuando bajó del taxi se quedó contemplado por algunos instantes la planta alta de aquel edificio de departamentos. Era obvio que Reigen no cambiaría de dirección.

— Si lo hace seguramente hallará la forma de hacer que lo sepas —- comentó su hermano un día mientras estaban en una videollamada.

— Aún no sé si eso sea cierto — respondió aún con tristeza.

— Para él sería más sencillo admitir ante todos sus clientes que nunca ha tenido poderes que vivir sin ti — algo en la voz de Ritsu lo reconfortó — Hace días fui a dejarle a Suzuki unos libros que me prestó y aunque Reigen estaba ocupado lucía bien. Tu foto sigue en la pizarra... y por lo que platicamos sigue estando más soltero que una monja de convento.

Un rubio ojiazul apareció detrás del pelinegro mientras la cámara seguía transmitiendo — ¡Hermano mayor! — saludo con alegría — ¿Vuelves la próxima semana?

— Hola, Hanazawa — saludo de vuelta — Si, por fin logré mi cambio a Ciudad Condimento.

— Qué alegría — Ritsu se levantó y le dejó el asiento — Preparamos una gran bienvenida, ¿cierto, cielo? — le preguntó al peliazul.

El menor de los Kageyama sonrió y se acercó a la cámara mientras abrazaba al rubio — Te estaremos esperando, Shigeo. Pero si las cosas van bien y no llegas, avísanos para que lo pospongamos un poco.

Shigeo se puso nervioso al rememorar aquella plática. Luego se preguntó si había sido buena idea llegar de improviso.

Nunca le dijo a Reigen que volvería, estaba poniendo todas sus apuestas en el hecho de que su soltería era completamente cierto. Su ego le decía que era por él, pero sus inseguridades mantenían su alma en un hilo. 

Él lo conocía, estaba consciente de lo reservado que era y de que podía guardar secretos a simple vista.

Aunque tenía cierta esperanza.

Sabía que mentía cuando le dijo que no sentía lo mismo, sabía que lo había alejado para que siguiera su camino y no se detuviera en aquella ciudad toda su vida, pero eso no le importaba porque el brillo del sol no era el mismo que el de su mirada. Por eso volvió porque para él sería más fácil destruir todo que vivir sin el dorado de sus cabellos.

Respiro profundo, y se dispuso a subir por aquellas escaleras cuando escuchó una bolsa impactarse contra el suelo.

Se giró hacia la izquierda, siguiendo el sonido y lo vio ahí: De pie, observándolo como si lo hubiese esperado toda la vida. Cómo si fuese testigo de un milagro. 

— Mob — la voz de Reigen salió levemente de entre sus labios.

El pelinegro soltó su maleta y no dudó ni un segundo en correr a sus brazos.

Un cálido abrazo lo sustrajo de todo temor, el aroma del suavizante de telas relajo todas las dudas. Las falanges de Reigen presionando con fuerza sus omoplatos lo hicieron sentir acogido.

— He regresado a casa — susurró con suavidad.

Reigen hundió su rostro en el hombro de Shigeo.

— Bienvenido... — murmuró apretando sus labios contra su cuello — Bienvenido a casa, cariño. 

-'♡'-

Lost and found and turned around

By the fire in your eyes

-'♡'-

 

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Esta canción se le escribió Ozzy Osbourne a su esposa y fue la última que cantó.
Gracias por todo Ozzy ε('。•᎑•')っ 💕