Work Text:
Regulus está dormido en su cama hasta que se oye un "pop".
— Amo Regulus, el ama Walburga quiere que se despierte y baje a desayunar. Su tutor llegará enseguida.
Regulus envuelve su cabeza con el cojín y hace un ovillo con su cuerpo tapándose todavía más con las mantas.
— Amo, amo, el ama quiere que se despierte. — Kreacher quita las mantas con un chasquido de dedos.
— Nooo… — se queja Regulus.
— Amo, levántese vamos.
Regulus suelta un bufido y se levanta.
— Aquí tiene su túnica limpia. — Kreacher desaparece para despertar a Sirius.
Regulus se limpia la cara y se pone ropa interior limpia y la túnica que le ha preparado Kreacher. Después, se peina hasta que su pelo queda perfecto moviéndose alrededor de su cabeza. Elegante y cómodo, tal y como le ha enseñado su padre.
Sale de su habitación y se encuentra con su hermano Sirius, también con una túnica igual que la suya y también peinado. No tan bien peinado como él, pero algo que su madre aprobaría.
Ambos bajan a la cocina a desayunar.
Su madre les está esperando en la cabecera de la mesa.
— Hoy tenéis clase de Historia de la Magia, Historia de la Familia Black, el árbol genealógico de los Black y protocolo. — les informa.
Ambos niños se miran con pesar. Toda la mañana sentados escuchando a un viejo profesor.
Desayunan y Walburga les ordena levantarse para dirigirse al salón y recibir a su tutor.
Las llamas de la chimenea se vuelven verdes y sale un mago anciano mayor.
— Profesor Shaliq. — Walburga estrecha la mano del hombre.
— Señora Black. — acto seguido da la mano a Sirius. — ¿Listo para su clase, señor Black?
— Sí, Profesor. — contesta el niño bajo la atenta mirada de su madre.
— Ya tiene el porte de su padre. Todo un digno heredero. — le alaba. El Profesor Shaliq le da la mano a Regulus. — ¿Listo para su primera clase, señor Regulus?
— Sí, Profesor. — contesta el niño, quien espera una pequeña alabanza del profesor que no llega.
El Profesor Shaliq se despide de su madre y ambos niños siguen a su profesor. Primero Sirius, como heredero, y después Regulus.
Entran en la clase y cada uno se sienta en su pupitre. El de Sirius un poco más adelante del de Regulus, como digno heredero.
— Empecemos. — dicta el Profesor Shaliq. — En la anterior clase, estudiamos cuando los magos se ocultaron de los muggles bajo el Estatuto Internacional del Secreto para que no fueran quemados vivos por esos seres inferiores que no pueden lanzar hechizos.
Ambos niños escuchaban atentamente la charla del profesor.
En un momento dado, mientras el profesor está de espaldas escribiendo en la pizarra, Sirius se gira al pupitre de su hermano y le enseña un garabato de Shaliq.
Regulus intenta contener la risa a duras penas.
— Silencio. — se gira y mira a los dos niños. — ¡SEÑOR BLACK! ¡SIÉNTESE COMO DIGNO HEREDERO QUE ES!
Sirius obedece con un pequeño gruñido y escondiendo el papel en su puño.
El Profesor Shaliq parece satisfecho y se gira de nuevo.
Ambos hermanos siguen escuchando ese discurso aburrido.
…..
Los dos niños hacen todas sus clases hasta el mediodía cuando comen y Sirius va a tomar sus clases con su padre, Orion Black, sobre su lugar como heredero Black.
Mientras tanto, Walburga está en el comedor tomando el té con Regulus.
Ambos están sentados con la espalda recta y sosteniendo el platito con la mano izquierda y la taza con la mano derecha.
— A veces pienso que tú deberías haber sido el hijo mayor, Regulus. Tu porte es perfecto. Digno de un Black. Incluso, mejor que el de Sirius. A veces actúa como si todo le aburriese. Una actitud totalmente vergonzosa para nuestra familia.
— Gracias, madre. — Regulus se sonroja. Le gusta recibir cumplidos, como todo niño. Pero siempre está detrás de su hermano. La gente solo se fija en Sirius. Solo sus padres cuando lo felicitan por ser un niño bueno. — ¿Quieres jugar al ajedrez conmigo?
— No puedo. Está noche tenemos que ir a una cena en el Ministerio y tengo que prepararme. Tú puedes jugar un rato con Kreacher hasta que tengas que bañarte y ponerte tu túnica de gala.
— Entonces, ¡me saltaré la clase de dibujo! — exclama Regulus afligido.
— Un Black no necesita dibujar como pasatiempo. Aunque eres muy bueno. Por eso tu padre y yo te apuntamos. No te preocupes. Hemos hablado con tu maestro y puedes recuperar tu clase otro día.
Regulus suspira aliviado. Le gustan mucho sus clases de dibujo.
Termina su taza de té y se levanta a buscar a Kreacher para jugar al ajedrez.
….
Sirius sale de su clase particular con su padre y ve a Regulus jugando con Kreacher al ajedrez mágico. A veces, odia ser el heredero. Tiene que tomar clases extra que su hermano no mientras Reggie está jugando.
— Sirius, Regulus. — les llama su madre, que lleva un batín de seda recién salida del baño. — Preparaos para bañaros, tenemos que ir a una cena del Ministerio.
— ¡No he tenido tiempo de jugar en todo el día! — se queja Sirius.
— ¡No hemos terminado la partida! — susurra Regulus triste mientras Kreacher desaparece.
— Regulus, puedes guardar el tablero con las piezas en su sitio y jugar otro día. Sirius, eres el heredero de la familia Black. Tienes que hacer sacrificios por el estatus que ocupas. A bañarse. — ordena.
Con un movimiento de varita, guarda el tablero de Regulus y espera a que sus hijos vayan al baño, que Kreacher está preparando. Sirius suspira frustrado y enfadado. Regulus está triste. No ha podido hacer su clase de dibujo, su favorita, y tampoco ha podido terminar su partida de ajedrez.
….
Regulus entra al Ministerio por red flu en compañía de sus padres. Primero entra padre por red flu, luego madre, después Sirius y por último él.
Entran en la sala donde se celebra la fiesta. Primeros su padre, quien le ofrece el brazo a su madre, después Sirius y luego él.
Regulus odia siempre ir el último. Siempre por detrás de sus padres y hermano, por ser el segundo hijo. Además, le dan miedo todos los magos altos con cara de malas pulgas. Quiere darle la mano a su hermano o a uno de sus padres. Pero sabe que no se lo permitirían.
Tampoco le gusta no poder ver lo que hay a su alrededor. Entre sus padres que son altísimos y Sirius que es mucho más alto que él no ve nada. Siempre estará detrás de Sirius. En sentido figurado y literalmente, porque él es más alto.
— Señores Black. Un gusto volver a verlos. — les saluda un viejo mago.
— Lo mismo le decimos, señor Mulciber. — le responde Orion.
— Los negocios que hemos hecho en conjunto están dando sus frutos, señor Black.
— Lo sé, señor Mulciber. No sabe la alegría que me da. — contesta Orion con una leve sonrisa.
— Y usted, señora Black, está radiante.
— Muchas gracias, señor Mulciber. Es todo un halago viniendo de usted.
— Y el joven señor Black. ¿Cómo van tus clases, Sirius?
— Hoy hemos dado Historia de la Magia, Historia de la familia Black, estudios del árbol genealógico de los Black y protocolo. — contesta el niño. — Antes de venir aquí, he estado dando clases con padre como heredero.
— Un joven muy aplicado, muchacho. Muy bien. ¿Tienes alguna afición?
"Es muy inteligente. Lástima de su carácter indomable" piensan sus padres.
Sirius sabe que las aficiones a las que se refiere el señor Mulciber no son trepar a los árboles y jugar a los Gobstones con Regulus. Si no, algún pasatiempo que requiera tomar una clase.
— Me gusta tocar el piano y hablar otros idiomas, como el francés.
— Sirius es un excelente pianista. — añade Walburga. — Él y Regulus hacen muy buen dúo tocando el piano y el violín o solos. Debería venir un día a escucharlos.
— Oh, interesante. Sin duda, lo haré.
Entonces, se enzarza en una conversación con los señores Black y Regulus pasa sin pena ni gloria entre los adultos. Suerte que su hermano le da la mano ahora que los adultos no miran. Hay muchos magos adultos con mala espina y Sirius sabe que a él no le gustan los sitios donde hay mucha gente.
Cuando terminan la fiesta, regresan a casa.
…
Regulus está sentado en el sofá escuchando a su hermano tocar el piano. Finalmente, el señor Mulciber ha ido a casa a ver a su hermano tocar junto a otras familias de la fiesta en el Ministerio.
Regulus echa de menos a Cissy. Bellatrix siempre se mete con él por ser el pequeño y la odia, Andromeda siempre se ha llevado mejor con Sirius que con él; Cissy siempre ha sido su prima favorita, con quien comparte la afición por la medimagia. Pero ahora está en Hogwarts. Antes podían hablar y cuchichear juntos en las aburridas fiestas…
A Regulus también le gustaría sacar el violín y ponerse a tocar. Pero eso desataría la ira de sus padres y no quiere. Él quiere que todos los Black se lleven bien.
En ese momento, entra su tío Alphard. Su tío favorito.
— Siento llegar tarde. El trasladador internacional se ha retrasado bastante. — el tío Alphard había ido de vacaciones a Francia.
— No te preocupes, hermano. Has llegado justo a tiempo de ver a Sirius tocar el piano para nosotros. — le informa Walburga.
— Que bien. — Alphard se sienta al lado de Regulus. — ¿Todo bien, Regulus? ¿Estás aburrido? — le susurra. Regulus se encoge de hombros.
Alphard Black siempre ha tratado a todos sus sobrinos por igual, pero Regulus sabe que siempre ha sentido debilidad por Sirius, ambos son rebeldes y ambos son (o fueron, en el caso del tío Alphard) los herederos y el tío Alphard y Sirius suelen hablar mucho de las expectativas que hay respecto a eso; algo que las primas y él no pueden entender porque no son los herederos de la casa Black. Regulus mira al otro lado de la sala. Allí están el tío Cygnus y la tía Druella. El tío Cygnus les odia a su hermano y a él porque en cuanto se muera toda la fortuna la heredaran ellos por ser varones. Al tío Cygnus le hubiera gustado tener un varón y siempre los está criticando a Sirius y a él. A Regulus le gustaría llevarse bien con el tío Cygnus. Así podría hablar de cómo se siente ser un segundo hijo y estar todo el día siendo la sombra de su hermano mayor. Sirius tiene al tío Alphard para hablar de ser un heredero, él no tiene a nadie para hablar de ser el eterno segundón.
Cuando Sirius termina de tocar el piano y saluda, todo el mundo le aplaude. Regulus recuerda que su hermano siempre critica las clases extra y las expectativas que tiene por ser el heredero, pero a Sirius le encanta ser el centro de atención y cuando lo alaban, como ahora. En cambio, Regulus piensa que su hermano mayor no dudaría ni un día siendo un segundo hijo; una sombra que pasa sin pena ni gloria y a la que nadie hace caso, salvo sus padres cuando lo alaban por sus notas y su saber estar.
— Bravo, Sirius. Siempre se te ha dado bien tocar el piano. Es una de tus mayores cualidades. — Alphard le aplaude de pie. Nadie puede ignorar su voz grave y prominente. El hombre tiene algo hipnótico que atrae a la gente. Sabe cómo tratar a las multitudes y conseguir lo que quiere. Tiene mucho carisma. Regulus siempre lo ha admirado por ello. — Pero, damas y caballeros, creo que un solo de piano puede ser un poco aburrido. ¿Cuántas canciones llevan escuchando? ¿Seis? ¿Siete? ¿Qué les parece si escuchamos un dúo? Regulus, ¿te importaría traer tu violín y unirte a tu hermano? — le pide.
Regulus mira a sus padres como pidiendo permiso. Estos asienten. No pueden negarse ante una petición pública delante de tanta gente y el niño corre a su habitación a por su violín. Lo afina y baja corriendo para ponerse al lado de su hermano, quien le sonríe, dicen el nombre de la pieza que van a tocar y empiezan, cuando terminan, saludan a su público, quien aplaude encantado.
— Lo ven. — anuncia Alphard Black levantando una copa de coñac. — Cuantos más instrumentos haya, más divertido es y más cuando tenemos tan buenos músicos como mis sobrinos.
…..
Regulus piensa que cuando va a Hogwarts las cosas serán diferentes y dejarán de considerarle un apéndice de su hermano mayor.
No es el caso.
Sirius es el centro de atención de todas las miradas con su personalidad extrovertida. A Regulus nunca le han gustado mucho las multitudes y prefiere mostrar su verdadera personalidad solo a sus allegados.
Sin embargo, eso no quita que para gente que no es de Slytherin o de su círculo cercano le llamen el Black menor y a Sirius solo Black. Incluidos los profesores, menos Slughorn porque Regulus forma parte del Club de las Eminencias. A Regulus no le gusta nada. Él es tan Black como Sirius, ¿Por qué no pueden ser el Black mayor y el Black menor? Parece como si Sirius fuera El Black y él siguiera siendo su apéndice, el Black menor.
Sirius también ha empezado a acostarse con todas las chicas de su alrededor. Pero siempre son rechazadas o el noviazgo durá poco. Su hermano no quiere tener relación con nadie, como el tío Alphard
Entonces, esas chicas vienen corriendo hacia él para que sustituya a su hermano en sus encuentros sexuales. Como son muy parecidos físicamente, salvo que Sirius se ha empezado a dejar el pelo largo desde que van al colegio, nadie notaría la diferencia cuando se están besando.
— ¡Black! ¡Black! — una chica que no conoce se acerca a él. Regulus se gira con una ceja arqueada. — Verás, me preguntaba que, si tú y yo… podríamos seguir con lo que tu hermano dejó a medias… — le pregunta tocándose el bajo de la falda con los dedos, pestañeando de forma coqueta y sonriendo.
— Lo siento. — susurra Regulus avergonzado. — No ofrezco ese tipo de servicios.
Acto seguido, corre a refugiarse en su sala común. Su lugar más seguro. Donde allí es simplemente, Regulus, el mejor buscador y más joven de Slytherin en años, un prodigio en la medimagia, las Artes Oscuras y Astronomía; bueno en pociones, aunque no tanto como Severus.
— ¿Todo bien, Regulus? — le pregunta Constance Lestrange cuando lo ve entrar corriendo.
— Sí.
Regulus se sonroja al ver a la chica que le gusta. No es que sea un mojigato. Pero él solo siente ganas de tener sexo con las personas de las que se enamora, en este caso, Constance Lestrange. No siente nada de deseo sexual ante alguien que no conoce o no esté enamorado.
— Regulus, ven a jugar a los Gobstones. — le invita Sébastien Aubépine levantando la mano, que está jugando con Barty Crouch Jr. en ese momento.
Regulus sonríe y corre hacia sus mejores amigos.