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El Amor Es Complicado

Summary:

Ram estaba convencida de que su amor por Roswaal era verdadero, o al menos eso era lo que creía. Sin embargo, tras el momento en que Subaru logró rescatar a Rem, comenzaron a brotar en su corazón nuevas emociones que nunca había experimentado antes.

Contenido +18 🚫

Esta es la versión en español porque la traducción automática de Google puede cambiar algunas palabras y volverse extraña de leer. Así que, si hablas español, esta es la más recomendable.

Notes:

¡Holaaaaaa! Me llena de emoción verte por aquí. Como podrán darse cuenta, estamos en la primera parte de la mini historia que he decidido crear sobre Subaru, Ram y Rem. Me parece que si optara por un One-Shot, las situaciones y los sentimientos de los personajes se sentirían un poco apresurados, así que he decidido dividirlo en dos o tres capítulos, dependiendo de cómo se desarrolle la trama. ¡Espero que lo disfruten mucho!

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Sensaciónes Parte 1

Chapter Text

Rem ya no deseaba acabar con la vida de Subaru; esta era una verdad innegable. Tras descubrir que en realidad no era una persona malvada, sino un joven común y valiente, su corazón quedó profundamente cautivado. Su percepción de él cambió por completo, y en un corto periodo de tiempo, se encontró perdidamente enamorada de él.

Ram creía que podría adoptar una posición neutral en esta situación. Como hermanas Oni, ellas poseían la habilidad de percibir lo que su hermana sentía, lo que le permitía comprender los sentimientos que ella guardaba por el joven de ojos afilados. Este entendimiento la hacía consciente de las emociones ocultas y los deseos que su hermana experimentaba hacia él, aunque ella intentara mantener un semblante imparcial.

Sin embargo, había un inconveniente: las emociones de su hermana comenzaban a trasladarse hacia ella, de tal manera que parecía como si fuera ella quien estuviera enamorada de él.

Para ella, esto se convertía en un dilema considerable, ya que cada vez que Rem se acercaba a Subaru, una ola de felicidad la invadía. Experimentaba una sensación indescriptible, como si mariposas revolotearan en su estómago, y su corazón empezaba a palpitar con fuerza, como si quisiera salirse de su pecho. Eran emociones que le pertenecían a su hermana, emociones que no le correspondían a ella.

A pesar de todo, experimentaba una sensación cálida y reconfortante cada vez que sus ojos se posaban en Subaru. Era un sentimiento tan intenso que, incluso en los momentos en que su hermana no estaba presente, esa calidez relacionada con el amor lo envolvía. Era como si la presencia de Subaru, aunque fuese a la distancia, iluminara su corazón y lo hiciera sentir completo.

-N-no...

¡No, no, no!

Esos sentimientos no eran propios de ella. No se sentía en absoluto atraída hacia Subaru; de hecho, su presencia la irritaba. La idea de verlo de una manera romántica no era algo que deseara que cruzara por su mente en ningún momento.

Pateó la puerta de su hermana con enojo exaltando a Rem la cual se tapo con la manta con vergüenza.

-R-Ram

-¿Qué demonios estabas haciendo?

Exclamó con enojo, sonrojada y llena de frustración. Su hermana había estado tocándose, perdida en pensamientos sobre Subaru, y lo que ella experimentaba, ella también lo sentía.

Rem se encogió bajo la manta, su rostro completamente encendido por la vergüenza.

-R-Ram, ¿por qué entras así?

-¡No cambies el tema!.- exclamó Ram, cruzándose de brazos mientras intentaba ignorar el calor abrasador en su propio rostro.- ¡¿Qué demonios estabas haciendo, Rem?!

La menor de las gemelas Oni apartó la mirada, incapaz de sostener la intensidad de la expresión de su hermana.

-Yo… no es nada…

-¡No me mientas!.- espetó Ram, llevándose una mano a la frente, como si intentara contener la maraña de emociones que la invadían.-  ¡Demonios, Rem! Sabes que no puedes ocultarme este tipo de cosas. ¡Lo que tú sientes, lo siento yo también!

Rem se mordió el labio con fuerza, sosteniendo la manta con ambas manos. Sabía que no podía engañar a su hermana. Desde pequeñas, su vínculo había sido más profundo que el de cualquier otro par de gemelas, y eso significaba que sus emociones estaban entrelazadas de una forma que escapaba a su control.

Ram la miró con furia, pero también con una profunda frustración. No quería aceptar lo que estaba pasando. No quería que esos sentimientos se filtraran en su propio corazón.

Porque si lo hacían, significaba que también empezaría a ver a Subaru de una manera diferente.

Y eso… eso era algo que no podía permitir.

-Rem… -murmuró, su tono menos agresivo pero cargado de una emoción difícil de describir.- ¿Que hacías?

-Y-yo... tengo necesidades. ¡No puedes impedirme esto!

Ram sintió que su ojo temblaba ante esa respuesta.

-¿¡Necesidades!?.- exclamó, su rostro completamente encendido.- ¡¿Acaso no piensas en cómo me afecta esto?! ¡No quiero sentir lo que tú sientes por ese hombre inútil!

Rem se abrazó más a la manta, evitando la mirada de su hermana.

-Pero, Ram… no puedo evitarlo… Subaru-kun es…

-¡No quiero escuchar eso!.- Ram se giró bruscamente, apretando los puños.- ¡No quiero que me contagies esto, Rem! ¡Bastante tengo con soportarlo en mi cabeza como para también sentirlo en mi cuerpo!

El silencio cayó entre ambas. Ram respiraba agitadamente, su mente un torbellino de emociones que no le pertenecían, pero que se sentían demasiado reales.

Rem, en cambio, parecía avergonzada, pero no arrepentida.

-Ram… -su voz era suave, casi suplicante-. Yo… realmente amo a Subaru-kun. Y aunque esto sea incómodo para ti… no puedo evitarlo.

-Deberias porque a partir de ahora, deberías hacerlo, o si no, cada vez que pienses en tocarte solo un milímetro pensando en Barusu, comeré todo el picante que sea necesario.

-¡Nooo!.- exclamó Rem, aterrada, ya que tenía muy poca tolerancia al picante.

Ram sonrió con suficiencia al ver la expresión de terror en el rostro de su hermana.

-Así que ya lo sabes, Rem.- dijo, cruzándose de brazos.- cada vez que te atrevas a tener esos pensamientos impuros, voy a atiborrarme de especias hasta que sientas que tu boca está en llamas.

Rem se llevó las manos a la cara, horrorizada.

-¡Ram, eso es cruel!

-¿Cruel...? ¡Cruel es tener que cambiarme de ropa interior a causa de tu comportamiento, porque la señorita no logra tener autocontrol!

Rem miró a su hermana con el rostro completamente rojo, sosteniendo la manta como si fuera su última línea de defensa contra la humillación.

Ram, por su parte, mantenía una expresión de falsa indiferencia, con los brazos cruzados y una ceja arqueada en clara superioridad. Sabía que había ganado esta batalla.

-Entonces, ¿lo tienes claro?.- insistió Ram con una sonrisa burlona.- si vuelvo a sentir algo indebido, me verás comiendo especias hasta que sientas que te tragaste un volcán.

Rem se estremeció. Solo pensar en eso hacía que su lengua ardiera en un dolor imaginario.

-Ram… eso es jugar sucio…

-No, sucio es lo que estabas haciendo hace un momento.

-¡D-Deja de decirlo en voz alta!.- Rem se cubrió aún más con la manta, deseando desaparecer.

Ram suspiró y se acercó a la cama de su hermana, sentándose a su lado con una expresión que, aunque todavía tenía un toque de burla, también mostraba un dejo de resignación.

-Escucha, Rem.- dijo con un tono más calmado.- sé que no puedes evitar lo que sientes por Barusu, por muy increíble que parezca que alguien pueda amarlo. Pero eso no significa que debas… en fin, hacer cosas que terminen afectándome a mí también.

Rem la miró con los ojos llenos de vergüenza, pero también con un leve destello de determinación.

-Lo intentaré, Ram… de verdad lo intentaré. Pero no prometo nada.

Ram cerró los ojos y se masajeó las sienes.

-Solo intenta con todas tus fuerzas… porque si esto sigue así, voy a terminar enamorándome de Barusu también, y créeme, preferiría besar a un sapo antes que sentir algo por ese inútil.

El rostro de Rem se iluminó con una expresión traviesa.

-¿Eso quiere decir que si Subaru-kun fuera menos inútil, sí te gustaría?

Ram la miró fijamente, sin expresión alguna.

-No.

-Oh, vamos… sería encantador poder compartirlo.- dijo con entusiasmo, mientras su mente comenzaba a construir una serie de imaginaciones desbordantes de posibilidades.- yo me vería como la consentida, esa que recibe todo el cariño y la atención, y tú te convertirías en la dominante que a veces puede ser un poco enojona. Terminó la frase con una sonrisa traviesa, dejando entrever la emoción que le generaba la idea de explorar diferentes roles y situaciones que tendrían junto a Subaru.

Ram la miró con incredulidad, sintiendo que la temperatura de su rostro aumentaba peligrosamente.

-No vuelvas a abrir esa boca para decir semejante tontería.

-Pero Ram, ¿no sería divertido?.- insistió Rem, su expresión entre juguetona y soñadora.- compartir a Subaru-kun, hacer que él nos mime a las dos, que nos trate como sus amadas…

-Eso es poligamia.- le dijo, mientras le daba un leve golpe en la cabeza. El impacto hizo que Rem soltara un chillido de dolor y comenzara a sobarse la zona afectada con una mano, restregándose cuidadosamente la cabeza.

-Ram… eso dolió…- se quejó Rem con un puchero, mirándola con ojos llorosos.

-Eso fue para ver si recuperas el sentido común.- respondió Ram con indiferencia, cruzándose de brazos.- y si sigues diciendo tonterías, el siguiente golpe será más fuerte.

Rem infló las mejillas con molestia, pero la travesura en sus ojos no desapareció.

-Aun así, admitirás que sería una buena idea…

-Lo único que admitiré es que necesito una dosis extra de paciencia para lidiar contigo.

-Oh, vamos, Ram. Seríamos felices juntas, viviendo bajo el mismo techo con Subaru-kun…

-Si sigues con esa fantasía absurda, me comeré todo el picante que encuentre en esta mansión.

Rem palideció al instante.

-¡No, no lo harás! ¡Eso es demasiado cruel!

Ram sonrió con malicia, inclinándose hacia su hermana con un aire desafiante.

-Entonces deja de decir tonterías y vete a dormir.

Rem suspiró, comprendiendo que no iba a ganar esta conversación.

-Está bien… pero, si algún día Subaru-kun se vuelve increíblemente capaz, fuerte y admirable… ¿tal vez considerarías darle una oportunidad?

Ram la miró fijamente, su expresión completamente inexpresiva.

-No.

Rem hizo un pequeño puchero.

-Solo por curiosidad, ¿por qué no?

Ram suspiró pesadamente.

-Porque mi tipo ideal es alguien que pueda leer el ambiente y no sea un cabeza hueca con tendencias de mártir.

Rem no pudo evitar reírse suavemente.

-En otras palabras… alguien completamente opuesto a Subaru-kun.

-Exactamente.

Ram se levantó de la cama y le dio una última mirada a su hermana.

-Descansa, Rem. Y no hagas nada raro mientras duermes.

-¡No digas cosas vergonzosas antes de dormir!

Ram solo sonrió con satisfacción y salió de la habitación, dejando a Rem sumida en una mezcla de vergüenza y ternura.

A pesar de las bromas, sentía un cálido alivio al saber que su hermana la comprendía, aunque lo expresara con su particular dureza.

Ella avanzó con pasos suaves y ligeros hacia su habitación, mientras el silencio de la mansión la envolvía. A medida que se acercaba, pudo distinguir a alguien que se aproximaba por los oscuros pasillos. En un instante, dedujo rápidamente quién era y, sin dudarlo, se apartó del camino. Al hacerlo, inclinó un poco la cabeza en señal de cortesía, mostrando respeto ante la presencia de Roswaal.

Roswaal caminaba con la misma elegancia afectada de siempre, su capa ondeando suavemente con cada paso. Su heterocromía resaltaba en la penumbra del pasillo, y aunque su expresión parecía relajada, había un destello peculiar en sus ojos, como si siempre estuviera viendo más de lo que los demás podían percibir.

-Ooh, Raaam, qué ccoinciiidencia encontrarte aquí a estas hoooras.- murmuró con su característico tono cantarín.

Ram se irguió, manteniendo la compostura.

-No es coincidencia si simplemente estoy regresando a mi habitación después de controlar a mi insensata hermana.

-Esperooo que no sea un gran inconveniente para ti, Ram.

Roswaal, con un porte elegante y una actitud desinhibida, se cruzó los brazos frente al pecho mientras dirigía su mirada hacia Ram, pero lo hacía desde una posición ligeramente superior, mirando por encima de su hombro. La notable diferencia de altura, que superaba los 20 centímetros, hacía que este gesto resultara casi natural para él, como si la postura le otorgara aún más autoridad en la conversación.

Ram no se inmutó ante la forma en que Roswaal la observaba. Estaba acostumbrada a su manera de imponer presencia, a ese aire de superioridad que exudaba sin esfuerzo.

-Mi única preocupación es la insensatez de Rem, no pequeñas charlas nocturnas.- respondió con frialdad, sin apartar la mirada de su maestro.

Roswaal curvó los labios en una sonrisa ladina.

-Qué deeedicada. Siempre tan responsable, Raaam. Es realmente admiraaable…

Ram no respondió. No necesitaba sus halagos, especialmente porque sabía que siempre venían con una intención oculta.

Roswaal bajó un poco la cabeza, su heterocromía brillando con un matiz que Ram no pudo descifrar del todo.

-Continuaré con mi paseo. Si necesitas algo más, no dudes en decírmelo.

El le acarició suavemente la cabeza durante un instante, antes de alejarse.

Ram se tocó levemente la cabeza, y aunque debería sentirse contenta, no era así.

Ram frunció levemente el ceño mientras su mano permanecía sobre su cabeza, justo en el lugar donde Roswaal la había tocado. Era un gesto que antes la habría llenado de orgullo, de satisfacción, de ese cálido sentimiento de devoción que había guiado su vida desde que perdió su cuerno.

Pero ahora… nada.

No sentía ese familiar latido acelerado en su pecho, ni la emoción de recibir su atención. En cambio, lo único que la acompañaba era un silencio incómodo en su interior, como si hubiera un espacio vacío donde antes había algo firme y tangible.

Sus dedos se cerraron lentamente en un puño y bajó la mano.

Esto no estaba bien.

"En teoría, debería estar enamorada de Roswaal…"

El pensamiento la golpeó con más fuerza de la que esperaba. Porque sí, se suponía que lo amaba. Lo había amado durante tanto tiempo que su identidad misma estaba entrelazada con ese sentimiento. Su lealtad, sus acciones, incluso sus pensamientos siempre giraban en torno a él.

Entonces, ¿por qué ahora, cuando él la trataba con amabilidad, solo sentía esta extraña indiferencia?

Se mordió el labio y reanudó su camino hacia su habitación, obligándose a no pensar en ello.

Quizás solo estaba cansada. Quizás era una de esas noches donde su mente le jugaba malas pasadas.

Sí… tenía que ser eso.

Sin embargo, cuando se acostó en su cama y cerró los ojos, la sensación de vacío persistió.

————————————————————————

Un nuevo amanecer se desplegaba en la mansión donde Subaru ejercía sus tareas como mayordomo. En un principio, todo parecía fluir con tranquilidad y armonía, o al menos eso era lo que se esperaba que sintieran todos los habitantes del lugar.

Sin embargo, para Ram, la situación era bastante diferente. Desde su posición en el piso superior, observó a Subaru, quien, con energía y alegría, trapeaba el suelo de la sala. Hablaba animadamente con Rem, mientras mantenían una charla amena que llenaba el ambiente de vida. En ese momento, una intensa sensación de calor comenzó a brotar en el corazón de Ram, recordándole emociones que no era capaz de reprimir.

Era molesto.

No, más que molesto… desconcertante.

Ram entrecerró los ojos mientras observaba la escena. Subaru sonreía de esa manera despreocupada y entusiasta, su torpe pero constante energía chocando contra la devoción tranquila de Rem. Era una dinámica que había presenciado innumerables veces, una que en el pasado no había significado nada para ella más allá de una simple interacción cotidiana.

Pero ahora, al verlos compartir risas y conversaciones sin reservas, sintió una punzada en el pecho.

Era diferente a la sensación de vacío que la había invadido la noche anterior. No era una ausencia, sino todo lo contrario: una presencia incómoda, un calor inexplicable que se extendía lentamente por su interior.

Ram apartó la vista con una exhalación casi imperceptible.

No tenía sentido.

No había razón alguna para que ese torpe cabeza hueca le provocara siquiera un atisbo de emoción. Subaru no tenía gracia, ni sutileza, ni la más mínima capacidad para leer el ambiente. Era impulsivo, ruidoso, e increíblemente irritante.

Y sin embargo…

Bajó la mirada a su propia mano, la misma que la noche anterior se había posado en su cabeza al intentar encontrar algún vestigio de lo que una vez había sentido por Roswaal.

Tal vez, después de todo, había algo que estaba cambiando dentro de ella. Algo que, aunque tratara de ignorar, ya había comenzado a enraizarse en su interior.

Rem elevó la vista y pudo distinguir a su hermana en el piso superior de la mansión. Ella levantó su brazo con energía, realizando un gesto amistoso de saludo.

-¡Ram, buenos días!.- exclamó ella con alegría.

Ram parpadeó, sorprendida por un instante antes de retomar su compostura habitual. Sin cambiar su expresión, inclinó levemente la cabeza en respuesta al saludo de su hermana.

Bajo las escaleras, pero no tenía idea de que Subaru había limpiado esa área con anticipación. Mientras avanzaba por el camino, su zapato resbaló en el piso húmedo, y en cuestión de segundos se encontró al borde de caer al suelo.

Subaru que se encontraba más próximo evaluó en milisegundos la trayectoria en la que Ram iba a caer. Con rápidos reflejos, extendió los brazos y, afortunadamente, logró atraparlo a tiempo. Ram aterrizó justo en los brazos del Subaru, que, debido  a la poca fuerza del joven, se tambaleó un poco por la inesperada carga.

-¡Uff! Eso estuvo cerca…- murmuró Subaru, recuperando el equilibrio con dificultad mientras aún sostenía a Ram.

Ram, por su parte, permaneció inmóvil en sus brazos, sus ojos rojos parpadeando lentamente, como si su cerebro aún estuviera procesando la situación. La sensación de calor volvió a brotar en su pecho, pero esta vez no fue de enojo ni de desconcierto… sino de algo más difícil de definir.

Subaru, ajeno a cualquier tensión, le dedicó una sonrisa ladeada.

-Te salvaste, Ram. ¿Sabes que este tipo de situaciones normalmente ocurren en novelas románticas?

-¡Ahhh! ¡Qué hermoso! ¡Ram parece una princesa!.- exclamó Rem, llena de emoción al observar la cercanía entre su hermana y Subaru.

Ram entrecerró los ojos, mirando fijamente a Subaru mientras su rostro permanecía impasible. La comparación con una princesa no le hacía ninguna gracia, pero lo que realmente le molestaba era la sensación extraña que la invadía. Su pecho aún sentía el calor de la proximidad con Subaru, y su mente se debatía entre la irritación y… algo más difícil de definir.

-Déjame bajar, Barusu.- dijo con su tono habitual, aunque había un ligero temblor en su voz que incluso ella misma notó.

Subaru asintió con rapidez, pero en su intento de ponerla en pie de manera elegante, terminó perdiendo el equilibrio. El resultado fue que ambos tropezaron, y Subaru terminó cayendo de espaldas mientras Ram quedó apoyada sobre él, con una mano en su pecho para evitar un impacto mayor.

-¡Subaru-kun, eres tan torpe!.- exclamó Rem con una risa suave, cubriendo su boca con las manos.

Ram se irguió de inmediato, sacudiéndose la falda y lanzándole a Subaru una mirada fulminante.

-Esto es tu culpa.- sentenció, cruzándose de brazos.

-¡Oye, eso no es justo! Yo te salvé primero, ¿recuerdas? Esto es solo… una pequeña consecuencia imprevista!.- dijo Subaru, sonriendo con nerviosismo.

Ram suspiró con resignación, girándose sin responder. No tenía sentido seguir discutiendo con él. Lo que realmente la desconcertaba no era el hecho de haber caído, sino la sensación que aún persistía en su pecho.

Rem, sin poder ocultar su entusiasmo, se acercó a su hermana con los ojos brillantes.

-Tal vez esto sea una señal del destino.- dijo con dulzura.- ¿No crees que hay algo especial en este tipo de encuentros?

Ram le lanzó una mirada severa, pero el leve rubor en sus mejillas traicionaba su intento de indiferencia.

-No digas tonterías, Rem.

Sin embargo, mientras se alejaba, no pudo evitar posar su mano en su propio pecho, tratando de ignorar el ritmo inesperadamente acelerado de su corazón.

Cuando se encontró alejada de las miradas curiosas de los demás, se apoyó en una pared, sintiendo el fresco contacto del cemento contra su espalda. Cerró los ojos por un instante, intentando aquietar el tumulto en su pecho, que latía con fuerza. Una mezcla de confusión y desesperación la invadía. No debía, no quería, absolutamente no podía estar enamorada de verdad de Subaru. Esa clase de sentimientos intensos no podían ser suyos; pertenecían a su hermana, no a ella.

Ram respiró hondo, intentando sofocar el revoltijo de emociones que se agitaban en su interior. No era posible. No podía ser. Ella no era como Rem. No era el tipo de persona que se dejaba llevar por tonterías como el amor, y mucho menos por alguien tan ridículo como Barusu.

Pero entonces… ¿por qué su corazón latía de esta manera?

Presionó su mano contra su pecho, como si con ello pudiera aplacar aquella molesta sensación. Durante tanto tiempo había creído que su capacidad de amar había muerto junto con su cuerno, que su devoción por Roswaal y Rem era lo único que le quedaba, la única verdad inmutable en su vida.

Y ahora, todo estaba empezando a tambalearse.

Abrió los ojos lentamente, fijando su mirada en el pasillo vacío frente a ella. No podía permitirse flaquear. No podía cometer el mismo error que su hermana.

Subaru era un cabeza hueca, un niño que no entendía su lugar en el mundo, alguien que solo traía problemas. No era más que un insecto molesto. Y sin embargo, su calidez… su insensata perseverancia… su manera de verla sin ninguna expectativa, sin esperar nada a cambio, se sentía… distinta.

Ram mordió su labio con frustración. No importaba. No debía importarle.

Enderezó su postura, alisó su vestido con movimientos precisos y volvió a caminar con la cabeza en alto. No tenía tiempo para sentimentalismos absurdos. Había cosas más importantes en las que pensar.

Y aun así, mientras avanzaba por el pasillo, su mano volvió a posarse, inconscientemente, sobre su pecho.

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El amor siempre ha sido un sentimiento complejo y enigmático. A menudo se manifestaba de manera efímera, como una sombra que aparecía y desaparecía, dejando tras de sí una sensación de anhelo. En ocasiones, el amor era tan solo un visitante pasajero que se desvanecía sin dejar rastro, mientras que en otras se asemejaba más a una admiración superficial, una ilusión que carecía de profundidad y sinceridad.

Sin embargo, también existía ese amor genuino, un lazo tan auténtico y fuerte que resistía la prueba del tiempo, perdurando a lo largo de los siglos, como un tesoro valioso que se transmitía de generación en generación.

El amor era una experiencia compleja, llena de matices y altibajos. Había momentos en los que resultaba doloroso el simple hecho de sentir amor, ya que su intensidad a veces venía acompañada de sufrimiento y desilusión.

Este amor, en ocasiones, parecía una espada de doble filo, capaz de brindar alegría y felicidad, pero también angustia y malestar. La paradoja del amor radicaba en que, a pesar de sus complicaciones y del dolor que podía causar, era un sentimiento intrínseco y necesario en la vida.

Sin embargo, Ram no deseaba experimentar el amor que en este momento estaba brotando dentro de ella por Subaru. Se preguntaba cómo era posible que estuviera comenzando a enamorarse de él de la misma manera en que lo había hecho su hermana Rem.

No podía ser.

La idea misma le resultaba insoportable. Injusta. Como si el destino estuviera jugando una broma cruel, forzándola a sentir lo que jamás había querido sentir.

Ram no deseaba el amor.

El amor había sido la raíz de todas sus pérdidas.

Había amado a su hermana más que a nadie en el mundo, y por ese amor, había perdido su cuerno.
Había amado a Roswaal con una devoción ciega, y por ese amor, se había encadenado a él, convirtiéndose en su sombra.

El amor la debilitaba. El amor la convertía en alguien dependiente.

No podía aceptar que algo tan frágil e impredecible estuviera naciendo dentro de ella. Y menos aún… por él.

Subaru Natsuki era torpe, exasperante y sin ningún refinamiento. No tenía el más mínimo sentido del respeto ni de la compostura. Se metía en asuntos que no le correspondían, hablaba demasiado y, lo peor de todo… nunca sabía rendirse.

Ram apretó los labios, sintiendo cómo su propio corazón se rebelaba contra su lógica.

Porque, a pesar de todo, había algo en Subaru que no podía ignorar.

Su sonrisa descarada que nunca desaparecía, incluso cuando estaba al borde de la derrota.
Su voluntad obstinada, capaz de desafiar a un destino que ya había sido escrito.
La forma en que la miraba, sin esperar nada de ella, sin tratar de cambiarla, sin verla como la mitad incompleta de Rem.

Era molesto. Molesto hasta el punto de ser insoportable.

Y, sin embargo, su pecho dolía.

No podía permitirse esto. No cuando había cosas más importantes que atender. No cuando su amor por Rem seguía siendo lo más importante en su vida.

No cuando ya había jurado que nunca volvería a perderse en un sentimiento tan incierto.

Y aun así, el eco de un nombre seguía latiendo en su interior con una insistencia que no podía ignorar.

Subaru.

-Ahhhhh...

Se pasó las manos por la cabeza con exasperación; una vez más, las sensaciones de amor inundaban su corazón, incluso cuando Rem no estaba cerca de Subaru. Sentía esas emociones.

Y parecía que Rem lo sabía.

-Ram, ¿puedo pasar?.- la voz suave de su hermana junto con un ligero golpe en la puerta se escuchó desde el otro lado de su habitación.

Ram cerró los ojos por un instante, respirando hondo. No estaba lista para hablar con Rem. No cuando su mente aún estaba hecha un caos, no cuando su corazón latía con una traición silenciosa que no quería aceptar.

Pero Rem ya estaba ahí. Esperando. Y si algo sabía de su hermana, era que no se iría sin obtener una respuesta.

-Pasa, Rem.

La puerta se abrió con suavidad, y la figura de su hermana apareció en el umbral. Con su sonrisa amable y su mirada llena de afecto, Rem entró en la habitación sin vacilar.

-Gracias, Ram.

Ram se mantuvo en su posición, sentada en el borde de la cama, con las manos cruzadas sobre su regazo. Intentó adoptar su actitud habitual, la de la hermana mayor que lo sabía todo, la que siempre tenía el control.

Pero Rem la conocía demasiado bien.

-Ram… últimamente te noto extraña.

La voz de Rem era dulce, pero había un matiz de preocupación en ella.

-¿Extraña? No digas tonterías.- Ram desvió la mirada, buscando evitar el tema.

Rem, no obstante, no se dejó llevar por las apariencias. Se acercó dando pasos firmes hasta encontrarse a su lado y, con delicadeza, colocó sus manos en su regazo.

-Compartimos emociones... el dolor, la tristeza, la felicidad e incluso los recuerdos. No es complicado darse cuenta de que hay algo que está ocurriendo en tu mente.

Ram sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Había olvidado, o quizás había querido olvidar, que ella y Rem compartían un vínculo más allá de las palabras. Sus corazones estaban entrelazados de una manera que iba más allá de lo físico, más allá de lo racional.

Era natural que Rem lo sintiera.

Pero eso era lo que más temía.

Ram apartó sus manos de las de su hermana con un gesto rápido, volviendo a cruzarlas sobre su regazo como si quisiera protegerse.

-No es nada que deba preocuparte.- dijo con frialdad.

Rem no se dejó engañar.

-Ram…- su voz fue apenas un susurro, suave, paciente. Como si estuviera esperando que su hermana finalmente se abriera a ella.

Pero Ram no quería hacerlo.

No podía.

No cuando admitirlo significaría traicionar algo que había prometido a sí misma.

-Si algo te molesta, quiero que me lo digas. No tienes que cargarlo sola.

Ram cerró los ojos con fuerza.

Era un cruel recordatorio de lo diferente que era Rem. Su hermana menor podía aceptar sus emociones, abrazarlas sin miedo. Pero ella no.

Porque en el momento en que lo hiciera… perdería la poca estabilidad que le quedaba.

-Estoy bien solo un poco cansada...

Rem no respondió de inmediato. En lugar de aceptar esa excusa, simplemente inclinó un poco la cabeza, observándola con esos ojos azules que siempre parecían ver más de lo que Ram quería mostrar.

-Si estás cansada, puedo preparar algo para ti.- dijo con suavidad.- o pedirle a Subaru-kun que te ayude.

Ram sintió un sobresalto en su pecho al escuchar ese nombre.

¿Por qué tenía que mencionarlo? ¿Por qué él tenía que ser la respuesta para todo?

-No necesito nada de Barusu.- replicó con firmeza, quizás demasiado rápido, quizás con demasiado énfasis.

Rem parpadeó.

Y luego, sonrió.

Era una sonrisa pequeña, casi imperceptible. Pero estaba ahí.

Ram sintió que su estómago se encogía.

-¿Por qué dices su nombre de esa manera?

-¿De qué manera?

-Como si quisieras alejarlo de ti, pero al mismo tiempo no pudieras evitar pensar en él.

Ram chasqueó la lengua, volviendo el rostro hacia otro lado.

-Deja de decir tonterías.

-No es una tontería.- insistió Rem, sin perder la paciencia.- lo siento dentro de mí, Ram. Siento lo que sientes.

Ram apretó los labios.

Sabía que era inútil tratar de engañar a Rem cuando se trataba de emociones. No cuando compartían ese lazo invisible que hacía que todo fuera más difícil de esconder.

Y, aun así, no quería admitirlo.

No cuando hacerlo significaba aceptar que algo dentro de ella estaba cambiando de una manera que no podía controlar.

Rem la miró en silencio por un momento más, como si le estuviera dando espacio para decirlo por sí misma.

Pero cuando vio que su hermana no iba a hacerlo, soltó un suspiro leve y dijo, con la dulzura de alguien que lo entendía demasiado bien:

-Ram, ¿te estás enamorando de Subaru-kun?

Ram sintió cómo el calor se apoderaba de sus mejillas, dándole un rubor evidente que lo delataba. Sus ojos se abrieron con asombro, la sorpresa inundó su rostro. En su interior, deseaba con todas sus fuerzas poder refutar las palabras de Rem, pero, a pesar de su esfuerzo por articular una respuesta, su voz permaneció atrapada en su garganta, incapaz de salir.

El silencio que siguió fue ensordecedor.

Ram nunca había sido alguien que se quedara sin palabras. Su lengua siempre había sido afilada, su ingenio rápido, su actitud firme como una muralla imposible de atravesar. Y, sin embargo, ahí estaba, incapaz de responder, incapaz de encontrar una mentira convincente que pudiera protegerla de la verdad que su hermana acababa de exponer con una simple pregunta.

Rem no apartó la mirada. No la presionó, tampoco la juzgó. Solo esperó, paciente, con esa ternura inquebrantable que siempre la había caracterizado.

Ram sintió que su corazón latía con fuerza, golpeando contra su pecho como si intentara recordarle algo que ella se negaba a aceptar.

-No digas estupideces.- murmuró al fin, apartando el rostro con brusquedad.

Pero su voz carecía de la usual seguridad con la que siempre hablaba. Se sintió débil, como si estuviera intentando aferrarse a una idea que ya no tenía sentido.

-No, estoy completamente segura de eso. Una brillante expresión de alegría iluminó su rostro mientras, con entusiasmo, abrazaba a su hermana, haciendo que esta cayera suavemente sobre la cama.- ¡Así que también te gusta Subaru-kun!.- exclamó con emoción, dejando entrever su feliz descubrimiento.

Ram sintió cómo su cuerpo se tensaba al ser arrastrada por el abrazo de su hermana, quedando atrapada en su entusiasmo incontrolable. Podía sentir la calidez de Rem, su emoción palpable, su felicidad pura e inocente. Y eso solo hacía que su incomodidad se multiplicara.

-¡No es cierto!.- exclamó, intentando apartarla con torpeza.- ¡Deja de decir tonterías, Rem!

Pero su hermana no cedió. A diferencia de ella, Rem nunca había tenido miedo de aceptar sus sentimientos. Cuando había comprendido que amaba a Subaru, lo había abrazado sin reservas, con una determinación inquebrantable. Y ahora, al descubrir que su hermana estaba experimentando algo similar, su alegría era genuina.

-¡No tiene nada de malo, Ram! -insistió Rem, sin soltarla.- ¡Subaru-kun es increíble! Es amable, valiente y siempre hace lo imposible por los demás. No hay razón para avergonzarse de quererlo.

Ram sintió que su pulso se aceleraba, que el calor en su rostro se intensificaba.

-No lo quiero.

-Si realmente lo deseas, estoy seguro de ello; lo siento en lo más profundo de mi ser. ¡Ya puedo imaginar una vida en Kararagi los tres juntos!.- exclamó con un entusiasmo desbordante, mientras frotaba suavemente su mejilla contra la de ella.

Ram sintió que todo el aire abandonaba sus pulmones.

-¡Cállate, Rem!.- protestó, intentando apartarla, pero su hermana no mostró intención de soltarla.- ¡¿Qué estás diciendo?!

Rem se separó un poco, pero solo para mirarla con más atención, con esos ojos llenos de una calidez imposible de rechazar.

-Sería realmente hermoso que pudiéramos alquilar un apartamento mientras ambas trabajamos. Así, Subaru tendría la oportunidad de dedicarse a sus estudios y prepararse para conseguir un buen empleo. Si logramos ahorrar lo suficiente, quizás en el futuro podamos comprar una casa y establecer un negocio. Dentro de unos años, podríamos tener varios hijos con Subaru-kun, tal vez incluso trillizos o gemelos. Sin embargo, también existe la posibilidad de que no tengamos hijos, y aun así, seríamos verdaderamente felices los tres juntos.- exclamó con alegría: Quizás no todo en la vida sea hermoso y es posible que las cosas no salgan como las hemos planeado, pero tengo la plena confianza en que nos amará a las dos, incluso a medida que envejezcamos. Desearía morir antes que Subaru-kun y Ram, porque la idea de verte partir me causaría un profundo dolor. Y cuando llegue el momento de estar postrada en una cama, rodeada de nuestros hijos, así como de tus hijos y de los hijos de nuestros hijos, espero poder susurrar con mi último aliento: 'Fui tan feliz'.

Ram se quedó inmóvil.

Las palabras de Rem la golpearon con una fuerza imposible de describir. Su hermana, con esa dulzura inquebrantable, estaba pintando un futuro que jamás se había atrevido a imaginar. Un futuro donde todo lo que alguna vez había creído imposible se volvía real.

Kararagi. Un hogar. Una vida compartida con Subaru. Hijos. Risas. Amor.

Era un cuadro demasiado cálido, demasiado perfecto.

Demasiado aterrador.

Ram sintió un nudo en la garganta. Quería burlarse, decir que Rem estaba divagando, que su imaginación era demasiado fértil. Pero su hermana hablaba con una sinceridad tan pura que cualquier burla se sentiría cruel.

-Rem…- murmuró, su voz apenas un susurro.

Su hermana sonrió con ternura y tomó sus manos entre las suyas.

-Ram, no tienes que responder ahora.- dijo con suavidad.- pero si en algún momento sientes que deseas algo de lo que acabo de decir… entonces está bien aceptarlo.

Ram bajó la mirada. Su pecho dolía.

Ella siempre había sido fuerte, la que protegía, la que se mantenía firme sin importar qué. Pero ahora, frente a su hermana, sentía que toda su coraza se resquebrajaba poco a poco.

-¿De verdad eres así?.- preguntó ella sintiendo como su voz la traicionaba, mientras envolvía a Rem en un cálido abrazo y acariciaba su cabeza con ternura, como si quisiera protegerlo de las adversidades del mundo.- solo por hoy, te permitiré divagar en tus fantasias.

Rem dejó escapar una pequeña risa, un sonido suave y lleno de calidez, mientras se acurrucaba un poco más contra su hermana.

-Entonces, lo aprovecharé al máximo.- susurró, cerrando los ojos con una sonrisa satisfecha.

Ram suspiró, sintiendo el peso de la cabeza de su hermana apoyándose en su hombro. La calidez del contacto era reconfortante, pero también inquietante. Porque, por mucho que lo negara, había algo en las palabras de Rem que seguía resonando en su interior, algo que no podía ignorar.

No, no era que no pudiera.

Era que no quería.

Porque aceptar siquiera una parte de esa fantasía significaba aceptar que una parte de ella… la deseaba.

Pero eso era imposible.

¿No?

-Te quiero, Ram.- susurró Rem con suavidad, mientras poco a poco sus ojos se cerraban y el sueño la envolvía lentamente.

Ram permaneció en silencio, sintiendo la respiración tranquila de su hermana contra su hombro. Las palabras de Rem flotaban en el aire, dulces y pesadas a la vez, dejando una sensación extraña en su pecho.

Querer a alguien… ¿de esa manera?

Un futuro donde no estuviera sola.

Un futuro donde pudiera permitirse sentir.

Un futuro donde pudiera querer.

Ram cerró los ojos, sintiendo el calor de su hermana junto a ella.

"Solo por hoy."

Permitirse imaginarlo solo por un momento no haría daño, ¿verdad?

Cerró los ojos, dejando que la tranquilidad invadiera su ser mientras se entregaba al dulce abrazo de la calidez que emanaba de Rem. Su hermana era un pilar en su vida, la amaba con una intensidad tal que no dudaría en hacer lo que fuera necesario, incluso atentar contra la vida de otro, si eso significaba protegerla. En ese momento, también empezó a comprender el profundo amor que Rem sentía por Subaru, ese mismo amor que ahora resonaba en su propio corazón.

Las palabras de su hermana seguían resonando en su mente, formando imágenes que nunca se había permitido imaginar. Kararagi, un hogar compartido, una vida donde no tuviera que ser solo la hermana mayor fuerte y protectora, sino simplemente Ram.

Y Subaru.

El pensamiento hizo que su corazón latiera con más fuerza, como si su propio cuerpo intentara traicionarla, como si quisiera empujarla a aceptar algo que llevaba tanto tiempo negando.

Subaru era un idiota. Un humano molesto, torpe y testarudo.

Pero también era alguien que nunca había dejado de verlas.

Alguien que había arriesgado su vida una y otra vez por Rem.

Su pecho se sintió extraño, una punzada de algo que no quería definir.

-Idiota…

El murmullo escapó de sus labios antes de que el sueño la reclamara por completo, arrastrándola hacia un descanso profundo, envuelta en el calor familiar de Rem.

Fin de la parte 1.

Chapter 2: Sensaciónes Parte 2

Notes:

¡Hola! Espero que estés muy bien. Aquí tienes la parte 2, tal como lo prometí. No soy de las personas que abandonan un proyecto, así que aquí está. En cuanto a los errores ortográficos, tanto en inglés como en español, estoy consciente de ellos. Sin embargo, corregir palabras como el o la puede resultar un proceso bastante tedioso para mí. La razón por la que escribo en Wattpad en lugar de en Ao3 es que me resulta más cómodo. Ah, ya me estoy extendiendo demasiado, así que dejaré de hablar. ¡Sigue disfrutando de la lectura!

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Era otro día habitual en la mansión Roswaal, donde la rutina dictaba que todo debía transcurrir con normalidad. Sin embargo, la realidad era muy distinta.

La situación se tornaba compleja debido a las hermanas Oni, quienes compartían un profundo amor por el mismo chico: Subaru Natsuki. Desde el inicio, Rem había aceptado sus sentimientos sin dudar, y con cada jornada que pasaba, su amor por Subaru se intensificaba, llenándola de emociones que no podía ignorar.

Por otro lado, su hermana Ram se mostraba reacia a reconocer sus propios sentimientos. Aunque en su interior sabía que también estaba enamorada de él, se negaba a aceptar esa faceta de su corazón. Rem, siendo perceptiva, notó la lucha interna de Ram y comenzó a darle vueltas a un plan en su mente. Su objetivo era hacer que Ram se acercara a Subaru de alguna manera, con la esperanza de que esto pudiera fomentar una conexión más cercana entre ellos.

-Todo está saliendo según lo planeado.- susurró Rem en voz baja con una sonrisa maliciosa mientras ella, Subaru y Ram caminaban por los pasillos de la mansión.

Subaru, completamente ajeno a las intenciones ocultas de Rem, caminaba a su lado con una expresión relajada, disfrutando de la tranquilidad momentánea en la mansión. Sin embargo, no tardó en notar la presencia de Ram justo detrás de ellos, su habitual mirada inexpresiva clavada en él con algo que no lograba descifrar del todo.

-¿Eh? ¿Ram? No me mires así, me da escalofríos.- bromeó Subaru con una sonrisa nerviosa, llevándose una mano a la nuca.

Ram chasqueó la lengua y desvió la mirada con desdén.

-No te sobreestimes, Barusu solo tienes una hoja pegada a tu espalda.

-¿Eh?.- Subaru parpadeó confundido y giró la cabeza, tratando de mirarse la espalda sin éxito.- ¡¿Desde cuándo está ahí?!

Sin perder el tiempo, Rem se acercó con una sonrisa y, con delicadeza, le quitó la hoja pegada.

-Oh, parece que alguien escribió algo en ella...

Subaru sintió un mal presentimiento cuando Rem leyó el mensaje en voz alta:

"Soy un idiota inútil que necesita que lo cuiden 24/7. Por favor, tengan paciencia conmigo."

El silencio que siguió fue casi doloroso. Subaru se quedó mirando a Rem, luego a Ram, y después de vuelta a Rem para volver a mirar a Ram.

-... Ram.

-¿Qué?.- Ram lo miró con absoluta indiferencia

-¿Porque la gallina cruzo la calle?

Ram entrecerró los ojos, claramente irritada.

-¿Qué clase de estupidez estás diciendo ahora, Barusu?

Subaru se cruzó de brazos con una sonrisa confiada.

-Para llegar al otro lado.

Rem se cubrió la boca con la mano para reprimir una risa incontrolable ante el chiste tan malo que acababa de hacer Subaru.

Ram, por otro lado, solo lo miró con una mezcla de decepción y cansancio.

-Eres aún más inútil de lo que pensaba.

-¡Oye, ese chiste es un clásico!.- protestó Subaru, inflando las mejillas con fingida indignación.- al menos merezco un poco de reconocimiento por mi valentía al decirlo.

-Valentía sería no decirlo en absoluto.- Ram suspiró y se llevó una mano a la sien, como si hablar con él le estuviera dando dolor de cabeza.- ahora mueve tu trasero o Ram se verá obligada a meterte una gallina...

Subaru dio un paso atrás instintivamente.

-¡Espera, espera! ¡¿Qué significa eso?!

Ram entrecerró los ojos con una expresión peligrosamente neutral.

-¿Qué crees que significa, Barusu?

Subaru tragó saliva. Algo en su instinto le decía que no quería descubrirlo por experiencia propia.

-E-Entiendo, ya me muevo, ya me muevo.- dijo levantando las manos en señal de rendición.

Rem, que hasta ese momento había estado conteniendo su risa, decidió intervenir.

-Ram, si Subaru-kun se pone a correr, podría tropezar y lastimarse.

-Tú también muévete o me veré obligada a comer algo picante.

-¡Ya me estoy moviendo!.- dijo Rem aterrorizada mientras seguía a Subaru por detrás.

Subaru miró de reojo a Rem, sorprendido por su repentina reacción.

-Oye, Rem... ¿tanto miedo le tienes a la comida picante?

Rem, que hasta hace un segundo había parecido divertirse con la situación, ahora tenía el rostro ligeramente pálido.

-Ram no bromea con esas cosas, Subaru-kun.- susurró con seriedad.- tengo muy poca tolerancia al picante. Como sabes, soy capaz de sentir sus emociones como los sabores que ella experimenta y ugh.- dijo mientras se abrazaba a sí misma al recordar algo.

Subaru parpadeó, intrigado por la repentina incomodidad de Rem.

-¿Tan malo fue?

Rem asintió vigorosamente, su expresión reflejando un trauma difícil de describir.

-Hubo una vez... cuando Ram comió un plato de curry extremadamente picante. Yo no lo probé, pero lo sentí. Lo sentí, Subaru-kun.

Rem tembló visiblemente, recordando la intensidad de aquella experiencia.

-Fue como si mi lengua ardiera en llamas, mi garganta se cerrara y mi alma abandonara mi cuerpo...

Subaru sintió por un momento el dolor de Rem.

-Eso suena... intensamente horrible.

-Sí.- Rem asintió, con la mirada perdida en la distancia.- y lo peor fue que Ram ni siquiera reaccionó. Solo siguió comiendo como si nada, mientras yo me retorcía en el suelo sufriendo...

Subaru miró de reojo a Ram, quien avanzaba tranquilamente como si la conversación no tuviera nada que ver con ella.

-Espera, espera, espera... ¿Me estás diciendo que Ram comió ese infierno en un plato y ni siquiera pestañeó?

Rem suspiró con resignación.

-Ram siempre ha sido así.

Subaru sintió un nuevo nivel de respeto... y miedo.

-Eso es aterrador.

En ese momento, Ram se detuvo y miró sobre su hombro con indiferencia.

-¿Por qué susurran tanto? ¿Acaso están conspirando algo?

Subaru y Rem se quedaron quietos como estatuas.

-¡N-No! Solo hablábamos de lo genial que eres, Ram.- dijo Rem rápidamente con una sonrisa forzada.

Ram entrecerró los ojos con sospecha.

-Eso ya lo sé.

Sin más, siguió caminando, dejando a Subaru y Rem intercambiando miradas de alivio.

-Ram tiene un estómago muy fuerte...

Subaru asintió lentamente, aún tratando de procesar toda la información.

-Entonces, si alguna vez nos quedamos sin recursos en una expedición y solo tenemos ingredientes cuestionables... podemos confiar en Ram para probar la comida primero.

Rem se estremeció ante la idea.

-Subaru-kun, por favor, no digas cosas tan aterradoras.

-Es un cumplido... creo.

Subaru miró a Ram con un nuevo nivel de respeto. Si ni siquiera el picante extremo podía afectarla, ¿qué otras cosas habría soportado sin inmutarse?

Pero antes de que pudiera seguir divagando, Ram se detuvo abruptamente y los miró de reojo.

-¿Van a seguir caminando o piensan quedarse ahí hablando tonterías todo el día?

Subaru tragó saliva y se apresuró a alcanzarla.

-¡No, no! Vamos contigo.

Rem soltó una risita discreta mientras seguía a Subaru.

Se acercaron a las afueras de una habitación en particular, que parecía diferente de las demás. Ram, con una expresión de sorpresa y escepticismo en su rostro, preguntó:

-¿De verdad dijo Roswaal-sama que debemos limpiar esta habitación?.- murmuró mientras abría la puerta lentamente, revelando el interior de aquel espacio.

La habitación estaba en penumbra, con cortinas gruesas que apenas dejaban pasar la luz del sol. El aire en su interior tenía un aroma ligeramente rancio, como si nadie la hubiera usado en mucho tiempo. Muebles cubiertos con sábanas blancas se alineaban contra las paredes, y el polvo flotaba en el aire con cada paso que daban.

Subaru frunció el ceño al observar el estado del lugar.

-Uh... Esto, sinceramente, esto se siente como el inicio de una historia de terror.

-¡No sé ve tan mal!.- dijo Rem extrañamente emocionada.- Roswaal-sama me lo dijo así que debemos hacerle caso y limpiar todo esto.

Ram entrecerró los ojos, claramente incómoda con el entusiasmo de su hermana.

-No puedo confiar en algo que Roswaal-sama dice sin cuestionarlo.

Subaru parpadeó sorprendido.

-¿Desde cuándo dudas de lo que dice tu amado jefe payaso?

Ram le dedicó una mirada afilada.

-Desde que me mandó a limpiar esta habitación sospechosa sin explicación.

Subaru tragó saliva. Que Ram estuviera siendo cautelosa solo hacía que la situación pareciera más extraña.

Rem, sin embargo, parecía determinada.

-Si Roswaal-sama lo pidió, debe haber una razón.

Dicho esto, se dirigió a una mesa cubierta por una sábana y la levantó con un movimiento decidido. Una nube de polvo se elevó en el aire, haciendo que Subaru diera un paso atrás tosiendo.

-¡Rem! ¡Advertencia previa, por favor!

-Lo siento, Subaru-kun.

Ram, por otro lado, no se movió ni un centímetro, observando con frialdad cómo la nube de polvo se disipaba.

-No hay nada extraño en esta mesa.- declaró Rem, aunque su tono sonaba casi decepcionado.

Subaru se frotó la nariz, aún sintiendo el polvo en el aire.

-Bien, bien, si solo es polvo, supongo que no hay nada de qué preocuparse.

-Ahh... solo acabemos con esto.- dijo Ram, con un tono de pereza en su voz, mientras iniciaba el proceso de limpieza.

Subaru suspiró y se remangó las mangas de su traje de mayordomo.

-Está bien, está bien, trabajemos rápido. No quiero que esta historia de terror se haga real.

Rem ya había empezado a mover muebles con una energía casi preocupante, mientras Ram, con la misma expresión de indiferencia de siempre, limpiaba el polvo de un estante con movimientos meticulosos.

Subaru, por otro lado, no tenía la misma motivación.

-Oye, Rem, ¿por qué estás tan entusiasmada con esto?

La chica de cabello azul se detuvo un momento y sonrió.

-Es una oportunidad para ayudar a Roswaal-sama.

Subaru puso los ojos en blanco.

-Por supuesto, tenía que ser eso.

Ram soltó una risa ligera.

-Por lo menos alguien aquí tiene sentido de la responsabilidad.

-¡Oye! Yo también estoy ayudando.- Subaru alzó un trapo y empezó a limpiar una mesa cubierta de polvo.- ves, trabajo en equipo.

-Si rompes algo saldrá de tu suelo.- dijo con frialdrad mientras seguía con su limpieza.

Subaru resopló.

-Bien bien, tampoco es que me paguen mucho.

Ram le lanzó una mirada de superioridad.

-Exactamente.

Subaru sintió que había perdido sin siquiera saber que estaban compitiendo.

Suspiró y volvió a centrarse en la mesa que limpiaba, mientras Rem seguía retirando sábanas con entusiasmo.

Después de unas horas, la habitación quedó como nueva y pudieron respirar tranquilos el aire de adentro.

Subaru se dejó caer sobre una silla ahora libre de polvo, dejando escapar un suspiro pesado.

-Uf... Lo logramos. Sobrevivimos a la maldición del polvo.

Rem sonrió con satisfacción mientras observaba el resultado de su trabajo.

-Voy a avisarle a Roswaal-sama que hemos terminado el trabajo.- dijo mientras salía de la habitación. Con un gesto deliberado, cerró la puerta tras de sí, asegurándose de que Subaru y Ram quedaran encerrados dentro.

Subaru parpadeó, procesando la escena con una sensación de incredulidad.

-...Oye, ¿qué acaba de pasar?

Ram, con los brazos cruzados, suspiró como si ya esperara algo así.

-Nos acaba de encerrar.

-Sí, gracias, Ram, lo noté. Pero, ¿¡por qué lo haría!?

Se levantó de la silla de golpe y caminó hasta la puerta, girando la perilla con rapidez. Estaba trabada. Subaru suspiro y golpeó suavemente la madera.

-Rem, esto no tiene gracia. ¿Por qué nos encerraste?

-¡Lo siento, chicos! Iré a buscar las llaves, hagan lo que quieran mientras esperan.- dijo con cierto aire de insinuación hacia algo.

Subaru entrecerró los ojos con sospecha

-... Eso sonó sospechoso, ¿verdad?

Ram, con los brazos aún cruzados, inclinó levemente la cabeza.

-Mucho.

Ram ya comprendía las intenciones de su hermana. Tenía claro que lo que ella deseaba era que ella y Subaru desarrollaran una relación romántica. A diferencia de Rem, que había aceptado sus sentimientos, ella todavía no estaba dispuesta a reconocer que también estaba enamorada del joven de cabello negro. Aunque sus emociones eran evidentes, ella prefería mantenerlas ocultas en su interior, sin querer enfrentarse a la verdad de su corazón.

Subaru suspiró pesadamente, frotándose la nuca con una mezcla de frustración y resignación.

-Genial... ¿ahora que?

Como adolescente que se respeta, Subaru no estaba al tanto de que las dos gemelas estaban enamoradas de él.

Subaru se dejó caer nuevamente en la silla con un suspiro pesado.

-Bueno, estamos atrapados. No hay nada que hacer más que esperar.

Ram, aún con los brazos cruzados, lo miró con desaprobación.

-Podríamos buscar una forma de salir en vez de rendirnos como inútiles.

-Oh... ¿Y si rompes la puerta con tu super fuerza Oni?

-Si tu pagas la puerta con gusto te la rompo

Subaru tragó saliva.

-Ehm... Bueno, quizá no es tan mala idea esperar a que Rem vuelva, ¿verdad?

Ram esbozó una leve sonrisa de satisfacción.

-Sabia decisión.

Subaru resopló y apoyó los codos sobre la mesa, dejándose caer contra ella con un golpe seco.

-Qué situación... Primero trabajo forzado y ahora prisión. Debería recibir un aumento por esto.

-Primero tendrías que trabajar de verdad.- dijo mientras se sentaba en otra silla.

Subaru entrecerró los ojos, mirándola fijamente.

-¿Sabes qué, Ram? A veces me pregunto si disfrutas ser cruel o si simplemente es tu forma de mostrar cariño.

Ram mantuvo su expresión indiferente por un momento, pero Subaru pudo notar la más mínima inclinación de su cabeza, como si estuviera considerando su respuesta.

-¿Acaso trato a Rem de la misma manera que a ti? No, ¿verdad? Ahí está la respuesta.

Subaru parpadeó un par de veces, procesando sus palabras. Luego, una lenta sonrisa se formó en su rostro.

-Ajá... Entonces lo admites.

Ram frunció ligeramente el ceño.

-No admití nada.

-Sí, sí lo hiciste. Si me tratas diferente a Rem, eso significa que tengo un trato especial. Y si tengo un trato especial...

-Deja de hablar.

Subaru rió ante su respuesta rápida y cortante.

-No puedes callarme tan fácil, Ram. Voy a disfrutar este momento. ¿Sabes cuántas veces me has insultado hoy? ¡Déjame disfrutar este raro destello de afecto!

Ram cerró los ojos y suspiró, apoyando el rostro en una mano.

-Te equivocas si crees que es afecto.

-Oh, no, no. Ya no puedes retractarte.

-¿Que tan necesitado estás para creer que esto es afecto?

Subaru fingió una expresión de dolor, llevándose una mano al pecho.

-¡Ram, qué crueldad! ¿Cómo puedes herir así mi frágil corazón?

-Si tu corazón fuera frágil, habrías muerto hace mucho.

-Tienes razón, probablemente...- Recuerdos traumante.- pero eso no cambia el hecho de que ahora sé la verdad. Me tratas diferente porque, en el fondo, me aprecias.

-No y no solo te aguanto por Rem por nada más... ahora que lo considero tal vez te guste que te traten mal.

Subaru abrió la boca para protestar, pero luego se quedó pensativo, frunciendo el ceño.

-Hmm... No, no creo que sea eso.

Ram arqueó una ceja con escepticismo.

-¿Seguro? Porque solo un masoquista podría soportar todo lo que te digo y seguir tan tranquilo.

-No es masoquismo, es...- Subaru hizo un gesto vago con la mano, buscando las palabras.- es una dinámica especial.

-Llámalo como quieras. Suena a negación.

Subaru suspiró y apoyó la barbilla en una mano, mirándola con diversión.

-¿Y tú? ¿No será que disfrutas demasiado molestarme?

Ram desvió la mirada con elegancia.

-Es un pasatiempo ocasional.

-Ajá, claro. Entonces, técnicamente, los dos obtenemos algo de esto, ¿no? Yo recibo atención y tú entretenimiento.

-¿Atención? Porque no te das atención tu mismo y dejas de pensar en tonterías.

-Algo como... ehh mejor no lo digo...

Ram entrecerró los ojos, con una mirada afilada.

-¿Algo como qué?

-Nada, nada... Solo un pensamiento fugaz.- Subaru agitó las manos, tratando de desviar la conversación.

-¿Masturbarte?

-¡No lo digas de esa manera!.- se llevó las manos a la cara sonrojado.

Ram esbozó una sonrisa victoriosa ante su reacción exagerada.

-¿Por qué te pones tan nervioso? No he dicho nada fuera de lo normal.

Subaru gruñó, aún cubriéndose la cara.

-¡Es la forma en que lo dijiste! Podrías haberlo insinuado de una manera más sutil, pero no, ¡lo soltaste como si fuera un hecho cotidiano!

Ram apoyó la mejilla en su mano y lo miró con una mezcla de burla y superioridad.

-¿Me equivoco acaso?

-¡Esa no es la cuestión aquí!

Ram dejó escapar una risa nasal, disfrutando del evidente bochorno del joven.

-Me lo pones demasiado fácil, Barusu.

-¡Deja de disfrutar esto tanto!

Ram cerró los ojos, aún con una sonrisa satisfecha.

-Solo estoy matando el tiempo hasta que Rem vuelva con las llaves. No es mi culpa que seas tan entretenido.

Subaru suspiró, rindiéndose.

-¿Por qué no eres como Rem? Ella es bonita, amable y tierna, y tú...

-¿Me estás diciendo que soy fea?

Subaru abrió los ojos de par en par y agitó las manos frenéticamente.

-¡No, no, no, para nada! ¡Ni siquiera remotamente dije eso!

Ram lo miró con desdén, apoyando la barbilla en su mano.

-Entonces, explícate mejor.

Subaru tragó saliva. Sabía que estaba pisando terreno peligroso.

-Lo que quise decir es que Rem es... bueno, es dulce, ¿sabes? Siempre es amable conmigo, me cuida, me apoya... Es un ángel.

Ram alzó una ceja.

-Y yo no.

-Ehh... bueno... tú eres... diferente.

-Diferente cómo.

Subaru sintió una gota de sudor recorriendo su nuca.

-Eres... más directa.

-Sigue.

-Y... más exótica.

-Ajá.

-Pero en un buen sentido, claro.

Ram entrecerró los ojos.

-No suena como un cumplido, Barusu.

-¡Lo es! ¡Lo es! Lo juro. Eres... esto... una persona fuerte e independiente, con un humor único y...

Ram ladeó la cabeza con una sonrisa satisfecha.

-Así que, en otras palabras, admites que soy bonita.

Subaru parpadeó, dándose cuenta de la trampa en la que había caído.

-¡Espera, espera, eso no fue lo que...!

-Ya lo sabía. Está claro que te quedarás solo con tus fantasías eróticas, ya que nunca tendrás la oportunidad de probar mis labios ni de disfrutar de nada que tenga que ver conmigo.

Subaru sintió que su cerebro se reiniciaba por completo ante esa declaración.

-¡¿Q-qué?!

Ram lo miró con su característica indiferencia, pero con un destello de diversión en sus ojos.

-Lo que oíste, Barusu. Puedes imaginar todo lo que quieras, pero la realidad es que jamás tendrás una oportunidad conmigo.

Subaru abrió y cerró la boca varias veces, como un pez fuera del agua.

-¡Espera un segundo! ¡¿Quién dijo que yo estaba fantaseando contigo?!

-¿No lo estabas?

-¡Por supuesto que no!

Ram suspiró, con una expresión de fingida decepción.

-Qué lástima. Por un momento pensé que al menos tenías buen gusto.

-¡Oye, oye, oye! ¡No inviertas la situación! ¡Tú fuiste la que sacó el tema de la nada!

-Porque era evidente.

-¡Nada es evidente aquí!

Ram lo observó por un instante y luego esbozó una sonrisa apenas perceptible.

-La mosca en tu cabeza no funciona correctamente.

Subaru frunció el ceño, confundido.

-¿Mosca? ¿De qué estás hablando?

Ram suspiró y apoyó la mejilla en su mano con aire de superioridad.

-Tu cerebro, Barusu. Es tan pequeño e inútil como una mosca atrapada en un frasco. Hace ruido, revolotea sin rumbo y no sirve para nada.

Subaru parpadeó varias veces, procesando la metáfora antes de soltar una risa sarcástica.

-Vaya, qué bonita manera de llamarme idiota. Casi sonó poético.

-Aún sigues siendo una mosca tierna.- susurró Ram con una voz tan suave y tenue que los oídos de Subaru no lograron captar el sonido.

Subaru se cruzó de brazos, todavía ofendido, sin notar el susurro fugaz de Ram.

-Bueno, gracias por la metáfora, supongo. Aunque preferiría ser comparado con algo más... no sé, menos insignificante.

Ram lo miró con su típica expresión de indiferencia.

-Está bien. Puedes ser un escarabajo. Siguen siendo pequeños, pero al menos tienen un caparazón duro.

-¡No cambia nada!

Ram cerró los ojos, como si la discusión la estuviera aburriendo.

-Entonces deja de quejarte. De todos modos, eres solo un Barusu.

Subaru suspiró, sintiéndose derrotado como siempre que intentaba ganar una discusión con ella.

-Eres imposible, lo sabes, ¿verdad?

Ram entreabrió los ojos y lo miró de reojo.

-Y tú eres demasiado fácil de molestar.

Subaru gruñó, pero en el fondo, sabía que no podía enfadarse de verdad con ella. Había algo en su actitud mordaz que, en lugar de herirlo, lo hacía sentir extrañamente reconfortado. Como si, detrás de sus palabras afiladas, hubiera un atisbo de... ¿cariño?

Sacudió la cabeza. Nah, imposible. Era Ram.

-Barusu antes de morirme de hambre para ti ¿Que es el amor?

Subaru parpadeó, sorprendido por la pregunta repentina.

-¿Eh? ¿De dónde salió eso?

Ram lo miró con calma, apoyando la barbilla en su mano como si no hubiera dicho nada particularmente inusual.

-Tengo hambre y quiero distraerme. Contesta.

Subaru frunció el ceño, sintiéndose un poco confundido. No esperaba que Ram le preguntara algo así, y menos con esa indiferencia tan característica suya.

-Bueno... supongo que el amor es... algo complicado.

Ram no reaccionó, así que Subaru suspiró y se rascó la cabeza, intentando ordenar sus pensamientos.

-El amor es... querer estar con alguien, pase lo que pase. Es preocuparte por esa persona, hacer todo lo posible para verla feliz, incluso cuando tú mismo no lo estás. Es... una locura, a veces duele, pero también es lo mejor que puedes sentir en la vida.

Se detuvo, notando que había hablado más de la cuenta.

-O algo así.

Ram ladeó la cabeza levemente, evaluando su respuesta.

-Entonces, por lo que dices, el amor es ser un idiota desesperado.

Subaru gruñó.

-¡Esa no es la conclusión a la que quería que llegaras!

Ram cerró los ojos con una expresión serena.

-Lo que describes suena agotador.

-¡No es agotador cuando es real!

-Tú pareces bastante agotado.

Subaru abrió la boca para protestar, pero se quedó callado. Técnicamente... no podía decir que estaba equivocado.

Ram lo observó con atención, como si estuviera analizando cada una de sus reacciones. Luego, con una voz apenas audible, murmuró:

-El amor es complicado.

Subaru sintió algo extraño en la forma en que Ram dijo esas palabras. No era su tono habitual de burla ni su indiferencia característica. Era... ¿nostalgia?

-Sí... supongo que lo es.- admitió, sin saber bien qué responder.

Ram apartó la mirada y apoyó la mejilla en su mano, como si hubiera perdido el interés en la conversación. Pero Subaru notó que su expresión era más suave de lo normal, casi como si estuviera recordando algo.

-¿Por qué la pregunta?.- se atrevió a preguntar.

Ram tardó un momento en responder, y cuando lo hizo, su tono era tranquilo, pero distante.

-Quería ver qué tan idiota eres.

Subaru bufó.

-Genial. Siempre tan considerada.

Ram no respondió de inmediato. En su lugar, dejó escapar un leve suspiro.

-El amor es complicado.- repitió en un murmullo.- y agotador.

Subaru sintió un leve escalofrío al escucharla. Por alguna razón, esas palabras le parecieron más sinceras de lo que esperaba.

-Pero no es algo malo.- dijo, casi como un reflejo.- puede ser difícil, pero también es lo que nos hace seguir adelante.

Ram entrecerró los ojos y lo miró de reojo.

-¿Eso crees?

-Sí.

Ram lo estudió por un instante y luego cerró los ojos.

-Barusu...

-¿Hmm?

-Para ti... ¿cual es la máxima prueba de amor?

Subaru sintió que la pregunta lo tomaba aún más desprevenido que la anterior.

-¿La máxima prueba de amor...?.- repitió, parpadeando.

Ram asintió con un leve movimiento de cabeza, pero su expresión era inescrutable.

Subaru se llevó una mano a la barbilla, pensativo. No es que nunca hubiera considerado la idea, pero ponerlo en palabras era más difícil de lo que pensaba.

-Supongo que... estar dispuesto a darlo todo por esa persona, incluso cuando no hay ninguna garantía de que te corresponda.- respondió, con un deje de inseguridad.- no solo en el sentido de sacrificarse, sino también en seguir creyendo en ella, en apoyarla incluso cuando las cosas son difíciles.

Ram no reaccionó de inmediato. Solo lo miró fijamente, con esa manera en la que solía evaluar a la gente sin dar ninguna pista de lo que estaba pensando.

-¿Entonces crees que el amor es un sacrificio constante?

Subaru frunció el ceño.

-No se puede considerar un sacrificio si actúas por puro deseo y auténtico anhelo de hacerlo. Pero, es posible que un beso represente la máxima expresión del amor, siempre y cuando se ofrezca en el contexto adecuado y con la sincera intención de transmitir cariño y afecto hacia esa otra persona.

Ram lo miró fijamente, sin cambiar su expresión. El silencio entre ellos se hizo más denso, como si estuviera evaluando cada una de sus palabras con una precisión quirúrgica.

-Un beso...- repitió en un murmullo, como si estuviera probando la palabra en su boca.

Subaru asintió lentamente, sintiéndose un poco incómodo bajo su escrutinio.

-Sí, bueno, un beso puede decir mucho, ¿no crees? No es solo un gesto. Si es sincero, si realmente viene del corazón, puede expresar más de lo que cualquier palabra podría.

Ram apoyó la mejilla en su mano de nuevo, con la misma indiferencia de siempre.

-Entonces, según tú, un beso dado en el momento adecuado es la prueba definitiva de amor.

-Algo así. Pero no cualquier beso.- aclaró Subaru.- tiene que ser... real. Un beso que venga del alma.

Ram cerró los ojos, como si estuviera procesando su respuesta.

-... Qué dramático.

Subaru resopló.

-¿Esperabas otra cosa?

-No. Siempre fuiste un idiota enamorado.

Subaru se cruzó de brazos, sin estar seguro de si eso era un insulto o no.

-Oye, no tiene nada de malo. Lo que digo es verdad.

Ram no respondió de inmediato. En su lugar, dejó escapar un leve suspiro y, por un instante, Subaru creyó ver algo distinto en su expresión. Algo que no pertenecía a la Ram que solía molestarle a diario.

Un atisbo de... ¿duda? ¿Reflexión?

Pero antes de que pudiera intentar descifrarlo, ella habló con su tono habitual.

-Barusu.

-¿Qué?

-Si un beso es la máxima prueba de amor, ¿a cuántas personas se la has dado?

Subaru se atragantó con su propia saliva.

-¡¿Q-Qué clase de pregunta es esa?!

Ram lo miró con la misma calma de siempre.

-Es una pregunta simple. No me digas que no tienes respuesta.

-¡Eso no es algo que se pueda responder tan fácil!

Ram ladeó la cabeza con fingida curiosidad.

-¿Por qué no? ¿Acaso tus besos no han sido "reales"?

Subaru sintió cómo la sangre le subía al rostro.

-¡E-Eso no es el punto!

Ram mantuvo su expresión serena, pero algo en la forma en que sus ojos lo observaban lo hizo sentir como si estuviera atrapado en una trampa.

Finalmente, Subaru suspiró y se rascó la cabeza, rendido.

-No he dado mi primer beso aún...

Ram parpadeó lentamente, como si estuviera evaluando su respuesta.

-Ya veo.

No había burla en su tono, ni un atisbo de esa condescendencia con la que solía tratarlo. Solo una simple constatación de un hecho.

Subaru esperó algún comentario mordaz, una broma a su costa, pero nada llegó.

-... ¿Eso es todo?

Ram entrecerró los ojos, apoyando la mejilla en su mano.

-¿Esperabas que me burlara de ti?

-Sí, un poco.- admitió Subaru, cruzándose de brazos.

Ram cerró los ojos, como si meditara algo. Luego, con la misma indiferencia de siempre, murmuró:

-No tiene sentido burlarse de alguien por algo tan trivial.

Subaru arqueó una ceja.

-¿Tú diciendo que algo es trivial? Vaya, eso es nuevo.

Ram no respondió de inmediato. Dejó escapar un suave suspiro, su mirada perdiéndose en algún punto distante.

-Un beso real, ¿eh...?

Había algo extraño en su voz, algo que Subaru no supo identificar. No era burla, ni ironía. Era... ¿melancolía?

Antes de que pudiera preguntar, Ram desvió la vista y habló con su tono habitual.

-Barusu.

-¿Qué?

-Si un beso representa la prueba definitiva de amor, entonces... ¿qué significa para ti nunca haberlo dado?

Subaru se quedó en silencio, sorprendido por la pregunta.

-Yo...

No lo había pensado realmente. Nunca le había dado importancia. Pero ahora que Ram lo ponía en palabras, la idea le resultaba extrañamente pesada.

-Supongo que...- empezó, con cierta inseguridad.- que no he encontrado el momento adecuado. O la persona adecuada.

Ram mantuvo su mirada sobre él durante unos segundos, antes de levantarse de su asiento. Su frente estaba ligeramente cubierta por el flequillo, lo que hacía que sus ojos permanecieran ocultos, sumando un aire de misterio a su postura.

Subaru la siguió con la mirada, sintiendo que la atmósfera a su alrededor había cambiado sutilmente.

Ella se acercó a él con pasos silenciosos, mientras Subaru, sentado en la silla, solo parecía más confundido.

Ram se detuvo justo frente a él, su presencia imponiéndose sin esfuerzo. Subaru sintió que su espalda se tensaba instintivamente contra el respaldo de la silla.

-¿R-Ram...?.- murmuró, inseguro.

Ella no respondió de inmediato. Simplemente se inclinó un poco, lo suficiente como para que sus rostros quedaran a escasos centímetros. Desde esa distancia, Subaru pudo ver con claridad los detalles de sus ojos rojos, su expresión indescifrable, el suave movimiento de su flequillo con cada leve respiración.

-Si es una cuestión de encontrar el momento... o la persona...- susurró Ram, su voz era apenas un murmullo.

Subaru tragó saliva.

-Puedo ser yo...

Justo en el momento en que iba a juntar sus labios con el Subaru, giró la cabeza abruptamente, esquivando el beso que parecía inminente.

-Lo siento, Ram, pero amo a Emilia.- dijo con un tono de voz que reflejaba sinceridad y conflicto interno.

Ram se quedó inmóvil por un segundo, con los ojos fijos en un punto indefinido. Su rostro permaneció sereno, pero algo en su postura cambió, como si una brisa invisible se hubiera llevado algo que ni siquiera Subaru podía nombrar.

Entonces, lentamente, se enderezó.

-Ya veo.

Dos palabras simples, pero que llevaban un peso extraño. Subaru no pudo identificar si en su tono había decepción, resignación o simplemente indiferencia.

Ram dio un paso atrás, creando una distancia entre ellos. Su mirada, antes insondable, parecía ahora más opaca, más difícil de leer.

-No tienes que disculparte, Barusu.

Subaru sintió una punzada de incomodidad.

-Aun así... No quería-

-Lo entiendo.

Su voz fue cortante, aunque no había dureza en ella, solo una firmeza inquebrantable. Ram giró ligeramente el rostro, como si ya no considerara necesario mirarlo directamente.

-No te preocupes. No significa nada.

Pero Subaru sintió que sí significaba algo. Que, por alguna razón, aquellas palabras escondían más de lo que ella dejaba ver.

Ram suspiro y se dirigió con paso firme hacia la puerta, levantando ligeramente su pierna para golpearla con fuerza. La puerta, impactada por su patada, se abrió de golpe y salió disparada, alejándose de su marco. Después de este gesto contundente, Ram se alejó de la habitación con una elegancia innata.

Subaru parpadeó, atónito, viendo cómo la puerta volaba varios metros antes de estrellarse contra una pared con un estruendo que hizo temblar los cimientos de la mansión.

El silencio que siguió fue absoluto.

Subaru se quedó sorprendido no por la salida explosiva de la Oni, sino porque en un momento vio lágrimas en sus ojos.

¿Ram estaba llorando?

Subaru sintió una punzada en el pecho.

¿Lo había imaginado? ¿Realmente había visto lágrimas en los ojos de Ram?

No... no podía ser. Ram no era alguien que llorara fácilmente. Siempre se mostraba imperturbable, segura, como si nada en el mundo pudiera sacudirla.

Pero entonces, ¿por qué tenía la sensación de haber visto algo diferente esta vez?

Se levantó de la silla con torpeza, sin saber qué hacer. Sus pies querían moverse, ir tras ella, pero su mente estaba llena de dudas.

¿Qué podría decirle? ¿Debería siquiera decir algo?

-... Maldición.

Se pasó una mano por el cabello, frustrado consigo mismo.

No entendía a Ram. Nunca lo había hecho del todo. Pero esta vez, sentía que había cruzado un límite invisible, que había tocado algo en ella que no debería haber tocado.

Dejó escapar un suspiro pesado y miró la puerta destrozada.

-Podría haber usado la manija, ¿sabes?

No esperaba respuesta, pero escuchar su propia voz rompió un poco el peso del silencio.

Subaru se dejó caer de nuevo en la silla, con la sensación de que había cometido un error... pero sin saber exactamente cuál.

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Ram cerró la puerta de su habitación detrás de ella, y luego permitió que sus piernas cedieran y se dejó caer al suelo.

Se secó las lágrimas con las mangas de su traje de sirvienta, pero fue en vano; seguían fluyendo sin cesar, como un torrente incontrolable que no le daba tregua.

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había llorado así que, por un momento, ni siquiera supo cómo detenerlo.

Su pecho subía y bajaba con respiraciones entrecortadas, su mente intentando desesperadamente recuperar el control.

"No significa nada."

Había dicho esas palabras con facilidad, con la misma frialdad con la que solía burlarse de Subaru. Y, sin embargo, eran una mentira.

Significaba algo.

Significaba demasiado.

Apretó los dientes con fuerza, clavando los dedos en las mangas de su uniforme.

¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué había dicho esas palabras?

No era como si esperara que Subaru aceptara... no, en realidad, en lo más profundo, había sabido cuál sería su respuesta desde el principio.

"Lo siento, Ram, pero amo a Emilia."

¿Por qué le dolía tanto?

Debería estar tranquila; no debería doler tanto, pero dolía.

Quizás, por un momento, realmente pensó que se permitiría amar, como su hermana, y abrir su frío corazón.

Pero no.

No era como Rem.

No tenía la dulzura ni la ternura para entregarse por completo a alguien. No tenía la calidez para ser el tipo de persona que Subaru podría amar de la misma forma en que amaba a Emilia.

Era Ram.

Fuerte, orgullosa, mordaz.

Y también...

Sola.

Un sollozo se escapó de sus labios, ahogado, como si su propio orgullo se resistiera a dejarlo salir. Se llevó una mano al pecho, sintiendo cómo algo dentro de ella se comprimía hasta volverse insoportable.

Había estado bien así. Siempre había estado bien así.

Entonces, ¿por qué, solo por un instante, había deseado algo más?

¿Por qué Subaru había hecho que dudara?

Recordó la forma en que la había mirado, confundido, casi con culpa.

No quería su lástima.

No quería su arrepentimiento.

Lo único que había querido...

Se mordió el labio, cerrando los ojos con fuerza.

No.

No importaba.

Se obligó a respirar hondo, a recuperar el control. Las lágrimas finalmente se detuvieron, aunque su corazón seguía doliendo.

Las palabras de su hermana por un momento resonaron en su mente: Sería realmente hermoso que pudiéramos alquilar un apartamento mientras ambas trabajamos. Así, Subaru tendría la oportunidad de dedicarse a sus estudios y prepararse para conseguir un buen empleo. Si logramos ahorrar lo suficiente, quizás en el futuro podamos comprar una casa y establecer un negocio. Dentro de unos años, podríamos tener varios hijos con Subaru-kun, tal vez incluso trillizos o gemelos. Sin embargo, también existe la posibilidad de que no tengamos hijos, y aun así, seríamos verdaderamente felices los tres juntos.- exclamó con alegría: Quizás no todo en la vida sea hermoso y es posible que las cosas no salgan como las hemos planeado, pero tengo la plena confianza en que nos amará a las dos, incluso a medida que envejezcamos. Desearía morir antes que Subaru-kun y Ram, porque la idea de verte partir me causaría un profundo dolor. Y cuando llegue el momento de estar postrada en una cama, rodeada de nuestros hijos, así como de tus hijos y de los hijos de nuestros hijos, espero poder susurrar con mi último aliento: 'Fui tan feliz'.

Solo era una fantasía...

Rem siempre había tenido ese don. Esa capacidad de soñar, de imaginar un futuro en el que todo encajaba, donde la felicidad era una posibilidad real y no solo un espejismo inalcanzable.

Ram nunca había compartido esos sueños.

No porque no los quisiera.

Sino porque sabía que no eran para ella.

Pero era una fantasía hermosa.

Una que Rem había abrazado con tanta fuerza, con tanta certeza, que por momentos casi lograba arrastrar a Ram con ella.

Casi.

No era real amaba a Rem amaba a Subaru pero estaba lejos de un futuro con ellos.

Ram cerró los ojos con fuerza, intentando sofocar el ardor en su pecho.

Era una tontería.

Toda esta debilidad, estas lágrimas, este dolor... No eran más que residuos de una esperanza que nunca debió haber tenido.

Esperanza.

Se rió entre dientes, pero fue un sonido hueco, carente de verdadero humor.

¿Desde cuándo se permitía algo tan absurdo?

Ella no era como Rem.

No tenía derecho a soñar con un futuro donde pudiera ser amada, donde Subaru pudiera mirarla de la misma manera en que miraba a Emilia.

No tenía derecho a desearlo.

Y, sin embargo, ahí estaba.

Apretó los puños con fuerza, sintiendo el temblor persistente en sus dedos.

No importaba cuánto lo negara, cuánto intentara fingir que no significaba nada...

La verdad era que dolía.

Dolería por mucho tiempo.

Pero al final, lo enterraría.

Como lo había hecho con tantas otras cosas.

Como había hecho con la pérdida de su aldea, de su hogar, de su cuerno- la vida que había sido arrancada de su vida junto con sus recuerdos.

Como lo había hecho con cada pequeño pedazo de felicidad que la vida se había llevado sin piedad.

Se pondría de pie.

Se secaría las lágrimas.

Y seguiría adelante.

Porque eso era lo que siempre había hecho.

Lo único que sabía hacer.

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-¡Subaru-kun!.- gritó Rem, mientras corría hacia él con lágrimas deslizándose por sus mejillas. Su cuerpo temblaba visiblemente, y la angustia la invadía. Cuando llegó a su lado, lo abrazó con fuerza, buscando refugio en su calidez.

-R-Rem, ¿qué sucede?.- preguntó Subaru, con preocupación en su voz, al ver la angustia que la envolvía.

Subaru sintió el temblor en el cuerpo de Rem, la forma en que sus dedos se aferraban a su ropa como si temiera que él pudiera desaparecer en cualquier momento.

-Rem...- murmuró, con suavidad, pero ella solo hundió más el rostro en su pecho.

-No puedo... No puedo soportarlo...- su voz se quebró entre sollozos ahogados, la calidez de sus lágrimas empapando su camisa.

Subaru sintió que algo dentro de él se tensaba.

No era la primera vez que veía a Rem llorar. Pero esta vez...

Había algo diferente.

Algo que le helaba la sangre.

-Dime qué pasa.- pidió, apoyando una mano en su espalda con delicadeza.

Rem negó con la cabeza.

-R-Ram sus emociones lo siento en mi corazón... d-duele mucho...

La conexión entre gemelas es profunda; Rem experimentaba las emociones de su hermana, sintiendo su dolor.

La voz entrecortada de Rem, su llanto incontrolable, las palabras que apenas podían salir de sus labios... todo eso le decía que esto no era solo preocupación por Ram.

Era algo más.

Algo que iba más allá de lo que Subaru podía entender.

-Rem...- susurró, apretando sus manos con suavidad en sus hombros.- ¿Qué quieres decir con eso?

Rem sollozó con más fuerza, temblando entre sus brazos.

-Su corazón... está roto...- susurró entre jadeos.- es como si... como si algo dentro de ella se estuviera desmoronando...

Subaru sintió una presión en el pecho.

Ram nunca mostraba debilidad.

Nunca dejaba que nadie la viera caer.

Pero si Rem, incluso a la distancia, podía sentir su dolor de esa manera...

-Subaru-kun...- Rem levantó la mirada, su expresión era una súplica, un ruego desesperado.- no sé qué pasó, pero... por favor, dime que ella no está sola.

Su voz tembló en la última palabra, como si la sola idea fuera insoportable.

-Y-yo...

Bajo la mirada sintiéndose culpable, Subaru había rechazado el beso de Ram, y por eso, junto con la conexión entre gemelas, Rem estaba sintiendo el mismo dolor que Ram.

Parece que Ram sí tenía sentimientos, y detrás de su fachada había alguien que realmente sentía.

Se sentía... sucio.

Culpable.

Porque la verdad era que sí, Ram tenía sentimientos.

Siempre los había tenido.

Solo que los ocultaba, los negaba, los disfrazaba bajo su orgullo y su lengua afilada.

Y él...

Él le había causado ese dolor.

No sabía qué decir.

Porque, en el fondo, sabía que no podía hacer nada para aliviar ese dolor.

No podía retroceder en el tiempo y cambiar lo que había hecho.

No podía mirarla de la forma en que ella quería.

No podía...

Rem tomó sus manos entre las suyas, con tanta desesperación que Subaru sintió su propio corazón encogerse.

-Subaru-kun... por favor...- su voz era un susurro tembloroso.- no la dejes sola.

Subaru sintió algo dentro de él romperse.

Porque la verdad era que él ya la había dejado sola.

La había lastimado.

Y, aunque jamás fue su intención, aunque no quería verla sufrir...

Lo había hecho.

Apretó los dientes, con fuerza.

No podía cambiar sus sentimientos.

No podía darle a Ram lo que quería.

Pero sí podía hacer algo.

Podía asegurarse de que, aunque estuviera herida, no se quedara sola con su dolor.

Subaru respiró hondo y, con toda la determinación que pudo reunir, sostuvo el rostro de Rem entre sus manos.

-Iré con ella.

Los ojos de Rem se agrandaron, brillantes de lágrimas.

-Subaru-kun...

-Vamos a buscarla...- dijo mientras tomaba la mano de Rem y se apresuraba a encontrarla antes de que fuera demasiado tarde.

El lugar más evidente donde podrían hallarla era en su habitación.

Subaru y Rem avanzaron con prisa por los pasillos de la mansión, el sonido de sus pasos apresurados resonando contra las paredes de piedra. El agarre de Rem en su mano era fuerte, desesperado, como si temiera que, si lo soltaba, él pudiera cambiar de opinión.

El corazón de Subaru latía con fuerza.

Nunca había visto a Rem así. Nunca había sentido tanto miedo en su voz.

Y el hecho de que todo fuera por Ram...

No podía evitar preguntarse cuán profundo era el dolor que ella estaba sintiendo en ese momento.

Cuando llegaron a la puerta de la habitación de Ram, Subaru dudó por un segundo.

No sabía qué iba a encontrar al otro lado.

Pero no podía echarse atrás.

Respiró hondo y tocó la puerta.

-Ram...- llamó, su voz más suave de lo que pretendía.

No hubo respuesta.

El silencio tras la puerta era casi ensordecedor.

Intercambió una mirada con Rem. Ella asintió, sus ojos reflejando la misma preocupación que él sentía.

Subaru giró el picaporte y empujó la puerta.

No había nadie.

La habitación estaba vacía.

Las cortinas estaban corridas, dejando entrar la luz de la tarde, que bañaba el lugar con una palidez inquietante. La cama estaba intacta, sin señales de que alguien hubiera estado allí recientemente. Todo estaba en su sitio... y, aun así, el aire se sentía pesado.

-No hay nadie.- susurró Rem, apretando sus manos contra su pecho.

Subaru frunció el ceño, su mirada recorriendo la habitación en busca de alguna pista. Ram no era del tipo de persona que simplemente desaparecía sin dejar rastro.

Pero entonces lo vio.

Sobre el escritorio, perfectamente doblado, había un pequeño pañuelo blanco. Un detalle insignificante para cualquiera, pero Subaru lo reconoció al instante.

Era el pañuelo que le había prestado a Ram hace tiempo, cuando ella se había ensuciado la cara en una de sus tareas diarias.

Ella se lo había devuelto con un gesto indiferente, como si no significara nada. Pero ahora...

Ahora lo había dejado allí.

Subaru se acercó y tomó el pañuelo con dedos temblorosos.

-Ram...

Su voz apenas fue un susurro.

Rem, a su lado, observaba con el ceño fruncido, su angustia palpable.

-Debe estar en algún lugar cercano...- dijo, más para convencerse a sí misma que para Subaru.

Entonces, un leve murmullo llegó a sus oídos.

Era apenas un susurro, una brisa perdida entre los pasillos de la mansión.

Pero Subaru lo reconoció.

No eran palabras.

Era la respiración contenida de alguien que trataba de mantenerse en silencio.

Apretó el pañuelo en su mano y comenzó a correr; sentía a Ram, aunque no sabía dónde estaba, pero tenía la certeza de que debía estar allí.

Rem se apresuró a seguirlo.

Subaru no sabía cómo, pero su instinto lo llevó más allá de la habitación, más allá de los pasillos iluminados por la tenue luz de la tarde.

El murmullo apenas perceptible, esa respiración contenida, lo guiaba como si algo dentro de él supiera exactamente a dónde debía ir.

Los pasos de Rem resonaban tras él, apresurados, con su respiración entrecortada.

No se detuvo en ningún momento; salió de la mansión con rapidez y siguió corriendo a lo largo del sendero que serpenteaba por el bosque.

El aire estaba impregnado con el aroma de la tierra húmeda y la madera, pero Subaru apenas lo notaba. Solo podía escuchar el eco de sus propios pasos y los de Rem, la respiración agitada en sus oídos y el latido frenético en su pecho.

Ram estaba cerca.

Lo sabía.

No era un presentimiento vacío, sino una certeza que ardía en su interior.

Apretó el pañuelo en su mano con más fuerza y aceleró el paso, ignorando el ardor en sus piernas.

Y entonces, al girar en una curva del sendero, la vio.

Ram estaba de pie en el borde de un gran rio, con la mirada perdida en el agua corriendo fuertemente por las recientes lluvias.

El viento soplaba con fuerza, arremolinando su cabello rosado mientras su vestido se pegaba contra su cuerpo. Su silueta se veía frágil en contraste con la fuerza del río, cuyos rápidos chocaban contra las rocas con un estruendo ensordecedor.

Subaru sintió un escalofrío recorriéndole la espalda.

Ram no se movía. No reaccionaba a su presencia ni a la de Rem. Solo se quedaba allí, inmóvil, observando el agua correr con una expresión ilegible.

-¡Ram!.- gritó Rem, corriendo hacia ella.

Pero en cuanto dio un paso, Ram habló.

-No te acerques.

Su voz no sonaba fría ni severa. Era un murmullo bajo, casi ahogado por el rugido del río, pero el tono bastó para congelar a Rem en su sitio.

Subaru también se detuvo.

-Ram...- llamó con cautela.- ¿Qué haces aquí?

-Pienso en lo que me queda y perdí...

Rem apretó los puños con fuerza.

-No digas eso, hermana...

Ram dejó escapar un leve suspiro, sin apartar la vista del agua.

-No lo entiendes, Rem. Nadie lo hace.

El viento sopló con más fuerza, levantando mechones de su cabello rosado, dándole un aire aún más etéreo.

Subaru sintió un nudo en el estómago. Ram no era del tipo de persona que se dejaba llevar por la desesperanza. Su orgullo, su tenacidad, su forma de mantenerse firme incluso cuando todo parecía estar en su contra...

Pero ahora, parada al borde del río, parecía a punto de desmoronarse.

-Explícalo entonces.- dijo Subaru, con el tono más sereno que pudo encontrar.- si crees que nadie entiende, ayúdame a hacerlo.

Ram giró apenas el rostro, lo suficiente para mirarlo de reojo.

Sus ojos rojos estaban nublados.

-No puedo ser más débil de lo que ya soy.

Rem ahogó un sollozo.

-Hermana, nunca has sido débil...

-Sí lo soy.- la interrumpió Ram, con una sonrisa sin alegría.- perdí todo lo que me hacía fuerte hace mucho tiempo.

Subaru sintió un peso hundiéndose en su pecho.

No era solo la pérdida de su cuerno lo que la atormentaba. Había algo más.

Algo que la estaba aplastando desde adentro.

-Entonces apóyate en nosotros.- dijo, dando un paso adelante.- si crees que perdiste algo, busquemos juntos una forma de seguir adelante.

-Sí... seguir adelante.- pronunció esas palabras con una sonrisa vacía en el rostro, una expresión que no reflejaba realmente lo que sentía por dentro. Con esa ilusión de ánimo, dio un paso hasta el borde del río, donde finalmente se dejó caer en sus aguas.

-¡Ram!

El grito de Subaru se mezcló con el rugido del agua cuando la vio desaparecer en la corriente

Rem sacó su cuerno Oni y, con un gesto decidido, hizo que su cadena mágica apareciera en sus manos. Luego, comenzó a correr velozmente por el borde del río, sintiendo la brisa fresca en su rostro mientras avanzaba ágilmente a lo largo de la orilla en busca de su hermana.

Subaru reaccionó en un segundo, arrojándose al agua sin pensar.

El río era más fuerte de lo que parecía. La corriente lo arrastró de inmediato, girándolo en espirales caóticas mientras el agua fría mordía su piel. Pero no se detuvo. Sus brazos se movieron con desesperación, rompiendo la superficie en busca de cualquier señal de Ram.

La vio.

Un destello de rosa entre la espuma blanca de los rápidos, su cuerpo girando en la corriente sin resistencia.

Subaru nadó con todas sus fuerzas. El agua empujaba en su contra, tratando de arrastrarlo río abajo, pero él no se rindió. Extendió su brazo hacia Ram, su pecho ardiendo por la falta de aire.

La abrazo sin soltarla incluso en medio de el río.

-¡No te dejare ir Ram!.- sostuvo fuertemente a Ram en sus brazos la cual aún estaba consciente y tenía los ojos vacíos.

Subaru no tenía la intención de soltarla. No importaba cuánto la corriente intentara separarlos, no importaba el frío que le mordía la piel o el ardor en sus músculos. No la dejaría ir.

El agua rugía a su alrededor, amenazando con tragarlos a ambos. Ram no respondía, su cuerpo estaba flojo contra el suyo, y sus ojos, esos ojos que siempre brillaban con orgullo, ahora parecían apagados, vacíos.

¡Ram!.- gritó Subaru, sacudiéndola apenas.- ¡Mírame, Ram!

Pero ella no reaccionó. Su cabello rosado flotaba a su alrededor como pétalos dispersos en el agua, su expresión era distante, como si estuviera en otro lugar, muy lejos de él.

La desesperación golpeó a Subaru como una ola más fuerte que el río mismo.

¡No te dejaré, Ram!.- repitió, sosteniéndola con más fuerza.- ¡No importa cuán lejos intentes alejarte, no voy a soltarte!

El agua los arrastraba sin piedad, lanzándolos contra las rocas. Subaru sintió un golpe punzante en su costado, pero no aflojó su agarre. Ram era pequeña en sus brazos, frágil, y aun así, la sensación de su peso contra él lo hacía sentir que estaba sujetando el mundo entero.

Y en ese instante se permitió ser honesto.

-¡Ram, eres preciosa! ¡Tienes los ojos rojos más fascinantes que he visto! ¡Eres fuerte pero encantadora, pequeña pero tierna!.- intentó mantenerse a flote en el agua.- ¡Creo que me estoy enamorando de ti, Ram!

Las palabras salieron de su boca sin pensar, impulsadas por la desesperación, por el miedo a perderla, por la certeza de que si no hacía algo en ese instante, ella se desvanecería en la corriente como una hoja arrastrada por el viento.

Ram parpadeó.

Por primera vez desde que se lanzó al agua, sus ojos vacíos parecieron enfocar algo. Sus labios se entreabrieron, pero no dijo nada, como si las palabras de Subaru hubieran alcanzado un lugar tan profundo dentro de ella que le resultara imposible responder de inmediato.

Subaru sintió que su corazón latía con fuerza, aunque no sabía si era por el agua helada o por el peso de su confesión. No había planeado decirlo. Nunca había pensado en ello con claridad. Pero ahora, en medio de ese río furioso, con Ram en sus brazos y la muerte acechándolos a cada segundo, lo supo con certeza.

Él no podía perderla.

-Ram, por favor...- su voz se quebró, pero no soltó su agarre.- no desaparezcas. No así.

Ram lo miró, y Subaru vio algo cambiar en su expresión. Un destello, un ligero fruncimiento de sus cejas, un atisbo de algo que se rompía dentro de ella.

Y entonces, finalmente, habló.

-Eres...- su voz era apenas un susurro, temblorosa como nunca antes.- tan... molesto...

Pero sus manos, débiles y temblorosas, se aferraron a el.

Subaru sintió que su pecho se apretaba. Quiso reír, quiso llorar, pero no tuvo tiempo de hacer ninguna de las dos cosas.

Porque en ese instante, algo los golpeó.

La corriente los lanzó contra una roca sumergida, y Subaru sintió un dolor agudo atravesarlo desde la espalda hasta el abdomen. Su visión se volvió borrosa por un segundo, y el agua se precipitó en sus pulmones cuando perdió la capacidad de mantenerse a flote.

Pero no soltó a Ram.

No podía soltarla.

Entonces, un resplandor azul destelló sobre ellos.

La cadena de Rem se enredó alrededor de la cintura de Ram, tirando con fuerza para sacarla del agua.

Subaru sintió que la presión en sus brazos se desvanecía.

Ram se deslizaba fuera de su alcance.

"No."

No podía ser así.

Usó lo último de su fuerza para impulsarse tras ella, para agarrar su muñeca antes de que se alejara completamente.

Y cuando sus dedos se cerraron alrededor de la piel húmeda de Ram, vio sus ojos rojos mirándolo con algo diferente.

Algo que ya no era vacío.

Rem tiró con todas sus fuerzas.

El mundo se convirtió en un torbellino de agua y luz cuando Subaru sintió su cuerpo ser arrastrado fuera del río.

Y justo antes de perder la consciencia, sintió la calidez de una mano aferrando la suya.

------------------------

-Cof cof cof.- tosió agua fuertemente sintiendo como el mundo regresaba y su visión se recuperaba.

-¡Subaru-kun!

El sonido de su nombre llegó a él como un eco lejano, filtrándose entre la niebla de su mente mientras su cuerpo temblaba incontrolablemente.

El aire entró a sus pulmones en una bocanada violenta, quemándole la garganta, sacudiéndolo desde dentro. Tosió de nuevo, sintiendo el agua salir de su boca junto con el temblor de su pecho.

El suelo bajo él estaba húmedo, la hierba fría pegándose a su piel empapada. Sus sentidos tardaron en regresar del todo, pero cuando lo hicieron, lo primero que vio fue a Rem arrodillada junto a él, su expresión tensa, sus ojos brillando con una angustia apenas contenida.

-¡Subaru-kun!.- repitió, con la voz temblorosa.- ¡Dime algo!

Él abrió la boca, pero lo único que salió fue otro acceso de tos.

-... Estoy bien.- logró murmurar al final, con un hilo de voz.

La reacción de Rem fue inmediata. Cerró los ojos con fuerza, exhalando un suspiro entrecortado antes de asentir rápidamente.

-Que alivio...- murmuró, llevando una mano a su pecho.

Pero entonces Subaru recordó.

Ram.

Su corazón dio un vuelco.

Giró la cabeza bruscamente, ignorando la punzada de dolor que recorrió su cuerpo, y la vio.

Ram estaba sentada unos metros más allá, con mechones de su cabello rosado y ropa de sirvienta pegados a su piel húmeda. Estaba pálida, su respiración aún agitada, pero lo que capturó por completo la atención de Subaru fue la forma en que su mirada se encontraba con la suya.

Esos ojos rojos, normalmente afilados y cargados de orgullo, estaban ahora nublados por algo más profundo, algo más frágil.

Algo que Subaru no pudo definir.

-Idiota.- murmuró Ram cruzándose de brazos intentando mostrar la fachada de siempre.

Subaru dejó escapar una risa entrecortada, sintiendo aún el ardor en su garganta.

-Tú también me extrañaste, ¿eh?

Ram chasqueó la lengua y desvió la mirada, pero no antes de que Subaru notara el leve temblor en sus hombros.

Rem, que había estado observando en silencio, exhaló suavemente y se inclinó un poco más hacia él.

-Intenté sacarlos a los dos, pero el río...- su voz titubeó, y Subaru sintió la culpa teñir sus palabras.

Él negó con la cabeza, con una sonrisa débil.

-No te preocupes. Lo importante es que estamos vivos... todos nosotros.

Rem mordió su labio inferior, pero finalmente asintió.

Subaru dejó caer su cabeza hacia atrás, sintiendo la humedad en su piel, el frío mordiendo sus huesos. Casi habían muerto. No, en cualquier otro momento, en cualquier otra circunstancia, habrían muerto.

Pero aquí estaban.

Y entonces sintió algo.

Un tirón leve en su manga.

Giró la cabeza y vio a Ram. Su expresión endurecida como siempre, pero sus dedos se habían aferrado sutilmente a la tela de su ropa.

Como si no quisiera que se alejara.

Subaru parpadeó, sintiendo un calor extraño extendiéndose por su pecho.

No dijo nada.

No había necesidad.

En su mundo de palabras mordaces y orgullo implacable, este gesto hablaba por sí solo.

-Gracias...- murmuró Ram mientras intentaba ocultar su sonrojo.

Las palabras de Ram fueron apenas un murmullo, pero Subaru las escuchó con total claridad. Su sorpresa se reflejó en su rostro, sus ojos ensanchándose ligeramente antes de que una sonrisa involuntaria se formara en sus labios.

-¿Eh? ¿Me lo imaginé o Ram acaba de agradecerme?.- bromeó, con la voz aún ronca.

Ram resopló y apartó la mirada con rapidez, pero su mano seguía aferrándose a su manga, sus dedos crispándose con sutileza.

-No seas ridículo. Solo me aseguraba de que aún fueras lo suficientemente funcional para escuchar.

-Vaya, vaya. Qué cruel.

Subaru rió débilmente, aunque un leve mareo lo hizo cerrar los ojos por un instante. Su cuerpo estaba exhausto, sus músculos dolían, y el frío que antes había ignorado ahora se hacía presente con más intensidad.

Hasta que ese frío desapareció al sentir unos suaves labios en los suyos un beso.

El frío que calaba hasta sus huesos, el ardor en su garganta, el dolor en cada fibra de su cuerpo... todo quedó en un segundo plano cuando los labios de Ram tocaron los suyos.

Subaru sintió cómo su respiración se quedaba atrapada en su pecho, incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo. La presión contra sus labios era suave, apenas un roce, pero el temblor sutil en los dedos de Ram, aún aferrados a su manga, le reveló que no era un simple impulso.

Duró solo un instante.

Cuando Ram se apartó, su rostro estaba vuelto a un lado, su cabello húmedo cayendo sobre su mejilla, ocultando parte de su expresión. Pero Subaru lo vio.

Vio el leve rubor en su piel, la forma en que sus labios se curvaron apenas en algo parecido a una mueca de irritación.

-Esto... no significa nada.- murmuró, su voz apenas un susurro.

Subaru parpadeó, su mente aún atrapada en la inercia del momento. Luego, la risa brotó de sus labios, ronca y débil, pero genuina.

-Me has robado mi primer beso y has cautivado mi corazón de una manera extraordinaria.

-¡Eso no es justo, Ram! ¡Yo quería ser la primera en besar a Subaru-kun!

El aire pareció tensarse.

Rem, que hasta ahora había permanecido en segundo plano, finalmente rompió su silencio con una exclamación que vibró en el aire como un trueno inesperado. Sus ojos azules, normalmente serenos, estaban muy abiertos, y sus mejillas se habían encendido en un rubor tan intenso que contrastaba con su piel pálida.

Ram, por su parte, apenas reaccionó. Solo ladeó la cabeza con una expresión que era la viva imagen de la indiferencia, aunque el leve temblor en sus dedos aún aferrados a la manga de Subaru la delataba.

-Yo también quiero besar a Subaru-kun, ¡yo también lo amo mucho!

La confesión de Rem resonó en el aire como un eco imposible de ignorar. Sus palabras, cargadas de una emoción pura y transparente, hicieron que Subaru se quedara completamente inmóvil, su mente enredándose en un torbellino de pensamientos.

Ram chasqueó la lengua y apartó la mirada con una expresión de molestia, aunque el leve rubor en su rostro la traicionaba.

-Hmph. ¿Y qué se supone que haga yo con esa información?

Subaru parpadeó varias veces, tratando de procesar la situación. Su cuerpo aún estaba débil, empapado y tembloroso, pero la temperatura en su rostro estaba subiendo rápidamente.

-R-Rem, yo...

-¡Yo también quiero besarte, Subaru-kun!.- exclamó la chica de cabello celeste, acercándose con una determinación que desbordaba sus emociones.

Subaru sintió su corazón dar un vuelco. Apenas había tenido tiempo de asimilar el beso de Ram, y ahora Rem estaba justo frente a él, sus ojos brillando con una mezcla de anhelo y determinación.

-Espera, espera, espera...- Subaru levantó ambas manos en un gesto apresurado, su mente estaba sobrecargada.

Rem lo miró con intensidad, sin titubeos, sin dudas.

-No es justo que solo Ram haga estas cosas. Yo también quiero demostrar mis sentimientos... y no quiero seguir guardándolos para mí sola.

Subaru tragó saliva. Su cabeza daba vueltas, su pecho se sentía apretado. Ram, dejó escapar un resoplido antes de mirarlos con el ceño fruncido.

-Lo que hagas o dejes de hacer no me interesa. No es mi problema.

Pero el tono de su voz no tenía la misma firmeza de siempre.

Subaru sintió una mezcla de emociones enredándose en su interior. Una parte de él quería decir algo, poner un alto a la situación, pero otra... otra no podía ignorar la calidez que se extendía por su pecho.

Rem se inclinó levemente, cerrando los ojos.

-Rem...

La voz de Subaru se quebró en el último segundo, justo cuando sintió la suave presión de sus labios contra los suyos.

A diferencia del beso fugaz de Ram, el de Rem fue más profundo, más sincero. Sus labios temblaban ligeramente, como si temiera que Subaru se apartara, pero no lo hizo.

No podía.

En ese instante, entre el frío que aún calaba sus huesos y la calidez de los sentimientos que ambas hermanas le mostraban, Subaru solo pudo aceptar la realidad:

Estaba atrapado entre el amor de dos gemelas que significaban el mundo para él.

Cuando el beso llegó a su fin, Rem rodeó con sus brazos a Subaru de manera cariñosa, como lo haría un gato que busca calor y afecto.

-Me siento tan feliz...- exclamó, con una expresión de alegría genuina en su rostro.

Subaru sintió el calor del abrazo de Rem envolverlo como un bálsamo contra el frío de la noche. Su cuerpo aún temblaba, y su mente seguía luchando por procesar lo que acababa de suceder. Su corazón latía con fuerza, atrapado entre la intensidad de los sentimientos de Rem y la silenciosa vulnerabilidad que Ram había mostrado momentos atrás.

Las manos de Subaru se aflojaron sobre el suelo húmedo mientras exhalaba un suspiro, sintiendo el peso del agotamiento arrastrándolo de vuelta a la realidad. No podían quedarse ahí para siempre. Estaban empapados, temblando de frío y aún en un lugar desconocido.

Ram pareció notar esto antes que él. A pesar del leve rubor en su rostro y la forma en que sus dedos seguían aferrados a su manga, su voz recuperó su habitual tono de impaciencia.

-Rem, deja de aferrarte a ese bueno para nada. No tenemos tiempo para estas tonterías.

Rem parpadeó y, con una expresión de tristeza, soltó a Subaru lentamente, como si temiera que si lo hacía demasiado rápido, él desaparecería.

-Lo siento, Subaru-kun...

Él le sonrió débilmente.

-No tienes que disculparte.

Ram tembló del frío, poniéndose de pie con un movimiento firme, ignorando cómo su ropa empapada se pegaba incómodamente a su piel.

-Regresemos a la mansion, Roswaal-sama estará preocupado.

Subaru parpadeó, aún sintiendo el cosquilleo en sus labios. Todo había sucedido tan rápido que su mente no podía procesarlo. Ram, con su beso fugaz e inesperado, y luego Rem, con su ternura avasalladora. El corazón le latía con tanta fuerza que temía que las dos lo escucharan.

El frío de la noche y la humedad de sus ropas empezaban a calar hasta sus huesos, pero lo que más lo mantenía despierto era la mirada de ambas chicas. Ram, con su expresión endurecida pero con el leve rastro de un rubor en sus mejillas. Rem, con una sonrisa luminosa y los ojos aún brillantes de emoción.

Ram se sacudió ligeramente el agua de las mangas y suspiró.

-Deja de quedarte ahí con esa cara estúpida, Barusu. Tenemos que irnos.

-Eh... s-sí, claro.- Subaru intentó recomponer su expresión, pero su cerebro seguía funcionando con retraso.

Rem se quedó a su lado por un momento más antes de soltarlo con suavidad.

-Volvamos a casa.

La palabra "casa" le sonó más cálida de lo que debería. Porque eso era para él ahora: la mansión, las hermanas Oni, Emilia... Todas las personas que le habían dado un propósito.

-Sí.- murmuró.- volvamos.

Y con pasos temblorosos, pero con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, Subaru siguió a las gemelas bajo la luna plateada, dejando atrás la noche que nunca olvidaría.

Fin de la parte 2.

Notes:

10.711 palabras.

Por esa razón, decidí dividir el One-Shot en tres partes, ya que era consciente de que sería demasiado extenso para aparecer en un solo capítulo. Espero sinceramente que lo hayan disfrutado, porque me costó mucho trabajo escribir todo esto durante la noche, y no pude dormir en absoluto bueno eso hice hace un mes.

Además, mencioné que llevaría tiempo publicar la segunda parte, pero en realidad eso no era cierto; en realidad, ya tenía esta historia escrita desde hace un tiempo. Solo me faltan 3000 palabras para completar la tercera parte, y así poder ofrecerles finalmente el contenido +18.

(Depende del apoyo)

Y, al mismo tiempo, he dejado una pequeña sorpresa al final de la tercera parte, la cual espero que les sorprenda ¡muajajaja!

No tengo nada más que añadir, así que les agradezco mucho por tomarse el tiempo de leer esto.

Nos veremos en la tercera parte, siempre y cuando, por supuesto, logre subirla...

Chapter 3: Sensaciónes Y Perdida

Notes:

¡Hola a todos! Estoy aquí para compartir con ustedes la última parte de El Amor Es Complicado. No quiero arruinarles la sorpresa, pero tengo que admitir que la conclusión me tocó profundamente, y eso que soy el autor.

¡Ay, cuánto dolor! En fin... Espero que disfruten de este capítulo, ya que será el más intenso de toda la historia. Si saben a qué me refiero... *guiño* *guiño*.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Era realmente desconcertante, ya que ahora Subaru se encontraba en una relación con las gemelas Oni, Ram y Rem, quienes lo amaban de manera profunda y sincera. No podía evitar sentirse abrumado por la situación, pues, aunque no había tenido la intención de provocar esos sentimientos en ellas, se había convertido en el centro de su afecto.

Subaru, en su naturaleza despreocupada, no era plenamente consciente de cómo ni cuándo había logrado cautivar el corazón de las dos hermanas. A veces se preguntaba si había sido una simple coincidencia o si sus acciones, aunque inadvertidas, habían tenido un impacto significativo en ellas. Pero lo cierto es que, sin darse cuenta, había tejido un vínculo emocional fuerte con Ram y Rem, un lazo que lo unía de una forma inesperada y profunda.

Era como si hubiera ocurrido ayer la oficialización de su relación, porque en realidad, efectivamente, sucedió ayer.

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-¿Me estás diciendo que, debido a su conexión como hermanas gemelas, ahora las dos están enamoradas de mí?.- preguntó Subaru con escepticismo. Se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Al observar el sutil asentimiento de Rem, se dio cuenta de que su afirmación era, de hecho, cierta.- bueno eso es como decirlo extravagante.

-Desde hace tiempo, yo ya estaba enamorada de ti, Subaru-kun. Sin embargo, parece que Ram fue la que percibió sus propios sentimientos a través de los míos. Tengo la teoría de que cuando los sentimientos son sinceros y provienen del alma, es posible que se diera cuenta de lo que sentía por ti. Esto significa que Ram, al sentir realmente lo que tiene por ti, se dio cuenta de lo que yo siento, no porque haya captado mis emociones, sino porque ha reconocido lo que ella misma siente por Subaru-kun de verdad.

-Yo también estoy aquí, ¿lo saben?.- comentó Ram, mientras un ligero espasmo de molestia recorría uno de sus ojos.

Subaru soltó una risa nerviosa, sintiendo que su cerebro estaba a punto de sobrecalentarse.

-Okay... esto es un poco mucho para mí. Déjenme ver si entiendo bien. Rem ya estaba enamorada de mí, pero debido a su conexión como gemelas, Ram no solo lo percibió, sino que terminó reconociendo que ella también me ama.

Rem asintió con una dulce sonrisa, mientras que Ram desvió la mirada, cruzando los brazos con su usual expresión de fastidio.

-No es que lo haya reconocido, solo es un hecho innegable.- dijo Ram con indiferencia.- no necesito a Rem para saber lo que siento.

-Pero fue gracias a mis sentimientos que lo entendiste, ¿verdad?.- Rem inclinó la cabeza con ternura.

-No digas tonterías.

Subaru observó el intercambio con una mezcla de confusión y asombro. Su vida ya era lo suficientemente complicada, y ahora dos chicas mas increíbles que pudo haber conocido estaban enamorado de el.

Se dejó caer sobre el sofá con una exhalación larga.

- Es mucho para procesar...

-No te preocupes, Subaru-kun. Las relaciones de tres personas son algo aceptado hoy en día, solo tenemos que tener cuidado de evitar las iglesias.

-¿Eh? Rem, ¿a qué te refieres con relación?.- preguntó Ram desconcertada, sintiendo que, una vez más, esto era solo una de las fantasías de Rem.

Rem inclinó la cabeza con una expresión inocente.

-Pero Subaru-kun es alguien a quien amamos, ¿no es natural que los tres estemos juntos?

Subaru, que ya sentía que su cerebro estaba a punto de implosionar, agitó las manos con nerviosismo.

-E-Espera, espera, espera. ¿De qué iglesias estamos hablando? ¿Acaso hay reglas sobre esto en Lugunica que no conozco?

Rem sonrió con dulzura, pero en sus ojos brillaba un matiz de picardía.

-Solo digo que en algunas partes, las relaciones que no sean de una pareja convencional pueden ser mal vistas. Pero no importa lo que piensen los demás, lo importante es lo que sentimos.

Subaru sintió un escalofrío de mal presagió.

-¿Estoy metiéndome en algo peligroso sin darme cuenta...?

-No Subaru-kun solo tienes evitar decir que tienes dos esposas cerca de muchas personas.

-¿E-Esposas? ¿Desde cuándo llegamos a ese nivel?

Rem asintió con una sonrisa radiante, como si estuviera hablando de algo completamente normal.

-Desde el momento en que nuestros corazones se unieron, Subaru-kun.

-¡Espera, espera! Aún no he alcanzado la mayoría de edad.

-Pero si ya has pasado los 15 años, ¡ya eres prácticamente un adulto!

-Sí, es cierto, pero en mi localidad la mayoría de edad se establece a los 18 años. ¡Aún no me estoy planteando esas cosas!

Ram soltó un suspiro exasperado mientras cruzaba los brazos.

-Entonces, Barusu, ¿me estás diciendo que lo único que te detiene es una diferencia cultural?

-¡No, no es solo eso!.- Subaru agitó las manos con desesperación.- ¡No estoy diciendo que no... digo, no es que sí...! ¡Digo, esto es demasiado rápido!

Rem ladeó la cabeza con una sonrisa tranquila.

-Entonces, Subaru-kun, ¿nos estás pidiendo que esperemos a que cumplas 18 años?

-¡No estoy diciendo eso tampoco!

Ram arqueó una ceja, evaluándolo con su usual mirada de superioridad.

-Entonces, ¿qué estás diciendo?

Subaru se tomó la cabeza con ambas manos y gruñó.

-Que todo esto es demasiado repentino...

-Entonces me encargaré de hacerte desaparecer si lastimas a Rem.- dijo Ram con una mirada fría dándole a entender que no tenía opciones.

Subaru sintió un escalofrío recorrer su espalda. El aire a su alrededor pareció volverse más denso, como si la temperatura en la habitación hubiera bajado repentinamente.

-¿Q-Qué fue eso, Ram?.- preguntó con una risa nerviosa, tratando de convencerse de que solo estaba bromeando.

Ram entrecerró los ojos y apoyó una mano en su mejilla con calma.

-No lo repito, Barusu.

-¡D-De acuerdo! ¡Mensaje recibido!

Rem, en contraste con la tensa atmósfera, sonrió dulcemente y tomó la mano de Subaru con ternura.

-No te preocupes, Subaru-kun. Ram solo está diciendo que valora mucho lo que tenemos y que debes tomarlo en serio.

-¡Sí, claro, porque esa fue exactamente la impresión que me dio!.- Subaru tragó saliva.

Ram suspiró y se cruzó de brazos.

-No tengo tiempo para explicarte lo obvio, Barusu. Pero ya que te cuesta tanto procesar las cosas, te lo pondré fácil: no puedes escapar de esto.

Subaru sintió que el alma se le caía a los pies.

-Entonces... ¿ya no tengo ni voz ni voto en esta relación?

Rem lo miró con sus grandes ojos azules, llenos de cariño.

-Claro que la tienes, Subaru-kun. Pero no sirve de nada porque ya decidimos.

Ram asintió con aprobación.

-Exacto.

Subaru dejó caer la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada vacía.

-... Estoy condenado.

-¡Oh, Subaru-kun! No es lindo vernos a los tres juntos. Yo deseo ser la que reciba tus mimos y caricias.- dijo mientras lo abrazaba firmemente por la cintura.- Ram puede ser un poco fría a veces, pero en el fondo, ella te ama muchísimo, al igual que yo.

Subaru sintió que su vida se escapaba lentamente de sus manos. Entre los brazos de Rem, que lo abrazaba con la dulzura de una doncella enamorada, y la mirada afilada de Ram, que lo analizaba con la paciencia de un verdugo esperando su momento, su destino parecía sellado.

-Espera, espera... ¡Déjenme al menos respirar antes de decidir mi futuro!.- protestó Subaru, levantando las manos en señal de rendición.

-No seas dramático, Barusu. De todos modos, nunca has tenido muchas opciones en la vida.- respondió Ram con desdén, aunque la forma en que sus dedos jugaban con un mechón de su cabello revelaba cierta incomodidad.

Rem, sin soltarlo, apoyó su cabeza en su pecho.

-Subaru-kun... no tienes que preocuparte. No vamos a forzarte a nada que no quieras.- dijo con dulzura.

-¡Ah! Bueno, eso me alivia un poco...

-Pero tampoco puedes huir.

-¡Eso me alivia mucho menos!

Ram suspiró con fastidio.

-¿Por qué te molestas tanto? Deberías estar agradecido. Si fueras otro hombre, probablemente nunca habrías recibido nuestra atención.

-Oh, claro, lo siento por no ser lo suficientemente agradecido por estar atrapado en este triángulo amoroso impuesto...

-No es un triángulo amoroso, Subaru-kun. Es un amor compartido.

Subaru sintió que su espíritu intentaba abandonar su cuerpo una vez más.

-Eso no hace que suene mejor, Rem...

Subaru tomó una profunda bocanada de aire antes de pronunciar su veredicto.

-Bueno, la verdad es que son las chicas más hermosas con las que me he encontrado. De hecho, me atrevería a decir que podrían ser las ídolos más famosas de Japón. Sin embargo, tengo que ser honesto; no puedo creer que esto esté pasando. No me considero lo suficientemente bueno para estar a su lado. Ni siquiera soy alguien que pueda garantizar su protección si llegara a suceder algo malo...

Ram lo miró con una ceja arqueada, su expresión oscilando entre la burla y la incredulidad.

-Entonces, Barusu, ¿estás diciendo que te falta confianza en ti mismo?

-¡Eso es exactamente lo que estoy diciendo!.- exclamó Subaru, señalándose con dramatismo.- ¡Mírenme! No soy más que un tipo normal que apenas puede mantenerse con vida en este mundo lleno de magia y monstruos increíbles. ¡Comparado con ustedes dos, soy solo un simple plebeyo sin talento!

Rem negó suavemente con la cabeza y sostuvo su mano con más fuerza.

-Subaru-kun, eso no es verdad.

-¡Claro que lo es!.- insistió él.- ¡Ram puede lanzar ráfagas de viento que pueden despedazar mabestias! ¡Tú puedes destruir con esa cadena a esos perros gigantes con un solo golpe! ¿Y yo qué tengo? ¡Una boca demasiado grande y un cuerpo que se quiebra como una ramita!

Ram suspiró y chasqueó la lengua.

-No solo eso, también tienes una lamentable falta de dignidad.

Subaru hizo una mueca.

-¡¿Ves?! ¡Exactamente a lo que me refiero!

Rem lo miró con ternura.

-Subaru-kun... Te queremos tal y como eres, porque, aunque no seas una persona fuerte, posees una gran valentía. Te enfrentas al peligro sin dudar ni un instante, y eso es lo que realmente define a un héroe. Me has enseñado a sentirme acogedora y a ser Rem. Incluso cuando un río peligroso se interpuso en tu camino, no te detuviste, y eso es porque encarnas todo lo que tanto anhelamos.

Subaru sintió que su pecho se apretaba. No estaba seguro de si era por la intensa sinceridad en la voz de Rem o por la sensación de ser acorralado emocionalmente sin ninguna escapatoria posible.

-Pero... pero...- murmuró, buscando desesperadamente una salida a la conversación.

Ram lo miró con fastidio, como si estuviera perdiendo la paciencia con su constante resistencia.

-¿Qué más quieres que te digamos, Barusu? ¿Necesitas que te escribamos un contrato formal donde expliquemos detalladamente por qué no vamos a dejarte escapar?

-¡No! ¡Definitivamente no quiero eso!.- Subaru agitó las manos con desesperación.

Rem rió suavemente y acarició su rostro con ternura.

-Subaru-kun, no tienes que tener miedo. Sabemos que todo esto es muy repentino, pero nuestros sentimientos por ti son verdaderos.

Subaru sintió su determinación tambalear. No es que no quisiera estar con ellas, pero la magnitud de la situación lo abrumaba.

-Pero si no puedo protegerlas...

Ram chasqueó la lengua con impaciencia.

-Deja de decir tonterías. No necesitamos que nos protejas. Nosotras somos perfectamente capaces de hacerlo por nuestra cuenta.

Rem asintió con una sonrisa.

-Pero si lo que te preocupa es estar a nuestro lado y compartir nuestras cargas, entonces solo tienes que seguir esforzándote, Subaru-kun. No tienes que ser fuerte como nosotras; solo tienes que ser Subaru-kun.

-Ser yo mismo...

Con impaciencia, Ram se acercó a él y se acomodó sobre su cuerpo, sentándose a horcajadas.

Subaru se puso rígido de inmediato. Su mente entró en un estado de alerta máxima, y un millón de alarmas sonaron en su cabeza.

-¿R-Ram? ¿Qué estás haciendo?

Ram lo miró con su expresión habitual de superioridad, pero había un brillo en sus ojos rojos que lo hizo tragar saliva.

-Haciendo que te calles, Barusu. Siempre hablas demasiado.

Subaru sintió que el calor subía a su rostro mientras la cercanía de Ram lo hacía temblar de nerviosismo.

Ella lo tomo del mentón y acercó suavemente sus labios a los de el para comenzar un cálido beso.

Subaru sintió que su cerebro entraba en cortocircuito.

El mundo a su alrededor pareció desvanecerse en un vacío borroso mientras los suaves labios de Ram presionaban los suyos con una seguridad que lo dejó completamente inmóvil. Su mente gritaba que esto no podía estar pasando, que de alguna manera había cruzado a una realidad alternativa donde Ram, la misma Ram que lo llamaba "Barusu" con desprecio, ahora lo estaba besando con una calidez inesperada.

Cuando el contacto se rompió, Subaru apenas pudo procesar lo que había ocurrido. Su rostro estaba rojo como un tomate y su cuerpo completamente rígido.

Ram lo miró con la misma expresión confiada de siempre, aunque había un ligero rubor en sus mejillas.

-Ya veo que tu cerebro dejó de funcionar. Supongo que eso significa que logré mi cometido.

Rem, que había estado observando en silencio, sonrió suavemente y se acercó, acunando el rostro de Subaru con ambas manos.

-Subaru-kun... no quiero quedarme atrás.

Antes de que pudiera reaccionar, Rem también lo besó.

A diferencia del beso de Ram, que había sido seguro y directo, el de Rem era tierno y envolvente, como si intentara transmitirle todo el amor que sentía en ese único instante.

Subaru sintió que su alma abandonaba su cuerpo. Esto era demasiado.

Cuando Rem finalmente se apartó, Subaru dejó escapar un sonido inarticulado, completamente abrumado.

-Entonces, Barusu, ¿sigues diciendo que esto no es real?

Subaru, todavía tratando de recuperar el aliento, apenas pudo murmurar:

-... Estoy muerto, ¿verdad? Esto es el cielo. No hay otra explicación.

-Tu cerebro virgen no capta nada que decepción de hombre...

Subaru, todavía aturdido, apenas pudo reaccionar. Su cerebro luchaba por procesar lo que acababa de ocurrir, pero cada intento de encontrar una explicación lógica solo lo llevaba a una única conclusión: él no estaba preparado para esto.

Rem, por otro lado, simplemente sonrió con dulzura, inclinando la cabeza.

-¿Ahora somos novios Subaru-kun?

Dijo con una mezcla de dulzura y una palpable expectativa en su voz, preguntó algo que podría deshacer incluso el hielo más tenaz de la montaña. Ram dirigió una mirada intensa y fulminante a Subaru, como si sus ojos estuvieran cargados de un odio profundo y decidido. Su amor por Rem era tan abrumador que en ese instante, Ram sentía que podría estrangular a Subaru sin dudarlo, si este se atrevía a negarle lo que deseaba. No importaba cuánto cariño pudiera sentir Ram hacia Subaru; su amor de hermana por Rem eran tan fuertes que excedían cualquier otro sentimiento.

Subaru sintió que la presión a su alrededor se intensificaba de una manera que jamás habría imaginado. La pregunta de Rem ya era suficiente para hacer que su cerebro colapsara, pero la mirada de Ram... esa mirada era algo completamente distinto.

El aire pareció volverse más denso, y Subaru tragó saliva con dificultad. El rostro sereno de Rem contrastaba de manera aterradora con la aura asesina que emanaba de su hermana mayor.

Si respondía mal, su vida podría estar en peligro.

Si respondía demasiado rápido, podría parecer que no lo pensó bien.

Si dudaba demasiado... bueno, Ram ya estaba a punto de matarlo solo con los ojos.

-¿Entonces, Subaru-kun...?.- insistió Rem con una sonrisa radiante, mientras Ram entrecerraba los ojos peligrosamente.

Subaru sintió que su alma intentaba huir de su cuerpo.

-¡E-Espera, espera un segundo!.- alzó las manos en un intento desesperado por ganar tiempo.- esto... esto es mucho para asimilar. Quiero decir... ¿no creen que esto es un poco apresurado?

El aire se congeló.

Ram frunció el ceño.

Rem ladeó la cabeza.

-¿Apresurado?.- repitió Rem con dulzura.

-¿Acaso estás diciendo que mi hermana no es digna de tu respuesta inmediata? - la voz de Ram sonó peligrosamente tranquila.

-¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡Sí me gustan! ¡Pero...!

-Pero...

-¡Ay! ¡Ya lo entiendo! ¡Seré su novio!

-¡Yupi!.- exclamó Rem mientras abrazaba nuevamente a Subaru con un derroche de amor y felicidad.

-Sabia decisión.- dijo Ram, recostando su cabeza suavemente sobre el pecho de Subaru.

Y así fue como Subaru iniciaba una nueva etapa en su vida, ahora en una relación con Ram y Rem.

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Ahora que Subaru, Rem y Ram están en una relación, sus días están llenos de interacciones caóticas, tiernas y, a veces, absurdas.

Mañanas:

Subaru suele despertarse con Rem acurrucada a su lado, abrazándolo con ternura. Si intenta moverse demasiado, ella simplemente lo aprieta más fuerte y murmura su nombre con una sonrisa soñolienta.

Ram, en cambio, lo despierta de manera mucho menos dulce: dándole golpecitos en la frente o tirándolo de la cama con una expresión indiferente. "Es hora de levantarse, Barusu. No seas un inútil desde la mañana".

Desayunan juntos. Rem cocina con amor, mientras Ram se limita a beber su té con elegancia. Subaru siempre alaba la comida de Rem, lo que la hace sonrojar de felicidad, y eso irrita ligeramente a Ram.

A veces, Subaru trata de ayudar a cocinar, pero siempre termina causando algún desastre, obligando a Rem a salvar la situación con una sonrisa comprensiva.

Tardes:

Subaru, en su intento de ser un novio ejemplar, trata de dividir su tiempo equitativamente entre ambas hermanas. Pasea con Rem por los jardines, recoge flores con ella y escucha pacientemente sus dulces palabras de amor.

Con Ram, sin embargo, las cosas son un poco más complicadas. Ella no es del tipo de expresar afecto abiertamente, pero de vez en cuando, cuando nadie está mirando, apoya su cabeza en su hombro y murmura un "Eres un poco menos inútil de lo normal, Barusu".

Si Subaru comete el error de darle más atención a una de las dos, la otra lo hará saber. Ram con comentarios sarcásticos, y Rem con un puchero silencioso que Subaru no puede resistir.

Si Rem y Ram tienen trabajo en la mansión, Subaru trata de ayudar... aunque generalmente solo estorba. Ram lo regaña sin piedad, mientras que Rem le sonríe y le dice que su esfuerzo es suficiente.

Noches:

Subaru, agotado después de un día de ser el novio de dos hermanas con personalidades opuestas, se prepara para dormir, solo para descubrir que no está solo.

Rem insiste en dormir abrazada a él. Ram, aunque finge no quererlo, termina cediendo con un suspiro y se recuesta cerca de ellos, aunque siempre de espaldas a Subaru.

"Si intentas algo raro, te cortaré la lengua", le advierte Ram antes de dormir, pero hay un ligero rubor en sus mejillas.

Subaru, atrapado entre el amor incondicional de Rem y el amor-tsundere de Ram, solo puede suspirar y aceptar su destino.

Así transcurren sus días, entre momentos de paz, discusiones ridículas y dulces interacciones que Subaru nunca habría imaginado vivir. Ahora su vida no solo es caótica por las amenazas externas, sino también por tener que sobrevivir a ser el novio de las dos sirvientas más únicas de la mansión Roswaal.

(Pequeñas interacciones de su día a día siendo novios)

Mañana: Un despertar nada tranquilo

El sol apenas comenzaba a filtrarse por las ventanas cuando Subaru sintió algo cálido y suave presionando contra su cuerpo. Su conciencia, aún atrapada entre el sueño y la vigilia, tardó unos segundos en procesar la situación. Lo primero que notó fue un dulce aroma flotando en el aire, una mezcla de flores frescas y algo reconfortante.

Cuando abrió los ojos, su campo de visión estuvo lleno de un rostro angelical: Rem dormía tranquilamente, aferrada a él como si fuera su peluche personal. Su cabeza descansaba sobre su pecho y su respiración era calmada y rítmica.

-Mmm... Subaru-kun...- Rem murmuró en sueños, con una leve sonrisa en los labios.

El corazón de Subaru se aceleró al instante. La sensación de calidez era agradable, pero también peligrosa. Intentó moverse con cuidado para no despertarla, pero en cuanto lo hizo, Rem se aferró aún más fuerte.

-No... aún no...- susurró con voz somnolienta, hundiendo su rostro en su pecho.

Subaru tragó saliva. Esto... esto es demasiado para mi corazón tan temprano en la mañana.

Pero su momento de ternura fue interrumpido por un súbito y agudo dolor en su oreja.

-¡Agh! ¡¿Pero qué...?!

La realidad lo golpeó de golpe cuando sintió que alguien tiraba de su oreja con una fuerza nada amistosa.

-Despierta, Barusu. No tengo toda la mañana para esperar a que termines tu ridículo espectáculo romántico con Rem.- dijo una voz monótona y llena de fastidio.

Subaru giró la cabeza con esfuerzo y se encontró con los ojos rojos de Ram mirándolo con absoluto desdén.

-¡Ram! ¡¿Era necesario tirar de mi oreja?!

-Sí. No respondías, y yo no soy tan paciente como Rem.

Aún frotándose la oreja con una expresión de dolor, Subaru trató de enderezarse, pero se encontró atrapado entre Rem, que aún dormía plácidamente sobre él, y Ram, que lo observaba con los brazos cruzados y una ceja arqueada.

-Subaru-kun...- Rem murmuró de nuevo, frotando suavemente su rostro contra su pecho antes de abrir los ojos lentamente. Al ver su rostro tan cerca del suyo, su sonrisa se iluminó.- ah... buenos días, Subaru-kun.

-B-Buenos días...

Ram chasqueó la lengua con impaciencia.

-Ya basta de coqueteo matutino. Levántate, vístete y ven a desayunar antes de que decida darte un castigo por hacerme perder el tiempo.

Subaru resopló.

-¡No es mi culpa! ¡No pedí despertar atrapado entre ustedes dos!

-Entonces dormirás solo esta noche.

-¡E-Eso tampoco es lo que quería decir!

Ram lo ignoró y se dio la vuelta para salir de la habitación. Justo antes de cerrar la puerta, miró a Subaru de reojo y dijo con voz calmada:

-Cinco minutos. Si no bajas, te haré desayunar mis sobras.

Subaru sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-¡Rem, tenemos que bajar ya!

Pero cuando miró a Rem, vio que ella solo sonreía con dulzura, apoyando una mano en su mejilla mientras lo observaba.

-Subaru-kun, qué lindo te ves tan nervioso en la mañana.

-¡No es el momento de disfrutar mi sufrimiento, Rem!

Entre la ternura de una y la amenaza de la otra, Subaru no tuvo más remedio que apurarse para empezar el día. Así eran sus mañanas ahora: un constante vaivén entre el cielo y el infierno.

Tarde: Un almuerzo caótico y una siesta peligrosa

Después de una mañana de trabajo en la mansión-que consistió en que Subaru intentara ser útil pero terminara estorbando a Ram y Rem-llegó la hora del almuerzo. Subaru, aún recuperándose del despertar mortal que había tenido, se dejó caer en la mesa del comedor con una expresión de pura extenuación.

-Estoy muerto... mi cuerpo ya no puede más...- gimió, apoyando la frente sobre la mesa.

-No exagere, Subaru-kun. Solo cargaste algunos sacos de harina y fallaste en la mitad de los intentos.- comentó Rem con una sonrisa divertida mientras servía la comida.

-¡Fallé porque Ram me hacía tropezar a propósito!

Ram, sentada al otro lado de la mesa, tomó un sorbo de su té sin inmutarse.

-Fuiste tú quien fue torpe, Barusu. Si fueras más competente, no tendrías excusas.

Subaru sintió que su alma dejaba su cuerpo por segunda vez en el día.

Pero cuando Rem colocó su plato frente a él con una sonrisa cálida, toda la fatiga y desesperación se desvanecieron en un instante. El almuerzo, como siempre, estaba impecable: un guiso de carne con verduras perfectamente sazonado, pan recién horneado y una sopa caliente.

-¡Rem, eres un ángel!.- exclamó Subaru, con lágrimas en los ojos mientras tomaba su cuchara con devoción.

-Eres tan exagerado, Subaru-kun... pero me alegra que disfrutes mi comida.- dijo, sonrojándose ligeramente.

-Si vas a actuar como un idiota, al menos mastica con la boca cerrada.- intervino Ram, rodando los ojos.

Entre quejas de Ram, cumplidos de Rem y el entusiasmo infantil de Subaru, el almuerzo transcurrió con el caos habitual.

Después de comer, Subaru sintió que su cuerpo exigía descanso.

-Voy a tomarme una siesta... Me la merezco después de todo el esfuerzo que hice esta mañana.

-Dormir tanto te hará más inútil de lo que ya eres.- dijo Ram con una ceja arqueada.

-Entonces te invito a dormir conmigo.- soltó Subaru con una sonrisa pícara.

Ram lo miró con una expresión de absoluto desdén.

-Prefiero limpiar los establos con las manos desnudas.

-¡Ay, Ram, eso dolió!

-Si quieres descansar, Subaru-kun, puedo acompañarte.- intervino Rem con una expresión esperanzada.

Subaru se iluminó.

-¡Esa sí es una buena propuesta!

Poco después, Subaru se dejó caer sobre un cómodo sofá en una de las habitaciones de la mansión. Antes de que pudiera acomodarse, sintió un peso suave a su lado. Cuando giró la cabeza, Rem ya estaba acurrucándose contra él, con la cabeza apoyada en su pecho.

-Subaru-kun es tan cálido...

Subaru sintió su cara calentarse.

-R-Rem, así no voy a poder dormir...

-Entonces nos quedaremos así solo por un rato...

Subaru suspiró, pero al final no se quejó. Cerró los ojos, disfrutando de la suave fragancia de Rem y la tranquilidad del momento.

Y entonces...

-Barusu.

La voz fría y firme de Ram lo hizo abrir los ojos de golpe.

Ella estaba de pie en la puerta, mirándolos con una expresión que no dejaba lugar a discusión.

-... ¿Pasa algo?.- preguntó Subaru con un sudor frío en la frente.

Ram avanzó lentamente y se sentó junto a él en el sofá. Sin decir una palabra, se acomodó y usó su hombro como almohada.

-Si Rem va a estar aquí, no veo por qué no puedo unirme.

Subaru tragó saliva.

Estoy en una situación de alto riesgo otra vez, ¿verdad?

Pero cuando miró a Rem, vio que ella simplemente sonreía con dulzura, disfrutando de la cercanía. Ram, por su parte, parecía indiferente, pero Subaru podía notar un leve sonrojo en su rostro.

Sin más opción, cerró los ojos y aceptó su destino.

Y así, su tarde se convirtió en una peligrosa siesta compartida entre las dos hermanas.

Noche: Una rutina caótica y una cama demasiado pequeña

Después de la siesta, Subaru pasó el resto de la tarde ayudando a Rem con las tareas del hogar y evitando los comentarios sarcásticos de Ram. Cuando cayó la noche, la mansión se sumió en una tranquilidad relativa, y Subaru finalmente pudo relajarse.

Después de la cena, se dirigió a su habitación para prepararse para dormir. Sin embargo, apenas se dejó caer en la cama, sintió un escalofrío en la espalda. Algo estaba mal.

Cuando abrió los ojos, se encontró con Rem parada en la puerta con una sonrisa radiante.

-Subaru-kun, vine a dormir contigo.

-¡¿Eh?!

Antes de que pudiera reaccionar, Rem ya había cerrado la puerta detrás de ella y se acercaba con pasos suaves pero decididos.

-R-Rem, espera, ¿qué pasó con las reglas de la mansión? ¿Con la decencia? ¡Con mi cordura!

Rem inclinó la cabeza.

-Somos pareja, Subaru-kun. No hay nada de malo en que durmamos juntos.

-¡Pero... pero...!

-A menos que Subaru-kun no quiera dormir conmigo...

Sus ojos brillaron con un toque de tristeza, y Subaru sintió que su corazón se encogía.

-N-No es eso...

Rem sonrió con dulzura y se acomodó en la cama, acurrucándose contra su brazo.

Subaru tragó saliva.

[Esto es demasiado peligroso... si Rem sigue actuando así, no voy a sobrevivir mucho tiempo...]

Pero antes de que pudiera relajarse, la puerta se abrió de golpe.

-Tsk. Lo sabía.

Subaru se puso rígido cuando vio a Ram de pie en el umbral, con los brazos cruzados y una expresión de absoluto desdén.

-¿P-Por qué estás aquí, Ram?

Ram suspiró con aburrimiento y se acercó sin titubear.

-Si Rem va a dormir aquí, sería injusto que yo no lo hiciera.

-¡¿Cómo es eso justo?!

Ram ignoró su protesta y se sentó en el borde de la cama. Luego, con la misma actitud despreocupada de siempre, se acomodó al otro lado de Subaru, apoyando la cabeza en su hombro.

-E-Espera... ¡Esto es demasiado! ¡La cama es pequeña!

-Entonces no te muevas tanto.- dijo Ram, cerrando los ojos.

-Subaru-kun, buenas noches~.- susurró Rem, abrazándolo suavemente.

Subaru experimentó una oleada de emociones que lo hicieron sentir como si fuera el hombre más afortunado del planeta. Al mismo tiempo, esa misma intensidad de sentimientos lo llevaban a pensar que era muy probable que sufriera un ataque al corazón.

Atrapado entre ambas hermanas, su mente entró en un cortocircuito.

Su noche, que debería haber sido pacífica, se convirtió en una batalla por conservar la cordura... y su vida.

(Si tienen curiosidad acerca de Emilia, no tengo muchas nociones sobre su situación actual, pero supongo que debe estar dedicando mucho tiempo a sus estudios, dado que es candidata al trono. Esa podría ser la razón por la que no está informada sobre lo que ocurre)

Mientras la noche envolvía la habitación en su cálido manto, Subaru sintió la respiración tranquila de Rem y Ram a su lado. El ambiente era sereno, y el suave parpadeo de la lámpara iluminaba sus rostros con una luz tenue y acogedora.

En un momento dado, guiado por una sensación que no podía ignorar, Subaru se giró con delicadeza hacia Ram. Sus movimientos fueron lentos, cuidadosos, como si temiera romper la armonía de ese instante. Deslizó suavemente su mano por la tela de su camisa hasta tocar su pecho, sintiendo la calidez de su piel bajo la tela.

Ram abrió ligeramente los ojos, observándolo con una expresión que mezclaba sorpresa y una ternura que rara vez mostraba. No dijo nada, pero su mirada hablaba por ella. No era la usual mirada de fastidio que siempre le dirigía, sino algo más suave, más cercano.

-¿Qué crees que estás haciendo, Barusu?.- murmuró en un tono apenas audible, pero sin apartarse.

Subaru no respondió con palabras. En cambio, acarició con ternura, como si quisiera transmitirle algo que ni siquiera él mismo podía expresar. Ram suspiró suavemente, pero no protestó. Su mano se posó sobre la de él, entrelazando sus dedos por un breve instante antes de cerrarlos con gentileza.

-Pervertido...

Subaru soltó una risa baja, casi inaudible, mientras sentía la calidez de la mano de Ram sobre la suya.

-Tal vez solo un poco.- murmuró con una sonrisa traviesa, sin apartar su mano, disfrutando de la rara ocasión en la que Ram no lo empujaba de inmediato con un bufido de fastidio.- solo que eres perfecta en todos los sentidos Ram.

Ram entrecerró los ojos, observándolo con una mezcla de incredulidad y algo más difícil de descifrar.

-No porque estemos en una relación tienes el derecho de tocarme de esta forma.- dijo, su voz con un tono ligeramente nervioso, mientras notaba cómo Subaru pasaba su mano sobre su abdomen. A pesar de su incomodidad, decidió dejar que Subaru continuara acariciándolo, aunque lo hacía de una manera que no le resultaba del todo apropiada no podía negar que le gustaba.

Subaru notó la leve tensión en el cuerpo de Ram y, en lugar de insistir, suavizó sus caricias, dedicándose solo a deslizar su mano con lentitud, con una reverencia casi devota. No quería hacer nada que la incomodara; solo quería sentir su presencia, la realidad de que ella estaba allí con él, aceptándolo.

Sin embargo, Ram realmente lo deseaba. Por lo tanto, con delicadeza se retiró un instante para luego colocarse sobre él, apoyando suavemente sus dos manos en su pecho.

Subaru se quedó inmóvil por un momento, sorprendido por la iniciativa de Ram. Sus ojos se encontraron en la penumbra, iluminados por el tenue resplandor de la lámpara. No había fastidio en su expresión, ni esa mirada de superioridad con la que solía verlo. En su lugar, había algo más suave, más sincero, como si en ese instante no tuviera necesidad de fingir desdén o dureza.

-¿Ram...?.- susurró, con el corazón latiéndole con fuerza.

Ella no respondió. Sus manos, aún apoyadas en su pecho, se deslizaron con lentitud, sintiendo el ritmo acelerado de su corazón bajo sus dedos. Luego, con un suspiro contenido, Ram inclinó un poco el rostro, sus labios apenas rozando su mejilla antes de acercarse a su oído.

-Solo por esta vez... te permitiré que hagas lo que quieras.- murmuró, con un tono que mezclaba orgullo y vulnerabilidad a partes iguales.

Se dejó deslizar sobre Subaru, cayendo suavemente sobre él, y comenzó a besarlo con una intensidad que expresaba tanto amor como profundo deseo.

El beso fue suave al inicio, un simple contacto que bastaba para hacer que su corazón latiera con fuerza. Pero luego, cuando Ram se aferró ligeramente a su camisa y lo atrajo un poco más hacia ella, la intensidad aumentó.

No había desesperación en el gesto, ni una necesidad urgente, sino un deseo profundo de estar cerca. Los besos se volvieron más prolongados, más significativos, como si cada uno llevara un mensaje que ninguno de los dos podía expresar con palabras.

Rem, que poco a poco comenzaba a salir de su sopor, fue despertando debido a los suaves y reconfortantes sonidos de besos que resonaban a su alrededor. Con un gesto delicado, alzó ligeramente la cabeza de la almohada y, al enfocar la vista, sintió que las mejillas se le ardían de vergüenza al observar a Ram y Subaru entregados en un tierno beso.

Rem parpadeó varias veces, tratando de asegurarse de que lo que veía no era un sueño o un efecto de su adormecimiento. Pero no, allí estaban: Ram y Subaru, completamente absortos el uno en el otro, compartiendo un beso que no tenía la usual provocación burlona de su hermana ni la torpeza atolondrada de Subaru. Era un beso real, profundo y, sobre todo, sincero.

Sintió un calor extraño en el pecho. No era celos exactamente... O tal vez sí. Pero más que eso, era la sorpresa de ver a su hermana, la siempre altiva y orgullosa Ram, entregarse de esa manera, sin reservas, sin la barrera de sus habituales comentarios punzantes.

-Ram, Subaru-kun, ¿por qué se besan sin invitarme?.- preguntó Rem, sintiéndose traicionada al darse cuenta de que, siendo una pareja de tres, estaba siendo excluida de ese momento.

El se quedó completamente rígido, con los labios aún rozando los de Ram, mientras un sudor frío le recorría la espalda. Ram, por su parte, apartó lentamente su rostro del de él y dirigió una mirada impasible a su hermana, aunque el ligero rubor en sus mejillas delataba que tampoco estaba preparada para esa interrupción.

-Rem...- murmuró Subaru, tratando de procesar la situación.- ¿Q-qué dijiste?

Rem inclinó la cabeza, con una expresión de leve reproche mezclada con diversión.

-Dije que no es justo que se besen sin mí. Somos una pareja de tres, ¿no?

Subaru sintió que el corazón se le detenía. No sabía si estaba soñando o si Rem realmente acababa de decir algo tan explosivo con esa naturalidad angelical suya.

Ram, en cambio, suspiró y llevó una mano a su sien, como si la cabeza comenzara a dolerle.

-No seas ridícula, Rem. No vamos a estar besándonos como si fuéramos niños compartiendo dulces.

-¿Por qué no?.- insistió Rem, inflando levemente las mejillas.- si los dos quieren, yo también quiero.

Subaru sintió que su alma volvía a intentar abandonar su cuerpo. ¿Cuántas veces más?

-A-a ver, espera, Rem, esto no es algo que se haga así como así, d-deberíamos hablarlo primero...

Rem lo miró fijamente con esos grandes ojos suyos, llenos de genuina inocencia y determinación.

-Subaru-kun, yo te amo. También amo a mi hermana. Y me hace feliz verlos juntos, pero también quiero compartir esos momentos con ustedes.

Subaru sintió que su cerebro entraba en cortocircuito. No podía negar que el amor que existía entre los tres era real, y que si bien la dinámica con Ram era distinta a la que tenía con Rem, no dejaba de haber un lazo fuerte entre ellos. Pero aún así... ¿Cómo se suponía que debía reaccionar a algo así?

Ram, en cambio, observó a su hermana con los ojos entrecerrados, como evaluando su sinceridad.

-Rem, si crees que puedes manejar esto sin ponerte sentimental después, haz lo que quieras.

Rem sonrió dulcemente y, sin dudarlo, se inclinó hacia Subaru.

-Entonces, Subaru-kun...

Antes de que él pudiera reaccionar, Rem cerró los ojos y lo besó con una suavidad que contrastaba con la intensidad del beso de Ram momentos antes. Subaru sintió que su mente se apagaba por completo.

Entre tanto, Ram observó la escena con los brazos cruzados y un suspiro resignado.

-Al final, Barusu sigue siendo un pervertido con suerte.

Rem acarició suavemente la cara de Subaru mientras introducía su lengua en su boca, intensificando así el beso. No era la primera vez que compartían un beso profundo, pero cada vez que lo hacían, una oleada de hormonas recorría el cuerpo de Subaru, provocando una reacción involuntaria. Sin darse cuenta, comenzó a sentir cómo su pene se erectaba.

Ram notó el bulto que crecía en los pantalones del chico de cabello negro. Un escalofrío recorrió su cuerpo y, aunque intentó desviar la mirada, le resultaba imposible. Desde hacía tiempo, se había dado cuenta de que sentía una atracción incontrolable por él. La tranquilidad de la noche, con su ambiente silencioso y relajado, solo hacía más intensos sus deseos, dificultando su capacidad para reprimirlos.

-Maldicion...- murmuró para sí misma, sintiendo cómo la tensión aumentaba dentro de ella.

Ella acercó su mano hacia el pene que estaba oculto detrás del pantalón y el bóxer de Subaru. Con suavidad, lo tocó con la yema de uno de sus dedos. A pesar de la tela que lo cubría, podía sentir la calidez del órgano reproductor de él, y esa sensación la excitó aún más.

Subaru emitió un suave gemido que fue ahogado por el apasionado beso en francés que compartía con Rem. Mientras sus labios se encontraban, Rem, percibiendo el ardor de la excitación que emanaba de su hermana, decidió dejarse llevar por el momento. Con delicadeza, deslizó su mano por debajo de la camisa de Subaru, comenzando a acariciar su abdomen y su pecho. A medida que sus dedos recorrían la piel del chico, sintió la firmeza de sus músculos, lo que provocó un escalofrío que recorrió el cuerpo de Subaru.

Ram, sintiéndose cada vez más segura de sí misma, colocó la palma de su mano sobre el tronco del pene y lo presionó levemente. Con un toque delicado, comenzó a acariciarlo de arriba hacia abajo, dejando que sus dedos se deslizasen suavemente por la superficie del pantalón.

El cuerpo de Subaru tiembla de placer mientras los dedos de Rem continúan su exploración sensual, mientras Ram se vuelve más atrevido, ahuecando y apretando el pene rígido oculto debajo de su pantalon. Las acciones de las hermanas envían oleadas de intensas sensaciones que recorren el cuerpo de Sagi, empujándolo a la lujuria.

Rem, incapaz de sostener el beso por más tiempo, se separó ligeramente, sintiendo cómo un hilo de saliva los unía aún. Su rostro se iluminó con una sonrisa tierna antes de que comenzara a lamer el cuello de Subaru con una intensidad renovada.

-R-Rem...- murmuró Subaru en un tono suave, mientras Ram lo observaba sumido en el placer de la experiencia. Verlo disfrutar de esa manera hacía que, en el fondo, ella deseara que todo se detuviera, que ese momento no terminara nunca.

Incapaz de resistir más el impulso, Ram le baja los pantalones y los bóxers a Subaru con un movimiento rápido y decidido. El aire fresco de la habitación se encuentra con su pene ahora expuesto y completamente erecto mientras salta libre, firme y con una necesidad desesperada. Ram se lame los labios al verlo, su propio deseo arde caliente y brillante.

Rem, sintiendo la creciente lujuria de Ram, recorre con la boca su mandíbula hasta llegar a su garganta. Succiona y pellizca la tierna piel, decidida a marcarlo, a reclamarlo como suyo y de Ram. Subaru jadea y se estremece bajo sus atenciones, levantando una mano para enredarse en su suave cabello.

-A-ah...

Incapaz de detenerse, Ram se inclina y pasa la lengua por la parte inferior de el pene de Subaru, saboreando el líquido preseminal dulce y salado que gotea de la cabeza enrojecida. El gemido de respuesta de Subaru la estimula y ella toma la punta hinchada en su boca, succionando suavemente mientras saborea su sabor.

La combinación de la boca de Rem en su cuello y los labios de Ram envueltos alrededor de la cabeza de su pene es casi demasiado para Subaru. Su manos se aprietan en el cabello de Rem y la otra en las sábanas mientras lucha contra el impulso de empujar sin pensar en el calor de la humedad de la boca de Ram

Mientras Ram comienza a mover la cabeza, tomando cada vez más de la gruesa longitud de Subaru hasta su garganta. Subaru se sacude y se retuerce debajo de ellas perdido en una neblina de lujuria y sensación mientras las hermanas trabajan en conjunto para llevarlo al borde del éxtasis.

Rem, en un instante, eleva su mirada para observar la expresión en el rostro de Subaru. Él, por su parte, respira con dificultad, emitiendo suaves gemidos que apenas se escuchan. Su respiración es entrecortada y evidente, mientras que una ligera babera comienza a asomarse por la comisura de su boca, realzando la intensidad del momento.

La respiración de Subaru se convierte en jadeos ásperos y gemidos de necesidad, el placer es tan intenso que raya en el dolor. Gotas de sudor salpican su frente mientras mueve la cabeza de un lado a otro, perdido en los estertores del éxtasis. Rem observa su rostro atentamente, captando cada destello de emoción, cada indicio de la explosión inminente que se está formando en su interior.

Ram puede sentir el pene de Subaru palpitando y pulsando contra su lengua, las venas a lo largo de su eje se vuelven más pronunciadas a medida que se acerca su clímax. Ella redobla sus esfuerzos, succionando más fuerte, ahuecando sus mejillas para crear un sello aún más apretado alrededor de su carne sensible. Los obscenos sonidos de sorbos de sus atenciones orales llenan la habitación, mezclándose con los jadeos cada vez más desesperados de Subaru y los suaves estímulos de Rem.

-Vamos, Subaru-kun, tú puedes hacerlo.- dijo Rem con entusiasmo y excitación, mientras comenzaba a acariciar suavemente los pezones de Subaru.

Subaru deja escapar un gemido gutural, su voz ronca por la necesidad y la desesperación mientras la hábil boca de Ram y los toques provocadores de Rem lo llevan cada vez más cerca del borde del olvido. Sus caderas se sacuden y se sacuden, luchando contra el impulso de embestir salvajemente la ansiosa boca de Ram, para perseguir su clímax que se acercaba rápidamente.

La combinación de la boca apretada y succionadora de Ram y la suave caricia de Rem en sus sensibles pezones resulta demasiado para que Subaru la pueda soportar. Con un rugido de satisfacción, su espalda se arquea bruscamente sobre la cama mientras su orgasmo se estrella contra él como un maremoto. Chorro tras chorro de su espeso y caliente semen brota de su palpitante pene, latiendo por la garganta de Ram mientras ella traga ansiosamente cada gota.

El cuerpo de Subaru se estremece y tiembla, como si estuviera luchando contra la intensidad abrumadora de su liberación. Rem, observando la escena con una mezcla de asombro y fascinación, siente cómo su propia excitación aumenta al ver a su querido Subaru sumido en la agonía de un placer tan profundo y trascendental. Mientras tanto, ella no deja de acariciar suavemente su pecho y su vientre, brindándole apoyo y consuelo, ayudándolo a atravesar esas intensas olas del clímax.

Mientras los últimos chorros de semen de Subaru se escurren, Ram se aparta lentamente, liberando su pene agotado de su boca. Ella se lame los labios, saboreando el sabor dulce y salado de su esencia. La vista de su carne espasmódica y sensible, resbaladiza por su saliva y su propia liberación, es increíblemente erótica, y envía un rayo de pura lujuria directamente a Rem como a Ram.

Subaru se desplomó sobre la cama, con el pecho agitado y el sudor enfriándose en su piel mientras desciende lentamente de las alturas de su clímax. Ram se inclina para depositar un suave y amoroso beso en sus labios, dejándolo saborear el persistente sabor de su propio orgasmo. Cuando se separan, ella le sonríe, sus ojos brillan de adoración y emoción por lo que aún está por venir.

Con un tono que no admite discusión y que transmite una sensación de confianza dominante, Ram comenta: "Todavía no, Barusu. Estamos lejos de terminar".

Mientras pronuncia esas palabras, toma con delicadeza la suave y cansada polla de Subaru. Con movimientos deliberados y cuidadosos, comienza a acariciar y bombear su sensible carne, con la intención de que vuelva a un estado de excitación rígida.

Mientras Ram comienza a acariciar y manipular con destreza el miembro de Subaru para devolverlo a una erección completa, Rem decide quitarse su pijama, exponiendo poco a poco su piel suave a la luz de la lámpara. Se deshace de la prenda con movimientos lentos y calculados, permitiendo que la tela se deslice por la delicada curva de sus hombros y brazos, cayendo en un charco de tela suave y cálido en el suelo. Rem se endereza lentamente, revelando por completo su figura esbelta y bien proporcionada, absolutamente desnuda ante los ojos de Subaru y Ram.

-¿Quién le quitará la virginidad a Subaru, Ram?.- preguntó Rem mientras dejaba ver su cuerpo desnudo.

Al escuchar la pregunta de su hermana gemela, Ram le lanza a Subaru una sonrisa traviesa y llena de promesa, sin dejar de acariciar a su miembro que comenzaba a endurecerse de nuevo. Mantiene sus ojos fijos en él mientras responde a Rem:

-Yo me encargaré de hacerlo, necesito asegurarme de que para ti no sea doloroso.- afirmó con firmeza, dejando entrever un atisbo de lujuria en sus palabras.

-Ehhh... pero tú fuiste su primer beso, yo quiero ser la primera en darle ese paso, ¡es tan injusto!.- se quejó mientras hacía un puchero, inflando las mejillas con evidente molestia.

-¿En serio van a pelear ahora?.- dijo Subaru mientras jadeaba por las caricias de Ram a su pene.

-Subaru, por favor, háblale a Ram. ¿Por qué tiene que ser ella tu primera experiencia?

-E-Eh... Bueno yo no sé ustedes son las expertas...

-Silencio, Barusu. Debes sentirte afortunado de que esté acariciando algo tan diminuto.- Incluso en el ámbito sexual, Ram disfruta de burlarse de Subaru.

Subaru siente que su ego masculino se ve amenazado por la burla de Ram y se sonroja intensamente.

-¿Cómo puedes decir eso, Ram?. ¡Mi tamaño es perfectamente respetable para una chica!.- Subaru exclamó con indignación.

Rem interviene en defensa de Sagi, señalando a su hermana gemela con un gesto acusador.

-Ram, no debes burlarte del tamaño del pene de Subaru-kun. Es enorme, sólo tienes miedo de que entre dentro de ti.- dice Rem con determinación.

Ram sonríe con arrogancia y niega con la cabeza.

-Esta cosa ni cosquillas me haría.- responde con desdén.

Rem suelta un bufido de incredulidad.

- ¡Pero si no has tocado un pene en tu vida, Ram! ¿Cómo puedes saber siquiera si te daría cosquillas o no?.- le recrimina a su hermana mayor, defendiendo con valentía el honor sexual de Subaru.

Subaru se siente conmovido por la defensa de Rem, pero también experimenta una punzada de preocupación por la aparente falta de experiencia sexual de Ram.

-Ram... quizás no tenga la misma experiencia que otros hombres que ha conocido, pero te seguro que estoy más capacitado para complacer a una mujer.- le asegura con voz temblorosa por la emoción.

-Que dices idiota.- le dió un pequeño golpe en la cabeza.- deja de pensar que soy una puta, es mi primera vez haciendo estás cosas.

Subaru suelta un gemido ahogado al sentir el golpe de Ram en la cabeza, pero se queda mirándola con ojos llenos de sorpresa y confusión.

-¿De verdad?

Ram se sonroja intensamente.

-¡Ya cállate o te aplastó los testículos!

Después de una inusual interacción en medio de aquella situación, las dos hermanas Oni se encontraban dedicadas a lamer y chupar tanto el pene como los testículos.

-¡Mierda, eso se siente increíble!.- jadeo su voz ronca de deseo.

Rem y Ram intercambian miradas traviesas antes de continuar su labor, lamiendo y succionando con renovado fervor. Sus lenguas bailan en torno a la sensible piel del miembro de Subaru, enviando descargas de placer por su columna vertebral.

Subaru siente que sus testículos se tensan y su pene palpita con cada toque experto de las hermanas. Es una experiencia abrumadora tener a dos bellezas como ellas adorando su cuerpo de esta manera.

La visión de las gemelas trabajadas en equipo para complacerle es suficiente para que Subaru se sienta abrumado. Puede sentir su clímax acercándose rápidamente mientras sus lenguas y labios lo llevan al borde del éxtasis.

El suelta un gemido al sentir que se acerca al clímax. Rem y Ram notan su tensión y redoblan sus esfuerzos, decididas a llevar al clímax más intenso de su vida.

Subaru siente que su cuerpo se estremece de pies a cabeza mientras alcanza un clímax devastador, su pene palpitando salvajemente. Con un gemido estrangulado, comienza a correrse con fuerza, su semilla caliente brotando en abundantes chorros que salpican el rostro y pechos de Ram y Rem.

Las hermanas abren la boca al ver la cálida esencia de Subaru estrellándose contra ellas, cubriendo sus pieles con su semen espeso y fragante. Ram y Rem se estremecen de gusto al recibir su premio, saboreando el delicioso sabor de el semen de Subaru en sus lenguas.

Subaru se siente débil y agotado después de su poderoso orgasmo, su cuerpo colapsando sobre el colchón mientras jadea para recuperar el aliento. Observa con satisfacción cómo su semilla gotea por los rostros y pechos de las gemelas, formando un paisaje blanco y brillante sobre su piel blanca.

Rem y Ram intercambian miradas de pura satisfacción, lamiendo sus labios para saborear hasta la última gota del delicioso semen de Subaru. Se sienten felices de haberle dado tanto placer a su amado.

Ram sonríe con malicia y se lleva un dedo cubierto de semen a la boca, saboreando el sabor.

-Mmm... Barusu.- ronronea con voz cargada de lujuria.- me pregunto si siempre te corres así de fuerte...

Rem asiente de acuerdo con su hermana, lamiendo un chorro de semen de entre sus pechos.

-Sí, Subaru-kun... tu semen es exquisito. Me encantó probarlo.- confiesa con sinceridad, mirándole con ojos peligrosamente enamorados.- espero que puedas recuperar tus fuerzas pronto... porque todavía no hemos terminado contigo.- agrega con un guiño sugerente

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A pesar de que el amor resultó ser complicado en muchas ocasiones, también tenía una belleza innegable que lo hacía especial. El amor, con todas sus contradicciones y altibajos, se tornaba en algo realmente hermoso y significativo.

Rem estaba montándolo con entusiasmo, su trasero subiendo y bajando mientras se empala una y otra vez. El placer es intenso y abrumador, su cuerpo se estremece con cada embestida.

Mientras tanto, Ram se sienta sobre su rostro, presionando su vagina húmeda contra su boca. Subaru se veia obligado a lamer y chupar sin descanso, probando los jugos dulces y apasionados de la hermana mayor de Rem. Su lengua se desliza entre sus pliegues resbaladizos, provocándole gemidos de placer.

Los sonidos obscenos de piel contra piel y los gritos de placer de las hermanas llenan la habitación mientras continúan su asalto sexual contra el cuerpo de Subaru. Este se siente abrumado por la sobrecarga sensorial, su miembro palpitando dolorosamente mientras es atacado por todos lados por la lujuria de las gemelas.

Subaru sabe que no podrá resistir mucho más tiempo ante tales estimulaciones. Su cuerpo está siendo maltratado sin piedad por las hermanas, pero a la vez experimenta un placer tan intenso que sabe que no quiere que pare nunca. Se siente abrumadoramente afortunado de estar siendo follado por estas dos diosas del sexo.

Ram se inclinó hacia su hermana, acercando su rostro al de ella con una intención clara de compartir un beso cargado de sensualidad. Ella, lejos de mostrar resistencia, recibió su acercamiento con entusiasmo, permitiendo que sus labios se encontraran en un acto que desprendía una intensa química. En ese momento, sus lenguas se entrelazaron en un vaivén delicado, mientras ambas dejaban escapar suaves gemidos.

Subaru se siente abrumado por el placer mientras ve a las hermanas besarse apasionadamente encima de él, sus lenguas bailando en una danza erótica. El sigue devorando sin descanso la vagina empapada de Ram, su lengua se desliza por sus resbaladizos pliegues, provocándole gemidos de éxtasis.

Solo espera que las hermanas le permitan correrse pronto, ya que siente que no aguantará mucho más tiempo ante tamaño asalto de placer. Quiere llenar a Rem hasta el tope con su semen caliente y espeso, quería marcar a la hermana menor como su propiedad.

Rem continúa montándolo sin parar su trasero subiendo y bajando mientras se empala en su palpitante pene. Puede sentir cómo su cuerpo se tensa y su clímax se acerca rápidamente.

Subaru sabe que está a punto de alcanzar el orgasmo más intenso de su vida, gracias a la lujuria desatada de las hermanas. Quiere gritar de placer mientras se corre dentro de Rem, llenándola con su semilla y reclamándola como su mujer para siempre.

Subaru agarro con fuerza las caderas de Rem mientras la penetra hasta el fondo con su palpitante miembro, sintiendo cómo su quinto orgasmo se acerca rápidamente. Con un gruñido de placer, se enterró profundamente dentro de ella y soltó un chorro abundante de semen caliente y espeso, inundando su joven útero.

Rem gritó de placer cuando sintió la cálida semilla de Subaru inundando su interior, su cuerpo entero sacudiéndose de éxtasis mientras llegaba a un intenso clímax. Su vagina se contrajo alrededor de su pene ordeñándolo lo más que podía.

Al mismo tiempo, Ram echó la cabeza hacia atrás y dejó escapar un gemido gutural de placer mientras ella también alcanzaba un poderoso orgasmo. Sus jugos se desbordaron de su vagina y salpicaron la cara y el pecho de Subaru, marcándolo con su aroma.

El se quedó quieto, respirando pesadamente mientras disfrutaba de la sensación del semen caliente y espeso llenando a Rem y el sabor de los jugos de Ram cubriendo su rostro. Sabía que había cruzado una línea, pero no podía arrepentirse.

Rem se dejó caer junto a Subaru mientras el sueño la dominaba tras una experiencia tan intensa.

Ram se separó de su rostro, respirando con dificultad. Sin embargo, había algo en su mirada al observar a Subaru que le provocó un mal presentimiento; aún no se sentía satisfecho en absoluto.

Sintió un leve dolor en su entrepierna al escuchar unas palabras que Ram le susurró al oído.

-Te dejaré seco, Barusú.

Ese día, Ram se detonó a Subaru...

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Ram abrazaba el brazo derecho de Subaru, mientras que Rem se sostenía del brazo izquierdo, mientras avanzaban por los pasillos de la mansión. La atmósfera era calma, pero a su alrededor, los ecos de sus pasos resonaban suavemente en el aire.

Subaru lucía algo fatigado, como si una parte de su alma hubiera sido desgarrada de su ser. Esa mirada de agotamiento en su rostro no era más que el reflejo de una larga noche en la que el sueño lo había eludido completamente, todo debido a los momentos íntimos que había compartido con Ram. La falta de descanso era evidente en sus ojos, que, aunque brillantes, llevaban huellas de lo que pasó anoche como su cuello.

Ram, con su expresión altiva y satisfecha, no hizo nada por ocultar la leve sonrisa de autosuficiencia en su rostro. Se apoyaba contra el brazo de Subaru con una actitud casi perezosa, como si estuviera completamente cómoda con la situación.

Rem, en contraste, tenía un leve sonrojo en las mejillas, aunque su mirada irradiaba una mezcla de felicidad y complicidad. A diferencia de su hermana, no intentaba demostrar orgullo por lo sucedido, pero tampoco parecía incómoda.

Subaru, en cambio, apenas podía mantenerse en pie. Sentía que cada paso era una prueba de resistencia, no solo física sino también mental. Su cuello, adornado con pequeñas marcas apenas ocultas por su camisa, ardía con un leve cosquilleo. No podía olvidar la intensidad con la que Ram lo había reclamado para sí durante la mayoría de noche...

-Subaru-kun, ¿estás bien?.- preguntó Rem con dulzura, apretando un poco más su brazo contra su pecho.

-Estoy vivo... supongo.- Subaru suspiró, con una sonrisa cansada.- aunque creo que dejé mi espíritu en la habitación.

-Hmph. No exageres, Barusu.- Ram entrecerró los ojos con un aire satisfecho .- si te derrumbas ahora, la gente pensará que soy cruel contigo.

Subaru soltó una risa sin fuerzas.

-Pero sí lo eres...

Ram simplemente ignoró su comentario, inclinando levemente la cabeza con su acostumbrada elegancia.

-Debes estar orgulloso de ser el hombre de dos mujeres extraordinarias.

Rem asintió con entusiasmo.

-¡Así es, Subaru-kun! Nosotras siempre estaremos contigo.

Subaru sintió su corazón latir con fuerza ante esas palabras, pero su expresión agotada no cambió.

-Es un sueño hecho realidad... pero no sé si sobreviviré mucho tiempo a esto.

Las hermanas solo intercambiaron una mirada y sonrieron con complicidad. Para Subaru, esa escena tenía un aire tanto celestial como aterrador.

A lo lejos se divisó a Emilia y Roswaal caminando en su dirección, hablando sobre asuntos políticos y cosas por el estilo.

Cuando Subaru vio a Emilia acercarse junto a Roswaal, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. No era solo porque Emilia siempre tenía el don de sorprenderlo cuando menos lo esperaba, sino porque, en ese preciso momento, su apariencia dejaba mucho que desear.

Roswaal llevaba su sonrisa habitual, esa que nunca revelaba del todo lo que pensaba, pero Emilia lo miró directamente con su característica expresión de dulzura... hasta que notó su estado.

-Subaru... ¿te sientes bien?.- preguntó con sincera preocupación, inclinando levemente la cabeza mientras lo observaba con detenimiento.

Subaru sintió que se tensaba. En cualquier otro momento, habría hecho alguna broma para quitarle importancia a la situación, pero el peso de las miradas de Ram y Rem sobre él le hizo reconsiderarlo.

-¡Si, Emilia-tan todo bien!.- dijo con nerviosiosmo.

-A está bien...- dijo con inocencia sin llegar a entender lo que realmente pasaba.

Roswaal, en cambio, dejó escapar una risita baja y divertida, cubriéndose la boca con la mano.

-Oooh~ Subaru-kun, Subaru-kun... ¿por qué te pones tan nervioso? No es como si estuvieras ocultando algo... ¿o sí?

Subaru sintió que la presión en su pecho aumentaba.

-¡No estoy ocultando nada! Solo... solo estoy cansado. ¡Eso es todo! ¡Oh miren la hora! ¡Ram, Rem tenemos que ir a trabajar! ¡Movamonos!

Ram y Rem asintieron mientras se alejaban junto a Subaru, dejando solos a Roswaal y Emilia.

-Parece que se llevan muy bien.- dijo Emilia inocentemente quizás demasiado inocentemente.

Roswaal la miró con una sonrisa ladina, su ojo amarillo brillando con astucia.

-Oooh, Emilia-sama~ Qué perspicaz eres. Aunque diría que no solo se llevan bien... sino muy bien.

Emilia parpadeó varias veces, sin comprender del todo el subtexto en las palabras de Roswaal.

-Bueno, eso es bueno, ¿no? Subaru y las chicas han trabajado juntos por mucho tiempo, así que es natural que se lleven bien.

Roswaal sin poder evitarlo soltó una gran carcajada riéndose de Emilia.

-¡JAJAJA! ¡No puedo...!

Emilia lo miró con el ceño fruncido, claramente confundida por su reacción.

-¿Por qué te ríes así, Roswaal? ¿Dije algo gracioso?

Roswaal se cubrió la boca con la mano, tratando de recuperar la compostura, pero su hombro aún temblaba por la risa.

-Ooh, Emilia-sama~ Es solo que tu forma de ver las cosas es demasiado pura... Tan pura que es encantadoramente trágica~

-No entiendo qué quieres decir.- insistió Emilia, inflando un poco las mejillas con una expresión de ligera molestia.

Roswaal la observó con una mirada entre divertida y condescendiente, pero decidió no explicarle directamente.

-No es nada, no es nada~ Solo... deja que el tiempo te lo revele por sí mismo.

Siguió riéndose mientras se daba la vuelta alejándose de Emilia la cual se quedó sola y confundida.

Emilia observó la silueta de Roswaal alejarse, su risa aún resonando en los pasillos de la mansión. Frunció los labios con una expresión entre frustración y desconcierto.

-¿Por qué siempre habla en acertijos...?.- murmuró para sí misma.

Sintió una leve incomodidad en el pecho, como si le hubieran dado una pista sobre algo importante, pero sin explicárselo del todo. Y lo peor era que Roswaal parecía disfrutar verla en esa incertidumbre.

-Subaru y las chicas...- susurró, recordando la imagen de Ram y Rem colgándose de los brazos de Subaru.

Claro, eran cercanos. Ram siempre tenía su manera mordaz de tratarlo, mientras que Rem lo veía con admiración. No era raro que pasaran tiempo juntos. Pero la actitud de Subaru... y la forma en que intentó escapar apresuradamente...

Sacudió la cabeza.

-No, estoy pensando demasiado. Si Subaru estuviera ocultando algo, me lo diría... ¿verdad?

Sin embargo, esa pequeña duda quedó instalada en su mente, persistiendo como un leve cosquilleo. Suspiró y decidió ignorarla por el momento. Había cosas más importantes en qué concentrarse.

Sin embargo, mientras retomaba su camino, una pregunta se quedó rondando en su cabeza:

"¿Qué es lo que no estoy entendiendo?"

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Debería concluir en este punto, pero la tragedia parece seguir a Subaru de manera incesante.

-Cuida de Rem, Barusu.

-eres irremediablemente impotente. No tienes lugar a su lado.

-Yo... no puedo hacer eso.

-Nunca habría descubierto esos sentimientos, tanto los buenos como los malos, si no hubiera sido por ti, Subaru. Es por eso que considero el tiempo que pasé contigo como mi felicidad...

-Subaru, todo está bien. Relájate y duerme...

-Ah, ah, ah, tú... ¡eres de verdad perezoso!

-Te mataré, te mataré... matar, matar, te mataré. Voy a matarte. ¡Voy a matarte! Matar, matar... muere, te asesinaré, muere, muere, ¡muereeee!

-Te a...o...

-Vamos, Rem.

-Duerme... junto a mi hija.

-Lo tuyo no es lealtad ni confianza. Es más sucio que eso. Es la existencia de un perro y la gula de un cerdo. Un cerdo flojo que quiere, desea y ansía. La gula de un puerco es lo más desagradable de todo.

-Todo estará bien, Subaru. Siempre estaré observándote desde atrás.

-¿Rem? ¿Quién es ella

-... No me toques tan casualmente, Barusu... bueno solo un poco más si quieres.

-¿Quien es Rem?

-No puedo recordar lo que nunca ha existido. No tengo hermana pequeña; siempre he sido hija única. Deja de decir tonterías, estar tanto tiempo alejado de mí te está afectando.

-Subaru, has cometido tres pecados.

-... Subaru, eres perezoso.

-¿Es fácil...darse por vencido...?

-Huyamos, Rem. Tú, yo... no podemos quedarnos aquí en este país.

-¿Ram ya no te importa?

-Quiero decir, si huyéramos ahora mismo... estoy segura que estaría dejando atrás al Subaru que amo, y al cual me entregué al igual que Ram.

-Sé que eres un hombre que no abandona el futuro, Subaru.

-Yo sé esto.

-Sé que Subaru es alguien con el coraje de conseguirlo, incluso con la impenetrable oscuridad a su alrededor.

-... ¡El hombre del que te enamoraste será el héroe más genial que haya existido jamás!

-Confio en ti mi héroe... y mi todo.

-Te amo.

-Realmente te amo como a Ram. Por supuesto que lo hago... No puedo... hacer nada sin ustedes.

-Significa lo que dice. Actualmente, los alrededores de la mansión se encuentran en un estado de alerta elevado. No puedo permitir que se acerquen extraños... aunque supongo que esas palabras no van dirigidas para un ingrato lindo como tú, Barusu.

-¡De verdad que está bien! Verdaderamente un cuerpo espléndido! Hace décadas que la carne no se siente tan cómoda, el recurso perfecto para complementar mis dedos perdidos.

-Cállate y vete al infierno.

-Gracias, Subaru. Por ayudarme.

-¡Prepárense, Arzobispos de los Siete Pecados Capitales, el héroe de Rem vendrá a derribarlos!

-¿Quién es Rem?

Los días perdidos. El tiempo que pasé contigo y con Ram. El tiempo que debería ser nuestro. Los recuperaré con mis propias manos, así que espera, Rem...

-Por cierto, Barusu... ¿Realmente no hay nada malo en tu cuerpo? Si quieres te reviso en otra habitación.

-¡Vuelve pronto!

-No tendría excusas para entrometerme si no lo odiara.

-¡Nunca antes había visto una maid tan poco reconfortante como tú!

-Preguntale a mi Barusu.

-¿Que?

-Por eso agotaré todos los esfuerzos por los deseos de mi Barusu. Sin embargo, lo haré a mi manera.

-Te amo

-Descansa hasta que te sientas preparado, no quiero que te sientas agotado para la próxima vez...

-No valgo la pena, ¿eh?

-A partir de esa frase, es obvio que prefieres que haya dicho algo más. Es por eso que tú no tienes esperanza.
Debes ser más suave que eso si quieres oír los verdaderos pensamientos de una chica, Barusú lo haría mejor y eso que no capta nada.

-¡Ay!

-Cuando salgamos de aquí, tendremos una cita, así que muévete, Barusu... No... Subaru, hagamos de esto una realidad.

-¡¡Trucos insignificantes!!

-Tienes cara de idiota... pero de un idiota que me gusta.

-¡Gran Espíritu!

-Sabes que realmente te amo, Ram.

-Hum... guarda silencio un momento y disfrútalo...

-¿En verdad me odias?

-Ahora que me he enamorado, no se puede evitar. Ram prioriza sus sentimientos y hará lo correcto.

-¡El Fulla!

El conjuro hizo que los vientos concentrados agitaran el suelo, cubriendo la visión de Roswaal con terrones de tierra que se elevaban.

Apartando la cortina de tierra con un brazo, utilizó un largo golpe de pierna para derribar una de las estatuas de hielo lanzadas que habían quedado en pie.

Empujando el pesado objeto al suelo, Roswaal preparó su maná una vez más, forjando un nuevo hechizo.

Tal como lo vio, su mayor enemigo, Puck, había salido volando, y el siguiente y feroz ataque de Ram había sido superado y terminado. Sin bajar la guardia, inspeccionó el bosque, buscando dónde estaba Ram al acecho.

Y Ram supo el momento exacto en que Roswaal había apartado la mirada de ella gracias a la clarividencia

-Aaaghhh.

Al concentrarse en su frente, un intenso dolor tiñó su visión de rojo puro. De los ojos inyectados en sangre de Ram brotaron lágrimas sangrientas mientras se despojaba del hielo que la cubría y salía de su escondite bajo el pie de Roswaal.

Hacerse pasar por una estatua de hielo y ser derribada fue todo según el plan. La carne y los huesos gimieron por todo su cuerpo; varios de sus tendones se desgarraron. Ignoró todo esto mientras su sangre Oni bullía.

-De verdad que eres imposible.

En esa batalla fulminante, Roswaal se dio cuenta de cuál era el plan de Ram y giró el puño hacia ella. Era demasiado tarde.
Evadiendo con nada más que un giro de su cabeza, ella tocó suavemente su mano derecha y destrozó los huesos de su interior.
Incluso mientras ella grababa en sus ojos la expresión de él conteniendo el feroz dolor, Ram recordó esas palabras.

-¡Yo creo que me estoy enamorando de ti Ram!

Fue una transformación Oni incompleta que duró menos de dos segundos, pero en ese momento, la fuerza bruta de Ram superó con creces la de un ser humano, otorgándole la fuerza necesaria para romper huesos con el más mínimo toque y ella lo sabía.

Su brazo perforó el estómago de Roswaal, poniendo fin a la batalla contra su maestro.

El que hirió a Subaru...

Roswaal escupió una gran cantidad de sangre mientras se arrodillaba junto a Ram, quien lentamente perdía las fuerzas para incluso incorporarse.

La nieve caía suavemente sobre el campo de batalla, cubriendo el suelo con una capa blanca y fría. El aliento de Ram salía en nubes irregulares mientras miraba a Roswaal, quien, con el rostro pálido y los labios manchados de sangre, sonreía débilmente.

-El evangelio tenía razón.

Ram no respondió. No tenía fuerzas para hacerlo. Apenas podía mantenerse de pie, su cuerpo temblando por la fatiga y el dolor. Había llegado demasiado lejos, había sacrificado demasiado... pero al final, su objetivo estaba cumplido.

-M-mientras Subaru esté vivo y pueda ser feliz junto a Emilia-sama...- dijo Ram con debilidad, mientras una intensa oleada de sangre brotaba de su boca. Con un gesto de debilidad, se dejó caer contra Roswaal.

El cuerpo de Ram chocó suavemente contra Roswaal, ambos tambaleándose en el borde de la conciencia. La nieve seguía cayendo, cubriendo el campo de batalla con una pureza cruel, como si quisiera borrar la brutalidad del enfrentamiento que acababa de ocurrir.

Roswaal sintió el peso ligero de Ram apoyado contra él y dejó escapar una risa ahogada, apenas más que un susurro.

-Je... siempre tan testaruda...- murmuró, su voz ronca y debilitada por la sangre acumulándose en su garganta.- pero... ¿de verdad crees que... su felicidad... estará garantizada... sin ti?

Ram no respondió de inmediato. Su respiración era entrecortada y pesada, su cuerpo traicionándola después de haber sobrepasado sus propios límites. Sabía que la regeneración Oni no la salvaría esta vez. Su corazón latía con una lentitud dolorosa, y la sangre que escapaba de su boca tenía un sabor amargo.

-No soy... tan importante...- susurró al final.

Roswaal rodeo sus brazos alrededor de Ram mientras su propio cuerpo comenzaba a arden en llamas.

-Parece que Subaru fallo de nuevo no pudo salvar a todos.

Las llamas danzaron con una fiereza voraz, envolviendo el cuerpo de Roswaal y lamiendo la nieve a su alrededor, derritiéndola en segundos. Ram, apoyada contra él, sintió el calor abrasador filtrarse a través de su piel, pero no se apartó. No tenía fuerzas, ni intención de hacerlo.

-¿De verdad crees... que esto es un fallo...?.- su voz apenas era un hilo de aire, entrecortado por la sangre en su garganta.

Roswaal, con el rostro deformado en una sonrisa retorcida, la miró con aquellos ojos en los que el dolor y la resignación se mezclaban.

-Subaru... ah... Subaru cree que puede salvarlos a todos... Pero siempre pierde... algo... Siempre hay un precio...

Ram cerró los ojos. La verdad en esas palabras era insoportable, pero su determinación no flaqueó.

-No importa cuántas veces... falle. Él seguirá intentándolo... Eso es... lo que hace a Subaru... mi Subaru

Su voz se apagó mientras las llamas crecían, retorciendo el aire a su alrededor. Roswaal rió con una amargura insondable, sintiendo cómo su cuerpo cedía poco a poco ante el fuego.

-Tú... nunca cambiaste...

Ram sintió el calor consumir lo poco que quedaba de fuerzas en su cuerpo. Su respiración se volvió más ligera, más lenta. El mundo a su alrededor comenzó a desvanecerse, y en su mente, los recuerdos se mezclaban en un torbellino caótico los hermosos recuerdos.

Antes de que todo se hiciera oscuridad vio entre las llamas a varios metros a Rem y Subaru sonriendo un futuro dónde los 3 sean felices.

Alzó su brazo con la última fuerza que le quedaba sonrió cálidamente al verlos era lo último que deseaba.

Pero su mano nunca los alcanzó.

El fuego la envolvió, su cuerpo cediendo al destino que había aceptado. La imagen de Rem y Subaru, juntos, felices, se desdibujó entre las llamas danzantes, perdiéndose en la distorsión del calor.

Un susurro apenas audible escapó de sus labios.

-...Subaru... Rem...

Ahora recordaba a su hermana, la hermana que siempre tuvo y a la que ama por encima de todo, junto a Subaru.

La nieve y el fuego chocaban en un duelo efímero, pero al final, el fuego lo devoraba todo. El aire se impregnó del olor a cenizas y carne quemada, y el campo de batalla quedó en un silencio sepulcral.

Ram, la doncella Oni de la Casa Mathers, la hermana que cargó con la ausencia de su gemela, la mujer que desafió su destino con la terquedad de una llama en medio de una tormenta, finalmente, descansó.

La batalla había terminado.

Y, en algún lugar lejano, Subaru sintió que algo dentro de él se rompía.

Fin del One-Shot...

What You Don't Know
Rie Murakawa

Lo que no sabes
No puedes verme
A pesar de estar tan cerca
Incluso tus manos entrelazadas
No pueden tocar mi corazón entumecido
Gritando solo en la nieve
Mi corazón está a punto de romperse
Te busqué
Te amo por completo
Mi corazón fue robado por ti
Incluso el mañana
Puede llevarme lejos de todo lo demás
Así que te necesito
Lo que no sabes
No puedes verme
A pesar de estar tan cerca
Incluso tus manos entrelazadas
No pueden tocar mi corazón entumecido
Gritando solo en la nieve
Mi corazón está a punto de romperse
Te busqué
Te amo por completo
Mi corazón fue robado por ti
Incluso el mañana
Puede llevarme lejos de todo lo demás
Así que te necesito

Seguramente no entiendes
Que solo estás en mí
Un cuento de hadas falso
Mi pecho gira vacío
Sin límites a la vista
Tú sigues bailando
Con una expresión triste
Te amo por completo
Déjame robarte
Una historia sin salvación
Solo necesito un momento
Para que me mires solo a mí
Ese es mi deseo

Aunque nunca lo toques
Estos sentimientos
No pueden llegar a ti
Pero la gente puede cambiar
Así que no tengo miedo
Incluso si es un destino maldito
Quiero transmitirlo
Te amo por completo
Mis cicatrices y tristezas
Todos mis errores y pecados
Si es todo lo que soy
Aún siendo robada
Sigo siendo tuya
Así que quédate a mi lado

Notes:

¡Maldita sea! ¿Por qué duele tanto?

Espero de corazón que esto haya sido para ustedes algo inesperado, porque incluso a mí me arrancó una lágrima... En fin, ahora vamos a lo siguiente: falta el relato de Roswaal A. Mathers y Echidna, y después de eso me tomaré un buen descanso de los One-Shots.

Quiero agradecerles sinceramente por leer y por llegar hasta el final, ya que siempre hay un gran esfuerzo detrás de cada una de estas historias.

¡Gracias por leer!

Espero poder encontrarte en otra historia.

Si es que no desaparezco...

A continuación, te presento algunos datos curiosos que podrían captar tu atención antes de que te vayas:

-Todo lo que Rem sentía por Subaru cuando fue devorada por Gula, lo recibió Ram, por eso en cierto momento comenzó a llamarlo 'Mi Barusu' y antes de verse por última vez, pronunció su nombre.

-Rem le propinó una cachetada a Subaru en el momento en que él sugirió que escaparan juntos. Sin embargo, luego de esa reacción enérgica, comenzó a alentarlo, al igual que en la historia original. Pero esta vez, el intercambio entre ellos culminó en un beso.

-El bucle ganador falló y Ram y Roswaal murieron calcinados por el propio Roswaal; incluso si Ram no hubiera estado cerca, habría muerto por la pérdida de maná y el esfuerzo.

-Garfiel mató a Subaru en una ocasión por celos, llegando a golpearlo durante horas en un bucle.

-Ram enfatizó en reiteradas ocasiones su profundo odio hacia Roswaal debido a las acciones que estaba llevando a cabo en el santuario. Esta aversión se intensificó tanto que, al enfrentarse a él en combate, lo hizo con la firme determinación de acabar con su vida.

-En esta historia, tanto Ram como Roswaal encontraron su final definitivo, lo que complicó aún más la situación. Subaru no tuvo la oportunidad de reiniciar en ese momento, ya que era demasiado tarde para hacerlo. Este evento tuvo consecuencias devastadoras, afectando profundamente las vidas de Emilia y Subaru.

-Ram era la que tomaba el control en la cama, mientras que Rem se mostraba más sumisa en esa dinámica. Rem no tiene mucha resistencia en este aspecto, lo que significa que no puede aguantar mucho tiempo en situaciones intensas. Por otro lado, Ram es capaz de mantener relaciones sexuales con Subaru durante horas, mostrando su capacidad y deseo.

-Subaru y Ram y Rem se bañaban juntos en varias ocasiones, normalmente cuando no hay nadie quien los molestase.

-Ram no sentía ningún tipo de vergüenza al expresar en público que mantenía una relación con Subaru. De hecho, se aseguraba de enfatizarlo siempre que lo veía cerca de otras mujeres, como si quisiera dejar claro su vínculo y reafirmar su posición.

-Ram en el santuario normalmente dormía junto a Subaru cuando él no podía conciliar el sueño; le susurraba palabras cálidas de amor y acariciaba su cabeza mientras mantenían pequeñas conversaciones sobre su futuro.

-Subaru seguía amando a Emilia, por lo que, al igual que en la historia original, se esforzó mucho por protegerla.

-Ram se enteró del beso que Subaru había compartido con Emilia. En lugar de dejarse llevar por los celos, decidió enfocar sus sentimientos desde una perspectiva más comprensiva. Se dio cuenta de que, a pesar de su amor por Subaru, ya no ocupaba un lugar tan especial en su corazón, lo cual le causó una profunda tristeza. Sin embargo, antes de despedirse para siempre, hizo una promesa: le sugeriría a Subaru que tuvieran una cita, como una última oportunidad para compartir un momento importante entre ellos.

-Tenia pensado hacer un Roswaal x Emilia en este mismo universo pero al final me arrepentí.

-Vas a caer Roswaal.

Gracias por leer...

Notes:

6282 palabras.

Esta historia fue publicada rápidamente porque ya había estado trabajando en ella con anticipación. Por lo tanto, aquí la tienen. Me parece que es un poco breve, pero creo que todo avanza de manera gradual, tal como tiene que ser.

No tengo claro cuándo se lanzará la segunda parte, pero puedo anticipar que no será en un futuro cercano. Esto se debe a que tengo en mente incluir una cantidad considerable de contenido, más de 10.000 palabras, para abarcar todo lo que deseo desarrollar en la historia.

Sin nada más que decir gracias por leer.

Y nos vemos en la parte 2.

Si es que llegó a publicarlo claro...