Chapter 1: •Besos•
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"¡Missa, abre la puta puerta! ¡Missa, Missa, Missaaa!"
Cuando el segador abrió la puerta confundido por los gritos, casi de inmediato se cubrió los ojos y chilló al darse cuenta de la vestimenta de su amigo, peor de lo que esperaba, llegando a su casa en bikini.
¿Por qué Roier tenía qué ser así?
"¡¿Por qué vienes así a mi casa?! ¡Mis hijos podrían verte!"
"¡Porque necesito tu ayuda, pendejo!"
"¡Qué te cubras, cochino!"
Se quitó su capa y se la arrojó encima para cubrirlo, dándose la vuelta con un sonrojo al oír sus risas y burlas.
Ahora esa imagen nunca abandonará su mente, se quería arrancar los ojos por lo revelador que era el bikini.
Le dio un golpe en su mano al sentir como lo tocaba, quejándose cuando Roier se lo devolvió con el doble de fuerza.
"No te vine a modelar si es lo que te preocupa, aunque no estaría mal" Hizo su voz aguda al final y le hizo ojitos con sus largas pestañas, cambiando su expresión a una seria. "Pero ahora necesito ayuda con algo mucho más importante"
Missa abrió lentamente sus ojos, suspirando resignado al ver su capa en el suelo siendo pisoteada por los tacones de Roier y a él incluso más cerca de lo que ya lo estaba.
Después de su visita quemaría esa capa.
"¿Qué necesitas?"
"Solo que me ayudes a escoger un labial"
"...¿Y ya?"
Alzó una ceja aún más confundido, observando como abría el bolso que tenía colgado en su cadera y le enseñaba un montón de labiales de diferentes colores y tonos.
Bueno, no sonaba tan mal, esperaba algo peor, si necesitaba ayuda para elegir solo uno, podía ayudarlo con eso.
Acercó su mano para agarrar uno que le pareció lindo, recibiendo un golpe y una seña de que hizo algo malo.
Que pendejo.
"¡Así no, lo tienes qué usar!"
"No me gusta usar maquillaje... ¿Y por qué lo tengo qué usar yo si tú eres el qué lo quiere?"
"Escucha, tengo una presentación como Melissa y necesito el labial perfecto para esta noche... Y no solo necesito que te lo pongas, también que pruebes su calidad si sabes a lo que me refiero"
Quedó aún más confundido con su explicación, pero al ver la mirada que le dirigía por fin entendió a lo que se refería.
Y se negaba rotundamente, qué asco.
"¡No voy a besarte para probar tus labiales, estoy casado!"
Acercó su anillo a su rostro para que lo viera bien, siendo empujado dentro de su casa y sentado en el sofá.
Roier se arrodilló frente a él y esa fue la cosa más incómoda y rara que pudo haber hecho vestido así, le costaba mirarlo a los ojos con normalidad.
"Missa, tú vas a usar cada uno de los labiales y los probarás porque yo lo digo, pero no los vas a probar conmigo"
"¿Entonces con quién quieres qué los pruebe? Porque te voy diciendo que estoy casad-"
"Missa, ya llegué"
Ambos voltearon de inmediato hacia la puerta, encontrándose con Philza cubriéndose los ojos con una expresión completamente espantada al ver a Roier.
Por otro lado, Missa dirigió sus ojos hacia Roier con un sonrojo de vergüenza que solo aumentó al notar su expresión y el movimiento de sus cejas.
Conocía esa mirada y no le gustaba nada...
"Felipe... ¿Qué opinas de probar labiales con Missa?"
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Chapter 2: •Cereza•
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"Bueno... Los niños estarán toda la tarde jugando con los demás, llegarán tarde, así que no suena mal, acepto"
Missa lo miró sorprendido y sintió como sus mejillas se sonrojaban, no creyó que aceptaría algo así como si fuera nada.
Cubrió su rostro con sus manos, intentando evitar la expresión desconcertada de Roier hacia él por su reacción.
"¿Por qué te sorprendes qué te quiera besar? Es tu esposo"
"Nuestra relación es platónica... Normalmente no nos besamos"
Sintió como lo tomaba por los hombros, moviendo sus cejas de arriba hacia abajo para molestarlo.
"Pero eso podría cambiar, ¿sí o no, Felipe?"
Philza solo soltó un sonido que no supo como interpretar, metiendo su mano en el bolso con los labiales y sacando varios con las mejillas rojas.
Pudo notar que los mirada con duda, y tal vez inseguridad, como si estuviera obligado a hacer eso.
Y no quería que se sintiera obligado a besarlo, tampoco quería hacerlo sentir incómodo, no valdría la pena besarlo si eso lo hacía sentir mal.
"Phil, no es necesario qué nos besemos si no quieres, no quiero que-"
"Puede ser un beso en la mejilla"
Se quedó repentinamente en silencio y su rostro enrojeció más al caer en cuenta de que podrían hacer eso sin problemas, era tan obvio.
Bajó la mirada avergonzado para evitar verlo, claro que se refería a besos que no fueran en los labios, no hubiese aceptado de ser lo contrario.
Aún así, le dolió un poco.
"S-sí, nada de besos en los labios, está bien" Carraspeó ligeramente incómodo, agarrando el primer labial que encontró. "¿Me lo puedes poner, Roier?"
Roier asintió y tomó el labial de sus manos, mirando a Missa con una sonrisa divertida.
"Tranquilo, te vas a ver bien, después del promero te acostumbrarás con los demás" Se acercó a él, asegurándose de tener buena iluminación y comenzó a aplicar el labial con cuidado.
Mientras lo hacía, miraba de reojo la expresión atenta del rubio, haciéndolo reír entre dientes por lo poco disimulado que era.
Era muy obvio que aunque fueran platónicos, querían besarse, y no tenia nada de malo, que se besaran de vez en cuando no los hacia menos platónicos o hacían sentir incómodo al otro.
Les faltaba mucha comunicación.
Tal vez cuando terminen con los labiales debería regalarles una sesión de terapia de parejas con Melissa, necesitaban arreglar esos problemitas.
Finalmente, se alejó un poco para admirar su trabajo, agarrando un mini espejo de su bolso para que Missa se pudiera ver.
"¡Listo! Estás espectacular, todo divino"
Missa al ver su reflejo, se desconcertó un poco por lo que le había cambiado la cara al tener color en los labios.
Parecía más vivo, que sus labios normalmente pálidos y agrietados eran cálidos y suaves.
Además de eso, también se dio cuenta del brillo y el color rojo vibrante, no iba a negar que le gustaba como le quedó, le resaltaba.
Era un lindo color, y también olía bien.
Relamió sus labios inconscientemente, dándose cuenta de que además de ser bonito, tenía sabor.
"Este sabe a cereza"
"Entonces el color y el sabor están bien, ¿pero pasará la prueba más importante?"
Movió sus cejas de arriba hacia abajo y juntó sus labios simulando besitos, haciendo que Missa se escogiera con vergüenza.
Solo será un beso pequeño... Bueno, será más de uno ya que tenía que probarlos todos, y conociendo a Roier, se aseguraría de que no se le olvidara ni uno.
¿Por qué le abrió la puerta en primer lugar?
Se acercó más a Philza y colocó su mano en sus mejillas, esperando algún tipo de aprobación para saber si de verdad quería que hiciera eso.
Al recibir un asentimiento, acarició con delicadeza las plumas pequeñas y terminó por acercarse cada vez más hasta que sus labios por fin tocaron su mejilla.
Fue un beso rápido y suave, aún así, quedó la marca y el color de sus labios.
Roier de inmediato se acercó a Philza con un pañuelo, pasándolo con suavidad para ver si se chorreabala pintura, al ver que no, le echó agua.
Hizo una expresión pensativa, viendo de reojo como Missa se quitaba el labial con una toallita desmaquillante.
"¿Qué opinas, Felipe?"
"Creo que es bonito, también huele bien"
Roier se cruzó de brazos, mirando de cerca la marca de beso. Tal vez debería darles la terapia de parejas ahora.
Sería lo correcto, después de todo. ¿Quién, además de Melissa, podría ayudarlos? Claramente nadie.
"Sirve muy bien... Creo que me quedo con este"
La mirada de Missa se iluminó y sonrió, comprobando que ya no tuviera más rojo en los labios.
"¿En serio?
"No, ponte otro"
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Chapter 3: •Fresa•
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"Mira, Missa. Este es de fresitas y huele rico, te va a gustar más que el otro"
Missa solo se dejó hacer ya resignado, mientras Roier aplicaba cuidadosamente el labial con una sonrisa.
Tal vez debería convencer a Missa de ayudarlo en Casualonas, un maquillaje más detallado y otro tipo de ropa le quedarían bien.
Además, llamaría más la atención de los clientes si lo vieran sin la máscara de esqueleto por primera vez, era atractivo para cualquiera.
Si no funcionaba el plan de hacer que se besaran por las buenas, un poco de celos y posesividad darían resultados.
Roier notó a Philza observando la escena con una expresión incluso más curiosa y atenta que antes y sin darse cuenta, olfateó el aroma del labial abierto y se relamió los labios, haciendo que Roier contuviera una risa.
"¿Te gusta, Felipe?"
Philza desvió la mirada rápidamente al darse cuenta de que lo atraparon, sonrojándose ligeramente cuando la risa de Roier se hizo más fuerte, Missa los miró confundido.
"¿Qué pasó?"
"No, nada, no pasó nada"
Terminó de colocarle el labial, limpiando los bordes y poniéndole el espejo en la cara para que se viera.
Missa entrecerró los ojos hacia él, observándose en el espejo.
"Se ve igual al de cereza"
"Cállese el hocico, no sabes nada de maquillaje" Se cruzó de brazos e hizo una seña con su cabeza para que se acercara al rubio. "Ahora besuqueatelo, que no sea en el mismo lugar y que el beso quede bien"
Philza observó a Roier con sospecha, pero no le tomó mucha importancia, conocía lo loco que podría ser, y vestido de Melissa no le extrañaba nada.
E internamente, le estaba gustando la idea de los besos y los labiales, eran bonitos y olían bien.
Y era lindo tener la marca en su rostro después de un beso.
Se terminó acercando a su marido al notar sus nervios, apuntando su otra mejilla para que la besara.
Missa lo vio un poco desilusionado y lo besó rápidamente, separándose con nervios y comenzando a quitarse el labial.
Por un segundo creyó que podría besar a Philza en los labios aunque sea con excusas de por medio, pero tenía que recordar que él no quería.
Que a Philza no le gustaría y tenía que respetarlo.
Por otro lado, Roier los miraba a ambos como si hubieran cometido la mayor estupidez que haya visto en su vida.
¿Tanto les costaba besarse? No era posible que fueran tan estúpidos, tendría que dejarlos sin salida para que lo hicieran.
Solo Melissa podría hacer que se besaran.
Carraspeó, acomodando su cabello hacia atrás y cruzándose de piernas, preparado para entrar en personaje.
"Prueben el siguiente labial"
Escuchó la risita qué intentó contener Philza al oír el cambio de su voz, mirando a otra parte para disimular que se estaba riendo.
Missa solo lo miró raro.
"¿No vas a probar la calidad y toda esa pendejada?"
"Como tú mismo lo dijiste, es una pendejada. Voy a elegir el que me parezca el mejor y ya"
"Pero-"
"Shh, cállese y escúchame con atención que no lo volveré a repetir, ya llegó la reina Melissa"
Missa rodó los ojos y observó los labiales que aún le faltaban por probar.
Será una tarde larga.
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Chapter 4: •Sandía•
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"No quiero que lo beses en el mismo lugar, cada beso tiene que ser en un lugar distinto para que la marca no se vea mal. ¿Entiendes?"
Amarró el cabello de Missa para que le dejara de estorbar en la cara, golpeando insistentemente el hueso de su máscara con su uña larga y roja.
Tenía que tentar de alguna manera a Philza para que besara a Missa, ¿y por qué no mostrar el bonito rostro de su marido?
Obviamente Missa no tomaría la iniciativa por muchas razones, tendría que ser Philza porque de lejos se notaba que era el más celoso y posesivo.
Siguió golpeando la máscara hasta que Missa por fin captó lo que quería decirle.
"¿Por qué quieres qué me quite la máscara? No estorba para que me pintes los labios"
"Será más cómodo a la hora de pintar y quitarlo, sé que no te quitas la máscara a menos que le tengas mucha confianza a alguien, pero me imagino que ya nosotros te hemos visto sin ella, ¿no?"
Philza asintió de inmediato al escucharlo y sonrió, mirando atento como su marido se quitaba la máscara de esqueleto.
Muy pocas veces lo ha visto sin ella, y con lo que dijo Melissa, se sintió muy bien que haya sido de los pocos en verlo sin su máscara.
Missa la dejó a un lado, sonrojándose cuando Melissa lo agarró de las mejillas, apretándolas y moviendo su rostro en todas las direcciones.
"Mira que guapo eres, a qué tienes un esposo envidiable, ¿sí o no, Philza?"
"Sí, soy muy afortunado de tener a alguien como él en mi vida, lo quiero mucho"
Al escucharlo, el corazón de Missa dio un vuelco, se sonrojó instantáneamente, sintiendo un cálido cosquilleo que le recorrió todo el cuerpo.
Aunque una parte de él quería sonreír y dejar que todo su entusiasmo se desbordara, otra parte sabía que Melissa estaba a su lado, observando cada pequeño movimiento de su parte.
Desvió la mirada, intentando ocultar su emoción, pero no pudo evitar que una sonrisa se asomara por sus labios.
Justo en ese momento, Melissa lo miró con una expresión burlona y le dio un suave codazo para molestarlo.
"¡Mira cómo te sonrojas! Como se nota que los dos se aman y no pueden vivir sin el otro, ¿él sabe cuánto lo-?"
"¡Cállate!" La interrumpió rápidamente, aunque su tono no pudo ocultar la alegría que sentía todavía. "No digas pendejadas y mejor sigamos con esto"
Su rostro estaba ardiendo y las risas de Melissa solo aumentaban su rubor, no volvería a contarle sus sentimientos a Roier, o a Melissa, ya no sabía con cuál de los dos se desahogaba.
Philza al ver la reacción de Missa, no pudo evitar sonreír con ternura y con un ligero sonrojo en sus mejillas.
De verdad era afortunado.
Mientras tanto, Missa intentaba recuperar la compostura cuando Melissa pasó el labial brillante y rosa por sus labios, dándole miradas disimuladas a Philza.
Cuando terminó, se miró en el espejo con normalidad, intentando calmar su corazón.
"Este es rosa y tiene olor a sandía, es lindo"
"Ajá, ahora besa a ese hombre que te está comiendo con los ojos, y rápido que no tenemos todo el día"
Missa solo la ignoró por su salud mental y se acercó a Philza, quitando los mechones de cabello de su frente para besarla.
Al separarse, pudo apreciar como admiraba la nueva marca en su rostro con una sonrisita.
Al menos no se veía incómodo, es más, se atrevería a decir que parecía gustarle qué le diera besitos.
Y eso solo hizo que su corazón volviera a latir con fuerza.
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Chapter 5: •Chicle•
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"Roier, ya me estoy cansando-"
Antes de que pudiera seguir hablando, la mano de la castaña se posó sobre sus labios, acariciándolos suavemente.
Missa alzó una ceja confundido al ver como se acercaba a su rostro, pero Melissa solo lo miró con diversión.
"Ahora soy Melissa" Murmuró en un tono pícaro, lamiendo sus propios labios mientras observaba al segador. "Prueba el siguiente labial, es de chicle"
Observó de reojo a Philza, notando su ceño fruncido por la cercanía que estaba teniendo con su esposo. Tenía una cara de estarse aguantando las ganas de separarlos.
Sí, definitivamente él era el más celoso de los dos.
Tendría que sacar esos celos.
Sonrió al ver como Missa terminaba de ponerse el labial solo, admirando el color rosa claro en sus labios.
"¿Sabes, Missa? Serías un buen stripper"
Missa se quedó mudo por lo que acaba de escuchar, ¿Roier le sugirió ser stripper? ¿Así de la nada?
Su mente trató de procesar la sugerencia absurda, eso fue lo más raro que le han preguntado.
Por otro lado, Philza sintió cómo un escalofrío recorría su espalda. Sus alas se erizaron y sus pupilas se agudizaron, mostrando una mezcla de confusión y enojo.
Imaginar a Missa en Casualonas, con poca ropa y bailándole a otras personas no le gustó nada, quería borrar esa imágen de su mente.
Miró a Roier, y aunque ganas de golpearlo no le faltaban, se contuvo. No quería interferir en lo que Missa decidiera.
Ellos solo eran esposos platónicos y no era su dueño para decicir por él, si Missa quería eso, no iba a interferir.
"Sabes que no me gustan esas cosas... Tampoco la idea de que todos me vean con poca ropa"
"Solo lo dije porque pienso que muchos pagarían por un espectáculo tuyo" Se encogió de hombros con una media sonrisa, escuchando un gruñido venir del rubio. "En especial ciertas personitas que-"
"Gracias, pero no, estoy bien"
"Pero en el caso de que cambiaras de opinión... No tendrías ningún problema con eso, ¿verdad, Felipe?"
El rubio se tensó y relajó su postura al oír la pregunta, sonriendo forzadamente y negando con su cabeza, sintiendo los celos comenzando a encenderse en su interior.
¿Qué personas pagarían por ver a SU Missa dar un espectáculo?
Apretó los dientes, intentando mantener la calma, pero no podía dejar pensar en eso.
La castaña sonrió al obtener la reacción que quería, tomando las mejillas de Missa y acercándolo peligrosamente al rostro de Philza.
Sus labios quedaron a centímetros de tocarse, pero rápidamente el segador se separó con un sonrojo de vergüenza.
Melissa solo frunció el ceño.
"Bueno, llámame si llegas a cambiar de opinión, ahora prueben el labial"
Missa respiró profundamente, intentando recuperarse del pequeño susto de tener sus labios tan cerca y miró el rostro de su esposo, sin saber dónde besarlo.
Ya se estaba quedando sin lugar, ya ni siquiera sabía donde sería prudente besarlo sin incomodarlo...
Philza solo sonrió cpn ternura y apuntó su pómulo derecho, sintiendo como sus alas se esponjaban y revoloteaban contentas en su espalda al recibir el beso.
No era tan malo como pensaba, de verdad le estaba gustando mucho los besitos.
El rostro de Missa se puso completamente rojo al ver la nueva marca, quitándose el labial y observando de reojo la expresión seria de Melissa.
Ya se estaba empezando a asustar...
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Chapter 6: •Coco•
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"Aquí tienes el siguiente labial, es de coco"
Dijo con un tono serio, entregándole el llabial Missa y cruzándose de brazos con una mueca enojada.
De verdad tenía que cambiar la estrategia, los celos al parecer no funcionaron para que Philza se animara a marcar territorio y besarlo.
Pero al menos con los celos comprobó que él no quería ver a Missa con alguien más, solo eso.
Aún así, era consciente de que eso no era suficiente para empujarlo a besarlo, tenía que planear otra cosa.
Se frotó la sien con estrés al ver como Missa besaba ahora el pómulo izquierdo de Philza, separándose como si nada.
Bufó con frustración y de repente, una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.
¿Por qué no intentaba darle celos a Missa?
Si lograba que Missa se pusiera celoso, tal vez podría forzar un desarrollo emocionante entre ellos.
Solo esperaba que, conociéndolo, no se pusiera inseguro y ya, tenía que mostrar carácter para estar con su hombre.
"Felipe, estos días vi al trabajador de la Federación que te traía regalos rondando la casa, ¿qué pasó con él?"
Apenas dijo eso, la sala se quedó en un repentino silencio, observando como las expresiones de ambos cambiaban.
Philza se puso tenso y volteó a ver a su marido platónico inmediatamente, notando su ceño fruncido y sus manos hechas puños en su regazo.
"¿Te sigue dando regalos...?"
"N-no, te juro que no, tiré todos a la basura"
Melissa alzó una ceja con interés por su reacción, mirándolos a ambos una y otra vez.
Philza parecía decidido a demostrarle lo contrario, que no lo ha vuelto a ver desde que desechó todos los regalos, pero Missa se veía más inseguro qué molesto.
Podría aprovechar eso, pero sin pasarse, tampoco quería que se pusiera a llorar y a decir que se quería ir de la casa, como ya le ha dicho antes en sus sesiones de terapia.
"¿Por qué te pones así, Missa? Creí que habías dicho que Felipe podría salir con la persona que quisiera y tú respetarías su decisión"
El cuerpo de Missa se puso rígido, inhalando y exhalando para calmarse, sonriendo forzadamente hacia Melissa.
"Dije eso y lo sostengo, nuestro matrimonio es platónico y en un principio fue para cuidar a nuestros hijos juntos" Juntó sus labios en una línea, frunciendo aún más el ceño. "Si Philza quiere estar con alguien más, lo respeto"
Las manos de Philza agarraron las suyas y las apretó con firmeza, dejando un pequeño beso en sus nudillos y entrelazando sus dedos.
"Pero no quiero estar con alguien más... Yo solo quiero estar contigo"
Melissa soltó un grito triunfante y aplaudió al tener y escuchar la respuesta que quería, carraspeando y relajándose cuando ambos voltearon a verla incómodos.
Se emocionó de más, tenía que disimular mejor para no interrumpir sus momentos de revelación.
"Lo siento, continúen"
Pero no pasó nada más, Missa solo soltó sus manos y buscó otro labial para seguir probándolos, mientras Philza desviaba la mirada con un sonrojo y una ligera mueca.
Al menos la confesión fue un avance... O eso esperaba.
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Chapter 7: •Durazno•
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La sala siguió en silencio después de lo que pasó, ninguno de los dos se estaba hablando y ahora tenía miedo de haberlo arruinado, ni siquiera se dirigían la mirada.
Tal vez no debió mencionar al trabajador de la Federación, tal vez solo tenía que sacar sus celos de otra forma, una más efectiva.
Fue algo imprudente si lo pensaba bien, no debió usar la inseguridad de Missa de esa forma, mucho menos cuando se suponía que tenían sesiones de terapia donde le confesaba todo.
Carraspeó para romper el silencio, observando como ambos la volteaban a ver confundidos.
"Uh... ¿Ya escogiste un labial, Missa?"
"Sí, me gustó este de durazno"
Asintió para sí misma, notando como la mirada de Missa se había desviado rápidamente hacia Philza antes de que pudiera decir otra cosa.
También tenía una mirada que no supo interpretar bien, pero parecía decidida.
Missa se acercó sin que se diera cuenta, y antes de que pudiera reaccionar, llegó frente a Philza, inclinándose hacia él mientras lo agarraba del rostro.
Melissa solo abrió los ojos con sorpresa sin decir palabra. ¿Lo iba a besar? ¿Missa sería el qué lo besaría?
Pronto se escuchó el sonido del beso, mientras Missa se separaba lentamente, acarició con su dedo su mentón y observó la marca de sus labios en su barbilla, bastante cerca de su boca.
Cuando Philza por fin pudo reaccionar, su rostro cambió a un tono rojo y cayó hacia atrás en el sofá, cubriendo su cara con sus manos y soltando un pequeño gritito.
La sorpresa en su expresión era tan genuina que no pudo contener una risa bastante sorprendida, ni siquiera ella se lo esperó.
No era lo que había imaginado, pero funcionaba muy bien.
Missa se veía triunfante, sonriendo mientras se quitaba el labial color crema de los labios, con un enorme sonrojo en sus mejillas también.
Además de eso, Melissa solo sintió cómo la tensión en el aire se intensificó después de ese beso.
Había planeado provocar celos, no que ahora se estuvieran provocando silenciosamente, o al menos eso era lo que parecía.
Aunque será interesante ver lo que saldría de eso, muy interesante.
Philza seguía sorprendido, con sus alas agitándose inquietas y completamente esponjadas, dejando caer plumas por todas partes.
Miró a Missa, que estaba intentando ocultar su rubor y su sonrisa detrás del espejo, devolviéndole la sonrisa mientras se recomponía en el sofá con una mirada contenta.
"¿Sabes? Aún hay mucho espacio... ¿Probamos todos los labiales?"
Escuchó a Philza preguntar y Melissa no pudo evitar sentir que quizás estaba ocurriendo algo más profundo entre los dos.
Y la expresión de Missa solo confirmó sus sospechas.
Ni loca se perdería el primer beso de ambos, porque con todo eso, tenía el pequeño presentimiento de que se cumpliría.
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EmblerEmblem on Chapter 2 Tue 25 Mar 2025 04:04AM UTC
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