Chapter Text
Fate/Grand Order.
"El Sueño de una Araña Solitaria"
Prólogo.
"Los ojos astutos de la Reina"
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La fría mirada inexpresiva de Morgan Le Fae se perdió en la eterna belleza del techo de su baño. El voluptuoso e impoluto cuerpo del Hada del paraíso original estaba cubierto y protegido por todos los ángulos por una densa capa de burbujas. Los ojos azules de Berserker lentamene fueron hacia su barriga, enorme y redonda, podía sentirlo; como cualquier otra mujer normal sería capaz. Incluso ahora su vientre continuaba creciendo mientras la vida dentro de su cuerpo maduraba y se volvía más y más fuerte. Los dedos de la Reina alta acariciaron su estómago de forma gentil.
Su coño había sido reforzado con múltiples hechizos los últimos cuatro meses de su embarazo, quizás tuviera acceso a la mejor atención médica que Chaldea podía ofrecer al tener tanto a Nightingale como Asclepio disponibles, pero la hija de Gaia no confiaba en absoluto en las maravillas de la medicina moderna, ni en fuerzas extranjeras de otras mitologías. Morgan monitoreaba su embarazo ella misma, y hasta ahora, todo iba de acuerdo al plan.
Tres hermosas niñas se desarrollaban dentro suyo; las hermanitas de Baobhan Sith, nacidas de su amor por su marido, Ritsuka Fujimaru, aunque no era la única.
Desde el otro lado de la bañera, el rostro sonrojado de Tam Lin Galahad, Mashu Kyrielight, miraba a su reina con leve nerviosismo, pero también con amor. La Servant original que había acompañado a su Esposo para salvar el mundo y recuperar su futuro había cambiado levemente; ¿aunque pensándolo mejor? muchas cosas habían cambiado tras el Sexto Lostbelt ser purgado, y que las Caballero-hadas fueran invocadas en Chaldea. Esos dos estómagos, el matrimonio de Ritsuka entre ella y luego con Sir Galahad, eran dos de esos cambios. Es por eso que aún no habían invadido el Séptimo Lostbelt aún.
Morgan no mentiría... si bien tomar un baño y tener sexo con Sir Galahad mientras esperaba el regreso de su Esposo fue bastante placentero, siempre había odiado el no ser parte de su equipo. Tonelico no confiaba en nadie salvo ella y sus caballeros para mantener a su marido a salvo, el resto de Chaldea claramente eran ineficientes a sus ojos, lo que es más; sabía que su esposo probablemente estaría cogiéndose a Avalon Le Fae y al resto de chicas que, abiertamente, pidieron acompañarle a monitorear una pequeña distorsión.
"¿Sucede algo, Tonelico-san?"
Kyrielight preguntó, sus cejas curvándose en una expresión de preocupación tras ver algunas cuantas burbujas explotar, y parte del agua congelarse un poquito debido a la ira de Le Fae. Morgan miró a su caballero, y luego observó a su estómago donde reposaba el fruto de su amor con el pelinegro. Ahora que Mashu sería una madre en cinco meses, había estado estudiando incansablemente sobre como ser una buena Esposa, sus habilidades de cocina mejoraron drásticamente, todo gracias a Boudica y las lecciones de Tamamo Cat.
Morgan había estado teniendo sexo con Sir Galahad toda la mañana como forma de desestresarse y calmar su silenciosa furia, evidenciado por el hecho de que el cuerpo de Mashu estaba cubierto de marcas de mordida, y lápiz labial azul, ahora mismo, su Esposo estaría en medio de una pelea, comiendo malvaviscos cerca de una fogata... o tal vez teniendo "Sexo Netorare" amoroso, como diría Mélusine, con alguna de sus compañeras.
La enojaba; activaba sus instintos maternales y de Esposa. Quizás no fuera una leona o una dragona como las contrapartes Saber y Lancer de su estúpida hermana menor, pero Morgan seguía siendo una mujer casada. Una mujer casada devota en mente, cuerpo y alma a a su compañero destinado, Ritsuka quizás tuviera un montón de concubinas y fuera libre de esparcir su linaje con ellas como quisiera, pero eso no significaba en absoluto que Morgan no sería capaz de sentir celos.
"No es nada, Galahad. Solo desearía que mi Esposo estuviera aquí. Anhelo su regreso."
Berserker le respondió a Shielder, quien enrojeció levemente mientras sus dedos continuaban acariciando su pancita, los ojos morados de Mashu cambiaron, ahora ya no teniendo una mirada de preocupación sino una de leve tristeza. Podía entender a su Reina, no. Entendía en su totalidad cual era su punto; internamente, ella también anhelaba el regreso de su marido, no solo porque su cuerpo quería desahogo sexual, su corazón también quería su tacto, su cercanía, y su calidez.
De todos modos... debían de darle a Ritsuka su espacio, y por doloroso que fuera decirlo, no podían estar con él las veinticuatro horas del día, debían de separarse por un par de horas, esta era una de esas ocasiones. Kyrielight suspiró, un tinte rojo esparciéndose por sus mejillas mientras se imaginaba a su amado empujando sus caderas, penetrando en cualquiera de las chicas que le había acompañado a su misión más temprano en aquel día. Había elegido a Ibuki Douji, Minamoto no Raikou, Nitocris, Nero Claudius y Okita Souji.
Mashu jamás se había preocupado porque su Senpai tuviera un harem... no es como si hubiera sido elección suya en primer lugar. Tampoco tenía nada que ver con el hecho de que, como una mujer embarazada, no podía acompañarlo hasta que diera a luz, más bien... simplemente estaba celosa. Quería ser ella quien le ordeñara sus testículos sentirle empujar su hombría dentro de su garganta y llenar su cuerpo con su apestosa semilla hasta perder su erección, como había hecho desde que tenían 16, y como seguiría haciendo hasta el final de los tiempos.
Era su Esposa y su Kouhai, después de todo..
"Senpai siempre está dando lo mejor de sí, Tonelico-san. No importa de qué tema se trate, siempre he visto esa Determinación de seguir adelante dentro de sus ojos. Incluso cuando se trata de... la lujuria"
Shielder dijo, y Le Fae se sintió inclinada a estar de acuerdo y concederle la verdad. Morgan chasqueó los dedos, activando la ducha mientras el agua comenzó a caer sobre sus cabezas, antes de que Mashu se pusiera de pie, Morgan hizo lo mismo. Tanto la Reina como el Caballero se sintieron listas para retomar su ducha, por mucho que le hubieran gustado quedarse en el agua, era mejor terminar y vestirse de una vez.
La primera en salir terminó siendo Morgan, vistiendo absolutamente nada, permitió a sus senos y sus nalgas aplaudir y rebotar con cada paso que daba. Mashu por su parte decidió quedarse dentro del baño un poquito más, secando su ahora largo cabello rosado, no se veía mal en absoluto. Había decidido dejarlo crecer para verse mayor, después de todo, era una mujer joven a principios de sus 22 años, quien pronto sería una madre de dos bellas niñas. Era una nueva etapa de su vida, una a la que le daba la bienvenida con ilusión.
Estar sola en el cuarto real donde sus tres niñas habían sido concebidas, y donde Morgan usualmente veía a su consorte copular con sus concubinas, siendo ella y Galahad únicamente espectadoras, nada más, la hizo fruncir el ceño levemente. Tonelico Le Fae volvió a chasquear los dedos mientras sus vestiduras negras reaparecían en partículas azules/negruzcas, para luego atar su cabello en su clásica coleta.
"Hmph..."
Morgan anhelaba a Ritsuka. Siempre lo había hecho. Desde que su corazón se entrelazó con el suyo, había decidido que se apoderaría de él para si misma, sin importar si él la quería o no. Fue un golpe de suerte el que no hubiera tenido que usar ninguno de los sucios y asquerosos trucos aprendidos de "Vivian Le Fae" cuando se fusionaron, Ritsuka aprendió a amar su malvado, negro y congelado corazón por quien era, y Morgan en respuesta, aprendió a ser una auténtica mujer enamorada, dispuesta a sacrificar todo y cualquier cosa por el hombre que amaba. Y ahora no estaba para sostenerla entre sus brazos, ni para que ella acunara su cabeza entre sus pechos.
Fue ahí cuando decidió que le castigaría por su insolencia. Era su deber como la Reina el abusar y humillar a los plebeyos, para que conocieran su lugar, aunque dicho plebeyo fuera la única cosa que mantenía su muy frágil cordura intacta. La mano de Berserker brilló levemente, conforme las flamas manifestadas por sus dedos ardían más fuertemente; pronto, un pequeño e inocente libro se materializó en esta.
No era un grimorio, como el que Tonelico solía usar en su juventud, no. Ese libro pertenecía a la historia Pan-humana, más específicamente... al propio Ritsuka Fujimaru. Los labios rosados de la reina se curvaron en una sonrisa mientras lo abría. Morgan había encontrado el diario de Ritsuka por pura suerte una noche, justo tras un quinteto con ella, su amada hija, su hijo, y su hermana. Todo lo que tuvo que hacer fue imprimir su magia en este, transformándolo en un "Catalizador" y devolverlo a donde lo encontró, para que el Master de cabello negro no sospechara nada.
Esa era su idea de una broma; el leer el diario personal de su amante, que aparentemente había empezado a escribir al principio del año 2014, la mayoría de las páginas originales estaba llenas de bocetos de dos hermosas niñas que se parecían muchísimo a Tam Lin Galahad y Jeanne D'Arc Alter, pero no eran ellas. Chicas que su esposo había bautizado como su "Amor de la infancia" y "Amiga de la infancia" de la escuela, una era llamada Oruta Shiakaze y la otra Matthew Regulus. El resto de las páginas del año 2014 eran sobre él mejorando sus habilidades de repostería, viajes y experiencias vividas con su tía Sakura Matou, su hermana Rurika Fujimaru, y sus padres, Shirou Emiya y Rin Tohsaka.
El leer y saber más sobre el amor de su vida hacía que el malvado corazón de Morgan palpitara con emoción. Gozaba con la fantasía de ser parte de la infancia de su esposo, el crecer a su lado, como una... humana "normal", ir a la escuela, jugar esos "Videojuegos" que le gustaban, o incluso aprender cosas nuevas juntos. No es que no tuvieran ningún hobby como pareja, pero esto era diferente; estaban en Chaldea, luchando por salvar al mundo de la Alien God, U-Olga Marie.
No disfrutando su vida normal como debería.
Ritsuka actualizaba muy frecuentemente su diario con nuevas entradas, las cuales Morgan se tomaba su tiempo en leer para aprender más sobre su Marido. Ahí fue cuando vio la más reciente, la fecha siendo de hacía unas tres noches, captando su atención.
"¿Hmmm... ? ¿Qué es esta extraña criatura... ?"
Murmuró, observando la extraña monstruosidad dibujada en la página izquierda. El hada del paraíso movió sus ojos con mayor interés en esta ocasión, pero mientras continuaba leyendo, su fría expresión estoica comenzó a cambiar, aunque fuera solo un poco. ¿Qué?... ¿Qué?. Su corazón se detuvo por un instante. El Hada albina alzó sus cejas levemente, leyendo nuevamente las mismas líneas que acababa de ver.
Antes de poder continuar con el resto del texto, sus ojos una vez más admiraron la detallada abominación de su amante que hizo su Esposo para representar sus pensamientos y el sueño que tuvo aquella noche.
"¿Tonelico-san?"
Galahad habló desde el baño, Mashu salió, también desnuda, percatándose de como su reina se había levantado de la cama, encorvándose, totalmente absorta en su lectura, la Demi-Servant de clase Shielder caminó hasta su closet, para luego sacar una de sus capuchas limpia, su blusa negra, y su falda, conforme la Tam Lin empezaba a vestirse, no pudo evitar percatarse de la extraña aura que rodeaba a su Gobernante.
¿Qué le pasaba?
La única respuesta que recibió fue Morgan cerrando el pequeño libro, antes de girar su cabeza en dirección a su compañera, una leve sonrisa de labios presente en su rostro, una que Mashu reconoció instantáneamente mientras ajustaba su corbata alrededor de su cuello, finalmente, sacó sus lentes de su cartuchera, limpiándoles con un pañito. Algo había captado la atención de Toneli-- de Morgan.
"Galahad. Ven conmigo."
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Mordred Pendragon caminaba por los pasillos de Chaldea con una expresión de molestia. La Saber de Rojo quien alguna vez fue la Servant de Kairi Sisigou soltó un leve gruñido de frustración, una vena muy peligrosamente cerca de explotar, palpitaba en su frente, el sonido proveniente de su enorme y gordo culo parecía enfurecerla aún más. ¿El motivo? muy obvio, considerando que no había visto a su Master en dos días.
Dos Putos días, ese pedazo de Mierda
Saber pensó, sosteniendo a Clarent sobre su hombro, había estado sacándose la mierda con Caenis sin piedad alguna... simplemente porque, luchar a todo lo que daban sus cuerpos y sus spirit origins, era una forma de desahogar la creciente frustración proveniente de su cuerpo, y mantener su mente ocupada en algo que no fuera el abrumador dolor por el que pasaban sus pezones.
El cuerpo de Puta tetona modificado de Mordred estaba doliendo por la falta de sexo, al igual que sus tetas. Sus mejillas ardían conforme el rostro del Master de ojos azules aparecía en su mente por unos segundos, y luego una segunda vena apreció en su rostro. Ese idiota... no había venido a follársela en dos días, no... aún peor; había estado afuera de Chaldea por esa estúpida distorsión o lo que mierda fuera por DOS malditos días, y sus pechos ya estaban tan llenos de leche y su cuerpo ya estaba tan hambriento de su verga a tal punto, que lo hacía casi insoportable.
Estar enamorada y tener este cuerpo era una completa mierda... la mayoría del tiempo.
"Y ahora la estúpida de Hahaue quiere verme otra vez, ¡¿qué carajos quiere?!"
Gritó la chica a nadie en particular, caminando hacia el antiguo cuarto de su Madre, Clarent se desvaneció en truenos rojos mientras Saber alzaba la pierna, no le importaba un carajo el dañar las instalaciones del Storm Border, no es como si ese estúpido de Nemo o su propia Madre no pudieran arreglarlo en primer lugar. Lo que sea que Hahaue quisiera, la escucharía, obedecería y se iría al carajo de regreso a su cuarto. Si Mordred debía de elegir entre estar frustrada sexualmente en público o estar frustrada sexualmente en su cuarto, prefería estar sola y--
Swishh~
Justo antes de que pudiera destruir la puerta de forma brutal con su pie, esta se abrió por si sola. Un sonoro y molesto "¡¿HUH?!" salió de los labios de la Rubia mientras sus ojos verdes escanearon la habitación; Morgan la había alterado, por lo que en lugar del cuarto del trono basado en el que tenía en Faerie Britain, había sido cambiada en un pequeño comedor. Cuando Mordred dio su primer paso hacia adentro, tanto Hahaue como Chichiue miraron a su fruto con sonrisas alegres. Esta siendo la contraparte Lancer de su Padre, eso sí... pero ni Morgan ni Arturia estaban solas.
"Ya era hora, maldita perra"
Baobhan Sith le recriminó, la puerta cerrándose detrás de Mordred tras acercarse a la mesa. Era grande... y estaba llena.
Diez sillas, nueve ocupadas.
La versión Lancer de su Padre. Madre. Su hermana Baobhan Sith. Esa puta Dragona Jeanne Alter. Mashu Kyrielight. Esas dos perras chupavergas; Barghest y Mélusine. Pero lo que realmente la sorprendió fueron las presencias de BB y Ereshkigal. La última silla restante pertenecía a ella, justo al lado de su Padre. Saber trató de relajarse; tantas personas juntas en un solo lugar... ¿y para qué? podía entender al instante de que algo estaba mal basándose en la expresión que su progenitora tenía, Morgan estaba planeando algo...
Y por el amor a la mierda, esperaba que valiera su maldito tiempo.
"¿Cuál es el propósito de esta reunión, mi Reina?"
La Perra negra de Manchester fue la primera en hablar, mirando a su gobernante con un rostro que entremezclaba curiosidad, anticipación, y obviamente, también su inacabable lealtad. Los azulados ojos de Morgan escanearon a cada una de sus invitadas. Arturia, Mordred, Mashu, Baobhan Sith, Mélusine, Barghest, BB, Ereshkigal, Jeanne D'Arc Alter y por supuesto, ella misma en el centro de todo. Justo tras su mano acariciar gentil y amorosamente su barriga, Berserker cerró los ojos por un instante, tratando de encontrar las palabras correctas para expresar su actual problema...
Y sus planes.
"Como ya deben de saber... mi Esposo será padre de cinco pronto. Y aún ahora, muchas de sus concubinas en Chaldea desean el mismo trato que yo y Sir Galahad recibimos. ¿No es cierto?"
Un ligero "Tsk" salió del sonrojado rostro de Mordred en ese momento, mientras que Mélusine decía en voz alta "¡Los bebés de Master!~", su cabezota llenándose con situaciones ficticias donde ella había sido preñada por Ritsuka en lugar de su reina y compatriota caballero. Ereshkigal tembló en vergüenza sentada en su silla, mientras que BB simplemente sonreía en silencio, el que una Kouhai devota pero traviesa como ella diera a luz a los hijos de su Senpai era el curso natural de la vida... era triste que Mashu y la Alta Reina Morgan hubieran sido las primeras...
Pero no estaba dispuesta a rendirse.
Jeanne Alter cruzó sus brazos debajo de sus enormes tetas, si bien Baobhan Sith rehuía su mirada de las barrigas de Madre y Mashu, Arturia tampoco hizo ni pío. Para Morgan, todo estaba claro, podía verlo con sus ojos, pese a sus múltiples reacciones, podía darse decir... con total seguridad, que todas ellas tenían los mismos sentimientos dentro de sus corazones.
Amor.
Envidia.
Anhelo.
Es por eso que eligió a estas nueve mujeres para formular su pequeño plan, ahora venía la fase dos, y el motivo por el cual había invitado a BB específicamente. Como una IA de la Mooncell de un futuro distante en otro mundo, su poder era inmenso, así que combinar sus fuerzas sería idóneo para asegurarse de que sus esfuerzos no fueron en vano. Morgan no estaba subestimándose ni sobreestimando a BB, pero la cosa era que... cuando se trataba de su Esposo: cuando se trataba de su FAMILIA, su hermana e hijo incluidos por supuesto, nunca dejaba cabos sueltos.
Esto tenía que ser perfecto, y solo tenía una oportunidad.
"No me andaré con rodeos. He estado leyendo el diario de mi Esposo por un largo tiempo."
"¡¿Que hiciste QUÉ?!"
Jeanne Alter gritó a todo lo que daban sus pulmones; sus manos golpeando la mesa con tanta fuerza como pudo, justo antes de que fuera a por su espada. La expresión de las demás cambiaron también; el rostro de Arturia ensombreció, Mordred frunció el ceño, BB sonrió, Baobhan alzó una ceja, mientras que Mashu y Barghest tenían expresiones de horror. ¿Qué? ¿Había... invadido la privacidad de su Master? ¿la Privacidad de Senpai?
Justo antes de que Alter pudiera atacar a la Reina Alta, el Rey León en persona puso un fin al asalto, simplemente alzando su Rhongomyniad peligrosamente cerca al cuello de D'Arc. No había manera de que permitiera a nadie acercarse a los vástagos de su amado, sin importar lo... repulsivo de la revelación que aquella chica soltó; no solo sería inútil el comparar a la Bruja Dragón y la Bruja del Invierno en un combate...
Pero también estaba el hecho de que el estómago de Morgan estaba lleno de las hijas de Ritsuka. Algo que Jeanne parecía haber olvidado. Arturia no miró a la Alter, aunque sintió la intensidad de su mirada en su nuca, lo más importante ahora mismo en ese cuarto era el motivo. La respuesta a una pregunta que todas se hacían en silencio.
"¿Por qué?"
Ereshkigal cuestionó con una voz temblorosa, pero para Morgan era una completa estupidez. Ella era su esposa. Su primera esposa, ni más ni menos. Para Morgan Le Fae, Ritsuka no tenía derecho alguno a guardarle secretos, como ella no tenía derecho alguno a guardar secretos de él. Era su deber, su obligación como su Esposa y Reina, el conocerlo completamente. Sus secretos eran suyos para ser revelados, un lujo que no le daría a nadie, ni siquiera a Sir Galahad quien compartía el título de Esposa con ella, porque nadie estaba por sobre a Reina.
Nadie.
"Porque es mi Esposo, y sus secretos son mi privilegio Real. Porque está por debajo de mí; porque es mío, y porque no tiene derecho a ocultarme nada."
Así de simple. Una respuesta que no solo incrementó aún más la furia de Avenger, mientras la Francesa y la Rey de cabello dorado apretaban su Espada y Lanza al mismo tiempo, pero que... repugnante. Morgan ignoró por completo las miradas y colores de disgusto que emanaban de algunas de las chicas que había invitado, sabiendo por completo que este sería el resultado. Por supuesto, ninguna de ellas diría nada sobre lo que acababan de oír.
"Muy bien, Morgan... danos una buena razón por la cual no contarle a Ritsuka que has estado leyendo—"
"Porque... Me he enterado de que mi esposo tuvo un sueño... particular hace unos días"
Reveló la reina, tomándolas a todas con la guardia baja por esa segunda revelación. ¿Un sueño? ¿en serio? ¿Les había llamado a todas por algo tan mundano? Morgan apuntó su palma abierta al medio de la mesa, algo de hielo y copos de nieve emergieron de los dedos de la bruja mientras los ojos de sus invitadas se enfocaban en el pequeño vórtice de hielo que había invocado. No pasaron más de cinco segundos para que la figura se revelara ante ellas.
Era una estatua de hielo, una muy pequeña, no más grande que una palma... pero no era normal en absoluto.
"¡G-GYAAAAAK! ¡¿QUÉ ES ESA MIERDA?!"
La primera en reaccionar fue la propia Jeanne Alter, quien soltó un grito de puro horror tras soltar su espada con un sonoro "clank". La expresión de Baobhan era una mezcla de confusión mientras la cansada mirada amarilla de Mélusine se perdía en la belleza del ser de hielo que su querida Reina creó. Mordred dejó salir un "¿Qué mierda?" lleno de extrañeza mientras se inclinaba en dirección a la misma, dejando sus enormes pechos descansar contra la mesa para tener un mejor vistazo, Kyrielight ajustó sus lentes un poquito para asegurarse de que sus ojos no fallaban; y Ereshkigal retrocedió lentamente, evidentemente intimidada, asustada y asqueada ante lo que veía.
"Pero que... peculiar, Senpai~"
BB mencionó, la chica de cabello morado descansaba su cabeza en su palma abierta. Morgan había creado una réplica exacta de Ritsuka Fujimaru con su propia Magia, exceptuando un pequeño... detalle clave.
La mitad inferior de su cuerpo no eran piernas humanas. Era una araña; como un centauro. Lo que en la mitología Griega era conocido como un "Aracne", una criatura grotesca que mezclaba la parte superior de una mujer, con la parte inferior de una araña. Arturia miró a la abominación que su hermana Mayor había creado con genuina curiosidad, pero también repulsión tal como hacía la Reina de Kur.
Esto era... totalmente asqueroso.
Todos miraban a Morgan buscando por respuestas, respuestas que les daría con mucho gusto, mientras su mano continuaba mimando y acariciando su pancita embarazada.
"Hace tres días, mi Esposo tuvo un sueño. Era un... "Aracne", como le llaman en Grecia. El último de su especie, así que para evitar morir como aquellos que vinieron antes de él, decidió aislarse en una cueva, donde murió solo tras años de soledad, para luego despertar."
"¡RIDÍCULO!"
Mélusine rugió, interrumpiendo a su Reina casi al instante mientras el Remanente de Albion chocaba sus puños bruscamente, provocando que todos la mirasen. Bueno, esa reacción fue... bastante fuerte, considerando que Tam Lin Lancelot era conocida como la Tam Lin más fuerte, y la más hermosa entre todas ellas durante el Reinado de la Alta Reina. El ver la mesa llenándose de grietas debido a su fuerza era algo que Morgan esperaba, arreglándola en un instante con otro chasquido de dedos.
Para Mélusine, cualquier cosa relacionada con su Master era sagrada. Especialmente cuando se trataba de sus sentimientos y su valor, un sentimiento que compartía no solo con su Reina, sino con todas ellas. ¿Así que Ritsuka se veía a si mismo como un monstruo? ¿Soñó ser una abominación mitad humano mitad araña, y ser dejado solo para que se pudriera por años, en una sola noche?
Estúpido, estúpido, estúpido.
"¡Master no es NINGÚN monstruo! ¡No importa cómo se vea! ¡Aunque sea un Duende, un Orco, un Gusano, una Rata, un Caballo, un Dragón, un Perro, una Araña, lo que sea! ¡Master es MI Master!"
Ereshkigal miró al piso silenciosamente antes de que sus ojos rojos regresaran a la estatua de Ritsuka que Morgan había creado. Era él, sin lugar a dudas era él; su torso, sus brazos, sus músculos, su cabello, su rostro, todo era Ritsuka Fujimaru, el niño nacido de la vasija que ella e Ishtar ocupaban actualmente. Todo salvo su mitad inferior. ¿Un monstruo... ?
Pero si su master no era ningún monstruo... ¿cómo pudo haber sido? Era fácil para la rubia el imaginárselo, después de todo, ella misma había sido arrojada a las profundidades de Kur para encargarse de todas las almas de aquellos que murieran, nunca viendo el Sol, sin ser cuidada o amada por nadie, forzada a vivir el resto de sus días en soledad, rodeada de los Muertos, almas enjauladas que ni siquiera le daban las gracias por preservar sus existencias y salvarles del eterno olvido.
Tal cual en esta hipotética realidad que Ritsuka acababa de soñar.
"¿Con que una Araña, eh... ? Ay por favor, ni siquiera está tan mal. Sigue siendo él."
Mordred habló, agarrando la estatua para mirarla con mayor detenimiento, sip. Este era su Master, sin duda alguna, el estúpido cabronazo que la hacía actuar y gemir como una mujer, y quien ella misma debía de amamantar al menos tres veces a la semana para calmar el dolor agonizante que cursaba por sus pechos ahora mismo. Jeanne Alter podía imaginárselo, volviendo a sentarse en la silla, después de todo, ella era la Bruja de Orleans. La Bruja Dragón, una existencia únicamente hecha para destruir y aniquilar. ¿Cómo habrá sido? en un sueño podían pasar años y años en tan solo una niche, quizás hasta vidas enteras.
Ritsuka murió solo, si lo que Morgan acababa de decir era cierto, no tuvo compañeros ni amigos en absoluto. Demasiado aterrado como para salir de la cueva en la que vivía, demasiado aterrado de ser cazado y quemado vivo o apuñalado hasta la muerte. Solo existiendo mediante la cacería, pesca y siembra. Pero sin nadie a quién llamar un amigo. Sin nadie a quien llamar amante, ni nadie a quién llamar su luz.
Solo, solo, solo, solo.
El ver los colores de la lástima, tristeza e ira invadir las almas de todas las mujeres que la rodeaban fue una fuente de alegría para Morgan. Su pequeño discurso había funcionado, y aparentemente todas habían olvidado el hecho de que había invadido la privacidad de su Master contra su voluntad, o de que había estado haciéndolo desde hacía un largo tiempo. Fue ahí que sus ojos azules chocaron contra los de BB, quien ladeó la cabeza a la izquierda levemente.
Oh.
Ohhhhhh, Ya entiendo~
Pensó la IA, este era su turno. Sí, debía de reconocérselo tanto a Morgan como a Mélusine. La Lancer tenía razón, no importaba como se viera su Senpai, lo que BB quería obtener era su corazón; su alma, sus sentimientos. Si Ritsuka despertaba un día transformado en algo remotamente similar a esto, o un insecto en su totalidad, o cualquier otra cosa, no le importaría en absoluto. Su Senpai seguiría siendo su Senpai, y ella siempre sería su amada, cariñosa, maligna, traviesa y leal BB-Chan, quien haría lo que sea con tal de hacer a su Senpai feliz, mientras que le hacía agonizar y enfurecer al menos cien veces al año~
"¿Y asumo que quieres que cambiemos el final de ese sueño esta noche, cuando Master regrese, verdad, Alta Reina Morgan?~"
BB habló, o más bien afirmó, y Le Fae se acomodó en su asiento, mientras que Mordred devolvía la Estatua a su posición orginal, asintiéndole a la pelimorada. La cabeza de la chica empezó a armar el rompecabezas pieza por pieza, oh. Entonces... en resumen, ¿era algo tan fácil como para meterse todas juntas en el triste final de Master mediante los esfuerzos combinados de BB y Madre, y darle a Master una vida feliz?
Eso podía ser fácil. Era rasonable. Aunque fuera solo un mundo ficticio, una situación que jamás pasaría, pues siempre amarían a su tierno, adorable, y estúpido bonachón Master, podían hacerlo sin problemas.
Pero cuando la mirada de Morgan se posó sobre su barriga, supieron que había algo más.
"En efecto. Pero debido a mi embarazo, he decidido añadir un pequeño adicional... considerando que quiero que las nueve de ustedes me acompañen en esta fantasía de una noche por el buen de mi Esposo, quien actualmente está aprendiendo como preñar Servants y expandir su linaje usando los vientres de Chaldea... deseo que esta experiencia también las favorezca a ustedes."
Baobhan no entendió en un principio lo que su Madre trataba de decir. ¿Qué? ¿Quería que adoptaran niños con Papá o algo? sin un pene, no es como si pudiera concebir o preñarlas en absoluto, ¿cierto?. Era una pregunta estúpida la verdad. ¿Qué más podía esperarse de una chica que no sabía nada de la Historia Pan-humana como Baobhan Sith? Era una Vampira, después de todo, no una híbrido araña.
Ni ella, ni Mélusine o Barghest comprendieron el significado tras las palabras de su Reina.
Las únicas que lo entendieron fueron las Servants que habían nacido en la versión correcta de la historia, y que tenían el conocimiento básico de algo tan antiguo pero simple como lo era el funcionamiento de las arañas, incluidas criaturas mitológicas como las Aracnes.
"¡ME TIENES QUE ESTAR JODIENDO, HAHAUE!"
Mordred finalmente soltó toda su ira, su grito saliendo con tanta fuerza que hizo eco por toda la habitación, tomando a todas por sorpresa, incluidas a las tres Tam Lin, conforme Mashu sentía su rostro enrojecer. Había leído sobre las Aracnes, no había algo como un "Aracne masculino", solamente eran hembras, la primera siendo la mujer con el mismo nombre, maldecida por Atenea debido a su egocentrismo.
Eso solo podía significar que--
"Tú... ¿Quieres que Ritsuka... plante huevos dentro de nosotras?"
La temblorosa voz de Ereshkigal hizo la pregunta de una vez, conforme las tres mujeres que sirvieron bajo la Alta Reina se daban cuenta de lo que quería decir. ¿Huevos? Acaso quería decir... ¿huevos de araña, dentro de sus vientres?... eso solo podía significar que... una vez que esas cosas eclosionaran, la única forma que tendrían para salir de ellas sería arrastrándose de sus coños desde dentro hacia afuera. La mera idea envió escalofríos por la espina dorsal de Baobhan Sith, quien ya estaba acostumbrada a ver todo tipo de películas de horror, pero ¿esto?, esto era algo más. Esto literalmente era reproducirse y cargar arañas reales dentro de ellas.
Aunque solo fuera un sueño, y aunque Ritsuka no supiera quienes eran, todas ellas arrastrarían esas memorias consigo mismas al mundo real. Como cada una de esas horribles criaturas de ocho patas eclosionaban y emergían una a una desde el lugar más sagrado que tenía una mujer, desde dentro hacia afuera.
"Ugh... ¡Creo que me voy a enfermar... !"
Alter mencionó, la dueña de Fafnir perdió el hermoso color pálido de su piel, pero ahora su rostro tenía un tono verde. Los ojos de BB cambiaron su color de su usual morado; ahora siendo rojos. Rojos y brillantes. Oh, por como se veían las cosas, ni una sola de ellas estaba feliz con la idea, ni siquiera la propia Mashu, quien estaba profundamente perturbada por las palabras de su amada Reina. Pero el temple de Morgan así como su decisión ya estaban marcados, inmutables, inamovibles, no podía ni dudaría en lo que quería o haría, BB lo sabía.
Y ella se aseguraría de que lo entendieran; les mostraría el alcance de su Determinación.
"Me entristece ver como ninguna de ustedes puede ver el panorama completo. Ni siquiera tú, Lancelot, pese a lo que acabas de decir."
Dijo el hada del paraíso, su frase siendo más que suficiente para callarlas a todas. Morgan se volvió el centro de atención una última vez, esta reunión concluiría muy pronto, sí, concluiría ahora mismo, de hecho. Ya sea si tuviera su apoyo y pudiera contar con ellas para dar a luz a las arañas de Ritsuka esta noche o no, no importaba en absoluto, si no cooperaban, pues bien. Muy bien.
No es como si no hubiera estado preparada para esta situación. Todo lo que tenía que hacer era multiplicarse en sesenta mil Morgans utilizando Thougtful form y darle un harem infinito de copias de si misma en el cual podría plantar sus huevos por el resto de la eternidad, siempre a su lado.
"No tiene que ver con su especie. Esto. Se trata de mi Esposo. Se trata de sus sentimientos, y su autoestima. No les estoy pidiendo que den a luz a los hijos de una simple araña; les estoy pidiendo que vengan conmigo y le muestren que jamás estará solo. No importa como se vea; no importa lo que sea, ni su raza, su apariencia, o si puede tener bebés humanos o no; esa alma, esos ojos, ese corazón, sigue siendo el de mi Esposo, el de mi vida, el de mi todo: Fujimaru Ritsuka."
C-crrk~
El cuarto empezó a enfriarse más y más. Conforme Morgan hablaba, el tono de su Voz cambiaba a uno más serio. Uno más cruel; estaba regresando a su personalidad de la "Alta Reina", la impía, cruel y solitaria Hada que había gobernado, masacrado, torturado, mentido y esclavizado tanto a Hadas como Humanos por dos mil años en su propia tierra.
Sí, estas palabras eran similares a las de Mélusine, pero era debido a que ella ya había tomado su decisión y podía ver el "panorama completo" como decía, de lo que todo esto significaba. ¿Era porque Ritsuka se sentía que solo le querían por su apariencia? ¿acaso se veía a si mismo como un monstruo porque no podía ser un mago normal? ¿o es que se veía a si mismo como tal por haber purgado tantos Lostbelts?
La respuesta era irrelevante.
"Si no van a venir conmigo, pues bien. No me importa; no las necesito a ninguna de ustedes. Todo lo que quiero es mostrarle mi apoyo; mi amor inmortal, mi lealtad. No importa lo que pase, como se vea, o como se reproduzca. Si lo que necesito para demostrarle que NUNCA va a estar solo, es vivir una fantasía donde le permita llenarme con huevos de araña, pues que así sea. Valdrá la pena simplemente porque esas criaturas son sus hijos; y ese rostro... "
El índice de la Reina cayó en la estatua de hielo que acaba de crear. El rostro de su Master. La cara de su Esposo. La del candidato cuarenta y ocho que fue lanzado a esta vida sin haberlo pedido o haberlo querido. No importaba como se viera, ese rostro seguía siendo el de Fujimaru Ritsuka, y eso era todo lo que Morgan necesitaba para saber que su Esposo siempre sería su Esposo.
Suyo, y solamente suyo.
"Sigue siendo el de mi esposo."
La reina finalizó su discurso, antes de ponerse de pie, mirando a BB con ira en sus ojos, una mirada que la IA replicó con malicia. Oh, ohhh eso había estado buenísimo. Pero a decir verdad, siempre estuvo dispuesta a aceptar cualquier cosa que su Senpai le arrojara. Era similar a Kama en ese aspecto, después de todo, por supuesto que, muy alegremente, se uniría y aceptaría la experiencia de reproducirse con Fujimaru en aquella monstruosa forma.
Después de todo, tal como Le Fae había dicho... ese hombre seguía siendo su Senpai.
"No te preocupes por mi, Alta Reina. BB-chan jamás iba a decirte que no; si Senpai se siente solo o se considera a si mismo un monstruo, entonces es el deber de una buena, amorosa y malvada Kouhai el quedarse a su lado y dejarle llenarla con sus arañitas~ después de todo, sin mí, estaría completamente solo, ¿verdaaaad?~"
Soltó la Moon Cancer, antes de cambiar en su forma Pele con una fuerte risotada. Ereshkigal jugó con sus dedos por debajo de la mesa, Jeanne Alter apretó los puños mientras que Mordred apretaba los dientes. Mashu había tenido una expresión similar, una de tristeza y carencia de esperanza,, ¿Senpai se sentía solo? Aunque solo hubiera sido una fantasía, ¿vivió toda una vida solo? ¿abandonado? ¿sin nadie a quién llamar familia? eso no era justo. No era justo, simplemente... no lo era.
"¡MI REINA, ESPERE!"
Morgan y BB se detuvieron para encarar a la mesa, la primera en ponerse de pie fue la mismísima Barghest. La Perra Negra corrió rápidamente al lado de su Reina, arrodillándose en frente de la misma con una expresión rota, pues estaba verdaderamente avergonzada de lo que había pensado. ¿Como fue capaz de siquiera pensar en negarse ante aquella propuesta? su Master... su Ritsuka...
La había salvado en incontables ocasiones, simplemente estando con ella. Siendo amable. Su mente únicamente podía pensar en su rostro sonriente. La forma en la que solía mirarla, pese a que ella misma era un monstruo; Gawain de los muchos amantes. ¿Cuantas veces la tristeza y el dolor no la llevaron al borde de la locura tras haber devorado a aquellos que amaba? al final del día ella era un monstruo verdadero; no había comparación alguna entre alguien que se comía a aquellos que decía amar, y un hombre que simplemente tenía la mitad inferior de una araña.
"Nunca dije que no me uniría a usted, Majestad"
La siguiente en seguirla fue la propia Mélusine. El fragmento de Albion sonrió orgullosa mientras se ponía de pie al lado de la rubia, mirando hacia arriba a la contraparte de la Dama del Lago. Mordred soltó un breve "Grrr", antes de ser la siguiente en unirse, para sorpresa de todas, incluso Arturia no pudo creer lo que veía. El caballero traicionero caminó hasta donde estaba su madre, dando todo de si para ocultar la verguenza y pena que la plagaban, y especialmente, evitar la mirada de BB. Dios, como odiaba a esa sucia Puta.
"Lo que sea... Sigue siendo... el mismo bastardo pedazo de mierdat... no importa como se vea"
Mencionó la rubia de ojos verdes. Ereshkigal dejó de temblar, cerrando los párpados con todas sus fuerzas, ¡maldita sea! ¡MALDITA sea! esto era tan vergonzoso, ¡¿Arañas?! ¡¿Reproducirse con Ritsuka y dar a luz a arañas REALES?! no le importaría si... si el bebé fuera humano, o incluso un híbrido como él, pero estas cosas serían insectos al 100%, por el amor a... ¡ugh! conforme las lágrimas empezaron a caer de sus ojos, bajando por sus mejillas, la diosa del inframundo no pudo evitar ponerse de pie, corriendo a toda velocidad para poder unirse al grupo.
"¡BIEN! ¡BIEN! Yo... Y-y-yo lo... "
No fue capaz de hallar la fuerza necesaria para terminar su frase. Baobhan, Mashu, Arturia y Jeanne Alter se pusieron de pie silenciosamente, ni una palabra dicha entre la Vampira, la Demi-Servant, el Rey León o la versión oscura de Jeanne D'Arc, conforme las nueve decidieron aceptar lo que Morgan había dicho. Internamente, Jeanne estaba aterrada, temerosa, horrorizada, no podía dejar de pensar en como se vería, como se sentiría, y que sucedería en esa vida inexistente que BB y Morgan planeaban crear esa noche para todas ellas.
Sus mentes estarían entrelazadas con las de Ritsuka. Sí, no recordaría ni una cosa, pero ellas si lo harían. Lo harían; cada momento, desde la concepción, hasta su nacimiento.
"Más te vale... tener la razón en esto, Morgan."
Arturia dijo, mirando a su hermana mayor seriamente, no diciendo nada más ni descartando su propio estoicismo. Mentiría si digera que no estaba complacida al ver como todas terminaron aceptando la idea de convertirse en las esposas de Ritsuka al menos por esa única noche. Solo esta noche, en este mundo falso que nadie recordaría, la Alta Reina y la IA de la Moon Cell le otorgarían a sus compañeras la oportunidad de ser verdaderas Esposas y amantes para su querido, adorable...
Master de ocho patas.
"Arturia... ¿Cuándo he estado equivocada sobre como hacer a Ritsuka Feliz?"
Fin del prólogo.
