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Entre dragones, cazadores carmesí y pequeñas desgracias diarias

Summary:

Eruhaben creía firmemente que Rok Soo era un dragón, sin importar cuánto insistiera en negarlo.
Después de todo, por más excusas que dijera, seguía teniendo sangre de dragón corriendo por sus venas.
Por supuesto, que Cale y los Elementales siguieran apoyando los delirios de ese chico no ayudaba en nada. Ni a nadie.
Y, más de una vez, se preguntó si no era hora de seguir el consejo de Lord Sheritt.

Chapter 1

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Eruhaben, quien miraba con curiosidad la escena que se desarrollaba frente a él, se sintió un poco absurdo por primera vez en su larga vida.

A diferencia de los demás dragones, Eruhaben era un dragón que no se aislaba por completo del mundo.

A pesar de tener gran orgullo por sí mismo, el dragón dorado destinaba gran parte de su tiempo a cuidar de los elfos, al Árbol del mundo y a dragones durante sus fases de crecimiento.

Con el tiempo, incluso los dragones violentos y de mala personalidad tuvieron alguna buena palabra que decir sobre él. Los elfos, por su parte, profesaban alabanzas cada vez que lo veían.

Entonces, era seguro decir que el dragón dorado contaba con la experiencia necesaria para manejar todo tipo de situaciones con elegancia y sabiduría.

Pero todo parecía irse volando por una ventana figurativa al ver como su compañero dragón, de aspecto bastante débil, era casi ahogado por pequeños animales; aves, conejos esponjosos, ardillas, zorros y monstruos de gran inteligencia.

Todas esas criaturas se apiñaban sobre el chico y buscaron refugio en cualquier sitio entre los huecos de su ropa.

Vaya.

Incluso hubo un par de mariposas monstruosas, aún en sus primeras etapas de vida. Todas ellas posadas a lo largo del cabello del pelinegro mientras batían, con calma, sus alas tejidas de oro iridiscente.

Eruhaben aprendió de Pendrick, el elfo que ha criado, que dichas crías eran increíblemente difíciles de encontrar.

Supuso que el conjunto de esas características fue la razón de que los aventureros los apodaran como ‘ Monarcas oscuros del Monte Yellia’.

Eruhaben se cruzó de brazos mientras observaba con ojo crítico la situación. Su compañero dragón parecía ignorar su presencia. Totalmente inmerso en revisar los cuerpos de los bebés en busca de lesiones, incluso si lo hacía con algo de torpeza.

Sería un esfuerzo inútil si cura sus heridas y los abandona aquí, pensó.

Él, quien aún no sabía de los planes del otro no pudo evitar preguntarse si debería interferir, debido que ya ha experimentado esta situación múltiples veces.

Para él no fue una extrañeza que las crías se acercaran ciegamente hacia él mientras huían después de haber perdido a sus padres.

Después de todo, cualquier ser vivo en sus primeras etapas de su vida se sentiría atraído por la protección que podría darle un dragón.

Incluso si sabía que huirán lejos de él en cuanto notarán que estaban junto a un dragón... Mientras tuviera tiempo libre, no tuvo problema en proteger y curar a pequeños animales en su tiempo libre.

Supuso que el jóven dragón era similar a él en ese sentido. 

La curiosidad  de Eruhaben se profundizó aún más en cuanto vió a los Elementales reunirse alrededor del pelinegro.

—¡Peligro! ¡Proteger! ¡Nuevos amigos! ¡Huahahaha!

Ajeno a los pensamientos descabellados del dragón dorado, el pelinegro tomó al zorro bebé con cuidado y revisó cada uno de los cortes entre el pelaje.

A su alrededor, los Elementales se acercaban curiosos.

Uno de ellos arrulló con simpatía alrededor de la herida y envió una ráfaga fría sobre la lesión con la esperanza de que le ayude a aliviar el escozor.

—Owie! Owie! Mira eso, debe doler ¿Qué haremos?

—¿Debemos buscar al guardián de este lugar?— Otra tenue bola de luz se acercó ofreciendo ayuda. — ¡Sé dónde vive el guardián!— y con un susurro, quizás demasiado fuerte, agregó. — ¡Sé dónde está! ¿Quieres saber?

—¡No! ¡Adoptar, más familia, ampliar! ¡Ampliar!

A su lado, el elemental más joven y enérgico negó con vehemencia mientras rebotaba en el aire, provocando ráfagas suaves en todas direcciones.

—Podría estar bien ir a buscarlo… O simplemente dejarlos en su guarida— el elemental más tranquilo del grupo le propuso con sensatez.

—¡Sí! ¡Seguridad, buen dragón, viejo! —Volvió a chirriar el más enérgico, de acuerdo fácilmente con cualquier plan— ¡Vivir, aquí!

El pelinegro negó suavemente en respuesta. Deteniendo momentáneamente el bullicio a su alrededor.

—Oh —Otro elemental expresó con pesar—, ¿entonces no lo llevarás contigo, Rok Soo? Qué pena… ¿Estás seguro? —Cuestionó tentativamente. 

El elemental giró alrededor de Rok Soo, tal como solía hacer durante sus visitas. A veces con el propósito de traer noticias del Árbol del Mundo, otras veces simplemente para acompañarlo dentro de esa enorme casa… Incluso para ayudarlo a levantarse de su cama si el niño pelirrojo no lograba visitarlo ese día.

Sin embargo, al no recibir ninguna respuesta, presionó con un poco más de audacia.

—¿Sabes? —El elemental golpeó la frente de su querido Rok Soo, logrando que los mechones de cabello que le cubrían el rostro se dispersaran suavemente junto a la brisa fría. Su voz era persuasiva —. Si los llevamos a tu hogar, podríamos ampliar las especies del Bosque de las Tinieblas— 

—¿Qué?

El pelinegro, quien estaba escuchando distraídamente se detuvo por un momento antes mirar inquisitivamente en la dirección a los elementales que le habían estado dando información.

—... Escuché de parte del Árbol del Mundo que nuevas inserciones de especies pueden alterar el ecosistema, para bien o para mal… ¡Con la bendición del Árbol del Mundo es una buena oportunidad! ¡Waah!

La tenue bola de luz amarilla que estaba hablando con pasión fue golpeada repentinamente por una bola de luz, más pequeña y roja.

Fue el elemental más joven quien lo interrumpió con energía.

—¡Diversidad, más amigos, familia! hehehe~ ¡Amigos! ¡Adóptalos, adóptalos!

El pelinegro en cuestión no pudo evitar suspirar ante los vanos intentos de los elementales por convencerlo de que llevara los animales a su guarida. Otra vez.

Sin embargo, hubo algo más que le llamó la atención. La razón por la que se había detenido.

¿Existía un guardián en el Monte Yellia? 

Debió ser un dragón fuerte.

Rok Soo apretó sus labios inconscientemente. No quería involucrarse con dragones.

Pero no puede llevarse a las crías a su hogar sin importar cuánto lo intenten los Elementales. 

¿ Qué hacer

Sus manos acariciaron suavemente las costillas notorias del pequeño zorro en sus brazos.

Abandonar a niños pequeños en estado de desnutrición no fue una opción. Dejarlos en una isla inhabitada simplemente fue cómo cambiar el lugar donde morirían. 

Así que lo único que quedaba era visitar la guarida del dragón y esperar que no lo ataquen.

Por supuesto, los elementales volvieron a agitarse al verlo suspirar una vez más en silencio.

—Sheeesss…

—Lo está haciendo suspirar de nuevo, el menor debería callarse un momento. ¡Shh, Shh!

Uno tras otro, los elementales se reunieron alrededor de la pequeña bola de luz roja, quien en respuesta a ser acorralado se iluminó aún más.

¿Fue una nueva forma de intimidación?

Rok Soo, quien veía y escuchaba todo esto, resopló suavemente. 

Por supuesto, aquello también provocó reacciones.

Uno de los elementales se volteó y jadeo de forma dramática. —¡Espera! ¡Lo acaba de hacer de nuevo! ¡El más joven ni siquiera hizo nada!

—No, no, yo no… ¿Cierto?

La pequeña bola de luz roja tembló por un momento. Y tal como un proyectil supersónico, se lanzó hacia él para frotarse contra su mejilla en señal de negación.

—¿Todos fuimos la causa? ¡Culpable del delito! ¡Qué sorpresa!

Una bola de luz púrpura gritó con tono sarcástico. 

— ¡Dios mío! ¡Muchos criminales al mismo tiempo! 

— Lo molestamos por turnos. ¡Turnos, me oyes! ¡Y solo es delito si le hablamos muy temprano! — Cuestionó sollozando patéticamente —. ¡No quiero ser un criminal como el Rábano blanco!

—¡Es temprano para nuestro Rok Soo! ¡Ni siquiera es medio día!... ¡Oh, no! ¡He pecado, lo siento Mamá!

—¡Prepárense, nos lanzará una almohada! —El elemental púrpura ahora sonó horrorizado y voló lejos hasta esconderse detrás de una bola azul cielo — ¡El ataque de la almohada! ¡Ahhhh!

Las divagaciones melodramáticas de los elementales hicieron que el impasible Rok Soo alzara una ceja. Ignorando por completo las ráfagas que lo golpeaban como resultado de la agitada discusión. Y, al igual que el dragón dorado que aún se mantenía oculto, no pudo evitar que las comisuras de su boca se elevaran ligeramente. 

—¡ Oh no, qué aterrador ! ¡Muy suave! ¡Su colección de almohadas mullidas voladoras!

—¡Aterrador, aterrador! ¡Wajajajaja!

—¡Si vuelan deben tener alas! —El elemental que brillaba en tonos azul cielo, y el más tranquilo del grupo, se unió —Oye, oye, ¿Qué tal si le cosemos poderosas alas de dragón?

—¡Si, pero que no se dé cuenta! —El elemental amarillo se acercó a su homologo azul mientras le susurraba, antes de salir disparado hacia el cielo como si huyera de la mirada inquisitiva que le lanzó Rok Soo —. ¡Ejem, ejem! 

—Aigoo, ¿No nos enfocamos en la remodelación de la colección de almohadas entonces? —El elemental púrpura se acercó nuevamente, perfectamente contento con el plan que se estaba formando. —¡Entonces consigamos más!

—¡Shh! ¡shhhhh! ¡Silencio, almohadas, adoptar! ¿Eh? ¡No! ¡Peligro!

La diminuta bola de luz roja se aferró aún más a su mejilla. Rok Soo negó con la cabeza al sentir cómo el elemental se agitaba ansioso a su lado.

Quizás debido a que el atentado contra sus almohadas comenzaba sonar como un plan demasiado serio es que decidió finalmente interceder y redirigir la conversación.

Entonces , ¿Estábamos hablando de un guardián?

Desde su posición, oculta entre los árboles y follaje, Eruhaben alzó una ceja al escuchar las siguientes palabras dichas en voz suave:

—Si es alguien tan bueno, entonces dejemos a estos niños a su cuidado cuanto antes.

Eruhaben observó como el hermoso chico de cabello negro levantó un brazo para dejar que el ave saltara de su cabeza y se acomodara en su muñeca. El ave se dejó manejar, visiblemente feliz de que fuera su turno de revisión en forma de caricias.

Pendrick quien murmuraba palabras llenas de devoción al lado del dragón dorado, jadeó al ver como el pequeño conejo, que había reclamado el interior de la manga acampanada del pelinegro, tiraba con sus pequeñas patas en una clara protesta por haber sido sacado de su cálido refugio.

—¡Buen niñero!

—Sí —Rok Soo asintió con paciencia—¿Puedes guiarme?... Dónde vive el niñero, dragón o lo que sea ese abuelo tan amable.

Pendrick, quien era incapaz de comunicarse con los Elementales, parpadeó lentamente en reacción a los apodos.

Eruhaben, quien sí había escuchado toda la conversación, no pudo evitar que su otra ceja se alzara en silencio.

—¡Niñero, gruñón, guapo! ¡hahhahaha!

—¡Claro que sí! Es un dragón mayor que suele ayudar al Árbol del mundo

—¡Sí! ¡Lo he visto con más frecuencia en la aldea de los elfos! 

—¿Por qué? —Ahora fue el turno de Rok Soo de alzar sus cejas.

Según su conocimiento los dragones son criaturas independientes y no se mueven por nada más que por algún llamado de los dioses.

Atender la llamada de un árbol chismoso no estaría en su lista de prioridades.

—¡Ejem!...  Últimamente ha viajado hacia la aldea de los elfos para crear barreras protectoras alrededor del Árbol del Mundo…—la bola de luz azul parpadeaba mientras se acercaba al pelinegro —Así que... Bueno.. ¡Quizás no esté en su guarida, pero aún así te llevaremos!

La mano que estira cuidadosamente el ala del ave bebé se detuvo al registrar la implicación de la bomba figurativa que acababa de lanzar el elemental.

Incluso el conejito que aún luchaba por la manga de su pijama inclinó su cabeza.

—¿El Árbol del Mundo está en peligro? —Su ceño se frunció levemente en dirección a los elementales, provocando que se retorcieran en el aire.

De todas las ocasiones que Rok Soo ha hablado con ella en estos últimos meses, jamás mencionó que estuviera en peligro.

Su cabeza se inclinó mientras analizaba rápidamente sus recuerdos sin encontrar nada útil. Y sin darse cuenta había mimetizado la acción del conejo a su lado.

—¿Por qué no me lo mencionó en mis visitas periódicas? —Su tono se agrió mientras preguntaba con sospecha.

Recordó lo sospechosos que habían actuado los elementales esta mañana al traerlo aquí a pedido del Árbol del Mundo.

—¡Nos dijo que no te preocupemos innecesariamente!— el elemental intentó justificarse apresuradamente. —¡El dragón dorado lo tiene bajo control! ¡Yo le creo!

Rok Soo simplemente entrecerró sus ojos en la dirección del elemental.

—Si eso es cierto entonces ella no tendría que evitar darme esa información —Afirmó. Sus ojos mirando brevemente más allá de los Elementales, hacia sus invitados escondidos entre el follaje. —Es bastante tarde si quiere usar mi situación personal como excusa para dejarme fuera del asunto.

—¡El Árbol del Mundo solo quiere que te enfoques en recuperarte y ordenar tus asuntos!

¿Era una broma?

Rok Soo se burló internamente de las desesperadas palabras del elemental. Claro que quiere que se recupere. Últimamente en todo lo que le ha pedido ayuda casi le termina costando la vida.

El último de ellos dentro de un territorio prohibido.

Incluso si consiguió una amiga después de ese incidente, es un hecho que casi es cortado en varias partes por robustos escudos blancos.

—... ¿Barreras de protección?

Eso lo hizo detenerse.

¿Ese dragón era tan bueno en ‘protección’ como el antiguo Lord Sheritt?

Si no lo era, entonces no había razón lógica para que el Árbol del Mundo lo excluyera. 

Considerando que él conoce a la defensa más fuerte de este mundo. 

—... ¿Ese tipo es el nuevo Señor dragón?

—¡Claro que no! ¡Es el más antiguo!

La negativa inmediata lo dejó sin palabras por un segundo. Entonces solo es viejo.

—... Si ese Árbol molesto está en peligro entonces ese dragón no será suficiente…  

Sus suaves murmullos se desvanecieron entre los chirridos de los monstruos que acechaban a su alrededor.

Rok Soo por su parte tomó el relicario que descansaba inocentemente en el hueco entre sus clavículas y se preguntó si su amiga, quien se lo regaló, estaba escuchando su conversación.

—¿Otros dragones saben sobre este asunto? — preguntó después de unos momentos de consideración.

—¡No lo sabemos!— aseguró el elemental amarillo, tan pronto como el pelinegro volvió a prestarles atención— ¿¡Quieres que preguntemos!?

No fue la única. Todos los elementales se habían acercado y giraban suavemente a su alrededor intentando ayudar con lo poco que sabían.

—¿Qué tal si les preguntas? ¡Rok Soo! ¡Ejercicio matutino!

—¡El dragón dormilón de Rashel seguramente no lo sabe! 

—¿Deberíamos despertarlo? — preguntó el elemental púrpura. — El dragón Olienne es una buena opción… ¡Pero no lo he visto en mucho tiempo!

—¡Qué triste! ¡Pero podemos preguntar a los demás!

—¿Quieres acompañarnos?—El elemental amarillo se detuvo y golpeó el pecho del pelinegro repetidamente —¡Con lo delgado que estás de seguro te intentarán alimentar mientras les sacas información!

—¡Piénsalo! ¡Comida gratis!

A pesar de la buena voluntad de los elementales, Rok Soo negó con su cabeza.

Era demasiado trabajo.

—Prefiero el enfoque directo —aseguró, mientras una suave sonrisa se asentaba en su rostro —. Así que, si ese Árbol no quiere decírmelo, solo debo quemarlo como lo hizo Cheapskate en la antigüedad

—¿¡Qué!?

Su sonrisa se profundizó al escuchar los gritos horrorizados que provocó entre los elementales.

Por supuesto, Rok Soo no tenía necesidad de mendigar por migajas si tenía al ser que puede darle todas las respuestas que necesita.

Y le dará una sola oportunidad a costa de unos pocos troncos o convertirá al Árbol del Mundo en la próxima reserva de carbón de la ciudad élfica. 

—¿Kiuk?

Rok Soo bajó su mirada al animal que empujaba sus patas contra su muslo insistentemente. 

—Cierto. Es hora de partir, niños — anunció, con una expresión renovada mientras se levantaba de su posición.

—¿Chirp?

El ave saltó hacia su hombro.

—... ¿R-realmente vas a hacer eso?

El pelinegro solo se rió entre dientes ante la pregunta del horrorizado Elemental.

—¿Por supuesto? Debemos llevar a estas crías a la guarida del dragón dorado.

—¡N-no hablo de eso!— protestó.

—¿Quemar? ¿Quemar?

“¿Chirp, chirp?” 

El pajarito a su lado inclinó la cabeza y pió, uniéndose de forma inocente a la pequeña bola de luz rojiza.

—No ahora— Rok Soo aseguró. Su dedo apuntando a las bestias que estaban escondidas entre los árboles —Por ahora tenemos que despejar el camino e irnos.

—Kiuk? Kwiuk?

Un animalito tiró de su ropa, en protesta.

—¿No? ¿Familia… adoptar y criar?

El pequeño elemental se unió a las protestas como si fuera uno más de los bebés perdidos. 

—Lo siento… — 

Se disculpó sinceramente mientras levantaba una mano y el suelo comenzaba a crujir.

Su alta afinidad con los animales le ayudó a mantenerlos cerca a pesar del aire denso y de los leves movimientos que sacudían la tierra ocasionalmente.

—Lo siento — repitió, mientras las crías se apegaban más a su cuerpo—, pero los niños no deberían vivir en un lugar tan contaminado como mi hogar. 

Craaaack

En cuanto terminó de decirlo, las rocas que había estado elevando en silencio hasta ahora comenzaron a girar. Todas apuntando hacia los monstruos que se mantenían ocultos entre el follaje.

Kraaaa

Las criaturas gruñeron. Y en respuesta, las rocas se inclinaron al mismo tiempo que ellos tensaron sus cuerpos preparándose para atacar.

—Despejemos el camino primero, ¿Bien?

Y como si estuvieran esperando, las rocas giratorias se dispersaron a gran velocidad hacia los monstruos, dejando una estela de polvo dorado.

Craaackle

¡Hiaaaaakk—

Monstruos chillaron al ser golpeados en la nuca por piezas comprimidas de tierra y mineral. 

Uno tras otro cayeron tras un estallido de carmín. El aire llenándose rápidamente con el olor nauseabundo de la sangre.

Kraaaah.

Las rocas comprimidas giraron dentro de los cuerpos ahora inertes de los monstruos. Solo entonces Rok Soo bajó su mano, dictando una nueva orden.

¡Craack¡

¡Boom! ¡Boooom!

Los cadáveres fueron arrastrados hasta chocar violentamente contra los árboles de su alrededor, provocando que la tierra se alzara y las hojas de los árboles cayeran.

¡Booom!

Rok Soo, quien estaba eliminando a los monstruos sin ninguna vacilación, no fue consciente de cómo las crías se aferraban a él mientras lo miraban con ojos brillantes.

Sin embargo, los elementales que lo rodeaban protectoramente reían por debajo de la agonía de los monstruos.

¡ Craaack !

Nuevas rocas se alzaron y se clavaron sin piedad en la nuca de más enemigos provocando un rocío de sangre. Cada monstruo que se acercaba, recibía el mismo final.

¡Boom! ¡Craaaaaaack! 

—Loco.

Eruhaben, quien había creado escudos a su alrededor de manera preventiva, no pudo evitar sentirse consternado ante lo que le acaba de suceder.

Sus sentidos temblaron y su corazón latió dolorosamente cuando el control sobre su propio maná fue robado.

Qué demonios es esa habilidad . Se preguntó, finalmente apagando su poder y con ello la conexión que había establecido con el dragón pelinegro.

Sus ojos dorados analizaron al pelinegro que estaba eliminando los últimos monstruos que se dirigían, desorientados, hacía él.

Eruhaben tuvo esta espeluznante sensación de que alguien tomaba control de él. Como si el otro dragón hubiera tomado sus manos y las hubiera forzado a enviar su maná dorado hacia los proyectiles.

Es peligroso

Un dragón con un atributo capaz de hacerle algo así a un dragón antiguo era muy peligroso, y eso significó que también tenía que investigarlo.

Eruhaben se posicionó en frente del emocionado Pendrick y creó más escudos alrededor a su alrededor.

Los monstruos que corrían desorientados por todas partes terminaron estrellándose, uno tras otro, independiente hacia dónde se dirigían.

Sus ojos fríos observando a detalle el comportamiento de cada monstruo que aparecía.

El campo de batalla ahora tenía un ambiente antinatural.

En lugar de alejarse, los monstruos seguían agrupándose alrededor del grupo, como si fueran incapaces de escapar en la dirección correcta.

Tal como si una fuerza invisible los empujara hacia su muerte...

Cuándo el último monstruo cayó, la perturbación pareció calmarse. Si Eruhaben tenía que describirlo, fue una sensación similar a la de un vaso de agua romperse. 

En respuesta, las nubes grises del cielo se dispersaron mientras sus alrededores se marchitaron, dejando ver la verdadera apariencia del temible Monte Yellia.

Los elementales volaron lejos de los animalitos, inspeccionando sus alrededores con curiosidad. 

Y el pelinegro, que hasta ahora ni siquiera había mirado en su dirección, finalmente lo hizo.

—...

Eruhaben le devolvió la mirada con calma, esperando algún tipo de ataque o insulto, tal como lo harían en general los dragones.

Sin embargo, lo único que obtuvo, fue un bufido por parte del pelinegro.

—Oye, abuelo dragón.

En medio del desastre sangriento, Rok Soo habló por primera vez con el dragón escondido bajo varias capas de escudos.

—Sé que está cómodo, Señor. Pero estos niños no van a aguantar mucho más tiempo si no los curamos ni les damos comida.

Rok Soo, con uno de los conejos en sus brazos, espero con calma a que el dragón se acercara.

—Podría ayudarte, sí— Eruhaben, al ver que el otro dragón no se movería de su posición, se permitió observar brevemente verdadera y marchita apariencia del Monte Yellia —, pero antes quiero una explicación de como destruiste la ilusión que impuse sobre mi territorio hace más de 500 años.

Oh— Rok Soo, quien escuchó eso, miró a su alrededor con los ojos abiertos por el shock—. Lo siento... No sabía que la magia ilusoria que cubría este lugar era obra suya… Señor —se disculpó torpemente.

Eruhaben, quien lo escuchaba atentamente, se cruzó de brazos con el ceño fruncido. Que un dragón le pidiera disculpas tan rápido le resultaba muy anticlimático.

—¿ Solo eso ? —fue lo único que logró decir.

—... En cuanto me recupere completamente, puedo devolver este lugar a su estado anterior —ofreció el pelinegro tras un largo momento de silencio.

Sssshh.

—¡Dragón!— El elemental púrpura se acercó volando en pánico, colocándose entre el dragón y el pelinegro—¡Rok Soo no entró en tu territorio con malas intenciones! ¡No le hagas daño!

—¿Quién te crees que eres, muchacho?— Fue el turno de Eruhaben de resoplar, empujando con un dedo al Elemental que sollozaba— Este mocoso debe hacerse cargo hasta el final de esas crías y más tarde explicarme lo que le hizo a mi territorio.

—¡No puedes hacerle daño! —Más elementales se apilaron frente a Rok Soo, al escuchar el tono amenazante que el dragón dorado estaba utilizando.

—¡Si le haces daño el Árbol del mundo te gritará!

Eruhaben por su parte frunció el ceño aún más y murmuró confundido —No... ¿Qué demonios? 

—¡Rok Soo! ¡Corre! ¡Waaaah!— El elemental púrpura se aferró a la mejilla del pelinegro, quien simplemente parpadeó.

—¡El más joven! ¡Avísale al Árbol del Mundo! ¡Waaaah— El elemental amarillo sollozó aun más fuerte mientras volaba de forma errática. 

Eruhaben, quien de alguna manera se había convertido en algún tipo de matón, atrapó al pequeño elemental rojo en medio de su intento de escape y lo envolvió entre sus manos.

—Solo quiero hablar — aclaró y por un momento pensó que había escuchado una risilla detrás de él, pero lo descartó rápidamente como fruto de su imaginación. 

—¡Ese es el tono de alguien que lo quiere golpear! ¡Mamá!

Eruhaben abrió la boca por un segundo antes de cerrarla nuevamente. Se había quedado sin palabras ante los sollozos desconsolados de los elementales, quienes ni siquiera lo escucharon.

Rok Soo, quien había estado observando en silencio las dificultades del Dragón dorado, decidió utilizar esta situación a su favor. 

—... No me harás pagar nada por haber destruido tu magia, ¿Verdad?— preguntó con la mayor inocencia que reunió, mientras se hacía un poco más pequeño.

Eruhaben le lanzó una mirada inquisitiva pero aún así asintió después de un momento.

—¿Ven? Ya no hay ningún conflicto entre nosotros— Rok Soo puso una suave sonrisa en su rostro mientras se dirigía a los Elementales. Su mano acarició las bolas de luz, como si los consolará después de una terrible experiencia— Eso quiere decir que este grandioso abuelo no tendrá problemas en cuidar de estos niños sin hogar… ¿Cierto?

Todos los elementales se acercaron a él, haciendo ruidos patéticos mientras esperaban expectantes.

—Mmh.

Eruhaben, por su parte, hizo un ruido contemplativo sintiéndose en desventaja. 

—Claro— Concedió. —, aún así necesito una explicación como compensación por los daños, ¿Entendido?— Eruhaben se volteó y colocó una mano sobre el hombro del elfo a su lado. —Pendrick puede curar a estas crías mientras tanto.

Rok Soo asintió en su dirección, con una sonrisa un poco más aguda que la anterior —Sería de gran ayuda.

Y tan pronto como terminó, se volteó y sacó una manta mullida de su bolsa espacial para acomodarse con los niños.

—¿No se van a unir?— preguntó con curiosidad unos minutos después. Su mano palmeó el lugar frente a él que aún estaba vacío.

—...¿Qué estás haciendo, jovencito?— Eruhaben resistió el impulso de golpearse la cara cuando vio al joven dragón inclinar su cabeza con una expresión confundida. Ya ni siquiera lo consideraba una amenaza inminente. —. ¿Escuché que ibas de camino a mi guarida?

—En realidad no. No tengo interés en conocer el lugar donde vive otro dragón— Rok Soo fingió demencia y agitó su mano como si la sola idea fuera desagradable—. Usted… Señor, tampoco lo quiere— aclaró— Me iré en cuanto haya cumplido mi parte y los niños estén sanos.

Eruhaben sonrió con cierta molestia al escuchar al joven dragón seguir diciendo todo tipo de tonterías enfrente de alguien mucho mayor que él.

—¿Ah, sí?— su mano se colocó sobre el hombro delgado del dragón más joven, mientras el pequeño elemental que tenía retenido huía y se escondía lejos de su vista—. ¿Cómo estás seguro de eso? —Preguntó— Debes tomar responsabilidad correctamente. 

Ni siquiera un segundo más tarde, patrones de luz comenzaron a dibujarse en el suelo.

Para cuando el dragón más joven se dio cuenta, Eruhaben lo sostenía firmemente del hombro mientras la magia de teletransportación se activaba.

Rok Soo, por su parte, cerró sus ojos en resignación mientras abrazaba con más fuerza al conejo que sostenía en sus brazos.

Al momento siguiente, la luz los tragó por completo.

La próxima vez que abrió sus ojos, Rok Soo no se encontró con nada más que reluciente oro. 

Oro macizo. 

Él parpadeó, de la misma forma que el conejo en sus brazos al mirar a su alrededor.

El grupo había sido transportado hasta una habitación de... Oro .

Estanterías, el candelabro, la mesa, sillas, jarrones e incluso el marco de las ventanas...Todo estaba hecho del mismo material.

Sus ojos marrones rojizos que, hasta ese momento habían vagado sin rumbo por la habitación, se detuvieron de nuevo en la ventana.

Observó el contraste del límite de la guarida del dragón y el resto del Monte Yellia, que ahora se extendía mostrando su verdadera apariencia. 

Árboles y follaje marchito le saludaban desde la distancia, como si se estuvieran burlando de él por sus decisiones.

—Bienvenido a mi guarida, Rok Soo.

Rok Soo parpadeó en silencio en dirección al dragón dorado, quien le daba la bienvenida con una gran sonrisa.

Está condenado .

—Nuestra actuación no funcionó, ¿verdad? — El elemental púrpura se acercó y le susurró lo suficientemente bajo para que nadie más oyera. —Espero que te deje ir antes que Cale se dé cuenta que no estás ni en tu Villa ni en el castillo de la tía Sheritt.

Sí.

Rok Soo exhalo lentamente. En cualquier otra situación estaría de acuerdo con el Elemental.

Pero tenía una preocupación más grande en este momento.

... Espero que este tipo me deje ir ileso. 

Notes:

En algún momento me di cuenta que los Elementales tienen una energía muy 'Power rangers'... Y me pareció divertidísimo...
Y, saben? En mi mente el "Booom Booom" era algo más épico. *Solloza en un rincón*
¡Además! ¡Quiero que esta sea una historia corta, tonta, bonita y con un poco de transfondo!
¡Como dato aleatorio!... Escribí gran parte de esta historia durante el 2022.
Pero la vida golpea duro, amigos. Así que, durante este raro momento de calma, aprovecharé para avanzar en varias de mis historias.
Esta es una de ellas... Espero que lo disfrutes💞.
Por supuesto, si deseas escribir algo estaré feliz de leerte.

Chapter 2

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Rok Soo pensó en múltiples escenarios mientras el conejo en sus brazos mordisqueaba su cabello largo y un ave anidaba sobre su cabeza. 

Al parecer, ni siquiera necesitó molestarse  en pensar.

Tener a un elfo, más específicamente a Pendrick de la novela de El Nacimiento del Héroe , sirviéndole té con mucho entusiasmo fue una experiencia interesante.

Pero que un dragón antiguo le ofreciera té y un plato lleno de galletas, después de haber hecho un desastre dentro de su territorio, fue todo un evento .

Y ni siquiera habían intentado golpearlo ni matarlo. 

Fue toda una victoria para él.

—¿Ves? Te lo dije —El elemental amarillo declaró con petulancia —¡Un dragón te está alimentando! ¡Y de buena gana!

Un elemental azul, que estaba formando remolinos de aire con el objetivo de rodear con galletas a Rok Soo, le lanzó al otro elemental la más pequeña de su colección.

—¡Dejalo en paz! —lo reprendió, mientras aprovechaba de enviar otra galleta directamente a la boca de Rok Soo cuando vio la oportunidad —¡Es una rara oportunidad en que aceptará comida sin quejarse! ¡Ayúdame a alimentarlo! ¡Rápido!

El elemental rojo que se balanceaba, de lado a lado, aferrado a los mechones de cabello del pelinegro, gritó con urgencia—¡Rápido! ¡Calorías!

—Los elementales parecen tenerte cariño— mencionó Eruhaben viendo con curiosidad la escena. 

Rok Soo asintió mientras atrapaba otra galleta que volaba directo hacia su boca —... Pero me gustaría irme pronto ya que tengo alguien que me está esperando en casa. De todos modos, ¿No tenías curiosidad?

Eruhaben, frente a él, alzó una ceja.

—Claro, jovencito. Adelante —Concedió después de otro momento. Enviando solo un hilo de maná para hacer desaparecer las galletas, a pesar de las protestas de los elementales —, espero que sea interesante.

—Bueno... Sé que lo escuchaste de parte de los elementales, ¿cierto? Que vine al Monte Yellia por culpa del Árbol del Mundo —Rok Soo esperó a que el dragón dorado asintiera en confirmación antes de continuar —Iba a tomar mucho tiempo eliminar a todos los monstruos, por lo que guíe al maná a través de la naturaleza para evitar grandes daños a tu propiedad… Por supuesto, el apoyo que me proporcionaste fue de mucha ayuda, pero…

—¡Y todo iba bien! —Aseguró el elemental púrpura desde su posición dentro de su guarida de galletas hecha artesanalmente —¡Pero el maná dorado se dispersó y empujó todo lo demás hasta romperlo! 

—¡Y Boom Boom! —El elemental rojo hizo sonidos de apoyo mientras se balanceaba de lado a lado con más fuerza. 

—¿Pero… ? —Pendrick, ajeno a las voces de los elementales, inclinó su cabeza en confusión— Rok Soo-nim, ¿qué relación tiene aquello con que la magia ilusoria se haya visto afectada? —preguntó.

—Una situación así es improbable… El maná es compatible entre sí sin importar el lanzador —Señaló Eruhaben con una sonrisa irónica —. Y en un estado pasivo ni siquiera debería causar alguna interferencia.

En lugar de responder de inmediato, Rok Soo dejó caer desde la altura varios terrones de azúcar sobre su taza, dejando que el té salpique por todas partes

El líquido dorado se volvía cada vez más denso con cada terrón que caía. 

Cuando estuvo satisfecho, Rok Soo deslizó la taza hacia el centro de la mesa y se señaló a sí mismo.

Eruhaben que veía todo ese espectáculo, murmuró tentativamente —... Supongo que es una buena forma de representar esos proyectiles de roca comprimida… ¿Pero a qué quieres llegar?

—Una vez que el maná acepta apoyarte este viaja hasta tu recipiente, y desde allí puedes canalizarlo a través de la naturaleza, creando un efecto de doble sellado.

Rok Soo explicó con tranquilidad, mientras colocaba su palma con suavidad sobre los bordes de la taza, impidiendo que el agua siguiera derramándose por el movimiento residual. 

—Incluso si el recipiente o contenido sufren cambios durante la ejecución, no va a dispersarse por completo a menos que le ocurra algo al lanzador y altere, por extensión, al maná.

Rok Soo definitivamente ignoró como la expresión del dragón frente a él se crispó cuando lo dijo y siguió adelante.

Le pidio al elemental amarillo, que hasta ahora habia estado volando emocionado a su alrededor, que se acercara y se zambullera de lleno en la taza. 

Luego, con cuidado, volvió a presionar su palma sobre la taza, logrando que se filtrara líquido sin siquiera mover el recipiente.

—... O que el maná, que ya ha aceptado polimorfarse a la voluntad de otro lanzador, se interponga con otro.

Rok Soo sonrió levemente al elemental que se rió y saltó contento sobre el líquido en cuanto alzó su palma.

—Aunque no suelen atacarse entre sí. Es independiente del tipo de maná que involucremos en ese momento— se encogió de hombros—... Si están interactuando de manera pasiva, van a intentar ganarse su espacio mientras conviven juntos… 

Eruhaben lo miró con extrañeza, pero se mantuvo en silencio.

Pendrick miraba con creciente interés como el té se movía dentro de la taza e incluso salpicaba fuera de esta.

Rok Soo pensó qué, probablemente, fue lo más cercano a ver un elemental que el elfo pudo experimentar hasta ahora.

—¿Eso también se aplica a… otros tipos de maná? —Pendrick se lamió los labios, repentinamente secos, antes de preguntar en voz baja —... ¿Eso incluiría incluso el maná muerto?

—Naturalmente, ellos no suelen pelear entre sí… Por lo general, conviven y trabajan en conjunto hasta que uno de nosotros solicita su ayuda por separado —dijo distraídamente mientras apartaba el elemental rojo de su cabello y lo dejaba sobre las galletas.

Los ojos de Pendrick destellaban con interés ante esta nueva perspectiva. Ni siquiera pensaba en llevarle la contraria al pelinegro, a diferencia de Eruhaben que se mantenía respetuosamente escéptico. 

—... ¿Eso quiere decir que Rok Soo-nim… podría usar maná muerto?— La voz de Pendrick tembló ligeramente ante la expectativa de haber descubierto un dragón con atributo oscuro —... ¿Es posible?

—No puedo utilizar maná muerto a voluntad— Rok Soo negó con vehemencia mientras alisaba las mangas de su pijama con incomodidad. —Por regla general, el maná muerto es más quisquillosa de lo que suele ser el maná comúnmente utilizado.

—E-espera… ¿Eso quiere decir que puedes usarlo hasta cierto punto? — Pendrick murmuró maravillado, juntando sus manos en una especie de rezo.

—¿Escuche bien? —Eruhaben interrumpió el intercambio. A diferencia de Pendrick, al dragón le llamó la atención un asunto completamente diferente —¿ Quisquillosa ?

Rok Soo frunció el ceño con confusión, pero aún así asintió en silencio.

Eruhaben al ver esa expresión, que claramente le decía no entender cuál era el problema , aclaró. —... Solo los seres con afinidad a la oscuridad pueden manejar e interactuar con el maná muerto, para nosotros es veneno.

Rok Soo, quien creía haber escuchado una afirmación sin sentido, no pudo evitar murmurar con consternación —¿Veneno?... El Árbol del Mundo me aseguró que la naturaleza acepta a los seres de la oscuridad, ¿No? 

—¡Así es! ¡Todos vivimos en armonía! —El elemental azul se unió a su homologo amarillo, nadando suavemente en la taza —¡Los elementales también! ¡Aunque ellos son tan quisquillosos como tú con tus comidas! ¡Hahaha!

Rok Soo ignoró la burla del elemental y simplemente asintió al escuchar la confirmación de que; no, no había escuchado mal.

Su expresión confundida se acentuó.

Sin embargo, los hombres frente a él le devolvieron la mirada por lo que intentó explicarse. 

—El maná sigue siendo una forma de vida como todos nosotros, ¿No?...  Si estuviera muerto y se volviera dañina para la naturaleza… Simplemente volvería al mundo y al lado de los dioses.

—¿Es por eso que tienes ese vendaje alrededor de los brazos? —Eruhaben, quien consideraba la dirección de esta conversación algo absurda y preocupante, apuntó con un dedo hacia las cicatrices oscuras que se asomaban a pesar de los intentos de Rok Soo por esconderlas —¿ Por intentar utilizar maná muerto ? ¿Un veneno para todos excepto los nigromantes y elfos oscuros? 

No me rechaza. El problema es que mi débil cuerpo es incapaz de contener el maná por mucho tiempo —Rok Soo refunfuñó suavemente mientras intentaba cubrir, de forma inútil, las cicatrices que seguían asomándose bajo la ropa.

—¿¡Te has estado envenenando con ese maná muerto voluntariamente !? —Pendrick gritó mientras golpeaba la mesa con fuerza. La genuina preocupación alejó de su mente cualquier teoría que haya formado con anterioridad —¡Rok Soo-nim! ¡Eso es…!

—¡No es veneno! —Aseguró con irritación apenas velada —... El maná muerto los rechaza por muchas razones y si la utilizan contra su voluntad va a protegerse como cualquier criatura. No es solo un asunto de afinidad.

Después de decirlo, Rok Soo cruzó de brazos y mantuvo la vista sobre los elementales, quienes se habían reunido a nadar dentro de su taza. 

Solo el elemental azul se quedó flotando alrededor de su cabeza en silenciosa preocupación.

Rok Soo decidió que no había razón para mediar más palabras sobre este asunto si ni siquiera entendieron la diferencia.

Al fin y al cabo, el Árbol del Mundo sabía mucho más que ellos dos. 

La tensión que se había instalado en la sala finalmente se rompió con la voz del dragón dorado.

—Está bien… Escucha — Eruhaben suspiró profundamente antes de continuar con cautela. Su mano se aferró firmemente sobre el hombro del elfo que hiperventilaba para mantenerlo en su sitio —... Tu afirmación sugiere que el maná es similar a un organismo vivo y no solo una fuerza de la naturaleza, pero… ¿Qué dices acerca del núcleo de maná que poseemos los dragones?

Rok Soo frunció el ceño y se mantuvo obstinadamente en silencio.

—... Rok Soo, no creo que sea buena idea detenerse ahora —El elemental azul le susurró suavemente en el oído.

Solo entonces Rok Soo alzó la vista y los miró fijamente. 

Su voz fue tan suave como la del elemental al responder. 

—Créeme o no... Los dragones y elfos poseen un recipiente robusto y semiabierto por orden de los dioses… Todos los demás aprenden a abrir su recipiente por cortos periodos. De esa manera pueden comunicarse con facilidad.

—¿Y qué hay de las criaturas naturalmente incapaces de controlar, no… de guíar maná ? —Eruhaben, quien intentaba entender las creencias del joven dragón, escogió con mucho cuidado sus palabras. Delirio o no, debía llegar al fondo de esto. Como dragón adulto, era su responsabilidad intervenir si las creencias de este joven cruzaban un límite peligroso.

—El maná naturalmente no intentará dañar a las creaciones de la naturaleza. Si no reúnen las condiciones necesarias, ni siquiera intentará ayudarlos. Incluso si logran abrir su recipiente… A menos que una fuerza mayor intervenga.  

Eruhaben miró al joven dragón acomodar sus mangas, una vez más, y dijo con lentitud—: Si el maná es organismo vivo que toma una forma específica… Eso explicaría porque mi maná empujo tu maná en medio de la batalla, incluso si estaba en un estado pasivo y yo, un dragón, no pude verlo claramente en ese momento.

Rok Soo, quien sabía a ciencia cierta que no le creían, simplemente asintió.

Mientras antes terminara con esta situación, antes podría irse y no lo seguirán.

Con esos pensamientos, alzó la taza donde jugaban los elementales.

—... Imagina que tu maná son los elementales, mientras que mi maná es el té en el que están sumergidos… Como puedes ver, el té va a desbordarse y presionar contra todo el recipiente sin importar lo que haga, porque en comparación, los elementales no tienen intención de quedarse quietos, ¿Verdad? 

Aprovechando que ambos hombres lo seguían atentamente, Rok Soo tomó entre sus dedos la cuchara y comenzó a golpear un costado de la taza. 

Tac.

Tac.

Una y otra vez.

Él repitió esa acción hasta que finalmente se agrietó y el líquido comenzó a filtrarse.

Su voz resonaba entre las risas de los elementales y el tintineo de la cerámica contra el metal.

—Tarde o temprano, si le agregamos otro estímulo negativo al recipiente, ese sellado doble se va a romper sin importar el tipo de maná que contenga, ¿Ves?... Es de esta manera para todos —Rok Soo depositó la taza sobre el plato antes de que comenzara a romperse aún más

Rok Soo no tuvo que explicar nada más.

—Mmh… Puede tener sentido hasta cierto punto, pero…— Eruhaben sopeso por otro momento, como si buscara algo en su memoria —... Tu creencia eliminaría el sistema de atributos, lo que significa que incluso tú y yo podríamos curar.

—Es posible… A un precio mayor que alguien con la capacidad natural para guiar el maná con intenciones curativas…Mmmh… — Rok Soo hizo un ruido contemplativo—... Forzar mayor flujo de maná podría ser un riesgo, pero es posible.

—... ¿Eso quiere decir que tendrías que romper tu recipiente para lograrlo?... ¿No es eso una sentencia de muerte?

La mirada contemplativa del dragón dorado cambió a una más severa en cuanto no logró responder y el silencio se asentó en la habitación. 

Rok Soo desvió la mirada, apretando el asa de la taza con fuerza, sintiendo el calor residual del té a través de sus dedos fríos. 

—Depende… — murmuró, incapaz de dar una respuesta directa.

Su cuerpo y recipiente ya estaban agrietados de todos modos.

Ni siquiera los dioses, que lo trajeron a este mundo, pudieron solucionar el problema de su cuerpo. 

El Árbol del Mundo, por su parte, solo pudo ayudarlo ligeramente.

Entonces, ¿qué podría hacer un elfo y un dragón por él?

Nada útil, obviamente.

Aún así, Rok Soo no pudo evitar seguir hablando para salvar su vida.

—... Algunos recipientes nacen agrietados, débiles o… con paredes demasiado flexibles, pero todos suelen resistir bastante tiempo si no los sobrecargas hasta romperlos por completo.

Eruhaben entrecerró los ojos en su dirección, como si hubiera comenzado a atar cabos rápidamente después de su respuesta.

Pendrick se inclinó hacía adelante mirándolo con ojos tormentosos y la respiración contenida, finalmente dándole una forma consistente a sus pensamientos dispersos. 

El silencio se volvió espeso e interminable al punto que lo hizo removerse incómodo sobre su asiento.

Quizás Rok Soo ya se había dado cuenta, inconscientemente, de que no podría dirigir esta conversación a su favor por mucho más tiempo… Y sin embargo, siguió adelante hasta conseguir este resultado.

No pudo seguir con esto .

Rok Soo tomó la opción que le permitiría, con suerte, irse en una sola pieza.

Se inclinó brevemente en un agradecimiento mesurado.

—Soy débil y mi capacidad para proteger a las crías es limitada— aseguró, sin alzar la mirada —Hubiera estado en serios problemas sin tu interferencia, Dragón-nim… Incluso Pendrick-nim usó sus poderes a favor de nosotros… Les agradecemos por ello.

Rok Soo, quien sabía que no podría irse de la guarida de un dragón sin que este se lo permitiera, tiró de su ropa en un gesto que claramente gritaba; quiero irme .

De forma inconsciente, lo hizo las suficientes veces para hacer suspirar en silencio al hombre mayor.

Eruhaben, quien claramente veía lo incómodo que estaba el joven dragón, se tomó la cabeza con una mano mientras agitaba la otra en dirección del elfo.

Pensó que sería mejor dejarlo ir por ahora, a qué Rok Soo huyera y se escondiera donde no pudiera vigilarlo más tarde.

—Está bien —Concedió —, puedes irte en cuánto Pendrick te cure a ti también… Yo me haré cargo de las crías como prometí.

—¿Eh?— 

Rok Soo, ajeno a los planes de Eruhaben, abrió los ojos sorprendidos.

El sentido de urgencia que había ido creciendo dentro de Rok Soo se multiplicó de repente. 

Definitivamente debo irme.

—Estás herido, Rok Soo… Incluso puedo oler sangre fresca— Eruhaben apretó sus labios mientras señalaba con su dedo, incitando al joven dragón a mirar en la dirección en la que señalaba, agregó—: No soy lo suficientemente mezquino para ignorar a un joven dragón herido.

—No es necesario... Lo siento…— Rok Soo se disculpó apresuradamente al ver manchas rojas sobre el sillón dorado— Olvidé que la tela de mi pijama suele ser delgada a diferencia de… ¿Eh?— 

Rok Soo detuvo lentamente su inútil esfuerzo por limpiar la mancha roja con su manga para murmurar un consternado—: ¿ Qué ?

¿Qué tontería acababa de decir el dragón?

Su mano, que había comenzado a temblar, se mantuvo en el aire mientras escuchaba al dragón decir cosas cada vez más sorprendentes.

—Los elementales ya te hablaron de mí. Lo que dijeron es cierto, suelo cuidar de niños como tú—Eruhaben aseguró con calma, mientras alzaba ambas manos en un intento de apaciguar al dragón asustado a punto de huir —No soy un dragón indigno que pelee por unos cuantos árboles caídos y hoy… He obtenido información interesante .

—¡Cierto!— Se unió Pendrick levantándose de su lugar con emoción —Eruhaben-nim tiene tantos sillones como quiera. ¡Solo se está preocupando por usted, Dragon-nim! ¡Yo también!

—Ah…

¿ Eruhaben

¿Así se llamaba el dragón antiguo?

Rok Soo archivo esa nueva información mientras sentía como sus labios temblaban en una sonrisa apenas contenida.

Un plan maravilloso se formó dentro de su mente.

Hacerse pasar por un dragón para irse rápidamente de este lugar.

Sin conflictos. Sin lesiones extra.

Aunque solo podría ejecutar este plan una vez en vida y, además, tener cuidado para evitar encontrarse con este dragón en un futuro… 

En realidad, fue un plan que podría utilizar.

—¿No lo necesito? —murmuró tentativamente, sondeando las reacciones de los demás —... Esto ocurrió porqué me he sobrepasado un poco— aseguró después de un momento, mientras limpiaba su mano que se había manchado de sangre sobre sí mismo. 

Rok Soo hizo todo lo posible para verse aún más patético y débil enfrente de Eruhaben ; la potencial amenaza.

—... Si pudiera llegar a casa cuanto antes y descansar, entonces me recuperaré naturalmente…

—¡Y-yo lo curaré, dragón-nim! ¡No tiene que sufrir dolor solo!

—No, estaré bien por mi cuenta— Rok Soo se alejó del sillón y dio un paso lejos del elfo, sintiendo un rechazo instintivo a ese tono obsesivo y brillante que adornaban las palabras de Pendrick —Tengo pociones curativas de alto nivel en casa… E incluso una combinación de infusiones herbales que mi cuerpo tolera bien… Yo estaré bien.

—Sé que los dragones más jóvenes suelen ser testarudos, pero debes haber perdido demasiada sangre… Tu manta también estaba ensangrentada —Eruhaben se levantó con lentitud, como si no quisiera asustar al otro chico, y tomó la manta oscura olvidada del suelo —. Estoy seguro de que tu ropa negra está aún más arruinada. 

Rok Soo frunció el ceño, finalmente dándose cuenta de porqué no lo querían dejar ir.

Las manchas en la manta y el sillón se veían escandalosas. 

Pero no fue tan problemático para él, había perdido más sangre con anterioridad. En general suele toser bastante sangre.

Pero no hubo razón de decirle esa información a esos dos. Incluso si lo decía, dudaba que le creyeran.

Es por eso, que buscó alguna excusa más creíble. ¿Qué debería decir ahora?

Él pensó frenéticamente dando un paso más lejos de todos.

Un elfo no puede curarlo, y ya agotó la opción de las pociones. El dragón definitivamente no lo iba a dejar ir en paz si no le daba una respuesta.

—...

Y cuando el silencio se volvió insoportable, los elementales lo rodearon de forma protectora.

Las pequeñas bolas de luz brillaban con intensidad en un esfuerzo de verse grandes e intimidantes.

—¡Nuestro Rok Soo no es un dragón! — el elemental púrpura gritó con enojo —¡El elfo debe alejarse de nuestro amigo! ¡Alejalo! ¡Es dañino!

Rok Soo se estremeció y se encogió visiblemente al escuchar tal afirmación. 

Sintió el horror arañar sus entrañas.

¿ Qué tonterías dices enfrente de un verdadero dragón ?

Sus ojos, que habían comenzado a temblar, miraron al elfo confundido antes de detenerse en el dragón dorado quien se había tensado y miraba a los elementales con dureza.

¿Qué? 

—¡No necesita una intervención antinatural! ¡No es como tú, dragón antiguo! —El elemental azul que había estado rondando cerca desde el principio intentó empujar las manos de pendrick hacia abajo con sus pequeños remolinos.

A su lado los demás elementales vibraban en guardia. 

Las crías, que habían percibido el peligro, huyeron hacía la esquina más lejana de la habitación.

—... ¿Me estás diciendo que un dragón no puede reconocer a otro de su especie? —Eruhaben gruñó con evidente molestia, enviando una poderosa ráfaga de maná dorado para alejar a los elementales del camino —No he vivido mil años en vano. Sé reconocer a un dragón cuando lo veo.

Rok Soo tembló imperceptiblemente ante la ira contenida en la voz del dragón.

Pero, sorpresivamente el dragón dorado no se movió de su posición ni lo atacó.

— Mi orgullo se vería dañado si dejara que un dragón joven muriera patéticamente porque fue incapaz de aceptar ayuda… Si Pendrick es el problema…

Rok Soo observó cauteloso como Eruhaben le acercaba pociones curativas de primer grado por medio del mismo maná dorado con el que lanzó a los elementales lejos de él.

No pudo evitar recordar lo letales y volátiles que se volvieron sus proyectiles después de que el dragón interfiriera con su maná dorado.

Utilizar su maná de forma agresiva contra los elementales fue peligroso . ¿Y si ahora lo utiliza contra él por no aceptar su ayuda?

Rok Soo inhaló con algo de dificultad. Sintiendo que el ambiente fuera de la residencia de Eruhaben vibraba. Susurros apenas audibles golpeaban la ventana, llamándolo. Esperando algo .

Tuvo que tomar una gran respiración para calmarse y evaluar la situación.

Si el maná circundante intentaba protegerlo junto con los elementales, definitivamente causaría una reacción negativa contra el maná que el dragón.

Definitivamente él y los elementales serían los más afectados.

Rok Soo sabía perfectamente que su constitución era más débil que un dragón, e incluso de un Elemental. Por lo que no podría aguantar ni siquiera una ráfaga de ese maná dorado.

Aún así, tuvo que buscar una forma de intentar salir de esta situación.

Él podría jugar contra riesgo de que Eruhaben intentará eliminarlo por ser una existencia contradictoria a la naturaleza.

Si todo salía mal, siempre podía reencontrarse con los dioses y golpearlos en la nuca como venganza.

Con esos pensamientos tomó una decisión arriesgada.

—No soy un dragón… Es cierto— Rok Soo le indicó a los elementales sollozantes, que intentaban obstinadamente regresar a su lado, que se detuvieran —... Los elementales no mintieron, solo estaban preocupados por mi.

—¿Estás delirando por la pérdida de sangre? —Eruhaben peinó su cabello hacia atrás, evaluándolo de pies a cabeza —Aunque sea débil, siento tu núcleo de maná latir dentro de tí, Rok Soo… Por principios, e res un dragón .

Rok Soo negó rápidamente con su cabeza.

—No, no lo soy… Además la magia curativa no funciona en mí, incluso podría ser peligroso…— Dudó un momento, recordando la información que recibió al llegar a este mundo.

En su mayor parte, sólo fueron formas de sobrevivir con su nuevo… recipiente… Por lo que podría seguir viviendo si era cuidadoso.

Todo lo demás fue cubierto por la novela que leyó. No hubo más introducción, y los dioses le dijeron que sería suficiente hasta que encontraran una solución al problema de su cuerpo.

Por esa razón Rok Soo sabé que, por ahora, debe evitar lesiones severas que necesiten ser curadas por otros. 

Con tiempo limitado o no, Rok Soo no supo qué clase de problema habría si dejaba que otros interfirieran con su cuerpo. Después de todo, ni siquiera fue humano; fue una creación física temporal que los dioses le dieron.

El Árbol del Mundo, de las pocas excepciones, apenas logró salvarlo la última vez. Y aún no se había recuperado por completo.

Un par de cicatrices sangrantes no eran nada en comparación.

El maná y la naturaleza lo ayudarán parcialmente con el tiempo.

¿Y qué ocurriría si fuerza la curación de forma antinatural?

No lo ha intentado. Ha estado tan cansado, enfermo y ocupado que ni siquiera se molestó en experimentar con su cuerpo hasta ese punto. 

Pero si los elementales reaccionaron tan exageradamente, entonces no quiso saber la respuesta. 

Rok Soo se preguntó si el cosquilleo frío que sintió en la parte posterior de su nuca era una confirmación a sus miedos.

—Ningún medio tradicional funciona en mí ¿Sabes por qué?— Rok Soo preguntó tentativamente mientras se aseguraba de poner un poco más de distancia entre él y los demás. 

A lo lejos los elementales rebotaban contra el maná dorado que aún los mantenía al margen.

—¡Eso nunca ha sucedido!— Pendrick negó agitando sus brazos. Aparentemente incapaz de aceptar las palabras —¿No es así, Eruhaben-nim?

—... ¿De qué estás hablando?— La voz del dragón fue aún más severa y fría que antes —Todas las criaturas de la naturaleza pueden recibir magia curativa… Con la excepción de los seres afines a la oscuridad que solo pueden recibir pociones curativas… ¿Es esto otra de tus creencias personales?

Rok Soo se atrevió a resoplar suavemente. Confirmando que, a pesar de que el dragón lo había escuchado hasta ahora, no le creía. 

Pero no le importó.

—...

Realmente no le importaba, pero Rok Soo se detuvo un momento al sentir como una masa densa y ácida subía por su garganta.

—... Bueno.

Bueno… Esto es lo que obtengo por ayudar al árbol del mundo. Otra vez . Se burló a pesar de su desafortunada situación.

Sus manos que se sentían cada vez más húmedas se apretaron alrededor de su ropa, preparándose en caso de que el dragón quisiera eliminar su existencia inmediatamente después de que terminara de hablar.

—... Soy una quimera —Rok Soo declaró con un firme rostro inexpresivo. 

Por un momento recordó juró haber escuchado el chillido de un monstruo no clasificado y volver a sentir el olor a sangre quemada junto a la sensación de varios huesos rotos. 

—¿Un dragón? —Se burló, retorciendo un poco la tela entre sus dedos —Ni siquiera soy una persona por derecho.

Sus ojos, que se habían calmado, miraban fijamente el suelo reluciente, recordando lo que se supone que es él.

Desde este punto, Rok Soo debió asegurarse de que el dragón supiera que no era ningún tipo de amenaza, o peor,  algún tipo de impostor.

Esa fue la única forma de sobrevivir.

—No soy grande ni poderoso como un dragón, ni siquiera sé usar magia correctamente— explicó a tropezones en medio de la sala silenciosa, mientras desataba el vendaje alrededor de su antebrazo —Mi vida es tan frágil que incluso la naturaleza siente lástima.

No soy una amenaza .

Esa fue la apariencia que quiso dar Rok Soo.

Esa fue la única manera de sobrevivir , se repitió. 

Haz que el dragón no te vea como una aberración que necesite ser eliminada.

—Tengo cicatrices se abren cada vez que utilizo maná, miren… si utilizó solo un poco más de maná…

Rok soo extendió su antebrazo lleno de viejas cicatrices. Las mismas que adornaban su cuerpo en su tiempo en Corea.

Un reflejo de su antiguo recipiente.

Él sostuvo su respiración, preparándose.

Concentró el maná rojo bajo su palma mientras apretaba los labios sintiendo como el dolor florecía.

Goteo. 

Goteo.

Una por una. 

Sangre comenzó a gotear de las cicatrices en el momento en el que el maná rojo se concentró bajo su palma y…

—¡Detente!

Rok Soo dejo escapar un pequeño gemido doloroso en cuanto sintió dos manos grandes presionar su antebrazo.

Sus ojos se alzaron mientras parpadeaba rápidamente para aclarar su visión cuando vio una sombra dorada cernirse sobre él.

—¿Eh?... Te aseguro que no quiero imitar un dragón —Intentó explicarse, ignorando la orden del dragón —los elementales no tienen nada que ver…

—Detente— Eruhaben detuvo al joven dragón mientras intentaba contener la hemorragia con un paño dorado conjurado improvisadamente. 

—Desactiva tu habilidad ahora, Rok Soo —Eruhaben frunció aún más el ceño al ver como el pelinegro miraba más allá de su hombro y su tez bajaba varios tonos —Si quieres que te crea, mírame. ¡Hey!

Rok Soo volvió su mirada hacía Eruhaben. La urgencia en la voz del dragón hizo que se detuviera.

—Ah.

Eso no debería haber pasado, pensó. Volviendo a mirar más allá de Eruhaben.

—...¿Rok Soo?

—¡Rok Soo!

La voz alarmada del elemental se superpuso a la de Eruhaben. 

Rok Soo volvió a parpadear rápidamente para aclarar su visión y mirar en dirección del grito.

Los elementales enviaban parte de su poder para alejarlo de una nube grisácea que parecía querer acercarse hacia él.

Sin embargo, los elementales por sí solos no eran lo suficientemente fuertes y la nube se acercó, abrazándolo y tirándolo unos cuantos pasos lejos del agarre del dragón dorado.

Rok Soo miró la conmoción cubrir el rostro del dragón, quien no tardó en recomponerse acercarse, alejando la nube grisácea con una ráfaga de oro brillante.

El polvo dorado comenzó a cubrir los alrededores en una silenciosa advertencia.

—¡Eruhaben-nim! ¡No lo ataques! —esta vez fue él quien llamó al otro con urgencia mientras intentaba alejarse físicamente del dragón.

—Quédate quieto, niño.

—¡En serio! ¡Estás haciéndola enojar más! —Con dificultad, Rok Soo logró abrirse paso entre los brazos firmes del dragón mayor y apuntó hacia el exterior —Compruébalo por ti mismo.

Eruhaben siguió la dirección en la que apuntaba su dedo y lo vio abrir sus ojos de par en par.

Ninguno de los dos escuchó a Pendrick volver con los suministros médicos en brazos.

Más allá de los ventanales se vislumbraba como los árboles y el follaje muerto del exterior, que una vez ondeaban tranquilamente con el viento, ahora estaban inusualmente quietos.

Rok Soo sintió el maná que los rodeaba vibrar de manera amenazante mientras un suave chisporroteo llegaba a sus oídos. Como si la electricidad estuviera chocando entre sí.

No entendía.

Rok Soo no pudo comprender qué fue lo que hizo para que, no solo el maná, sino también la naturaleza estuviera molesta.

No se había hecho daño severamente esta vez. El dragón ni siquiera le había hecho daño aún. 

Entonces, ¿Por qué?

Cuando sus ojos comenzaron a temblar es que volvió a escuchar la voz del dragón.

—... ¿Esto era lo que intentabas explicarnos?

Eruhaben murmuró mirando con ojos desorbitados la escena, sin bajar la guardia contra la nube gris que reaccionaba contra su maná dorado.

—... Supongo que el maná respondió a la inquietud de la naturaleza… 

Rok Soo empujó con sus manos, que estaban extrañamente temblorosas, al dragón hasta que estuvo a una distancia segura.

Luego, agitó su mano en dirección a la nube gris que se dividió en dos y se acercó para rodearlo.

—... ¿Entiendes lo que dice la naturaleza y el maná?

Eruhaben no pudo evitar mirarlo con preocupación y algo de fascinación.

—No sé exactamente por qué están molestos esta vez —le aseguró, intentando atrapar el maná pseudo polimorfado que giraba a gran velocidad a su alrededor.

Por supuesto, Rok Soo que sentía el cuerpo pesado, no logró atraparlo.

Era un desastre.

Y dentro de ese desastre, Pendrick quien había llegado hacía unos momentos, salió de su estupor y gritó.

—¡El Árbol del Mundo está temblando y toda la villa está en pánico!

Pendrick anunció mientras dejaba los suministros y pociones sobre la mesa.

Rok Soo lo vio acercarse hacía él rápidamente.

—¡Lo siento Rok Soo-nim! ¡Debemos irnos a ver qué ocurre con… ! — La voz del elfo se apagó rápidamente al lograr ver los destellos del polvillo dorado explotar alrededor de la habitación.  —¿Q-qué es eso?

Rok soo se removió incómodo. 

—Está bien, déjalo. No les hará daño— aseguró, cubriendo con sus manos al pequeño elemental rojo que no paraba de sollozar preocupado —Están discutiendo. Se detendrán cuando se aburran, así que pueden ir con el Árbol del Mundo. 

Al ver que los otros lo miraban con aún más desconcierto.

—¿ Discutiendo ?

Esta vez no fue Rok Soo quien les respondió, sino un elemental.

—¡Es una pelea de hermanos! —el elemental púrpura exclamó desde su posición sobre la cabeza de Rok Soo— ¡Eso es lo que dice nuestro buen chico Rok Soo!

El pelinegro quien estaba a punto de asentir se congeló cuando una luz blanca nació a un costado. 

Y pudo sentir su corazón detenerse un momento en el momento exacto en que dos brazos diminutos lo rodeaban por su cadera, mientras la nube gris silbaba en sus oídos y retrocedía.

—¡Y todo fue culpa de papá! —una voz juvenil se sumó al bullicio de los elementales.

Oh.

Rok Soo inspiró lentamente ante esta nueva adición al caos. 

—Mmmh.

Sus ojos viajaron directamente al dragón dorado, mientras su mano rodeaba el cuerpo del niño que se pegó a su costado como chicle.

—¡Otra vez estás herido!— El niño pelirrojo, completamente ajeno al intercambio de miradas entre el pelinegro y el dragón, siguió intentando llamar su atención —¡Papá! ¡Deberías haberme esperado si querías salir tan temprano!

Rok Soo cerró sus ojos por un momento.

—... ¿P- papá?— Pendrick jadeó.

—... ¿Un dragón y un humano lograron concebir un hijo?— Eruhaben murmuró a partes iguales de preocupación y fascinación absoluta ante el aparente nuevo descubrimiento.

—Lo siento— Rok Soo los ignoró y se disculpó con el niño quien parecía a punto de romper en llanto —Estaré bien, Cale. Lo prometo, solo necesito descansar—

—¡Si mientes me enojare mucho!— Cale restregó su rostro contra el pijama de Rok Soo antes de separarse y observar sus alrededores.

Rok Soo no pudo hacer nada antes de que el niño lleno de energía se parara delante de él y apuntará hacia el elfo y dragón.

—¡Ustedes! 

Rok Soo lo escuchó decir mientras arreglaba rápidamente sus mangas para quitar del camino la horrible apariencia de sus cicatrices, y además barría la sangre de su boca.

—¡Primero tengo que llevar a mi papá hasta el jardín de la Tía Sheritt! —Cale anunció con toda la confianza de un niño de 9 años aferrado al dobladillo de la ropa de su padre —¡Después me encargaré de ustedes! ¡Espérenlo!  

Tirar 

Tirar.

Tirar. Tirar. Tirar.

Cale quien tiraba insistentemente el dobladillo de la ropa de Rok Soo, miró hacia atrás cuando no se movieron.

Rok Soo, quien se tragó su propia diversión, tomó al niño confianzudo por sus axilas y lo posicionó detrás de él.

—¡No! ¡Vamos con la Tía Sheritt para que te recuperes! ¡Rápido! ¡La Tía Sheritt ya sabe que estás herido, así que movámonos!

Cale, por supuesto protestó e intentó, con suavidad, liberarse del agarre de Rok Soo. 

Eruhaben, por su parte, murmuró para sí mismo —Sheritt… Como Sheritt el último Señor dragón?

Cale y Rok Soo, quienes lo escucharon, se miraron entre sí antes de ladear la cabeza en sincronía.

Rok soo fue quien preguntó, con sorpresa. —¿También la conoces?

—... ¿También la conoces? —Eruhaben repitió lentamente exhalando una risa —¿No eres demasiado joven?... ¿Conoces al Señor dragón? 

—¿Si? — respondió Rok Soo más cómodamente que antes, sabiendo que, por ahora; había pasado con seguridad el peligro de muerte inmediata.

—¡Sí! ¡La Tía Sheritt es la más fuerte! —Dijo Cale con orgullo mientras era atrapado justo cuando estaba a punto de escapar con éxito del agarre de Rok Soo —¡Así que no te atrevas a molestar a papá o a mí! ¡Ella te aplastará con su escudo!

Rok Soo miró inquisitivamente en dirección de los elementales que vitoreaban las palabras del niño, sin importarles la posibilidad de volver a hacer enojar al dragón dorado.

—Se ven demasiado jóvenes haber logrado conocer al Señor dragón. El vivió hace diez mil años atrás— Eruhaben vió detenidamente como Rok Soo acariciaba la cabeza del niño, que a diferencia de su padre, era un niño humano —... Por lo que sabemos, no ha habido un nuevo señor dragón en estos diez mil años.

—¡Si hubiera un Señor dragón activo todos lo sabremos! —Protestó Prendrick, con el ceño fruncido.

—¡Pero la Tía Sheritt está muy bien! —Cale frunció tiernamente el ceño mientras ignoraba el estremecimiento de los demás en la sala —¡Si no la conoces no importa! ¡Pero tenemos que irnos! —Volvió a tirar de la ropa del pelinegro.

Rok Soo, quien ahora no solo tenía a los elementales pegados a él como chicle, sino también a un niño pelirrojo quisquilloso, suspiró.

—Siento las molestias —Rok Soo se disculpó una vez más. Su tono de cansancio era notable mientras más perdía sangre pero aún así afianzó su agarre alrededor del niño —... El maná se tranquilizará con el tiempo, posiblemente cuando me vaya de aquí… Así evitaremos más daños a su propiedad.

—¡Espere! ¡Las pociones, Rok Soo-nim! —Pendrick miró hacia el montón olvidado de la mesa y el pelinegro —¡Llévese las pociones al menos!

—Tenemos que ir con el Árbol del Mundo, Pendrick— Eruhaben alzó su mano para detener al elfo que parecía a punto de saltar sobre el padre e hijo —... Supongo que por el momento es hora de despedirnos, ¿Seguro que estarás bien por tu cuenta muchacho?

Rok Soo asintió mientras reprimía un escalofrío que le provocaron las palabras del dragón. Pero aún así no quiso alargar más esta situación. 

—... Adiós — Se despidió con menos fuerza que antes.

Cale, aferrado al pelinegro, agitó su brazo silenciosamente mientras la luz los envolvía y se los tragaba.

—....

Eruhaben, quien ahora estaba a solas con el elfo miró en silencio las manchas de sangre alrededor de su sala.

Tap.

Tap.

Tap.

Sus pasos resonaron junto a los del elfo quien lo seguía con preocupación. 

Eruhaben rodeó fácilmente el maná, que viajaba errático dentro y fuera de su propiedad, hasta que llegó hacia el charco de sangre más grande de la sala.

—... Rok Soo-nim perdió mucha sangre.

Pendrick observó a Eruhaben arrodillarse alrededor de la sangre fresca.

Eruhaben asintió y tocó la sangre del piso, sus ojos dorados brillaron mientras una sonrisa irónica se dibujaba en su rostro.

La sangre de un dragón tenía una característica particular, solo visible por aquellos afines al maná. 

Por supuesto, como era un asunto de dragones, solo ellos y algunos elfos selectos podrían saber sobre ese hecho.

No había libros ni registros.

La sangre fresca de un dragón tenía destellos residuales de maná. Se le llamó huella mágica.  

Su sangre tenía destellos residuales dorados como su magia.

El de su conocido, el dragón llamado Olienne, tenía destellos verde claro.

Sus ojos dorados se curvaron mirando detenidamente los destellos rojos y negros que brillaban entre la sangre que lentamente se iba oscureciendo. 

—¿Qué ocurre? ¿Deberíamos preguntarle al Árbol del Mundo, Eruhaben-nim? —Pendrick preguntó con cuidado —... Además todo eso de ser una quimera es… —

La voz de Pendrick se apagó cuando el dragón le acercó su mano, que estaba empapada con la sangre fresca de Rok Soo.

—¿Quimera? ¿Te parece que estos rastros son de una quimera?— Eruhaben se burló, decidiendo que sí. Ese muchacho necesitaba ser vigilado para que no cometiera una locura —Supongo que debería averiguar un poco más de esta situación antes de visitar a ese jovencito y su hijo.

Eruhaben se reincorporo mientras conjuraba un nuevo círculo de teletransportación. Lo último que vio antes de irse de su guarida, fue como un conejo salía de su escondite y olfateaba la manta ensangrentada.

Je. 

El dragón dorado no pudo evitar soltar una risa. Después de tantos años de perpetuó aburrimiento, por fín tenía algo interesante que hacer.

Notes:

Comencé a escribir este capítulo y fue como:
Lanzar una bomba importante de *construcción del mundo* directamente al centro de un volcán. Luego, mirar hacia la caja de explosivos restantes, y sin ningún tipo de vergüenza, lanzar la caja entera con bombas llenas de *vibras paternales* para la trama.
... Y así es como llegamos a +6k...
Bueno. Definitivamente aún no sé porqué los personajes decidieron arruinar completamente mi planificación y destrozar el borrador previo... Para después dejarme sola limpiando el desastre.
¡De todos modos! Gracias por acompañarme en otro capitulo más ❤️☺️.

Chapter 3

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Lo primero que distinguió la próxima vez que abrió sus ojos, fue blanco prístino. Imponentes paredes de mármol blanco se alzaron alrededor de la hierba y flores coloridas, tal como si estuviera dentro de un invernadero en el que el tiempo se había detenido.

Rok Soo dio un paso adelante, registrando vagamente la hierba crujir bajo su peso. Luego dio otro, y su mano se cerró con más fuerza alrededor de la más pequeña que lo estaba guiando.

Un paso más.

Él dejó que Cale lo llevara hasta el lugar del jardín donde se concentró la mayor cantidad y variedad de especies.

Entonces parpadeó y logró distinguir, finalmente, a la mujer que los esperaba en el centro de todas las flores. Aquella mujer de cabello blanco y afilados ojos azules, que fue más hermosa de lo que Eruhaben alguna vez podría ser, lo rodeaba para ayudarlo a recostarse.

—Jaa…

Rok Soo exhalo con suavidad. La tensión, que parecía haberse acumulado en su cuerpo, disminuyó y su espalda se relajó contra la hierba. Ahora sin la presión, pudo notar vagamente cómo Cale le decía algo a la dragona, quien en respuesta asentía.

Quizás no fue su villa, ni tampoco su viejo departamento en Corea.

Pero fue el único lugar donde no existía nada más que ellos y los elementales. Entonces pudo decir con confianza que, dentro Castillo de la luz; la defensa más robusta del mundo, pudo sentirse a salvo.

Parpadeó otra vez, más lento que antes. Permitiendo que Sheritt acomodará su cuerpo y que Cale se encargará de quitar el cabello de sus ojos. Bajo el bullicio de su alrededor, logró registrar cómo las flores se mecían de forma rítmica mientras le susurraba una suave melodía.

Una risa involuntaria se le escapó de sus labios una última vez, sintiéndose completamente entumecido, incluso ante la forma en que los tallos de las flores se enroscaron con firmeza alrededor de sus dedos.

Rok Soo, inevitablemente, se dejó llevar por la comodidad de su alrededor.

Y en medio de esa quietud, donde no quedó nada más que las voces tranquilas de los acompañantes, Cale por fin pudo dudar visiblemente.

—¿Papá finalmente se durmió? 

Sheritt, quien tarareaba suavemente, alzó la vista hacia el niño pelirrojo.

—Tía Sheritt —Cale se removió inquieto de su lugar, arrancando un par de flores cercanas para depositarlas sobre el pecho de Rok Soo, antes de continuar —, quizás deberíamos haber ido con esos elfos hacia el Árbol del Mundo. ¡Podría haberlos alejado para que no fueran una molestia! —Sus manos rebuscaron por un momento hasta encontrar una pequeña libreta de cuero y una pluma, diciendo con convicción— No tienen tanta afinidad con la naturaleza como Papá, pero... Podríamos conseguir mejores hierbas de parte de ellos hasta que las de nuestra huerta crezcan… ¡Puedo ir solo y conseguirlo!

Sheritt, quien escuchaba atentamente, le sonrió con suavidad.

—Estará bien por su cuenta, Cale —aseguró, acunando el rostro del pequeño. Ninguno de ellos necesitaba que un niño resolviera los problemas de los adultos. Para eso estaban ellos dos, al menos esos fueron sus pensamientos —Podemos crear algo mucho más efectivo y poderoso que los elfos, ¿Te parece? —Persuadió mientras enviaba un hilo de maná para recoger las flores de su alrededor y depositarlas sobre el cuerpo de Rok Soo, tal como lo había hecho Cale —Lo podemos terminar antes de que debas irte a casa.

—¡Esta es mi casa también! —Cale protestó con el ceño fruncido — ¡Nuestra otra casa está vacía en este momento! ¿Para qué volvería? 

Sheritt, en lugar de molestarse por el tono hosco de Cale, se rió con travesura mientras adornaba la oreja del niño con una flor roja.

—¿Entonces por qué no se lo dices a los del Condado? —Sheritt reformuló tentativamente mientras acomodaba una flor similar a la de Cale en su propia oreja. Luego hizo lo mismo con el huevo negro que descansaba cómodamente envuelto en mantas a su lado.

Sheritt observó a Cale moverse incómodo en silencio.

Después de un tiempo de largo silencio, ella decidió comenzar a tejer una corona de flores mientras esperaba pacientemente qué tipo de respuesta le darían esta vez.

—... Basen y Lily necesitan que yo los proteja —Cale murmuró, mirando con confusión sus manos diminutas por un momento antes de decir con un tono rencoroso que parecía impropio a su personalidad brillante—¡Podrían hacerles daño si yo no estoy allí! ¡El territorio también! ¿Eh? ¡Sí! ¡Necesitan a alguien que vigile! Y… Yo soy el que más conoce el territorio… ¿?

—Mmph.

La dragona tarareaba suavemente, sin señalar la forma en que el niño se confundía con sus propias palabras cuanto más avanzaba. No fue la primera vez, y fue algo en lo que han estado trabajando junto a Rok Soo para resolver.

Por esa razón, ella siguió adelante. Necesitó cambiar de ángulo para lograr inclinar la balanza figurativa hacia ellos, con un deseo egoísta, propio de un dragón.

—Entonces, Cale… No es porque quisieras quedarte también con tu padre en el condado, ¿Verdad?

—... ¿Padre? — Cale preguntó, mirándola con ojos desorbitados por un segundo. Y, como si algo se hubiera encendido dentro de sí mismo, su expresión se dreno y volvió a adoptar un brillo más parecido a lo que se esperaba de su edad —¡Papá está aquí! ¿Dónde más estaría?... ¡Nuestro hogar es mucho más genial que el condado Henituse!

Sheritt, quien observaba como Cale golpeaba suavemente el pecho de Rok Soo como si con eso enfatizara sus palabras, se aseguró de mantener su sonrisa impasible intacta, registrando estos pequeños cambios.

—Cierto —Concedió, lamiendo sus labios brevemente —. Tienes razón, nuestro hogar es mejor que cualquier casa noble —aseguró. 

Y, de manera juguetona, se inclinó para robarle una flor a Cale quien estaba a punto de comenzar a trenzar su propia corona de flores.

—Bueno, siempre puedes visitar a tus hermanastros en la residencia del conde… . Incluso puedo darles relicarios mágicos como el tuyo y el de tu papá — propuso después de una corta consideración.

—¡Sí! ¡Podría salvarlos! —Cale, quien se había iluminado como un farol, se congeló por sus propias palabras— ¿Eh? ¡Ah! ¡Creo que soñé sobre eso en algún momento! ¿No?— una risa nerviosa brotó mientras las flores se deslizaban de sus dedos —¡Papá dice que siempre es bueno adelantarse a los problemas! ¡Eso…!

—... Podemos protegerlos antes de que ellos deban hacerlo con sus propias manos, e incluso podría agregar otros hechizos de protección —Sheritt agregó para aliviar las dudas que le transmitieron los ojos temblorosos de Cale—. ¿Quieres que lo prepare para ti? 

Cale asintió con tanta fuerza que su vida parecía depender de ello, y siguió asintiendo incluso después como si estuviera en trance.

Fue por eso, ese límite desesperado, que decidió que era hora de cambiar la dirección de la conversación.

Sheritt tuvo que obligarse a suavizar el agarre sobre las flores, que inconscientemente había aplastado, antes de continuar.

—Ah, cierto… ¿Cale? —Sheritt inclinó su cabeza con curiosidad calculada —Sobre ese muñeco de dragón y el atrapasueños que hicimos juntos… ¿Ha funcionado?

—¡Sí! ¡Es lo mejor que me han regalado, Tía!

La respuesta, desesperadamente risueña, solo hizo que Sheritt se encogiera imperceptiblemente.

Sin embargo, los elementales a su alrededor elevaron maravillosamente todas las flores rojas que encontraron en el jardín mientras se burlaban del niño.

—¡Ronca tan fuerte como el gruñido de un monstruo hambriento! —Aseguró el elemental amarillo, mientras decoraba el cabello de Cale con una montaña de pétalos rojos. 

—¡Y ya no le gruñe al mayordomo aterrador! —El elemental azul se acercó y comenzó a saltar con alegría sobre las manos de Cale, mientras este último intentaba trenzar correctamente dos margaritas entre sí en un mal intento de ignorarlos— ¡Ayer ni siquiera lanzó al suelo el plato de comida!

Cale negó con su cabeza mientras arrugaba la nariz con insatisfacción sin ser capaz de negar las palabras de los elementales.

A diferencia de él, Sheritt se iluminó ante eso. Logrando que Cale, quien vio esa sonrisa infinitamente maternal derretirse en felicidad y dulzura, se sonrojara por completo y se escondiera detrás las flores que tenía entre sus manos. 

Pero ni siquiera las flores o su flequillo, que había crecido lo suficiente como para cubrir parcialmente sus ojos, lograron salvarlo de su vergüenza.

Esa vista, hizo a la dragona reír con suavidad. Sus ojos azules se curvaron en medialunas.

—Si alguna vez deja de funcionar, siempre puedes venir.

Y como si Sheritt no quisiera reconocer la forma en la que Cale se había estremecido por sus palabras, agregó en un suspiro:— ¿Sabes?... A tu papá le ocurre lo mismo que a tí… míranos.

El mensaje implícito fue claro.

Pero el niño no respondió afirmativamente a nada más que al problema que involucró a su padre.

—Lei… — Cale dejó a un lado la corona de flores antes de tomar la libreta que había dejado olvidada y comenzaba a hojear el contenido hasta encontrar unos garabatos en particular. 

Solo entonces, continuó con timidez —Un libro de tu biblioteca decía que… Eh, para sanar el cuerpo y alma herida , uno debe descansar y ejercitarse… también se mencionaron espadas , pero..

Pero Rok Soo apenas puede correr para salvar su vida —Sheritt agregó en un resoplido mientras se cruzaba de brazos—. Supongo que nos quedamos con lo obvio y nos encargamos del resto.

Cale se rió de las palabras de Sheritt mientras le mostraba los garabatos, señalando con su dedo las notas al margen —¡Quizás por eso Papá dice que va a ser un holgazán! ¡Es trabajo en equipo!

Sheritt se inclinó mientras asentía. Leyendo, con un aire académico, cada línea numerada en la libreta.

También leyó las siguientes hojas y recetarios que Cale había recopilado en el diminuto objeto, asintiendo con aprobación después de cada página, y de vez en cuando agregando sus propios centavos de sabiduría.

De esa manera, el tiempo transcurrió dentro del castillo de la luz. Cada uno contando pequeñas anécdotas y piezas de información útil mientras terminaban sus respectivas coronas para colocarlas sobre Rok Soo.

Y sólo después de que las sombras hubieran cambiado de lugar, Sheritt miró más allá de las murallas de su castillo. En dirección a los guijarros que caían suavemente sin parar fuera de las murallas de su castillo.

Sus ojos azules se suavizaron mientras daba una última mirada contemplativa a su entorno. 

Ella llamó al niño que acomodaba por enésima vez la corona sobre la cabeza de Rok Soo.

—Deberías regresar al condado, Cale —Sheritt tocó la mejilla del niño para obtener su atención—. La noche llegará pronto al territorio Henituse.

—... Aún no despierta.

Sheritt escuchó la triste protesta del niño con el corazón apelmazado, decidiendo qué debería hacer.

En ese momento, los elementales se unieron alegremente.

—¡No te preocupes! —El elemental púrpura salió de su escondite dentro de la ropa de Rok Soo y se posicionó donde el niño pudiera verlo —¡Te avisaremos en cuanto despierte! —prometió.

Cale entrecerró sus ojos hacia la mancha difusa y redonda que le gritaba frente a la nariz. Desde que heredó el poder de su madre, pudo escuchar y ver parcialmente los elementales.

Aún así, como si no fuera suficiente, tomó un pequeño anillo de flor para colocarlo en la parte superior del elemental para saber dónde estaba exactamente.

El elemental rio suavemente y voló con cuidado para evitar que la creación del niño se cayera de su cabeza.  

Por su parte, el homólogo azul voló hasta quedarse sobre el cabello rojo, tirando con ello algunos pétalos con lo que lo habían adornado.

—Me quedaré contigo para cuidarte hasta que Rok Soo despierte, ¡Y pelearé contra tus malos sueños y ese té agrio que quiere darte el mayordomo!

—¡Mi hermano siempre cumple sus promesas! —el elemental amarillo dijo con orgullo.

Sheritt quien se había levantado volvió a llamar al niño, incitando que hiciera lo mismo —Si estás preocupado puedes hablarme a través del relicario, Cale. 

Cale asintió, dándole un último abrazo por encima a su papá, para después tomar la mano de la dragona.

—Descansa… papá —Murmuró suavemente, mirando fijamente como el pecho subía y bajaba a un ritmo constante.

Fue el único indicativo de que el pálido y delgado Rok Soo seguía vivo. 

—Cale, cariño —Sheritt se inclinó y apretó la mano del niño, que parecía perderse una vez más —¿Qué tal si le lees desde casa?... ¿Cale?

—¿Eh?

Sheritt no se desanimó, pero no pudo evitar recordar la información que vio a través de los recuerdos de Rok Soo.

Ni en esa novela, ni durante el tiempo que compartían con Cale. 

Ni siquiera obtuvieron pistas a través de las pesadillas del niño, quien era incapaz de recordar una vez despertaba, dejando solo galimatías ininteligibles como única pista a seguir.

Nada .

No hubo ningún indicio que le diera información sobre este problema en la infancia de Cale Henituse.

Sheritt, quien se preocupaba profundamente por la frágil criatura frente a ella, sonrió una vez más. 

—¿Sabías esto? —Sheritt tomó la pulsera de flores, imbuida con magia de luz, y la ató alrededor de la muñeca de Cale —Se cree que hay más oportunidades de encontrarse con sus seres queridos durante el sueño si comparten una historia antes de dormir… ¿No tenías menos pesadillas cuando Jour te leía cuentos?

El niño pelirrojo parpadeo lentamente, finalmente mirándola.

—No queremos ser Jour… Pero tu padre y yo hemos vivido mucho tiempo, ¿Entiendes?—aseguró, mientras acomodaba los mechones rojos detrás de su oreja —¿Y, sabes qué?... Sé de una historia de cómo un dragón protegió a un príncipe de las garras de sus enemigos… ¿Quieres saber cómo los derrotó?—Sheritt preguntó con un guiño juguetón.

Para la alegría de Sheritt, Cale sonrió rompiendo en una risa húmeda. 

—¿Puedo ser el ayudante del dragón? —preguntó mientras olfateaba —¡Los príncipes necesitan mucha protección porque se meten en problemas!... ¡Aunque no tanto como yo!

Eso hizo que el dragón blanco soltara una carcajada.

Líneas luminosas comenzaron a conjurarse bajo los pies del niño.

—Te enviaré a tu habitación, ¿bien? —anunció entre risas, mientras deposita un beso sobre cada párpado del niño —... y dale un buen susto a ese mayordomo.

—¡Seguro!... Solo cuida a papá por mí, tía.

La mujer asintió y se alejó del círculo de teletransportación, enviándole una última mirada al elemental azul quien lo iba a vigilar.

Shaaaaaa .

Una vez el niño desapareció por completo, el elemental púrpura se acercó preocupado.

—Cale está empeorando… ¿No podemos traerlo? 

Su homólogo amarillo vibró a su lado, de acuerdo.

—¡Mmhp! ¡Y ese Conde ni siquiera es capaz de mirarlo directamente! ¡Hace más de 1 mes que no lo invita a cenar! —protestó mientras hacía volar hojas, con el único propósito de empujarlas lejos con enojo.

El elemental rojo murmuró desanimado —.. Soledad… Comer… solo… traer

Sheritt suspiró. Incluso si estuviera de acuerdo, y aunque su lado egoísta de dragón le dijera; , rayos, solo rapta a ese niño … Ella no fue capaz.

Sus ojos azules se estrecharon mientras miraban detenidamente el cuerpo flácido de Rok Soo y su hijo, que estaba rodeado por cojines y mantas esponjosas a su lado.

Mientras Cale siguiera aferrándose a algo en esa casa, ellos no pudieron hacer nada. No pudieron arrebatarle de su familia como otros hicieron con ellos.

Con esos pensamientos, Sheritt volvió a su lugar y siguió tejiendo accesorios con los materiales que estaban a su alcance. 

Para alguien como ella, que se había detenido en el tiempo, no tuvo más opción que esperar por su familia.

Una. Dos. Tres. 

No se detuvo, incluso después de que el relicario se apagara y con ello el castillo quedara nuevamente en completo silencio.

No fue hasta la mañana siguiente que sus dedos se tensaron y volvió a alzar la mirada. Justo en el momento en el que Rok Soo despertó.

Rok Soo, inconsciente de los eventos anteriores, miró fijamente el cielo. Su mente, que lentamente comenzaba a organizar la información recolectada por sus sentidos, tardó en comprender dónde estaba.

Él parpadeó hacia la mujer que lo miraba, dejando que [ Grabar ] hiciera su trabajo.

El crujido de la naturaleza era un ruido de fondo agradable. Más agradable que despertar y escuchar gruñir a los monstruos en la lejanía, pensó.

Incluso las risas suaves que viajaba por la brisa fueron una caricia a su mente y cuerpo cansado.

Agradeció aún más ese toque suave que hicieron los pétalos de las flores al acariciar el dorso de su mano.

Volvió a parpadear.

—¿Buenos días, príncipe durmiente? 

La voz juguetona se rió una vez más mientras afianzaba el agarre de su mano.

Sus propios dedos se curvaron ligeramente ante el toque.

Fue un acto inconsciente.

Rok Soo busco con torpeza a su alrededor, finalmente consciente de su entorno.

Sus ojos marrones rojizos se entrecerraron para lograr enfocar a la mujer de cabello blanco y ojos brillantes.

—... Sheritt…. ¡ugh! —Murmuró, en un hilo de voz que terminó con toses forzosas.

Las risas se desvanecieron abruptamente mientras sentía cómo lo ayudaban a sentarse. Los elementales a su alrededor enviaron remolinos de aire que acentuaron más el aroma floral de su alrededor mientras la naturaleza que se había enraizado alrededor de sus extremidades, como una medida protectora, retrocedía.

—Tu cuerpo no sufrió daños severos, pero te sobreexigiste demasiado… —Explicó Sheritt una vez que Rok Soo bebió agua —Solo pude escucharlos, así que no puedo estar completamente segura… ¿Ese dragón te atacó? ¿Lanzó magia contra tí? 

Rok Soo negó con su cabeza. En una mirada rápida, captó un paño dorado atado alrededor de su antebrazo que sobresalía de su manga. 

Ni siquiera lo toco para nada más que protegerlo.

Supuso que esto determinaba, por ahora, un nuevo límite a su cuerpo.

—... Subestimamos tu estado de salud.

Fue Sheritt quien verbalizó sus propios pensamientos. 

—Incluso si podías moverte, debió ser difícil. La carga mental a la que te expusiste.

Rok Soo se rió irónicamente ante el significado de ello.

Quién hubiera pensado que el antiguo líder de uno de los equipos más eficientes y poderosos de sur corea caería solo por estrés.

La idea por sí misma se sentía absurda.

Él perdió a sus padres a los 8 años.

Vivió un cataclismo.

Perdió a todo su equipo y amigos por un monstruo no clasificado.

Sobrevivió y se convirtió en un líder mucho mejor que su predecesor.

Tuvo que hacer incontables horas extras y ser la persona que respondería en las altas esferas ante cualquier problema que se les ocurriera inventar para molestarlo.

¿Pero ahora no podía hacer nada por sí mismo antes de que su cuerpo se desmoronara?

La risa pronto se convirtió en una carcajada, mientras se arrancaba sin miramientos el paño dorado que aún seguía atado a su antebrazo.

—¿No es esto lo que quería?— Dijo, mientras se apretaba contra su brazo sangrante. 

Ni Siquiera se percató de cómo el pasto y las pequeñas flores a su alrededor se inclinaban en su dirección como si quisieran acariciarlo 

—Holgazaneare por mucho tiempo con la excusa de recuperarme. Y ni siquiera el Árbol del Mundo me debería molestar.

—... No necesitarás utilizar tus habilidades para nada más que teletransportarte, aunque puedo arreglar eso también —Sheritt lo miró atentamente y sonrió con tanta ironía como Rok Soo, pero por una razón diferente —Cale estará feliz de pasar más tiempo con ambos.

Rok Soo arañó suavemente sus cicatrices mientras levantaba la cabeza y miraba a Sheritt, quien tenía una expresión petulante. Su rostro se torció ligeramente, sintiéndose extraño. No supo la razón exacta, pero le pareció sospechosamente similar a la que Cale solía tener cuando respondía correctamente a todas las preguntas que le hicieron una vez terminó un libro.

Sin embargo, él decidió no decir nada de sus pensamientos a la dragona. Y en su lugar, concentró sus energías en otro asunto.

—Aún así necesito vigilar el lago de maná muerto. Para revisar si hay cambios —Anunció, tomando entre sus dedos los accesorios tejidos de flores, pensando en el bosque de la oscuridad, específicamente la villa de Super Rock — Además, ese tipo aún no se ve por ningún lado….

—... No es extraño que se confundan. Los elementales perciben el mundo de forma diferente a nosotros —Sheritt dudó, viendo de reojo las bolas de luz que repentinamente se quedaban quietas antes de esconderse en las flores. No pudo evitar suspirar. —…y según la novela, ese humano se camufló tan bien en el ambiente para sobrevivir.

Sheritt depositó el huevo negro sobre el regaso de Rok Soo, antes de conjurar vendajes nuevos y trabajar rápidamente para cubrir los brazos heridos. A su alrededor, los elementales le lanzaban pétalos a la distancia.

Rok Soo suspiró mientras apretaba los tallos, deshaciéndolos ligeramente mientras sentía la savia deslizarse por sus yemas.

Él volvió a hablar con cuidado, depositando el regalo que Cale tejió sobre el cálido huevo negro que tembló ligeramente en respuesta. 

—Tenemos pocas fechas exactas, sería mejor detenernos por ahora…— Su barbilla se apretó, como si masticara las palabras antes de expresarlas— El objeto de protección que Bud enterró en la aldea debería ayudarles cuando llegue el momento.

Sheritt hizo un ruido contemplativo mientras se inclinaba.

—Para un humano a quien el tiempo parece haber olvidado, un par de años no será una diferencia significativa… — expresó suavemente, poniendo su mano sobre el hombro del otro. 

Rok Soo asintió. Incluso si intentaron sacar a ese niño del infierno, no pudieron hacer nada si simplemente se escondía.

Él recordó sus intentos, y todo lo demás en lo que han tenido que trabajar.

Que los elementos de búsqueda avanzada actuales suelan volverse inútiles dentro de las regiones prohibidas fue sólo otro obstáculo.

Simplemente no pudieron estirar más este asunto.

—Debería estar bien prepararse para terminar la guerra rápidamente una vez llegue—Rok Soo volvió a asentir mientras sentía el calor filtrarse a través del huevo.

—Lo más importante a corto plazo es que Cale y ese chico no se encuentren, ¿no? —Sheritt bromeó mientras se levantaba.

Su risa se iba desvaneciendo lentamente hasta que se perdió en el interior del castillo, seguida de un par de elementales.

—¡No nos rendiremos, Rok Soo! —Aseguró el elemental amarillo, quien descansaba sobre el huevo. —¡Nuestros amigos siguen buscando! ¡El señor dragón también nos ayuda con el mapa! ¡Y! ¡Ah!

El elemental rojo, quien hasta ahora estaba acurrucado contra Rok Soo pareció iluminarse y saltar sobre el elemental amarillo quien chilló en respuesta. 

—¡Amigos! ¡oscuros! ¡mover!

Rok Soo resopló, recordando a esos quisquillosos niños que no se movían por nada a menos que absorba maná muerto temporalmente —Por ahora no puedo pedirles que me acompañen fuera de las áreas de maná muerto.

—¡No, no! —El elemental Rojo esta vez rebotó sobre el otro elemental, quien intentaba escapar inútilmente de su homólogo más joven —¡Viajar! ¡Amigos! 

—¿Lograste hacerte amigo de ellos? ¡Por qué no nos lo dijiste! —Acusó el elemental amarillo, intentando esquivar al elemental rojo una vez más. 

Fue Rok Soo quien los separó, tomando al niño parlanchín entre sus manos mientras sentía sus labios elevarse lentamente. 

Y fue cuando Sheritt llegó con una bandeja de fruta impulsada por magia mientras que los elementales flotaban a su alrededor que anunció: —Creo que necesitaré tu ayuda para conseguir unos frascos resistentes al maná muerto

Rok Soo, sabiendo que Sheritt pudo escuchar todo el intercambio vio como la dragona colocaba sus manos en sus caderas mientras imitaba su expresión. No pudo evitarlo, pero la imagen de Cale se superpuso una vez más.

—Yo me haré cargo —Sheritt asintió para sí misma, mientras guiaba el maná blanco para depositar la bandeja a un lado de Rok Soo, e inmediatamente después conjurar un libro y extenderlo. Su sonrisa adquiriendo un tono más alto de descaro —Nuestra lectura de la semana, te servirá ya que hiciste que Cale se preocupara de verdad

Rok Soo solo pudo parpadear, con su mano torpemente sosteniendo un libro mientras veía cómo Sheritt le guiñaba el ojo y se iba corriendo al interior del Castillo de la luz. 

¿Qué demonios?

Su párpado tembló mientras veía la portada del libro. Un libro de tapa dura y enchapado en oro blanco, que era tan antiguo como Sheritt.

 “ El nacimiento de la mejor familia: Cómo criar hijos saludables y sociables en un mundo en guerra

Sus oídos comenzaron a zumbar mientras recorría cuidadosamente con sus ojos las palabras escritas en oro, deteniéndose en la dedicatoria final del resumen absurdo.

Con el mismo amor que le tengo a mi nación y familia, del mejor tío para tus hijos, Nelan Barrow”

Por supuesto, no tuvo que ser un genio para saber que el lunático que se autoproclamó el mejor tío era el mejor amigo de Sheritt; Choi Jung Gun.

El autor de los registros de la primera familia de Cazadores de dragones, y además también el autor de la novela que leyó en Corea.

Y, como si eso no fuera poco.

—Por supuesto —Murmuró , dejando el libro a un costado, solo para esconder su rostro entre sus manos —Solo alguien de esa loca familia podría ponerle un nombre tan vergonzoso a un libro de crianza.

Definitivamente, Choi Jung Soo se estaría riendo tanto o más como lo estaban haciendo los elementales a su alrededor.

Rok Soo suspiro, metiéndose una uva en la boca mientras comenzaba su lectura semanal. Una actividad que acordaron ambos después de saber que tendrían que cuidar, no solo del huevo negro de dragón, sino de Cale, un niño humano y a quien iban a golpear y desechar al principio de la novela.

De alguna forma, como si se uniera a la agitación de los demás niños a su alrededor, el huevo tembló suavemente, solo calmándose cuando le dio un par de palmaditas.

Su desgraciada vida.

 


La siguiente vez que su cuerpo logró sostenerse sin tambalearse, Rok Soo se encontró apretando entre sus brazos su bolsa espacial mientras miraba cómo un lago negro se extendía por varios metros.

Su única compañía fue el elemental rojo, que revoloteaba entre los elementales oscuros esquivando juguetonamente las gotas de maná oscuro que le lanzaban. Alzó una ceja mientras escaneaba su alrededor,  escuchando atentamente como los árboles seguían susurrando lo que interpretó como una advertencia velada.

Apretó con fuerza la bolsa que contenía los frascos encantados que utilizaría para almacenar maná muerto. 

Si tenía suerte, podría convencer a los elementales de acompañarlo fuera del lago.

Y si lograba construir un ambiente donde estos quisquillosos niños con atributo oscuro pudieran moverse y convivir más cómodamente con los elementales, ¿No podrían entonces acompañarlo a todas partes?

Solo debía crear el escenario correcto para que ocurriera, pensó con determinación. Después de todo, Rok Soo necesitaba toda la ayuda que pudiera tener.

Sheritt era formidable en combate y defensa, y él podría ayudar en combate desde la retaguardia. Pero no fue suficiente para sobrevivir. Por eso el siguiente paso seguro para ellos fue construir una red sólida de información.

Él tuvo que encargarse de ello, considerando que Sheritt estaba atada al Castillo de la Luz por el momento.

Esa era su segunda mejor defensa contra sus fuertes enemigos, e incluso con la furia de un dragón.

Con esos pensamientos, Rok Soo tomó una última bocanada de aire antes de soltar la tela y arrodillarse al inicio del lago. Sus dedos se acercaron lentamente hasta tocar la superficie oscura, sintiendo como la tensión superficial del líquido se deformaba con su toque.

Glup.

Glup.

Y en lugar de retorcerse de dolor, como todos decían que lo haría una vez tocara el infame maná, el líquido respondió a su presencia y se juntó alrededor de su palma mientras burbujeaba, como si se regocijara, dándole la bienvenida.

Sus cicatrices entumecidas comenzaron a escocer una vez sumergió su brazo, y patrones oscuros comenzaron a adornar en toda su extensión; desde sus dedos hasta perderse más allá de sus vendajes.

Latido.

Su corazón comenzó a latir tan rápido que fue doloroso, pero a cambio, Rok Soo pudo saber que había ocurrido en su ausencia.

La oscuridad solía ser bastante honesta con él, parloteando sin parar cada vez que venía. Lo hizo sentir como si lo atropellaran desde múltiples sitios.

No hubo movimientos nuevos por parte de las sirenas ni por los seguidores de la estrella blanca.

Solo hubo unos pocos seres vivos que se acercaron, pero terminaron huyendo inmediatamente después de darse cuenta de que era un lago ‘ venenoso’ .

Hubo otra razón por la que vigilar esta ubicación era importante para él, y por la que los elementales oscuros protegieron este lago hasta convertirlo en lo que era hoy en día.

Sheritt y el Árbol del Mundo le dijeron que esta fue la última ubicación del padre biologico del huevo negro.

Y Choi Jung Gun, quien sabía este hecho, escondió dos artefactos útiles junto con sus restos.

Sus ojos se estrecharon, hundiéndose un poco más en el lago mientras veía y escuchaba los registros almacenados en su breve ausencia.

No pudo escuchar el susurro dubitativo del elemental rojo que en algún momento había dejado de parlotear felizmente con los elementales.

Tampoco pudo escuchar el sonido de las ramas secas crujir a su alrededor.

Ni mucho menos sintió el calor húmedo caer desde su nariz.

Lo único que había en su cabeza era la información que estaba siendo traspasada y registrada por [ Grabar ].

—Mmnh.

Rok Soo dejó escapar un pequeño sonido cuando la información se interrumpió abruptamente y una fuerza invisible lo empujaba hacia atrás.

¿Eh?

Latido.

Su mano viajó hacia su pecho cuando sintió cómo su corazón latía desenfrenadamente.

Sus ojos temblorosos se entrecerraron en un intento de enfocar a la figura que ahora llenaba su visión.

¿Qué demonios?

Después de que el lago retrocediera ligeramente y las inscripciones de sus brazos desaparecieran es que Rok Soo pudo descifrar el zumbido de su alrededor.

—... ¿Eruhaben-nim?  

Su voz, que sonó extrañamente húmeda, solo hizo fruncir el ceño al nuevo invitado que soltó su rostro para darle un mínimo de espacio.

—¿Recién ahora escuchas? —dijo Eruhaben, alejándolo del borde del lago. — En todos los años de mi vida, jamás vi a un dragón ser tan imprudente como tú, desgraciado bastardo.

Rok Soo se mantuvo en silencio, utilizando el pañuelo dorado que le había lanzado Eruhaben para limpiar la sangre que goteaba de su nariz.

—Mmh — fue lo único más inteligente que Rok Soo le pudo decir a un dragón antiguo, que estaba claramente molesto con él, por alguna razón.

Entonces, lo segundo más inteligente que pudo realizar al verse acorralado fue tomar entre sus manos al bebé elemental y acurrucarse ligeramente contra el tronco del árbol mientras miraba con cautela al dragón.

Eruhaben, por supuesto, sólo alzó una ceja.

—Que un dragón viva entre contaminación y maná muerto…  Puedo decir que lo he visto todo—Eruhaben resopló por un momento antes de sacar una poción de su bolsillo —Tómalo.

Rok Soo tuvo un déjà vu con respecto a su encuentro anterior mientras se alejaba físicamente de la poción que intentaba abrirse paso en su boca, pero aún así logró preguntar: —¿El Árbol del Mundo te dijo cómo encontrarme?

—¿No recuerdas? Los elementales lo mencionaron en nuestra primera reunión —Eruhaben aseguró, observando la forma en que las manos de Rok Soo se mantenían tercamente unidas —¿Sabes cuánto tiempo espere a que aparecieras?

—Prometiste que no me cobrarías… — Le recordó Rok Soo con el ceño fruncido. Pero, no tuvo más remedio que complacerlo si no quería volver a leer el libro de algún Choi, como venganza personal de Sheritt—... Si quieres que yo repare los daños, te lo dije… Debes esperar a que me recupere.

—Te dije que me haría cargo de las crías, ¿no?... Como ahora quedan pocos monstruos en mi territorio, los elfos propusieron aprovechar la oportunidad de remodelar el Monte Yellia—Anunció Eruhaben, ignorando el tono resentido de Rok Soo. 

Rok Soo miró con sospecha la aterradora declaración del dragón y se estremeció al ver cómo volvía a acercarle la poción, esta vez con más insistencia. 

—Entonces, ¿qué haces aquí? —espetó, intentando zafarse del agarre que tenía Eruhaben sobre su brazo expuesto —Los elfos estarán encantados de tenerte en su villa… Estoy bien Eruhaben-nim. No lo necesito. 

—Rok Soo, sumergiste tus heridas en maná muerto… Vomitaste sangre —Eruhaben advirtió, afianzando su agarre sobre el chico —. Entiendo que no quieras ver a un sacerdote o un elfo, pero debes hacer lo mínimo — persuadió, atrayendo el brazo hacia él, logrando que el elemental rojo escondido entre las manos de Rok Soo escapara. —Tienes un hijo, hazlo por él.

Rok Soo resopló y resistió el impulso de gritarle al dragón antiguo. Si no fuera porque es débil y temiera hacer enojar a un dragón, definitivamente habría intentado patearlo lejos.

Pero solo pudo intentar alejarse de la poción que lentamente se estaba acercando a su brazo, directamente donde estaban las cicatrices abiertas que, por fortuna, ya no sangraban.

—¡No funciona en una quimera!... Te lo dije…— La protesta que estaba formulando se quedó atorada en el fondo de su garganta.

Clink .

Rok Soo vio en cámara lenta cómo el vial, lleno de magia refinada, se deslizaba de las manos del dragón hasta el suelo y mojaba su ropa. Su corazón, que se había calmado, volvió a retumbar dolorosamente en su pecho en el momento en el que el líquido se hundió en las cicatrices que tenía en sus muslos.

Pero aún así, se negó a moverse. Y en cambio miró con una mueca en el rostro cómo pequeñas balas hecha de líquido negro se abalanzaba a toda velocidad hacia ellos.

Shaaaaaaaaah.

Eruhaben, quien hasta hace un momento había estado arrodillado a su lado, ahora estaba de pie formando capas de protección mientras miraba con seriedad el lago burbujeante.

—... Oye —Rok Soo llamó suavemente al elemental Rojo que estaba apegado a su mejilla mientras pensaba una excusa rápida para salir de esta situación —Ve a decirles a tus amigos que apacigüen el lago… Yo me llevaré a Eruhaben-nim por ahora. Diles eso.

Una vez dijo eso, Rok Soo se estiró lo suficiente como para alcanzar la mano de Eruhaben para obtener su atención. Sus ojos miraron alternativamente entre los elementales, en la lejanía, y el dragón.

Incluso si el elemental rojo logró convencer a los elementales oscuros, el lago seguía burbujeando de manera antinatural. Es por eso que su voz bajó varios tonos cuando se dirigió a su acompañante

—Eruhaben-nim, deberíamos aprovechar el momento para irnos… Pero— Rok Soo apretó ligeramente su agarre sobre la mano del dragón —Debes dejar de intentar ayudarme —pidió, apuntando con su barbilla el lago como si fuera un mensaje velado.

Eruhaben lo miró por un largo momento, sus ojos recorriendo la delgada figura una y otra vez antes de suspirar y asentir.

Solo entonces notó que Rok Soo, pese a levantarse con dificultad de su sitio, le sonreía levemente. Luego, ante su total desconcierto, lo vio despedirse del lago de la forma más extraña que Eruhaben había presenciado.

Sin embargo, las sorpresas vinieron una tras de otra, porque lo siguiente que supo fue que era guiado entre árboles negruzcos y follaje cubierto de sangre seca, hasta llegar a un claro apartado.

—... Bienvenido a mi hogar, Eruhaben-nim

Eruhaben, que había estado mirando con extrañeza sus manos unidas, alzó la vista y miró hacia donde estaba apuntando el pelinegro.

Sus ojos dorados recorrieron desde las numerosas estatuas repartidas por el patio delantero, hasta detenerse en la villa de mármol blanco que se alzaba frente a él.

Volvió su atención al chico cuando volvió a escuchar la suave voz masculina adoptar un tono dubitativo.

—No es completamente mía —Rok Soo se alejó para colocarse frente a Eruhaben, en un gesto protector —Pero un amigo me confió su hogar… Junto a los niños lo mantenemos en buen estado mientras vivimos aquí —Explicó.

Eruhaben sonrió levemente ante las excusas torpes del joven dragón. 

—¿Vives solo con los niños? —preguntó con interés —... ¿Cale y los elementales? 

Rok Soo asintió con el ceño fruncido, sintiéndose de la misma forma que se sentía cuando Sheritt le gastaba una broma.

Tuvo su respuesta cuando escuchó la aterradora sentencia del dragón antiguo.

—Entonces no será un problema que me quede aquí mientras mi territorio es remodelado, ¿no? —Eruhaben sonrió aún más brillante en dirección al pálido dragón, mientras conjuraba una caja adornada con flores secas y cinta negra con inscripciones en dorado, cortesía de los elfos —Esto es un encargo de parte del Árbol del Mundo, muchacho. Pero como estás débil te haré el favor de llevarlo yo mismo al interior. 

Rok Soo parpadeó estupefacto mirando la espalda de Eruhaben, quien simplemente avanzó con confianza hacia el interior de su villa y lo dejó atrás.

El relicario en su cuello vibró y brilló tenuemente, sacándolo de su estupor justo a tiempo para alcanzar a Eruhaben antes de perderse en el interior de su casa .

Y, por supuesto solo era su maldita suerte , pensó Rok Soo tomando otro largo sorbo de su taza de té, no pudo evitar que Cale interrogara a Eruhaben una vez apareció de la nada en medio de la cocina. 

Porque, como si no fuera suficiente con que el niño no le creyera en lo absoluto cuando le dijo que nada importante había pasado aquella vez, ahora tenía que presenciar como tocaban innecesariamente los nervios de un verdadero dragón en un interrogatorio inútil para saber si era digno de quedarse, y aún más aterrador; de cuidarlo como pago por hospedarse.

Pero como la naturaleza estaba tranquila y no había maná errático alrededor, supuso que no importó dejar que Eruhaben sufriera el escrutinio infantil por un rato.

Se suele ser más indulgentes con los niños, ¿no?

Rok Soo siguió ignorando su entorno y, en su lugar, se concentró en el contenido de la caja enviada por el Árbol del Mundo.

En ella, había una rama envuelta por las casi extintas flores de espino blancas, conocidas por sus propiedades para tratar enfermedades cardiacas en los tiempos antiguos.

Sus ojos vieron de soslayo al niño que se sentó a su lado y parloteaba sin parar mientras él, de manera sutil, tocaba el lugar donde guardó el sobre sellado que estaba adjunto al regalo. 

¿Qué querría conseguir ese Árbol del Mundo enviando esto?

Notes:

Bueno, para Rok Soo quizás el Árbol del Mundo sea un peor antagonista que la propia estrella blanca hasta ahora... Definitivamente si no lo deja descansar, va a conseguir que le prendan fuego jajaja.
Gracias por seguir conmigo esta historia una semana más 🧸💖.

Pd. Como hace poco aprendí a agregar fotos a AO3 les comparto esto porque me dio mucha risa.
Así es como me imaginé la escena de Rok Soo escondiendo al elemental del 'peligroso' dragón.