Chapter 1: Joven Problematico
Chapter Text
Punch Drunk Gator
Resumen:
Entra DE Fault. Un joven muy problemático con inclinación por las artes marciales mixtas, el lenguaje grosero, la nicotina y la soledad. Esta es su última oportunidad. Expulsado de su anterior escuela por meter a alguien en el hospital y recién salido de un centro de detención juvenil, tiene una última oportunidad antes de que sus padres lo abandonen para siempre y lo envíen a Raptor quién sabe dónde para rehabilitación. ¿Adónde irá para esta última oportunidad? St. Hammond, una escuela conocida por sus programas de arte. Y, sin embargo, el único arte que conoce es el arte de la violencia... ¿un arte aún más impactante? No tiene más que dinosaurios, y él es el único flacucho a la vista. Genial. Da igual. Es ahora o nada. ¿Podrá mantener la compostura lo suficiente para pasar desapercibido y graduarse, o acabará siendo otra estadística en alguna gráfica de delincuencia juvenil? Demonios, tal vez incluso haga amigos por el camino...
Cuatro de septiembre. Año? 201M2023 a. C.
Esto es una puta mierda. Recien salido del reformatorio y ni siquiera tengo tiempo para relajarme. Nah. En su lugar, me envian directamente a un agujero de mierda llamado Volcaldera Bluffs. Da igual, la verdad es que no es tan malo. Mayormente. Son los residentes principales? Esquivametioros. Por supuesto. No es que me importe. Puede que sean mas fuertes por naturaleza, pero eso no significa nada para mi. Joder. Tengo que dejar de pensar asi. El hielo ni siquiera es fino a estas alturas. Es microscopico o algo asi. Ya tienes ganas de meterte en peleas? Calmate, Fault. Por mucho que puedas, aqui hace un calor de cojones. Solo sirve para cabrearme aun mas. No ayuda que sea un cabron palido. Al menos solo llevo una camiseta de tirantes. Claro, es negra. Absorbe mas calor o lo que sea. Pero oculta la sangre que se mancha. Aunque los pantalones cargo pueden ser un poco excesivos... nah, demasiado convenientes. Guardo un monton de mierda en estos bolsillos. Los llevo atados con un cinturon de cuero rojo, y el camuflaje urbano me parece bien. Y mis botas? Mi posesion mas preciada. Unas autenticas pisabarros con punta de acero. O pisadores de dientes... joder. Lo vuelvo a hacer. Da igual. Parece que aqui va a empezar a refrescar pronto. Quiza deberia buscarme una chaqueta o algo asi. Me paso las manos por la calva, perfectamente lisa. He dicho perfectamente lisa? Claro, salvo por la jodida cicatriz nudosa que me baja por la cara hasta el cuello. Una vez me apuñalo un capullo. Sangre como un cabron. Casi me mata. Aunque ahora tiene un aspecto brutal.
Gruñendo, me recuesto en el duro asiento de plastico del metro. Destino?
Losersville. Poblacion? Yo. Primer dia en un nuevo estadio. La escuela. Lo que sea, la misma maldita cosa. Deberia estar con el movil mirando los mejores momentos de los ultimos combates, pero no puedo dejar de pensar en todas estas estupideces por las que he estado pasando. Maldito padre. Rico capullo. Amenaza con desheredarme todo el tiempo, y aun asi siempre mete una cantidad estupida de dinero como "mesa" en mi cuenta bancaria, como si pensara que eso me impedira hacer lo que hago. Lo que sea. Lo unico que hace es meterme los cigarrillos en el bolsillo. Supongo que es culpa mia por ser un nino de mierda o algo asi. Pero, oye. Ya sabes lo que dicen. Nueva escuela, nuevo tu... de que mierda estoy hablando, nadie dice esas estupideces. Es el ultimo ano. Ultima oportunidad para no cagarla. Aunque no se como voy a lograrlo. Como se llamaba esta escuela? Busco en mi mochila, rebusco y saco una carpeta manila. Esta llena de todo tipo de estipulaciones y demas basura sobre mi alojamiento. Ahi esta. Instituto St. Hammond. Menudo nombre. Por lo visto es una especie de "escuela para artistas talentosos". Eso... mola, supongo. Me gusta etiquetar cosas. Creo que se me da bastante bien. Quien sabe, quiza me adentre mas en ello. Conozco a un par de tios que se ganan un dineral con ello.
Joder, no me habia dado cuenta de lo lejos que estaba mi apartamento de este sitio. Me alegro de haberme ido temprano, si no, llegaria un poco tarde. Quizas deberia empezar a coger taxis o algo. Eh. No me molesta el metro. Tiene algo que me relaja. Mejor me acostumbro. Miro por la ventana, viendo pasar las vistas panoramicas. Aja. Si, vale. Este sitio estaba bien. Mis pensamientos vuelven a algunos de mis antiguos colegios... o a las peleas que me meti en ellos, en fin. Imbeciles. Uf, por que estoy pensando en esas mierdas ahora? Superalo. Mirando a mi izquierda, me doy cuenta de que un pequeno harapo mugriento me esta mirando. Joder... vagabundos. Me tic en el ojo. Le doy unos minutos a ver si se larga, y cuando no lo hace, giro la cabeza hacia el y gruño furiosa. Eso es todo, y lo observo con una sonrisa burlona mientras chilla y se escabulle. De repente, oigo un tintineo y el coche empieza a patinar hasta detenerse. Me levanto, estiro los musculos agarrotados y salgo. Donde estaba este sitio? Miro a mi alrededor y veo a un par de individuos con aspecto claramente estudiantil caminando en una direccion. Sigo a la multitud. Cruzo un puente. Veo que aparecen mas estudiantes, haciendo parejas con sus colegas. Se oyen voces, riendo y contando historias sobre como fueron las vacaciones de verano. Si, genial. Quieres saber como fueron las mias? Metido en un maldito reformatorio. Imbeciles.
...
Supongo que esto debe ser el final. La escuela se cierne sobre mi, otro recordatorio de que si vuelvo a cagarla, aqui esta el final. St. Hammond High, mi nuevo hogar para el proximo ano. Tal vez, literalmente, volviendolo a hacer. Me detengo y respiro hondo. Vaya. El aire no esta mal. Me recuerda a ese campamento disciplinario al que fui en la primaria. Joder. Esta es mi ultima oportunidad, no?
Dios. Tengo que controlarme. No hay vuelta atras. Que estoy esperando?
Empecemos con este espectaculo. Doblo la esquina y me encuentro cara a cara con el patio delantero de la escuela. Hay todo tipo de gente dando vueltas. Esta escuela es una gran escuela de arte, verdad? Claro. Como si ese mural enorme no lo dejara suficientemente claro... aunque en realidad es bastante cabron. A quien no le encanta un dinosaurio enorme atravesando una pared? Sabes que? Tengo un buen presentimiento sobre este lugar. Eso es, hasta que me doy cuenta de que un par de cabrones me estan asaltando. Bueno... de verdad me estan asaltando o solo se me quedan mirando porque soy el unico flaco en un radio de ochenta kilometros? Que se jodan! Los ignoro y entro. Oigo susurros al pasar. Me tiembla el ojo. Las puertas estan entreabiertas, y ese aire acondicionado me invita a entrar. Entro con gusto. Mira todos estos capullos tecnicolor. Que rico! Escamas, plumas, colas. Alas, garras, colmillos afilados. Ya me han aranado y mordido antes. No tiene gracia. Estan todos charlando, pasandoselo en grande. Reconectando, conociendo gente nueva. Que se jodan! No me interesa nada de eso. Veo a algunos mirando sus horarios. No esta nada mal. Me cuelgo la mochila y empiezo a rebuscar en ella...
"GUAU?! ES ESO UN HUMANO?!"
Que demonios? Madre mia! Me estan acosando. Joder! Me he enfrentado a diez cabrones a la vez! Mierda! Solo les intereso porque soy flacucho? Que? Nunca han visto un maldito simio, perdedores?
"Guau, mira esa cicatriz retorcida!"
Me tiembla el ojo. Disculpa, carajo?
"Hola, chico nuevo!"
Me abalanzo hacia la voz, pero no tengo ni idea de donde viene. Que demonios esta pasando? El Raptor Cristo saltando en un pogo. Veo a un par de ellos tomando fotos con sus telefonos. Las ganas de aplastarlos contra la tierra crecen a cada segundo. Veo a algunos... dibujandome? Bueno, eso mola.
Guau, un humano! Eres como un estudiante de intercambio?
Te van a llevar al hospital en un segundo, amigo. Siento que un par de cabrones me tocan las manos.
"Vaya, la piel humana se siente raraa ...
Oh, joder, eso es todo. Un gruñido se me sube a la garganta mientras grito.
"Quitate. De mi!"
Un silencio se apodera de la multitud; algunos jadean. Casi de inmediato, empiezan a marcharse mientras yo me quedo alli, furioso. Oigo a algunos murmurar llamandome cavernicola o lo que sea. Tienen suerte de que no les limpie los relojes.
Me quedo alli de pie, intentando ordenar mis pensamientos, cuando oigo una voz.
"Umm, eres un humano, verdad?"
Me apresuro al oir la voz. Que demonios es esto? Es el triceratops mas tonto que
he visto en mi vida.
"Que mierda quieres?"
Ella no parece afectada.
Oye, puedo hacerme una selfie contigo? Seria genial para una de mis clases. Casi le digo que se vaya al carajo, pero solo gruño. Lo toma como un si. Me rodea los hombros con el brazo y tengo que contenerme para no hacer nada violento mientras posa dramaticamente. Que demonios le pasa a esta zorra?
"Gran sonrisa ahora!"
Miro fijamente la camara de su telefono sin ninguna emocion mientras toma la foto y, por suerte, se quita de encima de mi, mirandola por encima. La miro con cara seria.
"Ya terminaste?"
Ella apenas me mira.
"Eh? Ah, si! No hay problema! En fin, me tengo que ir."
Bueno. Vete a la mierda. En realidad, espera.
"Para que es la foto?"
Ella hace una pausa y me mira fijamente mientras mastica un chicle como una maldita vaca.
"Mi clase de diseno de moda. Esos pantalones son una pasada ".
Arqueo una ceja, pero no digo nada. Me dedica una sonrisita tonta.
"Gracias por la foto, carino!"
Carino? Que tienes, 54, carajo? Se da la vuelta y se aleja contoneandose... que buen culo, al menos. Siento que se me encorvan los hombros al desvanecerse el estres indeseado de la interaccion social forzada. Que rollo! Espero que sea la unica vez que pase. Giro los hombros para intentar recomponerme. Concentrate en no matar al proximo idiota que diga alguna estupidez. Si.
clic, clic, clic
Bueno, que demonios? Miro hacia el molesto clic. Que es eso? Al final del pasillo, hay alguien arrodillado. Oh. Solo es un friki con una camara. Parece cara. Pienso brevemente en romperla, pero en lugar de eso, le grito.
"Ey!"
Se estremece, pero a nadie mas que este al alcance del oido parece importarle. O me tienen miedo. Es preferible lo segundo. Se levanta y me mira.
"Que carajo estas haciendo, cuatro ojos?"
Parece un poco sorprendido por un breve momento, antes de mover un poco su camara.
"Estas tomando algunas fotos?"
Este pequeno parasaurio nerd revisa dos veces la pantalla de su camara y sonrie. "Si. Perfecto. Esto quedara en letra pequena para el anuario."
Me muerdo la mejilla por dentro. Si me tomo una foto, quiero asegurarme de que no sea una mierda.
"Dejame ver."
El esboza una pequena sonrisa. Que?
"Por supuesto, aqui."
Gira la pantalla hacia mi, mostrando una imagen del pasillo. Y yo, de pie justo en medio, con cara de enfado.
"Bastante bien, verdad?"
Entrecierro los ojos y me inclino.
"Esto esta muy borroso, amigo, y no puedes ver nada. No hay suficiente luz".
El lo mira de nuevo.
"Ah, mier-"
Se detiene y me mira, con la confusion grabada en el rostro. Lo miro como si fuera un retrasado mental.
"Que?"
El niega con la cabeza.
Nada! Solo tienes buen ojo, nada mas. Oye, te interesa la fotografia?
Gruño. Creo que fue una de las cosas que marque al azar al completar mi horario.
"Supongo? Lo tome como optativo."
El asiente.
"Con el senor Iadakan?"
Recuerdo vagamente un nombre tonto como ese en la hoja, si. Asiento.
"Seguro."
El sonrie.
"Que bien! Seremos companeros de clase. El Sr. Iadakan esta ocupado, asi que solo da clase durante una hora".
Genial. Extiende la mano para un apreton de manos.
"Soy Ben."
Lo miro fijamente. Pienso en apartarle la mano de un manotazo, pero recuerdo que no deberia causar problemas. Lo acepto a reganadientes y lo sacudo.
"D."
A la mierda. Este friki parece inofensivo. Me chupo los dientes mientras retrocedo.
Soy nuevo aqui. Hay algo que deba saber?
Mete las manos en los bolsillos.
Ya me lo imaginaba, al ser la unica estudiante humana este ano. St. Hammond no es una de las escuelas mas populares, pero el personal se esfuerza mucho en los programas de arte. Incluso el campus es...
Y me desconecte. Dios. Este tipo no para de hablar. Deja de hablar un minuto, mirandome expectante. Joder.
"Eh... claro."
El comienza a caminar por el pasillo, moviendo su cabeza para indicarme que lo siga.
Genial! Te llevare. Te mostrare algunas cosas interesantes por el camino.
Joder, acabo de aceptar? Eh. Cuando estes en Roma.
...
Por que no me sorprende? Este tio no solo es el friki mas grande que he conocido, sino que es el maldito presidente del consejo escolar. Genial! Ya me estoy haciendo amigo de los narcos, verdad? Cada dos por tres parabamos para que sacara fotos de mas pendejos hablando. Me arrepiento mas a cada segundo. Lo peor? No se calla la boca !
"-es por eso que todavia nos llaman Colas de Plumas, aunque creo que es un poco desagradable."
No lo soporto mas.
"Amigo, alguna vez te callas la boca?"
Se le queda la mandibula abierta un instante antes de cerrarla. Parece un poco avergonzado.
"Uh... lo siento. Suelo parlotear un poco." Su atencion se dirige a otra cosa.
Oh, espera un momento. Oye, Lunara!
Ben se acerca a una rapaz blanca y negra con un vestido azul. Rayos!, tambien esta buenisima. Que demonios? Cuando me meti en los esquivadores de meteoritos?
Me deshago de ese pensamiento.
-Oh, hola Ben!
Empiezan a parlotear sobre vacaciones de verano, decoraciones o alguna otra tonteria mientras yo me quedo mirando las enredaderas que crecen en el techo. Parece un peligro para la salud, pero que carajo se yo? De repente oigo un jadeo y me doy cuenta de que me estan hablando.
"Oye, eres un humano, verdad?"
Miro hacia abajo, es la chica guapa que me habla. Arqueo una ceja. Enseguida empieza a hacer un balanceo extrano.
Oh, que pregunta tan tonta. Deberias unirte! Me encanta la cultura humana. En mi casa hay un conjunto increible de mascaras antiguas de...
Dios mio! Que ladrido! Sera que todos en este lugar tan descuidado van a estar asi? En cuanto la oigo callar, miro hacia abajo.
Si, genial. Deberias trabajar en un museo o algo asi.
Arquea una ceja. Ah. No era lo correcto? Ambos me miran con extraneza. Si, claro que no. Me encojo de hombros. Que cono quieres de mi? Ben se aclara la garganta. Bueno, hola, que gusto ponernos al dia, Lunara. Tenemos que ir a otros sitios, cuidate!
Se despiden con una estupida breve despedida mientras Ben me sigue arrastrando a donde sea que vayamos. Cuatro personas distintas se paran a hablar con el por el camino. Mierda, pense que este tipo era solo un nerd, pero en realidad es bastante popular. Supongo que eso es util. Senala un par de cosas mas que me importan un bledo y se detiene a saludar a aun mas gente. En cierto momento, me mira con verguenza.
"Hombre, perdon por tener que parar tanto."
Yo gruño.
"Es lo que sea."
Se chupa los dientes.
"Ojala pudiera ser lo que fuera sin que llegaramos tarde!"
Mierda, ya es hora?... espera, me da igual. Nos lleva por un pasillo que dice
"oficinas administrativas". Guau! Mira toda esta mierda. Cuadros por todas partes. Antiguos alumnos, estudiantes, lo que sea. Eso... mola bastante, la verdad. Me imagino uno de mis grafitis pegado en la pared. Solo ahora me doy cuenta de que Ben sigue hablando.
Y esta es la gala. Todas estas piezas han aparecido en todo tipo de articulos y presentaciones.
Yo gruño.
"Fresco."
El me mira orgulloso.
"Lo se, verdad? Un momento."
Se gira hacia la puerta mas cercana y le da el "viejo chachara". Una voz de mujer hace una pregunta, y Ben responde.
"Quien es?"
"Soy yo, el director Scaler."
Director? Que cojones? Este tipo me esta delatando por insultarlo o algo asi? Juro por Dios que le voy a retorcer el cuello!
Una oviraptor de unos treinta y tantos años sale de la habitacion, con una taza de cafe en la mano y una sonrisa que me dice que preferiria estar en cualquier otro lugar menos aqui. Yo tambien, tio. Yo tambien.
"Buenos dias, Benjamin."
El me devuelve el favor y me mira mientras le hace un gesto.
"D, este es nuestro estimado director."
Le hago un saludo con dos dedos.
"Hola."
Sus ojos se abren de par en par a mitad de su sorbo de cafe.
Ah, no me habia dado cuenta. Sera usted el senor Dee Fault, verdad?
Me tiembla el ojo. Por que cono lo dijo asi?
"Seguro."
Ella sonrie.
"Que maravilloso!"
De repente, parece mucho mas emocionada.
"Estoy muy feliz de que haya elegido nuestra escuela para su ultimo ano, Sr. Fauhlt".
Mas espasmos. Esta perra necesita dejar la cafeina.
Ben, asegurate de darle una bienvenida completa al estilo St. Hammond, de acuerdo?
El me mira torpemente.
"Eh, ya estaba-"
Ella lo interrumpe. Maldita sea. En realidad, no, gracias.
"Si alguna vez necesita ayuda, mi oficina siempre esta abierta, Sr. Fauglt".
Oh, odio a este idiota.
"Sin mencionar que el Consejo Estudiantil siempre esta disponible para ayudar".
Narcos. No, gracias. Mira expectante a Ben.
- No es asi, Ben?
Incluso el parece estar harto de sus mierdas.
"S-si, Director Scaler." Niego con la cabeza.
"Gracias, supongo."
Me desconecto por completo de la conversacion mientras ella presiona a Ben en grupo y finalmente aleja su molesto trasero de mi, arrastrandolo a su oficina. Tengo CERO interes en lo que sea que esten hablando. Me alejo unos metros, ansioso por hacer literalmente cualquier otra cosa. Mis ojos se sienten atraidos por una llamativa pintura de un paisaje de la ciudad, escondida cuidadosamente detras de una vitrina. Maldita sea. Eso es... realmente jodidamente bueno, en realidad.
Conmovedor. Puedo imaginar el ajetreo y el bullicio. Mira esos colores, hombre.
Incluso el sol se refleja en las ventanas. Esto es una verdadera mierda, justo aqui. Nunca he entendido realmente este tipo de mierda de pintura, pero esto simplemente me habla . Tengo que saber quien pinto esta mierda. Miro la etiqueta. Paisaje onirico. Artista: O. Halford. Noveno grado. Primer lugar, 201M2020. Maldita sea, perra, que carajo? Un estudiante de primer ano hizo esta mierda? Eso es una mierda de tipo Picasso con verdadero talento natural. Esto hace que todo lo demas en este pasillo parezca una completa mierda, pero probablemente sea mejor que lo que yo podria hacer. A menos que estuviera pintando una etiqueta. Entonces les daria una paliza a todos estos cabrones.
"Hola D, he vuelto."
Ay, Dios. Lo miro de reojo. Es Ben otra vez. Crei que era libre. Esta a punto de decir alguna tonteria mas cuando de repente oigo el ruido de la multitud acercandose. Ay, mierda. Conozco ese sonido. Una pelea? Una pelea? El primer dia? Si! Tengo que ver esto. Las peleas de dinosaurios son una locura. Antes de que pueda ir hacia el origen del ruido, Ben me empuja hacia atras mientras la multitud se acerca. Oooh, ya veo. El espectaculo viene a nosotros? Que cabron! Se oye una cacofonia de voces.
- Oye, ten cuidado, idiota!
"Baja la velocidad, cara de cuero!"
"Mi pierna!"
Espera. Esas no son las tonterias que se dicen en una pelea. Observo como el responsable de este alboroto dobla la esquina y viene como un rayo por el pasillo.
Directo hacia nosotros. Ay, a la mierda con eso! Hoy no me voy a morir! Me tambaleo hacia atras para esquivar lo que sea que se me viene encima. Por un instante, mis ojos de luchador, bien afinados, nos observan a camara lenta mientras nos pasan...
Escamas verdes, cabello desordenado y una sudadera con capucha morada descolorida.
Maldita sea. Esta trabajando duro en esa silla de ruedas. Esa mierda debe estar hecha de titanio o algo asi. Espera, silla de ruedas? MALDITA PERRA, PUEDES IR TAN RAPIDO EN UNA SILLA DE RUEDAS? Ella me mira. Cruzamos miradas. Oh. Ahora esa es una maldita cara mala. Maldita sea. Esta perra no ha dormido en una semana! ... No voy a joder con ella. Me arrancara las pelotas. Ni siquiera parece que realmente me note a pesar de que cruzamos miradas, pero... eh. Algo en esa cara. Y... ahi va. Luego, caiman. Resople el aliento y me di cuenta de que estaba conteniendo. Hacia tiempo que no me sentia asi. Doy un paso atras y me tambaleo sobre un trozo de azulejo ligeramente suelto, golpeando la vitrina del cuadro.
"Mierda."
Ben gira la cabeza para mirarme y frunce el ceno.
"Oye, ten cuidado!"
Me estabilizo y doy un paso atras.
"No lo hice a proposito, idiota."
El me empuja a un lado y me mira por encima del cristal.
"Que? Intentas robarme mi huella digital o algo asi?"
El niega con la cabeza.
No, busco grietas. Normalmente, cuando alguien se cae en esto, se agrieta o se raya.
El da un paso atras y se endereza.
Supongo que es cosa de dinosaurios. Los humanos teneis suerte de no tener que preocuparos por estas cosas.
Me burlo.
Claro. Aunque las escamas son mucho mas utiles para mantener un cuchillo alejado.
El me mira con una expresion que oscila entre la confusion y la sorpresa.
"Indulto?" Ups.
"Nada."
Sus ojos se posan en mi cicatriz nudosa y parece meditar antes de negar con la cabeza. Esta a punto de decir algo mas antes...
BING BONG DING DONG, DING DONG, BING BONG.
Me estas tomando el pelo? Llegaste tarde el primer dia? Maldita sea! Mal comienzo, D. Ben se rasca la nuca con verguenza.
"Ja, vaya. Lo siento."
Si, quizas si Yapmeister Extreme no se hubiera callado la boca... da igual, ya esta hecho. Saco mi horario de la mochila y lo leo mientras refunfuño enfadada y me alejo, sin darle a Ben oportunidad de decir nada mas. La primera clase es Educacion Fisica. Que bien! Es mi clase favorita. Ojala al profesor le parezca bien que llegue tarde. Creo que nos vi pasar por aqui.
...
De camino, mis pensamientos me dan vueltas en la cabeza. Esta escuela parece... estar bien. Son unos perdedores, pero al menos parecen apasionados y esas cosas. Pero me hace sentir raro. Me veo totalmente fuera de lugar. A todos les encanta parlotear sobre sus aficiones y esas cosas. Si hicieras eso en cualquiera de mis antiguos colegios, te darian una paliza a diario. Me golpea. Con lo jodidamente apartado que esta este lugar, estos matones deben de elegir venir aqui. De verdad es tan importante el asunto del arte? Supongo que por eso parece que a todos les importa de verdad. Que mierda significa eso para mi? No quiero estar aqui. Me importa un bledo hacerme amigo de nadie. Para mi, esto solo significa un grupo de cabrones molestos que nunca se callan. Supongo que tendre que hacer todo lo posible por no gritarle a nadie. No es que quieran hacer dano. Dejo escapar un gemido mientras me acerco a las puertas del gimnasio.
...
Clase de gimnasia. El unico lugar donde puedes relajarte un poco. Siempre he sido un tipo fisico, incluso antes de empezar a meterme en... problemas. Pero esto es gimnasia para una escuelita de arte de mierda. Como si estos maricas con pinceles fueran a hacer algo tan extremo. Si, claro, joder. Entro, y lo primero que veo es... donde estan todos? Oh. Todavia no estoy en el gimnasio propiamente dicho. A juzgar por los sonidos de actividad mas abajo, ya empezaron hace un rato. Maldita sea, llego tarde . Da igual. Es el primer dia. Miro por las ventanillas de la puerta y veo a un monton de gente parada hombro con hombro. Y un mono enorme. Que cono? Un mono enorme? Ese tipo tiene una pinta de perra. Mierda. Debe ser el profesor de gimnasia. Ni se me va a escapar con esto. Uf! Da igual. Empujo la puerta y entro. Que es lo peor que podria pasar...?
Algo zumba hacia mi con una velocidad letal, y como reaccion instintiva, balanceo el codo para contrarrestarlo. Algo gomoso rebota en mi y sale volando hacia otro rincon del gimnasio. Se me ocurre, por el angulo en que lo golpeo, que habria fallado de todos modos si me hubiera quedado ahi parado, pero... da igual. Busco al culpable y me doy cuenta de que fue el maldito King Kong quien me tiro esa mierda. Oh. Parece cabreado. Mi alarma de "este tipo te va a patear el trasero" suena en mi cabeza. Esa mierda solo suena en verdaderas emergencias. Ese fue un disparo de advertencia. Se acerca a mi, y solo ahora me doy cuenta de lo enorme que es este tipo. King Kong, sin duda. Soy un tipo alto, pero el? Guau! Cruza los brazos y me mira con el ceno fruncido por debajo de su gorra de beisbol. Ni siquiera puedo verle los ojos debajo de esa maldita cosa, como sabe lo que esta pasando? Su voz retumba.
"SE ESTO Y CONOCELO BIEN, HIJO. TENGO UNA POLITICA. CADA UNO DE MIS
PELOTONES RECIBE UNA FALLA GRATIS AL ANO. Y ACABAS DE GASTARLA!"
Miro mas alla de el al resto de los estudiantes en fila. Parecen muertos de miedo.
Uy! Se inclina y continua con su diatriba.
"TIENES TRES SEGUNDOS PARA EXPLICARLE A TU ESCUADRON POR QUE, EN EL
GRAN NOMBRE DE CAVY DROCKETT, LLEGAS TARDE?"
Esta es una pregunta capciosa. Ya he hecho esto antes. Lo miro con los ojos entrecerrados y no digo nada. Puede que me de una paliza, pero eso no significa que me vaya a quejar. Por un ligero movimiento de su sombrero, noto que arquea la ceja. Me imagino que me va a dar una buena paliza cuando simplemente se da la vuelta y empieza a caminar de un lado a otro.
ESCUCHEN, PORQUE SOLO LO DIGO UNA VEZ. EN ESTA CLASE, UTILIZAMOS EL AMOR
FUERTE. APRENDEMOS DE NUESTROS ERRORES, ASI QUE MEJOR QUE LE RECES A
JESUS, EL RAPTOR, PARA QUE NO LOS OLVIDES. PORQUE SI LO HACEN... De repente, se me viene encima en tres pasos. Apenas puedo contenerme y levantarme mientras se alza sobre mi, mirandome con aun mas intensidad que antes.
Me enojare mucho . Nos afecta a todos, y no lo acepto. Asi que me encantaria verlos triunfar, gusanos, pero si no, lo hare inolvidable. Me entienden?
Asiento lentamente hacia el, manteniendo la compostura.
"INCREIBLEMENTE FANATICO!!! AHORA, UNETE AL RESTO DE TUS FILAS Y PONTE CALIENTE!"
Esto me trae malos recuerdos. En fin, supongo que es mejor dejarse llevar. Al pasar junto a la fila de estudiantes, siento que me miran con enojo. Les devuelvo la mirada. Meto la pata y lo averiguo. El entrenador nos mira, crujiendo el cuello mientras intenta comprender que estaba haciendo antes de que entrara yo, el idiota.
ATENCION, GUSANOS! TODOS SE VAN A CAER Y HACERME VEINTE DE LAS
MEJORES FLEXIONES! ESOS TRISTEZAS SON COMO UN PEDO DE HORMIGA DESDE ESE
IMPECABLE SUELO DEL GIMNASIO O SI NO!
Toca su silbato, y caigo al suelo como un saco de arena mientras se deja caer para ensenarles a los demas maricas como hacer una flexion. Son dinosaurios, asi que se portan bien. Putos tramposos. Veinte de estos son faciles. Los atrapo rapidamente.
Otro silbato.
"DE PIE, BABAS BIPEDAS!"
Arriba y a por ellos! Sera esto asi? Sigue gritando.
"BUENO, YA QUE ES SOLO EL PRIMER DIA DE CLASES, QUE TAL SI JUGAMOS UN BUEN PARTIDO DE DODGEBALL?"
Ahora tienes mi atencion, hombre mono. Oigo una voz que se anima a mi lado.
Miro a mi lado. Un bicho raro con volantes parece estar completamente entusiasmado. Me devuelve la mirada con entusiasmo. Al ver su atuendo, me doy cuenta de que todos los demas llevan lo mismo. Debe ser la ropa del gimnasio.
Supongo que no me la dieron porque llegue tarde. En fin.
Que suerte! Primer dia de clases y nos toca jugar!
Ya es normal que ladre, pero este tipo parece un bobo. Asiento y me sonrie mientras me levanta el pulgar. Aja. Vale. Los chillidos del entrenador me devuelven a la realidad.
"MUY BIEN, GUSANOS, ELIGE UN BANDO Y MANTEN EL MISMO NUMERO! ESTE ES UN PARTIDO SUICIDA!"
El chico tonto habla de nuevo.
"Y gratis para todos ademas!"
La mirada del entrenador se dirige hacia este idiota.
DAMIEN! POR QUE NO SOCIALIZAS ELIGIENDO A TUS COMPANEROS? SCARFACE,
ESTAS EN EL EQUIPO AZUL.
Por que este idiota acaba de decir que hay equipos si es una batalla campal? No tengo tiempo para pensarlo mas mientras el bobo, que ahora se que se llama
Damien, levanta el puno.
De acuerdo! Me voy con el humano!
Antes de que pueda siquiera reaccionar, me rodea el cuello con el brazo y me arrastra a su lado del campo. Tengo que poner en marcha todos mis musculos a la vez para no golpearlo por reflejo. Mientras todos los demas toman sus posiciones, el entrenador vuelve a hablar, pero esta vez no grita, y eso me desconcierta un poco.
"Ah, y una ultima cosa."
Lo miro de reojo. Efectivamente, se le abre la boca y empieza a gritar de nuevo.
"CUAL ES LA PRIMERA REGLA? SOLO TENEMOS UNA!"
Nadie dice nada. Me mira con lascivia. Arqueo una ceja.
"Patear traseros?"
Algunas personas se rien, pero todos los demas entran en frenesi mientras gritan la verdadera respuesta.
"UNION CONTRA EL MAS DEBIL!"
Oh, esa tambien es bastante buena.
TWEEEEEEEE
Se vuelve completamente loco. Me veo obligado a esquivar, agacharme y zigzaguear por todos lados. Estos dinosaurios, tio! Agarro un par de pelotas perdidas del suelo y les doy un golpe en la cabeza a un par de perdedores. Estoy en la zona. Este es mi elemento.
"Entonces, como te va en el primer dia de clases, hermano?"
Damien aparece detras de mi, sonriendo. Esta en mi misma onda. Lo miro mientras atrapo una pelota en el aire y se la devuelvo a quien la lanzo.
"Ustedes, cabrones, parlotean demasiado."
Se rie a carcajadas mientras teje una pelota con naturalidad y aniquila al pobre cabron que la lanzo. Maldita sea, vale. Recoge otra.
"Por cierto, me llamo Damien!"
Gruño, desviando una pelota con una de las mias.
"Lo escuche. Soy D."
Me dice que es un placer conocerme mientras salta y le lanza un balon a alguien.
Creo que le acaba de romper el cuello. El entrenador sale rugiendo por el campo. USTEDES DOS! SCARFACE Y VOLANTES! QUIEN DIJO QUE USTEDES DOS TENIAN
TIEMPO PARA HABLAR? MI GIMNASIO PARECE UN ESCENARIO DE DEBATE?!
Damien se detiene por completo, quedandose inmovil mientras las pelotas pasan zumbando junto a el y mira fijamente a la distancia.
"Quiero decir, tal vez si pudieramos conseguir algunas de esas gradas del auditorio, tal vez!"
Lo miro fijamente. Este tipo es un poco retrasado, no? Sigue esquivando una vez mas, sin dejar de hablar.
"Conozco al tio de un chico que podria hacer un podio con clase!"
Maldita sea. Le sacas la bronca al entrenador? Respeto. El hombre mono sigue gritandole, aparentemente indiferente a sus payasadas. Debe de haber estado en esta clase desde que era novato.
"No te hagas el listo conmigo, hijo! Cerra la boca y fija la vista en el enemigo!"
El solo sonrie y le levanta el pulgar al simio mientras una pelota casi le arranca el volante. Me hago a un lado y agarro otra, lanzandosela a un tipo en el estomago.
"Lo tienes, señor Solly!"
"Ese es el entrenador Solly para ti. Scarface, sigue asi! Me gusta lo que veo, hijo!" Claro que si! Sigo asi, a un ritmo constante de recoger y lanzar, intercalado con alguna que otra atrapada. De repente, una voz me saca de mi ensoñacion.
"Hola, chico nuevo!"
Miro de reojo a la duena de la voz mientras aterrizo y me tambaleo tras un salto y lanzamiento particularmente potente. Esta perra parasaurio carmesi de aspecto petulante. Me sonrie antes de volver a gritar.
"Piensa rapido!"
Joder! Estoy expuesto! Antes de que pueda siquiera ajustar el equilibrio, me lanza una pelota y me da de lleno en la cara.
CRUJIDO.
Caigo de bruces al suelo. Esta frio y algo humedo se extiende por mi cara. Se lo que es al instante. Sangre. Esa maldita zorra me acaba de sacar sangre. Me doy la vuelta y me incorporo como el monstruo de Frankenstein. El mundo a mi alrededor es borroso, pero me importa un bledo. Crees que no he pasado por esto antes? La sangre gotea de mis fosas nasales en un flujo constante y espantoso. Me levanto de golpe y, antes de que pueda comprender lo que hago, cargo contra esa estupida zorra carmesi. Voy a partir a esa zorra en dos. Parece sorprendida. No se si es la sangre o el hecho de que me acabo de levantar y empece a abalanzarme sobre ella como un loco. Antes de que pueda llegar a la mitad, siento un par de brazos fuertes que me envuelven y me levantan del suelo. No se quien es, no me importa mirar. Intento zafarme, agitarme salvajemente. No hay suerte, asi que hago lo siguiente mejor y empiezo a gritar a todo pulmon, dirigido a ese presumido pedazo de mierda que esquiva meteoritos.
"TE VOY A MATAR, ME OYES?! CUIDADO CON DONDE PISAS, PEQUENA PUTA
RANCESA! ESTAS MUERTA! MUERTA!"
Quienquiera que me este sacando me tapa la boca con una mano peluda antes de que pueda soltar mas palabrotas, y antes de siquiera pensar en que hacer, estoy de pie en el pasillo frente al entrenador Solly. Me mira fijamente mientras resoplo y jadeo, intentando recuperar la compostura. No dice nada mientras me recuesto contra las taquillas, observando como mi sangre gotea sobre las baldosas a un ritmo constante. Por fin, habla. Pero no esta enojado, ni siquiera severo.
Simplemente firme.
Tienes mucha ira, hijo. Sera mejor que te controles si quieres seguir de servicio en estas instalaciones. Se quien eres. He leido tu expediente. De hecho, me lo pidieron especificamente. Conozco tu historial.
Lo miro, con veneno en los ojos mientras me tapo la nariz con un dedo, escupiendo un grumo de sangre coagulada por la otra y cayendo al suelo. No reacciona.
"Y que, carajo? A que te refieres?"
El simplemente me hace un gesto para que comience a seguirlo.
"Vamos, hijo. Te llevaremos a la enfermeria rapidamente."
Lo miro fijamente de reojo, con rabia y confusion a partes iguales, pero cedo y lo sigo. El trayecto transcurre sin palabras, y al llegar, la enfermera se queda atonita, preguntandose que habra pasado para que sangre tanto, antes de darse cuenta de que la entrenadora Solly esta conmigo y suspirar. Que va! Me limpia la sangre de la cara lo mejor que puede y tapona la fuga. Me siento e intento relajarme, mirandome las manos mientras la adrenalina me recorre el cuerpo. La entrenadora Solly acerca una silla a mi lado y se sienta frente a mi, inclinandose hacia delante. Lo miro con enfado. Otra vez con la mirada perdida. Aunque si que deja escapar un pequeno suspiro. Que? Me estan dando una maldita fiesta de lastima?
"Lo has pasado mal, no?"
Me pongo rigido. Que demonios significa eso ? El percibe mi aprension y la descarta con un gesto indiferente.
No te preocupes, hijo. No voy a entrometerme. En cuanto te calmes, vete a casa. Le avisare a Scaler.
Arqueo una ceja.
"Que?"
El asiente.
"Lo digo en serio. No estas en problemas, pero lo ultimo que necesitan es que vuelvas a estallar asi. Vete a casa, relajate. Vuelve mañana con la mente fresca. No tienes que estar tan alerta. Entiendo que tu instinto te ha mantenido en pie hasta ahora, pero eso no va a funcionar aqui, y lo sabes tan bien como yo. Quizas puedas cometer algun que otro pequeño error disciplinario, pero si terminas lastimando a alguien como lo has hecho antes, se acabo el juego, chico."
Miro hacia otro lado, apretando los puños con tanta fuerza que mis nudillos se ponen blancos.
"Mierda."
El gruñe de forma negativa.
Ah, y tambien intenta tener cuidado con esa jerga. A la gran mayoria del profesorado no le va a gustar tanto como a mi. Entendido, hijo?
No lo miro, pero asiento de todos modos.
"Bien. Me retiro cadete."
Se levanta, sale de la enfermeria y me deja con la cabeza llena de pensamientos. El viaje de vuelta a mi apartamento es frio. Mucho mas frio, incluso a pesar del sol que me da de lleno en el cielo. Joder...
Por que soy tan jodido?
Chapter 2: El panorama
Chapter Text
Punch Drunk Gator
Dormirme me costó. Entre fumarme un paquete entero sin parar y la adrenalina que me quedaba, estuve despierto hasta las dos de la mañana. Necesito un saco de boxeo para este apartamento, o algo. Hablando de eso, parece que St. Hammond tiene un acuerdo especial con este complejo. Es la única escuela con los programas de arte que tienen en todo el condado, o algo así, así que los chicos de fuera del distrito pueden solicitar venir a vivir aquí durante sus estudios o algo así. No sé qué influencias tuvo que mover mi padre para que esto pasara, pero da igual. Es un buen apartamento, aunque un poco estrecho. Es uno de esos apartamentos donde casi nada está separado por paredes, excepto el baño. ¿Un estudio? Algo así. Está bien, me viene de maravilla. Es fácil de limpiar. La cocina tiene todo lo necesario. Pero... ¿por qué cojones está tan lejos de la escuela? Bueno, supongo que está justo al lado de la estación de metro, así que no es para tanto, pero es desconcertante. Le doy la última calada a mi cigarrillo del desayuno y lo apago en el cenicero, que se llena rápidamente. Tengo que acordarme de tirarlo luego. Puede que sea un cabrón violento, pero no soy un vago. Vamos a desayunar de verdad , ¿vale? Me preparo unos huevos con beicon. Nada extremo. No soy chef ni nada, pero un cuerpo como el mío necesita la energía adecuada. Sobre todo porque me gusta fumar. Es un vicio desagradable, pero me ayuda a mantener la cordura.
Tengo algo de tiempo libre, así que me relajo en la cama viendo lo mejor del reciente Campeonato de Lucha Interespecies. Casi siempre son dinosaurios contra dinosaurios, pero a veces algún humano loco llega lo suficientemente lejos como para ser famoso. También ha habido un par de campeones neandertales, así que eso es genial. La alarma que puse para no distraerme suena justo cuando veo a un carnotauro recibir un golpe en la cabeza con la cola de un anquilosaurio. Meto el teléfono en el bolsillo y me levanto, estirándome. Con cuidado, me toco la nariz. Todavía me duele un poco, pero no está rota. Si vuelvo a ver a esa zorra... no, maldita sea, D. Cálmate. Ya no puedes hacer esas mierdas. Solo tienes que mantener la calma hoy. Relájate. Nadie te va a perseguir. Puede que sean unos cabrones pesados, pero solo fueron cosas de gimnasia. No hay razón para preocuparse por eso... todo va a estar bien.
...
De nuevo en el metro. Parece que hay mucha gente igual. Supongo que es así. Todos tienen el mismo trayecto, día tras día. Hay una chica al otro lado del vagón. Una mujer de negocios. La falda le queda un poco corta... la verdad es que está bastante buena. ¿Qué cojones? ¿Otra vez con esta mierda? Me estoy volviendo loco. Por suerte, mi confusión interior se distrae pensando: «Dios mío, ¿por qué se ha puesto tan oscuro?». Oigo un carraspeo y entonces la voz más grave que he oído en mi vida retumba justo a mi lado, estremeciéndome.
-¿Cómo le está tratando St. Hammond hasta ahora, señor Fault?
Me vuelvo hacia el sonido y estiro el cuello. ¡mierda!, Este tipo es un gigante. ¿Acaso la cabeza de este tipo toca el techo? ¿Cómo ha podido caber aquí su enorme culo? Es una... ¿ballena? O algo así. El tipo lleva un traje de lujo con corbata amarilla y un símbolo raro prendido en el pecho.
"Bien, supongo. ¿Cómo te fue?"
Él sonríe.
"Está claro que vas a la escuela. La más cercana es St. Hammond, y ya sé de un nuevo estudiante humano, si no te importa que te haga un perfil."
Extiende su mano grande y carnosa para estrecharme la mano.
"Puedes llamarme Sr. Ferris."
Como no quería ponerme del lado malo de este titán, dejé que moviera mi mano en su gran guante con un gesto de la cabeza.
"Me parece justo, supongo. No es que haya tantos skinni-uh, Humanos por aquí."
Arquea una ceja al ver mi casi balbuceo, pero no insiste. Niega con la cabeza con una sonrisa y luego se vuelve hacia mí.
"Dejando a un lado las reuniones, me gustaría conocer sus opiniones sobre la escuela hasta el momento. Sé que el año acaba de empezar, pero incluso esta información temprana me resulta útil."
¿Qué? ¿Quiere que lo delate? Hago una mueca.
"¿Tengo que hacerlo?"
Él tararea suavemente.
"No, no especialmente, pero lo agradecería mucho, ya que es importante para un trabajo mío."
Lo miro con los ojos entrecerrados. ¿Este tipo es un federal? El Aparta la mirada, gruñendo para sí mismo y luego me mira de nuevo.
"¿Por qué estoy siendo tan reservado? Estoy aquí para auditar tu escuela. Ver a los profesores, conocer a los alumnos, asegurarme de que sea un lugar de aprendizaje adecuado. Ojalá fuera algo que valiera la pena mantener en secreto. Pero La mayoría de las veces, solo son papeleo y política de oficina."
Lo miro fijamente, asintiendo lentamente, como si fingiera saber qué demonios está diciendo. ¿Qué opino de St. Hammond hasta ahora? Me muerdo el interior de la mejilla buscando una respuesta.
"No estoy acostumbrado a una escuela como esta. Como probablemente te habrás dado cuenta, no soy precisamente de los que se dedican al arte. Seguro que todos los profesores del edificio tienen mi expediente. Solo estoy aquí porque es mi última oportunidad. Una metedura de pata más, y me iré a un campamento militar por un tiempo. Pero... no sé, de momento no la odio. No soy precisamente sociable, así que me está poniendo de los nervios, pero supongo que todos son amables, aunque no paran de quejarse. Los profesores parecen bastante tranquilos."
Mi garganta se pone un poco ronca. Hacía tiempo que no hablaba tanto. Ferris asiente.
"Ya veo. ¿Algún favorito?"
Yo... solo he conocido a uno. Pero, bueno.
"Sí. El entrenador Solly. Un tipo genial. Aunque los demás parecen apasionados por lo que hacen, lo que sin duda es un gran avance respecto a los imbéciles de mis antiguas escuelas, que solo estaban allí por el sueldo."
Él se ríe entre dientes y el sonido golpea mi pecho como un tambor.
"Me alegra mucho oír eso. ¿Y qué hay de tus compañeros? ¿Hiciste amigos?"
Mi ojo se contrae.
"No soy realmente del tipo que 'tiene amigos'".
Él arquea una ceja.
"Vamos, seguro que hay otro estudiante con el que al menos tienes una relación amistosa."
Ese tonto cabrón del gimnasio me viene a la mente, con su sonrisa tonta y su pulgar hacia arriba. Sí, supongo que está bien. Gruño.
"Sí, lo hay. Está bien. Aunque no le interesa mucho hacer amigos."
Él me mira con más intensidad y su mirada se vuelve de neutralidad clínica.
"¿Por qué crees eso?"
¿Qué? ¿Me está interrogando? Lo miro fijamente a los ojos, pero no me juzga. O si lo hace, lo disimula muy bien.
"Yo... simplemente no."
No parece convencido. Mi ojo vuelve a temblar.
"¿De verdad crees que quieren ser amigos míos? ¿Un chico skinnie y enfadado que claramente tiene problemas enormes? Por favor. Ni siquiera yo quiero ser amigo mío."
Ruge contemplativamente, mirando fijamente al vacío por un breve momento.
"Ya... Veo..."
Él me mira con una ceja arqueada.
"¿Y de verdad estás realmente seguro de eso?"
Abro la boca para contraatacar con rabia, pero las palabras no salen de mi garganta. Retrocedo. ¡Maldita sea! ¿De verdad está pasando esto ahora mismo?
"Yo... no, no lo... se."
Él asiente, como si esperara esa respuesta de mí. Genial. Viejo enorme y sabio.
"Bien. Nunca es tarde para intentarlo, Sr. Fault. La soledad es una de esas cosas que se escabullen en la vida de uno, y para cuando te das cuenta que ello es un problema, ya es demasiado tarde. Sea cual sea tu pasado, no dicta tu futuro. Pero estoy seguro de que no quieres escuchar a un viejo como yo dándote consejos de vida..."
Me observa más de cerca, inclinándose. ¿Está... mirando mi cicatriz? Se inclina hacia atrás, mirándome de una manera que me hace pensar que esto no tiene nada que ver con la escuela.
"No... quiero entrometerme, pero... ¿de dónde te sacaste esa cicatriz, jovencito? Tiene un aspecto... bastante salvaje."
Arqueo una ceja. Normalmente la gente no se molesta en preguntar.
"Le di una paliza a un tipo y un par de días después me atacó con un cuchillo. Casi me mata."
Sus cejas se levantan en señal de sorpresa.
"¡Dios mío! Sabía que los jóvenes eran alborotadores, pero nunca había oído hablar de algo así."
Oh. Este tipo es de esos viejos, ¿eh? Je.
"Claro, señor Ferris. Pero no fue por Volcaldera. Solo un par de cavernícolas matándose por tonterías. Yo no me preocuparía por si pasaba en Hammond."
A menos que yo... vuelva a estallar, claro. No puedo evitar hacer una mueca al pensarlo. El Sr. Ferris vuelve a tararear.
"Espero."
El resto del viaje pasó rápido, el Sr. Ferris seguía intentando charlar conmigo, y yo le hacía caso al viejo cascarrabias. No parecía malo. Al bajar del metro, me dio su tarjeta. Para ser un tipo que podría conquistar fácilmente a quien quisiera, es un tipo recto... No me importaría volver a hablar con él.
...
El entrenador Solly me detiene de camino a la clase de gimnasia y me entrega una bolsa con ropa deportiva. Se gira para prepararse para la clase antes de detenerse. Gira la cabeza y me mira fijamente, pero no dice nada. Una pregunta silenciosa.
'¿Estarás bien hoy, chico?'
Asiento. El me dedica una cálida sonrisa, lo cual me sorprende. ¡Rayos! Vale. Después de cambiarme, todos se alinean como siempre mientras el entrenador Solly camina de un lado a otro. Naturalmente, Damien se para a mi lado, observándome con su sonrisa tonta y boba. En cuanto todos están en posición, Solly empieza a hacer lo suyo.
"¡MUY BIEN, GUSANOS! HOY TRABAJAREMOS EN SU SISTEMA CARDIOVASCULAR. CON ESO ME REFIERO A UNA BUENA CARRERA DE UN KILOMETRO A LA ANTIGUA. ¡QUIERO QUE TODOS ESTÉN EN LA PISTA AYER!"
La boca de Damien se abre para decir alguna tontería.
"Y NO, DAMIEN, ESO NO SIGNIFICA QUE QUIERA QUE VIAJES EN EL TIEMPO. A MENOS QUE, POR SUPUESTO, TE REFIERAS A CORRER TAN RÁPIDO QUE LLEGUES A 141.6 KILOMETROS POR HORA!"
Eso me saca un poco de gracia, y veo a Damien mirándome de reojo, Divertido, mientras el le sonríe a Solly y le levanta el pulgar. Solly niega con la cabeza y resopla, antes de aplaudir.
"¡HAZLO DOBLEMENTE AHORA, PRINCESITAS!"
Salimos a la pista. Probablemente podría destrozar a estos idiotas, pero después de lo de ayer, me quede en la lista de lesionados. Me dejo revasar hacia atrás a propósito, manteniendo un ritmo extremadamente tranquilo. Estoy entrando en mi ritmo de acidez láctica cuando una voz me llama la atención mientras troto.
"Hey, D. Qué amable de tu parte pasarte. ¿Cómo estás?"
Miro hacia atrás. Es Damien. Arqueo una ceja.
"¿Qué haces aquí atrás? ¿No deberías estar dándole una paliza al resto de estos debiluchos?"
Él sonríe.
"Haciéndole compañía a mi nuevo amigo, por supuesto. ¿Qué estás haciendo?"
Resoplo, mirando hacia delante.
"¿Corriendo?"
Lo oigo reír.
"¡Lo estás haciendo muy bien entonces!"
Una pausa.
"Entonces, eh... sobre ayer. ¿De verdad ibas a golpear a Mia?"
Mia, ¿eh? Debe ser el cabrón carmesí. Me chupo los dientes con fastidio.
"¿En ese preciso instante? Sí, iba a matar a esa carmesi zorra".
Miro a Damien y él parece un poco sorprendido.
"Eh... bueno... me alegra que estés mejor hoy, tío. A veces puede estar un poco irritable, pero era solo un juego, ¿no?"
Ugh. Vuelvo a mirar hacia delante, gruñendo.
"Sí. Fue mi culpa. Tengo problemas de ira."
En esa ocasión, se ríe.
"¡Oye, ella también!, Son tal para cual, no?"
Lo miro de nuevo y mi mirada no hace nada para disuadir la estúpida sonrisa en su rostro.
"Hey, solo te estoy tomando el pelo. No te preocupes, ¡creo que encajarás de maravilla aquí! De hecho, ¡deberías sentarte con nosotros a la hora del almuerzo! Así podremos darte la bienvenida como es debido."
Eh...
"¿Almuerzo?... sí, vale-"
"¡FAULT! ¡DAMIEN! ¡NO TE QUEDES ATRÁS!"
La voz de Solly me saca de mi ensoñación. Mierda, solo estábamos bromeando aquí atrás, el resto de la clase va muy por delante. Damien se ríe entre dientes.
"¡Ups! ¡Mejor alcanza a los demás antes de que Solly saque la 'Medida Punitiva'!"
No quiero saber qué es eso. De todas formas, miro a Damien. Una sonrisa burlona se dibuja en la comisura de mis labios.
"Te juego una carrera hasta la meta, payaso."
Él... Hace un pog?. ¿Qué?
"¡Listo! ¡Vamos a volar!"
Antes de que pueda decir otra palabra, Damien deja de trotar y se lanza a toda velocidad. ¡Madre mía, qué rápido es este tipo! Acelero al máximo y apenas puedo seguirle el ritmo. Mantenemos el ritmo todo el tiempo, superando a la clase al menos una vez. Nunca consigo superarlo, y para cuando terminamos, estoy completamente sin aliento. ¡Joder! Me arden los pulmones. Tengo que dejar de fumar tanto, ¿a quién engaño? Freno derrapando y pongo las manos en las caderas, levantando la cabeza e intentando tragar todo el aire que puedo con firmeza. Damien parece estar de maravilla.
Solly hace sonar su silbato y se acerca mientras el resto de la clase termina la carrera.
"¡BUEN TRABAJO, GUSANOS! ¡SIGAN ASÍ Y SERÁN SOLDADOS!"
Me mira de reojo. Sonríe con picardía y me levanta el pulgar. Retrocedo un poco, pero le devuelvo la sonrisa con suficiencia, devolviéndole el pulgar. Asiente y vuelve a centrarse en el resto de la clase.
"¡BUENO, ESO ES TODO POR HOY! ¡VAYAN A LOS CASILLEROS, PRINCESITAS!"
Gira sobre sus talones y regresa a la escuela. Damien se acerca a mí, sonriendo ampliamente y extendiendo el puño para que lo choque.
"¡Buen trabajo, amigo!"
Mi respiración se calma y miro su puño... sí, vale. Este tipo está bien. Chocamos los puños y nos unimos al resto de los estudiantes mientras nos dirigimos a nuestro vestuario. Me charla sobre mis aficiones y demás. Cuando menciono las MMA, vuelve a hacer un pog, pidiéndome que le enseñe algunos movimientos algún día. Yo... sí, claro. Me cuenta la historia reciente de St. Hammond, la mayor parte me da igual . Nuestras taquillas no están juntas, así que eso mata la conversación por el momento. Suena el timbre y volvemos al pasillo, vestidos con nuestra ropa habitual. Saludo a Damien con dos dedos mientras me alejo para ir a mi siguiente clase. La voz de Damien resuena por el pasillo detrás de mí.
"¡No lo olvides! ¡Almuerzo con los amigos!"
Levanto una mano y saludo con la mano en señal de reconocimiento sin volverme para mirarlo. Mientras camino a mi siguiente clase, me doy cuenta de lo extraña que es la arquitectura de los dinosaurios. Obviamente, la mayor parte parece normal, pero hay pequeñas modificaciones extrañas aquí y allá. Como fuentes de agua altas como un demonio. No es nada demasiado loco, pero de todos modos nunca había visto nada igual. Miro mi hoja de horarios, concentrándome en mi siguiente clase. Diseño Artistico, DA. Oh, eso es genial. Puedo trabajar en algunos diseños de graffitis. Parece que está en el segundo piso. Esta ala de la escuela es como, interior barra exterior. Techos y paredes abiertos. Eso también es otra cosa que nunca había visto antes. Hay desagües por todas partes aquí, y me doy cuenta de que sí llovia podría ser un problema con un diseño como este.Igual eso no quita que Este es un lugar genial. Me pregunto si podría salirme con la mía graffitiano en algún lugar. Pronto estoy en la puerta de mi siguiente clase, y quizás como si el destino me leyera la mente, la puerta misma está cubierta de pintura y chapas de diferentes estudiantes. No son "graffitis" de verdad como los míos, pero... bueno, qué bien. Entro justo cuando suena el timbre. Como era de esperar, como soy el último, todos los asientos están ocupados menos uno, que está bastante cerca del frente. El ambiente es desenfadado. Algunos parecen estar pasando el mejor momento de su vida, mientras que otros parecen estar a punto de irse.
Y luego está el profesor. Un pterodáctilo macho, muy elegante con chaqueta blanca, chaleco negro y corbata roja. Lleva el pelo rubio recogido en una coleta y una cresta negra le sobresale de la cabeza casi como una corona real. Parece... cansado, por alguna razón. No sé porque. Pero definitivamente no es por la vejez, no es tan viejo. Me mira fijamente, esperando a que me siente. No parece que me meta prisa, pero debería ir corriendo. Me deslizo al único asiento disponible, pero mientras lo hago, el profesor nos mira con extrañeza. Sin embargo, a nadie, salvo a unas pocas personas, parece importarle su presencia. Oigo susurros detrás de mí.
"¿Dónde estaba ayer?"
Los cabrones ya están hablando de mí.
"Oye, no me quejo por tener menos trabajo".
¿Qué?
"Sí, ¿pero el primer día?"
Me doy cuenta. ¿El profesor tampoco estaba? ¡Rayos! Su primer día también, ¿eh? No se perdió nada ayer. ¡Perfect-
¡¡¡WHAM!!
Golpea su escritorio con ambos puños, y el sonido resuena por toda la habitación. Todos callan la boca al instante. Pensé que se vería enojado, pero... ¿está... sonriendo? ¡Rayos! Tiene una sonrisa de campeón. Se lanza hacia adelante, señalando dramáticamente al techo con el dedo.
"¡Bien entonces!"
En la otra mano sostiene un palo de metal con un medio circulo al final del mismo.
"¡Buenos días clase!"
Todo se vuelve blanco. No puedo contener el gemido que se me escapa de la garganta, seguido rápidamente por maldiciones en voz baja que ofenderían a cualquier persona razonable. Oigo un pequeño «snrk» a mi lado. ¿Qué demonios? Me froto los ojos hasta que mi visión vuelve a la normalidad, pero antes de que pueda descifrar qué era ese ruido, la profesora sigue hablando.
"...¡y bienvenido a DA Diseño artistico!"
Él levanta ese maldito palo otra vez y me estremezco, pero no pasa nada.
"Esto es una sartén descapotable. La vi ayer en una tienda de antigüedades y pensé que sería una buena introducción. No tiene importancia. ¡De hecho, no sirve para nada!"
Lo tira sin más a la basura y se rompe en mil pedazos. ¡Gracias a dios!
"Disculpen mi ausencia de ayer, tenía asuntos que atender en otro lugar. ¡Me llamo Sr. Iadakan!"
Como si fuera un mago, saca un rotulador y escribe con destreza su nombre en la pizarra con una caligrafía perfecta . Nada mal. Ya he hecho un par de grafittis así.
"¡Y seré tu guía mientras exploramos la inmensidad del mundo creativo! No perdamos el tiempo, ¿de acuerdo?"
Nunca he tenido un profesor así. El entrenador Solly es genial, pero a este tipo... parece que le importa un bledo.
"Esta primera semana, profundizaremos en la historia de los fundamentos del arte. ¡Quizás también hagamos una pequeña prueba de fuego para despertar tu creatividad!"
Un par de personas empiezan a murmurar, pero no me importa lo suficiente como para escuchar. Quizás esto es lo que necesitaba. Puedo simplemente... concentrarme en mis grafittis. Vaya, quizás a la gente le guste. Apoyo la barbilla en el puño, imaginando uno de mis murales en el pasillo administrativo. Una voz me saca de mi ensoñación.
"Por ahora, me gustaría que todos abrieran su libro en la página 3".
¿Libro? ¿Qué maldito libro? Me doy la vuelta y miro a mi alrededor. Claro, todos los demás tienen libros. Debieron de haberlos comprado ayer. Otra gran cagada para Fault.
"Bueno, clase, comenzaremos con-"
Levanto mi mano.
"Ehm.., señor Iadakan. Todavía no tengo ningún libro."
Él arquea una ceja.
"No tienes... ¿cómo? El sustituto los repartió todos ayer... ooooh."
Él me mira fijamente, pensando en algo.
"Se dice que un chico nuevo fue golpeado tan fuerte durante un partido de balón prisionero que casi mata al culpable y se fue a casa temprano".
Me burlo.
"¿Enserio?"
Él sonríe.
-¡Ho! Entonces, nada. ¿Eres el Sr. Fault?
Asiento y él me devuelve el gesto.
"Dadas las circunstancias, lo dejaré pasar. Por ahora, ¿por qué no lo compartes con algún compañero? Después de clase te escribiré una nota para que se la entregues a la bibliotecaria."
Ugh. Mierda. Le doy un pulgar hacia arriba a regañadientes y me vuelvo hacia la persona que está sentada a mi lado.
"Oye, escuchaste a iada-"
Espera un segundo, carajo. Es ella. Oh, mierda. La loca de la silla de ruedas de ayer. Parece enfadada... espera, ¿acaso me está mirando? Me aclaro la garganta.
"Ya oíste al hombre. Desliza el libro. Solo tengo que hacerlo por hoy."
Me mira fijamente y gruñe por lo bajo, acurrucándose sobre las páginas como si fuera a robarle el libro. Pongo los ojos en blanco y me recuesto en el asiento. Da igual. Iadakan la mira y habla.
"Olivia, vamos, compártelo con él solo por esta vez. Ya le dije que resolvería el problema personalmente, así que ayúdame, ¿de acuerdo?"
Se recuesta en la silla y suspira, girando la cabeza en silencio. Se inclina hacia adelante y, sin siquiera molestarse en mirarme, apenas acerca el libro hacia mí. Resoplo. Lo escucha, ¿eh?
"Gracias."
Muevo mi escritorio para poder mirar esta maldita cosa sin romperme el cuello. Saco un cuaderno de mi mochila, sacando un bolígrafo de la encuadernación metálica. Iadakan empieza a leerlo como si fuera la Biblia o algo así, y yo hago todo lo posible por seguirlo y anotar todo lo que me parece importante. No puedo permitirme el lujo de relajarme. Una de mis condiciones es mantener una buena nota para aprobar. ¡Dios mío! ¿Tiene este tipo que poner énfasis en cada palabra que dice? Mejor copio la maldita página ahora mismo. ¡A la mierda con esto! Mi mirada se desvía hacia las notas de la chica caimán y...
scrtch sctrch sctrch
¡Maldita sea! Mira esas garras. Se le deslizan de nuevo en los dedos al retraerlas, se limpia la punta con una toallita y... ¡ahí están de nuevo! Sumerge la garra del índice en un charquito de tinta naranja en su escritorio. ¡Madre mía! Está usando la garra como bolígrafo.
"...impresionante."
Sus ojos plateados se dirigen hacia mí.
"¿Qué?"
Oh. ¿Lo dije en voz alta? Joder.
"Tu garra. Con la escritura. Eso es genial."
Un pequeño destello carmesí le recorrió las mejillas. Se encogió y se inclinó sobre sus notas, ocultándolas de mí. Tímida, ¿eh? En fin. Debería estar concentrada en mi cosas... pero... Mierda. No puedo. Estoy demasiado interesado en lo que hace esta chica. La observo de reojo mientras su garra sigue rellenando notas, dejando la página solo para llenarse las garras con tinta de un tintero casero grabado en el escritorio. Las garras se extendieron de nuevo. Oí un leve ruido sordo. ¿Qué? ¿Está a punto de llover?
¡Grrrr!
"Ey."
Oh, mierda. Estaba mirando demasiado, obviamente. Volví a mirar mis notas.
"Culpa mía."
Vuelve a centrarse en el libro. Maldita sea, no le gusta que la miren. Lo entiendo. Joder, tengo que empezar a prestar atención. Pero esta chica... Siento que me va a apuñalar en cualquier momento. Espera... . Ahora mismo no está escribiendo nada. ¿Dibuja? Me da igual. No debería. Pero tengo que ver esto. Hago ese bostezo falso, inclinándome hacia atrás y apoyando la columna en la silla. Veamos qué tenemos aquí... mierda. ¿Soy yo? Es imposible. Esa es mi cicatriz. Es... jodidamente genial. Nadie me había dibujado así antes, tan estilizada y esas cosas. O sea, ayer estaban esos bichos raros, pero... no lo hacían así. Hombre. Tengo que mirar esto más de cerca. Me inclino hacia delante, encorvándome hacia ella.
"Hey."
Ella me mira.
"Esa mierda esta increible. ¿Puedo verlo?"
Me mira de nuevo, pero lo saca lentamente para enseñármelo. Hombre, de cerca se ve aún mejor. No soy un tipo especialmente musculoso, pero soy delgado, tengo fuerza donde importa. Tiene todos los contornos, y mi cicatriz. Es perfecto. Ah. Dibujó una pistola disparándome en la cabeza. Qué clase. Aunque es un poco gracioso. Sonrío con suficiencia.
"Una mierda realmente elegante."
Ella pone los ojos en blanco y empieza a retirar la página, pero yo empiezo a buscar en mi bolsillo.
"Espera, déjame tomarle una foto con mi teléfono".
Ella hace una pausa.
"...¿Por qué?"
...eh. No lo sé.
"Creo que es realmente genial. Nadie ha hecho algo así por mí, quiero recordarlo".
Ella continúa mirándome y de repente me pasa el papel.
"es tuyo."
Arqueo una ceja.
"¿Segura?"
Ella asiente.
"Ni lo menciones."
Me encojo de hombros. Bueno. Lo dejo sobre mi escritorio para que se seque la tinta. Ella... es genial. El resto del periodo transcurre con una lentitud agonizante. Enseguida suena la campana. ¡Sáquenme de este cementerio! La chica caimán se aleja en su silla de ruedas mientras me levanto, pero Iadakan me llama.
"Quédate un minuto, D."
Me acerco al escritorio de Iadakan mientras un par de estudiantes me miran al irse, a lo que les devuelvo rápidamente una mirada furiosa, lo que les hace apresurar el paso. ¡Fuera de aquí! Redacta una nota y me la entrega.
"Solo muéstrale esto a la bibliotecaria y ella te entregará tus libros. ¡Vámonos ya!"
Le hago un saludo con dos dedos mientras me desvío rápidamente a la biblioteca a recoger mis libros. Me llega el pensamientos sobre algo que teng... Ah si ahora lo Recuerdo tengo Iadakan en dos clases. Fotografía. Es algo en lo que pensar más tarde. Hora de comer. Llego a la cafetería y no puedo evitar sorprenderme. Es un puto manicomio aquí. Hay cabrones colgando de las lianas. La comida vuela por todas partes. El guardia de seguridad no hace nada. ¿Es normal? Supongo que sí. Me pregunto qué tienes que hacer para que ese tipo se mueva. Me recuerda un poco a mis antiguos colegios, en cierto modo. Aunque hay menos violencia real. Observo la sala. Todos ya están sentados con sus amigos... . En fin, no buscaba hacerme amigo de nadie. Empiezo a intentar averiguar cómo coño voy a abrirme paso entre esta multitud cuando oigo una voz detrás de mí.
"¡Yooo! ¡Deester!"
Alguien intenta darme un golpe con el hombro, pero lo agarro con el brazo rígido y me doy la vuelta, con el puño en alto, listo para golpear a un cabrón. Ah. Es Damien, sonriéndome como si no fuera a darle un puñetazo en el ojo.
"No hagas eso, joder."
Él se inclina hacia atrás tímidamente, frotándose la parte posterior de la cabeza.
"¿Qué? ¿Ya te olvidaste de mí? No tienes adónde ir, ¿verdad?"
Yo gruño.
"No, realmente no."
Él asiente.
"¡Bien! Vamos, Sigueme."
¡Joder! Ya le dije que sí. Me hace señas para que lo siga a través del atasco de cuernos y garras. La gente intenta empujarme y apartarme a codazos, pero cada vez que intento apartarme, recibo un empujón y un gruñido tan furioso que los hago correr. El ruido se intensifica y oigo algo sobre una guerra territorial cuando una silla de acero cae al suelo. ¡Madre mía!, quizá este sitio sea más duro de lo que pensaba. Bueno, esto se está volviendo ridículo. Estoy a punto de empezar a dar golpes. Damien me lleva al fondo de la sala, a su mesa de siempre. Me sonríe emocionado mientras salgo del grupo de estudiantes alborotados.
"¡Oye, estás vivo!"
Me burlo.
" Alguien estaba a punto de morir, eso es seguro."
Él se sienta y me hace un gesto para que me vaya.
"¡Eso es precisamente el espíritu escolar que estás sintiendo!"
¡Dios mío, este tipo! Me estiro un poco y miro su mesa. Vacía, salvo por otra persona...
Es ella otra vez. Me mira con una ceja enarcada, sin gracia. Yo le devuelvo la suya.
"Tenemos que dejar de reunirnos así."
Los ojos de Damien se abren de par en par.
"Oh vaya, ¿conoces a Olivia?"
Me deslizo en una silla, inclinándome hacia adelante sobre mis codos.
"Claro. Está en mi clase de arte".
Él hace un pog.
"¿Por qué no me dijiste que ya se conocían?"
Le miro desconcertada.
"Damien, ayer me fui temprano a casa y la clase que tengo con ella es después de la que tengo contigo. ¿Eres retrasado mental?"
Olivia intenta contener un bufido, pero no puede, mientras Damien se recuesta en su silla, como si tuviera que reflexionar sobre lo que dije. Entonces asiente como si acabara de desvelar los secretos del universo.
"¡Ah! Vale, ya lo entiendo. ¡Aun así, suena genial! ¡Todos mis compañeros de almuerzo son artistas!"
Arqueo una ceja.
"¿Todos? Me parece que solo están tú y ella aquí."
Él asiente.
"Sí, normalmente hay una tercera en nuestro grupo, pero está por ahí liada con asuntos de la escuela. Probablemente vuelva mañana. Los asuntos del consejo estudiantil no pueden durar tanto , ¿verdad?"
Yo gruño.
"¿Para qué quiere a esos malditos narcos?"
Damien se ríe.
"¡Ella no necesita nada de ellos, ella está en esto! ¡Es la tesorera!"
Mi expresión se vuelve inexpresiva. ¿Cómo demonios encuentro a todos los narcos y me hago amigo de ellos? .
"¿Qué opinas, Olivia?"
Ella solo gruñe, sin siquiera molestarse en levantar la vista de su bandeja. Un alma gemela. Le doy un golpecito en el hombro con el dorso de la mano para llamar su atención.
"Oye, ¿no eres tú también artista?"
Él niega con la cabeza.
"No, no tengo paciencia para quedarme sentado durante horas así".
Yo resoplé.
"¿Tienes TDAH o algo así?"
Él frunce el ceño y Olivia vuelve a resoplar.
"No sé qué es eso."
Le hago un gesto para alejar el tema.
"Olvídalo. Esta escuela parece tener muy buenos cursos de arte, ¿por qué no las aprovechas?"
Él se encoge de hombros.
"Realmente no los necesito. Mi casa está muy cerca. La única otra artista aquí hoy es Olivia, supongo."
Me muerdo el interior de la mejilla.
"No, soy... un tipo especie de artista."
Eso llama la atención de ambos. Damien se inclina hacia adelante.
"¿Ah, sí? ¿Qué te gusta hacer?"
Me inclino hacia atrás.
"grafiteo... . Ya sabes, ¿grafitis? ¿Pintura en aerosol?"
Frunce el ceño. De repente, Olivia parece desinteresada otra vez. ¡Uf!
"¿Eso no es ilegal?"
Resoplo de nuevo.
"Si eres narcisista. Toma, tengo algunos guardados en mi teléfono".
Lo saco. Mi teléfono que es una porquería, Pero su cámara es realmente buena para lo que era. Beneficios de tener una familia asquerosamente rica, aunque odiara aprovecharme de ello. Abro mi galería y navego a la carpeta donde guardo algunas de mis piezas favoritas. Un par de piezas de Calligraffiti, pero sobre todo un montón de Sharps y Blockbusters. La mayoría de mis piezas están acompañadas de un autorretrato estilizado y melancólico de mí mismo, con la cicatriz muy acentuada. Basé el estilo en una mierda japonesa sobre boxeo que vi hace mucho tiempo y que me gustó. No recuerdo el nombre. Es como mi firma, más o menos. Le paso el teléfono a Damien, que recorre la galería, haciendo 'ooo' y 'aaa' a cada una. Intenta enseñarle algunas a Olivia, pero ella solo gruñe cada vez, sin parecer impresionada. Sin embargo, me lanza algunas miradas extrañas. Maldita sea, perra. Eso es frío. Pronto tengo mi teléfono de nuevo en mi bolsillo y le hago una pregunta.
"¿Cuál es tu Jawn?"
Me mira igual que yo miré a Damien antes. Uy. Jawn es la jerga local de mi ciudad.
"Me refería a lo que haces. Como el arte. Vi tu boceto antes, pero me da la sensación de que no es tu especialidad."
Su boca se mueve, pero no oigo nada por encima del bullicio de la habitación. Me inclino hacia delante.
"¿Qué?"
Frunce el ceño y lo intenta de nuevo. Nada.
"No puedo oírte, joder..."
Golpea la mesa con fuerza y suelta un gruñido, alzando la voz mientras sus labios se curvan hacia atrás y revelan sus enormes filas de dientes. ¡Uf! Creo que la mesa se dobló un poco.
"YO PINTO."
Damien se sobresalta y levanta las manos hacia ella en un intento de calmarla.
"¡Guau, hey!"
Maldita sea. Suena tan áspera. No me había dado cuenta. Suena como yo después de fumarme un paquete entero en treinta minutos. Frunce el ceño y vuelve a su comida. Damien la mira y levanta la cabeza de golpe.
"¡Vaya! ¡Llevamos un buen rato sentados!"
Levanta un filete con aspecto asqueroso y le arranca un trozo. ¡Malditos dinosaurios! Miro la fila del almuerzo. Ni hablar de sacar algo de eso. Creo que acabo de ver a alguien hacer un suplex volador desde las lianas. Damien tararea mientras devora el trozo de carne que tiene en la garganta.
"Oh, probablemente debería haber esperado a que tuvieras el tuyo. ¡Ups!"
Baja de nuevo y levanta la mandibula superior, Aplastando el filete contra la su parte inferior de la mandibula mientras lo aplasta con saña. ¡Dios mío!. Pero un chirrido de la goma atrae nuestra atención hacia Olivia. ¿Ella Derrapa la rueda de su silla para llamar nuestra atención? ¡Qué listo! Damien decide hablar.
"...¡Oh! ¿Qué pasa?"
Señala con la cabeza las puertas del patio, donde hay unas máquinas expendedoras. Me chupo los dientes.
"Genial. Papas fritas y un refresco para almorzar. Justo lo que necesita un niño sano y en crecimiento."
Una leve sonrisa se dibuja en su rostro por un breve instante antes de desvanecerse tan rápido como apareció. Me levanto y me dirijo hacia la puerta. Vaya, ¿aceptan tarjetas de crédito? ¡Qué pasada! Ah, Hay bebidas deportivas. Al menos puedo fingir que esto saludable. Agarro un surtido de cosas, lo suficiente para picar a lo largo del día y mantener la energía. Al agacharme para recoger mis jugosas recompensas, veo a la agresora caimán mirándome. Se da cuenta de que la he visto y se encorva de nuevo rápidamente. Qué chica tan rara... uf. Supongo que debería comprarles algo. Que le den un par de refrescos. Todavía no me gustan lo suficiente como para comer chocolatinas. Vuelvo a la mesa con mi botín y le deslizo un refresco a Damien. Otro pog. A este tipo le gusta mucho hacer eso, ¿verdad?
"¡GUAU, AMIGO!"
Inmediatamente lo agarra y le da un mordisco al fondo de la lata, perforándolo y enviando la basura azucarada por su garganta. Ruedo el de Olivia hacia ella y ella me mira con recelo. Le devuelvo la mirada.
"¿Qué? Te vi mirándome con los ojos. Bébetelo."
Ella entrecierra los ojos y refunfuña mientras la toma y la abre. Damien termina su lata con un bufido de alegría y lanza la lata vacía lejos.
"Mm. Ambrosía de cafeína. ¿De qué hablábamos antes? ¡Del arte de Olivia! Cierto."
Él se inclina hacia mí, gesticulando salvajemente.
"¡Es realmente buena, Deester! ¡No te lo creerías!"
¿Se va a quedar esta mierda de Deester? Da igual. No es el peor apodo que he tenido. Asiento, animándolo a continuar.
"Ella ganó premios y esas cosas".
Mis cejas se levantan.
"¿Puedo verlos?"
Damien asiente y luego se gira hacia Olivia mientras va a sacar su teléfono, pero inmediatamente se distrae.
"¡Sí! ¡Tengo algunas fotos en mi teléfono! Este tipo es genial, ¿verdad, Olivia?"
Ella me mira de arriba abajo con el ceño fruncido, antes de volverse neutral.
"...¿No eres tú el tipo que perdió la cabeza ayer en el gimnasio?"
Estoy a punto de responder cuando Damien suelta un "¡Sí!" y respondo mirándolo con una mirada asesina. Suspiro, me inclino hacia atrás y cruzo los brazos.
"¿Fue realmente tan malo?"
Damien me mira y frunce los labios formando una fina línea.
"Estuvo bastante mal."
Olivia arquea una ceja.
"¿Qué fue lo que dijo?"
Damien se cruza de brazos, pensativo. Es como si no quisiera repetirlo, como si lo castigaran. Bah. Le ahorraré la molestia. Lo despido con un gesto y la miro.
"Una zorra me dio un buen golpe en la nariz con un balón prisionero. Empezó a sangrar por todas partes. Creo que Damien me dijo que se llamaba Mia."
Arruga el hocico con asco y arqueo una ceja. Quizá haya algo ahí. Continúo con mi discurso.
"Estaba muy cabreado. No recuerdo exactamente qué dije, pero la amenacé de muerte con muchas cosas. ¿Crees que la llamé puta rancia?"
Olivia abre los ojos de golpe y se tapa el hocico con las manos, intentando, sin éxito, contener la risa. No puedo evitar sonreír con suficiencia. Sí, a ella tampoco le gusta esa zorra.
"Solly tuvo que sacarme a rastras al pasillo. Estaba hecho una furia. Me mandó a casa para que me tranquilizara. Me alegro de que lo hiciera, si no, probablemente le habría dado una paliza."
Parece un poco sorprendida, estudiando mi rostro. Sus ojos recorren mi cicatriz. Le tiembla la boca como si estuviera a punto de preguntar algo, pero parece que se lo piensa mejor y se inclina hacia atrás, mirando hacia otro lado. Tarareo, inclinándome hacia adelante y mirándola fijamente.
"Es la cicatriz, ¿no? ¿Quizás pensaste que me la hice en un accidente horrible y no me gusta hablar de ello?"
Ella me mira de reojo.
"No es Nada de eso. Solo un imbécil que intentaba vengarse de mí por haberle dado una paliza. Casi me mata. Pasé una semana en el hospital y tuve que operarme."
Me mira lentamente mientras cuento historias de mis travesuras anteriores. Maldita sea... ¿qué demonios? Nunca hablo así de mi vida. Esta maldita escuela ya me está afectando. Me detengo a mitad de una frase y cierro la mandíbula. Gruñendo, me recuesto.
"No es nada. Es pura mierda. Ya no importa."
Damien me estudia atentamente.
"¡Rayos, amigo! Creí que era un alborotador".
Yo resoplé.
"Claro, esa es una palabra para eso. Oye, ¿cómo diablos se entera todo el mundo de Educación Física?"
Creo saber la respuesta, pero aun así miro a Damien. Se frota la nuca con torpeza.
"¿Quizás haya tenido algo que ver con difundir la historia?"
Le frunzo el ceño y él se encoge de hombros.
"¡Me pareció gracioso! No, eh... que te pegaran, ni nada. Mia se enfadó mucho después de eso. Parecía que quería ir a por ti, amigo."
Arqueo una ceja. ¿En serio? Continúa.
"Pero no te preocupes, todos aquí tenemos una historia vergonzosa. Una vez se me quedaron los volantes atascados en el baño."
Se da un golpecito en el pecho con el pulgar, como si estuviera orgulloso de haberlo admitido. Lo miro atónito.
"¿Y por qué carajo necesitaba saber eso?"
Olivia se inclina hacia delante, luciendo satisfecha.
"Le tomó una hora sacarlo".
Él asiente rápidamente.
"¿Ves? Todos tenemos algo."
Olivia bebe de un trago el resto de su refresco, con su rostro mirando a la nada, como si estuviera pensando en algo.
"Hmm."
Damien se inclina hacia delante y extiende uno de sus volantes para ocultar su boca de Olivia.
"¡Amigo, no la había visto hablar y reír tanto durante el almuerzo desde el año pasado!"
Arqueo una ceja.
"Dijo como cuatro cosas y gruñó como dos veces. ¿Qué? ¿Es esto un secreto de estado?"
Él asiente.
"¡Sí! ¡Como una reunión secreta! ¡Qué bien!"
Este maldito tipo.
"Sí, claro."
Él continúa.
"¡Pero sí, esto es algo especial! Se nota que te está tomando cariño."
Se vuelve a sentar. ¿Qué le pasa? Ella no quiere hablar, claro. ¿Por qué este matón se empeña tanto en que hable? ¿Por qué me importa? ¡Dios mío! Debería quedarme aquí y callarme la boca. Al menos tengo un sitio donde sentarme sin tener que lidiar con este agujero. De repente, una voz que me da miedo oír me saca de mi ensoñación.
"¡Ahí estás, D!"
Llama la atención de todos en la mesa. ¡Dios mío! No es él. Es el maldito parlanchín. Se acerca con la bandeja del almuerzo en la mano.
"¡Me alegra ver que pudiste almorzar esta vez!"
Damien le saluda con la mano.
"¡Oye, Ben! Supongo que tú y Deester ya se conocieron, ¿no?"
Él asiente.
"Sí. Nos encontramos ayer."
Damien sonríe.
"Hablando de golpes, ¡deberías haber visto a Deester aquí ayer!"
Se ríe entre dientes y me da una palmada en la espalda. La rabia me recorre la nuca. Ben me dedica una sonrisa llena de preocupación. Lo juro por Dios.
"Sí... sobre ayer."
Ben mira hacia el pasillo de bichos raros y le hace una señal a alguien con la cabeza. Ni de coña. A tres metros de nosotros... está esa estúpida zorra pelirroja. Su pelo rubio y tonto, su chaqueta de cuero de mierda. Empiezo a apretar los puños, las uñas clavándose en las palmas. Le hace un gesto para que se acerque, sonriendo y asintiendo. ¿Qué demonios estás haciendo? Ella le devuelve la sonrisa, pero es una de esas sonrisas.
"Está bien, está bien, tranquilos. Ya estoy aquí."
Se acerca, y noto que cualquiera que se cruza con ella se calla. Instintivamente, me pongo de pie; la silla se desliza por el suelo con un fuerte crujido. Se coloca justo delante de mí, mirándome como si fuera un pedazo de mierda. Una sinapsis salvaje se dispara en mi cerebro, y aprieto los puños con más fuerza. Siento que mis uñas me manchan la palma de la mano con sangre. Ben no parece captar la indirecta.
"D, eh... Mia aquí tiene algo que decirte."
No dice nada, pero se acerca a mí, quedándonos cara a cara. Se chupa los dientes y finalmente habla.
"...Lo siento..."
Ella comienza a sonreír y luego levanta sus dedos en posición de L sobre su cabeza, sacando la lengua.
"No quise dejarte como un idiota".
Mi vista se vuelve roja. Mis músculos se tensan. Ben hace una mueca detrás de ella. Ella ríe con frialdad y me rodea los hombros con el brazo. Antes de que pueda decir nada, la miro fijamente a los ojos con las pupilas temblorosas, recordando las palabras del entrenador Solly mientras apenas logro abrir la boca y sisear una amenaza.
"Si no quitas tus asquerosas y escamosas manos de esquivameteoros de encima, te arrancaré esa estúpida y maldita cola y te golpearé hasta la muerte con ella".
Sus ojos se abren de par en par, y de repente gruñe por un breve momento antes de que una mirada extraña cruce su rostro y retroceda, con las manos levantadas a la defensiva mientras su rostro vuelve a una sonrisa satisfecha.
"¡Perdón, perdón! ¡Solo intentaba ser amable contigo, skinnie! Unas bromas no le hacen daño a nadie, ¿no?"
Ben tira del de su sueter cuello.
"Uh, Mia... eso no es del todo..."
Ella se da vuelta y le dirige una mirada de cachorrito.
"Ah, buuu, ya sabes cómo soy."
¿Buuu? ¿Qué? Eso solo me saca de mi furia ciega y me deja en paz. Me doy cuenta de los hilillos de sangre que se acumulan en mis palmas. ¡Ay, mierda! Mantengo los puños cerrados para disimularlo. Ben sigue con cara de nerviosismo.
"Sí, lo sé, pero... prometiste que estarías..."
Ella le da una palmadita en el hombro.
"Más amable, lo sé. Y lo intenté."
Ella me mira con desprecio.
"Tal vez deberías darle una charla al calvo sobre eso."
Un gruñido silencioso se escapa de mi garganta mientras nos despide a todos con un gesto, y sigue lanzándome miradas asesinas mientras se escabulle entre la multitud. Damien me da un codazo en el costado.
"Amigo, creo que le gustas."
Me doy vuelta y le gruño a Damien en mi brumosa ira.
"Cállate la boca antes de que te pisotee los dientes."
Abre los ojos de par en par y balbucea una disculpa. ¡Joder! ¡Joder! Lo estoy haciendo otra vez. ¡Maldita sea! Me dejo caer en la silla aturdida, murmurando una disculpa a Damien mientras intento calmarme. Ben suspira, sentándose a mi lado.
"Lo siento, D. Escuché antes lo que pasó en Educación Física y até cabos. Mia..."
Levanto una palma ensangrentada para silenciarlo, mi voz tiembla.
"Ben, por favor. Ahora no."
Apenas ven la sangre, que empieza a gotear sobre la mesa. Todos parecen alarmados, incluso Olivia. Ben, sobre todo.
"¡Dios mío, D! ¿Estás bien? ¡Estás sangrando!"
Miro fijamente mis palmas.
"Supongo que sí."
Los siguientes momentos son un borrón mientras Ben y Damien me llevan a rastras a la enfermería. Parece que no le hace gracia verme, casi como si supiera que voy a ser una invitada recurrente en su oficina. Me lavo las manos y termino de vendarme justo cuando suena el timbre del almuerzo. Esta vez no puedo salir de la escuela tan fácilmente. Vuelvo a la habitación de Iadakan con dificultad. Fotografía. ¡Genial! Vuelvo al aula y veo al Sr. Iadakan allí, de pie, mirándome con la cámara en alto. Tiene el dedo en el botón, pero me mira de forma extraña y prefiere no disparar. Un "awww" colectivo recorre el aula. Estoy un poco confundida, pero voy y me siento junto a Ben. Iadakan empieza a recitar su programa de estudios, pero no le hago caso y me quedo mirando por la ventana, con la mente dando vueltas. Un montón de mierda que no me importa. Ben parece nervioso por estar cerca de mí. Bien. Mejor así. «No me hables». La voz de Iadakan se alza de repente, y me encuentro escuchándolo aunque no quiera.
"Ahora que ya has probado un poco, comenzaremos con tu primer trabajo de fotografía: ¡la iluminación adecuada!"
¿Qué? ¿Ya? El Sr. Iadakan empieza a repartir un montón de equipo para que lo revisen. Luces y demás.
"Recuerden, que estas son solo herramientas para mejorar la foto. Puedes resaltar un excremento cuanto quieras, pero sigue siendo un excremento."
Algunos se ríen del chiste. No tengo energía. Iadakan mira el reloj y tararea.
"Bueno, veo que logramos terminar esta clase un poco antes".
Maldita sea, ¿en serio? Estaba completamente atontado.
"¿Por qué no aprovechan estos últimos diez minutos para comparar notas? ¿O quizás incluso consideran hacer la tarea en colaboración con un compañero?"
La habitación se llena rápidamente de ladridos. Voy a apoyar la cabeza en el escritorio, pero me detengo cuando una voz me llama.
"Ey."
Es Ben y parece aprensivo.
"Yo, eh... Perdón por lo de antes, D. ¿Puedo compensarte invitándonos a hacer una pieza juntos? Yo haré casi todo el trabajo preliminar con la cámara, tú solo tienes que ayudarme."
Gruño, saco la hoja que nos dieron y la miro.
"Presenta un juego de fotos que demuestren que comprendes la iluminación adecuada. Puedes pedir prestada una herramienta de iluminación y debes tomar la foto en las instalaciones del colegio. Y te juro que llevo años encargándome de esta tarea; si un estudiante más toma una foto del pasillo fuera del aula, la voy a tirar por la barandilla. Sé original, por favor."
Resoplo, pero lo miro y le digo sin palabras que continúe.
"Tengo el lugar perfecto para ello. Si trabajamos juntos, incluso podemos usar dos objetos".
A la mierda. Aprovecharé cualquier oportunidad para ir tranquilo, y este friki me debe lo que hizo.
"Seguro."
Ben parece mucho más contento. Solo quiero acabar con esto de una vez. Reflexiona sobre algo, tarareando.
"¿Alguien te ha contado ya sobre el concurso de arte?"
Le arqueo una ceja.
"¿No?"
Él sonríe ampliamente.
"¡Perfecto! La escuela organiza un concurso de arte anual al comienzo de cada año. Envías una obra a la página web estudiantil y se vota. Si ganas el primer puesto, recibes un pequeño premio en efectivo, pero lo realmente importante es que tu obra se envía para su publicación en un par de importantes revistas de arte."
Vaya. Qué bien. Pero...
"¿De acuerdo? ¿Por qué me lo cuentas?"
Él hace una mueca.
"Pensé que podría interesarte."
Ugh. No tengo por qué ser un idiota, simplemente cálmate.
"Sí, supongo que sí. Lo siento."
Él se ilumina de nuevo un poco.
"¡Genial! Necesitarás iniciar sesión en la página web de la escuela, ya que eres nuevo, pero... ¿puedes venir al laboratorio de informática después de clase? Puedo conseguir que alguien te ayude con eso."
No tengo nada mejor que hacer. Mejor dicho.
"Seguro."
Él levanta un cartel que dice "OK" y sonríe felizmente.
"¡Genial! Eso sí que te convierte en competencia. ¡Presenten lo mejor de ustedes!"
Le sonrío con suficiencia. La positividad de este idiota es contagiosa.
"Sí, está bien amigo."
Él se ríe, apoyando los codos sobre el escritorio.
-Entonces... aparte de todo el asunto de... Mia... ¿cómo ha ido todo lo demás hasta ahora?
Ladeo la cabeza, pensando en ello. ¿Sabes qué? Salvo lo de Mia, la verdad es que ha estado bastante bien.
Bastante bien, supongo. No odio mis clases, la mayoría de la gente solo es un poco pesada. Supongo que tengo... ¿amigos? Comparado con ayer, es un milagro.
La palabra se me hace rara. «Amigos». Ben sonríe.
"¡Eso es bueno!"
Gruño, reclinándome en mi silla.
"No lo sé. No lo siento merecido."
Ahora parece confundido.
"¿Qué quieres decir? Todos merecen amigos, D."
¡Mierda! ¿Por qué sigo sacando esto a colación? ¿Por qué siento la necesidad de darles explicaciones a estos bichos raros?
"Ya viste cómo le grité a Damien, después de que intentara contar un chiste. Los amigos no hacen eso."
Se muerde la boca por dentro durante un rato.
"Hmm. Supongo que tienes razón, pero cada uno maneja las cosas de forma diferente. Al menos te molestas en mostrar tus emociones, a diferencia de Ol-"
Se detiene, abriendo mucho los ojos. ¿Qué? Lo miro fijamente.
"¿Olivia? ¿Qué le pasa? ¿Tienes algún problema con ella?"
Él se encoge hacia atrás nerviosamente.
"No, yo solo... eh... bueno..."
La voz de Iadakan nos saca de nuestra conversación mientras se acerca a grandes zancadas.
"Supongo que ustedes, caballeros, están conversando sobre su tarea en grupo, ¿no?"
Le doy a Ben una mirada clara que dice "esto no ha terminado" mientras asiento con la cabeza hacia Iadakan, y él mira hacia otro lado en silencio mientras respondo.
"Sí, sí."
Iadakan me mira con sospecha antes de recostarse.
"¡Qué bien! ¡Qué bien que no estuvieran hablando de algo fuera de tema, como chismes! Creo que, de entrada, sería una forma bastante vergonzosa de perder el tiempo."
Él me mira con diversión.
"Sobre todo teniendo en cuenta que ahora mismo es objeto de un chisme bastante dramático, ¿no es así, señor Fault?"
Me encojo de hombros.
"Supongo que sí."
Ben parece un poco avergonzado. Iadakan levanta un dedo.
"Si el aire que rodea a alguien necesita limpieza, límpialo tú mismo".
Vaya. Menuda mierda de sabiduría. Quizás le pregunte a Olivia. Me saca de mis pensamientos el timbre, e Iadakan hace un gesto teatral con las manos hacia la puerta.
Bien, ya puedes irte. ¡Y recuerda terminar tu tarea antes de que termine la semana!
Todos salen en fila, y yo soy el último en salir. Saludo a Iadakan con dos dedos al salir, y él me lo devuelve con una sonrisa. Sí. Me cae bien. Es bueno. Historia es lo siguiente. Ay. Ay, hombre. Ya lo veo, voy a odiar esta clase. Los cuadros de la pared ya me estan provocando sueño. El profesor ni siquiera ha llegado todavía. Debe estar terminando de comer. En fin, he llegado temprano. Escojo el pupitre de la izquierda en la fila del medio y me dejo caer mientras el resto de la clase entra. Pasan unos minutos y todos menos el profesor parecen estar dentro. Me pregunto qué demonios está pasando cuando la puerta se abre de golpe, chocando contra la pared y silenciando cualquier conversación. Es un silencio sepulcral. El agresor entra y... oh, mierda. ¿Solly? Mira a todos amenazadoramente. Excepto a mí. Me dedica una sonrisita. Se la devuelvo. ¿Es el profesor de historia? Joder, sí. De repente, una mujer raptor con gafas y vestido morado lo rodea, agarrando un montón de papeles en el brazo. Oh.
"Gracias por acompañarme a mi salón de clases, Solly".
Solly se despide agitando la mano.
"¡Por supuesto, señorita Prockling!"
Después, sale del aula. Maldita sea. En fin. Se ajusta las gafas y camina hacia el frente del aula, hojeando sus papeles mientras habla.
"Parece que tendremos algunos que llegan tarde, pero vayamos al grano. Sé que me presenté ayer, pero para los que no estaban aquí..."
Me mira. Solly le contó lo bueno. Un verdadero colega.
"Me llamo Sra. Prockling y estamos en la clase de historia. En este curso, aprenderemos sobre la historia de nuestros ancestros primigenios..."
Y ya me desconecté. Ya odiaba la historia, pero esto es aún peor. Historia de esquiva meteoritos. Pone una presentación y me entretengo mirando al vacío en dirección a la presentación para que parezca que no estoy holgazaneando del todo. Oigo que llaman a la página de un libro y la paso distraídamente. Estoy en piloto automático.
...
Creo que me estoy quedando literalmente dormido. Estoy tan aburrido que empecé a leer el libro para aliviarme. ¡Dios mío! ¡Necesito fumar! Mis ojos recorren la misma frase cuatro veces seguidas antes de levantar la cabeza bruscamente, mirando la luz fluorescente hasta que se me llenan los ojos de lágrimas. Cuando eso pasa, empiezo a recorrer la habitación con la mirada, buscando algo remotamente interesante. Miro a la Sra. Prockling, que me ha visto escribir un montón de tonterías. Me mira con enarcamiento. Casi le hago lo mismo cuando me inclino hacia adelante y levanto el bolígrafo, empezando a garabatear sin pensar las palabras del libro. ¡Qué pasada! Empiezo a pensar en todo lo que ha pasado últimamente y en la gente que he conocido. Ben es un perdedor , pero de los buenos. Al parecer, de los que pueden arrastrarse por idiotas como Mia. Solo pensar en su nombre me irrita, así que finjo que arruino la forma mental de esa estúpida, reemplazándola por Damien. Es un buen tipo. Demasiado bueno, probablemente. Supongo que, quiera o no, estoy haciendo amigos. Luego está la chica caimán. Olivia. Envuelta en misterio, esa mujer. Aunque quiero desesperadamente que me importe un bledo y seguir con mi vida, parece que, como mínimo, tiene problemas con Ben. ¿Desde cuándo me importa esta mierda? Chismeando como un...
"¿Y qué tenemos aquí, señorita Halford?"
Levanto la vista al oír la repentina voz de Prockling. Está mirando... ¡Qué demonios! ¿Cómo no me di cuenta de que Olivia también estaba aquí? Está en una maldita silla de ruedas, Fault. Supongo que subestime lo aburrido que puede ser historia. Está sentada en primera fila, justo en diagonal. ¿Tan cerca y ni siquiera la vi? Vaya. Creo que ni siquiera se dio cuenta. Prockling continúa con su reprimenda.
"¿Solo es el segundo día de clases y ya estás garabateando en clase otra vez?"
Coge el papel del escritorio de Olivia. Efectivamente, está lleno de garabatos. Aunque no sé qué son.
"Escucha, Olivia. Sé que la historia no es la materia más emocionante, pero ¿podrías al menos fingir que estás tomando apuntes?"
La única confirmación que recibe de la amenaza verde es un profundo suspiro. Genial. Por si la historia no fuera ya bastante mala, la profesora es una déspota. ¡Guau! Se aleja del escritorio de Olivia y empieza a patrullar la sala como si fuera un maldito gulag. Olivia se encorva inmediatamente sobre su cuaderno, pero sé que no está tomando notas. Esbozo una sonrisa burlona. Bien hecho. Siento un bostezo subiendo por mi garganta, y normalmente lo reprimiría, pero hombre, de verdad que no me puede importar menos. Me quedo boquiabierto y al menos intento taparme la boca mientras la Sra. Prockling se me acerca sigilosamente a mi escritorio, mirándome con desaprobación mientras revisa mi cuaderno, confirmando así que he estado tomando notas. Sí, sí, sigue adelante, señorita. Estoy a punto de volver a distraerme cuando noto un movimiento por el rabillo del ojo. Alguien está mirando a Prockling mientras escribe algo en un papel y luego lo dobla. ¿Pasando notas? La persona que lo recibe lo abre, hace lo mismo y se lo pasa. Mierda, vale. ¿Un jueguito de clase? Me apunto. Lo que sea para escapar de esta monotonía. Pero si Prockling lo ve, se va a poner histérica.
El chico a mi lado se mueve para dejar la nota en mi escritorio justo cuando Prockling mira, porque por supuesto que lo hace, pero mis manos estaban listas y la palmeo cuidadosamente con Prockling sin enterarse mientras continúa dando una conferencia sobre cómo los humanos le dieron viruela a los dinosaurios o algo así. Se da la vuelta y hace un gesto atento hacia la pizarra y esa es mi señal. Abro el papel. Síp. Hoja de garabatos. Todo tipo de mierda al azar aquí... un par de etiquetas con aspecto de mierda también. Je. Un idiota. Clásico. ¿La Sra. Prockling con líneas apestosas? Uh oh. Mejor que no me pillen con esto. Contemplo lo que quiero agregar. Podría poner uno de mis propios graffitis aquí. Pero nah... todavía no. Que le jodan, acabo de dibujar a un tipo en posición de montar completa golpeando a otro tipo. Sí. Violencia clásica. Lista para enviarla. Miro a Prockling. Todavía distraída. Menos mal que está sentada justo frente a mí. Lo doblo bien apretado y lo lanzo con cuidado por encima del hombro de Olivia, aterrizando justo en su escritorio. Lo he conseguido. Ni siquiera se molesta en mirar atrás, simplemente lo toma con entusiasmo. ¿Está... moviendo la cola? Qué gracioso. En fin, a ver qué le parece mi obra maestra. No se da la vuelta. Maldita sea, otra vez con evasivas...
Oh, mierda, ahí está la Sra. Prockling.
"Me lo llevaré."
Le arrebata el papel a Olivia y lo mira. Juro que la veo sonreír un minuto antes de que se quede fría otra vez, mirándola con lascivia.
"Entonces, ¿es así como me ve, señorita Halford?"
Prockling levanta el periódico para que todos lo vean. Todos apartan la mirada.
"Sé que la mayoría de ustedes también participaron en esto. Miren, no pido mucho. Por favor, hagan sus tareas en clase, es lo mínimo que pueden hacer."
Un par de idiotas hablan.
"Estábamos pasando una nota a la vez, ¡y ella ni siquiera estaba prestando atención!"
"Sí, ¿cómo es que todos estamos en problemas?"
Me burlo. Recibe tus latigazos y cállate la boca, ¿quieres?
Prockling mira a Olivia y luego suspira.
"Mira, como es solo el segundo día, lo dejaré pasar, pero te advierto que no seré tan indulgente la próxima vez. Si no, acabarás como el último estudiante que decidió interrumpir en clase."
Algún maldito tipo habla de mas. Siempre hay uno.
"Pfft. ¿Qué le pasó? ¿Le dieron una sanción o algo así?"
Ella lo mira con los ojos entrecerrados. ¡Ay, lo matara! Se acerca a la ventana, sube las persianas y la abre. De repente, tiene un walkie-talkie en la mano. ¿Qué demonios?
-Solly. Sí. Otro hippie. Asiento H-4.
¿Solly? ¿Llama a Solly? ¡Adiós, maldita sea! ¡Dios mío! Un balón de quemados entra zumbando por la ventana abierta y por poco le da en la cabeza a este chico, y a juzgar por su cara de terror, eso le metió el miedo a Raptor Jesús. Prockling cierra la ventana y habla por el walkie-talkie.
"Buen trabajo, soldado."
Ella lo guarda y mira a la clase con aire de suficiencia.
"Ahora si podemos, continuemos."
¿No estamos en el segundo piso? ¡Maldita sea! Eso me despertó. Le caigo bien a Solly, pero creo que me daría una paliza si me meto en clase. No, gracias. ¡Apuntes, allá voy! Un sentimiento persistente de culpa se instala en mi estómago. Maldita sea. Metí a Olivia en problemas. Me lo merezco por intentarlo, supongo. Solo una cosa más que añadir a mi cascada de cagadas. Probablemente debería disculparme después de clase. Prockling deja la nota en su escritorio y continúa su clase durante... oh, Dios, media hora. Tengo tantas ganas que es una locura. Con exactamente diez minutos para el final, Olivia llama la atención de Prockling y, sin intercambiar palabras, simplemente asiente con la cabeza. Olivia guarda todas sus cosas en su mochila y sale de la clase en silencio. Vaya. Me pregunto por qué. La voz de Prockling me saca de mi estupor y me doy cuenta de que me estaba mirando. Creo que estoy a punto de recibir una reprimenda cuando ella simplemente responde a mi pregunta tácita.
"Acomadientos."
Aaaah, eso tiene sentido. Bueno, joder. Ahora no podre disculparme con ella. Uuuuugh. Me concentro en mis apuntes el resto de la clase, moviendo la pierna arriba y abajo, con la paranoia subiendo por la nuca. Definitivamente vio lo que dibujé. ¿Lo ignoró? Más importante aún, ¿qué carajo me importa? El resto del día se me pasa volando. Todas mis otras clases son insignificantes. Empiezo a notar mi abstinencia a la nicotina, y varias veces pienso en pedir ir al baño para fumarme un cigarrillo. Cálmate, Fault. Al poco rato, estoy saliendo de la escuela, el día ha terminado. Busco mi paquete de cigarrillos en un lugar discreto y enciendo uno rápidamente, intentando relajarme después de este día de mierda. Tengo que volver a entrar para hablar con quien demonios Ben me haya pedido que hable para poder configurar la página web de la escuela, pero tengo que apagar este cigarrillo antes de hacerlo. No quiero quedar como un idiota delante de ellos. Saboreo los sabores y me relajo, suspirando felizmente mientras el nicotín corre por mis venas. Una vez que termino, lo tiro al asfalto y lo apago, dándome la vuelta y volviendo a la escuela. El laboratorio de informática es una rama de la biblioteca, que de por sí es bastante común. ¿Comparado con mis anteriores escuelas? Mierda, bien podría ser la Biblioteca de Alejandría. Pensando en el pasado otra vez, Fault. Una voz me saca de mi ensoñación antes de que pueda hacerlo yo mismo. La voz de una chica.
"Hola, ¿eres D?"
Me doy la vuelta, esperando ver la cara. En cambio, veo el cuello. Levanto la cabeza. ¡Mierda! Esta chica tiene un cuello larguísimo. ¿Un Braquiosaurio, creo? Tiene un corte corto de pelo magenta y un buen montón de sombra de ojos a juego. Gruño.
"Sí. ¿Eres tú a quien Ben me dijo que conociera?"
Ella mueve la cabeza hacia arriba y hacia abajo en un gesto de asentimiento.
"¡Mhm! ¡Me llamo Liz! ¡Qué gusto conocerte! Dijo que debía ayudarte a configurar tu acceso al portal de estudiantes para que pudieras enviar algo al concurso de arte."
Asiento, y ella se acerca a un par de computadoras y las enciende. Mientras esperamos a que se enciendan, me mira con una mirada amplia, como si me observara por todos lados. ¡Qué locura!
"¿Haces eso con cada persona que conoces?"
Ella se ríe silenciosamente.
"¡No, pero te ves interesante!"
Me lo tomaré como un cumplido.
"¿Gracias...?"
Una vez que las computadoras están encendidas, se sienta y hace crujir sus nudillos, escribiendo en el teclado con la mayor precisión, revisando documentos y hojas de cálculo y... recuerdo el almuerzo de hoy temprano.
"Eres el la tesorera, ¿eh?"
Ella me mira, pero no deja de escribir.
"¡Sí! ¿Cómo lo adivinaste?"
Yo gruño.
"Damien."
Ella me mira con sospecha. ¿Qué carajo?
"Damien, ¿eh?"
Pone los ojos en blanco y murmura algo antes de volver a mirarme con una sonrisa, como si eso no hubiera pasado. En fin, me parece bien.
"Entonces, ¿tú también eres artista?"
Yo gruño.
"¿Supongo?"
Ella parece un poco confundida.
"Lo siento si me equivoqué, sólo lo parecía porque querías participar en el concurso".
Mierda. Idiota.
"Oh. Sí, sí. Soy un... artista."
Se siente raro decirlo, pero supongo que es verdad. Ella sonríe.
"¿Sí? ¿Qué te parece hasta ahora?"
Otra vez esta mierda. ¿Por qué son todos tan entrometidos? Estoy a punto de responder cuando vuelve a hablar. Debe sentir mi frustración porque insiste.
"Disculpen si parece que voy demasiado rápido. Las colaboraciones y los contactos son muy importantes en la industria del arte, así que muchos estamos deseando compartir."
Yo... no lo había pensado así. Eso le da mucho más sentido a muchas cosas. ¿Eh?
"No, estás bien. Eso me ayudó a entender un montón de cosas. En fin, debe haber mucha competencia, ¿no?"
Ella inclina la cabeza.
"¿Qué quieres decir?"
Me encojo de hombros.
"O sea, mira todos los cuadros que hay junto a la oficina del director. Si es contra él que me enfrento, no creo que tenga muchas posibilidades."
Ella asiente solemnemente.
"Sí, entiendo. Creo que es así a propósito, la verdad. Algo así como "romper el ego de los estudiantes". Luego terminas queriendo mejorar como un loco para alcanzar tus metas. Al menos, eso fue lo que me pasó a mí."
Ella gira la cabeza rápidamente y me sonríe.
"Estoy planeando ir a la universidad y obtener títulos en Diseño y Negocios".
No te vayas. No te vayas. Aguanta el parloteo.
"Y eso es solo el principio. También estoy empezando a convertirme en aprendiz de arte, consiguiendo las pinturas adecuadas para las personas adecuadas. Mis tutores dijeron que soy lo suficientemente impresionante como para empezar a matricularme en todas las universidades importantes del país que me interesen."
Vaya. Es apasionada. Genial.
"Genial. Ya lo tienes todo resuelto, ¿eh?"
Ella asiente.
"Gracias! Espero que sí, al menos. ¿Y tú?"
Oh. Oh mierda. No esperaba que le importara. Mierda.
"¿En serio? No voy a ir a la cárcel."
Sus ojos se abren de par en par. Sí, reacción apropiada.
"Bueno... ¿eso es algo? ¿De verdad te preocupa?"
No debería haber dicho nada.
"Eh... ¿No quiero hablar de eso?"
Parece aceptarlo como respuesta: «Gracias, Raptor Jesús». Su expresión vuelve a ser neutral.
"Disculpan la insistencia. Parece que la mitad de la escuela bien podría estar en la guardería. Probablemente suene grosero, pero tenemos programas escolares e incluso profesionales de la industria que vienen a dar conferencias, pero a algunos solo les importa venir a pasar el rato con sus amigos."
Yo gruño.
"Pensar en el futuro es difícil. No todos lo tienen todo planeado."
Ella suspira.
"Lo sé. No por eso importa menos."
Arqueo una ceja, recordando algo.
"Suena mucho como si estuvieras hablando de Damien, para ser honesto."
Sus ojos se abren de nuevo. ¿Uy? Se da la vuelta, frunciendo los labios.
"Sí, no debería haberlo mencionado."
Descarto esa idea.
"No te preocupes, es un tío genial. No pretendo parecer un imbécil ni nada. Me ha estado ayudando con la escuela. Me hizo sentarme a comer con... tu grupo, supongo."
Ella inclina la cabeza y me mira nuevamente con expresión contemplativa.
"...¿Enserio?"
Asiento con la cabeza.
"Claro. El tipo estaba encantado."
Ella suelta una respuesta inmediatamente.
"¿Y luego también te presentó a Olivia y trató de romper el hielo para que ella pudiera salir de su caparazón?"
Qué.
"Eh... ¿sí?"
Ella gime.
"Oh, muchacho. Lo siento mucho, D."
Mis ojos se entrecierran.
"¿Qué? No me está tomando el pelo, ¿verdad?"
Ella parece un poco perturbada por mi repentino cambio de tono, pero sacude la cabeza rápidamente.
"No, no, ¡Damien es genial! Solo que, quizás, está un poco demasiado ansioso. Si te considera amigo, quiere que también lo seas. Específicamente, amigo de Olivia."
¿Qué carajo pasa con Olivia?
"¿Y por qué es eso un problema?"
Ella suspira
"No, la verdad. Pero la has visto, ¿verdad? Es tan... indiferente. No le gusta hablar con nadie, ni siquiera con Damien. No digo que no lo intentes, solo que no esperes nada."
...A la mierda con eso.
"¿Tienes algún problema con ella o algo así?"
Ella parece sorprendida.
"¡Ay, no! No, no, para nada. Está bien. Me siento con ella a comer, después de todo. Seguro que te llevarás muy bien con nosotros. Y oye, si estás segura, me encantaría que Olivia hiciera una amiga. Solo te sugiero que quizás... no te involucres demasiado . Damien siempre estará dispuesto a pasar el rato, y no me importa en absoluto. Es solo que él y Olivia son casi inseparables, así que si el trato te desagrada, tampoco es tu culpa."
Mierda. Hay capas en esas palabras. Profundas.
"¿Qué? ¿Estás saliendo con el o algo así?"
Ella gira el cuello hacia atrás por completo, me mira fijamente mientras bruscamente sacude la cabeza.
"¡No, no, no! ¡ Simplemente viven en la misma casa!"
Eh... vale. Ella continúa.
"Damien es muy paciente y extrovertido. Lo envidio... Pero sí. Creo que su mayor deseo es que todos nos llevemos bien como buenos amigos. A menos que seas como Damien y puedas hablar con los demás con facilidad, probablemente sea mejor invertir tu tiempo en otra cosa. Entonces... ¿qué tan en serio te tomas tus ambiciones?"
Uh... Realmente no tengo ninguno, pero jugaré.
"Suficiente para que importe, supongo."
Ella asiente.
"Algo para tener en cuenta, entonces. Es una lucha, pero como dice Damien, tenemos que seguir intentándolo, ¿no?"
Ella me sonríe sin mucho entusiasmo, pero hay una profunda vibra de desánimo a su alrededor.
"En fin, disculpa por hablar tanto de asuntos privados. ¿Aún quieres entregar esa propuesta?"
Gruño afirmativamente mientras ella examina por un momento más la página en la que se encuentra.
"Aaaaaaannnnddd... ¡lo conseguí!"
Las impresoras del fondo cobran vida con un zumbido, y me acerco a recoger el papel. Usuario, contraseña. ¡Rayos, qué complicado! Me siento en la otra computadora mientras Liz apaga la suya.
"Bueno, me voy a casa, D. ¡Espero que lo entregues bien! Nos vemos mañana almorzando".
La despido con un "ajá" mientras navego a la página web de la escuela. Supongo que tienen un buen diseñador web, esto es bastante bueno. Tiene sentido, es una escuela de arte. Sigo los enlaces a la página de envíos. Saco el cargador del móvil del bolso y lo conecto al ordenador, pasando una copia de mi envío al disco duro. Es una foto que le tomé a un indigente envuelto en mantas bajo una de mis viejas chapas. Era un éxito rotundo con la palabra "CONTAMINADO" en letras blancas con un borde rojo oscuro. Era de noche en una zona especialmente peligrosa de mi ciudad. La luz de neón le daba un aspecto... etéreo, y la forma en que aparecía el indigente en el encuadre... mirándola en retrospectiva, era una foto de lo más chula. Me alegro de haber tomado esta foto. Nunca lo habría pensado antes. Gracias, supongo, St. Hammond. Quienquiera que fueras. Titulo el envío "Indigente" y lo envío. Desenchufo mi teléfono, borro el archivo perdido de la PC y la apago.
Hombre, qué día. Tengo que irme ya a casa.
Chapter 3: Interludio de nudillos ensangrentados: I
Notes:
Pido disculpas por tardar en dar creditos de esta historia traducida, esta historia fue escrita por: JakeParade
link de la historia original: https://archiveofourown.to/works/55022908/chapters/139489348
Chapter Text
Punch Drunk Gator
No sé qué me impulsó a no tomar el metro, pero al parecer sentí que era necesario cruzar el centro de Volcaldera para llegar a mi apartamento. Da igual, podría llamar un taxi, pero... no sé. Supongo que solo busco una excusa para pensar en tonterías. Todo lo que ha estado pasando me hace sentir un poco estúpido. Mi extraña predisposición a compartir tonterías sobre mí y las raras chorradas de Olivia de las que Liz y Ben parecen quejarse tampoco ayudan. Debería darme una paliza por haberme involucrado en esto. Pero es lo que es. Quizás volverme un fisgón me distraiga de otras cosas. Esta ciudad está bien. Aunque se nota que tiene su buena dosis de mugre. Como cualquier ciudad. Y, claro, como soy yo, me atrae esa mugre. Calles bien cuidadas con negocios abiertos se desvanecen lentamente en asfalto agrietado y edificios en ruinas. Los drogadictos y demás escoria empiezan a ser algo habitual. Aquí estoy, metido en mis propios asuntos, cuando me doy cuenta de que me siguen. Tch. Claro. En realidad... ¿sabes qué? Bien. Necesito desahogarme. Esto podría ser justo lo que necesitaba. No se puede empezar una mierda en la escuela, ¿eh? Por mí funciona. Manteniendo la calma, sigo mi camino como si nada, como si no hubiera notado que estos bichos raros me siguen. ¿En serio? Estoy buscando un lugar para hacer mi movimiento. Allá vamos. Un bonito callejón, ni muy ancho ni muy estrecho. Nadie a la vista. Perfecto. Me deslizo por él, caminando un trecho hasta que llego al final de la calle. Me apoyo en la pared, saco un cigarrillo y lo enciendo mientras espero a que mis posibles agresores muestren la cara. O el hocico. No vi si eran humanos o dinosaurios. Da igual de cualquier manera.
Efectivamente, dos figuras aparecen sigilosamente. Dinosaurios, imagínate. Un Utahraptor y un Dracorex, ¿eh? Bien. Si hubiera sido un bicho enorme y blindado, podría haber estado en apuros. Puedo con estos dos. Doy una última calada, observándolos con indiferencia mientras siguen avanzando hacia mí, deteniéndose a mitad del callejón para fulminarme con la mirada. Les lanzo los resto de mi cigarrillo, y la colilla se esparce por el cemento hacia sus pies.
"¿Puedo ayudarlos en algo, caballeros?"
Me miran con desprecio. El Dracorex ladea la cabeza, inclinándose hacia adelante, intentando parecer intimidante.
"Sí. Quiero saber qué demonios hace un skinnie con la cara de una muñeca de trapo cosida como tú en Skin Row".
Arqueo una ceja. Menudo hablador, ¿verdad? El Utahraptor gruñe quedamente, con las plumas de su cabeza ondulando suavemente.
"Sí, flacucho. ¿Qué haces? Estás apestando nuestra calle, eso es. ¿Vas a crear una fogata o lanza, no hagas tu cosas de skinnie aqui, largarte de aquí, o tenemos que hacerte pedazos?"
Una sonrisa se forma lentamente en mi cara.
"¡Menudos habladores para ser un par de drogadictos! ¿Qué? ¿El carfer no está bueno hoy?, y que tienen que meterse con el primer skinnie que vean? ¡Lárguense de aquí antes de que les hagan daño!"
Ambos gruñen, pero solo el Utahraptor empieza a acercarse a mí con malas intenciones. Supongo que el otro se confía en que no necesita ayudar a su amigo. ¡Vaya cagada! Me aparto de la pared y me acerco a él. ¡Ay, necesitaba esto con tanta urgencia! Mi sonrisa se transforma lentamente en una mueca violenta a medida que nos acercamos. Cuando estamos demasiado cerca del uno y el otro, no puedo evitar el gruñido salvaje que sale de mi garganta.
En respuesta a mi provocacion, el Utahraptor muestra sus garras e inmediatamente me lanza un zarpaso hacia la garganta. Los carnivoros son tan fáciles de leer, sobre todo los raptors como estos, que solo dependen de sus pequeñas deficiencias genéticas. Un dinosaurio entrenado da miedo, ¿pero estos cabrones? Simplemente son predecibles. Un rápido paso lateral lo envía volando junto a mí sin hacerme daño. Lanzo un golpe flojo con la mano izquierda, golpeándolo justo en la punta del hocico y haciendo que su cabeza se sacuda hacia atrás. No fue suficiente para hacerle daño, pero lo aturde justo el tiempo que necesito mientras lanzo un agarre con la izquierda de dirigido hacia las plumas de su cabeza, obligando a mover su cabeza hacia la derecha, aprovechando ese agarre para golpear la carne de su ojo izquierdo. Despues de eso suelto las plumas y me coloco en su nuevo punto ciego mientras chilla, dando un torpe golpe con la mano derecha al aire por desesperación. Inclino mi cuerpo hacia un lado esquivando ese intento de golpe, agarrando con una mano su muñeca ahora expuesta y torciendo su brazo derecho mientras aplasto su mano con mi palma y la golpeo contra su codo ahora tenso, que se rompe al instante. Las escamas pueden ser duras, pero los huesos son huesos, y sé cómo romperlos. Se tambalea hacia atrás, agarrando su brazo ahora incapacitado y gritando como un loco. El Dracorex aparentemente decide tomar esto como una llamada a la acción, rugiendo mientras inclina su cabeza hacia abajo y me carga con sus cuernos. Este tipo realmente no sabe nada de lucha. Levanto mi pie, estrellando mi bota en su pico y sacudiendo su cabeza hacia arriba, cortando su impulso por completo. Pisoteo mi pie detrás de su pierna y junto a un fuerte empujón, enviándolo de espaldas contra la pared y dejándolo sin aliento al estrellarse contra ella. Antes de que pueda siquiera intentar recuperar el aliento, le doy una patada con la bota como un péndulo, golpeándolo en la mandíbula inferior,seguro volandole dos o mas dientes inferiores, dejándolo dormido mientras se desploma, con los brazos rígidos. El Utahraptor sigue tambaleándose y gritando mientras me deslizo detrás de él como un fantasma, agarrándole las plumas de la cabeza una vez más mientras lo tiro hacia atras con fuerza, Para acto siguiente mover con fuerza hacia delante estampándole el hocico contra la pared con un crujido espantoso al desplomarse. Él también se apaga como una luz, su hocico recién roto gotea gruesos riachuelos de sangre. Los miro fijamente, saboreando la descarga de adrenalina y sintiendo el pico de dopamina en mi cerebro.
Salgo del callejón, temblando ligeramente mientras miro a ambos lados. Nadie vino a investigar. Meto las manos en los bolsillos rápidamente y salgo de este barrio marginal, caminando rápido hasta que vuelvo a un barrio que parece normal, momento en el que pido un taxi para que me lleve a casa. ¡Qué buena caminata! Je. Mañana la escuela va a ser divertida.
Chapter 4: Creencias severas
Chapter Text
Punch Drunk Gator
Vuelvo a viajar en metro y me siento como un millón de dólares después de lo de ayer. Era la primera vez que hacía algo así. Esforzarme por meterme en una pelea así, quiero decir. Claro, no era mi primera pelea, ni mucho menos. Pero normalmente vienen a mí. Me siento... vigorizado. ¿Feliz? Supongo que sí. Genial. Eso es bastante malo, la verdad. ¿Así es como voy a divertirme ahora? ¿Saliendo y buscando peleas al azar en la calle? Tendré suerte si no estoy muerto para fin de año. Pero si me va a ayudar a controlar mis arrebatos en la escuela, ¿de verdad tengo otra opción? ¿Y si termino emborrachándome? ¿Voy a ir a la escuela con aspecto destrozado y vendado? Eso seguro que dará que hablar. Tengo que tener cuidado. No puedo dejar que la gente descubra que soy así. Bueno, peor de lo que ya saben de mí. Sería aún peor si la poli me pillara haciendo esto. Debería ponerme una máscara o algo así... ¿qué, como un puto superhéroe? Sé realista. No es que esté intentando salir a darle una paliza a la escoria por "justicia". Simplemente me hace sentir mejor. Un golpe sordo y un apagado de luces me sacan de mi confusión interior. ¿El Sr. Ferris? Qué bien. Mi mirada sube hasta encontrarse con la del grandullón. Asiente.
"Buenos días, D."
Lo devuelvo con una sonrisa genuina.
"Buenos días, jefe. ¿Cómo va? ¿Ya estás listo para la escuela?"
Él le devuelve la sonrisa.
"Hasta ahora todo bien, pero voy con calma. Me gusta ser muy minucioso. Detesto la idea de que un lugar de aprendizaje no sea el lugar ideal para aprender. Sabes, agradezco nuestras charlas. Tu perspectiva me ha ayudado mucho a comprender mejor al alumnado."
Arqueo una ceja.
"¿Yo? ¿Seguro? No soy precisamente el estudiante ideal."
Él se ríe.
"¡Claro! Sé que eres un tipo duro y revoltoso, pero ayuda ver todos los ángulos. D. St. Hammond debería poder atender a estudiantes de todos los aspectos."
Él mira hacia otro lado mientras se pasa los dedos por el bigote, reflexionando sobre una pregunta.
"Odio ser entrometida, pero... ¿D. Ese es tu nombre o es solo una abreviatura de algo?"
Bueno, alguien tenía que preguntar tarde o temprano. Me gusta Ferris, así que se lo diré.
"Sí, es la abreviatura de Dorian. A mi mamá le encantaba la historia griega, y mi papá la siguió para hacerla feliz. Pero yo prefiero D, así que sigue llamándome así, ¿vale?"
Él asiente.
"Por supuesto. Gracias por decírmelo, D. Te lo agradezco."
Él vuelve a apartar la mirada hacia adelante.
"Y... otra cosa. Estás al tanto de toda la jerga juvenil, ¿verdad?"
No puedo evitar la pequeña risita que se me escapa.
"Sí, supongo que sí. ¿Qué tienes en mente, jefe?"
Él me mira fijamente.
"¿Qué significa 'yeet'? He oído el término últimamente."
Arqueo una ceja y una sonrisa irónica aparece en mi boca.
"¿Yeet? Es, eh... como cuando lanzas algo muy fuerte. Pero también puedes usarlo como... ya sabes, cuando dices 'sí' con mucha emoción o algo así. Aunque ya tiene como tres años..."
Él tararea en voz baja, mirándome con una ceja arqueada.
"Bueno, entonces."
El Sr. Ferris me acribilla a preguntas sobre jerga "juvenil", hasta que el metro por fin llega a nuestra parada. Nos despedimos al llegar a la entrada del instituto y me voy a preparar para Educación Física. No me gusta esperar en los pasillos y no es que guarde nada en mi taquilla, así que voy al vestuario y me cambio temprano, holgazaneando en las gradas del gimnasio hasta que empieza la clase. El entrenador Solly me llama la atención al acercarse.
"Buenos días, soldado Fault. Necesito un favor tuyo, hijo."
Arqueo una ceja.
"Claro, entrenador Solly."
Me hace un gesto con la mano para que lo siga y lo hago. Me lleva al almacén de equipo y me señala un montón de tapetes desplegables.
"Vamos a hacer un poco de lucha libre hoy, así que ayúdame a doblar estas colchonetas y prepararlas".
Voy inmediatamente y cargo uno por uno bajo mis brazos, sonriendo.
"¿Lucha libre, eh? Genial. Supongo que estás separando a chicos y chicas, ¿no?"
Él asiente, resoplando.
"¡Claro! Si no, sería un desastre. Pero supongo que solo lo preguntas por Mia. No te preocupes, hijo, no te obligaré a acercarte a ella."
Me encojo de hombros.
"No importa, jefe. Hoy estoy de muy buen humor y no creo que ella pueda hacerme enfadar mucho".
Veo que se anima ante eso.
"¿En serio? Me alegra oír eso. Bueno..."
Me estremezco.
"¡DUELA EL TIEMPO Y SACA ESAS TAPETES AYER, GUSANO!"
Me acerco, asegurándome de que estén separados por igual hasta que el gimnasio esté listo y preparado para una mañana de lucha sudorosa. Los estudiantes ya han empezado a entrar, y para cuando coloco la última colchoneta,
suena la campana. Formamos nuestra formación habitual, hombro con hombro, mientras Solly recita las actividades de hoy. Alinea a las damas y a los caballeros en lados opuestos del gimnasio y nos empareja. Naturalmente, termino
con Damien. Parece estar encantado, y charlamos un rato mientras Solly está al otro lado del gimnasio dando órdenes a los demás.
"¡Ay, sí! ¡Me encanta la lucha libre!"
Lo miro con curiosidad.
"¿Eres bueno en eso?"
Él asiente.
"¡Sí, sí! ¡Genial! Lucho todo el tiempo con mi hermanito, y Solly nos ha estado haciendo luchar de vez en cuando desde el primer año."
Hago crujir mi cuello hacia adelante y hacia atrás, mientras una sonrisa se dibuja en mi cara.
"No te emociones demasiado. Me pediste que te mostrara algunos movimientos, ¿recuerdas?"
Toda la emoción que tenía comienza a desvanecerse lentamente a medida que absorbe mis palabras y estudia mi rostro atentamente.
"Eh... mierda."
Me río a carcajadas y le doy una palmada en la espalda.
"No te preocupes por eso. No te haré mucho daño."
Él arquea una ceja pero sonríe, retrocediendo un poco ante mi palmada.
¡Pareces estar de muy buen humor hoy, hermano!
Asiento y miro hacia un lado.
"Sí, yo... hice un poco de introspección ayer después de la escuela".
Él asiente sabiamente.
"Eso es profundo, Deester."
De repente, la voz de Solly resuena en toda la habitación.
"¡BIEN, GUSANOS! ¡PISEN FUERTE LAS COLCHONETAS Y PREPÁRENSE PARA LUCHAR! TODOS USTEDES HAN ESTADO ENTRENANDO PARA ESTE DÍA DESDE EL PRIMER AÑO, ¡MUÉSTREME LOS RESULTADOS!"
Se lleva el silbato a la boca mientras Damien y yo nos plantamos uno frente al otro, agachados con los brazos abiertos. ¡Maldita sea, nunca había visto a ese bobo tan intenso! Solly espera a que todos se preparen y...
Damien y yo nos lanzamos de inmediato hacia adelante y chocamos aferrandonos uno al otro en una lucha de agarres. Joder, este tipo es fuerte. Maldita fuerza de dinosaurio. Tengo que apartar la idea de darle un codazo en la cara, ya que normalmente, cuando hago algo así, es en una pelea sucia. Giro el pie y lanzo el hombro hacia adelante, apartándole el brazo con fuerza mientras paso una mano por debajo de su axila y la engancho en su espalda, mientras que la otra sube y le da un golpe en la nuca, bloqueándolo en un gancho inferior. Deslizo mi pie detrás del suyo y me impulsé hacia adelante, pero él pisa fuerte con el otro pie hacia atrás y se mantiene en pie. Vale. No es malo. Vale. Lo hacemos a la mala. Intento hacerle una zancadilla una vez más y él lo espera, pisoteando de nuevo. Aprovecho el movimiento para deslizarme detrás de él, rodeándolo rápidamente con mis brazos y uniendo mis manos por los dedos. Gruñe, retorciendo mis brazos mientras caigo hacia atrás, arrastrándolo al suelo conmigo. Mis piernas se cierran alrededor de su cintura y no sabe qué hacer con las manos mientras quito mis brazos de su torso e intento rodearle el cuello con un codo, pero ve lo que quiero hacer e interpone su propia mano a tiempo para evitar que ejecute un estrangulamiento completo. Aun así, mantengo su brazo trabado contra su pecho. Entonces, el agarre del brazo es el momento. Tomo mi mano libre y empiezo a retorcer la articulación ahora trabada con fuerza, haciéndole gruñir de dolor. Envuelve su otro brazo bajo mi brazo atacante y se lo arranca de un tirón fuerte, liberando su brazo trabado. No puedo evitar reírme entre dientes, siseando una pequeña burla amistosa.
"Esto sería mucho más fácil para mí si pudiera pegarte un puñetazo".
Coloco los brazos tras su espalda y desbloqueo las piernas, empujándolo hacia adelante. Se pone de pie tambaleándose mientras yo me levanto suavemente, y de repente estamos dando vueltas en la colchoneta, intentando leer.
Sonríe con picardía.
"Sí, y sería mucho más fácil para mí si pudiera escupirte, Deester."
Malditos dinosaurios. Agito los dedos hacia mí con ambas manos mientras le sonrío, provocándolo con el viejo gesto de "ven aquí". Muerde el anzuelo con una carcajada, y de repente estamos enfrascados en otro duelo de agarres. Lo siento, muchacho. Tengo que hacértelo. Le paso la mano por el pecho, le levanto el cuello de la camiseta del gimnasio en un puño y lo atraigo hacia mí, y con un giro enorme de cadera lo levanto sobre mi hombro y lo mando de cabeza al suelo. La colchoneta recibe la mayor parte del impacto, pero aun así cae al suelo con un golpe sordo y, a juzgar por el gruñido sin aliento que acaba de soltar, se quedó sin aliento de todas formas. Por desgracia, la lucha libre es un juego de sumisión. No le perdono el tiempo y caigo al suelo junto a él, deslizándome por debajo de su brazo y bloqueándolo de inmediato en una llave de brazo, sobre la que no pierdo tiempo en aplicar presión. Damien forcejea en vano durante unos instantes antes de que dé un último tirón vigoroso y, con un gruñido de dolor desesperado, empieza a golpearme la pierna con la mano libre. Me suelto casi al instante y me aparto de él. De pie, lo miro fijamente mientras él me mira, respirando con dificultad.
"Jajaja... ¡Madre mía, amigo! No estabas bromeando."
Sonriendo, me inclino y le doy una mano, ayudándolo a ponerse de pie y dándole una palmadita en el hombro mientras libera la tensión de su brazo con unas cuantas sacudidas.
"No, no lo era. Pelear es como mi... pasatiempo. Mi verdadero arte, por así decirlo."
Él se ríe.
"Ya lo sé, hombre. Eres un tipo aterrador. ¡Me alegra que seas mi amigo!"
Esa palabra otra vez. Su sola mención me hace estremecer, y por desgracia para mí, él lo nota. Frunciendo el ceño, se gira para mirarme de frente.
"D, no estoy enojado contigo por lo que dijiste ayer, hombre. Fue una broma inoportuna de mi parte, se nota que estabas muy enojado."
Niego con la cabeza.
"Aun así no debería haberlo hecho. Pero si no estás enojado, no me preocuparé".
Extiendo mi puño, sonriendo.
"Dame un choque, grandullón. Lo hiciste bien."
Sonríe ampliamente, completando el golpe. Nos giramos y observamos al resto de la clase, y noto que Mia ya le ha dado una paliza a su pobre compañera, que se ve absolutamente destrozada en el suelo. Pobre chica... espera, ¿me está mirando esa zorra roja? Sí. Debió de haber visto nuestra pelea con Damien. La miro fijamente, y donde esperaba ver una sonrisa de suficiencia, solo veo un ceño fruncido. ¿Qué? ¿No creías que el flacucho pudiera retractarse de lo que dijo ayer? Niego con la cabeza y me giro para observar a los demás. No vale la pena perder el tiempo.
...
Arte... arte, arte, arte. Nunca solía pensar mucho en ello, pero ni siquiera yo pude evitar emocionarme un poco cuando Iadakan empezó a hablar de nuestro primer proyecto. Sobre todo porque Olivia parecía un rayo de alegría radiante mientras intentaba detenerlo antes de que terminara la primera frase. Era extraño verla tan animada, como si fuera una chica completamente distinta. Iadakan y ella tenían una especie de... ¿concurso de miradas? Era difícil de describir, como si hablaran sin palabras. Supongo que Iadakan ganó la batalla, porque simplemente apagó las luces y encendió el proyector del techo, mostrando a la clase un video decididamente morboso sobre la producción de ciertos tipos de pintura. ¿Qué demonios? ¿Pasa esa mierda? ¿Por qué la pintura tiene que ser tan metálica? Olivia hace pucheros en su asiento mientras el video se reproduce, claramente no tomando bien su pérdida no verbal. A mitad del video, Iadakan enciende las luces y lo pausa.
"Y por eso, Sra. Halford, no utilizaremos materiales más... exóticos para ningún proyecto".
Ya veo por qué. Dios mío. Olivia lo fulmina con la mirada.
"Todavía no veo el problema."
Iadakan hace un gesto de desaprobación y mueve el dedo.
"Ya sabes cómo funciona, Olivia. Primero el curso de seguridad, y luego podemos usar pinturas al óleo. Pero sabes que no es hasta el segundo semestre, así que con los materiales normales bastará. ¡La paciencia es una virtud, jovencita! En fin, ya que empezamos el video, mejor lo terminamos."
Con otro clic, las luces se apagan y el video continúa. Olivia se hunde en su asiento, dejando escapar un gemido silencioso. Se masajea la garganta suavemente, saca una cantimplora de metal y bebe de ella. ¿Es carfe?... no, solo tiene que ser agua. Iadakan es tranquilo, pero no tanto . No puedo entender a esta chica. ¿Acaso quería hacerlo? Es decir... mierda, nunca he conocido a nadie como ella. Silla de ruedas aparte, no es que importara. Nunca pensarías que una chica como ella pudiera tener tanta pasión en esos ojos... que me miran, listos para arrancarme la garganta. Oh. Mierda. Estaba mirando fijamente, ¿no? Voy a gruñir una disculpa, pero se me atasca en la garganta cuando rápidamente se da la vuelta y rueda hacia el escritorio de Iadakan. Mierda. No la tomé por una chivato... , Iadakan la escucha atentamente, y a juzgar por las miradas que me devuelve, no es una conversación educada. Joder, solo la miré. ¿Qué? ¿Puede mirarme boquiabierta mientras voy por un refresco, pero yo no puedo echarle un vistazo? Iadakan me mira fijamente y me indica con un dedo que me acerque a su escritorio. ¡Hombreee!... Pongo los ojos en blanco y me levanto, metiendo las manos en los bolsillos mientras camino hacia la tormenta de mierda que se avecina. Iadakan nos mira fijamente a ambos y habla en un murmullo apenas audible por encima del vídeo.
"Bueno, ¿qué pasa? Olivia me dice que le estás haciendo muecas."
Olivia gruñe.
"¡No! ¡Dije que me ha estado mirando toda la clase!"
Sí, lo era. Es difícil negarlo.
"¡Es raro! ¡Como si nunca hubiera visto a alguien como yo! ¿No puedes cambiarlo de asiento?"
Oh. ¿De verdad pensó que era por la silla de ruedas? ¡Mierda! ¡Qué parezco un imbécil!
Iadakan niega con la cabeza.
"Espera un segundo, Olivia, no nos adelantemos. Seguro que es solo un malentendido."
Echa la cabeza hacia atrás, gimiendo el nombre de Iadakan con fastidio. ¡Guau! Se comporta de forma distinta con él. Saca su cantimplora de nuevo y bebe a raudales mientras Iadakan continúa.
"Tienes mucha libertad en cuanto a la asignación de asientos, pero ¿pedir algo así?"
Jadea en silencio al terminar de beber, tapando la cantimplora y sosteniéndola en su regazo. Frunce el ceño, encorvándose ligeramente.
"Mmm... Sólo quiero que me deje en paz."
Otro trago. ¡Maldita sea, tiene sed! Iadakan me mira con el ceño fruncido.
"Bueno, D, por favor, ilumíname. ¿Qué te preocupa? No pinta bien que haya desacuerdos entre compañeros a estas alturas del año."
Sólo puedo encogerme de hombros.
"No lo sé, profesor. No me había dado cuenta de que había un desacuerdo."
Él asiente suavemente.
"Claro, pero a veces son las pequeñas cosas que no te das cuenta las que más afectan a quienes te rodean. ¿Se te ocurre algo parecido?"
Me muerdo el interior de la mejilla, pero no me sale nada, encogiéndome de hombros de nuevo. Olivia sigue enfadada. Gruño, intentando encontrar cualquier cosa que se me ocurra.
"Me siento a su lado aquí. Soy amigo de algunos de sus amigos, quienes casualmente me invitaron a sentarme en la misma mesa que ella. ¿No se me permite saber un poco mas de ella?"
Iadakan absorbe esta información con un zumbido silencioso y se vuelve hacia Olivia.
"Parece que sólo quiere saber más sobre ti, Olivia."
Ella me mira de reojo y su rostro se arruga levemente.
"No me interesa... la verdad. Me distrae de la clase y solo quiero ver el video sin que me miren."
Me inclino hacia atrás y mi boca se tuerce en una mueca.
"No quise quedarme boquiabierta , Olivia. Lo siento."
Iadakan inclina la cabeza.
"¿Eso resuelve el problema, Olivia?"
Ella cruza sus brazos y se aleja de mí, haciendo pucheros.
"No. No quiero ningún amigo en esta clase."
Destapa su cantimplora y la bebe, pero no encuentra nada. Está vacía. Se encorva con un gruñido silencioso. Iadakan señala la puerta con el pulgar.
"Olivia, puedes llenar eso si quieres."
Ella duda, pero él hace un pequeño movimiento de barrido hacia ella con sus dedos.
"No te perderás nada. Seguro que te sabes todo el vídeo de memoria."
Olivia me devuelve la mirada mientras se dirige en su silla de ruedas a la fuente más cercana. Una vez que ya no puede oírme, Iadakan suspira y se reclina en su silla, con las manos tras la cabeza.
"Bien. D, te hablé ayer de lo de "aclarar las cosas". Ahora está de mal humor porque la estabas mirando con lujuria. Yo creía que se llevarían bien después de que te diera ese dibujo que hizo. La verdad es que estoy impresionado, pero aquí estamos. ¿Qué pasa, grandullón?"
Levanto las manos con exasperación.
"Dije que lo sentía. Mire, jefe, le voy a ser sincero: no he estado muy bien estos últimos días."
Él arquea una ceja, instándome a continuar.
"Mira, probablemente hayas visto mi expediente, ¿no?"
Él asiente lentamente.
"Se nota que no se me dan bien estas tonterías sociales. De repente, gente como el maldito Damien Payne me mete a la fuerza en su grupo de amigos, donde Olivia está. Intento ser guay. No..."
Me detengo y gruño, frustrado, pero logro continuar.
"Lo estoy intentando, ¿vale? No sé cómo demonios hacer esta estupidez de amigos".
Él tararea.
"No es nada personal, D."
Lo miro confundido.
"Olivia es reticente, sobre todo a los cambios. Si te sientas con ella a almorzar, entiendo por qué te tiene recelo, y no es por... ti."
Gruño, frotándome el puente de la nariz.
"Claro. Aunque parece que te ama."
Él arquea una ceja.
"¿Qué significa eso?"
Le hago un amplio gesto.
"La he visto hablarte más que en cualquier otra ocasión, solo en esta clase. ¿Tiene algo que ver con su cantimplora? ¿Tiene problemas de garganta?"
Él tararea.
"Es sobre todo porque, por desgracia, nunca habla en absoluto. Deja de usar un músculo, se tensa cuando lo usas. Ella simplemente... confía en mí. La conozco desde que era estudiante de primer año. Se sintió atraída por el arte, sobre todo por mi particular estilo de enseñanza, y yo simplemente... la tomé bajo mi ala, supongo."
Yo gruño.
Es amiga de Damien, ¿verdad? Parece que ni siquiera le dice nada , y vive con ese idio- bobo.
No otra vez, casi lo insulto y antes nos hablamos con amigos, Que mierda me pasa?.
Iadakan me mira con cierta curiosidad,seguramente porque casi lo insulto, pero parece ignorar eso. Para despues mueve la cabeza suavemente de derecha a izquierda.
"Pobre chico. Espero que esté bien."
Yo resoplé.
"Está muy entusiasmado, jefe. Ella es... tan distante. Eso hace que los rumores raros que escucho sobre ella sean más interesantes, incluso cuando sé que no debería importarme".
Ante esto, Iadakan se inclina hacia delante.
"Te oí chismoreando con Ben ayer. ¿Se trata de eso?"
Asiento con la cabeza.
"Supongo que sí. No he vuelto a hablar con él, pero parecía tener algún problema con ella. Para ser sincero, me da igual."
Él asiente y se dispone a hablar, pero continúo.
"Y luego está lo que me dijo Liz también".
Él arquea una ceja.
"La conozco. ¿Pasa algo?"
Niego con la cabeza.
"No. ¿Quizás? No lo sé. Simplemente... dijo algo raro sobre que no debería involucrarme en hacerme amiga de Olivia. Me frustra, ¿sabes? Supongo que por eso la miraba raro. Como dije, fue culpa mía."
Iadakan se frota las sienes.
"Vaya. Es peor de lo que pensaba."
Le arqueo una ceja y lo incito a continuar.
"Así que... conoces a tres personas que conocen a Olivia, aparte de mí. De las tres, solo una la tiene en alta estima, y las otras dos empiezan a intentar meterte en un drama en cuanto sale el tema en la conversación. Con razón estás confundido."
Tarareo en contemplación.
"Sí. Eso es... lo que está pasando, básicamente. No lo había pensado así."
Él niega con la cabeza.
"No te culpo, no deberías involucrarte en algo tan estúpido. Estudiantes de secundaria..."
Yo resoplé.
"Supongo que es mejor que meterse en una pelea por ello".
Iadakan resopla, se recuesta y ordena sus pensamientos.
"De acuerdo. Tengo una pregunta importante para ti. ¿De verdad quieres ser amiga de Olivia?"
Casi digo que no, pero me detengo. Miro a mi alrededor con torpeza por un instante, antes de encogerme de hombros, exasperado.
"¿Supongo?"
Él arquea una ceja en señal de juicio.
"¿Estás seguro? ¿O es solo curiosidad por ella?"
Parece muy serio. Lo miro fijamente.
"Entonces sí, estoy seguro. Quiero que seamos amigos. Como dije, de verdad estoy intentando no meter la pata. Esta es mi última oportuni-"
Me interrumpo cuando Olivia regresa, se dirige directamente al escritorio y mira a Iadakan con una expresión inexpresiva.
"Volvi. ¿Ya le cambiaste el escritorio?"
Iadakan me mira expectante. Me vuelvo hacia Olivia, con las manos en los bolsillos.
"Oye. Perdona que te moleste en clase, ¿vale? Intentaré no hacerlo más."
Ella entrecierra los ojos con sospecha.
"...Uh..."
Sus ojos se posan en Iadakan, quien la mira con la misma expectación. Ella me devuelve la mirada, relajándose un poco.
"...¿Seguro? De nada. Gracias. Mierda."
Resoplo, lo que provoca que me mire fijamente por un instante. Se calma rápidamente y continúa.
"Pero, eh... no, en serio, no quiero distraerme."
Iadakan tamborilea con los dedos sobre el escritorio.
"Vamos, Olivia, lo mínimo que podrías hacer es darle otra oportunidad. Nunca se sabe."
Ella tararea.
"Realmente no quiero saberlo... Entiendo que es amigo de Damien, pero realmente no... ya sabes... no en esta clase".
Me inclino hacia un lado.
"Vamos. Los dos odiamos a Mia, así que eso nos beneficia, ¿no? Solo quiero probar lo de ser amigos."
Ella se detiene y me mira con curiosidad, levanta una ceja, pero inmediatamente vuelve a mirar a Iadakan suplicante y él simplemente le devuelve una suave sonrisa.
"Olivia, creo que sería un buen amigo para ti".
Ella se pone rígida, sorprendida.
"¿Qué?"
Ahí van las paredes, empezando a derrumbarse. Continúa, señalándome.
"Simplemente digo que creo que deberías darle una oportunidad a D".
Las brechas en las defensas ahora son enormes.
"Ambos son bastante parecidos en el fondo, aunque sus métodos son muy diferentes. Quizás encuentren un equilibrio entre el cinismo y la ingenuidad si trabajan juntos."
Y, por fin, las paredes desaparecieron. Ahora solo parece una niña tímida y confundida.
"Uh, bueno... Yo, yo no... ¿Habla en serio, Sr. Iadakan?"
Él asiente.
"Sí. De hecho, está en otra clase mía".
Él me mira con franqueza.
"Se nota que tiene pasión, como tú con el pincel. Puede que no sea con el pincel, ni siquiera con la cámara, pero hay algo que arde en él y que hay que aprovechar. Espero grandes cosas de él."
Una extraña sensación me aprieta el corazón al decir eso, y lo miro de reojo con una expresión de asombro. ¿De verdad... piensa eso? Olivia se hunde suavemente en su silla.
"Uhm... e-vale. Perdón, de verdad pensé, eh-!"
Se calla de repente con cara de asombro. ¡Uy! Creo que se mordió la lengua. Iadakan se encoge de hombros.
"Es solo mi opinión. Puedes tomar tus propias decisiones, Olivia."
Ella asiente rápidamente. Iadakan levanta la vista.
"¡Oh! La película está a punto de terminar. ¡Regresen a sus asientos, ustedes dos!"
Él nos mira a ambos.
"¿Estamos bien aquí?"
Olivia me mira de reojo otra vez, pero asiente. Decido hablar.
"Sí."
Él asiente.
"Está bien."
Nos despide con un gesto y Olivia regresa a su sitio. Me quedo atrás un instante.
"Eh... gracias, señor Iadakan."
Él sonríe.
"¿Para qué? Solo di mi opinión. En serio, ahora depende de ustedes dos si quieren ser amigos. No lo arruinen."
Me hace un gesto de despedida y se levanta para encender las luces. Vuelvo corriendo a mi escritorio y me siento. Miro distraída la pantalla. Solo una opinión, ¿eh? Desde luego, parecía mucho más que una opinión. Y... mierda. «Se nota que tiene pasión». Nadie me había dicho eso antes. Nunca. ¿Y ella tiene la misma pasión por el arte? Ahora solo siento más curiosidad por ella... hablando de eso. Ahora es ella la que me mira con los ojos en clase, pensando que no puedo verla. Cómo han cambiado las tornas. Intenta interpretarme solo con mi cara. Lástima que haya puesto cara de póquer, porque parece confundida y alterada. La veo temblar un par de veces, casi como si estuviera a punto de decir algo pero se detuviera en el último segundo. También está pensando en lo que dijo Iadakan. De repente, las luces se encienden de nuevo y me tambaleo hacia atrás, gimiendo. Maldita sea. La voz de Iadakan corta el brillo.
"Está bien, normalmente en su primera semana haríamos algo simple como una paleta de colores, pero creo que todos pueden manejar algo un poco más avanzado".
Olivia se anima al oír la palabra «avanzado». Ahí voy, completamente olvidado en su mente. Iadakan nos muestra un fajo de papeles para que los miremos, gesticulando teatralmente con la otra mano.
Primero lo primero, me gustaría que todos completaran estas hojas de temas para asegurarme de que entiendan cómo manipular las pinturas al óleo de forma segura . ¡Lo último que necesitamos es otro aula incendiada!
¿Qué demonios? Con razón el Sr. Ferris está auditando este lugar. Iadakan continúa.
Una vez que terminen con ellos, tráiganlos a mi escritorio para que pueda revisarlos. Les entregaré los permisos cuando esté seguro de que ninguno de ustedes se quemará ni se envenenará.
Pasaron los papeles y revisé la hoja. ¡Joder! No me sé ninguna de estas preguntas. Estuve ahí arriba parloteando todo el rato mientras el vídeo estaba puesto. Genial. Me he convertido en mi peor pesadilla, y ni siquiera puedo adivinar nada de esto porque todo es una mierda de dinosaurios. ¡No tengo un maldito hocico de ocho centímetros! ¿A quién le importa qué grado de máscara necesito? Sorprendo a Iadakan mirándome, y cuando me ve viéndolo verme, mira a mi lado. Sigo su mirada, y... Olivia. Está devorando esa hoja como si nada. Maldita sea, Iadakan no bromeaba, se sabía el vídeo de memoria. ¡A la mierda, hora de hacer trampa!
"Oye, Oliv-"
Ella sacude la cabeza hacia mí, burlándose.
"¡Qué! ¿Y ahora qué? ¿Qué? ¿Qué pasa? No voy a dejar que me dibujes."
La miro con los ojos entrecerrados y simplemente levanto la página, señalando todas las preguntas sin respuesta. Ella gruñe, mirando a Iadakan suplicante, a lo que él responde con una sonrisa encantadora y dos pulgares arriba. Je.
Se inclina hacia adelante, agarrándose la cabeza con ambas manos.
"Bbiiiiee-"
Ella se sienta y me mira fijamente.
"Bien. Bien, bien, bien. ¡Aquí!"
Me tiende la hoja y la tomo con cuidado, mirando a Iadakan de reojo. ¿De verdad me va a dejar hacer trampa? Lleva una máscara para dormir y está holgazaneando en su escritorio. ¡Este cabrón! Me encojo de hombros, escribo las palabras de la hoja de Olivia y al menos intento que parezca obvio que no las copié al pie de la letra. Algunos ya están subiendo sus hojas al escritorio de Iadakan, pero él está MALDITO. Te entiendo, hermano. Termino mi fechoría y le devuelvo el periódico a la caimán.
"Te lo agradezco, Olivia."
Ella lo recupera con un gruñido.
"Lo que sea."
Termina las últimas preguntas que tenía pendientes y lleva su hoja al escritorio. Por suerte, la última respuesta es fácil. Sé lo que es un punto crítico; he quemado un par de cosas. Me levanto y dejo mi hoja en el escritorio. Iadakan se levanta la máscara con un dedo y, al ver que soy yo, señala un fajo de papeles.
"Excelente. Aquí tiene su permiso."
Yo resoplé.
"¿Qué? ¿Ni siquiera vas a mirarlo?"
Él parece divertido.
"D, sabes que la mayor parte de eso ni siquiera se aplica a ti. ¿Qué? ¿Planeas beberte un poco de pintura?"
Me río entre dientes, dejando mi papel y cambiándolo por uno de los papeles.
"¿Después de ese vídeo? ¡Ni hablar!"
Me pongo rígida. Uy, se me escapó una. Lo miro de reojo, pero él solo se ríe entre dientes y me hace un gesto para que vuelva a mi escritorio.
"Vuelve a tu silla y espera a que termine la clase, D. Mañana empezaré con algo sencillo. Como pintar un cubo. O una pelota."
Sus ojos me brillan.
"Sí, una pintura de balón prisionero modelo".
Gimiendo, pongo los ojos en blanco y me alejo mientras él se baja el antifaz. No puedo evitar sonreír con suficiencia. Hombre. El entrenador Solly es genial, pero Iadakan podría ser mi nuevo profesor favorito. Lo siento, mono. Me dejo caer en mi asiento, y todo sigue igual: Olivia vuelve a mirarme con lascivia a falta de cinco minutos. La miro y arqueo una ceja. Ella arquea la suya. ¿Qué? ¿Estamos en un concurso de miradas? Pasan unos minutos y resoplo. Me mira con los ojos entrecerrados y apoyo la cabeza en el puño y sonrío.
"Pinta un cuadro y durará más".
Retrocede un poco, y su rostro se sonroja por completo al oír la campana. Gira rápidamente y sale en su silla de ruedas para evitarse la vergüenza. ¡Rayos, qué hábil es con esa cosa! Me levanto y sigo mi camino alegremente.
...
Maldito comedor. Me abro paso entre el caos, dándole un codazo en el estómago a alguien y pisoteando al menos a tres personas mientras me abro paso entre la multitud hacia la mesa de Damien y compañía. ¿Qué demonios es esa cosa tan larga? Ah. Es Liz, creo. Damien y Olivia ya están allí también, el primero devorando un sándwich con una pinta asquerosa, con de como ocho carnes diferentes. Con un último codazo en el pecho a un tipo y salgo de la multitud, casi saltando a mi asiento en la mesa.
"Maldito Raptor Cristo en su cruz de roca, no creo que alguna vez me acostumbre a eso."
Damien se ríe entre dientes.
"No sé, hermano, parece que lo tienes bastante controlado. Oye, ¿ya conociste a Liz?"
Le hace un gesto a Liz, que ahora mismo está al 95% del cuello, masticando las enredaderas que crecen en el techo. Asiento.
"Sí, nos conocemos. ¡Hola, Liz!"
Levanta una mano y me saluda, lo cual es una visión sumamente extraña. Oigo su voz tan clara como el día, incluso con la cabeza tan arriba.
"¡Oye, D! No sabía que estabas ahí hasta que te oí."
Miro la fila del almuerzo. Dios mío... ¿acabo de ver a alguien recibir un golpe en la cabeza con una silla de acero? ¡Qué va! Al carajo.
"No voy a hacer ese rollo de la cola del almuerzo. Si tienes algún pedido en la máquina expendedora, mejor hazlo ya porque no voy a volver a salir."
Damien hace un pog y pide un Dr. Ptero, y Liz pide una lata de Snootkist. Miro a Olivia, y ella me devuelve la mirada en silencio. Me encojo de hombros.
"¡Oye, supongo que Olivia no quiere nada!"
Ella habla con cierto enojo.
"¡Está bien! ¡Pachy-eetos y un Dr. Ptero también!"
Le chasqueo la lengua.
"Ok,ok,ok."
Ella refunfuña en voz baja mientras salgo a recoger la basura de todos. No es que me importe mucho, es el maldito dinero de mi padre. Regreso a la mesa y les lanzo a todos su asqueroso tesoro, dejándome caer de nuevo y abriendo mi propia bolsa de BASURA DE PAPA. La voz de Liz resuena desde arriba al oír las latas golpear la mesa.
"¡Gracias, D! Damien, ¿no te importa?"
"¡Ya estoy en ello!"
Agarra el Snootkist y lo abre de golpe mientras Liz baja la cabeza. Lleva... uno de esos malditos sombreros de soda. ¿Sabes qué? No me puedo ni reír. Bien hecho, brachiogirl, bien hecho. Damien lo cambia como si le fuera la vida en ello y Liz le sonríe.
"Gracias."
Él se frota tímidamente la parte posterior de la cabeza.
"¡No hay problema!"
Arqueo una ceja mientras la cabeza de Liz regresa a las alturas. Mmm. Damien se gira hacia mí.
"Entonces, Deester, ¿cómo ha ido tu día hasta ahora?"
Me encojo de hombros.
"Aceptable, supongo."
Miro a Damien, sonriendo lentamente.
"¿Cómo está el brazo, grandullón?"
Él se ríe mientras lo hace girar.
"¡Todavía me duele, hombre! ¡Me hiciste un desastre!"
Liz agacha la cabeza con curiosidad, con la boca llena de hojas. Olivia me mira con recelo. Liz habla, con una claridad casi perfecta, a pesar de las hojas en la boca.
"¿Qué pasó?"
La miro.
"El entrenador Solly nos hizo luchar hoy en Educación Física. Le dio a Damien una pequeña... demostración."
Ella parece sorprendida mientras se traga las hojas.
"¿De verdad le ganaste a Damien? ¡Guau!"
Ella lo mira desde arriba.
"¿Fuiste amable con él o algo así?"
Él niega con la cabeza.
"¡No, no, Deester es un tipo duro!"
Le hago un gesto de despeje con mi mano.
"No fue nada, grandullón. Oye, Liz, gracias de nuevo por ayudarme a presentar mi propuesta."
Ella asiente.
"¡Por supuesto!"
Damien me mira.
"¡Ah, sí! Siempre puedes contar con Liz para ayudarte."
Ella se ríe.
"Los halagos no te llevarán a ninguna parte, Damien."
Él la mira sonriendo y luego se vuelve hacia mí.
"Solo digo la verdad. Liz también participó en el concurso, ¿verdad? Todos deben estar intentando ganar el premio en efectivo."
Liz tararea.
"El dinero está... bien ."
Baja con otro bocado de hojas, sumergiéndolas en una bandeja llena de salsas mientras sigue hablando con total claridad a pesar de tener un bocado. ¿Cómo demonios hace eso?
"El verdadero premio es que tu propuesta aparezca en la portada de la revista de los patrocinadores y en un artículo destacado. ¿Tienes idea de lo bien que queda en un currículum? ¡Caramba!, probablemente con eso solo consiga una beca."
Me inclino hacia atrás, intentando imaginarme uno de mis graffitis en una revista. Maldita sea... Miro a Liz.
"De verdad que lo tienes todo planeado. ¿Qué presentaste?"
Ella traga su ensalada y sonríe.
"¡Mi mejor obra de arte digital!"
Damien se gira.
"¡Oooooh! ¿Puedo verlo?"
Ella saca su teléfono, Buscando la imagen y luego lo da vuelta.
"¡Miren!"
En la imagen se puede ver... una especie de... casa elegante. Pero se ve bien. Elegante y antigua, y eso es todo. Damien hace otro pug, señalando la pantalla.
"¡YOOOOOO! ¡Qué genial! ¡Parece tan realista!"
Liz mueve la cabeza hacia arriba y hacia abajo suavemente.
"Gracias. Me llevó una semana integrar bien algunos de los elementos más extravagantes. Me inspiré en la casa de mi abuelo en el país de origen."
Damien asiente como si fingiera que entiende.
"¡Esto es increíble! ¡Ni siquiera se nota que todo esto es arte digital!"
Él agarra su teléfono y lo gira hacia Olivia.
"¡Hey, Olivia!"
Ella salta al oír su nombre, frunciendo el ceño ligeramente. Maldita sea, estaba completamente borracha.
"¿Qué? ¡No voy a devolver estas patatas, son mías!"
Las caras de todos se caen un poco, especialmente la de Damien.
"Eh... Justo iba a mostrarte la entrada de Liz..."
Entorna los ojos y lo observa detenidamente. Levanta la vista y solo asiente, y luego vuelve a sus patatas fritas. Damien parece un poco más abatido por un momento, pero luego recupera su sonrisa bobalicona de siempre mientras le devuelve el teléfono a Liz. Decido que es buen momento para intervenir.
"No me di cuenta de que te interesaba tanto crear arte después de todo lo que me contaste ayer sobre el comerciante de arte. Pero tiene buena pinta, no me malinterpretes. ¿Lo haces solo como un pequeño pasatiempo o algo así?"
Ella asiente.
"¿Algo así, sí? ¡Gracias de todas formas! De hecho, todo eso de ser comerciante de arte fue lo que me llevó a venir a esta escuela. Hay un montón de graduados de élite, ¡y el simple hecho de ser exalumno aquí es una forma fantástica de hacer contactos!"
Asiento lentamente. Lo entiendo, sobre todo después de lo que me dijo ayer.
"Y tú también eres la tesorera, ¿no? De verdad que te estás preparando para todo el asunto del negocio".
Ella asiente de nuevo.
"¡Mhm! ¡Estoy haciendo todo lo posible para prepararme para la realidad! Aunque me encanta pintar, no es un medio para un fin. Quizás por eso quiero dedicarme al comercio, para poder conseguir lo que la gente necesita."
Me inclino hacia delante y asentí contemplativamente.
"Claro... hombre, supongo que debería empezar a pensar en lo que quiero hacer. No es fácil."
Por alguna razón, pienso en Olivia y en lo que está pensando. ¿Acaso está al tanto de la conversación? Damien no para de mover la cabeza como un tonto, y no sé si está escuchando una canción en su cabeza o si le da la razón a Liz. Un suave suspiro a mi lado me llama la atención. Al mirarla, Olivia está mirando sus patatas fritas, pensativa. Supongo que no soy la única preocupada por dónde voy a acabar. Pero no debería preocuparme, aún tenemos todo el año.
Miro a Damien.
"¿Y tú qué, grandullón?, ¿Algo pensado para el futuro"
Él se encoge de hombros, sonriendo.
"Bueno, la verdad es que no tengo una meta muy grande. Solo estoy aquí porque es la escuela más cercana a casa."
Liz lo mira sin impresionarse.
"Damien, sabes que te sigo hablando de planificar con antelación".
Él la mira fijamente y su sonrisa no flaquea.
"Lo sé, lo sé. ¡Simplemente me gusta tener todas mis opciones abiertas!"
Me inclino hacia delante, apoyando la barbilla en mi puño.
"¿Qué haces aquí entonces? ¿Simplemente holgazaneando?"
Él hace un leve gesto de asentimiento.
"¿Claro? Supongo que sí. Simplemente elegí las clases que me parecieron interesantes. ¡Pero Economía Doméstica es muy divertida! ¡Puedo preparar comida en clase y comerla también!"
Liz lo mira fijamente.
"¡Serías el marido perfecto con esas habilidades!"
Damien asiente.
"¡Sí!"
Luego se da vuelta y la mira de forma estúpida.
"Espera, ¿qué?"
Liz se da cuenta de lo que acaba de decir y ladea la cabeza, sonrojándose al máximo mientras la levanta lentamente hacia las vigas. No puedo evitar soltar un bufido, que al instante se convierte en una carcajada.
"El amor floreciente, ¿no es jodidamente precioso?"
La voz exasperada de Liz corta el aire mientras sigo riendo, Damien parece no tener idea de qué diablos está pasando.
"¡D! ¡Vamos!"
Me seco una lágrima rebelde y mi risa se transforma en risitas.
"Está bien, está bien. Ya terminé."
Liz resopla.
"Volviendo al tema, el concurso de arte. Si gano y consigo la entrevista, ¡sería una ventaja enorme!"
Yo gruño.
"Apuesto a que sí. Oye, Olivia, ¿has presentado algo al concurso?"
Ella me mira y sus ojos se abren un poco.
"Uh...."
Luego mira hacia otro lado, desanimándose un poco.
"...No."
Liz se sacude hacia abajo y su sombrero de soda sale volando quién sabe dónde.
"¡¿En serio?! ¡Rayos! ¡Quizás tenga una oportunidad entonces!"
Damien la mira de reojo, frunciendo el ceño.
"Liz, eso suena un poco fuera de lugar."
Si Damien tiene que recordártelo, es cuando sabes que la cagaste. Una mirada de culpa cruza su rostro.
"Lo siento... no quise decir eso, lo juro."
Intenta calmar a Olivia con una sonrisa, pero la amenaza verde simplemente pone los ojos en blanco y sigue saboreando sus patatas fritas. Me inclino hacia atrás, con la mirada fija en Olivia.
"Cuando tuvimos nuestra... charla en su clase, el Sr. Iadakan mencionó tus habilidades como pintor, y el pequeño boceto que hiciste de mí fue genial, así que..."
Ella se congela mientras Damien se lanza hacia adelante.
"¡Guau! ¿¡Ella qué?!"
Se gira hacia mí, mirándome con furia. ¡Guau! ¿Cuántas veces voy a meter la pata con esta chica? Ni siquiera he visto su obra de verdad, solo un maldito boceto. ¿Puedes culparme por tener curiosidad? Cierra los ojos, respira hondo y vuelve a adoptar una expresión neutra.
"Yo solo..."
Ella me mira de arriba abajo con torpeza.
"No puedo..."
Arqueo una ceja.
"¿Qué significa eso?"
Ella se encoge de hombros.
"Además, aunque pudiera, aquí buscarán a los mejores artistas, así que tienes que demostrárselo con lo bueno que es tu arte. Simplemente no quiero que me vean y sientan que tienen que darme una recompensa por lástima."
Damien estaba a punto de morder su sándwich, pero puso una cara de asco cuando ella dijo esto, y se quedó paralizado, su mirada vagando entre nosotros dos. ¡Dios mío, Damien! el hamster de tu cabeza se va cansar de girar asi de rapido, amigo. Olivia sigue hablando.
"Quiero ser juzgado por mi arte y no..."
Mira la mesa, como si captara todos los detalles mientras intenta encontrar las palabras adecuadas. Suspira con cansancio.
"Simplemente me sentiría inmerecido".
Yo gruño.
"¿Cómo?"
Damien se sacude hacia adelante, casi poniéndose frente a ella.
"SI, ¿CÓMO?"
Liz lo empuja hacia atrás suavemente con su cuello.
"Damien, shhh."
Me inclino hacia delante, frunciendo el ceño.
"¿Ha pasado eso? ¿La gente realmente hace esas cosas?"
Ella me mira fijamente por un breve momento y luego mira hacia el vacío.
"No estabas ahí para eso. Unos perdedores intentaron decirme que me aprovechara de ello."
¿Qué carajo? No puedo evitar la mueca de desprecio que se dibuja en mi rostro mientras me inclino hacia atrás.
"Bueno... que se jodan."
Ella me mira, aparentemente genuinamente sorprendida de que dijera algo así. Arqueo una ceja.
"¿Qué? Sé lo que se siente cuando te dan lástima, y odio cada segundo. No tienes que darme explicaciones."
Se recuesta, apartándose el pelo. Hay una nueva mirada en su rostro, una que no logro identificar. Se retuerce los pulgares, mirando a todas partes menos a mí.
"Sí... Es que no quiero recibir premios ni elogios que no me he ganado. En serio, no soy tan bueno. Ni siquiera ganaría."
Ella suspira, toma su bebida y le da un buen sorbo. Decido hacerle una pregunta.
"¿Puedo ver algo de tu trabajo?"
Ella ni siquiera se molesta en mirarme y vuelve a dejar la lata en su sitio.
"No."
Frunzo el ceño.
"¿Por qué no? Entiendo que mucha gente aquí tiene muchísimo talento o algo así. Muchísimo mejor que yo, y solo están en la universidad. Es una locura pensarlo. Como ese paisaje de la ciudad cerca de la dirección."
Damien arquea una ceja.
"¿Paisaje?"
Asiento con la cabeza.
"Sí. ¿El de la ciudad? Un estudiante de primer año lo hizo, y era precioso. Y lo digo yo."
Olivia me mira contemplativamente, antes de desviar la mirada tímidamente.
"Yo lo hice."
La miro con los ojos abiertos.
"¿En serio?"
Damien sonríe.
"Su nombre está ahí, ¿no?"
Me rompo la cabeza hasta encontrar el cartel que habia debajo de la pintura. O. Halford. Me golpeo la cara con la mano.
"Joder, soy un idiota."
Olivia resopla.
"¿De verdad te sorprende tanto?
Me vuelvo hacia ella gesticulando.
"¡Joder, sí que lo es! ¡Esa mierda fue la mejor pintura que he visto en mi vida! ¡Que se jodan todos esos viejos pintores renacentistas o lo que sea!"
Ella se encoge de hombros.
"Bueno, da igual. Lo pinté con la ayuda de un guía, así que no es que yo lo haya hecho todo".
Le hago un gesto de despeje con la mano.
"Como sea, y Joder es su nombre no podría haber pintado la Mona Lisa sin esa zorra sentada delante de él. ¿Y qué? ¿No puedes participar porque ya ganaste una vez?"
Ella golpea la mesa con sus garras, tarareando.
"Sí... básicamente."
Aparta la mirada de nosotros y vuelve a sus patatas fritas. ¡Rayos! Y yo que pensaba que era demasiado duro conmigo mismo. Esta chica es su peor enemiga. La cabeza de Liz vuelve a aparecer ante mi vista periférica y tiene una expresión bastante sorprendida. ¿Qué? ¿Se mordió la lengua o algo así? Los demás también lo notan. Damien la mira con una ceja arqueada.
"¿Liz?"
Olivia también hace lo mismo.
"¿Qué pasa con esa mirada, cuello largo?"
Liz sonríe cálidamente.
"Sólo me sorprende verte de mejor humor, eso es todo."
Olivia gruñe.
"Lo estás haciendo raro. No lo hagas raro."
Damien, aparentemente tomándolo como una invitación a hacerlo extraño, se da vuelta y se inclina un poco demasiado cerca de Olivia.
"¡Sí, ha pasado mucho tiempo, Olivia! ¡Pensar que un revoltoso como Deester te hizo abrirte así en solo dos días!"
Él me hace un gesto y sonríe tontamente.
"¿Qué hiciste hombre?"
Olivia se queda paralizada, como un ciervo deslumbrado por los faros de un coche, mientras la cháchara de Damien la pone en el punto de mira. Sin decir palabra, frunce el ceño con rabia y se da la vuelta, alejándose. Damien, apenas dándose cuenta de su metedura de pata, intenta llamarla.
"¡Olivia, espera!"
Demasiado tarde. Se fue. Liz y yo miramos a Damien como debíamos. Ella chasquea los labios.
"Bueno, ella dio una advertencia."
Niego con la cabeza.
"Buen trabajo, gran idiota."
Damien suspira, pasándose una mano por el cabello con tristeza.
"...Sí... Mierda. Estaba emocionado de que estuviera progresando bien..."
Pasamos el resto del almuerzo intentando hablar del proceso artístico de Liz, pero Damien parecía desanimado. No dejaba de mirar distraídamente la cafetería, pensando que Olivia podría estar por ahí para que pudiera intentar convencerla de que volviera. No, amigo, eso ya pasó . Aun así... definitivamente parecía más abierta. Como si quisiera hablar. Pero... ¿por qué no lo hace?... La campana me saca de mis pensamientos antes de poder pensarlo más. Una pregunta para otro momento. Liz y Damien se despiden con la mano... y me dejan a mí para que limpie el desastre. ¡Vaya!, gracias, chicos.
.....
La clase de fotografía no me interesa. Como Ben es mi compañero, Iadakan le da el visto bueno para que me enseñe el campus. Además de enseñarme los mejores sitios para hacer fotos, veo mucho de la escuela que no conocia. el hall de musica y la piscina se me quedan grabados en la mente. No me importaría nadar un par de veces. Terminamos en el patio, Ben me señala algunas de las vistas más alejadas de la escuela. Con razón, son bastante bonitas. Empieza a hablar sin parar sobre "el encuadre perfecto" o algo así, y mi mente acaba vagando hacia Olivia. Otra vez. Las palabras de Damien resuenan en mi mente. "¿Qué has hecho, tío?". No sé, ¿hablarle como una persona normal?
"¿D?"
Ya la oíste, Damien. No quiere que la traten diferente, y sin embargo, aquí estás tú intentando obligar a todos a ser amigos de ella. Supongo que esta vez funcionó. Supongo . Todavía no estoy seguro de mí mismo...
"¡D!"
La voz de Ben me saca de mis pensamientos.
"¿Qué? ¿Qué?"
Él niega con la cabeza; una ligera frustración estropea sus rasgos.
"Te preguntaba si estabas libre el fin de semana para poder tomarnos fotos".
Yo gruño.
"Sí, podemos hacerlo el sábado."
Él se relaja, asintiendo.
"¡Excelente! Podemos encontrarnos aquí."
Gruño distraídamente afirmativamente mientras volvemos a clase. Me pregunto si puedo hacer algo en la clase de historia...
.....
Me voy a morir. Por alguna razón desconocida, me empiezan a dar ganas de nicotina en historia, así que la monotonía se multiplica por mil. Prockling no para de hablar de la maldita Hegemonía y de crímenes contra los humanos y los dinosaurios o algo así. Me da igual. Esto es una mierda. Se me escapa un bostezo mientras empiezo a mover la pierna. Olivia parece haber vuelto a su estado habitual, que es de tristeza y pesimismo. No sé si ya no está enfadada por lo del almuerzo o si todavía no sabe que estoy en esta clase. Si es esto último, será divertidísimo cuando se dé cuenta... suponiendo que no me arranque la garganta de un mordisco, claro. Todos los demás en la clase parecen tan somnolientos como yo, así que al menos sé que no estoy solo. He estado tomando notas en piloto automático, simplemente seleccionando las palabras clave de la clase de Prockling. Tengo que sacar buenas notas. Una cosa es joder mi última oportunidad si me pongo furioso y le doy una paliza a alguien, y otra muy distinta es matarme si la cago dejando que mis notas bajen. Parece que hoy nadie tiene ganas de arriesgarse con las notas. No los culpo, sabiendo que Prockling puede mandar un ataque aéreo de Monkey Man. Dios mío. Supongo que este va a ser uno de esos periodos del año. Así es la historia del instituto. Prockling ya ni siquiera está acechando a la clase buscando a los que la cagan. Solo está de pie frente a la pizarra y parloteando, porque sabe que nos tiene agarrados de las pelotas... qué pena. Un destello de movimiento en mi vista me llama la atención. Es Olivia. ¿Qué está haciendo?
Dobla un trozo de papel de cuaderno, se chupa el dedo y humedece el pliegue para poder rasgarlo limpia y silenciosamente. Oh, mierda. ¿Va hacerlo ¿Un juego de notas? Por favor, Dios. Necesito distraerme o puedo morir. Me pregunto por qué va hacerlo. Tal vez se siente culpable por haber sido atrapada ayer. Se lo pasa a su izquierda, y el tipo a su lado parece dudar, pero lo toma de todos modos. Sin embargo, no escribe nada y simplemente se lo pasa. Esto continúa durante un buen rato, y ni una sola persona tiene las agallas de abrirlo y dibujar algo. Malditos cobardes, todos ustedes. Lo miro mientras se abre camino hacia mí, y muy pronto siento un toque en mi hombro. Prockling está distraída, así que simplemente estiro la mano y lo agarro casualmente mientras me lo entrega. Lo pongo frente a mí y lo desdoblo. Solo hay una cosa en él: una rata con una mano realista que haciendo un gesto de aprobación con el pulgar. Hay mucho espacio en esta hoja, y Prockling sigue cacareando sobre tribus antiguas y algo así. Se me ocurrió la idea perfecta. Puse el papel encima de mi cuaderno e intenté integrarlo con mi página de notas lo mejor posible, y me puse a trabajar. Dibujo a Olivia vestida como una grafitera estereotipada, con pañuelo y chaqueta acolchada incluidos, y la hice pintar con aerosol una gran rata estilizada y muy ruda. Tan estilizada como pude hacerla con lápiz, de todos modos. Revisé mi obra maestra. No soy un artista tradicional excepcional, así que Olivia no se ve del todo precisa, pero la silla de ruedas debería al menos dejar claro que es ella. ¿La rata, en cambio? Impecable. Le pasé la nota a Olivia mientras Prockling señalaba algo en el tablero, y ella la agarraba.
Su cola vuelve a menearse un poco, pero solo por un breve instante. Todo ese espacio en blanco debe ser difícil de mirar. Supongo que al menos está contenta con lo que hice y... acaba de pasarlo de nuevo. Hace su viaje de ida y vuelta entre los estudiantes de nuevo, con un embriagador tono de irritación. Sí, eso no va a volver a funcionar. ¿Por qué haría eso? Nadie más va a ser hombre y dibujar algo ahora, los cobardes. Debe estar realmente aburrida. La nota encuentra su camino de vuelta a mí de todos modos. Al revisarla, descubro que ha dibujado una pandilla de pequeñas ratas a su alrededor, igualmente matonas. La mafia de las ratas. Maldita sea. Joder, tengo que sumarme a esto. Me puse en el lado opuesto del graffiti, en cuclillas como un verdadero OG y lanzando letreros de pandilla. Puse detalles adicionales en la cicatriz. Es mi rasgo distintivo, después de todo. Compruebo dos veces, tres veces y cuatro veces que Prockling no esté prestando atención, yy ...
WhCRACK
¿Qué demonios? ¿Fue un disparo? El silencio se apodera de la habitación antes de que Prockling se gire y observe a Olivia.
"¿Señorita Halford?"
Ella se encoge en su silla como si quisiera derretirse.
"L-lo siento, Sra. Prockling. Vi una araña."
Para su crédito, Prockling simplemente niega con la cabeza y suspira, volviendo a la pizarra y continuando su represion contra la diversión y la alegría. Olivia gira la cabeza lentamente y me mira a los ojos, con una mezcla de desprecio y curiosidad. Supongo que ese ruido tan fuerte fue su cola, a juzgar por cómo se la masajea y el maldito grieta en uno de los azulejos. Ella espera el momento perfecto para decir "Prockling no mira" y garabatea algo. Mira hacia atrás, vacilante, y luego me lanza la nota. Sale disparada debajo de mi escritorio, amenazando con deslizarse. Mi única opción es pisarla con fuerza, y gracias a mis enormes botas, hace un ruido estruendoso. Prockling gira la cabeza bruscamente, mirándome fijamente.
"Señor Fault, ¿qué fue ese ruido?"
Le pongo mi mejor cara de póquer.
"La araña. La pisoteó hasta acabarla de una vez."
Ella me hace una mueca.
"Por favor, limpie eso antes de que termine la clase, Sr. Fault".
"Por supuesto, profesora."
Me mira fijamente un instante y luego se vuelve hacia su escritorio, pasando unas páginas y dando instrucciones a todos los demás para que hagan lo mismo. Luego se va a buscar algo en un cajón. Hora de ver qué hay. Deslizo la mano por debajo del escritorio con naturalidad y agarro la nota. Ha dibujado a más matones, solo que todos me apuntan con pequeñas Glocks. Maldita sea. Parece que me he equivocado de barrio. Pero esto es divertidísimo, no puedo enfadarme. En respuesta, dibujo un gato de aspecto desagradable vestido de traje, apuntando con una metralleta a los pequeños matones. Miro de nuevo a Olivia, pensando en cómo devolvérsela cuando veo su capucha abierta tras la espalda. Oh, ¿estamos jugando? Estoy jugando. Con un hábil movimiento de muñeca, entra como mantequilla. El papel le rasca la nuca, y ella lo hurga, mirándome con recelo. Intenta decirme algo con la boca, pero ni siquiera sé leer los labios normales, y mucho menos los de un dinosaurio. Lo desdobla, dibuja otra cosa y me lo vuelve a tirar. Más ratas. ¿Le gustan mucho las ratas, eh? Nos lo pasamos durante el resto de la clase, creando poco a poco un pequeño gueto animal hasta que Prockling le da luz verde a Olivia para que se vaya a los cinco minutos.
Empieza a empacar sus cosas, lanzándome miradas. Ya no se está tan decaida, reemplazada por confusión, como si no quisiera ahorrarse esta maldita pesadilla de clase e ignorando el juego de garabatos. Sale de la habitación en silla de ruedas, dándome una última mirada al umbral de la puerta. Le sonrío con diversion y le hago un gesto de saludo con dos dedos, y retrocede un poco, dándose la vuelta por fin y cruzando la puerta. Bien. Tarea. Miro la hoja con la mirada perdida. Joder. No tengo ni idea de qué significa todo esto. Me lo merezco por holgazanear, supongo. Considero intentar leer el capítulo rápido, pero ahora que Olivia no está para distraerme, las ansias de nicotina me suben por la espalda como un demonio. Que le jodan, ya le responderé con Grugle cuando llegue a casa. Suena el timbre por fin, y me doy cuenta de que todavía tengo la obra maestra de la capucha de ratas en mi escritorio. Ni hablar de tirar esto, la capucha de rata se va conmigo. Lo meto en mi mochila y me largo de aquí.
.....
Dios, el instituto se pone de los nervios al acabar el día. Ya era bastante malo intentar moverse entre clases, pero al final todos intentan matarse para salir por la puerta. La paciencia es la virtud del listo, así que prefiero quedarme un rato a un lado mientras espero a que baje un poco la congestión. Enseguida me dirijo a las escaleras para bajar y volver a casa para por fin poder fumar. Hay más exposiciones de arte aquí arriba, a pesar de que no es el ala de arte. Supongo que el espacio escasea. Algo rígido me agarra y retrocedo bruscamente. Oh. Es Olivia. Me mira fijamente sin la sospecha habitual. Abre la boca para hablar, pero no dice nada. Arqueo una ceja, mirando su brazo aún extendido delante de mi pecho. Lo baja torpemente y, al parecer, no se decide si va a ir al bolsillo de su sudadera o al reposabrazos. ¿Qué? ¿Quiere el dibujo? Voy a empezar a hurgar en mi bolso.
"Oye, todavía tengo eso-"
Ella me interrumpe y me mira de nuevo.
"Podrías habérmelo dicho."
La miro de nuevo.
"¿Qué?"
Ella continúa.
"Que también estabas en la clase de la Sra. Prockling. Podrías haberlo mencionado."
Yo sonrío.
"Claro, podría haberlo hecho, pero ¿no crees que todo fue teatral y toda esa mierda cuando te diste cuenta de que era yo quien dibujaba todo eso?"
Ella tararea, apartando su cabello hacia un lado.
"Bueno, da igual. Nos vemos mañana... supongo."
Ella se da la vuelta para irse, pero una pregunta se escapa de mi garganta y la detiene.
"¿Por qué me detuviste para hablar?"
Su mirada se dirige al suelo.
"Yo... realmente no te entiendo..."
Su mirada se vuelve hacia mí. Está nerviosa.
"¿Por qué te importa?"
¡Joder, señora! Ni siquiera yo sé la respuesta. ¿O sí? ¡Joder! Supongo que es porque...
"Quiero ser amigos, obviamente."
Ella no parece convencida.
"¿Conmigo, enserio?"
Me encojo de hombros.
"¿Por qué no?"
Sus ojos se abren de par en par brevemente, recordándome los tiempos en la clase de Iadakan, donde se veía mucho más viva. Una sonrisa burlona se dibuja en la comisura de mis labios mientras las palabras del Sr. Iadakan resuenan en mi cabeza. «A veces son las pequeñas cosas», en efecto. Continúo hablando.
"Creo que Iadakan tenía razón, ¿sabes?"
Ella tararea en desacuerdo, dándose la vuelta. ¿Qué? ¿Demasiado atrevido? En fin. Vuelvo a mi bolso.
"Todavía tengo la nota."
Ella mira hacia atrás con curiosidad.
"¿Nota? ¿Qué? ¿Con los garabatos? ¿De la historia? ¿Por qué?"
La miro mientras lo saco.
"Está bueno, por eso. Me divertí completándolo. ¿Lo quieres?"
Ella niega con la cabeza y se gira para mirarme completamente.
"Son solo garabatos, puedes tirarlos..."
Las palabras se le quedan atrapadas en la garganta y mira hacia un lado.
"Guárdalo si es tan importante."
¿Acaso... sonrió? Fue una sonrisa diminuta, pero... ahora solo está mirando... oh. ¿Un ascensor?
No sabía que este lugar tenía ascensores. Nunca vi a nadie usándolos.
Se acerca en su silla de ruedas, saca una llave y me la enseña. Ah. Alojamiento. El pasillo está bastante despejado. Llega el ascensor y ella entra rodando. Mete la llave y pulsa el botón para bajar. Retrocede rodando y me doy la vuelta para irme, pero me detiene.
"Uh..."
Me doy la vuelta. Ella me mira expectante.
"¿vienes?"
Oh, mierda. ¿En serio? Entro justo cuando se cierran las puertas. Maldita sea, esto es viejo. Esa pegatina de inspección parece más vieja que mi padre. La miro.
"Esto es una mierda que supone un riesgo para la salud".
Ella se encoge de hombros, sonriendo.
"¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Que se nos rompan las piernas?"
Yo resoplé.
"No sería la primera vez."
Su sonrisa se desvanece en sorpresa, y ahora soy yo el que sonríe.
ka-chunk
¿Conoces esa sensación cuando bajas una cuesta empinada en coche y sientes como si te subieran los huevos al estómago? Sí. Me acaba de pasar. ¡Dios mío, esto suena como si se fuera a caer en cualquier momento! ¡¿Cuánto tiempo dura?! ¡Maldita sea, me están empezando a dar los temblores de nicotina! Miro a Olivia, esperando que piense que solo estoy siendo un cobarde con lo del ascensor. La gente siempre se molesta cuando descubre que fumo. Por suerte, parece ser así, a juzgar por su sonrisa divertida.
Tranquilo, amigo. Esto es normal.
Sí. Normal. Resoplo.
"Sí, ¿igual que soy normal?"
Se ríe disimuladamente cuando el ascensor finalmente llega al final, y salgo tambaleándome. Olivia sale rodando tranquilamente por detrás, mirándome con aire de suficiencia. Esta vez ganas, chica caimán. Salimos al pasillo, y me mira con una sonrisa que poco a poco se desvanece.
"De todos modos... Nos vemos luego."
Le hago un saludo con dos dedos.
"Luego."
Dobla una esquina y me quedo solo. Joder. Tengo que fumar ya , si no, me voy a poner histérico. Salgo del instituto a toda prisa y empiezo a volver al metro, esperando a estar lo suficientemente lejos como para sacar la cajetilla. Un encendedor después, y ya estoy refrescado. Me aseguro de terminarlo antes de subir al metro, y mientras me deslizo a mi sitio de siempre, doblo una pierna sobre la rodilla y miro por la ventana, pensando. Estoy llegando a algo con Olivia. Aún no he llegado, pero va encaminado. Supongo que ambos tenemos que resolver un rollo. Aunque es bastante gracioso verla ponerse nerviosa porque solo me hago el simpático. Creo... que me siento bien con esto. No sé qué estaban haciendo Liz y Ben. Supongo que tengo algo de lo que presumir. La voz de Iadakan se cuela en mis pensamientos mientras empiezo a observar distraídamente el paisaje pasar.
<Hay algo que arde en él y que necesita ser controlado. Espero grandes cosas de él.>
...Dios. Al menos alguien lo hace.
...
Chapter 5: Interludio de nudillos ensangrentados: II
Chapter Text
Punch Drunk Gator
Ha pasado como media semana y las cosas van... despacio. Olivia se está abriendo poco a poco, pero entre su fria timidez y mis... cambios de humor , es un poco duro. He tenido algunos días malos. Por suerte, he podido controlarme lo suficiente como para no estallar del todo con nadie, pero hoy tuve que levantarme y alejarme de la mesa del almuerzo para no volver a gritarle a Damien. Di un paseo por el campus el resto del día. Olivia parece entenderlo, al menos. Me cae muy bien Damien, solo que... a veces no sabe cómo parar. Me saca de quicio. Al menos me dio su número y el de Liz en algún momento. ¿Por qué Liz? No sé. No parecía molestarle mucho, así que da igual. Ya es después de clase. Y voy a dar otro... paseo. Siento un ligero arrepentimiento por haberlos dejado plantados en el almuerzo. Debería disculparme. Todavía estoy en la zona bonita de la ciudad, así que mejor lo hago. Saco el teléfono, aparecen los mensajes de Damien...
[Tú: Hola. Quería disculparme por el almuerzo de hoy.]
[Damien: amigo, no hay problema en absoluto, sé que a veces puedo ser muy duro, jajaja]
[Tú: No te preocupes, entonces. Nos vemos mañana, grandullón.]
[Damien: Hey, ¿Estas mas tarde? Podrias conocer a mi familia, Y tal vez jugar un juego o algo así]
[Tú: Gracias, pero estoy dando un paseo por la ciudad. Todavía no estoy muy bien de la cabeza. Pero seguro que acepto la oferta más tarde.]
[Damien: Oye, ¿podrías venir el viernes para terminar el verano? Vamos a hacer una barbacoa en mi casa.]
[Tú: Fin de verano, ¿eh? Ni siquiera sabía que iba a ser así. ¿Invitaste a alguien más?]
[Damien: Sí, Liz y su tío también vendrán, pero aparte de eso, creo que eres el único otro invitado]
[Tú: Me parece bien. Envíame tu dirección y allí estaré.]
Me guardo el móvil en el bolsillo. Fin del verano... mierda, eso significa que va a hacer frío. Supongo que debería comprarme una chaqueta. ¿Una barbacoa en una casa de carnívoros? ¡Me apúnto, carajo! La verdad es que me había olvidado por completo de su existencia hasta entonces. Mi pueblo era como un 98% humano, así que ni siquiera se consideraba festivo. Conocía a algunos niños dinosaurio cuyas familias lo celebraban de todos modos, pero sé que en regiones con muchos saurios es motivo de cierre de escuelas y negocios. Me alegro de haberle escrito a Damien entonces, supongo, si no, habría llegado a una escuela vacía como un idiota.
.....
Sobre todo porque no me apetece que me ataquen los amigos de los dos tipos a los que les di una paliza, así que esta vez elijo otro barrio de mala muerte para rodearme. Sigo oyendo hablar de ese sitio llamado "Skin Row", pero todavía no he ido. La verdad es que no estoy seguro de querer ir. Si es tan duro como dicen, puede que me esté metiendo en un lío. Por ahora, mejor no meter la pata. Miro a la gente que veo al pasar. Más de la misma escoria. Lo único importante es elegir el objetivo adecuado. Paso un rato dando vueltas, pero supongo que hoy no tengo suerte. Todos aquí tienen cara de desesperanza. Incluso los matones parecen deprimidos. Estoy a punto de rendirme por hoy cuando oigo una voz mugrienta que me saca de mi ensoñación.
"Hey, skinnie. Ven un segundo."
Miro a su alrededor, esperando ver a algún imbécil atacándome, pero en cambio es solo... ¿un compi? Un compi con la cara hecha un carajo , pero compi al fin y al cabo. Un bicho bajito y fibroso con un parche en el ojo. Hace un gesto, blandiendo una garra desgasta pero afilada.
"Vamos. No muerdo."
¡A la mierda! Veamos de qué se trata. Me doy la vuelta y camino hacia él. Está parado frente a una especie de... ¿almacén? Mirándolo fijamente, entrecerré los ojos.
"¿De qué se trata esto? ¿Intentas atraerme aquí para saltar sobre mí?"
Al pequeño monstruo se le escapa una risa triste, pero él niega con la cabeza.
"No, chico. Tienes la mirada que necesitaba. Vamos. Entra aquí".
Se gira hacia la puerta del edificio, me mira de reojo antes de abrirla y entrar. Vaya, qué idea tan horrible, pero... da igual. Lo sigo adentro, y en general parece la parte de oficinas de un almacén ruinoso. Al menos las luces están encendidas, así que no está condenado. El compi me guía por la oficina, y mis oídos empiezan a captar poco a poco el ruido. ¿Una... multitud? Intento gruñir una pregunta, pero mi anciano guía me silencia con solo una garra alzada. Por alguna extraña razón, le hago caso. El sonido se acerca cada vez más mientras nos lleva a nuestro destino, y uno de mis otros sentidos capta algo familiar... ese ligero olor a cobre. Hay sangre. Terminamos frente a dos puertas dobles, y desde allí el rugido de una multitud que vitorea resuena en mi cabeza. El compi me devuelve la mirada con una amplia sonrisa y luego avanza. Las puertas se abren y el ruido explota hacia afuera, llenando mis oídos con los sonidos de gritos maníacos y los inconfundibles sonidos del impacto y el dolor.
Entramos y solo puedo contemplar la vista con asombro. Todo este espacio se ha convertido en una enorme arena. Las gradas bordean las paredes, llenas de humanos y dinosaurios de todo tipo, todos mirando hacia abajo, a una arena enjaulada donde un estego de aspecto feroz se enfrenta a un spino de aspecto igualmente rudo. No puedo apartar la vista de él.
"¿Es esto?..."
El compi me interrumpe con una carcajada.
"No tienes que preguntar eso, ¿verdad? Mira, chico. Te diré lo que quieras saber cuando termine la pelea."
Obedezco en silencio. Parece que llevan un buen rato peleándose. Ambos sangran profusamente, cubiertos de todo tipo de heridas de puño, garras e incluso dientes, y están completamente idos El spino le asesta un débil zarpazo al estego en el brazo bloqueador, y este contraataca con un puñetazo en la cabeza, haciéndole tambalearse hacia atrás contra la jaula. Aparentemente ansioso por acabar con esto, solo puedo mirar con asombro cómo el estego gira la cola, hundiendo dos de las espinas de la punta en el costado del carnívoro. Casi en el momento en que aterrizan, suena una campana y el estego retrocede de inmediato, con las espinas deslizándose fuera del spino, que ahora chilla, y se desploma en la alfombra agarrándose sus nuevos agujeros que supuran. La multitud se vuelve loca, saltando de sus asientos y aclamando lo que supongo que es el nombre del estego, que se aleja con el puño en el aire mientras una pareja de humanos que llevan bolsas médicas corren al ring para atender a su oponente.
"STEPHAN! STEPHAN! STEPHAN! STEPHAN!"
Lo observo salir al estego hacia una habitación trasera y luego mi mirada regresa a la compy, que me mira con alegría.
"Entonces, chico... ¿estás interesado?"
Niego con la cabeza, saliendo de mi estupor.
"¿En... qué? ¿Peleando? ¿Quieres que pelee?"
Él se ríe de nuevo.
"¡No te hagas el tonto, hijo! Te he estado observando un rato. Quieres pelea . No... la necesitas . Aquí puedes conseguir lo que quieres sin arriesgar la vida... bueno, comparativamente. Vamos, chico. Entra en mi oficina."
Me lleva a través de la habitación hasta la trastienda donde se fue "Stephan". Un pasillo con hileras de puertas me da la bienvenida, y el compi me lleva al fondo, donde hay una puerta con un letrero que dice "gerente". Abre la puerta un poco y entra, esperando a que lo siga adentro y luego la cierra detrás de mí. Dentro hay una... vaya, esta no es una mala oficina. No es la más elegante que hay, pero comparada con el aspecto del edificio por fuera, es mucho mejor. El compi se acerca a una silla que es demasiado grande para él, salta a ella y se inclina hacia adelante sobre su escritorio. Me indica un asiento frente a él, y me siento. Junta los dedos, mirándome con su mirada singular.
"¿Cómo te llamas, chico?"
Dudo... pero no es como si estuviera diciendo mi verdadero nombre.
"D. Sólo D."
Él asiente.
"¿Por qué buscas pelear con tantas ganas?"
Me burlo.
"¿Necesito una razón?"
Él me mira fijamente.
"No te hagas el listo conmigo, muchacho. Todos pelean por algo."
Me recuesto en la silla, gruñendo.
"Me hace sentir normal."
Él se ríe, inclinándose hacia delante.
"Ah, uno de esos, ¿eh? Bien. Encajarás perfecto. Escucha, chico. Este pequeño pozo de sangre no tiene nombre, pero lleva años aquí, y ahora mismo dirijo el negocio. Mientras estés aquí, llámame Papá. Solo hay dos reglas en este antro, y son simples: nada de disparos mortales ni armas externas. Destroza y mutila a tu antojo, pero si te veo intentando un disparo mortal, no vas a salir de aquí. Los accidentes son una cosa, ¿pero la intención? La intención es lo que importa. En cuanto a armas externas, eso significa cualquier cosa que traigas . A veces metemos un par de cosas en el ring para animarlo. Nada aparentemente letal. Nada de cuchillos, pistolas ni chorradas por el estilo. ¿Sigues interesado, sabiendo que podrías acabar hecho polvo? Tenemos personal médico de guardia en cada pelea, y tratamos tus heridas lo mejor que podemos después de cada combate. Gratis. Solo tienes que hacer... "Pelea, y si impresionas lo suficiente al público, puede que también obtengas algo de dinero".
Dudo. ¿Quiero hacer esto? O sea, tiene razón. Probablemente no me muera. Me importa un bledo el dinero. Joder. Aquí también habrá buenos luchadores, no hay posibilidad de que salga ileso. Mis condiciones dicen que no pasa nada por faltar a la escuela siempre y cuando mis notas se mantengan estables, pero la escuela en sí probablemente no estará contenta de todas formas... ¡Joder! ¡Joder! Me inclino hacia adelante.
"Me interesa, papá. Pero tengo algunas condiciones."
Él arquea una ceja.
"Esto debería ser bueno. Te escucharé, pero no te garantizo nada, sabelotodo".
Asiento con la cabeza.
"Primero. Intento mantener la situación estable por fuera. No estoy en Volcaldera porque quiera. Soy un... 'joven problemático', como dirían algunos con tanta elocuencia. Esta es mi última oportunidad. Si la cago, me voy. La única razón por la que hago esto es para calmarme y poder pasar el último año de instituto sin lastimar a nadie. No puedo herirme gravemente, si no, la gente empieza a hacer preguntas. Segundo. No voy a pelear con quien tú quieras. Mantenme en mi categoría. Nada de cabrones con armadura. Puedo con garras, dientes y cualquier otra discapacidad de dinosaurio sin problema, pero no voy a dejar que me tire un cabrón de diez toneladas. Tercero. Me importa un bledo el dinero. Cualquier dinero que gane con mis peleas, quédatelo, dónalo, lo que sea. Joder, me da igual. No necesito dinero. Eso es todo."
Me inclino hacia atrás, observándolo mientras absorbe mis palabras. Golpea sus garras y tararea.
"Mucho más razonable de lo que pensaba. Normalmente algunos imbéciles intentan regatear por un contrato lucrativo o alguna chorrada por el estilo. ¿Pero tú no quieres nada de dinero? ¡A la mierda, chaval! Estoy dispuesto. Conozco a un montón de luchadores que cumplen todos esos requisitos. Aquí viene gente de todo tipo, con ganas de ver peleas diferentes. Hay muchos que solo vienen por la técnica del combate, no por la sangre derramada, y eso también aplica a los luchadores. ¿Qué tal una prueba, chaval? Pareces con ganas. Tengo a otro tipo por aquí ahora mismo que te vendría de maravilla. Otro skinnie, igualito a ti. De complexión parecida, pero mayor. Lleva aquí un par de meses. ¿Te apuntas?"
Una sonrisa se dibuja en mi cara.
"Oh, sí, papá. Estoy en el juego."
.....
Al poco rato, estaba en la jaula. Había mucha menos gente que cuando Stephan estaba allí. Debe de ser un campeón local o algo así. Aun así, había mucha gente. Se tomaban en serio lo de "sin armas". Incluso me hicieron quitarme las botas. No les culpo. Solo llevaba los pantalones, pero me los subí hasta las rodillas y me tapé los puños y los pies con vendas, como hacen los kickboxers. Frente a la jaula estaba mi oponente, y como dijo papá, era humano. Un tipo bastante normal, con el pelo corto y castaño. No parecía ir tan vestido como yo para la ocasión. De hecho, parecía que solo iba vestido para ir al gimnasio. Sudadera sin mangas y pantalones cortos de baloncesto. Eso sí, sin zapatos. A juzgar por su postura, es un boxeador bastante convencional. Papa se para en medio de la jaula y lanza un grito a todo pulmón para el público, llevando su voz por toda la sala sin necesidad de micrófono. Tiene una voz potente.
"ESTIMADOS INVITADOS, HOY LES TRAIGO A TODOS UN POCO DE CARNE NUEVA Y UNA PROMETEDORA Y ASCENDENTE. DE ESTE LADO DE LA JAULA, ¡EL MATÓN DE FUERA DE LA CIUDAD, D!"
Me dan algunos vítores y aplausos. "Oye, me lo llevo". Papa le hace un gesto al otro chico.
"¡Y DE ESTE LADO DE LA JAULA, EL ESPECIALISTA EN PUÑOS DESNUDOS, JOSIAH!"
El público le da casi el mismo resultado que a mí, pero alguien grita "¡Dale una paliza, Josiah!". Supongo que hay un amigo ahí. Papá continúa.
¡AMBOS CONOCEN LAS REGLAS DEL POZO! ¡CUANDO SUENA LA CAMPANA, COMIENZA LA CARNICERIA!
Dicho esto, Papa sale corriendo de la jaula y Josiah y yo nos quedamos mirándonos fijamente. Yo salte un par de veces arriba y abajo para calentar, mientras él lanzaba un par de golpes al aire. El aire parecía calentarse a nuestro alrededor mientras esperábamos el sonido...
Ambos nos lanzamos hacia adelante, y casi de inmediato Josiah extiende la mano izquierda, tanteando el terreno con un par de jabs suaves. Me deslizo entre ellos y le lanzo un "saludo" con una patada frontal, que él desvía con indiferencia con el brazo. Intenta aprovechar mi posición inestable mientras me recupero de la patada, lanzándose hacia adelante y lanzando un recto de derecha, pero una rápida respuesta de mi codo bloqueado, lo hace retroceder con un siseo mientras agita la mano para mitigar el dolor, yo aprovecho para dar un hacia paso adelante, lanzándole un gancho que él hace pasar por su hombro. Sí, este tipo sabe lo que hace. Retrocedo dos pasos rápidos, alejándonos un poco mientras él agita el puño, gruñendo. Supongo que el codazo le afectó un poco. Si de verdad es un boxeador puro, bueno... tengo malas noticias para él. Reboto hacia adelante, balanceándome de un lado a otro mientras él lanza un rápido jab y gancho para intentar atraparme. Me deslizo entre ambos y acorto distancias al instante, golpeándolo en el abdomen y rodeándolo con mis brazos. Me da un puñetazo en el omóplato, causándome un pinchazo obligandome a soltarlo hacia a un lado, pero enganchomi pie bajo el suyo y dejándolo despatarrado sobre la lona. Lo sigo y me lanzo sobre su pecho, adoptando una posición de monta alta de Jiu-Jitsu brasilero. Parece sorprendido; claramente no esperaba un sometimiento. Quizás pensó que era un auténtico kickboxer. Bromas para él.
Solo puede levantar los brazos para protegerse la cara mientras empiezo a aporrearlo con una ráfaga de puñetazos y martillazos. Debí de haberme excedido un poco, porque en un momento dado encuentra una oportunidad y aparta mi puño de un manotazo, contraatacando con un golpe que me da justo en la nariz. ¡Joder, siempre es la nariz! La sangre me salpica la cara y, con un gruñido, redoblo mis esfuerzos por derribarlo, pero ahora que estoy torpe por la rabia, se retuerce hacia un lado y se zafa de debajo de mí, lanzándome una patada desesperada al estómago que consigue apartarme de encima. Ambos nos ponemos de pie tambaleándonos y él toma la iniciativa al instante, abalanzándose hacia delante y clavándome un gancho en el hígado. ¡Joder, qué mal me va a doler mañana! Ansioso por vengarme, me lanzo hacia delante y le golpeo el hombro cerca del pecho, pillándolo desprevenido y enviándolo contra la pared de la jaula. Sin perder el ritmo, retrocedo y sincronizo su rebote con la valla con otra patada frontal que se le clava en el estómago, haciéndole toser de dolor y deslizarse más abajo en la jaula hasta sentarse. Intenta ponerse de pie tambaleándose, pero usando la jaula como palanca, paso los dedos por la alambrada y le doy un rodillazo directo a la cara. Algo cede y su nariz se tuerce en un ángulo inadecuado, la sangre brota al instante con un crujido horrible mientras cae agarrándosela con un aullido de dolor. Estoy a punto de darle una patada al esternón cuando suena la campana. Retrocedo tambaleándome, mirando su cuerpo desplomado mientras los médicos entran corriendo y se agachan sobre él. El público aplaude y grita, y salgo de la jaula con naturalidad y me dirijo a los vestuarios improvisados.
Mientras estoy allí, un auxiliar médico se asegura de que no me rompa la nariz y, por lo demás, me limpia la cara y me tapa la nariz. Mientras se van, Papa entra aplaudiendo.
"Fue un buen espectáculo, chico. Bonito, corto y ordenado. No muy llamativo, pero con mucha habilidad. Vuelve cuando quieras y te prepararé algo. Ya sabes la dirección."
Solo le respondo con un gruñido y un asentimiento mientras saco mi paquete de cigarrillos y enciendo uno. Se ríe entre dientes, se va de nuevo y me deja solo. Poco después, una voz me arranca de mi contemplación.
"No está mal para un humano, chico."
Me giro para encarar la voz, y es Stephan, apoyado en el marco de la puerta. Ahora que lo veo de cerca, está completamente lleno de cicatrices. Lo miro con una ceja enarcada.
"Gracias. Eres Stephan, ¿verdad? ¿Eres un campeón?"
Él se ríe, pero me ignora con un gesto.
"No, aquí no se buscan campeones. Llevo mucho tiempo luchando en este foso. He visto a dueños ir y venir, pero siempre es igual. También he visto a muchos luchadores ir y venir, pero nunca he visto a nadie tan joven como tú entrar. Tienes corazón. Me caes bien."
Yo resoplé.
"Bien, porque dudo que alguna vez pelee contigo. No necesito nuevos respiraderos, gracias. Esto es algo casual para mí. Un pasatiempo secundario."
Eso le saca una gran risa.
"¡No pelearía contigo ni aunque me lo pidieras, chico! No me meto con humanos. La última vez que lo hice, lo mandé al hospital un mes y medio. Sin ánimo de ofender, pero son demasiado frágiles."
Me encojo de hombros.
"No puedo decir que te equivoques. Inventamos el uso de herramientas por algo. Hay que tener ventaja sobre la competencia, ¿no?"
Le lanzo una sonrisa torcida, que le provoca otra risa.
"¡Ja! Ahora sí que me gustas, chico. Pásate por aquí algún día, ¿vale? Quiero verte patear más traseros."
Asiento mientras doy una calada, y se va con una sonrisa. Me alegra ver que este lugar no está lleno de bichos raros. ¡Qué estancia tan productiva!
...
Chapter Text
El resto de la semana transcurre mucho mejor, sobre todo después de que me dejara la cabeza hecha polvo en el Pit. Ese tipo, Josiah, me dio una buena paliza cuando me dio en el hígado, porque estaba, y sigue estando, hecho un lío. Tuve que ir con calma en gimnasia, y menos mal que Solly nos hizo hacer más atletismo. Creo que me estoy acostumbrando a tener amigos de nuevo. Cada vez conozco mejor sus manías, y Olivia debe de estar acostumbrándose, teniendo en cuenta que le da por darme un latigaso con la cola cuando hago algo que la molesta. La primera vez que lo hizo, me dio justo en el moretón y juro por Dios que casi me deja inconsciente de lo terrible que fue. Debería haberme cabreado, pero la verdad es que fue gracioso y me lo merecía, y hay que reconocerle que se disculpó al darse cuenta de lo mucho que me había hecho daño. Definitivamente tiene mucha pasión, esa chica. Todavía está un poco callada y retraída, pero siendo honesto, probablemente esté igual de nerviosa que yo por todo esto. Creo que hemos forjado una especie de camaradería discreta gracias a eso, lo suficiente como para estar bastante seguro de que definitivamente somos amigos. Ben también me dio su número, considerando nuestra "colaboración" en fotografía. Ya es viernes, lo que significa que es hora de ir a casa de Damien para el Fin de Verano. Casi pensé en poner una excusa de último momento para no ir, pero ¿qué demonios iba a hacer si no? ¿Estar sentada en mi apartamento todo el día sin hacer nada?
Abro el chat de Damien y releo su dirección: 61193 Chriton Road. No bromeaba, está muy cerca del colegio. Sobre todo porque ya es costumbre, así que tomo el metro hasta mi parada habitual y camino la corta distancia hasta su casa. Por lo visto, su vecino tiene un perro suelto, pero no me preocupa. De camino, se me ocurrira una idea. Saco el móvil y marco el número de Damien. Suena más o menos a la mitad del segundo timbre antes de que conteste.
"¡Hey, Deester! ¿Vas venir hoy?"
"Sí, grandullón. De hecho, voy de camino ahora mismo, pero me preguntaba si debería parar a comprar algo. Ya sabes, ser un invitado cortés."
Un zumbido de contemplación se le escapa.
"Mmm... Supongo que podrías traer un paquete de refresco o algo si de verdad quieres, pero si no, mejor no. ¡Estamos muy bien cargados! Pero... ¿ya vienes? Vas a llegar muy temprano, tío."
"Oye, no tengo nada mejor que hacer. ¿Será un problema?"
Él se ríe.
"¡Para nada, hermano! Supongo que solo significa que podemos pasar más tiempo juntos. Avisaré a la familia cuando ya casi estés aquí."
"Claro, grandullón. Nos vemos en un rato."
Él también se despide y cuelgo la llamada, continuando mi caminata. Me detengo en una pequeña tienda en el camino y compro un paquete de doce refrescos. Dijo que no era necesario, pero da igual. Al acercarme a su casa, tengo mi encuentro predestinado con el perro del vecino, que resulta ser un ladrador de tamaño moderado que no muerde. Lo único que ataca son mis tímpanos, caray. Lo ahuyento y observo la residencia Payne mientras camino por el sendero de piedra. Una casa de aspecto bastante estándar. Pintoresca, incluso. Es un espacio espacioso de una planta con un bonito garaje. Mierda, ¿incluso tienen un aro? Maldita sea... voy a tener que hacer algo de hula hula. ja. Toco el timbre, ajustando mi agarre en el paquete de doce. El cartón está empezando a clavarse en mis dedos... oye, ¿Damien no mencionó una piscina en algún momento? Mierda, no traje ningún bañador. Que se jodan, da igual. Al poco rato, la puerta se abre y ahí está el hombretón en persona. Sonríe radiante al ver el refresco.
"Oye, Deester, ¡lo lograste! Al final, y trajiste refrescos, ¿eh? ¡Genial! Dame, los guardaré en la nevera. Puedes salir al patio, que es donde están todos ahora mismo."
Me quito la mochila y el me señala una puerta corrediza al otro lado de la casa, hacia la que me dirijo. Echo un vistazo a la casa mientras la cruzo. Vaya. Esto es... bonito. Definitivamente, está habitada. Pistolas de dardos de espuma y otros juguetes están por el suelo, y en su sala de estar, de tamaño decente, hay un bonito televisor de pantalla plana con varias consolas conectadas. Abro la puerta de cristal justo cuando Damien me sigue, empujándome suavemente hacia un porche de madera. Hey, este patio trasero no está mal. Tiene espacio suficiente para una familia, eso seguro. Y ahí está esa piscina. Damien grita.
"¡Hey!, ¡Ya tenemos un invitado!"
Miro a mi izquierda mientras un suave acento sureño atrae mi atención hacia lo que solo puedo describir como Damien, mayor y un poco más gordo, sin el adorno superior, manejando la parrilla como un verdadero campeón.
"Bueno, ¡hola!"
Bajo por las escaleras que tiene el porche y entro en su espacio de parrilla, asintiendo mientras le ofrezco mi mano.
"¿Cómo va, jefe? Me llamo D."
Cambia las pinzas de asar a su mano libre mientras me toma la mano y la estrecha... dejándome lo que solo puedo imaginar es el residuo pegajoso del adobo. Mierda, manipula la carne, así es como sabes que lo está haciendo bien.
"Randy Payne, puedes llamarme Randy. No pensé que alguien vendría tan temprano. Acabo de terminar de preparar la salsa."
Mientras nuestras manos se separan, miro el brillo resbaladizo y pegajoso en mi mano con solo una leve cantidad de disgusto mientras él regresa a atender sus CARNES.
"Sí... Puedo verlo."
Randy se ríe entre dientes, y después de un par de servilletas, mi mano vuelve a estar limpia. Me inclino aun lado de su hombro, mirando la parrilla.
"¿Qué se está cocinando?"
Me mira con picardía y empieza a señalar con las pinzas el auténtico bufé de carnes que tiene en varias bandejas, nombrando casi todos los malditos trozos de vaca que se pueden encontrar en la carnicería. ¡Joder! ¡Qué buena pinta tiene! Randy se ríe entre dientes al ver mi mirada hambrienta.
"Está todo marinado en mi mezcla especial de condimentos húmedos y secos. ¡Cuidado, que se te pueden salir los ojos si se te abren más!"
Me inclino hacia atrás, sonriendo.
"Intento ser respetuoso, pero no puedes mostrarle algo así a un chico y esperar que no mire con hambre".
Randy se inclina hacia atrás y suelta una carcajada ante eso.
"¡Guau! Eres un desastre, hijo. Oye, nos turnamos para preparar todo esto, ¿te interesa echar una mano? Suponiendo que mi esposa no te engañe para que cargues con un montón de cosas, claro."
Asiento, sonriendo.
"Cuenta con ello, jefe."
Él me devuelve la expresión.
"¡Buen hombre!"
Me alejo hacia Damien que estaba observando todo el intercambio, sumamente entretenido.
"Tu papá es muy abierto a invitados, ¿eh?"
Damien abre la mandíbula para responder, pero una voz maternal lo interrumpe.
"¡Damien, cariño, no deberías hacer esperar más a tu hermanito!"
Ante la mención de mi hermanito, un mini-Damien salta la barandilla del porche y viene corriendo hacia mí con una gran sonrisa en su rostro y el puño cerrado.
"¡GOLPE DE ÁCIDO!"
Él golpea torpemente mi rodilla con el puño y yo retrocedo bruscamente para no reaccionar, pero adopto una pequeña pose de lucha y le sonrío al niño, siguiendo el juego que esté haciendo.
"¡Tienes que ser más rápido que eso, chico!"
Se ríe juguetonamente, y entonces me doy cuenta de que, de hecho, algo húmedo gotea de su puño. ¡Qué va! Antes de que pueda pensarlo más, una mujer espinosaurio azul, vestida con un suéter de un personaje de dibujos animados de la vieja escuela, se acerca, con las manos en las caderas, mientras reprende a su hijo menor.
"¡Vinny!"
El niño, que aparentemente se llama Vinny, salta alegremente mientras me mira.
"¡Guau, qué rápido! ¡Esquivaste mi golpe ácido de los Power Raptors!"
Le sonrío mientras su madre da un paso adelante, sacudiendo la cabeza con exasperación.
"Lo siento mucho, D."
Ella mira fijamente al niño, intentando regañarlo aún más mientras él se aleja corriendo, distraído por algo completamente diferente.
"¡Vincent! ¡Por eso no quiero que veas esos programas violentos!"
...hombre, si ella supiera lo que hago. Me mira con el ceño fruncido.
"¿Estás bien?"
Me enderezo nuevamente a mi posición normal y asiento.
"Claro, en realidad no me golpeo... ¿en serio fue ácido?"
Ella inclina la cabeza sonriendo y riendo un poco torpemente.
"Ja, ja... no. Bueno, todavía no. La saliva del Dilophosaurus solo se vuelve más ácida después de la pubertad, pero aun así te blanqueará la ropa. Debes ser el nuevo amigo de Damien de la escuela, ¿verdad?"
Asiento con la cabeza.
"Sí. Gracias por invitarme, señora..."
Ella coloca una mano sobre mi hombro, sacudiendo la cabeza.
"Puedes simplemente llamarme Sophia, querido."
Le hago un gesto con la cabeza mientras ella se retira.
"Claro. Entonces, ¿el fin del verano? Ni siquiera me di cuenta de que estaba aquí hasta que Damien lo mencionó."
Randy habla desde la parrilla.
"¡Claro! En realidad, solo nosotros, los dinosaurios, lo celebramos."
Cambio mi equilibrio y asiento.
"Claro. Lo entiendo. A mí no me gusta mucho el frío. Aunque, claro, tampoco me gusta el calor. Supongo que esa es la tragedia de la humanidad, ¿no?"
Sonrío cuando eso hace que Randy vuelva a reír, y se seca una lágrima mientras regresa a la parrilla. Vaya, qué buena gente.
"¡Deberías ser comediante, D! En fin, vamos a empezar a cocinar, así que ponte cómodo."
Le hago un saludo con dos dedos.
"Lo tienes, jefe."
Me aparto, volviendo la mirada hacia Damien, que había comenzado a perseguir a su hermano y, fiel a su palabra en Educación Física, ahora luchaba con él. Resoplando, desvío mi atención a la piscina y observo sus suaves olas mientras la luz se refleja en ellas. Me pregunto si debería simplemente tirarme al agua... no, es demasiado pesado secarme después. Me recuesto y apoyo los codos en el borde de la piscina, contemplando el paisaje exterior y escuchando el canto de los pájaros en la distancia.
FWOOSH
El fuerte sonido de algo que estalla en la superficie del agua me hace saltar hacia adelante, girando para encarar el origen del ruido. Me encuentro con Olivia, que ahora apoya los brazos en el borde de la piscina y parece tan sorprendida como yo, con un traje de baño morado ... ¡Maldita sea! Le queda genial ese traje de baño... ¡D, deja de ser un bicho raro! Por suerte, logro mantener la mirada fija en ella, ya que solo he captado esa información con la visión periférica. No digo nada, pero Olivia logra formular una pregunta.
"¡¿Qué carajo estás haciendo aquí?!"
Me aclaro la garganta, me levanto y meto las manos en los bolsillos.
"¿Recibí una invitación?"
Ella me mira fijamente, pero luego vuelve a su estado predeterminado de apatía.
"No, en serio, ¿por qué estás aquí?"
La miro como si fuera estúpida, una mirada que ya me ha hecho ganar más de un par de latigazos.
"No, en serio, me invitaron."
Me lanza esa mirada fulminante antes de hundirse un poco en el agua, sin decir nada. Lo interpreto como una señal para volver a mi posición inclinada.
"Qué lástima, olvidé traer mi bañador."
Olivia me mira de reojo con mala cara.
"Qué asco. No. No voy a compartir mi piscina contigo . "
Arqueo una ceja y sonrío con suficiencia.
"¿Qué? ¿Por qué? ¿Tienes miedo de pillar piojos o algo así?"
Ella responde lanzándome agua en la cara con la cola, haciéndome tambalear hacia atrás y escupir. Un montón de maldiciones que casi seguro me meterían en problemas casi salen de mi boca antes de que la voz de Damien me interrumpa.
"¡Oye, Deester! ¡Ven a ver esto!"
El agua me gotea la cara mientras Olivia aprovecha el momento para volver a sumergirse por completo, flotando como un auténtico caimán. Me vuelvo hacia Damien, gruñendo mientras intento limpiarme la cara lo mejor que puedo.
"¡¿Qué?!"
Él hace avanzar a Vinny, quien tiene una mirada ligeramente vacilante en su rostro.
"Bueno, primero, el pequeño Vinny tiene algo que decirte".
El pequeño me mira con ojos de cachorrito. Sus manos se han metido en las mangas, que cuelgan flácidas a sus costados.
"Perdón por intentar golpearte con ácido, Deester."
...Genial, supongo que ese apodo sí que se va a quedar. Le sonrío con picardía.
"Está bien, hombrecito. Solo significa que la próxima vez tendrás que esforzarte más".
Cualquier arrepentimiento en su rostro desaparece al instante mientras da saltitos, corriendo en círculo a mi alrededor. Un chico enérgico. Damien sigue hablando.
" Y tambien.., necesitamos algunas sillas. Tenemos algunas plegables, pero no habrá suficientes para todos, así que tendremos que conseguir algunas de la cocina."
Asiento mientras él continúa su discurso.
"Son de madera barata, nada pesada. Después de que las saquemos, tenemos que llevar la mesa juntos. Mamá se cabrearía si se cayera."
Arqueo una ceja.
"¿Por qué?"
Él se encoge de hombros.
"Sera talvez porque es muy vieja... ."
Él mira a Vinny y sonríe.
"Después de que todo esté listo, podemos jugar a algo divertido, ¿de acuerdo, pequeño?"
Vincent casi se arranca la cabeza asintiendo mientras corre de vuelta a la casa, sonriendo todo el camino. Damien y yo nos reímos entre dientes mientras lo seguimos.
...
¡Dios mío, qué pesada está esta mesa! Damien y yo gruñimos y jadeamos mientras intentamos sacar este desprevenido coloso de la cocina mientras Vinny nos da apoyo moral. En cierto momento, nos quedamos sin aliento y la mesa cae al suelo con un golpe sordo. Me apoyo en ella, jadeando pesadamente.
"Haaah... ¡Damien, ¿de qué diablos está hecha esta mesa, amigo?!"
Mientras ambos tratamos de recuperar el aliento, Vinny interviene.
"¿Por qué Livia no puede ayudarnos? ¡Es súper fuerte!"
Damien lo mira mientras el sudor le corre por el hocico.
"Olivia se lo está pasando genial en la piscina, hermano. No queremos arruinarle el tiempo."
El chico ladea la cabeza hacia un lado, confundido.
"¡Pero su silla tiene ruedas! ¿No podemos usarla?"
Damien cruza sus brazos, luciendo como si estuviera contemplándolo seriamente antes de que me acerque y le dé un golpecito en el hombro con el dorso de mi mano.
"¡No podemos usar la silla de ruedas de Olivia como carrito, tonto!"
Él gruñe.
"Sí. Creo que es demasiado pequeño de todos modos."
Vinny gime.
"¡Ay, qué injusto! Pronto se irá a su habitación, ¿por qué no puede ayudar?"
¿Qué? Sabía que era introvertida, pero... hm. Damien se frota la nuca con torpeza.
"Oye, vamos, no delante de los invitados, ¿sí?"
Vinny frunce el ceño.
"¡Es verdad!"
Damien lo mira con un poco de severidad.
"No lo sabes, vamos."
Vincent se cruza de brazos, se da la vuelta y hace pucheros. Damien se gira hacia mí.
"Muy bien, creo que ya se como levantarla. Vamos a intentarlo de nuevo".
Mierda, esto me está haciendo reventar el moretón. Me agacho y pongo las manos en la parte inferior.
"Está bien, leventalo."
Empiezo una cuenta regresiva interna y voy a levantar, pero el apoyo que esperaba nunca llega y me sobresalto de dolor por intentar levantar esto solo. Intento preguntarle a Damien qué demonios está haciendo, pero él está allí parado, pensativo y sin hacer nada.
"Espera..."
Vinny parece curioso.
"¿Qué pasa?"
Damien se recuesta, cruzándose de brazos, sumido en sus pensamientos. Juro por Dios que veo humo saliendo de sus oídos. De repente, como si los grandes secretos del universo le hubieran sido revelados, levanta las manos.
"¡Oooooooh! Mamá debe haber estado hablando de la mesa de plástico del garaje, no de la mesa del comedor."
Vinny rebota hacia arriba y hacia abajo.
"¡Oh, ooh, tienes razón!"
No puedo detener la mirada asesina que le doy a Damien, quien se encoge tímidamente.
"Supongo que tendremos que llevar esto de vuelta al comedor, muchachos".
Lo señalo con el dedo, con los ojos entrecerrados y siseándole mi frase.
"¡ Te voy a sacar afuera y te voy a arrojar a la piscina de Olivia, gran tonto de mierda!"
Miro a Vinny mientras Damien se ríe a carcajadas.
"No le digas a nadie que dije eso. Y no lo digas tampoco."
Vinny respone frunciendo los labios y asiente unas cinco veces, con los ojos muy abiertos.
.....
Estoy casi seguro de que siento un vaso sanguíneo reventar en la frente al cargar esa mesa monstruosa, pero por suerte la de plástico es como llevar una pluma comparada con esa maldita cosa. La sacamos y luego volvemos adentro para aprovechar el aire acondicionado y refrescarnos un poco después de cargar mesas de un lado a otro. Veo que Vinny se ha escabullido a otro sitio, así que aprovecho para hacerle una pregunta, llamando la atención de Damien con su nombre. En cuanto la pillo, arqueo una ceja y pregunto.
"Entonces, ¿qué? ¿Olivia simplemente se escabullirá de nuevo a su habitación y se saltará la diversión?"
Damien se estremece, cruza los brazos y mira hacia abajo con tristeza.
"Eh... sí. Lo siento."
Hay un silencio incómodo durante unos segundos antes de continuar.
"Es que... no suele quedarse en eventos familiares como este, nada más. Cosas de introvertidos, ¿sabes? No es para tanto."
Me apoyo contra la pared.
"¿Y a Randy y Sophia les parece bien?"
Él se encoge de hombros.
"¿Por qué no lo serían? Ella es muy independiente."
Asiento con la cabeza.
"Entiendo."
Damien se endereza y luce decididamente más alegre.
"¡Pero sí que aparece por la comida! Oye, hablando de eso, ¿quieres ir a ver la parrilla?"
Arqueo una ceja.
"No hay posibilidad de que algo de eso este hecho".
Él asiente.
"Sí, claro. Simplemente me gusta el olor."
Yo resoplé.
"Dirige el camino, gran hombre."
Ambos volvemos afuera y caminamos tranquilamente hacia el Dominio del Maestro Parrillero, donde el embriagador aroma a carne bien sazonada impregna el aire. Randy y Sophia están trabajando juntos ahora mismo, asando juntos. Damien y yo los miramos con curiosidad, devorando la carne. Él habla primero.
"¿Qué tal, papá? ¿Estás haciendo alguno como a mí me gusta?"
Randy señala la parrilla con una amplia sonrisa.
"Lo sabes, hijo. Compruébalo tú mismo."
Se hace a un lado, permitiéndonos observarlo en toda su extensión. ¡Dios mío! ¡ Dios mío! Es el nirvana de las proteínas. Hacía tiempo que no veía un festín como este. Randy asiente con aprobación ante nuestras miradas hambrientas.
"Se ve bien, ¿verdad?"
Damien levanta el pulgar como respuesta y yo asentí solemnemente.
"¡Lo has dicho!"
Randy toma distraídamente un trozo de carne con sus pinzas y se vuelve hacia nosotros.
"El secreto es que hay que dejar que estos pequeños se doren por cada lado, de esa manera se afina el sabor..."
Siento como si se me partiera el corazón en dos mientras solo puedo ver cómo el filete se resbala de las pinzas y se estrella contra el cemento. Randy suelta un "¡uy!", lo mira fijamente un instante y se encoge de hombros, recogiéndolo con la mano desnuda.
"Eh, no está demasiado arruinado."
Él mira hacia la piscina.
"¡Oye, Olivia! ¿Lo quieres?"
Observo sus ojos plateados flotar sobre el borde de la piscina. Se queda sentada en silencio un momento, y luego...
"...Claro, tíralo."
¿Qué demonios? Randy echa la mano hacia atrás y la lanza hacia ella como un frisbee. Antes de que siquiera toque el agua, ella salta de repente y la atrapa con sus fauces, cayendo de nuevo al agua y desapareciendo por completo. Solo puedo parpadear del susto. ...Malditos dinosaurios. La voz de Randy me saca de mi estupor.
"En fin, D, como eres el primer invitado, tienes el honor de elegir. ¿Cuál prefieres?"
Me vuelvo hacia él con los ojos abiertos. Dramaticamente, me pongo la mano sobre el corazón.
"Bueno, me siento halagado, pero no deberías, Randy".
Los tres Paynes presentes en ese momento se ríen mientras me inclino hacia delante, explorando la amplia variedad de delicias carnívoras.
"Me estás matando. Supongo que iré por el pecho".
Lo miro de reojo. Una tensión tácita flota en el aire.
"Seguro?."
De repente, siento una calidez especial en mí mientras los tres asienten con aprobación. Randy me da una palmada en la espalda.
"Bien hecho. Un hombre conforme a mi corazón."
Me inclino hacia atrás y riéndome.
"¿En serio? Es la mejor manera. Los humanos pueden ser omnívoros, pero podemos comer un filete tan bien como ellos".
Los tres asienten sabiamente, pero luego Randy me mira.
"¿Seguro? Sé que los humanos pueden comer casi de todo, pero ¿no te parece muy fibroso para ti?"
Arqueo una ceja y sacudo la cabeza.
"Ni hablar. Los humanos también comemos carne de ese tipo todo el tiempo. ¿Has oído hablar del steak tartar? Lo inventamos nosotros, ¿sabes?"
Sus ojos se abren un poco como si le acabara de revelar un antiguo secreto.
"No lo sabía, la verdad. ¡Ja!"
Él me da otra palmadita en el hombro, sonriendo.
"Aparte de eso, debe ser genial poder comprar cualquier cosa que esté en oferta en el supermercado. Los precios de la carne últimamente se están descontrolando."
Asiento en solidaridad, fingiendo que no pertenezco a una familia absurdamente rica. Nunca deben enterarse. Miro a mi alrededor, a la comida, y me doy cuenta de algo, girándome hacia Damien.
"Oye... ¿no viene Liz? Es una herbívora, ¿verdad?"
Juro que escucho un espejo romperse en algún lugar cuando los ojos de Damien se abren de golpe y su mandíbula queda abierta.
"¡Uhh...! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda en una montaña de mierda! ¡Lo olvidé por completo! ¡Rayos! ¿Qué voy a hacer?
Niego con la cabeza y riéndome mientras saco mi teléfono.
"Tranquilo, grandullón. Pediré una ensalada rica en algún restaurante de por aquí y la traeran rapidamente. Pero me debes una."
Damien parece desinflarse visiblemente de alivio cuando Sophia levanta una ceja y habla.
"¿No será un poco caro para una sola ensalada?"
Me encojo de hombros ante ella.
"Me parece bien. Gastar para un amigo no es un problema".
Tararea quedamente mientras tecleo en mi teléfono, pidiendo una ensalada con buena pinta en un restaurante local y dejando una propina generosa para que me la entreguen más rápido. Una vez hecho, guardo el teléfono.
"Debería estar aquí en unos... diez minutos. ¿Será suficiente?"
Randy mira su reloj.
"Supongo que sí. Creo que llegaran en quince minutos. Gracias, D. Qué amable de tu parte."
Vinny pasa a toda velocidad, aparentemente entretenido corriendo en círculos por el patio. Sophia mira hacia la piscina y luego grita.
"¡Oh, Olivia!"
La chica caimán parece moverse en el agua por un instante y, de repente, nada hacia la plataforma elevada de la piscina, hacia su silla. Sophia continúa hablando.
"¿Entras tan pronto?"
Olivia mira hacia atrás mientras descansa en el borde por un momento.
"...¿Sííí?"
Un pequeño ceño fruncido se dibuja en el rostro de Sophia por un breve momento.
"¿Estás seguro de que no quieres esperar a que lleguen los demás?"
Damien asiente emocionado.
"¡Sí! Espera a que la comida esté lista y podamos comer todos juntos."
Olivia se aparta distraídamente un mechón de cabello mojado de la cara, mirando hacia un lado.
"...Preferiría no hacerlo. Es que tengo un montón de arte... cosas que hacer. Lo siento."
Vinny se acerca, con una mirada sombría grabada en su rostro.
"Pero dijiste que jugaríamos un rato hoy."
Olivia esboza una sonrisa temblorosa mientras intenta calmar al niño.
"T-tal vez más tarde, Vinny."
Ella vuelve a mirarnos al resto, todavía con esa sonrisa.
"Eh... ¿divertirse?"
La observo mientras sale hábilmente del agua y se sienta en su silla. ¡Rayos!, Vinny no bromeaba, es fuerte. Mmm. ¿Supongo que aún le funcionan las piernas por encima de la rodilla? Se gira con cuidado y, con cuidado, baja los pies a los reposapiés de la silla, uno a la vez, con las manos. Una vez acomodada, cruza la puerta trasera en su silla de ruedas y desaparece dentro de la casa. Mirando hacia atrás, todos parecen fingir que no pasa nada mientras Sophia coloca la vajilla sobre la mesa.
Bueno, la mesa ya casi está puesta. Solo estamos esperando a los demás. ¿Te ha escrito tu amiga, Damien?
Está a punto de responderle cuando oímos el timbre de la casa. Miro mi teléfono.
"Es la entrega."
Damien entra corriendo con un «Yo lo traigo» y los demás esperamos afuera en silencio. Sorprendentemente, sale por la puerta y nos hace un gesto teatral, sosteniendo la comida en una mano. El largo cuello de Liz es lo primero que asoma por la puerta, seguido de su cuerpo.
"¡Hola a todos!"
Entonces ella me ve.
"¡Oh! D, estás aquí."
Asiento, sonriendo.
"Sí. No podía imaginar perderme la diversión, ¿sabes?"
Ella sonríe y luego gira la cabeza hacia la puerta trasera.
"Genial. Vamos, tío Mike, pasa por aquí."
Se oye una voz grave y familiar.
"Oye, ya no soy tan viejo."
Una figura gigante aún más familiar entra por la puerta. ¡Madre mía, es el Sr. Ferris! Randy se acerca con un familiar «¡Heeey!» mientras se dan palmaditas en la espalda y apretones de manos. El Sr. Ferris se reclina, sonriendo.
"¿Whats up, Randy?"
Mis ojos se abren de par en par. ¡Madre mía! Randy parece un poco confundido, aunque divertido.
"¿Qué pasa con esa jerga, eh?"
El señor Ferris asiente.
"He estado intentando conectarme más con los jóvenes. Tienen una forma unica de hablar. ¡Es realmente cautivador, amigo!"
Tengo que darme la vuelta y morderme el labio, intentando con todas mis fuerzas no comenzar a reir en ese mismo instante. No... pensé que ferris comenzaria a hablar asi con lo que le conte sobre jerga "joven". Randy niega con la cabeza con una risita.
"Vamos, deja esas cosas a los niños".
El señor Ferris se encoge de hombros y luego me mira. Sonríe ampliamente.
"Ah, hablando de eso, ¡ahí está mi OG!"
Ay, Dios mío. Ay, Dios mío. Que el Sr. Ferris me llame "OG" me deja callado. Tengo que aguantarme. Tengo que aprovechar esto.
"H-hola, señor Ferris."
Randy mira entre mí y el gigante.
"¿Lo conoces?"
El señor Ferris asiente.
"Que no, jefe!."
Se me escapa un minúsculo resoplido por la fuerza mental que tengo que hacer para no estallar ahi mismo asiento.
"Sí. Toma el mismo tren que yo para ir a... la escuela."
Dios mío. Estoy tan cerca de romperme que es increíble. El Sr. Ferris se acerca a mí y me pone una palma carnosa en el hombro.
"D es mi amigo. ¡Me ha estado enseñando el idioma local!"
Liz me mira con una expresión decididamente poco impresionada mientras el Sr. Ferris extiende su otra mano hacia mí.
"¡Dame un abrazo, OG!"
Solo puedo mirar a Liz, mientras me veo obligado a besar la mejilla del Sr. Ferris, tengo una expresión que dice claramente: «Quiero disculparme, pero de verdad que no». Frunce los labios al terminar el saludo. Ay, estoy muerto, pero valdrá la pena. Los tres, menos Randy, se dirigen a la mesa para sentarse. El patriarca se gira hacia mí con una sonrisa.
"La comida estará lista pronto. ¿Te animas a cocinar en la parrilla?"
Una vez que el shock persistente de encontrarme con la version "Jovenaza" de Ferris desaparece, pero consigo asentir.
"Sí, claro. Ve a pasar el rato, hombre. Lo tengo."
Me da una palmada en el hombro y lo hace, sentándose con los demás mientras me giro hacia la parrilla y cojo las pinzas. ¡Cuánto tiempo sin asar! Me concentro en la carne, absorto en mi propia salsa, cuando una voz alegre me saca de mi ensoñación y casi me hace tirar las pinzas.
"¡Hola!"
Me doy la vuelta, blandiéndolos como un arma. Oh, es sólo la cabeza de Liz colgando a mi lado.
"¡Maldita sea, mujer! ¡No me pilles así! ¡¿Qué haces?!"
Liz inclina la cabeza hacia atrás teatralmente y su voz resuena sardónicamente.
"Oh, todos están hablando de la comida de Randy y pensé en ver qué hay en el menú..."
De repente, ella sacude su cabeza hacia adelante, frunciendo el ceño y frunciendo el ceño bastante pesadamente.
"¡¿Qué crees que estas haciendo?! ¿Por qué le enseñaste hablar así a mi tio?"
Ante eso, todos los sentimientos fugaces regresan y finalmente me derrumbo, doblándome y aullando de risa. Liz no parece impresionada, y finalmente logro controlarme, secándome las lágrimas mientras balbuceo una explicación.
"Yo ... jajaja, joder, jaja... no era mi intención. Simplemente me preguntó qué significaban ciertas cosas, ¡no esperaba que empezara a usarlas! ¡Dios mío, nunca me he reído tanto en mucho tiempo!"
Liz pone los ojos en blanco.
"Al menos alguien lo está disfrutando."
Niego con la cabeza y dejo escapar un fuerte suspiro.
"Lo superará con el tiempo. Probablemente."
Ella resopla, pero luego sonríe.
"¡Eso espero! Da igual, da igual. ¿Qué se está cocinando realmente?"
Hago un gesto hacia la fina variedad de deliciosas carnes.
"Carne, carne y más carne. Pero no te preocupes..."
Miro a Damien desde el otro lado del patio. No te preocupes, grandullón, te tengo cubierto.
"Damien recordó traerte algo que pudieras comer".
Ella asiente.
"¡Me di cuenta! Sabía que no se olvidaría de mí así."
Asiento con sabiduría. Ahora sí que me debes una, Damien. Liz recorre el patio con la mirada.
"¿Está Olivia aquí afuera?"
Gruño, mirando hacia la piscina.
"Ella estaba en la piscina, pero entró unos minutos antes de que tú llegaras."
Tararea en voz baja, sin parecer sorprendida en absoluto. Continúo.
"Es algo que ella hace, ¿verdad?"
Ella pone los ojos en blanco.
"Síííí... Esperaba que se hubiera quedado por aquí al menos una vez."
Hmm.
"¿Y ella hace esto cada vez?"
Ella me mira frunciendo el ceño.
"Cada vez que los padres de Damien hacen algo así, sí, ella simplemente se escabulle a su habitación. A veces la veo en su ventana."
Señala con la cabeza a uno en particular, pero desde este ángulo no tengo buena visibilidad. Miro a Liz.
"¿Qué haría que ahora sea diferente?"
Liz arquea una ceja, mirándome, pero sin decir nada. La miro fijamente.
"¿Qué?"
Ella resopla.
"Bueno, pensé que se estaba abriendo un poco contigo".
Esta vez soy yo quien pone los ojos en blanco.
"Claro, si cuentas el azote que me dio en la espalda con la cola . Como mucho, podemos hablar algún dí-"
Un olor acre me interrumpe y me doy la vuelta. ¡Madre mía! Me olvidé por completo de la parrilla. ¡Mierda, se me está quemando una hamburguesa! La saco del fuego rápidamente, la pongo en una bandeja y la golpeo con un trapo cercano. Funciona, pero esta no se va a salvar, jefe. Quemada hasta los huesos. Liz suelta una risita.
"Bueno, esa es una causa perdida."
Yo gruño.
"Se fue demasiado pronto."
Lo dejo a un lado y, después de asegurarme de que no hay nada más en peligro inminente de incendiarse, vuelvo hacia Liz.
"De todos modos, sí, está abriendo, pero... no estoy tratando de apresurarla, ¿sabes?"
Liz mira hacia otro lado, contemplando.
"Sí, pero, aun así, es... extraño, pero también bueno. Ciertamente un poco surrealista, después de todo este tiempo."
Ella se encoge de hombros y suspira, pero luego se anima.
"Es una pena, pero es lo que hay. En fin, quiero ponerme al día con los demás. ¡Nos vemos, D!"
La despido con un gesto y vuelvo mi atención a la parrilla. Tengo que concentrarme. Ese trozo de carne quemada es, por desgracia, una triste realidad. A veces, hasta los mejores soldados caen. Siendo sincero, ni siquiera estoy seguro de que cocinar esta porquería le importe a un carnívoro. Supongo que es como comprar agua embotellada de lujo o algo así. Pero a mí no me importa. Asar es la vida. El resto de mi turno transcurre tranquilamente mientras aparto los trozos ya cocinados. Solo quedan unos pocos, un final fácil para Damien. Sin apartar la vista de la parrilla, me inclino hacia atrás y grito al viento.
"¡Oye! ¡Grandullón! ¡Te toca la parrilla, hermano!"
Lo oigo saltar detrás de mí.
"¡De acuerdo! ¡Lo tienes, hombre!"
Retrocedo y le entrego las pinzas mientras le hace señas a Liz para que se acerque, pero se detiene al ver el trozo de carne carbonizada, que Dios la tenga en su gloria. Lo mira un rato y de repente lo lanza hacia su boca, devorándolo entero. No puedo evitar arrugar la nariz. Eso era solo carbón, amigo... Me mira de nuevo, sonriendo.
"Bueno, termino por aquí, amigo. ¿Te importaría servir lo que está listo para comer en la mesa?"
Le di un "sí" y empecé a recoger la bandeja, llevándola a la mesa. Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se reunieron. Era un poco incómodo estar rodeado de un grupo de carnívoros hambrientos. El Sr. Ferris terminó de contarle un chiste a Randy, Vinny estaba a punto de destrozar su silla de tanto temblar de la emoción mientras Sophia intentaba recordarle lo que eran los modales, y Liz se comió su ensalada con hambre, y pronto todos estaban comiendo y pasándolo bien. Randy me miró con aprobación mientras probaba uno de los trozos que preparé, lo que me llenó de un orgullo que no sabía que podía tener. Mierda, quizá la parrilla sea mi verdadera vocación... Me senté junto a Damien y Liz y les ofrecí el filete que había elegido. De verdad, de verdad... me dieron ganas de devorarlo. Pero creo que el estereotipo del cavernícola está un poco exagerado, así que me senté y opté por el tenedor y el cuchillo. Esta mierda no necesita salsa extra. ¡Rayos! Randy sabe lo que pasa. Este filete está buenísimo. Me mira mientras me pierdo en mi éxtasis proteico.
"Entonces, ¿qué piensas, D?"
Solo respondo con un gruñido feroz, cortando otro trozo y devorándolo tan rápido como puedo sin que sea desagradable. Él suelta otra carcajada, golpeando la mesa con jovialidad. Me dejo llevar por el ambiente, sintiendo esa cálida y reconfortante sensación que no he sentido en muchísimo tiempo mientras la familia Payne y sus amigos conversan alegremente a mi alrededor. Recuerdos de tiempos más tranquilos que había olvidado hace tiempo empiezan a aflorar, y no puedo evitar mirar a mi alrededor con nostalgia, contemplando toda la amplitud de este hogar familiar. Todos los recuerdos que debieron de formarse aquí. Todos los recuerdos que se formarán aquí... Me pregunto... Me pregunto si formaré parte de esos recuerdos. ¿Acaso quiero formar parte de ellos? Se supone que debo estar en esta ciudad como castigo. ¿Acaso... merezco esto? Mi mente empieza a dar vueltas, trayendo horribles recuerdos de mis transgresiones pasadas, algunas de las cuales lamento profundamente, y rápidamente los separos. No. Ahora no. No voy a dejar que esto termine así. Me niego. Un movimiento me roza el rabillo del ojo y miro a su alrededor. Vaya, vaya, mira quién es. Olivia mira al patio desde su ventana, mirando en dirección a la fiesta. Pero más concretamente, a... ¿mi filete? ¡Oh hermano consiguete el tuyo! Lo aparto con avidez y juro por Dios que la oigo gruñir desde aquí mientras se escabulle de la ventana. Mmm. Está claro que quiere un poco, pero, maldita sea, ¿no tiene tantas ganas de salir ?... eh, a la mierda. No me importa hacer de camarero. Miro a Sophia, que por casualidad me está mirando ahora mismo.
"Sofía, voy a llevarle algo de comida a Olivia para que pueda comer algo mientras está caliente, ¿sabes?"
Ella parece un poco sorprendida, pero asiente.
"Por supuesto, D. Es muy amable de tu parte."
Agarro un segundo plato y empiezo a llenarlo con otro filete y más de unas cuantas costillas, volviendo adentro. Un dolor punzante me recorre el costado y siseo, dejando el plato en la mesa de centro. Mierda, maldito moretón. Me paro frente a un espejo de cuerpo entero y me doy la vuelta, levantándome la camiseta de tirantes y mirando la inquietante roncha morada. Dios, todo ese levantamiento de la mesa lo empeoró . Voy a tener que tomármelo con calma este fin de semana. Y, mierda, estoy quemado como la mierda por el sol. Maldita sea mi skinnie culo, olvide de traer protector solar. ¿Cómo demonios lo hice? Oigo los sonidos distintivos de un niño lanzándose a la piscina y miro por la ventana. Sí. Vinny acaba de lanzarse a la piscina, con ropa y todo. Ugh. Joder. Me miro de nuevo en el espejo, mirando la combinación de mi piel roja quemada y el feo moretón. Me pregunto si los Paynes tienen protector solar. Probablemente no, tienen escamas, no piel, maldito estupido. Estoy a punto de bajarme la camiseta cuando oigo un jadeo suave detrás de mí. Miro, y es Olivia. Iba a buscar la comida que traje, pero... joder. Vio mi moretón. De hecho, parece un poco preocupada.
"Yo... no te golpeé tan fuerte, ¿verdad?"
Rápidamente empujo la ropa hacia abajo para ocultarla y me doy vuelta, sacudiendo la cabeza.
"No, no. Ya estaba ahí, no te preocupes, ¿vale? Cuando me golpeaste, me puse tan nervioso porque, bueno... me diste en el moretón."
Ella se retuerce las manos con sentimiento de culpa, aparentemente todavía culpándose por ello.
"Yo- bueno-"
Levanto una mano.
"Está bien, lo digo en serio. No lo hiciste."
Hago un gesto hacia la comida.
"Te traje algo de comer, ¿vale? ¿Quieres algo para acompañarlo o algo?"
Su expresión preocupada finalmente se transforma en una neutral y suspira.
"...Sí, vale. Lo traeré, no te preocupes."
Se acerca al refrigerador, lo abre y busca un refresco. Me mira un par de veces, y noto que sigue pensando en el moretón. Para romper la tensión, decido que hablar es la mejor oportunidad.
"¿Entonces que hay de nuevo?"
Ella saca un refresco y mueve la lata ligeramente.
"¿Quieres un refresco?"
Yo resoplé.
"Sí, no me digas, aparte de eso. Vinny acaba de saltar a tu piscina, ¿sabes?"
Ella se encoge de hombros.
"Está bien. Voy a quedarme en mi habitación."
Arqueo una ceja.
"¿Qué? ¿No quieres pasar el rato?"
Ella mira hacia otro lado torpemente.
"Estoy ocupado con cosas de arte."
Mete su lata de refresco en el bolsillo de su sudadera y cierra la puerta del frigorífico con la cola.
"Oye, vamos. Hay una fiesta afuera, ¿sabes?"
Ella no parece impresionada.
"¿Qué pasa con eso?"
Me encojo de hombros.
"¿Es... divertido?"
Ella tararea.
"...¿Y? Mira, tengo cosas en las que trabajar."
Coloco una mano en mi cadera, inclinándome hacia un lado.
"Vamos. Son unas vacaciones, esas en las que te reúnes con la familia y..."
Ella me interrumpe bruscamente.
"No soy su familia, si no lo has notado."
Ella aparentemente se estremece ante sus propias palabras y mira al suelo con tristeza.
"Y no voy a estar aquí por mucho más tiempo."
¿Qué demonios significa eso ? Nunca la había visto así. ¿Lo hice yo? No puedo evitar hablar.
"Olivia."
Ella sale inmediatamente de su estupor y me mira.
"¿Qué?"
Un millón de palabras bailan en mi lengua; cualquiera de ellas podría llevarme adonde quiero ir o simplemente meterme la pata. Por fin consigo pronunciar las palabras que quiero.
"Quiero pasar el rato contigo".
Ella se pone rígida, sorprendida.
"¿Qué?"
Me encojo de hombros.
"No sé. Mira, entiendo lo de la introversión, yo también me desenvuelvo bastante bien en ese ámbito, pero, eh, siento que es un rollo estar solo, ¿sabes? Podrías enseñarme más de tu arte, ¿sí?"
Hace un ruidito tonto, aparentemente intentando articular palabras y fracasando en su confusión. Me inclino ligeramente hacia adelante.
"¿Es... eso un sí?"
Ella sale de su estupor, frunciendo ligeramente el ceño.
"¡No!"
Ella mira hacia un lado torpemente.
"Es solo que... no quiero a nadie más en mi habitación."
Hago un gesto hacia la sala de estar.
"No veo a nadie aquí, ¿sabes? Hay un sofá perfecto ahí."
Ella observa la habitación mientras yo la recorro con un gesto, tarareando pensativa. Se inclina ligeramente hacia adelante, arqueando una ceja.
"¿ De verdad estás tan interesado?"
Abrí los brazos ampliamente con cierta exasperación.
"¡Sí, claro! ¡No te lo preguntaría si no! ¡He querido ver más desde que descubrí que la pieza de la ciudad en la gala era tuya!"
Se recuesta, mirando tímidamente a su alrededor mientras aprieta las manos. Finalmente, parpadea un par de veces y vuelve a fruncir el ceño, mirándome con indignación.
"Está bien. ¡De acuerdo! ¡De acuerdo! Si te interesa, puedes verlo."
Ella pasa en su silla de ruedas junto a mí mientras yo camino hacia el sofá.
"Pero primero tengo que preparar mis cosas, ¿de acuerdo?"
Me dejo caer en el sofá y asiento.
"Sí. Estaré aquí."
Vuelve a su habitación y yo miro distraídamente por la ventana. Me siento un poco mal por perderme la fiesta, pero... maldita sea, este es el momento perfecto. Olivia regresa con un pequeño caballete, que ya tiene un cuadro a medio terminar. Para mi sorpresa, se levanta de la silla de ruedas y se impulsa hacia el borde del sofá, justo a mi lado. Maldita sea, chica. Un poco cerca, ¿verdad? O sea... si a ti no te importa, a mí tampoco, supongo. El cuadro es de un dinosaurio de aspecto genérico. Parece un tipo al que le he dado una paliza antes. Olivia se detiene, lo mira fijamente y tararea decepcionada. Me mira.
"Esto... apesta un poco."
Arranca la página, la arruga y la deja a un lado. Voy a hablar, pero me manda callar.
"No interrumpas."
Ella respira profundamente y baja lentamente hacia el lienzo.
"Está bien... espera."
Baja la mirada y luego levanta la cabeza bruscamente, con un rubor carmesí que salpica su rostro ligeramente. Se gira hacia mí indignada; el tono rojizo no se desvanece.
"Ami-amigo.., ¿por qué te sentaste tan cerca de mí?!"
Le arqueo una ceja.
"Olivia, estaba sentado aquí cuando regresaste".
Sus ojos se abren de par en par.
"...Oh."
Ella mira hacia otro lado tímidamente, pero entonces el carmesí se desvanece de repente mientras vuelve a mirarme fijamente.
"¿Qué le pasa a tu piel?"
Mis cejas se levantan.
"¿Qu-eh? ¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso?"
Ella pone los ojos en blanco.
"Dios mío, no me refiero a eso... ¿sabes qué? Sí, lo es. Pero en serio, ¿por qué está así de rojo?"
Miro hacia abajo, a mi piel que parece un trasero de langosta, y silbo en voz baja.
"¡Uy! ¡Joder! Se me había olvidado. Sí, a mi trasero blanco y pálido no le gusta mucho el sol, y como soy un imbécil, se me olvidó traer protector solar."
Ella lo mira por encima y de repente le da un golpecito. Retiro el brazo con un grito silencioso.
"¡Ay, maldita sea! ¡No hagas eso, joder!"
Ella me mira con los ojos muy abiertos.
"Dios mío, ¿duele tanto?"
Yo frunzo el ceño.
"¡No me digas! ¡Se llama quemadura solar ! ¡Uf! ¿Los Payne tienen protector solar o algo?"
Arquea una ceja y me mira como si ya supiera la respuesta. Para ser justos, la sabía. Niega con la cabeza en silencio, pero ella responde.
"No, pero... hay algunas de esas plantas puntiagudas ahí afuera. Aloe... algo."
Levanto las cejas.
"¿Aloe vera? Mierda, vale. ¿A Sofía no le importará si le arranco una hoja?"
Ella niega con la cabeza.
"Probablemente no."
"Ok. Vuelvo enseguida."
Salgo de un salto y salgo por la puerta principal, y efectivamente, mi dulce salvador vegetal está ahí. Ah, sí... Arranco una hoja y vuelvo adentro, notando que Olivia ya ha empezado a pintar de nuevo. Está hiperconcentrada en esa mierda, y... qué demonios. Todo el plato de comida se ha ido. Está masticando distraídamente una última costilla, y cuando se da cuenta de que he vuelto, la parte con la mandíbula y se la traga entera. Joder... dinos... Me siento de nuevo a su lado y voy a sacar mi navaja para abrirla, pero ella me quita la mano con un gesto y con cuidado me quita la hoja, extendiendo una garra y pelándola rápidamente. No puedo evitar quedarme impresionado.
"Maldita sea, vale. ¿Ese es tu truco de fiesta favorito?"
Ella resopla y me devuelve la cáscara abierta.
"No, yo no. Sophia lo usa para batidos familiares y ungüentos curativos para Vinny. Son muy bonitos, además..."
Aparentemente no quiso verbalizar la última parte de esa oración, ya que rápidamente finge que nunca sucedió parpadeando, tosiendo y haciendo muecas.
"Bonito para, eh... pintar, quiero decir."
Arqueo una ceja.
"Uh-huh..."
Con la cáscara en la mano, empiezo a extraer el contenido con cuidado y a frotarlo sobre mis brazos, que me arden, suspirando de alivio al ver que la sensación fresca me calma al instante. Mientras lo aplico en hombros, cabeza y cuello, miro a Olivia, cuyo rostro estaba visiblemente rojo mientras intentaba observar disimuladamente cómo me untaba el ungüento y pintaba al mismo tiempo. Me paso el resto por la nariz y luego la miro lentamente de reojo. Una leve sonrisa se dibuja en mi rostro.
"La cena podría haber sido gratis, pero el espectáculo cuesta extra."
Retrocede con un silencioso «eep» y se enfrenta por completo al caballete, concentrando de inmediato toda su atención en la pintura. Maldita sea, incluso después de eso es capaz de volver a su tarea con precisión. Su pincel se desliza por el lienzo, colocando los colores en su lugar con una delicadeza y finura que desmiente su supuesta fuerza. Me tomo un momento para levantarme y tirar las hojas a la basura de la cocina, y al hacerlo miro la fiesta. Parece que sigue viva. Vuelvo al sofá y observo el lienzo, intentando entender lo que está haciendo. Definitivamente, esta no es la misma pintura que el paisaje urbano, es casi... ¿orgánico? Me siento en silencio, observándola. De vez en cuando me mira de reojo por alguna razón. Miro hacia afuera un breve instante y veo a Randy. Hm. No quiero molestarla, pero... tengo que preguntar. Me vuelvo hacia ella.
"Hey, Olivia."
"¿Mmm?"
"Tu gente. Los Paynes. Muy enérgicos, ¿verdad?"
Ella detiene sus movimientos y me mira con curiosidad.
"¿Qué se supone que significa eso...?"
Tarareo, intentando descubrir cómo extrapolarlo.
"O sea... Sabía que Damien era un bobo, ¿no? Pero parece que todos lo tienen dentro, ¿sabes?"
Ella emite un "hmph" y vuelve a pintar.
"Primero que nada, los Payne son mis padrinos. Segundo, sí... son todos unos "bobos"."
Inclino la cabeza.
"Así que los conoces desde hace tiempo, ¿eh?"
Hace una pausa nuevamente por un breve momento, pero continúa por poco tiempo.
"Básicamente, de toda la vida. Damien y yo nos conocemos desde que éramos cocodrilos de alfombra, y sus padres conocen a mi papá desde, bueno... siempre. Desde antes de que fuéramos vecinos."
"Ahh, ya entiendo. Cosas de viejos amigos de la familia."
Ella tararea.
"Más o menos. Esa es la razón por la que vivo con ellos..."
Ella duda, con el hocico abierto por un breve instante antes de cerrarse.
"Olvídate de lo que dije."
...Lo entiendo.
"Oye, no te preocupes."
Empieza a pintar de nuevo, el aire en silencio salvo por el sonido de sus pinceladas sobre el lienzo. Miro hacia atrás, a la pintura, que poco a poco se va transformando en una mancha roja y blanca pálida... ¡Un momento! Me mira una y otra vez y frunzo el ceño mientras la observo atentamente transformar la pintura en algo cada vez más reconocible. ¿Lo es?... No puedo evitar fruncir el ceño, y ella me devuelve la mirada. Algo brilla en sus ojos mientras observa mi nueva expresión.
"Mantén esa cara, por favor."
Oh, perra.
"Olivia, ¿hablas en serio?"
Ella intenta, sin éxito, disimular un bufido que se le escapa por la nariz y que rápidamente se transforma en una pequeña carcajada silenciosa.
"Jejejeje... considéralo el precio por ver mi proceso, D."
Yo gruño.
"Pensé que me debías el azote en el moretón."
Ella se ríe de nuevo.
"¡Nope!"
¡Dios mío! Me está dibujando. Los óleos se van uniendo poco a poco, creando un busto de mi cara quemada y enfadada. Me devuelve la mirada con un brillo juguetón en los ojos.
"Da miedo, ¿verdad? Tu reflejo interior..."
"Dios, ¿ un reflejo interior ? Me quedo mirando a este bicho raro en el espejo todos los días al despertar."
Eso le arranca otra carcajada, y no puedo evitar sonreír. Ella me devuelve la mirada, chasqueando la lengua.
"¡Oye, te dije que mantuvieras esa cara!"
No me resulta difícil volver a ello.
"Uf, ¿en serio? Oye, yo tampoco estoy tan rojo, señora."
Una vez más ella se ríe y tengo que hacer un esfuerzo para no sonreír.
"¡Se llama liberta artística!"
Yo gruño.
"¿De dónde sacaste la frase, de una caja de cereales?"
Me duele la cara de intentar no sonreír. Nunca la había visto tan feliz. Claro, se emocionaría en la clase de Iadakan, pero... esto es nuevo. Y esa risa es... algo diferente. El silencio regresa, pero ahora se siente mucho más acogedor. Dios, me empieza a doler la cara de tanto fruncir el ceño. Espero que el mito de estar atrapado así no sea cierto. Lentamente, mi clon de pintura de traseros furiosos estaba casi terminado, y Olivia estaba terminando el último detalle... mi cicatriz.
"Ey-"
"¡Cállate!"
Jesús. Sí, señora. Se gira y observa mi cicatriz con atención, estudiando cada borde irregular. Sus pupilas la recorren con precisión, pero las sorprendo mirándome a los ojos de vez en cuando, y en esos breves instantes, nos miramos fijamente. Su mano empieza a temblar suavemente, y ese sutil tono carmesí vuelve a cubrir su rostro. Cada vez que nos miramos a los ojos, más tiembla y más roja se pone. Finalmente, con una última pincelada imaginativa, extiende los brazos y sonríe.
"¡Ooookaaaaay!"
Casi de inmediato, empiezo a ejercitar los músculos faciales, aliviando la rigidez mientras ella inspecciona el retrato; el tono rojo de su rostro se desvanece lentamente. Maldita sea, es la cara más cruel que he visto en mi... cara. ¿Suelo parecer tan enfadada?
"¡Volveré a esto más tarde!"
¿En serio? Genial. Se gira y me mira con lascivia.
"Aunque no dije que pudieras dejar caer la cara todavía."
Le respondo simplemente con el dedo medio mientras muevo la mandíbula hacia arriba y hacia abajo. Ella resopla, se prepara para recoger su lienzo y me mira de reojo.
"Bueno. Eso es todo. Puedes salir y unirte a los demás o lo que sea."
Empieza a arrastrar su equipo de vuelta a su habitación. Maldita sea, si la suelto ahora no va a salir de ese agujero. ¿Alguien se ha dado cuenta de que no estoy? Nadie estaria tan afectado por su llegada, pero...
"Espera."
Ella se detiene y me mira un poco sorprendida.
"¿Hmm?"
Me froto la nuca torpemente. Mierda, ¿por qué dije eso?
"Yo, sólo... quería decir, gracias, supongo."
Ella parece confundida.
"...¿Seguro?"
Suspiro.
"O sea... mira. No te voy a mentir. Probablemente este sea el mejor momento que he tenido en mucho tiempo. ¿Y tú, Damien, Liz? Son... los primeros amigos que he tenido en mucho tiempo. De verdad."
Ella me observa con recelo, pero no se mueve para irse. Continúo.
"Sobre todo Damien. No sé dónde estaría ahora mismo sin ese tipo. ¿Sus padres? Mierda, ni me hables. De verdad me sentí como parte de una familia aquí, por primera vez en mi vida."
Ella arquea una ceja.
"Eso es... genial, D. Me alegro. Pero realmente debería..."
La interrumpo mirándola fijamente.
"Quiero que vuelvas afuera conmigo."
Su respiración se entrecorta y esos ojos plateados se abren como platos de comida mientras ella palidece un poco.
"¿Qué? No... no puedo."
Me inclino hacia delante, frunciendo el ceño.
"¿Por qué?"
Su expresión se vuelve abatida. Sombría.
"El señor y la señora Payne... tienen que preocuparse por Damien y Vincent, y ahora mismo también están hospedando a todos los demás invitados. Ya tienen demasiado que hacer, simplemente... no valgo la pena. Solo quiero que sean normales..."
"¡Ey!"
Ella retrocede, sorprendida. Mi expresión se distorsiona en una de fastidio.
"No... digas esas estupideces. Lo digo en serio. El otro día, durante el almuerzo, lo dijiste tú mismo. No quieres que te den lástima, así que ¿por qué carajos te la das? ¿De verdad crees que te ven así?"
Ella mira hacia su regazo, frunciendo el ceño.
"Eso es...-"
Continúo.
"Cuando entraste por primera vez después de salir de la piscina, cuando Sophia intentó que te quedaras, por solo una fracción de segundo, se veía muy desconsolada cuando te fuiste. Esa gente te quiere, Olivia."
Ella aprieta los dientes y me mira fijamente.
"Por favor, continúa, cuéntame más sobre mi propia familia".
Arqueo una ceja.
"Entonces ¿ ahora son tu familia?"
Ella se aparta, rompiendo el contacto visual. Niego con la cabeza.
"Mira. Lo entiendo, de verdad. Lo digo en serio. Olivia, este año es mi última oportunidad. Mi última oportunidad antes de que mi vida se derrumbe."
Me mira de reojo. Me muerdo el interior de la mejilla, intentando descifrar qué demonios estoy intentando decir.
"Tengo... el presentimiento de que también podría ser tu última oportunidad. Creo que ambos estamos tratando de resolver algo, ¿no?"
Hago un gesto con ambas manos hacia la puerta corrediza exterior.
"Vamos a resolverlo juntos, ¿de acuerdo? Nadie dijo que tuvieras que hacerlo sola".
Se gira para mirarme, pero no me mira del todo. Se retuerce las manos, mirando fijamente su regazo, librando una batalla mental. Finalmente, exhala un suspiro entrecortado y me mira con una sonrisa nerviosa.
"Está bien... está bien. Vamos a... averiguarlo."
.....
Abro lentamente la puerta trasera, escuchando el chirrido. Mis ojos se tensan por la transición a la luz exterior mientras salgo, estirándome para aliviar la rigidez de estar sentada un rato. Olivia se queda atrás, nerviosa. La miro y luego hago un gesto con las manos.
"Vamos, ¿qué estás esperando?"
Se acerca un poco y empujo la puerta del todo, haciéndome a un lado con un gesto teatral. Pasa junto a mí, intentando contener una sonrisa mientras me regaña.
"¡Deja ya eso, no lo hagas raro!"
A pesar de sus palabras, su tono claramente denota diversión en lugar de enojo. Resoplo.
"Tranquilo, nadie nos miraba. Pero, eh..."
Miro la mesa. Lamentablemente, no hay comida.
"Maldición."
Ella hace un gesto de desaprobación.
"Eso es más o menos cierto."
Olivia se gira y baja por una pequeña rampa de madera mientras yo bajo las escaleras y me doy cuenta de que Damien está de pie al final, mirándonos a ambos con los ojos muy abiertos.
"...¿Olivia?"
Al oír su voz, todas las cabezas se giran hacia nosotros, con la sorpresa reflejada en la mayoría de sus rostros. Olivia solo puede hacer un gesto nervioso. La fiesta parece volver a la conversación habitual, pero suena... más animada. Damien intenta mantener la calma, rascándose la nuca. Aunque se nota que el bobo está súper emocionado.
"Oye... ¡me alegra verte de nuevo!"
Le doy una palmada en la parte de atras del hombro.
"¿Qué haces aquí, grandullón?"
Él mira de reojo al señor Ferris y hace una mueca.
"No soporto ver comer al tío de Liz, hermano. Tiene esos dientes... fibrosos."
Él se estremece. Mis ojos se abren de par en par.
"Mierda, ¿como la de una ballena?"
Él asiente, frunciendo el ceño.
"Sí. Me asusta."
Olivia tararea.
"Su dentista debe hacer una fortuna."
Damien se ríe.
"¡Ja, sí! Entonces... Olivia, ¿qué haces aquí? ¿Se te olvidó algo?"
Ella mira hacia otro lado torpemente.
"...No, solo... pensé que sería bueno disfrutar del clima mientras dure."
Damien hace un pog, solo que esta vez sus volantes se abren y empiezan a ondularse salvajemente. Retrocedo.
"¡Uf! ¿Qué cara-qué estás haciendo?"
Olivia sonríe.
"Damien, no. Basta."
Ella se estremece y arrugo la nariz mientras se ensanchan y se mueven más rápido. Olivia resopla otra súplica.
"¡Puaj, para!"
Levanto el puño juguetonamente y sonrío.
"¡Damien, te voy a pegar un puñetazo si no paras!"
El aprieta mi puños, riendo. Intentan soltarse, pero al final se calman.
"Lo siento hombre, estas cosas tienen mente propia".
Yo gruño.
"Ugh... ¿Y te quejabas del señor Ferris?"
Olivia sonríe ampliamente.
"Al menos puede mantener la boca cerrada."
Damien se encoge de hombros.
"¡Oye, oye! ¡Siempre podría usar un gorro!"
Olivia resopla.
"No, no. ¿Recuerdas la última vez que lo intentaste?"
Ambos se ríen, dejándome completamente despistada sobre el evento del que hablan. Podría intentar averiguar de qué, pero... les daré esto. Cuando terminan, Damien la mira con nerviosismo.
"Entonces... ¿te unes a la mesa o...?"
Ella me mira y yo asiento sutilmente, sonriendo con seguridad. Ella lo mira y asiente.
"Sí."
Damien sonríe ampliamente y nos guía de vuelta a la mesa. Todos saludan, pero Vinny se levanta y casi grita mientras corre hacia nosotros.
"¡LIVY!"
Olivia se estremece ante el repentino ataque auditivo, tratando de levantar una mano defensiva para calmar al niño enérgico.
"Oye, oye, oye-"
Vinny la interrumpe, saltando arriba y abajo alegremente.
"¡Por fin viniste a jugar de nuevo!"
Él empieza a correr en círculos alrededor de su silla, vitoreando sin parar. Olivia me mira nerviosa de nuevo, acurrucándose en sí misma. La miro fijamente a los ojos y asiento suavemente de nuevo. Puedes hacerlo. Este es tu momento. Su mirada se posa en su regazo y exhala un suspiro silencioso.
"Uh, estoy un poco cansada, Vinny-"
Él se detiene de golpe frente a ella y su rostro se inclina ligeramente.
"¿Qué? ¡No! ¡Vamos, Livy! ¡Prometiste que hoy jugaríamos! ¡Como en los viejos tiempos!"
Ella lo mira insegura.
"Yo..."
Él se inclina hacia delante y le dirige sus mejores ojos de cachorrito.
"¿Por favooooor?"
Una suave sonrisa quiebra su rostro triste y ella pone los ojos en blanco.
"Ohh, vale. Está bien, tú ganas. Lo prometí..."
El rostro del niño se ilumina de nuevo cuando ella se inclina hacia él, arqueando una ceja.
"¿Quieres jugar al cañón?"
Él comienza a saltar hacia arriba y hacia abajo nuevamente, lanzando sus brazos al aire.
"¡Sí, sí, sí! ¡Cañón!"
Olivia lo levanta en sus brazos, equilibrando sus pies en sus palmas mientras se gira hacia la piscina.
"Está bien, entonces. ¿Listo?"
Vinny dispara un puño al aire.
"¡Carga completa! ¡FUEGO!"
Olivia lo manda a la mierda , lanzando a Vinny por los aires como una pelota de lanzamiento de peso mientras se dirige directo a la piscina. ¡Madre mía! Tengo que empezar a levantar pesas con esta chica. Tengo que ver cuánto puede levantar en press de banca. Vinny sale disparado del agua, levantando los brazos con un grito de alegría. Todos, excepto Liz y Sophia, aplauden, e incluso Randy se lleva los dedos a la boca y saca un silbido. Sophia le da un suave golpe en el hombro.
"¡Randy!"
El señor Ferris se ríe.
"Tranquila, Soph. Vinny aún es joven."
Luego ella se gira hacia él, jadeando, antes de mirar fijamente a su hijo.
"¡Michael! ¡Vinny, ten cuidado!"
El hijo continúa agitando los brazos en el aire con alegría.
"¡Estoy bien, mamá!"
Damien sonríe mientras Vinny sale de la piscina y marcha hacia nosotros.
"Bueno, ¿te has vuelto más fuerte, Olivia?"
Ella nos mira, tartamudeando.
"N-no, cállate. En fin-"
Vinny se detiene de golpe frente a ella.
"¿Podemos hacerlo de nuevo, 'Livy'?"
Ella sonríe, le da una palmadita en la cabeza y lo levanta para otra ronda. Esa sonrisa en su rostro, ahora mismo. Eso era lo que quería ver. Lo lanza de nuevo hacia la piscina, y esta vez da vueltas en el aire. Liz mira a Randy mientras Vinny grita como un loco, pasándoselo en grande.
"Eh, señor Payne..."
Él se ríe y se pone de pie.
"Está bien, lo entiendo."
Él llama alegremente a su hijo.
"¡VICENTE!"
El niño vuelve a caer fuera de la piscina y corre hacia su padre, empapado.
"¿Sí, papá?"
"Ya no hay cañones hoy."
Olivia y Vinny se miran con amargura, pero Randy no se inmuta.
"Hay muchas otras cosas que podéis hacer, ¿sabéis?"
El niño salta en el mismo lugar por un instante.
"¡Oh, ya que sé!"
Se va corriendo a algún lugar mientras Olivia se vuelve hacia el resto del grupo con una sonrisa incómoda. Sophia se acerca con cuidado, con las manos en alto y vacilando, como si si intentara ir demasiado rápido, Olivia se encogiera y desapareciera.
"¿Olivia?"
Ella gira sus pulgares, mirando nerviosamente a todos excepto a Sophia.
"H-hola, tía."
Tanto Sophia como Randy se acercan a Olivia con inquietud, sonriendo nerviosamente. Olivia los mira a ambos con preocupación.
"No me perdí mucho, ¿verdad?"
Sophia se arrodilla frente a Olivia y la envuelve con sus brazos.
"Me alegro mucho de que hayas venido, querida."
Randy se sitúa detrás de su silla, alborotándole suavemente el cabello con una mano mientras envuelve a su esposa y a Olivia en un abrazo con la otra.
"Ha pasado demasiado tiempo, Lil' Ace".
Olivia hace todo lo posible por evitar que la mano de Randy le despeine, pero... puedo ver una pequeña sonrisa en su rostro. Y antes de que me dé cuenta, también tengo una sonrisa en el rostro
.....
Como dicen, el tiempo vuela cuando uno se divierte. Damien y Randy volvieron a la parrilla, sacaron el resto de la carne y nos prepararon una cena temprana. Después de todo el lío de hoy, tenía mucha hambre y fui probando a trocitos. Estaba a punto de morder una costilla cuando una palmadita en la espalda me empujó, y miré hacia atrás. Era Randy, mirándome con gratitud. Las conversaciones se extendieron por el patio, y en un momento dado, Vinny salió disparado de la casa armado con un auténtico arsenal de pistolas de dardos de espuma. Mientras usaba a Liz como blanco, Damien y yo decidimos improvisar una lucha libre. Estaba deseando demostrarme que había estado practicando, pero, eh... sí. Le di una paliza delante de todos. Incluso Vinny detuvo su ataque y me miró boquiabierto mientras maltrataba a su hermano. Sophia parece la más preocupada, pero bueno, está bien, soy una profesional. Pronto, todo se calmará. De alguna manera, todo esto me ha agotado más que cualquier pelea... pero... también me siento mejor que cualquier pelea. Estoy apoyado de nuevo en la piscina, ya que Olivia se había metido de nuevo en ella en algún momento y habíamos estado charlando distraídamente. Se desliza a mi lado, apoyándose en el borde y mirándome con curiosidad. La miro brevemente mientras una idea perversa cruza por mi mente. Me impulso hacia adelante y gruño, estirándome hacia adelante y hacia atrás.
"Tengo que ir a descargar"
Olivia arruga la nariz.
"Demasiado detalle, ¿no?"
Me alejo, riendo entre dientes. Cruzo el umbral de la puerta trasera y me escondo tras la esquina. Saco todas mis pertenencias importantes de mis bolsillos y las dejo en la encimera de la cocina. Excepto mis cigarrillos, no puedo arriesgarme a que nadie los vea. Tendrán que asumir el golpe en este caso. Me quito las botas y los calcetines, y me quito la camiseta de tirantes, dejándola con el resto de mi ropa. Me subo los pantalones hasta las rodillas y doy saltos, preparándome mentalmente para lo que estoy a punto de hacer. Cuando estoy lista, vuelvo al umbral y me preparo, saliendo corriendo de la casa y bajando por la terraza. Todas las cabezas se giran hacia mí mientras voy directa a la piscina de Olivia. Sus ojos se abren de par en par al ver lo que estoy haciendo y grita cuando salto a su piscina con un grito salvaje.
"¡BALA DE CAÑÓN!"
Golpeo el agua con fuerza, lanzando una ola de agua contra Olivia. Salgo a la superficie y ella me mira con el ceño fruncido . Corro de inmediato hacia el borde de la piscina y salgo de ella mientras ella se lanza hacia mí con una velocidad depredadora, lanzándome un mordisco mientras salgo tambaleándome de la piscina y caigo al césped corriendo, riendo como un tonto. Olivia casi se cae gritándome furiosa, y el resto de la familia se ríe a carcajadas mientras me desplomo en el extremo más alejado del jardín, jadeando y riendo. Yo... esto es... esto es bueno. No creo que lo olvide en mi vida. Estoy...
Estoy feliz.
...
Notes:
Las notas que el creador escribio aqui son estos,"Esa es la fiesta de fin de verano, amigos. A partir de ahora, las cosas solo empezarán a desviarse aún más de lo normal. Espero que hayan disfrutado del crecimiento de D hasta ahora, porque le espera mucho más."
Chapter 7: Interludio de nudillos (no tan) sangrientos: III
Chapter Text
El día después de la fiesta tengo mi pequeña juerga con Ben. Quedamos en hacerlo temprano, así que, a pesar de ser fin de semana, me levanto tempranísimo, ¡ viva ! No está tan mal, me siento genial después de la fiesta, así que no es que me falte energía. Solo tengo que ayudarlo a preparar el equipo y él nos sacará las fotos. Me viene bien. Pero necesito saber exactamente dónde me encuentro con él, así que... le escribiré.
[Tú: Hola. Buenos días. ¿Dónde nos vemos?]
[Ben: ¡Buenos días, D! Podemos encontrarnos en la entrada de la escuela. ¿Necesitas que te lleve? ]
[Tú: Gracias, pero voy a tomar el metro. Nos vemos allí, amigo.]
[Ben: ¡Lo conseguiste! ¡Nos vemos allí! 😀]
Mientras estoy sentado en el tren rumbo a mi destino, me pregunto si debería o no confrontar a Ben sobre su actitud con Olivia. Es casi seguro que espera que lo haya olvidado. Lo que sea. Enciendo mi teléfono y me encuentro yendo a la página de la escuela. Eh... ya sabes, supongo que revisaré mi entrada del concurso mientras estoy aquí. Veré si tiene algún voto. Mis ojos se abren de par en par cuando miro las clasificaciones y veo mi nombre. ¿Qué demonios? ¡¿Soy el primer lugar?! De ninguna manera. Tiene que haber un error. Toco mi entrada para ver mi envío y... eso es... eso no es lo que puse. Mi sangre corre un poco fría mientras me inclino hacia adelante en mi asiento, mirando no mi foto de mi grafiti, sino una llamativa pintura de un prado en la ladera. No puedo extraer los detalles más finos en la pantalla de mi teléfono, pero esto no es en absoluto lo que puse. Mierda. Mierda de mierda. Debe ser un fallo, ¿verdad? Tengo que comentarle esto a alguien. Ben es el presidente del consejo estudiantil, ¿verdad? Él puede ayudar. Ahora, de repente, me siento mucho mejor con todo este maldito asunto. Dios mío, si no hubiera descubierto esto... con un premio en efectivo y toda esa mierda de revista en juego, no habría podido demostrar que lo hice. Me habrían jodido, seguro. Solo tengo que... relajarme. Ben puede ayudar. Por mucho que intente calmarme, estoy hecho un manojo de ansiedad durante el resto del viaje en tren, y después de lo que parece una eternidad, por fin llego a la parada y empiezo a caminar hacia mi destino.
Ben aún no ha llegado cuando llego a la entrada del instituto, así que me siento en un banco y enciendo un cigarrillo mientras espero. Tengo que tranquilizarme. No sé cómo imaginé que Ben aparecería, pero un coche rojo potente viene a toda velocidad por la calle. No puedo ver quién va dentro gracias a las ventanillas tintadas, pero al detenerse en la acera no tengo que esperar mucho: la ventanilla del conductor empieza a bajar y me encuentro nada menos que con la zorrita roja, Mia. Saca un brazo por la ventanilla y me saluda con una sonrisa de suficiencia.
“¡Oye, si es Scarface! Te traje al pequeño Benny. Cuídalo bien por mí, ¿vale?”
No tengo ningunas ganas de lidiar con esto ahora mismo, así que me limito a mirarla sin decir palabra y asentir mientras doy una última calada a mi cigarrillo, lo apago en el posabrazos del banco y lo tiro a una papelera cercana. Parece un poco sorprendida de verme fumar, pero la mirada se desvanece cuando Ben sale del asiento del copiloto con su equipo, cierra la puerta y se dirige al otro lado para tener un rollo amoroso con la zorra de su novia antes de que se vaya. Se despiden y ella nos hace el signo de la paz a ambos, sube la ventanilla y sale a toda velocidad mientras Ben se acerca a mí con las cejas fruncidas.
"¿Fumas, D?"
Asiento mientras me levanto.
“Sí. Es una mala costumbre, lo sé. Me ayuda a seguir adelante cuando las cosas se ponen... eh... difíciles.”
Me doy un golpecito en el costado del cráneo mientras lo digo, y sus ojos parecen abrirse de par en par imperceptiblemente antes de simplemente sonreír y asentir.
“Está bien, D. No te castigaré ni nada por el estilo. Todos tenemos nuestros vicios.”
Vaya. Esperaba que un idiota como él se lo tomara en serio, pero... supongo que es más genial de lo que pensaba. Saco el móvil del bolsillo.
“Bueno, eh, Ben... antes de empezar, necesito tu ayuda con algo.”
Él me mira con curiosidad.
"Oh?"
Asiento, doy vuelta el teléfono y le muestro la página de envíos.
“Sí. No sé qué pasó, pero la página de envíos falló o algo así y puso el envío de otra persona a mi nombre.”
Él se inclina, escanea la página y abre un poco los ojos mientras me mira.
"Oh, D. ¿No enviaste eso?"
Niego con la cabeza.
“No, la mía era una fotografía. La tengo en mi teléfono, aquí.”
Abro mi galería y busco mi verdadera propuesta, inclinando la pantalla hacia él. Parece algo impresionado, pero luego me mira... ¿con recelo? Su voz suena firme.
"¿Y estás seguro de que fue un error? ¿No hiciste que alguien enviara algo fraudulentamente bajo tu nombre?"
Le fruncí el ceño.
"¿Por qué carajo te lo diría si lo supiera?"
Él retrocede un poco y luego parece un poco culpable por un momento.
"Ah... sí, supongo que tiene sentido. ¡Qué bueno que lo detectaste tan pronto! Podemos cambiarlo. Hablaré con la Sra. Scaler el lunes a primera hora, ¿de acuerdo? Probablemente ella también quiera hablar contigo, pero como es un error..."
Él se encoge de hombros.
"Todo estará bien, estoy seguro."
Yo también me encojo de hombros.
"Solo participé porque sí, la verdad. No pensé que mi presentación fuera lo suficientemente buena como para acercarme siquiera a ganar".
Él hace un gesto de despeje con la mano, y sonriendo habla.
“¡Tonterías! Es una foto buenísima, si me permiten decirlo. ¿La tomaste con el móvil?”
Asiento con la cabeza.
"Sí."
El levanta las cejas, en señal de sorpresa
“¡Wow! Tienes muy buen ojo. ¡Pues aprovéchalo! Venga, tomemos una foto del patio. Ayúdame a encontrar un buen ángulo.”
Instalamos su equipo y estudio atentamente el área elegida.
“Carajo. Deberíamos haber venido de noche. Podría haberme sentado en ese banco bajo la luz y fumar mientras tú sacas una foto, para decir que es una especie de momento reflexivo o algo asi.”
Él se ríe mientras ajusta algo en su cámara.
"Por muy bueno que suene, no creo que al profesorado le guste que se descubra que alguien fuma en el recinto escolar".
Yo tarareo.
"Supongo que no. ¿Y si colocamos en este angulo y esperamos a que pase un tren por la línea del metro allá lejos y lo fotografiamos al pasar? Se vería bien."
Él arquea una ceja.
“¡Hmm! ¡No es mala idea! Vamos a intentarlo.”
Preparamos la toma y esperamos pacientemente. Al poco rato, un tren aparece a lo lejos y Ben lo alinea, esperando el momento perfecto. Se oyen varios clics y retrocede, estudiando las imágenes. Parece complacido, señalando la pantalla.
“¡Esto es excelente, D! Mira, incluso vimos algunos pájaros en pleno vuelo. ¡La forma en que el sol se filtra entre los árboles también es muy bonita! Mira cómo la luz se refleja en los rascacielos a lo lejos...”
Me coloco a su lado y los observo. ¡Caramba, sí! Son cinematográficos, casi como el primer plano de una película de alto presupuesto. Lo miro con una sonrisa burlona.
"Pensé que estaríamos aquí todo el día, pero creo que lo logramos en uno, amigo".
Ben asiente, sonriendo.
“¡Estoy de acuerdo, la verdad! Pero, hmm...”
Se frota la barbilla y mira fijamente a lo lejos.
“Yo tampoco esperaba que termináramos tan pronto. Mia podría enfadarse si la hago volver tan pronto. Quizás deberíamos dar una vuelta y probar otros sitios. No creo que nos haga daño”.
Yo gruño.
"...nah. Podemos quedar un rato o algo, tío. Si te soy sincero, todavía estoy un poco nervioso por lo del concurso. He estado dando paseos por la ciudad después de la escuela y encontré un sitio agradable no muy lejos de la escuela. ¿Quieres desayunar? Invito yo."
Puede que Ben esté saliendo con esa zorra de Mia, pero es un buen tipo. Toleró mis travesuras cuando llegué. No me importa ser su amigo, pero... Aun así le voy a preguntar sobre lo de Olivia. El tararea ante mi pregunta.
“Bueno, ya comí, pero... fue un desayuno ligero, así que...”
Él me mira y asiente, sonriendo.
"¡Claro! Me vendría bien un rato libre."
Le doy una palmadita en el hombro y empiezo a guiarnos por la calle después de que reúna todo su equipo. Ben es el primero en romper el silencio.
"Entonces, D. ¿Cómo han ido las cosas?"
“Bastante bien, la verdad. Ayer pasé el fin de verano en casa de Damien con sus padres. Son gente estupenda.”
Ben parece genuinamente complacido por eso, asintiendo con una amplia sonrisa.
“Me alegra oír eso, D. Para ser sincero, sé un poco sobre tus antecedentes y por qué estás aquí. Los beneficios de ser presidente del consejo, ¿sabes?”
Lo miro de reojo, pero él lo ignora.
“¡Está bien! No sé toda la historia, pero sé que no lo has tenido fácil. Me alegra que te estés adaptando tan bien a St. Hammond, salvo algunos contratiempos.”
Él levanta un dedo y su sonrisa no desaparece.
“¡Quiero ver a todos mis compañeros triunfar! Como presidente del consejo estudiantil, es mi deber ayudar en lo que pueda, y eso te incluye a ti, D.”
Resoplo, sacudiendo la cabeza con una sonrisa burlona.
"Eres algo inocente, hombre."
Seguimos charlando distraídamente hasta que por fin llegamos al sitio que mencioné. Es un pequeño rincón escondido que solo abre para desayunar y comer. La mesera nos guía para sentarnos y para saber que pediremos, elegimos nuestras bebidas y comida. Todavía me estoy recuperando de la sobredosis de proteínas de ayer, así que creo que esta vez evitaré la carne.Hmm... ¡qué le vamos a hacer! Gofres y papas hash brown, con café solo. Ben pide un omelet vegetariano acompañado con un té y lo miro con curiosidad.
“¿No eres un herbívoro? ¿Acaso puedes comer huevos?”
Él asiente, cerrando su menú.
“¡Claro, con moderación! Si lo hago seguido, me da un dolor de estómago terrible y, eh... problemas para ir al baño , pero aparte de eso, no me matará. Los huevos están ricos, así que ¿para qué privarme?”
Me encojo de hombros.
“Es justo. Supongo que es la misma razón por la que algunas personas intolerantes a la lactosa siguen comiendo queso y helado.”
Nos traen las bebidas y tomo mi café, oliendo el aroma antes de tomar un sorbo y dejar que su cálida amargura me inunde. Envalentonada por la cafeína, es hora de hablar de Olivia. Dejo la taza con cuidado y me inclino hacia adelante, juntando los dedos. Espero a que Ben termine de tomar un sorbo de té antes de que beba. No quiero que se atragante ni nada.
“Entonces... Ben. Sobre Olivia.”
Él se estremece un poco mientras deja su propia taza.
“Ay, tio. En secreto esperaba que te hubieras olvidado de eso.”
Niego con la cabeza mientras las palabras de Iadakan sobre limpiar el aire resuenan en mi mente.
“No exactamente. No voy a interrogarte, hombre, solo quiero saber qué pasa con ella. Ambos son mis amigos, si hay algo que necesito saber, creo que debería saberlo. Sobre todo si va a afectar mi relación con ustedes.”
Ben respira hondo y suspira profundamente. Mira fijamente su té, como si estuviera pensando qué decir, antes de mirarme.
"¿Está bien si no me meto... demasiado en esto?"
Asiento lentamente.
"Claro, sólo dame la idea general."
Se toma un momento para recomponerse, con la mirada vagando por la mesa, antes de mirarme, frunciendo ligeramente el ceño.
“Olivia y yo... bueno... éramos amigos. Nos conocíamos incluso antes del instituto. Intenté ayudarla una vez. Y... me pasé, porque pensé, de verdad pensé que la estaba ayudando. Se enfadó mucho conmigo y no entendí por qué, y, bueno... eso fue todo. Francamente, sigo sin entender por qué, pero...”
Se encoge de hombros y termina su frase ahí. Tarareo.
"Interesante. Está bien, me parece bien."
Me propongo preguntarle más a Olivia si tengo la oportunidad mientras tomo mi café y le doy un sorbo más profundo. Nuestra conversación vuelve a temas más ligeros como aficiones y otras cosas aburridas hasta que llega la comida, momento en el que nos ocupamos comiendo. Joder, esto es un desastre. Me apunto mentalmente para pasarme por aquí más a menudo en el futuro. Al final terminamos, y Ben se ofrece a pagar su mitad de la comida antes de que lo despida y le recuerde que dije que yo invito. Pago y nos vamos. Nos despedimos, Ben llama a Mia para que venga a recogerlo y yo vuelvo al metro para coger un tren a casa. Enseguida estoy de vuelta en mi apartamento. Dios mío... Debería comprar algunas decoraciones para este sitio, está desolado. Solo tengo un escritorio, la silla que va con él, mi cama y unos utensilios de cocina básicos. Ni siquiera tengo una puta tele ni nada. Probablemente también debería comprarme un portátil. Me quejo en voz baja mientras abro la aplicación del banco y reviso mi cuenta. ¡Uf!
Solo una vez quiero mirar aquí y tener una cantidad normal de dinero. Sé que realmente no debería quejarme, pero hombre. ¿Qué clase de delincuente juvenil anda por ahí con una cuenta bancaria de cinco cifras? Supongo que los que tienen un padre que cree que puede arreglar todos los problemas de su hijo con dinero y no hacer nada más. Me sorprende que no me haya puesto en una maldita mansión con criadas y mayordomos o alguna mierda así. Supongo que lo está intentando, a su manera de mierda. Ambos lo pasamos mal después de que mamá muriera. Supongo que ella era el pegamento que nos mantenía unidos. Un suspiro se escapa de mí mientras me siento en mi cama, mirando al suelo. Dejo que mi mente divague, rastreando su camino a través de mis recuerdos. Algunos buenos. Muchos, muchos malos. Intento salir de la espiral en la que estoy metido, pero solo tengo mis propios pensamientos para distraerme, y finalmente se convierte en un torbellino incesante que me succiona más y más profundo. El techo... joder. No es el techo. Por fin consigo ahuyentar los pensamientos intrusivos, sacudiendo la cabeza con un suspiro. No. Aún no estoy listo para enfrentarlo. No puedo. No lo haré. No puedo, no lo haré, no puedo. ¡A la mierda! Saco el móvil y empiezo a buscar en una tienda online. Voy a pedir unos muebles para este maldito sitio.
Todo este vacío me está deprimiendo muchísimo.
...
Chapter 8: Pensamientos confusos
Chapter Text
25 de septiembre. Casi un mes después de mi llegada a Volcaldera. Casi me siento normal de nuevo. Casi... . Diría que he mejorado en el control de mis cambios de humor, sobre todo después de la fiesta con los Payne, pero... parecen empeorar cuando ocurren. Es como si estuviera recayendo. He ido al foso un par de veces a pelear, y me ha ayudado a no estar en mi peor momento. He tenido algunos rasguños y más moretones aquí y allá, pero por suerte han sido fáciles de ocultar. Creo que tiene que ver con el concurso de arte. No sé por qué, pero estoy paranoico. Como si no fuera un fallo técnico. Como si alguien hubiera cambiado mi presentación, como si intentaran sabotearme. Cuando recordaba la pintura la sentia... familiar... . Demasiado familiar. Fiel a la palabra de Ben, el lunes siguiente fuimos a Scaler y, al parecer, una vez que se enviaba una solicitud, lo único que podían hacer era simplemente retirarla. Así que ahí se fue. Como mínimo, me ofrecieron un reembolso en forma de cupones para una pizzería. He oído que es bastante buena. Supongo que me serán útiles en algún momento. Espero que no sea cierto lo que pienso. Si no me hubiera dado cuenta... se habría acabado. Mi ultima oportunidad. Todavía no se lo he comentado a nadie. No me pareció prudente. Luego está lo que me contó Ben sobre Olivia. Todavía no he encontrado un buen momento. No quiero presionarla a hablar de algo que no le apetece.
Hoy hicimos escalada en roca en gimnasia, así que fue divertido. Casi me caigo y me parto el craneo. Al poco rato estoy en mi clase de arte con Olivia. Me desplomo en mi asiento junto a ella con un resoplido silencioso, intentando con todas mis fuerzas relajarme. Dios. Odio esto. Me siento hecho un desastre. Mi mirada se centra en los garabatos de Olivia. Más ratas. Me di cuenta hace poco, pero en realidad es una rata específica que ha estado dibujando siempre. Tiene pelo negro alrededor de la cabeza, salvo por el ojo, que tiene una mancha blanca. Hm. Hay una con capa, blandiendo una aguja de coser enorme como si fuera una espada. Genial.
"Me he estado preguntando, ¿es tu mascota una rata o algo así lo que has estado dibujando? "
Ella me mira y sonríe suavemente, asintiendo.
"Sí. Se llama Guts. De hecho, me recuerda a ti."
Me saca la lengua juguetonamente mientras resoplo. ¿Guts? Qué nombre tan raro para una rata.
"Supongo que me siento honrado. Las ratas son unas criaturas tenaces, unas verdaderas luchadoras."
Sus ojos se abren de par en par brevemente, antes de escrutarme de repente con recelo, buscando malas intenciones. Arqueo una ceja al mirarla.
"¿Qué dije? "
Su expresión vuelve a la normalidad mientras tararea.
"Nada. No te preocupes. Mira esto."
Pasa la página y me la muestra, sonriendo. ¡Ah, la mismísima parazorra roja! ¡Joder, qué carajo! Ropa hecha jirones, chaqueta llena de parches horribles, un mohawk de mierda y... ¡joder, qué montón de piercings! Sonrío, y Olivia me devuelve la sonrisa.
"¿Te gusta? "
"Conocí a un par de chicas así en mi pueblo. ¿Y saben qué? Se comportaban como Mia. Son el ejemplo perfecto el los folletos la anti-Carfe."
Olivia se ríe disimuladamente mientras vuelvo la mirada hacia un montón de nada, con la mirada perdida... ¡Qué demonios! Cualquier momento es bueno para sacar el tema. Hablo sin mirarla.
"Hey, Olivia. "
"¿Mhm? "
"¿Recuerdas que presenté algo al concurso de arte? "
No responde de inmediato, así que la miro. Por un instante, parece nerviosa, pero ahora ha vuelto a su cara de póquer habitual.
"¿Sí? ..."
Esta vez no aparto la mirada de ella.
"Bueno, hace unas semanas, un sábado, mientras hacía mi proyecto fotográfico con Ben, revisé la página del concurso por aburrimiento mientras iba en el metro. Mi envío tenia un fallo. Tenia mi nombre pero tenia una pintura en vez de mi foto . Una verdadera lástima, porque esa mierda estaba en primer lugar... pero, sí, me asustó de todas formas. Hablé con Ben y lo arreglamos con Scaler el lunes siguiente. Tuve que retirarlo. No pude cambiarlo por el diseño de la página web, así que... supongo que me retiro. No es que esperara ganar, pero aun así es una lástima."
La observo atentamente mientras hablo. No hay cambios significativos, pero... esa mirada nerviosa que tenía antes. ¿Estaba preocupada por mí? Ella hablo, frunciendo el ceño.
"Lo siento mucho. Menos mal que lo viste pronto. "
Asiento, a punto de hablar de nuevo cuando me distraigo por el repentino y violento abuso de la propiedad de la escuela cuando Iadakan básicamente abre la maldita puerta de una patada, irrumpiendo grandilocuentemente.
"¡Buenos días, buenos días! Tranquilos, todos, tengo algunos anuncios que comentar."
Me recuesto y escucho a medias sus palabras, con la mente confusa. Por fin todo se normaliza, al menos en lo que respecta a la vida escolar. Pero... ¿Olivia lo hizo? ... ¿Lo haría? ¿Por qué?
...
Más tarde, durante el almuerzo, el ambiente es... tranquilo. No es nada nuevo, suele pasar cuando estoy de mal humor. Damien está comprando más comida y Liz está comiendo las hojas en las enredaderas. A efectos prácticos, solo estamos Olivia y yo. Fui a comprarles su comida chatarra de siempre, pero esta vez no me compré nada. Me siento mal del estómago. La voz de Olivia me saca de mi bajón.
"¿No vas a comer, D?"
Niego con la cabeza.
"No. No tengo hambre."
Tararea en voz baja, mirando de nuevo su bandeja. Permanecemos en silencio hasta que percibo que alguien se acerca. Miro. Es Ben. Olivia también levanta la vista, tensa al verlo acercarse. Él me saluda con un gesto de la cabeza, pero centra su atención en Olivia.
"Olivia, la directora Scaler quería recordarte que tienes que limpiar lo que ensucias. Otra vez. Dejar desorden en clase molesta a los demás estudiantes, ¿sabes?"
Arqueo una ceja mientras Olivia permanece en silencio, mirando hacia otro lado con torpeza.
"¿Por qué Scaler necesita enviarte adecirle eso? "
Mete una mano en su bolsillo y adelanta un pie, frunciendo el ceño suavemente.
"Ella es una mujer ocupada y no es la primera vez que esto sucede".
Olivia se burla, pero por lo demás no dice nada. Yo gruño.
"¿Y entonces cuál es el problema? "
Los labios de Ben se fruncen mientras me mira con desaprobación.
"D, acabo de pasarme toda mi segunda hora limpiando su desastre porque no se toma nada en serio. No se supone que sea el chico de los recados de Scaler, y mucho menos su conserje personal".
Miro a Olivia. Tiene razón. Ella lo mira con una ceja arqueada, con una expresión que dice: «¿Y? Me da igual». No puedo evitar fruncir el ceño. Supongo que no todos se benefician de mi creciente amistad con ella. Ben no parece aceptar bien su expresión indiferente; se inclina hacia adelante, apoya las palmas de las manos sobre la mesa y la mira con cierto desdén.
"¿Sabes lo difícil que es quitar el bicarbonato de sodio de la alfombra una vez seca?"
Olivia lo mira fijamente, sin pestañear. Ben aprieta los dientes y la señala con el dedo.
"¿Puedes simplemente intentar no hacerle la vida más difícil a los demás? "
Olivia frunce el ceño y está a punto de soltar algo cuando, de repente, me inclino hacia adelante y golpeo la mesa con la palma de la mano, Cortandole antes que diga algo. Olivia se inclina hacia atras en su silla con expresión de asombro mientras reprendo al chico maravilla azul.
"¡Oye! ¡No hay necesidad de hablar asi, McKnight!"
Él retrocede, luciendo culpable.
"Yo... tienes razón, D. Lo siento. Debería haberlo expresado mejor."
Olivia me mira indiferente. Me inclino hacia atrás y la miro con cierta culpa. No necesitaba que la defendiera, es una mujer hecha y derecha. Sentimientos espontáneos, supongo. Le digo "lo siento" en silencio. Se encoge de hombros mientras Ben suelta un suave suspiro y se acomoda, volviendo su atención a ella.
"Está bien. Olivia, lo que quiero decir es que espero más de ti, ¿de acuerdo?"
Ella simplemente lo mira de nuevo, volviendo a poner su expresión neutral mientras asiente.
"Claro, Ben. Lo siento. Ya puedes irte."
Parece ligeramente sorprendido por la cantidad de gente que se junto a nuestro alrededor, pero le devuelve el gesto y gira sobre sus talones, volviendo a la multitud. Volvemos a estar solos. ¿Debería? ... no. Ahora no. Damien finalmente regresa con una bandeja llena de más carne asquerosa, y la conversación en la mesa vuelve a la normalidad. El resto del almuerzo transcurre sin problemas. La siguiente clase de Olivia es de camino a fotografía, así que me invita a subir a su ascensor trampa mortal una vez más, y acepto. Claro, me siento un poco atrevido hoy. Sin embargo, de camino, un obstáculo en particular nos detiene... Mia, flanqueada por otros dos dinosaurios... Esa chica rapaz atractiva del vestido azul y la zorrita del primer día de clases. Las vi a ellas por ahí, pero nunca las volvi hablar. No imagíne que son amigas de esta zorra. Mia parece particularmente molesta de verme, pero eso no le impide hablar con nosotros.
"Espera, Livia. Tengo que hablar contigo un segundo. "
Olivia parece más molesta que otra cosa, reclinándose en su silla y arqueando una ceja. Mia lo interpreta como una invitación a continuar.
"Mi novio no es tu criado personal. Se suponía que iba a almorzar conmigo y se pasó la mitad del tiempo limpiando tu basura y haciendo de mensajero para Scaler. Aprende un poco de etiqueta adulta y deja de causar problemas a los demás."
Su mirada se dirige a la mía mientras se burla. No le devuelvo la expresión, pero sí la miro fijamente a los ojos, con la apatía reflejada en mi rostro. Eso parece enojarla aún más, y mueve la cola hacia un lado con fastidio.
"Estoy harto de esa mirada, maldito skinnie. Cada vez que te veo, me miras así. ¿Eres retrasado mental o algo así? ¿Esa cicatriz es de una lesión cerebral? "
Resoplo, sonriéndole con sorna, pero no digo nada. Sus pupilas se contraen mientras empieza a agacharse, sin dejar de hablar.
"¿Te crees que eres el mejor, eh? ¿Un skinnie de fuera? Maldito bicho raro. Con razón andas con esta zorra. Un bicho raro tiene a su bicho raro."
Pongo los ojos en blanco y miro a Olivia, que parece tan indiferente como yo. Señalo el ascensor con la cabeza y ella asiente. Ambos empezamos a pasar junto a Mia, y quizá sorprendentemente, nos deja pasar, mirándonos fijamente todo el tiempo.
"Tú... grrr... malditos... bichos raros. Nunca pensé que llegaría el día en que un maldito skinnie intentara meterse en los pantalones de la lisiada de la escuela, ¡Pero que show! "
Vaya, ¿eh? Resoplo de nuevo, levantando la mano y despidiéndola sin mirarla mientras por fin hablo.
"Qué clase, Mia. ¿No es hora de ir a cojer con tu novio o algo así? "
La oigo empezar a balbucear y tartamudear, lo que poco a poco se convierte en un gruñido que va subiendo de tono. Estábamos a punto de llegar al ascensor cuando oí a Lunara decir «Mia, espera» y oí el sonido de sus botas sobre las baldosas mientras se dirigía hacia nosotros. Me giré bruscamente y la miré fijamente a los ojos, lo que la hizo detenerse en seco. Estaba furiosa, pero le lancé una mirada que, sin duda alguna, decía que lo haría si ella quería, y que no acabaría bien para ninguna de las dos. Su cola se movía furiosa, y juro que estaba a punto de darme un golpe antes de retroceder, gruñendo.
"Tienes... tienes mucha suerte hoy, cabrón lanzador de lanzas. Suerte. Joder... Scarface y Hotwheels, una pareja hecha en el cielo. "
Olivia se congela al oír ese nombre, se da la vuelta y mira fijamente a Mia.
"¿Cómo lo sabes? ..."
Ante esto, Mia logra esbozar una sonrisa sardónica.
"Tu amigo retrasado mental me lo dijo en educación física. Creo que te queda bien".
Olivia parece enfadada por un instante antes de gruñir, negando con la cabeza y volviéndose hacia el ascensor. La sigo, burlándome de Mia, que ahora tiene esa cara de suficiencia, como si esa pequeña ocurrencia le hubiera ganado la confrontación. ¡Menuda zorra! Nos metemos en el ascensor y, una vez cerradas las puertas, suspiramos profundamente mientras el ascensor hace un ruido metálico y empieza a subir. Yo hablo primero.
"Mierda. Un día de estos voy a destrozar a esa perra".
Olivia se ríe.
"Pensé que te iba a matar cuando le dijiste eso de Ben. Qué imagen tan horrible, por cierto. Que te jodan por esa imagen. "
Una pequeña carcajada se escapa de mí, lo que la hace reír aún más fuerte. Me mira, sonriendo.
"Creo que deberías ir conmigo en el ascensor de ahora en adelante. Cuanto más puedas evitar a Mia, mejor."
Asiento con la cabeza hacia ella.
"Probablemente. Gracias. Entonces... eh... ¿Hotwheels? "
Ella hace una mueca.
"Voy a matar a Damien y a su bocazas. Es un apodo antiguo de cuando éramos niños. Es una... larga historia ."
Me encojo de hombros.
"No voy a entrometerme. "
"Gracias. "
El resto del viaje transcurre en un silencio agradable y pronto cada uno toma su camino hacia la clase.
...
La fotografía pasa sin incidentes, pero contemplo contarle a Ben lo que pasó con su novia. ... Nah. La clase de historia me destroza como siempre. Tal vez debería empezar a llevar chicles de nicotina al instituto. Parloteo y parloteo sobre mierdas antiguas como si a alguien le importara, pero como siempre estoy en piloto automático y pensando en otras mierdas. Concretamente en Olivia. Tiene la capucha puesta, sumida en la contemplación. No me imagino que eso fuera agradable para ella, aunque lo llevamos bastante bien. Estoy perfectamente bien. Solía tratar con cabrones como Mia a diario en mi pueblo. Una parte de mí quiere preguntarle si está bien, pero... no. No quiero estresarla, sobre todo si voy a... bueno, enfrentarme a ella sobre la pintura que ocupaba mi puesto en el concurso, supongo. Tengo que saberlo. Tengo que hacerlo. Es la única forma de evitar volverme loco por esto. Solo... ¿y si lo hizo? ¿Y entonces qué? Dios. Solo pensarlo me da náuseas. No quiero que todo se arruine. Mierda. Mierda. Mierda. ¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué carajo me importa tanto? Dios mío...
Soy un jodido desastre.
...
Por fin termina la escuela y, como siempre, salgo corriendo por la puerta principal para buscar un sitio donde fumar tranquilamente, pero me despierto al ver a todos mis amigos apiñados junto a la puerta. ¿Qué demonios? Ya casi se han ido. El humo puede esperar. Me acerco corriendo, y antes de que pueda preguntar qué demonios pasa, Damien se gira hacia mí, con la preocupación impresa en el rostro.
"¡D! ! ¡D, me crees, ¿verdad? ! "
Retrocedo ligeramente y sacudo la cabeza.
"¿Uh? ..."
Olivia resopla exasperada, cruzándose de brazos y hundiéndose en la silla. Damien la mira con el ceño fruncido.
"¡No quise que pasara nada de eso! "
Le doy un golpe en el hombro, gruñendo.
"¡¿Qué pasa, tonto? ! "
Él se da la vuelta y se cruza de brazos, mirando al suelo con enojo.
"Mia, hermano. Cuando me preguntó por el apodo, mi bocota lo soltó sin pensarlo. ¡No esperaba que lo usara para algo tan... inescrupuloso! "
Tarareo contemplativamente mientras Liz baja la cabeza junto a Damien, mirándolo sin diversión.
"No sabes lo que significa esa palabra."
Damien la mira un instante, apenas un poco molesto. Luego vuelve su atención hacia mí.
"¡¿A quién le importa? ! ¡D-de verdad, no quise que pasara nada de eso! "
Niego con la cabeza.
"Grandullón, lo único que hiciste fue soltar algo que no debías. Fue decisión de Mia portarse como una perra."
Liz pone los ojos en blanco y me mira con desaprobación.
"Olivia nos contó lo que pasó con Mia. ¿De verdad le dijiste eso, D?"
Me encojo de hombros.
"Eh, ¿sí? Que se la jodan. "
Sin embargo, Damien todavía parece concentrado en el apodo mientras se gira hacia Olivia, quien está haciendo pucheros.
"Olivia, te encantaba ese apodo cuando éramos niños".
Ella pone los ojos en blanco y se incorpora en la silla. Liz no le da tiempo a hablar, frunciendo el ceño.
"Realmente no lo decía en serio, Olivia. "
Ante esto, ella muestra sus aterradoras filas de dientes por una fracción de segundo, gruñendo.
"¡Ya lo sé! "
Ella se encorva, cruza los brazos y resopla.
"Solo estabas siendo tú otra vez, Damien. A veces desearía que no lo fueras, pero da igual."
Su ronquera delatora comienza a apoderarse de su y ella e intenta aliviarla con su cantimplora, pero, por desgracia, está vacía. Suelta un suspiro tembloroso y continúa de todos modos, con una expresión de nuevo neutral.
"El apodo es solo eso, un apodo... uno que ya no quiero oír. Sobre todo de Mia, y sobre todo si es solo para sacarme de quicio."
Olivia mira a Damien un rato más antes de cambiar su mirada entre Liz y yo. Tarareo en voz baja. ¡Joder, tengo que saber la historia!
"De todos modos, ¿de dónde salió?"
Damien me mira con aire de estupidez, haciendo trabajar a su hámster horas extras. Liz lo observa y, al no responder de inmediato, suspira y empieza a hablar.
"Bueno, no estuve presente en este momento, pero... cuando estaban en primer año de secundaria, tomaban el autobús todos los fines de semana para ir a una galería de arcades en la ciudad. Estoy bastante seguro de que Damien empezó a usarlo entonces, y simplemente se les quedó."
Ante esto, Damien parece salir de su estupor, cruzando los brazos y reclinándose hacia atrás contemplativamente mientras comienza a hablar efusivamente.
"Eh... ¿más o menos? Pero no se me ocurrió asi sin mas. Había traído un montón de dinero para que jugáramos. Una partida de casi cualquier cosa costaba veinticinco centavos, y probablemente siga valiendo. Pero no creo haber ganado ni una sola vez. En cuanto se presentaba a ganar algo, era como si se le encendiera la cabeza. Nunca había visto a Olivia ponerse así. Algunos adolescentes también la miraban. Lo vieron todo. Una pareja la retó cuando me quedé sin dinero, y, efectivamente, acabó limpiando la casa toda la tarde para conseguir los centavos. Era lo único de lo que hablaba en la escuela, toda la semana, hasta que podíamos volver a por más. Solo tardó como un mes en ser reconocida como campeona local. Con el tiempo, la gente empezó a llamarla Hotwheels, no recuerdo bien quién ni cuándo. Pero... sé que es prueba de que tiene esa pasión."
Todos nos quedamos ahí parados, mirándolo en shock. Dios mío... ¿qué se comio para ser tan retropectivo?
"Eso es... algo, está bien. "
Él asiente.
"Me divertí mucho en ese entonces. Creo que olvidé que no debía mencionarlo".
Él mira al suelo con tristeza.
"¿Realmente han cambiado tanto las cosas?"
Lo siente. Profundamente. Olivia lo mira con los ojos entrecerrados.
"De todas formas lo mencionaste, ¿no? "
Él da un paso atrás y sisea para sí mismo en voz baja.
"Lo siento. "
Olivia resopla y sacude la cabeza.
"No puedes evitarlo... pero tienes razón. Ese fue el mejor momento de mi vida. "
Ella lo mira y sonríe tristemente.
"El nombre 'Hotwheels' me pertenece a mí cuando tenía diez años. No a mi yo actual."
Yo tarareo.
"Aun así, es una gran historia. ¿Por qué estás tan molesto ahora? A todos les gusta ser ganadores así, ¿sabes? "
Ella me mira directamente.
"No lo soy. "
Arqueo una ceja, invitándola a continuar.
"Ya no soy un ganador. "
Frunzo el ceño y voy a reprenderla por esta mierda otra vez, pero levanta la mano para callarme. Gruño y hablo de todos modos.
"Ya sabes lo que pienso sobre esa mierda, Olivia. Creo que hablo por todos nosotros cuando digo que quiero verte triunfar de nuevo."
Su respiración se entrecorta muy brevemente.
"Damien se ha esforzado al máximo por mantener esa parte de ti intacta, y, para ser sincero, ahora yo también quiero verlo."
Miro a Liz expectante y ella asiente, sonriendo.
"Creo que me gustaría ver por qué tú y Damien son tan buenos amigos, ¡sí! "
Asiento con sabiduría y miro a Olivia con una ceja levantada. La estoy poniendo en aprietos, pero creo que es lo que necesita, sinceramente. Olivia apoya la cabeza entre las manos, reflexionando mientras su cola rueda por el suelo. Finalmente, se recuesta con un suave gruñido.
"Si realmente les importa tanto... no me importaría que lo hicieran. "
La boca de Damien se abre mientras un pog que esta en toda su cara se ilumina. Salta en el sitio, como Vinny, levantando los brazos en el aire.
¡S-sí! ¡Muy bien! ¡Hotwheels ha vuelto!
Ella lo mira fijamente.
"Ustedes ahora se refieren a Liz y D. "
Damien se encoge con una sonrisa, frotándose la nuca. Luego se inclina hacia adelante con entusiasmo, radiante.
"Hey, si vamos a recuperar el nombre, ¡deberíamos volver a la sala de juegos! "
Olivia lo mira fijamente.
"Preferiría no hacerlo. "
Él mira hacia otro lado, contemplando.
"Eh... bueno, ¿qué tal un nombre mejor entonces? Como..."
Él hace un gesto teatral.
" Roll de la muerte... "
Olivia lo mira con desprecio y mece la cola a sus pies, pero él la ignora y empieza a hablar por las ramas con apodos, inventando un montón de tonterías que Olivia se ve obligada a reprimir. Liz y yo nos miramos y no podemos evitar reírnos. Al poco rato se calma y acabamos charlando sobre el día en general. O al menos, eso dicen. Me pongo un poco nerviosa al recordar las ganas que tenía de fumar. Estoy a punto de despedirme cuando Damien y Liz por fin se van, cada uno por su lado, dejándonos a Olivia y a mí solas. Casi toda la escuela también se ha ido, dejándonos completamente solos. Estoy a punto de despedirme de ella cuando me mira.
"Oye. Voy contigo. "
Me pongo un poco rígido. Joder. Dios, supongo que tendré que decírselo. Tengo que fumar en los próximos cinco minutos o me moriré.
"...Claro. Pero tengo que fumar. "
Ella arquea una ceja.
"¿Tú... fumas? "
Pongo los ojos en blanco y asiento.
"Sí, Olivia, fumo. Venga, vámonos."
Solo responde con un zumbido y se acerca a mí mientras doy media vuelta y empiezo a caminar. Lo hacemos con calma mientras saco mi cajetilla y me meto un cigarrillo en los labios. Me mira fijamente mientras lo enciendo, observándome mientras doy mi primera calada y suspiro de alegría. La miro, buscando su expresión para ver si me juzga.
"¿Y entonces qué? ¿Vas a acosarme? "
Ella niega con la cabeza y sonríe.
"No. Solo me sorprende que hayas podido ocultárnoslo tanto tiempo. Aunque creo que debería haberlo esperado."
Resoplé, tomé otra bocanada y expulsé el humo por la nariz.
"Vaya. ¿Esperabas que el joven problemático fumara, eh? ¿Un perfil demasiado elaborado?"
Emite un pequeño ronquido y tira bruscamente de las ruedas hacia adelante, impulsándose con más fuerza mientras estira los brazos y disfruta del calor fuera de temporada. Miro al sol con desdén.
"El fin del verano, mi culo. Sigue haciendo un calor infernal. "
Ella me mira sonriendo.
"No me importa. Lo aguantaré todo el tiempo que pueda. "
Le arqueo una ceja y le sonrío con suficiencia.
"Claro que no te importa, eres un dinosaurio".
Ella me tararea en un gesto de fingida desaprobación.
"Y ahora ¿quién está elaborando el perfil? "
Nos reímos al llegar por fin al andén de mi tren, que llegó convenientemente a la misma hora que nosotros. Le di una última calada y la dejé caer, golpeándola con la bota. Me acerqué a ella, inclinándome a su lado para verla cara a cara. Parecía un poco sorprendida de verme tan cerca; un rubor le subía por la cara.
"Lo que tú digas, Hotwheels. "
La sorpresa se transforma rápidamente en indignación cuando su cola se lanza contra mí, y su cara se pone cada vez más roja. Esquivo hábilmente su ataque y me subo al tren justo cuando se cierran las puertas. Oigo los gritos estruendosos de Olivia mientras me acomodo en mi asiento, apoyando la pierna en la rodilla y mirándola por la ventana con una sonrisa pícara. Me señala con el dedo enfadada, inclinándose mucho hacia adelante en su silla.
"¡D, HIJO DE PUTA! ¡VUELVE AQUÍ! "
Mi sonrisa no se borra, y le hago un saludo con dos dedos mientras el tren se aleja. Seguro que me va a cobrar por eso después. Pero, tío, valió la pena. Los sentimientos se desvanecen lentamente mientras vuelvo a pensar en el concurso. Joder... Podría haberle preguntado entonces, pero me dejé llevar por el momento. Un suspiro entrecortado se escapa de mí. ¡Joder! Esto se va a poner difícil, ¿verdad?
No puedo seguir así por mucho más tiempo. De repente, oigo una voz familiar que me saca de mis pensamientos.
"Hola, chico. ¡Qué gusto verte por aquí! "
Lo miro. Es... ¿Stephan? ¡Madre mía! Se sienta a mi lado y asiente.
"¿Cómo estás, D? "
Me encojo de hombros y miro hacia otro lado.
"Eh... no es gran cosa, si te soy sincero. Pero son solo... cosas del colegio. No quiero molestarte con eso."
Siento su mano sobre mi hombro, apretándolo suavemente por un momento. Lo miro y me sonríe mientras retira la mano.
"Hey. No puedo permitir que mi bateador favorito se sienta mal. Te escucharé, chico. Tengo una hija de tu edad, estoy acostumbrado a oírlo."
Mis ojos se abren un poco al verlo y aparto la mirada, sintiéndome vulnerable. Joder... ¿Yo...? ¿Yo? Las palabras empiezan a salir de mi boca, aparentemente lo quiera o no.
"Voy a St. Hammond's, si? Tienen un concurso de arte. Una porquería muy prestigiosa. Puedes enviar lo que quieras, siempre que se considere arte. Fotografías, pinturas, arte digital, todo eso. Así que, por capricho, simplemente... presento algo. Ganarlo es todo rollo. Tu propuesta sale en todo tipo de revistas de renombre y demás. Era una fantasia ganarlo para mí, pero ¿imagínate si ganara? Por fin tendría algo que valga la pena. Me gusta el grafiti. Claro, algunos se ganan la vida haciéndolo. ¿Pero yo? Dios, imagínate... Un día miro el móvil y ahí está mi nombre en primer lugar. Primer lugar, Stephan. No me lo podía creer. Lo reviso y... no es mi propuesta. Un fallo del sistema, pensé. Me reúno con un amigo que resulta ser el presidente del consejo estudiantil, me ayuda a resolverlo con el director, todo va de maravilla, solo que no pueden arreglarlo. Mi propuesta, solo la descarté. Así que ahora estoy jodido. Genial, da igual. Pero... entonces empecé a pensar. ¿Y si no fue un fallo? ¿Y si alguien lo hizo a propósito? Pude ver la cosa, ¿sabes? Juro por Dios que reconocí el estilo artístico. Una de mis amigas. Esta chica... es... eh... apasionada. Está en silla de ruedas, ¿sabes? No es que importe, pero le gusta castigarse por eso. Odio cuando hace esas cosas. Solo quiero verla prosperar, ¿sabes? Pero... me puse a pensar. ¿Y si fue ella la que lo hizo?"
Miro a Stephan, sin poder evitar la expresión de terror que se dibuja en mi rostro.
"¿Y si lo hizo, Stephan? ¿Por qué lo haría? Si no lo hubiera descubierto y se enteraran, que es casi seguro que lo harían, no sé pintar nada, estaría acabado. ¿Con mi historial? Parecería que la obligué o algo así. Lo... lo perdería todo. "
Miro mis palmas y me doy cuenta que estoy temblando.
"No... no puedo. No puedo perderlo todo otra vez, Stephan. Por fin estoy mejorando. No... no quiero..."
Empiezan a aparecer manchas húmedas en mis manos. ¿Estoy... llorando? No... lloro. Siento la mano de Stephan en mi hombro de nuevo y lo miro, ahora profundamente consciente de las lágrimas que resbalan por mi rostro. Cualquier otra palabra que pueda decir se me queda atascada en la garganta mientras observo la expresión de su rostro. Cariño paternal. Su voz se escapa, más suave de lo que jamás esperaría oír de este titán con cicatrices.
"Está bien, chico. "
Me rompo... . Me rompo en medio de este tren, por suerte casi vacío, hundiéndome en el pecho de Stephan y sollozando en silencio mientras me abraza. Apenas conozco a este maldito tipo, y aquí estoy, llorando como una perra en sus brazos. No dice nada, no hace nada. Simplemente me abraza hasta que por fin consigo callarme, reclinándome en mi asiento y frotándome los ojos mientras aprieto los dientes con rabia.
"Joder. Joder. Dios mío, ¿qué carajo me pasa? "
Stephan deja escapar un suspiro retumbante.
"En realidad, solo eres un niño. Esto sí que es complicado, D. Eres... amigo de esta chica, ¿verdad?"
Hay un indicio de algo más en su tono, pero no logro identificarlo. Lo miro y asiento. Continúa.
"Bueno, esto va a doler, pero... tendrás que preguntárselo. Puede que se ponga feo, pero tienes que hacerlo. Creo que ya lo sabías. Si lo hizo, ¿qué vas a hacer?"
Me encojo de hombros, sollozando silenciosamente mientras le murmuro algo.
"No lo sé, la verdad. Probablemente nada. A estas alturas, solo quiero saber si realmente lo hizo y por qué. Es... una buena amiga. No quiero perderla por algo tan estúpido."
Él asiente y me da otra palmadita en el hombro.
"Qué buena actitud. Por si sirve de algo, creo que todo saldrá bien. A pesar de todo, D, eres un buen chico. Solo estás un poco... perdido ahora mismo. Pero creo que vas por buen camino. Mantente firme. Sigue viniendo al hoyo, chico. Estaré justo detrás de ti para darte un empujoncito si alguna vez lo necesitas, ¿de acuerdo?"
Consigo sonreírle débilmente.
"Sí... eh... gracias, Stephan."
Él le devuelve la sonrisa.
"Cuando quieras, chico. "
...
Creo que estará bien.
...
Chapter 9: Confesiones Lluviosas
Chapter Text
Catarsis. Siempre pensé que esa palabra era una tontería. Pero... después de mi pequeño colapso frente a Stephan, me he sentido... no sé. ¿Libre? Donde antes era una niebla terrible y confusa, el mes ha pasado volando. Hace más frío. Llueve. Es una mierda. Pero, ¡oye! Mi apartamento ya está amueblado, y tengo un buen portátil y una tele para ver cualquier cosa. Sigue siendo claramente el apartamento de un chico de dieciocho años, solo, pero es... ya sabes. Es mío. Todavía siento cierta ansiedad por la conversación que aún no he tenido con Olivia. El pozo ha sido como mi segundo hogar, y se ha convertido en una rutina. Cada dos días voy y, aunque no pelee, quedo con el equipo. Tienen un pequeño gimnasio, que he estado usando para entrenar. Stephan es... es un buen tipo. Un tipo realmente bueno. Hemos estado hablando cada vez más. Me habla de su hija. Por lo visto, es la mejor atleta de su escuela. Genial.
Olivia... Se ha vuelto... retraída otra vez. No sé qué pasa. Quizás percibe mi ansiedad y se la está contagiando. Quizás sea el cambio de estación, no tengo ni idea. He hecho todo lo posible por apoyarla, pero la verdad es que sigo sin tener ni idea de esto. Creo... que sí lo hizo, y sospecha que soy consciente. Le preocupa que le grite. Tengo... tengo que hablar con ella pronto. Si no, se va a joder todo. No lo permitiré. Scaler ha estado preguntando por el artista, todavía "anónimo", pero obviamente nadie ha salido a aceptarlo. Ni siquiera un acaparador de gloria de esta escuela se atrevería a reclamar algo fraudulentamente como suyo. Los artistas se toman estas mierdas muy en serio. No soy el único que ha notado el mal humor de Olivia. Incluso Damien se muestra cauteloso, principalmente porque, a diferencia de antes, realmente no tiene idea de qué diablos le pasa.
Para prepararme para la temporada de frío, me compré una chaqueta bomber realmente cool de cuero marrón con cuello de piel. Nunca he sido muy de moda, la verdad, pero hasta yo puedo admitir que esta chaqueta es la bomba. De camino al metro esta mañana, miré al cielo con irritacion. Esto va a ser un desastre, y mi idiota culo se olvido que tenia que traer el paraguas. Podría desviarme a alguna tienda y comprar uno, pero llegaría tarde y no puedo con esa basura hoy. Tendré que mojarme . Con el mal tiempo que hace, Solly nos hace jugar al balón prisionero otra vez. Al final, se convierte en una guerra entre Mia y yo. Por fin he conseguido darle un pelotazo en la nariz a esa zorra. Dulce venganza. Con eso me voy con satisfaccion a mi siguiente clase ya terminada esta.
Arte, por suerte, es uno de los periodos en los que Olivia parece estar un poco más normal. La presencia de Iadakan nos ayuda a salir de nuestro bajón. Hoy anuncian a los semifinalistas del concurso, lo cual es tan importante que, al parecer, acortaron la jornada escolar a la mitad. Es justo después de arte, así que Iadakan parece contento de darnos tiempo para hacer lo que sea mientras él se echa una siesta, Qué dormilón. Se me esta creando un nudo en la garganta mientras Olivia y yo charlamos distraídamente. Tengo que preguntar. Tengo que preguntar. Tengo que preguntar. Espero una pausa en nuestra conversación, una oportunidad. Y la encuentro. Mi voz es un murmullo bajo. No quiero que nadie más nos oiga.
"Hey... Olivia. "
Me mira con el ceño fruncido. Debí haberlo dicho raro. Intento tragarme el nudo en la garganta, pero no consigo que se me pase.
"¿Podemos hablar? ¿Durante el almuerzo, después de la asamblea? ¿En privado?"
Parece confundida por la pregunta hasta que tartamudeo la última parte, momento en el que se pone rígida, abriendo ligeramente los ojos. Baja la mirada a su escritorio y empieza a retorcerse las manos con suavidad. No hay rastro de rubor en su cara. Es pura ansiedad. Asiente, pero no dice nada. Dudo un instante, pero extiendo la mano y la pongo en su hombro. Me mira sorprendida y asiento. No sonrío. Pero asiento. En señal que todo estará bien. Lo prometo. Sus ojos recorren los míos, nerviosos, buscando cualquier indicio de... algo. Le quito la mano de encima y nos sentamos en silencio durante el resto de la clase. Enseguida suena el timbre y Iadakan nos acompaña al auditorio. Ambos terminamos en la primera fila, ya que es donde está el lugar designado para personas con discapacidad para la silla de Olivia. Está inquieta todo el tiempo, y para ser sincero, yo también lo estoy. Scaler no para de parlotear sobre tonterías escolares sin importancia durante lo que parece una eternidad hasta que llega la hora de anunciar a los semifinalistas. Por supuesto, hace una última súplica para que el artista misterioso se presente. Mientras suena la pregunta, miro a Olivia. Me devuelve la mirada fijamente. Queda como un ciervo deslumbrado por los faros de un coche cuando nos miramos a los ojos. En ese momento, lo sé.
Ella lo hizo.... . Y necesito saber por qué. La asamblea termina enseguida y Scaler nos despide para nuestro almuerzo temprano. Nos sentamos allí un buen rato mientras esperamos a que se calme la estampida. Olivia me mira con desesperación. No quiere hacer esto. Ya sabe lo que viene. La miro de nuevo. No frunzo el ceño. No sonrío. Mientras caminamos por los pasillos, miro por una ventana. Está lloviendo. Había planeado llevarla a una de las mesas de afuera, pero... no con ese clima. Así que, en cambio, le acompaño hacia la biblioteca. Como esperaba, no hay un alma aquí ahora mismo. Ni siquiera la bibliotecaria. Olivia parece haberse encogido completamente en sí misma, temblando. Nos sentamos en la mesa más alejada de la esquina, completamente aislados de todo lo demás. Está en silencio. Olivia se niega a mirarme. Sólo puedo mirarla fijamente por lo que parece una eternidad antes de soltar un suspiro tembloroso que finalmente atrae su atención hacia mí.
"...¿Por qué lo hiciste, Olivia?"
Las palabras la impactaron como un disparo, y volvió a mirar la mesa. Su labio inferior tembló un instante, y entonces... empezó a llorar. Se hundió por completo en sí misma, apoyando los brazos en la mesa y hundiendo la cara en ellos mientras sollozaba temblorosamente, sacudiéndole todo el cuerpo. Duele. Duele tanto ver esto. No volví a preguntar. Finalmente, logró calmarse lo suficiente como para volver a mirarme. Sus tiernos ojos plateados estaban manchados por líneas rojas y marcas de rímel. Hipó al intentar hablar.
"N-no tuve elección. "
Mi expresión de neutralidad no cambia mientras estudio su rostro, y ella se seca los ojos con sus mangas y continúa.
"La cagué. Sé que no debería haberlo hecho. "
Esto no responde a mi pregunta. Mi voz sale de nuevo, con un leve toque de profunda frustración.
"¿Pero por qué? "
Ella clava sus garras en la mesa y otro sollozo se escapa de ella mientras me mira fijamente.
"Yo n-no... no esperaba que.... fueras diferente.... "
Ante esto, mis ojos se abren un poco.
"¿Diferente? "
Ella asiente temblorosamente.
"C-cuando hablé contigo por primera vez, pensé que solo eras un... imbécil. Un gamberro de otro estado al que no le importaba nada más que él mismo. "
Siento un doloroso tirón en el pecho. Ella no estaba equivocada. Ella continúa.
"Claro, no te importaba mi silla de ruedas. P..pero pensé que era porque no te importaba nada. Y luego, en la clase de Iadakan, él... después de eso, empezaste a... apoyarme. Haciéndome sentir mejor conmigo misma. Haciéndome sentir que no era solo una "señorita lisiada". Y luego hice esto... simplemente..."
Aparta la mirada, se tapa el hocico con una mano y cierra los ojos con fuerza. Otro sollozo ahogado. Retira la mano y sigue hablando, pero con los ojos cerrados.
"Una parte... estúpida, egoísta e idiota de mí quería alejarte. Y esa fue la que lo hizo. E...esperaba que lo entendieras, y cuando lo hicieras, me... odia...odiarías, y entonces todo volvería a la normalidad. Y entonces pasó el momento. Y entonces me di cuenta de lo e...estúpida que era. Ya no quiero eso, pero es demasiado tarde. Es jodidamente..."
"No te odio . "
Mi voz la hace abrir los ojos de golpe y me mira fijamente, y se fija en mi expresión. Dolor.
"Odio que hayas hecho esto."
Eso la hace reaccionar de nuevo, y esconde la cara entre sus brazos y suelta un gemido triste que amenaza con hacerme llorar. Yo...
"Olivia... tienes... tienes razón. O al menos, tenías razón."
Ella me mira desde sus brazos, con riachuelos de lágrimas aún corriendo por su rostro.
"Fui un imbécil. Sigo siéndolo. Las cosas que he hecho... No vine a Volcaldera Bluffs porque quisiera, Olivia. Me enviaron aquí. Estonces...vistes pequeños fragmentos de eso . Lo enfadado que me pongo. Esa es... una de las muchas causas. Pero intento ser mejor. Quiero ser mejor. Y... me dolió pensar que fuiste tú quien lo hizo. Porque me lo habría quitado todo. Habría estado jodido. Perdido. Ido."
Su respiración se entrecorta. Continúo.
“Pero... ¿recuerdas lo que dije en la fiesta?”
Ella se inclina hacia arriba, con los ojos muy abiertos mientras pronuncia las palabras sin aliento.
'Vamos a resolverlo juntos, ¿de acuerdo? '
Asiento, haciendo mi mejor esfuerzo para darle una sonrisa amable, que se desvanece tan pronto como vuelvo a hablar.
"La... cagaste. No hay forma de decirlo con delicadeza. Realmente mal. Si no me hubiera dado cuenta..."
Miro hacia otro lado.
"Ni siquiera quiero pensarlo. Las acusaciones que me harían. "¡Este bicho raro violento obligó a la chica en silla de ruedas a hacer arte para él!" "
Oigo otro hipo de Olivia y la miro. Ahora parece... enfadada. No conmigo. Con ella misma. Es algo que me resulta familiar. Sisea una frase.
"Joder. Yo también me habría salido con la mía así como así. Soy como el maldito Ben".
Me inclino hacia delante y junto mis manos.
"Le pregunté sobre eso, ¿sabes? No entró en detalles. Dime. ¿Qué pasó con Ben?"
Ella vuelve a clavar sus garras en la mesa, arañando virutas con enojo mientras casi escupe su nombre.
" Ben. Él fue quien me hizo esto. Me convirtió en el... pequeño y triste monstruo que soy."
"¿Dijo que eran amigos hace mucho tiempo? "
Ella asiente amargamente.
"Ni siquiera recuerdo cómo nos hicimos amigos. Pero pasábamos mucho tiempo juntos en mi último año de secundaria. A él... no le importaba que yo estuviera en la silla. No me trataba diferente. Era genial."
Bajo suavemente mi barbilla hacia mi puño y la escucho.
"En primer año, él... cambió. Solo estaba en el consejo estudiantil como secretario, y fue durante la exposición de arte de ese año. Trabajé todo el puto verano en ello. Ese paisaje que te volvió loco. «Paisaje onírico»."
Ella casi se atraganta al decir el nombre.
"Ben empezó a promocionarse como mi amigo, como si fuera un gran hombre por ser amigo de la chica en silla de ruedas. Joder... hasta sus amigos lo hicieron. Para su crédito, admitió que él también lo hacía. Soltó chorradas sobre su mala suerte... ¡que le den! Ni siquiera una semana después, de repente todos me estaban besando el trasero, y yo me lo tragaba todo porque estaba sediento de atención. ¡Estaba emocionado, iba a ganar!... Y entonces Damien me enseñó un artículo en el boletín de la escuela, escrito por... el maldito Ben. La mitad eran chorradas sobre las otras propuestas, y la otra mitad solo hablaba de la "pobre chica talentosa en silla de ruedas" y elogios a mi "determinación". ¡Sorpresa, sorpresa! , mi obra gano. Y me sentí tan jodidamente vacío. Todo mi esfuerzo del verano, ¡para... esta maldita cosa!"
Da un puñetazo en el reposabrazos de su silla de ruedas y me mira. Frunce el ceño y frunce los labios con rabia.
"¿Y lo peor de todo? Creyó que le iba a dar las gracias. Después de usarme como una maldita escalera. Le dije que se fuera a la mierda, y él simplemente... me miró como si fuera de otro planeta. ¿Y luego qué dijo? Uy... Jamás lo perdonaré, lo juro. «Esta es tu única oportunidad de triunfar ahí fuera». Quería simplemente..."
Una lágrima rueda por su rostro mientras mira hacia el techo.
"Me rindo. Lo acepté todo. El dinero, la visibilidad, su maldita red de seguridad. Simplemente... lo acepté. Porque tenía razón, y lo odio. De verdad, de verdad, Lo odio."
Se sube las mangas hasta los ojos y se los seca de nuevo.
"Después de eso, simplemente lo dejé todo. Todo y a todos. Incluso a mi propia familia. Y todo es su maldita culpa."
Me mira, ahora en silencio. Observa mi rostro. Frunce el ceño al ver mi cara de póquer.
"¿Bien? "
Parpadeo.
"¿Y bien qué? "
Ella mira hacia abajo, frustrada.
"Eso es. Es la verdad. Solo quiero graduarme y escaparme de aquí, de él. Me arruinó la vida. Por su culpa, ya no soy Olivia. Solo soy Olivia, la pobre y triste lisiada. Para siempre."
Suspiro.
"Eso es una mierda, Olivia. "
Su mirada se dirige de golpe hacia mí, desconcertada. Puedo ver los destellos de ira formándose en su rostro.
"Lo que hizo fue jodidamente estúpido, odioso y asqueroso. Pero no te obligó a hacer lo que me hiciste".
Ella se burla.
"¿Y qué? ¿ Yo soy la razón por la que mi vida es tan jodidamente mala? ¿A qué estás jugando, D?"
La miro fijamente.
"No puedes usar los planes jodidos de Ben como excusa por las cosas que hiciste".
Ella retrocede, sorprendida. Continúo.
"Dices que quieres ser esa chica independiente que quiere ser más que una simple chica en silla de ruedas, pero estás aquí sentada, revolcándote en tu propia desesperación. Te oíste. Te llamas 'la pobre y triste lisiada'. Te ahogas en esa miserable realidad mientras pintas reflejos jodidamente preciosos del mundo que nos rodea. Y lo dijiste tú misma, cambiaste la sumisión, aunque fuera una parte de ti que ya no sientes. Seguías siendo tú. Tienes que asumir la responsabilidad de tus actos, Olivia. Esa es una lección que tuve que aprender a las malas. Es difícil. Pero tienes que hacerlo."
Dios. Eso fue duro. La sorpresa de Olivia se transforma en una mirada furiosa y me sisea en voz baja.
"Que te jodan. "
La miro a los ojos. Está enojada, desconsolada... pero... hay algo más detrás. Confianza.
"Que te jodan, porque tienes razón. Ya lo sé todo. No eres la primera persona que me lo dice."
"¿Iadakan? "
Ella asiente, apretando los dientes.
"¿Cómo? ¿Cómo carajo se supone que voy a hacer esto, D? "
Tarareo y le sonrío.
"Supongo que tendremos que resolverlo juntos".
Ella me mira, pone los ojos en blanco y suspira.
"Supongo que sí. ¿Alguna idea? "
Muevo mi silla alrededor de la mesa hasta sentarme a su lado y luego me inclino hacia delante.
"No sé. Supongo que podríamos empezar diciéndole a Iadakan cómo te sientes. Luego podemos pasar a los demás, si te animas. Para ser honesto... yo..."
Yo la miro y ella me mira.
"Solo quiero olvidar que esto pasó. Lo detecté a tiempo, no tienen ni idea de que hiciste esto. Pero... aun así, quiero que sigas intentándolo, ¿de acuerdo?"
Se gira hacia mí, mirándome fijamente un instante antes de inclinarse de repente, rodeándome con sus brazos y abrazándome con fuerza. Estoy un poco sorprendido, pero mi cuerpo se mueve en piloto automático y le devuelve el abrazo, apretándola con fuerza. Es un abrazo corto, uno que, francamente, no quiero que sea tan corto. Pero nos separamos de todas formas mientras ella me sonríe.
"Seguiré intentándolo, D. "
Le devuelvo la sonrisa y me recuesto en mi silla. De repente, sus ojos se abren de par en par.
"¡Oh! Hey, te traje a alguien para que lo conozcas".
Arqueo una ceja mientras mete la mano en el bolsillo de su sudadera y saca... una rata, que me mira desde su mano tras soltar un pequeño bostezo. Abrí los ojos de par en par.
"¡Bueno! Entonces ese sería Guts, huh? ¿Lo trajiste a la escuela?"
Ella lo levanta hasta su hombro, asintiendo.
"Sí. Sabía que hoy iba a ser un día duro y él simplemente... me ayuda, ¿sabes? No es la primera vez que lo traigo, incluso cuando tú has estado aquí."
Ella le rasca debajo de la barbilla mientras yo inclino la cabeza hacia un lado.
"Vaya. No puedo creer que nunca me di cuenta. "
Ella se ríe.
"Iadakan lo hizo una vez. Solo me advirtió que no lo dejara correr por la escuela, si no, sería un peligro para la salud".
De repente, suena la campana de "fin del almuerzo", sacándonos de nuestro pequeño estupor. Mierda. La miro de nuevo.
"Bueno, eh... supongo... ¿buena charla?"
Ella sonríe y asiente.
"Sí. Buena charla. Será mejor que salgamos de aquí antes de que vuelva la bibliotecaria."
Me levanto y vuelvo a colocar la silla en su sitio. Olivia me mira con inquietud mientras vuelve a hablar.
"No... creo que pueda ir a mi próxima clase. Todavía... no me siento muy bien. "
La miro, tarareando. Supongo que podríamos excusarnos, pero... ay, sabes qué?
"Mi próxima clase es otra vez con Iadakan. Fotografía. Te llevo, ¿vale? Él lo entenderá."
Ella sonríe y asiente. Intenta ponerse en marcha, pero me pongo detrás de ella y la agarro por las asas, deteniéndola. Estira el cuello y me mira confundida. Qué... lindo. Le sonrío.
"Déjame hacerlo. Tanto llanto te habrá dejado exhausta, ¿verdad? "
Ella resopla, mira hacia otro lado y se sonroja.
"...Bien, pero sólo por hoy. "
Le doy una palmadita en el hombro mientras empiezo a sacarla de la biblioteca.
"Bien hecho. "
La gente nos mira fijamente al pasar. No puedo culparlos. ¿Un tipo como yo, empujando a una chica en silla de ruedas? Yo también me quedaría mirando. Olivia no para de estirar el cuello hacia atrás, mirándome como si temiera que desapareciera en cualquier momento. Creo que fui yo quien se puso un poco rojo esa vez. Iadakan nos mira con cierta confusión mientras llevo a Olivia en la silla, pero le lanzo una mirada y... ¿creo que lo entiende? No la detiene mientras suelto las manijas y ella se dirige sola a la trastienda. Por suerte, aún no había entrado toda la clase, pero... Ben estaba allí. Ninguno de los dos le prestamos atención. La clase empieza como siempre y hago todo lo posible por prestar atención a sus lecciones, pero, vaya... después de eso, también estoy un poco decaído. Un buen decaimiento, pero decaimiento al fin y al cabo. Justo antes de que suene el timbre, Iadakan me devuelve la mirada y sé perfectamente lo que significa.
...
Efectivamente, cuando todos se fueron, cerró la puerta con llave, dejándonos solos. Se volvió hacia mí con una ceja arqueada.
"¿Bien? "
Meto mis manos en los bolsillos.
"Uh..."
Tararea, mirando la puerta de la habitación trasera.
"Ya puedes salir, Olivia. "
Ella lo hace, abre la puerta y sale. Él me mira.
"Me gustaría saber por qué usaste mi aula como santuario".
Miro de reojo a Olivia, quien me responde con una mirada. Ella mira a Iadakan con tristeza.
"Estaba teniendo un mal día. "
Guts mira a Iadakan desde su regazo, este ultimo se agacha y le rasca ligeramente la barbilla.
"Si él está aquí, lo asumo. "
Se retira, se sienta en un escritorio y le hace un gesto para que continúe. Ella no dice nada, y él me señala con la mano. Me muerdo el interior de la mejilla mientras miro la mirada expectante de Iadakan y la mirada suplicante de Olivia.
"Estaba... ¿aclarando las cosas? "
Él resopla y se encorva aún más sobre el escritorio.
"Por supuesto. "
Olivia suspira.
"¿Puedo decírtelo en otro momento?"
Él asiente.
"Por supuesto. Sea lo que sea que haya pasado, parece que te recuperaste bien de todas formas".
Ella lo mira y asiente, sonriendo. Él tararea.
"¿Se trataba de tu trabajo otra vez? "
Ella mira hacia abajo y juguetea con Guts, reticente.
"...sí. "
Él pone los ojos en blanco con una sonrisa, se levanta y centra su mirada en mí mientras la señala con el pulgar.
"Ay, esta chica. Sabes, el trabajo que tanto le preocupa es la razón por la que mi curva de calificación tiene un límite superior".
Arqueo una ceja.
"¿Enserio? "
Él asiente.
"¡En serio! ¿Quién pensaría: «¡Ay, este estudiante se está esforzando demasiado! ¡Qué le vamos a hacer!»? Yo desde luego no lo pensé, hasta hace cuatro años, cuando este pequeño demonio verde entró en mi clase. Medio semestre y varias llamadas furiosas de padres, no tuve otra opción."
Separa los pies y hace un gesto teatral hacia Olivia; su voz adquiere un tono parecido al de un presentador de radio de la vieja escuela.
"¡La señorita simplemente hace demasiado!"
Eso la hace sonreír, pero no aparta la mirada de Guts. Gruño.
"Mucho mejor, ¿eh? "
Apoya su peso sobre un pie y coloca las manos en las caderas.
"Bueno, no del todo. No califico por técnica. Ya entonces era muy, muy buena, pero lo que más admiro es su motivación. Hacía años que no veía a nadie tan entusiasmado por pintar, ¡y mucho menos a alguien tan entusiasmado como para tener que cambiar las reglas tan de repente!"
Olivia habla.
"Estabas preocupado de que me detuviera. "
Él gira sobre sí mismo, ahuecando su barbilla entre sus dedos.
"¿Lo fui? Me suena familiar. Pero no, ¿verdad? No, para nada. ¡Caramba!, ese año incluso me hiciste ver algunas cosas de otra manera. "
Ella lo mira con curiosidad.
"No creo haber hecho nunca algo así..."
Él le sonríe, señalándola con un dedo mientras gira nuevamente hacia mí.
"Lo hiciste cuando llegaste a clase el viernes antes del Día de la Madre. D, mira esto. "
Saca su pluma especial y me la entrega. La tomo con cuidado, pasando un dedo por la pluma. Maldita sea... qué suave es. Lo miro.
"¿Tu bolígrafo especial? "
Él asiente y su sonrisa se hace más amplia.
"En realidad es de mi esposa. "
Abrí los ojos de par en par y la acerqué a mi rostro, inspeccionando los detalles más finos. Grabados descoloridos aquí, la punta, desgastada pero cuidada con cariño... sí, esta pluma es hermosa. Vieja pero dorada. O sea, de latón, supongo. Miré de nuevo a Iadakan mientras seguía hablando.
"Olivia habia llegado esa tarde con un montón de borradores de pintura arrugados, completamente fuera de sí por no poder hacerlo perfecto. ¡Pero estaba decidida a hacerlo! Le dije: «Cualquiera de estos sería genial, a tu tía le encantaría cualquiera de estos», ¿y sabes lo que me dijo? «Si no es suficiente para mí, ¿por qué lo sería para alguien a quien quiero?». No supe qué responder."
Miro a Olivia, que parece avergonzada, a su alrededor. Levanto la vista hacia Iadakan.
"Maldita sea... eso es profundo. "
Él asiente, señalando con un dedo al aire.
"Así que le dije que se relajara, trabajamos en lo básico unas horas y luego la mandé a casa para que intentara hacerlo bien durante el fin de semana. ¿El lunes? Vino corriendo y me abrazó a primera hora. Ese viernes por la noche, sin embargo, no pude quitarme de la cabeza lo que me dijo. Lo hablé toda la noche con mi esposa, y esa mañana, decidí hacer un cambio. Mi esposa estaba mudando plumas en ese momento, así que siempre había una o tres plumas nuevas en nuestras mantas cada mañana. Tomé la más grande, la conservé bien y conseguí un poco de ayuda para convertirla en un bolígrafo de verdad. ¡Y... la he usado desde entonces!"
Él lo retira con cuidado, sosteniéndolo como si fuera la espada del Rey Arturo.
"Me ayuda a recordar que debo hacer bien mi trabajo, para las personas que me importan y para las personas que importan a mis estudiantes".
Se gira hacia Olivia con un brillo en los ojos.
"Es ese razonamiento infantil que surge con tanta naturalidad en los jóvenes. Ese razonamiento genera una especie de dedicación inocente y sincera, algo que creía haber perdido hace mucho tiempo."
Olivia se retuerce los pulgares y murmura.
"No me des tanto crédito..."
Se inclina hacia delante, arqueando una ceja y poniendo los puños en las caderas.
- No lo has perdido, ¿verdad?
Ella lo mira, sonriendo, pero sin decir nada más. Él le devuelve la sonrisa, inclinándose hacia atrás y asintiendo.
"Bien. No lo pierdas por mí, ¿de acuerdo? "
Ella asiente.
"Bueno. "
Me mira y bosteza, estirando cada extremidad, desde las piernas hasta las alas. Se rasca la barbilla mientras nos mira.
"¿Te sientes bien para ir a tu próxima clase ahora? "
Ambos asentimos y Olivia habla.
"Sí. Estoy listo. "
Iadakan se gira hacia mí y me da una palmada en la espalda, sacándome de la silla.
"Deberíamos hacer esto de nuevo en algún momento. "
Nos acompaña fuera de su clase justo cuando suena el timbre de llegada tarde, entregándonos una nota que había garabateado rápidamente. Prockling parecía un poco irritado al vernos llegar tarde, pero la nota lo tranquilizó rápidamente. Me dejé caer en mi asiento, lista para afrontar las tribulaciones de la historia, pero... Olivia y yo nos miramos a los ojos, y ella me sonríe con esa sonrisa. Una sonrisa que me decía tantas cosas, y sin embargo, palabras que no podía comprender. Solo podía intentar imitarla, y luego volver a la clase de pesadilla que estábamos viendo.
En esa clase no tuve antojos de nicotina.
Chapter 10
Notes:
Pido disculpas por la tardanza de subirlo y de la calidad de este capitulo, lo editare mientras esta subido.
PD: Me gustaria que me marquen los errores para mejorar el capitulo y los siguientes
Chapter Text
Por fin. Todo normal . Bueno, relativamente. Tan normal como puede ser con mi locura en la foto. A estas alturas, el concurso y todas las mierdas que trajo consigo ya son cosa del pasado. Olivia ha estado pintando mucho para mí últimamente, enseñándome cómo funciona, sus métodos y cosas así. Es fascinante. Yo nunca me metería en eso, no tengo paciencia para esas cosas, pero... ¿ver a alguien con su habilidad hacerlo? Mejor que cualquier cosa que vea en la tele... aparte de los combates de IFC, claro. He empezado a convencerla para que vea algo conmigo en el móvil durante los ratos libres de clase, y... no es muy fan. Lo entiendo. No a todo el mundo le gustan esas cosas violentas.
Pareció entenderlo un poco mejor cuando le expuse la parte de "habilidad" en lugar de exagerar la violencia. En cierto modo, luchar es arte. Los movimientos, las técnicas. Solo que hay mucha sangre involucrada, en lugar de pintura. No le impresionó la analogía, pero al menos lo entendió lo suficiente como para entenderlo. Así que... recordé la fiesta de Fin de Verano, ella simplemente dando vueltas a Vinny. Y, bueno, a principios de mes, conseguí que empezara a venir al gimnasio conmigo. No al gimnasio, ni de coña voy a dejar que nadie se entere. Simplemente encontré un gimnasio pequeño y bonito cerca del instituto y me apunté. Todavía recuerdo su cara cuando le pregunté, como si fuera un idiota por sugerirlo... je. Fue durante la clase de arte. Un día tranquilo, ya habíamos terminado todo el trabajo e Iadakan estaba echando una siesta. Allí estaba ella, garabateando...
"Hola, Olivia."
Ella apenas levantó la vista de su dibujo y respondió con un zumbido interrogativo.
"¿Quieres venir al gimnasio conmigo?"
Eso le llamó la atención. Levantó la vista, sorprendida, lo que luego se transformó en una ceja arqueada.
"D... ¿Qué clase de pregunta es esa?"
La miré con cara de "tonta", lo que fue castigado con un rápido coletazo en la espalda y un gesto salvaje hacia su silla de ruedas. Después de masajearme él dolor punzante, la miré con los ojos entrecerrados y siseé.
"Olivia, hay como... miles de millones de atletas en sillas de ruedas. ¿No té das cuenta?"
Parecía sospechosa, lo que me impulsó a sacar mí teléfono y empezar a criticar a algunos conocidos. Se quedó atónita; al parecer, no tenía ni idea de este sector de la comunidad con discapacidad. Aún dudaba, pero después de decirle que sólo se lo pediría una vez a la semana y que no la obligaría sí no quería, aceptó. Se me había ocurrido que aún no habíamos intercambiado números de teléfono, y se molestó un poco cuando le dije cuánto tiempo llevábamos escribiéndonos Damien y yo. Puso su nombre en mí teléfono como "Liv-Long". Raro... pero da igual.
Con eso resuelto, le envié un mensaje con la dirección del lugar y... Dios, al principio estaba tan despistada que fue divertidísimo. Y la cara que puso cuando entró al gimnasio por primera vez y me vio en pantalones cortos de compresión subiendo y bajando de la barra de dominadas... sólo eso valió la pena. Creo que se habría desplomado y muerto sí hubiera ido sin camiseta, pero no, también llevaba una camiseta de compresión. Ella tampoco iba bien vestida. sólo vino con su uniforme escolar, sudadera y todo. Estaba avergonzada, pero elegí un gimnasio que estaba muerto de risa incluso cuando estaba lleno a propósito, y a la gente que estaba allí le importó un comino.
Un sitio pequeño y agradable, la única razón por la que no estaba más lleno era porque era... uf... un gimnasio para ricos . No todo era malo. Significaba que todo él equipo era de primera. No estaba segura de qué quería hacer y no iba vestida para nada más, así que empecé con jalones laterales después de que se quitara la sudadera, y ¡ Dios mío, qué fuerte está esa chica! Su forma era de las de la hostia, claro, pero él entrenador personal D intervino enseguida y corrigió los problemas. Enseguida estaba sudando como la mejor. Después de la sesión, le hablé de un par de blogs de ejercicios que debería consultar y le di algunos consejos sobre ropa.
Estaba nerviosa, y con razón, por la selección de ropa. Tiene, digamos, un cuerpo rellenito , y la verdad es que no quería parecer raro intentando que se pusiera mallas ni nada. Al final, le sugerí unos pantalones cortos largos y una camiseta holgada, y la siguiente vez que apareció era mucho menos obvio que no tenía ni idea de qué demonios hacía. Parece que le han cogido el gusto a las bandas de resistencia, así que empecé a enseñarle las diferentes zonas del torso en las que podía centrarse. ¡Madre mía! La cara de Damien cuando se enteró fue impagable. Fue como sí estuviera teniendo una crisis nuclear.
De todas formas, Olivia parece haber encontrado su ritmo, aunque sólo entrene una vez por semana. Me parece bien que siga así, no quiero quitarle más tiempo a sus otras aficiones. Han pasado unas cuantas semanas desde que empezamos, y para mí sorpresa, Olivia no ha rechazado ninguna de mis ofertas ni una sola vez. Es nuestro día de entrenamiento de la semana, y estoy en plena forma ahora mismo, haciendo press de pecho como un loco cuando oigo sonar mí teléfono en la bolsa del gimnasio. Considero ignorarlo, pero lo pienso mejor y me tomo un descanso para contestar. Me llevo él teléfono al oído y apenas consigo decir "hola" antes de que la voz estridente de Damien explote por él altavoz y casi me reviente él tímpano.
"¡CIERVO!"
Tengo que maldecir en voz baja para no molestar a los demás del gimnasio. Olivia tiene los auriculares puestos y está haciendo mariposas en él aire, así que no se entera de mí conversación.
"¡Mierda, Damien! ¡Voz interior, cabrón! ¡¿Qué?!"
"¡Necesito preguntarte algo, hermano!"
Suena... desesperado. Urgente. ¿Qué coño?
"¿Está todo bien?"
Hay una pausa tensa y él habla de nuevo, volviendo a su habitual tono despreocupado.
"Liz y yo vamos a los juegos. ¿Quieres ir a buscar a Olivia y venir?"
Me quedo en silencio por un breve momento, antes de gruñirle irritado.
¡¿Eso es todo?! ¿Qué demonios, Damien? ¿Por qué me llamaste como sí alguien se estuviera muriendo? ¡Me tenías preocupado, idiota!
Él se ríe.
¡No, hermano! ¡sólo preguntaba! ¿Dónde están? Estoy con Liz ahora mismo , podemos pasar a buscarte.
"Es nuestro día de gimnasio, amigo."
Un gemido de decepción sale de él.
"Ay, mierda. Lo olvidé. Bueno, caray, supongo que...
Lo interrumpí.
"Todavía no té he dicho que no, tonto. Olivia está en onda ahora mismo, hablaré con ella y té escribiré, ¿vale? Espera un momento."
Me responde afirmativamente y cuelgo. Me acerco al escritorio de Olivia y la miro con la mano. Hace una última repetición y luego se sienta con un resoplido, deslizándose los auriculares hasta él cuello, con él sudor corriéndole por la cara a borbotones. Se recoge él pelo cuando entrena, y debo decir que le queda bien. Se agacha, coge su cantimplora y da un buen trago mientras me mira con una ceja arqueada, diciéndome en silencio que diga lo que quiero decir.
"Damien y Liz van a la sala de juegos, ¿quieres saber sí podemos ir? Me apunto sí tú vas".
Ella baja una ceja y termina su bebida, alejando la cantimplora con un jadeo silencioso.
"Ehh... No sé. Un poco repentino."
Me encojo de hombros.
—Está bien. Podemos terminarlo temprano hoy. Ha pasado mucho tiempo desde que... salimos juntos, ¿sabes?
Ella levanta una ceja otra vez.
"¿Qué, esto no cuenta?"
—Más o menos, pero no realmente. ¿De verdad estamos juntos si solo estamos en nuestros pequeños mundos?
Ella tararea.
"Supongo que no, pero todavía no sé sí quiero ir..."
"Vamos, té he estado bombardeando con mis pasatiempos, es justo que tú hagas lo mismo. Puedes enseñarme tus juegos favoritos y demás, y burlarte de mí por ser malo en ellos".
Ante eso, parece tentada. Le da vueltas en la cabeza un rato y luego suspira, mirándome.
"Está bien. Pero me debes una."
Me encojo de hombros y sonrío.
—Claro. Bueno, ve a la ducha y cámbiate. Le escribiré a Damien para informarle y luego haré lo mismo.
Ella asiente, se sienta con destreza en su silla de ruedas y se dirige a los vestuarios tras recoger sus cosas. Levanto él teléfono y le envío un mensaje a Damien.
Tú: Dijo que sí. Pero tómate tú tiempo. Tenemos que cambiarnos y todo eso.
[Damien: sííííí, está bien hermano, vamos en camino. ¿Estás en él mismo gimnasio del que me hablaste?]
[Tú: Sí.]
Guardo él teléfono y también voy a cambiarme con mí ropa normal después de una ducha rápida. Todavía llevamos más de la mitad de la sesión de hoy, así que no me siento tan mal por parar. Olivia y yo nos encontramos afuera con las mochilas listas. Me siento en él banquito justo enfrente del gimnasio y ella empuja su silla hasta él final, parándose a mí lado. Saca él teléfono para curiosear un poco. Todavía tenemos tiempo, así que... charlamos un poco.
"Entonces... ¿té sientes bien con él gimnasio hasta ahora?"
Ella me mira y sonríe.
—Sí, de hecho. Lo soy. Es... no sé. Es difícil de explicar. No creo que vaya a ser deportista ni nada, pero me hace sentir mejor conmigo mismo.
Asiento con la cabeza.
"Bien. Sabía que té gustaría."
Ella levanta una ceja.
"Es cierto, ¿eh?"
—Claro. La forma en que té mueves, dentro y fuera de la silla, es... mmm.
Tengo que hacer una pausa, pensándolo bien. Levanta la vista del teléfono por completo, prestándome toda su atención. Por fin entiendo lo que quiero decir, por muy estúpido que sea.
Eres fuerte, ¿sabes?
Ella frunce el ceño y va a decir algo, pero la interrumpo.
"Y no me refiero sólo a lo físico".
Me doy un golpecito en él costado de la cabeza.
"También eres fuerte aquí arriba."
Ella se recuesta en su silla, emitiendo un zumbido poco convencido. Continúo.
¡En serio! La mayoría de la gente "capacitada" ni siquiera se molesta en levantarse para hacer tareas básicas, y aquí estás tú, dejándote la piel en él gimnasio. Claro, sólo es una vez a la semana, pero té estás esforzando al máximo, que es más de lo que mucha gente puede decir. Oye.
Extiendo la mano y le toco el hombro con el puño, sonriéndole.
"Estoy orgulloso de ti, ¿sabes?"
Su rostro se sonroja mientras abre mucho los ojos y aparta la mirada bruscamente, murmurando algo. Me río entre dientes cuando un sedán antiguo se detiene junto a nosotros. La cabeza de Liz se levanta por él techo corredizo, sonriéndonos.
Hola, chicos. ¿Listos para irnos?
Me levanto del banco con un gesto de la cabeza y me estiro.
"Por supuesto. Estoy deseando ver a la vieja Hotwheels aquí en su salsa también."
Me río de nuevo mientras me mira con lascivia entrecerrando los ojos, rodando hacia la puerta del copiloto del lado de Liz y abriéndola de golpe. Se incorpora con naturalidad a los reposabrazos y se sube al coche, encargándome la tarea de plegar la silla de ruedas. Oigo la voz grandilocuente de Damien saludar a Olivia desde dentro mientras miro la silla atónita, y por suerte consigo entenderlo en un momento apenas un poco embarazoso. Liz abre él maletero y hay espacio de sobra para que quepan su silla y nuestras bolsas de deporte, así que las dejo ahí. Enseguida cierro él maletero y abro la otra puerta del copiloto, y...
CLACKCLACKCLACKCLACK
Me quedo mirando atónita cómo una cascada de latas de refresco vacías se derrama sobre la acera. Miro a Liz, quien al menos tiene la decencia de parecer avergonzada.
—Vamos, Liz... Me esperaba esto de Damien, ¿pero tú?
La voz de dicho tonto emana desde él interior del coche.
—¡Oye, esos son míos! Lo siento, hermano. Son de esta mañana. Los dejo ahí cuando termino.
Yo gruño.
"Debería contarle esto a Sophia. ¿Nunca has oído hablar de una bolsa de basura?"
Liz suspira mientras Damien saca una bolsa llena hasta los topes del techo solar para enseñármela. La miro de nuevo.
"¿Eres un acaparador?"
Ella me mira fijamente y frunce los labios.
—No, D. Las estoy guardando para un proyecto de reciclaje y voy a usar un par de latas para una escultura. Así me ahorro la molestia de buscar aluminio yo mismo.
Damien interviene.
"¡Y puedo beber tanto refresco como quiera!"
La puerta del copiloto se abre al abrirse de nuevo él maletero, y Damien sale con una nueva bolsa vacía, llenándola con todas las latas y metiéndolas en él maletero. Niego con la cabeza y me deslizo dentro del coche mientras sacan la última lata, y pronto Damien vuelve al asiento delantero. Se da la vuelta y nos sonríe radiante.
¡Muy bien, chicos! ¡Listos para empezar!
Liz baja la cabeza hacia el interior del coche, enrollando su enorme cuello como una bufanda. Así que así conduce... con soltura. La observo distraídamente mientras me doy unas palmaditas en el costado buscando la hebilla del cinturón de seguridad. Me agarro a algo mucho más cálido y suave que el plástico, y, sea lo que sea, me lo arrebatan de la mano, acompañado de un jadeo silencioso. Miro a Olivia y veo que lleva la mano al pecho, con la cara roja y los ojos desorbitados. Resoplo, sonriéndole con suficiencia. ¿Qué? ¿Puedo ponerle las manos encima para ajustar su postura, pero si la agarro accidentalmente la pongo nerviosa? Supongo que sabe lo que estoy pensando, porque aparta la boca para mirar por la ventana enfadada. Liz nos devuelve la mirada una vez que se ha acomodado.
"¿Listo para ir?"
Me abrocho él cinturón con un gesto de la cabeza como signo de puntuación.
"Sí."
Liz pone en marcha él coche mientras Damien empieza a jugar con la radio.
"¿Alguien quiere una estación?"
No tengo ni idea de qué emisoras de radio hay en Volcaldera Bluffs, y a Olivia y Liz parece importarles un bledo. Damien sonríe.
"¡Como quieran!"
Con sólo presionar un botón, él ambiente de la carretera se interrumpe con él sonido de rock clásico MUY FUERTE, lo que me hace tensarme en él asiento y gemir al ser asaltado sónicamente. Por suerte, Liz baja inmediatamente él volumen a un nivel tolerable. Damien se hunde un poco en su asiento, pero menos mal que Raptor Christ no intenta subirlo de nuevo. mí teléfono vibra con un mensaje de texto. Lo saco para comprobarlo y... ¡Qué demonios, Damien!
[Damien: ¿Alguna petición de canción, hermano?]
Me quedo mirando la parte de atrás de su estúpida cabeza.
"Damien... me da igual, amigo. Escucho lo que sea, siempre y cuando no sea una mierda".
Damien se ríe entre dientes mientras Olivia me mira con curiosidad, y le muestro él mensaje con mí cara de "tonta de mierda". Resopla y saca su teléfono. Al poco rato, suena con un mensaje suyo. Ha dibujado una rata destrozando a Damien con un bate. Se me escapa un bufido y la miro sonriendo.
"Brutal."
Las comisuras de sus labios se curvan en una sonrisa mientras mira por la ventana. él centro de la ciudad empieza a aparecer, los bosques de las afueras se vuelven cada vez más áridos, reemplazados por palmeras decorativas. Serpenteamos a través de la red de pasos elevados infernales y decisiones negligentes sobre infraestructura. Miro distraídamente al vacío cuando oigo una risita de Olivia. Desesperada por un respiro de este infierno urbanístico, miro hacia allá. Está navegando por algún foro.
"¿Qué estás mirando?"
Ella me mira de reojo.
"Oh. Eh... nada."
Me inclino antes de que pueda reaccionar, mirando la URL del sitio web. La aparta bruscamente con un «oye», pero el daño ya está hecho. Arqueo una ceja.
"¿Salón de lagartos?"
Liz resopla desde él asiento delantero.
"Oh, muchacho... ¿todavía navegas por ese sitio, Olivia?"
Una sonrisa irónica se dibuja en su rostro.
"...¿Síííííííí?"
La miro con los ojos entrecerrados.
"Ya me doy cuenta de que esto suena jodido. Liz, explícate."
Olivia suelta un pequeño gruñido y palmea el respaldo del asiento de Liz.
—¡No, no! ¡No se lo digas!
Liz la mira por él espejo retrovisor antes de tararear.
Es una sala de chat rara y excluyente. sólo admiten mujeres dinosaurio. Los hombres y, más específicamente, los hombres humanos están prohibidos.
Damien deja escapar un fuerte jadeo melodramático, girando en su asiento y mirándonos con los ojos abiertos.
"¿SEGREGACIÓN RACIAL?!"
No puedo evitar la risa que se me escapa mientras Liz continúa.
"Olivia me lo mostró una vez. La gente que aparece allí es... realmente rara".
Me vuelvo hacia Olivia y arqueo una ceja.
"Está bien. Déjame ver."
Sus ojos se abren de par en par y protege su teléfono de mí como un dragón.
¡No! No querrías, tiene... ¡un montón de fotos asquerosas!
Me inclino hacia delante.
"¿Y?"
Ella continúa balbuceando una excusa.
"¡Y no entenderías nada del humor! ¡Simplemente se vería raro!"
Me inclino más cerca.
"sólo me estás provocando más curiosidad. Pásalo o lo buscaré yo mismo."
Extiendo mi mano y muevo mis dedos de un lado a otro. Su rostro pasa por varias emociones antes de que finalmente ceda, me entregue su teléfono y se hunda en sí misma con un gruñido mientras se cubre los ojos. Miro el sitio web, desplazándome por las publicaciones. Raptor Jeeeeeesus. No estaba bromeando. Publicación tras publicación de humor desquiciado y degradado que apenas puedo comprender me saluda, generalmente acompañado de algún tipo de arte fetichista repugnante que me hace estremecer. Jesús. Este es el mismo tipo de mierda por la que un estudiante de último año fue expuesto en mi antigua escuela cuando yo era un estudiante de primer año. El hijo de puta tuvo que mudarse, se puso tan mal. Creo que le pateé el trasero una vez. Solo una de las muchas cosas de las que me arrepiento ahora. Pobre tipo. Espero que esté bien. Le devuelvo el teléfono a Olivia con una expresión neutral.
"Es... eh... único. Aunque no puedo decir que sea lo mío."
Ella parece sorprendida por mí reacción indiferente y me encojo de hombros.
"Todo él mundo tiene sus cosas raras que le gustan. ¿Quién soy yo para juzgar?"
Ella parece mucho más aliviada por eso y se recuesta en su asiento.
"Eh... gracias, supongo. Ugh... ¿el trayecto a la galería siempre era tan largo?"
Damien mira su teléfono.
"Estamos a unos quince minutos. No té preocupes, D. Las fuentes de agua están integradas".
Sonrío, extendiendo la mano y dándole una palmadita a Damien en la cabeza. Se echa hacia adelante y suelta una risita, luego se tranquiliza y nos mira.
"Hombre... espero que él lugar todavía venda esos hot dogs por sólo un dólar".
Arqueo una ceja.
"Hermano, sí con esta economía todavía venden perritos calientes a un dólar , no me voy a acercar ni un carajo a ellos".
Él suspira con nostalgia.
"Sí... antes eran muy buenos. Olivia y yo ahorrábamos él dinero del almuerzo para comprarnos algunos perritos después de la escuela".
Ella tararea.
"D tiene razón. sí todavía fueran tan baratos, ni yo me fiaría."
Damien la mira, sonriendo.
"Pero esa vez té comiste uno del suelo."
Me doy la vuelta y la miro fijamente, arrugando la nariz. Ella lo señala con el dedo, frunciendo el ceño.
"¡Eso es diferente!"
Damien sigue parloteando sobre sus viejas aventuras, y Olivia interviene de vez en cuando para corregirlo cuando se pasa un poco de la raya. Pronto, los suburbios desaparecen por completo, reemplazados por hormigón y acero al llegar a la gran ciudad. No puedo evitar una extraña sensación que me recorre la nuca. Solo vengo aquí para ir al infierno. Pero aquí estoy, pasando el rato con mis amigos. Este lugar no está ni cerca de esa barriada, pero de todos modos no puedo evitar sentirme nerviosa.
"¡Aquí estamos!"
Me sobresalto cuando Liz entra en el aparcamiento de la galería. ¡Dios mío, este sitio es antiquísimo! Grandes ventanales cubiertos de folletos promocionales desteñidos por el sol adornan la fachada. Muchos son restos de lo que supongo que fueron los "viejos días de gloria" de este lugar. Apuesto a que este lugar era un bombazo en su día. Mierda, apuesto a que todavía lo es. Liz abre el maletero cuando salgo y rápidamente recupero la silla de ruedas de Olivia. Arrendatario aquí... botón de liberación aquí...
KHCHUNK
Se levanta y, para mí horror y profundo dolor, una de las asas me golpea la cabeza en medio de todo . Caigo al suelo gimiendo, aferrándome con una mano a mis preciadas joyas familiares.
"Ffffffuuuuuuck..."
Oigo a Damien sisear en solidaridad, a Liz preguntar sí estoy bien, y a Olivia reírse a carcajadas como sí fuera lo más gracioso que ha visto en su vida. Me doy la vuelta, mirando él cielo nublado y deseando que Dios me lleve ahora mismo. Damien aparece, mirándome con tristeza.
"Maldita sea, hermano. Eso es duro."
Me ayuda a levantarme, dándome una suave palmadita en él hombro. Olivia se había subido a su silla mientras tanto y seguía sonriéndome como una tonta. La miro con desprecio, interponiéndome entre mis pies para aliviar él dolor.
"Joder... silla de ruedas. La broma es tuya, mí polla la tocó".
Ante esto, ella arruga la nariz y pasa a mi lado con el ceño fruncido.
"Qué asco."
Liz parece igual de asqueada, pero Damien vuelve a reírse entre dientes mientras nos lleva adentro. En cuanto entramos, me bombardean luces intermitentes y sonidos digitales estridentes que parecen no parar. Nunca había estado en una sala de juegos. Esto era... demasiado. Jugadores sudorosos de todas las formas y tamaños deambulan por ahí, conversando sobre cualquier tontería friki que les guste. Miro a Olivia.
"Oye. ¿Estarás bien sí hablas más alto?"
Todavía recuperándose de mí comentario anterior, ella me mira con desprecio.
"No tengo cinco años, D."
Levanto las manos a la defensiva y ella pone los ojos en blanco con una sonrisa, relajándose.
"Aprecio la preocupación de cualquier manera."
Liz y yo fruncimos el ceño al unísono mientras despegamos las botas del suelo con un ruido notable y, francamente, repugnante. Ella va a reprender a Damien por no advertirle de la sensación pegajosa, pero su trasero con TDAH ya corre hacia una máquina de cambio con un fajo de billetes listo. Olivia nos mira a ambos, percibiendo nuestra incomodidad con el suelo asqueroso.
"Sííí... lo siento. Podría haber dicho algo. Ya he estado aquí antes, ¿sabes?"
Levanto el otro pie del suelo, frunciendo el ceño.
"Entonces, ¿por qué no lo hiciste exactamente?"
Se encoge de hombros, sonriendo con suficiencia. Liz y yo nos miramos con una solidaridad que no es propia de un jugador. Olivia continúa: «Joder, esto es asqueroso».
Me dejaron caer esto en él último momento. Pero... todavía recuerdo bastante bien este lugar.
Liz parece animarse ante eso.
"¡Genial! Puedes enseñarle los alrededores a D, y yo iré con Damien".
Ella golpea sus dedos índices juntos, mirando tímidamente al tonto con volantes mientras mete su dinero en la máquina.
"Esas pistolas para dos jugadores parecen divertidas de probar".
Un «hmmmm» interrogativo se escapa de mí mientras la miro con el ceño fruncido. Olivia hace una pregunta.
"¿té refieres a los juegos de pistolas de luz?"
Liz me devuelve la mirada, notando mí expresión y sonrojándose levemente. Asiente sin darle importancia.
"S-sí, esos..."
Así que ese es tu plan, ¿eh, cuello largo? Bien. Yo haré de compañero.
—Buena idea. Olivia quería enseñarme algo en concreto, ¿no?
La miro con curiosidad y ella me mira sorprendida.
"¿Hice?"
Gesticulo hacia las filas y filas de máquinas.
"¡Claa ...
Un fuerte golpe nos llama la atención, y Damien nos mira con expresión apagada. Bien.
"¡LIIIIIIZ! ¡Creo que le rompí él joystick a este!"
La miro.
"Será mejor que vayas a ocuparte de eso."
Ella resopla por la nariz y asiente. No puedo evitar notar la sonrisa de felicidad que se dibuja en su rostro al acercarse a él. Miro a Olivia y señalo hacia adelante.
"Adelante, poderoso 'jugador', muéstrame tus tesoros".
Ella me mira fijamente y luego se da vuelta y se aleja.
"Oh, tengo un juego para que juegues, ¿de acuerdo?"
Me guía por filas y filas de máquinas, haciendo una parada en una máquina de cambio para comprar lo que necesitamos, hasta que finalmente se detiene frente a un juego bastante grande, con música tecno a todo volumen. Hay una especie de plataforma conectada con cuatro botones de flecha dispuestos en un patrón de cruceta. Levanto la vista para ver él nombre. ¿"Dance Dance Evolution"? él logo es de un simio haciendo una especie de baile desquiciado, a medio camino de su transformación en humano. No puedo evitar sentirme un poco ofendido mientras miro a Olivia.
"¿Quieres... que toque esto?"
Ella me mira, cruzando los brazos y sonriendo con suficiencia.
"Dije que me debías una. Ahora es hora de bailar, chico mono ".
Pongo los ojos en blanco y gimo exasperado.
"No pensé que lo cobrarías tan pronto. ¡A la mierda! Tú eliges las canciones, yo no sé nada de esta mierda".
Se ríe entre dientes cuando subo a la plataforma incómodo. Espero que al menos sea indulgente conmigo, pero no. Inmediatamente cambia la dificultad al nivel más alto del juego y elige una canción de locos que suena como un ataque convulsivo hecho audio. sólo puedo mirar con horror mudo y rebotar sobre mis pies como sí me estuviera preparando para la pelea de mí vida mientras comienza la introducción de la canción. Las flechas comienzan a inundar la pantalla, y yo, mierda. Esto es realmente un buen entrenamiento de juego de pies. Maldita sea. Lo estoy sintiendo. Lo estoy SINTIENDO. No lo estoy haciendo perfecto. Algunas de las flechas tengo que sostenerlas, lo cual me jode, pero claramente lo estoy haciendo mucho mejor de lo que ella esperaba. La miro de reojo un par de veces y parece jodidamente estupefacta. Demonios, incluso algunos de los nerds que pasan se detienen a mirar boquiabiertos mí actuación. Me acomodo en él ritmo, perdiéndome en la música mientras empiezo a boxear con la sombra sin él boxeo. ¡Madre mía, esto es un entrenamiento! De repente, no me siento tan mal por haberme saltado la mitad hoy. Para cuando termina la canción, saco una nota aceptable de 10 y me recuesto en él manillar, jadeando pesadamente, completamente agotado. Miro a Olivia mientras lo hago, logrando devolverle la sonrisa presumida de antes.
"Haah... hoo, hoo... muchacho... je-je... ¿qué tal eso, eh?"
Se queda boquiabierta, sorprendida. La cierra con un chasquido y se encoge de hombros, mirándome con indiferencia.
"Ni siquiera puedo estar enojado."
Me río y exhalo una última vez mientras me enderezo.
—Oye, a la mierda. Eso fue divertido. Lo haré otra vez si quieres, solo que... eh... quizás no tan rápido esta vez, ¿sí?
Ella asiente con entusiasmo y vuelve a rodar hacia los controles.
"Claro, claro. Quiero verte perfeccionar esta canción, espera..."
Me hace tocar unas cuatro o cinco canciones más, estas, por suerte, mucho menos intensas. Y sí, después de esa prueba de fuego, estas canciones infantiles son pan comido. Al parecer, lo más alto que alcanzan es él triple A, que consigo en todas menos en una. Después de terminar la última canción, Olivia está recostada en su silla con cara de impresionada.
"Maldita sea, D. No sabía que lo tenías dentro."
Me encojo de hombros, calmando mí respiración.
"Talento oculto, supongo. ¿Con eso té basta? ¿He demostrado mí habilidad, majestad?"
Ella resopla y me mira con una sonrisa burlona.
—Sí, peón , me divierte. Pero ya basta. No quiero que bailes aquí todo él día. Hay muchos juegos mejores por aquí a los que también puedo jugar .
Se da la vuelta para irse, pero la agarro por una de las asas. Me mira sorprendida.
"Dime... ¿por qué no me muestras él juego que té bautizó como 'Hotwheels', eh?"
Está a punto de decir algo, pero cierra la boca y mira hacia una parte específica de la galería. Concentro mis sentidos en ella y, efectivamente, oigo los fuertes gritos y alaridos de la competencia. Se retuerce las manos suavemente, vacilante. Sacudo su silla suavemente, siseando mis palabras en voz baja, pero con determinación.
"Vamos, Hotwheels. Muéstrame ese fuego".
Sigue con la mirada perdida, pero una sonrisa francamente inquietante se extiende por su rostro. Su lengua roza un incisivo y sus pupilas se contraen, fijándose en un armario singular. Sin más, se zafa de mí agarre y se dirige hacia él, rodando, y la sigo con entusiasmo. Esa sí que es una mirada que reconozco. Me mira de reojo de vez en cuando, asegurándose de no perderme entre la multitud mientras se abre paso a toda velocidad para llegar a su destino. A medida que nos acercamos, él aire se vuelve denso, húmedo y, francamente, asqueroso. Dios mío, apenas puedo respirar. Había oído historias sobre él legendario hedor de los gamers, pero la realidad pesa más que las leyendas en este caso. La voz de Damien me saca de mí horror interior.
-¡Oye, nos encontraste!
Pronto, tanto él como Liz (o su cabeza, al menos) aparecen. Olivia sólo mira hacia atrás una vez más para asegurarse de que seguía allí antes de rodar directamente hacia él armario en particular que ha estado espiando, casi estrellándose contra él al frenar. Jurasskick, ¿eh? Nombre estúpido. Hay alguien más allí. Un anquilosaurio gordo y rechoncho con aspecto grasiento, con cabello rubio, vestido con una camisa amarilla y un chaleco negro ridículo que apenas le queda. Me acerco mientras ella saca una moneda y la coloca sobre sus controles. Sin siquiera molestarse en mirarla, aparentemente lo toma como una invitación para empezar a parlotear sobre su histórica carrera como él mayor nerd del planeta, hablando de cuántos torneos ha ganado o lo que sea, hasta que Olivia lo interrumpe.
"Cállate y ponte las pilas ya."
¡Basta, chica! Esto parece llamar su atención mientras se da la vuelta, burlándose.
¿De verdad quieres probarme? Mira, Tiny Tim, tienes que saber que yo...
Se calla, buscando a Olivia por todas partes menos hacia abajo, hasta que finalmente la encuentra, entrecerrando los ojos hasta casi cerrarlos. Maldito idiota, mirando una pantalla todo él día. Eso es lo que pasa. Sus labios se curvan en una sonrisa de suficiencia que me dan ganas de quitársela de la cara a bofetadas.
"Hermano, sabes que no puedes traer sillas aquí, no después del verano pasado".
Olivia gruñe, levantando el puño. De verdad creo que está a punto de darle una paliza a este tipo cuando él finalmente se da cuenta de que está en una silla de ruedas, y hace una mueca, levantando una mano.
"Uh- no importa, fue mí error, lo siento."
Ella lo mira con el ceño fruncido, baja el puño y golpea la moneda con el dedo.
"Las reglas dicen que no puedes negarte, ¿verdad?"
Él ladea la cabeza confundido. Ella continúa.
"¿Sabes? Eres él nuevo campeón aquí, ¿verdad?"
Él asiente lentamente.
"Sííííí, lo soy, ¿cómo lo supiste...?"
"Este es él gabinete del campeón, ¿verdad?"
Damien, la cabeza de Liz y yo nos hemos apiñado en este punto, y le lanzo a Damien una mirada inquisitiva. Él me la devuelve y, por suerte, parece entender lo que le pregunto.
"Es él más antiguo que hay aquí, desde... él principio de los tiempos, o lo que sea. Un artefacto sagrado, hermano."
Me doy la vuelta y miro esto, y sí. Es viejo como la mierda. Apenas le queda pintura, y lo que no se ha descascarillado lo he manchado con rotulador. Lo miro con el ceño fruncido.
"¿En serio? ¿Este pedazo de mierda?"
Él asiente, sonriendo.
—Sí, hermano. sólo los peces gordos pueden usarlo. sí té ven intentándolo sin credenciales, té dan un cabezazo.
Me burlo.
"Ojalá un cabrón lo hiciera."
Miro a Olivia, que ahora mismo está perforando la cabeza del gordo con la mirada. Su sonrisa petulante regresa a su rostro, y se inclina hacia atrás, dándose un golpecito en él pecho con él pulgar.
Mire, señora. Soy un personaje importante aquí. Buster'o'nutz, campeón de toda Volcaldera. Esta máquina Jurasskick en particular tiene historia. Resulta que es la misma máquina que Daino 'El Rex' Go logró parar...
¡Deja de perder él tiempo y pelea conmigo ya!
Buster se echa hacia atrás y hace una mueca.
¡No estoy perdiendo él tiempo! ¡sólo estoy preparando él terreno, nada más! ¿Crees que eres él único rival que tengo?
Miro a mí alrededor. Efectivamente, más perdedores sudorosos han salido de la nada. Buster hace un gesto teatral.
"¡Por mí título, aceptaré a todos los que vengan ahora!"
Los susurros comienzan a rebotar entre la multitud y Olivia gruñe.
"Por fin, yo-"
Buster la interrumpe con un gesto de la mano.
"Formen una fila."
Olivia le levanta una ceja.
"¿Bueno?"
Él sonríe y continúa.
"Del más alto al más pequeño."
Ella retrocede, frunciendo el ceño.
"¡¿Qué?!"
Buster le hace un gesto para que se vaya.
"¡Vamos! ¡Sin cortes!"
Damien sonríe y hace crujir los nudillos.
"Oh, claro que sí. té vamos a dar una paliza, Buster".
Me giro para mirarlo y apago eso de una vez, pero Liz grita antes de que pueda hacerlo.
"¡¿QUÉ?! ¡Ni siquiera juego videojuegos!"
Yo contribuyo.
"Uh, sí, de ninguna manera. Ni por asomo voy a hacer eso."
Buster nos sonríe, o más específicamente, a mí.
"Qué lástima. Considéralo él impuesto de sangre."
Liz sigue protestando y estoy a punto de atacar a Buster y amenazarlo con una auténtica "patada jurásica", pero Olivia me mira con una mirada suplicante que me deja sin aliento. Liz sigue despotricando.
Además, ¿crees que quiero ponerle las manos encima a ESA cosa? Quién sabe dónde...
La interrumpí gruñendo.
"A la mierda. Estamos dentro."
Liz gira la cabeza hacia mí, horrorizada.
"¡¡D!!"
Damien lanza sus manos al aire, gritando al cielo y luego girándose hacia Liz, saltando arriba y abajo emocionado.
¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ! ¡Vamos, Liz, no será tan malo! Sigues junto al puesto de Brachio, ¿verdad? ¡Agárrate fuerte, iré por ti!
Él corre hacia ella, y ella estira la cabeza, protestando todo él camino. No puedo evitar arquear una ceja, mirando a Buster precisamente a él.
"...¿Cabina Brachio?"
Él se encoge de hombros.
Qué estrecho es esto, ¿sabes? Los braquiosaurios solían chocar con prácticamente todo, incluso entre ellos. Hubo una demanda, así que ahora hay unas plataformas elevadas donde todos los cuellos largos pueden sentarse y alcanzarlo todo. También hay fuentes de agua. No evita que se enreden cuando hay varios a la vez, pero es algo.
Asimilo la información con un gesto de la cabeza. Al poco rato, Damien regresa con Liz Prime, quien parece completamente descontenta. Aparentemente ansiosa por acabar con esto cuanto antes, se acerca al gabinete sin apenas intentarlo, eligiendo un personaje al azar y dejando que Buster le dé una paliza. Una voz digitalizada grita «Perfecto» entre la multitud después de un minuto de esta masacre, y ella se aleja con un puchero, cruzándose de brazos y volviendo a su sitio en la cabina. Buster echa la cabeza hacia atrás, apoyándose en las manos entrelazadas, aparentemente con la intención de presumir de haberle dado una paliza a una completa principiante. Inclina la cabeza hacia atrás, gritando al viento.
"¡Siguiente víctima!"
Damien es sólo un poco más alto que yo gracias a su maldito volante, pero no me quejo. Se pavonea con esa sonrisa bobalicona, rebuscando en su bolsillo roto buscando monedas. Buster entabla conversación con él.
"No he visto a tú grupo por aquí antes. ¿Turistas?"
Damien saca las monedas y lo mira con una sonrisa.
"¿Eh? Ah, no... Liv y yo solíamos venir aquí a menudo. Últimamente la vida ha sido dura, así que invitamos a unos amigos a este pequeño viaje por el pasado. Para relajarnos un poco, ¿sabes?"
Buster parece asentir, comprendiendo, mientras tararea. Damien continúa, haciendo malabarismos con las monedas entre los nudillos.
Este lugar tampoco ha cambiado mucho con los años. ¡Ya basta de charlas, hermano!
Los mete en la ranura y la pantalla parpadea, con la música de selección de personaje a todo volumen. Debo admitir que es bastante genial. Buster considera su elección, o al menos finge hacerlo, porque elige exactamente él mismo personaje que la última vez. Damien no lo duda ni un segundo y elige su propio personaje. Buster lo fulmina con la mirada, y debo poner cara de pocos amigos porque Olivia me mira y responde a la pregunta tácita.
"Damien simplemente eligió un counter para su personaje. Probablemente esperaba que todos fuéramos principiantes".
Buster está tenso ahora, así que sí, eso es cierto. Olivia continúa.
"Ha pasado un tiempo desde entonces, aunque-hkk"
Su voz entrecortada corta por completo su frase y yo la miro.
"¿Estás bien?"
Ella me mira, se aclara la garganta y asiente.
"S-sí, estoy bien."
Todavía áspera como la mierda. Le doy un golpecito a su vieja y fiable cantimplora, que cuelga de un gancho de su silla de ruedas.
"¿Necesitas agua?"
Ella mira hacia abajo con aire contemplativo antes de mirarme con una sonrisa.
"Claro, gracias."
La desengancho y le hago un saludo militar con dos dedos, mirando hacia abajo a esta vieja porquería mientras me alejo. Tiene unas cuantas pegatinas pegadas, ninguna de las cuales reconozco en lo más mínimo. Tal vez debería regalarle una cantimplora nueva para su cumpleaños o algo así... ¿Qué coño? ¿Cumpleaños? ¿Por qué estoy pensando en eso? Solo busco agua, Fault, venga, tío. Si yo fuera una fuente de agua, ¿dónde estaría...? Me adentro más en la galería, lejos de la Zona de los Frikis, y por suerte puedo respirar un poco de aire limpio. Por fin encuentro una fuente para llenarla, pero la voz de Liz resuena en el aire y miro su cabeza colgando sobre mí.
"¿Ya terminaron?"
Niego con la cabeza.
"No. sólo le voy a traer agua a Olivia."
Vuelvo a mirar la cantimplora, admirando la pegatina más grande. Una especie de tridente raro. Eh... La verdad es que no me importa mucho ver ese partido tan estúpido. Se la enseño a Liz.
"Oye. ¿Sabes qué es esta pegatina?"
Su cabeza se acerca más y lo mira fijamente.
"Eh... es de una serie muy vieja. De los 90. ¿Por qué?"
Me encojo de hombros.
"No lo sé. Me llamó la atención, supongo."
Ella tararea.
"Nunca le he preguntado realmente sobre eso."
"Me parece bien."
Algo que preguntarle yo mismo. Lleno la cantimplora y la tapo. Vuelvo corriendo a la acción con Liz detrás, y para mi sorpresa, Damien y Buster siguen discutiendo. Damien está aporreando los botones como si le debieran dinero, y Buster suda la gota gorda intentando seguirle el ritmo. La gente se ha acercado para contemplar la pantalla, y Olivia está ahí delante, completamente absorta en la acción. Me acerco a ella y le doy un codazo en el hombro, pero ni siquiera responde. Maldita sea, ¿en serio? Vale. Destapo su cantimplora lo justo para que una gota de agua se me escape en los dedos al inclinarla, y luego la froto contra su hocico. La humedad fría le salpica la cara y se echa hacia atrás con un gruñido, mirándome fijamente.
"¡¿Qué co-D?!"
Le ofrezco su cantimplora sonriendo.
"Toma. Me llevó un tiempo preparar suficiente saliva para llenarlo."
Ella arruga la nariz, pero lo toma de todos modos.
"Qué asco."
Lo destapa por completo y se lo bebe casi entero, aclarándose la garganta al terminar. Me mira con una sonrisa, limpiándose la boca con la manga.
"...Gracias."
Asiento y vuelvo mí visión al juego.
"¿Cómo está?"
Olivia tararea, mientras mira hacia atrás a la pantalla.
"Bueno... se está volviendo demasiado agresivo".
Arqueo una ceja.
"¿Eso es algo malo?"
Inmediatamente se lanza a una explicación detallada de la mecánica del juego. ¡Guau! Hacía tiempo que no lo revisaba. Algo sobre correr hacia abajo, zonas, pisadas... ¿Joder? ¿Es una confusión? ¿Caja de dolor? mí cerebro es una caja de dolor ahora mismo. mí mente se entumece por un instante mientras la acribilla con terminología de juegos de lucha, su voz se convierte en un murmullo apagado al margen de mis pensamientos. Uno pensaría que me gusta esta mierda, pero me gusta luchar de verdad, no con píxeles y demás. Lentamente vuelvo a la realidad , la voz de Olivia vuelve a enfocarse.
"... ...así que Damien tiene que mantener las distancias. No pinta bien para él, probablemente esté a punto de..."
La voz frustrada de Damien la interrumpe.
"¡Oh, mierda!"
Buster procede a desatar una serie diabólica de ataques que destrozan al pequeño luchador virtual de Damien. Tengo la clara sensación de que esperaba a que Liz y yo volviéramos para hacerlo. Damien gruñe, alejándose de la máquina con los brazos cruzados, con aspecto de derrota, que se desvanece rápidamente cuando Buster, para su crédito, al menos le hace un gesto de respeto.
"¡Vaya! Realmente sabías jugar".
Damien da un paso atrás con el pulgar hacia arriba mientras Fatso me señala con un dedo carnoso.
"Tú eres él siguiente."
Lo miro con los ojos entrecerrados y avanzo lentamente, observándolo con lascivia mientras observa mí rostro y probablemente se da cuenta de que mi enorme cicatriz no es un tatuaje ni nada, sino una herida mortal real de la que sobreviví. Lo miro con el ceño fruncido el tiempo suficiente para que otra gota de sudor le corra por la cara, abriendo los ojos ligeramente. La voz de Olivia interrumpe los susurros de la multitud.
-D, ¡deja de asustarlo y juega él juego!
La miro brevemente antes de volver a mirarlo, clavándole los ojos como dagas y luego me coloco junto a los controles. La pantalla parpadea y aparecen una serie de personajes que me traen sin cuidado. Buster, como sospechaba, vuelve a elegir el mismo personaje. Un pequeño duendecillo en mi cerebro dirige el joystick hacia ese mismo personaje, y lo selecciono yo mismo. Una nueva oleada de susurros resuena entre la multitud mientras Buster me mira de reojo con mala cara. Se la devuelvo con cinco veces más intensidad y su mirada vuelve a la pantalla, con los ojos abiertos de par en par. Escucho las palabras que se lanzan.
"¿Combinación espejo?"
¿Qué hace este novato? Nadie mejor que Buster para ese personaje...
"Hermano..."
Malditos perdedores. La partida empieza y Buster empieza a sacar una barbaridad, volando por la pantalla y derribando a mi personaje. Miro atentamente los movimientos de sus manos, estudiándolos. Puede que no sepa jugar con esta porquería, pero sé leer a mi oponente, cabrón. Empiezo a copiar sus movimientos, moviendo el joystick y pulsando los botones con la misma precisión que usaría en la jaula. Se oyen más susurros de asombro, y siento que aguanto un rato hasta que este friki del turbo demuestra que no basta con copiarlo, y al final me gana. Hay que reconocer que al menos no me perfeccionan. Me alejo del armario con un gruñido de fastidio, pero Buster me mira y asiente con aprobación.
—¡No está mal, la verdad, nada mal! ¿Esa fue tú primera vez jugando?
Lo miro con lascivia y no digo nada, sólo asiento.
"Muy bien. Deberías practicar, apuesto a que serías bastante bueno."
Vaya. Quizás este gordo raro no sea tan imbécil como creía. Lo miro un instante y luego me incorporo a la multitud con un gruñido.
"Gracias."
Él asiente mientras Olivia se acerca en redondo, dándole una paliza a Buster. Su cola se mueve de un lado a otro contra el suelo mientras lo mira con el ceño fruncido, a ver si tiene algo que decir antes de empezar. Claro que sí. Vuelve a hablar de los torneos electrónicos y de otros nerds turbo a los que ha vencido este año y aquel, y de los gremios que lidera. Para su crédito, Olivia nunca lo interrumpe. Finalmente termina su diatriba con los brazos cruzados y esa sonrisa de suficiencia de nuevo.
"No quedarás mal por escabullirte... ¿o estás listo para que té atrapen?"
"...Estás gorda."
No puedo contener la risa de sorpresa que se me escapa, a la que se suman otros miembros del público, a quienes Buster calla rápidamente con una mirada fulminante. Supongo que él gordito sí tiene algo de influencia aquí, después de todo. Redirige su mirada indignada hacia ella, con desprecio.
"Aún puedes echarte atrás en esto."
Las pupilas de Olivia se contraen al insertar las monedas sin romper el contacto visual, con una leve mueca en sus labios. Al introducirlas, aprieta el puño contra el botón de inicio. Buster entra en acción de inmediato, esta vez eligiendo un personaje completamente diferente. Damien abre los ojos de par en par y suelta un jadeo. Lo miro con una ceja enarcada.
"¿Qué?"
Señala con el dedo la pantalla.
"él personaje de Buster es como tres tipos de mierda, eso es lo que está mal".
Vaya. Damien, ¿maldiciendo? Esto debe ser serio. Me acerco más, con la intención de escuchar los detalles, y él continúa.
"Por un lado, normalmente está prohibido en los torneos de caballeros y-"
Espera. Me importa un bledo. Me recuesto, ignorando por completo a Damien mientras Buster ríe y le sonríe a Olivia desde un lado. A ella no parece importarle lo más mínimo, moviendo su joystick con naturalidad hacia una chica baryonyx vestida con un karate ki. él locutor anuncia él nombre a todo volumen y arqueo una ceja al oírlo.
"¡Wani-Long!"
Recuerdo él nombre con él que puso su contacto en mí teléfono. «Liv-Long», ¿eh?». Damien levanta las manos con entusiasmo y se gira hacia mí.
¡Muy bien! ¡Está sacando su arma principal! ¡Se lo está tomando en serio, hermano!
Asiento tontamente hacia él, fingiendo entender qué demonios significa todo eso. Ni siquiera me molesto en pedir una explicación... pero... no puedo evitar concentrarme de nuevo en Olivia. La intensidad que los recorre a ella y a Buster ahora mismo es contagiosa. Dios, es... es casi como sí estuviera de vuelta en él foso, viendo una pelea. ¡No puedo apartar la vista de la pantalla cuando él combate comienza con una 'pelea' aplastante! Espero ver un frenesí de movimiento, pero... no. Sé lo que está pasando. Se están evaluando mutuamente. Damien empieza a vociferar de nuevo, aparentemente intentando explicarme qué está pasando, pero ahora ya lo sé. Pensé que esto era sólo una tontería. Puede que lo sea. ¿Pero los relámpagos en él aire ahora mismo? Eso es real como la mierda. Casi me pone la piel de gallina. Siento la sangre subiendo a mí cabeza a medida que la intensidad de la multitud empieza a aumentar. Las colas de Olivia y Buster se mueven como locos mientras intentan leer al otro, y la cola del gordo incluso agrieta él concreto debajo de él.
Mierda. Puede que sea un perdedor gordo, pero sigue siendo un flacucho. Esas colas son malas. Finalmente, un fuerte golpe estalla cuando sus personajes hacen contacto, y ambos salen volando por la pantalla. él público estalla en vítores, e incluso Damien se involucra. Sin embargo, la acción dura poco, y vuelven a su pequeño intercambio. Mis ojos se mueven rápidamente entre ellos, estudiando sus movimientos. Olivia está completamente absorta, con los ojos abiertos y llenos de... literalmente, intención asesina. Da casi miedo. Es una mirada que reconozco, y que me da escalofríos. Buster está cabreado, pero está más concentrado, contenido. Un estado peligroso. Con diez segundos en el reloj, Buster finalmente comete un error y Olivia lo aprovecha de inmediato, castigándolo brutalmente. Apenas sobrevive al asalto con un pequeño rayo de salud restante mientras el reloj se agota, pero el juego lo declara como la victoria de Olivia de todos modos.
"GANADOR: ¡WANI-LONG!!"
En ese momento, la multitud se vuelve loca de nuevo... y yo también. No puedo evitarlo. Estoy perdido en él momento. Empieza él segundo asalto, y de nuevo sólo se convierten en murmullos silenciosos mientras todos miramos atentamente. Pero... un hormigueo cruza la parte de atrás de mí cuello. Algo le pasa a Buster. ¿O... es que sí?... no lo haría... ¿un maldito autoproclamado pez gordo como él? Se está conteniendo, joder. Damien vuelve a gritar a mí lado, pero apenas lo registro mientras le echo una mirada furiosa a la nuca de Busters mientras la rabia me sube por la nuca. ¿Hablas en serio? ¿Dices toda esa mierda y té estás conteniendo? ¿ Por qué? ¿Porque está en una maldita silla de ruedas? Independientemente de mis sentimientos, al menos la golpea lo suficiente como para reclamar una victoria por tiempo muerto. No puedo creer esto, joder. Casi quiero subir y estrellarle la cabeza contra él armario, pero no quiero montar un escándalo, y lo más importante, avergonzaría muchísimo a Olivia. Damien suelta otra frase, que esta vez sí que puedo comprender.
¡Lo lograste, Olivia! ¡sólo una victoria más y serás campeona otra vez!
Olivia se tensa cuando un grupo de ojos la miran fijamente y gruñe su nombre sin mirar atrás. Damien no parece perturbado y continúa.
"¡Vamos, Hotwheels! ¡Demuéstrales por qué eres él mejor!"
Ella gime en voz baja, volviendo a concentrarse en la pantalla. Por alguna razón, se queda en silencio. Sin murmullos, sin susurros. Permite que mí enfado vuelva a aparecer en mí mente. Ya veremos sí sigue haciéndolo. Quizás me equivoqué. Exageré. Empieza él tercer asalto, y él público se anima de nuevo, y mis ojos se clavan en Buster, estudiando cada jodido movimiento que hace. Lo es . Este pedazo de mierda gordo... Debo estar poniendo cara de tonto, porque Damien me da una palmadita en él hombro, mirándome con bastante preocupación.
"¿Estás bien, hermano? Parece que estás a punto de estallar".
Siseo mis palabras entre dientes apretados.
"Está tirando, joder."
Sus ojos se abren de par en par, sorprendido, y vuelve a mirar a Buster. Efectivamente, Olivia hace un movimiento y Buster duda un instante, recibiendo él brutal combo.
"Amigo... tienes razón."
Frunce el ceño y me doy cuenta de que está pensando exactamente la misma mierda que yo.
"¿Incluso aquí?... Ugh... aunque todos los demás se divierten. sí interrumpimos él partido o algo, se acabará la emoción."
Él me mira tímidamente.
"Si no puede decirlo, ¿qué daño hay?"
Lo miro con odio y él retrocede con una mueca. A pesar de ello, sé que tiene toda la razón. No debería. Pero... no puedo. No con la conciencia tranquila. Espera, podría... mmm. Quizás lo dudaría si apenas la conociera, pero ¿ahora? Un gruñido sube lentamente de mi garganta antes de convertirse en un rugido mientras lanzo un rugido por encima de la multitud.
"¡Déjalo pedazos, OLIVIA!"
Damien se sobresalta, mirándome fijamente. Sí, no es agradable que té revienten los tímpanos, ¿verdad, amigo? Pero se recupera enseguida y se lleva dos dedos a la boca, silbando fuerte.
"¡SÍ! ¡LO CONSIGUES!"
Incluso Liz lo intenta, aprovechando su altura para gritar desde las vigas. Otro rugido me desgarra.
¡APLÁSCALO! ¡ATROPELLALO! ¡QUÍMALO. ¡HAZLO. RUEDAS!
Damien parece dejarse llevar por mí intensidad, sus adornos se ensanchan.
"¡SÍ! ¡VAMOS, HOTWHEELS, VAMOS!"
Olivia se estremece y nos mira. Abre los ojos como platos al ver mí indignación, y estoy a punto de gritarle que preste atención cuando Buster también nos mira. ¡Qué demonios, sí se va a distraer...!
"¿POR QUÉ NOS MIRAN CON TANTA MIRADA, EH? ¡MATADLO, HOTWHEELS! ¡CON LA MIRA EN él PREMIO!"
Damien salta arriba y abajo, levantando los puños en el aire con cada salto.
"¡DÉRRALE SIN NI SIQUIERA MIRAR!"
Su mirada atraviesa la multitud, directamente hacia mí. Frunce el ceño brevemente, antes de dar paso a una sonrisa de confianza. Vuelve a la pantalla, y Buster sale rápidamente de su estupor. Parece que captó la indirecta, maldita sea. Pero demasiado poco y demasiado tarde.
"¡¡TIEMPO!!"
Buster se inclina hacia atrás, gruñendo enojado y mirando a Olivia.
¡Bah! ¿Quieres jugar otra ronda? La gente necesita un ganador.
Ella se gira un poco hacia atrás, sonriendo.
"Claro, pero necesito ir al baño rápidamente".
Él asiente, señalando.
—Sí, claro. Es por allá.
Olivia se da la vuelta y empieza a dar vueltas en esa dirección, sonriéndome con cariño al pasar. Eso me quita casi toda la rabia y empiezo a tranquilizarme. Buster espera a que esté fuera del alcance del oído y corre hacia Damien y hacia mí. Nos mira con los ojos muy abiertos.
"¿Hablaban en serio?"
Lo miro fijamente.
"¿Acerca de?"
Él gesticula salvajemente.
¡Hotwheels! ¡Estabas diciendo Hotwheels! ¡No es ella de verdad , ¿verdad?!
Doy un paso adelante y le clavo un dedo en su pecho regordete, gruñendo y enojado.
"Tienes toda la razón, maricón gordo. té vi tirando la maldita cerilla".
Una ola de "oooooo" recorre la multitud y Buster se desploma culpablemente.
"Sí, yo... bueno, Finhead me contó una historia triste sobre ella durante nuestro partido y me sentí mal, ¿vale? ¿Quién quiere ser conocido como él imbécil que se mete con chicas en silla de ruedas?"
Sabes qué, es justo, pero, aún así, que té jodan. Un desconocido del público se anima.
"¡Ooooooh, Buster estaba siendo hospitalario con la joven!"
Él gira y observa a la multitud con enojo.
"¿Quién carajo, cállate la-"
Alguien más lo interrumpe riéndose.
"Oye, Buster, ¿estás bromeando?"
Él señala con el dedo al tipo enojado y luego se gira hacia nosotros.
¡Vete a la mierda! Pero... mira. De verdad que no quise faltarte al respeto ni nada, ¿vale? sí hubiera sabido desde él principio que era Hotwheels, me lo habría tomado muy en serio.
Él me mira fijamente a los ojos, aparentemente impasible ante mí mirada amenazante.
"Ahora jugaré de verdad. Es lo que se merece, ¿de acuerdo?"
La mueca de desprecio en mí rostro se transforma en una sonrisa, lo que lo hace retroceder. Le pongo una mano en él hombro y lo agarro con fuerza, inclinándome y acercándome a su rostro. Gotas de sudor comienzan a resbalarle por la frente.
"Bien. Más té vale, amigo. sí no, té llevaré al estacionamiento y tú nuevo nombre será BUSTED Nutz, ¿entiendes?"
Damien me lanza una mirada furtiva de reojo mientras una carcajada estalla entre la multitud ante mi amenaza, y sé exactamente en qué coño está pensando. Lo miro de reojo. Si lo mencionas, también te vas al aparcamiento, cabrón. Capta la indirecta y se encoge con una sonrisa tímida. Buster asiente dos veces seguidas y lo suelto, empujándolo suavemente hacia la máquina recreativa. Se cruje los nudillos y el cuello, exhalando el miedo a Dios que le acabo de infundir. El tipo de antes vuelve a la carga.
"Aunque todavía eres un poco tonto."
Buster inclina la cabeza hacia atrás con indiferencia.
"Cállate la boca, Dave."
Olivia regresa poco después y se desliza nuevamente hacia la máquina.
"Gracias por esperar."
Él asiente hacia ella.
"No hay problema. ¿Listo?"
Ella sonríe.
"Lo sabes."
Él le devuelve la sonrisa.
"Bien, porque esta vez vas a caer."
Sus sonrisas burlonas se transforman en un ceño competitivo y vuelven a centrarse en la pantalla. Ambos eligen los mismos personajes que la última vez, y en cuanto el locutor grita "¡LUCHA!", siento un chasquido de estática en el aire mientras Buster empieza a brutalizar a Olivia, pillándola completamente desprevenida. Bien. Iba en serio. Olivia no se queda aturdida mucho tiempo, y aunque Buster se lanza como una bestia, consigue asestar algunos golpes aquí y allá mientras esquiva algunos ataques decisivos. El público parece contagiarse de mi misma intensidad, y Damien y yo nos vemos volviendo a la carga, gritándole palabras de aliento. Por desgracia, aunque me pese admitirlo, Buster no era solo palabrería sobre sus habilidades, y... se acabó. Perdió.
No puedo evitar desplomarme con tristeza. ¡Joder! Buster se cruza de brazos y se endereza con orgullo, disfrutando de la gloria de haber derrotado a los Hotwheels. Olivia se aleja de la máquina y lo mira, impresionada.
"Maldita sea... realmente me pateaste él trasero."
Para mí sorpresa, él realmente le da una sonrisa cálida.
¿No dije que era alguien muy importante por aquí?
Ella le hace un gesto para que se vaya.
"Sí, sí..."
Él se ríe.
Debo admitir que realmente me presentaste un desafío. Puedo entender por qué fuiste él campeón en aquel entonces.
Ante esto, ella le sonríe de nuevo.
"Gracias."
Él asiente, apoyándose suavemente contra la máquina.
"sí alguna vez estás dispuesto a una revancha, ya sabes dónde encontrarme".
Olivia asiente una última vez y se acerca a nosotros, radiante de felicidad. Parece revitalizada, a pesar de haber perdido. Todos nos damos la vuelta y nos alejamos hacia una zona más espaciosa de la galería mientras Buster reta a gritos al resto de los frikis reunidos, y Damien levanta el puño al pasar, mirando a Olivia.
"¡Eso fue increíble, Liv!"
No puedo evitar sonreír y asentir.
"Sí... esa mierda fue... eléctrica."
Ella nos mira a ambos felizmente, asintiendo.
¡Caramba! ¿Verdad? Pensé que estaría oxidado, pero en cuanto empezó a darlo todo... ¡Estuve... tan cerca de vencerlo!
Ella levanta las manos y le tiemblan. Ah... ya lo sé.
-¡Mira, estoy nervioso!
Asiento, sonriendo.
"Esa es la descarga de dopamina después de la pelea. Se siente genial, ¿verdad?"
Olivia me sonríe con alegría, a punto de responder afirmativamente, pero se detiene de repente; su cara de felicidad se transforma en una de confusión. De hecho, los tres me miran raro. Uh... mierda. Los miro a cada uno con nerviosismo, y luego me encojo de hombros, sonriendo.
"Yo... ¿veo mucho IFC?"
Ella resopla y Damien sale de su estupor.
Oye, ¿sabes que venden comida, verdad? ¡Deberíamos comprar algo para celebrar!
Antes de que nadie pueda confirmar o negar que realmente quieren comer, se da la vuelta y se dirige a la cafetería. Liz corre tras él, animándolo a esperar, dejándonos a Olivia y a mí solos un momento. Su sospecha se ha desvanecido y me mira con una leve sonrisa.
"Comida, ¿eh? ¿Sabes qué? Me vendría bien algo."
Saco mi teléfono gruñendo.
"Sí, supongo que ya es hora."
-¡Vamos, se fueron por aquí!
Ella comienza a abrirse paso entre la multitud y yo aprovecho él espacio que corta para correr tras ella.
...
El snack bar es un lugar pequeño y mugriento. Azulejos en lugar de alfombra, mesas y asientos baratos y asquerosos, y luces fluorescentes brillantes que cansan la vista. Repaso el menú con inquietud. Tío... no voy a comer nada de esta mierda. Ya me siento bastante fatal comiendo sólo patatas fritas y refresco durante él almuerzo escolar todos los días, esta maldita basura podría matarme. Damien pide dos rebanadas de pizza horrible para él sólo, él glotón, pero paga la triste ensaladilla de Liz. Se ofreció a pagar la de Olivia y la mía también, pero después de que le dijera que no pensaba comer nada de esta basura, se encogió de hombros. Simplemente pago la de Olivia, y ella pide una cesta de alitas picantes. Cuando todos recibimos nuestra comida, Damien ni siquiera se molesta en sentarse, corriendo de vuelta a la galería con pizza en ambas manos como un niño de 4 años. Liz coloca la nave nodriza en un asiento junto a nosotros, pero estira la cabeza para seguirlo, dejándonos a Olivia y a mí solas. Me dejo caer en un asiento y Olivia apenas baja su bandeja antes de...
CRNCHCRNCH
¡Madre mía! sólo puedo observar con asombro cómo destripa estas malditas alas, con huesos y todo. Es como ver un documental sobre la naturaleza en esta zorra. Tritura un hueso con mucha fuerza, derramando un chorro de tuétano sobre la mesa. No puedo evitar arrugar la nariz, ni evitar él murmullo que se me escapa.
"Malditos... dinosaurios..."
Detiene su voraz carnicería por un instante para observarme, pero luego continúa sin cesar. Joder... ¡Rayos! Espero a que baje un poco él ritmo y entonces le hago una pregunta.
"Entonces. ¿Tienes algo más en mente?"
Mastica un hueso distraídamente, ladeando la cabeza mientras reflexiona sobre mí pregunta. ¡Dios mío! Eso se parece mucho a un hueso de dedo. Se encoge de hombros.
No sé. Verte bailar hasta morir fue muy divertido, y después de pelear con Buster estoy hecho polvo. A Damien probablemente le queden unos 20 minutos, así que... Me... Me encantaría quedarme sí tú también. ¿A menos que quieras jugar a algo?
Niego con la cabeza.
"No. Nunca me metí mucho en eso de los... videojuegos. También estoy... llegando a mi límite, eh..."
Agito mis manos hacia él edificio en general.
"¿Socialmente?"
Ella aparta la mirada distraídamente, asintiendo. Pero yo continúo.
"Aunque no me importaría hacerlo de nuevo."
"¿Sí?"
—Claro que sí. Hacía mucho que no hacía nada tan... normal . Fue divertido.
Ella arquea una ceja y me mira, limpiándose la salsa de la boca con una servilleta.
—Dijiste algo raro sobre pelear antes, D. Y... allá en la fiesta, ese moretón que vi... y los pequeños cortes que a veces traes a la escuela, ¿eres tú?...
Uf. ¿A qué viene este interrogatorio repentino? Me recosté en él asiento, haciendo una mueca.
"¿Tengo que decírtelo?"
Ella me mira severamente.
"Fui honesto contigo , D..."
Joder. Tiene razón. Me inclino hacia delante, apoyo la frente en la palma de la mano y suspiro, comprobando que ni Liv ni Damien estén cerca. Ni nadie, en realidad. No, estamos bien.
—Está bien... joder. Sí... ¿recuerdas esos... paseos que he estado dando por la ciudad?
Ella asiente lentamente y la preocupación se refleja en su rostro.
"He estado... yendo a barrios marginales al azar y metiéndome en peleas callejeras, ¿de acuerdo?"
Ella jadea suavemente y arquea las cejas.
—¡D, qué demonios! ¡Eso es muy peligroso! Podrías lastimarte o peor...
La interrumpí sin levantar la voz pero adoptando un tono severo.
"Lo sé. Eso fue sólo al principio. Encontré un lugar donde puedo ir, donde puedo hacerlo con relativa seguridad."
Ella se inclina hacia atrás, poco convencida.
No te voy a decir dónde está. No tiene nombre. Pero tiene reglas para evitar que muera, e hice un trato con el dueño del antro para evitar que me emborrache demasiado. Es... algo que tengo que hacer, ¿vale? Ya me has visto, cuando me pongo de esos malditos momentos. Me ayuda a sentirme mejor, me mantiene la mente despejada. Por favor, por favor , no se lo digas a los demás, té lo ruego. Ya es bastante preocuparte por mí, no necesito que toda la gente lo haga también, ¿vale?
Ella duda, retorciéndose las manos en su regazo antes de volver a mirarme nerviosamente, asintiendo suavemente.
"Está bien, D..."
La miro fijamente.
"Prométemelo, ¿de acuerdo?"
Ella vuelve a mirar hacia otro lado.
"Olivia. Prométemelo."
"Lo... prometo. Prometo que no diré nada."
Me recuesto en la silla y le sonrío. Ella me devuelve la sonrisa nerviosa. Vaya, va a estar pensando en eso constantemente.
"Gracias. Entonces, eh..."
Le señalo a Liz con el pulgar.
"Ella y él, ¿eh?"
Ella levanta una ceja.
"¿Qué?"
Le devuelvo la mirada.
—Anda ya. Está obsesionada con él . ¿No té has dado cuenta?
Ella tararea.
"Supongo que tienes razón. Realmente no lo pensé así."
Resoplo y luego le sonrío.
Mierda, ¿cómo intentaba separarnos? Era como sí estuviera organizando una cita doble.
Sus ojos se abren de par en par, y él carmesí se le llena él rostro al instante mientras me mira fijamente. En lugar de retroceder avergonzada, como esperaba, se inclina ligeramente hacia adelante, meneando la cola suavemente.
"¿T-lo crees?"
Eso... no es lo que esperaba. Siento un sutil calor subir por mí cara antes de inclinarme hacia atrás, riendo torpemente. ¡Joder, Raptor! ¡Jesús! Hacía mucho que no me sentía tan tartamudo y tonto.
"Eh, je, sí. Es curioso, ¿verdad? Ya sabes, vamos al gimnasio todas las semanas y hacemos cosas juntos, así que supongo que parece que estamos saliendo..."
Algo se arremolina y me golpea en la espalda, haciéndome saltar hacia adelante con un gruñido. Por suerte, también me deja inconsciente y miro a Olivia con el ceño fruncido mientras se agarra la cola y la aprieta contra sí, sonrojándose como una tonta.
"¡Mierda, mierda, lo siento!"
Lo deja caer al suelo y se pasa las manos por la cara, quitándose él rojo mientras suelta su propia risa incómoda. Me mira de nuevo, con una sonrisa normal en su rostro.
"Eh... sí. Me divertí mucho hoy. Hacía mucho que no hacía algo... tan normal como esto. ¿Volver a ver este lugar? Es genial."
Asiento solemnemente.
"él cabrón o como se llame dijo que lo renovaron. ¿Es cierto?"
Ella tararea en voz baja, volviendo su atención hacia la galería más amplia, examinándola atentamente.
"Creo que cambiaron él papel tapiz. ¿Pero aparte de eso?"
Ella me mira con una sonrisa llena de nostalgia adornando su rostro.
"No... sigue igual. ¿Sabes qué ha cambiado?"
Arqueo una ceja y le pido en silencio que continúe.
"La gente de aquí."
Eh...
"Sí, creo que lo entiendo. Apuesto a que este lugar solía ser una locura".
Ella asiente con nostalgia, mirando hacia atrás a las máquinas recreativas.
"En aquel entonces, todas las máquinas estaban abarrotadas, había mucho más ruido y había algo..."
Ella se detiene, buscando la palabra correcta. La termino por ella.
"¿Electricidad?"
Ella me mira fijamente y me señala con un gesto emocionado.
¡Sí! ¡Electricidad!
Asiento con la cabeza.
"Como cuando tú y esos cabrones jugaban a ese juego."
Ella sonríe y asiente de nuevo.
¡Sí! Fue así, pero... más. Muchísimo más. Imagínate, pero en todo él edificio.
No tengo que pensarlo mucho. él hoyo es exactamente así. De repente, se desinfla con un profundo suspiro y se da la vuelta por completo.
"Ahora está simplemente... vacío. Como todo lo demás."
Miro a mí alrededor.
"No sé sí está vacío. Este lugar es demasiado ruidoso para mí, incluso ahora".
Tararea en voz baja, levantando su cantimplora y mirando la pegatina que me llamó la atención hoy. «Oh, oye, aquí está mi oportunidad». La señalo con un dedo despreocupado.
¿De dónde es esa pegatina? La vi cuando té traía agua.
Ella me mira con cara de póquer.
"Es solo de un viejo anime que recuerdo haber visto de niño. No es gran cosa".
¿Anime? Vuelven a aparecer en mí cabeza imágenes de ese superior y sus fotos filtradas. Mierda... bueno, ya sabes lo que dicen, la expiación tiene que empezar por algún lado.
"Algún anime antiguo, ¿eh? Anda, cuéntamelo."
Casi de inmediato, se inclina hacia adelante, con una mirada brillante que nunca antes había visto adornando sus ojos, que se dilatan rápidamente. Su mandíbula se abre ligeramente mientras examina mí rostro con atención, susurrando suavemente.
"¿De verdad quieres saberlo?"
Oh. Mierda. ¿Qué acabo de desatar?
"Eh... sí-"
Antes de que termine la frase, se acerca a mí en silla de ruedas y empieza a acosarme con una sinopsis, literalmente de memoria, sobre esta serie, que al parecer se llama 'Gundam'. ¿Va de gente con trajes robóticos enormes que se vuelan por los aires y qué? Suena genial, la verdad. Normalmente, me desconectaría casi al instante, pero... no sé. La pasión en su voz mientras sigue con su interminable diatriba me mantiene interesado. No tengo ni idea de qué demonios significa, pero en este momento sólo la escucho porque me gusta cómo suena su voz. Me dice lo que significa la pegatina; al parecer, pertenece a una facción de tipos que luchan por su independencia o algo así. Claro que sí. Lucha contra él poder. Supongo que se detendrá en varios puntos cuando de repente la retome y la convierta en una rama completamente diferente. Al parecer, esta serie tiene unas ochocientas versiones diferentes o algo así, y parece empeñada en explicármelas con lujo de detalles . Cualquier irritación que normalmente siento cuando me regañan es rápidamente superada y aniquilada por mi creciente cariño por Olivia. Estoy completamente absorto en ello. Una sensación me sube por la nuca, una con la que solo estoy familiarizado parcialmente. Recuerdo mi reacción anterior ante lo de la cita doble. ¿Yo... soy... yo? No tengo tiempo para darle más vueltas cuando Olivia, de repente, se atraganta con un «irk». Me inclino hacia delante, un poco alarmado.
"¿Estás bien?"
Ella me sonríe felizmente, su voz sale nuevamente áspera y miserable.
"¡Bien!"
Hago un gesto hacia la cantina.
"¿Necesitas más?"
Ella niega con la cabeza y se la lleva a la boca, bebiendo profundamente. Maldita sea... se está tomando esa mierda a sorbos. La última vez que la vi beber así fue durante la primera vez que hablamos de verdad en la clase de Iadakan. Finalmente la baja, suspirando de alegría. Asiento con la cabeza.
"¿Todo está bien?"
Ella lo devuelve.
"Mhm. Entonces, ¿dónde...?"
Ella se detiene, mirando hacia otro lado de repente y emitiendo un suave zumbido.
"En realidad, probablemente he estado hablando de ello durante demasiado tiempo".
"Oye, no dejes que té detenga. Ya me estaba metiendo en esto".
"No, estás bien. Me dejaste hablar de mí programa favorito, así que cuéntame sobre él tuyo".
Yo gruño.
"Sólo veo IFC, lo sabes."
Ella levanta una ceja.
"¿No tienes ningún programa favorito de cuando eras niño?"
Lo pienso y, eh... no... la verdad es que no. Espera. Oh, mierda, sí que lo hay.
—Eh, sí, en realidad. Era este... supongo, ¿anime?
Ahora parece interesada y arquea una ceja.
Era sobre boxeo. No recuerdo él nombre, ni cómo lo vi, sí vamos al caso. Creo que una vez encontré un DVD al azar en una tienda y le rogué a mí madre que me lo comprara porque me parecía genial. Era... lucha... ¿algo?
Olivia piensa por un momento, tarareando.
"¿Espíritu de lucha?"
Un recuerdo regresa a mi cerebro y chasqueo los dedos y la señalo, sonriendo.
¡Sí! ¡Sí, Espíritu Luchador! ¡Madre mía! Has visto mí firma, ¿verdad? Me inspiré en ella para su estilo.
Ella sonríe.
"Sabía que algo me sonaba cuando lo vi por primera vez. Qué divertido, D. Quizás podamos verlo algún día, la próxima vez que vengas a mí casa".
Asiento y la sonrisa no desaparece.
"Joder, sí."
Luego levanta una ceja y su propia sonrisa se transforma en una mueca.
"Pero sí alguna vez se pone demasiado serio, siempre puedes ver Power Raptors con Vinny".
Yo resoplé.
"Ya tuve suficiente con el niño solo, estoy bien".
Ella se ríe.
"Le gusta mucho. Recuerdo que mi padre me dejaba verlo de niño, y a Vinny le gustó porque se lo enseñé".
Su padre, ¿eh?
Qué bien. Sabes, dijiste que tú padre iba y venía mucho por trabajo. ¿Qué dice?
"Tiene contrato con él Departamento de Defensa".
Una parte de mí siente un nudo en él estómago. ¡Dios mío! ¿Su padre es un funcionario? ¡Joder! él delincuente que llevo dentro se está cagando de miedo. Cálmate, Fault.
"Maldita sea, cabrón."
Ella asiente.
¡Sí! Trabajo en la Fuerza Aérea desde que era un bebé.
Su rostro adopta una expresión neutra mientras mira hacia otro lado.
Normalmente no lo llaman tan a menudo, pero cuando lo hacen, es por mucho tiempo. Semanas, incluso meses.
Maldición.
"Eso debe ser duro."
Ella se encoge de hombros y me mira.
"No es tan grave. Seguimos llamándonos y enviándonos mensajes todo él tiempo. Simplemente está ocupado".
Asiento con la cabeza.
Bien. Mantenerse en contacto con la familia es importante.
Uf. ¿Por qué dije eso? Para mí horror, Olivia insiste.
"¿Y tus padres? ¿En qué trabajan?"
Debo poner cara de pocos amigos, porque de repente parece un poco preocupada.
"Yo, eh... vivo solo."
La preocupación no desaparece. Suena triste.
"...¿tú haces?"
Dios, Olivia, por favor, no uses ese tono de voz. Duele.
—Sí, claro. mí padre... paga él apartamento y todo eso. Él...
Mierda, ¿de verdad quiero decírselo? Joder. Evita él tema y espero que no insista.
"Es... ya sabes, té dije hace un tiempo que me enviaron aquí. Fue por mí cuenta."
"¿Y qué pasa con tú mamá?"
Ante eso, retrocedí con fuerza. De repente, pareció arrepentida.
"Yo... ella... murió hace un tiempo. sólo quedamos mí viejo y yo."
Antes de que pueda disculparse, la nave nodriza de Liz empieza a ponerse histérica por algo, sacándonos a ambos de la conversación HORRIBLEMENTE HORRIBLE en la que estábamos, gracias a Dios. Damien regresa corriendo, con la cabeza de Liz a cuestas, con un montón de entradas en los brazos, luciendo él pug más emocionado que le he visto hasta ahora. ¡Dios mío, cuánto papel! sólo verlo es suficiente para quitarnos cualquier resto de nervios a Oliva y a mí. Mierda, lleva entradas a cuestas . Liz se ríe alegremente.
"¡Damien ganó él premio gordo en Megala-Millionaire!"
Él asiente, sosteniendo su tesoro en alto para que él mundo lo vea.
"¡Esto son como mil boletos! ¡Voy a ver qué se gana en la sección de premios, venga!"
Sale a toda velocidad otra vez, Liz se levanta y lo sigue con él resto del grupo. Miro de nuevo a Olivia.
"¿Ya terminaste de comer?"
Ella mira la pila de alas casi terminada y gruñe en voz baja.
"Sí."
¡Uf! Sí, se me quitaría él apetito después de eso. Ambos seguimos a Damien y llegamos justo cuando dejaba su fajo de tickets en él mostrador, donde él dependiente lo miraba con una expresión parecida a la mía de «idiota». Damien no parecía darse cuenta.
"¡¿Qué puedo conseguir con estos bebés?!"
él empleado resopla.
"Nada, primero tienes que dejarlos en la taquilla".
Él silba.
"¡Mierda! ¡Lo olvidé!"
Sale corriendo a contarlos, y yo reviso las opciones de premio. Un par de juegos viejos por una estafa de varios miles, un montón de dulces y plástico en la vitrina, un montón de bromas, y él omnipresente rincón de los peluches, donde conviven tanto los juegos con licencia como los de imitación.
"¿Qué es lo que va a conseguir?"
Liz tararea pensativamente, bajando la cabeza lo suficiente para poder golpearse la barbilla con él dedo mientras examina la pared.
"Probablemente... ¿él minicoche RC? O, no, ¡quizás ese globo de plasma!"
Olivia interviene con tono aburrido.
"Él cogerá un puñado de dulces y nos dejará el resto".
Yo resoplé.
"Suena bien."
Al poco rato, regresa, entregando un boleto sencillo mucho mejor con él '1247' impreso. ¡Dios mío! ¿Se ganó él premio gordo del 'megalomillonario' y sólo le dieron eso? Este sitio es una auténtica estafa. Damien observa la pared, tarareando. Intenta conseguir un futbolín que está completamente fuera de su presupuesto, algo que el dependiente no tarda en señalar. Gruñe un «¡Uf, maldita sea!», y luego su mirada se dirige directamente a los dulces. Así que la profecía se cumple... y efectivamente, le toca una bolsita de chocolates y se gira hacia nosotros con una gran sonrisa boba.
"Ustedes pueden quedarse con él resto."
Olivia y yo intercambiamos una mirada mientras Liz habla.
"Eh... Realmente no necesito nada de esto."
Niego con la cabeza.
"Estoy bien."
Olivia interviene.
"Quizás quiera algo."
Se acerca en su silla de ruedas, observando la pared y tarareando en voz baja. Me pregunto qué le gusta cuando su mirada se posa lentamente en la esquina de peluche, y pone esa misma mirada brillante y abierta que cuando me explicaba Gundam.
"Woah...mira eso."
Sigo su dedo índice y retrocedo al instante. ¡¿Qué demonios es esa cosa?! Es una especie de... brillante... verde... jodidamente... ruborizada... cosa larga como una rana. Parece ser la última de su especie, y al mirarla, se me erizan los pelos de la cabeza mientras una necesidad primordial de genocidio me sube por la nuca. Damien parece igual de perturbado.
"¿Aquél?"
Él lo mira fijamente y de repente frunce el ceño.
"Quiero atarlo a un fuego artificial y prenderle fuego a una freidora".
Gruño en voz baja.
"Quiero arrancarle la maldita cabeza y arrojarla a un pozo de fuego".
Liz levanta ambas manos y nos golpea suavemente a ambos en la cabeza.
"Ustedes son groseros... pero no se equivocan. ¡Siguen siendo groseros!"
Damien la mira de reojo y hace una mueca.
"Parece que él es la razón por la que tenemos impuestos".
Esta vez gruño más fuerte.
"Odio su cara. Ese pedazo de mierda con cara de suficiencia".
él empleado interviene.
"Me he acostumbrado. Hace años que existe."
Damien lo mira con odio.
"Dile que lo odio."
Miro a Olivia, que todavía parece estar igual de enamorada de él.
"Por favor dime que realmente no estás entendiendo esto".
Ella se acerca a él con manos agarradoras, susurrando en voz baja.
"Wow... es igual que yo..."
él dependiente lo descolgó del gancho y se lo entregó, y ella lo miró fijamente, con sus ojitos asquerosos y mugrientos. Lo dejó en su regazo con una sonrisa.
"Sí. Igual que yo."
Damien lo mira con desprecio y él veneno brota de su boca de una manera que casi me sorprende.
"Voy a prenderle fuego algún día."
Olivia se da la vuelta y lo mira fijamente.
"No, sí té gusta tener ambos brazos."
Él no se echa atrás.
"Tenemos dos por una razón..."
Discuten de ida y vuelta durante varios minutos hasta que Liz mira su reloj y los mira de nuevo.
"Chicos, se está haciendo tarde. Creo que es hora de irnos."
Miro mí teléfono. Mierda, sí, lo es. Quiero ir al pit esta noche antes de que sea demasiado tarde...
"Mm. Sí."
Damien se desinfla.
"Aww... supongo que tienes razon..."
Todos empezamos a salir en fila hacia la salida, y cuando nos acercábamos, Damien se detuvo, respirando con alegría. Se giró para mirarnos con una sonrisa radiante.
¿Sabes? Fue muy divertido venir aquí todos juntos por primera vez en mucho tiempo. Gracias por invitarnos, Liz.
Ella sonríe, apartando tímidamente un mechón de cabello de su rostro.
"Oh, no hay problema."
Damien se gira hacia Olivia y hacia mí y asiente.
"Gracias a vosotros también."
Le doy una palmadita en él hombro sonriendo.
—Claro que sí, grandullón. Me lo pasé genial. ¿Y tú?
Él me lanza una sonrisa y la acompaña con un pulgar hacia arriba.
"Aún mejor."
Olivia tararea, llamando nuestra atención.
Sé que al principio la idea me dejó un poco indiferente, pero lo admito..."
Ella nos mira y sonríe ampliamente.
"Valió la pena."
Todos sonreímos y volvemos al estacionamiento, donde volvemos al coche y yo repito todo él rollo de la silla de ruedas, esta vez con mucho cuidado. Una vez abrochados los cinturones, Damien mira hacia atrás y vuelve a ver él temido peluche, y la discusión empieza de nuevo.
"Sólo digo que deberías intentar esconder lápices en sus orejas hasta que salgan por él otro lado de su 'cabeza'".
Olivia está completamente acurrucada en su rincón del auto, acurrucándose y apoyando su cabeza sobre él, sonriendo, al menos hasta que muerde a Damien.
"Si alguien le hace daño, lo mataré".
Yo resoplé.
"Bueno, tranquilo. Un fratricidio por un animal de peluche daría un titular de periódico de mierda".
Me estremezco de todos modos cuando Olivia lo abraza con más fuerza. Liz habla.
"Entonces, D... ¿quieres que té deje en tú casa?"
Hola.
"Sí. Déjame enviarte un mensaje de texto con mí dirección rápidamente".
El hecho está hecho, Liz sale del estacionamiento y entra en la carretera principal. El resplandor naranja del atardecer lo baña todo, desde la ciudad hasta el interior del auto, una luz que se pone hace que la recién descubierta fotógrafa en mi cerebro se detenga. Gracias, Ben. Una pregunta surge en mi mente para Olivia y me doy la vuelta para preguntarle, pero se me atraganta al girarme hacia ella. Está acurrucada tan pacíficamente, mirando por la ventana el paisaje que pasa. Siento que me pongo un poco rojo al contemplar la vista. Solo una palabra aparece en mi mente; "adorable". La... dejaré en paz. Después del gimnasio de hoy y toda esa actividad, debe de estar agotada. Aparto la mirada con una suave sonrisa, que lentamente se desvanece mientras pienso en la noche que estoy a punto de tener. Claro, fue emocionante... mucho, en realidad. Esta es otra noche que probablemente nunca olvidaré. Pero... esta noche es mi verdadero evento principal. No podía quitarme la persistente sensación de los relámpagos en la galería.
Tengo que luchar. Tengo que hacerlo. Necesito hacerlo.
...

Fallenman on Chapter 1 Sat 26 Jul 2025 04:50AM UTC
Comment Actions
Elcoral on Chapter 1 Sat 26 Jul 2025 01:05PM UTC
Comment Actions
PlumaEterna on Chapter 8 Thu 11 Sep 2025 04:20PM UTC
Comment Actions