Chapter 1: Veintiuno de marzo
Chapter Text
— Debiste traer el sol de Metrópolis a Gotham— Damián estableció como un hecho mientras Jon sacaba el asador de Alfred y se preparaba — según él — a dejar deslumbrados a sus compañeros con sus dotes culinarias; adaptadas al veganismo de Damián, por supuesto.
— Es una lástima para los adolescentes en vacaciones como tú— Jon revolvió el cabello a Damián sólo para molestarlo mientras Elizabeth recorría el jardín que Damián y Cassandra procuraban en memoria del hombre que todavía habitaba sus recuerdos.
— Como si tuviera tiempo— Damián dijo con hastío mientras de reojo vigilaba a Elizabeth.
— No seas un “papá” tan preocupado, ella está bien— Jon bromeó, puesto que el polen y la tierra no podrían afectar a la hija de Diana, una semidiosa
— No es por eso— Damián bufó y se encogió de hombros — Caín y yo nunca pudimos hacer florecer los tulipanes como Alfred, ¿qué tal si nosotros tampoco podemos marcar una diferencia. Por ejemplo, con Elizabeth, ¿ Ella también sólo utilizará a Hefestos como un forjador?— Damián preguntó mientras observaba las pulseras que Trinity movía para atraer a los pájaros hacia ella.
— ¿ Y él no era eso? —Jon tomó asiento junto a Damián mientras terminaba de moler las lentejas para las hamburguesas de su mejor amigo.
— Imagino que Louis te arrullaba con leyendas del vulgo — Damián afirmó con cierta altivez.
— Perdone, su alteza Al Ghoul.— Jon bromeó sin tomarse a mal que su amigo pensara que su madre le ocultó los detalles más sórdidos del mundo cuando él era un niño.
— Las Amazonas ahogaban o probaban sus torturas en los bebés varones y sólo Hefestos se preocupó por ellos, puesto que Hera tampoco fue agradable en su crianza con él— Damián relató con tranquilidad mientras Jon escuchaba y comparaba la información con la leyenda de Hefesto como el hijo nacido de la envidia de Hera y quién más adelante trató de violar a Atenea porque era un ser horrible en aspecto y comportamiento.
— ¿ Y él por qué continúa forjando las armas de las amazonas?— El mayor cuestionó y se sintió ofendido cuando Damián lo miró con escepticismo.
—¿ No es lógico que él forja armas para procurar la seguridad de esos bebés ? — Damián resopló y Elizabeth se acercó a ellos corriendo como una gacela, como si fuese hija de Hermes y no de Steve.
— ¿De qué están hablando tan emocionados ? — La niña se sentó entre ellos, acomodándose con total comodidad entre sus amigos, sus futuros compañeros de combate.
— Estábamos hablando de Hefestos—Jon abrazó a Elizabeth y la dejó patearlo mientras ella jugaba con sus pies.
— Un dios forjador y…— El adolescente llevó a cabo una pausa y suavizó su discurso— el protector de los Amazonas — Damián respondió con su característico aire serio.
— ¡ Pero no existen los hombres amazonas, tontito— Lizzy picó la nariz de Damián, quien frunció el ceño porque él quiso pensar que Diana era diferente, pero tal parece que mantener el status quo era más importante que la verdad, así que él se cruzó de brazos e intercambió una mirada con Jon.
Ellos podrían mantener una tradición o, simplemente, cambiar la visión del mundo de su compañera; aunque ella todavía fuese una niña.
— Lo hacen. Los hijos de Themyscira existen — Damián afirmó con autoridad — Aunque en una sociedad donde las mujeres rigen, ellos se mantienen en las sombras, siendo criados por Hefesto, quien los coloca fuera de la isla como guardaespaldas u otro tipo de protectores , pero ellos no pueden volver a Themyscira— Damián explicó de forma clara y ahorrándose los detalles más cruentos que Elizabeth adivinaba entre líneas.
— Un hijo de Zeus y Hera condenado por su físico— Elizabeth resumió lo que Jon y otros conocían y luego agregó— Y a la vez él protector de mis hermanos rechazados por su género, ¿ Creen que puedo conocerlo? — Lizzy preguntó tomando la mano de Damián mientras Jon terminaba de freír las hamburguesas veganas para comenzar luego con las de carne.
— ¿ El silencio implica que es algo que podría enojar a mi mamá o a mi abuela? — Elizabeth empezó a jugar con su cabello— Entiendo que los hombres están prohibidos en Themyscira por lo que pasó con el ojo de Antiope, nuestra fuente de la inmortalidad, ¡ Pero ya ni siquiera existe Esparta! De Cleomenes no queda ni el recuerdo en su propia estirpe…— Eli afirmó con seguridad y se encogió en sí misma, recibiendo caricias fraternales de sus acompañantes.
— Entonces, ¿ Hefestos no es un cornudo inútil si no el guardián de mi pueblo, de mis hermanos? — Elizabeth preguntó a los varones que la acompañaban; todavía dudosa al haber sido criada junto a Hipólita, Philippus y Artemisa.
— Sí, muchas veces las leyendas encubren hechos más importantes— Jon respondió mientras servía una hamburguesa para Elizabeth— Por ejemplo, mi padre vino a conquistar la Tierra, no a protegerla— Jon declaró con un poco de incomodidad que se disipó porque Elizabeth comparó a Clark con Gokú
— Las historias siempre tienen luces y sombras a veces inesperadas — Damián agradeció la hamburguesa de lentejas que Jon le sirvió y se sorprendió de que el otro también escogiera la hamburguesa vegana.
— ¿ Y cuál es la luz en la historia de Batman — La niña cuestionó con curiosidad y Damián le sonrió.
— El hombre que quería trabajar solo, creó una familia y yo que fui criado para ser el líder de la liga de asesinos, estoy aquí con dos estúpidos rayos de sol — Damián aceptó el beso en la mejilla que Lizzy le dió y también el beso similar por parte de Jon.
— ¡ Vamos a quitarte puntos del señor de la noche! — Lizzie dijo de buen humor, aunque en su mente todavía rondaba la idea de cómo un rechazado como Hefestos se convirtió en un símbolo de esperanza para los hermanos que Lizzie deseaba conocer y hacerlos visibles sin importar su género.
Jon miró a la niña y él pudo adivinar en qué estaba pensando:
— Cuentas con nosotros, tú misma serás una leyenda; una guardiana para Themyscira y quizá para el universo, pero no te precipites, Lizzie.
La niña frunció su boquita. La hamburguesa de lentejas era deliciosa, pero Jon era todo un aguafiestas.
— Ya habrá tiempo para nuestra propia historia— Damián limpió la salsa de catsup de la boquita fruncida de Lizzie y se sintió en el lugar correcto con las personas indicadas, aunque fueran un par de besugos, pero ellos no sólo eran parte de la futura trinidad de súper héroes si no que eran parte de su familia; parte del día luminoso que él estaba teniendo por primera vez en muchos meses.
Chapter 2: Hogar
Summary:
A veces Jon se pregunta de dónde vino su mejor amigo y Wayne decide contarle lo suficiente como para no ponerlo en peligro.
Notes:
Palabra: aldea.
Chapter Text
Smallville siempre tenía un buen clima y aire fresco, por lo que Jon solía pasar bastante tiempo con sus abuelos e incluso fue su idea invitar a Damián, quien no se veía feliz de encontrarse en la granja en lugar de entrenando como el resto de su familia.
— Entonces, ¿ Estás listo para ordeñar a Clara? Es importante que sepas cómo ordeñar o la Bativaca tendrá una mastitis— Jon mencionó y Damián a regañadientes fue por un banquito para no romper la rutina que conocía el animal.
Entre tanto, Jon estaba recargado en Clara y veía de reojo a su amigo, notando su tez oliva y la tonalidad de sus ojos; tan diferente a la de sus compañeros de escuela.
— Damián, ¿ Dónde naciste? — Kent preguntó curioso, queriendo ubicar de dónde provenía ese halo de enigma que quizá acompañaba a todos los murciélagos, pero especialmente a Damián.
— No puedo decirte la ubicación exacta, no seas idiota — Damián rodó sus ojos verdes y Jon notó que eran levemente rasgados en las comisuras, lo que le pareció bastante curioso y sus dedos recorrieron alrededor de la mirada de Damián, quien estaba bastante tenso debido a esa exploración sorpresiva
— Bueno, es sólo que papá habla acerca de lo extenso que es el mundo y sólo al conocerte entiendo que lo es— Jon dijo de buen humor y ladeando la cabeza a tiempo para esquivar una daga con una joya verde demasiado sospechosa.
— Nací en Medio Oriente y mi madre tiene un poco de ascendencia china— Damián respiró y trató de mantener a esta su carácter para que la vaca no se alterara por estar siendo ordeñada.
— Mi mamá nació en Metrópolis, aunque mis abuelos paternos son de Pittsdale— Jon explicó pese a la falta de preguntas por parte de Damián.
— ¿ Y cómo es tener alimento asegurado todos los días?— Damián preguntó casi con desinterés mientras dejaba a un lado el cubo de leche y Jon se estiraba, disfrutando de encontrarse en un rincón pequeño del mundo que siempre ha sido un refugio para él; lejos de las sombras del legado que llevaba sobre sus hombros.
Quizá por eso la curiosidad chisporroteaban en su interior, queriendo conocer cómo era el mundo de Damián más allá de la mansión Wayne y las galletas deliciosas de Alfred.
— Bueno, ¿ Y te gusta tu lugar natal? — Jon preguntó mientras llevaba el cubo a calentarlo en la estufa para preparar la leche que su abuela utilizaría para preparar alguno de sus pasteles.
— Depende— Damián expresó con frialdad — No tengo muchos recuerdos del laboratorio en Arabia Saudita— Damián admitió y se sintió aliviado al sentir el brazo de Jon rodeándolo por los hombros.
— ¿ Como Connor?— Jon preguntó retóricamente con interés, dado que aparte de su medio hermano, él no conocía a otro humano gestado artificialmente — Mis padres lo pensaron como una opción, mi mamá no llevó muy bien su embarazo y los videntes decían que si le pasaba algo conmigo en su vientre, ese sería el final del hombre del mañana — Kent reveló un secreto familiar con facilidad y Damián asintió, comprendiendo que hasta Clark Kent tenía debilidades muy obvias como lo eran su esposa y su hijo estúpido.
— Connor es diferente, en mi caso sí hubo un óvulo implicado— Damián corrigió a Jon y le pellizco la mejilla porque él no quería imaginarse un mundo sin aquel idiota sonriente—. Connor es un milagro narcisista que supongo Luthor podría patentar para hacer felices a las parejas del mismo sexo— Damián opinó y Jon ladeó la cabeza, puesto que él no había pensado en esa posibilidad.
— Eso es cierto, aunque no sé, ¿ Tú serías feliz con dos papás?— Jon preguntó a su amigo, recordando su catecismo.
— Creo que Dick salió bien siendo criado por tu papá y el mío— Damián fue honesto, aunque comprendió la duda de Jon, habiendo tenido de trasfondo espiritual al Islam antes de llegar a los Estados Unidos.
— ¿ Entonces tengo otro hermano mayor?— Jon río, pero sabía que Dick escogió su nombre de héroe gracias a un pasaje kryptoniano— Entonces Luthor podría hacer un bien a este mundo, ¿ Quién lo diría? — Jon apagó la estufa y ofreció un poco de leche caliente a Damián, quien aceptó pese a que ya era cerca del mediodía.
—Sabe demasiado azucarado— Damián se quejó en vez de agradecer, pero a Jon le era suficiente ver cómo su amigo terminaba su chocolatada.
— ¿ Y qué tal si hacemos algo diferente hoy?— Jon preguntó a su amigo mientras lavaba la taza que había sido ocupada.
Damián alzó la vista de su teléfono en dónde respondía a los mensajes de Alfred y levantó una ceja con su habitual expresión de desdén.
—¿ Qué tienes en mente, Kent?— Damian espetó con hastío.
—¿ Por qué no me llevas a dónde te criaste? Nunca he tenido la oportunidad de saber de tus orígenes, simplemente apareciste con ganas de asesinarme y luego vino la crisis alienígena—Jon sugirió, su voz rebosante de la emoción.
Damián dudó por un momento.
No es que estuviese orgulloso de sus raíces y tampoco podría poner en peligro a Jon, así como no podía herirlo negándose a su petición tan sencilla . Entonces, tras un breve silencio y algunas miradas significativas, Wayne asintió.
— Te llevaré a un lugar seguro, pero podrás comprender de dónde vengo— Damián pacto con Jon y buscó el sitio en Google Maps porque supuso que Jon no querría tomar un transporte.
Los niños tardaron unos minutos en partir, mientras Jon informaba a sus abuelos y luego a sus padres mientras Damián simplemente respondía las preguntas de Louise acerca de si aquel lugar sería seguro.
Y lo era.
Un oasis en Medio Oriente, las aldeas al norte donde el ser humano floreció en conocimiento eran ahora un refugio para quienes escapaban de la guerra y el caos.
Luego, ellos pelearon, pero Jon tenía razón en que era más cómodo para Damián ser llevado en brazos durante el vuelo a tierras desconocidas.
Y lo primero que Jon notó fue el calor seco, por lo que ahora entendía los motivos detrás de todas las capas de ropa de Damián en los Estados Unidos. No era sólo porque Damián ocultaba un sinfín de armas, si no porque Robin estaba acostumbrado a temperaturas que Jon encontró agradables tras unos minutos de conversar con los encargados de aquella aldea en particular.
— ¿ Árabe? ¿ Por qué no me dijiste que hablabas árabe? — Jon reclamó a Damián mientras intentaba que su celular funcionara para seguir comunicándose con los aldeanos.
—Te dije que nací en Medio Oriente— Damián dió un golpecito en la cabeza hueca de Jon— ¿ Crees que vivimos en una película donde todos hablan ingles? — Damián se cruzó de brazos mientras Jon aprendía los saludos gracias a unos niños locales.
Damián exhaló con los brazos cruzados. Él sabía que había llevado a Jon a una puesta en escena de la ONU; un lugar donde los niños reían y las personas adornaban sus casas temporales con tonalidades vibrantes.
Un lugar que irradiaba vida en lugar de adversidades como el hambre, la falta de agua y la amenaza continúa de misiles.
— No entiendo ni la mitad de las conversaciones, creo que tendrás que enseñarme árabe— Jon abrazo a Damián sin pena alguna— ¿ O cómo podré proteger a estás personas? Es decir, hasta ahora nunca me he preguntado cuántos idiomas sabe papá o sí acaso él puede llegar a escuchar los corazones de las personas en lugares tan recónditos como este — Jon no intentó encubrir su ignorancia respecto al tema y Damián lo respeto por eso.
— Eres mitad kryptoniano, tu raza aprende idiomas muy rápidamente— Damián dijo en inglés y después en árabe mientras Jon estaba pendiente tanto de sus labios como de sus palabras.
— Sabes que no soy tan ignorante, ¿ cierto? Sé bien que Siria no es así en todos lados — Jon afirmó con la vista fija en Damián, quien negó con la cabeza.
— Estúpido, pero no ignorante, pero tú serás el símbolo de la esperanza y quería que vieses cómo las personas encuentran la manera de sobrevivir y ser felices— Damián confesó entre dientes, resignado a que él estúpido de Jon Kent sería su Superman.
— Si voy a ser la luz, también puedo conocer la oscuridad— Jon afirmó recargando su cabeza en el hombro de Damián y aprehendiendolo del torso, orgulloso del compañero en quien Damián se estaba convirtiendo.
— Para eso me tienes a mí — Damián exclamó y el olor de su piel era más notable en el calor del desierto.
— ¿ Te tengo? ¿ Tan pronto te rendiste a los planes de nuestros padres? — Jon bromeó y estrechó a Damián, sintiendo que junto al otro, él podría proteger al mundo entero.
Damián comenzó a caminar aún con Jon pegado a su espalda hasta que encontraron un puesto de frutas y artesanías locales. Un anciano les sonrió sin dientes y les ofreció un par de dátiles frescos. Jon aceptó uno, mientras que Damian, aunque un poco reacio, también terminó aceptando.
— Es muy dulce— Damián se quejó otra vez y Jon mordió su mejilla obteniendo un golpe indoloro en el proceso.
— Quizá tú eres el dulce— Jon afirmó con mofa— Me trajiste al único lugar con esperanza en el Medio Oriente.
Y mientras el sol empezaba a ponerse, los dos amigos se sentaron en un banco de madera, observando cómo la luz dorada iluminaba los rostros sonrientes de los aldeanos.
Jon tomó un profundo suspiro, sintiendo que cada momento que pasaban allí era una lección valiosa.
—Algún día, ¿ Podré conocer tu verdadero hogar?— Jon preguntó y Damián lo miró fijamente, porque su hogar verdadero estaba junto a él en ese momento.
Después, ambos se quedaron en silencio, disfrutando del momento.
La amistad que compartían era como un refugio, un lugar seguro en un universo que a menudo parecía caótico y hostil.
En ese instante, no eran sólo los hijos de héroes famosos con legados insanos , sino dos chicos que habían encontrado un hogar en la conexión que habían forjado.
Chapter 3: Primer beso
Summary:
Una aventura más en el linde del peligro y la intimidad.
Notes:
Palabra: cueva
Chapter Text
Jon estaba aburrido y él esperaba que Damián también, así que decidió enviarle un mensaje que fue ignorado y tras diez de ello, Jon optó por una llamada para contarle a Damián acerca de sus sospechas de una cueva de kryptonita cerca de Metrópolis, a lo que el chico Wayne sólo respondió con voz átona:
— No sabía que estabas planeando tu suicidio, idiota.
—¡ No es eso, tonto! — Jon respondió de inmediato— Es sólo que se supone que la kryptonita es escasa en el planeta Tierra, pero joder, parece que mitad de la población humana tiene algo de kryptonita y, supongo que debe ser cerca de Smallville porque fue cuando la nave de papá perdió potencia. Además, debe ser un sitio de fácil acceso para millonarios como Luthor o ya-sabes-quién y cerca de Smallville sólo está la compañía minera de Metrópolis— Jon continuó con su razonamiento mientras escuchaba cómo Damián caminaba entre heno para alimentar a sus mascotas.
Wayne dejó al otro explayarse porque la teoría tenía sentido, pero él no sentía curiosidad al respecto y, mucho menos, si él iba a terminar cargando con Samuel cuando éste se debilitara.
Aún así, una vez que hasta Alfred, el gato, estuvo satisfecho, Damián avisó a Dick que iba a salir, sólo porque sería más problemático guardar el secreto y tener a Nightwing rastreandolo por el resto de la tarde.
Minutos más tarde, Damián ajustaba a regañadientes la chaqueta que Dick me recomendó para que Jon no sintiera los efectos de la kryptonita tan fuerte
— ¡ Me siento listo para la aventura! — Jon exclamó con una gran sonrisa, entendiendo el por qué Connor adoraba las chaquetas.
— Jon…— Damián dijo con seriedad — Estás demasiado cerca— Damián gruñó porque él podía respirar el aliento de Jon y sentir su estúpida calidez.
— Bueno, tú no trajiste nada para protegerte y la kryptonita puede ocasionar cáncer— Jon envolvió a Damián en un abrazo y sonrió.
— El uniforme de Robin ha mejorado con los años — El otro puberto explicó con reticencia, porque no podía decirle a Jon que Bruce creía que los kryptonianos eran una amenaza latente además de aliados ocasionales.
— ¡ Cierto! Antes los Robin utilizaban una tanga — Jon río mientras se recargaba en los hombros de Damián, quien negó con la cabeza con fastidio.
— Al menos teníamos la ropa interior en la posición adecuada — Damián dijo con seriedad, recordando los miles de memes acerca de Superman y sus super calzoncillos.
— ¡ Oh no creo que te quieras imaginar la ropa interior real de mi padre!— Jon afirmó y guiño un ojo a Damián, quien empezaba a dudar de su presencia en aquel lugar, pero aspiró y el chico intentó darle una oportunidad a su casi único amigo.
— Según mis investigaciones, en esta cueva debería haber algo interesante, con todos los protocolos de seguridad que se tiene que atravesar para llegar aquí— El chico tomó el brazo de Damián para así avanzar juntos.
—¿ Estás listo para la aventura?— Jon preguntó animoso— Incluso yo adelanté tareas para tener todo listo para pasar el día contigo— Kent soltó sin filtro alguno y Damián no respondió; confundido del por qué Jon quería pasar tiempo con él.
La brisa fresca de una corriente al interior de la cueva los envolvió y, si ese lugar no fuese un yacimiento de kryptonita, seguro que tenía consigo un secreto que entusiasmaba a ambos.
Las sombras parecían llamarlos y un escalofrío recorrió la espalda de Jon
— ¿ Estás bien?— Damián se escuchó preguntar a sí mismo y le resultó extraño, como si no fuese el hijo de Talia
— ¡ Lo estoy!— Jon respondió con una media sonrisa vacilona, porque el Dami que conoció jamás le hubiese preguntado eso y era un gran y aceptable cambio — Además, ¿ qué es lo peor que podría pasar? — Jon se cuestionó y varias opciones acudieron a su mente, pero no las comentó porque en su interior una voz pequeña dudaba de si debían tentar a su suerte o no.
— Idiota— Damián murmuró y encendió una linterna mientras le pasaba otra a Jon y juntos se fueron adentrando a la cueva. La luz de sus linternas danzaba sobre las paredes, revelando inscripciones antiguas y formaciones estratológicas que parecían contar una historia olvidada — una historia que debía ser olvidada—.
A medida que avanzaban, los sonidos del mundo exterior se desvanecieron, dejando sólo el eco de sus pasos.
—Mira esto —Jon señaló un pasaje estrecho al lado de ellos— Creo que podría llevarnos a un lugar más interesante— Jon guardó silencio mientras Damián revisaba si tendría señal para revisar el clima, pues si llovía, se estarían arriesgando demasiado pese a las capacidades especiales de Jon.
Al final, Damián asintió y fueprimero por el pasaje, asegurándose de ir marcando su recorrido para que Jon lo siguiera y no se perdiera en las galerías variantes.
El túnel era estrecho y el peso de ambos lo hizo tener un derrumbe pequeño que terminó con Jon encimado a Damián.
— Rodeame con tus piernas o seguirás deslizandote — El chico Wayne afirmó y Jon pensó escuchar mal, pero lentamente fue obedeciendo y notando la desaparición en la presión en su pecho — nada peligrosa, pero sí incómoda —.
Damián tenía unos ojos hermosos o eso pensaba Jon cuando sus miradas se encontraban cara a cara.
— Hay gotas de agua cayendo detrás de ti— Damián hizo notar a un hipnotizado Kent, quien prefirió seguir memorizando el rostro de su mejor amigo a poner atención a cómo iban deslizándose lentamente.
— Mamá va a matarme— Jon susurró quedito, sintiendo las manos de Damián sobre su pecho— Está era mi única sudadera buena— El chico terminó de decir y su acompañante suspiró por un problema tan común y corriente.
— Puedo pagarte otra si me ayudas a alimentar a Goliath en el fin de semana — Damián propuso mientras intentaba que su perfil y el de Jon tuviesen un mínimo de distancia y no se rozaran entre sí como un preámbulo
— Creo que — Jon parpadeó con cansancio y Damián supuso que estaban cerca de la kryptonita — si es que había dicho mineral—.
Después de lo que parecieron horas, llegaron al final de aquel conducto, a una cámara más amplia en donde una fuente de luz tenue iluminaba el lugar.
Jon continuaba abrazando a Damián, bastante cómodo con la inexistente distancia entre ellos, mientras Wayne lo permitía sólo porque el lago de aguas cristalinas estaba rodeado de estalactitas brillantes que parecían joyas glaucas y mortales para los kryptonianos.
— ¡ Qué genial! ¿ puedes tomar una foto por mí? — Jon pidió a Damián mientras él experimentaba el orgullo de tener habilidades periodísticas como sus padres y no sólo capacidades sobrehumanas
— Sí y ahora tenemos que regresar— Damián fijó su mirada en Jon, quien no lucía débil aún si su ego se dañaba un poco por tener que refugiarse detrás de la espalda de Damián que era más bajito
El silencio dominó la situación y Damián tras tomar las fotografías giró el rostro y sus ojos oscuros como el abismo reflejaron a Jon por un ínfimo segundo antes del contacto, del roce suave de sus rostros y labios que enfatizó la conexión palpable entre ellos.
Una chispa que los hizo sonreír en incómodo silencio.
Y con una nueva conexión entre ellos, comenzaron juntos a explorar el lugar, sabiendo que esa aventura era sólo el comienzo de algo mucho más grande.
En medio de las sombras de la cueva, sus corazones latían al unísono, listos para enfrentar cualquier desafío que el futuro les pudiera presentar.
Chapter Text
La habitación estaba sumida en una penumbra suave, iluminada sólo por la tenue luz de una lámpara de mesa.
El aire invernal se colaba por las rendijas de la ventana y aunque el mundo exterior estaba frío y distante; en el interior, un calor intenso y particular reinaba.
Damián Wayne estaba postrado en su cama con fiebre; el rostro sonrojado y la frente perlada de sudor.
Jon Kent, ahora un adulto gracias a haber ido a entrenar al espacio exterior, se encontraba sentado al borde de la cama de su amigo, observando con preocupación.
Él había ido volando a la mansión Wayne en cuanto Dick le comentó casualmente que Damián estaba enfermo.
Ese era el día de descanso de Jon y él planeaba pasarlo con Jay, pero sus planes se desvanecieron en cuanto supo que su antiguo mejor amigo estaba enfermo.
— No estoy tan grave, idiota— Damián protestó al sentir a Jon moverse para acomodarle el fomento sobre la fiebre; su voz era más débil de lo habitual, pero aún así él intentó desprenderse de las mantas. A pesar de su estado, los ojos de Damián continuaban desafiantes y resentidos en contra de esa versión de Jonathan.
— Neumonía, jovencito— Jon se burló con su voz ahora madura y grave— Deberías descansar en lugar de intentar levantarte— Jon continuó con una sonrisa suave pero seria; un gesto que Damián no le conocía a ese Jon.
Damián fingió obedecer y se recostó sobre la almohada con una sonrisa traviesa en su rostro que combinaba con su rostro juvenil y sonrojado.
—¿ Y quién te crees que eres para darme órdenes, Kent?— El adolescente susurró con sus ojos brillando con un atisbo de malicia— Yo no soy tan sumiso como Nakamura— Damián sonrió desafiante y estiró sus largas y desnudas piernas que hicieron que Jon decidiera que observar la pared era más que necesario; era su obligación.
— Ven, ayúdame, odio estar todo sudado— Damián se sentó y levantó los brazos para que Jon le retirara la camisa de su conjunto de ropa que valía más que el auto de segunda mano que Jon estaba aspirando a comprar para llevar a su novio a citas.
—Gracias, Jon. No estás siendo tan odioso como últimamente— Damián ladeó la cabeza en un obvio movimiento que atrajo la atención de Jon a la piel expuesta del joven atractivo al que dejó atrás— Me gusta más cuando no hablas por estar viendo lo que te perdiste— Damián agregó con calma y Jon sintió que su rostro se encendía con la familiar mezcla de nervios y emociones a las que jamás puso un nombre antes de su partida a Nueva Krypton.
— No creo que sea el momento para esta conversación, estás muy febril— Jon asistió a Damián a cambiarse a ropa que jamás le había visto antes, porque se perdió bastante tiempo al lado del chico que ya no le sonreía más, pero aún sabía cómo provocarlo.
—En otras palabras, estoy caliente — Damián replicó y sus dedos pasearon por el pecho de Jon, quien intentó no sonrojarse demasiado.
— Deberías tomar agua — Jon se acomodó para servir un poco de líquido de la jarra que el nuevo mayordomo trajo minutos atrás, cuando Damián no estaba semidesnudo entre sábanas, siendo tentación y haciendo entender a Jon el por qué su padre experimentó bastante antes de casarse con su progenitora.
— Entonces, ¿ estás volviendo a jugar a ser un boy scout? Creo que ese papel ya no es para ti— Damián afirmó y Jon asintió, porque en parte él escogió marcharse con su abuelo para dejar atrás la imagen de “chico bueno” y perfecto que estaba obligado a representar por ser el hijo de Superman.
— Aunque siempre puedes ser mi boy scout— Damián fue ágil en aprehender a Jon hacia él; un gesto que Jon no quiso evitar
Y al acercarse a la cama, el corazón del híbrido latió con fuerza.
La imagen de Damián, tan frágil y humano, lo hizo sentir una mezcla de preocupación y una atracción que no podía ignorar.
— Damián — Jon susurró mientras su frente se apegaba a la ajena— ¿ Cómo te sientes?— Jon aspiró él aroma a piel de quien fuese su mejor amigo y no pudo evitar recargarse en el hombro ajeno mientras la túnica del otro se ajustaba más a su cuerpo, acentuando sus músculos trabajados.
—Supongo que la fiebre hace su trabajo porque no te odio tanto como en otros días— Damián declaró con la voz ronca para luego agregar: — Sólo quédate conmigo y no lo arruines otra vez.
Jon tragó saliva. La cercanía de Damián lo hacía sentir un torbellino de emociones. Sabía que su amigo no estaba en su mejor momento, pero la calidez que emanaba de Damián lo atraía como un imán.
El mitad kryptoniano Intentó apartar la mirada, pero no pudo evitar recorrer con los ojos el rostro de Damián, sus labios apenas humedecidos, deseosos de un toque que Jon temía dar.
—Eres un tonto por enfermarte en primer lugar — Jon dijo, tratando de mantener su voz firme.
—Tú no entiendes — Damián respondió, su tono mezclaba desafío y vulnerabilidad— Tú me abandonaste y yo tenía que hacerte regresar a mí. No necesito explicaciones ni promesas— El chico afirmó con madurez— Tan sólo necesito que me escojas esta noche
—Damián, esto no es... —Jon comenzó a protestar, pero las palabras se perdieron en el aire cuando Damián cerró la distancia entre ellos.
De repente, sus labios se encontraron en un suave roce.
Jon sintió como si el mundo se detuviera. La combinación de la fiebre y el deseo lo envolvió por completo.
Damián, a pesar de estar enfermo, tomó la iniciativa, atrayendo a Jon hacia él con una intensidad que lo dejó sin aliento.
—No puedo... — Jon murmuró, separándose solo lo suficiente para mirar a Damián a los ojos. Pero el deseo que vio en el rostro de su amigo lo empujó nuevamente, y esta vez fue él quien provocó un nuevo beso.
Los labios de Damián eran cálidos y suaves, un contraste con el frío que envolvía su cuerpo. Jon cerró los ojos, dejándose llevar por la pasión que ardía entre ellos.
En ese instante, todo el miedo y la confusión desaparecieron, dejando solo la calidez de su conexión.
Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban entrecortadamente. Damián le sonrió, una sonrisa que iluminó su rostro a pesar de su estado.
—¿Ves? No necesito cuidados... sólo a ti.
Jon sonrió, sintiendo que esa noche en Gotham había cambiado todo entre ellos. La fiebre no parecía ser el único fuego que ardía en la habitación. Las palabras de Damián parecían flotar en el aire, cargadas con una tensión que ambos conocían pero nunca habían abordado.
—Tal vez... —Jon titubeó, sintiendo que su corazón se aceleraba—. Tal vez deberíamos hablar de ello más adelante, cuando no estés enfermo.
Damián sonrió, un gesto que iluminó su rostro. —¿Así que hay un "más adelante"? Interesante…
Jon se inclinó hacia adelante, incapaz de resistirse. —Siempre que tú quieras, Damián.
En ese momento, el calor de la fiebre y la cercanía de Jon parecieron entrelazarse, creando una burbuja a su alrededor. Damián, aunque aún consumido por la fiebre, se sintió más vivo que nunca.
—Entonces, ¿hablarás con Jay ? — Damián preguntó, su voz ahora un suave susurro.
— Supongo que será lo mejor — Jon respondió a regañadientes porque la magia del momento estaba siendo rota por la realidad y aunque sabía que el camino por delante estaba lleno de desafíos, él estaba dispuesto a recorrerlo, siempre que Damián estuviera a su lado.
Mientras Damián cerraba los ojos, dejándose llevar por el calor y la compañía, Jon se acomodó en la silla, sintiendo que, a pesar de todo, algo nuevo y emocionante había comenzado a florecer entre está versión de ellos.
Chapter 5: A cualquier precio
Summary:
Jane Todd está muerta y Taliase niega a dejar ir a su hermana, a su familia. Historia ubicada en tierra once. Tintes de omegaverso.
Notes:
Palabra: huesos.
Chapter Text
La penumbra de la noche envolvía a Gotham como un manto oscuro mientras Talia Kane se adentraba en los callejones olvidados; lugares en los cuales las sombras susurraban secretos.
Su corazón latió con fuerza al pensar en dónde cayó su hermana Jane Todd en su pelea contra Dawn por el manto de Batwoman
Talia sabía por su padre Ali al Ghul acerca del pozo de Lázaro; una fuente mística que podía devolver la vida a los muertos a un alto precio
Talia continuó deslizándose por los más corruptos recovecos mientras su alfa: Laurel Kent la observaba con una mezcla de preocupación y desdén , porque ella preferiría que su omega abandonara todo lo relacionado a su padre, debido a que lo místico y mágico no era el terreno de Supergirl y ella se sentía incapaz de proteger a su omega predestinada.
Usualmente, Laurel era la chispa de esperanza que iluminaba los oscuros pensamientos de Talia, pero en ese momento, ella no podía girarse a observar a su novia porque la mirada océano de Laurel era un océano de dudas ante el método que Talia escogió para que Dawn no llevase sobre sus hombros el deceso de la hermana de ambas.
— Talia, debe haber otra manera— Laurel se cruzó de brazos mientras rastreaba el área en búsqueda de alguna señal de caída. Ella era muy buena detectando cualquier indicio de incidentes en cualquier terreno— Revivir a Jane podría tener consecuencias que no estamos listas para enfrentar— Laurel se cruzó de brazos y Talia negó con la cabeza.
— Ya lo sé, pero no puedo perder a mis hermanas por una estúpida pelea, Jane porque es una estúpida kamikaze y Dawn porque es incapaz de aceptar que no todo es su responsabilidad y Tessa porque aún busca a mamá en el desierto y no estuvo a tiempo de detener este conflicto— Talia se detuvo en seco y alzó el rostro de piel de oliva para mirar a Laurel; desafiante y necia— Ellas son ahora mi familia, ¡ Y yo haría lo mismo por ti, estúpida!— Talia afirmó con decisión y Laurel cedió un poco; porque el destino le había concedido a una omega valiente, osada y apasionada con quién ella podía verse cuidando a sus hijos en el futuro — si es que tenían uno debido a todos los conflictos que debían enfrentar día a día.
— Haré cualquier cosa por ti— Laurel flotó detrás de Talia para abrazarla y brindarle apoyo, sintiendo cómo sus corazones se entrelazaban en ese momento. Tomó las manos de Talia entre las suyas y se prometió que de salir vivas conseguiría un anillo para Talia, quien no tenía vergüenza alguna al mostrar que estaba marcada por su alfa.
— Sólo no te pierdas en el proceso, cariño — Laurel pidió a la otra, quien bufó.
—¿ Crees que no sé lo afortunada que soy? El plan es Smallville, una granja y tú debajo de mí hasta que obtengamos a mi propio Robin — Talia comentó entre el sarcasmo y la ilusión, pese a hacer sonrojar a Laurel por lo directo de su implicación.
La tensión entre ambas llenaba el espacio como una tormenta que estaba a punto de estallar.
Talia, siempre tan fuerte y decidida, sabía que había algo más profundo en Laurel que la preocupación.
Aunque su alfa no lo dijera, había un temor en su voz, un eco de lo que podría suceder si el plan de Talia fracasaba.
Laurel, sintiendo que el momento era crucial, se acercó más, su aliento cálido contrastando con el aire fresco de la noche. Sin responder, inclinó la cabeza y capturó los labios de Talia en un beso suave, pero lleno de pasión.
Era un beso que prometía más que palabras, un ósculo que sellaba su conexión en aquel instante.
Cuando se separaron, Laurel se mordió el labio, su mirada ardía con intensidad.
— Vamos a intentarlo juntas, pero Talia, por favor, si hay algún riesgo para ti, comprende que voy a alejarte de inmediato de cualquier riesgo— Kent prometió besando el cabello de su novia antes de retornar la búsqueda por el cuerpo o lo que quedase de Jane tras la aparatosa explosión con la que ella cedió el manto a Dawn
— Siempre tan sobreprotectora— Talia sonrió y luego su gesto se congeló al notar un resplandor entre toda la ceniza de aquel callejón. Un diente; un simple diente; un hueso de nada que otros habrían pasado desapercibido.
Tras coger el diente, ambas chicas se dirigieron a la fortaleza Al Ghoul.
Laurel iba por delante de Talia a pesar de desconocer el camino, pero ella era el escudo y su omega la espada que se deslizaba para terminar en silencio con los vigilantes y guardianes. Ninguno de peligrosidad particular, pues toda la Liga de asesinos estaba ocupada tratando de rastrear a Batwoman antes que Red Robin diese con ella.
A medida que se adentraban en la fortaleza milenaria, el aire parecía volverse más pesado, como si quisiera detener sus planes, sin embargo, Talia cortó la palma de su mano y alimentó al lugar con su sangre y la fortaleza la reconoció como la futura heredera Al Ghoul pese a su casta inferior para su clan.
Al llegar, el pozo resplandecía con un brillo sobrenatural.
Talia se arrodilló, viendo la luz danzante reflejada en sus ojos. El corazón le latió desbocado.
—¿Estás lista? — Laurel interrogó, su voz un susurro tierno que hacía eco en su mente.
— Siempre— Talia se inclinó sobre el pozo y dejó ir el molar de Jane, suplicando porque la pulpa del diente fuese suficiente como para que el pozo tuviese acceso al archivo akáshico de Jane y la regresara a este mundo
Laurel sonrió. Cuando ella conoció a Talia, la niña estaba llena de odio y ahora, sólo había esperanza en la conexión que ella había cultivado con sus hermanas, con su familia.
De repente, el agua del pozo comenzó a burbujear y a brillar con una luz intensa.
Talia sintió una energía abrumadora que la rodeaba, la misma que había estado esperando. Pero en el fondo de su mente, una voz susurraba advertencias, una mezcla de excusas y temores.
Laurel, sintiendo que la conexión de Talia con el pozo era demasiado intensa, se acercó, abrazándola desde atrás.
— El precio a pagar— Kent susurró mientras estrechaba a su novia— ¿ Estás dispuesta a pagarlo? — Laurel prosiguió antes de que ella tuviese que utilizar su fuerza — la verdadera— para sostener a Talia lejos del pozo durante un terremoto que no era natural, sino interdimensional.
Talia dudó por un momento, la incertidumbre llenando el aire.
Pero, al mirar hacia el pozo y luego a Laurel, se dio cuenta de que no estaba sola. Su amor por Laurel y su deseo de revivir a Jane eran dos fuerzas que definían su ser.
—Estoy lista para enfrentar cualquier cosa, mientras esté contigo — Talia respondió con voz firme.
En ese instante, el agua del pozo se alzó en un torbellino brillante, y de ella emergió una figura que no era Jane Todd, sino alguien más que Laurel reconoció: Alura-El, la supergirl de otro universo a la que Talia miró con desdén.
La mente de Talia Kane estaba trabajando a mil por hora y no se alejó del pozo ni dió la espalda a su inoportuna contrincante, porque lo más importante era Jane y Talia estaba decidida a traerla de vuelta, sin importar las consecuencias.
— Lo siento, Laurel — Talia susurró mientras caminaba hacia el pozo y tras un suspiro profundo ella se sumergió en el pozo de Lázaro, invocando el poder de su clan que había traído de vuelta a tantos antes que Jane.
El agua pareció absorber la esencia de la chica , y en un instante que se sintió eterno, la luz llenó la cripta. Laurel rodeada de energía inestable se lanzó contra Alura; absorbiendo el ataque de ésta mientras las lágrimas corrían por su rostro mientras Talia no emergía del pozo.
Quizá nunca lo haría, Laurel no lo sabía, pero ella tomó como responsabilidad detener a Alura, demostrando ser más fuerte que su propia madre.
Y la bondad de Laurel desapareció ante el instinto alfa de proteger a su pareja, por lo que lo que después cayó al pozo fue el cadáver derretido hasta los huesos de Supergirl prime.
Finalmente, Jane Todd emergió del lago, respiró profundamente y sus ojos se fueron abriendo para corresponder a la mirada desconcertada de Talia al notar el aroma de la muerte en el aire.
—¿ Laurel?— Talia preguntó con resquemor mientras su alfa la abrazaba y se sentía menos sucia en sus brazos.
— Cualquier precio, cariño; cualquier precio por Smallville, una granja y nuestra familia — Kent susurró al oído de Talia mientras Jane trataba de ubicarse en la situación, dado que sus últimos recuerdos estaban lejos de ser gratos.
Chapter 6: Cada día es una nueva aventura
Summary:
Simplemente Jon y Damián enseñan a flotar a su primogénito.
Notes:
Palabra: inocencia
Chapter Text
Era una tarde soleada en Blüdhaven, las nubes eran ligeras y el aire estaba impregnado del aroma de las bugambilias.
En el jardín trasero de un matrimonio entre héroes, Jon Kent y Damián Wayne estaban listos para enseñar a flotar a su primogénito: Dean Wayne-Kent
Los ojos verdes del niño estaban fijos en sus padres, mirándolos con curiosidad, puesto que él quería volar como su padre.
Dean, a pesar de ser tan joven, comprendía que sus padres eran especiales y por eso él pasaba mucho tiempo con sus innumerables tíos o incluso con el abuelo Buce
—¿ Estás listo, campeón?— Jon preguntó mientras revolvía el cabello castaño de su hijo; herencia de la sangre árabe de los Al Ghoul.
— ¡ Sí! — El niño respondió emocionado y alzó sus bracitos, pero nada ocurrió, por lo que él frunció su boquita hasta que Jon se arrodilló a su altura y le dedicó una sonrisa llena de cariño.
Damián observaba la escena con orgullo y un poco de nerviosismo debido a su instinto protector omega de proteger a su hijo como de lugar; al niño que amó desde que fue planeado y después visto en una pantalla como una bolita bailarina.
Y es que si bien era cierto que Damián a la edad de Dean ya podía lanzar dagas mortales ; su hijo no estaba siendo entrenado para ser una marioneta de alguna asociación letal, sino simplemente explorando sus habilidades junto a sus padres en un domingo de descanso tras dejar que Connor y Tim protegieran Metrópolis y Gotham respectivamente.
— Recuerda, Dean, gateaste antes de caminar y flotarás antes de volar — Damián se puso a la altura de su hijo y comenzó con su habitual tono serio habitual al que su hijo ya estaba acostumbrado— Primero tienes que flotar, relajar tu cuerpo e imaginar que estás soñando, porque si te tensas, caerás de inmediato— El hombre fue directo y su descendiente se sintió importante al ser tratado como si fuese un miembro más del trabajo de sus padres.
Jon apoyó la mano en el hombro de su pareja y sonrió a su hijo que fue un embarazo difícil— Papá no vuela, pero él lo sabe todo, así que recuerda: “es como echarte una siesta en el cielo”—Jon afirmó y besó la mejilla de Damián antes de levantarse con Dean en brazos.
— Además, ni papá ni yo nos separaremos de ti— Jon agregó con convicción y los ojos del pequeño resplandecieron con seguridad, para después regalar una sonrisa que convenció a sus padres de que Dean no podría ser hijo único; ellos querían una familia más grande.
— ¡ Vamos a hacerlo juntos! — Jon achuchó a su pequeño mientras Damián veía al cielo en búsqueda de alguna posible obstáculo y al no encontrarlo, él se acomodó para que Dean se estirara recostado entre los brazos de sus padres, quienes lo veían con tal cariño que Dean se sintió el niño más protegido del mundo y se tendió, mirando hacia el cielo.
— Primero, cierra los ojos — Jon aconsejó mientras Dean movía sus piecitos con emoción.
Damián empezó a cantar para que su hijo se tranquilizara y Jon admiró tanto la voz de su esposo como el hecho de que su niño no tardara en ser peso muerto, somnoliento, pero con el corazón agitado debido a la emoción.
Dean se elevó apenas unos milímetros y luego río al sentir el contacto del aire fresco en torno a él.
—¡ Frío! — Dean exclamó y Jon se encogió de hombros, porque en teoría todo kryptoniano retenía la energía del sol amarillo en sus células, pero como Damián fue el resultado de un experimento de laboratorio, quizá la energía de Dean no actuaría como lo hacía la de un kryptoniano típico.
— Es un buen comienzo, pequeño— Damián aseguró en un tono de voz más relajado— Ahora, ¿ Puedes visualizarte flotando? Como en la piscina del tío Dick— Damián prosiguió mientras soltaba a Dean, confiando en los reflejos de Jon, quien estaba listo para sujetar al niño que se sostuvo a una distancia considerable del suelo.
Dean tembló ligeramente de emoción y sus manitas se elevaron para poder alcanzar a las aves, pero, para su frustración, Jon lo mantuvo flotando en el mismo lugar.
— No te conviertas en un globo, calabacita— Jon besó la coronilla de su niño, con el pecho henchido de orgullo y amor
—¡Papá malo! ¡ Yo quiero volar! — Dean protestó y Jon río, contento de no estar enseñando algo con armas a su enérgico muñequito.
— Dean, ¿ Alguna vez te he contado el error de Ícaro?— Damián abrazó a Dean, impidiéndole el vuelo y también lo estrechó para impedirle flotar mientras le narraba con dulzura una alegoría de cómo desear demasiado puede traer tantas consecuencias como comer demasiados dulces cuando se está bajo el cuidado de la tía Lian Todd.
— ¿ Y por qué él no quiso volar hacia la luna?— Dean preguntó con sus manitas recorriendo el rostro de su papá, deteniéndose en algunas cicatrices que se estiró para besar— La luna también es muy bonita, ¡ yo quiero volar bajo la luz de la luna! — El nene expresó y Jon se llevó las manos atrás de la cabeza porque eso significaba que su pequeño quizá en un futuro preferiría patrullar en Gotham.
Dean retomó sus intentos de flotar, midiendo la distancia para no estar lejos del alcance de ninguno de sus padres a quienes él notaba emocionados, como después de alguna “misión” peligrosa en el espacio exterior.
¡ Mira papá! ¡ Mira papi!— Dean gritó mientras sus pies rozaban el aire—¡ Lo estoy haciendo!! Wuuh!—Dean se quedó flotando como si lo hubiese hecho toda su vida y no sólo desde esa mañana cálida.
—¡ Así es, campeón!—Jon dijo con entusiasmo mientras Damián asentía con una sonrisa de satisfacción dibujandose en su rostro.
Con lentitud, Dean descendió al suelo y el niño abrazó las piernas de Damián con los ojos brillando de felicidad.
—¡ Upa!— Dean pidió y quién lo dió a luz lo recogió en brazos mientras exhalaba porque el bebé que se mantuvo tres días en la incubadora era ahora un niño animado que podía flotar y, tal vez, mañana: volar.
Tras abrazar a papi, Dean pidió estar libre para poder flotar hacia su padre con entusiasmo tal que hizo tambalear a Jon.
— Eh, estabas por dejar al mundo sin Superman— Jon bromeó y besó la coronilla de su amado hijo.
Jon y Damián intercambiaron miradas cómplices, sintiendo que lo estaban haciendo bien con esa pequeña vida.
— Quizá él se volvería Superman—Damián sonrió— Dean es un verdadero Kent— El omega agregó, orgulloso del niño de ambos.
— Uno con la determinación de un Wayne— Jon añadió con ensoñación, porque él no se podía imaginar criando a un niño sin la paciencia y el temple de su pareja.
Dean escuchó la conversación de sus padres y se giró de un lado a otro con una sonrisa traviesa en el rostro.
—¡ Voy a ser el mejor superhéroe de todos!— Dean afirmó con total seguridad y sus padres rieron cómplices con él, disfrutando de ese momento en familia.
En ese instante, rodeados de risas y amor, ellos sabían que cualquier desafío que enfrentaran no importaba; juntos, siempre encontrarían la manera de navegar las corrientes de la vida.
Y así, en medio de la calidez del sol y la alegría inocente de su hijo, Jon y Damián supieron que cada día sería siempre una nueva aventura en su pequeño mundo.
Chapter 7: Imaginala
Summary:
Damián es un selfshipper con Laurent Kent del videojuego "DC Legends".
Notes:
Palabra: vestido.
Chapter Text
Era un día gris en Gotham. Las nubes cubrían el cielo, y la lluvia caía con una suavidad melancólica.
Damián Wayne se sentía particularmente solo.
Hoy era su cumpleaños, y a pesar de ser el hijo del multimillonario Bruce Wayne, la soledad lo envolvía como una sombra. Su padre y medios hermanos estaban ocupados con sus propios asuntos, y la mansión Wayne, aunque imponente, le pareció vacía.
Entonces, el muchacho decidió que la mejor manera de pasar el tiempo sería dibujando.
Pronto, el varón colocó un lienzo en su escritorio y tomó sus lápices de colores. Sin embargo, no podía evitar pensar en Laurent Kent, su crush de "DC Legends".
Ella era la heroína perfecta en el juego y Damián había pasado muchas horas soñando con ella .
Así que la idea de dibujar a Laurent lo inspiró,por lo que pronto comenzó a esbozar.
Mientras sus manos se movían sobre el papel, la imagen de Laurent comenzó a cobrar vida. Su heroína , con su sonrisa encantadora, se veía fantástica en un vestido de gala como los que usaban las mujeres en las galas de la familia Wayne.
Damián sonrió para sí mismo al ver a Laurent en un atuendo tan delicado, elegante y vibrante.
Un vestido que destacara su figura atlética, pero que también le diera un toque suave y encantador.
Al continuar dibujando, Damián se perdió en sus pensamientos.
En su mente, él imaginaba a Laurent girando, su vestido ondeando en el aire mientras él sonreía, una sonrisa que solo él podía ver.
Para Damián, ese momento era perfecto. El arte tenía una forma de trascender la realidad y transportarlo por unos minutos a un lugar donde la soledad no existía.
“¿Qué pasaría si pudieras conocerla en la vida real?”, murmuró para sí mismo, sintiendo un leve rubor en sus mejillas.
La idea de convertir ese mundo digital en uno tangible le daba una sensación de entusiasmo.
Sin embargo, también le recordaba que esa conexión era solo un sueño.
Con cada trazo, la imagen de Laurent se hacía más vívida.
Damián puso su corazón en cada línea, cada color representando un sentimiento que nunca revelaría ni demostraría a terceros.
La alegría, la admiración y, sobre todo, ese amor secreto que lo llenaba de esperanza.
Cuando el muchacho terminó el dibujo, miró su obra maestra con una mezcla de satisfacción y anhelo.
Era un retrato de dos almas,Laurent y él, unidos en un momento que solo existía en su imaginación.
Pero gracias a esa fantasía, Damián se sentía un poco mejor; su forma especial de celebrar el cumpleaños que todos los demás olvidaron
Con una determinación renovada, decidió que, aunque hoy estaba solo, no siempre tendría que ser así.
Tal vez, algún día, él tuviera la oportunidad de conocer a alguien real como Laurent Kent,
Y esa noche, mientras la luna brillaba sobre Gotham, Damián guardó su dibujo en un lugar especial.
Era más que un simple arte; era la representación de sus sueños y su deseo de amor.
Sonrió, sintiendo que, aunque su cumpleaños había comenzado con soledad, había terminado con una promesa de esperanza.
Quizás el destino tenía planes para él, y algún día, se encontraría con su heroína, no sólo en un videojuego, sino en la vida real. Porque a veces, los sueños, por más lejanos que parezcan, están a sólo un trazo de distancia.
Chapter 8: El sacrificio
Summary:
Escena ubicada durante el sacrificio de Damián con la ecuación anti-vida.
Notes:
Palabra: misión.
Chapter Text
Jon Kent miraba fijamente la mano de Damián Wayne, su corazón latiendo con fuerza mientras el tiempo parecía detenerse a su alrededor.
El conflicto había sido feroz, pero ahora todo lo que importaba era la conexión entre ellos.
La mano de Damián era cálida, un recordatorio de que aún existía vida, incluso en medio de la destrucción que los rodeaba.
La ecuación anti-vida estaba a punto de explotar y mientras Jon sostenía con fuerza la mano de Damián, su mente se llenaba de recuerdos.
Él recordó cada misión que habían compartido, cada pelea en la que habían estado juntos.
Pero también recordó las veces que habían tenido que dejar de lado su propio deseo de ser felices, los momentos que nunca tuvieron la oportunidad de vivir.
—¿Damián? — Jon susurró, su voz temblorosa mientras un escalofrío recorría su espalda— ¿Puedes oírme?
Los ojos de Damián, normalmente tan llenos de vida y determinación, estaban cerrados, pero Jon podía sentir que aún había esperanza.
Con cada segundo que pasaba, la presión aumentaba, su compañero comenzaba a desmoronarse, pero Jon se negaba a soltar la mano de Damián.
—No puedes irte así — Superman dijo, sintiendo cómo el miedo y la desesperación se apoderaban de él a pesar de ser el símbolo de la esperanza del mundo. — No hemos terminado. No hemos tenido nuestra oportunidad.
Los ecos de agonía todavía resonaban a su alrededor y Jon recordó las veces que habían compartido risas, los momentos en los que Damián había dejado caer su guardia y se había permitido ser vulnerable.
Recordó las noches bajo las estrellas en la Baticueva, los secretos que habían compartido, y cómo cada pequeño gesto había significado el mundo para él.
—Nunca te he dicho esto — Jon murmuró, su voz apenas un susurro—, pero te necesito, Damián. No sólo como mi compañero en la Trinidad, sino como algo más. Te amo. Te he amado desde el primer momento en que te vi aunque fueses odioso.
Las palabras salieron como un torrente, llenas de una sinceridad que nunca antes había tenido el valor de expresar.
Y Jon se sintió liberado al decirlo, pero al mismo tiempo la tristeza envolvía su corazón al pensar que podía ser demasiado tarde.
De repente, una chispa de luz hizo a Damián parpadear, viendo al primero que lo hizo sentir bienvenido en un hogar: Alfred Pennyworth y la mano de Damián apretó más la de Jon.
Con un último esfuerzo, como si la vida misma dependiera de ello, Damián abrió los ojos.
— Jon— La voz de Damián era un susurro rasgado, pero la intensidad de su mirada opacaba al brillo mortal que lo envolvía — Siempre estuvimos juntos, no me hagas decirtelo si ya te lo he demostrado.
Con cada latido, Jon sintió que la conexión entre ellos se hacía más fuerte, más intensa.
La explosión de la ecuación se acercaba, y con ella la posibilidad de perderlo todo.
La certeza.
Jon no era lo suficientemente fuerte como para absorber toda la energía de la implosión y salvar a ambos.
Y él no tenía más plan que acompañar a Damián hasta el final, sin importar que el otro llevase un anillo que era una promesa a Nika o que Jon fue tan cobarde con sus sentimientos que prefirió entrenar con su abuelo a quedarse y crecer con el hombre que estaba sosteniéndolo — física y mentalmente—.Nada importaba ya porque no tenían tiempo, sólo el uno al otro
— Por favor, debe haber alguna manera para que esto no termine aquí— Jon imploró conteniendo las lágrimas—Se supone que íbamos a estar juntos por siempre
Damián sonrió débilmente, y en ese momento, Jon vio un destello del chico al que había llegado a amar.
La valentía y la fuerza que siempre habían caracterizado a Damián nunca se habían desvanecido.
—Quiza, pero tenemos una responsabilidad con este mundo y yo tengo una responsabilidad con mi elección de ser la persona que siempre creíste que yo era y no un asesino o el heredero de un legado que se ha extinto.—La determinación brilló en los ojos de Damián mientras una oleada de energía los envolvía.
En un último intento por aferrarse a lo que significaba, Jon atrajo a Damián hacia él, sus labios se encontraron en un beso lleno de anhelos y promesas.
Era un beso que desafiaba a la muerte.
Y en ese instante, mientras Damián estallaba, Jon supo que su amor por el otro era más fuerte que cualquier explosión, más fuerte que cualquier misión, y que siempre encontrarían el camino de regreso el uno al otro.
La vida era un suspiro, pero su amor era eterno.
Tiempo después, el eco de la explosión resonaba en la mente de Jon como un mantra incesante.
Después Jon se dejó caer en el suelo, con las piernas dobladas y la cabeza entre sus manos.
Su corazón latía con fuerza, pero no había suficiente energía en ese latido para llenar el vacío que había dejado Damian.
Wayne, el odioso Wayne había terminado siendo el héroe que todos necesitaban, el guerrero que estaba dispuesto a sacrificarse por el bien del universo.
Las estrellas titilaban con la misma indiferencia con la que el universo había mirado a su amigo en el último instante.
Jon suspiró, él recordaba la manera en que Damián levantaba una ceja, su expresión arrogante pero, al mismo tiempo, vulnerable.
La forma en que siempre intentaba protegerlo, aún cuando Jon no necesitaba ser protegido porque era el compañero de lucha de Damián, su amigo, su alma gemela
De súbito, las lágrimas empezaron a caer, calientes y saladas, surcando las mejillas de Kent .
Él se sentía perdido, como si el mundo entero se hubiera desvanecido junto con Damián.
Superman no podía comprender cómo ese chico que solía estar a su lado, discutiendo sobre quién era el mejor luchador, ahora no estaba más. Su mente daba vueltas, incapaz de aceptar la realidad.
La culpa devoraba a Jon.
Cada segundo que pasaba, el remordimiento crecía en su pecho, como una sombra que nunca podría olvidar. Había creído en la promesa de que siempre estarían juntos, que lucharían lado a lado en cada batalla, y que el amor se fortalecería en cada desafío.
Pero ahora, esa promesa se había convertido en cenizas.
— ¿ Cómo pude fallarte de esta manera?— Jon gritó, haciendo estremecer al mundo con su voz colmada de dolor. Después, Jon caminó y trató de recargarse en algún lugar, buscar alguna conexión con el mundo que lo rodeaba. Pero todo era un borrón; los colores se desvanecían, y la realidad se volvía borrosa.
Las risas, las peleas, incluso los momentos más simples... todo se había despojado de su luz.
—¿Qué se supone que debo hacer ahora?— Jon preguntó al aire, como si el universo pudiera responderlo porque él sentía que estaba incompleto y desde ese instante siempre sería así.
Las estrellas seguían brillando, ajenas a su sufrimiento, mientras Jon cerraba los ojos, permitiendo que las lágrimas fluyeran libremente.
En ese instante, Kent comprendió que el dolor nunca se iría, que la angustia de perder a Damián sería una parte de él para siempre. Pero también sabía que tenía que encontrar la manera de seguir adelante, de honrar la memoria de quien había sido su persona.
—Te prometo que no olvidaré— Jon afirmó y después agregó: Te llevaré conmigo en cada batalla, en cada decisión. Te haré sentir orgulloso, Damián. Siempre estarás en mi corazón—.
Y con ese juramento resonando en su pecho, Jon se levantó del suelo, decidido a no dejar que la oscuridad lo consumiera.
La luz de la memoria de Damián lo guiaría, incluso en los días más oscuros, y él se convertiría de nueva cuenta en el símbolo de esperanza que su mundo necesitaba, tal y como Damián lo había sido.
Además, la lucha no había terminado, y aunque Damián ya no estaba físicamente a su lado, su espíritu viviría en cada acción que Jon tomara.
Así, con el corazón pesado pero la determinación renovada, Jon se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el futuro, listo para enfrentar lo que viniera, con la memoria de Damián siempre en su mente y en su corazón.
Chapter 9: Lóbrega amnesia
Summary:
Colin decidió que Jon no merecía a Damián y en su ausencia en Krypton, se lo arrebató para siempre.
Notes:
Palabra: sin recuerdos
Chapter Text
En la ciudad de Gotham, donde la noche se funde con sombras y luces titilantes, Damian Wayne se sumergía en su trabajo.
Él era un artista gráfico reconocido.
Aunque la presión de sus exposiciones y la fama no podían llenar el vacío que sentía en su interior.
Había algo oscuro y nostálgico en su mente, una especie de eco de un pasado que no podía recordar del todo, pero que a veces lo asaltaba en momentos de soledad.
A su lado, Colin Wilkes, su esposo, era su ancla en un mundo que a menudo se tornaba inestable. Colin, con su pasión por la música y su sonrisa contagiosa, siempre lograba sacar a Damiyan de sus laberintos emocionales.
Sin embargo, había días en que la presencia de Jon Kent, el joven Superman que aparecia a menudo en la televisión, parecía que la mente de Damián se deslindara hacia secuencias mentales confusas como susurros en las noches más oscuras.
Una tarde, mientras el sol se escondía detrás de los edificios, Damian se encontró sentado frente a su computadora.
Su dibujo cobraba vida, un superhéroe volando entre nubes, pero en su mente, el rostro de Jon lo miraba con intensidad.
Era una mirada que lo llenaba de calidez, pero al mismo tiempo, lo atormentaba.
La conexión que sentía con él era diferente, más intensa.
Colin entró en el estudio, su voz melodiosa llenando el aire:
—¿Qué estás dibujando, amor?— El hombre preguntó, inclinándose para mirar la pantalla y Damian sonrió, pero su mente aún divagaba entre los recuerdos.
“Solo algo que se me ocurrió”, Wayne murmuró para sí mismo , pero en su interior, luchaba con la imagen de Jon, como si fuera un fantasma que nunca se alejaba de su vida.
Colin, perceptivo como siempre, notó el cambio en la atmósfera.
— Tal vez necesitas un descanso— Colin sugirió mientras masajeaba la espalda de su amante— Últimamente parece que algo te preocupa y si no puedes compartirlo conmigo, al menos necesitas un descanso— El varón sugirió antes de levantar el rostro de Damián y besarlo con dulzura
— Colin— Damián se dirigió a su esposo, sin apodos cursis o un tono de voz suave, si no con su estoicismo de costumbre— ¿ Alguna vez has sentido que conoces a alguien de otra vida? — Damián preguntó con la vista fija en su cónyuge, quien intentó irse por la tangente.
— Debe ser un pensamiento extraño, cariño, pero creo que todos tenemos esas conexiones inexplicables — Colin abrazó a Damián, su Damián ( y nunca más el de Jon)— Pero estamos juntos y eso es lo que importa— Colin remató con un leve encogimiento de hombros
El consuelo de Colin era dulce, pero no podía acallar el eco de Jon en la mente de Damián.
Entonces, esa noche, mientras las estrellas brillaban en el cielo de Gotham, Damian se permitió sumirse en sus pensamientos. En ellos veía a Jon Kent, volando alto y libre, un símbolo de esperanza y bondad que aprovechaba los minutos fuera de las misiones y los focos de los medios para besar y acorralar a Damián vestido con un uniforme que él casi reconocía. Las imágenes habían ido ganando tal claridad y tangibilidad que Damián se preguntó si acaso él no fue un héroe al lado de Jon.
Durante los días siguientes, Damian luchó por encontrar un equilibrio.
Él se sumergió en su arte, creando obras que reflejaban su confusión y dolor.
Cada trazo era un intento de deshacerse de los recuerdos de Jon, de entender por qué aún lo sentía tan cerca.
Colin, siempre a su lado, le ofrecía apoyo, pero no podía evitar sentirse un poco desplazado por la sombra que Jon proyectaba.
Una noche, mientras Damian estaba en una exposición, se encontró con un grupo de artistas que hablaban sobre la influencia de Superman en la cultura contemporánea. Uno de ellos mencionó al Superman actual y el corazón de Damián dio un vuelco.
La intensidad de sus recuerdos se intensificó, llevándolo a una espiral de desamor. ¿Qué pasaría si nunca pudiera liberarse de Jon?
Minutos después, Colin notó la tensión en el rostro de su esposo y se acercó.
— Amor, pareces perdido—El hombre tomó el rostro de Damián con preocupación y la inseguridad se coló de nueva cuenta entre ellos.
— Es Jon Kent— Damián fue honesto con el hombre que aprovechó que Kent se fue a Krypton para atacar a la familia Wayne y así recuperar a su primer amigo, a su primer amor y ahora esposo— A veces siento que una parte de mí está stars a él — Damián negó con la cabeza, sintiéndose insano por su sentir
Colin lo miró, su expresión cambiando de preocupación a determinación.
— Quizá son recuerdos de otros mundos, ya sabes que hay otras tierras— Colin afirmó con tranquilidad— Pero lo que realmente importa es a quién elijamos amar aquí y ahora— El hombre trató de ser convincente sin querer utilizar las toxinas que pertenecieron a su captor que terminó siendo su mentor, su primera víctima.
Damian sintió que las palabras de Colin eran un bálsamo, pero el dolor seguía presente porque había un amor que nunca podría tener, un héroe que nunca sería suyo.
Decidido a enfrentar sus sentimientos, Damian se adentró en su arte, como un ritual para liberar su corazón.
Creó una serie de piezas que exploraban el desamor: superhéroes distantes, recuerdos perdidos y la lucha entre el pasado y el presente.
En cada imagen, él dejó caer un trozo de su dolor, liberando el peso que llevaba sobre sus hombros.
Colin, al ver la evolución de Damian, entendió que el camino hacia la sanación pasaba por aceptar el pasado, por dejar que Jon fuera parte de la historia de su esposo, pero sin permitir que interfiriera en su amor. “Nunca serás menos para mí” Él le dijo una noche a su obsesión, a su único amor sosteniendo sus manos. “Eres tú a quien elijo, siempre”.
Damian sonrió, una sonrisa genuina que contenía gratitud y amor.
Quizás los recuerdos de Jon nunca desaparecerían por completo, pero su vida con Colin era real y tangible. Con cada día que pasaba, comprendía que el desamor no significaba que no pudiera amar profundamente.
Y así, en la ciudad oscura de Gotham, entre sombras y recuerdos, Damian Wayne encontró su paz en el presente, mientras sus recuerdos danzaban en el fondo, pero ya no lo definían. Al final, su mayor aventura era el amor que había elegido construir a su lado: el amor de Colin Wilkes.
Chapter 10: Una lección oscura
Summary:
Bruce les dió una misión casi imposible a su hijo y a Jon: descubrir el origen de las huellas sangrientas que han aparecido por casi un siglo en el bosque de Ciudad Central.
Notes:
Palabra: siglo
Chapter Text
Era una noche oscura en la ciudad y la brisa fría del otoño susurraba entre los árboles. Jon se estiró, él tenía otra imagen de Ciudad Central y nunca imaginó que estaba rodeada de un bosque tan espeso.
— Supongo que por algo nuestros padres nos dieron esta misión, para que dejemos atrás nuestros prejuicios — Damián se esforzó y estiró su mano para sujetar la de Jon, agradecido porque el otro lo escogiera a él, a la Tierra, en vez de ir a entrenar a Nuevo Krypton con su supuesto abuelo.
— Un orfanatorio dónde desde hace un siglo aparecen cientos de huellas que ni Flash o Linterna verde pueden explicar— Jon alzó sus nuevas gafas con el dorso de su mano y continuó analizando la información que Bruce les proveyó— ¿ Acaso no existe la Liga Oscura para esto?— El adolescente ladeó su cabeza, pensativo.
—Es una prueba, porque Constantine o Zatanna podrían estar muertos cuando nosotros seamos Superman y Batman— Damián mencionó con frialdad, porque la mayoría de los equipos que protegían a la Tierra estaban conformados por humanos y los seres humanos eran mortales.
— Los rumores dicen que hay espíritus vengativos que acechan en el bosque, ¿ Y cómo carajo quieren que luchemos contra fantasmas?— Jon trataba de ver entre los árboles algún reflejo que fuese particular, pero el lugar era silencioso y tenso, como en las películas que Kent trataba de ignorar cuando buscaba qué ver en Netflix junto a Damián.
— No importa si resolvemos el misterio, lo importante de esta misión es encontrarnos en una situación donde tus poderes o mis habilidades resulten inútiles— Damián puntualizó con su voz grave — Es una prueba más, porque nos enfrentaremos a enemigos que ni siquiera lograremos comprender— Damián sostuvo con fuerza la mano de Jon, agradecido con tenerlo a su lado.
— Sólo tú y yo enfrentando lo desconocido — Jon agudizó el oído, pero sólo había algunos sapos en un estanque cercano.
De cierta forma, él comenzaba a preferir a los enemigos tangibles en vez de aquellos que resultaban desconocidos e invisibles
Ellos caminaron el resto de la tarde hasta llegar a una construcción gótica a la cual era obvio que el fuego arrasó
— No son cenizas humanas— Wayne determinó antes de avanzar entre restos niveos y olorosos a hierro —No pongas esa cara, tonto, fui criado como un asesino y a ti no te haría mal reconocer los restos humanos, porque tendremos que enterrar a muchos — Damián afirmó y Jon resopló porque ser súper héroe parecía más divertido en su infancia que en ese momento.
—¿ Tienes corazón? Estás hablando de vidas humanas—. Jon recargó su cabeza en Damián, quien le correspondió el gesto.
— Tú me diste un corazón y simplemente estoy siendo realista. También los héroes sin tanto reconocimiento como los bomberos o policías se enfrentan a la muerte día a día— El chico dijo mientras Jon lo besaba en la mejilla.
Al cruzar el umbral, el aire pesado se sintió cargado de historias no contadas.
Las paredes eran de piedra desgastada y marcas de uñas recorrían los muros de arriba a abajo.
—¿ Lo escuchas?— Jon preguntó al apreciar el sonido de risas infantiles resonar en las ruinas de habitaciones
—No, pero puedo verlo— Damián señaló a la huella de sangre fresca que se formó justo delante de ellos.
Jon se inclinó a tomar una muestra de la sangre. Parecía fresca, demasiado fresca, pero no pertenecía a ese mundo de acuerdo al instinto de Kent.
Justo entonces, un grito lejano resonó a través de las paredes del orfanato.
— Tranquilo— Damián tomó el brazo de Jon— No creo que la magia esté implicada— El chico afirmó y su acompañante le creyó por el simple hecho de que era Damián, su Damián.
El futuro Batman alistó un par de linternas y Jon aprehendió una, percatandose que ese diseño era más una arma que un simple faro.
— Un regalo de Tim— Damián murmuró a regañadientes, porque su relación con Drake era espinosa, pero aún así ambos eran hermanos.
Pronto, toda luz, incluida la de la luna comenzó a parpadear y una figura sombría apareció brevemente al final de las escaleras derruidas. Una silueta sin respiración o alguna otra señal de vida.
Damián y Jon intercambiaron miradas, ambos comprendían que iban a cruzar una línea peligrosa.
— Hay que subir— Damián ordenó con determinación y la pareja fue subiendo escalón por escalón crujiente hasta dar con un viejo archivo que estaba iluminado por una luz tenue que Jon reconoció como radiación y, por ende, se interpuso entre Damián y aquel objeto para así desempolvar un archivo viejo que parecía haber sido desordenado a propósito.
Las páginas estaban llenas de informes sobre experimentos inhumanos realizados en los niños que solían vivir allí. Jon leyó en voz alta y mantuvo a Damián detrás de él, porque la energía que emanaba el objeto era extradimensional; aunque eran peores los títulos de la bitácora acerca de"Proyectos de mejora genética" y "Resultados: niños con habilidades sobrehumanas".
— Aférrate a mí — Jon ordenó con seriedad mientras la habitación terminaba por derruirse y ellos se encontraron en lo que parecía el eco del orfanato: una distorsión dónde había niños atrapados y sombras danzantes.
Damián miró a Jon. Era obvio que alguien experimentó con los niños un siglo atrás y terminó atrapando a los desafortunados infantes en una zona entre la vida y la muerte.
Alrededor de ambos , figuras infantiles se acercaban, sus rostros pálidos y ojos vacíos. Algunos eran felices, otros estaban llenos de terror, pero todos deseaban ser liberados de su sufrimiento.
—Debemos salir de aquí— Jon sugirió, pero antes de que siquiera pudieran respirar: una sombra enorme emergió de la oscuridad; la manifestación de sus peores miedos y pesadillas. La esencia de lo que había sucedido en ese orfanato: el horror de los experimentos que habían transformado a los niños en lo que eran.
—No se pueden ir —La sombra afirmó, su voz como un eco de mil lamentos.
Damián, sintiendo la presión del peligro, activó su instinto de lucha y se lanzó hacia la sombra. Jon lo siguió y rompió la regla de no poderes para activar su visión de rayos X, intentando dañar a la sombra.
La batalla fue intensa, con la sombra intentando devorarlos en un torbellino de oscuridad.
Y los niños atrapados comenzaron a unirse a su lucha, sus gritos resonando en el espacio, dándoles fuerza. Damián y Jon, luchando juntos, se dieron cuenta de que podían liberar a esos niños si unían sus fuerzas.
Lamentablemente su batalla en el presente fue una gran explosión en el pasado que arrasó tanto con los líderes de aquella profanación como con los niños que fueron muriendo uno a uno, siendo liberados de su prisión a un alto costo.
Cuando el último niño dió su suspiro final, Damián y Jon se encontraron de nuevo en el orfanato, la noche aún oscura y silenciosa, pero sin el peso de aquellos que habían sido atrapados.
— ¡ Los asesinamos, Damián!— Jon exclamó con la cabeza entre las manos mientras Damián lo besaba en el cabello.
— Los liberamos— Wayne corrigió con dulzura, con el corazón aún latiendo a flor de piel y la voz de su abuelo en su cabeza, declarando que Damián nació para ser un asesino y nada más.
— Quiero pensar que así fue— Jon abrazo a su acompañante mientras agudizaba sus sentidos, pero ya no había sonido alguno o huellas que fuesen silenciosos gritos de ayuda porque la ambición de unos cuantos lastimó a cientos de inocentes.
Y mientras salían del orfanato con las manos entrelazadas , ambos sabían que sus vidas habían cambiado para siempre. La pesadilla que habían enfrentado no era un simple eco del pasado; era un recordatorio de que el mal siempre acechan de formas inimaginables y ellos escogieron ser los guardianes que no permitirían que más inocentes fuesen atormentados.
Chapter 11: Bajo las estrellas
Summary:
Una unión física y emocional entre Jon y Damián bajo las estrellas de Gotham
Notes:
Palabra: cicatrices
Chapter Text
Era una noche tranquila en Gotham.
La luna brillaba en lo alto, iluminando los edificios y creando sombras misteriosas en las calles.
En la azotea de un viejo edificio, Jon Kent y Damian Wayne estaban sentados.
Ellos habían pasado la noche patrullando juntos, como lo hacían a menudo, pero esta vez había algo diferente en el aire.
Jon miró a Damian, el chico con el que había compartido tantas aventuras y había forjado un vínculo inquebrantable. Damian era fuerte, astuto y a veces, un poco complicado, pero había una belleza en su lucha interna, en sus cicatrices que contaban historias de batallas pasadas. Sin pensarlo dos veces, Jon rompió el silencio:
—¿Puedo preguntarte algo? —Samuel preguntó, sus ojos brillando con curiosidad.
Damian giró su cabeza, arqueando una ceja.
—¿Qué estupidez vas a preguntar? —Damián rumió, notándose la desconfianza en su voz.
— ¿ Puedo besar cada cicatriz que tienes?— Jon fue directo, su petición salió sin filtro de su boca
Damian lo miró fijamente y su mente se colmó de pensamientos.
Era cierto que él había acumulado muchas cicatrices en su vida; cada una representaba una lucha, un sacrificio.
Pero también eran parte de quién era él, y nunca había pensado que alguien querría besarlas.
—¿Por qué harías eso? — Robin preguntó con un leve destello de interés en su voz.
—Porque son parte de ti. Y yo quiero conocer cada parte de ti, incluso las que consideras imperfectas. —Jon sonrió, acercándose un poco más hasta hacer contacto con el cuerpo ajeno.
Damian sintió un cosquilleo en su estómago, algo que no podía ignorar.
Además, él se sintió estúpidamente vulnerable.
— Pero…— Damián entreabrió la boca y recibió un beso apasionado de Jon que duró minutos mientras Wayne lograba relajarse en brazos del otro.
— Sin “peros”, sólo confía en mí— Jon comenzó a besar la cicatriz en la mejilla de Damian, un pequeño corte que había recibido en una pelea.
—Esto es sólo el principio — Jon murmuró Jon, antes de continuar.
Uno tras otro, Jon exploró cada cicatriz, sus labios suaves y cálidos sobre la piel de Damian.
Cada beso era un acto de ternura, un reconocimiento de las batallas que Damian había enfrentado. Jon se detuvo en la cicatriz más grande, una que cruzaba el pecho de Damian, recordándole a ambos las sombras del pasado.
—Eres increíble — Jon susurró, sus ojos llenos de admiración.
Damian sintió que su corazón se abría.
Por primera vez, no se sentía avergonzado de su historia, sino más bien agradecido de tener a alguien que lo entendiera y aceptara.
— Es un requisito de ser Robin: morir y renacer en algún momento— Damián restó importancia a haber sido asesinado por Mika. Después de todo, él rompió su corazón que ahora pertenecía a Jon y a sus labios cálidos en la piel descubierta.
Jon se encimó sobre Damián, cubriéndolo de la brisa nocturna con su cuerpo y los besos se volvieron más apasionados.
Jon, animado por la conexión que se estaba formando, comenzó a retirarse la capa y luego el resto de su uniforme mientras Damián devoraba con la mirada cada retazo de pie cálida y tonificada.
Y con cada prenda menos, Jon se sintió más cerca de Damián, física y emocionalmente.
—Te estás confiando demasiado— Damián declaró al sentir que él momento se volvió un poco más intenso ahora que estaban desnudos y el roce de sus pieles estaba regocijando el anhelo carnal mutuo — ¿ Estás seguro de esto?—
— Estoy seguro si tú lo estás — Jon respondió buscando la aprobación en los ojos de su compañero.
Damián asintió y en un instante de valentía él se acercó más a Jon y ambos se besaron profundamente, sintiendo cómo las tensiones del mundo se desvanecían en el aire fresco de Gotham.
Cada beso era un compromiso, una promesa de que estarían juntos, no sólo en las batallas, sino también en la vulnerabilidad del amor.
La brisa de la noche acariciaba suavemente la azotea del edificio abandonado en Gotham. Las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos, creando un telón de fondo brillante que contrastaba con la oscuridad que los rodeaba. Jon Kent y Damian Wayne estaban desnudos, sus cuerpos entrelazados en una intimidad que desbordaba la tensión acumulada de años de amistad, rivalidades y secretos.
Los dos chicos habían pasado por tantas cosas juntos: peleas con villanos, noches de patrullaje, y un sinfín de malentendidos. Pero esta noche era diferente. El peso de sus responsabilidades, el legado de sus familias, parecía desvanecerse mientras se miraban a los ojos, buscando respuestas en el profundo mar de sus almas.
— No soy bueno con esto, Jon— Damián interrumpió el momento— No sé cómo ser lo que tú necesitas…
— Ya eres perfecto— Jon declaró antes de adorar las cicatrices en la cadera de Damián y de ahí descender a los muslos internos, aspirando el aroma a intimidad que erizó su piel y lo puso duro.
Damian cerró los ojos, inhalando la esencia del chico que lo había vuelto loco durante años. La dulzura de Jon lo envolvía como un abrigo cálido en una noche fría
— Mentiroso, dijiste que sólo besarias mis cicatrices— El chico acarició el cabello oscuro de Jon.
— Bueno, no puedes culparme por querer más— Jon acarició el cuerpo de su amado y su mano se dirigió a la barbilla y la boca de Damián, quien comprendió y empezó a lamer los dedos de Jon, haciendo estremecer al supuesto súper héroe invisible que estaba derritiéndose ante los complicidad del momento sensual y el consentimiento mudo a algo más que ambos deseaban desde hace tiempo.
Después, la exploración comenzó, titubeante y gentil, tal y como también lo sería su compenetración. La chispa entre ellos ardía, y el universo implosionó.
— Eres todo lo que no sabía que necesitaba— Damián murmuró entre besos, su voz entrecortada por la pasión.
—Y tú eres todo lo que nunca supe que anhelaba— Jon respondió Jon, sus ojos brillando con amor.
La noche avanzaba, pero el tiempo carecía de sentido mientras se entregaban el uno al otro, juntos en su pequeño rincón del universo.
El amor que florecía entre ellos era tan intenso como cualquier batalla que habían librado.
A medida que se consolaban en el silencio, el futuro ya no parecía tan aterrador. Juntos, eran invencibles.
Y así, en esa azotea, bajo un manto de estrellas, Jon Kent y Damian Wayne encontraron la paz entre el caos, listos para ser uno en cuerpo y corazón, enfrentando cualquier desafío que el destino les tuviera reservado y también las cicatrices del pasado se suavizaban y olvidaban en el vaivén acompasado de sus corazones latiendo al unísono.
Chapter 12: No hay cenizas, sólo llamas
Summary:
Es el la gala de la Fundación Wayne y Jon asiste con su novio Jay mientras Damián lleva del brazo a su prometida Nika
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Era la gala de la Fundación Wayne.
La construcción estaba iluminada por una extraordinaria cantidad de luces que reflejaban el deseo de unidad entre los héroes del mundo que asistían como civiles, confiados en que los villanos no querían que los héroes se volvieran ferales sin su identidad del día a día.
Jon Kent llegó con su traje azul oscuro y corbata perfectamente ajustada, sintiéndose un poco fuera de lugar en un evento donde había personal exclusivamente para guiarte a tu mesa; doscientas de ellas, cada una con una escultura de hielo personalizada.
Al lado de Jon estaba Jay Nakamura, su novio de cabello rosado, quien miraba de un lado a otro, esperando por el representante de Bruce Wayne.
Y no muy lejos de ellos, Damián Wayne saludaba a los miembros aún activos de la Liga de la Justicia. Su mirada seria y su porte hacían que sus hermanos y Terry pasaran desapercibidos.
Del brazo del heredero Wayne iba Nika, vestida con un vestido rojo espectacular que acentuaba su personalidad fuerte y decidida
La mirada de Jon Kent se centró en Damián en su papel del heredero perfecto.
Y aunque Jon tenía a Jay a su lado, él no podía evitar sentir una punzada de celos cada vez que veía la sonrisa victoriosa de Nika
Entre tanto, Damián también estaba inquieto aunque no lo demostrara
Él era feliz con Nika. De verdad lo era, pero, a veces se preguntaba si Jon era feliz con Jay, quien tenía cualidades que jamás calificarían a Damián: extroversión, carisma y optimismo. Un jodido rayo de sol al igual que Jon antes de irse a Nuevo Krypton. Además, la forma en que Jon miraba a Jay provocaba incomodidad en el pecho de Wayne, pero, ¿ por qué le importaba tanto?, ¿ Acaso no ya había superado el abandono de Jon?
La música suave de la gala comenzó a aumentar y Nika dió un codazo a Damián.
— Oye, si vas a quitarme el anillo de compromiso al final de la noche, al menos concédeme una pieza— La fémina susurró incisiva y alzó su mano para que Damián la besara antes de guiarla a la pista de baile con su mente todavía divagando sobre el vínculo de Jon y Jay.
Jon contempló a la pareja bailar y recordó cómo Damián le enseñó los pasos básicos cuando eran niños y bromeaban con ir juntos a la graduación, lo cual nunca ocurrió porque él escogió hacerse más fuerte y abrazar su herencia kryptoniana.
Jay notó la melancolía en la mirada de su amado e intentó buscar su mirada para decir:
— ¿ También te gustaría bailar, Jon?— Jay preguntó con una sonrisa, queriendo ignorar la sensación de jamás ser suficiente para su pareja, quien no sólo perdió su infancia al dejar la Tierra, sino también su corazón.
— Supongo que es eso o beber— Jon se encogió de hombros, esperando no hacer el ridículo frente a Damián y Nika, quienes bailaban con gracia, como si hubiesen sido entrenados para ello y no para eliminar a cualquier ser vivo
— ¿ Estás conmigo?— Jay preguntó comprensivo porque él también tenía ex novios en su historial y en el caso de Jon, él tenía un “casi «algo»”; una posibilidad jamás explorada.
— Sí, sólo que ellos son tan perfectos y la últimos vez que yo bailé fue hace muchos años — Jon fue honesto, riendo de sí mismo mientras intentaba escuchar la música para siquiera ir al ritmo de ésta como le recomendó Damián mientras bailaban entre las hojas de otoño en la granja vieja de Smallville.
Jon colocó su mano derecha en el hombro izquierdo de Jay y dió un paso al frente mientras flexionaba ligeramente las rodillas.
Jon se sintió torpe y peor aún cuando sintió la mirada de Damián sobre él y eso sólo alimentaba su inseguridad.
Al mismo tiempo, Damián estaba atrapado en sus pensamientos mientras bailaba a la perfección de manera automática con su prometida. La fragancia de Nika lo llenaba de calidez, pero la imagen de Jon y Jay bailando juntos lo ponía ansioso.
—No pienso tolerar que juegues al novio fugitivo en nuestra boda— Nika afirmó con una mirada letal— Si vas a huir con Jon: hazlo ahora— La fémina comentó con resignación y Damián le dió una vuelta para entregar a Nika a Tae, uno de sus contados amigos.
Nika bufó mientras Damián se acercó a Jon y éste de inmediato se giró a verlo con sus manos soltando a Jay. En cuanto los ojos de ambos se encontraron, el aire se volvió más espeso con la tensión no resuelta.
— Kent— Damián aspiró profundamente, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza —¿ Podemos hablar un momento?—
El hijo de Clark se sintió atrapado entre la espada y la pared; entre el pasado y el posible futuro.
—— Ve— Jay sonrió comprensivo mientras Jon se giró a aprehender a Damián como antes, sólo que los años habían pasado y ahora no había comodidad en su cercanía.
— Eres un pésimo bailarín, voy a dirigirte— Damián dijo antes de guiar a Jon a tener mejor coordinación y soltura en la parte más alejada de los asistentes al evento.
Mientras la orquesta tocaba una suave balada, Jon y Damian se encontraron a solas en la parte más alejada de la pista de baile.
La cercanía física era innegable, pero la tensión emocional era aún más palpable..
— ¿ Y estás galas son siempre así de aburridas? Además, no es por incordiar, pero los canapés fueron como dar artemias a ballenas— Jon rompió el silencio que había crecido entre ellos.
— Lo son y estoy obligado a asistir de por vida a este tipo de eventos, pero si fuera por mí, ya estaría entrenando— Damián respondió con hastío, aunque en realidad su mente estaba muy lejos de la lucha y más presente en tener a Jon entre sus brazos.
Kent lo miró, sus ojos de firmamento colmados de frustración y anhelo—¿ Al menos estás orgulloso de que Nika esté contigo?— Jon preguntó con cierto nerviosismo.
La mención de su prometida hizo que el pecho de Damian se sintiera más pesado. Jon, sin embargo, lo miró con una chispa de tristeza, una chispa que no pasó desapercibida para el hijo de Batman.
— No lo sé, contigo aquí, se siente como si estuviese viviendo una vida alterna a lo que debió ser— Wayne siguió con la pieza clásica de vals, haciendo a Jon inclinarse con elegancia.
— Yo no merezco esa posibilidad — Jon bajó su voz a un susurro— Y tampoco es justo para Jay— El hombre continuó y Damián asintió, porque él experimentaba celos hacia el novio de Jon, pero no dejó que su rostro delatara esa vulnerabilidad, por lo que optó por mantener la compostura y cambiar el ritmo de la danza.
— Jay es un buen tipo— Damián mencionó con voz átona.
—Lo es — Jon bajó la mirada al piso, a sus pies que ahora parecían los de un bailarín profesional gracias a que su compañero predecía sus movimientos y suplía sus falencias conforme bailaban.
—¿ Y qué hay de ti? ¿ Eres feliz con Nika?— Jon instigó con las llamas de los celos consumiendo su corazón.
— Ella me asesinó una vez— Damián comentó con calma, como si ese fuese un requisito para toda futura señora Wayne; tal y como ocurrió con Bruce y Selina que estaban en casa con la pequeña Helena.
—Yo también te hice daño — Jon llevó su mano del hombro a la mejilla de Damián
Ambos se miraron a los ojos, y en ese instante, las palabras no pronunciadas flotaron en el aire como la música de fondo. Era una conexión que iba más allá de la amistad, pero el miedo a perderse el uno al otro de nueva cuenta les impedía dar ese paso.
—Damián —Jon respiró hondo, sintiendo que el momento era el incorrecto, pero él ya no podía callar: —Siento celos. No sólo de Nika, sino de la posibilidad de que ahora tú podrías alejarte de mí y yo lo merecería porque fui un idiota, el más grande de los idiotas por no pensar en ti — El hombre aprehendió al otro contra su pecho en un gesto por demás íntimo y Damián sintió que su corazón se detuvo.
—Jon, yo...
Antes de poder terminar la frase, Jon se acercó un paso más, y su aliento se mezcló con el de Damian en una promesa silenciosa.
— Yo nunca me alejaré de ti, el destino ya nos hizo perder demasiado tiempo — Damián respondió casi sin aire y Jon retomó el beso con mayor seguridad.
— ¿ Quieres que derrita los celulares?— Jon susurró mientras sus ojos azules veían a Jay marchar del lugar.
— No, creo que deberíamos dejar de preocuparnos por lo que otros piensan— Damián afirmó con mordacidad antes de retirarse la sortija de compromiso que llevó en su mano por sólo dos meses.
Sin poder resistirlo más, Jon volvió a besar a Damián, sintiendo que la distancia entre ellos desaparecía. No había más engaños para sus corazones y constataron que la conexión entre ellos jamás desapareció
La gala continuó, pero en el fondo de sus corazones, ambos sabían que una batalla más grande estaba por comenzar: la batalla por establecer una relación entre cenizas de resentimientos y engaños.
Y así, mientras la música sonaba y las luces brillaban, en medio del bullicio, ambos pensaron lo mismo: quizás, un día, tendrían el valor para bailar en su boda sin miedo a lo que el futuro les deparara.
Notes:
Palabra: llamas.
Chapter 13: Primera nevada
Summary:
Es la primera vez que Damián ve nevar y él está de muy mal humor hasta que Jon consigue brindarle la calidez de la amistad
Notes:
Palabra: frío
Chapter Text
Era la primera nevada del año en Gotham y la ciudad parecía un cuadro pintado por un artista.
Jon Kent, hijo de Superman, había sido invitado a la mansión Wayne y él estaba encantado, por lo que no comprendía por qué Damián parecía más enfadado que fascinado por la situación; incluso si Alfred les había servido delicioso chocolate caliente.
— Es que no puedo entrenar si está ese estúpido manto helado por doquier— Damián frunció su boquita mientras veía a los ventana.
Jon sonrió ante tal respuesta infantil y es que Damián siempre parecía tan adulto que, a veces, parecía que no era de edades similares
—¡ Amigo, ¡ está es la primera nevada de tu vida! —Jon exclamó con una sonrisa radiante que iluminó el ceño del heredero Wayne—¿ No estás emocionado? — ¿ Ni siquiera un poquito?— Jon insistió tras un largo sorbo a su bebida caliente y reconfortante— Yo nunca he estado en un lugar que no nieve— Kent agregó información que su acompañante consideró innecesaria, pero lo escuchó, porque fuera de Jon y quizá el niño traumado por el espantapájaros, nadie de la edad de Damián convivía con él por su propia voluntad.
—¡ Mira los copos de nieve— Jon señaló al más cercano a ellos— Ninguno tiene un gemelo en este universo, cada copo de nieve es único, ¿ no es eso genial?— Jon estaba muy animado y Damián se preguntó si acaso Alfred se equivocó dándole azúcar a ese niño.
— Dónde yo crecí, la temperatura media es de veintinueve grados, sin contar el calor del entrenamiento— Damián tiritó ligeramente, pues estaban a menos diez grados centígrados.
—¡ No te pases! Entonces tu kriptonita es Oymyakon con setenta y un grados centígrados bajo cero— Jon comentó y comenzó a relatar con emoción cómo era vivir en una ciudad que sería el infierno para Damián Wayne.
— Es sólo nuevo para mí, la Batifamilia no tiene una kryptonita como ustedes — Damián dijo con orgullo y Jon sonrió antes de poner sus orejeras en la cabeza de Damián, ajustandolas a pesar de que el brillante azul desentonaba con el rostro de amargura de Wayne.
— Entonces, hay que salir— Jon sonrió y aún más comprendiendo que su amigo no estaba realmente preparado para la nieve cuando lo vio escoger zapatos de vestir en lugar de botas como las que Jon portaba
—¡ Espera, vamos un paso a la vez!— Jon dijo, teniendo miedo a que Damián se hartara de él y no corrigió su elección de calzado, pero se movió con rapidez para salir de la habitación y regresar con una manta gruesa y esponjosa.
—¡ Mira lo que encontré, Damián! Jon movió la manta obscura con una gran sonrisa.
Damián arqueó una ceja, medio escéptico, medio intrigado: — Una cobija olvidada de Lian— El niño mencionó con fastidio y Jon negó con la cabeza.
— ¡ No! ¡ Es una manta de superhéroe! — Jon dijo triunfante mientras la acomodaba en la espalda de su amigo— Te mantendrá caliente mientras exploramos el interior— Jon mencionó emocionado— ¡ No puedes quedarte aquí encerrado! ¡ Debo enseñarte a patinar! ¡ Y a esquiar! —Jon enumeró triunfante y Damián dudó por un momento, porque sus hermanos dijeron cosas similares y él se negó, pero era difícil negarse a la mirada honesta y alegre de Samuel.
— Está bien, pero sólo por un rato, porque si me enfermo, será tu culpa…— Damián señaló a Jon, quien mordió su dedo.
— Si te enfermas será por los virus, el frío sólo pondrá roja tu nariz — Jon señaló antes de envolve a Damián y empujarlo ligeramente al exterior, en dónde la nieve caía suavemente y los copos danzaban en el aire.
—No estás muerto, quizá está no sea tu kryptonita,— Jon bromeó y retiró la manta a Damián para la siguiente parte de su plan excelso de sacar a su amigo de su madriguera de murciélago.
—¿ Qué dices? ¿ Tú contra mí? — Jon se inclinó a formar una bolsa de nieve con sus manos desnudas
— Yo no estoy atrapado contigo, tú lo estás conmigo— Damián sonrió antes de acomodarse la capa y empezar a reunir munición
—¡ Tienes que ser más rápido! — Jon gritó entre risas mientras sus bolas de nieve daban cejas niveas a Damián.
— ¡ Y tú tienes que volver a nacer para tener mi puntería— Damián exclamó antes de tirar siete bolas de nieve que dieron en los puntos vitales de Kent.
Jon terminó riendo en el suelo con nieve por doquier y después siendo arropado por la manta de Damián, quien lo cubrió como si no le importara su compañero.
¡ Atraparme no era parte del plan! — Jon protestó, pero Damián se sentó a su lado
— Esto no está tan mal, creo que necesitaba el ejercicio— Damián dijo mientras Jon hacia espacio por dentro de la manta para que ambos observaran el arcoiris de nieve gracias a la refractación de la luz de mediodía entre los copos de nieve en el aire.
Era la primera vez que Damian experimentaba algo tan simple y puro como la alegría de un día de invierno. La manta que Jon le había dado lo mantenía cálido y, aunque el frío aún le resultaba incómodo, su corazón se sentía cálido por la compañía de su amigo.
— Eres un tonto, Kent— Damián dijo y Jon pensó en otras actividades para ver sonreir a su compañero, a su amigo.
— ¡ Está volviendo a nevar! Deberíamos hacer un muñeco de nieve— Jon exclamó con suma emoción, como si alguien hubiese pactado la paz mundial o algún hito así de importante
Damian levantó una ceja.
La idea le parecía absurda. Los muñecos de nieve eran para niños, pero algo en la mirada brillante de Jon lo hizo dudar.
—¿Y por qué haríamos eso? — Wayne respondió con desdén, intentando ocultar su curiosidad.
Jon sonrió, acercándose un poco más.
—Porque es divertido. Y porque no siempre seremos tú y yo, algún día seremos la nueva trinidad — Jon suspiró con ese peso en sus hombros.
Una responsabilidad que Damián entendía y a razón de ello respondió:
—Jon, hoy y siempre, seremos tú y yo— El chico imitó el tono seductor de su progenitora y Jon lo miró con ojos muy abiertos antes de reír
Ambos chicos dejaron atrás la manta y sintieron el frío en sus rostros y la emoción en sus corazones.
La nieve crujía bajo las botas de Jon mientras éste ayudaba a Damián a caminar dk hundirse para asi comenzar a rodar juntos una gran bola de nieve que sería la base de: “Snowy, el Guerrero de la Nieve”, como lo había bautizado Jon
¡Más grande, Damián ! — Jon animó a su amigo mientras éste veía de reojo como Alfred se acercaba con algunos objetos coloridos.
— Déjamelo a mí—Damian replicó y tomó la delantera para formar una bola de nieve perfecta sin poder evitar que una ligera sonrisa se dibujara en su rostro.
Ambos comenzaron a trabajar juntos, y aunque al principio sus estilos eran diferentes, pronto se dieron cuenta de que estaban creando algo único.
Mientras colocaban ramas como brazos y una zanahoria como nariz, la risa llenó el aire. Jon le lanzó un copo de nieve a Damian, quien respondió de inmediato con otrapequeña guerra de bolas de nieve.
—¡Nunca te imaginé jugando en la nieve! — Jon dijo entre risas.
—Deja de hablar y ayúdame con esto — Damián respondió; su voz sonaba más divertida de lo habitual.
Finalmente, después de varios minutos de trabajo y carcajadas, el muñeco de nieve estaba terminado. Era una obra maestra de la infancia, adornada con una bufanda roja que Alfred les dejó junto a la zanahoria y los ojos de botón.
Ambos se miraron entre sí, satisfechos con su creación.
—No estuvo tan mal, ¿verdad? —Jon preguntó sonriendo.
Damian asintió, sintiendo una calidez que no tenía nada que ver con el frío del invierno.
—Quizás deberíamos hacerlo de nuevo... algún día—, Wayne murmuró, y aunque no lo dijera con palabras, Jon supo que había ganado un pequeño terreno en el corazón de su amigo.
Y así, mientras la nieve continuaba cayendo sobre Gotham, Damian Wayne y Jon Kent no solo habían hecho un muñeco de nieve; habían fortalecido su amistad, dejando atrás por un momento las sombras que siempre acechaban en sus vidas.
Chapter 14: Con la ayuda de la familia
Summary:
Damián quiere proponerle matrimonio a Jon, pero ante las dudas, él solicita el consejo de algunos de sus hermanos: Dick, Jason y Tim.
Notes:
Palabra: confianza.
Chapter Text
Era una tarde tranquila en la ciudadela terrestre de la Liga de la Justicia.
La lluvia golpeaba suavemente las ventanas mientras Damian Wayne, el nuevo Batman, se sentaba en su escritorio, mirando la pantalla de su computadora. Aunque su rostro mostraba una expresión seria, su mente estaba ocupada por pensamientos que lo habían estado inquietando en las últimas semanas.
Con un suspiro, él abrió su bandeja de entrada y comenzó a redactar un nuevo correo electrónico dirigido a su hermano mayor, Dick Grayson.
A pesar de que Damián siempre había admirado a Dick por su carisma y su capacidad para hacer sonreír a los demás, había algo que lo seguía atormentando.
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Hola, Dick:
Te escribo porque tengo una pregunta que me ha estado rondando la cabeza. Sabes que desde hace un tiempo he estado saliendo con Jon Kent.
Él es más que mi Superman, él es la persona de la que me enamoraría Uns y otra vez gracias a su gran corazón, pero me pregunto si realmente soy la persona adecuada para hacerlo feliz.
Siempre he admirado cómo tratas a las personas que amas, incluso si elegiste quedarte soltero.
A veces siento que yo no soy suficiente. ¿Tú crees que podría hacer feliz a Jon? ¿O debería dejar que busque a alguien más?
Me gustaría conocer tu opinión.
No tengo la valentía de preguntarle directamente, así que, por favor, respóndeme pronto.
Damián.
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Al presionar "enviar", Damian sintió una mezcla de nerviosismo y alivio.
Él ya no era el niño resentido y cerrado de antaño sino un hombre capaz de expresar sus pensamientos más vulnerables en un simple correo, algo que nunca había hecho con facilidad.
Unos minutos más tarde, su computadora emitió un sonido de notificación. Era una respuesta de Dick.
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Asunto.Re: Necesito tu consejo
Hola, Damian:
Primero que nada, quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti. No es fácil abrirse a los demás, y el hecho de que te preocupes por los sentimientos de Jon es un gran paso.
Ahora, respecto a tu pregunta... La verdad es que no hay un manual sobre cómo hacer feliz a alguien. Pero lo que puedo decirte es que lo más importante en una relación es la sinceridad.
Si te importa Jon y quieres que sea feliz, entonces eso es un buen comienzo.
Recuerda que el amor no siempre es perfecto.
Habrá momentos difíciles, pero si ambos están dispuestos a comunicarse y apoyarse, podrán encontrar la felicidad juntos.
Así que, ¿creo que puedes hacer feliz a Jon? Absolutamente. No subestimes tu capacidad de amar y ser amado.
Solo sé tú mismo, pequeño gremlin y verás que todo saldrá bien.
Espero verte pronto con una sortija en tu mano, hermano.
Y no dudes en contar conmigo para lo que necesites.
Con cariño,
Dick
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Damian sonrió al leer el correo de su hermano.
Las palabras de Dick le ofrecieron una luz de esperanza en medio de su confusión. Sabía que, aunque su relación con Jon sería un desafío, tenía el apoyo de alguien que siempre había estado a su lado.
Con renovada determinación, Damian abrió un nuevo mensaje y comenzó a escribirle a su siguiente hermano, porque él aprendió a confiar en cada uno de ellos : Dick, Jason, Tim, Drake y en ese momento los necesitaba como el mortal que era y no como uno de los protectores de la humanidad.
La lluvia había cesado y un rayo de sol se filtraba por la ventana cuando Damian comenzó a teclear con una mezcla de nerviosismo y determinación.
Había «algo» que necesitaba saber, y la mejor persona para preguntarle era nada menos que Jason Todd, el segundo Robin y su medio hermano.
Con un suspiro profundo, comenzó a teclear.
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Para:[email protected]
Asunto: Necesito tu consejo
Hola Jason,
Sé que no hablamos tan a menudo como deberíamos, pero hay algo en lo que realmente necesito tu ayuda.
He estado pensando mucho últimamente sobre mi relación con Jon Kent.
A medida que lidiamos con la muerte y el peligro cada día, he comenzado a considerar dar un paso importante: pedirle matrimonio.
La cosa es que, al ver cómo has logrado mantener tu relación con Roy Harper, me pregunto cómo lo has hecho.
Ustedes han pasado por muchas cosas — incluida mi sobrina Liane—, y a pesar de las dificultades, ustedes han logrado mantenerse juntos.
¿Cómo lo logran?
Sabes que en la familia Wayne, las relaciones tienden a ser complicadas, y no quiero arruinar lo que tengo con Jon.
Así que, ¿qué consejo me darías? Me gustaría saber cómo manejan las discusiones, los momentos difíciles y, sobre todo, cómo saben que están listos para dar ese paso tan importante.
Aprecio cualquier consejo que puedas darme.
Gracias de antemano.
Damian
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Después de enviar el correo, Damian sintió un leve alivio. Había compartido sus sentimientos y preocupaciones con su hermano, y aunque sabía que Jason podría ser un poco brusco en su respuesta, tenía la esperanza de que le ofreciera la sabiduría que necesitaba.
Pasaron dos días antes de que Damian recibiera una respuesta. Mientras revisaba su correo, su corazón se aceleró al ver el nombre de Jason en la bandeja de entrada.
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Asunto: Re: Necesito tu consejo
Damian,
Primero que nada, me alegra escuchar de ti. Es genial que estés pensando en dar ese paso con Jon. Ambos se merecen esa felicidad.
Ahora, sobre lo de Roy. Aquí va mi consejo: la comunicación es clave. No importa cuánto tiempo lleves con alguien, siempre habrá desafíos. Lo importante es que ambos estén dispuestos a hablar sobre lo que sienten, lo que esperan y sus miedos.
Recuerda que no siempre estarán de acuerdo, y eso está bien.
Es normal tener desacuerdos. Lo que importa es cómo enfrentan esos momentos.
Honestidad, confianza y un poco de locura son ingredientes esenciales. Roy y yo hemos tenido algunas peleas épicas, pero siempre buscamos volver a encontrar un punto en común y resolverlo. Mantener el humor siempre ayuda.
Sobre el asunto de pedirle matrimonio a Jon, asegúrate de que sea el momento adecuado para ambos. No hay prisa y no dejes que las expectativas de la familia o de alguna influencia externa te presionen.
Hazlo cuando sientas que es el momento perfecto.
Buena suerte, hermano. Estaré aquí para lo que necesites.
Jason
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Damian sonrió al leer la respuesta de Jason. Aunque la naturaleza de su relación siempre había sido algo complicada, esos momentos de conexión eran los que realmente contaban. Agradecido por el consejo, comenzó a pensar en cómo podría hacer de su propuesta algo especial para Jon.
Pero faltaba el consejo de alguien más, el consejo de quien más merecía el manto de Batman, pero la sangre resultó ser más importante que las habilidades.
Así que, con el corazón lleno de determinación, Damian se acomodó en su silla y comenzó a escribir.
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Hola, Tim.
Sé que no hablamos mucho desde que te casaste con Bernard y se mudaron a otro país.
La vida ha estado ocupada y aunque trato de no ser un problemático como antes, hay algo importante de lo que necesito hablar contigo.
Estoy pensando en dar un paso importante, algo que nunca creí que haría.
Me refiero a Jon Kent.
Lo he estado pensando durante un tiempo y, a pesar de lo que pueda parecer, creo que quiero proponerle matrimonio.
Antes de que te rías, sé que esto es bastante inesperado, pero he llegado a entender lo que significa amar a alguien y lo que eso implica.
Pero aquí está el problema: ¡ No tengo idea de cómo hacerlo! Tú y Bernard tuvieron una proposición increíble, y la forma en que lo hiciste fue perfecta. Quiero que Jon sepa lo que siento por él, pero también quiero que sea especial.
Pensé en un par de cosas, como un lugar que ambos amamos o un paseo por Metrópolis, pero cada vez que imagino el momento, me pongo nervioso.
No soy precisamente el príncipe del romanticismo, y no quiero que esto parezca una broma.
Así que aquí estoy, pidiéndote consejo.
¿Qué harías tú si estuvieras en mi lugar?
No tengo idea de cómo hacer que sea perfecto. Cualquier consejo que puedas darme sería bienvenido.
Espero que tú y Bernard estén bien. Cuídense y espero que podamos hablar pronto.
Saludos,
Damian.
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La respuesta fue casi instantánea y el corazón de Damián latió apresuradamente antes de comenzar a leer.
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Hola, Damian.
Es bueno saber de ti, aunque lamento que sea para algo tan serio.
Bernard y yo estamos bien, gracias por preguntar. ¡Es una locura lo rápido que pasa el tiempo!
Ahora, sobre tu correo... Primero que nada, me alegra saber que has encontrado a alguien que te hace sentir así.
Jon es un gran tipo y se merece todo tu amor, así que me parece perfecto que consideres dar ese paso.
Aquí tienes algunos consejos basados en lo que hice con Bernard:
Elige un lugar significativo. Piensa en un lugar que tenga un significado especial para ambos. Puede ser donde se conocieron, o un sitio donde compartieron un buen momento.
2. Sé tú mismo.No trates de ser alguien que no eres. La autenticidad cuenta mucho. Si eres un poco más serio, no te fuerces a ser un romántico empedernido. Eso no significa que no puedas ser creativo.
3. Hazlo personal. Habla de lo que sientes por Jon y de lo que te ha hecho cambiar. Comparte tu viaje juntos y lo que esperas para el futuro. Esto hará que el momento sea aún más especial.
4.Prepara algo bonito, pero simple. No tienes que hacer un gran espectáculo. A veces, las cosas más simples son las más memorables.
5. Ten en cuenta sus sentimientos.Asegúrate de que sea un buen momento para ambos. Si Jon está pasando por algo, tal vez debas esperar un poco.
Cuando lo hagas, estoy seguro de que será memorable. Puedes contar conmigo para cualquier cosa que necesites. Estoy aquí para ayudarte.
Cuídate,
Tim.
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Damian suspiró al leer el correo. Podía sentir la emoción y el miedo al mismo tiempo.
No había vuelta atrás.
Era hora de dar ese paso.
Él decidió que tomaría en cuenta cada sugerencia de Tim.
Y con una sonrisa, Damián empezó a hacer un plan en su mente para sorprender a Jon. Al final del día, el amor valía la pena, y estaba listo para enfrentarlo.
Y así, en medio de la noche , un nuevo capítulo se estaba escribiendo en la vida de Damian Wayne — o quizá Kent si lograba ser muy afortunado—.
Chapter 15: Sí, ¡ Mil veces sí!
Summary:
Damián decide pedirle matrimonio a Jon.
Notes:
Palabra: bosque.
Chapter Text
Era un día soleado en el bosque de Smallville, donde los árboles danzaban suavemente al ritmo del viento.
Las hojas caídas crujían bajo los pies de los jóvenes héroes: Damián Wayne y Jon Kent, quienes habían decidido escaparse de la ciudad para disfrutar de un momento de paz en medio de sus primeros días como Batman y Superman, respectivamente.
El aire estaba impregnado del aroma a tierra húmeda y flores silvestre mientras ambos chicos se adentraban en el corazón del bosque; riendo y compartiendo historias alejadas de sus tareas como súper héroes. Por ejemplo, Jon había auxiliado al guión de un documental acerca de Oymyakon y Damián estaba preparando una galería con su arte con base en los insectos.
Jon, con su energía contagiosa hacía que todo pareciera más ligero mientras Damián con su carácter serio y a menudo distante se esforzaba por disfrutar del momento.
— Sabes…— Jon se giró hacia su acompañante con una sonrisa sincera— A veces creo que estos momentos son los que realmente importan, sólo tú y yo— Jon tomó la mejilla ajena con delicadeza, intentando no cometer los errores de años atrás que dejaron algunos moretones en la piel oliva de su mejor amigo, su compañero de lucha, su Batman y su Damián.
—¿ Y al diablo el mundo? — Damián observó los ojos azules de Kent mientras su corazón latía con fuerza porque había algo en la manera en que Jon irradiaba felicidad que lo hacía sentir más vivo que nunca pese al agotamiento y nerviosismo.Así que, sin poder contenerse más, Damián acortó distancia entre su acompañante y él
— Yo…— Damián asintió— También disfruto de estos momentos contigo a solas— El hombre confesó con seriedad y una caja pesando en su cinturón.
— ¿ Vamos a enterrar a alguien?— Jon intentó bromear porque Damián parecía tan serio; tan ensimismado en sus pensamientos y Kent querido tenerlo ahí consigo; de ser posible entre sus brazos y labios , pero la ocasión todavía no se daba
Entonces, Jon disfrutó de estar en silencio a centímetros de Damián.
Los dos se miraban intensamente como si pudiesen leer las emociones del otro
— No eres tú, simplemente estoy nervioso— Damián cedió y se aproximó hasta robar un suave roce de los labios de Jon, quien aprovechó la oportunidad para abrazar a su novio y besarlo apasionadamente hasta que las responsabilidades del mundo se borraran de sus mentes.
Después de eso, Jon brindó espacio a Damián y el varón se dedicó a explorar un poco el bosque; su risa resonaba entre los árboles mientras lanzaba pequeñas piedras al lago.
Damián lo observaba desde la distancia, sus sentimientos por Jon iban creciendo cada día más. Sabía que su relación había evolucionado desde su incomodidad mutua, peleas y rivalidades, hasta la amistad y después «algo» más profundo, más significativo.
Mientras se acercaba a Jon, Damián sintió que todos sus miedos y dudas desaparecían.
Era el momento perfecto; el bosque estaba lleno de vida y el sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo de tonos anaranjados y púrpuras.
—Oye, Jon — Damián lo llamó, su voz suave como el susurro del viento.
Jon se dio la vuelta, su sonrisa iluminando su rostro. —Damián, ¡mira esto! —exclamó, mostrando una piedra que había encontrado, brillante a la luz del atardecer.
Damián sonrió, pero su mente estaba ocupada con un propósito más grande, por lo que fui un vistazo a la piedra de Jon y la arrojó al lago, dónde hizo un pequeño salpicón
—Hay algo más importante que esto que necesito decirte Damián confesó, su tono volviéndose más serio.
Jon levantó una ceja, curioso.
—¿ Estás embarazado?— Jon bromeó, pero después de haber convivido con Connor toda una vida, sabía que los millonarios obsesionados eran insanos y él esperaba el día en que Damián le entregara un bebé, así como Luthor lo hizo con Clark.
Damián negó con la cabeza con cierta diversión y tomó una profunda respiración, sus ojos fijos en los de Jon.
—Desde que te conocí, mi vida ha cambiado. No sólo fuiste mi primer amigo, mi compañero más leal en esta lucha, sino la persona que más amo.Eres el equilibrio que necesito, la luz en mi oscuridad…
Jon se sonrojó, pero su corazón latió con fuerza:
—Damián, yo... yo siento lo mismo.
Entonces, Damián se arrodilló en la agreste hierba y sacó de su cinturón de héroe una pequeña caja. —Quiero que sepas que quiero pasar el resto de mi vida contigo. — Wayne abrió la caja, revelando un anillo delicado, con un diseño que combinaba elementos de ambos mundos, el de un héroe y el de un verdadero amor.
—¿Te gustaría casarte conmigo? — Damián preguntó, su voz era un susurro lleno de esperanza.
Jon quedó en shock, sus ojos se llenaron de lágrimas.
En ese momento, el mundo a su alrededor se desvaneció; solo existían ellos dos.
—¡Sí, mil veces sí! — Jon respondió con la voz quebrada de emoción.
Damián sonrió con alivio y felicidad, colocándole el anillo en el dedo a Jon.
En ese instante, el bosque se llenó de luz, como si la naturaleza misma celebrara su amor.
Pronto, Damián se levantó y él envolvió sus brazos alrededor de Jon, sintiendo que el futuro era prometedor y brillante.
—No importa lo que venga, siempre estaremos juntos — Damián prometió.
—Siempre — Jon repitió , sellando su compromiso con un beso que se sintió como el comienzo de una nueva aventura.
Y así, en el corazón del bosque, dos héroes encontraron un refugio no sólo de sus batallas, sino también para el verdadero amor que los uniría para siempre.
Pronto, ambos se acercaron, sus labios encontrándose en un beso tierno y lleno de amor.
El beso se intensificó, cada uno sintiendo la conexión profunda que compartían.
Y a medida que se separaban, ambos se miraron a los ojos, sabiendo que estaban listos para enfrentar juntos cualquier desafío que la vida les presentara.
— Te amo y yo también planeaba pedirte que te casaras conmigo— Jon miró su anillo con ilusión.
La confesión se quedó suspendida en el aire entre ellos.
El silencio que siguió se hizo casi insoportable. Jon se sintió vulnerable, como si cada parte de su ser estuviera expuesta.
— Entonces, supongo que te gané— Damián tomó la mano de Jon y le besó el anular.
— Es que no había encontrado un anillo que esté a la altura de lo que mereces con mi sueldo de investigador— Kent exhaló con pesar y Damián se río.
— ¿ En serio, Jon? ¿ Ibas a arruinarlo todo por un simple anillo?— Damián frunció el ceño, confundido.
— Supongo— Jon respondió con los hombros encogidos— Es que yo quería que fuese perfecto, algo que simbolizara una parte de la eternidad que siento por ti— Jon confesó y Damián empezó a besarme el rostro,conmovido por su estupidez y sentimentalismo.
—¿De verdad crees que un anillo es lo que define nuestro amor?— Damián preguntó y Jon tuvo un escalofrío recorriendo su espalda.
— No, pero…— Jon se detuvo, sintiendo la intensidad de la mirada de Damian. — Pero un anillo es el símbolo de un compromiso, una promesa.”
Damian sonrió levemente, un gesto que iluminó su rostro en la penumbra.
—Jon, lo que importa no es el anillo, sino el significado detrás de él. Me importa más lo que tú y yo construimos juntos que cualquier joya.”
Jon sintió un alivio abrumador al escuchar esas palabras y dijo: —Entonces… ¿no te importa que no tenga un anillo para proponerte?”
“¿Te gustaría saber lo que realmente me importa?” Damian se inclinó hacia adelante, su voz casi un susurro. —Tú. Yo quiero pasar mi vida contigo, sin importar el dónde, el cuándo, o el qué. Pero si insistes en un anillo, podemos ir juntos a buscar uno que te guste y complemente el que te di.”
Los ojos de Jon brillaron con emoción y él sonrió, experimentando una mezcla de alegría y alivio. “
Damian sonrió de vuelta, su expresión más suave que nunca. “
Después ambos se miraron a los ojos, y en ese instante, el mundo a su alrededor desapareció. Jon dio un paso adelante, besando a Damian con ternura, sintiendo la conexión que siempre había existido entre ellos. La complicidad, las risas, y todo lo que los había traído hasta ese momento.
La noche brilló un poco más, mientras los dos chicos se abrazaban en aquel bosque, listos para comenzar su nueva aventura juntos.
No necesitaban un anillo para sellar su amor; eso estaba claro. Su verdadera conexión era lo que realmente importaba, y con eso, el futuro parecía lleno de posibilidades.
Chapter 16: Juntos
Summary:
En un universo sin poderes, la kryptonita es una droga a la que Damián y Jon son adictos y a razón de ello se conocen en la clínica de rehabilitación Oasis de Ciudad Central.
Notes:
Palabra: oasis
Chapter Text
Damian Wayne nunca había imaginado que su vida tomaría un giro tan drástico.
Su adicción a la kryptonita lo había llevado al borde de un paro cardiorrespiratorio, y ahora, por culpa — y preocupación— de su padre, Bruce Wayne, se encontraba encerrado en Oasis, un centro de rehabilitación en Ciudad Central.
Las paredes blancas y frías del lugar parecían ahogar cualquier vestigio de esperanza.
Los días en Oasis eran eternos, y la lucha interna de Damian se hacía más intensa. Su mente estaba llena de sombras, pero todo cambió el día en que conoció a Jon Kent.
Jon Kent era un chico que brillaba con luz propia. Tenía unos ojos azules tan profundos como el océano y una sonrisa capaz de iluminar incluso los rincones más oscuros de Oasis. Desde su llegada, Jon había capturado la atención de muchos, pero para Damian, era algo más.
Cuando sus miradas se cruzaron por primera vez en el patio, el tiempo pareció detenerse. Jon se acercó, su actitud despreocupada contrastaba con la tensión que envolvía a Damian.
—Hola, soy Jon — Él dijo y extendió su mano al otro como si se conocieran de toda la vida
Damian, sorprendido, dudó al principio, pero finalmente aceptó el apretón.
—Damian— El otrora estudiante de élite dijo
Desde ese momento, una chispa se encendió entre ellos.
A medida que pasaban los días, Jon y Damian comenzaron a compartir más que solo el hecho de estar en rehabilitación. Platicaban sobre sus vidas, sus luchas y, en lo más profundo, sus deseos. Jon hablaba de su crianza como hijo de periodistas, de las altas expectativas y de cómo siempre había sentido la necesidad de demostrar su valía.
A su vez, Damian se abría sobre la presión de ser el único hijo biológico de Bruce Wayne y la lucha constante contra su propia oscuridad.
—A veces siento que la kryptonita es la única forma en la que puedo ser libre — Damian confesó un día, su voz quebrada.
Jon lo miró con comprensión. —Yo también he tenido mis demonios. Pero no tienes que enfrentarlos solo.
Damian sintió un calor en su pecho al escuchar esas palabras. Algo en Jon lo hacía sentir que no estaba tan solo en su batalla.
# Título: **En la Tempestad de la Rehabilitación**
## Capítulo 1: Crisis en Oasis
La luz del sol se filtraba tímidamente a través de las cortinas de la clínica Oasis, donde las paredes eran un tono suave de azul para intentar calmar a los que se encontraban dentro. Pero para Damian Wayne, el hijo bastardo del multimillonario Bruce Wayne, ese color no era suficiente para apaciguar el caos que azotaba su mente. Había estado lidiando con su adicción a la kriptonita durante semanas, y el proceso de rehabilitación no era fácil.
Jon Kent, hijo de los famosos periodistas Lois Lane y Clark Kent, había entrado en la clínica poco después que Damian. Aunque sus razones eran diferentes, él también luchaba con sus propios demonios. Sin embargo, en esos momentos críticos, Jon se había convertido en un rayo de luz en la tormenta de Damian.
Sin embargo, había noches difíciles como esa, donde las manos de Damian temblaban y una sudoración fría recorría su frente.
Él estaba sufriendo una de las peores crisis de abstinencia que había experimentado.
El deseo de la kriptonita lo atormentaba, y todas las cosas que había aprendido en terapia parecían esfumarse.
Jon se acercó a él, su mirada llena de preocupación.
— Damian, mírame a mí — Jon suplicó y tomó las manos de su compañero—Estoy aquí, contigo— Jon susurró mientras besaba las manos del chico. La calidez de su toque era un alivio en medio de los temblores helados que invadían el cuerpo de Damian.
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo?— Damian preguntó, su voz rasposa y casi desesperada.
— Yo no puedo, no quiero..dejame ir, Jon — El chico suplicó y Jon se inclinó hacia él, su frente casi tocando la de Damian.
—Concéntrate en mí, sólo en mí. Recuerda cuando discutimos sobre los mejores superhéroes. Cuéntame sobre eso— Kent sugirió, tratando de distraerlo.
Y a pesar de su estado crítico , una parte de Damian sintió un destello de calidez en su pecho.
— Batman es el mejor, tú lo sabes”, Damian respondió tras un largo silencio, intentando aferrarse a la conversación
— Él es más que sólo un futuro, él es un símbolo — Damian logró hilar las palabras sobre el mundo imaginario de las historietas.
—Pero, ¿qué tal Superman? ¿No crees que él también tiene algo especial?— Jon continuó, animando a Damian a seguir hablando, a seguir respirando.
—Superman es…—. Damian comenzó a decir, pero su voz se apagó y de repente se sentía abrumado por el deseo.
Cerró los ojos, dejando que las lágrimas brotaran.
—No puedo, Jon. No puedo hacer esto— Damian aspiró con fuerza.
Sin soltar su mano, Jon se acercó más, sus labios apenas susurrando contra la piel de Damian.
—Cálmate. Estoy aquí. Sólo necesitas mantenerte firme un poco más. Te prometo que esto pasará—Jon presionó un suave beso en la frente de Damian, y algo en el contacto hizo que el chico se sintiera más anclado. No era sólo el alivio de los besos, era la ternura y el cuidado que Jon irradiaba.
Y con cada caricia, cada palabra de aliento y cada beso en su piel, Damian sentía que la tormenta dentro de él comenzaba a calmarse. Se dio cuenta de que Jon no era sólo un amigo; era alguien que estaba dispuesto a quedarse y luchar a su lado.
—¿Qué harías si no estuviera aquí?— Damián preguntó, su voz quebrada pero ya más tranquilo.
—Te encontraría, siempre, Dami. En cada vida, en casa universo, no importa cuánto tiempo me tarde— Jon respondiócon una sinceridad que hizo que el corazón de Damian latiera con fuerza.
Damian miró a Jon, por primera vez no viendo sólo a otro adicto, sino a alguien que había decidido arriesgarlo todo por él.
—¿Y si me caigo otra vez?— Damian preguntó, aunque sabía que la respuesta era la misma.
—Entonces te levantaré. Siempre.—. Jon se inclinó y besó suavemente los labios de Damian, un beso que prometía esperanza, un futuro, y quizás, algo más.
Mientras la crisis de abstinencia comenzaba a desvanecerse gracias al amor y apoyo de Jon, Damian se dio cuenta de que no solo estaba luchando contra su adicción, sino que estaba abriendo su corazón a la posibilidad de algo más, algo que nunca había imaginado.
Los días pasaron, y con cada uno, Damian luchaba menos y sonreía más.
Jon estaba a su lado, ayudándolo a ver que la vida más allá de la kriptonita era posible. El amor que brotaba entre ellos se volvía más fuerte, más sólido.
Una tarde, mientras caminaban por el jardín de la clínica, Damian tomó la mano de Jon.
—Quiero intentar. Quiero luchar. No solo por mí, sino por nosotros.— Damian besó a Jon, quien sonrió y sus ojos brillaron de felicidad
—Yo también, Dami. Siempre estaré contigo—.
En ese momento, entre las flores y el cálido sol, Damian se dio cuenta de que, aunque su camino sería largo y complicado, tenía a alguien a su lado. Y eso era suficiente para empezar a construir un nuevo futuro.
Con el paso de las semanas, la conexión entre ellos se hizo más fuerte. Pero Damian sabía que su adicción aún lo perseguía y temía a que Jon sufriera por su oscuridad.
Una noche, mientras miraban las estrellas desde el techo de Oasis, Damian finalmente se atrevió a hablar.
—Jon, me gustas. Eres… diferente. Pero tengo miedo de lo que podría pasar si me acerco más a ti.
Jon se giró hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de sorpresa y ternura antes de decir: —¿Por qué no podemos enfrentarlo juntos? Estar en el fondo no significa que no podamos encontrar la luz.
Al escucharlo, Damian sintió que su corazón latía con fuerza. Las palabras de Jon resonaban en su mente.
Y en ese momento, Damián decidió que cambiaría.
No sólo por Jon, sino por él mismo. Estaba listo para luchar por su libertad, y quizás, por algo más.
—Haré lo que sea necesario para salir de aquí y dejar atrás la kryptonita — Wayne afirmó con determinación.
Jon sonrió, y en sus labios se dibujó una promesa silenciosa de mantenerse al lado del otro, por siempre.
La rehabilitación no fue fácil, pero juntos encontraron consuelo en la amistad que se había convertido en algo más. Las sesiones de terapia, las actividades y las charlas nocturnas se convirtieron en el refugio donde ambos podían ser ellos mismos sin miedo al juicio.
Y así, entre risas, lágrimas y sueños compartidos, Damian y Jon comenzaron a forjar un futuro. Un futuro donde la kryptonita ya no dictaría sus vidas, sino que lo harían ellos.
Al salir de Oasis, Damian y Jon se encontraron de pie, listos para enfrentar el mundo.
La luz del sol brillaba intensamente, y con ella llegaba la promesa de un nuevo comienzo. Con un apretón de manos y una mirada llena de esperanza, supieron que su amor podría sobrevivir incluso a la oscuridad más profunda.
—Juntos — Jon susurró.
—Juntos — Damián repitió, sabiendo que aunque el camino no sería fácil, no lo haría solo.
La vida los esperaba, y juntos, estaban listos para todo.
Chapter 17: Encubriendo a Aisha
Summary:
Damián Wayne es el alfa de Jon Kent y tras su primera noche juntos, hay consecuencias que Jon intenta encubrir.
Notes:
Palabra: mentiras
Chapter Text
La noche había caído en Gotham y el murmullo de la ciudad era un eco lejano en los pensamientos de Jon Kent. No era la primera vez que él se sentía tan confundido, pero era diferente en esta ocasión.
Él miró por la ventana del apartamento de Damián Wayne, su alfa, su todo por el que Jon permaneció en la tierra. No había luces titilantes como en Metrópolis, Gotham era una ciudad más apagada y peligrosa; era la ciudad de Damián.
Damián Wayne, el hijo menor de Batman despertó como alfa y Jon, para su sorpresa, como un omega. Eso y una vida juntos fue el catalizador de que la química entre ellos estalló en un momento de pasión que Jon jamás habría imaginado posible.
Pero aún, lo siento comenzó como una experiencia romántica que enlazó sus destinos, ahora se convertía en un torbellino de emociones que Jon a duras cuentas podía gestionar.
La prueba de embarazo número cinco seguía en el tocador del baño, con dos rayitas que le hacían recordar a Jon que sólo tenía dieciséis años y ahora: ¿ Cómo iba a encubrir el embarazo? La idea de ser un padre a tan temprana edad lo aterrorizaba y peor se sentía al pensar en la alternativa porque él no quería abortar un bebé de Damián. Un bebé de ojos verdes que heredaría el ceño fruncido de su la familia Wayne.
Bueno, el tenis tiempo para pensarlo porque el embarazo se notaría a partir del segundo trimestre y él podría encubrirlo por el momento y mientras más lo pensaba, más razones encontraba para hacerlo.
La mañana siguiente, Damián llegó con el desayuno favorito de Ihops de Jon; pancakes con tocino cuyo olor hizo que Jon prefiriera optar por el hummus con palitos de verduras de Damián, quién lo miró con extrañeza.
Horas después, en el entrenamiento de la Liga de la Justicia, Kent intentó actuar normalmente; sonriendo y bromeando con sus amigos.
No obstante, cada vez que sus ojos se encontraban con los de Damián; su corazón se aceleraba y una gran angustia lo invadía
—¿ Te duele el vientre?— Damián fue al grano durante un descanso del entrenamiento— Estás sujetándolo todo el rato — El chico señaló con su habitual tono serio, pero con una pizca de preocupación asomando en su voz; un privilegio para su omega.
— Claro, todo está bien— Jon forzó una sonrisa y Damián frunció el ceño antes de llevar a ese súper idiota a la enfermería en sus brazos.
Durante el camino a la enfermería, Jon desviaba la conversación hacia el nerviosismo de su próxima misión, pero mientras la charla avanzaba, Jon se sintió como un impostor y el peso de su secreto lo aplastaba y él sabía que , en cuanto Damián lo descubriera, todo cambiaría.
Pasaron los días y el embarazo comenzó a manifestarse. Jon se sentía cada vez más enfermo y más ansioso.
Las náuseas matutinas se convirtieron en su nuevo compañero, y el temor de que alguien lo descubriera se apoderaba de él.
Intentó mantener su distancia de Damian, pero cada encuentro se volvía más difícil.
Finalmente, una tarde, mientras se encontraban en la Baticueva, su ansiedad llegó a un punto crítico. Jon no podía más.
Por lo que con el corazón latiendo con fuerza, se dio la vuelta para enfrentar a Damian.
—Amor , tengo que hablar contigo — Jon dijo, su voz temblando.
Damián se fijó de inmediato en su voz y lo llevó a sus brazos con un destello de preocupación en sus ojos
— Jonathan, puedes contarmelo, somos una pareja— Damián afirmó con hastío porque Jon se estaba haciendo daño con todo su secretismo y mutismo que le sentaba fatal.
Jon tomó aire, sintiendo que las palabras se atoraban en su garganta.
Antes de que pudiera decir algo, se sintió abrumado y retrocedió.
—No importa, solo olvídalo — Kent se despidió apresuradamente y Damián saltó para ponerse frente a él y enfrentarlo cara a cara
— Samuel, no puedes simplemente alejarte de mí, me perteneces— Los dedos de Damián recorrieron la mordida perfectamente impresa en la piel de Superboy
La tensión en el aire era palpable, y Jon sintió que la presión lo ahogaba.
Él sabía que no podría mantener la mentira por mucho tiempo.
Una semana después, mientras estaba en su habitación en Metrópolis, Jon recibió un mensaje de Damian.
Un simple : “Necesitamos hablar”.
Y el pánico lo invadió, pero un impulso de valentía lo llevó a aceptar.
Se encontraron en un parque, lejos de las miradas curiosas. Damian llegó con una expresión seria, su mirada fija en Jon.
—¿Por qué me evitas? ¿Qué está pasando? ¿ Acaso no soy un alfa suficiente para ti? ¿ Te arrepientes de nuestra primera vez?— Damián comenzó el interrogatorio y Jon se fue sintiendo cada vez más atrapado y desgarrado por mentir a su pareja. Así que él decidió confesar.
— No es eso, hay algo que necesito decirte y puede que te alejes de mí — Jon susurró sintiendo que su corazón se detenía y aún más cuando Damián lo envolvió en sus brazos.
— Si estás estresado, también harás daño al bebe— Wayne afirmó con calma, si riendo a Jon relajarse en el abrazo que compartían e incluso dar un breve sollozo.
—Sí, estoy embarazado— Jon asintió, la verdad finalmente liberándose.
— Un bebé — Damián retrocedió, porque él fue un hijo no querido, el producto de una violación, pero era diferente con su bebé porque él amsba a Jon y amaba a ese pequeño y perfecto ser que todavía no era notable en el vientre perfectamente plano del omega preocupado.
— Tenía miedo de decírtelo, prácticamente todas nuestras vidas están planeadas y yo voy a tenerlo, sea niño o niña; yo quiero tener a este bebe— Jon dió un paso adelante con decisión, porque él estaba albergando vida; una vida que era amada
—¿Por qué no lo dijiste antes? — Wayne preguntó, su voz colmada de dolor.
—Porque pensaba que no estarías listo para esto, que no querrías ser parte de mi vida ahora.—La culpa lo invadió, y Jon sintió cómo las lágrimas amenazaban con escapar.
La conversación se tornó intensa, y Damian, aunque sorprendido, comenzó a procesar lo que significaba para él. La idea de convertirse en padre a una edad tan temprana lo asustaba, pero sus sentimientos por Jon eran más fuertes.
—No tengo todas las respuestas — Damien dijo mientras él acariciaba el cabello de Jon—, pero no puedo alejarme de ustedes . Tú eres importante para mí. Y definitivamente no voy a dejarte solo en esto— Damián repitió con su mirada fija en su gran idiota que experimentaba alivio y amor
— Entonces, ¿ No vas a irte? — Jon preguntó con miedo y Damián chascó la lengua, porque su único camino; su único destino, era al lado de Jon.
—Siempre estaré contigo — Damián confirmó con sus labios en el cabello de Jon— Nunca será fácil, pero vamos a estar juntos— Damián miró a Jon quien se había trepado a su regazo.
Y mientras se miraban a los ojos, Jon se dio cuenta de algo: este no era el final de su historia, sino el comienzo de un nuevo capítulo.
Con un mundo lleno de desafíos y emociones, Jon y Damian estarían juntos, enfrentando lo que viniera, por el amor que habían encontrado en medio del caos de sus vidas.
Chapter 18: Un héroe con y sin capa
Summary:
Debido a un eclipse, Jon Kent se queda sin super poderes, pero no sin valentía
Notes:
Palabra: heroísmo
Chapter Text
Los astrónomos no lo predijeron, pero acaeció un eclipse inusual en el hemisferio norte del planeta Tierra, incluida la ciudad de Metrópolis. De súbito, una luna oscura devoró la luz del sol.
Jon Kent, también conocido como Superman, miró por la ventana de su habitación, sintiendo que « algo» en el aire ferroso había cambiado.
Además, él sabía que su conexión con la energía solar se debilitaba y, con ello, sus poderes.
Así que, con el corazón palpitando, Jon se preparó para lo que estaba por vivir.
El hombre de acero, el dios extraterrestre limitado a ser un simple — y vulnerable— mortal.
Unas horas más tarde, mientras él caminaba por las calles de Metrópoli, una sirena resonó a lo lejos.
Jon sintió un escalofrío cuando llegaron a él los rumores de que un incendio se había desatado en un vagón del metro de la ciudad. Una trampa mortal por el calor, el humo y el pánico de miles que tomaban aquel tipo de transporte.
Jon ya no tenía súper oído, pero bien podía imaginar el pánico, la desesperación y los ruegos anónimos; así que, sin pensarlo dos veces; él corrió a las escaleras más cercanas para acceder al sistema subterráneo de transporte.
No había fuerza, ni velocidad, ni siquiera el conocimiento de por dónde empezar, pero eso no importó y Jon empezó a caminar sobre las vías hasta que avistó el humo denso y fue capaz de escuchar el eco de las personas atrapadas en una agonía ardiente.
Jon apretó la mandíbula, porque él no podía ser un mero testigo del desastre pese a sus limitaciones.
Entonces, el hombre avanzó y con su chamarra ayudó a abrir la ventana de emergencia que se encontraba trabada y agradeció entrenarse de vez en cuando con su esposo, quien siempre le recalcaba que no debía confiarse demasiado en sus superpoderes. Jon rompió el sistema de mangueras para poder mojar a los pasajeros que salían con la piel escurriendo y los ojos cegados por las llamas. Después, apretó los puños e ingresó al vagón doblado y caliente a fin de rescatar a aquellos que no podían moverse porque sus pies se fusionaron con su calzado o simplemente el pánico los mantenía atados.
El interior del vagón era un caos de gritos , llantos y el crujir del fuego queriendo reclamar vidas que Jon protegió aún si le dejaban marcas negras donde los nervios morían y lo dejaban insensible; lo cual él tomó como ventaja para apartar los restos incinerados y llevar en los brazos trémulos a personas que aún llevaban su teléfono en sus manos, rogando por un día más.
El fuego quemaba los pulmones de Jon y él ya no sudaba, simplemente resollaba mientras se creaba una cadena humana para acomodar a los supervivientes de acuerdo a su tasa de probabilidad de supervivencia.
—¡ Por aquí! — Una madre con su uniforme de enfermera gritó con su hijo pequeño en brazos.
Jon asintió y él cruzó el fuego ya sin dolor, simplemente guiado por su instinto del deber que él estaba dispuesto a cumplir incluso sin sus poderes.
Finalmente, tras horas de arduo trabajo, Jon logró sacar a todos de la estación, listos para ser atendidos por los profesionales.
Entonces, exhausto pero satisfecho, Jon se desplomó sobre las vías , sintiendo cómo el mundo giraba a su alrededor.
Fue entonces cuando sintió que la oscuridad lo envolvió
Cuando despertó, Jon se encontró en una cama de hospital, con una venda en la cabeza y un goteo intravenoso.
A su lado, con el ceño fruncido, estaba su esposo y compañero de aventuras.
— Jon, solo tenías que esperar una maldita hora para que Rachel y yo arreglaramos lo de la luna oscura— Damián mencionó en voz baja, mientras la gente juraba que Superman los había salvado y no el guionista cuyas manos estaban tan quemadas que Damián calculaba cómo llevarlo al pozo de Lázaro.
— ¿ Por qué arriésgate así tu vida?— Damián le lanzó una mirada de preocupación y rabia. Y si bien su tono era severo,los ojos verdes del murciélago reflejaban el profundo amor que sentía por su cónyuge
—Lo hice porque tenía que hacerlo, Damián. No podía dejar a esas personas morir— Jon respondió, un poco débil pero con determinación en su voz.
— Eres un ixiota— Damián murmuró y se recargó en el pecho de Jon antes de decir: — No siempre puedes ser un héroe, necesitas cuidarte— Wayne expresó temblando, con el miedo a flor de piel de perder a su consorte.
Jon sonrió y de sus labios consumidos salió su voz ronca y exhausta: —Pero tú siempre has dicho que lo que importa es el corazón detrás del héroe. Y yo no pude quedarme de brazos cruzados—.
Damian suspiró, su expresión suavizándose:
—Lo sé, pero debes entender que no estás solo y somos un equipo. Estoy a una llamada o Trinity, Tae o Bart— Damián enumeró a los miembros de la nueva Liga de la Justicia.
Las horas pasaron y, aunque el eclipse había terminado, Jon se dio cuenta de que lo importante era el brillo en los ojos de Damián cada vez que lo miraba. Después de la tormenta, sabía que cada experiencia compartida los fortalecía.
Recuperándose en el hospital, los dos compartieron risas y bromas, y Jon sintió el amor de su esposo arropándolo como un abrigo. Damian le enseñó que no todos los héroes necesitan poderes; a veces, el verdadero poder reside en el amor y la valentía.
— Entonces, la próxima vez, esperaré por mi príncipe emo culón — Jon bromeó con su esposo, quien negó con la cabeza con cierto fastidio
—Entonces, ¿qué te parece si hacemos un trato?”— Damián respondióalzando una ceja, — Promete cuidarte y yo prometo no matarte la próxima vez que actúes sin pensar— Damián puntualizó con frialdad.
— Trato hecho—Jon replicó,sintiendo que, a pesar de los desafíos, estaban listos para enfrentar el mundo juntos.
Así, con el amanecer tras el regreso de los eclipses, Jon y Damian se aferraron el uno al otro, listos para cualquier aventura que el destino les tenía reservado. Su amor era su superpoder, y juntos, nada podría detenerlos.
Chapter 19: Inesperado
Summary:
Damián Wayne, el líder de la liga de asesinos busca robar unos documentos en la fortaleza de la soledad de Jonathan Kent, pero no todo sale como él lo había planeado
Notes:
Palabra: ladrón.
Chapter Text
La nevada caía con fuerza sobre el paisaje desolado del Polo Norte; un manto blanco que cubría la fortaleza de la soledad.
Dentro, el silencio colmaba las paredes de cristal e hielo.
A una distancia próxima, Damián Wayne, el hijo biológico de Bruce Wayne, el ya retirado Batman, observaba los patrones de los drones de ataque con tal de incursionar en aquella edificación.
Damián siempre detestó a su padre y a razón de ello no se quedó con él pese a la fingida amabilidad de Alfred y los demás. Él volvió pronto con Talia osea recibir el entrenamiento adecuado que le hizo obtener el título del líder de la liga de asesinos tras cercenar la cabeza de Ra's al Ghul y presentarla como sacrificio a una entidad que ahora protegía la base de operaciones de la sociedad de criminales más amplia del mundo.
Obviamente, Damián jamás fue Robin y tampoco un candidato a Batman, por lo que él manto quedó en manos de Terry McGinnis, un huérfano al que Damián le dejó un recuerdo en el rostro, dándole un complejo que ni siquiera Dick Grayson — el mentor del nuevo Batman— era capaz de minimizar.
Batman.
Damián odiaba a Batman
¿ Por qué todo tenía que girar en torno a un furro que ni siquiera pudo proteger a su hija cuando Damián la sacó de la cuna y la arrojó para que la pequeña Helena fuese tan sólo un recuerdo; una mancha en el asfalto de Gotham, una ciudad corrupta.
No obstante, a diez años de aquel suceso, ahora el hombre estaba buscando los planes de su estúpido padre biológico para así por fin poder librarse de la Liga de la Justicia, aprovechando que todos los integrantes eran nuevos y seguramente los planes de contingencia en su contra serían más efectivos; aniquilando de una vez a los héroes que estorbaban a Damián en su búsqueda de dominación.
Sin embargo, el bastardo no dejó sus planes en la ciudadela o en algunas de sus propiedades, sino que los dejó en manos de su mejor amigo, del boy scout del mundo: Superman.
Damián se deslizó con cuidado, como un bailarín entre los hápticos de los drones de vigilancia y aguantando la respiración se introdujo por la delgada tubería que desechaba la humedad del sistema de oxígeno de la fortificación.
Entre tanto, Jon Kent utilizaba su visión especial para contemplar con cierta admiración cómo un hombre de la estatura y musculatura de Damián estaba ingresando a su recinto como si fuese un gatito callejero; un peligroso depredador al cual debía detener.
A razón de lo anterior, Damián apenas tuvo tiempo de ponerse de pie cuando Jonathan Kent estaba mirándolo cara a cara.
Los ojos azules de Superman brillaban divertidos por el súbito encuentro antes de ser reducido al piso con una llave de piernas que lo tomó por sorpresa.
— Veo que alguien se inspiró en Nightwing— Jon dijo con calma mientras los muslos de Damián se mantenían en su cuello.
El líder de la liga de asesinos asintió. Ambos estaban conteniendose.
Jon fácilmente podría soltarse del agarre, pero eso significaría que Damián comenzaria a utilizar las dagas de kryptonita que llevaba acopladas en ambas piernas, justo por encima de placas de plomo y tungsteno para evitar contraer cáncer como fue lo que le ocurrió a Lex Luthor.
— ¿ A qué debo tu presencia, Damián?— Jon preguntó, evadiendo el apodo que el otro ganó desde hace tiempo por su posición como líder.
— No es de tu incumbencia, Kent— El ladrón respondió antes de soltar a Jon y saltar a la reja de ventilación y quizá lo hubiese logrado si su oponente no hubiese sido Jon Kent con su velocidad especial.
—Estás en mi territorio y yo no soy tan amable como mi padre— Jon tomó al ladrón de las muñecas; un error porque pronto recibió una patada con una cuchilla de kryptonita en el rostro, lo que le hizo soltar al otro por la sorpresa.
Jon río al ver caer a Damián como si fuese un muñeco de trapo.
Y su acompañante lo miró intrigado por esa risa, esperando algo más de agresividad por parte de Jonathan, pero éste sólo lo observaba como si Damián fuese un animal exótico que se coló en su fortaleza
— Imagino que no quieres pelear después del desastre en que resultó la revuelta de los themiscirianos que arrasaron con las amazonas — Damián se levantó con agilidad y contempló de reojo la construcción y constató que estaba atrapado en un laberinto.
— Imagino que algunos de ellos fueron a sumar parte de las filas de tu liga de asesinos— Jon se encogió de hombros mientras Damián se apegaba a él y sonreía.
—No eres tan cabeza hueca, ¿ cierto? —Damián dedicó su mirada glauca a Jon y éste sintió el escalofrío agradable de la irrigación de sangre a su pene, puesto que Damián era atractivo, olía a sándalo y sus nalgas no tenían nada que pedirles a las de Dick.
— La Liga de la Justicia dejó muchos secretos enterrados cuyos fantasmas los perseguirán. Primero, los hombres amazonas; después serán las entidades cósmicas a las que les fueron arrebatados sus núcleos con tal de hacer los preciosos anillos verdes y no olvidemos que mi padre jamás acabó con sus enemigos y Jason Todd puede ser un Joker más peligroso que Jerome Valeska— Damián fue enumerando con sus dedos repasando el pecho de Jon en un toque seductor y erótico.
— Estamos trabajando en ello — Jon afirmó y sé sobresaltó cuando Damián deslizó su pulgar por la quijada de Superman antes de un roce calculado de labios al que Jon correspondió pues su esposo Jay seguramente estaba creyéndose soltero en alguna cama, porque Jon casi no podía estar en casa.
— El problema de esta carrera a contrarreloj es que probablemente ni tú o yo podemos detener a los Nuevos Dioses con su estupidez de despertar a lo que debería yacer muerto— Damián explicó a regañadientes, porque no quería darle información a Jon acerca de lo que descubrió Nika, su oráculo; la llegada de las antiguas deidades del primer mundo que someterían a las mentes débiles de la Tierra que ponían su vida en manos de la Liga de la Justicia sin poder pensar por sí mismos; convirtiéndose en las víctimas perfectas de la ecuación anti-vida.
— No creo que pueda dejarte salir de aquí si no me das la información completa— Las manos de Jon pasearon por la espalda de Damián, quien introdujo la lengua en la boca ajena, probando y provocando.
— Si la Liga de la Justicia no es destruida, la humanidad se extinguirá— Damián explicó con seriedad mientras sus manos hacían caer el traje de Jon.
—La Tierra necesita a la Liga de la Justicia— Jon rebatió y el ladrón pasó sus labios por el cuello del mitad kryptoniano, sustrayendole un suspiro de gozo
Jon se detuvo de súbito al escuchar el sonido de su argolla matrimonial caer sin destino.
Y en un instante, la tensión se transformó en acción.
Ambos comenzaron a luchar, sus movimientos eran una danza de velocidad y agilidad. Jon, con su fuerza sobrehumana, y Damian, con su entrenamiento en artes marciales, se enfrentaban en un duelo cuyas chispas iluminaban la penumbra de la fortaleza.
Mientras intercambiaban golpes, Jon notó la intensidad en los ojos de Damian, una mirada decidida que lo hipnotizaba. En un momento de distracción, Damian aprovechó para sacar un pequeño dispositivo de su cinturón, pero Jon lo detuvo justo a tiempo.
—No tan rápido— Jon dijo a escasos milímetros de los labios de Damián que tanta falta hacían sobre los suyos.
Damian miró a Jon, percatandose de que su rival se había convertido en algo más. La atracción era palpable, y en medio de la lucha, un nuevo tipo de chispa comenzó a surgir entre ellos.
Después de una serie de golpes, ambos cayeron al suelo, exhaustos.
Con respiraciones entrecortadas, Damián se dio cuenta de que no quería perder a ese gran imbécil.
—¿No te das cuenta? — Jon preguntó encima de Damián— Tú y yo somos diferentes, pero también muy parecidos. Luchamos por lo que creemos, y a veces, eso significa enfrentar a quienes nos rodean.
Damian se quedó en silencio, sorprendido por la vulnerabilidad en la voz de Jon. En su interior, algo en su corazón comenzó a cambiar.
— Quizá y, ciertamente, dudo que quieras contemplar el ocaso de la humanidad— Damián arqueó su cuerpo contra el de Jon, sintiendo la conexión entre ellos crecer aún más.
— Cuéntame— Jon pidió al notar la sinceridad en las palabras de Damián y se inclinó un poco más sobre su acompañante, hasta que sus cuerpos encajaron y se encontraron incómodos ante las prendas que los mantenían separados
— Quizá— Damián se dió por vencido a la atracción y empezó a besar de nuevo cuentas a Jon, al odioso de Jon que ya estaba tratando de descifrar cómo deshacerse de todas las armas entre las capas de ropa de Damián.
Después de la unión física, Damián le relató lo esencial a Jon y éste comprendió que por primera vez en la historia, la liga de la justicia representaba una amenaza y no un escudo para la humanidad.
Damián se acurrucó, él odiaba los lugares helados y no había podido conseguir los planes de contingencia de Bruce, pero tenía al lado suyo a Jon, sintiendo para él.
Quizá Damián falló como ladrón, pero no como adalid, pues ahora contaba con un nuevo aliado y un amante inesperado.
Chapter 20: Más allá del límite
Summary:
Damián Wayne es un solitario muchacho que invoca a un súcubo para tener compañía y termina atado de por vida
Notes:
Palabra: demonio.
Chapter Text
En las profundidades del bosque antiguo que rodeaba a Ciudad Gótica , lleno de árboles retorcidos y sombras danzantes, Damián Wayne se sumergía en su propio mundo de frustración.
Él era un chico malhumorado, con un corazón que latía con la rabia de mil tormentas.
Pero a pesar de su faceta dura, había algo en su interior que anhelaba más que la lucha y el poder.
Su vida estaba marcada por la sombra de su familia, dado que su padre biológico se dedicó a recoger a cuánto huérfano se encontró en el camino y ahora, todos ellos eran exitosos, sociales y estaban listos para heredar las industrias Wayne, el patrimonio de Damián
Por lo que en la mente del adolescente había un pensamiento que persistía: la soledad.
Por eso, en una noche oscura, Damián decidió invocar a un ser sobrenatural, uno que pudiera darle lo que deseaba: compañía, pasión y, tal vez, un poco de amor.
Con un ritual que había estudiado en antiguos grimorios de su abuelo materno, el chico dibujó un círculo en el suelo y pronunció las palabras que resonaban en su mente. En el aire, una energía palpable se formó, y ante él, apareció un chicondesnudo que él se apuró a vestir con una sudadera de Superman que hacía juego con sus ojos azules.
—¿ Cómo se supone que debo llamarte? — Damián preguntó sin miedo a pesar del fuego azul alrededor de ellos— Ya sé que tu nombre es impronunciable para mi lengua — El chico se sobresaltó en cuanto el otro lo miró de pies a cabeza antes de robarle un beso.
— Espero que tu lengua sea capaz de cumplir con otras tareas— El demonio río y observó al chico, quien era lindo a pesar de su ceño fruncido.
—¿ Qué te parece Jon Kent? Dado que te gustan los comics— El demonio no se burló del gusto del chico que sus hermanos no comprendían del todo y simplemente fue con la corriente mientras se ajustaba la incómoda ropa interior y luego los pants que él muchacho le dejó
— Está bien, Jon y es invierno, supongo que es un choque térmico desde donde tú vienes— Damián dijo entre dientes y Jon sonrió por la consideración del muchacho al cual sujetó de la mano con naturalidad
Damian se volteó a ver al sucubo y él se perdió un instante en los ojos azules que brillaban más que cualquier firmamento terrestre.
Además,la presencia de Jon era magnética, y cada paso que daba era un suave susurro de seducción.
Sin embargo, el deseo de Jon iba más allá de lo físico; anhelaba perder su virginidad, y había encontrado en Damián al compañero perfecto para su deseo.
—¿ Para qué me has llamado, humano?— Jon preguntó con una voz suave como la seda y sus ojos se mantuvieron fijos en Damián, quién no podía apartar la mirada.
Damián, sorprendido por la belleza del súcubo, experimentó una mezcla de emoción y desdén.
Él intentó mantener su actitud fría, pero dentro de él, una chispa de interés comenzaba a encenderse.
—Sí, yo lo hice…— Damián se interrumpió, buscando las palabras adecuadas. Era un guerrero, no un poeta.
Jon sonrió, acercándose lentamente a Damián. Había algo en su esencia que lo atraía, un magnetismo que lo desarmaba.
—¿Tienes miedo? —preguntó Jon, un brillo travieso en sus ojos.
—No — Damián respondió y golpeó en el pecho al súcubo. Él era un chico que creció con los relatos de su abuelo Ra 's al Ghul, el cual — por supuesto— era un pseudónimo debido a su dedicación a la magia negra.
Aunque Jon parecía diferente a otros demonios, casi como un simple incordio humano.
Damián hizo una pausa para pensar y Jon con un movimiento sensual se inclinó hacia él hasta probar de nueva cuenta sus labios, su aliento y comenzó a acariciar el rostro del muchacho desconcertado.
— Me gustas, no te ofrezco está noche, te ofrezco la eternidad— Jon vislumbró el alma de Damián; una alma brillante, noble, pero quebrada como si hubiese vivido ya más de mil vidas.
La tentación era fuerte y, aunque Damián intentó resistirse, su corazón comenzó a latir con fuerza. Había algo en Jon que despertaba un deseo profundo, uno que nunca había sentido antes.
Entonces, la noche se volvió cómplice de sus anhelos.
Jon se acercó cada vez más, su voz envolvente llenando el aire entre ellos. Damián, atrapado en la atmósfera cargada de deseo, cerró los ojos un momento, dejándose llevar por la dulzura de la promesa que ofrecía Jon.
—¿Estás dispuesto a darme tu corazón? — Jon preguntó, su aliento cálido sobre el cuello del humano.
Y Damián , pese a su naturaleza obstinada, sintió que la resistencia se desmoronaba. La tentación era una fuerza poderosa, y en ese instante, todo lo que quería era unirse a Jon en una danza de pasión.
—Sí — Wayne susurró, abriendo los ojos, dejando que el deseo que había reprimido lo envolviera.
Jon sonrió, una sonrisa que prometía aventuras y secretos.
En un movimiento suave, Jon tomó la mano de Damián, llevándolo a un lugar donde las sombras bailaban y los susurros se convertían en promesas.
—No es un lugar para gente normal — Damián mencionó con curiosidad y Jon acortó la distancia respecto a su acompañante, acercándose lo suficiente para sentir su calor.
Damián no respondió, pero la tensión entre ellos era palpable. Jon, sintiendo que el momento era perfecto, alzó la mano y acarició la mejilla de Damián, quien cerró los ojos por un breve instante, disfrutando del toque.
—¿Qué estás haciendo? — Wayne inquirió , aunque su voz no era tan dura como antes.
—Quiero… quiero besarte — Jon susurró Jon, sabiendo que está vez al pedir permiso ambos cruzarían una línea que no podría deshacerse
Damián abrió los ojos, y por un momento, Jon vio un destello de sorpresa, seguido de una chispa que no podía ignorar.
Sin más palabras, Jon se inclinó hacia adelante.
El beso fue suave al principio, como si ambos temieran romper el hechizo de la luna. Pero pronto, el beso se volvió más profundo, más urgente.
Sus labios se movían al unísono, como si hubieran estado esperando este momento durante toda su vida.
Bajo la luz de la luna, Jon sintió que sus alas, que habían estado ocultas dentro de él, comenzaban a desplegarse.
Damián, normalmente tan controlado, parecía entregarse a la pasión del momento, dejando de lado su habitual mal humor. Sus manos encontraron la cintura de Jon, atrayéndolo aún más cerca, en un abrazo que ambos deseaban que nunca terminara.
Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad. Jon tenía el rostro sonrojado, y Damián, aunque aún serio, tenía una expresión que Jon no había visto antes: una mezcla de sorpresa y deseo.
—No pensé que fueras tan atrevido —Damián afirmó con una leve sonrisa en los labios.
—Quizás hay más en mí de lo que crees — Jon respondió, sintiéndose más seguro que nunca.
La luna iluminaba sus rostros mientras se miraban el uno al otro, y Jon supo que esa noche no sólo había encontrado a Damián, sino que también había comenzado a descubrirse a sí mismo.
Bajo el resplandor de la luna, el mundo a su alrededor desapareció, y solo existían ellos dos, unidos por un beso que cambiaría su relación para siempre.
La conexión entre ellos fue intensa, como si el universo entero los hubiera alineado para ese momento.
A medida que la noche avanzaba, los dos jóvenes se entregaron uno al otro, dejando que sus corazones se entrelazaran.
Ya no eran solo un súcubo y un humano; eran dos almas buscando su lugar en el mundo, y en ese instante, se encontraron.
Y así, en el corazón del bosque, con los murmullos de la noche como testigos, Damián Wayne y Jon Kent sellaron su destino, una unión que iría más allá de lo físico, un amor que prometía ser eterno.
Chapter 21: Te amo
Summary:
La primera vez que Damián le dijo :"te amo" a su Jon.
Notes:
Palabra: lago.
Chapter Text
La tarde caía suavemente sobre Metrópolis, el sol comenzaba a esconderse detrás de los altos edificios, dejando destellos dorados en el hielo del lago que había sido cuidadosamente congelado.
Jon Kent se encontraba allí, con un par de patines en mano, observando cómo la superficie del agua se iluminaba con los últimos rayos del día.
Él nunca había estado más emocionado por una tarde de invierno.
Aunque él también estaba un poco nervioso porque había invitado a Damián Wayne, su amigo; el hijo de Batman. Damián odiaba el invierno y a pesar de los meses, él continuaba siendo un enigma para Jon; Kent no podía calificarlo porque Damián no era una simple “bolita de odio” si no un ser humano con una mezcla de coraje, intensidad y un toque de misterio que lo hacía intrigante.
Y en el fondo, Jon sabía que había algo más entre ellos, algo que iba más allá de la amistad.
Damian llegó al lago del parque de Metrópolis en su habitual atuendo oscuro, la capucha de su abrigo cubriendo parcialmente su rostro. Se veía tan fuera de lugar que Jon no pudo evitar sonreír al verlo
— Vamos, haz sido entrenado en cosas peores, un poco de deslizamiento sobre hielo no te matará— Jon se sentó junto a Damián y él colocó su mano sin guante sobre la ajena— Además, estás conmigo y yo siempre voy a cuidarte— Kent prometió con dulzura
Robin arqueó una ceja antes de comentar:
— No tengo problemas en hacer cosas nuevas, Jon, es sólo que no encuentro el punto de deslizarme sobre un lago helado cuánto podría estar entrenando.
— ¿ Y si el lago está en Oymyakon? ¿ Contaría como entrenamiento? — Jon preguntó mientras estrechaba los hombros de Damián— Además, lo congelé especialmente para ti, nada de hielo negro y frágil, si no veinte centímetros de espesor sólo para ti — Jon guiño un ojo a Damián, quien lo golpeó con el codo, porque él no quería saber qué más media veinte centímetros en su mejor amigo.
—Quien tiene hambre en pan piensa— Jon río, un sonido cálido que resonó en el aire frío— Vamos, no será tan malo, sólo tienes que confiar en mí y en los siete años que llevamos juntos, desde que me arrojaste desde la torre de agua en Smallville.
Damian hizo una mueca, pero finalmente tomó los patines y se los puso.
Después, se levantó con agilidad, como si hubiese utilizado patines cada día de su vida y Jon resopló.
— ¡ Es injusto! — El adolescente de cabello obscuro protestó— Se supone que deberías tambalearte siquiera un poco para que yo te sostuviera en mis brazos — Jon fue directo y el rostro de Damián se torció en una expresión de desagrado.
— Esto es ridículo— Wayne puntualizó— Si quieres un abrazo, sólo dilo como el golden retriever que siempre has sido— El chico se movió hasta que su cuerpo encajó con el de Jon en un abrazo suave y confortante que el mitad kryptoniano aprovechó para llevar cargando a Damián a la superficie congelada del lago.
— Esto es ridículo— Damián protestó, pero si ver la sonrisa de Jon, decidió seguirle el juego y dejarlo aprehender su torso a fin de dar algunas vueltas por el estanque
—Es como bailar, pero sin estar obligado a seguir un ritmo— Jon explicó antes de sujetar a Damián que había dado algunas vueltas en sí mismo por iniciativa propia — Además lo haces genial, hasta me estoy sintiendo el aprendiz y no el maestro— Jon masculló con diversión y extendió su mano a Damián a fin de completar su fantasía de muchos años atrás.
Robin tomó la mano de Jon con fuerza, sintiendo cómo un escalofrío recorría su cuerpo, pero no solo por el frío.
Después, con un tirón, Jon lo llevó hacia el centro del lago. El pulso del joven testarudo se aceleró, no soylo por el miedo a caerse, sino por la proximidad entre ellos.
Cuando llegaron al centro del lago, Jon se giró, sosteniendo a Damian por los hombros. —Ahora, solo deslízate, como… como si estuvieras volando.
Damian frunció el ceño, pero Jon podía ver que estaba intentando concentrarse. Con un leve empujón, Damian comenzó a deslizarse, su equilibrio tambaleándose debido a la fragancia ajena y Jon se rió al notar el efecto que él provocaba en Damián.
Para resarcir su orgullo herido, Damián hizo un salto triple mortal que falló al último momento debido a un conejo perdido y él terminó cayendo de trasero al hielo.
Por supuesto Jon se apresuró a ayudarlo a levantarse, pero en lugar de eso, Kent se deslizó a propósito para caer junto a su mejor amigo.
Después hubo silencio.
El mundo pareció desvanecerse a su alrededor.
Jon se inclinó un poco más hacia Damian, sintiendo la calidez entre ellos, a pesar del frío exterior.
Damian, aún con un poco de hielo en su cabello, frunció el ceño, pero había una chispa en su mirada que no pasaba desapercibida.
—Jon… — Damián comenzó, su voz más seria de lo habitual—. Quiero decirte algo.
Jon sintió de repente que su corazón latía más rápido y asintió, intrigado.
—Te estoy escuchando.
Damian se aproximó aún más a su acompañante , su mirada intensa fija en la de Jon.
La frialdad del entorno parecía desaparecer, y todo lo que existía era ese momento entre ellos.
—Te amo. —Las palabras salieron de la boca de Robincon una sinceridad que hizo que Jon se sintiera como si el mundo se hubiera detenido.
Por un momento, el tiempo se congeló. Jon sintió que su corazón se aceleraba, incapaz de procesar lo que acaba de escuchar. A su alrededor, el frío del invierno ya no le importaba.
—Yo también… — Jon respondió, su voz temblando ligeramente—. Yo también te amo, Damian.
Sin pensarlo, Jon se inclinó hacia adelante, sus labios encontraron los de Damian en un beso dulce y eléctrico. Era un beso que hablaba de promesas y de un futuro juntos, de aventuras y momentos compartidos.
El frío del lago helado se desvaneció, y lo único que importaba era la calidez de ese instante. Cuando finalmente se separaron, ambos sonrieron, sintiendo que habían cruzado una línea que nunca volverían a poder retroceder.
—Esto fue… —Jon comenzó a decir, pero Damian le interrumpió.
—No hables, idiota, sólo disfrutemos de este momento.
Y así lo hicieron, riendo y abrazándose mientras el frío del mundo los rodeaba, pero sus corazones ardían como nunca antes.
Y con el significado detrás de esas palabras aún flotando en el aire, los dos amigos se levantaron para seguir deslizándose sobre el hielo y hacia un futuro lleno de posibilidades.
Juntos
Chapter 22: La primera victoria
Summary:
La primera victoria de Damián, Jon y Trinity como un equipo en contra de una amenaza considerable.
Notes:
Palabra: equipo.
Chapter Text
Era un día gris en Gotham.
Las nubes pesadas sobre la ciudad parecían presagiar la tormenta que se avecinaba.
Damian Wayne, el hijo de Batman, estaba en la Torre Wayne, entrenando con su espada cuando sintió una extraña vibración en el aire. No era sólo una sensación; algo oscuro y poderoso estaba a punto de suceder.
Mientras tanto, en Metrópolis, Jon Kent, el hijo de Superman, estaba con su madre, Lois Lane, cuando un brillo dorado iluminó el cielo.
Un portal se había abierto en el aire, y de éste emergió la figura imponente de Darkseid, el tirano de Apokolips.
— ¡ Carajo! — Jon maldijo y de inmediato se comunicó con Damián y Trinity, su supuesto futuro equipo que él ya necesitaba en ese momento.
Trinity, la valiente amazona ya había sentido la perturbación en la fuerza y ella sabía que su misión era ayudar a sus amigos a enfrentar lo que fuese, así que robó el avión invisible de su madre y se dirigió a Gotham por Damián , quien ya la esperaba en lo más alto de la Torre Wayne y después partieron juntos a Metrópolis .
— Entonces, Darkseid— Damián asintió ante la información de Jon sin siquiera inmutarse porque él no tenía miedo a uno de los nuevos dioses cuando su padre se había enfrentado a los antiguos.
— Hiciste bien en hacer que Connor protegiera a los civiles, Donna está buscando algún artefacto de los doce sagrados para cerrar el portal y Dick está ayudando a organizar los escuadrones contra los acompañantes de ese cobarde— Trinity afirmó con resolución, puesto que ellos no estaban solos como sus padres y, además, llevaban una vida preparándose para lo inevitable
Los tres se miraron entre sí con determinación. No había tiempo de esperar a sus padres porque su tiempo como equipo había llegado y juntos podrían enfrentar a Darkseid
Con un plan en mente, se reunieron en uno de los antiguos refugios de Luthor, donde las pantallas iluminaban la habitación con los detalles de la invasión de Darkseid.
—Si atacamos de frente, no tendríamos ninguna oportunidad— Trinity determinó con fastidio y luego agregó: —Necesitamos distraerlo y encontrar una manera de debilitarlo".
— Puedo utilizar mi velocidad para distraerlo mientras Damian se acerca para poner en práctica sus nuevos juguetes— Jon sugirió con cierta preocupación por el único que no podía volar en el equipo, pero Damián no necesitaba más que una buena puntería para cumplir con su propósito.
— Olvídate de jugarretas, lo enfrentaré en un combate directo— Robin afirmó con una espada reluciente, herencia de su abuelo materno— Tú sólo encárgate de hacerlo bajar la guardia mientras Trinity nos respalda— Robin habló con demasiado orgullo, pero sus compañeros confiaban en él
Entonces, los tres guerreros se dirigieron al lugar donde Darkseid había abierto su portal.
La oscuridad cubría todo, pero la luz de los drones de la compañía Wayne manejados por Tim brillaba intensamente.
Entonces, Jon lanzó un rayo de energía hacia Darkseid, quien se volvió hacia él con una mirada de desdén.
— ¿ Por qué tengo que luchar contra insectos?— Darkseid rugió mientras Damián esquivaba los ataques de los pocos para demonios sobrevivientes y encajó la espada en la garganta del dios mientras Trinity usaba su agilidad para enlazar a Darkseid con cadenas de adamantino que fueron hechas para contener Titanes
La batalla era feroz, pero el trabajo en equipo de los tres adolescentes comenzó a dar frutos. Al combinar sus habilidades, lograron repeler a los parademonios y centrar su atención en Darkseid.
Finalmente, en un movimiento sorprendente, Damian hizo una jugada audaz y se lanzó directamente hacia Darkseid, atravesando su defensa. Jon y Trinity lo siguieron, combinando sus poderes en un ataque final. Con un rayo de energía y una estocada precisa, lograron debilitar al tirano.
— Ahora— Damián gritó con total confianza pese a que él tridente de Trinity y la energía de Jon rozaron su piel en aquel ataque salvaje que humilló a Darkseid
Pronto, una explosión de luz estalló, y Darkseid fue empujado hacia su portal, cerrando la brecha entre los mundos. Con un grito de ira, él desapareció, llevando consigo a sus tropas.
Los tres amigos, agotados pero victoriosos, se sentaron en el suelo mientras recuperaban el aliento. La batalla había fortalecido su vínculo.
— Lo hicimos— Jon afirmó con una sonrisa— ¡ Lo hicimos! — Él chocó los cinco con Damián y después con Trinity.
—En todo caso, Dick, Donna y Connor también podrían haber pateado su trasero arrugado— Damián afirmó con calma— Él subestimó que nosotros no somos nuestros padres y sabemos trabajar en equipo— Damián sonrió como en pocas ocasiones y Trinity se apresuró a inmortalizar ese gesto con su teléfono celular; un viejo, pero indestructible Nokia
— Bueno, esto es sólo el comienzo — Trinity apartó la vista de Jon comiéndose a besos a Damián y suspiró, sintiéndose el mal tercio, pero parte de un equipo con un lazo de amistad que duraría para siempre.
Minutos después, Clark, Bruce y Diana arribaron mientras sus futuros reemplazos tenían el corazón ligero y una nueva amistad sellada en el fuego de la batalla.
— Así que ya estamos demasiado viejos— Clark ayudó a Jon a ponerse de pie y le sonrió— Estoy muy orgulloso de ti— Superman afirmó con honestidad— Bueno, estoy orgulloso de todos.
Bruce asintió con la mirada fija en Damián antes de comentar:
— Alfred estaría orgulloso de ti. No sólo salvaron vidas, también incluiste a la familia, a tu familia, hijo mío— Bruce fue escueto, pero eso fue suficiente para Damián.
Entre tanto, Diana se acercó a su hija y la abrazó con fuerza.
—Eres una verdadera amazona, hija mía. Has demostrado la fuerza y la valentía de Themyscira.— pero igual estás castigada por un mes por robar mi avión— Diana dijo entre las risas de Trinity
—¿ En serio, Diana? — Clark crujió sus nudillos— Nuestros hijos acaban de salvar al mundo— Superman puntualizó y Diana asintió.
— Estoy segura que ellos harán un mejor trabajo que nosotros, pero aún así son sólo adolescentes— La amazona sostuvo su postura acerca del castigo que Trinity merecía.
Chapter 23: Acepto
Summary:
Jon toma una flor del jardín de la mansión Wayne y se pregunta si su noviazgo con Damián es adecuado y llega a la conclusión de que no lo es, porque ellos deberían estar casados.
Notes:
Palabra: pétalos.
Chapter Text
Jon Kent observaba la luz del atardecer filtrándose a través de los árboles en el jardín de la mansión Wayne.
Era un día especial y, aunque todo parecía perfecto, su mente estaba llena de pensamientos contradictorios.
Él se había propuesto hacer una lista de los pros y los contras de ser novio de Damián Wayne, el chico más complicado que había conocido, pero también el que había robado su corazón.
Jon sacó su cuaderno de notas y comenzó a escribir.
Pros de ser el novio de Damián Wayne:
1.Inteligente y astuto: Damián es un genio en combate y siempre tiene un plan. Jon admiraba su mente estratégica.
2.Fuerte y protector: Siempre estaba dispuesto a proteger a quienes amaba. Jon se sentía seguro a su lado.
3. Apasionado: Cuando Damián se interesaba en algo, se lanzaba de lleno. Esa pasión era contagiosa.
4.Leal: No había nadie más leal que Damián . Su compromiso con su familia y amigos era inquebrantable.
5.Cruzar mundos juntos: Ser la combinación perfecta de héroes, Jon sentía que junto a Damián podían enfrentar a cualquier amenaza .
Jon sonrió mientras escribía, recordando los momentos en los que había luchado al lado de su amado.
Pero siempre había un balance, así que comenzó a enumerar las desventajas.
Contras de ser el novio de Damián Wayne:
1. Temperamento: Damián tiene un carácter fuerte y a menudo se dejaba llevar por la ira.
2. Expectativas altas: Siempre había una presión por ser perfecto, especialmente cuando se trataba de ser el hijo de Batman.
3.Dificultad para expresar emociones: A veces, Jon deseaba que Damián pudiera abrirse más sobre sus sentimientos.
4. Rivalidad constante: La competencia entre ellos, aunque divertida, podía volverse agotadora.
5.El pasado de Damián : Había sombras en la historia de Damián que a veces interrumpían su felicidad.
Jon miró la lista.
Al contar los pétalos, se dio cuenta de que había más ventajas que desventajas.
Esto lo llevó a pensar en algo más profundo. ¿Y si le pedía que se comprometieran? Sabía que su relación era única, y aunque Damián tenía sus problemas, Jon estaba dispuesto a enfrentarlos juntos.
Decidido, Jon tomó un pétalo de una flor cercana y, con un suspiro profundo, se dirigió a la biblioteca, donde sabía que Damián pasaba mucho tiempo entrenando su mente .
Cuando entró, él encontró a Damián concentrado; hojas y documentos regados a su alrededor.
—Hey, Damián — Jon dijo, sintiendo las mariposas en el estómago.
Damián levantó la vista, sus ojos oscuros brillando con curiosidad antes de responder:
—¿Qué pasa , Jon?
—Estaba pensando en nosotros — Kent respondió, nervioso. —Y en lo que significas para mí…
Damián frunció el ceño, una mezcla de interés y preocupación en su expresión:
—¿Qué quieres decir?
Jon se acercó, tomó la mano de Damián y con un gesto delicado, le mostró el pétalo que había recogido. —Por cada ventaja de ser tu novio, hay un pétalo. Pero creo que hay más ventajas que desventajas. Y eso me lleva a una pregunta.
Después, Jon para calmar su nerviosismo acomodó los pétalos en la mesa labrada de la habitación, formando un corazón.
“Este es el momento” Jon pensó mientras miraba el reloj, sabiendo que podrían ser llamados a una misión en cualquier momento.
Damián se acercó a su acompañante con una gracia que sólo él poseía, su mirada curiosa enmarcada por la oscuridad de su cabello.
Jon sintió una oleada de amor y nervios al mismo tiempo.
— Explícate mejor— Wayne cruzó los brazos y dedicó una mirada de sospecha y diversión a su amado.
Jon respiró hondo y dio un paso adelante.
— Perdón, se supone que este debería ser un momento especial y soy sólo un desastre que quiere preguntarte algo.
Los labios de Damián se curvaron en una sonrisa ínfima pero genuina.
—Psreces un idiota emocionado— El hombre dijo y atrajo a Jon hacia sí a fin de probar sus labios—Mi idiota perfecto y emocionafo— Damián puntualizó con entretenimiento
— Porque lo soy— Jon admitió mientras correspondía al beso de su más grande amor— Damián, desde que te conocí mi vida ha cambiado y he vivido contigo todo tipo de amor. Has sido mi cómplice, mi compañero, mi hermano mi primer amor, mi primer arrepentimiento…me has enseñado el significado verdadero del amor, del compañerismo y de la lucha— Jon aspiró y separó un poco a Damián, quien iba descendiendo los besos por el cuello de su pareja—¿ Por qué no me dejas hablar? ,— Jon río mientras Damián lo volvía a atraer a su persona.
— Damián, eres mi todo— Jon confesó y
Damián se detuvo en seco, sus ojos ahora fijos en Jon, la diversión se desvaneció y fue reemplazada por una profunda seriedad.
— ¿Qué estupidez estás diciendo?— Wayne preguntó tenso, casi incómodo.
Jon tomó una bocanada de aire y tomó las manos de Damián, con todos los pétalos restantes.
—¿Quieres ser mi esposo? — Jon cuestionó, sintiendo su corazón latir con fuerza.
Los ojos de Damián se abrieron de par en par, y por un momento, el tiempo pareció detenerse. Luego, una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
—¿De verdad? —inquirió, su tono era serio pero había un destello de alegría que no podía ocultar.
—Sí, de verdad. Quiero enfrentar el mundo contigo, incluso nuestras rivalidades y dificultades. Te elijo a ti — Jon prometió,sintiendo que cada palabra era un pacto.
Damián se acercó más y asintió con lentitud, no queriendo ser una carga para Jon ,
—Entonces, ¿haremos esto... juntos?
El tiempo pareció detenerse. Damián miró a Jon, sus ojos verdes llenos de sorpresa. Sin pensar, un suave soplo de aire salió de sus labios y, como por arte de magia, los pétalos de comenzaron a volar, danzando en el aire a su alrededor.
Y sin más palabras, Damián se inclinó hacia adelante, atrapando los labios de Jon en un beso profundo y cargado de emoción.
Jon sintió cómo su corazón estallaba de alegría mientras sus manos encontraban el rostro de Damián , desesperado por acercarlo más.
Las flores se deslizaban a su alrededor, creando un halo mágico mientras se amaban sobre la mesa de la biblioteca, rodeados de historias de valentía, amor y aventuras compartidas
. El mundo exterior se desvaneció, dejando sólo a ellos dos, atrapados en un momento perfecto en el que sellaron su amor
Chapter 24: Bajo el cielo estrellado
Summary:
El primer aniversario de casados entre Damián y Jon.
Notes:
Palabra: trovador.
Chapter Text
Era una noche estrellada en Metropolis, y las luces de la ciudad parpadeaban como joyas en un vasto manto de terciopelo negro.
Jon Kent, el actual Superman estaba ansioso.
Después de todo, aquel era un día especial: Damián y él celebraban su primer aniversario de bodas.
Damián estaba cocinando una deliciosa lasaña con dos versiones: vegana para él y con extra carne para Jon mientras éste intentaba que su apartamento se viese bien con la combinación surrealista de murciélagos y el azul brillante de su legado.
Fue ahí cuando a él se le ocurrió una idea que haría reír a Trinity y que también haría que Tae le preguntara cómo fue que consiguió casarse con Damián ; quien era total serenidad y concentración mientras dejaba al vino enfriar y revisaba el aire del postre a compartir
De súbito, Jon recordó que existían los trovadores intergalácticos que podían crear una canción para inmortalizar el romance entre los dos. ¿ Y qué mejor manera de hacerle saber a todo ser de cualquier universo que ellos dos estaban casados pese a las dificultades, las posibilidades y sus responsabilidades?
Con una sonrisa en el rostro,Jon comenzó a contactar a Tae, su linterna de la liga de la justicia.
Damián simplemente lo observaba y frunció el ceño porque Tae no le caía mal, pero ciertamente el linterna blanco sobraba en su aniversario con Jon.
—No me interesa un trío en nuestro aniversario— Damián se sentó con aire seductor en el regazo de Jon, impidiéndole ver el teléfono— Me interesa una buena cena, vino y tú atado a la cama— Wayne tomó del rostro a Jon para guiarlo a besarlo lenta y apasionadamente; con lengua y gemidos bajos.
—¡¿Q-qué?! ¡ Oh no, claro que no! Nunca voy a compartirte con ese engreído— Jon envolvió el torso de Damián con posesión y exhaló—¿ Qué clase de imaginación perversa tienes? — Jon sonrió y recargó su cabeza en el pecho de su cónyuge— Yo simplemente quería saber si Tae conocía a algún trovador intergaláctico para regalarte alguna canción cursi— Kent explicó y Damián acarició su cabello; entretenido con la naturaleza impulsiva de su esposo mientras escuchaba la verdadera intención de su gran idiota.
— Jon, ¿ No crees que eso sería un poco exagerado?— Damián levantó una ceja con la mezcla de curiosidad y desdén que Samuel tanto adoraba.
— Vamos!, ¡sería algo lindo! Ya hasta puedo imaginar la letra— Jon besó la barbilla de Damián antes de comenzar a entonar:
—En la sombra de la ciudad,
donde héroes luchan sin cesar,
dos corazones se encuentran,
en la noche, un nuevo despertar.
Damián con su mirada intensa,
Jon Kent, el sol que brilla en su andar,
dos mundos que chocan,
pero juntos saben amar.
Damián sonrió y permitió que Jon siguiera con su charada:
“El romance entre Damián y Jon,
bajo el cielo de estrellas, su conexión.
Con secretos y risas, construyen su unión,
dos almas valientes, un solo corazón.
En el silencio de un edificio
susurran sueños al viento,
cada palabra, un latido,
cada beso, un nuevo intento.
Damián con su sombra oscura,
Jon, el faro en la tormenta,
se encuentran en la lucha,
su amor nunca se ausenta”.
Wayne abrazo con fuerza a su cantante pésimo, pero se acercó a su oído para susurrar:
—El romance entre Damián y Jon,
bajo el cielo de estrellas, su conexión.
Con secretos y risas, construyen su unión,
dos almas valientes, un solo corazón.
Kent se iluminó porque su marido le siguió el juego y pronto regresó a la realidad cuando el horno anunció que la cena estaba lista, aunque él prefería devorar a besos a Damián , quien estaba muy de acuerdo con los besos cortos, largos, húmedos y a veces simples roces entre ellos.
—¿ Ves? Es algo exagerado, pero yo quiero que sea una noche especial, porque no todos conocen a su alma gemela y mucho menos, están en trámites de adopción de una princesa adorable— Jon exclamó feliz, porque pronto les entregarían a Kaythlyn y habría pasitos y risas infantiles en su apartamento.
— Pero no tienen porqué saberlo en todo el multiverso— Damián masculló— Nuestra felicidad es también una debilidad. No todos los seres son buenos e incluso habrá versiones de nosotros mismos que nos odiarán porque estamos juntos— Damián no se movió del regazo de su esposo mientras él reflexionaba acerca de todos los momentos en que ellos podrían haber terminado separados.
— Además, las canciones son sólo ruido, lo importante es que estamos juntos— Damián sonrió antes de levantarse para servir la lasaña para ambos.
Jon se acercó a él, dejando que sus miradas se encontraran.
—¿ Y qué tal un concierto privado para los dos? Cada nota y cada silencio expresará las emociones de nuestro aniversario de papel y quizá sea lo único que recordaremos al llegar a nuestro aniversario de hueso— Jon afirmó con esperanza, pues sus padres y también sus abuelos habían permanecido casados la mayor parte de sus vidas.
Damián suspiró, sintiéndose atrapado entre su amor por Jon y su naturaleza pragmática
. Pero al final, lo que más deseaba era hacer feliz a su esposo.
— ¿ Qué te parece un punto medio?— Damián propuso mientras ajustaba la servilleta en el regazo de Jon— ¿Y si ponemos un vinilo de tu abuela para amenizar la cena? La música no tiene que tener letra para enmarcar la eternidad— El hombre miró cómo Jon reflexionaba para finalmente ceder a escuchar un vinilo casi más viejo que Metrópolis misma.
— Claro, el jazz nunca decepciona— Jon tomó una porción de lasaña vegana para alimentar a Damián y después se le quedó mirando con devoción.
—Parecemos un matrimonio viejo— Jon bromeó y luego él limpió la boca de Damián con una servilleta de tela.
— Supongo, pero no está mal para una relación que bien pudo terminar cuando alguien se fue a Nuevo Krypton sin avisar— Damián replicó con su ironía típica, pero su mirada portaba el brillo de aprobación
Después, ambos rieron acerca de la herida cicatrizada, dedicándose únicamente a disfrutar del momento.
Y mientras la música llenaba el aire con suaves melodías de jazz, Jon y Damián comenzaron a recordar momentos de su primer año juntos: las aventuras en Gotham, las noches de patrullaje, y las pequeñas cosas que hicieron que su amor creciera cada día más fuerte.
—Recuerdo aquella vez que intentaste enseñarme a cocinar — Jon dijo, dejando escapar una risita—. ¡Terminamos pidiendo pizza!
—Ese fue un desastre, pero al menos la pizza estaba buena — Damián afirmó , encogiéndose de hombros con una sonrisa—. Pero aprendí que hay cosas que no están hechas para ti o para mí. Soy un mal profesor y tú un pésimo cocinero.
— No eres un mal profesor— Jon dejó los cubiertos en una posición soez y se levantó a bailar con su marido, quien solía ser un amargado, pero también se prestaba a las locuras de su marido, como interrumpir la cena para dejarse llevar por el ritmo del jazz.
Damián se sonrojó levemente por el acto impulsivo de Jon , pero él no pudo evitar sonreír.
La música resonaba en sus corazones, y mientras el vinilo giraba, él pasó los brazos en torno al cuello de su cónyuge.
— Sabes que me haces feliz, ¿ cierto?— Damián dijo al oído de Jon, haciéndolo estremecer.
Samuel sonrió, sintiendo el amor que los unía. Era un amor que había superado batallas, desafíos y diferencias.
—Lo sé, y tú también me haces feliz —Jon respondió Jon y apretó las caderas de Damián con ternura.
Y así, bajo la luz tenue del comedor y la melodía del jazz, ambos sellaron su amor con un beso apasionado. Era un momento sencillo, pero en ese instante, el mundo exterior se desvaneció; solo existían ellos dos, celebrando un año de amor, risas y complicidad.
La lasaña, el jazz y su conexión los envolvieron, prometiendo más años llenos de aventuras y momentos compartidos. En sus corazones, ellos sabían que cada día sería una nueva oportunidad para celebrar su amor.
Y así, en esa noche estrellada, bajo el manto del universo, Jon y Damián celebraron su amor de una manera que solo ellos podían entender: sin palabras, solo con la certeza de que, mientras estuvieran juntos, todo lo demás era superfluo.
Chapter 25: Éramos siete y parió la novia
Summary:
Jon Kent va a contraer nupcias con Talia Wayne.
Notes:
Palabra: blanco
Chapter Text
Era un hermoso día en Metrópolis; el tipo de día perfecto que podría ser el telón de fondo perfecto para el comienzo de una nueva vida.
Jon Kent, hijo de Clark Kent estaba por contraer nupcias con Talia Kane; la única hija del multimillonario Bruce Wayne.
El aire era festivo, pero estaba a punto de convertirse en un caos.
— Odio este tipo de vestidos— Talia se quejó de su pomposa prenda de pesada falda y sus hermanas asistieron.
— Definitivamente, no es tu estilo— Jade Todd opinó y brindó con Tessa Drake , porque ambas votaron porque su hermanita rebelde terminaría utilizando el vestido de novia que Amelia Pennyworth eligió para ella.
—No te ves bien y no lo digo por el vestido— Dawn Gordon opinó y tomó la temperatura de la menor de los Wayne.
Talia suspiró y dió una vuelta en sí misma; su vestido blanco caía en suaves pliegues, adornado con encajes dorados que brillarían a la luz del sol.
Talia parpadeó con sus pestañas oscuras y preciosas que enmarcaban su mirada glauca
A medida que el tiempo se acercaba para el «sí, acepto», Talia sentía que no era la novia perfecta, sino un completo desastre.
Por supuesto, sus hermanas lo notaron y la dejaron marchar hacia la habitación en donde se encontraba Jon, con la corbata hecha un desastre.
—Jon— La voz de Talia falló mientras ella tocaba la puerta que fue abierta a velocidad súper sónica
El varón tenía una sonrisa brillante en el rostro al escuchar a su futura esposa, sin embargo, ese gesto desapareció en cuanto notó la tensión en Talia.
Hombros rígidos, brazos en contra del pecho, muslos pegados y ninguna expresión en el rostro de su guapa y malhumorada mujer.
—¿ Qué pasa, Talia? — Jon rodeó a la fémina con sus brazos, ofreciéndole apoyo incondicional— Sabes que no me importaría emdecurlr a los trescientos invitados que la boda no sucederá— El varón suspiró resignado, dándole más importancia al sentir del amor de su vida que al de su corazón compungido
Talia se mordió el labio inferior y una risa nerviosa escapó de su boquita fruncida.
— Jon, ¿ recuerdas la noche en el observatorio?— Ella empezó a decir de forma entrecortada— porque creo que hay algo que debo decirte— Talia se vio al espejo, su figura era perfecta; atlética y elegante.
Jon se sonrojó, porque era difícil olvidar ese momento de pasión en que Talia lo apretaba en su interior mientras él la mordía en el cuello y la sujetaba de la cintura para facilitarle la incursión en todos los puntos de placer correctos en la mujer.
— Creo que nunca voy a olvidarla — Jon besó la mejilla de Talia y la contempló con arrobo; dado que ella era su mundo, su todo y si ella se lo pudiese, él le entregaría el universo conquistado junto a una corona y un cetro.
— Después de ese día…— Talia aspiró y sus ojos se humedecieron, haciendo preocupar aún más a Jon—, mi periodo se volvió irregular, muy irregular… desapareció— Talia agregó a último momento con nerviosismo.
Antes de que Jon comprendiera la situación, Talia se llevó las manos al vientre debido a una punzada de dolor que recorrió su abdomen.
—¿Qué pasa? ¡¿Qué pasa?! —Jon entró en modo héroe, olvidando por completo la ceremonia, porque lo más importante era el rostro pálido de Talia.
—Creo que me estoy poniendo de parto— Talia tardó más en decirlo que Jon en sujetarla en sus brazos, listo para dirigirse al hospital.
—Amor, siempre has ido un paso por delante de mí— La mente de Jon no podía concentrarse porque él estaba experimentando el momento más increíble y aterrador de su vida.
La música de la boda comenzó a sonar, pero ni Jon o Talia estaban pendiente de ello mientras Jon surcaba el cielo y el resto de la familia de la mujer los siguió de inmediato en sincronización perfecta.
— Al menos no di a luz en el pasillo nupcial— Talia bromeó desde la camilla del hospital mientras sus hermanas fueron a la recepción a registrarse y a esperar por Amelia Pennyworth y Brianna Wayne
— Entiendo que no querías ser una novia normal, pero, esto fue una exageración— Jon dijo mientras explicaba a las enfermeras que su esposa — técnicamente, Talia lo era— tenía una gran resistencia al dolor, pero la epidural no estaría de más, a juzgar por sus muecas de agonía.
—Pensé que te enfadarías si te lo decía— Talia susurró y Jon no pudo evitar reír.
— Idiota— Jon dijo con cariño, despeinadando el cabello húmedo de Talia— Te amo más que a nada en este mundo y aunque nunca hablamos de hijos. Yo amo la posibilidad de todos y cada uno de ellos. De hecho ya amo a este pequeñín con la misma intensidad y devoción con la que te amo a ti — Jon se levantó para darle espacio a la temible Brianna Wayne, quien no estaba tan sorprendida de los hechos al ser Batwoman, una gran investigadora.
Después de una larga espera, y con una mezcla de risas y lágrimas, Talia dio a luz a una hermosa y diminuta bebé a quien sostuvo en brazos envuelta en su manta pristina que Amelia le ofreció de inmediato.
Sí, definitivamente a Talia no le sentaba bien el blanco, pero a Callie Wayne-Kent lo hacía de maravilla.
Callie era un bebé especial, se durmió en cuanto se sintió cercana a Jon, quien pensó por meses que Talia tenía alguna arritmia que lo mantuvo preocupado, pero la verdad ahora lo veía con sus hermosos ojos grises que más tarde pasarían a ser verdes como los de su madre empapada en sudor.
Y así, aunque su boda no era lo que habían planeado, la historia de su vida juntos apenas comenzaba, llena de amor, risas y su bebé.
Jon miró a Callie y aunque no lo expresó para no interrumpir él momento de Talia con sus hermanas, él pensó:
"Mi pequeña Callie... eres tan pequeña y ya has robado mi corazón de una manera que nunca pensé posible. Miro tus manitas y tus piececitos y me derrito. Tu sonrisa es la luz más brillante en mi vida. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, mi pequeña.
Eres la mezcla perfecta de tu madre y de mí, y no podría estar más orgulloso de ser tu padre. Te prometo que siempre estaré aquí para ti, para protegerte, para apoyarte y para amarte sin condición. Te amo, Callie. Te amo ahora y siempre".
Chapter 26: Heartless
Summary:
Jon regresa a la Tierra y Damián ha sido asesinado.
Notes:
Palabra: corazón.
Chapter Text
Damián Wayne y Jon Kent estaban sentados en la torre de agua de la vieja granja de los Kent. El cielo estaba estrellado y la noche era clara, silenciosa y perfecta para perderse en los pensamiento
—¿ Crees que nuestros padres ya sentían el peso de la responsabilidad a nuestra edad?— Jon preguntó curioso y Damián resopló.
—No, pero seguramente estaban pensando en el futuro. Mi padre estaba planeando su venganza y tu padre trataba de pasar desapercibido— El chico comentó reflexivo, pensado que quizá Bruce debió recibir terapia en lugar de entrenamiento en artes marciales y Clark, Clark estaba todavía en la ignominia de su identidad.
— Es una lástima que ellos no se conocieran como nosotros— Jon sonrió a su acompañante y después se derritió un poco cuando su gesto fue correspondido.
— Mejor así, si no seríamos hermanos— Damián bromeó o, al menos, Jon quiso tomarlo de esa forma antes de estirarse y preguntar:
— ¿ Crees que algún día seremos tan buenos como ellos?— Kent notó el escalofrío de Damián ante una llovizna imprevista y lo abrazó con calidez.
—¿ Y eso importa? Lo importante es que serás el Superman de mi Batman — Damián se recargó en el hombro de Jon
— No podría pedir a nadie más como mi Batman— Jon fue honesto y Damián bufó.
— Entonces, si yo no estoy, ¿ qué harás tú? — Damián planteó el escenario y Jon negó con la cabeza.
— Tú siempre vas a estar conmigo , no seas tonto— Jon río intentando esconder el temor adquirido en aquella noche estrellada.
Sin embargo, en una decisión impulsiva, Jon no estuvo con Damián, porque él escogió recibir el entrenamiento kryptoniano por parte de su abuelo Jor-El, un completo desconocido para él—.
Por supuesto, Jon pensó mucho en Damián, pero, ¡ vamos!, era Damián, seguro que él estaría bien a pesar del tiempo en que no estuvieron juntos y la falta de comunicación.
Al aterrizar en la torre de los Titanes no escuchó el bullicio acostumbrado y, definitivamente, no distinguió el latido del corazón de su mejor amigo.
Jon negó con la cabeza, él debía estar imaginando la atmósfera melancólica del lugar.
—Jon— Un hombre salió al encuentro del mitad kryptoniano; un varón confiable de rasgos atractivos y cuya presencia debería estar centrada en Blüdhaven
— Debía hablar contigo— Dick comentó con su voz tensa y quebrada antes de sujetar el hombro de Jon.
—¿ Algo le ocurrió a mi padre? — Jonathan sintió que su mundo daba de vueltas y más aún cuando Grayson negó suavemente con la cabeza y levantó el brazo donde las señales de sus hermanos estaban titilando; excepto una
— Clark está bien, pero supongo ya lo adivinaste: Damián ya no está más con nosotros— Dick fue al grano porque sus propios ojos estaban colmados de lágrimas, pero él tuvo el temple necesario para abrazar a Jon cuando la ciudad comenzó a temblar.
— ¿ Esto es una broma? ¡ Debe ser una broma! ¡ Ya sé! Damián sólo está enojado conmigo y por eso te envío a ti para mentirme— Jon repetía una y otra vez mientras Dick acariciaba su cabello y trataba de brindarle algún confort.
— Ra's al Ghul junto con la liga de asesinos tendió una emboscada a los jóvenes titanes y aunque Damián hizo lo imposible, falleció en el hospital— Dick explicó mientras se llevaba una mano al pecho que adolecía por la pérdida de su hermanito, a quien miro evolucionar de un niño introvertido y psicópata a un héroe que protegió a su generación
Jon cayó de rodillas, agudizando sus sentidos para poder captar siquiera la exhalación de Damián, de quién había memorizado todo gesto y reacción corporal, pero únicamente el silencio lo recibió.
Entonces, la rabia y la tristeza no tardaron en envenenar su mente
—¿ Y qué han hecho al respecto? ¿ Simplemente lo enterraron y ya? — Jon preguntó con amargura y Dick bajo su cabeza.
— No, él fue cremado— Dick comentó con cierta incomodidad— Ra's al Ghul y Talia querían reclutarlo a su liga, fuese o no él mismo y su última voluntad fue morir como humano y no como una arma — Dick dió una voltereta esquivando el ataque sónico de Jon
—¿ No le dieron siquiera una oportunidad con el pozo de Lázaro? — Kent apretó los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos— ¿Por qué no le dieron la oportunidad de vivir? — Jon golpeó una pared de la torre y ésta comenzó a derrumbarse.
—Jon, el pozo de Lázaro no era una solución adecuada— Dick intentó explicar, pero calló al darse cuenta que era inútil tratar de razonar con esta versión de Jon cuyos poderes se descontrolaron al igual que su rabia.
Grayson agradeció que la torre de los Titanes estaba vacía porque pronto se derrumbaría y el pueblo más cercano estaba abandonado tras lo sucedido con la liga de asesinos.
Jon golpeó el piso y Dick le permitió desquitarse con la construcción, porque eso era lo más sano y no lo detuvo en sus juramentos de rabia y venganza.
La esperanza se rompió dentro de Jon Kent y él se propuso acabar con la Liga de Asesinos y con cualquier villano que terminará con vidas inocentes que tenían todo un futuro por delante.
Grayson lo escuchó, sin querer interrumpirlo o darle alguna lección de moral acerca de cómo la justicia y la venganza tienen una línea fina con él abuso de poder y los asesinatos.
Definitivamente, Dick no era quién para mencionar como todo aquel que conoció en ese camino terminó perdiendo aún más de lo que le arrebató el corazón.
Y es que Grayson no tenía palabras; él ya no tenía palabras de confort para nadie desde que fue incapaz de llegar a tiempo para salvar a su hermanito
El tiempo pasó y la rabia se convirtió en una cacería. Jon pronto encontró aliados. Aunque Kent procuró no inmiscuir a nadie de la Batifamilia, quienes tras perder a Damián, tuvieron la perdida de Alfred y ahora a duras penas se sostenían para que Gotham no terminase en cenizas e insania.
Para Jon comenzó una carrera contrarreloj; cada miembro de la liga que encontraba, cada cabeza que explotaba, cada súplica antes de un último suspiro… todo ello otorgaba un extraño sentido de poder al Superman que derrocó y dejó en silla de ruedas a su inútil padre.
Pero a medida que eliminaba a sus enemigos, la sombra de Damián lo seguía, recordándole de qué lado había estado.
El día que Jon consiguió torturar a Talia tal y como ella confesó que lo hizo con Damián; los pensamientos se convirtieron en alucinaciones.
— Primero te vas y luego manchas el símbolo de la esperanza con sangre— La voz de Damián era casi tangible mientras la sangre de Talia se extendida por el piso de la habitación.
—¡ No estás aquí para decidirlo! — Jon gritó al vacío dentro de sí— ¡ Necesito hacer esto! ¡ Necesito hacerlo por ti! — Jon intentó tocar la ilusión de quien fuese su todo; su corazón y la desesperación y el dolor se estaban convirtiendo en algo más oscuro.
Con el tiempo, Jon se convirtió en una figura temida.
La antigua imagen de Superman se desvaneció en la mente de quienes lo conocían.
De hecho, Jon rompió su traje y se le empezó a conocer como "El Justiciero".
Pero en lugar de traer paz, sus acciones sembraron el terror entre los criminales y, sin darse cuenta, también entre los inocentes.
Los héroes de la Tierra comenzaron a cuestionar su autoridad.
La Liga de la Justicia, que una vez fue su hogar, se volvió un campo de batalla, dónde no había nadie que lo detuviera, pues Bruce se había retirado tiempo atrás a cuidar de Helena, su hija con Selina.
Jon no escuchaba la oposición de cadáveres, porque él estaba cegado por su misión y su mente estaba atrapada en un ciclo de venganza donde la figura de Damián siempre lo atormentaba
Finalmente, Jon enfrentó a Ra's al Ghul.
El anciano líder de la Liga de Asesinos lo miró con desdén.
La pelea fue feroz, un espectáculo de poder y determinación. Pero en el fondo, Jon sabía que su batalla era más que un conflicto físico. Era una lucha por su alma.
— Has creado un mundo donde el miedo reina, Jonathan, ¿ esto era lo que querías, ¿ este es tu homenaje a mi nieto?— El hombre alcanzó a decir antes de que Jon atravesara su pecho y lo dejara sin corazón; tal y como él vivía desde que regreso a la Tierra.
Chapter 27: Cásate conmigo
Summary:
Damián Wayne está cansado de los rumores acerca de su vida amorosa y decide proponerle matrimonio a su amiga de toda la vida: Laurel Kent.
Notes:
Palabra: negro.
Chapter Text
El sol se ocultaba en el horizonte de Gotham, convirtiendo el cielo en una mezcla de naranja y púrpura.
Damián Wayne, el joven heredero de Batman, estaba sentado en el borde de la azotea de la Torre Wayne, con la vista fija en la ciudad que lo había visto crecer.
Sin embargo, esta vez no era la amenaza de un villano lo que le preocupaba, sino algo mucho más frustrante: los constantes rumores sobre su vida amorosa.
“Damián, ¿has oído lo que se dice de ti y esa chica de la Liga de la Justicia? ¡Parece que estás en medio de un triángulo amoroso!”,Dick Grayson le había dicho la semana pasada, riendo mientras lo hacía.
Era agotador. Cada día aparecían nuevos chismes en las redes sociales, y la verdad era que su corazón solo latía por una persona: Laurel Kent. No sólo porque creció con ella, si no porque Supergirl era fuerte, valiente y con un espíritu que iluminaba la oscuridad del propio Damián .
Pero, a pesar de su cercanía, Damián nunca había tenido el valor suficiente para confesarle sus sentimientos.
Él no quería simplemente salir con ella o tener sexo; Laurel debía ser suya y de nadie más. Quizá si le propusiera matrimonio, podría poner fin a los rumores y comprar una granja adorable que adornar con su amada
Cerca de ahí, cierta chica de cabello obscuro estaba dando su última patrulla, fijándose si él corazón de su mejor amigo latía con normalidad y le sorprendió encontrar que el ritmo cardíaco de Damián se encontraba exaltado, así que ella pronto se dirigió a la torre Wayne hasta sentarse a su lado.
— Pasa algo con el baby boy de la ciudad?— La chica guiñó un ojo a su amigo, quien frunció el ceño.
—Imagino que El Planeta sacará otro especial de cuantas candidatas hay para ser la futura señora Wayne— Damián rodó los ojos y dió un golpe breve en la mejilla de su amiga, quién río como cuando ambos eran niños.
— No puedes culparnos, las personas aman las historias de amor y así ellos no tienen porqué enterarse de la guerra entre superhéroes y demonios— Laurel estiró los brazos con ofuscación, porque sus habilidades no eran de gran utilidad en el infierno.
— Están haciendo un gran trabajo manteniendo tranquilo al mundo, dado que los demonios se alimentan del miedo— Damián tomó la mejilla de Laurel y su mirada se conectó con la de Damián, en un momento único para ambos, puesto que sus corazones se sincronizaron con facilidad
— ¡ Lo siento! — Laurel se arrojó a los brazos de su acompañante, quien la llevó a su regazo para estrecharla— No quiero que la gente hable de ti y de Nika, sobre todo después de que ella sólo intentó utilizarte para robar la tecnología que la liga de asesinos necesitaba— Laurel besó la frente de Damián, quién realmente había querido a esa suripanta— Te prometo que si la vuelvo a ver, yo…
— Me dejaras ensuciarme las manos a mí, no porque seas una chica, si no porque eres mi esperanza— Damián fue directo y Laurel inclinó la cabeza, riendo estúpidamente como si todavía tuviese catorce años y un crush con su mejor amigo, el cual era obvio que la veía como una amiga más.
Después, Damián dudó por un momento, pero la determinación lo llenó.
Él Sabía que su propuesta era inusual, pero necesitaba salir de esta espiral de rumores.
— ¿Recuerdas ese vestido negro con joyería que hizo que Flash se estrellase en la puerta de la liga de la justicia?— Damián comenzó con voz más grave de lo habitual mientras Laurel asentía y se acomodaba en su regazo.
—¡ Por supuesto! Lo compré con mi primer sueldo y, no me digas, necesitas a una acompañante para algún evento de beneficencia— Laurel comentó animada, pues a ella le fascinaba pasar tiempo con Damián
— Bueno— Damián hizo un pausa para tomar valor y prosiguió: — Quiero que te pongas tu vestido negro favorito para ir juntos al registro civil y casarnos— Damián puntualizó con una firmeza que hizo estremecer a Laurel
Ella parpadeó, sorprendida.
Su mente corrió a mil por hora. No podía ser en serio… ¿o sí?
— ¿Casarnos? —La chica repitió, intentando procesar la locura de la situación—. ¿Por qué haríamos algo así?
Damián se acercó más, su mirada intensa y decidida.
— Porque estoy cansado de todos los rumores. Y no quiero que nadie más hable de mí sin saber la verdad. Además… tengo la sensación de que contigo sería diferente.
Laurel sintió un ardor en su pecho. Nunca había considerado la idea de casarse tan joven, pero la forma en que Damián la miraba la llenó de un torrente de emociones.
— ¿Y si… si lo hacemos? — Ella dijo, casi en un susurro.
La sonrisa de Damián iluminó su rostro.
— Entonces, ¿es un trato? — Wayne preguntó, su voz cargada de emoción.
Laurel asintió, sintiendo que un nuevo capítulo comenzaba en sus vidas.
Unas horas más tarde, en el pequeño registro civil de Gotham.
Damián esperaba nerviosamente.
Él vestía un traje oscuro que resaltaba su figura, mientras que Laurel había optado por su sencillo vestido negro que realzaba su belleza.
Y cuando ella entró a la oficina, el tiempo pareció detenerse.
— Te ves hermosa — Damián murmuró, , sintiendo que su corazón latía con fuerza.
Laurel sonrió, una mezcla de felicidad y nerviosismo.
Ante el juez, Damián tomó la mano de Laurel, sintiendo cómo su piel se contraía de emoción.
— Prometo ser tu compañero en esta locura — Damián prometió mirándola a los ojos—. Y que, aunque esto puede que sea sea sólo un acuerdo temporal, haré todo lo posible por protegerte y hacerte feliz.
Las palabras de Damián resonaron en el aire. Laurel sintió que un nudo en su pecho se deshacía.
— Y yo prometo apoyarte en cada batalla, en cada rumor — Ella respondió—. Porque mientras yo viva, tú siempre tendrás a alguien a tu lado
Tras esas palabras, las plumas firmaron el acta y el juez los declaró oficialmente "esposos", y aunque no era un matrimonio convencional, ambos sabían que su relación había cruzado una línea que jamás habían imaginado.
Cuando salieron del registro, la ciudad brillaba ante ellos.
Damián la miró, sintiendo una mezcla de alivio y emoción.
— ¿Y ahora qué? — Laurel preguntó, riendo nerviosamente.
— Ahora, enfrentamos juntos lo s rumores de nuestro embarazo— Damián respondió Damián, sonriendo con confianza.
Y aunque el futuro era incierto, en ese momento, se sintieron invencibles. La historia de ellos como pareja apenas comenzaba, y juntos, estaban listos para escribir los mejores capítulos de su vida, aún si su luna de miel la pasaron entre trabajo y la elección de nombres de bebés, cada uno más ridículo que él anterior sólo para despistar a los compañeros periodistas de Laurel Wayne.
Chapter 28: ¿ Podemos estar siempre así de cerca?
Summary:
Damián Wayne es un artista gráfico prodigio y malhumorado mientras Jon Kent es un brillante escritor. Ambos estaban destinados a odiarse, pero Cupido arregló ese detalle.
Notes:
Palabra: flechas.
Chapter Text
Era un día cualquiera en la bulliciosa ciudad de Gotham.
Las calles estaban llenas de vida, pero en la oficina de la editorial Dorling Kindersley la tensión se palpaba en el aire.
Jon Kent era un joven editor con un doctorado en escritura creativa y él de encargaba de revisar los manuscritos de los nuevos guiones, pero hoy su mente estaba distraída por Damián Wayne.
Para empezar, “Wayne” era el apellido con más peso en toda la urbe; lastimosamente eso no incluía alguna pizca de inteligencia emocional o consideración por el prójimo.
Al menos, Damián era un prodigio
en al arte; a pesar de su actitud arrogante y despectiva; lo que lo convertía en un desafío constante para Jon. A menudo el camino de ambos se cruzaban y las chispas de la animosidad que se profesaban volaban por doquier. Ambos pensando cómo alguien tan talentoso podía ser tan insoportable.
Mientras tanto, en el reino de los mitos y las leyendas, Cupido observaba la interacción entre Damián y Jon. La semi deidad había notado que ambos se destetaron a la primera conversación; pero también había momentos cuando sus miradas se encontraban y se generaban incendios de pasión. Por supuesto, ambos juraban su heterosexualidad, pero Cupido sabía que la orientación romántica y la sexual era moldeable, fluida y el ser estaba aburrido; así que tomó su arco y flechas, decidido a hacer que esos dos se enamoran.
Entonces, una tarde cualquiera mientras Jon exigía a Damián que bajara el nivel de grises en el cómic de Flatline y Damián defendía que la chica ficticia era una villana y no todas las delincuentes eran colores y tetas como Harley Queen.
Cupido se apareció en el cuarto de juntas y sin que Damián o Jon lo notasen: Cupido les lanzó sus mejores flechas, justo en el momento en que ellos se miraban tan cerca y tan desafiantemente que su hilo rojo se enredaba en varios nudos.
—¡ Basta Wayne, si tienes talento no te será complicado trabajar sobre grises para poner colores! —Jon alzó su voz y Damián bufó.
— ¿ Y crees que los colores sean suficiente como para esconder que Flatline está deprimida? Escribiste una historia de rendención donde una chica ha tocado fondo y ahora quieres pintarla de tonalidades pasteles porque te da miedo ser honesto con el público, Jonathan— Damián se alzó de su silla y sujetó la corbata de Jon— Los lectores de Flatline tienen entre trece a veinte años, si su alrededor no les brinda una esperanza contra el suicidio: haganoslo nosotros— El artista expuso su punto y Kent lo miro con perplejidad, pues dudaba que Damián hubiese leído su novelización completa del cómic, la cual tuvo que mutilar para aquella junta.
Y sí, esa historia en especial estaba basada en su tía Lexa y su intento de suicidio por no encajar en su familia; especialmente al haberse enamorada de Kara, otra mujer.
Al final,Jon cedió y preparó café para ambos mientras Damián hacía los cambios correspondientes y él auxiliaba en la renderización de las páginas.
Jon encontró que la compañía de Damián era disfrutable, siempre y cuando el otro se mantuviese concentrado y en silencio.
— Gracias — El dibujante recibió la bebida caliente y su rabia habitual se mezcló con un sentimiento diferente y confuso que él no quiso identificar.
— Pues tu dibujo no está a la altura de mis expectativas — Jon sentenció con cierta sorna que Wayne comprendido de inmediato.
— Quizá si tuviese un editor competente— Damián respondió con arrogancia falsa y Jon río.
En los siguientes días hubo mucho revuelo por las escenas simbólicas y obscuras del cómic de Flatline, pero Jon siempre dió la cara, respaldando a Damián en la decisión creativa que ambos adoptaron.
Con el paso de los días, Damián y Jon comenzaron a experimentar una extraña conexión
. Las discusiones se tornaron más juguetonas, y el sarcasmo se convirtió en un medio para ocultar su creciente atracción.
Una noche, mientras trabajaban tarde en la oficina, Jon se atrevió a preguntar:
—¿Por qué siempre estás tan seguro de ti mismo, Wayne? No puedes lidiar con el hecho de que, a veces, necesitas ayuda.
Damián lo miró con sorpresa. En lugar de la ira habitual, sintió una inexplicable necesidad de abrirse.
—Tal vez… sólo tengo miedo de que, si te dejo entrar, no saldrás — Él respondió, su tono más suave de lo habitual.
Las semanas pasaron y la atracción entre ellos se volvió innegable.
Una noche, después de una exitosa presentación en la Cómic-Con , Jon decidió que era hora de que la verdad saliera a la luz.
—Damián — Jonathan llamó a su compañero de habitación con el corazón palpitante—. Creo que me gustas. No sé cómo sucedió, pero aquí estoy, esperando porque me permitas conocerte un poco más.
—¡ No te vas a meter a mis pantalones! — Damián bromeó y se movió a sentarse junto a Jon, viéndolo a los ojos con sorpresa y él se tomó su tiempo para responder con calma:
—Yo también… me gustas. Pero esto es extraño. ¿Qué dirán nuestros amigos, nuestros colegas?
Jon sonrió, aliviado y emocionado a la vez.
—¿Importa? Sólo somos nosotros dos, y eso es lo que cuenta.
Entonces,con el apoyo de Cupido, Damián y Jon comenzaron a explorar su relación. Desde primeras citas en la galería de arte hasta noches de trabajo en equipo, cada momento se convirtió en una nueva oportunidad para conocerse. Con el tiempo, el odio que una vez compartieron se transformó en amor, y su química se volvió imparable.
En la editorial, sus colegas estaban sorprendidos pero felices al ver cómo sus antiguos rivales se habían convertido en una pareja dinámica. Damián, el artista rebelde, y Jon, el editor soñado, demostraron que incluso los corazones más cerrados podían abrirse a nuevas posibilidades cuando Cupido estaba en juego.
Así, Damián y Jon encontraron su lugar en el mundo, unidos no sólo por su amor por los cómics, sino también por el inesperado lazo que habían formado el uno con el otro. Y, por supuesto, todo gracias a la intervención mágica de Cupido, quién había visto más allá de la superficie y les había dado una segunda oportunidad en el amor.
Chapter 29: Contigo hasta el final
Summary:
Darkseid recurre a una vieja artimaña, creando un espejismo; un mundo ideal para Jon al cual él renuncia psra poder volver a ver a Damián
Chapter Text
La obscuridad era la única constante en el laberinto donde Darkseid había atrapado a Superman y Batman.
Las sombras se entrelazaban a su alrededor y el aire estaba impregnado de tensión y un sentido de urgencia.
Y no importaba cuánto avanzaran, el laberinto de Darkseid se extendía como una sombra viviente, un entramado de sombras y obscuridad que parecía tener vida propia. Las paredes, hechas de una sustancia viscosa y negra como el carbón, parecían absorber la luz a su alrededor, dejando solo una neblina tenue y opresiva que dificultaba la visión.
Los pasillos se curvaban y se retorcían en ángulos imposibles, haciendo imposible determinar la dirección correcta. El suelo bajo los pies era resbaloso y desigual, como si estuviera cubierto de una capa de aceite negro y viscoso.
La atmósfera estaba cargada de una energía oscura y malévola, que parecía penetrar en la mente y el alma de aquellos que se atrevían a entrar. Las sombras parecían moverse y girar alrededor, como si estuvieran vivas, y el aire estaba lleno de susurros y gemidos que parecían provenir de todas direcciones.
El laberinto se extendía como una sombra viviente, un entramado de sombras y obscuridad que parecía tener vida propia. Las paredes, hechas de una sustancia viscosa y negra como el carbón, parecían absorber la luz a su alrededor, dejando solo una neblina tenue y opresiva que dificultaba la visión.
Los pasillos se curvaban y se retorcían en ángulos imposibles, haciendo imposible determinar la dirección correcta
. El suelo bajo los pies era resbaloso y desigual, como si estuviera cubierto de una capa de aceite negro y viscoso.
La atmósfera estaba cargada de una energía oscura y malévola, que parecía penetrar en la mente y el alma de aquellos que se atrevían a entrar.
Las sombras parecían moverse y girar alrededor, como si estuvieran vivas, y el aire estaba lleno de susurros y gemidos que parecían provenir de todas direcciones.
En el corazón del laberinto, una presencia oscura y poderosa esperaba, su presencia sintiéndose como una fuerza física que presionaba contra la piel y los huesos. Era el dominio de Darkseid, un lugar donde la esperanza y la luz eran solo un recuerdo lejano, y la obscuridad reinaba suprema.
Y desde ahí, Darkseid esperaba a los nuevos protectores de la Tierra, los cuales a diferencia de sus padres fueron entrenados con más raciocinio y habilidades físicas que el enemigo de turno prefería evitar.
— Esto no puede ser bueno— Jon murmuró, su voz resonando en el silencio opresivo. A su lado, Damián frunció el ceño con una mirada intensa y decidida.
—No puede ser infinito— Damián estableció antes que la figura de Darkseid se materializara frente a ellos.
— Jóvenes héroes, sólo uno de ustedes podrá salir de aquí— Darkseid habló con su voz profunda y resonante; recordando haber sido derrotado por esos niños un par de lustros atrás.
Jon y Damián se miraron nerviosos, pero asintieron. Con uno fuera, el resto de la misión se facilitaría.
—Jon, Jon debe salir de aquí — Damián afirmó de manera contundente, desafiando con la mirada al Señor de Apokolips.
La sonrisa del nuevo dios no alcanzó a sus ojos y asintió, por lo que Jon sintió un escalofrío en su espalda.
Él no quería dejar a Damián atrás. Damián era más que su compañero de batallas, era su amigo, su pareja.
Pronto, el laberinto desapareció y la realidad comenzó a distorsionarse.
Todo a su alrededor se desvaneció y fueron transportados a un espejismo.
En esa nueva realidad, Jon habitaba en una hermosa casa repleta de luz y risas.
Damián observaba la ilusión junto con Darkseid sin hacer movimiento alguno o comentar la situación. Él l simplemente miraba a esta versión de Jon reír mientras era recibido con comida caliente y besos apasionados por parte de Jay Nakamura, quién fuese un compañero del bachillerato.
— Te amo, Jay, te amo tanto— Jon besaba con pasión al hombre de cabello rosado con una camisa a favor de los metahumanos. La comida olía deliciosa y aquel hogar estaba decorado con temática de Superman, del más grande héroe que podía tener el varón romántico que pegaba post its con poemas románticos por doquier.
Damián no pudo evitar sentir un dolor punzante en su corazón al ver cómo Jon brillaba en esta nueva vida sin él, pero, una parte de él se sintió feliz de que Jon, su Jon, hubiese encontrado la felicidad que él mitad kryptoniano siempre buscó.
Darkseid observó a Damián, pero el hombre no interrumpió la escena de la pareja feliz ni la de Jon liderando la liga de la justicia.
Sin embargo, Jon sintió incorrecto estar con Jay y no tener a su lado a alguien que cuestionara todos y cada uno de sus planes para salvar a la humanidad.
Así que Jon voló a dónde El Forjador había perecido hace una eternidad y llevó sus poderes al extremo hasta que Darkseid fue obligado a disipar la irrealidad
Jon abrió los ojos en la obscuridad y de inmediato escuchó un latido que lo conforto y le hizo exclamar un nombre:
— ¿Damián?
La pregunta se repitió una y otra vez hasta que la confusión y desesperación envolvieron a Jon en una versión dantesca de sí mismo a la que Damián no tardó en abrazar sin temor alguno.
— Estoy aquí,Jon— Damián dijo con suavidad— Estoy aquí, Jon.
El reencuentro fue abrumador. Jon estrechó a Damián como si estuviera aferrándose a un salvavidas.
—¿ Por qué? — Jon preguntó antes de pellizcar la mejilla de Damián, quien respondió con rapidez :
— Porque mereces ser feliz y tener una vida tranquila, aun sin mí.— La voz de Wayne era casi un murmullo mientras Jon ocultaba el rostro en la curva del hombro ajeno y aspiraba la fragancia única de su otro mitad en cualquier universo.
— No quiero un mundo sin ti, idiota. Te elijo a ti, sólo a ti, por siempre— Jon hizo caso omiso de Darkseid, perdido en capturar la esencia de Damián por cada uno de sus sentidos.
Damián, sorprendido, sintió cómo su corazón se llenaba de esperanza.
—¿Pero tú… tú estabas feliz con Jay—
— Sí, pero no era real. La felicidad sin ti no tiene sentido— Jon respondió mientras las lágrimas caían de sus ojos. —Te elijo a ti, Damián. Siempre— Jon afirmó con seguridad y Darkseid, frustrado por la decisión y fortaleza de los jóvenes, desapareció en un estallido de luz y sombras, dejando a Jon y Damián solos en la oscuridad.
— Ese bastardo nos dejó aquí— Damián, tomó la mano de Jon con firmeza— Pero vamos a salir de aquí, juntos— Damián puntualizó con seguridad.
Jon asintió, sintiendo el calor de Damián entrelazándose con el suyo. “Juntos”, él repitió, y así, emprendieron el camino hacia la luz, dispuestos a enfrentar cualquier obstáculo, escogiendóse el uno al otro, siempre.
Notes:
No sé si alguien me lee, pero ya casi llegamos al final de las actualizaciones diarias 🐒.
Chapter 30: Siempre habrá lugar para la esperanza
Summary:
Damián y Jon sepultan a su primogénito que intentó protegerlos.
Notes:
Palabra: funeral.
Chapter Text
El aire estaba pesado, impregnado de una tristeza palpable que envolvía el pequeño cementerio.
Las nubes grises se amontonaban en el cielo, como si el universo mismo llorara la pérdida de un alma joven.
Jon Kent y Damian Wayne se encontraban al borde de una tumba, el nombre de Dean grabado en una fría losa de mármol.
Jon, con su cabello oscuro despeinado y los ojos rojos de tanto llorar, sintió que su corazón se rompía en mil pedazos.
Dean había sido su primogénito adoptivo, un muchacho lleno de vida, genialidad y esperanza.
La tragedia había llegado demasiado rápido, como un rayo que se desliza en un cielo claro, y ahora sólo quedaba un vacío insostenible.
—No puedo creer que esto esté pasando —murmuró Jon, sintiendo cómo la rabia y la tristeza se entrelazaban en su pecho. Su voz se quebró mientras miraba la tumba. —No es justo. No debería ser así.
A su lado, Damian se mantenía en silencio, sus ojos oscuros fijos en el ataúd. Era una imagen peculiar: el hijo del hombre murciélago, el joven que había enfrentado a los más poderosos villanos del mundo, ahora era un niño roto.
La pérdida de Dean había dejado una cicatriz profunda en su alma, algo que ni siquiera las sombras más tenebrosas podían borrar.
—La vida no es justa, Jon — Damián respondi, su tono frío pero con una fragilidad que normalmente ocultaba. —A veces, sólo nos queda aceptar el dolor.
Jon lo miró, sintiendo una chispa de afinidad en su dolor.
Ambos habían perdido más de lo que jamás habían pensado que perderían. La vida en la sombra de sus padres superhéroes no fue fácil, pero la muerte de Dean había sido un golpe que los había dejado desarmados.
—¿Por qué no pudimos hacer más? — Jon pregunt, su voz un susurro casi ahogado. —Deberíamos haberlo protegido. Era nuestro hijo.
Damian cerró los ojos con fuerza, sintiendo cómo la rabia burbujeaba en su interior.
Era una pregunta que no podía responder. Se sentía impotente, una sensación que nunca había tolerado bien. La culpa lo consumía, enredándose en su mente como un veneno.
—No siempre podemos salvar a los que amamos — El hombre declaró con dureza.
Pero detrás de esa dureza había un dolor profundo, un eco de miedo que se negaba a desaparecer. —Lo intentamos, Jon. No fue suficiente, pero lo intentamos.
La verdad era que intentaron. Juntos, habían enfrentado amenazas que desafiaban la lógica y la realidad.
Pero nada de eso parecía importar cuando se trataba de la vida de Dean.
Los recuerdos de risas y juegos, de noches llenas de promesas de un futuro brillante, se desvanecían en la bruma de su dolor.
Jon sintió una punzada en el pecho. El frío del sepelio lo envolvía, y se le hacía difícil respirar.
Él se preguntaba si alguna vez podrían sanar.
Miró a Damian, quien parecía más distante que nunca, y sintió la desesperación apoderarse de él.
—Necesitamos estar juntos en esto — Jon suplicó, su voz temblando un poco. —No podemos perder sus recuerdos.
Damian lo miró, y por un momento, el hombre frío y distante se desvaneció.
Lo que quedó fue un joven que también estaba hecho trizas; un niño que había amado y perdido.
Con un gesto brusco, Damián se acercó a Jon, tomando su mano en un apretón fuerte. Era un gesto sencillo, pero significaba más que mil palabras.
—No lo perdimos del todo — Damián afirmó, , su voz resonando con una feroz determinación. —Dean siempre será parte de nosotros. Y juntos, haremos que su memoria viva.
Jon asintió, sintiendo un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. La vida seguiría adelante, a pesar de las cicatrices que llevarían. Juntos enfrentarían el dolor de la pérdida, lo honrarían y recordarían. Porque al final, lo que realmente importaba era el amor que compartían, un amor que, aunque marcado por la tristeza, también podía brillar con fuerza en la oscuridad.
Y Mientras se alejaban de la tumba, la lluvia comenzó a caer, cada gota una lágrima del cielo.
Pero en medio de la tormenta, Jon y Damian caminaron juntos, decididos a enfrentar el futuro.
Un mes después.
El viento soplaba con fuerza sobre la pequeña tumba, susurrando entre las hojas de los árboles que rodeaban el cementerio. Jon Kent se sintió pequeño e insignificante frente a la inmensidad de su dolor.
A su lado, Damian Wayne mantenía una expresión sombría, sus ojos oscuros como el abismo que sentía en su interior.
Dean había demostrado una valentía inquebrantable, incluso en sus últimos momentos.
—No debió haberlo hecho — Jon musitó, su voz apenas un hilo entre el murmullo del viento. —Él solo quería protegernos.
Damian lo miró, sus rasgos endurecidos por la culpa. Sabía que Jon no podía entender la complejidad de la situación. Dean había enfrentado a Bane, un enemigo formidable, y había hecho el sacrificio más grande.
Pero eso no lo hacía más fácil de aceptar.
—¿Y qué si no lo hubiera hecho? —replicó Damian, su tono era frío como el mármol de la tumba. —Si hubiera tenido un sólo segundo para pensarlo, habría visto que no valía la pena.
Jon se volvió hacia él, su corazón latiendo con rabia y tristeza. —¿Cómo puedes decir eso? Dean estaba dispuesto a dar su vida por nosotros. Eso es lo que se supone que hacemos como familia.
Los ojos de Damian chisporrotearon con frustración. —Una familia no tiene que morir por protegerse mutuamente. Eso no es heroísmo, Jon. Es una locura.
El silencio se hizo presente entre ellos, pesado y denso, como el aire que precede a una tormenta. Jon sintió que el suelo temblaba bajo sus pies, la realidad de su pérdida era abrumadora. ¿Cómo podrían seguir adelante sin Dean? Sin esa chispa de luz que siempre les había recordado la importancia de la esperanza, incluso en los momentos más oscuros.
—Lo vi —dijo Jon de repente, su voz quebrada por la emoción. —Vi su rostro cuando se enfrentó a Bane. Él estaba asustado, pero aún así, se lanzó a la batalla. No quería que ninguno de nosotros sufriera.
Damian cerró los ojos, recordando ese instante desgarrador. La forma en que Dean se había interpuesto entre ellos y el monstruo que había venido a destruir sus vidas. La imagen se le grabó en la mente, como una marca de fuego: el heroísmo de Dean, pero también su propia impotencia.
—No debí haberlo permitido — Damián murmuró en voz baja, casi para sí mismo. —Yo debería haberlo detenido, yo nunca debí haberlo entrenado.
Jon lo miró, comprendiendo la tormenta de emociones que asolaba a su marido . —No podías, Damian. Ni tú ni yo. Él tomó esa decisión por su propia voluntad.
Ambos se quedaron en silencio, observando la tumba de Dean.
Con cada minuto que pasaba, la realidad de que nunca volverían a escuchar su risa, a sentir su apoyo incondicional, se les hacía más pesada.
—Prometamos que no dejaremos que su sacrificio sea en vano —dijo Jon finalmente, su voz firme.
Damian asintió, un brillo de determinación iluminó sus ojos.
—Lo prometo. Haremos esto por él. No importa lo que cueste.
Al final del día, el eco del silencio en el cementerio se convirtió en un recordatorio de su dolor, pero también de su resolución. Dean Wayne-Kent siempre viviría en ellos, y honrar su memoria debía ser su misión.
Esa noche, el cielo se oscureció, pero en la distancia, una estrella brilló con fuerza, como un faro que les recordaba que, incluso en el dolor, siempre habría lugar para la esperanza.
Chapter 31: Soy el indicado para ti, cariño.
Summary:
Jon y Damián han cambiado su vida para estar juntos por una eternidad.
Notes:
Palabra: festival.
Chapter Text
Un siglo había pasado desde que Damián Wayne sustituyó a Bruce Wayne como Batman con ocasionales sustituciones de Terry McGinnis; eso fue al mismo tiempo que Jon Kent se convirtió en Superman y tras el trato de Damián con un demonio para ser el eterno protector de Gotham, Jon decidió ralentizar su envejecimiento celular, tal y como lo hizo su abuelo Jor-El mientras estaba atrapado en la zona fantasma tras su intento de “inseminar” a las terrícolas aunque fuese a la fuerza.
Gotham, una ciudad que una vez conoció el miedo, ahora se encontraba más protegida que nunca.
En la actualidad, la Liga de la Justicia operaba a niveles multiversales, pero para Jon y Damián, el tiempo había perdido su significado.
Desde la década en la que se habían convertido en héroes, Damian y Jon habían aprendido a navegar en un mundo que parecía siempre cambiar, pero su amor permanecía constante.
Habían encontrado refugio el uno en el otro, y en su pequeño apartamento, decorado con recuerdos de sus aventuras, habían construido un hogar.
Aunque a veces salían de su madriguera, como aquella noche que era un día especial en Gotham, un festival en memoria de los fundadores de la Liga de la Justicia.
Las calles estaban adornadas con luces brillantes y las risas de la gente resonaban en el aire. Sin embargo, para Damian y Jon, el evento era agridulce.
—¿Estás listo para esto?— Jon preguntó ajustando ligeramente su chaqueta.
Sus ojos azules brillaban con nerviosismo, pero también con la determinación que siempre había caracterizado a su persona.
Damian, con su habitual expresión seria que a menudo escondía sus sentimientos, asintió.
— Por ellos— Waynemurmuró, recordando el sacrificio de sus padres y lo que habían hecho por la humanidad.
Y mientras caminaban juntos por las calles de Gotham, el aroma de los alimentos típicos del festival inundaba el aire. Jon sonrió al ver a los niños correr con sus globos y a las familias disfrutando de la celebración. Pero su mirada se centró rápidamente en Damian, quien parecía distante, sumido en sus pensamientos.
—¿Recuerdas cuando éramos adolescentes y nos escapábamos para combatir el crimen en las noches de festival?— Jon preguntó, tratando de romper el hielo.
Damian esbozó una pequeña sonrisa, recordando aquellas noches llenas de adrenalina.
— Siempre terminábamos en problemas. Pero esos momentos me hicieron desear que el tiempo se detuviera— Damián beso la mejilla de Jon mientras veía la sombra de Terry vigilar la ciudad.
—¿Y ahora que somos inmortales?—Jon deslizó su mano en la de Damian, buscando un poco de calor en la noche frescura. —Parece que el tiempo ha dejado de ser nuestro enemigo…
Damian miró a Jon con una mezcla de admiración y cariño.
—El tiempo puede ser eterno, pero mi amor por ti es lo que realmente importa— Damián se detuvo a besar a Jon, a su esposo por casi cincuenta años.
A medida que avanzaban durante el festival, la atmósfera se volvía cada vez más mágica. Las luces danzaban sobre ellos, creando sombras que parecían aliviar heridas viejas.
El aire estaba impregnado de risas y melodías vibrantes en el festival a los fundadores de la Liga de la Justicia. Las luces de colores danzaban en el cielo estrellado, creando un ambiente mágico que era casi palpable. Entre la multitud, Damián Wayne y Jon Kent se encontraban, sus manos entrelazadas, buscando consuelo el uno en el otro.
Pronto, Jon se detuvo, girándose hacia Damian con una mirada decidida.
—Mira, Damián, ¡la rueda de la fortuna! — Jon exclamó Jon, apuntando con entusiasmo hacia la enorme atracción iluminada.
Pero en su mirada había una tristeza que no se podía ocultar.
Jon todavía recordaba el dolor que había dejado la pérdida de Dean, su hijo adoptado, quien había sacrificado su vida para protegerlos de Bane.
Damián, con su carácter reservado, sintió un nudo en el estómago. La muerte de Dean había dejado un vacío en sus corazones, pero había algo en el brillo de los ojos de Jon que lo hacía sentir un poco más ligero.
—¿Quieres subir? — Damián preguntó Damián, intentando desviar la nostalgia de las memorias.
Jon sonrió, su expresión suavizándose. —Sí, vamos. — Él respondió con entusiasmo mientras ambos se acercaron a la atracción, y pronto se encontraron en la cima, con el viento aislando sus pensamientos.
Mientras observaban el festival desde lo alto, Jon miró a Damián.
—A veces, me pregunto qué estaría haciendo Dean si estuviera aquí. —Su voz era suave, casi un susurro.
—Seguramente estaría riendo y planeando la próxima locura — Damián respondió, sintiendo cómo el dolor de la pérdida de treinta años atrás se entremezclaba con la dulzura de los recuerdos.
La rueda de la fortuna descendió, y al llegar al suelo, Jon tomó la mano de Damián más firmemente.
—Sabes, esta noche se siente especial. A pesar de todo, podría ser una noche mágica.
Damián lo miró a los ojos, la intensidad de su conexión brillante como las luces del festival.
—Si estás a mi lado, siempre será mágica.
Jon se acercó, el aliento de Damián acariciando su rostro.
Con un movimiento tierno, Jon le apartó un mechón de pelo de la frente, y antes de que pudiera pensarlo, sus labios se encontraron en un beso suave, lleno de promesas y recuerdos.
El mundo a su alrededor se desvaneció.
La música, las luces y la multitud se convirtieron en un mero murmullo.
Eran sólo ellos dos, perdidos en un momento que parecía eterno.
—Te prometo que siempre estaré contigo — Jon prometió cuando se separaron, sus rostros todavía cerca. —No importa lo que pase, siempre seremos nosotros
Damián sonrió, un brillo de esperanza en sus ojos oscuros.
—Y te prometo que protegeré nuestro amor— Damián afirmó de manera escueta.
Y con esas palabras, ambos se sumergieron en el festival, disfrutando de juegos, comida y risas.
La tristeza de la pérdida seguía ahí, pero juntos enfrentaban el dolor, creando nuevos recuerdos para llenar el vacío que había dejado Dean.
Más tarde, al regresar a casa, la noche continuó mágicamente.
En la intimidad de su habitación, la atmósfera se tornó más densa, cargada de suspiros y promesas.
Damián y Jon se abrazaron, compartiendo un beso lleno de amor, una promesa silenciosa de que, aunque la vida les había ofrecido momentos difíciles, siempre encontrarían la fuerza en su amor.
—Siempre estaré aquí, incluso en la oscuridad — Damián murmuró.
—Y yo estaré contigo, hasta el final — Jon respondió antes de que sus labios volvieran a unirse, sellando promesas de amor eterno en una noche que, a pesar de su tristeza, se sentía absolutamente mágica.
—¿Qué crees que nos depara el futuro?— Jon preguntó Jon con voz suave.
Damian sonrió, con el corazón lleno de amor.
— No importa, mientras estemos juntos—.
Y así, en el corazón de Gotham, dos héroes inmortales se reencontraron no sólo con su propósito heróico, sino también con una vida plena y llena de amor eterno.
Rose (Guest) on Chapter 1 Mon 06 Oct 2025 09:08PM UTC
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EmmaKnightley5 on Chapter 1 Mon 06 Oct 2025 10:25PM UTC
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beliiam23 (Guest) on Chapter 1 Fri 10 Oct 2025 02:36AM UTC
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EmmaKnightley5 on Chapter 1 Fri 10 Oct 2025 10:19AM UTC
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EmmaKnightley5 on Chapter 1 Tue 14 Oct 2025 01:13AM UTC
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