Chapter Text
Los alumnos de Babyls se encuentran exhaustos, había sido otro 14 increíble en la escuela. Este año, el batora de juegos fue el encargado de esa fecha y consiguiendo algunos permisos, lograron que la primera mitad del día fuera dedicado a las clases y la segunda mitad a una gran competencia entre los grupos de cada año, por lo que hubo 6 ganadores.
Para consternación de Kalego, cada grupo debía escoger a un profesor como apoyo y la clase anormal no dudo en escogerlo.
Aunque tratándose de él, fueron pocas las ocasiones en las que intervino a ayudar, a diferencia de los profesores de otros grupos. Sin embargo, en la última prueba, la que dependía de si ganaban o no, Kalego participó al final, compitiendo contra Balam y resultando ganador.
Cuando todos los grupos finalizaron con sus respectivas competencias, los del batora anunciaron a los ganadores; como era de esperar, el grupo de tercer año que gano, fue el de la clase anormal, quienes de inmediato hicieron un gran alboroto festejando su victoria.
Iruma fue el primero en acercarse a Kalego, y tomándolo con la guardia baja lo abrazo, era el segundo abrazo del día, en la mañana lo felicitó por su cumpleaños.
El resto de la clase anormal, al ver el abrazo siguieron a Iruma y se lanzaron contra el profesor, con excepción de Alice, Sabro y Agares, quienes se mantuvieron cerca e igual de felices que los demás por su victoria.
—¡Suéltenme!
—¡No!
—Les dejaré más tare...
—¡Feliz cumpleaños, Kalego-sensei! —gritaron al unísono, interrumpiéndolo.
Naberius solo espera que no se les haga una costumbre, a como parece que es el caso con Iruma.
Pasada una hora, los alumnos de Babyls se habían ido a sus casas, con excepción de Iruma, quien permaneció en la escuela por petición de Sullivan. No sabe exactamente cuanto tiempo tendrá que esperar, pero prefiere buscar a Balam y platicar de un sinfín de cosas, mientras espera a su abuelito y a Opera.
Se encuentra caminando por los pasillos de Babyls, cuando escuchó la voz de Kalego provenir de un salón cercano, su tono era inusualmente molesto y el cual solo se lo ha escuchado cuando están frente a un enemigo.
Un poco inseguro de su decisión, se acercó despacio a la puerta del salón con el único objetivo de averiguar si hay peligro, y de ser así, enviarle de inmediato un mensaje a Opera o a Sullivan.
—Tranquilo, Kalego, no he venido a hacer nada malo. Si fuera así, ¿no crees que lo hubiera hecho antes cuando estaban todos?
—Con anterioridad, haz mostrado tus colmillos contra Babyls, no puedo tomar a la ligera a un enemigo.
—No hay pruebas de nada —hablo indiferente— así que mientras no las haya, no puedes atacar a tu hermano mayor, sería terrible que el perro guardián de Babyls sea encarcelado por atacar a alguien de la patrulla fronteriza y que además pertenece a las 13 coronas.
—Lo sé —dijo con evidente molestia. Por más que hayan cámaras y su hermano admitiera todo lo que ha hecho, es seguro que Narnia ya se haya encargado de eso.
—Kalego, yo solo quiero lo mejor para ti y nuestra familia.
—¿Por eso hiciste que atacarán Babyls hace 2 años o los otros incidentes que han ocurrido en la escuela? Sé que han sido cosa tuya.
—Lo que Atori haya hecho o no, no me concierne, además, hace 2 años cuando me preguntaste te dije que no debes preocuparte, yo confío en ti, sé que puedes contra cualquier cosa —se encogió de hombros— yo no quiero atacar a Babyls, así que no, no soy tu enemigo.
—Deja de decir tonterías y habla claro. Si fuera así, no hubieras dicho que fue algo necesario lo de Atori.
—Siempre cuando quieres conseguir algo —empezó a caminar alrededor del salón— es inevitable que haya daño colateral, pero no pretendo nada contra Babyls, no son mi objetivo —miro unos instantes hacia el jardín— solamente están en medio de uno de mis verdaderos objetivos.
—¿Qué quier…?
—Por eso he venido a hablar contigo, sé que te preocupas mucho por Babyls, lo cual me enorgullece. Y sé que tomaras la mejor decisión.
—¿Qué decisión? —lo mira alerta, puede imaginarse que lo siguiente no será agradable.
—Trabajar conmigo, dame lo que quiero y Babyls no será el desafortunado daño colateral.
—¿Y lo qué quieres es…?
—Kalego, ¿en serio ignoraste lo que te dije antes?
—Te dije que tienes que ser claro, ¿no, hermano? No voy a aceptar cualquier cosa sin saber los detalles, solo porque tú lo dices —su hermano resoplo.
—Sé que no te lo dije todo ese día, pero creí que intentarías averiguarlo por tu cuenta —se volvió a detener frente a él— uno de mis objetivos es Iruma —el mencionado al escuchar su nombre, abrió sus ojos con gran sorpresa.
—¿Yo? ¿P-por qué yo? —se preguntó, sintiendo su cuerpo temblar.
—Te lo dije, ¿no, Kalego? —continuó ante el silencio de su hermano— no te acerques más a Iruma, es peligroso, una existencia innecesaria y perjudicial para el inframundo del futuro, una existencia aborrecible para nosotros —dijo lentamente— Iruma es un humano.
Tras escuchar sus palabras, Iruma sintió su respiración fallar y el temblor en sus manos intensificarse. Ya tiene casi cuatro años en el inframundo y en serio pensó que los únicos que sabían la verdad eran su abuelo, Opera, Bachiko, Balam y Kirio… aunque si esté último lo sabe, es lógico que otros villanos lo sepan… pero si ese es el caso, entonces ¿el hermano de Kalego realmente esta del lado de esos demonios?
Permaneció en su lugar, queriendo escuchar la respuesta de Kalego, sin embargo, lo único que obtuvo fue un gran silencio… ¿A caso Kalego esta considerando aceptar el trato de su hermano? No lo culparía, es la vida de uno sobre la de otros, pero ¿Entonces por qué siente su pecho doler? ¿Por qué sus ojos se cristalizan al pensar que Kalego lo entregará?
Son casi cuatro años conviviendo, compartiendo muchas cosas juntos con el resto de la clase anormal. Es obvio que hay aprecio mutuo, pero ahora con esa revelación… todo debe cambiar para él, ¿verdad?
“Una existencia aborrecible para nosotros”.
Se siente fatal y con ganas de vomitar. Lentamente se alejo de ahí, mientras en su mente solo se repiten las palabras del hermano de Kalego y el doloroso silencio de su profesor.
—Entonces qué dices, para crear el mejor inframundo ¿aceptas hacer equipo con tu hermano mayor? —extendió su mano.
En cuanto Kalego vio su mano extendida frente a él, sutilmente la retiro, viendo que de inmediato en el habitual rostro indescifrable de su hermano aparecía su ceño fruncido y una ligera sorpresa en sus ojos.
—Sea un humano o demonio u otra criatura, Iruma es estudiante de Babyls —respondió mirándolo a los ojos— y no ha perturbado la paz del resto de los estudiantes, por el contrario.
—¿De verdad prefieres que los demás sean el daño colateral?
—Tengo la responsabilidad de proteger a todos los estudiantes.
—Para los Naberius los humanos son existencias aborrecibles y lo he comprobado de primera mano.
—Solo porque eso nos lo han dicho, y de primera mano también he comprobado que no es así.
—Esperaba esto de cualquiera, especialmente de tu amigo Balam, pero no de ti.
—En realidad no entiendo la sorpresa, hermano.
—¿O es acaso por Opera?
—¿Opera?
—Sé que te derrotó hace años y cualquier demonio debe ser leal a quien lo derrota.
—¡Hmph! Eso no tiene nada que ver, no tengo porque obedecer todo, además, Opera y el director son dos de los demonios que más me desagradan, sin embargo —se adelanto a su hermano— no importa cuanto me puedan desagradar, tenemos el mismo objetivo de proteger a Babyls y si ellos no lo consideran una amenaza y ni siquiera Shichiro, entonces yo tampoco.
—Puedo esperar a que reconsideres tu decisión.
—Tú mejor que nadie, sabe que cuando tomo una decisión, nunca la cambio —se miraron a los ojos, hasta que Narnia soltó un resoplido y le dio la espalda.
—Nunca creí que podrías decepcionarme, Kalego.
—Lo mismo digo.
—Ya sabías que Iruma es humano, ¿Verdad? —a diferencia de la primera vez que le advirtió de Iruma, en esta ocasión se mostró tranquilo.
—Voy a proteger a Iruma y por ende a Babyls —fue lo único que respondió.
—Ya veo —lo miro de reojo por unos segundos— aliado o no, lo que te regalé este año por tu cumpleaños siempre te será útil para tus clases —miró al frente— iré con Sullivan para terminar de una vez con esta tonta reunión que convocó con Henri, no soporto el olor de esa criatura que esta por toda la escuela.
En ese momento Kalego pareció reaccionar, es cierto que el aroma de Iruma es especial y por lo tanto, diferenciable entre los demás, a pesar de los perfumes que Balam le hace, y si bien en cualquier parte de la escuela es aunque sea un poco perceptible, ahora mismo es más fuerte de lo que debería, pero no lo suficiente como para pensar que esta del otro lado de la puerta.
—Tal vez escucho parte de la conversación —pensó entrecerrando los ojos.
Durante el resto del día que estuvo en Babyls y aun cuando llegó a su hogar, estuvo pensando en lo diferente que es ahora su hermano, aquel al que le tiene gran estima y al que siempre quiso enorgullece. Siempre le pareció tan amable y atento, pero ahora parece que nunca existió esa versión de Narnia… o tal vez siempre fue así y él nunca lo notó.
Ya son adultos, no viven bajo el mismo techo como en su niñez, por lo tanto, ahora no solo tiene la imagen del lado que siempre mostró su hermano estando en casa, ahora ha presenciado como es en realidad con todos y lo que piensa.
También estuvo pensando mucho en Iruma. Es un poco irónico que después de escuchar durante toda su infancia y gran parte de la adolescencia sobre lo aborrecibles que son los humanos, ahora por querer proteger a uno haya conseguido que la relación con su hermano sea destruida.
De cualquier forma, no se arrepiente de su decisión, protegerá a Iruma aun si para conseguirlo debe matar a su querido hermano o incluso, sin importar si él mismo muere.
°°♡°°
Luego de haber escuchado la conversación de Kalego y su hermano, Iruma siguió caminando cabizbajo y sin rumbo fijo, lo único que quiere es estar lo más alejado posible de ese salón.
—¿Iruma-sama? —escuchó a la lejanía, pero entonces sintió unas manos sobre sus hombros— ¿qué tiene? —al levantar su mirada, se encontró con los ojos preocupados de Opera.
—Nada.
—Lo llevaré con Balam —sin esperar respuesta alguna, tomó a Iruma en brazos y corrió hasta la oficina de Shichiro.
En cuanto llegaron, Balam no tardo en revisarlo y aunque Opera no estaba convencido de irse, tuvo que ir con Sullivan.
—¿Qué pasó, Iruma? —preguntó suavemente cuando el color regresó a su rostro, y su respiración y corazón se regularon— ¿intentaron lastimarte?
—No, solo… tengo miedo —confesó— de que otros sean lastimados por mi culpa.
—¿Por qué lo dices?
—Hay demonios que aborrecen a los humanos y ustedes… me quieren, eso generaría un conflicto.
—Iruma, no tienes de que preocuparte —da suaves caricias a su cabeza— todo estará bien, el director seguro encontrará una solución pacífica.
—Pero Kirio…
—¿Esto es por qué recordaste lo del deviculum de hace dos años? —Iruma decidió no responder, si decía que sí, Balam de inmediato se daría cuenta que es mentira, por lo que prefirió desviar la mirada— tranquilo, no pasará nada.
Como un intento para distraer a Iruma, Balam empezó a contarle diferentes cosas y le mostró el libro que esta haciendo para él, pero a pesar de que sonríe ante lo que escucha, Shichiro sabe que no son las sonrisas genuinas de siempre.
Cuando fue hora de ir con Sullivan y Opera, Balam decidió acompañarlo. En el camino se cruzaron con Henri, quien le sonrió a Iruma, Narnia que iba detrás de él lo miro fijamente, por lo cual, Shichiro tomó una posición de alerta mientras sujeta el hombro de Iruma, acción que paso desapercibida para el humano, pero no para Narnia.
Estando a pasos de llegar a la oficina, Kalego salió de ahí, miró por unos instantes a Balam y luego bajo su mirada hasta encontrarse con la de Iruma.
Por más que su instinto le dijo que no vea a Kalego, no desvío su mirada intentando buscar una pizca de esperanza, una donde a pesar de saber que es humano, no hay diferencia en su trato. Desafortunadamente no fue así, tan rápido como sus miradas se cruzaron y noto indiferencia en sus ojos, Kalego miro al frente y frunció un poco el ceño.
No hubo un adiós, ni a Balam y mucho menos a Iruma. Hecho que sorprendió por unos instantes al profesor, sin embargo, de inmediato imaginó que se debe a la presencia de su hermano. Mañana le daría más medicina en caso de que su ciclo de maldad pueda aparecer.
En cuanto Sullivan vio entrar a Iruma corrió a abrazarlo, siendo correspondido de inmediato por el humano. Apartado de ellos, Balam habló con Opera.
Iruma pensó que saliendo de Babyls irían a su casa, pero grande fue su sorpresa cuando tomaron un camino diferente y llegaron hasta un restaurante. El favorito de él.
No es de extrañar que cada que Iruma resulta ganador —o por cualquier cosa— Sullivan quiera celebrar. Esta ocasión fue por ganar el concurso realizado por el batora de juegos, además, le aseguro que al día siguiente todos sus amigos de la clase anormal irían a su casa para una fiesta por el mismo motivo.
Iruma no dijo nada al respecto, solo se limitó a asentir. Cuando la comida fue entregada, solo comió un plato completo, con el segundo solo estuvo moviendo la comida con su cuchara, permaneciendo sumergido en sus pensamientos.
“—Humanos y demonios no pueden convivir, tú no puedes estar en el inframundo”.
Una sonrisa triste apareció en sus labios al recordar las palabras de la ilusión de Kalego que vio durante el festival de la cosecha. Tal vez no eran simples ilusiones, tal vez son representaciones de lo que pueden pensar realmente… después de todo, la ilusión de sus padres no estuvo alejada de la realidad.
—¿Sucede algo, Iruma? —preguntó Sullivan, colocando su mano sobre la de él.
—¿Eh? —levantó la mirada— n-no, solo estoy cansado, no te preocupes, abuelito —terminó de decir con una sonrisa.
—Siempre vamos a estar para ti, Iruma —el chico solo asintió mirando nuevamente su comida, siente sus ojos cristalizarse.
Sullivan y Opera se miraron por unos instantes, este último se levantó a pedir el resto de la comida para llevar.
De regreso a casa, Sullivan llevo a Iruma sobre su espalda, feliz de tenerlo cerca y poder protegerlo. Iruma ya tiene 17 años y definitivamente es más alto, aún así, Sullivan todavía puede llevarlo sin problemas en su espalda.
Al llegar a su habitación, Sullivan lo bajo con cuidado. Dándole un fuerte abrazo y deseándole buenas noches, el demonio salió de su habitación.
Estando solo procedió a cambiarse, todavía se siente sin energía y sin ganas de nada, solo quiere despertar y descubrir que todo fue una pesadilla. Él quiere decirles a todos por su propia boca que es humano, tal como fue con Balam, incluso le hubiera gustado ser él quien le dijera la verdad a Bachiko, pero entiende los motivos de su abuelo.
En cambio ahora, paso lo que estuvo por suceder en el deviculum con Kirio y Azz. En aquella ocasión, gracias a la inesperada llamada de Clara, Kirio no le dijo la verdad a Asmodeus, pero ahora, alguien externo sí se lo dijo a Kalego.
Estaba por acostarse cuando alguien toco su puerta y después de responder entró Opera.
—Está tarde llegó el regalo para Kalego que estuvo buscando, Iruma-sama —al entregárselo, vio al humano observando inseguro el regalo— ¿le hizo o dijo algo Kalego?
—¿Qué?
—¿Por él está así?
—¡No! Kalego-sensei no ha hecho nada, s-solo pensaba si le gustaría esta pluma.
Opera miro fijamente a Iruma y al asegurarse que dice la verdad de Kalego se tranquilizó. Sabe que no es capaz de lastimar a Iruma, pero ver su expresión, lo hizo suponer que su extraño actuar se debía a él.
—Sí, es un poco similar a una que él tenía cuando iba en primero, aunque definitivamente esta es mejor y más resistente —dijo al recordar que esa pluma de hace años fue destruida en una pelea, y si bien estuvo demasiado molesto Kalego, en su defensa, él debió dejarla con el resto de sus cosas— mañana por la mañana iremos a Babyls, él también va a ir ¿Quiere dársela mañana o hasta el lunes?
—Mañana esta bien —respondió tras pensarlo varios segundos.
Luego de asegurarse que Iruma estuviera bien tapado y de desearle buenas noches, Opera salió de la habitación.
Acostado, en el silencio que de vez en cuando interrumpen animales similares a los grillos, continuó recordando un sinfín de cosas; la conversación de Kalego con su hermano, la mirada indiferente de él, las palabras que le dijo Narnia en el deviculum antes de que la mamá de Azz lo abrazará, las ilusiones, todo lo que Kirio le dijo y los ataques de otros demonios.
—La decisión que tomó Kalego-sensei es la correcta —se repitió en su mente.
Esa noche fue más difícil que su primera noche estando en el inframundo. Siempre creyó que nunca sentiría algo igual o peor que aquel anochecer, pero estuvo muy equivocado.
°°♡°°
El nuevo día había comenzado tranquilo, logro disimular perfectamente su verdadero sentir frente a Sullivan y Opera en el desayuno. Antes de bajar, mientras se quitaba su pijama y luego se ponía otra ropa, tomo una decisión y no había marcha atrás.
Estando en la escuela, decidió quedarse afuera en lo que Sullivan, Opera y el resto de profesores hablan. No sabe en que momento pueda encontrarse a Kalego, pero espera que estén solos.
Estaba de pie en la entrada del edificio, cuando escuchó pasos acercándose y tras levantar por unos instantes la mirada, vio a Kalego.
—¿Iruma? —pensó que no lo vería hasta la tarde en la fiesta a la que fue obligado a asistir.
—Buenos días, Kalego-sensei —miro a sus lados disimuladamente— ¿Podría venir un momento, por favor? —preguntó al asegurarse que no hay nadie cerca— será rápido.
—Bien —contestó no muy convencido, algo que notó Iruma, pero a diferencia de lo que creyó el humano, en realidad es porque no quiere llegar tarde a la reunión.
Kalego siguió a Iruma en silencio, adentrado en sus propios pensamientos, hasta que lo vio detenerse.
—Sé que ha dicho antes que no es necesario, pero —se arrodillo al igual que las veces anteriores— le he traído un obsequio —mostró la pequeña caja rectangular— y será el último —pensó.
Kalego soltó un suspiro antes de tomarlo, aprecia los regalos de Iruma, pero realmente no cree necesario que le regale uno cada año, siempre pensó que los únicos que harían eso serían Shichiro, Momonoki y… bueno, su hermano.
Iruma por otra parte, malinterpreto el suspiro de Kalego.
—Graci...
—Kalego-sensei —lo interrumpió al ponerse de pie— sé que fue una falta de respeto, pero… pero ayer escuché la conversación que tuvo con su hermano.
Tal como lo pensó, Iruma termino por confesarlo, aunque creyó que cuando le preguntara, él al principio fingiría que no escuchó nada.
—Usted sabe que —apretó los puños para tomar valor— que Opera y mi abuelito me tienen aprecio, así que sería muy difícil hacer algo contra mi —tomó aire antes de continuar— por lo tanto, puede llevarme en este mismo momento con su hermano, en lo que ellos están distraídos.
—¿Qué? —la sorpresa en su rostro es más que evidente, esperaba escuchar cualquier cosa, menos que Iruma se entregará.
—No quiero que otros resulten lastimados por mi culpa, si entregándome lo puedo evitar, entonces esta bien. Sé que me existencia es aborrecib…
—Iruma —fue su turno de interrumpirlo, colocando sus manos en los hombros de él— no pienso entregarte.
—¿Qué? —cuestionó incrédulo de lo que sus oídos han escuchado.
—Desde hace 2 años sé que eres humano.
—P-pero ¿Cómo…?
—Después del deviculum donde anunciaron a las nuevas coronas hablé con Narnia —Iruma asintió, eso escucho el día anterior— después de eso tuve mi ciclo de maldad y cuando me visitó Shichiro, le pregunté —no le gusta dar explicaciones, pero considera que es muy necesario— tal como se lo pedí, no respondió mi pregunta, pero su expresión al cuestionarlo fue suficiente para mi.
—¿Por qué no quiso que Balam-sensei le respondiera?
—Fue una forma de protegerte, si fingía no saber nada, había probabilidad de que Narnia hablará conmigo y le sacaría información, o en el peor de los casos, si metían a la cárcel al director por traer un humano y también a los que lo saben por encubrirlo, yo podría protegerte, pero ahora ya no es necesario —lo soltó— ¿Hasta donde escuchaste?
—Hasta que le dijo que soy un humano… por su silencio pensé que estaba sorprendido, tal vez sentiría asco y estaría del lado de su hermano, además, por su expresión de ayer cuando nos vimos antes de irse.
—Estaba distraído, pensando en lo similar y diferente que es mi hermano —admitió, y enseguida apretó los puños y desvío por unos instantes su mirada, no tenía por qué contarle algo tan personal a Iruma— no estoy de su lado.
Incluso si hubiera tomado la decisión opuesta, sabe que por primera vez habría cambiado de opinión al ver a Iruma dispuesto a entregarse por el bien de los demás.
—Pero habrá muchos heridos si vienen por mi, y entonces…
—Iruma, también eres un estudiante de Babyls y sin importar qué, te voy a proteger.
Conforme estuvo escuchando sus palabras, el miedo de Iruma se fue desvaneciendo, siendo reemplazado por un calor en su pecho que se intensificó al escuchar esas últimas palabras, mientras mira el rostro de Kalego.
—Aunque seas humano, sigues siendo parte del tesoro que quiero proteger —Iruma sintió su corazón latir con fuerza y sus mejillas arder.
Cuando menos se dio cuenta Kalego, ya se encontraba en el pasto con Iruma encima de él, siendo abrazado. A lo que decidió darle un par de palmadas en la espalda.
—¡Muchas gracias, sensei! —expresó con gran felicidad, siente como se le ha quitado de encima un gran peso.
—¡Hmph! No sé porque pensaste que realmente te entregaría.
—Lo siento —susurró en medio del abrazo. Dándose cuenta por primera vez, de lo reconfortante que es el aroma de Kalego.
—Ya quítate de encima —dijo segundos después, cuando sintió que el abrazo ya había sido lo suficientemente largo.
Iruma de inmediato obedeció, limpiando las lágrimas de felicidad que escaparon de sus ojos.
—Debo irme —se levantó y sacudió un poco su ropa.
Dándole una última mirada que fue respondida por una gran sonrisa, se fue a la reunión, ya era tarde.
Hasta que él llegó fue que dio comienzo la reunión, al parecer Balam los vio y les mintió a los presentes diciendo que tuvo una emergencia.
Conforme dan diversas ideas u opiniones sobre una celebración de fin de ciclo escolar, Kalego metió su mano a una de sus bolsas, de donde cayo la caja que le dio Iruma.
Distrayéndose por unos instantes de lo que dicen todos, tomó la caja y la abrió. La sorpresa que mostró de inmediato la quitó, y en cambio fue cambiada por una pequeña sonrisa al ver que se trata de una pluma.
Cuando entro a Babyls, su hermano le regalo una pluma que fue destruida por culpa de Opera, y ahora que se ha distanciado definitivamente de su hermano recibe otra… es como si representará un nuevo camino, uno que por alguna razón lo tiene más complacido que antes.
Opera miro contento la expresión de Kalego ante el regalo de Iruma.
