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Nuestro Cambio

Summary:

El destino era algo que se reflejaba en todo ser vivo en las Tierras Medias, tan difícil de evadir, pero todos pueden cambiarlo con el enorme camino que tienen para ellos.

Un hobbit quien desafío creencias y miedos, armado con el valor de mil hombres y Thorin, cuál rey con una corona que no debe portar para dejar ver su valia y cuál hogar arrebatado. Almas que tienen un mismo pesar y un complemento especial.

Está historia mostrando lo mucho que el destino les juega en lo malo y lo bueno, formando el mayor fruto de todos, el amor incondicional que se puede formar con pequeñas acciones y pequeños pasos en ambos.

Notes:

Quiero dejar en claro que no soy muy bueno escribiendo historias como estas, además de que conforme se vea en el fanfic, me iré basando mas en los libros ya que solo cuento con la información de las peliculas, sin embargo aquí cambiara el tema de que algunos personajes no estarán muertos y que probablemente la linea de tiempo de estos acontecimientos cambien para la trama a la que quiero llegar.

Además de que quiero mencionar ciertas cosas, siempre en cada capitulo habrá cierto poema relacionado o referencial a lo que pasa, esto viniendo de ciertas inspiraciones de algunas novelas de mi preferencia.

Chapter 1: La Calma Después del Tormento

Chapter Text

Después de la guerra —oigo a los hombres preguntar— ¿Qué entonces?
Como si este mundo rocoso, esculpido con fuego
y atrincherado en lo profundo del plan etéreo,
nunca pudiera volver a ser su yo matutino
debido a esta breve locura, hombre con hombre;

Cuantas guerras y aflicciones hace tiempo olvidadas
, innumerables, sin nombre, crearon una desesperación similar
en corazones hace tiempo aquietados; cuantos soles se han puesto
en ciudades en llamas que ennegrecen el aire, —sin
embargo, el amanecer volvió soñando, sus pestañas mojadas
de rocío y margaritas en su inocente cabello.

Ni por esto se detendrá la ascensión del alma,
ni la segura evolución de las leyes
que de la inmundicia elevan la flor al sol
y de la furia forjan la estrella vespertina.

No considera deshecha la construcción del mundo por el Amor:
el principio del Amor fue lejano, su fin está lejos;
por senderos de fuego y sangre sus pies deben trepar,
buscando una belleza que apenas conoce,
cuyo significado está más allá del alcance del Tiempo.

Richard Le Gallienne

 


 

 

Todo parecía que había cambiado, la sangre que brotaba en el aire desaparecía conforme Erebor se empezaba a elevar, la muerte se había llevado unos cuantos para volver a ver la gloria de nuevo en el lugar, pero también se había apiadado de algunas almas que aún no terminaba su historia.

Kili y Fili fueron uno de ellos que lograron la suerte de permanecer con vida, con daños permanentes pero viendo un futuro para ellos, tuvieron suerte que aquella élfica los haya ayudado a tiempo, la había conocido durante el funeral de los caídos, una bella dama que sin duda le agradecía tanto que aquellos dos enanos siguieran con vida, les había tomado un inmenso cariño.

Sin duda, después de este largo recorrido fuera de la Comarca hubiera regresado a su hogar, pero lo devastado que estaba Erebor le hizo quedarse un tiempo más, fue inesperada su decisión pero todos le agradecieron esa ayuda extra.

Claro esta que el hobbit tuvo la mayor tarea de todas, cuidar del mismo rey, Thorin, quien no fue a la excepción de seguir con vida, fue casi un milagro que siguiera respirando, sus heridas fueron mortales hasta cierto punto, pero lograron lo imposible, aunque por las heridas tuvo que caer en un coma indefinido, el tiempo dirá que sucederá con el durante su ausencia.

“Joven Bolsón...sabe que no es necesario que se quede por demasiado tiempo, debe extrañar su hogar, nadie lo juzgara realmente si desea marcharse” Decía el enano de apariencia vieja, cual sabio a su melena canosa, Balin. 

“Insisto, están tan ocupados y no hay prisa para volver a mi hogar, llevamos tanto tiempo juntos que no me agrada dejarlos aun” Se sinceraba aquel hobbit que cargaba telas en sus manos, encaminado por el enano. 

“Todos aquí agradecen la mano que nos hace ofrecida, señor Bolsón, eres un gran amigo para nosotros” Embosa una gran sonrisa el enano al más pequeño quien sin duda de agradecer con una igual de felicidad.

Los pasillos largos del lugar eran gloriosos y melancólicos recorriendolos, años de historias y de gloria marcados en cada pared rocosa y radiante, sin duda alguna volverán a brillar con gran grandeza que antes. Poco tiempo después, llegaron a una de las tantas habitaciones del palacio, el pequeño de cabellos dorados quedándose un momento sumido en sus pensamientos mirando fijamente a la puerta, como si buscará la capacidad de ver el interior sin tener que entrar. Esto obvio no pasó desapercibido por el enano, quien dió un alivio con un suave apretón en el hombro del pequeño.

“No te preocupes, el esta bien, los médicos tienen previsto que despierte en algún momento” Calma el enano con un tono tranquilo.

Un suspiro sale de los labios del hobbit, intentando calmar sus sentimientos “Lo se...solo espero estar aquí cuando despierte”

La puerta de la habitación se abrió por el enano, quien dió paso para que el de cabellera dorada entrara primero, revelando al postrado en cama, Thorin, quien parecia tener una calma al estar inconciente, su pecho subiendo y bajando de manera lenta pero constante dejando ver que tiene signos de vida. Era una escena desgarradora para el hobbit quien parecía sentir mucha preocupación por el rey, lo había visto en sus peores momentos, pero esto era algo que temio aquella vez con los orcos, como su aliento parecía desaparecer por un instante, pálido en aquel lago nevado; una de sus experiencias si es que se le permite decir.

“Te dejaré a solas, si me necesitas, estaráé con los demás, aún necesitan algo de ayuda” Dice el enano mayor quien desaparece de la habitación dejando un tormentoso clic al cerrar la puerta con cuidado. El silencio en el lugar era tan familiar para Bilbo, salvó esa respiración de aquel de cabellera azabache que se encontraba en la misma habitación.

Se ve tan relajado ¿Cuántas veces lo ví así durante nuestro viaje?  ” Pensaba para sí mismo, acercándose hasta el, dejando aquellas telas en el colchón, que eran ropas limpias para el herido. “Lo siento Thorin, espero no te enojes con lo que haré...solo intento ayudarte" No diría que estaba loco, solamente quiere sentirse familiar hablando con alguien inconsciente ya quien le tenía cierto afecto. 

Le tomo un tiempo lograr que ese cuerpo pesado de aquel enano logrará tomarlo para poder darle una ropa más limpia, pues no hace poco los médicos cambiaron los vendajes de su pecho, obviamente debía estar limpio para que nada infectara la herida.

“Bueno, te vez mucho mejor que antes" Suelta con una risa cruzando sus labios después de lograr tal azaña, miro detenidamente el cuerpo de Thorin, pasando repaso de cada pliege de tela perfectamente colocada para cubrir su piel. “Sabes, deberías ver cómo está mejorando en Erebor, todos han hecho un gran trabajo, en especial Kili y Fili, si que se han aprendido bien de ti” No mentia en ello, a pesar de que la realidad era diferente y el reino aún sigue un tanto afectado, aquel por han sido de gran ayuda y han madurado mucho. “Espero puedas verlo por tu cuenta cuando mejores...” 

Estaba emocionado en ese momento, sincerandose con alguien que no podía escucharlo, era inútil pero reconfortante. Su momento fue interrumpido por la llegada de ciertos enanos que reconocía bien y que parecía haber conjurado un hechizo para llamarlos “Kili, Fili ¿no deberíarian tocar la puerta?” Lo decía con cierto tono juguetón, casi como si quisiera regañar a unos niños.

“Lo sentimos señor Bolsón, queríamos ver a nuestro tío un momento” Habla el más tranquilo de ambos, Fili, quien aún tenía esa esencia infantil en el.

“Nos tienen trabajando todo el rato, un descanso no nos harían mal” Se adelantó el azabache, Kili, con una mano recargandose de su hermano como suele hacer. “Espero no esté mirando de más a nuestro tío...está tan desprotegido en ese estado" Bromea sin pudor ganándose un golpe de Fili.

El hobbit se tomó la broma un poco inesperado, conoció esa personalidad del enano más joven, causando que la vergüenza se reflejará en su calma que se había formado en la silenciosa habitación, sus manos se crisparon negando con la cabeza, nervioso “¡Para nada, yo jamás haría una cosa como esa, no es ético ni moral!” La urgencia de negar lo provocó obviar una risa al joven de largos cabellos azabaches.

“No sienta vergüenza, señor Bolsón, Kili solo bromeaba, no le tome importancia” Decía el joven de largos cabellos dorados “Por cierto, queríamos preguntarle si se quedará más tiempo...ciertamente queremos que se quede aquí” Ambos enanos se acercaron sentándose en el borde de la cama fijándose en la mirada sorprendida del hobbit, pues jamás le habían comentado al respecto.

“Bueno...no puedo asegurar quedarme aquí toda mi vida, aún tengo una vida a la que me espera fuera y obvio, me agradaría quedarme con ustedes, pero no puedo” Podía ver cierta tristeza que se formaba en la mirada de aquellos jóvenes, le dolía tanto hacer eso, pero tenía que ser sincero con ellos dos. Su mirada se detuvo en el cuerpo inerte de Thorin, casi pensando en sus decisiones, había vivido tanto con ellos, había sido acojido cuando parecía que nadie tenía fe en el, se sentía vivo cuando estaba enano, de ojos azulados quien lo miraba con desprecio, parecía haber visto mucho de el, aunque no era la persona que pensaba en ello, fue uno de los que realmente lo dijo con sinceridad absoluta, jamás olvidaría esas palabras y ese cálido abrazo. 

“Lo entiendo, es difícil estar lejos de casa, seguro que muchos de ahí lo están esperando” Dijo con más calma el azabache, su hermano Fili estando de acuerdo está vez con el, asintiendo con la cabeza. “Y no pienses que lo dejaremos en paz después de que se vaya ¡Le enviaremos muchas cartas! Se lo aseguramos” Siguió con mucha alegría en su voz pero también notando lo triste que será dejar ir al hobbit.

“Sin duda alguna responderé a todos” Emboso una cálida sonrisa para aquellos jóvenes con sincero cariño, obviamente no se hizo esperar recibir un fuerte abrazo de ambos hermanos, podía sentir la presión en ambos brazos por la fuerza que tenían, pero no los separó, dejo que seguirían ahí, dejando que soltaran sus más sinceras palabras que se acompañaban de sollozos; su corazón se sintió tan sensible de arrepentirse con estos enanos.


Después de aquella plática sentimental con los jóvenes, quienes al tranquilizarse a los minutos tuvieron su momento privado con el rey inconsciente, no quiso molestarlos en ese momento, después de todo era familiar. Se quedó fuera de la habitación, recargado a la pared de piedra aún pensativo, repasando todo lo que había pasado, casi había olvidado que debía procesar cada momento tormentoso y peligroso que paso en su aventura, desde casi morir por unos trolls hasta pelear con varios orcos sin tener el miedo de antes. Había cambiado tanto en este viaje que la comodidad de su hogar, estabaria tan lejos de ser cómoda para lo que había vivido, sentía que todo su ser ahora pertenecía a Erebor, fuera de la comarca.

¿Realmente me extrañan en la comarca? ” Esa pregunta rondó su cabeza, probablemente le daban por muerto; su mano paso lentamente por su cabello con frustración, despeinando lo que ya estaba rebelde.

“¿Está bien señor Bolsón?” El corazón del hobbit casi pareció detenerse ante tal sorpresa, dió un brinco inesperado en su lugar, su mirada llenando a aquella voz que reconocía, se tranquilizó colocando una mano en su pecho, suspirando con el susto perforando sus sentidos.

“Bofur, por lo sagrado...que susto” Dijo de manera dramática y hasta cómico, no entendía cómo el enano podía ser tan silencioso.

“Se ve abatido ¿Gusta de un panecillo?” La mano de aquel enano se extendio hacia el hobbit, ofreciéndole lo mencionado con una sonrisa.

“Oh...¡Si, si, si! Te lo agradezco Bofur” Aún seguía desconcertado pero sin dudarlo tomo aquel panecillo en sus manos, llevándolo rápidamente a sus labios para darle un gran mordisco apresurado, sus modales desaparecieron por un momento. 

El enano miro extrañado por el hobbit, podía leer perfectamente al más pequeño, después de todo su viaje juntos le hizo mas haya del de cabellera dorada “¿En qué piensa señor Bolsón? Se ve mal” Dijo con sinceridad, recostando su espalda en la misma pared de piedra junto al otro.

Suspiro, alejando el panecillo de sus labios “No lo sé...todos quieren que me queden y yo también deseo quedarme” Jugueteo con el postre usando sus dedos “Es que, está aventura, me hizo pensar mucho en mis comodidades, dormí en lugares incómodos y me defendí de criaturas que solo leía en mis libros...y me gustó, una parte de mi se quedó fuera de la comarca” Sus palabras tuvieron un gran peso que le atravesaba la mente en estos días, no quería causarle molestias al enano, pero sabía que era de confiar y que entendía mucho de el.

“No puedo elegir por usted...pero nos ha ayudado a regresar a nuestro hogar y todos estarían de acuerdo a que vuelvas a la tuya, sería bueno que se quedará, pero no podemos obligarlo” Dice colocando la palma de su mano sobre el cabello rizado del hobbit, dándole apoyo. “Y no amigo que aunque esté camino término, puede seguir avanzando por su propio destino, aprecie todo lo que pasó aunque termine” El enano no seria el más sabio pero sabe entender el corazón de las personas. “Tiene todo el tiempo para pensarlo, tómelo con calma” El hobbit se sintió mejor con sus palabras y solo pudo volver a sonreír.

“Eres una gran persona, muchas gracias” Asintió el enano, despidiéndose del para volver a sus tareas diarias. El hobbit volviendo a su tarea de cuidar rey, está vez alimentando al cuerpo inconsciente con alimentos que pueden ser dados en pocas cantidades y sin dañarlo. Tenía un gran cuidado por el enano, realmente le afectaba verlo en este estado, recordar aquel horco y como verlo tan herido envuelto por el aire frío de aquella montaña, le producía escalofríos.

El resto de su tarde la tomo para leer un poco, al principio era lectura silenciosa, sin romper el silencio que seguía intacto en la habitación, pero una idea paso por su cabeza cuando sus ojos se desviaron hacia el enano en la cama. Paso de la silla hacia la cama, sentándose en el borde, sin invadir el espacio por completo, era pequeño para aquella enorme cama. Con forma la calidez del día desaparecida, iba leyendo en voz altos versos de aquel bello libro que encontró entre las tantas habitaciones del reino, sin duda le dio el permiso de tomarlo; tras poema de aquel libro fue consumiendo para recitarlo al enano inerte en cama, lo explicaba como si conociera las preguntas que le diría el enano, fue tan relajante aquel momento que la luz de la luna reflejaba las enormes ventanas del lugar, terminando así uno de los tantos días que se quedaría para estar al lado de Thorin y el renacer de Erebor.

"Debes de despertar pronto, Thorin".